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“La verdadera libertad es no

trabajar”, dice un filósofo


Boris Groys, especialista en arte, está en la Argentina. Nacido
en Alemania oriental, señala las obligaciones que nos crea el
mercado. Dice que queremos más igualdad, pero sin perder el
Ipod.

Boris Groys. El pensador admite que el fin del socialismo trajo desigualdad al Este pero dice
que no hay nostalgia de él.

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 Boris Groys

 crítica de arte

 Edición impresa

Apenas aterrizado, para dar una serie de charlas, el filósofo y crítico


de arte Boris Groys, uno de los más originales y polémicos pensadores
del arte contemporáneo (Alemania oriental, 1947), realizó una rueda de
prensa donde habló de su último libro publicado en la
Argentina, Volverse público (Caja Negra, 2014) y también de algunos
aspectos de su vida, que transcurrió a ambos lados del muro.
Hace poco, en una entrevista otorgada al diario El País, entre el gesto
irónico y la crítica sagaz, dijo que ahora, en las sociedades
occidentales, somos mucho más esclavos que en la burocracia
soviética, donde se trabajaba mucho menos. “Al mercado no puedes
engañarlo porque dependes de él, del dinero que te proporciona para
vivir. Hay una idea falsa en Occidente y es que la vida está llena de
deseos. Pero si de verdad a alguien lo liberas de sus obligaciones, se va a
dormir. La verdadera libertad es no trabajar”, dijo en 2008.

Groys fue miembro activo de los círculos no oficiales de intelectuales y


artistas bajo el régimen soviético, hasta que en 1981 se trasladó a
Occidente: “No decidí irme, me pidieron que me fuera”, dijo a los
periodistas. “Durante los años 70 publicaba en medios occidentales
artículos sobre la escena artística de Moscú y Leningrado. Nadie sabía
bien cómo funcionaba el sistema, hasta que la KGB me informó que mis
actividades podían ser consideradas antisoviéticas. Si no dejaba de
hacerlas, me tenía que ir. Yo no era una excepción a la regla”, dijo
Groys, quien dio a entender que a otros les pasaba lo mismo.

En el mundo socialista de Europa del Este, el diseño estaba, según


Groys, orientado a construir un gusto público de la sociedad como un
todo. Si uno ve los proyectos primeros del Constructivismo Ruso, de la
Bauhaus o de Die Stijl, ellos buscan unificar un estilo. “Por eso sus ideas
del diseño iban contra los intereses privados y comerciales. Hoy, en
cambio, estamos en la cultura del gusto privado, y se podría decir que,
en el capitalismo, del triunfo del gusto privado por sobre el público.”

El fin del socialismo trajo como consecuencia en Europa del Este una
sociedad muy desigual. Sin embargo no hay ninguna nostalgia del
pasado, asegura. “Hay sí, en la izquierda, que es toda
la intelligentsia artística e intelectual, una aspiración a una mayor
igualdad, pero no como nostalgia del pasado, sino hacia el futuro. Por un
lado, porque es imposible volver hacia atrás, y por otro, porque no creo
que nadie esté dispuesto a perder su Ipod.”

Groys se refirió al giro contemporáneo en el arte, de la producción de


obras hacia la producción de “acontecimientos”, ya sean estos en el
espacio público (galerías, museos o incluso la calle) o en Internet.
“Primero, diría que los 'acontecimientos' también ocurren, también son
materiales. Internet es también un hecho en sí, concreto, material. Luego,
el giro de la producción de obra a la producción de eventos se remonta a
experiencias de comienzos del siglo XX, a Cabaret Voltaire y Dadá. Ese
giro va de la mano de la pérdida de confianza en las instituciones del arte
para perpetuar las obras en el tiempo. Si uno cree en la continuidad de
esas instituciones tiende a creer más en el valor de la obra. Pero no es
accidental que este giro comenzara durante y después de la Primera
Guerra Mundial, una época de guerras y destrucción”. Hoy tampoco
tenemos confianza en que las instituciones perpetuarán las obras en el
tiempo, pero “no por la guerra sino por la economía: es demasiado caro”.

