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REPUBLICA DE CHILE

TRIBUNAL DE JUICIO ORAL EN LO PENAL


TEMUCO

Temuco, treinta de noviembre de dos mil uno.


PRIMERO: Que el 26 de noviembre del año en curso, ante esta Segunda
Sala del Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Temuco, se llevó a efecto
la audiencia relativa al juicio rol interno N° 014/2001, seguido en contra
de DANIEL ALEJANDRO OYARZUN IBAÑEZ, chileno, soltero, 30 de años
de edad, Cedúla nacional de identidad N° 12.192.853-1, comerciante,
domiciliado en calle Combarbalá N° 0918 de Temuco.
La acusación fue sustentada por el Ministerio Público, representado
por el Fiscal José Orella Laurent, asistido por el fiscal Luis Tapia Ronda,
ambos domiciliados en calle Aldunate N° 51 de esta ciudad, en tanto que la
defensa del acusado estuvo a cargo de los abogados particulares Luis
Mencarini Neumann y Jorge Figueroa Urrea, domiciliados en Temuco, calle
Bulnes N° 351, 8° piso.
SEGUNDO: Que los hechos materia de la acusación aparecen
consignados en el auto de apertura de juicio oral de cinco de noviembre
del año en curso, - expedido por la señora Jueza de Garantía de Temuco,
doña Cecilia Elena Subiabre Tapia -, y se hacen consistir en que
aproximadamente a las 23,00 horas del día 23 de diciembre de 2000,
premunido de un cuchillo y cubriendo su cabeza con una bolsa plástica
transparente, Daniel Alejandro Oyarzún Ibañez ingresó a la botillería "24
horas", ubicada en avenida Caupolicán N° 597 de esta ciudad e intimidó al
cajero de ese local, Pablo Delgado D'Apollonio, exigiéndole la entrega del
dinero de la caja, comenzando un forcejeo en medio del cual éste tomó una
silla para impedir con ella que el imputado le hiriera con el cuchillo. Al
aparecer allí el dueño del local, Fernando Melacho Jaramillo, el imputado
reaccionó deponiendo su actitud y huyó sin lograr su propósito. Enseguida
ambos persiguieron al individuo, que se ocultó en el inmueble de calle Lynch
N°248; requirieron la presencia de Carabineros y cuando estos llegaron al
lugar, mientras esperaban instrucciones del fiscal de turno, salió
calmadamente y fumando, junto a otras personas. El cajero y dueño del local
lo reconocieron y al controlar su identidad, mientras abría su chaqueta para
hacer entrega de su cédula, constataron que portaba un cuchillo entre el
cinturón y el pantalón y desde una cartera de esa prenda asomaba una
bolsa plástica.
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El acusador fiscal señaló que esos hechos configuran el delito de robo


con intimidación, en grado de frustrado, sancionado en el artículo 436 del
Código Penal, perpetrado por DANIEL ALEJANDRO OYARZUN IBAÑEZ en
calidad de autor y solicitó se le aplique la pena de 5 años y 1 día de
presidio mayor en su grado mínimo, por cuanto su responsabilidad aparece
modificada por la circunstancia atenuante prevista en el artículo 11 N° 6 del
referido cuerpo legal y no le perjudican agravantes.
TERCERO: Que, en presencia de su defensor, el acusado fue debida y
legalmente enterado del hecho antes referido y en esa oportunidad y durante
el curso de la audiencia de debate señaló que se asilaba en su derecho a
guardar silencio, salvo al finalizar la audiencia, en que desconoció los
hechos que se le imputan y se refirió a las consecuencias que para él y su
familia atraería una sentencia condenatoria.
CUARTO: Que con ocasión de los alegatos de cierre del debate, los
intervinientes analizaron la prueba producida durante la audiencia y
expusieron las conclusiones que ella les mereció. Así, el fiscal señaló
que quedaron debidamente acreditados los hechos atribuidos a Daniel
Oyarzún Ibañez y que ellos configuran el delito materia de la acusación
fiscal, por lo que solicitó se le condene, imponiéndole las penas indicadas
en el auto de apertura.
A su turno, el defensor solicitó la absolución de su representado
respecto de los cargos sustentados en su contra, aduciendo que la prueba
rendida ha sido insuficiente para llevar al tribunal - más allá de toda duda
razonable -, a la convicción de que aquél hubiese tenido alguna
participación en los hechos que se le imputan.
QUINTO: Que durante la audiencia de preparación de este juicio oral, las
partes no convinieron en dar por acreditado hecho alguno relacionado con
este juicio.
SEXTO: Que la pretensión punitiva del Ministerio público se fundamenta en
los hechos enunciados anteriormente y para acreditarlos produjo la prueba
que a continuación se reseña.
TESTIMONIOS DE:
a) Pablo Andrés Delgado D'Apollonio, de 20 años de edad, soltero,
estudiante, domiciliado en calle Recreo N° 125 de Temuco. Manifestó que el
día 23 de diciembre último, alrededor de las 23,00 horas, se encontraba en
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el interior de la botillería "24 horas" ubicada en calle Caupolicán N° 597


