Vous êtes sur la page 1sur 29

Digitalizado para www.apuntesmedicos.com.

ar

CAPITULO 12

NEUROTRANSMISION y
SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

Floyd E. Bloom

Los fármacos que actúan en el sistema nervioso central (SNC) influyen en la vida de cada
persona, todos los días. Estos compuestos son de una enorme utilidad terapéutica puesto
que pueden producir efectos fisiológicos y psicológicos especíjicos. La cirugía moderna
sería imposible sin los anestésicos generales. Los fármacos que afectan al SNC actúan de
manera selectiva para aliviar el dolor. reducir la fiebre, suprimir los trastornos del movi­

r
.a
miento, el sueño o el estado de vigilia, reducir el deseo de comer o aliviar el impulso del
vómito. Los fármacos de acción selectiva ;e emplean para tratar ansiedad, manía, depre­

om
sión o esquizofrenia, y lo hacen sin alterar el estado de conciencia (caps. 18 y 19).
La autoadministración no médica de fármacos con actividad en el SNC es una práctica
muy generalizada. Los estimulantes y ansiolíticos socialmente aceptables producen estabi­

s.c
lidad, alivio e incluso placer a muchas personas. Sin embargo, el empleo excesivo de éstas
y otras sustancias puede también afectar de manera adversa la vida del individuo cuando su
ico
uso compulsivo y desordenado culmina en dependencia fisica
sos tóxicos que pueden llegar a la muerte por sobredosíjicación (cap. 24).
Las peculiares cualidades de los fármacos que afectan al sistema nervioso central y a la
ed

conducta imponen a los estudiosos del SNC un desafio cientíjico extraordinario: tratar de
comprender las bases celulares y moleculares de las funciones enormemente complejas y
variadas del cerebro humano. En este esfuerzo, los farmacólogos buscan dos finalidades
m

principales: utilizar fármacos que aclaren los mecanismos que operan en el SNC normal, y
es

crear sustancias apropiadas para corregir los sucesos fisiopatológicos en el SNC anormal.
Los criterios para aclarar los sitios y los mecanismos de acción de los fármacos en el SNC
t

exigen que se conozca la biología celular y molecular del cerebro. Aunque dista mucho de
un

ser cOfTIpleto lo que se sabe sobre la anatomía, fisiología y química del sistema nervioso, el
gran ímpetu de la investigación interdisciplinaria del SNC ha permitido adelantos notables.
ap

Este capítulo ofrece normas de referencia y principios básicos para el análisis amplio de los
fármacos que afectan al SNC. En los capítulos restantes de esta sección (caps. 13 a 24), se
analizan criterios terapéuticos especíjicos para los trastornos neurológicos y psiquiátricos.
w.
ww

PRINCIPIOS DE ORGANIZACION la infonnación somatosensorial, visual, auditiva y olfatoria, lo


DEL ENCEFALO mismo que motora y de asociación); 2) según la posición anató­
mica (frontal, temporal, parietal y occipital) y, por último, 3)
El encéfalo puede considerarse como un conjunto de sis­ según las relaciones geométricas entre los tipos de células dis­
tribuidas conforme a las clasificaciones "citoarquitectónicas" de
temas neurales interrelacionados que regulan su propia
las capas corticales principales. La corteza cerebral muestra un
actividad, y la de los demás, de una manera dinámica com­
aspecto laminar relativamente uniforme dentro de cualquier re­
pleja. Las grandes divisiones anatómicas permiten hacer gión locaL Se considera que grupos de columnas de cerca de
una clasificación superficial de la distribución de las fun­ 1 00 neuronas, conectadas en sentido vertical, constituyen un
ciones del encéfalo. módulo elemental de procesamiento. Las funciones especia­
lizadas de una región cortical se originan en la interacción, den­
tro de este módulo básico de conexiones, entre las otras regio­
!\lacrofunciones de las regiones del e ncéfalo
nes de la corteza (sistemas corticocorticales) y las zonas no
Corteza cerebral. Los dos hemisferios cerebrales constituyen corticales del cerebro (sistemas subcorticales) (Morrison y Hof,
la división de mayor tamaño del encéfalo. Las regiones de la 1992). Transitoriamente, números variables de módulos colum­
corteza se clasifican de diversas maneras: 1) por la modalidad nares adyacentes pueden unirse, desde el punto de vista funcio­
de información que procesan (p. ej., sensorial, con inclusión de nal, para formar unidades de información y procesamiento de

283
Digitalizado para www.apuntesmedicos.com.ar

2"'� :{JI; ¡jj F,i"¡¡'</é r'" 11/1 ,In ¡¡in ('11 1'1 ,1.\!I'mll nC/Tioso celltro!

mayor tamaño. Los procesos patológicos de la enfennedad de las conexiones y las posibles funciones de los diversos núcleos
Alzheimer. por ejemplo, destruyen la integridad de los módulos hipotalámicos (Swanson, 1986).
columnares y las conexiones corticocorticales (Morrison, 1993;
cap. 22). Mesencéfalo y tallo encefálico. M esencéfa lo, protuberancia
Estas unidades columnares sirven para "interconectar. . . sis­ a nula r y bulbo ra quídeo conectan a los hemisferios cerebrales y
temas anidados", en los cuales las asociaciones sensoriales se a tálamo e hipotálamo con la médula espinal. Estas porciones a
pueden modificar con rapidez confonne se procesa la infonna­ manera de "puente" del SNC contienen la mayor parte de los
ción (Tononi y col., 1992). Las áreas corticales llamadas áreas núcleos de los pares craneales, lo mismo que las principales vías
de asociación reciben y procesan, de algún modo, la infonna­ de entrada y salida de las cortezas cerebrales y la médula espi­
ción proveniente de las regiones sensoriales corticales prima­ nal. Estas regiones contienen al sistema a ctiva dor reticular, re­
rias, para producir funciones corticales superiores, como pensa­ gión importante pero poco comprendida aún de la sustancia gris,
miento abstracto, memoria y conciencia. Las cortezas cerebrales que enlaza los sucesos sensoriales y motores periféricos con los
brindan también integración supervisora del sistema nervioso niveles superiores de la integración nerviosa. Aquí se encuen­
autónomo, y pueden integrar funciones somáticas y autonómi­ tran las principales neuronas del cerebro que contienen mono­
cas, incluso las de los aparatos cardiovascular y digestivo. aminas (v éase más adelante). En conjunto, estas regiones cons­

r
tituyen los puntos de integración central para coordinar los actos

.a
Sistema Jímbico. El sistema límbico es un conjunto de regio­ reflejos esenciales, como deglución y vómito, y los que abarcan
nes del encéfalo (fonnación del hipocampo, complejo amigda­ a los aparatos cardiovascular y respiratorio; estas áreas incluyen

om
Ioide, septum, núcleos olfatorios, ganglios basales y algunos también a las regiones primarias de recepción de la mayor parte
núcleos del diencéfalo) agrupadas alrededor de bordes subcorti­ de la infonnación sensorial aferente visceral. El sistema activa­
cales de la parte central subyacente del encéfalo, a la cual se han dor reticular es esencial para regular sueño, vigilia y nivel de

s.c
atribuido diversas funciones emocionales y motivacionales com­ excitación, lo mismo que para coordinar los movimientos ocula­
plejas. Despierta preocupación el empleo de este ténnino, por­ res. Los sistemas de fibras que se proyectan desde la formación
que los componentes del sistema límbico podrían no funcionar reticular se han llamado "inespecíficos", porque los sitios hacia
ico
de manera sostenida como sistema, y los Hmites de éste se han los que se proyectan son relativamente más difusos en su distri­
definido de manera un tanto arbitraria. Parte del sistema límbico bución que los de otras muchas neuronas (p. ej. , proyecciones
participa también, de manera individual, en funciones capaces talamocorticales específicas). Sin embargo, el sistema reticular
ed

de una definición más precisa. Por tanto, los ganglios basales, o inerva a sus blancos de una manera funcional coherente, a pesar
cuerpo neoestriado ( nú cleo ca uda do, puta men, nú cleo pá li do y de su distribución amplia (Foote y Aston-Jones, 1994; Mesulam,
núcleo lenticular) fonnan un segmento esencial del sist ema mot or 1994).
m

extrapiramidal. Este sistema complementa la función del sis­


es

tema motor piramidal (o voluntario); la lesión del sistema extra­ Cerebelo. El cerebelo se origina en la parte posterior de la pro­
piramidal deprime la capacidad para iniciar los movimientos tuberancia anular, por detrás de los hemisferios cerebrales. Se
voluntarios y produce trastornos que se caracterizan por movi­ encuentra también muy laminado, y es redundante en su organi­
t

mientos involuntarios, como los temblores y la rigidez de la en­ zación citológica detallada; los lóbulos y las hojas (folio) del
un

fermedad de Parkinson o los movimientos incontrolables de las cerebro se proyectan hacia núcleos cerebelosos profundos espe­
extremidades de la corea de Huntington (cap. 22). Asimismo, el cíficos, que a su vez efectúan proyecciones relativamente selec­
ap

hipocampo puede ser de importancia crucial en la fonnación de tivas hacia la corteza motora (por medio del tálamo) y hacia los
la memoria reciente, puesto que esta función se pierde en los núcleos del tallo encefálico relacionados con la función vestibular
pacientes con lesión bilateral extensa del hipocampo o con en­ (posición y estabilización). Además de conservar el tono apro­
w.

fermedad de Alzheimer, la cual destruye la estructura intrínseca piado de la musculatura contra la gravedad, y de brindar retro­
de este último (Zola-Morgan y Squire, 1993). alimentación sostenida durante los movimientos voluntarios del
ww

Diencéfalo. El tá lamo se encuentra en el centro del encéfalo, tronco y las extremidades, el cerebelo puede regular también la
por debajo de la corteza y los ganglios basales y por arriba del función visceral (p. ej ., frecuencia cardiaca, de modo que se con­
hipocampo. Las neuronas del tálamo se hallan distribuidas en serve el flujo sanguíneo a pesar de los cambios de posición).
"cúmulos" definidos, o núcleos, que son estructuras pares o de
la línea media. Estos núcleos actúan como relevadores entre las Médula espinal. La médula espinal se extiende desde el ex­
vías sensoriales que llegan y la corteza, entre las regiones defi­ tremo caudal del bulbo raquídeo hasta las vértebras lumbares
nidas del tálamo y el hipotálamo, y entre los ganglios basales y inferiores. Dentro de este cúmulo de células y vías nerviosas, se
las regiones de asociación de la corteza cerebral. Núcleos talá­ coordina de manera local la información sensorial proveniente
micos y ganglios basales ejercen también un control regulador de piel, músculos, articulaciones y vísceras, por medio de moto­
de las funciones viscerales; ocurren afagia y adipsia, lo mismo neuronas y de células sensoriales primarias relevadoras que pro­
que negación sensorial general, después de la lesión del cuerpo yectan y reciben señales desde los niveles superiores. La médu­
estriado o de determinados circuitos que tenninan en éste. la espinal se divide en segmentos anatómicos (cervical, torácico,
El hipot álamo es la región de integración principal de todo el lumbar y sacro) que corresponden a las divisiones de los nervios
sistema nervioso autónomo y, entre otras funciones, regula tem­ periféricos y de la columna vertebral. Las vías ascendentes y
peratura corporal, equilibrio hídrico, metabolismo intermedia­ descendentes de la médula espinal están localizadas dentro de la
rio, presión arterial, ciclos sexual y circadiano, secreción de la sustancia blanca a nivel del perímetro de la médula, en tanto que
adenohipófisis, sueño y emociones. Adelantos recientes en la las conexiones intersegmentarias y los contactos sinápticos se
disección cito fisiológica y química del hipotálamo han aclarado concentran dentro de la masa interna de sustancia gris en forma
Digitalizado para www.apuntesmedicos.com.ar

Capítulo J 2 l\¡'eurotransmi.I'lún \' \'lstt'mu nervioso ('en1m! .!R5

de H. La información sensorial fluye hacia la región dorsal de la Algunos sistemas neuronales del hipocampo, la protu­
médula, y los comandos motores salen por la porción ventral. berancia cerebral y el tallo encefálico recurren a cir cuitos
Las neuronas preganglionares del sistema nervioso autónomo divergentes de una sola fuente. A partir de su localización
(cap. 6) se encuentran en las columnas intermediolaterales de la anatómica en cúmulos, estas neuronas extienden conexio­
sustancia gris. Se pueden desencadenar reflejos autonómicos (p.
nes ramificadas y divergentes múltiples hacia muchas cé­
ej., alteraciones en los vasos cutáneos con los cambios de tem­
lulas blanco, casi todas las cuales se encuentran fuera de
peratura) con facilidad dentro de segmentos locales de la médu­
la espinal, como lo demuestra la conservación de estos reflejos
la región cerebral en la que están localizadas estas neuro­
después de seccionarse la médula. nas. En ningún caso, tales células suelen ser elementos
secuenciales de un sistema jerárquico determinado; más
bien, parecen neuronas de circuitos locales especiales,
Microanatomía del encéfalo cuyos dominios espaciales son uno o dos órdenes de mag­
nitud mayores que los de las interneuronas interregionales
Organización celular del encéfalo. Los conocimientos clásicas. Por ejemplo, las neuronas del locus ceruleus se

r
actuales sobre la organización celular del SNC se pueden proyectan desde la protuberancia anular hacia cerebelo,

.a
considerar, desde un punto de vista simple, según los tres médula espinal, tálamo y diversas zonas corticales, pero
patrones principales de las conexiones neuronales la función de estas regiones blanco no se trastorna en u n

om
(Shepherd, 1988). Independientemente de que las neuro­ grado evidente cuando se destruyen con fines experimen­
nas operen dentro de estructuras en capjls (como bulbo tales las fibras adrenérgicas, lo que indica su estructura
olfatorio, corteza cerebral, formación del hipocampo y divergente pero no jerárquica. Quizás estos sistemas me­

s.c
cerebelo) o en agrupamientos apiñados (acumulaciones dian enlaces entre regiones que podrían requerir integra­
definidas de neuronas centrales que forman núcleos), es a ción temporal. Muchos otros sistemas de proyección larga
ico
través de los patrones de los circuitos neuronales como las que se originan en el mesencéfalo podrían ajustarse tam­
neuronas individuales forman conjuntos funcionales que bién a este esquema de organización, que no es ni jerár­
regulan el flujo de información dentro de las regiones ce­ quico ni de circuito estrictamente local. Se conocen bien
ed

rebrales y entre ellas. Se encuentran, de manera carac­ los neurotransmisores de estas conexiones (véase más ade­
terística, organizaciones neuronales jerárquicas largas en lante), en tanto que aún no se identifican otros.
m

las vías sensoriales y motoras primarias. En éstas, la trans­


misión de la información se produce de manera básica­
es

Biología celular de las neuronas. Las neuronas se clasifican


mente secuencial, y las neuronas interconectadas se rela­ de muchas maneras diferentes según su función (sensorial, moto­
cionan entre sí de una manera jerárquica. Los receptores ra o intemeuronal), su localización, o la idertidad del neurotrans­
t

primarios (en retina, oído interno, epitelio olfatorio, len­ misor que sintetizan y descargan. El análisis microscópico se
un

gua o piel) efectúan su transmisión inicialmente hacia cé­ concentra en su forma general, en particular en el número de ex­
lulas relevadoras primarias, a continuación hacia células tensiones que salen del cuerpo celular. La mayor parte de las neu­
ap

relevadoras secundarias y, por último, hacia campos sen­ ronas tiene un axón o cilindroeje que emite señales hacia células
soriales primarios de la corteza cerebral. Con respecto a blanco interconectadas de manera funcional. Otras ramificacio­
nes, denominadas dendritas, se extienden desde el cuerpo de la
w.

los sistemas de emisión de impulsos motores, la secuencia


célula nerviosa para recibir contactos sinápticos de otras neuro­
se invierte y los impulsos descienden de manera jerárqui­
nas; estas dendritas pueden ramificarse en patrones extremada­
ww

ca desde la corteza cerebral hacia la motoneurona raquí­


mente complejos. Las neuronas manifiestan las características
dea. Este esquema jerárquico de organización brinda un
citol6gicas de células secretoras muy activas: contienen grandes
flujo preciso de información, pero tiene la desventaja de
núcleos, grandes cantidades de retículo endoplásmico liso y ru­
que la destrucción de cualquier enlace incapacita a todo el goso, y cúmulos frecuentes de retículo endoplásmico liso espe­
sistema. cializado (aparato de Golgil, en el cual se empacan los productos
Las neuronas de los circuitos locales establecen sus co­ de la célula en organitos limitados por membranas para su trans­
nexiones principalmente dentro de su vecindad inmediata. porte hacia el exterior del propio cuerpo celular, en dirección al
Estas neuronas, a menudo pequeñas, pueden tener muy axón o las dendritas (fig. 12-1). Las neuronas y sus extensiones
pocas ramificaciones. Se cree que regulan (es decir, am­ celulares son ricas en microtúbulos (túbulos alargados que mi­
plían o limitan) el flujo de información a través de su do­ den cerca de 24 nm de diámetro). Sus funciones pueden consistir
minio espacial pequeño. A causa de sus axones cortos, en apoyar a los axones y las dendritas largos, y en ayudar al trans­
porte recíproco de macromoléculas y organitos esenciales entre
pueden funcionar sin generar potenciales de acción, lo cual
el cuerpo celular y el axón o las dendritas distantes.
es esencial en la transmisión a larga distancia entre las
Los sitios de comunicación intemeuronal en el SNC se deno­
neuronas conectadas de manera jerárquica. Por medio de
minan si napsis (v éa se más adelante). Aunque, desde el punto de
pruebas farmacológicas, se han identificado los neurotrans­ vista funcional, las sinapsis son análogas a las "uniones" en los
misores de muchas neuronas de los circuitos locales situa­ sistemas nerviosos motor somático y autonómico, las uniones
dos en la mayor parte de las regiones del encéfalo (véase centrales se caracterizan en su aspecto morfológico por diversas
más adelante). formas adicionales de depósitos paramembranosos de proteínas
Digitalizado para www.apuntesmedicos.com.ar

286 Sección IJ/ Fármacos COII acción en el sistema nervioso central

DENDRODENDRITICA AXODENDRITICA
("SERIADA")

r
.a
om
s.c
ico
ed
m
es

TELODENDRITICA-DENDRITICA
t

TELODENDRITICA-TELODENDRITICA AXOPLASMICA
un

Fig.12-1. Sitios sensibles afármacos en la transmisión sináptica.

Vista esquemática de los sitios sensibles a fármacos en los complejos sinápticos prototípicos. En el
ap

centro, una neurona sináptica recibe una sinapsis somática (que se ilustra muy aumentada de tamaño)
proveniente de una terminación axoniana; aparece una terminación axoaxoniana en contacto con esta
terminación nerviosa presináptica. Los sitios sensibles a los fármacos son: 1) microtúbulos encargados
w.

del transporte bidireccional de macromoléculas entre el cuerpo de la célula neuronal y las ramificacio­
nes distales; 2) membranas de conducción eléctrica; 3) sitios para la síntesis y el almacenamiento de
ww

transmisores; 4) sitios para la captación activa de transmisores por las terminaciones nerviosas o las
células gliales; 5) sitios para la descarga del transmisor; 6) receptores posinápticos, organitos citoplás­
micos y proteínas posinápticas para la expresión de la actividad sináptica, y para la mediación a largo
plazo de los estados fisiológicos alterados; 7) receptores presinápticos situados en ramificaciones
presinápticas adyacentes, y 8) en las terminaciones nerviosas (autorreceptores). Alrededor de la neuro­
na central se encuentran ilustraciones esquemáticas de las relaciones sinápticas más frecuentes en el
SNC (Modificada de Bodian, 1972, y Cooper y col., 1986).

específicas (esenciales para la descarga del transmisor, la reac­ to de los transmisores, el acoplamiento vesicular sobre las mem­
ción a éste y su catabolia). Se piensa que estos sitios especiali­ branas presinápticas, la secreción dependiente de voltaje y Ca2+
zados son las zonas activas para la descarga del transmisor y la (cap. 6), y el ciclo repetitivo y el realrnacenarniento del transmi­
reacción a éste; las proteínas paramembranosas constituyen una sor descargado (Jahn y Südhof, 1994).
zona de adherencia de unión especializada, que se denomina
si napt o/ema (Bodian, 1972). Al igual que las "uniones" periféri­ Relaciones sinápticas. Las distribuciones sinápticas en el SNC
cas, las sinapsis centrales se distinguen además por acumula­ encajan en gran variedad de formas morfológicas y funcionales
ciones de organitos minúsculos (500 a 1 500 Á), llamados vesí­ específicas de las células en cuestión. Son posibles muchas dis­
c ulas si nápti cas. Se ha demostrado que las proteínas de estas tribuciones espaciales dentro de estas relaciones sinápticas muy
vesÍCulas desempeñan funciones específicas en el almacenamien- individualizadas (fig. 12-1). La distribución más frecuente, carac-
Digitalizado para www.apuntesmedicos.com.ar

Capitulo l;} lVf'1IrotransmisilÍn \' .listen/a IIC/"1'/oso ('entral 287

terística de las vías jerárquicas, es la axodendrítica axosómica, Barrera bematoencefálica. Además de los casos excepcio­
en la cual los axones de la célula de origen establecen su contacto nales en que se introducen fármacos directamente en el SNC, la
funcional con las dendritas del cuerpo celular blanco. En otros concentración del agente en la sangre después de la administra­
casos. pueden ocurrir contactos funcionales entre los cuerpos ción oral y parenteral diferirá en grado importante de su concen­
celulares adyacentes (somatosomáticos) o entre dendritas sobre­ tración en el encéfalo. Aunque no definida de manera precisa
puestas (dendrodendríticos). Algunas neuronas de circuito local desde el punto de vista anatómico, la ba rrera h ema toencefálica
pueden entrar en relaciones presinápticas mediante dendritas es una frontera importante entre la periferia y el SNC que impi­
modifii(adas, llamadas a veces t el odendritas; estas dendri­ de la difusión pasiva de sustancias de la sangre hacia las diver­
tas modificadas pueden ser elementos presinápticos o posináp­ sas regiones de este sistema (Pardridge, 1988). La velocidad muy
ticos. Dentro de la médula espinal son relativamente frecuentes disminuida de acceso de las sustancias químicas del plasma ha­
las sinapsis axoaxónicas seriadas. En estos casos, el axón de una cia el cerebro es prueba de la existencia de esta barrera (cap. 1).
interneurona se extiende hasta la tenninación de una neurona de Esta última es mucho menos relevante en el hipotálamo, y en
gran distancia, en el punto donde dicha tenninación hace contac­ diversos órganos especializados pequeños que revisten al terce­
to con una dendrita en el asta dorsal. Muchos axones presináp­ ro y cuarto ventrículos del cerebro: eminencia media, área pos­
ticos contienen acumulaciones locales de vesículas sinápticas tí­ trema, glándula pineal (epífisis), órgano subfornical y órgano

r
subcomisural. Además, hay pocas pruebas de la existencia de

.a
picas, sin sinaptolema especializado oponente (se denominan
bot ones de pa so). Quizás no ocurra descarga del transmisor en una barrera entre la circulación y el sistema nervioso periférico

om
estos sitios. (p. ej ., nervios y ganglios sensoriales y autonómicos). Aunque
Por lo general, las propiedades bioeléctricas de las neuronas se imponen limitaciones graves a la difusión de las macromo­
y las uniones en el SNC siguen los contornos y los detalles antes léculas, existen también barreras selectivas a la permeación de

s.c
descritos con respecto al sistema nervioso autónomo periférico moléculas cargadas pequeñas, como son neurotransmisores, sus
(cap. 6), salvo que en el SNC se ha discernido una variedad mucho precursores y sus metabolitos, y algunos fánnacos. En la actua­
más amplia de mecanismos intracelulares (Bloom, 1988; Llinas, lidad, estas barreras a la difusión se consideran de manera más
ico
1988; Nicoll, 1988; Aston-Jones y Siggins, 1994). adecuada como una combinación de la partición de un soluto a
través de los vasos sanguíneos (que regulan el paso por las pro­
Células de sostén. Las neuronas no son las únicas células que piedades que pueden definirse como peso molecular, carga y
ed

existen en el SNC. Según la mayor parte de las estimaciones, lipofilicidad), y la presencia o ausencia de sistemas de transpor­
están superadas, tal vez en un orden de magnitud, por diversos te dependientes de energía. Puede ocurrir transporte activo de
elementos celulares no neuronales de sostén (Cherniak, 1990). algunas sustancias en cualquier dirección a través de las barre­
m

