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TABLA DE CONTENIDO

TABLA DE CONTENIDO ............................................................................................. 2

INTRODUCCIÓN .......................................................................................................... 4

EJECUCIÓN DE LAUDO Y ÉTICA DEL ARBITRO ..................................................... 5

CAPÍTULO I EJECUCIÓN DE LAUDO ARBITRAL .................................................................... 7

1.1. EL LAUDO ARBITRAL. .............................................................................................. 7

1.2. LAS RESOLUCIONES ARBITRALES ........................................................................ 8

1.3. SE NECESITAN MECANISMOS QUE PERMITAN EJECUCIÓN DEL LAUDO ......8

EJECUCIÓN ARBITRAL ........................................................................................................ 9

RESPONSABILIDAD DE LOS ÁRBITROS .......................................................................... 10

LÍMITES .........................................................................................................................10

ARTÍCULO 83º.- EJECUCIÓN DEL LAUDO. .................................................................12

ARTÍCULO 85º.- ANEXOS AL PEDIDO DE EJECUCIÓN ..............................................12

ARTÍCULO 86º.- IMPUGNABILIDAD ................................................................... 12

ARTÍCULO 87º.- PUBLICACIÓN LAUDO ......................................................................12

CAPITULO II ÉTICA DEL ARBITRO ..................................................................................13

2. PRINCIPIOS Y ÉTICA EN LA FUNCIÓN ARBITRAL ................................................... 13

2.1. INDEPENDENCIA ..............................................................................................13

2.2. IMPARCIALIDAD ...................................................................................... 14

2.3. NEUTRALIDAD .....................................................................................................15

2.4. EL DEBER DE REVELACIÓN Y LA APARIENCIA DE IMPARCIALIDAD .............15


2.5. INTEGRIDAD…………………………………………………………………….16
2.6. IDONEIDAD………………………………………………………………………16
2.7. EQUIDAD………………………………………………………………………...17
2.8. DEBIDA CONDUCTA PROCEDIMENTAL………………..…………………..17
2.9. TRANSPARENCIA……………....……………………………………………….17
2.10. AUTORIDAD…………………………….…………………………………….…..17
2.11. EMPEÑO…………………………………………………………………………..17
2.12. CONFIDENCIALIDAD…………………………………………………………....18
1
2.13. DISCRECIÓN …………………………………………………………………….18
2.14. DILIGENCIA …………………………………………………………..………….18
2.15. CELERIDAD…………………………………………………………………..….18
3. REGLAS DE CONDUCTA DE LOS ÁRBITRO………………………………...18
3.1. EN FORMA PREVIA A SU DESIGNACIÓN COMO ÁRBITRO…………….18
3.2. CON MOTIVO DE ACEPTAR EL CARGO COMO ÁRBITRO……………...19
3.3. DURANTE EL EJERCICIO DEL CARGO COMO ÁRBITRO…………….....19
4. REVELACIÓN DEL ÁRBITRO Y CONFLICTOS DE INTERÉS……………….21
4.1. ACEPTACIÓN DEL CARGO Y DEBER DE REVELACIÓN………………...21
4.2. CONFLICTOS DE INTERÉS Y SUPUESTOS DE REVELACIÓN…………22
5. EL CONSEJO DE ÉTICA Y LA SECRETARÍA TÉCNICA……………………..24
5.1. FUNCIÓN DEL CONSEJO DE ÉTICA……………………………………..…24
5.2. COMPOSICIÓN…………………………………………………………………..24
5.3. DESIGNACIÓN DE LOS MIEMBROS DEL CONSEJO DE ÉTICA………...24
5.4. REQUISITOS……………………………………………………………………..25
5.5. ATRIBUCIONES DEL CONSEJO DE ÉTICA………………………………...25
5.6. ATRIBUCIONES DEL PRESIDENTE DEL CONSEJO DE ÉTICA……..….25
5.7. SESIONES Y SEDE……………………………………………………………..26
5.8. QUÓRUM Y MAYORÍAS………………………………………………………..26
5.9. ACTAS…………………………………………………………………………....26
5.10. CONFIDENCIALIDAD…………………………………………………………..26
5.11. INCOMPATIBILIDAD, IMPEDIMENTOS Y RESPONSABILIDADES…..…27
5.12. ABSTENCIÓN…………………………………………………………………...28
5.13. FUNCIÓN DE LA SECRETARÍA TÉCNICA DEL CONSEJO……………...29
5.14. ATRIBUCIONES Y RESPONSABILIDADES DE LA SECRETARÍA
TÉCNICA…………………………………………………………………………29
6. PROCEDIMIENTO SANCIONADOR………………………………………….…30
6.1. INFRACCIONES………………………………………………………..………..31
6.2. SACCIONES…………………………………………………………...…………33
6.3. CRITERIOS PARA LA GRADUACIÓN DE LAS SANCIONES……………..34
6.4. PUBLICIDAD……………………………………………………………………..34

CONCLUCIÓN ........................................................................................................... 36

BIBLIOGRAFÍA .......................................................................................................... 37

2
INTRODUCCIÓN

El arbitraje ha sido conceptualizado -entre otras formas- como aquella institución


jurídica por la que dos o más personas establecen que una cierta controversia
específicamente determinada o por determinar, existente o futura entre ellas, sea
resuelta, conforme a un procedimiento legalmente establecido, por tercero o
terceros, a los que se designa voluntariamente y a cuya decisión expresamente
se someten, ya sea ésta dictada conforme a Derecho, ya conforme a equidad, y
a la que el ordenamiento le otorga el carácter de título decisorio y ejecutivo.

En ese sentido, el arbitraje debe ser entendido como un mecanismo de solución


de controversias mediante el cual las partes otorgan facultades a un tercero o
terceros imparciales para que conozcan y resuelvan, de manera definitiva, la
controversia comprometiéndose a cumplir lo que este tercero o terceros decidan.

Ahora bien, en el ámbito de la contratación pública existe una regulación especial


al respecto toda vez que la decisión de someter las controversias derivadas de
la ejecución de los contratos suscritos con el Estado no resulta de la voluntad de
las partes, sino que, por imperio legal, dichas controversias deben ser resueltas
necesariamente mediante conciliación o arbitraje (nos centraremos en este
segundo a continuación), de conformidad con lo dispuesto en el numeral 1 del
artículo 52° de la Ley de Contrataciones del Estado aprobada mediante Decreto
Legislativo N° 1017.

Será en el ámbito del arbitraje en el que los terceros imparciales (árbitros)


evaluarán las materias controvertidas puestas en su conocimiento por las partes,
luego de lo cual como resultado de una evaluación de derecho emitirán la
decisión final, denominada laudo arbitral. Sin embargo, se advierte que por sí
misma la emisión del laudo no es suficiente en todos los casos para satisfacer
los intereses de la parte vencedora, por lo que corresponderá iniciar el
procedimiento respectivo para obtener una real materialización de lo decidido.

De lo anotado, se puede concluir -como bien señala Marianella Ledesma- que


definir un conflicto implica la existencia de dos (2) etapas importantes: una
primera, que consiste en conocer los hechos para luego concluir declarando el
derecho; y, una segunda, que está marcada por la fase de ejecución y, en la
cual, se busca materializar lo ya declarado en la cognición.
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EJECUCIÓN DE LAUDO Y ÉTICA DEL ARBITRO

De conformidad con lo dispuesto en el artículo 59° de la Ley General de Arbitraje


(en adelante LGA), los laudos arbitrales son definitivos e irrecurribles, salvo que
se haya pactado el recurso de apelación ante el Poder Judicial (artículos 63 o al
69°, aplicable únicamente a los arbitrajes nacionales) o ante una segunda
instancia arbitral (artículo 62°, aplicable al arbitraje nacional y también al
internacional, conforme al artículo 89° de la LGA), o que se interponga recurso
de anulación (artículos 71 o al 78°, tratándose de arbitrajes nacionales, y 123° al
126 o para los arbitrajes internacionales) .

Firme que sea el laudo, de conformidad con el artículo 83° de la LGA «tiene
valor equivalente al de una sentencia y es eficaz y de obligatorio
cumplimiento».

