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LA ONTOLOGÍA DE AGUSTÍN BASAVE

FERNÁNDEZ DEL VALLE

Andrea Torrijos Suárez*

Planteamiento del problema

Aunque desde sus inicios, por 1842, la Filosofía Latinoamericana se ha mantenido con un
inclinado interés por lo político y social, por lo ético y pedagógico, cada vez es más notorio
el camino de nuestro filosofar por disciplinas “menos prácticas” pero que exigen
igualmente un compromiso con nuestra realidad. La realidad latinoamericana, tan rica en
multiplicidad de aspectos y posibilidades, también ha llevado a un grupo de investigadores
a retomar la vieja y clásica pregunta de la metafísica con renovado interés y buscando
comprenderla desde este horizonte de comprensión que implica la geocultura desde la que
elaboramos nuestros interrogantes. Es por ello que autores como Alberto Wagner de Reyna,
Carlos Astrada, José Vasconcelos, Raúl Echauri y Rodolfo Kusch se presentan ahora como
pensadores que se han comprometido por investigar en filosofía una parte de la realidad
que va más allá de lo meramente cotidiano, práctico, y concreto de nuestras circunstancias,
aunque siempre partiendo de ellas y de nuestra historia, posibilitando señalar la pregunta
por el ser con un nuevo aire y desde una nueva mirada, a cuya tarea se une el filósofo
mexicano Agustín Basave Fernández del Valle, ya que entre sus obras nos contamos un
tratado de metafísica, que por desconocimiento de su existencia poco se le ha estudiado;
por ello acá nos preguntamos: ¿Cuáles son los fundamentos ontológicos en la obra
filosófica de Agustín Basave Fernández del Valle?, un pensador mexicano que también se
interesó por el problema del ser y que avanza una propuesta en la que la concepción
ontológica es principalmente una construcción de ser, es decir, es una concepción de ser
que se construye en aras de la perfección, y que en este caso en particular se fabrica de la
memoria del latinoamericano, intentando encontrar en ello el significado profundo de la
propia vida.

Buscar la comprensión de los fundamentos ontológicos en la obra de Agustín Basave hace


parte de la labor filosófica latinoamericana, en primera instancia por ser una interpretación
auténtica de esta parte del continente que muestra la continua preocupación por el ser, y en
un segundo momento porque presenta una oportunidad para conocer una realidad que
engloba la existencia de este filósofo mexicano y enriquecer el horizonte de las propuestas
ontológicas latinoamericanas. Éste es un aporte enriquecedor para las investigaciones de
ontología, que por falta de estudio se ha considerado un campo sin aportes ni resultados en
América Latina; entonces contribuir a la filosofía con una interpretación que nazca desde
una propuesta como la de Basave, puede acercarnos de alguna manera al esclarecimiento
del problema clásico de la metafísica, que se ha mantenido vigente por más de veinticinco
siglos.

*
Estudiante de Maestría en Filosofía Latinoamericana de la Universidad Santo Tomás.

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Justificación

Agustín Basave Fernández del Valle es un pensador del cual es posible estudiar una
perspectiva ontológica, puesto que dentro de su panorama filosófico encontramos, al igual
que Rodolfo Kusch, José Vasconcelos y Juan Cepeda, una preocupación por aprender lo
ontológico en términos latinoamericanos, que lejos de separarse de la ideas que hasta el
momento se conoce, busca dar una mayor claridad de “lo que es” y desde allí hallar una
respuesta a la pregunta por el ser, pues como otros pensadores, Basave fundamenta sus
hipótesis metafísicas desde una particular categoría que en este caso se entiende en
términos de la “habencia”.

Además, hay que demarcar que como joven investigadora interesada en la ontología en
Latinoamérica, indagar en un autor que ha sido casi nada estudiado por su poca recepción
académica, como ocurre con este autor, es necesario realizar una investigación pertinente
que permita contribuir al quehacer filosófico en el campo de la ontología latinoamericana,
aparte de ser una buena oportunidad para incursionar en una perspectiva novedosa producto
del trabajo riguroso de este filósofo mexicano.

