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A posteriori.

En general lo "a posteriori" se opone a lo "a priori", y se refiere al paso de algo posterior a algo anterior en
cualquier serie ordenada de elementos, independientemente de que esa serie tenga lugar o no en el tiempo, y de que
remita a una posterioridad temporal, lógica u ontológica. En la Escolástica son llamadas "a posteriori" las demostraciones
que van del efecto (considerado ontológicamente posterior) a la causa. Para kant lo "a posteriori" remite a un
conocimiento cuya validez depende de la experiencia.

A priori. En general lo "a priori" se opone a lo "a posteriori", y se refiere al paso de algo anterior a algo posterior en
cualquier serie ordenada de elementos, independientemente de que esa serie tenga lugar o no en el tiempo, y de que
remita a una anterioridad temporal, lógica u ontológica. En la Escolástica son llamadas "a priori" las demostraciones que
van de la causa al efecto, de la esencia de un objeto a sus propiedades. Para Kant, lo "a priori" se aplica a los
conocimientos cuya validez no depende de la experiencia.

Abstracción. En sentido etimológico la abstracción consiste en la operación de separar algo de un contenido


determinado. En sentido filosófico la abstracción es una operación mental que consiste en separar una característica de
un todo concreto (característica que no puede tener existencia independientemente del todo). Para Aristóteles, por
ejemplo, la abstracción es la operación mental por la que separamos la forma (o esencia) de la materia, en una sustancia
dada, lo que nos permite formar conceptos y tener un conocimiento cabal de su esencia.

Acto. Término introducido por Aristóteles para explicar el movimiento, en el contexto de la Física, y que volvemos a
encontrar en la Metafísica como uno de los principios del ser. El acto, (enérgeia, entelécheia), es la realidad propia del ser
y su principio. Se dice que un ser está "en acto" cuando posee su propia perfección respecto a lo que está "en potencia".
Simplificando la cuestión, podemos decir que el acto remite a lo que una sustancia es ahora, por oposición a lo que
puede ser en el futuro, a su capacidad de ser, a su ser "en potencia". Por ejemplo: un niño es un niño "en acto", pero es
un hombre "en potencia": ahora es un niño, pero puede llegar a ser un hombre, si se dan las condiciones adecuadas para
que se desarrolle su naturaleza.

Acción. Término con el que nos referimos a aquel acto o conducta humana que resulta de la elección voluntaria del
individuo, (entre otras distintas posibles conductas), y tras la previa deliberación sobre ellas. La acción es, pues, la puesta
en ejecución de una conducta que deriva de una elección consciente y deliberada, racional, y de la que el individuo se
hace, o se le considera, por consiguiente, responsable. En la tradición filosófica occidental la acción se opone a la pasión,
con lo que se quiere destacar el carácter racional de la primera y el carácter irracional de la segunda.

Aforismo. Sentencia breve, por lo general, no razonada o justificada, que posee un contenido más profundo de lo que
parece a primera vista (a veces, incluso, distinto a lo que en una lectura ingenua parece querer decir, ya que se prefiere
sugerir e insinuar, a declarar abierta y razonadamente lo que se quiere decir). Heráclito, Marco Aurelio, Nietzsche y otros
filósofos escribieron parte o la totalidad de su obra recurriendo a aforismos.

Agnóstica

Referido a una persona indica que profesa el agnosticismo, posición filosófica que niega la posibilidad de conocer lo
suprasensible, lo trascendente. Las personas que se declaran agnósticas niegan, pues, la posibilidad de conocer algo
acerca de Dios, por lo que consideran que no es posible decir nada acerca de su existencia.

Alegoría. Recurso retórico (metafórico) por el que se pretende dar a un texto (o a una imagen) un significado distinto del
que parece tener de forma evidente e inmediata. En la alegoría el significado real de un texto permanece, pues, oculto a
la lectura ingenua e inmediata, alejándose de la interpretación literal del texto.