Sobre este particular, conviene citar in extenso, a Álvarez Rodríguez: «... la


eficacia del laudo está subordinada a que éste pueda considerarse como firme.
La firmeza del mismo se produce bien porque contra el mismo no se haya
interpuesto el recurso de anulación, o bien porque interpuesto el mencionado
recurso éste haya sido desestimado. El efecto que produce, como hemos
apuntado, es de cosa juzgada, la cual deberá ser contemplada en su doble
vertiente: como cosa juzgada formal, suponiendo que no es susceptible de ser
atacada; y como cosa juzgada material, que impide que se abra un nuevo
proceso sobre lo que ya ha sido juzgado por el/los árbitros/s con tal de que exista
una identidad de sujetos, objeto y actividad arbitral concluida. Es decir, con este
efecto se consagra la irrevocabilidad e inmutabilidad del laudo arbitral.
Concretamente el efecto de cosa juzgada material del laudo puede operar de
dos formas: de forma negativa, impidiendo que se replantee un ulterior juicio
sobre la controversia sometida a arbitraje; y, de forma positiva, imposibilitando
que se juzgue de forma contraria a lo fallado. Todos los autores sean cual sea
su concepción sobre la naturaleza del arbitraje (contractualistas o
jurisdiccionalitas) consideran que el laudo producirá efectos de eficacia similares
a los de la sentencia, y que el efecto de 'cosa juzgada' podrá ser opuesto por vía
de excepción>.

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También debemos hacer referencia a un extracto de una sentencia del Tribunal
Constitucional español, dictada el 4 de octubre de 1993, que se pronunció en el
sentido que « la inalterabilidad de las decisiones judiciales firmes es también
predicable, en virtud de su configuración legal de los laudos arbitrales ».

Ahora bien, ¿qué sucede si no se cumple con lo ordenado en el laudo arbitral?

¿A quién corresponde su ejecución'/ Estas preguntas nos ingresan a otro tema


espinoso en el arbitraje, cual es el referido a si debe siempre acudirse al Poder
Judicial o si es posible que los árbitros ejecuten directamente sus fallos.

Cremades' considera que la ejecución de un laudo arbitral, ante el


incumplimiento de una de las partes, es «(...) una actividad inexpropiable de la
autoridad judicial, precisamente porque los árbitros llegan hasta donde alcanza
la voluntad de las partes; más allá afirma que, escapa a su competencia y sólo
el juez puede forzar a alguien, si fuera necesario en forma coactiva, a cumplir lo
establecido en la sentencia»

El punto de vista de Cremades, que es el compartido por la generalidad de la


doctrina y legislación comparada, parecería no ser el que sigue nuestra LGA.

En efecto, el segundo párrafo del artículo 83° de la LGA, dispone que:

«Si lo ordenado en el laudo no se cumple (...) el interesado podrá solicitar su


ejecución forzosa ante el juez Especializado en lo Civil del lugar de la sede del
arbitraje que corresponda en la fecha de la solicitud, cuando no hubiera podido
ser ejecutado por los propios árbitros o por la institución organizadora en rebeldía
del obligado, con las facultades que aquéllos o a ésta se les hubiesen otorgado
en el convenio».

¿Es conveniente que los árbitros ejecuten sus fallos o, lo que es lo mismo, que
ejerciten la facultad de executio tradicionalmente asignada a los jueces?
Algunas personas afirman que los árbitros deberían gozar de las más amplias
facultades para ejecutar sus fallos, recurriendo, inclusive, al apoyo de la fuerza
pública. Este punto de vista, que parecería a primera vista razonable, en el fondo
creemos que es inviable y hasta peligroso. Solo imaginemos la posibilidad de
que cualquier persona, premunida de un simple documento en el que
supuestamente se le nombra como árbitro, proceda a solicitar el apoyo de la
5
Fuerza pública para realizar un embargo en forma de extracción, para rematar un
bien, o para inscribir algún título en los registros públicos.

En cambio, otros, como por ejemplo Lohmann, son de la opinión (la cual
compartimos), que es posible que en algunos casos las partes puedan otorgar a
los árbitros ciertas facultades para ejecutar un laudo arbitral. Nos atrevemos a
mencionar, como ejemplo, aquellos casos en los que en el convenio arbitral o
por acuerdo posterior, se prevea la entrega de cartas fianzas para que, en caso
de incumplimiento, los árbitros o la institución arbitral las ejecuten en favor de la
parte vencedora, o cuando las partes, de conformidad con el artículo 1069° del
Código Civil, autoricen a los árbitros la venta extrajudicial de los bienes
prendados, otorgándoles para estos efectos suficientes poderes. Obviamente
podrán existir supuestos análogos, 12 pero lo cierto es que no puede
desprenderse de las normas de la LGA, autorización alguna para que mediante
pactos privados como son la suscripción de convenios arbitrales, se pueda
otorgar a los árbitros facultades de imperio, como, por ejemplo, solicitar el apoyo
de la fuerza pública.

CAPÍTULO I EJECUCIÓN DE LAUDO ARBITRAL

1.1. EL LAUDO ARBITRAL.

El artículo 54 del Decreto Legislativo Nº 1071 (en adelante, la Ley de Arbitraje)


establece lo siguiente:

Artículo 54.- Laudos


Salvo acuerdo en contrario de las partes, el tribunal arbitral decidirá la
controversia en un solo laudo o en tantos laudos parciales como estime
necesarios.

A pesar de que la doctrina arbitral comprendía la existencia de laudos parciales


y de que la práctica arbitral peruana ya venía aplicando la materia desde hace
varios años, es la vigente Ley de Arbitraje la que regula de manera expresa la
posibilidad de que en un proceso arbitral exista más de un laudo, cuando en su
artículo 54 (que lleva por sumilla la palabra laudos) señala que «salvo acuerdo
en contrario de las partes, el tribunal arbitral decidirá la controversia en un solo
laudo o en tantos laudos parciales como estime necesarios». El laudo arbitral,
no sólo es la parte central de todo el proceso, sino también su parte más
6
Emblemática, porque es aquélla que resume no sólo todo lo actuado en el
proceso, sino también es la meta, el objetivo al que esperan llegar tanto las
partes como los árbitros a efectos de poner fin al proceso. Asimismo, cabe
señalar que el laudo arbitral no es, de ninguna manera, una acción mecánica
que realice el tribunal arbitral. El laudo implica una actividad de razonamiento
lógico-jurídico (en el caso de un arbitraje de conciencia, se podrá prescindir del
aspecto jurídico) sobre todo lo actuado, con el objeto de que el resultado se
plasme en una resolución denominada laudo arbitral.

1.2. LAS RESOLUCIONES ARBITRALES

 En el curso del desarrollo de las actuaciones arbitrales, el árbitro, emiten


resoluciones, denominadas decisiones, las que pueden ser de 2 tipos; por
un lado, el laudo arbitral, modo natural de concluir un arbitraje; y por el
otro, las resoluciones distintas al laudo.
 En cuanto a la forma de las resoluciones arbitrales, éstas “se rigen por el
principio informador del procedimiento arbitral y de libertad formal”, como
lo señala CARLOS MATHEUS LÓPEZ.
 En cuanto al contenido, éste debe preterir cualquier tipo de formalismo,
debiendo el árbitro “explicar y justificar su resolución de manera conexa,
racional y pedagógica, a efectos de evidenciar que aquélla resulta
correcta o aceptable”

DL.1071, Artículo 52º.- Adopción de decisiones

1.3. SE NECESITAN MECANISMOS QUE PERMITAN EJECUCIÓN DEL


LAUDO
• Someterse a un arbitraje implica contar por un lado (ventaja) con un
procedimiento esencialmente “ágil”, rápido y flexible, en donde la voluntad de las
partes verdaderamente importa.

• No obstante, emitida la decisión, resulta necesario que la misma sea


ejecutada cuanto antes. Más aún cuando la parte que perdió no está de acuerdo
con lo resuelto y no se encuentra dispuesta a cumplirla “espontáneamente”.

SI ES UNA JURISDICCIÓN ESPECIAL RECONOCIDA EN LA


CONSTITUCIÓN, ENTONCES…
7
• Si bien la Constitución en su Artículo 139° recogió la tesis del carácter
jurisdiccional del arbitraje, podría considerarse una contradicción que los que
quienes deciden en este tipo de procesos se vean privados de uno de los
atributos esenciales de quienes “dictan justicia”: su carácter coercitivo; esto es,
la potestad de hacer cumplir sus decisiones.

¿CONVIENE QUE SEA MENOS CONTRACTUAL Y MÁS


JURISDICCIONAL?

