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Revista de Libros

Teoría sociológica analítica crítica racional. Como sostiene No-


José Antonio Noguera (ed.) guera, dicha situación «no es una ne-
2010. Madrid: CIS cesidad epistemológica ni ontológica»
sino, por el contrario, «una opción in-
El libro que me dispongo a reseñar telectual, institucional e histórica […]
ofrece sólidas y fundamentadas res- contraproducente para el progreso del
puestas a las siguientes preguntas: ¿es conocimiento científico-social».
deseable y posible una sociología cien- En Teoría sociológica analítica, Nogue-
tífica? Y en tal caso: ¿cómo? Adicional- ra (ed.) argumenta que la sociología
mente, otras cuestiones implicadas en como disciplina debe apostar por una
las primeras serán también abordadas, «orientación analítica» para superar
a saber: ¿son deseables y necesarias la dicha fragmentación y poder ejercer
dispersión paradigmática de la disci- explicaciones plenamente científicas
plina y la integración con las demás sobre el mundo social. El autor de-
ciencias? fiende así lo que Boudon dio en llamar
El debate contemporáneo acerca de las «sociología cognitiva» y Lizón «la otra
respuestas a dichas cuestiones toma sociología». De este modo, el libro
fuerza con la crisis del estructural- tiene por objetivos presentar el estilo
funcionalismo y el cuestionamiento analítico en la ciencia social, justificar
del positivismo imperante a mediados su potencial y pertinencia, así como di-
del siglo xx. Consecuencia de ello fue fundir sus conocimientos y avances en
la aparición de nuevas o renovadas teo- el ámbito hispanohablante.
rías de la acción, cuya atención se cen- Para tal fin, Noguera nos expone una
tró en la importancia del sujeto en el representativa muestra de aporta-
ámbito micro-social. Pero ninguna de ciones clásicas y contemporáneas de
estas perspectivas se impuso con cla- una amplia variedad de autores hasta
ridad, de modo que la disciplina vive el momento poco difundidos entre el
aún hoy sumida en una multiplicidad público hispanohablante. Algunas de
de enfoques epistemológicos, teórico- estas aportaciones traducidas y revi-
conceptuales y metodológicos. sadas tienen su origen en el número
Sin embargo, esta diversidad de pos- monográfico «Analytical Sociological
turas ha cristalizado de una forma Theory» de la revista Papers. Revista
«pseudopluralista», siguiendo la no- de Sociologia (2006), coordinado por
ción de Klima (Noguera). Esto es, en Noguera. Otras, como las de Coleman,
lugar de competir en ideas de acuerdo Golthorpe, Esser y Harsanyi, hubieran
a unas reglas y lenguaje comunes, las tenido una ausencia difícil de com-
distintas «sociologías» se muestran prender debido a su carácter influyente
mutuamente opacas e inmunes a la o precursor. Finalmente, no se incluye

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ningún trabajo de Elster y demás influ- con respecto a la teoría de la elección


yentes analíticos, cuya difusión en len- racional (que nos convierte en «idiotas
gua castellana goza ya de buena salud. racionales», de acuerdo con Sen) o las
El libro se estructura en once capítu- teorías causalistas (que nos convierten
los. En el primero, Noguera define en «idiotas irracionales»). En el octavo,
y justifica la orientación analítica en Esser critica la explicación propia de la
sociología y, comparándola con otras «sociología de las variables» y defiende
aproximaciones, expone sus supuestos la necesidad del planteamiento deduc-
ontológicos, epistémicos y metodológi- tivo de una teoría de la acción y, en par-
cos. En el segundo, Barbera contextua- ticular, la teoría de la elección racional.
liza la sociología analítica (en adelante, En el noveno, Hedström presenta el
SA) en relación con otras tendencias enfoque de la explicación por mecanis-
contemporáneas y caracteriza la expli- mos y lo relaciona con la DBO theory
cación por «mecanismos». En el terce- (deseos, creencias y oportunidades)
ro, Searle realiza algunas distinciones para, posteriormente, ejemplificar fe-
conceptuales imprescindibles y expone nómenos de emergencia social (del mi-
los principios básicos (y escasos) de la cro al macro) a través de la modulación
«construcción de la realidad social». computacional basada en los agentes.
En el cuarto, Gintis apunta la conve- En el décimo, González-Bailón explo-
niencia de la unidad de las ciencias del ra la lógica conceptual de la teoría del
comportamiento humano y la utilidad capital social evaluando algunos de sus
que para tal fin presentan los avances supuestos mediante el uso de modelos
en la teoría de juegos experimental y de simulación. Y en el undécimo y úl-
en las ciencias cognitivo-evoluciona- timo capítulo, Golthorpe demuestra la
rias. En el quinto, Coleman esboza los posibilidad del progreso en sociología
distintos esfuerzos históricos por desa- a partir del caso específico de la movi-
rrollar una teoría de la acción y expone lidad social.
el ya famoso esquema macro-micro- Pero, ¿qué es lo que une a todos estos
macro. autores? En otras palabras, ¿qué es la
En el sexto, Harsanyi defiende la su- SA? El adjetivo «analítico» se refiere
perioridad explicativa de la teoría de la a «la separación de los elementos de
elección racional en detrimento de las un todo para estudiar cómo lo inte-
teorías conformistas y funcionalistas gran» (Noguera), y la SA es un enfo-
de la conducta, suavizando y amplian- que general —o «una manera de hacer
do sus supuestos motivacionales. En el las cosas», o «un estilo», pero no una
séptimo, Boudon defiende la utilidad teoría en particular— que, en palabras
y mayor rendimiento explicativo de de Hedström, «busca explicar causal-
la teoría de la racionalidad cognitiva mente procesos sociales complejos di-

