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UNIVERSIDAD PERUANA UNIÓN

FACULTAD DE TEOLOGÍA

EP TEOLOGIA

EL MINISTERIO PASTORAL

RESUMEN DEL LIBRO EL MINISTERIO PASTORAL


PRESENTADO EN CUMPLIMIENTO PARCIAL PARA LA MATERIA DE PRACTICA
PRE- PROFESIONAL

POR

DAVID MONTEZA RODAS

PROFESOR
JORGE REYES

ÑAÑA, LIMA, PERÚ

201

Conversión diaria
A menos que los ministros se conviertan diariamente, nunca podrán revelar la verdad como
es en Jesús. Sin embargo, hay peligro que casi todos descuidan examinar su propia vida. No ven la
importancia del conocimiento y del control propio. No velan y oran, para no entrar en tentación. Si
velaran, reconocerían sus puntos débiles, donde seguramente la tentación los atacará. Al velar y orar
pueden proteger de tal modo sus puntos más débiles que se transformarán en los más fuertes, y
pueden enfrentar la tentación sin ser vencidos. Cada seguidor de Cristo debiera examinarse
diariamente, para que pueda conocer perfectamente su propia conducta. Casi todos descuidan el
examen propio. Los ministros deben repasar deliberadamente sus actos diarios.

Tienen conciencia de sus acciones en el momento de realizarlas pero las dejan caer en el
olvido y por lo tanto no se reforman. Si los ministros meditaran con atención en las acciones de cada
día y las revisaran con cuidado, con el fin de llegar a conocer sus propios hábitos de vida, se
conocerían a sí mismos mejor. Una hora de meditación es de más valor que los días empleados en
estudiar a los autores más capaces. Su éxito como ministro depende en guardar su propio corazón.
Recibirá más fortaleza pasando una hora diaria en la meditación, y llorando por sus fracasos y las
corrupciones del corazón, y rogando a Dios por su amor perdonador.

Salud y cuidado del Pastor

Unas cuantas horas de trabajo manual cada día, contribuirían a renovar las energías del
cuerpo y a descansar la mente. Haga más trabajo físico para aliviar el cerebro. El ejercicio físico
favorece la digestión. Demasiada comida y muy poco ejercicio debilitan el poder moral y mental.
Reemplace comidas de carne con frutas y granos en cantidades adecuadas. La reforma pro salud está
íntimamente relacionada con el mensaje del tercer ángel, sin embargo no es centro el mensaje. El
debido ejercicio de la mente y el cuerpo desarrollarán y fortalecerán todas las facultades. Tanto la
mente como el cuerpo serán preservados, y serán capaces de realizar una variedad de trabajo.

La oración

Se habría hecho 20 veces más de lo que se ha hecho, si los obreros hubiesen buscado a Dios
para obtener fuerza y apoyo en vez de depender tanto del hombre. La verdad bíblica no
experimentada en el alma del ministro es rechazada por los oyentes como un error. La obra del
Espíritu Santo es iluminar el entendimiento oscuro, derretir el corazón de piedra, egoísta, subyugar al
transgresor rebelde, y salvarlo de las influencias corruptoras del mundo. La espada del Espíritu, la
cual es la Palabra de Dios, penetra el corazón del pecador y lo hace pedazos. Cuando la teoría de la
verdad es repetida sin sentir su sagrada influencia en el alma del que habla, no tiene fuerza sobre los
oyentes, sino que es rechazada como error, siendo el orador responsable por la pérdida de esas almas.
El ministro debe interceder ante Dios por el pueblo bajo su cuidado hasta ver que sus oraciones son
contestadas. Contemplad al Salvador postrado en oración, su alma atormentada por la angustia. No
ora por sí mismo, sino por quienes vino a salvar.

Estudio de la biblia

Levántese temprano y ahorre unos momentos para usar en el estudio de la Biblia. Deben
almacenar en su mente conocimientos útiles, fijar en la memoria porciones de la Escritura, seguir el
curso del cumplimiento de las profecías, y aprenderlas lecciones que Cristo dio a sus discípulos. Los
predicadores deben presentar la segura palabra profética como fundamento de la fe de los adventistas
del séptimo día. Deben estudiar detenidamente las profecías de Daniel y del Apocalipsis, y en
relación con ellas las palabras: “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Los
pastores con frecuencia descuidan estos importantes ramos de la obra: la reforma pro salud, los dones
espirituales, la benevolencia sistemática y las grandes áreas de la actividad misionera. Algunos no
aceptan el sistema de diezmo; rechazan la benevolencia sistemática, y se ofenden, se alejan, y no
caminan más con aquellos que creen y aman la verdad.