cuando vió pasar por la calle a un sujeto con una bolsa en la cabeza el que
ingresó al negocio y le pidió la plata ; tenía un cuchillo en la mano, ante su
negativa le empujó y estuvieron forcejeando; se defendió con una silla; por el
ruido provocado por la caída de botellas apareció su jefe Fernando Melacho
quien dijo que era policía y el individuo huyó. Sintió temor, pues el sujeto lo
intimidó con un cuchillo. Todo transcurrió en un lapso de cinco minutos
aproximadamente. Reconoció el arma y la bolsa que el fiscal le exhibió como
los utilizados por el hechor. Agregó que el dueño salió en persecución del
delincuente; personas que estaban en una esquina le dijeron que se había
metido en una casa a dos cuadras de distancia. Refiriéndose a la caja,
señaló que es electrónica y para abrirla hay que marcar primero el precio y
luego presionar unos botones. Indicó al acusado como la persona que fue
detenida. El fiscal le enseñó las fotografías y describió sus imágenes,
señalando que corresponden al local en que ocurrieron los hechos. Al
interrogatorio de la defensa respondió que los Carabineros tardaron unos
diez minutos en llegar; le fueron a buscar y salió con ellos; reconoció al
asaltante por su ropa y su contextura física, ya que vestía chaqueta a
cuadros, abotonada, jeans y polera blanca; la bolsa le cubría hasta el cuello,
le quedaba holgada y no le vió totalmente el rostro. Después concurrió a la
Comisaría, donde prestó declaración y, al exhibírsele, reconoció al detenido.
b) Fernando Alejandro Melacho Jaramillo, de 37 años, casado,
comerciante, domiciliado en calle Caupolicán N° 599, quien a la fecha que
se ha señalado era el propietario del local comercial "24 horas" precitado. El
día y hora ya mencionados se encontraba en una bodega contigua al local,
con su señora; sintieron ruidos, provocados al parecer por la caída de cajas
y gritos. Ingresó al local y vió a una persona con una bolsa en la cabeza y
un cuchillo con el cual lanzaba cortes a su empleado, que se protegía con
una silla. (Más adelante dirá que su empleado estaba aterrorizado y cuando
lo vió corrió hacia él, para protegerse). Gritó "¡ policía !" para atraer la
atención del individuo, quien lo miró y salió corriendo. Después de verificar
que su empleado no tenía lesión salió, corrió hacia calle Lautaro y vió que el
sujeto dobló desde esta hacia Lynch; llegó hasta esa esquina y unas
personas que allí se encontraban le indicaron dónde había ingresado; como
el sujeto estaba armado, retornó a la botillería y llamó a Carabineros,
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quienes se demoraron entre dos a tres minutos en llegar, subió al carro


