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General de División Francisco Javier Díaz

Valderrama,
Único Pionero Nazi Chileno

Por el Sub-Brigadier

Es un honor enorme para cualquiera que haya vestido el uniforme de la Patria y para todos los
Camaradas NS en general, dedicarle este merecido recuerdo al General Francisco Javier Díaz,
el indiscutible Pionero del verdadero Nacionalsocialismo Hitleriano en NueStra Patria. En
Revista NueStra Voz lo consideramos necesario para despejar cualquier tipo de dudas sobre
los orígenes del Nazismo Chileno, tan manoseados y hasta ultrajados por pseudocamaradas, y
por las deformaciones que el Ideal original sufrió aquí en CHILE por parte de personas que,
independientemente de sus innegables virtudes Patrióticas, creyeron tener más razón que el
Führer y no fueron capaces de mantener la Raíz NS incólume y adaptar esa misma raíz a
NueStra Patria y sus peculiaridades.
Por otra parte, esta investigación se hace necesaria por tres razones:
- NueStra lógica búsqueda de antecedentes y referentes ideológicos en CHILE, directamente
ligados al Ideal original, nacido del Nacionalismo Alemán.
- Una lección y "tirón de orejas" a ciertos acomplejados que creen que es necesario ser alemán
o nórdico para pertenecer y defender la Raza Blanca, la única presente y realizadora en la
Historia Chilena, y a los que su complejo (o, a veces, su incertidumbre) racial los hace alejarse
del camino original, iniciado por el Führer.
- Un llamado de atención a los actuales "militares", que poco tienen de herederos de los de
antaño (menos aún de los Héroes y Veteranos de nuestras numerosas y gloriosas Guerras): LA
CABEZA NO ES SÓLO PARA PONERSE LA GORRA, ADENTRO ESTÁ EL CEREBRO. Su
servilismo actual a tornado a nuestras otrora Fuerzas Armadas en FARSAS ARMADAS, o
ejércitos de opereta, con sus desfiles cada vez más numerosos y deslucidos, inútiles a la hora
de defender NueStra Soberanía y Nuestro Honor Nacional, quebrantado por 13 años de
desgobiernos democratoides antipatrióticos.
Una carrera militar distinguida
El General de División Francisco Javier Díaz Valderrama, Inspector General del Ejército
(Comandante en Jefe de la época) entre el 18 de febrero de 1927 y el 20 de marzo de 1930,
nació en Santa Cruz el 5 de abril de 1877, día del aniversario de la histórica Batalla de Maipú.
Fueron sus padres don Froilán Díaz y la señora Ignacia Valderrama. A los 13 años, ingresó a
las filas del Ejército el 25 de Febrero de 1890 como Cadete de la Escuela Militar. El 30 de
diciembre de 1892 obtuvo sus despachos como Subteniente de Ejército en el arma de
Infantería, siendo destinado al Batallón de Ingenieros Militares, y el 1° de octubre de 1896
ascendía a Teniente. En forma paralela a su carrera militar, obtuvo el título de Bachiller en la
Universidad de CHILE. Por disposición del Estado Mayor General, el 16 de julio de 1897 pasó
al arma de Ingenieros, de la cual llegó a ser su más alta autoridad técnica. Desempeñó los
siguientes cargos: Ayudante de la Escuela de Clases; Ayudante de la II Zona en la Plana
Mayor; Oficial de Estado Mayor, pasando al Departamento General de Guerra; Comandante
interino del Regimiento Caupolicán N°14; Comandante interino de la 7ma Brigada de Infantería;
Comandante de la Brigada de Comunicaciones; Subsecretario del Ministerio de Guerra (desde
ese cargo, contrató numerosos instructores Alemanes para las instituciones castrenses.
