Vous êtes sur la page 1sur 3

Universidad Externado de Colombia

Facultad de Comunicación social – periodismo


Johanna Valentina Guerrero Bautista
Pensamiento Económico

LOS OLVIDADOS DEL CONFLICTO

Se abren las puertas de bus, en su mente pasa una imagen de sus hijos, se arma de valor
y comienza su monologo a los ojos de los espectadores.

Manuel un campesino del Urabá, ubicado en el departamento de Antioquia, que se vio


forzado a salir de su propiedad en el año 2017 luego de que el grupo armado del ELN
hiciera una visita en su sector, pidiéndoles apoyó a la causa, lo que se traduce en dinero o
en uno de sus tres hijos para militar dentro de la guerrilla, al no poseer recursos económicos
ni estar dispuesto a entregar uno de sus hijos se vio en la obligación de huir, dejando lo
poco que tenía a su paso, solo conserva los recuerdos y la esperanza de volver.

El conflicto armado que ha vivido Colombia desde los últimos 50 años ha sido parcialmente
responsable de la pobreza que azota al país, en particular la población campesina. Que se
ha visto forzada a desplazarse de sus lugares de origen y acentuarse en nuevas locaciones
como las ciudades.

“Salimos corriendo, porque me iban a matar a mis tres hijos y a mí”.

Manuel llego a la capital del país, Bogotá, luego de un trayecto de tres días en donde en
compañía de sus hijos tuvieron que afrontar toda una travesía. Tomo un bus que lo llevo
hasta Al no tener dinero suficiente para comprar pasajes hasta la ciudad dependían de la
ayuda de las personas de buen corazón. Un compadre suyo del pueblo lo saco en la
madrugada en un furgón.

- Estuve a la expectativa de lo que pudiera pasar, el compadre nos llevaba escondidos


en la parte trasera del furgón. Fue hora y media de miedo latente, podrían
descubrirnos y yo no estaría contando la historia. Hasta que por fin llegamos a Don
Matías. Allá tuve que despedirme de mi compadre.

Don Matías, es un municipio colombiano ubicado en el departamento de Antioquia, que por


el momento se encontraba parcialmente fuera del control del ELN. Allí Manuel y sus tres
hijos estaban a la deriva, tuvieron que pasar la noche en el parque principal, esperando que
amaneciera para acercarse a la carretera más cercana y esperar que algún conductor de
un vehículo de carga los acercara, sin nada a cambio.

Colombia se posiciona como el primer país del mundo con el mayor número de desplazados
con una cifra histórica de 7,2 millones, según el Observatorio de Desplazamiento Interno del
Consejo Noruego para los Refugiados y del Observatorio de Desplazamiento Interno.
Este tipo de movilizaciones como resultado de la violencia configuró toda una realidad social
y económica en referencia al país, pérdida activos físicos (la tierra y las mejoras de los
predios); el acceso limitado a los mercados financieros; la depreciación del capital humano,
porqué como en el caso de Manuel sus habilidades son en el manejo de la tierra, que en
ciudades no es valorado adecuadamente por el contexto y el debilitamiento de sus
conexiones societales.

Al llegar a la ciudad se establecieron en el barrio Altos de Cazuca. Calles desoladas y


ambientadas con el peor de los olores que produce la ausencia total de sanidad. Casas que
parecen de mentiras, fabricadas con bolsas plásticas, tablas de las camas, y algunas tejas
de zinc.

- El ambiente inspiraba desolación y tristeza. Pero no teníamos más, no conocíamos


la ciudad, ni teníamos nadie que nos recibiera. Ahí por lo menos podíamos hacer un
ranchito en donde vivir.

Cazuca un barrio estrato uno, es el lugar que más desplazados alberga en el país, son
cerca de 17,000 que provienen del Cauca, Choco, Antioquia y el Magdalena medio. Queda
ubicado entre la localidad de Ciudad Bolívar y el casco urbano del municipio de Soacha. A
pesar de esto, ninguna autoridad gubernamental, ni policía, ni alcaldías, ni nadie tiene
control sobre la zona. Se presentan casos de sicariato, narcotráfico y pobreza extrema.
Cazuca, es territorio de nadie.

Desde que llego hace un año a la ciudad Manuel no ha podido conseguir un empleo estable,
por lo que ha tenido que recurrir a subirse al transporte publico y vender cualquier tipo de
dulces que le alcance ese día para comprar.

Se abren las puertas de bus, en su mente pasa una imagen de sus hijos, se arma de valor
y comienza su monologo a los ojos de los espectadores. Cuenta su historia, los rostros
incrédulos de los pasajeros lo escanean y con duda sobre la veracidad de su historia le
aportan cualquier moneda que se encuentren en su suéter.

- Lo que más me duele es ver como las personas a las que uno le cuenta la historia
creen que es mentira, que eso aquí en el país no pasa, que es en otra realidad. Pero
los que vivimos esto allá afuera en la calle somos muchos.

Invisibilizar al otro, forma de violencia que solemos aplicar muchas veces de una forma
mecánica. Sabiendo que está ahí, se les hace sentir como si no estuviera.

Esta situación acude a la premisa propuesta por Héctor Galindo, Jorge Restrepo y Fabio
Sánchez en su texto Conflicto y pobreza en Colombia, en donde hablan de la perpetuación
de la pobreza como fin de la violencia, siendo co-causales una de la otra. Haciendo
referencia también a (Ibáñez y Moya, 2009) “La población desplazada enfrenta dificultades
significativas para recuperarse de la pérdida de activos y salir de la pobreza y los mercados
laborales urbanos no han sido efectivos para absorber esta oferta laboral adicional”.
Sus dos hijos menores están inscritos en una institución educativa de Ciudad Bolívar, para
asistir al colegio deben caminar cerca de 4 kilómetros diarios, por medio de las trochas,
“aquí las personas casi no tienen para comer, mucho menos para el transporte”. Su hijo
mayor se encuentra detenido porque al verse en esa precaria situación recurrió a una
conducta delictiva y se hizo miembro de una BACRIM.

- Lo que más me duele es que en mi hogar lo teníamos todo, podíamos producir


nuestros propios alimentos, no éramos millonarios ni poseíamos mucho, pero con
lo poco que teníamos solíamos ser felices.

A pesar de que Colombia ha recortado la pobreza. Entre 2010 y 2017 la pobreza por
ingresos pasó de 37,2% a 26,9%, y la extrema bajó de 12,3% a 7,4% en el mismo periodo.
Según Jorge Restrepo, de la Universidad Javeriana y coautor del estudio "Conflicto y
pobreza en Colombia", ocho millones de víctimas, trajo a las ciudades a miles de "personas
que ya estaban en una peor situación de bienestar, generando verdaderos círculos de
miseria".

Teniendo en cuanta lo anterior, Eduardo Sarmiento, especializado en temas de equidad


dice que sin "planes más ambiciosos", la pobreza será "un factor permanente de violencia
e incluso de regreso a la guerra".

En conclusión, podemos ver reflejado en un caso que se multiplica en cada sector del país
como el conflicto tiende a afectar desproporcionadamente a los pobres y la pobreza a su
vez, alimenta el conflicto en la medida en que las menores oportunidades para los más
pobres los llevan a asumir conductas de mayor riesgo, siendo además el mismo estado la
institución menos adecuada y capacitada para resolver las disputas de manera pacífica.

Vous aimerez peut-être aussi