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Josué 1: 8-9 dice: “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en
él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu
camino, y todo te saldrá bien. Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes,
porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas”.
I. Introducción: sujeción
Acción de coger o agarrar con fuerza a una persona o una cosa, de manera que no se mueva, ni se caiga o
se escape.
B. Segunda actitud: es cuando una persona decide cumplir (acatar) las órdenes de una autoridad superior,
con la conciencia de que ésta es la forma como se manifiesta y establece el gobierno de Dios en la tierra.
Esta persona no depende de si la decisión le conviene o no, si va en contra de su reputación, o si está de
acuerdo o no en su forma de pensar, su único objetivo es glorificar a Dios.
Delante de Dios todos somos Iguales y él nos ha encargado una misma labor, que es el servicio. Es decir,
todos somos siervos. Pero cabe destacar que dentro de este precioso don que es el servicio existen
Mayordomos, siervos, consiervos (Col 4:7 Todo lo que a mí se refiere, os lo hará saber Tíquico, amado
hermano y fiel ministro y consiervo en el Señor, (Mateo 18:29)
La ley de la sujeción: Esta ley dice que “Nadie puede ejercer autoridad sino está bajo autoridad”
Uno de los ejemplos claves para esta ley es el caso del centurión Romano y la sanación de su siervo. (Mat
8:9) Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados; y digo a éste: Ve, y
va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace.
4. La sujeción en el matrimonio
• (Col 3:18) Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor.
(1Pe 3:1) Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a
la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas.
VI. Conclusión: Romanos 13:1 Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay
autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.
LA SUJECIÓN EN LA IGLESIA
De todas las sujeciones, una de las que más trabajo le cuesta a la mayoría de los creyentes, y al mismo tiempo una
de las que mayores dolores de cabeza les ha dado a los líderes de las iglesias, ha sido precisamente esa: La sujeción
al liderazgo de una congregación local. En la carta a los Romanos, encontramos un punto que, de tan
controvertido, muchos quisieran que nunca jamás hubiera sido escrito; ¡y hasta llegan a cuestionar al propio Pablo
por haberlo hecho!
(Romanos 13: 1)= Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de
Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.
Si examinamos Tito 3:1, veremos que este texto respalda da alguna manera al antes mencionado, cuando dice:
“Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena
obra”. No es el único. 1 Pedro 2:13, al respecto, agrega que: “Por causa del Señor, someteos a toda institución
humana” (Y aquí también entra la iglesia, desde su ángulo de institución humana que es) “Ya sea al rey como a
superior”. Jesús, ya se lo he dicho, no resistió a las autoridades de su tiempo, no fue un subversivo social ni un
guerrillero tira bombas.