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INTRODUCCIÓN .......................................................................................................... 4
LÍMITES .........................................................................................................................10
CONCLUCIÓN ........................................................................................................... 36
BIBLIOGRAFÍA .......................................................................................................... 37
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INTRODUCCIÓN
Firme que sea el laudo, de conformidad con el artículo 83° de la LGA «tiene
valor equivalente al de una sentencia y es eficaz y de obligatorio
cumplimiento».
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También debemos hacer referencia a un extracto de una sentencia del Tribunal
Constitucional español, dictada el 4 de octubre de 1993, que se pronunció en el
sentido que « la inalterabilidad de las decisiones judiciales firmes es también
predicable, en virtud de su configuración legal de los laudos arbitrales ».
¿Es conveniente que los árbitros ejecuten sus fallos o, lo que es lo mismo, que
ejerciten la facultad de executio tradicionalmente asignada a los jueces?
Algunas personas afirman que los árbitros deberían gozar de las más amplias
facultades para ejecutar sus fallos, recurriendo, inclusive, al apoyo de la fuerza
pública. Este punto de vista, que parecería a primera vista razonable, en el fondo
creemos que es inviable y hasta peligroso. Solo imaginemos la posibilidad de
que cualquier persona, premunida de un simple documento en el que
supuestamente se le nombra como árbitro, proceda a solicitar el apoyo de la
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Fuerza pública para realizar un embargo en forma de extracción, para rematar un
bien, o para inscribir algún título en los registros públicos.
En cambio, otros, como por ejemplo Lohmann, son de la opinión (la cual
compartimos), que es posible que en algunos casos las partes puedan otorgar a
los árbitros ciertas facultades para ejecutar un laudo arbitral. Nos atrevemos a
mencionar, como ejemplo, aquellos casos en los que en el convenio arbitral o
por acuerdo posterior, se prevea la entrega de cartas fianzas para que, en caso
de incumplimiento, los árbitros o la institución arbitral las ejecuten en favor de la
parte vencedora, o cuando las partes, de conformidad con el artículo 1069° del
Código Civil, autoricen a los árbitros la venta extrajudicial de los bienes
prendados, otorgándoles para estos efectos suficientes poderes. Obviamente
podrán existir supuestos análogos, 12 pero lo cierto es que no puede
desprenderse de las normas de la LGA, autorización alguna para que mediante
pactos privados como son la suscripción de convenios arbitrales, se pueda
otorgar a los árbitros facultades de imperio, como, por ejemplo, solicitar el apoyo
de la fuerza pública.
EJECUCIÓN ARBITRAL
• Si bien los árbitros carecen de ius imperium, ello no implica que puedan
realizar actos destinados al cumplimiento de su contenido, siempre que se les
haya conferido dicha potestad.
LÍMITES
“Los árbitros llegan hasta donde alcanza la voluntad de las partes: más allá
escapa a su competencia”
CONVENIOS DE EJECUCIÓN
• Para evitar estas situaciones, en las que la inejecución de un laudo arbitral
podría no tener ninguna consecuencia, lo que determina su total ineficacia, el
DL. 1071, previó la posibilidad de que las instituciones arbitrales celebren
convenios de ejecución con instituciones públicas o privadas, “a efectos de
Facilitar la ejecución de medidas cautelares o laudos a cargo de tribunales
arbitrales”.
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ARTÍCULO 83º.- EJECUCIÓN DEL LAUDO. –
El laudo se ejecutará como una sentencia, sin admitir otra oposición que la que
se fundamenta acreditando documentalmente la interposición y pendencia de la
apelación ante una segunda instancia arbitral o de la apelación o anulación ante
el Poder Judicial, en cuyo caso el Juez suspenderá la ejecución. El Juez, bajo
responsabilidad, sin trámite algu o, declarará improcedente de plano cualquier
otra oposición, basada en razones distintas al cumplimiento.
