Vous êtes sur la page 1sur 5

HISTORIA DE LA IMPRENTA

La evolución de la imprenta se produjo en distintos lugares del mundo y en diferentes épocas.


Desde las civilizaciones egipcia, griega y romana y las copias manuscritas mediante pluma o
pincel hasta la prensa moderna, han sido muchos los factores que han influenciado
favorablemente.

En China, gracias a la difusión de la religión Budista y a la necesidad de confeccionar copias de las


oraciones esta evolución tuvo una gran influencia. También, lo fue la búsqueda de materiales de
escritura más adecuados, ya que el papiro y el pergamino resultaban demasiado frágiles y finos.
La llegada de los caracteres móviles favoreció el desarrollo de distintas técnicas de grabado, entre
ellas el "aguafuerte" y el "grabado al humo" con planchas de cobre, al igual que la "aguatinta" que
permite simular el efecto de la pintura al acuarela.

En Europa, durante el siglo XII se produjo una gran actividad intelectual que trajo consigo una
mayor demanda de libros. Los monjes realizaban cuidadosamente copias para las bibliotecas de
los monasterios pero esto no satisfacía la demanda de los estudiantes y de esta necesidad surgió
la búsqueda de un método de reproducción de los textos rápido y barato.

En las ciudades universitarias se repartían los manuscritos entre los copistas y después las volvían
a unir en un solo ejemplar, esto terminó convirtiéndose en un auténtico negocio de librería. Entre
1436 y 1450 se sabe con seguridad que Gutenberg (inventor de la imprenta) construyó un aparato
que permitía fundir las letras metálicas satisfactoriamente. Y sería en 1455 cuando inauguraría la
industria editorial con "La Biblia de Gutenberg".

La expansión del invento llegó a Italia y a Roma y sería en 1464 cuando en Francia emplearon la
técnica y posteriormente en Oxford en 1479. Hasta el S.XVIII la técnica consistía en colocar los
caracteres sobre la platina, encima del papel y presionar con la prensa de madera y mármol. En
Francia, en 1777, Didot construyó una prensa toda de hierro y del mismo tamaño que la hoja de
imprimir, que fue perfeccionándose posteriormente. Gracias a la revolución industrial y a los
adelantos técnicos nacieron las imprentas nacionales.

La máquina de reacción, en la que el papel, impreso por una cara, retrocedía y era impreso por la
otra surgió en 1854. Un año después se harían tiradas de 10.000 ejemplares a la hora en la
máquina rotativa de Hue gracias a la utilización del papel continuo y del molde cilíndrico que
permitía la impresión por las dos caras.

La impresión de los periódicos se realizaría a partir de entonces en máquinas con composición en


Linotipía y la de las revistas y libros se realizaría en Monotipia. A principios del siglo 20, apareció
la foto-componedora, esta técnica supuso una revolución porque permitía el resultado de una
imagen con los mismos colores que el original mediante métodos fotográficos. A partir de cuatro
películas, que representan la cuatricromía; negro, magenta, amarillo y cian y de los textos
fotografiados se realizaba la impresión.

A partir de ahí la evolución en cuanto a los procesos de impresión se ha visto empujada a la


necesidad de una mayor rapidez en los tiempos de impresión y al abaratamiento de los costos;
Sería König quien innovaría de forma radical el sector al presentar la máquina que disponía de un
cilindro giratorio que sujeta el papel en su paso a través del tipo. En la actualidad, la impresión de
libros se realiza con máquinas de este tipo. No obstante, según van pasando los años las
impresiones en 2D, están siendo reemplazadas por impresiones en 3D, las cuales suponen un
avance más en la tecnología y la evolución de la imprenta.
LA ESCRITURA
La escritura es el sistema de comunicación humana por excelencia más allá de la palabra, es decir,
del lenguaje verbal. Es el sistema de comunicación diferida más importante, el primero que
permitió transmitir un mensaje desde una persona a otra aunque estas no estuvieran presentes en
el mismo lugar ni en el mismo momento.