Entre las células no neuronales están las de mac roglia, las de ras. Las barreras a la difusión retrasan el paso de sustancias del
mi croglia, las células de los elementos vasculares (entre ellas las encéfalo hacia la sangre, lo mismo que de ésta hacia el encéfalo.
es

de los vasos intracerebrales, lo mismo que las células formadoras Este último depura los metabolitos de sus transmisores en el lí­
de líquido cefalorraquídeo del pl exo c oro ideo que se encuentra quido cefalorraquídeo mediante excredón a través del sistema
t

dentro del sistema ventricular intracerebral) y las meni ng es, que ácido de transporte del plexo coroideo (Wood, 1979). Las sus­
un

cubren la superficie del cerebro y constituyen la cubierta que con­ tancias que rara vez logran acceso hacia el encéfalo desde la
tiene al líquido cefalorraquídeo. Las células de macroglia son las sangre pueden llegar en muchos casos a éste después de inyec­
ap

células de sostén más abundantes; algunas se clasifican como ción directa en el líquido cefalorraquídeo. En algunas circuns­
as tr oci tos (células no neuronales interpuestas entre los vasos san­ tancias, es posible abrir la barrera hematoencefálica, al menos
guíneos y las neuronas, que a menudo rodean compartimientos de manera transitoria, para pennitir la entrada de agentes qui­
w.

individuales de los complejos sinápticos). Los astrocitos desem­ mioterapéuticos (véase la descripción de Rapoport, 1988). Is­
peñan diversas funciones de apoyo metabólico; entre ellas, ofre­ quemia e inflamación del encéfalo modifican también la barrera
ww

cer intermediarios energéticos y efectuar eliminación complemen­ hematoencefálica, lo que da por resultado incremento del acce­
taria de las secreciones neurotransmisoras extracelulares excesivas so de sustancias que de ordinario no afectarían a aquél.
(Magistretti y col., 1994). Una segunda categoría relevante de
células de macroglia es la de las células productoras de mielina,
llamadas en conjunto olig odendrog lia. La mielina, organizada en Reacción a la lesión: reparación y plasticidad
capas múltiples de sus membranas unidas entre sí de manera com­ en el sistema nervioso central
pacta, aísla segmentos de los axones largos de manera bioeléctrica
y acelera la velocidad de conducción del potencial de acción. Las Dado que las neuronas del SNC son células diferenciadas de
células de microglia son de sostén y relativamente desconocidas, manera tenninal, no presentan reacciones proliferativas ante la
que se consideran de origen mesodérmico y que se relacionan lesión. En consecuencia, las neuronas han desarrollado otros
con el linaje de macrófagos y monocitos. Algunas células de mecanismos adaptativos para lograr la conservación de su fun­
macroglia residen dentro del cerebro, en tanto que hay células cionamiento después de lesión traumática. Estos mecanismos
adicionales de esta clase que resultan atraídas hacia el cerebro adaptativos han dotado al encéfalo de una capacidad considera­
durante los periodos de inflamación después de infección mi­ ble para efectuar modificaciones estructurales y funcionales bas­
crobiana, o de otras reacciones inflamatorias subsecuentes a le­ tante entrada la edad adulta (Yang y col., 1994), y pueden repre­
siones traumáticas. La reacción del cerebro a la inflamación di­ sentar algunos de los mecanismos empleados en los fenómenos
fiere de manera sobresaliente de la que ocurre en otros tejidos de memoria y aprendizaje (Kandel y O'Dell, 1992; Merzenich y
(Andersson y col., 1992), y puede explicar en parte sus peculia­ Sameshima, 1993). En estudios recientes se ha demostrado que
res reacciones a los traumatismos (véase más adelante). los procesos moleculares que ocurren durante el desarrollo
Digitalizado para www.apuntesmedicos.com.ar

288 '>ccciún III Fármacos con acción en el sIstema nervioso central

encefálico pueden participar en la plasticidad que se observa en 4) transportadores para la conservación de las moléculas de trans­
el encéfalo adulto. Algunos de estos procesos parecen estar bajo misor descargadas por reacumulación en las tenninaciones ner­
el control de compuestos neurotróficos específicos (Fann y viosas, y a continuación en vesÍCulas sinápticas (Blakely y col.,
Patterson, 1994; Lindsay y col., 1 994; Patterson, 1 994; véas e 1991; Edwards, 1 992;Amara y Arriza, 1993; Kanai y col., 1993).
más adelante). El transporte a través de las membranas vesiculares recurre a
una proteína distinta de la que participa en la recaptación en las
tenninaciones nerviosas.
COMUl\ICACION QUlMICA La investigación a nivel molecular brinda también los instru­
IC\TTEGRADORA EN EL mentos fannacológicos para verificar las hipótesis en investiga­
SISTEMA N E RVIOSO CENTRAL ción de otras estrategias moleculares, celulares y de conducta, y
ofrece un medio para definir sus bases genéticas. Por tanto, la
La capacidad para integrar información a partir de diver­ mayor parte de los fenómenos celulares básicos de las neuronas
se pueden comprender en la actualidad en ténninos de estas en­
sas fuentes externas e internas es el epitomo de la función
tidades moleculares definidas. Aunque desde hace tiempo se sabe
cardinal del SNC, es decir, volver óptimas las necesidades
que la excitabilidad básica de las neuronas se logra con modifi­

r
del organismo dentro de las demandas propias del indivi­ caciones de los canales de iones que expresan todas las neuro­

.a
duo. Estos conceptos de integración trascienden a los sis­ nas en abundancia en sus membranas plasmáticas, ahora es po­
temas transmisores individuales, y ponen de relieve los

om
sible comprender con precisión de qué manera se regula el flujo
medios por los cuales se coordina normalmente la activi­ de los tres principales cationes, Na+ y Ca2+. lo mismo que del
dad neuronal. Sólo mediante una comprensión detallada anión el', a través de canales de iones altamente distintivos (figs.
de estas funciones integradoras y su falla en ciertas situa­ 12-1 y 12-3).

s.c
ciones fisiopatológicas, podrán desarrollarse criterios efi­ Los canales de iones dependientes del voltaje ([lig. 1 2-2], que
caces y específicos para el tratamiento de los trastornos se distinguen de los "canales de iones de compuerta de ligando"
ico
neurológicos y psiquiátricos (caps. 18 y 19). La identifica­ [fig. 12-3] regulados por ciertos neurotransmisores) posibilitan
ción de los mecanismos moleculares y celulares de la inte­ los cambios rápidos en la penneabilidad de los iones, aspecto
subyacente a la propagación rápida de las señales a lo largo de
gración neuronal se relaciona de manera productiva con la
ed

axones y dendritas, y el acoplamiento de excitación y secreción


terapéutica clínica, porque, en muchos casos, las enferme­ que descarga neurotransmisores desde los sitios presinápticos
dades resistentes al tratamiento y los efectos adversos no (Calterall, 1988 y 1993). Clonación, expresión y valoración fun­
m

terapéuticos inesperados de los fánnacos revelan meca­ cional de las modificaciones moleculares limitadas han definido
nismos mal definidos de la fisiopatología. Estas observa­ semejanzas químicas conceptuales entre los canales de cationes
es

ciones pueden dar impulso, a continuación, a la búsqueda principales (fig. 1 2-2, A), en las cuales los dominios intrínsecos
de mecanismos novedosos de regulación celular. La capa­ embebidos en la membrana de los canales de Na+ y Ca2+ se con­
t

cidad para relacionar los procesos moleculares con las sideran como cuatro repeticiones en tándem de un dominio pu­
un

operaciones de la conducta, tanto normales como patoló­ tativo de seis amplitudes transmembrana, en tanto que la familia
gicas, brinda uno de los aspectos más excitantes de la in­ de canales del K+ contiene mayor diversidad molecular. Una for­
ma estructural de los canales de K+ regulados por voltaje, que se
ap

vestigación neurofarmacológica moderna. Un concepto


ilustra en la figura 12-2, e, consiste en subunidades compuestas
subyacente de importancia crucial de la neuropsicofarma­
por un solo dominio putativo de seis amplitudes transmembrana.
w.

cología consiste en que los fármacos que influyen en la En cambio, la estructura rectificadora "hacia adentro" del canal
conducta y mejoran el estado funcional de los pacientes de K+ retiene la configuración general correspondiente a los seg­
ww

con enfermedades neurológicas o psiquiátricas, intensifi­ mentos transmembrana 5 y 6, con la "región del poro" inter­
can o embotan la eficacia de las combinaciones específi­ puesta, que penetra sólo por la membrana superficial exofacial.
cas de acciones de los transmisores sinápticos. Estas dos categorías estructurales de los canales de K' pueden
formar heterooligómeros, 10 que origina múltiples posibilidades
Son cuatro las estrategias de investigación que proporcionan los para la regulación por voltaje, neurotransmisores, ensamble con
sustratos neurocientíficos de los fenómenos neuropsicológicos: proteínas auxiliares intracelulares o modificaciones postraduccio­
molecular, celular, multicelular (o de sistemas) y de la conducta. nales (Krapivinsky y col., 1995). En la actualidad, se pueden
La explotación intensiva del nivel molecular ha sido el criterio examinar las moléculas de canales definidos estructuralmente
tradicional para caracterizar a los fármacos que alteran la con­ para establecer de qué manera fármacos, toxinas y voltajes im­
ducta. Los descubrimientos moleculares han generado sondas puestos alteran la excitabilidad de una neurona, lo que permite
bioquímicas para identificar los sitios neuronales apropiados y que la célula se active de manera espontánea o muera a causa de
sus mecanismos mediadores. Estos mecanismos consisten en: la abertura prolongada de dichos canales (Adams y Swansol1,
1) canales de iones, que originan los cambios de la excitabilidad 1 994; Watson y Girdlestone, 1994; cuadro 12-1). Dentro del SNC
inducidos por los neurotransmisores; 2) receptores de los neuro­ se ha demostrado repetidamente que son aspectos subyacentes a
transmisores (véas e más adelante); 3) moléculas intramembra­ formas complejas de modulación sináptica las variantes de los
nosas y citoplásmicas auxiliares que acoplan a estos receptores canales de K+ (rectificador retrasado, canal de K+ acti vado por
con los efectores intracelulares para los cambios a corto plazo Ca2+, y canal de K+ después de la hiperpolarización), regulados
de la excitabilidad y para la regulación a largo plazo (mediante por segundos mensajeros intracelulares (Nicoll, 1988; Watson y
alteraciones en la expresión génica; Hyman y Nestler, 1993), y Girdlestone, 1 994).
Digitalizado para www.apuntesmedicos.com.ar

Capítulo 12 Nellrotransmisión v sistema llf'rvioso central 289

Canales de iones

A Subunidades a, del Ca2+, canales del Na+

B Ensamble de multisubunidades para los canales del Ca2+

r
y

.a
ad8 �

om
w Ci tOSÓI iCO Fig. 12-2. Motivos moleculares principales
de los canales de iones que establecen y re­
H'N
COOH
� gulan la excitabilidad neuronal en el siste­

s.c

ma nervioso central.

• A. Las subunidades a de los canales de Ca2+


CQOH
ico
y Na+ comparten una estructura supuesta si­
milar de seis amplitudes transmembrana, re­

e
petida cuatro veces, en la cual un segmento

Diversidad estructural de los canales del K + intramembranoso separa a los segmentos


ed

transmembrana 5 y 6. B. Los canales de Ca2+


requieren también diversas proteínas auxilia­
res pequeñas (a , p, y y 15; véase lsom y coL,
m

Canal del K+ Canal del K+ 2


1994). Las subunidades a2 Y Ó están unidas
rectificador
es

por un enlace disulfúrico (no se ilustra). Exis­


hacia adentro ten también subunidades reguladoras para los
canales de Na+. C. Los canales de K+ sensi­
t

bles al voltaje (Kv) y el canal de K+ rápida­


un

ex mente activador (K.) comparten un dominio


de seis amplitudes transmembrana supuesto
semejante que, en la actualidad, es indistin­
ap

guible en la configuración global de una uni­


dad de repetición dentro de la estructura del
canal de Na+ y Ca2+, en tanto que la proteína
w.

del canal de K+ rectificador hacia adentro (K,,)


retiene la configuración general dejustamente
ww

las asas 5 y 6. Las subunidades f1 reguladoras


pueden alterar las funciones del canal 1<.... Los
COOH canales de estos dos motivos generales pue­
den formar heteromultímeros (Krapivinsky y
col., 1995).

La investigación a nivel celular identifica qué neuronas espe­ Se requieren conocimientos a nivel de sistemas para integrar
cíficas y cuáles de sus conexiones sinápticas más cercanas pue­ las propiedades estructurales y funcionales descriptivas de los
den mediar una conducta o los efectos de un fármaco determina­ sistemas transmisores centrales específicos, al vincular a las neu­
do en ésta. Por ejemplo, en la investigación a nivel celular de las ronas que elaboran y descargan este transmisor con los posibles
bases de las emociones, se utilizan las líneas tanto moleculares efectos de esta descarga a nivel de la conducta. Aunque se han
como de la conducta para identificar los sitios cerebrales en los postulado muchos de estos vínculos entre transmisor y conduc­
que es más posible analizar los cambios de la conducta perti­ ta, ha sido dificil validar la participación esencial de neuronas
nentes a las emociones, y se obtienen indicios sobre la naturale­ específicas de un transmisor definido en la mediación de la con­
za de las interacciones en términos de comunicación intemeu­ ducta específica del mamífero.
ronal (p. ej., excitación, inhibición o formas más complejas de A menudo, la investigación a nivel conductual permite vis­
interacción sináptica). lumbrar los fenómenos integradores que reúnen a las poblado-
Digitalizado para www.apuntesmedicos.com.ar

290 Sección JI! Fármacos con acción en el sistema nervioso central

subcelular y el análisis bioquímico del tejido cerebral.


En animales de experimentación, estas técnicas se com­
binan a menudo con la producción de lesiones quirúr­
gicas o químicas de las neuronas presinápticas o de sus
vías, para demostrar que la lesión elimina al transmisor
propuesto de la región blanco. La identificación de
mRNA para los receptores dentro de las neuronas posi­
nápticas por medio de métodos biológicos moleculares
puede reforzar la satisfacción de este criterio.
2. El transmisor debe descargarse desde el nervio presi­
Fig. 11-3. Los receptores ionóforos para los neurotransmisores es­
náptico de manera concomitante a la actividad nervio­
tán compuestos por subunidades con cuatro dominios transmembrana sa presináptica. Este criterio se satisface mejor mediante
supuestos, y se unen para formar tetrámeros o pentámeros (a la dere­ estimulación eléctrica de la vía nerviosa in vivo, y reco­
cha). lección del transmisor en un líquido extracelular enri­

r
.a
El motivo hipotético que se ilustra describe, probablemente, a los quecido dentro de la zona sináptica blanco. La demos­
receptores colinérgicos nicotínicos para la ACh, los receptores tración de la descarga de un transmisor solía requerir

om
GABAA para el ácido aminobutírico, y los receptores para la glicina. obtención de muestras durante intervalos largos, pero
Sin embargo, los receptores ionóforos para el glutaHlato tal vez no
los criterios modernos recurren a tubería minúscula de
estén representados de manera precisa en este motivo esquemático.
microdiálisis o a electrodos microvoltamétricos capa­

s.c
ces de identificar, de manera sensible, la amina y los
transmisores aminoácidos dentro de dimensiones signi­
ficativas desde los puntos de vista espacial y temporal
ico
nes de neuronas (casi siempre definidas de manera operacional
o empírica) en los circuitos especializados extendidos, conjun­ (Finlay y Zigmond, 1994). La descarga del neurotrans­
tos o "sistemas" distribuidos de manera más penetrante, que in­ misor se puede estudiar también in vitro, mediante ac­
ed

tegran la expresión fisiológica de una reacción de conducta apren­ tivación iónica o eléctrica de rebanadas cerebrales del­
dida, reflexiva o espontánea. Todo el concepto de los "modelos gadas, o de fracciones subcelulares que se enriquecen
animales" de las enfermedades psiquiátricas humanas se basa en las terminaciones nerviosas. La descarga de sustan­
m

en la suposición de que los científicos pueden efectuar deduc­


cias neurotransmisoras que se ha estudiado hasta aho­
ciones apropiadas a partir de las observaciones de conducta y
es

ra, incluyendo la descarga de un supuesto transmisor a


fisiológicas (frecuencia cardiaca, respiración, locomoción, etc.)
de que los estados presentados por los animales son equivalen­ partir de las dendritas (Nedergaard y col., 1988), de­
t

tes a los estados emocionales que muestran los seres humanos pende del voltaje y requiere la entrada de Ca'+ en la
un

que expresan cambios fisiológicos similares. terminación presináptica. Sin embargo, la descarga del
transmisor es relativamente insensible al Na+ extrace­
ap

lular o a la tetrodotoxina, que bloquea el movimiento


Identificación de los transmisores centrales de Na+ a nivel transmembrana.
3. Al aplicarlo experimentalmente en las células blanco.
w.

Una etapa esencial en la comprensión de las propiedades los efectos del transmisor putativo deben ser idénticos
funcionales de los neurotransmisores dentro del contexto a los efectos de la estimulación de la vía presináptica.
ww

de los circuitos cerebrales consiste en identificar las sus­ Este criterio se puede satisfacer de manera laxa me­
tancias que son transmisoras de conexiones intemeuronales diante comparaciones cualitativas (p. ej., tanto la sus­
específicas. Los criterios para la identificación rigurosa tancia como la vía inhiben o excitan a la célula blanco).
de los transmisores centrales requieren los mismos datos Es más convincente la demostración de que las sustan­
empleados para hallar a los transmisores del sistema ner­ cias iónicas activadas por la vía son las mismas que las
vioso autónomo (cap. 6). activadas por el transmisor propicio. De manera más
especifica, deben ser idénticos el valor de equilibrio
1. Debe demostrarse que el transmisor se encuentra en del potencial sináptico y el del potencial al cual la célu­
¡as terminaciones presinápticas de las sinapsis, y en la se ve impulsada por el transmisor putativo (Werman,
las neuronas desde las cuales se originan estas termi­ 1972). Estas pruebas requieren un registro intracelular
naciones. Extensiones de este criterio abarcan la demos­ prolongado que era dificil de lograr in vivo antes del
tración de que la neurona presináptica sintetiza a la sus­ advenimiento de la tecnología de electrodo de pinzado
tancia transmisora, en vez de simplemente almacenarla de la célula completa (Aston-Jones y Siggins, 1994).
después de su acumulación a partir de una fuente no El empleo de preparados de rebanadas cerebrales in
neuronal. Son particularmente adecuados para satisfa­ vitro ha sido también un buen auxiliar para superar es­
cer este criterio la citoquímica microscópica con anti­ tos problemas (Lynchy Schubert, 1%0; Siggins y Gruol,
cuerpos o la hibridación in situ, el fraccionamiento 1986; Llinas, 1988; Nicoll, 1988). O bien, el criterio
Digitalizado para www.apuntesmedicos.com.ar

Capítulo 12 NeurotransmÍsión y sistema nervioso centra! 291

puede satisfacerse de manera menos rigurosa mediante pueden actuar como neurotransmisores. La adaptación de la tec­
demostración de la identidad farmacológica de los re­ nología de bioinvestigación a partir de estudios de las secrecio­
ceptores. En general, el antagonismo farmacológico de nes hipofisarias a otros efectores (como la� pruebas de contrac­
las acciones de la vía y de las del transmisor "candida­ tilidad del músculo liso y, más tarde, las de desplazamiento de
ligando) dieron origen al descubrimiento de ligandos peptídicos
to" se deben lograr mediante dosis semejantes del mis­
endógenos para los fármacos que actúan a nivel de los recepto­
mo fármaco. Para que el resultado sea convincente, el
res de opioides (cap. 23) y los receptores de benzodiazepina (Cos­
fármaco antagonista no debe afectar a las reacciones ta y Guidotti, 1991), y a un ligando lipídico putativo nuevo para
de las neuronas blanco, a otras vías no relacionadas ni los receptores de tetrahidrocanabinoides (Devane y col., 1992).
a candidatos a transmisores químicamente diferentes. Se descubrieron también en el cerebro neuropéptidos que satis­
También deben observarse acciones que sean cualitati­ facían los criterios de presencia y descarga, mediante pruebas
vamente idénticas a las que ocurren después de la esti­ químicas directas de la estructura de amidación de la terminal C
mulación de la vía nerviosa con agonistas sintéticos que que se encuentra en muchos neuropéptidos (Tatemoto y Mutt,
imitan las acciones del transmisor. En la actualidad, estas 1980). El sondeo directo de los mRNA expresados en el encéfa­

r
definiciones se pueden basar en la reacción funcional lo sugiere que faltan por considerar, literalmente, miles de pro­

.a
que se desencadena o en las potencias relativas de los ductos génicos enriquecidos en el encéfalo (Milner y Sutcliffe,
1983; Sutcliffe, 1988).