Alienación. El término "alienación" (sinónimo de enajenación) procede del latín "alienus", (etimológicamente, ajeno, que
pertenece a otro). El término se aplicaba originalmente a las transacciones económicas en las que tenía el significado de
vender o regalar algo a otra persona. En filosofía, el término fue utilizado por Feuerbach en su obra "La esencia del
cristianismo" para explicar el fenómeno religioso como algo que supone para el ser humano la pérdida de sí mismo, la
renuncia a su propia naturaleza en favor de la de un ser ajeno (Dios). Hegel y sus seguidores lo utilizaron con el
significado de "extrañamiento", "distanciamiento", para indicar el alejamiento del sujeto respecto a sí mismo en la
dialéctica de la objetivación. Para Marx la alienación supone la pérdida de sí mismo y la conversión en objeto
(cosificación), en mercancía, y se da fundamentalmente en el trabajo, ya que el trabajo asalariado, en la sociedad
capitalista, es externo al trabajador, es decir, no pertenece a su ser. "En su trabajo, dice Marx, el trabajador no se afirma,
sino que se niega; no se siente feliz, sino desgraciado; no desarrolla una libre energía física y espiritual, sino que mortifica
su cuerpo, arruina su espíritu. Por eso el trabajador sólo se siente en sí fuera del trabajo, y en el trabajo, fuera de
sí." Además de la alienación del trabajo, Marx se refiere a otras formas de alienación, como la alienación social, política,
religiosa y filosófica.

Anámnesis. Término griego que se suele traducir por reminiscencia y que Platón introduce en el Menón para formular su
conocida asimilación del aprendizaje al mero recuerdo o reminiscencia.

Ápeiron. Término griego compuesto de la partícula privativa "a" y de "péras" (etimológicamente, extremo, frontera,
linde) que fue utilizado por Anaximandro para referirse al "arjé", al elemento primordial de la realidad, y que suele
traducirse por "ilimitado", "infinito" o "indeterminado". A diferencia de Tales, para quien el arjé era el agua, y de
Anaxímenes, para quien lo era el aire, Anaximandro opina que no puede ser ninguna materia concreta y lo denomina
"ápeiron" (lo ilimitado, lo indeterminado) lo que ha dado lugar a varias interpretaciones de lo que con ello quiso decir el
filósofo de Mileto. Según otros especialistas, con el término "ápeiron" Anaximandro se estaría refiriendo no al "arjé" sino
a la totalidad de lo real.

Areté. Término griego con el que se designaba la excelencia de alguien o de algo y que, especialmente desde los sofista y
Platón, y luego también por Aristóteles, fue utilizado con el significado de virtud.

Arjé. Término griego (también transcrito como "arkhé" y como "arché") que viene a significar etimológicamente
principio, fundamento, comienzo, y que fue utilizado por los primeros filósofos para referirse al elemento primordial del
que está compuesta y/o del que deriva toda la realidad material.

Alma. Término que procede del latín "anima" (soplo, aire, aliento) que, en sentido más general, se utiliza para designar el
principio vital de todo ser viviente. En las culturas primitivas, el alma se entiende sobre todo como principio vital, bien
como algo distinto del cuerpo, bien como una parte del cuerpo. En algunas religiones antiguas, como el orfismo y
algunas religiones orientales, el alma es un principio vital distinto del cuerpo y de carácter inmortal, admitiendo incluso
la metempsicosis o transmigración de las almas. En filosofía, el alma, además de concebirse como principio vital fue
concebida como principio de conocimiento a partir de Platón. Desde Descartes pierde su carácter de principio vital y se
identifica con el principio del conocimiento, con la conciencia de sí que tiene el ser humano. En la actualidad es un
término en desuso, sustituido con frecuencia por el de "mente", que es entendido por algunos como algo distinto del
cerebro y por otros como algo que no se puede distinguir de la mera actividad cerebral.

Ataraxia. Término con el que los griegos se referían a la paz anímica, a la imperturbabilidad del ánimo. En los estoicos y
los epicúreos el término adquiere una especial relevancia en el contexto de su filosofía moral.

Atomismo. Término que procede del griego "atomos", indivisible. El atomismo fue la doctrina defendida por Leucipo y
por Demócrito de Abdera, en la que se afirma que la realidad se compone de átomos, siendo los átomos partículas
materiales infinitamente pequeñas e indivisibles.

Categoría. Término procedente del griego con el que nos referimos a los grandes conceptos, o clases, en las que
estructuramos la realidad, que representarían diversos niveles o formas de ser que se excluyen entre sí. Sistemas de
categorías muy conocidos son los de Aristóteles y Kant, así como el de Nicolai Hartmann (1882-1950).

Causalidad. Relación de necesidad que se establece entre la causa y el efecto, de modo que si la causa se da es imposible
que no se produzca el efecto, y viceversa, dado el efecto es necesario que se haya producido la causa.