Características del predicador

No predique hasta no saber lo que realmente Cristo significa para usted. Aquel que no posea
el conocimiento de la Palabra de vida no tiene derecho a intentar instruir a otros en el camino al
cielo. Hay una obra pastoral que hacer, y ésta significa reprobar y exhortar con toda longanimidad y
doctrina; esto implica que él debe presentar la Palabra de Dios, para mostrar dónde hay deficiencias.
Los hombres no necesitan vacilar al comunicar el mensaje que estamos llevando. No deben tratar de
ocultarlo, ni esconder su origen y propósito. Sus defensores deben ser hombres que no guarden
silencio ni de día ni de noche. Jesús estudió las plantas, los animales y al hombre para poder usar el
conocimiento para enseñar la verdad. Los ministros no deben crear discordia peleando las batallas
del mundo político. Deben enseñar a sus miembros cómo trabajar en la iglesia y en la comunidad,
para levantar la iglesia, para hacer la reunión de oración más interesante, y para entrenar como
misioneros a jóvenes talentosos. Que los ministros y hombres responsables impresionen en los
miembros de la iglesia individualmente, que para poder crecer espiritualmente, deben llevar la carga
de la obra que el Señor ha puesto sobre ellos, la carga de guiar a las almas a la verdad. Que enseñen a
la gente que debe tener un fuerte deseo de ver a los que aún no están en la fe convertirse a la verdad.
No presente a otros lo que su propia alma no ha experimentado.

Características de la predicación
El mundo debe ser amonestado de su inminente ruina. La mejor forma de tratar con el error es
presentar la verdad, y permitir que las ideas descabelladas mueran por falta de atención. Cinco
palabras que se les hable en privado, harán más que todo lo que el discurso ha hecho. Deben tenerse
lecturas bíblicas, y tanto los creyentes como los no creyentes, deben tener la oportunidad de hacer
preguntas sobre los puntos que no comprendan plenamente. Aquellos que profesan ser defensores de
la verdad deben hacer preguntas que traerán respuestas que viertan luz sobre la verdad presente. Si
alguien hace preguntas que sirven solamente para confundir la mente y sembrar las semillas de la
duda, debe aconsejársele que se abstenga de hacer tales pregunta.

Hablad con ellos al principio de temas acerca de los cuales tenéis unanimidad. El interés
despertado debe ser cultivado por un esfuerzo personal, visitando, realizando estudios bíblicos,
enseñando cómo investigar las Escrituras, orando con las familias y las personas interesadas, y
tratando de profundizar la impresión hecha en los corazones y las conciencias.

La Biblia puede ser leída por los ministros en forma tan impresionante que los oidores nunca
la olviden. El predicador adventista no debe descuidar de predicar sobre la culpa, el error y el pecado
como parte del mensaje a Laodicea. Nadie que escuchara a Jesús podía sentirse despreciado u
olvidado, Jesús buscaba un camino hacia cada corazón. Usando una variedad de ilustraciones, no
solamente presentaba la verdad en sus diferentes fases, sino que hablaba al corazón de los distintos
oidores. Suscitaba su atención mediante figuras sacadas de las cosas que los rodeaban en la vida
diaria. Nadie que escuchara al Salvador podía sentirse descuidado u olvidado. El más humilde, el
más pecador, oía en sus enseñanzas una voz que le hablaba con simpatía y ternura.

Deberes del pastor hacia la iglesia

La duda y la incredulidad, que resultan de circunstancias desfavorables, indican problemas,


espirituales. Es su trabajo cuidar, supervisar el rebaño, y arreglarlos asuntos de la iglesia de tal
manera que todos tengan algo que hacer. Los miembros que dependen del ministro para recibir
poder, se tornan en almas estériles. Que cada miembro de iglesia sea un agente viviente, activo para
Dios, en la iglesia y fuera de ella. Todos debemos ser educados para ser independientes, no
incompetentes e inútiles. El Salvador trataba con los hombres como quien deseaba hacerles bien. Les
mostraba simpatía, atendía a sus necesidades y se ganaba su confianza. Entonces les decía:
“Seguidme”. En cada lugar importante debe haber un depósito con nuestras publicaciones. Y alguien
que realmente aprecie la verdad manifestará interés en poner estos libros en manos de todos los que
los leerán. Los ministros deben a veces ganar el interés de sus oyentes en las doctrinas bíblicas
presentando primero charlas sobre salud. En nuestros sanatorios, nuestros ministros que se ocupan de
la palabra y la doctrina, debieran presentar charlas breves sobre los principios de la temperancia,
mostrando que el cuerpo es el templo del Espíritu Santo y trayéndole a la memoria la responsabilidad
que descansa sobre ellos, como la posesión comprada por Dios, de hacer del cuerpo un templo santo,
apto para que more el Espíritu Santo. Todos deben ser obreros junto con Dios, entonces el ministro
puede sentir que tiene ayudantes en quienes es seguro confiar.

Enseñe a los afligidos a ayudarse así mismos. Esto significa enseñar al imprevisor la
necesidad de la economía. Hay miles de viudas y huérfanos, jóvenes y ancianos, afligidos y lisiados,
que deben ser enseñados cómo ayudarse así mismos.

