Existía en el bosque de la confusión un ogro malvado que se había robado una
inocente princesita cuando ella tenía 13 años. La tenia encerrada en su castillo negro el cual era custodiado por feroces lobos que no permitían que nadie saliera o entrara al castillo negro sin el permiso del ogro. Todo el mobiliario del castillo era costoso pero de imponente estructura, cada uno de los muebles tenía una historia tenebrosa en su pasado. El ogro era de carácter irascible y muchas veces insoportable, acostumbraba estallar ante cualquier error o estupidez de sus sirvientes, cuando la princesita cumplió diez y seis años la tomo por mujer en una celebración a la cual invito a todos los ogros familiares y amigos. A media fiesta reto a golpes a todos sus invitados y se enfrentó con más de la mitad de ellos quedando bañado en sangre pero victorioso, los espectadores y los vencidos continuaron la celebración embriagándose y devorando las viandas. Como a las tres de la madrugada ordeno a sus sirvientes que corrieran a todos los invitados, y fue a la habitación principal donde estaba la princesita con su vestido de novia color rosa pálido la tenía encadenada a la cabecera de la cama, ella lloraba asustada y la luz de las velas semi dibujaban su rostro que era bellísimo, el cuerpo de la princesa espectacular, de la piel emanaba un dulce aroma a pureza y perfección. La silueta del ogro se dibujaba con el resplandor de la luna, lentamente se acercó a ella anticipando con la mirada y la respiración el disfrute que le proporcionaría el abusar sexualmente de la princesita, de un zarpazo le arranco el vestido. Ensangrentado, sudoroso, oliendo a vino y con restos de comida en la cara comenzó a besar a la princesita, lamiendo la inocencia de su piel, como verdadero perro en brama, de la manera más asquerosa y cruel le robo la virginidad, la princesita solo pudo decir en voz muy bajita: “hubiera preferido ser asesinada” y lo decía de corazón, el ogro alcanzo a escuchar sus palabras y comenzó a golpearla disfrutando cada golpe, cada herida. Esa noche quedó embarazada, del primero de los doce hijos que tuvieron, nunca la soltó de las cadenas, las que eran lo suficientemente largas para llegar al baño en donde se refugiaba a llorar su desgracia. Cada que daba a luz a uno de sus hijos los sirvientes se lo llevaban y lo alimentaban con la leche de los lobos, y lo enseñaban a ser crueles, sádicos y desalmados como su padre, uno de ellos a quien de nombre el ogro le puso “Realidad” era un varón que había heredado la belleza de la mama y la fuerza y crueldad del papa, “Realidad” buscaba a su madre todos los días por que disfrutaba mucha verla llorar, cuando en sus rezos la princesa le pedía a dios que la liberara, que la ayudara, el siempre gritaba al final “que nunca sea” y se iba riendo. Los años pasaron; 28 para ser exactos y una noche la princesa cayo en fiebre, más enferma de la vida sin una sola razón para vivir que de enfermedad, el ogro fastidiado de escuchar el dolor de la princesa que aun era bellísima, la tomo por el cabello y arrancando las cadenas la saco de la habitación y la arrojo al patio diciendo: “Saquen esta basura de mi santo hogar, que estoy harto de sus quejumbres” los sirvientes obedientes como siempre la sacaron del castillo aventándola a la cañada donde tiraban la basura y los desperdicios del castillo. Una vez ahí tirada la fuerza de la libertad sano todas sus heridas, respiro aire limpio, lleno sus pulmones llenándose de poder, al fin libre, se sentía de nuevo de 16 años, un rayito de gracia celestial le devolvió la juventud y virginidad, empezó a sentir una inmensa alegría que brotaba desde su corazón, dios había escuchado sus peticiones y no solo le devolvió la libertad sino que también le restituyo la vida. Comenzó a bailar jubilosa, agradecida, impresionada de como en ese tiradero de basura dios le había dado tanto, bailo y canto alabanzas hasta quedarse dormida, Al otro día despertó feliz al ver que era verdad que no deliraba, que en verdad era libre, joven y virgen otra vez. Pero el corazón de pronto le dio un vuelco, la libertad de frente la espanto, ¿Que haría ahora con su vida? ¿Y si se encontraba otro ogro? Sentía que tanto aire era mucho para sus pulmones, ella con tantititito podía sobrevivir, de pronto la verdad apareció en su mente: extrañaba las cadenas, si era verdad, extrañaba los insultos, los abusos, las violaciones, sobre todo las violaciones. Volteo a todos lados como cuidándose de que nadie la viera y regreso a las puertas del castillo negro a tocar, a suplicar que la dejaran entrar pero nadie abrió el ogro nunca cambiaba de decisión, era firme. Después de varios días murió en las puertas del castillo negro y el cuerpo fue devorado por los lobos, quedando los huesos esparcidos por el camino. Un día cuando “Realidad” cumplió 27 años fue con su padre y le dijo que extrañaba mucho los lamentos de su madre, que a él le proporcionaban mucha felicidad, el ogro estallo en carcajadas y le dijo: “jajajaja no hijo no te equivoques esa mujer era mía, tu tendrás que buscar la tuya” y abriendo un cajón de su buro saco muchas monedas de oro y le dijo: “Ten ve y encuéntrala, y no regreses hasta que la traigas encadenada” ese día se abrieron las puertas del castillo negro de par en par, por las que salió “Realidad”. Su padre lo despidió en la puerta, sabía que su crio encontraría la felicidad. Siempre que exista un ogro o el hijo de un ogro, habrá una princesita esperándolo para consumar la desgracia de su vida, ¿Tú no serás una de ellas? Soltera o con años viviendo con el ogro. Y yo te preguntó ¿Hasta Cuándo? ¿No puedes vivir sin tus cadenas?