Asimismo, enormes contingentes de Oficiales Chilenos fueron enviados a la Reichswehr) e
Inspector General del Ejército, en febrero de 1927. Con singular acierto desempeñó las
siguientes comisiones: en 1901 quedó a disposición del Ministro de Chile en Berlín, ingresando
al Ejército Imperial Alemán, sirviendo en diferentes unidades (fue alumno de la Escuela de
Ingenieros de Charlottenburg y estuvo en el Estado Mayor de Suiza, entre otras). De vuelta al
país, cuatro años más tarde, siendo Ayudante del Estado Mayor General, rinde su examen de
Oficial de Estado Mayor e Intérprete en Alemán. Durante 1908, impartió la asignatura de
Táctica en la Escuela Militar. En 1909, por Ley 2164, el Congreso Nacional le concedió permiso
para prestar sus servicios a las órdenes del Gobierno de Colombia, donde fue Director de la
Escuela Militar y Jefe del Estado Mayor General, entre otros cargos; en 1912, pasó a las
órdenes del Ministro de Chile en Austria Hungría; en 1924, profesor de Fortificaciones de la
Academia de Guerra; en 1924, miembro de la Corte Marcial de Santiago; en enero de 1928, se
le nombró director de un Ejercicio de Comunicaciones; y en abril del mismo año, profesor militar
de Guerra de Sitio en la Escuela de Ingenieros Militares. Se le distinguió con las
condecoraciones de 3era clase de la Orden de la Corona Real , concedida por el Káiser de
Alemania; las medallas por 20 y 30 años de servicios; la del Busto del Libertador, concedida
por el Gobierno de Venezuela; la Corona de Prusia, concedida también por el Káiser alemán; y
la medalla Al Mérito, concedida por el Gobierno de Colombia. General de Brigada en 1925, el 9
de noviembre de 1926 culminó los ascensos de su brillante carrera, obteniendo sus despachos
de General de División. Al año siguiente, asume la Inspectoría General de la Institución.
Durante su gestión, las relaciones entre Chile y Alemania se hicieron tan fluidas que el jefe del
Ejército Alemán, General Wilhem Heye, visitó por dos semanas el país. El General Díaz, como
Inspector General del Ejército Chileno, devolvió la visita, siendo recibido por el Presidente de la
República de Weimar, Mariscal Paul von Hindenburg, y recorrió las más importantes fábricas
de armamentos alemanas. En 1924, Hans von Kiesling (oficial de origen bávaro, nacido en
München en 1873), había retornado a las filas Chilenas, en pleno Gobierno Militar del General
Carlos Ibáñez del Campo, gracias a los oficios del General Díaz y tras su retorno a Alemania
durante la Gran Guerra de 1914. Gracias a esta política a favor de Alemania, en 1928 había
nuevamente 18 instructores germanos en CHILE, encargados de adiestrar al Ejército, Fuerza
Aérea y Carabineros. También se volvió frecuente el envío de militares Chilenos a Alemania,
habiendo 17 oficiales estudiando en ese país en 1928.
El General Díaz fue miembro de la Academia Chilena correspondiente de la Real Academia
Española y un escritor de vasta producción de temas militares, entre los que destacan: "Manual
del oficial", "Apuntes de Organización Militar" y "Compendio de Fortificación Permanente".
Además, tradujo numerosas obras, como la de Werner Ehrenfeucht, "Manual para la
instrucción de la caballería", en Bogotá, 1934.
En 1930, se retiró del Ejército, pero continuaría con una intensa actividad política nacionalista.
