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LA POLÍTICA
DE LOS GRANDES
NÚMEROS
ALAIN
DESROSIÈRES
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melusina
POfnn

*
La historia dei cálculo probabilístico y dc las
mediciones estadísticas se encuentra intimamente
ligada a la domesticación dei riesgo, la gestación
de los Estados modernos y el control de
la reproducción biológica y económica de las
sociedades. El desempleo, la inflación, el producto
nacional bruto, la indigência, pero también la
propagación de epidemias y la creación de “grupos
de riesgo”, la biometría y el control político de las
poblaciones, las pólizas de seguros, las encuestas
y los sondeos de opinión: estos objetos y sus
mediciones conforman los puntos de apoyo de
nuestras sociedades y vertebran un discurso estable
y mayoritariamente aceptado que posibilita el
debate. Sin embargo, ello comporta una
sorprendente paradoja: <;se puede debatir sobre
estos objetos en cuanto cimientos de nuestra
realidad social? ^cómo ver más allá de la
“densa red de índices y porcentajes” y discutir
sobre lo indiscutible? He aqui el fascinante reto
que asume esta narrativa sociológica ya clásica de
la historia interna -los conceptos y las cosas- y
externa -lo s hombres y sus intenciones-del
campo científico de la estadística.
La política de los
grandes números
Historia de la razón
estadística

Alain Desrosières
TRA DUCCIÓ N DE M ONICA SILVIA NASI

melusina
Título original: ha politique des grands nombres: histoire de la raison statistique

© Éditions La Découverte & Syros, Paris, 1993, 2000

Les Éditions La Découverte


9 bis, rue Abel-Hovelacque,
75013 Paris - France

© de la traduccion: Monica Silvia Nasi

© Editorial Melusina, S.L.


Amigo 47, Ent. 3.°
08021 Barcelona

info@melusina.com

Diseno gráfico e ilustración de la cubierta: David Garriga

Primera edición: mayo de 2004

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right, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproduccion total o par­
cial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la repro-
grafia y el tratamiento informático y la distribución de ejemplares de ella
mediante alquiler o préstamo públicos.

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Impresion: Winihard, Pol. Ind., Av. del Prat s/n, Moià

i s b n : 84-933273-5-2
Depósito legal: B-24815-2004

Printed in Spain
En memória de Michaèl Pollak, cuya exigencia moral
y trabajo sobre la política de las ciências sociales
han ejercido una gran influencia en este libro.
Contenido

In t r o d u c c ió n . A p o y a r se e n la s c o sa s 15
Una perspectiva antropológica de las ciências 17
Descripción y decisión 20
Hacer cosas que se mantengan 23
Dos tipos de investigaciones históricas 27

1. E l p r e fe c to y e l g e ó m e tra 31
La estadística alemana: la identificación de los Estados 34
La aritmética política inglesa: el nacimiento
de la especialidad 38
La estadística francesa dei Antiguo Régimen: intendentes
y eruditos 41
Revolución e Império: la «adunación» de Francia 46
Peuchet y Duvillard: escribir o calcular 50
La estadística de los prefectos: pensar la diversidad 55

2. 61
E l ju e z y e l a st r ó n o m o
Contratos aleatorios y convenciones equitativas 62
Escepticismo constructivo y grado de convicción 67
El momento bayesiano 72
El valor medio que hay que considerar: medias y mínimos
cuadrados 77
Medidas ajustadas que logran un acuerdo 82

3. M e d ia y r e a l is m o d e l o s a g r e g a d o s 85
Nominalismo, realismo y magia estadística 87
El todo y sus simulacros 89
Quetelet y el hombre medio 91
10 I La política de los grandes números

Causa constante y libre albedrío 95


Dos casos controvertidos: la estadística médica 100
Una o varias urnas 105
El desafio al realismo: Cournot y Lexis 110
Tipo medio y tipo colectivo en Durkheim 114
El realismo de los agregados 119

4. CORRELACIÓ N Y REALISMO DE LAS CAUSAS 121


Karl Pearson: causalidad, contingência y correlación 123
Francis Galton: herencia y estadística 130
Cálculos dificilmente refutables 140
Cinco ingleses y el nuevo continente 146
Controvérsias sobre el realismo de los modelos 153
Yule y el realismo de las categorias administrativas 157
Epílogo psicométrico: Spearman y la inteligencia
general 163

5. L a e s t a d ís t ic a y e l E s t a d o : F r a n c ia y G r a n B r e t a n a 165
La estadística francesa: una legitimidad discreta 169
Esbozo y fracaso de una red de influencia 175
Estadística y teoria económica: una unión tardia 181
La estadística britânica y la salud pública 184
Encuestas sociales y sociedades científicas 191

6. L a e s t a d ís t ic a y e l E s t a d o : A l e m a n ia y E st a d o s
U n id o s 197
La estadística alemana: construcción de una nación 198
Escuela histórica y tradición filosófica 204
El censo en la historia política estadounidense 208
El Census Bureau: como construir una institución 214
Desempleo y desigualdades: como construir objetos
nuevos 219

7. La p a r t e p o r e l t o d o : m o n o g r a f í a s y s o n d e o s 231
La retórica dei ejemplo 234
Halbwachs: el grupo social y sus miembros 238
Los pobres: <;cómo describirlos?, ^qué hacer con ellos? 242
De la monografia ejemplar al sondeo bien regulado 246
<;Cómo articular «lo que ya se sabe» con el azar? 252
Estado dei bienestar, mercado nacional, previsiones
electorales 254
Contenido | 11

8. 259
C l a s if ic a r y c o d if ic a r
Estadística y clasificación 260
Las taxonomías de los seres vivos 262
La tradición durkheimiana: las clasificaciones
socio-lógicas 266
La circularidad dei saber y de la acción 270
Las actividades industrials: asociaciones inestables 273
Del pobre al desempleado: nacimiento de una variable 278
Un espacio vital continuo, jerarquizado
y unidimensional 283
De los ofícios a los empleos cualificados 288
Cuatro huellas de la Revolución Francesa 292
Una o varias urnas: taxonomía y probabilidades 296
Hacer que una historia se mantenga 301

9. M o d e l iz a r y a ju s t a r 305
Teoria económica y descripción estadística 307
Grado de creencia o frecuencia a largo plazo 3 11
Azar y regularidades: Frisch y el caballo balancín 316
Poner remedio a la crisis: el modelo de Tinbergen 321
El ingeniero y el lógico 325
Sobre el buen uso dei ajuste 328
Autonomia y realismo de las estructuras 334
Las tres maneras de calcular la renta nacional 339
Testear la teoria o describir la diversidad 343

