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INDICE

TALLER DE SUELOS

GUÍA DEL PROFESOR.

Contenidos generales.................................................................................... 3

Nivel para el que está dirigido........................................................................ 3

Contenidos del currículo relacionados........................................................... 3

Objetivos ....................................................................................................... 4

Preparación y desarrollo de la actividad........................................................ 5

Marco teórico: introducción............................................................................ 6

Determinación en el Jardín Botánico de las características de los suelos ... 17

Prácticas a realizar en el laboratorio ............................................................ 20

Actividades a desarrollar en casa ................................................................ 29

Bibliografía ................................................................................................... 31

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TALLER DE SUELOS

GUÍA PARA EL PROFESOR

CONTENIDOS GENERALES.
En este taller abordaremos el estudio de los suelos, desde un punto de vista
práctico y desde diferentes perspectivas, que pueden realizarse con porciones de
suelos, conduciendo a algunas conclusiones básicas sobre edafología. No
obstante lo más importante no son los resultados obtenidos sino el bagaje
manipulativo que pueden adquirir los alumnos que las concluyan. El papel e
importancia de los suelos en los ecosistemas, usos por parte del hombre y
problemas de conservación. Todos estos aspectos se tratarán tomando como
referencia los diferentes suelos del Jardín Botánico "Manuel Guillem", del lEES
nuestra Señora del Pilar (Tetuán).

NIVEL PARA EL QUE ESTÁ DIRIGIDO:


Alumnos de 1º de Bachillerato de la materia "Biología y Geología"
Alumnos de 2º de Bachillerato de la materia “Ciencias de la Tierra y
medioambiente”

CONTENIDOS DEL CURRÍCULO CON LOS QUE ESTÁ RELACIONADO EL


TALLER (Orden ESD/1729/2008, de 11 de junio, BOE de 18 de junio, por la que
se regula la ordenación y se establece el currículo de Bachillerato):

Biología y Geología. 1º de Bachillerato.


Bloque 3. Alteración de las rocas y meteorización. Formación del suelo. La
importancia de su conservación.

Ciencias de la Tierra y medioambiente. 2º de Bachillerato


Bloque 5. El suelo como interfase. Composición, estructura y textura. Los
procesos edáficos. Tipos de suelos. Reconocimiento experimental de los
horizontes del suelo. Suelo, agricultura y alimentación. Erosión, contaminación y
degradación de suelos. Desertización. Valoración de la importancia del suelo y los
problemas asociados a la desertización.

POSIBLES ADAPTACIONES A OTROS NIVELES O GRUPOS DE ALUMNOS:


(Orden ECI/2220/2007, de 12 de julio, BOE de 21 de julio, por la que se establece
el currículo y se regula la ordenación de la Educación secundaria obligatoria)
Los contenidos abordados en las actividades de este taller permiten, con ligeras
modificaciones de diseño o de grado de profundidad, el llevar a cabo fáciles
adaptaciones a niveles educativos correspondientes a la etapa de la ESO. A
continuación, se resumen los contenidos del currículo de la ESO en el área de las
Ciencias Naturales que más directamente se relacionan con los contenidos
tratados en el taller:

2º ESO Ciencias de la Naturaleza:


Bloque 6. Biosfera, exosfera y ecosistema. Ecosistemas terrestres: los principales
biomas. Realización de indagaciones sencillas sobre algún ecosistema del entorno
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próximo. El problema de la degradación de los ecosistemas y la necesidad de su
preservación. Desarrollo de actitudes de respeto y sensibilidad hacia el medio
ambiente.

4º ESO Biología y Geología.


Bloque 1. Búsqueda y selección de información de carácter científico, utilizando
diversas fuentes de información.
Bloque 4. Las transformaciones en los ecosistemas. La dinámica de los
ecosistemas. Cuidado y respeto en la protección del medio natural. Las
sucesiones ecológicas. La formación y la destrucción de suelos. Impacto de los
incendios forestales e importancia de su prevención.

Por último, comentar que el taller contribuye de forma directa a la adquisición de


las siguientes competencias básicas:

§ Competencia en el conocimiento y la interacción con el mundo físico


§ Tratamiento de la información y competencia digital
§ Competencia matemática
§ Competencia para aprender a aprender
§ Autonomía e iniciativa personal

OBJETIVOS:

§ Fomentar actitudes propias del trabajo científico, como son la observación,


toma de datos y tratamiento riguroso de los mismos.
§ Aprender a manejar herramientas y procedimientos habituales en Biología y
Geología, el uso del microscopio, de la lupa binocular.
§ Comprender y expresar mensajes con contenido científico utilizando el
lenguaje oral y escrito con propiedad, interpretar diagramas, gráficas, tablas
y expresiones matemáticas elementales, así como comunicar a otros,
argumentaciones y explicaciones en el ámbito de la ciencia.
§ Obtener información sobre temas científicos, utilizando distintas fuentes,
incluidas las tecnologías de la información y la comunicación, y emplearla,
valorando su contenido, para fundamentar y orientar trabajos sobre temas
científicos.
§ Comprender los procesos de formación de un suelo, identificar y ubicar los
principales tipos de suelo y justificar la importancia de su conservación.
§ Comprender la influencia de factores como el tipo de precipitación, el
relieve, la litología, la cobertura vegetal o la acción humana en la formación
del suelo.
§ Conocer los tipos de suelo más importantes y su ubicación así como
algunas medidas de protección de los suelos para evitar la desertización.

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PREPARACIÓN Y DESARROLLO DE LA ACTIVIDAD

FASES DE DESARROLLO DEL TALLER:

a) Inicial en el Aula:

§ Introducción al marco teórico de los suelos, formación, características


principales e importancia en los ecosistemas.
§ Explicación de las actividades a realizar, especialmente en el Jardín,
motivación y métodos de estudio a seguir.
§ Explicación y recordatorio de las normas a seguir en el Jardín.
§ Propiedades de los suelos, estructura y clasificaciones.
§ Realización de las actividades previas descritas en las fichas del alumno.

b) En el Jardín Botánico:

§ Observación "in situ" de varios tipos de suelos que servirán como iniciación
a su reconocimiento para posteriores excursiones.
§ Realización de las actividades previstas en las fichas del alumno (medición
de los diferentes horizontes, temperatura y obtención de muestras para su
análisis en el laboratorio.

c) En el Laboratorio:

§ Observación al microscopio y lupa binocular de los diferentes componentes


del suelo.
§ Observación de fauna hipogea.
§ Análisis granulométrico del suelo.
§ Determinación de la porosidad, densidad, pH y humedad del suelo.
§ Determinación de la materia orgánica presente en el suelo.
§ Determinación de carbonatos.

d) En casa:

§ Realización de las actividades de búsqueda, análisis y síntesis de


información propuestas en las fichas del alumno.
§ Realización de un trabajo monográfico sobre los suelos más
representativos del norte de África.

e) Actividades complementarias al taller:

§ Excursión didáctica por diferentes ecosistemas del norte de Marruecos.