Groys habló también de lo que consideró una tendencia contemporánea a


negar lo nuevo: “toda innovación es reinterpretada como optimización”,
afirmó. “Cada nuevo aparato es entendido como el mismo aparato, sólo
que mejorado”. Para Groys, esta creencia opera como una distracción,
para no ver aquello que se destruye. “Hay una negación de la diferencia
tecnológica –agregó--. Y esa falsa identidad garantiza la supervivencia
de la civilización: todo es siempre igual, pero mejor. Ningún sujeto
contemporáneo quiere ser el “Angelus Novus”, esa imagen con la que
Walter Benjamin ilustraba el sujeto de la historia que mira hacia atrás
para denunciar la destrucción y sus mecanismos.
En el artículo “Cuerpos Inmortales”, Groys analiza un momento de
imaginación radical en la Rusia de finales del siglo XIX. Una especie de
utopía biologicista en la que, a partir del supuesto foucaulteano según la
cual el Estado moderno procura potenciar la vida de los ciudadanos, esta
afirmación se extrema hasta imaginar un poder intensivo capaz de
combatir inclusive la muerte natural del individuo, en busca de una
inmortalidad que debía volverse un objetivo colectivo y político del
Estado. Esto implicaba incluso la solidaridad intergeneracional, por la
cual los jóvenes deberían comprometerse con las generaciones pasadas,
incluso con los muertos, a los que habría que poder resucitar. Todo lo
cual redundaría en una vida eterna y justa verdaderamente para todos, los
vivos y los muertos.

Curiosamente esas utopías rusas de fines de siglo XIX coinciden con la


aparición de la novela Drácula, de Bram Stoker. “La analogía no es de
ninguna manera una coincidencia –escribe Groys en su libro–. La
sociedad de los vampiros, es decir, de los cuerpos inmortales, en la que
reina Drácula es la sociedad del biopoder total por excelencia.” Y si en
esa época, el cuerpo inmortal del vampiro era una pesadilla, hoy en
cambio se acerca más al sueño contemporáneo. “Al principio Drácula
era un ser muy desagradable –reflexionó ayer Groys ante los periodistas-
-, pero con el tiempo los vampiros se han vuelto cada vez más atractivos:
en las nuevas películas aparecen como inteligente, con buenas maneras,
sexies y reflexivos. ¡Hasta leen a Mallarmé! ¿Quién lee hoy a Mallarmé?
¡Solo los vampiros lo hacen!”

“De hecho -dice Groys- muchas actividades culturales de hoy son


vampíricas, hay una afinidad muy profunda entre actividad cultural y
fantasía vampírica. Hay intercambio, no de sangre, pero sí de ideas, de
cartas, de mails y de textos”.
Para Groys las redes sociales no serían lo que son hoy sin el arte
conceptual de los años 60. Hubo un profundo entrenamiento para
hacer uso de todos esos materiales mezclados, textos imagen, videos.
Todo esto es previo a que sean posibles técnicamente. El modo en que
aparecen las redes sociales es posible gracias a la educación previa en el
arte conceptual.

La versión tradicional del arte está basada en la idea del artista como un
ser excepcional, único. Desde los 60 se abre un nuevo paradigma de arte,
en un arco que va de Guy Debord a Andy Warhol, un paradigma en el
que el artista ya no es excepcional sino uno en la multitud: lo importante
es ser uno más, pero paradigmático, típico, representativo de muchos. Y
esto, por supuesto, es una tarea muy difícil.

30 frases de Sigmund Freud


fundamentales para el
psicoanálisis
 Facebook
 Twitter
 Google+
 LinkedIn
 Gmail

Hoy dedicaremos nuestro artículo a frases de Sigmund Freud.


También conocido como el padre del psicoanálisis, fue una
personalidad del siglo XX sumamente polémica por sus
descubrimientos en la materia del inconsciente. Fueron numerosas
sus aportaciones al campo de la personalidad, centradas principalmente
en los conflictos sexuales originados en la infancia y los impulsos del
inconsciente reprimidos por la conciencia. Así pues, revolucionó por
completo el tratamiento de pacientes de enfermedades mentales, que se
realizaría por medio de la interpretación de sueños y la asociación libre,
una técnica mediante la cual la persona tratada expresa todos sus
pensamientos, recuerdos y emociones sin ningún tipo de filtro.

“La Interpretación de los sueños” fue la obra de Freud considerada como


la más importante contribución al mundo de la psicología y el
psicoanálisis. En ella se plantean los sueños como la fuente de expresión
de nuestros deseos más reprimidos; la vía por excelencia al
inconsciente. No te pierdas su lectura, te aseguramos que vale la pena.

