Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
En España hay distintas maneras de nombrar las cosas, que, por lo tanto,
evidencia atisbos de variedades dialectales. Lo sabemos por diferentes fuentes, por
ejemplo por lo que dijo el presbítero Endura (954), comentando un lugar de las
etimologías de San Isidoro. En un lugar en el que San Isidoro habla del árbol que los
griegos llaman kokimela, dice que en España “romani prununo vocant: hispani
nixunt…”: el mismo árbol (la ciruela) en España se nombra según los lugares de tres
maneras diferentes. Menéndez Pidal interpreta de la siguiente manera: con “hispani”
Endura refiere a los españoles mozárabes, con “romani” a los cristianos del norte (no
sometidos al Islam, hispanolatinos), pero desconoce qué es lo que quiere nombrar con
“uvéndoli, goti, celtíberi…” (vándalos, godos, celtíberos… ¿pero qué pueblos eran?). Se
admira de que en el siglo X todavía puedan diferenciarse en España naciones como los
godos, etcétera. O si no, se tratará sólo de los celtíberos identificados con los
aragoneses. No lo sabemos. Es decir que por un lado nos aclara algo (un mismo árbol se
nombra de diferentes modos), pero por el otro…
Los romances hispánicos desde los orígenes hasta el siglo XI: gallego y gallego-
portugués, astur y astur-leonés, castellano, navarro y navarro-aragonés, catalán. El
riojano. El mozárabe.
MOZÁRABE
Se trata de un dialecto medieval extinguido. Es la lengua de los cristianos
sujetos al Islam. Se habló en territorio islámico español desde el Atlántico hasta los
Pirineos y el Atlántico, pero estuvo sujeto a las más extraordinarias aventuras humanas
y políticas. A medida que los castellanos y leoneses y los aragoneses avanzaron hacia el
sur, las hablas mozárabes se fueron perdiendo. Sus hablantes adquirieron las lenguas de
sus reconquistadores. Las gentes mozárabes que emigraron mantuvieron su lengua, pero
finalmente también esta lengua se perdió.
Tenemos noticia somera de estos procesos de la diplomática medieval y de la
toponimia, que es un auxiliar valioso para averiguar lo que se pierde de las historia de
las gentes y de sus lenguas.
Menéndez Pidal divide la historia de la gente mozárabe en tres períodos:
1) desde la invasión (711) hasta 932 (comienza la expansión astur-castellana):
es una época de rebelión, persecución y abundantes martirios. El territorio
leonés en parte está recuperado.
2) 932 – 1099: en 1099 muere el Cid y su esposa y su gente deben abandonar
Valencia. Es época de postramiento de la gente y de su lengua. Se enseña
teología a los sacerdotes cristianos mozárabes en árabe!
3) Siglo XII y siguiente: época de las invasiones norafricanas (almohades [1146] y
almorávides [1090]) con una gran ferocidad. Son los “fundamentalistas” de
aquel tiempo. Produjeron muertes y deportaciones masivas: miles de cristianos
fueron deportados al norte de África para ser esclavos. Incluso también los
mozárabes de España, porque su religión había perdido fuerza. Vinieron a
reformar el Islam de España.
ASTUR-LEONÉS
La repoblación del territorio al sur del Cantábrico fue inmediato: la primera
batalla fue en 738 en Covadonga. La repoblación se hizo con gente del norte y con los
emigrantes del sur que lograban incorporarse a las fuerzas cristianas. La toponimia es
indicadora de este proceso de repoblación. Encontramos pueblos que se llaman:
gallegos, bercianos, asturianos, mozárabes.
El dialecto astur-leonés es un dialecto antiguo del reino de Asturias y León. Es
uno de los dominios lingüísticos más arcaizantes de la Península, más aún el astur, es
decir, el conjunto de hablas locales denominadas bable. Entre los aspectos arcaizantes
de la región se encuentran: “Hay un galán de esta villa” no sólo por la letra del poema,
sino por el modo de cantarlo y por la coreografía; los instrumentos antiguos que se
siguen usando (la gauta, la zampoña / sanfoña/sinfonia –instrumento que en Castilla
dejó de usarse a principios del XVI, y que en este lugar se sigue usando,
preferentemente para acompañar cantos narrativos-, el arpa, el salterio).