Su razón de ser, como el de todo sistema de comunicación, es la de servir como mecanismo de


transmisión de mensajes e ideas, pero en particular, de aquellos que se pretende que
permanezcan en el tiempo, incluso después de que quien generó ese mensaje ya no esté, también
la escritura permite que el mensaje pueda reproducirse (igual o modificado) tiempo después de su
primera aparición. Parece imposible imaginar nuestra vida actual sin la escritura, pese a que hoy
contamos con muchos otros medios de comunicación; de modo que con más razón aún la
escritura lo era todo en tiempos pasados.

LA ESCRITURA COMO DETERMINANTE DE LA HISTORIA

¿Cuál es la importancia de la escritura en la historia? Total y absoluta; de hecho, el comienzo de la


historia, es decir, la transición entre el impreciso período que se conoce como prehistoria y el
tiempo que se ha podido documentar, se sitúa en la aparición de la escritura, originada en la
Mesopotamia asiática. Mientras que toda la etapa de la prehistoria debe ser estudiada por
arqueólogos estableciendo conexiones entre sus propios conocimientos y las huellas del pasado
que van pudiendo encontrar (pinturas rupestres, cuevas, etc.), la escritura habilitó en gran
medida la reconstrucción del pasado y dio la posibilidad de interpretarlo sobre la base de
fuentes mucho más objetivas, a las que denominó documentos.

Es cierto que la escritura no apareció de la nada: la necesidad de expresar de forma gráfica


determinados mensajes ya existía, y sistemas pictográficos o logo-silabarios ya habían aparecido
antes. Sin embargo, la intención de crear alfabetos y sentar determinadas cuestiones por escrito
llegó aproximadamente en el año 3000 A.C., por la necesidad de los hombres de demostrar la
tenencia de propiedades, llevar un sistema de contabilidad, cobrar impuestos, instaurar leyes o
legar los saberes entre las generaciones.

EL ALFABETO

Está claro que las diferencias entre un sistema de comunicación inmediata y uno de comunicación
diferida son abismales. Probablemente la más importante sea que la efectividad de la
comunicación es mucho mayor en la comunicación inmediata, pues todos los participantes se
dan cuenta muy rápidamente del contenido del mensaje siempre y cuando compartan el código,
es decir, el lenguaje.

En la escritura la cuestión es más compleja, pues no todas las personas comparten esos signos
gráficos: el paso posterior al de la aparición de la escritura consistió en la difusión de los alfabetos,
esto es, en los sistemas de elementos gráficos que simbolizaban los sonidos y que al combinarse
forman las palabras. El primer sistema escrito fue cuneiforme, que significa en forma de cuña: se
marcaban impresiones con esa forma sobre tablillas de arcilla fresca. Con el tiempo fueron
apareciendo signos cada vez más diferentes de los objetos que en un principio habían
representado.

La escritura alfabética tomó mayor dimensión hacia el siglo VIII A.C, con la difusión del alfabeto
griego. Desde entonces fueron muchos los alfabetos que progresivamente aparecieron, además
de los innumerables campos en los que la escritura encontró aplicación efectiva. Las cartas fueron
el medio de comunicación más importante entre los individuos durante muchísimo tiempo, y el
desarrollo del transporte intercontinental tuvo un fuerte carácter innovador pues permitió
la comunicación escrita a través de casi todo el mundo.

En la actualidad, donde eso parece historia antigua y la comunicación virtual se destaca


permitiendo unir en cuestión de segundos a personas que están separadas por miles de
kilómetros; sigue siendo la escritura el medio de comunicación por excelencia, e Internet se
sustenta prácticamente en su totalidad a través de la comunicación escrita. Aun cuando existen
idiomas compartidos por muchísimos hablantes (chino, inglés, español) y pese a la presión que
ejerce el proceso de globalización, de momento no parecemos encaminarnos hacia un mundo que
ofrezca un lenguaje único.

