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LA NUEVA HELOISA,
I j r M
CARTAS D E DOS A M A N T E S H A B I T A N T E S DE U N A PEQUEÑA
C I U D A D , A LA FALDA D E LOS A L P E S ,

\ i*.
RECOGIDAS Y PUBLICADAS

|)or J u a n 3acaba Jumasmu ¡

TRADUCIDAS

100309
BARCELONA:
IMPRENTA í LIBRERIA
CAI.I.E DE LA

1836.
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LA NUEVA HELOISA,
I j r M
CARTAS D E DOS A M A N T E S H A B I T A N T E S DE U N A PEQUEÑA
C I U D A D , A LA FALDA D E LOS A L P E S ,

\ i*.
RECOGIDAS Y PUBLICADAS

|)or J u a n 3acaba Jumasmu ¡

TRADUCIDAS

100309
BARCELONA:
IMPRENTA í LIBRERIA
CAI.I.E DE LA

1836.
<3S/ 8®sjYñO¿si.

FONDO

Aunque hayamos seguido el mismo plan de uniformidad en todas


las novelas que van ya publicadas de nuestra Coleccion , como son:
la Estranjera de Arlincourt, la Abadesa de Ireland, el Solitario
de Arlincourt, el Hijo del Carnaval de Pigault-Lebrun , el Waver-
ley de Sir fValter Scott, el Renegado de Arlincourt, y las Poesías
de Iglesias ; en las que se ha conservado la misma impresión, tamaño
en i 6 o t , papel, viñetas de adorno, etc.; y aunque seguirémos el mismo
en las demás novelas que irémos publicando, hemos creido que seria
conveniente a los señores Suscriptores, y aun a los que no lo son, el que
en la presente edición de la N U E V A H E L O I S A nos separásemos del plan
establecido : primeramente porque podran obtener esta obra por un
precio macho menor que el que hubiera resultado si se hubiese impreso
como las demás ; en segundo lugar ponqué se ha podido publicar con
mas prontitud; y en fin porque su encuademación les saldrá también
mucho menos costosa que si hubiésemos dividido la obra en siete to-
mos como antes habíamos indicado.
Al enriquecer nuestra Coleccion con la J U L I A Ó L A N C E V A H E L O I S A
de J.J. Rousseau, añadida la vida del Autor , creemos ofrecer una
obra cuyo prestigio y celebridad son indisputables , una obra maestra
de elocuencia , original, que rebosa de ternura á la par que de pro-
funda filosofía. No es una jerga de intrigas, una aglomeración de
lances inverosímiles ó inesperados , y una mezcla confusa de persona-
jes malvados y virtuosos , de acciones buenas y protervas. Su plan es
la que es propiedad de la casa de Oliva su editor. Finalmente espera-
sencillo , el desarrollo natural; sus personajes guiados por la virtud mos que esta edición será recibida con aprecio.
y la generosidad , pueden tener debilidades, ningún hombre está es- Seguirémos la Coleccion con la hermosa novela de Madama Cottm,
cento de ellas ; pero estas dan aun mayor realce á su conducta vir- cuyo titulo es: La Malvina (en tres totnos ); la que saldrá á luz á la
tuosa, y penetran el corazon del lector en lo mas intimo de su sensi- mayor brevedad.
bilidad. La naturaleza débil de los hombres los conduce al error, les
estravian las pasiones; y hasta Rousseau ningún novelista habianos
enseñado la senda para pasar del vicio á la virtud sea cualquiera el
grado de aquel á que uno se haya adelantado. ¡ Que verdad en los
caracteres de los personajes de esta novela ! Una Julia que toda es
sensibilidad y dulzura, tan buena hija como tierna madre y tan ar-
diente amante como fiel esposa; el lectoría ve, contempla una de
aquellas vírgenes llenas de blandura, de candor y de juicio, traza-
das por el pincel divino de Rafael. No la ama menos que San Preux,
y las desgracias de estos dos amantes le causan una tierna emocion,
y humcdecenle sus párpados casi sin sentirlo. ¡Que embeleso no pro-
duce la amistad de Clara y la de milord Eduardo, cada uno sirviendo
de contrapeso al impela con que una pasión de fuego arrastra á Ju-
lia, y mucho mas aun á su amante! No se presenta este menos inte-
resante en su delirio y arrebatos , que en su circunspección y en la
lucha de sus virtuosos sentimientos con la pasión que le domina. Por
fin el caráctér filosófico , grave y bondadoso de Wolmar y su calcu-
lado sistema domestico nos hacen participes de la dicha y tranquilidad
que reina en su familia. Estendernos mas sobre las bellezas de esta
obra como novela seria una tarea interminable y los Suscriptores
podrán juzgar de ellas; pero en la N U E V A H E L O I S A no les ofrecemos
solamente una novela, sino una obra moral y filosófica , un tratado
de costumbres , de educación , un conjunto de profundas y sabias re-
flexiones sobre las varias situaciones de la vida y otros asuntos de
no menos Ínteres. Por fortuna se trata de una obra ya conocida , de
una obra inmortal que todo el mundo admira, y se verá por consi-
guiente que cuanto acabamos de decir, lejos de ser un vano encareci-
miento para ensalzar nuestra Coleccion, nos deja aun muy cortos en
razón á las alabanzas de que es digna L A J U L I A Ó L A N O E V A H E L O I S A .

Se ha procurado que fuese hermosa y esmerada la impresión; y


para que conozca el lector al célebre Autor de este libro se ha puesto
al frente su retrato y adicionado su vida, estrayéndola de la grande
y acreditada obra , única en su clase que existe en España, titulada :
Diccionario histórico ó Biografía universal de hombres célebres.
VIDA
DE

JUAN JACOBO ROUSSEAU.

J U A N Jacobo Rousseau, nació en Ginebra en 2 8 de junio


de 1721, y aunque su nacimiento costó la vida á su m a d r e , n o
por eso dejó de pasar su infancia cuidado con la mayor ternura.
Su p a d r e , que ejercia la profesion de relojero , era u n h o m b r e
sencillo y honrado q u e , sin d e j a r de dar al h i j o buena crianza,
pensó poco ó nada en cultivar el entendimiento de que estaba do-
tado : de modo que al salir de la niñez únicamente se acordaba d e
que sus primeras lecturas habían sido novelas , y las sensaciones
precoces que ellas le hicieron le dieron nociones estrañas y no-
velescas sobre la vida h u m a n a , de las cuales ni la esperiencia ni
la reflexión pudieron curarle enteramente. A las novelas suce-
dieron sin embargo algunos buenos libros, entre ellos las Vidas
de Plutarco, cuya lectura era la que mas le agradaba. Su fogosa
imaginación se apasionaba á los grandes gemios de la a n t i g ü e d a d ;
pero no tenia u n a guia ni u n amigo que pensase en dirigirle p o r
vias mas rectas. Viéndose su padre e n la precisión de d e j a r l e en
Ginebra, le puso á pupilo en casa del clérigo protestante Lamber-
cier, de donde salió al cabo de dos años tan ignorante como h a -
bia entrado e n ella. Un tio materno que se hallaba encargado de
él le envió á copiar hojas en casa de un escribano de aquella ciu-
dad, el cual le despidió p o r i n e p t o : y entonces fué colocado de
aprendiz en el taller de un g r a b a d o r , hombre grosero que le t r a -
tó muy m a l , siendo esto causa de que aborreciese tal oficio: allí
aprendió Juan JaCobo , no tan solo á mentir para eludir la severi-
dad del maestro, sino también á hacer picardigüelas i m i t a n d o á
I sus compañeros. Fastidiado al fin de uua sujeción que propendía á
embrutecerle, dejó de repente su nuevo estado, su pais y su fa-
y sus lecturas, y le hace aprender música confiada en que aquel
milia para reconquistar su i n d e p e n d e n c i a ^ faé aventureramente
a pedir hospitalidad al abate de Pontverre, cura de Confignon talento podrá ofrecerle u n dia útil recurso. Separado después p o r
en Saboya. Este eclesiástico, confiado en que le haría a b j u r a r el diversas circunstancias del único ser que se interesaba p o r é l , re-
protestantismo, le cogió con Ínteres, y le envió inmediatamente á corrió Rousseau la Suiza con un pretendido obispo griego que
&nnecy, sabiendo que en aquella ciudad cooperarían á la conse- recogía limosnas para el santo sepulcro , y á quien servia de in-
cución de su objeto. Allí es donde Rousseau , entonces de edad térprete : pero el pedigüeño y su auxiliar f u e r o n detenidos en So-
de diez y seis años , v i ó p o r primera vez aquella madama W a r r e n s , leure. El embajador de Francia, á quien el jóven ginebrino re-
que representa tan gran papel en la historia de su vida. Protegien- fiere ingenuamente sus a v e n t u r a s , atestiguando sus vivos deseos
do esta baronesa á un jóven estranjero falto de recursos y de apo- de ir á juntarse en París con la que él llama su querida mamá, le
yo estaba muy agena de presentir que llegara á ser su a m a n t e ; da u n a cantidad de dinero con cartas de recomendación para al-
preveia menos todavía que aquel mismo á quien colmaba de tan- gunos personajes de la capital de Francia , y Juan Jacobo em-
tos beneficios, haciéndole ademas depositario de t o d o , i n f a - prende su viaje , del cual sacó tan solo una distracción estéril.
maría u n dia su m e m o r i a , mezclando sin necesidad con el elogio Su bienhechora habia salido de París para ir á establecerse en
de sus atractivos y sus virtudes las revelaciones mas escandalosas. Chamberí : marcha Rousseau inmediatamente en su busca; llega á
P o r mediación de su protectora, y á espensas del obispo de A n - L e ó n , donde cree tener noticias de la baronesa , y durante m a -
neey, fué Juan Jacobo á Turin para que le instruyesen e n el ca- chos dias se ve reducido al triste estado de tener que acostarse en
tolicismo , que abrazó á poco tiempo. Luego que h u b o salido del nn poyo al sereno, p o r no tener siquiera para pagar u n albergue.
hospicio d é l o s catecúmenos, donde habia permanecido cerca de Encuentra , en fin , á madama Warrens , y en la hermosa man-
dos meses , sacando únicamente de su supuesta conversión una sión de su quinta olvida todos los males que habia sufrido. Los
módica suma de veinte francos, entró á servir á la condesa de Ver. campos , el estudio y la amistad realizan para él todos los sueños
cellis en clase de lacayo, y en aquella casa cometió una falta cuyo
« ilusiones de la felicidad que siempre h a n abusado de su imagi-
recuerdo atormentaba todavía su conciencia al cabo de cuarenta
nación, y lecturas mas seguidas y meditaciones mas sabias fijan
a ñ o s , y que quiso espiar haciendo una públicaconfesion. Fué el
poco á poco sus ideas. Esplora sucesivamente á Locke, Mallebran-
hurto de una cosa, atribuyendo este delito á una criada jóven que
c h e . Descartes, y .Montaigne, la Lógica de Port-Royal, y los Ele-
fué despedida, así como é l , acusándole todos de haber causado
mentos de matemáticas del P. Lanny. Pero una enfermedad grave
la desgracia de aquella pobre muger. A consecuencia de esto ha-
lló colocacion en casa del conde de G o n v o n , primer escudero de viene de repente á turbar el curso* de sus goces , ó mas bien á ar-
la reina de Cerdeña , quien le admitió, de lacayo, le hizo después rancarle para siempre de aquella venturosa situación. En la preci-
secretario suyo, y todos los de la casa le colmaron de favores, que sión de ir á consultar á los médicos de Mompeller , deja sus deli-
no supo aprovechar por u n efecto de su inconstancia natural. Es- ciosos campos y su tierna amiga, y ásu regreso la encuentra com-
capándose de T u r i n como lo hizo de G i n e b r a , volvió á ver á ma- prometida con un hombre indigno de ella. Aunque Rousseau no
dama W a r r e n s , cuyos sabios consejos despertaron en él las incli- habia sido mas fiel que Madama W a r r e n s durante su viaje, no tuvo
naciones honrosas y los bellos sentimientos que habia perdido valor para tolerar la idea de su inconstancia. La mansión en aque-
al dejar la casa p a t e r n a , entró en u n seminario con intención lla quinta fué ya odiosa para 'él, y fué preciso dejarla y pasar á
de ser sacerdote, y á poco tiempo fué devuelto á su bienhechora León, donde le habían prometido un empleo de preceptor. Des-
como iucapaz para todo. Aquella generosa muger no desconfian- pues de u n año de tareas casi estériles en tal ocupacion, a b a n d o -
do. de sacar partido de él, le acoge corno madre , dirige sus idea;> nó Rousseau á sus discípulos , persuadido de que jamas consegui-
ría educarlos bien ; y en el año 1741 se fué á Paris con quince
luises y la esperanza de una rápida fortuna , fundada en un nuevo
m é t o d o q u e había descubierto d e n o t a r la música c o n números-
poco l u j o q u e habia gastado hasta entonces. Renunciando t a m -
pero este método i m p u g n a d o p o r R a m e a u , le juzgaron todos de-
bién el empleo de cajero q u e habia tenido en casa de Mr. d e
fectuoso é impracticable, y el inventor mismo n o tardó en dese-
F r a n c u e i l , p o r q u e la custodia de un tesoro turbaría su s u e ñ o ,
charle. Repulsado Rousseau como m ú s i c o , tuvo á lo menos oca- se hizo a n u n c i a r como copiante de música á diez sueldos p o r
sion d e adquirir útiles conocimientos , debió á sus r e c o m e n d a - página; y su determinación movió tal ruido que tuvo en breve mas
ciones el e m p l e o de secretario de Mr. d e Monlaigu , e m b a j a d o r copia de lo que quería. El aplauso que obtuvo poco despues e l
en Venecia ; y d u r a n t e su mansión en esta ciudad , d o u d e se Adivino de la aldea, que f u é representado e n Fontaiueblean en
multiplicaron sus aventuras , llegó á ser e n él u n a verdadera pa- 1752, acabó de darle celebridad : el rey mismo quiso ver al a u t o r :
sión su gusto á la música italiana. A pesar d e esto n o fué admi- pero el filósofo , pensando en la confusion eu q u e va á verse para
tida e n la escena la ópera d e las Musas amorosas y p o r el des- dar gracias al m o n a r c a , se escapa en el m o m e n t o de la presenta-
pecho que manifestó c o n este motivo se ve hasta que p u n t o se ción , y va á refugiarse á Paris mientras q u e sus protectores le
ignoraba á sí m i s m o aquel b u e n ingenio , y se d e b e disimular el buscan e n Fontainebleau. Al a ñ o siguiente la Academia de D i j o n ,
haber m i r a d o como un prodigio la casualidad q u e vino á levantar que teuia obligado á R o u s s e a u , presentó á concurso un asunto
r e p e n t i n a m e n t e su talento , y hacerle t o m a r un vuelo tan elevado. que debía teniar su p l u m a , y era el Origen de la desigualdad de las
Treinta y siete años tenia y a , c u a n d o en el verano de I 7 4 9 , y e n d o clases de la sociedad. Para meditar esta cuestión que le ofrecía opor-
á visitar á su amigo D i d e r o t , q u e se hallaba d e t e n i d o en Vince- tunidad d&espouer sus principios favoritos, corrió á internarse en
nes i causa de su Carta sobre los ciegos, en el Mercurio de Francia, el bosque de S. Germán, y en aquel sitio, d o n d e creia e n c o n t r a r ,
q u e habia t o m a d o para distraerse en el camino , leyó la cuestión dice él mismo , la imagen d é l o s primeros h o m b r e s d e q u e iba á
propuesta por la Academia de D i j o n :,S¿ el progreso de las ciencias trazar altivamente la h i s t o r i a , c o m p u s o aquella sombría y vehe-
y de las artes ha contribuido á corromper ó purificar las costumbres. m e n t e sátira de la sociedad h u m a n a , cuya dedicatoria se mira
como una obra clásica de d i c c i ó n , de decoro y de p r o f u n d i d a d .
° Si alguna cosa ha habido , dice Rousseau , que se parezca á uua
Habiendo teuido ocasión de regresar á Ginebra , revocó allí solem-
inspiración, es el movimiento que hizo eu m í esta l e c t u r a : d e i m -
nemente la a b j u r a c i ó n que habia h e c h o en T u r i u , y tuvo tenta-
proviso me sentí como deslumhrado por m i l Jttces, y m i cabeza
ciones de fijar para siempre su residencia en su patria nativa; pero
a t u r d i d a ; como si estuviese e m b r i a g a d o , una violenta palpita-
la proximidad de Vollaire le disuadió d e esto , y luego volvió á Pa-
ción me o p r i m e , y n o p u d i e n d o ya respirar a n d a n d o , me dejo
rís. Entonces madama de Epinay, que poseia Cerca de M o n t m o r e n c i
caer b a j o un á r b o l , y paso allí u n a media hora en tal agitación,
una hermosa quinta , hizo que le construyesen , sin que él lo su-
que al levantarme vi mi ropa regada de lágrimas sin h a b e r sentido
p i e r a , la casita tau conocida con el n o m b r e de la Ermita en un si-
que las d e r r a m a b a . » Vuelto en sí de su éxtasis escribió c o n l a p ú tio que á él le gustaba. »Oso m i ó , le dijo ella un d i a , ahí teneis
la Prosopopeya de Fabricio, que se apresuró á enseñar á Diderot. y vuestro asilo-, vos le habéis escogido, y la amistad os le ofrece. » Lo
este le a n i m ó á dar vuelo á sus ideas, y c o n c u r r i r á ganar el pre- aceptó, a u n q u e n o s i u algunas dificultades, y fué á establecese'allí
mio. Ocupóse Rousseau i n m e d i a t a m e n t e eu esto, y compuso aque- con sus dos amas de gobierno. Así es c o m o el y sus amigos llama-
lla brillante declamación que tau famosa se h i z o , y q u e f u é c o m o ban c o n justo motivo á una m a d r e y una hija que tenia c o n -
la señal del levantamiento contra su siglo. Habiéndole c o n c e d i d o sigo. Esta ú l t i m a , á quien él babia encontrado en i 7 4 5 en u u a po-
el p r e m i o la Academia d e D i j o n , esta novedad acabó de poner sada de P a r i s , era tan estúpida , segun cuentan , que n o podia con-
e n fermentación en su corazon la primera semilla del heroísmo tar por su órden los meses del a ñ o ni las horas de una muestra d e
q u e en él habia s e m b r a d o c u a n d o niño la lectura d e Plutarco. Se reloj ; y sin e m b a r g o , a u n c u a n d o hubo llegado el tiempo en q u e
propuso ser libre, romper los grillos d é l a o p i n i o u , y para prelu- debió avergonzarse d e tal amistad , se dejaba d o m i n a r todavía por
d i a r en este nuevo p a p e l , suprimió de su mesa y de su vestido el
aquella moza, que si á falla de los mas débiles dones de la inleli. servador, prodigando recursos y tesoros del genio oratorio. Loeke
gencia hubiese estado dotada á lo menos del instinto del a m o r ma- ha compuesto una obra para la educaciou : casi todas las ideas de
terno, que la naturaleza concede hasta á los seres privados de razón, Locfce están en Rousseau. E n Locke son razonables, en Rousseau
hubiese ahorrado al filósofo, á quien ella hizo padre y c o n q u i e n poderosas. El Emilio, impreso en Holanda en 1762, en el momeuto
casó después, el remordimiento y la vergüenza de haber abando- de publicarse escitó una fermentación que p u d o hacer presentir al
nado sus hijos á la compasion del público. E n 1756 fué J u a n Ja- Autor la suerte que le esperaba; pero habiendo sido remitidas á
c o b o con Teresa y su madre á establecerse en la Ermita, y en Francia las pruebas de esta obra, bajo sobrescrito á Mr. de Ma-
aquel sitio se dedicó á componer diversas obras que le pusieron en lesherbes , director de la librería , el cual las corregía , Rousseau
la primera clase de los escritores que mas han ilustrado la literatu- tuvo su patrocinio; y contando p o r otra parte con el favor público,
ra moderna : mas no tardó en ocasionar amarguras á su vida una se creia á cubierto de toda persecución y vivia en nna perfecta
pasión ciega. ¡No pudo ver sin prendarse y enamorarse de ella á la seguridad, cuando el príncipe de Gonti hizo advertirle que el Par-
condesa de Houdetot, cuñada de madama E p i n a y , aunque sabia lamento habia mandado prenderle : el mariscal de Luxemburgo
que era intima amiga y querida de Estauislao Lambert. El resulta- quiso facilitar su fuga, y Rousseau se propuso pasar á Suiza;
do de este loco amor fué su desavenencia con madama E p i n a y , mas apenas habia llegado á I v e r d u m , cuando supo que el Emi-
con Diderot y casi todos sus demás amigos. Acusándole lodos de lio habia sido quemado en Ginebra por mano del verdugo, y que
traición, se creyó desde entonces cercado de lazos y emboscadas ; allí, lo mismo que en Paris, se habia decretado la prisión del Au-
dejó la Ermita y fué á establecerse en M o n t m o r e n c i , en el rigor
tor. Amenazado el filósofo p o r el senado de B e r n a , obligado á
del invierno, en uu cuarto cuyo techo de tablas podridas a m e n a -
huir de nuevo , encontró por fin asilo en el principado de Neu-
zaba ruina. Allí recibió Rousseau la visita del mariscal de Lujem-
chatel, y obtuvo el consentimiento del rey de Prusia para residir
b o r g o , quien queriendo d e s a r m a r á aquel fiero enemigo de las
en el lugar de Motiers-Travers, donde el gobernador de la pro-
preeminencias sociales, á fuerza de obsequios, argumentos y con-
vincia milord K e i l h , conocido mas bien b a j o el n o m b r e de mi-
sideraciones le obligó á que aceptase u n alojamiento en la quinta
del duque de Montmorenci, donde tuvo la libertad de vivir segnn lord mariscal, le asignó u n a corta pensión vitalicia. E n t o n c e s por
sus gustos. Dió á luz pública la Nueva Eloísa en 1759, y el buen un efecto de fantasía adoptó J u a n Jacobo el traje armenio , y
éxito que tuvo esta obra escedió á las esperanzas aun del mismo renunciando las letras se puso á hacer cordones con herretes, tra-
a u t o r , que decia: «El que no idolatre á mi Julia no sabe lo que bajando en la puerta de la calle como las mugeres del lugar, y con-
es necesario amar , y el que no es amigo de San P r e u x , n o puede versando con los pasajeros. Sin embargo , no pudo prscindir de
serlo mió.» Sin embargo de esto, trabajaba Rousseau en nn libro contestar al mandamiento del arzobispo de Paris que acababa de
mas serio , cual era un tratado de educación , cuyo proyecto y ob- anatematizar el Emilio, y publicó la Carta de Rousseau dMr. de Beau-
jeto habia revelado en la última parte de la Nueva Eloísa. Viendo mont , muy superior en estilo y lógica á las Cartas escritas por La
que se habia tolerado en su Julia una especie de devocion para- Montaigne , las cuales compuso consecutivamente contra los clé-
d o j a l , confió en que u n vicario saboyano, confesando que el rigos de G i n e b r a , y que movieron coulra él nuevas tempestades.
Evangelio hablaba en su corazon pudiese proclamar impune- El cura protestante de Monlmollin tomó efectivamente la deter-
mente una religión sin culto y nna moral sin dogmas. Es oportu- minación de escomulgarle, con lo cual se amotinó en tal manera
no decir que á pesar de las reconvenciones que se hacen al Emilio, contra él el populacho de Motiers, que se vió otra vez obligado á
esta obra no deja de ser considerada como el mas bello monumen- huir. Encontró un asilo en la isla de S. Pedro, situada en medio del
to de la gloria literaria de Rousseau, pues en ella particularmente lago de Bienne; pero á pocas semanas y en una estación rigurosa se
se hamostrado con una alta superioridad el genio del grande ob- recibió nna orden del Senado de B e r n a , la cual le a r r a n c ó repen-
tinamente de las pacíficas ocupaciones con que pasaba su vida en
DE J . 3. ROUSSEAU. XVII
aquella soledad, y le forzó á dejar aquel suelo dentro d e veinte y
hombre tan estraordinario murió en 3 de julio de 1778 e n E r m e -
cuatro horas. David Hume, el historiador inglés, le facilitó medios
nonwille, en una posesion del marqués de Girardin. Diversas per-
para pasará Inglaterra, y le dispensó muchos y grandes favores, sin
sonas de quienes no se puede sospechar qne sean enemigas d e
descuidar ninguna de las precauciones necesarias para no ofender
Rousseau, inducidas por la preocupación de los disparates que
un gomo t . n caviloso , exasperado mas y mas cada dia por las des-
hizo durante su vida han formado u n problema de la causa de s u
gracias. Empezaba Rousseau á dedicarse nuevamente á sus ocupa-
muerte; le han acusado de haber atentado á sus dias, a p o y a n d o
c.ones favoritas en una casa de su gusto y su elección, situada
esta acusación en pormeiiores que parecian darle alguna probabi-
cerca de Wootton en el Derbyshire , cuando un nuevo incidente
lidad. Pero la justificación verbal de los médicos y diversos testi-
le hizo ver toda la Inglaterra contra él, y á David Hume con sus
gos no menos auténticos han probado que la muerte de Juan San-
cómplices ocupados en hacerle perecer en Wootton de pesar y
tiago Rousseau fué natural ; y esta opinion es hoy dia la mas vá-
de miseria. La causa de este sobresalto y de la ruidosa disensión
lida. Fué enterrado en la isla d é l o s Alamos en Ermenonwille ,
que esto p r o d u j o era una supuesta carta del rev de Prusia , eu la
donde aun se lee en su antiguo sepulcro la inscripción siguiente,
cual ponían eu ridículo la manía del filósofo ginebrino de creerse
que era su divisa:
perseguido del m u n d o entero. Ageno estaba Hume de esta burla,
pero no su amigo Walpole, que despl.es declaró ser autor de ella.
VÍTAM IAIPEISDERE V E P . O .
Rousseau , á quien p o r otra parte no le gustaba la Inglaterra, dejó
aquella nación en 1767 , á los diez y seis meses de residencia en
Pero en 11 de octubre de 1794 fueron retiradas de allí sus cenizas,
ella , y volvió á Francia donde el modo afectuoso con que fué re- á pesar de las vivas reclamaciones de Mr. de G i r a r d i n , para deposi-
cibido debiera haberle curado para siempre de sus sombrías qui- tarlas en las bóvedas del Panteon de Paris, hoy dia santa Genove,
meras. Ofrecióle el príncipe de Conti un asilo en su palacio d e T r y e va , donde se hallan con las de Voltaire. En su féretro se lee e n
cerca de Gisors ; y Juan Jacobo vivió en él algún tiempo b a j o el francés lo que traducimos :
n o m b r e de Renán; pero muy luego se creyó cercado de espías, y
se marchó para ir á herborizar en las cercanías d e León . de Gre-
Aquí reposa el hombre de la naturaleza y la verdad.
noble y C h a m b e r y , y aparentó querer establecerse por último en
Monquin, á legua y media deBourgoiu, donde casó con su Teresa
en 1768. Al año de residencia en aquel l u g a r , atormentado mas El caractcr moral de este hombre célebre , dice uno de los biógra-
fos de J. J. Rousseau, parece imposible de analizar. Es un com-
que nunca de sus tristes visioues, tomó repentinamente la resolu-
puesto de elementos tan contradictorios , qne uno está siempre ad-
ción de volver á Paris, y en 1770 consiguieron sus amigos que las
mirado de encontrarlos reunidos en un mismo individuo. Rousseau
autoridades tolerasen su permanencia en aquella capital. A fines
es sin embargo uno de los escritores que mejor han pintado su ca-
de 1772, y á ruegos de un noble polaco, el conde de VVielhorski,
rácter en sus obras, particularmente en su Correspondencia fami-
escribió Rousseau sus Consideraciones sobre el gobierno de Polonia.
liar. El entusiasmo de los que G r i m m llama devotos de Juan Ja-
Su incansable monomanía le dictó despues algunos diálogos en cobo , ha hecho de él un hombre cabal ; una prevención cpntraria
qne hace su apología con un numen y una frescura de estilo que le ha pintado con rasgos h o r r e n d o s : es muy justo confesar los vi-
desdicen de los hielos de la edad. Otro tanto se puede decir de sus cios de un h o m b r e que no ha sido escaso en disfamarse hasta a s í
Ilusiones, de las cuales la última, que ha quedado incompleta, es- m i s m o , pero tampoco se le pueden negar muchas virtudes dignas
tá dedicada al doloroso recuerdo de madama W a r r e u s , que hacia de los tiempos antiguos. Sencillo en sus gustos, enemigo de u n lu-
mucho tiempo que habia muerto , y que no se habia apartado ja- jo vano , sobrio y desinteresado, quiso mas bien carecer de lo ne-
mas de la méate del filósofo á pesar de tantas vicisitudes. Este cesario, que comprar lo superfluo á costa de su independencia. E n
el tiempo qne sus libros enriquecían á casi todos los libreros de
E u r o p a , bebia agua en una de sus comidas, a h o r r a u d o para be-
b e r en la otra una poco de vino puro. Con u n alma fogosa é irasci-
ble 110 conoció la envidia , los celos ni las mezquinas venganzas tan
familiares á los literatos. Aunque escarnecido por Vollaire, le hizo PROLOGO.
justicia, y p u d o aborrecerle sin insultarle jamás. Fastidiábale el
t r a b a j o , particularmente en el b u f e t e : el movimiento del paseo ,
la perspectiva de los campos y los bosques hacian su imaginación
fértil y fecunda para escribir. Inspirábale maravillosamente el re-
cuerdo de los lugares que habian sido teatro de los principales LAS ciudades populosas necesitan de espectáculos, y de novelas
acontecimientos de su vida, ü n á r b o l , un a r r o y o , un peñasco, los pueblos corrompidos. He visto las costumbres de mi t i e m p o ,
testigos de su felicidad, merecian de él un reconocimiento que ne- y he publicado estas c a r t a s : ¡ojalá hubiera vivido en u n siglo en
gó no pocas veces á los beneficios de los hombres. Ademas de las que hubiera tenido que tirarlas al f u e g o !
obras ya mencionadas, y su Botánica , obra adornada de 65 lámi- Aunque aquí solo el título de editor t o m o , yo propio he c o m -
nas iluminadas, publicada en Paris en i 8 o 5 , un tomo en f o l i o , puesto parte de este l i b r o , y no lo disimulo. ¿ L o he h e d i ó todo,
habia meditado Rousseau unas Instituciones políticas, de que úni- y no es mas que una ficción esta correspondencia? Qué os i m p o r -
ta , cortesanos? en todo caso es ficción para vosotros.
camente publicó el resumen que se ha hecho t a n famoso b a j o el
título de Contrato social. E n su primer discurso se habia declarado Todo hombre de bien debe responder de los libros que p u -
contra la literatura ; en el Discurso sobre la Desigualdad de las cla- blica : p o r tanto me nombro al frente de esta colecciou. no para
ses ó condiciones se declaró contra la civilización , y en el Contrato apropiármela, sino para salir por ella. Si es m a l a , i m p ú t e n m e l a ;
si es buena , no quiero q a e me atribuyan la honra de lo que valie-
social contra toda organización política existente. Esta obra se re-
re. Si es malo el libro , tanta mas obligación tengo de reconocerlo
d u j o toda ella á esta idea: que no hay mas soberanía que la sobera-
por mió , porque no quiero ser tenido en mas de lo que valgo.
nía de t o d o s ; que esta es omnipotente, es decir, sumamente justa ;
que no puede engañarse, ó á lo menos que aun engañándose sn Por lo que á la verdad de los sucesos respeta, declaro q u e ha-
acción debe ejercerse irrevocablemente; que esta soberanía n o biendo estado varias veces en el país de los dos amantes, nunca
oí hablar ni del barón de Etange, ni de su h i j a , ni del señor de
p u e ^ e s e r e n a g e n a d a , ni distribuida, ni representada. Este sistema
O r b e , ni de milord Eduardo B o m s t o n , ni del señor de VVdlmar;
fué el código de los convencionales, quienes hicieron colocar el
también advierto que está la topografía groseramente equivocada
busto del Autor en el salón de sus sesiones. Estas son las noticias
en varios p a r a j e s , ó sea para engañar mas bien al lector , ó por-
probablemente mas exactas que sobre la vida de tan célebre filó-
que efectivamente la ignoraba el autor. Esto es cuanto puedo d e -
sofo se han recogido; sin embargo , como las opiniones de este
cir; piense ahora cada uno como le parezca.
h o m b r e estraordinario le h a n suscitado enemigos entre los escri-
tores de varias clases, y también admiradores fanáticos, y como No es bueno este libro para correr por el mundo , y petará á
cada uuo ha procurado pintarlo con el colorido que convenia á • poquísimos lectores , disgustará sa estilo á las personas d e gusto
sano-, la materia asustará á los sugetos severos; los que no creen
sus miras, debe el lector valerse de una crítica desapasionada y
que haya virtud encontrarán todos los afectos fuera de la natura-
racional para juzgar d é l o s hechos y prescindir de los comenta-
leza. Debe desagradar á los devotos, á los libertinos , á los filóso-
rios que haya podido inspirar el espíritu de p a r t i d o , objeto que
fos; r e p u g u a r á las mugeres fáciles, y escandalizar á las h o n r a -
liemos tenido presente al redactar la vida del Autor de La Nueva
das. Pues á quien agradará P Acaso á mí solo , pero es cierto que
Heloisa.
no agradará medianamente á nadie.
El que se quiera determinar á leer estas cartas se Ira de a rmar
de paciencia, para aguantar los yerros de gramática, el estilo en-
fático y c h a b a c a n o , y jos pensamientos vulgares espresados en
términos altisonantes ; de antemano debe saber que los que I a |
escribían no eran franceses, ingenios a g u d o s / a c a d é m i c o s , filoso-f
JULIA,
ó
t o s ; sino gentes de una provincia, -estranjeros , solitarios , mozos
y cas, n i ñ o s , que en sus novelescas imaginaciones c o n f u n d e n con
Ja liiosofia los honrados desvarios de su cerebro. LA N U E V A HELOISA.
¿Porque he de reparar en decir lo que pienso ? Esta coleccion
con su estilo gótico es m e j o r para las mupeies que los libros de
filosofía, y también puede servir para las que en medio del des-
arreglo de su vida han conservado algún a m o r á la honestidad. E n
PRIMERA PARTE.
cuanto á las doncellas, eso es otra cosa. NnnCa leyó novelas una
casta doncella , y á esta le he puesto un titulo bastante claro, CARTA PRIMERA. falta de esperanza, dicta en tal caso le
para que así que la a b r a n , sepan de que naturaleza es. La d o n c e - prudencia, y ya la habria tomado si en
A JULIA. la ocasion presente se pudiera avenir con
lla que no obstante el título se atreva á leer una sola página, ya esta la obligación. Mas ¿como me he de
FUERZA e s , señorita, huir de V . ,
es perdida , pero no impute á este libro su pérdida , que ya estaba bien lo veo: ¡asi no lo hubiera dilatado retirar con decoro de una casa^dogde
tanto, ó por mejor decir, asi nunca la me ha llamado la señora de ¿lia, que
el daño hecho. Una vez que ha comenzado, que siga, porque na- tanto me agasaja, y que me cree útil á
hubiera á V. visto! Mas ¿que he de
da tiene ya que perder. hacer ahora ? Por donde tiraré? V. me lo que mas en el mundo quiere? Como
ha prometido que será mi amiga; vea he de frustrar a tan tierna madre del
Si un varón austero repasando esta coleccion, se enfada des- gusto de ver á su esposo pasmado un
mis dudas y saqueme de ellas.
de las primeras páginas, lira encolerizado el libro . y se enoja con- Rien sabe V. que entré en su casa
día con los adelantamientos de V., en
materias que de intento nunca le ha di-
tra el editor, no me quejaré de su injusticia; porque puesto en su á ruegos de su señora madre, que no- cho que V. á ellas se aplicaba? He de
lugar acaso hubiera yo hecho otro tanto; Si despues de haberla ticiosa de que yo tenia alguna instruc- tener la descortesía de irme sin decirle
ción en materias amenas, creyó que nada ? Le declararé el motivo de mi au-
leido toda entera, se atreviese .alguno á censurarme p o r haberla en un pais donde no hay buenos maes- sencia? No se dará por ofendida con
p u b l i c a d o , dígalo, si quiere, á todo el m u u d o , pero no me lo tros podria servir de algo para la edu- semejante confesion de un hombre tao
cación de una hija á quien adora. Ufano desigual por su nacimiento y caudal á
venga á decir á m í , porque se que no podria en mi vida estimar yo de ornar con algunas flores tan de- su hija?
al tal hombre. leitoso veijel, sin prever los riesgos,
ó sin temerlos, tuve la osadía de admi- Solo un medio v e o , señorita, para
I d , buenos personajes con quienes con tanta c o m p l a c e n c i a / tir tan peligroso encargo. No diré á V. salir del atolladero: y es que la mano
que empiezo á pagar la pena de mi que en él me ha sumido me saque, que
he vivido, y que tantas veces me habéis consolado de los agra- arrojo; espero no propasarme nunca á vengan de V. mi culpa y mi castigo,
vios de los malos. Id á buscar á vuestros semejantes , y huid de decir cosas que no es decente que V. y que por lastima á lo menos se digne
las ciudades que no los hallaréis en ellas. Id á las humildes so- las oiga, faltando al respeto que mas arrojarme de su presencia. Enseñé'V.
que á la hermosura y elevada cuna de esta carta á sus padres, haga que me
ledades á consolar á alguna pareja de fieles esposos, cuya Union V., á la pureza de sus costumbres debo. cierren la puerta, despídame como gus-
con los embelesos de la vuestra se estreche; á algún hombre ioge-3 Si padezco, tengo á lo menos el consue- te; todo cuanto de V. venga lo llevaré
lo de padecer soto; ni quiero uua fe- con paciencia, pero no puedo irme por
nuo y sensible que sepa amar vuestro estado ; á algún solitario f a s - J licidad que pudiera costar algo á la di- mí propio.
tidiado del m u n d o , que auu desaprobando vuestras culpas y erro- cha de V.
Echarme V.! irme yo! y porque? Por-
res diga enternecido : Al,! estas eran las almas que la mía ne- que es detito rendirse al mérito, y amar
No obstante, cada día observo y co-
cesitaba ! nozco que, sin culpa y sin querer, agrava lo que merece ser honrado! No, her-
V. males que ni puede compadecer ni mosa Julia; deslumhrados estaban mis
debe saber. Bien sé que resolución, á ojos con tantos atractivos; mas nunca
El qne se qoiera determinar á leer estas cartas se Ira de a rmar
de paciencia, para aguantar los yerros de gramática, el estilo en-
fático y c h a b a c a n o , y \ 0 s pensamientos vulgares espresados en
términos altisonantes ; de antemano debe saber que los que l a |
escribían no eran franceses, ingenios a g u d o s / a c a d é m i c o s , filoso-f
JULIA,
ó
t o s ; sino gentes de uua provincia, -estranjeros , solitarios , mozos
y cas, n i ñ o s , que en sus novelescas imaginaciones c o n f u n d e n con
Ja liiosofia los honrados desvarios de su cerebro. LA N U E V A HELOISA.
¿Porque he de reparar en decir lo que pienso ? Esta coleccion
con su estilo gótico es m e j o r para las mupeies q „ e los libros de
ulosofia , y también puede servir para las que en medio del des-
arreglo de su vida han conservado algún a m o r á la honestidad. E n
PRIMERA PARTE.
cuanto á las doncellas, eso es otra cosa. Nunca leyó novelas una
casta doncella , y á esta le h e puesto un titulo bastante claro, CARTA PRIMERA. falla de esperanza, dicta en tal caso le
para que así que la a b r a n , sepan de que naturaleza es. La d o n c e - prudencia, y ya la habria tomado si en
A JULIA. la ocasion presente se pudiera avenir con
lla que no obstante el título se atreva á leer una sola página, ya esta la obligación. Mas ¿como me he de
FUERZA e s , señorita, huir de V . ,
es perdida , pero no impute á este libro su pérdida , que ya estaba bien lo v e o : ¡asi n o lo hubiera dilatado retirar con decoro de uua c a s a ^ d o g d e
tanto, ó por mejor decir, asi nunca la me ha llamado la señora de ¿lia, que
el daño hecho. Una vez que ha comenzado, que siga, porque na- tanto me agasaja, y que me cree útil á
hubiera á V. visto! Mas ¿que he de
da tiene ya que perder. hacer ahora ? Por donde tiraré? V. me lo que mas en el mundo quiere? Como
ha prometido que será mi amiga; vea he de frustrar a tan tierna madre del
Si un varón austero repasando esta coleccion, se enfada des- gusto de ver á su esposo pasmado u n
mis dudas y saqueme de ellas.
de las primeras páginas, lira encolerizado el libro . y se enoja con- Rien sabe V. que entré en su casa
dia con los adelantamientos de V., en
materias que de intento nunca le ha di-
tra el editor, no me quejaré de su injusticia; porque puesto en su á ruegos de su señora madre, que no- c h o que V. á ellas se aplicaba? He de
lugar acaso hubiera yo hecho otro tanto; Si despues de haberla ticiosa de que yo tenia alguna instruc- tener la descortesía d e irme sin decirle
ción en materias amenas, creyó que nada ? Le declararé el motivo de mi au-
leído toda entera, se atreviese .alguno á censurarme p o r haberla en un pais donde no hay buenos maes- sencia? No se dará por ofendida con
p u b l i c a d o , dígalo, si quiere, á todo el m u u d o , pero no me lo tros podria servir de algo para la e d u - semejante confesion de un hombre tan
cación de una hija á quien adora. Ufano
venga á decir á m í , porque se qne no podria en mi vida estimar yo de ornar con algunas flores tan d e -
desigual por su nacimiento y caudal á
su hija?
al tal hombre. leitoso v e i j e l , sin prever los riesgos,
ó sin temerlos, tuve la osadía de admi- Solo un medio v e o , señorita, para
I d , buenos personajes con quieues con tanta c o m p l a c e n c i a / tir tan peligroso encargo. No diré á V. salir del atolladero: y es que la mano
que empiezo á pagar la pena de mi
he vivido, y que tantas veces me habéis consolado de los agra- arrojo; espero n o propasarme nunca á
que eD él me ha sumido me saque, que
vengan de Y . mi culpa y mi c a s t i g o ,
vios de los malos. Id á buscar á vuestros semejantes , y huid de decir cosas que u o es decente que V. y que por lastima á lo menos se digne
las ciudades que no los hallaréis en ellas. Id á las humildes so- las o i g a , faltando al respeto que mas arrojarme de su presencia. E n s e ñ é ' V .
que á la hermosura y elevada cuna de esta carta á sus padres, haga que me
ledades á consolar á alguna pareja de fieles esposos, cuya Union V., á la pureza de sus costumbres debo. cierren la puerta, despídame como g u s -
con los embelesos de la vuestra se estreche; á algún hombre ioge-3 Si padezco, tengo á lo menos el consue- te; todo cuanto de V. venga lo llevaré
lo de padecer s o l o ; ni quiero uua f e - con paciencia, pero no puedo irme por
nuo y sensible que sepa amar vuestro estado ; á algún solitario f a s - J licidad que pudiera costar algo á la di- mí propio.
tidiado del m u u d o , que auu desaprobando vuestras culpas y erro- cha de V.
Echarme V.! irme yo! y porque? Por-
res diga enternecido : Al,! estas eran las almas que la mia ne- que es delito rendirse al mérito, y amar
No obstante, cada día observo y co-
cesitaba ! nozco que, sin culpa y sin querer, agrava lo que merece ser honrado! N o , h e r -
V. males que ni puede compadecer ni mosa Julia; deslumhrados estaban mis
debe saber. Bien sé que resolución, á ojos con tantos atractivos; mas nunca
hubieran los de V. triunfado en ini co- los míos sus facciones, sus movimientos, para mí esa frialdad, veria cuan grande
á proporcion del numero de espectado-
razon sin otro mas poderoso, que todos su talla, sus brazos, sus manos, sus ru- es mi castigo. ¡Con cuantas ansias desea-
res. En vez de eso, la veo á V. siem-
los anima, y que consiste en la ine- bios cabellos; frustre la codiciosa im- pre confusa gastando ceremonia cuando ra yo deshacer lo hecho, y que nunca V.
fable unión de una serenidad que jamas prudencia de mis miradas; retenga esa! nos hallamos solos, y libre delante de hubiera visto la funesta carta! No con
se altera con la sensibilidad mas esqui- voz penetrante que nunca oigo sin tur-| la gente. Dígnese V. de mostrarme mas el temor de ofenderla auu á V . , tampo-
sita, en la mas tierna compasion á los barme todo, sea V . , ay! otra que V | igual trato, y acaso será menor mi tor- co escribiría esta si no hubiera escrito
ágenos males, en la sana razón y seguro para que pueda volver en sí mi corazon. mento. la primera, y no quiero doblar mi cul-
tino, acendrados frutos de una alma pura: pa , sino remediarla. ¿Diré para apla-
He de hablar sin rebozo? En los j u c Si la compasion, tan natural en las
en una palabra, mas que las prendas cor- gos que á veces jugamos a prima noche, car á V. que yo propio me engañaba, y
personas de buena Índole puede enter- que no era amor lo que sentía mi cora-
porales adóro en V. las de su animo. delante de todo' el mnndo permite V. necer a V. al contemplar las penas de
Norabuena que imaginen otros muger que tome una cruel libertad no menos zon ? ¡ Yo pronunciar tan odioso perju-
iiu desventurado á quien ha manifestado rio ! ¿ Es diguo albergue de una vil men-
roas bella que V . , todavia; empero mas yo que los demás. Poco faltó ayer mismo alguna estimaciou, menos violenta se tira el corazon donde V. reina? Ah! sea
amable, mas digna de cautivar elcorazon para que en penitencia me dejara dar- hará su situación, y mas llevaderos sus en buen hora infeliz si he de serlo ; no
de un hombre de bicu, no, Julia, no es le un beso, apenas V. se resistía; por males y su silencio con alguna ligera por eso seré cobarde ni falso , ni puede
posible. fortuna desistí yo del empeño, porque mudanza en la conducta de V. Si no le negar mi pluma el delito que cometió mi
A veces me atrevo á lisonjearme de v i , por la agitación que en mi pecho mueven á V. su paciencia ni su desgra- corazon.
que hemos debido al cielo, no menos se levantaba, que me iba á perder cia, y si quiere usar del derecho de
cierta conformidad de afectos que de y me contuve: si á lo menos hubiera po- perderle, puede hacerlo sin que él se De antemano siento todo el peso del
inclinaciones é ideas. Todavia tan jóve- dido saborearle á mi gusto, hubiera queje, que todavia mas quiere morir enojo de V-, v aguardo sus últimos efec-
nes nada en nosotros altera nuestras na- sido este beso mi aliento postrero, v ha- por orden de V. que por un imprudeute tos como un favor que á falta de otros
turales inclinaciones, y parece que en bría espirado el mas feliz de los hom- rebato que á los ojos de V. le hiciera me debe ; porque el fuego que me con-
ambos son las mismas. Antes de haber bres. Por Dios, abandonemos juegos que culpado. En lio de cualquier modo que V. sume es acreedor á castigo, mas no á
d a j o oidos á las preocupaciones todas tan fatales consecuencias pueden acar- de mi suerte disponga, á lo meuos no desprecio. Por lastima no me abando-
uniformes del mundo, tenemos un mismo rear. No; ni uno solo hay que no ten- me podré achacar que formé temerarias ne V. á mí propio; dígnese á lo menos
modo de ver y de pensar : ¿porqué pues ga peligro, hasta el mas pueril de todos. esperanzas; y si ha leído esta carta, ah disponer de mi suerte, y decirme su vo-
no me he de atrever á imaginar que Siempre me temo dar con su mano hecho V. todo cuanto yo me atrevería á luntad. Mi obediencia será ciega , cua-
reina en nuestros corazones la misma de V., y no sé como es que siempre solicitar, aun cuando no tuviera que lesquiera que sean las órdenes de V.
:
armonia que en nuestro entendimiento? doy con ella. Apenas la tengo cu la mía, temer repulsa. ¿Me impone V. eterno silencio? sabré
A veces se encuentran nuestras miradas, me sobrecoge una palpitación general; violentarme y observarle. Me arroja V.
s e eshalan á un tiempo nuestros suspi- me da el juego calentura, ó mas bien de su presencia? juro que nunca me
r o s , y mal ahogada una lagrima!... Ah! delirio, y en estos instantes de desvario C A R T A IT. verá. Me manda V. morir ? ah ! no será
Julia, ¡si esta consonancia fuera !.. si ¿que puedo decir, que hacer, donde es- A~JULIA. lo mas Uificil la muerte. No hay manda-
uos hubiera destinado el cielo!... todas conderme, ni como saber de mi? miento que yo no cumpla, corno uo sea
las fuerzas humanas... Perdón, que me ¡ CUAN engañado estaba. señorita, el de no amar á V . , y este mismo le
pierdo, mis deseos se tornan esperanzas, Otro inconveniente sobreviene en nues- cuando escribía la pasada! Mis males en obedecería si me fuera posible.
y el ardor de ellos sueña allanados los tras lecciones. Si veo á V. un momento vez de recibir alivio, se lian acrecentado,
imposibles. sin su madre ó su prima, de repente mu- esponiendome á la desgracia de V . , y Tentado me hallo cien veces al dia á
da de semillante, y se torna tan seria, reconozco que el peor de todos es incur- arrojarme á las plantas de V. , bañarlas
Con susto contemplo los tormentos tan fria y displicente, que me priva de rir eu su desagrado. El silencio de V., con lagrimas , y alcanzar mi perdón ó
que se prepara mi corazon. A o quiero mi presencia de animo mi razón, el su frialdad y reserva sobrado á las cla- mi muerte; mas siempre un susto mor-
halagar mi pasión; aborrecerla, si fuera respeto y el recelo de su desagrado; v Tas me anuncian mi desgracia. V. para tal hiela mi animo, me tiemblan las ro-
posible, querría; conozca V. si es puro apenas puedo decir temblando algunas mí mayor tormeuto ha dado cu parte oi- dillas y no aciertan á doblarse , muere
mi afecto por la gracia que le pido. palabras de una lección quC con toda . dos á mis ruegos: la voz en mis labios, y no encuentra mi
Agote V., si puede ser, la vena del ve- la sagacidad de su entendimiento no pue- 5 alma fuerza ninguna contra el temor de
neno que me alimenta y me mata; sa- de V. comprender. Esta desigualdad que ! Y cuando de mi amor ya cierta fuiste. enojar á V.
nar ó morir es lo que quiero, é imploro V. afecta perjudica asi á entrambos; me I Aprisionaste las doradas trenzas, . ¿ Hay en el mundo situación mas hor-
los rigores de V., como imploraría sus desconsuela V. y no se instruye, sin po- j Ni en mi los bellos ojos mas pusiste. rorosa que la mía ? Conoce nñcorazon
favores otro. der yo atinar con el motivo que hace
No rae trata V. ya cu público con la el esccso de su culpa , y uo puede arre-
Si: yo ^prometo y juro esforzarme cuan- que mude asi de humor persona de tanto inocente conBanza que antes solia, y de pentirse de ella ; le agitan de continuo
to en mi esté para recuperar la razón, juicio. Permita V. que le preguute como el remordimiento y el delito, y no sa-
que loco vo me quejaba; peró es V. mas
ó concentrar dentro de mi alma la agi- puede sec tan alegre delante de gente, severa cuando estamos solos_, y da igual biendo cual lia de ser mi destino, ane-
tación que,en ella siento, mas desvie y tan sería cuando está sola. Yo pen- ejercicio i su ingenioso rigor lo que nie- gado en indecibles dudas fluctuó cutre
V. por compasion de mi esos serenos saba que debería ser todo lo contra- ga que lo que otorga. la esperanza de la clemencia y el temor
ojos que me dan muerte; esconda de rio, y que la seriedad habría de ser del castigo.
Si V. pudiera saber cuan dolorosa es
Pero nada espero , nada tengo dere-
cho á esperar. El único favor que de V. ptuvic II. E S Q U E L A DE JULIA. y la modestia, y las cultivaba en mi sen-
aguardo es que acelere mi muerte, sa- sos de la tristeza de V. son los que me cilla y laboriosa vida. ¿ D e que me ha
han hecho conocer mí mal. Nunca, nun- No señor; despues de los afectos que
tisfaciendo su justa venganza. ¿ No es servido una diligencia que ha desechado
ca el fuego de los ojos de V . , lo encar- V. ha aparentado, despues de lo que se
suficiente desventura verme obligado á el cielo ? Desde el dia primero que tu-
nado de su tez, la viveza de su enten- ha atrevido á decirme, un hombre como
solicitarla yo propio ? Castigúeme V . , ve la desdicha de verte, bebí el veneno
dimiento , todos los donaires de su pa- Y. ha fingido que era no se va, que
que debe hacerlo; pero si no es despia- que mis sentidos y mi razón corrompe,
sada alegría, hubieran producido efecto i hace mas todavía.
dada deje el semblante de frialdad y de- 1c bebí en aquel primer instante, y tus
sabrimiento que me desespera : cuando semejante al de su descaecimiento. No lo ojos, tus afectos, tus razones, tu delin-
RESPUESTA.
envían á un reo al suplicio no se mani- dude V . , divina Juba, si pudiera ver en cuente pluma cada dia mas mortífero le
fiesta con él airado su juez. cuanto incendio han abrasado mi alma Lo único que yo he fingido es una pa- hacen.
estos ocho dias de quebranto, lamenta- . sion moderada, cuando mi pecho se par-
ría V. propia los males que me causa. tía de desesperación. Mañana será V. Nada he omitido para atajar los pro-
CARTA III. De hoy mas ya no tienen remedio, y veo contenta, y cualquiera cosa que diga, me- gresos de esta fatal pasión. No pudiendo
con la desesperación que no se apagará nos habré hecho que yéndome. resistirla quise preservarme de sus em-
A JULIA. hasta el sepulcro el fuego que me con- bates , y tus persecuciones ban frustra-
do mi prudencia vana. Cien veces he
No se impaciente V . , señorita , esta sume... No importa, quien no puede dis- III E S Q U E L A DE JULIA.
frutar la felicidad, podia á lo menos me- querido arrojarme á los pies de los au-
será la postrera que V. de mi reciba.
IKSASO! si aprecias mi vida, tiembla tores de mi vida, abrirles mi corazon
Cuando yo empecé á querer á V. es- recerla , y yo sabré precisar á V. á que
• de privarte de la tuya. Estoy rodeada de culpado : no pueden saber lo que en él
taba muy lejos de prever la suma de ma- estime á un hombre á quien no se. ha
5 gente, y no puedo ni hablar, ni escribir pasa, y querrán aplicar remedios camo-
les á que me esponia. Solo veía al prin- dignado de darle respuesta ninguna. Mo- nes á una enfermedad mortal; mi madre
i á V. hasta mañana.
cipio los de un amor sin esperanza, zo s o y , y un día puedo graogearme el es débil y no tiene autoridad, conozco
que puede á fuerza de tiempo dominar ser tenido en lo que no soy ahora. En- la severidad inflexible de mi padre, y
la razón; luego conocí que era mayor tretanto debo restituir á V. el sosie»o CARTA IV.
solo lograría perder y deshonrar á mí, á
mal todavía el temor de incurrir en el que vo para siempre he perdido, y de DE JULIA. mi familia y á ti propio. Está ausente mi
desagrado de V. , y ahora padezco el que privo á V. aquí contra mi voluntad. amiga, ha muerto mi hermano; no ten-
mas crudo de todos en el sentimiento de Justo es que yo solo sufra el castigo de EN fin es necesario que descubra mi
go en el mundo protector nioguno con-
sus penas de V . , Julia; veo con amar- un delito de que soy el ouico reo. A

I
fatal secreto tan mal encubierto. Cuan- tra el enemigo que me persigue; imploro
gura que mis quejas turban el sosiego D i o s , hermosísima Julia; viva V. en paz, tas veces he jurado que solo con la vida en balde el cielo; el ciclo es sordo á los
de V. , y aunque observa obstinado si- y recobre su alegría, que desde maña- saldría de mi pecho! El peligro de la tu- ruegos de los desvalidos. Todo atiza el
lencio, todo manifiesta á mi corazon las na no me volverá á ver. Viva V. cierta | ya me le arranca, huye de mí, y con el fuego que me abrasa; todo me abando-
zozobras que á V. agitan : sus ojos de V. de que el ardiente y puro amor que me ' honor. Ay que sobrado cumplida está mi na á mí propia, ó por mejor decir todo
se clavan en la tierra pensativos y mus- ha abrasado no se estinguirá mientras palabra! ¿ Que muerte mas cruel hay que me entrega á ti, parece cómplice contigo
tios , algunas inquietas miradas se di- viva, y de que lleno mi corazon de ob- • la de sobrevivir á su honor? la naturaleza entera; son vanos mis es-
rigen hacía m í ; los vivos colores de V. jeto de tan alto merecimiento , nunca s e Que diré? como romperé tan penoso fuerzos todos, y te adoro á despecho de
se marebitan, nna amarillez no natural podrá eovilecer , y tributará de hoy mas < silencio ? Mas antes ¿no lo he dicho yo to- mí misma. ¿Como ahora podré c e d e r á
descolora sus mejillas; i la antigua va únicamente su homenaje á V. y á la vir- do ? no me has entendido tú ? Ah! lo que medias mí corazon que con toda su fuer-
muerta alegría ha sucedido una mortal tud, sin que se le vea profanar por otros has visto sobra para adivinar lo demás, za no ha podido resistirte ? Y este cora-
tristeza , y solo la inalterable serenidad fuegos el ara donde Juh'a fué adorada. i Por grados arrastrada á los lazos de un zon que nada sabe disimular, como te ha
de su alma la preserva i V. de ratos de I vil seductor, veo sin poderme detener de ocultar el resto de su flaqueza? Ah !
mal humor. !. d horrible despeñadero donde voy á el primer paso, el que mas cuesta es el
ESQUELA PRIMERA DE JUMA.
} precipitarme. Hombre artero! mi amor que no debiera haber dado. Como me de-
Va sea sensibilidad, desden ó compa- No se vaya V. con la opinión de que mas que el tuvo ha sido causa de tu tendré ahora en los demás? N o : de este
sión de mis males, veo que Y. está afli- era necesaria su ausencia. Un pecho vir- osadía. Ves el delirio de mi corazon, me veo arrastrada al abismo , y puedes
gida , temo contribuir á su aflicción, y tuoso sabría vencerse y callar, y acaso i y de ¿1 te vales para perderme, y cuan- hacerme tan desgraciada cuanto quieras.
este temor me causa mas pena que satis- hubiera sido peligroso. Pero V... ya pue- i do me haces despreciable, el mas cru-
facción pudiera la esperanza que de ella de V. quedarse. do de mis males es verme forzada á des-
debía resultar; porque ó me engaño ó la preciarte. Desventurado! yo te estima- Tan horroroso es el estado en que
felicidad de V- es para mí mas preciosa RESPUESTA. r-. ba, y tú me deshonras! Créeme, sí fue- me veo, que solo á quien á él me ha
que la mia propia. ra tu corazon capaz de gozar en paz traido puedo recurrir para preservar-
MOCHO tiempo viví callariSo, v solo
No obstante cuando á contemplar cu de este triunfo, nunca le hubiera conse- me de mi pérdida, y que debes ser tú mi
los rigores de V. me obligaron á romper único defensor contra ti propio. Bien sé
mi me p a r o , conozco cuan mal habia guido.
el silencio. Si es posible vencerse en ob- que podia diferir esta confesion de mi
juzgado de mi corazon, y muy tarde veo sequio de la virtud, no lo es sufrir el
que lo que al principio había mirado Bien sabes para tu mayor remordi- desesperación,paliar por algún tiempo
desprecio del objeto amado. Me es pre-
como un delirio transitorio decidirá de miento que no había en mi alma incli- mi ignominia, y ceder por grados para
ciso partir.
naciones estragadas. Amaba la honradez engañarme á mí misma. Vanas artes que
podían lialagar mi amor propio, no po-
CARTA V.
ner en salvo mí virtud. Ah! bien conozco, depósito con que ha sido honrado un
CARTA VI.
bien veo las consecuencias del primer A JULIA. mortal y conservarán mi llama y su obje-
yerro; y no querría preparar mi ruina, to su inalterable pureza. Mas me estre- DÈ J U M A A CIARA.
POTENCIAS celestiales, una alma tenia
sino evitarla. mecerá ponerla mano en tus castos atrac-
para el dolor; dadme otra para la felici-í ¿QUIERES acaso, querida prima, pa-
.No obstante, si no eres tú el último dad. Amor, vida del alma, ven á sustente tivos que el mas vil incesto, ni estás mas
sar tu vida llorando á la pobre Challot,
de los hombres;si ha lucido en tu alma tar la miaque desfallece. ¡ Inefable a t r a e ! inviolablemente segura con tu padre que
y que los muertos hagan que eches en
alguna chispa de virtud; si ha» aun en tivo de la virtud, invencible fuerza de la con tu amante. Ah! si este amante ventu-
olvido á los vivos? Razón tienes en sen-
ella algún vestigio de los afectos de ho- voz del objeto amado, felicidad, delei- roso olvidándose alguna vez delante de tí!..
tir su muerte, yo también la siento. ¿Pe-
nor que al parecer te guiaban : ¿ te cree- tes, rebatos , que punzantes son vues- El amante de Julia ser uualma villana! no,
ro ba de ser eterno el llanto? Desde que
ré tan vil que abuses de la fatal confe- tros flechas! ¿quien es capaz de sufrir cuando deje de amar la virtud, ya no te
murió tu madre, te habia criado con la
sión que me arranca mi desvario? No; sus tiros? Como he de resistir yo al tor- amaré, y á mi primer villanía quiero que
mayor terneza, y mas que aya tuya era
te conozco, y sé que sustentarás mi fla- rente de delicias que mi corazon inun. no sigas amandome.
Challot tu amiga, te quería tiernamente,
queza , que serás mi centinela, y me am- da ? como calmaré los sustos de una me- Tranquilízate pues , te lo ruego en y á m í , porque tú me quieres, y nunca
pararás contra m¡ propio corazon. Son jdrosa amante? Julia!.... No; mi Julia de nombre del tierno y puro amor que nos nos dio otros principios que los de la
tus virtudes el postrer albergue de mi ¡rodillas! mi Julia vertiendo lágrimas.... une; á él toca ser fiador de mi respe- razón y el honor. Todo eso lo s é , que-
inocencia; mi honor se atreve á liarse j ella, á quien debiera tributar homenaje el t o , y á él responderte por sí propio. ¿Y rida , y lo confieso con gusto. Pero con-
del tuyo, y no puedes conservar uno sin universo , suplicando al hombre que la porqué han de ser tus temores mayores fieso que gastaba la buena de la mu-
otro; alma generosa, consérvalos ambos, adora que no la agravie, y no se des- que mis deseos? Ni á que otra duda pue- ger poca prudencia con nosotras; que,
y dígnate por tu amor de apiadarte de honre á sí propio!Si pudiera yo enojar- do yo anhelar, si basta apenas todo mi sin que fuera meneiter, DOS fiaba las co-
mi. me contigo, lo haría por sustos que i corazon para la que disfruta? Verdad es sas mas cstrafias; que sin cesar nos ha-
Dios, que afrenta es l a m i a ! de rodi- ambos nos envilecen. Conoce mas, ó pu- que ambos somos mozos, que amamos blaba de las marimas del galanteo , de
llas te escribo, bañando el papel en llan- ra y celestial beldad, la naturaleza de por la primera y única vez de nues- los sucesos de su mocedad, de las astu-
to, y alzando á ti mis humildes suplicas. tu imperio. Ah! si adoro yo tus gracias, tra vida, que no tenemos esperiencia cias de los amantes; y para preservarnos
V no pienses por eso que yo ignoro que ¿no es, mas que por nada, por él sello ninguna de las pasiones. ¿Pero es acaso de los lazos de los hombres, si no nos
á mi me tocaba el recibirlas. y que para del alma sin mancilla que las anima, y cu. un conductor falaz el hanor que nos guia, enseñaba á ponérselos, nos instruía á lo
hacerme obedecer no tenia que hacer yo divino caracter vese estampado en tus ó necesita de una sospechosa esperiencia menos en mil cosas que no tienen para
otra cosa que ser con maña despreciable. facciones todas ? Temes ceder á mi por- que solo á fuerza de vicios se grangea? que saber niñas de nuestra edad. Asi
Admite, amigo, este vano imperio, y de- fía ? Y que porlia puede temer la que de No sé si me equivoco, pero me parece que que consuélate de haberla perdido, c o -
jame la honestidad; mas quiero ser es. respeto y honestidad cubre cuantos afec- moran todos los sentimientos rectos en lo mo de mal que algunas utilidades acar-
clava tuya y vivir inocente que comprar tos inspira ? Hay en la tierra hombre tan interior de mi corazon. No soy yo un vil rea. En la edad que tenemos podrían
tu dependencia á precio de mi deshonra. vil que se atreva á ser contigo ternera-1 seductor, como tú desesperada me lla- traer peligros sus lecciones, y acaso el
Si t e dignas de escucharme ¡cuanto amor, rio ? mas; sí un hombre candido y sensible cielo nos ha privado de ella cuando no
cuanto respeto puedes aguardar de la que que con facilidad manifiesta lo que sien- convenía que estuviera mas tiempo con
te será deudora de. su regreso á la vida! Permite, permite que paladee la ines- ; te y no siente cosa de que se deba aver - nosotras. Acuerdate de lo que me decias
Que de atractivos tiene la serena unión perada ventura de ser amado.... amado ' gonzar,y diciendolo todo en una palabra, cuando perdí al mejor hermano. ¿Quieres
de dos almas puras ! Vencidos tus deseos de aquella... trono del mundo, cuan bajo todavia aborrezco mas el vicio que quiero tú mas á Challot? Tienes mas motivos
serán el manantial de tu felicidad, y los me pareces! Vuelva yo mil veces á leer a Julia. No sé, no, no lo sé, si elamorque para sentir su perdida? Vuelve, querida,
gustos que disfrute dignos del mismo esta adorable carta que en caracteres de tú inspiras es compatible con el olvido de ahora que ya de tí no necesita. Ay! míen-
cielo. fuego pinta tu amor y tus afectos, donde la virtud, y si un alma que no sea hon- Iras que malogras el tiempo en superfluos
en medio del arrojo de uu pecho agitado rada puede llenarse de tus gracias. Por llantos, ¿ no te recelas que se te originen
Creo y espero que un corazon que me contemplo, lleno de alborozo, como en mí cuanto mas ellas me prendan, mas otros mas legítimos? Note espantas, tú que
ha parecido acreedor á prendar el mió uu aliña honrada conservan las pasiones sublimes son mis afectos. ¿Que buena conoces el estado de mi corazon, de aban-
110 desmienta la generosidad que de él mas vivas el caracter sagrado de la vir- acción hay que no hubiera yo hecho por donar á tu amiga á peligros que hubiera
aguardo; y también espero que si tan vi- tud. ¿Quemonstruo, leida carta tan pa- amor de la virtud v que no hiciera ahora obviado tu presencia? Ah! cuantas c o -
llano fuera que de mi "desvario y la con- tética , podría abusar y manifestar coa por merecerte? Ah"! dígnate de fiarte del sas han sucedido desde que tú faltas!
fesiou á que me fuerza abusara, la in- un acto irrefragable un profundo despre- luego en que me has inflamado , y que Te estremecerás cuando sepas los ries-
dignación y el desprecio me restituirían cio de sí propio? N o ; amante adorada, tan bien sabes apurar, y cree que basta gos que por imprudencia mia he corrido.
mi razoo perdida, v no seria yo tan co- fíate de uo fiel amigo que es incapaz de que te adore para respetar eternamente Creo que ya estoy libre de ellos; pero
barde que temiese a un amante que me engañarte. Bien que para siempre haya el precioso depósito que me encargas. me hallo, por decirlo así, á merced age.
avergonzara. 'I'ú serás virtuoso ó despre- yo perdido la razón, y que crezca á cada Oh ! que corazon voy á poseer ! Verda- na , y á tí te toca restituirme á mi pro-
ciado, j o respetada ó sana: esta es la instante la turbación de mis sentidos, dera felicidad,gloría de loque se quiere, pia. Date priesa y vuelve. Nada te he
única esperauza que antes de morir me tu persona será para mí de hoy mas, aun- triunfo de un amor que se honra, cuan- dicho, mieutras que podías servir de al-
^ueda. que el mas codiciado, el mas sacrosanto to mas vales tú que todos sus deleites! go á tu pobre aya, y hubiera sido la
8 LA NUEVA HELOISA , PRIMERA PARTE. 9

