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Reconstrucción de la memoria histórica: el terremoto de Armenia

Isabella Villegas Correa

El texto dispuesto a continuación es una propuesta de reconstrucción de la memoria alrededor


del terremoto que sacudió la ciudad de Armenia el 25 de enero de 1999. La disposición de
las narraciones está hecha en forma tal que se mantienen las voces particulares de quienes
recuerdan; para la lectura se propone que se interprete en forma de guion y que, de ser posible,
se realice con múltiples participantes.

Al momento del terremoto, los personajes eran los siguientes: Felipe tenía 22 años, vivía y
estudiaba en Envigado, no tenía relaciones cercanas en los lugares afectados; Miguel se
encontraba en Medellín al momento del terremoto, su familia se encontraba en Pereira, donde
residía normalmente, tenía 36 años; Jorge nació en Armenia, allí vivía aún su familia, él se
había trasladado a Pereira donde vivía con Esperanza y Sara, su hija, él tenía 37 años, ella 3;
Luisa tenía 6 años, vivía y estudiaba en Armenia.

Las grabaciones de Yamid Amat y de María Lucía Fernández se encuentran disponibles en


los enlaces citados. El informe de la CEPAL puede ponerse en escena de manera impersonal
como una radio a través de la cual se emiten los datos.

La escenografía es sencilla: un espacio oscuro con cinco butacas, algunas velas, un televisor
y un radio. Los personajes son iluminados en cuanto toman la palabra.

Jorge: A ver, ¿qué te digo?

Sara: En realidad mis recuerdos son súper fragmentados.

Luisa: Vea pues le cuento.

Miguel: Cuando sucedió el terremoto de Armenia, de Pereira, yo me encontraba en Medellín,


con mi mamá, en unas vueltas personales.

Felipe: Sé que el terremoto de Armenia fue de día, entre semana porque yo me encontraba
en la universidad1. En ese momento no estaba el auge de redes. Todo era con noticias RCN
y Caracol, estando actualizados.

1
En la Escuela de Ingeniería de Antioquia, en Envigado.
Jorge: Eso fue el 25 de enero del ’99. Yo soy de Armenia, pero ya estaba viviendo en Pereira.

Luisa: Fue como al medio día. Acabábamos de entrar de almuerzo. Estábamos en clase,
todos sentaditos, cuando se empezó a mover eso. Yo lo primero que hice fue meterme debajo
del pupitre y quedé viendo para la ventana. Y miré la ventana y sentía que un gigante estaba
barriendo porque se levantó todo el polvo de afuera, del parqueadero. La profesora nos
gritaba “quédense quietos. Métanse debajo del puesto”. Nosotros estábamos metidos debajo
del puesto porque siempre nos hacían simulacro. En Armenia pasa toda la falla de San Andrés
y nos mantenían muy entrenados, en caso tal. Eso se movía horrible. Yo decía “Dios mío,
qué está pasando”. No me acuerdo de cuánto tiempo pudo haber pasado.

CEPAL: El 25 de enero de 1999 dos eventos sísmicos significativos afectaron un área


estimada de 1360 kilómetros cuadrados. El primero, denominado por los expertos del
Instituto de Investigaciones en Geociencias, Minería y Química, INGEOMINAS, como el
evento principal, se desarrolló́ a las 13:19 horas, 18:19 G.M.T. localizándose en los 4.41o
Norte de latitud y los 75.72o de longitud oeste. La misma fuente estimó la profundidad del
sismo en alrededor de 10 Km, con una magnitud en la escala de Richter de 6,2. Con
posterioridad al evento principal, a las 17:40 horas, 22:40 G.M.T. se registró́ una réplica
significativa de 5,8 en la escala Richter algo desplazada al sur: Latitud 4.39oNorte.

Jorge: Estábamos en la casa, en un sexto piso. Sentimos un remezón tremendo. La nevera se


movía de lado a lado de una manera impresionante. Se movía metro, metro y medio. La
lámpara de la sala se movía de lado a lado. Nosotros no nos podíamos tener en pie. Era como
si nos pegaran en los pies y nos tumbaran. Nos tocaba casi que arrodillarnos. Dicen que el
ganado cuando tiembla se arrodilla. El ganado no se arrodilla porque va a rezar, se arrodilla
para ganar estabilidad. Eso me pasó a mí, no tenía estabilidad cuando ocurrió el sismo.

Sara: El recuerdo más nítido que tengo es que yo estaba parada en el marco de la puerta de
la cocina del apartamento y en ese momento se empezaron a agrietar las paredes. Mi mamá
me estaba haciendo un tetero.

