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Requisitos
Las respectivas normas eran muy detalladas, cuidando todos los actos y cultos que deberían
realizarse, tanto antes, durante y después de la Coronación. "remitimos también el orden o
fórmula que se ha de guardar en poner la corona de oro, o coronas en caso que esté juntamente
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Él nació en Forlì en 1552, por orden de los franciscanos capuchinos vivió la mayor parte de su vida
en Parma, donde murió en 1620. Obtuvo el título de "Nuestra Señora del apóstol" no sólo por su
gran devoción a la Virgen, sino porque era creador e iniciador de la práctica de las imágenes
marianas solemnes de coronación. Esta cosa se hizo también en Forlì, la imagen de la Madonna del
Fuoco 26 de agosto de 1601.
con la Santísima Virgen la imagen de Jesucristo Señor Nuestro; como así mismo las armas
que se han de grabar en una (o ambas) de Nuestro Reverendísimo Cabildo y del Conde
Alejandro Sforza Palavicino, que fue el fundador de esta obra tan piadosa".
Antigüedad no menor de 50 años (Se entiende que posea valor artístico y cuya historia
se encuentre debidamente documentada).
Gozar de probada devoción (desde sus inicios hasta su estado actual).
Comprobación de los favores concedidos por dicha imagen y la irradiación de su
culto.
Reunidos estos requisitos por dicha imagen, esta documentación deberá ser presentada por
el Obispo, Dignidad eclesiástica o Superior de alguna orden religiosa y pedida expresamente
por él, a ellos se unen los clamores de las autoridades civiles el pueblo católico de la localidad
en general, llegándose a formar un comité de laicos que dedicará sus esfuerzos con este fin,
así como las adhesiones de los Gobernantes que será todo un homenaje a la Madre de Dios.
Rito
Para llevar a cabo la Coronación, Su Santidad el Papa, ha enviado un Delegado
Pontificio para la Coronación de la imagen desde Roma, aunque también suele
delegar a los Nuncios Apostólicos y los Arzobispos u Obispos. No pudiendo
realizarlo el Delegado Papal, se deberá elegir a un clérigo competente que haya
participado activamente para la realización de dicho acto y autorizado por el
Delegado Papal.
Para dar inicio a los especialísimos cultos por la Coronación, el Cabildo Vaticano
mandaba a fabricar la corona con los emblemas ya descritos, y envía a la Ciudad en
que se efectuará dicho acto, un Canónigo desde la Ciudad Eterna, que sería el
delegado Pontificio para realizar en su nombre este Acto. Así también se gestionaban
de su Santidad, favores especiales - indulgencias por lo general - para el día de la
celebración.
La música cumplía un papel preponderante, coros e instrumentos diversos
interpretaban himnos marianos. Se cantaba la misa y se oraba por los presentes y el
eterno descanso del Fundador de esta obra pía, por intercesión de María "Reina de
Misericordia y graciosa Princesa".
Así también se promovía de las respectivas Autoridades religiosas del lugar, la
fundición de medallas, la pintura de lienzos y la impresión de estampas. El ambiente
era verdaderamente festivo, 3 días antes de la fecha para el acto, se debían repicar a
vuelo las campanas y se procedía a adornar el Santuario y alrededores con gran
lucimiento. Las paredes del templo debían mostrarse con telas de seda, escribir en sus
muros poemas de alabanza a María, y colocar los escudos del Papa, el Cardenal
Arcipreste de San Pedro y el Canónigo delegado.
El momento culminante de la Coronación, debía de ser acompañado solemnemente
con clarines, tambores, repique de campanas y salvas de artillería. Por la noche
seguían fuegos artificiales y durante los tres días posteriores se celebraban "Misas
solemnes, sermones panegíricos, composiciones retóricas, sagrados coloquios y otros
conciertos de suaves y armoniosas consonancias".
Entre los obsequios recordatorios que se entregaban, cabe mencionar las reparticiones
de estampas con la imagen coronada, de las cuales, treinta debían hacerse en seda
sobre tono amarillo o galón de oro o plata para los Canónigos de San Pedro en Roma.
Así mismo se debía enviar un gran lienzo a Roma para conservar el recuerdo de dicho
acontecimiento. Los responsables del templo prestaban juramento de que la corona
permanecería en la cabeza de la imagen.
Dicho ritual de imposición de la Corona en las devotas imágenes marianas, ha sido
desde el siglo XVII hasta el XIX sin variaciones, salvo la extensión universal de la
misma, la elaboración de las coronas en sus respectivos lugares de veneración.
La Corona
Fundamentos teológicos
Todos reconocemos a Cristo como nuestro Rey y Señor, El, por su naturaleza Divina,
ejerce autoridad real sobre toda su creación.
Como hombre ha ganado ese título, por llevar a cabo la Redención de la Humanidad
(Filip. 2, 9); Ahora, así como la luna es refulgente por reflejar la luz del sol, María es
Reina nuestra al reflejar la realeza de su Hijo.
En el Concilio de Éfeso (431) se reconoce y proclama a María "MADRE DE DIOS".
Jesús en su concepción es llamado "Hijo del Altísimo", el Rey que recibirá el Trono
de David y que reinará por siempre. María es pues la Virgen descrita por Isaías como
la elegida desde la eternidad para ser la Madre del Rey, de aquí se desprende que, por
naturaleza el título de Reina.
Ella es la Madre, es la "Guebirah" del pueblo de Israel, cuyo trono es colocado junto
al de su Hijo, y que obtiene gracias para sus súbditos.
Por otro lado, recordando las palabras de Pablo (2 Tim. 4, 8), observamos a María
que gana ese derecho: Ella es la discípula perfecta, que escuchó y acogió la palabra
de Dios y la cumplió hasta el final, es nuestra Corredentora, que ofreció su corazón
para ser traspasado por la espada del dolor (Lc. 2, 35) María es la nueva Eva, si por
una vino la condenación y la muerte, por la Madre de Cristo nos vino la salvación y
la vida eterna para todo el género humano.
En Caná de Galilea se manifestó su poder intercesor, adelantando la hora de su hijo:
En la gloria este poder se toma perennemente inagotable, pues intercede ante la
Divinidad, que es a la vez, su Padre, su Hijo y su Esposo: es la omnipotencia
suplicante. Por tanto podemos reconocer a María como Reina con derecho adquirido.
Ya desde los primeros años, la comunidad cristiana ha reconocido esta dignidad real
de María, Litúrgicamente este título es repetido constantemente en oraciones
marianas y cantos como la Salva Regina, Regina Coeli, Ave Regina Coelorum.
Así también en las letanías lauretanas, es también donde se le llama "Reina de los
Ángeles" de todos los Santos, del Mundo, de la Paz, etc. De la misma manera los
artistas se han complacido en representarla en actitud mayestática, sentada sobre un
trono y ostentando regia corona, sirviendo Ella misma de trono a su Sacratísimo Hijo
como el "Trono de la Sabiduría".
En los misterios Gloriosos del Santo Rosario, también se invoca en el último misterio
la Coronación de María como Reina y Señora de la Creación, es la culminación de la
obra divina que pudo realizarse gracias a la mujer sencilla de Nazareth, recibiendo la
corona merecida.
En Resumen, podemos afirmar de una manera categórica, que María Santísima es
Reina por naturaleza y por derecho adquirido, y con gozo podemos aclamarla
diciéndole "Tu eres el honor de nuestro pueblo".