primera para exhortarte áque no la aban- habia espuesto: nos instruyó, en mucha] honradeces alevosas con la amistad, la la pobre difunta era habladora, bas-
donaras. Desde que ha muerto debes á cosas, y me parece que sabemos mas de fe, la confianza; y me imagino que tiene tante libre en sus espresiones fami-
su familia tus atenciones, y aqui nos lo que á nuestra edad convenia: la tierna sus maximas propias, sus obligaciones y liares, nada prudente con las niñas,
ocuparemos en ellas de consuno, mejor y estrecha amistad que nos une casi des- sus virtudes cada relación, cada edad; y que gustaba de charlar de sus pasadas
que tú sola en el eampo, y cumplirás con de la cuna ha dado muy tempranas luces que fuera en mí perfidia lo que en otros mocedades; pero lo que yo echo menos
las obligaciones de la gratitud sin que á nuestro corazon acerca de las pasiones prudencia, y que cuando todo esto se no son las prendas de su inteligencia,
se quejen las de la amistad. todas, bien conocemos sus indicios y sonfunde, en vez de hacernos prudentes aunque las tenía escelentes con algunas
efectos; pero nos falta el arte de repri- nos hace perversos. Si es flaco tu amor malas, lo que lloro perdido es su buen
Desde que está ausente mi padre , he« le venceremos, si es cstremado. fuera es- corazon, y su mucho C a r i ñ o , que con
mos vuelto á nuestro antiguo método de mirlas. ¡ Plega á Dios que sepa mejor que ponerle á tragedias combatirle con me- la terneza de madre juntaba la confian-
vida; y mi madre me acompaña mas , á nosotras este arte tu mancebo filosofo! dios violentos, y no conviene á la amis- za de hermana , y que reemplazaba pa-
la verdad mas por costumbre que por Cuando digo yo nosotras, bien me tad bacer prueba de otros que de aque- ra conmigo toda mi familia Apenas, sí,
desconfianza. Pasa en sus tertulias largos entiendes, de tí especialmente hablo: llos de que puede responder. En pago conocí á mi madre; mi padre me quiere
ratos que no quiere que sean perdidos porque, por lo que á mí respeta, siem- cuenta con andar derecho cuando estés cuanto él puede querer; perdimos á tu
para mis estudios, y entonces Babí ocu- pre me decia mi aya que mi atolondra- bajo mi férula: ya verás, ya verás lo que amable hermano, y casi nunca veo á los
pa su puesto con sobrada negligencia. miento me serviria de razón, que nunca es una dueña de diez y ocho años. mios. y estoy como una huérfana des-
Aunque mi escelcnte madre tiene en mí tendría suficiente talento para saberme
amparada. Hija mia, tú sola me quedas,
sobrada confianza, no me atrevo á ad- enamorar, y que era tan loca que jamas Bien sabes que no estoy ausente de ti
porque tu buena madre es t ú ; mira, tie-
vertírselo, y quisiera vivir segura sin haría una locura. Julia mia, mira lo que por gusto mió ; la primavera no es tan
nes razón, tú me quedas. Y lloraba vo !
perder nada en su estimación; tú sola haces; cuanto mas estimaba tu razón, grata en una quinta como tú te figuras;
que loca era! á que venia mi llanto?
puedes componerlo todo. Vuelve, Clara mas de tu corazon se recelaba; ten no se padece calor y frió, en el paseo no se
mía, vuelve sin tardanza. No me gustan obstante buen animo; estoy cierta de encuentra sombra, y es necesario ca-
P. D. Porque no baya contratiempo
las lecciones que me dan lejos de t i , y que hará tu alma todo cuanto pueden lentarse dentro de casa. En mitad de las
dirijo esta carta á nuestro maestro, para
me temo saber en demasía; nuestro pre- hacer el honor y la prudencia; y la mia, obras de albañileria que manda hacer mi
que llegue á tus manos con mas segu-
ceptor no solo es hombre de mérito, no lo dudes, también hará cuanto á la padre, no deja de sentir que se reciba
ridad.
sino virtuoso, y por tanto mas temible. amistad es dado. Si sabemos sobrado aqui la Gacela con mas atraso que en la
Me parece también que me parezco mal para nuestra edad, á lo menos no es ciudad. Asi que, todo el mundo no ansia
á mí propia, y de su edad y la nuestra, nuestro saber en detrimento de nuestras por otra cosa que por volver ahi; y den- CARTA VIII. (1)
con el hombre mas virtuoso, si es ama- costumbres, y cree, querida, que mu- tro de cuatro ó cinco dias espero darte A JULIA.
ble , mas vale ser dos niñas que una sola. chas mozas hay menos instruidas y me- un abrazo. Lo que ine tiene inquieta es
nos honradas que nosotras, que lo somos que cuatro ó cinco dias tienen no sé ¡CUAN estraños caprichos, hermosa
porqne queremos serlo, lo cual, aunque cuantas horas, v muchas de ellas están Julia, tiene el amor! Mi corazon dis-
C A R T A VII. en contrario digan lo que quisieren, es destinadas á estar con el filósofo, con el fruta mas de lo que esperaba, y no
el mas seguro medio de serio. filósofo! me entiendes prima? Piensa está satisfecho; V. me ama, me lo di-
RESPUESTA. bien que dichas horas para él solo han ce, y yo suspiro. Mi injusto corazon
YA te entiendo, y me das que temer; Visto , no obstante, lo que me dices, de dar. No te pongas ahora colorada, se atreve á desear, cuando nada que
no porque creo tamaño el peligro como no tendré rato de sosiego hasta estar á no me bajes los ojos, ni tomes el tono desear le queda, me castiga por sus
tú te le figuras. Tus miedos me quitan tu lado, porque si recelas peligros, no grave; todo eso es imposible, porque no antojos, y me inquieta en el seno de
el mió acerca del dia de hoy; pero me son enteramente quiméricos. cae bien con tu cara. V"a sabes que vo la felicidad. No crea V. que haya echa-
atemoriza el tiempo venidero, y si no te uo puedo llorar sin reirme, y no por eso do en olvido las leyes que se me han
Verdad es que es fácil el preservativo: soy menos sensible, ni tengo menos pe- impuesto ni perdido la voluntad de
puedes vencer sola, preveo desdichas. decir dos palabras á tu madre, y se aca-
Ah! cuantas veces me pronosticó la po- sadumbres por estar lejos de t i , ni sien- guardarlas; pero me agita un despecho
bó todo; pero bien se entiende, no quie- to menos la muerte de Chaillot. Mil gra- secreto viendo que la observancia de es-
bre Challot que decidiría el primer sus- res un medio que lo concluye todo;
piro de tu corazon de la suerte de tu cias te doy de que quieras cuidar con- tas leyes solo á mí cuesta cara ; que V . , •
quieres que te priven de la facultad de migo de su familia; yo no la abandonaré quien se decia tan débil, es tan fuerte
vida! Ay prima! tan niña todavía, ha ser vencida , mas no del honor de la
de verse ya el cumplimiento de tu des- mientras viva, pero dejarías tú de ser ahora, y que tan poco tengo que com-
pelea. Pobre prima! todavía si la mas •u, si dejaras perder una ocasion de hatir contra mí propio por el cuidado
tino! que falta nos va á hacer una remota esperanza... ¡ Allanarse el barón
mnger tan hábil cuya perdida miras tú beneficencia. Convengo contigo en que de V. en no dar lugar á pelea.
de Etange á dar á su hija única heredera
como útil! Mas hubiera valido acaso que á un plebeyo sin candal! lo esperas?.. I ¡ Cuanto ha mudado V. de dos meses
otra mas prudente nos hubiera dirigido, Si no, que esperas, que quieres?.. Po-
pero estamos sobrado instruidas al salir bre, pobre prima! N o temas nada por
de sus manos para que otras con fruto mi parte, tu amiga guardará tu secreto. (i)Bien se echa de ver que hay aqui un hueco; y en la continuación
nos dirijan, y no lo bastante para diri- Dirán mnchas gentes que éra mas justo e esla
correspondencia se hallarán otros varios. Se han perdido algunas
girnos por nosotras mismas; solo ella nos revelarle, y tendrán acaso razón; pero carias, se han suprimido otras, y otras cercenado ; pero no falta cosa nin-
podia preservar de los riesgos á que nos yo que discurro p o c o , uo quiero esa» guna esencial. que no puala suplirse con facilidad con lo que queda.
acá, sin qnc haya mudado otra cosa de padecer en balde, condenado á las
que V! Se ha ido el descaecimiento , no privaciones mas duras sin que se me
tengan á mérito. ¿Y q u e , he de ver que quejarse de mi salud! Esperaba V. que de su boca la primera palabra de terneza,
se trata ya de desgana ni de flaqueza;
cada dia es V. impunemente mas hermosa, mi insano amor acabara de destruirla, turbada mi imaginación, confundía con la
todas las gracias lian vuelto á su antiguo
mientras que me está despreciando? bao y aguardaba á que fuera á pedirle la confesíon de la pasión el delito, y te-
puesto; todos los atractivos se han rea-
de devorar sin cesar mis ojos atractivos vida? ó pensaba respetarme mieutras da- nia idea tan horrorosa de este primer
nimado; el capullo de rosa entreabierto
á que nunca ha de atrever á arrimarse ba miedo mirarme, y retractarse luego p a s o , que apenas veía intervalo hasta
es menos lozano que V.; han tornado
mi boca? me he de privar yo propio que estuviera menos fea? No veo que pue- el postrero. Creció mi sobresalto con la
los donaires de la conversación? es V.
de toda esperanza, sin poder honrarme da alegarse el mérito de semejantes sa- esecsiva desconfianza de mi propia; se
aguda con todo el mundo , y juega has-
á lo menos con tan rigoroso sacrificio? crificios. me figuraron batallas de la castidad las
ta conmigo como antes; y lo que mas
que todo me enoja, me jura amor eter- No: una vez que no se lia V. de mi pa- Con la misma equidad me echa V. en que eran de la modestia, confundiendo
no tan alegremente como si un chiste labra, no quiero que quede inútilmente cara que cuido de librarle de batallas los tormentos del silencio con el rebato
dijera. empeñada: es fianza injusta t a q ú e s e en- penosas consigo propio, como si antes de los deseos. Me creí perdida asi que
comiendá a nn mismo tiempo a mi pa- no debiera agradecermelo. Se retracta hablara, y era indispensable hablar ó
D i g a , V . , diga, mudable: ¿ es este el
labra y á las precauciones de V.: ó V. V. luego de la palabra que habia dado, perder á V. No pudiendo pues encubrir
caracter de una violenta pasión , obliga- es muy ingrata, ó yo sobrado escrupu- como de obligación sobrado penosa; de mis afectos, procuré escitar la genero-
da á combatir contra sí propia?... ¿ Y si loso; y no quiero desechar de la fortuna suerte que en la misma carta se queja sidad de V., y fiando mas de V. que de
tuviera V. que vencer el mas leve de- las ocasiones que V no pueda robarle. de que está muy atormentado, y de que mí, quise interesar su honor cn^mi de-
s e o , no sofocaría la batalla interior su Finalmente, sea cual fuere mi suerte, veo no lo está lo suficiente. Píenselo V. mas, fensa , buscando remedios que creig que
alegría? O h ! cuanto mas amable era V. que me he echado en hombros carga que procure estar acorde consigo propio pa- me faltaban.
cuando estaba menos hermosa! ¡cuanto no pueden llevar mis fuerzas. Vuelva V ra colorar sus pretensos agravios con me-
lloro perdida aquella amarillez melancó- nos frivolos pretextos; ó mas bien deje He conocido que me equivocaba; no
Julia, á tomar su guarda, que yo le res-
lica, prenda preciosa de la dicha de un uu disimulo que no se aviene á su carac- bien hube hablado me sentí aliviada;
tituyo un deposito en que arriesga
amante ! cuanto aborrezco la imperti- ter. Aunque V. d'ga otra cosa, mas satis- no bien hube recibido la respuesta de
mucho la felicidad del depositario, j
nente salud que V . , á espeosas de mi so- fecho está su coraron del mío que lo que V., me hallé enteramente sosegada; y
cuya defensa será menos dificultosa pa-
siego , ha recuperado! S í : mas quisiera finge. Ingrato ! bien sabe que nunca po- me han enseñado dos meses de esperien-
ra el corazon de V. que lo abultabao
ver á V. achacosa que con este rostro drá agraviarle. El estilo jovial de su carta cia que si mi corazon sobrado tierno
sus fingidos temores.
alegre, esos ojos brillantes, ese color de V. le desmiente; y no escribiría con necesita de amor, no hace falta ninguna
sonrosado que me agravian. ¿ Tan breve tanta soltura si estuviera menos sosega- á mis sentidos un amante. Juzgue V . ,
se ha olvidado V. de que uo estaba así Lo digo de veras; cuente V. consigo amante de la virtud, con que jubilo hi-
do. Basta acerca de sus vanas acusacio-
cuaudo imploraba mi clemencia ? Julia, sola, ó despídame : esto es, quiteme b nes por lo que a V. toca ; pasemos á las ce tan feliz descubrimiento. Sacada de
Julia! cuan sosegado en breve tiempo vida. He dado una palabra temeraria, j la profunda ignominia en que me tenían
me admiro de no haberla en tanto tiem- que V. me dirige y que tienen mas vis-
se ha tornado amor tan vivo ! lumbre de fundamento. mis temores sumida, disfruto el delicioso
po quebrantado; bien s é que debería gusto de amar con pureza, estado en
Pero lo que mas me ofende es, que, cumplirla siempre, pero veo que no esa Bien sé que la vida serena y grata
que cifro la dicha de mi vida; mi ale-
habiéndose V. entregado á mi pruden- en mi mano. Quien se sujeta a tan pe- gría V mi salud se han fortificado; ape-
que llevamos de dos meses á esta parte
cia, parece que no se fia de ella, y que ligrosas obligaciones merece violarla!, no se comparece con mi anterior decla- nas puedo comprender otra mas ven-
huye los riesgos como si hubiera algu- Crea V., tierna y cara Julia, crea a uo ración; y confieso que no sil) razón se turosa suerte; la concordia del amor
nos que temer. Asi honra V. mi reser- corazon sensible que solo por V. alienta, admira V. de esta contradicción. Primero y la inocencia nic parece el paraíso
va? merece acaso esta afrenta mi res- siempre será respetada; pero puede ui me vió desesperada, ahora me contem- terrenal.
peto inviolable? Lejos de que nos haya momento abandonarme la razón, y dic- pla sobrado pacífica, y acusa mis afectos
dejado mas libertad la ausencia de su tar la embriaguez de los sentidos ut de mudanza y de antojadizo mi corazon. Desde entonces he perdido el miedo
padre de V . , apenas la puedo ver a delito que me causaría horror eñ es- No le juzga V., mi amado, con sobra- á V.; y si alguna vez escuso el hallarme
solas; la inseparable prima no la aban- tado de calma. Dichoso en uo haber en- da severidad ? Se necesita mas de un con V. á solas, mas es por V. que por
dona a V. un instante. Poco á poco vol- gañado las esperanzas de V . ; he venridt dia para conocerle; aguarde, y verá aca- mí, porque anuncian sus ojos mas ardor
vemos á nuestro antiguo método de vida, dos meses, y se me debe el premio i¡> so que no desmerece eje) suyo este c o - que prudeucia; si la sentencia que V.
y nuestra primera circunspección; con so- dos siglos de tormentos. razou que le ama.
propio falló la hubiera echado en olvido,
la la diferencia de que era entonces peno- yo la tengo presente siempre.
sa para V. y ahora le es tan grata. Si pudiera V. figurarse con que susto ¡Ah, mi querido,si pudiera yo comu-
CARTA IX. descubrí las primeras señales del afecto nicar á su alma de V. la conciencia de
¿ Cual será el premio de homenaje tan qne con Y. me estrecha, coligiera la paz y felicidad que en lo interior de la
DE JOLIA.
puro, si no lo es la estimación de V. ? agitación que bubo de causarme : yo he mía reina ! si pudiera enseñarle á disfru-
de qnc me sirve la eterna y voluntaria Ys entiendo: serian grato destino pan sido criada con tan severas máximas, que tar sosegado el mas deleitoso estado de
abstineucia de cuanto roas delicioso tie- V. los deleites del vicio y el honor c me parecía el mas acendrado amor el la vida ! En nosotros se unen con los
ne el mundo, si no me la agradece la la virtud : ¿es esa su moral ?... Ah! dul cumujo de la deshonra. Todo me ense- atractivos de la inocencia los de la unión
misma que la exige? Ya estoy cansado ce amigo mió, se cansa V. muy en bit
de los corazones; uo turba nuestra fe- encuentro cu esa contiucncia queme (le- sacaré el alivio de mis males. S i ; queri-
ahora conozco cuanto me quiere en el
licidad ni temor ni vergüenza , y en el na de amargura; y adorna V. con tal da amante, me parece que es mi amor
temor verdadero que tiene de desagra-
seno de los verdaderos deleites del amor gracia las privaciones que me impone, tan perfecto como su adorable objeto,
darme , mientras que antes solo tenia
podemos sin rubor bablar de la virtud. que falta poco para prendarme yo de en las perfecciones de su alma se apagan
uno aparente para mejor conseguir su
ellas. todos los deseos que inflaman sus atrac-
Con el placer la honestidad na unida. fin. Bien sé vo distinguir en V, el impe-
Cada dia reconozco mas y mas que el tivos , y contemplo tan apacible esta al-
rio del corazon del delirio de una ima-
l \ o sé que tristes anuncios me agitan mas apreciable de los bienes es ser ama- ma que no me atrevo á turbar su tran-
ginación inflamada ; y cien veces mas
el pecho , y me dicen que el único tiem- do de V.: ni hay ni puede haber otro quilidad. Cada vez que intento robar
pasión veo en refrenar, como hace, sus
po feliz que nos tiene destinado el cielo que con este se iguale; y si hubiera de á V. el menor carino, mas que el riesgo
deseos que en sus pasados rebatos. Tam-
es el que ahora gozamos. En lo futuro escoger ó el corazon ó la posesion de mí de ofenderla, contiene mi corazon el Te-
bién sé que el estado de V., aunque tan
solo descubro ausencia, tormentas, tur- Julia, no vacilaría ni un instante. ¿ Mas mor de alterar felicidad tan pura: en
sujeto, no carece de satisfacciones. Cosa
bación y contradicciones; y me parece cual seria el motivo de tan amarga alter- el valor del bien por que anhelo , solo
es grata para un sincero amante hacer
•que la menor mudanza de nuestra pre- nativa, ni porque hemos de hacer incom- veo lo que á V. le puede costar; v no
sacrificios que todos se aprecian , y le-
sente situación ha de ser un mal. No; patible lo que reunió la naturaleza ? Es pudieudo concordar con la suva mi fe-
dos son aceptos al corazon de la'que
aun cuando nos uniera para siempre un precioso el tiempo, dice V . , sepamos licidad (vea V. si la quiero ) 'renuncio
ama. ¿ V quien sabe si conociendo mi
vinculo mas suave, ne sé si no acarrea- disfrutarle como viene; y guardémonos la mia.
sensibilidad , no usa V. para seducirme
ría la escesiva dicha su propia ruina. Es de turbar con nuestra impacieucia su la mas artera maña ? Pero n o ; sov in-
el momento de posesiou crisis del amor, apacible curso. Corra, con tal que sea ¡Cuan ioesplicables contradicciones
los afectos que V. me inspira originan! justa, y V. es incapaz de gastar conmigo
y es peligrosa para el nuestro cualquiera feliz. ¿ Por aprovecharnos de un estado artificios. No obstante si soy discreta
mudanza, que no podemos menos de sa- amable, hemos de dejar otro mejor, pre- A un tiempo rendido y temerario, im-
petuoso y cobarde, ni alzar á V. los mas me desconfiaré de so respeto que de
lir de ella perdiendo. tiriendo á la suprema felicidad el sosie- sus ardientes ruegos; y me temo que ha-
go ? uo es perdido el tiempo que puede ojos puedo,sin que se levante una fiera
Te lo r u e g o , tierno y único amigo hd en mi pecho. Una mirada , la voz biendo escogido el más honrado medio
gastarse mejor ? Ah ! ¿ Si en un cuarto haya V. tomado el mas peligroso.
m i ó , procura calmar la embriaguez de de hora podemos vivir mil años, á que de V. insinúa en mí corazon con el amor
tus vanos deseos que acompañan siempre viene calcular lentamente los días que ej inefable atractivo de la inocencia , di-
desconsuelos, arrepentimiento y tristeza. vino hechizo que sentiría ver disipado. Ensanchando mi pecho, quiero decir
hayamos vivido ?
Gocemos en paz de nuestra presente si- Si me atrevo á dar albergue á mas al- á V. una verdad que está en él profun-
tuación. T ú te complaces en mi instruc- Incontestable es cuanto dice V. de tos deseos, es cuando estoy lejos de V. : damente grabada , y de que le conven-
ción , y sabes con cuanto gusto escucho nuestra presente dicha, veo que debié- entonces mis deseos se encumbran has- cerá el suyo; y es que á despecho de la
yo tus lecciones. Hagamos que se?n mas ramos sqr felices; y yo no obstante uo Ifl V., se dirigen á su imagen, y me fortuna, de nuestras familias y de noso-
frecuentes; separémonos solo el tiempo lo soy. En vano habla por boca de V. la vengo con ella del respeto á que me ha- tros mismos , están unidos para siempre
que exige el buen parecer; gastemos cu sabiduría, que es mas fuerte la voz de llo forzado delante de su original. En nuestros destinos, y que juntos habre-
escribirnos las horas que no podamos la naturaleza. ¿ Que medio hay de resis- tanto desfallezco y me consumo ; corre mos deser dichosos ó desdichados. Nues-
vernos, y aprovechémonos de un precio- tirse á ella , cnando con la del corazon por mis venas un fuego que nada puede tras almas se han tocado, por decirlo
so tiempo por el cual acaso un dia sus- concuerda? En esta mansión terrenal apagar ó calmar, y que atizo esforzán- asi , por todos sus pnntos , y en todos
piraremos, ¡ A h , ojalá durara nuestra nada veo fuera de V. que mis sentidos y dome a contenerle. Debiera ser feliz, lo hemos sentido la propia cohesion ( En-
suerte cual es ahora nuestra vida toda! mi alma pueda ocupar; n o , sin Julia soy , convengo en ello; tal cual es mi miéndeme V . , amigo m i ó , si aplico mal
Se adorna el entendimiento, se ilustra nada vale para mi la naturaleza, el im- suerte no la cambiaría con los monar- sus lecciones de física. ) Bien podrá la
la razón , se fortalece el alma, y goza el perio de esta reside en sus ojos, alli si cas de la tierra. No obstante me ator- suerte separarnos , mas uo desunirnos,
corazon: p u e s , ¿ que falta para nuestra que es invencible. menta un mal al que en balde quiero t nos mismos serán nuestros gustos y
felicidad ? evitar ; no querría morir, y veo que me nuestras penas ; y como aquellas piedras
No sucede asi con V . , celestial Julia, muero; quisiera vivir para V., y es V de imán de que me ha hablado V., que
que, satisfecha con encantar nuestros sen- quien me da la muerte. dice que tienen los mismos movimientos
CARTA X . tidos, no tiene con los suyos batalla. Pa- en diversos parajes, asi sentirémos am-
rece que no pueden las humanas pasio- bos lo mismo en los dos cstremos del
A JULIA. orbe.
nes elevarse á tan sublime alma; y como CARTA XI.
¡ COASTA razón tiene V . , Julia m¡a , posee la beldad de un á n g e l , asi tam-
en decir que todavía no la conozo! A bién su pureza. ¡Oh pureza que, murmu- HE JOLIA. Asi que, pierda V. la esperanza, si al-
cada instante creo que he conocido to- rando respeto, quien abatirte, ó enal- guna vez la tuvo, de gozar una felici-
A JUGO mío : bien veo que cada dia dad esclusiva, á costa de la mia compra-
dos los tesoros de esa hermosá alma , y tecerse hasta ti pudiera! Pero uo; siem- estoy mas prendada de V . , no puedo ni
al punto descubro otros nuevos. ¿Que pre iré yo arrastrando por Ja tierra, y da , ni espere que pueda ser feliz si vivo
un instante vivir separada de V., la mas yo deshonrada, ni contemplar satisfecho
rauger ha sabido como V. aparearla ter- clara te veré lucir en el encumbrado cie- corta ausencia se me hace insufrible, y
neza con la virtud, templar con una la lo. Ah! sea V. á costa de mi sosiego fe- mis lagrimas y mi ignominia. Creame
es preciso que le vea ó le escriba para V., amado, yo conozco sil corazon me-
otra , haciéndolas mas amables entram- liz, y yo procuraré olvidarme de que soy ocuparme en V. sin cesar. De esta suerte
bas? Un no sé que amoroso que cautiva digno de compasión, y de. su felicidad jor que V. propio. Amor tan tierno y tan
con el amor de V. crece el mió; que sincero ha de saber dominar sus deseos;
ha hecho V. ya demasiado para satisfa- llez da V. razones invencibles, que es n e - hacer alarde de vasta erudición, y saber
cerlos sin perderse, y no puede llegar cesario reflexionar para conocer toda su le recomiendo yo todo l o contrario, á
mas para los demás que para nosotros
al colmo mi desdicha sin la suya. fuerza; y tan poco le cuestan los mas su- V. que en lo que lee pone mejores cosas
propios, nada valdría mi sistema, el cual
Quisiera que se pudiese V. persuadir blimes afectos , que casi aparecen como que las que dice el autor , y cuyo activo
se reduce á entresacar poco de mucho, y
de lo mucho que á entrambos importa el modo común de pensar. Ah! sin duda espíritu compone sobre el 'libro otro li-
de una rica biblioteca baeer una corta
que me fie el cuidado de nuestra suerte que s í , á V. compete regular nuestro bro mejor á veces. Nos comunicaremos
coleccion. Para la mayor parte de los que
común. ¿ Duda V. de que yo le quiero destino; y no es este un derecho que le nuestras ¡deas: yo diré á V. lo que'ha-
cultivan las ciencias son estas uua mone-
tanto como á mi misma, ó piensa que abandono, sí obligación que de V. exijo van pensado los demás. V. me dirá lo
da de que hacen sumo aprecio, pero que
pueda haber para mí felicidad de que V. y justicia que pido ; porque me debe su que sobre la materia píense; y muchas ve-
solo aumenta el bienestar en cuanto cir-
no sea partícipe? N o , amigo m i ó , los razón resarcir el perjuicio que ha hecho ces saldré yo mas instruido de la lección
cula , y no vale mas que para el comer-
mismos intereses que V. tengo yo , y al- V. á la mia. Desde este punto entrego á que V. propia.
cio. Prive V. á nuestros sabios de la sa-
guna vez mas razón para conducirlos. V. por toda mi vida el imperio de mi vo- tisfacción de que los escuchen, y no ha- Cuanto menos leamos mejor debere-
Coufieso que soy mas niña; ¿pero, no luntad: disponga de m í , como de hom- rán caso de todo su saber: si hacinan en mos escoger los libros , y las razones de
ha notado V. que si por lo común es la bre que nada es por sí propio, y cuyo su gabinete , es para desparramar en el mi elección son las siguientes: es el prin-
razou mas flaca y se apaga mas presto ser todo á V. se refiere. Cumpliré, no lo publico, solo á los ojos ágenos quieren cipal yerro de los que estudian fiarse,
en las mugeres , tambieu se forma mas dude V., la palabra que d o y , cualquiera ser sabios, y no se curaran del estudio, como llevo dicho, en demasía de sos li-
antes , como uu frágil tornasol que crece cosa que V. me mande: ó valdré mas, si faltara quien les diera aplausos ( 1 ) . bros, v no sacar lo suficiente de su pro-
y mucre autes que uu roble ? Desde nues- ó será V. mas feliz, y de ambos modos Nosotros, que queremos aprovecharnos pio caudal, sin hacerse cargo que es en-
tra edad primera nos vemos encargadas queda remunerada mi obediencia. Entre- de nuestros conocimientos, no los haci- tre todos los sofistas nuestra razón pro-
de tan peligroso deposito, que muy pron- go pues en manos de V. sin reserva el namos para venderlos, sino para que á pia la que menos nos engaña. Al punto
to despierta nuestra inteligencia el cui- cuidado de nuestra dicha común, haga nuestro uso sirvan , ni para que sean car- que quiere uno entrar en sí propio cono-
dado de conservarle; que es un medio la suya, y está hecha la mía. Por mí, ga sino alimento. Poco leer y mucho me- ce lo que es bueno, y discierne lo que
esquisito para descubrir las consecuen- que no puedo olvidar á V. un instante, ditar, ó lo que á esto equivale, razonar es hermoso; no necesitamos de que nos
cias de las cosas la intima conciencia de ni pensar en V. sin rebatos que debo en- mucho de lo que hemos leido entre no- enseñe nadie a conocer lo uno ü lo otro,
los riesgos que por ellas nos sobrevie- frenar, me voy á ocupar únicamente eo sotros , es el único modo de dirigirlos y quien sobre esto se engaña es el que
nen. Por mi cuanto mas en nuestra situa- la tarea que me ha impuesto. bien ; y pienso que una vez que lia con- quiere engañarse. Empero son mas raros
ción me ocupo, mas me convenzo de traido el entendimiento el habito de la y menos conocidos los ejemplos de es tre-
que exige la razón lo que yo en nombre En uu año que hace que estudiamos reflexión, mas vale hallar por sí pro- mada bondad y belleza; es necesario ir
del amor solicito. Sea V. dócil á su sua- juntos, no hemos hecho casi otra cosa pio las cosas que en los libros se encuen- á buscarlos lejos de nosotros; y la vani-
ve voz, y déjese guiar, ay! por otro cie- que leer sin orden y á la aventura, con- tran , siendo este el recreo eficaz para dad, que por nuestra flaqueza regula las
go , pero que tiene á lo menos un arri- sultando mas el gusto de V. que ilustrán- amoldarlas y apropiarlas á la cabeza de fuerzas de la naturaleza, es causa de que
mo. dole; y por otra parte la turbación de cada uno; en vez de que recibiéndolas reputemos por quiméricas las dotes que
nuestra alma poca 6 ninguna libertad al como nos las d a n , casi siempre tienen uo se hallan en nosotros: en esta preten-
No s é , amado, si tendrán la felicidad entendimiento dejaba. Mal fijados los ojos formas que no son las nuestras: mas ricos sa imposibilidad se fundan el vicio y la
de entenderse nuestros corazones, y si en el Ubro, si pronunciaba la boca las somos de lo que pensamos; pero, como pereza; y lo que no vemos cada dia pre-
al leer esta carta se comunicará á V. el palabras, faltaba la atención para las c o - dice Montaigne, nos adiestran á empres- tende el hombre flaco que nunca se ha
tierno afecto que la ha dictado, uo sé si sas. La primita de V., menos preocupada, tar y pordiosear; nos enseñan á ser%ir- visto. Este error es el que conviene disi-
nos podremos uu dia conformar en el se reia de nuestra poca inteligencia, ufa- nos del caudal ageno antes que del pro- par , acostumbrándose á ver y tocar estos
modo de ver como en el de sentir; pero na con el faeil honor de adelantar mas. p i o , y acumulando sin cesar, no nos grandes objetos, para remover todo pre-
bieq sé que el dictamen que debe seguir- Poeo á poco ha venido á ser la maestra atrevemos á tocar á nada , semejantes á texto para no imitarlos. Contemplando
se. es el de aquel de nosotros dos que de su maestro , y aunque á veces haya- aquellos avarientos que solo en henchir estos divinos modelos se eleva el ánimo
menos su felicidad de la del otro separa. mos hecho burla de su vanidad, lo cier- sus graneros piensan, y en el seno de la y se inflama el corazon; á fuerza de exa-
to es que es la única de los tres que al- abundancia se dejan parecer de hambre. minarlos procura el hombre Semejarse á
go de cuanto hemos aprendido sabe. ellos y no consiente la medianía sin mor-
CARTA XII. tal repugnancia.
Para resarcir el tiempo perdido ( a y Yo confieso que hav muchos á quie-
A JULIA.
Julia! ¿ cual otro fué mas bien emplea- nes perjudicaría este método, que nece-
JULIA mi a : ¡ cuan patética es la senci- do?), he imaginado una especie de plan No busquemos en los libros principios
sitan leer mucho y meditar poco; por-
llez de la ultima de V..' como se mani- que con el método compense el perjui- y reglas, que mas inconcusas dentro de
que teniendo mal organizada la cabeza,
fiesta cu ella la serenidad de uua alma cio que al saber nuestras distracciones nosotros mismos encontramos. Dejemos
no pueden rennir en ella cosas tan ma-
inocente, y la solicitud tierna del amor! han hecho. Se le envió a V . ; luego le todas las vanas contiendas de los fil so-
las como sus propias producciones. A V.
leeremos juntos; por ahora me ciño a fos acerca de la felicidad y la virtud.
Los pensamientos de V. se exhalan sin
arte ui afau, insinuando en el corazon añadir aqui algunas cortas observacio-
nes. ( i ) Así pensaba el mismo Séneca : sime dieran, dice , la ciencia con la
uua deliciosa impresión que no produ-
d e n 0
ciría un estilo ataviado. Con tanta senci- Si quisiéramos, hermosa amiga mia. Z t T > " ™ f ^ ' -ola admitiría. ¡Sublin* filoso^Ze^s
gastemos en hacernos buenos y felices el d a ; dejaremos á un lado nuestros ele- ¡
dc
tiempo que pierden ellos en indagar de mentos de algebra y geometría, y alian- | f * CSIOS «bros? Ah! I es tener pocos recursos dentro de sí pro-
que modo hemos de serlo, y propongá- donaríamos hasta la física, si los ter- '
monos la imitación de ¡lustres ejemplos, minos que de ella V. saca me dejaran f
en vez del estudio de fútiles sistemas.
Siempre he creido que no era otra
animo para hacerlo; renunciaremos pa-
ra siempre la historia moderna, escepto :
p s i s É M i l
cosa la bondad que la belleza en acción, la de nuestro pais, y eso porque es pais
que una y otra tcnian intima conexion, sencillo y libre, donde se hallan varo-
y que era común fuente de ambas la na- nes antiguos en los tiempos modernos;
turaleza bien ordenada. De esta idea se porque no hemos de dejar que nos des-
sigue que se perfecciona el gusto por los lumhren los que diccn que la historia
mismos medios que la sana moral, y que mas interesante para cada uno es la de
una alma prendada de los atractivos de su propio pais. No es verdad, paises
la virtud ha de ser también á propor- hav cuya historia solo un necio 6 un
diplomático puede leerla. La mas inte-
ción sensible á toda especie de hermo-
sura. Nos ejercitamos uo menos en ver resante historia es aquella en que mas
modelos se encuentran de toda especie £
a s a b a i s
que puede un hombre estar dotado esta
que en tener conciencia de las ideas; 6
por mejor decir, una esquisita vista es de costumbres y caracteres, y en una P A R T A VII. ? 'A Q"C M E N O S FASLIDIA. v que adornan
H I A AUI la
un tino fino y acendrado; así un pintor palabra mas instrucción. Dirán que otro - rectitud y el honor cuantos afectos
que contempla una hermosa vista, ó un tanto hay de esto entre nosotros que DE JDLIA. acompañau. Por haber hecho una buena
bello cuadro, se deja arrebatar de objetos entre los antiguos. N o es verdad. Abrase
. B . E R decía yo que eramos f e . i « * , v
que ni siquiera distingue un espectador su historia y se les hará callar. Pueblos
vulgar. ¡ Cuantas cosas se conocen solo hay sin facciones distintivas que no ne-
porque se sienten, sin que sea posible cesitan de pintores, y gobiernos sin ca- m ulr ^ ^ ' T ^ ° C ? S I 0 D a l a H ' » ¡ ° s a c o u n vaticinio propicio para
dar la razón! cuanto no sé que á cada rácter que no han menester historiado- i menor %ariacion de situación; si sufriera- el de los demás; , no pierdo amado
res, y donde cuando se sabe el puesto i
paso se halla, y de que solo el buen
gusto decide! Es en algún modo el gusto que ocupa un hombre, también se sabe! r r i e r r o s H , a «fe*»* * A?
el microscopio del discernimiento, el de antemano lo que ba de hacer. Diráu sufrierimns^ n °S * * * H tóu ^ « U e serlo. Los medios
e qUC
que pone á sn alcance los objetos peque- que lo que nos hace falta son buenos j amí'»o parte T ' m i ¡ m n *** à f ?° n difoil
» ? ; terribles
y ,e nada
ñ o s , y sus operaciones empiezan donde historiadores, pero pregúntenles el por- ; c í e parte n o m i Z P* « * # « • * prome-
ent Vd t a n lenDC: r
las del otro acaban. ¿Qué se ha de hacer que. No es verdad. Dése materia paraí bku Ta S T - ° ' - - l«' " « « V. que nada olvidaré
1
para cultivarle ? Ejercitarse á ver como á buenas historias, y se hallarán historia- a P 7 r ; ra De
" d e c u a m ° P u c d a n l a P a c iencia y el amor
0daS C SaS hacer
tener iutima conciencia de ios objetos; y dores buenos. Finalmente dirán que los i ¿ L t T T ' T * " - en tanto complaciendo e „
ájuzgar'de la belleza por la vista, como hombres eu todos tiempos son los mis- j, Jaunmno ^es Zhora de ^ T e n 3 f W » * à U l i m a t ' r e , y dispóngase. coa™
verle en la ciudad; do vuelva mi padre! que al fin se retir.
por ia conciencia de la bondad. N o ; yo mos, que las mismas virtudes y los mis- j
susteut«."qne no es dado á todos los co- mos vicios tienen, y que solamente nos' S e l a ' a n C* ,« a *d c TV W u ^ d o treiZTaùTde
razones sentirse agitados con la primer admiran los antiguos, porque son anti- u l t e l / T . " ^ 81 " » » e servicio, ¿aguantar las rarezas de un
guos. Tampoco es verdad : que en otros hubiera vedado la geomctr.a, le diría que cabaUero anciano, pronto, sí . pero Z
mirada de Julia. eü r3Z
tiempos se ejecutaban cosas grandes con l u \ l T °" de honor, que ¿ q u e r r á à V. P ,s¡„ t
cortos medios, y hoy todo lo contrario
Por e s o , bella discipula mia, ciño sucede. Coetáneos eran los antiguos de sencia. • , ..
todos los estudios de V. á libros de gus- sus historiadores, y nos han enseñados 11 n r h Hn v . i j •• interrumpido mi carta para dar un
to y moral, y por eso , convirtiendo en tributarles nuestra admiración; y cierto l<is he triido c s t u d l o s
È?, P ^ « en los bosquecillos inmediatos á
ejemplos todo mi método, defino las vir- sí los nuestros admiran un dia a la pos-| 1 , ' P a ra meditar en uno y nuestra casa : ah! dulce amigo mio, con-
tudes, ofreciendo el dechado de varo- teridad, no lo aprenderá de uosotros. ra cì fi„ | P r TCCCS l a P r "°e- migo te llevaba por la mano , ó mas bien
n e s virtuosos, y no doy otras reglas para d e el,a lne h a
. I '' -nteresado mu- ibas dentro de mi pecho; escogia los si-
escribir con acierto que los libros de q C
buen estilo. No se maraville V. de ver un^erd^rr " ^ 1ÍC " P V Ü 0 S ''"C J " n , o s b a i , i a « " ' s J e « «eña-
Por contemplar con la inseparable: r'-St" |,a
" a, ' ;1 l o s a s i l o s q « e detenernos merecc-
asi reducidas sus pasadas lecturas; estoy u
q C amC aS C0 rian; Jv
prima he dejado algunos libros de lite- Z l l ! J ^ " L ' " " » m a n ó s e espía,aban en estos
convencido de que es necesario cerce-
narlas para que sean provechosas, y
ratura ligera que por V. no hubiera de- « e r Z T { ,' y S ab
, ° V " a c e r I deliciosos retiros nuestr'os'corazones, y
jado : fuera del Petrarca, el T a s o , d 2¡IÍ¿W ™ Lr f , i , r l e m a s h e r c e c n t o b a n los gustos que con nuestra
cada dia conozco mas que no merece SU
Metastasio v los maestros del teatro fran- usar el T a í ° " - ^'* ! c l ' v a " 1 entc, I mutua compañía disfrutábamos, mientras
ocupar á V. todo cnanto con el alma
cés, no quiero poetas ni libros de amo- c ~ L instrucción para que realzaba su valor el albergar à dos
no habla. Vamos á suprimir los idiomas, orrumj^r una muger es la mas cui- sinceros amantes, y me pasmaba de que
res, contra la practica ordinaria de las
menos el italiano, que sabe V. y le agra- ¡ ^ • " T " " detodas y querer gran- sola no hubiera rcparadoP en las hcruio-
lecturas destinadas al sexo de V. ¿Qu¿
a a su
dama por medio de novelas , |suras que contigo hallaba.
3
Entro los naturales hosquccillos que mis venas abrasaba. En aquel deleitoso tro de seis semanas no consentiría y o
forma este sitio encantador hay uno que la vida me cuesta tu piedad. tocar se reunieron todas las partes de que fuera á pais tan frió. Procure V. sa-
mas que los otros encanta, y que me Memoria inmortal de un momento d t p mi propio. Con nuestros suspiros se ex- lir mañana, me escribirá bajo el sobre
agrada mas que todos, por cuya razón le ilusión, delirio r encanto, nunca, nunca halaba fuego de nuestros abrasados la- que le envío, y me enviará el suyo cuan-
tengo destinado para causar á mi amigo de mi alma te borrarás, y mientras en bios, y agobiado del deleite desfallecía do haya llegado á Sion.
cierta novedad, y que no se diga que ella esté grabada la imagen de mi Julia; mí corazon.... Cuando á deshora veo que Nunca me ha querido V. hablar del
por su parte pone siempre el rendimien- mientras sienta y aliente este agitado co- pierdes el color, que se cierran tus her- estado de sus asuntas, pero está fuera de
t o , y que nunca se lo paga mi genero- razon , serás tú el suplicio y la felicidad mosos ojos, te dejas caer sobre tu prima su patria, sé que tiene poco caudal, y
sidad. Alli , no obstante las vulgares de mi vida. y caes desmayada. Asi al gusto sucedió que le gasta aqui, donde á no ser por
preocupaciones, quiero hacerle ver cuan- el pavor, y pasó mi dicha como un re-
Av! de un aparente sosiego disfrutaba mí no. estarla. Asi puedo suponer que
to mas vale lo que otorga el corazon lámpago.
y o , á tu soberana voluntad sujeto; ya parte del bolsillo de V. se halla en el
que lo que arrebata la porfía. Mas de
no me quejaba de una suerte á que te Apenas sé lo que desde este fatal ins- mío, y por eso en el que contiene esta
miedo de que la imaginación exaltada de
dignabas tu de presidir. Cortados estaban tante ha sido de mí. 1.a profunda impre caja, que no abrirá delante del portador,
V. sueñe quimeras, debo advertirle que
ya los fogosos vuelos de una temeraria sion recibida no puede ya borrarse. L'n le envió algún dinero á cuenta. No trato
sin la inseparable prima no iremos al
imaginación, cubiertos de un cendal mis favor es un insufrible tormento.... de desvanecer las objeciones que para
bosquecillo.
ojos, y puesto un freno á mi corazon,. No; llévate tus besos, que no los puedo recibirle pudieran oponerle; le estimo á
Tratándose de esta, es cosa decidida, siatajados en mitad de su carrera mis de- : aguantar.... Sobre manera son acerbos, V. sobrado para creer que me baga nin-
á V. no le incomoda, que nos venga á seos, y tan satisfecho cuanto podia es-f sobre manera penetrantes traspasan, has- guna.
ver el lunes. Mi madre enviará su bir- tarlo. Kecibo tu esquela, voy volando i ta la medula quemau.... loco, furioso me
casa de tu prima, vamos á Clarens, te Mando á V. no solo que sin mí orden
locho á mi prima, V. se hallará en su tornarían. Uno solo, uno solo me ha no vuelva, mas también que se vaya sin
casa á las diez, y se vendrá con ella, veo y late mi corazon, escita en él nuc-, dado un desvario de que es imposible venir á despedirse. Puede V. escribir á
pasará el dia, y el siguiente nos volve- va agitación el suave metal de tu voz, que sane. Ni soy ya el mismo , ni te mi madre ó á m í , solo para avisarnos de
remos después de comer todos juntos. me arrimo á ti como extático, y necesi- miro la misma. Ño te miro como antes que se ve precisado á ausentarse mnxe-
Aqui llegaba de mi carta, cuando me taba de que distrajera tu prima á tu ma- severa y rigorosa, sin cesar te siento, te diatameote por un asunto inopinado, y
ocurrió que no tenia para remitírsela á dre, para que no conociera esta mi agi-r toco pegada á uii seno como un ¡Bstante darme, si quiere, algunos consejosacer-
V. la facilidad que en la ciudad. Primero tacion. Damos un paseo por el jardin, estuviste. O h , Julia! sea cual fuere la ca de mis estudios hasta su vuelta, pero
habia pensado en enviar á V. uno de sus comemos tranquilos, me das á cscondM suerte que me anuncie un desvarío que todo con naturalidad y sin ninguna se-
libros por Gustin, el hijo del jardinero, das tu carta, y en presencia de tan te- no me es dado reprimir, y el trato que ñal de misterio. A Dios, amigo mío; no
poniéndole una cubierta de papel en que miblc testigo no me atrevo á leerla; em- destine tu rigor, no puedo vivir mas olvide V. que se lleva consigo el corazoq
fuera mi carta escrita, pero ademas de pieza á declinar el sol; vamos los tres en el estado en que estoy, y veo que al
que DO es cosa segura que pensara V. al bosque á guarecernos de sus postreros fi" es preciso que exhale el abna a tus y;el sosiego de Julia»
en buscarla, fuera indisculpable impru- rayos, y ni siquiera imaginaba mi paci- plantas.,...ó en tus brazo«,
dencia esponer la suerte de nuestra vida fico candor mas grato estado qne el mió: CARTA XVI.
á tamaños riesgos. Asi voy á ceñirme á Al acercarnos al bosquecillo v i , no RESPUESTA.
decir á V. meramente por una esquela sin secreto desasosiego, las señas qne os CARTA XV.
que venga el lunes , y guardaré la carta hacíais, la risa de entrambas, y tornarse DE 'jTjttA.
LEO uua y cauchas veces la terrible car-
para darsela en propia mano: por otra mas vivo el encarnado de tus mejillas. ta, y me estremece cada linca. Obedeceré
parte me quedarían escrúpulos de que Me admiré de qne á la entrada de él se IMPOHTA m u c h o „ a m i g o m i ó , q u e p o r sin embargo; lo he prometido, Sebo hacer-
hiciera largos comentarios acerca del arrimara á mi tu prima, y , como supli- Ufi poco de tiempo nos separemos, y e s , lo: obedeceré, Pero no-sabe Y., no., fiera,
misterio del bosquecillo. cándomelo en guisa de chanza, me pi- ta es (a primer prueba de la obediencia ni sabrá nunca cuanto a mi corazón tan
diera uu beso. Sin saber que queria decii que ¿ e tiene V, prometida Si en esta penoso sacrificio cuesta. Ah ! no tenia V.
este misterio, besé á esta preciosa ami- ocasi o n lo exijo, crea que tengo podero- necesidad de la prueba del bosque para
CARTA XIV. g a , v aunque tan amable y tan agracia- sísimos motivos; y ya V. sabe que es ne- hacerme sensible, y ta n refinada crueldad
d a , mejor que nunca conocí que n o sol cesario que .lo se'aii mucho para resol- deesa alma despiadada basido.en.balde;
nuestras sensaciones otra cosa que lo qw verme; por lo que á V. hace, no nece- porque la puedo desafiar a >V> a «pie me
las hace el corazon.... Pero cual me paré sita otro que mi voluntad. haga mas desventurada.
¿QUE has hecho? ah!.... ¿que has he- cuando el siguiente momento sentí.... Mucho tiempo ha que tiene ,V. que Recibirá Jí. su. cajka e n e j „,{5^,,
c h o , Julia mia? Me has querido recom- hacer un viaje al Valais , y querría que do en que me la ha enviado , Sobrada
pensar y me has perdido. Kbrió ó loco me tiembla la mano uo suave trm- le pudiera hacer ahora que todavía no demasía es juntar con la crueza,el opro-
mas bien estoy, trastornados mis senti- b l o r — tu boca de rosas la boca Ar hace frió. Aunque aquí auq: sea agrada- bio, si Ja.¡he hecho á V dueño de mi
dos, turbadas mis potencias con tu letal Julia.... pegarse, estrecharse con la mil ble el otoño, ya ve V. cubierta de nieve suerte, uo le he dado arbitrio en mi ho-
beso. Has querido, cruda, aliviar mis y apretado en tus brazos mi cuerpo. la punta del Diente.de Jamau ( i ) , y den- nor ; deposH« sagrado ,(ay ! y el único
tormentos y los agravas. Veneno era el no es tan ardiente ni tan rápido el fuep
que de tus labios he bebido, que fer- del ciclo, como el que en aquel puut« (1) Montaña elevada del pais de Vaud.
PRIMERA PARTE. 21
que me queda) d e q u e hasta el fiii de
so qne dé V. me alejaba me arrancaba escribí y¡l* eché el correo, copiando á
1 mi vida ningún otro que yo se encargará ¿Supone V. que niego á mis necesida- el alma del cuerpo, y me daba nna anti- la letra el sobre de el que V. me énvió,
des lo que á la satisfacción de las suyas cipada muerte. Quería describir lo que, . con la misma diligencia envié el m i ó , y
CARTA XVII. destino ? voy á darle una prueba sin re- viera: proyecto vano! Nada mas he visto si hubiera V. respondido sin tardanza,
plica de lo contrario, y es (fue el bolsi- que á V-, y solo á Julia puedo pintar. Me habría debido recibir ya la respuesta £
REPLICA.
llo que le envío contiene el doble que la han ocasionado distracciones continuas |tero no llega esta , y no hay razón po-
LASTIMA me causa la carta de V . ; y primera vez, y que está en mi mano do- las activas agitaciones que unas en pos sible y fatal de su tardanza, que turba-
és la única cosa necia que ha escrito en blarle aun. Mi padre me pasa para mis de otras me embatiao; siempre me sen- do mi animo no se figure. ¡ O Julia mia,
su vida. ¿ Con que ofendo su houor yo gustos una pensión corta á la verdad; tía donde no estaba, y apenas me queda- cuantas no esperadas Catástrofes pueden
qne por el diera mil vidas? con que pero no necesito tocar á ella, tanto se ba la suficiente presencia de animo para en ocho dias romper para siempre los
ofendo tu honor, ingrato, que me has esmera mí madre en dármelo todo; ade- andar y preguntar por el camino: asi mas suaves vínculos! Me estremezco en
visto á pique de abandonarte el mió ? mas de qne bastan mi bordado y tos. en- he llegado á Sion sin baber salido de pensar que soló un medio de felicidad
donde está ese honor que ofendo ? dilo, cajes que trabajo para lo que yo gasto.1 Vcvay,
i If- v;.¡ hay para m í , y millones de ellos de ser
pecho soez, alma Sin delicadeza. Ah! que Verdad es q u e no siempre he sido tan
infeliz. Julia! se habrá V. olvidado de
despreciable eres si tienes un honor que rica; los tormentos de una funesta pa- De este modo he encontrado un se-
mí? Ahí este eS el mas horroroso de
no conozca Julia! ¿ Q u e , los que aspi- sión han sido causa de que desatienda creto para frustrar los rigores de V. y
mis temores. I,as otras desgracias puedé
ran á ana común suerte, no se atreve- cosas en que antes empleaba lo que me verla sin desobedecer. S í , cruda; cual-
mi constancia arrostrarlas", pero todas
rían á comunicarse sus bienes, y quien sobraba; nuevo motivo para disponer quiera cosa que V. haya hecho no ha
las fuerzas de mi animo desmayan con
hace profesión de ser mió se daría por de ello como hago; es justo castigar podido apartarme de si todo entero, tín
sola esta Sospecha.
agraviado de mis dadivas? Desde cuan- á V. del daBo que ha h e c h o , y qué ini destierro sota la menor parte de mí
do ( i vileza recibir de lo que bien se pague el amor los yerros que ha hecho he arrastrado conmigo; todo cuanto eU
mi vive sin cesar cabe k V. reside, im- Conozco lo infundado de mis sobre-
quiere ? Desde cuando deshonra lo que cometer.
da el corazón al corazon que acepta? pune va por sus ojos, por su seno, por saltos, y no puedo calmarlos. Lqos de V.
Pero es despreciado un hombre que de Vamos A lo esencial, Dice V. que no todas sus gracias vagando; como sutil se exaspera sin cesar la conciencia de
mis » a l e s ; y como si no fueran bastan^
otro recibe^ es despreciado aquel cu- le permite su honor admitir mis dadivas. ¡_ vapor por todas partes penetra; y soy
yas necesidades escíden su caudal: dé Si es así , nada tengo «jfae replicar, j mas feliz á su despecho qne nunca Con tes para acabar conmigo, me los fraguo
imaginarios para agravar los qne solí
quien? dé almas corvas que el hrtnor convengo con V. en qtíe uó le es licito ' su consentimiento lo he sido.
reales. Primero era menos viva mi in-
eñ las riquezas cifran, y pesan las vir- cojgenar tal prenda. Si V. me lo puede
Aqui tengo algunos sugetos que ver, quietud : la turbación de una repentina
tudes á pesó deott>: ¿ £ n tan bajá máxi- probar hágalo con claridad, con *3zW
algunos asuntos que tratar; esto es lo que ausencia, la agitación del viaje servían
mas vincula su honor un hombre de nes victoriosas, v sin vanas argucias; bien
bien? No está hasta una preocupación ra- sabe-cpiéno puedo aguantar sofisterías, me desconsuela. Cuando á Solas puedo á mis tormentos de distracción; pero ea¿
cional en favor del mas pobre ? Dadivas y entonces pliede volverme el bolsillo ocuparme en V. v trasladarme á los SÍ- tos se avivan de nuevo en mi solitario
• hay sin duda vi|es, que no puede admi- que le recibiré sin replica, y no s e ha- tios dónde se halla, no soy desdichado; descanso : ay ! mientras que estaba p e -
tir un hombre 'de bien; pero sepa V. que blará mas del caso. Pero como no me lo que sí es para mí insufrible es la vida leando me traspasó el pecho nna punta
no millos déshünran la » a n o que las gustan ni las geñtes d e pOntilIo, ni el activa que me torna en mí todo entero. morlal -, y no he sentido el dolor hasta
ofrece , y ¡que dén qae honra al qne le falso pundonor, si V.,me vuelve otra vez Voy á despachar pronto y mal, para mucho tiempo después de herido.
hace bonri» .también a qnie» le recibe ; el bolsillo sin justificación, ó si esta es verme cnanto antes libre, y poder errar Cuando leía novelas, cien vecés de
y Ciertamente no me «fea mi corazón es- sió fundamento, no nOs Verímos otra á mi sabor en los silvestres parajes en las qnejas de los amantes acerca de la
t e , al Contrario Se afana de ét ( I ) . vez en sn vida. A Dios; piénselo V. WeW.1 qne mis Ojos en este país se deleitan. ausencia me he reido. ; Ah ; qne enton-
M \ Quien con V. no puede vivir debe huir ces nó sabia hasta que ponto seria para
No sé qué fcáya cosa mas despreciable de todo y vivir solo en el universo. mí im di» intolerable! Ahora conozco
CARTA XVIII. cuán incapaz es de juzgar de las pasiones
qtfe un .hombre qué Setide sn corazón y
sus obsequios, si no es la muger que se A /NTIA. CARTA XIX. él ánimo'tranquilo, v que es locura reír-
los compra; pero entre dos corazones s e de lo que no sé ha padecido. Pero he
HE recibido las dadivas de V . , me be dé confesará V. q u e , no obstante, nna
unidos es la comunidad de bienes obliga- partido sin vería, y estoy ya tejos de sil
ción y justicia, y si todavía estoy atrasada presencia, l i t a V. satisfecha Con s(i ti- NADA mas q u e las o r d e n e s d e V. m e grita y Consoladora idea templa en mí
háeía V'.-en todo lo demás qne dfc queda, ranía? la he obedecido lo suficiente? detiene aquí; cinco dias han bastado y la amargura de la ausencia, pensando
admito sin escrúpulo lo que reservo, v sobradó para componer mis asuntos , si qne cS efecto de sn mandato. Los males
debo á V. cuanto uo le he dado. ¡ Ah: No puedo decir á V. nada de mi viaje; asuntos pueden llamarse aquellos en que qne de V. me vienen són para mí me-
si son carga las dadivas del amor, don- I apenas sé como lo be hecho. Tres dias lie no se interesa el Corazón. Al fin va no nos crudos que si me los enviara ta for-
gastado éft andar veinte leguas; cada pa- le queda á V. pretexto, y no puede re- tuna ; si á V. son gratos no quisiera de-
tenerme lejos de sn presencia, como para jar de sufrirlos, porque son fianza de
( t ) Tiene razón. Por el »Ctiho moño» de teste viaje se ve que nunca hubo atormentarme no sea. que baw de ser remunerados, y conozco
dmero con mas honor empleado. Lastima es qtte no haya aprovechado mas su lo sobrado d alma de V. para creer
empleo. Empieza á causarme mucho cuidado la que sea sin motivó , fiera.
suerte de mí anterior; asi qne llegúe la
Si quiere V. probarme, no me quejo; este venturoso instante (1). ¡O tú á quien para recoger tan precioso depósito. Mil tria, á nadie mas que á V. en la tierra
justo es que sepa si soy constante , su- mas quiero en el mundo despues de los veces hubiera querido besar estos sagra- t e n g o , y ¡tolo mi amor todo mi ser lle-
frido , d ó c i l , en una palabra acreedor autores de mi vida ! ¿ porque vienen tus dos caracteres, y l ¡ ó circunspección de na. Asi no estraBe V. que aunque sea
á los bienes que me tiene guardados. cartas y tus quejas ^contristar mi animo un medroso amor !) ni a llevar á la boca sn alma mas sensible quiera mas bien
Dioses! si esta fuera la idea dc V . , to- y turbar los primeros placeres de un» mi carta , ni á abrirla en presencia de la mia , y que siéndole inferior en tan-
davía me quejara de padecer muy poco. familia reunida ? Quisieras que se ocu- tantos testigos me atrevo. Me huyo á tas cosas, á lo menos en amar la csccdá.
Ah ! no; para que mi corazon tan dul- para en ti sin cesar mi corazon; pero toda priesa; me temblabau las rodillas,
ces esperanzas alimente, invente, si ser dime, ¿ podría querer el tuyo á una hija y apenas la agitación progresiva me de- No recele V. que por eso con imper-
puede, males que mas proporción ten- desconocida á quien hiciera su amorosa jaba distinguir el camino. A la vnelta tinentes quejas la importune. N o , que
gan con lo que valen. llama que de los derechos de la sangre de la primer esquina abro la carta , la respetaré sus satisfacciones por V. qtra
se olvidara, y la retrajeran dc los pater-Ico, la devoro; y apenas llego a los ren- las disfruta , y porque en si mismas son
CARTA XX. nales cariños lás quejas de su amante? glones en que tau bien pintas los delei- tan puras. En mi alma gráliaré su enter-
N o , digno amigo mió, no envenenes con tes dc tu corazon al abrazar á ese tu necido espectáculo, participaré ausente
D E JTRLTA. acusaciones injustas la inocente alegría respetable padre, me desahogo yo en de ellas, y privado dé ser feliz por mi
Dos cartas de V. recibo juntas , y por
que tan suave afecto me causa. ¿Tú, lagrimas; la geiite me mira; me meto en propia ventura, lo seré con la d e V. Sean
la inquietud que anuncia la última acer-
coya alma es tan tierna y tan sensible, noun callejón para ocultarme de los curio- las que fueren las razones que distan-
ca de la suerte de la primera veo que
concibes el dulce hechizo de sentir en sos, alli participo dc tu ternura, abrazo te de V. me retienen , las respeto-: ¿ y
cuando corre la imaginación , no siem-
puros y sagrados abrazos palpitar de con ardor á ese venturoso padre que .i que valdría conocerlas, si aun cuando
pre la sigue la razón, y muchas veces
gozo el seno de un padre con el dc su apenas conozco; y acordándome la voz las hubiera de desaprobar, no por eso de-
la deja ir sola. ¿ Pensó V. cuando llegó
hija estrechado ? Ah! crees que pueda de la naturaleza del mió 'nuevas lagrimas jaría de obedecer á la voluntad que las
entonces dividirse un momento el cora- á su venerada memoria tributo. dicta? que mas me costará guardar si-
a Sion que no esperaba el correo mas lencio que lo que el dejar á V." me ha cos-
zon , y robar algo á la naturaleza ? -.1
que su carta para salir, que seria entre-
gada esta asi que llegara, y que me so- ¿ Que quería V., criatura incompara- tado ? Acuerdese V., Julia, de que tiene
su alma dos cuerpos que regir, y que
brarían ocasiones para responder ? I'ues Entonces que hija soy me acuerdo solo . ble , aprender de mi triste y vano saber? aqoel qnc por voluntad de su dueño ani-
no es asi, amado amigo. Las dos cartas; Ah! de V. es de quien debe aprenderse
dc V. han llegado juntas, porque el cor- No piense V. con todo que le olvido.; todo cuanto bueno y honrado en el ani- ma, le será el mas fiel de los dos.
reo, que no viene mas que una vez á la ¿ Y quien olvida nunca lo que una vez ' mo humano caber puede; y mas que todo
semana , no ha salido hasta después de quiso? ¡So; las impresiones mas vivas la divina concordancia dc la virtud;, el ¡Yu/lo mas fuerte
escrita la segunda. Se necesita de cierto arrastran por algunos instantes, mas no amor y la naturaleza que nunca como Que tejimos nosotros, no la suerte.
tiempo para la distribución de las cartas por eso borran las demás. Ni vi á V. en V. se ha hallado. N o , no hay afecto
tauibieu se necesita para que me dé mi partirse sin sentimiento, ni le veré sin sano que en su corazon de V. uo quepa,
Cállome pues, y hasta que plcga á V.
comisionista en secreto la que para mí gusto de vuelta. Empero... tenga V. pa- y que no se distinga por la sensibilidad
poner termino á mi destierro, procuraré
venga; y no sale el correo de aqui al ciencia como y o , pues es preciso, sin que de V. es peculiar; y para saber yo
templar mi pena corriendo las monta-
otro dia de su arribo: de suerte que eva- preguntar mas ; v esté cierto de que le regular el mió , veo que asi como he su-
ñas del Valais, mientras que todavía son
luado todo son necesarios ocho dias, llamaré lo mas breve que posible sea; jetado á su voluntad todas mis accioues,
transitables. Veo que este ignorado pais
cuando bien se escoge el del correo, Crea V. eutre tanto que muchas veces también habré de subordinar á los suyos
merece la contemplación de los hombres,
para que uno reciba respuesta de otro; quien con mas acrimonia de la ausencio tbdos mis afectos.
v que para grangearse su admiración so-
cosa que esplico á V. para sosegar de se queja , no saele ser quien de ella mas ¡ Que diferencia empero del estado lo espectadores que sepan verle le faltan.
una vez su impaciente viveza. Va ve V. se duele. dc V. y el mío ! Dignese V. dc notarla. Haré por recoger algunas observaciones
que mientras contra la fortuna y mi ne- No hablo aqui de clase y caudal, por- dignas de la aprobación de V. Para di-
gligencia declama, yo me.informo con que en esta parte deben el honor y el vertir á una muger bonita fuera necesa-
maña de cuanto puede asegurar nues- CARTA XXI.
amor suplirlo todo ; pero está V. rodea- rio presentarle la pintura de un pueblo
tra correspondencia^ precaver las du- a; : í c ¿ r ¿ ¡ da de personas queridas de V. y que amable y Cortesano; pero tú , Julia mia,
das de V.: falle V. ahora quien mas tier-
nos cuidados manifiesta. ¡ CUANTO he sufrido al recibir tu car- la adoran: los cuidados dc una madre, bien sé que la de un pueblo candido y
ta con tantas ansias anhelada! En la casa de un padre que en V. cifra toda su es- feliz es la que ileua tu corazon.
ê dc postas esperaba el correo. Apenas peranza , la amistad de una prima que
No hablemos ya de penas, buen ami- han abierto la mala, digo mi nombre* por V. solo alienta, una familia entera
go mío ; a h ! respete V. y participe mas porfió, me dicen que bay una carta, pal- cuyo ornato es V . , toda una ciudad CARTA XXH.
antes del gusto que yo tengo en volver pito de g o z o , la pido agitado de una ufana de haber sido su cuna; todo ocu- DE JULIA,
á ver después dc ocho meses dc ausen- mortal impaciencia:, al fin la recibo, f pa , todo tiene parte en su sensibilidad,
cia al mejor padre. Jueves por la tarde v e o , ó Julia, la letra de tu mano ado- y 1» que para el amor queda , es la mas A r. fin está dado el primer paso, y se ha
llegó aqui, y solo en él he pensado desde rada. Temblaba la mia cuando se abría evo porcion de lo que los derechos dc hablado dc V.:no obstante el poco aprecio
ta sangre y la amistad le roban. V vo. que V. de mi saber hace, lo ha cstraña-
Juila, errante, sin familia , casi sin pa- do mi padre ; no menos le han admirado
(1) El anterior párrafo e$ prueba de que miente.
mi adelantamiento en la música y en el
2 4 L A NÜJBVA HELOISA ,
dibujo ( 1 ) : y dejando pasmada á mi ma- sion , ni porque no sea para mi grata
dre preocupada contra mí por las calum- la circunstanciada descripción de lo que No circunstanciaré aqui mi viaje y suelo, formando la acorde reunión en
nias de V. ( 2 ) : escepto el blasón que le- en ellas vieren pero me temo que le mis observaciones; he hecho una relación cualquier otro pais desconocida de pro-
ba parecido que sabia yo mal, ba que- acarreen fatigas que no se halla V. cu es- de él, que pienso llevar á V. Nuestra ducciones de los llanos y los Alpes. Aña.
dado muy satisfecho con mí instrucción. tado de aguautar. También está la es- correspondencia está reservada para co- danse á todo esto lás ilusiones de óptica,
Pero como no se adquiere esta siu maes- tación muy adelantada; de un dia para sas que tienen mas estrecha concxion los picos de los montes de distinto modo
tro , ha sido fuerza nombrar el m i ó , y otro se puede cubrir todo de nieve;.» con uno y otro. Ceñirémc á hablar á V. alumbrados, el claro-oscuro del sol y
yo lo he hecho con una pomposa rese- recelo que mas que de la fatiga, pade- de la situación de mi alma, porque es las sombras, y todos los accidentes que
justo darle cuenta del uso que de lo que de él por mañana y por tarde resultaban;
ña de cuantas ciencias se diguaba ense- cería V. del frío; y si cayese malo en el
es suyo se hace. y se formará idea de las continuas es-
ñarme menos una. 11a hecho memoria de país doude está,jamas teudria consuelo.
cenas que no cesaron de llamar mi ad-
haber visto á V. varias veces en su ulti- Vuelva V., querido mió, á nuestras ío- Me habia partido triste con mis pe-
miración , y que se me ofrecían al pare-
mo viaje, y al parecer conserva de V. una mcdiaciones. Todavía no es tiempo de nas, y consolado con la alegría de V. de
regresar á Vevay. pero habite V. en me- que provenía cierto estado de melanco- cer en un verdadero teatro; porque como
ventajosa idea. Se ha informado luego la perspectiva de los montes es vertical
nos crudo pais, y teugamos facilidad de lía al cual para uo pecho sensible no le
del caudal de V., y le han dicho que da en los ojos toda junta y con mucha
saber uno de otro. En sus manos dejo falta atractivo. Despacio y á pie trepaba
era regular; de su linaje, y le han res- el escoger su residencia, con tal que mas fuerza que la dé los llanos, qac se
senderos bastante escarpados, conducido
pondido que era decente. Esta voz de- procure V. que nadie aqui sepa donde ve oblicuamente de escape, y en que ca-
por un guia que habia alquilado , y en
cente es muy equívoca cu los oídos de está y que sea cauto sin hacer misterio. da objeto oculta otro.
quien he hallado en todo el camino, mas
un noble, v ha motivado sospechas que Sobre esta materia nada digo, fiandome que un sirviente, un amigo. Quería de-
los informes han confirmado. Luego que en el iuteres que tiene V. en ser pru- Durante el primer dia atribuía yo á
jar correr mi fantasía; y á cada instante
ba sabido que no era V. noble, ha pre- dente , y todavía mas en el que tengo yo lo agradable de esta diversidad el sosie-
me lo estorbaba un no esperado espec-
guntado cuanto le pagaban al mes. Res- cu que lo sea. go que en mí sentía renacer; y me ad-
táculo. Pendían á veces encima de mi
pondió mi madre diciendo, que no se miraba del imperio que cu nuestras pa-
cabeza inmensas medio arruinadas ro-
podia ni proponer semejante ajuste; que siones tienen los seres mas insensibles,
A D i o s , amigo mío, no puedo escribir cas ; á vcccs me inundaban en su densa
al contrario había desechado V. cons- mas largo : ya sabe V. las precauciones despreciando la filosofía, que ni siquiera
niebla altas y ruidosas cascadas, y á ve-
tiene en el alma tanto poder costo los
tantemente hasta los regalos que había que tengo que tomar para mi corres- ces un inmenso torrente me descabria á
objetos inanimados Pero habiendo du-
querido hacerle de frioleras que se ad- pondencia. Ademas ha traido consigo mi lado una sima cuya profundidad los
rado este pacífico estado la noche entera
miten ; pero esta especie de altivez no mi padre a u n respetable forastero, an- ojos no eran osados á contemplar. Per-
y aumentando el siguiente dia, no tardé
ba hecho otra cosa que provocar la su- tiguo amigo suyo, y que en otro tiem- díame unas veces en la oscuridad de una
en conocer que era también debido á
ya. ¡ Vaya V. ahora á allanarse á ser deu- po le libertó la vida en la guerra. Con- enmarañada selva, y otras al salir de un
otra cosa que yo ignoraba. Éste dia lle-
dor de algo á uu plebeyo! Por tanto ha sidere V. si nos habremos esforzado á despeñadero á deshora regocijaba mis
gué á las montañas menos encumbradas,
quedado resuelto que le ofrecerían á V. obsequiarle. Mañana se va, y procura- ojos una lozana pradera. En todas parles
corriendo luego sus desiguales lomas á
P a S a • y que en caso de no admitirla, no mos el dia que nos queda hacerle cuan- se mauifestaba la mano del hombre en
las de las mas altas que mas inmedia-
lina pasmosa confusion de la naturaleza
obstante todo su mérito, que no se nie- tos agasajos pueden dar á eutender nues- tas estaban. Habiéndome paseado por
silvestre y la naturaleza cultivada, don-
ga , s e le diría cortesmcnte que no con- tra gratitud á tal bienhechor. Me llaman: entre las nubes , llegaba á mansión mas
concluyo diciendo á V. otra vez que se de hubiéramos creído que nunca aquel
tinuara dándome lecciones. Esta e s , aini- serena, desde donde se ven formarse de-
quede á Dios. habia penetrado ; cabe una caverna se
gio mió, en compendio la conversación bajo de las plantas las tormentas y los
encontraban casas, veianse pampanos
que acerca de mi ilustre maestro ha ha- trneuoS; vana imagen del alma del s a -
secos donde solo abrojos se aguarda-
bido; y durante ella no estaba muy so- bio; cuyo modelo ó nunca ha existido,
CARTA XXIII. ban , vides en tierras que de los mon-
segada su humilde discípula. He creído ó solo existe en los lugares mismos que
tes babían rodado, sazonadas frutas en-
que no debía dilatar el dar á V. cuenta A JULIA. de emblema le han servido.
cima de peñascos, y tierras de labor
de ella , para dejarle tiempo de que ha- ATENAS he gastado ocho días en cor- entre precipicios. No era solo el trabajo
ga sus reflexiones. Luego que se haya rer un pais que requería años de obser- humano el que tan raras oposiciones en Aqni fué dónde VÍ claro que la ver-
estos estraños países producía; la natu- dadera causa de mi mudanza dé humor
V. resuelto, uo deje de decírmelo, por- vación; pero ademas de que me echan
raleza se complacía también al parecer consistía en la pureza del aire que me
que este articulo es de su competencia, de él las nieves, he querido volver antes
en oponerse á sí propia : tan diversa se habia restituido mi paz interior perdidá
y no llegan mis derechos á tanto. que el correo, que espero me traiga carta
la encontraba en el propio pais bajo dis- tanto tiempo hacia. Efectivamente, una
Con sentimiento sé las correrias de de V. Mientras llega empiezo escribien- impresión general en todos los hombres;
V. en las montañas, no porque, á mi ver, do esta, y después, si es necesario, es- tintos aspectos. Al oriente las flores de la
primavera, al medíodia las frutas de oto- aunqne no todos la noten, e s que en las
no hallará en ellas una gustosa diver- cribiré otra en respuesta á la de V. elevadas montañas, en que es el aire mas
ño, y al norte los hielos de invierno; to-
das las estaciones las reunía en on mismo sutil y puro, se siente mayor facilidad dé
(1) Cierto que es un pivdigio de ciencia este sabio de 1'cinJe años, f'erdad respirar, mas ligero el cuerpo y mas se-
instante, todos los climas en un mismo
es que de treinta, le da Julia el parabién de que sabe mucho menos. reno el animo, los deleites son menos
sitio, contrarios terruños eu un mismo
(2) Alude aqui á una carta ti su madre, escrita con espresiones equivocas, ardientes v mas moderadas las pasiones.
y que se ha omitido en esta correspondencia. Se revisten las meditaciones de no sé que
grande y elevado caracter proporcionado
magia este espectáculo que arroba SCu. pais minas de oro que no se permiten de la sinceridad de sus ofertas, ni el
a los objetos que miramos, y no sé que
tidos y potencias; y olvidado uno de sí beneficiar. mas leve escrúpulo en hacer uso de
sosegada voluptuosidad que nada de acer-
propio uo sabe donde se halla. Pasmabame mucho á los principios qne ellas. Con la misma llaneza se portau
bo ni sensual tiene. Parece que encum-
brándonos mas alto que las mansiones Todo el tiempo de mi viaje se me hu- fuesen tan contrarios los usos á los del unos con otros : los hijos de edad de
humanas, dejamos en ellas todos los ba- biera ido con este hechizo del país, si Valaís bajo, donde, camino de Italia, es- razón son los iguales de sus padres ; se
jos v terrenales afectos; y que á medida en el trato de los moradores no hubiera tafan sin escrúpulo a los transitantes, y sientan á la mesa los criados con los
que á las regiones etereas nos acercamos hallado otro todavía mas suave. Eo mi no podia conciliar en el mismo pueblo amos; reina la misma libertad en las
se comunica al alma parte de su inalte- descripción verá V. un leve bosquejo de lan diferentes costumbres. l!n Valaisano casas cpie en la república, y es la fa-
rable pureza. Aqui es uno grave sin me- sus costumbres, su candor, lo imper- me esplicó el motivo de esta diferencia. milia imagen del estado.
lancolía, apacible sin indolencia, satis- turbable de su auimo y un pacifico sosie- Los estranjeros que por el valle transi-
La única cosa en que no disfrutaba
fecho con vivir y pensar; embótanse los go, que mas por la carencia de dolor que tan , me dijo, son traficantes, y otras per-
yo de mi libertad era en lo nwcho que
deseos en estremo vivos, perdiendo el por el gozo de los deleites los hace di- sonas que solo se ocupan en hacer su ne-
duraban las comidas; yo tenia la facul-
agudo filo que los hace dolorosos, dejan- chosos. Pero lo que ni he podido pintar, gocio y ganar dinero, y es justo que nos
tad de no sentarme á la mesa, pero en
do en lo intimo del corazon solo una ni puede imaginarse es su desinteresada dejen parte de sus beneficios y que las
estando sentado era preciso pasar » el la
ligera y suave conmocion: asi un clima humanidad, y su celo hospitalario con los tratemos nosotros come ellos tratan á los
buena parte del d i a , y beber copiosa-
feliz convierte en felices para los hom- forasteros que llevan á su país la curio- demás. Pero aqui, donde no vienen á
mente. ¿ Como es posible imaginarse que
bres las pasiones que eo otras partes los sidad ó el acaso: yo he tenido de esto asunto ninguno los forasteros, estamos
no guste de beber uu hombre y un sui-
atormentan. Dudo que pudiera una vio- una irrefragable prueba, aunque nadie ciertos de que es desinteresado su viaje,
zo ? Yo confieso que en efecto me parece
lenta agitación ó una enfermedad de me- me conocía, ni llevaba otra comitiva que y también lo es el agasajo que les hace-
el vino escelente c o s a , y no me repugna
lancolía resistir á una larga vida en esta mi conductor. Cuando al caer la tarde mos , como á huespedes que vienen a ver-
el alegrarme con tal quq no me obli-
mansión, y estraño que no se practiquen llegaba á una aldea, acudían todos con uos porque nos quieren bien, y que reci-
guen. Toda mi vida he reparado qne
como uno de los mas eficaces remedios tanto fervora ofrecerme cada uno su casa, bimos como amigos. No obstante, esta
los liombres maliciosos beben poco ; la
de medicina y moral baños del aire sano que no sabia á cual atender; v el prefe- hospitalidad, añadió sonriendosc, cuesta
sobrada parsimonia en la bebida mu-
y provechoso de montaña. rido parecía tansatisfecho.qucía primera poco, y pocas personas piensan en apro-
chas veces denota doblez de alma, yvir-
vez creí que era este ardor efecto de co- vecharse de ella. Yo lo creo, le respondí;
tudes fingidas. Un hombre ingenuo n o
dicia ; pero me quedé pasmado cuando ¿que han de hacer en un pueblo que vive
teme la afectuosa intemperancia-de pa-
Ifo aqui palacios, plazas ó teatros; habiendo estado en casa de mi huesped por vivir ,y no por lucir ni grangear?
labras y las tiernas confianzas que á la
Mas eiltre verde yerba y el vecino casi como en un mesón, se negó al otro Hombres felices, y que mercceis serlo, me
embriaguez preceden ; pero es necesario
Robusto monte, una haya, un fres- dja árecibir dinero, dándose por ofen- complazco en pensar que para estar con-
saber contenerse y evitar el esceso ; y
no, un pino dido de mi propuesta, y ha sido lo'mis- tento entre vosotros es preciso semejaros
no era posible con tan resueltos bebedo-
De tierra al cielo nuestra níerue en- mo eu las demás partes. De suerte que en algo.
res como los Valaisanos, con vinos tan
cumbran. el puro amor de la hospitalidad, por lo
fuertes como los del pais, y en mesas
común muy tibio ^ se me había por su Lo que mas en su hospitalidad me donde nunca se sirve agua. ¿ Como mq
Suponga V. reunidas las impresiones viveza figurado codicia de dinero, y lía agradaba era no hallar ni la mas remota podia resolver á representar tan intem-
de lo que acabo de describir, v se for- sido tan llevado al Cabo su desinteres;, señal de que ni ellos ni yo nos incomo- pestivamente. el papel de sabio , y dejar
mara idea de la deliciosa situación en que no me ha sido posible gastar en todo dásemos mutuamente; vivían en su casa, sentida esta buena gente ? Así me em-
que yo me hallaba; figúrese la variedad, el viaje ni una moneda de plata. Efecti- como si no hubiera yo estado , y podia borrachaba de puro agradecido , y no
la grandeza, la hermosura de mil asom- vamente , ¿como se ha de gastar dinero estar yo como si solo estuviera. No co- pudiendo pagar con mi dinero mi esco-
brosos espectáculos, el gusto de ver en en un paisdonde no reciben losamos el nocen la vanidad incomoda de gastar te , le pagaba con mi razón.
torno de sí : solo objetos "totalmente nue- precio de lo que dan, u i el salario de cumplimientos con los forasteros, como
vos, pajaros estraños, plantas raras v sus servicios los criados, v tfynde no se para avisarles que está alli el amo , del
desconocidas; de observar en algún mo- encuentra uu mendigo? No obstante, cual, á lo menos en esta parte, depen- Otro estilo' que poco menos me inco-
do otra naturaleza, y encontrarle en un el dinero es muy escaso , en el Valais den. Si no hablaba palabra suponían modaba era ver, aun en las casas de los
mundo nuevo. I>reseuta todo esto ¿ l a vis- alto; pero por- eso misino viven con co- que quería vivir á su modo , y me bas- magistrados, la muger y las hijas en pie
ta una inefable miscelánea, cuyo cncaoto modidad; los moradores , porque abun- taba decirla para vivir al mió , sin que detras de mi silla sirviendo á la mes» á
lo aumenta lo sutil del aire que aviva dan los comestibles sin tener salida fue- guisa de criados ; la cortesanía-francos»
mas los colores,, señala mas los linca- ra del p a i s , ni" que li.iya en. lo interior mamfestarau dios la menor señal de re- j s e hubiera acelerado tanto mas á repa-.
mientos, y acerea todos los puntos de consumación del lujo ; y no por eso el pugnancia ó estrañeza. El único cumplí- rar esta falta de crianza, que con la
y. las d i s o c i a s aparecen mas cor- ¡ .cultivador montañés, que ei( el trabajo ci- miento que les d e b í , habiendo sabido!cara d é l a s Valaisanas hasta los servi-
tas que en los.llajiasdonde,cubre la den- fra sus gustos, es menos laborioso, hi uo que era suizo , fue decirme que todos cíos de las criadas pueden dar en que
sidad .del, aire la tierra de «n veío., y dia llegan á tener mas dinero infalible- eramos hermanos, y que en su pais me entender. Puede V. creer que son boni-
ofrece el horizonte visiblq n ^ s ^objetos mente serán mas pobres; tienen subwuU debia reputar como si en el mió cstu- t a s , pues que me han parecido bien;
que los, que al parecer contener podia; i juicio para couocerlo asi, y hay eu d viera; y despues nadie se curó de lo difícil es parecer hermosa á ojos acos-
finalmente tiene no sé que sobrenatural que yo hacia, sin imaginar siquiera que tumhrados á ver á V. Por m í , que mas
podia ocurrirme la menor duda acerca ; que los estilos de la cortesanía respeto
los del pais donde vivo, admitía sus ser- punto solo, y o que nada soy sino por
vicios con tan grave silencio como don curso de los aBos ; y cuando ya hubiera Erigirme yo á profesor de filosofía , y
ella? Nunca he observado mejor coa la edad calmado nuestros primeros fue-
Quijote los de las doncellas de la Du- tomar dinero, como el loco de la fábula,
cuanto instinto coloco en distintos sitios gos una no menos tierna amistad, origi-
quesa. Sonriéndome cotejaba algunas por enseñar á ser sabio, parecerá vil este
nuestra común existencia segun el eslado nada del habito de pensar y sentir jun-
veces las barbas espesas y la rusticidad empleo á los ojos del mundo, v yo con-
; de mi alma. Cuando estoy triste se re- tos reemplazaría sus ardores. El inmenso
jde los que á la mesa se sentaban con la fieso que algo tiene de ridiculo, pero
fugia la mia cerca de la de V . , y busca hueco del amor le llínarian un dia to-
tez blanca y sonrosada de estas medro- como ninguno absolutamente puede sa-
aüvio donde V. está , asi me sucedía dos los afectos de honor que con aquel
sas hermosuras, que una palabra sonro- car su subsistencia de sí propio, y n o es
cuando me partí. Cuando tengo un gusto í se han criado en el seno y. á ejemplo de
aba, y con eso mas agraciadas parecían. posible sacarla de mas pura fuente que
no le puedo disfrutar s o l o , y para par- L « t e venturoso pueblo practicaríamos to-
Pero me repugnaba algo el volumen de su trabajo, este desprecio le contare-
ticipar de él con V. la llamo adonde ya i das las obligaciones de la humanidad,
enorme de sus pechos cuyo color de mos entre las mas peligrosas preocupacio-
estoy. Así me ha sucedido durante toda I uniéndonos sin cesar para obrar bien, y
uieve ofrecía una sola de las dotes del nes, no cometeremos la necedad de sacri-
esta romería, en que llamándome sin * no moriríamos SÍII haber vivido.
dechado que me atrevia yo a comparar- ficar á esta desatinada opiuiou nuestra
cesar la variedad de objetos dentro de
le , único y velado modelo , cuvos con- El correo llega, es preciso concluir mi dicha, ni V. me estimará menos, ni yo
mí propio, á todas partes la llevaba á V.
tornos, á hurtadillas observados) me rc- conmigo, ni daba sin que me acompa- carta, é ir á recibir la de V. ¡ Como me seré mas digno de compasion cuando con
tratau los de aquel afamado cáliz á quien ñara un solo paso , ni me contentaba £ late el corazon hasta este instante! ay, el talento que he cultivado viviere.
sirvió de molde el seno mas hermoso del una vista sin darme priesa á mostrársela. cuan dichoso era yo con mis castillos de
orbe. Pero aqui, Julia mia, militan otras
Cuantos arboles topaba prestaban á V. •. viento! con ellos es ida mi ventura: ¿que consideraciones. Dejemos la muchedum-
su sombra , los cespedes le servían to- i. seré en la realidad ? bre , y descendamos dentro de nosotros
No estrañe V. que tan instruido esté
dos de alfombra. Sentado unas veces al mismas. ¿Que seré yo para con el padre
en misterios que con Unto esmero V.
lado de V., la ayudaba á recorrer con CARTA XXIV. de V. si recibo de él salario por las lec-
esconde ; á despecho de V. lo estoy; á
los ojos los objetos, y otras á sus plan- ciones que á V. diere, y le vendo parte
veces puede un sentido instruir á otro; A JULIA.
tas contemplaba el mas digno de cauti- j de mi tiempo, esto es de mi persona ?
y no obstante la vigilancia mas escru-
var los del hombre sensible. Si encon- RESPONDO inmediatamente al articulo un mercenario , un bombre asalariado,
pulosa, en el trage mas ajustado quedan
traba un paso dificultoso, la veia á V. de la carta de V. relativo á la paga, y una especie de criado; y tendrá por fia-
intersticios por donde hace la vista efec-
saltar con la ligereza de un cervatiUo á Dios gracias no necesito de reflexionar. dora de la confianza que de mí hace mi
tos del tacto. Codiciosos y temerarios
que brinca, siguiendo á su madre. Cuan- Este e s , Julia mia, ini modo de pensar palabra tacita, como del último de sus
se insinúan impunemente los ojos entre
do había que atravesar un arroyo cogia acerca de este punto. sirvientes. ¿ Y que prenda mas preciosa
las flores de un ramillete, vagan por
en mis brazos la suave carga, le pasaba 1 puede un padre tener que su única hija,
bajo de la seda y la g a z a , y haceu que En lo que llaman honor distingo yo el
despacio, con delicia, y miraba descon- aunque fuera otra que Julia? Que hará
sienta la mano la resistencia clástica que que nace de la opiniou publica, y el que
solado la vereda que volvia á tomar. 1 quien le vende sus servicios ? sofocar su
no se atreve ella á esperimentar. de la estimación de sí propio se deriva.
Todo en esta apacible mansión me re- amor ? Bien sabes tú si me es posible.
Consiste el primero en vanas preocupa-
presentaba la imagen de V . ; los bala- ¡ ¿Ofender eu la parte mas sensible á
Parle de las acerbas pomas crudas güeños atractivos de la naturaleza, la : ciones , mas mudables que la onda agi-
tada ; el segundo estriba en las eternas aquella á quieu ha prometido fidelidad
Se ve ; parte envidiosa veste encubre; inalterable pureza del aire, el candor de 1
verdades de la moral. Puede el honor del entregándose sin escrúpulo á las incli-
Mas si envidiosa al ojo el paso tiene costumbres de los moradores, su sabi- i
mundo contribuir á la fortuna, mas ni naciones de su corazon? Entonces miro
Pensamiento de amor no los detiene. duría firme y exenta de mudanza , el
penetra dentro del alma, ni tiene eu la á semejante maestro como á un aleve que
amable pudor del sexo , sus inocentes los mas sacrosantos derechos huella á
Noté uu considerable defecto en el verdadera felicidad influjo ninguno. Al
gracias , todo cuanto hacia en mis ojos y ; sus pies ( I ) , un traidor, un seductor
vestido de las Valaisanas: y es que traen contrario, la esencia de esta la consti-
mi corazon impresión grata, todo les > doméstico, que con mucha justicia con-
los cuerpos de los vestidos tan subidos tuye el verdadero honor, porque solo
pintaba aquella por quien anhelan. denan á muerte las leyes. Espero que.
por detrás, que parecen jorobadas ; lo en él se halla aquella intima conciencia
cual hace un efecto cstraño cou sus permanente de satisfacción interna que aquella cou quien hablo me sabe enten-
gorretes negros y lo demás de su arreo, puede hacer feliz al ser que piensa. Apli- der , uo es la muerte la que yo temo;
que no le falta por otra parte ciegan- Julia mia , decía yo enternecido: ¡ah, quemos , Julia mia , estos principios á la sino la ignominia de merecerla, v el des-
cía ni sencillez. Llevo á V. un vestido sí pudiera pasar contigo mi vida en es- cuestión de V . , y en breve la tendremos precio de mí propio.
completo a la valaisana ; y espero que tos sitios ignorados , felices con nuestra , resuelta.
le irá bieq, porque se ha tomado la me- propia dicha y no con la opinión de los • Cuando vinieron á manos de V. las
dida por la de mejor talle del pais. humanos ! si pudiera reunir aquí toda
mi alma en tí s o l a , y ser yo para tí el
Mientras que encantado viajaba vo por universo entero ! Entonces idolatrados /Desventurado mancebo, que no ve que recibiendo en gratitud lo que
este pais tan poco conocido y tan digno hechizos disfrutaríais de los homenajes en dinero no quiere recibir quebranta derechos todavía mas sagrados!- Cor-
de admiración, ¿ que era de V . , Julia cuyo tributo os es debido. Delicias del rompe en vez de destruir ; por alimento da veneno; hace que le dé gracias
mia ? se olvidaba de V. su amigo? Ol- amor, entonces se saborearían con voso- ana engañada madre, cuando ha perdido A su hija. Se ve no obstante que
vidar á Julia ! ¿ no me olvidaría yo an- tras nuestros corazones. lina dulce y di- ama de veras la -virtud, pero le arrebata su pasión; y si no le disculpara su
tes de mí propio? Que pudiera ser un latada embriaguez nos dejaría ignorar el micha juventud, con todos sus elocuentes razonamientos Juera un perverso.
Ambos amantes son dignos de compasion; la madre sola no tiene disculpa.
en no interrumpida guerra su razón y | primer dia mil esfOerzos para distinguir Otras veces se emplea sin fastidiarse en hacerla grata. Yo lo veo, y lo lloro; tú
las tareas de su s e s o , á su esquisito gus- te pierdes en proyectos vanos, quieres
su corazon, y deseos sin tasa le acarrea- ; la casa; pero infructuosos á cansa de la
to añade el cultivo de las artes bellas, y superar insuperables vallas, y omites los
rán perpetuas privaciones. ¡ distancia, y conocí que engañaba la ima-
la soltura del baile á su natural ligereza. únicos medios posibles; te priva de razou
Esta es la ernel situación en que me ' ginacion mi fatigada vista. Acudí a casa Veo á veces un sencillo y elegante trage el entusiasmo de la honradez , y no es
tienen el destino que me persigue, mis del cura á emprestarle un telescopio coii ornando gracias que no necesitan arreo. mas que frenesí tn virtud.
afectos que me encumbran, tu padre que el cual vi, ó creí que veía, su casa de V.; Ora la veo que consulta á un venerable
me desprecia, y tú que eres el hechizo y desde entonces paso en este asilo los Ah! si siempre pudieras vivir brillan-
pastor sobre las ignoradas penas de una te y joven como ahora , solo pediría yo
y el tormento de mi vida. Sin tí, beldad días enteros contemplando esas afortúna- familia indigente, ora que á la triste viu- al cielo saber que eres eternamente feliz,
fatal, nunca hubiera yo padecido esta das paredes que la fuente de mi vida i da y al huérfano desamparado socorre v verte todos los años una vez, una sola ,
insufrible guerra interior de ver la gran-; encierran. No obstante la estación, voy k consuela. A veces con sus modestas y jui- y pasar lo denlas de mi vida contemplan-
deza de mi alma y la bajeza de mi con- por la mañana y no vuelvo hasta la no- | ciosas razones encanta una agradable so- do desde lejos tu albergue, adorándote
dicion; hubiera vivido sosegado, y muer- che: alguna hojarasca y leña seca que ciedad ; otras riendose con sus compañe- entre estas rocas. Mas, a y ! mira la rapi-
to satisfecho, sin dignarme de reparar | enciendo basta con mis paseos a preser- ras en medio de una juventud impruden- dez de este astro , que nunca para: él
que puesto ocupaba en la tierra. ¡ Pero | varme del escesivo frió. Tanto gusto he te introduce una decente y honesta ale- vuela, y huye el tiempo, y se va la oca-
haberte visto y no poder poseerte, ado-j tomado á este silvestre sitio, que traigo gria. En alguuos instantes , ah! perdona, sion; tu beldad tu misma beldad ten-
rarte y no ser mas que un hombre, ser i tinta y papel, y en él estoy escribiendo me atrevo á mirarte ocupada en mí: veo drá fin, que ha de declinar y pere-
amado y no poder ser feliz, habitar el esta carta, sentado en mi horrido pe- i< que enternecidos tus ojos repasan al- cer un día como la flor que sin ser
mismo lugar y no poder estar juntos!... ¡fiasco que fean desgajado los hielos de guna de mis cartas en su suave ternura, cogida cae ; y yo en tanto gimo , pa-
veo que se dirigen á tu venturoso amante dezco, eu lagrimas se gasta mi moce-
¡Oh Julia , que no puedo renunciar! oh la inmediata roca.
destino que no puedo vencer! que hor- Aqui, Julia mía,acaba tu malhadado los renglones que escribes, y veo que de dad y en duelos se marchita. Piensa,
rorosos combates en mi escitais, sin que amante de disfrutar de los postreros de- él hablas á tu prima con amoroso tono. piensa, Julia, que llevamos ya años per-
nones pueda triunfar de mi impotencia leites que acaso gozará en este mondo: O Julia, ó Julia! no hemos de vivir uní- didos para los placeres, piensa que nun-
ni de mis deseos! desde aqui atravesando los aires y las pa- dos? no hemos de pasar juntos la vida? ca tornarán, y que lo mismo será con los
podrán separarnos para siempre ? No ; que nos quedan si dejamos que también
¡ Que incomprensible y cstraño afecto! redes , se atreve en secreto a introducir- nunca se ofrezca á mi alma tan horrible
Desde que á V. me he acercado solo se en tn aposento. Todavia contempla to se malogren. Amante ciega, tú buscas
idea. En un momento convierte en furor una felicidad imaginaria para un tiempo
pensamientos funestos ocupan mi mente: hermoso semblante, reaniman su fallecien- mi terneza; desalado me arrastra la ra-
puede ser que á esta melancolía contri- te corazon tus tiernas miradas, oye el me- en que ya no existiremos; miras á un
bia de caverna en caverna, prorumpo porvenir remoto, y no ves qHesin cesar
buya la mansión que habito, que es triste tal de tu suave voz , y es osado á solici- contra mi voluntad en gritos y sollozos,
y horrible, cnal conviene al estado de tar otra vez en tus brazos el delirio que nos consumimos, y que eshaustas nues-
rujo cual león enfurecido , de todo soy tras almas con amor y quebrantos, se
una alma que otra mas grata sufrir no le diste en el bosquccillo. ¡ Vana fantasía capaz menos de renunciar a t í , y nada
pudiera. Corre la costa una fila de rocas de Un animo agitado que en sus propios derriten y corren como agua. Vuelve, que
hay, s í . nada que por poseerte ó morir auo es tiempo, vuelve, Julia mia, de tan
que rodea mi habitación, que hace mas deseos se pierde! Forzado en breve á vol- no hiciere.
horroj-osa todavía el invierno. Ah ! Julia ver en mi te contemplo á lo menos en las fatal error , olvida tus proyectos , y sé
mía, si hubiera de renunciar a V., no acciones inocentes de tu vida, de lejos feliz. Ven, alma m i a , á reunir en bra-
tendría otra estación ni otra morada. sigo la variedad de tus ocupaciones dia- Aqui llegaba de mi carta, y solo aguar- zos de tu amigo las dos mitades de nues-
rias , y me las represento en los tiempos daba ocasion segnra para enviarla, cuan- tro ser; v e n , a la faz del cielo que guia-
En los rebatos violentos que me agitan y lugares en que fui alguna vez su ven- rá nuestra fuga y oirá nuestros juramen-
do recibo de Sion la nltima que V. me ha
no puedo estar un momento quieto: cor- turoso testigo. Te veo vacar sin cesar i tos , á hacer el-dc vivir y morir mia. Bien
escrito. ¡Cuanto ha prendado á mi tristeza
r o , trepo con ardor, subo á las rocas, tareas que mas estimable te hacen, y se sé que no necesitas tú que te anime con-
la que toda ella respira! como he visto
recorro aguijando él paso las inmedia- deleita enternecido mi corazon en la inex- r tra el miedo de la indigencia. Seamos
el ejemplo palpable de lo que me decia
ciones todas; y en todas partes bailo en hausta bondad del tuyo. Por la mañana f pobres y dichosos: ah! que tesoro ha-
\ - acerca de la consonancia de nuestras
los objetos el mismo horror que dentro digo : ahora sale de su apacible sueño, bremos graogeado! Pero no hagamos
almas en lugares remotos ! Confieso que
de mi reina. Ya ha desaparecido el ver- teñidas las mejillas de los lozanos colo- tamaña afrenta á la humanidad como
es la aflicción de V. mas sufrida , y la mia
dor , amarillas y secas están las yerbas, res de la rosa, disfrutando su alma de se- creer que no ofrezca la tierra entera un
mas arrebatada; pero es preciso que se
desnudos los arboles, amontona el hela- rena p a z , y consagra á aquel que 1c ha asilo á dos desventurados amantes. Bra-
tifia un mismo afecto del color caracte-
do cierzo la escarcha y las nieves, toda dado el ser uq dia que no perderá la vir- zos tengo, robusto soy, y el pan que con
rístico de aquel á quien agita, y natu-
la naturaleza está muerta á mis ojos, co- tud. Ahora pasa á la habitación de su ma- mi trabajo ganaré te parecerá mas sabro-
ral que las mayores perdidas mayores pe-
mo la esperanza dentro de mi corazon. dre, con los autores de su vida se dila- so que los manjares de soberbios banque-
nas causen. Que digo perdidas? Ah! quien
tes. ¿Que mejor salsa de una comida que
Entre las rocas de esta costa en un tan los tiernos afectos de sfl corazon , los podríasufrirlas? N o ; conozcalo V. al fin.
la que adereza amor? Ah! tierna y que-
solitario abrigo he hallado una pequeña alivia en las ocupaciones domesticas, al- Julia mia, un juicio eterno del cielo nos
rida amante! si un dia solo hubiéramos
esplanada, desde donde se descubre toda canza acaso el perdón de un Criado im- destinó nno para otro; la primera ley
de ser felices, ¿ quieres dejar esta de-
entera la dichosa ciudad que V. habita. prudente, acaso le da una reprensión se- que ha de escucharse, la primera obliga-
Considere V. con que ansia se dirigieron ción de la vida es unirse a quien debe
mis ojos á tan cara mansion. Hice el | creta; solicita acaso una gracia por otro.
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PRIME It A PARTE.
ino mi llanto. No menos irreparable que amor; pero me ha perdido la piedad-
ID¡ perdida es la tuya, que no es mas Con el disfraz de las virtudes todas
fácil recuperar una amiga que te merez- parece que para seducirme se quiso cu-
ca que mi inocencia. brir mi fatal pasión. Aquel propio dia
Que he dicho, desventurada? Ni ha- habia exigido' con mas ardor que le
blar ni callar puedo. ¿Que vale el si- siguiera , iba á dejar desconsolado
lencio cuando grita el remordimiento? al mejor de los padres, á meter el pu-
no acusa el universo toda mi culpa ? uo ñal en el materno seno; resistí, repugné
está] mi ¡goominia estampada en todos con horror este provecto. La imposibi-
CARTA XXVII los objetos? Si en tu corazon no se der- lidad de que se cumplieran un dia nues-
rama el m i ó , moriré sofocada. ¿V tú tros desees; el secreto que era indispen-
no te culpas de nada, fácil y en dema- sable guardar con él acerca de esta im-
sía confiada amiga? ab! porque no me posibilidad, el sentimiento de engañar
has vendido? Tu fiel, tu ciega amistad, á tau rendido y tierno, amante, habiendo
tu malhadada indulgencia es lo que me escitado su esperanza; todo hacia des-
ha perdido. mayar mi valor, todo acreceulaba mi fla-
¿Que ángel malo te inspiró que le queza , todo enagenaba mi razón: era
llamaras á este crucl que uie llena de preciso dar muerte á los autores de mi
oprobio? me ha restituido su pérfido vida, á mi amante ó á mí. Sin saber que
amor la vida para que me fuera abor- me bacía, eseogí mi propia desventura;
recible? Huya de mí por siempre esc in- me olvidé de l o d o , y solo del amor me
humano ; muévale un resto de piedad, no acordé; asi un instante de estravio para
venga á doblar con su presencia mi tor- siempre me ha perdido, y me he despe-
mento , y renuncie al despiadado de- ñado en el abismo de ignominia de don-
leite de" contemplar mi llanto. Que digo? de nunca sale niña soltera, y si vivo es
Ay! no tiene él culpa; yo la tengo so- por mas desdicha mía.
la; obra son mía todas mis desgracias,
y á uadie mas que á mí puedo echarlas Gimiendo buscó un vestigio de con-
en cara. Empero ya lia corrompido el suelo en la tierra , y sola á tí v e o , ama-
vicio mi alma, y es su primer efecto que ble amiga mia. No me prives de tan dul-
acusemos á los otros de nuestros pro- ce medicina, no me quites, te lo su-
pios delitos. plico , el alivio de tu amistad. Sé que he
perdido mí derecho á ella, pero nunca
N o , no; nunca fue él capaz de que- tanto la he necesitado. Supla tu piedad
brantar sus promesas; ni sabe su virtuo- á tu estimación. Ven, querida , á reci-
so corazon el villauo arte de agraviar lo bir en tu alma mis querellas; ven á re-
que bien quiere. Ah! sin duda sabe que- coger las lagrimas de tu amiga; libra-
rer mejor que y o , pues que mas bien me, si es posible, de mi propio despre-
sabe vencerse. Cien veces presenciaron cio ; y persuádeme á que uo lo he per-
mis ojos sus batallas y sus triunfos; bro- dida todo, pues todavía me queda tu
taba de los suyos el fuego de sus deseos, corazon.
eu los ímpetus de uu rebato ciego se
lanzaba hacia mí, y de repente se detc-
CARTA XXX.
nía, como si me cercara una insupera-
ble valla , que nunca su impetuoso, pe- RESPUESTA.
ro siempre honrado, amor hubiera sal-
vado. Yo me atreví á parar la contempla-' DESVENTURADA niña! ay! ¿ q ó e has
Clonen tau peligroso espectáculo: veía hecho ? Dios uño! tanto como tú mere-
que me agitaban sus rebatos, que opri- cías vivir pura! ¿ Que te diré en tH hor-
miau mi corazon sus suspiros; y cuando rible situación y el abatimiento en que
pensaba que le compadecía , participaba eslás? he de añadir nuevo peso á tu po-
sus formen tos. Vile que eu convulsivas bre corazon, ú ofrecerte consuelos que
agitaciones caía desmayado á mis plan- no halla el mió? te haré ver los objetos
tas. Acaso hubiera resistido, prima, al como ellos son, ó como conviene que tú
los veas ? Santa y puj a amistad, presen-
la á mi mente tus suaves ilusiones, y con do tu vida? Solo en tu vencimiento pien-
la piedad tierna que me inspiras, engá- Ah! créeme; mucho tienes aun que per- fingida serenidad v e o , s í , veo los ocul-
sas, y de tan dificilcs victorias, como le
ñame á mí primero acerca de males que der, antes que otra mas casta valga tanto tos sinsabores de tu pecho; y velada en
precedieron te olvidas. Si has combatido •]
n o te es dado sanar. como tú. dulce sonrisa tu tristeza llena el mío de
mas que las que resisten, ¿no has sacri-
En fin me quedas t ú , y puedo conso- mas amargura.
Sabes que yo me recelaba de la des- ficado mas que ellas al honor? Sí no pue-
ventura que lloras. ; Cuantas veces te la des ser justificada, piensa á lo menos en larme de todo menos de perderte: tu Ya no es tiempo de disimidar : ayer
he pronosticado sin que me dieras oi- lo que te disculpa. Vo conozco lo que las primera carta me hizo estremecer. Casi estaba en la habitación de tu madre; se
dos !... Efecto es de una confianza teme- gentes llaman amor, y siempre me sabré hubiera deseado la segnnda, si no la hu- saliójun instante, cuando oigo unos g e -
raria... Ah; no se trata de eso ahora Sin resistirá los rebatos que inspira; pero biese recibido al mismo tiempo. Querer midos que el alma me traspasan; ¿ c o -
duda hubiera yo descubierto tu secreto, menos resistencia que tu habria hecho á desamparar á su amiga! proyectar sin mi mo me dejaría efecto tal dudas acerca
si asi hubiera podido librarte ; pero me- un amor como el tuyo, y soy menos cas- su fuga! No hablas de tu mas grave cul- del sugeto que los exhalaba? Me acerco
jor que tú leia en tu corazon en demasia t a , aunque no he sido vencida. pa; de esa sí que debias tener cien veces al sitio de donde al parecer salían, entro
sensible, y te veía consumirte en un mas rubor. Pero la ingrata solo en su en tu cuarto, llego á tu gabinete; cual
fuego abrasador que nada podia apagar. Estrañarás estas espresiones , pero es amor piensa... Mira, hubiera ido á ma- me paré cuando entreabierta la puerta
En ese corazon que palpitaba de amor tu mayor desgracia el qué sean nccesa- f tarte al cabo delmnndo. vi á la que debiera estar en el trono del
conocí que ó habia de ser feliz ó morir, rias, y diera mi vida por no tener que orbe sentada en el suelo, apoyado el
Con mortal impaciencia cuento las ho-
y cuando te forzó el miedo de rendirte usarlas; porque todavia aborrezco mas rostro en un taburete que bañaban sus
ras que me veo precisada á pasar ansente
á desterrar con Untas lagrimas á tn las malas maximas que las malas accio- | lagrimas ? Ah ! menos hubiera sentido
de ti. que se me hacen cruelmente lar-
amante, pensé que muy en breve ó no nes (1). Si antes de cometer el yerro te J verle empapado en sangre mia ; ¡ que
gas; todavia estaremos seis dias en S u -
vivirías ó seria llamado. ¡ Pero cual sus- hablara asi, y tú me escucharas, ambas I remordimientos asaltaron entonces mi
sana, pasados los cuales volaré á mi única
to fue el mió cuando te vi ahita de la vi- seriamos las criaturas mas depravadas; * corazon ! Convirtióse en suplicio mi di-
amiga, iré á consolarla ó á afligirme con
da y tan cerca de la muerte ! No acuses mas ahora, querida, debo hablarte asi cha ; solo tu pena sentí, y hubiera con
ella, á enjugar sus lagrimas ó á verter-
ni á t í , ni á ta amante de nn yerro en y tú escacharme, ó estás perdida, p o r - [ mi vida redimido tus llantos y todos mis
las yo. Menos discurrirá para aliviar
que yo soy la mas culpada, puesto que que te quedan mil adorables prendas,' deleites. Quise arrojarme á tus plantas,
tu dolor la inflexible razón qne la tier-
le he previsto sin poner remedio. que solo la estimación de ti propia pue- qHise enjugar con mis labios lagrimas
na amistad. Querida prima, suspiremos,
de conservar, que infaliblemente aniqui- tan preciosas, recogerlas en lo interior
amémonos, y callemos; y si es posible
Verdad es que me partí contra mi vo- larían una vergüenza escesiva, y el de- de mi pecho t morir ó enjugarlas para
borremos á fuerza de virtudes un verro
luntad, ya lo viste; tuve que obedecer; saliento que de esta nace. Tú "valdrás siempre, cuando oigo que vuelve tu ma-
que no se remedia con llantos. Ah pobre
pero sí hubiera creído tan cercana tu per- euanto creas que efectivamente vales. dre : tengo que irme á toda priesa, y
Chaillot!
dida, antes me hubiera hecho añicos que llevarme todos tus pesares y un descon-
apartarme de ti. Me engañé acerca del ins- Presérvate de un peligroso anonada- suelo que solo con ellos se puede tem-
tante azaroso. Todavia flaca y falleciente, miento que mas que tu flaqueza te envi- CARTA XXXI. plar.
me parecías segura contra tan corta auC lecería. ¿ Se degrada acaso con el ver- 'I
sencia; no previ la peligrosa alternativa dadero amor una alma? No te prive un
A JULIA.
¡ Cuanto me desaira y me envilece ese
en que te ibas á hallar, y me olvidé de yerro que cometió el amor del noble en- ¡QUE celestial prodigio eres, incom- tu arrepentimiento! Muy acreedor soy á
que tn propia flaqueza privaba á tu co- tusiasmo del honor y belleza moral que parable Julia! con que arte, que tú sola desprecio, si es causa nuestra nnion de
razon de los medios de defenderse contra siempre á la mas alta esfera te encum- sabes, puedes reunir en un corazon tan que te desprecies tú á ti propia , y si es
sí propio. Pero perdóneme el mió; con braba. incompatibles movimientos ? Embriagado torcedor de tu vida la gloria de la mia.
dificultad me arrepentiré de un error qne ¿Afea una mancha al sol? Cuantas vir- el mió en amor y placer, nada en tristeza; Hazte mas justicia, ó mi Julia , mira me-
te ha librado la vida! No tengo vo ese tudes por una que se ha alterado te que- j en el seno de la felicidad suprema pa- nos preocupada los sacrosantos vinculos
magnánimo valor, que te hacia renunciar dan! Serás por eso menos apacible, me- dezco y me atormento; y me acuso del que ha formado tu corazon. ¿ No has se-
á m í ; ni hubiera podido perderme sin nos sincera, menos modesta, y menos esceso de mi gloria como de un delito. guido las leyes mas puras de la naturale-
mortal desesperación; mas todavia quiero misericordiosa; menos digna, en una p * Dios mió! cuan horrible suplicio es no za? no has contraído libremente la obli-
que vivas y llores. labra, de todo, nuestro homenaje ? seráii atreverse á abandonarse del lodo á afecto gación mas sagrada ? que has hecho que
menos preciosos para tu corazon el honor, ninguno, hacer que sin cesar uno con no puedan y deban autorizar las leyes di-
¿Mas á que tanto llanto, dulce y cara el acendrado amor, la amistad y la hu- otro lidie, no gozar contento sin liga de vinas y humanas? que otra cosa falta á
amiga? á que ese sentimiento mavor que manidad ? apreciarás menos aun las vir- dolor; cien veces mas valiera ser siem- la coyunda que nos estrecha que la de-
tn yerro, y un desprecio de tí propia que tudes que no poseas? N o , cara y buena pre desventurado. claración publica ? Consiente en ser mia,
no has merecido? Borrará una sola fla- Julia, tu Clara te compadece y te ido- y dejas de ser culpada. Mí e s p o s a , mi
queza tantos sacrificios? no es prueba de latra ; sabe y conoce que no hay cosa ¿De que me sirve, a v ! ser feliz; no digna y casta compañera, gloria y placer
tu virtud el peligro mismo que ha corri- buena que agena todavia de tu alma sea. sufro ya mis males, sino los tuyos, que de mi vida, n o , lo que puede ser delito
para mi aun son mas sensibles. En vano no es lo que ha hecho tu amor . sino lo
quieres ocultarme tus penas; sin que tú que quieras quitarle, y solo admitiendo
(!) Idea sana y exacta: las pasiones desarregladas incitan d malas «c quieras las leo en lo abatido y desma-
ctones i pero las máximas malas estragan la razón, y privan de todo medU, á otro por esposo puedes ofeuder el ho-
yado de tus ojos, ni pueden esos tiernos nor. Sé siempre del amigo de tu cora-
para volver al bien. ' "jos hurtar un secreto al amor. Bajo tu
PRIMERA PARTE.
zou para ser inocente; legítimo es el la- para no volver, ay! jamas; y ha sido e)
zo que nos ajunta, solo la infidelidad O tú que le causas, teme atentar contra vernos tantas v e c e s , para que á lo me-
primer efecto de tau cruel mudanza que dolor tan justo; mi esperanza toda se nos nos veamos algunas; porque si te
que le rompiese fuera vituperable , y al hayan cesado de entenderse nuestros
amor de boy mas compete ser fianza de cifra en quesea eterno, hiera el peor cierran la puerta, no te puedes presen-
corazones. Tus ojos han presenciado mi de mis males admitir consuelo, porque tar ; y si tú te la cierras, tus visitas
la virtud. pena, erees que has descubierto su ori- es el postrer grado del oprobio perder quedarán á discreción tuya en algún
Mas aun cuando fuese justo tu duelo, g e n , quieres consolarme con vauos ra- con la inocencia el afecto que la hace modo, y con cierta maña y condescen-
v fondado tu sentimiento; ¿ porque me zonamientos, y cuando piensas engañar- amar. dencia podrás hacerlas en adelante con
quitas lo que me pertenece?.... porque me, eres t ú , amigo m i ó , el engañado. mas frecuencia sin que lo noten ó lo lle-
no vierten la mitad de tus lagrimas mis Creeme, cree en el tierno corazon dei Conozco mi suerte, veo todo su hor-
ven á mal. Esta tarde te diré los medios
ojos? No tienes tú pena que no deba yo tu Julia, menos es mi sentimiento por ror; pero me queda en mi desesperación
un consuelo, único, sí, pero muy sua- que he imaginado para que tengamos
seutir, ni afecto que no me debas comu- haber dado sobrado al amor, que por mas ocasiones de vernos, v convendrás
nicar , y zeloso con razón mi pecho te haberle privado de su mas dulce encan- ve ; y de t i , amable amigo , es de quien
le aguardo. Desde que no me atrevo a en que la inseparable prima, que o'ras
acusa de cuantas lagrimas eu mi seno no to. Como un sueño se ha desvanecido veces por tan enfadosa tenias, ahora no
derramas. D i , tibia y reservada amante, el suave atractivo de la virtud; han per- contemplarme á mí propia, pongo con
mas gusto los ojos en el que bien quie- será inútil para dos amantes que nunca
¿no es hurto hecho al amor cuanto no dido nuestros fuegos aquel divino ardor, hubiera debido dejar solos.
comunica tu alma con la mia ? no debe que apurándolos los animaba; hemos ro: te restituyo todo cuanto de mi esti-
ser todo común entre los dos ? no te ido en pos del deleite, y ha huido lejos mación propia tú me has quitado, y mas
acuerdas ya de habermelo dicho? Ah! de nosotros la felicidad. Acuérdate de te amo cuanto mas me fuerzas á aborre- CARTA XXXI11.
si como yo supieras amar, te consolaría aquellos deliciosos momentos eu que cerme. El amor, el fatal amor que me
mi ventura , cual á mí me aflige tu pe- tanto mas se estrechaban nuestros cora- pierde, te da nuevo realce, te encumbras DE JUI.IA.
nar . y disfrutarías mis gustos, como zones cuanto mas nos respetábamos, en tú cuando yo me degrado, y parece que
se enriquece tu alma cuanto se ha envi- AY! amigo mió ¡Que mal refugio es
siento yo ta tristeza. que sacaba nuestra pasión fuerzas de su para dos amantes una tertulia ! que tor-
propio esceso para vcucerse, en que nos lecido la mia. Sé de hoy mas mi única
esperanza; á ti toca justificar, en cuanto mento es verse y estar incomodados!
Pero ya veo que me desprecias como a consolaba la inocencia de lo que nos ve-
es dable, mi yerro ; cúbrele con la hi- Cien veces mas valiera no verse. ¿Como
un l o c o , porque se éstravia mi razón en daba, y en que cedian en beneficio del
dalguía de tus afectos; borre tu mérito se ha de afectar sosiego estando tan agi-
el seno de los deleites; mis rebatos te amor todos los homenajes que al honor
mi ignominia; haz disculpable, á fuerza tados? como ha de ser una tan dife-
asustan, te causa compasiou mi delirio, y tributábamos. Compara con nuestra pre-
de virtudes, la perdida de las que me rente de sí propia ? como ha de pensar
110 conoces que no pueden bastar todas sente situación tan grato estado. Que de
cuestas. Sé todo mi ser, ahora que nada en tantas coSas, cuando la ocupa una
las fuerzas humanas á una felicidad sin agitaciones! que de sustos! que de mor-
le soy yo; el único honor que me queda sola ? como ha de contener la gesticu-
tasa. ¿ Como quieres que uua alma sen- tales sobresaltos! que de n o moderados
"reside todo en t i , y mientras fueres dig- lación y los ojos cuando vuela el cora-
sible goce con moderaciou de un bien afectos, que todos han perdido su sereni-
no de respeto, no seré yo enteramente zon ? En mi vida he sentido turbación
infinito? como quierfcs que sin rebosar- ?
igual á la que tuve ayer, cuando te anun-
se el placer pueda contener tantas glo- 1 ciaron en casa de la señora de Hcrvart:
rias juntas? No sabes que hay un ter- dad primera! ¿Que es de aquel celo de despreciable,
apenas hubieron pronunciado tu nom-
mino á que razón ninguna resiste, y que sabiduría y honestidad con que animaba Aunque tanto me cueste el cobro de bre creí que me le echaban en cara , me
no hay en el mundo hombre que tenga el amor todas las acciones de nuestra mi salud , no puedo disimularlo mas
vida, y que en desquite mas delicioso al figuré que me miraban todos á una , y
su juicio á toda prueba? Ten piedad tiempo, mi semblante desmentiría mis ya no sabia lo que me hacia : cuando
del estravio de mi razón que tú cau- amor tornaba? Apacibles y duraderos palabras , y no puede mi fingida conva- llegaste de tal modo me salieron á la cara
s a s , y no desprecies errores que son eran nuestros gustos; ahora solo ímpetus t lecencia seguir engañando á nadie. Asi
los colores, que mi prima, que no me
obra tuya: uo soy mió, lo confieso, tenemos, v nuestra desatinada felicidad •>-•-—:—
date _i.i:—j-
priesa, antes que me vea obligada dejaba de la mano, se vió precisada á ta-
cuagenada mi alma está toda en ti; por mas que á tiernos cariños á delirio de á volver á mis ordinarias ocupaciones, á parme con su cara y su abanico, como
eso soy mas capaz de sentir tus penas, locos s e parece. Abrasaba un sacro > dar el paso en que estamos convenidos; si hubiera querido hablarme al oído.
y mas digno de ser su participe. O Ju- acendrado fuego nuestros pechos; ora ' veo claramente que ha entrado en sos- Esto mismo rae temí que produjese mal
lia , no te robes á ti propia.' entregados al motin de los sentidos,solo pechas mi madre, y que nos vela. Yo efecto, y que sospechasen misterioso este
somos amantes comunes; venturosos si confieso que mi padre no las tiene; este secreto: en una palabra en todas partes
se <li''na el amor zeloso presidir todavía altivo caballero ni siquiera se figura que hallaba nuevos motivos de susto, y nun-
CARTA XXX11. á deleites que puede siu él disfrutar el se pueda prendar de su hija un plebeyo; ca mas bien he conocido cuantos testi-
mas soez de los mortales. pero al fin ya sabes su determinación; gos , que en nada semejante piensan,
RESPUESTA.
listas son, amigo juio, las perdidas de te ganará por la mano, si no adelantas, contra nosotros arma una conciencia
HUBO tiempo, amable amigo mió, que ambos, que no mas por ti que por mi llo- y por haber querido conservar la misma culpada.
eran nuestras cartas fluidas y amenas; ro; uada añadiré acerca de las peculia- entrada en nuestra casa te la cerrarás
mostrábase con elegante sencillez el afec- res mias; no puede menos tu corazou del todo. Créeme, habla con mi madre,
mientras que es todavía tiempo ; finge Clara me ha asegurado que notaba
to que las dictaba; ni arte, ni colorido de apreciarlas. Mira mi. vergüenza. y
que tienes asuntos que no te permiten que no hacias tú mejor figura; leparecia
necesitaba , y cu su pureza consístia to- gime si sabes amar; mi yerro es irrepa- que estabas turbado, que no sabias lo
do su arreo. Va pasó tiempo tan dichoso rable , y nunca se enjugará mi llanto. seguir mi instrucción , v renunciemos á
que te hacias , ni sentarte ni quedarte
en p i e , ni acercarte á mí ni desviarte, para ti grato el saberlo ; pero este debo za, y que soy tan majadero como mis que los olvidas. ¿ Q u e ; pasar quince
que mirabas á la redonda para hallar, i g n o r a r l o , y todo cuanto por ahora b libros- ¿Que me importa ni lo que dice días enteros tan cerca uno de otro sin
según decía, ocasion de mirarnos. Vuel- puedo decir es que al amor que ha can- ni lo que piensa? No decide mi Julia vernos ni decirnos nada? Ah! ¿ que quie-
ta un poco de mi a g i t a c i ó n , creí vo sado nuestros males compete remediar, sola de mi ser y de la clase en que quie- res que haga en tantos siglos un corazon
reconocer la tuya hasta que la joven ma- los. Raciocina , comenta en tu cabeza; ro yo estar colocado ? Piense de mí lo abrasado de amor? La ausencia seria
dama Belon te habló, que te sentaste en si q u i e r e s ; pero te impongo prohibición que quiera lo demás del m u n d o , mi va- mas llevadera. ¿ D e que sirve una esce-
conversación con e l l a , y á su lado te de que me bagas preguntas sobre el lor consiste todo en tu estimación. siva prudencia que mas males nos causa
calmaste mas. asunto. que los que evita ? de que sirve dilatar
Ah ; cree que ni á madama Belon, ni
C o n o z c o , amigo mió , que este meto- c o n sus suplicios la vida ? no valiera mas
3 todas las beldades de superior g e r a r -
d o de vida que tanta zozobra y tan po- cien veces verse un instante y morir
CARTA XXXIV. quia que la suya pertenece causar la di-
cos gustos acarrea no vale nada para luego ?
versión de que tú me hablas, y apartar
nosotros; nos queremos mucho para po- RESPUESTA. un momento de tí mi corazon y mis ojos. No te disimulo, dulce amiga mia, que
d e m o s poner asi á cuestión de tormen- -Yo , no veréis en nú Si pudieras poner en duda un instante quisiera descubrir el amable secreto que
to. Estas reuniones públicas solo son mi sinceridad, si cometer pudieras tan me ocultas; nunca le hubo que mas
Mudanza en mis afectos,
buenas para los que, sin estar enamora- mortal agravio contra mi amor y tus para nosotros importara, pero son vanos
Ojos donde aprendí
dos, favorecen y son favorecidos, ó para atractivos; díme, ¿ quien pudiera haber mis esfuerzos. Sabré no obstante o b s e r -
los que no necesitan de misterio; de mi A suspirar de amor.
guardado nota de todo cuanto en torno var el silencio que me impones, y refre-
parte la inquietud es en estremo viva , y de ti se hacia ? N o te vi yo lucir en me- nar una curiosidad imprudente. ¡ Ojalá
de la tuya muy peligrosas las impruden- ¡ COMO debo querer á la preciosa ma-
dio de esta hermosa mocedad, como en- que respetando á tan suave misterio p u -
cias ; y no puede haber siempre una ma- dama Belon por el gusto que me ba da- tre los astros que eclipsa el sol ? no vi diera yo afianzar que se csplicaria un
dama Belon á mi lado para sacarme á do ! Perdónamelo, divina J u l i a , un ins-
reunirse á los caballeritos en derredor de dia! ¿Quien sabe, quien sabe si no es-
tiempo de apuro. tante me he atrevido a contemplar tus
tu silla? no v i , á despecho de tus com- triban tus proyectos otra vez en cimien-
tiernos recelos , v ha sido este instante
pañeras , la admiración que escitabas? tos aéreos? Cara alma de mi vida, ah,
T o r n e m o s , tornemos á la apacible v uno de los mas felices de mi vida. ¡ Que
no vi su respeto obsequioso, sus home- empecemos á lo menos realizándolos.
solitaria vida de qne tan sin razón te h e hechiceras eran aquellas inquietas y cu-
najes y sus galanteos ? no te vi admitir-
sacado: ella dió origen y p á b u l o á nues- riosas miradas, que á escondidas se fi- P. D . Se me olvidaba d e c i r t e , que
lo todo con un tono de modestia y frial-
tros fuegos , y acaso se entibiarían con jaban en n o s o t r o s , y luego se bajaban
dad que hace mas impresión que la alti- me ha ofrecido el señor Roguin una com-
vida mas disipada. En la soledad se e n - para evitar las mias! ¿ Q u e hacia enton-
vez? no vi cuando te quitaste los guau- pañía en el regimiento que para el s e r -
gendran todas las pasiones violentas, que ces tu afortunado amante? hablaba con;
tes para refrescar el efecto que en los vicio del Rey de Cerdeña está levantando.
n o se ven en el mundo, donde no se deja madama Belon. ¿ Ah , Julia m i a , lo
asistentes produjeron tus brazos descu- He agradecido de veras la prueba de es-
tiempo á los objetos para q u e hagan una puedes creer ? N o , no , incomparable
biertos? n o vi al forastero joven que al- timación de este valiente oficial; y le he
profunda impresión, y donde á la fuer- n i ñ a ; mas altamente ocupado estaba.
zó tu g u a n t e , querer besar la blanca dicho tributándole gracias, que tenia la
za de los afectos debilita la muchedum- ¡Con que delicia seguia su corazon los
mano que le recibía? no vi otro mas vista muy corta para serv i r , y que mi
bre de antojos. La soledad conviene tam- movimientos del t n y o ! con que ansiosa
osado , que con sus ardientes ojos mi pasión al estudio no se avenía con vida
bién á mi melancolía , la cual se ali- impaciencia devoraban sus ojos tus atrac-
sangre y mi vida devoraba, obligarte, tan activa. En esto no he hecho sacrifi-
menta como el amor; tu adorada imagen tivos. Mi alma la llenaban y la arrobaban
cuando lo conociste, á poner un alfiler cio uinguno al amor; pienso que debe
e s de la que este y aquella se sustentan; tu amor v tu hermosura, y apenas á tan i
átu pañuelo? N o estaba yo tan distraí- cada uno su vida y sangre á la patria;
y mas quiero verte en lo interior de mi deliciosos afectos podia dar vado. El f
do como piensas: todo esto lo v i , Julia, que n o es licito enagenarse, y mucho m e -
corazon tierno y s e n s i b l e , que en una único sentimiento mió era gozar á costa l
y no tuve zeios , porque conozco tu co- nos venderse, á un principe á quien n a -
concurrencia violento y distraído. Ade- de la que amo deleites que no partici- [
razon , y sé que no es de aquellos que da se le d e b e , convirtiendo la mas n o -
mas de que pudiera venir tiempo en que paba ella. ¿ S é yo lo que eu todo este 1
pueden amar dos veces. ¿Acusas tú el ble profesion del mundo en oficio de un
me viese yo forzada á mayor retiro : y , tiempo me dijo madama Belon ? sé lo que : vil mercenario. Estas eran las maximas
mió de ser de esta especie?
i" ojalá fuese ya venido un tiempo tan le respondí ? lo sabia cuando estabamos de mi padre que tendría á dicha imitar
suspirado! Tanto la prudencia como mi hablando ? lo ha podido saber ella pro- í en su amor á sus obligaciones y á su
inclinación requieren que de antemano pia?... podia comprender algo de las; Volvamos á la vida. solitaria que yo pais. Nunca quiso entrar á servir á prin-
contraiga hábitos conformes con los que razones de uno que sin pensar hablaba, E he dejado contra mi voluntad; n o , el cipe ninguno estranjero; pero en la
puede exigir la necesidad. ¡ A h , si p u - y sin oir respondía ? corazou no se alimenta en el tropel d e l guerra de I 7 I 2 peleó con honor por la
diera de mis yerros nacer medio para mundo; los mentidos deleites le hacen patria; se halló en varios combates, en
resarcirlos! La grata esperanza de ser mas amarga la privación de los verda- uno de los cuales fue h e r i d o , y en la
un dia... Pero sin esperarlo diría mas Como el que escucharfinge y nada en- deros , y prefiere sus tormentos á la vana batalla de Wilmerghen tuvo la gloria
<le lo que quiero acerca del proyecto tiende. sombra de fingidos gustos- Pero, Julia de arrancarle una bandera al enemigo
en que me ocupo ; perdóname este mis- mia, mas solidos deleites hay, y según a presencia del general de Saconnex.
terio , único amigo mió ; nunca mí c o - Por eso me mira con el mas cabal
la contracción en que vivimos , parece
razon guardara secreto que pudiera ser desden ; y ha dicho á todo el mundo, y
acaso a ti, que no tengo sentido común.
V lo que es p e o r , ni sombra de agude-
•nejante caracter; y me temo que si,
DE JULIA. deutro de mí tau peligrosa propens respetable amigo, tú, que ni de disfraz ambas manos en las suyas, á presencia
no porque no sepa que fué tu cora, ni de malas artes eres capaz, vo sé que de su canciller, juraréis pleitesia v va-
No creia y o , amigo mió, que dos pa- formado para el m i ó , y no para el, me guardarás la sinceridad que prometi- sallaje perpetuo, no quiero decir eterno
labras que cíianceaudome liabia dicho otra alguna ; pero á veces puede eng, do me hubieres. En tu alma recta no po- amor (obligación que nadie tiene en su
acerca de madama Belou merecieran tan ñarse uno á si propio, figurarse quem drá mas la vergüenza de confesar tu in- mano cumplirla ó quebrantarla), sino
seria esplicaciou: á veces tanto anhelo antojo momentáneo es una pasión, y ha- fidelidad que la obligación de cumplir verdad, sinceridad , ingenuidad inviola-
por justificarse produce el efecto opues- cer por manía tanto ocaso como por tu palabra; v si dejar de amar á tu Ju- ble. No juraréis obediencia, mas sí n o
to , y el caso que de frioleras se hace, amor hubiera hecho. Ora, si te puede lia pudieres, le dirías... S í , podrías de- cometer fecho de malaodrm , y declarar
es solo el que en asuntos importantes creer tú inconstante sin s e r l o , con mas cirle: Julia, no... Amigo mió, jamás es- la guerra antes de-sacudir el vugo. Des-
LA« •...„. ;„,..
las convierlí». • , nnn (. —"M""*»"'«
i>ipi.r,i i < reex IU inconstante sin ser o , con Hias cribiré vo esta frase. pués se os dará la colada, y seréis reco-
las conv.crtc; ciertamente no sucederá razón te puedo yo acusar sin razón *
con nosotros, porque corazones bien i infidelidad. Esta horrorosa H a " ¡ ¿Qué te parece de mi espediente? nocido v asallo de vuestra dama y armado
S f t "°-SOn ,C"SqU,ll
1 "S0S' " • " ' 1 7« «asi
VUOI obstante el tosigo de mi v i d a , S Estoy cierta de que es el único que pue- caballero.
Siempre Q V Uu,"w
— - '» t>«- I U K
Siempre las las ruin? nmmio, sobre ni- I •.
riñas de amantes °yJ . . da desarraigar en iri todo movimiento A Dios, querido amigo mió, la idea
sin q u e j a r m e , y moriría s i n c o n s u e l o no de zelos; y bailo no sé que fineza que de la cena de esta noche me tieue llena
ñerías tienen muy mas sólidos funda-
habiendo cesado de ser querida. me hechiza en fiar tu amor de tu buena do contento. Ah! cuanto se aumentará
mentos de l o que parece. No obstante
Obviemos , te lo ruego, una desven- fe, y quitarme la facultad de creer una cuando sea testigo del tuyo!
celebro que haya dado origen esta frio-
tura que solo imaginada me hace esü* infidelidad que no me digas tú propio.
lera à que tratemos entre los dos de los
mecer. Júrame, dulce amigo m i ó , no Este e s , querido , el seguro efecto de la
zelos, asunto que por desgracia es para CARTA XXXVI.
Pli I por el amor, juramento que mientras obligación que te impongo; porque te
mi muy importante.
se cumple es superfluo , mas por el sa- puedo creer mudable amante, mas no
Del temple de nuestras almas, y de DE JULIA.
sT r a d1 0o nnoommDbrree a de el l h o n o r q u e t a n t o res-
la Índole on,tnir, I . ' ¿ Honor que tanto res- falso amigo, y cuando dudara de tu co-
<^ones cnhíi , nuestras mchua- petas, que nunca dejaré de ser aquella razon, nunca de tu fe dudaría. }Qué
« ainado,' que
piones colijo, I —- -vi
ha de vi ¡ de quien
ser el tu corazón fies, BESA esta carta, y brinca de gozo
i -7 j y que «i*» no ha-
na» deleite tengo en tomar sobre esto inú-
amor la
amor la principal
principal oeunac on de
ocupación de D I M » I . -(/ '
nuestra ., , ' ' T . tiles precauciones, y obviar las aparien- por la noticia que te voy á decir; pero
brá mudanza en él de que no me des
vida. Cuando una vez ha hecho este las cuenta á mí la primera. No me alegues cias de nna mudanza, cuya imposibilidad piensa que aunque yo no brinque ni
impresiones profundas que en ambos, ha que nunca tendrás de que hacerme sa- tan bien conozco ! que encanto es hablar tenga cosa que besar, BO soy la que me-
de apagar ó absorber las demás pasio- bedora, asi lo creo y lo espero; per» de zelos con tan fiel amante! Ab! si nos se alegra. Mi padre, precisado á ir
nes ; su menor tibieza fuera para noso- disipa mis locos temores, y dame coa pudieras dejar de serlo no creas que te á Berna por su pleito, y de allí á S o -
tros parasismo mortal; al amor apagado tus empeños para un tiempo venidera hablara asi. No seria puesto en el caso leura por su pensión, lia propuesto á
se seguiría un invencible hastio, un que nunca llegará seguridad eterna del tan prudente mi pobre' corazon, y en mi madre que le acompañara én el viaje;
eterno fastidio; y no podriamos vivir presente. Menos digna de compasioB breve me quitaría la menor desconfianza y esta ha admitido con la esperanza de


