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Gutiérrez, Alma Beatriz (2007).

Cultura Escolar y Subjetividad: a propósito de los


jóvenes en nuestro país. Joven es, Revista de Estudios sobre la Juventud. Instituto
Mexicano de la Juventud.
Número 27, enero-junio de 2007, consultado el día 25 de mayo de 2009, en
http://cendoc.imjuventud.gob.mx/clr/revistas/revistas.php?revista=027.

Resumen elaborado por:


Omar Arias Pérez.
Tutora del curso: tutorías, estrategia de formación estudiantil.
Profesor del Plantel, General: Ángel Flores, Cobaes 26.

INTRODUCCIÓN
Los jóvenes al ingresar al bachillerato enfrentan una serie de retos principalmente
aquellos que tienen que ver con su formación, para ello es importante resaltar que los
docentes nos tenemos que basar en un nuevo modelo pedagógico que se ajuste al
mundo de la globalización y las nuevas tecnologías que actualmente imperan.
Las experiencias vividas por el estudiante en su formación académica y cultural
desagraciadamente no logran configurar una subjetividad que esté acorde con la
posmodernidad, con lo anterior es sumamente importante atender a la juventud que
solamente demanda ser reconocida de manera personal y social, en este aspecto creo
que nosotros debemos también reconocer algunas costumbres que ellos ejercen.
DESARROLLO DE LA PROBLEMÁTICA:
La complejidad de los cambios tecnológicos y culturales se hacen presentes en un México
donde congeniamos 38.3 millones de jovenes, los cuales tienen problemas de diversas
aristas tales como: Personal, laboral, escolar y cultural. El sistema educativo nuestro tiene
que atender la problemática de los jovenes en el bachillerato, pero por desgracia la
posmodernidad del sistema educativo de los Siglos XIX y XX que tenían como finalidad:
La obligatoriedad, laicidad y gratuidad de la educación diseñaron sistema riguroso que ya
no responde a los tiempos actuales.

Hacia 1925 bajo el liderazgo del Secretario de Educación Pública, Moisés Aarón Sáenz,
México entra de lleno a la obligatoriedad del servicio educativo a nivel secundaria, lo
mismo pasó desde 1868 con el diseño de la educación media superior bajo los auspicios
de Gabino Barreda. En 1932 el bachillerato entra a la nueva faceta de preparar a los
jóvenes en la educación técnica y a partir de 1964 el bachillerato agregó otro año más de
escolaridad preparatoriana, como también se cambiaron planes y programas de estudio
con estas transformaciones nuestro modelo empezó a caminar por la modernidad para
responder a las situaciones del siglo XXI.
El bachillerato constituye la respuesta de la modernidad ante la modernización del
sistema educativo mexicano y la necesidad de atender la demanda creciente de
adolescentes y jóvenes, y; que lo solicitaban, y es que; durante la segunda mitad del siglo
XIX y el primer tercio del siglo XX se establece todo un conjunto de pedagogías de apoyo
y se establece lo que hoy llamaríamos una “política de juventud”, donde la institución
escolar es su eje principal. La consecuencia de esta política es una nueva edad social: la
adolescencia moderna (Fize, 2001; 15:20)
Con la aparición de los jóvenes que demandan el reconocimiento a sus acciones, el
bachillerato tiene el gran reto de responder a las necesidades básicas ya que recibe a
jovenes que del todo no han alcanzado madurez sexual, pero se encuentran en pleno
crecimiento, físico, mental e intelectual, es en el bachillerato donde los jovenes se pueden
forjar para enfrentar la vida futura.
Los jóvenes estando dentro del bachillerato se enfrentan a grandes problemáticas, como
el fracaso escolar, bajo rendimiento, En ese momento surgen las problemáticas
educativas de los jóvenes, como el fracaso escolar y el bajo rendimiento, que la mayoría
de las veces están relacionados con problemas personales como: Desempleo,
Embarazos no Deseados y Drogadicción. El sistema de bachillerato a la ves concibe a los
estudiantes con medio de control y disciplina al cual le suministrará conocimientos,
habilidades, destrezas y actitudes, pero también por medio de diversas actividades el
docente fomentará la identidad y las formas subjetivas de vivir del estudiante, creo que
con lo mencionado la educación en media superior se muestra sumamente lineal del
docente hacia el estudiante.
La escuela como constructora de subjetividad, sostiene Silvia Schelemenson (2000:85).
Desde las etapas de la vida infantil y después como sujetos juveniles, permite la
construcción de una realidad distinta y distante de la vida familiar. La escuela instituye
normas, reglas, rutinas, contratos académicos y curriculares que permite la socialización y
la coparticipación de manera igualitaria entre sus pares, y que llevan al joven a la
construcción de su subjetividad como parte de su diferenciación anímica a través de los
vínculos que en la escuela se establece y generan.
La escuela confirma la existencia de “otros” psíquicos y es la institución la que genera la
mediación entre la socialización de la familia y el ingreso a la sociedad, por lo cual la
relación entre escuela-familia y sociedad tiende a nacer un cuarto componente de gran
importancia llamado: “Cultura Juvenil”, que aún no es reconocida del todo ya que se le ve
con extrañeza, en ella juegan diversas formas de ser y presentarse en la sociedad que se
conocen como grupos juveniles: Punketos, grafiteros, darketos, ñoños, fresas, góticos,
emos entre otros más, que también buscan el reconocimiento.
Desgraciadamente la escuela también se le otorga al estudiante una identidad con
diversos estereotipos como: “Buenos Alumnos”, “Regulares”, “Malos”, “Excelentes”, en
este aspecto debemos de ser conscientes que todos son iguales y tenemos que
implementar estrategias para motivarlos con otros estereotipos más sensibles.
Ser un alumno bueno, entiéndase que es un joven que supo adaptarse a los saberes y
habilidades que la institución escolar implementa, también ser un buen alumno es asumir
estar en el conformismo y la competencia como parte de los bordes de la escolaridad.
El estudiante llega a la escuela y trabaja sus capacidades culturales, a la vez con sus
habilidades y destrezas, va construyendo su subjetividad, la familia y los docentes en este
proceso son piezas fundamentales.
La crisis de la modernidad pone de manifiesto que hay una interacción con poca similitud
entre distintas generaciones, porque no es lo mismo trabajar o hablar con jóvenes de la
etapa de la pubertad, que con jovenes de 20 años que conviven de manera
independiente, es en este aspecto donde el joven va construyendo su subjetividad y va
transitando de la etapa juvenil a la etapa de adultez, se van configurando también una
nueva identidad.
Con este nuevo tránsito de joven a adulto es cuando los estudiantes ven al bachillerato:
como el pilar que le presentará oportunidades y soluciones laborales a su futuro, (es
sumamente importante consolidar más el papel del bachillerato y ofrecer opciones reales
de crecimiento), por lo cual ante este escenario los nuevos egresados de la Preparatoria
tienen problemas propios que son objeto de estudio para diversas instituciones, también
la educación con su rol imperante de formar jovenes y consciencias generará grandes
transformaciones y nuevos estilos de vida, en un mundo como el nuestro donde la
globalización está presente tenemos que estar conscientes en fortalecer la existencia
humana que se está yendo al precipicio, todavía el joven con más problemas y
necesidades a cuestas sigue buscando el reconocimiento y sigue reagrupándose en
diversas culturas y subjetividades.
Vivimos en un México donde sus jóvenes están en situación de riesgo y con ella su
subjetividad, ya que se ve dañada con el desánimo y el abandono escolar, lo que
desencadenan problemas como: Pobreza, suicidios, anemia, bulimia, bullying y demás
que acorralan al joven (El bachillerato afortunadamente puede canalizar los problemas a
instancias superiores para resolver las necesidades, aunque la mayoría de las veces, el
joven tiene timidez de contar sus problemas). Estos problemas se ven en las 300
modalidades de instrucción media superior, en ellas estudian 2.3 millones de jóvenes en
todas las categorías de bachillerato que van desde: La preparación técnica, Educación a
distancia, en ello según el texto se debe de reconocer al bachillerato mexicano como
institución de formación diversa que ofrece una amplia gama laboral para el futuro juvenil
que aspira a obtener recursos a través del trabajo, debido a que la preparatoria ofrece a la
juventud diversas formaciones técnicas y curriculares también la tecnología se hace
presente, así pues la escuela se muestra como formadora de jóvenes con diversas
actitudes.