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MARCO TEÓRICO: INTRODUCCIÓN
Simplificando en extremo, podemos definir el suelo como “todo terreno apto para
el cultivo o la vegetación”. Claro está que, para ser favorable al asiento vegetal, las
condiciones que debe reunir son las que proporcionan los llamados procesos
edafogénicos, cuyo punto de partida son los de la meteorización. Entres estas
condiciones, podemos incluir:
* Una disminución del tamaño de grano de las partículas, para que no
obstaculicen el crecimiento de las raíces vegetales, que a su vez acentuarán esa
fragmentación a medida que el vegetal crece.
* Una mineralogía que suponga un abastecimiento de elementos indispensables
para el desarrollo vegetal.
* Una textura con la suficiente porosidad para albergar el agua necesaria para las
funciones vegetales.
Entre todas estas condiciones existen relaciones biunívocas, ya que la absorción
de sustancias está condicionada a su vez por la mayor superficie que supone un
menor tamaño de los granos. Pero a su vez, si éstos son demasiado finos, la
porosidad disminuye y, por tanto, la capacidad de retención de agua, provocando
una superficie impermeable que se encharcaría con facilidad.
En consecuencia, la calidad de un suelo, la mejor o peor oferta para el asiento de
los vegetales, es el resultado de un conjunto de condiciones muy imbricadas que
comienzan con el tipo de roca originaria y el tipo e intensidad de la meteorización
a la que se ha visto sometido.
Desde el punto de vista de la ecología, el suelo tiene entidad propia, no sólo como
pilar de los ecosistemas por ser el asiento a los productores, los vegetales, sino
también porque en sí mismo se puede considerar ya un ecosistema, con sus
componentes físico-químicos y bióticos.

FACTORES EDAFOGÉNICOS.

Aunque en buena parte pueden ser descritos desde la óptica de la meteorización,


hagamos una sinopsis desde el punto de vista exclusivo de la formación del suelo,
de su adecuación al asiento de los vegetales. Para un mejor estudio sistemático
podemos subdividirlos en factores abióticos y factores bióticos.

Factores abióticos: Incluyen la naturaleza de la roca madre, la topografía, el


factor tiempo y los factores climáticos.
La roca madre interviene en cuanto a su composición mineralógica. Habrá suelos
calizos, dolomíticos, silíceos. etc. Su textura y cohesión influirán en la facilidad de
disgregación y, por tanto, en la granulometría final.
La roca disgregada que constituye un determinado suelo, puede estar en el mismo
lugar que donde se originó, o haber sido transportada por agentes geológicos
externos, viento o ríos, desde su lugar de origen. En cada caso, utilizaremos los
términos autóctonos y alóctonos que suelen utilizarse en geología para

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referirnos a materiales que se encuentren donde se han originado o que han sido
desplazados, respectivamente.
La topografía y la orientación geográfica influyen tanto en lo que se refiere a la
capacidad de retención de agua como al tiempo de exposición solar, que ser
relaciona con la pérdida de agua por evaporación. Las superficies inclinadas
supondrán mayor escorrentía y, en consecuencia, menor posibilidad de absorción.
La orientación geográfica es un factor importante desde el punto de vista de
suelos inclinados mucho o poco, ya que una orientación al norte, en el hemisferio
norte claro, traerá consigo una menor evaporación al ser menos el tiempo de
exposición al sol, y una mayor oblicuidad de sus radiaciones, por tanto menos
energéticas. Una orientación al sur supone los efectos contrarios.
El factor tiempo es fundamental, pero no de igual aplicación para los diferentes
suelos. En general, a más tiempo de actuación de los demás factores, más
desarrollo del suelo. Pero un suelo alóctono, será de desarrollo mas rápido que
uno autóctono al haber partido de una disgregación mecánica provocada por una
anterior erosión y transporte. Los suelos de llanuras de inundación de los ríos son
relativamente jóvenes, al partir de sedimentos poco coherentes y con un grado de
fragmentación que supone un avance en el inicio edafogénico.
Los factores climáticos, que en suma son los que controlan la meteorización.
Incluyen la temperatura, que actúa en proporción directa: a mayor temperatura,
mayor meteorización
En ocasiones, cuando el agua sufre hielo-deshielo, producen fenómenos de
crioturbación, consistente en un aumento de volumen del agua que empapa a los
materiales, en este caso no compactados, materiales muy margosos o con gran
cantidad de arcillas, que al verse afectados reiteradamente por esta acción,
terminan por adquirir un estado especial de esponjosidad, llamándosele por lo
blando moIlisuelo. En invierno, o en condiciones muy frías, puede quedar
congelado, al menos en los niveles más inferiores, llamándosele al suelo helado
permafrost o pergellisuelo.
En un clima enérgico en cuanto a las condiciones de temperatura y de humedad
(intertropical), los minerales de la arcilla continúan siendo afectados por los
procesos de meteorización, dando como producto final los suelos bauxíticos, de
color rojizo por el óxido de Fe, ya que la bauxita pura es blanca.
De la misma forma, puede tener importancia el viento, pero siempre que no
encuentre obstáculos. La vegetación protege al suelo de este factor, ya que el
viento supone un incremento de la evaporación, un arrastre de partículas, y en
suma una desaparición del suelo (desertización).
Por último, en esta síntesis climática, hay que tener en cuenta el equilibrio entre
las lluvias y la evaporación; un exceso de las lluvias implica un lavado o lixiviado,
lo que supone la pérdida de sustancias arrastradas en disolución o coloides
empobreciendo al suelo en determinados componentes. Por su parte, un exceso
de evaporación provoca movimientos ascensionales de las sales disueltas por
capilaridad, formando los caliches. Recordemos que la meteorización en climas
muy agresivos en cuanto a humedad y temperatura, genera suelos enriquecidos
en hidróxidos y óxidos de Al y Fe. Se les pueden llamar por este enriquecimiento

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relacionado con un gran lavado, pedalfer y los enriquecidos en carbonatos,
generalmente por la evaporación, pedocal.

Factores bióticos: Los seres vivos actúan desde dos frentes. El primero deriva
de su propia presencia y de la actividad mecánica que desarrollan, factores que
intervendrían disgregando y removiendo las partículas, así como favoreciendo
además la porosidad, la aireación y el transporte de materia horizontal y
verticalmente.
El segundo frente en el que actúan los seres vivos está relacionado con el aporte
de humedad, CO2 y otros productos de su metabolismo (compuestos
nitrogenados, etc.) así como de las sustancias provenientes de su descomposición
al morir; de especial importancia para la síntesis de hormonas para el crecimiento
vegetal, formación de hojas, floración, etc. Este conjunto de sustancias se reúnen
bajo el término genérico de humus. Los seres vivos pioneros en la integración en
un suelo son las bacterias, los hongos y los líquenes, seguidos de pequeños
invertebrados, gusanos nematodos, artrópodos y ciertos ácaros. En suelos
desarrollados encontraremos lombrices, hormigas, organismos excavadores como
el alacrán cebollero o los topos, así como una vegetación asentada que lleva a
cabo acciones tanto mecánicas (raíces), como químicas por sus relaciones con los
componentes del suelo e integración de estructuras en putrefacción, entre otras.
El porte – herbáceo, arbustivo o arbóreo - de la vegetación espontánea
predominante depende a su vez de muchos factores. Es arriesgado, por lo tanto,
establecer a este respecto normas genéricas. En cualquier caso, en nuestro
dominio climático, las formas arbóreas se asientan por lo general mejor en suelos
tipo pedalfer, mientras que los herbáceos en los de tipo pedocal. Esto explicaría,
entre otras circunstancias, la abundancia relativa de la vegetación de porte más
humilde en zonas áridas y semiáridas, mientras que las especies arbustivas y
arbóreas proliferarían en zonas de mayor pluviometría, en correspondencia con
cada tipo de suelo.

