ASUNTO 2—MOVIEMIENTO DE PLANTACION DE IGLESIAS

¿Cómo se glorifica Dios a través del Movimiento de Plantación de Iglesias?

El Asunto
La pasión eterna de Dios de llenar la tierra con su gloria (o la visible presencia) está centrada en
la promesa de Jesucristo, “Yo edificaré mi iglesia.” El “cuerpo” visible de Cristo, Su gloria es
expresada en la iglesia local al vivir su identidad en una comunidad que unifica, santifica,
reconcilia y proclama.

El mandato de Cristo de “id y haced discípulos de todas las naciones” es un llamado que satura
toda la tierra con la gloria de Dios. Nosotros creemos que el mandato de Cristo, el ejemplo de la
iglesia primitiva en el libro de los Hechos, y la historia de la iglesia, todas ellas apuntan a la tarea
de iniciar un movimiento de multiplicación de iglesias fuertes, autóctonas, que se auto
reproduzca, y que se expanda en cada rincón rural y en cada etnia minoritaria de nuestra tierra.

De tal manera, la tarea principal del misionero es de sembrar un movimiento. Él no debe de ser
un catalizador, un agitador, uno que mueve a hombres y mujeres, un facilitador, un incitador de
las masas que inspira a otros y aviva una nación o un pueblo con una pasión evangelista.
Evangelismo que solo enmienda no es suficiente. Solamente un movimiento masivo, liderado por
hombres y mujeres de visión quienes trabajan a la par y son controlados por el Espíritu de Dios,
verá la tarea completada.

Estudio Personal
Versículos Claves
Nuestro estudio del movimiento de multiplicación se centra en la estrategia de Pablo con los
Efesios. Hechos 18 al 20 sin duda alguna es una de las más grandes expansiones espontaneas de
la iglesia del Nuevo Testamento. Lucas resume el impacto de este movimiento con las siguientes
palabras descriptivas: “…de modo que todos los judíos y los griegos que vivían en la provincia
de Asia llegaron a escuchar la palabra del Señor.” (He. 19:10)

El propósito de este estudio es de hacer una investigación preliminar sobre los factores que
iniciaron y dieron vida a este movimiento.

Una comparación de tres casos principales en Hechos:

 Repasar Hechos 2-12, aislar hallazgos fundamentales y factores de multiplicación en la
iglesia de Jerusalén.
 Repasar Hechos 13, aislar hallazgos fundamentales y factores de multiplicación en la
iglesia de Antioquía.
 Leer detenidamente el caso de los Efesios en Hechos 18-19.
1. ¿Qué factores se presentan en estos tres casos? ¿Ve usted asuntos primordiales
innegociables?
2. ¿Qué factores fueron únicos al modelo de los Efesios?
3. De una lista especifica de los versos que indican la obra fenomenal de Dios entre los
Efesios. ¿Cuáles fueron los indicios de que ellos estaban en medio de un movimiento?
4. Analice detenidamente la práctica de Pablo en las siguientes áreas:
a. Trabajo en equipo
b. Investigación
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c. Entendimiento cultural
d. Evangelismo
e. Discipulado & Vida Eclesiástica
f. Entrenamiento de líderes
g. Multiplicación en otras regiones
(Hechos 19:9, 10; Colosenses 1:7,8; 4:12; Filemón 1:23. Note que Pablo nunca estuvo en
Colosas, una ciudad principal en la región de Éfeso. Aun así, una iglesia es plantada allí. ¿Cómo?
¿A través de quién? ¿Cómo se correlaciona este evento con el movimiento en Éfeso?

Artículos
Allen, Roland. “The Nature and Character of Spontaneous Expression” (pp. 6-17), The
Spontaneous Expansion of the Church and the Causes which Hinder It. London: World
Dominion Press, 1960.

Guía Sintética para Grupos

1. ¿Culos son los innegociables?
Reflexione junto con los demás sobre los resultados del estudio del movimiento modelo de
los Efesios. ¿Qué consideraría usted los innegociables para un movimiento de multiplicación
de iglesias? ¿Están aquellos presentes en su situación presente? ¿Son posibles? ¿Considera
usted el movimiento de plantación y multiplicación de iglesias en su campo como una meta
alcanzable?

2. ¿Qué frena un movimiento?

¿Por qué normalmente una iglesia no se reproduce? O si es que lo hacen, ¿Por qué lo hacen
tan lento? ¿Hay una diferencia entre crecimiento y multiplicación de iglesia? ¿Si la hay,
cuáles son? ¿Cuál consideraría usted como barreras comunes en la reproducción de una
iglesia?

3. ¿Qué comienza un movimiento?

Junto con el grupo, haga una lista de excusas comunes, estructuras, conceptos etc. Que
limitan o dificulta la reproducción de una iglesia. ¿Qué, según su experiencia, serían los
factores que estimularían un movimiento de multiplicación de nuevas iglesias?

4. Estudio de caso
Un equipo es comisionado por “Su Mision” para entrar a la ciudad de Porto Alegre,
populación de más de un millón en el sur de Brasil con la meta de “plantar un movimiento de
plantación de iglesia en cuatro años.
Esto significa que el equipo debe planear su salida de Porto Alegre al final de su plazo con la
evidencia de que comenzaron el proceso de multiplicación y el auto sustento de la iglesia sin
la presencia de los misioneros.
¿Qué estrategias serían las más apropiadas y las más efectivas? ¿Qué tipo de personal sería
necesario? Dialogue las posibilidades.

Para Futura Investigación

Artículos
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Hesselgrave, David J. “Movement Makers: 10 Factors,” Dynamic Religious Movements.

Baker Books, Grand Rapids, 1978.

Hiebert, Paul. Anthropological Insights for Missionaries. Grand Rapids: baker Book House,
1987.

Hiebert, Paul. Anthropological Reflections on Missiological Issues. Grand Rapids: Baker

Bok House, 1994.