351
C o n c l u s io n . D is c u t ir l o in d is c u t ib l e
Un espacio cognitivo construído con fines prácticos 352
Medias, regularidades; escalas, distribuciones 355
Un espacio de negociación y de cálculo 3-59
Razón estadística y debate social 364

E p íl o g o . C o m o h a c e r l ib r o s q u e s e m a n t e n g a n 367
Algunos trabajos publicados entre 1993 y 2000 367
Como articular las diversas dimensiones de la historia
de la estadística 370
Como las diversas disciplinas de las ciências sociales
la utilizan o no 3 72
Críticas y temas de discusión 376
La política de los grandes números

N o ta s 379

B ib lio g r a fía 383

B ib lio g r a fía c o m p le m e n ta ria (1993-2000) 399

Ín d ic e 403

Cuadros
1. Una construcción socio-técnica (Galton) 132
2. El «quincunx de Galton» 136
3. Relaciones entre las estaturas de los padres
y los hijos 138
4. El quincunx de dos niveles 139
5. Una genealogia de la econometria antes de 1940 306
S ta d e r:
... Escuche: mi instituto trabaja con los medios
recientes de la ciência. Con la grafologia, la patologia, las taras
hereditarias, la teoria de las probabilidades, la estadistica, el
psicoanálisis, la psicologia experimental. Nosotros
investigamos los elementos científicos de la acción, pues todo
lo que ocurre en el mundo ocurre según las leyes. jSegún leyes
eternas! En ellas se basa la reputación de mi instituto.
Innumerables jóvenes científicos trabajan en mis servicios. No
me hago preguntas sobre las singularidades ineptas de un caso;
me dan los elementos de determinación nómicos de un hombre
y yo sé lo que, en ciertas circunstancias, jél debe haber hecho!
La ciência y la detectivística modernas acortan cada vez más el
âmbito de lo fortuito, lo desordenado, lo presuntamente
personal. jNo existe el azar! jSólo existen los hechos! Solo hay
conexiones científicas ... En los medios científicos, mi instituto
no recibe aún el reconocimiento que merece. Por eso su ayuda
seria irreemplazable: la constitución de la detectivística como
teoria de la vida dei hombre científico superior. No es más que
un instituto de detectives, pero su objetivo es dar una
conformación científica a la imagen dei mundo. Nosotros
descubrimos conexiones, constatamos hechos. insistimos en la
observación de las leyes ... Mi gran esperanza es: la
consideración estadistica y metódica de los estados humanos
que resulta de nuestro trabajo ...

T h o m as : Mi querido amigo, decididamente usted vino al


mundo demasiado pronto. Y me está sobrestimando. Yo soy un
hijo de este tiempo. Me tengo que contentar con sentarme en la
tierra entre las dos^Ias^ la dei saber y la de la ignorancia.

1K R o b e r t M u s i l , Die Schwärmer
Introducción.
Apoyarse en las cosas

El desempleo, la inflación, el crecimiento, la pobreza, la fecundidad: es­


tos objetos y sus medidas estadísticas constituyen puntos de apoyo para
describir situaciones económicas, denunciar injusticias sociales, justifi­
car acciones políticas. Están inscritos en usos rutinarios que contribuyen
a fundamentar la realidad dei paisaje descrito y aportan un lenguaje es-
table y ampliamente aceptado para expresar el debate. Pero este uso im­
plica una paradoja. En cuanto referencias, esos objetos deben ser consi­
derados indiscutibles, por encima de lo cuestionable. En ese caso ^cómo
pensar un debate que se refiere precisamente a dichos objetos? ^Cómo
discutir lo indiscutible? Estas preguntas surgen a menudo en contextos
de denuncia. ^Mienten las estadísticas? <;Cuál es la cifra real de desem-
pleados? <;Cuál es la verdadera tasa de fecundidad? Aun siendo referen­
cias dei debate, esas medidas son también objetos de debates.
Estas controvérsias se pueden clasificar en dos categorias, según se
refieran solo a la medida o al objeto mismo. En el primer caso, la rea­
lidad de la cosa a medir es independiente dei proceso de medición; ésta
no se pone en tela de juicio. La discusión se refiere a la manera de
medir operaciones estadísticas en términos de «fiabilidad», según
modelos ofrecidos por las ciências físicas o la industria. En el segundo
caso, por el contrario, la existencia y la definición dei objeto son per-
cibidas como convenciones que pueden ser discutidas. La tensión entre
estos dos puntos de vista, considerando los objetos a describir ya sea
como cosas reales o como el producto de un trabajo convencional, está
inscrita desde hace mucho en la historia de las ciências humanas, de sus
usos sociales y de los debates al respecto. Este libro analiza las relacio­
nes entre estas dos interpretaciones: es difícil pensar a l mismo ttempo que
los objetos medidos existen realmente y que se trata tan solo de una
convención.
16 | La política de los grandes números

«Hay que tratar los hechos sociales como cosas.» Al formular así, en
1894, su regia dei método sociológico, Durkheim inscribe las ciências
sociales en una perspectiva de objetivación, característica de las ciên­
cias de la naturaleza. Pero esta fórmula es ambigua. Puede leerse de dos
maneras: como una afirmación de realidad o como un presupuesto
metodológico, «los hechos sociales son cosas», o «hay que tratar los he­
chos sociales como si fueran cosas». En la segunda lectura, las palabras
importantes son tratar y como si. Implican una actitud instrumentalista,
que deja entre parêntesis la cuestión de la realidad de dichas cosas. Lo
esencial entonces es el tratamiento y las convenciones sobre él, para
hacer «como si».
Estas dificultades son análogas a las encontradas, en el curso de la
historia, por los inventores de los lenguajes estadísticos que nos permi-
ten precisamente constituir los hechos sociales en cosas. Hoy en dia,
estos lenguajes se apoyan en conceptos sintéticos muy formalizados:
media, desviación-tipo, probabilidad, clase de equivalência, correla-
ción, regresión, muestra, renta nacional, estimación, test, residuo,
máximo de verosimilitud, ecuaciones simultâneas. El estudiante, el
investigador o el que utiliza datos estadísticos recibe conceptos com­
pactos, encapsulados en formulaciones concisas y económicas, mientras
que estas herramientas son el producto de una gestación histórica reple­
ta de dudas, retraducciones, conflictos de interpretacrón. Para manejar­
ias, el aprendiz debe plantearse y resolver en poco tiempo cuestiones
discutidas durante décadas o siglos. Reabrir estos debates no responde
a una curiosidad erudita, anadida como un suplemento vivificante a la
adquisición de técnicas formalizadas, sino que ofrece un camino y una
ayuda al proceso de comprensión y aprendizaje. Los obstáculos encon­
trados por los innovadores de antano para transformar los hechossocia-
les en cosas son semejantes a los que aún hoy encuentra el estudiante, o
que hacen difícil pensar al mismo tiempo las dos interpretaciones, rea­
lista y no realista, de la regia durkheimiana. La historia nos hace com-
prender como los hechos sociales se han transformado en cosas y, por
endei el modo de esta transformación para cada usuário de las técnicas
estadísticas.
Estas técnicas están destinadas a sostener argumentos científicos y
políticos. La historia de su gestación permite esbozar, relatando contro­
vérsias y debates antiguos, un espacio de articulación entre los lengua­
jes técnicos y sus usos en el debate social. La razón estadística pólo puede
ser reintegrada en una cultura científica reflexiva si se vuelve a esas tra-
ducciones y debates, recorriendo otra vez caminos inciertos y momen­
Introducción. Apoyarse en las cosas | 17

