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Universidad Abierta Para Adultos

Asignatura:
Geografía general

Sustentado por:
Juan francisco santos s.

Matricula:
(16-0186)

Facilitador:
Francisco Antonio Méndez
Investigación en fuentes bibliográficas y/o electrónicas sobre el
planeta Tierra, características, formas, dimensiones, capas que
la forman, campo magnético, movimientos para realizar las
siguientes actividades:
Realización de un informe de lectura de tres páginas como
máximo sobre el planeta tierra donde tome en cuenta:

Características

Nuestro planeta la Tierra es el tercer planeta del Sistema Solar, considerando su


distancia al Sol, y el quinto de ellos según su tamaño. Está situada
aproximadamente a unos 150 millones de kilómetros del Sol.

La Tierra se formó al mismo tiempo que el Sol y el resto del Sistema Solar, hace
4570 millones de años. El volumen de la

Tierra es más de un millón de veces menor que el Sol y la masa de la Tierra es


nueve veces mayor que la de su satélite, la Luna. La temperatura media de la
superficie terrestre es de unos 15 ºC.

En su origen, la Tierra pudo haber sido sólo un agregado de rocas


incandescentes y gases. A la forma de la Tierra (entendida como la altura media
del mar o que adoptaría el mar en los continentes) se le denomina geoide. El
geoide es una superficie similar a una esfera achatada por lo polos (elipsoide).
Su diámetro es de unos 12 700 km, más de diez veces la longitud de la península
Ibérica.

Las primeras culturas creían que la Tierra era plana. Algunos astrónomos
eminentes de la Antigüedad plantearon la posibilidad de que la Tierra no fuese
plana sino esférica, ya que de esa manera muchos fenómenos naturales tendrían
una explicación lógica. Sin embargo, hasta el siglo XVI no se pudo demostrar
que era esférica, cuando Juan Sebastián Elcano completó la primera vuelta al
mundo a bordo de un barco. Al conjunto de disciplinas que estudian los procesos
de diversas escalas temporal y espacial que gobiernan este planeta se le llama
geo ciencias o ciencias de la Tierra.

Formas

Nuestro planeta tiene una forma esférica, achatada hacia los polos,
denominada geoide. Esta forma viene determinada por los movimientos que
experimenta la Tierra a lo largo de su órbita y por el hecho de que existe, en
ciertas regiones del espacio que atraviesa, la suficiente materia como para
generar rozamiento.
Para hacernos una idea, imaginemos un huevo tumbado y, aunque no tan
acentuado, sí se aproxima un poco al aspecto del planeta, ya que el Ecuador se
encuentra 21,5 km más alejado del centro de la Tierra que ambos polos. Por
tanto, si creías que nuestro planeta tenía una forma parecida a una pelota... ¡te
equivocaste!.

Dimensiones

Se llama eje terrestre a la línea imaginaria que uniría los polos pasando por el
centro. El ecuador divide al planeta en dos mitades o hemisferios. Mientras que
el radio ecuatorial es de 6.378,1 km, el polar mide 6.356,8 km.

La Tierra presenta una superficie estimada de 510.072.000 km2, siendo un astro


pequeño si lo comparamos con otros planetas de la galaxia. De ellos, cerca del
29,2% corresponde a tierra emergida. Es decir, que 3/4 partes de la superficie
terrestre se encuentra ocupada por agua en estado líquido, algo peculiar entre
los planetas del Sistema Solar.

El geoide

El geoide resulta la forma de referencia para todas las medidas a realizar en la


Tierra puesto que considera la superficie más homogénea de lo que es en
realidad, medida desde el nivel del mar, con medidas positivas o negativas según
esté por encima o por debajo de este nivel tal como se muestra en la figura.

Sin embargo, el geoide carece de representación matemática, al tratarse de


una superficie equipotencial de la gravedad, o sea, una superficie cuyos puntos
poseen el mismo valor de la gravedad. Esto es muy complicado de medir a
niveles prácticos. Por ello se recurre al uso de otras aproximaciones a la forma
del planeta.

El elipsoide de revolución

Cuando se hace rotar 360º una elipse, la figura que se obtiene se llama elipsoide
de revolución; que viene a ser como un balón desinflado. En Geodesia (ciencia
que estudia la forma del planeta) esa forma se denomina elipsoide de referencia.

