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TRIBUNAL SUPREMO DE

JUSTICIA SALA CIVI


L

Auto Supremo: 594/2017 Sucre: 09


de junio 2017 Expediente: SC-
84-16-S Partes: Susana Saenz
Romero. c/ Pastor Quispe Achocalla . Proceso:
Reconocimiento de Unión Conyugal Libre o de Hecho. Distrito:
Santa Cruz.

VISTOS: El recurso de casación de fs. 197 a 200 vta., formulado por Susana
Saenz Romero, contra el Auto de Vista de Nº 08/14 de 15 de octubre de 2014
de fs. 190 a 191, pronunciado por el Juzgado Segundo de Partido de Familia de
la Ciudad de Santa Cruz, en el proceso de Reconocimiento de Unión Conyugal
Libre o de Hecho, seguido por Susana Saenz Romero contra Pastor Quispe
Achocalla; concesión de fs. 205 y:

I. ANTECEDENTES DEL PROCESO:

El Juez Primero de Instrucción de Familia de Santa Cruz, dictó Sentencia Nº 24


de fecha 29 de mayo de 2014, cursante de fs. 154 a 157 por el que declara:
IMPROBADA la demanda de Unión Libre o de Hecho impetrada por Susana
Saenz Romero, toda que la relación existente entre los contendientes no ha
cumplido con los requisitos establecidos en los arts. 46, 158 y 159 del Código
de Familia, con relación al art. 63.II de la CPE.

Resolución que fue apelada por Susana Saenz Romero por memorial de fs. 165
a 168.

En mérito a esos antecedentes, el Juzgado Segundo de Partido de Familia de


Santa Cruz emitió el Auto de Vista de Nº 08/14 de 15 de octubre de 2014 de
fs. 190 a 191, por el que CONFIRMA la Sentencia apelada de fecha 29 de mayo
de 2014 de fs. 154 a 157 del expediente, señalando: 1.- Respecto a que el A quo
no hubiera valorado ni analizado la prueba ofrecida por la recurrente, no fuera
evidente y que existiría lo extrañado en el considerando I conforme a los arts.
397 del Código de Procedimiento Civil y 1286 del Código Civil. 2.- Que para la
acción intentada fuera requisito el pleno goce de libertad de estado, no tener
impedimentos, que en el caso existiría certificado de matrimonio de la unión con
otra persona por el demandado desde el año 1979 a 1982 y de ahí en adelante
según la declaración jurada que describe la relación con Ruth Gonzales Sumoya
y que ese aspecto no se habría desvirtuado. Por lo anterior considera que el A
quo entendió que no existió unión libre o de hecho que reúna las condiciones
de estabilidad, singularidad ente el demandado y la demandante, concluye por
señalar que no se vulneró ni violentó disposición alguna de norma familiar.

II. DEL CONTENIDO DEL RECURSO DE CASACIÓN:

Refiere interponer recurso de casación en el fondo, en sujeción a lo previsto por


el art. 253-1) y 3) del Código de Procedimiento Civil, acusando violación,
interpretación errónea y aplicación indebida de la ley, asimismo error de
derecho y de hecho en la apreciación de la prueba.
Describe luego el razonamiento de las autoridades que emitieron las
resoluciones impugnadas y relata los antecedentes referidos a la convivencia
sostenida con el demandado, la existencia de matrimonio y su posterior
disolución, el nacimiento de sus cinco hijos, el hecho de habitar el bien
inmueble motivo de inspección. Asimismo la presunta existencia de convivencia
del demandado con Miriam Ruth Gonzales Sumoya desde el año 1996 a 2002 y
que la misma hubiera sido interrumpida por viaje al extranjero de la indicada
pero que desde el año 2005 al 2009 continuó la misma, señalando al respecto
que la referida prueba no debió ser considerada siendo una declaración jurada
notariada. Que no se habría valorado su relación de pareja al no tomar en
consideración la existencia de cinco hijos, asimismo la existencia de fotografías
que evidenciarían la relación.

Por otro lado señala la existencia de confesiones realizadas por el demandado


manifestando haber convivido por 37 años. Indica asimismo al informe
psicológico, acusando que el mismo fue ignorado por los de instancia. La
adquisición de un bien inmueble, su registro y la transferencia ilegal que
hubiera realizado.

En la parte final del punto abordado (II) concreta señalando que: “La valoración
y apreciación de la prueba realizada por los jueces de instancia TRANSGREDE
TOTALMENTE lo determinado por el Art. 1286 del Código Civil, concordante con
el Art. 397 del Código de Procedimiento Civil, no se dio a la prueba el valor que
tiene conforme a ley y se sobrevaloró la que fue creada por el demandado
consiguiéndose sorprender a la autoridad jurisdiccional y asimismo en la
resolución recurrida no se utilizó el prudente criterio, el razonamiento lógico,
análisis y compulsa de las pruebas, contraviniendo la norma citada y violando la
normativa conforme al art. 253 num. 1) y 3) del Código de Procedimiento Civil.”

Posteriormente refiere que en el caso de autos no obedecerían al nuevo régimen


constitucional que exige la búsqueda de justicia material en la interpretación
de las pruebas, con cuestionamientos referidos a vulneración de derechos
fundamentales, reiterando como conclusión acusando el no haberse realizado
una valoración adecuada de la prueba producida conforme a las normas que
señala.

Concluye por solicitar se case el Auto de Vista y se declare probada la demanda


impetrada.

III. DOCTRINA APLICABLE AL CASO:

Prevalencia del derecho substancial sobre el formal y verdad material

La SENTENCIA CONSTITUCIONAL 1888/2011-R de 7 de noviembre de 2011


señaló que: “El principio de prevalencia del derecho sustancial sobre el formal, se
desprende del valor supremo justicia, que es uno de los pilares fundamentales
del Estado democrático de derecho y que se encuentra consagrado por el art. 8.II
de la Constitución Política del Estado vigente (CPE), pues en mérito a éste los
ciudadanos tienen derecho a la justicia material, así se ha plasmado en el art.
180.I de la CPE que ha consagrado como uno de los principios de la justicia
ordinaria el de “verdad material”, debiendo enfatizarse que ese principio se hace
extensivo a todas las jurisdicciones, y también a la justicia constitucional.”

Respecto a la producción de prueba a fin de establecer la verdad material


El juzgador debe verificar plenamente los hechos que sirven de motivo a sus
decisiones, para lo cual deberá adoptar las medidas probatorias necesarias
autorizadas por la Ley, aun cuando no hayan sido propuestas por las partes, en
procura de buscar la verdad material que es contrapuesto al principio de la
verdad formal; en el proceso civil el juez debe juzgar de acuerdo con las pruebas
aportadas al proceso, las que, a su vez, tienen que limitarse sólo a los hechos
controvertidos en que haya quedado trabada la litis. Lo anterior obliga a los
jueces a no subordinar el valor justicia a formalismos y ritualismos
procedimentales; de manera que la proposición y producción de la prueba puede
hacerse hasta antes de que se pronuncie sentencia o resolución de grado y esta
no se rechace por el formalismo del plazo, la condición en aplicación del
principio es que esta sea pertinente al objeto del proceso y de esta manera
permita llegar a la verdad material.
También se da otro presupuesto y se da en el caso de que los elementos
probatorios que las partes suministren al juzgador no sean suficientes para
formular una resolución adecuada,podrá él procurárselos de oficio, de tal
manera que llegue a una objetiva determinación y al conocimiento y
comprobación de los datos que debe tomar en consideración. En aplicación de
este principio la jurisprudencia constitucional está orientada hacia el logro de
la justicia material frente a la justicia forma, es decir obliga a los jueces a que
en la sustanciación y resolución de un proceso judicial, orienten su accionar a
que impere la norma sustantiva frente a una norma procesal -lo sustancial
tienen mayor valor que lo formal-, este principio previsto en la norma
constitucional es de aplicación imperativa y no se reduce solo al proceso civil,
también importa los otros procesos judiciales y administrativos. Si la resolución
no se ajusta a los hechos materialmente verdaderos, esta podría estar viciada
por esa sola circunstancia.
Acorde con dicho criterio, la SCP 0144/2012 de 14 de mayo, estableció: “la
estructura del sistema de administración de justicia boliviano, no pueda
concebirse como un fin en sí mismo, sino como un medio para obtener el logro y
realización de los valores constitucionales, por otra parte, impele a reconocer la
prevalencia del derecho sustantivo sobre el derecho adjetivo o sobre las formas
procesales, que a su vez y en el marco del caso analizado obliga a los
administradores de justicia entre otros a procurar la resolución del fondo de las
problemáticas sometidas a su jurisdicción y competencia dejando de lado toda
nulidad deducida de formalismos o ritualismos procesales que impidan alcanzar
un orden social justo en un tiempo razonable”.
Sobre la justicia material frente a la formal, en la SC 2769/2010-R de 10 de
diciembre, se sostuvo lo siguiente: “El principio de prevalencia de las normas
sustanciales implica un verdadero cambio de paradigma con el derecho
constitucional y ordinario anterior, antes se consideraba el procedimiento como
un fin en sí mismo, desvinculado de su nexo con las normas sustanciales, en
cambio, en el nuevo derecho constitucional, las garantías del derecho procesal se
vinculan imprescindiblemente a la efectividad del derecho sustancial, puesto que
no se trata de agotar ritualismos vacíos de contenido o de realizar las normas de
derecho sustancial de cualquier manera. 'Lo que persigue el principio de
prevalencia del derecho sustancial es el reconocimiento de que las finalidades
superiores de la justicia no puedan resultar sacrificadas por razones consistentes
en el culto ciego a reglas procesales o a consideraciones de forma, que no son
estrictamente indispensables para resolver el fondo de los casos que se somete a
la competencia del juez' (BERNAL PULIDO Carlos, El Derecho de los derechos,
Universidad Externado de Colombia, pág. 376).”
IV. FUNDAMENTOS DE LA RESOLUCIÓN:

Antes de ingresar a resolver el recurso de casación planteado corresponde


efectuar algunas puntualizaciones a los siguientes aspectos:

1.- Primero que el Auto de Vista emitido en la presente causa data de fecha 15
de octubre de 2014, es decir antes de la vigencia del Código de las Familias y
del Proceso Familiar Ley No. 603 que cataloga a la comprobación de matrimonio
o de unión libre como proceso extraordinario (Art. 434. Inc. e), que ya no permite
recurso de casación como se verifica del contenido del art. 444 de la norma
abordada. No obstante ello al haberse emitido resolución antes de su vigencia
es pertinente resolver el recurso de casación formulado.

2.- Por otro lado, corresponde aclarar que en el caso en estudio, se emitió un
anterior Auto Supremo por el Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz
que corre de fs. 213 a 216 de obrados (Cuando ese tribunal fungía como
Tribunal de casación), que sin embargo fue dejado sin efecto por resolución del
Tribunal de Garantías conforme se verifica del Acta de audiencia de Acción de
Amparo Constitucional de fs. 236 a 243, y no obstante que no se halla arrimado
a obrados, este Tribunal Supremo constató que en revisión por el Tribunal
Constitucional Plurinacional emitió Sentencia Constitucional Plurinacional No.
0574/2016-S1 de 23 de mayo de 2016 por el que confirmó la Resolución de 18
de enero de 2016 del Tribunal de Garantías.

3.- Bajo las consideraciones anteriores, se ingresa a analizar el recurso de


casación planteado por la recurrente además en observancia de lo resuelto por
el Tribunal Constitucional por Sentencia Constitucional identificada en el
párrafo anterior, que en el punto “III.5. Análisis del caso concreto” señaló
que: “A este efecto, debe considerarse que según memorial de recurso de
casación, Susana Saenz Romero fundamentó su impugnación en el art. 253.1) y
3) señalando que se vulneró el art. 1286 del Código Civil (CC), relacionado con los
arts. 375.2) y 397 del CPC abrog., son dichas alegaciones sobre las que el
Tribunal de casación debió haberse pronunciado de manera clara y expresa; (…)”.

4.- La recurrente a tiempo de interponer recurso de casación, tal como identificó


el Tribunal Constitucional efectivamente basó su argumento recursivo en la
vulneración de los arts. 1286 del Código Civil (Apreciación de la prueba) y 397
del Código de Procedimiento Civil (Valoración de la prueba), la primera norma
reza textualmente que “Las pruebas producidas serán apreciadas por el juez de
acuerdo a la valoración que les otorga la Ley; pero si ésta no determina otra cosa,
podrá hacerlo conforme a su prudente criterio.”, la segunda norma –hoy
abrogada- establecía que: “I. Las pruebas producidas en la casusa serán
apreciadas por el juez de acuerdo a la valoración que les otorgare la ley; pero si
ésta no determinare otra cosa, podrá apreciarlas conforme a su prudente criterio
o sana crítica. II. El juez tendrá obligación de valorar en la sentencia las pruebas
esenciales y decisivas.”. Por otra parte corresponde aclarar que la pretensión
recursiva está destinada a demostrar que las vulneraciones señaladas estén
subsumidas en lo previsto por el art. 253-1) y 3) del Código de Procedimiento
Civil –vigente a tiempo de interposición del recurso de casación-, esta norma en
los incisos señalados posibilitaban la procedencia del recurso de casación en el
fondo “1) Cuando la sentencia recurrida contuviere violación, interpretación
errónea o aplicación indebida de la ley”, y “3) Cuando en la apreciación de las
pruebas se hubiere incurrido en error de derecho o error de hecho. Este último
deberá evidenciarse por documentos o actos auténticos que demostraren la
equivocación manifiesta del juzgador”.
5.- Ahora bien respecto al argumento recursivo, se verifica que el Auto de Vista
objeto de recurso de casación a tiempo de absolver la apelación deducida contra
la sentencia de primera instancia, efectúa consideraciones superficiales en el
segundo considerando y de manera genérica establece que no fuera evidente la
no valoración y análisis de las pruebas ofrecidas por la recurrente dentro del
proceso, concluyendo de manera escueta que se habría hecho “un análisis y
valoración de toda la prueba aportada por las partes” sin mayor sustento que
señalar que esto fuera conforme previene el art. 397 del Código de Procedimiento
Civil con relación al art. 1286 del Código Civil; asimismo en un segundo acápite
refiere que tanto el varón como la mujer se encuentren en pleno goce de libertad
de estado, vinculando ese razonamiento para entender que el demandado no
tuviera la libertad descrita, señala a la prueba cursante a fs. 77, referido al
matrimonio contraído por el demandado que tuvo duración desde el año 1979 -
22 de mayo- al año 1982 -20 de julio- (fecha de cancelación), y sin sustento
fáctico alguno señalar que “de ahí en adelante” mantuviera otra relación con
Ruth Gonzales Sumoya “según la declaración jurada de fs. 73”, que revisado
dicha literal contradicen a la conclusión arribada por el juzgador de segunda
instancia pues de su texto se verifica que aquella relación –de ser evidente- tuvo
inicio el año 1996 con duración presuntamente hasta el año 2009 –con
interrupción desde el año 2002 al 2005 por el viaje que refiere haber realizado
a Holanda por razones de trabajo, y no así como el Ad quem sostuvo que desde
la desvinculación de su matrimonio por divorcio de Mary Luz Ribera
Escobar “de ahí en adelante” mantuviera su relación con la autora de la
declaración jurada, existiendo errónea apreciación de las pruebas en relación al
mismo y absolutamente contradictorio a los datos que arrojan los certificados
de nacimiento de los hijos de ambos contendientes que verifican que el 24 de
enero de 1978 nació Marylin Quispe Saenz, el 5 de marzo de 1985 nació
Fernando Quispe Saenz (fs. 6), el 16 de febrero de 1990 Nelson Quispe Saenz,
el 12 de abril de 1996 Yessica Quispe Saenz y finalmente el 14 de enero de 1998
David Quispe Saenz, lo cual es demostrativo que la relación comenzó antes de
la fecha de nacimiento de la primera hija en el año de 1978 debiendo
considerarse el periodo comprendido durante la vigencia del matrimonio con la
Sra. Ribera Escobar como irregular en sujeción a lo previsto por el art. 172 del
Código de Familia –norma en cuya vigencia se inició la demanda-, y a la
finalización de la unión conyugal por divorcio en fecha 20 de julio de 1982,
constituirse en una unión libre o de hecho con las características señaladas por
el art. 158 de la norma familiar; por otro lado la evidencia de nacimiento de los
hijos menores en los años 1996 y 1998 desvirtúan la declaración jurada
unilateral en la que se manifestó que estuvo unida como “cónyuges” con el
demandado desde el año 1996, contraponiéndose a documentos de carácter
público como son los Certificados de Nacimiento extendidos por el organismo
pertinente, debiendo quedar claro que ante la cancelación de la partida
matrimonial por divorcio con Mary Luz Ribera Escobar, el demandado gozaba
de libertad de estado, existiendo errónea apreciación por parte del juzgador de
segunda instancia en su pretensión de justificar que no tuvieran libertad de
estado las partes litigantes, en específico del demandado, pues de la
demandante no se afirma nada. Por otro lado, el propio demandado ante
autoridad competente –Acta de declaración informativa policial- (literal de fs.
95) declaró que convive con la denunciante unos 37 años, y si bien esta prueba
no fue admitida formalmente, a fin de establecer la verdad real debió ser
tomada en cuenta como indicio en aplicación del principio de verdad material;
por lo anterior y a la luz de esas consideraciones que evidencian que
efectivamente el Ad quem a tiempo de confirmar la Sentencia de primer grado,
soslayó considerar las pruebas descritas –además denunciadas en apelación-,
la inspección judicial con la declaración de los testigos como se verifica del Acta
de fs. 136 a 137, así como la prueba testifical que evidencian la convivencia de
los litigantes en contraposición de la declaración jurada que fue tomada en
cuenta como fundamental para la conclusión arribada por el Ad quem,
contraviniendo lo previsto por el art. 180.I de la Constitución Política del Estado
referido a la verdad material las circunstancias en las que se mantuvo esa unión
conyugal de hecho. Consecuentemente cuando el Ad quem señala que se habría
hecho “un análisis y valoración de toda la prueba aportada por las
partes” refiriendo al fallo del A quo no tiene sustento valedero, evidenciándose
que efectivamente se vulneró lo previsto por los arts. 397 del Código de
Procedimiento Civil y 1286 del Código Civil, al considerar que se valoró “toda la
prueba” cuando se demostró que ese aspecto no aconteció tal como denunció la
recurrente subsumiendo este actuar a lo previsto por el art. 253-1) del Código
de Procedimiento Civil, asimismo al haber incurrido en error de derecho
respecto a la valoración de las pruebas descritas, subsumió en la previsión
contenida en el art. 253-3) de la norma procesal con la que se interpuso el
recurso de casación.

6.- De lo analizado anteriormente, se establece que existe razonamiento válido


que la relación existente entre los contendientes habría comenzado antes del
nacimiento de la hija mayor en el año 1978, empero no se puede considerar
aquel tiempo como unión libre sino como irregular ante la existencia cierta de
un matrimonio válido desde el año 1979 -22 de mayo- al año 1982 -20 de julio-
, sin embargo se hace certera la postura que desde la fecha señalada hubo
convivencia en las condiciones previstas por el art. 158 y 159 del Código de
Familia, respaldada por el nacimiento de los hijos cuyos datos en cuanto a
fechas de nacimiento se describieron en el punto 5 del presente fallo y las demás
pruebas analizadas, debiendo darse aplicación al entendimiento de lo previsto
por el art. 63.II de la Constitución Política del Estado.

Bajo esas consideraciones, corresponde enmendar la resolución emitida por el


Ad quem.

POR TANTO: La Sala Civil del Tribunal Supremo de Justicia del Estado
Plurinacional de Bolivia, con la facultad conferida por el art. 42.I num. 1) de la
Ley Nº 025 del Órgano Judicial, en aplicación a lo previsto por el art. 401.I inc.
d) de la Ley Nº 603 Código de las Familias y del Proceso Familiar CASA el Auto
de Vista Nº 08/14 de 15 de octubre de 2014 de fs. 190 a 191 dictado por el
Juzgado Segundo de Partido de Familia, y deliberando en el fondo REVOCA la
Sentencia de fs. 154 a 157 declarando PROBADA la pretensión incoada por
demanda de fs. 41 a 42 vta., por Susana Sáenz Romero, y se reconoce el inicio
de esa unión entre la actora y el demandado Pastor Quispe Achocalla en el año
1978, con la aclaración que desde esa fecha al 20 de julio 1982 existió unión
irregular, y de la última fecha a abril del año 2013 –fecha de interposición de la
demanda- como unión libre o de hecho.
Lo referido a los bienes adquiridos en la vigencia de la unión libre o de hecho,
se deriva a ejecución de sentencia.
Regístrese, comuníquese y devuélvase.
Relator: Mgdo. Rómulo Calle Mamani.
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0069/2013
Sucre, 11 de enero de 2013

SALA PLENA
Magistrada Relatora:Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez
Acción de inconstitucionalidad concreta

Expediente:01325-2012-03-AIC
Departamento:Santa Cruz

En el recurso indirecto de inconstitucionalidad, -ahora acción de inconstitucionalidad


concreta- presentada por Orlando Parada Vaca ante Shirley Fátima Becerra Vaca, Jueza
Cuarta de Instrucción de Familia del departamento de Santa Cruz, demandando la
inconstitucionalidad del párrafo segundo del art. 172 del Código de Familia (CF), por ser
supuestamente contrario a los arts. 13.I, 62 y 63 referidos a la protección estatal del
matrimonio y la familia; 8.II, 14 y 62 que reconocen la igualdad y la no discriminación; y, 8.II,
9.II y 22 que proclaman la dignidad, todos de la Constitución Política del Estado (CPE).