Deberes de la iglesia

Mientras los jóvenes salen a predicar la verdad, ustedes deben tener sesiones de oración en su
favor. Deben orar para que Dios los conecte con él y les dé sabiduría, gracia, y conocimiento. Deben
orar para que sean protegidos de los ataques de Satanás y se mantengan puros de pensamiento y
santos de corazón. No todos serán llamados a servir en el campo misionero, pero pueden ser
misioneros en su hogar, con sus propias familias y en sus vecindarios. No espere que el ministro
haga su trabajo; no se duerma como las vírgenes fatuas, que no tenían aceite en sus lámparas. Tenga
su lámpara llena con el aceite de la gracia de Cristo. Si cada uno en la iglesia alumbrara a otros con
su luz como Dios lo ha designado, qué obra se haría. Una iglesia viva será una iglesia activa. Traiga
sus talentos a Cristo, y ejercítelos. Piense, medite, vele y ore.

Cómo saber si el trabajo ha dado frutos buenos

Los ministros que ganan almas producen miembros ganadores de almas. La manera de medir
la eficacia de su predicación es visitando a las familias a quienes les predicó.

Cómo mejorar en santidad y el carácter

Hay quienes profesan haber conocido a Cristo toda su vida pero nunca han hecho un esfuerzo
personal por inducir a un alma a venir al Salvador. Le han dejado todo el trabajo al ministro. La
razón por la que muchos profesos seguidores de Cristo no tienen una experiencia viva y radiante, es
porque no hacen nada por obtenerla. Si ellos se pusieran a hacer el trabajo que Dios espera que
hagan, su fe aumentaría y avanzarían en la vida de santidad. Ven que multitudes violan diariamente
la ley de Dios; saben que esas almas no pueden ser salvas en la transgresión. Sin embargo, tienen
más interés en sus oficios, sus fincas, sus casas, sus mercaderías, sus vestidos y sus mesas, que en las
almas de los hombres y mujeres con quienes tendrán que encontrarse frente a frente en el juicio. Los
que pretenden obedecer la verdad están dormidos. No podrían estar tan cómodos si estuviesen
despiertos.

Cuándo ingresan los nuevos miembros


El ser miembro de la iglesia tiene poco valor si no hay conversión. Los candidatos para el
bautismo necesitan una preparación más cabal. Los principios de la vida cristiana deben ser
presentados claramente a los recién venidos a la verdad. La evidencia de un cambio debe preceder al
bautismo. Debe saberse si los que profesan estar convertidos están simplemente adoptando el nombre
de adventistas del séptimo día, o si están tomando su posición del lado del Señor para salir del
mundo y separarse y no tocar cosa inmunda. Cuando den evidencia de que entienden plenamente su
posición, han de ser aceptados. Pero cuando revelan estar siguiendo las costumbres y modas y
sentimientos del mundo, ha de tratarse con ellos con firmeza. Si no sienten ninguna preocupación por
cambiar su conducta, no deben ser retenidos como miembros de la iglesia. Los ministros deben
enseñar que todo el que acepte la verdad deberá dar frutos para la gloria de Dios. Deben enseñar que
la abnegación debe ser practicada diariamente; que muchas de las cosas que han sido atesoradas
deben dejarse; y que muchas tareas, aunque parezcan desagradables, deben ser hechas. Enseñe a los
nuevos conversos a estudiar las Escrituras.

Características del culto

Nuestras reuniones deben hacerse intensamente interesantes. Deben estar impregnadas por la
misma atmósfera del cielo. No haya discursos largos y áridos, ni oraciones formales simplemente
para ocupar el tiempo. Todos deben estar listos para hacer su parte con prontitud, y cuando han
cumplido su deber la reunión debe clausurarse. Así el interés será mantenido hasta el final. Esto es
ofrecer a Dios un culto aceptable. Su servicio debe ser hecho interesante y atrayente, y no dejarse
que degenere en una forma árida. Cuando los ministros entran a la plataforma deben arrodillarse en
oración silenciosa. Cada uno de los miembros de la congregación que teme a Dios, debe también
unirse en oración silenciosa con él, inclinando su cabeza, para que Dios honre la reunión con su
presencia y dé poder a su verdad proclamada por los labios humanos. Lo que se presenta en la
primera hora es de mucho más beneficioso si el sermón termina entonces.

Visitación de miembros

Cuando visite procure conversar con todos los miembros de la familia, ya sea que profesen la
verdad o no. Nada aumentará más la fuerza espiritual y el fervor y profundidad de los sentimientos,
como el visitar y servir a los enfermos y abatidos, ayudándoles a ver la luz y a aferrarse de Jesús por
la fe. Hay deberes desagradables que alguien debe cumplir, o habrá almas que perecerán. Se logra
diez veces más mediante la visitación y la conversación con sus feligreses. Los ministros
despreciados por aquellos a quienes sirven, deben recordar que Jesús también lo fue.

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