¿Y para qué queremos hacer girar una elipse? Pues porque, como dijimos, la
forma achatada de la Tierra recuerda a un huevo tumbado que, a su vez, se
parece bastante a una elipse. Y dado que nuestro planeta gira 360º respecto a
su eje, mientras se desplaza, varios científicos han considerado que podría ser
una manera de acercarse a la forma real de nuestro planeta, mediante
el elipsoide de referencia.

El globo terráqueo
Desde la Edad Media, si no antes, el planeta se vino representando mediante
una esfera que tenía dibujada en su superficie la forma de los continentes y
mares. Se le llamó globo terráqueo y, aunque actualmente se sabe que no es
precisa, también es cierto que la diferencia entre los dos semiejes del elipsoide
terrestre es de sólo 22 km, por lo cual no es tanto el error cometido.

Eso sí, sabiendo que existe ese error y que realmente la morfología de la Tierra
es la de un geoide. A efectos de cálculo puede optarse por el uso del elipsoide
de referencia, que sí tiene representación matemática, a diferencia del geoide.
De esta forma, los cálculos serán más precisos y reales que al usar una esfera
para la morfología terrestre.

Otro curioso aspecto que quedó en evidencia una vez se usaron los satélites
artificiales para estudiar la Tierra es que, a causa de este achatamiento, los
mapas tradicionales que representaban a los países desarrollados - sobre todo,
de Europa y Norteamérica - de gran extensión, realmente eran más pequeños.
Igualmente África y Sudamérica poseían mayor tamaño del que se les venía
atribuyendo.
Capas que forman la tierra

La Tierra está formada por numerosas capas, algunas externas y otras internas.
Se dividen en varios grupos según su estado: sólido o semi-líquido, líquido o gas.

La corteza del planeta Tierra es una fina capa formada por placas rígidas que se
apoyan sobre el manto superior. Juntas forman la litosfera y flotan sobre la
astenosfera, una capa de materiales calientes y pastosos que, a veces, salen
por una grieta formando volcanes.

La densidad y la presión aumentan hacia el centro de la Tierra. En el núcleo


están los materiales más pesados, los metales. El calor los mantiene en estado
líquido, con fuertes movimientos. El núcleo interno es sólido.

Las fuerzas internas de la Tierra generan movimientos que se notan en el


exterior. Los movimientos rápidos originan terremotos; los lentos forman
plegamientos, como los que crearon las montañas.

El rápido movimiento rotatorio y el núcleo metálico generan un campo magnético


que, junto a la atmósfera, nos protege de las radiaciones nocivas del Sol y de las
otras estrellas del Universo.

Capas de la Tierra

Desde el exterior hacia el interior podemos dividir la Tierra en cinco partes:


Atmósfera: Es la cubierta gaseosa que rodea el cuerpo sólido del planeta. Tiene
un grosor de más de 1.100 km, aunque la mitad de su masa se concentra en los
5,6 km más bajos.

Hidrosfera: Se compone principalmente de océanos, pero en sentido estricto


comprende todas las superficies acuáticas del mundo, como mares interiores,
lagos, ríos y aguas subterráneas. La profundidad media de los océanos es de
3.794 m, más de cinco veces la altura media de los continentes.

Litosfera: Compuesta sobre todo por la corteza terrestre, se extiende hasta los
100 km de profundidad. Las rocas de la litosfera tienen una densidad media de
2,7 veces la del agua y se componen casi por completo de 11 elementos, que
juntos forman el 99,5% de su masa. El más abundante es el oxígeno, seguido
por el silicio, aluminio, hierro, calcio, sodio, potasio, magnesio, titanio, hidrógeno
y fósforo. Además, aparecen otros 11 elementos en cantidades menores del 0,1:
carbono, manganeso, azufre, bario, cloro, cromo, flúor, circonio, níquel, estroncio
y vanadio. Los elementos están presentes en la litosfera casi por completo en
forma de compuestos más que en su estado libre.
La litosfera comprende dos capas, la corteza y el manto superior, que se dividen
en unas doce placas tectónicas rígidas. El manto superior está separado de la
corteza por una discontinuidad sísmica, la discontinuidad de Mohorovicic, y del
manto inferior por una zona débil, la astenosfera. Las rocas plásticas y
parcialmente fundidas de la astenosfera, de 100 km de grosor, permiten a los
continentes trasladarse por la superficie terrestre y a los océanos abrirse y
cerrarse.