om
agonistas y los antagonistas en la modulación de dicha
reacción.
Valoración de las propiedades de los receptores. Hasta hace
poco tiempo, los receptores sinápticos centrales se identificaban

s.c
Otros estudios, en especial los que han implicado la ac­ mediante el examen de su capacidad para fijar agonistas o anta­
ción de péptidos como transmisores en los sistemas ner­ gonistas radiomarcados (y por la capacidad de otros compues­
vioso central y periférico, sugieren que muchas sinapsis tos no marcados para competir por estos sitios de fijación), o
ico
cerebrales y raquídeas contienen más de una sustancia mediante evaluación de las consecuencias electrofisiológicas o
transmisora (Hiikfelt y col., 1987). Aunque se carece de bioquímicas de la activación de los receptores de neuronas in
pruebas rigurosas, se supone que las sustancias que co­ vivo o in vitro. Las pruebas de fijación de radioligandos permi­
ed

existen en una sinapsis determinada se descargan en con­ ten cuantificar los sitios de fijación dentro de una región, ras­
junto para actuar, también de manera conjunta, sobre la trear su aparición por toda la escala filogenética y durante el
m

desarrollo encefálico, y valorar de qué manera la manipulación


membrana posináptica (Wagner y col., 1993; Weisskopfy
fisiológica o farmacológica regula el numero o la afinidad de los
col., 1993). Está claro que si más de una sustancia trans­
es

receptores.
mite la información, ningún agonista o antagonista brin­ Las propiedades de la reacción celular al transmisor se pue­
dará necesariamente una imitación digna de confianza o den estudiar desde el punto de vista electrofisiológico con
nt

antagonismo total de la activación de un elemento presi­ mi c roi ont oforesis (que consiste en el registro de células aisladas
náptico determinado. y la administración muy localizada de fármacos). La t éc ni ca de
pu

parc he y pinzado se puede emplear para estudiar las propieda­


des eléctricas de canales iónicos únicos y su regulación por los
.a

Estrategias en el descubrimiento de transmisores neurotransmisores. Estas pruebas electrofisiológicas directas de


del sistema nervioso central la capacidad de reacción neuronal brindan información cualita­
w

tiva y cuantitativa sobre los efectos de una sustancia transmiso­


Los primeros transmisores considerados para funciones centra­ ra putativa (Siggins y Gruol, 1986; Nicoll, 1988; Aston-Jones y
ww

les fueron la acetjlcolina y la noradrenaJina, sobre todo por sus Siggins, 1994). Se pueden estudiar también las propiedades de
actividades establecidas en los sistemas nerviosos motor somá­ los receptores, desde el punto de vista bioquímico. cuando el
tico y autonómico. En el decenio de 1 970, se investigaron como receptor activado se acopla con una reacción enzimática, como
transmisores potenciales del SNC serotonina, adrenalina y do­ sucede con la síntesis de un segundo mensajero.
pamina. Los datos histoquimicos (Dahlstrom y Fuxe, 1964), lo En la época actual, durante la cual las técnicas biológicas mo­
mismo que los bioquímicos y fannacológicos, ofrecieron resul­ leculares han permitido identificar moléculas de mRNA (o de
tados compatibles con sus funciones como neurotransmisores, cONA) para los receptores de virtualmente todos los ligandos
pero no se logró una satisfacción completa de todos los criterios naturales considerados como neurotransmisores, se ha vuelto
(Brodie y Shore, 1957). A principios del decenio de 1970, la frecuente introducir estas secuencias de codificación en células
disponibilidad de antagonistas selectivos y potentes de ácido de prueba (oocitos de rana o células de mamífero) y valorar los
gamma-aminobutírico (GABA), glicina y glutamato, todos ellos efectos relatívos de los ligandos y de la producción de segundos
enriquecidos en el encéfalo, hizo que se aceptaran como sustan­ mensajeros en estas células. Los estudios de clonación molecu­
cias transmisoras en general (Curtis y col., 1971; Otsuka, 1973; lar han revelado dos motivos moleculares mayores (figs. 12-3 y
Werman y col., 1968). También en esa época, la búsqueda de 12-4) Y un motivo molecular menor de transmisores. Los recep­
factores hipotalamohipofisarios mejoró la tecnología para ais­ tores oligoméricos de canales de iones compuestos por subuni­
lar, purificar, establecer la secuencia y duplicar de manera sinté­ dades múltiples suelen tener cuatro "dominios transmembrana"
tica una familia creciente de neuropéptidos (Guillemin, 1978). putativos, constituidos por 20 a 25 aminoácidos por lo general
Esto, aunado a la aplicación generalizada de la inmunohistoquí­ hidrófobos (fig. 12-3). Los receptores de canales de iones para
mica. brindó apoyo firme al criterio de que los neuropéptidos los neurotransmisores contienen sitios para la fosforilación re-
Digitalizado para www.apuntesmedicos.com.ar

292 S/:'cción 111 FármaCO.5 ("un acción en el súlema nervioso central

La receptividad posináptica de las neuronas del SNC se encuen­


tra regulada de manera continua en términos del número de si­
tios receptores y del umbral requerido para la generación de una
reacción. El número de receptores depende en muchos casos de
la concentración del agonista al cual se expone la célula blanco.
Por tanto. el exceso crónico de un agonista puede producir un
número reducido de receptores (desensibilización o regulación
decreciente) y, por tanto, la subsensibilidad o la tolerancia al
transmisor. Un déficit del transmisor puede generar números
incrementados de receptores y supersensibilidad del sistema.
Fíg. 12-4. Los receptores acoplados con proteínas G están compues­ Estos procesos adaptativos se vuelven de importancia especial
tos de una sola subunidad, con siete dominios transmembrana supues­ cuando se usan fánnacos para tratar enfermedades crónicas del
tos.
SNC. Durante los periodos prolonga dos de exposic ión a l fá r­
En el caso de los neurotransmisores pequeños, el saco de fijación se maco, los meca nismos rea les subyac ent es a l efect o t erapéut ico

r
encuentra sepultado dentro de �a bicapa; se han implicado en el aco­ pueden diferir en g ra do importante de los que opera n c ua ndo el

.a
plamiento a proteínas G facilitado por agonistas a las secuencias de c ompuesto se introduce por primera vez en el sist ema . Puede
la segunda asa citoplásmica, y a la proyección hacia el exterior de la haber modificaciones adaptativas similares de los sistemas neu­

om
bicapa a nivel de la base de las amplitudes transmembrana 5 y 6
ronales a nivel de los sitios presinápticos. como los relaciona­
(véase cap. 2).
dos con la síntesis, el almacenamiento, la recaptación y la des­
carga de los transmisores.

s.c
versible por proteincinasas y fosfatasas de fosfoproteinfosfatasas, ico NEUROTRANSMISORES.
y para las acciones de compuerta de voltaje. Los receptores con NEUROHORMONAS
esa estructura son los receptores colinérgicos nicotínicos (caps. y NEUROMODULADORES:
2 y 7), los receptores para los aminoácidos GABA, glicina, PRINCIPIOS CONTRASTANTES
ed

glutamato y aspartato, y un subtipo de receptor 5-HT,. El segun­ DE LA REGULACION N E U RONAL


do motivo principal resulta evidente en los receptores acoplados
a proteínas G, en los cuales hay un receptor monomérico con
m

Neurotransmisores. La satisfacción de los criterios ex­


siete dominios transmembrana putativos, con longitudes de asa
perimentales para identificar a los transmisores sinápticos
intracitoplásmica variables (lig. 1 2-4). Estrategias múltiples de
es

mutagénesis han definido de qué manera los receptores activa­


puede llevar a la conclusión de que una sustancia conteni­
dos (sujetos ellos mismos a fosforilación reversible en uno o da en una neurona es secretada por la misma para transmi­
nt

más sitios funcionalmente diferentes) pueden interactuar con el tir la infonnación hacia su blanco posináptico. Si se acep­
complejo proteínico de fijación de GTP heteromérico, para acti­ ta un efecto definido de una neurona A sobre una célula B
pu

var, inhibir o regular de alguna otra manera a los sistemas efec­ blanco, una sustancia presente o producida por la neurona
tores enzimáticos (p. ej., adenilil ciclasa o fosfolipasa C, o a A que ejerza operacionalmente el efecto de A en B, seria
canales de iones como los de Ca2+ de compuerta de voltaje o a el transmisor de A hacia B. En algunos casos, los transmi­
.a

los canales de K+ operados por receptores (fig. 2- 1 ; cap. 2); los sores pueden tener efectos mínimos en las propiedades
receptores colinérgicos muscarínicos emplean receptores aco­
w

bioeléctricas, pero activar o inactivar mecanismos bioquí­


pIados con proteínas G, un subtipo de GABA y un receptor de
micos necesarios en las reacciones de otros circuitos. O
ww

glutamato, y todos los receptores aminérgicos y peptidérgicos


bien, la acción de un transmisor puede variar según el con­
restantes. Un tercer motivo receptor es el constituido por los re­
ceptores de la superficie celular. cuyos dominios citoplásmicos
texto de los sucesos sinápticos que se están produciendo:
poseen actividades catalíticas (cap. 2). intensificar la excitación o la inhibición, en vez de operar
Otro motivo molecular expresado dentro del SNC abarca para imponer una excitación o una inhibición directas
las moléculas transportadoras por medio de las cuales se con­ (Bourne y Nicoll, 1 993). Cada sustancia química que se
servan ciertos transmisores aminoácidos y aminérgicos después ajusta dentro de la amplia definición de un transmisor pue­
de la secreción por procesos de captación dependientes de de, por tanto, requerir definición operacional dentro de los
iones (Blakely y col., 1991; Amara y Arriza, 1 992; Kanai y col., dominios espacial y temporal en los cuales se define el
1 993). Todos estos transportadores tienen un motivo molecular circuito específico de célula a célula. Estas mismas propie­
similar al de los transportadores de glucosa y, de manera sorpren­ dades pueden generalizarse o no hacia otras que entran en
dente. al de la adenilil ciclasa (Krupinski y col., 1 989). Su capa­
contacto con las mismas neuronas presinápticas, y las dife­
cidad para interferir en la reacumulación de un transmisor des­
rencias de la operación se relacionarán con las diferencias
pués de la descarga ha definido de antemano una clase importante
en los receptores posinápticos y los mecanismos por me­
de fármacos útiles para tratar la depresión (cap. 19). Se ha obser­
vado que un sistema transportador claramente diferente concen­ dio de los cuales produce su efecto el receptor activado.
tra a los transmisores en las vesículas de almacenamiento dentro De manera clásica, los signos electrofisiológicos de la
de las terminaciones nerviosas (Edwards, 1993; Kanai y col., acción de un transmisor auténtico encajan en dos catego­
1993; lig. 12-5). rías principales: excitación (en la cual se abren los canales
Digitalizado para www.apuntesmedicos.com.ar

Capítulo /2 Nellr(Jtrall\'ml�lon 1 .\I'1(('ma ni'TI'io�n cen(ral 293

Transportadores de

Terminación
presiná

Transportador
\

r
.a
vesicular

om
s.c
ico
Transportador
del neuro­
transmisor
ed

amínico
GABA Neurona
m

posináptica
es
nt

Fig. 12·5. Motivo estructural hipotético de los transportadores de neurotransmisores.


pu

Todos los transportadores para la conservación de los transmisores aminoácidos o amínicos descargados comparten
una estructura supuesta de 12 dominios transmembrana, aunque no está clara la orientación precisa de la terminación
.a

amino. Los transportadores para los transmisores amÍnicos que se encuentran en las vesículas sinápticas comparten
también una estructura supuesta de 12 dominios transmembrana, pero distinta de la de los transportadores de la
w

membrana plasmática.
ww

de iones para permitir la entrada neta de iones de carga participar una acción "condicional". Esto es, una sustan­
positiva, lo que da por resultado despolarización con re­ cia transmisora intensifica o suprime la reacción de la ne.u­
ducción de la resistencia eléctrica de la membrana), e in­ rona blanco a los transmisores excitadores o inhibidores
hibición (en la cual los movimientos de iones selectivos clásicos, a la vez que se origina poco o ningún cambio en
generan hiperpolarización, también con disminución de la el potencial de membrana o en la conducción iónica cuan­
resistencia de la membrana). Investigaciones más recien­ do se aplica de manera aislada. Estas reacciones condicio­
tes sugieren que pueden estar operando en el SNC muchos nales se han denominado moduladoras, y se han propues­
mecanismos de transmisor "no clásicos". En algunos ca­ to hipótesis sobre categorías específicas de modulación
sos, la despolarización o la hiperpolarización conllevan (Foote y col., 1983; Nicoll, 1988; Aston-Jones y Siggins,
disminución de la conductancia iónica (aumento de la re­ 1 994). Independientemente del mecanismo subyacente a
sistencia de la membrana) cuando las acciones del trans­ estas operaciones sinápticas, sus características tempora­
misor cierran los canales de iones (los llamados canales les y biofisicas difieren en grado importante del tipo de
de fuga) que están normalmente abiertos en algunas neu­ inicio y terminación rápida del efecto considerado previa­
ronas en reposo (Shepherd, 1988). En el caso de algunos mente para describir todos los acontecimientos sinápticos.
transmisores, como las monoaminas y otros péptidos, puede Por tanto, estas diferencias han planteado la necesidad de
Digitalizado para www.apuntesmedicos.com.ar

294 Sección Uf Fármacos con acción en el sistema nervioso central

saber si las sustancias que producen efectos sinápticos len­ Factores neurotróficos. Los factores neurotróficos son sus­
tos deben recibir un mismo nombre: neurotransmisores. tancias producidas dentro del SNC por neuronas, astrocitos, mi­
Algunos de los términos alternativos y las moléculas que croglia o células inflamatorias o inmunitarias periféricas que 10
describen requieren mención breve con respecto a los invaden de manera transitoria, y que ayudan a las neuronas en
sus esfuerzos por reparar la lesión. Patterson (1992, 1994) ha
mecanismos de acción de los fármacos.
señalado que las moléculas que regulan el desarrollo de circui­
tos en el cerebro embrionario pueden influir también en el fun­
Neurohormonas. Las células secretoras de péptidos de los
cionamiento de estos circuitos en el encéfalo del adulto, al regu­
circuitos hipotalamohipofisarios se describieron originalmente lar las configuraciones estructurales de sus conexiones. Operan
como células neurosecretoras, o formas de neuronas que secreta­ de esta manera seis categorías de factores peptídicos: 1) las
ban transmisores de manera semejante a lo que ocurre con las neurotrojinas clási cas (factor de crecimiento nervioso, factor
hormonas hacia la circulación. El transmisor descargado de di­ neurotrófico derivado del encéfalo y neurotrofinas relacionadas);
chas neuronas se denominó neurohormona, es decir, sustancia 2) los factores neuropoyéti cos que tienen efectos tanto en el en­
secretada en la sangre por una neurona. Sin embargo, este térmi­ céfalo como en las células mieloides (p. ej., factor de diferencia­
no ha perdido en gran medida su significado original, porque

r
ción colinérgica [llamado también factor inhibidor de la leuce­
estas neuronas hipotalámicas pueden también formar sinapsis

.a
mia], factor neurotrófico ciliar, oncastatina M, factor promotor
traeicionales con neuronas centrales (Krieger y col., 1983; del crecimiento, factor de las glándulas sudoríparas e interleuci­
Swanson, 1986). Las pruebas citoquímicas con que se cuenta

m
nas 6 y 11); 3) pépti dosfactores del crecimiento como factor de
indican que la transmisión en estos sitios es mediada por la mis­ crecimiento epidérmico, factores a y f3 transformadores del cre­

.co
ma sustancia secretada como hormona desde la hipófisis poste­ cimiento, factor neurotrófico derivado de la línea de células de
rior (oxitocina, hormona antidiurética). Por tanto, la designación gUa y activina A; 4) factores del creci mi ento dejibroblast os; 5)
de hormona se relaciona con el sitio de descarga a nivel de la
fact ores del crecimi ento de tipo i nsuli na, y 6)fact ores del creci ­
hipófisis, y no describe por fuerza todas las acciones del péptido.

s
mi ento deri vados de las plaquetas. Los fármacos que se consi­

Neuromoduladores. Florey (1967) empleó el término modu­


co
dera desencadenan la formación y la secreción de estos produc­
tos, a la vez que emulan sus acciones, podrían constituirse en
lador para referirse a las sustancias que puedan influir en la ac­ auxiliares útiles para los tratamientos de rehabilitación.
i
tividad neuronal de una manera distinta a la de los neurotrans­
ed

misores. En el contexto de esta definición, el aspecto distintivo


de un modulador consiste en que se origina en sitios celulares y
NEUROTRANSMISORES
m

no sinápticos, pero influye en la excitabilidad de las células ner­


viosas. Florey designó específicamente a sustancias como el CO2 CENTRALES
es

y al .l.noniaco, que se originan en neuronas activas o en células


gliales, como moduladores potenciales que actúan a través de Al examinar los efectos de los fármacos en el SNC en re­
acciones no sinápticas. Asimismo, las honnonas esteroides cir­ lación con los neurotransmisores de circuitos específicos,
nt

culantes, los esteroides producidos en el sistema nervioso cen­ debe prestarse atención a los principios generales de orga­
tral (Coascogne y col., 1987), descargaban localmente adenosi­ nización de las neuronas. Por tanto, el criterio de que las
pu

na y otras purinas, y hoy podrían considerarse moduladores las sinapsis constituyen puntos de control modificables por
prostaglandinas y otros metabolitos del ácido araquidónico los fármacos dentro de las redecillas neuronales requiere
.a

(Piomelli, 1994).
definición explícita de los sitios donde pueden operar de ·
terminados neurotransmisores, lo mismo que el grado de
w

Neuromediadores. Entran en esta categoría las sustancias que


especificidad con que se pueden afectar dichos sitios. Un
participan en el desencadenamiento de la reacción posináptica a
ww

principio subyacente a los resúmenes que siguen sobre las


un transmisor. Los más claros de estos ejemplos son los ofreci­
dos por la participación deI 3',5'-adenosinmonofosfato (cAMP),
sustancias transmisoras individuales es la hipótesis de Dale
el 3',5'-guanosinmonofosfato (cGMP) y los fosfatos de inositol (1935) de la especificidad química, que sostiene que una
como segundos mensajeros en sitios específicos de la transmi­ neurona determinada descarga la misma sustancia trans­
sión sináptica (caps. 6, 7, 10 Y 1 1). Sin embargo, desde el punto misora en cada una de sus terminaciones sinápticas. Ante
de vista técnico es dificil demostrar que en el encéfalo ocurre un los indicios crecientes de que algunas neuronas pueden
cambio en la concentración de los nucleótidos cíclicos antes de contener más de una sustancia transmisora (Hokfelt y col.,
la generación del potencial sináptico, y que este cambio de con­ 1980, 1987), se ha modificado la hipótesis de Dale para
centración sea tanto necesario como suficiente para su genera­ indicar que una neurona determinada secretará el mismo
ción. Es posible que ocurran cambios en la concentración de los grupo de transmisores a partir de todas sus terminaciones.
segundos mensajeros, y que fomenten la generación de poten­
Sin embargo, incluso esta teoría puede requerir revisión.
ciales sinápticos. La activación de la reacción de fosforilación
Por ejemplo, no está claro si una neurona que secreta un
de proteínas dependientes de segundos mensajeros puede alte­
péptido determinado procesará al péptido precursor hasta
rar las propiedades de las proteínas de membrana que se sabe
son sustratos en estas reacciones (Greengard, 1978; Hyman y el mismo producto terminal en todas sus terminaciones
Nestler, 1993). Estas posibilidades son pertinentes, en particu­ sinápticas. En el cuadro 12-1 se ofrece una revisión de las
lar, a la acción de los fánnacos que incrementan o reducen los propiedades farmacológicas de los transmisores del SNC
efectos de los transmisores (véase más adelante). que se han estudiado a fondo. A continuación, se analizan
Digitalizado para www.apuntesmedicos.com.ar

Capítulo J 2 Neurotransmisirjn y sistema nervioso central 295

los neurotransmisores en términos de grupos de sustancias Deiter; también entre las interneuronas pequeñas y las células
dentro de algunas categorías químicas: aminoácidos, ami­ mayores emisoras de impulsos de la corteza cerebelosa, el bul­
nas y neuropéptidos. Otras sustancias que pueden partici­ bo olfatorio, el núcleo cuneifonne, el hipocampo y el núcleo
par en la transmisión sináptica central son las purinas (como septal lateral; por último, entre el núcleo vestibular y las moto­
adenosina y ATP : Williams, 1994), el óxido nítríco (Snyder neuronas trocleares. El GABA media también la inhibición den­
tro de la corteza cerebral y entre el núcleo caudado y la sustan­
y Dawson, 1994) y los derivados del ácido araquidónico
cia negra. Se han localizado neuronas y tenninaciones nerviosas
(Piomelli, 1994). GABAérgicas mediante métodos inmunocitoquímicos que ha­
cen visible a la descarboxilasa del ácido glutámico, enzima que
Aminoácidos. El SNC contiene sólo concentraciones cataliza la síntesis de GABA a partir del ácido glutámico, o
altas de algunos aminoácidos, en particular glutamato y mediante hibridación in situ de los mRNA para esta proteína.
GABA; estos aminoácidos son en extremo potentes en su Los fánnacos de mayor utilidad para confirmar la mediación
capacidad para alterar la descarga neuronal. Al príncipío, GABAérgica han sido bi cucu/i na y picrot oxi na; sin embargo,
muchos convulsivos cuyos efectos no se explicaban con ante­

r
los fisiólogos se negaban a aceptar que estas sustancias

.a
simples fueran neurotransmisores centrales, a causa de su rioridad (entre ellos penicilina y feniltetrazol) pueden actuar tam­
bién como antagonistas relativamente selectivos de la acción del
distribución general dentro del encéfalo y la observación

m
GABA (Macdonald y McLean, 1982). No se han obtenido hasta
clara de que producen efectos poderosos inmediatos, fácil­ ahora efectos terapéuticos útiles con el uso de compuestos que
mente reversibles y repetitivos, sobre cada neurona some­

.co
imitan la acción del GABA (como muscimol), inhiben su recap­
tida a prueba: los aminoácidos dicarboxílicos generaban tación activa (como la de 2,4-diaminobutirato, ácido nipecótico
excitación casi universal. y los ro-aminoácidos monocar­ y guvacina) o alteran su recambio (como ácido aminooxiacético).

s
boxílicos, p. ej., GABA, glicina, ¡'3-alanina, taurina) cau­ El GABA es el principal neurotransmisor inhibitorio en el
saban inhibiciones cualitativamente similares y sostenidas co
SNC del mamífero. Se han dividido sus receptores en dos tipos
(Kelly y Beart, 1975). Con la aparición de antagonistas principales. El subtipo de receptor del GABA más relevante, el
selectivos de los efectos de los aminoácidos, la identifica­ receptor GABAA, es un canal de Cl- de compuerta de ligando
i
que se abre después de la descarga de GABA a partir de las
ed

ción de receptores selectivos y de subtipos de receptores


neuronas presinápticas. Un segundo receptor, el receptor GABAB,
que median sus efectos, y el desarrollo de métodos para
es un miembro de la familia de receptores acoplados con proteí­
hacer un mapa de la localización de los ligandos y sus re­
m

na G que actúa tanto en las vías bioquímicas como en la regula­


ceptores, se puede contar con pruebas firmes de que los ción de los canales de iones (Bonnano y Raiteri, 1993; Bowery,
es

aminoácidos GABA, glicina y glutamato son transmisores 1993).


centrales. Se ha caracterizado bien la proteína receptora del GABAA a
causa de su gran abundancia y su función en casi todos los cir­
nt

GABA. El GABA se identificó como constituyente químico cuitos neuronales. El receptor se ha caracterizado, además, de
único del cerebro en 1 950, pero no se reconoció de inmediato su manera extensa en su función como sitio de acción de muchos
pu

potencia como depresor del SNC. En el receptor de estiramiento fánnacos neuroactivos (cap. 17). Notables entre ellos son las
del crustáceo, el GABA imitó los efectos observados con la es­ benzodiazepinas y los barbitúricos. Se postuló hace poco tiem­
.a

timulación de los nervios inhibidores y la picrotoxina antagonizó po que ocurren interacciones directas entre los receptores GABAA
tanto los efectos del GABA aplicado como la estimulación del y los esteroides anestésicos, los esteroides volátiles y el alcohol
w

nervio inhibidor. Kravitz y colaboradores ( 1 963) demostraron (Franks y Lieb, 1 994).


que el GABA era el único aminoácido inhibidor que se encon­ Con base en la homología de secuencias para los primeros
ww

traba exclusivamente en los nervios inhibidores del crustáceo, y cDNA de la subunidad GABAA, se logró la clonación de otras
que la potencia inhibidora de los extractos de estos medios se muchas subunidades. Se han clonado hasta ahora 1 5 subunidades.
debía a su contenido de GABA. La descarga de GABA se Además de éstas, que son producto de genes separados, se han
correlacionó, a continuación, con la frecuencia de la estimula­ descrito variantes de empalme de mRNA para diversas subuni­
ción nerviosa. Los registros intracelulares del músculo indica­ dades. Como el receptor GABAA, por analogía con el receptor
ron que la estimulación del nervio inhibidor y la administración colinérgico nicotínico, puede ser una proteína pentamérica en la
de GABA producían incrementos idénticos de la conductancia cual las subunidades se ensamblan en conjunto alrededor de un
de CI- en el músculo. Estas observaciones satisfacen por éom­ poro iónico central, todas las subunidades no pueden ser parte
pleto, en consecuencia, los criterios para la identificación de un de un solo complejo de receptor GABAA (Wisden y Seeburg,
transmisor (Otsuka, 1 973). 1 992).
Se observó, más tarde, que estas mismas propiedades fisioló­ Diversas pruebas demuestran que hay subtipos múltiples de
gicas y fannacológicas eran modelos de utilidad para las prue­ receptores GABAA en el encéfalo. Las diferencias fannacológi­
bas de una función del GABA en el SNC del mamífero. Se cuenta cas fueron los primeros aspectos que sugirieron la existencia de
con gran número de datos a favor de que el GABA media las subtipos. No se sabe que los receptores compuestos por subuni­
acciones inhibidoras de las intemeuronas locales en el cerebro, dades particulares tengan propiedades fannacológicas diferen­
y que puede mediar también la inhibición presináptica dentro de tes (Pritchett y col., 1 989a), pero aún falta definir la heteroge­
la médula espinal. Se han demostrado sinapsis inhibidoras neidad verdadera de los subtipos de receptores GABAA• Las
GABAérgicas presuncionales con mayor claridad entre las neu­ diferencias en la distribución anatómica de las subunidades y en
ronas cerebelosas de Purkinje y sus blancos en el núcleo de el tiempo de desarrollo de los genes que expresan cada subunidad
Digitalizado para www.apuntesmedicos.com.ar
Cuadro 12-1. Re\'isión general de la farmacología de los transmisores en e l sistema nervioso central
N
-<>
'"


Bloqueador del Subtipo de receptor y motivo
Tran.\·m;on.. transportador*" (IR/GPCR) Agonistas Antagonistas Mecanismos efectores
e

GABA ¡ Guvacina GABAA(IR) Muscimol Bicoculina Conductancia del CI- t �'


I Acido nipecótíco isofonnas a,{3, y, ó, a Isoguvacina Picrotoxina cAMP J.
I '"

G
I SR 95531
, - - --
-
-
;;o
-
-
-

8
(ft-alanina para la glía) I GABAo (GPCR) Baclofen Saclofén Conductancia de K+ Y CaN t �
- -
I - Acido 3-aminopropilfosfinico
- CGP35348 --- -

� CGP55845
-
- , - ---
-
-
- -
, -- -- --
--
- -
- - - -j
- - --
_ --
-
o
-- - - --- -- - O
- - - --

O
Glicina ¿Sarcosina? Subunidades a y {3 de (IR) . {3-alanina; taurina Estricnina - -
Conductancia del CI- t O
-

-
-

, - -t-----
,
- -----
- -- - -- -
"

r
- -
O
-

Glutamato , AMPA (IR) : Quiscualato NBQX, LY2 1 5490


-
Conductancia de Na+ y K" t
g:

.a
Aspartato I GLU 1-4 (IR)
I
--
- - - -
I -
- �

m
, .
-

!
-

,-

KA (IR) ' ACldo domOlco MK801; AP5; LY223053 Conductancia de Na· y K' t
.


