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Historia
La música contemporánea se ha visto alterada con una fuerza creciente por el uso de
ordenadores en la composición, las que les permiten a los compositores escuchar
esbozos de sus obras antes del estreno, componer superponiendo partes ya interpretadas
una sobre otra, como se sabe que hace John Adams, y distribuir sus partituras por
Internet. Es demasiado pronto aún para decir cuál será el resultado final del efecto que
tendrá esta ola de computarización sobre la música.
Toda historia es provisional, y la historia contemporánea lo es aún más, debido a los bien
conocidos problemas de diseminación y poder social. Quiénes están «arriba» y quiénes
«abajo» es, a menudo, más importante que la música misma. En una era que quizá tenga,
por ejemplo, no menos de 40 000 compositores de música orquestal sólo en EE. UU, los
estrenos son difíciles, y las reposiciones de obras aún más. La lección de desconocidos
compositores del pasado que se hacen famosos después se aplica doblemente a los
compositores contemporáneos, donde posiblemente habrá «primeros» anteriores a la lista
oficial de los primeros compositores de un estilo, y sus obras serán posteriormente
admiradas como ejemplos de esos estilos, aunque en su tiempo no sean reconocidas
como tales.
Movimiento Moderno
Muchas de las figuras claves del Movimiento Moderno están vivas aún o han fallecido
recientemente, y en la actualidad existe un núcleo de compositores, intérpretes y
aficionados extremadamente activos que continúan llevando las ideas y formas del
modernismo. Elliott Carter, por ejemplo, está activo aún, al igual que Lukas Foss. Si bien
grandes escuelas de composición moderna, como la del serialismo, no son ya el centro de
la discusión teórica, el período contemporáneo está iniciando el proceso de ordenación
del conjunto de elementos del modernismo en busca de obras suficientemente valiosas
para ser incluidas en los repertorios.
Posmodernismo
Poopies
Cuando Marcel Duchamp colocó un urinario en un museo de arte, produjo el golpe más
visible del arte conceptual. Una obra conceptual es un acto cuya importancia musical se
obtiene del marco más que del contenido de la obra. La música conceptual encontró a su
mejor representante en John Cage. Un ejemplo puede ser la obra 4’ 33” (John Cage,
1952) que consiste sólo de silencios, la cual presentó el famoso pianista David Tudor que
se sentó al piano sin tocarlo realmente en ningún momento durante los 4 minutos y 33
segundos. Otra obra importante de este estilo es 56 Blows (de Alvin Singleton), una obra
que tiene la particularidad de haber sido mencionada en un debate en el Senado de EE.
UU.
Minimalismo y posminimalismo
Tonalidad posclacisista
Eclecticismo
Experimentación
Música electrónica
Neorromanticismo
El resurgimiento del vocabulario de la nueva tonalidad que floreció en los primeros años
del siglo XX continúa en el período contemporáneo, aunque no se le considera chocante o
controvertido como tal. Compositores que trabajan en la vena neorromántica son, por
ejemplo, George Rochberg y David Del Tredici. En la parte final del siglo XX y comienzos
del XXI, encontramos un nuevo resurgimiento del neorromanticismo en Europa.
Neotonalismo
Nueva Complejidad
La Nueva Complejidad (en inglés New Complexity) es una corriente dentro del escenario
contemporáneo de las vanguardias europeas. Entre estos grupos diversos tenemos a
Richard Barrett, Brian Ferneyhough y Michael Finnissy. Otra corriente es la música
espectral, epitomizada por las obras de Tristan Murail, Gérard Grisey, Shigeru Kan-no y
Claude Vivier.
Arnold Schoenberg
"Sería inconcebible -dijo una vez Schoenberg- atacar a los héroes que se atrevieron a
volar sobre el océano o hacia el Polo Norte, porque sus logros son obvios para todo el
mundo…pero siempre la mayoría se pone en contra de aquellos que exploran regiones
desconocidas del espíritu…La música nueva nunca es bella en primer contacto".
Igor Stravinsky
Stravinsky se dio a conocer con "El Pájaro de Fuego", obra producida en 1900 por "Los
Ballets Rusos" de Diaghilev.