México en pleno siglo XXI, ha sido testigo de la revolución tecnológica y la información,


por lo cual la Secretaria de Educación Pública (SEP) tiene que ser constante en las
Reformas de Educación Media Superior, para ello se tuvo un gran acierto en crear el
Sistema Nacional del Bachillerato, que tiene como objetivo primordial conformar un
currículo basado en: Competencias Genéricas, Disciplinares y Profesionales, expresadas
en 11 competencias específicas, que constituyen ejes transversales.

La nueva Reforma Integral de la Educación Media Superior (RIEMS), es un gran reto para
el Bachillerato ya que trata de lograr que la educación media superior no desaliente al
joven mexicano, con ello al finalizar el bachillerato el joven tendrá en su certificado final
las competencias desarrolladas que le servirán al educando para adquirir un empleo en
una empresa pública o privada, desafortunadamente los jóvenes viven un entorno difícil
donde impera la falta de empleo y de oportunidades, ello provoca que no solamente el
joven se encierre en sus problemas sino que también se encierren en el ocio llámense
videojuegos, vestimenta informal, apatía, rezago cultural y económico.

Con todo lo visto tenemos que fortalecer el papel de la escuela, ya que desgraciadamente
se ha manifestado que la subjetividad se ve cuestionada, con los nuevos cambios de la
RIEMS, es pertinente decir que al obtener el título de bachiller no estará un tabulador que
especifique sueldos y puestos mejor pagados, pero sí estarán presentes en dicho
documento cuales han sido las competencias que insertan al joven al mundo laboral.

Las valoraciones que los jóvenes comparten se matizan en formar de ser, en las maneras
de estar en el mundo y sus discursos que los constituyen, orientando y organizando sus
deseos, decirles y hacerles: su subjetividad. De ahí la enorme dificultad que en estos
tiempos implica ser joven, el bachillerato en todo su esplendor tiene un reto difícil ya que
no solamente tiene que atender las problemáticas de academia y formación personal, sino
que también tiene que ir buscando soluciones posibles ante los problemas personales
para evitar bajar diversos índices de deserción escolar y reconocer siempre al joven.

Conclusiones personales:
Es necesario dejar huella en los jóvenes y darles el reconocimiento social que tanto
requieren, debemos de actuar para que lleguen consolidados a las oportunidades
laborales y sociales que se les presenten en un futuro, es sumamente difícil el reto de
trabajar en los 300 subsistemas de educación media superior pero no imposible, en
nuestras manos y actualización como docentes está la noble tarea de fortalecer el papel
del joven.
La evolución histórica del sistema educativo en México ha sido sumamente significativa,
primeramente empezamos con sistemas pedagógicos lineales y de gran disciplina, y hoy
estamos en una etapa de revolución de competencias docentes, disciplinares y genéricas
que vienen creo yo a reconocer al estudiante y su subjetividad, dichas competencias
también vienen a construir mejores seres humanos para insertarlos y presentarlos ante la
sociedad que está globalizada.

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