Un militar funda el primer Partido Nazi Chileno
A dos años de su retiro, el General Francisco Javier Díaz Valderrama, fundó en 1932 la primera
Organización Nazi Chilena, siendo ésta reconocida como tal por el órgano oficial del NSDAP, el
Völkischer Beobachter, en esa época todavía editado por el Führer Adolf Hitler. Es en la
organización fundada por el General Díaz, y no en el partido «nacista» de González Von
Mareés, Carlos Keller y Tomás Allende, posterior y creado originalmente bajo la influencia de
Díaz, en la cual el NSDAP alemán va a depositar su confianza. El que esta organización Nazi
surja ya en 1932, esto es, antes del ascenso del Führer al poder, revela por lo demás la franca
lealtad de las convicciones Nazis de Díaz Valderrama. Es indudable la influencia que en él
tuvieron tanto su formación profesional en Alemania como el ejemplo de sus maestros Von
Kiesling y Von Knauer, germanos destacados en el Ejército Chileno.
El Völkischer Beobachter del 4 de agosto de 1932 anunciaba en caracteres destacados:
«National Sozialismus in CHILE» y explicaba a sus lectores que tras la corta intentona en junio
de 1932, para establecer en Chile la primera "República Socialista" de América y el equilibrio
inestable del nuevo gobierno regentado por el presidente Dávila, surgía en CHILE algo
completamente nuevo y promisorio. "Frente a todo esto se ha formado un nuevo y puro frente
nacionalista de pleno rechazo de los pensamientos marxistas y con la consigna: "El ciudadano
tiene el deber de ayudar al mantenimiento del estado con su trabajo". El gran mérito de todo
esto corresponde al General Díaz. Él habla alemán igual que su lengua materna y lee con
unción libros alemanes. Así es como se ha dedicado intensamente al estudio de los escritos de
Adolf Hitler, los ha traducido al castellano y ha llegado a la convicción de que el
Nacionalsocialismo enriquecerá ventajosamente a su país. Por el momento, no se suele poner
en primera fila y no forma parte del nuevo gobierno. Pero su obra es la fundación oficial del
Partido Nacionalsocialista, que ya en junio se ha hecho realidad a través del siguiente mensaje
que ha publicitado la prensa Chilena: "Del interés de todo ciudadano: los comandantes,
oficiales y suboficiales en retiro de las Fuerzas Armadas, los reservistas de estas instituciones y
todos los civiles, empresarios, empleados y obreros son llamados a integrarse a las filas de la
Legión Social Nacionalista, cuyo fin es la salvación nacional expresada en el Manifiesto ‘Cómo
se sirve a la Patria’. Firmado: La Comisión Directora." Todo este movimiento parece desde este
mismo momento muy promisorio, sobre todo por el gran amor del General Díaz a su Patria, por
su carácter intachable y sincero, por su carencia de toda ambición personal, así como por su
enorme fuerza de voluntad unida a su gran inteligencia. Nosotros, los Nacionalsocialistas
alemanes tenemos todas las razones para seguir con el mayor interés la obra de este hombre.
¿Podrá conseguir este luchador por la idea del Nacionalsocialismo construir a CHILE social,
económica y políticamente de acuerdo a nuestra concepción del mundo?».
Otra de sus iniciativas fue la Acción Nacionalista de CHILE, que se definió como una entidad
respetuosa de la Constitución, pero cuya finalidad era la reconstitución de la nacionalidad
quebrantada por los antagonismos, anticapitalista y antimarxista. Su directorio fue presidido por
el ya retirado General Díaz. Primer vicepresidente era el oficial de Artillería y ex ministro de
Ibáñez, Aquiles Vergara Vicuña (de destacada actuación en el Ejército boliviano durante la
Guerra del Chaco, donde alcanzó el Generalato), segundo vicepresidente, Jorge Wormald
Infante; vocales, Hernán Puelma Francini, Eduardo Pérez Vicuña, el Mayor Amaro Pérez de
Castro, Carlos Rojas Cruzat y Álvaro Reyes Pérez; secretario, Ignacio Otero Bañados y
tesorero, Carlos Jiménez Torrealba.