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Relación sintética de la demanda

La accionante mediante memorial presentado el 10 de noviembre de 2009, cursante de fs.


7 a 12, refiere lo siguiente:

I.1.1. Hechos que motivan la acción

Dentro del proceso sumario de reconocimiento de unión irregular, ruptura unilateral y


ganancialidad de bienes instaurado por Ana Cristina Vaca Goméz contra su persona, solicita
se promueva el “recurso indirecto o incidental de inconstitucionalidad” contra el párrafo
segundo del art. 172 del CF, sosteniendo que en virtud a dicha norma pueden invocarse los
efectos del matrimonio en uniones inestables y plurales, cuando ambos cónyuges o sólo uno
de ellos estuvieron de buena fe.

Manifiesta que el matrimonio es el fundamento y núcleo central de la sociedad y se


constituye en una institución por los efectos jurídicos que genera, por ello mismo, goza de
protección estatal, así el art. 41 del CF, reconoce el matrimonio civil celebrado con los
requisitos de los arts. 44 y 46 al 50, y las formalidades de los arts. 55 al 61 del citado Código.

Esta institución goza de protección estatal por el art. 158 del CF, y es equiparable al
matrimonio de hecho o unión libre cuando se constituye hogar en forma estable y singular
con la concurrencia de los requisitos establecidos en los arts. 44 y 46 al 50 del aludido
Código.
En este marco, el párrafo primero del art. 172 del CF, previene que no produce efecto de
matrimonio las uniones inestables y plurales pero a la vez en su párrafo segundo permite
invocar los referidos efectos cuando ambos o sólo uno de los convivientes actuó de buena
fe, situación que rompe la estructura de la institución matrimonial al reconocer este tipo de
uniones con efectos similares al matrimonio “destruyendo todo el fundamento de esta
institución, que por su propia esencia es monogámico”.

Observa que si se pretende otorgar efecto patrimonial a la unión irregular debe


condicionarse a que la relación reúna los requisitos primero de estabilidad, ya que no pueden
protegerse uniones pasajeras o meramente transitorias y eventuales; y el segundo la libertad
de estado, pues de lo contrario se quebrantaría el régimen jurídico del matrimonio y su
correlato que es la familia devaluándolo jurídicamente con el estímulo de uniones irregulares
o imperfectas.

Indica que, las personas pueden escoger entre el matrimonio o la unión de hecho, es por
ello que para la validez de la protección extramatrimonial debe condicionarse a requisitos
similares a los del matrimonio pues de lo contrario “se les estaría danto un marco de
protección exorbitada”.

Concluye manifestando que las relaciones irregulares plurales en las que no exista libertad
de estado de uno o ambos convivientes no pueden generar efectos del matrimonio en
desmedro de la familia constituida conforme a la ley, así el art. 63.I de la CPE, protege el
matrimonio entre un hombre y una mujer que se constituye por vínculos jurídicos y su párrafo
segundo protege las uniones libres o de hecho “siempre que reúnan las condiciones de
singularidad y estabilidad y que no tenga impedimento legal”, aspecto que no sucede con
las uniones irregulares, por lo que “su reconocimiento debe estar limitado a los derechos de
los hijos habidos dentro de ellas o al derecho a merecer indemnización, pero jamás otorgarle
efecto del matrimonio porque se estaría legalizando las relaciones poligámicas, vulnerando
el sentido y espíritu de la institución matrimonial fundada en la monogamia” lo contrario haría
que “La institución del matrimonio dejaría de constituirse en el fundamento de la sociedad y
el Estado, para ser sustituida por relaciones anómalas e imperfectas…”.

Asimismo, sostiene que se vulnera el derecho a la igualdad y la no discriminación, pues la


norma privilegia “…las relaciones matrimoniales irregulares por encima del matrimonio
formalizado que ha cumplido con todos los requisitos exigidos por ley, es tratar a unos y a
otros de manera desigual violentando el derecho a la igualdad y, además, significa el
reconocimiento estatal a la discriminación”, en este sentido, mientras el vínculo matrimonial
no se haya disuelto toda relación afectiva o sentimental tiene naturaleza adulterina “…que
debe merecer protección pero no otorgarle los efectos del matrimonio” y que el hecho de
que se otorgue efectos casamiento a las relaciones establecidas fuera del matrimonio va en
desmedro de quienes tienen constituido un matrimonio.

Respecto a la dignidad, menciona que es afectado respecto a los cónyuges que no


son parte de la relación irregular y resume los fundamentos de su inconstitucionalidad en los
siguientes argumentos: a) El matrimonio reconocido por el ordenamiento jurídico es el
monogámico (arts. 13, 62 y 63 de la CPE); b) La ley sólo reconoce el matrimonio civil
celebrado conforme los requisitos y formalidades establecidos en el art. 41 del CF; c) El
reconocimiento de efectos del matrimonio civil a las uniones irregulares caracterizadas por
la ausencia de libertad de estado implica admitir dos relaciones matrimoniales al mismo
tiempo lo que pone en riesgo la supervivencia de la institución matrimonial como fundamento
y sustento de la sociedad y del Estado; d) El matrimonio está marcado y signado por rituales,
símbolos y requisitos que le otorgan el rol de la dignidad del hombre y de la mujer, en la
búsqueda de la familia y de su descendencia; y, e) El art. 240 del Código Penal (CP), tipifica
como bigamia al que contrajere matrimonio sin estar disuelto el anterior.

I.2.Trámite procesal del incidente y resolución de la audiencia administrativa

Por medio de Auto de 17 de septiembre de 2009, cursante de fs. 17 a 18 vta., la Jueza


Cuarta de Instrucción de Familia del departamento de Santa Cruz, Shirley Fátima Becerra
Vaca, rechazó el incidente de inconstitucionalidad y dispuso se eleven antecedentes en
consulta ante el Tribunal Constitucional.

I.3. Trámite en el Tribunal Constitucional Plurinacional


Por Auto 0701/2012-CA de 10 de agosto, cursante de fs. 140 a 145, la Comisión de Admisión
de este Tribunal revocó la Resolución 213/09 de 17 de septiembre de 2009, y admitió la
acción formulada por Orlando Parada Vaca, ordenando que se ponga en conocimiento del
personero legal del órgano emisor de la norma impugnada, acto que fue cumplido con la
ejecución de las notificaciones a Álvaro Marcelo García Linera, Presidente de la Asamblea
Legislativa Plurinacional, el 7 de noviembre de 2012 (fs. 242).

I.4.Alegaciones del personero del órgano que generó la norma impugnada

Por memorial presentado el 26 de noviembre de 2012, cursante de fs. 250 a 254, Álvaro
Marcelo García Linera, Presidente de la Asamblea Legislativa Plurinacional, expuso que el
matrimonio de hecho surge como una necesidad por la realidad existente, siempre y cuando
se cumplan los requisitos legales, privándose de efecto jurídico a las relaciones irregulares
salvo hubiesen sido constituidas de buena fe, lo que no implica el reconocimiento del
matrimonio de hecho, pues para ello deben concurrir los supuestos contenidos en la ley.

Ahora bien, se ignora que justamente es la ley familiar la que sanciona el adulterio como
una causal de divorcio, ello justamente en atención a la protección de la familia y el
matrimonio como base fundamental de la sociedad lo que desvirtúa que la norma impugnada
este reconociendo “matrimonios plurales”.
Observa que en el escrito de solicitud no existe justificación concreta que evidencie la
vulneración respecto a los artículos constitucionales descritos y en todo caso que el
reconocimiento a ciertos efectos a las uniones irregulares no anula, ni afecta el matrimonio
civil existente.

Respecto a la igualdad, la norma impugnada no privilegia las uniones irregulares sobre el


matrimonio civil, puesto que el ordenamiento jurídico no reconoce este tipo de relaciones, y
respecto a la dignidad sostiene que al reconocérsele efectos jurídicos dentro de una unión
irregular a favor de quienes inician una unión libre de buena fe se protege la dignidad de los
mismos, por lo que pide se declare la constitucionalidad del segundo párrafo art. 172 del
CF.

II. CONCLUSIONES

Del atento análisis y compulsa de los antecedentes, se establecen las siguientes


conclusiones:

II.1.El art. 172 del CF, elevado a rango de ley por la Ley 996 de 4 de abril de 1998, establece
que las: “Uniones irregulares. No producen los efectos anteriormente reconocidos, las
uniones inestables y plurales, así como las que no reúnen los requisitos prevenidos por los
artículos 44 y 46 al 50 del presente Código, aunque sean estables y singulares.

Sin embargo, en este último caso pueden ser invocados dichos efectos por los convivientes,
cuando ambos estuvieron de buena fe, y aún por uno de ellos, si sólo hubo buena fe de su
parte, pero no por el otro.

Queda siempre a salvo el derecho de los hijos”.

II.2.Las normas invocadas de la Constitución para la realización del examen de


constitucionalidad son:

“Artículo 8.II. El Estado se sustenta en los valores de unidad, igualdad, inclusión, dignidad,
libertad, solidaridad, reciprocidad, respeto, complementariedad, armonía, transparencia,
equilibrio, igualdad de oportunidades, equidad social y de género en la participación, bienes
común, responsabilidad, justicia social, distribución y redistribución de los productos y bienes
sociales, para vivir bien”.

“Artículo 13.I. Los derechos reconocidos por esta Constitución son inviolables, universales,
interdependientes, indivisibles y progresivos. El Estado tiene el deber de promoverlos,
protegerlos y respetarlos”.

“Artículo 14.II. El Estado prohíbe y sanciona toda forma de discriminación fundada en razón
de sexo, color, edad, orientación sexual, identidad de género, origen, cultura, nacionalidad,
ciudadanía, idioma, credo religioso, ideología, filiación política o filosófica, estado civil,
condición económica o social, tipo de ocupación, grado de instrucción, discapacidad,
embarazo, u otras que tengan por objetivo o resultado anular o menoscabar el
reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los derechos de toda
persona”.

“Artículo 22. La dignidad y la libertad de la persona son inviolables. Respetarlas y protegerlas


es deber primordial del Estado”.

“Art. 62. El Estado reconoce y protege y protege a las familias como el núcleo fundamental
de la sociedad, y garantizará las condiciones sociales y económicas necesarias para su
desarrollo integral. Todos sus integrantes tienen igualdad de derechos, obligaciones y
oportunidades”.

“Artículo 63.I. El matrimonio entre una mujer y un hombre se constituye por vínculos jurídicos
y se basa en la igualdad de derechos y deberes de los cónyuges.

II. Las uniones libres o de hecho que reúnan condiciones de estabilidad y singularidad, y
sean mantenidas entre una mujer y un hombre sin impedimento legal, producirán los mismos
efectos que el matrimonio civil, tanto en las relaciones personales y patrimoniales de los
convivientes como en lo que respecta a las hijas e hijos adoptados o nacidos de aquéllas”.

III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

La presente acción cuestiona la constitucionalidad del párrafo segundo del art. 172 del CF,
al ser incompatible con los arts. 115.II, 116.I y 117.I de la CPE; alegando que la norma
reclamada es supuestamente contraria a los arts. 13.I, 62 y 63 que refieren a la protección
estatal del matrimonio y la familia; 8.II, 14 y 62 que reconocen la igualdad y la no
discriminación; y, 8.II, 9.II y 22 que proclama la dignidad, todos de la CPE.

III.1.Exordio al matrimonio en el régimen constitucional

Así como parece existir en el ser humano la necesidad de unirse a otros para el logro de sus
objetivos, también resulta natural a la persona humana la tendencia a la unión conyugal.

El art. 63.I de la CPE, establece que: “El matrimonio entre una mujer y un hombre se
constituye por vínculos jurídicos y se basa en la igualdad de derechos y deberes de los
cónyuges”, relación jurídica familiar protegida por la Constitución y la ley pero fundada en
una relación sentimental de lealtad entre cónyuges cuya constitución se produce desde el
reconocimiento oficial por parte del Estado siempre y cuando se cumplan los requisitos
establecidos en la ley.
El Constituyente adoptó una opción valorativa clara en sentido de que el
matrimonio se produce entre dos cónyuges, rechazándose las relaciones poligámicas, valor
preponderante históricamente en nuestro país y que concuerda con la igualdad de derechos
y deberes dentro del matrimonio y la equidad de género.

Así, el art. 63.II de la CPE, establece: “Las uniones libres o de hecho que reúnan condiciones
de estabilidad y singularidad, y sean mantenidas entre una mujer y un hombre sin
impedimento legal, producirán los mismos efectos que el matrimonio civil, tanto en las
relaciones personales y patrimoniales de los convivientes como en lo que respecta a las
hijas e hijos adoptados o nacidos de aquéllas”, que implica un reconocimiento oficial de una
relación familiar desde su constitución -efecto declarativo- para lo que se requiere
estabilidad, permanencia, capacidad para contraer nupcias y libertad de estado, último
requisito que permite preservar la institución del matrimonio monogámico.

III.2.Juicio de constitucionalidad del art. 172 del CF en su segundo párrafo

El entonces incidentista manifiesta que el art. 172 de CF, previene que no producen efecto
de matrimonio las uniones inestables y plurales pero que a la vez el segundo párrafo de
dicha norma permite invocar efectos de un matrimonio cuando ambos o sólo uno de los
convivientes actuó de buena fe “destruyendo -a criterio del accionante- todo el fundamento
del matrimonio, que por su propia esencia es monogámico”.

El accionante entiende que el matrimonio reconocido y por tanto protegido es precisamente


el reconocido expresa y oficialmente por el Estado (art. 44 y 46 al 50 y 55 al 61 del CF)
conforme los requisitos y formalidades del art. 41 del referido Código, en este sentido, las
personas, indica, pueden escoger entre el matrimonio o la unión de hecho y por ello la
validez de la protección extramatrimonial debe condicionarse a requisitos similares a los del
matrimonio pues de lo contrario “se les estaría danto un marco de protección exorbitada”.

Concluye este tema sosteniendo que para que el matrimonio de hecho o unión libre
produzca los mismos efectos y sea equiparable al matrimonio civil, es necesario la libertad
de estado, lo contrario entiende quebrantaría el régimen jurídico del matrimonio y su
correlato que es la familia, ello porque el matrimonio reconocido por el ordenamiento jurídico
constitucional es el monogámico (arts. 13, 62 y 63 de la CPE), es decir, cuestiona la
posibilidad de otorgarse efectos similares al matrimonio en una unión libre cuando ambos o
sólo uno de los convivientes actuaron de buena fe.

Ahora bien, el art. 63.II de la CPE, dispone que: “Las uniones libres o de hecho que reúnan
condiciones de estabilidad y singularidad, y sean mantenidas entre una mujer y un hombre
sin impedimento legal, producirán los mismos efectos que el matrimonio civil, tanto en las
relaciones personales y patrimoniales de los convivientes como en lo que respecta a las
hijas e hijos adoptados o nacidos de aquéllas”.

En este sentido, este Tribunal observa que el hoy accionante confunde entre el reconocer
una unión libre o de hecho referida en el art. 63.II de la CPE, con reconocer efectos similares
a favor de convivientes que actuaron de buena fe en uniones irregulares por las siguientes
razones:

·Las uniones de hecho irregulares no pueden alcanzar el reconocimiento estatal de relación


familiar, pero ello no significa que durante su vigencia no puedan generar obligaciones para
los convivientes de buena fe, pues independientemente al tiempo transcurrido la convivencia
genera expectativas protegidas por el derecho respecto a bienes adquiridos en ese interín,
ello en razón a que debe presumirse que se aportaron para un objetivo común como es el
bienestar futuro de los convivientes.

·El Constituyente protegió de forma especial al matrimonio y el Legislador ordinario con su


libertad configuradora protegió a los terceros de buena fe, no reconociendo un matrimonio
de hecho similar al matrimonio civil sino reconociendo los efectos de la convivencia que
legítimamente se creía tener, es decir, no como resultado de una relación jurídico familiar
sino de un acto de naturaleza privada realizado en atención al derecho al libre desarrollo de
la personalidad y la libertad que perdura en el tiempo como es la unión de hecho irregular.

·No resultaría proporcional a una o un conviviente de buena fe que en una relación que se
presume fundada en una relación sentimental y que en general aspira a la permanencia
deba asumir el riesgo de la misma pues el reconocimiento constitucional de las uniones de
hecho sería todo lirismo, en este sentido, el derecho en general protege la buena fe y la
dimensión social del Estado de Derecho (art. 1 de la CPE), otorga una especial protección
al inocente, otro entendimiento podría provocar que un conviviente de mala fe se beneficie
de su propio dolo.

·A este Tribunal le es claro que la familia se protege por la norma pero se funda en el ejercicio
de valores y prácticas de lealtad de forma que todo perjuicio a terceros de una relación de
hecho irregular no proviene de la ley sino de la conducta de los convivientes, de forma que
si la buena fe se lesionó por un conviviente este Tribunal no puede lesionar la protección de
la buena fe.

·Finalmente se reitera que la norma impugnada no reconoce relación matrimonial alguna


sino efectos respecto a los convivientes de buena fe y mientras dure esta, por lo que es clara
la diferencia entre el efecto patrimonial del familiar, en consecuencia no lesiona el art. 63.II
de la CPE.
Respecto al derecho a la igualdad y la no discriminación, el accionante sostiene que la norma
impugnada privilegia “…las relaciones matrimoniales irregulares por encima del matrimonio
formalizado que ha cumplido con todos los requisitos exigidos por ley, es tratar a unos y a
otros de manera desigual violentando el derecho a la igualdad y, además, significa el
reconocimiento estatal a la discriminación”; en este sentido, para el accionante mientras el
vínculo matrimonial no se haya disuelto, toda relación afectiva o sentimental tiene naturaleza
adulterina “…que debe merecer protección pero no otorgarle los efectos del matrimonio…”;
sin embargo, debe observar este Tribunal que todo test de igualdad conlleva un análisis
relacional, aspecto que requiere que el accionante al menos establezca las diferencias y
similitudes que busca sean consideradas y aporte una carga argumentativa mínima sobre la
forma en que dicha relación vulnera el texto constitucional, así en el presente caso conforme
lo desarrollado ut supra, si el matrimonio implica una relación familiar que genera
obligaciones mutuas a los cónyuges (art. 63 de la CPE) en cambio la uniones de hecho
irregulares generan simplemente para los convivientes de buena fe derechos patrimoniales
enmarcados en actos privados de disposición, no se cuentan con elementos mínimos en la
solicitud que relacionen ambas figuras jurídicas para que este Tribunal pueda ingresar al
fondo del referido cargo de inconstitucionalidad.

En lo referente al cargo de vulneración de la dignidad, el accionante se limita a sostener que


se afectaría la dignidad de los cónyuges que no son parte de la relación irregular pero
considerando que la dignidad en la jurisprudencia se entiende como: “…la facultad que tiene
toda persona de exigir de los demás un trato acorde con su condición humana…” (SC
1714/2004-R de 25 de octubre) no se explica mínimamente en el entonces incidente de
inconstitucionalidad cómo un efecto normativo previsto por el legislador ordinario para
proteger a un conviviente de buena fe que puede originarse en la mala fe del otro conviviente
provoca una vulneración a la dignidad del cónyuge que no forma parte de la relación de
hecho irregular, por lo que al no evidenciarse la existencia de un cargo de
inconstitucionalidad concreto corresponde inhibirse sobre dicha temática.

POR TANTO

El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Plena en virtud de la jurisdicción que


ejerce, por mandato de los arts. 132 de la Constitución Política del Estado y 109 y ss. de la
Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional, en consulta, declara:

1°La CONSTITUCIONALIDAD del párrafo segundo del art. 172 del CF, respecto
al cargo de inconstitucionalidad contenido en el entonces recurso indirecto de
inconstitucionalidad interpuesto;

2°La IMPROCEDENCIA de la ahora acción de inconstitucionalidad concreta


respecto a los derechos a la igualdad, la no discriminación y la dignidad, al no haberse
evidenciado la existencia de un cargo de inconstitucionalidad concreto.

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Plurinacional.

Se hace constar que no intervienen los Magistrados Dr. Ruddy José Flores Monterrey por
encontrarse en viaje oficial y Tata Gualberto Cusi Mamani por encontrase con baja medica
firmando en suplencia legal el Dr. Macario Lahor Cortez Chávez.

Fdo. Neldy Virginia Andrade Martínez


MAGISTRADA

Fdo. Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños


MAGISTRADA

Fdo. Efren Choque Capuma


MAGISTRADO

Fdo. Soraida Rosario Chánez Chire


MAGISTRADA

Fdo. Macario Lahor Cortez Chávez.


