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Guanajuato ocupa el lugar número 14 entre las entidades de nuestro país por número de
casos reportados de desaparición de personas. Al día 1 de diciembre de 2017 se habían
registrado un total de 1,260 casos, de los cuales prácticamente la cuarta parte son mujeres
de entre 12 y 18 años y en los hombres la mayor parte de los casos se da en las edades de
mayor productividad, es decir entre los 15 y 39 años1. En la gráfica siguiente se puede
observar claramente que el crecimiento en el número de desapariciones en nuestro Estado se
comporta de manera exponencial, iniciando desde el año 2006, coincidiendo con el inicio de
la llamada “Guerra contra el Narcotráfico”.
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Datos tomados de la página web www.personasdesaparecidas.org.mx
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En Guanajuato han ocurrido recientemente algunos casos que por sus particulares
características llaman la atención, a continuación, los enlistamos.
El primero es el conocido caso de los Cazadores del Coecillo, otro es el de los Migrantes
desaparecidos de San Luís de la Paz, un tercer caso notable es el de la Familia de Celaya y
también quisiéramos mencionar el caso de las Fosas de Villagrán.
2. Los Migrantes de San Luís de la Paz son un grupo de 23 hombres, que salieron en
autobuses el día 21 de marzo de 2011 de Dolores Hidalgo y de San Luís de la Paz, con
rumbo a los Estados Unidos, con el objetivo de buscar trabajo y no se volvió a saber de
ellos. Las esposas y madres de los desaparecidos han esperado durante años una noticia
de las autoridades. En sus diligencias son apoyadas por la Fundación para la Justicia y
el Estado Democrático de Derecho, una organización nacional dedicada a la promoción
del acceso a la justicia de víctimas. Gracias al acompañamiento de la Fundación, las
mujeres han acudido a talleres y después de 5 años, la mayoría lograron ser incorporadas
al Registro Nacional de Víctimas, aunque aún falta el 20%, y quiénes ya reciben
fondos se enfrentan a trabas burocráticas, ya que no hay coordinación entre la oficina
central y la delegación de Guanajuato. La Procuraduría General de la República ha hecho
esperar durante siete años a los familiares de estos 23 migrantes desaparecidos; sus
esposas y madres presionan en las investigaciones, que son inconsistentes y
contradictorias. Fue hasta la tercera ocasión que acudieron a iniciar la denuncia, que se
abrió el expediente por parte de las autoridades.
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Fuentes consultadas:
• https://www.proceso.com.mx/334025/cazadores-desaparecidos-en-zacatecas-donde-estan-que-les-
ocurrio
• https://www.proceso.com.mx/282496/identifican-a-uno-de-los-ocho-cazadores-que-desaparecieron-
en-zacatecas
• https://periodicocorreo.com.mx/familiares-cazadores-desaparecidos-exigen-justicia/
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La Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) tardó 5 años en reconocerlas, y
lo hizo mal. La espera continúa en la región más pobre del estado de Guanajuato3.
Quisimos poner los mencionados casos como antecedente, para comentarle las diversas
problemáticas que nosotros, los familiares de las personas desaparecidas enfrentamos día a
día en la búsqueda de solución, acompañamiento y apoyo por parte de las instituciones del
Estado.
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Fuentes consultadas:
• http://enelcamino.piedepagina.mx/ruta/la-indolente-busqueda-por-23-migrantes-desaparecidos/
4
Fuentes consultadas:
• https://www.excelsior.com.mx/nacional/cuerpos-no-corresponden-a-ellos-dice-pariente-de-
familia-desaparecida-en-celaya/1237227
• https://www.proceso.com.mx/533049/una-tragedia-tras-otra-suman-al-menos-12-cuerpos-en-una-
fosa-en-guanajuato-los-de-la-familia-aun-no-son-plenamente-identificados
5
Fuentes consultadas:
• https://aristeguinoticias.com/1109/mexico/gobierno-de-guanajuato-oculto-informacion-de-3-fosas-
clandestinas-zona-franca/
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Estas son algunas de ellas:
• Indolencia y falta de oficio en primera atención. Personal de agencias del Ministerio
Público sigue negándose a recibir denuncias e iniciar investigaciones antes de haber
transcurrido “las 72 horas” de la desaparición de las personas. Esto a pesar de no existir
disposición oficial o ley alguna que especifique ese tiempo de espera para iniciar la
búsqueda, sobre todo en casos tan urgentes y en los que el tiempo es un factor clave para
la vida o muerte de las víctimas, como los de desaparición de personas. Más bien, la
nueva Ley prevé la búsqueda inmediata.
• Inacción por parte de los agentes investigadores. En algunos casos el abogado de
oficio no revisa frecuentemente el expediente del caso. Somos las familias de las víctimas
quienes tenemos que revisar lo que se va sumando en la carpeta y cuando por fin nos
recibe el servidor público, en lugar de darnos noticias nos pregunta “¿Qué me traen?”, tal
como si el trabajo de investigación no fuera la obligación del propio servidor público,
sino de nosotros los familiares, quienes terminamos haciendo su trabajo.
• Falsos resultados de investigaciones. En el caso de los Migrantes de San Luís de la Paz,
en una ocasión el agente investigador nos citó para “entrega de cuerpos”. Cuando nos
presentamos los familiares a la cita, primeramente, nos pidió reconocer algunas prendas
de vestir, sin embargo, nuestra pregunta hacia él fue “si nos van a entregar cuerpos
supuestamente calcinados, ¿cómo es que las prendas de vestir existen y no están
carbonizadas?”. El notable nerviosismo del agente nos hizo deducir que solamente estaba
buscando la forma de dar “carpetazo” al caso, la diligencia se canceló y el caso aún sigue
sin resolver.
