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Especial: El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha (Miguel de

Cervantes Saavedra). Reto #Cervantes2018 (A.S.B)

Alejandro Salgado Baldovino (A.S.B)


(http://asbvirtualinfo.blogspot.com/)

Luego del éxito del reto y lectura colectiva de #Dante2018, del 1 de


enero al 10 de abril del 2018, bajo el hashtag #Dante2018; y del
siguiente, #Ovidio2018 para leer la famosa obra de Ovidio: Las
Metamorfosis, desde el 1 de Mayo hasta el 3 de Agosto. Pero el 1 de
Junio empezaba un reto más grande, por su extensión y complejidad, la
lectura de la obra cumbre de las letras españolas: “El ingenioso hidalgo
Don Quijote de la Mancha” de Miguel de Cervantes Saavedra (que se
peleó el honor de suceder a #Dante2018 junto con #Boccaccio2018 y
#Ovidio2018 entre otras, al final decidimos leerlas todas); de hecho, en
estos momentos ya tenemos bastante adelantada la lectura de “El
Decamerón” de Boccaccio, e iniciada la de #Virgilio2018 con “La
Eneida”.
Para los interesados, dejo el post general que hice sobre mis
publicaciones diarias de #Dante2018 y #Ovidio2018, como espero hacer
con todas las lecturas:

Especial: La Divina Comedia (Dante Alighieri) Reto #Dante2018


Especial: Las Metamorfosis (Ovidio) Reto #Ovidio2018

Las publicaciones diarias las hacía por mi cuenta personal de Facebook,


o la página de Facebook de mi blog A.S.B Virtual Info, y el grupo de
Facebook con el nombre “#Cervantes2018 – Lectura Colectiva”. Pero
sobre todo, y la esencia de estos retos y lecturas colectivas nació de la
interacción en Twitter, donde también a diario compartía y comparto
mis posts de cada lectura. Si en Dante era un canto al día, y en Ovidio,
un poco diferente, fue la división de 15 grandes libros, aunque en cada
uno de los libros hay pequeños subcapítulos. #Cervantes2018 siguió el
esquema también de un capítulo al día
Del 1 de Junio al 6 de Octubre, un conjunto de lectores curiosos,
primerizos, expertos, ilustradores, y hasta algunos famosos (como en
Colombia, la actriz Margarita Rosa de Francisco), nos sumergimos en
esta aventura épica. En el camino hubo varias bajas, debido a lo
extenso del conjunto de las dos partes que conforman al Quijote, pero
varios persistieron y otros decidieron ir a su propio ritmo, y otros
estuvieron como espectadores constantes y fieles.

Desde #Dante2018 mi papel activo, constante y diario, fue el de realizar


textos diarios en todas mis redes sociales, que muchas veces eran
resúmenes, otras veces eran reseñas, otras análisis, otras selección de
fragmentos, y en el mejor de los casos, una mezcla de todas las
anteriores. Cada texto dependía de lo que me generara cada capítulo. Y
en el camino me fui enterando que muchas personas seguían y
esperaban atentas mis textos para seguir el ritmo de la lectura
colectiva.
(Foto: Esta fue la versión que leí de Punto de Lectura. Excelente)

En el Club de Lectura Sícalo, que funciona en la Librería Ábaco, y


tenemos en la ciudad de Cartagena de Indias, interrumpimos nuestra
programación de lectura para unirnos a la lectura colectiva. El grupo
decidió que llegáramos hasta la primera parte y que en la segunda parte
cada uno hiciese la lectura personal y retomáramos la programación.
Como estábamos en un ciclo de “Escritoras (mujeres)
Latinoamericanas”, y veníamos leyendo escritoras seleccionadas desde
Argentina, Brasil, Uruguay, etc. Para seguir el ritmo del Quijote, y
seguir el esquema de lectura colectiva dividida en pequeños capítulos
por semanas, decidí adelantar en la programación la lectura de “La Otra
Mano de Lepanto” de la escritora mexicana Carmen Boullosa, que
actualmente estamos disfrutando y nos recuerda constantemente al
Quijote y a Cervantes.
A “Don Quijote de la Mancha” lo había leído por capítulos pero creo que
nunca lo había leído completo. Por eso aproveché esta ocasión, bajo
este esquema tan fascinante de “lecturas colectivas” para leerlo todo
finalmente en forma secuencias y diaria. Y las ideas de hacer un texto
diario, siempre ha sido para al final de cada reto recopilar todos los
textos y publicarlos en un post general, como hice en Dante y en Ovidio.
Y este ejercicio como algo personal, donde yo pueda ir nuevamente a
mis textos y recordar lo que decidí recordar de cada capítulo. Y por
supuesto, muchas más personas disfrutaran de ese trabajo.

“Don Quijote de la Mancha” es sin dudas una Obra Maestra, y como


verán en varios de mis comentarios diarios, si hay algo que me fascinó
desde el principio fue la narración. Los juegos de narradores, los
cambios, las voces narrativas, todos esos aspectos me parecieron
fascinantes, y entendí completamente por qué es considerada la
primera novela moderna, porque en sus páginas hizo absolutamente
todo lo que muchos escritores modernos hicieron después. Esa incursión
de capítulos apartes e independientes, como lo menciono en uno de los
capítulos, me recordó a la otra magna obra, “Moby Dick” de Herman
Melville, y muchos grandes escritores que trabajaron en renovar la parte
de la narración. Cervantes ya se había adelantado a todos, y de una
manera sorprendente. La separación del libro en dos partes, que en la
segunda parte el personaje se encuentre con que la primera parte fue
publicada y es famoso, y además que alguien escribió una segunda parte
apócrifa, distinta a la que estamos leyendo. Sin dudas son muchos
aspectos fascinantes que fui señalando en cada capítulo. Y la segunda
parte del Quijote apócrifo de Avellaneda, que también ha tenido su
fama propia, tiene su propia historia, y engrandece lo hecho por
Cervantes. Muchos, como Nabokov, dicen que fue el mismo Cervantes el
autor de esa segunda parte falsa, otros que su rival Lope de Vega… en
fin, cada teoría es tan fascinante como la anterior.

Como toda novela, y especialmente en este formato de dos partes que


sumados dan más de 1.000 páginas, es normal que haya momentos que
se extiendan innecesariamente. En el caso de la segunda parte debo
confesar que me pasó con los episodios de los Duques, que abarca
muchos capítulos de más. Su incursión fue interesante, pero creo que se
extiende mucho, y en este punto sé que varios abandonaron la lectura.
Tampoco creo que los personajes sean malos, tienen momentos muy
buenos, pero creo que Cervantes pudo recortarle un poco más. Pero
además de la historia de los Duques, todos los personajes secundarios
que aparecen a lo largo de la trama, varios de ellos con sus historias
propias, y otros que nos presentan otros personajes dentro de sus
historias, sin dudas la mayoría son fascinantes. Pero creo, que siempre
el lector está esperando que la trama regrese a Don Quijote y Sancho,
donde sin dudas pasan de los mejores momentos de la novela. El ya
mítico contrapunteo y contraste entre estos dos personajes que se
complementan perfectamente, y sirvió de inspiración para construir las
relaciones entre personajes en el futuro. Los dos son importantes, los
dos son valiosos, y no hubiesen llegado tan lejos sin el otro. La
suspicacia de Sancho, sus refranes, su practicidad, y su sentido común,
junto con la imaginación de Don Quijote, su locura controlada y
desfasada, su cordura y discursos que dejaban a todos con la boca
abierta, su inocencia, su sentido de justicia, su amor por las historias,
por los libros, por la narración y por la literatura. Es una relación que se
va construyendo ante nuestros ojos, vemos como cada uno aprende algo
del otro, asume características del otro, en especial Sancho, quien en
momentos copia varios aspectos de su querido amo; y como se forma
este bello vínculo de amistad, donde al final se vuelven inseparables y
sueñas sus proyectos futuros juntos. Durante toda la novela pasan
juntos, y hay como 2 o 3 veces donde se separan por corto tiempo, y
vemos como cada uno extraña al otro, lo recuerda y lo hace presente
con sus acciones.

Y ya no me quiero extender mucho, porque lo que se viene es


suficientemente extenso, jeje. Comparto mis últimas palabras al
finalizar la lectura colectiva:

"Adiós Sancho, Adiós Quijote, Adiós Cervantes"... Gracias por 128


días mágicos, de risas, dramas, melodramas, reflexiones, dudas,
amistad, locura, cordura... y sobre todo de pura literatura y eterno
homenaje al arte de narrar, a los libros y la literatura. Pronto
publico mi post recopilatorio de todas las reseñas y resúmenes de
los 128 días y un comentario general. Y "vale". #Cervantes2018

Nota: Para entender, si quiere saber el capítulo a que corresponde


cada texto:
(D.Q 1.8) #Cervantes2018 (Significa Don Quijote Parte 1, Capítulo
8) y (D.Q 2.5) #Cervantes2018 (Significa Don Quijote Parte 2,
Capítulo 5)

EL INGENIOSO HIDALGO DON QUIJOTE DE LA MANCHA

MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA

Día 1:

Día 1 #Cervantes2018: Hoy se lee la Tasa, el Prólogo y los Poemas:


Diálogo entre Babieca y Rocinante (Caballo del Cid y de Don Quijote):
B: ¿Cómo estáis, Rocinante, tan delgado?
R: Porque nunca se come, y se trabaja.
B: Pues, ¿qué es de la cebada y de la paja?
R: No me deja mi amo ni un bocado.
B: Andá, señor, que estáis muy mal criado, pues vuestra lengua de asno
al amo ultraja.
R: Asno se es desde la cuna a la mortaja. ¿Queréis ver? Miraldo
enamorado.
B: ¿Es necedad amar?
R: No es gran prudencia.
B: Metafísico estáis.
R: Es que no como.
B: Quejaos del escudero.
R: No es bastante. ¿Cómo me he de quejar en mi dolencia, si el amo y
escudero o mayordomo son tan rocines como Rocinante?
Bienvenido Cervantes. Bienvenido Quijote

Día 1: Prólogo
"Desocupado lector: sin juramento me podrás creer que quisiera que
este libro, como hijo del entendimiento, fuera el más hermoso, el más
gallardo y más discreto que pudiera imaginarse"...
#Cervantes2018

"Salve otra vez, ¡oh Sancho!, tan buen hombre, que sólo tú nuestro
español Ovidio con buzcorona te hace reverencia".
(Gandalín, escudero de Amadís de Gaula, a Sancho Panza, escudero de
Don Quijote)
#Cervantes2018 #Ovidio2018

Tres cosas para tener en cuenta en la lectura del Prólogo:

1- Bajo el tópico de la falsa modestia (tópico de rigor en prólogos de la


época) Cervantes arranca presentando su historia como un hijo
avellanado y seco, pero, atención! "aunque parezco padre soy padrastro
de Don Quijote", sostiene. Esta afirmación inaugura dos niveles de
lectura que se van a sostener a lo largo de la obra: por un lado el nivel
de la historia de los personajes y sus aventuras. Y por otro, el nivel de
la enunciación que se ficcionaliza y se multiplica hasta el paroxismo.
Cervantes finge haber encontrado la historia del Quijote en los anales
de la Mancha y limita su responsabilidad a la de mero transcriptor. El
verdadero autor es un interrogante. Tengamos esto en cuenta porque al
llegar al capítulo 9 el juego de los narradores se multiplica y el relato
que leemos se desperdiga en una multiplicidad de voces.
2- El prólogo es, además, el proceso de escritura de un prólogo y una
crítica a los prólogos y aparatos paratextuales eruditos.
3- Para hacer esta crítica se desdobla como narrador (siempre se
desdobla, siempre es dialógico Cervantes) y aparece un su amigo que le
explica cómo hacer un prólogo ¡ficcional!
Todo es cierto y nada es cierto desde el mismo prólogo, y no podemos
atribuir a nadie las palabras porque el autor se nos esconde y se nos
multiplica en un juego de espejos barroco.
Mañana seguimos

(Compartido en el grupo de Facebook "#Cervantes2018 - Lectura


Colectiva)

De Fernando Casanova, a propósito de #Cervantes2018:


Los tres latinismos del Prefacio:
1.- Non bene pro toto libertas venditur auro.
La libertad no se vende ni por todo el oro del mundo
2.- Pallida mors aequo pulsat pede pauperum tabernas, regumque
turres.
La muerte hiere con el mismo pie las tabernas de los pobres y las torres
de los reyes.
3.- Donec eris felix, multos numerabis amicos,
tempora si fuerint nubila, solus eris.
Mientras seas feliz, contarás muchos amigos; cuando sean nublados los
tiempos, estarás solo.

Día 2: Comienzo con uno de los inicios más famosos de la historia de la


literatura. "En un lugar de la mancha"... en el capítulo introductorio se
describe a Alfonso Quijano, su físico, su estado, su entorno. Y desde el
inicio la narración muestra un papel especial, al presentar al personaje
como una leyenda y un personaje famoso real, y al narrador confesar
que se trata de un cuento con varias versiones a escuchar. También se
habla de la afición de este hombre a leer libros de caballería, tan
perdido en la lectura que olvida administrar su hacienda. En cambio,
decide comprar más y más libros, para vivir en esa ficción. Y se
menciona cómo lo frustraba a veces los juegos de lenguaje de los
escritores de esos libros, que lo dejaban confundido en sus
interpretaciones, que ni el mismo Aristóteles podría. Don Quijano era un
lector voraz, hasta el punto que se le olvidaba dormir. Un bello
homenaje al acto de leer y a los lectores. Tanto le afectó la ficción, que
no empezó a distinguir de la realidad y la ficción. Por lo que empezó a
buscar vivir esas aventuras que había leído. Fue a ver a su caballo e
inició con él. Necesitaba nuevos nombres: Rocinante, y Don Quijote
para él. Don Quijote de la Mancha... así como el Amadís de Gaula,
donde el nombre y la ficción se inmortalizó. Listo el caballo y el
caballero, sólo faltaba buscar de quien enamorarse... el móvil y la razón
de todo caballero. También nombró a su ideada doncella: Dulcinea se
debía llamar, Dulcinea de Toboso. Y como todas las grandes creaciones
universales, Don Quijote inicia nombrando las cosas, poniendo un
nombre... y con ello creando un universo. Y asistimos al primer día de la
creación. Ya no hay vuelta atrás. Bienvenido Quijote.

(Capítulo 1) #Cervantes2018

"La razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón


enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura" (...)
Con estas razones perdía el pobre caballero el juicio, y desvelábase por
entenderlas y desentrañarles el sentido, que no se lo sacara ni las
entendiera el mismo Aristóteles, si resucitara para sólo ello.

(Don Quijote de la Mancha, Capítulo 1) #Cervantes2018

De Margarita Inés:
Primera Parte . Capítulo 1
LA MESA DE DON QUIJOTE
Es interesante advertir que el narrador recurre a la comida –entre otras
cosas- para caracterizar a su personaje.
“Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches,
duelos y quebrantos los sábados, lentejas los viernes, algún palomino
de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda”.
Ésta es la segunda frase de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la
Mancha, y aunque a ojos del siglo XXI no parezca más que la mera
descripción de una dieta bastante aburrida, en 1605 aportaba mucha
información acerca del carácter del protagonista. La novela de El
Quijote fue escrita para un público contemporáneo que entendía
perfectamente el lenguaje y el humor de Cervantes y era capaz de
apreciar los diferentes significados que tenía entonces la alimentación.
En el Siglo de Oro la comida era símbolo de clase social, cultural,
económica y religiosa. La minuciosa descripción del menú de don
Quijote no era algo superfluo sino básico para que los lectores
entendieran rápidamente a qué estamento de la sociedad pertenecía el
personaje.
Si nos detenemos en la mencionada dieta del hidalgo y la pasamos por
el filtro del siglo XVII podemos sacar de ella varios datos. El principal,
que don Quijote era un hombre con tierras propias pero de modesta
fortuna. Un hidalgo humilde, puesto que comía olla o cocido todos los
días y hecha principalmente de vaca, que era carne más barata y menos
apreciada que la de carnero. El salpicón de cena también habla del
menguado nivel adquisitivo de don Quijote y de su afán de ahorro, ya
que es una receta hecha con restos de carne aliñados en vinagreta. Es
decir, las sobras de la comida del mediodía.
De los palominos dominicales los lectores del siglo XVII sacaban en
conclusión que el personaje tenía heredad propia y casta de hidalguía
venida a menos. Poseer un palomar era privilegio de aquella clase
social, pero Cervantes se preocupa de dejar claro que don Quijote sólo
comía estas aves ocasionalmente. Las lentejas hablan de un aspecto
diferente de Alonso Quijano, más importante aún en su época que el
nivel adquisitivo: la religión. Como buen cristiano, Alonso Quijano
observaba los preceptos católicos de vigilia y abstinencia y por eso los
viernes comía legumbres. Los domingos, para santificar la fiesta, hacía
un esfuerzo extraordinario y añadía los palominos al menú. El misterio,
hasta hace no tanto, estaba en los “duelos y quebrantos”.
Este plato típicamente manchego consiste en huevos revueltos con
jamón, panceta o chorizo. Su mención en El Quijote y la procedencia de
su nombre ha llenado miles de páginas escritas por académicos,
filólogos e ilustres estudiosos que llegaron a hacer con ellos toda clase
de conjeturas, incluyendo la del posible origen converso de Cervantes.
Hasta 1748, en Castilla los sábados se hacía una vigilia aliviada que
prohibía comer las partes magras de cualquier animal pero no sus pies,
grasa, cabeza y asaduras u otros despojos. En los llamados “sábados de
grosura” era habitual comer pepitoria, casquería y por supuesto,
huevos con torreznos. Pero durante años, las notas al pie en este pasaje
de El ingenioso hidalgo indicaron que los duelos y quebrantos eran una
tortilla de sesos o una sopa hecha con huesos quebrantados de oveja.

https://cvc.cervantes.es/artes/gastronomia/recetario/default.htm
https://www.elespanol.com/reportajes/20160422/119238275_0.html

Día 3: En la primera salida de su tierra, y sin perder tiempo para


cumplir la ardua tarea de deshacer los agravios del mundo; salió sin que
nadie lo viese o se enterara. Se armó, cabalgó a Rocinante y salió al
campo, con una inmensa felicidad de ejecutar sus deseos. Aunque sintió
las primeras dudas sobre su empresa, al recordarse no armado, pero
pudo más la locura que razón alguna. Ya se armaría de otro caballero en
el camino, como lo hacían en los libros de caballería. Don Quijote inició
un monólogo mientras cabalgaba; imaginando cómo se contaría su
historia y su primera salida a la aventura. Narra y describe un bello
amanecer, con mezcla de estilos y alusiones griegas y locales,
contrastados con su propia figura. Y pide a ese narrador futuro que no
se olvide de su Rocinante. Aprovecha para soltar versos de amor, como
si de verdad estuviese enamorado, a su Dulcinea. El narrador se refiere
al Quijote como un personaje histórico, hablando sobre la discusión
sobre cuál fue su primera aventura, entre varios historiadores... Pero el
1er día, cansados y con hambre, no hubo tal aventura. Se encontraron
con una posada con dos prostitutas en su entrada. Don Quijote, inició
mezclando la ficción con la realidad, se imagina llegando a un castillo
con dos doncellas en su entrada. Las doncellas se asustaron con el
disfrazado caballero y se rieron al verse llamadas doncellas; y no
lograron entender una palabra de lo que decía, con ese lenguaje
barroco, lleno de retóricas. Parodiando, en efecto, las novelas de
caballería. El encargado de la posada, que el Quijote confundió en su
ficción con el alcaide del castillo, no vieron más que seguirle la
corriente. Y luego viene una divertida cena en la posada, donde la
comida vuelve a ser clave para entender detalles, y el caballero resalta
la importancia de comer para su aventura.

(Don Quijote de la Mancha, Capítulo 2) #Cervantes2018

Día 4: Don Quijote, luego de la cena, llamó al posadero y le imploró de


rodillas que le cumpliese lo que quería. El posadero confuso aceptó. Le
pidió que le armara como caballero. El posadero le siguió la corriente y
se explayó en la palabra, entrando y creando su propia ficción. Al
preguntarle si llevaba dinero, Don Quijote dijo que no, que en las
novelas no había leído tal necesidad. El posadero le explicó la necesidad
del dinero en su aventura. Esa noche velaron las armas. El posadero se
burló y contó a los demás inquilinos las locuras del convencido
caballero. Un arriero llegó más tarde con sus mulas al lugar donde se
velaban las armas, y tuvo que moverlas por intromisión. Don Quijote
alarmado confrontó al arriero, imaginando que era un atrevido
caballero, pidió fuerzas a Dulcinea y con su lanza lo golpeó en la cabeza
varias veces. Luego, llegó otro arriero a dar de beber a sus mulas, y Don
Quijote lo volvió a atacar con su lanza, abriendo la cabeza y cayendo
desplomado. El posadero y amigos de los arrieros se dieron cuenta y le
cayeron encima al Quijote. El posadero lo protegió alegando la locura. Y
aceleró darle la orden de caballería y la velación de sus armas antes que
ocurriese otra tragedia. Hizo el respectivo ritual, dando los pequeños
golpes con la espada, y las prostitutas ciñieron su espada e hicieron
oraciones por él, aguantando la risa. Al final las interrogó, les agradeció
y les concedió el título de doñas. Se despide del posadero, quien le
despide con afecto y alivio de su partida. Don Quijote partió ya armado
y bendecido como caballero. La aventura sigue...

(D.Q 1.3) #Cervantes2018

Día 5: Don Quijote salió de la posada orgulloso y contento, viéndose


finalmente caballero armado. Pero recordó las recomendaciones del
posadero, y regresó a su casa para aprovisionarse de ropa, dinero, y
además de un escudero. Pensó en su vecino, un labrador muy pobre.
Cabalgó con Rocinante hacia su aldea, quien al reconocer el camino de
vuelta a casa se sintió feliz. En el camino escuchó una voz de ayuda.
Contento por la situación y el llamado del deber, se desvió hacia la voz
clemente. Encontró a una yegua atada y a un muchacho también atado
que gritaba, mientras un labrador lo azotaba con una correa. Al ver la
injusticia, Don Quijote retó al labrador a un duelo. El hombre al verlo
tan armado se vio muerto. Pero le explicó la situación; que el joven era
su criado encargado de cuidar su rebaño, pero cada día perdía una. Don
Quijote obligó a que lo soltara y le pagara. Le preguntó al joven cuanto
le debía, y el joven dijo que 9 meses a 7 reales cada uno. El Quijote o
Cervantes sacan mal la cuenta y le dice que 73 reales en total. Obliga a
que le pague. El labrador dice que no tenía el dinero con él, y que el
chico debe acompañarlo a su casa. Andrés, el joven, dice que ni loco iba
con él. Don Quijote lo persuade, y le dice que lo obligará a jurar por la
ley de la caballería que ha recibido. El joven le dice que su amo no es
caballero, ni ha recibido orden alguna, que es Juan Haldudo. El amo
prometió y juró por la orden de caballería cumplir su palabra. Don
Quijote partió tranquilo y orgulloso por 'deshacer agravios' y su hazaña.
Pero nada más partir, el amo volvió a atar a su criado y terminó de
azotarlo sin paga alguna. Don Quijote siguió el camino, y a lo lejos vio
un tropel de gente. Se imaginó una nueva aventura. Que los mercaderes
eran caballeros andantes. Se puso en posición de ataque y cuando llegó
donde ellos pidió reverencia hacia su amada Dulcinea, la más hermosa
(actitud habitual en las historias). Los mercaderes identificaron al
chiflado pero uno de ellos, burlón, le siguió la corriente y dijo que no
podía afirmar si era tan bella si no la había visto. Don Quijote ofendido
y puesto a atacar con su lanza, cayó en el camino por un tropiezo de
Rocinante. El mercader amenazado se vengó moliendo a palos al
indefenso caballero. Sin embargo, Don Quijote estaba contento porque
esas eran cosas normales de los caballeros andantes, y la culpa fue de
Rocinante. Y siguió en el suelo, incapaz de levantarse.

(D.Q 1.4) #Cervantes2018

(Don Quijote defiende al criado del maltrato de su amo, y evidencia su


alto sentido de justicia)
"Bien está todo eso, pero quédense los zapatos y las sangrías por los
azotes que sin culpa le habéis dado, que, si él rompió el cuero de los
zapatos que vos pagaste, vos le habéis rompido el de su cuerpo, y si le
sacó el barbero sangre estando enfermo, vos en sanidad se la habéis
sacado; así que por esta parte no os debe nada".
(D.Q 1.4) #Cervantes2018
Día 6:
"¿Dónde estás, señora mía,
que no te duele mi mal?
O no lo sabes, señora,
O eres falsa y desleal".
Parafraseaba Don Quijote un pasaje de una de las novelas de caballería,
mientras se revolcaba en el piso sin poder levantarse.
Pasó un labrador vecino por el lugar y se acercó a socorrerlo. En sus
visiones, Don Quijote lo confundió con el marqués de Mantua. El vecino
le quitó la visera aporreada y lo reconoció como el señor Quijana. Lo
ayudó, y nuestro caballero seguía metido en su historia. Cuando el
labrador lo ayudó a levantarse, Don Quijote recordó otra historia del
moro Abindarráez, cuando fue cautivo por el alcaide Antequera. El
labrador fastidiado del parloteo y locuras del Quijote, le dijo, que ni era
don Rodrigo Narváez, ni el marqués de Mantua, sino Pedro Alonso, su
vecino. Y que él no era ni Valdovinos, ni Abindarráez, sino el honrado
hidalgo del señor Quijana.
"Yo sé quién soy, y sé que puedo ser, no sólo los que he dicho, sino
todos los 12 pares de Francia, y aún los 9 de la Fama", fue su sorpresiva
respuesta.
El labrador esperó que oscureciera para que en el pueblo no viesen el
estado maltrecho del Quijote. Al llegar a la casa, estaban el cura, el
barbero con la preocupada ama de llaves, que decía que su señor
llevaba desaparecido con sus armas tres días. Echó la culpa a los libros
que leía, y asumió la culpa por no quemarlos a tiempo. Apenas lo vieron
llegar, su ama lo llevó al cuarto, mientras él decía que sus heridas se las
hizo combatiendo con 10 gigantes. El cura alarmado, hizo mil
preguntas, pero no respondió ninguna y se durmió. El labrador contó
como lo había encontrado, y el cura y el barbero se citaron para hablar
con él el día siguiente.

(D.Q 1.5) #Cervantes2018

Día 7: Mientras el Quijote dormía, el cura pidió las llaves a la sobrina


del aposento donde guardaba los libros. Cuando entraron vieron más de
100 volúmenes de grandes libros, muy bien ordenados y encuadernados.
El ama corrió y regreso con agua bendita para bendecirlos. El cura
ordenó al barbero que le pasara los libros uno a uno, porque depronto
alguno no merecía el castigo del fuego. La sobrina y el ama opinaron
quemarlos todos, pero el cura insistió en leer los títulos. Y el primero
que le pasaron fue "Los cuatro de Amadís de Gaula". El cura dijo:
"Parece cosa de misterio ésta, porque, según he oído decir, este libro
fue el primero de caballerías que se imprimió en España, y todos los
demás han tomado principio y origen de éste; y, así, me parece que,
como dogmatizador de una secta tan mala, le debemos sin excusa
alguna condenar al fuego". El barbero alegó que era el mejor del
género, y como único en su arte se debía perdonar. El cura aceptó. El
siguiente, fue a la hoguera, los arrojaban desde la ventana para hacer
bulto. Y así poco a poco van repasando todos los libros famosos de
caballería. También se hace crítica de algunos títulos, la defensa de
otros, como el de Joanot Martorell, por su realismo inusual en ese
género. Y luego hasta pasan a hablar de los libros de poesía, y a criticar
la magia y el romanticismo reinante en ellos. Es Cervantes hablando de
libros, de clásicos, y por supuesto, también de sí mismo. Ven una
recopilación de poemas, donde hay dos de Cervantes, y ven La Galatea
de Miguel de Cervantes, libro del que dan un modesto comentario sobre
la obra y el autor... y por supuesto, está en los libros salvados del
fuego. Y el cura se lo recomienda al barbero. Es un capítulo muy
literario de análisis y crítica a los libros de caballería y clásicos de la
literatura, mientras se fragua el pecado de su quema en la hoguera,
cuál tribunal inquisitorial. Curiosamente el último libro que ven en el
capítulo, son Las Lágrimas de Angélica.
(D.Q 1.6) #Cervantes2018

Día 8: Se levantó Don Quijote la primera vez, aún con el recuerdo del
último enfrentamiento con los mercaderes, y pasó por donde se
encontraban sus libros quemados pero no los distinguió, y confundió a
los cómplices amigos con personajes de novela, y se volvió a dormir.
Mientras el ama terminaba de quemar los libros. Para que no se diese
cuenta el caballero, sellaron la puerta del aposento. Cuando Don
Quijote se levantó el día siguiente, se dirigió directamente a sus
aposentos, pero no logró hallarlo. Su ama le dijo que ya no había
aposentos ni libros porque el diablo de los había llevado. Y su sobrina
corrigió diciendo que había sido el mago Fristón. Don Quijote reconoció
al mago de los libros como un antiguo enemigo, por lo que aceptó
ligeramente la historia y estuvo con sus amigos durante unos días, entre
bromas e historias... hasta que mandó a llamar a su vecino, el labrador,
que había pensado para escudero. Su vecino, Sancho Panza, tras ruegos
de Don Quijote y promesas de aventuras, tierras y su misma sucesión
como caballero, aceptó ser su escudero, dejando a su mujer e hijos.
Sancho le ayudó a recoger dinero, vendiendo varias cosas, y le dijo que
cabalgaría en un asno muy bueno. Don Quijote no recordó ningún asno
en las historias, pero no le dio importancia. Y una noche salieron, sin
que nadie los viese y sin despedirse de nadie. Al ir cabalgando, ya lejos
de casa, Sancho le recordó al Quijote que no se olvidara de la tierra
prometida, porque por grande que fuese él sabría gobernarla. Don
Quijote se lo prometió, con un discurso de esperanza y ánimo, que el
inocente Sancho aceptó y confirmó su confianza en su señor.

(D.Q 1.7) #Cervantes2018

Día 9: Iban cabalgando Don Quijote y Sancho, cuando descubrieron 30 o


40 molinos de viento en el campo. Don Quijote, en la famosa escena, los
confunde con gigantes y decide atacar, sin escuchar a Sancho, que le
dice que sólo son molinos. El Quijote se lanza al ataque y cuando su
lanza hizo impacto con una de las aspas, Don Quijote y Rocinante
salieron volando, arrastrados. Sancho fue a ayudarlos. Y siguieron el
camino, cuando empezaron a hablar del dolor, el Quijote dijo que a los
caballeros andantes no les es dado quejarse, mientras Sancho respondía
que él sí se quejaba por todo. Mostrando el contrapunto entre los
discurso y pensamientos de ambos personajes, la emoción y la
racionalidad. Don Quijote sonrió por la simplicidad de su escudero,
quien además en poco tiempo lo atacó el hambre, mientras el Quijote
se sustentaba con sabrosas memorias, sin pegar ojo en la noche. Al día
siguiente, siguieron camino de Puerto Lápice, y vieron a lo lejos a 2
frailes de San Benito en caballo, custodiando un coche con otros
caballos, y dentro del coche una señora camino a Sevilla. Don Quijote se
imaginó como en sus novelas, a una princesa secuestrada en el coche y
decidió enfrentar la aventura, a pesar de la recomendación de Sancho.
Don Quijote sorprendió y atacó al primer fraile, tirándolo del caballo.
Sancho aprovechó para saquear al caído, mientras Don Quijote fue a
hablar con la señora. Los otros mozos atacaron a Sancho y lo dejaron en
el suelo. Luego Don Quijote es confrontado por un escudero vizcaíno
(vasco), que venía con el grupo (en estos diálogos juegan con el
lenguaje vasco). Al verse amenazado seriamente por los ataques del
escudero con la espada, el Quijote pide ayuda a Dulcinea. En plena
batalla, la narración se interrumpe, como el final del capítulo de una
serie... se menciona que por falta de documentación de los hechos no
se pudo seguir... pero ingeniosamente plantea que se continuará la
historia en una segunda parte. Ese es el juego del Quijote y Cervantes,
con la historia, la literatura, el lenguaje, la narración, y la vida misma.

(D.Q 1.8) #Cervantes2018

Día 10: Continúa la batalla entre Don Quijote y el escudero vizcaíno.


Pero antes, el narrador la introducción de la 2da parte consciente de la
interrupción en una parte tan jugosa y emocionante en la historia.
Podemos entrever que el narrador puede ser Cervantes, transfigurado
en uno de los historiadores que recogían las historias de los caballeros
andantes, quedando ésta inacabada. El misterioso narrador vuelve a
referirse a Don Quijote, como el famoso caballero español, y puede dar
los primeros indicios de la teoría de Sancho como narrador, ya que en
ese momento que se interrumpe la historia estaba golpeado por el
ataque de los mozos... De igual forma, nuestro narrador/historiador nos
cuenta la historia de cómo se enteró de la continuación de la historia
del Quijote, y se remontó al recuerdo de un risueño lector, que al
preguntarle sobre lo que leía, mencionó a una tal Dulcinea de Toboso...
el narrador atónito se encontró con que el hombre leía la historia de
Don Quijote, escrita por el historiador arábigo, Cide Hamete Benengeli.
Le compró los papeles con la historia y llevó a traducirlos al castellano.
Llevó el traductor hasta su casa, quien terminó de traducirlo en poco
más de mes y medio. Al terminarla, nuestro narrador (un brillantes
Cervantes en todo este capítulo) nos sigue contando la historia, ya no
como idea original sino como editor, comentarista y crítico de la versión
árabe de otro historiador, hasta con ilustraciones. Sigue la historia,
justo en el momento donde había quedado, y describe los dibujos de
Don Quijote, Rocinante y Sancho. Antes de seguir, comenta, para poner
objeción y duda en esta versión y cuestionar su verdad, que los árabes
tenían fama de mentirosos... y crítica la falta de descripciones en las
buenas virtudes del caballero, le parecían sospechosamente muy
escazas. Y continúa una pequeña crítica a los historiadores. Dicho todo
esto, con sus respectivas advertencias y reservas a esta versión, siguió
la narración. El escudero, con el impacto de su espada, dejó
descubierto medio cuerpo del Quijote, quien reacciona violentamente e
impacta la cabeza del escudero, quien cae. "Las señoras del coche"
(porque en el capítulo anterior sólo se hizo mención a una sola) se
bajaron rogando por la vida del escudero. Lo hizo con la condición de
que el hombre buscara en un lugar de Toboso a su Dulcinea y se pusiera
a su servicio. Ellas sin comprender bien, aceptaron sin rechistar. Todo el
capítulo me parece una obra maestra y un prodigio insólito en la
narración.

(D.Q 1.9) #Cervantes2018

"Si a ésta (versión) se le puede poner alguna objeción cerca de su


verdad, no podrá ser otra sino haber sido su autor arábigo, siendo muy
propio de los de aquella nación ser mentirosos; aunque, por ser tan
nuestros enemigos, antes se puede entender haber quedado falto en
ella que demasiado. Y así me parece a mí, pues cuando pudiera y
debiera extender la pluma en las alabanzas de tan buen caballero,
parece que de industria las pasa en silencio: cosa mal hecha y peor
pensada, habiendo y debiendo ser los historiadores puntuales,
verdaderos y nonada apasionados, y que ni el interés ni el miedo, el
rencor ni la afición, no les haga torcer del camino de la verdad, cuya
madre es la historia, émula del tiempo, depósito de acciones, testigo
de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente, advertencia de lo por
venir".