MAGISTRADO

Fdo. Mirtha Camacho Quiroga


MAGISTRADA

La Comunidad de gananciales
March 9, 2017
|

SCP 695/2016-S1 Sucre, 23 de junio de 2016


Sobre el particular, el art. 176 del Código de las Familias y del Proceso Familiar señala: “I. Los
cónyuges desde el momento de su unión constituyen una comunidad de gananciales. Esta
comunidad se constituye aunque uno de ellos no tenga bienes o los tenga más que la o el otro.
II. Disuelto el vínculo conyugal, deben dividirse en partes iguales las ganancias, beneficios u
obligaciones contraídos durante su vigencia, salvo separación de bienes”.
Por su parte el art. 177 del citado Código menciona que: “I. La comunidad de gananciales se
regula por la Ley, no pudiendo renunciarse ni modificarse por convenios particulares bajo pena
de nulidad de pleno derecho. II. Si la o el cónyuge por voluntad propia quiere disponer de sus
bienes a favor de sus hijas e hijos lo hará mediante escritura pública, bajo pena de nulidad”.
Sobre el mismo punto, el art. 101 del CF abrg., indica que: "El matrimonio constituye entre los
cónyuges, desde el momento de su celebración, una comunidad de gananciales que hace
partibles por igual, a tiempo de disolverse, las ganancias o beneficios obtenidos durante su
vigencia, salvo separación de bienes en los casos expresamente permitidos.
La comunidad se constituye aunque uno de los cónyuges tenga más bienes que el otro o sólo
tenga bienes uno de ellos y el otro no".
Por su parte el art. 102 del citado Código señala que: "La Comunidad de gananciales se regula
por la ley, no pudiendo renunciarse ni modificarse por convenios particulares bajo pena de
nulidad".
En ese contexto, tanto en la normativa vigente, así como en la abrogada, el régimen de la
comunidad de gananciales, se considera constituido, por el sólo acto de haberse celebrado el
matrimonio; vale decir, es un sistema de sociedad conyugal legal.
En ese sentido, la uniforme jurisprudencia constitucional señaló que los bienes gananciales son
divisibles por igual a momento de disolverse el vínculo matrimonial, así la SCP 1998/2013 de 4
de noviembre, expresó que: “Para Gonzalo Castellanos Trigo, 'Derecho de Familia' (Pag. 135-
136), 'Se ha creado la comunidad de bienes gananciales o comunes, porque los esposos desde
el momento mismo del matrimonio, se constituyen en casi una sola persona que se parece mucho
a una sociedad de hecho, donde ambos trabajan, luchan en la vida, educan a los hijos,
emprenden negocio, pierden y ganan” se asisten colaboran, acceden a créditos bancarios o
particulares, etc.; por lo tanto es justo que se constituya una comunidad de bienes gananciales
tanto del activo como del pasivo, que acumulen en la vigencia del matrimonio.
Acertadamente afirma el profesor Belluscio que «son bienes gananciales, en forma general todos
los adquiridos en forma onerosa durante la vigencia de la comunidad, como así todos aquellos
que no son propios».
Los cónyuges no trabajan para sí egoístamente, sino en beneficio en primer lugar del otro esposo
y en definitiva para la familia; por lo tanto, como manifiestan varios estudiosos del derecho, los
bienes adquiridos durante la vida en común por el esfuerzo de los cónyuges, por la fortuna, el
azar, las rentas, los frutos civiles, y naturales de los bienes propios y comunes, y en forma general
todos los bienes que no pertenecen como propios a cualquiera de los esposos'”.
Asimismo, el art. 190 del Código de las Familias y del Proceso Familiar describe que: “I. Los
bienes se presumen comunes, salvo que se pruebe que son propios de la o el cónyuge. II. El
reconocimiento que haga uno de los cónyuges en favor de la o del otro sobre el carácter propio
de ciertos bienes surte efecto solamente entre ellos, sin afectar a terceros interesados”
Así también el art. 113 del CF abrg., señala que: “En general, los bienes se presumen comunes
mientras no se pruebe que son propios del marido o la mujer.
La confesión o reconocimiento que haga uno de los cónyuges a favor del otro sobre el carácter
propio de ciertos bienes surte efectos solamente entre ellos, sin afectar a terceros interesados”.
De la referida norma legal se razona que, la presunción sobre los bienes gananciales, es una
presunción legal que admite prueba en contrario; toda vez que, se encuentra establecida en la
ley, conforme lo dispuesto en el art. 1318 del Código Civil (CC), en síntesis, se consideran
gananciales todos los bienes del matrimonio, mientras no se pruebe lo contrario.
Con referencia a las causas para la terminación de la comunidad de gananciales el art. 198 del
Código de las Familias y del Proceso Familiar, determina las siguientes: “a) Desvinculación
conyugal. b) Declaración de nulidad del matrimonio. c) Separación judicial de bienes, en los
casos en que procede”. En este contexto el art. 200 del mencionado Código, dispone que en
virtud de la separación, cada cónyuge tiene la libre administración y disposición de sus bienes.
Por su parte, el art. 123 del CF abrg., menciona las siguientes: “1. Por la muerte de uno de los
cónyuges. 2. Por la anulación del matrimonio. 3. Por el divorcio y la separación de los esposos.
4. Por la separación judicial de bienes, en los casos que procede”. En este sentido el art. 126 del
referido Código, dispone que en virtud de la separación, cada cónyuge tiene la libre
administración y disposición de sus bienes.
De lo anteriormente anotado se puede deducir que, la comunidad de gananciales tiene vigencia
desde el matrimonio sea formal o de hecho, hasta la desvinculación matrimonial de los cónyuges.
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2 MATRIMONIO DE HECHO - UNIONES CONYUGALES LIBRE O


DE HECHO
2.1 Generalidades,-

Las uniones conyugales libres o de hecho es también conocida en nuestra legislación


como "concubinato", "tantanacu", "servinacu", "unión marital o natural",
"amancebamiento" y todas las formas prematrimoniales indígenas y las uniones
estables de hecho de los aborígenes, originarios y campesinos que no afecten el
orden público y buenas costumbres, conforme manda el Art. 160 del Código de Familia
(1978).
El profesor Moreno señala que "el concubinato como institución social y jurídico se da
cuando un hombre y una mujer con aptitud nupcial viven en forma pública, singular,
estable, y se comportan entre sí y frente a los terceros como si fueran esposos"[15].

Es una realidad de nuestro Estado, especialmente del área rural y de las naciones y
pueblos indígenas originario campesino, que muchas personas no aceptan el
matrimonio civil y optan por las uniones libres o de hecho, o comúnmente conocidas
como concubinatos; sin embargo, para que surtan efectos jurídicos deben cumplir con
algunas formalidades o requisitos, caso contrario se estaría desvirtuando esta
institución del Derecho de Familia y destruyendo otras.

Es una realidad y algo común las uniones conyugales libres o de hecho; por lo tanto, el
derecho y especialmente el de Familia, no puede dar la espalda a estas uniones, por
lo que debe regularlas y reconocerlas cuando cumplen con ciertos requisitos mínimos
que establece la ley.

El concubinato no es bien visto por el Estado y la sociedad en su conjunto, porque


crea familias ilegales, pero es un mal necesario que debe ser finalmente protegido por
el Derecho.

Las uniones conyugales libres o hecho, se las podría considerar, un casi - matrimonio
o un matrimonio aparente porque los concubinos se comportan en la familia, en la
sociedad y ante el Estado como legítimos esposos.

Las uniones conyugales libres o de hecho es un fenómeno social ante el cual el


derecho ha ido paulatinamente respondiendo para evitar que, ante la falta del vínculo
legítimo matrimonial, se produzcan situaciones injustas para los convivientes y
especialmente para los hijos.

El profesor Mazzinghi expresa que "el concubinato se configura cuando una pareja
(hombre y mujer) cohabita, vive bajo el mismo techo, comparte las mismas vicisitudes
de la vida, cuando hace una vida similar a la matrimonial pero que legalmente no
constituye matrimonio"[16].

Lo que debe quedar claro que la unión libre o de hecho inicialmente es un matrimonio
no reconocido judicialmente; sin embargo, para que surta efectos jurídicos
necesariamente debe existir reconocimiento judicial por autoridad competente.

No todos los países reconocen a las uniones libres o de hecho, porque violan muchos
derechos de los convivientes, de los hijos, debilita la seguridad de la familia y de la
misma sociedad en su conjunto.

Un tema más preocupante para el Derecho de Familia son las uniones libres o de
hecho irregulares; es decir, aquellas en que la pareja no puede contraer matrimonio
válido por mediar entre ellos alguno de los impedimentos establecidos por la ley y los
mismos no pueden ser reconocidos judicialmente y no producen efectos jurídicos; sin
embargo, nacen hijos, se adquieren bienes y otros aspectos propios del derecho de
familia.

2.2 Antecedentes históricos

Sustituyendo el matrimonio religioso original, que era la confarreatio, se impuso en


Roma como matrimonio casi único el matrimonio sine manu o sin potestad marital,
consistente en una simple situación fáctica de convivencia marital socialmente
honorable, sin relación jurídica alguna entre marido y mujer (sin vínculo). El elemento
esencial en esta unión era el afecto, a tal punto que si no existía, cesaba. Lo único que
une a los cónyuges es el hecho de la convivencia, pero desde el punto de vista del
derecho nada les vincula. En consecuencia, esa situación matrimonial de hecho podía
interrumpirse también por vía de hecho en cualquier momento, no siendo necesaria la
declaración de nulidad ni de disolución. La situación fáctica del matrimonio puede ser
interrumpida por cualquiera de los cónyuges cuando falte el afecto (affectio maritallis).

Pero, si bien no existía un vínculo de derecho, tenía consecuencias en el orden


jurídico (legitimidad de la descendencia, patria potestad, donaciones matrimoniales.

Sin embargo, esta figura no hay que confundirla con el concubinato, pues los romanos
denominan como tal a una unión de orden inferior más duradera, y que se distinguía
así de las pasajeras consideradas como ilícitas.

Hasta el fin de la República, el derecho no se ocupó de estas uniones, y fue bajo


Augusto que recibió su nombre para diferenciarla del comercio de las jóvenes y
viudas; pero a su vez le impuso ciertos requisitos como ser: Era permitido solamente
entre personas púberes, y no parientes en el grado prohibido para el matrimonio.

En la época imperial los concubinos proliferaron como consecuencia de la extensión


de los impedimentos matrimoniales. Los emperadores cristianos trataron de
combatirlos por considerarlos contrarios a la moral.

El cristianismo primitivo se vio obligado a reconocer el concubinato, pero trató de


hacer indisoluble esa unión. Así admitió el bautismo de la concubina con tal que se
obligara a no dejar a su compañero; se negaba el matrimonio a quien lo solicitase para
abandonar a su concubina, salvo que esta lo hubiese engañado; el primer Concilio de
Toledo, celebrado en el año 400, autorizó el concubinato, con la condición que tuviera
el carácter de perpetuidad igual que el matrimonio. Pero, admitido el dogma del
matrimonio sacramento e impuesta la forma pública de celebración, esa posición no
podía subsistir; fue así que el Concilio de Trento dispuso que incurrirían en
excomunión los concubinos que no se separasen a la tercera advertencia.

2.3 Antecedentes en Bolivia.

Atendiendo a su antecedente Código Civil Francés, el Código de 1831 no reconoció la


unión de hecho, fue en materia social donde se empezó a reconocer derechos para la
compañera del trabajador. En la Constitución de 1.945 se reconoció el matrimonio de
hecho. La Constitución de 1.961 cambia el término de matrimonio y habla de uniones
libre o concubinarias, que con los requisitos de singularidad y estabilidad producirán
efectos similares al matrimonio, tanto en las relaciones personales como patrimoniales
de los convivientes, cuanto respecto a los hijos. La Constitución de 1967, sin cambiar
el espíritu cambia la redacción: “Las uniones libres o de hecho, que reúnan las
condiciones de singularidad y estabilidad y sean mantenidas entre personas con
capacidad legal para contraer enlace, producen efectos similares a los del matrimonio,
en las relaciones personales y patrimoniales de los convivientes y en lo que respecta a
los hijos nacidos de ellas”. Las modificaciones que se hicieron a la Constitución en el
año 1995, no alteraron la anterior redacción. Nuestro Código de familia en su art. 158
dice: “Se entiende haber unión conyugal libre o de hecho cuando el varón y la mujer
voluntariamente constituyen hogar y hacen vida en común en forma estable y singular,
con la concurrencia de los requisitos establecidos por los arts. 44 y 46 al 50”.

2.4 La institución en la doctrina.


La familia como grupo social primario, tiene su origen en los datos biológicos de la
unión sexual y de la procreación estableciendo el legislador multiplicidad de normas
configurando el derecho de familia. Así en la vida social son más frecuentes las
uniones más o menos estables de hombres y mujeres no casados que exteriormente
se comportan como marido y mujer, que muchas veces trae consecuencias negativas
para la mujer y para los hijos, como resultado del egoísmo de quienes no desean
contraer lazos permanentes y así quedar en libertad de cambiar de compañero o por la
ignorancia y corrupción moral del medio en que viven situaciones que son
incompatibles con la seguridad y solidez de la familia creando la debilidad del vínculo
permitiendo romperlo con facilidad y en el que los niños corren el riesgo de ser
abandonados tanto material como moralmente.

El concubinato fue objeto de un cuidadoso estudio en los últimos tiempos, va que de él


se ocuparon grandes tratadistas. La posición de la doctrina es diversa, así para
algunos autores como Guillermo Borda, la unión conyugal de hecho o concubinato es
reprochable y repudiable por inmoral que si bien no puede desconocerse la existencia
de la unión libre debe ser combatida; para otros como Alejandra Rojina García el
concubinato es tan importante como el matrimonio en sus aspectos éticos, sociales y
económicos debiendo hacerse una regulación jurídica, por ser una forma de unión,
que al igual que el matrimonio es fundamento de la familia salvando por supuesto la
importancia y jerarquía institucional que cada una presenta en el ámbito jurídico y
finalmente una posición intermedia como la de Manuel Chavez Ascencio quien señala
que, "...no puede desconocerse la existencia del concubinato, no solo en las clases
menos favorecidas, sino también en las de mejor posición económica, quienes muchas
veces, por moda, pretenden encontrar en esa unión una mayor libertad y realización".
No puede desconocerse los efectos de esa unión que en cuanto a los concubinarios, a
los hijos y a los terceros se generan, debiendo hacerse una reglamentación precisa,
de tal forma que no exista duda de los derechos y las acciones que se pueden
tener"[17].

2.4.1 El concubinato es definido de la siguiente manera:

En la doctrina y en la legislación civil mexicana se entiende por concubinato: "La unión


sexual de un solo hombre y una sola mujer que no tienen impedimento legal para
casarse y que viven como si fueran marido y mujer en forma constante y permanente
por un periodo mínimo de cinco años. Este plazo puede ser menor si han procreado.
Así cuando una pareja no realiza la ceremonia matrimonial, pero viven juntos y
procrean, desde el momento en que nace el primer hijo se convierten en concubinos y
si, no obstante no haber procreado, han permanecido juntos por más de cinco años,
se entiende que viven en concubinato"[18].

Para Silvia García de Ghiglino: "La unión de hecho o concubinato es la relación


estable entablada entre un hombre y una mujer que cohabitan públicamente haciendo
vida marital, sin estar unidos en matrimonio. La relación se trasunta, entonces, en un
estado conyugal aparente de hecho"[19].

En nuestro medio, el Dr. Luis Gareca Oporto se encarga de procurarnos una definición
amplia y circunspecta y nos dice que "el concubinato llamado también unión de hecho
es la institución natural de orden público que en mérito al consentimiento común se
establece la unión entre el hombre y la mujer, con el fin de perpetuar la especie
humana, compartiendo el sacrificio y la felicidad del hogar en la adecuada formación
de la familia; fundada en principios de amor, fe, abnegación, sinceridad, moralidad y
perpetuidad, salvo causa sobrevinientes que pudieran disolverlo, al control de normas
legales establecidas"[20] .
El Dr. Felix Paz Espinoza sostiene que el matrimonio de hecho, "es la convivencia de
hecho entre un hombre y una mujer en forma estable y singular que sin ser casados,
hacen vida maridable, tratándose como esposos cumpliendo con los debe- res y
obligaciones naturales y civiles, con los efectos que reconoce la ley en las relaciones
personales y patrimoniales"[21] .

Raúl Jiménez Sanjines dice: "Es la unión libre de dos seres de sexo opuesto que
llevan vida en común sin someterse a las reglas que trazan la ley, para la celebración
del matrimonio, viviendo permanentemente y con singularidad"[22] .

2.5 Legislación comparada.

2.5.1 Código Civil Mexicano.

Los concubinados tiene el derecho a heredarse recíprocamente, siempre que hayan


vivido juntos durante 5 años o cuando hayan tenido hijos en común siempre que
ambos hayan permanecido libres de matrimonio durante el concubinato.

2.5.2 El Código Peruano.

Libres de impedimento matrimonial, el varón y la mujer para alcanzar finalidades y


cumplir deberes semejantes a los del y matrimonio, siempre que dicha unión haya
perdurado por lo menos dos años continuos.

2.5.3 Constitución Brasileña.

Determina para efectos de protección, que el Estado reconoce la unión estable entre
hombre y mujer como entidad familiar, debiendo la ley facilitar su conversión en
casamiento.

2.5.4 Legislación Argentina.

Omite todo tratamiento legitimo del concubinato y las con-secuencias que de él


derivan. La fuerza de la realidad ha impuesto al legislador argentino la necesidad de
las soluciones especiales para diversos problemas que pueden derivar de la existencia
del concubinato, por ejemplo, la sucesión.

2.6 Terminología y el reconocimiento constitucional.-

Concubinato.- Se trata de esta figura para quienes parten de una noción peyorativa,
pues, como ya se dijo, los romanos denominan como tal a una unión de orden inferior
más duradera, y que se distinguía así de las pasajeras consideradas como ilícitas. El
varón podía tener su esposa y su concubina, esta última era de familia pobre o de
estrato social bajo; era una mujer considerada no digna de ser esposa.

Matrimonio de hecho.- Término también discutible por cuanto en el ánimo de la pareja


lo que con frecuencia se pretende evitar, lo que se rehuye, es precisamente la propia
idea de matrimonio. En nuestra legislación, la Constitución Política del Estado del año
1945, en su art. 131 reconoció el matrimonio de hecho derivado de las uniones
concubinarias, disponía: “Se reconoce el matrimonio de hecho en las uniones
concubinarias con el solo el transcurso de dos años de vida en común, verificados por
todos los medios de prueba o el nacimiento de un hijo, siempre que las partes tengan
capacidad para contraer enlace. La Ley del Registro Civil perfeccionará estas uniones
de hecho”. Este artículo ha sido modificado en la actualidad, porque no se puede
declarar casado a las personas que no lo quieren. El matrimonio es un acto de entera
voluntad, a tal punto que si se vicia el consentimiento, no tiene ninguna validez.

Unión libre o de hecho.- Tiene el inconveniente de dar a entender que el matrimonio


no es libre. Nuestro Código de familia da el nombre de “unión conyugal libre o de
hecho”. No les da el carácter de matrimonio de hecho, sino que les reconoce efectos
similares a aquellas que reúnan las condiciones de singularidad y estabilidad

La unión libre o de hecho tiene reconocimiento constitucional, por imperio de la nueva


constitución (2009) cuando señala "(...) II. Las uniones libres o de hecho que reúnan
condiciones de estabilidad y seguridad, y sean mantenidas entre una mujer y un
hombre sin impedimento legal, producirán los mismos efectos que el matrimonio civil,
tanto en las relaciones personales y patrimoniales de los convivientes como en lo que
respecta a las hijas e hijos adoptados o nacidos de aquéllas”[23].

De esta norma legal no queda duda alguna sobre el reconocimiento de la Constitución


a esta institución del Derecho de Familia; sin embargo, impone algunos requisitos que
serán estudiados en el próximo punto de la presente obra.

2.7 Requisitos.-

Como dijimos oportunamente las uniones libres o de hecho, tienen que cumplir varios
requisitos para que surtan efectos jurídicos y sean reconocidas judicialmente.

Nuestra Legislación constitucional y familiar, la doctrina[24] y la jurisprudencia han


desarrollado los requisitos de las uniones libres o de hecho y éstas son las siguientes:

• Es la unión voluntaria de un hombre y de una mujer; por lo tanto, no está permitido


por personas del mismo sexo.

• Que sea estable o que tenga permanencia o cohabitación (esto es esencial). Es lo


que distingue de otras relaciones transitorias o pasajeras, porque los convivientes
viven en el mismo techo en forma permanente; es decir, constituyen un hogar
haciendo vida en común como marido y mujer.

La unión debe ser estable, lo que implica continuidad en el tiempo. Este requisito se
deja a criterio y prudente arbitrio del juzgador. Por ejemplo, el nacimiento de un hijo, la
convivencia por más de dos (2) años, etc., pueden ser parámetros a tomarse en
cuenta.

Que la unión sea singular, porque es una cuestión fundamental para que una unión
pueda reputarse válida; por lo tanto, no puede existir pluralidad de concubinatos.

No establecer la singularidad de la unión libre o de hecho, sería premiar la vida


licenciosa de alguien que tiene más de una unión y éste no es el fin protegido por la
ley.

• Que sea voluntariamente consentida; es decir, supone la ausencia de vicios en el


consentimiento.

• La unión libre o de hecho debe tener publicidad o notoriedad-, es decir, debe ser
pública, reconocida por la familia y terceros como una unión realmente aparente, pues
si se perdiera en el anonimato, si se escondiera en las sombras, nadie podría saber de
su existencia.

• Que los convivientes sean capaces; es decir, tener por lo menos la edad mínima
permitida para contraer matrimonio[25] y gozar de plena salud mental.

• Que los convivientes tengan libertad de estado-, es decir, que ninguno esté ligado
por matrimonio civil.

• Que los convivientes no estén prohibidos en los grados y línea directa[26], como así
en la línea colateral entre hermanos.

• Finalmente, el último requisito es que la unión libre o de hecho debe estar reconocida
judicialmente mediante resolución expresa y debidamente ejecutoriada.

Sobre los efectos de estas relaciones libres o de hecho nuestra legislación familiar
asume lo siguiente: "Se entiende haber unión conyugal libre o de hecho cuando el
varón y la mujer, voluntariamente, constituyen hogar y hacen vida en común en forma
estable y singular, con la concurrencia de los requisitos establecidos por los artículos
44 y 46 al 50[27].