Jorge: Con nosotros estaba un primo de mi esposa que vive en Villavicencio. Ellos iban a
coger escalas pa’abajo y me tocó cogerlos y gritarles que había que esperar porque en las
escalas hay unos vidrios panorámicos que se quebraron. Las paredes se agrietaron al frente
de nosotros, se iban agrietando en forma de X. Fueron momentos de mucho pánico porque
creímos que el edificio iba a colapsar. Se escuchaban los sonidos de los vidrios al caer, de las
paredes agrietándose.

Sara: Mi mamá me cogió y salimos corriendo por las escaleras. Estábamos en la casa con un
primo que es muy obeso, entonces bajando las escaleras súper afanados a él se le dificultaba
un montón. Yo no sabía qué estaba pasando. Bajamos al parque y solo me acuerdo de que
tenía mi Ñoña2 en la mano. No me acuerdo de más, estaba muy chiquita. Te puedo contar
cositas que sé que pasaron porque me contaron, pero que yo recuerde, eso es lo único que
recuerdo.

Felipe: Realmente aquí en Medellín no se sintió muy fuerte. Fue una gran sorpresa llegar y
ver en las noticias el estado en el que había quedado Armenia, los daños en Pereira, las
muertes y demás, cuando había sido un temblor como cualquier otro.

Yamid Amat3: Noticia de última hora. Un temblor de tierra sacudió al país a la 1:24 minutos
de la tarde. Los daños graves ocurren en Pereira y en Armenia. Las primeras informaciones
indican que el movimiento telúrico afecta fundamentalmente a Armenia y a Pereira.

Miguel: En Medellín se sintió y prendimos la televisión para ver qué era lo que había pasado.
En ese momento no alcanzamos a dimensionar la magnitud del temblor. Después empezaron
a dar noticias y nos encontramos que había sido un temblor bastante fuerte y que había
destruido un barrio prácticamente en Armenia que era el barrio Brasilia. Ese barrio yo lo
conocía porque había viajado muchas veces a Armenia y sabía dónde estaba ubicado.

Jorge: Cuando fue pasando nos bajamos para la zona verde del edificio. Esa noche casi todo
el mundo durmió en carpas. La gente temía que volviera a haber más episodios.
Inmediatamente, cuando pasó el terremoto, yo me fui para Armenia. Cogí el carro y me fui
con mi cuñada porque los hijos de ella estaban allá. Yo tenía un Mitsubishi y arrancamos a
pura verraca hacia allá.

2
Ñoña: dícese del trapito con el que lleva 22 años durmiendo.
3
Noticias Caracol. “Así reportó Noticias Caracol el terremoto del Eje Cafetero hace 18 años”. 21 de enero de
2017. Consultado el 26 de agosto de 2018 en https://noticias.caracoltv.com/colombia/asi-reporto-noticias-
caracol-el-terremoto-del-eje-cafetero-hace-18-anos.
Sara: Estábamos en la casa de mi abuelita y mi papá se había ido para Armenia. Empezamos
a escuchar las noticias y decían que la ciudad había desaparecido del mapa. Mi papá salió
para allá porque toda la familia de él es de allá. Te lo juro que eso es de lo único que me
acuerdo.

Luisa: La profesora no podía abrir la puerta porque era de metal y se trabó cuando todo se
movió. Ella estaba tratando de abrirla y todos los niños pegados de ella, chiquiticos, llorando.
El techo del corredor se había caído y nos tocó pasarnos por encima de las tejas. Salimos a
una cancha que era el punto de encuentro. Estábamos todos los de preescolar y los de las
oficinas. Donde era la enfermería se habían quebrado unos vidrios, y a mí me impactó mucho
porque vi sangre. Yo no sé por qué me fui a chismosear. Al rato mi mamá había llegado por
mí y no me encontraban. Todos los papás empezaron a llegar. Era un caos horrible porque la
entrada del colegio era una sola vía. Logramos salir.

Yamid Amat: Atención. Información de última hora sobre el temblor que estremeció esta
tarde a Colombia. Vamos a Armenia. En Armenia los daños son graves. Esta transmisión es
en directo.

Luisa: Nos fuimos para un supermercado muy conocido que se llamaba Cristal. Era de unos
amigos de mi mamá y para allá nos fuimos. El parqueadero era un terraplén. Yo entré al
supermercado y estaba todo en el suelo, regado. Habían cerrado la reja y la gente estaba
pegada de la puerta diciendo que, por favor, que les dieran agua, que les dieran gasas, que les
dieran algodón, que les dieran lo que fuera. El centro de Armenia se cayó la mitad. Al norte
no le pasó casi nada y el sur sí se borró prácticamente, por ahí el 80 o 90%.

