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EXPLORACION DE SUELOS

OBJETIVOS DE LA EXPLORACIÓN DEL SUELO.


La exploración del suelo constituye la parte esencial de los estudios geológicos-
geotécnicos necesarios para el proyecto y construcción de una obra de ingeniería. De ella
se obtienen los parámetros y propiedades que definen las condiciones del terreno en
donde se realizaran los proyectos constructivos, cimentaciones, excavaciones, túneles,
etc.
El objetivo general de las investigaciones es conocer y cuantificar las condiciones del
terreno que puedan afectar a la viabilidad, diseño y construcción de una obra o estructura.
En función de la dimensión y naturaleza del proyecto, los estudios geológicos-
geotécnicos, y por lo tanto las investigaciones, deberían alcanzar los siguientes objetivos:
 Establecer la viabilidad del lugar o emplazamiento en función de las condiciones
geológicas, geotécnicas y geo ambientales.
 Seleccionar los emplazamientos o trazados más favorables bajo las citadas
condiciones.
 Identificar los problemas de inestabilidad del terreno y los riesgos geológicos.
 Determinar las propiedades geotécnicas necesarias para el diseño y construcción
de las estructuras.
Las investigaciones geotécnicas deben ir en consonancia con las distintas fases de un
proyecto:
 Estudios previos: definición conceptual del proyecto, estudios informativos y de
viabilidad.
 Anteproyecto: selección de emplazamientos y trazados, estudios de soluciones y
estimación aproximada de costes.
 Proyecto: definición detallada de soluciones. Diseño, presupuesto, plazos y pliego
de condiciones.
 Construcción: verificación el proyecto, control en obra del terreno y tratamientos
de mejora del mismo.
 Explotación: auscultación y control de la interacción terreno-estructura. Estas
fases se desarrollan en etapas cronológicas diferenciadas, y permiten programar las
investigaciones con una secuencia de trabajos cuya intensidad y detalle en la obtención
de datos debe ser creciente y complementaria con la fase anterior.

TIPOS DE EXPLORACIÓN.
Se han desarrollado muchas técnicas de exploración diferentes, algunas son apropiadas
para una gran variedad de condiciones, mientras que otras están limitadas a casos
especiales.
1. Calicatas o pozos de cielo abierto.
Son simples pozos cavados a pico y pala, cuyo ancho oscila entre 0,80 a 7,00 metros. Se
sueles excavar escalonados o con área constante en toda su profundidad.
Estos escalones sirven para determinar densidades naturales.
La profundidad de excavación está limitada por la presencia del nivel freático (por debajo
de él no se puede continuar). La
segunda limitación es el tipo de suelo a excavar, en arenas secas es muy difícil pasar los
2 metros, en gravas con algo de finos se puede llegar hasta los 15 a 20 metros, en
material cohesivo se pueden superar los 20 metros. Se puede llegar a mayores
profundidades que las citadas anteriormente entibando las paredes del pozo, pero resulta
muy oneroso.
La ventaja de este método es que se puede hacer una inspección directa del suelo y
detectar el cambio de los distintos estratos midiendo sus profundidades.
La exploración de suelo por calicatas se indica en la siguiente ficha:

2. Sondeo con barrena.


Es la herramienta más simple para hacer una perforación de poca profundidad. Se
obtienen muestras de material del suelo en condiciones de gran alteración. Las más
común son:
 La helicoidal: perfora sin interrupción y las espiras traen el suelo a la superficie,
generalmente usada en arenas.
 La vizcachera (australiana): el suelo debe tener algo de arcilla.
Tienen en su extremo una rosca para poder ir adosando barras a medida que se
perfora, en superficie se coloca un mango para poder hacerlas girar a mano. Se
las usa hasta los 4 a 6 metros de profundidad, excepcionalmente hasta los 8
metros. No se pueden recuperar muestras por debajo del nivel freático. Sirven
para suelos más finos que arenas gruesas y gravillas.

