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VISTOS: El recurso de casación de fs. 197 a 200 vta., formulado por Susana
Saenz Romero, contra el Auto de Vista de Nº 08/14 de 15 de octubre de 2014
de fs. 190 a 191, pronunciado por el Juzgado Segundo de Partido de Familia de
la Ciudad de Santa Cruz, en el proceso de Reconocimiento de Unión Conyugal
Libre o de Hecho, seguido por Susana Saenz Romero contra Pastor Quispe
Achocalla; concesión de fs. 205 y:
Resolución que fue apelada por Susana Saenz Romero por memorial de fs. 165
a 168.
En la parte final del punto abordado (II) concreta señalando que: “La valoración
y apreciación de la prueba realizada por los jueces de instancia TRANSGREDE
TOTALMENTE lo determinado por el Art. 1286 del Código Civil, concordante con
el Art. 397 del Código de Procedimiento Civil, no se dio a la prueba el valor que
tiene conforme a ley y se sobrevaloró la que fue creada por el demandado
consiguiéndose sorprender a la autoridad jurisdiccional y asimismo en la
resolución recurrida no se utilizó el prudente criterio, el razonamiento lógico,
análisis y compulsa de las pruebas, contraviniendo la norma citada y violando la
normativa conforme al art. 253 num. 1) y 3) del Código de Procedimiento Civil.”
1.- Primero que el Auto de Vista emitido en la presente causa data de fecha 15
de octubre de 2014, es decir antes de la vigencia del Código de las Familias y
del Proceso Familiar Ley No. 603 que cataloga a la comprobación de matrimonio
o de unión libre como proceso extraordinario (Art. 434. Inc. e), que ya no permite
recurso de casación como se verifica del contenido del art. 444 de la norma
abordada. No obstante ello al haberse emitido resolución antes de su vigencia
es pertinente resolver el recurso de casación formulado.
2.- Por otro lado, corresponde aclarar que en el caso en estudio, se emitió un
anterior Auto Supremo por el Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz
que corre de fs. 213 a 216 de obrados (Cuando ese tribunal fungía como
Tribunal de casación), que sin embargo fue dejado sin efecto por resolución del
Tribunal de Garantías conforme se verifica del Acta de audiencia de Acción de
Amparo Constitucional de fs. 236 a 243, y no obstante que no se halla arrimado
a obrados, este Tribunal Supremo constató que en revisión por el Tribunal
Constitucional Plurinacional emitió Sentencia Constitucional Plurinacional No.
0574/2016-S1 de 23 de mayo de 2016 por el que confirmó la Resolución de 18
de enero de 2016 del Tribunal de Garantías.
POR TANTO: La Sala Civil del Tribunal Supremo de Justicia del Estado
Plurinacional de Bolivia, con la facultad conferida por el art. 42.I num. 1) de la
Ley Nº 025 del Órgano Judicial, en aplicación a lo previsto por el art. 401.I inc.
d) de la Ley Nº 603 Código de las Familias y del Proceso Familiar CASA el Auto
de Vista Nº 08/14 de 15 de octubre de 2014 de fs. 190 a 191 dictado por el
Juzgado Segundo de Partido de Familia, y deliberando en el fondo REVOCA la
Sentencia de fs. 154 a 157 declarando PROBADA la pretensión incoada por
demanda de fs. 41 a 42 vta., por Susana Sáenz Romero, y se reconoce el inicio
de esa unión entre la actora y el demandado Pastor Quispe Achocalla en el año
1978, con la aclaración que desde esa fecha al 20 de julio 1982 existió unión
irregular, y de la última fecha a abril del año 2013 –fecha de interposición de la
demanda- como unión libre o de hecho.
Lo referido a los bienes adquiridos en la vigencia de la unión libre o de hecho,
se deriva a ejecución de sentencia.
Regístrese, comuníquese y devuélvase.
Relator: Mgdo. Rómulo Calle Mamani.
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0069/2013
Sucre, 11 de enero de 2013
SALA PLENA
Magistrada Relatora:Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez
Acción de inconstitucionalidad concreta
Expediente:01325-2012-03-AIC
Departamento:Santa Cruz
Esta institución goza de protección estatal por el art. 158 del CF, y es equiparable al
matrimonio de hecho o unión libre cuando se constituye hogar en forma estable y singular
con la concurrencia de los requisitos establecidos en los arts. 44 y 46 al 50 del aludido
Código.
En este marco, el párrafo primero del art. 172 del CF, previene que no produce efecto de
matrimonio las uniones inestables y plurales pero a la vez en su párrafo segundo permite
invocar los referidos efectos cuando ambos o sólo uno de los convivientes actuó de buena
fe, situación que rompe la estructura de la institución matrimonial al reconocer este tipo de
uniones con efectos similares al matrimonio “destruyendo todo el fundamento de esta
institución, que por su propia esencia es monogámico”.
Indica que, las personas pueden escoger entre el matrimonio o la unión de hecho, es por
ello que para la validez de la protección extramatrimonial debe condicionarse a requisitos
similares a los del matrimonio pues de lo contrario “se les estaría danto un marco de
protección exorbitada”.
Concluye manifestando que las relaciones irregulares plurales en las que no exista libertad
de estado de uno o ambos convivientes no pueden generar efectos del matrimonio en
desmedro de la familia constituida conforme a la ley, así el art. 63.I de la CPE, protege el
matrimonio entre un hombre y una mujer que se constituye por vínculos jurídicos y su párrafo
segundo protege las uniones libres o de hecho “siempre que reúnan las condiciones de
singularidad y estabilidad y que no tenga impedimento legal”, aspecto que no sucede con
las uniones irregulares, por lo que “su reconocimiento debe estar limitado a los derechos de
los hijos habidos dentro de ellas o al derecho a merecer indemnización, pero jamás otorgarle
efecto del matrimonio porque se estaría legalizando las relaciones poligámicas, vulnerando
el sentido y espíritu de la institución matrimonial fundada en la monogamia” lo contrario haría
que “La institución del matrimonio dejaría de constituirse en el fundamento de la sociedad y
el Estado, para ser sustituida por relaciones anómalas e imperfectas…”.