policial y se dirigieron hacia el lugar que le habían indicado, en calle Lynch,
entre Lautaro y Rodriguez. Luego los policías pidieron las autorizaciones
correspondientes para ingresar; empezaron a salir personas y a cada una la
controlaron. Retornó al local a buscar al joven que trabajaba con él para que
los dos pudieran identificar al hechor, cuya descripción ya les había
proporcionado a los policías. Lo describió como de estatura similar a la suya,
1,70 a 1,75 m, vestía chaqueta gris, abotonada hacia arriba y jeans bastante
desteñidos. Dijo el testigo que la bolsa con la que se cubría era transparente,
claramente se le veía el rostro y tenía un orificio bastante grande en el frente
por lo que le vió el rostro. Al ver salir a una persona, tranquilamente y
fumando, lo identificó inmediatamente como aquélla que había estado en su
local. Además reconoció la bolsa y el cuchillo que le exhibió el fiscal como
los empleados por el individuo. Describió exhaustivamente las fotografías
que le exhibió el fiscal, relativas al sitio del suceso.
c) Francisco Mauricio Anabalón Martínez, de 29 años, casado,
funcionario público. Señaló que se encontraba de servicio de noche de la
Segunda Comisaría de Carabineros en el carro policial cuyo jefe era el
Sargento 1° Valenzuela; cuando transitaban por avenida Caupolicán, por vía
radial fueron alertados de un robo cometido en el local "24 horas";
demoraron unos 3 minutos en llegar allí y el jefe se entrevistó con el dueño;
se trasladaron a calle Lynch porque el individuo había ingresado a un
inmueble de esa arteria. El jefe de carro informó al fiscal acerca de la
comisión de un robo con intimidación con arma blanca. Mientras el suboficial
se comunicaba con el fiscal empezaron a salir personas del lugar, en total
unas cuatro o cinco; en eso salió un sujeto que fue sindicado por el afectado
como el hechor, se acercaron a él para controlar su identidad y al abrirse la
chaqueta se le vió un cuchillo con mango negro que portaba entre la pretina
del pantalón y su cuerpo. Además tenía una bolsa plastica; el testigo
reconoció ambas especies al serle exhibidas por el fiscal. Agregó que la
iluminación artificial del lugar de donde salió el imputado era regular.
d) Eduardo Valenzuela Vivanco, de 42 años de edad, casado,
Sargento 1° de Carabineros, con 24 años en la Institución. Dijo que el día 23
de diciembre de 2000, alrededor de las 22,45 horas, recibió un llamado de la
Central de Comunicaciones, en que le informaron que en avenida
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Caupolicán N° 597, en un local comercial denominado "24 horas", se había


producido un robo. Concurrió al lugar y vió que el denunciante se
encontraba en la puerta; se entrevistó con el y lo invitó a subir al carro para
dirigirse al lugar donde se había ocultado la persona que había cometido el
ilícito, ubicado a la vuelta del local, en calle Lynch 248; pidió refuerzos y le
informó al fiscal ya que la puerta estaba cerrada; mientras esperaba la
resolución de éste autorizando el ingreso, pasada una media hora, empezó a
salir gente del inmueble y cada vez que salía alguien se hacía asesorar por
la víctima. Finalmente, una persona con las mismas vestimentas y
características que le había proporcionado el afectado salió, se paró en la
puerta, estaba fumando. Le consultó al ofendido y le dijo que él era, se
acercó junto con el cabo Anabalón y le pidió su identidad; al abrir su
chaqueta para exhibir su cédula le vió un cuchillo. Inmediatamente se lo
retiró de la cintura y le informó que lo iba a detener, porque lo sindicaba la
víctima y le había encontrado una evidencia. Le informó al fiscal, antes de
subirlo al furgón le leyeron sus derechos y procedió a su registro, ya que se
trataba de un delito flagrante y le encontró una bolsa de nylon transparente.
Reconoció en la audiencia al acusado como la persona que fue detenida el
día de los hechos y los elementos a los cuales se refirió, esto es, el cuchillo y
la bolsa de nylon. Trasladaron al imputado hasta el recinto de la Segunda
Comisaría, lugar en el cual se dió curso al procedimiento correspondiente. A
la pregunta pertinente manifestó que para la vigilancia del inmueble de calle
Lynch 248 se apostaron a una distancia de cinco o seis metros, que en el
lugar había buena iluminación y que la comunicación con el fiscal la sostuvo
a través de un teléfono móvil.
DOCUMENTAL: Compuesta por un set de cuatro fotografías que muestran
el frontis de la botillería "24 horas" y su interior.
OTRAS PRUEBAS: El Ministerio público exhibió además, como evidencia
material del delito investigado, el cuchillo empleado por el imputado en la
ejecución del delito y la bolsa de material transparente con la cual cubrió su
rostro al ingresar al sitio del suceso, describiendo las características
especiales de ambos; así, el cuchillo tiene una hoja de 11,5 cms. de longitud
y empuñadura de plástico, de color negro y en cuanto a la bolsa, es
transparente, y presenta dos orificios grandes.
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CONSIDERANDO:
SEPTIMO: Que los atestados reseñados en el motivo anterior provienen de
testigos que protagonizaron los hechos, de modo que los percibieron y
apreciaron con sus sentidos; fueron legalmente interrogados y además
examinados por la defensa del acusado, sus declaraciones están conformes
con los demás antecedentes allegados durante el debate y no han sido
desvirtuadas por otra prueba en contrario, por lo que sus dichos
impresionaron a los jueces como imparciales y verídicos.
Por tales razones y apreciando libremente la prueba que se reprodujo
en el motivo anterior, según lo permite el artículo 297 del Código Procesal
Penal, pero sin contradecir los principios de la lógica, las máximas de la
experiencia y los conocimientos científicamente afianzados, este tribunal ha
llegado a la convicción de que realmente se cometió el hecho punible objeto
de la acusación sustentada por el Ministerio público en este juicio y en
consecuencia, tal como se anticipó en el veredicto de fecha 26 de
noviembre último, dará por acreditado que alrededor de las 23,00 horas del
23 de diciembre de 2000, un sujeto que cubría su rostro con una bolsa de
material transparente irrumpió en el local comercial del rubro botillería,
denominado "24 horas", ubicado en avenida Caupolicán N° 597 de esta
ciudad y amenazando con un cuchillo al dependiente Pablo Delgado
D'Apolonio le exigió que abriera la caja recaudadora y le entregara el dinero
guardado en ella, que se estima en más o menos $ 57.000; al oponer
resistencia, el hechor le empujó contra una vitrina y ante el ruido provocado
por el forcejeo acudió el dueño del local, Fernando Melacho Jaramillo, cuya
presencia determinó que aquél huyera sin lograr su propósito.
OCTAVO: Que el hecho descrito en el fundamento que antecede configura
el delito de robo con intimidación en las personas, conducta descrita por
el artículo 432 del Código Penal y sancionada en el inciso 1º del artículo 436
del mismo texto punitivo, puesto que un individuo, actuando con ánimo de
lucro y contra la voluntad de Pablo Andrés Delgado D'Apolonio lo amenazó
con un cuchillo para compelerlo a entregarle el dinero que mantenía en la
caja registradora de la botillería "24 horas", es decir, ejerció intimidación
sobre su persona, lo que constituye, en los términos previstos por el artículo
439 del mencionado cuerpo legal, un acto de amenaza destinado a lograr la
entrega de la cosa ajena. Este delito debe considerarse frustrado, por
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cuanto, como puede apreciarse, el hechor puso de su parte todo lo