Finalmente, con el fin de favorecer las investigaciones sobre ontología en América Latina,
resulta oportuno contribuír a la investigación que avanzan grupos como Tlamatinime y
SEMEyON, que liderados desde la Universidad Santo Tomás, se preocupan por
comprender el problema del ser desde la geocultura latinoamericana. Los aportes que se
hallen desde la obra filosófica de Agustín Basave enriquecerán los resultados de
investigación que en esta línea dichos equipos de trabajo vienen avanzando.

Objetivo general

Analizar el pensamiento de Agustín Basave del Valle, expuesto en su obra filosófica, para
identificar y exponer sus fundamentos ontológicos.

Objetivos específicos

 Realizar una revisión bibliográfica de las obras filosóficas del pensador Agustín
Basave Fernández del Valle, buscando obtener un panorama global del pensamiento
que él expone.

 Identificar en la filosofía de Agustín Basave Fernández del Valle los aspectos


ontológicos que se evidencian en sus obras, en conjunto con sus hipótesis y su
concepción de ser.

 Formular de manera clara y concisa los aportes ontológicos que el mexicano


Agustín Basave Fernández del Valle ofrece en su obra filosófica, argumentando su
posición en el campo de la metafísica.

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Antecedentes/Estado de la cuestión

En 1990 El Colombiano, un grupo editorial multiplataforma con más de 100 años de


existencia, imprime un artículo titulado Agustín Basave y la filosofía desde América,
exponiendo la evidente realidad que ha abrazado a este continente desde la llegada de los
españoles con una fuerte recepción cultural y social, enajenándonos de nuestra realidad más
próxima y haciéndonos partícipes de un mundo impuesto por ellos cargado de
conocimientos y pensamientos nuevos, desde ése momento ya se empieza a instaurar las
bases transmitidas por la Helenidad, la Cristiandad y la Romanidad, que en conjunto con
grandes corrientes del pensamiento filosófico contemporáneo, nos han llevado a pensar
acerca de la posibilidad de una filosofía latinoamericana. Por supuesto hay distintos
postulados que descalifican un pensamiento como este que está fuera de los límites de una
región tercermundista como la nuestra, pero hay teorías y escritos mismos que comprueban
lo contrario. Sin embargo durante un tiempo se fue haciendo, lo que Leopoldo Zea
denominaría “filosofía sin más”. Sin embarga hoy se puede evidenciar el amplio horizonte
de nuestros pueblos, en donde se ha hecho un esfuerzo filosófico por comprender la
realidad que se nos aparece, por ello

Lo autóctono no ha sido en la mayoría de los casos de creación filosófica, una


limítate para la búsqueda y la expresión de la autonomía. Insertada en una tradición
de rango europeo ha habido creaciones originales de pensadores iberoamericanos;
es esto lo que nos muestra la universalidad del pensamiento filosófico y, en los
casos de algunos de sus pensadores, se puede ver claramente que no se trata de la
simple repetición de filosofías ya elaboradas , o que el hecho de moverse dentro del
ámbito del pensamiento occidental, se puede afirmar que se trata de filosofías
elaboradas intelectualmente y alejadas de la realidad circundante, pues, en el
talante más contemporáneo de la filosofía, se encuentran los temas y problemas que
han sido los más universales y que, por ende, atañen a todo autentico pensador que
se enfrente con ellos (Botero, 1990, 14).

