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Cigüeña Negra

Ciconia nigra
Catalán Cigonya negra
Gallego Cegoña negra
Vasco Amiamoko beltza

DISTRIBUCIÓN España. Sólo en la Península, donde cría en Andalucía (Córdoba,


Huelva, Jaén y Sevilla), Castilla-La Mancha (Ciudad Real y Toledo),
Mundial. Especie monotípica con tres poblaciones aparentemente Castilla y León (Ávila, Segovia, Salamanca y Zamora), Extremadura
disyuntas. En Europa, desde la península Ibérica hasta los países (Cáceres y Badajoz) y Madrid. Nidifica en áreas boscosas, cantiles
del este, mayoritariamente migradora e inverna en África subsaha- fluviales y roquedos de sierra (Ferrero & Román, 1990; Pizarro &
riana (Bobek et al., 2001) y Medio Oriente (van den Bossche, Ferrero, 1999), más o menos próximas a zonas húmedas donde se
2001). La población asiática es poco conocida (Strazds, 2001), y la alimenta (Domínguez et al., 1985). Ligada a dehesas de alcornoque
de África austral parecer aislada al no alcanzar las latitudes de inver- en amplias zonas de Extremadura (Ferrero & Román, 1990),
nada de la europea (Cannell et al., 1996). En Europa (SPEC 3) se Andalucía (Barroso & Parra, 1996), Castilla-La Mancha y Salamanca,
estiman 6.300-9.600 pp. (BirdLife International/EBCC, 2000). mientras en Ávila, Segovia y Madrid ocupa pinares preferentemen-

R. posible (1998-2002)
R. probable-segura (1998-2002)
R. posible (1985-1997)
R. probable-segura (1985-1997)

Cobertura % R. posible % R. probable % R. segura % Información 1985-1997 Información 1998-2002