Tradicionalmente esta relación fue formulada como un principio racional, el principio de causalidad, al que se supuso un
valor universal, extendiendo la necesidad de tal relación entre la causa y el efecto a todo el ámbito de la realidad.
Ciencias empíricas. Las ciencias empíricas son conjuntos sistemáticos de conocimientos, coherentes y racionales, con los
que se ofrece una explicación de las causas de los fenómenos y de las leyes por las que se regulan, explicación que es
contrastable con la experiencia. El método por excelencia de las ciencias empíricas es el método hipotético-deductivo.

Ciencias formales. Las ciencias formales son conjuntos sistemáticos de conocimientos racionales y coherentes, que se
ocupan del estudio de los procesos lógicos y matemáticos, (por lo que su objeto de estudio no es el mundo, la realidad
físico-natural, sino formas vacías de contenido) pero cuyos conocimientos pueden ser aplicados a dicha realidad físico-
natural. El método propio de las ciencias formales es el método deductivo.

Cogito. Término latino con el que nos referimos abreviadamente al "pienso, existo" de Descartes, cuya conocida
formulación en latín "cogito, ergo sum" se ha convertido en un símbolo característico y ampliamente reconocido de la
filosofía cartesiana. El cogito es, para Descartes, y simultáneamente: la primera verdad conocida y el modelo de toda
verdad que pretenda alcanzar la razón. Las características de esa primera verdad son la claridad y la distinción con la que
es percibida, por lo que tales características se convertirán en el criterio de certeza por el que debe regularse toda
proposición que se pretenda verdadera.

Causa. En general, se entiende por causa toda acción capaz de producir un efecto.

Concepto. Término procedente del latín "concipere" que etimológicamente significa "lo concebido". Tradicionalmente se
ha entendido que un concepto era una representación general, abstracta, de un objeto. En ese sentido, el concepto no se
puede asimilar a una imagen ni a ningún otro contenido sensible. En la filosofía del siglo XX el concepto es entendido
como el elemento mediador entre el signo lingüístico y el significado, especialmente en el ámbito de la filosofía analítica.
La discusión sobre la formación de los conceptos, (si se forman por generalización o por abstracción, por ejemplo), así
como sobre su realidad, (si son reales, -realismo conceptual-, o no, -nominalismo-), ha sido una de las discusiones
tradicionales en filosofía, que alcanzó especial intensidad en la Edad Media en torno al llamado problema de los
universales.

Cópula. Término mediante el que se relaciona el sujeto con un predicado, en una proposición o enunciado.

Cultura. El término cultura es utilizado en dos sentidos principales: el más antiguo, derivado de los ideales clásicos de la
formación humana, y el más moderno, derivado de la etnología y la antropología cultural. En el primer sentido, influido
por la tradición clásica de la "paideia" griega o la "humanitas" latina, el término se utiliza para referirse al grado de
conocimientos y al refinamiento de la conducta que posee una persona, adquiridos mediante un proceso educativo que
busca la plena realización de las capacidades humanas. En el segundo sentido, se entiende por cultura el conjunto de
conocimientos, prácticas, creencias, tradiciones, producciones artísticas, técnicas, y formas de vida propias de un
determinado grupo humano, que derivan de su vida social, independientemente de que se circunscriba o no a un
territorio definido en términos de estado-nación o a una u otra época del desarrollo de la humanidad, primitiva o
moderna.

Daimón. Término griego (que no se suele traducir) con el que los griegos se referían al destino individual de cada cual; el
término tenía connotaciones religiosas, y se consideraba que el destino de cada cual era algo divino o asignado por los
dioses. En ese contexto era, con frecuencia, personificado, de forma similar a lo que otras culturas percibieron como
ángeles o demonios. Platón, sin embargo, en el mito de Er, de la República, presenta a cada cual como responsable de su
destino, de su daimón, al haberlo elegido el alma de cada cual antes de su siguiente reencarnación. En el Sócrates
platónico el daimón se presenta con frecuencia como una voz interior a la que escucha y obedece.

Demiurgo. Término procedente del griego "demiourgós" (etimológicamente, servidor del pueblo, maestro en un arte,
artesano). Es el nombre con el que Platón se refiere en su cosmología (Timeo) al hacedor del universo, presentándolo
como un semidiós que actúa como causa eficiente al ordenar la materia preexistente, pero que se hallaba en estado
caótico, tomando como modelo la perfección y la belleza del "kosmos noetós" (mundo de las Ideas).