• Lo que las partes necesitan es un arbitraje que al inicio sea lo más


contractual posible desde el convenio arbitral, la designación del Tribunal, y el
establecimiento de las reglas que regirán al procedimiento; pero que en su fase
final y, esencialmente, a partir de la emisión del laudo, sea lo más jurisdiccional
y procesal que se deba, de manera tal que el vencedor tenga garantizada la
ejecución y eficacia de la decisión.

SON DOS LOS RASGOS CARACTERÍSTICOS


• A diferencia de la ley anterior, el DL.1071 establece que los árbitros
pueden estar facultados para ejecutar sus laudos.

• La regla de ejecución de laudos mediante la intervención del Poder


Judicial, es una regla de carácter residual.

EJECUCIÓN ARBITRAL

1. A solicitud de parte, el tribunal arbitral está facultado para ejecutar sus


laudos y decisiones, siempre que medie acuerdo de las partes o se encuentre
previsto en el reglamento arbitral aplicable.

2. Se exceptúa de lo dispuesto en el numeral anterior, el caso en el cual, a


su sola discreción, el tribunal arbitral considere necesario o conveniente requerir
la asistencia de la fuerza pública. En este caso, cesará en sus funciones sin
incurrir en responsabilidad y entregará a la parte interesada, a costo de ésta,
copia de los actuados correspondientes para que recurra a la autoridad judicial
competente a efectos de la ejecución.

DL.1071, Artículo 67°.- Ejecución Arbitral

La Jurisdicción Arbitral y su Limitación a ejecutar laudos


8
• El DL.1071 señala que las funciones de los árbitros culminan al resolver
definitivamente la controversia, esto es, al emitirse el laudo (o las resoluciones
que lo rectifican, interpretan, integran o excluyen).

• Los árbitros, entonces, no tendrían potestad para ejecutar el laudo que


pone fin a la controversia ¿Por qué? Pues porque el Estado se ha reservado
exclusivamente el ejercicio del ius imperium.

RESPONSABILIDAD DE LOS ÁRBITROS

• Si bien los árbitros carecen de ius imperium, ello no implica que puedan
realizar actos destinados al cumplimiento de su contenido, siempre que se les
haya conferido dicha potestad.

• Por tanto, al estar exceptuados de dicha potestad, como lo señala el


Artículo 67°, los árbitros cesarían de sus funciones sin responsabilidad.

LÍMITES

“Los árbitros llegan hasta donde alcanza la voluntad de las partes: más allá
escapa a su competencia”

Cremades, Bernardo (1977) Estudios sobre arbitraje. Madrid, Pons Editorial,


Pág. 196.

¿QUÉ SE DEBE HACER?

• El hecho que los árbitros no puedan realizar directamente actos (uso de


la fuerza) no obsta a que puedan ordenar las medidas de ejecución que
correspondan, oficiando al Poder Judicial para que las haga efectivas, en el
ejercicio de ese ius imperium que ellos sí detentan.

¿Cómo se debe hacer?


“Entendemos que debe tener igual tratamiento al de un oficio proveniente de un
juez ordinario de otra jurisdicción (…) Si bien las razones por las cuales ambos
carecen de imperium son diferentes (el juez porque su jurisdicción está limitada
a un territorio diferente; el árbitro porque la suya está privada de este atributo),
la situación resulta desde todo punto de vista, equiparable, ya que las normas
generales prevén el auxilio de los jueces que gozan de imperium para suplir esta
carencia” Caivano, Roque (2000) Arbitraje.
9
ACTOS DE EJECUCIÓN QUE PUEDEN REALIZAR LOS ÁRBITROS

En la medida que no impliquen el uso de la fuerza, estos actos pueden agruparse


en:

1. Mandatos cuya ejecución alcanza únicamente a las partes que celebraron


el convenio.

2. Mandatos cuya ejecución involucra a terceros que no se sometieron a la


autoridad arbitral.

EJECUCIÓN QUE ALCANZA ÚNICAMENTE A LAS PARTES.


Estas decisiones pueden ser ejecutadas por los árbitros.
Por ejemplo, la orden de no ejecución o constitución de una carta fianza
destinada a garantizar la ejecución de un contrato.

EJECUCIÓN QUE INVOLUCRA A TERCEROS QUE NO SE


SOMETIERON AL ARBITRAJE

Estamos frente a sujetos que no se sometieron a la jurisdicción arbitral, pero que


reciben un mandato de los árbitros.

Por ejemplo, la inscripción de una transferencia de propiedad en SUNARP, o el


lanzamiento de ocupantes de un bien.

¿QUÉ PASA SI SE NIEGAN?


• Si los terceros se niegan a dar cumplimiento al mandato arbitral, los
árbitros no están en aptitud de aplicar alguna medida coercitiva.

• En este supuesto será necesario recurrir a la vía judicial, para que en el


ejercicio de su rol complementario, haga uso del ius imperium y determine la
ejecución forzada del laudo.

CONVENIOS DE EJECUCIÓN
• Para evitar estas situaciones, en las que la inejecución de un laudo arbitral
podría no tener ninguna consecuencia, lo que determina su total ineficacia, el
DL. 1071, previó la posibilidad de que las instituciones arbitrales celebren
convenios de ejecución con instituciones públicas o privadas, “a efectos de
Facilitar la ejecución de medidas cautelares o laudos a cargo de tribunales
arbitrales”.
10
ARTÍCULO 83º.- EJECUCIÓN DEL LAUDO. –

El laudo arbitral consentido o ejecutoriado tiene valor equivalente al de una


sentencia y es eficaz y de obligatorio cumplimiento desde su notificación a las
partes. Si lo ordenado en el laudo no se cumple por la parte o partes a quienes
corresponda hacerlo, el interesado podrá solicitar su ejecución forzosa ante el
Juez Especializado en lo Civil del lugar de la sede del arbitraje que corresponda
en la fecha de la solicitud, cuando no hubiera podido ser ejecutado por los
propios árbitros o por la institución organizadora en rebeldía del obligado, con las
facultades que aquéllos o a ésta se les hubiesen otorgado en el convenio.

ARTÍCULO 84º.- PROCESO DE EJECUCIÓN. –

El laudo se ejecutará como una sentencia, sin admitir otra oposición que la que
se fundamenta acreditando documentalmente la interposición y pendencia de la
apelación ante una segunda instancia arbitral o de la apelación o anulación ante
el Poder Judicial, en cuyo caso el Juez suspenderá la ejecución. El Juez, bajo
responsabilidad, sin trámite algu o, declarará improcedente de plano cualquier
otra oposición, basada en razones distintas al cumplimiento.

ARTÍCULO 85º.- ANEXOS AL PEDIDO DE EJECUCIÓN. –

Al escrito solicitando la ejecución judicial del laudo se acompañarán,


necesariamente, copia del convenio arbitral, del laudo en primera instancia
arbitral, del laudo en segunda instancia arbitral o de la sentencia judicial que
resuelva la apelación o de la sentencia judicial que resuelva la anulación, en su
caso.

ARTÍCULO 86º.- IMPUGNABILIDAD

Los autos en la etapa de ejecución no son susceptibles de medio impugnatorio


alguno. Está prohibido al Juez ejecutor, bajo responsabilidad, admitir
apelaciones o articulaciones que entorpezcan la ejecución del laudo, siendo nula
la resolución respectiva.

ARTÍCULO 87º.- PUBLICACIÓN LAUDO

El juez ordenará, a instancia de la parte que solicite la ejecución, la publicación


en los diarios y/o revistas que se señale, de un aviso en donde se haga
mención.
11
De haberse tenido que recurrir a la instancia judicial para ver la ejecución del
laudo. Los costos de las publicaciones serán de cuenta de la parte solicitante.

CAPITULO II ÉTICA DEL ARBITRO

2. PRINCIPIOS Y ÉTICA EN LA FUNCIÓN ARBITRAL

Uno de los aspectos importantes en el arbitraje es el de la designación de los


árbitros y la posición de estos con relación a las partes y al conflicto. En tal
sentido, se llegó a afirmar que la selección de los árbitros es el acto más
relevante que toca a las partes decidir, porque se juega en él la suerte del
arbitraje, ya que por más que intervenga una institución, el éxito o el fracaso del
arbitraje dependerá en gran medida de la capacidad de los árbitros para resolver
la disputa con justicia y solvencia. Y esto porque el arbitraje se basa,
fundamentalmente, en la confianza que depositan las partes en los árbitros al
delegar en ellos el poder suficiente para que decidan respecto a los asuntos que
les sometan.