Hechos 18-19
1
Después de esto, Pablo se marchó de Atenas y se fue a Corinto.2 Allí se encontró con un judío
llamado Aquila, natural del Ponto, y con su esposa Priscila. Hacía poco habían llegado de Italia,
porque Claudio había mandado que todos los judíos fueran expulsados de Roma. Pablo fue a
verlos3 y, como hacía tiendas de campaña al igual que ellos, se quedó para que trabajaran juntos.4
Todos los *sábados discutía en la sinagoga, tratando de persuadir a judíos y a *griegos.
5
Cuando Silas y Timoteo llegaron de Macedonia, Pablo se dedicó exclusivamente a la
predicación, testificándoles a los judíos que Jesús era el *Mesías.6 Pero cuando los judíos se
opusieron a Pablo y lo insultaron, éste se sacudió la ropa en señal de protesta y les dijo: «¡Caiga
la sangre de ustedes sobre su propia cabeza! Estoy libre de responsabilidad. De ahora en adelante
me dirigiré a los *gentiles.»
7
Entonces Pablo salió de la sinagoga y se fue a la casa de un tal Ticio Justo, que adoraba a Dios
y que vivía al lado de la sinagoga.8 Crispo, el jefe de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su
familia. También creyeron y fueron bautizados muchos de los corintios que oyeron a Pablo.
9
Una noche el Señor le dijo a Pablo en una visión: «No tengas miedo; sigue hablando y no te
calles,10 pues estoy contigo. Aunque te ataquen, no voy a dejar que nadie te haga daño, porque
tengo mucha gente en esta ciudad.»11 Así que Pablo se quedó allí un año y medio, enseñando
entre el pueblo la palabra de Dios.
12
Mientras Galión era gobernador de Acaya, los judíos a una atacaron a Pablo y lo condujeron al
tribunal.
13
—Este hombre —denunciaron ellos— anda persuadiendo a la gente a adorar a Dios de una
manera que va en contra de nuestra ley.
14
Pablo ya iba a hablar cuando Galión les dijo:
—Si ustedes los judíos estuvieran entablando una demanda sobre algún delito o algún crimen
grave, sería razonable que los escuchara.15 Pero como se trata de cuestiones de palabras, de
nombres y de su propia ley, arréglense entre ustedes. No quiero ser juez de tales cosas.
16
Así que mandó que los expulsaran del tribunal.17 Entonces se abalanzaron todos sobre
Sóstenes, el jefe de la sinagoga, y lo golpearon delante del tribunal. Pero Galión no le dio
ninguna importancia al asunto.
18
Pablo permaneció en Corinto algún tiempo más. Después se despidió de los hermanos y
emprendió el viaje rumbo a Siria, acompañado de Priscila y Aquila. En Cencreas, antes de
embarcarse, se hizo rapar la cabeza a causa de un voto que había hecho.19 Al llegar a Éfeso,
Pablo se separó de sus acompañantes y entró en la sinagoga, donde se puso a discutir con los
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judíos.20 Éstos le pidieron que se quedara más tiempo con ellos. Él no accedió,21 pero al
despedirse les prometió: «Ya volveré, si Dios quiere.» Y zarpó de Éfeso.22 Cuando desembarcó
en Cesarea, subió a Jerusalén a saludar a la iglesia y luego bajó a Antioquía.
23
Después de pasar algún tiempo allí, Pablo se fue a visitar una por una las congregaciones de
Galacia y Frigia, animando a todos los discípulos.
24
Por aquel entonces llegó a Éfeso un judío llamado Apolos, natural de Alejandría. Era un
hombre ilustrado y convincente en el uso de las Escrituras.25 Había sido instruido en el camino
del Señor, y con gran fervor hablaba y enseñaba con la mayor exactitud acerca de Jesús, aunque
conocía sólo el bautismo de Juan.26 Comenzó a hablar valientemente en la sinagoga. Al oírlo
Priscila y Aquila, lo tomaron a su cargo y le explicaron con mayor precisión el camino de Dios.
27
Como Apolos quería pasar a Acaya, los hermanos lo animaron y les escribieron a los discípulos
de allá para que lo recibieran. Cuando llegó, ayudó mucho a quienes por la gracia habían
creído,28 pues refutaba vigorosamente en público a los judíos, demostrando por las Escrituras que
Jesús es el Mesías.
1
Mientras Apolos estaba en Corinto, Pablo recorrió las regiones del interior y llegó a Éfeso. Allí
encontró a algunos discípulos.
2
—¿Recibieron ustedes el Espíritu Santo cuando creyeron? —les preguntó.
—No, ni siquiera hemos oído hablar del Espíritu Santo —respondieron.
3
—Entonces, ¿qué bautismo recibieron?
—El bautismo de Juan.
4
Pablo les explicó:
—El bautismo de Juan no era más que un bautismo de *arrepentimiento. Él le decía al pueblo
que creyera en el que venía después de él, es decir, en Jesús.
5
Al oír esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús.6 Cuando Pablo les impuso las
manos, el Espíritu Santo vino sobre ellos, y empezaron a hablar en *lenguas y a profetizar.7 Eran
en total unos doce hombres.
8
Pablo entró en la sinagoga y habló allí con toda valentía durante tres meses. Discutía acerca del
reino de Dios, tratando de convencerlos,9 pero algunos se negaron obstinadamente a creer, y ante
la congregación hablaban mal del Camino. Así que Pablo se alejó de ellos y formó un grupo
aparte con los discípulos; y a diario debatía en la escuela de Tirano.10 Esto continuó por espacio
de dos años, de modo que todos los judíos y los *griegos que vivían en la provincia de *Asia
llegaron a escuchar la palabra del Señor.
11
Dios hacía milagros extraordinarios por medio de Pablo,12 a tal grado que a los enfermos les
llevaban pañuelos y delantales que habían tocado el cuerpo de Pablo, y quedaban sanos de sus
enfermedades, y los espíritus malignos salían de ellos.
13
Algunos judíos que andaban expulsando espíritus malignos intentaron invocar sobre los
endemoniados el nombre del Señor Jesús. Decían: «¡En el nombre de Jesús, a quien Pablo
predica, les ordeno que salgan!»14 Esto lo hacían siete hijos de un tal Esceva, que era uno de los
jefes de los sacerdotes judíos.
15
Un día el *espíritu maligno les replicó: «Conozco a Jesús, y sé quién es Pablo, pero ustedes
¿quiénes son?»16 Y abalanzándose sobre ellos, el hombre que tenía el espíritu maligno los
dominó a todos. Los maltrató con tanta violencia que huyeron de la casa desnudos y heridos.
17
Cuando se enteraron los judíos y los griegos que vivían en Éfeso, el temor se apoderó de todos
ellos, y el nombre del Señor Jesús era glorificado.18 Muchos de los que habían creído llegaban
ahora y confesaban públicamente sus prácticas malvadas.19 Un buen número de los que
practicaban la hechicería juntaron sus libros en un montón y los quemaron delante de todos.
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Cuando calcularon el precio de aquellos libros, resultó un total de cincuenta mil monedas de
plata.20 Así la palabra del Señor crecía y se difundía con poder arrollador.
21
Después de todos estos sucesos, Pablo tomó la determinación de ir a Jerusalén, pasando por
Macedonia y Acaya. Decía: «Después de estar allí, tengo que visitar Roma.»22 Entonces envió a
Macedonia a dos de sus ayudantes, Timoteo y Erasto, mientras él se quedaba por algún tiempo en
la provincia de Asia.
23
Por aquellos días se produjo un gran disturbio a propósito del Camino.24 Un platero llamado
Demetrio, que hacía figuras en plata del templo de Artemisa, proporcionaba a los artesanos no
poca ganancia.25 Los reunió con otros obreros del ramo, y les dijo:
—Compañeros, ustedes saben que obtenemos buenos ingresos de este oficio.26 Les consta
además que el tal Pablo ha logrado persuadir a mucha gente, no sólo en Éfeso sino en casi toda la
provincia de *Asia. Él sostiene que no son dioses los que se hacen con las manos.27 Ahora bien,
no sólo hay el peligro de que se desprestigie nuestro oficio, sino también de que el templo de la
gran diosa Artemisa sea menospreciado, y que la diosa misma, a quien adoran toda la provincia
de Asia y el mundo entero, sea despojada de su divina majestad.
28
Al oír esto, se enfurecieron y comenzaron a gritar:
—¡Grande es Artemisa de los efesios!
29
En seguida toda la ciudad se alborotó. La turba en masa se precipitó en el teatro, arrastrando a
Gayo y a Aristarco, compañeros de viaje de Pablo, que eran de Macedonia.30 Pablo quiso
presentarse ante la multitud, pero los discípulos no se lo permitieron.31 Incluso algunas
autoridades de la provincia, que eran amigos de Pablo, le enviaron un recado, rogándole que no
se arriesgara a entrar en el teatro.
32
Había confusión en la asamblea. Cada uno gritaba una cosa distinta, y la mayoría ni siquiera
sabía para qué se habían reunido.33 Los judíos empujaron a un tal Alejandro hacia adelante, y
algunos de entre la multitud lo sacaron para que tomara la palabra. Él agitó la mano para pedir
silencio y presentar su defensa ante el pueblo.34 Pero cuando se dieron cuenta de que era judío,
todos se pusieron a gritar al unísono como por dos horas:
—¡Grande es Artemisa de los efesios!
35
El secretario del concejo municipal logró calmar a la multitud y dijo:
—Ciudadanos de Éfeso, ¿acaso no sabe todo el mundo que la ciudad de Éfeso es guardiana del
templo de la gran Artemisa y de su estatua bajada del cielo?36 Ya que estos hechos son
innegables, es preciso que ustedes se calmen y no hagan nada precipitadamente.37 Ustedes han
traído a estos hombres, aunque ellos no han cometido ningún sacrilegio ni han *blasfemado
contra nuestra diosa.38 Así que si Demetrio y sus compañeros de oficio tienen alguna queja contra
alguien, para eso hay tribunales y gobernadores. Vayan y presenten allí sus acusaciones unos
contra otros.39 Si tienen alguna otra demanda, que se resuelva en legítima asamblea.40 Tal y como
están las cosas, con los sucesos de hoy corremos el riesgo de que nos acusen de causar