(D.Q 1.9) #Cervantes2018


Día 11: Sancho se levanta maltratado pero alcanza a ver la hazaña y el
triunfo de Don Quijote, y se alegra porque con ese triunfo podrá cumplir
su promesa de hacerlo gobernador de una ínsula. Don Quijote le dice
que tenga paciencia, que estas aventuras eran encrucijadas y ya
vendrían las que traerían riqueza. Sancho le manifestó temor por las
acciones de venganza por parte de la Santa Hermandad, la especie de
justicia que se ocupaba de los delitos fuera de las poblaciones. Don
Quijote lo tranquilizó diciendo que jamás había visto o leído de un
caballero que fuese juzgado por homicidio alguno, por más que
comentiese sendos. Don Quijote le preguntó si conocía o había leído de
un caballero tan valeroso como él. Sancho respondió que nunca había
leído una historia porque no sabía leer ni escribir, sin embargo, si era el
amo más valiente que había tenido. Sancho le curó las heridas, y el
Quijote se lamentó de no acordarse de hacer el bálsamo de Fierabrás,
una sustancia milagrosa que hasta podía unir un cuerpo partido en dos.
Sancho impresionado dijo que si ese bálsamo existía renunciaba a su
ínsula por la receta. Don Quijote trae de nuevo a conversación la
historia del marqués de Mantua, y discutió con Sancho sobre ese y otros
temas mundanos de comida y sobre el albergue de esa noche... al final
tuvieron que pasar la noche al aire libre, para desgracia de Sancho y
felicidad del Quijote, que así como no comía por ser parte de los libros
de caballería, también al aire libre disfrutaba más de la aventura.

(D.Q 1.10) #Cervantes2018

Día 12: Debieron Melville y Joyce leer al Quijote y a Cervantes... el


primero, por ese detalle y capacidad de introducir varios temas a la
narración, de salirse del tema y ahondar otros, de incluir canciones,
términos y todo una enciclopedia en su historia, sin afectar la trama. Y
Joyce también, por esa capacidad de analizar y explorar perspectivas,
puntos y focos de narración. Y fueron de los grandes escritores
modernos. El capítulo XI es particular y a la vez de los más bellos. Don
Quijote y Sancho, tras decidir dormir al aire libre, se encuentran con
unos cabreros, pastores de cabras, quienes cocinaban unas delicias.
Invitaron a que los acompañaran, y ofrecieron a Don Quijote sentarse en
un dornajo, quedando Sancho de pie para servirle la copa. Don Quijote
convencido de que esas muestras de respeto era por su condición de
caballero andante, le vuelve a recordar las virtudes de la caballería a
Sancho y lo invita a sentarse también y comer de su plato, diciendo:
"Quiero que aquí a mi lado y en compañía de esta buena gente te
sientes, y que seas una misma cosa conmigo, que soy tu amo y natural
señor; que comas en mi plato y bebas por donde yo bebiere, porque de
la caballería andante se puede decir lo mismo que del amor se dice: que
todas las cosas iguala". Sancho al inicio no acepta con respeto la
invitación, hablando en su mismo lenguaje de caballero, pero Don
Quijote obliga diciendo: "Con todo eso, te has de sentar, porque a quien
se humilla, Dios le ensalza", aludiendo a un pasaje bíblico. Los cabreros
no entendían aquella jeringoza y seguían comiendo. Cuando terminó de
comer, satisfecho Don Quijote tomó unas bellotas y mirándolas
atentamente empezó un bello discurso donde rememoraba los años
dorados... los tiempos pasados... ese mito del paraíso perdido o la idea
de que todo tiempo pasado fue mejor, que trata Woody Allen en su
película "Midnight in Paris" también. Don Quijote sigue esta idea y la
mezcla con alusiones a Ovidio y la añoranza de los orígenes de la
caballería andante. Finalizando su larga arenga con agradecimientos a
los cabreros por las atenciones. Uno de los cabreros le dijo que para que
vieran que el agasajo era con pronta y buena voluntad esperasen a un
amigo que no tardaría en llegar, un músico de rabel (instrumento de 3
cuerdas) que sabía leer y escribir. Al poco tiempo llega el joven músico
tocando el rabel, y pidieron que cantara a sus invitados. Antonio, el
músico, se sentó en un tronco y empezó a cantar un bella canción de
amor... que el mismo lector puede tararear... así como los himnos y
óperas en Moby Dick... Don Quijote estaba tan encantado al finalizar,
que pidió otra canción. Pero Sancho perdió permiso para dormir. Don
Quijote le dijo que fuese a dormir pero que antes le curara de nuevo la
oreja que le dolía. Uno de los cabreros vio la herida y tomó unas hojas
de romero, con saliva y sal, se la puso y le vendó la oreja... porque no
había menester otra medicina.

(D.Q 1.11) #Cervantes2018


Día 13: Aún en el campamento de los cabreros, llegó otro mozo que
traía provisiones... y también chismes... le contó a los que aún
quedaban despiertos, entre ellos el siempre despierto Quijote, sobre la
muerte del famoso pastor estudiante llamado Grisóstomo... y se
rumoreaba que había muerto por los amores de la bella Marcela, hija de
Guillermo el rico. En este punto, Cervantes marca referencia y narra en
medio del diálogo otra historia aparte, a la vez que recrea dentro de su
novela otro tipo de literatura... ya no hablamos de caballería sino de la
novela pastoril y la égloga, muy del corte de su primer libro, "La
galatea", antes mencionada. Cervantes en el transcurso de la novela
volverá a meter otras historias... y hace parte de su genio. Entonces la
mayoría del capítulo transcurre en el cuento/chisme que el mozo
cuenta a Don Quijote sobre el joven pastor y la bella heredera. Al inicio
DQ corrige constantemente a Pedro por errores de pronunciación de
palabras y vocablos en su narración... pero al final decide dejarlo
contar la historia tranquilo. Marcela era hija de un hombre muy rico
(Guillermo). Al morir su padre, Marcela quedó al cuidado de su tío
sacerdote, quien velaba por su fortuna. La niña creció con una belleza
sin igual, y cuando llegó a la edad de los 14 y 15, llamó mucho más la
atención de los hombres y jóvenes, quienes caían enamorados de ella, y
conociendo su fortuna, representaba el partido ideal. Su tío le decía
que esperara, que no había prisa, también guardando sus intereses. Por
lo que Marcela no se vio presionada, y tenía muchos pretendientes, pero
a ninguno correspondía, alegando no sentirse preparada para llevar la
carga del matrimonio. Uno de los enamorados fue Grisóstomo, quien
como muchos cayó enamorado por su belleza, pero su desdén y
desengaño los conducía a términos de desesperarse y suicidarse. Pedro
invitó a DQ a asistir a su entierro el día siguiente, porque en el camino
podían conocer más historias sobre Marcela y sus amantes. DQ
satisfecho con el cuento aceptó la propuesta. Mientras Sancho no podía
conciliar el sueño por el parloteo del cabrero, y llamó a su señor a
dormir. DQ se fue a dormir... y esa noche soñó con su Dulcinea imitando
los amores de Marcela.

(D.Q 1.12) #Cervantes2018

Día 14:
"A la mitad del viaje de nuestra vida me encontré en una selva oscura,
por haberme apartado del camino recto"
(Inicio La Divina Comedia) #Dante2018
"... corrió tras el viento, dio voces a la soledad, sirvió a la ingratitud,
de quien alcanzó por premio ser despojos de la muerte en la mitad de
la carrera de su vida"
(D.Q 1.13) #Cervantes2018

Día 14: Al amanecer, los cabreros levantaron a DQ para ir a ver el


entierro de Grisóstomo. Partieron entusiasmados y a lo lejos vieron
venir a 6 pastores vestidos de luto. Al cruzarse, intercambiaron
palabras; DQ preguntó sobre la historia del pastor y Marcela, y le
contaron lo que ya había escuchado. La muerte por amor. Uno de los
caminantes, Vivaldo, preguntó a DQ por qué iba tan armado en tierras
pacíficas. DQ le habla largo y tendido de su profesión, de la caballería.
Enseguida lo trataron de loco pero le siguieron la corriente preguntando
más detalles de los caballeros andantes. DQ se explayó, preguntando
primero si no habían leído sobre los anales de la historia de Inglaterra...
les habló del rey Arturo y la reina Ginebra. Vivaldo, entretenido siguió
el juego, ahora cuestionando algunos aspectos de la caballería y las
historias que también había leído. En uno de los cuestionamiento, le
dijo que le parecía mal que en momentos de gran peligro, antes de
acordarse de Dios se encomiendan a sus damas... DQ manifestó que no
podía ser de otra manera, y habló de su Dulcinea de Toboso, sobre
quien Vivaldo decidió indagar de más, preguntando datos específicos y
hasta su linaje... los cuales DQ dio sin duda alguna. Aunque Sancho,
quien le creía todo a su amo, si dudaba que existiera tal doncella en
Toboso. Luego vieron llegar de lejos a 20 pastores de luto que traían al
muerto. Al pasar cerca de ellos los escucharon hablar sobre el lugar
donde iban a enterrar al pastor, que era el lugar donde había querido
descansar, ya que fue el lugar donde vio por primera vez a Marcela, se
le declaró y sufrió el desengaño. Sobre el muerto iban los papeles que
había escrito. Los pastores discutían si debían quemarlos o guardarlos, y
al final se los repartieron, Vivaldo alcanzó a coger uno. Al revisarlo
luego Vivaldo, vio que tenía por título su papel: Canción desesperada.
Ambrosio, uno de los que llevaban al muerto y depositario de los
papeles le dijo que ese era de sus últimos escritos, y pidió que lo leyera
ante todos para conocer sus desventuras y desesperación. Y todos se
pepararon a escuchar... sin dudas Neruda también leyó el Quijote.
(D.Q 1.13) #Cervantes2018

Día 15:
"¡Oh en el reino de amor fieros tiranos celos!, ponedme un hierro en
estas manos.
Dame, desdén, una torcida soga.
Más, ¡ay de mí!, que con crüel victoria vuestra memoria el sufrimiento
ahoga".
"Canción desesperada, no te quejes
cuando mi triste compañía dejes; antes, pues que la causa do naciste
con mi desdicha aumenta su ventura, aun en la sepultura no estés
triste".
Así decían algunos versos de la Canción desesperada de Grisóstomo. Al
intentar leer otro de los papeles del muerto, apareció de repente la
bella pastora Marcela, encima de la peña donde se cavaba la sepultura.
Todos se alarmaron, y Ambrosio le reclamó su presencia, diciendo que
el muerto estaría sangrando por la presencia de su asesina. Y acá
empieza un extenso y magistral alegato de Marcela en defensa de sí
misma... sobre la elección libre de la mujer de amar, sobre la belleza...
que muestra al Cervantes más feminista y adelantado en la causa, como
siempre lo fueron en sus obras y lo que falta del Quijote. Todo el
alegato es genial, rescato apartes:
"Este general desengaño sirva a cada uno de los que me solicitan de su
particular provecho; y entiéndase de aquí en adelante que si alguno por
mí muriere, no muere de celoso ni desdichado, porque quien a nadie
quiere a ninguno debe dar celos, que los desengaños no se han de tomar
en cuenta de desdenes. El que me llama fiera y basilisco déjeme como
cosa perjudicial y mala; el que me llama ingrata no me sirva; el que
desconocida, no me conozca; quien cruel, no me siga; que esta fiera,
este basilisco, esta ingrata, esta cruel y esta desconocida ni los buscará,
servirá, conocerá ni seguirá en ninguna manera".
Marcela continuó su alegato, aludiendo la impaciencia y el arrojado
deseo del pastor, y recordando que ella poseía riquezas y no albergaba
codicia alguna. Y recordó: "... en ese mismo lugar donde ahora se cava
su sepultura me descubrió la bondad de su intención, le dije yo que la
mía era vivir en perpetua soledad...". "Pero no me llame cruel ni
homicida aquel a quien yo no prometo, engaño, llamo ni admito".
Al terminar el alegato, Marcela no dio oportunidad de réplica y se
marchó al instante. Al ver que algunos querían seguir su belleza, DQ
dijo que ninguno se atreviese, porque ya la bella había dado suficientes
razones de su inocencia. Se quedaron y su amigo Ambrosio dijo el texto
que llevaría su epitafio:
"Yace aquí de un amador
el mísero cuerpo helado,
que fue pastor de ganado,
perdido por desamor.
Murió a manos del rigor
de una esquiva hermosa ingrata,
con quien su imperio dilata
la tiranía de amor".
DQ se despidió de los cabreros, quienes iban a Sevilla. DQ dijo que tenía
que seguir despejando esas sierras de los ladrones acechantes. Al final
pensó en ir a buscar a Marcela y ofrecer sus servicios, pero al parecer no
salió como él pensaba. O al menos eso dice el narrador, quien
nuevamente toma voz activa, diciendo que al menos eso se cuenta en el
discurso de esta verdadera historia... y dando fin a la segunda parte de
la primera parte del libro.
Magistral!!!
(D.Q 1.14) #Cervantes2018
Día 16: Sigue la narración, en la 3ra parte de la 1ra parte, diciendo:
"Cuenta el sabio Cide Hamete Benengeli...", que DQ y Sancho se
despidieron y siguieron el camino por el que la pastora Marcela se había
ido. Sin éxito de hallarla se detuvieron a descansar en el extenso
campo. Pasaban en ese momento unos yagüeses (naturales de Soria y
Segovia) con unas "señoras facas" (yeguas). Rocinante al verlas se acercó
a ellas galante, aunque se vio ignorado, y además los yagüeses lo
espantaron con golpes y palos. DQ dice a Sancho que tomaran venganza
por tal agravio en sus narices. Sancho alude que ellos eran más de 20, y
ellos sólo 2 o 1 y medio. Y DQ dice que él vale por 100, y se lanza al
ataque, Sancho tuvo que seguirlo. Ambos fueron vapuleados por los
hombres, quienes huyeron dejándolos abatidos. Sancho pidió a DQ el
brebaje de Fierebrás, quien aún no lo había recordado hacer. DQ dijo
que era su culpa por meterse con hombres no armados como él, que la
ley de la caballería lo había castigado. Por lo que le dijo a Sancho, que
la próxima que un canalla atacase, Sancho tomase la delantera en el
ataque y él le secundaría. Sancho manifestó su natural pacifismo y DQ le
recordó que esa no era la actitud de un hombre que aspiraba a gobernar
tierras. Sancho propuso ayudar al golpeado Rocinante, aunque recordó
que había sido su culpa, y preguntó a DQ si estas aventuras violentas
eran muy a menudo o menguaban con el tiempo. DQ respondió que la
vida de los caballeros estaba llena de peligros, y le recordó algunas de
las historias de caballería. Al final, se levantaron con dolor, y
remolcaron a Rocinante con el asno. En el camino encontraron una
venta, que DQ volvió a confundir con castillo. Y Sancho le refutaba que
ningún castillo había, sólo una venta. Al final, llegaron.

(D.Q 1.15) #Cervantes2018

Día 17: Otro divertidísimo episodio. Estando DQ y Sancho en la venta


confundida con castillo, el ventero preguntó la causa de su mal estado,
y ambos alegaron que había sido una caída y no una golpiza. La mujer
del ventero empezó a curar a DQ, y llamó a su hija para que curase a
Sancho. Junto a ella servía también en la venta una moza asturiana de
nombre Maritornes. La ventera curando las heridas afirmó que esas no
parecían de caída sino de golpes. Y Sancho siguió defendiendo su
versión. Maritornes al escuchar como se refería a DQ, preguntó como se
llamaba el caballero, y Sancho dio la introducción a su amo y a los
principios de la caballería andante, que la moza parecía desconocer. DQ
que escuchaba todo, finalmente intervino agradeciendo nuevamente a
las mujeres, quienes quedaron confundidas con su extraño lenguaje y su
referencias a ellas como doncellas. Esa noche, un arriero había
concertado con Maritornes para escabullirse y yacer juntos, cuando los
dos nuevos huéspedes estuviesen durmiendo. Estando en el establo, DQ,
Sancho y el arriero en sus respectivos lechos, el narrador hace una
nueva irrupción para referirse a esta versión de la historia del
historiador árabe, diciendo que hace alusión especial al arriero, que al
parecer conocía y era acaudalado. También el narrador crítica la
versión de Cide Mahamate Benengeli nuevamente, por su descuido en el
detalle y en lo sustancial de la obra. Pero continúa la historia...
entrando Maritornes a cumplir su cita en el establo. Sancho, dormido.
DQ, despierto como liebre. Y el arriero, atento en la espera. Al escuchar
ruidos, DQ se imaginó lo peor, que una de las doncellas del castillo
había quedado enamorada de él, y esa noche iba a tentarlo a serle infiel
a Dulcinea. Apenas escuchó el ruido, se sentó en la cama y abrió los
brazos para recibir a la doncella. Maritornes en la oscuridad iba
buscando con las manos adelante a su amado, se topó con los brazos de
DQ, quien la acogió en su lecho y empezó a entonar las razones por las
que nada entre ellos podía suceder. El arriero, atento a la situación, se
lanzó de golpe hacia DQ, que cayó tendido. El ventero escuchó ruido y
bajó a ver lo que pasaba. La moza escuchando que el amo la llamaba y
se acercaba al establo a verificar, se asustó y se lanzó a escabullirse a la
cama donde dormía profundamente Sancho, quien al sentir el bulto
encima empezó a dar golpes. Entonces estaba Sancho peleando con
Maritornes, el arriero corrió en su ayuda, y el ventero al ver la situación
también se acercó a la pelea a castigar a su moza. Esa noche también se
alojaba en la venta un cuadrillero de la Santa Hermandad, quien fue a
ver la trifulca, y gritó para poner orden, pero fue al ver a DQ tendido en
el piso cuando se alarmó y ordenó: ¡Ciérrese la puerta de la venta!
¡Miren no se vaya nadie, que han muerto aquí a un hombre!
Al escuchar esto, todos dejaron de pelear. Cuando buscó para encender
la luz y apresar a los delincuentes, la lámpara había muerto, así que se
encendió la chimenea.

(D.Q 1.16) #Cervantes2018

Día 18: Se levantó DQ de su parasismo y fue a ver a Sancho, quien


estaba vapuleado y lleno de impotencia. DQ le dijo que ese castillo
estaba encantado, y le pidió que no contara nada a nadie de los allí
sucedido, por temor a su posible engaño a Dulcinea. Sancho aceptó a
regañadientes, y dijo que lo callaría hasta su muerte, que ojalá no
tardara tanto. DQ le preguntó por qué le guardaba tanto rencor que lo
quería ver muerto pronto. Sancho respondió: "No es por eso, sino porque
soy enemigo de guardar mucho las cosas, y no quería que se me
pudriesen de guardadas". DQ le pidió a Sancho que pidiese al alcaide
aceite, vino, sal y romero para hacer el bálsamo. DQ creía estar
sangrante mal herido, pero sólo tenía dos chichones, y la sangre que
corría por su rostro era sudor. DQ hizo el bálsamo de Fierebrás, y al
inicio vomitó, fue a dormir y luego se levantó mejorado. Sancho viendo
la mejoría del amo, pidió beber el bálsamo, y le cayó fatalmente,
vomitó todo y mucho más, hasta pensó que le había llegado la hora, e
insultó a la bebida y a DQ, quien le dijo que sería porque no era
caballero andante. DQ se despidió del ventero, agradeciendo su
recepción en el castillo, y el ventero dijo que sólo quería su paga por la
estancia. DQ se enteró que estaba en una venta y no en un castillo, y
dijo que no pagaba, porque los caballeros nunca pagaban porque se les
debe fuero y derecho. Salió de insultos con el ventero, y abandonó la
venta. El ventero corrió a cobrar a Sancho, que aún seguía adentro.
También se negó, acogiendo la idea de su amo, pero este no corrió con
tanta suerte, ya que otros inquilinos lo golpearon nuevamente. DQ quiso
socorrerlo pero no alcanzó a entrar. Maritornes socorrió con pena a
Sancho, dando agua y vino en su partida. DQ le dijo que bebiera el
bálsamo, y Sancho le dijo que ni se le ocurriera... y salió al menos
contento de no pagar.

(D.Q 1.17) #Cervantes2018

Día 19: DQ se disculpa con Sancho al verlo maltratado y adolorido,


aludiendo al castillo encantado y los fantasmas que lo atacaron, que no
permitieron ir en su auxilio. Sancho dice que niega la existencia de la
fantasía, y propuso a DQ que regresaran a casa y dejaran de desventuras
más que aventuras. DQ trató de animarlo, que vendrían tiempos
mejores. Y en ese momento a lo lejos se veía una polvareda, y DQ dijo
que esa era la oportunidad, que se acercaban 2 ejércitos, se inventó los
protagonistas, las historias de sus conflictos, revuelto con geografía,
mitología, Homero... en fin, nos dimos cuenta de los culto que es DQ.
Sancho dijo que no veía nada, sólo escuchaba balidos de ovejas y
carneros. DQ no hizo caso y fue al ataque sobre Rocinante, y Sancho le
gritaba que iba a embestir a carneros y ovejas. Los pastores y ganaderos
vieron venir al demente armado contra sus rebaños y lo atacaron a
piedras. Impactando a DQ y dejándolo tendido, creyéndolo muerto.
Sancho fue a socorrerle, y al revisarlo DQ vomitó el brebaje que había
alcanzado a tomar al verse abatido. Sancho al darse cuenta que no era
sangre sino el fatal brebaje volvió a vomitar el alma y prometió
abandonar a su amo. DQ le dijo que no había mal que durara mucho, y
que ya se acercaba el bien. Sancho le dijo que debió ser predicador en
lugar de caballero andante. DQ dijo que los caballeros debían saber de
todo. Pero hizo caso a Sancho y le dijo que guiara él el camino, que él
lo seguiría. Sancho quería decirle algo al verlo tan abatido para
animarlo... y lo dirá en el próximo capítulo. Así termina Cervantes
burlando.

(D.Q 1.18) #Cervantes2018

Día 20: Lo que le dijo Sancho a DQ tratando de animarle y seguirle la


corriente, fue que todas sus desventuras se debían al incumplimiento de
la orden de caballería, y enumeró varias de las acciones que lo
comprobaban. DQ pensó que tenía razón, y siguieron andando en plena
noche con Sancho a la cabeza, cuando de repente observaron unas
lumbres que se acercaban. 20 encamisados a caballo con hachas de
fuego, y detrás una litera de luto con otros 6 hombres. Sancho estaba
asustado y DQ imaginó una de las aventuras de sus libros, corrió y se
interpuso en el camino y ordenó que se identificaran. Ante la negativa,
DQ se acercó amenazante y la mula de uno de los hombres se asustó y
cayó al piso con su jinete. DQ empezó a atacar a los otros hombres que
iban desarmados, quienes empezaron a correr creyéndolo un demonio.
Sancho admirado con la valentía de su amo empezó a saquear las
provisiones del enemigo. Al final los sacerdotes inofensivos y asustados
dieron la información de que llevaban el cuerpo de un caballero muerto
en Baeza hacia Segovia para dar sepultura. Pidió ayuda de paso para
que lo sacaran debajo de su mula. DQ llamó a Sancho para ayudarle, y
Sancho les dijo que si les preguntaban dijesen que se habían encontrado
al famoso Don Quijote de la Mancha, conocido como el Caballero de la
Triste Figura. DQ preguntó a Sancho por qué le llamó de esa manera, y
éste contestó:
"Yo se lo diré, porque le he estado mirando un rato a la luz de aquella
hacha que lleva aquel maladante, y verdaderamente tiene usted la más
mala figura que jamás he visto; causado por el cansancio o la falta de
muelas y dientes".
DQ lo corrigió y le dijo que no era por eso sino que al sabio que
escribiese su historia tomase inspiración de los caballeros pasados como
la Ardiente Espada, y mencionó otras referencias de caballeros con
nombres conocidos, y dijo que ese sabio ya le había puesto en la lengua
y el pensamiento que lo llamase de esa forma, como se pensaba llamar
desde ese momento. El sacerdote bachiller le dijo a DQ que quedaba
descomulgado por atacar violentamente a un miembro de la iglesia. DQ
se defendió diciendo que los creía fantasmas. Sancho apuró a que cada
uno retomara su camino... "Váyase el muerto a la sepultura y el vivo a
la hogaza". Partió y DQ lo siguió. Pararon a comer en un valle, y tanto
comieron que olvidaron que no tenían líquido alguno... muertos de sed
dijo Sancho... lo que dirá en el próximo capítulo.

(D.Q 1.19) #Cervantes2018

Día 21: Al ver unas yerbas se alegraron porque debía haber agua cerca.
Caminaron un poco y escucharon un gran ruido de agua, pero al tiempo
escucharon unos estruendosos golpes, con hierros y cadenas, que los
hicieron temer. Era de noche aún, y DQ dijo a Sancho que él iría a
enfrentar la nueva aventura y que él lo esperara en ese sitio, pero
Sancho lo convenció de que fuera al amanecer, ya que la noche
guardaba peligros, sobre todo por la posición de la bocina (la Osa
Menor), y viendo su terquedad tuvo que negar el andar de Rocinante.
Finalmente DQ aceptó esperar con tristeza. Sancho dijo que no había
que llorar, ya que lo alegraría contándole cuentos, al menos que
prefiriera dormir. DQ enojado dijo que no estaba hecho para dormir,
entonces Sancho prosiguió a contar su cuento... y acá sigue de las
partes más bellas y magistrales que tiene toda la obra, que es ese juego
con la narración. Sancho inicia su historia, repitiendo en exceso
detalles, por lo que DQ le llamó la atención. Sancho dijo que esa era la
forma que sabía contarla como en su tierra, y a DQ le tocó aceptar y
ordenó seguir. Sancho contaba la historia del pastor Lope Ruiz y la
pastora Torralba, de quien hizo una descripción precisa como si la
estuviese viendo... DQ preguntó si la conoció en realidad... y así le fue
interrumpiendo en ocasiones... en apuntes del amor, que DQ le dio la
razón diciendo que esa era la condición natural de las mujeres,
desdeñar a quien las quiere y amar a quien las aborrece. Sancho siguió
su historia hasta llegar un punto donde dijo: "Tenga vuestra merced
cuenta en las cabras que el pescador va pasando, porque si se pierde
una de la memoria, se acabará el cuento, y no será posible contar más
palabras de él". Entonces Sancho siguió y llegó al punto donde el
pescador va pasando las cabras, una y otra y otra... y DQ desesperado le
dijo que hiciera cuenta que las había pasado todas y siguiese porque no
iba a acabar nunca. Sancho le preguntó, ¿Cuántas han pasado hasta
ahora?; ¿Yo qué diablos sé? dijo DQ. Y Sancho contento le dijo, pues se
acabó el cuento. DQ alarmado e impresionado por la idea del cuento,
volvió a preguntar si en realidad se había acabado. Sancho dijo, "tan
acabada es como mi madre". Claramente era un juego narrativo, y el
cuento no tenía fin. DQ seguía atónito y finalmente le dijo que había
contado una de las ideas más originales que nadie pudo pensar en el
mundo. Al terminarlo, DQ volvió a mover a Rocinante para ver si podía
levantarse, pero seguía bien atado por Sancho. Esa noche Sancho, por el
banquete, le dieron ganar de ir al baño y evacuar... lo hizo con silencio,
tratando de no hacer ruidos, pero DQ escuchó y preguntó, "¿Qué rumor
es ése, Sancho?... y como tenía el sentido del olfato tan desarrollado,
también reprochó a Sancho su acción, y le dijo que tomara distancia. Al
amanecer, seguía el ruido de la noche anterior, y DQ dijo a Sancho que
él iría a explorar la aventura del ruido y él lo esperara si no quería ir. Y
si no regresaba, no se preocupara por su paga, porque ya figuraba en su
testamento, antes de salir de casa. Sancho decidió ir con él. Cuando
fueron a explorar se dieron cuenta de que eran 6 mazos de batán
(máquinas hidráulicas) los que hacían el ruido. Sancho se empezó a
burlar de su amo y lo que había dicho sobre los ruidos el día antes,
creyendo eran una nueva aventura. DQ se enojó y lo reprendió con dos
golpes en la cabeza. Sancho aceptó que se pasó pero también recalcó
que había sido gracioso el temor que tenían de los ruidos. Hicieron
paces, y DQ recordó que nunca en los libros que leyó, el escudero habló
tanto con su señor. Y DQ remató, porque después de a los padres, a los
amos se ha de respetar como si lo fuesen.

(D.Q 1.20) #Cervantes2018

Día 22: Empezó a llover y DQ no quiso resguardarse en los batanes por


las burlas de Sancho. Siguieron andando y a lo lejos vieron a un hombre
a caballo que llevaba un objeto en la cabeza que relucía como el oro.
DQ contento dijo a Sancho, que donde una puerta se cerraba, otra se
abría; y la fortuna les sonreía porque si no se equivocaba, estaban
frente al Yelmo de Membrino, sobre el que él había hecho su
juramento. Sancho replico de inmediato y le dijo que él sólo veía a un
hombre sobre un asno pardo, como el suyo, que llevaba sobre la cabeza
una cosa que relumbraba. DQ no le hizo caso y dijo que iba a hablar con
el hombre. Era un barbero, que por la lluvia se había puesto una
palangana de azófar para que no se mojase el sombrero. DQ asustó al
hombre, que al verlo armado salió corriendo, dejando tirada la
palangana. Pidió a Sancho que alzase el Yelmo y se lo pasara. Al
instante lo instaló en su cabeza, tratando de encajarla. Sancho soltó
una risa. DQ preguntó la razón de su burla, y empezó un discurso sobre
el Yelmo, y la posibilidad de que el barbero hubiese fundido una parte
del oro. Que ya lo aderezaría al encontrar un buen herrero, y que
mientras le serviría de protección. Sancho preguntó sobre el caballo
abandonado del barbero, y preguntó si lo podía cambiar por su viejo
asno. DQ al inicio dijo que no acostumbraba a despojar a los vencidos,
pero terminando dando licencia a Sancho. Partieron nuevamente, y en
el camino Sancho le propone a DQ que sirviesen a un emperador o
príncipe que estuviese en guerra para que mostrase su valentía, que
remuneraran según sus méritos y hazañas. DQ le respondió con
referencias a otras historias y caballeros, de algunos que no fueron muy
reconocidos e imaginó y narró a Sancho la situación de un caballero, su
recepción, y el reconocimiento de sus méritos, y de paso contó el relato
de sus hazañas que algún día escribiría un sabio, y como éste rastrearía
su linaje y parentela, que remontaría a antiguos monarcas. DQ le
explica a Sancho los dos tipos de linaje: los que descienden
directamente de reyes, y el tiempo los deshace; y los que al contrario
van subiendo hasta lo alto de la pirámide. "Unos fueron, que ya no son,
y otros son, que ya no fueron". Siguieron hablando del linaje, y Sancho
terminó diciendo a DQ "... procurar venir a ser rey y el hacerme conde".
Y al alzar los ojos vieron algo... que conoceremos el próximo capítulo.

(D.Q 1.21) #Cervantes2018

Día 23: Inicia la narración nuevamente con "Cuenta Cide Hamete


Benengeli", en alusión al autor árabe de esta versión del Quijote. DQ
alzó los ojos y vio que se aproximaban 12 hombres encadenados por los
cuellos. Junto con ellos 2 hombres a caballo y otros a pie, armados.
Sancho dijo que eran galeotes condenados a servir al rey en las galeras
por algún delito. DQ dijo que debía intervenir, ya que su oficio era
deshacer agravios. Sancho dijo que recordara que era la justicia, y tales
personas habían cometido delitos. DQ igual se acercó a hablar con los
hombres, y preguntó por el crimen de los condenados. Éstos no
respondieron pero le permitieron acercarse a preguntarle a ellos
mismos. Y así lo hizo, fue preguntando de uno en uno, por robar, por
cantar un tormento, por alcahuete... y detrás venía uno más
encadenado que los otros. Uno de los guardas dijo que era el famoso
Ginés de Pasamonte o Ginesillo de Parapilla (acá Cervantes hace alusión
a su conocido y colega de Lepanto, Jerónimo de Pasamonte, también
propuesto como autor de la 2da parte apócrifa del Quijote, bajo el
seudónimo de Avellaneda). Los guardas conversan con Ginés, diciendo
que él mismo había escrito su propia historia, que estaba empeñada en
la cárcel. DQ se interesó y preguntó si el libro era tan bueno. Ginés dijo
que único en su género, incluso que el Lazarillo de Tormes. "Lo que sé
decir a voacé es que trata verdades y que son verdades tan lindas y tan
donosas que no pueden haber mentiras que se le igualen", decía Ginés.
Y preguntó DQ el título, "La vida de Ginés de Pasamonte", respondió. Y
está terminado, preguntó DQ, "¿Cómo puede estarlo, si aún no está
acabada mi vida?... DQ viendo lo bien que se expresaba le dijo: "Hábil
pareces", y Ginés respondió: "Y desdichado, porque siempre las
desdichas persiguen al buen ingenio". El comisario intentó golpear a
Ginés por un agravio y DQ se interpuso, que era normal que quien tiene
atadas más manos tuviese suelta la lengua. DQ hizo una intervención,
tratando de convencer que soltaran a los galeotes, o lo haría a la
fuerza. Entonces atacó al comisario, que cayó al piso. Todos quedaron
estupefactos ante inesperada acción y se volvió un caos. Los galeotes
ayudaron a defender su libertad, mientras huían los guardas. Sancho
inmediatamente temió que fueran con la Santa Hermandad. Mientras,
DQ llamó a los galeotes y ordenó que fueran a Toboso a contar a la bella
Dulcinea su hazaña. Ginés dijo que no podían ir juntos porque la Santa
Hermandad iría por ellos. DQ se enojó y le dijo "don hijo de puta" que
debía ir él solo. Ginés, hizo ojos a sus colegas, y levantaron a piedras a
DQ y Sancho, terminando robando y despejando de sus pertenencias,
hasta la bacía de la cabeza (Yelmo). Quedaron desdichados en el piso,
al verse ofendidos por los mismos a quienes tanto bien habían hecho.

(D.Q 1.22) #Cervantes2018

Día 24: DQ se quejaba en el piso al no haberle hecho caso a Sancho.


Sancho le reclamó y advirtió de la Santa Hermandad que podría
buscarlos, y recomendó ocultarse por un tiempo. "Señor, que el retirar
no es huir, ni el esperar es cordura, cuando el peligro sobrepuja a la
esperanza", dijo Sancho y ordenó que lo siguiera. DQ aceptó, y entraron
a Sierra Morena, que pensaban atravesar para llegar al Viso o Almodóvar
del Campo y esconderse. En el camino encontraron una maleta
abandonada, en donde encontraron ropa, dinero y un librillo de
memoria. Pensaron que el dueño había sido asaltado y asesinado por
asaltantes. DQ empezó a leer el librillo, y encontró un soneto que leyó.
Sancho preguntó si también le gustaban las trovas. Y DQ respondió que
más de lo que él pensaba, que todos los caballeros andantes del pasado
eran grandes trovadores y músicos. Sancho pidió que siguiera leyendo, y
DQ se encontró con la prosa, que confirmó que el autor era un amante
diseñado. En ese momento vieron a un hombre saltando con ligereza y
lo siguieron pensándolo el dueño de la maleta. En camino encontraron a
un cabrero anciano con sus cabras, quien les contó un suceso del posible
dueño de la maleta que él también había encontrado y decidido no
rebuscar. El hombre que saltaba con ligereza, había llegado hace
tiempo a la Sierra y había enloquecido, quedándose deambulando
alrededor. El cabrero y otros amigos estaban buscándolo para ayudarle y
llevarlo a Almodóvar. Finalmente el hombre desnudo llegó a donde
estaban hablando los caballeros. El narrador propone, que al hombre se
podría llamar "El Roto de la Mala Figura", quien estuvo mirando a DQ, y
dijo lo que se dirá en el próximo capítulo.