Por memorial presentado el 26 de noviembre de 2012, cursante de fs. 250 a 254, Álvaro
Marcelo García Linera, Presidente de la Asamblea Legislativa Plurinacional, expuso que el
matrimonio de hecho surge como una necesidad por la realidad existente, siempre y cuando
se cumplan los requisitos legales, privándose de efecto jurídico a las relaciones irregulares
salvo hubiesen sido constituidas de buena fe, lo que no implica el reconocimiento del
matrimonio de hecho, pues para ello deben concurrir los supuestos contenidos en la ley.
Ahora bien, se ignora que justamente es la ley familiar la que sanciona el adulterio como
una causal de divorcio, ello justamente en atención a la protección de la familia y el
matrimonio como base fundamental de la sociedad lo que desvirtúa que la norma impugnada
este reconociendo “matrimonios plurales”.
Observa que en el escrito de solicitud no existe justificación concreta que evidencie la
vulneración respecto a los artículos constitucionales descritos y en todo caso que el
reconocimiento a ciertos efectos a las uniones irregulares no anula, ni afecta el matrimonio
civil existente.
II. CONCLUSIONES
II.1.El art. 172 del CF, elevado a rango de ley por la Ley 996 de 4 de abril de 1998, establece
que las: “Uniones irregulares. No producen los efectos anteriormente reconocidos, las
uniones inestables y plurales, así como las que no reúnen los requisitos prevenidos por los
artículos 44 y 46 al 50 del presente Código, aunque sean estables y singulares.
Sin embargo, en este último caso pueden ser invocados dichos efectos por los convivientes,
cuando ambos estuvieron de buena fe, y aún por uno de ellos, si sólo hubo buena fe de su
parte, pero no por el otro.
“Artículo 8.II. El Estado se sustenta en los valores de unidad, igualdad, inclusión, dignidad,
libertad, solidaridad, reciprocidad, respeto, complementariedad, armonía, transparencia,
equilibrio, igualdad de oportunidades, equidad social y de género en la participación, bienes
común, responsabilidad, justicia social, distribución y redistribución de los productos y bienes
sociales, para vivir bien”.
“Artículo 13.I. Los derechos reconocidos por esta Constitución son inviolables, universales,
interdependientes, indivisibles y progresivos. El Estado tiene el deber de promoverlos,
protegerlos y respetarlos”.
“Artículo 14.II. El Estado prohíbe y sanciona toda forma de discriminación fundada en razón
de sexo, color, edad, orientación sexual, identidad de género, origen, cultura, nacionalidad,
ciudadanía, idioma, credo religioso, ideología, filiación política o filosófica, estado civil,
condición económica o social, tipo de ocupación, grado de instrucción, discapacidad,
embarazo, u otras que tengan por objetivo o resultado anular o menoscabar el
reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los derechos de toda
persona”.
“Art. 62. El Estado reconoce y protege y protege a las familias como el núcleo fundamental
de la sociedad, y garantizará las condiciones sociales y económicas necesarias para su
desarrollo integral. Todos sus integrantes tienen igualdad de derechos, obligaciones y
oportunidades”.
“Artículo 63.I. El matrimonio entre una mujer y un hombre se constituye por vínculos jurídicos
y se basa en la igualdad de derechos y deberes de los cónyuges.
II. Las uniones libres o de hecho que reúnan condiciones de estabilidad y singularidad, y
sean mantenidas entre una mujer y un hombre sin impedimento legal, producirán los mismos
efectos que el matrimonio civil, tanto en las relaciones personales y patrimoniales de los
convivientes como en lo que respecta a las hijas e hijos adoptados o nacidos de aquéllas”.
La presente acción cuestiona la constitucionalidad del párrafo segundo del art. 172 del CF,
al ser incompatible con los arts. 115.II, 116.I y 117.I de la CPE; alegando que la norma
reclamada es supuestamente contraria a los arts. 13.I, 62 y 63 que refieren a la protección
estatal del matrimonio y la familia; 8.II, 14 y 62 que reconocen la igualdad y la no
discriminación; y, 8.II, 9.II y 22 que proclama la dignidad, todos de la CPE.
Así como parece existir en el ser humano la necesidad de unirse a otros para el logro de sus
objetivos, también resulta natural a la persona humana la tendencia a la unión conyugal.
El art. 63.I de la CPE, establece que: “El matrimonio entre una mujer y un hombre se
constituye por vínculos jurídicos y se basa en la igualdad de derechos y deberes de los
cónyuges”, relación jurídica familiar protegida por la Constitución y la ley pero fundada en
una relación sentimental de lealtad entre cónyuges cuya constitución se produce desde el
reconocimiento oficial por parte del Estado siempre y cuando se cumplan los requisitos
establecidos en la ley.
El Constituyente adoptó una opción valorativa clara en sentido de que el
matrimonio se produce entre dos cónyuges, rechazándose las relaciones poligámicas, valor
preponderante históricamente en nuestro país y que concuerda con la igualdad de derechos
y deberes dentro del matrimonio y la equidad de género.