disturbios. ¿Qué razón podríamos dar de este alboroto, si no hay ninguna?
41
Dicho esto, despidió la asamblea.
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La naturaleza y el Carácter de la Expansión Espontanea
Por Roland Allen
I imperio. Todos estos grupos fueron iglesias
Cuando damos la vuelta de nuestros tratados
y exhortaciones inquietantes que llenan las
páginas de la revista de misión moderna a
las páginas del Nuevo testamento, nosotros
nos sorprendemos al cambio de nuestra
atmosfera. El Apóstol Pablo exhorta
constantemente a sus iglesias a financiar la
propagación de la fe. Él está más
preocupado en explicarles lo que es la Fe y
como deberían guardarla y practicarla. Lo
mismo va con Pedro, Juan y los otros
escritores apostólicos. Ellos no ven la
necesidad de repetir la Gran Comisión e
impulsar a los nuevos convertidos que esta
es su deber de hacer discípulos de todas las
naciones. Lo que leemos en el Nuevo
Testamento no es una apelación ansiosa a los
Cristianos de propagar el evangelio, más al
contrario los comentarios aquí y allá nos
sugiere como fue divulgada el evangelio: “Y
así las iglesias se fortalecían en la fe y
crecían en número día tras día” (He 16:5), “a
tal punto se ha divulgado su fe en Dios que
ya no es necesario que nosotros digamos
nada” (1 Tes. 1:8), o como resultado de la
persecución: “Los que se habían dispersado
predicaban la palabra por dondequiera que
iban.”
Esto no era una nota peculiar en la era
apostólica, una señal de inspiración
asombrosa y la predicación poderosa
apostólica y ejemplo: Por siglos, la Iglesia
Cristiana ha continuado con su expansión a
través de su propia gracia inherente y ha
lanzado una incesante ola de misioneros sin
ninguna exhortación directa.
Tampoco fue el resultado de la predicación
de estos misioneros desconocidos la
creación de una multitud de creyentes
desconectadas en ciudades y aldeas del
completamente equipados. El primer
conocimientos que tenemos sobre la
existencia de Cristianos es múltiples lugares
es el nombre sus obispos en la lista de
aquellos que atendieron al Concilio.
Había orden en la expansión: donde habían
convertidos nuevos, seleccionaban ministros
o presbíteros quienes traían orden y unidad
al incorporarse a la iglesia visible en su
comunidad.
Así fue que: Setenta años después de la
fundación de la primera iglesia gentil de
cristianos en Siria Antioquia, Pliny escribió
en palabras fuertes la expansión del
cristianismo a través de Bitinia, una
expansión a cuyo punto de vista amenazó la
estabilidad de otras sectas en la provincia.
Aun setenta años después la Controversia
Paschal revela la existencia de una
federación de iglesias cristianas que se
expande de Lyons a Edessa, con su base
situada en Roma. Otra vez, setenta años
después, el emperador Decio declaró que
antes de tener un Obispo Cristiano tendría
primero un emperador rival en Roma. Y he
aquí, setenta años han pasado cuando la cruz
fue cosida en los colores romanos. (Harnack,
Mission and Expansion, ii, 486)
Esto lo que quiero decir sobre la expansión
espontanea. Es la expansión que sigue la
actividad individual de miembros, sin
exhortación y organización, explicando a
otros el evangelio que encontraron por si
mismos; trato de decir la expansión que
sigue la atracción irresistible de la iglesia
cristiana para hombres quienes ven una vida
en orden, y son atraídos a ella por el deseo
de descubrir el secreto de la vida que
instintivamente desean compartir; también
 ASUNTO 2—MOVIEMIENTO DE PLANTACION DE IGLESIAS
trato de decir la expansión de la iglesia a
través de la suma de nuevas iglesias.
No sé cómo se verá para otros, pero para mí
esta expansión espontanea no organizada y
sin exhortación tiene una atracción más alta
que nuestras misiones modernas altamente
organizadas. Me complace pensar en un
cristiano, en su viaje de negocios o
escapando la persecución, pueda predicar de
Cristo y nazca una iglesia como resultado de
su predicación sin que su obra sea anunciada
por las calles de Antioquia o Alexandria
como una apelación a hombre cristianos de
recaudar fondos para levantar un colegio o
una exhortación a su iglesia natal de mandar
misiones, sin que los nuevos convertidos
privados de dirección inevitablemente deban
pasar. Sin embargo, yo sospecho que no
estoy solo en esta extraña preferencia y que
muchos otros leen la biblia y encuentran con
alivio un escape de nuestras apelaciones
para fondos, y de nuestros métodos de
mover cielo y tierra por hacer un prosélito.
Pero los hombres dicen que tal alivio solo
puede ser para los soñadores, que la era de
tal expansión ya ha pasado, que nosotros
debemos vivir en nuestro tiempo, y que en
nuestro tiempo tal expansión espontanea no
deber de esperarse; que en una sociedad
altamente elaborada y organizada se debe
emplear métodos bien elaborados, y que es
vano ahora el de aspirar por aquella
simplicidad que en su vigencia tuvo muchas
fallas y enfermedades, y por más atractivas
que sean, no pueden ser nuestras.
Obviamente debo admitir que, si tal dicho es
certero, si realmente es mejor que los
misioneros pagados sean mandados por una
oficina organizada y elaborada, y ser
mantenido por un departamento, y ser
dirigido por un equipo central, si realmente
es verdad de que nuestra maquinaria
elaborada es un gran mejoramiento sobre las
prácticas antiguas, y que para llevar el
conocimiento de Cristo a través del mundo
es más eficiente que el simple método de los
tiempos apostólicos, entonces de cierta
manera debo reconocer que aspirar tras una
simplicidad ineficiente es vana, y peor que
vana. Pero si nosotros, obrando bajo una
carga de nuestra organización, aspiramos por
una vida de expansión libre, es porque
vemos en ella algo divino, algo
profundamente eficaz en su propia
naturaleza, algo que gozosamente
recuperaríamos, algo que la elaboración de
nuestra maquinaria moderna oscurece, y
destruye.
No debemos exagerar la eficiencia de
nuestras misiones modernas altamente
organizadas. En los años
1924-1925 cuando un grupo de 1,233
misioneros extranjeros, con la ayuda de
15,183 nativos ayudantes pagados, y con el
apoyo de 603,169 cristianos bautizados,
estuvo bajo la dirección de nuestra sociedad
misionera más organizada (La Iglesia
Alinaza Misionera), el número de adultos
bautizados en ese año llegó a la suma de
31,329; eso es 1.9 por cada obrero pagado,
con el entendido que 603,000 no hicieron
algo para expandir el evangelio. Sin duda
alguna esto es eficiente al hablar del trabajo
eficaz; pero ciertamente nos deja algo que
desear.
En Madagascar por veinte y cinco años
todos los misioneros fueron expulsados de la
isla y fue instituida una severa persecución a
los cristianos. “Aun así,” nos relata, “al
finalizar casi un cuarto de siglo los
seguidores de Cristo multiplicaron diez
veces más” (I.R.M., Oct. 1920, pp. 573,
574). Más tarde, los misioneros tuvieron el
permiso de volver. El Sr. Hawkins describe
este periodo (1870-1895) como un periodo
de gran desarrollo:
 ASUNTO 2—MOVIEMIENTO DE PLANTACION DE IGLESIAS
El personal de todas las misiones
vigentes en la isla creció
grandemente, por toda la provincia
central de Imerina iglesias fueron
levantadas, la obra fue extendida a
otras partes de la isla, cientos de
colegios fueron establecidos, y un
seminario teológico fue fundado para
el entrenamiento de ministros
nativos. Iglesias ‘Handsome
Memorial’ fueron levantadas en
Tananarive, lugar donde los mártires
cristianos dieron sus vidas. Un
colegio normal para niños y niñas
fue inaugurada, una misión médica
fue establecida, y fue perfeccionada
la organización de iglesias nativas.
(I.R.M., Oct. 1920, pp. 573, 574)
¿Pero fueron los seguidores de Cristo
multiplicados por diez durante los vente y
cinco años o en los vente y cinco años que
siguieron tras el establecimiento de la
organización? Ésta información está
ausente.
II
Si nosotros buscamos la causa que produce
la expansión explosiva cuando una nueva fe
toma control del hombre que se siente hábil
y libre de propagar el evangelio
espontáneamente de su propia iniciativa,
nosotros encontramos la raíz a través de un
instinto natural. Este instinto natural es
admirablemente expresado en el dicho de
Archytas de Tarentum citado por Cícero:
Si un hombre ascendiese al cielo y
viese la hermosa naturaleza del
mundo y de las estrellas, su
sentimiento de asombro, en sí mismo
encantador, perdería la dulzura si no
tuviese a quien decirle. (De amicitia,
xxiii, 88)
Este es la fuerza instintiva que impulsa al
hombre aun al punto de arriesgar su vida de
impartir a otros el nuevo gozo hallado: Es
por eso que proverbialmente es difícil
guardar un secreto. No es de sorprender
entonces que cuando los cristianos son
esparcidos y siente soledad, el sentimiento
de compañerismo demanda un escape,
especialmente cuando la esperanza del
evangelio y el poder de aquella experiencia
es nueva y maravillosa. Pero en los
cristianos, hay algo más que el instinto
natural. El Espíritu de Cristo es el Espíritu
que anhela por algo, y lucha tras la salvación
de almas y ese Espíritu mora en ellos. Ese
espíritu transforma el instinto natural a un
anhelo de convertir a otros la cual es divina
en su fuente y carácter.
III
Donde este instinto de expresar, este deseo
divino de salvar a otros tiene libertad, ahí
ejerce un poder extraordinario. Ese poder es
sugerido por M. Tain en su History of
English Literature. Hablando de las causas
que llevaron a la reforma en Inglaterra, el