Se apreciarán las circunstancias teniendo en consideración las particularidades de


cada caso"[28].

2.8 Efectos jurídicos de la unión libre o de hecho.-

Uno de los temas más importantes de la unión libre o de hecho, es determinar los
efectos jurídicos que produce la misma con relación a las personas involucradas y los
bienes.

El profesor Borda señala que "el concubinato debe ser combatido; empero, no significa
que no produzca algunos efectos jurídicos"[29].

Una vez que exista resolución judicial que declare la unión libre o de hecho, el efecto
más importante y sobresaliente es que la misma tiene los mismos efectos del
matrimonio civil; es decir, se asimila con el matrimonio en cuanto sea compatible. Por
ejemplo, los hijos se refutan matrimoniales, se crea la comunidad de bienes
gananciales, el derecho a la asistencia familiar, seguridad social, derechos
hereditarios, agravantes y atenuantes en los delitos, etc.

El efecto más importante sobre las uniones libres la establece nuestra legislación
familiar cuando enseña: "Las uniones conyugales que sean estables y singulares
producen efectos similares al matrimonio, tanto en las relaciones personales como
patrimoniales de los convivientes. Pueden aplicarse a dichas uniones las normas que
regulan los efectos del matrimonio, en la medida compatible con su naturaleza, sin
perjuicio de las reglas particulares que se dan a continuación"[30].

En resumen podemos señalar los siguientes efectos que producen judicialmente las
uniones libres o de hecho cuando han sido legalmente reconocidas:

ü Personales para los convivientes (se los considera marido y mujer para todos los
efectos).
ü La fidelidad, la asistencia y la cooperación son deberes recíprocos de los
convivientes

ü Patrimoniales (se crea la comunidad de bienes gananciales y cada uno tiene sus
bienes propios).

ü Tienen derecho a la sucesión hereditaria.

ü La partición de los bienes comunes adquiridos en la unión libre o de hecho.

ü Los convivientes tienen derecho a los beneficios laborales (jubilación, seguro


médico, indemnizaciones, etc.).

ü Los convivientes tienen derechos y deberes recíprocos que son propios del
matrimonio (asistencia familiar, educación de los hijos, etc.).

ü Administración de los bienes en común.

ü Derecho de oposición al matrimonio de uno de los convivientes por ruptura unilateral


(Art. 169 del c. fam.).

ü Acciones judiciales (Nulidad de venta de bienes comunes cuando no dio


consentimiento, por ejemplo).

2.9 Fin de la comunidad.-

Una vez declarada judicialmente la unión libre o de hecho puede disolverse por
voluntad de ambos o unilateralmente o finalmente por la muerte de uno de los
convivientes; en tal caso, en el mismo proceso donde se ha demandado la declaración
de la unión debe accionarse el incidente, para que el juez declare el fin de la
comunidad.

Sobre este punto nuestra legislación dispone: "La unión conyugal termina por la
muerte o por voluntad de uno de los convivientes, salvo en este último caso la
responsabilidad que pudiera sobrevenirle"[31].

Lo que ocurre normalmente es que dos personas conviven con los requisitos
necesarios que se exigen para las uniones libres o de hecho, pero no le interesa en
vida a uno o de los dos convivientes accionar judicialmente; no obstante, el problema
se presenta cuando uno de los concubinos fallece (o ambos) existe un rompimiento
unilateral de la unión, en tal caso el interesado o los herederos asumen pleno
conocimiento de la cuestión, y demandan el reconocimiento judicial de la misma.

En tal caso, el juzgador en sentencia debe determinar con precisión el tiempo que ha
durado la unión conyugal libre o de hecho, para establecer en qué periodo de tiempo
debe producir sus efectos jurídicos la alianza; por lo tanto, recién se demanda después
que la unión ha concluido jurídicamente.

2.10 Uniones libres o de hecho sucesivas.-

Con cierta frecuencia se presentan uniones libres o hecho sucesivas; es decir, que
una determinada persona ha tenido en el transcurso de un periodo largo (por ejemplo,
diez años) más de una unión que cumple con los requisitos exigidos por la ley; en tal,
caso no existe ningún óbice para que judicialmente se reconozca a esas uniones,
dando a cada una sus propios efectos tanto personales como patrimoniales.

Para esto nuestra Legislación familiar tiene la siguiente previsión: "Cuando hay
uniones libres sucesivas, dotadas de estabilidad y singularidad, se puede determinar el
periodo de duración de cada una de ellas y atribuírseles los efectos que les
corresponden"[32].

2.11 Acumulación de pretensiones

A la conclusión de la unión, los ex-convivientes pueden pedir se reconozca la


existencia de la misma, la división de los bienes gananciales y una pensión de
asistencia familiar para él y los hijos. Para el primero, siempre y cuando no haya
infidelidad o culpa grave de su parte para la separación y no tenga medios de
subsistencia. Todas estas pretensiones pueden ser acumuladas en un solo proceso.
No es necesario, como recomiendan algunos autores, que previamente se tramite la
declaración de la unión y en proceso aparte, con la sentencia ejecutoriada del primero,
se pida la asistencia, tenencia de hijos o división de los bienes gananciales. Actuar en
esta forma es ir contra los principios de economía, de celeridad, concentración, etc.,
sin causa valedera.

Muchas veces los abogados piden la declaración de la unión y declaración de la


ruptura. En cuanto a la primera es correcta si existen los supuestos fácticos que le den
fundamento, pero la ruptura no puede merecer una sentencia que la declare, pues, si
la unión se produjo de hecho, la separación se hace de la misma forma, no es
necesario declararla; posición que viene desde el derecho romano con la sine manu y
que además responde a cualquier lógica jurídica.

2.12 Diferencia entre Matrimonio Civil y Unión libre o de hecho.

Si bien la Constitución Política del Estado y el código de familia conceden a las


uniones de hecho efectos similares al del matrimonio civil, existen diferencias
absolutas y bien marcadas como ser:

MATRIMONIO CIVIL UNIÓN LIBRE O DE HECHO


* El matrimonio se constituye única y ex-
* Se produce únicamente por la voluntad de
clusivamente por la celebración del ma-
las personas sin necesidad de acudir ante
trimonio por el Oficial de Registro Civil, en
ninguna autoridad pública ni siquiera con el
la forma, modo y manera establecidas por
propósito de registro.
el Código bajo sanción de nulidad.
* Del matrimonio surge la relación de * No produce afinidad, la unión libre o de
afinidad que existe entre un cónyuge y los hecho produce efectos única y exclusiva-
consanguíneos del otro. Art. 13 C.F., con mente entre los convivientes y no respecto a
consecuencias de orden legal. terceros.
* En cuanto a los arrogadores deben ser * En las uniones libres no existe esta estabi-
precisamente cónyuges, esto con la lidad ya que puede romperse por Simple
finalidad de brindar al arrogado la voluntad unilateral de uno de los
estabilidad necesaria en el hogar. convivientes.
* En cuanto a la filiación de los hijos habi- * Los hijos habidos en unión libre o de hecho
dos dentro del matrimonio se la prueba deberán en su caso demostrar ¡a unión de
con la partida o certificado de nacimiento los padres en proceso sumario ante el Juez
del hijo y de matrimonio de los Instructor de Familia (Art. 214). o requerirán
progenitores (Art. 181 C.F.). necesariamente del acto jurídico del
reconocimiento como hijo extramatrimonial.
* El matrimonio se disuelve por: * La Unión de hecho se disuelve por (Art.
167 C.F.):
a) La muerte real o presunta de uno de
los cónyuges. Por la muerte de cualquiera de ellos.

b) Por sentencia de divorcio pasada en Por la voluntad unilateral de una de los


autoridad de cosa juzgada. convivientes.
2.13 PROCEDIMIENTO

La declaración de la unión libre o de hecho, según lo establecido por el art. 214 del
Código de Familia, se tramita en proceso sumario ante el Juez de Instrucción de
Familia, pero como no tiene un procedimiento propio, se aplica lo dispuesto en los arts.
479, 481 y 484 del Código de Procedimiento Civil, es decir, en a la presentación de la
demanda, el ofrecimiento de la prueba, la contestación, las excepciones, los días en
que debe dictarse la sentencia y los medios de impugnación. En cuanto al plazo
probatorio debe aplicarse lo dispuesto en el art. 383 del Código de Familia, es decir, 8
días prorrogables a 15.

2.14 MODELO DE MEMORIAL DE DEMANDA DE DECLARACIÓN JUDICIAL DE


UNIÓN CONYUGAL LIBRE O DE HECHO

Identificación de la autoridad judicial competente

Señor Juez de Instrucción[33] de turno de Familia de la ciudad de Yacuiba.

Suma

Interpone demanda de unión conyugal libre o de hecho

Identificación del actor

Jorge Aramayo Estévez, portador de la cédula de identidad N° 1216268 S. C., mayor


de edad, casado y hábil por derecho, natural y vecino de esta ciudad, con domicilio
real en calle Libertad N° 1200 de esta ciudad, ante Ud., con las mayores
consideraciones de respeto me presento, expongo y digo:

Identificación del demandado

La presente demanda la dirijo contra mi concubina la ciudadana hábil: Carmela


Romero Zeballos, quien es mayor de edad, natural y vecina de esta ciudad, con
domicilio real en calle Libertad N° 1200 del Barrio Defensores del Chaco de la ciudad
de Yacuiba.

Objeto

En tiempo y forma oportuna vengo a inteiponer demanda judicial de unión libre o de


hecho[34] por los fundamentos de hecho y derecho que seguidamente señalo.

Exposición de los hechos

La presente demanda tiene como fundamento los siguientes hechos:

• En fecha (...) he comenzado a convivir con la Sra. (...).


• Ambos somos mayores de edad.

• Ambos tenemos libertad de estado; es decir, somos solteros.

• En vigencia de nuestra unión que pasa más de 10 años hemos procreado tres hijos
que a la fecha tienen 8,6 y 3 años.

Exposición del derecho

Por todo lo anterior expuesto que oportunamente probaré y por cumplir con todos los
requisitos exigidos por la ley, acredito que tengo DERECHO a demandar la
declaración judicial de la unión conyugal libre o de hecho.

El derecho que tengo invocado se encuentra respaldado por el Art. 158 del Código de
Familia (Unión conyugal libre o de hecho).

Petición

Por lo indicado, a vuestra autoridad expresamente solicito que en sentencia disponga:

• Declare probada la demanda en todas sus partes.

• Reconozca judicialmente en sentencia la unión libre o de hecho entre (...) con (...).
Desde enero de 2001 a la fecha.

• Se reconozca a mi relación de hecho los mismos efectos que el matrimonio con


relación a los hijos y bienes que adquirimos.

Ofrecimiento de prueba documental[35]

Con la demanda ofrezco la siguiente prueba documental:

• Certificado de nacimiento que demuestra (...).

• Documento público de derecho propietario que acredita (...).

• Álbum fotográfico de nuestra familia.

Otrosí 1o.- Sabré justas determinaciones en el escritorio jurídico de mi abogado,


ubicado en calle (...).

Otrosí 2o.- Estaré al arancel mínimo del Colegio Departamental de Abogados.

Es cuanto pido en justicia, esperando en la ciudad de Yacuiba, en fecha 11 de marzo


de 2011.

Firma del interesado y del abogado

3 Efectos Jurídicos del Matrimonio Civil y la Unión de Hecho.


Matrimonio Civil. Matrimonio de Hecho.
Efectos Personales. En resumen podemos señalar los
siguientes efectos que producen
ü Igualdad de los cónyuges. judicialmente las uniones libres o de hecho
cuando han sido legalmente reconocidas:
ü Deber de fidelidad.
ü Personales para los convivientes (se los
ü Cohabitación. considera marido y mujer para todos los
efectos).
ü Asistencia.
ü La fidelidad, la asistencia y la
ü Respeto Mutuo. cooperación son deberes recíprocos de los
convivientes
ü Otros deberes.
ü Patrimoniales (se crea la comunidad de
ü Nacionalidad y ciudadanía. bienes gananciales y cada uno tiene sus
bienes propios).
Efectos Patrimoniales.
ü Tienen derecho a la sucesión hereditaria.
ü
ü La partición de los bienes comunes
adquiridos en la unión libre o de hecho.

ü Los convivientes tienen derecho a los


beneficios laborales (jubilación, seguro
médico, indemnizaciones, etc.).

ü Los convivientes tienen derechos y


deberes recíprocos que son propios del
matrimonio (asistencia familiar, educación
de los hijos, etc.).

ü Administración de los bienes en común.

ü Derecho de oposición al matrimonio de


uno de los convivientes por ruptura
unilateral (Art. 169 del c. fam.).

ü Acciones judiciales (Nulidad de venta de


bienes comunes cuando no dio
consentimiento, por ejemplo).

[1] MAZZINGHI, JORGE ADOLDO. Derecho de Familia. Matrimonio. Editorial Abeledo


Perrot. Buenos Aires, Argentina. 1983. Pág.71.

[2] MORENO RUFFINELLI, JOSÉ ANTONIO. Ob. cit. Derecho de Familia. Tomo I.
Pág. 145.

[3] CÓDIGO DE FAMILIA DEL ESTADO PLURINACIONAL DE BOLIVIA. Art. 41


(Matrimonio civil).

[4] CÓDIGO DE FAMILIA DEL ESTADO PLURINACIONAL DE BOLIVIA. Art. 42


(Matrimonio Religioso).
[5] Recordemos que el Art. 4 de la Constitución Política del Estado Plurinacional de
Bolivia señala: "El Estado respeta y garantiza la libertad de religión o de creencias
espirituales, de acuerdo con sus convicciones. El Estado es independiente de la
religión".

[6] CÓDIGO DE FAMILIA DEL ESTADO PLURINACIONAL DE BOLIVIA. Art. 43


(Matrimonio religioso con efectos civiles).

[7] Los caracteres del matrimonio han sido desarrollados por los profesores: Borda
Guillermo, López Julio, Tafur Alvaro, Moreno José, Méndez Costa, López Julio y
Llambías Jorge en sus diferentes obras sobre Derecho de Familia.

[8] 123 Las legislaciones de Holanda, España, Estados Unidos de Norte América
(algunos Estados), Italia,

[9] BORDA, GUILLERMO A. Ob. cit. Manual de Derecho de Familia. Alimentos. Págs.
33 - 34.

[10] MORENO RUFFINELLI, JOSÉ ANTONIO. Ob. cit. Derecho de Familia. Tomo I.
Pág. 169.

[11] MAZZINGHI, JORGE ADOLDO. Ob. cit. Derecho de Familia. Matrimonio. Pág.79.

[12] La naturaleza jurídica del matrimonio han sido abordada por los profesores: Borda
Guillermo, López Julio, Tafur Alvaro, Moreno José, Méndez Costa, López Julio y
Llambías Jorge en sus diferentes obras sobre Derecho de Familia.

[13] Por ejemplo, los contrayentes no pueden acordar que el matrimonio durará
determinado tiempo, o el régimen de los bienes comunes será diferente al
determinado por la ley.

[14] CÓDIGO CIVIL DE LA REPÚBLICA DE CHILE. Art. 102 (El matrimonio).

[15] MORENO RUFFINELLI, JOSÉ ANTONIO. Ob. cit. Derecho de Familia. Tomo II.
Págs. 575 - 576.

[16] MAZZINGHI, JORGE ADOLDO. Ob. cit. Derecho de Familia. Concubinato.


Pág.122.

[17] SAMOS OROZA. Ramiro. Op. cIT., pag. 282.

[18] MONTERO DUHALt, Sara. Op. Cit.. 165.

[19] LAGOMARSINO, Carlos y SALERNO, Marcelo U. Tomo 11, Op. Cit . pag. 831

[20] GARECA OPORTO, Luís. Op. Cit., pag. 194.

[21] PAZ ESPINOZA, Félix C. Op. Cit., pag. 188.

[22] JIMENEZ SANJINES, Raúl. "Teoría y Práctica del Derecho de Familia" quinta
edición pag. 85.
[23] CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL ESTADO PLURINACIONAL DE BOLIVIA. Art.
63. (Derechos de las familias)

[24] Los requisitos de las uniones libres o de hecho han sido abordadas por los
profesores: Borda Guillermo, López Julio, Tafur Alvaro, Moreno José, Méndez Costa,
López Julio y Llambias Jorge en sus diferentes obras sobre Derecho de Familia.

[25] Recordemos que conforme al Art. 44 del Código de Familia (1978) el varón antes
de los 16 años cumplidos y la mujer antes de los 14 años cumplidos, no pueden
contraer matrimonio, salvo dispensa judicial.

[26] Por ejemplo no sería válida la unión libre o de hecho entre la nieta y el abuelo.

[27] El Art. 44 del Código de Familia se refiere a la edad de los contrayentes para
contraer matrimonio civil. El Art. 46 a la salud mental de los novios; el Art. 47 la
prohibición por consanguinidad; el Art. 48 del mismo código se refiere a la ausencia de
afinidad; el Art. 49 trata la prohibición del matrimonio por vínculos de adopción; y
finalmente el Art. 50 a la inexistencia de crimen.

[28] CÓDIGO DE FAMILIA DEL ESTADO PLURINACIONAL DE BOLIVIA. Art. 158


(Unión conyugal libre).

[29] BORDA, GUILLERMO A. Ob. cit. Manual de Derecho de Familia. Concubinato.


Pág. 48.

[30] CÓDIGO DE FAMILIA DEL ESTADO PLURINACIONAL DE BOLIVIA. Art. 159


(Regla general).

[31] 141 CÓDIGO DE FAMILIA DEL ESTADO PLURINACIONAL DE BOLIVIA. Art.


167. (Fin de la unión).

[32] CÓDIGO DE FAMILIA DEL ESTADO PLURINACIONAL DE BOLIVIA. Art. 171.


(Uniones sucesivas).

[33] Cuando se entre en vigencia plena la nueva Ley del Órgano Judicial (2010), en
materia familiar simplemente habrá jueces públicos de familia y no la clásica división
de Instrucción y de Partido.

[34] El concubinato o unión libre o de hecho como institución social y jurídica se da


cuando un hombre y una mujer con aptitud nupcial viven en forma pública, singular,
estable, y se comportan entre sí y frente a los terceros como si fueran esposos.

[35] Cabe recordar que la prueba documental se ofrece con la demanda; sin embargo,
la restante (testifical, confesión, etc.) se ofrece dentro de los primeros cinco (5) días de
calificado el proceso.

