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JUS

SEMPER
LOQUITUR
ENERO-DICIEMBRE 2013

Revista del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca


re vista del
Tribunal Superior de Justicia
del estado de oaxaca
Consejo Editorial
Magdo. Gerardo A. Carmona Castillo
Integrante de la Segunda Sala Penal

Magdo. Eduardo Pinacho Sánchez


Presidente de la Sala Constitucional

Magdo. Crescencio M. Martínez Geminiano


Integrante de la Primera Sala Civil

Lic. Ma. Eugenia Villanueva Abraján


Integrante de la Sala Familiar

Dr. Rodolfo Moreno Cruz


Universidad Complutense de Madrid

Mtro. Mayolo García García


Director de la Escuela Judicial

Revista semestral del Tribunal Superior


de Justicia del Estado de Oaxaca.
jus semper loquitur

editor. Escuela Judicial.


Coordinadores de la edición: Mtro. Mayolo García García y Lic. Jorge Natanael Cruz Luis.
Certificado de reserva de derechos al uso exclusivo:
Núm. 04-2003-031209160600-102
ISSN Núm.: 1405-8553
Número de certificado de licitud de título: 11287
Número de certificado de licitud de contenido: 7899
diseño y formación. Diana M. Chagoya González.
nueva epóca
Esta edición consta de 500 ejemplares.
Enero - Diciembre de 2013.
Edición 9-10.

imagén de portada. Toma de La Bastilla, 1789, Jean-Pierre Louis Laurent Houel (1735-1813).

«Las personas que deseen colaborar con esta revista, podrán mandar sus ponencias,
ensayos, conferencias, tesis, reseña de libros, comentarios jurisprudenciales, de su
autoría; a los correos electrónicos de la Escuela Judicial. Los lineamientos editoriales
para la elaboración de sus proyectos, están publicados en la página electrónica del Poder
Judicial del Estado de Oaxaca ( http://www.tribunaloaxaca.gob.mx ). Para mayores informes
comunicarse a la Escuela Judicial a la extensión 16».
PLENO
DEL TRIBUNAL SUPERIOR
DE JUSTICIA DEL ESTADO DE OAXACA.

Lic. Alfredo Rodrigo Lagunas Rivera


m a g is t r a d o p r e si d e n t e
Lic. María Laura Ortiz Aguirre
Lic. Alejandro Enrique Figueroa m a g is t r a d a

m a g is t r a d o
Lic. Sergio Saúl Estrada Romero
Lic. Juan de Jesús Vásquez Urdiales m a g is t r a d o

m a g is t r a d o
Lic. Leonor Galván Cortes
Dra. Maribel Mendoza Flores m a g is t r a d a

m a g is t r a d a
Lic. Ricardo Javier Herrera Muzgo Rebollo
Lic. Ezequiel Raúl Gómez Martínez m a g is t r a d o

m a g is t r a d o
Lic. Octavio Zárate Mijangos
Lic. Gerardo Adelfo Carmona Castillo m a g is t r a d o

m a g is t r a d o
Lic. Alma López Vásquez
Lic. Ricardo Porfirio Sibaja Ilescas m a g is t r a d a

m a g is t r a d o
Lic. María Eugenia Villanueva Abraján
Lic. Humberto Nicolás Vásquez M a g is t r a d a
m a g is t r a d o
Lic. Eduardo Pinacho Sánchez
Lic. Arturo Lázaro León de la Vega m a g is t r a d o

m a g is t r a d o
Lic. Georgina Hortensia Castellanos Chávez
Lic. Ernesto Miranda Barriguete m a g is t r a d a

m a g is t r a d o
Lic. Fernando Enrique Méndez Ortega
Lic. Crescencio Modesto Martínez Geminiano M a g is t r a d o
m a g is t r a d o
CONSEJO DE LA JUDICATURA DEL PODER
JUDICIAL DEL ESTADO DE OAXACA

Magdo. Alfredo Rodrigo Lagunas Rivera


Consejero Presidente
Lic. José Luis Reyes Hernández
Consejero Integrante

Lic. Elsa Angélica Alejo Torres


Consejera Integrante

Lic. César Martín Cervantes Hernández


Consejero Integrante

Dr. José Antonio Álvarez Hernández


Consejero Integrante

ESCUELA JUDICIAL
Teléfonos:01-(951)-132-85-88 y 132-85-82
Correo electrónico: escuelajudicialcjo@hotmail.com

Mtro. Mayolo García García


Director / Ext. 12

Lic. Francisco Rafael Esteva Guarota


Jefe de Departamento / Ext. 19

Lic. Jorge Natanael Cruz Luis


Jefe de Departamento / Ext. 16

Lic. Oscar Valencia Henestrosa


Jefe de Departamento / Ext. 17

COLABORADORES

Lic. Juana Rosa Corte Silva. Jueza especializada en Justicia para Adolescentes. Capacitadora Certificada por la Secretaría de
Gobernación para la Implementación del Sistema Acusatorio en México. Maestra en Derecho Penal UABJO, con mención
honorífica en el examen de Grado.

Mtro. Mayolo García García. Director de la Escuela Judicial, Maestría en Derecho Constitucional UABJO. Estudiante de
posgrado (alto nivel - conacyt) Maestría en Derechos Humanos y Democracia con mención en procesos políticos y
especialidad en políticas públicas, FLACSO, México.

Magdo. Arturo León de la Vega. Magistrado integrante de la Tercera Sala Penal, Tribunal Superior de Justicia de Oaxaca.

Lic. Marcelo J. López Meza. Juez y Presidente de la Sala A de la Cámara de Apelaciones de Trelew (Patagonia Argentina),
Académico de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de Galicia (España) y de la Academia Nacional de Derecho
y Ciencias Sociales (Argentina), Autor de 23 libros de Derecho Civil.

Lic. José Antonio Álvarez Hernández. Consejero de la Judicatura del Poder Judicial del Estado de Oaxaca. Licenciatura, Mae-
stría y Doctorado en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca.
Coordinador General de Estudios de Posgrado e Investigación Jurídica (UABJO 2009-2013).
EDITORIAL

F ue en el año de 1987, cuando un grupo de magistrados y jueces


emprendieron la idea de compartir a la comunidad jurídica
oaxaqueña, las reflexiones que se discutían al interior del Tribunal
Superior de Justicia, relacionadas con los diversos fenómenos jurídicos.
En este afán nace «Jus Semper Loquitur (el derecho siempre habla)» como
una propuesta de difusión del pensamiento jurídico de magistrados,
jueces, abogados y académicos.
A veintisiete años de su nacimiento, «Jus Semper Loquitur»
recorre las 32 entidades federativas al formar parte del acervo
bibliohemerográfico de los Tribunales del país, de las instituciones
educativas, despachos y oficinas de los poderes públicos de Oaxaca,
consolidándose como una publicación, objetiva, permanente y con
pluralidad en la promoción y difusión del pensamiento de quienes
hacen, aplican y analizan el derecho y sus fenómenos conexos.
En este nuevo número se ha renovado su imagen editorial, para
hacer más amable el acceso y lectura en donde se combina, el contenido,
el formato y el arte visual, procurando refrescar y dinamizar el proyecto
que pronto buscamos insertar en las redes de consulta automatizada
para que el universo de usuarios del portal oficial del Poder Judicial de
Oaxaca, puedan tener acceso pleno a sus contenidos.
Siguiendo la visión de sus fundadores, en éste número contamos
con las aportaciones de la jueza Juana Rosa Corte Silva con el tema
«El procedimiento abreviado»; «La eficacia horizontal de los derechos
humanos a la luz de la reforma constitucional de 2011» del maestro
Mayolo García García; «La conciliación y el principio Pro Homine» del
magistrado Arturo Lázaro León de la Vega; «Los enigmas de la relación
de causalidad (De nuevo sobre la causalidad virtual, las concausas,
los resultados desproporcionados y los daños en cascada)», como
aportación del juez argentino Marcelo J. López Mesa, y en el apartado
«Opinión», con los comentarios del doctor José Antonio Álvarez
Hernández sobre la «Agenda legislativa federal en materia de derechos
humanos. Una acción urgente».
Reiteramos la invitación para formar parte de la comunidad de
articulistas, escritores y líderes de opinión jurídica de «Jus Semper
Loquitur» con la visión y misión de contribuir desde el pensamiento a
que los fenómenos, reglas, principios y sistemas jurídicos de la sociedad
contemporánea puedan ser analizados, cuestionados e innovados.
A tal fin, encontraran en los interiores de la revista los medios para
contribuir a su contenido.

Mayolo García García


DIR ECTOR
CONTENIDO
JUS SEMPER LOQUITUR

Editorial

Doctrina

11 El procedimiento abreviado, Juana Rosa


Corte Silva.

La eficacia horizontal de los Derechos


Humanos a la luz de la reforma
51 constitucional de 2011, Mayolo García
García.

La conciliación y el principio Pro Homine,


67 Arturo L. León de la Vega.

Los enigmas de la relación de causalidad

77 (De nuevo sobre la causalidad


virtual, las concausas, los resultados
desproporcionados y los daños en
cascada), Marcelo J. López Mesa.

Foros, conferencias,
libros y opiniones

Agenda legislativa federal en materia de


133 Derechos Humanos. Una acción urgente,
José Antonio Álvarez Hernández.
DOCTRINA
El Hijo pródigo, 1885, Hans Toma, pintura sobre lienzo.

EL PROCEDIMIENTO
ABREVIADO

JUANA ROSA CORTE SILVA*

SUMARIO: I.Introducción. II.Conceptos doctrinales.


III.Características del procedimiento abreviado.
IV.Requisitos de procedencia para el procedimiento
abreviado. V.Control jurisdiccional del Juez de
de Garantía. VI.Resolución del Juez de Garantía.
VII.La garantía de juicio previo “nulla poena sine
processu”. VIII.Garantías procesales que afecta el
“Juicio abreviado”. IX. El procedimiento abreviado
en el Derecho comparado.

I. Introducción

L as reformas procesales penales habidas en Europa y América Lati-


na en los últimos veinte años, han cambiado la estructura de sus
procesos penales, evolucionando hacia la incorporación de elementos
basados en el consenso, dada la crisis del sistema penal tradicional,
tendiéndose hacia modelos alternativos de solución de conflictos sobre
la base de la igualdad y la participación de las partes, planteándose mo-
dos de intervención más flexibles, informales y menos costosos; entre
otros, la mediación y la conciliación; dada la imposibilidad de enjuiciar,

*Jueza especializada en justicia para adolescentes en Juzgado Especializado, Poder


Judicial del Estado de Oaxaca.
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

a todos los casos conforme a las reglas del procedimiento ordinario y la


necesidad de abreviar los procedimientos penales de modo de cumplir
con el derecho del acusado a ser juzgado en un plazo razonable, se
proponen como alternativas la descriminalización, la desjudicialización,
la diversificación, admitiéndose la negociación o pactos sobre el proce-
dimiento o la pena.
Este fenómeno se advierte en el Código Procesal Penal italiano de
1988, en el Portugués de 1988, en el Código Procesal Penal de Guatemala
1994, en el de Costa Rica 1996, de El Salvador 1998, que prevén algunos
procedimientos especiales encaminados a evitar el juicio y resolver antici-
padamente el caso sobre la base de acuerdos de los intervinientes.
Se ha señalado que el procedimiento abreviado es una salida alter-
nativa al Juicio Oral, presupone un acuerdo entre el acusado y el Minis-
terio Público, en virtud del cual el primero acepta renunciar a un juicio
oral y consiente expresamente en los hechos materia de la acusación y
en los antecedentes de la investigación en que se funda, y acepta vo-
luntariamente someterse a este procedimiento; y el segundo solicita al
Juez de Garantía la imposición de una pena atenuada; por su parte, el
Juez de Garantía, si dicta sentencia condenatoria no puede imponer una
pena mayor a la solicitada por el Ministerio Público.

II. Conceptos doctrinales

La ley no define el Procedimiento Abreviado, algunos doctrinarios en


base a la naturaleza del mismo procedimiento han aportado algunos
conceptos, es así como el chileno Germán Hermosilla Arriagada, seña-
la: “el procedimiento abreviado es una forma especial de tramitar y fallar, sumaria-
mente, los hechos que han sido motivo de investigación acusación fiscal y particular,

[12]
JUS SEMPER LOQUITUR

dentro de la misma audiencia de preparación, en lugar de serlo a través del juicio


oral, cuya brevísima tramitación le corresponde al Juez de Garantía, quien además
deberá dictar la sentencia definitiva. La petición de su aplicación le compete única-
mente al fiscal, nadie mas puede hacerlo; pero si no se cuenta con la aprobación del
acusado, no existe posibilidad de su utilización.
Cristián Riego, por su parte afirma: “se trata de un pacto de cambio de
procedimiento en que ambas partes ceden parcialmente en sus pretensiones obte-
niendo una ventaja por ello. El Fiscal renuncia a la posibilidad de una pena en los
tramos superiores fijados por la ley autolimitando su pretensión a un tramo inferior,
a cambio de este sacrificio el Fiscal obtiene la enorme ventaja de no tener que pro-
ducir la prueba en el juicio oral, validándose como pruebas los antecedentes que ha
recopilado en la fase preparatoria, los que van a ser objeto del debate simplificado y
van a servir de fundamento al fallo. Además, obtiene del Imputado una declaración
de aceptación de los hechos materia de la acusación, con lo cual la sustancia de los
mismos queda excluida del debate, sin perjuicio de las interpretaciones de los mismos
y de las consecuencias jurídicas que se les atribuyan. El Imputado, por su parte,
obtiene certeza respecto de la pena que arriesga y una eventual rebaja de la misma,
a cambio renuncia a su derecho a que la culpabilidad sea probada por el Fiscal en
el juicio oral y acepta ser juzgado por medio de documentos que dan cuenta de la
investigación del Fiscal”.
Se ha dicho también que “el procedimiento abreviado, es un mecanismo
alternativo al juicio oral, que pretende evitar la realización de juicios en un porcen-
taje alto de los casos, y que busca obtener sentencias más rápidas y a menor costo.
Consiste en la posibilidad de que las partes puedan acordar una forma de proce-
dimiento diversa, y, proceder a un debate simplificado frente al Juez encargado de
controlar la investigación, al término del cual pronunciará la sentencia”.2

[13]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

BENEFICIOS
• Reducción para el Estado del costo para obte-
ner una condena.
• Ahorro de recursos judiciales y administrati-
vos, o su máximo aprovechamiento.
• Descongestionamiento de casos.
• Reducción del número de presos sin condena.
• Ahorro de recursos para el Imputado (reduc-
ción de gastos legales en su defensa).
• Las partes llegan a una solución que les favo-
rece, evitando la inseguridad acerca del resul-
tado del fallo.
• Para el Imputado, recibir una pena inferior a
la que probablemente le correspondería en un
juicio ordinario, como producto del acuerdo.
• No correr riesgo, el Imputado, de ser condenado
más allá de lo convenido con el Ministerio Público.
• Al participar el Imputado en un acuerdo sobre
la solución de su caso, lo revaloriza en su dig-
nidad humana, contrariamente a lo que ocurre
cuando la pena le es impuesta por un Tribunal.
CRÍTICA
• Desconfianza hacia condenas fundadas en el con-
senso de las partes, por la situación de desigual-
dad del Imputado frente a la persecución penal.
• Atenta contra los principios de juicio previo,
oralidad y publicidad los cuales cumplen con
la función de garantizar la imparcialidad.

[14]
JUS SEMPER LOQUITUR

• Supone una regresión al procedimiento escrito,


un enjuiciamiento en base a los registros de la
investigación, lo que dentro del nuevo sistema
son de orden administrativo y no jurisdiccional.

III. Características del procedimiento


abreviado

Es un procedimiento especial
Opera como descongestionante del sistema, al llevar a procedi-
mientos más rápidos, simples, y más baratos la solución del conflicto
penal, por lo que hace a la producción del material probatorio para dic-
tar sentencia, se elimina el debate oral, público y contradictorio, por lo
que aquí subyace la pugna entre eficiencia contra garantías.
Se aplica por iniciativa del Ministerio Público
Se ha dicho que hay una única llave que abre el procedimiento
abreviado, y ella le pertenece al Ministerio Público.
Oportunidad
El Código Procesal Penal de Oaxaca, establece que el Ministerio
Público puede solicitar la apertura del procedimiento abreviado en la
audiencia de vinculación a proceso, donde formulará la acusación.
En Chile se establece que el Fiscal lo podrá solicitar:
1. Por escrito al formular su acusación, o
2. Verbalmente, durante la audiencia de preparación de juicio
oral (intermedia).

[15]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

Ellos consideran que se debe haber agotado la investigación del


hecho imputado y de la participación a fin de que el Juez cuente con el
máximo de antecedentes para la resolución de la solicitud, y la necesi-
dad de evitar errores o condenas injustas.
Implica para el acusado la renuncia de su derecho a tener
un juicio oral y público
Por lo tanto, queda impedido para rendir pruebas, su derecho de
defensa y su presunción de inocencia se ve menoscabado, el mismo
Juez de Garantía que intervino durante la fase preliminar será quien re-
suelva y dicte sentencia en el procedimiento abreviado. Por lo que, se
hace necesario que el acusado conozca a cabalidad los hechos materia
de la acusación como los antecedentes de la investigación, para que
sea capaz de sopesar el riesgo de condena y pueda aceptar voluntaria y
libremente la renuncia a un juicio oral.

Requiere la aprobación del Juez de Garantía


El Juez de Garantía debe verificar el consentimiento libre del acu-
sado y ejercer control acerca de la procedencia de este procedimiento
especial, deberá comprobar que el acusado conoce su derecho a exigir
un juicio oral, que entiende los términos del acuerdo y las consecuen-
cias que éste puede significarle y que no ha sido objeto de coacciones
indebidas por parte del Ministerio Público o de terceros.
La pena solicitada por el Ministerio Público en el procedi-
miento abreviado, fija el límite punitivo máximo en la condena
El escrito de acusación del Ministerio Público expresará el conteni-
do del acuerdo alcanzado en la negociación previa entre el Imputado y
el acusador; estableciendo el artículo 396 del Código Procesal Penal del
Estado de Oaxaca, que podrá disminuirse hasta en un tercio el mínimo

[16]
JUS SEMPER LOQUITUR

de la pena prevista en la norma penal; pero no siempre ha de suponerse


una negociación entre el Imputado y Fiscal y eventualmente con el quere-
llante; ya que es posible que el acusado acepte teniendo únicamente en
consideración la certeza de la sanción que se le impondrá, para evitarse el
juzgamiento; o porque sencillamente confía en que será absuelto.

IV. Requisitos de procedencia


para el procedimiento abreviado

Que el Imputado acepte los hechos materia de la acusación


y los antecedentes de la investigación que la funden
El acusado deberá tener cabal conocimiento de los hechos ma-
teria de la acusación, y de los antecedentes de la investigación que la
funden. Debe aceptarlos expresamente y prestar conformidad con la
aplicación del procedimiento abreviado.
La ley no exige el reconocimiento de su culpabilidad, porque ese
es un problema jurídico, cuya decisión corresponde al Juez y admite la
posibilidad de un fallo absolutorio, especialmente cuando el Tribunal
no alcanza, con los antecedentes de la investigación el estándar de con-
vicción que requiere la ley para condenar al acusado.
Los jueces chilenos Rodrigo Cerda San Martín y Francisco Hermo-
silla Iriarte, refieren que el Fiscal debe proponer al acusado y su defen-
sor una pena que resulte tan atractiva, que lo induzcan a reconocer los
hechos materia de la acusación y a renunciar al juicio oral. Si ello no
fuese así, ningún imputado optaría por el procedimiento abreviado.
Sin embargo, la maestra María Inés Horvitz Lennon, también chile-
na, asegura que el Fiscal debe contar con el acuerdo del Imputado, pero

[17]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

que ese acuerdo recae sobre el procedimiento, no sobre la pena reque-


rida, pero si el Tribunal acoge la solicitud del Fiscal y la sentencia es
condenatoria, no podrá imponer al acusado una pena superior ni más
desfavorable que la solicitada por el Fiscal o querellante en su caso,
pero sí una de menor entidad o incluso absolverlo, en esta limitación
del Tribunal radica la ventaja del acusado.
Que la parte coadyuvante del Ministerio Público no se opon-
ga al procedimiento abreviado; o, si lo hace, su oposición no se
considere fundada
Sólo puede oponerse a la tramitación del caso mediante el pro-
cedimiento abreviado, cuando en su acusación particular hubiere efec-
tuado una calificación jurídica de los hechos, atribuido una forma de
participación o señalado circunstancias modificatorias de las respon-
sabilidades diferentes a las consignadas por el Ministerio Público en su
acusación, lo que no sucede si el coadyuvante participa en la negocia-
ción previa. Si las acusaciones del Fiscal y la parte coadyuvante difieren
en cuanto al monto de la pena, la aceptación del imputado debe abar-
car ambas acusaciones y tener presente la posibilidad que se imponga
la pena requerida más grave.
Naturaleza de la Conformidad prestada por el Imputado
Según el profesor Miguel Othero Lathrop,1 existen criterios doctri-
nales para enfocar la naturaleza jurídica de la aceptación del acusado:
a) Como transacción, entre el Ministerio Público y el Imputa-
do, donde este último reconoce los hechos y su participación

1
Otero Lathrop, Miguel, “El principio de oportunidad y las salidas alternativas. El
Procedimiento abreviado”, Editorial Lexis-Nexis. Chile. 2000, pág. 38.

[18]
JUS SEMPER LOQUITUR

a cambio de una determinada pena, la cual debe ser substan-


cialmente menor a la que arriesgaría en un juicio oral. Existen
prestaciones recíprocas pues el Fiscal renuncia a la aplicación
de la pena abstracta y el Imputado a su derecho al juicio oral.
b) Como confesión, dado que el procedimiento se basa en
el reconocimiento de la participación del acusado basado
en la comisión del hecho punible (sin embargo, se impide
que la sentencia condenatoria se emita exclusivamente so-
bre la base de la aceptación de los hechos por parte del
Imputado).
c) Como renuncia, dentro de la cual se distingue la renuncia
al juicio oral y la renuncia a la prueba, toda vez que el acusado
ha aceptado los hechos de la acusación y los antecedentes de
la investigación. Se entiende que el Imputado acepta expre-
samente someterse al procedimiento, atendiendo a que este
procedimiento no contempla recepción de prueba y afectaría
su derecho al debido proceso, por eso exige que renuncie al
juicio a que tiene derecho. (Esta es la que acoge nuestro Có-
digo Procesal.)
En el Sistema Norteamericano, se le pregunta al Imputado cómo
se declara: culpable o inocente; y en el Sistema Europeo se refiere solo
al procedimiento en que el Imputado se mantiene como inocente, pero
acepta renunciar al juicio, aunque la rebaja de pena es mínima y se ri-
gidiza la investigación para poder utilizar los antecedentes en el juicio.
Los Códigos Procesales de América Latina combinan ambos sis-
temas exigiendo la aceptación de los hechos y antecedentes de la

[19]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

investigación, pero además que haya un examen de los antecedentes


reunidos por la Fiscalía para evitar que la condena se produzca por
la sola confesión del Imputado y se obliga al Fiscal a limitar la pena
solicitada.
En nuestro Código Procesal se entiende que la conformidad que
presta el acusado es simplemente una renuncia a varios derechos que
informan el debido proceso, se sustituye el juicio oral por un proce-
dimiento escrito, de actas, donde el derecho de defensa y el estado
de inocencia se ven disminuidos, no significa que ese reconocimiento
constituya una confesión que permita eximir al Ministerio Público y
a la parte coadyuvante del deber de prueba de los hechos en que se
funda la acusación. La carga de la prueba no ha sido invertida, por lo
que el principio de no autoincriminación y de presunción inocencia
permanecen vigentes en el procedimiento abreviado, corresponde al
Ministerio Público probar los fundamentos de su acusación, por lo
que se prohíbe condenar al acusado con el sólo mérito de su recono-
cimiento; es decir, con los antecedentes de la carpeta del Ministerio
Público; la labor del Juez consiste en analizar la consistencia y sufi-
ciencia de esas probanzas.

V. Control Jurisdiccional
del Juez de Garantía

El artículo 397 del Código Procesal Penal del Estado de Oaxaca, esta-
blece que el Juez deberá aceptar la aplicación del procedimiento abre-
viado, cuando:

[20]
JUS SEMPER LOQUITUR

a) El acusado ha prestado su conformidad al procedimiento


por aceptación de hechos en forma libre y voluntaria, y sin
ninguna coacción, presión indebida o promesa falsas del Mi-
nisterio Público o terceros;
b) Ha tomado esta decisión con conocimiento de su derecho a
exigir un juicio oral, la presentación y examen de testigos, con
el beneficio de asistencia técnica y material para su defensa;
c) Ha sido asesorado por su defensor y que entiende, efec-
tivamente, los términos del acuerdo y las consecuencias que
éste puede acarrearle; y
d) Ha aceptado los hechos en forma inequívoca.
Esquema de posibles preguntas que el Juez de Garantía podrá for-
mular al acusado en audiencia para verificar dichas condiciones:
1. ¿Comprende Ud. que esta investigación que ha efectuado
el Ministerio Público en su contra, puede terminar en un juicio
oral y público y el Ministerio Público está solicitando que este
procedimiento termine con un juicio abreviado? ¿Le explicó
su Defensor en qué consiste esto?
2. ¿Le explicó que tiene Ud. derecho a un juicio oral y público?
3. ¿Comprende usted que por medio de su aceptación al pro-
cedimiento abreviado está usted renunciando a su derecho a
un juicio oral y público?
4. ¿Comprende usted que en el juicio oral podrían usted y su
abogado controvertir las pruebas del Ministerio Público y pre-
sentar sus propias pruebas; y que los Jueces valorando esas

[21]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

pruebas, puedan dictar una sentencia condenatoria o absolu-


toria. ¿Tiene ese conocimiento?
5. ¿Comprende usted que en el juicio oral es el Ministerio
Público quien debe probar su culpabilidad y no usted su ino-
cencia?
6. ¿Recibió usted y su abogado una explicación satisfactoria
de las consecuencias de este acuerdo y de la posibilidad de
exigir su derecho a un juicio?
7. ¿Conoce los términos en que se va a efectuar este procedi-
miento abreviado?
8. ¿No ha sido usted objeto de presiones para la aceptación
de este acuerdo?
9. ¿Al prestar su consentimiento no se encuentra usted bajo
el efecto del alcohol, drogas o alguna otra circunstancia que
pudiera alterar su juicio?
10. ¿Ud. sabe que el Ministerio Público con los antecedentes
de investigación que tiene solicita la pena de hasta____, por
el delito de ___ en calidad de autor, cómplice o encubridor?
11. ¿Conoce Ud. los hechos por los que se le acusa?
12. ¿Conoce los antecedentes de la investigación que el Mi-
nisterio Público tiene en su contra?
13. ¿Acepta esos hechos y sus antecedentes?
14. ¿Ha sido presionado o coaccionado para aceptar el pro-
cedimiento abreviado?

[22]
JUS SEMPER LOQUITUR

VI. Resolución del juez de garantía

Aceptación o rechazo
Si se cumplen los requisitos correspondientes y no ha existido
oposición fundada de la parte coadyuvante, el Juez de Garantía acepta-
rá la solicitud de procedimiento abreviado.
1. El Juez abre el debate y otorga la palabra al Ministerio Público,
quien sustentará su acusación con base en las actuaciones y diligen-
cias de la investigación que la fundamenten, contendrá una descripción
de la conducta atribuida y su calificación jurídica y solicitará la pena a
imponer (el mínimo de la pena prevista en la norma penal podrá dismi-
nuirse hasta en un tercio).
2. Da la palabra a los demás intervinientes, finalmente al imputado.
3. El Juez emite su fallo sobre condena o absolución en la misma
audiencia, y dará lectura de la sentencia, dentro del plazo de 48 horas,
explicando brevemente su contenido.
4. El Juez sólo emitirá sentencia condenatoria cuando exista base
fáctica suficiente para sustentar el delito y la participación del imputado
en él, basándose en indicios independientes de la aceptación de los he-
chos por el imputado y en ningún caso podrá imponer una pena superior
a la solicitada por el Ministerio Público.
El Procedimiento abreviado no impedirá la concesión de alguna de
las medidas sustitutivas consideradas en la ley, cuando correspondiere.

[23]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

Si el Juez estima que NO se reúnen los requisitos legales, o


si considera fundada la oposición de la víctima:
1. Rechazará la solicitud y dispondrá que continúe el proce-
dimiento ordinario;
2. El requerimiento sobre la pena no vincula al Ministerio Pú-
blico durante el juicio oral;
3. Se tendrá por no formulada la aceptación de los hechos
por parte del acusado;
4. Se tendrán por no formuladas las modificaciones de la acu-
sación efectuadas para posibilitar la tramitación abreviada del
procedimiento;
5. El Juez dispondrá que todos los antecedentes relativos al
planteamiento, discusión y resolución de la solicitud de proceder
con el procedimiento abreviado, sean eliminadas del registro.

VII. La garantía de juicio previo


“nulla poena sine processu”

El artículo 14 de la Constitución Federal del país, establece: “Nadie pue-


de ser privado de la libertad o de sus propiedades posesiones, o de-
rechos, sino mediante juicio seguido ante los tribunales previamente
establecidos, en el que se cumplan las formalidades del procedimien-
to y conforme a las leyes expedidas con anterioridad al hecho”.
La exigencia del juicio previo tiene dos sentidos:
1. Se requiere que exista una sentencia judicial de condena

[24]
JUS SEMPER LOQUITUR

firme para poder aplicar una pena a alguien, esto es, juicio y
sentencia son aquí sinónimos (nulla poena sine iuditio).2
2. La expresión “Juicio previo” supone también un procedi-
miento previo a la sentencia (nulla poena sine processu), se
refiere al proceso establecido por la ley, acorde con las garan-
tías fundamentales y formas que postula la propia Constitu-
ción (Juez natural, inviolabilidad de la defensa, tratamiento de
presunción de inocencia, juicio público y contradictorio, etc).
Por otra parte, las características del juicio previo que exige la Cons-
titución también están establecidas en las declaraciones y pactos de
Derechos Humanos como la Declaración Americana de los Derechos y
Deberes del Hombre, art. XXVI; la Declaración Universal de los Derechos
Humanos art. 11; la Convención Americana sobre Derechos Humanos
art. 8 inciso 5; y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos,
art. 14; pactos y declaraciones que tienen jerarquía constitucional.