tos de innovación que siempre son nuevos puntos de unión entre esque­
mas antiguos.
Las herramientas estadísticas permiten descubrir o crear entes en los
cuales es posible apoyarse para describir el mundo y actuar sobre él.„De
estos objetos puede decirse a la vez que son reales y que fueron cons­
truídos, ya que son tomados de otros ensamblados y circulan como
tales, separados de su génesis, lo que después de todo es el destino de
muchos productos. Acudiremos a la historia y a la sociologia de la esta-
dística para seguir de cerca la manera en que estos objetos son hechos y
deshechos, y se insertan en retóricas realistas o no, con fines de conoci-
miento y acción. Según los casos, se califica la perspectiva antirrealista
(o simplemente no realista) como nominalista, escéptica, relativista,
instrumentalista o constructivista. Las actitudes posibles en relación
con las construcciones científicas — en particular estadísticas— son
múltiples. A menudo son diferentes en la teoria y en la práctica. Ello
sugiere que, en lugar de instalamos en una para cuestionar las otras,
resulta más fecundo estudiar la manera en que cada una de ellas se ins­
eri be de modo coherente en una configuración general, en una red de
informes. La cuestión de la realidad está ligada a la solidez de esa red, a
su capacidad de resistir a las críticas. Cuanto más extensa y densa, tanto
más real. La ciência es una inmensa red, inmensamente reál. La estadís-
tica y el cálculo de probabilidades ocupan un lugar esencial entre las
herramientas de invención, construcción y prueba de los hechos cientí­
ficos, tanto en las ciências de la naturaleza como en las ciências sociales.
El abordar con igual seriedad las actitudes realista y no realista en rela­
ción con las técnicas estadísticas permite describir situaciones más
variadas o, en todo caso, contar historias más inesperadas de lo que per­
mitiria una forma de relatar que privilegiara uno u otro de estos pun­
tos de vista.

Una perspectiva antropológica de las ciências

Tomando como objeto de estúdio prácticas que conectan de modo muy


particular la ciência y la acción, no mostraremos lo que esta interacción
debería ser, sino lo que fue histórica y socialmente. Para ello hay que
reconstituir espacios de debates, modos de decir y de hacer alternativos
o concurrentes, seguir los deslizamientos y las reinterpretaciones de
objetos cuyo contexto cambia. Pero justamente porque este campo 3e
estúdio es un lugar de interacción entre los mundos dei conocimiento y
18 | La política de los grandes números

dei poder, de la descripción y de la decisión, dei «hay» y dei «debe


haber», ocurre que ya tiene, previamente a la investigación, una rela-
ción particular con la historia. Esta puede ser convocada para arraigar
una tradición, enriquecer el relato fundacional de una comunidad y afir­
mar su identidad. Pero puede serio también con fines polémicos, en
momentos o situaciones de conflicto o de crisis, para denunciar tal o
cual aspecto oculto. Estos dos modos de recurrir a la historia pueden
tacharse de unilaterales o parciales, pues están orientados o forjados por
sus intenciones, en este caso, de afirmación de identidad o de denuncia.
Sin embargo, no es posible pretender, en lugar de estos modos de hacer,
una exhaustividad en los relatos, ya que estos siempre son más nume­
rosos y variados que los que uno pueda imaginar.
Podemos, en cambio, reconstruir los espacios de discusión, las líneas
de tensión a lo largo de las cuales se sitúan y se entremezclan los dis­
tintos puntos de vista. Esto implica que cada uno de ellos sea restituí­
do en un vocabulario semejante al de los actores, aunque permitiendo
objetivar dicho vocabulario, es decir, haciéndolo visible. Por ejemplo, al
mencionar el uso de la historia por parte de una comunidad que insiste
en recordar su tradición, podríamos haber hablado de «autocelebra-
ción» o de «discurso apologético». Hemos preferido hablar de «afirma­
ción de identidad» pues ese es el sentido que los actores otorgan a ese
uso de la historia. Este, así como el uso polémico, constituye un mate­
rial para la reconstitución antropológica deseada. Ya no se trata de la
verdad dei relato, sino de su ubicación en una multiplicidad de relatos.
Existe el riesgo de quedar sumergidos en la abundancia de esta mul­
tiplicidad. El relato que sigue no está construído de manera lineal,
como el de las luces de la ciência que triunfan sobre las tinieblas: en este
último modo de actuar, la descripción dei pasado se presenta como una
opción entre lo que ya existia y lo que no existia todavia, o como una in­
vestigación sobre los precursores. Sin seleccionar una dirección unívo­
ca dei progreso que ordena y califica las construcciones sucesivas, suge­
riremos, como preâmbulo al relato, algunas líneas de tensión que
estructuran de una u otra manera los debates hallados. Estas oposicio-
nes fluctúan a través dei tiempo. A menudo son retraducciones o meta-
morfosis unas de otras: descripción y decisión, probabilidades objetivas
y subjetivas, frecuentismo y epistemismo, realismo y nominalismo,
error de medición y dispersión de la naturaleza. Pero una comprensión
completa de estos temas mencionados como introducción no resulta
indispensable para la lectura de los capítulos que siguen. Buscamos
aqui atar los lazos entre elementos narrativos aparentemente inconexos,
Introducción. Apoyarse en las cosas | 19

