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BIOGRAFIA

IMMANUEL KANT fue un filósofo alemán que nació en Königsberg,


en el Reino de Prusia el 22 de abril de 1724. Es considerado, junto con
Platón y Aristóteles, uno de los filósofos que más ha contribuido en asentar
las bases del pensamiento occidental, fue uno de los más influyentes durante
el periodo de la Ilustración y Es el creador del idealismo trascendental.
Su origen de vida, fue humilde, su padre fue talabartero y con muchos sacrificios logro costear la
educación de su hijo, pero demostró grandes dotes intelectuales y no tardo en encontrar
benefactores para costear sus estudios en la universidad. Criado en un hogar más que modesto, y
rigurosamente cristianos protestantes, su filosofía recibió la influencia de su propia religiosidad.
En la Universidad de Königsberg, pudo adquirir los conocimientos que no recibía en casa, debido
al pietismo de su familia, que insistía en el valor de la religión por encima de las ciencias.
Estudio, lógica, metafísica, ciencias naturales, geografía y teología en la universidad de
Königsberg al completar sus estudios se empleó como preceptor en un par de familias nobles.
Ya para esa época había escrito algunos textos que le fueron dando prestigio académico.
Era un profesor excelente además de un lector voraz y apasionado. Pero no fue hasta 1770, que
fue nombrado finalmente profesor en la universidad de Königsberg donde enseño matemáticas,
metafísica, lógica, ética y hasta geografía física, describiendo con tal exactitud aldeas y pueblos
que no parecía ser un hombre que nunca salió de su ciudad natal.

APORTES GENERALES DE “SUS OBRAS”


Su producción escrita, tuvo un gran periodo de receso que daría como resultado su obra principal.
Cuando la comenzó pensó que la redacción le consumiría unos 3 meses, pero trabajo en ella
durante 11 años. La obra se publicó en 1771. Su título era CRITICA DE LA RAZÓN PURA.
Aunque hoy sea reconocida unánimemente como una de las más importantes obras en la historia
de la filosofía, fue ignorada en el momento de su publicación inicial. El libro era largo, más de
800 páginas en la edición original en alemán, y escrito en un estilo seco y académico.
Reconociendo la necesidad de clarificar el tratado original, Kant escribió PROLEGÓMENOS a
toda metafísica futura en 1783, como resumen de sus principales puntos de vista. Publico además
otras 2 críticas que le valieron el nombre de padre del criticismo, las cuales fueron CRÍTICA DE
LA RAZÓN PRÁCTICA y la CRÍTICA DEL JUICIO. Otras de sus obras fueron: el ensayo
Respuesta a la pregunta: ¿QUÉ ES ILUSTRACIÓN? en 1784; la FUNDAMENTACIÓN DE
LA METAFÍSICA DE LAS COSTUMBRES de 1785 (su primera obra sobre filosofía moral),
y PRINCIPIOS METAFÍSICOS DE LA CIENCIA NATURAL de 1786. Continúa con LA
RELIGIÓN DENTRO DE LOS LÍMITES DE LA RAZÓN y otros libros de menor auge.

APORTES DE “SU FILOSOFIA”:


Kant dio un giro a la filosofía, delimitando los límites del conocimiento humano, restringiendo
el alcance de las preguntas de la metafísica y estableciendo el triple canon de la razón pura,
compuesto por tres preguntas esenciales para la filosofía:
¿QUÉ PUEDO SABER? Responde  la Metafísica.
¿QUÉ CABE HACER? Responde  la Moral.
¿QUÉ PUEDO ESPERAR? Responde  la Religión.
Inicia una revolución filosófica para entender cómo es posible el conocimiento sintético a priori.
Dicha revolución da lugar al idealismo trascendental e inicia, lo que el mismo llamó el "giro
copernicano", donde Kant explica el cambio que supone a la filosofía, la concepción del
conocimiento basándose en una analogía con la revolución copernicana.

En ASTRONOMÍA, Copérnico comprendió que no se podía entender el movimiento de los


objetos celestes con la tesis según la cual la Tierra está en el centro del Universo y el Sol y los
demás objetos celestes giran a su alrededor, comprendió que para entender el movimiento de los
objetos celestes era necesario cambiar la relación poniendo al Sol en el centro y suponiendo que
es la Tierra la que gira a su alrededor.
Kant considerará que en filosofía es preciso una revolución semejante a la copernicana:
la filosofía anterior a Kant suponía que la experiencia de conocimiento del sujeto cognoscente es
pasiva, que el objeto conocido influye en el Sujeto y provoca una representación fidedigna.
Con esta explicación podemos entender, en todo caso, el conocimiento empírico, pero no el
conocimiento a priori pues lo extraordinario de este último es que con él podemos saber algo de
las cosas antes de experimentarlas, es decir, antes de que puedan influir en nuestra mente.
Kant propone darle la vuelta a la relación y aceptar que en la experiencia cognoscitiva
el Sujeto cognoscente es activo, que en el acto de conocimiento el Sujeto cognoscente
modifica la realidad conocida.
Según Kant, podemos entender el conocimiento sintético a priori si negamos que nosotros nos
sometemos a las cosas, si aceptamos que son más bien las cosas las que se deben someter a
nosotros: dado que para conocer un objeto antes ha de someterse a las condiciones de posibilidad
de toda experiencia posible, es decir a las condiciones formales –a priori– impuestas por la
estructura de nuestras facultades cognoscitivas, es posible saber a priori alguno de los rasgos que
ha de tener cuando esté presente ante nosotros, precisamente los rasgos que dependen de dichas
condiciones. Por ejemplo, a priori no podemos saber nunca si la figura que vamos a ver en la
pizarra es un triángulo, ni las características contingentes de dicha figura (como su tamaño, su
forma concreta, ...) pero sí podemos saber a priori que si es un triángulo ha de poseer todas las
propiedades descritas por la geometría.
Estas ideas las resume Kant con la siguiente frase: sólo podemos conocer a priori de las
cosas aquello que antes hemos puesto en ellas. En resumen, el giro copernicano hace mención al
hecho de que sólo podemos comprender el conocimiento a priori si admitimos que sólo
conocemos los fenómenos y no las cosas en sí mismas o noúmenos, si admitimos el Idealismo
Trascendental como la filosofía verdadera.
A Kant se le considera precursor del Personalismo por sus aportes en torno a la concepción de
persona como valor absoluto, distinguiéndola radicalmente de las cosas u objetos. Aun cuando
Kant no logró trazar una Antropología que contemple al hombre completo, hizo importantes
aportaciones principalmente en “Fundamentación de la metafísica de las costumbres” (1785).
“obra de tal modo que la máxima de tu voluntad
pueda siempre valer como principio de una legislación universal”.
“obra de tal modo que trates a la humanidad, tanto en tu persona
como en la de los demás, siempre como fin, nunca simplemente como medio”.
“Obra de manera que la voluntad de todo ser racional
pueda considerarse a sí misma, mediante su máxima, como legisladora universal”.
Kant no hace otra cosa, que colocar a la persona como centro de la reflexión, como un valor
absoluto, radicalmente distinto de las cosas y como criterio de juicio determinante para adecuar el
obrar del hombre, evitando los subjetivismos, acentuándose finalmente la autonomía del hombre.

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