¿Puede el imputado renunciar al “juicio previo”?


Algunos autores plantean que si se trata de un derecho del Impu-
tado, éste puede renunciar a él, máxime cuando, como es el caso del
procedimiento abreviado, lo beneficia, pues de lo contrario, se estarían
utilizando las garantías en contra del Imputado y no en su favor. Y han
señalado las conveniencias que este renunciamiento trae al Imputado,
ya que con este procedimiento también se procura una abreviación del

2
Maier, Julio B.J. “Derecho Procesal Penal” Tomo I, 2ª. Ed. Editores del Puerto, Buenos
Aires, Argentina, 2004, pág. 275.

[25]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

tiempo de duración de la prisión preventiva (reducir el número de pre-


sos sin condena); facilita la participación del autor del delito en la so-
lución penal de su caso (la condena no le es simplemente impuesta),
librándolo a la vez de la situación de incertidumbre por su condición de
acusado (que no puede saber anticipadamente cuál será la sentencia ni
cuánto tiempo de prisión le acarreará).
Bruzzone3 estima que “…de la misma manera en que el acusado renun-
cia al derecho de no declarar en su contra, también podría por similares motivos,
renunciar directamente al juicio en el que declarará en su contra, además porqué le
debemos imponer “el derecho” a tener que transitar por un juicio oral si él se opone
y prefiere asegurarse el mínimo de la pena, al pactar con la fiscalía antes de tener
que correr el riesgo de que los jueces se la puedan elevar, para beneficiarlo con un
juicio oral y público donde será expuesto frente a sus vecinos respecto de actividades
que prefiere mantener reservadas”.
Sin embargo, el juicio previo, no sólo es un derecho del Imputa-
do, representa un límite al poder absoluto del Estado, la esencia del
Estado de Derecho, que buscó limitar ese poder imponiendo límites y
prohibiciones a los poderes públicos para tutelar los derechos de los
ciudadanos.
Ferrajoli, lo explica de esta manera: “Cada una de las explicaciones
deónticas –o principios- de que se compone todo modelo de derecho penal enuncia,
por tanto, una condición sine qua non, esto es, una garantía jurídica para la afir-
mación de la responsabilidad penal y para la aplicación de la pena: no, téngase en
cuenta, una condición suficiente en presencia de la cual está permitido o es obligato-

3
Bruzzone, Gustavo, “Acerca de la adecuación constitucional del juicio abreviado”, Ed.
Ad-Hoc, pág. 573,

[26]
JUS SEMPER LOQUITUR

rio castigar, sino una condición necesaria en ausencia de la cual NO está permitido,
o está prohibido castigar”.4
Patricia Ziffer5, asegura que: “…con el procedimiento abreviado, se pre-
mia la confesión o la conformidad, con una reducción de pena. Decir que nadie está
obligado a declarar contra sí mismo pero que, si lo hace, será premiado con una
reducción de pena, significa, indirectamente, agravar la situación de quien hace uso
de su derecho de negarse a declarar, y con ello una forma de coaccionar la autoincri-
minación. “Un proceso en el que por medio de la amenaza con una pena mas grave,
se consigue que el imputado renuncie a la comprobación total de su culpabilidad y se
someta con su confesión al fallo del tribunal, tan sólo se diferencia de los tormentos
que caracterizaron el procedimiento penal de siglos pasados en lo que se refiere a los
métodos de coerción utilizados”.
Luiji Ferrajoli6 en relación a ello, refiere: “Esto significa sin duda, un
regreso a prácticas inquisitivas: la confesión, que ya no puede ser arrancada por
tortura, es obtenida privando de su libertad al imputado para después obligarlo a
pactar para recuperarla o para conocer con precisión cuándo va a recuperarla, pero
sabiendo que de no pactar seguramente seguirá detenido sin saber cuándo será
condenado y a cuánto. Así, primero se castiga, en todo o en parte, con la prisión
preventiva y después se enjuicia con lo cual se aprecia con claridad la función di-
rectamente inquisitiva que asume el encarcelamiento procesal dirigido cada más a
forzar al imputado a confesar o colaborar”.

4
Ferrajoli, Luigi, “Derecho y razón” Teoría del garantismo penal. Ed. Trotta, Madrid,
1989, pág. 90.
5
Ziffer, Patricia, “Lineamientos de la determinación de la pena” Ed. Ad-Hoc, Buenos
Aires, 1996 pág 171-175.
6
Ferrajoli, Luiji, “Derecho y Razón”, trad. Perfecto Ibañez y otros. Ed Trotta, Madrid,
1998, pág. 92

[27]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

También Ferrajoli, en cuanto a los pactos sobre la pena afirma que:


“Todo el sistema de garantías queda desquiciado, el nexo causal y proporcional entre
delito y pena, ya que la medida de ésta no dependerá de la gravedad del primero, sino
de la habilidad negociadora de la defensa, del espíritu de aventura del imputado y
de la discrecionalidad de la acusación: los principios de igualdad, certeza y legalidad
penal, ya que no existe criterio legal que condicione la severidad o la indulgencia del
Ministerio Público, que además la obligatoriedad de la acción penal queda burlada
por el poder del Ministerio Público de prometer la libertad del acusado que se declara
culpable; la presunción de inocencia y la carga de la prueba de la acusación”.7
Anitua8, sostiene: “que se afecta el principio de proporcionalidad entre el
delito y la pena, porque la pena depende de la conducta procesal del acusado y no
de la gravedad del acto”.

VIII. Garantías procesales


que afecta el “Juicio abreviado”

Con el Procedimiento Abreviado se afecta la Garantía de


juicio oral y público
Ya que se suprime éste, la sentencia descansa sobre actos proce-
sales en la etapa de investigación que es escasamente contradictoria,
parcialmente secreta y preponderantemente escrita, los artículos 14 del
PIDCP; artículo 8, de la CADH; artículo 11 de la DUDH exigen el juicio
público y la única manera de asegurar la vigencia de las garantías del
debido proceso es con la publicidad del juicio.

7
Ferrajoli, Luiji, obra citada, pág. 95
8
Anitua “En Defensa del Juicio. sobre la conducta procesal del acusado en la
determinación de la pena” pág. 551.

[28]
JUS SEMPER LOQUITUR

Beccaria, “Sean públicas las pruebas del delito, para que la opi-
nión, que acaso es el solo cimiento de la sociedad, imponga un freno a
la fuerza y las pasiones”.9 La carga probatoria de la acusación, es reem-
plazada por la destreza del fiscal de lograr un “pacto” sobre la prueba
(confesión) y sobre la pena; lo que hace desaparecer el contradictorio,
suprimiéndose la exigencia de la tesis fáctica y jurídica de la acusación
sean expuestas a la refutación por parte de la defensa, así como el con-
trol de la prueba.
Garantía de imparcialidad del Juzgador
Se viola dicha garantía, en virtud de que el juzgador habrá de senten-
ciar preponderantemente sobre la base de actuaciones procesales lleva-
das a cabo principalmente por una de las partes, la que ejerce la función
acusatoria, a partir de una confesión no libre. El Tribunal sentencia sobre
esa única base, teniendo una visión interesada de la realidad, comprome-
tiéndose la imparcialidad de su fallo; además de que el Juez que realiza
el fallo es el mismo Juez de garantías de la etapa preliminar, aun cuando
el Tribunal conserva la potestad de rechazar el acuerdo cuando no hay
suficiente prueba del hecho o cuando la pena no parezca adecuada.
En relación a la disponibilidad de las garantías
El juicio público es garantía renunciable o imperativo institucional?
Las garantías individuales del Estado de Derecho son o no renunciables?
Magariños10, sostiene que: “el juicio público no es sólo una garantía
individual sino un imperativo institucional irrenunciable para el Imputado”.

9
Beccaria, “Tratado de los delitos y de las penas” Ed. Porrúa, México, 1999.
10
Magariños, Mario, “Garantías Constitucionales del Derecho Procesal Penal” Ed.
Lerner. Buenos Aires, Argentina, 1989, pág. 624-625.

[29]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

En efecto, mediante el juicio el Imputado asegura que su proceso


no sea llevado en lo obscuro (publicidad), y que se medirá en igualdad
de fuerzas con el acusador (contradictorio), frente a un Tribunal impar-
cial; pero también asegura a la sociedad el acceso a los juicios, a modo
de control democrático de los métodos de hacer justicia, para evitar
abusos y satisfacer el interés público. Desde esta óptica el juicio oral
sería irrenunciable para el Imputado porque cumple con la función de
garantía tanto para él como para el resto de los gobernados.
Hedler, sostiene que en los Estados Unidos, el juicio por jurados
(juicio oral) es una garantía renunciable, no un imperativo institucional,
funda su opinión en los antecedentes históricos del derecho común
inglés, como el Cuarto Concilio de Letrán de 1215, y el primer estatuto
de Westminster de 1275, en la Edad Media, donde reinaba el autorita-
rismo monárquico, donde quienes se rehusaran a ser juzgados “por su
país”, serían puestos en una prisión fuerte y dura (prisión forte et dure),
que posteriormente se transformó en la pena fuerte y dura (peine forte
et dure), lo que es claramente contrapuesta al reclamo de garantía de
los ciudadanos frente al despotismo de los reyes, que se estableció a
partir de los movimientos revolucionarios con que se inicia le era con-
temporánea. Por esa razón concluye el autor que el juicio por jurados
nunca puede ser impuesto al Imputado contra su voluntad, siendo una
garantía del acusado y no un imperativo irrenunciable.
En Estados Unidos se acepta que no sólo el juicio sea renuncia-
ble por el acusado, sino también, el principio de inocencia mediante el
guiltyplea, reconocimiento de culpabilidad que tiene el efecto de poner
fin al proceso con el Inmediato veredicto de culpabilidad del acusado.

[30]
JUS SEMPER LOQUITUR

El principio de inocencia y la irrenunciablilidad de las garantías


El principio de inocencia, impide al Estado considerar culpable y
condenar a una persona hasta en tanto sea probada y demostrada, más
allá de toda duda razonable, la verdad de la acusación. Esta demostra-
ción implica la adquisición de la certeza (estado de conocimiento) que
al menos para la condena, solo puede adquirirse en el juicio mediante
el contradictorio, luego de la tramitación total del proceso penal, con
las garantías del debido proceso (en forma oral, pública, contradictoria
y continua), con la carga de la prueba en manos del ente acusatorio y
si éste no logra demostrar la certeza de su hipótesis, bajo ese orden de
ideas si una pena sin juicio, basada en una sentencia motivada en una
dudosa confesión producto de un pacto y en constancias procesales que
nada tienen que ver con ese juicio contradictorio querido por la Constitu-
ción, se podría decir que viola el principio de presunción de inocencia, en
la medida en que su plena realización exige la comprobación de la certeza
de la culpabilidad del acusado.
Díaz Cantón11, señala que: “solo se va a poder irrogar una pena a un
individuo si existe una motivación que refleje la comprobación del hecho,
establecida por los métodos que la propia constitución impone, y que
implican un método lógico –inductivo apto para lograr certeza (carga de
la prueba, contradictorio y motivación) y no puede sustituirse la certeza
lograda por la convicción de los jueces luego del juicio público y contra-
dictorio, por la ‘certeza pactada’ del juicio abreviado, que alguno incluso
llaman ‘verdad procesal de tipo consensual’, cuando deberían decir ‘ver-

11
Díaz Cantón, Fernando, “El Control de la motivación de la sentencia penal”, Editores
del Puerto. Buenos Aires, 2005.

[31]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

dad impuesta’, la cual cómo se va a comparar ese pacto de certeza con


la regla in dubio pro reo, que obliga a mantener el estado jurídico de ino-
cencia cuando el Fiscal no logró demostrar la certeza de su imputación”.
Ferrajoli, asegura que el juicio público es ahora sustituido por lo que
llama “el intercambio perverso” acuerdo donde se cambia prueba por
pena, donde el Fiscal le ofrece al Imputado una pena menor a la que pe-
diría en el juicio oral a cambio de su declaración de culpabilidad, a lo que
el Imputado accede, no por estar de acuerdo con la pena, sino para poner
fin, a costa de perder la oportunidad de su absolución, a una prolongada
detención preventiva, de límites imprecisos y duración imprevisible”.12
A lo anterior, se podría decir que cuando el Imputado acepta libre-
mente los hechos, no lo hace necesariamente a cambio de la promesa
de una “ventaja”, ni pone fin al proceso de inmediato, tampoco ello ase-
gura una condena. El verdadero drama del juicio abreviado es la resigna-
ción de la posibilidad de una futura absolución, a cambio de la libertad,
resultando penado un inocente, pero quien confiesa libremente, sólo
renuncia a su derecho a no declararse culpable, no al debido proceso.
Díaz Cantón, propone que la única manera en que el sistema no
funcione como mecanismo coactivo es obligando al Fiscal a mantener
la misma pretensión punitiva ofrecida en el acuerdo en el juicio oral, ya
que el Fiscal como representante de la sociedad en un sistema regido
por el principio de legalidad, debería ofrecer lo que a su juicio es la pena
justa, no la que convenga al Imputado, y no debe pedir luego una ma-
yor; y que el Tribunal debería ceñirse a la pena peticionada por el Fiscal,

12
Ferrajoli, Luigi, Op.Cit.

[32]
JUS SEMPER LOQUITUR

que de esta manera el Imputado podría elegir ser condenado en forma


inmediata para poder salir en libertad condicional y no esperar a que se
realice el juicio, pero ello no le quita el componente coactivo, sólo hace
más trasparente y leal el proceder de los funcionarios judiciales.
El Procedimiento Abreviado y la Verdad
Uno de los fines fundamentales del proceso ha sido, durante largo
tiempo la búsqueda de la verdad; y de la aparición de la figura del Proce-
dimiento Abreviado ha nacido la discusión, en algunos países de Europa
y de América de si se respeta o no esa búsqueda de la verdad.
La mayoría de la doctrina ha criticado la regulación del procedi-
miento abreviado, por considerarlo violatorio de los principios del de-
bido proceso, del juicio previo, de la presunción de inocencia, de la
oralidad, publicidad, contradicción, inmediación, entre otros; algunos
advierten también una violación al principio de la verdad material y al
deber de esclarecimiento de los hechos, lo que llaman principio de des-
cubrimiento de la verdad.
Los Diversos Tipos de Verdad
La doctrina y la jurisprudencia coinciden en señalar a la búsqueda
de la verdad como uno de los fines del proceso penal, pero a qué tipo
de verdad se puede arribar mediante la realización del proceso y cuáles
son sus consecuencias.
Maier, establece que: “la verdad es una de las metas del proceso
penal, entendiéndose por tal el intento de conocer la verdad acerca de
una hipótesis histórica que constituye el objeto del procedimiento”.13

13
Maier “Derecho Procesal Penal” tomo I, Fundamentos, Ed Del Puerto, Buenos Aires, 1999.

[33]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

Joaquín Ruiz Pérez, niega que la verdad constituya el fin del proceso,
sostiene que: “El proceso es un mecanismo social organizado para resolver
una situación de conflicto, y que tanto el mismo proceso como la verdad
material que él trata de esclarecer no constituye una finalidad en sí mismos,
sino que son medios y formulaciones para llegar a una decisión justa”.14
De acuerdo con la Teoría de la Adecuación, el concepto de verdad
representa un juicio sobre una relación de conocimiento (entre el sujeto
que conoce y el objeto por conocer, si ha culminado con éxito en cuan-
to a su finalidad, sí existe identidad, adecuación o conformidad entre la
representación ideológica del objeto por el sujeto que conoce y el objeto
mismo, como realidad ontológica. El concepto de verdad contiene una
noción subjetiva, psicológica relativa al sujeto cognoscente, por lo cual
se expresa el éxito o fracaso de la actividad emprendida, conforme a su
finalidad; según el resultado de la actividad emprendida se haya acercado
en más o en menos al conocimiento de la verdad, se hablará entonces
de certeza (quien conoce está convencido de haber alcanzado el co-
nocimiento de la verdad), probabilidad (el sujeto considera que se ha
aproximado en gran medida a ella, pero reconoce que no la ha alcanzado
totalmente), o duda (quien ha emprendido la actividad de buscar la ver-
dad reconoce su total fracaso)15.
Verdad real o verdad formal
En el ámbito del procedimiento se han distinguido dos tipos de ver-
dades: la verdad real (o material o histórica objetiva) y la verdad formal.
La distinción entre ambos conceptos no parte del sentido dado al

14
Ruiz Pérez, Joaquín. “Juez y sociedad” Ed. Temis S.A. Bogotá. 1987, pág 34.
15
Maier. Op. Cit.

[34]
JUS SEMPER LOQUITUR

concepto de verdad, sino a la manera en que los sujetos intervinientes


en el proceso operan para configurarla.
La verdad real o material
Por años ha sido conferida al proceso penal, en la cual el tribunal
puede investigar para averiguar la verdad por sus propios medios, el
Juez puede intervenir en la fijación de la hipótesis objeto de investiga-
ción, su justificación radica en el interés público (Estatal), que desplaza
al interés privado por la averiguación de la verdad.
La verdad formal
Se ha vinculado más al proceso civil, donde rige el principio de la
autonomía de la voluntad de las partes, el Juez carece de poderes de
investigar,se resguarda la imparcialidad del juzgador frente a los intere-
ses privados.
De donde se advierte que en cada modelo se pone de relieve que
se persigue distinto tipo de verdad jurídica.
Verdad correspondencia y verdad consensual
La verdad correspondencia es la verdad como adecuación del in-
telecto a las cosas, esto es, con el mundo existente fuera del sujeto e
independientemente de su conciencia. Esta verdad implicaría que toda
verdad objetiva es, por ser tal, absoluta, puesto que si el intelecto, aun-
que sea el de un hombre aislado refleja adecuadamente la realidad, ese
reflejo ha de ser absolutamente verdadero. Por lo tanto, verdad corres-
pondencia sería aquella que implica una perfecta concordancia entre el
pensamiento y el objeto pensado. Sin embargo, se ha sostenido que la
perfecta correspondencia sólo puede permanecer en un ideal inalcan-
zable, dado el carácter relativo de la verdad alcanzada en cada ocasión,

[35]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

la verdad de cualquier proposición o argumentación será siempre una


verdad no absoluta, sino relativa al estado de los conocimientos y ex-
periencias llevados a cabo en orden a las cosas de que se habla. Según
Ferrajoli16: “siempre que se afirme la verdad de una o varias proposicio-
nes, se estará diciendo que éstas son sólo “plausiblemente” verdaderas
respecto del conjunto de conocimientos confirmados que poseemos”.
Verdad consensual
Es a la cual se arriba por el acuerdo de las partes involucradas en el
proceso acerca de cómo sucedieron los hechos. Pero la verdad jurídica
no puede obtenerse a cualquier precio, ni ignorarse las pruebas que
acreditasen la existencia de un acontecimiento de la vida real; la doc-
trina no la acepta porque su afirmación conduciría a admitir la discre-
pancia entre lo efectivamente ocurrido y lo que las partes acuerdan que
ocurrió, por lo que difícilmente podría afirmarse que con la sentencia
basada en tal verdad se hiciera justicia.
Verdad procesal o formal
Es la verdad alcanzada mediante el respeto a las reglas procesales,
relativas a hechos penalmente relevantes, según Ferrajoli, esta verdad
no pretende ser “la verdad”; no es obtenible mediante indagaciones
inquisitivas ajenas al objeto procesal y está condicionada por el respeto
a los procedimientos y las garantías de la defensa. Es una verdad con-
trolada en cuanto al método de adquisición, en base a tesis acusatorias
formuladas conforme a las leyes, corroborada con pruebas recogidas
a través de técnicas normativamente establecidas, será siempre una
verdad opinable y probable. Y ante la duda o falta de acusación o de

16
Ferrajoli, Luigi. Op. Cit.

[36]
JUS SEMPER LOQUITUR

pruebas prevalecerá la presunción de no culpabilidad, o sea la falsedad


formal o procesal de las hipótesis acusatorias. Sostiene el autor, que la
verdad procesal o formal es una verdad aproximativa respecto al mode-
lo ideal de la perfecta correspondencia, ya que la verdad cierta, objetiva
o absoluta representa siempre la expresión de un ideal inalcanzable, por
lo que debemos pretender que en cuanto descubramos la falsedad de
una o varias tesis de una teoría, ésta debe ser rechazada.
La verdad procesal es la que se obtiene en el respeto a las reglas
de enjuiciamiento y por lo tanto es limitada al caracterizarse por ser el
producto de un proceso de conocimiento que adopta como punto de
partida el principio de presunción de inocencia. Se presenta como una
verdad “suficiente” para el proceso, que respetando las garantías de los
individuos, se aleja de la verdad material propia del sistema inquisitivo,
para ubicarse en una posición antagónica, representa la meta del pro-
ceso en un sistema acusatorio.
De ahí que la verdad procesal propia de un modelo acusatorio,
resulta ser la más respetuosa de las garantías fundamentales de las per-
sonas, por cuanto se llega a ella a través de la discusión entablada entre
el acusador y el acusado en la cual aquél formula su tesis acusatoria con
la posibilidad para este último de refutarla mediante pruebas, y porque
reconoce límites para evitar la intromisión de verdades arbitrarias. La
verdad a la que se arriba no será absoluta, pero se acercará al ideal de
la perfecta correspondencia, será una verdad suficiente para lograr el fin
del proceso penal.
La “verdad” del procedimiento abreviado
Dada la gran cantidad de procesos penales y lo excesivo de su
duración, empezó a aceptarse la “conformidad” como manera de so-

[37]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

lucionar, o reducir esos problemas. Surge la figura del procedimiento


abreviado en países en que hasta entonces regía el principio de legali-
dad permitiendo el acuerdo entre acusador y acusado con la intención
de descongestionar los sistemas procesales penales, evitándose la rea-
lización del juicio e imponiéndose al acusado la pena acordada con el
acusador, el órgano jurisdiccional reduce su labor al solo controlar y
verificar los aspectos que la ley dispone para ello y dicta sentencia con-
denatoria en la cual se impone la pena solicitada por las partes, siem-
pre y cuando, no corresponda una sentencia absolutoria, se elimina el
debate, y propiamente el Juez homologa un acuerdo basado en pruebas
recogidas en la etapa anterior, por cuestión de practicidad y con el fin
de descongestionar el sistema, dejándose de lado la búsqueda de la
verdad mediante la realización del juicio, y en su lugar sea admitido el
acuerdo entre las partes como instrumento para condena.

IX. El procedimiento abreviado


en el Derecho comparado

ITALIA
El Código Procesal Italiano fue uno de los primeros en recoger par-
cialmente el modelo de justicia penal negociada del sistema angloame-
ricano; contempla dos tipos de mecanismos procesales: “giudizioabbre-
viato” y el “pattegiamento” o aplicación de la pena a instancia de partes.
Patteggiamento italiano. Ley de 1981. Este instituto sólo podía ser
solicitado por el Imputado, requería la conformidad del Fiscal para su
aplicación. Consistía básicamente en una declaración de extinción del
hecho investigado y se sustituía la pena de prisión por otras sanciones

[38]
JUS SEMPER LOQUITUR

(semidetención, libertad vigilada, sanción pecuniaria), mismas que po-


drían ser consideradas como sustitutivas y que no perdían por ello su
carácter de penales. El objeto de la solicitud era la aplicación de san-
ciones sustitutivas. En la etapa preliminar o de instrucción, la opinión
del Fiscal era vinculante para el Juez, en caso de no prestar el Fiscal su
conformidad para las sanciones sustitutivas debía continuarse el proce-
so. En la etapa de juicio oral, el Tribunal podía apartarse de la opinión
contraria del Fiscal y aplicar alguna de las sanciones sustitutivas aún sin
contar con la conformidad del Fiscal, (así lo resolvió el Tribunal Consti-
tucional en la sentencia n°120 de 30 de abril de 1984).
En el Código Procesal Penal italiano de 1988, surge un nuevo patte-
giamento sulla pena, puede ser solicitado por las partes antes a la apertura
del dibattimento de primer grado; el Instituto dejó de ser una solicitud
para la aplicación de sanciones sustitutivas, ya que se puede incluir
una condena de pena privativa de libertad que no exceda de dos años
de prisión (practicada la reducción de la pena en un tercio), puede ser
solicitada por el Imputado y por el Fiscal o conjuntamente por ambos.
El consenso solo puede referirse al monto de la pena, la solicitud debe
ser aplicada por el Tribunal cuando los elementos de la causa sean su-
ficientes para dictar una condena. Si no absolverá. Se ha discutido si
el Tribunal se encuentra compelido a aplicar la pena consensuada por
las partes, o si tiene facultades para modificarla, se ha sostenido que el
control del Juez debe referirse a la observación del principio de propor-
cionalidad entre la calidad y la cantidad de la sanción por una parte y
la ofensa por la otra. La solicitud de consenso por parte del Imputado
supone una renuncia al ejercicio del derecho de defensa como contra-
dictorio en la formación de prueba, el Fiscal deberá tan solo solicitar el

[39]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

consenso o dar consentimiento a la solicitud del Imputado solo cuando


entienda que las indagini preliminari consideradas como prueba son su-
ficientes para justificar una aceptación de responsabilidad, dado que si
así no fuera, el Juez debería absolver al Imputado por falta de prueba.
La presunción de inocencia exige un mínimo de prueba en lo que
hace a la responsabilidad del Imputado, de tal modo que sea suficiente
para justificar una sentencia condenatoria. La solicitud de aplicación del
patteggiamento por parte del Imputado no puede entenderse bajo ningún
aspecto como medio de prueba de su responsabilidad, dado que así se
estaría afirmando que la solicitud o el consenso del Imputado suponen su
confesión. El Juez conserva la facultad de rechazar la solicitud formulada
por las partes y disponer que se proceda seguir el procedimiento ordinario.
ESPAÑA
En delitos leves, el Imputado puede dar su conformidad respecto a
la calificación legal y la pena solicitada por el Fiscal, puede referirse a una
pena no privativa de libertad o privativa de libertad que no exceda de 6
años, se solicita en la fase intermedia, el Juez si no comparte la califica-
ción podrá rechazar y continuar el juicio.
En delitos graves, en el Juicio Oral
No es una conformidad con la pena, el Juez pide al acusado que
declare si se considera autor de los hechos, (nos encontramos ante una
confesión como medio de prueba). El Tribunal se verá vinculado a la opi-
nión del acusado y su defensor; y si éstos manifiestan su voluntad de no
continuar con la realización del juicio, se pondrá fin al proceso y se dicta-
rá una sentencia, pero si el Tribunal discrepara con la calificación acorda-
da por las partes, podrá apartarse de la conformidad que en un principio
lo vincularía y disponer, en consecuencia, la continuación del juicio.

[40]
JUS SEMPER LOQUITUR

En la tramitación del procedimiento abreviado, el acusado asis-


tido de su abogado deberá reconocer los hechos que se le imputan
ante el Juez de instrucción, el cual remitirá las actuaciones al Juez de
juicio quien convocará al Fiscal y a las partes al juicio, para luego dictar
sentencia. Hay conformidad con los hechos, y ésta no se extiende a la
calificación jurídica ni a la pena, se trata simplemente de una acepta-
ción de los hechos por parte del acusado, entendiéndose por hecho el
objeto procesal en su aspecto fáctico. Según Barona Vilar, se trata de
una admisión de los hechos y no de una confesión, puesto que esta
última es un medio de prueba en sí misma, la admisión de los hechos
no hace más que excluir la necesidad de dicha prueba. El efecto del re-
conocimiento es que el juicio no se evita, sino solo se anticipa y facilita,
el único acto procesal será la calificación de los hechos, y el dictado de
la sentencia, es una manera de abreviación del procedimiento, la acep-
tación del Imputado no debe ser irrevocable, en caso de retractación el
juicio podría continuarse con la posibilidad de ofrecer pruebas y alegar.
Y solo cuando se trate de delitos cuya pena no sea superior a la prisión
menor. El momento en que se va a efectuar el reconocimiento de los
hechos es en la fase de investigación, momento en que las actuaciones
carecen de valor probatorio.
En opinión de Barona Vilar17, la conformidad en el procedimiento
abreviado, no se trata de un convenio, ni de una transacción, ni de un
allanamiento, ni de una confesión, consiste en un acto unilateral basa-
do en una declaración de voluntad mediante la cual el Imputado acepta

17
Barona Vilar, Silvia. “Seguridad, Celeridad y Justicia Penal”, Ed. Tirant Lo Blanch,
Valencia, España, 2004, pág. 249.

[41]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

la pena solicitada por la acusación, logrando de esta manera en interés


de los principios de celeridad y economía procesal el acortamiento del
procedimiento, dado que se procede a la supresión de trámites en el
procedimiento al no hacerse necesario el juicio oral. Es una forma de
aceptación del escrito de acusación referida a los hechos, a la califica-
ción jurídica y a la responsabilidad penal y civil exigida, puede ser pres-
tada hasta al inicio del juicio oral, antes de que se comience a recibir la
prueba.
ESTADOS UNIDOS
El Fiscal y el acusado pueden negociar el monto de la pena a aplicar,
los delitos que se imputan, sus agravantes o sus atenuantes. El proceso
de negociación pleabargaining consiste básicamente en el acuerdo entre
ellos, en el cual el Fiscal promete hacer una recomendación al Tribunal
que será beneficiosa para el acusado, bien por retirar algún cargo o acu-
sación, o por imposición de una sentencia menor. A cambio el acusado
se compromete a manifestar su culpabilidad (guiltyplea).
En este sistema acusatorio las partes pueden disponer del ob-
jeto del proceso, el Fiscal puede renunciar a la acción penal sin ningún
control jurisdiccional, por lo que tienen verdaderos poderes discrecio-
nales en el ejercicio de la acción penal. El acusado a través de la decla-
ración de culpabilidad exonera al Fiscal de tener que probar la imputa-
ción. El procedimiento abreviado pleabargaining tendrá lugar en la fase
anterior al juicio y se diferencian tres categorías:
1) Sentencebargaining. El acusador formulará una recomenda-
ción benévola en la fase de sentencing, respecto de la pena que
se aplicará al acusado.

