Vous êtes sur la page 1sur 12

Ciencias Sociales y Humanidades

Influencia de las prácticas parentales en las conductas


problema en adolescentes

Jorge Raúl Palacios Delgado y Patricia Andrade Palos


Universidad Nacional Autónoma de México

Resumen

El objetivo de esta investigación fue analizar la presencia de varias conductas problema (con-
ducta sexual, consumo de tabaco, alcohol y drogas, intento de suicidio, conducta antisocial y
conducta delictiva) en los adolescentes y probar el nivel de predicción dependiendo del sexo
y la edad, así como de las prácticas parentales sobre el conjunto de conductas problema. Se
utilizó una muestra de 1000 jóvenes de los cuales 485 eran hombres y 515 eran mujeres, con
un rango de edad entre 14 y 22 años. Para medir los estilos parentales se utilizó el instrumen-
to multidimensional de Palacios y Andrade (2006) el cual mide cuatro estilos parentales, con
base en siete prácticas parentales. Para medir las conductas problema se integró una sección
con preguntas relativas a la vida sexual, el consumo de substancias adictivas, el intento de
suicidio y la conducta antisocial. Para este estudio se elaboró un indicador con la suma de
todas las conductas. Los resultados mostraron la co-ocurrencia de todas las conductas pro-
blema evaluadas; asimismo se encontró un efecto significativo de la edad y el sexo. Por otro
lado, la supervisión materna y la imposición por parte del papá influyen en la presencia de
conductas multiproblema en los adolescentes.

Palabras clave: prácticas parentales, conductas problema, adolescentes.

Abstract

The objective of this research was to analyze the covariation among diverse behaviors
(sexual behavior, substance use, suicide attempt and delinquent behavior) on adolescents,
and predictive level of sex, age and parental practices on problem behavior. 1000 high
school students participated in the study, 485 males and 515 females, from 14 to 22 years
old. In order to measure the parental practices has been used the parental style scale
(Palacios y Andrade, 2006) and an instrument realized for evaluating different problem
behavior, for this study was elaborated an indicator with the addition of the behaviors.
The results indicate the co-ocurrence of problem behaviors at different levels of involve-
ment. The multiproblem behaviors were predicted by sex and age. Specifically the mother
supervision and father imposition showed was the predictors for develop multiple behav-
ior problems in adolescents.

Keywords: parental practices, problem behavior, adolescents.

I n v e s t i g a ci ó n U n i v e r s i t a r i a M u l t idi s ci p l i n a r i a - Año 7, Nº7, DICIEMBRE 2008 7


C i e n c i a s S o c i a l e s y H u m a n i d a d e s

Introducción tínez, Robles y Trujillo, 2003; Moffit, 1993; Sobral,


Romero, Luengo y Marzoa, 2000; Vannatta, 1996;
Diversas investigaciones señalan la importancia Windle, Millar- Tutzauer y Domenico, 1992).
que tiene el estudio de las conductas problemáti-
cas que se manifiestan a partir de la adolescencia Para el caso de la edad se ha visto que influye
(Capaldi, Stoolmiller, Clark y Owen, 2002; Cooper, con un peso específico en ciertas conductas
Wood, Orcutt y Albino, 2003; Rolison y Scherman, problema presentes en la adolescencia (Dekovic,
2002), las cuales mencionan que los factores que 1999; Loeber, Farrington, Stouthamer- Loeber y
influyen en estos comportamientos se encuentran Van Kammen, 1998; Martínez et.al., 2003; Moffit,
alrededor de amplios dominios causales que van 1993; Muñoz y Graña, 2001; Sobral et.al., 2000;
desde la biología y la genética hasta la cultura y Tolan, Guerra y Kendall, 1995; Verberne, 2001), es
la sociedad (Dodge y Pettit, 2003). De acuerdo con decir, conforme los adolescentes tienen más edad
los perfiles epidemiológicos en México estas con- presentan un mayor número de estas conductas.
ductas se han convertido en un problema de salud No obstante, la variable edad no excluye el peso
pública (Fleiz, Villatoro, Medina-Mora, Alcántar, que pudieran tener otras variables a lo largo del
Navarro y Blanco, 1999; González- Forteza, Villa- desarrollo, lo cual permite considerar de manera
toro, Alcantar, Medina- Mora, Fleiz, Bermúdez y diferente las variables protectoras en función de
Amador, 2002; Juárez, Villatoro, Gutiérrez, Fleiz la edad que tenga el adolescente.
y Medina-Mora, 2005; Villatoro, Medina-Mora,
Rojano, Fleiz, Villa, Jasso, Alcántar, Bermúdez, En lo que se refiere a las variables familiares,
Castro y Blanco, 2001). éstas continúan siendo un factor importante
en el entendimiento de las conductas problema
Varios trabajos sobre las conductas problema en (Carballo, García, Secades, Fernández, García,
adolescentes (Donovan y Jessor, 1985; Gruber, Errasti y Al-Halabi, 2004; Martínez et.al., 2003;
2001; Lerner y Ohannessian, 1999; Newcomb y Villar, Luengo, Gómez y Romero, 2003). Dentro
McGee, 1991) se centran en un subconjunto de del ámbito familiar se puede destacar a los estilos
conductas, que usualmente pueden comprometer y prácticas parentales como factores que tienen
el bienestar, la salud y la vida en curso de un indi- una influencia significativa sobre las conductas
viduo, resultando en consecuencias negativas o problema (Baumrind, 1991; Carballo, et.al., 2004;
adversas para cada persona y/o su desarrollo (Igra Dekovic, 1999; Dekovic, Janssens y Van As, 2003;
e Irwin, 1996; Jessor, 1998). Además se ha reconoci- Lamborn, Mounts, Steinberg y Dornbusch, 1991;
do la relación entre estas conductas (Ary, Duncan, Martínez et.al., 2003; Palacios, 2005; Pons y Ber-
Duncan y Hops, 1999; Easton y Kiss, 2005; Jessor, jano, 1997).
1998; Kandel, 1998; Willougby, Chalmers y Busseri,
2004; Zweig, Lindberg y McGinley, 2001). Así mismo, diversos estudios (Ary et.al., 1999;
Dekovic, 1999; Martínez y Robles, 2001; Meschke,
La evidencia empírica sobre las conductas pro- Bartholomae y Zentall, 2002; Vannatta, 1996)
blema señala que las variables de sexo y edad se han demostrado cómo el apoyo, la autonomía,
deben considerar al analizar las conductas proble- el control y la supervisión parental son factores
ma, ya que el sexo juega un papel específico en protectores o de riesgo para el desarrollo de
el entendimiento de cada conducta; por ejemplo, conductas problemáticas; específicamente las
la conducta antisocial y delictiva o el consumo de prácticas parentales están asociadas con resul-
drogas se presentan más en los hombres y el inten- tados conductuales positivos o negativos en los
to de suicidio se observa más en las mujeres; en el adolescentes (Palacios, 2005).
caso del consumo de alcohol, tabaco y la conducta
sexual, se aprecia que son conductas reportadas Al respecto de la evidencia empírica que muestra
por ambos sexos y aunque existe una ligera ten- el efecto que tienen las prácticas parentales, se
dencia a presentarse más en los hombres, en los encuentra que el apoyo parental tiene un efecto
últimos años han incrementado en las mujeres positivo en ciertos comportamientos; por ejem-
(Capaldi et.al., 2002; Dekovic, Janssens y Van As, plo, el apoyo de los padres se relaciona con una
2003; Kotchick, Shaffer, Forehand y Miller, 2001; reducida actividad sexual y un incremento en el
Martínez, Fuertes, Ramos y Hernández, 2003; Mar- uso de métodos anticonceptivos, además altos