.co
i
GLU 5-7; KA 1,2 (IR) - o-
- - .
¡---
-

NMDA (IR) - a-Me-4-carboxif


- enilglicina
_ Conductancia de Na+, K+ '! CaNt "
- -_. -

s
O
NMDA 1,2A_o (IR)
- - --

_
O
-

co
- - -

cAMP J.

�.
--
-
- - --
- - -

I
rnGLU 1-7 (GPCR) IP,lDGt

I
- -
- - -- ---
-

i
-

[
R
-

Acetilcolina Nicotina (IR) a-Bungarotoxina

ed
- -- Conductancia de Na+, K+ y Caz+t O
I Isofonnas a 2-4 {3 2-4 Me-Licaconitina
r--- - --- --
-

i ---
-
-
,

m
I
Muscarínico M I : Pirenzepina M I , M3; IPJDGt
I,
-

MI-4 (GPCR) M2: Metoctramina M2, M4: cAMP J., conductancia del K·t

es
, M3: Hexahidrosiladifenidol
M4: Tropicamida
_ . ._---

t
- -

Dopamina

,
Cocaína; mazindol;
GBR 12-395;
DI-5 (GPCR) DI; SKF38393
02: Bromocriptina
un D I : SCH23390
02: Sulpirida; domperidona-
DI,5; cAMPt
02: cAMP J., conductancia de K+t y (e Ca2+J.
ap
nomifensina D3: 7-0H-OPAT ¿03 + 04?
- - -

- - - - --
-

Noradrenalina Desmetilimipramina; a,A.O (GPCR) a,A: NE > EPI WB4101 IPiDGt


w.

-
- -

mazindol; cocaína -- - - - -
- - -
-

au.e (GPCR) alA: Oximetazolina a2A.e


- : Yo-himbina - cAMPJ., conductancia
- de K+t
ww

a2B,e: Prazosina y de Ca2+J.


- --- - --- -- -
- -
-
- -- -
-
- -

p,., (GPCR) {3 , : EPI NE P, : Atenolol cAMPt


- - -
==
,
P2 : EPI » NE {32 : Butoxamina
i -

{33: NE > EPI f3): BRL 37344

e�_;M�-,
--
- -- :-
-

Seroto'lina Clomipramina; ser- 5-HT'A_F (GPCR) � TT"T" : 8-0H-DPAT 5-HT,A: WAY I 0 1 I35 cAMPJ.; conductancia del K,t
tralina; fluoxetina : CP93129
-

: LY694247 5-HT IQ: GRI27935


- --

5-HT2A_C (GPCR) i-HT,DOB LY53857; ritanserina; mesu- IP¡lDGt

I
- -- - - -

lergma, ketanserma -
- -- --
-
-
- -- -

2-Me-:;-HT Conductancia de Na' y K·t


-

I 5-HT4_J (GPCR) 5-HT4: renzaprida 5-HT4,6.7: cAMPt


Digitalizado para www.apuntesmedicos.com.ar
Histamina �l �?PCR� _____ __ l2lm_-_F_
._
cn_il_histamina�__ i Mepiramina
-f_
--
, lPJiOOt
,- -
H2 (apeR)
- -+ '
: Dimaprit .- 1 :�itidina ! cAMPt

-

�J-;- ---- -- - �:::-hi,tam=-- -


-- -----� - - -- -
�oP"amida ,-" >

-- i
-
I

Vasopresina P � � � � � � �
�:A :�:; )
;----�--j- [ :::-:-;--
1
- - :;:H��[::I::�e'IAVP -- - -
",M,g' lVP
( )
-= 1 -

?xitoc��� ----I��¡pCR) [Th�,G� d(CH,), [Ty«Me)', Th�,-;;;O;-:;':_. I ----IP/DGi - -.--==-


,
--
- __ -

Taquicininas N N > NKB) E,,,, de la ,">!ancia P Me


__ �

CP99994
- __

I
����;; KA
l' NK2 (NKA > NKB > SP) IHAla!]NKA4-1o SR48968
___..
� IPJDot

r
(GPCR)

.a
I

m
NK3 (NKB > ��A > SP) GR138676 [Pro7]NKB
I (GPCR)

.co
CCK ' CCK (?PC� . CK8 ga>!dna CCK4 Devaz.:!'�d�_; lorglumida_ � IP)OOt
¡ . __ __-t
, I

_ A �
,j
__ » �

s
_______ GCK' (GPCRL 1'
CCK8 ga>!,ina � CCK4 CI988: L265260
-- -- .-'-- ----

co
_ [Prol4]NPY
r-- '
_____ _
I

j
. �
_

NPY i ��GPCR) _ : Conductancia cAMP


- J" Ca+2J, y K+t
I
-

-_ ___ 11

i
,
__ +_

NPYu.)ó; NPY18.36

ed
Y2 (GPCR) I
=-J
- -

Neurotensina 1 _ =-
-

___+-1,(GP -= SR4869� cAMPJ" IPJIDGt


__ - ' -� - -

m
- <:� .§'
, - --

Péptidos -Jl (fi.cndorfina) (apeR) AMGO, sufentanil : CIAP


-' Conductancia cAMPJ,; Ca2+J, y K+t
__ .,

es
-

opioides �

,
J
�'
I Ó (M�tS.Enk) (OpeR) DPDPE; DSBULET._ ____ .1 ICI174864
¡- I

t
O-
un . . -

I (Dyn A) (apeR) : U69593; C1977 nor-Binaltorfimina


'o

K i
I
1 - · �
ap
Somatostatina , SRlF IA seglitida Conductancia cAMPJ,; Ca2+J, y K·t
+ ------
_

,
o

SRIF2A_ (GP.C_R_)_'_____-t-
,

Purinas . ..
---
SRIF1M (OpeR)
--- "- , ---- ---- �- I

..
-
.. ..
w.

T'-
J ---------
1I 2

l.
- -

P I (A1,2a.2b, » (GPCR) Al: N6-cic\opentiladenosina 8_Ciclopentiltcofilina --- , conductanCia-CAMPJ,; C�:J, y-K+t_


__


_

,._�_,���pJ,
-
- I
ww

F
- -

Al.: CGS21680 COn6713


_
o.
o
,


� Po,(IR)
_ _ _ _ _ ____��ductan�ia Caz+t; K+t y N�+

-metlleno ATP Suramina


-, ------- -_.


"
¡ - -- - - -fJ
--- -- ' ,
--- ---
-
-

a ------ --

---;:: (GP�R) r�DPPF Suramina IP1DGt �


,

S
En algunos casos (p. ej. , acetilcolina, purina), los compuestos que inhiben el metabolismo de los transmisores tienen efectos que son análogos a los de los inhibidores del transporte de otros �.
transmisores. CCK: colecistocinina; NPY: neuropéptido Y; NK: neurocinina; SP: sustancia P; GPCR: receptor acoplado a proteínas G; IR: receptor ionMoro; 5-HT: 5-hidroxitriptamina (serotonina); NE:
*

noradrenalina; EPI: adrenalina, VP: vasopresina; AYP: vasopresina de arginina; OT: oxitocina; 7-0H-DPAT: 7-hidroxi-2(di-n-propilamino)tetralina; DOR dobutamina; DAMGO: o-Ala-2,Me-Phe4,Gly
o


o

(01) 5 encefalina; DPDPE: [D-Pen2, D Peo'] eocefalina; DSBULET: Tyr-D-Ser-o-tbutil-Gly-Phe-Leu-Thr; SRIF: factor inhibidor de la descarga de somatotropina; IP): trifosfato de ¡nosito1, mediador de la
-
descarga de Ca2+ desde las reservas intracelulares; DG: diacilglicerol, mediador de la actividad de la cinasa C; cAMP: AMP cíclico. Véase, en el capítulo 2, una descripción más amplia de los mecanismos
que vinculan a la ocupación de los receptores con la activación de los efectores. '"
'"
"
Digitalizado para www.apuntesmedicos.com.ar

298 Sección iJI Fármacos con acción CIl el sistema nerviuso central

sugieren que existen diferencias funcionales importantes entre con varios antagonistas selectivos para estos receptores (Watkins
los subtipos. y col., 1 990). En el caso de los receptores de NMDA, se han
La composición de subunidad de la forma mayor del receptor descrito antagonistas no competitivos que actúan en diversos
GABAA contiene, por 10 menos, tres subunidades diferentes, a, sitios de la proteína receptora, además de los antagonistas com­
fJ y y, pero no se ha dilucidado la estoiquiometría de estas petitivos (sitio del glutamato). Incluyen bloqueadores de canal
subunidades (Pritchett y col., 1 989b). Para que las benzodiaze­ abierto, como fenciclidina (PCP o "polvo de ángel"), antagonis­
pinas interactúen con el margen esperado del receptor GABAA tas corno el ácido 5, 7-diclor ocinur ético, que actúa como sitio de
nativo, éste debe contener cada una de estas subunidades. La fij ación alostérico de la glicina, y el nuevo antagonista ifenpr odil.
inclusión de subunidades a, f1 o y variantes da por resultado re· que puede funcionar como bloqueador de los canales cerrados.
ceptores con márgenes fannacológicos diferentes (cap. 1 7). Además, la actividad de los receptores de NMDA es sensible al
Glicina. Muchos de los aspectos descritos de la familia de re­ pH y puede depender también de diversos moduladores endóge­
ceptores GABAA son también característicos del receptor de gli­ nos, entre eUos Zn2+, algunos neurosteroides, ácido araquidóni­
cina inhibidor, que es relevante en el tallo encefálico y la médu­ co, reactivos redox y poliaminas como la espermina (Collingridge
la espinal. Se han clonado múltiples subunidades, y pueden y Lester, 1 990). En algunos casos, los efectos de los moduladores

r
integrarse en diversos subtipos de receptores de glicina (Betz, endógenos y de los antagonistas competitivos y no competitivos

.a
1992). Estos subtipos farmacológicos se identifican en el tejido son selectivos de algunos subtipos de receptores de NMDA com­
encefálico con márgenes neuroanatómicos del neurodesarroUo puestos por combinaCÍones particulares de subunidades

m
particulares. Sin embargo, como sucede con el receptor GABAA, (Williams, 1 993; Buller y col., 1 994; Kohr y col., 1 994; Williams
aún no se conoce la importancia funcional completa de los sub­ Y col., 1 994). En los últimos años, se han clonado múltiples cDNA

.co
tipos de receptores de glicina. que codifIcan receptores metabotrópicos y subunidades de re­
ceptores de NMDA, AMPA y cainato (Nakanishi, 1 992;
Hollmann y Heinemann, 1 994). La diversidad de la expresión
Se encuentran glutamato y aspartato a concentraciones

s
génica y, en consecuencia, de la estructura proteínica de los re­
muy altas en el encéfalo, y ambos aminoácidos tienen efec­ co
ceptores del glutamato se debe también a empalme alternativo
tos excitadores poderosísimos en las neuronas de vir­
y, en algunos casos, a edición de una sola base del mRNA que
tualmente todas las regiones del SNC. Su distribución codifica los receptores o sus subunidades. Se ha descrito empal­
i
generalizada ha tendido a opacar sus funciones como
ed

me alternativo en receptores metabólicos y en subunidades de


neurotransmisores, pero en la actualidad se acepta en gene­ receptores de NMDA,AMPAY cainato (Hollmann y Heinemann,
ral que el glutamato, y posiblemente el asparlato, constitu­ 1 994). Se produce una forma notable de ingeniería molecular
m

yen los principales transmisores excitadores rápidos ("clá­ endógena con algunas subunidades de receptores de AMPA y
sicos") en todo el SNC (Cotrnan y col., 1994; Seeburg, cainato, en las cuales la secuencia de RNA difiere de la secuen­
es

1993). Más aún, durante el último decenio se han caracte­ cía genómica en un solo codón de la subunidad receptora y de­
rizado desde el punto de vista farmacológico múltiples termina el grado de permeabilidad al Ca2+ del canal receptor
nt

(Bumashev y col., 1 992; K6hler y col., 1 993). Este proceso de


subtipos de receptores de aminoácidos excitadores, con
edición del RNA altera la identidad de un solo aminoácido (en­
base en las potencias relativas de los agonistas sintéticos y
tre casi 900) que establece si un canal receptor da paso de com­
pu

el descubrimiento de antagonistas potentes y selectivos.


puerta al Ca2+. Los genes del receptor del glutamato parecen ser
familias únicas, con sólo semejanzas limitadas con otros cana­
.a

Los receptores del glutamato se clasifican, desde el punto de les de compuerta de ligando, como el receptor nicotínico de ace­
vista funcional, como canales de iones de compuerta de ligando tilcolina o, en el caso de los receptores metabotrópícos, con
w

(llamados también receptores "ionotr6picos"), o como recepto­ miembros de la superfamilia de receptores acoplados con pro­
res "metabotrópicos" (acoplados a proteínas G). Los receptores teínas G.
ww

metabotrópicos se acoplan por medio de proteínas de fijación de Los receptores de AMPA y cainato mediaf1 1a despolarización
GTP a diversos mecanismos efectores, en tanto que los canales rápida a nivel de la mayor parte de las sinapsis glutamatérgicas
iónicos de compuerta de ligando contienen un canal de cationes en el encéfulo y la médula espinal. Los receptores de NMDA
integral que sirve de compuerta al NaO. y, en algunos casos, al participan también en la transmisión sináptica normal, pero la
Ca'· (Nakanishi, 1 992; Seeburg, 1 993; Hollmann y Heinemann, activación de los receptores de NMDA guarda una relación más
1 994). Los receptores metabotrópicos están compuestos por una estrecha con la inducción de diversas formas de plasticidad
sola proteína de siete amplitudes transmembrana, en tanto que sináptica, que con la transducción rápida de señales de punto a
los canales de compuerta de ligando son complejos de multisub­ punto en el encéfalo. Los receptores AMPA o cainato y los re­
unidades. No se han establecido con plena certeza ni el número ceptores de NMDA pueden estar localizados de manera conjun­
preciso de subunidades que se reúnen para generar un canal de ta en muchas sinapsis glutamatérgicas. Un fenómeno bien cono­
iones receptor del glutamato que sea funcional in vivo, ni la to­ cido que abarca los receptores del NMDA es la inducción de
pografia de cada subunidad (Bennett y Dingledine, 1995). potenciación a largo plazo (LTP). La LTP se refiere a un incre­
Los canales de iones de compuerta de ligando se subclasifican mento prolongado (horas a días) de la magnitud de la reacción
aún conforme a la identidad de los agonistas que activan de posináptica a un estímulo presináptico de potencia determinada.
manera selectiva a cada subtipo de receptor. Estos receptores La activación de los receptores de NMDA es obligatoria para la
son los de ácidoa-amino-3-hidroxi-5-metil-4-isoxazol propióni­ inducción de un tipo de LTP que se produce en el hipocampo
co (AMPA), cainato y N-metil-o aspartato (NMDA) (Collingridge (Bliss y Collingridge, 1 993). El Mg'· bloquea normalmente a
y Lester, 1990; Watkins y col., 1990). Se cuenta en la actualidad los receptores de NMDA a niveles de potencial de membrana en
Digitalizado para www.apuntesmedicos.com.ar

Capít¡¡{o 12 Ncumfransmisián l' sistema III!ITio.\'o ccntral 299

reposo. Por tanto, la activación de los receptores de NMDA re­ 6), la amina empezó a recibir atención considerable como
quiere no sólo fijación del glutamato descargado a nivel sináptico, posible neurotransmisor central. Con base en su distribu­
sino despolarización simultánea de la membrana posináptica. ción irregular dentro del SNC, y en la observación de que
Esto se logra mediante activación de receptores de AMPA y
los fáffilacos colinérgicos periféricos podrían tener efec­
cainato en las sinapsis cercanas, a partir de impulsos provenien­
tos notables en la conducta después de su administración
tes de neuronas diferentes. Por tanto, los receptores de NMDA
central, muchos investigadores se mostraron deseosos de
pueden funcionar como "detectores de coincidencia", y se acti­
varán sólo!cuando haya estimulaci6n simultánea de dos o más
considerar la posibilidad de que laACh podría también ser
neuronas. La LTP se ha postulado como modelo celular para un neurotransmisor central. A finales del decenio de 1 950,
algunas formas de aprendizaje y memoria. Es interesante que Eccles y colaboradores demostraron que la excitación re­
los receptores de NMDA puedan inducir también depresión a currente de las neuronas raquídeas de Renshaw era sensi­
largo plazo (LTD; lado de lanzamiento de la LTP) en las sinapsis ble a los antagonistas colinérgicos nicotínicos; se observó
del SNC (Mulkey y Malenka, 1992). Al parecer, la frecuencia y también que estas células eran colinoceptivas. Estas ob­
el patrón de estímulación sináptica son lo que establece gi una servaciones resultaron compatibles con la especificidad

r
sinapsis presenta LTP o LTD (Mulkey y Malenka, 1 992; Linden, química y funcional de la hipótesis de Dale, de que todas

.a
1 994). las ramas de una neurona descargaban la misma sustancia
La exposición de las neuronas a concentraciones altas de
transmisora y, en tal caso, producían tipos semejantes de

m
glutamato durante algunos minutos puede producir muerte de la
acción posináptica (Eccles, 1964). Aunque subsecuente­
célula neuronal (Meldrum y Garthwaite, 1 990; Olney, 1990). La

.co
cascada de acontecimientos que culmina en la muerte neuronal
mente se duplicó la capacidad de la ACh para desencade­
es desencadenada por la activación excesiva de los receptores
nar descarga neuronal en gran cantidad de células del SNC
de NMDA y la entrada de Ca2+ en las neuronas. Se supone que (Shepherd, 1 988), la célula raquídea de Renshaw sigue

s
este proceso es semejante al de la neurotoxicosis que se produce siendo el prototipo para las sinapsis colinérgicas nicotínicas
co
después de isquemia o hipoglucemia cerebrales, en las cuales la centrales (Wang y McCoffilick, 1 993; Wada y col., 1988).
descarga masiva y la recaptación alterada del glutamato en las El interés renovado por los fánnacos nicotínicos de ac­
i
sinapsis genera estimulación excesiva de los receptores de ción central selectiva puede revitalizar estas investigacio­
ed

glutamato, y muerte celular subsecuente. Los antagonistas del nes (Americ y col., ( 994).
receptor de NMDA pueden atenuar o bloquear la muerte celular
neuronal inducida por la activación de estos receptores. Existe
m

un potencial terapéutico considerable en el empleo de antago­ En la mayor parte de las regiones del SNC, los efectos de la
nistas del NMDA como neuroprotectores. Los receptores del ACh, valorados por iontoforesis o mediante pruebas de despla­
es

NMDA pueden participar también en el desarrollo de sensibili­ zamiento de receptor de radioligando (Kuhar, 1978) se generan,
dad a las crisis epilépticas y en el surgimiento de actividad al parecer, por interacción con una combinación de receptores
nt

convulsiva (Dingledine y col., 1990). En modelos animales, los nicotínicos y muscarínicos. Se han propUf'sto diversos grupos
antagonistas del receptor de NMDA poseen actividad anticon­ de vías colinérgicas supuestas, además de la motoneurona de
pu

vulsiva y pueden encontrar aplicación clínica como agentes an­ Renshaw. Mediante combinación de inmunocitoquímica de la
ticonvulsivos. acetilcolintransferasa (ChAT; enzima que sintetiza a la ACh) y
Dada la distribución generalizada de los receptores de gluta­ estudias de fJjación de ligandos o de hibridación in situ para la
.a

mato en el SNC, es probable que éstos se conviertan, por último, identificación de neuronas que expresan subunidades de recep­
en blanco de diversas intervenciones terapéuticas. Es también tores nicotínicos y muscarinicos, se han caracterizado ocho cú­
w

concebible que la expresión, regulación o función anormales de mulos principales de neuronas de ACh y sus vías (Mesulam,
ww

los receptores del glutamato participen en el origen de algunos 1994). Hay cuatro grupos separados de cuerpos celulares locali­
trastornos neurológicos. Se ha postulado una función de los re­ zados en el cerebro anterior basal, entre septum y núcleo basal
ceptores del glutamato o de la transmisión glutamatérgica tras­ de Meynertl que envían grandes proyecciones autonómicas ha­
tornada en la etiología de enfermedades neurodegenerativas cró­ cia la neocorteza, la formación del hipocampo y el bulbo olfatorio .
nicas y en la esquizofrenia (Carlsson y Carlsson, 1990; Meldrum Aunque el cerebro de\. roedor manífiesta neuronas colinérgicas
y Garthwaite, 1990). Se observó que los casos de encefalitis de que son intrínsecas de' la neocorteza, éstas no se encuentran en
Rasmussen, enfennedad de la infancia que culmina en convul­ el cerebro del primate. Hay dos acumulaciones de neuronas co­
siones resistentes al tratamiento y demencia, se correlacionaban linérgicas en la parte alta de la protuberancia anular, que brindan
con concentraciones de anticuerpos plasmáticos contra una la inervación colinérgica principal al tálamo y al cuerpo estria­
subunidad del receptor del glutamato (Rogers y col., 1 994). Por do, en tanto que las neuronas colinérgicas bulbares proporcio­
tanto, esta enfennedad puede tener como aspecto subyacente una nan la inervación coJinérgica a las regiones del mesencéfalo y
reacción inmunitaria contra algunos receptores del glutamato del tallo encefálico. Las proyecciones colinérgicas abundantes
(Rogers y col., 1 994). hacia la neocorteza y la formación del hipocampo se atrofiarán
si se priva a estas neuronas de los factores del crecimiento trófico
que facilitan mediante transporte axoniano retrógrado desde sus
Acetilcolina, Tras identificarse a la acetilcolina (ACh) neuronas blanco (Sofroniew y col., 1 993). Esto es lo que sucede
como el transmisor en las uniones neuromusculares y en la enfermedad de Alzheimer, en la cual las neuronas blanco
neuroefectoras parasimpáticas, lo mismo que a nivel de están enfermas (cap. 22), y que ha impulsado los esfuerzos tera­
las sinapsis principales de los ganglios autonómicos (cap. péuticos para restablecer la señalización colinérgica residual.
Digitalizado para www.apuntesmedicos.com.ar

