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Causa N°: 32181-2.

CH. O. H. S/ HOMICIDIO CULPOSO.-

///cedes, de marzo de 2017.

AUTOS Y VISTOS: La apelación deducida por la señora Defensora Particular del


encausado O. H. C., Dra. R. D. (a fs. 1/3), contra el auto que en copia luce a fs. 4, en el cual el
Juez integrante del Tribunal en lo Criminal n° 1 Departamental, Dr. Roberto Guillermo Bocacci
resolvió mantener como fecha de vencimiento de la inhabilitación especial para conducir
automóviles la que surge del cómputo de fs. 313 –el día 7/6/2023-.

Y CONSIDERANDO: I) Que para así decidir el Magistrado de Grado explicó que en el caso
de autos no se secuestró el registro de conducir durante el proceso, como tampoco se inhabilitó
al imputado para conducir durante ese período, razón por la cual "las penas serán a cumplir de
manera efectiva a partir en que pasan a autoridad de cosa juzgada".

II) La impugnante se agravia en que la decisión impugnada viola el principio de


congruencia como derivación del derecho de defensa, lo que la torna arbitraria. Invoca que a su
asistido ya se le tuvo por cumplida la pena condicional de dos años tomándose como base la
sentencia de condena de primera instancia (año 2007), entonces se debería tomar esa fecha
también para el caso de la inhabilitación –cita en refuerzo de su tesitura el fallo “Cabello,
Sebastián s/ recurso de casación”-.

Cuestiona que el rechazo a efectuar el cálculo conforme el último párrafo el art. 27 del
Código Penal resulta “inatingente y por lo tanto se torna arbitrario por autocontradictorio”.
Agrega que "si bien nunca le sacaron el carnet de conducir a su asistido eso no justifica que deba
tomarse como una pena de cumplimiento efectivo, por el contrario encuadra claramente en el
caso del art. 27 último párrafo del C.P.".

Hace reserva del Caso Federal (art. 14 de la ley 48).

III) Adelantamos que los agravios no están destinados a correr suerte favorable puesto
que no alcanzan a conmover los fundamentos que le proporcionan sustento a la decisión
impugnada.

La fecha a partir de la cual la sentencia que impuso la pena de inhabilitación ha pasado


en autoridad de cosa juzgada es el marcador temporal correcto para iniciar el cómputo. Recién
en ese momento procesal la sentencia condenatoria adquiere la condición legal necesaria para
ser ejecutoriada.

La interpretación que postula la Defensa, al margen de no encontrar apoyo en los


dispositivos legales aplicables al caso, tiene la virtud de volver inoperante al derecho penal, pues
su recepción tornaría de imposible cumplimiento una pena de ejecución efectiva como la de
inhabilitación. Vale decir que no podría ejecutarse durante el trámite de impugnación contra la
sentencia de primera instancia puesto que ello colisionaría con el principio de inocencia, y
tampoco podría ser ejecutada una vez firme porque habrían cesado sus efectos en función del
transcurso de un tiempo mayor al de su duración, contado desde la primera sentencia. Pues
bien, esto significaría - si llevamos el razonamiento hasta sus últimas consecuencias - la creación
de una causa de prescripción de la pena en contradicción con la totalidad del sistema arbitrado
por el código penal (cf. artículos 65, 66, 67 y cc, de dicho cuerpo legal).
Está en claro que la tesitura de la Defensa carece de viabilidad por resultar disfuncional.
Pero ahora interesa analizarla desde el plano estrictamente normativo y explicando por qué el
caso de la pena de inhabilitación no se rige por la pauta contenida en el último párrafo del
artículo 27 del código penal. Este precepto establece una excepción a la regla general para evitar
que el trámite del recurso contra la sentencia condenatoria que impone una pena de ejecución
condicional cause un perjuicio al imputado cuando la impugnación es rechazada. Justamente
por esta razón la ley establece en tal caso que "los plazos se computarán desde la fecha del
pronunciamiento originario". Va de suyo que la diferencia esencial entre la pena de prisión de
ejecución condicional (cf. artículo 26 primer párrafo del código penal) y la pena de inhabilitación
que jamás admite "la condenación condicional” (cf. último párrafo del artículo recién citado)
justifica el distinto tratamiento de las situaciones desde el punto de vista legal y descarta de
lleno el argumento de la Defensa que encuentra "autocontradictorio" al pronunciamiento
recaído en primera instancia.

Por lo demás, no podemos soslayar el error conceptual que se desliza en el recurso


cuando se predica que al causante "ya se le tuvo por computada y cumplida la pena condicional
de dos años"; en rigor de verdad, la pena de ejecución condicional no se tuvo por cumplida (lo
que si importaría una contradicción en los términos) sino por "no pronunciada", ello siguiendo
el correcto contexto lingüístico que surge del primer párrafo del artículo 27 del código penal.

En apoyo de su posición, la recurrente también invoca lo resuelto por la Sala Tercera de


la Cámara Federal de Casación Penal en el fallo "Cabello, Sebastián s/recurso de casación",
dictado el 30 de agosto de 2013. Sin embargo, a poco que se avance en la lectura del citado
pronunciamiento, se advierte una diferencia sustancial que rompe cualquier posibilidad de
analogía con el presente caso. Nos estamos refiriendo a que Cabello fue inhabilitado
provisoriamente cuando se lo procesó, tras lo cual entregó voluntariamente su licencia de
conducir, de allí que se haya resuelto que el cómputo del plazo de la inhabilitación debía
realizarse "desde el tiempo del proceso y no a partir de la sentencia". Nada de esto sucedió en
nuestro caso.

Así pues, con arreglo a los motivos hasta aquí expuestos, corresponde confirmar la
resolución atacada en tanto el cómputo se realizó conforme a derecho.

Por lo expuesto, citas legales y de conformidad con lo normado en los arts. 26, 27 y cc.
del C.P. y arts. 21 inc. 1°, 106 y ccs. del C.P.P.; este Tribunal RESUELVE:

I) Declarar admisible el recurso de apelación interpuesto por la Doctora R. D. en calidad


de Defensora del causante O. H. Ch.

II) Confirmar en todo lo que decide la resolución que viene apelada.

Regístrese, notifíquese y oportunamente bajen.

HUMBERTO VALLE CAMILO E PETITTI

JUECES DE CÁMARA

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