mucho tiempo habiendo cesado de amar. fuera yo declarándome tú mí desventura la gana de precaverme de ella. algún alivio en su salud con la mudanza
A mi particularmente bien sabes que so- real, que padeciendo sin cesar imagina- del aire. Me querian hacer la gracia de
lo el desvario me puede encubrir el rios males ; á lo menos disfrutaría de tus llevarme también, y yo no juzgué con-
Aquí tiene V-, sabio maestro m i ó ,
horror de mi situación presente, y que remordimientos; si no te abrasaba mi veniente mostrar repugnancia; pero han
materia que ventilar esta noche; porque
ó be de amar sin fin , ó morir de do- amoroso fuego, sentirías á lo menos mis abandonado este provecto por la dificul-
sé que tendrán la honra sus dos humil-
lor: mira si tengo fundamento para ven- penas, y serian para mí menos amargas tad del carruaje, V hacen por consolar-
des discípulas de cenar con V. en casa
tilar con seriedad un punto, del cual las lagrimas que en tu seno vertiese. me «le que me quede. Tenia qne afectar
del padre de la inseparable. Sus doctos
debe pender la dicha ó la desdicha de tristeza. y al fingido papel que roe veo
comentarios sobre la Gaceta han sido
mi vida. En esta parte, amigo, me dov dos ve- obligada á representar me ha causado
causa de que haya hallado tanta gracia
ees el parabién de mi elección por el una tan sincera, que casi me ha dispen-
En cuanto de mi propia puedo juzgar, suave vinculo que nos estrecha, y por la ante él, que poca maña ha sido necesa-
sado de fingir el remordimiento.
me parece que aunque siento con 'fre- probidad que le alianza. Tal es el uso ria para hacer que le convidara- La hija
cuencia vivamente, soy poco sujeta á de- de esta regla de justicia en las cosas de ha hecho templar su clave; el padre ha
Mientras estén mis padres ausentes no
jarme arrebatar. Menester seria que hu- puro afecto; asi sabe la severa virtud ojeado á 1 -aniln'rti; v vo recordaré acaso
seré señora de casa, pero estaré depo-
bieran fermentado mucho tiempo mis pe- templar las penas del tierno amor. Si la lección del bosquecillo de Clarens. O
sitada en casa del padre de la prima;
nas en mi interior para queme atreviera fuera mi amante un hombre de princi- doctor en todas las facultades, siempre
de suerte que seré verdaderamente lodo
a descubrir su principio al autor de ellas; pios laxos de moral, aunque me hubiera tiene V. alguna ciencia á |lelo. El señor
Cste tiempo ¡«separable de la insepara-
y como vivo persuadida de que no es de amar eternamente, ¿ cual seria la fian- de Orbe, q u e , como puede V. creer, no
ble. Ademas, mi madre se ha querido
posible hacer sin querer una ofensa, za de su constancia ? que medio me que- faltará, está hablado para entablar una
privar de su doncella de labor, y me deja
primero sufriría cien motivos de queja, daría para salir de ini desconfianza con- erudita discusión sobre el futuro feudo
á Babí por guarda; que es una de aque-
que esphearme una vez sola. A poca pro-" tinua ? ni como me cercioraría de que del Rey de Nápolcs, durante la coa! pa-
llas centinelas poco incómodas , cuva fi-
pensión que una tenga á ser zeíosa no no era engañada ó por la falsedad suya saremos los tres al cuarto de la prima.
delidad no se debe corromper, ni tam-
es decible lo que puede resultar de se- ó la credulidad mia ? I'ero tú, digno < Allí, ó mi cautivo caballero, puesto de
hinojos ante vuestra soberaua señora, ioro liarse do ellas; pero de quienes e s
Í
acil zafarse cuando acomoda, con el
mas ligero cebo de diversión ó Ínteres mun madre. Allí, mi amigo, es ta reo»
que se les presente. principio no me babia dado su despedi- CARTA XXXVIII.
bajo sus únicos auspicios, y solo sus fe da, y después de la partida de estos que-
Ya ves cuan fácil será vernos por yes podremos escuchar. A ruegos dd A JULIA.
espacio de unos quince días; pero aqui señor de Orbe, ha persuadido ya Clan ridos padres sofocaba mi corazon una
la prudencia debe suplir las dificultades, a su padre que se divertiría mucho a angustia inquieta. Mientras que hacia los N o , Julia, no es posible que yo te vea
y nuestra voluntad imponernos las mis- cazar dos ó tres días eu este país y He- líos Babí entré maquinalmente en el cuar- un dia como te he visto el anterior: es
mas prívacioues á que en otros tiempos varse consigo á las inseparables. Estaik to de mi madre, y siendo algunas de sus necesario que se aumente y crezca mi
nos vemos precisados. No solo no de- tieuen otros inseparables, como ya üi' ropas todavia tiradas, las fui cogiendo amor con tus hechizos, y tú eres para
bes, mientras estuviere yo en casa de mi sabes. El uno, que representa el' an»; todas una despues de otra, deshaciéndo- mí un manantial inagotable de nuevos
prima veuir con mas frecuencia que de casa, agasajara como tal; el otro con me eu lagrimas. Algo me ha aliviado este afectos que nunca hubiera imaginado.
antes por temor de comprometerla, si- menor ruido podrá agasajar á su Julia estado de enternecimiento, y he hallado ¡ Que inefable noche! que de no conoci-
no espero no tengo que hablarte ni de cu una humilde choza pastoril; y con. algún alivio en la intima conciencia de das delicias hiciste beber á mi corazon!
las atenciones que exige su sexo, ni de sagrada esta choza por el amor, será que no están aun totalmente muertos en que encantadora tristeza! ó deliquio de
los sagrados derechos de la hospitali- para ellos el templo de Gnido. Para eje- mi corazon los suaves afectos de la natu- una alma enternecida! cuan atrás os dejais
dad; y que no necesita un hombre de cutar con felicidad y sin recelo tau gra- raleza. A h , tirano! en balde pretendes los turbulentos placeros, la loca alegría, el
bien ser instruido sobre el respeto debido to proyecto , solamente se trata de dar esclavizar todo entero á este tierno y en arrebatado gozo, y todos los delirios que
por amor á la amistad que le da uu algunas disposiciones que con facilidad demasia frágil corazon; á despecho tuyo á los desenfrenados deseos de dos aman-
asilo. Conozco tu viveza, pero también concertaremos, y que también serán par- á despecho de tus prestigios, le quedan tes un ardor sin tasa presenta! Gusto apa-
conozco sus inviolables límites. Si nun- te de los placeres que disfrutemos. A i lo meuos afectos legítimos, v todavia cible y puro, al que nada en los sensua-
ca hubieras hecho sacrificios á lo que es Dios, amigo mío, te dejo tan pronto respeta y quiere derechos mas sagrados les deleites se iguala, nunca, nunca se
honrado, no tendrías hoy ninguno que porque temo que venga gente. Tu Julia que los tuyos. borrará de mi corazon tu penetrante me-
hacer. moria. Dioses! ¡ que encantadora escena,
siente su corazon que Vuela antes de Perdona, dulce amigo mió, estos in- ó que éxtasis, ver á dos beldades tan atrac-
tiempo á habitar la choza. voluntarios movimientos, y no receles que tivas tiernamente abrazadas, apoyado el
¿ De donde proviene ese semblante
dé 3 estas reflexiones la latitud que debe- rostro de una en el seno de la otra, con-
disgustado y esos ojos tristes? porque
P- D. Examinado bien todo, creo ría. No es el instante de nuestra vida en fundir sus dulces lagrimas, y bañar ese
murmuras de las leyes que te impone tu
que podremos vernos sin inconveniente que acaso será mas libre nuestro amor, tu candido seno, como humedece el r o -
obligación? Deja á cargo de tu Julia el
casi todos los días; á saber, en casa de bieu sé que no es adecuado para senti- cío del cielo la azucena que se acaba de
suavizarlas: ¿te has arrepentido alguna
mi prima cada dos dias, y el de inter- miento ; no quiero ni esconderte mis pe- abrir! Tenía zelos de tan tierna amistad;
vez de escuchar con docilidad su voz?
medio en el paseo. nas, ni enojarte con ellas, conviene que hallaba en ella no sé que mas interesante
Cerca de las lloridas colinas donde está
las sepas; no para sentirlas, sino para que el propio amor, y me aborrecía en
el nacimiento del Vevaise hay un case-
CARTA XXXVII. calmarlas. ¿ En que otro pecho las derra- algún modo por no poder ofrecerte tan
río solitario que suele ser ajbergue de
maría yo si no fuera osada á verterlas en amados consuelos, sin turbarlos con la
cazadores, y solo debería ser asilo de DE J U L I A . el tuvo? No eres tú todo mi consuelo ? no agitación de mis ardores. No, nada, nada
amantes. En torno de la principal habi-
YA se han ido esta mañana aquel pa- eres el sustento de mi desmayado animo? hay en la tierra capaz de escitar tan v o -
tación de que dispone el señor de Orbe,
no eres quien alimenta en mi alma el amor luptuosa ternura como vuestros mutuos
hay esparcidas á bastante distancia algu- dre tierno y aquella incomparable ma-
de la virtud, aun despues de haberla per- cariños; y hubiera ofrecido á mis ojos
nas chozas de pastores, que debajo desús dre, colmando de los mas tiernos cari-
dido? ¡sin tí, sin la adorable amiga, cuya menos deliciosa sensación el espectáculo
pajizos techos pueden encubrir el amor ños á una hija querida, y que tan poco
compasiva mano tantas veces mis llantos de dos amantes.
y el deleite á amantes de la sinceridad lo merece. Yo los abrazaba con una lige-
rustica. Las lozanas y calladas lecheras ra opresion de corazon, mientras que ha enjugado, ¡cuantas no me habría ya
saben guardar á otros el secreto de que brotaba en lo interior de este ingrato y rendido a un mortal abatimiento! Pero
vuestros cuidados tiernos me sustentan ; ¡ Ah; cuanto me hubiera en aquel in&=
ellas mismas necesitan. Los arroyos que desconocido corazon una odiosa alegría. tante prendado esa amable prima, si no
por los prados se deslizan están som- Av.' ¿que se ha hecho aquel venturoso no me atrevo á envilecerme mientras que
me estimáis vosotros, y complacida digo hubiera existido Julia! Mas no, que era la
breados de arbustos y deliciosas enra- tiempo en que á sus ojos pasaba yo una misma Julia la que su invencible encanto
madas, y mas alia ofreceu su vecino y I inocente y arreglada vida, en que solo que no me quisierais uno y otro tanto
6Í solo á desprecio fuera acreedora. A los a cuanto la rodeaba comunicaba. Tu ves-
sombrío asilo bosques espesos: estrechada contra su seno me hallaba tido, tu peinado, tus guantes, tu abani-
bien, y no los podia dejar un instante brazos de esta amada prima, ó mas bien
de esta ticroa' hermana vuelo á depositar co, tu bastidor, todo cuanto en torno de
sin sentimiento? Ora, culpada y medrosa, tí á mi vista se ofrecía, todo hechizaba
Al sitio yermo, denso, hermoso, pienso temblando en ellos, me" coloro de en su corazon una impertinente tristeza.
umbrío Tú ven esta tarde á acabar de tornar á mi corazon, y tú sola eras todo el hechi-
rubor cuando en mí pienso; se depravan zo. Detente, dulce amiga mia, que á
Nunca zagal ni labrador se arrima. todas mis buenas inclinaciones, y me con- ' mi pecho el jubilo y la serenidad que ha
perdido. poder de aumentar mi embriaguez temo
sumo con un esteril y vano sentimiento, que al fin he de perder la razón. Déjame
Ni la industria, ni la mano del hom-
que 111 siquiera un verdadero arrepenti-
bre, muestran cu parte ninguna su in-
miento anima. Estas amargas reflexiones
quieta vigilancia; eu todas partes cara- ¡ me han causado toda la tristeza, que al
pean solo los tiernos cuidados de la co-1
á lo menos ciíuoccr un desvario que hace que solo su vana imagen ofreceu; vamos mos nosotros compasion de corazones muchacha desesperada, que no sabiendo
uii ventura, dcjame gustar de este nuevo á animar la naturaleza muerta sin 1« unidos que quiereu separar, ¿de quien ya que hacerse recurre á su bondad,
entusiasmo, mas sublime y mas vivo que fuegos del amor. ¡Que; tres días de lar. pudiéramos esperarla? Yo por mí estoy porque V. no se cansa de socorrer á las
todas las ideas que del amor tenia. ¡Que; danza.' tres dias todavía! Ebrio de amor, resuelta 4 reparar con estos mi yerró al desconsolados, y yo soy tan desgraciada
te puedes tú creer euvilecida! te priva sediento de sus contentos, aguardo estj precio que fuere, y hacer de manera que que solo á Dios y á V. es á quien no im-
también la |iasioii de juicio? Vo te hallo tardío instante con una dolorosa impa. se junten en matrimonio estos dos mo- portuna mi llanto. He tenido mUchn
por demás perfecta para un mortal, y te ciencia. Ah! que felices fuéramos, si qui, zos ; y espero que bendiga mi empresa el sentimiento para dejar el aprendizaje
imaginaria de especie mas pura, si el j tara el Cielo de la vida todos los iiisu&B cielo , y sea de buen agüero para noso- en que me había V. puesto ; pero como
luego devorador que mi sustancia pene- j bles intervalos que semejantes momento! tros. Te propongo y te ruego en nombre tuve la desdicha de perder á mi madre
Ira uo me uniera con la tuva, v me hi-1 separan! de uuestra amisUd que te partas h o y , si este invierno pasado, he tenido que vol-
puede s e r , ó mañana por la mañana lo ver a cuidar de mi pobre padre que está
ciera sentir que sou ambas una misma. CARTA XXXIX. siempre perlático en la cama.
N o ; nadie d e este mundo te c o n o c e , tú mas Urde, para ¡Neufchatel. Ve á tratar
propia no te conoces; solo mi corazón te DE JUI.IA.
con el señor de Mervcüleux de sacar del ¡So me he olvidado del consejo que
c o n o c e , te s i e n t e , y colocarte en tu lu- regimiento á este honrado mancebo; no habia dado V. á mi madre que procura-
No hay en tú corazon un afecto, mi perdones diligeucia ni g a s t o ; llévate
gar sabe. ¡ Ah, Julia mía, que de home- ra casarme con un hombre de bien que
escelcnte amigo, que no le sienta el mió. contigo la carta de mi Paca, que no hay cuidara d e la familia. Claudio Anet, que
najes le robaran si solo fueras adorada ! pero no hables de gustos, mientras que pecho sensible que no enterneza. Final- trajo su padre de V. del servicio, es un
si solo aogel fueras, cuanto perderías ¡ otros, que valen mas que nosotros gi- mente, cuestenos cuanto gusto v dinero buen muchacho , cconomico , que sabe
d e tu v alor! men y sufren, y puedo yo echarme ser pueda no vuelvas sin traerte á Clau- un buen oficio y me quiere bien. D e s -
Dime, ¿ como puede ser que crezca cara sus penas. Lee la adjunta, y sosiega-, dio Anct libre de sus enganches, ó cree pues de lautas caridades como V. nos
uua pasión como la mía? Lo ignoro, mas te si puedes; yo que conozco ia amable que en mí vida deberé al amor insUntc lia hecho no me atrevía á incomodarla,
lo esperimento. Aunque en todos tiempos y buena muchacha que la ha escrito, | y él ha sido quien nos ha mantenido to-
te tenga presente, hay ciertos dias que no la he podido leer sin llorar de lasti-1, de gozo cumplido. do el invierno. Iba á casarse conmigo
mas hermosa que nunca tu imagen me ma y remordimiento. Me ba partido el j Bien sé cuantas acusaciones articulará esta primavera, y estaba Un contento
persigue, y me atormenta con uua activi- alma el sentimiento de mi culpada ne- contra mi tu corazon; ¿crees tú que no con este matrimonio; pero Unto tor-
dad que ni tiempo ni lugar calma; y creo gligencia , y veo con amarga confusion ' se las haya hecho antes el mió? y persis- mento me han dado para que. pagara
que con ella me has -dejado en aquella como ha hecho el olvido de mi primera to ; porque ó la palabra virtud nada mas tres años de casa, que se cumplieron es-
cabaiía pastoril donde al escribir tu pos- obbgacion que me desentendiera de todas es que un vano nombre, ó exige sacri- tas pascuas, que no sabiendo el pobre
trera carta estallas. Desde que de esta las demás. Itabia prometido cuidar de ficios. Mi a m i g o , mi digno a m i g o , una mozo donde encontrar Unto dinero , ha
campestre cita se trata tres veces he sa- esta pobre chica, era su protectora con I cita que falto puede repetirse mil ve- vuelto á senUr plaza en la compañía del
mi madre, y en algún modo su guarda; I; ces; pocas horas gratas como el relám- señor de Mcrveilleux, y mé ha traído el
lido de la ciudad; siempre se dirigen
V por no haberme sabido guardar yo [ pago se eclipsan , y ya no son ; pero si dinero de su enganche. Este señor no se
mis pasos al mismo sitio, y cada vez me
está en tu mano la ventura de dos suge- ha de detener en Neufchatel arriba de
parece mas amena la perspectiva de U n propia la he abandonado sin hacer me-1
tos virtuosos, piensa en el tiempo veni- siete ú ocho dias; V Claudio Anet ha de
anhelada mansión. j moría de ella, csponiéndola i riesgos | dero que te espera. Crccmc, menos c o - irse dentro de tres"ó cuatro á seguir las
pe0rC ue a ellos e mún de lo que se piensa es la ocasion r e c l u U s ; de suerte que no tenemos tiem-
Nunca vio el mundo tan lozanos ramos, I f 1 q» " 1»<" me he des- i
Niel viento meneó tan verdes hojas. ;P eña(
¡ ° - ™ estremezco al pensar que l¡ de hacer felices, y el castigo de aprove- po para casarnos y me quedo en el ma-
e