475 8,5 140 29,5 32 6,7 303 63,8 23 452

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Cigüeña Negra Ciconia nigra

te. Sin embargo, más del 60% de las parejas conocidas crían en roca te la década de 1990 (15-25 pp.) impide valorar la tendencia, y el
(Pizarro & Ferrero, 1999). Se han demostrado tendencias filopátri- aumento registrado se debe, en parte, a una mejor prospección de
cas y de fidelidad (Ferrero et al., 1996; EBD-CSIC/Equipo de censo (CMA-Junta de Andalucía, 2001). En Ciudad Real, con segui-
Seguimiento de Procesos Naturales, datos propios; L. S. Cano, miento continuo desde mediada la década de 1990, 14 pp. seguras
datos propios; E. Soto-Largo, com. pers.), que apoyarían la idea del estables (Hernández, 2000b y 2001b), aunque en Toledo la fluctua-
aislamiento genético de la población ibérica. Mayoritariamente ción sea debida a criterios de censo distintos: 8 pp. en 1992
migradora, se concentra en pequeños grupos locales postnupciales (GesNatura S. L., 1992), 4 pp. en 1996 (SEO/BirdLife, 1996a) y 10 pp.
(Ferrero et al., 1996) a los que se unen, y sustituyen progresiva- en 1999 (GesNatura S. L., 1999). En Madrid no se cita como nidifi-
mente, migrantes de Europa occidental. Algunos ejemplares naci- cante en el censo nacional de 1987 (González, 1987) y se conocen 12
dos en la Península o migrantes europeos, invernan en España pp. en 2000 (GesNatura S. L., 2000; Fernández et al., 2001). A escala
(Doñana, embalse de Orellana, valle del Tiétar...; San Segundo, nacional no hay datos fiables antes del censo de 1987 (González,
1992; CMA-Junta de Andalucía, 2001; Parkes et al., [en línea]). En 1987) que, a pesar de ser incompleto (Parra, 1988; Sánchez et al.,
ciertas áreas de España se consideran residentes (Cramp & 1993a), estima una población de 175 pp. (130 seguras y 45 posibles).
Simmons, 1977; L. S. Cano, datos propios) a algunos adultos que A principios de la década de 1990 se comprobó mediante continua-
encontrarían claras ventajas reproductivas con este comporta- dos seguimientos autonómicos una población significativamente
miento frente a los individuos migradores (Parejo et al., 1996). mayor, estimada en 250 pp. (San Segundo, 1992), que se eleva hasta
300 pp. mediada la década (Heredia & Soto-Largo, 1996). Este
aumento fue debido, principalmente, a una mejor prospección del
POBLACIÓN Y TENDENCIA EN ESPAÑA territorio, aunque también se ha podido comprobar en áreas de su
límite de distribución, donde se realizan censos regulares, una paula-
Según la recopilación realizada para el Libro Rojo (SEO/BirdLife, tina colonización hacia el centro-este y norte de la península Ibérica,
2002f), la población nidificante conocida es de 387 pp. (322 seguras tendencia que también se manifiesta hacia el oeste peninsular, en
y 65 posibles), aunque debe ser mayor. Una mejor prospección en las territorio portugués (Rosa et al., 2001).
dehesas de alcornocales del cuadrante suroccidental, y en los pinares
del Sistema Central, revelaría una fracción reproductora aún no loca-
lizada. Principal población en Extremadura, con 173 pp. seguras en AMENAZAS Y CONSERVACIÓN
2002 (54% del total; Dirección General de Medio Ambiente, Junta de
Extremadura, datos propios) con núcleos en la cuenca del Tajo y sie- Vulnerable (VU). Una de sus principales amenazas es la alteración
rras centrales, cuencas del Tiétar, Alagón y Guadiana, sierras orienta- del hábitat en áreas de nidificación por infraestructuras y presión
les de Badajoz y Sierra Morena (Sánchez et al., 1993a). En Castilla y urbanística. El Plan Hidrológico Nacional puede tener especial
León, unas 73 pp. (19%), en las cuencas del Duero, Alberche, Tiétar incidencia, al afectar a zonas de alimentación en Ciudad Real (J. M.
y Voltoya y en dehesas de alcornoques en Salamanca (Consejería de Hernández, com. pers.), valle del Tiétar en Ávila y Toledo (L. S.
Medio Ambiente, Junta de Castilla y León, datos propios). En Cano, datos propios), y río Guadiana en Extremadura (Pizarro &
Andalucía, mínimo de 50 pp. (16%; CMA-Junta de Andalucía, 2001), Ferrero, 1999). También se han identificado como amenazas: la
en estribaciones de Sierra Morena y en Sierra Norte de Sevilla. En contaminación del agua en zonas de alimentación, las molestias
Castilla-La Mancha, 24 pp. seguras (7%), la mayoría al SO de Ciudad humanas (pescadores, escaladores, etc.), las actividades forestales
Real, y en las cuencas del Tajo y Tiétar, con presencia testimonial en durante la cría, molestias por tránsito de embarcaciones en ríos y
Montes de Toledo. En Madrid, 12 pp. nidificantes (4%) en 2000 embalses en Arribes del Duero; en Extremadura sólo existen nidos
(GesNatura S. L., 2000; Fernández et al., 2001), en las principales en tramos fluviales no navegables o con navegación regulada
cuencas fluviales. En Extremadura, las 101 pp. en la década de 1980 (Dirección General de Medio Ambiente, Junta de Extremadura,
(González, 1987) se incrementan a 219 pp. en 1995 con mejores cen- datos propios); los tendidos eléctricos o vallados con los que se
sos (Sánchez et al., 1994 y 1996a), aunque a partir de 1998, con nue- producen colisiones; la muerte por disparo (numerosos casos en
vos criterios de censo, se contabilizaron 188 pp. (DGMA-Junta de las marismas del Guadalquivir; Andalus, 1987). Aunque declarada
Extremadura, 1998), cifra que se ha mantenido estable (173 pp. segu- en peligro de extinción en España (RD 439/1990), sólo Castilla y
ras en 2002; DGMA, Junta de Extremadura, datos propios). En Castilla León tiene aprobado desde hace años un Plan de Recuperación
y León, estable en la última década en Ávila (7-10 pp.), Segovia (1-3 (San Segundo, 1995), y Castilla-La Mancha está en vías de apro-
pp.; Boscaje S. L., 2000 y 2001), y Salamanca, 34 pp. seguras (datos barlo (SEO/BirdLife, 1996a). Es necesaria la aprobación de los
recogidos por los agentes forestales coordinados por la Sección de Planes de Recuperación y su efectiva aplicación con medidas con-
Espacios Naturales y Especies Protegidas, Salamanca), y en progresi- cretas para eliminar todos los problemas anteriores.
vo aumento en Zamora donde, hacia el norte, llega ya hasta Sanabria
(Varios Autores, 2000). En Andalucía el seguimiento irregular duran- Luis Santiago Cano Alonso y José Manuel Hernández García

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