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Aínsa Fernando. Presupuestos de la prblematica de la identitad cultural de Latinoamerica. In: América : Cahiers du CRICCAL,
n°1, 1986. Politiques et productions culturelles dans l'Amérique latine contemporaine. pp. 209-241;
doi : 10.3406/ameri.1986.898
http://www.persee.fr/doc/ameri_0982-9237_1986_num_1_1_898
ANTECEDENTES LATINOAMERICANOS
se conciba esta - formant un todo que no puede fraccionarse sin dafiar la unidad
esencial del conjunto. En ese sentido, la identidad cultural de una sociedad esta
formada por algo mâs que la suma de expresiones artisticas, creencias religiosas y
costumbres que la componen, del mismo modo que un cuerpo humano es algo mâs
que la suma de las partes que pueden describirse anatômica o fisiolôgicamente en
forma aislada. La estructura de la identidad cultural es, por lo tanto, bâsicamente
orgânica, es decir, viva.
Es la creatividad la que permite esta unidad orgânica, nociôn que se ha
incorporado como una de las caracteristicas esenciales de la dinâmica cultural.
Una creatividad entendida, a su vez, en sentido amplio. No se trata solo de la
creaciôn artistica - en la cual se intégra la creaciôn literaria - sino de una creatividad
que imprégna todas las acn'vidades de la vida, los gestos cotidianos que mejoran y
cambian la realidad, aquellos que estân en contradicciôn o en oposiciôn abierta a la
cultura dominante o establecida o aquellos que reflejan mecanismos inconscientes o
espontâneos como los que pueden ser catalogados de ritos y costumbres (desde la
vestimenta a la alimentaciôn, pasando por el culto de los muertos,-bautizo de los
hijos, matrimonios, etc.).
La identidad cultural aperece, entonces, como un conjunto
interdependiente (y no como una simple suma) de formas de comportamientos
humanos, de regulaciones existentes en un medio social, encauzamiento fugaz (una
canciôn, una danza) u objetivado en forma persistente (un libro, una partitura
musical), pero siempre constituyendo "un sistema totalizador o global, un todo
social, en principio cohérente", generado y modifîcado dentro de un medio histôrico.
4. COMUNICACION Y TRANSCULTURACION
Todos los fenômenos que se derivan del hecho de que gnipos de individuos
que tienen culturas diferentes entren en contacto continuo y directo, con los
subsiguientes cambios en los modelos culturales originales de uno o ambos gnipos
(26).
Sin embargo, en Latinoamérica ha habido una cierta resistencia a la
utilization del término aculturaciôn, por el hecho de que en espafiol hacer précéder
culturaciôn de la partîcula "a" parece sugerir pérdida o disminuciôn de contenido
cultural lo que la aproximaria mâs a la nociôn de deculturaciôn. En ese sentido,
Adolfo Colombres asimila aculturaciôn a colonization cultural y précisa que
es un :
"Término de origen latino y sin duda se relaciona al prefïjo privativo griego
"a" o latino "ab", lo que da una idea de quitar, de privation de algo que le pertenece
por naturaleza, y eso es colonizar, en cierto modo... La aculturaciôn es inseparable
de la idea (27).
doloroso" de conflicto cultural, que se manifîesta a través de un proceso lento y
résulta claro en la forma como los valores culturales de los inmigrantes se injertan
en la sociedad que los acogen. Buena parte de la literatura colonial reflejada en
Crônicas y Relaciones dan cuenta de esta adaptation al medio americano, pero
también puede verse reflejadada en la narrativa que acompafia, a partir de 1880, los
fenômenos de las emigraciones masivas especialmente en los paises del Rib de la
Plata.
b) La integration, que supone un mayor grado de insertion de los valores
de una cultura en otra, con la aceptaciôn de valores de una y otra, generalmente la
receptora oficiando como la integradora del sistema que ha contactado.
c) Finalmente, se puede hablar de sincretismo cultural. Aqui ya no
estamos frente al aporte de una cultura sobre otra, enriquecida orgânicamente, pero
manteniéndose esencialmente la misma anterior al contacto. En este ejemplo se esta
frente a un producto nuevo y heterogéneo en relation a los componentes previos.
