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Historia Pre-moderna de Asia Oriental.

Introducción.-

Contextualización.

Las ideas previas sobre Asia Oriental, suelen ser más importantes de lo que se cree. Son
importantes porque predeterminan el conocimiento. Si algo no entra en nuestra idea
predeterminada, uno tiende a rechazarlo. ¿Cómo no luchar ante ese conocimiento?, pues
siendo receptivo ante los nuevos conocimientos. Pero el primer elemento es ser
autoconsciente de qué o cuales son nuestras ideas previas.

En castellano hay una palabra “prejuicio”, que identifica lo que queremos decir. Un prejuicio es
una idea previa que se tiene de algo. Hay otra manera de referirse a esta idea, son los tópicos
o los estereotipos, que se tienen de algo, o cliché que nos llega de un conocimiento parcial o
reduccionista de la complejidad de un país, como China o Japón, a algo simplista.

Por ello, hay que desmontar dichos tópicos o clichés que tenemos sobre Asia.

Si hacemos caso a los comentarios sobre Japón, en los que la gente se interesa por el ocio,
(Anime, Manga, Artes marciales). Ese es el tópico sobre Japón, como Ociolandia, que
continuamente se relaciona y que seguro molesta a los japoneses, igual que aquí en España
puede llegar a molestar que se nos identifique con toreros, paella o flamenco.

En el caso de China, es identificada como “Oportunilandia”, un gigante tecnológico, un mundo


de negocio, un país industrial de oportunidades y mucho trabajo. Ese es el tópico asignado a
China, “trabajar como un chino” es un ejemplo de la asimilación de dichos tópicos, clichés o
prejuicios.

Somos víctimas del Orientalismo, que e una perspectiva creada por Occidente sobre Oriente.

Cuando en Europa se menciona Oriente, se nos aparece mentalmente la figura de “Las mil y
una noches”. Nos imaginamos cómo es Oriente y mentalmente nos imaginamos cómo es
Oriente (camellos, hombre chino con barba larga, una geisha, un samurái, etc.).

Todo esto son construcciones europeas u occidentales que estereotipan Oriente. Tenemos un
ejemplo en la obra “Madame Butterfly”, donde se nos muestra la imagen de mujer
complaciente y sumisa de Japón.

Por otro lado, la influencia occidental sobre Oriente la podemos encontrar en Japón con la
firma de “Los tratados desiguales” o en el caso de China con la “Guerra del opio”.

Con China, se declarará la guerra del opio. Por aquel entonces, Inglaterra vende el opio de sus
colonias, India y Pakistán, a cambio de té.

Había una demanda brutal de té, y el té es caro porque está de moda por el crecimiento, en la
nueva sociedad industrial, de una burguesía rica. Es por lo que se encarece el té, porque es un
artículo que toman los aristócratas y la Reina, y la nueva burguesía quiere imitar y adoptar sus
costumbres. Se convierte en un artículo de moda, porque todo el mundo quiere tomar té.

En ese momento, el lobby del té, se da cuenta de que India y Pakistan, que son dominios
británicos, empiezan a vender opio a China. Los chinos empiezan a convertirse en adictos al
opio que los británicos están vendiendo en China.

Los británicos, que viajan en aquel entonces a China, cuando desembarcan, se encuentran con
una China en la que las mujeres con las que se relacionan son prostitutas o geishas, y por otro
lado, la imagen del hombre al que se teme es al samurái. Así las cosas, los estereotipos que se
importan y crean en Europa sobre China son que se trata de un país lleno de geishas y
samuráis.

Los japoneses, aprenden del imperialismo de británicos y norteamericanos, y pretenden


expandirse, al igual que aquellos, con el avance de su ejército hacia otros territorios. Ante esta
expansión, se produce un choque con británicos y americanos, que reaccionan para pararlos
en su avance también con la fuerza de sus ejércitos confrontados en una guerra, que
terminaría con los bombardeos que lanzaron las, hasta entonces experimentales, bombas
atómicas, lo que se condujo al final de la guerra.

Si bien el uso de la bomba atómica se planteó utilizarla en un bombardeo sobre Alemania para
terminar con la guerra con Alemania, se optó por no lanzarla en Europa sobre sus vecinos,
sobre “blancos”, y decidieron lanzarla sobre Japón que eran ajenos, de otra raza, los
denominados “amarillos”. Era una cuestión de tipo racial y estratégico, en definitiva. El
racismo tuvo influencia clara en la elección del objetivo para el primer lanzamiento de dicho
tipo de bomba. Ante dos guerras, casi simultaneas, la elección del lejano territorio japonés
surgió en contraposición con la cercanía alemana.

Por otro lado, en Japón, a pesar de los Tratados desiguales, empieza a desarrollarse como
potencia económica e industrial, a partir de la II Guerra Mundial. En la rendición, en la reunión
entre norteamericanos y japoneses, se carecía de traductores oficiales. Los únicos traductores
de japonés de que disponían eran los propios soldados que habían aprendido el japonés de
tugurios y prostíbulos portuarios, y el lenguaje era burdo, típico de esos ambientes o lenguaje
de las putas, por lo que los Generales japoneses, se reían del lenguaje utilizado en las
negociaciones.

Por otro lado los americanos querían quitar al Emperador, a lo que los expertos les
aconsejaron que no lo hicieran, por seguridad del país, puesto que la figura del Emperador en
Japón era mucho más importante de lo que los americanos creían, y quitarlo podría suponer
una reacción del pueblo japonés, puesto que eso no lo iban a soportar pacíficamente. De este
modo, y por seguridad, se conservó la figura del Emperador.

A raíz de ahí, EEUU implanta los Estudios de Asia Oriental, como forma de conocer primero al
enemigo, sus costumbres y su idioma. El origen de estos estudios son estos, por intereses de
EEUU.
En China, a partir del año ’49, el Partido Comunista gana las elecciones. De pronto, EEUU se da
cuenta que ha ganado Japón pero está perdiendo el control sobre China. De ahí la pregunta
famosa “¿En qué momento perdimos China?”.

En su imaginario imperialismo mundial americano, se dan cuenta también que tienen que
acabar con el comunismo y socialismo chino, o por lo menos que no se expanda más allá de
sus fronteras.

Así, en estas circunstancias, en los años 50 sucede la guerra en Corea con el fin de
promocionar el capitalismo y aislar el Comunismo Chino.

En Japón se promociona el capitalismo en los años 60, con lo cual intentan que Japón vea los
beneficios de este tipo de régimen económico y huya del comunismo chino.

Más adelante, y ante la imposibilidad de dominio de poder por la fuerza del ejército, que fue
prohibido en Japón, esta nación desarrolla un Softpower o poder blando, con el que pretende
extender un dominio bajo el concepto del Lock-away (encerramiento) al que fue sometido tras
la guerra. Con estas circunstancias, y por influencia de los comics Marvel americanos, Japón
empieza a desarrollar y expandirse a nivel mundial a través del Anime, el Manga, en definitiva,
una cultura con una visión positiva o pacífica de Japón.

Se crea una diplomacia de soft-power.

China, sin embargo, empieza a desarrollar una política de expansión y apertura económica
hacia el exterior, ante lo cual, los americanos se empiezan a ver amenazados, tras haber sido
hasta entonces la primera potencia en comercio mundial.

Ante esta perspectiva actual, nos estamos encontrando con un cambio de perspectiva que
llamamos “Orientalismo inverso” o “Auto-orientalismo”, que es la visión que se quiere dar
actualmente de China y Japón.

Este “Orientalismo inverso” se concibe como estrategias económicas de algunos líderes


asiáticos, asimilando influencias occidentales, pero rechazando a la vez esquemas económicos
y culturales norteamericanos.

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