Vous êtes sur la page 1sur 9

Forma o Estructura Musical en el Siglo XX

Inconsistencias formalizadas

Forma es la figura exterior de la materia, la disposición de las partes de un


cuerpo; también significa modo, manera, estilo de una obra, molde, figura,
imagen. Todo esto indica que una forma siempre tiene un contenido, o sea que
tampoco existe contenido sin forma; en conclusión forma y contenido son un
algo y un todo. Lo curioso de esto es que en la música de arte del siglo XX
parece peligroso hablar de formas: en las escuelas y paginas de Internet solo
hay análisis de timbres, de texturas, de armonía, de ritmo, de si es modo griego,
de transposición limitada o étnico, y se nos olvida decir que forma tienen.
Paradójicamente es más fácil habar de lo de adentro que de la imagen y,
parecido a lo que ocurre en las relaciones de sociedad, si uno habla de la
imagen de otros, de seguro es superfluo; cuando uno quiere opinar de la forma
del inicio de La Consagración de la Primavera de Stravinsky, se le toma por un
superfluo que quiere etiquetar al espíritu de la música y atenta contra el Arte;
y si por el contrario, teniendo en mente no fallarle, hace un comentario tan
general como decir “son masas sonoras” “está creando una atmosfera”
(comentarios que bien pueden aplicarse a música anterior a dicho siglo por
ejemplo: Bruckner o Bach, y no se van a morir si hablamos de las formas que
usaban) Schoenberg debería estar orgulloso porque este sí que entiende
el estilo y la idea. Durante muchos años se consideró a la estructura
formal como el argumento, el asunto de la obra. Y por eso se dice que la música
lo que hace, es contar historias, es verdad y es mentira por que por una parte
no se dijo ni una sola palabra y por otra, si es una obra bien lograda, entonces
se dijo todo lo que se tenía que decir, y por eso la pieza recibía gustosa el
nombre de su forma, ejemplos: Sonata en Si menor, la Gran Sonata, La Sonata
Para Violín y Piano, Minueto en Sol, Sinfonía numero 9, Sinfonía numero 40,
también tienen que ver con esto los nombres ora no formales, empero
estructurales: Estudio, preludio, nocturno, scherzo, etc. Como si sus formas ya
de por sí se celebraran. Aquí es significativo recordar que forma, también
significa manera, y como los poetas festejan la forma de hablar de su país y su
cultura
dejando que el lenguaje sea quien se recree, jugando con las palabras,
haciendo música con los acentos y métrica exclusivos de su idioma. Quitando
de el todo lo que le estorbe hasta romper las reglas, cuando sea necesario. Así
también los compositores de música antes del siglo XX, salvo en algunas
tendencias románticas celebraban, sin pena, las formas musicales. En pintura
ocurre lo mismo; a la forma pictórica se le llama composición y cuadros tan
preponderantes como “La Ultima Cena” son celebración de la composición
triangular; no tiene nada de malo la simetría en las artes, al contrario, ésta le
da inteligibilidad a la cosa y parece ser inmanente a la sociedad que la piensa.

De acuerdo a la filosofía y sicología la forma varía dependiendo de la mente


que la piensa, como si la forma no existiera mas que en nuestro pensamiento.
Conforme a esta aseveración es natural suponer que la comunicación debe
tener formas en común y éstas de seguro son cotidianas. (por lo conocido
abordamos lo desconocido.) Es pues el pensamiento colectivo, que ya de por
si es esférico, quien cumple la función de asignarle forma a las cosas, como la
época clásica, que tiene forma de pilares grises; el periodo barroco, que tiene
forma de adorno; la Ilustración, que tiene forma de enciclopedia. La segunda
guerra mundial, que tiene forma de caos. El deporte, que tiene forma de balón.
Al ver situaciones actuales no es fácil asignares forma por ejemplo: la guerra
que mantiene Estados Unidos es borrosa y los asuntos políticos con relación
al narcotráfico también, y hasta la pelea de Pacquiao contra Márquez resultó
borrosa. Natural será que nos sea borrosa la forma de la música
contemporánea. Pero el siglo XX ya pasó y no es que esté borroso es que es
eso mismo que es.