TRIBUNAL SUPREMO DE JUSTICIA


SALA CIVIL

Auto Supremo: 388/2016


Sucre: 19 de abril 2016
Expediente: CB-139-14-S
Partes: Luzgarda Eulalia Delgado Ramos. c/ José Luis Román Ganggini.
Proceso: Ruptura unilateral, división y partición de bienes y declaratoria de
unión libre o de hecho.
Distrito: Cochabamba.
VISTOS: El recurso de casación en la forma y en el fondo de fs. 824 a 826 vta.,
interpuesto por José Luis Román Ganggini contra el Auto de Vista Nº 24/2014
de fecha 10 de octubre de 2014, cursante de fs. 819 a 821 vta., pronunciado
por la Sala de Familia, Niñez y Adolescencia del Tribunal Departamental de
Justicia de Cochabamba, en el proceso ordinario de Ruptura unilateral, división
y partición de bienes y declaratoria de unión libre o de hecho seguido por
Luzgarda Eulalia Delgado Ramos contra José Luis Román Ganggini, la
respuesta al recurso de fs. 839 a 844, la concesión de fs. 845; el Auto Supremo
Nº 98/2015 de 11 de febrero de fs. 852 a 854 vta., la Sentencia Constitucional
Plurinacional 1081/2015-S2 de 27 de octubre; los antecedentes del proceso, y;
I. ANTECEDENTES DEL PROCESO:
I.1. El Juez Segundo de Partido de Familia de la ciudad de Cochabamba, dictó
la Sentencia Nº 289/2012 de 06 de diciembre de 2012, cursante de fs. 655 a
661 vta., declarando Improbada la demanda de reconocimiento de Unión
conyugal libre o de hecho y consiguiente ruptura unilateral y división y partición
de bienes de fojas 56 planteada por Luzgarda Eulalia Delgado Ramos, e
Improbadas las excepciones perentorias opuestas a la demanda. Asimismo,
como lo principal arrastra lo accesorio se dejan sin efecto todas las medidas
provisionales adoptadas en el presente proceso. Con costas a la actora.
I.2. Resolución de primera instancia que es apelada por la parte demandante
Luzgarda Eulalia Delgado Ramos, mediante escrito de fs. 669 a 674 y vta., que
mereció el Auto de Vista Nº 24/2014 de 10 de octubre de 2014, cursante de fs.
819 a 821 vta., que en lo relevante fundamenta que por Sentencia de fecha 05
de marzo de 2007se declaró separados legalmente a Emperatriz Eva Chávez Wu
y José Luís Román Ganggini, y por sentencia consentida de fecha 07 de abril de
2008 se declaró disuelto el vínculo matrimonial contraído por los nombrados
esposos, y por sentencia de fecha 01 de septiembre de 2008 se canceló la
respectiva partida matrimonial; que el certificado de nacimiento de fs. 1 acredita
el nacimiento de la menor que responde al nombre de Jannely Leonor Román
Delgado en la ciudad de Santa Cruz en fecha 5 de octubre de 2007 teniendo
como a sus progenitores a José Luís Román Ganggini y Luzgarda Eulalia
Delgado Ramos; que las literales de fs. 24 a 33 por el que el demandado adquiere
las casetas Nº 292 y 314 en la que se consigna a Luzgarda Eulalia Delgado
Ramos como co-deudora; que las literales de fs. 39 a 42 acreditan que la
demandante suscribió con el Fondo de la Comunidad una Línea de Crédito
Rotativa Nº 1223/2009 en la que se hace constar la intervención del demandado
en su condición de cónyuge y codeudor; que los testigos de cargo manifiestan
que a los contendientes los veían juntos en el ambiente comercial de la ciudad
de Cochabamba quienes eran conocidos y considerados como marido y mujer
además de realizar viajes entre Cochabamba y Santa Cruz por su actividad
comercial a la que se dedicaban radicando en ambas ciudades; que las literales
de fs. 212 acredita el nacimiento del menor Danilo Octavio Román Esquivel en
la ciudad de Santa Cruz en fecha 13 de agosto de 2011 teniendo como a sus
padres a José Luís Román Ganggini y Elsy Emilene Esquivel Vargas; que si bien
el demandado a momento de iniciar su relación libre o de hecho con la
demandante, se encontraba aún unido en matrimonio con Emperatriz Eva
Chávez Wu, pero no es menos cierto que él ya se encontraba separado
legalmente de su esposa según sentencia de fecha 05 de marzo de 2007, y
cuando aún se encontraba conviviendo juntos con la demandante, por sentencia
de fecha 7 de abril de 2008 se declaró disuelto el vínculo matrimonial contraído
entre la Sra. Emperatriz Eva Chávez Wu y José Luís Román Ganggini,
estableciéndose por consiguiente la libertad de estado del demandado, extremos
estos que no fueron debidamente valorados por el A quo en la Sentencia
apelada, habiendo por el contrario la actora con dicha prueba acreditado su
pretensión, cumpliendo con la carga de la prueba impuesta por el art. 1283 del
Código Civil y 375 de su procedimiento, por lo que al haber la A quo declarado
improbada la demanda ha obrado incorrectamente; en ese antecedente Revoca
la Sentencia apelada y de contrario declara Probada la demanda e Improbada
las excepciones perentorias opuestas a la demanda; en consecuencia se declara
el reconocimiento de la unión libre o de hecho de los contendientes Luzgarda
Eulalia Delgado Ramos y José Luis Román Ganggini con los mismos efectos
similares al matrimonio civil, estableciéndose su vigencia desde el 05 de marzo
de 2007 hasta el mes de octubre del año 2010. Asimismo, se declara la ruptura
unilateral de dicha unión concubinaria por decisión unilateral del demandado,
quien hizo abandono del hogar conyugal en el mes de octubre de 2010. Entre
las medidas complementarias se adopta las siguientes: a) Se fija asistencia
familiar a favor de la niña Jannely Leonor Román Delgado, en la suma
provisional de Bs. 1.000.- mensual que debe pagar el demandado, en forma
oportuna a partir de su citación legal con la demanda, bajo apercibimiento de
ley; b) Respecto a los bienes muebles, inmuebles, activos, pasivos y otros que
se hubieran obtenido durante la vigencia de la unión libre o de hecho de los
contendientes, se reserva su averiguación y acreditación conforme a derecho
para ejecución de sentencia. Sin costas por la revocatoria.
I.3. Resolución de alzada que es recurrida de casación en la forma y en el fondo
por la parte demandada, que obtiene el presente análisis.
II. DEL CONTENIDO DEL RECURSO DE CASACIÓN, Y SU RESPUESTA:
II.1. De las presuntas infracciones que expone la parte recurrente, se extrae en
calidad de resumen lo siguiente:
1. Acusa la violación de los arts. 90 y 204 del Código de Procedimiento Civil, los
arts. 5, 46, 158, 159 y 172 del Código de Familia, por ser normas procesales de
orden público y de cumplimiento obligatorio por los jueces inferiores.
2. Refiere que el recurrente no gozaba de libertad de estado dentro de las fechas
y tiempos indicados por la demandante, que recién en septiembre de 2008 se
canceló su partida matrimonial, reiterando que jamás tuvo una convivencia con
estabilidad, singularidad y fidelidad con la demandante, por ende no pudo
existir unión libre o de hecho. En base a dicho argumento, acusa la infracción
de lo normado en el art. 46 del Código de Familia, art. 63.II de la Constitución
Política del Estado que establece las condiciones para el reconocimiento SIN
IMPEDIMENTO LEGAL, indicando que no concurre dicho presupuesto, toda vez
que no contaba con libertad de estado.
3. En base a lo normado en el art. 254 del Código de Procedimiento Civil acusa
al Ad quem de haber otorgado más de lo pedido, vulnerando lo establecido en el
art. 236 del mismo cuerpo normativo.
Por dichos motivos, solicita que se dé lugar a la nulidad del Auto de Vista,
confirmando la Sentencia dictada en obrados, declarando improbada la
demanda de reconocimiento de Unión Libre o de Hecho.
II.2. De la respuesta al recurso de casación:
Del contenido del memorial de contestación al recurso de casación, en lo
pertinente y esencial se resume lo siguiente:
Refiere que de la lectura atenta del memorial presentado por el adverso, se
evidencia que el demandado como de costumbre intenta dilatar el presente
proceso a fin de conseguir su cometido, que en este caso es seguir
usufructuando sus bienes y por ende su persona continúe pagando una deuda
que no solo es suya, conforme documentales que cursan en obrados y a mayor
abundamiento acompaña, el Tribunal de segunda instancia con una correcta
valoración de la prueba aportada por esta parte, declara probada la demanda
planteada por su persona, con una adecuada interpretación y aplicación de las
normas legales que rigen este ordenamiento jurídico y sin recurrir en ningún
error de hecho ni de derecho, en la apreciación y valoración de las pruebas
aportadas por esta parte que constituyen más del 80% de los actuados.
Agrega que el demandado José Luís Román Ganggini, se aprovechó de su buena
fe, para quitarle todos los bienes gananciales que adquirieron, haciéndole creer
que era un hombre soltero, actuando en todos sus actos de su vida civil en
Bolivia como soltero, para posteriormente firmar contratos como su cónyuge,
presentando documentos como su cónyuge, realizando trámites en migración
como soltero, presentándose ante su familia y sus amistades como su cónyuge,
y al presente pretende quedarse con todo, incluso con su buena fe, con sus
ganas de vivir, con su esperanza por la vida.

Concluye que la prueba evidencia que nadie le obligó al demandado a firmar


documentos de préstamo de dinero en su condición de cónyuge, que nadie le
obligó a realizar sus trámites como soltero en Bolivia, todos estos actos que
respaldan su demanda los realizó él mismo de manera voluntaria, por tanto de
manera voluntaria estos actos voluntarios constituyen los requisitos de un
hogar y una vida común, que al presente se pretende minimizar. Con referencia
al segundo acápite de dicho artículo se tiene que tomar en cuenta las
circunstancias del presente proceso en razón a que el demandado se aprovechó
de su buena fe para obtener ventajas.
Por lo expuesto, rechaza el recurso planteado por el demandado.
III. DOCTRINA APLICABLE AL CASO:
III.1. En relación a la congruencia de las resoluciones:
La Sentencia Constitucional 0816/2010-R de 02 de agosto, citando a su vez a
la SC 0670/2004-R de 04 de mayo, refirió que: “…el art. 236 del CPC, marca el
ámbito de contenido de la resolución a dictarse en apelación, pues estipula que
la misma, deberá circunscribirse precisamente a los puntos resueltos por el
inferior y que además hubieren sido objeto de apelación y fundamentación, de
manera que el juez o tribunal ad quem, no puede omitir pronunciarse sobre los
puntos apelados como tampoco ir más allá de lo pedido, salvo en los casos en que
los vicios de nulidad constituyan lesiones a derechos y garantías constitucionales
como cuando la nulidad este expresamente prevista por ley…”.
De manera específica con relación a la congruencia de las resoluciones
judiciales en segunda instancia, la SCP Nº 0363/2012-R de 22 de junio
señaló: “en ese sentido, el Tribunal Constitucional anterior, en uniforme criterio,
en la SC 0890/2010- R de 10 de agosto, estableció que: “En cuanto a la
pertinencia entre el recurso de apelación, resolución apelada y lo resuelto en el
auto de vista, es una condición esencial para asegurar a los justiciables que en
la decisión de su recurso los superiores en grado tienen delimitado su campo de
acción para emitir su resolución, limites que se expresan precisamente en la
fundamentación de agravios prevista por el art. 227 del CPC, como por el
contenido de lo resuelto en la sentencia apelada, marco del cual el tribunal de
alzada no puede apartarse”.
La Jurisprudencia Constitucional ha desarrollado asimismo el principio de
congruencia en la Sentencia Constitucional Nº 0486/2010-R de 5 de julio,
donde ha razonado que: "El principio de congruencia, responde a la pretensión
jurídica o la expresión de agravios formulada por las partes; la falta de relación
entre lo solicitado y lo resuelto, contradice el principio procesal de congruencia; la
Resolución de primera y/o segunda instancia, debe responder a la petición de las
partes y de la expresión de agravios, constituyendo la pretensión jurídica de
primera y/o segunda instancia…". Razonamiento que es reiterado por el actual
Tribunal Constitucional Plurinacional, a través de las Sentencias
Constitucionales Plurinacionales Nº 0255/2014 y Nº 0704/2014.
En relación a la congruencia externa e interna el Auto Supremo Nº 651/2014
de 06 de noviembre ha razonado: “…en relación a la congruencia de las
resoluciones judiciales orienta su comprensión desde dos acepciones; primero,
relativo a la congruencia externa, la cual se debe entender como el principio
rector de toda determinación judicial, que exige la plena correspondencia o
coincidencia entre el planteamiento de las partes (demanda, respuesta e
impugnación y resolución) y lo resuelto por las autoridades judiciales, en
definitiva, es una prohibición para el juzgador considerar aspectos ajenos a la
controversia, limitando su consideración a cuestionamientos únicamente
deducidos por las partes; y, segundo, la congruencia interna, referido a que,
si la resolución es comprendida como una unidad congruente, en ella se debe
cuidar un hilo conductor que le dote de orden y racionalidad, desde la parte
considerativa de los hechos, la identificación de los agravios, la valoración de los
mismos, la interpretación de las normas y los efectos de la parte dispositiva; es
decir, se pretenden evitar que, en una misma resolución no existan
consideraciones contradictorias entre sí o con el punto de la misma decisión”.
III.2. Sobre la fundamentación y motivación de las resoluciones judiciales:
En la Sentencia Constitucional 0012/2006-R de 4 de enero, respecto a la
motivación de las resoluciones se ha razonado que: “La motivación de los fallos
judiciales está vinculada al derecho al debido proceso y a la tutela jurisdiccional
eficaz, (…), y se manifiesta como el derecho que tienen las partes de conocer las
razones en que se funda la decisión del órgano jurisdiccional, de tal manera que
sea posible a través de su análisis, constatar si la misma está fundada en
derecho o por el contrario es fruto de una decisión arbitraria…”.
De igual manera la SC 2023/2010-R de 9 de noviembre estableció que: “…la
motivación no implicará la exposición ampulosa de consideraciones y citas
legales, sino que exige una estructura de forma y de fondo, pudiendo ser concisa,
pero clara y satisfacer todos los puntos demandados, debiéndose expresar las
convicciones determinativas que justifiquen razonablemente su decisión en cuyo
caso las normas del debido proceso se tendrán por fielmente cumplidas; al
contrario, cuando la resolución aun siendo extensa no traduce las razones o
motivos por los cuales se toma una decisión, dichas normas se tendrán por
vulneradas…”, criterio reiterada por la SC 1054/2011-R de 1 de julio”.
Por otra parte, en la Sentencia Constitucional Plurinacional Nº 0903/2012 de
22 de agosto, se ha señalado que: “…la fundamentación y motivación de una
resolución que resuelva cualquier conflicto jurídico, no necesariamente implica que
la exposición deba ser exagerada y abundante de consideraciones, citas legales
y argumentos reiterativos, al contrario una debida motivación conlleva que la
resolución sea concisa, clara e integre en todos los puntos demandados, donde la
autoridad jurisdiccional o en su caso administrativa, exponga de forma clara las
razones determinativas que justifican su decisión, exponiendo los hechos,
realizando la fundamentación legal y citando las normas que sustentan la parte
dispositiva de la resolución; en suma se exige que exista plena coherencia y
concordancia entre la parte motivada y la parte dispositiva de un fallo”.
En la Sentencia Constitucional Plurinacional 0075/2016-S3 de 8 de enero sobre
la fundamentación y motivación de una resolución se ha concretado: “…es una
obligación para la autoridad judicial y/o administrativa, a tiempo de resolver
todos los asuntos sometidos a su conocimiento, exponer las razones suficientes
de la decisión adoptada acorde a los antecedentes del caso, en relación a las
pretensiones expuestas por el ajusticiado o administrado; pues, omite la
explicación de las razones por las cuales se arribó a una determinada resolución,
importa suprimir una parte estructural de la misma”.
III.3. En relación a la disolución del matrimonio y sus efectos:
En el Auto Supremo Nº 265/2013 de 23 de mayo, se razonó lo siguiente: “…el
art. 129 del Código de Familia sobre la causa de disolución del matrimonio, ésta
se disuelve por Sentencia ejecutoriada de divorcio, que es concordante con lo
establecido en el art. 141 del mismo cuerpo normativo, que señala: “(DISOLUCION
DEL MATRIMONIO) La Sentencia de divorcio disuelve el matrimonio desde el día
en que pasa en autoridad de cosa juzgada”, por lo que la disolución del vínculo
matrimonial ocurre cuando la Sentencia adquiere la calidad de cosa juzgada,
siendo los actos posteriores en ejecución de Sentencia como la cancelación de la
partida matrimonial a efectos de registro. Bajo éste análisis, el art. 515 del Código
de Procedimiento Civil señala que “Las Sentencias recibirán autoridad de cosa
juzgada: 1) Cuando la ley no reconociere en el pleito otra instancia ni recurso…”.
Quedando determinada que la autoridad de cosa juzgada le es a la Sentencia,
cuando procesalmente no proceden contra ella otros medios impugnatorios que
permitan modificarla, y es desde ese momento que adquiere su autoridad y
eficacia”. Resolución que es clara al señalar que la disolución del vínculo
matrimonial se da desde que la Sentencia adquiere calidad de cosa juzgada.
III.4. Sobre la separación de los esposos y sus efectos:
De manera preliminar corresponde referir que el autor Félix C. Paz Espinoza en
su Libro “Derecho de Familia y sus Instituciones”, segunda edición, Edit.
Gráfica “Gonzáles”, La Paz-Bolivia, 2002, pág. 280 a 281, al realizar el estudio
sobre la separación de cuerpos, menciona las clases y diferencias entre las
separaciones, las que según su naturaleza jurídica tienen connotaciones y
efectos diferentes, diferenciándolas en: “4.1. La separación personal y
provisional de los cónyuges. Es aquella que se produce como consecuencia del
inicio de la acción del divorcio vincular, es determinada como una medida
provisional inmediata por la autoridad judicial que conoce el caso, otorgando las
garantías y seguridades necesarias a los esposos. Esta separación tiene vigencia
únicamente mientras dura la tramitación del proceso y termina si se produce el
divorcio…Esta especie jurídica tiene la particularidad de producir dos efectos: 1.
Respecto de la esposa, servirá para determinar la paternidad de los hijos que
pudiese concebir posteriormente, pues, estando separados los cónyuges, se
presume que ya no pueden tener acceso carnal. 2. A partir de la fecha que se
determina la separación conyugal, los bienes que cada uno pudiera adquirir
posteriormente no formarán parte de la comunidad de gananciales, porque se
reputarán bienes propios con beneficio y disposición exclusiva. 4.2. La
separación de hecho, libre, voluntaria y consentida. Es aquella por la que
los esposos optan por separarse con consentimiento mutuo o por decisión
unilateral de uno de ellos, hecho que más tarde es admitido por el otro, sin que
reclame la restitución del hogar por más de dos años continuos e ininterrumpidos,
sin posibilidades de reconciliación; separación consentida que luego puede ser
fundada para la acción del divorcio basado en la causal prevista en el art. 131
del Código de Familia. 4.3. La separación judicial de los esposos. Se refiere
al instituto jurídico que es materia de estudio, la que se diferencia de las demás
porque la separación es producto de una decisión judicial emitida dentro de un
proceso especial denominado de “separación judicial de los esposos”; en este
caso, el proceso se funda en una acción invocada en una o más causales
específicas señaladas en el artículo 152 del Código de Familia, y merecer una
sentencia que alcance ejecutoría”.
Ahora bien, sobre el tema en cuestión, el art. 151 del Código de Familia
establece que: “La acción de los esposos puede limitarse a la simple separación”.
Por su parte el art. 155 (Efectos de la separación) del mismo compilado familiar
dispone: “La separación hace cesar la vida común y disuelve la comunidad de
gananciales dejando subsistente el vínculo matrimonial”.
Carlos Morales Guillen en su obra “Código de Familia, Concordado y Anotado”,
al realizar el comentario del art. 155 del Código de Familia, señala: “La sentencia
hace cesar la vida en común, desde que fue dispuesta la separación personal (art.
388). Así, resultaría carácter retroactivo para la sentencia de separación. En el
divorcio ese efecto se produce desde que la sentencia pasa en autoridad de cosa
juzgada, pero el art. 141 (ruptura del vínculo), esta excluido de las normas
relativas al divorcio aplicables a la separación (art. 154). Tiene importancia
establecer la situación, para los fines de las relaciones patrimoniales de la
sociedad conyugal con terceros. Y como el art. 142 es aplicable a la separación,
respecto de la disolución de la sociedad conyugal (separación de bienes con su
secuela de libre administración y disposición de los gananciales que
corresponden a cada cónyuge), es indudable que en los dos aspectos que
menciona el art., la separación tiene efectos retroactivos al momento en que ésta
fue decretada aun provisionalmente por el juez (art. 388). Para ser oponible la
sentencia a terceros, debe ser registrada conforme disponen los arts. 1531 del
c.c. y 398 del Código…
El vínculo matrimonial subsiste. Esto es, el matrimonio mantiene todos sus
efectos, excepto la vida en común que desaparece, porque disuelto el hogar no
hay deber de cohabitación, y la comunidad de gananciales se liquida con los
efectos señalados en el art. 126”.
Gonzalo Castellanos Trigo en su Libro “Derecho de Familia”, Edit. Gaviota del
Sur S.R.L., Sucre-Bolivia, 2011, Pag. 177, refiere que: “En algunos casos y por
motivos especiales los cónyuges no desean o no pueden divorciarse; sin embargo,
no quieren seguir haciendo vida en común porque se ha convertido la convivencia
en intolerable, pueden directamente optar por la separación de cuerpos; es decir,
los cónyuges sin divorciarse simplemente pueden separarse de cuerpos y seguir
casados jurídicamente”.
El autor Félix C. Paz Espinoza en su Libro “Derechos de las Familias, Violencia
Familiar, Teoría, Historia y Doctrina”, Edit. “El Original - San José”, La Paz-
Bolivia, 2015, pag. 369 a 371, sobre los efectos que produce la separación
señala: “…La Sentencia ejecutoriada que declara la separación judicial de los
cónyuges, produce efectos diferentes a los del divorcio vincular, aunque guardan
cierta similitud en algunos aspectos relativos a los de orden personal, familiar y
patrimonial…Efectos personales de los esposos: a) La acción de la separación de
los esposos debilita incuestionablemente los lazos del matrimonio, pero no logra
disolverlos, el vínculo jurídico queda subsistente, razón por la que los cónyuges
se encuentran impedidos de contraer nuevo matrimonio a riesgo de cometer el
delito de bigamia o incurrir en adulterio; de la misma forma, se hallan limitados
para constituir una relación de hecho, porque ambos no cuentan con libertad de
estado. b) La separación judicial produce la cesación de la vida en común de los
esposos…”. En relación a los efectos patrimoniales señala: “Con la separación
judicial, cesa la sociedad económica conyugal, es decir, la comunidad de
gananciales…”.
Por otra parte, a manera de ilustración en relación al proceso de “Separación
convencional y divorcio ulterior” que hubo sido sustanciado en la República del
Perú por el ahora recurrente, el autor peruano Alex F. Plácido V., en su Libro
“Manual de Derecho de Familia”, Edit. Gaceta Jurídica, segunda edición, Lima-
Perú, octubre de 2002, págs. 185 al 212, en su Capítulo IV (El Régimen de
Decaimiento y Disolución del Matrimonio), al referirse a la separación personal
y el divorcio vincular, imprime: “La separación personal, que no disuelve el
vínculo matrimonial, y el divorcio vincular constituyen situaciones que la ley
prevé, frente al conflicto matrimonial. La separación personal se limita a autorizar
a los cónyuges a vivir separados sin que ninguno de ellos readquiera la aptitud
nupcial, en tanto que tras el divorcio vincular los cónyuges pueden volver a
contraer nuevo matrimonio”; el mismo autor al referirse a los sistemas de
separación personal y divorcio vincular, y al sistema adoptado por el derecho
peruano concreta: “Nuestro Código Civil de 1984 -puesto de manifiesto más aún,
con la reforma introducida por la Ley 27495- sigue un sistema mixto y complejo,
en que caben diversas vías para obtener la separación personal y el divorcio
vincular. Así: a) admite el mutuo consentimiento (separación convencional)
únicamente para invocar la separación de cuerpos, la que puede convertirse
después en divorcio vincular…d) permite el divorcio ulterior cuando se declara la
separación de cuerpos por cualquier causa…”; asimismo al referirse a la
separación convencional y el divorcio ulterior señala: “Los actuales sistemas
legislativos admiten el mutuo consentimiento, tanto en la separación personal o
de cuerpos como en el divorcio vincular…La conversión de la separación personal
aprobada por el juez en divorcio, es decir el divorcio ulterior, puede ser solicitada
por cualquiera de los cónyuges luego de transcurridos seis meses desde la
notificación de la sentencia de separación…El Juez expedirá sentencia, luego de
tres días de notificada la otra parte sobre el pedido formulado…y declarará
disuelto el vínculo matrimonial si comprueba los presupuestos para su
procedencia: la legitimidad para obrar del solicitante y el transcurso del plazo
legal mínimo legal de seis meses. Procede la consulta de la sentencia que declara
el divorcio ulterior, si ésta no es apelada…”. De igual manera, sobre los efectos
de la separación personal respecto a los cónyuges refiere que: “…la separación
de cuerpos determina la suspensión de los deberes de cohabitación y de débito
conyugal: origina el fenecimiento y la liquidación de la sociedad de gananciales y
la entrada en vigencia ipso jure del régimen de separación de patrimonios…”; en
tanto que en relación a los efectos del divorcio vincular tratándose de los
cónyuges concreta entre los varios efectos que: “…el divorcio determina la
disolución del vínculo matrimonial…”. De donde se infiere que los efectos de la
separación así como del divorcio, en la legislación peruano son similares a la
nuestra, es decir, que la resolución de simple separación declarada (separación
judicial de los esposos) determina la separación de cuerpos y la terminación de
la comunidad de gananciales, en tanto, que la resolución de divorcio
ejecutoriado determina la disolución del vínculo jurídico conyugal.
III.5. En relación a la unión conyugal libre o de hecho:
La Constitución Política del Estado, promulgada el 7 de febrero de 2009 en su
art. 63-II prescribe: “Las uniones libres o de hecho que reúnan condiciones de
estabilidad y singularidad y sean mantenidas entre una mujer y un hombre sin
impedimento legal, producirán los mismos efectos que el matrimonio civil, tanto
en las relaciones personales y patrimoniales de los convivientes como en lo que
respecta a las hijas e hijos adoptados o nacidos de aquellas”.
Nuestra economía jurídica y la normativa preceptuada por el art. 158 del Código
de Familia dispone: “Se entiende haber unión conyugal libre o de hecho cuando
el varón y la mujer, voluntariamente, constituyen hogar y hacen vida común en
forma estable y singular, con la concurrencia de los requisitos establecidos por
los artículos 44 y 46 al 50. Se apreciarán las circunstancias teniendo en
consideración las particularidades de cada caso”. Asimismo el art. 159 del
mismo compilado familiar regula que: “Las uniones conyugales libres o de hecho
que sean estables y singulares producen efectos similares al matrimonio, tanto
en las relaciones personales como patrimoniales de los convivientes. Pueden
aplicarse a dichas uniones las normas que regulan los efectos del matrimonio, en
la medida compatible con su naturaleza, sin perjuicio de las reglas particulares
que se dan a continuación”.