30n Seccián 11/ Fúrmacos con acción en el sistema nervioso central

Catecolaminas. El encéfalo contiene sistemas neurona­ col., 1 990; Sunahara y col., 1 990; Zhou y col., 1990) y al D5
les separados que utilizan tres catecolaminas distintas: (Sunahara y col., 1991), en tanto que los receptores del tipo D2
dopamina. noradrenalina y adrenalina. Cada sistema es incluyen las dos isofonnas del receptor D2 (diferentes en la lon­
diferente desde el punto de vista anatómico. y desempeña gitud de su tercera asa citoplásmica) D2 corta designada (D2S;
funciones separadas. aunque similares, dentro de sus cam­ Bunzow y col., 1 988) Y D2 larga (D2L; Dal Toso y col., 1 989;
Giros y col., 1989; Grandy y col., 1 989; Monsma y col., 1989),
pos de inervación. Estos sistemas se han investigado a fon­
además del D3 (Sokoloff y col., 1990), y el D4 (van Tol y col.,
do con diversas técnicas, y por ello se cuenta con multitud
199 1). Los receptores D I Y D5 activan a la adenilil ciclasa; los
de detalles descriptivos para cada caso (Bj6rklund y receptores D2 se acoplan con múltiples sistemas efectores, en­
Lindvall, 1986). tre ellos el de inhibición de la actividad de la adenilil ciclasa, el
de la supresión de las corrientes de Ca2+ y el de activación de las
Dopamina. Aunque originalmente se consideraba a la dopa­ corrientes de K' (Vallar y Meldolesi, 1 989). No se han definido
mina sólo como precursora de la noradrenalina, las pruebas efec­ de manera inequívoca los sistemas efectores a los cuales se aco­
tuadas en distintas regiones del SNC revelaron una notable dife­ pIan los receptores D3 y D4.

r
rencia en las distribuciones de dopamina y noradrenalina. De Se ha implicado a los receptores D2 de la dopamina en la

.a
hecho, más de 50% del contenido del SNC de catecolaminas es fisiopatología de la esquizofrenia y la enfennedad de Parkinson.
dopamina, y se encuentran cantidades extremadamente grandes Existe una correlación entre la dosis clínica promedio de un

m
en ganglios basales (en especial núcleo caudado), núcleo accum­ neuroléptico y su afinidad por los receptores cerebrales de do­
bens, tubérculo olfatorio, núcleo central de la amígdala, emi­ pamina medida en estudios sobre la inhibición de la fijación del

.co
nencia media y campos restringidos de la corteza frontal. Gra­ antagonista D2 llamado 3H-espiroperidol (Seeman, 1 987). Aun­
cias a la disponibilidad de métodos histoquímicos que pueden que la administración prolongada de neurolépticos típicos al ser
revelar todas las catecolaminas (fluorescencia inducida por humano o al animal de experimentación puede producir efectos

s
formaldehído o áCido glioxílico; Dahlstrom y Fuxe, 1964) y de extrapiramidales adversos, entre ellos trastornos de los movi­
métodos inmunohistoquímicos para las enzimas que sintetizan
co
mientos de tipo parkinsoniano y discinesia tardía (O'Den y col.,
catecolaminas individuales (H6kfelt y col., 1 978), se conocen 1 990), se ha informado que un grupo de fánnacos antipsicóticos
con cierta precisión las conexiones anatómicas de las neuronas conocidos como neurolépticos atípicos son eficaces para tratar
i
ed

que contienen dopamina, por lo menos en el cerebro de roedor. los trastornos psiquiátricos, a la vez que producen muchísimos
Estos estudios indican que las neuronas dopaminérgicas perte­ menos efectos extrapiramidales colaterales. Tanto los neurolép­
necen a tres clases morfológicas principales: 1 ) neuronas ultra­ ticos típicos como los atípicos se fijan a los receptores D2, D3 Y
m

cortas dentro de las células amacrinas de la retina y de las célu­ D4, con afinidad dentro de los límites nanomoleculares. Esta
las periglomerulares del bulbo olfatorio; 2) neuronas de longitud observación, junto con la expresión selectiva en mRNA del re­
es

intermedia dentro del hipotálamo tuberoso ventral que inervan a ceptor D3 a nivel del núcleo accumbens y el tubérculo olfatorio
la eminencia media y al lóbulo intermedio de la hipófisis, neuro­ y la gran afinidad de los receptores D4 por neurolépticos atí­
nt

nas insertohipotalámicas que conectan a los hipotálamos dorsal picos como la clozapina, que no tienen efectos indeseables
y posterior con los núcleos septales laterales, y pequeñas series extrapiramidales, ha dado pie a la hipótesis de que el alivio de la
pu

de neuronas dentro del perímetro del núcleo motor dorsal del psicosis mediante neurolépticos se puede deber, en parte, a su
vago, el núcleo del haz solitario y la sustancia gris periacueductal, capacidad para antagonizar la estimulación de los receptores D3,
y 3) proyecciones largas entre los núcleos que contienen dopa­ D4 o de ambos tipos, en tanto que la disfunción motora observa­
.a

mina en la sustancia negra y el tegmento ventral y sus blancos da con el empleo a largo plazo de neurolépticos típicos se puede
en el cuerpo estriado, las zonas límbicas de la corteza cerebral y deber a incremento en la densidad de los receptores D2 en el
w

otras regiones principales del sistema límbico, salvo el hipocam­ cuerpo estriado (Sokoloff y col., 1 990).
po (Bjorklund y Lindvall, 1 986). A nivel celular, las acciones de Noradrenalina. Hay cantidades relativamente grandes de no­
ww

la dopamina dependen de la expresión del subtipo de receptor y radrenalina dentro del hipotálamo y en algunas zonas del siste­
de las acciones convergentes contingentes de otros transmisores ma límbico, como el núcleo central de la amígdala y la circun­
sobre las mismas neuronas blanco. volución dentada del hipocampo. Sin embargo, esta catecolamina
Se identificaron dos subtipos de receptores de la dopamina, se encuentra también en cantidades importantes, aunque meno­
O 1 Y D2, con base en los criterios farmacológicos y bioquími­ res, en la mayor parte de las regiones cerebrales. Los estudios
cos (Kebabian y Calne, 1979). Los receptores de la dopamina detallados de mapas indican que casi todas las neuronas nora­
DI Y D2 son distintos desde el punto de vista fannacológico y drenérgicas se originan en Jocus ceruJeus de la protuberancia
manifiestan afinidades diferentes no sólo por el ligando de do­ anular, o en las neuronas de la porción tegmentaria lateral de la
pamina endógeno, sino también por otros diversos compuestos formación reticular. A partir de estas neuronas salen axones muy
(Seeman y Grigoriadis, 1987). Las benzazepinas, entre ellas SCH ramificados que inervan células blanco específicas en gran nú­
23390, se fijan a los receptores DI con alta afinidad, y las mero de campos corticales, subcorticales y espinobulbares (Foote
benzamidas, como sulpirida y racloprida, y las butirofenonas, y col., 1983).
como el espiroperidol, marcan de manera selectiva a los recep­ Aunque se ha establecido con firmeza que la adrenalina es el
tores D2. Se han aislado y categorizado por lo menos cinco ge­ transmisor en las sínapsis situadas entre las vías noradrenérgicas
nes que codifican subtipos de receptores de dopamina como de supuestas y gran variedad de neuronas blanco, diversos aspec­
los tipos D i o D2, según sus secuencias de nucleótidos y el tos del modo de acción de esta amina biógena han complicado
margen farmacológico de las proteínas expresadas. Los recepto­ la obtención de pruebas convincentes. En gran parte, estos pro­
res del tipo D I incluyen al DI (Dearry y col., 1 990; Monsma y blemas manifiestan sus acciones sinápticas electro fisiológicas
Digitalizado para www.apuntesmedicos.com.ar

Capítulo ¡ 2 NeurotransmisirJn v sistema nervioso ('cntral 301

"no clásicas" que dan por resultado efectos "dependientes del d o intestinal vasoactivo (Magistretti y col., 1994). Los recepto­
estado" o Uactivadores". En algunos casos, han sido complejas res a1-adrenérgicos están acoplados también a la estimulación
las propiedades fannacológicas de estas sinapsis, con pruebas de la fosfolipasa e, lo cual genera liberación de trifosfato de
de mediación por receptores tanto a como f3-adrenérgicos (Foote inositol y diacilglicerol. Los receptores aradrenérgicos son re­
y Aston-Jones, 1 994). Por ejemplo, la estimulación de locus levantes en las neuronas noradrenérgicas, en las cuales median
ceruleus deprime la actividad espontánea de las neuronas blan­ una reacción hiperpolarizante a causa de intensificación de una
co en el cerebelo, aunada a hiperpolarización de desarrollo lento conductancia rectificadora del K+ hacia adentro. El último tipo
y disminución de la conductancia de la membrana. Sin embar­ de conductancia del K+ puede ser regulado también por otros
go, la activación de locus ceruleus afecta a las velocidades de sistemas transmisores (Foote y Aston-Jones, 1 994; fig. 12-2).
activación más altas producidas por la estimulación de las co­ En los campos de proyección cortical, los receptores a2 pueden
rrientes excitadoras hacia estas neuronas en menor grado, y se ayudar a restaurar la menna funcional propia de la senectud
intensifican los potenciales posinápticos excitadores. La aplica­ (Amsten, 1 993). Al igual que los receptores D2 de la dopamina,
ción iontoforética de noradrenalina emula todas las consecuen­ los receptores a2-adrenérgicos están acoplados con la inhibi­
cias de la activación de locus ceruleus, y éstas se ven bloquea­ ción de la actividad de adenilil ciclasa, pero sus efectos en el

r
das con eficacia por los antagonistas f3-adrenérgicos. Aunque no SNC probablemente se basen más en su capacidad para activar

.a
se han aclarado del todo los mecanismos subyacentes a estos a los canales del K+ operados por receptores y para suprimir a
efectos, se cuenta con pruebas convincentes de la mediación in­ los canales del Ca2+ de compuerta de voltaJ'e, ambos mediados

m
tracelular por el cAMPo por proteínas G sensibles a la toxina de la tos ferina. Con base
En su mayor parte, los efectos de la activación de locus en los patrones de fijación de ligandos y en las propiedades de

.co
ceruleus (o de la aplicación de noradrenalina) sobre neuronas los receptores clonados, se han definido tres subtipos de recep­
blanco en la corteza cerebral o el hipocampo son semejantes a tores aradrenérgicos (a2A, a2B Y a2e), pero todos parecen aco­
los observados en el cerebelo. Sm embargo, se han observado plarse con vías de transducción de señales semejantes (Bylund,

s
diversas diferencias, sobre todo en los estudios con células 1 993).
piramidales del hipocampo. En primer lugar, es frecuente hallar
co
Adrenalina. Las neuronas del SNC que contienen adrenalina
que la inhibición de la actividad inducida por la adrenalina pa­ no se reconocieron hasta la creación de pruebas enzimáticas
rece mediada de manera predominante por receptores a-adre­ sensibles a la feniJetanolamina-N-metiJ-transferasa y a las téc­
i
ed

nérgicos (Siggins y Gruol, 1986). En segundo, la estimulación nicas de tinción inmunohistoquímica para esta enzima (Hokfelt
de los receptores f3-adrenérgicos puede incrementar la veloci­ y col., 1 974). Se encuentran neuronas que contienen adrenalina
dad de activación de las neuronas blanco despolarizadas por la en la formación reticular bulbar, y establecen conexiones
m

estimulación excitadora (Madison y Nicoll, 1986). Este último restringidas con unos cuantos núcleos pontinos y diencefálicos
efecto se debe a la inhibición de la conductancia del K+ activada y, por último, siguen cierto trayecto hasta llegar, en sentido
es

por el Ca'· y mediada por el cAMP, y conlleva reducción de la muy rostral, al núcleo para ventricular del tálamo dorsal de
hiperpolarización que sigue a la activación repetitiva de los po­ la línea media. No se han identificado sus propiedades fisio­
nt

tenciales de acción. Las proyecciones aferentes hacia las neuro­ lógicas.


nas de locus ceruleus incluyen neuronas coHnérgicas bulbares,
pu

neuronas para los péptidos opioides, neuronas del rafe (5-HT) y


5-Hidroxitriptamina. Después de la comprobación quí­
neuronas de la hormona liberadora de corticotropina desde el
mica de que una sustancia biógena que se encontró tanto
hipotálamo. Esto último brinda un enlace entre las reacciones de
.a

estrés y este sistema (Foote y Aston-Jones, 1 994).


en el suero ("serotonina") como en el intestino ("entera­
Igual que en la periferia, se reconocen tres famiJias de recep­
mina") era 5-hidroxitriptamina (5-HT), las pruebas de in­
w

tores adrenérgicos en el SNC (es decir, a" a, y {J). Existen sub­ vestigación de esta sustancia revelaron su presencia en el
encéfalo (Brodie y Shore, 1957; cap. 11). Desde esa épo­
ww

tipos de receptores a lo a2 Y f3-adrenérgicos. Estos subtipos se


pueden distinguir por sus propiedades fannacológicas y su dis­ ca, los estudios de la S-HT han aportado información cru­
tribución (cap. 10). Los tres subtipos de receptores{J-adrenérgicos cial para el progreso en el conocimiento de la neurofarma­
se relacionan con estimulación de la actividad de la adenilil cología del SNC. Se han empleado diversos métodos
dclasa. El receptor ,83-adrenérgico, de clonación reciente, tiene histoquímicos para identificar la anatomía central de las
interés particular. Se expresa principalmente en el tejido adipo­
neuronas que contienen 5-HT en diversas especies. Se en­
so pardo, y puede ser el encargado de la termogénesis sin esca­
cuentran neuronas triptaminérgicas en nueve núcleos que
lofríos en los roedores (Emorine y col., 1 994). Aunque la pro­
se ubican yacentes o adyacentes a las regiones de la línea
porción varía de una región a otra, los receptoresf31-adrenérgícos
se pueden relacionar de modo predominante con neuronas, en
media (rafe) de la protuberancia o de la parte alta del tallo
tanto que los receptores f3radrenérgicos pueden ser más carac­ encefálico, que corresponden a conjuntos nucleares bien
terísticos de los elementos gliales y vasculares. definidos (Dahlstrom y Fuxe, 1964).
Los receptores a 1 situados sobre las neuronas noradrenérgicas
blanco de la neocorteza y el tálamo reaccionan a la noradrenali­ Los núcleos del rafe rostral inervan regiones del prosencéfalo
na con efectos despolarizantes sensibles a la prazosina causados (cerebro anterior), en tanto que los nervios del rafe caudal se
por disminuciones de las conductancias del K"" (tanto sensibles proyectan dentro del tallo encefálico y la médula espinal, con
como insensibles al voltaje; Wang y McCormick, 1993). Sin ciertas sobreposiciones. El núcleo mediano del rafe aporta en
embargo, los receptoresar pueden incrementar también al cAMP buena medida la inervación del sistema límbico, y el núcleo dor­
generado por rebanadas neocorticales por reacción al polipépti- sal del rafe, la de las regiones corticales y el neostriado.
Digitalizado para www.apuntesmedicos.com.ar

302 Sección ¡JI Fármacos con acción en el sistema nervioso central

En el SNC del mamífero, las células que reciben estimula­ (Mengod y col., 1 990). En las motoneuronas faciales, la S-HT
ción tríptoninérgica demostrable desde el punto de vista citoquí­ estimula la excitabilidad por dos mecanismos: 1 ) cierre lento de
mico, como las del núcleo supraquiasmático. las del cuerpo las conductancias de K+ en reposo, con incremento de la resis­
geniculado inferolateral, la amígdala y el hipocampo, manifies­ tencia de la membrana, y 2) abertura más potente, antagonizable
tan una dotación uniforme y densa de terminaciones reactivas. por la ritanserina, de una conductancia de K+ sensible al voltaje
Los criterios biológicos moleculares han permitido identifi­ que se activa por hiperpolarización (Aghajanian, 1994). En la
car 14 subtipos diferentes del receptor de 5-HT del mamífero. corteza pirifonne. Aghajanian y colaboradores observaron inhi­
Estos subtipos manifiestan márgenes de fijación de ligando ca­ bición indirecta de las. neuronas piramidales por activación de
racterísticos, se acoplan con diferentes sistemas intracelulares las intemeuronas inhibidoras de circuitos locales mediadas por
de transducción de señales, tienen distribuciones específicas de el GABA, efecto bloqueado por la ritanserina. En la corteza ce­
subtipo dentro del SNC, y median diferentes efectos de la 5-HT rebral, los agonistas de los receptores 5-HT2A (pero no de los de
sobre la conducta. Contar con conocimientos sobre las propie­ la propia 5-HT) producen también inhibición neuronal, pero otros
dades estructurales y operacionales de la superfamilia central de efectos notifIcados pueden ser resultado de coexpresión de sub­
receptores de la serotonina ha dado por resultado la proposición tipos múltiples de receptores de 5-HT sobre la misma neurona.
de un nuevo sistema de nomenclatura para los receptores de la El receptor 5-HT2C� muy semejante en su secuencia y en su far­

r
.a
S-HT (Martin y Humphrey, 1994). La terminología actual ha agru­ macología al receptor 5-HT2A• se expresa con abundancia en el
pado a los subtipos conocidos de receptores de la 5-HT en cla­ plexo coroideo. sitio en el que regula la transferrina (Esterle y

m
ses múltiples: las clases 5-HTI y 5-HT2 son receptores acopla­ Sanders-Bush, 1992) y la producción de líquido cefalorraquídeo
dos con proteínas G que tienen un motivo de siete dominios de (Hung y col., 1993).

.co
amplitud de la membrana, e incluyen isoformas múltiples den­ Los receptores de la clase 5-HT3 se reconocieron por primera
tro de cada clase, en tanto que los receptores 5-HT3 son canales vez en el sistema nervioso autónomo periférico. Se expresan tam­
de iones de compuerta de ligando con semejanza estructural a la bién en el encéfalo dentro del área postrema y el núcleo del haz

s
de la subunidad a del receptor nicotínico de acetilcolina. Las solitario, sitios en los que se acoplan con reacciones de despola­
clases 5-HT4, 5-HTs• 5-HT6 Y 5-HT7 de receptores, todos los rización potentes que manifiestan desensibilización rápida a la
co
cuales poseen siete dominios putativos de amplitud de la mem­ exposición sostenida a la 5-HT. El receptor 5-HT3 incrementa
brana, se han identificado mediante clonación molecular y se las corrientes de Na+ y K+, pero no parece afectar la permeabili­
i
han caracterizado desde el punto de vista bioquímico, si bien no dad al Ca2+. A nivel de la conducta, las acciones de la 5-HT
ed

se han estudiado aún desde los puntos de vista electrofisiológico sobre los receptores 5-HT3 centrales puede producir emesis y
u operacional. La diversidad estructural entre estos subtipos de efectos antinociceptivos; los antagonistas del receptor 5-HT3.
m

receptores indica que son representantes de clases distintas de como ondansetrón, son beneficíosos para el tratamiento de la
receptores de la 5-HT (véase en el capítulo 1 1 una descripción emesis inducida por quimioterapia (Tyers y Freeman, 1 992).
es

más amplia de las propiedades farmacológicas de los subtipos La sustancia alucinógena LSD se encuentra entre los más in­
de receptores de la S-HT). teresantes compuestos que interactúan con la 5-HT, primordial­
El subgrupo de receptores 5-HTI está compuesto por lo me­ mente a través de los receptores 5-HT2. En pruebas iontoforéticas,
nt

nos por cinco subtipos de receptores sin inlrón (5-HTIA, 5-HTI B• LSD y 5-HT son inhibidores potentes del activador de las neuro­
S-HTID, S-HTIE, S-HT,Fl que están enlazados con la inhibición nas del rafe (5-HT), en tanto que la LSD y otras sustancias
pu

de la actividad de la adenilil ciclasa o con la regulación de los alucinógenas son excitadores mucho más potentes de las moto­
canales de K' o de Ca" (Beer y col., 1 993). Los receptores S ­ neuronas faciales que reciben inervación del rafe. El efecto inhi­
.a

HTlA se expresan con abundancia en las neuronas de 5-HT del bidor de la LSD sobre las neuronas del rafe ofrece una explica­
núcleo del rafe dorsal, donde se cree participan en la regulación ción admisible a sus efectos alucinógenos, es decir, que estos
w

de la temperatura (Gudelsky y col., 1986). Se encuentran tam­ efectos son resultado de depresión de la actividad en un sistema
bién en regiones del SNC relacionadas con el estado de ánimo y que bloquea de manera tónica a los estímulos visuales y senso­
ww

la ansiedad, como el hipocampo y la amígdala. La activación de riales de otros tipos. Sin embargo, la conducta característica in­
los receptores 5-HTIA produce abertura de una conductancia ducida por la LSD se sigue viendo en animales que tienen des­
rectificadora del K'" hacia adentro, lo cual da como resultado trucción de los núcleos del rafe o que se han sometido a bloqueo
hiperpolarización e inhibición neuronal. Estos receptores pue­ de la síntesis de 5-HT mediante p-c1orfenilalanina. Otras prue­
den ser activados por los fánnacos buspirona e ipsapirona, que bas contra esta explicación de las alucinaciones inducidas por la
se emplean para tratar los trastornos de ansiedad y pánico LSD es la potenciación de los efectos de esta sustancia median­
(Aghajanian, 1994). El sumatriptán, que se prescribe en la ac­ te administración del precursor de la 5-HT llamado 5-hidroxitrip­
tualidad para el tratamiento agudo de la jaqueca (migraña) acti­ tófano. La definición más precisa de las diversas funciones de
va de manera potente a los receptores 5-HT 1D (Moskowitz y las vías triptaminérgicas en el SNC espera los resultados de es­
Cutrer, 1993). tudios en los que se empleen fánnacos más específicos, cuyo
Estos subtipos de receptores constituyen la clase de recepto­ número se está incrementando de manera sostenida.
res S-HT,: S-HT'A' S-HT'B y SHT2C• A diferencia de los recepto­
res 5-HTl> éstos contienen intrones y todos están relacionados
Histamina. Desde hace muchos años, se sabe que la his­
con la activación de la fosfolipasa C. Con base en la fijación de
ligandos y los patrones de hibridación del mRNA in situ, los tamina y los antihistamínicos activos en la periferia tienen
receptores 5-HT2A están muy enriquecidos en las regiones del efectos importantes en la conducta de los animales. Sin
prosencéfalo como la neocorteza y el tubérculo olfatorio, lo mis­ embargo, hace poco se acumularon pruebas que sugieren
mo que en diversos núcleos que se originan en el tallo encefáhco que la histamina podría ser también un neurotransmisor
Digitalizado para www.apuntesmedicos.com.ar