3) Por otra parte, en el proceso de aculturacién, especialmente cuando la
relaciôn de fuerza entre las culturas es muy desigual (como sucediô en el cultural
impact que acompafiô la colonization de America del Norte), hay también grados que
pueden ir de una simple copia o imitation de modelos culturales a la
despersonalizaciôn, la asimilaciôn, cuando no el genocidio cultural. Se distingue
asi entre aculturaciôn y deculturaciôn. Esta ultima consiste en el efecto que
el proceso de la primera tiene en el colonizado : la "alteration o destruction de una
série de instituciones y valores fondamentales" (G. Balandier) que implica la pérdida
de la identidad cultural, la destruction de lo que Bastide dénomma "person alidad
étnica". En este contexto, se entiende por asimilaciôn el proceso negativo por el
cual un individuo adopta los modelos culturales de la sociedad receptora y reprime
los anteriores, llegando incluso a despreciar sus esquemas y valores de origen. En los
casos extremos de deculturacién se llega a la despersonalizaciôn y a la negaciôn
de los orîgenes culturales. Alienation cultural, desprecio de si mismo y de los
suyos, complejo de inferiodidad cultural, angustias varias sobre la propia identidad
desgarrada forman parte de una gama de contradicciones que la narrativa
latinoamericana refleja en muchas de sus paginas.
4) Frente a estos variados procesos de transculturaciôn, debe mencionarse
también el fenômeno de la contra-aculturaciôn. Las culturas dominadas y
amenazadas de asimilaciôn, deculturaciôn o genocidio, reaccionan a veces y tratan
de restaurar los modos de vida anteriores a la influencia cultural del exterior.
Movilizados alrededor de mitos reactualizados o figuras mesiânicas se habla del
retorno a los orîgenes, a las fuentes de la cultura nativa, buscando la autenticidad
que se percibe alienada por el impacto de la cultura dominante. Se trata de una
regresiôn (o tentativa de ella) a situaciones anteriores que se sienten perdidas o en
proceso de pérdida pero que de hecho - como précisa Georges Balandier en su teoria
de la descolonizaciôn - no puede nunca producirse, puesto que el fenômeno esta
cargado de un sentido que no siempre poseen o poseîan los viejos valores o
instituciones recuperadas. Buena parte del americanismo literario, con sus
expresiones indigenistas y nativistas, dériva de esta contra-aculturacién, pero la
esencia del debate es tan profunda que marca en buena parte la Unea que sépara la
dialéctica de los movimientos centrfpeto y centrifugo en que se expresa.
5) Debe también mencionarse en este contexto la notion de aluvionismo
cultural, segûn la cual Latinoamérica ha padecido una sucesiôn de influencias
culturales debida a los cambios de la cultura europea, sin que se haya producido una
222 AMERICA
suficiente evoluciôn interna después de cada uno de los embates. De esta tesis -
iniciada por José de Vasconcelos en La ram côsmica (1925) - se dériva una
historia cultural americana determinada siempre externamente (en forma
exôgena y no endôgena), y, por lo tanto, secuencial e imitativa y en definitiva
falsa e inauténtica. Vasconcelos destacô la discontinuidad que ha caracterizado el
desarrollo histôrico y cultural americano, debida a la superposiciôn sin
superacién de los diferentes momentos que significaron la Colonia, la Revolution
y la instauration de la Modernidad (29).
Algunos autores han elaborado una lista de maies acumulados a partir de esta
intensa transculturaciôn, los que no harian sino reflejar las contradicciones en
que se debate la identidad americana. En efecto, como ha inventariado Abelardo
Villegas :
- Muchos autores han seftalado que en la sociedad latinoamericana conviven
grupos sociales correspondientes a todos los grados de la evoluciôn humana ;
- Dificilmente puede sefialarse con precision en que etapa de la civilization
occidental se encuentra la sociedad latinoamericana ;
- En Latinoamérica lo que se ha acumulado son las puras contradicciones
irresolutas, contradicciones anacrônicas por presentarse en un tiempo que no es el
suyo (30).