COMPOSICIÓN, ESTRUCTURA Y PERFIL DEL SUELO.

Composición del suelo: Podemos considerar los componentes del suelo como
pertenecientes a dos grandes subtipos: inorgánicos y orgánicos.
En los inorgánicos, cabe diferenciar por un lado el agua, como base de coloides y
disoluciones y, por otro, la fracción mineral compuesta por sílice (también
conocida como fracción arena), las arcillas (fracción arcillosa) y los carbonatos
(fracción carbonatada); Además, otros compuestos como sulfuros, nitratos, etc.
pueden estar o no presentes y en proporciones muy diversas, al igual que ocurre
con el contenido en gases.
Conocer la granulometría es esencial para cualquier estudio del suelo. Existen, no
obstante, muchas clasificaciones en función del tamaño de las partículas
constituyentes del suelo. Básicamente todas ellas aceptan los términos de grava,
arena, limo y arcilla, pero difieren en los valores de los límites establecidos para
definir cada clase. De todas estas escalas granulométricas, son la de Atterberg o
Internacional (llamada así por haber sido aceptada por la Sociedad Internacional

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de la Ciencia del Suelo) y la americana del USDA (Departamento de Agricultura de
los Estados Unidos) las más ampliamente utilizadas.

Sistema Internacional USDA


piedra >20 mm piedra >20 mm
grava 20-2 mm grava 20-2 mm
arena gruesa 2-0,2 mm arena muy gruesa 2-1 mm
arena gruesa 1-05 mm
arena fina 0,2-0,02 mm arena media 0,5-0,25 mm
arena fina 0,25-0,1 mm
arena muy fina 0,1-0,05 mm
limo 0,02-0,002 mm limo 0,05-0,002 mm
arcilla <0,002 mm arcilla <0,002 mm

Los componentes orgánicos del suelo se reúnen bajo el término ya citado de


humus, procedente de la actividad de los seres vivos, en especial en putrefacción
tanto del cadáver completo, como de restos de ramas, hojas, excrementos... Este
humus recién formado, conocido coloquialmente como mantillo, es el llamado
humus joven o humus bruto.
Cuando las bacterias saprógenas actúan sobre el humus joven, su composición
química varía, al producirse ácidos húmicos y ácidos fúlvicos, junto con
metano, amoníaco, sulfuros metálicos amorfos (todos de color negro), que
contribuyen a la acidez del suelo disminuyendo su pH, y aportándole
paralelamente un color negruzco. Así se forma el llamado humus elaborado.
El humus tiene también cierta función mecánica, ya que proporciona a los suelos
poco coherentes y demasiado sueltos cierta compacidad, mientras que a los
demasiado compactos les confiere ligereza y un grado de porosidad óptimo.
La cantidad de materia orgánica en tierras de labor puede variar entre un 1 y 15%,
siendo lo mas frecuente el intervalo del 3 al 4%.
En agricultura, se llama tierra franca a la que tiene los componentes en
porcentajes estimados como idóneos: fracción arenosa 60 %; fracción arcillosa
15%; fracción carbonatos 15% y humus 10%.
La composición real de un suelo determinado no suele corresponderse con estos
valores ideales, donde no están contemplados otros componentes igualmente
indispensables como son los nitratos, sulfatos y fosfatos que, en parte, se
engloban en el humus.
La composición también depende de la temperatura, ya que ésta influye en la
humedad. Un equilibrio entre evaporación y lavado supone un equilibrio químico
paralelo.

Estructura del suelo: Aplicaremos el término estructura para referirnos a las


características macroscópicas de un material y el de textura para la forma y el
tamaño de los granos, y las relaciones que mantienen entre ellos. En el estudio de
los suelos se utilizan criterios muy parecidos a los que se aplican a las rocas
sedimentarias detríticas. En cuanto a tamaño de los granos, se distinguen así
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grava, arena, limo y arcilla, ordenados de mayor a menor diámetro; este factor
influye directamente en la porosidad y, por tanto, en la permeabilidad o capacidad
para la retención de agua. A un mayor tamaño de los granos, le corresponde una
mayor porosidad, si bien un tamaño demasiado grande determina un deficiente
soporte mecánico para los vegetales de gran porte.
El término textura se usa para representar la composición granulométrica del
suelo. Cada término textural se corresponde con una determinada composición
cuantitativa de arena, limo y arcilla. Se prescinde, por lo tanto, de los contenidos
en gravas, fundamentándose en el estudio de lo que se conoce como tierra fina.
Por ejemplo, un suelo que contiene 25% de arena, 25% de limo y 50% de arcilla
se considera que posee una textura arcillosa. Los términos texturales se definen
de una manera gráfica en un diagrama triangular tomado de la Guía para la
descripción de perfiles del suelo de la FAO en donde se representa los valores de
las tres fracciones.

Se entiende por granulometría equilibrada, aquella en la que no predomina


porcentualmente el tamaño arena, sobre arcilla o limo, entendiendo al tamaño
grava como el de un suelo muy inmaduro y por tanto desequilibraría el resultado.
Para que un suelo adquiriese una granulometría equilibrada en sus primeros 25
centímetros de potencia, deberían transcurrir hasta 10.000 años en un clima
templado.
Los responsables de la textura, los granos, se reagrupan en grumos, bloques o

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terrones. Según las formas de estos reagrupamientos, hablamos de estructura.

Las clásicas son:

Bloques Granuda

Laminar Columnar

§ Bloques. Propia de un suelo en sus inicios de formación, inmaduro. Las


unidades presentan aristas angulosas.
§ Granuda. De unidades redondeadas. Propia de suelos evolucionados.
Según el tamaño de las unidades decimos "granuda arcillosa", "granuda
limosa", etc.
§ Laminar. Los granos se reagrupan según niveles. Propia de zonas no
totalmente superficiales del suelo. Después le llamaremos "horizonte A2 o
B".
§ Columnar. Bloques alargados verticalmente. Relacionadas con las grietas
de desecación, las diaclasas conocidas como "Mud craks". Se reserva el
término "prismática" para cuando las unidades verticales presentan aristas
y no redondeces.

Es evidente que las respuestas físicas (con sus consecuencias mineralógicas),


como porosidad, permeabilidad, resistencia a la erosión, etc., vienen determinadas
directamente por las diferentes estructuras.

Perfil del suelo: Es el estudio de los distintos niveles que presenta un suelo en
vertical, atendiendo a criterios de estructura y composición.
A cada uno de esos niveles se les llaman horizontes del suelo, y suponen
diferentes grados de la evolución del mismo, con su composición propia, tanto
orgánica como inorgánica, así como sus propias texturas y estructuras.
De arriba a abajo, se nombran en principio tres horizontes, por convenio el A, B y
C, pasando de éste último a la roca madre en vías de meteorizar.

