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1.

ANOREXIA NERVIOSA

La anorexia nerviosa es un trastorno de la alimentación que afecta generalmente a las mujeres


jóvenes. Los anoréxicos tienen un miedo intenso a engordar y perder el control de su figura
corporal. Una carencia de nutrición adecuada puede causar problemas de salud física y mental,
por lo tanto, la anorexia debe tratarse lo antes posible. (Giménez, 2011)

La anorexia nerviosa es un trastorno caracterizado por un comportamiento que tiene como


objetivo perder peso o a mantenerlo en los valores mínimos normales. La persona que sufre de
anorexia tiene además un miedo irracional a engordar y percibe su propia imagen corporal de
forma distorsionada. Además, presenta problemas psicológicos, alteraciones hormonales y en
el caso de las mujeres, ausencia de menstruación. (Merce, 2008)

La anorexia nerviosa es un desorden alimenticio que amenaza contra la vida y es caracterizada


por la privación de comer y por la pérdida excesiva de peso. El desorden es diagnosticado cuando
una persona pesa por lo menos el 15 por ciento menos del peso normal de su cuerpo. La pérdida
de peso extrema en las personas con anorexia nerviosa puede conducir a problemas peligrosos
de salud e inclusive a la muerte. El término anorexia significa literalmente "pérdida del apetito;"
sin embargo, esta definición es engañosa ya que las personas con anorexia nerviosa con
frecuencia tienen hambre pero, de todos modos, rechazan la comida. Las personas con anorexia
nerviosa tienen intensos temores a engordar y se ven así mismos gordos inclusive cuando están
muy delgados. Estos individuos pueden tratar de corregir esta percibida “imperfección”
limitando el engerimiento de la comida de manera estricta y haciendo excesivo ejercicio con la
finalidad de perder peso.

A menudo, la anorexia nerviosa comienza entre los 15 y 25 años, pero puede desarrollarse en
niños de tan solo 10 años o en personas mayores. Aunque el 90 por ciento de quienes tienen
anorexia son mujeres, la anorexia también puede afectar a los hombres. Resulta difícil calcular
lo extendida que está la anorexia nerviosa, pero los sondeos sugieren que el 1 por ciento de las
jóvenes (de 15 a 25 años) padecen la enfermedad.
2. CAUSAS DE LA ANOREXIA

Factores predisponentes o de riesgo. Estos factores, a su vez, incluyen factores individuales,


familiares y sociales.

2.1 Factores individuales: Se trata de factores genéticos, biológicos y de personalidad.

Podría existir un componente genético, ya que la anorexia es más frecuente en hermanas de


anoréxicas. Afecta más al sexo femenino. Los hallazgos biológicos se fundamentan en
alteraciones hormonales y en la implicación de unas sustancias llamadas neurotransmisores
(como es la serotonina) que actúan en la regulación del apetito. La personalidad suele ser del
tipo obsesivo-compulsivo e histriónico. Son autoexigentes y perfeccionistas en extremo, tanto
que nunca alcanzan los niveles que se imponen, con lo que su autoestima disminuye y su
tendencia depresiva se incrementa.

2.2 Factores familiares: El carácter de sobreprotección, el alto nivel de aspiraciones, la rigidez,


la prolongada duración de los conflictos, etc., favorecen el desarrollo de la anorexia.

Estas alteraciones en la dinámica de las relaciones familiares, una vez establecida la enfermedad,
constituyen también un factor perpetuador.

2.3 Factores sociales y culturales: Junto con los psicológicos, serán decisivos en el desarrollo de
la enfermedad. El aumento del número de casos es debido, en gran parte, a que en nuestra
cultura se insiste mucho en la importancia de seguir una dieta «sana», entendiendo como tal
una dieta baja en calorías, pobre en grasas y azúcares y sin condimentos. Por otra parte, la
imagen corporal y la delgadez son sobrevaloradas. En nuestro medio, estar delgado y tener una
figura estilizada se consideran valores personales muy positivos.

Todos estos estereotipos, que se difunden sobre todo a través de la publicidad con consignas
como “cuerpos perfectos”, “dietas milagrosas para adelgazar”, “figura ideal”, etc., influyen de
tal manera en las adolescentes que ellas intentan emular el canon de belleza.
Otro factor de riesgo es la práctica de determinados deportes (ballet, gimnasia, etc.) o de
profesiones (modelos, actrices de cine) que exigen tener un peso bajo.
2.4 Factores precipitantes o desencadenantes: Los factores precipitantes representan una
amenaza para el autocontrol, la autoestima o el equilibrio:

1. El inicio de una dieta restrictiva es el principal factor desencadenante.


2. Los cambios corporales propios de la pubertad y la adolescencia, en especial el rápido
incremento de peso o las críticas recibidas respecto a la imagen física.
3. Acontecimientos vitales importantes, como un traumatismo que haya desfigurado el
aspecto físico, rupturas conyugales de los padres, fallecimiento de alguno de ellos, etc.

2.5 Factores perpetuadores: Junto con los factores individuales no resueltos y, naturalmente,
con la presión sociocultural existente, el principal factor perpetuante lo constituye la presencia
de alteraciones psicopatológicas (consecuencia de la desnutrición continuada).