necesario para lograr la apropiación del dinero existente en la caja del
negocio, incluso orientó su conducta a reducir a quien intentaba impedirle su
acción y sólo desistió de ella cuando apareció en la escena el dueño,
interrumpiendo así su obrar ilícito por causas independientes a su voluntad,
Así fluye de las aseveraciones de Pablo Andrés Delgado
D'Apollonio, -corroboradas en lo pertinente por Fernando Melacho
Jaramillo -, que afirmó con plena seguridad que fue requerido por el acusado
para que le entregara el dinero de la caja, perteneciente a la botillería
mencionada, y para ese efecto le amedrentó con un cuchillo, empujándole al
negarse a ello, momento en que intervino Fernando Melacho, que le vió en
esa situación y ocasionó la huída del agresor.
NOVENO: Que la defensa del acusado presentó durante el debate el
testimonio de Guido Viveros Inostroza, de 47 años de edad, casado,
electricista, quien manifestó que tiene su domicilio en calle Lynch N° 248, en
el cual se arriendan piezas, que desconoce el número de personas que allí
moran; que alrededor de las 22,00 horas, cuando el programa de la Red
Araucanía estaba terminando en la televisión, como de costumbre salió para
dirigirse al negocio de la esquina; abrió el portón y se encontró de sorpresa
con Carabineros e Investigaciones, (?), le pidieron el carnet, preguntó qué
pasaba y le dijeron que se trataba de un robo. Posteriormente desde la
esquina vió que los carabineros entraron y sacaron a una persona; cuando
regresó a su domicilio los policías ya se habían ido; agregó que en el interior
del patio no hay luz, que la oscuridad no permite observar los rasgos de las
personas que salen pues sólo existe la iluminación del alumbrado público.
También la defensa hizo comparecer a la perito en huellas Catalina Barría
Becerra, quien señaló que había examinado el cuchillo empleado por el
hechor para cometer el delito, encontrando residuos de grasa y
contaminación ambiental, sin poder registrar huellas.
DECIMO: Que los testimonios referidos en el fundamento anterior no
exculpan al acusado, sólo pretenden, extemporáneamente, atraer dudas
sobre la legalidad del procedimiento aplicado por los Carabineros en su
detención, ya que se limitan a dar cuenta de la forma en que se habría
realizado la detención de una persona, la hora aproximada en que eso
ocurrió, grado de iluminación del lugar y las condiciones en que se
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encontraba el arma cortante empleada en la ejecución del delito, de modo