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El horizonte A, el más superficial y por tanto el que sirve de apoyo directo a la
vegetación, en su conjunto tiene una potencia media de 25 cm., variable según los
tipos de suelos. También se le llama horizonte "eluvial", por ser el más afectado
por el lavado, por tanto no abundan en él los elementos solubles.
Al ser el de mayor contenido en materia orgánica, es de coloración más oscura.
En un suelo muy desarrollado, encontramos en este horizonte tres subniveles o
subhorizontes, el A0, el A1 y el A2. El A0, es el de la hojarasca y de la materia
orgánica que pisamos, el mayor productor de humus. El A1, presenta el humus
mezclado con minerales, algunos de ellos responsables del color; los óxidos de
Fe, por ejemplo, proporcionan a este horizonte tonos rojizos oscuros que, a
veces, por el intenso lavado, se empobrecen generando tonos amarillo parduzcos.
El A1, con poco humus, está enriquecido en sílice.
Según los climas, a veces no se presenta diferenciación entre A1 y A2.
Recordemos que el tráfico de las disoluciones y de los coloides es función de la
intensidad de las precipitaciones y de la evaporación; por esta razón, el lavado de
los materiales puede invertirse por capilaridad y ascender desde niveles más
bajos.
El horizonte B es también llamado horizonte de precipitación o "iluvial", por ser
donde se acumulan las sustancias que en disolución les llegan desde el A. Es de
color claro, prácticamente sin humus, y con un alto contenido en sílice; En este
horizonte pueden formarse por capilaridad costras o caliches de estructura laminar
que, a su vez, pueden entremezclarse con residuos redondeados o prismáticos
procedentes de la meteorización de la roca madre,.
Es el de mayor heterogeneidad química ya que, por precipitación, recibe
sustancias desde el A y, por capilaridad, desde el C.
A veces la capilaridad alcanza a la superficie, quedando los caliches encima del
resto de materiales. Decimos que ha existido una inversión en los horizontes, ya
que la secuencia sería B-A-C, de arriba a abajo. Esta inversión es propia de climas
bastante áridos.

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A este conjunto A y B se le denomina "solum", ya que es lo que entenderíamos
por suelo propiamente dicho.
El horizonte C lo forman fragmentos de roca madre en vías de meteorización y es
prácticamente la zona de transición a dicha formación rocosa, llamada también
horizonte R (de roca).
En Estratigrafía, es muy útil para el estudio de los "paleosuelos" o suelos fósiles,
suelos que en un momento determinado fueron sepultados por capas superiores.
Bien por un movimiento epirogénico que los hundió y sirvieron de asiento a nuevos
sedimentos, por desbordamiento de ríos, por mantos de corrimiento que se les
hubieran superpuesto, coladas volcánicas, etc.

4.- Tipos de suelos.

Como consecuencia del carácter interdisciplinar de la Edafología, según quien sea


el que aborde este apartado lo hará con un criterio o con otro.
Nosotros utilizaremos un criterio fundamentalmente climático, dado que una
misma roca dará lugar a diferentes suelos según el clima en que se desarrolle la
edafogénesis.
El criterio litológico pues, es solo complementario y será tenido en cuenta en
casos en los que la roca madre sea extraordinariamente rica en determinado
mineral, de forma que seguiría teniendo un reflejo en la composición de los
distintos horizontes (caso, por ejemplo, de rocas extremadamente silíceas o
carbonatadas).
Existen numerosos sistemas de clasificación, entre los que hay que destacar:
Thorp, Baldwin y Kellog (1938,1949). Distingue tres órdenes: suelos zonales,
intrazonales y azonales, y, en cada uno de ellos, subórdenes y grupos. De manera
muy resumida distinguimos:
Suelos azonales: corresponden a suelos inmaduros, que se encuentran en las
primeras etapas de su desarrollo por no haber actuado los factores
edafogenéticos, en los que los caracteres predominantes son los debidos al tipo
de roca madre. También son conocidos como litosuelos. En esta categoría,
litosuelos, se incluyen suelos alóctonos de litología variada, formados por el
acúmulo de materiales de erosión mecánica: un pié de monte, un cono de
deyección de un torrente, dunas o loess. Son los llamados regosoles. En general,
los litosuelos son poco evolucionados, de horizontes muy estrechos, dándose
preferentemente en zonas montañosas.
Litosuelos. Son suelos muy delgados, influidos por el tipo roca madre
debido a la poca evolución temporal o desarrollo en grandes pendientes.
Regosoles. Se originan sobre depósitos muy recientes, aluviones, arenas,
dunas, etc.

Suelos intrazonales: son los desarrollados bajo condiciones en que predominan


los factores edafogenéticos pasivos, como la roca madre, la pendiente, un mal
drenaje o la acción humana. Son suelos aclimáticos, ya que el factor clima no es

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determinante en su formación. Reciben distintos nombres según la mineralogía
dominante:
Rankers. Se forman sobre rocas silíceas (granitos, gneises). Propio de
climas fríos de montaña y fuerte pendiente. Son ácidos y pobres en
carbonatos. No presentan horizonte B.
Rendzinas. Son suelos formados sobre rocas calizas en climas diversos.
Con poco espesor. Sin horizonte B. Es el equivalente anterior en terrenos
calcáreos.
Suelos Salinos: Ricos en sales de climas secos. Presentan una vegetación
de plantas halófilas. Pobre en humus.
Suelos Gley: Son suelos de zonas pantanosas. Sus horizontes inferiores
se encuentran encharcados, propiciando un ambiente reductor en los que
acumula Fe en estado ferroso y confiriendo un aspecto azulado-verdoso a
la fracción arcillosa (el "gley").
Turberas: Se forman en terrenos encharcados con abundante vegetación y
exceso de materia orgánica. Son suelos ácidos.

Suelos zonales: desarrollados bajo la acción del clima, interviniendo


escasamente la naturaleza de la roca madre. Tienen un aporte hídrico regular y
por tanto un buen drenaje. Se trata de suelos maduros y muy evolucionados. Son
los más extendidos en el planeta.
Ø Alta latitudes
Tundra. Vegetación escasa. Evolución limitada al periodo estival.
Ø Latitudes medias
v Clima frío
Podsol. Tierras grises o de cenizas. El exceso de lavado o lixiviado
provoca que los óxidos de Fe, de Al y la sílice sean arrastrados a
horizontes más bajos; paralelamente, se enriquecen del humus que
también es arrastrado, no siendo exclusivo del horizonte A. Por el gran
desarrollo del humus, es un suelo muy ácido que presenta en superficie
una coloración ceniza, a la que debe su nombre. La concentración de
humus va decreciendo dentro del horizonte A por el arrastre, para volver
a acumularse en el B donde, a su vez, la acumulación de los óxidos
hace que la separación entre ellos sea muy visible.
En estos suelos se desarrollan los bosques de coníferas (taiga) del norte
de Europa y Canadá.
Tierra Parda. Las tierras pardas se forman en climas de lluvias
estacionales y no continuas; en este caso, el lavado no es tan intenso
pues se alterna una etapa lluviosa, con otra estival en la que se invierte
por capilaridad el tráfico de disoluciones y coloides. No es fácil distinguir
la separación entre horizontes, pero la mayor heterogeneidad en la
composición superficial da una buena calidad edafológica. Muy
utilizados, a veces abusivamente, para el cultivo de gramíneas y
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grandes campos de girasoles que deterioran su calidad. En ellos, seSe
desarrollan los bosques caducifolios.
v Climas templados
Mediterráneos. Asociados a bosques de encinas y arbustos, así como
a cultivos típicos en la región como los olivares y viñedos. Son suelos
pobres en humus y arcillosos, por descalcificación de las calizas. Son
propios del clima mediterráneo, semiárido, con una estación seca muy
prolongada y aguda que provoca una intensa capilarización y una
consecuente acumulación de los óxidos de Fe en superficie, de ahí su
coloración. Dentro de los suelos rojos mediterráneos se encuentra la
terra rossa.
Chernoziem. Llamados también tierras negras de estepa. Son de
climas continentales con una escasa pluviometría que no excede del
medio litro por metro cuadrado al año. Son suelos con un importante
horizonte A, muy rico en humus, lo que le da la coloración negra; el
horizonte B es prácticamente inexistente. La procedencia de ese humus
es debida al estrato herbáceo que los recubre. Es un suelo típico de
praderas y muy fértil.
Desérticos. No debemos considerar a los paisajes desérticos como
auténticos suelos, ya que ni siquiera la meteorización química tiene en
ellos relevancia. No así la termofracción, que desde un paisaje de
hammada o desierto montañoso, pasa al de reg, desierto pedregoso y
por último el arenoso, el erg, donde las únicas variaciones
mineralógicas que presentan es el barniz rojizo y negruzco debido a los
óxidos de Fe (ocre rojo) y los de Mn (wad).
En los climas áridos-semiáridos, las precipitaciones escasas unidas a
las altas temperaturas hacen que la capilaridad invierta a los horizontes,
B-A-C, siendo frecuentes en superficie los caliches, alternando con
costras frecuentes de sal.
Ø Latitud intertropical
Lateritas. Propios de un clima ecuatorial, cálido y muy lluvioso con una
intensa meteorización química, es decir, que transforma enérgicamente
la mineralogía de la roca madre, creando concentraciones de los óxidos
de Fe y de Al: suelos bauxíticos. Son suelos de gran espesor y carecen
de horizonte A producto del lavado intenso, quedando reducido a una
capa estrecha de aIúmina y arcilla, que se encostra con facilidad, lo que
contribuye al aspecto de ladrillo. El horizonte B presenta hidróxidos de
Fe y Al formando una costra rojiza muy densa.