La Forma de Pera

La forma artística en el siglo XX está en el contenido, no que esté determinada


por el contenido; como ocurre con Beethoven, quién en una sonata, cuando lo
consideraba necesario, recurría a un segundo desarrollo; ni como con Chopin,
quién cuando lo consideraba necesario, recurría a una sonata; más bien es
como Messiaen, en quién a veces, hay que separar los
diferentes cantos de aves en partes y tendremos la forma. La
forma en el contenido es lo que pasa cuando no se puede nombrar la forma,
como si se escurriera de las manos, porque toda vez que se quiere hablar de
ella se termina hablando del contenido. “Formas (aquí se refiere a los motivos
rítmico-melódicos o formantes) en constante evolución, sin repetición a gran
escala” es lo que se terminó diciendo cuando se quiso hablar de la forma en
Ameriqués de Varèse y lo mismo aplica para La Consagración de la Primavera,
que es donde para muchos comienza el siglo XX
El Primer compositor en hacer burla de la forma musical no fue Cerny, él de
veras se lo tomaba enserio. Es Erik Satie con sus 3 piezas en forma de Pera,
que para empezar no son 3, y si algunos ya habían hecho burla de la armonía,
como Debussy con el acorde de Tristán, o Prokofiev con algunas disonancias
bien intencionadas, es Satie quien atenta contra la misma concepción musical:
la forma en su mas honda significación de molde, de sintaxis. Bien podría
decirse que el s. XX comienza con Satie y no tanto por sus atrevimientos
tímbricos, pues el mismo Leopold Mozart, padre de Wolfang, ya había
insertado ladridos de perros en alguna composición y no es necesariamente
un revolucionario, también Satie hace burla de la armonía, pero a diferencia de
Debussy, él prefiere hacerlo en las cadencias porque ahí es donde se articula
la estructura formal, tal vez en esto radica el arte en la sátira que caracteriza a
Satie.

La dicha del eclecticismo e individualidad tímbrica que hasta a dado lugar al


arte sonoro, solamente es el resultado de lo que fue el revolucionario
derrocamiento de la forma, es cierto, Satie, nuestro héroe, no pensó no se
podía huir de la forma tan fácilmente, que su música inevitablemente tendría
forma por el simple hecho de tener contenido, Satie solo correspondió a una
tendencia social. Pero, gracias a los avances no esta vez científicos, sino
temporales de más o menos 100 años, podemos apreciar que Satie forma
parte de una voluntad colectiva, que no tenía ningún desprecio por la forma, ni
estaba interesada en la música de mobiliario ni mucho menos, solo quería
expresarse de otro modo. Su embajador en Viena ya hasta tenia discípulos,
perder la tonalidad fue su aparente intención pero que culpa tendría entonces
el tema. Al privar a sus primeras composiciones de un tema Schoenberg
también estaba atentando contra la forma y no era con humor, sino con un
sentido de melancolía, un hombre de principios, y con muchas preocupaciones,
también pintor, aunque mucho más serio que Satie. En sus 3 Piezas op. 11 al
privarse de temas, se vislumbra la forma en el contenido y este es un factible
antecedente de por ejemplo la sonata op. 2 de Pierre Boulez en la que no hay
temas sino ideas, (“actitudes” diría éste), dos para ser exactos, y su modo de
agrupar es mas abstracto que concreto, mas bien sicológico e instintivo que
tangible y técnico. El caso es que en ambas obras, la de Boulez y la de
Schoenberg, hay una forma, dicha forma, definitivamente está en el contenido;
definitivamente no la hizo de molde sino de ingrediente; no es disposición de
las partes, sino las partes a disposición. Cuando la cultura se vuelve a
dar cuenta de lo incomprensible que es el mundo y lo imposible que es decir la
realidad, en música, lo primero que se pierde no es la tonalidad, cosa de
preguntarle a Paul Hindemith quien ya no estaba interesado en el sistema
armónico funcional, sin embargo, hay temas a lo largo de toda su música y
dominan las estructuras formales, haciendo de Hindemith, un digno
representante del positivismo en música. No, lo primero que se pierde son las
ganas de componer en base a formas eso fue lo que le pasó a los
contemporáneos de las guerras mundiales y del trabajo de Freud. Pues, si justo
antes venían triunfales de un sentimiento positivista, ya no les quedaron ganas
de teorizar el mundo, abandonando consecuentemente el pensamiento
cartesiano como base dialéctica y compositiva. Es decir: si no hay
razonamiento cartesiano, no hay forma sonata, ni repetición a gran escala, ni
tema B en la Dominante, ni siquiera tema B, no hay conclusión - esto sí que
me conviene- no hay prioridad a la inteligibilidad, surgen algunos ismos
anticartesianos como dadaísmo, expresionismo, primitivismo, serialismo,
surrealismo etc.

Al derrocar el puesto prioritario de la forma se supondría que ocurre un


atentado contra la sintaxis musical. Sintaxis, que etimológicamente significa
orden y tiene su origen en la formación y conformación de los soldados (nótese
la relación a la palabra “forma”) , como disposición de las partes de un cuerpo
bélico de manera que sintaxis y forma son hermanos, pero de esos
que aparentemente no han aprendido a aceptarse y pareciera, no se han
dado cuenta que cuando trabajan juntos logran grandes cosas.