Ese mismo año de 1932, a escasos días después de la "República Socialista", Díaz
Valderrama, publicó un libro de artículos de su autoría publicados en El Mercurio entre 1931 y
1932, donde demuestra su adherencia al Nazismo alemán. Esta publicación era parte de la
propaganda de la Legión Social Nacionalista. Además de la serie de artículos, el General Díaz
tradujo del alemán ese mismo año "El programa de Hitler", "Socialismo Nacional y no
socialismo marxista", de Dietrich Klagges, y "El Estado Alemán, sobre base nacional y social"
de Gottfried Feder, ambos altos dirigentes del NSDAP. En un artículo del 23 de mayo de 1932,
titulado "Socialismo Nacional y Fuerzas Armadas", manifestaba su admiración por el Führer.
Señalaba además al marxismo y al comunismo como desconocedores de la propiedad, la
familia, la Patria y la necesidad natural de la Guerra.
Además, el General Díaz, junto al también retirado General Arturo Ahumada y a los civiles
Jorge Garretón Prieto y Luis Humberto Varas, habían fundado la revista semanal La Defensa
Nacional, que circuló desde 1931. Fue distribuida en las dependencias de las Fuerzas Armadas
y algunos de sus artículos fueron "Hitler y el principio constitucional de Alemania", "Hitler y las
Fuerzas Armadas" y "Del rosal comunista". En febrero de 1936, el Westküsten-Beobachter
informaba de esta importante iniciativa del General Francisco Javier Díaz.
En 1940, apoyó una organización de militares retirados, la Legión Patriótica de CHILE, de
tendencia corporativista, y en 1941 fue candidato a diputado por el Frente Nacional Chileno, del
Dr. Ernesto Prieto Trucco. También, y quizás influido por la lectura de su coterráneo, el Dr.
Nicolás Palacios, fundó una Liga para la Defensa y Conservación de la Raza, cuyo objetivo
apuntaba al estímulo de las actividades deportivas y la nutrición, en concordancia con la
doctrina del Tercer Reich.
Manifestando su fuerte cariño por Alemania, fue director de la Asociación de Amigos de
Alemania, la triple A, organismo reconocido por la embajada del Reich y que apoyó a esa
nación en la II Guerra Mundial. La Asociación de Amigos de Alemania, fundada por altos
oficiales del Ejército Chileno, contaba en 1942, sólo en Santiago, con 5.500 miembros. En
1943, cuando el gobierno de Ríos rompe las relaciones diplomáticas con el Eje, la asociación
se disuelve, pero recordando que había apoyado incondicionalmente a Alemania, en especial
cuando se vio obligada a iniciar la guerra. La comunicación fue firmada por el Vicealmirante en
servicio activo Luis V. López S. y por los Generales del Ejército en retiro F. J. Díaz, Carlos
Vergara Montero, Guillermo Novoa S., Javier Palacios Hurtado, Manuel Campo R.; por los
Coroneles Miguel Barrios C., Luis A. Varela F., Enrique Baeza Yávar y por los señores Miguel
Martínez y Ricardo Herrera Lira. Díaz Valderrama fue además activo colaborador y amigo de la
Liga Nacionalsocialista de Ex Combatientes del Imperio (Nationalsozialistischer
Reichkriegerbund, NSRKB), que agrupaba a militares activos y retirados del Reich en nuestro
país, entre los cuales habían muchos Camaradas Nazis instructores en las Fuerzas Armadas
Chilenas.
Tal como lo consigna el camarada Miguel Serrano en su obra "Adolf Hitler, el último Avatara", el
General Díaz fue activo colaborador de la revista "La Nueva Edad", órgano de combate NS
editado por Serrano durante la Guerra: "Un distinguido general del Ejército Chileno, don
Francisco Javier Díaz, fue otro colaborador permanente, dedicado a los análisis militares. Era
un hitlerista total. Se había educado en Alemania y tenía un gran ascendiente entre los
militares chilenos. Él también ya se fue, como René Arriagada (co fundador de la revista).
Murieron cuando yo no estaba en Chile. Jamás podré olvidarles".