! con dos días mas de Urdauza se perdía f charla es que no se vuelva á hallar; el yor desamparo. Si por el crédito de V.
F.l campo le hallo mas risueño, masj mi deposito ¡ v que acosada por la indi- uso que de esta hagamos va á dejarnos
uso que a e esi<t udgumua a II' j .11 . '-- — . ,
fresca y mas viva la verdura , mas puro! gencia y la seducción se abandonaba al un minero eteruo de satisfacción interior 'ó del señor Barón pudiéramos alcanzar
el aire y mas sereno el cielo; mas de- vicio una modesta v virtuosa muchacha ó arrepentimiento. Perdona tan super- á lo menos un plazo de ciuco o SCJS se-
lícioso y mas tierno me parece el canto que un dia puede ser una cscelente ma- í fluos razonamientos á mi c e l o : he h a - ¡ m a n a s , procuraríamos en este tiempo
de los pajaros; inspira descaecimiento dre de familia. A y , amigo m i ó ! ¡ como H blado sobrado para un hombre de bien, ¡ver algún corte para casarnos, o satis-
... ..-0— I
mas amoroso el murmurar de los arroyos, hay en el mundo hombres U n soeces que I . i - v. r - ........ ..„I,-,. iwlu Mi íi - ..pro vn le
florecida la vid exhala aromas mas sua- de la miseria compren joya que solo d y cien veces sobrado para mi amigo. Ya facer á este pobre muchacho; pero yo le
v e s ; hermosea todos los objetos ó fas- corazon puede p a g a r , v que reciban de se cuanto aborreces una cruel propen- conozco; v sé que no querrá tomar el
ciña todos mis sentidos un hechizo se- una boca hambricnU los tiernos besos sión al deleite que con los ágenos males dinero que ha dado.
c r e t o , c o m o si se arreara la tierra para del amor! -¿ nos endurece. Mil veces lo has dicho tú EsU mañana vino un señor muy rico
propio: ¡ Ay de aquel que un dia de á ofrecerme mucho mas dinero, pero me
formar á tu veuturoso amanto un lecho Dime, ¿pudiera no moverte la piedad
gusto sacrificar á las obligaciones de la ha hecbo Dios la gracia de que no le
nupcial digno de la beldad que idolatra filial de mi Paca, sus virtuosos deseos y
humanidad no sabe! admitiera, y dijo que mañana por la
y el fuego que le consume. ¡O Julia, cara su inocente candor ? \ o te mueve la
mañana volvería á saber mi última d e -
v preciosa mitad de mí alma! demonos rara terneza del amante que á sí propio CARTA X L . terminación. Yo le respondí que no se
priesa á juntar con estos ornatos de la ¡ se vende por socorrer á su amada ? \o
tomara ese trabajo, y que ya la sabia.
primavera la presencia de dos fieles aman- tendrás á dicha contribuir á formar úijíon D E PACA R F . G A R D A J U L I A .
Dios le lleve con bien; lo mismo ade-
tes; llevemos el gusto y el placer á sitios j Un bien adoptada ? Ah! si no tuviéra- SEÑORITA : perdone V. á una pobre
lantará mañana que hoy. Bien pudiera CARTA X L n i .
recurrir á la bolsa de los pobres; pero disgusto se ha desvanecido , y en su lu- Compara ahora este esUdo con nues-
está uno tan mal mirado que vale mas gar siento en lo interior de mi alma re- tra situación real. Primero tu ausencia
penar, y luego que tiene Claudio Anet nacer un no conocido contento; y ya po- ha producido escelente efecto. No habrá
AYER mañana llegué á Neufchafel, so- seo el desquite que V. me habia prome- dejado de decir mi Argos á mi madre
sobrado punto para querer á uoa mu-
pe que csUba el señor de Merveillew tido, V. que tan instruida tiene la cos- que te habian visto poco en casa de mi
chacha que recibe limosna.
en su casa de campo, fui corriendo i tumbre de hacer bien del gusto que en prima; sabe tu viaje y el motivo, y es
Disculpe V. la libertad que me tomo, buscarle, estaba cazando, y le aguardé ello se encuentra. ¡Que estraño imperio otra razón mas para qne te estime.
mi buena señorita, solo á V. me he atre- hasU la noche. Cuando íe espliqué d es el suyo en poder hacer U n suaves c o - ¿Quien se puede imaginar que dos jó-
vido á decir mis penas; y tengo el cora- motivo de mi viaje , y le supliqué que mo los deleites las privaciones, y en que venes que se quieren escojan espontánea-
zón tan oprimido que no puedo concluir me dijera el precio del desenganche de se halle el mismo atractivo cu lo que mente para separarse el único insUnte
mi carta. Su humilde y afecta criada pa- Claudio Anet, me puso muchas dificul- por V. se h a c e , que en los contentos libre que para verse tienen ? Que arte
ra servir á V. Udes, que pensé yo remover ofreciendo • propios! Ah! cien veces lo be dicho: tú hemos usado para desviar de nosotros
una cantidad basUntc crecida , aumeo- eres nn ángel del cielo , Julia mia, y U u jusU desconfianza ? La única que
Paca Regará. Undola á medida que se resistía; pero sin duda, teniendo tanto poder en mi en , mi dieumen , es digna de sugetos
no habiendo podido sacar nada, roe alma, la tuya mas que humana es divi- virtuosos , serlo tanto que un esfuerzo
CARTA XLI. vi precisado á retirarme, despues de pe- na. ¿ Como no he de ser eternamente de virtud se atribuya á un acto de indi-
dirle hora para verle e s u mañana, re- tuvo, si es tu reinado celestial ? y de ferencia. Mi amigo, que dulce es para
RESPUESTA. suelto á no salir de su casa , hasU ha- que me serviría dejar de amarte, si ha- los corazones que estrecha amor que
ber conseguido á poder de dinero, de con Ules artes se disfraza! Añade á esto
A mí me ha faltado la memoria, y á m e g o s , ó de cualquier otro modo lo bré de idolatrarte siempre ?
el gusto de reunir á dos amantes descon-
ti la confianza, querida hija mia: ambos que solicitaba. Habiéndome levanUdo
P. D. Según mi cucnU todavía falUn solados, y hacer felices á mozos tan
hemos errado, pero mí yerro no tiene muy temprano con este animo iba i
cinco ó seis dias hasU que vuelva la acreedores á serlo. Tú has visto á mi
disculpa : á lo menos procuraré repara monUr á caballo, cuando por un pro-j mamá; ¿ n o pudiéramos de aqui á en- Paca , dime , ¿no es preciosa ? no me-
lo. Babí que te lleva esta carta tiene ór- pío recibí la siguiente esquela del señor
tonces hacer una romería á la choza pas- rece cuanto por ella has hecho? no es
den de remediarte en lo que mas priesa de Merveilleu* con el desenganche del
toril ? por demás boniu y desgraciada para que
corra. Mañana por la mañana volverá mozo.
se quede impunemente por mucho tiem-
para ayudarte á despedir á ese caballe-
CARTA XL1V. po soltera? Y Claudio-Anet por su par-
r o , si volviere, y por la Urde iremos á
<• Muy seHor mió : el desenganche que t e , cuya buena Índole por milagro á tres
verte mi primo y y o , porque sé que tú DE JULIA. años de servicio se ha resistido, ¿ hu-
no puedes dejar á tu pobre padre, y ha venido V. á soliciUr, y que he ne- \
quiero saber por mí propia el esUdo de gado á sus ofertas, le otorgo á su carita- ; No murmures Unto , amigo mió , de biera podido sufrir otros Untos sin ha-
tu ajuarcito. tiva intención; y le mego que crea qnt este regreso U n pronto, que nos es cerse un picaro, como todos los demás ?
no pongo yo en venta las buenas accio- mas útil de lo que parece; y cuando por En vez de eso se quieren y serán unidos,
No te apesadumbres por Claudio Anet: nes- » astucia hubiéramos hecho lo que por ha- son pobres y se les ayudará , son honra-
mi padre está fuera, pero mientras vuel- Por el gozo que causará en V. este fe- cer bien , no nos hubiera salido mejor. dos y podrán seguir siéndolo; porque ha
ve haremos lo que se pneda, y puedes liz remate puede colegir el que yo he te- Contempla lo que habría sucedido , si prometido mi padre cuidar de su esuble-
conUr con que ni de tí ni de ese hon- nido. ¿ Porque no es tan cabal como de- solo hubiéramos escuchado nuestro an- cimiento. ¡ Que de bienes para ellos y
rado mozo me olvidaré. beria ser ? Ño puedo menos de ir á dar tojo. Hubiera yo ido al campo justa- para nosotros con tu condescendencia
A Dios, hija mia, y Dios te consue- las gracias y satisfacer al señor de Mer- mente la víspera de la v u e l u de mi ma- has grangeado , sin hablar de la deuda
que contigo yo he contraído! Este es,
le. Bien has hecho en no acudir a la veilleux ; y si con esta visita se retrasa i dre; hubiera recibido un propio antes
bolsa publica , que no se debe hacer mi partida un dia , ¿ no podré decir qne de baber habido tiempo para concerUr amigo mío, el fruto seguro de los sacri-
mientras queda algún dinero eu la de la se ha maoifesUdo generoso á costa mia? nuestra c i U ; hubiera tenido que venir al ficios que á la virtud se hacen ; si son
gente cariutiva. No importa , he hecho una cosa agra- i insUnte , acaso sin poder avisarte, de- muchas veces costosos , siempre es cosa
dable á V. y todo lo llevaré en pacieo-1 jándote en morUles dudas; y nuestra graU haberlos í e c h o , y nunca se ha
cia á ese trueque. Yo confieso, Julia, - separación hubiera sido en el insunte visto nadie arrepentirse de una buena
CARTA XLU.
que salí lleno el corazon de enojo y pe- que mas acerba la hacia. Ademas, hubie- acción.
A JULIA. sadumbre , acusando á V. de que sieodo ! ran sabido que estábamos ambos en el
Un sensible para las penas de los demás, campo , y Umbien acaso, á despecho de
RF.CIBO la carta de V. y me pongo al nada se curaba de las mías, como si todas nuestras precauciones, que esUba- Bien pienso q u e , á ejemplo de la in-
punto en camino: es toda mi respuesta. fuera yo el único en el mundo que nada mos juntos; á lo menos lo hubieran sos- separable, me llamarás la predicadora;
¡ Ah ; cruda, que disUnte está mi c o - le hubiera merecido. Achacaba á fiere- pechado, y eso basUba. La imprudente verdad es que no practico mejor lo que
razon de esa odiosa virtud que me su- za el haberme deslumhrado con tan digo que los que este oficio ejercen;
.1 !_ IONLN PA.
pone V. y yo detesto! Pero V. manda; dulce esperanza, y privarme luego sin ansia de lo presente nos quitaba todo i pero si no valen mis sermones Unto c o -
á mí me toca obedecer. Aunque me cues- necesidad de 110 bien de que me había medio para lo venidero , y nos hubiera mo los de ellos, á lo menos veo que no
te cien vidas quiero que Julia me es- hecho la halagüeña promesa. Todo este atormentado toda la vida' el haber de- son palabras que se lleva el viento. No
time. jado de hacer uoa obra buena. te oculto , amable amigo m í o , que qui-
7
siera añadir á tus virtudes cuantas á Julia mia, en hablarte de é l , cua a pasar el invierno á Ginebra , el verano la choza? La historia de la tal choza es
mi me ba hecho perder un loco amor, y tantas cosas tenía que decirte? cua siguiente á l.ausana, y que vendría á un terrible peso para tu corazon, y
que no pudicndo ya estimarme á mi se basta unoá otro, quien piensa en b» Yevay antes de volverse a Italia; lia cum- muerta ó viva tendré yo que encontrar
propia, me complazco en estimarme to- blar de un tercero? Ahora que parece qm plido su palabra, y hemos vuelto á ver- la choza. ¿ Pero sitios en que nunca has
davia en ti. Por tu parte solo se trata de lo deseas te voy á decir lo que de él sé nos con nueva satisfacción. estado, tan preciosos son para t i , que
amar perfectamente, y lo demás natural- llabia venido hasta Siou, habiendo
mente se seguirá. ¡Con que gusto debes Por lo que es de su caractcr creo que uo se tC pueden resarcir en otra parte?
atravesado el Semplon, á recibir uua silfaí es vivo y arrebatado, pero entero y vir- el Amor que levantó en medio de un
ver crecer sin cesar la deuda que se de posta que le debían traer de Ginebni tuoso; hace alarde de fitosofia, y de los paramo el palacio de Armida, no podría
obliga á pagar al amor! á Brigue, y como la ociosidad reúne i principios de que otras veces hemos ha- edificar uua choza en la ciudad? Escu-
lia sabido la prima las conversaciones los hombres, me quiso conocer, y fué blado ; pero yo creo que es por tempe- cha : la boda de mi Paca se va á hacer;
que con su padre has tenido acerca del nuestro conocimiento tan estrecho cuan- ramento lo que se piensa ser por méto- mi padre , á quien no le disgustan las
señor de Orbe, y está Un agradecida, to puede serlo entre un ingles natural- do; y el estoicismo con que sus acciones fiestas y el aparato, quiere hacer unas
como si en asunto de amistad pudiéra- mente poco sociable V un hombre mili embarniza consiste en ornar con elocuen- bodas a que asistiremos todos, v donde
mos uo quedarle infinito á deber. Dios preocupado que aspira á estar solo. C¿ tes discursos la resolución á que le ba no dejará de haber mucho bullicio. A
mió! Mi amigo, que feliz criatura soy! nocimos no obstante que nos aveníamos impedido su corazon. No obstante liesa- veces ha sabido el misterio correr su
cuanto me quieren! y como se complace bien; que hay no sé que unisono en las bido con algún sentimiento que ha teni- velo en medio del turbulento júbilo y el
mi corazon en ser querido! Padre, ma- almas que desde el primer instante se co- do varios lances en Italia, y que repe- estrepito de los banquetes: ya me en-
dre, amiga, amante; en balde quiero vo noce, y tuvimos confianza al cabo de ocho tidas veces se ha desafiado. tiendes, amigo mío; ¿ no fuera cosa agra-
á todo cuanto me rodea, siempre me ga- días; pero para toda la vida, como h dable hallar en el fruto de nuestras di-
nan por la mano , ó me esceden en su hubieran tenido dos franceses al cabo d( No sé que es lo que en sus modales ligeucias los gustos que nos han costado?
cariño; parece que los mas suaves afec- ocho horas por el tiempo que hubieras hallas que sea recio; a la verdad no son
tos vienen sin cesar á aposentarse en mi permanecido juntos. Me habló de sm halagüeños, mas tampoco desabridos, y Me parece que te anima un fervor
alma, y siento no tener mas que una pa- viajes; y sabiendo qne era ingles, era aunque á primera vista no se abra tanto harto superfluo á hacer la apología de
ra disfrutar de toda mi felicidad. que me iba á hablar de edificios y pintu- como su corazon, y aunque desdeñe cier- milord Eduardo, de quien estoy yo mny
ras. En breve vi con satisfacción que los tos mezquinos cumplimientos, no deja distante de pensar mal. Ademas de que,
Se me olvidaba anunciarte para ma- cuadros y monumentos no habían sido su trato de ser muy agradable. Si no ¿como quieres que juzgue yo de un
ñana por la mañana nna visita: la de causa de que descuidara el estudio de las tiene aquella reservada y circunspecta hombre que una tarde sola he visto? ni
milord Bomston, que viene de Ginebra, costumbres y los hombres, no obstante cortesanía, que solo por las esteriorída- como puedes tú mismo juzgar de él por
donde ha residido siete ú ocho meses. me hablo de las nobles artes con mucho des se rige, y que nos traen de Francia nn conocimiento de pocos dias ? Yo solo
Dice que te vio eu Sion, cnando volvía discernimiento, pero con modestia v si» nuestros oficiales mozos, tiene la de la hablo por conjeturas, ni tú puedes estar
de Italia, y que te encontró muv melan- vanidad. Yo creí que juzgaba de ellas mas humanidad, que menos ufana con dis- mas adelantado que y o , porque las pro-
cólico; pero en cuanto á lo demás habla por lo quesentia que por lo que sabia, tinguir de la primera ojeada los estados puestas que te ba hecho son de aquellas
de ti como yo pienso. Ayer hizo tan bien y por resultados antes que por reglas; lo y gerarquias, respeta á todo el genero hu- ofertas v a g a s , que tantas veces hacen
y tan al caso tu elogio delante de mi pa- cual me confirmó que tenia una alma sai- mano umversalmente. ¿Quieres que te los cstranjeros por afectar poder y por
dre, que me ha dejado con disposición de sible. De la música italiana me pareció hable con ingenuidad? La carencia de la facilidad de eludirlas. Pero reconozco
hacer el suyo. Efectivamente he bailado tan apasionado comoá t í , v me hizo oir- gracia es un defecto que nunca ni aun al tu ordinaria viveza , y tu mucha propen-
en su conversación discernimiento, sal ía porque lleva nn profesor consigo: s» mérito perdonan las mugeres; y me temo sión á preocuparte á primera vista en
y fuego. Cuando cuenta acciones gran- ayuda de camara no toca mal el violio;j que haya sido Julia muger una vez en favor ó en contra de los sugetos ; no
des, como en todos los que de ellas son ca- él bastante bien el viulon. Escogió varios la vida. obstante examinaremos despacio las pro-
paces, se alza su voz y se animan sus ojos. trozos muy patéticos), según él dijo , pero posiciones con que le ha brindado. Si
También habla con Ínteres de materias de ya sea que un acento tan nuevo para mi Puesto que estoy de humor de ser es propicio el amor al proyecto en que
gusto, entre otras de la música italiana, requiriese oidos mas ejercitados, ó que el sincero, te diré, preciosa predicadora me ocupo , acaso se presentarán otras
que reputa por sublime; me parecía que encanto de la música tan suave en la me- mia, que es inútil querer frustrar mis mejores para los dos. ¡ A y , amigo mió!
oia a mi difunto hermano: .En sus razo- lancolía se desvanezca en una profunda derechos, y que amor hambriento no amarga es la paciencia , pero dulces sus
namientos gasta mas vigor que gracia, y tristeza , me causaron estos trozos poco vive de sermones. Picosa, piensa cu la frutos.
me parece que es su entendimiento algo gusto, y hallé el canto agradable, sí, paga que me has prometido y uic debes;
recio. A Dios, amigo mió. pero cstravagante y sin espresion. porque toda la moral que me escribes Volviendo á tu Ingles, te he dicho que
es escelente; pero digas tú lo que qui- me parecía que tenia el animo grande y
sieres, todavía valia mas la choza de los vigoroso, y mas ilustración que gracias.
CARTA XLV.
pastores.' Casi lo mismo dices t ú , y despues con
Se trató también de mi; y se informó
con interés Milord de mi situación ; le el tono de superioridad masculina qne
A JUI.IA. nunca abandonan nuestros humildes ado-
dije todo cuanto débil saber, y me pro- CARTA XLVI.
POR la segunda vez empezaba apenas á puso un viaje á Inglaterra , con planei radores , me echas en rostro con que he
leer tu carta cuando entró milord Eduar- de hacer caudal impracticables en unpais D E J U L I A . sido de mi seso una vez en mi vida, co-
do Bomston. ¿ Como hubiera yo pensado. donde no estaba Julia. Me dijo que ib mo si una muger debiera dejar de serlo
¿Coi» que, ello, amigo mió, vuelta cou
dido. ¿ Porque no pudiera la misma causa
nunca. Haces memoria de q u e , leyendo que tan penetrantes los ojos del amor IR a milord Eduardo; tú mirar tímido, y
que en Sion la hacia para mí enfadosa,
la república de tu Platón, hemos tenido saben ver los defectos. A la siucera amis- tus ojos bajos, que exhalaban inespera-
hacerla ahora grata en tan opuesta situa-
una disputa acerca de la diferencia mo- tad compete este cuidado, y en esta pai- dos relámpagos que eu inevitable turba-
ción ? no eres tú la fuente primera de to-
ral de sexo. Persisto en mi opinion de te sabe tu discípula Clara cien veces mas ción me poman. Por fin, un no se que
dos los afectos de mi pecho? estoy yo a
entonces ; ni puedo imaginar para tan que su maestro. S í , amigo mió, alaba- inefable, encantador, que al parecer ha-
prueba de los prestigios de tu magia.
distintos seres , uu coinun dechado de me, tribútame admiración, dime que so; bías derramado en toda tu persona para
ívi hubiera producido la música este e n -
perfección. No son , como piensan tus hermosa , encantadora , perfecta ; tos hacer perder á todo el mundo la cabeza,
cantamiento , hubiera sido general en
filósofos, arbitrarios convenios el com- elogios sin seducirme me complacen, como si no tuvieras tú tal idea. Yo por
todos cuantos la oían; pero mientras que
bate y la defensa , la osadia de los hom- porque veo que son hijos del error, no mí no sé como lo haces; pero si ese es
me tenia estático el canto, dormía a su
bres y el pudor de las mugeres , que son de la falsedad, y que te engañas á ti pro- tu modo de ser bonita lo menos que ser
sabor el señor de Orbe en un taburete,
instituciones de la naturaleza, cuya cau- pio , sin pensar en engañarme. ¡ Oh que pueda, te advierto que lo eres mucho
y en medio de mis arrebatos se ciñeron
sa es fácil desliudar , y de que se derivan amables son las ilusiones del amor! So» mas de lo que conviene para tener sa-
todos sus elogios á preguntar si sabia tu
todas las demás instituciones morales. sus lisonjas en cierto modo verdades, bios á tu lado.
prima el italiano.
Ademas de que no siendo el mismo el calla la razón, pero habla el corazon; j Mucho me temo que se baya resentido
destino de la naturaleza, deben dirigirse el amante que de perfecciones de qat algo del mismo influjo el pobre filosofo Mejor se aclarará todo esto mañana ,
conforme á las miras de esta los modos carecemos nos alaba, las ve efectivamen- ín° les. Cuaudo hubimos dejado en su ca- porque para esta noche tenemos otra aca-
de ver y de sentir de uno y otro sexo. te como las representa; no miente aun sa'a tu prima, como todavía estabamos demia de música. Milord quiere que sea
No se requieren los mismos gustos ni la cuando dice mentiras, adula sin envile- muy despiertos, nos propuso que fuéra- completa, y ha enviado á llamar á Lau-
misma, constitución para labrar la tierra cerse, y a lo menos puede ser estimado mos á su casa á tener una academia de sana un segundo violin,que dice que es
que para criar á los niños; parece que siu ser creido. música y beber punch; y mientras que muy hábil. Yo llevaré escenas y cantatas
una estatura mas alta, una voz mas fuer- se reunía la gente no cesó de hablarnos francesas, y veremos.
te y facciones mas toscas, no tienen co- No sin que palpitara mi corazon be de tí epu uu ardor, que me disgusto, y Cuando llegué á casa estaba.muy can-
nexión ninguna con el sexo; pero estas oído la propuesta de convidar mañana i te aseguro que no oí tu elogio en su boca sado con el poco habito que de velar de
modificaciones esternas anuncian la in- cenar á dos filósofos: uno es milord con tanto gusto como tú el mió. Gene- noche tengo , y he descansado escribién-
tención del artífice en las del animo. ¡So Eduardo; el otro un sabio, cuya grave- ralmente hablando, confieso que me inco- dote, no obstante es menester procurar
menos que eo el semblante deben dife- dad á veces se ha estragado un poco i moda cuando otro que tu prima de ti dormir algunas horas. Ven conmigo,
renciarse en el alma uu hombre y una las plantas de una muchacha discipnb habla; me parece que me priva cada pa- dulce amiga mía, no me abandones du-
muger perfectos: esas vanas imitaciones suya: ¿ le conoce V.? Ruego á V. que lt labra de una porcion de mi secreto ó de rante mi sueño; mas ora le turbe ó le
de sexo son el colmo del desatino, ha- exhorte á procurar mañana no apartarse mis placeres, y cualquier cosa que digan serene tu imagen , ora me represente las
cen reir al sabio y ahuyentan los amo- del decoro filosofico tanto como acostum- siempre es con tan sospechoso ínteres, o bodas de la Paca, un delicioso instante
res. Finalmente, creo q u e , á menos que bra; y por mi parte diré yo á la chica quedándose tan atras de lo que "so sien- que no puede quitarme y me prepara, es
tenga una muger dos varas y cuarta de que tenga los ojos bajos , y que parezca to , que solo a mí mismo me complazco el despertarme con la intima conciencia
estatura, voz de sochantre, y cara con á los de su maestro lo menos bonita que en escuchar; no porque yo tenga como de mi felicidad.
barba, no se debe meter á hacer de hom- ser pueda. tú propensión á ser zeloso, conozco mas
bre. bien tu alma, y tengo prendas que ni
imaginar posible tu mudauza me permi- CARTA XLVIII.
CARTA XLY11.
Mira que mal se amañan los amantes ten. Despues de lo que me bas asegu- A JULIA.
á decir injurias. Me acusas de un yerro
A JULIA. rado, no te digo nada de los demás pre-
tendientes; pero este. Juba... su alta ge- Ah! Julia mia! que es lo que he oido?
que no he cometido, ó que cometes tú AH, perversa! ¿Era esa la circuns-
como y o , y le atribuyes á un defecto de rarquía... las preocupaciones de tu pa- Que dulces sonidos! que música! que
pección prometida ? asi tienes cuenta coo
que yo me vanaglorio. ¿ Quieres que pa- dre... Bien sabes que se trata de mí vida; delicioso manantial de afectos y placeres.
mi corazon y encubres tus atractivos?
gaudo tu siueeridad con otra te diga in- dígnate de 'decirme una palabra, una No pierdas un punto, coge todas tus
¡ Cuanta contravención á tu palabra!
genuamente lo que de la tuya pienso? palabra de mi Juba, y quedo sosegado operas, tus cantatas, tu música francesa;
Primero tus adornos, porque no los lle- haz una buena hoguera bien encendida ,
Pues hallo en ella una acrisolada adula- por siempre.
vabas, y sabes que nuuca eres tan peli- echa en ella todo este farrago, y atízala
ción, para con esa aparente veracidad grosa; luego tu modo tan suave, tan con cuidado , para que á lo menos una
justificar á tus propios ojos los entusiás-
modesto , tan á p.-oposito para dejar no- lie pasado la noche oyendo ó ejecu- vez pueda tanta nieve arder y dar calor.
ticos elogios con que me cargas á cada tar despacio tus gracias todas. Tu ha- tando música italiana, porque habia dúos, Haz este sacrificio propiciatorio al dios
instante. Tanto te ciegan mis pretensas blar mas raro, mas reflexivo, mas agudo y ha sido menester aventurarme á hacer del "listo en penitencia de tu delito, y el
perfecciones, que para desmentir una cie-todavía de lo que acostumbras, escitaba mi parte; aun no me atrevo á hablarte mió por haber profanado tu voz con este
ga admiración de que te acusa tu con- mas nuestra atención, y hacia que vola- del efecto que en mí ha producido; me pesado'canto-llano, y por haber tenido
ciencia , no has tenido maña para bailar ran el oído y el corazon á recoger cada temó, me temo que se haya comunicado tanto tiempo por idioma del corazon uu
en mí un defecto real. palabra. Aquella aria que á media vo! la impresión de la cena dé ayer á lo que ruido que no hace mas que atolondrar
cantaste para dar mas dulzura á tu cau- oia, y que el efecto de tu seducción con los sentidos, ¡ Oh cuanta razón tema tu
Créeme, no te encargues de decirme to , y que aunque francesa agradó hasta el encanto de la música se haya confun- I
verdades, que lo desempeñarías mal; aun-
digno hermano! en que estrano error de la música. No teniendo ni pudiendo cion me iba poco á poco sobrecogiendo, Oh Julia mia! ¿no compete á nosotros
he vivido hasta aqui acerca de las pro- tener melodía propia en una lengua sin que no era como en nuestras narracio- revindicar cuanto al afecto pertenece?
ducciones de este arte encantador! Scn- acentos, y una poesía sorda que nunca nes una vana serie de sonidos. Cada fra- quien mejor que nosotros dirá y sentirá
tia su poco efecto y le atribuía á falta siguióla naturaleza, no imaginan otros) se producía ó una imagen en mi cerebro, lo que una alma enternecida sentir y de-
de medios. Decia j o : la música no es afectos que las de la armonía, y los ó algún afecto en mi corazon; no se cir debe? quien sabrá con masespresivo
otra cosa que un sonido vano que puede chillidos, que no hacen mas melodiosos i quedaba el deleite en los oidos , que tono pronunciar: cor mió, ídolo amalo?
halagarcl oido, peroquesolo una indirec- sino mas ruidosos los sonidos; v tienen i hasta el alma penetraba; sin esfuerzos Ah ! cuanta fuerza dará al arte el cora-
ta y ligera acción tiene cu el alma; la tanta desgracia en sus pretensiones, que corria la ejecución con una facilidad zon , si alguna vez cantamos juntos uno
impresión de las consonancias es mera- no pueden atinar con la armonía mis- que hechizaba , parecían animados todos de aquellos encantadores dúos, que ver-
mente mecánica y física: ¿que tiene que ma á que aspiran, y qne en fuerza de : los concertantes de un mismo espíritu; ter tan deliciosas lagrimas hacen! T e
ver con los afectos? ni porque he de es- quererla cargar no tienen elccciou, no dueño el cantor de su v o z , sin incomo- ruego que cuanto antes, oigas una prue-
perar que me mueva uias una hermosa conocen las cosas que producen efecto, darse sacaba de ella cuanto requerían ba de esta música ó en tu casa, ó en ca-
armonía que una hermosa concordancia atiestan sus composiciones de ripio, es- I las palabras y el canto; y especialmente sa de la inseparable. Milord llevará allá
de colores ? No distinguía yo en los acen. tragan su oido, y solo al ruido son sen- bailaba desahogo con no sentir ni aque- cuando quieras toda su gente; y estoy
los de la melodía aplicados á los de la sibles ; de suerte que la que mas recio | llas pesadas cadencias , ni aquellos pe- cierto de que con tan sensible organo
lengua el secreto y eficaz vinculo de las canta es para ellos la voz mas hermosa. nosos esfuerzos de voz, ni aquella falta como el tuyo, y mas conocimiento que
pasiones con los sonidos, ni veía que la Por eso privados de un genero peculiar, de respiración que al músico francés el que yo de la declamación italiana te-
imitación de los variados tonos con que no han hecho otra cosa que despacio y causa ei perpetuo combate del canto y nia, bastará con una sola sesión para
animan los afectos á la voz hablada, c o - desde lejos seguir á nuestros modelos, la medida , que no pudiendo concordar- traerte al punto en que me hallo , y que
munica á la voz cantada la facultad de y desde su célebre Lulli, ó mas antes se nunca, no menos al oyente que al eje- participes de mi entusiasmo. También te
agitar los corazones, y que lo que consti- nuestro, que no hizo otra cosa que imi- cutante fatigan. propongo y te suplico que te aproveches
tuye el verdadero hechizo de los que es- tar las operas de que ya en su tiempo de la estancia del músico aqui para to-
cuchan es la energica pintura de los mo- estaba llena Italia, siempre los hemos Pero cuando despues de una serie de mar lecciones de é l , como yo he empe-
vimientos del alma de aquel que se ha- visto con un atraso de treinta ó cuaren- agradables arias, vinieron aquellos tro- zado ya desde esta mañana. Su modo de
ce oir. ta años copiar ó echar á perder á nues- zos magistrales de espresíon que saben enseñar es sencillo y claro, V mas que
tros autores rancios, y hacer con nues- escitar y pintar el desorden de todas las en razonamientos fundado en la practi-
Esto fue lo que me hizo notar el cantor tra música con corta diferencia lo qne pasiones violentas, á cada instante per- ca ; no dice lo que se ha de hacer, sino
de milord Eduardo que para un músico hacen los demás pueblos con sus modas. día la idea de música, canto é imitación, que lo hace, y en esto, como en otras
no deja de hablar bastante bien de su Cuando se jactan de sus letrillas, fallan creia que la voz del dolor, del furor, de muchas cosas, vale mas el ejemplo que
arte. La armonía, me decia, es solo un ac- su propia condenación; si supieran can- la desesperación oia; creia tener á la vis- la regla: ya he visto que se trata solo
cesorio remoto en la música imitativa; tar afectos, no cantarían agudezas ; pe- ta madres desconsoladas, amantes aban- de arreglarse á la medida, conocerla
en lo que es rigorosamente armonía no ro como su música nada significa , mas donados, tiranos enfurecidos, y las agi- bien, frasear y puntuar con esmero,
hay principio ninguno de imitación. Es bien á las letrillas que a las operas se taciones que violentamente mi pecho tur- sustentar con igualdad los sonidos sin
cierto que asegura las entonaciones, da acomoda; y como la nuestra toda es baban apenas me dejaban parar en un abultarlos, finalmente quitar á la voz
testimonio de que son ajustadas, y ha- apasionada, vale mas para las operas sitio. Entonces conocí por que motivo los gritos y toda la barahnnda francesa,
ciendo mas sensibles las modulaciones que para las letrillas. Habiéndome luego la música que antes me había fastidiado para darle ajuste, espresíon y fluidez;
añade fuerza á la espresíon, y al canto recitado sin canto algunas escenas ita- me inflamaba ahora hasta sacarme de la tuya que es naturalmente tan suave y
gracia; pero de la mclodia sola nace lianas, me hizo reparar en la conexion mí, el cual motivo era que había empe- ligera, adquirirá con facilidad este nue-
él invencible poderío de los acentos de la música con las palabras en el re- zado á comprenderla, y que al punto vo habito, y en breve hallarás en tu sen-
apasionados, y de ella deriva toda la citado , con los afectos en las arias, y en que podía obrar, obraba con toda su sibilidad la energía y viveza del acento
potencia de la música en el alma. Fór- todas partes la energia que á la espre- ¡ fuerza. N o , Julia, semejantes impresio- que anima la música italiana.
mense las mas científicas sucesiones de sion comunican la exacta medida y acer- nes no se reciben á medias, y son suce-
consonancias siu mezcla de melodía, v tada elección de las consonancias. Final- sivas ó nulas, nunca medianas y ligeras;
fastidiarán*al cabo de un cuarto de ho- mente, después de haber reunido con el ó ha de quedar uno insensible, ó dejar-
ra ; cuando se oyen largo espacio de conocimiento que del idioma tengo la se mover mas allá de toda medida; ó es í el cantar que se siente alia en el
tiempo sin que causen cantos hermosos mejor idea que pude del acento oratorio nn vano ruido de un idioma que no se alma.
sin armonía ninguna. Los mas sencillos V patético, esto es del arte de hablar en entiende, ó una impetuosidad de afectos Deja para siempre el fastidioso y la-
cantos serán interesantes si los anima el una lengua al oido y al corazon sin ar- que arrastran y á que es imposible que mentable canto francés, que mas que al
acento de los afectos; y por el contrario ticular palabras , me puse á escuchar es- resista el alma. desvario de las pasiones á los gritos de
siempre canta mal una mclodia que no ta encantadora música; y en breve sentí
dolor colico se parece; v aprende á for-
habla , y la armonía sola nunca supo por lo que movía mi corazon que te-
nia esta arte poder mtfjor que lo que yo Solo un sentimiento tenia, pero que mar los divinos sonidos que son inspira-
decir nada al corazon. no me dejaba, y era que formase otro ción de los afectos, los únicos dignos de
imaginaba. No sé que voluptuosa sensá-
que tú sonidos que tanto me movian , y tu voz, los únicos dignos de tu corazon,
En esto, continuaba, consiste el er- que de boca de un vil castrato salieran y que consigo llevan el hechizo y el fue-
ror de los franceses sobre las fuerzas las mas tiernas espresiones del amor. go de los pechos sensibles.
CARTA XLIX. basta para calmar tus temores, y es todo me dejó la causa de la tristeza que me como las preocupaciones del m u n d o '
cuanto tienes que saber, lo demás seri» lieclió en cara, porque no estaba en es- tantas personas hablan de amor , y tan
DE JULIA.
para ti objeto de mera curiosidad, y yj tado de oirme. Ño obstante mi aversión pocas hay que amar sepan que la mayor
BIES s a b e s , amigo mió, que solo Á sabes que estoy resuelta á no satisfacerla. á csplicacioncs, le debo esta porque la parte creen que son sus mas suaves y
hurtadillas puedo escribirte, y siempre á En balde me acusarás de reserva, y dirás he prometido, y cumplo mi palabra. puras leyes las maximas viles de un s o e z
riesgo de ser descubierta. Asi no pudien- que no es del caso en nuestras recípro- !So sé si se acuerda V . de las estrañas comercio , que en breve recurre ahito á
do hacer largas cartas me ciño á respon- cos intereses; si siempre la hubiera te- razones que me dijo ayer noche* y de los los monstruos de su imaginación, y para
der á lo mas esencial que en las tuyas nido hoy fuera para mí menos impor- modales con que iban acompañadas; yo sustentarse se deprava.
h a y , ó suplir lo que no he podido d e - tante. Sin el imprudente aviso que 11 de mí sé que no podré olvidarme de ellas
cirte en conversaciones no menos furtivas No sé si me equivoco , pero me pa-
di de una conversación de mi padre, no tan pronto como lo requeriría su honor
de palabra que por escrito. Asi lo haré rece que es el verdadero amor el mas
te hubieras ido á desconsolar á Mcille- y mi sosiego, y por desdicha estoy so-
especialmente hoy, que dos lineas acerca casto de todos los vinculos. El y su d i -
rie, ni me hubieras escrito la carta que brado enojada para olvidarlas cou facili-
de milord Eduardo me han hecho olvidar vino fuego son los que concentrándolas
me ha perdido; viviría yo inocente, y dad. Algunas veces habían venido á mis
de lo demás de tu carta. en un objeto solo nuestras naturales in-
podría todavía aspirar á ser feliz. Colige oidos espresiones semejantes al pasar jun- clinaciones apuran ; el quien de las ten-
por lo que me cuesta una sola impru- to á una taberna; pero no creía que nunca
¡Amigo mió: temes perderme, v me ha- taciones nos preserva, y quien hace que
dencia el recelo que de cometer otras pndieran salir de la boca de un hombre
blas de cantado! buena materia para con- escepto un objeto único nada es un sexo
debo tener. Eres en demasia arrebatado deceute; estoy cierta á lo menos de que
tienda entre amantes que menos se c o - para el otro. Para las mngeres comunes
para ser prudente, y mejor podrías triun- no se bailan en el vocabulario de los
nocieran! Cierto que no estás z e l o s o , todo hombre es un hombre ; para la que
far de tus pasiones que disfrazarlas. Te amautes, y estaba muy lejos de pensar
bien se ve; pero por esta vez tampoco en su corazon ama no hay mas hombre
enfurecerías con el menor sobresalto, i que entre V. y yo pudieran usarse. Dio-
lo estaré y o , porque he penetrado tu que sn amante. Que digo ? no es mas
á la mas leve esperanza propicia de nada ses! que amor es el de V. si tal condi-
alma, y solo veo tu confianza donde pu- un amante que un hombre ? ¡ A h ; cuanto
dudarías; todos tus secretos se lecriaB mento sus gustos tienen ! Verdad es que
dieran otras ver tibieza. ¡ O h , que suave es de mas alta esfera! Para la que bien
en tu alma, y con tu fervor destruirías salía V. de un abundante banquete, y sé
V grata certidumbre la que de la intima quiere no hay hombre, su amante es
todo el fruto de mis afanes. Dejame á mi lo que en esta tierra perdonan los esce-
conciencia de una perfecta unión nace! m a s , y todos los demás son m e n o s , ella
las espinas del amor, y guarda para ti sos que en la mesa se hacen; por eso le
Por ella sé que sacas tú de tu propio c o - y él son los únicos de su especie, y no
las rosas. ¿ Tan penosa es esta partición? hablo de ello; y esté cierto de que si en
razon el buen testimonio del mió; por ella d e s e a n , que quieren. N o sigue el cora-
no sabes que ninguna otra cosa puedes so estado natural me hubiera tratado V.
también te justifica el mió, y pensaría zon á los sentidos, que los guia, y c u -
hacer por nuestra felicidad que el no po- así á solas, seria la última vez que en su
que estabas menos enamorado, si mas bre con un delicioso velo sus desvarios-
ner estorbos ? sida le sucediera.
sobresaltado te viera. No ; no hay otra cosa obscena que l a
disolución y su tosco idioma. Modesto
Ni s é , ni quiero saber si gasta milord Ay! ¿ que me valdrán de hoy mas estas Pero lo que me pone miedo es que siempre el verdadero amor , no arranca
Eduardo conmigo otras atenciones que precauciones tan tardías ? Es tiempo de muchas veces la conducta de un hombre osadamente sus f a v o r e s , mas los hurta
las que con las niñas de mi edad gastan afirmar el paso cuando estoy ya en el fon- caliente del vino es efecto de lo que en medroso ; y sus suaves deliquios los h a -
todos los hombres, ni se trata aqui de do del precipicio, y de obviar los males lo interior de su corazon cuando sobrio cen mas agudos escondiéndolos el mis-
sus ideas; sino de las de mi padre y las de que me veo agobiada? Ah; infeliz mn- guarda. ¿ Habré de creer que en un es- terio , el silencio y la vergüenza teme-
mías, que en este punto estamos tan con- g e r , hablas tú de felicidad! felicidad don- tado en que nada se encubre se dejó V. rosa. Todos sus cariños los honra y los
formes como acerca de los pretensos pre- de reina la ignominia y el remordimien- ver como es ? que fuera de mí si pensara purifica su llama; hasta en el seno de la
tendientes de quienes dices que nada di- t o ! Dios; que cruel estado! ni poder en ayunas como anoche hablaba ? Mas voluptuosidad le acompañan la honesti-
ces. Si basta la esclusion de uno v otros sufrir su delito ni arrepentirse de él! antes que resignarme á tamaño menos- dad y la decencia ; y solo él sabe con-
para tu descanso, vive sosegado. Aunque verse cercada de mil sustos, engañada de precio apagaría tan groseros fuegos , y cedérselo todo á los deseos sin privar d e
tan honroso para nosotros fuera mi e n - mil vanas esperanzas, y ni de la horri- abandonarla á un amante, que honrando nada al pudor. Ah ! diga V. que ha c o -
lace con un sugeto de su gerarquia, nunca ble calma de la desesperación disfrutar tan poco su dama no seria merecedor nocido los verdaderos deleites: ¿como
será Julia de Etange por consentimiento siquiera! Yo vivo á merced de la suerte. de que ella lo estimara. ¿ Digamc V , V. puede hacer con ellos liga un descaro
del padre ni de la hija miladi Bomston: No se trata ya para mi de fuerza ni de que aprecia los afectos de honradez, ha- cínico ? como no desterrar su hechizo y
con eso puedes contar. virtud , sino de fortuna y prudencia, ni bría incurrido acaso en el cruel error su delirio todo ? y como no amancillar
es asunto de apagar un amor que ha de de que no tiene que guardar contempla- aquella imagen de perfección con que
No vayas á persuadirte por esto que durar tanto como mi vida, sino de ha- ciones con el pudor el amor venturoso, nos complacemos en retratarnos e l obje-
se haya tratado de milord Eduardo; estoy cerle inocente ó morir culpada. Contem- y que no es debido respeto ninguno á to amado ? Crea V . , amigo mió , que
cierta que eres tú el único de los cuatro pla , amigo, esta situación, y mira si pue- aquellas de quienes ya no se temen ri- no pueden morar juntos el amor v la di-
que pueda suponer que me tiene incli- des fiarte de mi celo. gores? ¡ Ah ; si siempre hubiera V. pen- solución , ni tampoco compensarse. Para
nación. Sea como fuere, sobre este asunto sado así, menos temible habría sido, y quien ama la verdadera dicha la consti-
sé la voluntad de mi padre, sin que ni no fuera yo tan desgraciada ! No se equi- tuye el corazon, y cosa ninguna puede
á mí ni á nadie se la haya dicho, y no CARTA L. voque V . , amigo m i ó , nada hay tan suplirla cuando se ha acabado el amor.
estaría mejor informada cuando me la hu- peligroso para los verdaderos amantes
DE JCLIA.
biera declarado de positivo, (ion esto
No quise esplicar ayer á V. cuando
Mas aun cuando fuera V. tan malha- de V. que no me hiele la sangre, y ape-
don al punto el suyo ? te abandonará un y yo me resigno; pero si quieres que
dado que cu ese deshonesto estilo halla- ñas creo, después de haberla leido veinte
momento este vestido sagrado, aun cuan- quede con vida, privarme de todo menos
ra complacencia, ¿ como se ha podido veces que se dirige á mí. Quien ? yo be
do otro no tuvieras? Incorruptible, c o - de tu corazon.
resolver á usarle tan fuera de razón y á ofendido á Julia? yo he profanado sus
mo tu honesta alma, le lian alterado ja-
gastar con la que bien quiere modales atractivos? aquella á ** , ; en á cada ins-
mas los ardo: "ivle la mia? no es sufi-
y tono que ni siquiera debe saber un tante de mi vida rinu.. adoraciones ha CARTA LU.
ciente unión Lft 'afectuosa y tan tierna
hombre de honor ? desde cuando es sua- sido blauco de mis agravios? N o , mil
para nuestra felicidad? no constituye DE JULIA.
ve cosa afligir lo que se ama ? y que in- veces me hubiera traspasado el corazon
ella sola toda la dicha de nuestra vida ?
humana delicia es la que en atormentar antes de haber ideado tan inhumano pro- COMO ? que , amigo mío , renunciar
conocemos en el mundo otros deleites
á otro se complace ? No me be olvidado yecto. ¡Ah ; que mal conoces á este co-
que los que el amor ofrece? quisiéramos el vino por su dama ? Eso si que se lla-
de que lie perdido derecho á que me razon que te idolatra , á este corazon
conocer otros? comprendes que se haya ma un sacrificio. Oh! yo apuesto á que
respeten; pero si lo olvidara alguna vez que vuela y se postra bajo cada hue-
podido disipar este encantamiento? c ó - no se encuentra en los cuatro cantones
¿ le toca á V. recordármelo ? es el autor lla tuya, á este corazon que quisiera
mo? ¡ En un punto solo me habría yo hombre mas enamorado que tú; y no
de mi culpa quien ha de agravar mi inventar para tí nuevos homeuajes ig-
olvidado de la honestidad, de nuestro porque no haya entre nuestros mozos
castigo ? Antes deber ia darme consuelos. norados de los mortales! ¡Que mal le co-
amor, de nuestro honor y del inviolable señoritos afrancesados que bebeu agua
Todo el mundo tiene derecho á despre- noces, Julia, si le acusas de faltar á
respeto que siempre te hubiera tenido, por moda; pero tú seras el primero á
ciarme menos V. que me debe el precio aquel comuu y vulgar respeto que el
aun cuando no te hubiese adorado ! No, quien se la haya hecho beber el amor;
de la ignominia á que me ha traido. amante mas ordiuario a su dama tribu-
no lo creas; no fui yo quien ofenderte ejemplo que se citará en los fastos de los
Tantas lagrimas vertidas en desquite de ta ! Creo que no soy ni insolente ni za-
pudo, no me queda memoria de e l l o , y amoríos suizos. Me he informado de tus
mi flaqueza mcrecerian que mas humano fio ; aborrezco las espresiones deshones-
si hubiera tenido un solo instante culpa hazañas, y he sabido con suma edifica-
la hiciera V. menos dolorosa para mí. tas, y en mi vida he entrado eu los sitios
nunca me abandonara el remordimiento. ción que cenaste ayer en casa del señor
No soy ni beata ni melindrosa. ¡ Ay, donde se aprende á usarlas; pero lo diré
No, Julia; un genio malo, envidioso de de Vueillerans, y dejaste hacer la ronda
cuan lejos estoy de estos escesos, yo despues de t í , y mas enojado que con
una suerte en demasía venturosa para despues de la cena á seis botellas, sin
que ni aun ser casta he sabido! Sobrado justicia lo estas tú : cuando fuera yo d
un mortal, se ha revestido de mi figura tocarlas siquiera y que menudeabas los
sabe V . , ingrato, que nada puede negar mas vil de los mortales, cuando hubiera
para turbarla, y me ha dejado mi cora- vasos de agua tanto como los convidados
al amor este tierno corazon. Pero á lo gastado mis primeros años cu torpes lu- los de vino del Rhin. No obstante, ya ha
zón , para hacerme mas desgraciado.
menos lo que cede solo á él quiere ceder- panares , cuando pudiera albergarse el durado esta penitencia el espacio de tres
lo , y me ha instruido V. sobrado bien gusto de vergonzosos placeres en un co- dias que hace que escribí mi carta; tres
en su idioma para qnc le pueda sustituir razon donde tú reinas ; ah ! dime, Julia, Abjuro y detesto una atrocidad que
dias hacen lo menos seis comidas, y á
otro tan distinto. Menos me hubieran ángel del cielo, ¿ como podria en tu pre- he cometido, una vez que de ella me
seis comidas guardadas por fidelidad s e
agraviado insultos y golpes que semejan- sencia mostrar el descaro que solo con acusas, pero que no participa mi volun-
pueden añadir otras seis por temor, v
tes halagos. O renuncie V. á Julia, ó las que de él gustan puede usarse? Ah! tad. ¡ Como voy á aborrecer la fatal des-
seis por vergüenza , y seis por costum-
sepa hacerse estimar de ella. Ya lo he n o , no es posible. Mi boca se hubiera templanza que me parecía propicia para
bre, y seis por terquedad. ¡ Cuantos mo-
dicho, no conozco amor sin pudor ; y la contenido, y hubiera purificado mi co- las confianzas del alma y que tan cruda-
tivos pueden prolongar penosas priva-
perdida del de V. menos que semejante razon una sola mirada tuya. Hubiera el mente la mia ha desmentido! Por tí ha-
ciones de que solo el amor se vanaglo-
sacrificio me costaria. amor cubierto mis arrebatados deseos go el irrevocable juramento: desde boy
riaría! ¿ S e dignaría este honrarse con lo
con los encantos de tu modestia; sia renuncio por toda mi vida el vino como
que puede no ser suyo?
agraviarla la hubiera vencido, y en la el mas mortífero veneno; nunca turbará
Muchas cosas me quedan que decir suave unión de nuestras almas de solo este funesto licor mis sentidos, nunca
acerca del mismo asunto, pero es pre- mancillará mis labios, ni su insensato Mas pobres chanzonetas llevo ya es-
su delirio hubieran nacido los errores de
ciso concluir esta, y las aplazo para otro los sentidos. A tu propio testimonio ape- delirio me liará pecar sin saber lo que critas que malas razones me dijiste tú; es
dia. Note V. entre tanto un efecto de lo. Di si eu medio de los furores de una me hago. Si quebranto este solemne vo- tiempo de concluir. Tú eres naturalmen-
sus falsas maximas acerca del uso sin ta- pasión sin tasa cesé nunca de respetar to , descarga en m í , Amor, el merecido | te serio , y he conocido que una chanza
sa del vino. Su corazon de V. no es cul- su objeto encantador. Si he recibido d castigo ; salga al instante la imagen de larga te calienta como un paseo largo á
pado, estoy cierta de ello; pero ha lle- galardón que tan merecido tenia mi lla-
1111
Julia de mi corazon, dejándole en- un sugeto muy gordo; jiero tomo en ti
nado V. el mió de amargura: sin saber ma , di si he abusado de mi dicha para tregado a la desesperación y la iudife- j con poca diferencia la venganza que to-
lo que hacia, desconsolaba un corazon rencia. mó Ilenríque IV en el duque de Maye-,
ultrajar tu amable vergüenza. Si alguna
que con tanta facilidad se sobresalta y na , y quiere tu soberana imitar la cle-
vez con temerosa mano atentó el tímido
para el cual nada de lo que de V. viene y ardiente amor a tus gracias, di si una No pienses que quiero yo«espiar mi mencia del mejor de los reyes. Ademas
puede ser indiferente. zafia temeridad fue osada una vez siquie- delito con tan ligera pena; precaución! de que me temería que á poder de s e n -
ra á profanarlas. ¿Cuando por un ins- es esta y no castigo; y de tí aguardo el timientos y disculpas llegara á ser un
tante corre un imprudente desvario d que he merecido, y te"imploro para ali- mérito culpa tan bien redimida , y me
CARTA U .
velo que las cubre, uo sustituye el per- vio de mi sentimiento. Vengúese y apa- quiero dar priesa á olvidarla, porque si
RESPUESTA. cigüese el amor ofendido , castígame sin mucho tiempo espero mas que genero-
sidad fuera en mi ingratitud.
aborrecerme, y sin murmurar sufriré la
No hay siquiera un renglón en su carta
pena. Sé justa y severa; asi es necesario, I'or Lo que á tu determinación de re-
nuuciar el vino respeta, 110 tiene tanto italiana , y que he cultivado contigo; de zas, todo desmiente ardores que hubiera esplicaré lo demás, te daré las nece-
realce á mis ojos, como pudieras creer; modo que distingo con facilidad la ca- debido coronar el Cielo! Juguetes viles sarias instrucciones, y si no puedo las
no piensan las pasiones vehementes en dencia de los versos, y q u e , según di- de la ciega fortuna, víctimas tristes de dejaré por escrito al consabido depósito
esos mezquinos sacrificios, ni vive el ce Regianino, los pronuncio con buen esperanzas que nos escarnecen, ¿tocare- de nuestras cartas , donde, como te ten-
amor de galanteo. Ademas de que a ve- acento. Cada lección la empiezo leyen- mos siempre á un fugitivo placer, siu go advertido, hallarás ya esta porque el
ces mas que valor es maña tomar asa do algunas octavas del T a s o , ó algunas alcanzarle nunca ? I,as bodas tanto tiem- asunto es de tanta importancia que uo
del tiempo venidero para el momento
presente, y pagarse de antemano de una
abstinencia perdurable, que cuando se
escenas del Metastasio; y luego me hace
decir y acompañar con el recitado, y
ereo que sigo hablando ó leyendo, cosa
a en balde deseadas, se babian de ce-
rar en Clarens, lo estorba el mal tiem-
po , y es menester celebrarlas en la ciu-
me atrevo á fiarla de nadie.
¡ Oh , como veo ahora latir tu eora-
zon ! como leo tu arrebato, y como cre-
quiere se deja. ¡Ah, mi buen amigo! ¿es que no me sucedía por cierto con el re- dad. Debíamos hallarnos en ellas á so- ce con él el mío! N o , dulce amigo mío,
acaso en todo lo que los sentidos halaga citado francés. Despues de esto, me hace las; cercados ambos de enfadosos no nos n o , no dejaremos esta corta vida sin
inseparable del gozo el abuso ? va la sustentar con medida sonidos iguales y podemos zafar de ellos al mismo tiempo, haber disfrutado un instante de fehei-
embriaguez necesariamente con el gusto ajustados; ejercicio que me hacen bas- y el instante que uno de los dos queda dad. Piensa, con todo , q u e este ins-
del vino unida? V es tan cruel ó tan va- tante dificultoso los gritos á que estaba libre, es aquel en que le tienen asido al tante se presenta cercado de los horro-
na la lilosolia que no ofrezca otro medio acostumbrada. Finalmente pasamos á las otro. Presentase al fin un instante pro- res de la muerte; que tu entrada está
de usar con moderación de las cosas que arias, v se encuentra que el ajuste y flexi- picio, y la mas cruel de las madres vie- espuesta á mil peligros, que tu estancia
agradan que la total privación? bilidad de la voz, la espresion patética, ne á quitárnosle, faltando poco para que es aventurada, y tu retirada de infinito
los sonidos esforzados, y todos los pa- sea el momento que iban dos desventu- riesgo, que somos perdidos si nos des-
Si cumples con tu palabra te privas de sajes son natural efecto del canto y de rados á ser felices el de su comuu per- cubren , y que es necesario que todo nos
un gusto inocente, y aventaras tu salud, la exactitud de medida; de suerte que lo dida- Lejos de desalentarme han irritado favorezca para que podamos evitar de-
mudando de método de vida;si la que- que mas dificultoso de aprender se me mi valor tantos estorbos : no sé que nue- scrío. No nos equivoquemos; tengo s o -
brantas haces segunda ofensa al amor, hacia, ni siquiera necesita enseñanza. va fuerza me anima, pero me siento con brado conocido á mi padre para dudar
V padece tu propio honor. Uso por tanto Tiene el caracter de la melodía tanta co- una osadía cual nunca tuve; y si como que te viese al instante traspasar el e o -
en esta ocasion de mis derechos, y no nexión con el tono de la lengua, y tan- yo tienes animo, esta noche, esta mis- razon por su propia mano, como no
s o l o te dispenso de un voto nulo por ha- ta pureza de modulación, que basta con ma noche puedo satisfacer mis promesas, empezara por m í , porque ciertamente no
berle hecho sin mi licencia, sino que te escuchar el bajo y saber hablar para des- y pagar de una vez sola todas las deu- me dejaría viva : ¿ y crees que te espu-
prohibo que le guardes mas que hasta el cifrar con facilidad el cauto. En ella tie- das del amor. siera yo á tamaño riesgo, si no estuviera
termino que voy á prescribirte. El mar- nen todas las pasiones espresiones agudas cierta de que era igual para entrambos?
tes tendremos en casa la música de mi- y fuertes; bien al contrario del rastrero y Consúltate bien, amigo m í o , y mira
lord Eduardo. Cuando saquen el refresco penoso acento del canto francés,siempre hasta que punto te es grata la vida, por- Piensa también que no es asunto de
te enviaré yo la mitad de una copa de fácil y suave el suyo, aunque vivo y pe- que el espediente que te propongo pue- fiarte en tu valor, ni soñarlo ; y te pro-
un puro y benéfico néctar, que quiero se netrante, dice mucho con poco esfuerzo: de darnos á entrambos la muerte ; uo hibo formalmente que traigas arma nin-
apure á mi presencia y por mi intención, por fin veo que esta música agita el ahna acabes, si la temes, esta carta; pero si guna para defenderte, ni siquiera tu es-
libando antes unas gotas espiatorias á v deja sosegado el pecho , que es preci- no asusta mas hoy tu eorazon la punta pada , que fuera enteramente superflua,
las Gracias. Después volverá mi peniten- samente lo que mi eorazon y mis pulmo- de una espada, que lo que otro tiempo porque si somos cogidos estoy resuelta
te al uso sobrio en sus comidas de vino nes necesitan. Hasta el martes, mi ama- le asustaban las simas de Meillcrie, el á precipitarme en tus brazos , estrechar-
templado con el cristal de las fuentes, ble amigo, mi maestro, mi penitente, mismo riesgo corre el mió, y no ha va- te con fuerza en los mios, y asi recibir
calmando, como dice tu buen Plutarco, mi apostol. Ay! que no eres tú para mi? cilado. Escucha. el golpe mortal para no tener que se-
los ardores de Baco con el comercio de y porque á tantos derechos le ha de fal-
las Ninfas. tar un solo título? Rabí, que duerme en mí cuarto, está pararme mas de t í , mas dichosa en mi
mala tres días hace; v aunque yo quería muerte que en mi vida lo he sido.
Hablando de la academia del martes, absolutamente cuidar de ella, la han lle- Espero que nos está reservada suerte
¿no se le ha metido en la cabeza al loco P. D. ¿ Sabes que se trata de un bo- vado á otro contra mi voluntad, pero va mas grata, á lo menos veo que nos e s
de Regianino que podré yo cantar una nito paseo por agua , semejante al que mejor y acaso volverá desde mañana. debida , y se causará la fortuna de ser
aria italiana, y también un dúo con él? hicimos dos años ha con la pobre Chai- IA sala de comer está lejos del aposeuto con nosotros injusta. Ven y a , alma de
Quería que le cantara contigo para que llot? Qué tímido estaba entonces el bri- de mi madre y el mío, á la hora de co- mi eorazon , vida de mi vida , ven a rcu-
Incicran juntos sus dos discípulos; pero bón de mi maestro! como temblaba cuan- mer está desierta toda la casa, menos uirte contigo mismo, ven bajo los auspi-
hay en el tal dúo ciertos ben mió, que do me dafea la mano para salir del barco! la coojoa y el comedor. Por fin, en esta cios del tierno amor á ver remunerada
corre peligro decirlos delante de uua Hipócrita! y lo que ha mudado! estación ya hace noche oscura á aquella la obcdieucia y tus sacrificios ; ven á con-
madre cuando hay algo en el eorazon; hora, su velo puede fácilmente ocul- fesar en el seno de los deleites que de la
mas vale aplazar esta prueba para la pri- tar á los curiosos la gente que pasa, y reuuiou de los corazones nace su mayor
CARTA LUI. sahes perfectamente los riuconcs de la encanto.
mera academia en casa de la inseparable,
i.a facilidad con que he cogido el gusto DE JULIA. casa.
á esta música la atribuyo á el que me Con esto basta para que me entiendas.
¡ C o s que todo frustra nuestros pro-
había inspirado mi hermano a la poesía Ven esta tarde á casa de mi Paca, te
vectos, todo engaña nuestras esperan-
nunciar el vino respeta, no tiene tanto italiana , y que he cultivado contigo; de zas, todo desmiente ardores que hubiera esplicaré lo demás, te daré las nece-
realce á mis ojos, como pudieras creer; modo que distingo con facilidad la ca- debido coronar el Cíelo! Juguetes viles sarias instrucciones, y si no puedo las
no piensan las pasiones vehementes en dencia de los versos, y q u e , según di- de la ciega fortuna, víctimas tristes de dejaré por escrito al consabido depósito
esos mezquinos sacrificios, ni vive el ce Regianino, los pronuncio con buen esperanzas que nos escarnecen, ¿tocare- de nuestras cartas , donde, como te ten-
amor de galanteo. Ademas de que a ve- acento. Cada lección la empiezo leyen- mos siempre á un fugitivo placer, sin go advertido, hallarás ya esta porque el
ces mas que valor es maña tomar asa do algunas octavas del T a s o , ó algunas alcanzarle nunca ? l-as bodas tanto tiem- asunto es de tanta importancia que no
del tiempo venidero para el momento
presente, y pagarse de antemano de una
abstinencia perdurable, que cuando se
escenas del Metastasio; y luego me hace
decir y acompañar con el recitado, y
ereo que sigo hablando ó leyendo, cosa
a en balde deseadas, se habían de ce-
rar en Clarens, lo estorba el mal tiem-
po , y es menester celebrarlas en la ciu-
me atrevo á fiarla de uadie.
¡ Oh , como veo ahora latir tu cora-
zon ! como leo tu arrebato, y como cre-
quiere se deja. ¡Ah, mi buen amigo! ¿es que no me sucedía por cierto con el re- dad. Debíamos hallarnos en ellas á so- ce con él el mío! N o , dulce amigo mió,
acaso en todo lo que los sentidos halaga citado francés. Despues de esto, me hace las; cercados ambos de enfadosos no nos n o , no dejaremos esta corta vida sin
inseparable del gozo el abuso ? va la sustentar con medida sonidos iguales y podemos zafar de ellos al mismo tiempo, haber disfrutado un instante de felici-
embriaguez necesariamente con el gusto ajustados; ejercicio que me hacen bas- y el instante que uno de los dos queda dad. Piensa, con todo , que este ins-
del vino unida? y es tan cruel ó tan va- tante dificultoso los gritos á que estaba libre, es aquel en que le tienen asido al tante se presenta cercado de los horro-
na la tílosofia que no ofrezca otro medio acostumbrada. Finalmente pasamos á las otro. Presentase al fin un instante pro- res de la muerte; que tu entrada está
de usar con moderación de las cosas que arias, v se encuentra que el ajuste y flexi- picio, y la mas cruel de las madres vie- espuesta á mil peligros, que tu estancia
agradan que la total privación? bilidad de la voz, la espresion patética, ne á quitárnosle, faltando poco para que es aventurada, y tu retirada de infinito
los sonidos esforzados, y todos los pa- sea el momento que iban dos desventu- riesgo, que somos perdidos si nos des-
Si cumples con tu palabra te privas de sajes son natural efecto del canto y de rados á ser felices el de su común per- cubren , y que es necesario que todo nos
un gusto inocente, y aventaras tu salud, la exactitud de medida; de suerte que lo dida. Lejos de desalentarme han irritado favorezca para que podamos evitar de-
mudando de método de vida;si la que- que mas dificultoso de aprender se me mi valor tantos estorbos : no sé que nue- scrío. No nos equivoquemos; tengo s o -
brantas haces segunda ofensa al amor, hacia, ni siquiera necesita enseñanza. va fuerza me anima, pero me siento con brado conocido á mi padre para dudar
y padece tu propio honor. Uso por tanto Tiene el caracter de la melodía tanta co- una osadía cual nunca tuve; y si como que te viese al instante traspasar el c o -
en esta ocasion de mis derechos, y no nexión con el tono de la lengua, y tan- yo tienes animo, esta noche, esta mis- razon por su propia mano, como no
s o l o te dispenso de un voto nulo por ha- ta pureza de modulación, que basta con ma noche puedo satisfacer mis promesas, empezara por m í , porque ciertamente no
berle hecho sin mi licencia, sino que te escuchar el bajo y saber hablar para des- y pagar de una vez sola todas las deu- me dejaria viva : ¿ y crees que te espu-
prohibo que le guardes mas que hasta el cifrar con facilidad el canto. En ella tie- das del amor. siera yo á tamaño riesgo, si no estuviera
termino que voy á prescribirte. El mar- nen todas las pasiones espresiones agudas cierta de que era igual para entrambos?
tes tendremos en casa la música de mi- y fuertes; bien al contrario del rastrero y Consúltate bien, amigo m i ó , y mira
lord Eduardo. Cuaodo saquen el refresco penoso acento del canto francés,siempre hasta que punto te es grata la vida, por- Piensa también que no es asunto de
te enviaré yo la mitad de una copa de fácil y suave el suyo, aunque vivo y pe- que el espediente que te propongo pue- fiarte en tu valor, ni soñarlo ; y te pro-
un puro y benéfico néctar, que quiero se netrante, dice mucho con poco esfuerzo: de darnos á entrambos la muerte ; no hibo formalmente que traigas arma nin-
apure á mi presencia y por mi intención, por fin veo que esta música agita el alma acabes, si la temes, esta carta; pero si guna para defenderte, ni siquiera tu es-
libando antes unas gotas espiatorias á v deja sosegado el pecho , que es preci- no asusta mas hoy tu corazon la punta pada , que fuera enteramente superflua,
las Gracias. Después volverá mi peniten- samente lo que mi corazon y mis pulmo- de una espada, que lo que otro tiempo porque si somos cogidos estoy resuelta
te al uso sobrio en sus comidas de vino nes necesitan. Hasta el martes, mi ama- le asustaban las simas de Meillcrie, el á precipitarme en tus brazos , estrechar-
templado con el cristal de las fuentes, ble amigo, mi maestro, mi penitente, mismo riesgo corre el mió, y no ha va- te con fuerza en los mios, y asi recibir
calmando, como dice tu buen Plutarco, mi apostol. Ay! que no eres tú para mi? cilado. Escucha. el golpe mortal para no tener que se-
los ardores de Baco con el comercio de y porque á tantos derechos le ha de fal-
las Ninfas. tar un solo título? liabí, que duerme en mi cuarto, está pararme mas de t í , mas dichosa en mi
mala tres dias hace; v aunque yo quería muerte que en mí vida lo he sido.
Hablando de la academia del martes, absolutamente cuidar de ella, la han lle- Espero que nos está reservada suerte
¿no se le ha metido en la cabeza al loco P. D. ¿ Sabes que sq trata de un bo- vado á otro contra mi voluntad, pero va mas grata, á lo menos veo que nos e s
de Rcgianino que podré yo cantar una nito paseo por agua , semejante al que mejor y acaso volverá desde mañana, debida , y se causará la fortuna de ser
aria italiana, y también un dúo con él? hicimos dos años ha con la pobre Chai- la sala de comer está lejos del aposeuto con nosotros injusta. Ven y a , alma de
Quería que le cantara contigo para que llot? Qué tímido estaba entonces el bri- de mi madre y el mió, á la hora de co- mi corazon , vida de mi vida , ven a rcu-
Incicran juntos sus dos discípulos; pero bón de mi maestro! como temblaba cuan- mer está desierta toda la casa, menos uirte contigo mismo, ven bajo los auspi-
hay en el tal dúo ciertos belt mió, que do me dafea la mano para salir del barco! la coojna y el comedor. Por fin, en esta cios del tierno amor á ver remunerada
corre peligro decirlos delante de una Hipócrita! y lo que ha mudado! estación ya hace noche oscura á aquella la obcdieucia y tus sacrificios ; ven á con-
madre cuando hay algo en el corazon; hora, su velo puede fácilmente ocul- fesar en el seno de los deleites que de la
mas vale aplazar esta prueba para la pri- tar á los curiosos la gente que pasa, y reuuiou de los corazones nace su mayor
CARTA LUI. sabes perfectamente los riuconcs de la encanto.
mera academia en casa de la inseparable,
i.a facilidad con que he cogido el gusto DE JULIA. casa.
á esta música la atribuyo á el que me Con esto basta para que me entiendas.
¡ C o s que todo frustra nuestros pro-
había inspirado mi hermano á la poesía Ven esta tarde á casa de mi Paca, te
vectos, todo engaña nuestras esperan-
LA NUEVA HELOISA PRIMERA PARTE.
me aquel tau suave abatimiento que lle-
y dolorosa es para mí tu estancia! que que en mi corazón eu el tuvo ? Siento sí,
naba la efusión de nuestros corazones;
CARTA L1V. terrible para mis ansias! ó , ven , vuélá, siento que eres mas amada "que nunca, y
vuélveme aquel sueño encantador que so-
ó soy perdido! de mi abatimiento he sacado nuevas fuer-
A JULIA. bre tu seno me embargó; vuelveme aquel
Que dicha haber hallado tinta y pa- zas para quererte todavía don mayor ter-
despertar mas delicioso todavía , y aque-
pel ! escribo lo que siento para templar nura. Verdad es que he requerido afec-
LLEGO lleno de una agitación que se llos sollozos interrumpidos , y aquellas
mi llama ; y engaño mis ardores descri- tos mas sensibles; pero mas amantes, y
aumenta al entrar en este asilo. Julia ; suaves lagrimas, y aquellos besos que
biéndolos. de mas variables especies; sin enflaque-
aquí estoy en tu gabinete, aqui en el lentamente nos hacia paladear uu volup-
Me parece que oigo ruido: ¿ si será ta cerme se han multiplicado, se templan
sagrario de todo lo que mi corazón ido- tuoso descaecimiento , y aquellos tan
desapiadado padre? Creo que no soy con las dulzuras de la amistad los reba-
latra. Guiaba la antorcha del amor mis tiernos gemidos durante los cuales es-
cobarde... Pero en este instante fuera tos del amor, y apenas imagino especie
pasos , v he pasado sin ser visto. Sitio trechabas con tu eorazon este eorazon
para mi horrorosa la muerte: igual se- de inclinación , que contigo no me una.
encantado , afortunado sitio , que otro que tanto á unirse con él anhela.
ria mi desesperación al ardor que me ¡ O mi adorada dama , esposa mia, her-
tiempo tantas tiernas miradas viste repri-
consume : ¡ ó deseos, 6 temores, ó cru- D i m e , Julia, tú que por tu propia mana mia, dulce amiga mia ! que poco
midas , tantos ardientes suspiros sofoca-
das palpitaciones!... C i e l o , una hora sensibilidad tan bien de la agena juzgar para lo que siento he'dícho, cuando los
dos , tú que nacer y crecer mis prime-
mas de vida te pido , y abandono lo de- sabes , ¿ crees que lo que antes sentía nombres mas amados del eorazon huma-
ros fuegos has visto, por la segunda
mas de mi sér á tn rigor... Abren .... en- fuera verdaderamente amor ? Desde aver no tengo apurados!
vez los verás coronados; sé testigo de mi
constancia inmortal, de mi ventura , y tran.... ella es, ella es: la he columbra- han variado, no lo dudes, mis afectos
He de confesarte una sospecha que
encubre por siempre los deleites del mas do , la he visto, oigo que cierra la puer- de naturaleza , y han adquirido un no
avergonzado y afrentado de mí propio
fiel y el mas feliz de los hombres. ta. Corazón, flaco eorazon mióte rindes sé que menos impetuoso, pero sí mas
he formado, y es que sabes mejor que
á tantas agitaciones; ah ! busca fuerzas suave, mas tierno y mas encantador. ¿Te
yo querer. S í , Julia mia, cierto es que
¡Que encantadora es esta misteriosa para sustentar la felicidad que te abruma. acuerdas de aquella hora que razonando
eres tú mi ser v mi vida, que te adoro
mansión! todo en ella halaga, y alimenta apaciblemente de nuestro amor pasamos,
con todas las potencias de mi alma; pero
el fuego que me abrasa. O Julia! llena y de aquel oscuro y temeroso tiempo
CARTA LV. la tuva es mas amante, la tiene mas hon-
está de tí, y en todos tus vestigios cunde, venidero, que mas sensible hacia la fe-
damente penetrada el amor, se le ve, se
la llama de mis deseos; s í , todos mis licidad presente; de aquella hora tan
A JULIA. le siente; él es quien tus gracias anima,
sentidos á una están embriagados. Por corta , ay ! de una conversación que tan
quien en tus razonamientos reina, quien
todas partes se cshala aquí no sé que aro- ¡ Oh , muramos, dulce amiga, mura- interesante una ligera tintura de tristeza
á tus ojos da esa penetrante suavidad,
ma casi insensible, mas snave que la mos , amada de mi eorazon. ¿Que hace- hacia ! Estaba sosegado , aunque junto
ese inefable acento á tu voz; él esquíen
rosa y mas ligero que el iris; creo que mos de hoy mas de una mocedad insul- á ti; te adoraba y nada deseaba, y ni si-
con sola tu presencia comunica á los
oigo el halagüeño metal de tu voz. Des- sa , cuyas delicias todas hemos apurado? quiera imaginaba otra felicidad que sen-
demás corazones, sin que en tal pien-
parramadas todas las partes de tu vesti- Esplicame, si puedes , lo que en esta tir cerca de mi rostro el tuvo, en mis
sen, la tierna emociou del tuvo: ¡que
do ofrecen á mi ardiente imaginación inefable noche he sentido ; dame idea de mejillas üi aliento, y tu brazo cinendo
distante estoy yo de ese sereno esta-
las de tí propia que cubren; este ligero una vida que así h u v e , •» déjame que mi cuello. ¡ Que calma en todos mis sen-
do que á sí propio se basta ! Yo quiero
peinado que ornan luengos rubios ca- abandoue una que nada igual tiene coo tidos! que p o r a , continua, universal
gozar, V tú amar; yo tengo rebatos y tú
bellos que encubrir disimula ; este bien- la que contigo he gozado. Yo habia gus- voluptuosidad! Dentro del alma estaba
pasión; mis rebatos todos no valen lo "que
hadado pañuelo contra el cual una vez tado el deleite, y creí que conocia la fe- el encantamiento del gozo, y no salía de
tu delicioso descaecimiento y el afecto
á lo menos no tendré que murmurar; licidad. Ah ! solo habia sentido un sneño ella , que permanecía inmoble. ¡ Que di-
que tu eorazon alimenta es la suprema
este elegante y sencillo deshabillé que vano, y la dicha que imaginaba era la ferencia entre los furores del amor y tan
felicidad. Desde ayer solamente he dis-
tan bien anuncia el gusto de la que le de uu niño. Engañaban mis sentidos a apacible situación ! Es la vez primera de
frutado ya tan pura voluptuosidad. Mebas
trae; estas chinelas tan pequeñas que la grosera alma; en ellos buscaba el so- mi vida que cerca de ti la he esperímen-
dejado tú algo del inefable encanto que
calza sin dificultad un ligero y bien for- berano bien, y he hallado que sos de- tado , y considera no obstante cuan cs-
en tí hay, y creo que con tu suave aliento
mado pie ; este corsé tan delicado que leites apurados eran el principio de 1« traña mudanza en mí se ha hecho , que
me inspirabas una alma nueva. Date prie-
toca v abraza... ¡ que hechicero talle !... mios. Unica obra maestra de la natura- de todas las horas de mi vida, es la que
sa, te ruego, á.concluir tu obra: toma
por delante dos ligeros contornos... ¡ O leza , divina Julia , deliciosa posesion á mas preciosa ha s i d o , y la que quisiera
lodo cuanto de la mia queda, y siis'.itnve
voluptuoso espectáculo !.. á la fuerza de que apenas bastan todos los rebatos del que durará por toda la eternidad ( i ) .
en su lugar la tuya. No , angélica- bel-
la impresión ha cedido la ballena.... mas ardiente amor ; n o , no son estos Juba, dime si no te quería antes, ó sí
dad, alma celestial; solamente afectos
¡ impresión deliciosa ; deja que mil veces rebatos los que mas siento perdidas; ah, o« te quiero ahora.
como los tuyos de tus atractivos son dig-
te bese! Dioses, Dioses ! que será cuan- n o , quítame , si es menester esos favo- nos ; tú sola mereces inspirar un amor
do ?... Ah , va creo que siento latir bajo res que embriagan, y por los cuales
una venturosa mano este tierno eorazon. diera mil vidas ; pero vuélveme lo que ¡ Si no te quiero ! que duda! ¿ He ce- perfecto; sola tú de sentirle eres capaz.
Julia, encantadora Julia mia: en todas no era e l l o s , y mil veces se los dejaba sado de vivir ? no está mi vida toda mas
partes te veo , te siento , te respiro con atras. Vuélveme aquella estrecha unión
el aire que tú has respirado, toda mi de las almas que me habías anunciado, J , L m
'Sere.s f«ctles > fuereis saber sisáis amadas exatninad d vuestro
sustancia penetras. ¡ Ah , que ardiente y que tanto me has hecho gozar; vuelve- b m z o s sak
Co l' es
P°r
, f
U
te'gozo,
- °h a m o r ' « e d a d
smo por la hora que á este se sigue
^tos
PRIMERA PARTE.
64 LA NUEVA HELOISA ,
qne harías seria irriUr á tu amigo, y que pinado , en que el único reo es el agre-
Ah, dame» Julia m i a , tu corazon para porUdor á tus ordenes, hará cnanto le
mandares, y puedes conUr con el secreto. se negara con razón a obedecerte, si le sor, y 110 es culpado de homicidio quien
amarte según tus merecimientos.
T e pierdes, querida mia, preciso es dijeras que se ausenUra antes de dar defendiéndose hiere ó mata.
C A R T A LVI.
que te lo diga mi amistad, el empeño en vado á este desafío. Tratemos ahora de m í : demos que me
que vives no puede esUr mucho tiempo haya agraviado con sus razones milord
D E CUV RA A J U I J A . oculto en una ciudad pequeña como csU; CARTA LVII. Eduardo, aunque no haya dicho mas
y es milagro de la suerte que con mas que la verdad: sabe V. lo que con de-
TESGO que darte, querida prima, un DE JOLIA.
de dos años que hace que ha empezado fenderme con UnU imporUocia y ardor
aviso que te importa. Anoche tuvo tu
no sean todavia materia de la critica del A M I G O m i ó , m e h a n e n t e r a d o m u y grangea? Aumenta su agravio, prueba
amigo con milord Eduardo una alterca-
público. Pero vas á serlo si no te resuel- por menor de lo acontecido con milord que tenia razón, sacrifica á un falso
ción que puede hacerse seria. Te diré lo
ves, v va lo serias si te quisieran menos; Eduardo y V. : en virtud del conoci- puntillo mi verdadero pundonor, y por
que he sabido por el señor de Orbe, que
pero á todos repungna tanto el decir mal miento exacto del suceso quiere su ami- adquirirse cuando mas la repuUcion de
estaba preseute, y que temeroso de las
de t í , que es mal medio para hacerse es- ga examinar con V. como se debe con- buen maUchin quita la honra á su da-
consecuencias ha venido esta mañana á
cuchar, y seguro para hacerse aborrecer. ducir en la ocasión conformándose con ma. Ruego á V. que me enseñe la co-
hablarme del asunto.
No obstante todo tieoe fin; yo me temo las idea? que asicnU, y que supongo que nexión que entre mi justificación real y
En casa de Milord habian cenado am- que ha llegado el del secreto de tu amor, no halle una vana y engañosa ostenU- su modo de justificarme hay: ¿ se pien-
bos , y despues de una hora ó dos de mú- y hay mucha apariencia de que proven- cion. sa V. que tomar con Unto ardor mi d e -
sica se pusieron a hablar y á beber punch. gan las sospechas de milord Eduardo de fensa sea convincente argumento de que
Tu amigo no bebió mas que un vaso con algunas murmuraciones que baya oido. No me informo de si es V. muy inte- no hay entre nosotros intimidad, y que
agua, los otros dos no fueron tan sobrios; Piénsalo bien, querida niña mia, el Sere- ligente en el arte de la esgrima, ni de baste con hacer ver su guapeza para
V auuque no confiesa el señor de Orbe no ha dicho pocos dias ha que habia visto si se siente en esUdo de hacer frente á demostrar que no es mi amante? Esté V.
que se emborrachó, yo lo cantaré su car- á las cinco de la madrugada á tu amigo un hombre que tiene graugeada en Eu- cierto de que las murmuraciones de mi-
tilla otro dia. Naturalmente paró la con- salir de tn casa. Por fortuna que lo supo ropa reputación de manejar con superio- lord Eduardo me harán menos perjuicio
versación cu hablar de t i , porque ya sa- este de los primeros, que fué corriendo ridad las armas, y que habiendo tenido que su conducU; V. solo es quien con
bes que eres el platillo ordioario de Mi- a verse con el Sereno, y halló como ha- cinco ó seis desafios en su vida siempre este golpe se encarga de publicarlas y
lord. Tu amigo, que no gusta de estas cer que se callara: pero, ¿que otra cosa ha muerto, herido ó desarmado á su con- confirmarlas. El podrá muy bien en el
confianzas, las ovó con tal ceño, que es semejante silencio que un medio de trario; comprendo que en el caso en que combate eviUr la espada de V . ; pero
caliente Eduardo con el punch, y agra- acrediur rumores esparcidos á la sordi- se halla V. no se consulu la habilidad nunca mi repuUcion, ni mi vida acaso,
viado de la displicencia de tu amigo, se na? También crece de dia en dia la des- sino el valor, y que el modo mejor de evitarán la herida mortal que les da.
atrevió á decir, quejándose de tu tibieza, confianza de tu madre: ya sabes cuantas tomar venganza de un guapo que nos in-
que no era tan general como podia creer- veces te lo ha dado á entender, también sulU consiste en hacer que nos mate: ad-
mitamos Un prudente maxima. Me dirá Razones son estas sobrado solidas pa-
se, y que alguien que no hablaba palabra á mi me ha hablado con basUnte aspe-
estaba mas bien tratado que él. Al punto reza; V si no temiera la vehemencia de V. que mas que la vida aprecia su honor ra que halle V. cosa que replicar á ellas;
y el mió: con que raciocinaremos senUn- mas preveo que impugnará la razón con
tu amigo, cuya viveza sabes, refutó estas tu padre, no hay duda de que también el uso; que me dirá que hay fatalidades
razones con Un insultante aspereza, que se lo hubiera dicho; pero no se atreve do este principio.
que contra nuestra volunud nos arras-
le valió un mentis, y ambos acudieron á porque le echara siempre la culpa prin-
Empecemos por lo que a V. compete. tran ; que en caso ninguno Se aguanta
tomar la espada. Bomston medio borra- cipal de un conocimiento que por ella
¿Me podrá decir que agravio personal le un mentís, y que cuando ha tomado
cho se dió corriendo un desguincc que ha venido.
han hecho en asunto en que de mí sola cierto giro un asunto, no es posible evi-
le precisó á senUrse, se le hinchó la pier-
se traUba ? Si debia V. en esU ocasión Ur el duelo ó la deshonra. Veamos.
n a , y con esto se sosegó la contienda
No te puedo decir lo basUnte, piensa tomar á pechos mi defensa, eso luego ¿ Se acuerda V. de la distinción entre
mejor que con todo lo que habia traba-
lo veremos;-entre Unto no puede menos el honor aparente y verdadero que en
jado el señor de Orbe. Pero como csUba en ti ahora que es todavia tiempo; desvia
de confesar, que era la contienda total- ocasion de mucha imporUncia en otro
este atento á lo que sucedía; vió que al á tu amigo antes que se hable, precávete
mente inconexa con su honor particular, tiempo me hizo ? en cual de las dos cla-
salir se acercó tu amigo al oido de milord de sospechas nacientes, que cierUmente
á menos que se crea afrcoudo con que ses colocarémos este de que boy se tra-
Eduardo, y oyó que en voz baja le dccia" disipará su ausencia; porque al fin, ¿qne
sospechen que yo le quiero. Verdad es to ? Yo por mí no veo como puede esto
« Luego que se halle V. en esudo de sa- han de creer que hace aquí? Acaso sera
qne ha sido V. insultado; pero despues dar asunto á cuestión. ¿Que tiene que
lir, deme noticias suyas, ó yo tendré cui- muy tarde dentro de seis semanas, den-
de haber empezado haciendo un insulto ver la gloria de degollar á un hombre
dado de informarme de ellas — No se to- tro de un mes. Si llegase la menor cosa
atroz, y yo que tengo llena mi familia de con la conciencia de la rectitud del alma?
me V. este trabajo, le respondió Eduardo a oidos de tu padre, tiembla de lo que
militares y Unto he oido ventilar estas ni que influjo tiene la vana opinion age-
con risa de mofa, muy luego las ten- del enojo de un miliUr viejo encapricha-
horribles cuestiones, sé muy bien que na con el verdadero honor que está en
drá». Verémos, replicó muv frió tu ami- do con el lustre de su casa, y la petu-
agravio que por agravio se vuelve no lo interior del corazou arraigado ? con
g o , y se fué. El señor de Orbe te lo dirá lancia de un mozo arrcbaUdo que nada
borra el primero, v que el insultado e s que perecen las virtudes que posee uno
todo'mas circunsUnciadamcnte cuando sabe aguanUr resulUria; pero antes es
preciso de un modo ó de otro evacuar el único que queda ofendido: siendo este con las mentiras de un calumniador?-.ó
el lance de milord Eduardo, porque lo caso idéntico con el de un combate ino- esU el honor del sabio á merced del
te entregue csU. Entre Unto esUrá el
primer zafio que puede topar ? me di- capítan de la Grecia por haberse visto
fruto... Mi alma fallece á tan horrible que en el de la muerte. Un fanfarrón, un
rá V. : que prueba un duelo valor, y amenazado con un palo ? Otros tiempos,
idea, y á lo menos rindo gracias á cobarde quiere á todo eveuto pasar pla-
que con este basta para borrar la igno- otras costumbres; bien lo sé : pero son
aquel que los corazones penetra, por za de valiente.
minia ó el baldón de todos los demás vi- todas buenas ? no nos hemos de atrever
haber quitado del mió este horroroso
cios? Y yo le preguntaré, ¿qué bonor á indagar si son las de tal ó tal tiempo Verdadero valor aunque ignorado.
honor, que solo a atrocidades aspira,
puede dictar semejante decisión, ó que conformes con el honor solido ? No, no Es de sí propio recompensa ilustre.
y hace estremecer la naturaleza.
razón justificarla ? Según eso basta con varia este honor , que ni de tiempos,
que se desafie un bribón para dejar de ni lugares, ni preocupaciones pende, Vuelva V. en sí v contemple si es li- Miente quieu dice que mira sin susto
ser bribón; se convierten cu verdades ni eclipsarse ni remanecer puede, y tie- cito acometer á sabiendas á quitar la vi- la muerte. Todo hombre repugna á mo-
las mentiras de un embustero, asi que á ne su personal fuente en el pecho del da á un hombre y aventurar la suya rir ; y esta es ley universal de los seres
la punta de su espada las sustenta, y justo, y en la inalterable regla de sus propia, por satisfacer un inhumano y sensibles, sin la cual en breve se des-
si le acusan á V. de que ha muerto á un obligaciones. Si no conocieron el duelo {•cligroso antojo que no tiene razón truirían las especies mortales. Es este
hombre irá á matar á otro para probar los pueblos mas ilustrados, mas virtuo- fundada ninguna; y si puede la triste temor un mero movimiento natural no
que no es cierto. De suerte que virtud , sos v mas esforzados de la tierra, digo memoria de la sangre vertida con seme- solo indiferente, sino bueno eu sí y con-
vicio, honor, infamia, verdad, mentira, que no es institución del honor, sino janlc motivo cesar de pedir venganza en forme al orden; lo que vergonzoso y dig-
lodo puede ser hijo del éxito de un moda inhumana v horrorosa , digna de lo interior del corazon de quien la der- no de vituperio le hace es que puede
duelo; la residencia de toda justicia es su origen feroz. Resta saber si cuando ramó. ¿Sabe V. que baya delito que al impedirnos que obremos bieD y cumpla-
una sala de armas ; no queda otro dere- de la propia ó ageua vida se trata, se homicidio voluntario se iguale ? Si es la mos nuestras obligaciones. Si no fuera
cho que la fuerza, ni otra razón que el arregla el hombre de bien por la moda, humanidad base de todas las virtudes, nunca la cobardía obstáculo para la vir-
homicidio; todo el resarcimiento que á y si no es mayor valor arrostrarla que ¿ que hemos de pensar del hombre san- tud dejara de ser vicio. Quien hace mas
los agraviados se debe es matarlos, y seguirla. ¿Que haria en dictamen de V. griento y depravado que es osado á atro- caso de su vida que de su obbgacion no
tan bien lavada queda la ofensa en la quien á ella se quiere sujetar en países pellada en la vida de un semejante su- puede ser sólidamente virtuoso: conven-
sangre del ofensor como en la del ofen- donde reina un estilo contrarío? En Me- yo ? Acuérdese V. de lo que contra el go. Pero V. que se alaba de razón, es-
dido. Dígame V . , si supieran discurrir sina ó Ñapóles iría á esperar á su con- servicio en pais estranjero me tiene di- pliqueme que especie de mérito puede
los lobos, seguirían otras maximas ? De- trario al revolver de una esquina, y dar- cho. ¿Se lia olvidado V. de que debe el haber en arrostrar la muerte por come-
cida V. por el caso en que se halla, si le por detras de puñaladas. En estos ciudadano su vida á la patria, y que no ter un delito.
abulto su estravagancia. ¿ De qué se tra- paises se llama esto ser guapo, y no tiene derecho para disponer de ella sin
ta ? de nn mentís que le han dicho en un consiste el honor en hacer porque nos permiso de las leyes, y mucho menos Cuando fuera cierto que se hace des-
caso en que verdaderamente mentia V . , mate nuestro enemigo, sino en matarle contra su mandato? Amigo mió, si preciable quien á un desafio se niega,
y piensa matar la verdad con el que á él. ama V. de veras la virtud, aprenda a ¿ cual es mas temible desprecio, el age-
quiere castigar por haberla dicho? ha practicarla como ella manda, y no co- no por obrar bien, ó por obrar mal el
considerado que sujetándose á la suerte mo disponen los hombres. Dov que se suyo propio? Créame V., el que á sí pro-
Lejos de V. el confundir el honor con originen de esto algunos inconvenientes, pio de veras se estima siente poco el in-
de un duelo llama V. al cielo por testigo
la preocupación feroz que todas las vir- será para V. la voz virtud nn nombre justo desprecio ageno, y solo ser acre-
de una cosa falsa, y que se atreve á
tudes en la punta de su espada las cifra, vano ? y solo ha de ser virtuoso cuando edor á él teme; porque lo bueno y lo
decir al Arbitro de los combates : ven á
y solo es buena para formar denodados nada le cueste serlo? honrado no penden del juicio humano,
sustentar la causa injusta, y haz que
perversos. Pueda ser, si quieren, este es- sino de la naturaleza de las cosas, y aun
triunfe la mentira? no 1c asusta seme-
tilo suplemento de la probidad; donde cuando aprobase toda la tierra la acción
jante blasfemia, ni le repugna tamaño ¿ Y cuales son en la realidad esos in-
reina esta es el suplemento superfluo. que va V. a ejecutar, no por eso menos
disparate ? Oh D i o s ! ; que miserable ho- convenientes ? Murmuraciones de perso-
¿ Que se ha de pensar de quien se es- torpe seria. Pero es falso que quien por
nor el que el denuesto y no el vicio te- nas ociosas, de perversos que divertirse
pone á la muerte por eximirse de ser virtud de ella se abstenga se haga des-
me, y no consiente que se aguante de con las desgracias agenas procuran, y
hombre de bien?.... ¿No ve V. que los preciar. Pronto siempre á servir la pa-
otro un mentís, mientras nos está des- que desearían, tener siempre alguna his-
delitos que no estorban la deshonra j tria, á amparar al desvalido, á cumplir
mintiendo nuestro propio corazon! torieta nueva que contar. Cierto que es
el honor los encubre y multiplica el con las mas peligrosas obligaciones, y á
pnntillo falso y el temor del que di- fundado motivo para matarse. Si en los
mas importantes asuntos de la vida se ar- defender á precio de su sangre en todo
rán? Este es quien hace hipócritas j caso honrado y justo lo que ama, cam-
V. que quiere que se aproveche cada regla el filosofo y el sabio por las locas
embusteros á los hombres, quien los pea cu todas sus acciones aquella in-
uno de sus lecturas, aprovéchese de las hablillas de la muchedumbre, ¿ que sir-
induce á que viertan la sangre de un contrastable firmeza, compañera del ver-
suyas; y diga si hubo un solo desafio en ve ese aparato de estudios para ser en
amigo por una palabra imprudente que dadero valor. Serena su conciencia , lle-
la tierra cuando de héroes estaba cubier- la realidad un hombre ordinario ? No se
deberían olvidar, ó por una reprensión va erguida la frente, ni busca á su ene-
ta. ¿ Pensaron nunca los hombres mas atreve V. á sacrificar á su obligación, á
merecida que no pueden aguantar; este migo, ni huye de é l , y fácilmente se ve
valientes de la antigüedad en vengar en la estimación, á la amistad, su resenti-
quien á una litnida y engañada niña que menos que obrar mal teme morir,
singular combate sus injurias personales? miento por miedo de que le achaquen
convierte en infernal furia; este, oh y que no le asusta el riesgo sino el de-
envió César un cartel á Catón, ó Pom- que teme la muerte ? Pese V. bien las
poderoso Dios, quien puede armar la lito. Si se amotinan momentáneamente
peyo á César por tantos baldones recí- cosas, dulce amigo, y bailará mas co-
diestra de una madre contra el tierno contra él las viles preocupaciones, son
procos? se creyó deshonrado el mayor bardia en el miedo de esta imputación
todos los dias de su vida honrosos testi- ra del caso no se haga de él un vano bre de bien: y me parece que he de- tigo de la humanidad el perderla al fin
gos que las recusan; y en tan consiguien- alarde, como por temor de que falte mostrado á V. que un hombre de valor totalmente. Qué son en este estado? Res-
te conducía se juzga de una acción por cuando sea necesario. Alguno hav que desdeña el duelo, y que le detesta un póndeme, quieres láser parecido á ellos?
el contesto de todas las demás. se esfuerza una vez, para adquirir de- hombre de bien. N o , no eres tú capaz de tan odioso em-
¿Sabe V. lo que para un sugeto co- recho á esconderse lo demás de su vida. En tan grave materia, amigo mió, he brutecimiento; pero tiembla de dar el
mún hace tan penosa esta modcracion? Menos solicito y mas constautc e s el ver- creido que solo a la razón debia invo- primer paso, que á el puede conducirte;
La diliculiad de sustentarla con digni- dadero valor: siempre es lo que debe car, y presentar las cosas como ellas todavía está inocente y sana tu alma; no
dad, y ia necesidad de no cometer lue- ser; no es necesario contenerle ni inci- son. Si las hubiera querido pintar como empieces, á riesgo de tu vida, á depra-
go acción ninguna que merezca critica; tarle; siempre le lleva consigo el hom- á mi se me figuran, y atestiguar mis varla con un esfuerzo sin virtud, un de-
porque si en otra ocasion no le contiene bre de bien á la batalla contra el ene- afectos y la humanidad, otro estilo muy lito sin gusto, y un puntillo sin razón.
el temor de obrar mal, ¿ porque le ba- migo ; á una concurrencia en defensa de distinto hubiera tomado. V. sabe que Nada te he dicho de tu Julia, porque
bia de contener en otra en que se pue- los ausentes y la verdad; á su cama con- siendo mozo mi padre tuvo la desdicha vale mas que te lo diga tu corazón, lina
de suponer motivo mas natural?Bien se tra los embates del dolor y la muerte. de matar á un homhre en un desafio; palabra, una sola palabra, y consulta
ve entonces que no provino su modera- En todos tiempos tiene uso la fuerza de este era amigo suyo; riñeron contra su con él luego. Algunas veces con el tier-
ción de virtud, sino de cobardia; y con animo que le inspira, hace la virtud su- voluntad, obligado por un loco puntillo no nombre de esposa me has honrado ;
razón hacemos burla de un cscrupulo perior á los acontecimientos, y 110 con- de honra. El mortal golpe que al uno acaso ahora añadir pudieras el de ma-
que viene solo con el peligro. ¿ No ha siste en desafiarse, sino en no tener te- privó de la vida quitó por siempre al dre. ¿Quieres que quede viuda, antes
notado V. que las personas pclilleras y mor de nada. De esta especie e s , ami- otro el sosiego. Nunca desde entonces que nos una un vinculo sagrado ?
provocativas son por lo común picaros go mió, el valor que yo tantas veces he ba podido salir el fatal remordimiento
que, temiendo que les dejen ver á las elogiado , y que me alegro de bailar en de su triste corazou: cuando está solo le P. D. En esta carta me valgo de una
claras el desprecio que de ellos hacen, V.; lo demases atolondramiento, desa- oímos sollozar y llorar, cree á cada autoridad, á que nunca hombre de juicio
se esfuerzan a cubrir cou algunos lances tino y fiereza; es cobardia sujetarse á instante que siente el acero que empu- se ha resistido. Si V. se niega á rendirse
de honor la infamia de su vida cutera? él, y no menos desprecio a quien corre jado por su despiadada mano en el co- á e l l a , nada tengo que decirle; pero
quiere V. imitar á semejantes hombres? en busca de nn peligro inútil que á razon de su amigo se introduce; en las piénselo bien antes, tómese ocho dias
Dejemos aparte á los militares de profe- quien de un peligro que debiera arros- tinieblas de la noche ve su ensangrenta- de tiempo para reflexionar sobre tan im-
sión, que á precio de oro venden su san- trar huye. do y macilento cadaver, temblando, la portante materia. Este plazo no le pido
g r e , y queriendo conservar su gradua- llaga mortal contempla , quisiera detener en nombre de la razón, que le exijo en
ción , evalúan por su interés lo que á su He hecho ver á V., sino me engaño; la sangre que corre; le sobrecoge el sus- el mió. Acuerdese V. de que en este caso
honor deben, y peseta mas ó menos, sa- que en su contienda con milord Eduar- to; da gritos v no cesa de perseguirle hago uso del derecho que V. propio me
ben cuanto vale su vida. Deje V., ami- do no se interesa su honor; que recur- el horroroso espectro. Cinco años hace ha dado, y que á lo menos llega hasta
go mió , que todos esos se desafien. No riendo á las armas compromete el mió; que ha perdido el precioso heredero de este punto.
bay cosa menos honrosa que ese honor que no es el desafio j u s t o , ni racional, su nombre y la esperanza de su linaje,
que tanto cacarean, y que solo es una ni licito; que no puede avenirse con y se acusa de su muerte como de un CARTA LV11I.
moda desatinada , una engañosa imita- las ideas que V. profesa; que solo con- castigo del ciclo, que en su único hijo
ción de virtud que con los mas horren- viene á picaros, en quienes suple la va- ba vengado al desventurado padre, á DE JULIA A MILORD EDUARDO.
dos delitos se asea. El honor de un lentía por las virtudes que no tienen; 6 quien privó él del suyo. No escribo, Milord , para quejarme
hombre como V. no está en manos de á los oficiales que no por honor sino
de V., puesto que me agravia, sin duda
otro, que está en sí propio, no en la por interés se dcsafiau; que mas verda-
Le confieso á V. que unido todo esto le he dado motivos que ignoro, porque,
Opinión popular, y no se defiende con dero valor es rehusarle que admitirle;
con mí natural aversión á la crueldad , ¿ como he de creer que un hombre de
espada y rodela, sino con una irrepren- que los inconvenientes á que se espone
tal horror á los duelos me inspira, que bien fuera sin motivo á deshonrar á una
sible integridad de vida; lid que no me- quien á él se rehusa son imprescindibles
contemplo en ellos el postrer grado de familia estimable? Asi, satisfaga V. su
nos animo que la otra requiere. de la práctica de las verdaderas obliga-
inhumanidad á que puedan llegar los venganza, si cree que es legitima, esta
ciones, y mas que reales aparentes; por
hombres. El que va sin alterarse su co- carta le proporciona á V, un medio fácil
fin que las personas mas dispuestas á re-
Por estos principios ha de conciliar razón á un desafio me parece una fiera de perder á una niña desventurada, que
currir á él son siempre aquellas cuya
V. los elogios que siempre he hecho del que se esfuerza á despedazar á otra; y si nunca se consolará de haberle ofendido,
probidad es mas sospechosa. De todo lo
verdadero valor con el profundo des- queda el mas leve vestigio de human&s y que pone á su discreción el honor que
dicho infiero que no puede V. en este
precio á los valentones. Aprecio á los afectos en su alma, menos digno de com- le quiere quitar. S í , Milord; justas eran
caso provocar ni aceptar un duelo sin
valientes, y no puedo llevar en pacien- pasión que el vencido me parece el que las imputaciones de V.; tengo un amante
renunciar al mismo tiempo de la razón,
cia á un cobarde, reñiría con un aman- sobrevive. Contemple V. á esos hombres que adoro, que es dueño de mi corazon
del honor, de la virtud v de mí. Tuer-
te medroso que el miedo arredrara del acostumbrados á derramar sangre; si ar- y mi persona, y sola la muerte podrá
za V. mis razones como quiera, amon-
riesgo; y como todas las mugeres pienso rostran sus remordimientos es porque so- romper tan suave nudo. Este amante es
tone sofismas; siempre será cierto que
que anima el fuego del valor al del focan el grito de la naturaleza; insensi- el mismo que V. con su amistad honra-
un hombre de valor no es cobarde, y
amor. Pero quiero que se manifieste blemente se tornan duros v crueles; ba , y que es acreedor á ella, puesto
que no puede no tener honor un hora-
aquel cu ocasiones legitimas, y que fuc- se burlan de la vida agenp, y es el cas- que quiere á V, y es virtuoso; no obs-
tenido de tu carta, me ocupaba sin cesar che á los cuatro, y nos quedamos los dos
tánte va á morir á sos manos ; que bien po; la ha vuelto á leer segunda vez con
en leerla y reflexionar acerca de ella, solos.
sé que el honor agraviado pide sangre; mayor agitación todavia,y al rabo de
no para mudar de opinion , sino para Apenas lo estuvimos, cuando se vino
bien sé que le perderá su valor; bien sé un rato me ba dicho: «Ya sabe V., caba-
justificar la mia. para mí, y me abrazó eon la mayor amis-
que en un combate para V. tan poco llero , que tienen los lances de honor
reglas de que no es posible prescindir ; Esta mañana tenia otra vez en la ma- tad y terneza : cogiéndome luego de la
temible irá denodado su intrépido cora-
bien ha visto V. lo que en este ha sucedi- no esta carta, que en demasia juiciosa y mano y sentándome á su lado, me dijo:
zón á recibir el golpe mortal. Yo he queri- bien raciocinada ine parecía, y de nuevo Venturoso mortal! disfrute V. de una fe-
do contener un celo tan mal considerado, do ; y asi se ha de evacuar según regla.
Traiga V. consigo á dos amigos , y tó- la leía inquieto, cuando oí llamar à la licidad que merece; suvo es el corazou
y he invocado la razón. Ay! cuando es- puerta de mi cuarto. Al instante veo en- de Julia , ojalá que ambos!... ¿ Que di-
mese el trabajo de volver con ellos ma-
cribía mi carta bien sabia que era inú- trar à milord Eduardo sin espada , es- ce V . , Milord ? le interrumpí, ¿ha per-
ñana por la mañana, y entonces sabrá
til ; y por grande que sea el respeto que tribando en su bastón, y à tres sugetos dido el juicio ? N o , me dijo sonriendose;
mi determinación.» l.e repliqué que ha-
ásus virtudes tengo, no esperó que tan biendo sido entre nosotros solos el lan- que le acompañaban , uno de los cuales pero poco me ha faltado para perderle;
sublimes sean que puedan mas que un ce^ valdría mas que se terminara sin era el señor de Orbe. Estragando tan no y asi hubiera acaso sucedido si la que de
falso puntillo. Disfrute V. de antema- otros testigos. «Yo sé muy bien lo qne esperada visita, aguardaba silencioso en mi razón me privaba no me la hubiera
no del gusto que tendrá en traspasar el me hago, me respondió algo alterado, que pararía, cuando me rogó Eduardo restituido. Entregóme entonces una carta
pecho de su amigo; pero sepa, hombre traiga V. á sus amigos: nada mas tengo que le otorgara un instante de audiencia, que estrañé ver escrita de una mano que
despiadado, que no tendrá el de gozar- que decirle. » Entonces me salí, revol- y que le dejara hablar y obrar sin inter- nunca á otro hombre que á mí habia es-
se con mis llantos y contemplar mi d e - viendo en balde en mi cabeza que es- rumpirle. Se lo prometí así sin dificultad. crito (1). ¡ Que agitaciones escító en mí
sesperación. No ; lo juro por el amor travagante idea puede ser la suya. Sea lo Apenas lo hube dicho, cuando con la su lectura! Veía á una incomparable
que en lo interior de mi eorazon suspi- que fuere, tendré la honra de verme con admiración que tú te puedes figurar vi amante , que por salvarme quería per-
ra; sea V. testigo de un juramento que V. esta tarde, y ejecutaré mañana lo que à milord Eduardo arrodillado á mis plan- derse , y reconocía á Julia : pero cuando
me mandare. Si á V. le parece que vaya tas. Estrañando tan rara situación quise llegué al pasaje donde jura que no s o -
no será en v a n o ; no sobreviviré ni un
a la cita con mi comitiva, la escogeré al punto alzarle del suelo ; pero habién- brevívirá al mas dichoso de los hombres,
dia á aquel por quien aliento, y tendrá
tal que sean personas de quienes á to- dome acordado mí palabra me habló eu me estremecieron los riesgos que habia
V. la gloria de sumir de un golpe en estos términos : « Vengo , caballero . à corrido, sentí el verme tan amado, y
la tumba á dos malhadados amantes, que do evento pueda fiarme.
retractarme en alta voz de las razones in- me hizo aprender mi terror que eras mor-
no le dieron motivo voluntario ninguno juriosas que me hizo la embriaguez decir tal. Ah ! tórname el valor que me qui-
de queja, y que en honrarle se compla- á presencia de V. ; la estravagancia de tas ; le tengo para arrostrar la muerte
cían. CARTA LX. ellas es tal, que mas que à V. à mí me que á mí solo amenaza, pero no para
D i c e n , Milord, que tiene V. hidalga A JULIA. ofenden, y me debo à mí propio el de- morir todo entero. *
d alma y sensible el eorazon ; si dejan saprobarlas autenticamente. Me sujeto á
ambos que en paz se goce con una ven- SOSIEGA tus temores, tierna y amada cualquiera castigo que quiera V. impo-
Julia, lee la narración de lo que acaba nerme , v no creeré restablecido mi ho- En tanto que estaba entregada mi al-
ganza que no puedo yo comprender, y
con la satisfacción de causar desdichas, de suceder, y alberga en tu eorazon y nor hasta que haya satisfecho mi culpa ma á estas amargas reflexiones, me habla
participa de los afectos que el mió agi- Otorgneme V. el perdón que solicito al Eduardo de cosas , en que al principio
¡ojalá que cuando liara yo cesado de vi-
vir le inspiren á V que cuide de; un pa-
tan. precio que quisiere y restituyame su amis- puse muy poca atención ; pero que él á
dre y una madre desventurados, que en- Tan lleno estaba de enojó cuando re- tad ». Milord , le dije, ahora reconozco )oder de hablarme de tí escitó, porque
tregará en manos de un desconsuelo per- cibí tu carta , que apenas pude leerla el generoso y elevado pecho de V . , y sé o que me decía era grato á mi eorazon
durable la perdida de la única bija que con la atención que se merecia. Aunque distinguir eu V. las palabras que dicta y no escitaba mis zelos. Parecióme que
no podía refutarla, podia mas conmigo su eorazon de las que cuando no está estaba lleno de sentimiento por haber
les quedaba!
mi ciega cólera. Razón puedes tener en sí dice : olvidémoslas para siempre. turbado nuestra llama y tu sosiego. Lo
CARTA LIX. decia dentro de m í , pero no me hables Al instante así de é l , le levanté , y le que mas en el mundo honra eres tú , y
nunca de que permita yo que alguien te cogí en mis brazos. Volviéndose luego á uo atreviéndose á disculparse eu perso-
DEL SEKOR DE ORBE A JULIA. insulte. Aunque te hubiera de perder y los espectadores les dijo: «Señores, doy na me ha suplicado que admita en tu
DOY á V . , señorita, cumpbendo sus morir culpado, nunca sufriré que te falte á Vds. las gracias por su condescenden- nombre sus disculpas, y que te dé sa-
órdenes sin dilación ninguna, cuenta de nadie al respeto que te es debido; y cia : sugetos tan valientes como Vds., tisfacción en el s u y o : miro á V. , me
la comision que me ha liado. Vengo de hasta que pierda el último aliento te hon- añadió animado y con un tono altivo. dijo , como á representante s u y o , v
casa de milord Eduardo, que he encon- raré todo cuanto a tí se acerque , como conocerán que quien asi repara sus agra- nunca me humillaré lo bastante en pre-
trado todavía muy incomodado con el te honra mi eorazon. No obstante no di- dos de nadie sabe aguantarlos. Pueden sencia de quien ella quiere, no podiendo
desguinee de una pierna, y que no po- ficulté acerca de los ocho dias que esi- v
ds. publicar lo que han visto». Des- sin comprometerla dirigirme á ella ni
día andar sin el apoyo de una muleta. gías; el acaso acontecido á milord Eduar- pues nos convidó à cenar para esta uo- siquiera nombrarla. Confiesa que se ha-*
do v mi veto de obediencia conspiraban bia inflamado de los afectos de que no
Le he entregado su carta de V. que lia puede quedar inmune quien con mucha
abierto con suma agitación; uie ha pa- de consuno á hacer necesario este plazo.
recido muy perturbado al leerla; se ha Resuelto, conforme á tus órdenes á gas-
qnedado muy distraído un poco de tiem- tar este tiempo en meditar sobre el con- (t) Sin duda que no habla de su padre.
atención te mira ; pero mas era tierna que no pedirá mas el cielo. Finalmente' en los cuidados que requiere la incertí- que cumplir contigo las mas tristes obli-
admiración que amor ; nunca los sUyos, veo que con este honrado inglés la aspe- dumbre de tu actual estado. ¡ Oh si en gaciones de la amistad ? tendré que afli-
le han inspirado esperanzas ni pretensio- reza filosófica y racional no altera la na- breve triplicar mi existencia pudieras! gir con crueles consejos á tu corazon en
nes , y los ha sacrificado todos á los tural humanidad , y que verdaderamen- si en breve una idolatrada prenda!.... la amargura del mió ? Ay! bien sabes tú
nuestros desde el instante que los ha sa- te se interesa en nuestro penar. Si pu- ¿Esperanzas ya otra vez frustradas me que son comunes de los dos todos nues-
bido : las razones que acerca de ti dijo dieran sernos útiles riquezas y crédito engañareis de nuevo? ¡O temores, ó de- tros afectos, y que no puedo partici-
fueron efecto del punch; y no de zelos. fio que pudiéramos contar con él. Mas, seos, ó inccrtidumbrc! Dulce amiga de parte nuevas penas sin haberlas yo sen-
Habla del amor como un filósofo que ay ! ¿ que valen poder y dinero para ha- mi corazon, vivamos para amarnos, y tido. ¡ A h ! si pudiera yo esconderte tu
mira su alma como superior á las pasio- cer felices á los corazones ? cúmplase en lo demás la voluntad del desdicha sin aumentarla, ó si tuviera la
nes; pero ó mucho me engaño , ó ha Cielo. tierna amistad tanto atractivo como el
Esta conversación, durante la cual se
sentido ya alguna que no permite que nos iba sin sentir el tiempo, nos trajo P. D. Se me olvidaba decirte que amor! ah ! que presto borrara yo todos
ninguna otra cosa eche en él hondas rai- hasta la hora de comer. Mandé servir me lia entregado Milord tu carta, y que los sentimientos que te causo!
ces. Piensa que es un esfuerzo de la ra- un pollo, y seguimos razonando después no he puesto dificultad en admitirla,
zón que haya quedado exhausto el cora- Ayer después del concierto, habiendo
de la comida. Me habló de Su conducta persuadido á que no debe quedar seme- tomado tu madre del brazo á tu amigo
zon; porque yo sé que amar á Julia y de esta mañana, y no pude menos de jante deposito eu manos de tercero. Te y tú al señor de Orbe, se quedaron
renunciarla no es "virtud humana. estrañar un paso tan auténtico y tan la volveré la primera vez que nos vea- nuestros padres hablando de política con
Ha deseado saber circunstanciada- fuera de toda medida; pero ademas del mos, que por lo que á mi hace no la Milord, materia que me enfada tanto,
mente ha historia de nuestros amores, y motivo que ya me había alegado, me necesito, y está tan bien grabada en lo que me cebó el fastidio del cuarto. Me-
los estorbos que contra la felicidad de tu añadió que 110 era digno de un hombre interior de mi corazon, que no será me- dia hora despues oí nombrar con bas-
amigo militan ; y yo he creído que des- de valor, dar una satisfacción á medias, nester volverla á leer en mi vida. tante vehemencia varias veces á tu ami-
pués de tu carta era aventurada y fuera que habia de ser completa ó ninguna go , ennocí que habia mudado de asunto
de razón una semi-confianza, y me ha para no envilecerse sin remediar nada; CARTA LXI. la conversación y apliqué el oído. Por
escuchado con una atención que mani- y no hacer que atribuyeran á miedo una la serie de razones, colegí que se bahía
DE JULIA.
acción equivoca, y hecha como á despe-
festaba su sinceridad. TRAEME mañana á milord Eduardo, atrevido Eduardo á proponer tu casa-
cho y contra voluntád. Fuera de qoe
Mas de una vez he visto humedecerse que me postre yo á sus plantas, como miento con tu amigo, que en alta voz
tengo hecha, añadió, ÍBÍ reputación, y
sus ojos y enternecerse su corazon : es- él se ba arrodillado á las tuyas. Que apellidaba el s u y o , y á quien ofrecia en
puedo ser justo sin que sospeche nadie
pecialmente notaba la eficaz impresión magnanimidad! que nobleza! oh ! que calidad de tal darle suficiente caudal.
que soy cobarde; pero V. que es mo-
que en su alma hacian todos los triun- mezquinos respecto de él somos! Con- Habia tu padre desechado con desprecio
zo y empieza su carrera , lia de salir
fos*de la virtud, y creo que se ha gran- serva á tan precioso amigo, como á las la propuesta; y acerca de esto se em-
tan ocasionado de su lance primero, que
geado Claudio Anet otro protector no niñas de tus ojos. Si fuera mas sobrio pezaba á calentar la conversación, áe-
á nadie le quede tentación de suscitarle
menos celoso que tu padre. En lo que acaso valdría menos; hay hombre sin pa V-, decia Milord, no obstante todas
otro. A cada paso se encuentran picaros sus preocupaciones que entre todos los
me ha contado V . , me d i j o , lio hay in- defecto que tenga sublimes virtudes?
medrosos, que quieren, como ellos di- hombres es quien mas la merece, v acaso
cidentes ni aventuras , v mucho meóos cen , probar a u n hombre, esto es, to- Estaba abatida con zozobras de mil el mas capaz de hacerla feliz. Cuantos
me interesarían las catástrofes de una par con otro que tenga mas miedo que especies, y ha venido tu carta á dar vida dones 110 penden de los hombres los ha
novela ; ¡ tanto suplen los afectos por las ellos, y á costa de quien puedan ha- nueva á mi valor -. con ella se han des- debido á la naturaleza, y ha añadido
situaciones, y los actos de honradez por cerse valer. Quiero ahorrar á un hom- vanecido mis sustos y son mis quebran- cuanto la aplicación puede grangear.
las brillantes acciones! Vuestras dos al- bre como V. la necesidad de castigar tos mas sufribles, y ahora me siento Es mozo, alto, bien formado ,.. fuerte,
mas son tan estraordinarias, que no es sin gloria á uno de estos pillos, y vale con bastantes fuerzas para sufrir. Tú vi- hábil; tiene buena crianza, buen juicio,
posible apreciarlas por las reglas comu- mas, si necesitan una lección, que de ves, me quieres, no se ha vertido tu san- buenas costumbres, valor, sana el alma
nes. Para vosotros no está la felicidad mí y no de V. la reciban; porque un gre ni la sangre de tu amigo, y ha que- y cultivado el entendimiento: que le
en el mismo c a m i n o , ni es de la misma lance mas nada hace á quien ya le han dado tu honor bien puesto : no soy aun falta para merecer la aprobación de V ?
especie que para los demás humanos, sucedido muchos; pero uno siempre es totalmente desventurada. riquezas? él las tendrá. Con el tercio de
que solo anelan al poder y á la agena una especie de luuar, y al amante de
opinion ; vosotros solo amor y pw. nece- No faltes á la cita de mañana. Nunca mi hacienda basta para que sea el mas
Julia ninguno debe afearle. opulento particular del país de Vaud ; y
sitáis. Con vuestro amor va unida una te tenido tanta necesidad de verte, ni
emulación de virtud que os realza, y tan poca esperanza d e verte mucho le daré, si es necesario , hasta la mitad.
valierais menos uno y otro si no os hu- Este es en compendio mi larga con- tiempo. A D i o s , querido único y amigo Nobleza ? vana prerogativa en un país
bierais amado. Se acabará el amor , se versación cou milord Eduardo. He pen- niio. Me parece que no has dicho bien : donde mas perjudica que aprovecha.
atrevió á añadir ( perdonémosle una blas- sado que te debia dar cuenta de ella, 'ivamos para amarnos, debías decir: Aunque también , no lo dude V., la tie-
amemonos para vivir. ne: no escrita con tinta en pergaminos
femia en la ignorancia de su corazon para que me prescribas Jo que con él viejos, sino grabada en lo interior de su
pronunciada ) , se acabará el amor, dijo he de hacer. corazon en indelebles caracteres. En una
y os quedarán las virtudes. ¡Ah , Julia CARTA LX1I.
Ahora que debes estar sosegada, des- palabra, si prefiere V. la razón á la
mía , ojalá que tanto como él duren! tierra por tu vida las funestas ideas que D E CLARA A J U L I A . ÍO
te preocupan algunos dias hace; piensa ¿TENDRE siempre, amable prima.
no necesito con esto de indagar si es la terrumpiendo cuando venia el caso á
preocupación, y mas que á sus litulos han dado, y por mucho honor que en U
mas antigua; porque cuando de lo que uuo y otro cou moderadas razones, á am-
quiere á su hija, se la dará a mi amigo. guerra se haya V. grangeado, cien ple-
es se habla no se trata de lo que ha si- bos los contuvo en límites que proba-
Entonces tu padre respondió muy eno- >eyos la han grangeado mayor.
do. Verdad es que no somos esclavos blemente hubieran csccdido sí bubieseu
jado tratando de absurda y ridicula la ¿ Y de que se honra, continuó milord
sino amigos del principe, ni tiranos del estado solos. Después que se fueron
propuesta. ¿ Q u e , Milord , dijo, puede Eduardo, esa nobleza que tanto á V. en-
pueblo sino sus caudillos. Fiadores de me dijo en confianza lo que acababa de
un hombre de honor como V. siquiera vanece ? qué hace por la gloria de la pa-
la libertad , sustentáculos de la patria , suceder, y como vi á donde iba á parar,
pensar que la postrer rama de una ilus- tria ó el bien del linaje humano ? Mor-
y apoyos del trono, formamos uu equi- le repliqué autes que estando las cosas
tre familia vaya á estinguir ó empañar tal enemiga de las leyes v la libertad,
librio invencible entre el pueblo y el en ese estado no convenia que te viera
su nombre en el de un quídam sin casa que ha producido en los mas de los paí-
rey. Con la nación es nuestra obligación con tanta frecuencia aqui el sugeto, y
ni hogar reducido á vivir de limosna ?.. ses donde brilla, sino la fuerza de la
primera, y la seguuda cou el que la go- que ni aun convendría que volviese sino
Vamos despacio, interrumpió Eduardo , tiranía y la opresion de los pueblos ? en
bierna; y no consultamos su voluntad era porque lo tomaria á desaire el señor
que está V. hablando de mi amigo : mi- una república se atreve V. á vanaglo-
sino su derecho. Supremos ministros de de Orbe, cuyo amigo era; pero que yo
re V. que reputo por mios los agravios riarse de una condicion que de la escla-
las leyes eu la eamara de los pares, y le suplicaría que le trajera menos veces,
que delante de mí se le bacen, y que las vitud hace gala, y de ser hombre tiene
algunas veces legisladores, hacemos igual y lo mismo á milord Eduardo. Esto es,
calificaciones injuriosas para uu hombre vergüenza ? Lea VI los anales de su pa-
justicia al monarca que al pueblo, y no querida, lo mas que he podido hacer
de honor lo son todavía mas para el que tria ( i ) . ¿Que tanto de ella ha merecido?
consentimos que diga nadie: Dios y mi para no cerrarles enteramente la puerta.
las dice. Mas respetables son esos qui- que noble se cita entre los libertadores
dams que tollos los hidalguetcs de Euro- de la Suiza? eran uobles los Furst, los espada, sí solo: Dios y mi derecho.
Aun hay mas: la crisis en que estás
pa, y le reto á V. á que encuentre medio Tell y los Stouffacher? cual es esa desa- puesta me obliga á reiterarte mis ante-
Tal es, señor mío , esta respetable no-
ninguno mas honroso de enriquecerse tinada gloria que tanto V. encarece? La riores consejos. En la ciudad ha metido
bleza, tan antigua como cualquier otra,
que los tributos de la estimación y las de servir á on hombre y ser gravoso al todo el ruido que era de esperar el lance
pero mas de su mérito que de sus ascen-
dadivas de la amistad. Si el yerno que estado. de milord Eduardo con tu amigo, y auu-
dientes ufana, y de que babla V. siu co-
propongo no cita como V. una luenga que baya guardado secreto acerca del
nocerla. Yo no soy el postrero en la gc-
serie de abuelos, siempre inciertos, será Considera, querida, cuanto me des- motivo de la contienda el señor de Or-
rarquia de este ilustre orden; y con todo
cimiento y honor de su casa como el esperaba vo viendo que este hombre de be , hay tantos indicios que le dan á co-
lo encopetado de V. creo que no le cedo
primer ascendiente de la de V. lo fué. bien con su impertinente aspereza per- nocer, que no puede quedar oculto. Sos-
en cosa ninguna. Tengo una hermana
¿ Hubiera V. tenido á deshonra la alianza judicaba á los intereses del amigo que pechan , conjeturan, te nombran; el di-
soltera que es niña amable y rica, y solo
del primero de la familia? no recaería servir quería. Efectivamente, enfurecido cho del Sereno no está de tal manera
en las prendas que V. nada aprecia in-
este desprecio en V. propio? ¡Cuantos tu padre con tan acerbas aunque gene- sofocado que uo haya quien de él se
ferior á Julia. Si quien ha conocido los
nombres grandes los sepultaría de nuevo rales invectivas, empezó á repelerlas con acuerde, y ya sabes que á los ojos del
dotes de su hija de V. pudiera poner en
el olvido si no se tuvieran por ilustres personalidades; y dijo claramente á mi- público raya la verdad presumida con la
otras partes sus ojos y su corazón, ¡ por
otros que los que de un hombre estima- lord Eduardo que nunca sugeto de so evidencia. Cuanto puedo decirte es que
cuan honrado me tendría yo admitiendo
ble tuvieron principio! Juzguemos del clase habia proferido las espresiones qne generalmente aprueban tu elección, y
sin caudal ninguno por mí cuñado al que
tiempo pasado por el presente: por dos él habia articulado: no litigue V. en bal- que verían con gusto la unión de tan
propongo á V. por yerno cou la mitad
ó tres ciudadanos que con honrosos me- de por causa agena, añadió en tono liúda pareja; lo cual me confirma que
del mió!
dios se ilustran, mil picaros hacen cada muy colérico, que aunque tan gran se- se ha conducido bien tu amigo en este
dia nobles sus familias. ¿ Y que probará ñor , dudo mucho que pudiera defender Por la réplica de tu padre vi que no pais, y que poco menos que á ti le quie-
esta nobleza con que sus descendientes la propia en la materia que se trata. Me hacia esta conversación otra cosa que ren. ¿ Mas que puede la voz pública cou
tanto se ufanan, sino los robos y la infa- pide V. á mi hija para su pretenso ami- erasperarle; y auuque penetrada de ad- tu inflexible padre? Sabrá ó ha sabido
mia de su ascendiente? Confieso que en- go sin saber si seria V. harto bueno para miración de la generosidad de milord ya estos rumores, y me hace temblar el
tre los plebeyos se hallan muchos pica- ella, y conozco lo suficiente la nobleza Eduardo, couocí que un hombre tan efecto que pueden producir si uo te das
r o s ; pero siempre se pueden apostar inglesa para formar por las razones deV. poco flexible solo para echar á perder priesa á precaverte de su enojo. Debes
veinte contra uno á que es un noble no muy alia idea de la suya. la ucgociaciou que habia emprendido ser- esperar de él una esplicacion terrible pa-
descendiente de un bribón. Dejemos via ; y asi entré apriesa eu el cuarto an- ra tí propia, y cosa aun peor acaso para
aparte, si V. quiere, su cuna, v pese- Pardiez, dijo Milord; piense V. de mi tes que fuera el asunto mas adelante. Con tu amigo: 110 porque yo crea que quiera
mos el mérito v los servicios. V. ha mi. como quisiere, yo sentiría mucho no te- mi presencia cesó la conversación, y de de su edad desafiar á un mozo que no
litado pagado por un principe estranje- ner otro abono de mi mérito que el de alli á un instante se separaron cou mu- reputa digno de su espada; pero su va-
r o ; v su padre sirvió sin paga la patria. un nombre incierto quinientos años ha- flía frialdad. Mi padre se portó con mu- limiento en el pueblo le daria, si quisie-
Si ha servido V. bien, buena paga le ce. Si conoce V.la nobleza de Inglaterra, cha prudencia en toda la contienda: pri- ra,.mil medios de hacerle mal juego, y
sabrá que es la mas instruida, la M3S mero asintió con interés á la propuesta, es temible que su furor le inspire este
prudente y la mas valiente de Europa; pero viendo que no queria acceder á mal pensamiento.
ella tu padre, y que se empezaba á en-
( t ) Aqui hay mucha inexactitud. Nunca el pais de Vaud ha sido parte cender la disputa, se puso, como era
natural, de p^rte de su cuñado, é in- De rodillas te lo suplico, dulce amiga
de la Suiza, que es conquista de los Bernenses, y no son sus moradores ciu-
mia, pieusa en los peligros que. te cer-
dadanos , ni libres, sino vasallos.
c a n , y que cada instante mas inminentes no das entrada á las buenas costumbres al objeto de mi cariño, que no fueron dos testigos del suceso, fué él mismo á
se hacen; en medio de todos hasta ahora y al talento ? Para hombres de buena poderosos todos mis esfuerzos á dejar traerme un vaso de agua, mientras que
te ha preservado uua inaudita dicha; [ion familia, respondió enojado , que puedan que prosiguiera sin interrumpirle. me lavaba mi madre la cara. Av! la po-
al misterio de tus amores, mientras que reparar el honor de una doncella si le .No s é , querida, qnien me dió tanta bre mama ya tan caida v tan enferma no
es aun tiempo, el sello de la prudencia, han ofendido. N o , dijo mi madre; sino osadía, ni como me hizo un instante de se sentirá poco de la escena, y no menos
y no abuses de los favores de la fortu- á hombres de bien que no le ofendan. desvario que de mi obligación y la mo- que yo necesitaba socorro.
n a , de miedo de que en tus desgracias Sábete, replicó mi padre, que ofende el destia me olvidara; pero si me atreví En la mesa no me habló mi padre,
envuelva a aquCl que las lia causado. honor de una casa quien tiene la osadía salir por un instante de mi respetuoso pero era silencio de vergüenza y no de
Créeme, ángel mió, lo por venir es in- de solicitar su alianza sin títulos para silencio, vas á ver que bien he sufrido enfado; afectaba que le gustaba cada pla-
cierto ; con el tiempo mil acontecimien- merecerla. Lejos de ver en eso ofensa, la pena. En nombre del cielo, le dije, to para tomar asa de decir á mi madre
tos pueden ofrecer remedios no espera- dijo ella, lo tengo yo al contrario, j digoese V. de sosegarse, nunca correré que me sirviera, y lo que mas me enter-
dos; pero por ahora ya te lo he dicho, señal de estimación. Ademas de que no yo riesgo con hombre que á tantas inju- neció el corazon fué couocer que bus-
y te lo repito con mas fuerza, haz que sé que el sugeto contra quien tan airado rias es acreedor. Al punto mi padre caba ocasiones para nombrar á su hija,
se parta tu amigo ó estás perdida. estás haya dado semejante paso. Sí, se- que creyó en estas palabras distinguir y no á Julia como de ordinario me llama.
ñora, que le ha dado, y mas hará si improperio, y cuvo furor solo un pre-
yo no lo remedio ; pero no dudes que texto aguardaba, se tiró á tu pobre ami- Despues de cenar estaba el tiempo tan
CARTA LX111. vigilaré en cuidados que tan mal desem- frió, que mandó mi madre encender lum-
ga , y por la vez primera de mi vida me
DE J U L I A A CLARA. peñas. Armóse entonces una peligrosa pegó una-bofetada, que no fué sola, y bre en su cuarto. Sentóse á un rincón de
altercación, por lo cual vi que no habías dejándose llevar de su colera con igual la chimenea y mi padre al otro, yo iba
QUERIDA mia, lodo cuanto habías llegado á oido de mis padres los rumores violencia que la que le habia costado, me á coger una silla para ponerme en me-
anunciado ha sucedido: ayer, una hora del pueblo, de que me has hablado; pero maltrató cruelmente, aunque se puso mi dio, cuando sin decirme palabra me agar-
despues de nuestro regreso, entró mi mientras que duró, hubiera querido ta madre de por medio, y cubriéndome con su ró padre de la ropa, y me sentó en sus
padre en el cuarto de mi madre echando indigna prima estar cien pies debajo de cuerpo recibió algunos de los golpes que rodillas: todo esto con tanta presteza, y
llamas por los ojos, inflamado el rostro: tierra. Contempla á la mejor y la mas en- en mí descargaba. Al retirarme para evi- por un movimiento tan involuntario que
en una palabra, en uu estado cual nun- gañada madre haciendo el elogio de nna tarlos di un tropezou y caí, fui á dar de como que se arrepintió pasado un instan-
ca le habia visto. Luego conocí que aca- hija delincuente, y alabándola, ayi de cara contra el pie de un bufete, y salió te. No obstante yo estaba encima de sus
baba de tcoer quimera ó queria armarla, todas las virtudes que ha perdido en los inucba sangre. rodillas, no podía volverse atras, y lo
y mi turbada conciencia me hacia tem- mas honrosos, ó por mejor decir, en los peor era que en esta incómoda postura
blar de antemano. mas afrentosos términos; figúrate á un Aqui se acabó el triunfo de la colera, habia que tenerme abrazada. Hacíase todo
con el mayor silencio, pero de tiempo en
Empezó diciendo mil denuestos, aun- padre irritado, buscando las espresiones y empezó el de la naturaleza. Movido con
que en términos generales , contra las mas ofensivas, y con todo su furor no mi caída, con mí sangre, con mis lagri- tiempo sentia que me estrechaba entre sus
madres de familias que imprudentemente vierte uua siquiera que denote la menor mas y las de mi madre, me levantó in- brazos exhalando uu sollozo mal sofoca-
llevan á sus casas á mozos sin estado y duda acerca de la virtud de aquella que quieto y asustado; y habiéndome sentado do. No sé que mala vergüenza impedia
de baja estraccion, cuyo tralo , solo des- despedazan los remordimientos, y que en una silla, examinaron ambos con mu- á sus paternales brazos el apretar lazos
honor y vergíieuza á los que les dan confunde cu su presencia la vergüenza. cho cuidado si me habia herido. Solo tan dulces. Cierta gravedad que no se
oidos acarrea. Viendo luego que no bas- ¡ Oh, que increíble tormcnlo de una con- habia una ligera contusiou en la frente, atrevia á abandonar y cierta confusion
taba con esto para sacar respuesta de ciencia envilecida, que acusa de delitos J la sangre salia de la nariz. No obstante que no (»taba osado de vencer, causaban
una muger intimidada, sin contempla- que la ira y la iudigoaciou ni sospechar por la mudanza de gesto y tono de mi pa entre un padre y su hija este suave te-
ción ninguna citó en ejemplo lo que en pueden! que insufrible y pesada carga dre ví que estaba pesaroso de lo que ha- mor que inspiran el pudor y el amor á
nuestra casa habia sucedido desde que la de uu falso loor, y una estimación bía hecho. No vino á acariciarme, por- dos amantes, mientras que loca de gozo
habian metido en ella á un aspirante de que en secreto repugna al corazon! De que no permitía la dignidad paternal tan contemplaba tan didee espectáculo una
filosofía y un compositor de frioleras, tal modo oprimida me sentia, que para repentina mudanza; pero vino a dar á mi madre tierna. T o d o , esto, ángel mió,
mas capaz de corromper á una mucha- librarme de tan crudo suplicio iba á con- madre tiernas disculpas, y por las mira- lo veía y lo sentia y o , y no pudiendo
cha de juicio, que de darle instrucción fesarlo todo, si me hubiera dejado tiem- das que á hurtadillas en mí clavaba, bien resistir mas tiempo á la ternura que en
nioguua de provecho. Mi madre, que po mi padre; pero el ímpetu de la ira
11
que la mitad de lo que le decia se di- mi corazon rebosaba, fingí que me caía
vió que nada ganaba con su silencio, le le hacia repetir cien veces una misma ngia á mí. N o , querida, no hay confu- y eché para sostenerme un brazo al cue-
paró á la palabra de corrupción, y le cosa, y mudar de asunto á cada instante. siou mas afectuosa que la de un padre llo de mi padre, arrimé mi rostro á su
preguntó que habia visto cu la conducta Notó que tenia agachado el semblante, tierno que cree haberse propasado en sus rostro venerable, y en un instante le cu-
ó la reputación del hombre de bien de y que estaba desalentada y afrentada, in- enojos. Conoce el corazon de un padre brí de besos y le inundé con mis lagri-
quien hablaba, que semejantes sospechas dicio de mis remordimientos ; v si no que su destino es perdonar, v no necesitar mas, y por las que de sus ojos caían vi
que se habia aliviado de un terrible peso:
pudiera autorizar. No he creído, añadió, coligió de aqui mi verro, infirió mi amor, perdón.
mi madre vino á participar de nuestras
que fuerau el mérito v el talento moti- y para mas avergonzarme agravió en tér-
caricias. Serena y dulce inoccucia, tu
vos para no ser admitido en la sociedad. minos tan odiosos y de tanto vilipendio Era hora de cenar, v se difirió la cena
sola faltabas á mi corazon para que fuera
¿Para quien estará abierta tu casa, si para dar tugar á que me sosegara; y no
queriendo mi padre que fueran los cria-
csla escena de la naturaleza el instante otra distinta; me parece que vuelvo con sigue renuncie. Dile que del desalieuto mas viva; V. me hace sentir algún amor,
mas delicioso de mi vida. mas sentimiento los ojos atras el tiempo y la desesperación se defienda. No te pero mas sosegado; y aunque todo esto
Esta mañana con la fatiga, y sentida de feliz que sosegada y satisfecha en el seno pares en pedirle en mi nombre amor y pudiera parecer harto equivalente para
la caida me be quedado eu la cama basta de-mi familia vivía, y que se aumenta el fidelidad, ni menos en pronunciárselos turbar la tranquilidad de un zeloso,
algo tarde; mi padre ha entrado en mi sentimiento de mi yerro con el de los de la mia; ¿ no estamos seguros de ello pienso que no se alterará la suya.
cuarto antes que me levantara, se ha bienes que por él be perdido. Díme, cru- en lo interior de nuestros corazones ? ¡Que lejos están las pobres criaturas
seutado cu la cabecera de la cama a in- da , dimclo, si te atreves, ¿ se acabó ya no tenemos la intima conciencia de qne de la serena paz que disfrutamos! y
formarse cariñosamente de mi salud, ha el tiempo del amor, y no hemos de vol- son nuestras almas indivisibles, ó mas que mal parece nuestra satisfacción cuan-
cogido una mano mía entre las suyas, se ver á vernos ? a h , conoces lo tenebroso, bien de que una sola á entrambos nos do están desesperados nuestros amigos!
ha bajado hasta besarla repetidas veces, lo horrible de tan fatal ¡dea ? Empero es rige? Dile solo que esperas y que se fie Se acabó; preciso es que se separeu ;
llamándome su querida hija, y manifes- terminante la orden de mi padre, y cier- del amor si nos persigue la fortuna; por- llegó para ellos el momento de una eter-
tándome cuanto habia sentido su en- to el peligro de mi amante. ¿Sabes lo que veo, prima, que amor de un modo na ausencia; y la tristeza que el día de
fado! yo le dije, y así lo pienso, que que en mí resulta de tantos movimientos ó de otro sanará los males que nos cau- la academia les echabamos en cara acaso
sería mucha dicha para mi el que me pe- opuestos, que mutuamente se destruyen? sa, y que cual fuere la determinación del era anuncio de que se veian por la vez
gara todos los días á ese precio, y que lina especie de estolidez que hace casi cielo , no viviremos separados mucho postrera. No obsUnte, su amigo de V. na-
uuo solo de sus halagos borra en mi c o - insensible mi alma, ni el uso de las pa- tiempo. da sabe de su desventura; sereno su c o -
razon el mas duro trato. siones ni de la razón me permite. El ins- razon disfruU todavía la felicidad , y
tante es crítico, tú me lo has dicho, j P. D. EscriU esU he pasado al cuar-
to de mi madre, y me he encontrado como aquel que arrebata una repentina
Tomó luego mas severa espresion, y yo lo conozco, no obstante nunca menos
tan indispuesU, que me he visto precisa- muerte, piensa que ha de vivir malha-
hablándome del asunto de ayer me ma- capaz he sido de conducirme. Vciute ve-
da á meterme en la cama; conozco... me dado , y no ve que la muerte le va á so-
uifestó su resolución en mesuradas pero ces he intentado escribir á quien quiero,
temo... ah.' querida, me temo que tray- brecoger : ay! y de mi mano ha de reci-
termiuantes palabras. Ya sabes, me dijo, á cada renglón me da uu desmayo, y no
ga mi caida de ayer consecuencias mas bir el golpe terrible! Divina amisUd ,
para quien te destino; te lo he anun- puedo escribir dos seguidos. Sola tú me
fatales de las que yo me pensaba. Todo único ídolo de mi corazon, ven, aní-
ciado así que llegué, y nunca mudaré quedas, dulce amiga mia, dignate de es-
asi se ha concluido, y todas mis espe- mala con tu sagrada crueza Dame alien-
de determinación eu este punto. Por lo cribir, de pensar y de obrar por mi, en
ranzas me abandonan de consuno. to para ser inhumana, y servirte dig-
que al sugeto de quien me ba hablado tus manos encomiendo mi suerte , y sea namente eo obligación Un dolorosa.
milord Eduardo h a c e , no le disputo el cual fuere la determinación que tomes,
mérito que todo el mundo confiesa que de antemano confirmo cuanto hicieres; de CARTA LXIV. Con V. cuento en este lance, y tam-
tiene; pero 110 sé si ha provenido de él tu amistad fio este fatal poder que Un bién conUria, aun cuando menos me
propio la ridicula esperanza de empa- caro me ha vendido el amor. Sepára- DE CLARA AL SESOR DE ORBE.
quisiera; porque conozco su alma, v sé
rentar conmigo, ó si ha podido otro ins- me para siempre de mi propia, dame la ESTA mañana me ha dicho mi padre que no necesiu del celo del amor, cuan-
pirársela; pero cuando en niuguno pen- muerte si es menester que muera; pero la conversación que V. ha tenido, y veo do habla el de la humanidad. Se traU
sara y poseyera él todas las guineas de no me fuercés á traspasarme con mi pro- eon gusto que se encaminan todas las primeramente de persuadir á nuestro
Inglaterra, está cierta de que jamas se- pia mano el corazon. cosas á lo que V. en llamar su ventura amigo á que venga mañana por la ma-
mejante yerno admitiré. T e mando que
se complace. Ya sabe V. que Umbicn es- ñana á mi casa , pero cuidado con ad-
en tu vida le veas ni le hables, tanto para
¡ O ángel mió, protectora mía, que pero bailar con la suya la mia; V. se ha vertirle de cosa ninguna. Hoy que es-
que esté segura su vida como tu honor.
horrible cargo de tí fio! teudrás valor grangeado mi estimación y mi amisUd, toy libre iré á pasar la tarde á casa de
Aunque siempre le he mirado con desa-
para ejercerle ? sabrás suavizar su crueza y cuantos afectos mas tiernos en mi co- Julia ; procure V. verse con milord
fecto , ahora mas que nunca le aborrezco
Ay! que no es solo mi corazon el que razon pueden tener cabida son suyos. Eduardo, y venirse con él sólo á espe-
por los escesos que ha hecho que come-
vas á despedazar! Clara, tú sabes muí Pero no se equivoque V . , yo soy en rarme á las ocho, para que juntos que-
tiera, y jamas le perdonaré mis furores
bien cuanto soy querida ; ni siquiera cuanto muger una especie de monstruo; demos en lo que hemos de hacer, á fin
de ayer. Dicho esto se salió sin oir mi
el consaelo de ser la mas digna de com- y no sé por que antojo de la naturaleza de resolver á este desventurado á que
respuesta, y con enfado casi igual al que
pasión tengo. Ruegote que hable por la amisUd puede conmigo mas que el se vaya, y eviUr su desesperación.
acababa de reprobarse á sí mismo, i Ah,
boca tuya mi corazon, que se penetre el amor. Cuando digo que quiero mas á
prima, que infernales monstruos son es- Mucho de su alicato y de nuestras
tuyo en la tierna conmiseración de anión Julia que á V. se rie V., y no hav cosa
tas preocupaciones, que así los mejores
consuela á un desventurado ; dile cien mas cierta: Julia lo sabe Unto que es atenciones espero; mucho mas espero
corazones depravan, y á cada instante
veces... ah! dile... ¿No crees tú, dulce mas zelosa por V. que V. propio , de su amor, la volunUd de Julia , el
acallau la naturaleza!
amiga, que á despecho de todas las preo- y mientras que al parecer vive satisfe- riesgo que su honor y su vida corren
cupaciones, de los estorbos todos, de to- cho, ella piensa que no le quiero lo son motivos, á que no se resistirá. Co-
Esta, Clara mia, lia sido la csplica- dos los reveses, nos ha destinado uno suficiente. .Mas hay: y es que quiero mo quiera que sea, declaro á V. que no
cion que tú me habías anunciado, v cuyo para otro el cielo? S í , s í ; cierta esto) tanto á cnanto ella ama, que en mi co- se tratará de nuestras bodas, mientras
motivo no podia yo discurrir cual fuese de ello: es suerte nuestra vivir unidos, razón su amante y V. casi en igual gra- no esté Julia sosegada , y que nunca re-
hasta que en tu carta le he visto. No no es posible que pierda yo esU idea; do se encuentran , aunque de distinto garán Jas lagrimas de mi amiga el vin-
te puedo decir la revolución que en mi no es posible que la esperanza que á elU "»do. El solo amistad me inspira, pero es | culo que estrecharnos debe. Asi , caba-
ba habido, pero desdo entonces me hallo llero , si es cierto que V. me quiere , eo
este lance se uniforma su Ínteres con su se; pero tomó Milord el asunto por suyo, filosofía parlanchína , estiba persuadida padre supo que estabas desazonada, y
generosidad, y no es de tal modo ageno y quiso encargarse de todo. Me prome- , á que. un hombre de bien siempre tiene le habia confirmado milord Eduardo que
tió que estaría pronta su silla de posta V alguna vergüenza eu mudar de máximas te habías quedado en la cama. Para evi-
el asunto que no sea también el suyo.
esta mañana á las o n c e , añadiendo que de la noche á la maüana, y en desde- tar' cuestiones le respondí al instante
CARTA LXV. le acompañaria hasta donde fuera nece- | cirse en su corazon hoy de cuanto ayer que te habia dejado mejorada anoche,
sario ; v propuso sacarle de aquí con | le dictaba su razón. y añadí que dentro de un instante sa-
D E CLARA A J Ü L I A . otro pretexto , y determinarle luego mas í También quería el señor de Orbe bría noticias posteriores por Hanz, que
despacio. Me pareció que este medio ado- asistir á la conversación, y pasar con acababa vo de enviar á tu casa. De nada
TODO se acabó , y no obstante sus
lecia de un defecto de ingenuidad, entre í ellos la tarde; pero vo le rogué que no valió esta precaución ; me hizo cien pre-
imprudencias está mi Julia segura. La
nosotros y nuestro amigo desusado; ni ; hiciera tal cosa, porque no hubiera he- guntas acerca de tu estado ; y como me
sombra del misterio sepulta los secretos
tampoco quise csponerle lejos de noso- ! cho mas que fastidiarse ó impedir la desviaba de mi asunto, le di respuestas
de tu corazon ; estás en el seno de tu fa-
tras al primer efecto de una desespera- I conversación. El interés que me inspira suscintas, y empecé mis cuestiones.
milia y de tu pais , querida y honrada,
cion, que mas fácilmente podía escon- l no quita que vea yo que no puede re-
gozando una reputación sin mancilla y
derse á los ojos de Milord que á los f Lo primero que hice fué sondear el
la universal estimación. Contempla estre- montarse á seguir el vuelo de los otros
mios. Por la misma causa no admití la l estado de su animo, que encontré grave,
mecida los riesgos que te han hecho cor- dos, y el pensar varonil de las almas
propuesta que me hizo de hablarle él j metodico,y en disposición de pesar el
rer la vergüenza y el amor haciendo ó fuertes, que les enseña un idioma pecu-
propio, v alcanzar su consentimiento. | afecto en las balanzas de la razón. Gra-
mucho ó muy poco : aprende á no que- liar es lengua cuya gramatiea no sabe.
Preveía que seria delicada la negocia* cias al cielo, dije dentro de mí propia,
rer cu adelante conciliar incompatibles Al dejarlos me acordé del punch; y te-
cion , y determiné encargarme sola de que tenemos á nuestro sabio bien dis-
afectos , Y bendice al c i e l o , amante s o - merosa de confianzas anticipadas, le dije
ella, porque conozco mas á fondo la uesto; solo se trata de ponerle á prue-
brado ciega ó doncella en demasía me- sonríendome una palabra á Milord. So-
parte sensible de su corazon, y sé que as. Aunque sea uso común anunciar por
drosa por una dicha que solo á ti estaba siegúese V . , me respondió, yo me dejo
entre hombres reina siempre cierta se- grados las noticias infaustas, como c o -
reservada. llevar de los hábitos que he contraído
quedad que saben suavizar las mugeres. nozco su fogosa imaginación, que con
cnando no hay en ello riesgo; mas nun-
Queria evitar á tu afligido corazon la i\o obstante conocí que no ñas seria una palabra sola corre hasta el último
ca he sido su esclavo: aquí se trata del
circunstanciada narración de tan cruda inútil la cooperacion de Milord para dis- estremo, me resolví á seguir el camino
honor de Julia, de la suerte y acaso de
y necesaria partida: pero tú la pides y poner las cosas ; vi todo el efecto que opuesto, y quise mas agobiarle primero
la vida de un hombre y de un amigo
vo te la he prometido: cumpliré mi pa- en un pecho virtuoso podian hacer los con la carga , para darle luego alivio,
mió. Beberé punch, romo acostumbro,
labra con la sinceridad mutua entre no- razonamientos de un hombre sensible que multiplicar en balde sus penas dán-
porque no sospeche que hay misterio
sotras, que nunca contrapesó con ella que cree que no es mas que un filósofo, dole mil veces tormento. Asi q u e , to-
en la conversación; pero el punch será
utilidad ninguna. Lee, querida y lasti- y el calor que podia dar la voz de un mando tono mas serio , y mirándole de
nna limonada, y como él no le bebe,
mada amiga, l e e , pues así deseas, pero amigo á los silogismos de un sabio. hito á hito : amigo m i ó , le dije, cono-
no lo conocerá. ¿ N o ves, querida, que
ten valor y armate de entereza. ce V. los linderos del valor y la virtud
afrentosa casa es haber contraído hábi-
en una alma vigorosa ? cree V. que sea
Puntualmente se han ejecutado todas Rogué pues á milord Eduardo qoe tos que á semejantes precauciones obli-
esfuerzo superior al hombre renunciar lo
cuantas medidas ayer te participé. Al pasara con él la prima noche sin decirle gan?
que bien se quiere? Levantóse en pie al
entrar en mi casa hallé en ella al señor cosa que con su situación concxion di- instante como un loco; juntando des-
de Orbe y á mdord Eduardo; empecé recta tuviese, disponiendo poco á poco | Muy agitada pasé la noche, y no solo pues las manos, é hiriendo con ellas la
diciendo á este cuanto de su heroica ge- su alma á la entereza estoica : V. que 1 á causa de tí: los ¡nocentes gustos de frente: ya entiendo, esclamó; Julia ha
nerosidad sabíamos, y le manifesté cuan tan estudiado tiene su Epictcto, le dije, j nuestra primera mocedad, las dulzuras muerto; Julia ba muerto, repitió con un
agradecidas estabamos ambas. Despues este es el caso de citarle, si hubo algu- I de una antigua intimidad, la sociedad tono que me estremeció toda; por ese
les declaré las poderosas razones que n o , con fruto ; distinga con sutileza los mas intima todavia de él conmigo de cuidado engañador lo conozco, por esas
nos asistían para hacer que se ausentara bienes reales de los aparentes , los que nn año á esta pirte, que tenia mas difi- vanas contemplaciones que solo á hacer
sin demora su amigo , y las dificultades están en nosotros de los que están fuera [ cultades para verte ; todo hacia mas mas cruda y mas lenta mi muerte valen.
que para determinarle se me ofrecían. de nosotras. En un momento que se le I amarga para mi alma esta separación.
Milord lo comprendió todo muy bien , y prepara una prueba esterna, pruébele V. Veia que con la mitad de tí propia iba
manifestó mucho sentimiento por el efec- que el mal solamente de sí propio viene, I 3
perder parte de mi misma existencia; Aunque asustada con tan inopinado
to que habia producido su mal combi- v que el sabio que todo lo lleva consigo contaba inquieta las horas, y al ver que movimiento, luego adiviné la causa; y
nado celo: y ambos convinieron en que también lleva su felicidad. Por su res- j rajaba el dia , miré no sin susto nacer comprendí que habian motivado este
importaba acelerar la partida de tu ami- puesta me convencí de que esta ligera | « que de tu suerte iba á decidir. Pasé falso sobresalto lo noticia de tu indispo-
go, y aprovecharse de su consentimiento ironía, que no podia enfadarle, bastaba la mañana en coordinar mis razones, y sición , las moralidades de milord Eduar-
momentáneo para precaverse de nuevas para cscitar su celo; y que no dudaba reflexionando en la impresión que hacer- do , la cita de esta mañana, el eludir sus
indecisiones, y sacarle del peligro con- de enviarme al otro dia á tu amigo bien le podrían ; llegó por fio la hora, y vi preguntas, y las que yo acababa de ha-
tinuo de permanecer aqui. Qufria yo dispuesto, que era todo cuanto yo desea- ; qoe entraba tu amigo. Parecía inquieto, cerle. Bien vi qne me podia aprovechar
encargar al señor de Orbe de que hicie- ba; porque aunque en la realidad hago , *me preguntó con ansia noticias de t í : de su engaño dejándole en él algunos
ra los preparativos , sin que él lo supie- tan poco aprecio como tú de toda esa porque al otro dia de tn escena con tu instantes, pero no me pude determinar
á tamaña inhumanidad. Tan horrorosa es
LA NUEVA HELOISA
la idea de la muerte de quien bien se hubiera creído sosegado; norabuena, ¡ nexioD con V. de lo que le parece, y que co hubiera evitado alguna altercación
quiere, que niuguna bav cuya sustitu- me partiré, no he vivido lo bastante? ? no menos por V. que por sí propia se sobre este asunto tan poco importante
ción no sea grata; díme pues priesa á N o , sin duda, le repliqué; es menester I respeta. Entonces saqué tu ultima carta, para eludir otras que de nuestra conver-
valerme de esta ventaja : acaso no la vivir para la que á V. le ama; se ha ol- v haciéndole ver las tiernas esperanzas sación podían originarse. Le acusé de
volverá V. á ver, le dije; pero vive y le vidado V. de que de su vida pende la de de esta ciega niña que cree estiuguido negligencia en sus propios asuntos, y le
ama. Ah! Si hubiera muerto Julia que ella? Pues no debia ella separarías, es- su amor, di con este suave calor nuevo dije que temias que por mucho tiempo
tendria Clara que decirle? Dé V. gracias clamó al instante; ha podido hacerlo; aliento á las suyas. Parccia que estos los descuidara aun, y que en este inter-
al cielo que libra su desventura de ma- aun puede. Fingí que no oía estas ulti- pocos renglones aplicaban á su envene- valo le mandabas que se conservara pa-
les con que pudiera abrumarle. Tan ató- mas palabras; v procuraba darle anima nada herida un salutífero balsamo , vi ra t í , que satisfaciese todas sus necesi-
nito , tan sobrecogido, tan fuera de si con algunas esperanzas, que no tcniu que se serenaba su mirar, y se mojaban dades , y que para ello se encargase del
estaba, que despucs de haberle obliga- cabida en su alma , cuando volvió Ham sus ojos, vi que por grados seguía á la ligero suplemento que de tu parte le en-
do á sentarse, tuve lugar para decirle trayéndome buenas noticias tuyas. En el desesperación la ternura; pero aquellas tregaba yo. No pareció ni que esta pro-
menudamente y por orden cuanto con- instante de jubilo que en él causaron es- postreras palabras tan espresivas como posicíou le repugnaba, ni que la mira-
venia que supiera, y lo mejor que pude clamó : Ah ! viva v s e a feliz .. si posible las sabe decir tu corazon ; no •viviremos ba como importaute. Solo me dijo que
di realce á las acciones de milord Eduar- es , solo quiero hacerle mi ultima des- mueho tiempo separados, le han hecho bien sabias que todo lo que de tí venia
do , para dar en su honrado corazon pedida... y me voy. ¿Ignora V . , repli- deshacer en llanto. N o , Julia, n o , Julia lo admitía con todo su corazón; pero
algún desahogo al dolor con las dulzu- qué, que no tiene ella licencia par ver- mía: ha dicho alzando la voz y besando que era inútil esta precaución, y que
ras de la gratitud. le? ah! la despedida está hecha, y es- la carta, uo viviremos mucho tiempo se- una casa pequeña que en Gransou aca-
tán Vds. va separados: la suerte de Y. parados ; que unirá el cíelo ó nuestros baba de vender ( i ) , reliquia de su pobre
Tal es »"querido, proseguí, el actual será menos cruda cuando mas apartad» destinos en la tierra, ó nuestros corazo- patrimonio le habia dado mas dinero
estado de cosas. Julia está á orillas del esté de ella; tendrá V. á lo menos la sa- nes en la eterna morada. que cuanto hasta entonces en toda su
abismo á pique de verse abrumada con tisfacción de haberla dejado segura; bu- vida había poseído. Ademas de que ten-
la publica deshonra, con el enojo de su ya desde este dia , desde este momento; A este estado le queria yo traer. Me go algunos conocimientos, añadió, que
familia, las violencias de un padre ar- tema que sea tardio tan costoso sacrit atemorizaba su seco y oscuro dolor. y en cualquiera parte podrán servirme; y
rebatado v su propia desesperación. Sin cio , y tiemble de ocasionar todavia s no le hubiera dejado partirse en esta si- será mucha fortuna para m i , si en ejer-
cesar crece el peligro; á cada instante perdida despues de haberse por ella SÍ tuación de animo; pero luego que le vi citarlos alguna diversión á mis penas en-
de su vida está de mano de su padre ó criticado. ¡ Q u e ; me dijo enfurecido, me llorar, y vi salir con dulzura de su bo- cuentro. Desde que he visto que uso
de la suya propia dos dedos de su cora- he de partir sin verla ! no he de volver- ca tu querido nombre, perdí el temor hace Julia de lo que le sobra, lo con-
zon el puñal. Un solo medio queda de la á ver jamas ! N o , no ; ambos, si 6 de que peligrara su vida, porque no templo como un sagrado tesoro de la
precaver tantos males, y este medio necesario, moriremos; yo sé que li hay afecto menos tierno que la desespe- viuda y el huérfano , y no me permite la
de V. solo pende, en manos de V. está muerte no le será penosa conmigo; pe- ración. En este instante de la conmocion humanidad que enagene de él porcion.
la suerte de su amante; vea si tiene va- ro la veré , suceda lo que sucediere, de su corazon, sacó una objecion que niuguna. Le acordé entonces de su via-
lor para librarla ausentándose , puesto dejaré á sus plantas mi corazon y n no habia yo previsto. Me habló del es- je del Valais, de tu carta y lo terminan-
que aunque se quede no tiene permiso vida, antes que de mí propio me ar- tado en que sospechaba que estabas, y te de tus ordenes. Subsisten los mis-
de verle; ó si quiere V. mas bien ser ranquen. No me fué difícil hacerle vef juró que antes moriría mil veces que mos motives Los mismos! ms in-
autor y testigo de su perdida y su opro- la locura y la crueldad de semejante pro- abandonarte á los riesgos que iban á terrumpió en tono de hombre indigna-
bio. Despues de haber hecho á V. todos vecto; pero aquel, que, no la he ¿t amenazarte. Yo me guardé de hablarle do. La pena de no admitir sus doues
los sacrificios va á ver que hará por ella •volver d -ver.' que sin cesar repetía ei de tu accidente, y solo le dije que se era no volver á verla; que ine deje que
el corazon de V. ¿ Es estraño que se rin- mas doloroso tono parecía que implora- habían frustrado tus esperanzas, y que me quede, y acepto. Si obedezco, ¿por-
da su salud á sus quebrantos? Si le ba á lo menos un alivio para el tiempo nada habia que aguardar. ¡Con que no que me castiga? si no admito, ¿que mas
asustan á V. los riesgos de su vida, se- venidero. ¿ Porque,le dije , sefiguraV quedará en la tierra, me dijo sollozan- mal puede hacerme?... Los mismos! re.
pa que es arbitro de ella. sus males peores de lo que son? porque do, monumento ninguno de mi dicha, pelia colérico. Nuestra unión empezaba
desecha esperanzas que la propia ,lob que romo un sueño que nunca tuvo rea- entonces, y ahora se acaba; acaso me
Sin interrumpirme "me oia; pero asi 110 ha perdido ? piensa V. que asi pu- lidad , así se ha desvanecido! voy á separar por siempre de ella; na-
que comprendió de que se trataba vi diera separarse si creyese que era pan da queda que de ella y mió común sea;
que se desvanecía al punto lo animado siempre ? N o , amigo mió, bien dche T- Restabame por cumplir con la última á estrañarnos vamos uno de otro. Estas
de su semblante, las miradas furiosas, conocer su corazon, y saber cuanto pre- parte de tu comision, y creí que des- ultimas razones las pronunció con tanta
el gesto asustado pero vivo y fervoroso fiere su amor á su vida. Temo muebo. pues de la unión en que ambos habéis opresión de su corazon, que me temí
que antes tenia. Cubrió su rostro un temo (te confieso que le dije esta espre- vivido no era necesario para desempe-
denso velo de tristeza y consternación; sion) que en breve le anteponga á todo: ñarla preámbulos ni misterios. Tampo-
mustios sus ojos y amortecido el sem- crea V. que espera, pues á vivir se re-
blante anunciaba el abatimiento de su signa , v crea que las precauciones q» (i) 1X0 puedo entender como este anonimo amante, que según mas abajo
corazon, apenas para abrir la boca y le- dicta la prudencia tienen mas se dice no tenia todavia veinte y cuatro años pudo vender una casa , no sien-
responderme le quedaba fuerza. Es pre- do mayor de edad. De disparates semejantes están atestadas estas cartas, y
ciso partirme, me dijo en tono que otra "te escuso de notarlos, basta advectir ima vez al lector de ellos.
que iba á recaer cu el estado de que supe lo que hizo, las lagrimas me qoi,
con lauta dificultad le babia sacado. Es taron la vista d é l o s ojos, se me iba L>
V. un niño, le dije afectando que me cabeza, y era mas que tiempo de con-
sonreía , que todavía necesita de tutor, y cluir el papel que babia representado.
quiero yo serlo. Voy a guardar este di- Poco despues los vi que bajaban la
nero, y para que disponga V. de él c o - escalera muy de priesa, y salí á la meseta SEGUNDA PARTE.
mo le acomode, en la correspondencia por verlos hasta que salieran de casi
que entablaremos los d o s , quiero que Faltaba este postrer golpe á mi agitación.
me dé cuenta de todos sus asuntos. Asi Le vi á este loco postrarse de rodillas
procuraba divertirle de sus funestas en mitad de la escalera, besar los esca-
ideas con la de un carteo familiar, que lones mil veces; y Orbe que apenas po-
seguiríamos, V esta alma sencilla que so- día arrancarle de esta piedra fría que CARTA 1. I felicidad que disfrutarla y perderla. Si
lo quiere agarrarse, por decirlo asi, á apretaba contra su pecho, su cabeza i este funesto intervalo le hubiera salvado,
A JULIA (1). si hubiera evitado aquella primera mira-
lo que en torno baila, se engañó sin di- sus brazos, lanzando profundos y dila-
ficultad. Convenimos luego eu como pon- tados aves. Sentí que los miosse iban a CÍES veces he tomado y soltado la da que me formó otra alma, estaría en
dríamos los sobrescritos de las cartas; y eshalar mal contenidos, y volví á entrar- pluma: desde la primera palabra vacilo, mi razón, cumpliria con las obligaciones
como no podiau menos de agradarle es- me en mi cuarto á toda priesa , por no ni sé que tono tomaré, ni por donde em- de hombre, y de alguoas virtudes mi
tas disposiciones, hice que durara la dar que decir á toda la casa. pezaré, y es á Julia á quien voy á es- insulsa vida sembraría. Todo lo ba tras-
conversación basta que llegó el señor cribir ! Ah, cuan otro, desventurado soy! tornado el error de un instante. Fueron
A poco rato volvió el señor de Orbe,
de Orbe, que me dijo por señas que todo Va no es aquel tiempo en que cual ina- osados mis ojos á contemplar lo que no
enjugando con un pañuelo sus lagrimas.
estaba ya á punto. gotable torrente corrian de mi pluma debían ver, y produjo esta vista su ine-
Se acabó, me dijo; ya estáu en camino.
mil afectos deliciosos. Huyeron los sere- vitable efecto. De uno en otro descarrío
Al llegar á su casa encontró su amigo dt
Fácilmente comprendió tu amigo de nos momentos de confianza en que le solo soy ahora uu furioso, cuyos senti-
V. á ¿a puerta la silla de posta. Tambieo
que se trataba, y pidió con mucha ansia abria mi corazon; ágenos somos ya uno dos están enagenados, un vil esclavo sin
le aguardaba dentro de ella milord
que le dejara escribirte; pero no quise de otro, ni somos los mismos, ni sé á fuerza ni valor que en la ignominia su
Eduardo, y asiendo de é l , y estre-
yo permitírselo , previendo que un esce- quien escribo. ¿Se dignará V. de recibir desesperación y sus cadenas va arras-
chándole á su pecho: « Ven, malhadado,
so de ternura le derritiria el corazon, y mis cartas ? se diguará de pasar por ellas trando.
que apenas llegara á la mitad de la car- le dijo con un son de voz penetrado de
los ojos? le parecerá suficientesu circuns-
ta no habría forma de recabar de él que dolor, v e n a derramar tus quebrantos ¡Sueños vanos de una alma que se
pección, su reserva? seré osado á con-
se ausentara. Toda demora es peligro- en este corazon que le ama. V. acaso estravía! falsos y engañosos deseos que
servar en ellas nuestra antigua llaneza?
sa , le dije; dése V. priesa á llegar á la conocerá un día que 110 lo ba perdido apenas formados los desecha el coraz.on!
seré osado á hablar de un muerto ó des-
primera posada, de donde podrá escri- todo en el mundo aquel á quien un ami- Que vale contra verdaderos males ima-
deñado amor ? no estoy mas atrasado que
bir despacio. Diciendo esto, hice una go como yo le queda.» Al punto le me- ginar soñados remedios, que cuando se
el primer dia que á V. escribí? ¡Que di-
seña al señor de Orbe, me fui para él, tió con uu brazo vigoroso en el car- nos ofrecieran no admitiríamos? Ab,
ferencia, ó cielos, de aquellos suaves y
y preñado el corazon de sollozos, estre- ruaje, y se han partido estrechamente quien habrá que sepa de amor, que te
serenos con la presente horrible miseria!
ché mi rostro con el suyo; despucs no abrazados uno cou otro. haya visto, y pueda creer que haya fe-
AyI que empezaba á existir, y be caido
licidad posible que yo á costa de mis pri-
eu el abismo de la nada; que auimaba
meros fuegos comprar quisiera? N o , no;
mi corazon la esperanza de vivir, y ora
llévese sus beneficios el cielo, y déjeme
tengo delante la imagen sola de la muer-
mi desventura con las memorias de mi
te, y en tres años de tiempo se ha con-
PIN DB LA PRIMERA PARTE.
pasada gloría : mas quiero los gustos que
cluido el venturoso circulo de mis días!
hay en mi memoria , y los tormentos que
Ah! si puesto les hubiera termino antes
mi alma despedazan, que ser sin mi Ju-
que á mí propio sobrevivírme! si hubiera
lia feliz para siempre. V e n , idolatrada
escuchado los anuncios de mi corazon
imágen a llenar un corazon que solo por
despues de aquellas raudas horas de de-
tí vive, sigúeme á mi destierro, consué-
licias, en que nada hallaba en la vida
lame de mis penas, aviva y esfuerza mis
que dilatarla mereciese! Meuester era siu
muertas esperanzas. Siempre será tu in-
duda ceñirla á tres años, ó quitar los de
violable santuario este despedazado c o -
su duración; mas valía no disfrutar la
razon, y no te podrán sacar de él ni los