[42]
JUS SEMPER LOQUITUR

2) El chargebargaining. El Imputado se declara culpable de uno


o más hechos delictivos a cambio de la promesa de que no
se ejercitará la acción penal por otros delitos que le son im-
putados; y
3) La forma mixta. El proceso se resuelve con el sentence y el
chargebargaining.
De acuerdo con la jurisprudencia estadounidense el órgano juris-
diccional podrá rechazar el acuerdo de las partes cuando:
a) Sea excesivamente benévolo para el acusado;
b) El Fiscal se haya excedido en la discrecionalidad que le ca-
racteriza a la hora de fijar el hecho delictivo y la pena solicitada.
ARGENTINA
La conformidad no puede versar más que sobre el monto de la pena
que se ha de imponer al acusado, y siempre y cuando el Fiscal estimare
suficiente la imposición de una pena inferior a seis años de prisión. Pue-
de solicitarse durante los actos preliminares del juicio hasta el decreto
que señala audiencia de debate. Para que la solicitud sea admisible de-
berá estar acompañada de la conformidad del Imputado, asistido por su
Defensor sobre la existencia del hecho y la participación de aquél y la
calificación legal recaída, si la solicitud es aceptada, se llamará para sen-
tencia, la que se dictará en un plazo máximo de 10 días y se fundará en
las pruebas recibidas durante la instrucción y en la admisión del acusado
y no se podrá imponer pena más grave que la solicitada por el Fiscal. Si
la solicitud fuere rechazada se seguirá el procedimiento ordinario y la
conformidad del Imputado no será tomada como indicio en su contra, ni
el pedido de pena vincula al Fiscal que actúe en el debate.

[43]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

CHILE
Los elementos que integran el acuerdo entre las partes son la fija-
ción de una pena solicitada por el Fiscal que no puede rebasar los cinco
años; y la aceptación por parte del Imputado de los hechos materia de la
acusación y de los antecedentes de la instrucción que la fundan; se trata
de un pacto en que ambas partes ceden parcialmente en sus pretensio-
nes obteniendo algo a cambio.
El Fiscal renuncia a la posibilidad de obtener una pena en los tra-
mos superiores fijados por la ley, autolimitando su pretensión a un tra-
mo inferior; a cambio de este sacrificio el Fiscal obtiene la ventaja de
no tener que producir la prueba en el juicio oral, validándose como
pruebas los antecedentes que ha recopilado durante la fase prepara-
toria, los que van a ser objeto de debate simplificado y van a servir de
fundamento al fallo. Además obtiene del Imputado una declaración de
aceptación de los hechos materia de acusación, con lo cual la sustancia
de los mismos queda excluida del debate sin perjuicio que pueda haber
diversas interpretaciones sobre los mismos o se le atribuyan diversas
consecuencias jurídicas por las partes.
El Imputado, por su parte, obtiene certeza respecto de la pena
que arriesga y una eventual rebaja de la misma; a cambio renuncia a
su derecho a que la culpabilidad sea probada por el Fiscal en un juicio
oral y público y acepta a ser juzgado por medio de los documentos que
dan cuenta de la investigación del Fiscal en un debate simplificado. Fi-
nalmente el Imputado renuncia a cuestionar la sustancia de los hechos
proclamados en la acusación. El acusador particular debe tomar parte
en el acuerdo; él y el Fiscal deberán estar de acuerdo en solicitar penas
que no excedan de cinco años (art. 408 CPP). Si las acusaciones del

[44]
JUS SEMPER LOQUITUR

Fiscal y del acusador particular difieren en cuanto al monto de la pena,


la aceptación del procedimiento abreviado por parte del Imputado debe
abarcar ambas acusaciones y hacerse cargo de la posibilidad de que sea
acogida la más alta.
La no aceptación del acusador particular en los términos indicados
obliga al Juez a resolver la controversia (art. 410 CPP); el Juez debe exa-
minar los antecedentes de la investigación del Fiscal así como los que
pueda acompañar el acusador querellante, para evaluar hasta que pun-
to, la pretensión del querellante en términos de acusar por una pena
que exceda el margen del procedimiento abreviado, está o no justifica-
da. Si lo está debiera rechazar el acuerdo entre el Fiscal y el Imputado y
permitir que el caso sea llevado al juicio oral.
Control judicial
El Juez está obligado a controlar que el Imputado ha prestado su
acuerdo al procedimiento en forma libre e informada, debiendo rechazar
la abreviación en caso de que no lo considerare así. Debe dirigir a las
partes todas las preguntas y pedir todos los antecedentes necesarios
para excluir cualquier posibilidad de un vicio en el consentimiento, sea
por desinformación, engaño, confusión u otra causa. Cualquier elemen-
to confuso acerca del marco penal, la calificación jurídica, el contenido
de los antecedentes reunidos por el Fiscal, el alcance de la aceptación
de los hechos por parte del Imputado debieran dar lugar a que el Juez
deniegue el procedimiento abreviado dando entonces paso a la conti-
nuación de la audiencia de preparación y al juicio oral.
Si el Juez acepta el acuerdo por las partes, se abrirá en esa misma
audiencia un examen de los antecedentes acumulados por el Fiscal, las
partes podrán intervenir formulando sus alegaciones que consideren

[45]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

pertinentes. El procedimiento abreviado supone un acuerdo sustancial


sobre los hechos y sobre los antecedentes que los acreditan, pero ad-
mite la existencia de una discrepancia aún fundamental sobre sus con-
secuencias jurídicas.
Una vez concluido el debate, el Juez deberá dictar la sentencia,
ésta podrá ser absolutoria o condenatoria teniendo en este último caso
como límite máximo de pena el determinado en la acusación. El cen-
tro de la fundamentación es la aceptación de los hechos, a la que es
necesario apoyar, verificar y dotar de plausibilidad por medio de los
demás antecedentes. De lo que se trata es de evitar que la sola acepta-
ción signifique una condena automática que pudiera conducir a errores.
No se podrá condenar teniendo como único antecedente probatorio la
aceptación de los hechos por parte del Imputado.
En contra de la sentencia que se dicta en un procedimiento abre-
viado, procede el recurso de apelación, se trata de fallo sobre registros,
cuyo contenido puede ser revisado por vía de nueva lectura de los regis-
tros por parte del Tribunal superior; pero no solo se revisa el contenido
del fallo, de acuerdo con los cuestionamientos que las partes formulen
en contra de éste; sino que también se permite a la Corte de Apelacio-
nes revisar la concurrencia de los supuestos del procedimiento mismo,
esto es la validez del acuerdo que le dio lugar; es decir, el acuerdo sobre
el procedimiento; se trata de una solicitud de nulidad del acuerdo que
se permite discutir dentro del recurso. La razón para admitir esta revi-
sión del acuerdo se basa en la percepción de que el riesgo de arbitra-
riedad de estos procedimientos está mucho más en el acuerdo mismo,
que en la sentencia; la posibilidad de abusos se centra en la obtención
de acuerdos que pueden considerarse ilegítimos.

[46]
JUS SEMPER LOQUITUR

Es posible entender al procedimiento abreviado como un acuerdo


sobre el procedimiento, como un cambio de rito, como una renuncia al jui-
cio y su cambio por un debate simplificado, pero que el fundamento de la
sentencia no es la aceptación del Imputado sino la prueba aportada por el
Fiscal por medio de los antecedentes escritos que sustentan la acusación.
En Chile, con la intención de limitar el uso de recursos del nuevo
sistema, se introdujo la modalidad aún más simplificada, para los ca-
sos de menor gravedad, es un procedimiento ultra simplificado llamado
“monitorio” que es usado en caso de faltas en que de acuerdo con la ley
corresponda la aplicación de una multa. El procedimiento inicia con la
presentación del requerimiento al Juez junto con una propuesta de mul-
ta. Si la considera suficientemente fundada la acoge provisionalmente
y la notifica al Imputado. Si éste paga o no se opone dentro de los 15
días, la resolución se consolida y pasa a tener carácter definitivo. Si el
Imputado se opone a la resolución adoptada se procede a tramitar el
caso de acuerdo con las reglas del procedimiento simplificado.
EL SALVADOR
Procede si el Fiscal solicita pena no privativa de libertad, o prisión
hasta de tres años. Quedan excluidos delitos cuya pena mínima supere
los tres años de prisión. La sanción impuesta en procedimiento abrevia-
do pueden ser objeto de una suspensión condicional del cumplimiento
de la pena, que consiste en la imposición de ciertas reglas de conducta
al Imputado en lugar de la ejecución de la pena impuesta. Esta decisión
puede ser tomada por el juzgador en aquellos casos que considere la
inutilidad o lo innecesario de la aplicación de penas y que el condenado
haya cancelado las obligaciones civiles impuestas en la condena, que
garantice su pago o que demuestre su imposibilidad de pagar. Así la apli-

[47]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

cación de este procedimiento puede ser una herramienta que permite


hacer uso mínimo de la cárcel como pena, especialmente de aquellos
casos en que por su menor gravedad el uso de la cárcel sea totalmente
innecesario y desproporcionado.
GUATEMALA
El Procedimiento Abreviado en Guatemala, procede, si el tipo penal
aplicable permite al Fiscal solicitar una pena privativa de libertad que no
exceda de cinco años o una pena no privativa de libertad. El Tribunal
debe oír al Imputado y a su Defensor, quienes además de ratificar su
aceptación del rito abreviado, pueden eventualmente indicar otras cir-
cunstancias no contenidas en la acusación ex culpantes o atenuantes,
cuya prueba tenga su fuente en el procedimiento preparatorio (art. 465
del Código Procesal Penal Guatemalteco) estas circunstancias pueden
ser tomadas en cuenta por el Tribunal para dictar su decisión aún cuan-
do no sean alegadas por el Imputado o por el Defensor, luego de la
audiencia el Tribunal tiene dos opciones: puede condenar, aún variando
la calificación jurídica del hecho sin perjuicio de lo cual, en ningún caso,
puede imponer una pena más grave que la contenida en el acuerdo; en
segundo término el Tribunal puede absolver, por ejemplo cuando a pe-
sar del reconocimiento del Imputado acerca del hecho, éste indica cir-
cunstancias que surgen de la etapa investigativa que permiten afirmar la
inexistencia de su responsabilidad (el hecho fue típico pero amparado
por una causa de justificación o inculpabilidad).
COSTA RICA
El Procedimiento Abreviado en Costa Rica, en el Código Procesal
Penal de 1996, se prescinde del juicio oral y público, cuando sea solici-
tado por el Imputado, permitiendo que en caso de acuerdo con el Mi-

[48]
JUS SEMPER LOQUITUR

nisterio Público y el querellante, el Imputado reciba como beneficio, no


solo la garantía de que no se le impondrá la pena que supere la pedida,
sino que dicha pena puede ser de hasta un tercio menor que el mínimo
previsto en abstracto por la ley.
Con el procedimiento abreviado se persigue un descongestiona-
miento de los tribunales al ahorrarse la realización del juicio oral y publi-
co, operando criterios de carácter económico y criterios de eficiencia,
permitiendo la concentración de los tribunales en otros asuntos. Para
el Ministerio Público implica estadísticamente un aumento en las con-
denas logradas y con ello su eficiencia, supone una descarga de trabajo
para el Ministerio Público, los defensores no comprenden las criticas
que se le han hecho al procedimiento abreviado, pues valoran que en
definitiva favorece a los Imputados al permitírseles obtener una pena
menor, que puede significar la diferencia entre prisión y libertad, puede
llegar a permitir una condena condicional, para los defensores también
supone un alivio de trabajo, que les permite dedicarse a estudiar otros
asuntos pendientes para defender.

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[50]
LA EFICACIA HORIZONTAL
Toma de la Bastilla, 1789.

DE LOS DERECHOS
HUMANOS A LA LUZ
DE LA REFORMA
CONSTITUCIONAL DE 2011

MAYOLO GARCÍA GARCÍA*

SUMARIO: I. Introducción. II Verticalidad y


horizontalidad de los Derechos Humanos. III.
Vertientes de la horizontalidad de los Derechos
Humanos. IV. Hacia donde se puede direccionar la
reforma de Derechos humanos de 2011 en México.

Me declaro en contra de todo poder cimentado


en prejuicios aunque sean antiguos.
Mary Wollstonecraft
(filósofa y escritora inglesa)

I. Introducción

D esde hace alguna buena época existe un fenómeno que se recrude-


ce en el día a día, la violación de derechos humanos entre particulares que
para hacer efectivo su respeto se ha tenido que enfrentar entre otras co-

* Director de la Escuela Judicial del Estado de Oaxaca. Maestría en Derecho Constitucional


UABJO. Estudiante de posgrado (alto nivel -conacyt) en Derechos Humanos y
Democracia con mención en procesos políticos y especialidad en políticas públicas
FLACSO México. Coautor de la obra “Derecho Administrativo del Estado de Oaxaca”
Editorial Porrúa 2011, y coordinador del libro “Argumentación jurídica. Estudios desde la
visión forense”. Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM en prensa.
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

sas con la cultura jurídica del estatismo según la cual sólo es posible hablar
de la eficacia de los derechos humanos cuando se está frente a un acto
de autoridad y no de un particular. Situación que ha permitido que suje-
tos con predominio de poder, sin mayor incomodo pisoteen la dignidad
de personas violentado sus derechos sin responsabilidad alguna.
Fundado en esto último los instrumentos para la defensa de los
derechos humanos en nuestro país se han articulado preeminentemen-
te sobre actos de autoridad, así lo denota la concepción histórica, prin-
cipios y lógica estructural en los que funciona, por ejemplo, el juicio
de amparo, el proceso contencioso administrativo y el procedimiento
de queja de las Comisiones de Derechos Humanos, que son los más
significativos mecanismos de inmunidad frente a la acción del poder.
Esto tiene razón de ser, ya que nuestra cultura jurídica es heredera de la
tradición liberal del Estado de Derecho que tiene como corona el prin-
cipio de legalidad cuya misión es controlar los actos de las autoridades
(Fioravanti, 2007; 41).
Sin embargo, episodios lacerantes patrocinados por particulares
sacuden el estatismo de los derechos, así lo revela la “violencia contra las
mujeres”, “el acoso escolar o laboral”, “el ultraje a la educación por
movimientos sindicales”, “el deterioro al medio ambiente por empre-
sas interesadas en su explotación”, “la irrupción a los espacios y plazas
públicas como instrumento de presión de la protesta social ”, “el des-
plazamiento de bienes agrarios y culturales a mano de la inversión pri-
vada“ etc., que apoyados por su poder de facto y dispuestos a doblegar
(sindicatos, asociaciones con bandera social, medios de comunicación,
empresas transnacionales, prestadores de servicios públicos, bancos,
sociedades de inversión privada, fundaciones con rostro caritativo etc.,)
son auspiciados por la ausencia de Estado o con motivo de su perver-

[52]
JUS SEMPER LOQUITUR

sidad con la garantía de impunidad, que supone que sus actos no son
enjuiciables desde la lógica constitucional (Neuman, 2007).
Esta violación de los derechos humanos por particulares no lleva a
reflexionar si estos fenómenos de violencia y poder ¿Deben seguir que-
dando en la impunidad? ¿Si, la lógica de los sistemas normativos actuales,
pueden aterrizar el respeto de los derechos humanos previstos en la Cons-
titución y tratados internacionales frente a particulares? ¿O si debemos
seguir con el prejuicio o paradigma de que hablar de derechos humanos es
bajo el categórico lógico, sí solo sí, estamos frente a un acto de autoridad?
El tema viene a colación en virtud de la reforma constitucional en
materia de derechos humanos de 2011, que al incorporar un arsenal de
técnicas para respetar, garantizar, proteger y promover los derechos hu-
manos, nos cuestionamos si su alcance irradia a otras esferas de la vida
como la privada, social y cultural, o sólo sigue quedando en el ámbito
de la acción del Estado.
En nuestra opinión la reforma constitucional ha extendido su al-
cance igualmente a las acciones de la vida privada, social, económica y
cultural, y para sostener nuestra afirmación nos apoyaremos en las tesis
sobre la horizontalidad de los derechos humanos elaborada por la jurispruden-
cia y dogmática alemana.

II. Verticalidad y horizontalidad


de los Derechos Humanos

El tema de la horizontalidad de los derechos humanos es una de las tendencias


contemporáneas de discusión en la materia que en el caso mexicano,
como señala Javier Mijangos y González su desarrollo es elemental o

[53]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

casi inexistente1 a contrapartida por ejemplo, de la doctrina y jurispru-


dencia de países como Colombia y afianzada en la dogmática alemana
de la Drittwirkung2 del Tribunal Constitucional Alemán (González y Mijan-
gos, 2007:547-548).
Los rasgos característicos de la polémica a nivel teórico se ciñen
básicamente en dos posiciones. La verticalidad de los derechos huma-
nos, y por el otro, quienes proclaman su expansión horizontal. ¿En qué
consiste esto?3

Verticalidad de los derechos


Para los verticalistas los derechos humanos sólo tienen aplicación
en relaciones entre personas y Estado. Los defensores de esta postura,
encuentran su justificación en el argumento histórico sobre la construc-

1
Como refiere Javier Mijangos, uno de los pioneros en el tema lo fue el maestro Héctor
Fix- Zamudio que en 1970 escribió un artículo en la Revista Jurídica Veracruzana “Algunos
aspectos de la protección de los derechos humanos en las relaciones entre particulares
en México y Latinoamérica” quien fue el primero en plantear la posible vigencia de los
derechos fundamentales en las relaciones entre particulares.
2
El termino alemán Drittwirkung, es la denominación con la que se ubica a esta
problemática en la dogmática alemana, se puede consultar “Drittwirkung de derechos
fundamentales en Alemania” Ingo Von Munch. (trad. De María Teresa Díaz) Madrid,
Civitas.
3
La expresión vertiente horizontal se utiliza para graficar que los derechos fundamentales
producen efectos entre privados, en oposición al efecto vertical en que sólo resultan
oponibles a las acciones de entes públicos, al contraste entre subordinación y
coordinación. En lenguaje jurídico alemán (derecho en el que sin duda esta discusión
ha alcanzado su mayor desarrollo) se utiliza la expresión Drittwirkung para referirse al
efecto de los derechos fundamentales frente a terceros. En lenguaje jurídico anglosajón,
en adición al horizontal effect, se ha introducido la nomenclatura de privatisation of human
rights. El efecto horizontal puede ser a su vez directo o inmediato (unmittelbare Drittwirkung)
e indirecto o mediato (mittelbare Drittwirkung) según se reconozca a los derechos
constitucionales el carácter de derechos subjetivos también vinculantes para los
privados o sólo un rango de principios que se irradian a las relaciones privadas a través
de los valores que subyacen a ellos. Tomado de Jana.

[54]
JUS SEMPER LOQUITUR

ción de los derechos pensados siempre como espacios de inmunidad


frente al Estado y en consecuencia proveedores de fundamento y límite
para el poder político (Jana, 2004: 7- 8).
La doctrina state acción del Tribunal Supremo de Estados Unidos es
reflejo de esta tradición que exige la presencia de un acto estatal para
hablar técnicamente de la violación de un derecho constitucional. Su
elaboración se remonta al año de 1964 derivado del caso Sandra Adic-
kes profesora de raza blanca en una escuela de Missisipi de niños de
raza negra que al desayunar en el restauran del señor Krees, se negó a
brindarles el servicio en razón a su color de piel, motivo por el cual la
profesora Adickes denunció esta vejación ante el Tribunal Supremo. Al
respecto el Tribunal determinó que la Constitución estadounidense no
prohíbe la discriminación entre particulares, sólo era posible aceptar
ello, si se hubiere comprobado que esa discriminación era producto de
una ley o costumbre impuesta por el Estado de Missisipi a los restau-
ranteros (González y Mijangos, 2007: 547).
El precedente anterior acuñó en la jurisprudencia norteamericana la
doctrina state acción que establece que para hacerse respetar un derecho
constitucional en los tribunales es condición la inmediación de un acto
estatal, de lo cual la cultura jurídica mexicana aún se encuentra imbuida.
La orientación anterior es producto de una tradición liberal en la
concepción y práctica de un Estado de derecho en que los derechos son
fundamento y límite del poder estatal, funcionando en lógica de derechos
individuales y Estado. (Ferreres Comella: 2008, 530).

Horizontalidad de los derechos.


Los horizontalistas, por su parte defienden la tesis de que los dere-
chos humanos no sólo son inmunidad frente al poder público, sino tienen

[55]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

la capacidad de gobernar también las relaciones entre particulares. Conforme a


esta hipótesis, no existe una distinción rígida entre lo público, social y
privado, por lo que cualquier tipo de relación y normas jurídicas quedan
sujetas a la consistencia de derechos constitucionales para respetar la
supremacía y unidad del ordenamiento jurídico y la debida protección
de la persona en todas las esferas de su vida; privada, social, política,
económica y cultural (Jana, 2004: 7- 8).
En este sentido, Europa continental ha sido más sensible en la
protección de los derechos humanos, despojándose de la tesis del es-
tatismo de los derechos, para ir hacia un estatus garantista frente al poder
público y de aquellos factores reales de poder que ejercen una domi-
nación absoluta, siendo Alemania el mayor generador de la discusión
sosteniendo la vinculación de los derechos humanos frente a particula-
res, por catalogarlos una expansión de los derechos constitucionales en
defensa de las arbitrariedades de fuente más allá del Estado . (Ferreres
Comella, 2008; 534, Alexy, 2010; 47).

III. Vertientes de la horizontalidad


de los derechos humanos

Colgados de esta premisa la vinculación de los derechos humanos entre


particulares ha sido objeto de profundos debates en la práctica jurispru-
dencial de distintos sistemas jurídicos como Alemania y Colombia, lo
que ha desembocado en enfoques y matizaciones sobre la horizontali-
dad de los derechos que se pueden agrupar en dos categorías a saber;
la eficacia inmediata y directa de los derechos humanos; y la versión me-
diata e indirecta de de los mismos (González y Mijangos, 2007; 546, Jana,
2004: 7- 8).

[56]
JUS SEMPER LOQUITUR

Inmediata o directa
La postura inmediata o directa establece que las relaciones privadas
están automáticamente sujetas a las disposiciones constitucionales tra-
ducidas en derechos subjetivos de las personas que adquieren una dualidad
oponible frente al Estado como a los particulares (FLACSO, guía de es-
tudios, 2012:104; Jana, 2004: 10-13).
En esta tesis, un particular puede oponer a otro particular directa-
mente un derecho humano constitucionalizado, sin la idea de que para
hacerlo respetar frente a tribunales se requiere de un acto de autoridad.
Los argumentos que sostienen esta vertiente se encuentran fundamen-
tados en el carácter normativo de la Constitución, que explica que al articular
ésta todo el orden social, su fuerza normativa aplica a toda índole de
relaciones colocando en el centro el valor supremo de la dignidad de las
personas y sus expresiones colectivas (Jana, 2004:10).

[57]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

Sobre esta tesis sean dirigido críticas para derrotar su viabilidad


las cuales giran en torno a la naturaleza de la constitución, la asimetría de los
riesgos por parte del Estado, la seguridad jurídica y la libertad individual.
Por lo que hace a la primera objeción, la cultura tradicionalista ha
defendido que la Constitución no tiene la naturaleza de gobernar relaciones
entre particulares, sino que ésta es el instrumento de control político y nor-
mativo de los actos de la autoridad frente a los particulares. Cuestión su-
perada por el constitucionalismo progresista o neoconstitucionalismo.
En la segunda objeción se ha defendido que es el legislador el que
tiene la batuta de vincular los derechos humanos en su creación legis-
lativa frente al Estado y los particulares, siendo necesaria la intermedia-
ción de un acto legislativo. Pero nos preguntamos ¿qué pasa ante su
olvido o cuando en la legislación se privilegian interés de Estado o de
factores reales de poder invisibilizando derechos humanos? ¿Tendre-
mos que esperar el mandato perfecto, neutral o imparcial de la ley para
exigir nuestros derechos? ¿El método de control judicial de la ley (am-
paro contra leyes) es técnicamente idóneo para la defensa de derechos
humanos entre particulares)?
Una tercera objeción a la horizontalidad se fundó en el afamado
valor de la seguridad jurídica al sostenerse que vincular los derechos huma-

[58]
JUS SEMPER LOQUITUR

nos previstos en la constitución a nivel de derechos subjetivos desplazaría


totalmente el derecho ordinario desarticulando el propio sistema constitu-
cional al sobre utilizar sus fuentes y valores en la menor confronta entre
particulares, es decir, llevar a los tribunales ordinarios los conflictos de
derechos humanos, sin mediar la lógica de los sistemas normativos,
civiles, penales, laborales, etc.
Finalmente la horizontalidad directa de los derechos humanos
fue cuestionada al privilegiar el libre albedrio de las personas al concebirlo
como la forma más clara de respeto a la decisión y voluntad de los parti-
culares. Sin embargo, el fenómeno de violencia y dignidad de la persona
han derrotado esta postura, ya que es inconcebible, que bajo la máxima
de la libre voluntad pueda discriminarse y violentarse la integridad de las
personas, ya que desde la axiología constitucional y su utilidad prácti-
ca es posible proteger bienes fundamentales y de cohesión social en
situaciones de violencia familiar, contra la mujer, discriminación racial,
social, cultural, laboral etc., Para muestra una hipótesis. Un legatario
es exigido para acceder a su herencia a estar casado con una persona
de raza blanca y no indígena. ¿Hasta dónde está clausula es conforme
con el derecho a no ser discriminado? ¿Por qué la ha aceptado un fe-
datario? ¿Debe prevalecer la voluntad del de cujus o causante? ¿Si el
legatario la impugna en juicio del orden común puede el juez ordenar
su inaplicación en razón al derecho a no ser discriminado y el principio
pro-persona?
Como podemos observar los derechos humanos tiene la capacidad
de discernir y revertir la lógica de prácticas y sistemas normativos que
atentan contra la dignidad de la persona, a lo que la doctrina identifica
como derechos en acción, porque entre otras cosas remueven los paradig-
mas o prejuicios de una época o cultura que neutralizaba los derechos.

[59]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

El anterior bloque de objeciones ha sido disuadido por el constitu-


cionalismo progresista que apuesta por ubicar en su centro de análisis
y expansión a los derechos humanos no sólo en clave de verticalidad, sino de
horizontalidad al reconoce su irradiación directa frente a los particulares. El ejem-
plo más representativo son varias sentencias de la Corte Constitucional
Colombiana y la evolución de la jurisprudencia de la Corte Interameri-
cana de Derechos Humanos en los casos Velásquez Rodríguez contra
Honduras (1987), Blake contra Guatemala sentencia sobre excepciones
preliminares 1996 y fondo 1998, y Opinión Consultiva 18/03, México.4
Una sentencia que llamó mi atención sobre aspectos de horizontali-
dad de los derechos humanos (ya que en nuestra entidad estas conductas
persisten en los centros escolares sin responsabilidad y defensa alguna)
fue la dictada por un juez del orden familiar de Perú, en donde en un caso
de violencia escolar impuso a profesores (horizontalidad) y directivos (ver-
ticalidad) de una escuela, respetaran el derecho a la integridad física y
moral de la niñez, condenando a la reparación del daño e indemnización,
obligando a las autoridades educativas de todo Perú a la adopción de me-
didas preventivas en todos los centros escolares para evitar el bullying.

4
Como señala Mijangos el estudio de la jurisprudencia interamericana permite afirmar
la eficacia inmediata de los derechos fundamentales en las relaciones privadas. La
obligación de los Estados parte de la Convención Americana de respetar y vigilar los
derechos fundamentales es la base que permite caracterizar a dichos derechos como
obligaciones erga omnes, las cuales representan el contenido mínimo de expresión
de todas las relaciones jurídicas de los ordenamientos nacionales, incluidas aquellas
que se suceden entre particulares. El estudio de las características y funciones que
desempeñan los derechos fundamentales en un sistema jurídico le permite afirmar a
la Corte Interamericana que determinados derechos gozan, estructuralmente, de la
pretendida multidireccionalidad. La Opinión Consultiva 18/03, solicitada por el gobierno
mexicano, es la pieza que culmina una consolidada jurisprudencia que mantiene
como plena la doble cualidad de los derechos fundamentales en todos los niveles del
ordenamiento.

[60]
JUS SEMPER LOQUITUR

En esta sentencia podemos observar con nitidez la horizontalidad


y verticalidad de los derechos humanos y su protección a la luz de la
Convención de los Derechos del Niño. En documento anexo a este artículo
ponemos a consulta la sentencia.

Mediata o Indirecta
La versión mediata o indirecta postula su articulación, a partir del respe-
to del régimen de derecho privado, es decir, los derechos fundamentales
adquieren un valor como principios orientadores en lo litigios privados an-
tes que como derechos subjetivos directamente oponibles entre particulares.

El origen de esta tesis, se encuentra en la decisión del Tribunal


Constitucional alemán en paradigmático caso Luth275. De acuerdo

5
En Alemania se trató del conocido caso Lüth. En 1950, el presidente de un club de
prensa privado de Hamburgo, Erich Lüth, incitó al boicot de una película en un discurso
ante distribuidores y productores cinematográficos, con el argumento que el director
de la película había rodado en la época de Hitler la película antisemita “Jud Süss” (“Dulce
Judío”) y otras películas al servicio de la ideología nacionalsocialista. El productor de
la película contra la cual se dirigió el boicot (y que por cierto no era en esta ocasión
anti judía) presentó una acción por ilícito civil fundada en el artículo 826 del BGB. Lüth
recurrió ante el Tribunal Constitucional sosteniendo que el derecho constitucional a la
libertad de expresión obligaba a considerar legítimo su actuar (BverfGE, 7, obtenido de
la traducción al ingles en MARKESINIS). Cita tomada del artículo de Jana.