Forma y contenido es lo mismo.

Cuando uno esta desesperado, aunque no grite, lo que dice tiene forma de
grito, como si la forma se trascendiera a sí misma, por eso de algunos
movimientos filantrópicos se dice que son “un grito desesperado” sin necesidad
de muchos decibeles que lo constaten. Entonces decir su desesperación
equivale al contenido y no a la forma y el grito, que nunca se oyó a la forma:
se invierten los papeles. Esto ocurre cuando la forma está en el contenido, es
el decir las cosas con una vida como motor o por ejemplo, el amor no tiene
forma sino en el contenido de este, ha veces tiene forma de besos y abrazos;
a veces de madre; a veces de osito de peluche. La vida como motor se puede
ver en un Beethoven quien físicamente vivió aislado e incomprendido, pero
ideológicamente era parte de su patria, y de su pueblo, por eso no rendía culto
a la gente rica y sale todo despeinado en las fotos (de sus cuadros) logrando,
con este sentir y esta inspiración, en sus formas musicales la forma del más
profundo pensamiento de la sociedad y no nada mas del suyo; la forma
universal del drama de la vida, la vida no tanto de las minorías como lo eran la
aristocracia, como la del obrero y el campesino quienes suelen vérselas
negras.
Es cuando el individuo logra ser parte de la sociedad que lo contiene y lo
dispone, logra pensar con la sociedad, logra sentir con la gente, y saberse parte
de un todo más que poseedor de una mente brillante; que logra plasmar el más
hondo pensamiento de la sociedad. Como Juan Rulfo que muestra en su
literatura el delicado pensamiento de “la raza”, sin proponérselo sino que su
vida es el motor de su obra y por eso piensa con los pobres y no en los pobres.
hay quien diría que si la forma esta en la sociedad, pues ya valió, porque la
sociedad del sigo XX y XXI prefiere la forma estrofa/coro/estrofa/coro/coro.
tiene lógica, pues la monotonía es pegajosa, pero suponer esto es un error,
pues sería ceder al dicho favorito de los políticos “al pueblo pan y circo” al
pueblo le gustara el pan y el circo pero, pero en su más hondo pensamiento
hay un fuerte deseo de no se que. Los productores de las disqueras dirán
que entre mas sencillo mejor porque es lo que la gente pide, pero no es cierto,
la gente a consumido lo que le han hecho creer que quería.
Así el gran compositor del siglo XX dispuesto en su sociedad y formando parte
hasta de la naturaleza Olivier Messiaen, quien amaba primeramente a Dios
luego al prójimo y a al resto de la Creación, se fundió de ese modo con la
Creación e incluso estando contenido en un campo de concentración, logra
plasmar el hondo pensamiento de sus compañeros –música de campo de
concentración- y en L’Eternité de Jésus siendo una forma binaria reexpositiva,
¡a quién le importa! su Sintaxis no esta en la forma, la forma no esta contando
historias, su forma ha abandonado el pensamiento cartesiano, su forma se
trasciende a si misma y cómo el ejemplo del grito desesperado, ésta tiene
forma de eternidad.

Como dice Pablo Fernández Christlieb: “forma y contenido es lo mismo”. Por


eso la pieza que en su concepción recibe otro nombre que no es el de su forma,
no necesariamente se avergüenza de su forma. En el amor
de pareja no puede existir únicamente atracción “por el contenido” debe haber
atracción por la forma; nadie es amado y considerado físicamente
desagradable. Como decía Tito Caro Lucrecio, al que está se esta feo en el
enamoramiento se le empieza a ver bonito, pues eso significa amor: apego a,
tendencia a, predilección por. No se puede dicotomizar el arte, pero se le puede
degustar con fruición, sabiendo que si la forma depende del pensamiento que
la piensa entonces no tiene pierde hablar de formas musicales, al cabo que
nadie se va a morir y siempre que se haga con gusto y amor por la música, la
opinión de uno es tan validad como la de otro y el que más sabe es quien tiene
el deber de acoplarse al pensamiento colectivo. Fin.
Denomination del Año :

“Año del diálogo y la reconciliación nacional”

Alumno:

Harled Rios Portugal

Profesor:

Renzo Sánchez

Trabajo Formal:

Ensayo Forma Músical en el siglo XX

Carrera:

Educación Musical

Univercidad:

Luis Duncker Lavalle

Semestre:

VI semestre

Año:

2018

Arequipa - Perú

Vous aimerez peut-être aussi