En un ámbito como éste, no es raro que las hablas sean viejas: es una lengua
del siglo X.
- el verbo ser en las glosas emilianenses: ies (=ies), iet (=ie)
- l + e breve: castellu > castiellu > castiella (ese diptongo tuvo plena vigencia
hasta el siglo XIII)
Es una lengua conservadora pero no tan arcaica como el mozárabe.
No todas las hablas de Asturias tienen el mismo grado de conservación. El
dialecto astur-leonés se divide en tres zonas características:
- Astur occidental: galleguizante: predominan formas afines al gallego, se
clasifica dentro de las hablas gallegas
- Centro-occidental: hay formas exclusivas
- Central (Oviedo): leonizante.
- Oriente: castellanizante: cambian formas afines al castellano por estar cerca de
Cantabria y de Burgos
Hay una distribución en sentido vertical de áreas perfectamente diferentes; y
luego dentro de cada área cada una tiene sus variedades:
- oriente:
* los femeninos plurales toman / es / (= catalán): les roses
* convierten las / as / del modo indicativo 1º conjugación en / es /: tú cantás = cantes
* los pronombres, demostrativos, adverbios locativos terminados en / e / presentan
una tendencia a terminar en / i / : aqueste = aquesti, este = esti (= en Berceo, q es
una lengua con rasgos orientales, extremeños, aragoneses)
- centro-occidente: con una fisonomía más característica de todo el territorio
astur-leonés, xq no está sujeto a los influjos del gallego ni del castellano.
Evolucionó absolutamente independiente. Con rasgos que encontramos por
ejemplo en la lengua de las jarchas mozárabes: veliu (la yod no cierra: diptonga,
esto es absolutamente inherente a esta lengua) singular, velio plural
NAVARRO-ARAGONÉS
El influjo colonizador fue sur-itálico. La reconquista de estos territorios fue
menos potente que la del territorio astur-leonés.
CASTELLANO
El reino de Castilla, ya antes de serlo, aparece quebrando la continuidad de los
territorios anteriores, poniendo un cuño lingüístico-político entre ellos. El territorio de
Castilla la Vieja, al sur de Cantabria, estuvo despoblado en los siglos VIII y IX. En el
año 884, el rey asturiano Alfonso III comienza la repoblación de Castilla, de lo que
después se iba a llamar Castilla (por los numerosos castillos q se instalaron debido a que
el territorio era accesible). En esa repoblación entran, además de asturianos y cántabros,
vascos, especialmente los más comprometidos por las incursiones de los árabes. El
elemento vasco es fundamental en la repoblación del primitivo territorio castellano.
Testimonio de ello son los numerosos topónimos que hacen referencia a lo vasco.
Tan pronto este territorio alcanzó una cierta seguridad, tiene fronteras más
defensivas, comienza el movimiento autonomista. Castilla se dirige u opone a sus dos
vecinos: el occidenta, los asturianos, el oriental, los navarro-aragoneses.
En 950, Fernán González funda el condado de Castilla: “condado nuevo de
Castilla”. Comprende la región de Burgos, Castilla, Asturias de Santillana, Álaba ¿, y
otros territorios. El idioma q se habla en este territorio resulta de una evolución de la
lengua de las glosas.
En el 1032, cuando el territorio castellano estaba bajo la soberanía del rey
Sancho el Mayor de Navarra, este rey lo dona a su hijo Fernando como regalo de bodas.
Y Fernando convierte el condado de Castilla en Reino independiente y se nombra
Fernando I de Castilla.
Tan pronto queda repoblado el reino de Castilla comienza un movimiento
reconquistador que lleva consigo la lengua castellana a gran parte del resto de la
Península Ibérica. Las viejas formas no castellanas del navarro-aragonés, del astur-
leonés y del mozárabe son sustituidas por los rasgos de esta lengua.
Menéndez Pidal ofrece un resumen cronológico de la historia de nuestra
lengua. Distingue cuatro épocas:
1) época visigótica: (414 [entran los visigodos en España] – 711 [entran los árabes]).
En esta primera época la lengua es latino vulgar.
En la corte visigoda los más doctos hablaban un latín eclesiástico como el que
escribían san Julián, san Ildefonso o san Isidoro. Los cultos que no tenían estudios
especiales hablaban un latín vulgar muy romanceado. Para nada se acordarían del latín
los rústicos; todos en la monarquía visigoda usarían como lengua familiar un llano
romance.