Determinismo. Doctrina filosófica (y también científica, con la posición adoptada por Laplace) que afirma que todos los
acontecimientos de la naturaleza están sometidos a la acción de leyes universales de carácter causal, de modo que unos
derivan necesariamente de otros según una cadena de causas eficientes. El determinismo niega, pues, que pueda tener
lugar una acción libre o por azar en la naturaleza, es decir, una acción que no pueda ser explicada recurriendo a causas
eficientes. En general, las concepciones deterministas de la naturaleza suelen estar asociadas al mecanicismo y, en el
caso de las acciones humanas, plantean el problema del determinismo moral.

Dialéctica. Término procedente del verbo griego "dialeghestai” que se refiere originalmente al arte del diálogo y de la
discusión razonada ("dialectiké techné") y que adquirirá distintos significados a lo largo de la historia del pensamiento.
En Platón la dialéctica se opone a la erística, y se identifica generalmente con el movimiento ascendente del alma en
busca de una comprensión cada vez más universal de la realidad, que culminaría en el conocimiento de la Idea, tal como
lo expone, por ejemplo, en la "alegoría de la línea" (República, VI). En este sentido, formarían parte de la dialéctica
platónica dos movimientos lógicos, uno de "composición" (en busca de una mayor generalización) y otro de "división" (el
establecimiento de las distinciones entre los distintos géneros). En Aristóteles la dialéctica se identifica con la parte de la
lógica que se ocupa del estudio del razonamiento probable, pero no de la demostración, por lo que el término irá
quedando asociado, así, a la habilidad para argumentar, confundiéndose a menudo con la retórica, y terminando por
adquirir un significado peyorativo que todavía se puede observar en la filosofía de Kant, quien considera que la dialéctica
es una mera "lógica de la apariencia". En Hegel la dialéctica volverá a convertirse en el núcleo mismo de la filosofía,
siendo considerada como un método de conocimiento y como la expresión del devenir de la realidad (de su despliegue y
realización) en la que la oposición sujeto/objeto se manifiesta como la unión de elementos opuestos en una síntesis que
lleva a la comprensión de la realidad como Absoluto. La dialéctica hegeliana es asumida por Marx, quien manifiesta
haber invertido sus fundamentos, para terminar, concibiendo la síntesis superadora no como la simple reconciliación de
la unidad originaria de la Idea, sino como la eliminación del momento negativo de la realidad, a la que, en su dimensión
social, concibe como al devenir hacia el comunismo.

Dianoético. Del griego "dianoétikós" (intelectual, intelectivo) es el término utilizado por Aristóteles para denominar las
virtudes propias de la parte intelectual del ser humano, a las que llamó virtudes dianoéticas, distinguiéndolas de las
virtudes éticas, que son las virtudes propias de la vida sensible y afectiva del ser humano.

Diánoia. Término griego que se suele traducir por "razón discursiva" y que remite a la capacidad de la razón de obtener
conocimientos mediante la progresión desde las premisas a una conclusión que necesariamente deriva de aquellas, es
decir, el conocimiento obtenido mediante causas y principios. En este sentido, la diánoia, el razonamiento discursivo, se
opone al Nous, la capacidad de la razón de intuir de forma inmediata el conocimiento (ya de la verdadera realidad, de la
Ideas, como en el caso de Platón; ya de los primeros principios del conocimiento, como en el caso de Aristóteles). En la
filosofía posterior esta oposición entre diánoia y Nous suele quedar reflejada en la oposición entre Razón y
Entendimiento, respectivamente.

Diké. Término griego con el que antiguamente se designaba a la diosa Justicia y que vino a significar también justicia,
término por el que habitualmente se traduce.

Dogma. Del griego "dógma" (decreto, doctrina comúnmente aceptada) se denomina así a todo principio que se
considera que expresa una verdad irrefutable, sea demostrable o no, comprensible para la mente humana o no. El
término se utiliza especialmente en el lenguaje religioso para referirse a aquellos principios que los creyentes deben
acatar u observar escrupulosamente y sobre los que no cabe duda, discusión o modificación alguna. En filosofía se aplica
a toda opinión fundada en principios que se considera poseen las características anteriormente señaladas.