• Las invariantes americanas, cuyos maies enumera por su parte Ezequiel
Martinez Estrada, son lo colonial, lo indigena, lo gauchesco, lo aluvial, "coâgulos
inasimilados que se tratan de ocultar". Con la importaciôn de elementos de otros
sistemas culturales, que llegan a través de la escuela, la inmigraciôn, el capital
extranjero, el fomento econômico, nuevas artes y técnicas, se tratan de "exorcisar
esos lastres malignos". Pero en la medida en que los sistemas importados carecen "de
espiritu", se generan nuevos maies : "una barbarie corrompida por la cultura ; una
cultura pegadiza y bastarda" (31).
Pero ha sido Carlos Real de Azûa quién ha efectuado un pormenorizado
estudio de las dificultades que el pensamiento americano de rafz liberal, positivista y
evolucionista tuvo para entender el intenso proceso de trans y a-culturaciôn
creado en America, especialmente a partir del aluviôn inmigratorio de los anos
1880-1920 (32).
Se ha hablado asi de :
1) Rémoras raciales, originadas por la heterogeneidad del aporte étnico y
las desarmonias consiguientes derivadas de cada uno de los grandes aportes : negros,
indios, mestizos y la diversidad de la inmigraciôn, generalmente la mâs ignorante y
pobre de Europa, proveniente del sur de Italia, Espafia o del Levante mediterrâneo. La
bibliograffa sobre el tema abunda. Basta mencionar a Pueblo enfermo (1903) de
Alcides Arguedas, los ensayos de César Zumeta, Continente enfermo (1899), de
Francisco Bulnes, El porvenir de los pueblos latinoamericanos (1899) o
el discutido Carlos Octavio Bunge de Nuestra America (1903), pero el debate ya
estaba planteado en los ensayos de Sarmiento y Alberdi. Ante la inmigraciôn
masiva, la narrativa reaccionô también en forma polarizada. M ientras unos daban la
bienvenida a la aculturaciôn creada, otros temian la maldiciôn de la torre de
Babel como Eugenio Cambaceres.
2) Dificultades de comunicaciôn y asentamientos humanos, inhérentes a
un continente geogrâficamente violento y aislado : el desierto, las selvas, el clima
IDENTITAD CULTURAL DE LATINOAMERICA 223
Puede decirse que constituye identidad cultural lo que, por una parte, unifica
y, por otra y a la vez, diferencia a todos los seres humanos. La identidad es
paradojalmente universal (comun patrimonio de todos los nombres y todos los
pueblos de toda la historia de la humanidad) y ûnica (en su manifestation por parte
de cada pueblo y en la experiencia de cada hombre) ; relativamente estable en
determinados lugares y a la vez permanentemente dinâmica ; condiciona cada vida
humana en particular y los modos - formas de ser (pensar - sentir - decir -
obrar) de los individuos y los pueblos. Como ha sugerido Miguel Leôn Portilla, la
identidad cultural séria :
Una conciendia compartida por los miembros de una sociedad que se
consideran en posesiôn de caracteristicas o elementos que los hacen percibirse como
distintos de otros grupos, duefios a su vez de fisionomfas propias (33).
£1 término identidad sugiere lo que se ha dado en llamar un si mismo, una
forma de autoconcepto o autosistema, por lo que la afïrmaciôn de la identidad
cultural résulta inseparable del valor atribuïdo a ese patrimonio, al que se concibe
como "todo lo que se ha podido producir en el campo de una cultura : testimonios
arquitectônicos, pero también signos y sîmbolos transmitidos a través de las
tradiciones orales, las literaturas y las lenguas, las artesanîas y el folklore, la mûsica
y la danza, las creencias y los mitos, los ritos y los juegos" (34).