CEPAL: Un número considerable de réplicas ha afectado el área en las semanas siguientes:


138 durante el primer mes, el campo de ellas se ha extendido a una superficie de 300 Km. 2,
con magnitudes que en algunos casos alcanzan los 4,4 en la escala de Richter4.

Luisa: Como a las 4:30 de la tarde o 5, te aclaro que más o menos sé las horas porque me
contaron, pero yo en ese momento no tenía noción del tiempo, como a esa hora hubo una

4
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD). “El terremoto de enero de 1999 en Colombia: Impacto socioeconómico del desastre en la
zona del Eje Cafetero”. México, abril de 1999: 5.
réplica. Estábamos en ese parqueadero. Gracias a Dios no nos pasó nada. Hasta donde tengo
entendido esa réplica fue la que terminó de tumbar todo lo que había quedado medio parado.

Jorge: Llegamos por la parte norte que no fue tan afectada, pero mi mamá vivía hacia la
parte sur. A medida que nos acercábamos al centro, empezamos a ver como si hubiera caído
una bomba en esa parte de la ciudad. Los postes y los cables estaban en el piso, las redes
hidráulicas se habían reventado y el agua corría por las calles. Era difícil pasar en el carro,
aunque era un montero 4x4. Podíamos esquivar y pasar por encima de lo que iba dejando el
terremoto.

Luisa: Como al ratico llegó mi papá de Cali, él estaba trabajando allá. Nos dijo que nos
íbamos para la finca. A mí no me tocó ver nada porque nos sacaron de la ciudad, no nos tocó
el caos. Nos fuimos para la finca de mis abuelitos en Calarcá.

Jorge: Nos fuimos hacia el sur, hacia donde vivía mi madre. Casi no llegamos. Nos tocó
meternos por unos barrios aledaños porque las vías normales estaban bloqueadas por todo lo
que colapsó en el centro. Los edificios cayeron como un castillo de naipes. Cuando llegué
por fin a la zona sur, oh sorpresa, la única casita que se sostenía de todo ese derrumbe que
había de casas era la de mi mamá. Se sostenía, pero era sino tocar los muros y se caían. Mi
mamá estaba adentro, solita, y yo solo le dije “mamá, ¿usted por qué no salió? mire que se le
puede caer esta casa”. Y ella me dijo “mijo, ¿a usted quién le dijo que uno le puede correr a
la huesuda?”.

En ese momento las casas aledañas estaban caídas, me tocó ver muertos, o gente ya
muriéndose ahí al lado de la casa de mi mamá. Me decían que por favor los llevara al hospital
y yo decía “¿Cómo? Casi no entro hasta aquí en este carro 4x4 encima de pedazos de
concreto, de varillas, de tuberías. ¿Cómo hago? Yo no me puedo desplazar. Yo no me puedo
morir”. Al señor le tocó morir, ahí a un lado.

Luisa: Nos cogió una tercera réplica como a las 7 de la noche. Estábamos todos acostados,
pero con susto. Volvimos a salir de la casa. Toda la noche tembló. Nadie durmió nada. Ahí
mismo sentían que temblaba un poquito nos sacaban.

Miguel: Al otro día madrugamos con mi mamá y nos regresamos para Pereira y ahí ya
empezamos a ver cuál había sido la magnitud de la tragedia. Fue muy triste ver cómo se
encontraba la ciudad, cómo estaba de destruida. Luego con mi hermana nos pusimos a reunir
cosas para llevar a Armenia. Yo fui a llevar a un padre que era amigo de la familia para que
viera cómo había quedado la ciudad. Fuimos hasta el barrio Brasilia, ahí vimos cómo habían
quedado las casas de hundidas. Cómo había sido la tragedia. Fue muy duro ver lo que quedaba
ya de ese barrio. Era un barrio popular, pero era un barrio muy bonito. Fue totalmente
destruido. Igual el centro de la ciudad de Armenia había quedado totalmente destruido.

Jorge: Era un barrio de bloques de cinco pisos. Era un barrio de profesores. De ese barrio no
quedó un solo bloque. Cayeron también partes de otros barrios, algunos edificios. Hubo un
edificio, un hotel, que se llamaba Maitamá y que se fue yendo de lado sobre Frisby. Ahí
murieron unos argentinos, unos futbolistas profesionales que venían a jugar al Quindío. Creo
que habían llegado ese mismo día y les tocó. Como estas escenas hay cantidad. Eso es como
lo que yo pude apreciar en su momento.