Manto: Se extiende desde la base de la corteza hasta una profundidad de unos


2.900 km. Excepto en la zona conocida como astenosfera, es sólido y su
densidad, que aumenta con la profundidad, oscila de 3,3 a 6. El manto superior
se compone de hierro y silicatos de magnesio como el olivino y el inferior de una
mezcla de óxidos de magnesio, hierro y silicio.

Núcleo: Tiene una capa exterior de unos 2.225 km de grosor con una densidad
relativa media de 10 Kg por metro cúbico. Esta capa es probablemente rígida,
su superficie exterior tiene depresiones y picos. Por el contrario, el núcleo
interior, cuyo radio es de unos 1.275 km, es sólido. Ambas capas del núcleo se
componen de hierro con un pequeño porcentaje de níquel y de otros elementos.
Las temperaturas del núcleo interior pueden llegar a los 6.650 °C y su densidad
media es de 13. Su presión (medida en GigaPascal, GPa) es millones de veces
la presión en la superficie.
El núcleo interno irradia continuamente un calor intenso hacia afuera, a través
de las diversas capas concéntricas que forman la porción sólida del planeta. La
fuente de este calor es la energía liberada por la desintegración del uranio y otros
elementos radiactivos. Las corrientes de convección dentro del manto trasladan
la mayor parte de la energía térmica de la Tierra hasta la superficie.

Campo magnético

La Tierra se comporta como un enorme imán. El físico y filósofo natural inglés


William Gilbert fue el primero que señaló esta similitud en 1600, aunque los
efectos del magnetismo terrestre se habían utilizado mucho antes en las brújulas
primitivas.

El magnetismo de la Tierra es el resultado de una dinámica, ya que su núcleo de


hierro de la Tierra no es sólido.
Por otra parte, en la superficie terrestre y en la atmósfera se generan diversas
corrientes eléctricas producidas por diversas causas, además de un intercambio
constante de electricidad entre el aire y la Tierra.

El campo magnético terrestre

La Tierra posee un poderoso campo magnético, como si el planeta tuviera un


enorme imán en su interior cuyo polo sur estuviera cerca del polo norte
geográfico y viceversa. Aunque los polos magnéticos terrestres reciben el
nombre de polo norte magnético (próximo al polo norte geográfico) y polo sur
magnético (próximo al polo sur geográfico), su magnetismo real es el opuesto al
que indican sus nombres.

Las posiciones de los polos magnéticos no son constantes y muestran notables


cambios de año en año. Cada 960 años, las variaciones en el campo magnético
de la Tierra incluyen el cambio en la dirección del campo provocado por el
desplazamiento de los polos. El campo magnético de la Tierra tiene tendencia a
trasladarse hacia el Oeste a razón de 19 a 24 km por año.

Electricidad terrestre

Se conocen tres sistemas eléctricos generados por procesos naturales. Uno está
en la atmósfera. otro está dentro de la Tierra, fluyendo paralelo a la superficie, y
el tercero, que traslada carga eléctrica entre la atmósfera y la Tierra, fluye en
vertical.

La electricidad atmosférica es el resultado de la ionización de la atmósfera por la


radiación solar y a partir del movimiento de nubes de iones. Estas nubes son
desplazadas por mareas atmosféricas, que se producen por la atracción del Sol
y la Luna sobre la atmósfera. Suben y bajan a diario, como ocurre en el mar. La
ionosfera constituye una capa esférica casi perfectamente conductora.

Las corrientes de la Tierra constituyen un sistema mundial de ocho circuitos


cerrados de corriente eléctrica distribuidos de una forma bastante uniforme a
ambos lados del ecuador, además de una serie de circuitos más pequeños cerca
de los polos. La superficie de la Tierra tiene carga eléctrica negativa. La carga
negativa se consumiría con rapidez si no se repusiera de alguna forma.

Se ha observado un flujo de electricidad positiva que se mueve hacia abajo


desde la atmósfera hacia la Tierra. La causa es la carga negativa de la Tierra,
que atrae iones positivos de la atmósfera. Al parecer, la carga negativa se
traslada a la Tierra durante las tormentas y el flujo descendente de corriente
positiva durante el buen tiempo se contrarresta con un flujo de regreso de la
corriente positiva desde zonas de la Tierra con tormentas.