dirigiéndonos a lectores cuyas culturas son también diversas. Esta


diversidad, que dificulta la tarea, está ligada al lugar que ocupa la cul­
tura estadística en la cultura científica y, a través de ésta, en la cultura
general. Forma parte dei objeto a estudiar.
Durante mucho tiempo se ha estudiado la historia y la sociologia de
las ciências según dos perspectivas muy diferentes, si no opuestas, 11a-
madas «internalista» y «externalista». Según la primera, esta historia es
la dei conocimiento mismo, la de los instrumentos y los resultados, la
de los teoremas y sus demostraciones. La realizan sobre todo los espe­
cialistas de las disciplinas mismas (físicos, matemáticos). La segunda,
por el contrario, es la de las condiciones sociales que hicieron posible u
obstaculizaron la marcha de la primera: los laboratorios, las institucio-
nes, la financiación, las carreras de los científicos, las relaciones con la
industria o los poderes públicos. En la mayoría de los casos, es obra de
historiadores o sociólogos. Las relaciones entre historia «interna» e his­
toria «externa» fueron objeto de muchos debates y ellas mismas tienen
una historia compleja (Pollak, 1985). En las décadas de 1950 y 1960 se
preconizaba la separación de las tareas. Merton, por ejemplo, estudiaba
las regias normales de funcionamiento de una comunidad científica efi­
caz: profesionalización, institucionalización y autonomia de la investi­
gación, rivalidad entre investigadores, transparência de los resultados,
juicios cruzados por parte de los colegas.
A partir de la década de 1970, este reparto de las tareas fue cuestio-
nada por ciertos trabajos britânicos (Bloor, 1982) y luego franceses
(Callon, 1989; Latour, 1989). Su «programa fuerte» centra la atención
en la ciência «en formación», a través dei conjunto de sus operaciones
prácticas en el interior mismo dei laboratorio. Estas operaciones se des-
criben en términos de inscripción y estabilización de objetos, de esta-
blecimiento de conexiones y redes de alianzas cada vez más amplias y
sólidas entre los objetos y los seres humanos. Desde esta perspectiva,
desaparece la distinción entre objetos técnicos y sociales que subyace a
la separación entre historias interna y externa, y la sociologia estudia al
mismo tiempo el conjunto de estos objetos y redes. Esta línea de inves­
tigación ha podido resultar chocante para algunos, en particular en el
medio científico mismo, pues una de sus características consiste en
poner entre parêntesis la cuestión de la verdad. En la ciencia<ái agràj (o
ciência «en caliente»), la verdad aún es un desafio, un objeto ae^deba-
te, y solo poco a poco, cuando la ciência «se enfría», ciertos resultados
se encapsulan y se transforman en «hechos probados», mientras que
otros desaparecen.
20 | La política de los grandes números

Este programa suscito malentendidos porque, ubicando la cuestión


de la verdad en cuanto tal fuera de su campo — para favorecer el aná-
lisis de los mecanismos sociales de lucha a fin de transformar ciertos
resultados en hechos probados— parece negar la posibilidad misma de
una verdad y favorecer un relativismo en el que todo quedaria reduci-
do a opinión o a relaciones de fuerza. Pero su orientación es más sutil
y, así como la consigna de Durkheim «hay que tratar los hechos socia­
les como cosas» no debe ser tomada solo como una afirmación de rea-
lidad sino también como un principio de método, puede igualmente
seguirse esta línea de investigación para mostrar otras cosas. En el
campo de la estadística y de las probabilidades, que siempre ha mez-
clado los problemas dei Estado y de la decisión con los dei conoci-
miento y la explicación, el desafio de un programa que supere la sepa-
ración entre historias interna y externa se impone aun más que en la
física teórica o en las matemáticas.1

Descripción y decisión

La tensión entre las dos perspectivas, descriptiva y prescriptiva, puede


tomarse como resorte narrativo de una historia dei cálculo de las pro­
babilidades y las técnicas estadísticas. La racionalidad de una decisión,
ya sea individual o colectiva, está vinculada con su capacidad de apo-
yarse en cosas dotadas de sentido estable que permitan establecer com-
paraciones y equivalencias. Esta exigencia concierne tanto a una perso-
na que intenta garantizar la continuidad de su identidad en el tiempo
(por ejemplo, asumir un riesgo, un préstamo con interés, un seguro, una
apuesta), como a varias personas que buscan, a partir dei sentido común
y la objetividad, todo lo que permite asegurar una vida social que sobre-
pase las contingências individuales. Así pues, la descripción puede asi-
milarse a una historia que una persona o un grupo de personas se cuen-
tan, historia lo suficientemente estable y objetivada como para poder
servir también en circunstancias diferentes y, en particular, para funda­
mentar opciones, para sí o para otros.
Esto ya era cierto respecto de formas de descripción más generales
que las que ofrecen, desde finales dei siglo XVII, las técnicas probabilís-
ticas y estadísticas. Lo era, por ejemplo, respecto de descripciones basa-
das en la teologia. Pero el tipo de objetividad que nace en el siglo xvn,
con las academias de ciências, los científicos profesionales, las experien-
cias reproducibles y, por consiguiente, separables dei experimentador,
Introducción. Apoyarse en las cosas | 21

está ligado a la autonomia, social y argumentativa, de un espacio nuevo


de descripción, el de la ciência. Fundando su originalidad en su auto­
nomia en relación con otros lenguajes — religioso, jurídico, filosófico o
político— , el lenguaje científico mantiene una relación contradictoria
con estos últimos. Por una parte, reivindica una objetividad y, por ende,
una universalidad que, en caso de triunfo de dicha reivindicación, sumi-
nistra puntos de apoyo y referentes comunes a los debates de los otros espa-
cios: es el aspecto de «ciência indiscutible». Pero esta autoridad, que
encuentra su justificación en el propio proceso de objetivación y en sus
exigencias estrictas de universalidad, solo puede ejercerse en la medida
en que participa dei universo de la acción, la decisión y la transforma-
ción dei mundo. Este aporta el motor dei proceso, aunque solo sea a tra­
vés de las cuestiones a resolver, de los esquemas mentales vinculados
con estas cuestiones y de los medios materiales para inscribir solida­
mente cosas nuevas en formas transmisibles.
Así pues, la cuestión no consiste en saber si una ciência pura y auto­
nomizada de sus usos impuros es simplemente concebible, incluso a
título de ideal-límite imposible de alcanzar. Se trata, más bien, de estu-
diar como la tensión entre la reivindicación de objetividad y universa­
lidad, por una parte, y la articulación fuerte con el universo de la acción,
por otra, genera la dinâmica misma de la ciência y de las transforma-
ciones y retraducciones de sus esquemas cognitivos e instrumentos téc­
nicos. La historia dei cálculo de probabilidades y de las estadísticas,
relacionada sucesivamente con la domesticación dei riesgo, la gestión de
los Estados, el control de la reproducción biológica o económica de las
sociedades, o la gestión de operaciones militares y administrativas, abun­
da en ejemplos de tales transformaciones. Respecto de las probabilidades
se da un trânsito de la noción de «razón para creer» a la de «frecuencia
limite cuando el número de las extracciones aumenta» (capítulo 2); res­
pecto de las técnicas estadísticas, la retraducción de la interpretación de
las medias y dei método de los mínimos cuadrados, pasando de la teo­
ria de los errores en astronomia al hombre medio de Quetelet (capítulo
3); y luego al análisis de la herencia en Pearson o de la pobreza en Yule
(capítulo 4).
La articulación compleja entre los puntos de vista prescriptivo y des-
criptivo marca particularmente la historia dei cálculo de probabilida­
des, con la oposición recurrente entre probabilidades subjetivas y objeti­
vas o, según otro vocabulario, epistémicas y frecuentistas (Hacking, 1975).
En la perspectiva «epistémica», la probabilidad es un grado de creen-
cia. La incertidumbre respecto dei futuro o la imperfección de nuestro
22 I La política de los grandes números