Así, el art. 63.II de la CPE, establece: “Las uniones libres o de hecho que reúnan condiciones
de estabilidad y singularidad, y sean mantenidas entre una mujer y un hombre sin
impedimento legal, producirán los mismos efectos que el matrimonio civil, tanto en las
relaciones personales y patrimoniales de los convivientes como en lo que respecta a las
hijas e hijos adoptados o nacidos de aquéllas”, que implica un reconocimiento oficial de una
relación familiar desde su constitución -efecto declarativo- para lo que se requiere
estabilidad, permanencia, capacidad para contraer nupcias y libertad de estado, último
requisito que permite preservar la institución del matrimonio monogámico.
El entonces incidentista manifiesta que el art. 172 de CF, previene que no producen efecto
de matrimonio las uniones inestables y plurales pero que a la vez el segundo párrafo de
dicha norma permite invocar efectos de un matrimonio cuando ambos o sólo uno de los
convivientes actuó de buena fe “destruyendo -a criterio del accionante- todo el fundamento
del matrimonio, que por su propia esencia es monogámico”.
Concluye este tema sosteniendo que para que el matrimonio de hecho o unión libre
produzca los mismos efectos y sea equiparable al matrimonio civil, es necesario la libertad
de estado, lo contrario entiende quebrantaría el régimen jurídico del matrimonio y su
correlato que es la familia, ello porque el matrimonio reconocido por el ordenamiento jurídico
constitucional es el monogámico (arts. 13, 62 y 63 de la CPE), es decir, cuestiona la
posibilidad de otorgarse efectos similares al matrimonio en una unión libre cuando ambos o
sólo uno de los convivientes actuaron de buena fe.
Ahora bien, el art. 63.II de la CPE, dispone que: “Las uniones libres o de hecho que reúnan
condiciones de estabilidad y singularidad, y sean mantenidas entre una mujer y un hombre
sin impedimento legal, producirán los mismos efectos que el matrimonio civil, tanto en las
relaciones personales y patrimoniales de los convivientes como en lo que respecta a las
hijas e hijos adoptados o nacidos de aquéllas”.
En este sentido, este Tribunal observa que el hoy accionante confunde entre el reconocer
una unión libre o de hecho referida en el art. 63.II de la CPE, con reconocer efectos similares
a favor de convivientes que actuaron de buena fe en uniones irregulares por las siguientes
razones:
·No resultaría proporcional a una o un conviviente de buena fe que en una relación que se
presume fundada en una relación sentimental y que en general aspira a la permanencia
deba asumir el riesgo de la misma pues el reconocimiento constitucional de las uniones de
hecho sería todo lirismo, en este sentido, el derecho en general protege la buena fe y la
dimensión social del Estado de Derecho (art. 1 de la CPE), otorga una especial protección
al inocente, otro entendimiento podría provocar que un conviviente de mala fe se beneficie
de su propio dolo.
·A este Tribunal le es claro que la familia se protege por la norma pero se funda en el ejercicio
de valores y prácticas de lealtad de forma que todo perjuicio a terceros de una relación de
hecho irregular no proviene de la ley sino de la conducta de los convivientes, de forma que
si la buena fe se lesionó por un conviviente este Tribunal no puede lesionar la protección de
la buena fe.
POR TANTO
1°La CONSTITUCIONALIDAD del párrafo segundo del art. 172 del CF, respecto
al cargo de inconstitucionalidad contenido en el entonces recurso indirecto de
inconstitucionalidad interpuesto;
Se hace constar que no intervienen los Magistrados Dr. Ruddy José Flores Monterrey por
encontrarse en viaje oficial y Tata Gualberto Cusi Mamani por encontrase con baja medica
firmando en suplencia legal el Dr. Macario Lahor Cortez Chávez.
La Comunidad de gananciales
March 9, 2017
|
comunidad de gananciales
Es una realidad de nuestro Estado, especialmente del área rural y de las naciones y
pueblos indígenas originario campesino, que muchas personas no aceptan el
matrimonio civil y optan por las uniones libres o de hecho, o comúnmente conocidas
como concubinatos; sin embargo, para que surtan efectos jurídicos deben cumplir con
algunas formalidades o requisitos, caso contrario se estaría desvirtuando esta
institución del Derecho de Familia y destruyendo otras.
Es una realidad y algo común las uniones conyugales libres o de hecho; por lo tanto, el
derecho y especialmente el de Familia, no puede dar la espalda a estas uniones, por
lo que debe regularlas y reconocerlas cuando cumplen con ciertos requisitos mínimos
que establece la ley.
Las uniones conyugales libres o hecho, se las podría considerar, un casi - matrimonio
o un matrimonio aparente porque los concubinos se comportan en la familia, en la
sociedad y ante el Estado como legítimos esposos.
El profesor Mazzinghi expresa que "el concubinato se configura cuando una pareja
(hombre y mujer) cohabita, vive bajo el mismo techo, comparte las mismas vicisitudes
de la vida, cuando hace una vida similar a la matrimonial pero que legalmente no
constituye matrimonio"[16].
Lo que debe quedar claro que la unión libre o de hecho inicialmente es un matrimonio
no reconocido judicialmente; sin embargo, para que surta efectos jurídicos
necesariamente debe existir reconocimiento judicial por autoridad competente.
No todos los países reconocen a las uniones libres o de hecho, porque violan muchos
derechos de los convivientes, de los hijos, debilita la seguridad de la familia y de la
misma sociedad en su conjunto.
Un tema más preocupante para el Derecho de Familia son las uniones libres o de
hecho irregulares; es decir, aquellas en que la pareja no puede contraer matrimonio
válido por mediar entre ellos alguno de los impedimentos establecidos por la ley y los
mismos no pueden ser reconocidos judicialmente y no producen efectos jurídicos; sin
embargo, nacen hijos, se adquieren bienes y otros aspectos propios del derecho de
familia.