(D.Q 1.23) #Cervantes2018

Día 25: DQ estaba atento escuchando al caballero de la Sierra, al "Roto


de la Mala Figura", y al otro loco, que se expresó de buenas maneras.
DQ se sorprendió y expresó que su mayor deseo era ayudarle. El Roto les
pidió algo de comida, y Sancho y el cabrero les dieron de sus
provisiones. Al acabar de comer pidió que lo siguieran hacia un verde
pradecillo donde se tendió en el suelo sobre la yerba, invitando a que
hicieran lo mismo. El Roto les dijo que si querían que les contase su
historia y desventuras, deberían prometerle ninguna pregunta e
interrupción, ya que si lo hiciesen, se acabaría la historia. DQ pensó en
el cuento sin terminar de Sancho y siguió escuchando, y le prometió en
nombre de todos que no habría interrupción. Empezó diciendo: "Mi
nombre es Cardenio, mi patria, una ciudad de las mejores de esta
Andalucía; mi linaje, noble; mis padres, ricos; mi desventura, tanta,
que la deben de haber llorado mis padres y sentido mi linaje, sin poder
aliviar con su riqueza, que para remediar desdichas del cielo poco
suelen valer los bienes de fortuna". Empezó hablando del origen de sus
males y alegrías, Luscinda (al fin si era un enamorado, según el librillo
encontrado por DQ). Luscinda fue su gran amor, ambos eran de buena
familia, y crecieron juntos, así como el amor de ambos. Cardenio
decidió pedir su mano, pero el padre de Luscinda dijo que eso
correspondía a su padre. Encontró a su padre con una carta en la mano,
y antes de que pudiese decirle algo, éste le informó que el duque
Ricardo lo había solicitado para ser compañero de su hijo mayor. Su
padre dijo que era una gran oportunidad. Cardenio pidió a Luscinda y su
padre que lo esperasen. Al llegar donde el duque Ricardo, fue muy bien
recibido pero enseguida levantó envidias de empleados, y sobre todo de
un hijo segundo del duque, Fernando, quien se hizo pasar por su amigo.
Para ganar su confianza, Fernando no se guardó ningún secreto con
Cardenio, y hasta confesó su amor por una labradora. Al escuchar la
confesión de amor, Cardenio también le habló de Luscinda. Fernando
propuso que pidieran al duque ir a la casa del padre de Cardenio,
diciendo al duque que irían a feriar algunos caballos. Cardenio aceptó
con la ilusión de ver a Luscinda de nuevo, mientras el mismo Fernando
aprovechó el tiempo con la labradora. Cuando Fernando vio a Luscinda
quedó enamorado perdidamente de ella. Cardenio se empezó a sentir
inseguro con Fernando en medio de la relación, quería leer las cartas
que se mandaban, y en una de ellas le pidió un libro de caballería... En
ese momento, DQ al escuchar libros de caballería intervino diciendo que
Luscinda debía ser la mejor mujer del mundo y no necesitaba seguir
describiendo sus virtudes. Dándose tarde cuenta que había interrumpido
a Cardenio, quien se encontraba cabizbajo, pidió que continuara la
historia. Cardenio retomó haciendo referencia a una de las historias de
caballería, sobre el amor de Elisabat a la reina Madasima. DQ alarmado
se vio obligado a replicar tal afirmación, defendiendo el honor de la
reina Madasima. Viéndose Cardenio interrumpido e insultado, porque DQ
le dijo mentiroso y bellaco, y estando ya loco, alzó un guijarro y dio un
golpe fuerte a DQ, tirándolo de espaldas. Sancho intentó defender a su
amor, y también llevó golpes, hasta el cabrero. Sancho furioso dijo al
cabrero que le hubiese avisando que los brotes de locura le venían con
tiempo, pero DQ dijo que no tenía la culpa y pidió al cabrero la
información de donde encontrar a Cardenio porque tenía muchas ganas
de escuchar el final de su historia. El cabrero le dijo que buscara por
aquellos contornos, y lo hallaría, o cuerdo o loco.

(D.Q 1.24) #Cervantes2018

Día 26: DQ y Sancho se despidieron del cabrero y fueron a buscar a


Cardenio. Sancho le dijo que prefería irse a casa, que tener que guardar
silencio ante el loco. Si pudiese hablar con los animales, como en Esopo,
hablaría con su asno, pero andar recibiendo golpes, y tras de eso tener
que callarse, era el límite. DQ lo entendió y le dijo que sería sólo
mientras estuviesen en la sierra. Sancho le recriminó que peliase por
una reina de novela. DQ dijo que no podía entender la pureza de la
reina Madasima, para proteger su honra. Sancho suelta a continuación
una retahíla de refranes seguidos, que abruma a DQ: (De mis viñas
vengo, no sé nada, no soy amigo de saber vidas ajenas, que el que
compra miente, en su bolsa lo siente etc). DQ pidió a Sancho que se
calmara, y le dijo que su interés no era sólo hallar el loco sino hacer
una hazaña. En su discurso, en donde dice imitar a Amadís de Gaula,
realiza un sesudo análisis de la imitación a través del arte y la
literatura, desde Ulises, Homero, Virgilio, Eneas, etc. Y confiesa de
paso, que es su intención imitarlo por su valor, valentía, sufrimiento y
amor, y no pretender matar gigantes y serpientes como otros. Sancho
escuchando atento entonces pregunta: ¿Qué es lo que vuestra merced
quiere hacer en este remoto lugar? Imitar a Amadís, ya te he dicho,
respondió. Sancho le dice que los caballeros tuvieron sus razones para
volverse locos, pero ¿cuál era la causa de DQ? O pensaba que Dulcinea
de Toboso había hecho alguna niñería con moro o cristiano. DQ le dice
que ese es el punto y remata: "Sancho amigo, no gastes tiempo en
aconsejarme que deje tan rara, tan felice y tan no vista imitación. Loco
soy, loco he de ser hasta tanto que tú vuelvas con la respuesta de una
carta que contigo pienso enviar a mi señora Dulcinea".
Sancho pide a DQ que adelante su plazo de 3 días para llevar la carta a
Dulcinea, que él le hablará maravillas de sus hazañas y regresará a
sacarlo de ese purgatorio. "¿Purgatorio le llamas, Sancho? Mejor hicieras
de llamarle infierno, y aún peor, si hay otra cosa que lo sea". (Ecos
Dantianos). Buscaron entonces para escribir la carta, DQ recomendó no
llevarla a ningún escribano, que hacen letra procesada y no la
entendería ni Satanás. Y que firmase como "Vuestro hasta la muerte, el
Caballero de la Triste Figura". Y que no importaba la letra, porque
Dulcinea no sabía leer ni escribir, porque nunca se habían enviado carta
alguna, y el amor de ambos había sido siempre platónico (Ecos
Dantianos Dante/Beatriz). DQ empieza a hablar de Dulcinea, menciona
sus padres, Lorenzo Corchuelo y Aldonza Nogales. Sancho reconoce los
nombres y dice que Dulcinea es entonces Aldonza Lorenzo. DQ lo
afirma. Sancho empieza a describirla como una mujer fuerte e inusual,
lejos del ideal de princesa y doncella. DQ percibiendo la burla de
Sancho, le contó un cuento sobre un caso similar, para concluir que el
linaje importa poco en el amor. DQ dicta la carta a Sancho, y se
despiden, dejándolo en la Sierra, donde él lo esperará. Pero antes de
irse se desnudó e hizo malabares para que Sancho llevará una locura
más a su Dulcinea.

(D.Q 1.25) #Cervantes2018

Día 27: DQ sigue haciendo su penitencia en Sierra Morena, dando


vueltas desnudo y pensando en imitar las locuras de Roldán y Amadís.
Desesperado por no tener interlocutor empezó a escribir en las cortezas
de los árboles, versos de tristeza y alabanza a Dulcinea. En estos versos
podemos incluso cierta intención de antipoemas, al incluir el "Toboso" al
final de cada estrofa, sin que esta ayudase a la rima. DQ buscaba yerbas
y frutos para comer mientras Sancho volvía, tras días y tres semanas. El
caballero de la Triste Figura quedaría tan desfigurado que no le
conocería ni la madre que lo parió. Mientras Sancho llegó al pueblo y se
encontró con el Cura y el Barbero, los quema libros, que preguntaron
alarmados por DQ, al ver a Sancho sobre su Rocinante. Sancho dijo que
su amo estaba haciendo penitencia en la montaña, y él iba a entregar
una carta a la hija de Lorenzo Corchuelo, de quien estaba enamorado.
El cura exigió leer la carta, y cuando Sancho fue a buscarla se dio
cuenta que no la llevaba (DQ se había quedado con el librillo). Sancho
se enojó consigo mismo y se golpeó. El cura dijo que tenía papel, y
Sancho se animó porque se sabía la carta de memoria. Algo no muy
cierto, porque al dictarla al cura no soltó más que disparates. El cura y
el barbero le dijeron a Sancho que entraran a la venta (la 1ra de la
aventura), y Sancho se negó rotundamente, y que después les contaba
por qué no entraba, pero que le consiguieran algo de comer. Luego
armaron un plan para traer a DQ de regreso, se disfrazaría de doncella,
fingiendo ser Dulcinea, y le pedirían regresar a casa. Y luego le llevarían
a algún lugar donde hubiese remedio para su extraña locura.

(D.Q 1.26) #Cervantes2018

Día 28: Estaban el cura y el barbero preparando los disfraces para traer
de vuelta a DQ. En la venta se enteraron de que intentaban ayudar al
infortunado inquilino, y les ayudaron en su empresa, hasta la buena
Maritornes. Al salir de la venta, el sacerdote iba disfrazado de Dulcinea,
y se dio cuenta de lo indecente que lucía, y pidió al barbero cambiar de
roles, y que le diese el de escudero. Sancho llegó y se burló de ambos, y
el barbero aceptó el intercambio. Decidieron ponerse el disfraz hasta
llegar a la Sierra y partieron, mientras Sancho les contaba la historia
con el loco de la Sierra. Al llegar a donde Sancho había dejado las
señales, y dijo que le esperasen mientras él iba adelante a buscarlo.
Estando el cura y el barbero esperando disfrazados, escucharon una voz
cantante entonando hermosos versos:
"¿Quien menoscaba mis bienes?
Desdenes.
¿Y quién aumenta mis duelos?
Los celos.
¿Y quién prueba mi paciencia?
Ausencia.
De ese modo, en mi dolencia
ningún remedio se alcanza,
pues me matan la esperanza
desdenes, celos y ausencia".
Era Cardenio quien entonaba los versos, y luego soltó un soneto, que
tenía encantados al cura y el barbero. Al verlo a la distancia, notaron
que se parecía al loco de la historia de Sancho. El cura decidió
acercarse y pedirle que abandonara esa miserable vida. Cardenio, que
se encontraba cuerdo, vio con desconfianza a los dos disfrazados, y le
impresionó que conocieran sus desventuras. Entonces decidió contarles
su historia para que desitieran de persuadirlo. El cura y el barbero
estaban felices de conocer el final de la historia, de boca de su
protagonista. Cardenio contó todo desde el principio, y retomó en la
parte donde había quedado, hablando de cartas y de novelas de
caballería... Cardenio le dice a Fernando, que no se atreve a pedirle a
su padre que le ayude a pedir la mano de Luscinda, por creerlo muy
joven. Fernando le propuso que él hablaría y convencería a su padre,
mientras me pedía el favor de ir donde su hermano para pedirle unos
dineros. Mientras Cardenio estuvo por fuera en el encargo, que duró
más 8 días, Fernando aprovechó para adelantarse y pedir él la mano de
Luscinda, impresionando al padre de ésta por su parentela con el duque
Ricardo. De esto se enteraría por una carta de la misma Luscinda, que
le hizo llegar con un buen cristiano. Corrió Cardenio de vuelta, y vio a
Luscinda ya vestida de novia, y diciendo que llevaba una daga presta a
dar fin a su vida. Y Cardenio le dijo que él llevaba su espada. Entró en
la casa y desde un rincón observó la ceremonia. En el momento
definitivo Luscinda se desmayó en el altar, alborotando a la gente.
Cardenio confundido y triste pensó en acabar con todos los presentes,
incluso con la desmayada traidora, pero decidió salir de ese lugar, subió
en una mula y salió de la ciudad hasta encontrarse solo en el campo.
Poco a poco se fue adentrando a la montaña, su mula murió y él
desmayado fue encontrado por unos cabreros, que dijeron que había
perdido el juicio. Y desde ese entonces vive en la sierra y el campo,
donde a veces pierde el juicio y los cabreros le recuerdan las locuras
que hace. Así terminó su historia diciendo a los presentes que no
inentaran aconsejarle mejorar su vida, que ya estaba destruida sin
Luscinda. Justo cuando el cura pensaba decirle algo, se escuchó una voz
a lo lejos. La voz decía... lo que se conocerá en la próxima parte de
esta narración, que a este punto dio fin a la tercera el sabio historiador
Cide Hamete Benengeli.

(D.Q 1.27) #Cervantes2018

Día 29: Inicio de la 4ta parte de la 1ra parte de DQ. Cuando el cura iba
a consolar a Cardenio escucharon una voz con tristes acentos. A primera
vista un mozo vestido de labrador quejándose por su suerte. Pero al ver
más atentamente se dieron cuenta que era una doncella vestida de
hombre. Sólo comparable a la belleza de Luscinda. Al verse vigilada
intentó correr pero cayó en el intento y el cura se adelantó a decir que
no era necesario huir, sólo querían ayudar y escuchar sus desgracias. Era
Dorotea, quien intentaba ocultarse en la Sierra, y se animó a contarles
su historia. Empezó la historia hablando de un gran duque que tenía dos
hijos, y del cual su padre era vasallo, unos humildes labradores.
Describió sus funciones laborales, y mencionó que fue solicitada por uno
de los hijos del duque, un tal Fernando. Cardenio se puso pálido al
escuchar el nombre, pero siguió atendiendo. Contó como Fernando la
buscaba y estaba tras ella, hasta le prometió casarse con ella, y ella se
sentía halagada y cayó enamorada. Y una noche, Fernando entró en su
aposento y la engañó prometiendo el cielo, y le arrebató su virginidad y
dignidad. Cardenio se dio cuenta de que era la misma Dorotea, la
labradora y amante de su "amigo" Fernando, pero siguió escuchando. Al
lograr Fernando su objetivo, se olvidó de Dorotea, y ella sufría la
indiferencia. Hasta que se enteró que se había casado con una tal
Luscinda. Al enterarse, decidió huir con uno de los criados de su padre
hacia la ciudad donde estaba Fernando. Al llegar a la ciudad, le dijeron
que después de que Luscinda se desmayó en el altar, Fernando encontró
en su vestido una nota de papel donde decía que su amor era Cardenio,
y que se quitaría la vida al casarse. Fernando estaba tan furibundo que
la hubiese apuñalado con la daga si sus padres no lo evitaban. Dorotea
sintió un leve alivio, pero luego se enteró de que sus padres la estaban
buscando y ofrecían recompensa, el anuncio decía que había sido
sacada de la casa por el mozo que la acompañaba. Decidió salir de la
ciudad con el criado, y cuando estaban adentrando al bosque el mozo
intentó abusar de ella físicamente. Afortunadamente Dorotea logró
defenderse y atizarle un golpe. Decidió quedarse en el bosque y la
sierra y huir de su padre y los que la buscaban. Decidió vestirse de
hombre y consiguió refugio con un ganadero que le dio trabajo, pero
tuvo que huir de nuevo al enterarse el ganadero de que era mujer, e
intentó propasarse también. Y así como la encontraron, vagando y
desconsolada.

(D.Q 1.28) #Cervantes2018

Día 30: ¿La Locura? El Teatro y la Mentira.


En este capítulo, se ven reflejados notables ejemplos de cada uno de
estos temas. Iniciando con la cuestionada ¿Locura? de DQ, que ya nos ha
dado muestras de sobra que no es una locura inconsciente, sino que es
muy consciente de todo. Puede que hasta ahora se engañe a sí mismo
en ocasiones, o acepte su propia realidad, y la trate de imponer a los
demás. Pero el teatro y la mentira cobran gran protagonismo en este
capítulo, y desde el pasado, por el cura y el barbero (inquisidores de
libros), que convencen a Sancho, y luego a Cardenio y a Dorotea, para
que todos juntos monten un teatro para sacar a DQ de la sierra y vuelva
a casa. El cura es el más hábil, elocuente y audaz, y eso no es gratuito.
El mismo Sancho se come el cuento del título inmobiliario de la recién
creada princesa Micomicona de Etiopía (Dorotea, que los libera del
travestismo), mientras imagina su suerte futura, aunque preocupado por
los súbditos negros. Es bonito el momento en que Dorotea y Cardenio se
reconocen como amantes vencidos, y al saber la verdad comparten
sueño de regresar con sus amores. Pero antes deben ayudar al cura y al
barbero, que encuentran primero a Cardenio y luego a Dorotea,
mientras Sancho buscaba a DQ. Y arman todo el plan, el teatro. El
encuentro de Dorotea con DQ es muy bueno, y el regreso de DQ,
sentimos que una parte del mundo muy importante regresa. Sancho
como había contado las aventuras a los demás, todos lo llenaban de
elogios por sus hazañas... como la liberación de los galeotes, y otras,
que ruborizaron a DQ. Así bien, con el teatro andante, todos parten
juntos, y el cura remata diciendo que Dios perdone a los ladrones que
los despojaron de su ficticio atraco. Cervantes nuevamente sorprende
con todo un acto teatral, donde leemos hasta el maquillaje, vestuario y
decorado. Y seguirá.

(D.Q 1.29) #Cervantes2018

Día 31: Sigue el teatro. Siguen DQ y Sancho hablando acaloradamente


de la historia de los galeotes, y Dorotea interrumpió, recordando su
compromiso de ayudarla a recuperar su reino. DQ le dijo que se
calmaría por ella y que la ayudaría, pero quería que le contase en pago
su historia y la de los malvados que debía vencer. Dorotea se preparó
para inventar una nueva historia, la de la princesa Micomicona, y todos
los demás se acercaron a escuchar cómo fingía su historia. Al inicio no
recordó el nombre que le inventó el cura, quien se vio obligado a
intervenir, y luego dejó que Dorotea siguiera. Y brevemente narró la
historia de la princesa, gracias a su conocimiento de los libros de
caballería. Dorotea dijo que su padre "Tinacrio el Sabidor" había
predicho que el salvador sería alto de cuerpo, seco de rostro, y en el
lado derecho, debajo del hombro izquierdo, tendría un lunar. DQ dijo a
Sancho que le ayudara a desnudarse para comprobar si él era el
caballero que profetizó el sabio rey. Sancho dijo que no era necesario,
ya que él se lo había visto, y se lo había dicho a Dorotea. DQ preguntó
otro detalle incoherente en la historia de Dorotea, sobre cómo
desembarcó en Osuna, si no era puerto de mar. Aquí el cura se adelantó
a precisar la información y la confusión en el discurso. Dorotea también
agregó que su padre dejó dicho que después de derrotar al gigante, si el
caballero quisiese casarse con ella, ella aceptaría sin réplica y diese
posesión de su reino. Sancho y DQ se emocionaron ante tal anuncio. DQ
luego agradeció a Dorotea, pero dijo que para él no era posible casarse.
Inmediatamente Sancho saltó enojado con su amo, en donde habló mal
de Dulcinea, quien no se compara ni llegaba a los talones de
Micomicona. DQ enojado le dio dos palazos en la cabeza. Dorotea
intercedió en la trifulca, y pidió reconciliación entre los dos. DQ
aprovechó para decirle a Sancho que tenían que hablar sobre el
encuentro con Dulcinea, y Sancho aceptó. Mientras Cardenio, Dorotea y
el cura hablaban sobre DQ y la facilidad con que creía las historias,
aunque Cardenio apeló al ingenio. DQ interrogó a Sancho sobre la carta,
y Sancho aceptó que la carta no la llevó consigo sino en su cabeza,
porque el cuadernillo se había quedado. DQ confirmó que el poseía el
cuadernillo con la carta, y pensó que en algún momentos se devolvería
por él. Sancho explicó que la llevaba en la memoria y la trasladó a un
Sacristán, que le ayudó a ponerla en papel y a dar forma a las ideas. DQ
preguntó si aún la tenía en la cabeza, y Sancho dijo que ya no, pero
recordaba lo de "soberana señora" y el final con su firma "Vuestro hasta
la muerte, el Caballero de la Triste Figura". Y en medio de estas dos
cosas le puse más de trescientas almas y vidas y ojos míos, remató
Sancho.

(D.Q 1.30) #Cervantes2018

Día 32: DQ siguió pidiendo a Sancho detalles de su encuentro con


Dulcinea. Sancho hizo volar su imaginación pero sin dejar de poner
pequeños defectos a la doncella. Que inmediatamente DQ se encargaba
de enmendar y arreglar. Le preguntó qué hacía, y Sancho brusco le dijo
que limpiando trigo en un corral. El ingenioso y brillante DQ, en otra
muestra de que su locura es muy consciente y controlada (un teatro), le
dice que se imagine que los granos de trigo son granos de perlas. DQ
invita a todos a entrar en su juego, en su universo, y por el momento los
tiene a todos dentro de una multi ficción, creyendo que lo están
engañando. Cuando le preguntó sobre lo que hizo con la carta, Sancho
dijo que la puso sobre un costal porque no podía leerla hasta acabar el
trabajo. DQ dijo: "¡Discreta señora! Eso debió de ser por leerla despacio
y recrearse con ella". Así siguieron hablando de los olores y la estatura
de Dulcinea, de la penitencia de DQ, y lo que le mandó a decir de
respuesta. Y al preguntarle sobre qué joya le dio al despedirse, como
acostumbraban las damas andantes a sus caballeros. Sancho dijo que
sólo le dio pan y queso, que se comió. Y DQ: "Es liberal en extremo", y si
no le había dado joya sería por no tenerla cerca. DQ le comentó que fue
muy rápido a Toboso en sólo 3 días, que quizás lo ayudó el sabio
nigromante. Y le pidió a Sancho consejo sobre lo que debía hacer, si
responder a los ruegos de verle de Dulcinea o ayudar a la princesa
Micomicona. Sancho sin dudar dijo que cumplieran a la princesa, con la
promesa de desposarla. DQ le dijo que cumpliría con su promesa, y en
cuanto a lo de casarse, le dijo que no era necesario el matrimonio, sino
que cuando matara al gigante reclamaría su parte del reino y se la
cedería a Sancho. Se detuvieron en una fontecilla y Sancho ya estaba
preocupado por las preguntas de DQ sobre Dulcinea, temiendo le pillase
en la mentira. En ese momento pasó por ese lugar un joven que
arremetió a DQ y lo abrazó por las piernas. Le dijo que era Andrés, el
joven mozo que había ayudado cuando se encontraba atado recibiendo
azotes de su amo. DQ lo reconoció y vociferó ante todos la historia de su
hazaña, y pidió al joven que confirmara los hechos. Andrés dijo que
todo era cierto pero el final sucedió al revés. Contó como el amo lo
volvió a amarrar y azotar hasta dejarlo casi muerto, y apenas se seguía
recuperando. Y le echó la culpa a DQ, diciendo que si no se hubiese
metido habría recibido azotes pero le habrían pagado. Pero al DQ
ofender al amo se desquitó más fuerte y no le pagó. DQ se lamentó y
aceptó la culpa por no esperar a que le pagase, pero dijo que cumpliría
su promesa y fueran a buscar a su amo. Dorotea le recordó su promesa
de no entrar en otra empresa hasta acabar la suya, y él lo reconoció y
dijo a Andrés que debería esperar. Andrés dijo que no creía juramentos,
y que mejor le diera algo de comer para poder seguir su camino. Sancho
le dio pan y queso. Andrés aceptó y al ver que era muy poco soltó
injurias, que no se atreviera a defenderlo nunca más y maldijo a DQ y a
todos los caballeros andantes del mundo. DQ se quedó muy avergonzado
y enojado, que nadie se atrevió a decirle una palabra ni reírse.

(D.Q 1.31) #Cervantes2018

Día 33:
¡Regresa el Inquisidor! Y Oda a la Ficción
En otro capítulo MAGISTRAL en mayúsculas, siguen en la venta donde
todo empezó. Estaban el ventero, su esposa, su hija y Maritornes,
quienes contaron a los demás el problema con el arriero. Cardenio y
Dorotea se quitaron los disfraces, y DQ dormía, y le dejaron dormir. El
cura les contó que los libros de caballería le habían enloquecido a DQ.
El ventero inmediatamente salió en defensa de los libros de caballería,
y contó el hábito de la venta de leer estos libros junto a los huéspedes,
que hacía bien a tanta gente y a ellos. Todos lo apoyaron, la ventera,
Maritornes también. Y la hija del ventero fue un poco más profunda en
su argumento, aludiendo aspectos distintos a los ya manifestados. E
inició un diálogo con Dorotea sobre la naturaleza de los hombres.
Inmediatamente la madre dijo que callara, que no convenía a una
doncella saber ni hablar tanto. El cura pidió que le trajeran los libros
que tenían en la venta, y al verlos miró al barbero, quien dijo que él
podía llevarlos a la chimenea y quemarlos. El ventero ofendido dijo que
sobre su cadáver le quemaban sus libros. El cura insistió que al menos
dos de ellos merecían la hoguera, por ser mentirosos, y los personajes
nunca existieron. El ventero le dijo: "¡Tomaos con mi padre!" ( ¡Y a mí
qué me importa!), y empezó una diatriba a favor de los libros de
caballería, y a favor de la ficción. Dorotea susurró a Cardenio que poco
le faltaba para igualar a DQ. Acá se trata un tema interesante, y es que
la novela de ficción no existía, por lo que muchas personas pensaban
que todo texto escrito era verdadero. Y es que los requisitos legales
para la publicación de una obra, como el mismo Cervantes parodia al
inicio del libro, permitía tener esa certeza. El cura se da por vencido, y
sólo le dice que espera no le hagan daño como a DQ. El ventero dijo que
no eran tan loco como para ponerse de caballero andante. Cuando iba a
guardar sus libros, el cura pidió al ventero que le mostrara unos papeles
sueltos. Se los acercó, y de título en grande decía al inicio: "Novela del
Curioso Impertinente". Le llamó la atención el título y pidió leerla. El
ventero dijo que un huésped dejó los papeles, y desde entonces las leen
en las lecturas conjuntas y gusta mucho a la gente. Al todos estar de
acuerdo en escucharla, se inició la lectura. Aquí es interesante porque
la Novela del Curioso Impertinente, es de los más famosos relatos
dentro del Quijote, y el término de novela aún no era muy utilizado o
aceptado, como se conoce hoy, por lo que Cervantes se enorgullecía,
como lo dice en el prólogo de sus "Novelas ejemplares", en ser el
primero en "novelar en lengua castellana". Y vaya que lo fue. Otra
muestra de su grandeza.

(D.Q 1.32) #Cervantes2018

Día 34: Inicia la novela del "Curioso Impertinente", que seguirá dos
capítulos más. Es uno de los textos más famosos dentro de la estructura
de la historia de Don Quijote de la Mancha, una novela dentro de otra,
otro de los grandes recursos narrativos de Cervantes, que ya había
alternado con pequeñas historias narradas por sus mismos personajes.
En el 'Curioso Impertinente" encontramos la historia de dos amigos, y un
día uno de ellos se casa con una bella mujer. Con el matrimonio, vio
que la relación de amistad con su amigo cambió. Las visitas ya no eran
tantas y su tiempo compartido se vio afectado. Anselmo, el amigo
casado le reclamó a Lotario, quien respetando la nueva condición de
casado de su amigo, había sido más prudente en sus visitas. Trataron de
seguir las cosas como antes, pero en una de esas Anselmo le pide un
favor vil a Lotario. Quiere comprobar la fidelidad de su mujer, haciendo
que Lotario la cortejase, y comprobar si le es tan fiel como cree.
Lotario se niega rotundamente a prestarse a semejante juego, y da un
gran discurso de argumentos. Pero Anselmo se mantiene en su posición y
obliga a su amigo a aceptar. Lotario al inicio le sigue la corriente pero
en realidad no insinúa nada a Camila, pero Anselmo descubre que no
está cumpliendo su palabra, por lo que Lorario promete que ahora si
cumplirá su misión. Y con la sorpresa, que Lotario se empieza a
enamorar realmente de Camila.
"Pues sí tú sabes que tienes mujer retirada, honesta, desinteresada y
prudente, ¿qué buscas? Y si piensas que de todos mis asaltos ha de salir
vencedora, como saldrá sin duda, ¿qué mejores títulos piensas darle
después que los de que ahora tiene, o qué será más después de lo que
es ahora? O es que tú no la tienes por la que dices, o tú no sabes lo que
pides... Más si es tan buena como crees, impertinente cosa será hacer
experiencia de la misma verdad..."
"Es de vidrio la mujer,
pero no se ha de probar
si se puede o no quebrar,
porque todo podría ser.
Y es más fácil quebrarse,
y no es cordura ponerse
a peligro de romperse
lo que no puede soldarse.
Y en esta opinión estén
todos, y en razón la fundo:
que si hay Dánes en el mundo,
hay pluvias de oro también".
La visión de Cervantes sobre las mujeres, en este cuento particular
causa división, porque se piensa que va en contra de las otras versiones
de mujeres fuertes e independientes. Más no creo que sea totalmente
así, y en el reflejo que da sólo es un retrato de la sociedad. La visión de
la mujer, como "animal imperfecto" de Aristóteles.
La novela seguirá en los dos siguientes capítulos. Cervantes sigue
sorprendiendo.

(D.Q 1.33) #Cervantes2018

Día 35: Sigue la novela del "Curioso impertinente". Lotario envía una
sincera carta de amor a Camila, quien al principio se perturba pero
finalmente cae ante los encantos de Lotario, que hace creer a Anselmo
que sigue persistiendo, y su mujer rechazando. Esta pequeña novela,
entra en una etapa donde la narración de Don Quijote venía llevando un
estilo teatral. Pues en esta parte, sigue la teatralidad, sigue la ficción,
siguen las mentiras, y la tragedia. Camila, Lotario y Leonela arman un
acto teatral, cuando saben que Anselmo los está viendo por la cerradura
de la puerta. Un acto lleno de drama, donde hacen creer a Anselmo,
que Lotario sigue insistiendo con Camila, y que ella le desprecia y
amenaza con matarse si no la deja. Quedando Anselmo al final del acto,
como el hombre más sabrosamente engañado del mundo. Pero en el
siguiente capítulo sabremos cómo termina la historia. Es interesante la
inclusión de varios refranes por parte de Leonela y Camila, cuando
tienen una charla interesante.

(D.Q 1.34) #Cervantes2018

Día 36: En este capítulo termina la novela del "Curioso Impertinente".


Pero cuando ya el cura estaba por terminar la novela, interrumpió
Sancho alborotado pidiendo ayuda a DQ, que se encontraba en el cuarto
luchando con el gigante enemigo de la princesa Micomicona, que hasta
la sangre corría por el piso. Todos corrieron a ver, y DQ estaba dando
cuchilladas a los cueros de vino tinto del ventero, que chorreaban el
preciado líquido. Luchaba dormido con los ojos cerrados insultando al
gigante, y soñando haber llegado al reino de Micomicón. El ventero se
enojó tanto que le cayó a golpes a DQ, teniendo que ir a separarlos
Cardenio y el cura. El barbero trajo un caldero de agua fría que
despertó de golpe a DQ. Sancho repetía que era cierto, que ya había
matado al gigante y él lo había visto con su ojos (pensando en su
recompensa). DQ tomó de las manos al cura, creyéndolo la princesa,
diciendo que había cumplido su promesa y ya era libre de su palabra.
Sancho lo apoyaba. El ventero enojado, fue apaciguado por el cura,
quien prometió pagar por todo los daños. Llevaron a DQ a dormir de
nuevo, y Dorotea consoló a Sancho, diciendo que no se preocupara, y
como parecía que ya había cumplido su promesa DQ, ella le daría su
mejor condado. Ya pasado el drama, el cura dijo que terminaría de leer
el cuento del Curioso Impertinente, y todos escucharon: Camila y
Lotario seguían fingiendo indiferencia, y Anselmo ingenuo se prestó a
intermediar. Mientras con complicidad de Leonela se reunían a espaldas
del amo. Una noche, Anselmo escuchó un ruido en el cuarto de Leonela,
y al intentar entrar encontró resistencia. Apenas entró vio como una
sombra se escapaba por la ventana. Anselmo amenazó a Leonela que le
contara quien era. Ella decía que era un amante suyo, pero Anselmo no
le creía. Finalmente Leonela le convenció que al amanecer le diría toda
la verdad. Anselmo enojado fue a su cuarto y le contó a Camila el
encuentro, y enseguida se alarmó. Aprovechó cuando su marido dormía
para robar joyas y escaparse de la casa. Fue a donde Lotario, quien la
llevó a un monasterio, y él fue hacia otro lado. Leonela también
aprovechó a escaparse por la ventana. Cuando Anselmo despertó no
encontró a Leonela, ni a su esposa, ni luego a su amigo cuando fue a
verle. Se imaginó lo peor y se enteró por un ciudadano que el mejor
amigo del rico Anselmo se había fugado con la esposa, según le había
contado la criada de Camila, que también se había escapado. Miserable
y triste regresó a su casa, y sintiendo cercana su muerte dejó una carta
que decía:
"Un necio e impertinente deseo me quitó la vida. Si las nuevas de mi
muerte llegaren a los oídos de Camila, sepa que yo la perdono, porque
no estaba ella obligada a hacer milagros, ni yo tenía necesidad de
querer que ella los hiciese; y pues yo fui el fabricador de mi deshonra,
no hay para qué..."
Hasta allí llegó su aliento. Camila se enteró en el monasterio, donde se
quedó por siempre, porque luego le llegó la noticia que Lotario había
muerto en una batalla. Ese fue el fin que tuvieron todos, nacido de un
tan desatinado principio. El cura terminó de leer y dijo que le gustó la
novela, más no podía creer su veracidad, y no podía imaginar un marido
tan necio. Pero en general le gustó.

(D.Q 1.35) #Cervantes2018

Día 37: Al terminar de leer la novela escucharon que se acercaba una


tropa de huéspedes. El ventero contento dijo que eran 4 hombres
armados con antifaces y una mujer de blanco con el rostro cubierto.
Dorotea ocultó su rostro y Cardenio se escondió. Cuando entraron el
cura se acercó a conocer a los recién llegados. Los mozos no pudieron
dar mucha información porque al parecer no habían hablado en el
camino. Dorotea se acercó a la mujer de blanco, que sólo suspiraba,
para conocer su tristeza. El líder de los caballeroso enmascarados se
acercó y le dijo a Dorotea que no perdiera el tiempo que ella no
hablaría, y si lo hiciese serían mentiras. De repente la mujer de blanco
respondió, y Cardenio desde su escondite reconoció su voz, y dijo que
no podía creer lo que oían sus oídos. En ese momento los cuatro
personajes sorprendidos se reencontraron: Dorotea y Cardenio con sus
respectivos amores, esposos y origen de desventuras: Fernando y
Luscinda. Primero Luscinda rogó a Fernando que la dejara ir, y luego
Dorotea dio su discurso de amor a Fernando. Se pusieron un poco al día
de las desventuras de cada uno, y Fernando aceptó a Dorotea de nuevo,
y dejó libre a Luscinda de ir com Cardenio. Todos en la venta
empezaron a llorar por el reencuentro de los amantes, y hasta Sancho,
que lloraba más al enterarse de que Dorotea no era ninguna princesa
Micomicona. Y todos llorando y suspirando llegaron a aquella venta, que
para ellos era como llegar al cielo, donde rematan y tienen fin todas las
desventuras de la tierra. Cervantes acá nos ilustra un estilo más
romántico y entrelaza un hilo de la historia que había quedado suelto.

