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Esta infección es una de las enfermedades más antiguas. Existen datos que sugieren su
presencia en el hombre prehistórico y ya se describe en papiros egipcios y en los mitos chinos,
donde se define como la acción conjunta de tres demonios. Uno con un martillo (símbolo de la
cefalea), otro con un cubo de agua helada (representativo de los escalofríos) y otro con un
horno ardiente (la fiebre).
Prevalencia
En 2013 la Organización Mundial de la Salud (OMS) estimó que en 2013 hubo 198 millones de
casos de paludismo en todo el mundo y que unas 584.000 personas murieron a causa de esta
patología, la mayoría de ellas niños menores de cinco años en África subsahariana.
En la actualidad las zonas de riesgo de contraer esta enfermedad son África, Centroamérica y
Sudamérica, así como en algunas partes del Caribe, en Asia, Europa del Este y el Sur del
Pacífico, según indica desde Seimc.
Causas
Es una de las enfermedades infecciosas más frecuentes y uno de los principales problemas de
salud para el viajero. El riesgo de infección varía en función del itinerario, la duración del viaje,
la época del año (época de lluvias o la temperatura), la inmunidad de la población, la
distribución de lugares donde se crían los mosquitos y la prevalencia de las distintas especies.
Desde la Seimc recomiendan que los viajeros que presenten fiebre en los tres meses
posteriores a una posible exposición lo consideren como una emergencia médica y acudan
inmediatamente al médico para realizar un reconocimiento.
Prevención
A nivel individual, la protección personal contra las picaduras de los mosquitos es la primera
línea de defensa en la prevención de la malaria. En estos casos es recomendable que los
viajeros utilicen prendas de manga larga, pantalón largo y sombrero para dejar la menos
cantidad de piel expuesta.
Dependiendo del riesgo en la zona visitada, los viajeros internacionales deberán tomar
medicación preventiva (quimioprofilaxis) antes, durante y después del viaje.
Tipos
Hay cuatro tipos de malaria:
Los más frecuentes son el paludismo por P. falciparum y por P. vivax, y el más mortal es el
paludismo por P. falciparum.
En los últimos años también ha habido algunos casos humanos por P. knowlesi, un parásito del
mono que aparece en zonas boscosas de Asia Sudoriental.
Diagnóstico
El diagnóstico y el tratamiento precoz pueden atenuar la enfermedad, ayudar a reducir la
transmisión y evitar la muerte.
El diagnóstico se realiza durante el examen físico. En él, el médico puede encontrar una
hepatomegalia o una esplenomegalia. Para confirmar la patología el médico debe realizar un
análisis llamado frotis de sangre a intervalos de 6 a 12 horas.
Tratamientos
La malaria requiere hospitalización por lo que una persona susceptible de haber sido infectada
que presenta síntomas debe acudir inmediatamente al médico.
El tratamiento principal es con cloroquina. Sin embargo, a veces el parásito puede ser
resistente a este fármaco y el paciente requerirá otros tratamientos:
Atovacuona-proguanil.
La elección del medicamento depende del lugar del mundo en el que haya sido infectado.
Fiebre amarilla
La fiebre amarilla o vómito negro (también llamada plaga americana) es una enfermedad
infecciosa zoonótica viral agudavirus de la fiebre amarilla transmitida por mosquitos de los
géneros Aedes y Haemagogus. Es endémica en áreas subtropicales y tropicales de Sudamérica
y África. Su presentación clínica es variada, fluctuando desde una enfermedad febril leve y
autolimitada (lo más frecuente) hasta una enfermedad hemorrágica y hepática grave (con un
50% de letalidad). La palabra amarillo del nombre se refiere a los signos de ictericia que afecta
a los pacientes enfermos severamente.34567
Existe una vacuna efectiva pero no se conoce cura por lo que cuando personas no vacunadas la
contraen solo se les puede proporcionar tratamiento sintomático.
Cuadro clínico
Hombre vomitando por la fiebre amarilla
Forma grave o clásica. Tras un período inicial similar al anterior, en el que pueden existir
además epistaxis y gingivorragia, se produce un descenso febril (remisión). A continuación
reaparece la fiebre, se instaura ictericia (100% de los casos) y puede aparecer insuficiencia
hepática o renal con proteinuria (90%) y agravamiento de la diátesis hemorrágica, con
epistaxis abundantes, gingivorragia, punteado hemorrágico en el paladar blando y
hematemesis de sangre negra y coagulada (vómito negro) (20% de casos). Un signo clínico
clásico es la existencia de bradicardia relativa a pesar de la fiebre elevada (signo de Faget). Al
inicio existe leucopenia con neutropenia. Los restantes parámetros bioquímicos traducen sólo
la existencia de fallo orgánico único o múltiple (generalmente hepático o renal) y
deshidratación (alteraciones iónicas y del equilibrio acidobásico).