Doxa. Término griego que se suele traducir por "opinión" y con el que nos referimos a aquel tipo de conocimiento que no
nos ofrece certeza absoluta, y que no podría ser, pues, más que una creencia razonable, un conocimiento "aparente" de
la realidad. En este sentido parecen utilizarlo tanto Parménides, al distinguir la "vía de la verdad" de la "vía de la
opinión", como Platón, al distinguir, también contraponiéndolas, la "doxa" de la "episteme", es decir, el conocimiento
aparente (el conocimiento de la realidad sensible) del verdadero conocimiento (el conocimiento de la verdadera
realidad, de las Ideas).

Eclecticismo. Del griego "eklektikós" (etimológicamente, escogido, seleccionado). En general, el término eclecticismo se
aplica a toda posición filosófica que intenta conciliar en una sola doctrina elementos procedentes de corrientes
filosóficas distintas. El término fue utilizado en la antigüedad para referirse a la tendencia, común a las escuelas
filosóficas postaristotélicas, a conciliar doctrinas procedentes de diversas escuelas o corrientes de pensamiento,
seleccionando lo que se consideraba valioso en cada una de ellas e intentando minimizar las diferencias, que se
consideraban, a menudo, puramente terminológicas. Cicerón, en la antigüedad, y Victor Cousin, en la época moderna, se
consideran representantes típicos del eclecticismo.

Ego. Término latino que se traduce por "yo". Para Freud, es la instancia psíquica consciente de la personalidad

Empirismo. Término procedente del griego "empeiría" (experiencia). Corriente filosófica que considera que nuestro
conocimiento deriva de la experiencia, por lo que ésta se convierte en la única fuente de conocimiento. Aunque el
recurso a la experiencia ya se produce, en determinados contextos, en la filosofía antigua, se entiende por empirismo,
más habitualmente, la corriente filosófica que se desarrolla a partir del siglo XVI en Gran Bretaña, cuyos representantes
más destacados fueron Locke, Berkeley y Hume, y que defiende que el conocimiento se funda en la experiencia, de la
que proceden y, en última instancia, derivan todos ellos, por lo que no existen conocimientos o ideas innatas de las que
pueda derivarse ningún conocimiento. En este sentido se opone al racionalismo, que hace de la razón la fuente de
nuestros conocimientos, y al innatismo, que afirma que el sujeto cognoscente posee ideas innatas, anteriores e
independientes de toda experiencia, que actúan como principios de los que derivan deductivamente sus conocimientos.

Episteme. Término griego, cuya raíz viene a significar "saber" o "conocimiento", que se suele traducir por "ciencia", y con
el que los filósofos griegos se referían al verdadero conocimiento, por contraposición al conocimiento aparente, a la
creencia razonable. Para Platón, la episteme es el verdadero conocimiento, que sólo puede serlo de lo inmutable, de la
verdadera realidad, de las Ideas, en contraposición a la "doxa", a la "opinión", al conocimiento de la realidad sensible.
Para Aristóteles, sin embargo, la episteme sería el conocimiento obtenido mediante la demostración.

Epistemología. Del griego "episteme" (verdadero conocimiento, ciencia) y "logos" (estudio, tratado). Etimológicamente
viene, pues, a significar "estudio del conocimiento", y como tal se ha convertido en una rama de la filosofía que estudia
el fundamento, los límites, la metodología del conocimiento. Dado que en su objeto de estudio se encuentra también el
conocimiento científico, según el contexto en que se de, podría ser difícil distinguir entre epistemología y "filosofía de la
ciencia". En un contexto puramente filosófico se identificaría con la clásica "teoría del conocimiento".

Escepticismo. Término procedente del griego "sképsis" (investigación, duda, indagación). Corriente filosófica de la
antigüedad que se considera iniciada por Pirrón de Elis (-360,-270) y Timón de Fliunte (-325,-230) y que se caracteriza
por rechazar la posibilidad de que se pueda encontrar un significado absoluto a lo real (de que pueda haber, pues, alguna
verdad firmemente establecida) proponiendo, en consecuencia, la "epojé" o suspensión del juicio y la prosecución de la
investigación, como actitud más sabia y coherente frente al problema del conocimiento. Los seguidores de Pirrón
destacarán por los análisis críticos de los argumentos de los dogmáticos (quienes afirman haber alcanzado esa verdad)
recogidos en los conocidos diez "tropos" de Enesidemo de Cnosos, que han llegado a nosotros gracias a la actividad
recopiladora de Sexto Empírico. El escepticismo resurgirá con fuerza en el Renacimiento, con la actividad de Montaigne,
Charron y Francisco Sánchez, impulsando la renovación del pensamiento filosófico que dará paso a la modernidad.

