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TIPOS DE EXPLORACIÓN.
Se han desarrollado muchas técnicas de exploración diferentes, algunas son apropiadas
para una gran variedad de condiciones, mientras que otras están limitadas a casos
especiales.
1. Calicatas o pozos de cielo abierto.
Son simples pozos cavados a pico y pala, cuyo ancho oscila entre 0,80 a 7,00 metros. Se
sueles excavar escalonados o con área constante en toda su profundidad.
Estos escalones sirven para determinar densidades naturales.
La profundidad de excavación está limitada por la presencia del nivel freático (por debajo
de él no se puede continuar). La
segunda limitación es el tipo de suelo a excavar, en arenas secas es muy difícil pasar los
2 metros, en gravas con algo de finos se puede llegar hasta los 15 a 20 metros, en
material cohesivo se pueden superar los 20 metros. Se puede llegar a mayores
profundidades que las citadas anteriormente entibando las paredes del pozo, pero resulta
muy oneroso.
La ventaja de este método es que se puede hacer una inspección directa del suelo y
detectar el cambio de los distintos estratos midiendo sus profundidades.
La exploración de suelo por calicatas se indica en la siguiente ficha:
1. Perforaciones.
Inyección de agua.
El suelo se perfora combinando la inyección de agua con el corte, usando un trépano en
forma de cincel unido a una barra de sondeo hueca. El agua se bombea a través de la
barra y del trépano para aflojar el suelo y arrastrar a la superficie del terreno los detritos
de suelo que fueron cortados. Los detritos se recobran en un sumidero. Estos fragmentos
son una mezcla de los estratos perforados y dan solo una idea de la naturaleza de los
materiales penetrados.
Inyección con lodo bentonítico.
En los suelos firmes la perforación se mantiene abierta por acción de efecto de arco del
suelo, pero en arcillas blandas y arenas debajo del nivel freático la perforación no se
mantiene. En este caso, se rellena el hueco con un fluido viscoso, mezcla de bentonita y
agua. Este lodo forma una delgada capa de material cohesivo en las paredes de la
perforación, que impide su derrumbe en aquellas partes que atraviesa suelo con poca o
ninguna cohesión. Además, sirve para mantener limpio el fondo pues saca al exterior la
arena y grava que tienden a acumularse, y sirve como liquido circulante en los sondeos por
inyección y rotatorios.
Otra forma de mantener las paredes es hincando un tubo de acero (tubo de entibación o
“camisa”) de un diámetro un poco mayor que las herramientas a introducir.
a) Perforación rotativa.
Sirve para suelos muy duros (suelo muy compacto, boleo o roca). Las características
esenciales son similares al método anterior, excepto que la barra de perforación y el
trépano se hacen girar mecánicamente a medida que el pozo avanza. El trépano tiene en
su extremo inferior diamantes negros que permiten perforar la roca. Se define una
relación de recuperación RCD: es la razón de la longitud de secciones mayores de 10 cm
respecto a la longitud total perforada.
CORONA
ENSAYOS IN SITU
Los ensayos in situ tienen gran importancia para la determinación de las propiedades
geotécnicas de los materiales. A partir de ellos se miden los parámetros que determinan el
comportamiento geo mecánico del terreno, como la resistencia, deformabilidad,
permeabilidad, etc.
La principal ventaja de los ensayos in situ es que son más representativos que los ensayos
de laboratorio con respecto a las condiciones del terreno en el que se va a construir la obra o
estructura, al involucrar un volumen considerablemente mayor de material y estar éste en
condiciones naturales. Sin embargo, la escala de los ensayos in situ no alcanza a representar
todo el conjunto de macizos rocoso o suelo, lo que debe tenerse en cuenta para su
interpretación y extrapolación de resultados.
Fundamentos.
Consiste básicamente en contar el número de golpes (N) que se necesitan para introducir
dentro de un estrato de suelo, un toma-muestras (cuchara partida) de
30 cm de largo, a diferentes profundidades (generalmente con variación de metro en metro).
Él toma-muestras es golpeado bajo energía constante, con una maza en caída libre de 33,5
kg y una altura de caída de 76,2 cm.
Este ensayo se realiza en depósitos de suelo arenoso y de arcilla blanda; no es
recomendable llevarlo a cabo en depósitos de grava, roca o arcilla consolidada, debido a los
daños que podría sufrir el equipo de perforación al introducirlo dentro de dichos estratos.
Equipo.
Pesa de 33,5 kg con una altura de caída de 76,2 cm.
Barras y brazos de perforación.
Muestrador o tubo partido con las siguientes dimensiones:
Largo: 50 cm.
Diámetro exterior: 51 mm.
Diámetro interior: 35 mm.
Peso total: 70 N.
Trípode de carga.
Flexómetro.
Parafina sellante.
Fundas de plástico.
Tarjetas de identificación.
Metodología.
Determinación.
A partir de N del ensayo S.P.T se puede determinar la Resistencia a la Penetración y la
Presión Admisible.
SUELOS COHESIVOS.
b) Ensayo de la veleta.
