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Heinz Von Foerster - "Visión


y conocimiento:
Disfunciones de segundo
orden" - Psicología y
Comunicación - Cátedra:
Lutzky

noviembre 17, 2014

H
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einz Von Foerster: " Visión y conocimiento:

disfunciones de segundo orden"
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Ciencias de la Comunicación
El autor revé ¡deas de Gregory Bateson con respecto a sus
FSOC
formulaciones de un punto fundamental, esos conceptos Psicología y Comunicación - Lutzky

UBA
"de

segundo orden" que con frecuencia aparecen en sus
trabajos.

Von Foerster se centra en dos conceptos que son, por un

lado, el "ver" que equivale a alcanzar la comprensión de
algo

utilizando todas las explicaciones, metáforas, parábolas,
etc. con que contamos, y, por el otro, la "ética" que no

puede
expresarse con palabras. Estos dos conceptos se conectan.
Esto es lo que lleva al autor a titular el texto de esta forma:
"disfuniones de segundo orden".

El autor explica el "punto ciego" filosóficamente. Es realidad

este término hace referencia a un fenómeno de la vista y del
ojo

que hace que dejemos de ver determinados objetos. Esto
tiene que ver con la forma y el lugar donde se refleja la luz

que
entra al ojo y nos permite formar los objetos en la retina.

Si uno mira a su alrededor en todas direcciones con un ojo,

luego con los dos, luego con el izquierdo, luego con el

derecho,
va siempre un campo visual sin solución de continuidad, sin

interrupciones. No se ven "puntos ciegos" que recorran el

campo visual. Wo advertimos que estamos parcialmente

ciegos. No vemos que no vemos. Esta explicación introduce
la

disfunción de segundo orden en el dominio cognitivo.

En la lógica ortodoxa, una doble negación produce una
afirmación; en cambio, es evidente que una disfunción

perceptual

como la ceguera de la ceguera no nos otorgará la visión.

Por lo tanto no se produce el mismo efecto en ambas
lógicas.

Este campo de la lógica, ligado a los conceptos de segundo

orden, versa sobre aquellos conceptos que pueden ser

aplicados a si mismos. Una teoría tiene que dar cuenta de
sí misma, de lo contrario surgen problemas con los tópicos

que

tienen que aplicarse recursivamente, a sí mismos. Nos

encontramos así, con dificultades lógicas graves. Para
comprender

dicha dificultad hay que examinar dos cuestiones: el

lenguaje que empleamos y el concepto sobre qué es la
realidad.
Los peligros del lenguaje

El lenguaje es esencialmente connotativo. Cuando yo digo

"silla", evoco en todos los demás el concepto que tienen de

silla y no una silla en particular. Por otro lado, está la
limitación propia de las lenguas indoeuropeas con respecto

a la posibilidad de sustantivar (nominalizar), es decir, la

posibilidad de convertir un verbo en un nombre o sustantivo.

Muchas de nuestras dificultades para comprender se deben
a que constantemente tratamos con objetos que, en

realidad, son procesos. La sustantivación es muy útil porque

permite localizar las funciones. Esta se cuela muy a

menudo en nuestros argumentos. Resulta muy difícil captar
el concepto mismo de proceso cuando éste desaparece y

se pierde entre las cosas. El autor realiza una crítica al

concepto de nominalización. Una de las consecuencias de

esta es que el conocimiento se transforma en un mercancía:
la información puede comprarse como cualquier otra

materia prima.

Los peligros de la "realidad"

El autor problematiza la noción de realidad, que proviene de

una interpretación errónea y consolidada a través del

tiempo,

sobre un diálogo entre Sócrates y Glauco.

En "La Alegoría de la Gavera" Sócrates explica a Glauco

que los hombres viven en una caverna subterránea,

encadenados

y viendo tan sólo las sombras, que representan figuras de

hombres, animales y otras formas.

Según von Foerster, muchos se quedan con la visión de
Platón de la realidad como sombra, pero esto no acaba ahí.

Luego

explica que pasaría si se saca a un hombre de la caverna,
acostumbra su vista a la luz del Sol y así ve los objetos de

la

región superior. Luego de contemplar el Sol, reflexionará

sobre éste y concluirá que lo gobierna todo en el mundo
visible y

que es la causa de lo que veía en la caverna.

Von Foerster concluye que tendríamos así diferentes

realidades de diferentes realidades, por lo que se pierde el

sentido de

describir "la realidad".

Luego llegamos al punto al que Sócrates, o Platón querían

arribar: sí el hombre que ha estado en la superficie, al

retornar a

la caverna, diera a los demás su opinión sobre las sombras,

éstos lo mataría.

Lo que Sócrates quiso decir es que el que ve las cosas de

un modo distinto al que las ven los demás, iría a parar a un
hospital psiquiátrico.

La metáfora de la caverna nos muestra que hay niveles

sobre niveles de "realidad".

La invención de la realidad

El lenguaje y la realidad están íntimamente conectados. Si

bien suele sostenerse que el lenguaje es la representación

del

mundo, el autor plantea que el mundo es una imagen del

lenguaje. El lenguaje viene primero, el mundo es una

consecuencia de él.