Sin embargo, esta figura no hay que confundirla con el concubinato, pues los romanos
denominan como tal a una unión de orden inferior más duradera, y que se distinguía
así de las pasajeras consideradas como ilícitas.
En nuestro medio, el Dr. Luis Gareca Oporto se encarga de procurarnos una definición
amplia y circunspecta y nos dice que "el concubinato llamado también unión de hecho
es la institución natural de orden público que en mérito al consentimiento común se
establece la unión entre el hombre y la mujer, con el fin de perpetuar la especie
humana, compartiendo el sacrificio y la felicidad del hogar en la adecuada formación
de la familia; fundada en principios de amor, fe, abnegación, sinceridad, moralidad y
perpetuidad, salvo causa sobrevinientes que pudieran disolverlo, al control de normas
legales establecidas"[20] .
El Dr. Felix Paz Espinoza sostiene que el matrimonio de hecho, "es la convivencia de
hecho entre un hombre y una mujer en forma estable y singular que sin ser casados,
hacen vida maridable, tratándose como esposos cumpliendo con los debe- res y
obligaciones naturales y civiles, con los efectos que reconoce la ley en las relaciones
personales y patrimoniales"[21] .
Raúl Jiménez Sanjines dice: "Es la unión libre de dos seres de sexo opuesto que
llevan vida en común sin someterse a las reglas que trazan la ley, para la celebración
del matrimonio, viviendo permanentemente y con singularidad"[22] .
Determina para efectos de protección, que el Estado reconoce la unión estable entre
hombre y mujer como entidad familiar, debiendo la ley facilitar su conversión en
casamiento.
Concubinato.- Se trata de esta figura para quienes parten de una noción peyorativa,
pues, como ya se dijo, los romanos denominan como tal a una unión de orden inferior
más duradera, y que se distinguía así de las pasajeras consideradas como ilícitas. El
varón podía tener su esposa y su concubina, esta última era de familia pobre o de
estrato social bajo; era una mujer considerada no digna de ser esposa.
2.7 Requisitos.-
Como dijimos oportunamente las uniones libres o de hecho, tienen que cumplir varios
requisitos para que surtan efectos jurídicos y sean reconocidas judicialmente.
La unión debe ser estable, lo que implica continuidad en el tiempo. Este requisito se
deja a criterio y prudente arbitrio del juzgador. Por ejemplo, el nacimiento de un hijo, la
convivencia por más de dos (2) años, etc., pueden ser parámetros a tomarse en
cuenta.
Que la unión sea singular, porque es una cuestión fundamental para que una unión
pueda reputarse válida; por lo tanto, no puede existir pluralidad de concubinatos.
• La unión libre o de hecho debe tener publicidad o notoriedad-, es decir, debe ser
pública, reconocida por la familia y terceros como una unión realmente aparente, pues
si se perdiera en el anonimato, si se escondiera en las sombras, nadie podría saber de
su existencia.
• Que los convivientes sean capaces; es decir, tener por lo menos la edad mínima
permitida para contraer matrimonio[25] y gozar de plena salud mental.
• Que los convivientes tengan libertad de estado-, es decir, que ninguno esté ligado
por matrimonio civil.
• Que los convivientes no estén prohibidos en los grados y línea directa[26], como así
en la línea colateral entre hermanos.
• Finalmente, el último requisito es que la unión libre o de hecho debe estar reconocida
judicialmente mediante resolución expresa y debidamente ejecutoriada.
Sobre los efectos de estas relaciones libres o de hecho nuestra legislación familiar
asume lo siguiente: "Se entiende haber unión conyugal libre o de hecho cuando el
varón y la mujer, voluntariamente, constituyen hogar y hacen vida en común en forma
estable y singular, con la concurrencia de los requisitos establecidos por los artículos
44 y 46 al 50[27].
Uno de los temas más importantes de la unión libre o de hecho, es determinar los
efectos jurídicos que produce la misma con relación a las personas involucradas y los
bienes.
El profesor Borda señala que "el concubinato debe ser combatido; empero, no significa
que no produzca algunos efectos jurídicos"[29].
Una vez que exista resolución judicial que declare la unión libre o de hecho, el efecto
más importante y sobresaliente es que la misma tiene los mismos efectos del
matrimonio civil; es decir, se asimila con el matrimonio en cuanto sea compatible. Por
ejemplo, los hijos se refutan matrimoniales, se crea la comunidad de bienes
gananciales, el derecho a la asistencia familiar, seguridad social, derechos
hereditarios, agravantes y atenuantes en los delitos, etc.
El efecto más importante sobre las uniones libres la establece nuestra legislación
familiar cuando enseña: "Las uniones conyugales que sean estables y singulares
producen efectos similares al matrimonio, tanto en las relaciones personales como
patrimoniales de los convivientes. Pueden aplicarse a dichas uniones las normas que
regulan los efectos del matrimonio, en la medida compatible con su naturaleza, sin
perjuicio de las reglas particulares que se dan a continuación"[30].
En resumen podemos señalar los siguientes efectos que producen judicialmente las
uniones libres o de hecho cuando han sido legalmente reconocidas:
ü Personales para los convivientes (se los considera marido y mujer para todos los
efectos).
ü La fidelidad, la asistencia y la cooperación son deberes recíprocos de los
convivientes
ü Patrimoniales (se crea la comunidad de bienes gananciales y cada uno tiene sus
bienes propios).
ü Los convivientes tienen derechos y deberes recíprocos que son propios del
matrimonio (asistencia familiar, educación de los hijos, etc.).