Otra clasificación es la analítica del USDA (United States Department of


Agriculture) es un sistema estructurado o verdaderamente taxonómico donde se
reconoce seis sistemas (orden, suborden, grupo, subgrupo, familia y serie). El
nombre de los ordenes se forman anteponiendo una partícula descriptiva a la
terminación -sol.

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PRINCIPALES ÓRDENES CARACTERÍSTICAS

Es un suelo inmaduro, con nula diferenciación de


horizontes y una cierta cantidad de materia orgánica.
ENTISOL
Pueden aparecer en cualquier ambiente: aluviones,
suelos helados, desierto de arena...
Suelo rico en arcillas expansivas, que homogenizan sus
horizontes. Generalmente son de zonas subhúmedas a
VERTISOL
áridas, con hidratación y expansión en húmedo y
agrietados cuando secos.
Suelo joven o con horizontes originados rápidamente por
INCEPTISOL alteración, y no por acumulación de materiales. Es típico
de tundra, volcánicas recientes, zonas deglaciadas, etc.
Suelo muy seco o salino, propio de zonas áridas; sales,
ARIDISOL
yeso o acumulaciones de carbonatos frecuentes.
Suelo de color oscuro, que se ha desarrollado,
ANDOSOL
generalmente, a partir de materiales volcánicos.
Suelo de zonas de pradera en climas templados;
horizonte superficial blando (epídemon mollico); rico en
MOLLISOL
materia orgánica, espeso y oscuro. Es típico de praderas
y estepas herbáceas; es un suelo muy fértil.
Presentan un horizonte B arcilloso enriquecido por
ALFISOL iluviación; es un suelo joven, comúnmente formado bajo
bosques de hoja caediza. Típico de ambientes húmedos.
Suelo forestal húmedo; con un horizonte B enriquecido
en hierro y/o en materia orgánica y comúnmente un
SPODOSOL horizonte A gris-ceniza, lixiviado. Suele formarse en
latitudes medias con clima frío y húmedo y vegetación
de coníferas.
Suelo de zonas húmedas templadas a tropicales sobre
antiguas superficies intensamente meteorizadas, muy
ULTISOL
enriquecidos en arcilla. Es un suelo muy evolucionado
típico de regiones tropicales y subtropicales.
Es un suelo de colores amarillentos y rojizos, debido a la
intensa alteración de sus minerales, sobre todo los
OXISOL óxidos de hierro y de aluminio; son los suelos lateríticos
y bauxíticos, típicos de latitudes tropicales y
subtropicales.
Suelo con alto contenido en materia orgánica. Se forman
HISTOSOL sobre todo en zonas de turberas, brezales, zonas
forestales o pantanosas sin distinciones climáticas.

15
DETERMINACIÓN EN EL JARDÍN BOTÁNICO DE ALGUNAS
CARACTERÍSTICAS DE LOS SUELOS

ALUMNOS: Máximo 15 alumnos por profesor acompañante.

DURACIÓN DE LA ACTIVIDAD EN EL JARDÍN: 45-60 minutos.

MATERIAL DEL ALUMNO: Fichas del alumno, material de dibujo y escritura,


azadillas, palas pequeñas, cuadro de colores, martillo de geólogo, bolsas de
plástico, botes de plástico o papel, etiquetas, botella rociadora, cinta adhesiva y
cinta métrica.

EPOCA PARA REALIZAR LA ACTIVIDAD: Cualquiera del año.

LOCALIZACIÓN EN EL JARDÍN DE LAS ESPECIES OBJETO DE ESTUDIO:


Los suelos se encuentran localizados en la parte oeste del Jardín. Se han
preestablecido tres tipos de suelos:

§ Nº 1. Suelo arenoso, procedente de las dunas fósiles de M’diq (Rincón).


§ Nº 2. Suelo arcilloso, procedente de las proximidades del aeropuerto de
Tetuán.
§ Nº 3. Suelo propio del Jardín Botánico del Centro. Rico en humus.

RECOMENDACIONES:
Con esta actividad se pretende que los alumnos observen in situ los diferentes
horizontes de un suelo, realicen medidas de su espesor, observen su color,
temperatura y estructura, anotándolas en la ficha para su descripción posterior.
Para observar el color de cada horizonte, tomamos una muestra en la palma de la
mano y la humedecemos ligeramente con un poco de agua de la botella.
Posteriormente colocamos al lado de la muestra el cuadro de colores y decidimos
qué color se parece más al de nuestra muestra.
En cuanto a la temperatura, la mayor parte de la energía calorífica que recibe el
suelo procede de la energía solar. Entre los factores que la determinan se
encuentra:
§ el color del suelo, ya que se calientan más rápidamente los suelos
oscuros que los suelos claros.
§ el contenido en agua, para elevar en el mismo número de grados la
temperatura de un suelo saturado de agua es necesario más calorías que
para elevar la temperatura de un suelo seco; es por ello que los suelos
arenosos o calizos, que se desecan rápidamente, son suelos “calientes”
mientras que los suelos mal drenados o turbosos son suelos “fríos”.
§ la cubierta vegetal que se comporta como una pantalla, siendo el bosque
más eficaz que el césped; por tanto, en verano, un suelo de bosque denso
está con frecuencia unos 8 a 10°C más frío que un suelo desnudo, y en los
días cálidos y soleados, la temperatura de un suelo desnudo puede
sobrepasar los 50 °C en clima templado y de 60 a 70 °C en clima tropical.