Por su parte, sobre la constitución de la comunidad de gananciales, el art. 101


del Código de Familia, aplicable al presente caso de autos por disposición del
art. 159 del Código de Familia, establece que: “El matrimonio constituye entre los
cónyuges, desde el momento de su celebración, una comunidad de gananciales
que hace partibles por igual, a tiempo de disolverse, las ganancias o beneficios
obtenidos durante su vigencia, salvo separación judicial de bienes en los casos
expresamente permitidos.

La comunidad se constituye aunque uno de los cónyuges tenga más bienes que
el otro o sólo tenga bienes uno de ellos y el otro no”.
De igual manera el art. 167 del mismo compilado familiar dispone: “La unión
conyugal libre termina por la muerte o por voluntad de uno de los convivientes,
salvo en este último caso la responsabilidad que pudiera sobrevenirle”.

III.6. Sobre la Ruptura Unilateral y las Uniones irregulares:


EL art. 169 del Código de Familia preceptúa que: “En caso de ruptura unilateral,
el otro conviviente puede pedir inmediatamente la división de los bienes comunes
y la entrega de la parte que le corresponde, y si no hay infidelidad u otra culpa
grave de su parte, puede obtener, careciendo de medios suficientes para subsistir,
se le fije una pensión de asistencia para sí y en todo caso para los hijos que
queden bajo su guarda…”

De otro lado, el art. 172 del mismo compilado familiar dispone que: “No producen
los efectos anteriormente reconocidos, las uniones inestables y plurales, así como
las que no reúnen los requisitos prevenidos por los artículos 44 y 46 al 50 del
presente Código, aunque sean estables y singulares.

Sin embargo en este último caso pueden ser invocados dichos efectos por
los convivientes, cuando ambos estuvieron de buena fe, y aun por uno de
ellos, si sólo hubo buena fe de su parte, pero no por el otro.
Queda siempre a salvo el derecho de los hijos”.
El autor Félix C. Paz Espinoza en su Libro “Derecho de Familia y sus
Instituciones”, segunda edición, Edit. Gráfica “Gonzáles”, La Paz-Bolivia, 2002,
pág. 269 al 271, al referirse a las uniones irregulares remarca que: “…en estas
uniones irregulares en las que no se han dado cumplimiento con las condiciones
y requisitos señalados en los Arts. 44 y 46 al 50, aunque siendo estables y
singulares, no generan los efectos del concubinato, tal el caso de quienes no han
alcanzado la edad necesaria, no cuentan con libertad de estado, estén vinculados
por el parentesco de consanguinidad en los grados que prohíbe la ley o existen
relaciones de afinidad en línea directa, o existan vínculos de adopción o medie
prohibición por la existencia del homicidio consumado; pero también podemos
incluir en el caso de la falta de singularidad y estabilidad, aquellos casos en los
que los hombres hacen vida simultánea con varias mujeres o viceversa.

7.1. Efectos. El parágrafo segundo de este artículo nos habla de la existencia de


la unión putativa, ello supone la unión estable y singular, y uno de los
convivientes tenga algún impedimento para contraer el matrimonio con
el otro y éste ignore tal situación, en ese caso la unión surtirá sus efectos
respecto al conviviente que estuvo de buena fe; de otra forma, si ambos
estuvieron de buena fe en la unión de hecho, no obstante haber impedimento como
para contraer el matrimonio, la unión surtirá sus efectos para ambos; empero, si
ambos estuvieron de mala fe, la relación de hecho no surtirá efectos respecto a
ninguno de ellos” (Las negrillas y subrayado son nuestras).

III.7. Respecto a la protección pública y privada de la Familia, y el orden


público:

El art. 4 del Código de Familia dispone que: “La familia, el matrimonio y la


maternidad gozan de la protección del Estado.

Esa protección se hace efectiva por el presente Código, por disposiciones


especiales y por las que proveen a la seguridad y asistencia de la familia o de
sus miembros en esferas determinadas. La familia se halla también protegida por
las instituciones que se organicen para este fin bajo la vigilancia del Estado”.

En tanto que el art. 5 del mismo compilado familiar preceptúa que: “Las normas
del derecho de familia son de orden público y no pueden renunciarse por voluntad
de los particulares, bajo pena de nulidad, salvo en los casos expresamente
permitidos por ley”.
Carlos Morales Guillen en su obra “Código de Familia, Concordado y Anotado”,
al realizar el análisis del art. 5 del Código de Familia, concreta: “…se entiende
por norma de orden público aquella que tiene relación con la protección y el
aseguramiento del interés general inmediatamente y del interés particular
mediatamente, a diferencia de las reglas del derecho privado (el civil
particularmente, por ejemplo) que protege en forma inmediata el interés privado y
sólo de una manera mediata mira al interés público (Bielsa). O, como dice
Chiovenda (Instituciones de Derecho procesal civil), son normas que regulan la
vida de relación teniendo en mira el interés de todos (bien público).
Su nota característica es que no puede renunciarse ni modificarse ni transigirse
sobre ellas, en convenciones particulares.
Ha de hacerse lo que mandan y como ellas mandan”.
Félix C. Paz Espinoza en su Libro “Derecho de Familia y sus Instituciones”,
segunda edición, Edit. Gráfica “Gonzáles”, La Paz-Bolivia, 2002, pág. 17, al
conceptualizar el Derecho de Familia refiere: “El derecho de Familia, como
instituto jurídico especial, se ocupa de regir las relaciones jurídicas entre personas
unidas por vínculos del parentesco, de donde viene a constituirse en el conjunto
de normas jurídicas que regulan las relaciones familiares.
Sus normas son imperativas porque pertenecen al ámbito del orden público”.
III.8. En relación a la valoración de la prueba:

El Auto Supremo Nº 146/2015 de 06 de marzo, ha señalado que: “…se ha


establecido por este Alto Tribunal que la valoración de la prueba en general
compete privativamente a los Jueces de grado, siendo soberanos en su valoración
con facultad incensurable en casación para decidir la causa, tomando en cuenta
las pruebas esenciales y decisivas, tal como se infiere de los arts. 1286 del Código
Civil y 397 de su Procedimiento”.

Respecto a lo anterior el Auto Supremo Nº 410/2015 de 09 de junio, ha


concretado que: “…es facultad privativa de los Jueces de grado, apreciar la
prueba de acuerdo a la valoración que les otorga la ley y cuando ésta no
determina otra cosa, podrán hacerlo conforme a su prudente criterio o sana crítica,
según dispone el art. 1286 del Código Civil concordante con el art. 397 parágrafo
I de su procedimiento. En esta tarea jurisdiccional, la examinación de la prueba
es de todo el universo probatorio producido en proceso, siendo obligación del Juez
el de valorar en la Sentencia las pruebas esenciales y decisivas, conforme cita el
art. 397 parágrafo II del código adjetivo de la materia”.

Por otra parte el Auto Supremo Nº 184/2015 de 11 de marzo, al referirse a los


principios generales que rigen a las pruebas judiciales ha especificado que: “…el
principio de la unidad de la prueba”, que establece que el conjunto probatorio del
proceso forma una unidad y como tal, debe ser examinado y merituado por el
Órgano Jurisdiccional, confrontando las diversas pruebas, señalar sus
concordancias, discordancias y concluir sobre el convencimiento global que se
forme de ellas, es decir; que las pruebas deben ser apreciadas en forma conjunta
de acuerdo al valor que les asigna la ley o a las reglas de la sana critica. “Principio
de la comunidad de la prueba”, establece que la prueba no pertenece a quien la
suministra, es inadmisible pretender que esta favorezca a la parte que la allega
al proceso, una vez incorporada legalmente al proceso, debe tenérsela en cuenta
para determinar la existencia o inexistencia del hecho sobre el cual versa, sea que
resulte favorable a quien la propuso o al adversario”.
IV. FUNDAMENTOS DE LA RESOLUCIÓN:
En cumplimiento a la Sentencia Constitucional Plurinacional Nº 1081/2015-S-
2 de 27 de octubre, corresponde absolver el recurso de casación en la forma y
en el fondo, en el orden que fue considerado por dicho Tribunal:
1. Sobre su acusación de violación de los arts. 90 y 204 (254) del Código de
Procedimiento Civil, vinculado a su denuncia de que el Ad quem ha otorgado
más de lo pedido, vulnerando lo establecido en el art. 236 y 254 del Código de
Procedimiento Civil; que en interpretación de la Sala Segunda del Tribunal
Constitucional Plurinacional se resume en incongruencia de las fechas que no
se tomó en cuenta para determinar su desvinculación matrimonial dentro de su
proceso de matrimonio substanciado en la República de Perú, y pronunciarse
respecto si existía o no pertinencia en la resolución del Ad quem, para
determinar la fecha a partir de la cual el matrimonio del ahora accionante
resulta disuelto legalmente.
1.1. Al respecto, corresponde referir que de la revisión de antecedentes se
evidencia que la parte actora Luzgarda Eulalia Delgado Ramos por memorial de
fs. 56 a 59 vta., complementada por escrito de fs. 63, interpone demanda
ordinaria cuya pretensión principal concreta Ruptura unilateral, división y
partición de bienes y declaratoria de unión libre o de hecho, fundamentando
que con el ahora demandado José Luis Román Ganggini, decidieron convivir
desde el mes de enero de 2006 hasta el 31 de octubre de 2010.
Sin embargo, del Acta de Matrimonio de fs. 218 y 637 a 638 de obrados,
correspondiente a la Oficina Registral del Distrito La Victoria (Municipalidad De
La Victoria), Partida de Matrimonio del Libro Nº 49, Folio Nº 612623, se conoce
el matrimonio realizado entre José Luís Román Ganggini y Emperatriz Eva
Chávez Wu en fecha 27 de junio de 2002 en la Municipalidad De La Victoria del
Departamento de Lima de la República del Perú. Asimismo, del reverso de la
misma acta así como de la Inscripción Personal de fs. 221, emitido por Gilmer
Marrufo Aguilar, Registrador Público, Zona Registral Nº IX - Sede Lima, de la
Superintendencia Nacional de los Registros Públicos (SUNARP), se conoce que:
“Por Sentencia de fecha 05.03.2007 expedida por la Juez del 15º Juzgado
Especializado de Familia, Dra. Nancy Coronel Aquino, Especialista legal María
Torres Rodríguez, se declaró separados legalmente a don Emperatriz Eva Chávez
Wu y José Luís Román Ganggini y por sentencia consentida de fecha 07.04.2008
expedida por la Juez del 15º Juzgado Especializado de Familia, Dra. Nancy
Coronel Aquino, especialista legal María Torres Rodríguez, se declaró disuelto el
vínculo matrimonial contraído por don Emperatriz Eva Chávez Wu y José Luís
Román Ganggini…”, prueba documental que se encuentra ratificada por las
literales de fs. 220, 222 a 228.
De donde se infiere que por Sentencia de fecha 05 de marzo de 2007 la Juez del
15º Juzgado Especializado de Familia, declaró separados legalmente a
Emperatriz Eva Chávez Wu y José Luís Román Ganggini. En tanto que por
Sentencia de fecha 07 de abril de 2008 expedida por la Juez del 15º Juzgado
Especializado de Familia, se declaró disuelto el vínculo
matrimonial contraído por Emperatriz Eva Chávez Wu y José Luís Román
Ganggini; resoluciones que fueron debidamente inscritas por ante el Registro
Público, Zona Registral Nº IX - Sede Lima, dependiente de la Superintendencia
Nacional de los Registros Públicos (SUNARP), correspondiente a la
Municipalidad De La Victoria del Departamento de Lima de la República del
Perú.
En consecuencia, conforme al principio de verdad material podemos concluir
refiriendo que con la Sentencia de simple separación de fecha 05 de marzo de
2007 se dispuso el cese de la vida común y disuelto la comunidad de
gananciales del matrimonio Román-Chávez, que fue efectuado en la República
del Perú, consiguientemente, la separación de cuerpos y la disolución de la
comunidad de gananciales del referido matrimonio se retrotrae en sus efectos
hasta fecha 05 de marzo de 2007; sin embargo, el vínculo jurídico conyugal del
referido matrimonio se mantuvo vigente desde fecha 27 de junio de 2002 hasta
06 de abril de 2008, siendo posteriormente disuelto por sentencia ejecutoriada
de divorcio de fecha 07 de abril de 2008, fecha desde la cual el ahora demandado
contó con libertad de estado.
1.2. Por otro lado, conforme a la doctrina aplicable desarrollada en el subpunto
III.7, los arts. 4 y 5 del Código de Familia de manera imperativa disponen que
los Tribunales de Instancia deben resguardar el interés superior de la familia,
el matrimonio y la maternidad y que además las normas del derecho de familia
son de orden público, de consiguiente los Tribunales de Instancia se encuentran
compelidos a fallar en dicha orientación. Criterio que también se encuentra
actualmente compendiado en los arts. 4, 6-a) y 7 de la Ley Nº 603.
De consiguiente su acusación en sentido de que al establecer una fecha distinta
a la consignada en la demanda principal en relación al tiempo de inicio de la
separación de hecho (enero de 2006) sería “ultra petita” por lo que
correspondería rechazarla ya que infringiría el principio de congruencia, no se
encuentra debidamente sustentada en derecho, toda vez que conforme al orden
público de que están investidas las normas del derecho de familia, y en
aplicación inclusive del principio del “iura novit curia” que se traduce en la
necesaria libertad con que debe contar el sentenciante para subsumir los
hechos alegados y probados por las partes, dentro de las previsiones normativas
que rijan el caso, por lo que correspondía y corresponde en la especie precisar
la fecha de inicio y culminación de la relación de hecho demandada, e incluso
subsumir dichos hechos en la norma material que sea aplicable al caso en
concreto. Lo que conforme a su razonamiento hizo el Ad quem, por lo que su
reclamo se hace infundado.
2. En relación a su denuncia de que el recurrente no gozaba de libertad de
estado dentro de las fechas y tiempos indicados por la demandante, por lo que
jamás tuvo una convivencia con estabilidad, singularidad y fidelidad con la
demandante, por ende no pudo existir unión libre o de hecho, porque recién en
septiembre de 2008 se canceló su partida matrimonial, vinculada a su
acusación de infracción del art. 46 del Código de Familia y art. 63-II de la
Constitución Política del Estado.
Conforme a la doctrinal legal desarrollada en el apartado III de la presente
resolución, el Código de Familia, Ley Nº 996, reconoce el matrimonio de hecho
siempre que esta goce de estabilidad y singularidad, con la concurrencia de los
requisitos establecidos por los arts. 44 y 46 al 50 del Código de Familia, esto es,
que los convivientes cuenten con la edad establecida por ley, que tengan libertad
de estado, que no tengan vínculo consanguíneo, que exista ausencia de
afinidad, que se cumpla con la prohibición por vínculos de adopción, y la
inexistencia de crimen contra el cónyuge de la otra parte. Asimismo, si bien
dicho compilado familiar preceptúa que las uniones irregulares no producen los
efectos anteriormente reconocidos, prevenidos por los arts. 44 y 46 al 50 del
referido código, aunque sean estables y singulares; empero, regula también que
los efectos del párrafo segundo del art. 72 del Código de Familia, supone la
unión estable y singular, sin embargo, de mala fe uno de los convivientes oculta
su impedimento para contraer nuevo matrimonio con el otro y éste ignora tal
situación, como sería el caso por ejemplo el de ocultar la libertad de estado, en
ese caso se establece que la unión conyugal surtirá sus efectos respecto al
conviviente que estuvo de buena fe en dicha relación.
Ahora bien, en el caso de autos, de la contestación a la demanda se conoce que
el ahora demandado llegó a radicar en Bolivia desde el 09 de noviembre de 1999
procediendo a regularizar sus documentos (fs. 268 a 274 y vta.), sin embargo
este contrajo matrimonio con la Sra. Emperatriz Eva Chávez Wu en la República
del Perú en fecha 27 de junio de 2002 (fs. 218 y 637), en consecuencia al radicar
en nuestro país este conocía y sabía que se encontraba casado en la República
del Perú, empero, este su estado civil de casado, de manera reiterativa fue
ocultado de mala fe por el ahora recurrente, conforme se evidencia de las
cédulas de identidad de fs. 267 y de la declaración jurada efectuada en
Migración Cochabamba de fs. 157 a 158, donde figura como soltero.
En ese antecedente, conforme al principio de comunidad de la prueba se conoce
también que el ahora demandado inició una relación de hecho voluntariamente
consentida, establece y singular con la parte actora desde el 05 de marzo 2007
hasta 06 de abril de 2008, relación de hecho que además con la disolución del
vínculo conyugal del actor contó con el requisito de libertad de estado desde
fecha 07 de abril de 2008 para extenderse hasta fecha 30 de octubre de 2010,
conforme se conoce de la prueba documental consistente en: Testimonio de la
Escritura Pública Nº 704/2006 de fecha 12 de mayo de 2006, donde la ahora
actora declara que la compra efectuada por su conviviente José Luís Román
Ganggini, es de su exclusiva propiedad, por lo que renuncia a su cuota
ganancialicia, en consecuencia lo declara a él como único y legítimo propietario;
del Certificado de nacimiento de fs. 1, que acredita descendencia en dicha
relación con el nacimiento de su hija Jannely Leonor Román Delgado, cuyo
nacimiento data de fecha 05 de octubre de 2007 (fs. 1), luego registrada por
sus progenitores por ante el Consulado General del Perú (fs. 2); del Testimonio
de la Escritura Pública Nº 1223/2009 de fecha 01 de septiembre de 2009,
donde el demandado concurre en calidad de cónyuge de la acreditada y
codeudora Luzgarda Eulalia Delgado Ramos, haciendo constar el primero que
simplemente se identificará como cónyuge de la acreditada y codeudora,
constituyéndose además el ahora recurrente en dicho documento en codeudor
solidario, mancomunado e indivisible y autoriza expresamente que su cuota
ganancialicia también forme parte de la garantía ofrecida; del Testimonio de la
Escritura Pública Nº 1.660/2010 de fecha 03 de agosto de 2010, donde el
demandado, se apersona en su calidad de cónyuge y codeudor, ratificando para
efectos del contrato que simplemente se identificará como cónyuge de la
acreditada y codeudora Luzgarda Eulalia Delgado Ramos, instrumentos
públicos en los cuales el demandado de manera libre ha manifestado y
consignado ante la autoridad pública y la sociedad su relación de hecho con los
efectos que implica dicha situación, por lo mismo dichos documentos tienen
además la eficacia jurídica establecida por los arts. 1289 del Código Civil y 399-
I del Código de Procedimiento Civil; los mismos que se encuentran plenamente
ratificados por las fotografías de diferentes actividades sociales en las cuales se
ve al ahora recurrente compartiendo con el entorno social y familiar de la ahora
actora (fs. 18 a 20); por las literales de fs. 4 a 14 que acreditan compra de
mobiliario de hogar durante las gestiones 2005 a 2009; por las fotografías de fs.
43 a 44, 353 que acredita el traslado de varios muebles correspondientes a una
familia y no a una sola persona; por la denuncia de fecha 03 de noviembre de
2010 asentada por la actora por ante la Brigada de Protección a la Familia
donde hace constar que su concubino José Luís Román le agredió
psicológicamente (fs. 50 a 52); por el detalle de movimiento de la cuenta de las
partes emitido por el Banco F.I.E donde se registra las fechas de 17 de marzo
de 2010 hasta el 30 de noviembre de 2010 (fs. 106 a 107); por el certificado
de fs. 154 donde se hace constar la transferencia de vehículos presuntamente
correspondientes a la comunidad de gananciales efectuada por el ahora
recurrente en fechas 10, 11 y 16 de noviembre de 2010; por el informe de fs.
155 a 158 emitido por el Director Distrital de Migración de la ciudad de Santa
Cruz, donde se hace constar que el registro de domicilio de José Luís Román
Ganggini es en la Avenida Nueva Asunción Nº 699; por el Informe psicosocial de
fs. 170 a 172 y vta. donde se hace constar la relación de hecho sostenida por
las partes ahora en litigio; por la boleta bancaria de fs. 354 donde se consigna
el domicilio del demandado. Prueba documental que se halla corroborada por
las declaraciones de los testigos de cargo (fs. 469 a 473) quienes conoce de la
relación de hecho por más de cinco años desde la gestión 2006 hasta el
noviembre de 2010 y manifiestan que a las partes ahora en litigio los veían
juntos en el ambiente comercial de la ciudad de Cochabamba, quienes eran
conocidos y considerados como marido y mujer, que el bautizo de su hija se hizo
en su casa ubicado en la calle Esteban Arce, que se entraban a su cuarto a
dormir, además que realizaban viajes entre Cochabamba y Santa Cruz por la
actividad comercial a la que se dedicaban, radicando en ambas ciudades.
Por otra parte, las facturas adjuntas por la parte demandada de fs. 229 a 233
datan desde fecha 30 de noviembre de 2010 hasta 27 de enero de 2011, es decir
que son posteriores a la conclusión de la relación de hecho; asimismo, las notas
de remisión y los recibos de fs. 234 a 240 corresponden a terceras personas que
no son parte del presente caso de autos; los recibos de fs. 241 a 251, 254 a 257,
260 a 261, 263 a 266, 462 no cumplen con las leyes tributarias, de consiguiente
no se constituyen en pruebas idóneas y fehacientes; igualmente los contratos
de arrendamiento de fs. 258 a 259 y vta. y 262 y vta., así como las literales de
fs. 279 a 291, 427 a 435 no desvirtúan la prueba detallada en el párrafo anterior
porque se constituyen en domicilios transitorios y correspondientes a la
actividad de comercio que desarrolla el demandado; los que en definitiva son
desvirtuados por el informe de fs. 155 a 158 emitido por el Director Distrital de
Migración de la ciudad de Santa Cruz, donde se hace constar que el registro de
domicilio de José Luís Román Ganggini es en la Avenida Nueva Asunción Nº
699, así como por el contrato de arrendamiento de fs. 252 a 253, además por
las declaraciones testificales de cargo y especialmente la declaración testifical
de Norah Jauregui de Fernández (fs. 471) quien como testigo directo y presencial
atestigua que conoce a las partes ahora en litigio por más de cinco años, que
los conoció porque él ocupó su casa en alquiler sin embargo y que al mes le vio
a la Sra. Luzgarda en la casa se imagina que el Sr. Román la trajo y ella comenzó
a vivir ahí, que: “lo que quiere decir es que ellos han vivido en su casa de Santa
Cruz, no sé si como concubinos o casados no sé pero vivían en pareja pero vivían
bien…Yo sé que ellos vivieron desde el año 2006 hasta el 02 de noviembre de
2010, el que se llevó las cosas cargando en dos movilidades ya antes vivían ellos
mal, la Sra. Luzgarda no estaba en la casa le comenté este hecho a mi hijo y el
sacó fotos cuando él se estaba yendo saco las fotos a los carros, desocupó todo
en 20 minutos…Si es cierto ellos vivían en mi casa en Santa Cruz donde
funcionaba una fábrica de jeans de pantalones…” corroboradas por las literales
de fs. 512 a 513. En tanto que los testigos de descargo de (fs. 475 a 480 y vta.),
no son concordantes en tiempos y lugares, en más no conocen a la actora a
pesar de que es él mismo demandado quien sostenía que desarrollaba una
actividad comercial con ella, lo que en definitiva no ha sido demostrado
fehacientemente, lo que les resta credibilidad a dichas atestaciones.
De donde se infiere que de forma libre, voluntaria y consentida las partes ahora
en litigio constituyeron un mismo domicilio, desarrollando una misma actividad
de trabajo de forma conjunta, procreando a la vez descendencia en dicha
relación, constituyendo de esta manera un hogar y haciendo vida en común en
forma estable y singular.
Sin embargo, se debe dejar claramente establecido que desde fecha 27 de junio
de 2002 hasta 06 de abril de 2008, el ahora demandado no contaba con el
requisito de la libertad de estado, porque ocultando su estado civil concurrió
de mala fe a la relación de hecho desde el 05 de marzo 2007 hasta el 06 de abril
de 2008, constituyendo de esta manera una relación de hecho irregular pues
no se había disuelto el vínculo conyugal de su anterior matrimonio que se había
realizado en la República del Perú, sin embargo, de la prueba analizado se
evidencia que en el presente caso de autos la conviviente concurrió a dicha
relación de buena fe, extremos estos que no han sido desvirtuados por la parte
demandada, pues la buena fe se presume y quien alega mala fe debe probarla,
por lo que en mérito a los efectos que dispone el segundo párrafo del art. 172
del Código de Familia, la relación de hecho irregular produce efectos similares
al matrimonio conforme establece el art. 159 del mismo Código de Familia, tanto
en las relaciones personales como patrimoniales de los convivientes en relación
al conviviente que concurrió de buena fe y no así en relación a quien concurrió
de mala fe. Lo que corresponde aplicar en la especie.
Por otra parte, se debe precisar asimismo que una vez que se hubo disuelto el
vínculo conyugal del ahora demandado, por sentencia ejecutoriada que se hubo
emitido por la Juez del 15º Juzgado Especializado de Familia en la República
del Perú, su relación de convivencia en este país se ha constituido en una
relación libre o hecho propiamente dicha con todos los efectos que establecen
los arts. 158 y 159 del Código de Familia, esto es, desde fecha 07 de abril de
2008 hasta el 30 de octubre de 2010, de consiguiente tiene todos los efectos del
matrimonio, en consecuencia se hacen partibles por igual la comunidad de
gananciales correspondientes a dicha fecha.
Por todo lo examinado, podemos concluir refiriendo que el impedimento legal
acusado por la parte recurrente, no resulta suficiente como para cambiar la
decisión asumida por el Tribunal de Alzada.
En consecuencia, el presente caso, corresponde resolver en la forma prevista
por el art. 220-II del Código Procesal Civil. Con la aclaración que los
fundamentos aquí expuestos son los que aclaran y complementan el Auto de
Vista Nº 24/2014 de 10 de octubre de 2014.
POR TANTO: La Sala Civil del Tribunal Supremo de Justicia del Estado
Plurinacional de Bolivia, con la facultad conferida por el art. 42.I num. 1) de la
Ley del Órgano Judicial de 24 de junio de 2010, y en aplicación del art. 220.II
del Código Procesal Civil, declara INFUNDADO el recurso de casación en la
forma y en el fondo de fs. 824 a 826 vta., interpuesto por José Luis Román
Ganggini contra el Auto de Vista Nº S-24/2014 de 10 de octubre de 2014,
cursante de fs. 819 a 821 vta., pronunciado por la Sala de Familia, Niñez y
Adolescencia del Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba. Con
costas y costos.
Se regula honorario profesional en la suma de Bs. 1.000.-
Regístrese, comuníquese y devuélvase.
Relator: Mgdo. Rómulo Calle Mamani.
ENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0069/2013
Sucre, 11 de enero de 2013