Según las coincidencias del gallego y el leonés al Occidente, con el aragonés y
el catalán, y con el mozárabe en el centro y en el sur, nos pueden revelar algo de lo que
fue ese romance usado por nobles y plebe en Toledo, ciudad regia visigoda, y en las
grandes ciudades del reino que se hundió con el “último godo” Rodrigo.
Recapitulando, podemos decir que el romance más común de la época
visigoda tenía las características propias, no del castellano, sino de los otros idiomas
peninsulares, porque esos rasgos se hallaban también en todo el territorio mozárabe.
Tales son la ll y no la j castellana; la frecuente diptongación ante yod, por ejemplo en
uello, en vez de ojo; la f y no la h castellana; la it y no la ch castellana; la g inicial.
Todos estos caracteres se hallaban extendidos por todo el reino visigodo. Añádase
también la tendencia a mantener el grupo mb.
Más caracterizadores del romance visigótico son otros rasgos que son
particulares a los romances peninsulares, por ejemplo: la l inicial palatalizada.
Otro rasgo característico del primitivo romance visigótico es la conservación
de los diptongos latino-vulgares ai y au, en casos como cerraira (carrera), lausa (losa).
El elemento culto del pueblo hispano-godo del Sudeste debía repugnar la sonorización
de la consonante sorda, diciendo boyata en lugar de boyada.
A esta época pertenecen los escasos vocablos góticos que se introdujeron en el
romance.
En la época visigótica hay que tener en cuenta además una fuerte influencia
griega, ejercida a través de los funcionarios y las tropas bizantinas establecidas al sur de
la Península (554-625), y por el comercio bizantino. A esta época habrá que atribuir
acaso el arraigo de ciertos grecismos especiales de España, como poldre, abdega y
bodega.
No aportaron muchos vocablos góticos a la península porque se asimilaron a la
cultura románica, pero sí grecismos.
2) época asturiana-mozárabe: (711-920), en este último año se da el traslado de la
corte asturiana a León.
El romance cortesano de Toledo tras la invasión árabe se continuó en Oviedo,
centro de la monarquía Asturiana. Así se establece una comunicación íntima entre el
nuevo reino asturiano y las ruinas mozárabes del reino visigodo.
El dialecto moderno asturiano y del norte de León conserva muchos de los
rasgos propios del romance de la época visigoda:
f conservada
diptongo ante yod
grupo mb
l- inicial palatalizada
tu yes, él ye
Otros rasgos los ha continuado con natural evolución:
g- inicial ensordecida: xeneiro, xineru
ll hecha y: muyer, paya
mn hecha m, fame
Otros los conserva sólo en regiones más arcaizantes, sobre todo al occidente
del territorio astur-leonés:
Diptongo uo, ue
Ellos del perfecto: comproron, comproren.
La conversión en e de la a átona final seguida de consonante (les cases) podría
señalarse como un rasgo característico de la corte de Oviedo. Ellos contaben.
El arabismo se manifiesta ya en esta época. Arabismos documentados: acitara,
alcor, alfoz, almafalla, almexia, cármez, metcale, xafarice.
3) época de la hegemonía leonesa: (920-1067), en este último año el reino leonés y
castellano son divididos entre los hijos del rey Sancho.
El predominio empieza con el establecimiento de la corte en León. El período
acaba cuando Castilla, guiada por el Cid, emprende la lucha por la hegemonía.
En cuanto a la evolución del idioma en esta etapa, sabemos que en León
durante el siglo X convivían las formas arcaicas de diptongos decrecientes, carraira,
carreira, con las formas neológicas, carrera, mientras que en el siglo XI las formas –
airo, -aira habían ya caído en desuso, y el diptongo –eiro, -eira se iba anticuando.
Coexistían tmb las formas auro, ouro, oro. Castilla se distinguía de León en usar ya casi
únicamente las formas neológicas carrera, oro. En cuanto a la vocalización de l, en
Castilla y León coexistían formas sin diptongo, sauto, saoto, soto, si bien Castilla se
inclinaba más a la forma moderna.
Castilla en este período aspira a su independencia y la hegemonía política.
Varios de los rasgos de su lengua no están fijados con precisión. Las Glosas Silenses
(primer texto conservado) no presentan aún los caracteres más propios del castellano,
que se muestra poco diferenciado respecto del riojano-navarro.