El conjunto de obras, modos y estilos de vivir que permiten reconocer y
aprehender una cultura a través de la historia configuran asî la identidad cultural, tal
como se la entiende tradicionalmente. Estas obras, costumbres y creaciones de todo
tipo, forman un patrimonio con el cual se identifican los sistemas de valores
espirituales, estéticos y los mitos y creencias de una comunidad determinada y
configura la representation que una sociedad se hace de su patrimonio cultural.
En la valoraciôn del si mismo colectivo americano, objetivado en lo que se
considéra su patrimonio cultural, se refleja, pues, la totalidad de la experiencia
histôrica del continente, los modos particulares de vida de la sociedad, sus maneras de
ser y de obrar, sus tradiciones, los sistemas de valores, éticos y estéticos en que se
expresa. Esta valoraciôn aspira a ser una conciencia totalizadora que permite
aproximaciones globales ai ser colectivo con que se identifica la region ante el resto
del mundo.
Sin embargo, identificar una cultura no es elaborar un inventario de un
conjunto estâtico de obras, pues toda referencia a la herencia cultural de una
sociedad tal como se transmite de generation en generation debe ser percibida como
un patrimonio a enriquecerse y a modificarse en funciôn de nuevas variantes y no
como algo muerto o estâtico. Su contenido, por contradictorio que parezca, es
siempre susceptible de ser aprendido y ensenado, por ende de evolucionar.
224 AMERICA
contribuido a forjar las suitesis necesarias para hacer posible esa percepciôn global de
la identidad americana, mâs alla de los particularismos locales. En efecto, gracias a la
literatura contemporânea se puede hablar de "una mayor eficacia para representar
arquetipica y aûn miticamente la identidad del continente" (39) en su proyecciôn
universal como unidad.
La percepciôn de una unidad americana cualitativamente distinta de los
particularismos que la forman, no impide que sus expresiones literarias sigan siendo
esencialmente fieles a las lealtades instintivas hacia el grupo, la familia o el pequefio
rincôn al que se refieren sus paginas. Una no excluye la otra, aspecto que résulta
clave en la comprensiôn critica de una narrativa que, salvo contadas excepciones,
sigue estando referida a lo local y que, sin embargo, es representative de lo
americano, so solo a nivel continental, sino universal. Basta pensar en la proyecciôn
de los poblados arquetipicos de la ficciôn contemporânea como Rumï de El mundo
es ancho y ajeno de Ciro Alegrîa. Macondo de la obra de Gabriel Garcia
Marquez, Comala de Pedro Pâramo de Juan Rulfo o Santa Maria de Juan Carlos
Onetti. Lo microcultural americano es de tanta importancia como la expresiôn de
una identidad de carâcter continental macrocultural. Porque, como précisa
Gustav Siebenman, "el primer criterio para que un texto o conjunto de obras
literarias tenga importancia es de carâcter microcultural", término que utiliza en el
sentido de sistema semiôtico o comunicativo en una tribu o una comunidad, en una
zona geogrâfïcamente determinada (40).
Pasar del esquema microcultural al macrocultural de la identidad,
implica so solo subrayar el salto cualitativo anotado, sino también recordar que la
identidad de todo individuo debe inscribirse en la cultura de un grupo o clase y esta, a
su vez, dépende de la sociedad a la que pertenece. La identidad cultural de un
individuo no puede aislarse de la de su grupo y su sociedad, por lo que los très
significados se imbrican, sin que por ello tengan que ser necesariamente idénticos,
pero sin que deban aparecer como exclusivos y diferenciados. La perspectiva local,
nacional y universal con que puede abordarse el tema, necesita de un método de
estudio que tenga en cuenta estas vertientes. Se pueden asî estudiar por un lado las
relacîones de America Latina - es decir de Iberoamérica màs los paises de otras
expresiones linguisticas de la region, como los del Caribe, Surinam, Bélice, la
Guyana - con las grandes formaciones culturales de Oriente y Occidente. Mencionar
al oriente en el marco de America Latina no es gratuito, ya que la presencia en el
Caribe de aspectos de la cultura asi âtica, sobre todo hindu y china, es fundamental
para cualquier intento de definiciôn de la identidad cultural de la region,
especialmente en paises como Trinidad y Tobago, Surinam, pero también en Cuba y
en Panama. Basta pensar en la obra de Severo Sarduy en Cuba (41) o en la de Naipul
en Trinidad.