SONDEO HELICOIDAL y CUCHARA DE EXTRACCION PARA SONDEOS A


PERCUSION.
En arenas gruesas y gravas ubicadas por debajo del nivel freático se usan cucharas
especiales, se obtiene una seudosuspencion parcial de suelo y agua. En este caso la
muestra es muy alterada.

1. Perforaciones.
 Inyección de agua.
El suelo se perfora combinando la inyección de agua con el corte, usando un trépano en
forma de cincel unido a una barra de sondeo hueca. El agua se bombea a través de la
barra y del trépano para aflojar el suelo y arrastrar a la superficie del terreno los detritos
de suelo que fueron cortados. Los detritos se recobran en un sumidero. Estos fragmentos
son una mezcla de los estratos perforados y dan solo una idea de la naturaleza de los
materiales penetrados.
 Inyección con lodo bentonítico.
En los suelos firmes la perforación se mantiene abierta por acción de efecto de arco del
suelo, pero en arcillas blandas y arenas debajo del nivel freático la perforación no se
mantiene. En este caso, se rellena el hueco con un fluido viscoso, mezcla de bentonita y
agua. Este lodo forma una delgada capa de material cohesivo en las paredes de la
perforación, que impide su derrumbe en aquellas partes que atraviesa suelo con poca o
ninguna cohesión. Además, sirve para mantener limpio el fondo pues saca al exterior la
arena y grava que tienden a acumularse, y sirve como liquido circulante en los sondeos por
inyección y rotatorios.
Otra forma de mantener las paredes es hincando un tubo de acero (tubo de entibación o
“camisa”) de un diámetro un poco mayor que las herramientas a introducir.
a) Perforación rotativa.
Sirve para suelos muy duros (suelo muy compacto, boleo o roca). Las características
esenciales son similares al método anterior, excepto que la barra de perforación y el
trépano se hacen girar mecánicamente a medida que el pozo avanza. El trépano tiene en
su extremo inferior diamantes negros que permiten perforar la roca. Se define una
relación de recuperación RCD: es la razón de la longitud de secciones mayores de 10 cm
respecto a la longitud total perforada.

CORONA
ENSAYOS IN SITU
Los ensayos in situ tienen gran importancia para la determinación de las propiedades
geotécnicas de los materiales. A partir de ellos se miden los parámetros que determinan el
comportamiento geo mecánico del terreno, como la resistencia, deformabilidad,
permeabilidad, etc.

La principal ventaja de los ensayos in situ es que son más representativos que los ensayos
de laboratorio con respecto a las condiciones del terreno en el que se va a construir la obra o
estructura, al involucrar un volumen considerablemente mayor de material y estar éste en
condiciones naturales. Sin embargo, la escala de los ensayos in situ no alcanza a representar
todo el conjunto de macizos rocoso o suelo, lo que debe tenerse en cuenta para su
interpretación y extrapolación de resultados.

a) Ensayo de penetración normal. (SPT)

Fundamentos.
Consiste básicamente en contar el número de golpes (N) que se necesitan para introducir
dentro de un estrato de suelo, un toma-muestras (cuchara partida) de
30 cm de largo, a diferentes profundidades (generalmente con variación de metro en metro).
Él toma-muestras es golpeado bajo energía constante, con una maza en caída libre de 33,5
kg y una altura de caída de 76,2 cm.
Este ensayo se realiza en depósitos de suelo arenoso y de arcilla blanda; no es
recomendable llevarlo a cabo en depósitos de grava, roca o arcilla consolidada, debido a los
daños que podría sufrir el equipo de perforación al introducirlo dentro de dichos estratos.

Equipo.
Pesa de 33,5 kg con una altura de caída de 76,2 cm.
Barras y brazos de perforación.
Muestrador o tubo partido con las siguientes dimensiones:
Largo: 50 cm.
Diámetro exterior: 51 mm.
Diámetro interior: 35 mm.
Peso total: 70 N.
Trípode de carga.
Flexómetro.
Parafina sellante.
Fundas de plástico.
Tarjetas de identificación.
Metodología.