De este modo, las personas designadas como árbitros tienen a su cargo una
tarea sumamente compleja y delicada, toda vez que deben componer una
situación controvertida que enfrenta a las partes, casi como si se tratara de
reconstruir un cristal que se ha quebrado. Por ello, se entiende que la actuación
de estos árbitros tiene que sujetarse a determinados principios y estándares que
garanticen la idoneidad de la decisión a la que arriben. Una parte muy importante
de esos principios y estándares está constituida por los aspectos éticos del
arbitraje.

2.1. INDEPENDENCIA

De acuerdo al Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia Española,


se entiende por independencia la cualidad de aquel que "sostiene sus derechos
u opiniones sin admitir intervención ajena':

Cuando se habla de independencia en sede judicial, la doctrina ha entendido que


dicho principio tiene una dimensión externa y otra interna. De ese modo:

"La dimensión externa es un asunto de organización política, que mira a la


relación que debe existir entre el Poder Judicial y los otros poderes del Estado';
mientras que la "independencia interna o funcional es la prerrogativa que tienen
12
Entre sí los jueces integrantes del Poder Judicial, cualquiera sea su jerarquía,
para actuar libre y soberanamente dentro de su competencia"

Desde una perspectiva propia del arbitraje se ha señalado lo siguiente:

La independencia es "un criterio objetivo que se refiere al vínculo que puede


existir entre un árbitro y las partes o el asunto objeto de la controversia. Se
calificará de independiente a un árbitro que carezca de vínculos 'próximos,
sustanciales, recientes y probados: Claro que el quid reside precisamente en
definir qué tan próximos, substanciales y recientes tienen que ser dichos vínculos
para que un árbitro sea considerado como carente de independencia"

Como se verá más adelante, el análisis de estos vínculos implica


necesariamente el establecer matices y gradaciones, por cuanto un análisis
simplista de los mismos haría que cualquier vínculo sea señal inequívoca de falta
de independencia.

2.2. IMPARCIALIDAD

De acuerdo al Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia Española,


se entiende por imparcialidad la falta de "designio anticipado o de prevención a
favor o en contra de alguien o algo, que permite juzgar o proceder con rectitud':

En lo referente a la actividad judicial, la doctrina ha establecido que:


La imparcialidad del juzgador" es un elemento esencial del debido proceso, que
afecta la actitud del juez con las partes del proceso.

No se debe confundir con la independencia, ya que esta última se refiere a una


cuestión previa, de organización, a través de la cual se pretende liberar al juez
de toda subordinación que no sea la que el Juez debe estrictamente al Derecho.
En cambio, la imparcialidad apunta a la forma como ejerce el juez su actividad
en los casos concretos que se someten a su conocimiento"

Por otro lado, en lo que se refiere al ámbito arbitral, la imparcialidad ha sido


definida del modo siguiente:

La imparcialidad es "un criterio subjetivo y difícil de verificar que alude al estado


mental de un árbitro. Pretende describir la ausencia de preferencia, o riesgo de
preferencia, a una de las partes en el arbitraje o el asunto en particular"
13
Se ha entendido también por imparcialidad el desinterés frente a las partes o el
trato sin favoritismo o la consideración equidistante y ecuánime, todo ello por
cuanto las partes en litigio necesitan concordar

Los intereses en discordia y esto no puede obtenerse mediante la


preponderancia de los puntos de vista de una de ellas'

De ese modo, se sostiene que la imparcialidad implica que el árbitro debe actuar
libre de cualquier inclinación subjetiva, en favor de una de las partes o en contra
de ellas, lo que los autores de lengua inglesa definen como el actuar libre de
presiones, lo que se traduce en resolver el asunto en forma justa.

Además, el principio de la imparcialidad en el Arbitraje Comercial Internacional


no termina allí, sino que tal como lo consignan diversos autores, a los árbitros se
les exige igualmente apariencia de imparcialidad

2.3. NEUTRALIDAD

El Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia Española entiende


por neutralidad la facultad de aquel "que no participa de ninguna de las opciones
en conflicto':

Asimismo, se señala que la neutralidad es una figura propia del Derecho


Internacional Público -específicamente en tiempo de guerra-, por la cual un

Estado asume una posición ajena a los estados involucrados en un conflicto. La


neutralidad tiene como caracteres básicos la no participación y la imparcialidad

Existe, asimismo, relación entre la neutralidad e independencia, pues esta última


sería una condición esencial para garantizar la neutralidad frente a las partes
involucradas en el conflicto. De ese modo, puede señalarse que una posición
neutral "será mucho más firme si la Institución sabe salvaguardar y demostrar su
independencia"

2.4. EL DEBER DE REVELACIÓN Y LA APARIENCIA DE IMPARCIALIDAD

Los principios antes reseñados tienen relación directa con lo que es el


denominado "deber de revelación' el mismo que es uno de los mecanismos que
ayudan a una observancia plena de los mismos.

14
Dicha obligación se materializa en las declaraciones escritas que deben
presentar aquellas personas a las que se comunique su posible designación
como árbitros y también los árbitros ya designados, acerca de posibles
conflictos de interés que pudieran afectar su independencia, su imparcialidad o
su neutralidad.

Esto es muy importante, pues la existencia de conflictos de interés entre los


árbitros y las partes o la materia controvertida, generaría distorsiones en la
adecuada gestión del conflicto lo que se traducirá, seguramente, en mayores
costos para las partes.

2.5. INTEGRIDAD

Debe conducirse en todo momento con integridad y transparencia en el


arbitraje, atendiendo siempre a la confianza que el público en general tiene en
este mecanismo. Deberá recordar que en la resolución de un caso sometido a
arbitraje, además de aquél, está en juego también la confianza en el arbitraje
como mecanismo de solución de controversias.

Los árbitros y todos aquellos que participan en arbitrajes en contrataciones con


el Estado deben conducirse con rectitud y moralidad, procurando en todo
momento transparencia en su accionar.

2.6. IDONEIDAD

Los árbitros, al momento de evaluar su aceptación a una designación, deben


tener en consideración si es que cuentan con la capacidad y pericia
correspondiente para el desarrollo del arbitraje y la resolución de la
controversia así como cumplir con las exigencias o calificaciones pactadas en
el convenio arbitral o establecidas por ley para el ejercicio del cargo verificando
que no se encuentren incursos en supuestos de inhabilitación o impedimento.

Asimismo, deben tener en consideración si es que cuentan con una razonable


disponibilidad de tiempo para asumir con eficiencia el encargo que se les
confiere.

15
2.7. EQUIDAD

Durante el ejercicio de sus funciones, los árbitros deben otorgar un trato justo a
las partes en igualdad de condiciones, brindándoles las mismas oportunidades
para el ejercicio de sus derechos.

Deberá conducirse en todo momento con equidad, absteniéndose de resolver


sobre la base de inclinaciones subjetivas que puedan implicar un preconcepto.
Procurará resolver en la forma más objetiva posible.

2.8. DEBIDA CONDUCTA PROCEDIMENTAL

Los árbitros deben conducir el arbitraje con diligencia, empeño y celeridad, sin
que ello enerve las garantías fundamentales del debido proceso. Asimismo,
todos los partícipes del arbitraje durante el desarrollo del proceso deben actuar
guiados por el respeto mutuo, veracidad, buena fe y lealtad procesales,
evitando cualquier conducta ilícita o dilatoria.

2.9. TRANSPARENCIA
Los árbitros deben observar las reglas sobre divulgación de información arbitral
en materia de contrataciones del Estado. En ese sentido, deben cumplir con
hacer públicos, a través de los mecanismos que prevé la normativa de la
materia, el laudo y las solicitudes respecto a éste. Asimismo, deben proporcionar
al OSCE la información sobre el ejercicio de sus funciones y acerca de los
arbitrajes en contrataciones con el Estado en los que participan, a requerimiento
de dicho Organismo Supervisor. Sin perjuicio de lo señalado, los árbitros y todos
aquellos que participan en arbitrajes en contrataciones con el Estado deben
mantener reserva respecto a las actuaciones arbitrales durante el desarrollo del
arbitraje.

2.10. AUTORIDAD
No debe excederse de su autoridad ni dejar de ejercer la que le compete. El
límite mínimo y máximo está marcado por lo que las partes han delegado en él.
Ha de procurar no apartarse de él ni por exceso ni por defecto.