Sara: También me acuerdo de que mi papá llegó después contándonos que mi abuelita y toda
la familia estaba bien, pero que en el momento cuando él llegó a Armenia no pudo entrar a
la ciudad porque todo estaba caído. Entonces tuvo que dejar el carro muy lejos y salir
caminando a buscar la casa. Y cuando se devolvió a la camioneta le habían llenado el volco
de puros cadáveres y no sabía qué hacer con eso.

Yamid Amat: En Montenegro se dañó el acueducto, la situación es de emergencia. El centro


de Armenia tiene graves daños. Esta es Armenia. Edificios destruidos. El hotel Armenia
Plaza se vino abajo. El edificio de la asamblea del Quindío quedó muy averiado. El edificio
de los bomberos voluntarios se vino abajo. Los centros hospitalarios de Armenia colapsaron.
Estas son imágenes exclusivas del canal Caracol. Observen los daños del temblor de esta
tarde en Armenia. En Pereira la situación es mucho más grave. Todo el centro de Armedia
desde, en la Plaza de Bolívar está destruido.

Jorge: Eso fue tenaz. Fue de muchos días. La ciudad no tenía energía, no tenía sistema de
acueducto.

Miguel: Acá en Pereira yo trabajaba para el Área Metropolitana. Nos dijeron que teníamos
que ponernos en la tarea de ayudar a todas las personas y de mirar cuáles eran las
edificaciones que estaban amenazando ruina. Ahí pudimos constatar todo lo que había
pasado. Todas las viviendas que decirle la oficina de obras públicas tenía que tumbar porque
amenazaban otra tragedia para las personas que estaban habitando allí.
Maria Lucía Fernández5: Y las personas que viven alrededor de la zona tienen que evacuar
porque en cualquier momento pueden caer las edificaciones.

Luisa: Duramos como un mes en la finca. Éramos por ahí unas 50 personas. Familia todos.
Dormíamos en carpas. Todo el mundo salía de la ciudad por no ver el caos. Por no escuchar
sirenas.

Jorge: Después del terremoto nos tocó viajar a Armenia todos los días. Llevaba agua en
porrones, comida. Hubo una solidaridad muy grande a nivel nacional e internacional. Yo creo
que no compré comida por ahí en un año. Mi hermana trabaja para la Cruz Roja y en la casa
de mi mamá se hizo un pequeño depósito para repartir mercados a la gente alrededor. Llegaba
comida de Canadá, de España, de Suiza. Venían amigos de Manizales, de Pereira, lo
buscaban a uno porque sabían que era de la región. Nos íbamos en caravanas a llevar las
cosas.

Luisa: Cuando volvimos al apartamento, gracias a Dios, no había sido muy grave lo que
pasó. Solamente se cayó una pared. Las cosas estaban en el piso. En el centro se cayó un
edificio y se murieron unos familiares. Eso fue lo que nos pasó a nosotros.

Jorge: Se formaron unos grupos de gente que entraban a robar porque no había luz. Entraban
armados a los barrios. A mi mamá, que en ese momento tenía como 70 años, le tocaba
armarse. Ella decía “aquí no me entra nadie”. Se armaban los grupos de vecinos y hacían
barricadas con llantas, con costales con arena. Se turnaban de noche para proteger el barrio
de esas asonadas que iban. Eso duró casi como dos meses, mientras se restableció la energía
y parte del acueducto.

Miguel: Se vivió mucha tristeza porque la gente no sabía realmente qué hacer. No estábamos
preparados para una tragedia de este tipo, aunque acá en la región ya había sucedido un
temblor que fue también fuerte en el año ’95, acá en la ciudad de Pereira. Pero lo de Armenia
y toda esa región fue diferente. Con la parte de la reconstrucción también tuve la oportunidad
de ver cómo hacían las viviendas para la gente que se le había caído la suya. El movimiento
telúrico del ’99 ayudó mucho a que la gente se solidarizara. Acá en nuestra región la gente

5
Noticias Caracol. “Así reportó Noticias Caracol”.
está siempre pendiente de ayudar al otro. Sabemos que estamos en una zona sísmica. Por el
Eje Cafetero pasan unas fallas que siempre van a afectarnos.

Jorge: Mucha gente vino de otras ciudades. Se necesitaba mucha mano de obra para empezar
a reconstruir. El gobierno canalizó todas las ayudas y creo una empresa que manejó todos los
recursos, no me acuerdo ya del nombre. Fueron muy transparentes, entre comillas. No
querían que fuera como en Armero que se robaron los recursos. A mi mamá le dieron una
indemnización y la ayuda técnica de un ingeniero para reconstruir la casa. No era suficiente,
pero algo se hizo. Se empezó a reconstruir Armenia. Hoy es otra, volvió a vivir. Murieron
muchos para que otros renacieran y se mejoraran las condiciones de vida.