También favorece la perpetuidad el hecho de que la propia enfermedad sirva para mantener un
aparente equilibrio familiar.

3. LOS SÍNTOMAS

El síntoma principal de la anorexia es la pérdida de peso debida a una ingesta de alimentos baja.
Los niños con anorexia pueden seguir engordando, pero menos que al ritmo normal de un niño
de la misma edad.

Otros síntomas son: dolores de estómago, estreñimiento, diarrea, desmayos, mareos, piel seca,
áspera o descolorida, pelo ralo que se quiebra o se cae, problemas dentales causados por el
ácido estomacal que pudre el esmalte dental durante los vómitos repetidos, insomnio y fatiga.
Con frecuencia, las anoréxicas dejan de tener el periodo. En los niños y quinceañeros puede
retrasar la pubertad y causar problemas de desarrollo físico.

La anorexia también puede causar trastornos de la personalidad y el comportamiento. Un


persona anoréxica puede tener un miedo intenso a engordar o tener una percepción
distorsionada de su propia figura corporal; tener un peso corporal normal y sano puede hacer
que se sientan tensos y muy nerviosos. Pueden caer en depresión, volverse introvertidos o
impacientes, tener cambios de humor, perder el interés por las actividades normales, hacer
demasiado ejercicio, empezar a vomitar en secreto o a tomar laxantes, o usar inhibidores del
apetito o diuréticos
4. TIPOS DE ANOREXIA NERVIOSA

Existen dos tipos diferentes de anorexia nerviosa:

4.1 Tipo restrictivo: este subtipo describe cuadros clínicos en los que la pérdida de peso se
consigue haciendo dieta, ayunando o realizando ejercicio intenso. Durante los episodios de
anorexia nerviosa, estas personas no recurren a atracones ni purgas.

4.2 Tipo compulsivo/purgativo: este subtipo se utiliza cuando el individuo recurre regularmente
a atracones y purgas (o ambos). La mayoría de los individuos que pasan por los episodios de
atracones también recurren a purgas, provocándose el vómito o utilizando diuréticos, laxantes
o enemas de una manera excesiva. Existen algunos casos incluidos en este subtipo que no
presentan atracones, pero que suelen recurrir a purgas, incluso después de ingerir

4. CONSECUENCIAS DE LA ANOREXIA

Las consecuencias son debidas a la propia delgadez y a las acciones realizadas para conseguir la
pérdida de peso. Las manifestaciones secundarias a la delgadez se resuelven cuando el peso
aumenta.
Si la restricción alimentaria se inicia antes de la pubertad, la afectación física es mayor debido a
que la falta de ingesta provoca pérdida de peso y detención del crecimiento; una vez pasada la
pubertad, aunque se coma bien, ya no se crece porque los huesos largos han quedado soldados.
Con la pérdida de peso también se pierde la capa de grasa que se halla situada debajo de la piel,
aumentando así la sensibilidad a la temperatura ambiental. Las manos y los pies están fríos, la
piel seca y el pelo sin brillo y quebradizo, al igual que las uñas. Suele aparecer un vello fino y
largo como una pelusa, llamado lanugo, en zonas donde normalmente no hay vello (espalda,
brazos, mejillas). También se aprecian alteraciones en la pigmentación, protuberancias óseas y
el vientre hundido. Otras posibles complicaciones son las siguientes:

 Alteraciones cardiovasculares. Las pulsaciones cardíacas disminuyen y la presión


arterial baja; esto a veces produce mareos y arritmias (alteraciones del ritmo cardíaco)
que pueden causar un paro cardíaco y, como consecuencia, la muerte. La circulación
sanguínea de la periferia del cuerpo disminuida favorece que brazos y piernas estén fríos
y azulados.
 Alteraciones gastrointestinales. Náuseas, vómitos, diarreas debidas al abuso de
laxantes, estreñimiento, sensación de saciedad precoz a causa de digestiones lentas y
dolores abdominales son las alteraciones habituales.

 Alteraciones sanguíneas. Anemia debida a la falta de hierro y de ácido fólico en la


alimentación.

 Alteraciones hormonales. Muchas son secundarias a la delgadez y se recuperan cuando


el peso aumenta. La alteración en la secreción de las hormonas ováricas y el bajo peso
provocan la pérdida de la menstruación.

 Alteraciones óseas. Los huesos se debilitan porque la masa ósea disminuye, pudiéndose
fracturar con facilidad. Si el inicio de la restricción alimentaria ocurre antes de la
pubertad, dará lugar a personas de baja estatura.

 Alteraciones renales. Deshidratación.

 Alteraciones psíquicas. Muchos pacientes sufren trastornos afectivos, ansiedad y


síntomas obsesivo-compulsivos. Los rasgos obsesivos suelen ser muy intensos y hallarse
centrados en el tema alimentario. En ocasiones, los fuertes sentimientos de culpa y
desesperación cuando no consiguen controlar el peso les provocan ideas, e incluso
intentos, de suicidio. El sueño disminuye en calidad, cantidad y profundidad.

A medida que avanza el cuadro clínico, abandonan sus actividades laborales o académicas
porque no son capaces de centrarse en ellas.

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