Una vez declarada judicialmente la unión libre o de hecho puede disolverse por
voluntad de ambos o unilateralmente o finalmente por la muerte de uno de los
convivientes; en tal caso, en el mismo proceso donde se ha demandado la declaración
de la unión debe accionarse el incidente, para que el juez declare el fin de la
comunidad.
Sobre este punto nuestra legislación dispone: "La unión conyugal termina por la
muerte o por voluntad de uno de los convivientes, salvo en este último caso la
responsabilidad que pudiera sobrevenirle"[31].
Lo que ocurre normalmente es que dos personas conviven con los requisitos
necesarios que se exigen para las uniones libres o de hecho, pero no le interesa en
vida a uno o de los dos convivientes accionar judicialmente; no obstante, el problema
se presenta cuando uno de los concubinos fallece (o ambos) existe un rompimiento
unilateral de la unión, en tal caso el interesado o los herederos asumen pleno
conocimiento de la cuestión, y demandan el reconocimiento judicial de la misma.
En tal caso, el juzgador en sentencia debe determinar con precisión el tiempo que ha
durado la unión conyugal libre o de hecho, para establecer en qué periodo de tiempo
debe producir sus efectos jurídicos la alianza; por lo tanto, recién se demanda después
que la unión ha concluido jurídicamente.
Con cierta frecuencia se presentan uniones libres o hecho sucesivas; es decir, que
una determinada persona ha tenido en el transcurso de un periodo largo (por ejemplo,
diez años) más de una unión que cumple con los requisitos exigidos por la ley; en tal,
caso no existe ningún óbice para que judicialmente se reconozca a esas uniones,
dando a cada una sus propios efectos tanto personales como patrimoniales.
Para esto nuestra Legislación familiar tiene la siguiente previsión: "Cuando hay
uniones libres sucesivas, dotadas de estabilidad y singularidad, se puede determinar el
periodo de duración de cada una de ellas y atribuírseles los efectos que les
corresponden"[32].
La declaración de la unión libre o de hecho, según lo establecido por el art. 214 del
Código de Familia, se tramita en proceso sumario ante el Juez de Instrucción de
Familia, pero como no tiene un procedimiento propio, se aplica lo dispuesto en los arts.
479, 481 y 484 del Código de Procedimiento Civil, es decir, en a la presentación de la
demanda, el ofrecimiento de la prueba, la contestación, las excepciones, los días en
que debe dictarse la sentencia y los medios de impugnación. En cuanto al plazo
probatorio debe aplicarse lo dispuesto en el art. 383 del Código de Familia, es decir, 8
días prorrogables a 15.
Suma
Objeto
• En vigencia de nuestra unión que pasa más de 10 años hemos procreado tres hijos
que a la fecha tienen 8,6 y 3 años.
Por todo lo anterior expuesto que oportunamente probaré y por cumplir con todos los
requisitos exigidos por la ley, acredito que tengo DERECHO a demandar la
declaración judicial de la unión conyugal libre o de hecho.
El derecho que tengo invocado se encuentra respaldado por el Art. 158 del Código de
Familia (Unión conyugal libre o de hecho).
Petición
• Reconozca judicialmente en sentencia la unión libre o de hecho entre (...) con (...).
Desde enero de 2001 a la fecha.
[2] MORENO RUFFINELLI, JOSÉ ANTONIO. Ob. cit. Derecho de Familia. Tomo I.
Pág. 145.
[7] Los caracteres del matrimonio han sido desarrollados por los profesores: Borda
Guillermo, López Julio, Tafur Alvaro, Moreno José, Méndez Costa, López Julio y
Llambías Jorge en sus diferentes obras sobre Derecho de Familia.
[8] 123 Las legislaciones de Holanda, España, Estados Unidos de Norte América
(algunos Estados), Italia,
[9] BORDA, GUILLERMO A. Ob. cit. Manual de Derecho de Familia. Alimentos. Págs.
33 - 34.
[10] MORENO RUFFINELLI, JOSÉ ANTONIO. Ob. cit. Derecho de Familia. Tomo I.
Pág. 169.
[11] MAZZINGHI, JORGE ADOLDO. Ob. cit. Derecho de Familia. Matrimonio. Pág.79.
[12] La naturaleza jurídica del matrimonio han sido abordada por los profesores: Borda
Guillermo, López Julio, Tafur Alvaro, Moreno José, Méndez Costa, López Julio y
Llambías Jorge en sus diferentes obras sobre Derecho de Familia.
[13] Por ejemplo, los contrayentes no pueden acordar que el matrimonio durará
determinado tiempo, o el régimen de los bienes comunes será diferente al
determinado por la ley.
[15] MORENO RUFFINELLI, JOSÉ ANTONIO. Ob. cit. Derecho de Familia. Tomo II.
Págs. 575 - 576.
[19] LAGOMARSINO, Carlos y SALERNO, Marcelo U. Tomo 11, Op. Cit . pag. 831
[22] JIMENEZ SANJINES, Raúl. "Teoría y Práctica del Derecho de Familia" quinta
edición pag. 85.
[23] CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL ESTADO PLURINACIONAL DE BOLIVIA. Art.
63. (Derechos de las familias)
[24] Los requisitos de las uniones libres o de hecho han sido abordadas por los
profesores: Borda Guillermo, López Julio, Tafur Alvaro, Moreno José, Méndez Costa,
López Julio y Llambias Jorge en sus diferentes obras sobre Derecho de Familia.
[25] Recordemos que conforme al Art. 44 del Código de Familia (1978) el varón antes
de los 16 años cumplidos y la mujer antes de los 14 años cumplidos, no pueden
contraer matrimonio, salvo dispensa judicial.
[26] Por ejemplo no sería válida la unión libre o de hecho entre la nieta y el abuelo.