El empleo de estas categorias macroculturales - Oriente y Occidente -
para la perspectiva intemacional de la identidad cultural latinoamericana, necesita
ademâs de una comprensiôn de la identidad cultural a partir de la funciôn de sus
contenidos tradicionales intrinsecos. No puede dejar de tenerse "en consideraciôn los
microsistemas de ideas, corrientes o de tradiciôn que actuaron en el pasado
latinoamericano y que, aûn hoy, tienen vigencia" (42).
La relaciôn entre lo macro y lo micro cultural permite abordar la dinâmica
especifica de la identidad y proponer un método que tenga en cuenta los que se
consideran los componentes especïficos americanos : el indigena, el ibérico y el
226 AMERICA
cultural que asegure "la verificaciôn conjunta y la salvation transitoria de hacer cosas
juntos y hacerlas bien, en una direction determinada".
Hay autores que cuando se habla de lo peculiar americano puntualizan que,
"tenemos una manera americana de ser occidentales" y recuerdan que los elementos
que unen a los paises iberoamericanos son justamente los de origen europeo : la
lengua, la religion y la raza.
De acuerdo con esta perspectiva, la unidad de la identidad cultural esta dada por
las lenguas maternas comunes (espafiol y portugués en la America continental ;
inglés y francés en parte del Caribe), por la religion cristiana y por la mayorîa de una
poblaciôn descendiente de emigrantes de origen europeo. Lo que une America son
sus signos culturales importados, lo que la hace diversa son las peculiaridades
régionales o nacionales, identificadas a veces con lo telûrico, cuando no con lo
pintoresco o lo especifico de un folklore, se concluye. La importancia del estudio
detallado de algunos de estos indicios de unidad como la lengua, la religion o el
mestizaje es évidente, pero solo puede aqui ser râpidamente aludida, aunque este
ultimo elemento merezca un brève comentario.
El mestizaje cultural
El area cultural
A través de estas paginas hemos estado rozando un tema que aparece ahora
con claridad : no todo lo que es peculiar a un pais o a una cultura, constituye un
carâcter esencial de la identidad. Una "auténtica individualidad y realidad histôrica",
como ha sido defînido el ser americano, esta hecha de caractères esenciales, pero
también de muchos elementos accesorios que se pretenden fundamentales sin serlo o
se invocan como parte de una manipulaciôn que enfatiza unos aspectos en desmedro
de otros. De ahf las suspicacias que el concepto de identidad cultural suscita entre
muchos pensadores, temerosos de las invocaciones nacionalistas, cuando no
chovinistas, que se efectûan en su nombre.
Error, por un parte, intelectual, porque la vision metafïsica de una realidad -
sea esta meramente fîsica o formalmente historicosocial - no supone atribuir carâcter
esencial y permanente a todo lo que en esa realidad se estudia ; en ella puede haber
notas no esenciales y perfectamente transitorias ; por ejemplo, unos modos de ser
que los escolâsticos llamaron "hâbitos de segunda naturaleza" (54).
Este punto nos lleva a los riesgos que amenazan las categorîas identificatorias
de lo micro o lo macro cultural.