[61]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

con ella, los derechos constitucionales constituirían un orden obje-


tivo de valores que no rigen de manera inmediata las relaciones entre par-
ticulares, sino que influencian las relaciones entre estos adoptando
un rango de principios antes que de reglas que son susceptibles de
irradiarse a las relaciones reguladas por el derecho privado. (Jana,
2004:13).
Bajo esta concepción el conflicto sigue rigiéndose por las prescrip-
ciones de derecho privado, (civil, familiar, mercantil etc.,) pero las reglas
aplicables a la solución de un caso deben ser interpretadas a la luz de los
derechos humanos, es decir, los jueces deben mirar el derecho común
aplicable desde la óptica de los derechos constitucionales.
Esta es la posición que ha adoptado en su nueva época la Suprema
Corte de Justicia de la Nación visible en su jurisprudencia al rubro. DE-
RECHOS FUNDAMENTALES. SU VIGENCIA EN LAS RELACIONES EN-
TRE PARTICULARES. (J); 10ª. Época; 1ª. Sala; S.J.F. y su Gaceta; Libro XII,
octubre de 2012, Tomo 2; página 79. Tesis de jurisprudencia 15/2012.
Que va de la mano con la incorporación del llamado amparo contra par-
ticulares previsto en el último párrafo del artículo 1º y fracción IV del
artículo 5º de la nueva Ley de Amparo.

IV. Hacia donde se puede direccionar la reforma


de derechos humanos de 2011 en México

Sin duda, la reforma en derechos humanos de 2011 abre varias vías de


acceso a la justicia para la protección de la dignidad, existe al respecto
una fuerte difusión del tema que hoy prácticamente sería vergonzoso
que un juez se olvidará de ella.

[62]
JUS SEMPER LOQUITUR

En mi opinión con esta reforma y sus instrumentos detonado-


res el control difuso de constitucionalidad, convencionalidad, la interpretación
conforme y la incorporación de los derechos humanos de fuente internacional
prácticamente el camino esta trazado para la horizontalidad de los
derechos humanos.
Una primera clave es explorar el llamado amparo contra particulares
previsto en el último párrafo del artículo 1º y fracción IV del artículo 5º
de la nueva Ley de Amparo, sobre el cual tenemos su primer noticia en
nuestra vida contemporánea al ser promovido por estudiantes de dife-
rentes facultades (derecho, arquitectura, contaduría) de la Universidad
Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, que acudieron al juzgado cuarto
de distrito con sede en Morelia Michoacán con la asesoría del consti-
tucionalista Miguel Carbonell para promover amparos individuales para
garantizar su derecho a la educación ante un posible estallamiento de huel-
ga del Sindicato Único de Empleados de la Universidad.
El fallo del juez de amparo fue insólito y marca un precedente
en la vigencia y efecto horizontal de los derechos humanos6, ya que
determinó otorgar la suspensión provisional, a efecto de que la Univer-
sidad Michoacana, no cerrará sus instalaciones o en su caso precisará
un lugar alterno para poder realizarse. Con esta determinación no se
prejuzga sobre la licitud de la huelga y se resguarda el derecho colectivo
de trabajo y el derecho educación. (La Jornada, 2013; 41)
La segunda experiencia que sostiene nuestra tesis es la presen-
tada por 53 personas y 20 asociaciones civiles en defensa del derecho

6
Esto sería extraordinario para contextos como los de Oaxaca en donde la educación
pública en todos sus niveles tiene un rezago abismal por movilizaciones, paros y huelgas
de los sindicatos de toda estirpe.

[63]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

al medio ambiente y alimentación sana, al demandar a Sagarpa y Semarnat


el otorgamiento de autorizaciones a empresas poderosas como MO-
SANTO para la comercialización de maíz transgénico. El juez segun-
do de distrito en materia civil del Distrito Federal, determinó suspen-
der el otorgamiento de estas autorizaciones y conservar el derecho a
la alimentación sana. MOSANTO y un grupo de empresas que habían
amarrado en el argot político las autorizaciones empujan fuertemente
para que la determinación sea revocable o improcedente en el amparo.
(MVS. Noticias: 2013).
Por tanto una segunda clave es observar como los jueces hacen
alarde de las técnicas de control difuso de constitucionalidad y conven-
cional para incorporar en sus sentencias las obligaciones de derechos
humanos de fuente nacional e internacional. Recordemos que última-
mente se ha legislado en materias especializadas para proteger a la mu-
jer, niñez indígenas, usuarios de servicios públicos, financieros etc., en
donde el objeto de estas normas es incorporar los derechos humanos,
entre y frente a fenómenos de poder de particulares. 7
Obviamente sus alcances y eficacia dependerán de la labor inter-
pretativa y argumentativa de los tribunales, los cuales pueden hacer
realidad la horizontalidad directa o indirecta de los derechos humanos, el cual
bien armonizado de racionalidad puede llegar a remediar el desacierto
dogmático del sistema jurídico mexicano, que siempre consideró la de-
fensa de los derechos fundamentales frente a los actos de las autorida-

7
Sólo por citar un ejemplo en Oaxaca tenemos la Ley Estatal de Acceso de las
Mujeres a una vida libre de violencia de género (2009), Ley de atención a personas con
discapacidad (2009) y Ley para la prevención y tratamiento del Acoso escolar en el
Estado de Oaxaca (2013).

[64]
JUS SEMPER LOQUITUR

des. (Fix-Zamudio, 2008).


Finalmente lo interesante es desarraigar el velo del estatismo de los
derechos para materializar la vinculación de los derechos humanos entre particu-
lares como lo sostiene la teoría contemporánea, y práctica de los dere-
chos humanos llevada por cortes y juzgadores de diferentes sistemas
jurídicos, que no tienen ningún prejuicio en mostrar su posibilidad.

[65]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

BIBLIOGRAFÍA.

ALEXY, Robert (2010). “Derechos sociales y ponderación”. Fundación coloquio


jurídico europeo. Editorial Fontamara Madrid-México. pp 46-47.
FERRERES COMELLA, Víctor, (2008) “La eficacia de los derechos constitucionales
frente a los particulares” en la Ciencia del Derecho Procesal Constitucional. 50 años de
desarrollo científico: 1956-2006. Estudios en homenaje a Héctor Fix-Zamudio, Marcial
Pons y Universidad Nacional Autónoma de México, pp 529- 545
FIORAVANTI, Maurizio (2007). “Los derechos fundamentales: Apuntes de historia
de las constituciones” Editorial Trotta, Madrid.
FIX ZAMUDIO, Héctor (2008). “La protección de los derechos fundamentales fren-
te a los particulares: El amparo en México y la acción de tutela en Colombia” en línea
disponible en ww.journals.una.mx.
GONZÁLEZ MIJANGOS, Javier (2008). “La doctrina de la Drittwirkung der Grun-
drechte en la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos”, en la
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2006. Estudios en homenaje a Héctor Fix-Zamudio, Marcial Pons y Universidad Nacional
Autónoma de México, pp. 547-577.
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democracia. México FLACSO.
JANA, Andrés (2004). “La eficacia horizontal de los derechos fundamentales” en
Roberto Saba (SELA). Derechos Fundamentales. Argentina: Del Puerto, pp. 1-11 30.
La jornada (2013) Sociedad y Justicia “determina un juez que debe garantizarse el
derecho a recibir clases” en ww.la jornada.net p.41
MARTÍNEZ RÍOS Juana y REYES ALTAMIRANO Rigoberto (2013). “Ley de Amparo
comentada y con jurisprudencia” Tax Editores Unidos, México.
MVS. Noticias (2013). Noticiero en línea. www.mvs.noticias.mx “Suspende juez
permisos para maíz transgénico”
NEUMAN, Elías (2007). “La Ausencia del Estado”. Editorial Porrúa México.
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta; Libro XII, octubre de 2012, Tomo
2; página 79.
NEUMAN, Elías (2007). “La Ausencia del Estado”. Editorial Porrúa México.
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta; Libro XII, octubre de 2012, Tomo
2; página 79.

[66]
La Justicia, siglo XVIII , pintura realista óleo sobre lienzo

LA CONCILIACIÓN
Y EL PRINCIPIO
PRO HOMINE

MAGDO. ARTURO LEÓN DE LA VEGA*

SUMARIO: I. Marco normativo. II. Marco teórico


conceptual. III. Problemática. IV. Conclusiones.

No se ha hecho justicia como corresponde y se ha


estado lejos de comportarse como es debido. Pues
la buena fe ha andado por los suelos en la plaza.
Isaías; 59:14.

I. Marco normativo

L a Conciliación, considerada como salida Alterna o modo Simplificado


de terminación del proceso se encuentra regulada en el Capítulo I
del Título Séptimo, artículos del 191 al 195 del Código Procesal Penal el
Estado de Oaxaca; Los códigos adjetivos de las diez entidades federati-
vas que han adoptado el Sistema Acusatorio, incluyendo Oaxaca, con-
templan esta Institución; algunos, como Zacatecas (art. 100), Guanajuato
(art. 160), y Oaxaca (art.191), le llaman así, Conciliación y los otros, Nuevo

* Magistrado integrante de la Tercera Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia del
Estado de Oaxaca.
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

León (art. 227), Yucatán (art.183), Morelos (art. 205), Baja California (art.
196), Durango (art. 210), Estado de México (art.117) y Chihuahua (art.197)
le llaman Acuerdos Reparatorios, seguramente emulando al Código Pro-
cesal Penal Chileno (art. 241 C.P.P.); pero cualquiera que sea la denomi-
nación que se le dé a esta Institución, su naturaleza jurídica es la misma y
las formas en que la regulan es muy similar en todos los Estados, variando
un poco en los supuestos de procedencia.
Las diez entidades federativas contemplan como supuestos de
procedencia o delitos que admiten la Conciliación o Acuerdos Repa-
ratorios a los perseguibles a petición de parte, a los patrimoniales que
se hayan cometido sin violencia a las personas, a los culposos, excepto
Guanajuato, a los que admitan presumiblemente la sustitución de san-
ciones o la condena condicional, excepto Guanajuato, Nuevo León y
Yucatán; en algunos Estados se establecen también como supuestos
de procedencia los delitos cuya pena no exceda en su media aritmética
los cinco años de prisión y otros más, pero la constante se basa en los
delitos de querella, los patrimoniales que se hayan cometido sin violen-
cia a las personas, los culposos y los que presumiblemente admitan la
sustitución de sanciones o la condena condicional.
Todos los códigos mencionados señalan en sus artículos 1º que la
finalidad del proceso es garantizar la justicia en la aplicación del dere-
cho y resolver el conflicto social surgido como consecuencia del delito
y el respeto a los derechos fundamentales, excepto Baja California y
Nuevo León que solo hacen referencia al respeto a los derechos funda-
mentales y Guanajuato (art. 2) que sólo se refiere a garantizar la justicia
en la aplicación del derecho.
Igualmente, todos los Códigos, excepto Guanajuato, contienen re-
glas de interpretación, Nuevo León, art. 5; Zacatecas, art. 5; Yucatán,

[68]
JUS SEMPER LOQUITUR

art. 5; Morelos, art. 4; Baja California, art. 4; Durango, art. 4; Estado


de México, art. 5; Chihuahua, art. 4; y, Oaxaca, art.4; estas reglas nos
indican, mutatis mutandi, que la interpretación de las normas, todas,
contenidas en estos Códigos debe ser restrictiva cuando coarten o res-
trinjan de cualquier forma, incluso cautelarmente, la libertad personal,
limiten el ejercicio de un derecho, establezcan sanciones procesales o
exclusiones probatorias y, extensivas (por analogía o mayoría de razón),
cuando favorezcan la libertad del imputado o el ejercicio de una facul-
tad conferida a quienes intervienen en el proceso.
Recientemente, por decreto publicado en el Diario Oficial de la
Federación de diez de junio del dos mil once, se reformaron diversas
disposiciones constitucionales, entre ellas, el artículo 1º de la Constitu-
ción en el que en su segundo párrafo se establece que: “…Las normas
relativas a los derechos humanos se interpretaran de conformidad con
esta Constitución y con los tratados internacionales de la materia fa-
voreciendo en todo tiempo a las personas la protección más am-
plia…”, de esta manera, con éste enunciado, se tutela el Principio Pro
Homine o Pro Persona. A su vez, los tribunales judiciales de la Federa-
ción pronunciándose respecto al principio en cuestión han establecido
su aplicación obligatoria1.

1
Tesis aislada correspondiente al amparo directo 202/2004. Javier Jiménez Sánchez.
20 de octubre de 2004 por unanimidad de votos, visible en el registro número 179233,
Novena Época, Tribunales Colegiados de Circuito, Semanario Judicial de la Federación y
su Gaceta XXI, febrero de 2005, página 1744, Tesis I.4º. A.464 A, Materia Administrativa.

[69]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

II. Marco teórico conceptual

Como todos sabemos, la Conciliación o los Acuerdos Reparatorios son


una forma alterna de terminación del proceso, mediando un acuerdo
o convenio entre la víctima y el imputado, en los casos permitidos por
el Código, casos a los que nos hemos referido en el Marco Normativo;
esta medida alterna evita que para terminar un proceso penal se lle-
gue, necesariamente, a la etapa de juicio oral y se procura que sean las
partes, los protagonistas del problema jurídico penal, quienes por sí
mismos solucionen ese problema y en esto consiste el éxito del Sistema
Acusatorio, que los asuntos jurídicos penales se puedan resolver utili-
zando las formas alternas de solución de conflictos, específicamente
la Conciliación o Acuerdos Reparatorios y la Suspensión del Proceso a
Prueba, así como otras instancias, por ejemplo el Procedimiento Abre-
viado, amén del uso de los Criterios de Oportunidad, facultad discre-
cional a cargo del Ministerio Público; la Conciliación o los Acuerdos
Reparatorios pueden celebrarse en la etapa de investigación, incluso
en sede ministerial, antes de judicializar el asunto, con la condición de
que una vez conciliado el problema se lleve al conocimiento del Juez de
Garantía para que éste, en su caso, decrete la extinción de la acción pe-
nal y el sobreseimiento de la causa, habida cuenta que es el único que
puede hacerlo, pues de quedarse el asunto conciliado ante el Ministerio
Público sin llegar al juzgador no habría posibilidad de estimarlo con-
cluido definitivamente, ya que el Ministerio Público no tiene facultades
para decretar la extinción de la acción penal y menos para decretar el
sobreseimiento de la causa.
El Principio Pro Homine o Pro Persona es “un criterio hermenéutico
que informa todo el Derecho de los Derechos Humanos, en virtud del

[70]
JUS SEMPER LOQUITUR

cual se debe acudir a la norma más amplia o a la interpretación más


extensiva, cuando se trata de reconocer derechos protegidos o, inversa-
mente, a la norma o a la interpretación más restringida cuando se trata
de establecer restricciones permanentes al ejercicio de los derechos o a
su suspensión extraordinaria”2; al incorporarse el Principio Pro Homine
o Pro Persona a la Constitución Federal, con la reforma al artículo 1, se
crea una verdadera garantía de interpretación, es decir, se eleva la inter-
pretación de las normas jurídicas a la calidad de derecho fundamental,
interpretación que deben hacer todo tipo de autoridades; esta forma de
interpretación no constituye una facultad de la autoridad, sino una obli-
gación, de otro modo dicho, la aplicación del Principio Pro Homine que
se traduce en una interpretación extensiva de la ley cuando se trate de
favorecer la libertad del imputado o el ejercicio de una facultad conferi-
da a quienes participan en el proceso penal, es un derecho fundamental
del gobernado y por ello esta forma de interpretación es obligatoria.
La regla de interpretación que aparece en los códigos procesales
penales de las diez entidades federativas que hasta la fecha de este tra-
bajo ya aplican el Sistema Acusatorio y que hemos señalado en el marco
normativo, nos permite advertir que en dichos códigos ya se establecía
la obligatoriedad de la aplicación del Principio Pro Homine, no obstante
carecía de rango constitucional, mismo que le fue otorgado en decreto
publicado en el Diario Oficial de la Federación el diez de junio del dos mil
once, consecuentemente la aplicación de este principio es ineludible.

2
Carpio Marcos, Edgar, “La interpretación de los derechos fundamentales” Palestra
Editores Lima-2004, Serie Derechos y Garantías No. 9, pág. 28 y la referencia a Pinto,
Mónica. “El Principio Pro homine”. Criterios de hermenéutica y pautas para la regulación
de los derechos humanos”, en Abregu, Martín y Christian Courtis (Compiladores),
Editores El Puerto, Bs. As. 1997, p.163

[71]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

Al dictar una sentencia, ya sea condenatoria o absolutoria, resolve-


mos un proceso penal, pero no resolvemos el conflicto social generado
por la comisión del delito. Tenemos entendido que el Proceso Penal
Acusatorio tiene como principales fines u objetivos la solución de con-
flictos, aplicando la justicia en el Derecho o aplicando el Derecho con
justicia, para contribuir a restaurar la armonía social, de manera que se
reinserte a los protagonistas del drama penal en su núcleo social y se
restablezcan las relaciones interpersonales de los integrantes de sus
respectivos núcleos familiares. Para lograr esta finalidad u objetivo es
necesario, a nuestro juicio, que el juzgador actúe, además de apegado
a derecho, apegado a la racionalidad y a la prudencia, entendida esta
como un hábito del entendimiento para hacerse cargo de una determi-
nada situación o caso concreto y orientar el juicio a la mejor decisión,
es decir, se trata de una sabiduría práctica y moral al mismo tiempo,
indispensable en la labor de hacer y dar justicia.3

III. Problemática

Sentados los anteriores marcos normativo y teórico conceptual, po-


demos pasar ya al análisis de la problemática motivo de este trabajo;
atendiendo a los grupos de delitos que admiten la Conciliación, según
lo hemos señalado en el marco normativo, pudiera darse el caso de que
un delito, por las circunstancias en que se comete, se ubicara en un gru-
po que impide la aplicación de la Conciliación y sin embargo pudiera ser
ubicado en otro grupo que sí permite la Conciliación; en estas condicio-

3
Platas Pacheco María del Carmen .- Filosofía del derecho, Prudencia, Arte del Juzgador.-
Editorial Porrúa S.A. de C. V, Pág., 136, México 2009.

[72]
JUS SEMPER LOQUITUR

nes surge la problemática y cabe preguntarse ¿procede la conciliación?,


pues por ubicarse en un grupo que no la admite es obvio que no pro-
cede, pero por ubicarse el mismo delito en otro grupo que sí la admite
es también obvio que sí procede; pensamos, y así lo hicimos saber en
nuestra obra el código procesal penal comentado4, que sí es proceden-
te la Conciliación, no obstante que hubo en ese momento opiniones
en contra y hasta un recurso de apelación fue declarado improcedente
con base en esos criterios en contra; la solución afirmativa de la pro-
cedencia de la Conciliación en el caso planteado radica en el hecho de
que si uno de los fines del proceso es resolver los conflictos sociales de
naturaleza penal, debemos hacer uso de la regla de interpretación que
aparece en nuestros códigos, del Principio Pro Homine y de la pruden-
cia y racionalidad y de esta manera interpretar extensivamente la norma
que establece los supuestos de procedencia de la conciliación, es decir,
de la norma que señala los casos en que procede la Conciliación, en
beneficio del imputado y de la víctima, pues es lógico y racional que
si las partes ya se han puesto de acuerdo en la forma de conciliación
y hay un supuesto que admite su procedencia, es irracional e ilógico
negar esa procedencia porque hay otro supuesto que no la admite, más
aún cuando obligatoriamente debemos aplicar en esa interpretación el
Principio de lo más favorable a la persona, en este caso favorable tanto
para la víctima, que ve satisfechos sus requerimientos, como para el
imputado que ve satisfecho su interés de salir inocente por la extinción
de la acción penal y el correspondiente sobreseimiento de la causa; si
estamos en presencia de un robo con violencia a las personas y por

4
León de la Vega, Arturo.- Código Procesal Penal para el Estado Libre y Soberano de
Oaxaca, Comentado.-Maya Editores, Oaxaca, 2010, pág., 189.

[73]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

ello no admite conciliación, pero al mismo tiempo el robo es de mínima


cuantía y admite, presumiblemente, la sustitución de la sanción o la
condena condicional, no es lógico ni racional, ni prudente, rechazar la
Conciliación; por el contrario, si se admite la conciliación basándonos
en que ese delito se ubica dentro del supuesto relativo a la admisión
de sustitución de sanción o de condena condicional, haciendo una in-
terpretación extensiva de la ley que regula la conciliación y basándonos
en el Principio Pro Homine, en la razonabilidad y en la prudencia, es-
taremos solucionado un conflicto jurídico penal, aplicando el derecho
con justicia y salvaguardando la armonía social; si negamos esa pro-
cedencia, estaremos negando la finalidad y esencia del proceso penal
acusatorio y seguiremos siendo simplemente legalistas.

IV. Conclusiones

PRIMERA. Una de las finalidades del Proceso Penal Acusatorio es re-


solver conflictos sociales de naturaleza jurídico penal garantizando la
justicia en la aplicación del derecho.
SEGUNDA. Una de las formas o modos más idóneos para resolver esos
conflictos sociales de naturaleza jurídico penal es la conciliación.
TERCERA. Tomando en consideración que en los Códigos Procesales
Penales que se han elaborado adoptando el Sistema Acusatorio y en
los que en lo sucesivo se elaboren, se establecerán grupos de delitos
que admitan la conciliación, habrá casos en los que el delito admita
conciliación por ubicarse en un determinado supuesto que admite con-
ciliación, pero que al mismo tiempo ese delito no admita la conciliación
porque también se ubica en otro supuesto que no admite conciliación;
en estos casos, a nuestro juicio, debe optarse por el supuesto que sí

[74]
JUS SEMPER LOQUITUR

admite la Conciliación, interpretando de manera extensiva, con pruden-


cia, a favor tanto del imputado como de la víctima y por aplicación del
Principio Pro Homine el artículo correspondiente a los supuestos de
procedencia y de esta manera se resolverá un conflicto jurídico penal,
garantizándose la justicia en la aplicación del derecho.

BIBLIOGRAFÍA

JIMÉNEZ SÁNCHEZ, Javier, Tesis aislada correspondiente al amparo directo


202/2004. 20 de octubre de 2004 por unanimidad de votos, visible en el registro núme-
ro 179233, Novena Época, Tribunales Colegiados de Circuito, Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta XXI, febrero de 2005, página 1744, Tesis I.4º.

CARPIO MARCOS, Edgar, “La interpretación de los derechos fundamentales” Pa-


lestra Editores Lima-2004, Serie Derechos y Garantías No. 9, pág. 28 y la referencia a
Pinto, Mónica. “El Principio Pro homine”. Criterios de hermenéutica y pautas para la
regulación de los derechos humanos”, en Abregu, Martín y Christian Courtis (Compila-
dores), Editores El Puerto, Bs. As. 1997, p.163.

PLATAS PACHECO, María del Carmen, “Filosofía del derecho, Prudencia, Arte del
Juzgador”, Editorial Porrúa S.A. de C. V, Pág., 136, México 2009.

LEÓN DE LA VEGA, Arturo, “Código Procesal Penal para el Estado Libre y Sobera-
no de Oaxaca”, Comentado.-Maya Editores, Oaxaca, 2010, pág., 189.

[75]
Master Isaac Newton, 1905, Obert Hannah, London.

LOS ENIGMAS
DE LA RELACIÓN
DE CAUSALIDAD
(De nuevo sobre la causalidad virtual,
las concausas, los resultados
desproporcionados y los daños en cascada)

MARCELO J. LÓPEZ MESA*

SUMARIO: I. Causalidad y responsabilidad civil.


II. Las dificultades de la determinación causal. III.
Teoría de la causalidad virtual. IV. Los “daños en
cascada”. V. Las concausas del derecho civil. VI. La
doctrina de los resultados desproporcionados. VII.
Observaciones.

I. Causalidad y responsabilidad civil

L a relación de causalidad o nexo causal es la base de la responsabi-


lidad civil.
Si no se puede trazar un nexo adecuado de causalidad entre la con-
ducta del responsable o la intervención de una cosa suya –que se halle
dentro de su esfera de garantía– y el daño acreditado, pues no queda

* Académico de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de Galicia (España) y de


la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales (Argentina) - Juez y Presidente de la
Sala A de la Cámara de Apelaciones de Trelew (Patagonia Argentina) - Profesor visitante
de las Universidades de La Coruña y Rey Juan Carlos (España), de Coimbra (Portugal), de
Perugia (Italia), de la Pontificia Universidad Javeriana y de la Univ. de Antioquia (Colombia)
y de la Pontificia Universidad Católica del Perú - Autor de 23 libros de Derecho Civil.
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

más que la resignación cristiana de la víctima, pues ella no puede obtener


resarcimiento de quien no se encuentra unido al daño por un nexo de
causalidad, que cumpla las exigencias legales del sistema adoptado por
el legislador.
Y lo es a tal punto que bien se ha expuesto que “la relación de
causalidad es un elemento necesario, imprescindible en todos los ca-
sos de responsabilidad civil. Sin que queden excluidos aquellos que
se fundamentan en la responsabilidad objetiva o responsabilidad
sin culpa. En éstos se prescinde de la culpa pero no del vínculo de
causalidad”.1
Jurídicamente la teoría de la causalidad no es una pura teoría cien-
tífica de la causalidad, sino una teoría de la responsabilidad o de la
causalidad relevante desde el punto de vista jurídico.2
El nexo causal –en el ámbito jurídico– es el elemento que vincula
el daño directamente con el hecho e indirectamente con el factor de
imputabilidad subjetiva o de atribución objetiva del daño; constituye un
factor aglutinante que hace que el daño y la culpa, o en su caso, el ries-
go, se integren en la unidad del acto que es fuente de la obligación de
indemnizar. Es un elemento objetivo porque alude a un vínculo externo
entre el daño y el hecho de la persona o de la cosa.3

1
TAMAYO LOMBANA, Alberto, “La responsabilidad civil extracontractual y la
contractual”, Ediciones Doctrina y ley Ltda., Bogotá, 2005, p. 92.
2
En similar sentido, CEREZO MIR, José, “Derecho Penal. Parte general”, Edit. B. de F.,
Montevideo-Buenos Aires, 2008, p. 363; LÓPEZ MESA, Marcelo, “Causalidad virtual,
concausas, resultados desproporcionados y daños en cascada”, en rev.La Ley del 12 de
Agosto de 2013, pp. 1 a 5.
3
BUSTAMANTE ALSINA, Jorge, “Una nueva teoría explicativa de la relación de causalidad
- “Théorie du cheminementou de l’empreintecontinue du mal”, LL 1991-E-1379/1380.

[78]
JUS SEMPER LOQUITUR

La relación causal consiste en el vínculo objetivo entre dos fenó-


menos, uno de los cuales (la causa) engendra otro (el efecto), bajo de-
terminadas condiciones.4
La objetividad, exterioridad y materialidad del nexo causal permite
distinguirlo sin esfuerzo de otros presupuestos como el dolo o la culpa,
factores de atribución de naturaleza subjetiva, que se aprecian según
otras pautas y de diferente manera que el nexo causal.
Bien se ha puntualizado que el presupuesto de la causalidad “es
distinto de la culpa o del dolo: puede haber relación de causalidad sin
que haya dolo o culpa, y, a la inversa, pueden existir éstos sin aquélla.
Lo primero acontece cuando una persona causa un daño sin dolo o cul-
pa, por un acto casual. En este caso, su irresponsabilidad proviene de
la ausencia de culpa o dolo y no de la falta de causalidad, puesto que
el daño tuvo por causa un hecho suyo. Hay dolo o culpa sin relación
de causalidad cuando el hecho, aunque ilícito, no ha sido la causa del
daño que sufre la víctima. Así, el que da veneno a una persona, a la cual
otra mata de un balazo acto seguido, no es responsable civilmente de
su muerte; la causa de la muerte no fue su hecho ilícito”.5
Cabe aseverar así que “el nexo causal no es una vinculación mera-
mente lógica y menos aún una relación mental de varios acontecimien-
tos, sino el nexo legal, por cierto no perceptible, pero susceptible de ser
captado mentalmente a través de la sucesión del acontecer real y, por
tanto, es como tal, tan real como el acontecer mismo”.6

4
QUIRÓS PÍREZ, Renén, “Manual de Derecho Penal I”, Editorial Félix Varela, La Habana,
2007, p. 260.
5
ALESSANDRI RODRÍGUEZ, Arturo, “De la responsabilidad extracontractual en el derecho
civil chileno”, Edit. Imprenta Universitaria, Santiago de Chile, 1943, pp. 239/240, Nº 154.
6
WELZEL, Hans, “Derecho Penal. Parte General”, Ed. Depalma, Bs.As., 1956, p.49.

[79]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

Llegados a este punto, es dable extraer una primera comprobación


sustancial: causalidad, en esencia, es probabilidad.7
Pero ¿Que queremos decir con la palabra probabilidad? Sencilla-
mente, “la probabilidad es la posibilidad u oportunidad de que suceda
un evento particular”.8
Según el concepto de FISCHER, “la causalidad no es, en Derecho,
más que una probabilidad aceptable”;9 en similares términos se ha pro-
nunciado RUDOLPHI, para quien “la relación de adecuación entre ac-
ción y resultado representa por tanto una relación de probabilidad”10.
Si jurídicamente causalidad es probabilidad, es natural concluir
que causalidad es –también– previsibilidad y regularidad, porque no
puede haber probabilidad relevante que no se haya previsto ni en los
resultados derivados del azar o de la casualidad.
Casualidad y causalidad son conceptos incompatibles y mutua-
mente excluyentes, pues cuando el daño es fruto de una suma de ca-
sualidades o de una sola de ellas, no existe relación causal alguna con
el obrar del demandado.