[27] El Art. 44 del Código de Familia se refiere a la edad de los contrayentes para
contraer matrimonio civil. El Art. 46 a la salud mental de los novios; el Art. 47 la
prohibición por consanguinidad; el Art. 48 del mismo código se refiere a la ausencia de
afinidad; el Art. 49 trata la prohibición del matrimonio por vínculos de adopción; y
finalmente el Art. 50 a la inexistencia de crimen.
[33] Cuando se entre en vigencia plena la nueva Ley del Órgano Judicial (2010), en
materia familiar simplemente habrá jueces públicos de familia y no la clásica división
de Instrucción y de Partido.
[35] Cabe recordar que la prueba documental se ofrece con la demanda; sin embargo,
la restante (testifical, confesión, etc.) se ofrece dentro de los primeros cinco (5) días de
calificado el proceso.
La comunidad se constituye aunque uno de los cónyuges tenga más bienes que
el otro o sólo tenga bienes uno de ellos y el otro no”.
De igual manera el art. 167 del mismo compilado familiar dispone: “La unión
conyugal libre termina por la muerte o por voluntad de uno de los convivientes,
salvo en este último caso la responsabilidad que pudiera sobrevenirle”.
De otro lado, el art. 172 del mismo compilado familiar dispone que: “No producen
los efectos anteriormente reconocidos, las uniones inestables y plurales, así como
las que no reúnen los requisitos prevenidos por los artículos 44 y 46 al 50 del
presente Código, aunque sean estables y singulares.
Sin embargo en este último caso pueden ser invocados dichos efectos por
los convivientes, cuando ambos estuvieron de buena fe, y aun por uno de
ellos, si sólo hubo buena fe de su parte, pero no por el otro.
Queda siempre a salvo el derecho de los hijos”.
El autor Félix C. Paz Espinoza en su Libro “Derecho de Familia y sus
Instituciones”, segunda edición, Edit. Gráfica “Gonzáles”, La Paz-Bolivia, 2002,
pág. 269 al 271, al referirse a las uniones irregulares remarca que: “…en estas
uniones irregulares en las que no se han dado cumplimiento con las condiciones
y requisitos señalados en los Arts. 44 y 46 al 50, aunque siendo estables y
singulares, no generan los efectos del concubinato, tal el caso de quienes no han
alcanzado la edad necesaria, no cuentan con libertad de estado, estén vinculados
por el parentesco de consanguinidad en los grados que prohíbe la ley o existen
relaciones de afinidad en línea directa, o existan vínculos de adopción o medie
prohibición por la existencia del homicidio consumado; pero también podemos
incluir en el caso de la falta de singularidad y estabilidad, aquellos casos en los
que los hombres hacen vida simultánea con varias mujeres o viceversa.
En tanto que el art. 5 del mismo compilado familiar preceptúa que: “Las normas
del derecho de familia son de orden público y no pueden renunciarse por voluntad
de los particulares, bajo pena de nulidad, salvo en los casos expresamente
permitidos por ley”.
Carlos Morales Guillen en su obra “Código de Familia, Concordado y Anotado”,
al realizar el análisis del art. 5 del Código de Familia, concreta: “…se entiende
por norma de orden público aquella que tiene relación con la protección y el
aseguramiento del interés general inmediatamente y del interés particular
mediatamente, a diferencia de las reglas del derecho privado (el civil
particularmente, por ejemplo) que protege en forma inmediata el interés privado y
sólo de una manera mediata mira al interés público (Bielsa). O, como dice
Chiovenda (Instituciones de Derecho procesal civil), son normas que regulan la
vida de relación teniendo en mira el interés de todos (bien público).
Su nota característica es que no puede renunciarse ni modificarse ni transigirse
sobre ellas, en convenciones particulares.
Ha de hacerse lo que mandan y como ellas mandan”.
Félix C. Paz Espinoza en su Libro “Derecho de Familia y sus Instituciones”,
segunda edición, Edit. Gráfica “Gonzáles”, La Paz-Bolivia, 2002, pág. 17, al
conceptualizar el Derecho de Familia refiere: “El derecho de Familia, como
instituto jurídico especial, se ocupa de regir las relaciones jurídicas entre personas
unidas por vínculos del parentesco, de donde viene a constituirse en el conjunto
de normas jurídicas que regulan las relaciones familiares.
Sus normas son imperativas porque pertenecen al ámbito del orden público”.
III.8. En relación a la valoración de la prueba:
SALA PLENA
Magistrada Relatora:Dra. Neldy Virginia Andrade Martínez
Acción de inconstitucionalidad concreta
Expediente:01325-2012-03-AIC
Departamento:Santa Cruz
Esta institución goza de protección estatal por el art. 158 del CF, y es equiparable al
matrimonio de hecho o unión libre cuando se constituye hogar en forma estable y singular
con la concurrencia de los requisitos establecidos en los arts. 44 y 46 al 50 del aludido
Código.
En este marco, el párrafo primero del art. 172 del CF, previene que no produce efecto de
matrimonio las uniones inestables y plurales pero a la vez en su párrafo segundo permite
invocar los referidos efectos cuando ambos o sólo uno de los convivientes actuó de buena
fe, situación que rompe la estructura de la institución matrimonial al reconocer este tipo de
uniones con efectos similares al matrimonio “destruyendo todo el fundamento de esta
institución, que por su propia esencia es monogámico”.
Indica que, las personas pueden escoger entre el matrimonio o la unión de hecho, es por
ello que para la validez de la protección extramatrimonial debe condicionarse a requisitos
similares a los del matrimonio pues de lo contrario “se les estaría danto un marco de
protección exorbitada”.