(I) Creo que no necesito advertir que en esta segunda parte, y la que si-
gue, apartados los dos amantes no dicen mas que disparates y desatinos, y.
lie tienen los pobres la cabeza perdida.
que iba á recaer cu el estado de que supe lo que hizo, las lagrimas me qoi.
con lauta dificultad le babia sacado. Es taron la vista d é l o s ojos, se me iba b
V. un uiño, le dije afectando que me cabeza, y era mas que tiempo de con-
sonreía , que todavía necesita de tutor, y cluir el papel que había representado.
quiero yo serlo. Voy á guardar este di- Poco despues los vi que bajaban la
nero, y para que disponga V. de él c o - escalera muy de priesa, y salí á la meseta SEGUNDA PARTE.
mo le acomode, en la correspondencia por verlos hasta que salieran de casa.
que entablaremos los d o s , quiero que Faltaba este postrer golpe á mi agitación.
me dé cuenta de todos sus asuntos. Asi Le vi á este loco postrarse de rodillas
procuraba divertirle de sus funestas en mitad de la escalera, besar los esca-
ideas con la de un carteo familiar, que lones mil veces; y Orbe que apenas po-
seguiríamos, v esta alma sencilla que so- día arrancarle de esta piedra fria que CARTA 1. I felicidad que disfrutarla y perderla. Si
lo quiere agarrarse, por decirlo asi, á apretaba contra su pecho, su cabeza i este funesto intervalo le hubiera salvado,
A JULIA (T). si hubiera evitado aquella primera mira-
lo que en torno baila, se engañó sin di- sus brazos, lanzando profundos y dila-
ficultad. Convenimos luego eu como pon- tados aves. Sentí que los miosse ibaná CÍES veces he tomado y soltado la da que me formó otra alma, estaria en
dríamos los sobrescritos de las cartas; y eshalar mal contenidos, y volví á entrar- pluma: desde la primera palabra vacilo, mi razón, cumpliría con las obligaciones
como no podían menos de agradarle es- me en mi cuarto á toda priesa , por no ni sé que tono tomaré, ni por donde em- de hombre, y de alguoas virtudes mi
tas disposiciones, hice que durara la dar que decir á toda la casa. pezaré, y es á Julia á quien voy á es- insulsa vida sembraría. Todo lo ba tras-
conversación basta que llegó el señor cribir ! Ah, cuan otro, desventurado soy! tornado el error de un instante. Fueron
A poco rato volvió el señor de Orbe,
de Orbe, que me dijo por señas que todo Va no es aquel tiempo en que cual ina- osados mis ojos á contemplar lo que no
enjugando con un pañuelo sus lagrimas.
estaba ya á punto. gotable torrente corrian de mi pluma debían ver, y produjo esta vista su ine-
Se acabó, me dijo; ya estáu en camino.
mil afectos deliciosos. Huyeron los sere- vitable efecto. De uno en otro descarrío
Al llegar á su casa encontró su amigo dt
Fácilmente comprendió tu amigo de nos momentos de confianza en que le solo soy ahora un furioso, cuyos senti-
V. á ¿a puerta la silla de posta. Tambieo
que se trataba, y pidió con mucha ansia abria mi corazon; ágenos somos ya uno dos están enagenados, un vil esclavo sin
le aguardaba dentro de ella milotd
que le dejara escribirte; pero no quise de otro, ni somos los mismos, ni sé á fuerza ni valor que en la ignominia su
Eduardo, y asiendo de é l , y estre-
yo permitírselo , previendo que un esce- quien escribo. ¿Se dignará V. de recibir desesperación y sus cadenas va arras-
chándole á su pecho: « Veo, malhadado,
so de ternura le derritiria el corazon, y mis cartas ? se diguará de pasar por ellas trando.
que apenas llegara á la mitad de la car- le dijo con un son de voz penetrado de
los ojos? le parecerá snficientesu circuns-
ta no habría forma de recabar de él que dolor, veu á derramar tus quebrantos ¡Sueños vanos de una alma que se
pección, su reserva? seré osado á con-
se ausentara. Toda demora es peligro- en este corazon que te ama. V. acaso estravía! falsos y engañosos deseos que
servar en ellas nuestra antigua llaneza?
sa , le dije; dése V. priesa á llegar á la conocerá un dia que 110 lo ba perdido apenas formados los desecha el corazon!
seré osado á hablar de un muerto ó des-
primera posada, de donde podrá escri- todo en el mundo aquel á quien un ami- Que vale contra verdaderos males ima-
deñado amor ? no estoy mas atrasado que
bir despacio. Diciendo esto, hice una go como yo le queda.» Al punto le me- ginar soñados remedios, que cuando se
el primer dia que á V. escribí? ¡Que di-
seña al señor de Orbe, me fui para él, tió con uu brazo vigoroso en el car- nos ofrecieran no admitiríamos? Ah,
ferencia, ó cielos, de aquellos suaves y
y preñado el corazon de sollozos, estre- ruaje, y se han partido estrechamente quien habrá que sepa de amor, que te
serenos con la presente horrible miseria!
ché mi rostro con el suyo; despucs no abrazados uno cou otro. haya visto, y pueda creer que haya fe-
AyI que empezaba á existir, y he caido
licidad posible que yo á costa de mis pri-
en el abismo de la nada; que auimaba
meros fuegos comprar quisiera? N o , 110;
mi corazon la esperanza de vivir, y ora
llévese sus beneficios el cielo, y déjeme
tengo delante la imagen sola de la muer-
mi desventura con las memorias de mi
te, y en tres años de tiempo se ha con-
PIN DB LA PBIMBKA PARTE.
pasada gloria : mas quiero los gustos que
cluido el venturoso circulo de mis días!
hay en mi memoria , y los tormentos que
Ah! si puesto les hubiera termino antes
mi alma despedazan, que ser sin mi Ju-
que á mí propio sobrevivirme! si hubiera
lia feliz para siempre. V e n , idolatrada
escuchado los anuncios de mi corazon
imágen a llenar un corazon que solo por
despues de aquellas raudas horas de de-
tí vive, sigúeme á mi destierro, consué-
licias, en que nada hallaba en la vida
lame de mis penas, aviva y esfuerza mis
que dilatarla mereciese! Meuester era siu
muertas esperanzas. Siempre será tu in-
duda ceñirla á tres años, ó quitar los de
violable santuario este despedazado c o -
su duración; mas valia no disfrutar la
razon, y no te podrán sacar de él ni los

