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Departamento de Historia
Mérida – Mérida
LO PÚBLICO Y LO PRIVADO
“En las últimas décadas las discusiones sobre lo público y privado han llegado a
tener un lugar privilegiado en los debates sobre la ciudad. Por un lado, algunos
discursos alertan el debilitamiento y la pérdida del espacio público; por otro lado, lo
privado recuperaría la centralidad llegando incluso a organizar la ciudad.
Finalmente, para otros, las formas innovadoras de sociabilidad en la vida pública re-
configurarían el fenómeno urbano” (Soto P).
Los conceptos de lo público y lo privado han desdibujados sus límites por lo cual es
necesario investigar acerca del origen y las consecuencias actuales de este
fenómeno.
Teniendo en cuenta lo antes mencionado es útil conocer lo que entendemos por
publico y por privado, lo público en su uso cotidiano vendría siendo aquello que es
notorio, lo que todo el mundo puede ver y saber, aquello que pertenece a todos,
que pertenece a la sociedad, por consiguiente, lo público connota que es un hecho
que se produce “a la vista de todos”, en cuanto a privado podemos definirlo como
aquello que se hace a vista de pocos, lo que se hace en el ámbito doméstico o en
el espacio físico de la vivienda, también las relaciones parentales; se trata de un
hecho “particular y personal de cada uno” aunque debido al fenómeno de las
cámaras en los espacios públicos (Irwin, A. 1975), psicólogo social y ambiental,
define la privacidad como "el control selectivo del acceso a uno mismo o al grupo
al que uno pertenece" . Este control selectivo puede verse desde dos vertientes:
control de la propia interacción social (contacto social con los demás) y control de
la información ofrecida durante la interacción. Lo que resulta interesante de esta
teoría es que la privacidad no debe definirse como parece ser únicamente en
términos de aislamiento, reclusión o exclusión, si no para cada situación (incluidas
las dimensiones temporales, sociales y ambientales) una persona establece el
grado que considera óptimo de acceso de su yo a los otros, una adecuada
privacidad resulta del equilibrio entre el grado de privacidad deseado y el
realmente obtenido, y estos dos aspectos son definidos por cada persona en cada
situación concreta de interacción y regulados por múltiples mecanismos de
carácter verbal, no verbal, sociocultural y espacial.
Para los romanos lo público quedaría definido en el Derecho Romano como res
pública, base de la noción república, en las acepciones de cuerpo político de una
nación y también ‘causa pública’, es decir, del común de la gente.
“El primero es griego y se llama plaza pública que tiene físicamente la forma de
la comunicación porque es un lugar plano, amplio, abierto y que produjo, entre otras
cosas, la democracia; la democracia es estrictamente un estilo de comunicación.
La comunicación para entender la vida y encontrarle algún sentido que haga que
valga la pena vivirla… Alrededor de la plaza pública aparecen las calles y el espacio
se va haciendo más privado” (Fernández, P).
Finalmente entendí por espacio público al espacio del debate público y espacio de
lo público a los espacios donde efectivamente, se produce el cruce y el encuentro
entre unos y otros y donde, eventualmente, estos debaten. De la misma manera
podemos separar el espacio privado y el espacio de lo privado. Pues Marc, A. en
el video explica el concepto de no-lugar partiendo del concepto de lugar, y dice que
es definido por la identidad, las relaciones y la historia de un espacio, y en
contraposición, el no-lugar no puede definirse ni como espacio de identidad ni como
un espacio de relaciones e historia. El habla de los no lugares como espacios de
tránsito, donde no hay más que soledad y un instante que se pierde en recuerdos.
Estos no lugares como los caminos hacia los lugares que queremos habitar. Los
caminos, que no son más que guías hacia destinos lugares. Cada vez hay más
recorridos, más intersecciones, más espacios no lugares que nos llevan a un lugar.
Los no lugares son centros comerciales, espacios de ocio o de transición. Y estos
también aparecen cada vez más por todos lados. En otro sentido podemos ver como
la oposición de lugar y no lugar nos ayuda a comprender que la frontera entre lo
público y lo privado se ha desplazado de hecho ha desaparecido, y, sobre todo, que
el espacio público se ha convertido en buena medida en espacio del consumo.
En la actualidad cotidiana en la que vivimos, los espacios se llenan cada vez más
de no-lugares generando individualismo y desequilibrios, al mismo tiempo que los
lugares de lo público se involucran en lo privado, remplazando a la opinión con
información parcial, debemos detenernos entre este desenfreno de cotidianeidad y
observar los no lugares para hacerlos lugares a través del arte. Hay que hacerlos
nuestros, intervenirlos, y darles un significado más, que un no lugar. Como
interventores del espacio tenemos las herramientas para hacerlo, para
apoderarnos nuevamente de ellos.