Escolástica. Con el término escolástica nos referimos de un modo general a la filosofía de la Edad Media, inspirada por
cuestiones fundamentalmente religiosas. A partir del siglo VI la actividad cultural en Europa queda reducida a la
actividad desarrollada en las escuelas monacales y catedralicias, fundamentalmente, de ahí que se denominase, tanto a
los maestros como a los discípulos, con el nombre de escolásticos. Una parte sustancial de los estudios se centraba en
cuestiones teológicas y filosóficas, dominadas por planteamientos al servicio de la religiosidad, y con una metodología
propia, basada en el planteamiento y discusión de cuestiones con el maestro, por lo que el termino escolástica se aplicó
a la filosofía desarrollada en dicho contexto, denominación que persistió para referirse a dichas corrientes filosóficas
incluso tras haberse creado las universidades, (en las que muchos escolásticos impartieron docencia), que fueron
asumiendo un papel cultural creciente en toda Europa. Generalmente se distinguen tres fases en el desarrollo de la
escolástica: la primera escolástica, hasta el siglo XII; la alta escolástica, que representa su período de apogeo, en el siglo
XIII; y la escolástica tardía, en el siglo XIV, que supone la crisis y decadencia de sus planteamientos y metodología, tras la
que se abrirá paso la renovación filosófica del Renacimiento y de la modernidad. También hablamos de una escolástica
latina o de una escolástica árabe, según estuviera inspirada por el cristianismo o el islamismo.
Esencia. En general, y especialmente desde Aristóteles, se considera que la esencia remite al "ser esto o aquello" de una
cosa, es decir, no a que una cosa es, sino a "lo que es" esa cosa. En este caso se habla de la esencia como de algo real. El
término esencia se puede considerar también desde el punto de vista lógico: en este caso se considera que la esencia es
un predicado mediante el que se define una cosa, o se dice lo que es. Dependiendo de la adopción de una u otra
consideración (ontológica o lógica) encontramos distintas interpretaciones de la esencia a lo largo de la Historia de la
Filosofía: la metafísica (real), la lógica (conceptual) o una combinación entre ambas. Podemos considerar que la Idea
platónica representa la esencia de la realidad, en la medida en que Platón afirma que la Idea es más real que la cosa. En
el caso de Aristóteles la esencia sería identificable con la Forma. La afirmación de que la esencia es algo real y distinto del
objeto del que es esencia ha dado lugar,no obstante, a intensas polémicas, siendo muchos los filósofos que rechazan tal
realidad, por diversas razones, como las esgrimidas por Okham, Hume, Nietzsche...

Éter. Elemento sutil, incorruptible e inalterable, con el que estarían formados el cielo y los astros, según la cosmología
aristotélica. Al ser distinto de los cuatro elementos de los que estaba formado el mundo sublunar (agua, tierra, aire y
fuego) fue denominado también quintesencia, para distinguirlo claramente de los cuatro anteriores.

Ética. Del griego "ethiké", que deriva del vocablo "ethos" (carácter, forma de ser adquirida). La ética es la parte de la
filosofía que tiene por objeto la reflexión sobre la conducta "moral" del ser humano, lo que puede llevar, a su vez, a la
elaboración de teorías que permitan comprender y explicar dicha conducta, porqué se considera, o no, "buena", y cuál
es el fundamento de "lo bueno". Siguiendo el análisis de José Luis López Aranguren, podemos reservar el término
"moral" (aunque etimológicamente tenga el mismo significado que "ethiké", correspondiendo el vocablo latino "mor" al
griego "ethos") para referirnos a la conducta observada por el ser humano respecto a lo "bueno" y a las normas por las
que tal conducta se regula. En ese caso podríamos decir que la ética es la parte de la filosofía que tiene por objeto de
estudio la "moral".