Capitulo J 2 Nt'urotrallsmisÍfín l' \-islcma IlCITioso ccnTral 303

central. La identificación bioquímica de la síntesis de his­ ción concurrente las endorfinas y la familia de glucagon y
tamina por las neuronas, lo mismo que la localización secretina. En la "superfamilia" de las endorfinas, existen tres
citoquímica directa en ellas han establecido la existencia sistemas principales de péptidos de la endorfina (pro-opiomela­
de un sistema histaminérgico en el SNC. La mayor parte nocortina, proencefalina y prodinorfina) en circuitos neuronales
independientes (Bloom, 1988). Se originan en genes indepen­
de las neuronas de este tipo se encuentran en la parte
dientes, pero homólogos. Todos los péptidos poseen en común
posteroventral del hipotálamo. Ofrecen vías ascendentes algunas acciones a nivel de los receptores que en un tiempo se
y descendentes largas hacia todo el SNC, que son caracte­ clasificaron en general como "opioides", pero que ahora están
rísticas de los patrones de otros sistemas aminérgicos. Se presentando refinamiento progresivo (cap. 23). En la familia del
piensa, con base en los efectos centrales supuestos de los glucagon, se encuentran péptidos múltiples y homólogos en cierto
antagonistas de la histamina, que el sistema histaminérgico grado de manera simultánea en células diferentes del mismo or­
funciona en la regulación de la excitación, la temperatura ganismo, pero en sistemas orgánicos separados: glucagon y po­
corporal y la dinámica vascular. lipéptido intestinal vasoactivo (VIP) en los islotes pancreáticos,
secretina en la mucosa duodenal, YIP y péptidos relacionados

r
Se han descrito tres subtipos de receptores de la histamina. en las neuronas intestinales, autonómicas y centrales (Blundel y

.a
Los receptores H¡, los más relevantes, pueden estar localizados Humbel, 1 980; Magistretti y col., 1 994) y, por último, factor de
en las células gliales y en los vasos, lo mismo que en neuronas, liberación de hormona del crecimiento nada más en las neuro­

m
y pueden tener el efecto de movilizar el Ca2+ en las células re­ nas centrales (GuiHemin y col., 1 982). Los efectos metabólicos
ceptoras. Los receptores H2 están relacionados con la activación generales producidos por los miembros de esta familia se pue­

.co
de la adenilil ciclasa, tal vez en concierto con los receptores H¡ den considerar productores de un aumento de la concentración
en ciertas circunstancias. Los receptores H3. que tienen la ma­ sanguínea de glucosa. En cierto grado, las relaciones ancestrales
yor sensibilidad a la histamina, se hallan de manera mucho más y concurrentes no se excluyen entre sí puesto que se han infor­

s
selectiva en los ganglios basales y las regiones olfatorias en la mado también miembros múltiples de la familia de la sustancia
rata, pero no han podido resolverse aún las consecuencias de su
co
P (Nawa y col., 1983); esto puede explicar la existencia mani­
activación. A diferencia de las monoaminas y los transmisores fiesta de subgrupos de receptores para la sustancia P (1versen y
aminoácidos, no parecen constituir un proceso de recaptación col., 1 982). La tenninación del mamífero de los miembros de la
i
ed

activa para la histamina después de su descarga. Además, no se familia de la vasotocina manifiesta también dos productos con­
han obtenido pruebas directas de la descarga de histamina desde currentes, vasopresina y oxitocina, cada una de las cuales ha
neuronas tanto in vivo como in vitro (véase Schwartz y col., evolucionado para efectuar funciones separadas una vez ejecu­
m

1 994, para encontrar referencias adicionales recientes). tadas por los péptidos únicos relacionados con la vasoactina en
phyla inferiores.
es

Organ"zación por patrón anatóm"co. Algunos sistemas de


Péptidos. El descubrimiento, durante el decenio de 1 980,
péptidos siguen organizaciones anatómicas bastante sostenidas.
de un gran número de nuevos péptidos en el SNC, cada
nt

Por tanto, los péptidos hipotalámicos oxitocina, vasopresina, pro­


uno capaz de regular un aspecto u otro de la función neu­ opiomelanocortina, hormona liberadora de gonadotropina y hor­
ral, produjo excitaciém considerable y un imponente catá­
pu

mona liberadora de hormona del crecimiento tienden a ser sinte­


logo de entidades (Guillemin, 1978; Krieger, 1983; Hiikfelt tizados por grandes cúmulos únicos de neuronas que emiten
y col., 1987). Se han encontrado también en el SNC algu­ axones de ramas múltiples hacia diversos blanc.os distantes.
.a

nos péptidos que antes se consideraban restringidos al in­ Otros, como los sistemas que contienen somatostatina, colecisto­
testino o a las glándulas endocrinas. Se cuenta con "ma­ cinina y encefalina pueden tener muchas formas, cuyos patro­
w

pas" neuronales relativamente detallados que ponen de nes varían desde conexiones jerárquicas moderadamente largas
hasta neuronas de circuito local de axones cortos que se encuen­
ww

manifiesto inmunorreactividad a antisueros específicos de


péptidos. Los péptidos del SNC pueden funcionar por sí tran distribuidas por todo el encéfalo (Krieger, 1983).
Organización por funci6n. Como casi todos los péptidos se
solos, pero en la actualidad se considera que actúan prin­
identificaron al principio con base en bioinvestigaciones, sus
cipalmente en concierto con los cotransmisores coexisten­
nombres reflejan estas funciones investigadas desde el punto de
tes. Algunas neuronas pueden contener más de dos posi­
vista biológico (p. ej., hormona liberadora de tirotropina, poli­
bles transmisores (Hiikfelt y col., 1994), y pueden regularse péptido intestinal vasoactivo). Estos nombres se vuelven trivia­
de manera independiente. En esta época parecen tener uti­ les si se descubren distribuciones más generalizadas y funcio­
lidad por lo menos tres criterios para intentar organizar a nes adicionales. Aunque cabría plantear la hipótesis de cierta
los sistemas de neuronas peptidérgicas. funCÍón íntegradora general para neuronas amplíamente separa­
das (y otras células) que elaboran el mismo péptido, un criterio
Organización porfamilias de péptidos. Se pueden definir fa­ más parco consistiría en que cada péptido tiene funciones men­
milias de moléculas relacionadas gracias a la homología impor­ sajeras únicas a nivel celular, y que éstas se pueden emplear una
tante en las secuencias de aminoácidos (Blundell y Humbel, y otra vez en vías funcionalmente similares dentro de grandes
1980; NiaH, 1982). Estas familias pueden ser ancestrales O con­ sistemas que difieren en sus funciones globales (Bloom, 1988).
currentes. La relación ancestral la ilustran los péptidos, como la La clonación de los miembros principales de los receptores
sustancia P o la familia de la vasoactina, en los cuales las dife­ peptídicos de opioides muestra conservación inesperada de las
rencias de especies se pueden correlacionar con variaciones mo­ secuencias con receptores para somatostatina, angíotensina y
deradas en la estructura peptídica. Ejemplifican mejor la rela- otros péptidos (Uhl y col., 1 994).
Digitalizado para www.apuntesmedicos.com.ar

304 Sección 111 Fúrmacos ('(in acción en el sistema nervioso central

Comparación con otros transmisores. Los péptidos difieren den identificar en el cerebro, la mayor parte del interés actual
en diversos aspectos importantes de los transmisores monoamí­ deriva de observaciones farmacológicas más que fisiológicas.
nicos y aminoácidos considerados con anterioridad. La síntesis La adenosina puede funcionar de manera presináptica por toda
de un péptido se efectúa en el retÍCulo endoplásmico rugoso, la corteza y la formación del hipocampo, para inhibir la descar­
sitio en el que se puede traducir al mRNA para el propéptido en ga de transmisores amínÍcos y aminoácidos. Desde el punto de
una secuencia de aminoácidos. El propéptido se segmenta (so­ vista fannacológico, se ha relacionado a las reacciones regula­
mete a procesamiento) hasta la forma en que se secreta confor­ das por e l ATP con diversas funciones supracelulares, entre ellas
me se transportan las vesÍCulas secretoras desde el citoplasma ansiedad, accidente vascular cerebral y epilepsia (Wil1iarns,
perinuclear hasta las terminaciones nerviosas. Más aún, no se 1994). Hace poco se infonnó que la adenosina endógena inhibe
han descrito mecanismos de recaptación activos para los pépti­ a las neuronas colinérgicas mesopontinas por medio de activa­
dos; esto incrementa la dependencia de las terminaciones ner­ ción de una conductancia de K+ rectificadora hacia adentro, e
viosas sobre los sitios distantes de síntesis. Lo que es quizá más inhibición de la conductancia activada por la hiperpolarización.
importante, hay cadenas lineales de aminoácidos que pueden Como los antagonistas cafeína y' teofilina reviertr:n este efecto,
adoptar muchas conformaciones a nivel de sus receptores, lo la desinhibición resultante de estas neuronaS puede relacionarse
que vuelve dificil definir las secuencias y sus relaciones estéricas con los efectos excitadores de estas últimas sustancias (Rainnie

r
que son cruciales para la actividad. y col., 1 994).

.a
Ha sido dificil desarrollar agonistas o antagonistas sintéticos Mediadores difusibles. Hace poco se examinaron las funcio­

m
que interactúen con receptores específicos de los péptidos. Tam­ nes dentro del sistema nervioso central de ciertos compuestos
bién la naturaleza ha obtenido resultados limitados a este res­ potentes que son activos en condiciones farmacológicas y que

.co
pecto, puesto que sólo se ha demostrado que un alcaloide vege­ se deduce sean reguladores fIsiológicos en los sistemas de todo
tal, la morfina, actúa de manera selectiva a nivel de las sinapsis el cuerpo.
peptidérgicas. Por fortuna para los fannacólogos, la morfina se Durante la hidrólisis de los fosfolípidos se puede liberar áci­

s
descubrió antes que las endorfinas, pues de otra manera habría do araquidónica, que nonnalmente se almacena como éster del
sido imposible desarrollar moléculas rígidas capaces de actuar a glicerol dentro de la membrana celular (por vías que abarcan a
co
nivel de los receptores de péptidos. La creación reciente de an­ las fosfolipasas A2 C y D). Las fosfolipasas son activadas por
tagonistas no peptídicos de la colecistocinina (Chang y Lotti, diversos receptores. El ácido araquidónico puede convertirse en
i
1986; Evans y col., 1 986), la neurotensina (Steinberg y col., 1 994) regulador muy reactivo por tres vías enzimáticas principales (cap.
ed

y dos miembros de la familia de las taquicininas ofrecen resulta­ 26): ciclaoxigenasas (que originan prostaglandinas y trombo­
dos promisorios (véanse referencias adicionales en McKnight y xanos), lipooxigenasas (que producen leucotrienos y otros cata­
m

col., 1 99 1 , y H6kfelt y col., 1 994). bolitos transitorios del ácido eicosatetraenoico) y citocrama P450
(que es inducible aunque se expresa a niveles bajos en el cere­
es

Otras sustancias reguladoras, Además de estas fami­ bro). Estos metabolitos del ácido araquidónico se han conside­
rado moduladores di fusibles en el SNC, sobre todo para la po­
lias principales de neurotransmisores, hay otras sustancias
tenciación a largo plazo y otras formas de plasticidad (Piomelli,
nt

endógenas que pueden también participar en el flujo regula­


1994).
do de señales entre neuronas, pero en secuencias de aconte­
Durante más de un decenio se ha reconocido al ácido nítrico
pu

cimientos que difieren en cierto grado de los conceptos como regulador importante de la mediación vascular e inflama­
aceptados de función de un "neurotransmisor", Estas sus­ toria, pero hoy llaman especialmente la atención sus funciones
tancias tienen importancia potencial como factores regula­
.a

en el SNC, después de esfuerzos que permitieron identificar a


dores y como blancos para la creación futura de fármacos. las sintetasas cerebrales del óxido nítrico (NOS; Snyder y
w

Dawson, 1 994). Estudios de clonación molecular actuales mues­


Purinas. Además de sus funciones como anabolitos bioquí­ tran por lo menos cuatro isofonnas de la enzima biosintética en
ww

micos esenciales, adenosinmonofosfato (monofosfato de adeno­ el encéfalo, forma constítutiva presente en algunas neuronas,
sina), adenosintrifosfato y adenosina libre, han logrado mucha células epiteliales capilares y macrófagos, lo mismo que fonnas
atención como moléculas de transducción de señales neurona­ inducibles de la enzima. La disponibilidad de activadores po­
les independientes por su propio derecho (Williams, 1 994). Se tentes (como nitroprusiato) y de inhibidores (como metilarginina
han caracterizado dos grandes familias de receptores purinér­ y nitroarginina) de las NOS ha hecho que se informe la partici­
gicos. Los de la clase P I son receptores acoplados con proteínas pación supuesta del óxido nítrico en diversos fenómenos en el
K. Se han subclasificado en cuatro subtipos (A¡-A.) con base en encéfalo, entre ellos potenciación a largo plazo, activación de la
los efectos agonistas de la adenosina: las xantinas antagonizan a guanilil ciclasa, descarga y recaptación de neurotransmisores e
los receptores Al y A2, pero no a los receptores Al y A.. Los intensificación de la neurotoxicosis mediada por el glutamato
receptores AJ se han relacionado con inhibición de la adenilil (NMDA). A continuación, el análisis racional basado en los
ciclasa, y con activación de las corrientes de K+, lo mismo que mecanismos propuestos de la acción del NO mediante fijación
de la fosfolipasa C en algunas circunstancias, además de la re­ al hierro en el sitio activo de las enzimas blanco dio origen a la
gulación de los canales de iones, en tanto que los receptores A2 idea de que el monóxido de carbono puede ser un segundo regu­
activan a la adenilil ciclasa. La clase P2 de receptores se refiere a lador intercelular gaseoso, lábil y difusible, por lo menos en la
los receptores del ATP y de nucleótidos del trifosfato relaciona­ regulación de la guanilil ciclasa en las neuronas in vitro.
dos, como UTP. El subtipo P2X de receptor es un canal de iones Citocinas. El término citocinas abarca a una familia de gran
de compuerta de ligando, en tanto que el subtipo P2Y es un re­ tamaño y diversa de polipéptidos reguladores, producidos con
ceptor acoplado a proteínas G. Aunque estos receptores se pue- amplitud en todo el cuerpo por células de origen embrionario
Digitalizado para www.apuntesmedicos.com.ar

Capitl/ln / 2 .1I.,'ellrntrQl1smisiólI \ ",¡'I!enzo lItT,'!(},I'O ('f:'/¡lrat' 305

diverso. En general, estos reguladores tienen funciones múltiples importantes de un fármaco determinado. Por ejemplo, el
atribuidas a efectos que ocurren en condiciones controladas in efecto de los antagonistas colinérgicos muscarlnicos en la
vitro. Se sabe que in vivo los efectos de las citocinas se regulan conducta de los animales normales puede ser sutil, pero
en mayor grado aun por las situaciones impuestas por otras cito­ estos compuestos se utilizan con amplitud para tratar los
cinas, las cuales interactúan a manera de redecilla con efectos
trastornos del movimiento y la enfermedad del viajero
variables que producen acciones sinérgicas, aditivas u oponen­
(cinetosis; cap. 7).
tes. Dentro del sistema inmunitario, los macr6fagos y los linfo­
citos T activados son los principales productores de las citocinas
Depresores generales (inespeclflcos) del sistema net'vioso
derivadas de macrófagos llamadas interleucinas (IL) la, IL-P,
centnJI. En esta categoria se incluyen los gases y los vapores
IL-6 Y factor a de necrosis tumoral (TNF-a); estas citocinas han anestésicos, los alcoholes .lifáticos y algunos fármacos hipnóti­
recibido mucha atención como reguladores potenciales de la in­
cos y sedantes. Estos compuestos tienen en común la capacidad
flamación del sistema nervioso (como sucede en las etapas inci­
de deprimir al tejido excitable a todos los niveles del SNC, lo
pientes de la demencia después de la infección pnr virus de la que da pnr resultado disminución de la cantidad de transmisor
inmunodeficiencia humana; Campbell y col., 1993; roggas y col.,

r
que libera el impulso nervioso, lo mismo que depresión general
1 994), y durante la recuperación después de lesiones traumáti­

.a
de la capacidad de reacción y el movimiento ibnico a nivel
cas. Se mencionaron con anterioridad los factores neW'Onales y
posináptico. A concentraciones subanestésicas, estos fármacos
derivados del tejido glial más ordinarios que fomentan el creci­

m
(p. ej. , etanol) pueden ejercer efectos relativamente específicos
miento y lo retrasan. Lo cierto es que, en algunas condiciones
en ciertos grupns de neuronas, lo cual puede explicar las dife­

.co
fisiopatológicas, la pnsibilidad de que se induzcan neúronas y rencias en sus efectos en la conducta, sobre todo la proclividad a
astrocitos para expresar citocinas u otros factores del crecimien­
producir dependencia (Koob y Bloom, 1988; caps. 14, 17 Y 24).
to, volverá más dificil establecer la línea divisoria entre neuro­
Estimulllntes gellerales (inespeclficos) del sistema nervioso
nas y células gliales.

s
centrllL Los fármacos de esta categoria abarcan al pentileno­
co
tetrazol y los compuestos relacionados capaces de excitar de
manera pnderosa al SNC, y las metilxantinas, que tienen una
ACCIONES DE LOS FARMACOS acción estimulante mucho más débil. La estimulación se puede
i
EN EL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL
ed

lograr pnr uno d. dos mecanismos generales: 1) bloqueo de la


inhibición, o bien 2) excitación neuronal directa (que puede abar­
Especificidad e inespecificldad de las acciones farma­ car incremento de la descarga de transmisor, acción más prolon­
m

cológicas en el sistema nervioso central. Se considera gada de éste, labilización deja membrana posináptica, o dismi­
que el efecto de un fármaco es especifico cuando afecta a nución del tiempn de recuperación de la sinapsis).
es

un solo mecanismo molecular identificable de las células FI",II/1cos qlle ",odljic/ln de ",/lnel'll selectiva 1/1 función del
blanco que poseen receptores para ese fármaco. A la in­ .;ste",/I nervioso centrllL Los compuestos de este grupo pue­
nt

den generar depresión o excitación. En algunos casos, un fárma­


versa, se considera que un medicamento es inespecifico
co produce ambos efectos de manera simultánea sobre sistemas
cuando produce efecto en muchas células blanco diferen­
diferentes. Algunos compuestos de esta categoria tienen poco
pu

tes y actúa por diversos mecanismos moleculares. Esta dis­


efecto en el nivel de excitabilidad a las dosis que se emplean en
tinción suele ser una propiedad de las relaciones entre do­ terapéutica. Las clases principales de estos fármacos que actúan
.a

sis y reacción del fármaco y la célula o de otros mecanismos en el SNC son: anticonvulsivos, fármacos contra el parkinsonis­
bajo escrutinio actual (cap. 3). Incluso cuando un fármaco mo, analgésicos opioides y no opioides, supresores del apetito,
w

muy específico se somete a prueba a concentración baja, antieméticos, analgésicos y antipiréticos, algunos estimulantes,
puede manifestar acciones inespecíficas en dosis sustan­ neurolépticos (fármacos antidepresores antimaniacos y antipsi­
ww

cialmente mayores. A la inversa, aun los fármacos de ac­ cóticos), tranquilizantes, sedantes e hipnóticos.
ción general pueden no actuar por igual a todos los niveles Aunque la selectividad de acción puede ser notable, un fár­

del SNC. Por ejemplo, sedantes, hipnóticos y anestésicos maco suele afectar diversas funciones del SNC en grados varia­
bles. Cuando se desea sólo una constelación de efectos en una
generales tendrían utilidad muy limitada si fueran sensi·
situación terapéutica, los efectos restantes del fármaco se consi­
bies a sus acciones las neuronas centrales que controlan a
deran limitaciones de la selectividad (es decir, efectos adver­
los aparatos respiratorio y cardiovascular. Los fármacos
sos). En muchos casos, se sobreestima la especificidad de la
con acciones específicas pueden producir efectos inespe­ acción de un fánnaco. Esto se debe, en parte, a que el fármaco se
cíficos si la dosis y la vía de administración generan con­ identifica con el efecto que implica el nombre de su clase.
centraciones tisulares altas.
Los medicamentos cuyos mecanismos parecen en la Caracterlsticas generales de los fármacos con acción
actualidad primordialmente generales o inespecíficos se en el sistema nervioso central. A menudo se adminis­
clasifican según produzcan depresión o estimulación de la tran combinaciones de fármacos de acción central, por sus
conducta. Los fármacos con acción específica en el SNC ventajas terapéuticas (p. ej., un anticolinérgico y levodopa
se pueden clasificar de manera más definitiva según su para la enfermedad de Parkinson). Sin embargo, podrían
sitio de acción o su utilidad terapéutica específica. Debe ser dañinas otras combinaciones de fármacos, a causa de
recordarse que la ausencia de efectos manifiestos en la efectos aditivos o mutuamente antagonistas potencialmente
conducta no descarta la existencia de acciones centrales peligrosos.
Digitalizado para www.apuntesmedicos.com.ar

306 Sección llf Fármacos con acción en el sistema nervioso centra!

El efecto de un fármaco en el SNC es aditivo con el trolar eficazmente con el mismo o con otro fármaco de­
estado fisiológico y con los efectos de otros fármacos de­ presor (caps. 17 y 19).
presores o estimulantes. Por ejemplo, los anestésicos son
menos eficaces en el sujeto hiperexcitable que en el pacien­ Organización de las interacciones de los fármacos que
te normal; sucede lo contrario con respecto a los efectos actúan en el sistema nervioso central. Las propieda­
de los estimulantes. En general, los efectos depresores de des estructurales y funcionales de las neuronas brindan un
los fármacos de todas las categorías son aditivos (p. ej., la medio para especificar los posibles sitios en los que los
combinación normal de barbitúricos o benzodiazepinas con fármacos podrian interactuar de manera específica o gene­
etanol), como lo son los efectos de los estimulantes. Por ral en el SNC (fig. 12-1). En este esquema serían compues­
tanto, la respiración deprimida por la morfina se trastorna tos de acción general los medicamentos que afectan al
en mayor grado aun cuando se administran compuestos metabolismo energético neuronal, la integridad de la mem­
depresores, en tanto que los estimulantes pueden incre­ brana o los equilibrios iónicos transmembrana. Tendrian
mentar los efectos excitadores de la morfina para producir una acción general similar los que afectan a los sistemas

r
vómito y convulsiones. de transporte intracelular de dos vías (p. ej., colquicina).