(D.Q 1.36) #Cervantes2018

Día 38: "Las metamorfosis en DQ, sigue el Teatro, y el Discurso de las


Armas y las Letras"
Otro excelente capítulo, con varios temas. Mientras Sancho abatido
entra a contar las noticias a DQ, el perspicaz cura avisa a Fernando y
Luscinda sobre la particularidad de DQ y la historia armada de la reina
Micomicona. Fernando acepta seguir el juego hasta llevar a casa al
caballero. Sancho le dice a DQ que la reina resultó siendo una tal
Dorotea y que el gigante que había matado era una gran despensa de
vino tinto, y la cabeza cortada era la puta madre que le parió. DQ dice
que se calme, se alista con armadura y todo y sale para conocer la
situación. Se dirige inmediatamente a Dorotea, pidiendo explicaciones.
Dorotea en su mismo lenguaje adornado le contesta aclarando que sigue
siendo la misma, con el mismo objetivo para su ayuda. DQ se enojó con
Sancho por sus mentiras y se disculpó. Sancho viendo que todo había
vuelto a ser como antes, estuvo tranquilo. El teatro continua y con más
actores. Luego intervino Fernando, en el mismo lenguaje alabando la
figura de DQ y ansioso de ver sus hazañas. Fueron interrumpidos por
nuevos visitantes a la venta, un hombre y una mujer con rostro cubierto
y con la impresión de ser cristianos recién venidos de tierra de moros. El
cautivo y Zoraida, ella una bella mora, que al quitarse el velo
deslumbró con su belleza. Todos se sentaron en la mesa, y fue DQ quien
tomó la palabra. Da inicio a un magistral discurso, lúcido, político,
social y humanista sobre las armas (guerra) y las letras y la paz. "¿cuál
de los vivientes habrá en el mundo que ahora por la puerta de este
castillo entrara y de la suerte que estamos nos viere, que juzgue y crea
que nosotros somos quien somos?".
"Es el fin y paradero de las letras (no las literarias sino la de la
justicia), entender y hacer que las buenas leyes se guarden. Fin por
cierto generoso y alto y digno de grande alabanza, pero no de tanta
como merece aquel a que las armas atienden, las cuales tienen por
objeto y fin la paz, que es el mayor bien que los hombres pueden
desear en esta vida"
Hablando con tanta lucidez, todos en la mesa no pensaron en que era
loco, sino que lo escucharon atentos y con respeto. DQ siguió su
discurso.
"Esta paz es el verdadero fin de la guerra, que es lo mismo decir armas
que guerra. Prosupuesta, pues, esta verdad, que el fin de la guerra es la
paz, y que en esto hace ventaja al fin de las letras, vengamos ahora a
los trabajos del cuerpo del letrado y a los del profesor de las armas, y
véase cuáles son mayores".
Siguió hablando de la pobreza y su mal... y termina el capítulo con una
comparación entre los más pobres y la condición afortunada de quienes
gobiernan... y sobre el trabajo de los guerreros. Que conoceremos como
sigue el discurso en el próximo capítulo.

(D.Q 1.37) #Cervantes2018

Las metamorfosis, como las de #Ovidio2018 es el cambio de Dorotea


nuevamente a la princesa Micomicona. Y la constante metamorfosis de
todos los actores de este teatro, su suma cada vez más
protagonistas. (A.S.B)

#Cervantes2018
Día 39: Sigue DQ en su Discurso de las Armas y las Letras. La
comparación entre el joven estudiante y el joven soldado. Las
dificultades que los acechan desde el inicio de sus vidas productivas
hasta cuando se graduan de dicho oficio. La diferencia entre el nivel de
riesgo y la remuneración de cada uno.
"¿cuán menos son los premiados por la guerra que los que han perecido
en ella?"
Este análisis sobre la condición de lo jóvenes en la guerra le es muy
cercano a Cervantes, quien siendo muy joven aún, junto con su hermano
menor, Rodrigo, militaron en 1571 en Italia, en la compañía de Diego de
Urbina. Y el 7 de Octubre de ese año participa en la batalla de Lepanto,
donde es herido en el pecho y en la mano izquierda.
También en su discurso DQ que sin las letras no se pueden sustentar las
armas, porque la guerra también tiene leyes y están sujetas a ellas, y
que las leyes caen debajo de lo que son letras y letrados. Con las armas
se defienden las repúblicas, se conservan reinos, se guardan ciudades,
se aseguran caminos, de despejan los mares de corsarios... y si no fuese
por las letras, todas las anteriores estarían sujetas a la confusión que
trae consigo la guerra. A la vez maldice al inventor de las armas, que
debe estar en el infierno. Y como un inocente es cortado en un instante,
en su pensamiento y vida, por una vil bala. Al final se refiere a su
condición de caballero andante, y haber tomado el oficio en edad tan
tardía en los tiempos que vivían, porque aunque el miedo no lo
albergaba, todavía le ponía en recelo pensar que la pólvora y el estaño
(material balas) le han de quitar la vida en su empresa. En esta parte es
bueno recordar que la aparición de las armas de fuego marcó un declive
en la caballería y de forma paralela con profundos cambios en las
estructuras sociales. La destreza y el valor de los caballeros nada podían
hacer frente a la nueva artillería.
Luego de terminar el discurso, todos seguían sorprendidos y
maravillados por el entendimiento y la sabiduría de DQ, que ni habían
probado bocado alguno. El cura dijo que estaba de acuerdo en todo lo
manifestado. Fernando rogó al cautivo que les contara su historia,
aprovechando ese ocasión de reunión especial, y luego de tan inspirador
discurso. El cautivo inició su historia, que seguirá en el próximo
capítulo.

(D.Q 1.38) #Cervantes2018

Día 40: En el capítulo donde inicia la historia del cautivo. En este


capítulo Cervantes mezcla la historia con la ficción, y con su misma
biografía, ya que hace referencia a su propia vida, cuando fue soldado,
en la referencia al capitán Diego de Urbina, que como comenté en el
capítulo anterior era el capitán en Lepanto. Pero antes de empezar con
todos estos detalles históricos y la experiencia de guerra, el cautivo
inicia con una particular historia, donde su padre tenía 3 hijos, ya todos
en edad de hacer su propia vida. Por lo que decidió vender su hacienda
y dividir en 4 partes iguales los beneficios, 3 para sus hijos y uno para
él, para que cada uno hiciese su vida, pero siguiendo los caminos que él
les diría. Se los hizo saber a través de un refrán: "Iglesia o mar o casa
real" (Quien quisiere valer y ser rico siga o a la Iglesia o navegue,
ejercitando el arte de la mercancía, o entre a servir a los reyes en sus
casas). Y así lo hicieron, el cultivo, que era el mayo, decidió el ejercicio
de las armas, sirviendo a su padre, a Dios y al Rey. El segundo hermano
se fue a las Indias. Y el tercero, el menor, siguió a la Iglesia. Así
continuó su historia, saliendo hacia Alicante, luego a Génova, y desde
allí a Milán, donde se acomodó a las armas. Habla un poco de historia,
los dominios de los turcos, las flotas, la batalla de Lepanto, del famoso
corsario Barbarroja, entre otros más. Dentro de la historia, hace
mención al final del capítulo del único personaje ficticio: Pedro de
Aguilar, quien se encontraba en el fuerte en Túnez, y era hábil en la
poesía. El tal Pedro resultó siendo hermano de uno de los hombres de
Don Fernando, quien confirmó que se encontraba bien. El cultivo pensó
en recitar algunos de sus poemas, que se aprendió de memoria, como la
Goleta, pero le pasó el honor a su hermano.

(D.Q 1.39) #Cervantes2018

Día 41: Sigue la historia del cautivo. En este, el hombre de Fernando


recita el poema de la Goleta, de su hermano Pedro de Aguilar:
Almas dichosas, que del mortal velo
libres y exentas, por el bien que obrastes,
desde la baja tierra os levantastes
a lo más alto y lo mejor del cielo...
El cautivo siguió la historia luego de que recitara también el soneto del
Fuerte... Cervantes continúa la exploración histórica hablando sobre
Argel, los moros y cristianos, y hace una mención en esta parte de la
historia a un soldado español, un tal Saavedra (nuevamente Cervante
incluyéndose en la historia). Dentro de la historia inicia la lectura de
unos papeles, y también introduce por primera vez a su dama
acompañante, Zoraida, a la historia. Nos habla de los amores entre una
princesa mora y un cristiano cautivo, que era un tema utilizado en las
leyendas medievales en España. El mismo Cervantes estuvo preso junto
a una casa donde residía la hija de Agimorato, personaje histórico que
aparece en Los Baños de Argel, donde Cervantes vuelve a mezclar los
datos reales, con rumores y elementos novelescos de ficción. Y siguió en
la historia en cómo conoció y terminó ayudando a Zoraida. Fue cuando
encontró dineros y un papel con un mensaje escrito en árabe con una
gran cruz al final. El cautivo le pidió a un amigo de Murcia quien
entendía el árabe a que lo tradujera. El mensaje era de una mujer mora
que decía que cuando era niña, su padre tenía a una esclava cristiana
que le enseñó a rezar. La mujer era Zoraida y le dije que le iba a enviar
dinero suficiente para comprar su libertad y escapasen. La historia
seguirá en el próximo capítulo.

(D.Q 1.40) #Cervantes2018


Día 42: En este capítulo sigue y finaliza la historia del cautivo. Cuenta
cómo consiguió la libertad gracias a Zoraida, hija de Agimorato, hombre
rico, y obsesionada con ser cristiana y la virgen María. Zoraida, muy
hermosa, también se enamora del cautivo, quien promete liberarla a
ella también de su padre y escapar a tierra cristiana. Cuando están
apunto de partir, el padre los descubre, por lo que deben amordazarlo y
llevarlo con ellos parte del camino. Trata de convencer a su hija de
dejarles el dinero y volver con él, pero ella se niega y aferra al cautivo.
En el camino los asaltan unos corsarios, quienes le roban el dinero. Y
finalmente llegan a España, donde se dividieron y el cautivo partió con
Zoraida? Y el dinero que les habían dejado los corsarios, camino de
vuelta la casa de su padre. El cautivo vuelve con su padre, mientras
Zoraida escapa del suyo. Y termina su historia, disculpando por
extenderse.

(D.Q 1.41) #Cervantes2018

Día 43: Luego de la historia del cautivo, todos quedaron complacidos, y


Don Fernando ofreció su ayuda. El cautivo agradeció pero no aceptó
ningún ofrecimiento. Esa misma noche llegaron nuevos huéspedes. La
ventera dijo que no había espacio para nadie más, pero los hombres
dijeron que al menos encontraran espacio para el señor oidor
(juez/magistrado) que los acompañaba. Los venteros inmediatamente
pusieron a disposición hasta sus propios aposentos para el letrado. El
oidor llevaba a su pequeña hija con él. DQ los recibió con un gran
discurso, sobre la bienvenida a las armas y las letras (en relación a su
anterior discurso), y más cuando era acompañada de la belleza. El
cautivo vio al oidor de lejos y su corazón dio saltos. Preguntó a uno de
los criados el nombre del oidor, y le dijeron que era el licenciado Juan
Pérez de Viedma, quien era de las montañas de León. El cautivo
confirmó sus corazonadas, era uno de sus hermanos, el que había
seguido las Letras, por consejo del padre. El cautivo le contó al cura y a
Cardenio la noticia, y dijo que temía de cómo lo recibiría su hermano al
verlo en su estado. El cura se ofreció a servir de intermediario, y dijo
que se escondiera hasta que él le avisase. Fueron todos a cenar, menos
el cultivo y Zoraida, que estaba con las damas y la niña. Así fue como el
cura inventó una historia donde se había encontrado a valiente capitán
cautivo de nombre, Ruy Pérez de Viedma, natural de las montañas de
León. Y contó toda la historia que les había contado el cautivo, y
haciendo mención a la historia del padre que dividió su hacienda y la
repartió a sus hijos, habiendo Ruy elegido las armas y la guerra. Cuando
terminó la historia, el oidor reconoció a ese cautivo como su hermano
mayor, y expresó su felicidad y nostalgia por saber de él, y de cómo su
otro hermano, vivía en el Perú, como un hombre rico, y su padre se
encontraba bien pero extrañando noticias de su hijo mayor. En ese
momento el cura pidió a Ruy que entrase y fue a abrazarse con su
hermano. DQ miraba la emotiva escena en silencio, atribuyendo todo a
la quimera de la andante caballería. Los hermanos se pusieron al día, y
acordaron que se devolverían juntos a Sevilla, donde avisarían las
noticias al padre, y que llegase a tiempo a la boda y bautizo de Zoraida.
El oidor debía seguir su camino para servir como oidor en la Nueva
España. DQ se ofreció a prestar guardia afueras del castillo/venta.
Cuando todos dormían escucharon una bella voz cantar. Dorotea y
Cardenio se levantaron a escuchar, y escucharon lo que se conocerá en
el próximo capítulo.

(D.Q 1.42) #Cervantes2018

Día 44: Dorotea encantada por la voz cantante despertó a la niña Clara,
la hija del Oidor, para que escuchase. Al Clara escuchar la voz, lamentó
que la hubiesen despertado para escuchar a ese desdichado músico.
Dorotea dijo que era el mozo de mulas, y Clara dijo que no, que era un
señor de lugares (noble con jurisdicción sobre aldea), que estaba
enamorado de ella y la había seguido en todo su camino. Y luego de
escuchar otro canto del enamorado, le pidió que le contara su historia.
Clara se acercó al oído de Dorotea para que nadie más escuchase su
historia. Contó que el padre del músico era un caballero de Aragón, que
vivían cerca de su casa. El joven apenas la vio se enamoró de ella y
hasta desde su ventana se lo hacía saber. Hasta que la convenció. Y
mantuvieron su comunicación desde lejos, sin nunca haber estado cerca
el uno del otro ni cruzado palabra. Cuando al padre de Clara le tocó
partir, ella no pudo avisarle. Pero a los dos días de partir, vio al joven a
las afueras de una posada vestido como mozo de ventas. Y la iba
siguiendo en su camino, incluso abandonando a su rico padre. Dorotea
dijo que dejara todo en sus manos, que ella trataría la mañana siguiente
de intervenir a su favor. Dorotea se reía de cómo se expresaba y
hablaba Clara. Mientras tanto, DQ hacia la guarda sobre Rocinante, y
Maritornes y la hija del ventero lo veían con la intención de hacerle una
broma. Mientras DQ hablaba en la noche a su Dulcinea de Toboso, las
mujeres le hablaron en la oscuridad llamando su atención. Pidiendo que
les diera tan siquiera la mano. DQ le alargó su mano y ellas lo
amarraron, dejándolo apresado en plena noche. Al amanecer,
escucharon la llegada de 4 hombres a caballo, quienes mantuvieron
intercambio con DQ amarrado, hasta que Rocinante se movió y DQ
quedó tendido separado a pocos centímetros del piso.

(D.Q 1.43) #Cervantes2018

Día 45: Todos asistieron a los gritos de DQ, y la Maritornes fue


enseguida a soltarlo de la cuerda. DQ empezó a hablar y los nuevos
caminantes estaban confundidos por lo que decía. El ventero les dijo
que no le prestaran atención. Los caminantes preguntaron si habían
visto a un joven de 15 años vestido de mozo de mulas. El ventero dijo
que no, pero los hombres que acompañaban al oidor dijeron que si lo
habían visto. Los caminante hallaron al mozo, que llamaron Don Luis, y
trataron de llevarlo a la fuerza con ellos, eran criados de su padre.
Dorotea y Clara contaron a Cardenio sobre quien era Don Luis, y
Cardenio les dijo que fueran a sus aposentos que él se encargaría.
Dentro de la venta los criados intentaban convencer a Don Luis que
fuera con ellos, ante la negativa de éste. El oidor intervino, y enseguida
los criados le preguntaron si no reconocía al hijo de su vecino. El oidor
se dirigió a Don Luis, preguntando sobre su actitud, y enseguida le
confesó su amor por su hija Clara. Mientras tanto, aprovechando el caos
en la venta, varios huéspedes intentaron salir sin pagar, pero el ventero
los retuvo, aunque algunos lo enfrentaron y pelearon con él. Maritornes
solicitó la ayuda de DQ, que se encontraba escuchando la disputa por
Don Luis. DQ sacó excusas, que necesitaba la autorización de la princesa
Micomicona, o que sería su escudero quien debía enfrentar esta
situación. En ese momento, Cervantes se hace presente en la narración
y dice: "Pero dejémosle aquí, que no faltará quien le socorra, o si no,
sufra y calle el que se atreve a más de a lo que sus fuerzas le prometen,
y volvámonos atrás 50 pasos, a ver qué fue lo que Don Luis respondió al
oidor".
Don Luis confiesa su amor y pide la mano de Clara. El oidor sorprendido,
dijo que debía pensarlo, pero pensó en la buena fortuna del joven.
Mientras tanto, del otro lado, inició un pleito por el yelmo y la albarda,
que el barbero había encontrado en posesión de Sancho en el establo, y
los acusó de ladrones de caminos. Sancho ofendido confrontó al barbero
ante la mirada orgullosa de DQ, quien finalmente intervino, recordando
como lo habían obtenido en una aventura en buena guerra. Y
continuaron la discusión... porque el barbero parecía ser el mismo
asaltado capítulos atrás...

(D.Q 1.44) #Cervantes2018

Día 46: Continúa el pleito del Yelmo y la Albarada, con los cuadrilleros
y el barbero asaltado. Todos inician una discusión sobre si el Yelmo era
en realidad Yelmo o bacía, y la albarada en realidad jaez de caballo.
Los amigos de DQ, animados por el barbero y el cura, se ponen de
acuerdo para darle la razón, en un nuevo teatro. Mientras los
cuadrilleros y los que no conocían la historia de DQ, como Don Luis y sus
criados no podían entender la situación. Uno de los cuadrilleros se
reafirmó en su posición de llamar mentiroso a DQ, y éste se le lanzó con
su lanza, y todos empezaron a pelear en la venta. Unos contra otros,
como en la aventura pasada. El ventero, miembro de la Santa
Hermandad, fue a buscar su vara y pidió orden, y dictaminó para paz de
todos que todo era como DQ lo veía: la bacía, Yelmo. La albarada si fue
jaez. Y la venta, en castillo. Don Luis convino con sus criados y Don
Fernando, que tres fueran a darle noticias a su padre, mientras uno lo
acompañaría hacia donde Don Fernando, que lo acogería. Mientras uno
de los cuadrilleros recordó que entre algunas órdenes que llevaba para
prender a delincuentes, había una orden contra DQ, a quien la Santa
Hermandad había mandado a prender por dar libertad a los galeotes.
Todos revisaron el papel y vieron que era verdad. Los cuadrilleros
pidieron darle prisión a aquel robador de caminos, a lo que DQ
respondió con otro discurso sobre su papel como caballero andante, y
pidió el nombre del que firmó la orden.

(D.Q 1.45) #Cervantes2018

Día 47: Mientras DQ seguía en su discurso, el cura intentaba convencer


a los cuadrilleros de la falta de juicio de DQ. El cura logró apaciguarlos
y a la vez resolvió el conflicto entre el otro barbero y Sancho, pagando 8
reales por la bacía (Yelmo). Los criados de Don Luis aceptaron la
propuesta de Don Fernando. Zoraida no entendía mucho de lo que
pasaba, pero se alegraba de ver a su amado Ruy. Por un momento, todo
fue felicidad en la venta, y todos estaban contentos. Hasta el ventero,
que recibió el pago por los daños pasados de DQ, por parte de Don
Fernando y el Oidor que se ofrecieron. Pero ante tanta felicidad, DQ
pensó que ya era tiempo de partir y seguir la aventura, e incitó a
Dorotea a continuar para cumplir su promesa. Sancho saltó, y como
buen escudero dijo que era absurdo seguir con la farsa, porque la tal
Dorotea no era princesa alguna, y la había visto besarse a escondidas
con Don Fernando. DQ lo reprendió y se disculpó con Dorotea, quien le
siguió el juego. Pero todos intermediaron para que hiciese las pases con
Sancho. Pasaron dos días más felices en la venta y Don Fernando,
Dorotea, el cura y el barbero idearon un plan para ayudar a DQ volver a
su casa y le curasen la locura. Hicieron una jaula donde cupiese DQ, y
luego todos se disfrazaron. Mientras DQ dormía lo tomaron a la fuerza y
lo amarraron, mientras Sancho observaba a lo lejos. El barbero amigo le
dio ánimos a DQ, de que era por su bien, y se casaría con su Dulcinea, y
Sancho recibiría su pago y promesas, como una profecía. DQ se quedó
también en la expectativa, esperando a donde iba a parar su destino, y
le dijo al profeta disfrazado, que pidiese al sabio encantador que no le
dejase perecer en esa prisión donde lo llevaban, hasta cumplir todas
esas promesas. Y con respecto a Sancho, que nunca le dejaría en mala
suerte, porque ya se encontraba en su testamento. Sancho se acercó y
le besó las manos atadas a su amo. Luego, los disfrazados alzaron la
jaula en sus hombros y la acomodaron en el carro de los bueyes.

(D.Q 1.46) #Cervantes2018

Día 48: DQ enjaulado y confundido se lamentaba de su situación, y


preguntó a Sancho qué pensaba. Sancho dijo que no era sabido de las
escrituras andantes, pero afirmaba que esas personas no debían ser muy
católicas, especialmente por el olor de piedra azufre y otros malos
olores, aunque uno en particular olía a ámbar (se refería a Don
Fernando). Todos los enmascarados se asustaron porque vieron que
Sancho estaba cerca de descubrirlos. Entonces ordenaron que Sancho
subiera a su mula y llevara a Rocinante, para alejarlo. Salieron de la
venta, se despidieron prometiendo escribirse y partieron por su camino.
El ventero le dio al cura los papeles del Curioso Impertinente y uno que
decía Novela de Rinconete y Cortadillo (obra de Cervantes). Iban el cura
y el barbero con sus máscaras en una caravana: primero el carro donde
iba enjaulado DQ, a los lados los cuadrilleros, luego Sancho sobre su
asno y Rocinante, y al final el cura y el barbero. Cuando se disponían a
descansar, vieron a lo lejos acercarse 6 o 7 hombres a caballo. Quienes
se acercaron a los cuadrilleros preguntando por qué llevaban enjaulado
a ese hombre. DQ preguntó que si eran versados en la caballería
andante, les contaría sus penas. Sino, no perdería el tiempo explicando.
El cura y el barbero se adelantaron a hablar a los hombres. Uno de los
hombres, canónigo de Toledo, dijo que sabía de libros de caballería. DQ
explicó que iba encantado en esa jaula por envidia y fraude de malos
encantadores. El cura inmediatamente siguió la corriente diciendo que
no iba enjaulado por castigo sino por protección, y los presentó como el
caballero de la Triste Figura. Sancho se acercó y dejó en evidencia y al
descubierto las identidades del cura y el barbero, y a cada uno les cantó
su tabla, jeje. Ninguno fue capaz de rebatir a Sancho, pero el cura pidió
a los hombres que le acmpañaran para contarles al detalle el problema
de DQ, que empezó con los libros de caballería. El canónigo pareció
comprenderle, y siguió con un largo discurso sobre los libros de
caballería, entre ellos menciona algo muy importante, especialmente
en el estilo de Cervantes: la literatura busca provocar el interés del
lector con ficciones sorprendentes e incluso maravillosas, pero
manteniéndolas en el terreno de lo razonable, de modo que vayan de la
mano la fantasía y la verosimilitud. Además de las virtudes de la
lectura. En el próximo capítulo seguirá su disertación sobre los libros de
caballería.

(D.Q 1.47) #Cervantes2018

Día 49: Sigue la conversación entre el canónigo y el cura sobre los libros
de caballería. Disertaciones muy interesantes sobre historia, filosofía y
teoría literaria, que reflejan también al Cervantes sesudo y gran crítico.
Hablan de la comedia, de la prosa y el verso, y de lo que ya se había
tratado anteriormente del auge de la ficción, en tiempos donde todo lo
que se escribía debía llevar sello verídico. "Si estas que ahora se usan,
así las imaginadas como las de historia, todas o las más son conocidos
disparates y cosas que no llevan pies ni cabeza, y, con todo eso, el
vulgo las oye con gusto, y las tiene y las aprueba por buenas, estando
tan lejos de serlo, y los autores que las componen y los actores que las
representan dicen que así han de ser, porque así las quiere el vulgo, y
no de otra manera, y que las que llevan traza y siguen la fábula como el
arte pide no sirven sino para cuatro discretos que las entienden, y todos
los demás se quedan ayunos de entender su artificio..." también
enumeran otras obras dramáticas y comedias, hasta otra obra del mismo
Cervantes. Se habla de la intención de Cervantes, como otros escritores
de su generación, de crear un género de teatro popular, que a la vez
tuviese la perspectiva clásica de la Poética de Aristóteles. "Entró luego
el monstruo de naturaleza, el gran Lope de Vega, y alzose con la
monarquía cómica" (Cervantes)
Y así prosiguen la tan interesante disertación hasta que deciden parar a
descansar. Decidieron unir camino y descansar juntos ambas caravanas,
mientras seguían hablando. Sancho aprovecha y se acerca a DQ para
contarle lo que estaba pasando, y que los que los llevaban eran sus
conocidos, el cura y el barbero. DQ siguió imaginando que quizás los
espectros habían adquirido identidades conocidas. Así que Sancho le
dijo que le iba a hacer una pregunta para comprobar que no mentía. Y
le preguntó si en la jaula no le habían dado ganas de hacer aguas
mayores y menores. DQ dijo que si, y en ese momento tenía ganas, y
pidió que lo sacara de ese peligro porque ya no andaba todo limpio.

(D.Q 1.48) #Cervantes2018

Día 50: Sancho discute con DQ sobre su estado de encantamiento,


tratando de convencerlo de la mentira, y DQ, como siempre, responde
con una plena consciencia de su condición: "Yo sé y tengo para mí que
voy encantado, y eso me basta para la seguridad de mi conciencia, que
la formaría muy grande si yo pensase que no estaba encantado y me
dejase estar en esta jaula perezoso y cobarde, defraudando el socorro
que podría dar a muchos menesterosos y necesitados que de mi ayuda y
amparo deben tener a la hora de ahora precisa y extrema necesidad".
Sancho pide al cura y al canónigo que dejen salir a DQ para hacer sus
necesidades. El cura desconfiado pensando que la huída, pero el
canónigo acepta y pide su palabra de caballero. El canónigo miraba
admirado a DQ, porque se expresaba muy bien, y le preguntó
directamente sobre si los libros de caballería le afectaron el juicio. Y en
su larga intervención le dice que leyera mejor gestas reales e históricas,
y menciona distintos ejemplos. DQ le responde que está equivocado, y
en otra extensa réplica le explica las bases históricas de cada una de la
a historias de caballería. El canónigo terminó admirado de escuchar la
mezcla de verdades y mentiras de DQ... y siguieron discutiendo sobre
ficción y realidad.

(D.Q 1.49) #Cervantes2018


Día 51: Siguió la charla y los discursos de DQ y el canónigo entorno a los
libros de caballería. DQ seguía en su intervención, demostrando la
importancia y verosimilitud de los libros y sus historias. Termina
haciendo preguntas al canónigo, y recomendado que lea y disfrute de
los libros de caballería, que han de causar gusto y maravilla a quien los
leyere, y destierran la melancolía, si acaso la tiene. Y dijo que él era un
caballero andante valiente, comedido, liberal, bien criado, generoso,
cortés, atrevido, blando, paciente, sufridor de trabajo, de prisiones y
de encantos, como el que lo tenía en esa jaula. Pero que sólo esperaba
que cuando la fortuna le alcanzase pudiera hacer bien a sus amigos,
especialmente a Sancho, el mejor escudero, y el mejor hombre del
mundo, dijo DQ. Y hablaron de cómo gobernaría. El canónigo quedó
impresionado al escucharlos hablar. Y llegaron los criados del canónigo
con provisiones, y se sentaron todos a descansar y comer. De repente
escucharon un ruido entre los arbustos, y se asomó una bella cabra de
piel manchada, y detrás de ella venía un Cabrero rogando que
regresara. Y cuando la alcanzó la tomó por los cuernos y la insultó. El
canónigo le dijo que no tuviese prisa, y se sentase a comer con ellos
mientras esperaba a la cabra, que seguro regresaría con él. El Cabrero
aceptó y se disculpó por sus malas palabras y tratos. El cura lo disculpó
diciendo, que ya sabía de experiencia que los montes crían letrados y
las cabañas de pastores encierran filósofos. El Cabrero agradeció y para
comprobar que lo dicho por el cura era cierto, dijo que le contaría una
historia. DQ contento se acomodó a escuchar. Sancho sacó el cuerpo y
dijo que iba a comer a otro lado. Y todos los demás se acomodaron. El
Cabrero dio dos palmadas a la cabra, diciendo que se recostara junto a
él, que tenían tiempo antes de volver. La cabra como si le hubiese
entendido se tendió junto a su dueño mirándole al rostro, dando a
entender que estaba atenta.

(D.Q 1.50) #Cervantes2018

Día 52: El Cabrero contó su historia, de un labrador muy honrado que


tenía una hija muy bella, que a la vez tenía muchos pretendientes.
Muchos pidieron su mano, entre ellos el Cabrero, que tenía credenciales
para ser el elegido: ser del mismo pueblo, en edad floreciente, limpio
de sangre con hacienda rica y mucho ingenio. Pero también se presentó
otro candidato del mismo pueblo. El padre estaba confuso entre los dos
candidatos, y le dejó la decisión final a su propia hija, Leandra. Algo no
muy habitual de la época, dejar a la mujer escoger. Anselmo se llamaba
el contrincante, y nuestro Cabrero, Eugenio. En ese mismo tiempo llegó
al pueblo un tal Vicente de la Roca, hijo de un pobre labrador del
mismo lugar, que venía de Italia de ser soldado. Con sus coloridos trajes
militares, y su habilidad como músico y en tocar la guitarra, atrajo la
atención de Leandra. Un día Leandra desapareció con el soldado, y su
padre y sus pretendientes se alarmaron y salieron con una cuadrilla en
su búsqueda. Hasta que encontraron a Leandra en una cueva, desnuda
en camisa, y sin el dinero y las joyas que había sacado de casa. Contó
después, que el soldado había prometido se casaría con ella y la llevaría
a Italia. Ella engañada se le entregó totalmente. Su padre la
desapareció y encerró en un monasterio. Los dos pretendientes tristes,
pero finalmente decidieron trasladarse al valle a apacentar ovejas y
cabras, y pasan la vida entre los árboles desahogando sus pasiones y
cantando a la hermosa Leandra. Entonces el Cabrero explicó, por eso
insultaba a su cabra por ser una hembra, por la sombra de Leandra, que
le dejó mala imagen de las féminas. Y terminó su historia.

(D.Q 1.51) #Cervantes2018

Día 53: El Cabrero terminó su historia a los presentes, a quienes les


gustó mucho. DQ le ofreció sus servicios para deshacer agravios y
encantamientos. El cabrero preguntó si el hombre estaba mal de la
cabeza, y DQ enojado se lanzó sobre él. Insultos y golpes venían de lado
y lado, los demás sólo se reían de verlos. Sancho era el único
preocupado en ayudar a su amo, pero uno de los criados del canónigo no
lo dejaban. De repente escucharon una trompeta y un grupo que se
acercaba. DQ le pidió al Cabrero tregua porque se avecinaba una nueva
aventura. Montó a Rocinante y se prestó a atacar a los intrusos, que
traían cautiva a una doncella. Sancho intentó contenerlo, y le dijo que
era una procesión de disciplinantes, y que esa señora que veía era la
misma Virgen. DQ llegó ante los disciplinantes y se enfrentó con uno de
ellos que salió a su encuentro amenazante, tirando a DQ al piso. Sancho
corrió a ver a su amo y creyéndolo muerto lloró y se lamentó. DQ se
despertó y pidió a su escudero que lo ayudase a levantar. Sancho
advirtió que lo ayudaría, pero deberían volver a casa en compañía del
cura y el barbero, y luego de reponerse harían otra salida de más
provecho y fama. DQ aceptó. La caravana se armó de nuevo, y así
llegaron finalmente a la aldea de DQ. Toda la gente se los quedaba
mirando, y el ama y la sobrina de DQ lloraron por su regreso, y la esposa
de Sancho también salió a recibirlo, preguntando por qué regalos le
había traído. Sancho describió a Juana, las virtudes de ser escudero de
caballero andante, las desventuras y aventuras, los paisajes, y que la
recompensa vendría en la nueva aventura. Mientras a DQ lo acostaron
en su antiguo lecho, y el cura recomendaba a sus cuidadoras que no
dejasen que se volviera a escapar, luego del drama para traerle. Ellas
volvieron a renegar de esos malditos libros de caballería, y temieron de
cuando el abatido mejorara. Cervantes finaliza la primera parte del
Quijote, con referencias a su narrador, el autor, que según buscó lo que
DQ hizo en su tercera aventura pero no la había podido encontrar.
Aunque un antiguo médico había hallado en los cimientos derribados de
una antigua ermita unos pergaminos con letras góticas. En ellos se
describían nuevas hazañas de DQ, daban noticia de Dulcinea del Toboso,
de Rocinante, de la fidelidad de Sancho y la sepultura del mismo DQ.
Las primeras palabras que encontraron en dichos pergaminos eran
éstas... acá se hace una nueva introducción con poemas, epitafios y
sonetos, en referencia a cada personaje. En el epitafio de DQ, se
menciona a Argamasilla, como aquel lugar de la Mancha, y en referencia
también a la famosa 2da parte del Quijote apócrifo de Avellaneda. Y se
menciona también un epitafio en honor a Dulcinea.
Estos versos y pergaminos fueron entregados a un académico para que
los sacase a la luz. La tercera aventura de DQ.

"Forse altro canterà con miglior plectro" (Quizás otro cantará con mejor
plectro)
Finis (Fin)

El final de la obra de 1605, da claramente una luz y anuncio explícito


narrar en un nuevo volumen la 3ra salida de DQ. La cita final de Ariosto,
es una pista, y no un estímulo, como se interpretó, para las tantas
versiones falsas que salieron de esta segunda parte por otros escritores,
entre ellos la más famosa: El Quijote falso y continuación apócrifa,
firmada por el misterioso Alonso Fernández de Avellaneda.