El ensayo se ejecuta de la siguiente manera:


 En primer lugar, se realiza un sondeo hasta la profundidad establecida, y a
continuación se lleva al fondo de dicha perforación una cuchara normalizada que se
hinca 15 cm en la capa a reconocer, a fin de eliminar la zona superficial parcialmente
alterada.
 Se hace una señal sobre el varillaje y se cuenta el número de golpes
(N) necesario para hincar de nuevo la cuchara, la profundidad de 30 cm. La cuchara
se hinca en el terreno utilizando la maza dejándola caer de la altura indicada
anteriormente, esto equivale a un trabajo de 0,5 KJ por golpe, aproximadamente.
 El parámetro medido será: N = N1 + N2, siendo N1 corresponde a el número de
golpes necesarios para hundir él toma-muestras 15 cm y N2 es el número de golpes
que se necesita para hundir los 15 cm restantes del toma-muestras.
 Finalmente se abre la cuchara partida y se toma la muestra de su interior, para
realizar los ensayos correspondientes (Contenido de Humedad, Granulometría,
Límites de Consistencia, Peso Específico).
 Este ensayo se debe realizar máximo hasta los 50 golpes, ya que, después de este
límite, introducir el equipo de perforación dentro del estrato puede causar daños al
mismo. Cuando tenemos este caso, se dice que existe RECHAZO (roca o suelo muy
bueno).

Determinación.
A partir de N del ensayo S.P.T se puede determinar la Resistencia a la Penetración y la
Presión Admisible.

 RESISTENCIA A LA PENETRACION: Rp = N*4

 CARGA ADMISIBLE: σ = N/10

Otro parámetro que se puede determinar a partir de N obtenido y de la clasificación posterior


del suelo, es el Grado de Compacidad en caso de suelos arenosos y la Consistencia en caso
de suelos arcillosos, esto mediante tablas que relacionan los valores mencionados:
SUELO GRANULAR

SUELOS COHESIVOS.

b) Ensayo de la veleta.

Fundamentos.
Con mucha frecuencia los limos y las arcillas blandas y de consistencia media en condición
saturada, en especial las de origen aluvial o de aguas poco profundas presentan grandes
dificultades para el muestreo debido a la baja consistencia. La prueba de veleta de corte
diseñada solamente para medir la resistencia cortante in situ no drenado, cuando el suelo
está saturado.

Metodología.
Una veleta de cuatro aspas montada en el extremo de una varilla, se hinca en el suelo y se
hace girar a una velocidad constante de entre 6 y 12 grados/min hasta que se produce el
corte del cilindro de suelo contenido en las aspas. Se registra la torsión máxima necesaria
para permitir el corte rápido (medición de la resistencia en la condición no drenada).
Se recomienda que para suelos blandos (Cu< 0,5 kg/cm2), el tamaño del aspa sea de 7,50
cm de ancho y 15 cm de longitud. Para suelos un poco más resistentes (0,50 < Cu < 1,0
kg/cm2) el tamaño debe ser de 5 x 10 cm.
La varilla de la veleta y las extensiones se protegen con una camisa para evitar que se
adhiera al suelo durante la aplicación de la torsión. Dependiendo de la naturaleza del suelo,
las pruebas de veleta pueden efectuarse a profundidades hasta de 60 a 70 metros.
c) Prueba de Penetración Estática (CPT – CPTu).
El CPTu es un ensayo de penetración estática el cual
incorpora un sensor con capacidad para registrar la
presión de poro. Consiste en hincar a presión una barra
con una punta cónica en el terreno a velocidad constante
(2cm/s). Se mide el esfuerzo necesario para la
penetración de una punta, qc y la fricción fs que se
desarrolla en la superficie de una camisa colocada
inmediatamente después de la punta cónica (zona
sombreada).
Los suelos blandos (tanto granulares como cohesivos)
constituyen el campo de aplicabilidad optima de este
ensayo. Se debe evitar su aplicación en presencia de
Blos, ya que estos pueden conducir al rechazo del ensayo
o pueden ocasionar daños el equipo.
METODOS INDIRECTOS

 Métodos eléctricos.