El Movimiento Nacional Socialista es creado en abril de 1932 bajo la influencia del General
Díaz Valderrama y fundado por Carlos Keller y Jorge González von Marees. En un principio, el
movimiento se siente atraído por la figura del Nazismo alemán, adquiere una ideología
antiliberal, antiparlamentaria y antimarxista, además de defender la Política Racial y anti-
sionista de Adolfo Hitler. En los inicios del MNS se podía leer en un panfleto: “Nacismo
significa: luchar contra el judaísmo internacional”. Pero, lamentablemente, el MNS fue
alejándose cada vez más de su matriz, desechando su Ideología Racial e incluso expulsando
de sus filas a los miembros alemanes y hitleristas. Además, en declaraciones posteriores del
Jefe del MNS, Jorge González von Marees, se rechaza la idea de un problema judío en CHILE
y señala que su peor error fue haber puesto el nombre Nacionalsocialista a su movimiento, que
lo hizo ser catalogado como Hitlerista. Sin comentarios..., sólo recordar que este movimiento
terminó en la quasi marxista Vanguardia Popular Socialista y que González llegó a ser
secretario del Partido Liberal.
En forma muy distinta, lo que demuestra su clara visión de la realidad Nacional, no exenta del
influjo de los protocolos, en uno de sus textos el General Díaz Valderrama afirmaba que "los
judíos son los únicos responsables del antisemitismo.(...) Han divido al pueblo chileno, atizando
en su seno la discordia disolvente y antipatriótica. Ellos son la quinta columna".
Espíritu Militar y Espíritu Nazi
Gran crítico de la politiquería civil, el General Francisco Javier Díaz planteaba que "la
participación activa en política, destruye la unidad del cuerpo de oficiales y mata el
compañerismo, que es una de las fuerzas morales que sostiene el complicado armazón de las
colectividades guerreras". Ante la politiquería, con su desorden y división, Díaz recalcaba que
el Ejército está fundado en el espíritu de la nacionalidad y en el sostenimiento de un Estado
inspirado en el Patriotismo.
No obstante, en mayo de 1935, el General Díaz publicó en El Mercurio de Santiago un artículo
muy relevante para entender el vínculo entre Ejército y Nacionalsocialismo, es decir, el cambio
de la Reichswehr en Wehrmacht y la importancia del fenómeno para las Fuerzas Armadas
Chilenas. El artículo fue traducido al Alemán y publicado también por el órgano del NSDAP
Chileno, el Westküsten-Beobachter. Es aquí donde el General Díaz constata la diferencia para
un militar entre la politiquería tradicional y el Nazismo: "Para mí fue una gran sorpresa
comprobar que el NSDAP, este Nacionalsocialismo, no sólo no era un enemigo de la
organización y conservación del poder armado, sino, muy por el contrario, que perseguía las
metas que hasta hoy todo militar considera las ideales. De hecho, se deduce de los artículos 32
y 34 de su programa que el Partido Nacional Socialista reafirma el principio sagrado de la
Nación en Armas y del derecho y obligación del servicio militar obligatorio".
Mientras varios textos escritos por oficiales del Ejército de CHILE fueron publicados en alemán
y en su mayoría por el Westküsten-Beobachter, el órgano oficial del NSDAP (AO)-Chile (como
"Das deutsche Militärsystem in Chile», en Westküsten-Beobachter, n° 177, 25 de febrero de
1937, de autoría de Díaz), muchos artículos del General fueron publicados también en
instituciones oficiales de la Wehrmacht en Berlín.
Definitivamente, otros tiempos, otros militares y otra época para el Ejército. Es por esto que,
hace unos meses atrás, cierto reverendísimo y rojísimo cardenal y obispo católico se refiriera a
lo que hoy entendemos por "Ejército" como: "Este nuevo Ejército...". Es cierto: esta entelequia
es nueva. El Antiguo Ejército de CHILE parece haberse acabado.

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