(D.Q 1.52) #Cervantes2018

FIN PARTE 1
EL INGENIOSO HIDALGO DON QUIJOTE DE LA MANCHA

MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA

PARTE 2

(10 años)
PARTE 2
Día 54: 10 años después de publicada la 1ra parte (1605), llega la 2da
parte en el 1615, con la polémica de la 2da parte apócrifa de
Avellaneda, publicada un año antes (1614). Cervantes se despacha en la
introducción y prólogo de su original 2da parte. Como iniciaba su 1ra
parte, también observamos en la 2da, los textos de la Tasa, y los
permisos y aprobaciones eclesiásticas de la época, que enfrentaban
cada texto publicado. Y en uno de esos menciona el Licenciado Márquez
Torres, amigo de Cervantes, la anécdota con el embajador de Francia,
quien le preguntó sobre los libros de ingenio que tenían más éxitos. Y
apenas el licenciado mencionó a Cervantes, lo reconocieron por Galatea
y las Novelas. Le preguntaron por el escritor, y él respondió que era
viejo, soldado, hidalgo y pobre. Uno respondió: "¿Pues a tal hombre no
le tiene España muy rico y sustentado del erario público?", y otro
respondió: "Si necesidad le ha de obligar escribir, plega a Dios que
nunca tenga abundancia, para que con sus obras, siendo él pobre, haga
rico a todo el mundo". (Se dice que Cervantes participó en esta
redacción). Además del texto del Rey. En el Prólogo al Lector,
Cervantes inicia y mantiene una constante diatriba contra la 2da parte
apócrifa de Avellaneda, quien además en su edición y prólogo dedica
insultos a Cervantes. Se refiere a cada adjetivo y frase, y al indagar
sobre la posible identidad del tal Avellaneda, alude a Lope de Vega, que
era familiar del Santo Oficio. Y a continuación relata dos pequeños
cuentos, donde ambienta y responde a los que piensan que es poco
trabajo hacer un libro. Agradece al incondicional Conde de Lemos, que
lo patrocinó en su oficio siempre, y le hace dedicatoria final, donde
comenta otra graciosa anécdota donde el Emperador de China le
manifiesta por carta su interés de enseñar el español en su país, y de
que lean el Quijote. Y finaliza diciendo, y para poner punto final a otros
usurpadores, que en esta 2da parte ofrece la misma esencia y calidad
de la 1ra, y nos da un Quijote ampliado... Y finalmente muerto y
sepultado, para que nadie se atreva a levantarle nuevos testimonios.
Cervantes nos da spoiler de su personaje principal. Y cierra diciendo
que esperemos a Persiles (se publica en 1616, un 19 de abril, 4 días
antes de su muerte), y la 2da parte de la Galatea (no la logró hacer).
¡Que empiece la 2da parte del verdadero y único Quijote! El del gran
Cervantes.

(D.Q 2.1) #Cervantes2018


"Como casi es comedia toda la historia de don Quijote de la Mancha, no
puede ni debe ir sin prólogo; y así, sale al principio desta segunda parte
de sus hazañas éste, menos cacareado y agresor de sus letores que el
que a su primera parte puso Miguel de Cervantes Saavedra y más
humilde que el que segundó en sus Novelas, más satíricas que
ejemplares, si bien no poco ingeniosas".
(Prólogo del Quijote de Avellaneda)

Día 55: Cervantes inicia oficialmente su 2da parte y 3ra salida de DQ,
haciendo mención al narrador y su versión, Cide Hamete Benengeli. El
cura y el barbero estuvieron casi un mes sin ver a DQ, para no
recordarle las viejas aventuras, pero visitaban a su sobrina, quien les
decía que su tío había recobrado el juicio. Finalmente decidieron
visitarlo, y todo transcurría normalmente hasta que el cura para probar
el juicio de DQ decidió preguntarle sobre política y un posible ataque de
el Turco. DQ mencionó que su majestad debería una prevención, aunque
dudara que pensara en esa opción. El cura inmediatamente pensó que
seguía en alta cumbre de su locura hasta el profundo abismo de su
simplicidad. El barbero siguió indagando, que mencionara cual
prevención. Al inicio DQ no quería decir, pero finalmente mencionó a
reunir a todos los caballeros andantes que vagan por España. La sobrina
se lamentó de escucharlo. Y DQ dijo que había de morir como caballero
andante. Aprovechó el barbero para contarles un cuento sobre un loco
de Sevilla, en notable burla y ofensa a DQ. Al finalizarlo DQ lo insultó,
al atreverse a compararlo con tal personaje, y dijo que no se creían
ningún Júpiter o Neptuno, sino la preocupación por dar a entender el
error en no renovar los tiempos de la orden de la andante caballería. Y
sigue con un nuevo discurso en pro de la caballería. El cura intervino
posteriormente, diciendo que esos caballeros no existieron y eran mera
ficción. DQ como ya lo había hecho anteriormente, empezó a enumerar
las bases históricas de la caballería y sus personajes. El barbero
preguntó sobre el tamaño del gigante Morgante; y DQ le explicó la tesis
sobre las pistas de la existencia de gigantes, descubiertas por
investigadores. Siguieron preguntando a DQ, y éste les respondía con
lucidez y argumentos. Interrumpieron la charla porque escucharon y
acudieron a los gritos de la sobrina de DQ.

(D.Q 2.1) #Cervantes2018


Día 56: Cervantes inicia el 2do capítulo con el tradicional: "Cuenta la
historia...", típico de historias medievales y novelas caballerescas. Los
gritos de la sobrina y la ama eran contra Sancho, a quien no dejaban
entrar a ver a DQ, por distraer y sonsacar a su tío por esos andurriales.
Sancho les decía que el sonsacado era él, y que le debía una ínsula
prometida. El cura y el barbero escuchaban, pero DQ mandó a llamar a
Sancho y que lo dejasen pasar. El cura y el Cabrero salieron abatidos y
resignados, diciendo que en algún momento volvía a salir de aventuras.
Se fueron tranquilos, pensando que las damas escucharían la
conversación y luego les pondría al día. Estando en su aposento con
Sancho, DQ le dijo que le pesaba mucho que dijera que él lo había
sonsacado, si juntos habían partido y recorrido cada aventura. Pero dijo
que después hablarían de esos temas, por lo pronto DQ quería saber qué
se decía de él en el vulgo, en los hidalgos y los caballeros. Sobre su
valentía, sus hazañas y su empresa de resucitar la ya olvidada orden
caballeresca. Y que no omitiera detalle, aunque fuese malo. Sancho le
dijo que no tenía buenas noticias. Le dijo que a él lo tenían por
grandísimo loco, y a Sancho por mentecato. Los hidalgos, le
reprochaban el haberse puesto el "don" y caballero, sin que le
correspondiese. Y con respecto a la valentía y hazañas, variaban los
comentarios, unos que loco, otros valiente pero desgraciado, otros
cortés pero impertinente, etc. DQ no le dio importancia a tales
comentarios y le dijo a Sancho que todos los grandes hombres habían
sido difamados, desde Julio César hasta Alejandro Magno. Y preguntó
DQ, si había más. Sancho dijo que lo peor estaba por decir. Pero que
traería a otra persona para que se las contara, porque otro día el hijo
de Bartolomé Carrasco, Sansón, que viene de estudiar en Salamanca, le
dijo que ya su nombre andaba en libros, con el título de "Ingenioso
Hidalgo don Quijote de la Mancha", donde también aparecía Sancho,
Dulcinea y varias aventuras vividas por ellos, y Sancho no podía
entender cómo el historiador las habría conocido. DQ dijo que debía ser
un sabio encantador autor de su historia. Y Sancho dijo que Sansón le
reveló el nombre del autor, un tal Cide Hamete Berenjena! Nombre de
moro, dijo DQ. Y Sancho dijo que iría en búsqueda de Sansón, para que
él mismo contase los detalles.

(D.Q 2.2) #Cervantes2018

Día 57: Llegó Sancho a la casa de DQ con el joven bachiller Sansón


Carrasco, quien se refirió a DQ en alabanzas por su fama y sus hazañas,
plasmadas ya en libros. DQ le preguntó si era verdad que su historia
había sido contada por un moro sabio. Sansón confirmó y añadió, que
pensaba que debían estar impresos más de 12 mil libros, y distribuidas
por Portugal, Barcelona y Valencia, y al parecer en Amberes también.
DQ contento preguntó a Sansón cuáles aventuras suyas salían en el libro.
Sansón mencionó la de los molinos, la de los batanes, la de los carneros
confundidos con ejércitos, la del muerto que llevaban a Segovia, la
libertad de los galeotes, que aventajada a las otras historias, los
gigantes benitos y la del valeroso vizcaíno, hasta las cabriolas de Sancho
en la manta. DQ se adelantó a decir que no hay historia humana en el
mundo sin altibajos. Sansón mencionó que hay personas que dicen que
al autor se le olvidó mencionar los infortunios de palos recibidos por DQ.
DQ enseguida dijo que quizás lo callaron por equidad, pues hay acciones
que no aportan mucho a la historia. Y así lo habían hecho
anteriormente, porque no fue tan piadoso Eneas como Virgilio le pinta,
ni tan prudente Ulises como le describe Homero. También discutieron y
preguntaron sobre la descripción que hace el autor tanto de Sancho
como de DQ. Toda esta parte es magistral porque es la teoría literaria
en plena práctica y uso por medio de unos personajes. Y Sansón
mencionó que Sancho no era muy crédulo al creerse lo de la ínsula. DQ
dijo que aún tenían tiempo. También mencionaron la inclusión de la
historia del Curioso impertinente, que no tenía que ver con la historia
principal. Sansón también mencionó que la historia gusta a todos, a
niños, adultos, mozos y viejos. Tan trillada y leída que apenas alguien
ve a un rocín flaco, dicen: "Allí va Rocinante". (Esto fue real, y muestra
el gran impacto que tuvo en España la primera parte del Quijote de
1605).
DQ siguió mencionando la importancia de escribir historias, y para ello
es menester un gran juicio y maduro entendimiento. Aunque algunos no
lo hacen así sino que componen y arrojan libros como si fuesen
buñuelos. "No hay libro tan malo que no tenga algo bueno", dijo Sansón.
Sansón mencionó también que hay algunos detalles que no se
mencionan, como el ladrón que hurtó a Sancho, y también se olvidó
decir lo que hizo Sancho de aquellos 100 escudos de oro que encontró
en la maleta en Sierra Morena, que nunca más se nombran. Sancho dijo
que se tenía que ir donde su esposa, y luego regresaba a decirles lo que
quisieren sobre la perdida de su jumento y el gasto de los 100 escudos.
DQ invitó a Sansón a que lo acompañase a cenar y siguiese contando.
Hasta que Sancho regresó a retomar la plática.

(D.Q 2.3) #Cervantes2018


Día 58: Regresó Sancho a donde DQ y Sansón, y les contó lo sucedido
con su jumento y los 100 escudos. Con el jumento, dijo que fue hurtado
tras la aventura de los galeotes y la del difunto de Segovia, que
entraron a dormir entre una espesura, y al levantarse no lo encontró. Y
días después habían visto con la princesa Micomicona a su asno hurtado
y al vil Ginés de Pasamonte. Sansón le corrigió que eso no decía la
historia, sino que antes de ser robado el jumento dice el autor que iba a
caballo en el mismo rucio. Sancho dijo que el historiador se había
equivocado o se había engañado o sería error del impresor (en este
punto es bueno decir, que varios detalles de la novela de corrigieron o
anotaron al pie de página en posteriores ediciones, porque no se sabe si
quizás Cervantes las hizo a propósito). Y sobre los 100 escudos, Sancho
confesó gastarlos con su esposa e hijos, y justificó su acción diciendo
que si le pagaran por cada golpe recibido en la aventura, no alcanzarían
ni 100 escudos. Sansón prometió que si veía al autor, recordarle lo dicho
por el buen Sancho. Hablaron luego de la posibilidad de una 2da parte,
y Sansón dice que si promete continuación, aunque dice que el autor
aún no la ha hallado ni sabe quién la tiene. Sancho se adelantó a
insinuar que continuarían sus aventuras, para que el autor moro no sólo
componga 2da parte sino cientos. Antes de despedirse pidió DQ a Sansón
que compusiese unos versos a su Dulcinea, donde en el principio de cada
verso debería tener una letra de su nombre (un poema acróstico).
Sansón dijo que él no era gran poeta, y aún así la composición sería
difícil a causa del número de letras del nombre de Dulcinea (10-7) y si
hacía 4 coplas octasílabas sobraría una letra y a distinta también. Pero
que igual lo intentaría. Se despidieron y DQ le pidió al joven bachiller
que mantuviese en secreto su salida, para que ni su ama, sobrina, cura y
barbero se enterasen. Sansón pidió que le avisasen de sus aventuras.
Sancho fue a poner orden lo necesario para partir.

(D.Q 2.4) #Cervantes2018

Día 59: Llegó Sancho feliz a su casa por la nueva aventura, y su mujer,
Teresa Panza, lo interroga. En este capítulo es interesante porque inicia
con una nota del traductor, donde dice que estuvo apunto de no incluir
este capítulo en su traducción y dejarlo apócrifo, porque Sancho se
expresa de otro estilo que no resulta creíble. Habla como DQ en un
momento y se expresa con todo el lenguaje caballeresco. Se lo hace
saber Teresa, quien dice que no lo entiende y que hablaba de tan
rodeada manera. En ese lenguaje le dice que volverá a partir con DQ en
una nueva aventura, donde espera conseguir otros 100 escudos y hasta
más, hacerse gobernado de su ínsula. Teresa trata de ponerlo polo a
tierra diciendo que están bien en su humildad. Y se reniega cuando
Sancho propone casar a Mari Sancha con algún conde. En el discurso de
Teresa prevalece la idea de que siempre que cambien abruptamente de
vida, la gente los verá como lo que eran antes. Siguen discutiendo sobre
el casamiento de Mari Sancha y el escalamiento social, Teresa como lo
hace Sancho normalmente, hablando con varios refranes que refuerzan
su idea. El nuevo léxico de Sancho incluso lo lleva a corregir la forma en
que habla su mujer, corrigiendo cuando dice revuelto por resuelto. Al
final le toca a Teresa aceptar todo lo que Sancho propone y se queda
llorando. Aunque Sancho le dice que tratara de alargar el compromiso.
Sancho vuelve donde DQ para partir.

(D.Q 2.5) #Cervantes2018

Día 60: Mientras Sancho se despedía de Teresa, DQ se enfrentaba a la


negativa de su ama y su sobrina para que saliese a una nueva aventura.
El ama le decía si no podía ser de esos caballeros que se quedan en casa
o en la corte con su majestad sin los peligros de la aventura. DQ le
respondió que no todos los caballeros podían ser cortesanos, ni todos los
cortesanos caballeros pueden ni deben ser caballeros andantes. Y le
explicó la diferencia de cada uno. Entró la sobrina y le dijo que todos
esos cuentos eran mentira, y que todas merecían ser quemadas por
infames y destructora de las buenas costumbres. DQ le dijo que si no
fuese su sobrina, hija de su propia hermana, le daría un castigo
ejemplar por las sandeces y blasfemias que decía. Y cómo era posible
que una joven que sólo manejaba palillos para hacer encajes se atreva a
censurar las historias de los caballeros andantes. Y le hizo una
introducción sobre éstos. La sobrina le respondió que era absurdo y de
grande ceguera que fuese por las calles creyéndose valiente, siendo
viejo; que tiene fuerzas, estando enfermo, y que endereza tuertos,
estando agobiado por la edad. Y sobre todo, que es caballero, no
siéndolo, porque aunque lo podían ser los hidalgos, no lo eran los
pobres. DQ escuchó atentamente a su sobrina, y dijo que tenía razón en
parte, y siguió a darle un discurso sobre los linajes, y sus clasificaciones
y excepciones. Finalizó diciendo que los hombres tienen varios caminos
para ser ricos y honrados: el de las letras y las armas. Que él era de
armas, y hasta nació bajo la influencia del planeta Marte (dios de la
guerra), y hasta recitó un poema al final. La sobrina y el ama se
lamentaban, y DQ les calmó. En ese momento tocaron la puerta. Era
Sancho. El ama corrió a esconderse para no verlo, porque lo odiaba. Y al
abrirle la sobrina, DQ lo recibió con un abrazo y se encerraron en su
aposento a preparar todo.

(D.Q 2.6) #Cervantes2018

Día 61: Al verlos reunidos en su aposento a DQ y Sancho planeando la


3ra salida, el ama salió a buscar al joven Sansón Carrasco, reciente
amigo, para que ayudase a persuadir a desistir del propósito. Él la
acompañó gustoso. Mientras Sancho le contaba a DQ, que ya había
hablado con su mujer, y hablaba con adornos y refranes populares,
finalmente le dijo que no era tan ingenuo de esperar su ínsula, que al
menos concretase un salario mensual a sus servicios como escudero. DQ
decía que le ofrecería salario si lo hubiese visto en los libros, pero
nunca se menciona, sino que en la aventura, con las ganancias de ella,
se ofrecía al escudero parte de la ganancia, ínsula o algún equivalente.
Así que si quería volver a acompañarlo y servirle, bien podría, pero que
dijese a Teresa que seguía siendo la misma condición. Y si decidiera no
venir, no habría problema porque no faltarán otros escuderos más
obedientes. A Sancho se le cayó el corazón al escuchar que DQ saldría
igual sin él. Y en ese momento llegó Sansón, que contrario a lo que
prometió a la ama, animó a DQ a salir a su aventura sin contratiempos.
La ama enojada lo insultó y arañó. Hasta se ofreció de servirle de
escudero. DQ le restregó a Sancho el ofrecimiento del joven. Y Sancho
dijo que él sí quería ir, si mencionó el pago fue por presión de Teresa.
Sansón estaba admirado escuchando la charla entre DQ y Sancho, que
reflejaba perfectamente lo que había leído en la historia. DQ y Sancho
se abrazaron y quedaron de amigos nuevamente. Duraron 3 días para
salir, en que convencieron a sus familias con ayuda de Sansón, quien les
acompañó en el inicio del trayecto. DQ sobre Rocinante y Sancho sobre
su antiguo rucio. Llevaban alforjas, provisiones y dinero. Sansón pidió
que le avisasen de su buena o mala suerte. Salieron hacia la ciudad del
Toboso.

(D.Q 2.7) #Cervantes2018


Día 62: Iban DQ y Sancho camino a Toboso. "¡Bendito sea el poderoso
Alá!", dice el narrador Hamete Benengeli, celebrando el inicio de la
aventura. DQ estaba emocionado de ir a ver a Dulcinea, mientras
Sancho estaba asustado, porque como se sabe, mintió cuando dijo que
le había llevado su carta. Por lo que le dijo a DQ, que era corto de
memoria y no recordaba la morada de Dulcinea. DQ dijo que no
importaba. Recordaron lo que Sansón les contó sobre su historia en el
libro, e iniciaron una interesante charla sobre el tema de la Fama.
Realizan un recorrido histórico, DQ iniciando con un cuento sobre un
poeta de esos tiempos que hizo una maliciosa sátira sobre las damas
cortesanas, y no nombró en ella a una, porque dudaba si lo era o no. La
dama mencionada al no verse en la lista, se quejó con el poeta. El
poeta corrigió y la incluyó, y ella quedó feliz, por verse con fama,
aunque infame. Y siguió el recorrido por la fama, desde los dioses
mitológicos, hasta los emperadores de Roma, y el mismo Hernán Cortés
en su expedición al Nuevo Mundo. Diciendo que todas esas hazañas
fueron obras de la fama. Y recordó a Sancho la importancia de sus
obras. Sancho preguntó que ahora mismo donde estaban esos Julios o
Agostos, caballeros hazañosos y famosos, que ya estaban muerto. DQ
respondió, recordando a #Dante2018 la clasificación del universo del
florentino. Sancho siguió en la discusión con DQ sobre la fama y los
personajes famosos y la muerte. Se sigue notando la mejoría en el habla
de Sancho, aunque él siempre ha comprendido a DQ, y hasta es capaz
por eso de bufarse de su discurso, se nota que se ha apropiado del
léxico, y ahora la discusiones entre los dos son muy medidas e
igualadas. Sancho finalizó diciendo que han de ser santos para alcanzar
más fácilmente la fama. Recordando que hace poco a beatificaron a dos
frailes descalzos, ceñidos con cadenas de hierro, que la gente ahora
besaba para recibir buena ventura. Por lo que valía más ser humilde
frailecito, que valiente y andante caballero. DQ dijo que no todos
podían ser frailes, y que caballeros santos hay en gloria. Sancho dijo
había oído decir que hay más frailes en el cielo que caballeros
andantes. DQ dijo que porque era mayor el número de religiosos.
Siguieron en la discusión esa noche y el día siguiente, hasta que llegaron
a Toboso y entraron.

(D.Q 2.8) #Cervantes2018


Día 63: Llegando a Toboso, DQ pidió a Sancho que guiara hacia el
castillo de Dulcinea. Sancho dijo que cuál castillo, si él recordaba una
pequeña casa. DQ pensó que debía ser un pequeño apartamento del
palacio. Buscaron casa por casa, y dieron con una iglesia. Sancho dice
que si mal no recuerda, la casa de la señora queda en una callejuela sin
salida. DQ se enojó y exigió a Sancho hablar con respeto de las cosas de
su señora. Sancho dijo que cómo podría hallar la casa él, al haberla
visto sólo una vez, y no DQ, que seguramente la habrá visto muchas
veces. DQ enojado le dijo que si acaso él no había escuchado que él
tampoco nunca había visto a Dulcinea, sino que su amor era de oídas y
de la gran fama de su hermosura. Sancho entonces aprovechó a decir
que él tampoco la había visto. DQ alarmado le cuestionó por la carta de
respuesta que le llevó, y Sancho respondió que esa visita había sido
también de oídas. DQ confundido por la respuesta de Sancho, lo
reprendió. En medio de la discusión vieron pasar a un mozo, cantando
una canción de novela, a quien preguntaron por el palacio de Dulcinea.
El mozo dijo que no la conocía, ni princesa alguna, pero que en alguna
de esas casas seguro habría alguna. Y recomendó que preguntaran al
cura y el Sacristán del lugar, que vivían en casa cercana. Sancho
propuso a DQ, como era tan tarde ya, que salieran afuera de la ciudad,
y el volvería temprano a preguntar al cura y el Sacristán, y hablaría a la
doncella. DQ aceptó.

(D.Q 2.9) #Cervantes2018

Día 64: Fue Sancho nuevamente a Toboso a buscar a Dulcinea. Al ver


que DQ ya no lo veía se detuvo a pensar sobre lo que haría. Mientras se
decidía, vio venir desde Toboso a 3 labradoras. Al verlas, Sancho se
devolvió donde DQ, y le dijo que montara a Rocinante, porque ya venía
en camino Dulcinea con otras dos doncellas a su encuentro. DQ se
sorprendió y se apresuró a ver, pero sólo vio a 3 labradoras. Sancho aún
más impresionado por la vista selectiva de su amo, trató de convencerlo
de que eran doncellas finísimas. Pero DQ se negaba. Cuando ya estaban
cerca Sancho salió a recibirlas como reinas, y presentando a su amo con
sus títulos. Una de las mujeres dijo que se quitaran del camino porque
tenían prisa. Sancho se refería a ellas como princesas y hablando como
DQ, las alababa. Las mujeres ofendidas de que se estuviesen burlando
de ellas tales señoritos. DQ ordenó a Sancho levantarse del suelo, y
empezó a referirse a una de las labradoras, como Dulcinea vestida de
harapos. Las mujeres echaron a correr sobre sus yeguas. DQ culpó a los
encantadores que venían siguiendo su aventura en transformar a su
Dulcinea en aquella fea aldeana. Y se lamentó profundamente de su
Dulcinea encantada e irreconocible. Finalmente siguieron el camino a
Zaragoza. Curioso que DQ ve las cosas como realmente son.

(D.Q 2.10) #Cervantes2018

Día 65: Excelente capítulo, donde DQ y Sancho se encuentran de cara al


mismísimo Teatro andante: Las Cortes de la Muerte. Todo el teatro que
hemos visto en capítulos anteriores de la 1ra parte, acá tiene un
significado especial. Porque representa la misma idea de DQ, que era un
amante al teatro, y su tan discutida locura, al final no es más que una
representación y papel consciente de un buen actor en escena.
Adelantándose al método Stanislavski. En el capítulo, va DQ triste por el
embrujo a Dulcinea y Sancho lo anima a seguir buscando aventuras. De
repente ven llegar una carreta con diversos y extraños personajes.
Guiando la carreta un feo demonio, la misma muerte iba adentro,
Cupido y muchos más. DQ se adelantó y preguntó quienes eran, y el
demonio respondió que la compañía Angulo el Malo, una compañía de
teatro. DQ les deseó buen camino. Uno de los teatreros empezó a hacer
un show, que asustó a Rocinante y tiró a DQ al piso. Cuando Sancho fue
a ayudarle, uno de los teatreros aprovechó a tomar su rucio. DQ dijo
que lo recuperaría, pero Sancho lo detuvo, diciendo que ya volvía el
rucio. Aún así DQ se sentía ultrajado y decidió atacar a la compañía.
Cuando lo veían llegar de lejos, los teatreros disfrazados se bajaron y
tomaron piedras, dispuestos a atacar. En este punto, me gustaría decir
que es una de las imágenes más bellas y potentes del Quijote, tan bien
descrita, pero puedo verla en mi mente, y lo que veo me asombra. Al
final DQ se detine y reflexiona un poco antes de seguir, pero es Sancho
quien lo convence de no hacer nada, ya que ellos son farsantes, no son
contrincantes verdaderos, y que mejor fueran a buscar mejores
aventuras. DQ lo vio razonable y aceptó. Los teatreros siguieron su
camino en paz.

(D.Q 2.11) #Cervantes2018

Día 66: Pasaron DQ y Sancho la noche, tras el encuentro con los


teatreros, descansando bajo unos árboles altos. Hablando de las
aventuras, del teatro y la comedia. DQ diciendo a Sancho que le gustaba
la comedia y le tuviese respeto a ella y los actores: "Todos son
instrumentos de hacer un gran bien a la república, poniéndonos un
espejo a casa paso delante, donde se ven al vivo las acciones de la vida
humana, y ninguna comparación hay que más al vivo nos represente lo
que somos y lo que habemos de ser como la comedia y los comediantes".
En esas y otras pláticas transcurrió la noche, y el autor compara la
amistad de DQ y Sancho con la de Rocinante y Rucio, que también
habían alcanzado gran afecto. Al casi quedarse dormidos, escucharon un
ruido, un caballero cerca de ellos, se tumbaba al suelo y con su
instrumento se preparaba para cantar una canción. El Caballero del
Bosque, sintió el cuchicheo y ordenó a los intrusos que se mostraran. DQ
y Sancho se presentaron, y se reconocieron entre sí los dos caballeros
andantes. El Caballero del Bosque cantaba a su amor, como todos los
caballeros andantes enamorados. Y empezaron a hablar. El Caballero
del Bosque se sorprendió que el escudero se atraviese a hablar donde
hablaba su señor. Entonces el otro escudero se llevó a Sancho a hablar a
otro lado, y dejaron a sus señores hablando y discutiendo entre ellos.

(D.Q 2.12) #Cervantes2018

Día 67: Los dos escuderos se apartaron para comer y hablar lejos de sus
amos. Hablaron sobre las penurias de los escuderos, sobre las comidas,
las promesas de ínsula, sobre sus caballos y sus familias. En este punto,
el escudero del caballero del bosque preguntó a Sancho sobre su mujer
y su edad, Sancho respondió que 15 años, dos más a menos. El del
Bosque soltó alabando la tierna edad: "Oh hideputa, puta y qué rejo
debe tener la bellaca!". Sancho indignado ordenó no soltar puterías
encima a su mujer e hijos. El del Bosque explicó que era un decir, una
forma de hablar del vulgo, y se le hizo raro que Sancho no entendiese.
Pero por poco tiempo, mientras iban tomando más vino, Sancho se fue
soltando, y se fue olvidado del lenguaje caballeresco y volvió a su
lenguaje habitual, soltando puterías al tiempo. Al hablar sobre los
enamoramientos de sus amos, y sus características, Sancho confesó que
su amo no era bellaco pero tenía un alma como un cántaro, que no
hacía mal a nadie, sino pretendía el bien a todos, ni tenía malicia
alguna, y hasta un niño le haría entender que es de noche en la mitad
del día, y por todo eso le quería con todo su corazón y no se atrevía a
abandonarle. Después de terminar su productiva charla volvieron a
donde sus amos.
(D.Q 2.13) #Cervantes2018

Día 68: Estaban DQ y el Caballero del Bosque hablando sobre sus


doncellas y aventuras, cuando de repente del caballero del Bosque dice
que su triunfo más preciado fue el que tuvo contra Don Quijote de la
Mancha, haciéndole confesar que su Casildea era más hermosa que
Dulcinea. DQ se aguantó a que terminara de hablar para decirle que era
un vil mentiroso. Y se reveló como el verdadero caballero de la triste
figura. El caballero le dio datos personales de DQ, para convencerle. Y
DQ cayó en cuenta de que quizás los magos que le atomentaban habían
tomado su figura y manchado su nombre. Por eso, los caballeros
conciliaron en tener una nueva batalla al amanecer. Fueron a buscar a
sus respectivos escuderos. Al amanecer la armadura del caballero del
Bosque quedó al descubierta, por lo que pasa a llamarse el Caballero de
los Espejos. Apunto de chocar, advierten que el perdedor quedará a
merced del otro. Sancho pide a DQ que antes lo ayude a subir sobre un
alcornoque para ver mejor. DQ lo hace, sabiendo que es para alejarse
de la situación. El caballero de los espejos ya había partido al ataque y
tuvo que detenerse al ver a DQ ocupado con Sancho. DQ aprovechó y sin
esperar orden fue al ataque de su adversario, quedando postrado en el
piso. DQ fue a revisar si estaba muerto y le descubrió la armadura, y
quedó sorprendido al ver que el Caballero de los Espejos era igual a él
bachiller Sansón Carrasco, y llamó a Sancho para que lo viera, pensando
que tenía que ver con los encantadores que lo perseguían. Llegó el
escudero en su ayuda, y también se reveló como Tomé Cecial, amigo y
vecino de Sancho, quien pidió perdón al atrevido y mal aconsejado
bachiller. DQ lo amenazó antes, ordenando que confesase que Dulcinea
era más bella que Casildea, y que fuera a Toboso a ponerse a la orden
de su dama, y que rectificara que nunca lo había vencido. Simón
Carrasco repitió y aceptó todas las peticiones. Lo ayudaron a levantar.
DQ y Sancho partieron bajo el engaño de que los encantadores hicieron
la magia, y siguieron a Zaragoza. En el próximo capítulo se cuenta más
sobre el de los Espejos.

(D.Q 2.14) #Cervantes2018

Día 69: En este capítulo, el autor nos cuenta cómo se convirtió el


bachiller Sansón Carrasco en el Caballero de los Espejos. Y
retrocedemos cuando Sansón fue a animar a DQ que volviese a salir en
una nueva aventura. Antes de eso, el bachiller había sido contactado
por el cura y el cabrero para que lo animase a salir, y un vez salido,
equiparon a Sansón con los trajes de caballero y dieron de escudero a
un vecino de Sancho, a quien le pusieron nariz falsa para que no lo
reconociese. La idea era que Sansón batallase con DQ y acordasen que
el perdedor sería sometido por el otro. Como Sansón era más joven, se
supone que ganaría y ordenase a DQ devolverse y quedarse en su casa
por dos años. Aunque todo no salió de buena forma según los planes. Y
DQ seguía su camino, ahora con más confianza por su victoria. El
bachiller Sansón, dolido hasta los huesos juró venganza contra DQ. Y
dijo sobre DQ y Sancho: "La diferencia que hay entre esos dos locos es
que el que lo es por fuerza lo será siempre, y el que lo es de agrado lo
dejará de ser cuando quisiere". El autor advierte que Sansón regresará a
su momento, y mientras disfrutemos la victoria de DQ.

(D.Q 2.15) #Cervantes2018

Día 70: Iban DQ y Sancho celebrando la victoria, y planteando hipótesis


sobre el accionar del bachiller Sansón Carrasco, si él le tenía estima. Al
final le concedió la culpa a los artificios de los magos malignos que lo
seguían. De repente detrás de ellos los alcanzó un hombre que venía
sobre una yegua, vestido de un gabán de paño fino verde. DQ le invitó a
que los acompañara en el camino. El de gabán verde se quedó
detallando a DQ y su figura, y al verlo DQ decidió presentarse
voluntariamente ante el caballero, y le hizo un pequeño resumen de su
aventura y su misión como caballero andante. El de gabán verde
agradeció la presentación y se preguntó cómo existían aún los
caballeros andantes, y también dudó de la veracidad de las historias de
caballería. Pero DQ le preguntó sobre su identidad. El de gabán verde le
explicó que era un hidalgo natural y acomodado, llamado Diego de
Miranda, que pasaba la vida con su mujer e hijos, llevando una vida
normal. En este punto se hace un contraste con la vida de hidalgo del
de gabán verde y la de DQ, que eligió una forma de vida distinta. DQ
siguió preguntándole sobre su familia e hijos, y el de gabán verde contó
sobre sus hijos, y la leve decepción de que su pequeño hijo se decantara
por las letras latina y griega y la poesía, y no por las leyes o la teología.
De respuesta DQ da otro de sus magistrales discurso sobre la labor del
padre y los hijos:
"Los hijos, señor, son pedazos de las entrañas de sus padres, y, así, se
han de querer, o buenos o malos que sean, como se quieren las almas
que nos dan la vida. (...) la poesía, señor hidalgo, a mi parecer es como
una doncella tierna y de poca edad y en todo extremo hermosa, a quien
tienen cuidado de enriquecer, pulir y adornar otras muchas doncellas,
que son todas las otras ciencias. (...) Ella está hecha de una alquimia
de tal virtud, que quien la sabe tratar la volverá e oro purísimo de
inestimable precio; hala de tener el que la tuviere a raya, no dejándola
correr en torpes sátiras ni en desalmados sonetos; no ha de ser vendible
en ninguna manera, si ya no fuere en poemas heroicos, en lamentables
tragedias o en comedias alegres y artificiosas; no se ha de dejar tratar
de los truhanes, ni del ignorante vulgo, incapaz de conocer ni estimar
los tesoros que en ella se encierran".
Sigue su estupenda disertación, donde además habla de la naturaleza de
los poetas, que ellos nacen del vientre de la madre. El Caballero de
Verde Gabán quedó admirado por el discurso de DQ, y de repente vieron
un carro lleno de banderas reales. DQ llamó a Sancho, que preparara su
caballo, porque se avistaba una nueva aventura.

(D.Q 2.16) #Cervantes2018

Día 71: DQ se preparaba para el ataque, y el caballero de Verde Gabán


le decía que eso era sólo un carruaje con la bandera real, indicando que
era propiedad del rey. Pero DQ no escuchó, decía que era una gran
aventura. Después de un problema con el yelmo, que al ponérselo le
cayó comida en la cabeza, DQ se acercó al carretero, quien le dijo que
llevaba dos bravos leones que el general Orán enviaba al rey, diciendo
que eran una pareja y estaban hambrientos por lo que no podía
distraerse. DQ se emocionó y dijo: "Leoncitos a mí?", y ordenó que le
abriera las jaulas para enfrentar a las bestias. Sancho se alarmó y el
caballero de Verde Gabán dijo que trataría de convencerlo de
semejante atrevimiento, más no locura. DQ seguía firme en su empresa,
a pesar de los ruegos de Sancho, el caballero y el mismo carretero. Al
abrir la jaula finalmente, salió el imponente león con una calma
imperturbable, se desperezó y volvió a entrar tranquilamente a su
jaula. DQ presionó de que golpeara con un palo la jaula para que
salieran feroces, a lo que el carretero se negó rotundamente. DQ aceptó
que cerrase la jaula y que fuese testigo de su hazaña, que al abrir la
jaula esperó al león que nunca salió. DQ hizo seña a Sancho y el
caballero que estaban huyendo, y éstos se sorprendieron de la aparente
victoria. DQ mandó a Sancho que diera 2 escudos de oro al carretero por
haberle hecho esperar, y éste a la vez exageró la hazaña de DQ con los
leones. Siguieron sus caminos, y el de Verde Gabán iba acompañando a
DQ y Sancho, pensando en que se trataba de un cuerdo loco. Viendo que
el caballero lo analizaba, DQ empezó a hablarle sobre los caballeros
andantes y su aparente locura. El caballero dijo que lo entendía y dijo
que dieran prisa para llegar a su aldea. Y llegaron a la aldea y la casa
del Caballero de Verde Gabán.