2.11. EMPEÑO

Deberá poner el máximo empeño para impedir la formación de incidentes


dentro del arbitraje, desalentando o desestimando prácticas dilatorias,
16
articulaciones improcedentes, pruebas irrelevantes y cualquier otra actuación
que pueda considerarse desleal o maliciosa. El procedimiento empleado debe
ser equilibrado, cuidando de dar a cada parte las mismas posibilidades de
expresarse y argumentar la defensa, tratándolas con igual grado de
consideración y respeto.

2.12. CONFIDENCIALIDAD

Deberá mantener la confidencialidad de las actuaciones y de las decisiones, y


no abusará de la confianza que las partes han depositado en él. No debe usar
la información confidencial que haya conocido por su posición de árbitro para
procurar ventaja personal

2.13. DISCRECIÓN

No debe anunciar por adelantado a nadie las decisiones que probablemente se


tomarán en el caso ni dar en forma anticipada su opinión a ninguna de las
partes. Su punto de vista sobre la controversia sometida a arbitraje debe ser
expresado en el laudo y surgir de él de manera autosuficiente.

2.14. DILIGENCIA
Deberá dedicar el tiempo y la atención necesarios para el debido cumplimiento
de sus funciones de acuerdo con las circunstancias del caso.

2.15. CELERIDAD
Cuidará de conducir el arbitraje con celeridad, sin dilaciones y dentro de los
plazos establecidos.

3. REGLAS DE CONDUCTA DE LOS ÁRBITROS


Los árbitros deben observar las siguientes reglas:
3.1. EN FORMA PREVIA A SU DESIGNACIÓN COMO ÁRBITRO

 Antes de su designación, el posible árbitro no debe contactarse con


ninguna de las partes, salvo que ello obedezca para conocer su
disponibilidad y conocimiento sobre la materia a someterse a arbitraje. En
tal circunstancia, no se debe brindar detalles del caso, sino aspectos
generales para que el posible árbitro pueda definir su aceptación.
Asimismo, éste procurará informarse de datos relevantes que le permitan,
17
en su oportunidad y de ser el caso, identificar y declarar potenciales
situaciones que pueden afectar su independencia o imparcialidad. Ningún
posible árbitro debe proponer activamente su designación.

 Antes de aceptar una designación, el posible árbitro debe estar convencido


que podrá ajustar su actuar a los principios que informan el presente
Código. El posible árbitro debe rechazar su designación si tuviera dudas
justificadas acerca de su imparcialidad e independencia.

3.2. CON MOTIVO DE ACEPTAR EL CARGO COMO ÁRBITRO

Al dar a conocer su aceptación a las partes, a sus co árbitros y/o a la institución


arbitral, según corresponda, el árbitro deberá declarar los hechos o
circunstancias que puedan originar dudas justificadas respecto de su
imparcialidad o independencia, según lo establecido en el artículo 5° del presente
Código.

3.3. DURANTE EL EJERCICIO DEL CARGO COMO ÁRBITRO

Asimismo, durante el ejercicio de sus funciones, los árbitros deben actuar con
imparcialidad e independencia.

 Una vez aceptado el encargo, los árbitros deben ejercer sus funciones
hasta concluirlas, evitando renunciar por circunstancias que no
constituyan razones atendibles para seguir a cargo del arbitraje. Cuando
ello ocurra, deben devolver la documentación presentada por las partes
que tengan en su poder, teniendo en consideración el principio de
confidencialidad.

 Durante el ejercicio de sus funciones, los árbitros deben procurar,


razonablemente, impedir acciones dilatorias, de mala fe o de similar
índole, de las partes o de cualquier otra persona que participe directa o
indirectamente en el arbitraje, de destinadas a retardar o dificultar su
normal desarrollo.

18
 Los árbitros deben tratar a las partes y demás partícipes del arbitraje con
respeto, así como exigir de éstos el mismo trato para ellos y para los
demás intervinientes en el arbitraje.

 Los árbitros no deben utilizar, en su propio beneficio o de un tercero, la


Información que, en el ejercicio de sus funciones, hayan obtenido en un
arbitraje.

 Durante el ejercicio de sus funciones, los árbitros deben evitar discutir


sobre la materia sometida a arbitraje con ninguna de las partes, sus
representantes, abogados y/o asesores, salvo en las actuaciones
arbitrales. Igualmente, no deben informar a ninguna de las partes, de
manera anticipada, las decisiones que puedan emitir o hayan sido
emitidas en el ejercicio regular de sus funciones.

 Ningún árbitro debe, directa o indirectamente, aceptar favores o


atenciones de alguna de las partes, sus representantes, abogados y/o
asesores.

 El árbitro que se aparta del arbitraje sea por renuncia al cargo,


recusación fundada, remoción o cualquier otro motivo regulado en la
directiva correspondiente, debe devolver los honorarios abonados a su
favor en el porcentaje que determine el órgano competente.

Los preceptos antes referidos constituyen reglas generales de conducta para los
árbitros. No son limitativos ni excluyentes de otros previstos en la legislación
sobre contratación pública y otra interpretar en función de los principios que
informan este Código y de aquellos que fomenten el ejercicio legal, legítimo y
eficiente de la función arbitral. El contenido de estas reglas de conducta podrá
ser complementado, de acuerdo con el uso y práctica en materia arbitral.

19
4. REVELACIÓN DEL ÁRBITRO Y CONFLICTOS DE INTERÉS

4.1. ACEPTACIÓN DEL CARGO Y DEBER DE REVELACIÓN

 La persona que considera que cuenta con la capacidad, competencia y


disponibilidad de tiempo suficiente, y que carece de circunstancias que
originen dudas justificadas acerca de su imparcialidad e independencia,
procederá a aceptar, por escrito, el cargo de árbitro que le ha sido
encomendado, cumpliendo en ese mismo acto con su deber de
declaración.

 La persona que tenga conocimiento de alguna circunstancia que


razonablemente afecte o pueda afectar su imparcialidad e independencia
debe rechazar su designación como árbitro. Igualmente, si asumido el
cargo, toma conocimiento de tales hechos, deberá renunciar, explicando
los motivos que ameritan tal decisión.

 El árbitro deberá revelar por escrito todos los hechos o circunstancias que,
desde el punto de vista de las partes, puedan originar dudas justificadas
respecto de su imparcialidad o independencia. A tal efecto, al momento de
aceptar el cargo, debe suscribir una declaración jurada, tomando en
cuenta el modelo del Anexo Nº 01 del presente Código. Dicho modelo
tiene un carácter referencial. La citada declaración se pondrá en
conocimiento de las partes para que, en un plazo no mayor de cinco días
hábiles de conocida, de ser el caso, manifiesten lo que consideren
conveniente a su derecho.

 Previamente a la declaración, el posible árbitro debe realizar una labor de


verificación razonable para identificar potenciales conflictos de interés, con
la diligencia ordinaria. La omisión de revelar tales circunstancias no puede
ser excusada con la ignorancia de su existencia, cuando el árbitro no haya
hecho el esfuerzo, dentro del marco de lo razonable, por averiguar la
presencia de tales hechos.

20
 El deber de declaración no se agota con la revelación hecha por el árbitro
al momento de aceptar el cargo, sino que permanece durante todo el
arbitraje.

 En caso de duda sobre revelar determinada circunstancia, el posible


árbitro o el árbitro, según el caso, deberá optar por la revelación.

 Las partes pueden solicitar, en cualquier momento del arbitraje,


aclaraciones, precisiones o ampliaciones, respecto de los hechos o
circunstancias declarados por el árbitro.

4.2. CONFLICTOS DE INTERÉS Y SUPUESTOS DE REVELACIÓN

 El conflicto de interés constituye aquella situación o circunstancia que


afecta o puede afectar seriamente la independencia o imparcialidad del
árbitro en relación a un proceso arbitral, por cuya razón, corresponde que
se aparte del arbitraje, sin perjuicio de que las partes puedan cuestionar
legítimamente su designación o su continuidad en el cargo.

 Aquellas situaciones que no evidencien conflictos de interés pero que


potencialmente pueden generar en las partes alguna duda razonable
sobre la actuación independiente e imparcial de un árbitro, obligan
necesariamente a su revelación. El hecho que el árbitro cumpla con
revelar tales circunstancias no conlleva necesariamente a su
descalificación automática. La finalidad es que las partes tengan la
posibilidad de realizar averiguaciones adicionales, formular una
recusación contra el árbitro si cuenta con sustento para ello o
simplemente no objetar su designación si consideran que no existen
motivos fundados.

 Los literales a) y b) del artículo 216 del Reglamento de la Ley de


Contrataciones del Estado han previsto supuestos de hecho que un
árbitro se encuentra obligado a revelar y cuyo incumplimiento configura
infracción sancionable.