1) Por un lado el de una nacionalizaciôn de la identidad, es decir la
aspiration a elaborar una identidad limitada al espacio de un estado, poniendo énfasis
en los presuntos caractères que la separan de otros territorios vecinos,
circunscribiendo lo original a una frontera y convirtiendo en notas de exclusividad lo
que podrîan ser simplemente variantes de una misma expresiôn cultural. Estos
riesgos se agudizan cuando se habla de una herencia cultural constituida por un
patrimonio que se présenta fundamentalmente como un patrimonio fisico o
material, que parece fâcil de inventariar y définir. El conjunto de monumentos,
esculturas, pinturas, archivos de manuscritos y bibliotecas de una sociedad, su
clasificaciôn y puesta en valor, su protection y su restauration, entran dentro de una
nociôn de patrimonio cultural cuya manipulaciôn y apropiaciôn por parte de los
Estados, cuando no por un régimen politico en particular, forma parte de un énfasis
nacionalista que ha distorsionado la posible identidad global latinoamericana. Y ello
sucede pesé a que, cuando se trata de creation literaria, musical o artistica, es mâs
230 AMERICA
Todos los presupuestos analizados hasta aquf nos permiten- afirmar que la
identidad cultural latinoamericana se caracteriza por el enfrentamiento dualista en
parejas de valores, conceptos y tendencias politicas, filosôficas y estéticas de carâcter
antinômico. La narrativa y el ensayo en la que esa dialéctica de nociones opuestas se
ha expresado, no ha hecho sino traducir unas y otras actitudes, antagonizada en
posiciones que han enfrentado lo nacional a lo internacional, lo urbano a lo
rural, lo tradicional a lo renovador.
La primera precision que debe hacerse en esa perspectiva histôrica es que esas
parejas de valores antinômicos se han considerado como positivas o negativas segûn
el punto de vista politico, estético, ideolôgico o filosôfico asumido. Pero ademâs,
debe puntualizarse que la linea demarcatoria que las sépara no es siempre muy clara y
que varia segûn los paises y los momentos histôricos. En una aproximaciôn
simplista al problema se podiia decir que lo que aparece como auténtico americano
es identificado con lo indigena, lo nativo y formas de nacionalismo radical e
intransigente. Por el contrario, lo foràneo, asimilado al universalismo, estarïa
en la base del desarraigo y la evasion, la aliénation, ese "mal de Europa", como la
llamaba Manuel Gâlvez. La tradition se opone a la vanguardia, el fondo a la forma,
el pensamiento conservador al liberal, en un juego de lmeas cruzadas y zigzagueantes
segûn los periodos y los paises.
Este dualismo se ha planteado en términos geogrâficos : el campo contra la
ciudad, el interior contra el puerto, reflejando este esquema una literatura rural,
realista y arraigada, pero bârbara, frente a una literatura urbana escapista y sometida
a todo tipo de influencias forâneas, generalmente esteticistas, pero representativa de
los nuevos sectores urbanos émergentes. Ante esta realidad dual, no es extrafio que
toda vanguardia se exprese como un fenômeno ciudadano, y que el
regionalism o conserve su vigencia en la medida que existe el subdesarrollo rural.
Regionalismo y cosmopolitisme "estân directamente ligados al grado de
ruralizaciôn o de urbanization de cada area cultural" (59), una relation a través de la
cual se vinculan las culturales centrales y las excéntricas y en la cual se traduce
la tensa penetraciôn de las culturas periféricas por las metropolitanas,
asimilaciôn que si bien aparece deseable y necesaria en unos casos, résulta ser
excesivamente tributaria y dependiente en otros.