SOPORTE MATERIAL

Básicamente la escritura se fija en el soporte por dos procedimientos: incisión (inscribir) o trazado
(escribir). En el primero, se pueden utilizar diversos procedimientos: grabados, esculpidos,
incisiones, etc., a veces con marcas tan débiles que son poco más que rasguños, a veces con
rebajes profundos realizados a cincel, dependiendo de la dureza de los materiales. En el segundo,
también hay distintas posibilidades: el dibujo, la pintura, la caligrafía, la impresión, etc. Dentro
de éste, se hace una distinción entre los manuscritos, modalidad que se realiza con instrumentos
tan diversos como son los pinceles, plumas, cálamos, lápices, rotuladores... y la escritura realizada
con aparatos que, desde su comienzo con la invención de la imprenta, se ha ido desarrollando a
medida que ha evolucionado la técnica y , de este modo, usa linotipias, cajas, teclados, soportes
magnéticos y cuantos procedimientos se han desarrollado desde la aparición de las máquinas de
escribir y los ordenadores. También se diferencia en que la escritura realizada a mano se hace a
punta seca, en contraposición a las máquinas que utilizan sustancias fijadoras, como la pintura o
la tinta. En muchas ocasiones, hay una estrecha relación entre el soporte material, la forma de
escribirlo o inscribirlo y el contenido de los textos. De este modo, se aprecia que, para
documentos importantes, textos legales y conmemoraciones de triunfos militares se usaba el
mármol o el bronce, en los que se diseñaba cuidadosamente la letra y se grababa; sobre el
costosísimo papiro, se pintaban documentos religiosos y simbólicos de los faraones egipcios; sobre
las paredes de las casas y los muros de las ciudades se pintaban rápidas consignas políticas,
mensajes curiosos, obscenos, amorosos, humorísticos...; en arcilla se anotaban registros de
cuentas y relaciones económicas en Mesopotamia; en tablillas de cera escribían los niños romanos
sus ejercicios escolares, que borraban y volvían a utilizar después; sobre pergamino se iluminaban
preciosos manuscritos en la Edad Media con textos literarios, religiosos, científicos; en los objetos
pequeños de oro y metales preciosos o semipreciosos se grababan los nombres de los propietarios
o quién y para quién se habían fabricado. De todo esto, se concluye que existe una gran cantidad
de materiales y tipos de soportes para una inmensa variedad de tipos de escritos. Bien es cierto
que, con la aparición del papel, la escritura conocerá el soporte universal para su difusión, dando
cabida a cualquier tipo de mensaje, especialmente, desde la aparición de la imprenta. Los otros
materiales, así, o bien siguieron utilizándose con una función específica y bien delimitada, o bien
cayeron en desuso.
Antecedentes de la Guerra del Pacífico

Enfrentamiento fue impulsado principalmente por un segmento de la elite política y empresarial,


que presionó al gobierno, manejó la prensa y movilizó a las masas para incorporar territorios ricos
en salitre a la soberanía chilena.

La historiografía tradicional de Chile releva las causas jurídicas y geopolíticas como origen de este
conflicto. Otra línea explicativa ha sido formulada por los historiadores Luis Ortega, Héctor Ardiles,
Thomas F. O'Brien, Luis Vitale, Manuel Ravest Mora y Armando de Ramón.

Ellos han resaltado la importancia de las causas económicas en el desencadenamiento del


conflicto: el papel que jugaron los empresarios y/o políticos chilenos, la crisis económica que
acaecía en el país, y los intereses en torno a la riqueza minera existente en el litoral de la zona
norte, territorios pertenecientes a Perú, Bolivia y Chile.

En 1875 la economía chilena experimentó la primera crisis económica en su historia independiente.


La depresión mundial de 1870 causó el prolongado descenso de precios de los productos
primarios que Chile exportaba y la Guerra del Pacífico se transformó en una salida (Cfr. Ortega,
2005).

