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ANOREXIA NERVIOSA
A menudo, la anorexia nerviosa comienza entre los 15 y 25 años, pero puede desarrollarse en
niños de tan solo 10 años o en personas mayores. Aunque el 90 por ciento de quienes tienen
anorexia son mujeres, la anorexia también puede afectar a los hombres. Resulta difícil calcular
lo extendida que está la anorexia nerviosa, pero los sondeos sugieren que el 1 por ciento de las
jóvenes (de 15 a 25 años) padecen la enfermedad.
2. CAUSAS DE LA ANOREXIA
Estas alteraciones en la dinámica de las relaciones familiares, una vez establecida la enfermedad,
constituyen también un factor perpetuador.
2.3 Factores sociales y culturales: Junto con los psicológicos, serán decisivos en el desarrollo de
la enfermedad. El aumento del número de casos es debido, en gran parte, a que en nuestra
cultura se insiste mucho en la importancia de seguir una dieta «sana», entendiendo como tal
una dieta baja en calorías, pobre en grasas y azúcares y sin condimentos. Por otra parte, la
imagen corporal y la delgadez son sobrevaloradas. En nuestro medio, estar delgado y tener una
figura estilizada se consideran valores personales muy positivos.
Todos estos estereotipos, que se difunden sobre todo a través de la publicidad con consignas
como “cuerpos perfectos”, “dietas milagrosas para adelgazar”, “figura ideal”, etc., influyen de
tal manera en las adolescentes que ellas intentan emular el canon de belleza.
Otro factor de riesgo es la práctica de determinados deportes (ballet, gimnasia, etc.) o de
profesiones (modelos, actrices de cine) que exigen tener un peso bajo.
2.4 Factores precipitantes o desencadenantes: Los factores precipitantes representan una
amenaza para el autocontrol, la autoestima o el equilibrio:
2.5 Factores perpetuadores: Junto con los factores individuales no resueltos y, naturalmente,
con la presión sociocultural existente, el principal factor perpetuante lo constituye la presencia
de alteraciones psicopatológicas (consecuencia de la desnutrición continuada).
También favorece la perpetuidad el hecho de que la propia enfermedad sirva para mantener un
aparente equilibrio familiar.
3. LOS SÍNTOMAS
El síntoma principal de la anorexia es la pérdida de peso debida a una ingesta de alimentos baja.
Los niños con anorexia pueden seguir engordando, pero menos que al ritmo normal de un niño
de la misma edad.
Otros síntomas son: dolores de estómago, estreñimiento, diarrea, desmayos, mareos, piel seca,
áspera o descolorida, pelo ralo que se quiebra o se cae, problemas dentales causados por el
ácido estomacal que pudre el esmalte dental durante los vómitos repetidos, insomnio y fatiga.
Con frecuencia, las anoréxicas dejan de tener el periodo. En los niños y quinceañeros puede
retrasar la pubertad y causar problemas de desarrollo físico.
4.1 Tipo restrictivo: este subtipo describe cuadros clínicos en los que la pérdida de peso se
consigue haciendo dieta, ayunando o realizando ejercicio intenso. Durante los episodios de
anorexia nerviosa, estas personas no recurren a atracones ni purgas.
4.2 Tipo compulsivo/purgativo: este subtipo se utiliza cuando el individuo recurre regularmente
a atracones y purgas (o ambos). La mayoría de los individuos que pasan por los episodios de
atracones también recurren a purgas, provocándose el vómito o utilizando diuréticos, laxantes
o enemas de una manera excesiva. Existen algunos casos incluidos en este subtipo que no
presentan atracones, pero que suelen recurrir a purgas, incluso después de ingerir
4. CONSECUENCIAS DE LA ANOREXIA
Las consecuencias son debidas a la propia delgadez y a las acciones realizadas para conseguir la
pérdida de peso. Las manifestaciones secundarias a la delgadez se resuelven cuando el peso
aumenta.
Si la restricción alimentaria se inicia antes de la pubertad, la afectación física es mayor debido a
que la falta de ingesta provoca pérdida de peso y detención del crecimiento; una vez pasada la
pubertad, aunque se coma bien, ya no se crece porque los huesos largos han quedado soldados.
Con la pérdida de peso también se pierde la capa de grasa que se halla situada debajo de la piel,
aumentando así la sensibilidad a la temperatura ambiental. Las manos y los pies están fríos, la
piel seca y el pelo sin brillo y quebradizo, al igual que las uñas. Suele aparecer un vello fino y
largo como una pelusa, llamado lanugo, en zonas donde normalmente no hay vello (espalda,
brazos, mejillas). También se aprecian alteraciones en la pigmentación, protuberancias óseas y
el vientre hundido. Otras posibles complicaciones son las siguientes:
Alteraciones óseas. Los huesos se debilitan porque la masa ósea disminuye, pudiéndose
fracturar con facilidad. Si el inicio de la restricción alimentaria ocurre antes de la
pubertad, dará lugar a personas de baja estatura.
A medida que avanza el cuadro clínico, abandonan sus actividades laborales o académicas
porque no son capaces de centrarse en ellas.