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Universidad de los Andes

Facultad de Arquitectura y Diseño Escuela de Arquitectura

Departamento de Historia

Mérida – Mérida

Alumno(a) Lory E. Castillo A. CI: 20.851.094

Docente: Luis Bastidas V.

LO PÚBLICO Y LO PRIVADO

“En las últimas décadas las discusiones sobre lo público y privado han llegado a
tener un lugar privilegiado en los debates sobre la ciudad. Por un lado, algunos
discursos alertan el debilitamiento y la pérdida del espacio público; por otro lado, lo
privado recuperaría la centralidad llegando incluso a organizar la ciudad.
Finalmente, para otros, las formas innovadoras de sociabilidad en la vida pública re-
configurarían el fenómeno urbano” (Soto P).

Los conceptos de lo público y lo privado han desdibujados sus límites por lo cual es
necesario investigar acerca del origen y las consecuencias actuales de este
fenómeno.
Teniendo en cuenta lo antes mencionado es útil conocer lo que entendemos por
publico y por privado, lo público en su uso cotidiano vendría siendo aquello que es
notorio, lo que todo el mundo puede ver y saber, aquello que pertenece a todos,
que pertenece a la sociedad, por consiguiente, lo público connota que es un hecho
que se produce “a la vista de todos”, en cuanto a privado podemos definirlo como
aquello que se hace a vista de pocos, lo que se hace en el ámbito doméstico o en
el espacio físico de la vivienda, también las relaciones parentales; se trata de un
hecho “particular y personal de cada uno” aunque debido al fenómeno de las
cámaras en los espacios públicos (Irwin, A. 1975), psicólogo social y ambiental,
define la privacidad como "el control selectivo del acceso a uno mismo o al grupo
al que uno pertenece" . Este control selectivo puede verse desde dos vertientes:
control de la propia interacción social (contacto social con los demás) y control de
la información ofrecida durante la interacción. Lo que resulta interesante de esta
teoría es que la privacidad no debe definirse como parece ser únicamente en
términos de aislamiento, reclusión o exclusión, si no para cada situación (incluidas
las dimensiones temporales, sociales y ambientales) una persona establece el
grado que considera óptimo de acceso de su yo a los otros, una adecuada
privacidad resulta del equilibrio entre el grado de privacidad deseado y el
realmente obtenido, y estos dos aspectos son definidos por cada persona en cada
situación concreta de interacción y regulados por múltiples mecanismos de
carácter verbal, no verbal, sociocultural y espacial.

Posteriormente, el uso de público y publicidad “denota una variedad de


significaciones concurrentes” que se originan de diferentes etapas históricas, hecho
que en opinión de Habermas, requiere de mayores precisiones porque genera
confusión “No sólo el lenguaje cotidiano contribuye a ello, especialmente maculado
por la jerga de la burocracia y de los medios de comunicación de masas; también
las ciencias, sobre todo la ciencia jurídica, la politología y la sociología son
manifiestamente incapaces de sustituir categorías tradicionales como ‘público’ y
‘privado’, ‘publicidad’ y ‘opinión pública’ por conceptos más precisos” ( Habermas,
J. 1994)

A través del tiempo estos conceptos han evolucionado, un ejemplo de ello es la


concepción de lo público y lo privado a través de la evolución de la historia, en el
ámbito espacial han ocasionado transformaciones culturales nuevas formas de
influencia, nuevos lugares y prácticas que se entrecruzan dinámicamente en la
ciudad.

“En la ciudad griega, la esfera de la poli, común al ciudadano libre, está


estrictamente separada de la esfera privada en la que cada uno ha de apropiarse
aisladamente de lo suyo. La vida pública, se desenvuelve en el ágora, pero no está
localmente delimitada. Los ciudadanos están descargados del trabajo productivo
pero la participación en la vida pública depende de su autonomía privada… La
esfera privada no está solamente en el nombre ligada a la casa, la riqueza mueble
y la disposición sobre la fuerza de trabajo constituyen poder sobre la economía
doméstica y sobre la familia, como a la inversa la pobreza y la carencia de esclavos
constituyen de por sí un obstáculo para la admisión en la polis.” (Habermas, P.)