16
Para la determinación de la temperatura, usaremos el termómetro de campo que
aparece en la siguiente figura:

Para la estructura de cada horizonte, ponemos en la palma de la mano una


muestra de cada uno de los horizontes y puede ser:
§ Suelto. Si las partículas que lo forman se encuentran independientes y no
se adhieren entre sí, decimos que no presenta estructura, (arena de playa,
dunas, bloques, etc.).
§ Compacto. Cuando el suelo aparece en masas apelotonadas que no se
sueltan y se mantiene todo más o menos unido, en cuyo caso, hay que
observar el perfil y determinar si forma granos de unidades redondeadas
(granuda) o si presenta continuidad horizontal (estructura laminar) o
continuidad vertical (estructura prismática o columnar).
Para observar la consistencia de cada horizonte, tomamos una muestra en la
palma de la mano. Si está seca la humedecemos y tomando un pequeño grumo,
apretamos suavemente hasta que se deshaga o se rompa y decidimos
consistencia:
§ Suelta: Resulta difícil coger un grumo y se deshace antes de poder apretar.
§ Deleznable: El grumo se rompe rápidamente al presionar un poco.
§ Firme: El grumo se rompe al presionar y deja una marca en el dedo.
§ Compacta: El grumo no puede romperse entre los dedos.
Al objeto de dar mayor realce a las experiencias recomendamos recoger las cuatro
muestras de suelos con una pala pequeña, desechando los 10 cm más
superficiales, colocándolas en vasos de plástico o papel marcados con el número
correspondiente al tipo de muestra para su estudio en el laboratorio.

17
Cada alumno o grupo de alumnos (nunca más de tres por grupo) deberá rellenar
las fichas y realizar las actividades que se proponen en el cuaderno del alumno
que viene señaladas como "En el Jardín Botánico". Cada alumno o grupo
entregará al profesor las fichas nada mas finalizar la actividad al aire libre.
Espesor Color Estructura y
Muestra de horizontes Tª Consistencia
Suelo A B C A B C A B C

Suelo arenoso

Suelo arcilloso

Suelo “Jardín
del Centro”

18
PRÁCTICAS A REALIZAR EN EL LABORATORIO

Las prácticas en el laboratorio se realizarán después de la visita al Jardín


Botánico. Estudiar algunas características como: presencia de materia orgánica,
observación de la fauna hipógea, textura, porosidad, densidad, humedad,
presencia de cuarzo, cantidad de carbonato cálcico, que nos van a servir para
diferenciar un suelo de otro.
Cada grupo realizará las prácticas propuestas con las muestras recogidas en el
Jardín Botánico.
Material necesario:
§ Microscopio.
§ Lupa binocular.
§ Cronómetro.
§ Horno, microondas o Mechero Bunsen.
§ Balanza.
§ Regla graduada.
§ Embudo.
§ Pinzas.
§ Portaobjetos
§ Tamices.
§ Aguja enmangada.
§ Lámpara eléctrica, portalámparas y cable eléctrico.
§ Caja grande de cartón o madera.
§ Probeta.
§ Vaso de precipitados
§ Tubos de ensayo.
§ Vidrios de reloj.
§ Cápsula de porcelana.
§ Agua oxigenada.
§ Amoniaco.
§ Ácido clorhídrico al 20%.
§ Rulo de madera.

19
Práctica 1. Análisis de la porosidad
Se introduce una porción de la muestra en un tubo de ensayo, hasta los 3/4 de su
capacidad. Agitamos ligeramente el tubo con el fin de acomodar las muestras.

Tomamos el tubo y completamos su llenado con agua, cronometrando un minuto


de tiempo y procedemos de inmediato a medir con la regla graduada la
profundidad de penetración del agua y lo anotamos. Posteriormente realizamos la
operación con el resto de los suelos
a) Penetración del agua en la muestra 1 =……………………………… mm.
b) Penetración del agua en la muestra 2 =……………………………... mm.
c) Penetración del agua en la muestra 3 =……………………………… mm.
d) Penetración del agua en la muestra 4 =…………………………... … mm.
La penetración del agua (velocidad de penetración) es directamente proporcional a
la porosidad y al tamaño medio de las partículas que componen la muestra de
suelo. Representa el porcentaje total de huecos que hay entre el material sólido de
un suelo. Es un parámetro importante porque de él depende el comportamiento
del suelo frente a las fases líquida y gaseosa, y por tanto vital para la actividad
biológica que pueda soportar.

Práctica 2. Presencia de materia orgánica


Ponemos muestras del suelo en un vaso de precipitados y le añadimos agua
oxigenada, si salen burbujas, esto nos indica la presencia de materia orgánica. La
reacción es típica de la enzima catalasa presente en todos los tejidos animales y
vegetales. Anteriormente al ensayo, habremos observado y anotado la presencia
de pequeñas raíces. En los suelos muy orgánicos es necesario tener especial
cuidado en añadir poco a poco el agua oxigenada, ya que la reacción es bastante
violenta una vez iniciada y se forma abundante espuma, que produce
rebosamiento del vaso, inutilizando el análisis. Posteriormente anotaremos:

§ Ninguna: si no hay efervescencia (no contiene materia orgánica).

20
§ Ligera: si observamos una leve efervescencia (hay presencia pero en
pequeñas cantidades).
§ Fuerte: si se observa una efervescencia fuerte (contiene gran cantidad de
de materia orgánica)

Práctica 3. Presencia de carbonato cálcico


Ponemos un poco de las muestras de los suelos sobre los vidrios de reloj y les
añadimos unas gotas de HCI, si se produce efervescencia indica la presencia de
carbonatos. Para preparar la disolución de clorhídrico, se añade el ácido sobre el
agua y no al revés (en caso de no disponer de HCl podemos usar vinagre).
Al producirse la reacción química de estos con el ácido HCl o el vinagre, se
desprenderá CO2 que forma burbujas en la superficie; posteriormente anotaremos:
§ Ninguna: si no hay efervescencia (no contiene carbonatos).
§ Ligera: si observamos una leve efervescencia (hay presencia pero en
pequeñas cantidades).
§ Fuerte: si se observa una efervescencia fuerte (contiene gran cantidad de
carbonatos)

Muestra de suelo Presencia de Presencia de Presencia de


materia orgánica pequeñas raíces carbonatos
Muestra 1
Muestra 2
Muestra 3

Práctica 4. Textura
El suelo está constituido por partículas de muy diferente tamaño, por tanto,
deberemos realizar un análisis granulométrico. Este análisis, representa el dato
más valioso para interpretar la génesis y las propiedades de los suelos, ya que,
nos dará información del clima que tiende a condicionar la textura en función de su
agresividad (texturas groseras en climas áridos y texturas arcillosas en climas
húmedos y templados) y el tiempo que tiende a dar una mayor alteración y
favorece el aumento de la fracción arcilla.
La gran mayoría de las propiedades físicas, químicas y fisicoquímicas están
influenciadas por la granulometría: estructura, color consistencia, porosidad
aireación, permeabilidad, retención de agua, lavado, capacidad de cambio,
reserva de nutrientes. También nos dará información de las propiedades
agrológicas, contaminación (Las arenas son muy inertes mientras que las arcillas
tienen un alto poder de amortiguación y presentan una alta capacidad de
autodepuración) y erosión ya que las partículas de arena son arrastradas por el
viento y agua, las arenas finas y los limos son muy erosionables. Las arcillas se
pegan y se protegen frente a la erosión.
Obtenida la muestra, realizaremos las siguientes operaciones: secado, tamizado y
almacenamiento.