(I) Creo que no necesito advertir que en esta segunda parte, y la que si-
gue, apartados los dos amantes no dicen mas que disparates y desatinos, y.
lie tienen los pobres la cabeza perdida.
hambres ni la suerte. Si para la dicha el mas dichoso de los seres.... ¡ Av, que I.o primero que á cada parada hace es pudiera sacar para cultivar la sabiduría;
estoy muerto, no lo estoy para el amor nada vi! todo me lo ha quitado un ins- empezar una carta que luego borra ó ha- porque la razón elevada con el mismo
que me hace merecedor de gozarla; amor tante solo. Sin intervalo del cumulo de ce pedazos. Dos ó tres borradores de es- vigor de animo que constituye las pa-
invencible como el encanto de donde ua- deleites he venido á desconsuelos sin fiu; tos he sacado del fuego; por ellos podrá siones fuertes se sustenta, y para servir
c e , eu la incontrastable base del mérito tocando estoy todavía á la ventura que V. conncer el estado de su animo. No dignamente la filosofía se requiere el mis-
y las virtudes cimentado; que no puede de mi huye.... tocando estoy aun , y para obstante, creo que ha podido escribir una mo fuego que para servir á su dama.
en una alma inmortal perecer, que ni el siempre la pierdo. Ah! si tal creyera, si carta entera.
no me sustentaran las reliquias de una No menos que á V „ amable Clara,
apoyo de la esperanza necesita, v que del Fácil es prever el frenesí que indican (créalo a s í ) , me interesa la suerte de
liempo pasado saca fuerzas para una vana esperanza!... Oh rocas de Meillerie, estos primeros síntomas; pero no puedo
que tantas veces media desatentada mi esta amable pareja, no por afecto de
eternidad venidera. decir cual será su efecto ni su termino, compasion, que pudiera ser flaqueza,
vista, ¿porque no disteis fin á mi deses- que pende de una combinación del g e -
I'cro t ú , Julia, tú que una vez supiste sino por los respetos de justicia y orden,
perada vida? Menos hubiera sentido su nio del sugeto, de la especie de su pa-
amar ¿como se ha olvidado de vivir tu perdida cuando no conocía todo su valor. que exigen la colocación de cada uno
tieruo corazon? como se ha estinguido sión , de las circunstancias que sobre- del modo mas ventajoso para él y la s o -
en tu alma pura este sagrado fuego ? venir pueden , de mil cosas que no pue- ciedad. De manos de la naturaleza Salie-
como has perdido el gusto de los celes- CARTA II. de determinar prudencia humana. Yo ron estas dos hermosas almas una para
por mí puedo salir responsable de sus otra, y en el seno de la felicidad, cu
tiales deleites que tú sola eras capaz de
DE MILORD EDUARDO A CLARA. furores, pero no de su desesperación, y grata unión, libres de dar campo á sus
sentir y comunicar? Sin piedad me des-
en todo caso cualquiera es dueño de su fuerzas y ejercitar sus virtudes, hubie-
pides, con oprobio me destierras, en ma- LLEGAMOS á Besanzon, y lo primero
propia vida. ran ilustrado con sus ejemplos la tierra.
nos de mi desesperación me entregas, que hago es dar á V. nuevas de nuestro
v en la torcida senda en que te pierdes viaje, que si no eu p a z , ha sido á lo me- Espero, no obstante, que respete su ¿ Porque se ha de atravesar una desati-
nos sin azar. El amigo goza cuanta salud propia persona y mis atenciones, y me- nada preocupación á variar las direccio-
110 contemplas que haciéndome infeliz
es dable con tan doliente corazon, y aun nos para ello me fio del zelo de la amis- nes eternas, é intervertir la armonía de
te privas/de la felicidad de tu vida. Ah,
quisiera aparentar cierta especie de sere- tad, que nada omitirá, que de la Índole seres que piensan? porque asi esconde
Julia! créeme, en balde buscarás otro la vanidad de nn padre despiadado la
corazon amigo; mil te adorarán, amante nidad. Se avergüenza de su situación, y de su pasión y la de su dama. No puede
se violenta mucho en mi presencia; pero ocuparse con fuerza y por dilatado tiem- luz debajo del celemín, y hace que se
solo el mió sabia serlo. consuman en llanto corazones tiernos y
todo manifiesta su turbación oculta, y sí po el alma en un objeto sin contraer
Respóndeme ahora, engañada ó falsa beneficos que para enjugar los ágenos
finjo que me engaña es para dejarle ba- costumbres que con él tengan conexion.
amante: ¿ que es de aquellos proyectos tallar consigo mismo, ocupando asi parte Debe la mucha dulzura de Julia templar nacieron? No es el vinculo conyugal,
con tanto misterio formados ? donde es- de la fuerzas de su animo en reprimir el la acrimonia del fuego que inspira, y asi como el mas santo, el mas libre de
tan aquellas esperanzas vanas con que efecto de las otras. tampoco dudo de que el amor de hom- los contratos? s i ; injustas son cuantas
tantas veces mi inocente credulidad des- bre tan vivo, le ha de dar á ella una leyes su libertad coartan, los padres que
lumhraste? donde aquella santa y anhe- La primera jornada estuvo mnv decaí- actividad que sin él y por su naturaleza á añudarle ó cortarle se atreven son ti-
lada unión, blanco de tantos inflamados do; yo la hice muy corta, viendo que las no tuviera. Ademas de que me atrevo á ranos. ¡Sagrado nudo de la naturaleza
suspiros, con que tu boca v tu pluma mis marchas largas aumentaban su sentimien- fiarme de su corazon, que es capaz de que ni á la potencia de los soberanos,
deseos halagaban ? Av! en fe de tus pro- to. Ni él me habló á m í , ni yo á é l ; por- pelear y vencer. lln amor como el suyo, ni á la autoridad paternal está sujeto;
mesas me atreví á aspirar al sagrado nom- que impertinentes consuelos no hacen no Unto es flaqueza como fuerza mal sino á la autoridad sola del Padre uni-
otra cosa que exasperar las vehementes empleada. Una ardiente y desgraciada versal , que en los corazones mandar s a -
bre de esposo, y ya me creía el mas fe-
aflicciones. Con facilidad hallan razones llama puede absorber por algún tiempo, be , y que cuando que se unan les pres-
liz de los humanos. D i , cruel, ¿ me en-
la tibieza y la indiferencia; pero la ver- y acaso, para siempre parte de sus po- cribe, los puede violentar á que se quie-
gañabas para que fuera mi dolor mas dadera lengua de la amistad es la triste- tencias ; pero es demostrativa prueba de ran ( i ) .
acerbo y mas intolerable mi afreuta? Por za y el silencio. Ayer empecé á distíngir
que culpa he merecido mi desdicha? he SU escelencia, y del partido que de ella
las primeras chispas del furor que á este
faltado á la obediencia, a la docilidad, al letargo se va á seguir. Apenas había nn ¿ Que significa el sacrificar lo que exi-
recato? han sido tan tibios mis deseos cuarto de hora que habíamos llegado á
qne uo merecicseu piedad, ó no he s a - la media jornada, cuando se acercó 3 mi (i) Paises hay en que la igualdad de condiciony de caudal tales venta-
crificado todo su ardor á tu voluntud con tono de mucha impaciencia. Eu que las saca a la natural simpatía, que basta con que falte la primera para
soberana? Todo lo he hecho por agra- nos detenemos? me dijo con amarga son- estorbar ó romper los mas felices matrimonios, sin respeto al honor perdido
darte, ¡ v tú me abandonas! te encar- risa , ¿ porque nos paramos un instante le las desventuradas que cada dia son •víctimas de estas odiosas preocupa-
gaste de mi dicha, y me has perdido! tan cerca de ella? De noche charló Hin- ciones. En el parlamento de París he •visto seguirse un pleito ruidoso, en que
cho sin hablar palabra de Julia, y repi- Y «f* gerarquias publicamente afrentaba con insolencia la honestidad,
Tórname, ingrata, el deposito que te
tiendo preguntas á que por diez veces 'a Obligación y la f e conyugal, y el indigno padre que le ganó tuvo •valor
he liado, t'orname á mí propio, despues
le habia respondido. Quiso saber si está- pera desheredar á su hijo , porque no quiso ser muy perverso. No es posible
que has inundado mi corazon en el tor- figurarse hasta que punto en este pais de galanteo están tiranizadas las
rente de felicidad suprema de que ahora bamos ya en tierra de Francia, y luego
prcguutó si llegaríamos pronto á Vesai. mugeres. ¿ Que estraño es que se venguen tan cruelmente con sus malas cos-
me privas, Augeles del cielo, desprecia- tumbres de los hombres ?
do hubiera vuestra suerte, y hubiera sido
ge la naturaleza á lo que pide la opi- unión formada por la sabiduria. Mas rar al dejarla ? no teína V., piadoso pe- CARTA III.
nion? En el casamiento se eclipsa y se c i e g o , pero mas irresistible, es el im- cho. Estoy bueno... nada siento... aun
D E MI LORD EDUARDO A JULIA.
confunde la diversidad de caudal y con- pulso del corazon, y constituirse en li vivo... pienso en V.... picoso en el tiem-
dición , y nada para la felicidad contri- precisión de resistirle es medio seguríi po en qne rae quería..; siento alguna Por su prima tendrá V. noticias de su
buye; pero subsiste la de Índole y ca- de perderse. ¡Venturosos aquellos que opresión de corazon... me marea el car- amigo, yo creo que por este correo es-
rácter, y por ella son los casados desdi- junta el amor como hubiera podido ha- ruaje... me siento algo débil... Hoy no cribe á V. Empiece V. satisfaciendo su
chados ó dichosos. Mal escoge el hijo cerlo la razón, y que ni estorbos que podré escribir á V. largo: mañana acaso corazon con leer lo que él le diga, y lea
que no sigue otra regla que el amor , y vencer, ni preocupaciones que combatir estaré mas fuerte... ó no lo necesitaré. luego despacio la mia, porque advierto
peor todavía el padre que solo por la tienen! Asi serian nuestros dos amantes que requiere su contenido la mayor
opinion general se guia. Sin duda que sin la injusta resistencia de un padre II. atención.
debe un buen padre suplir por la falta terco, y así podrían serlo contra la vo- Conozco a los hombres; en pocos
de razón y esperiencía de su hija para luntad de este , si uno de ellos estuviera Adonde tan apriesa me llevan estos años he vivido mucho, he adquirido á
juzgar de la cordura y moralidad, y es bien aconsejado. caballos? adonde con tanto celo me con- costa mia mucha csperiencia; y por el
derecho y aun obligación suya decirle: duce este hombre que de amigo mío se sendero de las pasiones he llegado á la
bija mia, es hombre de bien ó bribón; Iguales el ejemplo de V. y el de Julia,
califica? Es lejos de tí, Julia? es por tu filosofía; pero en todo cuanto hasta aquí
tiene juicio ó es un loco. De esto solo demuestran que á los esposos solos com-'
orden ? es á un paraje donde tú no es- he observado nada mas cstraordinario
debe entender; el discernimiento de to- pete decidir si se convienen. Donde oo
tes?... Ah ! loca niña!... Con los ojos mi- que V. y su amante he visto. No por-
das las demás cualidades a la hija com- reina amor, la razón escoge sola, que
do el camino que con tanta presteza voy que tenga uno y otro un caracter seña-
pete. Clamando que asi se perturba el es el caso en que V. se halla; donde
corriendo. D e donde vengo? adonde lado, coyas diferencias á primera vista
órdeu social, le confunden estos tiranos. amor reina ya la naturaleza ha escogi-
soy? para que es esta diligencia? ¡Cíe- se noten, y posible es que la dificultad
Regúlese la gerarquia por el mérito y do , que es el de Julia. Tal es la sagrada
los! ¿teméis que no corra con suficien- de definirlos á Vds. fuese causa de que
por espontanea voluntad la unión de ley natural que no es dado quebrantar
te presteza, hacia mi perdida ? ¡ O amis- un observador superficial por almas vul-
los corazones; ese es el verdadero orden al hombre, que nunca con impunidad
tad! ó amor! ¿esa es vuestra concordia, gares los reputara. Pero lo que mas á
social; los que por nacimiento ó rique- quebranta, y qne si la derogan considp
esos vuestros beneficios? Vds. distingue es que es imposible dis-
zas le arreglan son los que de hecho raciones de estados y gerarquias, es á
tinguirlos, y que los lincamientos del co-
le trastornan, y los que infamia ó castigo costa de desventuras y delitos.
mún modelo, alguno de los cuales falta
merecen. Aunque está adelantado el invierno, III. siempre á cada individuo, en Vds. todos
y tengo que ir á Roma, no dejaré d por igual campean: asi como adolece
amigo de que me he encargado, sin ver ¿ Has consultado bien tu corazon, des- cada prueba de una estampa de defectos
Por tanto, es conforme á la justicia
su animo en un estado de consistencia pidiéndome con tanta violencia ? has po- peculiares que sirven para distinguirla;
universal rectificar semejantes abusos;
de que pueda fiarme; que no menos dido, dimelo , Julia; has podido renun- pero si alguna sale perfecta, aunque á
obligación es del hombre oponerse á la
aprecio este deposito por lo que él val£ ciar para siempre?... N o , o o ; tu tierno primera vista parece bien, es preciso
violencia y concurrir al órden; y si pu-
que porque V. me le ha fiado. Si no corazon me ama; bien lo sé. A despe- examinarla con mucha atención para no
diera unir á estos dos amantes á despe-
puedo conseguir que sea feliz, procura- cho de la suerte, á despecho, sí, de la confundirla con las demás. La vez pri-
cho de un viejo desatinado, no dude V.
que concluyera la obra del c i e l o , sin ré á lo menos que sea sabio, y que sufra suerte, me amará basta el sepulcro mera que yo vi á su amante de V-, sentí
curarme de la aprobación de los hom- como un hombre los males de la huma- Conozco que te has dejado llevar ( t ) un afecto nuevo que cada dia ha ido
bres. nidad. Estoy resuelto á pasar aqui coa Que eterno arrepentimiento te espera!. creciendo a proporcion que le ha justi-
él quince dias, en cuyo término espero Ah, piensa en t i , piensa en m í , piensa ficado mi razón. Mas vivos fueron mis
Mas feliz es V . , amable Clara; que que recibamos noticias de V. y de Julia, en... Av! que será muv tarde!.. ¿Que; afectos cuando á V. la vi; y tanto, que me
tiene un padre que no aspira á saber y que ambas me ayuden á vendar las he- engañé á mí propio acerca de su natu-
te puedes olvidar? que; te conocía
mas bien que V. en que consiste su ridas de este llagado corazon, que toda- raleza. No tauto fne la diferencia de sexo
mal?... Escucha; aun es tiempo... Me
felicidad: acaso no deja en mano de V. vía solo por el órgano del afecto puede la que esta impresión causaba, cuanto un
tas despedido con inhumanidad. Mas
su suerte en virtud de vastas ideas de dar oidos á la razón. caracter de perfección todavía mas aca-
ligero huyo que el viento... Di una pa-
sabiduría, ni de escesivo cariño. ¿ Pero bado , que siente el corazon con absolu-
labra, una sola palabra, y vuelvo mas
que importa la causa si es idéntico el Aqui incluyo una carta para su amigi ta independencia del amor. Bien veo lo
pronto que el rayo. Di uua palabra, v
efecto, y si en el libre albedrio que á de V., y suplico que no la fie de nin- que fuera V. sin su amigo, pero no veo
nos unimos para siempre; unidos debe-
V. permite hace veces de razón su in- gún comisionista , sino que se la entre- que seria él sin V.; muchos hombres se
mos vivir... unidos viviremos... Ah! el
dolencia? Absorto el corazon de V. en gue V. propia. puedeu parecer á é l , pero en todo el
viento se lleva mis quejas... Y en tanto
una amistad, cual nunca igual tuvo, mundo no hav mas que una Julia. Des-
jo huyo .. Voy á vivir y morir lejos de
poco sitio ha dejado para amorosos
FRAGMENTOS. ella.. "¡A vivir lejos de ella!...
afectos; V. sustituye á ellos cuanto en
el matrimonio puede suplirlos, y menos I N C L U S O S E N LA A N T E R I O R CARTA.
que amiga amante, será la esposa mas
virtuosa, sino la mas tierna, creciendo (i ) Lo que se sigue prueba que las sospechas que tenia eran ¿le milord
cou la edad, y durando tanto como ella PORQUE no he podido ver á V. anles
Eduardo , y que Clara creyó que eran de ella.
de partirme? ha temido V. verme espi-
pues de un agravio que nunca á mí pro- tiempos fué morada de mis ascendiente» estorbo, porque en nuestro pais una sol- do. En otros tiempos dirigía mi voluntad
pio me perdonaré, vino la carta de V. á El caserio es antiguo pero bueno y co- tera nubil no necesita de consentimiento cierta luz de sabiduría y razón; en todos
darme á conocer mis verdaderos afectos; raodo; las inmediaciones solitarias pero ajeno para disponer de sí propia. No los lances dificultosos luego discernía la
vi que no tenia zelos, ni por consiguien- gratas y variadas. El rio de Ousa que >1 abrogan nuestras prudentes leyes las de resolución mas j u s t a , y al instante la to-
te amor tampoco, y que era V. en de- cabo de la cerca atraviesa, con una la naturaleza; y si de esta feliz confor- maba. Envilecida ahora y vencida siem-
masia amable para m í , que se le deben perspectiva que encanta la vista, ofrece midad proceden algunos inconvenientes p r e , no hago mas que fluctuar entre
tributar las primicias de una alma, y fácil salida para las producciones, y bas- son muy menores de los que con ella se opuestas pasiones; solo una de muchas
que era la mia indigna de la suya. tan los réditos de la tierra para mante- precaven. En Vevcy he dejado á mi ayu- culpas puede escoger mi flaco corazon,
ner con decencia á los amos, pudíendo da de camara, hombre de toda mi con- V es tanta mi lastimosa ceguera, que si
Desde este instante me inspiró la fe-
doblar con su esmero. En este venturoso Sanza, animoso, prudente y de fidelidad por casualidad elijo el mejor partido n o
licidad reciproca de V. y su amante un
país no se conocen odiosas preocupacio- probada. Fácilmente se podrá V. concer- será mi guia la virtud, ni me quedarán
tierno Ínteres que nunca se borrará. Cre-
nes ; conservan los pacíficos moradores tar con él de palabra ó por escrito por menores remordimientos. Ya sabes á que
yendo remover todas las dificultades, di
las costumbres sencillas de los primitivos medio de Kegianino, sin que sepa este esposo me destina mi padre, y sabes en
con su padre de V. un paso imprudente,
tiempos, y allí se halla un trasunto dd ultimo de que se trata. Cuando fuere que lazos me ha preso el amor. Si quie-
cuyas malas resultas son nuevo motivo
Valais, que con tan atractivas pincela- tiempo irémos á buscar á V., y saldrá V. ro ser virtuosa, me imponen opuestas
para estimular mi celo. Diguese V. de
das retrató su amigo de V. J u l i a , de V. de casa de su padre en custodia de su obligaciones la fe y la obediencia. S i
darme oidos, y todavía puedo remediar
es esta tierra, si con él se digna habi- esposo. quiero seguir la inclinación de mi cora-
cuanto mal le hice.
tarla; allí ambos juntos podrán Vds. ver zon ¿ á quien preferiré? á mi padre ó á
Eche V. la sonda en su corazon, ó cumplidos los tiernos deseos con que la Dejo á V. que lo reflexione; pero re- mi amante? Ay ! ya el amor, ya la na-
J u l i a , y vea si puede apagar el fuego carta mencionada se concluia. pito que teína el error de las preocupa- turaleza e s c u c h e , n o puedo menos de
que le abrasa. Fué tiempo en que acaso ciones y la seducción de los escrúpulos desesperar á uno ó á otra: sacrificándo-
podía atajar sus p r o g r e s o s , pero si ca- Venid, único dechado de verdaderos que muchas veces al vicio por la senda me á mi obligación no puedo evitar un
yó Julia casta y pura, ¿como se podrá amantes; venid, fiel y amable pareja, á del honor conducen. Si V. desecha mis delito, y tome la resolución que qniera
levantar despues de su caída? como re- tomar posesion de un albergue destinado ofertas veo lo que sucederá: la tírania he de morir desventurada y delincuente.
sistir al amor victorioso , armado de la á ser asilo del amor y la inocencia; venid de un intratable padre la arrastrará al
peligrosa imagen de todos los pasados á estrechar á la faz del cielo y los hom- abismo, y solo despues de caída conocerá
A b , cara y tierna a m i g a , tú que siem-
deleites? No se equivoque V. niña ena- bres el suave vinculo que os junta; ve- V. su profundidad ( la dulzura degenera
pre has sido mi único recurso, y que tan-
morada , y renuncie á la confianza que nid á honrar con e l ejemplo de vuestras en V. algunas veces en falta de valor).
tas veces de la desesperación y la muerte
la ha reducido; perdida está si todavía virtudes un pais donde serán adoradas, la sacrificarán á V. á la quimérica dis-
me lias librado, contempla hoy el h o r -
ha de pelear, que se verá V. vencida y y á hombres candidos que á imitarlas se tinción de condiciones ( I ) , y tendrá que
rible estado de mi alma, y mira si alguna
envilecida, y poco á poco la intima con- esforzarán. ¡ Ojala que en este sosegado contraer obligaciones que repuguen á su
vez me ha sido tu socorro tan indispen-
ciencia de su ignominia sofocará todas sitio disfrutéis para siempre con los afec- corazon. Sin cesar oirá V. el grito de su
sable. Sabes si o i g o tu dictamen sabes
sus virtudes. El amor se ha iotroducido tos que os unen la felicidad de las alnas conciencia que desmienta la aprobación
si oigo tus c o n s e j o s , y á costa de la
hasta en la última m e d u l a , y no es po- puras! ojala que bendiga vuestros castos publica; será acatada y despreciable:
dicha de mi vida acabas de ver si sé
sible ya echarle de V . ; penetra y arde ardores el Cielo con una familia que se ¿cnanto mas vale ser olvidada y virtuosa?
deferir á las lecciones J e la amistad.
en todas sus venas como un fuerte y cor- os parezca! ojala que alcancen vuestros
P. D. No sabiendo cual será la de- T e n piedad del desaliento en que me veo;
rosivo l i c o r , nunca borrará V. su pro- dias á una honrada vejez, y que al fin se
terminación de V., escribo, sin que lo acaba pues empezaste, suple por mi des-
funda impresión, sin borrar á una cuan- acaben ep paz en brazos de vuestros hi-
sepa nuestro amigo; porque si no admite mayado v a l o r , piensa en vez de la que
tos esquisitos afectos ha debido á la na- jos ! ojala que visitando un dia con secreto
V. mi propuesta, y él lo sabe, podrá cu solo por tí pensar puede. T ú lees eu este
turaleza , y cuando mas amor no le q u e - jubilo este monumento de la felicidad
un instante perderse todo el fruto de mis corazon q u e te ama, y mas bien que yo
de , nada que sea estimable le quedará. convugal, digan enternecido su corazon
enidados. propia le conoces. Instruyeme de lo que
¿ Q u e tiene V. pues que hacer, n o p u - nuestros nietos : « Aqui fue el asilo déla
quiero, y elige por ini, porque ya n o
diendo va mudar el estado de su cora- inocencia, aqui fué el albergue de dos
tengo animo para querer, n i razón para
zon ? Sola una c o s a , Julia, que es ha- amantes.» CARTA IV. elegir.
cer que sea legitimo. Para esto voy á pro-
poner á V. el único medio que le que- DE JULIA A CLARA.
La suerte de V., Julia, está en sus ma- Repasa la carta de este generoso in-
da ; aprovéchese de é l , mientras que aun
nos ; pese con madurez la propuesta qoe O amada? ¿en que agitación ayer me gles, repásala mil v e c e s , ángel mió. Ah ,
es tiempo; restituya á la inocencia y ále h a g o , y no se pare sino en el fondo; dejaste, y q a e noche he tenido soñando deja qne te mueva la encantadora pintu-
la virtud esa razón sublime que en d e -
porque en cuanto á lo demás queda a i» « csta'fatal carta? Nunca, vino á em- ra de la felicidad que todavia me pueden
posito le ha fiado el cielo, ó te:na e n -
cargo desempeñar irrevocablemente y de batir mí corazón tentación tan peligrosa, prometer el amor, la paz y la virtud. Es-
vilecer para siempre la mas preciosa deantemano con su amigo esta promesa; nunca tan turbada me he visto,, nunca tática y serena unión de l i s almas, d e -
sus dadivas. también me encargo de poner á seguro meaos medios de sosegarme he imagina- licias aun cu el seno del remordimiento
la partida de V., y partir con él el cuida-
do de su persona hasta su arribo. Allá
En el ducado de Yorck , poseo yo una (1! ¡ Quimérica distinción de condiciones! y es un Par de Inglaterra quien
se podrá V. desposar públicamente y su
hacienda considerable que por muchos habla asi!y no ha de ser todo esto una novela ! ¿ Que le parece al lector?
LA N U E V A HELOISA SEGUNDA PARTE.