SALA PLENA
Magistrada Relatora:Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez
Acción de inconstitucionalidad concreta

Expediente:01325-2012-03-AIC
Departamento:Santa Cruz

En el recurso indirecto de inconstitucionalidad, -ahora acción de inconstitucionalidad


concreta- presentada por Orlando Parada Vaca ante Shirley Fátima Becerra Vaca, Jueza
Cuarta de Instrucción de Familia del departamento de Santa Cruz, demandando la
inconstitucionalidad del párrafo segundo del art. 172 del Código de Familia (CF), por ser
supuestamente contrario a los arts. 13.I, 62 y 63 referidos a la protección estatal del
matrimonio y la familia; 8.II, 14 y 62 que reconocen la igualdad y la no discriminación; y, 8.II,
9.II y 22 que proclaman la dignidad, todos de la Constitución Política del Estado (CPE).

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA


I.1. Relación sintética de la demanda

La accionante mediante memorial presentado el 10 de noviembre de 2009, cursante de fs.


7 a 12, refiere lo siguiente:

I.1.1. Hechos que motivan la acción

Dentro del proceso sumario de reconocimiento de unión irregular, ruptura unilateral y


ganancialidad de bienes instaurado por Ana Cristina Vaca Goméz contra su persona, solicita
se promueva el “recurso indirecto o incidental de inconstitucionalidad” contra el párrafo
segundo del art. 172 del CF, sosteniendo que en virtud a dicha norma pueden invocarse los
efectos del matrimonio en uniones inestables y plurales, cuando ambos cónyuges o sólo uno
de ellos estuvieron de buena fe.

Manifiesta que el matrimonio es el fundamento y núcleo central de la sociedad y se


constituye en una institución por los efectos jurídicos que genera, por ello mismo, goza de
protección estatal, así el art. 41 del CF, reconoce el matrimonio civil celebrado con los
requisitos de los arts. 44 y 46 al 50, y las formalidades de los arts. 55 al 61 del citado Código.

Esta institución goza de protección estatal por el art. 158 del CF, y es equiparable al
matrimonio de hecho o unión libre cuando se constituye hogar en forma estable y singular
con la concurrencia de los requisitos establecidos en los arts. 44 y 46 al 50 del aludido
Código.
En este marco, el párrafo primero del art. 172 del CF, previene que no produce efecto de
matrimonio las uniones inestables y plurales pero a la vez en su párrafo segundo permite
invocar los referidos efectos cuando ambos o sólo uno de los convivientes actuó de buena
fe, situación que rompe la estructura de la institución matrimonial al reconocer este tipo de
uniones con efectos similares al matrimonio “destruyendo todo el fundamento de esta
institución, que por su propia esencia es monogámico”.

Observa que si se pretende otorgar efecto patrimonial a la unión irregular debe


condicionarse a que la relación reúna los requisitos primero de estabilidad, ya que no pueden
protegerse uniones pasajeras o meramente transitorias y eventuales; y el segundo la libertad
de estado, pues de lo contrario se quebrantaría el régimen jurídico del matrimonio y su
correlato que es la familia devaluándolo jurídicamente con el estímulo de uniones irregulares
o imperfectas.

Indica que, las personas pueden escoger entre el matrimonio o la unión de hecho, es por
ello que para la validez de la protección extramatrimonial debe condicionarse a requisitos
similares a los del matrimonio pues de lo contrario “se les estaría danto un marco de
protección exorbitada”.

Concluye manifestando que las relaciones irregulares plurales en las que no exista libertad
de estado de uno o ambos convivientes no pueden generar efectos del matrimonio en
desmedro de la familia constituida conforme a la ley, así el art. 63.I de la CPE, protege el
matrimonio entre un hombre y una mujer que se constituye por vínculos jurídicos y su párrafo
segundo protege las uniones libres o de hecho “siempre que reúnan las condiciones de
singularidad y estabilidad y que no tenga impedimento legal”, aspecto que no sucede con
las uniones irregulares, por lo que “su reconocimiento debe estar limitado a los derechos de
los hijos habidos dentro de ellas o al derecho a merecer indemnización, pero jamás otorgarle
efecto del matrimonio porque se estaría legalizando las relaciones poligámicas, vulnerando
el sentido y espíritu de la institución matrimonial fundada en la monogamia” lo contrario haría
que “La institución del matrimonio dejaría de constituirse en el fundamento de la sociedad y
el Estado, para ser sustituida por relaciones anómalas e imperfectas…”.

Asimismo, sostiene que se vulnera el derecho a la igualdad y la no discriminación, pues la


norma privilegia “…las relaciones matrimoniales irregulares por encima del matrimonio
formalizado que ha cumplido con todos los requisitos exigidos por ley, es tratar a unos y a
otros de manera desigual violentando el derecho a la igualdad y, además, significa el
reconocimiento estatal a la discriminación”, en este sentido, mientras el vínculo matrimonial
no se haya disuelto toda relación afectiva o sentimental tiene naturaleza adulterina “…que
debe merecer protección pero no otorgarle los efectos del matrimonio” y que el hecho de
que se otorgue efectos casamiento a las relaciones establecidas fuera del matrimonio va en
desmedro de quienes tienen constituido un matrimonio.

Respecto a la dignidad, menciona que es afectado respecto a los cónyuges que no


son parte de la relación irregular y resume los fundamentos de su inconstitucionalidad en los
siguientes argumentos: a) El matrimonio reconocido por el ordenamiento jurídico es el
monogámico (arts. 13, 62 y 63 de la CPE); b) La ley sólo reconoce el matrimonio civil
celebrado conforme los requisitos y formalidades establecidos en el art. 41 del CF; c) El
reconocimiento de efectos del matrimonio civil a las uniones irregulares caracterizadas por
la ausencia de libertad de estado implica admitir dos relaciones matrimoniales al mismo
tiempo lo que pone en riesgo la supervivencia de la institución matrimonial como fundamento
y sustento de la sociedad y del Estado; d) El matrimonio está marcado y signado por rituales,
símbolos y requisitos que le otorgan el rol de la dignidad del hombre y de la mujer, en la
búsqueda de la familia y de su descendencia; y, e) El art. 240 del Código Penal (CP), tipifica
como bigamia al que contrajere matrimonio sin estar disuelto el anterior.

I.2.Trámite procesal del incidente y resolución de la audiencia administrativa

Por medio de Auto de 17 de septiembre de 2009, cursante de fs. 17 a 18 vta., la Jueza


Cuarta de Instrucción de Familia del departamento de Santa Cruz, Shirley Fátima Becerra
Vaca, rechazó el incidente de inconstitucionalidad y dispuso se eleven antecedentes en
consulta ante el Tribunal Constitucional.

I.3. Trámite en el Tribunal Constitucional Plurinacional

Por Auto 0701/2012-CA de 10 de agosto, cursante de fs. 140 a 145, la Comisión de Admisión
de este Tribunal revocó la Resolución 213/09 de 17 de septiembre de 2009, y admitió la
acción formulada por Orlando Parada Vaca, ordenando que se ponga en conocimiento del
personero legal del órgano emisor de la norma impugnada, acto que fue cumplido con la
ejecución de las notificaciones a Álvaro Marcelo García Linera, Presidente de la Asamblea
Legislativa Plurinacional, el 7 de noviembre de 2012 (fs. 242).

I.4.Alegaciones del personero del órgano que generó la norma impugnada

Por memorial presentado el 26 de noviembre de 2012, cursante de fs. 250 a 254, Álvaro
Marcelo García Linera, Presidente de la Asamblea Legislativa Plurinacional, expuso que el
matrimonio de hecho surge como una necesidad por la realidad existente, siempre y cuando
se cumplan los requisitos legales, privándose de efecto jurídico a las relaciones irregulares
salvo hubiesen sido constituidas de buena fe, lo que no implica el reconocimiento del
matrimonio de hecho, pues para ello deben concurrir los supuestos contenidos en la ley.

Ahora bien, se ignora que justamente es la ley familiar la que sanciona el adulterio como
una causal de divorcio, ello justamente en atención a la protección de la familia y el
matrimonio como base fundamental de la sociedad lo que desvirtúa que la norma impugnada
este reconociendo “matrimonios plurales”.
Observa que en el escrito de solicitud no existe justificación concreta que evidencie la
vulneración respecto a los artículos constitucionales descritos y en todo caso que el
reconocimiento a ciertos efectos a las uniones irregulares no anula, ni afecta el matrimonio
civil existente.

Respecto a la igualdad, la norma impugnada no privilegia las uniones irregulares sobre el


matrimonio civil, puesto que el ordenamiento jurídico no reconoce este tipo de relaciones, y
respecto a la dignidad sostiene que al reconocérsele efectos jurídicos dentro de una unión
irregular a favor de quienes inician una unión libre de buena fe se protege la dignidad de los
mismos, por lo que pide se declare la constitucionalidad del segundo párrafo art. 172 del
CF.

II. CONCLUSIONES

Del atento análisis y compulsa de los antecedentes, se establecen las siguientes


conclusiones:

II.1.El art. 172 del CF, elevado a rango de ley por la Ley 996 de 4 de abril de 1998, establece
que las: “Uniones irregulares. No producen los efectos anteriormente reconocidos, las
uniones inestables y plurales, así como las que no reúnen los requisitos prevenidos por los
artículos 44 y 46 al 50 del presente Código, aunque sean estables y singulares.

Sin embargo, en este último caso pueden ser invocados dichos efectos por los convivientes,
cuando ambos estuvieron de buena fe, y aún por uno de ellos, si sólo hubo buena fe de su
parte, pero no por el otro.

Queda siempre a salvo el derecho de los hijos”.

II.2.Las normas invocadas de la Constitución para la realización del examen de


constitucionalidad son:

“Artículo 8.II. El Estado se sustenta en los valores de unidad, igualdad, inclusión, dignidad,
libertad, solidaridad, reciprocidad, respeto, complementariedad, armonía, transparencia,
equilibrio, igualdad de oportunidades, equidad social y de género en la participación, bienes
común, responsabilidad, justicia social, distribución y redistribución de los productos y bienes
sociales, para vivir bien”.

“Artículo 13.I. Los derechos reconocidos por esta Constitución son inviolables, universales,
interdependientes, indivisibles y progresivos. El Estado tiene el deber de promoverlos,
protegerlos y respetarlos”.

“Artículo 14.II. El Estado prohíbe y sanciona toda forma de discriminación fundada en razón
de sexo, color, edad, orientación sexual, identidad de género, origen, cultura, nacionalidad,
ciudadanía, idioma, credo religioso, ideología, filiación política o filosófica, estado civil,
condición económica o social, tipo de ocupación, grado de instrucción, discapacidad,
embarazo, u otras que tengan por objetivo o resultado anular o menoscabar el
reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los derechos de toda
persona”.

“Artículo 22. La dignidad y la libertad de la persona son inviolables. Respetarlas y protegerlas


es deber primordial del Estado”.
“Art. 62. El Estado reconoce y protege y protege a las familias como el núcleo fundamental
de la sociedad, y garantizará las condiciones sociales y económicas necesarias para su
desarrollo integral. Todos sus integrantes tienen igualdad de derechos, obligaciones y
oportunidades”.

“Artículo 63.I. El matrimonio entre una mujer y un hombre se constituye por vínculos jurídicos
y se basa en la igualdad de derechos y deberes de los cónyuges.

II. Las uniones libres o de hecho que reúnan condiciones de estabilidad y singularidad, y
sean mantenidas entre una mujer y un hombre sin impedimento legal, producirán los mismos
efectos que el matrimonio civil, tanto en las relaciones personales y patrimoniales de los
convivientes como en lo que respecta a las hijas e hijos adoptados o nacidos de aquéllas”.

III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

La presente acción cuestiona la constitucionalidad del párrafo segundo del art. 172 del CF,
al ser incompatible con los arts. 115.II, 116.I y 117.I de la CPE; alegando que la norma
reclamada es supuestamente contraria a los arts. 13.I, 62 y 63 que refieren a la protección
estatal del matrimonio y la familia; 8.II, 14 y 62 que reconocen la igualdad y la no
discriminación; y, 8.II, 9.II y 22 que proclama la dignidad, todos de la CPE.

III.1.Exordio al matrimonio en el régimen constitucional

Así como parece existir en el ser humano la necesidad de unirse a otros para el logro de sus
objetivos, también resulta natural a la persona humana la tendencia a la unión conyugal.

El art. 63.I de la CPE, establece que: “El matrimonio entre una mujer y un hombre se
constituye por vínculos jurídicos y se basa en la igualdad de derechos y deberes de los
cónyuges”, relación jurídica familiar protegida por la Constitución y la ley pero fundada en
una relación sentimental de lealtad entre cónyuges cuya constitución se produce desde el
reconocimiento oficial por parte del Estado siempre y cuando se cumplan los requisitos
establecidos en la ley.

El Constituyente adoptó una opción valorativa clara en sentido de que el


matrimonio se produce entre dos cónyuges, rechazándose las relaciones poligámicas, valor
preponderante históricamente en nuestro país y que concuerda con la igualdad de derechos
y deberes dentro del matrimonio y la equidad de género.