Cómprala aquí -> La interpretación de los sueños

Se convirtió en uno de los personajes más influyentes del pensamiento


contemporáneo, por lo que muchos psicoanalistas y psicólogos
posteriores han sido sumamente influenciados por su obra y otros tanto
se han posicionado taxativamente en su contra. Por todo ello, te
dejamos a continuación una selección de frases de Sigmund Freud para
que puedas acercarte a su pensamiento y adentrarte en el mundo
del psicoanálisis.

30 frases de Sigmund Freud fundamentales


para el psicoanálisis
1. Las emociones inexpresadas nunca mueren. Son enterradas
vivas y salen más tarde de peores formas

2. El sueño es la liberación del espíritu de la presión de la


naturaleza externa, un desprendimiento del alma de las cadenas
de la materia

3. El que tiene ojos para ver y oídos para escuchar puede


convencerse a sí mismo que ningún mortal puede mantener un
secreto. Si sus labios son silenciosos, parlotean con sus dedos; la
traición rezuma de ellos a través de todos sus poros
4. La libertad del individuo no es un regalo de la civilización. Era
mayor antes de haber cualquier civilización

5. La neurosis es la inhabilidad para tolerar la ambigüedad

6. Si dos individuos están siempre de acuerdo en todo, puedo


asegurar que uno de los dos piensa por ambos

7. Las ilusiones se encomiendan a nosotros porque nos ahorran


dolor y nos permiten disfrutar del placer. Debemos, por tanto,
aceptarlas sin quejas cuando se chocan contra la realidad en la
que se hacen pedazos

8. La interpretación de los sueños es el camino real al


conocimiento de las actividades inconscientes de la mente

9. Nunca estamos tan indefensos contra el sufrimiento como


cuando amamos

10. Un hombre que ha sido el indiscutible favorito de su madre


mantiene durante su vida el sentimiento de un conquistador
11. El precio que pagamos por nuestra avanzada civilización es
una pérdida de felicidad a través de la intensificación del
sentimiento de culpa

12. Podría decirse del psicoanálisis que si das el dedo meñique


pronto tendrás toda la mano

13. La mayoría de la gente no quiere la libertad realmente,


porque la libertad implica responsabilidad y la mayoría de la
gente tema la responsabilidad

14. Uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que habla

15. El primer humano que insultó a su enemigo en vez de tirarle


una piedra fue el fundador de la civilización

16. Lo que distingue a una sugestión de otros tipos de influencia


psíquica, como una orden o la transmisión de una noticia o
instrucción, es que en el caso de la sugestión se estimula en la
mente de otra persona una idea cuyo origen no se examina, sino
que se acepta como si hubiera brotado en forma espontánea en
esa mente
17. Así como al jinete, si quiere permanecer sobre el caballo, a
menudo no le queda otro remedio que conducirlo a donde este
quiere ir, también el yo suele trasponer en acción la voluntad del
ello como si fuera la suya propia

18. La humanidad siempre ha comprometido un poco de felicidad


por un poco de seguridad

19. Tenemos una predisposición a considerar que las ideas


desagradables son inciertas, y buscamos argumentos en contra

20. La tradición es la excusa de las mentes perezosas que se


resisten a adaptarse a los cambios

21. Las personas, usualmente, usan falsos estándares para


medir. Buscan y admiran el poder, el éxito y la riqueza pero
subestiman los verdaderos valores de la vida

22. La tensión entre las exigencias de la conciencia moral y las


operaciones del yo es sentida como sentimiento de culpa

23. Todo chiste, en el fondo, encubre una verdad

24. El Dios de cada persona resulta psicológicamente el padre


transfigurado, es decir, nuestra experiencia vital con el padre la
sublimamos y la proyectamos en la divinización paterna

25. Cualquiera que despierto se comportase como lo hiciera en


sueños sería tomado por loco
26. Las primeras nociones de la sexualidad aparecen en el
lactante

27. Somos lo que somos porque hemos sido lo que hemos sido

28. No puedo pensar en ninguna necesidad de la infancia tan


fuerte como la necesidad de la protección paterna

29. La humanidad progresa. Hoy solamente quema mis libros;


siglos atrás me hubieran quemado allí

30. Los sueños son a menudo más profundos cuando parecen


más locos

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