.a
Es variable el antagonismo entre los agentes depresores Estos efectos generales pueden aun manifestar relaciones

m
y los estimulantes. Se conocen algunos casos de antago­ entre dosis y reacción o entre tiempo y reacción diferentes
nismo farmacológico verdadero entre los fármacos con con base, por ejemplo, en propiedades neuronales como

.co
acción en el SNC; por ejemplo, los antagonistas de los velocidad de activación, dependencia de la descarga res­
opioides son muy selectivos para bloquear los efectos de pecto de estímulos externos o marcapasos internos, flujos
los analgésicos opioides. Sin embargo, el antagonismo que iónicos en reposo o longitud de los axones. En contraste,

s
manifiestan dos fármacos con acción en el SNC suele ser cuando se puede relacionar a las acciones de los fármacos
de naturaleza fisiológica. Por tanto, el individuo que ha
co
con aspectos específicos de metabolismo, descarga o fun­
recibido un fármaco no puede devolverse por completo al ción de un neurotransmisor, podrán definirse sitio, especi­
i
estado normal por acción de otro. ficidad y mecanismo de acción mediante estudios siste­
ed

Los efectos selectivos de los fármacos sobre los siste­ máticos sobre las relaciones entre dosis y reacción, y tiempo
mas neurotransmisores específicos pueden ser aditivos y reacción. A partir de estos datos, es posible identificar el
m

o competitivos. Debe pensarse en este potencial de in­ suceso neuronal más sensible, rápido o persistente.
teracción farmacológica en todos los casos en que estos Los efectos de los fármacos dependientes del transmi­
es

fármacos se administren de manera concurrente. Para sor se pueden organizar, por comodidad, en categorías
volver mínimas las interacciones mencionadas, quizá se presináptica y posináptica. La presináptica abarca todos
nt

requiera un periodo libre del medicamento cuando se vaya los sucesos en el pericarion y la terminación nerviosa que
a modificar el tratamiento. Se observa en muchos casos regulan la síntesis (incluso la adquisición de sustratos y
pu

un efecto excitador con concentraciones bajas de algunos cofactores adecuados), el almacenamiento, la descarga, la
fármacos depresores, a causa de la depresión de los sis­ recaptación y la catabolia de los transmisores. Las con­
temas inhibidores o al incremento transitorio en la des­ centraciones de un transmisor se pueden disminuir median­
.a

carga de transmisores excitadores. Ejemplos son la "etapa te bloqueo de la síntesis, el almacenamiento o ambas co­
w

de excitación" durante la inducción de la anestesia gene­ sas. La cantidad de transmisor que se descarga por un
ral y efectos "estimulantes" del alcohol. La fase excitadora impulso suele ser estable, pero también se puede regular.
ww

ocurre sólo con concentraciones bajas del compuesto Es posible incrementar la concentración efectiva de un
depresor; sobreviene depresión uniforme al incrementar transmisor mediante inhibición de la recaptación o blo­
la concentración del fármaco. Los efectos excitadores se queo de las enzimas catabólicas. El transmisor que se des­
pueden volver mínimos, cuando es apropiado, mediante carga en una sinapsis puede ejercer también acciones en
tratamiento previo con un fármaco depresor carente de la terminación desde la que se descargó al interactuar con
estos efectos (p. ej., benzodiazepinas en la medicación receptores en estos sitios (denominados autorreceptores;
preanestésica). Normalmente, la estimulación aguda ex­ véase antes). La activación de los autorreceptores presináp­
cesiva del eje cefalorraquídeo va seguida de depresión, ticos pueden retardar la velocidad de descarga del trans­
que es en parte consecuencia de fatiga neuronal y de ago­ misor y, por tanto, ofrecer un mecanismo de retroalimen­
tamiento de las reservas de transmisores. La depresión tación que controla la concentración del transmisor en el
posictal es aditiva con los efectos de los fármacos de­ surco sináptico o unión de nexo.
presores. La depresión aguda inducida por fármacos no La categoría posináptica abarca todos los sucesos que
siempre va seguida de estimulación. Sin embargo, la se­ ocurren después de la descarga del transmisor en la proxi­
dación o la depresión crónicas inducidas por fármacos pue­ midad del receptor posináptico; en particular, los meca­
den ir seguidas de hiperexcitabilidad prolongada, al su­ nismos moleculares por medio de los cuales la ocupación
primir de manera repentina la medicación (barbitúricos, del receptor por el transmisor origina cambios en las pro­
alcohol). La hiperexcitabilidad de este tipo se puede con- piedades de la membrana de la célula posináptica (cam-
Digitalizado para www.apuntesmedicos.com.ar

Capítulo J 2 Neurotransmisión y sistema nervioso central 307

bias en el potencial de membrana), lo mismo que acciones obtener como guía la estructura radiológica de un receptor
bioquímicas más duraderas (cambios en los nucleótidos de neurotransmisores prototípico. Los estudios molecula­
cíclicos intracelulares, la actividad de las proteincinasas y res facilitan, además, el desarrollo de nuevos métodos para
las proteínas sustratos relacionadas). Los efectos posináp­ valorar la importancia de la regulación del número de re­
ticos directos de los fármacos requieren por lo general una ceptores y la naturaleza precisa de las interacciones entre
afinidad relativamente alta por los receptores, o resisten­ proteína y proteína, por medio de las cuales transducen
cia a la degradación metabólica. Cada una de estas accio- sus efectos los receptores de los canales iónicos y los re­
. . . .

nes presmaplIcas o posmaplIcas es, en potencIa, muy es- ceptores acoplados con proteínas G.
.
, .

pecífica, y puede considerarse restringida a un subgrupo Sin duda, los esfuerzos futuros para obtener explicacio­
único y químicamente definido de células del SNC. nes a los cambios neurológicos inducidos por fármacos
seguirán concentrándose en los transmisores sinápticos y
Convergencia, sinergismo y antagonismo son resulta­ sus mecanismos. Si las estimaciones de la complejidad del
do de interacciones de los transmisores. Una piedra mRNA específico del encéfalo no mienten, quedarán, por

r
angular de la neurofarmacología moderna es la capacidad supuesto, muchos más péptidos transmisores por descu­

.a
para efectuar clonación de cONA de receptores o de brir. Conforme se descubran más transmisores, entre ellos

om
subunidades de éstos, y evaluar sus propiedades mediante más moléculas no clásicas de transducción de señales, y
expresión en células que normalmente no expresan al re­ se hagan "mapas" de sus sistemas neuronales, podrá coo­
ceptor o a la subunidad que se están estudiando. La sim­ tarse con nuevas células blanco para el estudio de meca­

s.c
plicidad de los modelos in vitro de este tipo puede desviar nismos únicos o frecuentes de acción. A este respecto, será
la atención respecto del hecho de que, en el SNC intacto, útil considerar tres propiedades generales por medio de
un neurotransmisor determinado puede interactuar simulo las cuales se pueden describir los circuitos neuronales, y
táneamente con todas las diversas isoformas de su recep­
co
emplearlos en los esfuerzos para correlacionar las accio­
tor, en neuronas que están también bajo la influencia de nes moleculares de [os fármacos con sus efectos neuroló­
i
otras múltiples vías aferentes y sus transmisores. Por tan­ gicos y de la conducta resultantes. Un dominio espacial
ed

to, los esfuerzos por pronosticar los efectos conductuales describe a las regiones del cerebro o a los campos recepto­
o terapéuticos que tengan los fármacos diseñados para ejer­ res periféricos que envían señales a una célula determina­
m

cer acciones en receptores precisos y restringidos, pueden da, lo mismo que las áreas a las que envía sus señales di­
fracasar a causa de diferencias entre las condiciones nor­ cha célula. Un dominio temporal describe la duración de
es

males y los estados de enfermedad, y de la complejidad de los efectos de una célula sobre sus blancos. Un dominio
las interacciones posibles. funcional describe los mecanismos moleculares por me­
nt

dio de los cuales la célula influye en sus blancos. Dentro


de estos tres dominios, las neuronas se pueden definir en
u

PF.R'lPF.CTlVAS términos de sus transmisores, sus receptores y su localiza­


ap

ción funcional, lo mismo que en las categorías más clási­


Se aproxima una nueva era en el desarrollo de fármacos, cas sensorial, motora o intemeuronal. Al mismo tiempo,
gracias a la capacidad para efectuar clonación, determinar no deben olvidarse todas estas propiedades en los esfuer­
w.

la secuencia y producir la expresión de los genes que codi­ zos por desarrollar explicaciones más amplias para los efec­
fican las moléculas subyacentes a cada etapa de la neuro­ tos a corto y a largo plazos de los fármacos.
ww

transmisión. Estos estudios han permitido identificar has­ Por último, dado el ritmo de las investigaciones actua­
ta ahora subtipos novedosos de receptores que habían les, parece probable que las estrategias biológicas mole­
pasado inadvertidos, o que se habían definido de manera culares que han propiciado hasta ahora el descubrimiento
ambigua mediante los criterios farmacológicos tradicio­ de mecanismos moleculares, motivos y nuevas mitades de
nales. Sin duda se acelerará el ritmo de estos descubri­ mensajeros, puedan explotarse aún más para valorar los
mientos. En principio, la heterogeneidad de los receptores cambios en la expresión génica con las enfermedades y
ofrece la oportunidad de lograr una mayor selectividad con el desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas. Los
farmacológica. La hibridación in situ facilita la localiza­ informes preliminares sugieren que, cuando se introducen
ción no ambigua de la expresión de formas individuales oligonuc1eótidos de contrasentido dentro del sistema ven­
de un receptor, la inmunodetección permite la localiza­ tricular cerebral, las neuronas pueden acumular cantida­
ción precisa del receptor, y la expresión del receptor en des suficientes de ellos para regular en sentido decrecien­
sistemas de cultivo celular permite caracterizar sus pro­ te la expresión de los receptores y alterar las reacciones de
piedades farmacológicas. La modelación molecular basa­ conducta al ambiente (Gyurko y col., 1 993; Wahlestedt y
da en la secuencia primaria de aminoácidos de un receptor col., 1 993a; Wahlestedt y col., 1 993b). Como consecuen­
hará posible, finalmente, definir la estructura precisa del cia, los refinamientos ulteriores de estos criterios motiva­
sitio de fijación de ligandos y sintetizar interesantes com­ rán una confrontación aún más agresiva con las limitacio­
puestos elaborados para esos sitios, en particular si se puede nes planteadas por la barrera hematoencefálica (Granholm
Digitalizado para www.apuntesmedicos.com.ar

308 � , - , 'C/I¡'I 111 Farfll¡¡Co,' CO'I "('('Ión 1'11 el \'i.l'lelllil ll<'lT/OSO (('lIlr,;/

y col., 1994). La creación de fármacos para tratar los tras­ (Sipe y col., 1994). En última instancia, la finalidad será
tornos proliferativos de los monocitos permitirá extender encontrar maneras de disminuir las vulnerabilidades trans­
los conocimientos existentes sobre el grado en que estas misibles de manera genética a los complejos trastornos del
células manifiestan cambios degenerativos dentro del SNC sistema nervioso central.

B1BLlOGRAFIA

Andersson, P.-B., Perry, V.H., and Gordon, S. The acute inflammatory Dahlstrom, A., and Fuxe, K. Evidence for the existence of monoamine­
response to lipopolysaccharide in CNS parenchyma differs from that containing oeurons in the central nervous system. l. Demonstratíon of
in other body tissues. Neuroscience, 1992, 48:169-186. monoamines in the cell bodies of brain stem neurons. Acta Physiol.
Beer, M.S., Middlemiss, D.N., and McAllister, G. 5-HTI-like receptors: Scand., 1964, 232 Suppl. 62:1-55.
six down and still counting. Trends Pharmacol. Sci., 1993, Dal Toso, R., Sommer, B., Ewert, M., Herb, A., Pritchett, O.B., Bach, A.,
14:228-23 l . Shivers, B.O., and Seeburg, P.H. The dopamine D2 receptor: two mol­

r
Bennett, J . A and Dingledine, R. Topology profile for a glutamate re­
.• ecular forms generated by altemative splicing. EMBO J., 1989, 8:

.a
ceptor: three transmembrane domains and a channel-lining reentrant 4025-4034.
membrane loop. Neuron, 1995, 14:373-384. Dearry, A., Gingrich, J.A., Falardeau, P., Fremeau, R.T. Jr., Bates, M.O.,

m
Betz, H. Structure and function of inhibitory glycine receptors. Q. Rev. and Caron, M.G. Molecular c10ning and ex:pression of the gene for a
Biophys., 1992, 25:381�394. human DI dopamine receptor. Nature, 1990, 347:72-76.

.co
Blakely, R.O., Berson, H .E., Fremeau, R.T. lr., Caron, M.G., Peek, M.M., Devane, W.A., Hanus, L, Breuer, A., Pertwee, R.G., Stevenson, L.A.,
Prince, H.K., and Bradley, e.e. Cloning and expression of a functional Griftin, G., Gibson, D., Mandelbaum, A., Etinger, A., and Mechoulam,
serotonin transporter from rat brain. Nature, 1991, 354:66-70. R. Isolation and structure of a brain constituent that binds to the
Bliss, T.V.P., and Collingridge G.L A synaptic model of memory; 10ng­ cannabinoid receptor. Science, 1992, 258: 1946-1949.

s
term potentiation in the hippocampus. Nature, 1993, 361:31-39. Oingledine, R., McBain, CJ., and McNamara, J.O. Excitatory amino acid
Bonanno, G., and Raiteri, M. Multiple GABAs receptors. Trends Phar­
coreceptors in epilepsy. Trends Pharmacol. Sci. , 1990, 1 1:334-338.
mac%�� Sci., 1993, 14:259-261 . Edwards, R.H. NeuraI degeneratíon and the transport of neurotransmit­
Bowery, N.G. GABAB receptor phannacology. Annu. Rev. Pharmacol. terso Ann. Neurol., 1993, 34:638-645.
i
ed

Toxicol., 1993, 33:109-147. Emorine, L., Blin, N., and Strosberg, A.O. The human f3J adenoceptor: the
Broclie, B.B., and Shore, P,A. A concept for a role of serctonin and nor­ search for a physiologicaJ function. Trends Pharmacol. Sct., 1994, 15:3-7.
epinephrine as chemical mediators in the brain. Ann. N."'l Acad. Sci., Esterle, T.M., and Sanders-Bush, E. SerOlonin agonists increase trans­
m

1957, 66:631-642. femn levels via activation of 5-HTIC receptors in choroid plexus epi­
Buller, A.L, Larson, H.e., Schneider, B.E., Beaton, l.A., Momsett. R.A., thelium. J. Neurosci., 1992, 12:4775-4782.
es

and Monaghan, O.T. The molecular basis ofNMDA receptor subtypes: Evans, B.E., Bock, M.G., Rittle, K.E., OiPardo, R.M., Whiuer, W.L.,
native receptor diversity is predicted by subunit composition. J. Neu­ Veber, O.F., Anderson, P.S., and Freidinger, R.M. Design of potent,
rosci., 1994, 14:5471-5484. orally effeCtlve, nonpeptidal antagonists of the peptide hormone chole­
nt

Bunzow, J.R., Van Tol, H.H.M., Grandy, D.K., Albert, p, Salon, J., cystokinin. Proc. Nall. Acud. Sá. U.S.A., 1986, 83:49 1 8-4922.
Christie, M., Machida, C.A., Neve, K.A., and Civelli, O. Cloning and Fann, M.J., and Patterson, P.H. Neuropoietic cytokines and activin A dif­
pu

expression of a rat D2 dopamine receptor cONA. Nature, 1988, ferentially regulate the phenotype of cultured sympathetic neurons.
336:783-787. Proc. Natl. Acad. Sci. U.S.A., 1994, 91:43-47.
Bumashev, N., Monyer, H., Seeberg, P.H., and Sakmann, B. Divalent ion Franks, N.P., and Lieb, w.R. Molecular and cellular mechanisms of gen­
.a

permeability of AMPA receptor channels is dominated by the edited eral anaesthesia. Nature, 1994, 367:607-614.
form of a single subunit. Neuron, 1992, 8: 1 89-198. Giros, B., Sokoloff, P., Martres, M.-P., Riou, l.-E, Emorine, LJ., and
w

Campbell, lL., Abraham, CR., Masliah, E., Kemper, P., Inglis, J.O., Old­ Schwartz, J.-C. Altemative splicing directs the expression of two D2
stooe, M.B.A., and Mucke, L. Neurologic disease induced in trans­ dopamine receptor isoforms. Nature, 1989, 342:923-926.
ww

genic mice by cerebr¡¡) overexpression of interleukin 6. Proc. Natl. Orandy, O.K., Marchionni, M.A., Makam, H., Stofko, R.E., Alfano, M.,
Acad. Sci. U.S.A., 1993, 90:10061-10065. Frothingham, L., Fischer, J.B., Burke-Howie, KJ., Bunzow, 1.R.,
Carlsson, M., and Carlsson A. lnteractions between glutamatergic and Server, A.C., and Civelli, O. Cloning of the cONA and gene for a
monoaminergic systems within the basal ganglia-implications for human 02 dopamine receptor. Proc. Nat!. Acad. Sci. U.S.A., 1989,
schizophrenia and Parkinson's disease. Trends Neurosci., 1990, 13: 86:9762-9766.
272-276. Granholm, A.-e., Biickman, e., Bloom, E, Ebendal, T., Gerhardt, O.A.,
Chang, R.S.L., and Loni, VJ. Biochemical and pharmacological charac­ Hoffer, B., Mackerlova, L., Olson, L., Soderstrom, S., Walus, LR., and
terization of an extremely potent and selective nonpeptide cholecys­ Friden, P.M. NGF and anti-trimsferrin receptor antibody conjugate:
tokinin antagonist. Proc. Natl. Acad. Sci. U.SA, 1986, 83:4923-4926. short- and long-term effects on survival of cholinergíc neurons in in­
Chemiak, C. The bounded brilln: toward quantitative neuroanatomy. 1. Cog. traocular septal transplants. J. Pharm. Exp. Ther., 1994, 268:448-459.
Neurosci.. 1990, 2:58-68. Gudelsky, G.A., Koenig, J.I., and Meltzer. H.Y. Thermoregulatory re­
Coascogne, e.L., Robel, P Gouez.ou, M., Sananes, N., Baulieu, E.-E.,
.• sponses to serotonin (5-HT) receptor stimulation in the ral. Neuro­
and Waterman, M. Neurosteroids: cytochrome P-450s,cc in rat brain. pharmacology, 1986, 25:1 307- 1 3 1 3 .
Science, 1987, 237: 1 2 1 2 - 1 2 1 5 . Guillemin, R., Brazeau, P.. Bohlen, P., Esch, E, Ling, N., and Wehren­
Collingridge, G.L., and Lester, R.AJ. Excitatory amino acid receptors berg, W.B. Growth hormone-releasing factor from a human pancreatic
in the vertebrate central nervous system. Pharmacol. Rev., 1989, 41: tumor that caused acromegaly. Science, 1982, 218:585-587.
143-210. Gyurko, R., Wielbo, D., and Phillips., M. l. Antisense ínhibition of ATl
Curtis, O.R., Duggan, A.W., Felix, D., Johnston, G.A.R., and McLennan, receptor mRNA and angiotensínogen mRNA in the brain of sponta­
H. Antagonism between bicuculline and GABA in the cat brain. Brajn neously hypertensive rats reduces hypertension of neurogenic origino
Res. . 1971, 33:57-73. Regul. Pept., 1993, 49:167-174.
Digitalizado para www.apuntesmedicos.com.ar

('([¡I/'flllo 12 :VcllrOlr(/!/'l'llli,\'!rjn \ sisf,'/Iw l1en';(I'<o , '('ntro! "Oc)

Hokfelt, T., Fuxe, K., Goldstein, M., and Johansson, O. Immunohisto­ homosynaptic long-term depression in area CAl of the hippocampus.
chemical evidence for the existence of adrenaline neurons in the rat Neuron. 1992, 9:967-975.
brain. Brain Res., 1974, 66:235-25 l . Nakanishi, S. Molecular diversity of glutamate receptors and implications
Hollmann, M., and Heinemann, S. Cloned glutamate receptors. Annu. for brain function. Science, 1992, 258:597-603.
Rev. Neurosci., 1994, 17:3 1 - 1 08. Nawa, R, Hirose. T., Takashima, H .. Inayama. S., and Nakanishi, S. Nu­
Hung, B.C, Loo, 0.0., and Wright. E.M. Regularían of mouse choroid cleotide sequences of c10ned cDNAs for two types ofbovine brain sub­
plexus apical 0- and K+ channels by serotonin. Brain Res., 1993, stance P precursor. Nature, 1983, 306:32-36.
61 7,285�295. Nedergaard, S., Bolam, 1.P., and Oreenfield, S.A. Facilitation of a den­
¡versen. LL, Hanley, M.R, Sandberg, B.E., Lee, CM., Pinnock. RO .. dritic calcium conductance by 5-hydroxytryptamine in the substantia
and Watson, S.P. Substance P receptors in the nervous system and pos­ nigra. Nafure. 1988, 333: 174-177.
siblc receptor subtypes. Ciba Found. Srmp. , 1982, 9 1 : 1 86-205. O'Dell, S.1., La Hoste. G.J., Widmark, C.S., Shapiro, R.M., Potkin, S.O.,
Kandel. E. R., and O' Oell, T.J. Are adult learníng mechanisms al so used and Marshall, J.F. Chronic treatment with dozapine Of haloperidol dif­
for development? Science, 1992, 258:243-245. ferentially regulates dopamine and serotonin receptors in rat brain.
Kebabian, J.w., and Calne, O.S. Multiple receptors for dopamine. Nature. Synapse. 1990, 6: 146- 153.
1979, 277,93�96. Olney, J.W. Excitotoxic amino acids and neuropsychiatric disorders.

r
K6hler, N., Burnashev, N., Sakmann. B., Seeburg, P.R Oeterminants of Allnu. Rev. Pharmucol. Toxico!., 1990, 30:47 - 7 1 .

.a
Ca2 � permeability in both TM 1 and TM2 of high affinity kainate Otsuka, M. Oamma-aminobutyric acid and sorne other transmiuer can­
receptor channels: diversity by RNA editing. Neuron, 1993, JO: didates in the nervous system. In. Pharmacology and rhe Future o[

m
491 �500. Man: Pmceedings ofrhe Fifth Illternatiollal Congress on Phannacology.
Kóhr, G" Eckardt, S., Luddens, H., Monyer. H" and Seeburg, P.H. NMDA VoL 4. (Acheson. O.H., and Bloom, EE., eds.) S. Karger, Base!, 1973,

.co
receptor channels: subunit-specific potentiation by reducing agents. pp. 1 86�20 1 .
Neuron. 1994, 12: 1 03 1 - 1 040. Pritchett. D.B., Lüddens, H . . and Seeburg, P. H. Type I and type 1 1
Krapivinsky, G" Oordon, E.A., Wickman, K., Vclimirovié, B" Krapivin­ OABAA-benzodiazepine receptors produced in transfecledcelb. Science.
sky, L, and Clapham. DE The G-protein-gated atrial 'K + channel 1989a, 245: 1 389-1392.

s
IKACh is a heteromultimer of two ¡nwardly rectifying K-r -channel pro­ Pritchett. O,B., Sontheimer. H., Shivers, B.O., Ymer. S., Kettenmann, H..
teins. Nature, 1995, 374: 1 3 5 - 1 4 1 .
Kravitz. E.A., Kuftler, S.w.. and Polter, 0.0. Oamma-aminobutync acid
co
Schofield, P.R" and Seeburg, P.H. Importance of a novel OABAA re­
ceptor subunit for benzodiazepine pharmacology. Nature, 1989b,
and other blocking compounds in Crusta¡¡;ea. Their relative concentra­ 338,582�585.
i
lions in separated motor and inhibitory axons. J. Neurophysiol.. 1963, Rainnie, D.G., Grunze, RC.R, McCarley. R,W., and Oreene, R.W.
ed

26,739�75 1 . Adenosine inhibition of mesopontine cholinergic neurons: implications


Krupinski. L Cousson. F., Sakalyar, H.A.. Tang, w.J., Feinstein, PO" for EEO arousaL Science. 1994, 263:689-692.
m

Orth, K., Slaughter, c., Reed, R.R, and Oilman. A.O. Adenylyl cy­ Rapoport. S.1. Osmotic opening of the blood-brain barrier. Ann. Neurol..
clase amino acid sequence: possible channel- or transporter-like struc­ 1988, 22,677�68 1 .
ture. Science. 1989, 244 : 1 558-1564. Rogers, S.w., Andrews, P.l.. Gahring, L.c., Whisenand, T., Cauley. K.,
es

Linden, DJ. Long-terro synaptic depression in the mammalian brain. Crain, B., Hughes, T.E., Heinemaon, S.F., and McNamara, J.O. Auto­
Neuron, 1994, 12:457-472. antibodies to glutamate receptor 0luR3 in Rasmussen 's encephalitis.
nt

Macdonald. R.L, and McLean, M,J. Cel1ular bases ofbarbiturate and pheny­ Science, 1994, 265:648-65 1 .
toin anticonvulsant drug action. Epilepsia. 1982, 23 Suppl. I:S7-S 1 8 . Seeman. P., and Grigoriadis. O. Dopamine receptors i n brain and pe­
Madison, O.V" and Nicoll, K A . Cyclic adeno�ine 3'-5'-monopho�phate riphery. Neurochem. 1111., 1987, 10:1-25.
pu

mediates receptor actions ol' noradrcnaline in ral hippocampal pyra­ Seeman, P. Dopamine receptors and the dopamine hypothesis of schizo­
midal cc!ls. J. Physiol. (Lond. ). 1986, 372:245-279. phrenia. Synapse, 1987, 1 : 133-152.
.a

Marlin. G.R .. and Humphrey, P.PA. Receptors for 5-hydroxytryptamine: Sipe, J.c., Romine, J.S., Koziol, J.A., McMilIan, R., Zyroff. J .. and Beut­
current perspectives on clas�itication and nomenclature. Neurophar­ ler. E. Cladribine in treatment of chronic progressive multiple sclero­
!:y. 1994, 33:261 -273. siso Lancet, 1994, 344:9- 1 3 .
w

mac%
McKnight, A.L Maguire, U., Elliott, N.1., Fletcher, A.E.. Foster. A.C .. Sofroniew, M . Y. , Cooper, J . D. • Svendsen, C N . , Crossman, P, Ip, N.Y.,
ww

Tridgett, R., Williams, B.1., Longmore. J., and Iversen. LL Phanna­ Lindsay, R.M., and Zafra, F. Atrophy but nor death of adult septal
cological specificity uf novel, synthetic, cyclic peptides a� antagoni�[s cholinergic neuroos after ablation of target capacity to produce mRNAs
at tachykinin receptors. 8/: J. Pharmacol. . 1991. 104:355-360. for NOF, BONF and NT3. J. Neurosci. . 1993, 13:5263-5276.