Muestra de ello es el trabajo realizado por autores como Agustín Basave Fernandes del
Valle, que como representante mexicano ha resultado ser un exponente político y filosófico
para la sociedad del siglo XX, que además de destacarse por su gran preocupación social,
demuestra un sentido de pertenencia a su cultura y sus costumbres, que indiferente al hecho
de haber sido implantadas desde la época del nuevo mundo, son tomadas como aquella
realidad próxima con la que hay que enfrentarnos en términos propios, rescatando lo
valioso de la cultura y las costumbres españolas, en donde, mucho antes de colocar en tela
de juicio lo ocurrido hace ya cinco siglos, lo que se ha procurado es construir ideas propias
que logren captar la esencia de un continente como el nuestro, por ello no es de más que en
los terrenos de la ciencia del Derecho, el profesor Luis Recasens Siches lo incluyera con un
extenso comentario a su obra y pensamiento:

Panorama del Pensamiento Jurídico del Siglo XX”. De él afirmó en otra ocasión el
profesor Recasens: “porque es un hecho, que es imperativo subrayar, que Basave,
ya a mediados del cuarto decenio de su vida, ha probado ser una de las cabezas
jóvenes mayor dotadas para la filosofía en el hemisferio occidental y su fama ha

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rebasado los límites americanos para hallar eco en Europa, hasta el hecho de que
alguno de sus libros ha sido ya traducido al alemán. Basave ha producido en el
campo de la filosofía de la vida humana, una nueva antropología filosófica con raíz
cristiana y a la vez muy en la corriente del siglo XX. Ha trabajado además, muy
logradamente en la Teoría General del Estado y la filosofía política. Ha explorado
críticamente las varias aportaciones de las corrientes existencialistas y afines… Sus
contribuciones a los congresos internacionales de filosofía han enaltecido a
México… Profundamente mexicano, reciamente hispánico, y con una visión
universal, desarrolla un pensamiento que revela su propia autenticidad sin
sofisticaciones (Recasens en Botero, 1990, 14).

Evidenciando el fuerte impacto que un pensador como éste pudo conseguir en América por
sus propios medios y desde su más próxima realidad. Sus trabajos y aportes filosóficos, han
sido de gran alcance en el campo de la política y la filosofía, como bien lo evidencia el
profesor Luis Recasens Siches y es por lo mismo que su participación y aporte ontológico
al pensamiento filosófico, no se debe dar por sentado, puesto que se trata de un pensador
que se ha considerado, como se puede ver en el diario El Colombiano, un representante de
la filosofía y el derecho, en donde podemos rescatar obras en torno a filósofos como
Unamuno, Ortega y Gasset, Max Sheler, Martin Heidegger, Peter Wust, Franz Kafka, José
Vasconcelos, entre otros tantos pensadores que demuestran su amplio bagaje histórico y
filosófico en el campo del pensamiento. Por ello no está demás que en el artículo
mencionado anteriormente William Botero Duque exalte el trabajo de Basave,
principalmente el de las obras de carácter ontológico, como uno de los más valiosos para la
historia del pensamiento de Latinoamérica.

Este diálogo detenido con el pensamiento de Occidente ha conducido a nuestro


filósofo iberoamericano al logro de una obra sistemática propia y que se fue
perfilando desde sus estudios acerca de la “Estructura y misión de la Universidad”,
su libro “Metafísica de la muerte” y especialmente su libro “Filosofía del hombre”,
el cual se ha llevado los mejores elogios en su producción, pues, en él se recoge el
nervio mismo de su pensamiento entero. Sergio Sarti, quien reseñará el libro en el
“Giornale di Metafísica” dijo de él: “Agustín Basave Fernández del Valle ha
logrado llegar aún joven a una notoriedad que sobrepasa los confines de la América
Latina con un bagaje de obras entre las cuales sobresale aquella Filosofía del
Hombre que tenemos el honor de reseñar. Basave ha querido en éste su último
trabajo, trazar en estilo apretado y vibrante el marco a los temas que hasta ahora ha
tratado y los resultados obtenidos”.