Así, el art. 63.II de la CPE, establece: “Las uniones libres o de hecho que reúnan condiciones
de estabilidad y singularidad, y sean mantenidas entre una mujer y un hombre sin
impedimento legal, producirán los mismos efectos que el matrimonio civil, tanto en las
relaciones personales y patrimoniales de los convivientes como en lo que respecta a las
hijas e hijos adoptados o nacidos de aquéllas”, que implica un reconocimiento oficial de una
relación familiar desde su constitución -efecto declarativo- para lo que se requiere
estabilidad, permanencia, capacidad para contraer nupcias y libertad de estado, último
requisito que permite preservar la institución del matrimonio monogámico.

III.2.Juicio de constitucionalidad del art. 172 del CF en su segundo párrafo

El entonces incidentista manifiesta que el art. 172 de CF, previene que no producen efecto
de matrimonio las uniones inestables y plurales pero que a la vez el segundo párrafo de
dicha norma permite invocar efectos de un matrimonio cuando ambos o sólo uno de los
convivientes actuó de buena fe “destruyendo -a criterio del accionante- todo el fundamento
del matrimonio, que por su propia esencia es monogámico”.

El accionante entiende que el matrimonio reconocido y por tanto protegido es precisamente


el reconocido expresa y oficialmente por el Estado (art. 44 y 46 al 50 y 55 al 61 del CF)
conforme los requisitos y formalidades del art. 41 del referido Código, en este sentido, las
personas, indica, pueden escoger entre el matrimonio o la unión de hecho y por ello la
validez de la protección extramatrimonial debe condicionarse a requisitos similares a los del
matrimonio pues de lo contrario “se les estaría danto un marco de protección exorbitada”.

Concluye este tema sosteniendo que para que el matrimonio de hecho o unión libre
produzca los mismos efectos y sea equiparable al matrimonio civil, es necesario la libertad
de estado, lo contrario entiende quebrantaría el régimen jurídico del matrimonio y su
correlato que es la familia, ello porque el matrimonio reconocido por el ordenamiento jurídico
constitucional es el monogámico (arts. 13, 62 y 63 de la CPE), es decir, cuestiona la
posibilidad de otorgarse efectos similares al matrimonio en una unión libre cuando ambos o
sólo uno de los convivientes actuaron de buena fe.

Ahora bien, el art. 63.II de la CPE, dispone que: “Las uniones libres o de hecho que reúnan
condiciones de estabilidad y singularidad, y sean mantenidas entre una mujer y un hombre
sin impedimento legal, producirán los mismos efectos que el matrimonio civil, tanto en las
relaciones personales y patrimoniales de los convivientes como en lo que respecta a las
hijas e hijos adoptados o nacidos de aquéllas”.

En este sentido, este Tribunal observa que el hoy accionante confunde entre el reconocer
una unión libre o de hecho referida en el art. 63.II de la CPE, con reconocer efectos similares
a favor de convivientes que actuaron de buena fe en uniones irregulares por las siguientes
razones:

·Las uniones de hecho irregulares no pueden alcanzar el reconocimiento estatal de relación


familiar, pero ello no significa que durante su vigencia no puedan generar obligaciones para
los convivientes de buena fe, pues independientemente al tiempo transcurrido la convivencia
genera expectativas protegidas por el derecho respecto a bienes adquiridos en ese interín,
ello en razón a que debe presumirse que se aportaron para un objetivo común como es el
bienestar futuro de los convivientes.

·El Constituyente protegió de forma especial al matrimonio y el Legislador ordinario con su


libertad configuradora protegió a los terceros de buena fe, no reconociendo un matrimonio
de hecho similar al matrimonio civil sino reconociendo los efectos de la convivencia que
legítimamente se creía tener, es decir, no como resultado de una relación jurídico familiar
sino de un acto de naturaleza privada realizado en atención al derecho al libre desarrollo de
la personalidad y la libertad que perdura en el tiempo como es la unión de hecho irregular.

·No resultaría proporcional a una o un conviviente de buena fe que en una relación que se
presume fundada en una relación sentimental y que en general aspira a la permanencia
deba asumir el riesgo de la misma pues el reconocimiento constitucional de las uniones de
hecho sería todo lirismo, en este sentido, el derecho en general protege la buena fe y la
dimensión social del Estado de Derecho (art. 1 de la CPE), otorga una especial protección
al inocente, otro entendimiento podría provocar que un conviviente de mala fe se beneficie
de su propio dolo.

·A este Tribunal le es claro que la familia se protege por la norma pero se funda en el ejercicio
de valores y prácticas de lealtad de forma que todo perjuicio a terceros de una relación de
hecho irregular no proviene de la ley sino de la conducta de los convivientes, de forma que
si la buena fe se lesionó por un conviviente este Tribunal no puede lesionar la protección de
la buena fe.

·Finalmente se reitera que la norma impugnada no reconoce relación matrimonial alguna


sino efectos respecto a los convivientes de buena fe y mientras dure esta, por lo que es clara
la diferencia entre el efecto patrimonial del familiar, en consecuencia no lesiona el art. 63.II
de la CPE.
Respecto al derecho a la igualdad y la no discriminación, el accionante sostiene que la norma
impugnada privilegia “…las relaciones matrimoniales irregulares por encima del matrimonio
formalizado que ha cumplido con todos los requisitos exigidos por ley, es tratar a unos y a
otros de manera desigual violentando el derecho a la igualdad y, además, significa el
reconocimiento estatal a la discriminación”; en este sentido, para el accionante mientras el
vínculo matrimonial no se haya disuelto, toda relación afectiva o sentimental tiene naturaleza
adulterina “…que debe merecer protección pero no otorgarle los efectos del matrimonio…”;
sin embargo, debe observar este Tribunal que todo test de igualdad conlleva un análisis
relacional, aspecto que requiere que el accionante al menos establezca las diferencias y
similitudes que busca sean consideradas y aporte una carga argumentativa mínima sobre la
forma en que dicha relación vulnera el texto constitucional, así en el presente caso conforme
lo desarrollado ut supra, si el matrimonio implica una relación familiar que genera
obligaciones mutuas a los cónyuges (art. 63 de la CPE) en cambio la uniones de hecho
irregulares generan simplemente para los convivientes de buena fe derechos patrimoniales
enmarcados en actos privados de disposición, no se cuentan con elementos mínimos en la
solicitud que relacionen ambas figuras jurídicas para que este Tribunal pueda ingresar al
fondo del referido cargo de inconstitucionalidad.

En lo referente al cargo de vulneración de la dignidad, el accionante se limita a sostener que


se afectaría la dignidad de los cónyuges que no son parte de la relación irregular pero
considerando que la dignidad en la jurisprudencia se entiende como: “…la facultad que tiene
toda persona de exigir de los demás un trato acorde con su condición humana…” (SC
1714/2004-R de 25 de octubre) no se explica mínimamente en el entonces incidente de
inconstitucionalidad cómo un efecto normativo previsto por el legislador ordinario para
proteger a un conviviente de buena fe que puede originarse en la mala fe del otro conviviente
provoca una vulneración a la dignidad del cónyuge que no forma parte de la relación de
hecho irregular, por lo que al no evidenciarse la existencia de un cargo de
inconstitucionalidad concreto corresponde inhibirse sobre dicha temática.

POR TANTO

El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Plena en virtud de la jurisdicción que


ejerce, por mandato de los arts. 132 de la Constitución Política del Estado y 109 y ss. de la
Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional, en consulta, declara:

1°La CONSTITUCIONALIDAD del párrafo segundo del art. 172 del CF, respecto
al cargo de inconstitucionalidad contenido en el entonces recurso indirecto de
inconstitucionalidad interpuesto;

2°La IMPROCEDENCIA de la ahora acción de inconstitucionalidad concreta


respecto a los derechos a la igualdad, la no discriminación y la dignidad, al no haberse
evidenciado la existencia de un cargo de inconstitucionalidad concreto.

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Plurinacional.

Se hace constar que no intervienen los Magistrados Dr. Ruddy José Flores Monterrey por
encontrarse en viaje oficial y Tata Gualberto Cusi Mamani por encontrase con baja medica
firmando en suplencia legal el Dr. Macario Lahor Cortez Chávez.

Fdo. Neldy Virginia Andrade Martínez


MAGISTRADA

Fdo. Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños


MAGISTRADA

Fdo. Efren Choque Capuma


MAGISTRADO

Fdo. Soraida Rosario Chánez Chire


MAGISTRADA

Fdo. Macario Lahor Cortez Chávez.


MAGISTRADO

Fdo. Mirtha Camacho Quiroga


MAGISTRADA

Debemos partir de la premisa de que no son equiparables las uniones


de hecho y el matrimonio. De hecho, la doctrina jurisprudencial del
Tribunal Supremo, en línea con la del Tribunal Constitucional, se ha
preocupado de precisar que la unión de hecho —condición adquirida
siempre y cuando los convivientes se inscriban en el Registro de
Parejas de Hecho correspondiente— es una institución que nada
tiene que ver con el matrimonio, aunque una y otra se sitúen dentro
del derecho de familia.

Es más, actualmente, como dice la sentencia del Tribunal Supremo de


12 de septiembre de 2005, con la existencia del matrimonio
homosexual y el divorcio unilateral, se puede proclamar que la
unión de hecho está formada por personas que no quieren, en
absoluto, contraer matrimonio con sus consecuencias.

Precisamente es la voluntad de eludir las consecuencias derivadas del


vínculo matrimonial la que explica el rechazo desde la jurisprudencia
de aplicar por «analogía legis»” las normas propias del matrimonio a
las uniones de hecho.

No obstante, según Mónica Ruiz, socia de ABA


Abogadas y especialista en Derecho Laboral y de Familia, cuando
las Comunidades Autónomas –ya que no existe una ley de ámbito
estatal- regulan sus leyes han extendido derechos o prestaciones del
matrimonio a las parejas de hecho debidamente inscritas.

Según esta especalista, las diferencias más significativas radican en


cuestiones hereditarias, fiscales y de liquidación del patrimonio común.
También advierte que «hay que ver la regulación existente en el lugar
de residencia, ya que a diferencia del matrimonio, cada Comunidad
Autónoma tiene su propia legislación y no todas confieren los mismos
derechos».

Estas son a grandes rasgos, las principales diferencias y simulitudes


descritas por Mónica Ruiz:
Régimen jurídico y requisitos

El artículo 44 del Código Civil (CC) –norma estatal— dispone que el


matrimonio es la unión estable y permanente de dos personas del
mismo o diferente sexo. Tramitado el expediente previo, conforme a la
legislación del Registro Civil y acreditada la capacidad matrimonial
(artículo 56 CC), los contrayentes expresarán su consentimiento
ante la autoridad competente (artículo 57 CC) y dos testigos,
extendiéndose la inscripción o el acta correspondiente que se
inscribirá necesariamente en el Registro Civil correspondiente.

No podrán contraer matrimonio bajo pena de nulidad:

—Los menores de edad no emancipados.

—Personas ligadas con vínculo matrimonial previo no disuelto.

—Colaterales por consanguinidad hasta el tercer grado.

—Condenado como autor o cómplice de la muerte dolosa del cónyuge


anterior, salvo dispensa, otorgada por el Ministerio de Justicia.

Respecto a las uniones de hecho, como ya se ha comentado, no


existe en nuestro ordenamiento jurídico una legislación de aplicación
general en el ámbito de todo el Estado que regule las uniones de
hecho. Sólo diversas Comunidades Autónomas han dictado normas
para regular las parejas de hecho, entre ellas Madrid mediante la Ley
11/2001, de 19 de diciembre, de Uniones de Hecho de la Comunidad
de Madrid (BOCM nº 3, de 3 de enero de 2002) y el Decreto 134/2002,
de 18 de julio, de Uniones de Hecho de la Comunidad de Madrid
(BOCM nº 176, de 26 de julio), que aprobó la Ley de Uniones de
Hecho, regulando la situación de aquellas personas que opten por
esta forma de convivencia en pareja y publicando en el Reglamento
del Registro de Uniones de Hecho de la Comunidad de Madrid el
procedimiento para la inscripción en el Registro.

Debido a que cada Comunidad Autónoma tiene su propia


normativa,existen muchas desigualdades entre los ciudadanos en
función de donde residan, a diferencia del matrimonio que cuenta con
una norma estatal. De ahí la necesidad de una regulación estatal.
Definición

En cuanto a su definición, ha sido la doctrina y la jurisprudencia las


que han ido perfilando dicha institución jurídica. Se puede definir
como una unión libre, pública y estable de dos personas con
independencia de su orientación sexual, siempre que guarden
entre sí una relación de afectividad análoga con el matrimonio, siendo
incompatible con cualquier matrimonio de los convivientes.

Dispone el artículo 1 de la Ley de Uniones de Hecho de la Comunidad


de Madrid que la presente Ley será de aplicación a las personas que
convivan en pareja, de forma libre, pública y notoria, vinculadas de
forma estable, al menos durante un período ininterrumpido de
doce meses, existiendo una relación de afectividad, siempre que
voluntariamente decidan someterse a la misma mediante
la inscripción de la unión en el Registro de Uniones de Hecho de la
Comunidad de Madrid.

Por tanto, esta condición se adquiere mediante la inscripción, que


tiene por tanto carácter constitutivo y se acredita mediante
certificación expedida por el Registro. En caso de que no conste la
inscripción, no ha lugar a la aplicación de la ley.
Los requisitos exigidos para la inscripción

—Ser mayor de edad

—Que la pareja lleve uno o dos años de convivencia. Se acredita


mediante declaraciones de convivencia firmadas por testigos.

—No estar casado

—Que uno de los miembros esté empadronado en esa Comunidad


Autónoma, lo que se acredita mediante certificado de
empadronamiento.

—Que en el trámite de inscripción estén presentes dos testigos


además de la pareja.

No podrán formar parejas de hecho:

—Los menores de edad no emancipados

—Los que estén ligados por vínculo matrimonial no separados


judicialmente.

—Las personas que forman una unión estable con otra persona.

—Los parientes en línea directa por consanguinidad o adopción.

—Los parientes colaterales por consanguinidad o adopción dentro del


tercer grado.

—No puede pactarse la constitución de una pareja estable no casada


con carácter temporal ni someterse a condición.
Relaciones paternofiliales

En caso de ruptura, las medidas a fijar en relación a los hijos son las
mismas,se haya contraído matrimonio o no, en aplicación del
principio de igualdad que impide todo trato discriminatorio y la expresa
protección a la familia –artículos 40 y 39.1. de la Constitución
Española—.

La única diferencia es que, en caso de matrimonio, el procedimiento


donde se van a dilucidar estas medidas es en un procedimiento de
separación o divorcio que puede ser de mutuo acuerdo –mediante la
firmar de un convenio regulador— o contencioso. Y en el caso de las
parejas de hecho, el procedimiento a interponer es el de medidas
paternofiliales, que se trata también de un procedimiento verbal que
puede ser de mutuo acuerdo, suscribiendo los progenitores un
convenio regulador, o contencioso.
Pensión compensatoria en caso de ruptura

En el caso de ruptura de la pareja, algunas Comunidades


Autónomasregulan una pensión compensatoria para el miembro que
ha resultado desfavorecido, pero otras no lo recogen. No
obstante, los miembros deben pactarlo expresamente y recogerlo
en una escritura pública ya que, como dispone el artículo 4.3. de la
Ley de Uniones de Hecho de la Comunidad de Madrid «a falta de
pacto se presumirá, salvo prueba en contrario, que los miembros de la
unión contribuyen equitativamente al sostenimiento de las cargas de
ésta en proporción a sus recursos», debiendo acudir el miembro
desfavorecido a la vía judicial.

Y la diferencia fundamental radica en el hecho de que, en caso de


matrimonio el cónyuge desfavorecido podrá solicitar la pensión
compensatoriaen el propio procedimiento de separación o divorcio.
Mientras que el conviviente no podrá hacerlo en el procedimiento
verbal de medidas paternofiliales, sino que tendrá que acudir a un
procedimiento distinto: juicio declarativo ordinario en reclamación
de compensación económica por ruptura de pareja de hecho, juicio
más complejo y costoso.
Régimen económico

Aquí también hay notables diferencias ya que los cónyuges cuando


contraen matrimonio su régimen económico está definido legalmente y
será el de gananciales, separación de bienes o la partición en
ganancias.

Para las uniones de hecho no existe ningún régimen económico, ya


que prevalece la autonomía de la voluntad. Como dispone el artículo 4
de la Ley de Uniones de Hecho de la Comunidad de Madrid «los
miembros de la unión de hecho podrán establecer válidamente en
escritura pública los pactos que consideren convenientes para regir
sus relaciones económicas durante la convivencia y para liquidarlas
tras su cese».

De modo que las relaciones económicas entre los miembros de esas


uniones están sujetas al principio de la autonomía de la voluntad
(artículo 1255 del CC), pudiendo celebrar entre ellos los pactos que
estimen oportunos para ordenar sus relaciones
económicas, pudiendo elegir entre cualquiera de los
patronesposibles (separación de bienes, comunidad de bienes
ordinaria, régimen de participación, etc.). Si bien, los pactos no
pueden ser contrarios a las leyes,limitativos de la igualdad de
derechos que corresponde a cada conviviente o gravemente
perjudiciales para uno de ellos, porque en ese caso serán nulos y
carecerán de validez.

En caso de no existir pactos expresos, habrá que examinar si existen


pactos tácitos (facta concludentia) entre los convivientes que acrediten
la voluntad de poner en común todos los bienes y constituir una
comunidad universal de los bienes. En cualquier caso, el
procedimiento a interponer es un declarativo ordinario y se alegaría la
teoría del enriquecimiento injusto.
Pensión de viudedad

También existen diferencias en el acceso a la pensión de viudedad de


la Seguridad Social. En el caso de matrimonio, los cónyuges van a
tener derechocon independencia del tiempo de duración del
matrimonio y con independencia de los ingresos del superviviente. Sin
embargo, para que un conviviente pueda cobrar la pensión en caso de
fallecimiento de su pareja debe acreditar:

1.- Que han sido pareja de manera ininterrumpida durante dos años
con anterioridad a la defunción. Es decir, que lleven inscritos durante
dos años, lo cual podrán probar mediante una certificación expedida
por el registro de uniones de hechos correspondiente.
2.- Además de la inscripción en el registro durante dos años, también
debe probarse una convivencia ininterrumpida en los cinco años
anteriores al fallecimiento. Se podrá acreditar mediante un
certificado de empadronamiento en la misma residencia.

3.- Los ingresos del superviviente no pueden superar un


determinado límiteque fijará cada Comunidad Autónoma.
Sucesiones y Donaciones

Es donde radican las mayores diferencias ya que los convivientes no


tienen derecho a heredar de su pareja, de forma que es necesario
otorgar testamento respetando los derechos sucesorios de los
herederos forzosos. De modo que si son propietarios de un inmueble
por mitad y en régimen de proindiviso, el superviviente no heredará
la otra mitad sino sus herederos legales.

En caso de matrimonio, el cónyuge viudo tiene derecho al usufructo


del tercio de mejora.
Fiscalidad

A diferencia de los cónyuges, los convivientes no pueden tributar


en el modo de declaración conjunta del IRPF. Sólo pueden hacerlo
de manera individual. Mientras que los cónyuges pueden optar por
hacerlo de manera conjunta o de manera independiente.

En donaciones, los convivientes no disfrutan de las exenciones


fiscales autonómicas de las que sí disfrutan los cónyuges. No
obstante, tanto los cónyuges como los convivientes pueden acceder a
subvenciones, viviendas públicas, concesión de ayudas y becas y
exenciones fiscales en su tramo autonómico.
Permisos laborales retribuidos.

Los convivientes, igual que los cónyuges, pueden disfrutar del permiso
laboral por enfermedad grave o muerte del otro conviviente.
Igualmente, tanto los cónyuges como las parejas de hecho disfrutan
de los mismos permisos por paternidad o maternidad.
El personal funcionario tiene derecho a la obtención del permiso de
quince días por matrimonio o inscripción como pareja de hecho en el
correspondiente registro público. Si los convivientes trabajan en
la empresa privada, el Estatuto de los Trabajadores no contempla
para ellos el permiso. De modo que, sólo disfrutarán del permiso de
quince días si el Convenio Colectivo del sector de aplicación lo prevé y
reconoce.
Asistencia sanitaria

También el conviviente va a poder disfrutar de asistencia sanitaria


siempre y cuando demuestre la convivencia continuada durante un
año mediante la inscripción en el registro.
Arrendamientos

En caso de fallecimiento del miembro titular del contrato, la Ley de


Arrendamientos Urbanos contempla el derecho de subrogación real de
la pareja, siempre que se acrediten dos años de convivencia mediante
la inscripción en el registro.
Adopción

Pueden hacerlo pero en la práctica es más difícil superar las


exigencias burocráticas.
Disolución

El matrimonio se disuelve:

—Por la muerte del cónyuge

—Transcurridos tres meses desde la celebración del matrimonio, el


mismo se puede disolver, a petición de solo uno de ellos, por divorcio,
no siendo necesario alegar causa alguna. De hecho, cualquier
alegación o pregunta en este sentido en juicio es declarada
impertinente.

Las uniones de hecho se disuelven:

—De común acuerdo, notificándolo e inscribiéndose en el registro.


—Por decisión unilateral de uno de los miembros de la unión,
notificada al otro por cualquiera de las formas admitidas en Derecho.
La cancelación de la inscripción puede efectuarse a instancia de uno
solo de los miembros y será el Encargado del Registro quien
comunicará a la otra parte dicha cancelación.

—Por muerte de uno de los miembros.

—Por separación de hecho de más de seis meses.

—Por matrimonio de uno de los miembros.


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