Meldrum, B., and Oarthwaite, J. Excitatory amino acid neurotoxicity and Sokoloff, P., Oiros, B, Martres, M.-P., Bouthenet, M.·L., and Schwartz,

neurodegenerative dbease. Trends Pharmacol. Sci. . 1990, 1 1 :379-387. J.-C Molecular cloning and characterization of a novel dopamine re­
ceptor (D3) as a target for neuroleptics. Nature, 1990, 347: 146-151.
Mengod. G., Pompeiano, M .. Martinez-Mir, M.I., and Palacios. J.M. Lo­
Steinberg, R., Brun. P., Fournier. M., Souilhac. J., Rodier, D., Mons. J ..
calilation 01' the mRNA for the 5-HT 2 receptor by in .l'itu hybridiza­
Terranova, J.P, Le Fur, O., and Soubrie. P. SR 48692, a non-peplide
tion histochemistry. Correlation with the distribution of receptor site�.
neurotensin receptor antagonist differentially affects neurotensin-in­
Brain Res. . 1990, 524: 139-143.
duced behavior and changes in dopaminergic transmission, Neuro­
Milner. R.1., and Sutclitfe. J.O. Oene expression in rat brain. NI/cleic
science, 1994, 59:921 -929.
Acids Res,. 1983. 1 1:5497-5520.
Sunahara, RK., Guan. R-C., O·Dowd. B.E, Seeman, P, Launer, L.O ..
Mon�ma, F.L Jr.. Mahan. LC. McVittie. LO.. Gerfcn, CR. and Sib­ Ng, O.. Oeorge, S.R, Torchia, 1., Van Tol, H.H.M. and Niznik, H.B.
ley, O.R. Molecular cloning and expression nf a DI dopamine recep­
Cloning of the gene for a human dopamine Os receptor with higher
tor linked to adenylyl cyc1a�e activation. Pmc. NO!/. Acad. Sci. Us.A..
affinity for dopamine than D¡ . Nl1fure. 1991, 350:614-619.
1990, 8N723�(,727. Sunahara. RK .. Niznik, RB., Weiner. D.M., Stormann, T.M., Brann,
Mon�ma. EJ., Jr., McVittie. LO .. Oerfen. C.R .. Mahan, L.e., and Sib­ M.R. Kennedy, J.L Oelernter, J.E., Rozmahel, R. Yang, Y, Israel, y,
ley, O.R. Multiple 02 dnpamine receptors produced by alternative Seeman. P.. and O'Oowd, B.F. Human dopamine DI receptor encoded
splicing, Nature. 1989, 342:926-929. by an intronless gene on chromosome 5. Nature. 1990, 347:80-83.
Moskowitl, M.A .. and Cutrer, FM. Sumatriptan: a receptor-targeted treat­ Tatemoto. K., and Mutt. Y. Isolatíon of two novel candidate hormones
ment for migraine. Al1IlIl. Re)'. Med., 1993, 44:145-154. using a chemical method for finding naturally occurring polypeptides.
Mulkey, RM .. and Malenka. R.e. Mechani�ms underlying induction of Nt1ture. 1980, 285:417-418.
Digitalizado para www.apuntesmedicos.com.ar

310 Sección III Fármacos con acción en e l sistema nervioso central

Toggas_ S.M., Ma�liah, E., Rockenstein, E.M., Rall, O.F, Abraham. CR., Aghajanian, G.K. Electrophysiology of serotonio receptor subtypes and
and Mucke, L. Central nervous system damage produced by expres­ signal transduction pathways. lo, Psychopharmacology: The Fourth
sioo of the HIV-] coat proteio gp120 in transgenic mice. Nature. 1994, Generation of Progress. (Bloom, F.E., and Kupfer, DJ., eds.) Raveo
367: 188-193. Press, New York, 1994, pp. 451-460,
TononL G.. Spoms, O.. and Edelman, O.M. Reentry and the problem of Amara, S.O., and Arriza, J.L. Neurotraosmiuer traosporters: three distinct
integratiog muhiple cortical areas: simulation of dynamic integration gene families. Curr. Opino Neurobiol., 1993 3:337-344.
in the visual system. Cerebr. Cortex. 1992, 2:310-335. Americ, S.P., Sullivao, J.P., aod Williams, M. Neuronal nicotinic acetyl­
Tyers, M.B., and Freeman. AJ. Mechanism of the anti-emetic activity of cholioe receptors: novel targets for central nervous system therapeu­
5-HT3 receptor antagonists. Onc% !:y. 1992, 49:263-268. tics. lo, Psychopharmacology: The Fourth Generation of Progress.
Vallar, L. and Meldolesi. J. Mechanisms of sigoal traosduction at the (Bloom, F.E., and Kupfer, DJ., eds.) Raven Press, New York, 1994,
dopamine D2 receptor. Trends Pharmacol. Sci., 1989, 10:74-77. Pf· 95-11O.
Van Tol, H.H.M .. Buozow, J.R., Guao, H.-e., Sunahara, R.K., Seeman, Amsten, A.F. Catecholamine mechaoisms in age-related cognitive de­
P.. Niznik, H.B., and Civelli, O. Cloning of the gene for a human cline. Neurobiol. Aging, 1993, 14:639-641 .
dopamine D4 receptor with high affinity for the anlipsychotic clozap­ Astoo-Jones, G., Siggins, G.R. Electrophysiology. In, Psychopharmacol­
ine. Nature. 1991, 350:610-614. ogy: The Fourth Generarion of Progress. (Bloom, EE., aod Kupfer,
Wada, K.. Ballivet. M., Boulter, J .. Connol1y, J.. Wada, E.. Oeneris, E.S., DJ., eds.) Raven Press, New York, 1994, pp. 4 1 -63,

r
Swanson, L.w., Heinemann, S .. and Patrick, J. Functiollal expression Bjorklund, A., and LindvaIl, O. Catecholaminergic braio stem regu!atory

.a
of a new phar'macological subtype of brain nicotinic acety1choline re­ systems. In, Handbook of Physiology, VoL IV, Sect, 1 . (Bloom, EE., ed.)
ceptor. Science, 1988, 240:330-332. American Physiologica! Society, Bethesda, MD, 1986, pp. 155-236.

m
Wagoer. J.J .. Termao, G.W., and Chavkio. e. Endogenous dynorphins in­ Bloom, P.E. Neurotransmitters: past, present, and future directions.
hibit excitatory neurotransmis�ion and block q'P indudion in the hip­ FASEB J. 1988, 2, 32-4l .
.

.co
pocampus. Nature. 1993, 363:451-454. Blundell, T.L., and Humbel, RE Hormone families: pancreatic hormones
Wahlestedt, C.. Golanov, E.. Yamamoto. S., Yee, F: Ericson, H .. Yoo, H.. aod homologous growth factors. Nature, 1980, 287:781-786.
Inturrisi, e.E.. and Reis. DJ. Antisense oligodeoxynucleotides lo NMOA­ Bodiao, D. Neuroo junctioos: a revolutionary decade. Anat, Rec., 1972,

s
R 1 receptor channel protect cortical neurom from excÍtoloxicity and re­ 174:73-82
duce focal ischemic infarctions. Nature. 1993a, 363:260-263. Bourne, H.R., and Nicoll, R. Molecular machines integrate coincident
co
Wahlestedt. C.. Pich, E.M., Koob, G.F, Yee F, and Heilig, M. Modula­ synaptic signals. Cell. 1993, 72:65S-75S.
tion of anxiety and neuropeptide y-y 1 receptors by antisense Bylund, O.B. Subtypes of al- and a2-adrenergic receptors. FASEB J. .
i
oligodeoxynucleotides. Science, 1993b, 259:528-53 1 . 1993, 6:832-839.
ed

Wang, Z., and McConnick, D.A. Control of firing mode of corticotectal Catterall, W.A. Structure aod fuoction of voltage-sensitive ioo channels.
and corticopontine layer V bur'it·generating neurons by norepinephrine, Science, 1988, 242:50-61.
acety\choline. aod 1 S.3R-ACPD. J. Neurosci., 1993, 13:2199-2216. Catterall, W,A. Structure and functÍon of voltage-gated ion channels.
m

Watkins, le.. Krogsgaard-Larsen, p, and Honore, T Structure-activity re­ Trends Neurosci., 1993, 16:500-506.
lationships in the development of excitatory amino acid receptor agonists Cooper, J.R., Bloom, P.E., and Roth, R.H. The Biochemical Basis of
es

and competitive antagonists. Trend.\· Pharmacol. Sci.. 1990, 11:25-33. Neuropharmacology, 5th ed. Oxford University Press, New York,
Weisskopf, M.O., Zalutsky, R.A" and Nicoll. RA. The opioid peptide 1986.
dynorphin mediates hetero�ynaptic depre�sion of hippocampal mossy Costa, E" aod Guidotti, A Diazepam bindiog inhibitor (DBI): a peptide
nt

fiber synapses and modulates long-term potentíation. Nature, 1993, with multiple biological actiom. Lije Sci., 1991, 49(5):325-344.
362:423-427. [Addendum in Nature. 1993, 365: 188. (Additional ref­ Cotman, e.w., Kahle, J.S., Miller, S., Ulas, J., Bridges, R.J. Excitatory
pu

erence and citation of conflicting findings.)1 amioo acid neurotraosmission. lo, Ps)'chopharmacology: The Fourth
Wennan, R Amioo acids a� ceotral transmitters. In Neurotransmitters: Generarion of Progress. (Bloom, F.E., aod Kupfer, D.1., eds.) Raven
Proceedings of the Associarion for Research in Nervous and Mental Press, New York, 1994, pp. 75-85.
.a

Vol. 50. (Kopin, 1.1. ed.) The Williams and Wilkins CO., Baltí­
Disease, Dale, H.H. Pharmacology and nerve endings. Proc. R. Soco Med. . 1935,
more, 1972, pp. 147-1 80. 28:319-332.
w

Werman, R., Davidoff, R.A., and Aprison, M.H. lnhibitory actioo of Ecdes, J.e. The Physiology ofSynapses. Academic Press, Inc., New York,
glycine 00 spinal neurons in the cat. 1. Neurophysiol., 1968, 31:81-95. 1964.
ww

Williams. K. Ifenprodil díscriminates subtypes of the N-methyl-D-aspartate Edwards, R.H. The transport of neurotransmitters ioto syoaptic vesic\es.
receptor: sdectivity and mechanisms at recombinant heteromeric re­ Curr. Opino Neurobiol., 1992, 2:586-594.
ceptors. Mol. PharmacoL, 1993, 44:851-859. Fiolay, J.M., Zigmond, M.J. A critica! analysis of neurochemical meth­
Williams, K., Zappia, A.M., Pritchett, D.B., Shen, Y.M., aod Molinoff, ods fOf monitoring transmitter dynamics in the braio. lo, Psychophar­
P.B. Sensitivity of the N-methyl-D-aspartate receptor to polyamioes is macology: The Fourrh Generarion of Progress. (Bloom, FE., and
controlled by NR2 subunits. Mol. Pharmacol., 1994, 45:803-809. Kup-fer, D.1., eds.) Raven Press, New York, 1994, pp. 29-40.
Yang, TI., Oallen, e.e., Schwartz, B., Bloom, FE., Ramachandran, V.S., Florey, E. Neurotransmitters and modulators io the animal kingdom. Fed.
and Cobb, S. Seosory maps in the human brain. Nature, 1994, 368: Proc., 1967, 26: 1 164-1 176.
592-593. Foote, S.L., and Aston-Jooes, O.S. Phannacology and physiology of cen­
Zhou, Q.-Y., Grandy, D.K., Thambi, L, Kushoer. lA., Van Tol, H.H.M., tral noradreoergic systems. lo, Psychopharmacology: The Fourrh Gen­
Cone. R., Pribnow, D., Salon, J., Bunzow, J.R., and Civelli, O. Clooing eration of Progress. (Bloom, P.E., and Kupfer, 0.1., eds.) Raven Press,
and expression of human and rat 01 dopamine receptors. Nature, 1990, New York, 1994, pp. 335-345.
347:76-80. Foote, S.L., Bloom, FE., and Astoo-Jones, G. The nuc!eus locus
Zola-Morgan, S., and Squire, L.R. Neuroanatomy of memory. Annu. Rev. coeruleus: new evideoce of anatomical and physiologica! specificity.
Neurosci,. 1993, 16:547-563. Physiol. Rev. . 1983, 63:844-914.

MONOGRAFIAS y REVISIONES
Greengard, P. Cyclic Nucleotides, Phosphorylated Proteins, and Neuronal
Function: Distinguished Lecture Series ofthe Society ofGeneral Phys­
iologists,
Vol. l . Raven Press, New York, 1978.
Adams, M.E., and Swaosoo, G. Neuroroxins supplement. Trends Neu­ Guillemin, R. Peptides io the braio: the new elldocrinology of the neu­
rose!.. 1994, 17 Suppl.:1-31. ron. Science, 1978, 202:390-402.
Digitalizado para www.apuntesmedicos.com.ar

Capitulo 12 NeurotranslIlIsián y sistema nervioso central 311

H6kfelt, T., Zhang, X., and Wiesenfeld-Halin, Z. Messenger plasticity in man brain. In, Psychopharmacology: Tke Fourth Generation of
primary sensory neurons foJlowing aXQLomy and its functional impli­ Progress. (Bloom, EE., and Kupfer, D.1., eds.) Raven Press, New York,
cations. Trends Neurosci., 1994, 17:22-30. 1994, pp. 1 35-146.
H6kfelt, T., Fuxe, K., and Oernow, B. Coexistence of neuronal messen­ Morrison, J.H. Differential vulnerability. connectívity, and cell typOIClgy.
gers; new principIe in chemieal transmission. Prog. Brain Res., 1981, NeuroNal. Aging, 1993, 14:51-54.
68: 1 -41 1 . Morrison, J.H., and Hof, PR. The organization of the cerebral cortex:
H6kfelt, T., Johansson, O., Ljungdahl. A., Lundberg, J.M., and Schutz­ from molecules to circuits. Disc. Neurosci., 1992, 9: 1 -80.
berg, M. Peptidergic neurons. Nature, 1980, 284:515-521. Niall, RO. The evolution ofpeptide honnones. Annu. Rey. Physiol., 1982,
Hbkfelt, T., Elde, R., Fuxe, K., Johansson, O., Ljungdahl, A, Goldstein, M., 44:615-624.
Luft, R., Efendic, S., Nilsson, G., Terenius, L., Ganten, D., Jeffcoate, Nicoll, R.A. The coupling of neurotransmitter receptors to ion channels
S.L., Rehfeld, 1., Said, S., Perez de la Mora, M., Possani, L., Tapia, R., in the brain. Science, 1988, 241:545-551.
Teran, L., and Palacios, R. Aminergic and peptidergic pathways in the Pardridge, W.M. Recent advances i n blood-brain barrier transport. Anllu.
nervous system with special reference to the hypothalamus. In, The Rey. Phannacol. Toxicol., 1988, 28:25-39.
Hypothalamus. (Reichlin, S., Baldessarini, RJ., and Martin, J.B., eds.) Patterson, PH. The emerging neuropoietic cytokine family: fir�t COFILIF
Raven Press, New York, 1978, pp. 69- 135. CNTF and IL-6; next ONC, MOF, OCSF? Cun: Opino Neurobiol.,
Hyman, S.E. and Nestler, EJ. The Molecular Foundarions of Psychiarry, 1992, 2:94-97.

r
American Psychiatric Press, Washington, O.c., 1993. Patterson, P.H. Neuronal growth and differentiation factors and synaptic

.a
Isom, L.L., DeJongh, K.S., and CatteraJl W.A. Auxiliary subunits of volt­ plasticity. In, Psychopharmacology: The Fourfh Generarion of
age-gated ion channels. Neuron, 1994, 12: 1 183- 1 1 94. Progress. (Bloom, FE., and Kupfer, D.1., eds.) Raven Pre�s, New York,

m
Jahn, R .. and Sudhof, TC. Synaptic vesicles and exocytosis. Annu. Rey. 1994, pp. 6 19-629.
Neurosci., 1994, 17:219-246. Piomelli, D. Arachidonic acid. In, Psychopharmacology: The Fourth Gen­

.co
Kanai, Y, Smith, c.P., and Hediger, M.A The elusive transporters with eration ofProgress. (Bloom, FE., and Kupfer, DJ., eds.) Raven Press,
a high affinity for glutamate. Trends Neurosci., 1993, 16;365-370. New York, 1994, pp. 595-607.
Kelly, J.S., and Beart, P.M. Amino acid receptors in CNS. n. OABA in Schwartz, J.-c., Arrang, J.-M.,Oarbarg, M., Traiffort, E. Histamine. In,

s
supraspinal regions. In, Handbnak of Psychopharmacology, Sect. 1, Psychophl.1rmocology: The Fuurth Generatiun of Progress. (Bloom,
Vol. 4. (lversen, L.L., Iversen, S.O., and Snyder, S.H.; eds.) Plenum FE., and Kupfer, D.1., eds.) Raven Press, New York, 1994. pp. 397-405.
co
Press, New York, 1975, pp. 1 29-209. Seeburg, P. H. The molecular biology of mammalian glutamate receplOr
Koob, O.F, and Bloom, FE. CeUular and molecular mechani�ms of drug channels. Trends Neurosci., 1993, 16:359-365.
Shepherd, O.M. Neurobiology, 2nd ed. Oxford Universíty Press, New
i
dependence. Science, 1988, 242:715-723.
ed

Krieger, D.T. Brain peptides: what, where, and why? Sciellce, 1983, York, 1988.
222:975-985. Siggins, G.R., and Gruol, D.L Mechanisms of transmitter action in the
Krieger. D.T., Brownstein, MJ., and Martin, J.B. (eds.). Brain Peptides. vertebrate central nervous system. In, Handbook of Physiology, Vol.
m

John Wiley & Sons, Inc., New York, 1983. IV, Sect. 1 . (Bloom, FE., ed.) American Physiological Soc:iety,
Kuhar, M.l. Central cholinergic pathways: physiologic and pharmaco­ Bethesda, MD, 1986, pp. 1 - 1 14.
es

logic aspects. In, Psychophannacology-A Generarion af Progres�·. Snyder, S.H., Dawson, T.M. Nitric oxide and related substances as neural
(Lipton, M.A, DiMascio, A., and Killam, K.E, eds.) Raven Press. New messengers. In, Psychopharmacology: The Fourth Generation of
York, 1918, pp. 1 99-204. Progress. (Bloom, FE., and Kupfer, D.1., eds.) Raven Press, New York,
nt

Le Moal, M. Mesoeorticojjmbk dopaminergic neurons. In. Psvchophar­ 1994. pp. 609-618.


macalogy: The Fourth Generation of Progress. (Bloom. F.E., and Sutc:liffe, 1.0. mRNA in rhe mammalian central nervous system. Annu.
pu

Kupfer, DJ., eds.) Raven Press, New York. 1994, pp 283-294. Rey. Neurosci., 1988, 1 1 ; 1 57-198.
Lindsay, R.M., Wiegand, S.1., Altar. C.A., and DiStefano, P.S. Neu­ Swanson. L.W. Organization of mammalian neuroendocrine system. In,
rotrophic factors: from molecu\e to mano Trcnds Neurosci. . 1994, Handbook of Physiology, Vol. IV, Sect. 1. (Bloom, FE., ed.) American
.a

17:182-190. Physiological Society, Bethesda, MD, 1986, pp. 317-364.


Llinas, R.R. The intrinsic electrophysiologieal properties of marnmalian Uhl, O.R., Childers, S., and Pasternak, O. An opiate receptor gene fam­
w

neurons: insights into central nervous system functíon. Science, 1988, By reunion. Trends Neurosci., 1994, 1 7(3):89-93.
242:1654-1 664. Watson, S., and Girdlestone, D. TIPS Receptor and ion channel nomen­
ww

Lynch, G., and Schubert, P. The use of in Yitro brain slices for multidis­ dature supplement. Trends Pharmacol. Sci. , 1994, /5 Suppl.: 1-51.
ciplinary studies of synaptic function. Annu. Rey. Neurosd., 1980, 3: 1-22. Williams, M. Purinoceptors i n central nervous system function: targets
Magistretti, P.J., Pellerin, L., Martin, J.-L. Brain energy metabolism: an for therapeutic intervention. In, Psychopharmacology: The Fourth Gen­
integrated cellular perspective. In, Psychopharmacology: The Fourth erarian of Progress. (Bloom, FE., and Kupfer, D.1., eds.) Raven Press,
Generation of Progress. (Bloom, FE., and Kupfer, D.1., eds.) Raven New York, 1994, pp. 643-655.
Press, New York, 1994, pp. 657-670. Wisden. W., and Seeburg, P.H. GABAA receptor channels: from subunits
Merzenich, M.M., and Sameshima, K. Cortical plasticity and me-mory. to functional entities. Curr: Opino Neumbiol., 1992, 2:263-269.
Curr. Opino Neurobiol., 1993 3:187-196. Wood, J.W. (ed.). Neurobialogy ofrhe Cerebrospinal Fluid. Plenum Press,
Mesulam, M.-M. Structure and funetion of cholinergic pathways in the New York, 1979.
cerebral cortex, limbie system, basal ganglia and thalamus of the hu-

Vous aimerez peut-être aussi