Diagnóstico
El diagnóstico en zonas tropicales suele establecerse a partir de los datos clínicos. La
confirmación del diagnóstico requiere la demostración de un ascenso al cuádruple en el título
de anticuerpos en un paciente sin historia reciente de vacunación frente a la fiebre amarilla y
si se han podido excluir reacciones cruzadas frente a otros flavivirus, o la demostración del
virus de la fiebre amarilla, sus antígenos o genoma en tejidos, sangre o líquidos biológicos.
Tratamiento
No existe tratamiento eficaz para la fiebre amarilla, justificando la importancia de la
vacunación. En los casos graves está indicado el tratamiento sintomático y de soporte,
particularmente la rehidratación y el control de posible hipotensión. La mortalidad global es
del 5% en poblaciones indígenas de regiones endémicas, aunque en los casos graves, en
epidemias o entre poblaciones no indígenas, hasta el 50% de los pacientes pueden fallecer.
Ciertos casos resultan en insuficiencia renal aguda por lo que la diálisis es importante para el
tratamiento renal.
Leishmaniasis
La leishmaniasis (o leishmaniosis) es un conjunto de enfermedades zoonóticas y
antroponóticas causadas por protozoos del género Leishmania. Las manifestaciones clínicas de
la enfermedad van desde úlceras cutáneas que cicatrizan espontáneamente, hasta formas
fatales en las cuales se presenta inflamación grave del hígado y del bazo. Es una enfermedad
zoonótica que afecta tanto a perros como a humanos. Sin embargo, animales silvestres como
liebres, zarigüeyas, coatíes y jurumíes, entre otros, son portadores asintomáticos del parásito,
por lo que se les considera animales reservorios.
Clasificación
Leishmaniasis cutánea: conocida en Perú como uta, se caracteriza por la aparición de úlceras
cutáneas indoloras en el sitio de la picadura, las cuales se pueden curar espontáneamente o
permanecer de manera crónica durante años.
Leishmaniasis visceral o kala azar: es la forma clínica que cobra más vidas mundialmente; tal es
el caso de Bangladés, India, Sudán y Brasil.4 Esta presentación puede ser fatal si no se trata a
tiempo. En perros se presenta principalmente la leishmaniasis visceral. Se ha intentado
prevenir la enfermedad con repelentes de insectos aplicados a toldillos en la época de mayor
riesgo de contagio con resultados dispares.
Cuadro clínico
Lesión de la leishmaniasis cutánea.
En la leishmaniasis cutánea el parásito se localiza en la piel. Después de la picadura del
mosquito, transcurren entre una y doce semanas para que se desarrolle una pápula
eritematosa, que crece y se ulcera, generando una costra de exudado seco. La mayoría de los
pacientes desarrolla una o dos de estas lesiones, en cara, manos o piernas, con un tamaño de
cada lesión entre 0,5 y 3 centímetros de diámetro, aunque existe una gran variabilidad en la
presentación de ellas. Las lesiones tienden a curarse espontáneamente en un lapso de meses,
dejando cicatrices hipopigmentadas con bordes hiperpigmentados sobrelevantados. Este tipo
de leishmaniasis es más común en América Central y del Sur.7 La leishmaniasis cutánea se
subdivide de acuerdo con su duración en una forma aguda si dura menos de un año en las
zoonosis o menos de dos años si es antroponótica.
La leishmaniasis visceral se caracteriza por la inflamación del hígado y del bazo, acompañada
por distensión abdominal severa, pérdida de condición corporal, desnutrición y anemia.
Diagnóstico
Frotis de médula ósea: leishmaniasis visceral.
El diagnóstico de la leishmaniasis requiere la visualización directa del parásito en improntas del
sitio de la lesión, las cuales se tiñen con Giemsa o tinción de Romanowsky o por medio de
biopsias. Otras posibilidades de diagnóstico consisten en el uso de técnicas moleculares como
la PCR (reacción en cadena de la polimerasa) para amplificar e identificar el ADN del parásito.