(D.Q 2.17) #Cervantes2018

Día 72: Llegando a la casa de Don Diego, el caballero de Verde Gabán,


éste presentó a su esposa e hijos, entre ellos el joven poeta. El narrador
dice que en esta parte el autor describe la casa de Don Diego, que era
la casa de un caballero labrado y rico, pero el traductor de esta historia
pasa estas descripciones en silencio porque no venían bien con el
propósito de la historia. Mientras esperaban la mesa, fue Lorenzo, el
hijo poeta a entretener a DQ, y preguntó a su papá detalles. Don Diego
le dijo que lo probara de forma discreta, aunque el lo tenía por más
loco que cuerdo. DQ le dijo al joven que su padre le dijo que era un
gran poeta. El joven dijo que poeta si, más no grande aún. DQ dijo que
no había problema porque no hay poeta que no sea arrogante y piense
de sí que es el mayor poeta del mundo. El joven Lorenzo pensó que por
ahora no podía considerarle loco, más bien lúcido. Lorenzo ahora siguió
preguntando y probando a DQ, y le preguntó sobre las ciencias
estudiadas en la escuela. DQ respondió que la ciencia de la caballería
andante. Lorenzo se mostró confundido sobre esa ciencia y DQ se la
explicó detalladamente de forma muy lúcida, diciendo todo lo que se
necesitaba para serlo, desde jurisperito, teólogo, médico y herbolario
especialmente, astrólogo, matemático, también ha de saber de
caballos, casto, fiel y mantenedor de la verdad. Lorenzo quedó
impresionado porque esa ciencia de aventajaba de todas, aunque
dudaba que existiesen. Terminó pensando que DQ era loco curioso. Así
terminaron y los llamaron a la mesa. DQ insistió en la mesa que el joven
Lorenzo dijese sus versos, y el joven declamó. Al terminar DQ alabó el
poema del joven con entusiasmo, y quiso ponerlo a prueba, pidiendo si
podía complacerlos con versos mayores. Lorenzo prosiguió con un
soneto, al que DQ alabó igualmente. Estuvo 4 días DQ en la casa de Don
Diego hasta que vio tiempo de partir, porque los caballeros no pueden
dedicar mucho tiempo al ocio, sino buscar nuevas aventuras. Don Diego
y Lorenzo lo despidieron con afecto, Sancho triste por dejar la
abundancia de la casa. Al final DQ dio últimos consejos a Lorenzo, y
material final para que juzgaran su juicio. Padre e hijo quedaron
admirados por la lucidez de DQ.

(D.Q 2.18) #Cervantes2018

Día 73: En el camino se encontraron DQ y Sancho con dos clérigos o


estudiantes y con dos labradores sobre 4 asnos. Los 4 jóvenes se
sorprendieron de la vestimenta de DQ y se vieron interesados en saber
más de él. DQ los saludó y pidió que bajaran el ritmo para acompañarlos
y pudiesen ir hablando. DQ se presentó con su profesión, nombres y
apelativos. Los jóvenes entendieron la locura de DQ pero a la vez lo
miraban con admiración y respeto. Los jóvenes propusieron a DQ, si
buscaban aventuras, que fueran con ellos y fuese testigo de una de las
mejores y más ricas bodas que se ha celebrado en la Mancha. DQ
preguntó si eran príncipes, y los jóvenes dijeron que eran dos labradores
de ricas familias. Y contaron la historia de Quiteria, Basilio y Camacho.
Basilio era un joven humilde que desde pequeño estuvo enamorado de
Quiteria, la labradora, pero el padre de la doncella se opuso a esa
relación y decidió casarla con el rico Camacho. DQ y Sancho hablaron
sobre la naturaleza del matrimonio arreglado y su tradición e historia. Y
uno de los jóvenes dijo que desde entonces Basilio era un fantasma
miserable, y que cuando Quiteria dé el sí, sería su sentencia de muerte.
Sancho y DQ iniciaron una discusión sobre el caso, y DQ terminó
corrigiendo la forma de hablar de Sancho, a lo que éste alegó que no
era ningún estudiado y podía equivocarse. Los jóvenes participaron en la
discusión dando sus argumentos, y se enfrascó una discusión entre el
bachiller estudiante y el licenciado, hasta retarse a un duelo de espadas
y esgrima. A lo cual DQ pidió ser el árbitro. En el emocionante duelo, el
licenciado venció al bachiller. Sancho aconsejó al bachiller que la
próxima no desafiase a nadie a la esgrima sino a los golpes, que por su
juventud llevaría ventaja. Corchuelo, como se llamaba el bachiller se
levantó y abrazó con el licenciado, quedando más amigos. Y siguieron a
la gran boda.

(D.Q 2.19) #Cervantes2018

Día 74: DQ despierta a Sancho con unos versos, que Sancho ignora. A lo
que DQ le dice que se apure para ver la esperada boda y ver lo que hace
el desdeñado Basilio. Fueron llegando y quedaron admirados de lo
ostentosa de la boda de Camacho, pasando la vista y descripciones por
todos los platos y adornos. El cocinero los invitó a comer, beber y
disfrutar. Siguió el baile, música y canto. Hasta una representación
teatral musical con Cupido y las ninfas del amor de protagonistas. DQ y
Sancho disfrutaban de todas las atenciones e indagaban sobre Camacho
y Basilio. Y siguieron discutiendo mientras iban al tiempo comiendo y
bebiendo.

(D.Q 2.20) #Cervantes2018

Día 75: De repente, en medio de la suntuosa boda, escucharon llegar a


la novia, y Sancho describe con detalle todos los detalles que ella lleva.
La hermosa Quiteria llegaba y escucharon unos gritos a sus espaldas. Era
Basilio, quien rogó a Quiteria que desistiese de casarse con Camacho.
Viendo que sus ruegos no surtían efecto, sacó una daga y se la clavó
hasta quedar tendido. Y estando agonizante, pidió a Quiteria que fuese
su esposa; mientras el cura insistía en confesarlo. DQ manifestó que la
petición de Basilio era justa, y que el señor Camacho quedaría honrado
de desposar a la viuda del valeroso Basilio. Todos los asistentes a la
boda también le pedían a Quoteria aceptar. Ésta se mostraba indecisa,
y Camacho observaba en silencio. Quiteria finalmente se acercó a
Basilio ofreciendo su mano, pero ya al pobre Basilio no le quedaban
fuerzas, pero alcanzó a decir que aceptaba y se entregaba como esposo.
Y Quiteria que ella se entregaba honestamente como su esposa. Sancho
dijo que estaba hablando mucho el herido, y que atendiese pronto a su
alma. De repente, Basilio se levanta y saca un cañón hueco escondido
en su pecho. Todos dijeron: Milagro, milagro. Y Basilio dijo: ¡No
milagro, milagro, sino industria, industria! Los había engañado a todos.
Camacho ofendido junto con sus hombres atacaron a Basilio, quien tenía
otros a su defensa también armados. DQ se puso del lado de Basilio, y
poniendo orden a los presentes dijo que el amor y la guerra eran la
misma cosa, y a veces se usaba la estrategia y engaños. Basilio y
Quiteria se pertenecían y quien no estuviese de acuerdo tendría que
pasar por su lanza. Todos quedaron sorprendidos. Camacho finalmente
decidió aceptar la situación y desistir de Quiteria. Ordenó que la fiesta
siguiera, para demostrar que no guardaba rencor. Basilio, su esposa y su
gente no aceptó la oferta y partieron a su aldea. Se llevaron a DQ con
ellos, y Sancho triste y desahuciado de abandonar la boda también los
siguió.
(D.Q 2.21) #Cervantes2018

Día 76: La pareja agradeció a DQ por su defensa y lo llenaron de


agasajos y cumplidos. DQ dio consejos a Basilio para tener en cuenta de
ahora en adelante en su matrimonio, sobre la pobreza y el amor, sobre
la fama y la hacienda, entre otros temas. Sancho murmuraba que su
amo sabía de todo, y ojalá hubiese escuchado sus sabio consejos antes
de casarse. "¿Tan mala es tu Teresa, Sancho?", le preguntó DQ. Y Sancho
dijo que no tanto pero no tan buena como quisiera. DQ lo recriminó por
hablar mal de su esposa. Tres días estuvieron con los novios, hasta que
DQ pidió a uno de los licenciados que los acompañaban, que le
encaminase a la cueva de Montesinos, para comprobar las maravillas
que se decía tenía. El licenciado le dijo que lo acompañaría un primo
suyo, amante de los libros de caballería, que lo guiaría con gusto. Llegó
el primo y partieron DQ y Sancho con él, con provisiones y se
despidieron de todos. En el camino, DQ iba preguntando al primo sobre
sus preferencias en los libros y sobre sus estudios. El primo contestó que
su profesión era ser humanista, y entre los libros de su preferencia
mencionó Las metamorfosis de Ovidio, Suplemento a Virgilio Polidoro,
que trata de la invención de las cosas, entre otros. Y siguieron hablando
en el camino hasta llegar a la cueva de Montesinos.

(D.Q 2.22) #Cervantes2018

Día 77: DQ describe en detalle todo lo visto en la cueva de Montesinos,


luego de sumergirse hasta el fondo, y salir nuevamente. Prácticamente
la narración pasa a la primera persona de DQ, quien como si nos contara
un relato y de lo que vio, se dirige al lector (y a Sancho y el primo),
recordando cada detalle (y claramente como parte de un sueño
profundo que da rienda suela a su imaginación): Desde el palacio, el
prado, hasta el encuentro con el mismo Montesinos (personaje del
Romancero y épica castellana). En su relato cuenta la historia y el
drama de Montesinos y su primo Durandarte, con personajes como el
mago Merlín, Belerma, y el mismo DQ dentro de la mitología montesina.
En las interrupciones que Sancho y el primo hicieron a la narración,
preguntaron que no se imaginaban como en tan poco tiempo pudo ver
tantas cosas. DQ preguntó el tiempo que demoró abajo en la cueva, y le
respondieron que poco más de 1 hora. Y DQ alarmado dijo que era
imposible, porque abajo anocheció y amaneció 3 veces, por lo que él
contaba 3 días en la cueva. Sancho pensó que quizás por el
encantamiento que le perseguía hacía percibir distinto el tiempo. El
primo acusó a DQ de mentiroso, Sancho salió en su defensa diciendo que
él no creía que su señor mintiese. "Si no, ¿qué crees?", le preguntó DQ a
Sancho. Sancho echó la culpa a Merlín el mago por los encantamientos.
DQ siguió diciendo que incluso vio a su bella Dulcinea, con las otras dos
doncellas con quien la vieron en Toboso. Acá Sancho se convenció de la
locura y mentira de su señor, porque él se había inventado que esa
señora era Dulcinea. DQ al verlos incrédulos, dijo que les contaría varias
cosas vistas en la cueva que los convencería de su veracidad.

(D.Q 2.23) #Cervantes2018

Día 78: Cervantes vuelve a meter a su narrador, el traductor escribió


que el primer autor, Cide Hamete Benengeli, escribió en los márgenes
de este capítulo de las cuevas de Montesinos unos comentarios al
respecto, diciendo que no podía creer todo lo que le había pasado a DQ,
y se dirige al lector directamente diciendo que le corresponde juzgar y
creer lo que le parezca; y además menciona que al momento de su
muerte dicen que se retractó de haberla escrito y confesó haberla
inventado por parecerle convenía y cuadraba con las aventuras de sus
libros. Retoma la narración con Sancho y el primo impresionados e
incrédulos con la historia de DQ. Sancho en apoyo agradeció a su amo
por la historia, por conocerlo, por conocer lo que había al interior de la
cueva, que le serviría para el "Ovidio español" que traía entre manos
(otra nueva referencia a Ovidio), y también menciona otro libro entre
manos 'Suplemento de Virgilio Polidoro en la invención de las
antigüedades". Al final fueron a buscar sitio para pasar la noche, y el
primo recomendó una ermita cercana donde vivía un ermitaño que fue
soldado. En el camino a la ermita se encontraron a un hombre que
cargaba armas, lanzas y alabardas. DQ le preguntó inmediatamente a
donde iba, y les respondió que tenía prisa pero si querían saber fueran a
la venta que estaba más arriba de la ermita. Llegaron a la ermita a
recoger vino pero no había nadie, así que siguieron a la venta. El mozo
que llevaba las armas dijo en el camino que iba a la guerra. DQ siguió
interrogado al mozo, interesado en su campaña. Y luego DQ y Cervantes
a la vez, da un nuevo discurso anti bélico, sobre la guerra y su
naturaleza, la Fama y los hombres de la guerra. Invitó al mozo a cenar
en la venta antes de partir el día siguiente. Luego del discurso, el autor
pone que "dicen que Sancho dijo" que ¿cómo era posible que un hombre
que sabe tanto del mundo y cosas buenas, diga que ha visto los
disparates de la cueva de Montesinos? Llegaron a la venta, y Sancho
contento de que DQ viera la venta como venta y no como castillo.

(D.Q 2.24) #Cervantes2018

Día 79: Encontraron al mozo en la venta y DQ pidió que le contara lo


que le prometió. El mozo pidió ayuda para sus labores con su caballo, y
luego todos se sentaron prestos a escucharlo: el primo, el paje, Sancho
y el ventero... nuevamente la venta sirve como espacio para narrar
historias. El mozo les contó la historia de los dos alcaldes. Al final de la
historia, interrumpieron nuevos inquilinos, presentándose como el mono
adivino y el retablo de la libertad de Melisendra (teatrillo con
marionetas). El ventero lo recibió afectuosamente, y lo llamó don
Pedro. DQ preguntó sobre quién era ese Don Pedro, y qué retablo y
mono traía. El ventero le dijo que era un famoso titiritero, con un mono
curioso que le dice al oído las respuestas a todas las preguntas. Al ver
Don Pedro a DQ se postró a su pies, llamándolo por su nombre y su
profesión de caballero andante; también reconoció a Sancho, diciendo
que era el mejor escudero del mundo. Todo al parecer por obra y gracia
del mono. DQ y Sancho dudaban del mono adivino y discutían sobre su
naturaleza. Sancho propuso preguntar al mono sobre lo vivido por DQ en
la cueva de Montesinos. El mono dice que parte eran ciertas y parte de
las vivencias en la cueva, falsas. Y luego Don Pedro se preparó para
contar más historias.

(D.Q 2.25) #Cervantes2018

Día 80: Sigue la aventura con el titiritero. Se cuenta parte de la historia


de "El retablo de Melisendra", recordando que el retablo era un teatrillo
portátil para marionetas y otros títeres. Y Melisendra fue hija de
Carlomagno, protagonista de un romance en el que se cuenta cómo la
rescata su marido, don Gaiferos, de la prisión donde la retiene
Almanzor. DQ se alarma e interrumpe la narración, al escuchar que se
está ultrajando al caballero de la historia, atrevido y enamorado, don
Gaiferos; y empieza a atacar con su espada a la titiritera, derribando a
unos y descabezando a otros, y acabando con el retablo en el piso. El
maese Pedro, triste por perder a su mono y ahora a su retablo de
títeres. Sancho lo consoló diciendo que apenas DQ vea el daño que le
hizo, lo recompensaría. DQ vuelve a echar la culpa a los encantadores
que le perseguían, diciendo que tomaron la forma de esas figuras
titiriteras, pero prometió pagar el daño. Pedro iba revisando con DQ los
personajes del retablo y el daño a cada uno, e iba poniendo precio a
cada uno, envolviendo a DQ con la historia de cada uno. Terminaron en
40 reales y 3 cuartillos, y pidió 2 más por el mono. Todos terminaron en
paz y cenaron juntos. Al día siguiente se despidieron.

(D.Q 2.26) #Cervantes2018

Día 81: Cervantes vuelve a jugar con los narradores y sus personalidades
y creencias... diciendo que Cide Hamete inició el capítulo diciendo:
"Juro como católico cristiano...". Y el traductor corrige enseguida,
porque Hamete era moro. Y el narrador nos recuerda un personaje de la
primera parte del libro, Ginés de Pasamonte, uno de lo galeotes
liberados por DQ, y que les robó posteriormente. Ginés, escapando de la
justicia, se fue a Aragón, se cubrió el ojo izquierdo, se hizo titiritero y
se compró un mono. Este recuerdo para decirnos que el Maese Pedro era
el mismo Ginés. Y pasa inmediatamente a DQ y Sancho, quienes
siguieron su camino, luego de pagar destrozos a Pedro y al ventero. Iban
en el tranquilo camino hasta que escucharon un gran rumor; DQ subió la
loma y vio más de 200 hombres armados. DQ revisó las banderas e
insignias, y pensó que debían ser del pueblo del rebuzno. DQ llegó ante
ellos y se presentó, ofreció sus servicios y se solidarizó con la causa de
su guerra contra sus enemigos, y dio un largo sermón e ilustración sobre
su estado y patria del rebuzno, que volvió a sorprender a Sancho.
Sancho aprovechó la pausa de su amo y siguió la presentación de DQ,
que se llamó "Caballero de la Triste Figura" y ahora se llamaba
"Caballero de los Leones", y siguió echando flores a su amo, y al final dio
una muestra de lo bien que rebuznaba. Pero uno de los soldados
viéndolo como ofensa, sacó su lanza y golpeó en la cabeza a Sancho,
quien cayó al piso. DQ intentó atacar al atrevido, pero varios se
interpusieron. Y al ver que le llovían piedras decidió huir con Rocinante.
Los del escuadrón lo dejaron ir y montaron a Sancho sobre su jumento y
le dejaron ir tras su amo. Los del escuadrón estuvieron toda la noche y
como el enemigo no atacó, se volvieron felices a su pueblo.

(D.Q 2.27) #Cervantes2018


Día 82: DQ esperó a Sancho, que venía vapuleado sobre rucio. Al llegar
donde su amo cayó a los pies de Rocinante. DQ aprovechó para
regañarlo por rebuznar y ofender a los soldados del rebuzno. Sancho
dijo que no estaba para discutir, que mejor se alejaran de ese lugar,
que él callaría sus rebuznos, pero no en dejar de decir que los
caballeros andantes huían y dejaban a sus escuderos molidos y en poder
del enemigo. "No huye el que se retira", dijo DQ, y defendió no actuar
con temeridad. Ayudó a Sancho a subir a su rucio y partieron. Sancho en
el camino iba adolorido y de vez en cuando se quejaba del dolor. DQ
dijo una obviedad, que debía de ser por los palos recibidos, lo que
desencadenó la furia de Sancho que arremetió contra DQ nuevamente,
por haberlo dejado abandonado, y al final con lenguaje caballeresco
presenta una diatriba contra los caballeros andantes. DQ dijo que si
gritaba tanto era porque se sentía mejor, así que le dejaba seguir
diciendo impertinencias, y le dijo que si quería regresarse, bien podía
hacerlo, ya que tenía su dinero, de donde se pagaba él mismo.
Discutieron sobre las condiciones de su salario, las incomodidades, la
comida, la promesa de la ínsula, y acordaron subir el sueldo de Sancho.
Sacaron las cuentas desde que salieron a la nueva aventura y DQ le dijo
que se pagara él mismo de su dinero. Sancho aceptó y se lamentó de su
ínsula, y cuando DQ preguntó que hace cuánto se la había prometido;
"20 años", respondió Sancho. DQ se rió y dijo que apenas 2 meses, y
terminó regañando a Sancho por sus demandas y avaricia, tratándolo de
asno. Al final hicieron nuevamente las paces y siguieron el camino.

(D.Q 2.28) #Cervantes2018

Día 83: Dos días después llegaron al río Ebro, y DQ maravillado por la
hermosura del río recordó lo visto en la cueva de Montesinos. Al ver un
pequeño barco sin remos, atado a la orilla, y sin dueño alguno, DQ no
dudó en abordarlo. Al preguntarle Sancho la razón, dijo que podía haber
un caballero u otra persona necesitada y atrapada en alguna grande
cuita. Sancho insistió que el barco debía ser de pescadores de la zona,
pero siguió a su amo, quien le ordenó amarrar a los caballos y al
abordar, cortar las cuerdas. Poco a poco fueron entrando al río y
apartándose de la orilla, Sancho se llenó de pánico y los caballos
amarrados en tierra rebuznaban y forzaban con soltarse. DQ consoló a
Sancho, y siguió soltando sus conocimientos de navegación y geografía,
hasta el sistema de Ptolomeo y la línea equinoccial. Siguieron en el río,
con curso calmado, pero Sancho seguía aterrado, y encontraron en la
mitad del río grandes aceñas (molinos emplazados dentro del cauce), y
a DQ le pareció ver una ciudad o castillo. Sancho insistió que eran
molinos. Los molineros vieron que un barco se acercaba hacía la
corriente que hacía girar las ruedas, y salieron con varas a detenerlos,
con los rostros cubiertos y llenos de harina, lo que le dio la impresión a
DQ de enfrentar a un peligroso enemigo. Empezó a amenazar a los
molineros con que soltaran a la persona cautiva. Sancho de rodillas rogó
al cielo que lo libraran de ese aventura. Los molineros lograron hacer
caer a DQ y Sancho al río, pero fueron en su ayuda. Sancho al salir del
agua siguió rogando al cielo que lo sacarán de esa aventura. Y llegaron
los pescadores dueños del barco, y al ver que las ruedas de las aceñas se
habían roto, desnudaron a Sancho y pidieron a DQ que pagara los daños.
DQ dijo que pagaría pero deberían soltar a los cautivos. Los pescadores
y molineros seguían sin entender, pero DQ pagó 50 reales por el barco,
que Sancho pagó de mala gana. Siguieron sin entender lo que decía DQ,
y teniéndolo como loco les dejaron y recogieron sus aceñas y los
pescadores a sus ranchos. DQ y Sancho nuevamente a tierra con sus
bestias. Y así terminó la aventura del barco encantado.

(D.Q 2.29) #Cervantes2018

Día 84: Siguieron Sancho y DQ su camino, luego de la aventura del


barco, cada uno en sus pensamientos. Otro día, vieron a unos cazadores
de altanería, y al acercarse más, vieron a una señora muy fina vestida
de verde. DQ envió a Sancho a que le hablase a la señora y le hiciese
una introducción a lo grande. Sancho ni corto ni perezoso, aunque no
tenía buen antecedente en llevar recados a damas, fue a donde la
señora y le ofreció los servicios del Caballero de los Leones. La señora
dijo que ya había escuchado de tal caballero, antes de la Triste Figura,
y le dijo que lo llamara para que conociese a ella y su marido, el duque,
en su casa de campo. Y preguntó también la señora, si su amo era el
mismo de la historia llamada 'El ingenioso hidalgo Don Quijote de la
Mancha", Sancho afirmó orgulloso. DQ se presentó y gallardeó frente al
duque y la duquesa, que ya habían leído la primera parte de las
aventuras, y tenían conocimiento del humor y el gusto por los libros de
caballería, sobre los cuales hablaron. Al intentar bajarse de Rocinante,
DQ tuvo un accidente y desequilibrio con Sancho, cayendo al piso. El
duque mandó a sus hombres a levantarlo, y DQ iba a hincar las rodillas
antes ambos señores, pero el duque se lo impidió y le dio un abrazo.
Disculparon la torpeza de Sancho, hablando también de su larga lengua.
El duque los invitó a un castillo suyo cercano, y cuando se refirieron a
DQ como el caballero de la Triste Figura, Sancho corrigió que era ahora
de los Leones, porque ya no había triste figura. Y todos fueron camino
al castillo.

(D.Q 2.30) #Cervantes2018

Día 85: Sancho iba contento al castillo de los Duques, imaginando las
atenciones que recibiría. El duque se había adelantado y dio orden a
todos los criados sobre cómo tratar a DQ. Lo trataron tan bien, que fue
realmente el primer día en que DQ se sentía como un verdadero
caballero andante. Apareció una reverenda dueña (mujer al servicio de
casa noble), llamada Doña Rodríguez de Grijalba. Sancho le ordenó que
pusiese a su rucio en la caballeriza para que no estuviese solo. La dueña
de mala gana le dijo que lo hiciera él mismo, porque las dueñas de esa
casa no estaban acostumbradas a tales haciendas. Sancho insistió
recordando versos de las novelas andantes, e inició una discusión con
insultos con Doña Rodríguez, llamando la atención de la duquesa.
Sancho explicó la situación, y DQ lo regañó por mencionar al burro en
las conversaciones dentro de la casa. Pero el duque intervino, diciendo
que rucio recibiría las atenciones. Luego DQ en privado le llamó la
atención a Sancho, diciendo que la imagen del escudero también habla
del caballero. Se cambiaron las ropas, y se describe la majestuosidad de
la casa, y luego en la cena, Sancho pidió la palabra para contar un
cuento; DQ se asustó al instante, pero Sancho lo tranquilizó. Sancho
contó un cuento sobre un hidalgo de su pueblo, dando los datos
verídicos para que DQ los contrastara. Al final el cuento resultó siendo
un retrato o parodia de su misma situación actual, con el hidalgo
sentado a la cabecera de la mesa, riñendo con un labrador. DQ estaba
rojo de la ira, y los Duques reían disimuladamente por la malicia de
Sancho con su amo. La duquesa calmó la situación tratando otros temas.
El eclesiástico, presente en la cena, escuchando todo, decidió
intervenir, reprendiendo al duque por leer los disparates del tal Don
Quijote de la Mancha, y los caballeros andantes que no existían. Al final
de la diatriba, DQ se puso de pie dispuesto a confrontarlo, sin importar
la presencia de los duques.

(D.Q 2.31) #Cervantes2018


Día 86: Se sigue la acción desde el capítulo anterior, donde DQ se
levanta furioso tras las infamias del eclesiástico en contra de él y la
caballería andante. Entonces en la primera parte, DQ hace un extenso
discurso contra el eclesiástico, la iglesia, la religión y a favor de la
caballería y él mismo. Al final del discurso, Sancho alabó a su amo, pero
el eclesiástico soltó enseguida si él era el famoso escudero Sancho, a
quién le habían prometido una ínsula? Sancho afirmó y confirmó las
razones por las que la merece. Entonces el duque le ofreció una de sus
ínsulas porque tenía de sobra. DQ dijo a Sancho que se le arrodillara y
agradeciera a su Excelencia. El eclesiástico, enojado se levantó de la
mesa y se retiró. Lo que les da pie para hablar de las ofensas y los
agravios. Mientras Sancho hablaba, la duquesa reía y disfrutaba con sus
intervenciones, teniéndolo como el más gracioso. De repente entró una
corte de 4 doncellas, con fuentes de plata, toallas y jabón napolitano, e
iniciaron un ritual de lavatorio a DQ, ante la mirada de todos. El duque
para que DQ no fuese el único en burla, también pidió el ritual para él.
Sancho sorprendido por el lavado de barbas, quedó con ganas que se lo
hiciesen, y la duquesa se lo prometió. La duquesa pidió a DQ que le
describiese a la bella Dulcinea, y DQ se explayó y hasta contó el
reciente encantamiento que la dejó convertida en labradora. La
duquesa entonces, habiendo leído ya la 1ra parte del libro, le preguntó
sobre lo que se decía, que la bella Dulcinea nunca la había visto y era
un invento de su entendimiento (un recurso genial). DQ defendió a su
amada, y siguieron hablando de Dulcinea, su figura, su linaje y
contrastando la versión del libro, como cuando Sancho fue a buscarla
por primera vez y la había encontrado limpiando un costal de trigo. DQ
sigue su discurso sobre el mal de encantamientos que lo persiguen, y
hasta hablan del buen Sancho y sus virtudes. De repente los interrumpió
un alboroto de Sancho seguido por una corte liderada por el barbero,
que intentaban hacerle el lavatorio. Pero Sancho se negaba porque no
eran las doncellas, la fuente ni el agua que habían usado con DQ. La
duquesa se divirtió con la escena pero al final defendió a Sancho.
Sancho agradeció a la duquesa, quien le felicitó por aprender de DQ las
buenas maneras al hablar. Al final la duquesa invitó a Sancho a ver la
tarde con sus doncellas, y el duque dio más órdenes de cómo tratar a
DQ, como caballero andante.

(D.Q 2.32) #Cervantes2018


Día 87: Sancho fue con la duquesa y las doncellas a ver caer la tarde.
Apenas se sentaron, rodearon a Sancho y la duquesa empezó a hacerle
preguntas sobre la versión ya impresa de la primera parte de la
aventura. Le preguntó, ya que no estaba DQ, sobre la carta que no
entregó a Dulcinea, y cómo mintió en haberle visto. Sancho le confesó
que el tenía a su señor DQ como loco rematado, aunque a veces fuese
tan lúcido que ni el mismo diablo pudiese expresarse mejor. Pero en su
mayor parte era mentecato, por eso había preferido seguirle la
corriente, y se atrevía hacerle creer cosas tan locas como lo de la
respuesta de la carta, y dijo el tiempo que demoró (que aún no salía en
esa historia impresa). La duquesa le preguntó si el que le seguía no era
al fin tan loco como el amo, y si era capaz de gobernar una ínsula,
cuando no se gobierna a sí mismo. Sancho inmediatamente hizo un
discurso en su defensa, apelando a lo bueno que era DQ, y que sobre
todo que él era fiel. Y que si era capaz de llevar una ínsula, con sus
refranes incluidos. Doña Rodríguez, que escuchaba, hizo un comentario
que hizo reír a la duquesa, que también disfrutó las razones de Sancho.
Y le confirmó que su esposo, el duque, si le daría la ínsula. Y siguió
hablándole sobre la historia publicada y de Dulcinea, que interesaba
particularmente a la duquesa. Sancho siguió y dijo que quizás si era
cierto que esa labradora era Dulcinea, que DQ volvió a ver en la cueva
de Montesinos con las mismas vestimentas. Ya que él no consideraba
tener tanto poder persuasivo o como los encantadores para imponer esa
idea a su amo. Contó un poco más sobre la cueva, porque esa aventura
no aparecen en la primera parte. Siguieron hablando y pasando buena
tarde, hasta que cada uno fue a dormir. No sin antes tener otro
desencuentro con Doña Rodríguez por rucio. La duquesa fue a contar al
duque sobre todo lo conversado y entre los dos planearon una burla a
DQ, que fuese famosa y con estilo caballeresco, para que fuese digna de
aparecer en posteriores aventuras.

(D.Q 2.33) #Cervantes2018

Día 88: Vuelve el teatro, de parte de los Duque, quienes planean hacer
una burla a DQ, que pareciese una aventura digna de aparecer en sus
historias. Los llevaron a caza de montería, y los vistieron para la
ocasión. Cazaron un jabalí, aunque Sancho sufrió por inexperiencia, y no
se mostró contento con la actividad. El duque le mencionó la
importancia de la caza, ya que era una imagen de la misma guerra, y
era buena actividad para reyes y gobernadores de ínsulas. Sancho
mencionó cuáles serían sus actividades como gobernador, y DQ lo
regañó por hablar con sus refranes, pero la duquesa se manifestó feliz.
Anocheció y seguían en el bosque, hasta que escucharon un sonido, y
fueron a buscar su origen. Encontraron un hombre que se presentó como
el diablo y encantador, y que estaban en búsqueda de DQ, y les habló
de la cueva de Montesinos y de Dulcinea encantada. Siguió un desfile
encantado, que intentó simular lo contado en la cueva de Montesinos.
Se fueron presentando y apareciendo los encantadores, que traían su
identidad y discurso, con los respectivos toques de novela de caballería.
Las burlas de los Duques y el espectáculo teatral seguirá en el próximo
capítulo.

(D.Q 2.34) #Cervantes2018

Día 89: Siguió el impresionante acto teatral, liderado por un diablo y


muchas figuras disfrazadas, como las de la cueva de Montesinos. Hasta
la misma muerte estaba en el grupo, causando impresión y espanto en
DQ y Sancho, mientras los Duques fingian terror. La figura de la muerte
se puso en un lugar alto y comenzó un discurso, presentándose como el
mago Merlín, quien también anunció una profecía para DQ y Sancho,
diciendo que se había enterado de la transformación de Dulcinea, y les
daría el remedio para curarla. Y dijo que era necesario que su escudero
se diese 3.000 azotes, y 300 en ambas posadera, y que con ello se
acabarían los encantamientos. Sancho saltó enseguida en contra de
Merlín, pero DQ le ordenó que aceptara la misión. Pero Merlín dijo que
debía ser con voluntad propia. Sancho saltó diciendo que jamás
aceptaría, y que renunciaba. Apareció una mujer vestida con un velo,
diciendo que era el alma de Dulcinea atrapada. Pero Sancho seguía
reacio a aceptar tal designio. El duque interrumpió diciendo a Sancho,
que lamentaba que su futuro gobernador de ínsula no se conmoviese al
llanto de una doncella ni a los ruegos de los sabios. Sancho pidió tiempo
para pensar, pero Merlín dijo que debía decidir en ese momento o sino
Dulcinea regresaría a la cueva de Montesinos. Finalmente, aunque al
inicio indeciso, Sancho aceptó la penitencia. Se escuchó la música de
chirimías, y DQ agradeció a Sancho por su sacrificio. Los Duques estaban
alegres y la caravana siguió su paso, con la Dulcinea con velo
despidiéndose con reverencia.

(D.Q 2.35) #Cervantes2018


Día 90: Los personajes de Merlín y Dulcinea con velo habían sido
representados por el mayordomo y un paje de los duques. La duquesa
preguntó a Sancho el día siguiente, si había iniciado la penitencia.
Sancho dijo que sí, que en la noche con 5 azotes con la mano. La
duquesa le dijo que no estaba cumpliendo bien la penitencia con
semejante blandura, y le sugirió una rama seca. Sancho ofreció
mostrarle a la duquesa una carta que había escrito a su esposa Teresa,
donde contaba las nuevas aventuras con los duques, la penitencia y su
futuro puesto de gobernador. La duquesa contenta se ofreció a
revisarla, y le dijo que se mostraba codicioso al decir que se
enriqueceria como gobernante, porque el gobierno codicioso hace la
justicia desgobernada. De repente llegaron dos hombres de luto con
velo negro y se presentaron ante el duque, anunciando que eran
escuderos de la condesa Trifaldi, que abandonó el reino de Candaya
cuando se enteró que famoso caballero, jamás vencido, Don Quijote de
la Mancha, se encontraba en su castillo. El duque dijo que pasara, la
condesa a la que también llamaban: "la dueña dolorida", y que
encontraría al famoso caballero que curaría sus males. DQ contento
respondió al duque, que ojalá hubiese testigos para comprobar la
importancia de los caballeros andantes.