Para los romanos lo público quedaría definido en el Derecho Romano como res
pública, base de la noción república, en las acepciones de cuerpo político de una
nación y también ‘causa pública’, es decir, del común de la gente.

Y es que, si observados desde el punto de vista de la comunicación es fácil constatar


que cada ámbito crea una forma específica de intercambio de mensajes, de
comunicación. Sobre este punto de los espacios y la forma de comunicación que
generan; el psicólogo español Pablo Fernández ha tratado el tema. Dice por ejemplo
en sugerente posición que: “Los verdaderos modos de comunicación de masas no
pasan de cinco y ninguno de ellos es la televisión, y tampoco ninguno es novedad
de nuestro tiempo.” Interpreta luego:

“El primero es griego y se llama plaza pública que tiene físicamente la forma de
la comunicación porque es un lugar plano, amplio, abierto y que produjo, entre otras
cosas, la democracia; la democracia es estrictamente un estilo de comunicación.
La comunicación para entender la vida y encontrarle algún sentido que haga que
valga la pena vivirla… Alrededor de la plaza pública aparecen las calles y el espacio
se va haciendo más privado” (Fernández, P).

La relación entre lo privado y lo público puede configurarse de una forma nueva


según las dinámicas de la sociedad. En las sociedades industrializadas y
urbanizadas, a diferencia de lo que pasaba en las sociedades simples, los dos
términos se ponen en contraposición el uno con el otro. Lo público se considera
como el lugar de la construcción, contrapuesto a lo privado, visto como el lugar del
mundo vital y de los afectos. La noción de privacidad es una de las novedades de
la modernidad, coherente con el desarrollo de la idea de individualidad que ella
propone y estimula. Proceso personal pero también político y económico que
impacta todos los ámbitos de la vida, se podría decir que “empieza el día en que
se cerraron las puertas de las casas, aunque no hiciera frío, porque tras ese
portazo se funda un nuevo espacio comunicativo: el espacio privado doméstico, la
casa.”
“En el recinto privado de la casa se crea una zona de intercambio público
alrededor de la mesa del comedor, para la que se confeccionan formas de
expresión especiales, arreglos, juegos de mesa, vajillas; se escriben tratados de
modales y costumbres, etc.”

La modernidad permitió la interacción de lo público y lo privado. En el plano privado


empezó a ser importante la satisfacción de nuevas necesidades básicas, al mismo
tiempo que lo público empezó a ser de interés de las familias. Esto ocurría al tiempo
en que en la sociedad emergía un espacio de organización intermedio, ni público ni
privado; y como espacio conveniente de este nuevo tipo de comunicación se
encuentran los cafés, que es el lugar que brindaría una nueva forma de relacionarse
pues ya no se trataría solo de la casa y la calle ya que este lugar era junto el punto
de encuentro entre ambos , esta nueva forma de comunicarse seria invalorable ya
que es un espacio diferente al de la calle, en principio eran solo los café más tarde
Serian bares y restaurantes los lugares en los que la gente se cita y se reúne para
hablar.

¿La relación público-privado se presenta hoy desequilibrada, en este contexto nos


preguntamos entonces por los contenidos de ambos espacios, y debemos
cuestionarnos, ¿realmente existen espacios públicos y espacios privados?