Von Foerster cita un metálogo de Gregory Bateson, en el
que se ocupa del concepto de explicación y la distinción

entre

invención y descrubrimiento.
El metálogo comienza con una hija preguntando a su padre

"¿Qué es un instinto?" éste contesta que un instinto es un

principio explicativo, y dice que explica todo lo que uno

quiera explicar. Al ir explicando cosas a su hija, entre éstas
lo que es

una hipótesis, el padre permanece dentro del dominio

lingüístico y dentro de la descripción no hace referencia a

nada más

allá del lenguaje. El padre termina concluyendo con que las

hipótesis "se componen como los cuentos" y la niña

pregunta sí

Newton no descubrió la gravedad, a lo que su padre
contesta que no, que la inventó.

Von Foerster concluye que si uno inventa algo, es el

lenguaje el que crea el mundo. Si en cambio uno piensa

que ha

descubierto algo, el lenguaje no es más q una imagen, una

representación del mundo.

Una versión moderna de la caverna de Platón

Aquí von Foerster cuenta de un relato que le dejaron como

posible continuación de la metáfora de la caverna. Los

hombres estaban encadenados, pero de manera muy

confortable a un sillón contemplando en una pantalla las
sombras, y los hombres anhelaban convertirse en éstas.

Uno de ellos se levantó y se sacó las cadenas, los demás

desaprobaron su actitud, ya que no entendían como seguía

tratando de mirar afuera y de ver lo que alguna vez se llamó

la realidad verdadera.

Tres ejemplos

El primer ejemplo se refiere a las explicaciones. Cuenta la

visita que realiza Castañeda a la selva mexicana,
acompañado

por un brujo. Éste le muestra cosas a Castañeda, que

nunca ve nada. La solución que da el brujo es la siguiente:

"tu no

puedes ver lo que no puedes explicar. Trata de olvidarte de
tus explicaciones y comenzarás a ver".

El segundo ejemplo está tomado de la clínica. Durante la

Primera Guerra Mundial los soldados sufrían graves

lesiones

cerebrales. El proyectil perforaba el cráneo y salía por el

otro lado, dejando un agujero en el cerebro. Luego de unos

meses

de ser dados de alta, algunos soldados padecían de

disfunción motriz: no podían caminar bien, usar las manos

como

correspondía, etc. Cuando los médicos estudiaron las
disfunciones no encontraron nada anormal, todo parecía

estar en

orden.

Un médico mostró a un paciente un atado de cigarrillos y le

ofreció uno. El paciente no entendía, solo comprendió

cuando el

médico sacó uno de los cigarrillos y se lo acercó. Ahí el

soldado respondió afirmativamente a la pregunta. De esta

forma, el

médico advirtió que el paciente tenía un problema de visión.

Esta persona tenía un punto ciego casi tan extenso como el

total de la retina. Prácticamente no veía, y al mismo tiempo

no veía que no veía.

La solución fue cubrir los ojos del soldado con una venda,

de modo que no recibiera ningún indicador visual. Si uno

está

vendado, gracias a su sistema propioceptivo, conoce

exactamente la posición de su cuerpo. El paciente no veía

sus propios

miembros al moverse, por lo que había perdido el control
sobre éstos y no podía desplazarlos. Cuando lo vendaron,

su

sistema propioceptivo recobró la fuerza y puedo volver a

caminar y trasladarse a todas partes. Al sacarle la venda,

pudo

caminar ya que se había disociado de la necesidad de

controlar sus movimientos con la vista.

El tercer ejemplo: Peter, uno de sus alumnos que padecía
ceguera congénita, iba frecuentemente a su oficina a

informarle cómo iba su trabajo. Cada vez que lo hacía

señalaba directamente al pizarrón ubicado detrás de su

escritorio. Esto era porque detrás de esa pared estaba la

oficina de Peter. Como él era ciego, podía ver a través de la

pared, mientras que los que tenemos visión no podemos

hacerlo. Este es un ejemplo de percepción a través de un

circuito sensorio motor.

No lo veo si no lo creo

Partiendo de un experimento realizado por el profesor

Oakland, Heinz von Foerster demuestra cómo un gato

expuesto a un determinado estímulo sonoro sólo empieza a

oírlo cuando sabe lo que ese tono significa. Antes de saber
lo que significa, si bien se emite el tono, el gato no lo

escucha. Así concluye que uno debe comprender lo que ve,

o de lo contrario no lo ve. Uno debe creer para ver. 

Análogamente, la manera de describir aquello que sucede

puede inhibir o facilitar su percepción.

Por ejemplo: si se realiza una operación cualquiera y se la

repite una y otra vez, se obtiene un concepto de segundo

orden: se habrá realizado la operación sobre la operación.

En el sistema sensorio motor, cuando uno mueve la mano,

a través de la retina uno puede observar sus cambios y

estos son de inmediato realimentados dentro del sistema

por vía de los receptores, volviendo asi al sistema motor.

Pero hay un segundo circuito o "cierre" (el que afecta a las
sinapsis mediante las hormonas que segrega la hipófisis).
Una de las consecuencias que trae este "cierre" es que

deslice la noción de propiedades de un objeto al

observador, (por ej. si se muestra una fotografía y a alguien

le parece obscena, esto nos dice mucho sobre la persona y

poco sobre la fotografía).

/.Seres humanos o devenires humanos?

A raíz del aspecto denotativo del lenguaje, muchas veces

buscamos las propiedades de la realidad "afuera" y no

dentro de nosotros. Esto genera cierta complacencia. Por

ejemplo, al referirnos a nosotros mismos hablamos de seres

humanos. Como somos seres humanos que somos y no

que devenimos, nada puede sucedemos. Foerster propone
abandonar esta autocomplacencia y convertirnos en

devenires humanos. La única forma de vernos a nosotros

mismos, seria entonces vernos a través de los ojos de los

demás.

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