Trece años más tarde "La Consagración de la Primavera", su ballet sobre un sacrificio
pagano, ocasionó un legendario disturbio en su estreno.
El crítico musical del New Yorker, Alex Ross, la resumió: "Armónicamente, coloca a la vez
dos acordes completamente disonantes y los repite una y otra vez; rítmicamente,
comienza con un ritmo regular y, de repente, aparecen acentos inesperados que te hacen
sentir como en un cuadrilátero ante un boxeador que golpea desde todos lados".
El genio de Stravinsky tuvo un impacto trascendental sobre el resto del siglo, no solo
sobre la música clásica, sino en el jazz, el rock, la literatura modernista, la pintura e
incluso en el cine.
George Gershwin
Gershwin fue un profeta de la era del jazz. Su obra "Rapsodia en Blue" (1924)
desestabilizó las categorías estéticas y su polémica ópera de 1935 Porgy & Bess llegó a
definir una época.
Sin embargo, como señaló David Schiff, experto en su obra, quedó atrapado en el fuego
cruzado entre "quienes ven a la cultura de masas como la expresión más válida de
nuestro tiempo y quienes la ven como el final de la civilización Occidental".
Duke Ellington fue el compositor más prolífico del siglo. Un innovador espectacular,
escribió música para toda clase de escenarios.
Rompió nuestros corazones con baladas románticas, fue el puente para los éxitos de los
más grandes cantantes de jazz de nuestra era y, por supuesto, nos puso a todos a bailar
swing.
Dmitri Shostakovich
Perseguido por Stalin y declarado en 1936 como"enemigo del pueblo", tras haber sido el
niño mimado de la escena musical soviética, Shostakovich es una figura que cautivó la
imaginación pública tanto por razones políticas como musicales.
Obligado a mantener a las autoridades contentas con sus obras sinfónicas – al menos
hasta la muerte de Stalin – fue en otras piezas, como sus impresionantes quince cuartetos
de cuerdas, donde pudo realmente extender los límites de su voz musical y conjurar un
completo mundo emocional.
En 1952 Cage estrenó su legendaria obra "4’33" en Woodstock, Nueva York. El pianista
David Tudor se sentó y no tocó una sola nota, limitándose a cerrar y abrir la tapa del
teclado para indicar el final y el comienzo de cada uno de los tres movimientos.
Al recordar esa primer presentación Cage dijo: "No existe algo como el silencio. Durante
el primer movimiento, se oía el viento que soplaba en el exterior; durante el segundo, las
gotas de lluvia empezaron a repicar sobre el tejado. Y durante el tercero, las propias
personas emitieron todo tipo de sonidos interesantes, mientras hablaban o se
encaminaban hacia la salida".
Benjamin Britten
Musicalmente hablando, Britten fue más conservador que otros titanes del siglo, pero su
influencia y visión son incalculables, especialmente en el campo de la ópera.En su
emblemática ópera "Peter Grimes" (1945) colocó, de forma radical, a un antihéroe en el
centro de la trama. Musicalmente, es un impresionante viaje a los recovecos más oscuros
tanto de la psicología individual como grupal.
Britten estaba convencido de que era necesario sacar la ópera de los teatros
metropolitanos británicos.
Leonard Bernstein
Bernstein fue un populista. Sin remordimientos y con gran intensidad quería compartir la
música que le apasionaba.
Uno de sus pupilos, el director estadounidense Michael Tilson Thomas, apuntó que
muchas de sus canciones son "perfectas e icónicas. La música de Berstein nos
obsesiona, se entreteje dentro de nuestra propia vida… Además, creó el modelo del
director generoso, opuesto al profesional remoto, ocupado".
Pierre Boulez
Aún ejerce como director y sigue fiel a su feroz compromiso de educar a los artistas más
jóvenes, ampliando los límites de su propia música. Una leyenda viviente.
Philip Glass
Y ha trabajado con todo tipo de renombrados artistas como Paul Simon, Yo-Yo Ma, Woody
Allen y David Bowie. Su música atrae oyentes de todas las generaciones y entornos,
realmente acortando la brecha entre mundos sonoros que muchas veces parecen
desconectados.