7
TRIGO REPRESAS - LÓPEZ MESA, “Tratado de la responsabilidad civil”, 2ª edic., Edit.
La Ley, Buenos Aires, 2011, T. II, p. 367; C. Apels. Trelew, Sala A, 13/09/2011, “Barría c/
Municipalidad de Trelew”, en sistema informático Eureka (http://eureka.juschubut.gov.ar),
voto del Dr. López Mesa.
8
BERENSON, Mark L. - LEVINE, David M., “Estadística básica en administración. Concepto
y aplicaciones”, Editorial Pearson-Prentice Hall, 6ª edición, México, 2002, p. 204, LÓPEZ
MESA, Marcelo, “Causalidad virtual, concausas, resultados desproporcionados y daños
en cascada”, en rev.La Ley del 12 de Agosto de 2013, pp. 1 a 5.
9
FISCHER, Jérôme, «Causalité, imputation, imputabilité: Les liens de la responsabilité
civile», en A.A.V.V., “Libre droit. Mélanges en l’ honneur de Philippe le Tourneau”, Edit.
Dalloz, París, 2008, p. 387.
10
RUDOLPHI, Hans-Joachim, “Causalidad e imputación objetiva”, Ed. Universidad
Externado de Colombia, Bogotá, 1998, p. 27.

[80]
JUS SEMPER LOQUITUR

De tal modo causalidad, previsibilidad y regularidad son conceptos


inseparables, ya que sin previsibilidad del resultado no existe causa-
lidad11y sin regularidad de los procesos causales y sus resultados, no
cabe predicar previsibilidad alguna. Ello, pues el juicio de adecuación
–o juicio de probabilidad calificada–, que es esencial para tener por acreditada
la vinculación causal, no puede asentarse en el fango, sino que requiere de
bases sólidas, como las que da la previsibilidad del resultado al momen-
to de actuar el dañador12.
Ese juicio de adecuación, que en esencia es un cálculo de previsi-
bilidad, en consideración al carácter objetivo, material y físico del nexo
causal, debe trazarse según parámetros objetivos y con prescindencia
de circunstancias y capacidades puntuales del agente.
En esa línea, bien ha advertido el Prof. José María LEÓN GONZÁ-
LEZ que para el juicio de previsibilidad deben tomarse en cuenta crite-
rios objetivos derivados de la experiencia común.13
Y Jorge MOSSET ITURRASPE ha seguido pareja senda al afirmar
que “la previsibilidad o no de las consecuencias dañosas se juzga...
con prescindencia del autor o agente; importa la adecuación objetiva
entre hecho y evento dañoso, según las reglas de la experiencia y el

11
MOSSET ITURRASPE, Jorge, “La relación de causalidad en la responsabilidad
extracontractual”, en “Revista de Derecho de daños”, Editorial Rubinzal-Culzoni, T. 2003-
2, p. 67.
12
LÓPEZ MESA, Marcelo, “Presupuestos de la responsabilidad civil”, Edit. Astrea, Buenos
Aires, 2013, Cap. 4.
13
LEÓN GONZÁLEZ, José María, “De nuevo sobre el artículo 1107 del Código Civil: los
daños previstos o previsibles”, en “Estudios de derecho de obligaciones” (Homenaje
al Profesor Mariano Alonso Pérez), Eugenio Llamas Pombo (Coordinador), Edit. La Ley
(Grupo WoltersKluger), Madrid, 2006, T. II, p. 147.

[81]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

normal cálculo de probabilidades...”.14 En similar senda ha transitado


ENGISCH15.
Ese cálculo de probabilidades debe estar sustentado en datos
objetivos y verificables y debe tratarse la elegida como causa de una
probabilidad relevante, sea estadísticamente, de acuerdo a prueba
técnica colectada en la causa –lo que procesalmente constituye un
indicio de causalidad, que sumado a otros o a otras pruebas, puede
servir para acreditar el nexo– o, en caso contrario, según el princi-
pio de normalidad y las reglas de la experiencia. Pero, claramente,
las determinaciones causales no pueden hacerse “a ojo de buen
cubero” o según cualquier pretenso procedimiento, con que se bus-
que encubrir la más absoluta discrecionalidad judicial.16
En terminología grata al Tribunal Supremo de España, la
causa es una “probabilidad calificada”17, que algunos incluso
colocan en torno al 50%18. Es que, “si bastase una pequeña posi-
bilidad, la producción del resultado sería casi siempre objetiva-
mente previsible”.19

14
MOSSET ITURRASPE, Jorge, “La relación de causalidad en la responsabilidad
extracontractual”, en “Revista de Derecho de daños”, Editorial Rubinzal-Culzoni, T.
2003-2, pp. 76/77.
15
ENGISCH, Karl, “La causalidad como elemento de los tipos penales”, Ed. Hammurabi,
Bs. As., 2008, p. 92; en igual sentido, RUDOLPHI, Hans-Joachim, “Causalidad e
imputación objetiva”, cit, p. 27.
16
Cám. Apels. Trelew, Sala A, 12/8/2013, “Centeno, A. M. c/ Schmidt, J. D., y otras s/
Daños y Perjuicios”, en sist. Eureka, voto Dr. López Mesa, al que adhirió el Dr. Velázquez.
17
Tribunal Supremo de España, sentencia 23 de Diciembre de 2002, citada por DÍAZ-
REGAÑÓN GARCÍA-ALCALÁ, Calixto, “Responsabilidad objetiva y nexo causal en el
ámbito sanitario”, Editorial Comares, Granada, 2006, p. 25.
18
MIR PUIGPELAT, Oriol, “La responsabilidad patrimonial de la Administración sanitaria.
Organización, imputación y causalidad”, Cívitas, Madrid, 2000, p. 258.
19
CEREZO MIR, José, “Derecho Penal. Parte general”, cit., p. 361.

[82]
JUS SEMPER LOQUITUR

Así, el análisis en la causalidad es enteramente objetivo; el nexo


de causalidad se establece según un análisis neutro, ajeno a toda va-
loración acerca de la justicia o injusticia de la situación generada; es
un juicio que debe realizar el juez en función de lo que un hombre de
mentalidad normal, juzgada ella en abstracto, hubiese podido prever
como resultado de su acto, por lo que no se computa en él la mayor
o menor formación o conocimiento del agente, ni sus conocimientos
especiales.20
Esta objetividad hace que no puedan llenarse vacíos sustanciales
relevantes con palabras y adjetivos. Cabe preguntase, entonces, cuáles
son los caracteres o requisitos que debe tener la relación causal para
dar la talla de la teoría de la adecuación. Son los siguientes:21

a) debe ser cierta: Que el nexo causal sea cierto es, desde
luego, el requisito principal22. Un nexo causal incierto no es un
nexo causal, sino una conjetura o una insuficiente indagación.
En cualquiera caso, cuando el vínculo causal aparece borroso,
inasible, excesivamente explicado con adjetivos, pero difícil
de captar según el curso ordinario de las cosas o desprovisto
de datos científicos que lo abonen, pueden pasar dos cosas:
o no se ha analizado lo suficiente el tema o se ha conjeturado

20
Cám. Apels. Trelew, Sala A, 12/8/2013, “Centeno, A. M. c/ Schmidt, J. D., y otras s/
Daños y Perjuicios”(Expte 48-2013), en sist. Eureka, voto Dr. López Mesa, al que adhirió
el Dr. Velázquez.
21
Vid. LÓPEZ MESA, Marcelo, “Presupuestos de la responsabilidad civil”, Edit. Astrea,
Buenos Aires, 2013, Cap. 4.
22
LAMBERT-FAIVRE, Yvonne, “De la poursuite à la contribution : quelques arcanes de la
causalité”, Recueil Dalloz 1992, sec. Chroniques, p. 311.

[83]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

una relación causal, allí donde realmente no la había. Ambas


posibilidades son perturbadoras e inconvenientes y deben ser
descartadas, porque ambas implican el incumplimiento del
requisito de certeza del nexo causal;23

b) debe ser directa: Normalmente el nexo causal entre la


conducta del dañador y el daño de la víctima es directo, lo
que no origina problemas, porque así debe ser naturalmen-
te24. Los problemas aparecen, cuando la causalidad es media-
ta o indirecta, en cuyo caso, con la teoría de la adecuación no
cabe imputar tales daños causados mediata o indirectamente
al agente primario. El ejemplo clásico es el de los daños en
cascada, que analizaremos infra.

Los dos caracteres ya expuestos son los más importantes del


nexo causal, pues él debe ser directo y cierto. El vínculo causal no pue-
de ser indirecto ni incierto o estar sujeto a dubitaciones o explicaciones
artificiosas o inverosímiles, pues ello implicaría que se ha determinado
falsa o erróneamente la causa de un evento.25
Pero existen dos caracteres más, que igualmente debe cumplir el
nexo causal; ellos son:

23
LÓPEZ MESA, Marcelo, “Causalidad virtual, concausas, resultados desproporcionados
y daños en cascada”, en rev.La Ley del 12 de Agosto de 2013, pp. 1 a 5.
24
LAMBERT-FAIVRE, Yvonne, “De la poursuite à la contribution : quelques arcanes de la
causalité”, Recueil Dalloz 1992, sec. Chroniques, p. 311.
25
LÓPEZ MESA, Marcelo, “Causalidad virtual, concausas, resultados desproporcionados
y daños en cascada”, en La Ley del 12/8/2013, pp. 1 a 5; C. Apels, Trelew, Sala A,
11/03/2010, “Roa Ferreyra, J. L. c/ FRIGORIFICO Trelew S.R.L”, en La Ley online y Eureka,
voto Dr. López Mesa.

[84]
JUS SEMPER LOQUITUR

c) debe estar probado: El vínculo causal no puede ser conje-


turado, sino que debe estar probado, para tenérselo por cierto.
Esa prueba normalmente será de tipo científico, surgiendo por
ejemplo de una pericial practicada en la litis; también podrá
emanar la certeza buscada sobre el nexo causal de compro-
baciones estadísticas; en último caso, podrá surgir de lo que
marca el principio de normalidad, esto es, lo que es normal o
acostumbrado en ese caso, según las máximas de la experien-
cia26. Pero, habrá ocasiones en que “la prueba de la inasible
causalidad se satisfaga a través de presunciones de hecho pre-
cisas y concordantes para formar la convicción del juez: … la
causalidad es el dominio en que aparece de manera más clara
que el derecho es un arte, y no una ciencia exacta ...”.27

d) no debe estar interrumpido o fracturado: Para com-


prometer la responsabilidad de un agente, el vínculo causal
no debe estar fracturado ni interrumpido, pues en tal caso se
produce la exoneración de responsabilidad del agente (culpa
de la víctima o de un tercero). Si el vínculo causal ha sido
interrumpido por una causa ajena o extraña al demandado,
pues en ese caso, él dejaría de existir como presupuesto de
la reparación –al menos respecto del demandado–.28 Bien se

26
Vid., a mayor abundamiento, LÓPEZ MESA, Marcelo, “Presupuestos de la
responsabilidad civil”, Edit. Astrea, Buenos Aires, 2013, Cap. 4.
27
LAMBERT-FAIVRE, Yvonne, “De la poursuite à la contribution : quelques arcanes de la
causalité”, Recueil Dalloz 1992, sec. Chroniques, p. 311.
28
LÓPEZ MESA, Marcelo, “Causalidad virtual, concausas, resultados desproporcionados
y daños en cascada”, en rev.La Ley del 12/8/2013, pp. 1 a 5.

[85]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

ha dicho que una fractura del nexo causal afecta la responsa-


bilidad cualquiera que sea el factor de atribución empleado:
culpa o riesgo; toda fractura causal elimina la responsabilidad
subjetiva: si ha mediado caso fortuito o hecho determinante
de tercero o hecho determinante de la víctima, estamos ante
una situación de ausencia de culpa por parte del causante
aparente29. Cuadra referir que la relación de causalidad se
rompe o interrumpe por la intervención de causas externas;
son ellas, entre otras, las siguientes: 1) el caso fortuito y la
fuerza mayor, que son aquellos sucesos que no hubieran po-
dido preverse, o que previstos, no hubieran podido preverse;
2) la intervención de un tercero, que asimismo interrumpe
el nexo causal, y que ha de ser dolosa o culposa y atribuible
libremente a él; y 3) la acción del propio perjudicado, que
se interpone entre el acto inicial causante y el resultado da-
ñoso convirtiéndose en determinante, toda vez que en tales
supuestos será el daño consecuencia de esas circunstancias
(que, por ello, serán más que simples concausas),30 impidien-
do la imputación del daño –total o parcialmente, según el
caso– a la causa puesta por el demandado.

29
DE TRAZEGNIES, Fernando, “La Responsabilidad Extracontractual”, 7ª edic., Edic.
Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, 2001, Tomo I, p. 326.
30
MORENO QUESADA, Bernardo - BUSTOS VALDIVIA, Ceferino - TRUJILLO CALZADO,
Ma. Inés, “Derecho Civil patrimonial. Conceptos y normativa básica”, cit, p.477; en
similar sentido,MARTÍNEZ DEAGUIRRE ALDAZ, Carlos – DE PABLO CONTRERAS, Pedro
– PÉREZ ÁLVAREZ, Miguel Angel – PARRA LUCÁN, María Ángeles, “Curso de Derecho
Civil II. Derecho de Obligaciones”, Edit. Colex, Madrid, 2000, p. 821, § 385.

[86]
JUS SEMPER LOQUITUR

Ha podido verse de lo expuesto que cuando no puede trazarse


una línea recta, clara y firme y sin interrupciones entre la conducta del
dañador o su esfera de garantía –si se tratase de responsabilidad por
el hecho de las cosas–, ello implica que no cabe predicar la existencia
de un nexo de causalidad adecuada ni, por ende, de un supuesto de
daño resarcible.
La causalidad cumple dos funciones claves en el derecho de la
responsabilidad civil. El concepto de causa y el de causalidad se uti-
lizan en materia de responsabilidad civil, para tratar, básicamente, de
dar respuesta a dos tipos de problemas: el primero es encontrar alguna
razón por la cual el daño pueda ligarse con una determinada persona,
de manera que se pongan a cargo de ésta, haciéndola responsable, las
consecuencias indemnizatorias, al imponer el deber de indemnizar a
aquél que causa daño a otro; en segundo lugar, se trata de relacionar,
a la inversa de lo que hacíamos anteriormente, al daño con la persona,
pues lo que se indemniza es «el daño causado». En uno y otro caso la
pregunta es quién debe indemnizar, pero también hasta dónde el autor
de una de las causas o daños tiene que indemnizar los subsiguientes.
De esta manera, además de dar respuesta a un problema de imputa-
ción, el debate en torno a la causalidad es un debate sobre los límites
del deber de indemnizar.31

31
Cám. Apels. Trelew, Sala A, 27/6/2013, “Morales, Marta c/ Transportes El 22 S.R.L. s/
daños y perjuicios” e ídem, 13/5/2013, “NahuelcoyNahuelcoy, Ariel Alejandro c/ Jose,
Miguel Roberto s/ Daños y perjuicios”, con cita de DÍEZ-PICAZO, Luis, “Derecho de
daños”, Edit. Cívitas, Madrid, 2000, pp. 331/332, ambos en La Ley online y Eureka, con
votos de nuestra autoría y del Dr. Carlos A. Velázquez.

[87]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

II. Las dificultades


de la determinación causal

No es un tema sencillo el que venimos tratando. Pero hasta aquí la


cuestión es más o menos manejable, pero las dificultades se incremen-
tan cuando se entra al abordaje de cuestiones delicadas como la de
los daños en cadena o cascada o las concausas, que serán objeto de
estudio sobre el final de este aporte.
La extrema complejidad de las indagaciones causales ha inducido
a muchos jueces y autores a caer en voluntarismos y elaboraciones re-
duccionistas, incompatibles con los textos legales vigentes y, por ende,
descalificables conceptualmente y hasta pasibles, en el caso de los jue-
ces, de la tacha de arbitrariedad.
Es que el problema causal exige determinaciones precisas, inda-
gaciones serias, evaluaciones detenidas, que no son fáciles de hacer32
y requieren, además, dotes jurídicas y lógicas que no todos poseen, ni
han cultivado.
Yvonne LAMBERT-FAIVRE, resume las dificultades del tema expre-
sando que “las ansiedades de la causalidad forman parte de los tormentos
recurrentes de todas las generaciones de juristas” y que cada genera-
ción y cada estado del derecho “han aportado a este arcano inasible de
la responsabilidad civil algún toque misterioso”.33

32
A mayor abundamiento, vid. LÓPEZ MESA, Marcelo, “Presupuestos de la
responsabilidad civil”, Edit. Astrea, Buenos Aires, 2013, en prensa, Cap. 4.
33
LAMBERT-FAIVRE, Yvonne, «De la poursuite à la contribution: quelques arcanes de la
causalité», en Recueil Dalloz, t. 1992, sec. Chroniques, p. 311.

[88]
JUS SEMPER LOQUITUR

Siguiendo al maestro BÉNABENT cabe afirmar que “el problema de


la causalidad es considerado como un enigma de nuestro derecho, un
problema fascinante, pero insoluble”;34 aunque, en realidad, se trata de
un territorio en el que las tentativas oportunistas de soluciones generales
o a priori se estrellan contra altos muros e imposibilidades constantes.
La causalidad es el reino de la concreción, de lo particular, del
caso concreto; en ella las divagaciones, las generalizaciones excesivas y
las abstracciones desmesuradas, tienen efectos nocivos, motivo por el
cual el juez no debe en este plano echar mano a generalidades o frases
hechas, sino verificar con detalle y minuciosidad los hechos probados
de la causa, evaluando lo que era previsible para un sujeto de condición
media, al momento del evento dañoso.35
Buscando apenas abrir algún sendero en la selva oscura de los
enigmas causales, diremos inicialmente que la relación de causalidad
o nexo causal, entre la conducta del responsable y el daño causado,
es la base de la responsabilidad civil. Si no se puede trazar un nexo
de causalidad adecuada entre la antedicha conducta del presunto res-
ponsable (en los factores subjetivos de responsabilidad) o su esfera
de garantía (en la responsabilidad objetiva) y el daño acreditado, no
queda más que la resignación cristiana de la víctima, pues ella no pue-
de obtener resarcimiento de quien no se halla unido al daño por un
nexo adecuado de causalidad.

34
BÉNABENT, Alain, “Droit civil. Les obligations”, 11ª edic., Edit. Montchrestien, París,
2007, p. 395, Nro. 555.
35
LÓPEZ MESA, Marcelo, “Causalidad virtual, concausas, resultados desproporcionados
y daños en cascada”, en rev.La Ley del 12 de Agosto de 2013, pp. 1 a 5; Cám. Apels.
Trelew, Sala A, 12/8/2013, “CENTENO, Ana Maria c/ SCHMIDT, Jorge Daniel y Otras s/
Daños y Perjuicios”, en sist. Eureka, voto Dr. López Mesa.

[89]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

Es que, para que una persona pueda ser tenida como civilmente
responsable por un hecho ilícito dañoso, resulta imprescindible que el
daño pueda ser objetivamente atribuido a la acción u omisión de un
hombre o al hecho de una cosa.36
En certeras palabras del maestro MALINVAUD “la exigencia de un
nexo de causalidad –o de causa a efecto– entre el hecho y el daño es
una condición de buen sentido… Cada uno es así responsable del daño
que ha causado, y de él solamente”.37
Pero, de esta impecable enseñanza del maestro de París, se de-
riva una conclusión necesaria: la causalidad es el reino de la lógica
no de la facticidad descarnada, del buen sentido, del sentido común,
de la previsibilidad, antes que del capricho, de la discrecionalidad y
de la imaginación frondosa del juez o del reclamante. Una causalidad
adjudicada en forma antojadiza es todo lo contrario a lo que exige el
sistema de causalidad adecuada y manda la norma del art. 906 del
Código Civil argentino.38
Ergo, como principio, no son causa de un daño más que aquellos
hechos que han sido necesarios para su producción; se trata de la exi-
gencia de que el hecho del presunto responsable haya sido condición

36
LÓPEZ MESA, Marcelo, en TRIGO REPRESAS- LÓPEZ MESA, “Tratado de la
responsabilidad civil”, Edit. La Ley, 2ª edic., Buenos Aires, 2011, T. II, p. 360; FAGES,
Bertrand, “Droit des obligations”, Edit. L.G.D.J., París, 2007, p. 349, nro. 480; BÉNABENT,
Alain, “Droit civil.Les obligations”, 11ª edic., cit, p. 395, Nro. 555; CARINGELLA,
Francesco, “Manuale di DirittoCivile”, t. 1, “La responsabilitàextracontrattuale”, Edit.
Diké, Roma, 2011, pp. 110 y ss, Nro. 4.1.
37
MALINVAUD, Philippe, “Droit des obligations”, 10ª edic., Edit. Litec – LexisNexis, París,
2007, p. 485, Nro. 680.
38
Cám. Apels. Trelew, Sala A, 12/8/2013, “CENTENO, Ana Maria c/ SCHMIDT, Jorge
Daniel y Otras”, cit, en La Ley y sist. Eureka, voto Dr. López Mesa.

[90]
JUS SEMPER LOQUITUR

sine qua non del daño.39 Y de ente ellos, deberá determinarse concreta-
mente cuál ha sido la causa del daño.
Es así que ningún hecho que no sea condición sine qua non del
daño puede ser causa. Pero no toda condición sine qua non del daño es
causa, ya que no basta que un hecho haya sido, en el caso concreto, con-
dición sine qua non del daño, sino que se requiere además que, en virtud
de un juicio de probabilidad, resulte la causa adecuada de ese daño.
Ahora bien, la causalidad que aquí tratamos es la causalidad jurí-
dica; esto es, ni una causalidad puramente material, ni una puramente
científica, sino una causalidad establecida mediante criterios jurídicos,
pero que tiene en su base tanto un componente material, como –nor-
mal o regularmente, aunque no siempre– un componente científico.
Hemos ya dicho que no se trata de una mera causalidad material o fí-
sica lo que se debe establecer, sino un nexo o ligamen de causalidad jurídi-
ca, que es el único que satisface el requisito legal de causalidad adecuada.
Claro que la causalidad material o física es la base de la causalidad jurídi-
ca, pues sin causalidad física no puede predicarse la existencia de causalidad
jurídica. Es que, no hay causalidad jurídica sin una mínima facticidad causal.
Esto es, que la “causalitàfattuale” (material) de que hablan los ita-
lianos está en la propia base de toda causalidad, incluso jurídica. Para
utilizar un grafismo, la causalidad fáctica o material es como el lienzo,
sobre el que el juez pinta el cuadro de la causalidad jurídica: la tela o el
lienzo (causalidad física) no es propiamente la causalidad, en sentido
jurídico; pero sin ella no hay elaboración que realizar.40

39
BUFFELAN-LANORE, Yvaine - LARRIBAU-TERNEYRE, Virginie, “Droit civil. Les
obligations”, 12ª edic., Edit. Sirey, París, 2010, p. 583, Nro. 1702.
40
CARINGELLA, Francesco, “Manuale di DirittoCivile”, t. 1, cit, pp. 110 y ss, Nro. 4.1.

[91]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

Se trata, entonces, de un equilibrio entre facticidad y elaboración


lógica o racionalización: la mera facticidad de la causalidad material
no alcanza para establecer el nexo de causalidad adecuada, pero si no
existe un mínimo de ella, que configure un nexo causal material, las
eventuales racionalizaciones que se intenten, carecen de base cierta de
sustentación y constituyen esfuerzos insustanciales, como arar y pre-
tender sembrar en el mar.
Por ende, en aquellos casos en que en un proceso no se haya po-
dido conocer siquiera mínimamente la mecánica del accidente o del
hecho dañoso, no puede hacerse lugar al reclamo del actor, al faltar en
tales supuestos, un presupuesto esencial e indeclinable para la proce-
dencia de la acción.41
Ni siquiera existe, en rigor, la posibilidad seria de tener por confi-
gurada la relación causal, cuando no se conoce el iter del daño o la me-
cánica de los sucesos que llevaron a él. Presentando huecos temporales
o fácticos la mecánica del accidente, no se cuenta con los elementos
imprescindibles para trazar un nexo causal, por lo que pretender hacer-
lo implicar adivinar, intuir o conjeturar, en cualquier caso un ejercicio de
voluntarismo judicial, que no equivale a trazar un juicio de adecuación
causal o cálculo de probabilidades, que satisfaga las exigencias del sis-
tema receptado por el art. 906 C.C.
Para cumplir ese requisito legal, la causalidad física o material exi-
ge una depuración para obtener así la “causalidad jurídica”; porque el

41
Cám. Apels. Trelew, Sala A, 11/3/2010, “Roa Ferreyra, J. L. c/ FRIGORIFICO T. S.R.L.
y P. ART S.A. s/ accidente de trabajo” e ídem, 25/6/2013, “PINILLA, Eraldo Andrés c/
CODISTEL S.A. s/ Accidente de Trabajo”, ambos en La Ley online y sist. Eureka, con
votos de los Dres. López Mesa y Velázquez.

[92]
JUS SEMPER LOQUITUR

derecho no es una física de las acciones humanas –como enseñó Llam-


bías–42, el crudo materialismo de la causalidad física es depurado, refi-
nado, sometido a un proceso mental, que descansa sobre la existencia
de topes, límites o techos de imputación, como los establecidos por
los arts. 905, 906 y 520 del Código Civil. A través de los conceptos de
normalidad, de previsibilidad y de imputación, y aplicando las normas
vigentes, la causalidad física es recortada, para hacer que finalmente
el proceso de asignación causal, que se apoya en la previsibilidad del
resultado dañoso al momento de actuar, produzca que la ley sólo haga
responsable al agente o sujeto dañador hasta donde llegue el poder de
su voluntad: es que si el daño era previsible, la conducta dañosa impli-
ca una aceptación, al menos mediata, de ese daño como voluntario y
por eso se considera que existe adecuación causal de esa conducta del
dañador o de su ausencia de cumplimiento del deber de garantizar la
inocuidad de la cosa o servicio que de él depende, al resultado dañoso.
La existencia de normas legales que establecen topes o techos
de imputación (arts. 905, 906 y 520 del Código Civil, entre otros), es la
prueba más acabada de que no basta con acreditar la causalidad mate-
rial, para tener por configurado el requisito de causalidad.
De ello deriva necesariamente que el mero contacto material o la
coetaneidad temporal pueden hacer nacer una conjetura de causalidad;
pero, para que esa causalidad se transforme en jurídica, debe existir en
el caso una adecuación del resultado a la incidencia causal de la cosa
riesgosa interviniente y a la mecánica de los sucesos descriptos. Si esa
adecuación no es demostrada (no alcanza con presumirla), en los he-

Vid. LLAMBÍAS, Jorge J., “El derecho no es una física de las acciones humanas”, en L.L
42

107- 1015.

[93]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

chos se está confundiendo causalidad material con causalidad jurídica,


pese a que se declame la distinción.43
Es que, el sistema de causalidad adecuada, que adopta nuestro
Código Civil (art. 906), no requiere proximidad, ni temporal ni espacial,
entre la causa y el efecto. “La causalidad no requiere simultaneidad en
el tiempo, contacto físico o mínima separación de la cosa dañada. Inte-
resa si un hecho es generador de un resultado; así será si es apto para
producir la consecuencia dañosa.44
Por ello, invertir el esquema y conjeturar de la mera cercanía, proximi-
dad o simultaneidad, entre daño y cosa o conducta dañosa, la existencia
de relación causal implica un ejercicio de adivinación causal que no se co-
rresponde con los textos legales vigentes y aplicables (arts. 901 y 906 CC)45.
Pero, como se advirtió supra, como no es puramente material,
tampoco el nexo causal, captado por el art. 906 Cód. Civil, es un vín-
culo meramente científico, pese a que tiene una base o componente
científico, normalmente.
Certeramente ha dicho el maestro LE TOURNEAU que “la causali-
dad jurídica no equivale a la causalidad científica. Esta última busca y
se basa en la verdad, mientras que la primera se contenta con la verosi-
militud, la certidumbre. Los científicos estudian un evento conocido (el
efecto) y buscan la causa desconocida; el jurista examina dos eventos

43
Cfr. Cám. Apels. Trelew, Sala A, 20/6/2008, “Guerrero, José Gastón c/ Piedra Grande S.A.
y/o quien resulte responsable s/ daños y perjuicios” e ídem, 08/06/2011, “Nahuelquir,
Ana Casilda c/ Tornería Fernández Peña S.R.L.”, ambos en sistema Eureka, con votos de
los Dres. López Mesa y Velázquez.
44
Cám. 1ª Civ. Com. Córdoba, 26/8/96, “Marmora, José Antonio Santiago y otro c.
Gazzone Omar Horacio y otros. Daños y perjuicios”, LLC 1997-425.
45
Cám. Apels. Trelew, Sala A, 08/06/2011, “Nahuelquir, Ana Casilda c/ Tornería
Fernández Peña S.R.L”, en Eureka, con votos de los Dres. López Mesa y Velázquez.

[94]
JUS SEMPER LOQUITUR

conocidos (el daño y el hecho generador alegado) y busca si, entre los
dos, existe un nexo de probabilidad, nada más”.46
Totalmente de acuerdo con ello. Pero, nuevamente, como ocurre
entre causalidad material y jurídica, se requiere aquí un razonable equi-
librio: el dato científico no puede sustituir a la decisión judicial sobre
causalidad; pero, la decisión jurídica no puede negar datos científicos
evidentes, sobre la base de un capricho, de una decisión antojadiza o
de una ponderable ceguera.
Por consecuencia, si una certeza científica expuesta en un dicta-
men debidamente fundado induce sin duda la solución jurídica (cer-
tidumbre de la existencia de nexo de causalidad o certidumbre de la
ausencia de una vinculación causal), el juez no podrá saltar por sobre
estas claras comprobaciones científicas, para afirmar livianamente la
conclusión contraria a la que ellas afirman.
Pero, en el otro extremo, la falta de certeza científica sobre un resulta-
do, no condiciona la resolución judicial, pues puede trazarse un nexo ade-
cuado de causalidad sobre la base de la normalidad, ante la repetición de si-
milares resultados ante estímulos o causas equivalentes en varios sucesos47.
De tal suerte, ante la claridad de la determinación científica causal,
prevalece ésta; pero, ante la carencia de conclusión concluyente del
científico, prima el juez o el jurista, quien puede –poniendo en juego
herramientas jurídicas, como el principio de normalidad, art. 901 C.C.–
sobreponerse a tal carencia o limitación.