21
Secado. La forma más sencilla y segura de realizar esta operación consiste en
extender la muestra sobre una bandeja de papel sin satinar (anotando en el
margen de la misma el número de suelo) hasta equilibrarlo con la humedad
atmosférica. También pueden utilizarse dispositivos especiales que aceleran el
secado (estufas secadoras con aire caliente, hornos, etc.).
Tamizado. Después de pesar la muestra seca al aire, se pasa a través de un tamiz
de acero inoxidable con agujeros de 2 mm. de diámetro, agitando a mano hasta
que no pase más suelo. Se vacía lo que queda en el tamiz sobre una tabla lisa y
se pasa (sin apretar demasiado) un rulo de madera para desmenuzar los
agregados, sin romper las partículas de roca y se pasa de nuevo al tamiz,
repitiendo la operación tantas veces como sea necesario para agotar la grava y
partículas de roca que quedan en el tamiz.
Otros métodos de destruir la agregación para separar las partículas y así poder
realizar el análisis granulométrico son los químicos:
§ Oxidación de la materia orgánica con agua oxigenada (práctica 2)
§ Ataque ácido de los carbonatos y compuestos de Fe con ClH (práctica 3)
§ Dispersión de las arcillas con amoníaco.

Posteriormente se pesan las gravas, las arenas y la fracción tamizada menor de


2mm.
La extracción final de las fracciones se realiza por tamizado para las arenas,
aunque la sedimentación en fase acuosa es el método normal de separación de
los limos y de las arcillas, nosotros utilizaremos el tamizado.

22
Según el tamaño de las partículas que forman el suelo, consideramos:
§ Grava: Partículas mayores de 2 mm.
§ Arena: Partículas hasta 2 mm.
§ Limo: Partículas hasta 0,002 mm.
§ Arcilla: Partículas menores de 0,002 mm.

Almacenamiento. Debe realizarse en una habitación bien ventilada, fresca y seca,


colocando las muestras perfectamente ordenadas.

Normalmente los suelos contienen una mezcla de los tres tipos de partículas y la
abundancia de cada tipo nos indica la textura del suelo (utilizar para la
clasificación la Guía para la descripción de perfiles del suelo de la FAO, pág. 8).

Otro método que se usa frecuentemente en el campo y que nos permite clasificar
con cierta seguridad los suelos en los grupos indicados, es el siguiente:
Análisis de la fracción gruesa: todas las partículas mayores de 2 mm., los
consideramos un trozo de roca y anotaremos en el cuaderno “presencia de rocas”.
Análisis de la fracción arena: si el suelo se siente áspero, significa que contiene
más partículas de arena que de limo y añadimos la palabra arena a su
clasificación. Al frotar la muestra en la palma de la mano se siente áspera.
Análisis de la fracción limo: si el suelo se siente muy uniforme sin la aspereza de
los granos de arena, esto significa que la muestra contiene más partículas de limo
que de arena y añadimos la palabra limo a su clasificación. Al frotar la muestra en
la palma de la mano se siente harinoso o sedoso.
Si sentimos algo de arena pero no mucha, esto significa que el suelo contiene la
misma cantidad de arena que de limo y no añadimos nada a su clasificación.
Análisis de la fracción arcilla: con el resto de la muestra, tomamos un trozo del
tamaño de una pelota de golf en la palma de la mano y procedemos de la
siguiente forma: rociamos la muestra con agua y la amasamos hasta que esté
toda bien humedecida. La aplastamos entre las manos frotando hasta formar un
cilindro del grosos de un lápiz; unimos los dos extremos y formamos un aro. Si
contiene mucha arcilla, se siente extremadamente pegajosa al tacto, se endurece
y precisa de bastante presión para formar la figura, el suelo se denomina arcilloso.
Si el material se siente ligeramente pegajoso y es suave al comprimirlo, quiere
decir que contiene una mezcla de partículas de arcilla, arena y limo, el suelo se
denomina franco-arcilloso.
Si el material se siente suave, uniforme y fácil de comprimir, se clasifica como
franco.

23
Práctica 5. Presencia de cristales de cuarzo
Se toma una muestra de suelo seca y tamizada. Se coloca sobre un vidrio de reloj.
Al observarlos en la lupa binocular se verán unos pequeños cristales blanquecinos
que corresponde al cuarzo presente en el suelo, lo cual nos da una idea de la
composición de la roca madre.

Muestra de Tipo de textura Presencia de


suelo cristales de
Grava Arena Limo Arcilla
cuarzo
Muestra 1
Muestra 2
Muestra 3

Práctica 6. Determinación del pH


La acidez del suelo mide la concentración en hidrogeniones. Los factores que
hacen que el suelo tenga un determinado valor de pH son diversos,
fundamentalmente:
§ Naturaleza del material original. Según que la roca sea de reacción ácida o
básica.
§ Factor biótico. Los residuos de la actividad orgánica son de naturaleza
ácida.
§ Precipitaciones. Tienden a acidificar al suelo y desaturarlo al intercambiar
los H+ del agua de lluvia por los Ca++, Mg++, K+, Na+ de los cambiadores.
El pH, también Influye en las propiedades físicas y químicas del suelo. Así los pH
neutros son los mejores para las propiedades físicas de los suelos. A pH muy
ácidos hay una intensa alteración de minerales y la estructura se vuelve inestable.
En pH alcalino, la arcilla se dispersa y se destruye la estructura. Por otra parte, la
asimilación de nutrientes del suelo está influenciado por el pH, ya que
determinados nutrientes se pueden quedar bloqueados en determinadas
condiciones de pH y no son asimilable para las plantas. Alrededor de pH 6-7,5 son
las mejores condiciones para el desarrollo de las plantas.

pH Designación de los Cultivos o vocaciones


suelos agrícolas
De 3 a 4,5 Suelos extremadamente Pantanos, landas o bosques de
ácidos especies acidófilas
De 4,5 a 5 Suelos fuertemente ácidos Landas o prados
De 5 a 5,5 Suelos muy ácidos Prados. Cultivo de especies
acidófilas (centeno)
De 5,5 a 6 Suelos ácidos Prados y algunos cultivos (maíz)
De 6 a 6,75 Suelos poco ácidos Todos los cultivos excepto
leguminosas calcícolas
De 6,75 a 7,25 Suelos neutros Todos los cultivos
De 7,25 a 8,5 Suelos alcalinos Todos los cultivos excepto las
especies calcífugas
> de 8,5 Suelos muy alcalinos Dificultades o fracasos de los
cultivos europeos corrientes

24
Se pueden utilizar diferentes métodos para su determinación, aunque aquí
recomendamos dos:
a) Determinación del pH del suelo en agua. Según la Sociedad Internacional de
Ciencia del Suelo: pesamos 10 g. de suelo tamizado y seco al aire. Se vierten en
un vaso de precipitados de 100 mI. Se añaden 25 mI de agua destilada y se agita
con una varilla de vidrio, repitiendo esta operación varias veces antes de realizar
la medida. Nunca deberá realizarse esta determinación con contenidos de agua en
el suelo menores del correspondiente equivalente de humedad. Este equivalente
de humedad varía, aproximadamente, entre las relaciones suelo/agua 1:0,25 y 1:1
debiendo, por tanto, utilizarse mayores diluciones. A los diez minutos de
preparada la suspensión se efectúa la medida con el peachímetro agitando
mecánicamente durante la misma. Es imprescindible la agitación durante la
medida debido al efecto de suspensión o “efecto Pallmann”, que hace que el pH
del líquido que sobrenada sea superior al de la suspensión agitada.

b) Método de la “pasta saturada”: se añaden al suelo, sin pesar y colocado en un


vaso, cantidades sucesivas de agua, agitando con una varilla de vidrio hasta
obtener una pasta espesa en la que no debe haber agua en exceso, lo que se
nota porque al inclinar el vaso que contiene la pasta, no fluye ésta, ni sobrenada
agua. Después de diez minutos de reposo, se determina el valor del pH. Este
método da valores más bajos que el de la dilución 1:2,5, pero su punto final de
hidratación no se aprecia con facilidad, especialmente en los suelos muy
orgánicos. Ligeras diferencias en la cantidad de agua carecen de significación.