que carecen de relevancia frente a la eficacia, idoneidad y veracidad de la
prueba analizada precedentemente, - especialmente la testimonial de Pablo
Andrés Delgado D'Apollonio, corroborada por el atestado de Fernando
Melacho, quienes atribuyeron al acusado Oyarzún la ejecución de los
hechos anteriormente narrados, deposiciones que por lo demás concuerdan
y coinciden con los hechos narrados por los policías Eduardo Enrique
Valenzuela Vivanco y Francisco Mauricio Anabalón Martínez, quienes
presenciaron cómo aquellos reconocieron y sindicaron , por sus vestimentas,
a Oyarzún cuando salió del inmueble de calle Lynch N° 248 y vieron además
que éste aún portaba consigo los elementos utilizados para realizar la acción
ilícita. Así, la prueba producida por el acusador fiscal durante el curso del
debate de este juicio oral, superando la presunción de inocencia que ampara
al imputado, ha logrado conducir al tribunal a la convicción - más allá de
toda duda razonable -, de que a Daniel Alejandro Oyarzún Ibañez le
corresponde en estos hechos una participación y responsabilidad culpable
como autor, por haber intervenido en su ejecución de una manera inmediata
y directa.
UNDECIMO: Que de los elementos de prueba aportados por los
intervinientes no se desprende la concurrencia de circunstancias que
permitan agravar la responsablidad de Daniel Oyarzún Ibañez y en cambio,
tal como sostuvo el Ministerio público y como se consignó en el veredicto,
le favorece la minorante prevista en el N° 6 del artículo 11 del Código
Penal, constituída por su irreprochable conducta anterior, que ha sido
acreditada con los dichos de Pedro Garrido Norambuena y Jaime Valdés
Gajardo, quienes manifestaron conocer al encausado; señaló el primero
que es Presidente de la Asociación de árbitros de futbol y que el acusado
colaboró allí entre los años 1999 y 2000, siempre tuvo buena disposición
para realizar el trabajo que se le asignaba, e incluso asumió el cargo de
secretario y el último, que Oyarzún trabajó organizando la Navidad para los
trabajadores del sindicato de la empresa CENTEC, que es una persona que
proviene de una familia a la cual conoce, con conceptos valóricos firmes, y
destaca por su gran capacidad de generar amistad, es sano, correcto,
goza de su confianza y gana el aprecio de sus amigos por ser un hombre
de bien, testimonios que resultan acordes con el mérito de su extracto de
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filiación y antecedentes, aportado por el Ministerio Público, que no registra