De este modo, las personas designadas como árbitros tienen a su cargo una
tarea sumamente compleja y delicada, toda vez que deben componer una
situación controvertida que enfrenta a las partes, casi como si se tratara de
reconstruir un cristal que se ha quebrado. Por ello, se entiende que la actuación
de estos árbitros tiene que sujetarse a determinados principios y estándares que
garanticen la idoneidad de la decisión a la que arriben. Una parte muy importante
de esos principios y estándares está constituida por los aspectos éticos del
arbitraje.
2.1. INDEPENDENCIA
2.2. IMPARCIALIDAD
De ese modo, se sostiene que la imparcialidad implica que el árbitro debe actuar
libre de cualquier inclinación subjetiva, en favor de una de las partes o en contra
de ellas, lo que los autores de lengua inglesa definen como el actuar libre de
presiones, lo que se traduce en resolver el asunto en forma justa.
2.3. NEUTRALIDAD
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Dicha obligación se materializa en las declaraciones escritas que deben
presentar aquellas personas a las que se comunique su posible designación
como árbitros y también los árbitros ya designados, acerca de posibles
conflictos de interés que pudieran afectar su independencia, su imparcialidad o
su neutralidad.
2.5. INTEGRIDAD
2.6. IDONEIDAD
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2.7. EQUIDAD
Durante el ejercicio de sus funciones, los árbitros deben otorgar un trato justo a
las partes en igualdad de condiciones, brindándoles las mismas oportunidades
para el ejercicio de sus derechos.
Los árbitros deben conducir el arbitraje con diligencia, empeño y celeridad, sin
que ello enerve las garantías fundamentales del debido proceso. Asimismo,
todos los partícipes del arbitraje durante el desarrollo del proceso deben actuar
guiados por el respeto mutuo, veracidad, buena fe y lealtad procesales,
evitando cualquier conducta ilícita o dilatoria.
2.9. TRANSPARENCIA
Los árbitros deben observar las reglas sobre divulgación de información arbitral
en materia de contrataciones del Estado. En ese sentido, deben cumplir con
hacer públicos, a través de los mecanismos que prevé la normativa de la
materia, el laudo y las solicitudes respecto a éste. Asimismo, deben proporcionar
al OSCE la información sobre el ejercicio de sus funciones y acerca de los
arbitrajes en contrataciones con el Estado en los que participan, a requerimiento
de dicho Organismo Supervisor. Sin perjuicio de lo señalado, los árbitros y todos
aquellos que participan en arbitrajes en contrataciones con el Estado deben
mantener reserva respecto a las actuaciones arbitrales durante el desarrollo del
arbitraje.
2.10. AUTORIDAD
No debe excederse de su autoridad ni dejar de ejercer la que le compete. El
límite mínimo y máximo está marcado por lo que las partes han delegado en él.
Ha de procurar no apartarse de él ni por exceso ni por defecto.
2.11. EMPEÑO
2.12. CONFIDENCIALIDAD
2.13. DISCRECIÓN
2.14. DILIGENCIA
Deberá dedicar el tiempo y la atención necesarios para el debido cumplimiento
de sus funciones de acuerdo con las circunstancias del caso.
2.15. CELERIDAD
Cuidará de conducir el arbitraje con celeridad, sin dilaciones y dentro de los
plazos establecidos.
Asimismo, durante el ejercicio de sus funciones, los árbitros deben actuar con
imparcialidad e independencia.
Una vez aceptado el encargo, los árbitros deben ejercer sus funciones
hasta concluirlas, evitando renunciar por circunstancias que no
constituyan razones atendibles para seguir a cargo del arbitraje. Cuando
ello ocurra, deben devolver la documentación presentada por las partes
que tengan en su poder, teniendo en consideración el principio de
confidencialidad.
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Los árbitros deben tratar a las partes y demás partícipes del arbitraje con
respeto, así como exigir de éstos el mismo trato para ellos y para los
demás intervinientes en el arbitraje.