Movimientos de la tierra

La Tierra está en continuo movimiento. Se desplaza, con el resto de planetas y


cuerpos del Sistema Solar, girando alrededor del centro de nuestra galaxia, la
Vía Láctea. Sin embargo, este movimiento afecta poco nuestra vida cotidiana.

Más importante, para nosotros, es el movimiento que efectúa describiendo su


órbita alrededor del Sol, ya que determina el año y el cambio de estaciones. Y,
aún más, la rotación de la Tierra alrededor de su propio eje, que provoca el día
y la noche, que determina nuestros horarios y biorritmos y que, en definitiva,
forma parte inexcusable de nuestras vidas.
El movimiento de traslación: el año

Por el movimiento de traslación la Tierra se mueve alrededor del Sol, impulsada


por la gravitación, en 365 días, 5 horas y 57 minutos, equivalente a 365,2422
días, que es la duración del año.

Nuestro planeta describe una trayectoria elíptica de 930 millones de kilómetros,


a una distancia media del Sol de 150 millones de kilómetros. El Sol se encuentra
en uno de los focos de la elipse. La distancia media Sol-Tierra es 1 U.A. (Unidad
Astronómica), que equivale a 149.675.000 km.

Como resultado de ese larguísimo camino, la Tierra viaja a una velocidad de 29,5
kilómetros por segundo, recorriendo en una hora 106.000 kilómetros, o
2.544.000 kilómetros al día.

La excentricidad de la órbita terrestre hace variar la distancia entre la Tierra y el


Sol en el transcurso de un año. A primeros de enero la Tierra alcanza su máxima
proximidad al Sol y se dice que pasa por el perihelio. A principios de julio llega
a su máxima lejanía y está en afelio. La distancia entre la Tierra y el Sol en el
perihelio es de 142.700.000 kilómetros y la distancia Tierra-Sol en el afelio es de
151.800.000 kilómetros.

El movimiento de rotación: el día

Cada 24 horas (cada 23 h 56 minutos), la Tierra da una vuelta completa


alrededor de un eje ideal que pasa por los polos. Gira en dirección Oeste-Este,
en sentido directo (contrario al de las agujas del reloj), produciendo la impresión
de que es el cielo el que gira alrededor de nuestro planeta.
A este movimiento, denominado rotación, se debe la sucesión de días y noches,
siendo de día el tiempo en que nuestro horizonte aparece iluminado por el Sol, y
de noche cuando el horizonte permanece oculto a los rayos solares.

La mitad del globo terrestre quedará iluminada, en dicha mitad es de día mientras
que en el lado oscuro es de noche. En su movimiento de rotación, los distintos
continentes pasan del día a la noche y de la noche al día.

Realización de un esquema sobre la luna como satélite de la tierra donde tome


en cuenta:
Características
Movimientos

Luna

Tipos
Traslació
n

caracteristica Rotación

La Luna describe su órbita alrededor de la Tierra a una distancia media de 384.403 km y a una
velocidad media de 3.700 km/h. Aunque aparece brillante a simple vista, sólo refleja en el espacio
alrededor del 7% de la luz que recibe del Sol. Este poder de reflexión, o albedo, es similar al del polvo
de carbón.

Los observadores antiguos creían que las regiones oscuras de su superficie eran océanos, dándole el
nombre latino de "mare", que todavía usamos. Las regiones más brillantes se consideraban
continentes.
Investiga en otras fuentes sobre los eclipses, equinoccio y los
solsticios. Y realiza un mapa mental con las características de
cada uno.

Solsticios

El punto o instante de la órbita de la Tierra que coincide con cada uno de los dos
extremos del eje mayor recibe el nombre de solsticio, que puede ser solsticio
de verano en un hemisferio y simultáneamente solsticio de invierno en el
otro hemisferio.
En ambos extremos se dan, entonces, simultáneamente el solsticio de verano y
el de invierno.

Las letras en blanco señalan las


estaciones para el hemisferio norte,
como contrapartida, las letras
coloreadas indican las estaciones
en el hemisferio sur.
De modo científico, podemos decir que solsticio es un término astronómico relacionado con la posición
del Sol en el ecuador celeste . El nombre proviene del latín solstitium ( sol sistere o Sol quieto).

