Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
humanista y democrático
razonpublica.com/index.php/politica-y-gobierno-temas-27/9569-la-constitución-de-1991-25-años-de-un-proyecto-
humanista-y-democrático.html
José Gregorio Hernández
¿Cuáles fueron los aciertos y cuáles los errores de la Carta Política que rige a
los colombianos? ¿En qué circunstancias se dio su creación hace un cuarto
de siglo? ¿Cómo ha cambiado después de las 42 reformas que se le han
hecho?
José Gregorio Hernández*
Vale la pena señalar que precisamente en este vigésimo quinto aniversario de la Constitución
del 91 se estén abriendo paso nuevas reglas de juego (aunque todavía no las conocemos)
para favorecer la paz y poner punto final al conflicto armado entre el Estado colombiano y las
FARC-EP.
Las reformas
Durante estos veinticinco años, la Constitución ha sido reformada 42 veces (la reforma de
2003 fue aprobada por el pueblo en referendo, pero las demás se hicieron mediante acto
legislativo del Congreso), en la mayoría de los casos sin necesidad, ni utilidad, y más bien
1/4
respondiendo a objetivos políticos coyunturales y a metas de corto plazo.
Diferente fue el caso de la reforma de la justicia tramitada en 2011. Este fue un acto
legislativo muy criticable, aprobado en los ocho debates exigidos así como en los debates de
conciliación por las plenarias de Senado y Cámara, pero hundido por voluntad presidencial en
sesiones extraordinarias (improcedentes y por tanto inválidas).
Que un desayuno ofrecido a los congresistas, las prebendas o las cuotas burocráticas definan
la suerte de una reforma constitucional habla muy mal de la seriedad de los reformadores y
deja en entredicho la justificación y la verdadera necesidad de estas reformas.
Sus logros
A pesar de su innecesaria extensión (que tiende a crecer con las reformas) y algunos defectos
de redacción, vacíos y contradicciones, la Constitución de Colombia es rica en valores y
principios.
Hay que reconocer que los constituyentes lograron en muy poco tiempo (seis meses) diseñar
un cuerpo normativo importante, que, sobre la base de fundamentos democráticos, pluralistas
y participativos:
La del 91 es una constitución que delimita el poder, inclusive durante los estados de
excepción y hace valer los derechos humanos y el derecho internacional humanitario. Se trata
de una constitución humanista, cuya preceptiva, por definición, rechaza la razón de Estado,
las vías de hecho y la arbitrariedad en el ejercicio del poder.
Es una constitución que recalca, como punto esencial de su fundamentación política y base
necesaria del sistema jurídico, el respeto a la dignidad de la persona, y el reconocimiento por
parte del Estado de valores insustituibles como la libertad, la igualdad, la paz, el trabajo y la
familia. Los delegatarios del 91 no ahorraron tinta cuando se trató de dejar en claro que este
es un Estado social y democrático de derecho, participativo, pluralista, y que uno de los
objetivos principales de la organización estatal es garantizar la efectividad de los derechos,
libertades, garantías y deberes de los asociados.
3/4
“La enunciación de los derechos y garantías contenidos en la Constitución y en los convenios
internacionales vigentes, no debe entenderse como negación de otros que, siendo inherentes
a la persona humana, no figuren expresamente en ellos”.
Los ciudadanos han entendido que la Constitución es suya y que está para la
garantía de sus derechos.
Por ello la Corte Constitucional ha definido el bloque de constitucionalidad como una unidad
jurídica compuesta por normas y principios contemplados en tratados internacionales sobre
derechos humanos, en el derecho internacional humanitario, en la propia Constitución, en
leyes estatutarias y en otras disposiciones integradas con el propósito de amparar
efectivamente los derechos fundamentales. Estas son reglas jurídicas que, aun sin aparecer
formalmente en los artículos de la Carta, son utilizadas como criterios y parámetros del control
de constitucionalidad de las leyes y decretos con fuerza de ley.
Tales preceptos han sido normativamente integrados a la Constitución por diversas vías y por
mandato de la propia Carta. Se trata entonces de verdaderos principios y reglas de valor y
jerarquía superior: normas situadas en el nivel constitucional aunque no estén incorporadas a
la Constitución en estricto sentido.
Lástima que en muchos aspectos no se cumpla y que a veces el poder público no haga valer
sus postulados.
*Cofundador de Razón Pública. Para ver el perfil del autor, haga clic en este enlace.
@josegreghg
4/4