Entre los métodos indirectos de diagnóstico se encuentran el hemocultivo en medio NNN
(Wikipedia inglesa) y los ensayos serológicos tradicionales como la fijación del complemento
(Wikipedia inglesa) y la inmunofluorescencia, además los modernos como el ELISA. La
intradermorreacción de Montenegro o Leishmanina es la más usada en el mundo y consiste en
la inoculación de extractos parasitarios en la piel. Si el paciente es positivo a Leishmania, se
genera una reacción de hipersensibilidad de tipo celular (IV), caracterizada por el rubor y
tumefacción del área inoculada. Esta prueba es semejante a la tuberculina usada para el
diagnóstico de tuberculosis.
Tratamiento
El tratamiento para la leishmaniasis depende de la forma clínica de la enfermedad (cutánea
localizada, cutánea difusa, mucocutánea, visceral), del vector y la especie (Nuevo Mundo, L.
naiffi, L. chagasi, L. mexicana, L. viannia; Viejo Mundo, L. viannia) y de la experiencia local
(aspectos del huésped, efectos adversos, disponibilidad, resistencia, aplicación de guías
clínicas).
Uno de los fármacos efectivos, tanto en los resultados clínicos como microbiológicos, es el
antimonio pentavalente (SbV) por vía intravenosa.8 Se presenta como el estibogluconato
sódico (Pentostam) -usado principalmente en Europa- y el antimoniato de meglumina
(Glucantime) -en América-. La adherencia de los pacientes al tratamiento presenta dificultades
dada la toxicidad del fármaco y lo doloroso de éste, pues consiste en 20 inyecciones de
material oleoso.
Sin embargo, cada vez son más frecuentes los avisos de fallos terapéuticos, lo que se debe a la
resistencia del parásito al antimonio; áreas como la de Bihar en La India informan de
resistencia en el 70% de los casos tratados de leishmaniasis visceral.
LA RABIA
La rabia es una enfermedad vírica aguda mortal que afecta al sistema nervioso central, y que
se transmite al hombre normalmente por la saliva a través mordeduras o arañazos de animales
domésticos o salvajes que están infectados. Hasta en el 99 por ciento de los casos por rabia, el
virus se transmite por perros domésticos.
Causas
Es una enfermedad que afecta a diferentes animales domésticos y salvajes, la infección en
humanos se produce por mordedura y/o arañazos.
El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad advierte que: “cualquier otro contacto
con una especie sensible a la rabia como, por ejemplo, un rasguño profundo con hemorragia y
una lamedura sobre piel y mucosa y en un lugar donde está presente la rabia debe tratarse con
precaución. En los países desarrollados la transmisión se produce normalmente a través de las
mordeduras de los perros”.
Aunque existe la posibilidad de transmisión de persona a persona aún está por confirmar.
Igualmente está pendiente de confirmar la transmisión mediante la ingestión de carne cruda o
de otros tejidos de animales infectados. También es raro, pero puede darse el caso de la
transmisión mediante el transplante de órganos infectados o inhalación de aerosoles que
contengan el virus, tal y como señala la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En Asia y África en más del 95 por ciento de los casos los perros son los transmisores de la
rabia.
En América del Norte y Sudamérica, Australia y Europa Occidental, son los murciélagos la
principal fuente de infección de la rabia. Respecto a la mortalidad humana por contacto con
zorros, mofetas, mapaches, chacales, mangostas u otros carnívoros salvajes infectados la OMS
indica que son casos muy raros.
Síntomas
Las manifestaciones clínicas pueden variar dependiendo de las distintas formas que adopte la
enfermedad. Generalmente el periodo de incubación de la rabia suele ser de uno a tres meses
aunque cabe la posibilidad de que oscile entre menos de una semana y más de un año, esto
dependerá siempre del punto infectado y la carga vírica.
Hinchazón o enrojecimiento.
Dolor de cabeza.
Fiebre.
Malestar en general.
Náuseas.
Normalmente entre las primeras manifestaciones se encuentra la fiebre.
De entre las diferentes formas que puede tomar la enfermedad, la rabia furiosa, puede
presentar signos de hiperactividad, excitación e incluso a veces aerofobia, y puede llegar a
producirse la muerte a los días por paro cardiorrespiratorio.
Prevención
Perro mordiendo mano
Tipos
La rabia no presenta clasificación de tipos.
Diagnóstico
Según la OMS, actualmente no se dispone de pruebas para diagnosticar la infección por rabia
en los humanos antes de que aparezcan los síntomas clínicos.