21
Sin perjuicio de lo indicado, un árbitro debe ponderar la revelación de
cualquiera de las siguientes circunstancias:

A. Si tiene algún interés, presente o futuro, vinculado a la materia


controvertida o si adquiere o pudiese adquirir algún beneficio directo
o indirecto de cualquier índole respecto al resultado o la tramitación
del arbitraje.
B. Si ha mantenido o mantiene alguna relación relevante de carácter
personal, profesional, comercial o de dependencia con las partes,
sus representantes, abogados, asesores y/o con los otros árbitros,
que pudiera afectar su desempeño en el arbitraje de conformidad
con lo establecido en este Código.
C. Si es o ha sido representante, abogado, asesor y/o funcionario o ha
mantenido algún vínculo contractual con alguna de las partes, sus
representantes, abogados, asesores y/o con los otros árbitros en los
últimos cinco años.
D. Si ha mantenido o mantiene conflictos, procesos o procedimientos
con alguna de las partes, sus representantes, abogados, asesores
y/o con los otros árbitros.
E. Si ha sido designado por alguna de las partes en otro arbitraje, o si
las ha asesorado o representado en cualquiera de sus modalidades.
F. Si existe cualquier otro hecho o circunstancia significativos, que
pudiera dar lugar a duda justificada respecto a su independencia.

 La omisión de cumplir el deber de revelación por parte del árbitro, dará la


apariencia de parcialidad, sirviendo de base para separar al árbitro del
proceso y/o de ser el caso para la tramitación de la sanción respectiva.

 Con la finalidad de orientar a la comunidad arbitral, el OSCE podrá


elaborar instructivos sobre la aplicación práctica de conflictos de interés.

22
5. EL CONSEJO DE ÉTICA Y LA SECRETARÍA TÉCNICA
5.1. FUNCIÓN DEL CONSEJO DE ÉTICA

 El Consejo de Ética tiene la función de aplicar y hacer cumplir el presente


Código, y dispone para ello de todas las facultades necesarias. En
particular, el Consejo de Ética se encarga de determinar la comisión de
infracciones y de imponer las sanciones respectivas. En sus funciones es
asistido por su Secretaría Técnica, a cargo de la Dirección de Arbitraje del
OSCE (en adelante, DA) en la persona de su Director.

 El Consejo de Ética, para el ejercicio de sus funciones, goza de autonomía


funcional respecto del OSCE, de las Entidades que designaron a sus
consejeros y de cualquier otra autoridad.

5.2. COMPOSICIÓN
El Consejo de Ética está conformado por tres (3) miembros, uno en calidad de
Presidente y los otros dos en calidad de consejeros. El cargo de miembro del
Consejo de Ética es honorario y tiene una duración de dos (2) años, renovable
sólo por un periodo adicional.

5.3. DESIGNACIÓN DE LOS MIEMBROS DEL CONSEJO DE ÉTICA


Los miembros del Consejo de Ética son designados por los Titulares de Pliego
de las siguientes instituciones:

I. Un (1) Titular y un (1) suplente por la Presidencia del Consejo de


Ministros.
II. Un (1) Titular y un (1) suplente por el Ministerio de Economía y
Finanzas.
III. Un (1) Titular y un (1) suplente por el Ministerio de Justicia y Derechos
Humanos.

Los integrantes del Consejo de Ética eligen de su seno al Presidente en la


primera sesión correspondiente a cada período.

23
Los consejeros suplentes ejercen sus funciones para reemplazar a uno o más
consejeros titulares cuando éstos no puedan intervenir por causa de abstención,
licencia o impedimento. Serán convocados por la Secretaría Técnica del Consejo.

5.4. REQUISITOS

 Los integrantes del Consejo de Ética deben ser abogados y tener una
experiencia no menor a veinte (20) años en el ejercicio profesional
contados a partir de la obtención del Título Profesional, de los cuales no
menos de diez (10) deberán ser en materia arbitral o en la atención de
otros medios alternativos de solución de controversias. No pueden ser
nombrados quienes se hayan desempeñado como procuradores públicos,
hasta diez (10) años posteriores al cese en dicha función.

 En todos los casos, debe tratarse de personas de reconocida solvencia


ética y profesional.

5.5. ATRIBUCIONES DEL CONSEJO DE ÉTICA


Corresponde al Consejo de Ética asegurar la aplicación y cumplimiento del
presente Código. A tal efecto, tiene las siguientes facultades y atribuciones:

A. Determinar la comisión de infracciones.


B. Imponer las sanciones de amonestación, suspensión e inhabilitación
permanente.
C. Proponer al Consejo Directivo del OSCE todas las modificaciones que
estimen necesarias efectuar al Código.
D. Desempeñar cualquier otra función que sea necesaria para la correcta
y debida aplicación del Código.

5.6. ATRIBUCIONES DEL PRESIDENTE DEL CONSEJO DE ÉTICA


Son atribuciones del Presidente del Consejo de Ética:

1. Convocar y presidir las sesiones del Consejo.

24
2. Suscribir las resoluciones y comunicaciones aprobadas en nombre del
Consejo, o delegar esta función en la Secretaría Técnica.
3. Representar institucionalmente al Consejo de Ética ante cualquier
autoridad, pública o privada, nacional o extranjera.
4. Las demás inherentes a su cargo. En los casos de impedimento,
abstención o renuncia del Presidente será reemplazado por el
consejero de mayor edad.

5.7. SESIONES Y SEDE


El Consejo de Ética sesiona en el lugar, día y hora que el Presidente determine,
preferentemente en la sede institucional del OSCE, ubicada en la ciudad de
Lima. A las sesiones asisten los consejeros y el Director de la DA, en su calidad
de Secretario Técnico, quien podrá acudir acompañado de uno o más
funcionarios de la DA. Excepcionalmente, el Presidente del Consejo de Ética o
quien haga sus veces, podrá invitar a otras personas a asistir a dichas sesiones,
quienes deberán respetar su carácter confidencial.

5.8. QUÓRUM Y MAYORÍAS


Se requiere la asistencia de dos (2) miembros del Consejo de Ética para que
exista quórum. Las decisiones se toman por mayoría simple de votos de los
presentes en la sesión. En caso de empate, el miembro del Consejo que ejerce
la Presidencia tiene voto dirimente. Todos los consejeros deben pronunciarse,
salvo que les afecte alguna causal que motive su inhibición.

5.9. ACTAS
Las sesiones del Consejo de Ética constan en un Libro de Actas, legalizado
ante Notario Público, que lleva la Secretaría Técnica. Las actas son firmadas
por los consejeros concurrentes.

5.10. CONFIDENCIALIDAD

 Las sesiones y actividades de Consejo de Ética tienen carácter


confidencial, lo que debe ser respetado por todas las personas que
participen en ella, a cualquier título.

25
 A las sesiones asisten los consejeros y el Director de la DA, en su calidad
de Secretario Técnico, quien podrá acudir acompañado de uno o más
funcionarios de la DA. Excepcionalmente, el Presidente del Consejo de
Ética o quien haga sus veces, podrá invitar a otras personas a asistir a
dichas sesiones, quienes deberán respetar su carácter confidencial.

5.11. INCOMPATIBILIDAD, IMPEDIMENTOS Y RESPONSABILIDADES

Los miembros del Consejo de Ética, mientras ejerzan dicho cargo, no podrán
intervenir como árbitros en arbitrajes en contratación pública. No cabe dispensa
de las partes. Los miembros del Consejo de Ética se encuentran obligados al
cumplimiento de las disposiciones señaladas en el presente Código de Ética, de
no hacerlo, los Sectores que efectuaron su designación, procederán con su
remoción y de ser el caso, dispondrán las acciones para determinar las
responsabilidades a que hubiera lugar.

Se encuentran impedidos para ser miembros del Consejo de Ética:


I. El Presidente y los Vicepresidentes de la República, los Congresistas, los
Ministros de Estado, los Titulares miembros del órgano colegiado de los
organismos constitucionalmente autónomos.
II. Los Magistrados, con excepción de los Jueces de Paz.
III. Los Fiscales y los Ejecutores Coactivos.
IV. Los Procuradores Públicos y el personal que trabaje en las procuradurías,
o de las unidades orgánicas que hagan sus veces, cualquiera sea el
vínculo laboral.
V. El Contralor General de la República y el Vice Contralor.
VI. Los Titulares de instituciones o de organismos públicos del poder
ejecutivo.
VII. Los gobernadores regionales y los alcaldes.
VIII. Los directores de las empresas del Estado.
IX. El personal militar y policial en situación de actividad.
X. Los funcionarios y servidores públicos, cualquiera sea el vínculo laboral.
XI. Los sometidos a proceso concursal.