(D.Q 2.36) #Cervantes2018

Día 91: Sigue la historia con la entrada de otro peculiar personaje,


dentro del teatro de los Duques, la Condesa Trifaldi, "Dueña Dolorida",
quien entró al castillo para conocer al caballero de los Leones. Y DQ
hizo un comentario sobre las condesas que son dueñas, y sirven a las
reinas y otras señoras de alta alcurnia. Doña Rodríguez, que estaba
escuchando, comentó sobre la diferencia entre dueñas, condesas y los
niveles de las doncellas. Sancho un poco confundido con el tema y la
explicación, dijo que era mejor no seguir hablando del tema, ante la
molestia de la doña, que dijo, que siempre los escuderos eran sus
enemigos. La duquesa salió en defensa de doña Rodríguez. Volvieron a
sonar los tambores, anunciando la entrada de Dueña Dolorida. La
duquesa preguntó si sería bien ir ella a recibirla, pues era condesa.
Sancho dio su opinión, no pedida, antes que el duque, diciendo que por
lo de "dueña" no se lo recomendaría. Y DQ le reprendió por su
impertinencia. El duque dio razón a Sancho y dijo, que según la
apariencia de la condesa, verían la cortesía que se merecía.
(D.Q 2.37) #Cervantes2018

Día 92: Se describe la imponente entrada de la condesa Trifaldi, dueña


Dolorida, que va vestida con finísimas prendas, un vestido de luto con 3
faldas (de ahí el "trifaldi" y no el "lobuna o zorruna, que podía acoger,
por la abundancia de tales animales en su condado). Venía con 12
dueñas, todas de luto. Apenas se presentó ante los Duques, preguntó
por DQ y Sancho. Cada uno se presentó e inmediatamente la condesa se
arrojó a los pies de DQ, dando gracias y rogando que la ayudara, y luego
a Sancho, mientras los Duques no podían aguantar la risa. Finalmente la
condesa habló, y empezó a contar con detalles de novelas caballerescas
la historia que la llevaba a esos lugares, causante de sus males. Hasta
que Sancho la corta y le dice que se dé prisa en terminar la historia
porque ya tenía hambre... y la terminará en el próximo capítulo.

(D.Q 2.38) #Cervantes2018

Día 93: La condesa Trifaldi siguió narrando su historia. Y DQ también


pidió que acelerará, porque aún no había llegado a lo amargo de la
dulce historia. La condesa confirmó y dijo:
"quis talia fando temperet a lacrimis?"
(¿quién al narrar tales cosas podrá contener las lágrimas?)
(Cita de "La Eneida" de Virgilio, que curiosamente inicia pronto su
lectura colectiva)
Dentro de su relato fantástico, que seguía mencionando a personajes de
novelas caballerescas y datos aparentemente reales, contó que las
dueñas del palacio fueron castigadas y condenadas a muerte, y en un
momento sintieron agujas en los poros de su cara, que las dejaron de la
forma que estaban ahora. Y se subieron sus velos, dejando ver distintas
barbas ante cada mujer, cada una de un color distinto. Quedando todos
impresionados. Se lamentó de su suerte y la de sus dueñas y dio
muestras de desmayarse.

(D.Q 2.39) #Cervantes2018

Día 94: El traductor, se supone, toma la voz narrativa y alaba a Cide


Hamete por contar las minucias de esta historia, y felicita al autor, a
DQ, a Dulcinea, a Sancho, y da gracias por su existencia. Retoma la
historia, donde Sancho se lamenta por la historia de la condesa
desmayada y pregunta a las dueñas si no tenían a nadie que le afeitase
las barbas. Una de ellas respondió que no, a pesar que en Candaya había
mujeres que iban casa a casa a quitar los vellos. Y dijeron que si DQ no
las ayudaba, con barbas irían a la sepultura. La condesa se despertó y
volvió a pedir a DQ. DQ preguntó sobre lo que tenía que hacer para
ayudarlas. Y la condesa Dolorida volvió a hablar sobre el terrible
Malambruno, al que DQ debería enfrentar, al mago Merlín y un caballo
que podía volar por los aires. Sancho preguntó el nombre del animal, y
la condesa dio el nombre de todos los caballos famosos, y finalmente
dijo: Clavileño el Alígero. Sancho dice que los escuderos no tienen que
ver con estas historias, y que su señor puede ir solo mientras él se
queda con la duquesa, y en ratos ociosos darse los azotes. La condesa
suplicó nuevamente, con lenguaje caballeresco, mezclando historias, e
invocando a Malambruno que le enviara a Clavileño. Todos se
conmovieron y nuestros héroes aceptaron la misión.

(D.Q 2.40) #Cervantes2018


Día 95: Estaba DQ esperando que el encantador Malambruno enviara al
famoso caballo Clavileño. Hasta que entraron por el jardín 4 salvajes
arrastrando un caballo de madera. Los salvajes animaron a DQ y Sancho
que subieran para que el caballo volara porque Malambruno los
esperaba. Pero Sancho renegaba en montarse en semejante animal,
pero el duque intentó convencerle. DQ lo llamó aparte y también le dijo
que era una nueva aventura, y que mejor subiera a su aposento y se
diese los azotes que le faltaban. Sancho dijo que fueran a ayudar a
rapar a esas dueñas y luego cumplía su penitencia. Se subieron sobre
Clavileño, y DQ siguió hablando: "Si mal no recuerdo, yo he leído en
Virgilio aquello del Paladión de Troya, que fue un caballo de madera
que los griegos presentaron a la diosa Palas e iba preñado de caballeros
armados, que fueron la ruina de Troya". Y dijo que habrá que ver lo que
Clavileño trae en su estómago. DQ y Sancho sobre el animal, siguieron
hablando y Sancho soltando insultos del susto. Les taparon los ojos a
ambos, y empezaron a sentir el aire golpeando sus rostros. Se sentían
volar. Pero los Duques habían planeado todo, tenían grandes fuelles y
estopas haciendo aire. Sigue el Teatro. Mientras hablaban, los duques,
las dueñas y todo el mundo en el jardín los escuchaban divertidos. Hasta
que para rematar la aventura, por la cola del caballo pegaron fuego y
salieron cohetes tronadores, lo que hizo que los héroes volaran por los
aires y aterrizaran en el piso medio chamuscados. Todos desaparecieron
del jardín. Cuando se levantaron encontraron una lanza, que tenía un
mensaje con el resumen de la aventura. Los Duques confirmaron que el
encantamiento se había roto y las dueñas ya no tenían barba y se habían
transportado a su hogar. Los Duques siguieron preguntando sobre la
aventura, para descubrir las maravillas que salían de su imaginación,
tanto de DQ y Sancho. Increíblemente DQ fue menos entusiasta que
Sancho en la descripción de la aventura, y dio argumentos para invalidar
lo que contaba haber visto. DQ también impresionado por todo lo que
contaba Sancho, le dijo: "Sancho, si quieres que te crea lo que viste en
el cielo, yo quiero que me creas lo que vi en la cueva de Montesinos".
Caso cerrado. Así acaba la aventura, que dio a los Duques para reír por
años.

(D.Q 2.41) #Cervantes2018

Día 96: Los Duques estaban tan contentos y se habían divertido tanto,
que siguieron su promesa, y dieron órdenes a sus criados y vasallos
sobre el nuevo gobernador de ínsula: Sancho. El escudero se deshizo en
halagos y agradecimientos a los duques, y prometió ser un buen
gobernante. El duque le dijo que iría vestido como hombre letrado y
capitán, porque en la ínsula que le iba a conceder son menester las
armas y las letras. DQ entrenándose de la celeridad del ascenso de
Sancho, lo llevó a su aposento y lo hizo sentar. DQ empieza a hablarle
sinceramente, lo felicita y sigue un discurso con consejos sobre cómo
debe comportarse en su nuevo papel; tener a Dios, conocerse a sí mismo
("nosce te ipsum" del templo de Delfos), hacer gala de la humildad del
linaje, adoctrinar a su mujer, no juzgar con la ley del encaje, descubrir
la verdad entre las promesas de los ricos y los sollozos del pobre,
apartar la injuria, ser justo, entre muchos otros. Termina diciendo que
si los sigue, su fama será eterna, y que esos eran los consejos para
adornar el alma, y ahora les daría unos para adornar el cuerpo.

(D.Q 2.42) #Cervantes2018


Día 97: Siguieron los consejos para ser buen gobernante de DQ a
Sancho. En esta oportunidad, con los que adornaran su cuerpo. Sancho
escuchaba atento. Entonces le dijo, que fuese limpio, se cortara las
uñas, no andase desceñido y flojo, que se vistiese bien y vistiese a sus
criados; que hablase con reposo, que comiese poco, bebiese poco, ni
eructar delante de nadie. Que no mezclase sus pláticas con esa cantidad
de refranes, como solía hacer. Sancho dijo que se sabía muchos, y DQ
dijo que eran buenos pero no tantos de seguido. Montar bien a caballo,
ser moderado en el sueño, y que jamás se pusiese a discutir linajes. Por
ahora eran esos y que le hiciese saber el estado en que se encontrase.
Luego hablaron sobre la incapacidad de Sancho de leer y escribir, pero
sabía firmar su nombre. Volvió a usar refranes al hablar, y DQ lo
reprendió. Y Sancho siguió soltando refranes, a lo que DQ abatido dijo
que hiciese lo que quisiera, pero esperaba lo hiciera bien. Cumplió en
dar sus consejos y esperaba que no lo avergonzara. Y Sancho dijo que
prefería ir Sancho al cielo que gobernador al infierno. DQ dijo que por
eso merecía ser gobernador, por ser buena persona. DQ le deseó lo
mejor y fueron a comer.

(D.Q 2.43) #Cervantes2018

Día 98: Al inicio del capítulo, Cide Hamete sigue jugando con el lector
sobre el narrador/narradores de la obra. Y el caso de la 1ra parte de
incluir dos novelas apartes dentro de la novela, como fueron El curioso
impertinente y El capitán cautivo, para salir de la monotonía del
Quijote y Sancho. Y que en esta 2da parte no habrán novelas sueltas
sino algunos episodios que lo pareciesen (como el de los Duques)... esta
descripción de Hamete, muestra que Cervantes tuvo en cuenta detalles
de recepción de la primera parte para la segunda... Siguiendo la
narración, los Duques mandaron a Sancho al lugar de su ínsula. El
encargado de llevarlo fue el mayordomo de los Duques, que había hecho
el papel de la condesa Trifaldi en los anteriores capítulos. A Sancho le
pareció conocida su cara, pero DQ le dijo que no dijera tonterías. Salió
Sancho con una comitiva y vestido de letrado, y rucio escoltaba la
caravana. El narrador nuevamente interrumpe diciendo al lector que se
prepare para reír en los próximos capítulos sobre cómo le fue a Sancho
gobernando. Mientras DQ sintió nostalgia por la perdida de Sancho, y se
quedó momentáneamente con los Duques en un aposento, donde pidió
que nadie le sirviese. Salió a cenar pero pronto regresó a su aposento
cargado de melancolía, y recordando a Sancho. Desde su aposento DQ
escuchó una conversación, donde una tal Altisidora, hablaba con otras
sobre cantar a su amado, a ese nuevo Eneas (nuevo guiño a
#Virgilio2018). De repente, sintió tocar un harpa, y DQ quedó pasmado,
al recordar todas aquellas historias donde sonaba tal instrumento... y
Altisidora cantó una canción/serenata a nuestro caballero andante, y un
homenaje que en su letra repasaba sus aventuras. DQ estaba encantado
con esta declaración de amor, pero inmediatamente pensó en Dulcinea,
y dijo que él sólo era de ella. Cerró abruptamente la ventana y se
acostó a dormir.

(D.Q 2.44) #Cervantes2018

Día 99: Nuevamente el narrador interviene, dando una introducción


jocosa al episodio donde Sancho toma posesión de su ínsula y empieza a
gobernar. Llegó Sancho a la ínsula Barataria, un lugar de hasta mil
vecinos. Lo recibieron con alegría y música, lo llevaron a la iglesia a dar
gracia a Dios y le dieron las llaves del pueblo, y se posesionó como
perpetuo gobernador de la ínsula Barataria. El mayordomo le informó a
Sancho de un tradición en que el gobernador debía responder una
pregunta dificultosa para que el pueblo tome el pulso del ingenio del
nuevo gobernante. Sancho se distrajo viendo detalles de su silla, pero le
respondió que hiciera la pregunta. Para la pregunta entraron dos
hombres, un labrador y un sastre; ambos tenían un conflicto que
llevaron para que el gobernador solucionara. El sastre habló, contando
que el día anterior el otro hombre había llegado con un pedazo de paño
para hacer una caperuza, y le preguntó si alcanzaría. Viendo el labrador
que el sastre quería hurtar la parte sobrante del paño, le preguntó si
saldrían 2, 3, 4, hasta llegar a 5 caperuzas, y el sastre respondía
afirmativamente. El sastre alegaba que cuando el labrador fue a
buscarlas, no quería pagarlas. Pidieron que mostrase las 5 caperuzas.
Sancho dio su veredicto, y dijo que era de muy fácil solución, hizo que
el sastre perdiese la hechura y el labrador el paño, y con sus caperuzas
ambos fuesen presos a la cárcel. Y se hizo lo que ordenó el gobernador.
Luego entraron dos ancianos que traían un problema de incumplimiento
de pago de un préstamo. Aceptaban que el préstamo se había hecho,
pero uno decía que no le había pagado y el otro que sí. Sancho le dio el
báculo del deudor al prestamista, y ordenó que lo rompiese, e
increíblemente dentro salieron los 10 escudos de la deuda. Desde ese
momento consideraron a Sancho como un nuevo Salomón. Luego explicó
lo que le permitió inferir que dentro del báculo estaba el pago, por su
astucia. Luego entró otro caso, una mujer asida fuertemente por un
ganadero rico. La mujer alegando violación por parte del ganadero, y la
versión del ganadero decía que volviendo a su aldea se encontró con
esta dueña, acordaron acostarse, pero como el hombre no pagó lo
suficiente, ella alegaba la violación. Sancho analizó bien y ordenó que
el ganadero diese el dinero que traía a la mujer, que era una bolsa con
20 ducados. El ganadero lo dio dudoso y la mujer lo arrebató y
agradeció al gobernador. Cuando iba saliendo, Sancho ordenó al
ganadero que fuera y le quitase nuevamente la bolsa y volvieran. Los
presentes estaban en suspenso. El ganadero volvió peleando con la
mujer, quien se sobre puso y no se dejó quitar la bolsa. Sancho le dijo
que si con tanta fuerza hubiese defendido su cuerpo, y la puso en
evidencia, y ordenó que abandonara el lugar y el ganadero quedó con su
bolsa. Así los juicios y sentencias del nuevo gobernador fueron
admirados, y el duque fue avisado, quien esperaba noticias con ansias.

(D.Q 2.45) #Cervantes2018

Día 100: Mientras tanto en casa de los Duques, DQ seguía pensando en


la melodía de la serenata. El día siguiente salió con los Duques, y al
pasar por una galería estaba Altisidora esperándolo con una amiga, y al
ver a su amado se desmayó. DQ le dijo a su amiga que la invitaba a
consolarla tocando un laúd y cantándole. Altisidora y su amiga,
claramente ambas trabajando para la duquesa fueron a contarle, y la
duquesa consiguió el laúd y preparó una nueva burla para DQ. DQ en la
noche encontró una vihuela en su habitación y cantó una canción sobre
caballeros andantes y doncellas, para los Duques, Altisidora y casi toda
la gente del castillo. De repente, al terminar la canción, se escuchó un
ruido, se descolgó un cordel y cayó un saco de gatos con cencerros
amarrados a la cola. Aunque era parte de la broma de los Duques, éstos
también estaban asustados. DQ sacó su espada y comenzó a espantar,
pensando que era obra de los malignos encantadores. Y lanzado
cuchillos a los gatos, uno de ellos empezó a rasguñarle su cara. Los
Duques escuchando los gritos de DQ, intervinieron y pensaron poner fin
a la broma. DQ terminó rasguñado en todo el rostro y Altisidora le curó
las heridas. Y le confesó su amor a DQ. DQ pasó varios días en cama y
los Duques preocupados.

(D.Q 2.46) #Cervantes2018


Día 101: Sancho sigue en su gobierno. Se describe la solemnidad en que
vivía, en honores y comensales. Mantiene una charla con su médico, que
le asesora sobre las mejores comidas para su salud. Pero el doctor Pedro
Recio de Agüero, se fue muy lejos en sus prohibiciones alimenticias a
Sancho, que éste lo amenazó en que se fuera si no quería que le
estrellase la silla en la cabeza y le dieran de comer todas las delicias.
De repente llegó un mensaje con una nota del duque, y su secretario le
leyó la carta, en donde le advertía de un posible ataque a la ínsula de
uno de sus enemigos, y de unos infiltrados que tenían como objetivo
quitarle la vida por su ingenio. Sancho quedó atónito con le mensaje, y
pidió al mayordomo que metiesen preso al médico, que si alguien quería
matarlo tenía que ser él, que quería matarlo de hambre. De repente
anunciaron la llegada de un labrador pidiendo audiencia al gobernador
Sancho. Sancho molesto por esta interrupción, al final lo recibió. El
labrador se presentó como un pintor, su ofrecía pintarlo, y le pidió
distintos favores para con él, desde una carta de favores hasta varios
ducados. Sancho enojado lo echó a patadas y a insultos por su
insolencia.

(D.Q 2.47) #Cervantes2018

Día 102: La acción pasa nuevamente a DQ y el castillo de los Duques.


DQ pasó 6 días sin salir de su aposento por las heridas de los gatos. Y
cuando escuchó que abrían su puerta, se imaginó a Altisidora que venía
a acusarlo y a abusar de él. Pero era doña Rodríguez, una de las dueñas
de la duquesa. DQ pensó que tras ofrecerle reinas y condesas, ahora le
ponían una dueña para engañar a su Dulcinea. Pero doña Rodríguez le
dijo que esperara. DQ se sentía acosado y recordó la cueva donde el
traidor y atrevido Eneas gozó a la hermosa y piadosa Dido (nueva
referencia a #Virgilio2018). Cide Hamete interviene en la narración
tratando de imaginar esa situación de intimidad entre los dos
personajes. Al final DQ se metió en la cama e invitó a doña Rodríguez a
contar aquello que tenía dentro de su cuitado corazón y lastimadas
entrañas. Doña Rodríguez empezó a contarle su historia a DQ. Contó
sobre su infancia, cómo sus padres se empobrecieron y le tocó trabajar
como dueña para señoras de alta cuna, y cómo se enamoró una vez de
un escudero mayor, con quien se casó y tuvo una hija. Pero el marido
murió tiempo después. Contó que su marido tuvo un inconveniente con
doña Casilda, su antigua ama, a quien su marido dejó caer, causando su
despido. Y cómo luego, por su habilidad en la costura, la duquesa se la
llevó a vivir a su casa junto con su hija, que creció con muchas virtudes.
Pero la hija se enamoró de un labrador, quien la burló y prometió
casamiento para yacer con ella, y luego de conseguirlo no quería
comprometerse. Y le contó todo esto a DQ, para que le ayudase a
deshacer ese agravio. De repente sintieron un golpe que abrió las
puertas del cuarto de DQ, y alguien cogió por la garganta a doña
Rodríguez, y luego empezó a azotarla; mientras a DQ lo pellizcaban. No
se veía nada, y DQ pensó en los encantadores. La sombra salió y doña
Rodríguez salió sollozando sin decir palabra alguna.

(D.Q 2.48) #Cervantes2018

Día 103: La acción continúa con Sancho en la Gobernación de su ínsula.


Luego de leer la carta del duque, volvió a entrar el médico Pedro Recio
Agüero a la sala, mientras Sancho da un discurso, como los de DQ, que
deja impresionado a los presentes. El médico prometió darle lo que
quería de comida. Llegada la noche, y luego de un banquete, Sancho
salió a hacer ronda con su comitiva: mayordomo, secretario,
maestresala y el coronista que documentaba todos los hechos. En el
camino escucharon una trifulca y fueron a ver. Eran dos hombres
peleando, y Sancho pidió que contaran la razón del conflicto. Eran
problemas de dinero, por un dinero ganado en una casa de juego por
uno de ellos, y el otro reclamaba su parte por darle suerte y estar a su
lado. Sancho dio su veredicto, mandando a dar 100 reales y más al
hombre de la suerte y desembolsar otros 30 para los pobres de la cárcel,
y al otro hombre que tomara los 100 reales y abandonara mañana esa
ínsula, desterrado por 10 años, y si lo incumple sería colgado. Y que
nadie le replicase su decisión. Pensó enseguida en quitar esas casas de
juego, que eran perjudiciales. Se fue encontrando más casos en la ronda
nocturna, como el mozo que no quería dormir, o una doncella vestida
con hábito de hombre, que confesó ser hija de un conocido hombre
local, que la había mantenido encerrada durante todos estos años.
Sancho le dijo que apurara en contar la historia. Contó que su hermano
la ayudó a escapar, vistiendo de hombre, y dijo que su único deseo era
ver el mundo. Sancho dijo que los regresaría a casa de su padre, y con
sus refranes siguió: "De aquí en adelante no se muestren tan niños, ni
tan deseosos de ver mundo, que la doncella honrada, la pierna
quebrada, y en casa, y la mujer y la gallina, por andar se pierden aína,
y la que es deseosa de ver, también tiene deseos de ser vista. No digo
más".

(D.Q 2.49) #Cervantes2018

Día 104: Cide Hamete nuevamente interviene y nos cuenta que cuando
doña Rodríguez fue al aposento de DQ, la siguieron otras dueñas que se
dieron cuenta. Avisaron a los duques, quienes dieron permiso de espiar
la conversación. En medio de la charla íntima, Altisidora y otras dueñas
entraron e hicieron todo lo que pasó al final del capítulo anterior,
atacando a doña Rodríguez y DQ. Mientras la duquesa mandó un
mensaje a llamar a Teresa Panza. El mensajero llegó y le entregó una
carta de su marido, el gobernador, y un presente de la duquesa,
quedando Teresa y su hija sorprendidas. Pidieron al hombre que les
leyera la carta. Teresa se emocionó con la carta y la noticia, pidió a
Sanchica que diera de comer al paje mientras ella iba a dar la noticia a
los vecinos con las prendas que había mandado la duquesa. El cura y el
bachiller Sansón Carrasco escucharon y fueron a indagar más. Sanchica
hablaba llena de refranes como su padre, manifestando su alegría.
Sansón manifestaba su incredulidad sobre esa situación, y el paje lo
invito a que lo acompañase de regreso y lo viera con sus propios ojos. El
cura se llevó al paje para indagar más sobre DQ y sus hazañas. Y Teresa
pagó para que le escribiesen las cartas de respuesta a Sancho y la
duquesa, rechazando la propuesta de Sansón en escribirlas.

(D.Q 2.50) #Cervantes2018

Día 105: Sigue la acción en la ínsula de Sancho, donde luego de la ronda


descansó y se levantó con un desayuno especial del doctor Pedro Recio,
que no gustó mucho a Sancho y le dejó con hambre. Llegó un forastero
que le ofreció una pregunta y adivinanza, que Sancho respondió con
sabiduría, y recordó los consejos de su amo DQ. Llegó una carta de DQ a
Sancho, que el secretario aprobó y leyó gustosamente, diciendo que
debía estar escrita en letras de oro. En la carta su amo lo felicitaba por
su buen gobierno, del que estaba enterado, y aprovecha y da más
consejos sobre su higiene y el vestir, sobre visitar a la gente de la
ínsula, no ser mujeriego. Le contó que la duquesa había escrito a su
mujer Teresa, y que le contara si el mayordomo tenía que ver con lo de
la Trifaldi como sospechaba. Sancho inmediatamente le dijo a su
secretario para dictarle una carta de respuesta a su amo, donde le
saluda con afecto, "señor mío de mi alma", y dice que no había escrito
por lo ocupado y que estaba pasando más hambre que cuando andaban
por las selvas y senderos. También mencionó la carta del duque donde
advertía de un asesino, pero que por ahora el único villano era el doctor
que lo mataba de hambre, Pedro Recio, y contó sobre él. Y le sigue
contando algunos eventos de su gobierno. Y finaliza la carta con un
"criado de vuestra merced, Sancho Panza el Gobernador". Y luego de
responder a su amo, salió animado para impartir justicia y su papel, por
lo que hizo unos cambios sobre el precio de algunos elementos, sobre
los ciegos que cantan y creó un alguacil de los pobres... tantas medidas
tan buenas que hasta hoy se guardan en "Las constituciones del gran
gobernador Sancho Panza".

(D.Q 2.51) #Cervantes2018

Día 106: DQ recuperado de los rasguños pensó en decir a los Duques que
se marchaba a Zaragoza. Cuando estaba apunto de informarles en la
mesa, entraron dos mujeres de luto y llorando, quienes se pusieron a los
pies de DQ. Los Duques estaban extrañados porque no lo habían
organizado. Las mujeres se descubrieron el velo, y se vio a doña
Rodríguez, la dueña de la casa, junto con su hija, la que fue engañada
por el labrador. Doña Rodríguez enterándose de la partida de DQ, fue a
pedirle que le ayudase a defender el honor de su hija antes. Se disculpó
ante los Duques, pero el duque aceptó y además añadió que él prestaba
las instalaciones del castillo para que se llevara a cabo el duelo, y
citarían al mancebo. DQ aceptó. En ese momento llegó el mensajero
con las cartas de respuesta de Teresa Panza, a la duquesa y Sancho. La
duquesa emocionada abrió las cartas. En una Teresa le daba las gracias,
contando el revuelo generado en el pueblo y algunos incrédulos que no
le creían. Pidió que le dijera a su marido que enviase dinero. Pidieron a
DQ permiso para abrir la de Sancho, y el mismo DQ la abrió. En ella
repetía el deseo de ir a visitarlo con Sanchica, y fuese recogida por un
coche, que vieran sus vecinos. También volvió a mencionar la
incredulidad del cura, el barbero y el bachiller. Y aprovechó a contar
chismes del barrio. Los Duques rieron con las cartas, y llegó enseguida
la que Sancho mandaba a DQ, que también se leyó públicamente. La
duquesa se fue con el paje mensajero, quien contó más detalles y le
hizo entregas de las bellotas y un queso de Teresa.
(D.Q 2.52) #Cervantes2018

Día 107: Cide Hamete inicia con una reflexión sobre lo poco que las
buenas cosas han de durar... estaba Sancho en la séptima noche de su
gobierno en su cama, no harto de pan y de vino sino de juzgar y
gobernar. Cuando de repente escuchó un alboroto, y al abrir la puerta
de su aposento vio a más de 20 personas con antorchas encendidas y
espadas desvainadas gritando que los enemigos los estaban atacando.
Pedían a su líder que se armara y los liderara, pero Sancho pensaba que
eras cosas eran de su amo DQ, pero siguió adelante. Sancho
desesperado dio discursos, fue atropellado entre gentío, pidió vino y
que le quitasen el sudor, hasta desmayarse del temor. Claramente todo
seguía siendo una broma y parte del teatro, pero al día siguiente que
Sancho se levantó del desmayo, todos lo observaban atentamente. Se
vestía con prisa, y cuando terminó se acercó a su rucio y le abrazó y le
besó, y con lágrimas dijo palabras a su asno y luego dirigiéndose a los
demás dijo que le dejaran regresar a su antigua libertad, a buscar su
vida pasada para resucitar de esa muerte presente. El doctor Pedro
Recio le dijo que se quedara y que sería más flexible con las comidas. El
mayordomo también lo despidió con pesar. Sancho dijo que iría directo
a darle la noticia al duque. Pidió para el corto camino pocas
provisiones, y todos lo abrazaron y lloraron... los dejó admirados, sus
razones y su determinación tan resoluta y tan discreta.

(D.Q 2.53) #Cervantes2018

Día 108: Los Duques, como el mozo que había engañad a la hija de doña
Rodríguez estaba en Flandes, decidieron hacerlo pasar por otro, que les
ayudara a hacerle una nueva broma a DQ. El narrador hace una pausa a
esta historia y pasa a la de Sancho, quien ya iba en su viaje de regreso
tras abandonar su puesto de gobernador. En el camino se encontró con 6
peregrinos. Entre ellos estaba un vecino de Sancho que no reconoció al
inicio, Ricote el morisco, tendero del lugar. Pararon en el camino para
comer, y Ricote le dijo que le contaría su historia y por qué andaba
disfrazado de esa forma. Ricote cuenta y ambienta sobre el problemas
de los descendientes musulmanes en España, y un decreto de expulsión
en el año 1610, que estuvo precedido por una disposición que permitía a
los moriscos expatriarse voluntariamente. Y cómo fue desterrado junto
a su familia, pero el deseo de regresar a su natal España nunca se había
perdido, y regresaba también a sacar el tesoro que había enterrado
antes de partir, porque a los expulsados se les impedía llevarse dinero
alguno. Invitó a Sancho a que lo acompañara en su aventura con la
promesa de pagarle 200 escudos. Sancho le respondió que no era
codicioso y que peciso regresaba de abandonar un buen puesto como
gobernador. Ricote pidió detalles, aunque le dijo que las ínsulas no
estaban en tierra firme sino dentro del mar. Intentó convencerlo pero
Sancho volvió a negar y dijo que quería llegar pronto donde su señor
DQ. Se despidieron con afecto y se desearon suerte en sus respectivas
empresas.

(D.Q 2.54) #Cervantes2018

Día 109: El encuentro con Ricote atrasó a Sancho en su camino, por lo


que tuvo que parar al anochecer y buscó con Rucio un lugar para pasar
la noche. Con la mala suerte de caer en una honda y oscura sima, entre
unos edificios antiguos. Cayó sobre su Rucio y no se hizo daño. Sancho
empezó a lamentarse de su suerte, de pasar de gobernador a sepultado
en un hueco sin ayuda alguna. Y no creía que iba a ver lo mismo que su
amo DQ en la cueva de Montesinos, sino vería sapos y culebras. Miró a
su Rucio y le pidió perdón por no corresponder a sus buenos servicios.
Pero entonces encontró un agujero, donde podía caber una persona y
hasta su Rucio, y lo tomó por el cabestro, y sin dejar de lamentarse
siguió el camino. El narrador pasa enseguida a DQ, quien se encontraba
practicando para su duelo contra el robador de la honra de la hoja de
doña Rodríguez. DQ salió a los alrededores, y se encontró junto a una
cueva, de donde escuchó una voz pidiendo ayuda, y se le pareció a la de
Sancho. Sancho confirmó que era él, y DQ se sorprendió, pensando que
Sancho debía haber muerto y esa era la voz de su alma en pena. Y dio
un discurso donde dijo que su labor no se limitaba a ayudar a vivos sino
también a muertos, y que si era Sancho debía estar en el purgatorio
antes de pasar a los infiernos, pero que él pediría por su alma cuando
llegase a su hacienda. Sancho escuchando todo el disparate entendió
que era su amo y pidió a ayuda. De repente Rucio rebuznó, lo que
confirmó las dudas a DQ, y fue a casa de los Duques a pedir ayuda.
Regresó con ayuda y los Duques sorprendido que Sancho hubiese
abandonado su gobierno. Luego fue a donde los Duques a dar
explicaciones. Sancho contó todo lo que le contaron, pero dijo que eso
de gobernar no era para él, y que la dejó intacta como la encontró. Sólo
había salido con su Rucio y pocas provisiones. Que pasaba del gobierno a
servir nuevamente a su amo DQ, con quien pasaba además menos
hambre. Los duques lo abrazaron y le agradecieron.

(D.Q 2.55) #Cervantes2018

Día 110: Los Duques seguían disfrutando de los males de Sancho y DQ


con sus bromas. Y el mayordomo les fue a contar todos los detalles del
abandono de Sancho. Hasta que llegó el día del duelo, y el duque
advirtió a su lacayo Tosilos, la forma de luchar con DQ sin matarlo. En la
plaza del castillo de levantó un escenario, con todo y maestro de
ceremonia. Mientras se preparaban, el lacayo navegaba entre otros
pensamientos distantes, y miró a la hija de doña Rodríguez, y cayó
perdidamente enamorado. Y se preguntó si luchaba para casarse con
ella o para no casarse. Le dijeron que sí. Entonces él se echó para atrás
y dijo que se daba por vencido porque quería casarse con esa doncella.
El lacayo fue donde las señoras y se descubrió el rostro. Vieron que era
el lacayo del duque y no su amado que la había engañado, y la hija
empezó a gritar indignada del cambio. DQ les dijo que debían ser los
encantadores que cambiaron el rostro. El duque estuvo apunto de partir
de la risa, pero se controló y dijo que encerraran al hombre 15 días y
esperaran a ver si cambiaba de forma. Recordaron el caso del Caballero
de los Espejos y el bachiller Sansón Carrasco, y el de la misma Dulcinea
como rústica labradora. Finalmente Tosilos fue encerrado para esperar
su transformación o "metamorfosis", DQ sumó otra victoria, y doña
Rodríguez y su hija contentas de que todo terminara en casamiento.
Preferirán un lacayo que burlada por caballero.

(D.Q 2.56) #Cervantes2018

Día 111: Finalmente DQ pensó que ya estaba bien partir y seguir su


camino, y salir de tanta ociosidad con los duques (por fin!). La duquesa
dio las cartas de Teresa a Sancho, quien lloró al leerlas e imaginar la
reacción de su mujer al saber que había regresado a las aventuras con
DQ, y abandonado el gobierno. DQ el día siguiente se presentó armado
en la plaza del castillo. Sancho sobre su rucio, contento porque los
Duques le dieron 200 escudos de oro para gastos. De repente, Altisidora
empezó a declamar unos versos hacia DQ, por dejarla abandonada,
"Cruel Vireno, fugitivo Eneas, Barrabás te acompañe, allá te avengas"
(nuevamente con el guiño a La Eneida de #Virgilio2018) y además
mencionó Troya, y hasta actuó de oráculo o pitonisa como Casandra,
augurado que las aventuras se vuelvan desventuras. Y además lo acusó
de robar tres tocadores y una liga del castillo. DQ preguntó a Sancho, y
confesó tener los 3 tocadores. La duquesa complacida por la
improvisada irrupción de Altisidora, y el duque reclamó a DQ por los
hurtos. DQ respondió y aclaró que los tocadores los tenía Sancho, y que
él nunca había sido ladrón. Y la liga si es un invento de la doncella, que
se muestra enamorada y él no tenía culpa de ello. Todo aclarado. Los
Duques despidieron y desearon éxitos a los viajeros. Altisidora se
disculpó y Sancho le reclamó. Siguieron su camino a Zaragoza.

(D.Q 2.57) #Cervantes2018

Día 112: Ya estando lejos del castillo de los Duques, DQ y Sancho


saborearon de nuevo la libertad: "La libertad, Sancho, es uno de los más
preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden
igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre...". Sancho
se conmovió por el discurso sobre la libertad de DQ, y le dijo sobre los
200 escudos de oro que le dieron los Duques para su camino. De repente
en el camino vieron a un curioso grupo de una docena de hombres
vestidos de labradores, quienes tenían unas mantas blancas con que
cubrían algo debajo. DQ se acercó y preguntó sobre lo que aquellos
lienzos cubrían. Respondieron que eran imágenes de relieves y
entalladura que servirían para un retablo que hacían en la aldea. DQ
insistió en verlas. Y al verlas, DQ fue identificando a distintos caballeros
andantes del pasado, inmortalizados en el lienzo como santos
caballeros. DQ los repasó uno a uno y daba detalles de ellos, y al final
dijo que esos santos caballeros profesaron lo mismo que él, con la
diferencia que ellos fueron santos y pelearon a lo divino y él era
pecador y peleaba por lo humano. Los hombres admirados por lo que
decía DQ, aunque sólo entendían la mitad, comieron juntos y luego se
despidieron. Sancho también, como siempre, admirando los
conocimientos de su amo. Luego siguieron hablando de las aventuras
pasadas y hasta de los tipos de amor y de hermosura. Entre la charla
iban entrando a una selva, donde DQ se vio enredado con unos hilos
verdes, que rompieron pensando que eran tretas de la enamorada
Altisidora. Pasando la selva se encontraron con dos bellas y jóvenes
pastoras (o disfrazadas). Una de ellas dijo que habían sido autoras de los
hilos verdes, y contaron que eran de una aldea que habían venido a ese
lugar junto a otro grupo para formar una nueva y pastoril Arcadia
(región griega de vida pastoril). Se habían estudiado las églogas de
Garcilaso y Camoes. Y los invitaron a unirse a la comunidad de la
Arcadia Fingida. Llegó un hermano de una de las pastoras, también
vestido de pastor, y reconoció a DQ por haber leído ya la historia de la
primera parte de sus aventuras. Ante ese elogio de encontrar otros
lectores, los acompañaron a comer y aceptaron la invitación. En plena
cena DQ se despachó con un nuevo discurso sobre uno de los mayores
pecados, que no es la soberbia, sino el desagradecimiento. Sancho
seguía admirado de su amo, y preguntó si alguno podía considerar loco a
su amo con todas las cosas brillantes que decía. Pero a DQ no le hizo
gracia el comentario sobre su juicio y lo insultó. DQ se levantó y
siguieron el camino, donde se encontraron a varios hombres a caballos y
con lanzas. Uno de ellos ordenó a DQ apartarse del camino, pero éste lo
retó enseguida. Ni el vaquero ni DQ tuvieron tiempo de reaccionar
porque la estampida de toros bravos pasaron sobre DQ, dejándolo
apaleado. DQ esperó a que Sancho, Rocinante y Rucio llegasen, y
partieron de la Arcadia fingida.