Práctica 7. Determinación de la densidad


Con la ayuda de la balanza de precisión, tomamos 100 gramos de suelo.
Simultáneamente, se ha preparado una probeta conteniendo 100 c.c. de agua. Se
vierten los 100 gramos de suelo en el interior de la probeta, anotando la diferencia
de volumen experimentado. Esta diferencia corresponde al volumen de los 100
gramos de suelo.

25
a) Masa o peso de la muestra =…………….. grs.
b) Volumen de la muestra = …………………..c.c.

Para hallar la densidad de la muestra, aplicamos la expresión siguiente:

Masa 100 gr. de muestra


Densidad = —— =
Volumen diferencia de volúmenes en c.c.

Práctica 8. Determinación de la humedad


Colóquense en una cápsula de porcelana 100 gramos de suelo, calentando el
conjunto a la llama de un mechero Bunsen, con la ayuda de unas pinzas. Con la
aguja enmangada se va removiendo el contenido de la cápsula, esperando el
tiempo necesario, al objeto de que se evapore toda el agua.
Después de la desecación se pesa de nuevo la muestra, siendo la diferencia el
peso del agua que se ha evaporado.

a) Peso inicial de la muestra = ……………………………………………………..grs.


b) Peso de la muestra después de la desecación =…………….. ………………grs.
c) Diferencia de los pesos anteriores (a-b) = peso del H20 evaporada =………grs.

Para hallar el porcentaje de agua que contiene dicha muestra de suelo, bastará
dividir el peso del agua obtenido en la diferencia de pesos anterior, por el peso
inicial de la muestra (100 gr.) y multiplicar el resultado por 100, según la expresión
siguiente:
peso del agua evaporada
Contenido de H20 en % = x 100
peso de la muestra inicial

Muestra de suelo Temperatura pH Densidad Humedad

Muestra 1
Muestra 2
Muestra 3

26
Práctica 9. Separación y observación de la fauna hipógea
Para la separación de la fauna hipógea, es necesario construir el dispositivo de la
fig.
El embudo del dispositivo se llena de suelo, cerrándose la caja con la tapadera y
poniendo en funcionamiento la lámpara. El calor generado por la lámpara en la
zona A de la caja hace que todos los animalitos de la muestra desciendan por el
embudo en su afán de huir de las condiciones adversas, precipitándose en el
interior del vaso con agua.
Transcurridas unas horas se abre la caja, recogiéndose con un portaobjetos limpio
y una aguja enmangada las partículas sobrenadantes del vaso con agua. Este
portaobjetos se coloca en el microscopio y se observa a pequeño aumento el
contenido faunístico de dicho suelo anotando los resultados.

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ACTIVIDADES A DESARROLLAR EN CASA POR LOS ALUMNOS

a) Actividades de refuerzo y de búsqueda de información propuestas en las fichas


del alumno.

B) Trabajo sobre los tipos de suelos más importantes de Marruecos, su


importancia en los ecosistemas y sus usos por parte del hombre.
Para la realización de este trabajo se exigirá mencionar las fuentes que, en
cualquier caso, deberán incluir, al menos, tanto fondos bibliográficos de la
biblioteca del instituto, como información obtenida en Internet.

ACTIVIDADES COMPLEMENTARIAS

Se propone una excursión didáctica para la observación en el campo de diferentes


tipos de suelos, así como de su importancia en los ecosistemas del norte de África
y sus problemas de conservación.

En las excursiones, procederemos de la siguiente manera:


1. Nombre y coordenadas del lugar. Se utilizará el mapa del lugar y un GPS.
2. Tomar fotografías.
3. Pendiente, cuya medida se realizará con el Clinómetro.
4. Descripción de la cubierta vegetal.
5. Marcado de los horizontes. Observamos las zonas en que el suelo cambia
de color o apariencia e identificamos los horizontes que constituyen ese
suelo y su espesor.
6. Humedad inicial. Escribimos en la “Hoja de Datos” para cada horizonte la
categoría de humedad (mojado, húmedo, seco).
7. Color. Humedecemos ligeramente la tierra con una botella rociadora de
agua para distinguir mejor los colores, distinguiendo colores primarios y/o
secundarios.
8. Temperatura del suelo.
9. pH.
10. Presencia de raíces.
11. Presencia de materia orgánica
12. Estructura (granuda, bloques, laminar, columnar)
13. Consistencia (suelta, deleznable, firme, compacta)
14. Textura. Usaremos el método de campo descrito en la práctica 4.
15. Presencia de carbonatos.

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Toma de muestras para completar los análisis en el laboratorio:
1. Elección del lugar de muestreo
a. Comprobar que es un lugar seguro para cavar, verifica que no hay
conducciones eléctricas, tuberías de agua, conducciones de gas, etc.
b. El lugar debe estar bajo una cubierta vegetal representativa de la
zona y en una zona plana.
c. No tiene que haber sido alterado por factores no naturales
(construcciones, jardines, etc.)
d. Debe estar alejado al menos 3 m de edificios, carreteras, etc.
e. Debe estar orientado de forma que esté bien iluminado por el sol y
nos permita observar bien los colores de sus capas y tomar
fotografías.
2. Retiramos la vegetación de la superficie.
3. Sacamos con la pala una muestra de suelo cavando 10 cm de profundidad.
4. Colocamos cada muestra en una bolsa de plástico.
5. Etiquetamos apuntando la profundidad, nombre del lugar, etc.
6. Llevamos las muestras al laboratorio.

Material necesario:

1. GPS
2. Cámara de fotos
3. Clinómetro
4. Botella de vinagre blanco
5. Botella rociadora con agua.
6. Botella de agua oxigenada.
7. Azadillas.
8. Palas pequeñas.
9. Martillo.
10. Cinta métrica.
11. Lápiz y rotuladores resistentes al agua.
12. Toallitas.
13. Bolsas de plástico para muestras.
14. Cinta adhesiva.
15. Hojas de Datos.

29
BIBLIOGRAFÍA

§ Duchaufour, P.: (1975). Manual de edafología. Toray-Mansson. Barcelona


§ Guitart, A. y Botella, F.: (1983) Cuadernos de prácticas de laboratorio. Ed.
Casals.
§ Guitián Ojeda, F. y Carballas Fernández, T.: (1976). Técnicas de análisis de
suelos. Ed. Pico Sacro. Santiago de Compostela.
§ http://edafologia.ugr.es
§ http://es.wikipedia.org/wiki/suelo
§ http://globe.gov/sda/tg97es/suelos/Suelos

30
Taller de Suelos
Grupo de alumnos…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………
Suelo nº………………………Localización………………………………………………Coordenadas……………………………………Pendiente……………………………………

Horizonte Medida Humedad Color Estructura Consistencia Textura Presencia de Presencia Presencia Presencia Temp. pH
carbonatos de raíces de M. O. de fauna
hipógea

Descripción
de la
cubierta
vegetal

Notas

31
32

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