conocimiento dei universo implican apuestas sobre ese futuro y ese uni­
verso, y las probabilidades indican al hombre razonable regias de com-
portamiento frente a esa ausência de información. Por el contrario, en
la perspectiva «frecuentista», la diversidad y el azar están en la natura-
leza misma y no resultan solo de un saber incompleto. Son exteriores al
hombre y pertenecen a la esencia de las cosas. Corresponde a la ciência
el describir las frecuencias observadas.
Numerosas construcciones vincularon entre sí esas dos concepciones
de las probabilidades, comenzando por las diversas formulaciones a par­
tir de Jacques Bernoulli (1713) de la «ley de los grandes números».
Esta constituye la piedra angular que reúne las dos perspectivas, a
estricta condición de que los acontecimientos aleatorios se supongan
indefinidamente reproducibles en condiciones idênticas (lanzamiento a
cara o cruz, juego de dados), lo que solo representa una parte limitada
de las situaciones de incertidumbre. En lo que respecta a otras situacio-
nes, el teorema de Bayes (1765) — que asocia la información parcial
presentada por el advenimiento de algunos sucesos con una hipótesis de
«probabilidad a priori»— conduce a una «probabilidad a posteriori»
más segura que la primera y mej ora la racionalidad de una decisión fun­
dada en un saber incompleto. Este razonamiento, plausible desde el
punto de vista de la racionalización de un comportamiento (epistémi-
co), deja de serio desde un punto de vista descriptivo (frecuentista) en
el que la «probabilidad a priori» carece de fundamento. Esta tensión
recorre toda la historia de la estadística. Se encuentra en el seno de la
oposición entre dos perspectivas: en un caso, «valerse de» pues hay que
decidir; en el otro, no nos satisfacemos con una hipótesis no justificada,
únicamente destinada a orientar la acción.
También la discusión sobre la condición dei saber acumulado por las
oficinas de estadística oficial, creadas a partir de la primera mitad dei
siglo x ix , está vinculada con la tensión entre los dos puntos de vista,
descriptivo y prescriptivo. Desde sus orígenes, la actividad de produc-
ción administrativa dei saber estadístico se encuentra, por sus exigen-
cias, regias de funcionamiento y finalidades expuestas, en una posición
original que combina las normas dei universo de la ciência con las dei
Estado moderno y racional, abocadas al servido dei interés general y la
eficacia. Los sistemas de valor de estos dos universos no son antinómi-
cos aunque sí diferentes. Los servidos de estadística pública combinan
sutilmente estas dos clases de autoridad conferidas por la ciência y el
Estado (capítulos 1, 5 y 6).
La estadística, como lo muestra la etimologia, está asociada a la
Introducción. Apoyarse en las cosas | 23

construcción dei Estado, su unificación y administración. Ello conlleva


la aplicación de formas generales, clases de equivalência, nomenclaturas
que trascienden las singularidades de las situaciones individuales, ya sea
por medio de las categorias dei derecho (perspectiva de la justicia) o por
medio de normas o estandares (perspectiva de la economia de gestión y la
eficacia). La operación de codificación, que afecta los casos singulares a
clases, es uno de los atributos dei Estado a través de sus administracio-
nes. Estas dos operaciones — definición de clases de equivalencia y codi-
ficación— , son las etapas constitutivas dei trabajo estadístico (capítulo
8). Este no solo es un subproducto de la actividad administrativa, con
el objeto de obtener conocimiento, sino que está también directamente
condicionado por esta actividad, como lo muestra la historia de los cen­
sos, las encuestas mediante sondeos (capítulo 7), los índices, las cuentas
nacionales, todos ellos herramientas inseparables de conocimiento y
decisión.
El vínculo entre descripción y gestión aparece claramente cuando
varios Estados tratan de armonizar, como es el caso actualmente en la
construcción europea, sus legislaciones fiscales, sociales, económicas,
con el fin de posibilitar la libre circulación de las personas, las mercan­
cias y los capitales. La confrontación de los sistemas estadísticos revela
numerosas diferencias y su armonización implica un gran trabajo, para­
lelo al necesario para la unificación de las legislaciones, las normas y los
estándares. La construcción de un espacio político implica y posibilita
la de un espacio de medida común, en cuyo interior las cosas son com-
parables, porque las categorias y los procedimientos de codificación son
idênticos. Este trabajo de estandarización dei territorio fue una de las
tareas esenciales de la Revolución Francesa de 1789, con el sistema uni­
ficado de pesos y medidas, la división en departamentos, la creación dei
estado civil laico y el código civil.

Hacer cosas que se mantengan

La estadística moderna es obra de la reunión de prácticas científicas y


administrativas inicialmente alejadas unas de otras. Este libro intenta
vincular relatos comúnmente separados: historia técnica de los esque­
mas cognitivos e historia social de las instituciones y de las fuentes
estadísticas. El hilo conductor que las recorre es la fabricación, median­
te una costosa atribución, de formas, técnicas y sociales, que permiten
mantener juntas cosas distintas, creando así cosas de otro orden
24 | La política de los grandes números