Los preceptos antes referidos constituyen reglas generales de conducta para los
árbitros. No son limitativos ni excluyentes de otros previstos en la legislación
sobre contratación pública y otra interpretar en función de los principios que
informan este Código y de aquellos que fomenten el ejercicio legal, legítimo y
eficiente de la función arbitral. El contenido de estas reglas de conducta podrá
ser complementado, de acuerdo con el uso y práctica en materia arbitral.
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4. REVELACIÓN DEL ÁRBITRO Y CONFLICTOS DE INTERÉS
El árbitro deberá revelar por escrito todos los hechos o circunstancias que,
desde el punto de vista de las partes, puedan originar dudas justificadas
respecto de su imparcialidad o independencia. A tal efecto, al momento de
aceptar el cargo, debe suscribir una declaración jurada, tomando en
cuenta el modelo del Anexo Nº 01 del presente Código. Dicho modelo
tiene un carácter referencial. La citada declaración se pondrá en
conocimiento de las partes para que, en un plazo no mayor de cinco días
hábiles de conocida, de ser el caso, manifiesten lo que consideren
conveniente a su derecho.
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El deber de declaración no se agota con la revelación hecha por el árbitro
al momento de aceptar el cargo, sino que permanece durante todo el
arbitraje.
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Sin perjuicio de lo indicado, un árbitro debe ponderar la revelación de
cualquiera de las siguientes circunstancias:
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5. EL CONSEJO DE ÉTICA Y LA SECRETARÍA TÉCNICA
5.1. FUNCIÓN DEL CONSEJO DE ÉTICA
5.2. COMPOSICIÓN
El Consejo de Ética está conformado por tres (3) miembros, uno en calidad de
Presidente y los otros dos en calidad de consejeros. El cargo de miembro del
Consejo de Ética es honorario y tiene una duración de dos (2) años, renovable
sólo por un periodo adicional.
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Los consejeros suplentes ejercen sus funciones para reemplazar a uno o más
consejeros titulares cuando éstos no puedan intervenir por causa de abstención,
licencia o impedimento. Serán convocados por la Secretaría Técnica del Consejo.
5.4. REQUISITOS
Los integrantes del Consejo de Ética deben ser abogados y tener una
experiencia no menor a veinte (20) años en el ejercicio profesional
contados a partir de la obtención del Título Profesional, de los cuales no
menos de diez (10) deberán ser en materia arbitral o en la atención de
otros medios alternativos de solución de controversias. No pueden ser
nombrados quienes se hayan desempeñado como procuradores públicos,
hasta diez (10) años posteriores al cese en dicha función.
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2. Suscribir las resoluciones y comunicaciones aprobadas en nombre del
Consejo, o delegar esta función en la Secretaría Técnica.
3. Representar institucionalmente al Consejo de Ética ante cualquier
autoridad, pública o privada, nacional o extranjera.
4. Las demás inherentes a su cargo. En los casos de impedimento,
abstención o renuncia del Presidente será reemplazado por el
consejero de mayor edad.
5.9. ACTAS
Las sesiones del Consejo de Ética constan en un Libro de Actas, legalizado
ante Notario Público, que lleva la Secretaría Técnica. Las actas son firmadas
por los consejeros concurrentes.
5.10. CONFIDENCIALIDAD
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A las sesiones asisten los consejeros y el Director de la DA, en su calidad
de Secretario Técnico, quien podrá acudir acompañado de uno o más
funcionarios de la DA. Excepcionalmente, el Presidente del Consejo de
Ética o quien haga sus veces, podrá invitar a otras personas a asistir a
dichas sesiones, quienes deberán respetar su carácter confidencial.
Los miembros del Consejo de Ética, mientras ejerzan dicho cargo, no podrán
intervenir como árbitros en arbitrajes en contratación pública. No cabe dispensa
de las partes. Los miembros del Consejo de Ética se encuentran obligados al
cumplimiento de las disposiciones señaladas en el presente Código de Ética, de
no hacerlo, los Sectores que efectuaron su designación, procederán con su
remoción y de ser el caso, dispondrán las acciones para determinar las
responsabilidades a que hubiera lugar.