anotaciones penales relevantes en su contra.
DUODECIMO: Los efectos de la minorante de responsabilidad acogida se
harán concurrir en forma calificada, tal como pretende la defensa del
encartado, ya que al juicio se han incorporado, además de los señalados en
el motivo anterior, otros antecedentes que permiten concluir que el
procesado tuvo en el pasado una conducta anterior que, además de
irreprochable, puede considerarse en la situación de excepción que exige el
artículo 68 bis del Código Penal para atribuirle la condición de muy
calificada; así se desprende de los antecedentes sociales y de personalidad
del acusado, consignados en el informe emitido por el Centro de reinserción
social de Gendarmería, aportado por el fiscal, y los certificados extendidos
por Wladimir Yañez Mendez, Hector Ibarra Salguin, Hugo Segura Salazar,
Marco Antonio Vasquez Ulloa, Edgardo Muñoz Muñoz y Juan Roberto Pérez
Blanco, incorporados por la defensa mediante su lectura, son suficientes
para dar fe respecto de la personalidad y actividades de relevancia o de
bien público desarrolladas por el procesado, permitiendo, por ese motivo
excepcional, calificar su conducta.
DECIMO TERCERO: Que Oyarzún es responsable de un delito contra la
propiedad, en grado de frustrado, que el artículo 436 del Código Penal
sanciona con presidio mayor en sus grados mínimo a máximo, y que por
mandato del artículo 450 del mismo cuerpo legal debe ser castigado como
consumado. Beneficiándole una atenuante, a la que se le atribuyó la
calidad de muy calificada, sin que le perjudique agravante alguna, se
aplicará aquella sanción, y haciendo uso de la facultad que concede el
artículo 68 bis del referido texto punitivo, se le rebajará aquélla en un grado.
DECIMO CUARTO: Que, por ser procedente, y atendido además el mérito
de los antecedentes sociales y de personalidad del enjuiciado, según
consta del informe presentencial emitido por el Centro de Reinserción social
de Gendarmería de esta ciudad, al tenor de lo dispuesto por el artículo 15,
letra c) de la Ley N° 18.216, que le considera apto para acceder a tal
alternativa, se le concederá el beneficio de libertad vigilada en la forma y
condiciones que se dirán en lo resolutivo de este fallo.
DECIMO QUINTO: Que, como se ha señalado, los sentenciadores han
apreciado la prueba rendida en conformidad a las normas previstas en el
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artículo 297 del Código Procesal Penal, cuya vigencia en la Novena Región
se cumple en virtud de lo dispuesto por su artículo 484, entendiéndose
derogado el artículo 59 de la ley 11.625, que autorizaba al juez para apreciar
en conciencia la prueba producida en los casos de delitos contra la
propiedad.
Por las consideraciones expuestas, y visto además lo dispuesto por
los artículos 1, 7, 11 N° 6, 14 N° 1, 15 N° 1, 18, 21, 24, 26, 29, 50, 68, 68
bis, 432 , 436 inciso 1° y 450 del Código Penal; artículos 47, 295, 296, 297,
340, 342, 344, 346 y 348 del Código Procesal Penal, y el resultado del
acuerdo alcanzado, por unanimidad el Tribunal RESUELVE:
Que se condena a DANIEL ALEJANDRO OYARZUN IBAÑEZ, ya
individualizado, a sufrir la pena de CUATRO AÑOS de presidio menor en su
grado máximo, accesoria de inhabilitación absoluta perpetua para derechos
políticos e inhabilitación absoluta para cargos y oficios públicos mientras
dure la condena y al pago de las costas de este juicio, como autor del delito
de robo con intimidación en la persona de Pablo Andrés Delgado
D'Apolonio y en perjuicio de Fernando Alejandro Melacho Jaramillo,
cometido en Temuco, durante la noche del 23 de diciembre de 2000.
La pena de presidio impuesta a Daniel Alejandro Oyarzun Ibañez
se le sustituye por el beneficio de libertad vigilada, estableciéndose como
plazo de observación y tratamiento el de Cuatro años, período igual al de la
pena asignada, con la obligación, además, de dar cumplimiento a las
exigencias del artículo 17 de la ley 18.216.
Si este beneficio le fuere revocado y tuviere que ingresar a cumplir la
sanción impuesta, ésta se le empezará a contar desde que se presente o
sea habido, sirviéndole de abono los 39 días que permaneció privado de
libertad por esta causa, desde el día 23 de diciembre de 2000 al 30 de
enero de 2001, según consta de la cláusula Novena del auto de apertura
de este juicio.
Devuélvase a la Fiscalía la documentación que acompañó durante la
audiencia, como evidencia documental.
Ejecutoriada la presente sentencia, dése cumplimiento al artículo
468 del Código Procesal Penal, oficiándose a la Contraloría General de la
República, Servicio de Registro Civil e Identificación y al Centro de
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Cumplimiento Penitenciario de Temuco, adjuntándose copia de esta


sentencia con el atestado de encontrarse ejecutoriada.
Regístrese, comuníquese en su oportunidad al Juzgado de Garantia
de Temuco para los efectos de su cumplimiento, hecho, archívese.
Redaccion del juez don Leopoldo Vera Muñoz.
RUC: N° 00 00 00 0673-4
RIT: N° 014/2001

PRONUNCIADA POR LOS JUECES TITULARES DE LA SEGUNDA SALA,


ERASMO SEPULVEDA VIDAL, QUIEN LA PRESIDIO; LEOPOLDO VERA
MUÑOZ Y JORGE GONZALEZ SALAZAR.

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