Luisa: Mi mamá estaba en embarazo de mi hermano y toda esa angustia y todo ese estrés se
los transmitió a él. Él nació muy nervioso. Mi hermano como hasta los 17 años estuvo
durmiendo con mis papás porque no era capaz de dormir solo. Eso fue como la historia del
terremoto. Hoy en día, pues, aquí tiembla mucho. La semana pasada tembló. Mi papá dice
que tiembla todos los días. Eso es como toda la historia del terremoto que yo me acuerdo y
que me haya pasado a mí.

Sara: Después duré como seis meses con colon asfástico6 por el estrés del miedo que me
generó el terremoto. Me tocó dormir con mis papás seis meses porque tenía pesadillas
pensando que la casa se iba a caer. Me tuvieron que operar del colon.

Jorge: Nos quedó un reducto de una población flotante en el sector. Hay hasta hoy un
problema social. Armenia lidera hace muchos años los primeros puestos de desempleo a nivel
nacional. Mucha gente se quedó. Armaron sus cambuches los que llegaban de todas partes y
buscaban dónde trabajar. No había un ladrón en esa época. Había mucho trabajo. Había
mucha comida. Hoy sí es difícil. Yo deduzco que desde que haya empleo y comida, la gente
no necesita robar.

Felipe: Me hiciste sentir ya mal porque un montón de gente de la universidad fue a ayudar y
yo me quedé con la familia.

6
Según Wikipedia, el colon espástico o síndrome del intestino irritable es un grupo de síntomas digestivos, que
incluyen dolor o molestias abdominales, acompañados de una modificación en la frecuencia o en la consistencia
de las deposiciones, en ausencia de una causa identificable.
Jorge: Afortunadamente a mi mamá no le pasó nada, ni a mis hermanas, ni a nadie de mi
familia. Pero muchos amigos míos murieron, muchos amigos perdieron las familias.

Felipe: El único muerto en Pereira fue un jugador de fútbol argentino que del pánico se tiró
por la ventana del hotel7. De eso sí me acuerdo.

CEPAL: En forma directa y primaria los efectos del terremoto los sintieron los habitantes
de 28 municipios situados en cinco departamentos del Occidente del país, que se encuentran
entre los más densamente poblados: Caldas, Quindío, Risaralda, Tolima y Valle del Cauca.
En especial, fueron los 12 municipios de Quindío los que sufrieron con mayor rigor los
efectos directos e indirectos del terremoto en sus personas o en las de sus familiares, en sus
bienes materiales, en sus medios de producción; en suma, en sus niveles de bienestar, que se
vieron súbitamente deteriorados8.

Jorge: Hubo muchos muertos en todos los barrios. Amigos. Queridos. Familias que quedaron
en el terremoto. A mi primo le tocó irse para Estados Unidos con la familia a empezar de
cero porque quedaron en la calle.

Yamid Amat: Personas rescatadas heridas. O muertas, desgraciadamente. No hay un balance


oficial de personas muertas o fallecidas, digo, hasta este momento.

CEPAL: 1.185 pérdidas de vidas. 8.523 heridos. 731 desaparecidos9. Según el censo de
afectados que levantó el Departamento Administrativo de Estadísticas, DANE, se consideran
solo a los muertos identificados por sus familiares10.

Yamid Amat: Este es el rostro de la tragedia y del dolor en la ciudad de Armenia.

7
Hubo más de una docena de muertos en Pereira.
8
CEPAL y PNUD, “El terremoto de enero”: 8.
9
CEPAL y PNUD, “El terremoto de enero”: 9.
10
CEPAL y PNUD, “El terremoto de enero”: 9.
REFERENCIAS

Testimonios:

Luisa Carvajal Fernández, Armenia, 25 años.

Sara Escobar Hoyos, Pereira, 22 años.

Jorge Escobar Silva, Pereira, 56 años.

Luis Felipe Villegas de Bedout, Envigado, 42 años.

Miguel Velásquez Santamaría, Medellín, 55 años.

Otras fuentes:

Noticias Caracol. “Así reportó Noticias Caracol el terremoto del Eje Cafetero hace 18 años”.
21 de enero de 2017. Consultado el 26 de agosto de 2018 en
https://noticias.caracoltv.com/colombia/asi-reporto-noticias-caracol-el-terremoto-del-
eje-cafetero-hace-18-anos.

Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y Programa de las Naciones
Unidas para el Desarrollo (PNUD). “El terremoto de enero de 1999 en Colombia:
Impacto socioeconómico del desastre en la zona del Eje Cafetero”. México, abril de
1999.

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