(Thévenot, 1986). Esta linea de investigación puede resumirse, de


manera esquemática, antes de ser desarrollada en los nueve capítulos del
libro.
En los dos campos, aparentemente diferentes, de la historia del pen-
samiento probabilistico y del de las estadísticas administrativas, hemos
subray ado la ambivalência de un trabajo orientado a la vez hacia el
conocimiento y hacia la accion, hacia la descripcion y hacia la prescrip-
ción. Estas dos dimensiones están bien diferenciadas, pero resultan
indispensables una respecto de la otra, y su misma distinción es indis­
pensable: el momento de la accion puede apoyarse en objetos firme­
mente establecidos porque el de la objetivación es autonomizable. Asi
pues, el lazo que reúne el mundo de la ciencia y el de la práctica es el
trabajo de objetivación, la fabricación de cosas que se mantengan, ya sea
porque son prévisibles o porque su imprevisibilidad puede en cierta
medida ser dominada, mediante el cálculo de probabilidades. Esta pista
permite comprender la relación entre las probabilidades, con sus refle­
xiones sobre los juegos de azar y las apuestas, y las descripciones macro­
sociales de las estadísticas estatales. Estos dos campos no han dejado de
cruzarse, encontrândose y separándose según las épocas. El cruce ya se
habia producido en el siglo x v i i i , con la utilización de las tablas de
mortalidad como punto de apoyo para los sistemas de seguros, o con las
estimaciones de la población del reino realizadas por Laplace a partir de
un «sondeo» referido a ciertas parroquias (capítulo 1).
Pero será Quetelet el que difunda ampliamente, en la década de
1830, el argumento que enlaza el discurso probabilistico con las obser-
vaciones estadísticas. Esta construcción mantiene unidos, por un lado,
el aspecto aleatorio e imprévisible de los comportamientos individuales
y, por otro, la regularidad y, por consiguiente, la previsibilidad del
cálculo estadistico de dichos actos individuales a través de la noción del
hombre medio. Se apoya en la generalidad de la distribución gaussiana de
probabilidad (la futura «ley normal») y también en las series de la
«estadistica moral» (matrimonios, crímenes, suicidios) elaboradas por
las oficinas de estadísticas. Esta argumentación permite que el pensa-
miento probabilistico abandone durante mucho tiempo su tendencia
subjetiva y epistémica en términos de «razón para creer», en favor de
una tendencia objetiva y frecuentista: la regularidad de las medias,
opuesta al caos y a la imprevisibilidad de los actos individuales, aporta
una herramienta de objetivación extremadamente potente. Este mo­
mento crucial se analiza en el capítulo 3.
Las cosas generadas por los cálculos de medias están dotadas de una
Introducción. Apoyarse en las cosas | 25

estabilidad que introduce en las ciências humanas las exigencias y los


métodos de las ciências de la naturaleza. Resulta comprensible el entu­
siasmo suscitado por esta posibilidad entre los hombres que, de 1830 a
1860, crearon las oficinas de estadística y los congresos internacionales
destinados a propagar el nuevo mensaje universal y a unificar los méto­
dos de registro. El trabajo de objetivación, que suministra las cosas
sólidas sobre las que se apoya la gestión del mundo social, resulta de la
reunión de dos universos diferenciados. Por una parte, la reflexión pro-
babilística busca dominar la incertidumbre; por otra, la construcción de
espacios administrativos y políticos de equivalencia permite registrar y
resumir un gran número de sucesos según normas estándar. La posibi­
lidad de extraer muestras de las urnas a fín de describir fenómenos
socioeconómicos de forma más económica, mediante las encuestas por
sondeo, resulta de esta reunión. Si los esquemas probabilísticos de
extracción de muestras pudieron ser pensados y utilizados, es porque se
construyeron politicamente espacios de equivalencia prácticos antes de
que fueran cognitivos. Antes de extraer las bolas, se debe haber cons­
truído la urna y las bolas mismas, y haber definido las nomenclaturas y
los procedimientos que permiten su clasificación.
El hecho de centrar la atención en el trabajo de objetivación permi­
te salir del debate, clásico en la sociologia de las ciências, entre objeti-
vistas y relativistas. Para los primeros, los objetos existen y la ciência
debe descubrir sus estructuras. Para los segundos, los objetos resultan
de las construcciones formales de los científicos: otras construcciones
formales darían lugar a otros objetos. Ahora bien, si hay construcción,
ésta forma parte de los procesos sociales e históricos de los que la ciên­
cia debe dar cuenta. Es la amplitud de la atribución deforma realizado en
el pasado lo que condiciona la solidez, duración y espacio de validez de
los objetos así construidos. Esta noción presenta justamente el interés
de acercar las dos dimensiones, económica y cognitiva, de la construc­
ción de un sistema de equivalências. La estabilidad y la permanencia de
las formas cognitivas están relacionadas con la amplitud de la atribu­
ción de forma (en un sentido general) que las ha producido. Esta rela-
ción es de importancia capital para seguir la construcción de un siste­
ma estadístico (Héran, 1984).
La consistência de los objetos se verifica mediante técnicas estadísti­
cas surgidas de modelos probabilísticos. La condición de estos últimos
es objeto de debate, y permanece abierta la opción entre las interpreta-
ciones epistémicas o frecuentistas de estos modelos, en términos de
racionalización de una decisión o de descripción. La elección de una
26 | La política de los grandes números

interpretación no resulta de un debate filosófico sobre la esencia de las


cosas, sino de la construcción de conjunto en que el modelo se ubica.
Resulta natural que los actores de la vida cotidiana razonen como si los
objetos existieran porque, por un lado, en el espacio histórico de accion
abordado, el trabajo de construcción anterior hace que existan y, por el
otro, un modo de ver distinto impediria toda accion sobre el mundo.
Asimismo, la práctica de los ajustes estadisticos, a fin de calcular los
parâmetros de un modelo probabilistico de forma que el modelo elegi­
do sea el que confiere a los resultados observados la mayor verosimili-
tud posible, es una manera de dejar abiertas las dos interpretaciones. El
cálculo de una media aritmética, que permite maximizar la verosimili-
tud de un objeto, puede interpretarse ya sea como una verdadera justi-
ficación de la existencia de tal objeto, siendo tratadas las desviaciones
como errores (punto de vista frecuentista, elegido por Quetelet), o como
un modo de utilizar de la mejor manera posible las observaciones para
optimizar una décision (punto de vis ta epistémico), en cuyo caso las
desviaciones se consideran en términos de dispersion.
La existencia de un objeto resulta a la vez de un procedimiento social
de registro y codificación, y de un procedimiento cognitivo de cons­
trucción formai que reduce la multiplicidad a un pequeno número de
características, calificadas como atributos del objeto desde una perspecti­
va más bien frecuentista o como parâmetros de un modelo desde una pers­
pectiva preferentemente epistémica. A pesar de las precauciones que
debe tomar un buen profesor de estadistica para hacer entender a sus
alumnos las diversas condiciones posibles de un modelo probabilistico,
el lenguaje corriente y los usos sociales de estos métodos se deslizan, a
menudo imperceptiblemente, de una interpretación a otra. Esta opción
depende de la consistência de una argumentación global, en la cual el
recurso estadistico es un elemento que se articula junto con otros recur­
sos retóricos. Según los casos, la existencia del objeto es normal y nece-
saria o, por el contrario, su condición de fabricado puede y debe ser
recordada. Esta ambivalência es inévitable: no puede aislarse el objeto
de su uso.
A menudo se plantea la cuestión de la consistência y la objetividad
de las medidas estadísticas. La perspectiva propues ta pretende salir de
los dilemas récurrentes a los que se enfrenta el constructor de la cifra, si
quiere dar una respuesta completa. Por una parte, éste precisará que la
medida depende de convenciones referentes a la definición del objeto y a los
procedimientos de codificación. Pero por otra, agregará que su medida
refleja una realidad. La paradoja consiste en que estas dos afirmaciones
Introducción. Apoyarse en las cosas | 27