IDENTITAD CULTURAL DE LATINOAMERICA 233
Unidad Diversidad
Pluralismo
Uno Multiple
Micro-cultural Macro-cultural
Cultura endôgena Cultura exôgena
Transculturaciôn
Interculturalidad
Cultura excéntrica Cultura central
périférica Cultura metropolitana
marginal
Interior Puerto
Campo Ciudad
Telurismo Urbanismo
Arcadia Megalopolis
Auténtico Forâneo
Barbarie Civilizacién
Calibân Prâspero
Ariel
Nostalgia Renovaciôn
Inmovilismo Innovaciôn
Arraigo Evasion
Identidad Alienaciôn
Resistencia Entrega
Tradiciôn Novedad
Fondo Forma
Clasicismo Vanguardia
Romanticismo Neo-clasicismo
Experimentaciôn
Realismo Realismo mâgico
Real maravilloso
Literatura fantâstica
Costumbrismo Afrancesamiento
Indianismo Hispanismo
Indigenismo
Naturalismo
Criollismo Modernismo
Regionalismo Surrealismo
Sociedad Individuo
Pueblo Elite
Criollo Hispânico
Nativo Inmigrante
Indfgena Europeo
Nacionalismo Internacionalismo
Universalismo
Cosmopolitismo
IDENTITAD CULTURAL DE LATINOAMERICA 235
Lo metropolitano
Independencia Dependencia
Pasatismo Futurismo
Progreso
Conservador Liberal
Derecha Izquierda
Repliegue Apertura
Integration Cambio
Continuidad Ruptura
Autôctono Importado
Autarquia Interdependencia
Aislacionismo Participaciôn
CENTRIPETO CENTRIFUGO
IDENTIDAD Y NARRATIVA
NOTAS
(1) Para mâs detalles ver nuestros trabajos "Propuestas para una vision universal y no
occidentalizada de la identidad cultural" (Premio Ensayo 1983 de la revista
Plural, publicado en el No 149 ; Mexico, febrero 1984) ; "Tension utôpica e
imaginario subversivo", Anales de Llteratura Hlspanoamerlcana N" 13 ;
Universidad Complutense, Madrid, 1984 y el libro recientemente publicado :
Identidad cultural de iberoamérica en su narrativa (Gredos, Madrid, 1986).
(2) Pueden mencionarse Proyecto y realizadân del filosofar
latinoamericano de Francisco Miré Quesada (Collecciôn Tierra Firme de F.C.E. ;
Mexico, 1981) ; Te or la y critica del pensamiento latinoamericano por
Arturo Andrés Roig (Tierra Firme, F.C.E. Mexico, 1981) y la vasta obra de Leopoldo
Zea, especialmente America en la historia (Revista de Occidente, Madrid, 1970)
y Latinoamérica en la encrucijada de la historia (UNAM ; Mexico, 1981).
(3) En Tristes tropiques (1955), Anthropologie structurale (1958), La
pensée sauvage (1962) pero también en Le regard éloigné (1983) y en la obra
colectiva L'identité (1974-1975), Claude Lévi-Strauss funda una nueva mirada
sobre las culturas dife rentes. Del mismo modo Roger Bastide en su
Anthropologie appliquée (1971) y en Le rêve, la transe et la folie
(1972). Para otras titulos ver la Bibliograffa en anexo. De cualquier modo es
interesante sefialar aquf que el etnocentrismo es la actitud por la cual se ve en los
demâs - el otro o los otros - un extrano, no ya un diferente o divergente, sino un
diverso, no un igual sino un inferior. En la dialéctica del "prôjimo y el extrano" de
que habla Roger Bastide, la problemâtica se centra en la incapacidad de comprensiôn y
aceptaciôn de modos de vida diferentes al propio. El "prejuicio cultural" que les es
inhérente esta definido como : "las actitudes, sentimientos y juicios que justifican o
provocan fenômenos de separaciôn, segregaciôn y explotaciôn de un grupo por otro".
Este prejuicio cultural se da también entre las mayorfas respecto de las minorias
étnicas dentro de un mismo pafs, a través de los procesos de asimilaciôn,
discriminaciôn, eliminaciôn o reemplazo.
(4) Richard Klein, Portrait of the white man as a traveller (1975), Michael
Sturn, Culture-clash and conquest (1970), Louis Jean Calvet, Linguistique et
colonialisme (1974), Gérard Lecrec, Anthropologie et colonialisme (1972),
Martine Astier Loutfi, Littérature et colonialisme (1971), Elémire Zoila, /
letterati e lo sciamano (H pellerossa come cattiva conscienza del
bianco (1969). Por su parte, en la obra colectiva Le tte ratura, esotismo,
colonialismo de Licari, Maccagnani, Zecchi y Celati (1978) se estudian las obras
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exôticas de André Gide, Pierre Loti y Victor Segalen como ejemplo de la mlrada
colonial de la literatura firancesa sobre otras culturas.
(5) Selim Abou, L'identité culturelle, Ed. Anthropos, Paris, 1981 ; pp. 10-14.