46
LE TOURNEAU, Philippe, « Droit de la responsabilité et des contrats », 8ª edic., Dalloz,
París, 2010, p. 565, Nro. 1713-1.
47
LE TOURNEAU, Philippe, « Droit de la responsabilité et des contrats », 8ª edic., cit, p.
565, Nro. 1713-1.

[95]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

Siguiendo con la imagen dada supra por nosotros para graficar esta
espinosa cuestión, así como la causalidad material era el lienzo, sobre
el cual el juez pintaba su obra de la causalidad jurídica, la causalidad
científica compone los pigmentos o colores que el juez usa para pintar
o, al menos, una parte de ellos, siendo otros, las reglas de la lógica, la
reglas de la experiencia, el sentido común, la previsibilidad del resultado
para un agente término medio, etc..
Todos estos elementos deben estar reflejados en una buena ela-
boración judicial tendiente a establecer un nexo causal, en un caso con-
creto; en especial, si se trata de un caso dificultoso.
Es así que, para determinar la causa de un daño, se debe hacer
ex post facto un juicio de adecuación o cálculo de probabilidad: a la
luz de los hechos de la causa, habrá que preguntarse si la acción u
omisión del presunto agente –en abstracto y prescindiendo de sus
condiciones particulares–, era por sí misma apta para ocasionar el
daño según el curso ordinario de las cosas. Si se contesta afirmati-
vamente de acuerdo con la experiencia diaria de la vida, se declarará
que la acción u omisión era adecuada para producir el daño, el que
será entonces imputable objetivamente al agente. Si se contesta que
no, faltará la relación causal, aunque considerado el caso en concreto
tenga que admitirse que dicha conducta fue también una condictio
sine qua non del daño, pues de haber faltado este último no se habría
producido o, al menos, no de esa manera.48

48
TRIGO REPRESAS – LÓPEZ MESA, Tratado de la responsabilidad civil, cit, T II, p. 367
y ss; SPOTA, Alberto G., El nexo adecuado de causalidad del daño, La Ley 1984-D-323;
SCBA, 20/11/90, “Kieffer c/ Establecimiento Modelo Terrabusi”, DJBA 142-1271; ídem,
27/12/88, “Morales c/ El Hogar Obrero Coop. de Consumo Ltda.”, DJBA. 136-1441; etc.

[96]
JUS SEMPER LOQUITUR

Y agudamente ha advertido un querido maestro que tuviéramos en


nuestro paso por la Universidad de Salamanca, el Prof. José María LEÓN
GONZÁLEZ que para el juicio de previsibilidad deben tomarse en cuen-
ta criterios objetivos derivados de la experiencia común.49
En similar sentido, se ha dicho que “el concepto evidentemente
central de la probabilidad debe entenderse objetivamente: como un
grado determinado de posibilidad objetiva…“.50
Por tanto, dicho juicio de probabilidad debe fundarse en hechos
conocidos y cognoscibles ex ante, es decir al momento en que se pro-
dujo el hecho dañoso y, para separar lo más claramente posible la ade-
cuación causal de los criterios de la culpa, debe tenerse en cuenta para
el análisis de probabilidad causal no sólo aquellos datos o elementos
de hecho conocidos por el sujeto responsable, sino también todas las
circunstancias que resultaran cognoscibles para un observador medio,
ubicado en su lugar.
Como se viera supra, sin causalidad física demostrada, carece de todo
asidero predicar la existencia de relación causal adecuada, pues se trataría
de una edificación artificiosa, antojadiza, sin base alguna de sustentación.51
Pero, acreditada la existencia de causalidad física, ello no basta
para tener por acreditada la causalidad jurídica, aunque en ocasiones

49
LEÓN GONZÁLEZ, José María, “De nuevo sobre el artículo 1107 del Código Civil: los
daños previstos o previsibles”, en “Estudios de derecho de obligaciones” (Homenaje
al Profesor Mariano Alonso Pérez), Eugenio Llamas Pombo (Coordinador), Edit. La Ley
(Grupo WoltersKluger), Madrid, 2006, T. II, p. 147.
50
ENGISCH, Karl, “La causalidad como elemento de los tipos penales”, Ed. Hammurabi,
Bs. As., 2008, p. 92; en igual sentido, RUDOLPHI, Hans-Joachim, “Causalidad e
imputación objetiva”, Ed. Universidad Externado de Colombia, Bogotá, 1998, p. 27.
51
CARINGELLA, Francesco, “Manuale di DirittoCivile”, t. 1, “La
responsabilitàextracontrattuale”, Edit. Diké, Roma, 2011, pp. 110 y ss, Nro. 4.1.

[97]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

–como en los casos encuadrables dentro de la llamada “doctrina de los


resultados desproporcionados”, puede servir para dar nacimiento a una
presunción relativa o desvirtuable por prueba en contrario,52 aspecto
que trataremos en el anteúltimo acápite de este estudio.
Dejando ello para después, en tren de avanzar en la temática,
cabe recordar que la relación causal es aquel elemento del acto ilícito
que vincula el daño directamente con el hecho dañoso e, indirectamen-
te, con el elemento de imputación subjetiva o de atribución objetiva de
responsabilidad, razón por la cual, como factor aglutinante que es, hace
que el daño y el riesgo queden integrados en el acto que es fuente de la
obligación de indemnización.53
La causalidad cumple dos funciones claves en el derecho de
la responsabilidad civil. El concepto de causa y el de causalidad se
utilizan en materia de responsabilidad civil, para tratar, básicamente,
de dar respuesta a dos tipos de problemas: el primero es encontrar
alguna razón por la cual el daño pueda ligarse con una determinada
persona, de manera que se pongan a cargo de ésta, haciéndola res-
ponsable, las consecuencias indemnizatorias, al imponer el deber de
indemnizar a aquél que causa daño a otro; en segundo lugar, se trata
de relacionar, a la inversa de lo que hacíamos anteriormente, al daño
con la persona, pues lo que se indemniza es «el daño causado». En
uno y otro caso la pregunta es quién debe indemnizar, pero también
hasta dónde el autor de una de las causas o daños tiene que indem-

52
LÓPEZ MESA, Marcelo, en TRIGO REPRESAS- LÓPEZ MESA, “Tratado de la
responsabilidad civil”, 2ª edic., cit, T. II, p. 372.
53
C. Nac. Civ., sala A, 15/03/2011, “Castro, Antonia del Valle c. Empresa Distribuidora
Sur S.A. (EDESUR)”, ED 243, 339 y JA 2011-III, 224.

[98]
JUS SEMPER LOQUITUR

nizar los subsiguientes. De esta manera, además de dar respuesta a


un problema de imputación, el debate en torno a la causalidad es un
debate sobre los límites del deber de indemnizar.54
La constatación de un nexo de causalidad adecuada constituye un
requisito inexcusable, para poder imputar responsabilidad a una perso-
na y para poder fijar la medida de su responsabilidad. Y se trata de un
requisito inexcusable a todo lo ancho y a todo lo largo de la responsa-
bilidad civil; ello implica que no existe supuesto alguno de responsabili-
dad en que quepa predicar la existencia de un daño indemnizable, si el
mismo no guarda relación de causalidad adecuada con alguna conducta
o esfera de garantía del responsable ni temática de responsabilidad en
la que no quepa exigir el recaudo. Por caso, en las responsabilidades
objetivas, como la fundada en la obligación de seguridad, en la obliga-
ción de garantía o en el riesgo creado, no se requiere la prueba de la
culpa del agente, pero sí inexcusablemente, la de la contribución causal
adecuada de su actuación, sea activa o pasiva.55
Muchas son las temáticas que, en materia de responsabilidad civil,
son definidas por la existencia de relación causal; las principales son:
los problemas de determinación del daño resarcible, esto es, en qué

54
Cám. Apels. Trelew, Sala A, 27/6/2013, “Morales, Marta c/ Transportes El 22 S.R.L. s/
daños y perjuicios” e ídem, 13/5/2013, “NahuelcoyNahuelcoy, Ariel Alejandro c/ Jose,
Miguel Roberto s/ Daños y perjuicios”, con cita de DÍEZ-PICAZO, Luis, “Derecho de
daños”, Edit. Cívitas, Madrid, 2000, pp. 331/332, ambos en La Ley online y Eureka, con
votos de nuestra autoría y del Dr. Carlos A. Velázquez.
55
Cám. Apels. Trelew, Sala A, 27/6/2013, “Morales, Marta c/ Transportes El 22 S.R.L. s/
daños y perjuicios” e ídem, 13/5/2013, “NahuelcoyNahuelcoy, Ariel Alejandro c/ Jose,
Miguel Roberto”, con votos de nuestra autoría y del Dr. Velázquez, en sist. Eureka, con
cita de PRAT, Corine, “Les aléas de la causalitédans la responsabilité du fait des choses”,
RecueilDalloz 2002, sec. Jurisprudence, p. 1450; LÓPEZ MESA, Marcelo, “Presupuestos
de la responsabilidad civil”, Edit. Astrea, Buenos Aires, 2013, Cap. 4.

[99]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

medida el daño es imputable al demandado; los problemas de deslinde


entre daños directos e indirectos; las determinaciones de si han existido
co-causas o concausas y la medida de la asignación del daño a cada una
de éstas; la existencia o no de una predisposición orgánica del sujeto
dañado o de una enfermedad previa, que opera como concausa del
daño; los daños causados por más de un agente, en especial, cuando
ellos fueron provocados por una pluralidad de dañadores; los temas de
daños en cascada o de daños de rebote o por repercusión; la asignación
de una parte de la responsabilidad al perjudicado o víctima; la temática
de los daños desproporcionados, etc.
Cada uno de estos temas enlistados suelen plantear la necesidad
de serias determinaciones causales. Seguidamente analizaremos las
más importantes de estas dificultades.

III.Teoría de la causalidad virtual

Previo a analizar estas problemáticas debe tratarse una teoría causal


novedosa, que se emplea crecientemente en Europa, pero que es inapli-
cable en nuestro país, al menos en tanto el derecho vigente entre no-
sotros siga receptando la teoría de la adecuación (art. 906 Cód. Civil)
como sistema causal indisponible, lo que transforma en inaplicable aquí
a toda teoría causal contradictoria con la de la causa adecuada.
Especialmente resulta inaplicable en nuestro país la teoría de la causa-
lidad virtual, marginada del derecho argentino, por contrariar absolutamente
el sistema de causalidad legalmente receptado (cfr. arts. 901 y 906 C.C.).56

56
Cám. Apels. Trelew, Sala A, 27/6/2013, “Morales, Marta c/ Transportes El 22 S.R.L. s/ daños
y perjuicios”, en La Ley online y Eureka, con votos de nuestra autoría y del Dr. Velázquez.

[100]
JUS SEMPER LOQUITUR

En similar sentido, se dijo en un fallo capitalino que no resulta


compartible la “teoría de la causalidad virtual”, conforme a la cual aun-
que no se demuestre la relación de causa a efecto entre el hecho mé-
dico y la muerte o desmejoramiento en la salud del paciente, cuadra
conceder a éste una indemnización con fundamento en la equidad y a
título de pérdida de chance de sobrevida o curación.57
Aclarada su inaplicabilidad a nuestro derecho, para que no preten-
da camuflarse esta teoría bajo otro nombre o vestimenta, la trataremos
con algún detalle.
La “teoría de la causalidad virtual” fue creada en Francia por al-
gunos autores para quienes, con arreglo a ella, cabría conceder una
indemnización con fundamento en la equidad aunque no se demuestre
la relación causa-efecto entre el hecho dañoso y el daño.
Una especie de causalidad virtual fue establecida respecto de la
responsabilidad post-transfusional por contagio de hepatitis C, por
conducto de la aplicación de la presunción de imputabilidad del sida a
la transfusión sanguínea.58
Otro ejemplo, tomado de un precedente del Tribunal Supremo
de España, es el de un caso en que en una fiesta taurina una perso-
na fue arrollada por una vaquilla, sufriendo múltiples contusiones, a
consecuencia de las cuales fue llevada a una consulta médica, en un
consultorio del Ayuntamiento, donde previa exploración del brazo, el
facultativo observó que el mismo presentaba una pequeña contusión,

57
C. Nac. Civ., sala D, 29/02/1996, “Turon, Claudia J. v. Municipalidad de Buenos Aires”,
JA 1996-IV-386.
58
LAMBERT-FAIVRE, Yvonne, “L’hépatite C post-transfusionnelle et la responsabilité
civile”, en Recueil Dalloz 1993, sec. Chroniques, p. 291.

[101]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

recomendándole a la persona reposo y la ingesta de unos analgésicos.


Como las molestias persistían, la persona acudió a un centro médico
de mayor complejidad, en el que fue depositada en una camilla de
reducidas dimensiones durante un largo período de tiempo, sufriendo
un desvanecimiento, que le hizo perder la conciencia y el equilibrio,
cayendo al suelo debido a la falta de barandas de la camilla en la que
la habían recostado. Tal caída le produjo importantes traumatismos y
la fractura del hombro, lo que la llevó a tener que someterse a una in-
tervención quirúrgica, permaneciendo además incapacitada para sus
funciones habituales por un dilatado lapso, siendo luego dada de alta
con importantes secuelas que derivaron en la pérdida de su empleo
habitual como doméstica, al no poder efectuar las funciones propias
del mismo.59
También en algunos casos, se ha imputado la responsabilidad por
contagio de HIV con sangre contaminada al conductor y al propietario
del vehículo que colisionaron a quien, debiendo ser luego atendido en
un hospital, contrajo allí la enfermedad de un modo indeterminado60.
Se ha llegado a explicar esta responsabilidad del dañador inicial o
primer dañador en algún fallo, bajo el argumento de la teoría de la equi-
valencia de las condiciones, lo que es un dislate sostener; amén de ello,
esta teoría es también del todo inaplicable en nuestro país, por contra-
venir frontalmente el sistema causal receptado legalmente (art. 906 CC).

59
Vid. Trib. Supremo de España, Sala 1ª, sentencia del 16/4/2003, publicada en RJ 2003,
3718).
60
Vid. KERCKHOVE, Eric, “Lien de causalité entre un accident de la circulation et la
contamination de la victime par le virus du SIDA à la suite de transfusions sanguines
rendues nécessaires par les conséquences de cet accident”, Recueil Dalloz 1993, sec.
Jurisprudence, p. 242 y los fallos que allí cita.

[102]
JUS SEMPER LOQUITUR

En verdad, en esos supuestos, no queda más que coincidir con


una aguda observación de ese genial civilista que fue el maestro Paul
ESMEIN: “Es por sentimientos que los jueces deciden si la realización
del daño es una consecuencia muy imprevisible de un acto o no, según
deseen que su autor sea responsable o no lo sea”61. Ello no puede ad-
mitirse graciosamente, porque implicaría aceptar la apreciación causal
caprichosa o efectuada según el célebre “masomenómetro” judicial.
La doctrina también ha descartado de plano la aplicación de esta
teoría en el derecho argentino.62 Ha afirmado el maestro BUSTAMANTE
ALSINA que no puede invocarse la equidad para modificar el sistema
de la responsabilidad civil que tiene en la ley una regulación específica
dentro de un preciso esquema del responder por daños.63
En rigor, además de una ocurrencia, sería francamente ilegal apli-
car esta doctrina al derecho argentino. Un ejemplo que parecería de
escuela, como que de hecho es comúnmente dado en las Facultades
de Derecho de Argentina, pero que se evidenció en un caso real, es el
del dueño del ómnibus que atropelló a un peatón que falleció, debido

61
ESMEIN, Paul, “Le nez de Cléopâtreou les affres de la causalité”, en RecuilDalloz,
1964, sec. Chronicle, p. 205.
62
BUSTAMANTE ALSINA, Jorge, La relación de causalidad y la antijuridicidad en la
responsabilidad extracontractual, LL 1996-D-23; ídem, Función de la equidad en la
realización de la justicia, en Responsabilidad civil y otros estudios, Abeledo-Perrot, Bs.
As., 1992, vol. III, p. 341; SAVATIER, René, Aspects de la responsabilité médicale en
France, en “Revue de Droit Comparé”, París, 1976, p. 502, BUERES, A., Responsabilidad
civil de los médicos, Ed. Hammurabi, Buenos Aires, 1992, t. I, p. 331 y ss. LÓPEZ MESA,
M., en TRIGO REPRESAS – LÓPEZ MESA, Tratado de la responsabilidad civil, 2ª edic.,
cit., T. II, pp. 429/430.
63
BUSTAMANTE ALSINA, Jorge, “La relación de causalidad y la antijuridicidad en la
responsabilidad extracontractual”, LL 1996-D-23; ídem, “Función de la equidad en la
realización de la justicia”, en “Responsabilidad civil y otros estudios”, Abeledo-Perrot,
Bs. As., 1992, vol. III, p. 341.

[103]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

a un segundo accidente ocurrido mientras era llevado a un hospital en


ambulancia. De responsabilizarse al conductor del ómnibus se estaría
aplicando –velada o explícitamente– la doctrina de la causalidad virtual.
Ello no corresponde en Argentina, ni en los países que han recep-
tado el sistema de la causalidad adecuada, incompatible y excluyente
con el de la causalidad virtual.
Por tanto se resolvió en el caso que mencionamos en el párrafo
anterior que “corresponde eximir de responsabilidad al propietario del
ómnibus que atropelló a la víctima si la muerte de ésta no se produjo
por dicho evento, sino a causa de las gravísimas lesiones que sufrió con
motivo de un segundo accidente, acaecido mientras era transportada
a un hospital por una ambulancia, que chocó con un camión, dada la
inexistencia de relación de causalidad entre la conducta de aquél y el
daño endilgado”.64
En el mismo fallo se agregó: “La base de la responsabilidad ci-
vil radica en la efectiva posibilidad que tenga el sujeto de prever las
consecuencias de su actividad, por lo que para que un hecho sea im-
putable deviene insuficiente comprobar que ha sido antecedente de
uno consecuente, ya que debe tener virtualidad de producir semejante
resultado”.65
En otros países se aplican normas muy diferentes para la validez de
las demostraciones causales; por caso, en Japón los jueces han dejado
de lado la imposibilidad de una demostración científica causal rigurosa,

64
C. Nac. Civ., Sala F, 19/2/02, “Aponte, Edelira c. Mayo S.A. de Transporte Automotor
y otros”, RCyS 2002-692.
65
CNCiv., Sala F, 19/02/02, “Aponte, Edelira c. Mayo S.A. de Transporte Automotor y
otros”, RCyS 2002-692.

[104]
JUS SEMPER LOQUITUR

que iba en perjuicio de los afectados, reconociendo en ciertos casos


una conexión causal cuando se puede demostrar una correlación esta-
dística entre niveles de contaminación y determinados padecimientos.
En esos casos, las empresas que emitan dichas sustancias contami-
nantes pueden ser entonces legalmente responsables y ser condenadas
judicialmente al pago de las correspondientes indemnizaciones.66
En nuestro país una causalidad tan leve, tan frágil, tan etérea, tan
sutil, no se corresponde con las exigencias de los arts. 905, 906 y 520
Cód. Civil, por lo que resulta, así formulada al menos, inaplicable.
Al trazar supra las diferencias y similitudes entre causalidad jurídica
y causalidad científica, dejamos ya esbozada una conclusión que el lec-
tor atento prontamente extraerá por sí: una comprobación estadística
podrá ser un elemento a tener en cuenta por el juez para establecer la
causalidad jurídica entre hecho y daño, pero nunca sustituir a ésta.
La mera probabilidad estadística, aislada de otros elementos co-
rroborantes existentes en la causa, que eleven su cota de validez, no
puede ser elevada a la categoría de causa jurídica, pues sería como en-
tronizar a un ídolo de pies de barro.

IV. Los “daños en cascada”

Vinculado estrechamente con el tópico anterior, la temática de los da-


ños en cascada, que no son resarcibles para la causalidad adecuada,
es la que más inconvenientes suscita, en materia de causalidad, en el
derecho moderno.

66
BECK, Ulrich, “La sociedad del riesgo. Hacia una nueva modernidad”, Paidós,
Barcelona, España, 2006, pp. 89/90.

[105]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

En un ejemplo de manual de daño en cascada es un automovilista


colisiona a un ciclista, que es llevado con fracturas al centro hospita-
lario, en donde al ser atendido contrae SIDA, o por la sangre que se
le trasfunde o por algún instrumento mal esterilizado, pero indudable-
mente la enfermedad es contraída en el nosocomio, luego del accidente
provocado por el auto.
Otros ejemplos de estos daños son dados por el maestro BÉNABENT:
el marido que se suicida luego del fallecimiento de su cónyuge en un acci-
dente de auto, provocado por un conductor ebrio; o el aborto espontáneo
provocado a una esposa, luego del anuncio de la muerte de su esposo en
un episodio de violencia callejera o en un accidente de trabajo.67
Pero el primer ejemplo que se dio de daño en cascada lo suminis-
tró el maestro POTHIER hace centurias: “un vendedor de animales ven-
de una vaca enferma a un agricultor, ella muere, pero a la vez contamina
a la tropa entera del comprador, muriendo también todos sus animales
y el agricultor se suicida”.
Tanto en estos ejemplos, como en los que dimos en el acápite
anterior, todos supuestos de daños en cascada, claramente existen dos
cursos causales independientes y los daños más importantes –los últi-
mos– se producen normalmente con independencia o autonomía del
curso causal que provocara los primeros, pero con la particularidad de
que si los iniciales no se hubieran producido, tampoco lo habrían sido
los últimos.
Sobre los daños en cascada bien dice Philippe BRUN, eminente
Profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Savoie, que en

67
BÉNABENT, Alain, “Droit civil. Les obligations”, 11ª edic., Edit. Montchrestien, París,
2007, p. 398, Nro. 560.

[106]
JUS SEMPER LOQUITUR

este último tema es donde el debate sobre la relación causal del daño
toma todo su sentido: en estos casos una conducta culposa se encuen-
tra en el origen de un primer daño que desencadena un proceso que
entraña la probabilidad de la causación de nuevos daños. Ejemplos pa-
radigmáticos de ello son el del accidente de tránsito que lesiona a una
víctima y que torna necesaria una intervención quirúrgica, en el curso
de la cual surge un nuevo daño, por caso, la pérdida de un órgano por
culpa médica o el contagio del SIDA por la sangre viciosa transfundida.68
En este supuesto, si estuviéramos en el derecho francés, podría
aplicarse la doctrina de la causalidad virtual, que imputaría todos los
daños al primer agente, al entender que todos se han producido a con-
secuencia de esa primera causa puesta por él.
Pero en el derecho argentino y en aquellos que adoptaron la doc-
trina de la causalidad adecuada (art. 906 Cód. Civil, a contrario sensu),
las consecuencias subsiguientes al primer daño no son imputables al
conductor que colisionara a la víctima, pues no están en relación causal
adecuada con su accionar.69
Claramente, en el marco de nuestro derecho vigente los daños en
cascada constituyen consecuencias –si no remotas, al menos casuales–
de un hecho, y ambas consecuencias –remotas y casuales– se encuentran
fuera del sistema de imputación vigente (arts. 906 y 905 del Código Civil).
El legislador ha sido sabio; es de toda lógica que “el incumplimien-
to del deudor puede desatar una serie indefinida de perjuicios; pero él

68
BRUN, Philippe, “Responsabilitécivileextracontractuelle”, 2ª edic., Edit. Litec -
LexisNexis, París, 2009, p. 164, Nro. 257.
69
Cám. Apels. Trelew, Sala A, 27/6/2013, “Morales, Marta c/ Transportes El 22 S.R.L. s/
daños y perjuicios”, en La Ley online y Eureka, con voto de nuestra autoría y del Dr.
Velázquez.

[107]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

no siempre está obligado a indemnizarlos todos, pues la ley establece


limitaciones al respecto que, en algunos casos, obedecen a la naturale-
za de los perjuicios y, en otros, a la vinculación de éstos con el hecho o
hechos que se le atribuyen”.70
En similar sentido se ha pronunciado ese eminente Tribunal Supre-
mo que tiene España, del que tanto aprendimos como pasantes, y el
que es sin la menor duda el mejor tribunal de habla hispana del mundo,
y decidió correctamente el caso de causalidad virtual que describimos
en el acápite anterior, resolviendo que los daños sufridos por la víctima
del accidente taurino, a consecuencia de la caída de la camilla en el
hospital, no podían ser imputados a quien eventualmente pudiera ser
responsable del primer hecho dañoso, por mucho que fuera un antece-
dente causal del segundo hecho. Dijo allí el Supremo que la participa-
ción causal de la pluralidad de sujetos intervinientes en la causación de
daños a la actora –los dos demandados (El Ayuntamiento y el Centro
médico)–, tiene forzosamente que separarse; en el razonable sentido de
que el atropellamiento de la vaquilla, de la que el Ayuntamiento de D..
de A. era civilmente responsable, produjo sólo los daños que certifica el
médico que primeramente intervino por cuenta del propio Ayuntamien-
to, que no han resultado evaluables pecuniariamente; y los daños que
han determinado su declaración de invalidez permanente por parte del
Instituto Nacional de la Seguridad Social en fecha 28 de junio de 1993,
se produjeron sólo y fuera del ámbito de actuación del Ayuntamiento
por el inadecuado tratamiento que se le proporcionó en el Hospital del
Instituto Nacional de la Salud, y, es por estos, únicos daños por los que

70
OSPINA FERNÁNDEZ, Guillermo, “Régimen general de las obligaciones”, 8ª edic., Ed.
Temis, Bogotá, 2005, p. 121, Nº 171.

[108]
JUS SEMPER LOQUITUR

esta entidad tiene civilmente que responder, de igual forma que el Ayun-
tamiento sólo tiene que responder de los daños primeros» (que, al no ser
evaluables pecuniariamente, no le fueron imputados tampoco).71
Ello es de toda lógica. Es que, como dijimos en un voto nuestro, el
requisito de causalidad segmenta el daño resarcible, extrayendo de to-
das las consecuencias dañosas, solo una parcela indemnizable, aquella
que guarda relación de causalidad adecuada con el hecho del dañador
y dejando fuera de tal segmento a las consecuencias previas y posterio-
res, que no guardan relación de causalidad adecuada con la actuación
del responsable.72
Así, la causalidad adecuada separa de todo el daño, el segmento
indemnizable, que veda indemnizar las concausas, que normalmente son
dolencias previas del damnificado pero que, en cualquier caso, se trata
de un daño causado por un hecho ajeno que interfiere con el del daña-
dor. Pero, también la causalidad adecuada, impide indemnizar los daños
futuros no necesariamente relacionados con el proceder reprochable del
responsable, como serían los daños en cascada, en los que –también– un
hecho ajeno posterior, interfiere el curso causal imputable al dañador.
Computar en la ecuación resarcitoria un hecho futuro de acaecimiento no
necesario, sino contingente o eventual, exigiría un ejercicio de anticipa-
ción temporal meramente adivinatorio e incompatible con los requisitos
indisponibles de certeza del daño y de causalidad adecuada.73

71
Vid. TS España, Sala 1ª, sent. del 16 abril de 2003, publicada en RJ 2003, 3718).
72
Cám. Apels. Trelew, Sala A, 27/6/2013, “Morales, Marta c/ Transportes El 22 S.R.L. s/
daños y perjuicios”, en La Ley online y Eureka, con voto de nuestra autoría y del Dr.
Velázquez.
73
Cám. Apels. Trelew, Sala A, 27/6/2013, “Morales, Marta c/ Transportes El 22 S.R.L. s/ daños
y perjuicios”, en La Ley online y Eureka, con voto de nuestra autoría y del Dr. Velázquez.

[109]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

V. Las concausas en el derecho civil

El problema que la concausa representa para el derecho civil no suele


ser advertido regularmente, al ser confundida la concausa con la co-
causa, radicalmente diversa de ella.
En los supuestos de causalidad física múltiple, esto es, cuando la
causa de un daño no puede ser atribuida en forma clara a un solo agen-
te o suceso, sino a dos o más, debe trazarse una clara distinción entre
dos conceptos diversos y de diferente tratamiento legal: las concausas,
por un lado y los supuestos de co-causación o de causalidad concu-
rrente, por el otro.74
Las concausas, pese a que su nombre pudiera hacerlo pensar, no
son propiamente causas sino condiciones del daño y, por ende, no pue-
den ser imputadas al dañador, sino a quien las aporta, normalmente la
propia víctima.
En palabras de ZANNONI, “La concausa es una causa que interfie-
re o actúa independientemente de la condición puesta por el agente a
quien se atribuye el daño. Se trata de una pluralidad de hechos causa-
les. Es clásico caracterizar como tipos de concausa: I] Las concausas
preexistentes, es decir aquellas que son anteriores al hecho del agente
(un sujeto que sufre de osteoporosis es golpeado por otro y sufre una
fractura grave que el golpe por sí mismo no debía producir); 2] las con-
causas concomitantes, es decir la presencia de dos causas que actúan

74
Cfr. LÓPEZ MESA, Marcelo, “Elementos de la responsabilidad civil. Examen
contemporáneo”, edición de la Pontificia Universidad Javeriana y Editorial Diké,
Colección Internacional (Libro Nº 11), Bogotá, 2009, p. 410 y ZANNONI, Eduardo A.,
“Cocausación de daños (Una visión panorámica)”, en “Revista de Derecho de daños”,
Editorial Rubinzal-Culzoni, T. 2003-2, pp. 8 y 9.