• Carpetazos y “desaparecer dos veces”. En el momento de ir a denunciar, de manera
deliberada y en mala fe los funcionarios públicos en los Ministerios Públicos
“desaparecen” dos o más veces las denuncias presentadas por los familiares,
revictimizándolos y obligándolos a cambiar de MP y de ciudad para ser atendidos. Se les
hace perder tiempo precioso o, en varias ocasiones, no se quiere aceptar una denuncia por
desaparición, aunque se tengan todas las condiciones.
• Vista gorda. Aun cuando los familiares tenemos indicios, evidencias y posibles
responsables, conseguidos con grandes riesgos para nuestra seguridad, no se profundizan
las investigaciones y menos se llega a alguna acusación formal. Además de buscar e
investigar y señalar, juntando pruebas, hay que presionar para el ejercicio de alguna
acción penal. Esto muestra simulación y engaño por parte de las autoridades.
• Poca institucionalidad. No se da una relación institucional con quienes debería
investigar los casos, sino que mucho, demasiado, depende de las relaciones personales
entre las familias y uno que otro funcionario. De este modo, todo avance parece ser un
“favor”, no un derecho o fruto de un trabajo realmente comprometido por parte de la
autoridad.
• En el estado de Guanajuato, el organismo público de derechos humanos, denominado
Procuraduría de Derechos Humanos del Estado de Guanajuato es prácticamente
inoperante y no constituye un apoyo para los casos de desapariciones forzadas y por
particulares.
• Obstáculos para la incidencia internacional, tal como sucedió cuando algunas familias
quisieron tramitar visas para viajar a Washington, a la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos (CIDH).
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• El registro de personas extraviadas y desaparecidas (RNPED), cerrado en abril de
2018, no daba y no da cuenta correctamente de este terrible crimen en muchos sentidos6.
Por ejemplo, no se conoce el número de personas que “entran y salen” de los registros en
cada corte, y así no se tiene la información correcta sobre las personas desaparecidas.
• Omisión legislativa estatal, desde este año entró en vigor la Ley General en Materia de
Desaparición Forzada de Personas, Desaparición cometida por Particulares y del Sistema
Nacional de Búsqueda de Personas, misma que tendría que haber sido armonizada por el
Congreso local. El Congreso no lo ha hecho, por tanto, no se ha creado la Comisión
Estatal de Búsqueda, lo que dificulta el acceso a la justicia a nuestras familias.
• Finalmente, señalamos que en Guanajuato no existe una Comisión de Atención a
Víctimas, ni un fondo de reparaciones, ni medidas de reparación integral del daño. Por
lo que urgimos al Gobierno Federal para que presione al Legislativo estatal para la
creación de las medidas pertinentes para la reparación del daño.
Por todo lo anteriormente expuesto, nos permitimos hacer ante Usted las siguientes
peticiones:
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Ver estudio completo: http://frayjuandelarios.org/blog/Diagnostico_RNPED.pdf
5
municipal, operación del C4, etc.) con lo dispuesto por la nueva Ley en Materia de
Desaparición y el marco de derechos humanos
6. El apoyo y solicitud para la creación de Observatorios Ciudadanos sobre Desaparición
de Personas, con participación de familiares, periodistas, académicos, defensores de
DDHH, representantes de instituciones y sectores de la ciudadanía, con canales efectivos
de interlocución con las autoridades
7. La apertura de ventanillas de atención ciudadana y asesoría jurídica efectiva,
identificable claramente, presente en la web con sus servicios, y especializada en atención
de casos de desaparición de personas que pueda recibir denuncias (facultad prevista en la
nueva Ley)
8. Activar todos los protocolos y mecanismos de búsqueda inmediata en la entidad y
los municipios, con participación y coordinación de medios masivos de
comunicación, redes sociales, autoridades y ciudadanos.
9. Apoyo en la creación de una Alerta Especial de desaparición para personas de la tercera
edad (eventualmente aplicable a toda la población) en cada municipio, siguiendo el
ejemplo la Alerta Ámber, que se activa cuando una persona menor de edad es
desaparecida.
10. La activación y refuerzo de protocolos especiales de prevención de detenciones
arbitrarias, antesala de posibles desapariciones forzadas, y mecanismos de reparación
del daño cuando en el crimen están involucrados policías municipales o estatales.
11. No es superfluo recordar que los protocolos de búsqueda deben contemplar personal
capacitado, acompañamiento de seguridad confiable, redes para coordinarse y acceso a
todo tipo de instalación.
12. Las víctimas tenemos miedo para denunciar, por lo que pedimos medidas de protección
de acuerdo a estándares nacionales e internacionales.
13. Quisiéramos señalar que políticas de “seguridad” basadas en la militarización de los
territorios y en planes como la Iniciativa Mérida han servido principalmente intereses
particulares y, lejos de controlarlas, han desatado las oleadas de violencia que hemos
vivido en la entidad y la invasión de armas desde Estados Unidos.
Sin más por el momento, agradecemos una vez más el interés demostrado por Usted en
nuestros casos, deseándole el mayor de los éxitos y poniéndonos a sus órdenes para entre
todos los mexicanos sacar adelante a nuestro querido país.
ATENTAMENTE