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Espíritu Santo, fuego que todo lo calienta y

purifica, ven a nuestras almas y enséñanos a
penetrar la Palabra de Dios para que nuestra
vida se transforme cada vez más según la
voluntad del Padre

.
SE LES
TODOS
APARECIERON
QUEDARON UNAS
LLENOSLENGUAS
DEL ESPÍRITU
COMO DE
SANTO
FUEGO
Y
DE REPENTE, VINO DEL CIELO UN RUIDO COMO EL DE
QUECOMENZARON
SE REPARTIERON
CUANDO LLEGÓA EL
HABLAR
Y SEDE
DÍA POSARON
EN DIFERENTES
SOBRE LENGUAS
PENTECOSTÉS CADA UNO
UNA VIOLENTA RÁFAGA QUE LLENÓ LA CASA ESTABAN
DONDE
SEGÚN
TODOSEL ESPÍRITU
DE ELLOS
JUNTOS EN SE
EL LOS CONCEDÍA.
MISMO LUGAR
ESTABAN.
 Había muchos
judíos
procedentes de
todas las
naciones y al oir
el bullicio se
agolparon y .
quedaron
maravillados
porque cada
uno los oía ¿NO¡TODOS
SON GALILEOS
LOS OIMOS
TODOS
PROCLAMAR
ESTOS QUE
ENESTÁN
NUESTRA
hablar en su HABLANDO?
PROPIA LENGUA
¿CÓMO ESLASQUE
propia lengua, y CADAMARAVILLAS
UNO DE NOSOTROS
DE DIOS!LOS
OYE EN SU PROPIA LENGUA?
se preguntaban:
 CUANDO EL ESPÍRITU SANTO LLEGA A UNA
PERSONA PRODUCE MUCHOS FRUTOS:

¿CUÁL DE ESTOS FRUTOS TE PARECE QUE ES EL QUE

MÁS VIVES?
¿CUÁL TE GUSTARÍA POSEER?
 OREMOS CON ESTA BELLA ORACIÓN
AL ESPÍRITU SANTO:

“Ven, oh Espíritu Santo, y danos un corazón

grande, abierto a tu silenciosa y potente palabra
inspiradora, hermético ante cualquier ambición
mezquina, un corazón grande para amar a todos,
para servir a todos, para sufrir con todos; un
corazón grande, fuerte para resistir en cualquier
tentación, cualquier prueba, cualquier desilusión,
cualquier ofensa; un corazón feliz de poder
palpitar al ritmo del corazón de Cristo y cumplir
humildemente, fielmente, virilmente, la divina
voluntad”
. (Pablo VI)
 DEBES RECORDAR QUE:
El Espíritu Santo descendió
sobre los apóstoles
reunidos en Comunidad.
Es necesario estar en
comunidad para recibirlo.
Los apóstoles después
de recibir el Espíritu Santo
PROCLAMABAN EN
VARIAS LENGUAS LAS
MARAVILLAS DEL
SEÑOR
El viento y las lenguas de
fuego fueron dos signos que
el Señor dio ese día.
Es necesario saber interpre-
tar los signos que el Señor
nos da con frecuencia.
El Espíritu Santo es el único
que nos ayuda a superar las
diferencias de lengua,
cultura, edad, manera de
ser etc.