La influencia mozárabe y árabe se hace muy poderosa en el siglo X. Los
nombres árabes abundan entre los cristianos y hasta se componen patronímicos
cristianos con el árabe iben, ‘hijo’, plural bani.
Arabismos que aparecen en esta época: adágara, axenia, albalá, alcalde,
aldea, alfondega, algotón, aljupa, cafiz, arroba, maquilá, meçkita, zumaque, todos los
cuales hoy subsisten.
A pesar del predominio de la influencia árabe, conservan mucho arraigo las
ideas tradicionales de la época visigótica; de hecho se mantenía la división de la
población en dos clases: godos y romanos. A mantener el arcaísmo contribuía el Fuero
Juzgo, que distinguía las dos clases de población.
4) época de la lucha por la hegemonía castellana y su triunfo definitivo: (1067-
1140), este último año es la fecha que según Menéndez Pidal se compuso el Cantar del
Mio Cid.
Castilla, conseguida su independencia, aspira a la preponderancia. El Cid,
alférez del rey Sancho, es el gran inspirador de nacionalismo y pretensiones
hegemónicas. León resulta vencido y el rey leonés Alfonso VI huye a Toledo.
La temprana muerte de Sancho desvía el curso de los hechos pues Alfonso
reina en Castilla y León desde fines de 1072. Sin embargo, la preponderancia castellana
se afirma durante todo el siglo XII.
Este período se distingue externamente del anterior, en cuanto la influencia
oriental y mozárabe sustituye la occidental europea. La revolución triunfa sobre los
nacionalistas, y trae la supresión de la escritura y del rito nacional, la restauración de los
estudios latinos, la abundante invasión de cluniacenses y de caballeros y colonos
franceses. A esta época pertenecen los galicismos más viejos, los que aparecen en el
Poema del Cid: mensaje, omenaje, usaje, barnax, palafré, vergel, vianda, derranchar,
cosiment, ardiment, xámed; entre los mozárabes se usaban otros galicismos como
amilón (almidón, galicismo por su acento), formaje (queso), manjar. En aragón se
usaban algunos galicismos especiales como paragio, culiberto.
Más radicalmente decisiva es la influencia castellana en León. Los diptongos
occidentales ei y ou (ob, oc) ceden ante la monoptongación que dominaba en Castilla.
Durante el siglo XII ambos diptongos quedan relegados al occidente de León. Se
propaga tmb la ch. Otros neologismos propios de Castilla, como la f convertida en h o
perdida, y el sufijo illo por iello no se propagan hasta el siglo XIV.
Antes de alcanzar la hegemonía, Castilla era simplemente un pequeño rincón
donde fermentaba una disidencia lingüística muy original, pero que apenas ejercía cierta
influencia expansiva. Con la hegemonía que progresa desde el último tercio del siglo
XIII esto cambia por completo. El gran empuje que Castilla dio a la reconquista por
Toledo y Andalucía, el gran desarrollo de la cultura y literatura, trajo consigo la
propagación del dialecto, quebrando la unión entre los extremos oriental y occidental.
Así puso fin a la primitiva continuidad geográfica de ciertos rasgos comunes a Oriente y
Occidente que hoy aparecen aislados.
La gran expansión castellana se realiza después del siglo XI.
Según Menéndez Pidal la menor variedad de formas fonéticas y léxicas de
España, comparada con Italia y Francia, no depende de cierta hipotética unidad
prerromana, sino que obedece fundamentalmente al fenómeno tardío de la reconquista.
Los rasgos fundamentales de una lengua son los rasgos fonéticos. Vemos que
el castellano es una lengua abierta, que incorpora rasgos que al principio no le
pertenecen.
Como segundo gran tema de su libro, Baldinger discute la situación del catalán
en la Romania: algunos dicen que el catalán es galorromano, otros que es ibero-romano.
Baldinger dice que el catalán es lengua puente.
Castellano: El día ocho de enero el hijo ciego llegó a la huerta con un cesto lleno de
piedras y una paloma de color blanca
Catalán: El vuit de gener el fill cec arribà a horta amb un cistell ple de pedres i una
culoma de color blanc.
(en catalán: / a / átona es / e /, / o / átona es / u /).