describe la manera en que el conocimiento
de la ‘salvación’ se esparció por todo el país:
Seul à seul, quand il est sûr de voisin
il lui parle, et quand un paysan parle
de telle sorte à un paysan, un ovrier à
un ouvrier, vous savez quel est
l’effet. (Rk. II, Ch. v, p. 310, 3rd
Edition, 1873)
La expansión espontanea comienza con el
esfuerzo individual del cristiano de asistir a
su prójimo, cuando experiencias comunes,
dificultades comunes, tareas comunes hayan
traído a ambos juntos. Es esta igualdad y
experiencia de comunidad que hace a uno
entregar el mensaje de manera que el otro
pueda entender, y hace que el oyente se
acerque al tema con simpatía y confianza-
con simpatía porque la experiencia común
hace el acercamiento fácil y natural, con
confianza, porque el uno está acostumbrado
a entender lo que el otro dice y espera
entenderlo ahora.
 ASUNTO 2—MOVIEMIENTO DE PLANTACION DE IGLESIAS
Lo que lleva a la convicción es el desinterés
manifestado por el que habla. El habla de su
corazón porque está demasiado ansioso de
quedar callado. Su tema se ha aferrado a él.
Él habla de lo que sabe, y sabe por la
experiencia. La verdad que el imparte es su
propia verdad. El reconoce su fuerza. El
habla tanto como para aliviar su propia
mente de convertir a su oyente, y al mismo
tiempo él está ansioso de convertir a su
oyente para aliviar su mente; su mente
solamente puede ser aliviada al compartir
esta nueva verdad, y su verdad no es
compartida hasta que otros la hayan
recibido. Él oyente se da cuenta de esto.
Inevitablemente él es conmovido por
aquello. Antes de que él mismo ha haya
experimentado la verdad él ha compartido la
experiencia del orador.
A todo esto es añadido el misterioso poder
de un secreto. La experiencia cristiana es
siempre un secreto; y el hombre que habla
de aquello a otro siempre es recompensado
con un cumplido sutil cuando le confía su
secreto de la vida. Pero, como caso común
en el campo misionero, ese secreto es un
secreto peligroso; cuando un discurso
descuidado puede llevar al castigo, desgracia
o persecución, cuando el orador confía a su
oyente con la seguridad de su vida o su
libertad, o su propiedad; tal confianza, tal fe,
demanda atención.
Sobre el orador también, el esfuerzo de
expresar su verdad ejerce un efecto
profundo. La expresión de su experiencia se
intensifica; se renueva; se repite; es
iluminada. En hablar de ella él pasa por todo
ello nuevamente; en ponerlo ante otro él se
posiciona a si mismo bajo una nueva luz. Él
llega a obtener un sentido más profundo de
aquella realidad, poder y significado. En
hablar de ella él se compromete a la
conducta y la vida la cual conlleva. Él
proclama estar atada a ella, y cada vez que
su discurso produce un efecto sobre el otro,
ese efecto reacciona sobre sí mismo,
afirmando su verdad con más certeza y
fuerza.
Pero esto es solamente cuando su discurso es
voluntario y espontaneo. Si aquella persona
es un agente pagado tanto el oyente como el
orador es afectado por aquel hecho. El
orador sabe, y sabe que el otro sabe, que ha
sido contratado por una misión para hablar.
Él no está entregando su propio mensaje
porque no tiene otra opción. El no está
hablando de Cristo porque solamente Cristo
lo impulsa a hacerlo. Acaso los hombres no
preguntan a nuestros agentes pagados:
¿Cuánto le pagan por este trabajo? ¿Y acaso
no destruye la respuesta el efecto de la cual
estábamos pensando?
Una de las virtudes de la expresión
espontánea y voluntaria es que, en el
esfuerzo de expresar al otro la verdad que el
orador ha encontrado, el no solamente
renueva el pasado, pero, especialmente en
las primeras etapas, él se da cuenta de su
propia ignorancia de los muchos aspectos de
la verdad, y generalmente él está dispuesto a
aprender e indagar más allá por su propio
bien. El investiga diligentemente por
respuestas a las dificultades que surgen. Él
no es un predicador profesional y
autorizado, él no tiene omnisciencia
profesional de mantener; el solamente puede
y confesará su ignorancia y buscará ayuda.
El está obligado a pensar una y otra vez
cuales son las implicaciones de esta verdad;
él tiene consigo algunas respuestas
estereotipadas hechas por hombres. Al
seguir adelante, sin duda, estas tienden a
multiplicarse, pero estas no pueden
multiplicarse sin mucha experiencia real.
Así, la expresión voluntaria y espontanea de
la verdad experimentada fortalece y
promueve al orador.
 ASUNTO 2—MOVIEMIENTO DE PLANTACION DE IGLESIAS
IV
Sin embargo, nosotros intuitivamente
desconfiamos de ella. “Usted sabe,’ dice M.
Taine, hablando a sus lectores, “Usted sabe
el efecto de tal discurso.” Nosotros si lo
sabemos; pero la mayoría de nosotros lo
sabemos por el esfuerzo de la imaginación
que por la experiencia. Si M. Taine hubiese
apelado a nosotros y dicho: “Ustedes saben
el resultado,” nosotros responderíamos con
poca confianza, “si sabemos”, y nuestras
mentes girarían en un instante hacia los
Anabaptistas y las sectas Antinómicas
cuyos caprichos ejercitan la sabiduría y la
paciencia de sobrios, hombres sensibles en
sus tiempos, y nuestra propia curiosidad y
asombro. Cuando M. Taine dice: “Ustedes
saben el efecto,” nosotros pensamos en
hombres como John Bunyan. Si él hubiese
dicho: “Ustedes sabe el resultado,”
hubiésemos pensado en el vasto
conocimiento de la biblia, de aquel sobrio,
temperamento serio, de aquella conducta
estricta, que pone un sello indeleble de por
vida sobre el carácter de nuestra nación;
pero nosotros intuitivamente pensamos
primeramente en herejías, en cismas, en
barandas de partidos y disputas, la licencia
de la interpretación individual. Si esto es
verdad, esto llega a ser una ilustración de
nuestra actitud moderna hacia la expansión
espontanea. Levanta la pregunta de si es en
su íntima naturaleza deseable; y el
pensamiento instintivo en nuestras mentes la
ha condenado de antemano como un método
irracional del progreso religioso. Está claro
que mientras posee todas esas ventajas de la
cuales he hablado, al mismo tiempo abre la
puerta para la manifestación desequilibrada
de un entusiasmo fuera de control; y
nosotros, hoy en día, ciertamente nos
inclinamos a descansar sobre lo último en
vez de lo primero. Ese hecho por sí solo, es
suficiente para explicar la ausencia
comparable en nuestras misiones.
Nosotros lo tememos porque que es algo que
nosotros no podemos controlar. Y eso es
verdad. Nosotros no podemos ni inducir ni
controlar la expansión espontanea ya sea al
verla como un trabajo del individuo o de la
iglesia, simplemente por el hecho de ser
espontanea. “El viento sopla por donde
quiere,” dijo Cristo, y la actividad
espontanea es un movimiento del Espíritu en
el individuo y en la iglesia y nosotros no
podemos controlar al Espíritu Santo.
Dada el celo espontaneo nosotros podemos
dirigirla con instrucciones. Aquila podía
enseñar a Apolos el camino de Dios de
manera más perfecta. Pero, ensenar no es
controlar. La enseñanza puede ser
rechazada; el control no puede ser
rechazado, si es control; la enseñanza lleva
al engrandecimiento, el control a la
restricción. El atentar de controlar el celo
espontáneo es de tal manera un intento de
restringirla; y aquel que restringe una cosa
es feliz por un momento pero su recepción
es limitada. Así, muchos de nuestros
misioneros aceptan el celo espontáneo,
provisto de que no hay muchas restricciones,
así como el ingeniero que planea su viaje en
el rio, él se pone feliz cuando las aguas se
levantan, pero no quiere una inundación que
puede arrasar sus terraplenes. Tales
misioneros oran por el viento del Espíritu
pero no por un viento fuerte, y desean su
presencia a toda costa para nuestras
restricciones. Pero si esto es lo que estamos
hablando, es inútil imaginar que nosotros
podamos controlarlo. Comencemos
primeramente en aceptar que no podemos
controlarlo. Si hacemos eso, podríamos
escapar de la confusión creada por aquellos
quienes dicen que tiene la expansión
espontanea en sus misiones y la reciben y se
gozan en ella; más aún también dicen que
ellos son enviados a controlar y deben
controlar.
 ASUNTO 2—MOVIEMIENTO DE PLANTACION DE IGLESIAS
Cuando hablo de la expansión espontanea
trato de decir que es algo que no se puede
controlar. Y si no lo podemos controlar,
deberíamos, como pienso, regocijarnos del
hecho que no podemos controlarlo. Si no
podemos controlarlo, es por razón de que es
demasiado grande, y no porque es
demasiado pequeño para nosotros. Las
grandes cosas de Dios van más allá de
nuestro control. Allí yace una esperanza
inmensa. La expansión espontanea podría
llenar los continentes con el conocimiento
de Cristo: nuestro control no podría llegar
tan lejos. Nosotros constantemente
lamentamos nuestras limitaciones: puertas
abiertas no cruzadas; puertas cerradas para
misioneros extranjeros, mies lista para la
cosecha sin poder cosecharlas. La expansión
espontanea puede pasar por puertas abierta y
cerradas, cosechar las mies. Nuestro control
no puede: solo puede apelar tristemente a la
búsqueda de más hombres para mantener el
control.
Siempre existe algo espantoso con el
sentimiento de que estamos soltando una
fuerza que nosotros no podemos controlar; y
cuando pensamos en la expansión
espontanea de esta manera, instintivamente
comenzamos a temer. Ya sea que
consideremos nuestra doctrina, o nuestra
civilización, o nuestra moral, o nuestra
organización, en relación a la expansión
espontanea de la iglesia, somos apoderados
por el terror, terror de que la expansión
espontanea nos guie al desorden. Estamos