[110]
JUS SEMPER LOQUITUR

al mismo tiempo (un sujeto que, como en el caso anterior, es golpeado


por otro y al caer se dispara el arma que lleva en la cintura, hiriéndolo
de gravedad), y 3] las concausas sobrevinientes, es decir causas nue-
vas, posteriores al hecho que desencadena el resultado (un sujeto que,
lesionado, es intervenido quirúrgicamente y que por alergia desarrolla
durante la operación un shock anafiláctico a un antibiótico y muere)”.75
Coincidimos en general con esta idea, aunque haríamos una
precisión o puntualización de detalle: como dijimos en un voto, en
nuestro concepto, las concausas atañen –normalmente– a hechos o
extremos de hecho previos al daño o concomitantes con él, siendo
extraña una concausa posterior al evento dañoso; mientras los daños
en cascada son daños que –corrientemente– son posteriores a ese
evento nocivo. El sistema de causalidad adecuada troza, segmenta, el
daño resarcible, declarando no indemnizables normalmente –y salvo
alguna excepción rara– a los daños previos al evento dañoso76, así
como a los posteriores a él, que no se derivan necesariamente de ese
curso causal, sino de otro.77
Sin pretender enmendar la plana al maestro ZANNONI, sino solo
hacer una pequeña contribución, creemos que el tercer ejemplo dado
por él, el caso de la concausa sobreviniente, como el caso del sujeto
que luego de ser lesionado, es intervenido quirúrgicamente y que por

75
ZANNONI, Eduardo A., “Cocausación de daños (Una visión panorámica)”, en “Revista
de Derecho de daños”, cit, T. 2003-2, pp. 8 y 9.
76
Cám. Apels. Trelew, Sala A, 27/3/2013, “Cretton, Claudio Omar s/ Recurso de apelación
Comisión Médica N°19”, en La Ley online, voto Dr. López Mesa.
77
Cám. Apels. Trelew, Sala A, 27/6/2013, “Morales, Marta c/ Transportes El 22 S.R.L. s/
daños y perjuicios”, en La Ley online y Eureka, con votos de nuestra autoría y del Dr.
Carlos A. Velázquez.

[111]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

una alergia suya latente desarrolla durante la operación un shock anafi-


láctico a un antibiótico y muere, no se trataría propiamente de una cau-
sa nueva, sino de una causa anterior, no revelada hasta el momento de
la intervención. Es que, la alergia era previa a esa operación y debida a
una predisposición orgánica del sujeto, con lo que no se trata, en nues-
tro entender, de una concausa sobreviniente ni de una causa nueva, lo
que refuerza nuestro criterio de que las concausas, son normalmente
anteriores y –en algunos casos– coetáneas con el hecho dañoso, pero
no siendo sencillo identificar concausas sobrevinientes a éste, por ser
casos más bien raros, extraños o de gabinete.
Dejando de lado esta puntualización marginal, cabe indicar que
agrega luego el Prof. ZANNONI que “La co-causación, en cambio, deri-
va de la actuación concurrente, y causalmente relevante, de dos o más
agentes que coadyuvan con su conducta a la producción del daño.
Se trata de pluralidad de agentes causales. La co-causación puede
derivar de: I] Una causalidad conjunta o común (dos o más personas,
con su acción, han provocado el daño); 2] causalidad acumulativa (el
daño es provocado por el actuar independiente entre sí de dos o más
agentes, con la particularidad de que cada uno de ellos, aun cuando
hubiese actuado aisladamente, habría provocado igualmente el daño
), y 3] causalidad alternativa (frente a dos o más hechos idóneos para
provocar el daño, éste acaece por la acción de sólo uno de ellos aun-
que no resulta posible precisar cuál de esos hechos elimina causal-
mente a los demás)”.78

78
ZANNONI, Eduardo A., “Cocausación de daños. (Una visión panorámica)”, en “Revista
de Derecho de daños”, T. 2003-2, pp. 8 y 9.

[112]
JUS SEMPER LOQUITUR

La concausa resulta incompatible con el sistema de causalidad


adecuada, dado que se trata de una causa independiente que altera
el curso causal, de modo que no puede imputarse al demandado el
aporte causal de la concausa, el que deberá desagregarse de la impu-
tación causal que se haga a éste y que deberá limitarse exclusivamen-
te al aporte causal que éste haya hecho con la causa adecuada que
él introdujera. En cambio, se tomarán en cuenta al imputarse el daño
los supuestos de co-causación, debiendo distribuirse el daño entre las
diferentes co-causas, de acuerdo a la participación causal de éstas79
y no pudiendo los co-causantes oponer defensas causales frente a la
víctima, ante quienes responderán por el todo, sin perjuicio del derecho
que le asista a alguno de ellos de ir posteriormente contra el otro u
otros co-causantes, para reclamar lo que hubiera pagado en exceso de
su cuota viril, siempre y cuando no se tratare de un delito civil, ya que
en tales supuestos la acción de contribución es inviable, a tenor de lo
dispuesto por el art. 1082 C.C..
En los supuestos de concausalidad, se produce una parcial alteración
de una primera causa puesta por una de las partes, al ser influida o alterada
por otra causa puesta por otra parte o un tercero.80 Ergo, no puede impu-
tarse al dañador, la totalidad del daño, cuando éste es concausal, ya que
la concausa no guarda relación causal adecuada con el hecho del dañador.

79
LÓPEZ MESA, Marcelo, “Presupuestos de la responsabilidad civil”, Edit. Astrea,
Buenos Aires, 2013, en prensa, Cap. 4; Cám. Apels. Trelew, Sala A, 31/3/2010, “Melo,
Omar Enrique c/ Manzanares, Oscar Horacio y/u otros s/ Daños y Perjuicios”, en sist.
Eureka, voto del suscripto, en igual sentido, LÓPEZ MESA, Marcelo, “Elementos de
la responsabilidad civil. Examen contemporáneo”, Edic. Univ. Javeriana de Colombia,
Bogotá, 2008, pp. 411/412
80
Cám. Apels. Trelew, Sala A, 31/3/2010, “Melo, Omar Enrique c/ Manzanares, Oscar
Horacio y/u otros s/ Daños y Perjuicios”, en sist. Eureka, voto Dr. López Mesa.

[113]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

En similar sentido se ha dicho que no puede olvidarse el sempi-


terno criterio seguido por prestigiosos tribunales sobre que cuando
el resarcimiento por un infortunio de trabajo se reclama con sustento
en las normas civiles la concausa debe valorarse en su real magnitud
ya que el empleador solo debe responder por la parte del daño ex-
clusivamente causado por el riesgo o vicio de la cosa, o por su actuar
negligente, en su caso (arts. 1068, 1069, 1074, 1083, 1109, 1103 y
conc. Cód. Civil).81
Ergo, la concausa en derecho civil, lejos de ser neutra, tiene la
funcionalidad de hacer cargar a quien la aporta una parte del daño que
sufriera, justamente el segmento atribuido a su aporte concausal, por
caso, por padecer una predisposición orgánica o enfermedad previa al
evento dañoso, cuyas consecuencias o efectos no puede serle imputa-
dos a alguien distinto de quien los padece.82
En esta línea se resolvió en un fallo reciente que el resarcimiento
por incapacidad sobreviniente reclamado por la víctima de un accidente
de tránsito debe rechazarse, pues el informe médico no cuenta con ele-
mentos objetivos que permitan sostener el porcentaje de incapacidad
otorgado, a lo que se suma una patología de base, lo cual no permite
inferir que el menoscabo físico tenga relación causal con el siniestro.83

81
Sup. Corte Pcia. Buenos Aires, 18/11/86, AyS 1986 IV, 89; ídem, 4/8/87, AyS 1987-III,
206; ídem,, 7/3/89, DJBA 136- 119 y AyS 1989-I, 256; ídem, 8/3/94, AyS 1994 I, 261; ídem,
27/4/99, DJBA 156- 323; C. Apels. Trelew, Sala A, 13/09/2011, “Barría c/ Municipalidad de
Trelew” (Expte Nº 108 - Año 2011), voto del Dr. López Mesa.
82
LÓPEZ MESA, Marcelo, “Presupuestos de la responsabilidad civil”, Edit. Astrea,
Buenos Aires, 2013, Cap. 4.
83
Cám. 4ª Civ. Com., Minas, Paz y Tributaria de Mendoza, 10/04/2013, “López, Blanca
Nidia y Ots. c. Hidalgo, Carlos Alberto p/d. y p. (accidentes de tránsito)”, La Ley Online,
clave AR/JUR/7070/2013.

[114]
JUS SEMPER LOQUITUR

Sin embargo, cabe mencionar una elaboración francesa, descono-


cida en nuestro país, pero de gran interés académico, realizada por el
Prof. Bernard FAGES quien ha distinguido, en el seno de las concausas,
según que la predisposición genética de la víctima estuviera latente o
declarada, al momento de producirse el evento dañoso.
Ha expuesto FAGES que “una víctima puede tener una particulari-
dad de orden genético, fisiológico, psicológico o de comportamiento,
que influya sobre el riesgo de daño. Debe ello tenerse en cuenta para
exonerar al demandado?...Sobre el terreno de la reparación y no más
que en el de la causalidad, la predisposición de la víctima no tiene la
misma incidencia según que ella esté latente o declarada. En el primer
caso, …el derecho de la víctima de obtener la indemnización de su per-
juicio corporal no deberá ser reducida en razón de una predisposición
patológica cuando la afección que ha sido despertada o revelada por
el hecho dañoso. En el otro supuesto, por el contrario, cuando las pre-
disposiciones de la víctima se hubieran ya manifestado antes del hecho
dañoso, en la medida que la víctima no puede ser indemnizada más que
en lo estrictamente necesario para restablecerse al estado que ella tenía
anteriormente al daño, el quantum de la indemnización deber tener en
cuenta la invalidez existente…”.84

84
FAGES, Bertrand, “Droit des obligations”, Edit. L.G.D.J., París, 2007, p. 352, Nro. 484.

[115]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

VI. La doctrina de los resultados


desproporcionados

La doctrina de los resultados desproporcionados, que en rigor constitu-


ye un supuesto arquetípico de presunción admisible de causalidad, es
otro de los enigmas a dilucidar en esta materia.
Desde hace tiempo la doctrina y jurisprudencia viene sosteniendo
en Europa que cuando se produce un resultado anormal, en compara-
ción con la sencillez o falta de complejidad del acto reputado dañoso,
la desproporción entre resultado y acto, puede llevar a deducir al juez la
existencia de culpa y causalidad en el demandado, al considerarse que la
existencia de ese daño no sería posible, sino como consecuencia de la
negligente actuación del demandado, así como de la vinculación causal
de ésta con el daño producido, a partir de un hecho normalmente trivial.
Por caso, frente a la índole de una práctica de salud a realizarse
(muerte cerebral producida durante una operación de lipoaspiración; paro
cardiorrespiratorio de un niño de diez años mientras se le practicaba una
operación y una toilette quirúrgica a consecuencia de una fractura expues-
ta de tibia y peroné, quebradura de fémur durante una sesión de kinesio-
logía, etc.), legítimamente puede tenerse por presumida la existencia de
un nexo causal adecuado entre el daño y un factor de imputación atinente
al responsable. Claro que, éste tiene la posibilidad de desvirtuar esa pre-
sunción, demostrando con pruebas concretas, no con palabras, que en
ese caso puntual, existió alguna otra causa o predisposición imputable
a la propia víctima o a un tercero, por quien no deba responderse, que
interrumpió o fracturó el nexo de causalidad con la conducta del agente.
A su respecto, específicamente en materia médica, pero con posi-
bilidad de aplicación a otros supuestos de daño, un prestigioso profesor

[116]
JUS SEMPER LOQUITUR

español ha escrito que “aun cuando la profesión médica es una actividad


que exige diligencia en cuanto a los medios a emplear de acuerdo con
la lexartis, no se excluye la presunción desfavorable que puede gene-
rar un mal resultado, cuando éste por su desproporción con lo que es
usual comparativamente, según las reglas de la experiencia y el sentido
común, revele inductivamente la penuria negligente de los medios em-
pleados, según el estado de la ciencia y las circunstancias de tiempo y
lugar, o el descuido en su conveniente y temporánea utilización. De esta
forma, ante ciertos datos empíricos puede deducirse la culpa médica no
probada de modo directo, cuando las circunstancias y el sentido común
indican que el hecho dañoso no hubiera tenido lugar de no mediar culpa
profesional. Es lo que se conoce como teoría del daño desproporciona-
do, de la circunstancia evidente o culpa virtual (res ipsaloquitur)”.85
En dos casos distintos la Cámara que integramos hizo aplicación
de esta doctrina. En uno se trataba de un caso de muerte de un obre-
ro que había estado trabajando largo tiempo con una sustancia tóxica
(tetracloruro de carbono que se identifica según el logo de Naciones
Unidas como sustancia tóxica grado Nº 6)86 y en el otro, más interesan-
te aún, era el caso de un kinesiólogo que en el curso de una sesión de
rehabilitación, a consecuencia de un mal movimiento fracturó el fémur
de la paciente que estaba rehabilitando.

85
GALÁN CORTÉS, Julio César, “Responsabilidad civil médica”, Edit. Cívitas, Madrid,
2005, p. 146; ídem, «La responsabilidad civil y penal del médico anestesista”, La Ley
(España), t. 1995-1, p. 1055; vid además, SEIJAS QUINTANA, J. A., «Responsabilidad civil
médico-sanitaria: ejercicio y condicionamientos», Actualidad Civil, núm. 16, 17-23 de
abril de 1995, pp. 301-315.
86
Vid. C. Apels. Trelew, Sala B, 03/03/2010, “Campo, Nolfa y otra c/ Foderami SACIF s/
Daños y Perjuicios”, en sist. Eureka y eldial.com, voto Dr. Vergara.

[117]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

Cabe recordar lo expuesto en este último, a través de un voto del


Dr. VERGARA:

a) A la actividad médica y a otras actividades, resulta aplicable


a todo evento la teoría de los resultados desproporcionados.
En estos casos, el resultado dañoso –muerte, paraplejia, etc.–
es objetivamente desproporcionado a la escasa complejidad
de la práctica que se estaba realizando. Ello no puede tener un
resultado neutro en la situación del médico demandado ni en
la acreditación causal. La regla es simple: cuando se produce
un resultado desproporcionado en atención a la complejidad
y riesgos que la práctica presentaba a priori, debe presumirse
la existencia de culpa y relación causal adecuada entre la ac-
tuación del médico (en el caso kinesiólogo) y el daño sufrido
por la víctima, estando a cargo de este último desvirtuar dicha
presunción, en su caso. Bien ha dicho CARRASCO PERERA
que “la culpa y la relación causal quedan acreditadas cuando
el daño es desproporcionado al riesgo ordinario de una actua-
ción conforme a la lex artis”.87

b) Aun cuando la profesión médica es una actividad que exige


diligencia en cuanto a los medios a emplear de acuerdo con la
lex artis, no se excluye la presunción desfavorable que puede
generar un mal resultado, cuando éste por su desproporción
con lo que es usual comparativamente, según las reglas de la

87
C. Apels. Trelew, Sala B, 02/02/2010, “Catenaccio c/ Toro”, en sist. Eureka, voto Dr.
Vergara.

[118]
JUS SEMPER LOQUITUR

experiencia y el sentido común, revele inductivamente la pe-


nuria negligente de los medios empleados, según el estado de
la ciencia y las circunstancias de tiempo y lugar, o el descuido
en su conveniente y temporánea utilización. De esta forma,
ante ciertos datos empíricos puede deducirse la culpa médica
no probada de modo directo cuando las circunstancias y el
sentido común indican que el hecho dañoso no hubiera teni-
do lugar de no mediar culpa profesional88. Es lo que se conoce
como teoría del daño desproporcionado, de la circunstancia
evidente o culpa virtual (res ipsaloquitur, regla del Anscheins-
beweis, prueba prima facie o prueba por primera impresión de
la doctrina alemana). Se ha formulado este concepto doctrinal
y jurisprudencial al amparo de la siguiente reflexión: cuando el
resultado provocado por la intervención médica es dañino e
incompatible con las consecuencias de una terapéutica nor-
mal, se está en presencia de un modo de prueba que podría
considerarse “elíptico”, conducente de hecho a un sistema de
presunción de culpa. La regla res ipsa loquitur es, por tanto,
un juicio probabilístico de sentido común basado en la expe-
riencia de la vida (máximas de experiencias comunes o reglas
del criterio humano). Por decirlo de otro modo, a través de
una deducción obtenida de la anormalidad de las consecuen-
cias se afirma que el médico no ha actuado de acuerdo con
los datos actuales de la ciencia y con una conducta profesio-
nal diligente... Esta teoría del resultado desproporcionado se

88
C. Apels. Trelew, Sala B, 02/02/2010, “Catenaccio c/ Toro”, en sist. Eureka, voto Dr.
Vergara.

[119]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

ha abierto paso en la doctrina de la Sala 1ª del TS y responde


a una corriente generalizada en Europa. La idea es que si en
el tratamiento médico se produce un daño en la persona del
paciente, que no guarda proporción con las enfermedades o
lesión que le llevó a acudir al médico y éste no explica la cau-
sa de tal daño, este resultado desproporcionado acredita el
nexo causal entre la actuación del médico y el daño, es de-
cir, que este daño desproporcionado se causó por la acción
u omisión del médico. Muchas sentencias han recogido esta
doctrina. Así, entre otras muchas, las SSTS de 29 de junio de
1999 y de 9 de diciembre de 1999.89

c) La aplicación de esta teoría permite señalar que en el caso


en análisis se arribó a un resultado desproporcionadamente
disvalioso toda vez que la paciente concurrió al consultorio
del Kinesiólogo con el fin de realizar una rehabilitación por
un recambio protésico de cadera y durante el transcurso de
una sesión a consecuencia de un movimiento efectuado por
el kinesiólogo en el miembro inferior izquierdo se produjo la
fractura del fémur por debajo del polo inferior de la prótesis
sin que el demandado explicara y acreditara que su actuación
se ajustó a las reglas técnicas aconsejables de su profesión y
que el origen de los daños resultó ajeno a su buen proceder.90

89
C. Apels. Trelew, Sala B, 02/02/2010, “Catenaccio c/ Toro”, en sist. Eureka y eldial.
com, voto Dr. Vergara.
90
C. Apels. Trelew, Sala B, 02/02/2010, “Catenaccio c/ Toro”, en eldial.com, voto Dr.
Vergara.

[120]
JUS SEMPER LOQUITUR

Tanto la doctrina como los fallos que citamos trataron la cuestión


de los resultados desproporcionados desde el punto de vista de la
culpa, lo que no está mal, como derivación de los mismos hechos
acreditados; pero cabe tener por probado el requisito de causalidad
adecuada, en presencia de un resultado contrario al principio de nor-
malidad, frente a un daño que resulte evidentemente desproporciona-
do en casos en que no se emplee el factor de atribución culpa o en los
que sea aplicable otro factor de atribución, incluso objetivo, como el
vicio de la cosa o el riesgo creado. No será lo más corriente, pero es
perfectamente posible.
Mediante la aplicación de esta doctrina el juez si queda con-
vencido de la existencia de culpa y de nexo causal, puede a través
de una presunción de hecho u hominis considerar satisfechos dos
elementos o requisitos de la responsabilidad (normalmente culpa y
causalidad).91
Para ser aplicada correctamente esta doctrina y no volverse pasi-
ble de desvirtuación, por su empleo facilista, el caso debe resolverse
sobre la base de una deducción obtenida a partir de la anormalidad de
las consecuencias dañosas, a partir de un hecho o práctica de suma
sencillez o gran trivialidad y que normalmente no lleva aparejadas tales
consecuencias. Para ello, el hecho dañoso debe ser incuestionablemen-
te trivial y la consecuencia dañosa indudablemente desproporcionada,
esto es, fuera de toda razonabilidad o proporción, pues si no se dan
claramente ambos extremos, no debe aplicarse la teoría, pues no es
aplicable a ese caso.

91
DÍAZ-REGAÑÓN GARCÍA-ALCALÁ, Calixto, su comentario, en “Cuadernos Cívitas de
Jurisprudencia Civil”, Nro. 63, Madrid, Octubre-Dic. de 2003, Núm. 1708, pp. 1191/1209.

[121]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

No es cuestión de que el juez afirme o conjeture la trivialidad del


hecho ni la desproporción del resultado de modo apodíctico o anto-
jadizo, sino que tales calidades deben surgir in se ipsa, esto es, en sí
mismas, lógicamente y sin margen de debate alguno.
En suma, los cuatro requisitos para aplicar esta doctrina son: 1)
la existencia de un evento dañoso, que normalmente no se produce
sin la negligencia del demandado; 2) la acreditación de un resultado
dañoso grave, fuera de toda proporción con el hecho o práctica lle-
vada a cabo por el demandado o presunto responsable; 3) el control
exclusivo del medio material o personal causante del daño por parte
del demandado; y 4) que la propia víctima no haya contribuido a cau-
sar su daño.92

VII. Observaciones

Todo lo dicho no hace más que tornar inevitable una serie de conclu-
siones: a) La imputación causal es un proceso mental, lógico, no sen-
sible, ni menos sensiblero, que debe hacerse caso por caso, evaluan-
do las particularidades concretas de la causa a resolver, sus pruebas,
sus circunstancias, sin caer en conjeturas, ni en intuiciones, ni emplear
muletillas o abstracciones, las que no satisfacen el requisito legal de
causalidad adecuada, mal que les pese a los cultores de la ideología de
la reparación, sean éstos confesos –lo que es raro– o vergonzantes y
solapados, que son la enorme mayoría de sus cultores.

92
En similar sentido, GALÁN CORTÉS, Julio César, “Responsabilidad civil médica”, Edit.
Cívitas, Madrid, 2005, p. 149.

[122]
JUS SEMPER LOQUITUR

b) El nexo de causalidad debe ser cierto y directo para comprome-


ter la responsabilidad de un agente.93
c) El nexo de causalidad debe ser claramente establecido, no pu-
diendo quedar sujeto a dubitaciones o conjeturas; si la causalidad entre
la actuación del presunto responsable y el daño es imposible de esta-
blecer con certidumbre, el reclamo debe ser rechazado94 y no deben
darse tampoco premios consuelo, pues sin causalidad no existe la posi-
bilidad ni de indemnizar, ni de compensar.
d) La falta de prueba de la relación causal o la prueba de la exis-
tencia de una causa ajena lo que constituye, en rigor, la prueba de una
no-causalidad, implican el rechazo de la demanda dirigida a quien ha
quedado al margen de una relación causal acreditada con el daño.95
e) El recurso en un caso a arcanos inasibles o muletillas, cuando no
a doctrinas francamente ilegales –por contravenir la norma del art. 1111
Código Civil– como la del peatón distraído o la del ciclista desaprensivo,
no sustituyen la acreditación del recaudo de relación causal.96

93
BUFFELAN-LANORE, Yvaine - LARRIBAU-TERNEYRE, Virginie, “Droit civil. Les
obligations”, 12ª edic., Edit. Sirey, París, 2010, Nro. 1702 y ss.; PORCHY-SIMON,
Stéphanie, «Droit civil. Les obligations», Edit. Dalloz, 5ª edic., París, 2008, p. 397, Nros.
843 y 844; LE TOURNEAU, Philippe, « Droit de la responsabilité et des contrats », 8ª
edic., Dalloz, París, 2010, p. 570, Nro. 1719.
94
MALINVAUD, Philippe, “Droit des obligations”, 10ª edic., Edit. Litec – LexisNexis,
París, 2007, p. 487, Nro. 684.
95
MALINVAUD, Philippe, “Droit des obligations”, 10ª edic.,cit, p. 489, Nro. 686.
96
En contra de esta tendencia inconveniente, en la senda correcta, se hizo en un fallo
reciente una atinada apreciación causal, al resolver que el peatón que falleció al caer a la
calzada y ser atropellado por un vehículo es responsable por el accidente, ya que se acreditó
que al momento del suceso estaba intoxicado, lo cual sumado a las adversas condiciones
ambientales y a la circunstancia de que el conductor debió estar encandilado por otro
automotor que regresaba de contramano con las luces altas para socorrer a quien había visto
yacente, resultó ser la causa del siniestro (C. Nac. Civ., sala G, 20/03/2013, «Rougier, Laura
Inés y otros c. Moschetto, Alejo Alejandro y otro s/ daños y perjuicios », RCyS 2013-VI, 188).

[123]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

f) Tampoco el recurso a un factor de atribución como el riesgo crea-


do, que es empleado por el juez a designio o incluso “ad gustum”, sin
verificar el cumplimiento de los requisitos legales para su empleo, per-
mite tener por satisfecho automáticamente el requisito de causalidad97.
g) “En la práctica, el problema de la causalidad, como el del daño
y el del hecho dañoso, se resuelve en términos de prueba”,98 porque
el criterio que el juez tenga en materia de imposición de la carga de la
prueba y de acreditación del nexo causal, habrá de definir si la exigencia
desaparece de hecho, por aplicación de una apreciación liviana de la
prueba, en favor del actor o si se echa mano a “presunciones”, que mu-
chas veces son más conjeturas que inferencias lógicas y que desnivelan
la litis en favor del accionante. Por ende, el juez debe ser cuidadoso
y prudente, tanto al momento de aplicar presunciones de causalidad,
como al de asignar la carga de la prueba y apreciar ésta.
h) En estas problemáticas tan áridas, como las que involucra la
determinación causal, el juez debe obrar con equidistancia, tanto de las
declamaciones abstractas y las generalizaciones excesivas, como del
empirismo desbordado y el pragmatismo extremo.
i) Es una cuestión de proporciones, de mesura, de tino, en la que la
virtud normalmente no anida en los extremos, sino en el término medio
entre el exceso y el defecto. Ni un empirismo desbordado, ni la prescin-

97
Cám. Apels. Trelew, Sala A, 11/3/2010, “Roa Ferreyra, J. L. c/ FRIGORIFICO T. S.R.L.
y P. ART S.A. s/ accidente de trabajo” e ídem, 25/6/2013, “PINILLA, Eraldo Andrés c/
CODISTEL S.A. s/ Accidente de Trabajo”, ambos en La Ley online, con votos del Dr. López
Mesa y del Dr. Carlos A. Velázquez; en similar sentido, Cám. Civ. Com. Neuquén, sala I,
13/09/2011, “Parra, Héctor c. Laffont, Rolando Santiago y otro s/ daños y perjuicios”, en
La Ley Online, clave AR/JUR/58170/2011).
98
MALINVAUD, Philippe, “Droit des obligations”, 10ª edic., Edit. Litec – LexisNexis,
París, 2007, p. 486, Nro. 680.

[124]
JUS SEMPER LOQUITUR

dencia de hechos centrales de la causa, en aras de plasmar comproba-


ciones causales meramente declamatorias o antojadizas.
j) Abstracción y concreción deben compatibilizarse para conformar
un mosaico complejo, armónico, en el que panorama no se ve tapado
por un pequeño objeto de primer plano, ni éste desaparezca sin ser
directamente notado, al ser absorbido por el follaje.
k) La indagación causal tiene un componente abstracto, que está
dado por el análisis de la previsibilidad del resultado para un agente
término medio, al momento del hecho dañoso; pero también tiene
fuerte componentes concretos, que no deben ser soslayados por el
juez al realizarla.
l) El principio general es que corresponde desestimar la indemniza-
ción reclamada por los daños físicos, psíquicos y morales, como así tam-
bién por los gastos médicos y el tratamiento psicológico, si los interesa-
dos no han logrado acreditar –como era su deber hacerlo– el nexo causal
entre las indicadas dolencias y el evento dañoso que protagonizaran, ya
que en tales términos no se puede aseverar que las lesiones descriptas
fueron producto del accidente de tránsito por el que se ha reclamado.99
m) En ocasiones, como ocurre con la doctrina de los resultados
desproporcionados, se podrá presumir la relación causal, pero se trata
de supuestos excepcionales y, por regla, corresponde la prueba de la
relación causal y quien carga con esta obligación probatoria es el inte-
resado o reclamante.
n) No es dudoso que las presunciones de causalidad implican, en
muchos casos, supuestos de prescindencia del requisito de causalidad,

99
C. Nac. Civ., sala I, 14/07/2011, “Boghossian, Carlos Adriel y otro c. Spett, Jorge Rubén
y otro s/ daños y perjuicios”, en La Ley online, clave AR/JUR/36445/2011.

[125]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

antes que de inferencia de dicho nexo por la existencia de indicios, se-


rios, graves y concordantes. En nuestro país, las presunciones de causa-
lidad que se han inventado y se inventan implican, muchas veces, más
un proceso mental tautológico, que inductivo.100
o) Y existen también conjeturas de causalidad, travestidas de pre-
sunciones, que muchas veces emanan solamente del deseo del juez
de acordar una indemnización graciosa, antes que de una inferencia
legítima de éste, a partir de indicios serios, graves y concordantes, acre-
ditados en el caso a fallar.
p) Consecuentemente, podrá aplicarse la doctrina de los resulta-
dos desproporcionados en nuestro país, pero deberá hacérselo “cum
grano salis” (como los granos de sal), según feliz expresión del Tribunal
Supremo de España, es decir con prudencia y tino, y verificando que es-
tén presentes y reunidos los presupuestos de aplicación de la doctrina.

100
LÓPEZ MESA, Marcelo, “Causalidad virtual, concausas, resultados desproporcionados
y daños en cascada”, en rev.La Ley del 12 de Agosto de 2013, pp. 1 a 5.

[126]
JUS SEMPER LOQUITUR

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[129]
OPINIÓN
entre ellos la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano.
Patente real del rey Luis XVI, promulgando los textos aprobados
por la Asamblea Nacional a partir del 4 de agosto de 1789,

AGENDA LEGISLATIVA
FEDERAL EN MATERIADE
DERECHOS HUMANOS.
UNA ACCIÓN URGENTE.