26
XII. Los que hayan sido objeto de cualquier tipo de sanción por el Consejo de
Ética como consecuencia del ejercicio de la función arbitral.
XIII. Los sancionados por los respectivos colegios profesionales o entes
administrativos, en tanto estén vigentes dichas sanciones.
XIV. Los sancionados con condena que lleve aparejada la inhabilitación para
ejercer la profesión, en tanto esté vigente dicha sanción.
XV. Los sancionados por delito doloso, en tanto esté vigente dicha sanción.

5.12. ABSTENCIÓN

Cuando un consejero esté afectado por alguna causal de abstención respecto de


un caso en trámite ante el Consejo de Ética, debe manifestarlo por escrito a la
Secretaría Técnica, desde que tenga conocimiento de tal situación.

Dicho consejero deberá abstenerse de toda participación en los debates o en la


toma de decisiones del Consejo de Ética relacionados con el mencionado caso y
deberá ausentarse de la sala mientras se conoce de él.

Cada uno de los miembros del Consejo de Ética, debe abstenerse de participar
en los asuntos cuya competencia le esté atribuida, en los siguientes casos:
1) Si es pariente dentro del cuarto grado de consanguinidad o segundo de
afinidad, con cualquiera de los árbitros denunciados por infracción del
Código de Ética o la parte denunciante, o con sus representantes,
mandatarios, con los administradores de sus empresas, o con quienes les
2) Si antes de su designación hubiere tenido algún tipo de intervención, sea
como asesor, perito o testigo en el caso propuesto a su conocimiento o si
previamente ha manifestado su parecer sobre el mismo, de modo que
pudiera entenderse que se ha pronunciado sobre el asunto.
3) Si personalmente, o bien su cónyuge o algún pariente dentro del cuarto
grado de consanguinidad o segundo de afinidad, tuviere interés en el
asunto de que se trate o en otra semejante, cuya resolución pueda influir
en la situación de aquél.
4) Cuando tuviere amistad íntima, enemistad manifiesta o conflicto de
intereses objetivo con cualquiera de los árbitros denunciados por infracción

27
al presente Código o con la parte denunciante, que se hagan patentes
mediante actitudes o hechos evidentes en el procedimiento.
5) Cuando tuviere o hubiese tenido en los últimos dos años, relación de
servicio o de subordinación con cualquiera de los árbitros denunciados por
infracción al presente Código, la parte denunciante o terceros directamente
interesados en el asunto, o si tuviera en proyecto una concertación de
negocios con la parte denunciante o el árbitro denunciado, aun cuando no
se concrete posteriormente.

5.13. FUNCIÓN DE LA SECRETARÍA TÉCNICA DEL CONSEJO


La Secretaría Técnica, a cargo de la DA, es el órgano de apoyo del Consejo de
Ética, y está encargada del cumplimiento de los acuerdos adoptados por el
Consejo, así como de la organización administrativa que involucra al citado
colegiado, entre ellas, el registro de la información de las denuncias declaradas
fundadas en el Registro Nacional de Árbitros (RNA).

5.14. ATRIBUCIONES Y RESPONSABILIDADES DE LA SECRETARÍA


TÉCNICA
Son funciones y atribuciones de la Secretaría Técnica:
a. Actuar como secretario del Consejo de Ética. En tal función participará en
todas las sesiones, con derecho a voz, pero sin voto.
b. Calificar y admitir las denuncias; darles curso, presentarlas a
consideración del Consejo de Ética, o archivarlas de conformidad con el
presente Código.
c. Recibir todos los escritos y documentos dirigidos al Consejo de Ética, así
como conservar y custodiar los expedientes.
d. Disponer y brindar los recursos humanos y materiales adecuados para la
eficiente tramitación de los casos a cargo del Consejo de Ética, así como
supervisar su adecuado desarrollo.
e. Llevar actualizado el Registro de Infractores respecto de las denuncias
declaradas fundadas, e incluir esta información en el Registro Nacional de
Árbitros.
f. Llevar y custodiar el Libro de Actas del Consejo de Ética.

28
g. Expedir constancias y certificaciones concernientes a las actuaciones
relativas a los casos a cargo del Consejo de Ética; así como copias
certificadas del expediente o de partes de él.
h. Ejercer las demás atribuciones que le asigne el Consejo de Ética,
adicionales a las establecidas en el presente Código, o que sean
inherentes a su cargo.

6. PROCEDIMIENTO SANCIONADOR
Para verificar las infracciones que pudieran haberse cometido a los deberes
previstos en el presente Código, y la imposición de las sanciones respectivas, se
deberá seguir el siguiente procedimiento:

a. Toda persona que tenga conocimiento de la presunta comisión de alguna


de las infracciones señaladas en el artículo 216 del Reglamento de la Ley
de Contrataciones del Estado, podrá formular denuncia ante la Secretaría
Técnica del Consejo.
b. La denuncia debe identificar al presunto infractor y detallar los hechos
constitutivos de las infracciones supuestamente cometidas, acompañando
los medios probatorios pertinentes, de ser el caso. De carecer de alguno
de los elementos anteriores, la Secretaría Técnica del Consejo debe
requerir la subsanación respectiva, la que deberá efectuarse en un plazo
no mayor de cinco días hábiles contados a partir de la notificación del
requerimiento de subsanación, bajo apercibimiento de archivo del trámite.
c. La Secretaría Técnica del Consejo dispone la notificación del escrito de
denuncia al denunciado, y le otorga un plazo de cinco días hábiles para
que formule los descargos que considere pertinentes y ofrezca los medios
probatorios que sustenten sus afirmaciones.
d. Con o sin respuesta del denunciado, la Secretaría Técnica del Consejo
remite todos los actuados al Consejo de Ética para que evalúe y resuelva
sobre la comisión de una infracción y la aplicación de las sanciones
respectivas, de ser el caso.
e. El Consejo de Ética puede, de oficio o a pedido de parte, disponer la
realización de una audiencia privada previa a su pronunciamiento, con la

29
presencia del denunciante y del denunciado para que presenten sus
posiciones.
f. La resolución emitida por el Consejo de Ética es definitiva.

6.1. INFRACCIONES
Constituyen supuestos de infracción sancionable por el Consejo de Ética los
siguientes:

A. RESPECTO AL PRINCIPIO DE INDEPENDENCIA: El incumplimiento o


inobservancia del deber de revelar al momento de su aceptación al cargo o
de modo sobreviniente, sobre la configuración, en los últimos cinco (5)
años, de uno o más de los siguientes supuestos:

 Existencia de identidad entre una de las partes y el árbitro, o el


árbitro es el representante legal de una parte en el arbitraje.
 El árbitro es o ha sido gerente, administrador, directivo o funcionario
o ejerce un control similar sobre una de las partes en el arbitraje o
sobre su filial, dependencia o similar.
 El árbitro tiene o ha tenido un interés económico en una de las
partes o en el resultado del arbitraje.
 El árbitro, directamente o a través de una persona jurídica, asesora
o ha asesorado con regularidad a una de las partes o a su filial,
dependencia, sucursal o similar.
 El árbitro emitió dictamen, informe u opinión respecto de la
controversia a instancia de alguna de las partes.
 El árbitro es o ha sido socio de una de las partes o de una filial,
dependencia, sucursal o similar de una de las partes.
 El árbitro intervino en el asunto controvertido materia del arbitraje.
 Tanto el árbitro como el abogado, representante o asesor de una de
las partes prestan o han prestado servicios en un mismo estudio de
abogados o empresa, sus filiales o sucursales.
 Un pariente del árbitro, hasta el tercer grado de consanguinidad o
segundo grado de afinidad, cónyuge o concubino (a), tiene o ha

30
tenido un interés económico directo en el resultado de la
controversia.
 El árbitro, de forma directa o indirecta, representa o asesora al
representante o abogado de una de las partes, o lo ha hecho en los
últimos cinco años.
 El árbitro, su cónyuge o concubino (a) tiene o ha tenido vínculo de
parentesco, hasta el tercer grado de consanguinidad o segundo
grado de afinidad, con una de las partes o sus socios.
 El estudio de abogados o empresa del árbitro o en el que presta o
ha prestado servicios tiene o tuvo una relación comercial con una
de las partes o una filial, dependencia, sucursal o similar de ésta.
En el caso que una parte sea un consorcio, este deber se extiende
a las personas que lo conforman.