Son aquellos que estudian la respuesta del terreno cuando se propagan a través de él
corrientes eléctricas continuas (DC). El parámetro físico que se controla es la resistividad ( ρ)
y la interpretación final se hace en función de las características geológicas de la zona en
que se aplican.
La resistividad es una propiedad intrínseca de las rocas y depende de la litología, estructura
interna y, sobre todo, de su contenido en agua, no siendo, por tanto, una propiedad isótropa
en la masa rocosa.
La fórmula de Archie relaciona la resistividad de la roca, 𝜌, la del agua contenida en los
poros, ρw, y la porosidad, :
𝜌 = 𝑎𝜑−𝑚𝑆−𝑛𝜌𝑤,
siendo S la saturación y los términos a, m, n coeficientes
experimentales. Es frecuente utilizar la fórmula de la siguiente
manera:
𝜌 = 𝜑𝑆−2𝜌𝑤,
La medida de las resistividades del subsuelo se lleva a cabo en
los siguientes pasos:
Introducción en el terreno de una corriente continua de
intensidad I, mediante dos electrodos, denominados A y B,
conectados a una fuente de energía.
Medida de la diferencia de potencial
ΔV, generada por el paso de una corriente, entre dos
electrodos denominados M y N.
Cálculo de la resistividad del espesor de terreno afectado por el
paso de la corriente.

La resistividad que se obtiene no corresponde a una unidad litológica concreta, sino que
define al conjunto de materiales afectados por el paso de corriente, y se denomina
resistividad aparente (ρa):

ΔV
ρa = K ( )
𝐼
donde K es la constante de configuración
geométrica del dispositivo en cada medida, que
depende de las distancias entre los electrodos
AM, MB, AN y NB. Modificando la configuración
de electrodos se obtienen múltiples posibilidades
de investigación. Lo más frecuente es
utilizar configuraciones normalizadas, siendo las
más comunes las denominadas “Schlumberger” y
“Wenner”. La primera es simétrica, con los
electrodos de potencial MN interiores y alineados
con los de corriente AB, y separación entre M-N
inferior a 1/5 de A-B. En la segunda la disposición
es igual, salvo que las distancias A-M, M-N y N-B
son iguales.
Los equipos a emplear consisten en una caja de baterías, electrodos de corriente y potencial,
cables de conexión y resistivímetros.

Los métodos más comunes son los sondeos eléctricos verticales y las calicatas
eléctricas.

 Sondeos eléctricos verticales (SEV).


Esta técnica consiste en separar sucesivamente los electrodos de corriente A y B del punto
central, siguiendo una línea recta, y medir la resistividad en cada disposición. La resistividad
aparente calculada será, por tanto, la correspondiente a mayores espesores según se van
separando los electrodos. Se emplea generalmente la configuración Schlumberger. El
resultado que se obtiene del SEV es la variación de la resistividad con la profundidad en el
punto central del perfil investigado. Las profundidades más habituales de investigación están
entre 0 y 200 metros.

 Calicatas eléctricas (CE).


Para su realización de adopta un dispositivo de tipo Wenner, donde las distancias entre
electrodos A-M, M-N y N-B son iguales, moviendo lateralmente el dispositivo a lo largo de un
perfil seleccionado. De esta manera se detectan las variaciones laterales de resistividad
aparente, a, a una profundidad aproximadamente constante. Las profundidades más
habituales de investigación están entre 0 y 50 metros.