Existencialismo. Corriente filosófica que se desarrolla en Europa en la primera mitad del siglo XX y que alcanza su
apogeo en Francia tras la segunda guerra mundial, que considera que la existencia es el modo de ser propio y
característico del ser humano, que es entendido como pura libertad de elección, en tanto pura subjetividad, rechazando,
pues, toda posibilidad de que sea asimilado a un mero objeto o "cosa". El filósofo danés S. Kierkegaard es considerado el
inspirador del existencialismo, y el alemán Martín Heidegger, con la publicación de "El ser y el tiempo" en 1927, su
principal difusor, aunque quien obtendría el reconocimiento del gran público sería posteriormente el francés J.P. Sartre.
Otros nombres destacados asociados al existencialismo son los de K. Jaspers, Simone de Beauvoir, M. Merlau-Ponty y J.
Wahl.

Experimento. Hasta la modernidad los términos "experiencia" y "experimento" se consideraban sinónimos, por lo que se
utilizaba indistintamente cualquiera de los dos para referirse a lo observable. Con el desarrollo de la ciencia moderna, a
partir del Renacimiento, la introducción de la observación controlada y el creciente uso de instrumentos que permiten
medir y regular adecuadamente el fenómeno (o el aspecto del mismo que se desea observar) da lugar a la distinción
entre ambos términos, limitándose el uso del término "experimento" a este tipo de observación regulada. Francis Bacon
y Galileo Galilei son, sin duda, los primeros que realizan esta distinción, al rechazar el recurso a la "experiencia" ingenua
(que nos lleva a afirmar cosas como que es el Sol quien manifiestamente se mueve, y no la Tierra), distinción que queda
reflejada en sus respectivas propuestas metodológicas.

Gnoseología. Del griego "gnosis" (conocimiento) y "logos" (discurso). Término con el que se designa la teoría del
conocimiento, y parte de la filosofía que tiene por objeto la delimitación y definición de lo que es "conocimiento" y el
estudio de sus características y límites. Aunque la mayoría de filósofos antiguos y medievales trataron el problema del
conocimiento lo hicieron, por lo general, subordinándolo a cuestiones ontológicas. La filosofía moderna, por el contrario,
hace de la explicación del conocimiento el punto de partida de su reflexión filosófica, por lo que la teoría del
conocimiento alcanzará con ella una importancia y proyección que no tiene en la antigüedad.

Generación. Del latin "generatio", entendemos por generación la producción de algo a partir de otra u otras realidades
ya existentes. Se opone a corrupción. Ambos términos, generación y corrupción, aparecen en el tratamiento del
problema del cambio, uno de los problemas que se plantearon los primeros filósofos, al entender que en todo cambio se
producía la pérdida de algo y la producción de algo nuevo. Los filósofos griegos distinguieron, además, la generación de
la creación, entendida como creación a partir de nada, noción ésta completamente ajena a su pensamiento, como se
refleja en la afirmación parmenídea de que el ser es y el no-ser no es, según la cual el ser no puede proceder del no-ser,
de la nada, ya que el no-ser no es. Según Aristóteles, la generación es el tipo de cambio que se produce al pasar del no-
ser al ser (de un no-ser que en Aristóteles tiene un carácter relativo). Así, una sustancia que todavía no-es "esto" (que
está privada de la forma "esto", pero que ya es algo) adquiere la nueva forma de la que estaba privada y pasa a ser
"esto". Aristóteles rechaza la idea de creación a partir de la nada, que sí fue aceptada por los escolásticos. En otro
sentido, el término generación remite a la idea de uniformidad vital y cultural que se establece entre los individuos de
una época determinada y que contrasta con la de otra época anterior o posterior. Ortega y Gasset utiliza esta noción para
dotar de significado a la Historia, al asociar los acontecimientos con la generación en que tuvieron lugar, con el contexto
cultural en el que se produjeron, que es en donde tales acontecimientos encuentran su auténtico significado.

Hilemorfismo. Término compuesto de las palabras griegas "hylé" (materia; etimológicamente, bosque, madera, material
de construcción), y "morphé" (forma), con el que se designa la doctrina aristotélica de la sustancia, según la cual ésta se
compone de materia y forma, constituyendo una unidad indisoluble (de la que ambos compuestos, materia y forma, por
lo tanto, no se pueden separar, a no ser mentalmente). Según tal doctrina, pues, ni la materia ni la forma pueden tener
existencia independiente o separada.

Hábito. Del latín "habitus". En general, se entiende por hábito la predisposición a obrar de una determinada manera
adquirida por ejercicio. Según la ética aristotélica las virtudes y los vicios son hábitos, correspondiéndole a cada virtud
dos vicios, uno por exceso y otro por defecto. Aunque el hábito se adquiere por repetición de una conducta, termina por
convertirse en una posesión permanente del individuo que lo ha adquirido, de modo que por él se regula de una manera
inmediata su conducta.