DR. JOSÉ ANTONIO ÁLVAREZ


HERNÁNDEZ*

SUMARIO: I. Introducción; II. Leyes reglamentarias


en materia de Derechos Humanos que se deben
expedir a partir de los decretos de reformas
constitucionales del 10 de junio de 2011 al 11 de
junio de 2013; III. Leyes reglamentarias en materia
de Derechos Humanos que se encuentran en vigor
IV. Comentarios finales.

I. Introducción

L as reformas constitucionales en materia de Derechos Humanos en


nuestro país son una realidad avasallante, sus efectos han abarca-
do a todas las materias. Un aspecto relevante es que, ahora, todas las

* Consejero Presidente de la Comisión de Carrera Judicial del Consejo de la Judicatura


del Poder Judicial del Estado de Oaxaca, Coordinador General de Estudios de Posgrado
e Investigación Jurídica de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad
Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca (2009-2013), Licenciatura, Maestría y Doctorado
en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma “Benito
Juárez” de Oaxaca. Recibió la medalla “Diario de México” de manos del Presidente de la
República Mexicana por su excelencia académica (2003).
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

autoridades federales y estatales en el ámbito de sus respectivas com-


petencias (judicial, administrativa y legislativa), tienen el deber o mejor,
la obligación de promover, proteger y difundir los Derechos Humanos, y
más aún, con dichas reformas, vienen aparejadas otras reformas y ade-
cuaciones que impactan de manera directa en nuestras leyes federales
y locales, reglamentos, decretos, acuerdos, circulares, etcétera.
En esta revisión rápida, podemos adelantar que, la “Agenda legis-
lativa federal en materia de Derechos Humanos”, es una acción urgen-
te, pues poco se puede avanzar sin la reglamentación secundaria que
haga efectivos los mandamientos constitucionales a los que alude la
Ley fundamental en materia de Derechos Humanos, es por ello que, sin
perjuicio de las consideraciones que al efecto realicen las autoridades
legislativas en el asunto, de las más recientes reformas en la materia,
podemos visualizar las siguientes leyes reglamentarias que se deben ex-
pedir a partir de los decretos de reformas constitucionales que van del
10 de junio de 2011 al 11 de junio de 2013, según su publicación en el
Diario Oficial de la Federación.

II.Leyes reglamentarias en materia de derechos


humanos que se deben expedir a partir
de los decretos de reformas constitucionales
del 10 de junio de 2011 al 11 de junio de 2013

1. Decreto de 1 de junio de 2011, por el que se modifica la denomina-


ción del Capítulo I del Título Primero y reforma diversos artículos de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, publicado en
el Diario Oficial de la Federación el viernes 10 de junio de 2011, por el
cual se deben expedir:

[134]
JUS SEMPER LOQUITUR

a) “Ley sobre Reparación por Violación a los Derechos Hu-


manos”.
Ley a que se refiere el tercer párrafo del artículo 1° Constitucional
sobre Reparación por Violación a los Derechos Humanos (el Transitorio
Segundo establece que deberá ser expedida en un plazo máximo de un
año, contado a partir de la entrada en vigor del presente Decreto).

b) “Ley sobre Asilo Político y Refugio Humanitario”.


Ley a que se refiere el artículo 11 Constitucional sobre el Asilo (el Tran-
sitorio Tercero establece que deberá ser expedida en un plazo máximo de
un año, contado a partir del inicio de la vigencia del presente Decreto).
Por lo que respecta a la ley en materia de Refugio, no se establece
ningún transitorio que la mande expedir, pero, en atención a lo dis-
puesto por el artículo 11 constitucional, de la reforma en comento, se
establece que:
En caso de persecución, por motivos de orden político, toda persona tiene dere-
cho de solicitar asilo; por causas de carácter humanitario se recibirá refugio. “La ley
regulará sus procedencias y excepciones”.
De donde, podemos concluir que, de igual forma que en materia
de Asilo por causas de persecuciones de orden políticas, puede válida-
mente expedirse una ley en materia de Refugio por causas de carácter
humanitario.

c) “Ley sobre Suspensión de Derechos y Garantías”.


Ley reglamentaria del artículo 29 Constitucional en materia de
Suspensión del Ejercicio de los Derechos y las Garantías (el Transitorio
Cuarto establece que deberá ser expedida en un plazo máximo de un
año, contado a partir del inicio de la vigencia del presente Decreto).

[135]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

d)“Ley sobre Expulsión de Extranjeros”.


Ley reglamentaria del artículo 33 Constitucional, en materia de Ex-
pulsión de Extranjeros (el Transitorio Quinto establece que deberá ser
expedida en un plazo máximo de un año, contado a partir del inicio de
la vigencia del presente Decreto).
Nota: en tanto se expida la ley referida a que hace mención el
inciso d, el artículo 33 Constitucional se seguirá aplicando en los tér-
minos del texto vigente, y de conformidad con los Transitorios: Sex-
to, los casos previstos por el segundo párrafo del artículo 97 Consti-
tucional, que estén pendientes de resolución al momento de entrar
en vigor la reforma, los continuará desahogando la Suprema Corte
de Justicia de la Nación; Séptimo, en lo que se refiere al apartado B
del artículo 102 Constitucional y a la autonomía de los organismos
locales de Derechos Humanos, las legislaturas locales deberán reali-
zar las adecuaciones que correspondan en un plazo máximo de un
año contados a partir del inicio de la vigencia del presente Decreto,
y Octavo, el Congreso de la Unión adecuará la Ley de la Comisión
Nacional de los Derechos Humanos en los mismos términos del tran-
sitorio antes citado.

2. Decreto de 29 de junio de 2011, por el que se reforman los artículos


19, 20 y 73 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
publicado en el Diario Oficial de la Federación el jueves 14 de julio de
2011, por el cual se debe expedir la siguiente:

a)“Ley de Trata de Personas”.


El Decreto en comento, hace alusión a una Ley General para Pre-
venir y Sancionar la Trata de Personas (el Transitorio Segundo establece

[136]
JUS SEMPER LOQUITUR

que deberá ser expedida en un plazo no mayor a los 180 días siguientes
a la entrada en vigor del presente Decreto).
Nota: el artículo 73, fracción XXI, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, de la presente reforma, establece que el
Congreso tiene facultad: para establecer los delitos y las faltas contra la
Federación y fijar los castigos que por ellos deban imponerse; expedir
leyes generales en materias de secuestro y trata de personas, que es-
tablezcan, como mínimo, los tipos penales y sus sanciones, la distribu-
ción de competencias y las formas de coordinación entre la Federación,
el Distrito Federal, los Estados y los Municipios; así como legislar en
materia de delincuencia organizada.

3. Decreto de 10 de agosto de 2011, por el que se adiciona un párrafo


décimo al artículo 4° y se reforma la fracción XXIX-J del artículo 73 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, publicado en el
Diario Oficial de la Federación el miércoles 12 de octubre de 2011, por
el cual se debe expedir la siguiente:

a) “Ley de Cultura Física y Deporte”.


El Decreto de referencia, hace mención respecto a una Ley Gene-
ral Reglamentaria del artículo 4° Constitucional, en materia de Cultura
Física y Deporte (el Transitorio Segundo establece que deberá ser ex-
pedida en un plazo máximo de un año, contado a partir del inicio de
la vigencia del presente Decreto).
Nota: el artículo 73, fracción XXIX-J, de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos, de la presente reforma, establece que el
Congreso tiene facultad: para legislar en materia de cultura física y de-
porte con objeto de cumplir lo previsto en el artículo 4o. de esta Cons-

[137]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

titución, estableciendo la concurrencia entre la Federación, los Estados,


el Distrito Federal y los municipios; así como de la participación de los
sectores social y privado.

4. Decreto de 24 de agosto de 2011, por el que se reforman los párra-


fos sexto y séptimo del artículo 4° y se adiciona la fracción XXIX-P al
artículo 73, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexica-
nos, publicado en el Diario Oficial de la Federación el miércoles 12 de
octubre de 2011.

a) “Ley de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes”.


Este Decreto de reforma no establece ningún transitorio que man-
de expedir una ley. Pero, de su análisis, y de manera particular del aná-
lisis del artículo 73, fracción XXIX-P, de la Constitución, relativa a las
Facultades del Congreso de la Unión, podemos inferir que, puede expe-
dirse una ley concerniente a la tutela de los derechos de las niñas, niños
y adolescentes, bajo los postulados del principio del interés superior
del niño y los tratados internacionales en la materia, como por ejemplo,
la Convención sobre los Derechos del Niño.
Nota: el artículo 73, fracción XXIX-P, de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos, de la presente reforma, establece
que el Congreso tiene facultad: para expedir leyes que establezcan la
concurrencia de la Federación, los Estados, el Distrito Federal y los Mu-
nicipios, en el ámbito de sus respectivas competencias, en materia de
derechos de niñas, niños y adolescentes, velando en todo momento
por el interés superior de los mismos y cumpliendo con los tratados
internacionales de la materia, de los que México sea parte.

[138]
JUS SEMPER LOQUITUR

5. Decreto de 17 de agosto de 2011, por el que se adiciona un párrafo


tercero al artículo 4° recorriéndose en el orden los subsecuentes y un
segundo párrafo a la fracción XX del artículo 27 ambos de la Constitu-
ción Política de los Estados Unidos Mexicanos, publicado en el Diario
Oficial de la Federación el jueves 13 de octubre de 2011.

a) “Ley sobre Alimentos Básicos”.


Este Decreto de reforma no establece de manera específica una
ley. Sin embargo, del análisis de las adiciones hechas a los artículos 4° y
27, fracción XX, de la Constitución, que establecen lo siguiente:

Art. 4°

“Toda persona tiene derecho a la alimentación nutritiva, suficiente y de
calidad. El Estado lo garantizará”.
Art. 27.-

XX.-…
“El desarrollo rural integral y sustentable a que se refiere el párrafo an-
terior, también tendrá entre sus fines que el Estado garantice el abasto
suficiente y oportuno de los alimentos básicos que la ley establezca”.

Se puede inducir que, puede válidamente, expedirse una ley que tienda
a garantizar el derecho de los mexicanos a una alimentación nutritiva,
suficiente y de calidad.

6. Decreto de 18 de enero de 2012, por el que se declara reformado


el párrafo quinto y se adiciona un párrafo sexto recorriéndose en su
orden los subsecuentes, al artículo 4° de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, publicado en el Diario Oficial de la Federa-

[139]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

ción el miércoles 8 de febrero de 2012, por el cual se deben expedir las


siguientes:

a) “Ley sobre Derecho al Agua”.


El Decreto en análisis, hace alusión a una Ley General de Aguas (el
Transitorio Tercero establece que deberá ser expedida en un plazo máximo
de 360 días, contado a partir del inicio de la vigencia del presente Decreto).

b) “Ley sobre Derecho a un Medio Ambiente Sano”.


El Transitorio Segundo, del presente Decreto de Reforma, estable-
ce que el Congreso de la Unión contará con un plazo de 180 días para
incorporar las disposiciones relativas al derecho a un medio ambiente
sano y las responsabilidades por el daño y el deterioro ambiental.

7. Decreto de 11 de enero de 2012, por el que se declara reformado el


párrafo primero; el inciso c) de la fracción II y la fracción V del artículo
3°, y la fracción I del artículo 31 de la Constitución Política de los Esta-
dos Unidos Mexicanos, publicado en el Diario Oficial de la Federación
el jueves 9 de febrero de 2012.

a) “Ley sobre Derecho a la Educación”.


Este Decreto de reforma no establece de manera específica una ley,
pero, sí establece que, deberá adecuarse la Ley General de Educación.
Nota: el Transitorio Cuarto, del presente Decreto de Reforma, es-
tablece que, dentro de los 180 días siguientes a la entrada en vigor del
mencionado decreto, el Congreso de la Unión y las legislaturas de los
Estados, deberán adecuar en el ámbito de sus respectivas competen-
cias, la Ley General de Educación y demás disposiciones legales aplica-

[140]
JUS SEMPER LOQUITUR

bles en la materia. En este sentido, el Transitorio Segundo, establece


la obligatoriedad del Estado de garantizar la educación media superior,
como deber del mismo de ofrecer un lugar para cursarla a quien tenien-
do la edad típica hubiera concluido la educación básica, se realizará de
manera gradual y creciente a partir del ciclo escolar 2012-2013 y hasta
lograr la cobertura total en sus diversas modalidades en el país a más
tardar en el ciclo escolar 2021-2022, con la concurrencia presupues-
tal de la Federación y de las entidades federativas, y en los términos
establecidos en los instrumentos del Sistema Nacional y los Sistemas
Estatales de Planeación Democrática del Desarrollo, y por su parte, el
Transitorio Tercero, nos dice que, para dar cumplimiento al principio de
obligatoriedad, en los presupuestos federal, de las entidades federati-
vas y de los municipios, se incluirán los recursos necesarios; asimismo,
se establecerán los mecanismos para impulsar la implementación de
presupuestos plurianuales que aseguren a largo plazo los recursos eco-
nómicos crecientes para infraestructura de la educación media superior.

8. Decreto de 6 de junio de 2012, por el que se adiciona el párrafo


segundo de la fracción XXI del artículo 73 de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos, publicado en el Diario Oficial de la
Federación el lunes 25 de junio de 2012.

a) “Ley de Protección a Periodistas y Personas que Ejerzan


Funciones Similares”.

b) “Ley sobre Derecho a la Información, Expresión e Imprenta”.


Este Decreto no establece de manera específica una ley. Empero,
del análisis del párrafo segundo, fracción XXI, del artículo 73 Constitucio-

[141]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

nal, puede válidamente apreciarse que, el Congreso de la Unión puede,


expedir una ley relativa a la tutela de los periodistas o personas que reali-
cen funciones similares a las primeras, o bien, relativa a la protección del
derecho a la información y las libertades de expresión e imprenta.

Artículo 73. El Congreso tiene facultad:


XXI. ...
“Las autoridades federales podrán conocer también de los delitos del fuero
común, cuando éstos tengan conexidad con delitos federales o delitos con-
tra periodistas, personas o instalaciones que afecten, limiten o menoscaben
el derecho a la información o las libertades de expresión o imprenta”.

Nota: el Transitorio Segundo, establece que el Congreso de la Unión


deberá realizar las reformas a las leyes secundarias que correspondan
en un plazo máximo de hasta 6 meses, contados a partir del día siguien-
te de la entrada en vigor del presente decreto, y el Transitorio Tercero,
establece que las autoridades federales podrán ejercer la facultad de
atracción a que se refiere el mencionado decreto, después de la entra-
da en vigor de las reformas a la ley secundaria, que al efecto expida el
Honorable Congreso de la Unión.

9. Decreto de 18 de julio de 2012, por el que se reforman y adicionan


diversas disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, en materia política, publicado en el Diario Oficial de la Fede-
ración el jueves 9 de agosto de 2012.

a) “Ley sobre Iniciativas Ciudadanas y Consultas Populares”.


Este Decreto, no establece de manera específica una ley. Sin embar-

[142]
JUS SEMPER LOQUITUR

go, del análisis de la fracción XXIX-Q, del artículo 73 de la Carta Magna


Nacional, se establece que, el Congreso de la Unión, está facultado para
poder legislar sobre iniciativa ciudadana y consultas populares, de lo que
se puede concluir que, dicho órgano legislativo, puede válidamente, ex-
pedir una ley relativa a iniciativas ciudadanas y consultas populares.
Nota: el Artículo Segundo Transitorio, dispone que el Congreso de
la Unión deberá expedir la legislación para hacer cumplir lo dispues-
to en el presente Decreto, y el Artículo Tercero Transitorio, establece
que los Congresos de los Estados y la Asamblea Legislativa del Distrito
Federal deberán realizar las adecuaciones necesarias a su legislación
secundaria, derivadas del ya referido Decreto, en un plazo no mayor a
un año, contado a partir de su entrada en vigor.

10. Decreto de 7 de febrero de 2013, por el que se reforman los artícu-


los 3° en sus fracciones III, VII y VIII; y 73, fracción XXV, y se adiciona un
párrafo tercero, un inciso d) al párrafo segundo de la fracción II y una
fracción IX al artículo 3° de la Constitución Política de los Estados Uni-
dos Mexicanos, publicado en el Diario Oficial de la Federación el martes
26 de febrero de 2013, por el cual se debe expedir la siguiente:

a)“Ley de Evaluación Educativa”.


El Decreto en estudio, hace referencia a una Ley del Instituto Na-
cional para la Evaluación de la Educación (el Transitorio Segundo esta-
blece que deberá ser expedida en un plazo máximo de 6 meses, conta-
do a partir de la fecha de publicación del presente Decreto).
Nota: el Transitorio Tercero, del presente Decreto de Reforma, tam-
bién establece que deberán efectuarse las reformas a la Ley General de
Educación correspondiente, en un plazo de 6 meses, contado a partir de

[143]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

la fecha de publicación del aludido Decreto. En este sentido, en tanto el


Congreso de la Unión expide la Ley del Instituto Nacional para la Eva-
luación de la Educación, el Instituto Nacional creado por este Decreto
ejercerá sus atribuciones y competencia conforme al Decreto por el que
se reforma el diverso por el que se crea el Instituto Nacional para la Eva-
luación de la Educación, publicado en el DOF el 16 de mayo de 2012, en
lo que no se oponga al presente Decreto. Para estos efectos, las atribu-
ciones previstas en dicho ordenamiento para el Órgano de Gobierno y la
Junta Técnica serán ejercidas por la Junta de Gobierno del Instituto, y las
de la Presidencia por el Presidente de la Junta de Gobierno.

11. Decreto de 15 de mayo de 2013, por el que se reforman los párrafos


primero y último del artículo 25, así como el párrafo primero y tercero
del apartado A del artículo 26 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, publicado en el Diario Oficial de la Federación el
miércoles 5 de junio de 2013, por el cual se deben expedir las siguientes:

a)“Ley sobre Rectoría del Desarrollo Nacional”.

b) “Ley de Competitividad Económica e Industrial”.


El Decreto en cita, en su Transitorio Segundo, sólo hace referen-
cia de manera indeterminada a las leyes reglamentarias pertinentes a la
reforma. Ahora bien, del análisis de los reformados artículos 25 y 26 de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, únicamen-
te se puede apreciar que, se establece la figura de la “competitividad”
como un medio que permita el pleno ejercicio de la libertad y la digni-
dad de los individuos, grupos y clases sociales cuya seguridad protege
la Constitución. También, se entiende por “competitividad” el conjunto

[144]
JUS SEMPER LOQUITUR

de condiciones necesarias para generar un mayor crecimiento económi-


co, promoviendo la inversión y la generación de empleo (art. 25).
En este sentido, se ha puesto de manifiesto que, el Plan Nacional
de Desarrollo deberá promover la “competitividad” e implementación
de una política nacional para el desarrollo industrial con vertientes sec-
toriales y regionales (arts. 25 y 26).
En tales condiciones, podemos suponer que se trata de una ley re-
ferente a la rectoría y desarrollo de la nación, pero que, además, incluya
lo referente a la competitividad económica e industrial, si apreciamos
los artículos 25 y 26 Constitucionales en su totalidad, o bien, de una ley
sobre competitividad económica e industrial, si apreciamos los referi-
dos preceptos constitucionales en sus reformas, como a continuación
se establecen:

Artículo 25. Corresponde al Estado la rectoría del desarrollo nacional para


garantizar que éste sea integral y sustentable, que fortalezca la Sobera-
nía de la Nación y su régimen democrático y que, mediante la “compe-
titividad”, el fomento del crecimiento económico y el empleo y una más
justa distribución del ingreso y la riqueza, permita el pleno ejercicio de
la libertad y la dignidad de los individuos, grupos y clases sociales, cuya
seguridad protege esta Constitución. “La competitividad se entenderá como
el conjunto de condiciones necesarias para generar un mayor crecimiento
económico, promoviendo la inversión y la generación de empleo”.

La ley alentará y protegerá la actividad económica que realicen los par-


ticulares y proveerá las condiciones para que el desenvolvimiento del
sector privado contribuya al desarrollo económico nacional, promo-

[145]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

viendo la “competitividad” e implementando una política nacional para


el desarrollo industrial que incluya vertientes sectoriales y regionales, en
los términos que establece esta Constitución.

Artículo 26.A. El Estado organizará un sistema de planeación democrá-


tica del desarrollo nacional que imprima solidez, dinamismo, “competiti-
vidad”, permanencia y equidad al crecimiento de la economía para la in-
dependencia y la democratización política, social y cultural de la nación.
...

La ley facultará al Ejecutivo para que establezca los procedimientos


de participación y consulta popular en el sistema nacional de planea-
ción democrática, y los criterios para la formulación, instrumentación,
control y evaluación del plan y los programas de desarrollo. Asimismo,
determinará los órganos responsables del proceso de planeación y las
bases para que el Ejecutivo Federal coordine mediante convenios con
los gobiernos de las entidades federativas e induzca y concierte con los
particulares las acciones a realizar para su elaboración y ejecución. El
plan nacional de desarrollo considerará la continuidad y adaptaciones
necesarias de la política nacional para el desarrollo industrial, con ver-
tientes sectoriales y regionales.
Nota: el Transitorio Segundo establece que el Ejecutivo tendrá un
plazo máximo de 16 meses, contado a partir de la fecha de publica-
ción del presente Decreto, para iniciar las leyes reglamentarias de la
presente reforma.

12. Decreto de 22 de mayo de 2013, por el que se reforman y adicio-


nan diversas disposiciones de los artículos 6°, 7°, 27, 28, 73, 78, 94 y

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JUS SEMPER LOQUITUR

105 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en


materia de telecomunicaciones, publicado en el Diario Oficial de la
Federación el martes 11 de junio de 2013, por el cual se deben expedir
las siguientes:

a) ”Ley sobre Tecnologías de la Información y Comunicación”.

b) “Ley de Radiodifusión y Telecomunicaciones”.

c) “Ley sobre Prácticas Monopólicas de Mercados”.


El Decreto de reforma en estudio, sólo hace referencia de forma
indeterminada a leyes reglamentarias pertinentes a la reforma. Sin em-
bargo, la presente reforma se ocupa de la materia relativa a las teleco-
municaciones, en este orden de ideas, se analiza lo siguiente:
– Incorpora como una limitante más al ejercicio de la libre manifes-
tación de las ideas, el ataque a la vida privada, por lo que, ésta no será
objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el caso
de que se atente contra la misma (art. 6).
– Establece que todas las personas tienen el derecho al libre acceso
a información plural y oportuna, así como a buscar, recibir, y difundir infor-
mación e ideas de toda índole y por cualquier medio de expresión (art. 6).
– También, se incorpora el derecho de acceso a las tecnologías de
la información y comunicación, así como a los servicios de radiodifu-
sión y telecomunicaciones, incluido el de banda ancha e internet, todos
los cuales, deberán estar garantizados por el Estado (art. 6).
– Faculta al congreso de la Unión para dictar leyes sobre tecnolo-
gías de la información y la comunicación, radiodifusión, telecomunica-
ciones, incluida la banda ancha e internet (art. 73, XVII).

[147]
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

– Al respecto, se crea el Instituto Federal de Telecomunicaciones,


el cual es un órgano autónomo, con personalidad jurídica y patrimonio
propio, que tiene por objeto el desarrollo eficiente de la radiodifusión y
las telecomunicaciones. También, será la autoridad en materia de com-
petencia de los sectores de radiodifusión y telecomunicaciones (art. 28).
– Al igual que el mencionado Instituto, se crea la Comisión Federal
de Competencia Económica, el cual es un órgano autónomo, con perso-
nalidad jurídica y patrimonio propio, que tiene por objeto garantizar la li-
bre competencia y concurrencia, así como prevenir, investigar y combatir
los monopolios, las prácticas monopólicas, las concentraciones y demás
restricciones al funcionamiento eficiente de los mercados (art. 28).
De lo anteriormente analizado, podemos concluir que, en mi par-
ticular punto de vista, las materias a regular son: las “Tecnologías de la
Información y Comunicación”, la “Radiodifusión y Telecomunicaciones”,
y las “Prácticas Monopólicas de Mercados”. Por ello, las leyes a expedir
deben versar sobre las referidas materias, las cuales están íntimamen-
te ligadas con los derechos al libre ejercicio de la manifestación de las
ideas, derecho al libre acceso a información plural y oportuna, así como
a buscar, recibir, y difundir información e ideas de toda índole y por cual-
quier medio de expresión, derecho de acceso a las tecnologías de la in-
formación y comunicación, así como a los servicios de radiodifusión y
telecomunicaciones, incluido el de banda ancha e internet, la libre com-
petencia y concurrencia, así como para prevenir, investigar y combatir
los monopolios, las prácticas monopólicas, las concentraciones y demás
restricciones al funcionamiento eficiente de los mercados, entre otros.
Nota: el Transitorio Tercero establece que, el Congreso de la Unión
tendrá un plazo de 180 días naturales contado a partir de la fecha de pu-
blicación del presente Decreto para expedir las leyes reglamentarias en la

[148]
JUS SEMPER LOQUITUR

materia. En este sentido, los diversos Transitorios (18) del presente Decre-
to, establecen mayor información sobre la aprobación de leyes, reformas
y decretos que se deben expedir al tenor de esta reforma constitucional.

III. Leyes Reglamentarias en materia de Derechos


Humanos que se encuentran en vigor

En este orden de ideas, se han expedido, reformado y adecuado las


siguientes leyes:
• Ley Federal de Responsabilidad Ambiental (en vigor:
07/06/2013 y sin reforma);
• Ley de Aguas Nacionales (en vigor: 01/12/1992 y última re-
forma: 07/06/2013);
• Ley Federal de Telecomunicaciones (en vigor: 07/06/1995 y
última reforma: 16/01/2013);
• Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pú-
blica Gubernamental (en vigor: 11/06/2002 y última reforma:
08/06/2012);
• Ley de Ayuda Alimentaria para los Trabajadores (en vigor:
17/01/2011 y sin reformas);
• Ley de Ciencia y Tecnología (en vigor: 05/06/2002 y última
reforma: 07/06/2013);
• Ley de Comercio Exterior (en vigor: 27/07/1993 y última re-
forma: 21/12/06);
• Ley de Cooperación Internacional para el Desarrollo (en vi-
gor: 06/04/2011 y sin reformas);
• Ley de Desarrollo Rural Sustentable (en vigor: 07/12/2001 y
última reforma: 12/01/2012);

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Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

• Ley Federal de Radio y Difusión (en vigor: 19/01/1960 y úl-


tima reforma: 09/04/2012);
• Ley Federal de Telecomunicaciones (en vigor: 07/06/1995 y
última reforma: 16/01/2013);
• Ley General de Cambio Climático (en vigor: 06/06/2012 y
sin reforma);
• Ley General de Cultura Física y Deporte (en vigor:
07/06/2013 y sin reforma);
• Ley General de Educación (en vigor: 13/07/1993 y última
reforma: 10/06/2013);
• Ley General de la Infraestructura Física Educativa (en vigor:
01/02/2008 y última reforma: 14/03/2013);
• Ley General de Prestación de Servicios para la Atención,
Cuidado y Desarrollo Integral Infantil (en vigor: 24/10/2011 y
sin reforma);
• Ley General para Prevenir, Sancionar, y Erradicar los De-
litos en Materia de Trata de Personas y para la Protección y
Asistencia a las Víctimas de estos Delitos (en vigor: 14/06/2012
y sin reforma);
• Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Ni-
ños y Adolescentes (en vigor: 29/05/2000 y última reforma:
19/08/2010);
• Ley para la Protección de Personas Defensoras de Dere-
chos Humanos y Periodistas (en vigor: 25/06/12 y sin reforma),
y
• Ley sobre Refugiados y Protección Complementaria (en vi-
gor: 27/01/2011 y sin reforma).

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JUS SEMPER LOQUITUR

IV. Comentarios finales

Llegado a esta instancia, es menester advertir que, las referidas pro-


puestas de leyes reglamentarias en materia de Derechos Humanos, ana-
lizadas en estas breves líneas, han sido sólo algunas de las posibles
que he podido identificar y que se deben de expedir en atención a los
decretos de reformas constitucionales que van del 10 de junio de 2011
al 11 de junio de 2013.
Por lo que respecta a las leyes reglamentarias en materia de Dere-
chos Humanos que actualmente se encuentran en vigor, se puede apre-
ciar claramente que la gran mayoría no está de acorde con lo mandado
por los decretos de reformas constitucionales del 10 de junio de 2011 al
11 de junio de 2013, debido a que: 1) algunas se han expedido con ante-
rioridad y como vemos, no se ha logrado poner a tono con las referidas
reformas; 2) otras han estado al margen de las reformas con algunas
leves modificaciones sustanciales y, 3) otras, las mínimas, que han sido
consecuencia inmediata de las aludidas reformas, se nos presentan de
manera ineficientes e incompletas.
Otro factor que llama poderosamente la atención es el que, ac-
tualmente, existen proyectos de leyes que ya deberían haber entrado
en vigor, pero que, por diversas razones y circunstancias, no han podi-
do ser expedidos y así cumplir con los aludidos decretos de reformas
constitucionales.
Finalmente, puedo concluir afirmando que, en materia legislativa,
no se ha dado cabal cumplimiento o se ha cumplido de manera par-
cial, con lo mandado por nuestra máxima Ley, pues como se ha po-
dido apreciar, la “Agenda Legislativa Federal en Materia de Derechos
Humanos”, se trata de una “Acción Urgente”, que el Poder Legislativo

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Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca

y los diferentes actores sociales, debemos de exigir e implementar, ya


que con ello, se vería reflejado el ideal de la reforma en la materia, es
decir, garantizar, proteger, promover, difundir y promover los Derechos
Humanos en los diferentes sectores más vulnerables de la sociedad,
que por largos años han permanecido intocables, como por ejemplo,
en materia de protección al medio ambiente o al agua, derechos de to-
dos los seres humanos que no deben permanecer en profundidad, sino
que, deben emerger de acuerdo a los cambios y condiciones de nuestra
evolución como sociedad de seres racionales.

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