Fundamentos.
Con mucha frecuencia los limos y las arcillas blandas y de consistencia media en condición
saturada, en especial las de origen aluvial o de aguas poco profundas presentan grandes
dificultades para el muestreo debido a la baja consistencia. La prueba de veleta de corte
diseñada solamente para medir la resistencia cortante in situ no drenado, cuando el suelo
está saturado.
Metodología.
Una veleta de cuatro aspas montada en el extremo de una varilla, se hinca en el suelo y se
hace girar a una velocidad constante de entre 6 y 12 grados/min hasta que se produce el
corte del cilindro de suelo contenido en las aspas. Se registra la torsión máxima necesaria
para permitir el corte rápido (medición de la resistencia en la condición no drenada).
Se recomienda que para suelos blandos (Cu< 0,5 kg/cm2), el tamaño del aspa sea de 7,50
cm de ancho y 15 cm de longitud. Para suelos un poco más resistentes (0,50 < Cu < 1,0
kg/cm2) el tamaño debe ser de 5 x 10 cm.
La varilla de la veleta y las extensiones se protegen con una camisa para evitar que se
adhiera al suelo durante la aplicación de la torsión. Dependiendo de la naturaleza del suelo,
las pruebas de veleta pueden efectuarse a profundidades hasta de 60 a 70 metros.
c) Prueba de Penetración Estática (CPT – CPTu).
El CPTu es un ensayo de penetración estática el cual
incorpora un sensor con capacidad para registrar la
presión de poro. Consiste en hincar a presión una barra
con una punta cónica en el terreno a velocidad constante
(2cm/s). Se mide el esfuerzo necesario para la
penetración de una punta, qc y la fricción fs que se
desarrolla en la superficie de una camisa colocada
inmediatamente después de la punta cónica (zona
sombreada).
Los suelos blandos (tanto granulares como cohesivos)
constituyen el campo de aplicabilidad optima de este
ensayo. Se debe evitar su aplicación en presencia de
Blos, ya que estos pueden conducir al rechazo del ensayo
o pueden ocasionar daños el equipo.
METODOS INDIRECTOS
Métodos eléctricos.
Son aquellos que estudian la respuesta del terreno cuando se propagan a través de él
corrientes eléctricas continuas (DC). El parámetro físico que se controla es la resistividad ( ρ)
y la interpretación final se hace en función de las características geológicas de la zona en
que se aplican.
La resistividad es una propiedad intrínseca de las rocas y depende de la litología, estructura
interna y, sobre todo, de su contenido en agua, no siendo, por tanto, una propiedad isótropa
en la masa rocosa.
La fórmula de Archie relaciona la resistividad de la roca, 𝜌, la del agua contenida en los
poros, ρw, y la porosidad, :
𝜌 = 𝑎𝜑−𝑚𝑆−𝑛𝜌𝑤,
siendo S la saturación y los términos a, m, n coeficientes
experimentales. Es frecuente utilizar la fórmula de la siguiente
manera:
𝜌 = 𝜑𝑆−2𝜌𝑤,
La medida de las resistividades del subsuelo se lleva a cabo en
los siguientes pasos:
Introducción en el terreno de una corriente continua de
intensidad I, mediante dos electrodos, denominados A y B,
conectados a una fuente de energía.
Medida de la diferencia de potencial
ΔV, generada por el paso de una corriente, entre dos
electrodos denominados M y N.
Cálculo de la resistividad del espesor de terreno afectado por el
paso de la corriente.
La resistividad que se obtiene no corresponde a una unidad litológica concreta, sino que
define al conjunto de materiales afectados por el paso de corriente, y se denomina
resistividad aparente (ρa):
ΔV
ρa = K ( )
𝐼
donde K es la constante de configuración
geométrica del dispositivo en cada medida, que
depende de las distancias entre los electrodos
AM, MB, AN y NB. Modificando la configuración
de electrodos se obtienen múltiples posibilidades
de investigación. Lo más frecuente es
utilizar configuraciones normalizadas, siendo las
más comunes las denominadas “Schlumberger” y
“Wenner”. La primera es simétrica, con los
electrodos de potencial MN interiores y alineados
con los de corriente AB, y separación entre M-N
inferior a 1/5 de A-B. En la segunda la disposición
es igual, salvo que las distancias A-M, M-N y N-B
son iguales.
Los equipos a emplear consisten en una caja de baterías, electrodos de corriente y potencial,
cables de conexión y resistivímetros.
Los métodos más comunes son los sondeos eléctricos verticales y las calicatas
eléctricas.
Métodos sísmicos.
Estudian la propagación en el terreno de ondas sísmicas producidas artificialmente,
estableciendo su relación con la configuración geológica del subsuelo. La velocidad de
propagación depende básicamente de las constantes elásticas y de la densidad del medio.
Los contactos entre los cuerpos geológicos con diferente velocidad de transmisión de las
ondas sísmicas, definen superficies de separación en las que las ondas sufren refracción,
reflexión o difracción (Ley de Snell).