El incremento de nuevas tecnologías de comunicación de hoy, nos obliga a


reconsiderar la naturaleza de la vida pública y privada y las cambiantes relaciones
entre éstas. En las sociedades contemporáneas los límites entre lo público y
privado se confunden y cambian constantemente, es más si miramos al pasado
cuando para los antiguos griegos, la privacidad se centraba en el hogar y en la
familia, esa “privacidad” era relativa ya que el simple hecho de que otras personas
te estén observando o escuchando a la hora de hacer o decir algo ya no lo hace
privado, cualquier forma de expresión ya sea hablar o emitir algún tipo de gesto o
sonido que comunique a otros lo que estamos pensando ya no hace de esas
acciones algo privado por más que las estés expresando en la intimidad de tu
hogar, teóricos expresan que La sala es lo público de la casa, y la
habitación, lo privado, de la misma manera que los espacios generales pueden ser
públicos o privados con respecto a otros, como el café, que es casa pública o el
apartamento privado, según se vea. El significado de hacer algo en público
depende del espacio en que se esté hablando. Estas teorías me llevan a pensar
es que es cierto que si admitimos como racionales, razonables, civilizadas,
agradables, publicables; lo público individual será lo consciente del individuo,
mientras que su parte más privada, alejada, cerrada, será lo inconsciente, En su
parte pública (consiente) accesible se ubican las ideas e imaginaciones
colectivamente, lo que hace pensar que hay un lugar dentro del cuerpo donde que
no conocemos de nosotros mismos, (inconsciente) . La colectividad, que abarca
todo el esquema, empieza pensando y sintiendo con la calle: la calle inventa la
casa; la casa construye el café, el café crea el parlamento: el parlamento se
revierte y al final la colectividad crea al individuo. Este proceso de creaciones es
un juego entre lo público y lo privado, entre hablar y callar, juntar y aislar, mostrar
y ocultar, pero lo que se puede notar al término de la historia es que ya no hay
demarcación clara entre lo público y lo privado, sino que ambos están en todas
partes, cada espacio tiene su publicidad y su privacidad; el espíritu colectivo
piensa y siente mediante espacios, por lo que éstos deben entenderse como
verdaderas personas colectivas, que se mueven, no entre lo consciente y lo
inconsciente, ni entre lo social y o individual, sino entre lo público y lo privado.
Los espacios los definen las personas, las personas se encargan de darle vida e
identidad o por el contrario hacen de ellos espacios anónimos , incluso han habido
personas que han intentado forzar estos espacios queriendo imponer espacios
privados donde ya están establecidas las áreas para la sociedad, y es allí donde los
espacios se tornan hostiles sobre todo por la manera en que, en ciudades de todo
el mundo, se han dado a la tarea de instalar diferentes mecanismos de defensa
todo esto para evitar que las personas sin techo o en situación de calle duerman es
estas áreas públicas. Uno de los casos que adquirió bastante notoriedad fueron las
púas metálicas de Londres, las que aparecieron en la entrada de un edificio
residencial y que e instalaron por toda la ciudad para impedir que la gente duerma
en la calle, este ejemplar fue catalogado como un “No lugar” por diseño, un lugar
completamente inhabitable

Finalmente entendí por espacio público al espacio del debate público y espacio de
lo público a los espacios donde efectivamente, se produce el cruce y el encuentro
entre unos y otros y donde, eventualmente, estos debaten. De la misma manera
podemos separar el espacio privado y el espacio de lo privado. Pues Marc, A. en
el video explica el concepto de no-lugar partiendo del concepto de lugar, y dice que
es definido por la identidad, las relaciones y la historia de un espacio, y en
contraposición, el no-lugar no puede definirse ni como espacio de identidad ni como
un espacio de relaciones e historia. El habla de los no lugares como espacios de
tránsito, donde no hay más que soledad y un instante que se pierde en recuerdos.
Estos no lugares como los caminos hacia los lugares que queremos habitar. Los
caminos, que no son más que guías hacia destinos lugares. Cada vez hay más
recorridos, más intersecciones, más espacios no lugares que nos llevan a un lugar.
Los no lugares son centros comerciales, espacios de ocio o de transición. Y estos
también aparecen cada vez más por todos lados. En otro sentido podemos ver como
la oposición de lugar y no lugar nos ayuda a comprender que la frontera entre lo
público y lo privado se ha desplazado de hecho ha desaparecido, y, sobre todo, que
el espacio público se ha convertido en buena medida en espacio del consumo.

En la actualidad cotidiana en la que vivimos, los espacios se llenan cada vez más
de no-lugares generando individualismo y desequilibrios, al mismo tiempo que los
lugares de lo público se involucran en lo privado, remplazando a la opinión con
información parcial, debemos detenernos entre este desenfreno de cotidianeidad y
observar los no lugares para hacerlos lugares a través del arte. Hay que hacerlos
nuestros, intervenirlos, y darles un significado más, que un no lugar. Como
interventores del espacio tenemos las herramientas para hacerlo, para
apoderarnos nuevamente de ellos.

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