Concluye manifestando que las relaciones irregulares plurales en las que no exista libertad
de estado de uno o ambos convivientes no pueden generar efectos del matrimonio en
desmedro de la familia constituida conforme a la ley, así el art. 63.I de la CPE, protege el
matrimonio entre un hombre y una mujer que se constituye por vínculos jurídicos y su párrafo
segundo protege las uniones libres o de hecho “siempre que reúnan las condiciones de
singularidad y estabilidad y que no tenga impedimento legal”, aspecto que no sucede con
las uniones irregulares, por lo que “su reconocimiento debe estar limitado a los derechos de
los hijos habidos dentro de ellas o al derecho a merecer indemnización, pero jamás otorgarle
efecto del matrimonio porque se estaría legalizando las relaciones poligámicas, vulnerando
el sentido y espíritu de la institución matrimonial fundada en la monogamia” lo contrario haría
que “La institución del matrimonio dejaría de constituirse en el fundamento de la sociedad y
el Estado, para ser sustituida por relaciones anómalas e imperfectas…”.
Por Auto 0701/2012-CA de 10 de agosto, cursante de fs. 140 a 145, la Comisión de Admisión
de este Tribunal revocó la Resolución 213/09 de 17 de septiembre de 2009, y admitió la
acción formulada por Orlando Parada Vaca, ordenando que se ponga en conocimiento del
personero legal del órgano emisor de la norma impugnada, acto que fue cumplido con la
ejecución de las notificaciones a Álvaro Marcelo García Linera, Presidente de la Asamblea
Legislativa Plurinacional, el 7 de noviembre de 2012 (fs. 242).
Por memorial presentado el 26 de noviembre de 2012, cursante de fs. 250 a 254, Álvaro
Marcelo García Linera, Presidente de la Asamblea Legislativa Plurinacional, expuso que el
matrimonio de hecho surge como una necesidad por la realidad existente, siempre y cuando
se cumplan los requisitos legales, privándose de efecto jurídico a las relaciones irregulares
salvo hubiesen sido constituidas de buena fe, lo que no implica el reconocimiento del
matrimonio de hecho, pues para ello deben concurrir los supuestos contenidos en la ley.
Ahora bien, se ignora que justamente es la ley familiar la que sanciona el adulterio como
una causal de divorcio, ello justamente en atención a la protección de la familia y el
matrimonio como base fundamental de la sociedad lo que desvirtúa que la norma impugnada
este reconociendo “matrimonios plurales”.
Observa que en el escrito de solicitud no existe justificación concreta que evidencie la
vulneración respecto a los artículos constitucionales descritos y en todo caso que el
reconocimiento a ciertos efectos a las uniones irregulares no anula, ni afecta el matrimonio
civil existente.
II. CONCLUSIONES
II.1.El art. 172 del CF, elevado a rango de ley por la Ley 996 de 4 de abril de 1998, establece
que las: “Uniones irregulares. No producen los efectos anteriormente reconocidos, las
uniones inestables y plurales, así como las que no reúnen los requisitos prevenidos por los
artículos 44 y 46 al 50 del presente Código, aunque sean estables y singulares.
Sin embargo, en este último caso pueden ser invocados dichos efectos por los convivientes,
cuando ambos estuvieron de buena fe, y aún por uno de ellos, si sólo hubo buena fe de su
parte, pero no por el otro.
“Artículo 8.II. El Estado se sustenta en los valores de unidad, igualdad, inclusión, dignidad,
libertad, solidaridad, reciprocidad, respeto, complementariedad, armonía, transparencia,
equilibrio, igualdad de oportunidades, equidad social y de género en la participación, bienes
común, responsabilidad, justicia social, distribución y redistribución de los productos y bienes
sociales, para vivir bien”.
“Artículo 13.I. Los derechos reconocidos por esta Constitución son inviolables, universales,
interdependientes, indivisibles y progresivos. El Estado tiene el deber de promoverlos,
protegerlos y respetarlos”.
“Artículo 14.II. El Estado prohíbe y sanciona toda forma de discriminación fundada en razón
de sexo, color, edad, orientación sexual, identidad de género, origen, cultura, nacionalidad,
ciudadanía, idioma, credo religioso, ideología, filiación política o filosófica, estado civil,
condición económica o social, tipo de ocupación, grado de instrucción, discapacidad,
embarazo, u otras que tengan por objetivo o resultado anular o menoscabar el
reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los derechos de toda
persona”.
“Artículo 63.I. El matrimonio entre una mujer y un hombre se constituye por vínculos jurídicos
y se basa en la igualdad de derechos y deberes de los cónyuges.
II. Las uniones libres o de hecho que reúnan condiciones de estabilidad y singularidad, y
sean mantenidas entre una mujer y un hombre sin impedimento legal, producirán los mismos
efectos que el matrimonio civil, tanto en las relaciones personales y patrimoniales de los
convivientes como en lo que respecta a las hijas e hijos adoptados o nacidos de aquéllas”.
La presente acción cuestiona la constitucionalidad del párrafo segundo del art. 172 del CF,
al ser incompatible con los arts. 115.II, 116.I y 117.I de la CPE; alegando que la norma
reclamada es supuestamente contraria a los arts. 13.I, 62 y 63 que refieren a la protección
estatal del matrimonio y la familia; 8.II, 14 y 62 que reconocen la igualdad y la no
discriminación; y, 8.II, 9.II y 22 que proclama la dignidad, todos de la CPE.
Así como parece existir en el ser humano la necesidad de unirse a otros para el logro de sus
objetivos, también resulta natural a la persona humana la tendencia a la unión conyugal.