8 I n v e s t i g a ci ó n U n i v e r s i t a r i a M u l t idi s ci p l i n a r i a - Año 7, Nº7, DICIEMBRE 2008


C i e n c i a s S o c i a l e s y H u m a n i d a d e s

niveles de conexión entre padres y adolescen- sugieren que un pobre monitoreo parental está
tes se asocian con una menor probabilidad de fuertemente asociado con la conducta sexual de
embarazo en mujeres (Meschke et.al., 2002). Los hombres y mujeres.
factores parentales que protegen al adolescente
del consumo de tabaco, alcohol y drogas, son Por su parte, Barber, Olsen y Shagle (1994) en-
tener una estrecha vinculación afectiva entre el contraron que cuando existe un menor control
joven y sus padres, un apoyo instrumental del conductual de los padres se presenta consumo de
padre y emocional de ambos. En sentido opuesto, alcohol y drogas. Dekovic et.al. (2003) señalan que
la ausencia de normas familiares, los conflictos altos niveles de conducta antisocial se asocian con
entre los padres y el adolescente, predice que el una pobre e inadecuada paternidad, bajos niveles
adolescente se implique en el uso de sustancias de apoyo parental, baja supervisión y mayores
adictivas (Muñoz et.al., 2001). prácticas punitivas. Además mencionan que un
nivel bajo de involucramiento emocional entre los
Mantener una relación no satisfactoria con el miembros de la familia será predictor del compor-
padre o la madre es un factor de riesgo para come- tamiento antisocial. En otro estudio encontraron
ter una tentativa de suicidio. Cuando la relación que el retiro de amor (mostrar poco afecto) y la
entre padres e hijos es conflictiva se presenta un sobreprotección tienen un efecto directo sobre la
incremento del riesgo suicida. Un clima familiar delincuencia (Goldstein y Heaven, 2000).
positivo disminuye la probabilidad del intento
de suicidio, puesto que el efecto protector sobre En un estudio realizado por Gray y Steinberg
el comportamiento suicida en adolescentes se (1999) encontraron que existe una relación nega-
establece por una interacción adecuada y estable tiva entre las conductas problema (uso de alcohol,
entre sus miembros; es decir, los jóvenes que no drogas y conducta antisocial) y tres dimensiones
han intentado suicidarse, perciben sus relaciones de la paternidad autoritativa (aceptación, moni-
familiares con mayor cercanía, apoyo, convivencia toreo y autonomía). Los autores mencionan que
e integración entre los miembros que la integran un pobre control conductual (monitoreo) está
(Fernández, González y Lasa, 1998; Lai y McBride- fuertemente relacionado con conductas proble-
Chang, 2001). máticas (uso de alcohol, drogas y conducta anti-
social), argumentan que el control conductual y la
Por otro lado, la investigación sugiere que el aceptación parental son predictores más fuertes
control psicológico se asocia con la presencia que la autonomía parental. Por su parte, Ary et.al.
de varias conductas problemáticas, de manera (1999) afirman que un pobre monitoreo parental
contraria el control conductual o supervisión de se asocia con conductas problema como conducta
los padres se asocian con la ausencia de estos sexual, consumo de alcohol, cigarro, marihuana y
comportamientos. conducta antisocial.

Longmore, Manning y Giordano (2001) encontra- El comportamiento suicida también se ha relacio-


ron que el monitoreo o supervisión parental es nado con las prácticas parentales. Lai et.al. (2001)
una estrategia parental que resulta ser un predic- señalan que la ideación suicida se asoció de forma
tor del comienzo de la primera relación sexual; los significativa con una parentalidad autoritaria, un
padres que monitorean a sus hijos tendrán hijos bajo apoyo parental, un alto control materno, y
que van a retrasar el comienzo de la actividad prácticas negativas entre el padre y el hijo (a).
sexual. Meschke et.al. (2002) señalan que altos
niveles de monitoreo parental proporcionan un En México, el ambiente familiar se ha estudiado
retardo en el inicio de las relaciones sexuales, como uno de los factores parentales asociados
un número menor de parejas sexuales y un au- con las conductas problema en jóvenes. La in-
mento en el uso de métodos anticonceptivos. De vestigación en esta área ha demostrado que
manera similar Capaldi et.al. (2002) encontraron algunas características positivas de los padres
que el monitoreo parental retrasa el inicio de la (apoyo, comunicación) se asocian con la ausencia
conducta sexual de riesgo en la adolescencia y de conductas problema (consumo de sustancias
con esto disminuye el riesgo de adquirir una in- adictivas, conducta sexual, intento de suicidio y
fección de transmisión sexual (ITS). Autores como conducta antisocial) en hombres y mujeres. Rive-
Donenberg, Wilson, Emerson y Bryant (2002) ra, Villatoro, Fleiz, Medina-Mora y Jiménez (1995)

I n v e s t i g a ci ó n U n i v e r s i t a r i a M u l t idi s ci p l i n a r i a - Año 7, Nº7, DICIEMBRE 2008 9


C i e n c i a s S o c i a l e s y H u m a n i d a d e s

afirman que la percepción de afecto tanto del hacerlo en conductas antisociales. Por ejemplo, el
padre como de la madre protege al adolescente abuso de los padres hacia el menor, la violencia
de consumir drogas. Asimismo, los jóvenes que no entre los padres y el autoritarismo resultan en
han intentado suicidarse, perciben sus relaciones conducta antisocial (Frías, López, Díaz y Castell,
familiares con mayor cercanía, apoyo, convivencia 2002), asimismo los patrones de crianza violen-
e integración entre los miembros de la familia tos son factores que inducen el desarrollo de
(Cárdenas, 2002; Rivera, 2000). Por otro lado, conductas antisociales (Frías, Sotomayor, Varela,
se encontró que un ambiente familiar positivo Zaragoza, Banda y García, 2000).
impide involucrarse en actos delictivos (Juárez,
Villatoro, Fleiz, Medina- Mora, Carreño, Amador Como se puede apreciar, cuando se aborda la
y Bermúdez, 2002). relación de la familia con el comportamiento
problemático del adolescente se estudia la rela-
Una caracterización negativa del padre reportada ción del ambiente familiar y algunas prácticas pa-
por los adolescentes y una menor comprensión y rentales por separado (apoyo, control, etc.), con
más problemas entre sus papás se asocia con el una o dos conductas problema y pocos estudian
consumo de tabaco y alcohol (Andrade, 2000). De la influencia de las prácticas parentales sobre la
igual forma los hombres adolescentes considera- asociación de varias conductas.
dos como menores infractores percibieron menor
apoyo y apego del papá, así como una comunica- Además, lo expuesto en los estudios anteriores
ción negativa con la mamá en comparación con parece indicar que no existe un consenso en cuá-
un grupo de estudiantes (Andrade, Betancourt y les prácticas parentales son las que influyen y en
Contreras, 2002). En el caso de adolescentes que qué medida afectan a las conductas problema;
han intentado suicidarse, una menor percepción a pesar de esta discrepancia, el monitoreo pa-
de unión y expresión en su ambiente familiar, es rental parece tener un papel importante en los
decir, que no se les permite hablar de sus senti- comportamientos que implican un riesgo para el
mientos, ideas o propuestas, incide en intentar adolescente, en consecuencia, lo anterior sostiene
culminar el acto (Andrade, Betancourt y Camacho, la necesidad de trabajar aspectos asociados o de-
2003; Rivera, 2000). terminantes en las conductas preventivas antes de
que hagan su aparición las conductas riesgosas, lo
Andrade, Betancourt y Palacios (2006) encon- que sugiere buscar mecanismos preventivos para
traron que en las mujeres una mayor comunica- los embarazos no planeados, las ITS, el consumo
ción con el padre y con la madre fue un factor de sustancias adictivas, el intento de suicidio, así
protector de la actividad sexual. En los hombres como la conducta antisocial y delictiva, siendo
que tienen vida sexual activa, percibir una mayor éstos problemas del México actual.
comunicación sobre sexualidad tanto con el papá
como con la mamá es un factor de riesgo.

Otros estudios señalan la influencia que el recha- Objetivo


zo familiar tiene sobre las conductas problemá-
ticas. García (2002) menciona que las variables La comprensión de las prácticas parentales in-
del ambiente familiar que predicen el consumo volucradas en las conductas problema permitirá
de drogas son la hostilidad y el rechazo parental conocer qué factores predicen la presencia de la
hacia el adolescente. A la par de este argumento, conducta multiproblema en los jóvenes, así como
los adolescentes que han intentado suicidarse cuántas conductas de riesgo covarían una con otra.
obtienen puntajes altos en las dificultades familia- Debido a que existen pocos estudios encaminados
res, lo que indica que en sus relaciones familiares a entender la influencia de las prácticas parentales
existen obstáculos para tener una interacción ar- sobre múltiples conductas problema y tomando en
mónica entre los miembros de la familia, tienden a cuenta la evidencia mostrada, los objetivos de la
pelear con frecuencia, a agredirse y no lograr dar presente investigación fueron 1) analizar la covaria-
solución a sus problemas (Rivera, 2000). En este ción de las conductas problema (conducta sexual,
mismo sentido, la evidencia muestra que la familia consumo de tabaco, alcohol y drogas, intento de
juega un papel importante en la transmisión de suicidio, conducta antisocial y conducta delictiva)
pautas de comportamiento para involucrarse o no en los adolescentes y 2) probar el nivel de predic-

10 I n v e s t i g a ci ó n U n i v e r s i t a r i a M u l t idi s ci p l i n a r i a - Año 7, Nº7, DICIEMBRE 2008


C i e n c i a s S o c i a l e s y H u m a n i d a d e s

ción del sexo, la edad, así como las prácticas paren- una consistencia interna (alfa de Cronbach) que
tales sobre este conjunto de conductas de riesgo en oscila entre .80 y .86. Además se les preguntó a
una muestra de adolescentes mexicanos. los jóvenes la edad en la que iniciaron o realizaron
cada conducta.

Procedimiento: La información se obtuvo a lo


Método largo de tres meses, tiempo que duró la inves-
tigación; se aplicaron los instrumentos a los
Participantes: Se seleccionó una muestra no pro- adolescentes de manera grupal, utilizando a los
babilística de 1000 jóvenes, 485 hombres y 515 grupos escolares para la aplicación del instrumen-
mujeres, con un rango de edad entre 14 y 22 años to, así mismo, se les pidió que respondieran a un
y una media de 16.37 años, estudiantes de una cuestionario elaborado para conocer sobre las
escuela pública de educación media superior del actividades que realizan los jóvenes. Se les aclaró
Distrito Federal. Quinientos dos jóvenes fueron del que no había respuestas buenas ni malas y que
turno matutino, de ellos 192 eran hombres y 310 la información era anónima, para lo cual se les
mujeres; 498 correspondían al turno vespertino, solicitó que respondieran de forma sincera, ex-
de los cuales 293 eran hombres y 205 mujeres. plicándoles que sus respuestas se utilizarían para
fines estadísticos y de investigación. Así mismo,
Instrumentos: Se aplicaron dos instrumentos; en se ayudó a los adolescentes que tuvieran alguna
la primera parte se aplicó la escala multidimen- duda. Una vez obtenidos los datos se realizaron
sional elaborada por Palacios y Andrade (2006), los análisis estadísticos pertinentes utilizando el
la cual mide la percepción de los adolescentes Programa Estadístico para Ciencias Sociales (SPSS
de las prácticas parentales de apoyo, autonomía, 12). Para realizar los análisis estadísticos con la
imposición, reconocimiento, control, supervisión, escala de conducta antisocial de Palacios (2005) se
toma de decisiones y motivación, que permiten recodificó cada factor de la conducta antisocial de
conformar cuatro estilos parentales: autoritario, manera tal que quedaron divididos en dos grupos,
democrático, negligente e inconsistente. El instru- los que habían cometido la conducta (2) y los que
mento está dividido en una subescala para papá nunca habían cometido esa conducta (1), con la
y otra para mamá, con una consistencia interna finalidad de obtener la presencia o ausencia del
(alfa de Cronbach) que oscila entre .747 y .973. La comportamiento antisocial.
escala se conforma por 107 reactivos tipo Likert
con cuatro opciones de respuesta (casi nunca a
todo el tiempo).
Resultados
En la segunda parte se integró una sección de
conductas problema con preguntas relativas a En la tabla 1 se describe la frecuencia de las con-
la vida sexual, el consumo de alcohol, tabaco, ductas de riesgo de los adolescentes, con el obje-
marihuana y cocaína, el intento de suicidio y la tivo de tener una descripción del comportamiento
conducta antisocial. Se les preguntó a los jóvenes que tienen éstos. Se puede observar que el 30.5%
si habían realizado (2) o no (1) estas conductas de los adolescentes reportó haber iniciado su vida
problemáticas alguna vez en la vida para el caso sexual, la edad promedio de su debut sexual fue
de la marihuana y la cocaína; en el último año para a los 15 años. Con respecto al consumo de taba-
el caso del alcohol; en los últimos seis meses para co en los últimos seis meses, casi la mitad de los
el caso del tabaco (Villatoro et.al., 2001) y una adolescentes (49.1%) fuma cigarros y mencionan
vez o más de una vez para el intento de suicidio que la edad de inicio para fumar fue cerca de los
(González-Forteza et.al., 2002). 14 años. Cuando se les preguntó sobre el consu-
mo de alcohol en el último año, se observa que
Para medir la conducta antisocial se tomó la escala el 51.9% de los jóvenes han consumido alcohol.
tetradimensional de Palacios (2005) la cual cons- Al preguntarles acerca de la edad de inicio en el
ta de 42 reactivos divididos en cuatro factores: consumo de bebidas alcohólicas, se encontró un
agresión, comportamiento antisocial, conducta patrón similar al consumo de tabaco en cuanto a
delictiva y robos menores con cuatro opciones de la edad, siendo la edad promedio cercana a los 14
respuesta tipo Likert (nunca a muchas veces) y con años. Respecto al consumo de drogas se aprecia

I n v e s t i g a ci ó n U n i v e r s i t a r i a M u l t idi s ci p l i n a r i a - Año 7, Nº7, DICIEMBRE 2008 11


C i e n c i a s S o c i a l e s y H u m a n i d a d e s

que 19.3% de los adolescentes han consumido marihuana y que la edad promedio de inicio es alrededor
de los 15 años, edad muy cercana para el caso de la cocaína, cuya edad de inicio es alrededor de los 16
años. En lo que respecta al intento de suicidio el 12.3% reportó haberlo intentado una o más veces en
su vida y cuya edad promedio del intento suicida fue alrededor de los 14 años. Por otro lado, para el
comportamiento antisocial, 30.1% de los jóvenes han realizado actos antisociales, el 5.4% ha cometido
algún tipo de agresión hacia algún objeto o persona, el 4.1% de los jóvenes ha realizado algún tipo de
robo menor y menos del 1% realiza conductas consideradas como delito.

Para realizar el análisis de la covariación de las conductas problema, se examinó la co-ocurrencia de las
diez conductas problemáticas de los jóvenes; es decir, que existen jóvenes que no presentan conductas
problema, hasta los que presentan una, dos o todas las conductas de riesgo. Con base en este análisis se
elaboró la conducta multiriesgo como un indicador global considerando todas las conductas reportadas
en este estudio. En este indicador se consideraron como respuestas positivas a todos aquellos adolescen-
tes que respondieron que sí presentaban la conducta que se les preguntaba en el periodo estipulado en
cada reactivo (el valor obtenido del indicador oscila entre 10 que es equivalente a no presentar conductas
problema hasta 20 que significa presentar todas las conductas. Para fines de interpretación se utilizaron
los valores de 0 a 10 equivalentes al número de conductas).

Tabla 1. Porcentaje de conductas problemáticas.

Frecuencia Porcentaje Edad Promedio

Sí 305 30.5
Vida Sexual Activa 15.33
No 695 69.5

Sí 491 49.1
Consumo Tabaco 13.66
No 509 50.9

Sí 519 51.9
Consumo de Alcohol 13.80
No 481 48.1

Sí 193 19.3
Consumo de Marihuana 15.41
No 807 80.7

Sí 57 5.7
Consumo de Cocaína 15.41
No 943 94.3

Sí 123 12.3
Intento de Suicidio 14.40
No 877 87.7

Sí 54 5.4
Agresión 14.40
No 939 93.9

Sí 9 9
Conducta Delictiva 984 98.4
No

Comportamiento Sí 301 30.1


Antisocial No 687 68.7

Sí 41 4.1
Robos
No 955 95.5

En la figura 1 se puede observar que sólo el 15% de los jóvenes no presenta alguna conducta; el porcentaje
mayor se ubica en los jóvenes que presentan dos conductas (22.2%) seguido de los que presentan una
y tres conductas (20% y 18.6%) respectivamente, disminuyendo el número de conductas que presentan
los adolescentes y sólo el 0.2% de los adolescentes presentó las diez conductas.

12 I n v e s t i g a ci ó n U n i v e r s i t a r i a M u l t idi s ci p l i n a r i a - Año 7, Nº7, DICIEMBRE 2008


C i e n c i a s S o c i a l e s y H u m a n i d a d e s

Para analizar si existían diferencias significativas por sexo en el indicador de la covariación de todas
las conductas problema, se utilizó la prueba t de Student. Los adolescentes reportan que los varones
presentan un puntaje mayor en el número de conductas, 2.5 en promedio (s= 1.9); en tanto que las
mujeres manifiestan un promedio de 2.1 (s= 1.6) conductas (t= 3.499, p<.001), es decir, que los hombres
difieren significativamente de las mujeres en el número de conductas que presentan. A pesar de que
la diferencia es mínima, es significativa.

Figura 1. Porcentaje y número de conductas problemáticas.

Con la finalidad de conocer la influencia de las prácticas parentales, el sexo y la edad del adolescente
sobre la covariacion de las conductas problemáticas (conducta multiriesgo) se realizó un análisis de
regresión paso por paso, considerando a la covariación de las conductas problemáticas como variable
dependiente y a las siete dimensiones parentales del papá, las siete dimensiones parentales de la mamá,
el sexo (variable dummy, hombre = 0, mujer = 1), así como la edad del adolescente como independientes.
Los resultados indican la siguiente información:

Se identificaron cuatro predictores independientes y significativos (F= 72.08, p<.001) para la covariación
de las conductas de riesgo que entraron en el modelo de regresión; en el primer paso entró la edad
(R2 cambio = .145, p<.001) como el mejor predictor, es decir, que a mayor edad del adolescente más
conductas problemáticas presentará; en el segundo paso, se introdujo la supervisión materna en la
ecuación de regresión (R2 cambio = .087, p<.001), de manera tal que a menor supervisión de la mamá,
mayor número de conductas tendrá el adolescente; para el tercer paso entró la imposición paterna (R2
cambio = .016, p<.001), lo que indica que en la medida que el adolescente perciba mayor imposición por
parte del papá, el número de conductas con las que se involucre el joven será mayor. En el último paso
se incorporó el sexo (R2 cambio = .004, p<.05) agregando un porcentaje significativo a la explicación
de la varianza en la covariación de las conductas problema. El análisis de medias indicó que son los
hombres los que presentan más conductas en comparación con las mujeres. Por tanto, se puede decir
que estas variables en su conjunto explican un 25.1% de la varianza (ver tabla 2).

I n v e s t i g a ci ó n U n i v e r s i t a r i a M u l t idi s ci p l i n a r i a - Año 7, Nº7, DICIEMBRE 2008 13


C i e n c i a s S o c i a l e s y H u m a n i d a d e s

Tabla 2. Análisis de regresión múltiple paso por paso para predecir la Covariación de las Conductas Problemáticas.

Variable B SE B b

Paso 1

Edad .509 .042 .380**

Paso 2

Supervisión Mamá -.213 .022 -.297**

Paso 3

Imposición Papá .444 .105 .127**

Paso 4

Sexo -.219 .108 -.061*

Nota. R 2 = .145 para el paso 1; R 2 = .232 para el paso 2; R 2 = .247 para el paso 3; R 2 = .251 para el paso 4.
*p<.05
**p<.01

Discusión
Los resultados obtenidos sobre la forma y proporción de cómo se relacionan las conductas problemáticas,
apoya lo encontrado por otros estudios (Ary et.al., 1999; Cooper et.al., 2003; Donovan et.al., 1985; Fleiz
et.al., 1999; González- Forteza et.al., 2002; Juárez et.al., 2005; Villatoro et.al., 2001; Willougby et.al., 2004;
Zweig et.al., 2001), ya que el consumo de alcohol y tabaco son conductas que se presentan comúnmente en
los adolescentes (Easton et.al., 2005); a su vez el consumo de estas substancias lleva asociado el consumo
de otras drogas (Kandel, 1998), asimismo, el consumo de estas substancias en adolescentes se asocia a una
mayor probabilidad de presentar actividad sexual, cometer actos antisociales o bien la relación de estas
conductas son un facilitador para el intento de suicidio (Donovan et.al., 1985; Vanatta, 1996; Windle et.al.,
1992). Presentar una conducta de riesgo coloca al adolescente en un punto vulnerable ya que presentar
una conducta problemática incrementa la probabilidad de involucrarse en otras conductas (Donovan et.al.,
1985; Easton et.al., 2005; Kandel, 1998; Willougby et.al., 2004; Zweig et.al., 2001).

Un elemento importante a considerar es que sólo el 15 por ciento de los jóvenes no reportó presentar
conductas problema, el porcentaje mayor se ubica en los jóvenes que mantienen dos conductas, seguido
de quienes presentan una y tres conductas, mostrando que la gran mayoría de los adolescentes manifies-
ta por lo menos una conducta problema, lo cual sostiene la necesidad de generar políticas y programas
que promuevan conductas saludables, así como la implementación de esquemas que proporcionen a los
adolescentes elementos para reducir las conductas problema, debido a que traen consigo consecuencias
negativas a su salud.

El análisis de la covariación de las conductas problemáticas mostró la asociación de conductas comúnmen-


te estudiadas conocidas como conductas problema (consumo de alcohol, tabaco, marihuana, conducta
sexual y comportamiento antisocial) como lo señalan varios autores (Ary et.al., 1999; Donovan et.al., 1985;
Gruber, 2001; Jessor, 1998; Lerner et.al., 1999; Willougby et.al., 2004). Cabe señalar que sólo se descri-
bió el porcentaje de conductas que presentan los adolescentes ya sea solas o en combinación con otras
conductas; en este sentido, es necesario complementar este análisis con más pruebas estadísticas (análisis
de cluster, análisis discriminante o escalamiento multidimensional) que brinden mayores elementos para
entender la relación de las conductas, los niveles y/o trayectorias de riesgo, así como su covariación a través
de modelos estructurales.

La presencia de conductas problema ocurre durante un periodo específico de edad de los adolescentes,
como lo muestra el promedio de edad en que los adolescentes se involucran por primera vez en una

14 I n v e s t i g a ci ó n U n i v e r s i t a r i a M u l t idi s ci p l i n a r i a - Año 7, Nº7, DICIEMBRE 2008


C i e n c i a s S o c i a l e s y H u m a n i d a d e s

conducta, lo que indica una progresión de una el indicador de las conductas de riesgo que las
conducta a otra, tal y como lo señala la literatura mujeres, lo cual es un aspecto apoyado por varios
(Ary et.al., 1999; Cooper et.al., 2003; Donovan estudios (Capaldi et.al., 2002; Dekovic, 1999; Eas-
et.al., 1985; Easton et.al., 2005; Loeber et.al., ton et.al., 2005; González- Forteza et.al., 2002;
1998; Moffit, 1993; Newcomb et.al.,1991; Willoug- Juárez et.al., 2005; Martínez, et.al., 2003; Kotchick
by et.al., 2004; Windle et.al., 1992; Zweig et.al., et.al., 2001; Martínez et.al., 2003; Sobral et.al.,
2001). El análisis de varias conductas problema 2000; Tolan et.al., 1995; Vannatta, 1996; Verber-
(consumo de alcohol, tabaco, marihuana, cocaína, ne, 2001; Zweig et.al., 2001). Es posible también
conducta antisocial, vida sexual e intento de sui- apreciar en los resultados que los adolescentes de
cidio), considerando la edad promedio en la que mayor edad son los que presentan mayores pun-
los adolescentes presentan una conducta, permite tajes de la covariación de conductas problema, el
conocer cómo se manifiesta cada conducta a tra- efecto de la edad del adolescente es un aspecto
vés de la edad del adolescente. La secuencia de apoyado por la literatura (Dekovic, 1999; Easton
aparición de cada conducta de menor a mayor et.al., 2005; Loeber et.al., 1998; Martínez et.al.,
edad es como sigue: el consumo de tabaco; el 2003; Martínez et.al., 2001; Moffit, 1993; Muñoz
consumo de alcohol; el intento de suicidio; el inicio et.al., 2001; Palacios, 2005; Sobral et.al., 2000; To-
de la actividad sexual; el consumo de marihuana lan et.al., 1995), es decir, con la edad la severidad,
y al último se ubica el consumo de cocaína. Es frecuencia y variedad de conductas problema se
importante señalar que en el presente estudio incrementan.
la trayectoria de aparición de cada conducta es a
través de la edad del adolescente. Uno de los objetivos del presente estudio fue cono-
cer la influencia de las prácticas parentales sobre la
Se recomienda en futuras investigaciones analizar covariación de las conductas de riesgo. Las prácti-
las trayectorias de la edad a través del desarrollo cas parentales que influyen en la covariación de las
del adolescente, así como la transición de una conductas problemáticas son una baja supervisión
conducta a otra, ya que algunas conductas pueden materna y una alta imposición paterna, de manera
tener caminos similares o caminos diferentes; este tal que estas variables en su conjunto explican un
elemento se evidencia en los factores que prote- porcentaje significativo de la varianza; estos re-
gen al adolescente de tener una, dos o varias con- sultados concuerdan con varios estudios (Andrade
ductas (Dekovic, 1999; Jessor, 1998; Muñoz et.al., et.al., 2003; Barber et.al., 1994; Baumrind, 1991;
2001; Vannatta, 1996) elementos que son factibles Capaldi et.al., 2002; Carballo et.al., 2004; Dekovic,
de probar en modelos empíricos más amplios. Los 1999; Dekovic et.al., 2003; Donenberg et.al., 2002;
resultados obtenidos aportan información para Frías et.al., 2002; Frías et.al., 2000; García, 2002;
probar si la relación entre las conductas covarían Gray et.al., 1999; Lai et.al., 2001; Lamborn et.al.,
una con otra, son un síndrome conductual como 1991; Longmore et.al., 2001; Martínez et.al., 2003;
lo sugieren Donovan et.al., (1985) o se agrupan Meschke et.al., 2002; Muñoz et.al., 2001; Palacios,
como factores latentes de primer o segundo or- 2005; Pons et.al., 1997; Rivera, 2000; Vannatta,
den (Cooper et.al., 2003; Newcomb et.al., 1991; 1996; Villar et.al., 2003), quienes mencionan que
Willougby et.al., 2004). En este mismo sentido, la supervisión parental es un factor que protege
el análisis de la covariación de las conductas pro- al adolescente de involucrarse en conductas pro-
blema (vida sexual, consumo de tabaco, alcohol y blema, a diferencia del apoyo, la comunicación o
drogas, intento de suicidio, conducta antisocial y la autonomía; así mismo, la evidencia señala que
conducta) permitirá dar un mejor entendimiento una relación negativa con el padre percibida por el
sobre las bases por las cuales las conductas se in- adolescente, es un factor que promueve conductas
terrelacionan, lo cual se podrá conocer en futuras que afectan la salud del adolescente.
investigaciones.

En cuanto a la influencia de las variables estudia-


das, el modelo de regresión para la co-ocurrencia Conclusión
de múltiples conductas problemáticas mostró que
el sexo y la edad del adolescente son predictores Los resultados de la presente investigación aportan
de las conductas mostradas en este estudio; se conocimientos sobre prácticas parentales implica-
observa que los hombres puntuaron más alto en das en las conductas problema y posibilitan incor-

I n v e s t i g a ci ó n U n i v e r s i t a r i a M u l t idi s ci p l i n a r i a - Año 7, Nº7, DICIEMBRE 2008 15


C i e n c i a s S o c i a l e s y H u m a n i d a d e s

porar elementos para la elaboración de programas multiriesgo en los jóvenes es en aquellos adoles-
específicos, ya sea encaminados a la prevención e centes mayores de 16 años, que tienen una menor
intervención o para propósitos diagnósticos basa- supervisión de la mamá y una mayor imposición
dos en el modelo de regresión de la covariación de por parte del papá.
múltiples conductas; lo anterior permite tomar en
cuenta al contexto familiar, para la elaboración de
programas más allegados a los jóvenes. Así mismo,
bajo la idea del diagnóstico parece factible que se Agradecimientos
pueda detectar adolescentes con riesgo al evaluar
los indicadores parentales, conociendo las interac- Los autores quieren agradecer a la Doctora Diana
ciones de los estilos y las prácticas parentales que Betancourt Ocampo por su revisión y aportaciones
manifieste el propio adolescente. en la elaboración del presente manuscrito.

El entendimiento de las variables parentales que


se asocian a las conductas problemáticas permite
comprender cómo la familia juega un papel im- Referencias
portante en la transmisión de pautas de compor-
Andrade, P. P. (2000). Ambiente familiar de adolescentes usuarios
tamiento para involucrarse o no en conductas que de alcohol y tabaco. La Psicología Social en México,
comprometen la salud de los adolescentes. La evi- 8, 590-595.
dencia mostrada permitirá conocer elementos que
Andrade, P. P.; Betancourt, O. D. y Camacho, V. M. (2003). Am-
ayuden a reducir la incidencia de los problemas de
biente familiar de adolescentes que han intentado
salud en los adolescentes, quienes en años futuros suicidarse. Revista de Psicologia Social y Personalidad,
se transformarán en la fuerza laboral y económica- 19, 55- 64.
mente activa del país, presentarán problemas de
Andrade, P. P.; Betancourt, O. D. y Contreras, S. S. (2002). El am-
salud y serán gente joven que necesitará ayuda. biente familiar de menores infractores. La Psicología
Social en México, 9, 312-316.
Por otro lado, los resultados confirman la im-
portancia de la familia y de la percepción que Andrade, P. P.; Betancourt, O. D. y Palacios, D. J. (2006). Factores
familiares asociados a la conducta sexual en adolescen-
el adolescente tiene de sus relaciones familiares tes. Revista Colombiana de Psicología, 15, 91- 101.
con la presencia o ausencia de comportamientos
de riesgo; en este sentido, Rivera (2000) señaló Ary, D. V.; Duncan, T. E.; Duncan, S. C. y Hops, H. (1999). Adolescent
que para el abordaje de la prevención primaria, problem behavior: The influence of parent and peers.
Behavior Research and Therapy, 37, 217- 230.
es importante incluir a la familia como un factor
promotor de salud, brindando interés en la vida y Barber, K. B.; Olsen, E. J. y Shagle, S. C. (1994). Associations be-
estabilidad en el adolescente. De manera que un tween parental psychological and behavioral control
ambiente familiar donde haya interacción positiva and youth internalized and externalized behaviors.
Child Development, 65, 1120- 1136.
entre padres e hijos, una menor imposición y una
buena supervisión de los padres hacia los hijos Baumrind, D. (1991). The influence of parenting style on adoles-
ayudará a prevenir conductas problemáticas. cent competence and substance use. Journal of Early
Adolescence, 11, 56-95.

Por último, un aspecto relevante a seguir, es


Capaldi, D., M.; Stoolmiller, M.; Clark, S. y Owen, D. (2002).
adecuar y probar el funcionamiento de talleres Heterosexual risk behavior in at-risk young men from
con base en las conductas que manifiestan tener early adolescence to young adulthood: prevalence,
prediction, and association with STD contraction.
mayor presencia o la combinación de éstas en los
Developmental Psychology, 38, 394-406.
jóvenes; que sirvan como guía para conocer las
áreas en las que se debe incidir para una mejor Carballo, C. J.; García, R. O.; Secades, V. R.; Fernández, H., J.; García,
instrumentación de los programas preventivos C. E.; Erraste, P. J. y Al-Halabi, D. S. (2004). Construcción
y validación de un cuestionario de factores de riesgo
y la comprobación posterior de su efectividad
interpersonales para el consumo de drogas en la ado-
encaminados al abordaje de la prevención uni- lescencia. Psicothema. 16, 674- 679.
versal, incluyendo a la familia como un factor
promotor de salud y estabilidad en el adolescen- Cárdenas, G. P. (2002). Diferencias en adolescentes con y sin inten-
to de suicidio en la relación emocional con sus padres.
te, ya que se puede observar que los factores que La Psicología Social en México, 9, 541-545.
predicen la ocurrencia o presencia de conducta

16 I n v e s t i g a ci ó n U n i v e r s i t a r i a M u l t idi s ci p l i n a r i a - Año 7, Nº7, DICIEMBRE 2008


C i e n c i a s S o c i a l e s y H u m a n i d a d e s

Cooper, M. L.; Wood, P., K.; Orcutt, H. K. y Albino, A. (2003). Gray, M. R. y Steinberg, L. (1999). Unpacking Authoritative Parent-
Personality and the predisposition to engage in risky ing: Reassessing a Multidimensional Construct. Journal
or problem behavior during adolescence. Journal of of Marriage and the Family, 61, 574- 587.
Personality and Social Psychology, 84, 390-410.
Gruber, J. (2001). Risky behavior among youths an economic analysis
Dekovic, M. (1999). Risk and factors in the development of problem (pp.1-27). Chicago: The University of Chicago Press.
behavior during adolescence. Journal of Youth and
Adolescence, 28: 667- 685. Igra, V. e Irwin, C. E. (1996). Theories of adolescent risk-taking
behavior. En: DiClemente, R. J.; Hansen, W. B. y Lynn,
Dekovic, M.; Janssens, J. M. y Van As, N. M. (2003). Family pre- P.E. (Eds.). Handbook of adolescent health risk behavior.
dictors of antisocial behavior in adolescence. Family New York and London: Plenum Press.
Process, 42, 223- 235.
Jessor, R. (1998). New perspectives on adolescence risk behavior
Dodge, K. A. y Pettit, G. S. (2003). A biopsychosocial model of the (pp.1-10). USA: Cambridge University Press.
development of chronic conduct problems in adoles-
cence. Developmental Psychology, 39, 349- 371. Juárez, G. F.; Villatoro, V. J.; Fleiz, B. C.; Medina- Mora, M.; Carreño,
G. S.; Amador, B. N y Bermúdez, L. P. (2002). Conducta
Donenberg, G. R.; Wilson, H. W.; Emerson, E. y Bryant, F. B. (2002). antisocial, ambiente familiar e interpersonal en estu-
Holding the line with a watchful eye: The impact of diantes adolescentes del distrito federal. La Psicología
perceived parental monitoring on risky sexual behavior Social en México, 9, 305- 311.
among adolescents in psychiatric care. Aids Education
& Prevention, 14, 138- 157. Juárez, G. F.; Villatoro, V. J.; Gutierrez, L. M.; Fleiz, B. C. y Medina-
Mora. I. M. (2005). Tendencias de la conducta antisocial
Donovan, J. y Jessor, R. (1985). Structure of problem behavior in en estudiantes del Distrito Federal: Mediciones 1997-
adolescence and young adulthood. Journal of Consult- 2003. Salud Mental, 28, 60 – 68.
ing and Clinical Psychology, 53, 890- 904.
Kandel, D. (1998). Persistent themes and new perspectives on ado-
Easton, A. y Kiss, E. (2005). Covarietes of current cigarette smoking lescent substance use: A lifespan perspective. En: Jessor,
among secondary school students in Budapest, Hun- R. (Ed). New perspectives on adolescence risk behavior
gary, 1999. Health Education Research, 20, 92-100. (pp. 43- 89). USA: Cambridge University Press.

Fernández, R. A.; González, T. M. y Lasa, Z. A. (1998). Aspectos Kotchick, B. A.; Shaffer, A.; Forehand, R. y Miller, K. (2001). Adoles-
diferenciales de las familias de adolescentes y jóvenes cent sexual risk behavior: a multi-system perspective.
adultos que realizan tentativas de suicidio. Actas Clinical Psychology Review, 12, 493- 519.
Luso-Españolas de Neurología, Psiquiatría y Ciencias
Afines, 26, 97-103. Lai, K. W. y McBride-Chang, C. (2001). Suicidal ideation, parenting
style, and family climate among Hong Kong adoles-
Fleiz, B. C.; Villatoro, V. J.; Medina-Mora, I. M.; Alcanzar, M. E.; cents. International Journal of Psychology, 36, 81-87.
Navarro, G. C. y Blanco, J.J. (1999). Conducta sexual
en estudiantes de la ciudad de México. Salud Mental, Lamborn, S. D.; Mounts, N. S.; Steinberg, L. y Dornbusch, S.,
22, 4, 14- 19. M., (1991). Patterns of competence and adjustment
among adolescents from authoritative, authoritarian,
Frías, A. M.; López, E. A.; Díaz, M. S. y Castell, R. I. (2002). Delin- indulgent, and neglectful families. Child Development,
cuencia juvenil un estudio con menores infractores. La 62, 1049-1065.
Psicología Social en México, 9, 317-323.
Lerner, R., M. y Ohannessian, C. M. (1999). Risk and behaviors in
Frías, A. M.; Sotomayor, P. M.; Varela, C. C.; Zaragoza, O. F.; adolescence. En: Lerner,
Banda, C. A. y García, S. A. (2000). Predictores de la
Delincuencia juvenil. La Psicología Social en México, R., M. y Ohannessian, C. M. (Eds.). Adolescence: development,
8, 486-492. diversity, and context. Risk and problem behaviors
in adolescents (pp. i- xiv). USA. New York: Garland
García, B. A. (2002). La influencia de la familia y el nivel de depre- Publishing, INC.
sión hacia el consumo de drogas en los adolescentes de
la Ciudad de México. Tesis de licenciatura en Psicología. Loeber, R.; Farrington, D.; Stouthamer- Loeber, M. y Van Kammen,
Universidad Nacional Autónoma de México, México. W. (1998). Múltiple risk factors for multiproblem boys:
Co-occurrence of delinquency, substance use, atten-
Goldstein, M. y Heaven, P. (2000). Perceptions of the family, delin- tion deficit, conduct problems, physical aggression,
quency, and emotional adjustment among youth. Per- covert behavior, depressed mood, and shy/ withdrawn
sonality and Individual Differences, 29, 1169- 1178. behavior. En: Jessor, R. (Ed). New perspectives on ado-
lescence risk behavior (pp. 91- 149). USA: Cambridge
González- Forteza, C.; Villatoro, V. J.; Alcantar, E. I.; Medina- University Press.
Mora, M.; Fleiz, B. C.; Bermúdez, L. P. y Amador, B. N.
(2002). Prevalencía del intento suicida en estudiantes Longmore, M. A.; Manning, W. D. y Giordano, P. C. (2001). Pre-
adolescentes de la Ciudad de México: 1997 y 2000. adolescent parenting strategies and teens’ dating and
Salud Mental, 25, 1-12. sexual initiation: A longitudinal analysis. Journal of
Marriage & Family, 63, 322- 335.