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XII. Los que hayan sido objeto de cualquier tipo de sanción por el Consejo de
Ética como consecuencia del ejercicio de la función arbitral.
XIII. Los sancionados por los respectivos colegios profesionales o entes
administrativos, en tanto estén vigentes dichas sanciones.
XIV. Los sancionados con condena que lleve aparejada la inhabilitación para
ejercer la profesión, en tanto esté vigente dicha sanción.
XV. Los sancionados por delito doloso, en tanto esté vigente dicha sanción.
5.12. ABSTENCIÓN
Cada uno de los miembros del Consejo de Ética, debe abstenerse de participar
en los asuntos cuya competencia le esté atribuida, en los siguientes casos:
1) Si es pariente dentro del cuarto grado de consanguinidad o segundo de
afinidad, con cualquiera de los árbitros denunciados por infracción del
Código de Ética o la parte denunciante, o con sus representantes,
mandatarios, con los administradores de sus empresas, o con quienes les
2) Si antes de su designación hubiere tenido algún tipo de intervención, sea
como asesor, perito o testigo en el caso propuesto a su conocimiento o si
previamente ha manifestado su parecer sobre el mismo, de modo que
pudiera entenderse que se ha pronunciado sobre el asunto.
3) Si personalmente, o bien su cónyuge o algún pariente dentro del cuarto
grado de consanguinidad o segundo de afinidad, tuviere interés en el
asunto de que se trate o en otra semejante, cuya resolución pueda influir
en la situación de aquél.
4) Cuando tuviere amistad íntima, enemistad manifiesta o conflicto de
intereses objetivo con cualquiera de los árbitros denunciados por infracción
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al presente Código o con la parte denunciante, que se hagan patentes
mediante actitudes o hechos evidentes en el procedimiento.
5) Cuando tuviere o hubiese tenido en los últimos dos años, relación de
servicio o de subordinación con cualquiera de los árbitros denunciados por
infracción al presente Código, la parte denunciante o terceros directamente
interesados en el asunto, o si tuviera en proyecto una concertación de
negocios con la parte denunciante o el árbitro denunciado, aun cuando no
se concrete posteriormente.
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g. Expedir constancias y certificaciones concernientes a las actuaciones
relativas a los casos a cargo del Consejo de Ética; así como copias
certificadas del expediente o de partes de él.
h. Ejercer las demás atribuciones que le asigne el Consejo de Ética,
adicionales a las establecidas en el presente Código, o que sean
inherentes a su cargo.
6. PROCEDIMIENTO SANCIONADOR
Para verificar las infracciones que pudieran haberse cometido a los deberes
previstos en el presente Código, y la imposición de las sanciones respectivas, se
deberá seguir el siguiente procedimiento:
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presencia del denunciante y del denunciado para que presenten sus
posiciones.
f. La resolución emitida por el Consejo de Ética es definitiva.
6.1. INFRACCIONES
Constituyen supuestos de infracción sancionable por el Consejo de Ética los
siguientes:
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tenido un interés económico directo en el resultado de la
controversia.
El árbitro, de forma directa o indirecta, representa o asesora al
representante o abogado de una de las partes, o lo ha hecho en los
últimos cinco años.
El árbitro, su cónyuge o concubino (a) tiene o ha tenido vínculo de
parentesco, hasta el tercer grado de consanguinidad o segundo
grado de afinidad, con una de las partes o sus socios.
El estudio de abogados o empresa del árbitro o en el que presta o
ha prestado servicios tiene o tuvo una relación comercial con una
de las partes o una filial, dependencia, sucursal o similar de ésta.
En el caso que una parte sea un consorcio, este deber se extiende
a las personas que lo conforman.
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I. Evitar utilizar, en beneficio propio o de un tercero, la información que,
en el ejercicio de sus funciones, haya obtenido de un arbitraje, salvo
para fines académicos.
II. Abstenerse de agredir física o verbalmente a las partes, abogados,
representantes y/o asesores involucrados en el proceso arbitral.