El art. 63.I de la CPE, establece que: “El matrimonio entre una mujer y un hombre se
constituye por vínculos jurídicos y se basa en la igualdad de derechos y deberes de los
cónyuges”, relación jurídica familiar protegida por la Constitución y la ley pero fundada en
una relación sentimental de lealtad entre cónyuges cuya constitución se produce desde el
reconocimiento oficial por parte del Estado siempre y cuando se cumplan los requisitos
establecidos en la ley.
Así, el art. 63.II de la CPE, establece: “Las uniones libres o de hecho que reúnan condiciones
de estabilidad y singularidad, y sean mantenidas entre una mujer y un hombre sin
impedimento legal, producirán los mismos efectos que el matrimonio civil, tanto en las
relaciones personales y patrimoniales de los convivientes como en lo que respecta a las
hijas e hijos adoptados o nacidos de aquéllas”, que implica un reconocimiento oficial de una
relación familiar desde su constitución -efecto declarativo- para lo que se requiere
estabilidad, permanencia, capacidad para contraer nupcias y libertad de estado, último
requisito que permite preservar la institución del matrimonio monogámico.
El entonces incidentista manifiesta que el art. 172 de CF, previene que no producen efecto
de matrimonio las uniones inestables y plurales pero que a la vez el segundo párrafo de
dicha norma permite invocar efectos de un matrimonio cuando ambos o sólo uno de los
convivientes actuó de buena fe “destruyendo -a criterio del accionante- todo el fundamento
del matrimonio, que por su propia esencia es monogámico”.
Concluye este tema sosteniendo que para que el matrimonio de hecho o unión libre
produzca los mismos efectos y sea equiparable al matrimonio civil, es necesario la libertad
de estado, lo contrario entiende quebrantaría el régimen jurídico del matrimonio y su
correlato que es la familia, ello porque el matrimonio reconocido por el ordenamiento jurídico
constitucional es el monogámico (arts. 13, 62 y 63 de la CPE), es decir, cuestiona la
posibilidad de otorgarse efectos similares al matrimonio en una unión libre cuando ambos o
sólo uno de los convivientes actuaron de buena fe.
Ahora bien, el art. 63.II de la CPE, dispone que: “Las uniones libres o de hecho que reúnan
condiciones de estabilidad y singularidad, y sean mantenidas entre una mujer y un hombre
sin impedimento legal, producirán los mismos efectos que el matrimonio civil, tanto en las
relaciones personales y patrimoniales de los convivientes como en lo que respecta a las
hijas e hijos adoptados o nacidos de aquéllas”.
En este sentido, este Tribunal observa que el hoy accionante confunde entre el reconocer
una unión libre o de hecho referida en el art. 63.II de la CPE, con reconocer efectos similares
a favor de convivientes que actuaron de buena fe en uniones irregulares por las siguientes
razones:
·No resultaría proporcional a una o un conviviente de buena fe que en una relación que se
presume fundada en una relación sentimental y que en general aspira a la permanencia
deba asumir el riesgo de la misma pues el reconocimiento constitucional de las uniones de
hecho sería todo lirismo, en este sentido, el derecho en general protege la buena fe y la
dimensión social del Estado de Derecho (art. 1 de la CPE), otorga una especial protección
al inocente, otro entendimiento podría provocar que un conviviente de mala fe se beneficie
de su propio dolo.
·A este Tribunal le es claro que la familia se protege por la norma pero se funda en el ejercicio
de valores y prácticas de lealtad de forma que todo perjuicio a terceros de una relación de
hecho irregular no proviene de la ley sino de la conducta de los convivientes, de forma que
si la buena fe se lesionó por un conviviente este Tribunal no puede lesionar la protección de
la buena fe.
POR TANTO
1°La CONSTITUCIONALIDAD del párrafo segundo del art. 172 del CF, respecto
al cargo de inconstitucionalidad contenido en el entonces recurso indirecto de
inconstitucionalidad interpuesto;
Se hace constar que no intervienen los Magistrados Dr. Ruddy José Flores Monterrey por
encontrarse en viaje oficial y Tata Gualberto Cusi Mamani por encontrase con baja medica
firmando en suplencia legal el Dr. Macario Lahor Cortez Chávez.
—Las personas que forman una unión estable con otra persona.
En caso de ruptura, las medidas a fijar en relación a los hijos son las
mismas,se haya contraído matrimonio o no, en aplicación del
principio de igualdad que impide todo trato discriminatorio y la expresa
protección a la familia –artículos 40 y 39.1. de la Constitución
Española—.
1.- Que han sido pareja de manera ininterrumpida durante dos años
con anterioridad a la defunción. Es decir, que lleven inscritos durante
dos años, lo cual podrán probar mediante una certificación expedida
por el registro de uniones de hechos correspondiente.
2.- Además de la inscripción en el registro durante dos años, también
debe probarse una convivencia ininterrumpida en los cinco años
anteriores al fallecimiento. Se podrá acreditar mediante un
certificado de empadronamiento en la misma residencia.
Los convivientes, igual que los cónyuges, pueden disfrutar del permiso
laboral por enfermedad grave o muerte del otro conviviente.
Igualmente, tanto los cónyuges como las parejas de hecho disfrutan
de los mismos permisos por paternidad o maternidad.
El personal funcionario tiene derecho a la obtención del permiso de
quince días por matrimonio o inscripción como pareja de hecho en el
correspondiente registro público. Si los convivientes trabajan en
la empresa privada, el Estatuto de los Trabajadores no contempla
para ellos el permiso. De modo que, sólo disfrutarán del permiso de
quince días si el Convenio Colectivo del sector de aplicación lo prevé y
reconoce.
Asistencia sanitaria
El matrimonio se disuelve: