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TRABAJADOR APÁTRIDA EN EL DERECHO DEL TRABAJO

José María Pacori Cari


Socio de la Asociación Española de Derecho del Trabajo y de la Seguridad
Social

El artículo 15 de la Declaración Universal de Derecho Humanos establece que:

“1. Toda persona tiene derecho a una nacionalidad. 2. A nadie


se privará arbitrariamente de su nacionalidad ni del derecho a
cambiar de nacionalidad.”

De esta manera, la nacionalidad es un derecho humano del que debe gozar toda
persona, sin embargo, actualmente existen grupos humanos a los que no se les
reconoce la nacionalidad, por lo que la condición de apátrida es una realidad que
debe ser regulada, entre otras materia, por el Derecho del Trabajo.

El artículo 4 de la Ley 7/2009 denominado Código de Trabajo de la República de


Portugal establece que:

“Sem prejuízo do estabelecido quanto à lei aplicável ao


destacamento de trabalhadores e do disposto no artigo
seguinte, o trabalhador estrangeiro ou apátrida que esteja
autorizado a exercer uma atividade profissional subordinada
em território português goza dos mesmos direitos e está
sujeito aos mesmos deveres do trabalhador com
nacionalidade portuguesa.”

Asimismo, el numeral 1 del artículo 5 de la Ley 7/2009 denominado Código de


Trabajo de la república de Portugal establece que:

“1 - O contrato de trabalho celebrado com trabalhador


estrangeiro ou apátrida está sujeito a forma escrita e deve
conter, sem prejuízo de outras exigíveis no caso de ser a
termo (...)”.

Lo indicado en esta norma resulta de importancia porque hace referencia al


trabajador apátrida, es decir, se contempla la posibilidad de los contratos de
trabajo de trabajadores apátridas, elemento necesario para garantizar el derecho
humano fundamental a la libertad de trabajo, lo que nos lleva a establecer, en
primer lugar, que es un apátrida.
Conforme al Diccionario de la Real Academia Española, apátrida se dice de una
persona “que carece de nacionalidad”, de esta manera:

Los apátridas son todos los hombres y mujeres que no


poseen vínculo de nacionalidad con cualquier Estado, sea
porque la legislación interna no los reconoce como nacional,
sea porque no hay un consenso cobre cual Estado debe
reconocer la ciudadanía de esas personas, se estima que en
todo el mundo existen 12 millones de apátridas (ACNUR).

Todo apátrida tiene, respecto del país donde se encuentra, deberes que en
especial entrañan la obligación de acatar sus leyes y reglamentos, así como las
medidas adoptadas para el mantenimiento del orden público (Art. 2 Convención
sobre el Estatuto de los Apátridas de 1954).

Los Estados Contratantes concederán a los apátridas que residan legalmente en el


territorio de dichos Estados un trato tan favorable como sea posible y, en todo
caso, no menos favorable que le concedido en las mismas circunstancias a los
extranjeros en general, en cuanto al derecho al empleo remunerado. Asimismo,
los Estados Contratantes examinarán con benevolencia la asimilación en lo
concerniente a la ocupación de empleos remunerados, de los derechos de todos
los apátridas a los derechos de los nacionales, especialmente para los apátridas
que hayan entrado en el territorio de tales Estados en virtud de programas de
contratación de mano de obra o de planes de inmigración (Art. 17 Convención
sobre el Estatuto de los Apátridas de 1954).

De esta manera, observamos que el trabajo del apátrida está garantizado por las
normas de derecho internacional, siendo de importancia su regulación en los
derechos internos de cada Estado.

Perú, 06 de octubre de 2018.

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