son incompatibles y que, sin embargo, es imposible responder de otro


modo. Existe la posibilidad de ver de otra manera esta contradicción,
reemplazando la euestion de la objetividad por la de objetivación. La rea-
lidad se présenta como el producto de una serie de operaciones mate-
riales de inscripciones, producto tanto más real cuanto más generales
sean estas inscripciones, es decir, que las convenciones de equivalencia
que las fundan están más solidamente establecidas a partir de atribu-
ciones de mayor amplitud. Ahora bien, estas atribuciones solo tienen
sentido en una lógica de accion que abarque la lógica aparentemente
cognitiva de la medida. Si la cosa medida se considera dependiente de
cierta lógica, la cosa es a la vez real — pues esta accion puede apoyarse
en ella (lo cual es un buen criterio de realidad)— y construida en el
marco de esta lógica.

Dos tipos de investigaciones históricas

La diversidad de los usos de las palabras «estadistica» y «estadistico»


refieja la tension entre los puntos de vista de realidad y método. Para
unos, es una actividad administrativa de registro de datos diversos que
conduce a cifras indiscutibles adoptadas por el debate social y que orien-
tan la accion. Para otros, es una rama de las matemáticas, que se ense-
na en la universidad y que utilizan otros científicos: biólogos, médicos,
economistas, psicólogos. La autonomia de estos dos significados data de
comienzos del siglo x x , cuando se vuelven habituales y se difunden las
técnicas de la regresión y la correlación, a partir del centro de biometría
de Karl Pearson y, luego, las de la estadística inferencial (estimación,
tests, análisis de varianza) desarrolladas en el laboratorio experimental
de agricultura de Ronald Fisher. Desde entonces, la estadística se pré­
senta como una rama de las matemáticas aplicadas.
Pero con anterioridad, otra profesión había comenzado a adquirir
autonomia en el seno de la administración: la de los estadísticos del
Estado, responsables de las oficinas de estadística oficial, cuyo portavoz
y organizador había sido durante cuarenta anos Quetelet. Hasta la déca­
da de 1940, las técnicas matemáticas empleadas por estos últimos son
rudimentarias y las dos profesiones distintas. Más tarde esta situación
cambia con el uso de los métodos de sondeo, de la econometria y, luego,
de otras técnicas cada vez más variadas. Pero la autonomia de los diver­
sos saberes subsiste y contribuye a mantener vigente la tension entre las
dimensiones administrativa y científica de estas profesiones. El trabajo
28 I La política de los grandes números

estadístico pretende reducir la multiplicidad de las situaciones y ofre-


cer una descripción resumida, memorizable y utilizable como punto de
apoyo para la accion. Ello implica, primero, la construcción de un espa-
cio político de equivalencia y de codificación y, segundo, un tratamien-
to matemático, a menudo sustentado en el cálculo de probabilidades.
Pero estas dos dimensiones de la estadística se perciben, en general,
como dos actividades diferenciadas, y las investigaciones concernientes
a su historia también están separadas.
Hemos optado aqui por seguir al mismo tiempo estos dos hilos con-
ductores, precisamente con el fin de estudiar los intercâmbios y las arti-
culaciones entre ellos. Su union se produce a partir de la década de
1930. Para ello, se utilizan dos categorias de investigaciones históricas.
La primera se refiere a las instituciones y a los sistemas estadisticos. En
cuanto a Francia, las investigaciones más importantes son, fuera de los
dos volûmenes de Pour une histoire de la statistique publicados por el
IN SEE en 1987, las de J. C. Perrot (1992) y M. N . Bourguet (1988)
sobre el siglo xvm y los comienzos del siglo xix, de M. Armatte
(1991), E. Brian (1989) y B. Lécuyer (1977) sobre el siglo xix, o de F.
Fourquet (1980) y M. Voile (1982) sobre el siglo xx. En cuanto a Gran
Bretana, las investigaciones de S. Szreter (1984 y 1991) se refieren a la
General Register Office y al movimiento de salud pública. En lo que
respecta a Estados Unidos, M. Anderson (1988) y Duncan y Shelton
(1978) describen el lento crecimiento de la estadística administrativa, y
luego su transformación en la década de 1930, que conduce a las orga-
nizaciones actuales fundadas en cuatro innovaciones capitales: la coor-
dinación por medio de las nomenclaturas, los sondeos, la contabilidad
nacional, la mecanografia y, más tarde, la informática.
La segunda categoria de trabajos se refiere a la estadística matemáti­
ca y a las probabilidades. Este campo de la investigación histórica cobra
fuerza en la década de 1980, primero en francés, con la obra original
aunque aislada de J . P. Benzécri (1982), y luego en inglés, como resul­
tado de un trabajo colectivo realizado durante 1982-1983 en Bielefeld,
en Alemania, que reunió a investigadores de varios países. La obra titu­
lada The Probabilistic Révolution (vol. 1, editado por Krüger, Daston,
Heidelberger, 1987; y vol. 2, editado por Krüger, Gigerenzer, Morgan,
1987), fue seguida por otras: Stigler (1986), Porter (1986), Daston
(1988), Gigerenzer et al. (1989) y Hacking (1990). Paralelamente, la
historia de la econometria ha sido estudiada por Epstein (1987),
Morgan (1990), y en un número colectivo de los Oxford Economie Papers
(1989).
Introducción. Apoyarse en las cosas | 29