El enfrentamiento fue impulsado por un segmento de la elite política y empresarial,


que presionó al gobierno chileno, manejó la prensa y movilizó a las masas para que el conflicto
condujera inevitablemente al estallido de la guerra e incorporara territorios ricos en salitres a la
soberanía chilena (Cfr. Ortega, 1984).

Impuesto conflictivo: causa coyuntural

El 14 de febrero de 1878, la Asamblea Nacional de Bolivia acordó establecer un impuesto de 10


centavos por quintal métrico a las exportaciones de salitre efectuadas por la Compañía de Salitre y
Ferrocarril de Antofagasta.

Este hecho desencadenó el conflicto, porque a juicio de las autoridades chilenas y de los
accionistas de la Compañía de Salitre y Ferrocarril de Antofagasta, la ley contravenía el tratado de
límites de 1874, que ratificaba como frontera entre Chile y Bolivia el paralelo 24, y en su artículo IV
disponía que en ese territorio "las personas, industrias y capitales chilenos no quedarán sujetos a
más contribuciones [...] que a las que al presente existen", por un período de 25 años.

Con este argumento, la Compañía de Salitre y Ferrocarril de Antofagasta, encabezada por su


gerente y accionista George Hicks, se negó a cancelar este tributo, reclamó ante el gobierno de
Bolivia y pidió la intervención de Chile.

En abril de 1878, el ministro plenipotenciario en La Paz, Pedro Nolasco Videla, logró la suspensión
temporal de la ley. Aún así, el 8 de noviembre el ministro de Relaciones Exteriores de Chile,
Alejandro Fierro, entregó una nota al gobierno boliviano en la que manifestaba que el proceder de
Bolivia podía conducir a la abrogación total del tratado de 1874.

Fierro advirtió que el escenario se tornaba altamente peligroso y hacía factible la ocupación de
Antofagasta debido al incremento de la población y las inversiones chilenas en la ciudad (Cfr.
Memoria del Ministerio de Relaciones Exteriores 1879, anexos, pp. 45-46. En: Ortega, 2005: 438).
En el ámbito local, Hicks personificó el espíritu beligerante del conflicto. Su correspondencia
demuestra que no tuvo intensión de establecer un acuerdo o juicio con los tribunales bolivianos ni
de cancelar ningún centavo más de lo establecido por el tratado de 1874 (Cfr. Ardiles, 2013: 143).

Junto a él, los accionistas de su compañía constituyeron un poderoso grupo de presión que actuó
en forma conjunta en el Congreso, en el gobierno y en los diarios nacionales (Cfr. Ortega, 2005).

El ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, Martín Lanza, comunicó oficialmente a mediados


de diciembre de 1878, que su gobierno ha ordenado a las autoridades del litoral
hacer cumplir la ley.

Hicks se negó nuevamente a pagar. El prefecto de Cobija ordenó su arresto y el embargo de


los bienes de la compañía el 14 de febrero, según consta en un Decreto del 11 de enero de 1879
(Bermudez, 1963: 383 y 384).

Dos días antes había atracado en Antofagasta el Blanco Encalada, la nave más poderosa de la flota
de guerra chilena.

En febrero, Hicks dijo: "conociendo un poco a los chilenos, resultaba necesario resaltar, con toda
nuestras fuerzas, los ataques bolivianos a nuestros derechos y sobre el Tratado (...) [Pensaba que
Chile] no debería vacilar en recuperar este territorio; aprovechar la oportunidad para liberar la
costa del pacífico de esta plaga de bolivianos" (Ardiles, 2013: 145).

A esa altura, las relaciones diplomáticas entre ambos países no existían. El gobierno chileno pedía
la anulación de la ley de febrero de 1874 y el levantamiento del embargo, en tanto que Bolivia
insistía en el retiro de las fuerzas navales de su litoral.

La decisión de ocupar Antofagasta se planificó para el 14 de febrero, el mismo día en que debían
ser rematados los bienes de la compañía

Vous aimerez peut-être aussi