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Amabilidad

La amabilidad según la R.A.E. -Real Academia Española- es ser


afable, complaciente, afectuoso. Es una de las virtudes mejor
valorada por todas las personas es la amabilidad, ser afables. Una
persona puede ser educada, bien vestida... pero si además es
agradable y amable, entonces es una persona encantadora. Una
persona amable, por norma general, es una persona con buenos
modales.

El término amabilidad engloba muchos conceptos: atención por los


demás, respeto, consideración... en sí misma encierra muchos de
los aspectos fundamentales de una persona bien educada.
La amabilidad es generosidad y hay que derrocharla. Hay que ser
amables con todo el mundo, no solo con las personas que
conocemos. La amabilidad abre puertas, aúna culturas y ayuda a
una convivencia mejor. Una persona amable es aquella que nos
ayuda, por ejemplo, a cambiar una rueda pinchada de nuestro
automóvil, que nos deja llamar por teléfono desde su casa si lo
necesitamos, que nos deja una herramienta, etc. por todas parte s
estamos rodeados de gente amable. Sigamos pasando ese "testigo"
y contagiando la amabilidad. Solamente una cosa más, no abuse
de ella. No sea empalagoso, llevando su amabilidad al límite de lo
exagerado, siendo demasiado "atento".

Las relaciones sociales se enriquecen fomentando las buenas


maneras y tratando a cada uno con la consideración y el respeto
que se merece. Es conveniente saber que si bien todos los hombres
y mujeres somos iguales (en termino de género) y ante los ojos de
nuestro creador, existen desde las primeras escrituras, ciertos
rangos que debemos respetar para un mejor entendimiento entre las
personas.

El trato con los demás.

Con sus colaboradores: debemos mantener con estos un trato


amable y afectuoso, que a su vez le ganará la lealtad y afecto.

Con personas de mayor rango: debemos usar todas las


consideraciones que le corresponden, ya sea por su rango o
edad. Levantarnos ante su presencia, cederle los asientos y la
palabra.

Con familiares y amigos: debe reinar la espontaneidad y la


franqueza, guardando siempre una reserva amable y teniendo
siempre en cuenta que para ser agradable hay que agradar.

Ética de las personas agradables.

Tono de voz: mantenga un tono de voz medio y dirìjase a los


demàs en una forma suave y respetuosa.

Escuchar: prestar atención a los demàs es una cualidad


indiscutible de las personas agradables. Escuche y respete los
puntos de vista de los demàs. No polarice la conversación.

"Es agradable ser importante, pero es màs


importante, ser agradable"
Respeto de la intimidad: en toda relaciòn hay que saber
mantener la distancia y no invadir la privacidad del otro.
Elogie a los demàs: si piensa positivamente sobre las demàs
personas, siempre encontrará algo bueno que decir. Si no tiene
nada agradable que decir, permanezca callado.

Hágale un monumento a la sencillez, evite las ostentaciones,


las personas de buen gusto se extreman en la sencillez y
mientras màs sencillas son, más se nota su grandeza.

Sea agradecida/o, agradezca las atenciones recibidas y


devuélvalas en cuanto tenga la oportunidad.

Salude, las reglas dicen que el caballero debe saludar primero


a las señoras, pero nadie pierde categoría por ser el primero en
saludar.

No critique, es una de las reglas de oro de la comunicación.


Jamàs deberà usted iniciar una crítica ni hacerse eco de otros
que estén criticando.

Cuide su aspecto físico; vistiendo siempre impecable y de


acuerdo a la ocasión.

Los chistes de mal gusto y las palabras obscenas, destiérrelas por


siempre de su vocabulario.

Recuerde siempre aquella frase famosa que dice: "es agradable ser
importante, pero es màs importante, ser agradable".

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