bastante preparados para hablar de la
autosuficiencia, auto expansión y autonomía
de las iglesias en ideales abstractas; pero el
momento en que pensamos de nosotros
como fundadores de iglesias que se
mantiene y se gobierna por sí misma en el
sentido bíblico somos apoderados por este
temor, un temor terrible y mortal.
Supongamos que realmente son auto
suficiente, y que ya no dependen de nuestro
apoyo, ¿dónde deberíamos de estar
nosotros? Supongamos que la auto
extensión es realmente auto extensión y
nosotros no podemos controlarlo, ¿Qué
pasaría? Supongamos que son autónomos,
¿Cómo gobernarían? Nosotros
instintivamente pensamos en algo que no
podemos controlar como algo con la
tendencia al desorden.
V
De que nosotros en nuestras misiones
podamos ver comparativamente pocas
señales de una fuerza tan poderosa y tan
universal es en sí misma prueba suficiente
de que ha de haber en nuestro método de
trabajo una influencia fuerte y de restricción.
De que nosotros a menudo correlacionamos
la ausencia del celo misionero a la
incapacidad de nuestros convertidos en vez
de aquella fuerza de restricción, es suficiente
pruebe de nuestra ceguera. De que nosotros
oramos por la manifestación de un celo en
nuestros convertidos, e instintivamente nos
acobardamos de tomar pasos que pueden
darnos a conocerlo es más bien más triste
que sorprendente. La fuerza es ciertamente
más fuerte como alarmante.
Este instinto de la expansión espontanea es
tan poderosa como alarmante, pero no está
en su naturaleza en oposición al orden. En
esencia es un instinto social. Nos dicen que
el Islam se esparció en África
principalmente a través de la actividad
espontanea de los convertidos; pero aquella
expansión no es desordenada, en el sentido
de que este opuesto al orden del Islam. No
rompe a los musulmanes en sectas; no
rechaza las enseñanzas ortodoxas del Islam;
no prefiere el desorden ni la división.
Si el instinto natural no está opuesto al
orden, cuanto menos el Espíritu Divino
estaría opuesto al orden. Pero ambos podrían
 ASUNTO 2—MOVIEMIENTO DE PLANTACION DE IGLESIAS
oponerse para mantener el orden. Cuando el
deseo de expresar el instinto natural, aquella
gracia de Dios, se encuentra en si misma
confinada por el orden de una autoridad
superior, o por las condiciones puestas por la
autoridad, es tan fuerte que con mucha
dificultad puede ser restringida. Si los
hombres siente que están actuando en
cualquier sentido en contra de la voluntad,
implicada, o expresada, de autoridad, ellos
rompen toda barrera, y luego existe el
peligro de un exceso incontrolable; pues
ellos comienzan rompiendo el único orden
que conocen, y en desligarse de aquel que
los restringen ellos se expresan en hostilidad
violenta. Aun así ellos desean el orden. Cuan
pequeña que el espíritu que crea la
expansión espontanea esta naturalmente
opuesta al orden, puede ser vista en la
historia de la reforma en Inglaterra.
Los hombres recibieron una doctrina de
“salvación” que les dieron una nueva
esperanza, y ellos no podían parar de
divulgarla; pero ellos fueron opuestos por
las autoridades religiosas de este tiempo.
Luego arriesgando sus vidas ellos
persistieron en expresar este instinto de
compartir el gozo, esta gracia que busca la
salvación de otros. Ellos se separaron de
toda clase de orden que conocían y excesos
incontrolables fueron el resultado inmediato.
Aun así, aunque el movimiento estuvo en
oposición al orden de la vida religiosa en ese
país, los excesos incontrolables fueron
comparativamente pocas, y la gran mayoría
desearon el orden, y en un tiempo
sorprendentemente corto se creó la orden,
aun en medio de cismas.
Tal vez lo que se puede decir de lo que
tememos no es la expresión de este instinto
natural, menos aún esta divina gracia; lo que
tememos es la expresión de la voluntad
propio del ser humano y la autoafirmación.
Estos son las fuentes reales del desorden; y
tristemente los hombres no son impulsados
solamente por el puro celo del evangelio. No
sería posible abrir la puerta a una libertad sin
restricciones para la expresión del instinto
natural y la gracia espiritual sin abrirla
también a la expresión de la voluntad propia,
y eso nosotros nos atrevemos a hacerlo.
Eso es ciertamente certero; pero
desafortunadamente no podemos comprobar
la licencia de la voluntad propia sin
comprobar al mismo tiempo el celo que nace
del instinto natural y de la gracia del
Evangelio. Nosotros no podemos distinguir
la actividad del uno a la actividad del otro.
Los motivos que influyen la acción del ser
humano son bien mixtos. Cualquiera que
haya tratado de analizar sus motivos por
cada acción debe estar consiente de aquello.
Aquellos que ejercen autoridad no están
libres de aquellos motivos mixtos más que
aquellos que se someten, o resisten la
autoridad. No podemos entonces arrancar las
cizañas sin arrancar el trigo. La misma
acción que reprime la exhibición de la
voluntad propia reprime también la
exhibición del celo piadoso. Ciertamente el
celo piadoso en general puede ser
restringido con un freno más ligero que la
autoafirmación. El ejercicio de la autoridad
suficientemente fuerte de sostener la
voluntad propia dentro de sus parámetros es
muchas veces suficientemente fuerte de
reprimir el celo en su totalidad.
Si los nuevos convertidos reciben la
impresión de que ellos deben expresar el
instinto natural para impartir este nuevo
gozo, el deseo divino de la salvación de
otros, solo bajo dirección, están en cadenas,
y sin espacio. El celo muere y la iglesia es
robada de la inspiración que proviene del
sentido del que los hombres están siendo
convertidos y la iglesia engrandecida, nadie
sabe exactamente como o por quien. La
iglesia es robada sin saber cómo fue robada;
pero en ella lentamente crece una pequeña
 ASUNTO 2—MOVIEMIENTO DE PLANTACION DE IGLESIAS
sensación de que algo no está bien, de que
ha habido una influencia que restringe, y
tarde o temprano los cristianos van en contra
de sus directores y los acusan de haberlos
restringido de alguna u otra manera. Ellos no
saben ni ven el error. El celo de convertir a
sus prójimos no está en sus corazones ni en
sus mentes. Pero es la supresión de aquel
primer celo que nunca fue expresada la cual
llega a ser la causa verdadera de sus
problemas.
VI
La misma verdad se aplica a las iglesias. La
expansión espontanea comienza con el
expresión individual, procede a la expresión
corporativa, y si la expresión corporativa es
comprobada existe entonces nuevamente el
peligro del desorden. La negación de un
episcopado, la negación de auto
gobernación, parece ser por el momento la
gran seguridad para el orden; y por el
momento es; pero restringe el instinto de la
auto-propagación y estropea la vida en
abundancia. Para entonces el instinto debe
ser ahogado. El hecho de que deba ser
ahogado es una pérdida dolorosa al cuerpo
entero, pues significa estancamiento, y el
estancamiento de una parte es la fuente de
veneno para todo el cuerpo. De tal manera,
la seguridad momentánea es adquirida a un
costo alto, y solamente puede ser
momentánea. El instinto de la expresión es
tan fuerte que ya no puede ser restringida
más. Luego debe ser repetida a una escala
más grande la lucha que vimos en el caso del
nivel individual. El tiempo que este proceso
podría llegar a tomar la delantera es
probablemente más largo que el caso
anterior, pero mientras más largo el tiempo
más serio llega a ser la convulsión. Aquí
también, no es el deseo de la expresión que
produce el desorden, es el deseo rompiendo
contra el orden porque no puede expresarse
a sí mismo dentro del orden que conoce.
Esto también es penoso; esto significa el
rendimiento del cuerpo; y eso es un mal y
una fuente de maldad para todo el cuerpo.
La única alternativa es que deba tener un
libre curso dentro del orden de su totalidad.
VII
Ni el instinto natural, o la gracia del
Evangelio, o la voluntad propia del hombre
pueden ser permanentemente erradicados
por cualquier autoridad externa. La voluntad
propia es el enemigo natural del orden; el
celo piadoso es nuestro aliado natural. La
contención obliga el celo piadoso ir en
contra del orden; tarde o temprano debe salir
adelante y si sale adelante en oposición al
orden, la voluntad propia y la auto
afirmación aparecen como sus aliados y se
ostentan bajo la apariencia de libertados del
celo piadoso. Es peligroso restringir aquello
que no podemos derrotar permanentemente:
Naturam expellas furca tamen usque
recurret. Estamos en un peligro mayor de un
desorden serio cuando, en temor a la
expresión de la voluntad propia, nosotros
restringimos un instinto dado por Dios en
contraste al momento que aceptamos los
riesgos envueltos en darles riendas sueltas.
Pero, como podemos por el momento a
través del ejercicio de la autoridad, o de
nuestra influencia, o de las influencias de las
condiciones que creamos, o por la
insistencia sobre la Ley, evitamos los
peligros evidentes e inminentes de la
libertad, naturalmente tendemos a pensar
que este es el camino más seguro.
VIII
Se dice que cuando Dios anunció a sus
Ángeles Sus propósito de crear al hombre en
Su propia imagen, Lucifer, quien todavía no
había caído del cielo dijo: “Ciertamente Él
no les dará el poder de desobedecerle a Él.”
Y el Hijo le respondió: “Poder para caer es
poder para levantarse.” Lucifer no supo ni el
poder para levantarse ni el poder para caer,
pero esa palabra “poder para caer” tocó
 ASUNTO 2—MOVIEMIENTO DE PLANTACION DE IGLESIAS

profundamente en su corazón, y comenzó a comenzó tratando de engañar a los apóstoles

desear a tener aquel conocimiento de ese
poder, y desde ese día comenzó a planear la
caída del hombre. El mismo cayó, y enseñó
al hombre su poder y le enseñó como usar
ese poder para caer. En su debido tiempo
cuando Lucifer vio la redención que traía
Cristo, el vagamente comenzó a entender el
poder de caer y el poder de levantarse; la
entendió de manera torcida.
Por lo tanto, mientras los discípulos de
Cristo se multiplicaban, y su propio reino se
iba encogiendo, su mente otra vez
instintivamente recurrió al poder para caer.
Si él puede comprobar, y obstruir el poder
para caer, él pensó que también podría
comprobar el poder para levantarse. El
de atar a todos los gentiles bajo el yugo de la
ley Mosaica, pero fue frustrado por la
audacia de los grandes Apóstoles que
predicaron a los gentiles. Pero desde el
momento en que Lucifer se propuso a
alcanzar su meta, tratando de inducir a los
siervos de Cristo de privar a los nuevos
convertidos del poder para caer, y poniendo
sobre ellos el yugo de la ley, en esperanza de
que él pueda privarlos de aquel poder para
levantarse: y el hombre, sabiendo el terror
de la caída, y atemorizados del poder de la
caída en los nuevos convertidos, están más
atentos a escucharlo a él; porque él juega
con sus temores.

Allen, Roland. “The Nature and Character of Spontaneous Expression,” The Spontaneous
Expansion of the Church and the Causes which Hinder It. World Dominion Press, London, 1960.
Believed to be in the public domain.
 ASUNTO 2—MOVIEMIENTO DE PLANTACION DE IGLESIAS
Hacedores de Movimientos: 10 Factores
by David J. Hesselgrave
1. Liderazgo
Normalmente personas carismáticas que
evidencian un sentido claro del llamado y de
la misión y quienes encarnan los valores del
movimiento en sus vidas y enseñanzas. Con
pocas excepciones tales liderazgos nacen de
la cultura en donde los movimientos
florecen.
El liderazgo normalmente es autoritativo, a
menudo jerárquico basado en la madurez
espiritual y logros en vez de entrenamiento
profesional.
Gran énfasis en participación y movilización
del cuerpo laico con la oportunidad de
avanzar a las posiciones de liderazgo.
2. El principio de “Kairos”
El tiempo debe ser maduro para que un
nuevo y exitoso movimiento tome efecto.
Las dinámicas sociales y políticas de
disturbios y caídas son momentos de
oportunidad para los “plantadores de
movimiento.”
Estado relativamente
Estable
Nuevo estado estable
Descomposición
Revitalización
Crisis
Anthony Wallace, Revitalization Movements
(Cultural cycle)
¿Cuándo está más preparada una cultura
lista de experimentar el tiempo de cosecha?
¿Cuándo seria el tiempo más difícil de
introducir un cambio?
3. Propagación y Continuidad
Todos los movimientos parecen prosperar
porque ellos han establecido una manera
agresiva de la propagación de sus ideas con
un proselitismo agresivo y vigoroso de los
no iniciados. Al final de cuentas el método
más importante en la propagación de ideas
es la comunicación cara a cara.
4. Acomodación Cultural
Para que cualquier movimiento sea
extensamente aceptada, debe “sentirse en
casa” en la cultura anfitriona. Si el
movimiento crece dentro de aquella cultura,
esta tiende a reflejar la cosmovisión
indígena, los valores, y las tradiciones de
manera natural. Si es introducida desde el
exterior, debe de hacer acomodaciones
apropiadas a la cultura en orden de alcanzar
un crecimiento significativo.
5. Identidad Contra-Cultural
Para tener éxito, cualquier movimiento
religioso simultáneamente debe ser “de la
cultura” y “no de la cultura”. Al estar
totalmente integrada en la cultura, aspectos
claves del movimiento tendrán por
necesidad la contra-cultura y darán identidad
al movimiento. Estos elementos de la contra-
cultura a menudo traerán persecución y
oposición la cual creará aun un crecimiento
mayor.
6. Un mensaje único
Un mensaje que es único y predicado
dogmáticamente y con simplicidad. Las
creencias son prácticas y en relación a las
 ASUNTO 2—MOVIEMIENTO DE PLANTACION DE IGLESIAS

necesidades de los oyentes. Movimientos Todo movimiento enfatiza ritos de

crecientes ofrecen a sus seguidores, víctimas
de la vida contemporánea, soluciones a la
vida que son claras y no complicadas. Muy a
menudo los mensajes contienen un
significado apocalíptico.
7. Lugares de encuentro
La cultura para dictar mucho acerca del
lugar de encuentro. Pero parece casi
universal que los movimientos juntan a sus
seguidores en pequeños grupos de células
que son fácilmente multiplicables. Muchos
usan edificios elaborados que son en cierta
manera sagradas si solamente por la virtud
del hecho de que el “pueblo escogido” se
junta allí en la presencia de su deidad.
8. Un proceso de incorporación
incorporación que son obligatorios, algunas
veces altamente simbólico y formal y otras
veces muy informal, donde nuevos
miembros son integrados al movimiento.
9. Autoridad revelacional
Todo movimiento religioso habla
categóricamente y autoritativamente sobre la
verdad. La autoridad de la “palabra” es una
de las cualidades más importantes de un
movimiento. Los seguidores son instruidos
en los fundamentos del movimiento que son
claros y dogmáticos.
10. Cautivando las masas
El uso de los medios masivos que
suplementan—pero no suplanta—el
testimonio y la instrucción que se da cara a
cara.

(Notes are a summary from Hesselgrave, David J. “Movement Makers: 10 Factors,” Dynamic
Religious Movements. Baker Books, Grand Rapids, 1978. P. 324,325. Used by permission.)