(D.Q 2.58) #Cervantes2018

Día 113: Se detuvieron a comer cerca a una fuente. Ante las pocas
provisiones que quedaban, Sancho se mostraba cauto y esperando a que
su amo empezara a comer, pero DQ lo animó a seguir y comer, y que no
se preocupara por él. Luego buscaron la venta más cercana, donde
Sancho tuvo una discusión con el ventero sobre la comida que ofrecía.
Al final, un plato de uñas de vaca, manos de ternera cocidas con
garbanzos, cebollas y tocino hizo la diferencia. Entonces DQ escuchó en
un aposento cercano que alguien hablaba sobre leer otro capítulo de la
2da parte de Don Quijote de la Mancha (refiriéndose al famoso Quijote
apócrifo de Avellaneda). DQ se alarmó y pegó más el oído para escuchar
la conversación. Hablaban sobre las impresiones sobre la 1ra parte, y
sobre la posibilidad que DQ olvidara a Dulcinea. Ante tal afirmación, DQ
alzó la voz diciendo que jamás olvidaría a Dulcinea. Los dos caballeros
salieron para ver quien les hablaban, y al reconocer al verdadero DQ, se
lanzaron a su cuello en agradecimiento. DQ les arrebató el libro y
empezó a hojearlo. Empezó a criticar lo que iba leyendo, entre ellos el
prólogo ofensivo (donde carga contra Cervantes), el lenguaje y el
nombre de la esposa de Sancho. Don Jerónimo, uno de los caballeros
reconoció a Sancho, que salió apenas mencionaron a su esposa. DQ
aceptó invitación de los caballeros a cenar con ellos, y Sancho se quedó
comiendo con el ventero. Hablaron de Dulcinea, y les contó sobre el
encantamiento. Luego de comer, Sancho se unió. Compararon la versión
con aquella original de Cide Hamete Benengeli. DQ no pudo seguir
leyendo el libro impostor, por la falta de invención, la pobreza de letras
y su riqueza en simplicidades. Y respondiendo a los caballeros, dijo que
se dirigían a Zaragoza, a sus fiestas. DQ pensó en desviar su camino,
para no seguir la ruta de esa versión impostora y desenmascarar al
historiador moderno. Se fueron a dormir, y los caballeros quedaron
maravillados de conocer a los dos verdaderos DQ y Sancho.

(D.Q 2.59) #Cervantes2018

Día 114: Con la noticia de que el falso historiador que escribió la 2da
parte e sus aventuras, había escrito que iba a Zaragoza, decidió cambiar
la ruta e ir directo a Barcelona. En el camino a Barcelona, tuvieron que
dormir varias veces al aire libre. En una de esas noches, DQ fue
atormentado en sueños/pensamientos por los recuerdos de la cueva de
Montesinos, de Merlín, de Dulcinea encantada. Y se despertó con la
disposición de darle los 3.000 azotes que romperían el encanto. Cogió a
Sancho desprevenido y lo ató con cintas. Sancho se quejó recordando
que los azotes debían ser voluntarios. Sancho se abalanzó sobre DQ y lo
puso contra el piso. Sancho le rogó y convenció que le dejara a él mismo
decidir sus azotes. Cuando Sancho se levantó sintió que le tocaban la
cabeza, y al tocar con la mano sintió dos pies de personas. Llamó a DQ y
le dijo que todos esos árboles tenían pies humanos. DQ lo calmó
diciendo que ese era el bosque de los ahorcados, donde los ladrones por
esos lares era ahorcados por la justicia. Al amanecer, se vieron
rodeados de más de 40 bandoleros vivos, que les decían que se
quedaran quietos y esperaran a su líder. Los hombres empezaron a
registrar a Rucio y Rocinante, y cuando iban a despojar a Sancho, llegó
el líder y detuvo a sus hombres. El líder se sorprendió de ver una lanza
arrimada a un árbol, un escudo en el suelo, y a DQ armado y pensativo,
con la más triste y melancólica figura que pudiera formar la misma
tristeza. Y le dijo que no estuviese triste, que el no era un cruel, sino
que era Roque Guinart, que era más compasivo que riguroso. DQ
respondió que no era tristeza por haber caído en su poder sino por
haber sido descuidado y no haber estado alerta. Roque que había
escuchado de DQ, se dio cuenta enseguida de su enfermedad que tocaba
más la locura que la valentía. Pero en ese momento llegaron varios
caballos y hombres armados liderados por una mujer, que se presentó
como Claudia Jerónima, hija de Simón Forte, y contó brevemente a
Roque lo que había hecho: había matado al hijo de Clauquel Torrellas,
enemigo de Roque, porque la había engañado y se había casado con
otra. Entonces pedía ayuda a Roque para que le ayudase a escapar y
defendiese a su padre de la venganza del enemigo. DQ escuchando la
conversación, dijo que él mismo se encargaría de hacer cumplir a ese
joven su promesa, vivo o muerto, que le diesen sus armas y su caballo y
lo esperasen. Roque no los escuchó y fue él mismo con Claudia.
Encontraron al joven herido siendo llevado por sus criados. Llegaron a
ellos y Claudia le decía al moribundo que si no la hubiese engañado eso
no hubiese pasado. El joven le dijo que había sido producto de sus celos
y que sólo iba a desposarla a ella. Entonces Claudia se desmayó junto al
joven. Y al despertar, sólo ella logró hacerlo. Roque ordenó a los
criados que llevaran el cuerpo a su padre. Claudia le dijo que se iba a
internar a un monasterio. Roque le ofreció toda la ayuda y regresó
donde sus hombres. Roque y sus hombres sacaron todo lo que habían
robado últimamente y lo repartieron exactamente en partes iguales.
Diciendo que era la única forma de convivir entre ladrones. Sancho
estaba impresionado por el sentido de justicia entre ladrones. Los
bandoleros se fueron a atracar otro grupo, y Roque se quedó hablando
con DQ, donde hablaron largamente sobre la justicia, los robos y las
motivaciones. Quedando ambos sorprendidos con sus respectivos
discursos. Hasta DQ le propuso enseñarle a ser caballero andante, ante
la risa de Roque. Los bandoleros llegaron con las nuevas víctimas, que
traían a dos capitanes de la infantería española, con un cargamento de
varios escudos y sus familias en los carruajes. Al saber el monto, Roque
propuso que le dieran una parte de su cargamento para compartir con
sus hombres. Todos estaban sorprendidos del sentido de justicia y
detalle de Roque, se hasta los capitanes agradecieron. Roque se apartó
y escribió una carta a un amigo en Barcelona, diciendo que había
conocido al famoso DQ, del que tantas cosas se decían. Que era un
hombre muy gracioso y muy entendido. Para que lo atendiese cuando
llegase. Envió la carta con uno de sus hombres, que se disfrazó de
labrador.

(D.Q 2.60) #Cervantes2018

Día 115 y 116: En el capítulo 61, DQ y Sancho llegan a Barcelona


finalmente, desviando la ruta original a Zaragoza, para engañar la
versión impostora de la 2da parte de Avellaneda. Se encuentran con
plena celebración del día de San Juan en Barcelona, con un espectáculo
pirotécnico y hombres con artillería. Y entre ellos llegó el avisado amigo
de Roque Guinart, que recibiría a DQ y Sancho, quien le dio la
bienvenida al verdadero DQ de la Mancha. En el capítulo 62 sigue
contando, como el avisado de Roque, que se llama Don Antonio Moreno,
los lleva a su casa en plena celebración, pensando Sancho que habían
llegados a unas segundas bodas de Camacho y segundo castillo de
Duques, por la abundancia de comida, bebidas, fiesta y la imponente
presencia de un castillo. Mientras comían y don Antonio presentaba las
delicias, Sancho le contó de su etapa de gobernador. Luego don Antonio
llevó a DQ a un aposento para contarle una historia íntima y personal,
que pidió no replicar. Le llevó hacia una cabeza de bronce en una mesa,
y le dijo que tal cabeza había sido fabricada por uno de los mayores
encantadores y hechiceros del mundo, y tenía la virtud de responder
cualquier pregunta. Aquella tarde salieron con DQ a pasear, y a Sancho
lo mantuvieron entretenido en el castillo. DQ llevaba un balandrán, que
a las espaldas llevaba cocido un pergamino en letras grandes que decía:
"Éste es Don Quijote de la Mancha". En el paseo DQ se admiro de
cuántos le admiraban y le reconocían. Pero entre uno de ellos, salió uno
diciendo que era un loco y no sabía cómo seguía vivo después de tantos
palos recibidos. Don Antonio salió en defensa de DQ y dijo al agresor
que siguiese su camino. Volvieron a la casa, donde siguieron celebrando
a sus huéspedes y amigas de la señora de la casa. Un día volvieron
donde la cabeza mágica para hacerle preguntas. En su turno, DQ le
preguntó por la cueva de Montesinos, si fue verdad; sobre los azotes de
Sancho y el desencanto de su Dulcinea. La cabeza respondió con rodeos
y generalidades. Sancho también le preguntó si volvería a gobernar y si
volvería a ver a su mujer e hijos. La cabeza le dijo que gobernaría en su
casa. Sancho insatisfecho dejó en manifiesto que la cabeza decía
obviedades. Y DQ lo regañó. Cide Hamete interrumpe la narración para
explicar que tal cabeza era una broma o truco que Don Antonio había
visto en Madrid y la replicó. Y el que respondía escondido era sobrino de
don Antonio. Otro día, Sancho y DQ salieron de paseo con dos criados de
don Antonio, y vieron el letrero de "Aquí se imprimen libros". DQ
emocionado porque no conocía la imprenta aún, entró al local. DQ habló
de los libros con el encargado, que le explicó detalles de la imprenta. Y
luego vio que estaban corrigiendo un libro. DQ preguntó el título, y le
dijeron: Segunda parte del ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha.
DQ se mostró despectivo con dicho libro, y dijo que pronto le llegaría su
San Martín a esas historias fingidas. Luego, pidió a don Antonio que le
llevase a ver las galeras.
(D.Q 2.61 y 2.62) #Cervantes2018

Día 117: Luego de las preguntas a la cabeza encantada, DQ pidió a don


Antonio Machado que le llevase a las galeras, y fueron. En las galeras
estaban avisados de la visita de los famosos DQ y Sancho, por lo que
prepararon un gran recibimiento y hasta una entrada de honor. DQ
estaba sorprendido con Barcelona, por la diferencia a la recepción en
otros lados, y la aceptación de la magia en la vida, como lo de la cabeza
encantada, y la aceptación de su figura de héroes y caballero andante.
Incluso, la primera ve que ven y se montan en una galera, también les
sorprende, a ambos, y hasta a Sancho le parece mágico. En un momento
llegaron otras galeras, y traían un problema con una nave musulmana
que terminó con el enfrentamiento y la baja de dos soldados. El capitán
quería tomar venganza del arráez del bergantín, que era un joven con
visible belleza. Venía entrando el Virrey en ese momento y conoció el
caso, y pidió al joven que se presentara. El arráez sorprendió diciendo
que no era turco de nación, ni moro, ni renegado. Era una mujer
cristiana. Y dijo que antes de perder la vida le dejasen contar su
historia. Así inició a contar su historia Ana Félix, quien contó sobre su
origen y la travesía que la llevó hasta esos puertos. Contó sobre su
pretendiente Gaspar Gregorio, joven hermoso, que se disfrazó de
mujer, por correr peligro, porque según los bárbaros turcos tienen en
más estima a muchachos hermosos que a una mujer, por bella que
fuese. Y como llegaron a ese puerto, resultando en las actuales
condiciones, sólo rogando que le dejaran morir como cristiana porque
no era culpable de los pecados de su nación. Todos estaban conmovidos
por el relato, entre ellos el Virrey y un anciano peregrino que
observaba, quien se acercó a ella y se arrojó a sus pies, diciendo que él
era Ricote, su padre. Y contó quien era su hija y su versión de la
historia. El general le perdonó la vida. Don Antonio Moreno, también
conmovido se llevó a la morisca y su padre.

(D.Q 2.63) #Cervantes2018

Día 118: La mujer de don Antonio Moreno recibió con afecto a Ana
Félix, y admirada por su belleza, varias personas de la ciudad iban a
verla. DQ se ofreció a rescatar a don Gregorio y devolver su libertad
para reunirse con Ana. Pero Sancho saltó enseguida a protestar por tal
locura. Don Antonio dijo que esperasen y si salía mal el caso daría
permiso a DQ de ir a Berbería. Un día DQ se paseaba, armado como
siempre, por la playa, y vio venir hacia él a un caballero también
armado, con una luna en su escudo. Llegó y se presentó ante DQ, al que
llamó por su nombre, como el Caballero de la Blanca Luna, y dijo que
había ido a enfrentarse con él para probar sus fuerzas, y para
comprobar que su dama era más hermosa que su Dulcinea; y en caso de
vencerlo, quedaba a su merced. DQ se quedó sorprendido, pero le
respondió severamente que nunca había escuchado de él, por lo tanto
se quedaba con sus propias hazañas, pero que aceptaba el reto y que
escogiera su lugar en el campo. En eso, en el castillo de don Antonio se
enteraron del enfrentamiento y salieron todos a ver, incluso el visorrey.
El visorrey se puso en la mitad tratando de entender las causas de esa
imprevista batalla, y preguntó a don Antonio si era una burla, pero el de
Blanca Luna le respondió sus dudas. El de Blanca Luna con un caballo
más joven y rápido lanzó a Rocinante y DQ al piso, y luego se acercó
poniendo su lanza sobre su visera, ordenando que confesara que su
dama era más hermosa. DQ se negó y pidió que le quitara la vida antes
que tener que decir esa mentira. El Caballero de la Blanca Luna disfrutó
su victoria y se despidió lentamente al pisotear el orgullo de DQ,
mientras don Antonio y el visorrey mandaron a seguir al caballero para
conocer su identidad. Sancho triste al ver a su amo abatido en su peor
derrota hasta la fecha.

(D.Q 2.64) #Cervantes2018

Día 119: don Antonio Moreno siguió con sus hombres al misterioso
Caballero de la Blanca Luna para conocer su identidad. Al verse
perseguido, el caballero decidió sentarse con don Antonio y contarle.
Para los que no lo habían intuido, era el mismo bachiller Sansón
Carrasco, que páginas atrás se le había aparecido a DQ como el
Caballero de los Espejos, pero en esa ocasión DQ lo había vencido.
Sansón prometió venganza, y la cumplió a cabalidad, al derrotar a DQ.
Le contó además, que él lo hacía para pedirle y exigirle que volviese a
su casa, para recuperarse de su locura por un año, sabiendo que nadie
más respetaría los códigos como caballero. Y pidió que no revelara a DQ
su identidad. Don Antonio le dijo que la enfermedad de locura de DQ
era prodigiosa y le hacía un ser brillante y divertido, y él no quería que
curase, pero que aún así no le revelaría su identidad. Don Antonio le
contó al visorrey la historia del bachiller, y tampoco le gustó. Mientras,
DQ adolorido en cama era consolado por Sancho, que le pedía que
volvieran a casa a recuperarse. DQ dijo que su reclusión y retirada era
por un año solamente, por perder la batalla, y luego volvería y tendría
oportunidad de darle el reino a Sancho. Don Antonio interrumpió para
darle una buena notoria, que sus hombres habían rescatado a don
Gregorio, y ya se encontraba en casa. Todos en la casa estaban
contentos, y fue el encuentro de don Gregorio con Ana Félix. Luego del
encuentro, todos se despidieron, don Antonio iría con el bello y joven
Gregorio a ver a sus padres, Ana Félix se quedaría con la esposa de
Antonio y Ricote con el visorrey. DQ y Sancho también se despidieron.
"DQ desarmado y con ropa de camino, y Sancho a pie, por ir Rucio
cargado de armas".

(D.Q 2.65) #Cervantes2018

Día 120: Al salir de Barcelona y pasar por el sitio donde fue vencido, DQ
dijo: "¡Aquí fue Troya!", en nueva alusión a la Eneida #Virgilio2018. DQ y
Sancho iban hablando y filosofando en el camino sobre las victorias, las
derrotas y la impredecible Fortuna. Sancho propuso dejar las armas en
algún lado para librar a Rucio de la carga y él dejar de caminar. DQ
aceptó y las dejarían bajo un árbol y dejarían un mensaje como el de
Roldán en Orlando furioso. En el camino, 5 días después de caminata, se
encontraron con mucha gente de fiesta y un labrador se acercó a ellos
para que fuesen jueces de una apuesta, donde el hombre más flaco y el
más gordo hicieron una apuesta para hacer una carrera, pero ambos
llevando el mismo peso. Sancho, apelando a su experiencia de
gobernante decidió dar la sentencia, diciendo al gordo que también
debía aligerar en carnes y no sólo el flaco añadirse peso. Aquella noche
pasaron amo y mozo a mitad del campo, y vieron que venía un hombre
con alforjas en el cuello y un chuzo en la mano. El hombre se lanzó a las
piernas de DQ y le agradeció de volver a casa de los Duques, y se
identificó como Tosilos, el lacayo del duque que no quiso pelear con él
sobre el casamiento de la hija de doña Rodríguez. Tosilos confesó que
no hubo encantamiento, y el duque le hizo darle 100 palos por
desobedecer, y doña Rodríguez y su hija ya no estaban en el Castillo.
DQ desconfiado por los encantamientos, pensó que ese era otro truco y
dijo a Sancho que él seguiría el camino y él se podía quedar comiendo
con las provisiones del caminante. Tosilos se quedó hablando y
comiendo con Sancho, quien no hizo esperar mucho a su amo, que le
esperaba a la sombra de un árbol.
(D.Q 2.66) #Cervantes2018

Día 121: Mientras DQ esperaba bajo la sombra del árbol, pensaba en el


desencanto de Dulcinea y en lo que haría en su forzosa retirada. Cuando
Sancho llegó hablando de Tosilos, DQ le recriminó que aún lo creyese el
verdadero lacayo, y le recordó sus sucesos de encantamientos, entre
ellos los azotes que aún no se había dado. Siguieron hablando, hasta que
llegaron al lugar donde fueron atropellados por los toros, y DQ recordó a
los pastores que querían imitar a la pastoril Arcadia, por lo que le dijo a
Sancho que se volvieran pastores, al menos en tiempo de su retirada. Él
compraría ovejas, y se llamarían: "Quijótiz" y "el pastor Pancino". Y les
pusieron sus respectivos nombres a aquellos que les aguardaban en
casa, el barbero Nicolás, el bachiller Sansón Carrasco (ignorando que
fue el vil caballero de luna blanca) y el cura. Sancho también nombró a
su mujer e hijos con sus pastoriles. Sancho se emocionó y empezó a
soltar refranes pastoriles, y DQ lo reprendió y le explicó el uso correcto
de los refranes: "los refranes son sentencias breves, sacadas de la
experiencia y especulación de nuestros antiguos sabios, y el refrán que
no viene a propósito antes es disparate que sentencia". Y se fueron a
dormir al aire libre.

(D.Q 2.67) #Cervantes2018

El regreso forzado a casa de DQ y Sancho, pasando por los sitios de sus


anteriores aventuras y evaluando lo que harán y qué serán en su año de
retiro... está lleno de una nostalgia, que acompaña al lector, a punto
de despedir a sus héroes. (A.S.B) #Cervantes2018

Día 122: Estando dormidos, DQ despertó en su 2do sueño y vio que


Sancho seguía profundo. Lo despertó impresionado de su condición, y le
insinuó que se diera 300 o 400 azotes a buena cuenta del desencanto de
Dulcinea, porque no quería pelear con él. Sancho dijo que lo dejara
dormir, porque no era religioso para que lo levantaran a azotes en
medio del sueño, y le dio un discurso sobre su derecho al sueño, con
alusiones a la Eneida: "Solo una cosa tiene mala el sueño, según he oído
decir, y es que se parece a la muerte, pues de un dormido a un muerto
hay muy poca diferencia". Seguían discutiendo hasta que escucharon un
sonido que los asustó. El sonido se acercaba, y se dieron cuenta que
eran unos hombres que llevaban a vender a una feria más de 600
puercos, que eran tantos, que el sonido era atronador y pasaron por
encima de DQ, Sancho, Rocinante y Rucio. DQ mandó a Sancho a dormir,
pasada la embestida, y él cantaría una canción que había compuesto. Al
otro día, vieron los desastres de los cerdos y retomaron su camino, pero
de repente vieron a lo lejos a varios hombres armados y a caballo que se
les acercaban. Los rodearon y amenazaron, y los apresaron. Se
sorprendieron al ver que llegaron de vuelta al castillo de los Duques.

(D.Q 2.68) #Cervantes2018

Día 123: DQ y Sancho fueron conducidos al castillo de los Duques, y al


llegar al patio vieron levantado un túmulo como dos varas del suelo,
cubierto con un terciopelo negro, y en sus gradas ardían velas sobre
cien candelabros de plata. Encima del túmulo estaba el cuerpo muerto
de una doncella. Junto al patio estaba un teatro armado, una tarima
con dos sillas y dos personas con corona, y junto a ellos otras dos sillas
reservadas para Sancho y DQ. Luego subieron el duque y la duquesa, y
vieron que el cuerpo muerto era de Altisidora. Luego sonó una suave
melodía y un joven cantó una canción sobre Altisidora muerta por la
crueldad de DQ. Al terminar, hablaron los seres coronados, que
resultaron siendo Minos y Radamanto, dos de los guardianes del
infierno, y para revivir a Altisidora anunciaron cahetadas, sobos y
pellizcos a Sancho, quien saltó enseguida a protestar, diciendo que no
los iban a engañar. Entraron 6 dueñas con la intención de iniciar las
acciones contra Sancho, pero éste protestó. DQ lo calmó diciendo que
colaborara para resucitar a los muertos. Iniciaron las cosquillas,
manoseos y pinzadas de alfiler y Sancho saltó quejándose. De repente,
Altisidora, que debía estar cansada de estar postrada, revivió. Altisidora
fue donde Sancho y le rogó recibir azotes para el desencanto de
Dulcinea. DQ apoyó. Y todo se preparó para los esperados azotes.
Sancho pidió que le dejaran la ropa.

(D.Q 2.69) #Cervantes2018

Día 124: Sancho durmió en el mismo aposento que DQ, contra su


voluntad, pues sabía que su amo no dormía, y le haría constantes
preguntas. Y no tardó DQ en preguntarle cosas, en especial sobre el
suceso con Altisidora. Sancho contestó de mala gana y dijo que le
dejara dormir si no quería que se lanzara por la ventana. DQ dijo que
durmiera, si es que los alfilerazos, pellizcos y mamonas lo dejaban.
Mientras dormían, nuestro omnipresente narrador, Cide Hamete, nos
cuenta la nueva motivación de los duques. Y nos dice que los Duques
planearon incluso la intervención del bachiller Sansón Carrasco, lo
buscaron y armaron como el Caballero de la Blanca Luna para que se
vengara por la previa derrota como Caballero de los Espejos, con la
promesa que les informara de todos los detalles. Al saber que DQ volvía
derrotado con la promesa de regresar a casa, decidieron hacer una
nueva broma y con ayuda de sus hombres los llevaron al castillo a
presenciar ese teatro. Cide Hamete duda de la misma cordura de los
Duques antes estas absurdas bromas. Entró Altisidora al aposento y se
sentó a la cabecera donde nuevamente se confiesa ante DQ. Sancho la
interrumpe, preguntando qué vio al estar muerta. Altisidora dijo que no
llegó al pleno infierno pero si llegó a la puerta, donde los diablos
jugaban la pelota (las almas de condenados según imaginario medieval),
y siguió describiendo, y en un punto mencionó algo que la admiró en el
infierno, donde habían muchos libros, entre ellos estaba la "Segunda
parte de la historia de Don Quijote de la Mancha", no la de Cide
Hamete, sino por un aragonés, natural de Tordesillas. Contó que el
diablo mandó el libro a los abismos del infierno por malo. DQ confirmó
que esa debía ser la versión impostora y volvió a decirle a Altisidora que
lamentaba no corresponderle. Altisidora enojada los llamó "don vencido
y don molido a palos" y les dijo que todo lo que habían visto esa noche
era fingido. Sancho confirmó la versión. Y entró un músico, admirador
de DQ, que a la vez fue interrumpido por los Duques que entraron
también para charlar con los héroes. DQ les pidió que les diesen licencia
para irse ese mismo día porque los vencidos como él no debían estar en
palacios. Los Duques lo concedieron. Altisidora siguió insultando a DQ, y
el duque citó: "Porque aquel que dice injurias, cerca está de perdonar".
Y se quedó llorando. DQ y Sancho se despidieron y partieron.

(D.Q 2.70) #Cervantes2018

Día 125: DQ y Sancho volvieron a su camino de regreso, luego de salir


del castillo de los terribles Duques, y en el camino siguieron hablando
de Altisidora, y su promesa de darle unas camisas a Sancho. DQ le
propuso a Sancho que le pagaría por cada azote que se diese, y que se
pagara él mismo, que guardaba su dinero. Sancho hizo las cuentas y
llegó a 825 reales, que descontaría de los dineros de DQ, quien
agradeció enormemente. Sancho quedó en empezar los azotes esa
misma noche. Al llegar la noche, entraron a unos árboles y Sancho
empezó con su penitencia, y DQ hacía el conteo. En medio del dolor,
Sancho dijo que cada azote debía ser más caro, y DQ dijo que doblaría
el pago, y Sancho resignado siguió. DQ temeroso por la vida de Sancho
le propuso que siguiese otro día los que faltaban, pero Sancho insistía
en seguir. Hasta que DQ lo convenció de aplazar los azotes. El día
siguiente, siguieron el camino, y llegaron a un mesón donde tenían
varias sagas (telas con lienzos), con imágenes del rapto de Elena, y en
otra estaba Eneas y Dido #Virgilio2018 y luego hablaron de los próximos
azotes faltantes. Propuso DQ terminar al llegar a la aldea, y Sancho dijo
que le gustaba en el campo acompañado por los árboles, que le daban
fuerzas. Y terminó con una serie de refranes, que no hicieron gracia a
DQ.

(D.Q 2.71) #Cervantes2018

Día 126: DQ y Sancho siguieron en el mesón, esperando la noche, donde


seguirían con la penitencia de Sancho. De repente entró al mesón un
caminante a caballo con sus criados, uno de los cuales le llamó, Álvaro
Tarfe. DQ recordó ese nombre y dijo a Sancho que según cuando hojeó
aquel libro de la 2da parte de sus aventuras (Avellaneda), en Zaragoza
se encontró con ese hombre. Al que luego DQ se cruzó fuera en el portal
e iniciaron una charla. Álvaro le dijo que DQ era gran amigo suyo y por
él había salido de su tierra a Zaragoza. DQ le preguntó si él se le parecía
al famoso DQ, y Álvaro dijo que no y añadió: "aunque tenía fama de muy
gracioso, nunca le oí decir gracia que la tuviese". Sancho saltó en
seguida y confrontó a Álvaro Tarfe, diciendo que él y su amo eran los
verdaderos DQ y Sancho Panza, y cualquier otro era burlería y cosa de
sueño. Álvaro se ríe y confirma que ellos son los verdaderos y este
Sancho era mucho más divertido, y dijo que los encantadores habían
querido que lo persiguieran los DQ y Sancho falsos/malos, y dijo que le
dejaría metido en la Casa del Nuncio (manicomio de la época donde al
final se interna al Quijote de Avellaneda). DQ le dice que nunca ha
estado en Zaragoza, y cuando vio que el otro Quijote iba a Zaragoza, él
cambió su rumbo a Barcelona, pero le dijo que notificará al alcalde del
lugar que nunca antes había visto al verdadero DQ, hasta ese momento.
Precisamente entró el alcalde del pueblo al mesón, y firmó una
declaración afirmando lo que decían. DQ y Sancho estaban alegres e
hicieron amistad con Álvaro, que se vio desengañado. Al llegar la tarde,
se despidieron de don Álvaro y se metieron nuevamente entre árboles
para pasar la noche y Sancho seguir su penitencia. DQ no perdió la
cuenta y contó 3.029 azotes. Al amanecer siguieron su camino. DQ feliz
de ver a Dulcinea desencantada. Subieron una cuesta arriba y vieron su
aldea. Sancho se arrodilló y dijo:

"Abre tus ojos deseada patria, y mira que vuelve a ti Sancho Panza, tu
hijo, si no muy rico, muy bien azotado. Abre los brazos y recibe
también a tu hijo DQ, que, si viene vencido de los brazos ajenos, viene
vencedor de sí mismo, que, según él me ha dicho, es el mayor
vencimiento que desearse puede. Dineros llevo, porque si buenos
azotes me daban, bien caballero me iba".

DQ lo regañó y dijo que siguieran, a entrar a su hogar, donde darían


vado a sus imaginaciones, y la traza que en la pastoral vida pensaban
ejercitar. Bajaron la cuesta y llegaron a su pueblo.

(D.Q 2.72) #Cervantes2018

Día 127: Entrando a su aldea, DQ y Sancho tuvieron una serie de malos


agüeros y extraños sucesos: dos muchachos riñendo que mencionaron
una frase que parecía vaticinar que DQ no vería nunca más a Dulcinea,
también una liebre huyendo de unos galgos. Sancho atrapó la liebre y le
dijo a DQ que no era muy cristiano creer en esos agüeros. Entrando se
encontraron al cura y al bachiller Sansón Carrasco, quienes lo recibieron
con abrazos, y también varios niños rodearon a los recién llegados
evaluándolos. En la casa de DQ se encontraba su ama y su sobrina, y
también Teresa Panza y Sanchica. Teresa dijo que no esperaba verlo
llegar en fachas del que había sido gobernador, y Sancho le dijo que
traía dinero y se fueron a su casa, dejando al pobre DQ a merced del
ama, su sobrina, el cura y el bachiller. DQ le contó al bachiller y el cura
la historia de su derrota y su promesa de quedarse en casa un año, y
también expuso sus proyectos pastoriles para entretenerse en la soledad
de los campos y dar rienda suelta a sus pensamientos, y les dijo que lo
acompañaran, que él se llamaría Quijótiz; el bachiller, el pastor
Carrascón; y el cura, Curiambro; y Sancho, el pastor Pancino. Se
quedaron pasmados con la nueva locura, pero con tal que no saliera de
la aldea aceptaron. El bachiller animado dijo que él compondría poemas
y versos pastoriles. El ama y la sobrina escucharon la conversación y
entraron a criticarla porque no contemplaba el descanso, y DQ las
reprendió y pidió lo llevaran a su lecho porque no se sentía muy bien, y
dijo que como caballero andante o pastor por andar, no dejaría de
acudir a lo que hubiéredes menester, como lo demostraría con sus
obras.

(D.Q 2.73) #Cervantes2018

Día 128: Por cosas de la vida, DQ cayó mal en cama. No se sabía si era
por la melancolía que causaba la derrota, o por simple voluntad divina.
DQ estuvo con fiebre seis días en cama, en los cuales era visitado por el
cura, el barbero, el bachiller, sus amigos, y de la cabecera nunca se
separaba su buen escudero, Sancho Panza. Intentaron animarle por
todos los lados, promesas de la vida pastoril, pero DQ seguía mal.
Durmió un buen rato y luego se levantó y pidió a su sobrina que llamara
a sus amigos, porque sentía la muerte cerca y quería confesarse y hacer
su testamento. Se llamó así mismo Alonso Quijano, y que ya no era Don
Quijote de la Mancha. Y todos se admiraron al percatar que Alonso
Quijano estaba muy cuerdo. Primero, asegurar el pago de Sancho por
sus servicios de escudero en su locura, y pidió perdón a Sancho por
hacerse parecer loco. Sancho le rogó que no se muriese, que la mayor
locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir sin
más. Le habló de las próximas aventuras juntos, y si era melancolía por
la derrota, dijera que había perdido por su culpa, por no ensillar bien a
Rocinante. Y de sus libros de caballería, donde siempre el que es
vencido tiene oportunidad de redimirse. Sansón Carrasco apoyó lo que
dijo Sancho. Siguió leyendo la voluntad de su testamento, a su sobrina
Antonia Quijana, a su ama, hasta al cura y el bachiller. Y apuntó que su
sobrina quería casarse, y se averiguara que el prometido sabe lo que son
los libros de caballería, perdiese automáticamente lo que le había
dejado. Hasta dejó una petición por si encontraban al autor de la 2da
parte falsa del Quijote. El cura pidió al escribano certificar que el
verdadero Don Quijote, Alonso Quijano, había muerto para evitar que
otros autores le resucitasen falsamente; y como el mismo Cervantes dijo
en el prólogo de su 2da parte, adelantando que dejaba a su héroe
muerto y sepultado, también para evitar que lo resucitasen impostores.
Cide Hamete no especificó el lugar de la Mancha donde murió, para que
todas las villas y lugares de la Mancha lo tuvieran por suyo, así como las
7 ciudades de Grecia por Homero. Como epitafio en su sepultura,
Sansón Carrasco puso:
"Yace aquí el hidalgo fuerte
que a tanto extremo llegó
de valiente, que se advierte
que la muerte no triunfó
de su vida con su muerte.
Tuvo a todo el mundo en poco,
fue el espantajo y el coco
del mundo, en tal coyuntura,
que acreditó su aventura
morir cuerdo y vivir loco".

Hasta Cide Hamete deja su epitafio en las letras.

Y así termina la historia del famoso caballero andante y su autor, que


auguró el enorme éxito y la inmortalidad de su obra en sus páginas.
Gracias a Sancho, Gracias al Quijote, y gracias a Cervantes. Y... "vale"
("Adiós, que estés bien", fórmula latina de despedida, y la última
palabra de la novela).

Fin de las aventuras del ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha.

(D.Q 2.74) #Cervantes2018


"Adiós Sancho, Adiós Quijote, Adiós Cervantes"... Gracias por 128
días mágicos, de risas, dramas, melodramas, reflexiones, dudas,
amistad, locura, cordura... y sobre todo de pura literatura y eterno
homenaje al arte de narrar, a los libros y la literatura. Pronto
publico mi post recopilatorio de todas las reseñas y resúmenes de
los 128 días y un comentario general. Y "vale". (A.S.B)

#Cervantes2018
Alejandro Salgado Baldovino (A.S.B)

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