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Monopolios.
Externalidades.
Información insuficiente.
Mercados incompletos (pensiones): Cuando no existe mercado, teniendo que haber por ejemplo
innovación para que exista, cosa que puede hacer el estado. No hay mercado porque puede no ser
conveniente.
Las jubilaciones bajas son un fenómeno altamente estudiado y corroborado. Con este
marco de fondo en el debate sobre las pensiones un grupo de ciudadanos, representados
mediáticamente por la coordinadora NO+AFP ha planteado volver a un sistema de reparto.
A
Sin embargo lo anterior es correcto para una población acotada, porque en la población
abundan las lagunas provisionales, un alto porcetaje de mujeres aun no se incerta en el
mundo del trabajo, y los sueldos en Chile han sido descritos en varias ocaciones como
bajos.
Habiendo quedado claro que un sistema de reparto a nivel general no reporta un beneficio
por sobre el existente, urge alguna medida para hacerse cargo a corto plazo de las bajas
pensiones de un sector considerable de la poblacion, obviamente de la mano de una
política a más largo plazo de insertar a la mujer al mercado laboral, incentivar el jubilarse
más tardíamente,
El problema en consecuencia podría ser abordado a largo plazo con diversas medidas;
Incentivar el jubilar tardíamente, incentivar la inclusión de la mujer, desincentivar al trabajo
informal. Pero a continuación nos enfocaremos en medidas a corto plazo, dado que el
problema de las pensiones bajas son un problema actual que urge abordar.
Subir la edad de jubilación: La OCDE estima que para el futuro la edad de jubilación
llegara a los 66 años, el estado Chileno podria adelantarse, y también escuchar el llamado
del mismo organismo de igualar la edad para jubilar de hombres y mujeres. Esta política es
sencilla, con una esperanza de vida en aumento, asi como la calidad de vida, se habre la
posibilidad de aumentar el fondo destinado a la pension al incremetar el tiempo ahorrando.
Falta de información. Dos o tres oferentes puede ser competitivo, si hay información, no
hay barreras.
Hay un monton de gente que se le adjutica la AFP, algo que se licita por 5 años.
MEMORÁNDUM
Podriamos en consecuencia decir que el sistema nuestro genera una solución óptima al
problema de las pensiones, incluso decir que es justa porque cada uno obtiene lo
ahorrado, y por otro lado tampoco el sistema es un monopolio, pero la solución eficiente en
este caso, no tiene los efectos distributivos deseados y no van en línea de lo valorado por
la sociedad. Nuestro sistema de pensiones nacional también tiene sus sombras, por
ejemplo en el rango de tiempo comprendido entre el año 2007 y el 2014, menos de
$82.650 fue la pensión del 50% de los jubilados en Chile, y si focalizamos a la población
femenina el 50% tiene una pensión igual o menor a $42.561, todo esto considerando el
aporte estatal que significa el Aporte Solidario (Subsecretaria de Previsión Social, 2015b).
Y si bien reiteramos el carácter no monopólico del mercado, dado que el servicio no es
suministrado por una sola empresa y hay competencia, no hay que olvidar que se
presentan barreras de entrada al mercado, dado los altos capitales necesarios para tener
el visto bueno del estado (Dirección de estudios previsionales, 2014), y por otro lado hablamos
de un ahorro forzoso a un sistema particular de ahorro, en consecuencia no hay productos
sustitutos para ese ahorro, pues aunque la persona decida ahorrar en otro formato no tiene
opción de hacerlo.
El sistema de pensiones podríamos decir, si bien es competitivo entre las prestadoras del
servicio, tiene un aspecto que revela un matiz limitante en la competitividad del sistema de
AFP como un todo, en comparación del universo de otros prestadores de servicios
financieros, como el sistema bancario o de acciones, en donde las personas pueden decir
entrar o salir. Las AFP no se ven en la necesidad de persuadir a las personas a participar,
es una obligación.
Este escenario genera incentivos a que las AFP no se vean en la necesidad de informar la
naturaleza misma del sistema. Tanto así que la encuesta CADEM (2016) de agosto del año
2016 entrego datos reveladores sobre la apreciación de la ciudadanía sobre el sistema de
pensiones, por un lado la no menor cifra del 47% de los encuestados no sabía la cantidad
de dinero que tenia ahorrada, pero aun así cree el 64% de la población que no podrá cubrir
los gastos básicos en el futuro, y un 27% cree que solo lograra cubrir los gastos básicos,
en la misma línea el 71% se encontraba poco o nada satisfecho con el sistema, pero una
de las cosas más reveladoras fue la siguiente: solo el 36% consideraba que los ahorros en
la AFP eran propiedad del trabajador, hay un 13% que pensó que el propietario era el
estado, y un 48% dijo que eran propiedad de la AFP.
En resumidas cuentas el sistema AFP ha sido admirado por la solución eficiente y justa al
problema de las pensiones, pero a la vez muestra resultados sociales poco deseables,
como bajas pensiones en general pero por sobre todo femeninas, por otro lado se aprecian
características que limitan el carácter competitivo del mercado de AFP, y se aprecia un
desconocimiento generalizado del sistema. En esta línea las intervenciones sugeridas son:
Subir la edad de jubilación: El promedio OCDE para jubilar esta en los 66 años
(Guerrero, 2018), y el mismo organismo sugirió igualar la edad para jubilar de hombres y
mujeres (Göpel, 2018). Esta política es sencilla, con una esperanza de vida en aumento,
así como la calidad de vida (Stiglitz, 2001), se abre la posibilidad de aumentar el fondo
destinado a la pensión al incrementar el tiempo ahorrando. Y el igualamiento de la edad
para jubilar tiene como finalidad el difuminar en algo la gran diferencia por género, que fue
expuesta al inicio del trabajo.
Catalina Göpel (2018). OCDE insta a Chile a igualar edad de jubilación y fortalecer el pilar
solidario en pensiones. Diario El Pulso.
Consejo Asesor Presidencial para la Reforma Previsional (2006). Volumen II. El derecho a
una vida digna en la vejez. Hacia un contrato social con la previsión en Chile.
Fuentes, J., Palma, A., & Montero, R. (2005). Discriminación salarial por género en Chile:
una mirada global. Estudios de Economía, 32(2).
Stiglitz, J. E. (2003). La economía del sector público (Vol. 24). Antoni Bosch Editor.