Pero su mejor logro sistemático lo hallamos en su “Tratado de Metafísica: Teoría


de la Habencia” en el cual, de una manera verdaderamente original, su auto a
legado a la tradición de la filosófica occidental una nueva visión de la metafísica
(Botero, 1990, 14-15)

Este último texto mencionado por William Botero, en conjunto con los demás presentan
temas netamente metafísicos, evidenciando lo importante de éste autor para la filosofía
latinoamericana y por lo mismo su participación en el presente trabajo, como un gran
exponente merecedor de estudio y dedicación en el horizonte ontológico. El cual ha

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mantenido una tradición filosófica que Aristóteles designa en términos de “filosofía
primera”, es decir, “la ciencia que se ocupa de lo primario y fundamental del pensar”
(Botero, 1990, 15). O como bien se sabe en la historia una filosofía primera que preguntaba
por el principio de todo lo que hay, que se tradujo finalmente en la pregunta por el “ser” y a
su vez en la pregunta por el ser del “ente”. Por lo mismo todo Occidente dedicó como tarea
de la metafísica, el estudio del ser del ente que, según como Botero lo expresa, en cierta
medida es en la actualidad la tarea a la que se han dedicado las ciencias en sus distintas
ramas, sumiendo a la metafísica en una crisis absoluta. Sin embargo a mediados del siglo
XIX se generaron algunos cambios intentando subsanar la crisis en la que se encontraba la
metafísica, pero que, aunque se presentaron como “sistemas de la totalidad del pensar”, a la
manera de ver de Botero no contribuyeron a la auténtica de la propia metafísica, por lo
cual, movimientos como el positivismo entre otras formas adoptadas en la época
terminaron disgregando la construcción de fundamental del pensar, abriendo paso a la
“filosofía materialista” y su sistema totalizante de realidad.

El siglo XX en cierto modo marco la culminación de todos estos sistemas, para dar inicio a
la restauración de la metafísica, por lo que empezamos a reconocer a autores con
pensamientos nuevos entre los cuales se destaca según Botero tres intentos por lograr una
comprensión de la metafísica, uno de ellos es el propuesto por Heidegger quien nos
propone un replanteamiento de la pregunta por el ser; además está el de Xavier Zubiri, que
nos propone una filosofía primera como pregunta por la realidad y finalmente la propuesta
de Basave y su teoría de la “habencia” que “no es la esencia, ni la unidad estructural de la
cosa, sino el modo primario de entrar en presentación dentro de contexto” (Basave, 2000,
63-64).

En síntesis, la metafísica como teoría de la Habencia, expuesta por el autor


iberoamericano resulta ser, pues, el último de los intentos de “restauración” de la
filosofía primera, tal como se entendió desde Aristóteles y la Escolástica Medioeval
y que, por la originalidad y actualidad de su planteamiento, abre nuevos horizontes
hacia la superación de la crisis del pensar, al tiempo que nos enorgullece que dicho
horizonte se abra, para el pensamiento todo de Occidente, desde Iberoamérica,
como el fruto más acabado hasta el momento del pensamiento filosófico en nuestro
continente (Botero, 1990, 15).

Pero ésta no es la única vez que se retoma su propuesta metafísica, pues, ya más cercanos a
la actualidad, nos encontramos con un artículo, que reconoce el valor del aporte ontológico
por parte de Basave, además de lo novedoso del mismo en la Revista de Investigación
Hallazgos No. 11, de los meses enero-junio del año 2009, en el cual en un artículo escrito
por Juan Cepeda H., magister en filosofía latinoamericana e investigador en ontología
latinoamericana, de la Universidad Santo Tomás, se retoma nuevamente las ideas del
pensador mexicano, confirmando el hecho de que Basave contribuye de una forma positiva,
en los avances filosóficos que ha logrado Latinoamérica en el campo de la ontología. En el
artículo se puede evidenciar que en Basave la percepción metafísica está y ha estado en
crisis desde hace bastante tiempo, pues ni Heidegger con su olvido del ser acierta en el
problema real.

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pues, según él, no ha habido filósofo que explique en qué consiste el ser, por lo que
se mantiene en trance de muerte; [por ello]se debe abandonar el problema del ser –
cuyo olvido anda en conjunto con el olvido de Dios–, para proponernos el estudio
de la habencia (Basave, 1982, pp. 45-58), con una metodología apropiada que no se
podrá reducir a meramente deductivo ni exclusivamente inductivo (Basave, 1982,
pp. 59-65) [en esta labor] (Cepeda, 2009, 63). Dedica dos capítulos a cuestiones
ontológicas generales: ser en concreto, ser en abstracto, ser subsistente, esencia y
existencia, las propiedades del ser, los predicamentos del ser [entre otras tantas
preocupaciones ontológicas] (Cepeda, 2009, 63).

Cepeda expone las preocupaciones que para el mexicano son el problema principal de la
metafísica, en donde, a diferencia de las concepciones pasadas, el ser es desplazado, por
Dios, convirtiéndose en el Ser Absoluto, que tanto menciona Basave en sus obras. Por lo
mismo su aporte ontológico no se detiene allí, ya que su propuesta de metafísica de la
habencia ha generado ecos en la sociedad, generando temas de mucho interés, en particular
el religioso cristiano, desde el cual está sustentada toda su lógica, en vista de que Basave
coloca a Dios como el generador de todo aquello que se encuentra dentro de la habencia, e
incluso lo que se alcanza a comprender, es gracias a que Dios o, como le llama él, el Ser
Absoluto, el cual sólo se puede entender en términos habenciales, es decir, hasta donde
nuestras capacidades nos lo permitan, es decir que el conocimiento en el ámbito de la
habencia es aquel que se presenta ante nosotros dentro de nuestras capacidades de entes-
humanos.

También para 1995, en la Universidad Autónoma de Nuevo León, en la Facultad de


filosofía y letras, en el programa de posgrados, nos encontramos con un trabajo de tesis
titulado Lenguaje e Inmortalidad en la Poesía de Rosario Castellanos, que Sergio
Alejandro Valdez del Bosque dedica a la exposición algunos temas metafísicos, con la
intención de sustentar su trabajo. Para ello en el primer capítulo de documento, en el cuarto
apartado, titulado Existencialista y Metafísica Cristiana, el autor se dedica a explicar, cómo
el hecho de ser conscientes de la muerte implica un sentido de salvación y por lo mismo
una aparente necesidad de trascender, esta necesidad de salvarse envuelve una angustia, la
cual el autor explica desde Agustín Basave quien utiliza este elemento para dar cierto
sentido a la vida misma y el conocimiento de la muerte.

La angustia existencial proviene, de acuerdo con Agustín Basave, del saber que la
existencia está amenazada por la muerte, la cual conduce al hombre a la nada. Ante
esta actitud, la metafísica cristiana propone el conocimiento amoroso de Dios para
redimir al hombre de su angustia (Valdez, 1995, 32).

Finalmente, como se puede evidenciar, nuestro pensador Basave, había encaminado su


inclinación religiosa al sustento de su idea metafísica, pues en la habencia es en donde el
hombre encuentra la posibilidad de salvarse, ya que es allí en donde Dios se le presenta al
ente a manera de angustia disgregada, disuelta en la idea de una salvación de la nada,
después de la muerte. Por tal razón, para Basave el gran problema de la metafísica, no es el

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olvido del “ser” como alguna vez lo enunció Heidegger en Sein und Zeit, sino el olvido de
Dios.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Basave, A., 2000, TRATADO DE FILOSOFÍA Amor a la Sabiduría como Propedéutica de


la Salvación, Editorial Limusa, S.A., México.

Botero, W., (1990), Agustín Basave y la filosofía desde Iberoamérica, El Colombiano


Dominical, Domingo 20 de mayo, Biblioteca Nacional, Bogotá, Colombia.

Cepeda, J., (2009), Problemas de Metafísica y Ontología en América Latina,


HALLAZGOS Revista de investigación, p. 51-72.

Valdez, S. (1995), Lenguaje e inmortalidad de la poesía de Rosario Castellanos,


Universidad Autónoma de Nuevo León, México.

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