(6) Alan Beals, A nthropolo gla cultural. Editorial Pax, Mexico, 1971 ; p. 6.
(7) En su ensavo Sobre la identidad ibéroaméricana (Sudamericana, Buenos
Aires, 1984), José Luis Imaz considéra que el estudio del tema de la identidad pasa por
dos variables : 1) La relation entre grupos de pertenencia y grupos de referenda
y 2) la investigaciôn de los estilos expresivos, a los que define como los modos
que tenemos para intelegir el mundo y para responderle, los que varian segûn las
épocas, los pafses y los grupos que lo usan. Entre ellos estan los modelos literarios.
(8) Es interesante ver la perspectiva de los escritores asiâticos sobre el tema de la
identidad cultural, tal como se refleja en el volumen colectivo Cultural identity :
Asian views and perspectives (Asian Federation of Unesco ; Tokyo, 1983).
(9) Declaraclôn de Bogota. Conferencia Intergubernamental sobre Polfticas
Culturales en America Latina y el Caribe, Bogota, 10-20 enero 1978, Informe
final, Unesco, Paris. La notion antropolôgica amplia de cultura, resumida en la
Conferencia sobre polfticas culturales de la Unesco (D^cumento CC-
80/Cs-2 ; Paris 15-16 diciembre 1980), se compléta : "querer formular une definition
de la cultura valida para todas las épocas, para todos los tipos de sociedad y de grupos
sociales es correr el riesgo de fundarla en la trasposiciôn de ciertos modelos culturales
dominantes a culturas radicalmente diferentes" (Idem. Ref. 1).
(10) Antonio Cândido, "Literatura y subdesarrollo", El Correo de la Unesco.
Marzo, 1972, p. 10.
(11) Roberto Fernandez Retamar, "Intercomunicaciôn y nueva literatura" en America
Latina en su literatura, Siglo XXI-Unesco ; p. 317.
(12) Kluckholm, C. Antropologla, Mexico, FCE, 1970 ; p. 212).
(13) Selim Abou, o.c, p. 31.
(14) T.S. Eliot, Notas para la definiciôn de la cultura (Bruguera, Barcelona,
1983), p. 93.
(15) Es este el problema clave de la identidad, no solo tal como se plantea en America
Latina, sino a escala mundial. Basta pensar en los planteos de las minorfas étnicas y
culturales europeas (vascos, catôlicos irlandeses, corsos, etc.) para percibir la
importancia del estallido de los particularismos que caracteriza el mundo
contemporâneo, enfrentado al mismo tiempo a una creciente intercomunicaciôn.
(16) Juan Larrea, Rendicién del espiritu, Ediciones Cuadernos Americanos,
Mexico, 1983.
(17) Arturo Uslar Pietri y Victor Massuh en Cultura y sociedad en America
Latina y el Caribe, Unesco, Paris, 1981, insisten en la importancia de la vision.
(18) José Vasconcelos, La Raza câsmica, Agenda mundial de Librerfa, Barcelona,
1926 ; p. 15.
(19) German
Latina" (Ponencia
Carrerapresentada
Damas, "Poral una
Congreso
vision cultural
sobre Geo
no occidentalizada
Cultural visions
de America
of the
World : University of Cambridge, 29 marzo-2 abril 1982).
(20) Citado por Jorge Edwards en Pecados Lfterarios, El Pats. Madrid, 16
diciembre 1984.
(21) Amilcar Cabrai, Unité et lutte, François Maspero, 1975, p. 345.
(22) Nota introductoria de Birgitta Leander al numéro sobre "politicas culturales" de la
revista Culturas (Unesco ; Vol. VIII, N* 3, 1982), p. 10.
(23) Yachar Kemal, "La culture comme Migration", Tel. Paris, 3 marzo 1983.
(24) En la obra colectiva L'imaginaire subversif, Editions Noir, Lyon-Genève,
1982, se reûnen los trabajos de Ainsa, Bertolo, Colombo, Craigh, Lanza y otros,
sobre la funciôn del pensamiento heterodoxo utôpico en la historia del imaginario
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