Hermenéutica. Del griego "hermeneia" (traducción, interpretación). El término "hermenéutica" fue utilizado
tradicionalmente sobre todo en el contexto de la exégesis bíblica, asociado a las técnicas y métodos de interpretación de
dichos textos. En la actualidad nos referimos con él más habitualmente a la corriente filosófica que propone como
método, en el ámbito de las ciencias humanas, la comprensión de las acciones humanas en su contexto histórico y social,
fuera del cual pierden su significado; al mismo tiempo, dicho método señala la dificultad de tal tarea, al poner de
manifiesto la heterogeneidad entre el significado (matizado por las creencias, tradiciones, prejuicios y valores, etc) que
pueda tener el "mismo" hecho para el investigador y para la época investigada. Esta dificultad parece exigir haber
comprendido ya algo para poder comprenderlo, lo que da lugar a una aparente circularidad que se conoce con el nombre
de "círculo hermenéutico".

Homeomerías. Del griego "homoioméreiai" (partículas similares). Según nos dice Aristóteles, para Anaxágoras de
Clazomene eran las innumerables partículas (infinitamente pequeñas) de las que se compone la realidad. Las
homeomerías, llamadas por Anaxágoras "spermata" (semillas) se distinguen unas de otras cualitativamente, habiendo
partículas de todas las cosas: sangre, madera, oro, etcétera.

Inconsciente. En general, se entiende por inconsciente aquella parte de la vida psíquica del individuo de la que éste no
tiene conciencia o conocimiento actual. En filosofía, a partir sobre todo de Leibniz, el inconsciente ha sido visto como "lo
otro" de la conciencia (con la que se solía identificar el "yo") y al que se le ha considerado ya como antagonista de la
conciencia, ya como límite o elemento diferenciador. El término, no obstante, ha quedado preferentemente asociado
preferentemente al psicoanálisis de Sigmund Freud, para quien se pueden distinguir tres instancias en el psiquismo
humano: el ello, el ego y el superego. Freud asimila el ello al inconsciente, que es considerado como el conjunto de
contenidos psíquicos que no han podido acceder a la conciencia, y cuya actividad queda regulada por principios que no
se ajustan al principio de realidad (por el que se regula la conciencia) sino a principios más primarios, ajenos a las normas
y valores por los que se regula la realidad.

Inteligible. En general, se utiliza el término "inteligible" para manifestar que algo es comprensible, que está dotado de
coherencia y racionalidad, que puede ser pensado. Considerado en esta acepción, lo inteligible se opone a lo no
inteligible, a lo incomprensible. En la filosofía clásica y medieval lo "inteligible" suele contraponerse a lo sensible,
adquiriendo entonces una doble significación: metafísica y gnoseológica. En su acepción metafísica, la realidad
inteligible, "lo inteligible", es la verdadera realidad, el verdadero ser, tal como Platón, por ejemplo, considera a las Ideas.
En su acepción gnoseológica, el conocimiento inteligible es el que podemos obtener de modo inmediato, a través de la
acción del intelecto, que versa sobre la esencia del objeto y que se expresa mediante el concepto.

Introspección. Del latín "introspicere" (mirar en el interior). En general, y según la etimología, observación de uno
mismo, auto observación psicológica, ya sea de la conciencia o de los sentimientos. En un sentido más restringido, la
introspección es el método psicológico según el cual el sujeto experimental (al describir sus experiencias conscientes en
términos sensoriales, imaginativos o afectivos, de la manera más elemental posible) facilita la interacción con el
psicólogo, quien dispone así de la posibilidad de realizar una "observación" experimental de la actividad propia del
sujeto. Éste método, utilizado inicialmente por W. Wundt, y aceptado por muchas escuelas psicológicas, es rechazado
por la psicología conductista.

Iusnaturalismo. Doctrina que defiende la existencia de derechos naturales inalienables (como el derecho a la vida, a la
libertad y a la propiedad) que son anteriores a las normas jurídicas positivas (las establecidas por los seres humanos) y a
las que éstas deben someterse, sirviéndoles de fundamento y de modelo. Esta doctrina, que se desarrolla en el siglo XVII,
tendrá en Hugo Grocio (1583-1645) a su primer claro defensor, y será seguida por los teóricos de la laicidad del estado,
como Hobbes y Locke.

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