 Métodos sísmicos.
Estudian la propagación en el terreno de ondas sísmicas producidas artificialmente,
estableciendo su relación con la configuración geológica del subsuelo. La velocidad de
propagación depende básicamente de las constantes elásticas y de la densidad del medio.
Los contactos entre los cuerpos geológicos con diferente velocidad de transmisión de las
ondas sísmicas, definen superficies de separación en las que las ondas sufren refracción,
reflexión o difracción (Ley de Snell).

La ingeniería geológica se emplea básicamente la sísmica de refracción, que estudia la


energía que vuelve a la superficie tras sufrir refracción total en superficies límite del subsuelo.
El modelo normal del subsuelo presenta velocidades crecientes en profundidad (suelo-roca
alterada-roca sana). Si bien hay excepciones donde se dan alternancias de niveles de
diferente competencia y velocidad de propagación de ondas.
 Sísmica de refracción.

Dentro de los métodos sísmicos es el más empleado. Consiste en la realización de perfiles


longitudinales instrumentados con sensores (geófonos), espaciados entre si una distancia
conocida y generalmente regular. La energía que libera el disparo, habitualmente mediante
golpeo con un martillo de 8 kg, llega a los sensores provocando una perturbación que se
registra en un sismógrafo. La longitud de los perfiles suele situarse entre 25 y 100 metros,
con separación entre geófonos que no suele exceder los 5 metros, con objeto de garantizar
el detalle de la investigación. Los puntos de golpeo suelen ser, como mínimo, tres en cada
perfil, situados al inicio, mitad y final de cada perfil. Si los perfiles exceden longitudes de 60
metros, el número de puntos de golpe es habitualmente de cinco.
La medida de los tiempos de llegada de las ondas elásticas a los geófonos proporciona el
valor de la velocidad de propagación y espesor de los distintos materiales atravesados.
Se mide el tiempo transcurrido entre el momento del disparo y la llegada de la primera
perturbación a cada geófono. Las primeras en llegar son las ondas directas; sin embargo, a
partir de un punto (distancia critica), llegan primero las ondas refractadas, es decir, las que
circulan por los niveles inferiores del subsuelo. La mayor distancia recorrida por estas ondas
es compensada por la mayor velocidad.
La dromocrona es la función lineal que relaciona el tiempo de llegada de la primera onda con
la distancia recorrida por la misma. A cada refractor
corresponde una dromocrona, y las características de dicha recta (pendiente y ordenada en
el origen) permiten calcular la velocidad del medio y la profundidad a la que se encuentra la
superficie de refracción. La recta que pasa por el origen corresponde a las llegadas de las
ondas directas.
La normal es que los refractores no sean planos y por tanto que los tiempos de llegada de la
señal desde el refractor no estén perfectamente alineados según una recta. Existen varias
formas de obtener la profundidad y velocidad bajo cada geófono, basadas en las
desviaciones de la recta teórica que se observan para los tiempos de llegada a un geófono,
cuando se mide el tiempo de ida y cuando la lectura es de vuelta.
La velocidad de transmisión de ondas sísmicas es un buen indicador de las características
geotécnicas de los materiales. Son comunes en la bibliografía las tablas de velocidades de
los diversos materiales rocosos, aunque se observa una importante dispersión en los valores
de velocidad debido a la variabilidad de la composición litológica o de la estructura interna, al
porcentaje de poros o vacuolas y a la saturación en agua. A medida que los materiales se
degradan y aumentan el grado de alteración, la velocidad disminuye.
El grado de alteración de las rocas condiciona de forma definitiva la velocidad de
propagación de ondas sísmicas; una roca sana como un granito puede presentar una
velocidad de 5000 m/s, mientras que si su alteración es intensa la velocidad puede bajar
hasta 1000 m/s o menos.
La sísmica de refracción se emplea en ingeniería geológica para la determinación de
espesores de recubrimientos, de la estructura del subsuelo, la ripabilidad de los materiales,
cubicación de áreas de préstamo, Etc.

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