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seccionándolos cuidadosamente para Aunque, de manera singular, la SA se


estudiar sus componentes fundamen- distingue por el modo en que convierte
tales». la explicación causal en el núcleo duro
Sinteticemos sus supuestos, de acuer- de la disciplina. A este respecto, valen
do con Noguera. La SA es una orien- dos principios: la explicación por meca-
tación realista capaz de objetividad (no nismos sociales y algún modo de teoría
una perspectiva autonulificadora), que de la acción intencional. Un «mecanis-
considera posibles y deseables la cien- mo social» es un «microproceso que
tificidad de la sociología, su integración explica cómo se genera, en ciertos con-
teórica interna (contra el pseudoplu- textos, el macrofenómeno observado»
ralismo) y su integración teórica con (Barbera), y que se inserta en el género
las demás ciencias (contra el corporati- de teorías de rango medio descrito por
vismo). Así mismo, son principios de Merton. Tanto el principio reduccio-
primer orden la inteligibilidad y la con- nista como la explicación por meca-
sistencia lógica (contra el oscurantismo nismos tienden a hacer desaparecer las
y la contradicción), fomentando que explicaciones por «caja negra», es decir,
«se diga todo lo que se quiere decir, aquellas en que se asume una relación
y se quiera decir todo lo que se dice» de causalidad sin demostrarse deduc-
(Noguera). La SA utiliza el recurso a tivamente por qué se da la correlación
la formalización y uso de modelos (con- o que carecen de fundamentación en
tra la confusión conceptual, la falta de el ámbito microsocial. En efecto, una
parsimonia, la no explicitud de supues- relación de dependencia entre varia-
tos, la no replicabilidad de resultados, bles no es una explicación en sí misma
etc.). Igualmente, se asume la neutra- (Boudon), sino más bien una descrip-
lidad axiológica y un posicionamiento ción que merece ella misma ser expli-
marcadamente antipositivista (como se cada a través de un modelo hipotético
mostrará a continuación). del cual se pueda deducir la relación
Otro principio clave es el reduccionismo. (Esser) de forma microfundamenta-
En palabras de Noguera, dicho princi- da. En otros términos, las asociaciones
pio afirma que «un fenómeno de nivel estadísticas precisan de explicaciones
macro es causado por la interacción de extraestadísticas, esto es, mecanismos
los fenómenos del nivel micro, aunque causales teóricos (Lizón, 20071).
—a diferencia del eliminacionismo— En sociología, las entidades básicas de
asuma que las propiedades de los se- los mecanismos tienden a ser los acto-
gundos no tienen por qué ser calcadas res mientras que las actividades básicas
a —o derivadas aditivamente de— las son sus acciones (Hedström). Esto nos
propiedades del primero […]». lleva a la necesidad de establecer una
1 Lizón, A. (2007). La otra sociología. Una saga de em-
píricos y analíticos. Barcelona, Montesinos.

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«teoría de la acción» que sea capaz de serio, especialmente entre quienes con-
explicar dinámicamente la relación en- sideran que la pluralidad de enfoques
tre individuo y sociedad (convencido en sociología es o debiera ser construc-
de ello, el mismo Parsons lo intentó tiva y racional. Y, para quien esto escri-
infructuosamente, como señala Cole- be, la más convincente respuesta a las
man). En este punto las propuestas de cuestiones inicialmente planteadas.
los autores de Teoría sociológica analíti-
ca presentan ciertos matices divergen- Xavier Puig Andreu
tes. El acuerdo acerca de que la expli-
cación intencional debe estar en la base
de dicha teoría de la acción es unánime.
Sin embargo, el debate se centra entre
las distintas reformulaciones de la teo-
ría de la elección racional para dotarla
de mayor realismo, como son la racio-
nalidad «estratégica», la racionalidad
«limitada», la racionalidad «cogniti-
va», la racionalidad «multimotivacio-
nal» o la DBO theory. A pesar de ello,
y parafraseando a Esser, de cualquiera
de ellas podríamos lamentar que «es
la peor teoría de la acción posible si se
excluye a todas las demás». Son teorías
altamente informativas, predictivas y
contrastables, que recuperan el sujeto
de la acción y permiten dar cuenta de
la estructura y el cambio social, com-
prender las razones de la acción (así
como sus causas), realizar modelos
hipotético-deductivos y acercarnos
al resto de las ciencias sociales y de la
ciencia en general.
En conclusión, Teoría sociológica analí-
tica es una impecable defensa de las ra-
zones por las que merece la pena darle
ese «giro analítico» (y weberiano) a la
disciplina. Una valiosa aportación que
sin duda alguna merece ser tomada en

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