Esta abundancia de investigaciones sobre la historia de la estadísti­


ca (administrativa y matemática), de las probabilidades y de la econo­
metria, posibilita una lectura de conjunto, desde una perspectiva de la
sociologia de las ciências. Esta lectura es a la vez comparativa e históri­
ca. Se eligieron cuatro países, Francia, Gran Bretana, Alemania y Esta­
dos Unidos, porque existe documentación al respecto y porque los epi-
sodios más significativos tuvieron lugar allí. El relato histórico llega
hasta la década de 1940. En ese momento, aparecen instituciones y tec­
nologias cuya fisonomía es semejante a las que existen en la actualidad.
La lectura de sus evoluciones desde esta época requiere investigaciones
históricas de una naturaleza muy distinta. Los métodos estadísticos se
utilizan ahora en âmbitos muy diferentes y están insertos en las cons­
trucciones científicas, sociales y políticas más diversas. La historia
reciente de los centros de estadística aún está poco estudiada, pero se
han reunido materiales, en lo que respecta a Francia, en Pour une histoire
de la statistique ( i n s e e , 1987). Las estadísticas matemáticas, las proba­
bilidades y la econometria se desarrollaron en direcciones tan numero­
sas y diferentes que resulta difícil imaginar un informe sintético com-
parable al que Stigler ofrece respecto de los siglos XVIII y X IX .
Los nueve capítulos del presente libro siguen los desarrollos de los
dos aspectos, científico y administrativo, de la estadística. Recorren
algunas de las ramas del árbol genealógico de la estadística y de la
econometria moderna: este árbol, que resume los diversos caminos
seguidos, se esboza en el comienzo del capítulo 9. El primer capítulo
describe el nacimiento de la estadística administrativa en Alemania,
Inglaterra y Francia. El segundo trata de la aparición, en los siglos
xvii y xviii, del cálculo de probabilidades, sus aplicaciones a los pro­
blemas de medición en la astronomia, de la formulación de la ley nor­
mal y el método de los mínimos cuadrados. El tercero y cuarto se cen-
tran en la media y la correlación, a través de los trabajos de Quetelet,
Galton y Pearson. El quinto y sexto analizan las relaciones entre la
estadística y los Estados francês, inglês, alemán y estadounidense. El
séptimo presenta las condiciones sociales para la emergencia de las
técnicas de sondeo.2 El octavo trata sobre temas relacionados con las no­
menclaturas y la codificación, especialmente a partir de investiga­
ciones realizadas anteriormente con Laurent Thévenot. El noveno
explora las dificultades en la reunión de las cuatro tradiciones que
conducen a la econometria moderna: la teoria económica, la estadísti­
ca descriptiva historicista, la estadística matemática surgida de la bio-
metría y el cálculo de probabilidades. Por fin, la conclusión senala
30 La política de los grandes números

brevemente el desarrollo y luego la crisis relativa del lenguaje esta-


dístico desde la década de 1950.3
Este trabajo tiene uno de sus origenes en un antiguo interés suscita­
do por la ensenanza de Pierre Bourdieu a propósito de las condiciones
sociales de production de los conocimientos sobre el mundo social.
Debe mucho a los intercâmbios que se produjeron durante mucho
tiempo con estadísticos, demógrafos y economistas (Joëlle Affïchard,
Michel Armatte, Denis Bayart, Annie Cot, Jean-Jacques Droesbeke,
François Eymard-Duvernay, Annie Fouquet, Michel Gollac, François
Héran, Jacques Magaud, Maryse Marpsat, Pascal Mazodier, Robert
Salais, Philippe Tassi, Michel Voile, Elisabeth Zucker), con historiado­
res y filósofos (Marie-Noëlle Bourguet, Stéphane Callens, François
Ewald, Anne Fagot-Largeault, François Fourquet, Bernard Lécuyer,
Jean-Claude y Michelle Perrot), así como con ciertos especialistas bri­
tânicos, alemanes y estadounidenses, cuyos consejos han sido valiosos
(Margo Anderson, Martin Bulmer, Lorraine Daston, Gerd Gigerenzer,
Ian Hacking, Donald MacKenzie, Mary Morgan, Ted Porter, Stephen
Stigler, Simon Szreter). También se beneficio del seminário sobre la his­
toria de las probabilidades y las estadisticas, conducido por Marc Bar-
but, Bernard Bru y Ernest Coumet en el e h e s s . La perspectiva de la
sociologia de las ciências fue influenciada por los trabajos realizados, en
el Grupo de sociologia política y moral ( e h e s s ), por Luc Boltanski,
Nicolas Dodier, Michaël Pollak (fallecido en 1992), y Laurent Théve-
not, cuyas ideas sobre el trabajo de construction formai estadistica fue-
ron esenciales, como también lo fueron las investigaciones del Centro
de sociologia de la innovation de la Escuela de minas (Michel Callon y
Bruno Latour). Por último, este libro no podría haber sido escrito sin la
ayuda y la colaboración prestada por el departamento de investigation
del IN SE E . Las críticas pertinentes formuladas por sus miembros, espe­
cialmente por Francis Kramarz, han sido valiosisimas, asi como el tra­
bajo minucioso de configuration dei texto realizado por Elisabeth
Garcia, con la ayuda de Dominique d’Humières.
1

iQué tienen en comun la estadística, conjunto de rutinas administrativas


necesarias para describir un Estado y su población, el cálculo de probabili­
dades, manera sutil de orientar las opciones en caso de incertidumbre,
imaginada hacia 1660 por Huygens y Pascal, y las estimaciones de cons­
tantes físicas y astronómicas a partir de observaciones empíricas incone-
xas, efectuadas hacia 1750? No será hasta entrado el siglo x ix , por una
serie de retraducciones de las herramientas y de las problemáticas, cuan-
do estas diversas traducciones se cruzarán y luego se combinarán, a tra­
vés de los intercâmbios recíprocos entre las técnicas de gestion adminis­
trativa, las ciências humanas — llamadas entonces «ciências morales»—
y las ciências de la naturaleza.
La necesidad de conocer la nation para administraria lleva, a partir
de lenguajes muy diferentes de la aritmética política inglesa y de la Sta-
tistik alemana a organizar oficinas de estadisticas oficiales. Por otra par­
te, la reflexion sobre la justicia y la racionalidad de los comportamien-
tos humanos se despliega a través de las nociones de expectativa y
probabilidad. Finalmente, el esfuerzo para formular leyes de la natura­
leza que den cuenta de registros empíricos fluctuantes conlleva ujxjra-
bajo cadavez más preciso sobre las ideas de «término medio» (de milieu
qu’il fau t^ rendrt^ media (o valor central) y método de los minimoTrua:-
círados. Los dos primeros capítulos tratarán estas très tradiciones que,
a pesar de su aparente heterogeneidad, tienen por igual la finalidad de
confeccionar formas sobre las cuales los hombres puedan ponerse de acuer-
do, objetos susceptibles de un saber comun. Pero las oficinas de estadís­
tica oficial ignoran durante mucho tiempo las investigaciones sobre las
probabilidades o la teoria de los errores. Las primeras las abordaremos
en el presente capítulo, mientras que las segundas se tratan en el ca­
pítulo 2.

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