III. Abstenerse de sostener reuniones o comunicación, con ninguna de la
parte, sus abogados, representantes y/o asesores. Reviste especial
gravedad que la reunión o comunicación sea utilizada para informar,
de manera anticipada, sobre las deliberaciones o las decisiones que
puedan emitirse o hayan sido emitidas en el ejercicio de la función
arbitral.
IV. Custodiar los expedientes arbitrales y garantizar su integridad
conforme las normas aplicables.
V. Incurrir, sin que exista causa justificada, en una paralización
irrazonable del proceso arbitral.
VI. Verificar que el secretario arbitral que se designe cuente con
inscripción vigente en el RNSA.
Lo expuesto no desconoce la potestad de las instituciones arbitrales de sancionar
otras conductas no descritas en el artículo precedente que a su juicio y conforme
a sus instrumentos normativos constituyan conductas no éticas.
6.2. SANCIONES
Las infracciones previstas en este Código trae como consecuencia, según la
gravedad de la falta, la imposición al responsable de una de las sanciones
siguientes:
I. Amonestación escrita.
II. Suspensión de su derecho para ejercer y ser elegido como árbitro,
hasta por cinco años de acuerdo con los alcances previstos en el
numeral 23.4 del presente artículo.
III. Inhabilitación permanente para ejercer y ser elegido en el cargo de
árbitro, de acuerdo con los alcances previstos en el numeral 23.4 del
presente artículo.
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En el caso de árbitros integrantes del Registro Nacional de Árbitros del OSCE, la
sanción de suspensión o inhabilitación supone igualmente la suspensión o
exclusión de dicho Registro, respectivamente.
6.4. PUBLICIDAD
Las resoluciones del Consejo de Ética que se pronuncien sobre las
denuncias por infracciones al presente Código, deben ser publicadas en el
portal web del OSCE.
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RNA. Las instituciones arbitrales deben remitir dicha información al OSCE
dentro de los quince (15) días hábiles posteriores a su emisión.
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CONCLUCIÓN
Las ideologías políticas han dejado su lugar a políticas pragmáticas que van
atenuando las diferencias entre posturas y bloques antes distinguibles y hasta
opuestos. El consumo -sería mejor decir el consumismo- marca el ritmo del
desarrollo de estas sociedades. Hoy la mayor parte de aspectos de la vida social
han sido influidos y hasta determinados por ese patrón de consumo y ya no
ostentan su vocación de permanencia, sino que más bien afirman su naturaleza
perecible, desechable, con lo que se ha llegado a hablar de la sociedad actual
como una "sociedad de despilfarro". Los valores que las diferentes sociedades
propugnaban -en muchos casos como sustento de sus órdenes sociales- se han
debilitado y empiezan incluso a extinguirse y son sustituidos por una suerte de
ética de la sociedad de consumo global. En este contexto, incluso la ética que
regulaba los comportamientos de las personas se ha ido desechando y se ha
llegado a extremos tales como el de afirmar que la única ética posible es la de
una suerte de "selección natural social".
Esto debe llevar a reflexionar sobre la importancia del rol que desempeñan los
árbitros para resolver las controversias surgidas en la etapa de ejecución
contractual, la cual se ve reflejada en la emisión de la decisión final que es el
laudo.
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BIBLIOGRAFÍA
http://portal.osce.gob.pe/arbitraje/sites/default/files/Documentos/Legislaci
on_aplicable/DL-1071-ley-que-norma-el-arbitraje.pdf
http://revistas.pucp.edu.pe/index.php/derechoysociedad/article/viewFile/1
7088/17379
http://www.osce.gob.pe/consucode/userfiles/file/DDA%20-
%20NORMAS%20APLICABLES/LEY%20N%2026572%20-
%20LEY%20GENERAL%20DE%20ARBITRAJE%20_Derogada_.pdf
http://camara-arequipa.org.pe/archivosweb/Codigo%20de%20Etica.pdf
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