La línea roja representa el eje de


rotación de la tierra, que va de
polo a polo.
Como vemos, hay dos solsticios, uno coincide con el inicio del verano (solsticio
de verano) en uno de los hemisferios, mientras en el opuesto se inicia el invierno
en ese mismo momento (solsticio de invierno) y el otro solsticio coincide con el
inicio del invierno (solsticio de invierno) para el mismo hemisferio anterior, y
ahora en el opuesto se inicia el verano (solsticio de verano).
El solsticio de verano también es el día que tiene la noche más corta del año
(con el día más largo), y el de invierno tiene la noche más larga del año (con el
día más corto).
En rigor, deberíamos decir que cuando se da el solsticio de verano en el
hemisferio norte simultáneamente se da el solsticio de invierno en el hemisferio
sur.
Como esto ocurre el 2 de junio, lo más sensato es llamarlo solsticio de junio,
que marca el inicio del verano en el hemisferio norte y el inicio del invierno en el
hemisferio sur.
Cuando la Tierra llegue al otro extremo del eje mayor (el 22 de diciembre), será
solsticio de invierno para el hemisferio norte y solsticio de verano para el
hemisferio sur. Por ende, lo sensato es llamarlo solsticio de diciembre.
Para afianzar la idea, los solsticios de verano y de invierno ocurren
simultáneamente (opuestos de un hemisferio a otro) una vez en el perihelio y
una vez en el afelio.

Otra forma de graficar cómo inciden los rayos del sol


sobre la línea del ecuador tanto en los solsticios como
en los equinoccios.
Equinoccios
Los puntos o instantes de la órbita en los que la Tierra coincide con los extremos
del eje menor se llaman equinoccios .
La palabra equinoccio proviene del latín aequinoctĭum y significa «noche igual».
También son dos, que coinciden con el inicio de la primavera (equinoccio de
primavera) y el otoño (equinoccio de otoño), y se dan simultáneamente en los
dos hemisferios.
Ocurre dos veces por año: el 20 ó 21 de marzo y el 22 ó 23 de septiembre de
cada año, épocas en que los dos polos de la Tierra se encuentran a igual
distancia del Sol, cayendo la luz solar por igual en ambos hemisferios.
La línea roja representa la posición del ecuador con respecto
a los rayos del sol: en los solsticios los rayos caen por arriba
o por abajo de dicha línea; en los equinoccios, caen
exactamente sobre el ecuador (marcados con línea oscura).
Esta característica da pie para que los equinoccios sean los días del año en los
que el día y la noche duran lo mismo en todos los lugares de la tierra.

Como ambos equinoccios se dan en forma simultánea en cada hemisferio es


más sentato llamarlos equinoccio de marzo y equinoccio de septiembre.
Equinoccio de marzo, el día 21 de marzo (aproximadamente):
En el Polo Norte, se pasa de una noche de seis meses de duración a un día de
seis meses.
En el hemisferio norte, se pasa del invierno a la primavera; y para ese
hemisferio se llama el equinoccio primaveral.
En el hemisferio sur, se pasa del verano al otoño; y para ese hemisferio se
llama el equinoccio otoñal.
En el Polo Sur, se pasa de un día de seis meses de duración a una noche de
seis meses.

Durante seis mese el polo norte


queda a oscuras (no recibe rayos
del sol) y durante esos mismos
seis meses el polo sur recibe luz
solar.

Equinoccio de septiembre, el día 21 de septiembre (aproximadamente):


En el polo Norte, se pasa de un día de seis meses de duración a una noche de
seis meses.
En el hemisferio norte, se pasa del verano al otoño; y en ese hemisferio se llama
se llama el equinoccio otoñal (autumnal) .
En el hemisferio sur, se pasa del invierno a la primavera; y en ese hemisferio se
llama el equinoccio invernal o de invierno.
En el polo Sur, se pasa de una noche de seis meses de duración a un día de
seis meses.

Dibuja un eclipse de sol, un eclipse de luna, el equinoccio y los


solsticios de junio y diciembre

Eclipse de sol

Eclipse de luna
Equinoccio.

Solsticio de junio y diciembre

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