de la especie de aquellas que solo con beza atolondrada, pero de hecho es ID® una vez cumplido con mi obligación , y puedo disponer sin causarles mortal
la muerte se a p a g a n ; tu amante es ami- racional de lo que parece, y n o ten«» no seré en todo indigna de tí. aflicción y abandonarlos sin traerles á
go m i ó , quiero d e c i r , mi hermano: ¿ yyo los mismos motivos de indecisión que su desesperación. Ay } otro tanto valie-
quien ha visto nunca parar en amor tú. 1.0 primero, en cuanto á mi familia, CARTA VI. ra preguntar si tengo derecho á quitar-
una sincera amistad? En cuanto al señor si abandono á un padre indulgente,de- les la vida. ¿ Desde cuando pesa asi la
DE J U L I A A M I L O R D E D U A R D O .
de Orbe, ciertamente tendrá por que ala- j o á un padre bastante indoleute, qoe virtud los derechos de la sangre y la
barse mucho tiempo de tu afecto antes no por terneza sino por ncgbgencia [«- LA carta de V , Milord, me penetra naturaleza ? desde cuando con tanto es-
que piense yo en pedirte zelos ; ni tengo mite que hagan sus hijos cuanto se le de admiración y terneza, y no será me- crúpulo señala un corazon sensible los
yo mas gana de retenerle por fuerza que antoja; porque sabes que mucho mis nos sensible el amigo que se digna de linderos de la gratitud? No es ser va
tú de quitármele. ¡ A y , hija m i a , plu- le ocupan los asuntos de Europa que 1« proteger cuando sepa lo que V. ha que- culpado querer llegar al limite que se-
guiera al Cielo que á costa de su amor snvos p r o p i o s , y que mucho menas rido hacer por nosotros. A y ! solo los para del delito la inocencia ? con tanta
pudiese yo sanarte del tuyo! con gusto quiere á su hija que á la pragmática. malhadados conocen lo que valen las al- escrupulosidad indaga el termino de sus
le conservo, y con júbilo l e ccderia. Ademas de que yo no s o y , como tó, mas beneficas. Con sobrados títulos sa- obligaciones quien no tiene intención de
bemos ya cuanto precio la de V . t i e n e , traspasarle? Quien ? yo ? ; abandonar vo
hija ú n i c a , y con los hijos que le que-
Por lo que á presumir de hermosa dan apenas echará de ver que le falla
f sus virtudes heroicas nos llenarán inhumanamente á aquellos por quienes
respeta , puedo yo ser tan presumida uno.
siempre de terneza, pero nunca las es- aliento, á los que me conservan la vida
como quiera, que no eres tú niña que que me dieron, y me la hacen a m a r , á
traba rémos.
disputes conmigo la primacia, y estoy Abandono un casamiento que se va i los que en mí sola sus esperanzas y su
cierta de que en tu vida te ha pasado celebrar. Manco male ; que se consue- ¡Cuan suave cosa para mí seria vivir
contento cifran, á un padre casi sexa-
p o r la cabeza cotejar cual de nosotras le el señor de O r b e , si me quiere. V« feliz bajo los auspicios de tan generoso
g e n a r i o , á una madre siempre achaco-
d o s es mas bonita. Yo no he sido tan por m í , aunque estimo su caracter, m ímigo, y disfrutar por sus beneficios la
s a ! ¡ Y o , s u única hija, los dejaría en la
indiferente como todo e s o , y sé muy dejo de tener afecto á su persona, j felicidad que me ha negado la fortuna!
soledad y los quebrantos de la vejez sin
bien lo que he de pensar, sin tomar por siento perder en él un hombre mu; ie Pero veo desesperada, Milord , que frus-
asistencia , cuando es tiempo de pagar-
ello pesadumbre ni la mas leve, y hasta bien, nada es para mí respecto de • tra esta los buenos deseos de V . , puede
les los tiernos cuidados que les he de-
me parece que me pone el cotejo mas Julia. D i m e , niña m i a : el alma tiene se- mas la crueldad de mi suerte que su buen
bido ! sus postreros dias los condonaría
ufana que envidiosa, porque no siendo xo? cu verdad que por la mia no k telo, y la grata imagen de los bienes con
yo á la afrenta, al desconsuelo y al llan-
las perfecciones de tu rostro las que cae- echo de ver. Yo puedo tener antojos, que V. me brinda solo para hacer mas
to .' sin cesar me representaría el grito
rían bien al m i ó , de ninguna de cuantas pero poquisimo amor; y puede servir» sensible su privación sirve. Da V. un re-
de mi agitada conciencia á mi padre y
tengo me privan , y ademas me encuen- de algo un marido, pero nunca será f» tiro agradable y seguro á dos persegui-
á mi madre espirando sin consuelo y
tro hermosa con tu beldad, amable con ra mí otra cosa que marido; y de es« dos amantes; hace legitimes sus fuegos
maldiciendo á la hija ingrata que los
tu donaire, y ornada con tus habilida- libre y pasadera como soy bien encos- J solemne su unión, y sé que guardada
desampara y los deshonra! N o , Milord:
d e s ; todas tus perfecciones forman mi traré uno por el mundo. por V. fácilmente evitaría la persecu-
si la virtud que yo abandoné me aban-
arreo, y coloco en tí mi amor propio ción de una familia irritada. Mucho es
dona y nada dice á un corazon , en su
mas bien entendido. No obstante, no Mira b i e n , prima, que aunque yoi» esto para el amor; pero basta para la
lugar me habla esta horrible ¡ d e a , que
querria ser por mí misma horrorosa, vacilo, no quiere eso decir que no de- felicidad? N o ; si quiere V. que viva so-
para atormentarme me perseguiría cada
pero para lo que yo necesito bastante bas tu vacilar, ni que quiera yo insi- segada y contenta , déme un asilo mas
instante de mí vida, y me liaría desven-
bonita soy. T o d o lo demás es inútil para nuarte que tomes la resolución que ti- seguro todavía , adonde huir de la igno-
turada en el seno de la felicidad. Final-
m í , y sin ser humilde puedo cederte- maré en caso de que te vayas. Hay an- minia y el arrepentimiento? Satisface V.
mente, si tal es mí destino que haya de
cha diferencia entre las d o s , y son 1»
nuestras necesidades, y con una gene-
abandonar á los remordimientos lo que
Estás impaciente por saber adonde irá obligaciones muy mas estrechas que Ui rosidad sin ejemplar se priva para do-
me resta de vida , este solo e s tan hor-
á parar mi preámbulo. A esto no puedo mias. También sabes que mi corazon Ir larnos de una porcion de su propio cau-
rible de sufrir, que mas quiero arros-
darte el consejo que me pides; ya te he llena una inclinación casi ú n i c a , qa •hl. Mas rica, mas honrada con los be-
trar á todos los demás.
dicho la razón; pero la decisión que en tal manera todos los demás afectó neficios de V. que con mi patrimonio ,
para tí tomes será también la de tu ami- absorbe que están como anonadados. todo lo puedo recuperar cerca de V. y
g a , y sea cual fuere tu destino yo estoy Desde mi niñez me estrecha contigo «> se digna de servirme de segundo padre.
Confieso que no encuentro respuesta
resuelta á que sea también el mió. Si te habito invencible y suave; á ti sola ai» *'!_ Milord, mereceré yo hallar otro
a las razones de V - , y mi inclinación se
vas te s i g o , si te quedas ma q u e d o , perfectamente, y si tengo algún vineolt Wnendo abandonado á ' a q u e l que me
pone de su parte para hallarlas convin-
mi incontrastable resolución está toma- que romper para seguirte, me esforzare ®ó uaturaleza ?
centes. Pero V . , Milord, n o está casa-
d a ; es mi obligación, y nada me puede con tu ejemplo; d i r é : « imito á Julia».? do ; ¿ no conoce que es menester ser pa-
disuadir do ella. T u perdida fué debida creeré que estoy justificada. íqm está la fuente de las acusaciones dre para tener derecho de dar consejo
á mi funesta indulgencia; tu suerte de- «e una conciencia agitada, y de los sin- á hijos ágenos? Yo por mí estoy resuel-
be ser la m i a , y habiendo sido insepa- sabores secretos 'que roen mi corazon. ta : bien sé que me harán infeliz mis pa-
ESQUELA D E J U L I A A CLAR».
rables desde la cuna, Júlia mía, e s p r e - M
' r a t a de saber si tengo facultad dres, pero menos crudo será para mí
ciso que hasta el sepulcro lo seamos. gemir de mi desventura que ser causa
TE entiendo, incomparable amiga, i J®» disponer de mí contra la voluntad
de la s u v a , y nunca me fugaré de la casa
Hallarás que este es provecto de ca- te dov las gracias. A lo menos LUÍ"1 ' los autores de mi vida, sino de si
paterna. V e , grata fantasía de nna alma tristeza. Prevenida estaba contra los gt|. puedes dudar; á tu furor mismo reto, Quejémonos de la suerte y no del amor,
sensible, felicidad tan dulce y tan suspi- pes de la fortuna que antiguos y repetí, j en este punto en que detesto tu injus- que nunca formó unión mas perfecta,
rada , ve a sepultarte cu la noche de los dos pronosticos me anunciaban , y I» ticia sobrado bien conoces la fuente del nunca la formó mas durable. Nuestras
sueños, que ya nunca tendrás realidad hubiera llevado con paciencia: ¡ pero li primer movimiento de ira que en mi vida almas en demasía bien unidas no pue-
para mí. V V . , generoso amigo, olvíde- por quien los padezco ! Ah! los que di he sentido. den ya separarse, ni podemos vivir des-
se de sus amables proyectos, y no que- tí me vienen son los únicos intolerables, ¿Te puedes quejar á mí si me ha viados uno de otro, sino como dos par-
den vestigios de ellos como no sea en lo y es cosa honrosa para mí ver que agr» frustrado una ciega confianza, y se han tes de un mismo todo. ¿Como puedes
interior de un corazon sobrado recono- a mis penas el que aliviarlas deba. malogrado mis proyectos? ¡Cuanto ru- tú sentir tus penas solas ? como no sien-
cido para que en él se borre la m<»jo- Que de dulces consuelos me había pr». bor de tus improperios tuvieras si supie- tes las de tu amiga ? como no oyes sus
ria. Sí no desalienta el esceso de nues- metido que con tu esfuerzo se desvaí» ses las ilusiones que me habían seducido, tiernos gemidos en tu seno ? ¡ Cuanto
tras culpas la grande alma de V . , si no ccn! Cuantas veces me lisonjeaba dt los planes que para tu dicha y la mia mas dolorosos son que tus frenéticos
están ya exhaustas sus generosas bon- que animase á mi desaliento tu vigor, me habia atrevido á idear, y como con gritos ! cuanto mas crueles, si de mis
dades , en que ejercitarlas con gloria de que borrases con tus méritos mi yer- todas mis esperanzas se han desvaneci- males participares, fueran que los tu-
tiene, y el que con titulo de amigo snyo r o , y de que levantasen á mi caido aro- do! Algún dia, me atrevo á lisonjear- yos propios.
honra podrá por las atenciones de V. mo tus virtudes! Cuantas veces ná me con ello, podrás saber mas, y tu
merecer este dictado. No juzgue V, de amargas lagrimas las enjugaba diciendo: sentimiento entonces me lavará de tus ¡ llallas lastimosa tu suerte ! contem-
¿1 por el estado en que le v e , qne no padezco por é l , pero lo merece, cil- acusaciones. Sabes la prohibición de mi pla la de tn Julia, y llora por ella sola.
procede de cobardía su estravio, sino soy pero el es virtuoso; me cerca padre, no ignoras los rumores del pue- Contempla en nuestras comunes desgra-»
de un caracter altivo y ardiente que se mil penas, pero me sustenta su consta* blo; previ las consecuencias, hice que cias el estado de mi sexo y el tuyo , y
obstina contra la fortuna. Muchas veces cia, y en lo interior de su corazon ba- te las dedujeran, y las viste como y o ; y juzga cual es mas digno de compasion.
es una aparente constancia señal de es- ilo con que resarcir todas mis perdidas! para conservarnos uno para otro fué Afectar insensibilidad en la fuerza de las
túpido mas que esforzado; los hombres Esperanzas vanas que ha desvanecido b preciso resignarnos á la suerte que nos pasiones , devorada de mil penas , pare-
ordinarios no sienten dolores violentos, irimcr prueba! ¿ Que se hizo aquel ffr separaba. cer alegre y satisfecha, tener sereno el
ni se apoderan de los flacos las pasiones ilime amor que á todos los afectos a- semblante y agitada el alma, siempre
fuertes. Ay ! en la suya reina la energía be dar realce, y resplandor á la virtud? ¿Con que te he despedido y o , como decir otra cosa de lo que se piensa, en-
de afectos que las almas nobles caracte- que s e han hecho aquellas elevada te atreves á decir ? y por quien, desco- cubrir cuanto se siente, ser falsa por
riza , y eso es lo que hoy es causa de máximas? qué aquella imitación déla nocido amante ? Ingrato! por un corazon obligación y mentir por modestia ; este
mi desesperación y mi afrenta. Dígne- claros varones? donde, donde estáaqai mas virtuoso de lo que cree, v que an- es el habitual estado de toda soltera de
se V. de creer, Milord, que si hubiera filosofo que no puede alterar la dísá- tes moriría mil veces que verme envile- mi edad. Asi pasamos nuestros lozanos
sido un hombre común no hubiera pe- cha y que al primer acaso que le apar- cida. Dime ¿ que harás cuando esté yo años tiranizadas por el bien parecer, y
recido Julia. ta de su dama se riude ? Con qué pretil* entregada al oprobio? esperas poder agrava esta tiranía la de nuestros pa-
de hoy mas me disculparé á mis props aguantar el espectáculo de mi deshon- dres que á repugnantes vínculos nos en-
ojos de mi ignominia, si en el que át ra? Ven, cruel, si quieres; ven á reci- lazan. Pero es en vano forzar nuestras
N o , n o ; la secreta afición que prece- ha reducido veo solo un hombre flao,
bir el sacrificio de mi reputación con inclinaciones; solo de sí propio recibe
dió en V. á una estimación raciocinada afeminado con los deleites; un cora»
luto esfuerzo como puedo yo ofrecérte- leyes el corazon; huye la esclavitud y
no le ha engañado. Digno es de cnanto cobarde, que al primer reves desmán,
le. Ven, y n o temas qne te desapruebe se da á su antojo. A un yugo de hierro
por él V. ha hecho sin conocerle, y un loco que renuncia á la razón asi <f
aquella que bien te ha querido. Pronta que no impuso el cielo vive sujeto el
hará todavía, si puede ser, mas cuando la necesita ?
estoy á declarar á la faz del cíelo y de cuerpo sin el alma, y forzada la desven-
le hubiere conocido. S í ; sea V. su con-
los hombres cuanto uno y otro bemos turada victima á faltar por una ú otra
solador , su protector, su amigo y
sentido, pronta estoy á llamarte á voces parte á la sagrada obligación de la fi-
padre; por V. tanto como por él se lo O. Dios! ¿ en este cumulo de a freí« n» amante, y morir en tus brazos de delidad , comete forzosos delitos. Otras
ruego; justificará la confianza de V , hon- he de verme reducida á no avergonnr-
™°r V vergüenza; mas quiero que sepa hay mas sabias, bien lo sé. No han ama-
rará sus beneficios, practicará sus lec- me. oo menos de mi elección que de»
d mundo entero mi terneza, que verte un do ; ¡ que felices son ! Resisten ? yo
ciones, imitará sus virtudes, y aprende- flaqueza ?
instante dudar de ella; que mas amar- también quise resistir. Son mas virtuo-
rá de V la sabiduría. Ah! Milord, si en
Contempla hasta que punto te oliMs éis son para mí tus reconvenciones que sas , aman mas la virtud ? sin t i , sin
manos de V. llega á ser un dia todo E tí solo la hubiera amado yo siempre.
de t í ; ¡tu villana y desatinada almab» ¡ ignominia.
cuanto puede, ¡cuan ufano quedará con ¿ Con que es cierto que ya no la amo?..
ta la crueldad se abaja! te atreves ¿a»
la obra de sus manos!
sarme! te atreves á quejarte de mil Cesemos, te lo ruego, para siempre ¡ Tú me has perdido, y te consuelo y o ! . .
De tu Julia!... Inhumano!... ¿como» «estas mutuas quejas, que son para ¿ Pero y o , que va á ser de mí? ¡que
CARTA VII. contuvo tu mano el remordimiento! » °>i inaguantables. O Dios ! ¿como es po- flacos son los consuelos de la amistad,
mo te han dejado valor para agranac sible que entre en contienda quien ama. cuando faltan los del amor! ¿ Quien me
DE JULIA. me las dulces prendas del amor ® Perdiendo en atormentarse uno á otro consolará en mi penar ? ¡ que horrible
Y tú también, dulce amigo m i ó , tú
tierno que ha habido? Ah! si pndia» «os tan preciosos para los que de con- suerte me espera , pues por haber vivido
dudar de mi corazon, que desprecia" gelo necesitan ? N o , amigo mió ; ¿ á que en el delito , contemplo un nuevo delito
esperanza única de mi corazon. le vienes el tuyo fuera! Mas no , no dudas-»
"ene fingir un disgusto que no hay?
á traspasar cuando está muríendose de
l5
ligro en que su honor estaba requería, tan mala maestra como peligrosa disci-
en un aborrecible y acaso inevitable en- en un corazon que pude vo inflamar, j 6 mas bien le he forzado á que la to- pula una muchacha de la m í a , y no me
lace ! ¿ Donde hallaré si me rindo, lagri- que no tendré que echarme en cara con mara abultando los riesgos, le he deter- convendría tampoco dar lecciones á mi
mas para llorar mi yerro y mi amante ? mi flaqueza la villanía del que me la hizo minado á V. propio, y todos hemos cum- señor maestro.
donde fuerzas para resistir en el abati- cometer. plido con nuestra obligación. Todavia
miento en que me veo ? Ya creo ver los Feliz en tu desgracia, has hallado el mas he hecho: la he persuadido á que no CARTA IX.
furores de un airado padre; ya sentir el ¡ mas precioso desquite que conocen las admitiese las ofertas de milord Eduardo,
grito de la naturaleza que despedaza mis i almas sensibles. El cielo te ha dado en y he impedido que fuera V. feliz , por- DE MILORD EDUARDO A JULIA.
entraüas, ó los gemidos del amor que tu desventura un a m i g o , y deja dudoso que me interesa mas la felicidad de Ju-
desgarran mi corazon. Privada de tí que- si no vale mas lo que te da que lo que le VENCIMOS , hermosa J u l i a , un yerro
lia que la suya; y sabia que no podia
do sin recurso , sin a p o y o , y sin espe- i quita. Ama con admiración á ese bom- de nuestro amigo le ha restituido la ra-
día disfrutarla sumiendo á sus padres
ranza ; me envilece lo pasado , me aflige ¡ bre , estremo de generosidad , que a z ó n ; la vergüenza de haber cometido
en la ignominia y la desesperación; y
lo presente, y me asusta lo venidero. costa de su sosiego se digna cuidar de tu una culpa de uu momento ha disipado
en V. mismo no puedo comprender que
Creyendo que todo lo encaminaba á nues- I vida y tu razón. ¡ Cual seria tu gratitud todos sus furores, y le ha puesto tan
dicha pudiera disfrutar á costa de la
tra felicidad, cuanto he hecho ha cons- sí supieses todo lo que por tí ba querido dócil que haremos ahora con él cuanto
suva.
pirado á hacernos mas infelices , dispo- hacer! ¿ Pero de que sirve animar ture- queramos. Veo con satisfacción que el
niendo una separación mas cruda. Se han | c o n o c i m i e n t o , haciendo mas acerbas tus Sea como fuere, esa ba sido mi con- yerro de que se acusa le ha dejado con
ido los vanos d e l e i t e s , quedan los r e - penas ? No necesitas saber cuanto te ama ducta y esas mis culpas , y una vez que mas pesadumbre que despecho, y conoz-
mordimientos ; y nada la vergüenza de para conocer cuanto v a l e , ni puedes es- tiene V. gusto cu reñir con los que bien co que me quiere en que se baila h u -
mi afrenta compensa. timarle como se merece sin amarle como le quieren, ahí tiene motivos para eno- milde y confuso en mi presencia, pero
debes. jarse conmigo sola, y si no cesa d e ser no violento ni desasosegado, y tan arre-
A mí toca , á mí toca ser flaca y des- ingrato, cesará á lo meuos de ser injus- pentido de la injuria que me ha hecho,
venturada : tan inagotables son mis llan- to. Yo por mí siempre seré con V. la que no me puedo yo acordar de ella:
tos como irremediables mis yerros, y CARTA VIII. misma; pórtese como quisiere, le quer- agravios que asi se enmiendan mas h o n -
hasta el tiempo que de todo sana nuevos ré á V. mientras que le ame Julia, y ran á el que los ha cometido que á quien
D E CLARA. los perdona.
motivos de lagrimas me trae. ¿ Pero tú mas dijera si fuese posible, y no me ar-
que ninguna violeocia que temer tienes, MAS es V. amante que fino, y mas sa- repiento ni de haber favorecido s u amor,
que no envilece la ignominia, que n o te crificios sabe hacer que finezas. ¿ Esta- Me he aprovechado de esta revolu-
ni de haberme opuesto á él. Eu lo que en
ves forzado á encubrir torpemente tus ba V. en sí cuando ba escrito á Julia, ción y el efecto que ha producido para
favor y contra V. he hecho igualmeute
afectos; tú que solo los golpes de la diciéndole improperios en el estado en tomar de acuerdo con él varias provi-
me justifica el celo puro de la amistad,
mala fortuna sufres y disfrutas á lo me- que se encuentra ? y porque V padece dencias indispensables antes de separar-
y sí alguna vez tomé en patrocinar su
nos de tus virtudes primeras, ¿ c o m o te se ha de quejar a la que padece todavía n o s , porque no puedo dilatar mas tiem-
amor mas ínteres de lo que a t parecer
atreves á bajarte á llorar y gemir como mas? S e lo he dicho á V. mil veces, ta po mi viaje. Como pienso volver el v e -
convenía, para mi sosiego basta el tes-
una mugerzuela, y á arrebatarte como mi vida be visto amante mas mal conten- rano proxímo, liemos quedado en que
timonio de mi conciencia. Nunca me
un león enfurecido ? No basta con el tadizo , pronto siempre á reñir por todo: me iría á esperar en París,y que de allí
avergonzaré de l o s servicios que á mi
desprecio á que por tí he venido , si no para V. es el amor un estado de guerra, iríamos juntos á Inglaterra. El único
amiga he podido hacer, y solo de que
le aumentas haciéndote tú propio des- ó si algnna vez es V. dócil es para luego teatro digno de un talento estraordina-
bajan sido inútiles me pesa.
preciable , y con tu oprobio y el mió de quejarse de haberlo sido. ¡ A h ; que te- r i o , y donde mas dilatada carrera tiene
consuno me agobias? Acuérdate d e tu ' alibles son semejantes amantes ! y pof abierta, es Londres ( i ) ; los suyos son
No me he olvidado de lo que acerca
entereza, sabe hacer frente á la desgra- cuan feliz me reputo por no haber que- por varios respectos muy superiores, y
de la constancia del sabio en las desgra-
cia , y sé hombre. S é otra v e z , si me rido nunca á ninguno que no pueda des- no desespero de que con el socorro de
cias me decia V. en otro tiempo, y p u -
atrevo á d e c i r l o , el amante que mereció pedir cuando al magín me venga, sin algunos amigos se coloque en breve con-
diera recordarle algunas maxímas al c a -
á Julia Ah ! si ya no soy digna de ani- que cueste una lagrima á nadie. forme á su mérito. Mas circunstanciada-
so; pero me enseña el ejemplo de Julia
mar tu valor, acuérdate á lo menos de mente csplicaré á V. mis ideas á mi tran-
que para un filosofo de la edad de V. es
que lo fui un dia, hazte acreedor á que Créame V . , mude de estilo con Julia,
por tí haya cesado de s e r l o , y no me si quiere que viva, que e s demasia que
(í) Estraña preocupación enfavor de su país / iVo sé yo que haya en e l
deshonres dos veces. suira sus quebrantos propios V las malas
mundo pais donde, hablando generalmente, reciban peor á los estranjeros, y
razones de V . ; y aprenda al fio a con-
hallen estos mas .dificultades para- adelantarse que en Inglaterra. El despego
N o , respetable amigo m i ó ; no eres templar un corazon sobrado sensible, i innato de la nación les es contrario, y por la forma de gobierno d nada pue-
tú quien ha escrito la afemioada carta quien debe los mas tiernos consuelos den aspirar. Pero convengamos también en que no va un inglés d solicitar
que olvidar por siempre querria yo , y tema V. aumentar sus propios males a de los demás la hospitalidad que él no les da. ¿ En que corte fuera de Lon-
que estoy cierta que tú propio ya la de- fuerza de lastimarse de ellos, ó á lo me- dres , vemos que vayan, d postrarse bajamente estos altivos isleños ? en que
sapruebas. Espero , aunque envilecida y nos lastimese V. conmigo sola queso' I" país , fuera del suyo, van d buscar riquezas? Verdad es que son ásperos,
confusa, me atrevo a esperar que no ins- causadora única de su ausencia. Si. pero esta aspereza no me disgusta cuando va unida con la justicia, y me
pira mi memoria tan soeces afectos, que a m i g o ; V. ha adivinado la verdad ; <• parece bien que sean solo ingleses, pues que no necesitan ser hombres.
todavía reina con mas gloria mi imagen le he sugerido la resolución que el pe-
sito por ese pueblo; entretanto bien ve to rubor causará ahora su elección J antes de romper, y con este designio me todas mis s o s p e c h a s , y empecé á mirar
V. que á fnerza de adelantarse pueden aquella que no soy digno de nombrar! ceñí á examinar mas atentamente las co- con terror mis estravagancias. Conoció
removerse muchas dificultades, y que cuanto gemiráalversu imagen profanada sas. Pero todo acrecentaba mis ridiculas al punto esta mudanza , y alargandome
hay cargos de tanta consideración que en corazon tan soez y villano! cuanto sospechas, y no le inspiraba fineza nin- la mano: venga V. aqui me d i j o ; si s u
pueden compensar el linaje, hasta con desden v odio á quien pudo amarle j guna en mi favor el celo de la huma- convicción de V. no hubiera precedido
su padre de V. Este me parece que es ser un vil debe! Sepa V. todos mis er- nidad en que no columbraran mis cie- á mi justificación n o le hubiera vuelto á
el único recurso que nos queda qus pro- rores, amable prima ( I ) , sepa mi culpa gos zelos algún indicio de alevosía. En ver en mi vida. Ahora que le ha vuelto
bar para la felicidad de V. y la suya, y mi arrepentimiento; sea V . mi juezi Besanzon supe que había escrito á Ju- el juicio, lea V. esta carta, y conozca de
una vez que nos han privado de todos los muera y o , ó sea mi intercesora, y díg- ba, sin comunicarme su carta, ni h a - una vez á sus amigos. Qoise negarme á
demás la suerte y las preocupaciones. nese aun ser arbitro de mi suerte el ob- blarme de ella; con esto le estimé su- leerla, pero el ascendiente que conmigo
A Regianino he escrito que se venga jeto de quien esta pende. ficientemente convencido, y solo aguar- le habia dado mi estravagancia se lo hi-
aqui en posta para que nos sirva los No hablaré á V. del efecto que en mi de la respuesta , esperando que mani- zo exigir con un tono de autoridad q n e ,
ocho ó diez dias que todavía estaré en produjo separación tan imprevista, ni festara su disgusto, y tener con él la es- aunque ya disipadas mis sospechas, apo-
compañía de nuestro amigo; su tristeza le diré nada de mí estúpido dolor y mi plicacion proyectada. yaban en secreto mis deseos.
es tan profunda, que deja poco lugar á frenética desesperación; bastante bien se
Anoche entramos en casa bastante tar- Imagínese V. en que estado me quedé
conversación; llenará la música los hue- hará V. cargo por el inesplicable deli-
de, y supe que había llegado un lio de despues de una lectura que me ¡nstruia
cos del s i l e n c i o , le dejaré llevarse de rio á que ambos me trajeron. Cuanto
cartas de Suiza de que no me habló, de los inauditos beneficios del sugeto
sus pensamientos, y poco á poco c o n - mas el horror de mi estado sentia, me-
cuando n o s separamos. Le dejé lugar que tan indignamente me habia atrevi-
vertirá en malancolia su pena. Este es- nos me imaginaba que fuera posible re-
para que las abriera, y desde mi cuarto do á calumniar. Me arrojé á sus p l a n -
tado es el que aguardo para fiarle de sí nunciar espontáneamente á Julia , j
01 que dccia entre dientes algunas razo- tas; y agobiado el corazon con la admi-
propio, que antes no me atrevo; á Re- junta la amargura de este pensamiento
nes; y poniendo atento o i d o , escuché ración , el arrepentimiento y la ver-
gianino se le restituiré á V. al pasar por con la admirable generosidad de milord
estas interrumpidas frases. ¡ Ah Julia ; g ü e n z a , apretaba con todas mis fuerzas
ahi, y se le dejaré hasta mi regreso de Eduardo, engendraron en mi sospechas
TO he querido hacer á V. feliz!... respeto sus rodillas, sin poder pronunciar una
Italia, para cuyo tiempo lo que ya Vds. que nunca recordaré sin horror, y di
su virtud pero me compadece su er- palabra. Recibió mi arrepentimiento c o -
ambas han adelantado me hace creer que que no puedo olvidarme sin ser ingrato
ror!.. con estas y otras semejantes pala- mo mis agravios los habia r e c i b i d o , y
no les será necesario. Por ahora cierta- con el amigo que me las perdona.
bras que oí salí de m í , cogí mi espada solo exigió de mí en pago del perdón
mente que n o les es útil, y no privo á
debajo del brazo, abrí ó mas bien derri- que se dignó otorgarme que no me opu-
V. de n a d a , quitándosele por algunos Reuniendo en mi delirio todas las
bé la puerta, y entré como un frenético. siera nunca al bien que hacerme quisie-
dias. circunstancias de mi partida, creí que
No, n o encenagaré el papel ni los ojos s e . Ah ! haga en adelante cuanto le pa-
descubría en ellas un designio preme-
de V. con los denuestos que me inspiró rezca , su sublime alma es de superior
ditado, y me atreví a atribuírsele al
mi rabia para obligarle á reñir conmigo esfera que las humanas; ni mas es per-
CARTA X . mas virtuoso de los hombres. Apenas me
allí mismo. mitido repugnar sus beneficios que los
vino a la idea doda tan horrorosa cuan-
A CI.ARA. de la Divinidad.
d o me pareció que todo la confirmaba: AH! prima m i a , aqui sí que pude r e -
PORQUE se abren al fin mis ojos para la conversación de milord Eduardo COB eoner el imperio de la verdadera sabi-
ver mi estado? porque no los he cerra- el barón de Etange, lo áspero del tono Me entregó despues dos cartas" d i r i -
duría aun con los hombres mas sensi-
d o para siempre antes de ver el envi- que le acusaba yo de que habia afecta- gidas á mi, que n o me habia querido dar
bles, cuando dan oídos á su voz. Al
lecimiento en que he c a i d o , antes de do ; la contienda que resultó ; el haber antes de haber leído la s u y a , y enterarse
principio n o pudo comprender mis ra-
hallarme el último de los humanos, des- vedado á Julia que me viera ; la deter- de la determinación de su prima de V.
zones , y las achacó á verdadero delirio.
pués de haber sido el mas afortunado? minación que se tomó de hacerme par- Leyéndolas vi que amante y que amiga
Pero la alevosía del que le acusaba, las
Amable y generosa amiga, V. qne tan- tir ; la diligencia y el misterio de los he debido al c i c l o , vi cuantos virtuosos
secretas intenciones que le a e r e a b a ,
tas veccs fue mi refugio; todavía me preparativos ; la conversación que con- afectos en torno de mí ha reunido para
la carta de Julia que en la mano tenia
atrevo á fiar de su compasivo corazon migo tuvo la nochc a n t e s ; en fin la li- hacer mas amargos mis remordimieotos
y de que yo no cesaba de hablarle ,
mi vergüenza y mi dolor; todavía me gereza con que mas bien arrebatado y mas despreciable mi bajeza. Diga V.
le dieron por fin á entender la causa de
atrevo á implorar su consuelo contra la fui que traido; todo me parecia que de ¿ que mortal única es esa cuyo menor
mis furores. Se sonrió, y me dijo luego
intima conciencia de mi propia indigni- parte de milord probaba un plan com- absoluto imperio en su beldad consiste,
con sosiego : V. ha perdido el j u i c i o , y
dad ; me atrevo á recurrir á V. cuando binádo para apartarme de Julia, y lo y que semejante á las potencias inmor-
jo no riño con l o c o s ; abra V. los ojos",
de mí propio estoy abandonado. Cielos! que en mi entender acababa de poner t a l e s , lo mismo se hace adorar por los
negó, añadió en tono mas amistoso; á mi
¿ como ha podido ser amado por ella en claro el blanco de sus cuidados era bienes que por los males que causa ?
es á quien acusa V. de ser un aleve! En
sugeto tan despreciable ? como no ha que sabia yo que debia volver á verla. A y ! todo me lo ha robado la inhuma-
el acento que estas palabras acompañaba
apurado mi alma tan divino fuego? ¡cuan-¡ N o obstante resolví tomar mas luces na , y mas la quiero! cuanto mas infeliz
sentí no sé q u e , que no salía de un pér-
me h a c e , mas perfecta me p a r e c e , y
fido ; el sonido de su voz me volcó el
son todos los tormentos que me causa
corazón , y apenas hube puesto mis ojos
(i) A imitación de Julia la llamaba prima , y á imitación también déla nuevos méritos para conmigo. El sacri-
™ los s u y o s , cuando se desvanecieron
misma le llamaba á él Clara su amigo. ficio que á los afectos de la naturaleza
acaba de hacer me desconsuela y me he- Ah! si pudiera yo pasmar el mundo con en el mnndo ; apoyado en su crédito, amainar la fortuna ! A v ! el mundo y l o s
chiza , y aumenta á mis ojos el precio mis virtudes, para que admirados de r guiado por su esperiencia vas á es- negocios te ofrecerán contiuuas distrac-
del que al amor h i z o ; n o , nada sabe ne- ellas un día dijeran : que menos pudo forzarte á que sea vengado el mérito ciones , y serán útil diversión á los t o r -
g a r su corazon que á lo que el otorga h a c e r , si le quiso Julia ? olvidado de los rigores de la fortu- mentos de la conciencia. Yo empero que-
no dé valor nuevo. P. D . Lin aborrecido, y acaso ine- na. Haz por él lo que por tí no harías; d o abandonada á mí sola, ó entregada á
Y V . , digna y hermosa prima, a c a - vitable enlace! que significan estas pala- procura á lo menos honrar sus bonda- persecuciones, y todo me forzará á llo-
bado y único dechado de amistad, que bras? En su carta están, Clara; todo lo des haciendo que no queden inútiles. rarte sin cesar; feliz si á lo menos no se
será citada sola entre todas las mugeres, aguardo, estoy resignado á sufrir mi Mira la risueña perspectiva que todavía agravaran con vanos sobresaltos mis p e -
y que los corazones que al suyo 110 se suerte. Pero estas palabras... n o , por se te presenta; mira cuantas ventajas nas reales, y si junto con mis propios
semejan se atreverán á tratar de quimé- cuanto el mundo tiene, no me moveré puedes aguardar en carrera, en que to- males 110 sintiera también todos aquellos
rica : ah ! no me hable mas de Glosofia; de aqui sin saber la esplicacion de es- do á favorecer tu celo concurre. El cie- á que tú vas á esponerte.
desprecio esa engañosa ostentación que tas palabras. lo ha sido prodigo contigo de sus do-
solo en vanos razonamientos c o n s i s t e , nes; cultivada tu buena índole por tu Me estremezco al contemplar tanta
fantasma que es una mera sombra, que esquisito gusto te ha dotado de mil co- especie de riesgos como van á correr tu
CARTA XI. vida y tns costumbres; tengo en tí toda
n o s incita á amenazar desde lejos las nocimientos ; de menos de veinte y cua-
p a s i o n e s , y como los que fingen g u a - DE JULIA. tro años de edad juntas con las gracias cuanta confianza puede inspirar un hom-
peza, nos abandona cuando se acercan. de la mocedad la madurez que en mas bre ; pero una vez que nos separa la
Asi es cierto que todavía tiene cabi- s u e r t e , ¿ p o r q u e , mi a m i g o , no eres mas
Dígnese V. de no dejarme entregado á avanzados años de la juventud resarce.
da el contento en mi alma, y que puedo que hombre? ¡cuantos consejos te serian
mis desvarios, diguese de volver sus an-
aun gustar la alegria. Ay ! desde que te indispensables en este mundo ignorado,
tiguas bondades á este desventurado que, En jlor de verde edadfrutos maduros.
partiste creía yo que solo el dolor podía donde vas á engolfarte! No; no me com-
si bien ha dejado de merecerlas, las de-
sentir; solo padecer se me figuraba qoe pete á mí, j o v e n , sin esperiencia, y que
sea con a n s i a , y mas que nunca las ne- Ni ha embotado el estudio tu viveza,
podía ser mi suerte lejos de t i , ni ima- menos estudios y reflexiones que tú ten-
cesita, dígnese de tornarme en m í , y su- ni hecho pesado tu cuerpo; no ha es-
ginaba consuelos en tu ausencia. Tu go h e c h o s , el darte pauta, y este cuida-
pla en mi dobente corazon la voz suave trechado tu inteligencia, ni entorpecido
adorable carta escrita á mi prima me ba do se le dejo á Milord Eduardo. Dos c o -
d e V. por la de la razón. tu corazon un insulso galanteo; el ar-
desengañado; la he leido y besado con sas me c i ñ o á recomendarte, porque mas
diente a m o r , al paso que te ha inspira-
lagrimas de terneza y ba esparcido ti concsion tienen con la sensibilidad que
N o ; me atrevo á esperar que n o he do los sublimes afectos que de él nacen,
frescor de un suave roció en mi corazon con la esperiencia, y porque auuque
caido en un abatimiento perdurable; te ha dado la elevación de ideas, y el
desecado con pesares y marchito con la conozco poco el mundo, tengo bien c o -
siento revivir el santo y puro luego que severo juicio que de él es inseparable ( r ) .
tristeza, y en la serenidad que me bi nocido tu corazon: no abandones nunca
en mí ardía; no será perdido para el Con su calor suave he visto desplegarse
dejado he sentido'que distante ó inme- la virtud, ni te olvides de tu Julia.
que fué su objeto el ejemplo de tantas en tu animo sus brillantes facultades ,
diato el mismo ascendiente tienes en los
virtudes, que a m a , que le llenan de ad- como se abre una flor á los rayos del
afectos de tu Julia. No te acordaré todos los fútiles argu-
miración y que quiere constantemente sol; tu posees cuanto á la fortuna con-
duce , y cuanto hace despreciarla. Para mentos que me has enseñado tú propio
imitar. Oh querida amante , cuya deter- Amigo m i ó , ¡ cuanto me hechiza ver-
alcanzar las honras del mundo no faltaba á despreciar, que tantos libros l l e n a n , y
minación debo honrar; oh amigos mios te recuperar aquel vigor de afectos qae
otra cosa que dignarte de pretenderlas , nunca un hombre de bien han formado.
cuya estimación quiero recuperar; ya de tu varonil esfuerzo no desdice! En
; espero que un objeto mas precioso Ah! tristes argumentadores, que de d e -
despierta mi alma, y recobra con las eso mas te tendré, y eso menos me des-
para tu corazon te dará para conseguir- liquios no ha sentido ni causado nunca
vuestras vida y vigor. El esfuerzo de preciaré por no haber en todo envileci-
las el celo que por sí no merecen. su corazon! Deja, amigo m i ó , á esos
que una villana desesperación estuvo á do la dignidad de un amor h o n r a d o , ; fútiles moralistas, y entra en lo interior
pique de privarme me le restituirán el n o haber corrompido los corazones de
Dulce amigo m i ó , te vas á alejar de de tu alma; allí verás siempre el sacro-
casto amor y la sublime amistad; surti- consuno. Mas te diré ahora que podemoi
mi... amado, vas á huir de tu Julia... santo fuego que tantas veces nos abrasó
rán á la sabiduría los acendrados afec- hablar con libertad de nuestros asuntos:
Asi es preciso, es preciso separarnos, si en el amor de las sublimes virtudes; allí
tos de mi corazon ; seré por vosotros lo que mi desesperación agravaba en
queremos un dia volver á vernos felices, verás el eterno simulacro de la verdade-
cuanto debo ser, y os forzaré á olvidaros ver que era tanta la luya, que del único
J en el fruto de los cuidados en que te ra belleza, cuya contemplación en un
de mi c a í d a , si puedo un instante le- recurso que en el uso de tu talento nos
'as á ocupar se cifra nuestra ultima es- santo entusiasmo nos anima, y que aman-
vantarme de ella. Ni s é , ni pretendo sa- quedaba nos babia privado. Ahora apre-
peranza. ¡Ojala que esta cara idea te cillan nuestras pasiones sin que nunca
ber que suerte me destina el c i e l o ; pero cias el digno amigo que te ha dado d
anime y te consuele en tan luenga y puedan borrarla- ( 2 ) . Acuérdate de las
sea cual f u e r e , quiero hacerme merece- cielo; tu vida entera no basta para mere-
acerba separación! Ojalá que te inspire deliciosas lagrimas que vertían nuestros
dor de la que ya he disfrutado. La in- cer sus beneficios; y mucho menos pan
el ardor que vence los estorbos y hace o j o s , de las palpitaciones que nuestro
mortal imagen que en mi pecho llevo resarcir el agravio que le acabas de ha-
será mi egida, y hará invulnerable mi al- cer ; yo espero que no necesites otra lee-
ma contra los embates de fortuna : ¿ no ciou para enfrenar tu acalorada imagina- (1) Severo juicio inseparable del amor! buena Julia , no luce aqui el tuyo.
he vivido ya lo bastante para mi felici- ción. Bajo los auspicios de esle respe- (2) La filosofía de los amantes es la platónica , los enamorados no cono-
dad? Ahora me falta vivir para su gloria. table hombre vas á hacer tu entra» cen otra. Un hombre que ama no puede dejar de las manos á este filosofo ;
m
lector que está Jrio no le puede aguantar.
agitado corazon sofocaban, de los reba- uno está obligado á amar su patria, ¿ salta aquel contentamiento precioso á delicias arrobar una alma humana pue-
tos que sobre nuestra esfera nos enalte- ser justo y esforzado , y á cumplir so que anhela todo ser sensible, siempre den ? Vas á vivir en pueblos grandes,
cían al repasar aquellas heroicas vidas palabra , aunque sea á costa de su vida. ignorado del falso sabio que se ciñe al donde mas que tu mérito , tu juventud
que dejan al vicio sin disculpa, y son Muchas veces son las virtudes privadas gusto momentáneo, porque no conoce la y tu figura tenderán mil redes á tu fé;
gloria del humano linaje. ¿Quieres s a - tanto mas sublimes cuanto no aspiran ala felicidad duradera. ¿ Que valdría gran- afectará la artera desenvoltura el idio-
ber cual es de desear de veras, si la aprobación agena, sino solo al buen tes- jear una de estas ventajas á costa de la ma del cariño, y sin engañarte te agra-
fortuna ó la virtud? Piensa en la que timonio de sí propio ; y para el justo su otra , ganar en lo esterno perdiendo aun dará ; no buscarás amor sino deleites,
prefiere el corazon cuando con imparcia- conciencia reemplaza los elogios del uni- masen la interior, y cobrar nuevos me- los disfrutarás separados de aquel, y no
lidad escoge; piensa en lo que nuestro verso. Conocerás que á todos los esta- dios de ser feliz con detrimento del arte podrás conocerlos. No sé si en otras ha-
Ínteres escita cuando leemos la historia. dos pertenece la grandeza del hombre, de usarlos ? No vale mas, si es forzoso llarás el corazon de Julia , pero te reto
¿ Has tenido alguna vez la idea de de- y que nadie puede ser feliz si no goza ceñirse á una de las dos , sacrificar la á que halles lo que con ella has gozado.
sear los tesoros de Creso, la gloria de de su estimación propia; porque si está que puede restituirnos la suerte á la que Exhausta tu alma te anunciará la suerte
Cesar, la potencia de Nerón, ó los de- cifrado el verdadero gozo del alma en una vez perdida nunca se recupera? que te pronostico : en el seno de insípi-
leites de Heliogabalo ? Porque, si eran la contemplación de la belleza, ¿ como Quien mejor lo debe saber que yo que he dos deleites te abrumará el tedio y la
felices, no te sustituías en su lugar ? por- puede el malo amarla en otro , vieudose (avenenado los gustos de toda mi vida, tristeza ; malgrado te perseguirá la me-
que no lo eran , y bien lo conocías, por- forzado á aborrecerse á sí propio ? pensando llevarlos al cúmulo ? Deja que moria de tus primeros amores , y á des-
que eran viles y despreciables, y porque hablen los malas que hacen alarde de su hora te sobrecogerá mil veces mas her-
á un malvado afortunado ninguno le t i e - No temo yo que te corrompan los sen- fortuna y esconden su corazon , y está mosa que nunca fui yo mi imagen. Al
ne envidia. ¿Que hombres con mas satis- tidos y los groseros deleites, que son cierto de que si hay un solo ejemplo de instante cubrirá un velo de repugnancia
facción contemplabas ? qué ejemplos mas laxos poco peligrosos para un corazon felicidad en la tierra, se hallará en un todos tus gustos, y nacerán mil amar-
idolatrabas ? á quienes mas hubieras que- sensible , el cual otros mas finos necesi- hombre de bien. Tú has debido al cielo gos desconsuelos en tu corazon. Mi siem-
rido parecerte? ¡ O no imaginable en- ta ; temo sí las maximas y lecciones del nna inclinación feliz á todo lo honrado pre amado , mi dulce amigo: ah , si un
canto de la virtud que nunca muere! mundo, temo la terrible fuerza que no r bueno; escucha solo tus propios de- día de mi te olvidas... a y ! yo moriré,
Al Ateniense bebiendo la cicuta , á Bru- puede menos de tener el ejemplo univer- seos, y sigue tus naturales inclinaciones; pero tú vivirás vil y desventurado, y mo-
to muriendo por su patria, á Régulo en sal y continuo del vicio ; temo los arte- piensa especialmente en nuestros prime- riré en demasía vengada.
medio de los tormentos, á Catón ras- ros sofismas con que se arrea; temo fi- ros amores, que en tanto que á tu me-
gando sus entrañas; estos virtuosos des- nalmente que te seduzca tu propio cora- moria se representen tan puros y delicio-
zon, y escrupulices menos acerca de los No te olvides nunca de esta Julia, que
venturados eran los que te causaban en- sos instantes , es imposible qne dejes de fué tuya, y cuyo corazon nunca será de
vidia V en lo interior de tu corazon ha- medios de grangear una consideración, amar lo que tan gratos te los hacia , ni
que supieras desdeñar si no pudiera ser otro. Nada mas te puedo decir en la
llabas la intima conciencia de la felici- que en tu alma se borre el hechizo de la dependencia qne me ha puesto el cíelo.
dad real que sus aparentes males encu- nuestra unión fruto suyo. belleza moral, ó que quieras alcanzar á Pero habiéndote recomendado la cons-
brían. No creas que fuera esta concien- Te advierto, amigo mió , de estos tu Julia por medios que de tí no sean tancia , justa cosa es que te deje de la
cia interior pecuUar de tí solo , que es la riesgos ; lo demás lo fio de tu prudencia, dignos. ¿ Como se ha de disfrutar de un mia la única prenda que está en mi ma-
de todos los hombres, y muchas veces á porque para preservarse de ellos es ja bien cuaudo su gusto se ha perdido? No; no. He consultado , no mis obligaciones,
su despecho. El modelo divino que cada mucho saberlos prever. Solo una refle- para poder poseer lo que se quiere es que estraviado mi entendimiento ya no
uno de nosotros lleva consigo nos he- xión añadiré, que á mi parecer echa por necesario conservar el mismo corazou las c o n o c e , sino mi corazon , postrera
chiza, aun contra nuestra voluntad, y tierra las falaces razones del vicio, los que lo quiso. regla de quien otra que seguir no le
mal que nos pese luego que nos permi- orgullosos errores de los insensatos , J queda, v ha sido este el fruto de sus
ten las pasiones que le contemplemos debe bastar para encaminar al bien la inspiraciones. .Nunca me casaré contigo
nos queremos semejar a él, y si pudiera He venido á mi segundo punto , por-
vida del sabio, y es que no está la vena sin el consentimiento de mí padre, pero
ser el mas malvado de los hombres di- que bien ves que no me he olvidado de
de la felicidad toda entera ni en el ob- tampoco me casaré con otro sin el tuyo:
ferente de sí propio, quisiera ser hombre mi profesión. Amigo mió, posible es te-
jeto que se desea ni en el corazon que te doy mi palabra que será inviolable,
de bien. ner sin amor los sublimes afectos de una
1c posee, sino en la relación de uno con suceda lo que quiera , y no habrá fuerza
alma varonil ; pero amor como el nues-
otro, V que asi como no son capaces to- humana que pueda hacer que á ella fal-
tro mientras él arde , la anima y la sus-
dos los objetos de nuestros deseos de te. Sosiegate por tanto acerca de lo que
Perdóname, amable amigo m i ó , este teuta; luego que él se apaga, desfallece
producir la felicidad, tampoco son to- puede suceder eo tu ausencia. Anda,
entusiasmo ; bien sabes que te le debo á ella, y un corazon gastado para nada
dos los estados del corazon aptos para amable amigo mió , solícita bajo los aus-
tí y al amor toca restituirte su deuda. vale. Dime ¿que fuéramos ambos, si de-
disfrutarla. Si por sí sola no basta el picios del tierno amor suerte digna de
No es mi ánimo enseñarte tus propias járamos de amar ? no valdría mas cesar
alma mas pura para su propia felicidad, coronarle. En tus manos está mi destino,
máximas , sino aplicarlas á tí por un de ser , que vivir sin amor ? te podrías
mas cierto es todavía que no pueden to- eo cuanto de mí ha pendido ponerle en
momento, para ver de que pueden ser- |ú resolver á arrastrar por la tierra la
das las delicias de la tierra hacer feliz á ellas , y nunca mudará sin tu licencia.
virte ; porque ahora ha llegado el tiempo Dsulsa vida de un hombre común , des-
un corazon depravado ; porque hay por pucs de haber gozado cuantas e»táticas
de practicar tus lecciones, y hacer ver ambas partes cierta disposición necesa-
como ejecutas lo que decir sabes. Si no ria , cierta concurrencia de la cual re-
se trata de ser Catón ni Regulo , cada