B. RESPECTO AL PRINCIPIO DE IMPARCIALIDAD


Constituye supuesto de infracción a este principio el incumplimiento o
inobservancia del siguiente deber ético:
 Revelar al momento de su aceptación al cargo o de modo
sobreviniente, todo hecho o circunstancia que pudiese generar a las
partes dudas justificadas sobre su imparcialidad.

C. Respecto al Principio de Transparencia


Son supuestos de infracción a este principio el incumplimiento o inobservancia
de los siguientes deberes éticos:
 Cumplir con registrar el laudo en el SEACE de forma íntegra y fidedigna,
así como sus integraciones, exclusiones, interpretaciones y rectificaciones,
en los casos que corresponda.
 Remitir la información y/o documentación que el OSCE le requiera,
siempre contrataciones del Estado en que se desempeñan como árbitros a
partir de la entrada en vigencia de la Ley.

D. RESPECTO AL PRINCIPIO DE DEBIDA CONDUCTA PROCEDIMENTAL


Son supuestos de infracción a este principio el incumplimiento o inobservancia
de los siguientes deberes éticos:

31
I. Evitar utilizar, en beneficio propio o de un tercero, la información que,
en el ejercicio de sus funciones, haya obtenido de un arbitraje, salvo
para fines académicos.
II. Abstenerse de agredir física o verbalmente a las partes, abogados,
representantes y/o asesores involucrados en el proceso arbitral.
III. Abstenerse de sostener reuniones o comunicación, con ninguna de la
parte, sus abogados, representantes y/o asesores. Reviste especial
gravedad que la reunión o comunicación sea utilizada para informar,
de manera anticipada, sobre las deliberaciones o las decisiones que
puedan emitirse o hayan sido emitidas en el ejercicio de la función
arbitral.
IV. Custodiar los expedientes arbitrales y garantizar su integridad
conforme las normas aplicables.
V. Incurrir, sin que exista causa justificada, en una paralización
irrazonable del proceso arbitral.
VI. Verificar que el secretario arbitral que se designe cuente con
inscripción vigente en el RNSA.
Lo expuesto no desconoce la potestad de las instituciones arbitrales de sancionar
otras conductas no descritas en el artículo precedente que a su juicio y conforme
a sus instrumentos normativos constituyan conductas no éticas.

6.2. SANCIONES
Las infracciones previstas en este Código trae como consecuencia, según la
gravedad de la falta, la imposición al responsable de una de las sanciones
siguientes:
I. Amonestación escrita.
II. Suspensión de su derecho para ejercer y ser elegido como árbitro,
hasta por cinco años de acuerdo con los alcances previstos en el
numeral 23.4 del presente artículo.
III. Inhabilitación permanente para ejercer y ser elegido en el cargo de
árbitro, de acuerdo con los alcances previstos en el numeral 23.4 del
presente artículo.

32
En el caso de árbitros integrantes del Registro Nacional de Árbitros del OSCE, la
sanción de suspensión o inhabilitación supone igualmente la suspensión o
exclusión de dicho Registro, respectivamente.

En el caso de árbitros que no cumplieron con inscribirse en el Registro Nacional


de Árbitros del OSCE, la sanción de suspensión o inhabilitación supondrá
igualmente su imposibilidad de registrarse, de manera temporal o definitiva,
según el caso, en el Registro Nacional de Árbitros y en el Registro Nacional de
Secretarios Arbitrales. Las personas sancionadas con suspensión o inhabilitación
por infracción a este Código no podrán intervenir, temporal o definitivamente,
según el caso, y bajo ninguna circunstancia, como árbitros en los arbitrajes
administrados por el OSCE, así como en los arbitrajes ad hoc e institucionales en
materia de contrataciones con el Estado. En este último caso, las partes cuidarán
que los árbitros designados no se encuentren suspendidos o inhabilitados; caso
contrario, deberán sustituir al árbitro en cuestión.

6.3. CRITERIOS PARA LA GRADUACIÓN DE LAS SANCIONES


Para graduar las sanciones referidas en el artículo precedente, el Consejo de
Ética debe tener en consideración, entre otros, criterios tales como la naturaleza
de la infracción, la intencionalidad del infractor, la reiteración de la conducta, los
motivos determinantes del comportamiento, la reincidencia o reiteración de la
conducta, el impacto de la conducta en el arbitraje y el daño causado. También
deberá considerarse la conducta del infractor durante el procedimiento de
determinación de la infracción ética, así como el reconocimiento de la infracción
cometida antes que la misma sea declarada.

6.4. PUBLICIDAD
 Las resoluciones del Consejo de Ética que se pronuncien sobre las
denuncias por infracciones al presente Código, deben ser publicadas en el
portal web del OSCE.

 Las denuncias declaradas fundadas, tanto por las instituciones arbitrales


como por el Consejo de Ética son registradas en la base de datos del

33
RNA. Las instituciones arbitrales deben remitir dicha información al OSCE
dentro de los quince (15) días hábiles posteriores a su emisión.

 La Secretaría Técnica del Consejo llevará un Registro de Infractores,


debidamente actualizado, el cual estará a disposición de las partes en los
arbitrajes a los que se aplica el presente Código y, en general, de
cualquier interesado en el portal web del OSCE. Publicada en el Registro
de Infractores, en particular al momento de designar a sus respectivos
árbitros, con la finalidad de evitar la designación de personas suspendidas
o inhabilitadas por el Consejo de Ética para el ejercicio de la función
arbitral, bajo responsabilidad.

34
CONCLUCIÓN

El proceso de globalización ha dado lugar a un nuevo ordenamiento mundial en


el que los patrones culturales, políticos, económicos, sociales han sido
modificados radicalmente y a una velocidad inusitada, en un proceso que sigue
aún. Incluso hay quienes sostienen que el actual sistema-mundo está iniciando
su bifurcación y esto implicaría que está llegando a su fin.

Las ideologías políticas han dejado su lugar a políticas pragmáticas que van
atenuando las diferencias entre posturas y bloques antes distinguibles y hasta
opuestos. El consumo -sería mejor decir el consumismo- marca el ritmo del
desarrollo de estas sociedades. Hoy la mayor parte de aspectos de la vida social
han sido influidos y hasta determinados por ese patrón de consumo y ya no
ostentan su vocación de permanencia, sino que más bien afirman su naturaleza
perecible, desechable, con lo que se ha llegado a hablar de la sociedad actual
como una "sociedad de despilfarro". Los valores que las diferentes sociedades
propugnaban -en muchos casos como sustento de sus órdenes sociales- se han
debilitado y empiezan incluso a extinguirse y son sustituidos por una suerte de
ética de la sociedad de consumo global. En este contexto, incluso la ética que
regulaba los comportamientos de las personas se ha ido desechando y se ha
llegado a extremos tales como el de afirmar que la única ética posible es la de
una suerte de "selección natural social".

En efecto, no en pocos casos se ha advertido que los laudos contienen


decisiones que no cumplen con resolver de manera certera y clara las
controversias puestas a conocimiento del Tribunal Arbitral, lo cual impide que
sean exigibles todos y cada uno de sus extremos.

Esto debe llevar a reflexionar sobre la importancia del rol que desempeñan los
árbitros para resolver las controversias surgidas en la etapa de ejecución
contractual, la cual se ve reflejada en la emisión de la decisión final que es el
laudo.

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BIBLIOGRAFÍA

 DL. Nº 1071 Decreto Legislativo que norma el arbitraje

http://portal.osce.gob.pe/arbitraje/sites/default/files/Documentos/Legislaci

on_aplicable/DL-1071-ley-que-norma-el-arbitraje.pdf

 Mitos y Quimeras: La Neutralidad en el Arbitraje

http://revistas.pucp.edu.pe/index.php/derechoysociedad/article/viewFile/1

7088/17379

 LEY Nº 26572 Ley General de Arbitraje

http://www.osce.gob.pe/consucode/userfiles/file/DDA%20-

%20NORMAS%20APLICABLES/LEY%20N%2026572%20-

%20LEY%20GENERAL%20DE%20ARBITRAJE%20_Derogada_.pdf

 REGLAMENTO DE ARBITROS Y CÓDIGO DE ÉTICA

http://camara-arequipa.org.pe/archivosweb/Codigo%20de%20Etica.pdf

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