I n v e s t i g a ci ó n U n i v e r s i t a r i a M u l t idi s ci p l i n a r i a - Año 7, Nº7, DICIEMBRE 2008 17


C i e n c i a s S o c i a l e s y H u m a n i d a d e s

Martínez, A. J.; Fuertes, M. A.; Ramos, V. M. y Hernández, M. A. Vannatta, R. (1996). Risk factors related to suicidal behavior among
(2003). Consumo de drogas en la adolescencia: impor- male and female adolescents. Journal of Youth and
tancia del afecto y la supervisión parental. Psicothema. Adolescence, 25, 149- 160.
15, 161- 166.
Verberne, T. J. (2001). A developmental model of vulnerability
Martínez, G. J. y Robles, L. L. (2001). Variables de protección to suicide: consistency with some recurrent findings.
ante el consumo de alcohol y tabaco en adolescentes. Psychological Reports , 89, 217- 226.
Psicothema. 13, 222- 228.
Villar, T. P.; Luengo, M. M.; Gómez, F. J. y Romero, T. E. (2003). Una
Martínez, G. J.; Robles, L. L. y Trujillo, M. H. (2003). Diferencias propuesta de evaluación de variables familiares en la
sociodemográficas y protección ante el consumo de prevención de la conducta problema en la adolescencia.
drogas legales. Internacional Journal of Clinical and Psicothema, 15, 581- 588.
Health Psychology, 3, 461- 475.
Villatoro, J.; Medina-Mora, M. E.; Rojano, C.; Fleiz, C.; Villa, G.;
Meschke, L. L.; Bartholomae, S. y Zentall, S. (2002). Adolescent Jasso, A.; Alcántar, M.I.; Bermúdez, P.; Castro, P. y Blan-
sexuality and parent-adolescent process: Promotion co, J. (2001). Consumo de Drogas Alcohol y Tabaco en
healthy teen choices. Journal of Adolescent Health. Estudiantes del Distrito Federal: Medición otoño 2000.
31, 264-279. Reporte global INP-SEP, México.

Moffit, T. (1993). Adolescence- limited and life- course-persistent Willougby, T.; Chalmers, H. y Busseri, M. (2004). Where is the
antisocial behavior: A developmental taxonomy. syndrome? Examining co-ocurrence among multiple
Psychological Review, 100, 674- 701. problem behaviors in adolescence. Journal of Consult-
ing and Clinical Psychology, 72, 1022- 1037.
Muñoz, R., M. y Graña, L. J. (2001). Factores familiares de riesgo
y de protección para el consumo de drogas en adoles- Windle, M.; Millar- Tutzauer, C. y Domenico, D. (1992). Alcohol
centes. Psicothema, 13, 87-94. use, suicidal behavior, and risky activities among
adolescents. Journal of Research on Adolescence, 2,
Newcomb, M. y McGee, L. (1991). Influence of sensation seeking 317– 330.
on general deviance and specific problem behaviors
from adolescence to young adulthood. Journal of Zweig, J. M.; Lindberg, L.D. y McGinley, K. A. (2001). Adolescent
Personality and Social Psychology. 61, 614- 628. health risk profiles: The co-occurrence of health risks
among females and males. Journal of Youth and Ado-
Palacios, D. J. (2005). Estilos parentales y conductas de riesgo en lescence, 30, 707 – 728.
adolescentes. Tesis de licenciatura en Psicología. Uni-
versidad Nacional Autónoma de México, México.

Palacios D. J. y Andrade, P. P. (2006). Escala de estilos parentales


en adolescentes mexicanos. Revista de Psicologia Social
y Personalidad, 22, 49- 64.

Pons, D. J. y Berjano, P.E. (1997). Análisis de los estilos parentales


de socialización asociados al abuso de alcohol en
adolescentes. Psicothema, 9, 609- 617.

Rivera, H. M. (2000). Percepción de las relaciones intrafamiliares


y su relación con el intento suicida en adolescentes. La
Psicología Social en México, 9, 555-559.

Rivera, G. E.; Villatoro, V. J.; Fleiz, B. C.; Medina-Mora, I. M. y Jimé-


nez, T. A. (1995). Percepción de las características de los
padres y su relación con el consumo de drogas. Revista
de Psicología Social y Personalidad, 11, 149-158.

Rolison, M. y Scherman, A. (2002). Factors influencing adolescents’


decisions to engage in risk taking behavior. Adoles-
cence, 37, 585- 595.

Sobral, J.; Romero, E.; Luengo, A. y Marzoa, J. (2000). Personalidad


y conducta antisocial: amplificadores individuales de
los efectos contextuales. Psicothema. 12, 661- 670.

Tolan, P. H.; Guerra, N. G. y Kendall, P. C. (1995). A developmen-


tal- ecological perspective on antisocial behavior in
children and adolescents: Toward a unified risk and
intervention framework. Journal of Consulting and
Clinical Psychology, 63, 579- 584.

18 I n v e s t i g a ci ó n U n i v e r s i t a r i a M u l t idi s ci p l i n a r i a - Año 7, Nº7, DICIEMBRE 2008

Vous aimerez peut-être aussi