Existen diferentes técnicas para confirmar la rabia en vida y posmorten que permiten detectar
el virus entero, antígenos víricos, anticuerpos específicos presentes en el líquido
cefalorraquídeo o ácidos nucleicos en tejidos infectados (cerebro, piel) y también en orina y
saliva.
Aunque el período de incubación de la rabia suele ser de uno a tres meses, pero puede oscilar
entre menos de una semana y más de un año, dependiendo de factores como la localización
de la inoculación y la carga vírica, tal y como indica la OMS.
Tratamientos
El primer tratamiento recomendado consiste en el lavado concienciadamente de la herida
durante un mínimo de 15 minutos con agua y jabón, povidona yodada u otras sustancias que
maten el virus de la rabia.
Brucelosis
a brucelosis, también llamada fiebre de Malta, fiebre mediterránea, fiebre ondulante, o
enfermedad de Bang, es una enfermedad infecciosa de distribución mundial, producida por
bacterias del género Brucella, que ataca a varias especies de mamíferos, dentro de los cuales
se encuentra el ser humano, en el cual produce un cuadro febril inespecífico.
No hay que confundirla con la Fiebre mediterránea familiar, una enfermedad genética de las
llamadas "raras" y que constituye el más frecuente de los Síndromes Autoinflamatorios.
Entre los mamíferos que pueden contraer la enfermedad se cuentan algunos que tienen una
alta relevancia económica, como el ganado bovino, equino, porcino, ovino y caprino, así como
también algunas otras especies silvestres
Síntomas
La brucelosis aguda puede comenzar con síntomas seudogripales leves o síntomas como:
Dolor abdominal
Dolor de espalda
Escalofríos
Sudoración excesiva
Fatiga
Fiebre
Dolor de cabeza
Inapetencia
Ganglios inflamados
Debilidad
Pérdida de peso
Los picos de la fiebre alta a menudo ocurren cada tarde. El nombre de fiebre ondulante se
utiliza con frecuencia para describir esta enfermedad porque la fiebre sube y baja en oleadas.
Cuadro clínico
En general, el diagnóstico es difícil, puesto que la enfermedad puede manifestarse de diversas
formas dependiendo del sistema afectado (gastrointestinal, respiratorio, cutáneo o
neurológico).
El periodo de incubación puede durar entre una a seis semanas, pero puede extenderse por
meses.24 La media es de dos a cuatro semanas.
El inicio de las manifestaciones clínicas de la forma aguda se caracteriza por cefalea, fiebre,
artralgias, mialgias y diaforesis (sudoración profusa) de predominio nocturno.25 Las
manifestaciones clínicas dependen de la vía de transmisión del organismo, por lo que puede
parecerse prácticamente a cualquier infección; por ejemplo, si la vía de transmisión es
respiratoria, el paciente cursa con un cuadro de neumonía; si entra por la piel las
manifestaciones incluyen celulitis y linfadenopatía regional; si entra por el sistema digestivo,
por la ingestión de alimentos contaminados, principalmente leche y sus derivados, se
presentan síntomas gastrointestinales y posteriormente sistémicos. Los microorganismos
pueden diseminarse a otros tejidos vía sanguínea, principalmente hígado, bazo, sistema
esquelético y médula ósea. Esto se manifiesta por una hepatomegalia y una esplenomegalia,
así como en las complicaciones más frecuentes que son espondilitis, sacroileítis y artritis.
La forma crónica, definida como más de un año de evolución, cursa con mialgias, fatiga,
artralgias y depresión. Es muy rara en los niños, y afecta predominantemente a adultos sobre
los treinta años de edad. Se asocia a infección por B. melitensis.
Diagnóstico diferencial
Espondiloartropatías
Hepatitis
Leptospirosis
Linfoma de Hodgkin
Malaria
Mononucleosis infecciosa
Tuberculosis
Diagnóstico
Diagnóstico microbiológico
Cultivo bacteriologico del microroganismo: Puede aislarse a partir de sangre, médula ósea
(MO), orina, bilis, líquido cefalorraquídeo (LCR), exudados y material de biopsias. En las
infecciones recientes, el hemocultivo resulta positivo en el 100 % de los casos, en las formas
crónicas, el aislamiento resulta bastante difícil. El crecimiento de las brucelas es lento..
Enfermedad de Chagas
Fiebre
Síntomas gripales
Erupción cutánea
Párpado inflamado
Las medicinas pueden matar el parásito, especialmente en etapas iniciales. También pueden
tratarse los problemas relacionados. Por ejemplo, un marcapasos puede ayudar en algunas
complicaciones cardíacas.