i4
ÍOB LA VTJEVA H E L O I S A ,
SEGUNDA PARTE. 107
mi corazon está pasando; contemplen á te tengo á la v i s t a , aunque tan bella
CARTA XII. sangre vertida en copiosos arroyos, me" un amante sin ventura, ausente de lo que me parezca, hallo un artículo que qui-
nos largo me hubiera parecido , ni hu- ama, incierto de volverlo á v e r , sin es-
A JULIA. tar: fallo muy estraño, y lo que es mas
biera tanto sentido desmayar mi falle- peranza de recuperar su perdida felici- estraño, que este articulo es justa-
¿O que llama de honor y de gloria cíente animo. Ah ! si supiera á lo menos dad; y n o obstante animado con aquel mente el que de ti habla, y que me que-
Correr siento por todas mis venas. el instante que ha de r e u n i m o s , como fnego inmortal que en tus ojos b e b i ó , y jo de que bayas siquiera pensado en es-
Alma grande, contigo al hablar! sé la distancia que nos divide, compen-
saría el espacio por los progresos del qoe lian mantenido tus sublimes afectos; críbirle. ¿ Que me hablas de f e , ni de
tiempo, y a cada dia que de mi vida cor- dispuesto i arrostrar la fortuua, á sufrir constancia ? en otro tiempo conocías me-
DEJAME que a l i e n t e , Julia, tú haces sus reveses, á verse privado de todo , y
riera contaría los pasos que á ti me acer- jor mi amor y tu poder. Ah , Julia!
qne hierva mi s a n g r e , que tiemble y pal- hacer de las virtudes que tú le has ius-
caban. Pero esta carrera dolorosa está ¿inspiras tú un afecto perecedero? y
pite ; tu carta arde como tu corazon en piradu el digno arreo de la adorada ima-
cubierta con las tinieblas del tiempo por cuando nada te hubiera prometido, po-
el santo amor de la virtud, y comunicas gin que nunca se borrará de su alma.
venir, y se esconde á mis flacos ojos la dría cesar nunca de ser tuyo? N o , n o ;
á lo interior del mió su celestial incen- ¡Ah Julia, que hubiera sido yo siu t í !
meta que ha de terminarla. ¡Oh duda, olí desde la primera mirada de tus ojos, des-
dio. Pero ¿á que vienen tantas exhortacio- icaso me habría alumbrado la fría ¡ja-
suplicio! te busca mi agitado corazon * de la primera palabra de tu b o c a , des-
n e s , ddndc solo ordenes se requerían? lón, admirador tibio del bien le hubiera
nada encuentra; nace el sol y no me trae de el primer rebato de mi corazon, se
Críe que si de mí me olvido á punto de á lo menos amado en otro. Mas haré :
la esperanza de verte; se pone y no te ht encendió en mí la llama eterna, que na-
necesitar de razones para obrar b i e n , sabré practicarlo con c e j o , y penetrado
visto ; vacíos de alegría y contento cor- da puede apagar. Aunque n o te hubie-
ño será á lo menos de razones tuyas, y de tus sabias lecciones, haré que los que
ren mis dias en luenga noche. En vano ra vistp mas que aquel primer instante,
que tu voluntad sola me basta. ¿ N o s a - DOS hubieren conocido digaN un dia :
me esfuerzo á alentar mis muertas espe- todo estaba acabado, y era muy tarde
bes que siempre haré lo que tú quieras, ¡Oh que hombres fuéramos t o d o s , si es-
ranzas que solo inciertos recursos y sos- para que jamas te pudiese olvidar. ¡ Y
y que obraría mal primero que desobe- tuviese el mundo Heno de Julias, y de
pechosos consuelos me presentan. Amiga te olvidaría ahora! ahora que, embriaga-
decerte? S í ; hubiera abrasado el capito- corazones que amarlas supiesen.
querida y tierna de mi corazon, ¡av! qne do con .mi pasada dicha, su memoria s o -
lio , si me lo hubieras mandado, porque
males me esperan si con mis pasadas di- la basta para restituírmela! ahora que
te quiero mas que á todas las cosas. ¿Pe- Meditando eu el camino ácerca de tu
chas han de igualarse! cou el peso de tus atractivos oprimido,
ro sabes porque te quiero tanto ? Ah , ultima carta mu ha ocurrido formar una
solo el|os aliento! ahora que ha desapa-
incomparable niña, porqne nada puedes coleccioo de todas las que me has es-
T e ruego que no te sobresaltes de dí recido mi primera a l m a , y la que tú me
tú querer que n o sea b u e n o , y porque crito, ahora que no puedo pedirte con-
has dado me anima! ahora, J u l i a , que
el amor de la virtud hace mas invencible tristeza, que es transitorio efecto de la sejos de palabra, aunque no hay una
soledad y las reflexiones del viaje. No té- me eoojo conmigo propio p o r espresar
el que á tu hermosura tengo. siquiera que de memoria uo s e p a , y
mas que mi primera flaqueza vuelva;el tau mal lo que siento! Ah! deja que in-
bien de memoria, puedes creerme; gus-
tenten seducirme todas las beldades del
Me voy alentando con el empeño que tu mano, Jnlia mia, está mi corazon, j to empero de repasarlas sin cesar, aun-
universo: ¿ hay otra para mis ojos que
acabas de contraer, y cuyo subterfugio pues que tú le sustentas no se dejará aba- que no sea mas que para rever los ras-
la tova? Conspire todo á sacarla de mi
podías e v i t a r , porque prometer que de tir. I Ina de las consoladoras ideas, frut» gos de esa mano querida , que puede so-
p e c h o , traspásenle, despedácenle, rom-
nadie serás sin consentimiento m i ó , no de tu última carta, es que me hallo ahora la hacer mi felicidad. Pero poco á poco
pan este espejo fiel de Julia, que uo
es prometer que seras mia. Yo por m í , con doble fuerza, y aun cuando hubiera se rompe el papel, y antes qae se ha-
cesará de lucir hasta en el postrer frag-
lo digo con mas libertad, y te doy aquí el amor acabado con la m i a , todavía ho- jan rasgado las quiero copiar todas en
mento s u p u r a imagen, y nada será capaz
mi palabra de hombre de bien que nun- biera ganado, porqne el esfuerzo que de tí nñ libro blanco que para ello acabo de
de destruirla. N o , el supremo poder mis-
ca será quebrantada: no s é , en la car- me viene mucho mejor me sustenta qoe proposito de escoger. E? bastante volu-
mo no pudiera alcanzar á tanto; puede
rera que por complacerte voy á empezar hubiera yo podido sustentarme. Estol oinoso; pero pienso en el tiempo veni-
si aniquilar mi atina, mas no hacer que
que suerte me destina la fortuna; pero convencido de que no es bueno que esté dero, y espero no morir tan mozo que
exista y deje de adorarte.
nunca me unirán los vínculos del amor solo el hombre. Para adquirir todo su va- DO haya mas que este tomo Las noches
ni del himeneo con otra que con Jnlia lor quieren las almas humanas estar apa- las destino á esta dulcísima ocupacion,
de Etange; solo por ella aliento y v i v o , readas, y la fuerza unida de los amigos, e iré despacio para que dure mas. En Milord Eduardo se ha encargado de
y moriré libre ó esposo suyo. A D i o s , como la de las hojas de un imán artifi- toda mi vida me dejará esta preciosa darte cuenta , cuando por ahí p a s é , de
que urge la hora, y me parto al instante. cial es mayor sin comparación qne la colección; sera mi ejercicio cotidiano lo que a mi toca , y de sus proyectos
suma de sus fnerzas particulares. Divina en el mundo donde voy á meterme , y la co favor m i ó ; pero me temo que n o
amistad, e s e e s tu triunfo. ¿ Pero que a triaca de las maximas que en él se res- cumpla bien esta promesa con respecto
CARTA XIII. la amistad sola comparada con aquella piran me consolará en mis pcuas , e v i - á las disposiciones que acaba de tomar.
perfecta unión que con toda la amistad krá ó enmendará mis y e r r o s , me ins- Sabe que se atreve á abusar del d e r e -
A JULIA.
junta vínculos cien Veces mas sagrados? trairá durante mi mocedad, me edifi- cho que en mí le han graiigcado sus b e -
AJÍOCHE llegué á París, y el que de donde están esos hombres groseros que cara cu todos tiempos, -y serán á mi ver neficios para llevarlos á mas de lo que
tí no podia vivir separado dos c a l l e s , se los rebatos del amor con una calentora l?s primeras cartas de amor que para permite el bien parecer. Con una pen-
halla ahora á mas de cien leguas. O Ju- de los sentidos y un deseo, de la natu- este uso hayan servido. sión , que por fuerza se había empeñado
lia , compadécete de m í , compadécete de raleza evilecida equivocan? Vengan, ob- En cuanto .i la ultima, que actualmen- eu que fuese irrevocable. me ha puesto
tu sin ventura amigo. Cuando este in- serven y sientan lo que en lo interior de en estado de hacer figura muy superior
menso camino le hubiera señalado mi
á mi nacimiento; y esto será acaso lo afectuosa dilatación de una alma inge. der lo que significa la conmiseración e s o , Julia mia; se aprende á defender
que me veré obligado á hacer en Lon- n u a , tienen muy distinto estilo de las aparente que parece que vuela al reme- con arte la causa de la mentira, á hacer
dres para seguir sus planes. Aqui, donde falaces demostraciones de la cortesía y dio de las agenas necesidades, y la fá- á fuerza de filosofía que vacilen todos
no tengo asunto ninguno seguiré vivien- l a s engañosas esterioridades que es!JE cil terneza de corazon qne en nn m o - los principios de virtud, á dar con su-
do a mi m o d o , y no caeré en la tenta- el trato de gentes. Mucho me temo qoí mento contrae amistades eternas. tiles sofismas colorido á sus pasiones y
ción de espender en vanos gustos el és- el que desde la primera vista me trata Si en vez de estos sospechosos afectos, sus preocupaciones, y á vestir el error
cedente de mi renta. D e tí lo he apren- como un amigo de veinte a ñ o s , me tra- 1 esta engañosa confianza, quiero buscar de un traje á la moda, conforme á las
d i d o , mi J u l i a , las primeras necesida- tará al cabo de veinte a ñ o s , como á on instrucción y luces, aqui hallo Su ama- máximas en el dia reinantes. No es n e -
des , ó á lo menos las mas sensibles son desconocido , si tuviera que pedirle al- ble fuente, y Se queda uno pasmado del cesario conocer el caractcr de los suge-
las de un pecho bencfico ; y mientras gún importante servicio; y cuando veo saber y la razón que en las conversacio- t o s , basta con saber sus intereses , para
qne alguien está privado de lo necesa- que hombres tan disipados tan tierna- nes encuentra, n o solo de los sabios v adivinar con corta diferencia cuales han
rio , ¿que hombre de bien gasta lo su- mente por tantas gentes se interesan, literatos, sino de gente de todas clases I de ser sus opiniones sobre cualquier
perlluo ? luego presumo que no se interesan por y hasta de las mugeres; el tono de la asunto. Cuando habla un h o m b r e , su
I nadie. conversación es fluido y natural, no pe- traje y no él es quien opina, y mudará
sado ni frivolo, cieotifico sin pedantería, la opinión sin rebozo tantas veces cuan-
CARTA XIV. Hay no obstante alguna realidad ta
alegre sin hulla, cortés sin afectación, tas mude de estado. Désele alternativa-
lo que dicen , porque el francés es na-
A JCT.IA (1). galan sin insulsez, y chistoso sin eqni- j mente pna peluca de golilla, un traje de
turalmente b u e n o , ingenuo, hospitalario
vocos: no son ni disertaciones, ni epi- ¡ uniforme, y una ropa talar morada, y
CON secreto horror entro en este vas- v benefico; pero también bav mi! modos gramas; se raciocina sin argüir, se chan- se le oirá sucesivamente predicar con el
to desierto del mundo; caos que solo me de hablar que no se han de tomar á la cean sin jugar Con las palabras; se com- mismo c e l o , leyes, despotismo é inqui-
presenta una hermosa soledad donde letra, mil ofertas aparentes que se ha- bina la agudeza con la razón, las máxi- sición. Hay cierta razón común para la
reina un mustio silencio. Mi alma en cen para que no sean admitidas , mil es- mas con los donaires, la sátira aguda, la golilla, otra para los empleados del fis-
prensa anhela á dilatarse en é l , y por pecies de lazos que á la buena fe rusti- lisonja artera y la austera moral. De todo c o , y otra para los militares; y cada
todas partes se encuentra comprimida. ca pone la cortesía. Nunca tanto he oido se habla para que tenga cada uno algo una de ellas convence qne son malas
Nunca estoy menos solo que cuando es- decir ; cuente V. conmigo en cuanto se que decir; no se profundizan las cues- las otras d o s , consecuencia que con fa-
tov solo, deeia un antiguo; yo nunca le ofrezca ; disponga V. de mi valimieo- tiones por no fastidiar; se proponen cilidad de las tres pudiera sacarse ( 1 ) .
estoy solo sino en el tropel de gente, I t o , de mi bolsillo , de mi casa, de mi como de paso, y se tratan con rapidez, Asi ninguno dice nunca lo que piensa,
donde ni tuyo ni de los demás puedo ser. coche. Si todo esto fuera sincero al pie la coneisíon conduce á la elegancia; ca- sino lo que le conviene que los demás
Quisiera hablar mi corazon , y conoce de la letra no habría pueblo menos adic- da uno dice su dictamen y le apoya en p i e n s e n , y nunca e s eu ellos el celo
que nadie le escucha; quisiera respon- to á la propiedad, casi estaría estable- pocas palabras; ninguno combate con aparente de la verdad otra cosa que el
der, y nada le dicen que hasta él pueda cida la comunidad de b i e n e s ; ofrecien- calor el a g e n o , ninguno defiende con disfraz del ínteres.
llegar. Ni entiendo la lengua del pais, d o sin cesar el mas rico y admitien- terquedad el s u y o ; ventilan para ilus-
ni nadie entiende aqui la mia. do el mas pobre, naturalmente se pon-
trarse, y le detienen antes que empiece Creeráse que las personas aisladas que
dría todo á un n i v e l , y n o hubiera ti
N o quiere decir esto que no me ha- en Esparta habido mas igualdad de la disputa; cada uno se instruye, cada viven independientes tienen á lo menos
gan mucho agasajo, muchos cariños y bienes que la que en Paris habría. EB uno se divierte, todos se quedan satis- una razón propia suya: no por eíerto,
mucho o b s e q u i o , y que 110 parezca que vez de eso este es acaso el pueblo fechos, y hasta el sabio puede sacar de' son máquinas que no piensan, y á las
vienen á recibirme mil oficiosas atencio- Orbe donde son mas desiguales las for- estas conversaciones asuntos dignos de j que por muelles se las obliga á pensar.
nes ; pero de esto mismo e s de lo que me tunas, y donde reinan á una la mas meditarse en silencio. No hay otra cosa que hacer que infor-
quejo. ¿Como es posible ser amigo de suntuosa opulencia y la mas deplorable marse de sus sociedades, sus tertulias,
uno que nunca hemos visto? El virtuoso I miseria. Con esto basta para compret- Pero en la realidad, ¿ que piensas que . sus amigos, las mugeres que frecuentan,
interés de la humanidad, la sencilla y se aprende en tan amables conversacio- los autores que c o n o c e n ; v con esto se
nes? á juzgar sanamente de las cosas | puede sentar de antemano su futura
(1) Sin anticipar el diclamen del lector y el de Julia acerca de estas re- del mundo? á hacer buen uso de la s o - ¡ opinion acerca de un libro que va á sa-
laciones, creo que puedo decir que si yo las tuviera que hacer, si no fuem ciedad ? á conocer á lo menos los suge- lir, y que no ban l e í d o ; de la pieza
mejores, á lo menos serian muy distintas. Muchas veces he estado tentado i tos con quien uno vive? Nada de todo ! que se va á representar y no han visto.
quitarlas , y sustituir otras hechas por mi; al jin las dejo , y me alabo de Ci-
te esfuerzo. lie pensado que un mozo de veinte y cuatro años que entra a (1) Permitamos este raciocinio á un Suizo que ve su pais muy bien go-
el mundo no le puede ver como un hombre de cincuenta d quien la esperten- bernado sin que haya ninguna de estas tres profesiones. ¿Pues qué; puede
cia sobradamente ha enseñado á que le conozca. También he dicho que su subsistir el estado sin defensores? No; el estado necesita defensores, pero
haber representado muy gran papel, no estoy sin embargo en caso de poda deben todos los ciudadanos ser soldados por obligación, y ninguno de ojicio.
hablar con imparcialidad'. Dejemos estas cosas como ¿lias son, quedense lo¡ Entre los romanos y los griegos un misnio hombre era oficial en el campo y
pensamientos comunes, quedense las observaciones triviales, que todo esto en magistrado en la ciudad, y nunca estuvieron mejor desempeñadas ambas
es gran mal; pero al amante de la verdad le importa que hasta el Jin de ¡» Junciones que cuando no sé conocían las estravagantes preocupaciones de
vida sus pasiones no amancillen sus escritos. clases que las separan y las deshonran.
de tal ó tal autor que n o c o n o c e n , de como sus libros, ni menos que obre co-
tal ó tal sistema de que no tienen idea mo habla; sus escritos, sus conversa, parte solo frecuento las sociedades don- miento mas moderado que lo eran en
ninguna; y como á una muestra regu- ciones y sú conducta, son tres cosas de me han introducido los amigos de mi- otro tiempo tus deseos? El estilo de ta
larmente se le da cuerda de veinte y enteramente distintas, que no está obli- lord Eduardo, v estoy convencido de primera carta me hace estremecer; y te-
cuatro en veinte y cuatro horas, asi van gado á conciliar. En una palabra, todo que es menester bajar á otros estados mo esos engañosos rebatos tanto mas pe-
todas estás gentes cada noche á su s o - es absurdo y nada repugna, porque es- para conocer las venaderas costumbres ligrosos cnanto no tiene limites la imagi-
ciedad á saber como han de pensar al tán acostumbrados, y cu esta inconse- de un p a í s , porque las de los ricos en nación que los escita, y me recelo que
otro dia. cuencia hay hasta cierta especie de tono casi todas las partes son unas mismas. a fuerza de querer á tu Julia la agravies.
Hay pues un corto número de hom- de mundo de que se vanaglorian mu- Mas adelante procuraré instruirme mas Ab! tu no salles, n o , ni siente tu cora-
bres y mugeres que piensan por todos chos. Efectivamente, aunque todos pre- bien. Entre tanto mira si tengo razón en zón poco fino cuanto se ofende el amnr
los demás, y por quienes todos los de- diquen con celo las máximas de su pro- llamar esta muchedumbre un desierto, de un vano homenaje; no piensas que
más hablan y obran; y como cada una J e s i o n , todos hacen gala de los estilos T de que me asuste una soledad donde tu vida es mía , y que muchas veces
se cura de su interés y nadie del bien d e otra distiota; el togado afecta mar- solo encuentro la apariencia vana de corre á la muerte quien cree servir la
común, y los intereses privados siempre cialidad, el asentista baqe de gran se- sentimientos y verdad, que á cada ins- naturaleza. Hombre sensnal, no has de
son opuestos unos á o t r o s , resulta un ñ o r , el obispo galantea, el cortesano tante varia de forma y se destruye á sí saber nunca amar? Acuerdale, acuér-
choque perpetuo de enredos y chismes, habla de filosofía, el hombre de estado propia, y donde solo distingo duendes date de aquel afecto tan sereno y tan
uri flujo y reflujo de preocupaciones v da en chistoso, y hasta el mero artesano, T fantasmas que se muestran un instan- suave qae una vez sentiste, y que' c o n
opiniones contrarias, en que animados 110 pudiendo afectar otro estado que el te y desaparecen asi que uno intenta tan tierno y atractivo estilo describiste.
por otros casi uuaca saben los mas ar- s u y o , se viste de negro los días de fiesta agarrarlas. Hasta aquí solo mascaras he Si e s el mas delicioso qne ha paladeado
dientes de que s e trata. Cada tertulia para parecer un procurador. Solo los nsto, ¿cuando veré rostros humanos? el amor satisfecho, también es el único
tiene s u s reglas, sus fallos y sus princi- militares, que desdeñan los demás esta- permitido á los amantes a u s e n t e s , v
p i o s , que 110 se admiten en las otras. dos, conservan los estilos del s u y o , v son quien pndo gustarle un instante no debe
en candor inaguantables No quiero de- CARTA XV. echar menos otro ningano. Me acuerdo
El hombre de bien en una casa es un
bribón en la del vecino; lo bueno, lo cir que no tuviera razón el señor Mu- de las reflexiones que leyendo á tU Plu-
DE JULIA.
malo , lo hermoso, lo f e o , la verdad y j a l t en preferir su sociedad; pero lo que tarco haciamos acerca de uo deleite de-
era cierto en su tiempo uo lo e? boj. S i , amigo m i ó ; unidos permanecere- pravado que agravia la naturaleza; cuan-
la virtud, solo una existencia local y
Los adelantamientos de la literatura han mos á despecho de la ausencia, y seré- do no tuvieran contra sí estos tristes
circunscrita tiene. Quien gusta de tratar
mejorado el estilo general; los militares oos felices aunque pese á la suerte. La placeres mas que el no ser recíprocos,
gentes y frecuenta muchas sociedades,
son los úcücos que no han querido mu- oion de los corazones es la que consti- bastaría , decimos, para que fueran in-
ha de ser mas flexible que Alcibiades,
d a r , y el suyo que aotcs era el mejor, tajela verdadera felicidad, que no c o - snlsos y despreciables. Apliquemos la
mudar de principios como de asambleas,
es hoy el mas malo ( l ) . noce su atracción la ley de las distan- misma idea á los errores de una imagi-
modificar, por decirlo a s í , su entendi-
t e s ^ los ouestros se tocarán en ambos nación sobrado activa, y no menos se-
miento á cada paso, y varear en algún
estreñios del mundo. Vo h a l l o , como rá adoptable. Desventurado! de que go-
modo sus máximas; es menester que al Asi los hombres con quienes se habla
t¿, que tienen los amantes mil medios de zas cuando gozas solo? Esos gustos s o -
entrar en una visita deje su alma á la no son aquellos con quienes se conver-
suavizar el sentimiento de la ausencia, litarios son gustos muertos. Oh amor !
puerta, si tiene u n a , y que se revista sa , ni salen sus sentimientos del cora-
'cercarse en ciertos momentos, y aun los tuyos son vivos que los anima la
otra del color de la c a s a , como toma z o o , ni están sus luces en su inteligen-
' I c c e s s e ven con mas frecuencia' que unión de las almas, y el placer dado
un lacayo la casaca de librea; que la c i a , ni sus palabras representan sus
«ando todos los dias se veían ; porque al objeto que se quiere da valor al que
deje al salir, y vuelva á c o g e r , si quiere,
pensamientos; solo se distingue en ellos
"ego que está solo uno de los d o s , al este nos restituye.
la s u y a , hasta'otro cambio. su figura, y está uno en una asamblea
pnnto están ambos juntos. Si tú disfrotas
como delante de un cuadro movible,
este gusto todas las noches, yo le disfru-
donde el único que por sí propio se
Mas h a y , y e s que cada uno se con- to cien veces al d i a ; que vivo mas sola, Dime por tu vida, querido a m i g o ,
mueve es el espectador.
tradice á sí propio á cada instante, sin estoy cercada de tus vestigios, y no pue- en que lengua, ó mas antes en que ge-
que nadie se lo note. Hay unos princi- Esta es la idea que de la alta socie- ' t 0 ¡ v e r los ojos á los objetos que rigonza está escrita la relación de tu ul-
pios para la conversación y otros para dad por la que en París he visto me he tengo inmediatos, sin verte en derredor tima carta ? será acaso el estilo concep-
ja práctica, su oposicion á nadie escan- formado; idea que acaso es relativaá demi; tuoso? Si tienes animo de usarlo muchas
daliza, y es convenio que no se parez- mi situación particular y no al verdade- veces c o n m i g o , me puedes enviar Su v o -
can en nada; no se exige de un autor, ro estado de c o s a s , y que sin duda se cabulario. ¿ Q u e quiere decir la opinion
Wse aqui, y alli cantó suave,
especialmente de un moralista que hable reformará con nuevas luces. Por otra del t r a g e d e un hombre? que una a l m a ,
r oblóse aqui, alia detuvo el paso,
que se toma como una casaca de li-
frieron mi pecho sus miradas ,
(i) Este fallo, verdadero ó falso, solo á los subalternos se puede apli- J U1 brea? y que maximas qué es necesario
1 rió, al/i dijo una palabra.
car, ya los que no viven en Paris, porque todo lo mas ilustre qus !>>J varear? como quieres que entienda una
en el reino sirve, y hasta toda la corte es militar. Pero\ en cuanto a los j f e r o tú sabes pararte en esta sose- pobre suiza estas sublimes figuras ? En
modales que se contraen, hay mucha diferencia de hacer la campana en r a situación? sabes gozar un amor vez de revestirte, como los demás, de
tiempo de guerra, a pasar su >vida en guarniciones. «erno y quieto que habla en el corazon almas del color de las casas, n o va ya
00 a ltar
D los sentidos? es bov tu senti- tn entendimiento tomando la tintura del
país? Cuenta, buen amigo m i ó , que me con algunas agudezas que pasan como gue con gusto la chanza , y cree que e s
un relampago, entre dos amantes DO presencia, y con el esceso de mi ale-ría
temo que no te caiga bien. ¿ T e parece obra maestra del amor el arte de haccr
tiene este estilo c a b i d a , y dista mucho era un vano papel lo que por tí suplia.
que los Iraslaá del caballero Marini, de r?ir á su dama. A ella es en balde pre-
Uno de los mas acerbos males de la au-
quien tanta burla h a c e s , han llegado mas del sincero afecto la florida geri- dicarle, representarle el bien p a r e c e r ,
gonza del galanteo que el mas sencillo sencia, contra el cual nada puede la ra-
nunca a esas metaforas? Y s i puede opi- decirle que estaudo tan cerca del ter-
estilo que usarse pueda. A tí propio ape- zón, es la duda acerca del actual estado
nar el trage de un hombre en una carta; mino ha de tener un semblante mas se-
l o , ¿tuvimos alguna vez lugar para de- de lo que se ama : su salud, su vida, su
porque en un soneto no ha de sudar el rio , mas grave v sentir mas la mudanza
cir agudezas en nuestras secretas con- sosiego , su amor , todo huye de quien
fuego ( I ) . de estado ; todo eso lo trota de monadas
versaciones? y si las desvia y no las con- teme perderlo todo ; no está nno mas
Observar en espacio de tres semanas necias, y sustenta en su propia cara al
siente el atractivo de una conversación cierto de lo presente que de lo por ve-
todas las sociedades de una ciudad in- señor de Orbe que el dia de la ceremo-
apasionada, como se pueden introducir nir , y sin cesar se realizan todos los
mensa , señalar el caracter de las c o n - nia gastará el mas alegre humor del
en cartas, que siempre llevan algo de lo azares posibles en el espíritu de un
versaciones que en ella se tienen , dis- mundo , y que nunca es sobrado el c o n -
amargo de la ausencia, y donde habla amante que los teme. Finalmente alien-
tinguir exactamente lo verdadero de lo tento que se tiene el dia de su boda.
con mas ternura el corazon ? Aunque sea to , vivo ; estás b u e n a , me quieres, ó
falso , lo real de lo aparente, y lo que Pero la bribonzuela no lo cuenta t o d o ;
seria toda pasión violenta, y aunque auo mas bien, diez dias ha que era mas cierto
dicen de lo que piensan ; eso les impu- esta mañana la encontré con los ojos en-
el gozo cscesivo mas bien saca llantos todo esto : ¿ quien me responderá de
tan a los franceses que hacen eu los carnados , y apuesto á que los llantos
que escita á risa, no por esto quiero hoy ? ¡ O ausencia , ó tormento , ó es-
demás p u e b l o s ; pero no debe hacerlo de la noche pagan la risa del dia. Va á
que sea siempre triste el amor; pero travagante y fatal estado, en que solo
un estranjero con ellos, porque bien me- tejer nnevas coyundas que aflojarán los
sí quiero que sea sencilla su alegría, sin puede uno gozar del instante pasado y
recen el trabajo que en estudiarlos des- lazos de la amistad; va á entablar un
adornos, sin afeite, desnuda como él, en que el presente no existe todavía !
pacio se tome. Tampoco apruebo que método de vida distinto del que tanto
en una palabra que le hermoseen sus le agradaba; estaba contenta y sosegada,
diga uno mal del pais donde vive y le Cuando no rae hubieras tú hablado
propias gracias, y no cultos conceptos. «a á correr los riesgos á que está el de la inseparable, habría reconocido su
tratan b i e n ; mas quisiera que se dejara
engañar de las apariencias, que no que Oejor matrimonio espucsto ; y aunque malicia en la critica de mi relación , y
La inseparable , en cuyo aposento te otra cosa dice , asi como una agua lim- su rencor en la apología del Marini;
moralizara á costa de sus huespedes.
escribo esta, afirma que se hallaba cuando pia y sosegada empieza á enturbiarse pero si me permite que haga la mia, n o
Finalmente tengo por sospechoso á todo
la empecé en aquel estado de contento mando se acerca la tormenta , asi no ve SC quedará sin replica.
observador que da por a g u d o , y me
que inspira ó consiente el amor; pero sn casto y tímido corazon sin sobresalto
temo que sin pensar en ello sacrifique Primeramente, primita ( porque á ella
110 sé que se ha hecho. Al paso que es- la próxima mudanza de estado.
la verdad de las cosas á lo airoso de los es á quien qniero r e s p o n d e r ) , por lo
cribía se apoderaba de mi alma cierto
pensamientos, y que engalane las frases que es del estilo he adoptado el del ge-
descaecimiento que apenas me dejaba
á costa de la justicia. Amigo mió.- ¡ que venturosos s o n ! se nero, procurando dar á V. á un mismo
con fuerzas para escribirte las injuria
Rieren , se van á c a s a r ; disfrutarán de tiempo la idea y el ejemplo d e las c o n -
que aquella mala ha querido enviarte:
N o ignoras, amigo m i ó , que la agu- porque quiero que sepas que la critica SO amor sin estorbos, sin temores, sin versaciones á la m o d a , y siguiendo un
d e z a , como dice nuestro Muralt, es la de tu critica mas es de ella que mía; remordimiento. A Dios, á Dios ; no pue- precepto antiguo he escritora V. poco
mania de los franceses; veo que tienes todo el primer artículo c o n particulari- do decirte mas. mas ó menos como en ciertas sociedades
cierta inclinación á la misma mania, con dad me le ha dictado riéndose como UM P. D. Solo un instante hemos visto á hablan. Ademas de que lo que yo cu el
la diferencia de que en ellos tiene gra- loca , y sin permitir que mudara una le- nilord Eduardo , tanta era la priesa que caballero Marini reprnebo n o es el uso
c i a , y que de todos los pueblos del tra , y dice que es para enseñarte á que llevaba. Lleno mi corazon de lo que am- de figuras, sino la elección de ellas. Co-
mundo el nuestro es á quien mas mal faltes al respeto á Marini; de quien tú te bos le debemos, queria manifestarle mi mo un poco de calor en la imaginación
le sienta. En muchas de tus cartas haj burlas , y que protege ella. gratitud y la tuya ; pero he tenido cierto haya son necesarias metaforas y esprc-
afectación y estudio; no hablo de aque- genero de vergüenza , y á la verdad á siones figuradas para darse á entender.
lla elocucion viva y espresiones ani- ¿ Pero sabes lo que,nos pone á ambas «n hombre como el es agraviarle el darle ¿ V efectivamente, no es capaz el mismo
madas que la fuerza del afecto inspira; de tan buen humor ? su inmediato cas» gracias por nada. juicio de cien grados diferentes de fuer-
hablo de aquel afeite de estilo que no miento : ayer se finió el contrato, J « z a ? como se ha de determinar el grado
siendo natural á nadie ocurre sin estudio, boda se celebrará del lunes eu ocho que debe t e n e r , sino por la forma que
y denota afectación de superioridad en dias. Si amor jovial ha habido es cierta- CARTA XVI. se le haya dado ? Mis propias frases me
quien hace de el uso. D i o s ! afectación mente el suyo : ¡ en la vida se ha viste hacen r e i r ; confieso que hallo que son
de superioridad con lo que se quiere! muchacha que amores de tanta risa ten- A JULIA.
absurdas , gracias al cnidado que se ha
no se debiera mas bien cederla al objeto g a ; y el bueno del señor de Orbe q« tomado V. de presentarlas s o l a s ; pero
amado, uo ufana mas su mérito cuanto pierde la cabeza está lleno de satisfo- ¡QUE niños tornan Á los hombres las
déjelas donde las he p u e s t o , y las halla-
mas ventajas al nuestro saca? N o ; si se cíon con pasión tan jovial. Menos n« pasiones impetuosas ! que fácilmente se rá claras y aun enérgicas. Si esos ojos
animan las conversaciones indiferentes contentadizo que tú en otro tiempo, 9- Cimenta con imaginaciones un amor de- despiertos que tan bien sabe V. hacer
z m a d o ! que fácil es calmar los mas hablar estuviesen separados uno de otro,
fluientes deseos con los mas frivolos ob- y de la c a r a , ¿ q u e piensa V . , prima,
(i) Fuegos, sudad en preparar melales. jetos . He recibido tu carta con los mis- que con todo su fuego dirían ? Cosa
[ Verso de un soneto del caballero Marini. j reb
a t o s que me hubiera causado tu

l5
dicadora mia, de distinguir la observa- de las maximas que es necesario cono-
ninguna, á fe mía, ni aun al señor de racteres nacionales, lauto a causa del ción filosófica de la satira nacional. Los cer, y de los obstacidos que hay que
inllujo común de los palaciegos que to-
Orbe. parisienses no son los que estudio, sino vencer.
dos se semejan, como por el efecto co-
¿ Lo primero que á la observación se los moradores de una ciudad populosa, No obstante mi lentitud, y no obstan-
mún de una sociedad populosa y apren-
ofrece en un pais adonde uno llega no y no sési no conviene lo que veo, igual- te mis inevitables distracciones, estaba
sada , que es casi el mismo eo todos los
es acaso el estilo general de la sociedad? mente que á Paris, á Londres y á Ro- concluida mi coleccion, cuando llegó
hombres , y al fin puede mas que el ca-
Pues bien , este también es el primero ma. No penden las reglas de la moral por dicha tu carta para alargarla; y me
rácter original.
que yo he observado, y he hablado á V. délos estilos de los pueblos; por e s o , admira al verla tan reducida cuantas
de lo que en Paris dicen, y no de lo que Si quisiera estudiar á un pueblo fue- sean las que fueren las preocupaciones cosas en tan poco espacio me ha sabido
hacen. Si he notado oposicion entre las ra á observar á los moradores de las dominantes, sé muy bien lo que en sí es decir tu corazon. N o ; sustento que no
conversaciones, el sentir y las acciones provincias remotas, que todavia conser- malo; pero no sé sí se ha de atribuir hay otra tan deliciosa lectura, aun pa-
de la gente decente, es porque esta opo- van sus naturales inclinaciones. Visitaría esto malo á los franceses ó al hombre, y ra quien no le conozca, si tiene una
sicion al primer instante salta á los ojos. de espacio y con cuidado muchas de es- si es fruto de la costumbre ó de la na- alma que á las nuestras se parezca. ¿Pe-
Guando veo a unos mismos hombres tas provincias, las mas distantes unas de turaleza. En todas partes ofende ta ima- ro como no te ha de conocer quien tus
mudar de maximas según la tertulia don- otras; todas las diferencias que entre gen del vicio á los ojos imparciales, v cartas leyere? como ha de adaptar tan
de están ; motinistas en u n a , jansenistas ellas observara me darian la Índole par- oo es roas vituperable quien le reprende atractivo estilo v tan tiernos afectos á
en otra, cortesanos viles en casa de un ticular de cada una ; lo que fuese comnn en un pais donde reina, aunque en él otra figura que la luya? No se ve á cada
ministro , maldicientes del gobierno en de todas , y no tuviesen los demás pue- se halle, que quien desaprueba los efec- frase el dulce mirar de tus ojos ? no se
casa de un malcontento; cuando veo á blos formaría la iudole nacional, y lo tos d é l a humanidad, aunque viva con oye á cada palabra a tu hechicera voz ?
un personaje cargado de bordados de que en todas partes se hallara pertene- los hombres. ¿No soy vo mismo ahora Qué otra que Jnlía jamas ha amado,
oro predicar contra el lujo , á un asen- cería al hombre en general. Pero ni ten- habitante de Paris ? Acaso sin saberlo pensado, hablado, obrado, escrito co-
tista contra los tributos, á un prelado go tan vasto proyecto, ni la necesaria he contribuido ya con mi parte al desor- mo ella? No lo estrañes si tus cartas
contra el desarreglo de costumbres; esperiencia para ejecutarle: mi objeto den que noto; acaso una dilatada man- que tan bien te pintan producen alguna
cuando oigo que habla de modestia una es conocer al hombre, y mi método es- sión eu él corrompería basta mi volun- vez en tu idolatra amante el mismo efec-
dama de la corte, de virtud un gran se- tudiarle en sus varias relaciones. Hasta tad; acaso al cabo de un año n o seria to que tu presencia. Repasándolas pier-
ñor , de sencillez un autor , y de reli- aqui solo le he visto en sociedades redu- masque un vecino de Paris, si para me- do la razón: desvaría mi cabeza en con-
gión un abate; y que á nadie repugnan cidas, desparramado y casi aislado en la recerte no conservara el alma de un tinuo delirio , me consume un fuego de-
estos disparates : ¿ no debo al punto cole- tierra. Ahora le voy á contemplar hacina- bouibre libre, y las costumbres de un vorador , se enciende y chispea mi san-,
gir que igualmente poco se curan aquí do en montones en los mismos sitios, j ciudadano. Así que, deja que le pinte gre, y me hace dar saltos el furor :
de oir la verdad que de decirla , y que asi empezaré á apreciar los verdaderos sin irme á la mano objetos á que me aver- creo que te veo, que te toco, que te
lejos de querer persuadir á los otros el afectos de la sociedad; porque si es cons- gonzara de parccermc, y que contem- estrechó con mi seno. Objeto adorado,
que les habla , ni siqniera procura que tante que baga mejores á los hombres, plando la imagen de la lisonja y la men- niña encantadora, fuente de delicias y
piensen que cree él lo que les dice ? mas deben valer cuanto mas numerosa tira, me anime el celo puro de la verdad. contento , ¿como viéndote no he de ver
la sociedad e s , y ellos mas inmediatos
á las huríes formadas para los bicnaven-.
Pero basta de chanza con la prima. están; y por ejemplo serán muy mss Si estuvieran en ini mano mis ocupa- turados?... Ah! ven... Va,la siento... huye
Dejo un estilo que es ageno de los tres, puras las costumbres en Paris que eo el ciones y mi suerte, no dudes que supiera de mí, y solo una sombra abrazo.. Vcr--
y espero que así me verás adoptar el Valais, y si fuere lo contrario sacaremos escoger oíros asuntos para mis cartas, y dad e s , querida amiga, en demasia fuís-.
gusto de la sátira como el estilo con- la consecuencia opuesta. Instante satisfecha estabas eon las que te hermosa, en demasia tierna para mi
ceptuoso. Ahora, Julia voy á respon- de Meillerie y del Valais te escribía; flaco corazon, que ni tu hermosura, ni",
derte á t i ; porque bien sé distinguir la Convengo en que pudiera este método pero, querida amiga, para que tenga yo tns cariños puede olvidar; tus atracti-
critica que se chancea de las acusaciones conducirme al conocimiento de los pue- fuerza para aguantar el tráfago del mun- vos triunfan de ía ausencia, en todas
serias. blos ; pero por un camino tan largo ; do donde me veo precisado á vivir, es partes me persiguen, me hacen temible
No entiendo como habéis podido equi- tan torcido , que acaso en toda mi vida menester que me consuele á lo menos la soledad, y es el cumulo de mi desven-
vocaros ambas acerca de mi objeto. No no estaría en estado de fallar de uno con describírtele, y que la idea de com- tura no atreverme á ocuparme siempre
son los franceses los que me he pro- de ellos. Es menester que empiece ob- poner para tí mis relaciones me escite en tí.
puesto observar, porque si solo por sus servándolo todo en el primero en que a bascar asuntos para ellas. De otro mo-
diferencias se puede determinar el carác- me hallo, que señale luego las diferen- do toparé con el desaliento á cada paso,
ter de las naciones, ¿ como yo que no cias á medida que corra los demás paí- v será necesario que lo abandone todo, Asi serán unidos no obstaute los e s -
conozco otra ninguna he de emprender ses, que compare con cada uno de ellos si nada quieres tú ver conmigo. Piensa torbos , ó mas bien ya lo están. ¡ Dig-
la pintura de esta ? Tampoco fuera tan la Francia, asi como se describe el olivo que para vivir de modo tan poco ana- nos y amables esposos! ojala los colme
torpe que escogiese la capital para sitio por un sauce, á la palma por un piuo, logo con mis gustos, hago un esfuerzo el cielo de la dicha que su discreto v so-
de mis observaciones. No ignoro que se y que para juzgar el primer pueblo qw que no es indigno de su causa, y para segado amor, la inocencia de sus cos-
diferencian menos entre si las capitales hubiera observado haya acabado mis ob- apreciar la carrera que á tí puede He- tumbres y la honestidad de sus almas se
que las naciones ; que en ellas se borran, servaciones sobre los demás. larme, permite que te hable alguna vez merecen! ojala que les conceda aquella
y en mucha parte se confunden los ca- preciosa dicha de que tan avaro con lo»
Tomate pues el trabajo, preciosa pee
corazones capaces de disfrutarla se mues- nen , y como es todo una vana aparien- ¿Que partido tomaré y o , estranjero, solo con sugetos q u e , s i no son todos del
tra ! Que felices , a y ! s e r á n , si les c o n - c i a , y muda todo á cada instante, ni que no puedo tener asunto ninguno en gusto unos de o t r o s , lo son á lo menos
cede todo lo que á nosotros ha quitado! tengo lugar para que nada me mueva, este país, y q u e con sola la diferencia de los que convidan. Aqui las mugeres
¿Pero no sientes tú con todo alguna ni para examinar nada. de religión no pudiera aspirar á nada? se disfrazan menos, y puede uno e m p e -
especie de consuelo en nuestros males ? Empiezo asi á ver las dificultades del Me veo reducido á abajarme para ins- zar a estudiarlas; aqui reinan con mas
no sientes que no deja de tener su com- estudio del m u n d o , y no sé siquiera truirme^ no pudiendo nunca ser útil libertad espresiones mas agudas y mas
pensación el esceso de nuestra desven- donde se ha de colocar uno para co- procuro ser divertido. Me ejercito, en satíricas ; aqui en vez de noticias publi-
tura , y que si gozan contentos de que nocerle bien. El filosofo está en estreno cuanto es dable , á ser cortes sin falsía, cas , de promociones, de entierros, de
estamos privados, también nosotros dis- distante, y el hombre de mundo en complaciente siu bajeza, y á adoptar matrimonios, de que por la mañaua se
frutamos otros que no pueden ellos c o - estremo inmediato. El uno ve mucho pa- de tal modo lo bueno que en la sociedad ha h a b l a d o , se pasa con misterio r e -
n o c e r ? S í , dulce amiga mia; no obs- ra que pueda reflexionar b i e n , y el hay, que me puedan aguantar en ella vista de las anécdotas de P a r í s ; se ha-
tante la ausencia, las privaciones , los otro muy poco para que pueda juzgar sin que adopte sus vicios. T o d o sugeto c e reseña de todos los sucesos secre-
Sustos; no obstante la desesperación del cuadro total. El filosofo contempla ocioso que quiere ver el mundo, debe, tos de la crónica escandalosa , se es-
misma, esta pujanza con que dos cora- aparte cada objeto que se le presenta, j alo menos hasta cierto punto, adoptar carnece y se ridiculiza tanto lo bueno
zones uno á otro se la.iz.in tiene cierta no pudiendo discernir las relaciones j sos modales; porque ¿ q u e derecho tie- como lo malo; v pintando c o n arte y
secreta voluptuosidad que ignoran las al- conexiones que tiene c o n otros objetos ne uno de ser admitido entre gentes á según su inteeps.personal los caracteres
mas sosegadas. Es uuo de los milagros que no alcanza á v e r , nunca le ve en quieues no sabe agradar ? Pero también de los s u g e t o s , pinta sin saberlo cada
de amor hacer que haya gusto en pa- su l u g a r , y no descubre ni su causa,ni cuaudo ha adquirido este arte, u o le interlocutor mucho mejor todavía el su-
decer, y tuviéramos á la peor de las sus verdaderos efectos. El hombre de piden otra c o s a , especialmente si es es- y o ; aqui eo presencia de los lacayos ha-
desdichas un estado de indiferencia y inundo , lo ve t o d o , y no tiene lugar pa- tranjero: puede dispensarse de tomar ce un resto de circunspección inventar
olvido que la conciencia intima de nues- ra pensar en n a d a ; la movilidad de tos partido en los enredos, los chismes v cierto estilo a m f i b o l o g i c o , bajo cuyo
tras penas nos quitara. Lloremos nuestra objetos n o le permite mas que colum- las contiendas, si se porta honradamen- velo fingiendo hacer mas oscura la sati-
suerte, ó Julia, pero no envidiemos la brarlos sin observarlos; se borran con te con todos y cada u n o , si no escluve ra la hacen todavía mas a c e r b a ; aqui
de nadie. Evaluándolo t o d o , acaso no rapidez unos á o t r o s , y de todo solo le ni prefiere ciertas mugeres; si guarda en una palabra se afila con arte el p u -
hay existencia preferible á la nuestra, y quedan confusas impresiones que se pa- d secreto de cada sociedad en que le ñal con pretexto de hacer menos mal,
asi como saca la Divinidad toda su feli- recen al caos. admiten; si en una casa no descubro las pero de verdad para clavarle mas h o n -
cidad de sí misma, así también los c o - ridiculeces de o t r a ; si evita las confian- do.
razones que un celestial fuego inflama Tampoco es posible ver y meditar al- zas; si se niega á cuchicheos; si en to-
hallan en sus propios afectos una espe- ternativamente; porque requiere el es- das partes conserva cierta dignidad: po-
cie de contento puro y delicioso que ni drá ver á su sabor el m u n d o , conservar N o obstante, si se examinan estas con-
pectáculo una ateucion incesante qae
de la fortuna ni de lo demás del uni- interrumpe la reflexión. U n o que qui- sus costumbres, su probidad, y hasta su versaciones conforme á nuestras ideas,
verso pende. ingenuidad, con tal que nazca esta de no tendríamos razón para calificarlas de
siera dividir por intervalos el tiempo
entre la soledad y el m u n d o , siempre espíritu de libertad y no de partido. Es- satíricas ; porque mas bieu son burlonas
perturbado en su retiro, y siempre age- to es lo que yo he procurado hacer por que mordaces, y menos contra el vicio
no del m u n d o , en parte ninguna esta- dictamen de algunos sugetos ¡lustrados que contra las ridiculeces asestan sus
CARTA XVII.
ría bien. No habría otro medio que par- que entre los conocidos á quienes mi- tiros. Generalmente hablando tiene p o -
tir la vida entera en dos grandes espa- lord Eduardo me ha dirigido he e s c o - ca aceptación la satira en las ciudades
cios : uno para ver, y otro para reflexio- gido para guiarme por ellos. Asi han populosas, doude lo que u o e s mas que
YA estoy en fin lanzado en el torrente. empezado á admitirme en sociedades malo es tan ordinario que n o vale
nar ; pero esto mismo es casi imposible,
Acabada mi coleccion he empezado á Beños numerosas y mas bien escogidas, la pena que de ello se hable. ¿ Q u e hay
porque no es la razón un mueble que se
cenar por c o n v i t e , y á frecuentar los «asta ahora solo rae habia hallado en que vituperar d o u d e no se estima la vir-
toma y se deja .cuando uno quiere, y no
teatros. T o d o el dia le paso en visitas, ton vites de tabla, doude no hay otra se- tud? y de que se puede murmurar
pensará en toda su vida quien ha podi-
poniendo los ojos y los oidos en cuanto »ora que el ama de la casa, dónde por cuando nada parece mal? En Paris e s -
d o vivir diez años sin pensar.
se me presenta, y como nada distingo poco que se les conozca son admitidos pecialmente , donde solo por s u aspecto
que á ti se semeje me abstraigo en me- También me parece que e s delirio todos los ociosos de P a r í s , donde paga visible se miran las cosas, siempre se
dio del bullicio, y converso en secreto querer estudiar el mundo como mero Oda nao como alcanza con agudezas ó recibe mal todo cuanto debiera escitar
contigo. N o porque esta tempestuosa y espectador. E! que solo observar preten- "sonjas su c o m i d a , y cuya confusa y la colera ó la indignación, como no
estrepitosa vida n o tenga también su es- de nada o b s e r v a , porque siendo inútil "iidosa vocería en poco se'difcFcncia de venga puesto en letrillas ó epigramas.
pecie de atractivos, ni porque no c o n - eu los asuntos, y en los placeres:impor- " de las mesas de una fouda. Las mugeres bonitas no gustan de e n o -
vide á l o s rccien llegados con ciertos tuno , en ninguna parte se le admite. j a r s e , y por eso de nada se enojan; y
gustos la portentosa multiplicidad de En tanto vemos obrar á Iqs otros en como el delito nada de visible tiene, son
objetos; pero para disfrutarlos es n e - cuanto somos nosotros mismos activos; los bribones tan honrados como todo el
cesario tener vacio el corazon y frivolo ¿hora estoy iniciado eu mas secretos mundo ¡ Pero hay de aquel que ofrece
y en la escuela del m u n d o , como en la
el entendimiento; parece que se unen misterios, y asisto a cenas particulares, campo á la ridiculez! su caustica impre-
del amor; es necesario empezar practi- 111
el amor y la razón para que me repug- Jj uc está cerrada la puerta á todo sión es indeleble; n o solo las buenas eos-
cando lo que se quiere aprender.
Profano, y hay certeza de encontrarse
tumbres y la virtud despedaza, sino que todos á porfía le contemplan bajo todas distinguen las verdaderas. Todos sus afee- I debe uno llorar en su casa de c a m p o ,
afea basta el v i c i o , y bace que sean c a - sns aspectos, y se pasma uno del juicio tos los gastan en argucias, y tanto en sus el día que puede volver á consolarse á
lumniados los perversos. Pero volvamos y la razón, que como a porfia salen de palabras se exhalan, que no les queda la ciudad, la hora y minuto en que per-
á nuestras cenas. todas estas cabezas locas ( I ) . No se ven- ninguno para la practica. Por dicha que : mite la aflicción dar un baile ó ir al
tilaría mejor un punto de moral en una los suple el bien parecer, y porque es ¡ teatro. T o d o el mundo hace unas mis-
Lo que mas me ba pasmado en estas
sociedad de filosofos, que en la de una estilo se hacen casi las mismas cosas que j mas cosas en las mismas circunstancias;
sociedades intimas es ver á seis personas
muger bonita de Paris; y aun serian las por sensibilidad se harían, á lo menos ' todo va por tiempos como los movimien-
escogidas de proposito para conversar
conclusiones menos severas, porque d mientras que solo cuestan formalidades, tos de un regimiento que hace el ejerci-
entre sí agradablemente, y entre las
filosofo que quiere obrar como habla pe- v alguna incomodidad transitoria á que cio ; diría uno que eran muñecos de som-
cuales reinan las mas veces conexiones
sa lo que dice; pero aquí qne toda li uno se sujeta para que hablen bien de bras chinescas clavados en la misma tabla
secretas, que no pueden estar una llora
moral esmera parladuría, puede uno ser él; porque si los sacrificios llegan hasta ó atados al mismo hilo.
las seis juntas, sin que traten de la mi-
austero sin consecuencia, y para abatir incomodar por mucho tiempo ó costar
tad de Paris, como si nada tuviesen que
algo la jactancia filosófica se complaceo muy caros, á Dios los a f e c t o s , el bien Ahora, como no es posible que todas
decirse sus corazones, y no hubiese
en poner tan alto la virtud que ni el filo- parecer no exige tanto. Fuera de esto estas gentes que hacen exactamente una
presente nadie que interesarlas merecie-
sofo pueda alcanzar á ella. En cuanto j no es posible figurarse hasta que punto misma cosa esperimenten exactamente las
se. ¿ T e acuerdas, Julia mia , como sa-
lo demás, hombres y mugeres, instruidos está todo evaluado, m e d i d o , pesado, en mismas impresiones, claro es que para
bíamos, cuando en tu casa ó en la de
todos por la esperiencia del mundo, T lo que llaman buen porte; todo cuanto conocerlas es preciso penetrarlas por
tu prima cenabamos, á despecho de la
mas por su propia conciencia, están acor- sale de la esfera de los afectos está su- otros medios, y claro que n o es otra cosa
violencia y el misterio, hacer que reca-
des en pensar de su especie lo peor (pe jeto a r e g l a s , y todo es regla en París. toda esta geringonza que uo vano formu-
yese la conversación en asuntos que te-
es posible, filosofando siempre tristemea- Aunque estuviese este pueblo imitador lario que menos aprovecha para juzgar
nían eonexion con nosotros, y como ca-
t e , sobajando siempre por vanidad la na- lleno de origínales, no seria posible s a - de las costumbres que de los estilos que
da reflexión a f e c t u o s a , cada sutil alu-
turaleza humana, indagando siempre eo berlo; porque nadie se atreve á ser quien en París reinan. Asi se aprenden las pa-
sión penetraba en los corazones de en-
algún vicio la cansa de todo el bien que es; es menester hacer como hacen los labras que se dicen, pero no lo que p u e -
trambos c o n una mirada mas veloz que
se practica, y por su corazon juzgando donas es la primera maxima de la s a - de servir para evaluarlas; lo mismo digo
el relampago, ó con un suspiro mas que
siempre mal del corazon humano. biduría del p a i s , y esto se hace, esto- de la mayor parle de libros nuevos, y
exhalado adivinado?
tro no se hace la decisión soberana. lo mismo digo de la e s c e n a , que desde
Moliere acá mas es uu sitio donde se r e -
Si por acaso recae la conversación en No obstante doctrinas que tauto envi-
Esta regularidad aparente comunica á citan bonitas conversaciones, que la re-
los convidados, e s por lo común en cier- lecen , uno de l o s asuntos mas validos
ta gerigonza de s o c i e d a d , cuya clave es de estas gratas conversaciones son los ks estilos roas comunes la mas cómica presentación de la vida civil. Tres teatros
menester poseer para atenderla. Con esta afectos; pero por esta voz no hemos de ísouomia del inundo hasta en las cosas hay aquí: en dos de ellos se representan
cifra se dicen reciprocamente, y confor- entender una afectuosa dilatación del pe- mas serias; se sabe á punto fijo cuan- seres ideales, á saber en uno arlequines
me al gasto reinante, mil insulsas ehan- cho en el seno del amor 6 la amistad, do se ha de enviar a preguntar por otro, y pantalones (a), y en otros dioses, dia-
zonetas, durante las cuales no es el me- cosa que seria de una mortal insulso; caando se ha de hacer uno poner en b l o s , y mágicos; en el tercero se repre-
nos necio quien menos l u c e , mientras sino los afectos comentados en sutiles felá, esto es hacer una visita que no se sentan aquellas inmortales piezas, cuya
que un tercero mal instruido se ve pre- maximas generales, y reducidos a la quin- lace, cuando se ha de hacer realmente, lectura tanto deleite nos causaba , y otras
cisado á callar y á fastidiarse, ó á reirse ta esencia de argucias metafísicas. Pue- mando es licito estar eu casa, cuando mas modernas, que de tiempo en tiempo
de lo que n o entiende. Fuera de las con- do afirmar que nunca en mi vida había no se debe estar aunque no se haya salen á la escena. Muchas de éllas son
versaciones á solas, que ni he tenido ni oido hablar tanto de afectos, ni compres- slido¿ que ofertas debe hacer el u u ó , tragicas, pero mueven p o c o , y se en-
tendré nunca, esto es lo mas tierno y dido menos lo que querían decir. Ks increí- J que ofertas debe no admitir el otro, cuentran en ellas algunos afectos natu-
afectuoso que en las amistades de este ble cuanto los acrisolan. Oh Julia: nos- qoe grado de sentimiento debe cau- rales, y alguna relación verdadera con
pais se encuentra. tros místicos corazones nunca supiere« sar tal ó tal muerte ( 1 ) , cuanto tiempo el corazon humano, no presentan instrue-
palabra de tan hermosas máximas; pero «*
Si en mitad de todo esto un hombre temo mucho que entre las gentes de lono-
de razón dice una espresion grave, ó pro- d o suceda con los afectos lo que entre ks (0 Afligirse por la muerte de uno es afecto humano, y prueba de buena
pone una cuestión s e r i a , al punto se fija pedantes con Homero, que con él fragua ¡Mote; pero no obhgacion de virtud, aun cuando fuera el muerto nuestro
la atención de todos en este nuevo obje- mil hermosuras imaginarias, porque o» pnpio padre. En tal caso el que no siente su corazon afligido no debe dar
to: hombres y mugeres, viejos y mozos, pruebas de aflicción esterna, porque mucho mas esencial es evitar la falsía aue
Sujetarse al bien parecer. '
(i) Pero con tal que un chiste inopinado no venga d acabar con esta gra- (a) En el tiempo en que se escribió esta obra se representaban estas far-
vedad, porque en tal caso cada uno dice el suyo, todos se rien al insume, os trasladadas de Italia d Francia en el teatro que llamaban italiano. En
y no queda medio de volver ¿ un asunto serio. Me acuerdo de cierto Uo ' cl CoUe especialmente se encontraban mil sales y donaires con no poco
bollos que perturbó de un modo muy chistoso una comedia de perros; conocimiento del corazon humano. Ahora en vez de estas piezas se cantan y
actores se tiraron á los bollos, y se mostraron lo que eran. Cuantas cosas ''presentan operas cómicas algo mas ineptas que las tonadillas de España ,
bollos para muchos hombres! Sabemos d quien ha querido pintar l-onten^ I«® ' melodramas,- porque con el tiempo todo prospera, todo va de
en la historia de los Tirintios. ( Nota del Traductor.)
cion de ninguna especie acerca de las queses; Sócrates hacia hablar á coche- capital, V fueron sus marqueses ridicu- lentas situaciones hacen que se olvide
costumbres particulares del pueblo a r o s , carpinteros, zapateros y alhamíes; los el primer dechado de los petimetres de una hermosa colocacion de frase, ni
qnien divierten. pero los autores del dia que son sugetos dd vecindario que á ellos se siguieron. posturas elegantes; y si la desesperación
de otra categoría tendrían á menos valer Generalmente hablando bay muchas le mete un puñal en el c o r a z o n , n o
Entre los inventores de la tragedia es-
el saber lo que en la tienda dé un mer- palabras y poca acción en la escena contento con observar la decencia al
taba esta cimentada en la religión que
cader , ó en el obrador de un artesa» francesa, y acaso consiste en que efccti- caer, como Polixcna, no c a e ; la d e -
bastaba para autorizarla, y ofrccia por
s u c e d e ; necesitan interlocutores ilustres; tamente el francés habla mas que obra; cencia le mantiene en pie despues de
otra parte a los Griegos un instructivo
y en la alta gerarquía de sus persona- óá lo menos que aprecia mucho mas muerto, y todos los que acaban de e s -
y grato espectáculo en las desgracias de
jes buscan la elevación que á sn inge- lo qne se dice que lo que se hace. D c - pirar se vuelven por sus píes pasado un
sus enemigos los Persas, y en los delitos
nio les falta. Hasta los espectadores se cia uno que salía de una pieza de D i o - instante.
y locuras de los reyes de quienes se ha-
bia libertado este pueblo. Represéntese
han hecho tan escrupulosos , que teme- nisio el tirano : nada he visto, pero
T o d o esto proviene de que no se cura
en Berna, Zuric ó en la Haya la antigua
rían comprometerse en la comedia co- he oido muchas palabras. Esto mismo
el francés de que haya en la escena ilu-
mo en visita, y se desdeñarían de irá sepnede decir ai salir de las piezas
tiranía de la casa de Austria; y hará e l sión y naturalidad, y solo quiere agude-
ver representados sugetos de mas baja francesas : los mismos Hacine y Cornci-
amor de la pratria y de la libertad que za y pensamientos; hace caso de la g r a -
condicion qne ellos. Se tienen por los He eon todo sn ingenio n o son mas que:
nos interesen estas piezas; pero diganuie cia y no de la imitación, y n o se le da
únicos moradores de la tierra, y a sus »nos parleros, y su sucesor es el pri-
para que sirven aqui las tragedias de nada de qne n o haya seducción con tal
Corneille, ni que importa Poinpeyo ó
ojos todos los demás son nada. Tener mero que á ejemplo de los ingleses se
que le diviertan. Nadie va al teatro por
c o c h e , portero y mayordomo es ser co- ha atrevido á poner alguna vez la esce-
Sertorio al pueblo de Paris. Las trage- gozar del teatro , sino por ver la asam-
mo todo el m u n d o , y para ser como to- ra en representación. Por lo común to-:
dias griegas se versaban sobre sucesos b l e a , porque le v e a n , y por tener de
verdaderos, ó que tenian por tales l o s
d o el mundo es menester ser como po- do sucede en hermosos coloquios bien j
que charlar después de la pieza; ni pien-
quísimas personas; los que andan á pie cadentes, bien s o n o r o s , donde es lo
espectadores por estar fundados en tra- san en lo que ven mas que para sa-
diciones históricas: ¿pero que importa
no son del m u n d o ; son vecinos llanos, primero que se ecba de ver que lo que 1
ber lo que han de decir. Para ellos el
gentes d e la p l e b e , personas del otro quiere siempre cada interlocutor es lu-
al alma de los grandes una llama he- actor siempre e s actor, y nunca el per-
m u n d o , y dirían que un coche no tanto cir. Casi todo se espresa en maximas ge-
roica y pura? no diriamos que les dan sonaje que se presenta ; ese hombre que
e s necesario para andar por la calle, nerales ; por agitados que esten , siem-
muchas malas noches los combates del habla como arbitro del orbe n o es Au-
como para existir. Asi hay un puñado de pre piensan mas en el publico que en
amor y la virtud, y que tiene el cora- g u s t o , que es Barón; la viuda de P o m -
insolentes que se cuentan por los únicos ellos propios; mcoos les cuesta una sen-
zon mucha parte en los casamientos de peyo Adriana, Alcira, la Gaussin, y ese
del m u n d o ; y que n o merecerían la pe- tencia que un afecto, y csceptuando las
los reyes ? Contempla cual será la veri- soberbio salvaje, Grandval (b). Lee co-
na de ser contados, si no fuera por d piezas de Racine y Moliere ( I ) el y o
similitud y la utilidad d e tantas piezas mediantes por su parte descuidan total-
mal que hacen. Para estos esclusivamen- casi con tanto rigor está desterrado de
fundadas en tan imaginarios motivos. mente la ilusión de que ven que nadie
te son los teatros; se muestran á una la escena francesa como de los escritos
hace c a s o : colocan á los heroes de la
como representados en medio de la es- de PuertoReal; y no menos modestas
Por lo que á la comedia respeta, cier- cena , v como representantes á los la- antigüedad entre seis filas de mozalvetes
que la humildad cristiana, las pasiones
to es que debe representar al natural dos; son personajes en el tablado, y » de Paris, adaptan las modas francesas
tamañas siempre hablan en impersonal.
las costumbres del pueblo para quien mediantes en los palcos. Asi se estrecha al traje romano; y sale Cornelia l l o -
También hay cierta dignidad convencio-
está h e c h a , á fin de que se enmiende de la esfera del mundo y de los actores; rando con dos dedos de colorete, Catón
nal que nunca permite á la pasión que
sus vicios y defectos como delante de asi no sale la escena moderna de su fas- con polvos y peluca y Bruto con tonti-
lublc exactamente en su idioma, ni que
un espejo se quitan las manchas de la tidiosa dignidad, ni se saben sacar a ella llo. A nadie repugna todo esto , ni im-
el actor se revista de su personaje y le
Cara. Terencio y Plauto se equivocaron á los hombres como no sea con traje pide la aceptación de las piezas ( c ) ; c o -
taiga al lugar de la e s c e n a , sino que
en su objeto; pero antes de ellos Aristó- dorado. Diría uno que solo de condes mo solo ai actor ven en el personaje,
le retiene sin cesar encadenado en el
fanes y Mcnandro habían presentado á y caballeros está poblada la Francia, J tampoco veo mas que al autor en el
teatro, y ante los ojos de los especta-
los Atcoienses las costumbres de Ate- cuanto mas miserable y hambriento e drama, y si e l traje no es exacto lo
dores. De modo que nunca las mas v i o -
nas ; y despues Moliere solo ha pintado el p u e b l o , mas brillante y magnifica es disculpan con-facilidad, porque al cabo
con mas verdad lodavia las de los fran- su pintura. D e aqui resulta que pintan-
ceses del ultimo siglo á sus propios ojos. d o las ridiculeces de los estados que
El modelo ha variado, pero no ha veni- son la pauta de los d e m á s , se dilatan (i) No se ha de citar en-esta parte Moliere con Racine; aquel está,
d o otro pintor; ahora copian en el tea- en vez de estinguirse, y que siempre como
todos los demás, atestado de maximas y sentencias, especialmente
tro las conversaciones de un centenar de simio é imitador de los ricos, i«enoi a sus comedias en-verso, mientras que en Racine todo es afecto; ha sabido
casas de Paris, y fuera de e s o , no ins- acude al teatro para reírse de las estr» hacer que cada uno hablara por sí propio,y en esta parte es 'verdaderamente
truye de nada de las costumbres de los vagancias de estos que para estudiarla " un>co de los autores dramáticos de su nación.
franceses. En esta vasta ciudad hay qui- v ser mas loco que ellos imitándote.
(b) Barón, Grandval, la Gaussin, etc. eran conucos y cómicas del teatro
nientas ó seiscientas mil almas, de quie- "De esto fué causa el mismo Moliere qm
/ranees , coetáneos del tiempo en que se suponen escritas estas cartas.
nes ni siquiera se hace mención en la es- corrigíó á los palaciegos inficionando U
(c) Actualmente está despejado de espectadores el teatro, y se visten con
cena. Moliere se atrevió á pintar vecinos
"¡as exactitud los actores. Que ha grangeado la ilusión teatral? poco ó nada
honrados y artesanos no menos que mar-
L"forma de nuestros teatros modernos se oponen esencialmente a ella; Te-
iCi
nievo mis primeros afectos y mi digni- y lo que pueefe agradar ó disgustar á su
sabemos que Corneille no era s a s t r e , ni afectos basta tal p u n t o , que en cierto dad primera! cuanto me gozo en volver marido. No necesitamos indagar lo que
Crebillou peluquero. momentos olvido lo que soy y de quia i ver brillante con todo su esplendor la en tal caso exigiría la virtud; bastan l a s
D e suerte que de cualquier modo que soy. Cada dia al salir de mi casa en- imagen de la virtud, en contemplar la meras leyes de la amistad. ¿Merecería
se consideren las c o s a s , solo se halla cierro mis afectos debajo de llave, pan i tova, ó Julia, sentada en un trono de tener amigos quien por su interés pri-
aqui parladuría, g e r i g o n z a , y palabras vestirme de otros que à los frivolos ob- gloria, y de un soplo disipando todos vado pudiera comprometerlos ? Cuando
sin consecuencia. Lo mismo en la esce- jetos que rae aguardan se adaptan. Poto estos prestigios! Siento que alienta mi estaba soltera era libre , solo á sí propia
na que en el mundo es en balde escu- á poco juzgo y raciocino como oigo alma oprimida, creo que he recuperado tenia que dar cuenta de sus acciones, y
char lo que se d i c e , nada de lo que se juzgar y raciocinar á todo el mundo. Si mi existencia y mi v i d a , y respiro de bastaba con la honradez de su intención
hace se aprende. ¿ Y que necesidad hay pruebo alguna vez à sacudirme de las nuevo con mi amor todos los sublimes para justificarse á sus propios ojos. Nos
de saberlo? cuando ha hablado uno se preocupaciones, y à ver las cosas corso afectos que de su objeto le haccn digno. miraba como á dos esposos destinados
informa nadie de su conducta? no ha ellas s o n , al instante me acometen eoo
uno para otro; y reunieodo en su puro
concluido lo que tenia que hacer ? no una parladuría que lleva visos de racio-
y sensible corazon el pudor mas casto
está ya juzgado? Aqui el hombre de c i n i o , y me prueban hasta la evidencia
CARTA XVIII. respecto de ella misma con la mas tierna
bien no es quien bace buenas accioues, que solo el semi-filosofo atiende á b
compasion d e su culpada a m i g a , encu-
sino el que dice hermosas cosas, y una realidad de las c o s a s , que el verdadero DE JULIA.
bría mi yerro sin ser en él cómplice.
sola espresion imprudente dicha sin r e - sabio solamente las estudia por las apa-
Pero ahora todo ba variado: debe dar
flexión puede hacer un perjuicio irrepa- riencias, que debe seguir como princi- ACABO de g o z a r , mi buen a m i g o , de á otro cuenta de su conducta; n o solo
rable á aquel que la ha s o l t a d o , y tal pios las preocupaciones , y como ley d ano de los mas gratos espectáculos que ba empeñado su f e , mas también ha c n a -
que no le borrarían cuarenta años de in- bien parecer, y que la sabiduría mas pueden cautivar los ojos: la mas juiciosa genado su libertad. Depositaría de man-
tegridad. En una p a l a b r a , aunque las sublime consiste en vivir como los de- y la mas amable niña es al fin la mas común del honor de dos personas , no
obras de los hombres se parezcan poco is. digna v la mejor de las casadas. El hom- basta que sea honesta, sino que es n e -
á sus palabras, veo que por estas y no bre de bien cuyos deseos ba satisfecho, cesario que la honren, no basta con
por aquellas los califican; también veo Precisado asi á variar el orden de Beño de estimación y amor, solo para que obre bien , también e s necesario que
que en una ciudad populosa parece la mis afectos morales , precisado à dar quererla, adorarla y hacerla feliz alien- no baga nada que alguien desapruebe.
sociedad mas s u a v e , mas fácil y mas se- valor á cosas imaginarias, y á poner ta; y yo disfruto de la inefable delicia No solamente debe una muger virtuosa
gura que entre gentes que son menos silencio á la naturaleza y á la razón, Teo de ser testigo de la felicidad de mi ami- merecer la estimación de su marido, sino
cultas : ¿pero son realmente los hom- de esta suerte desfigurarse el modelo di- ga; esto e s , de participar de ella. No que también ha de grangearla; si él n o
bres mas humanos, mas moderados y vino que en mi interior llevo , y que i menos sensible serás t ú , bien cierta es- la estima es acreedora á vituperio, y
mas justos ? no lo sé. T o d o esto no es la par era objeto de mis deseos y pania toy de ello, tú á quien siempre con tan- aunque sea inocente es culpada asi que
mas que apariencia, y bajo esteriorida- de mis acciones; fluctuó de antojo t» ta terneza q u i s o , tú á quien Clara casi da motivo á sospechas, porque las apa-
des tan ingenuas y agradables, acaso antojo, y esclavizados sin cesar mis gas- desde niña amaba, y que por tantos bene- riencias son parte eseucial de sus obli-
son los corazones mas r e c ó n d i t o s , mas tos à la o p i n i o n , no puedo ni siquiera ficios suyos dehes entrañablemente amar- gaciones.
impenetrables que los nuestros. Estran- un dia estar cierto de lo que he de que- la. Sí: nuestros corazones sienteu como
jero , aislado, sin asuntos, sin conexio- rer el dia siguiente. el suyo todos los afectos qnc esperimen-
n e s . ni distracciones, y no queriendo ta. Si para ella son gustos para noso- No veo con claridad s i son convin-
C o n f u s o , afrentado, consternado.il centes todas estas razones, tú lo. juzga-
decidir sino por mi p r o p i o , ¿ como he tros son consuelos, que es tal el valor
sentir que se degrada en mí la natura- r á s ; pero cierta conciencia íntima, m e
de poder fallar? de la amistad que nos estrecha, qde
leza humana , v al verme repelido á tai avisa que no conviene que siga mi pri-
basta la felicidad de nno de los tres
inferior grado de aquella interior gran- ma siendo mi coUlidenta, ni que ine lo
para suavizar las penas de los otros dos.
Empiezo no obstante á conocer la em- deza à que nuestros inflamados corazo- diga ella antes que yo. Mis raciocinios
briaguez en que sume esta tumultuosa y nes reciprocamente se enaltecían, vuel- muchas vcccs me han descarriado, pero
No obstante, no nos disimulemos que
agitada .vida á los que á ella n o están acos- vo por la uoclie penetrado de una tris- nunca los secretos movimientos que me
vamos á perder en parte á esta incom-
tumbrados , y voy cayendo en un atolon- teza secreta, abrumado de una mortal los inspiran, y esto hace que mas de mi
parable amiga: va se halla en un nuevo
dramiento semejante al de un hombre repugnancia, hinchado y vacio el cora- instinto que de mi razón me fie.
orden de c o s a s , ya está sujeta á nucv.os
delante de cuya vista pasa rápidamente z o n , como una pelota llena de aire. ¡O
empeños, á nuevas obligaciones, y su Por este principio he tomado ya un
una muchedumbre de objetos. No fija amor ! à afectos puros que de él son hi-
corazón que solo nuestro era se debe pretexto para pedirte tus cartas, que por
mi corazon ninguno de los que veo, pero j o s ! . . . . con que encanto vuelvo à entrai
ahora á otros afectos , á qne tendrá la temor de que l a s descubriesen me las
todos juntos perturban y suspenden sus en mí propio ! con que rebatos bailo de
amistad que eeder la preferencia. Mas guardaba ella en su casa ; y me las ha
bav, amigo mió: por nuestra parte d e - devuelto con uua opresión de corazon,.
seo, Agutíes, Héctor tienen en nuestra imaginación formas colosales,y enks bemos ser mas escrupulosos acerea de que ha conocido el m í o , y que me ha
tablas a dos varas de nosotros parecen enanos. Producir la ilusión teatié los testimonios de su c e l o ; no solamente confirmado que bahía yo hecho lo que
no menos es problema de arquitectura que de declamación y poesía; f" debemos consultar el cariño que nos tie- debia. No n o s hemos csplicado , pero
para resolverte la construcción de tos teatros modernos debería iio estar ct- ne y lo que la necesitamos, mas tam- snplian por razones nuestras miradas;-.y
ñida a los mezquinos planes y mas mezquinos fines que arquitectos y bién lo que á su nuevo estado conviene, sin decirnos nada sentíamos que poca
presarios se proponen. ( Notas del Traductor.)
lleva r a z ó n , pero sí que nnnca el libro c o r a z o n , si te niegas tú á darle oidos?
en este país la austeridad republicana,
del señor de Crouzas escitará á hacer Cuando de mis observaciones y mis fallos CARTA XX.
es menester virtudes mas flexibles y que
una buena acción, y que no hay cosa te doy cuenta es para que l o s enmiendes,
mas bien se sepan adaptar á los intereses DE J U L I A .
buena que no tenga deseos de hacer y no para que los apruebes, y cuantos
de los amigos ó protectores. Convengo
quien acaba de leer a Pope. Vo por mí mas errores puedo cometer, mas debo AMIGO m í o : al señor de Orbe he en-
en que es honrado el mérito; pero los
no tengo otro modo de juzgar de mis acelerarme á hacértelos saber. Si vito- tregado un lío que se ha encargado de
talentos que se grangean aqui la repu-
lecturas que sondear la disposición en perú los abusos que en esta ciudad se enviarte bajo sobre del señor Silves-
tación no son los que conducen á la for-
que ponen á mi alma, y apenas imagi- me presentan, n o me disculparé con que tre , en cuya casa le encontrarás; pero
tuna, y aun cuando tuviera la desgracia
n o en que pueda ser bueno un libro te hablo en confianza; porque nunca di- te advierto qne para abrirle has de aguar-
de poseerlos estos ¿se decidiría Julia á
que no escita á sus lectores á la practi- go de un tercero lo que no estoy dis- dar á que estés solo y en tu cuarto; en
sermuger de un hombre de fortuna? En
ca del bien ( r ) . puesto á decirle en su cara, y en todo este lio hallarás una alhajita para tu
Inglaterra es diferente, y aunque acaso
cnanto de los parisienses te escribo no uso. Es una especie de relicario que gus-
A D i o s , mi siempre amado amigo; hago mas que repetirte lo que todos los sean todavía peores I® costumbres que
tan llevar consigo los amantes. El m o -
n o quisiera concluir tan p r e s t o , pero dias les digo á ellos mismos, sin que por en Francia, no estorba eso que se pueda
do de servirse de él es muy raro : es
me están esperando v me llaman. S i e n - eso se enfaden, y al contrario convienen adelantar por camino mas h o n r o s o ;
menester contemplarle todas las maña-
to dejarte, porque estoy alegre y gusto conmigo en muchas cosas. Se quejaban porque como tiene el pueblo parte en
nas un cuarto de hora con cierta ternu-
de participar contigo mis contentos; lo de nuestro Muralt, asi lo c r e o ; hasta en el gobierno, es la pública estimación
ra , se aplica luego á los o j o s , á la boca
que los anima y los dobla es que se halla los elogios que les da se ve cnanto los medio eficaz de crédito. No ignoras que
y al corazon , y s i r v e , d i c e n , de p r e -
mejor mi madre de algunos días á esta aborrece, y 6 yo me engaño mucho, ó el proyecto de milord Eduardo es valer-
servativo por todo el día contra los ai-
p a r t e , y s e ha sentido con bastante fuer- en mi critica se descubre todo lo con- se de este medio en mi favor, y el mió
res malos del pais del galanteo. También
za para asistir á la boda , y servir de trario. 1.a estimación y la gratitud que justificar su celo. Para mí el paraje
atribuyen á los relicarios de esta espe-
madre á s u sobrina , ó por mejor de- me inspiran sus bondades no hacen otra de la tierra en que mas distante de tí
cie otra virtud eléctrica muy singular,
cir á su segunda hija. La pobre Clara cosa que aumentar mi ingenuidad, qne estoy es aquel en que nada puedo hacer
y es que comunican al uno las impresio-
ha llorado de g o z o ; piensa que haría yo, puede ser Util á algunos; y por el modo para que nos acerquemos. O Julia, si e s
nes de los besos del otro á mas de cien
que tan poco merezco conservarla; y siem- con que sufren todos la verdad en mi dificultoso alcanzar tu m a n o , mucho mas
leguas de distancia. No afirmo qne sal-
pre estoy temiéndome perderla. En ver- boca me atrevo á creer que somos dig- lo es merecerla; y esta noble empresa es
g a bien la csperiencia, pero estará en tu
dad que con tanta gracia ha presidido á n o s , de oiría ellos, y vo de decirla. la que me ha encomendado el amor.
mano el hacerla.
la fiesta como cuando estaba en cabal sa- En esto, J u l i a , es mas honrosa la ver-
lud , y un resto de debilidad hacia to- dad que critica que la verdad que elogia; Me libras d e una pena muy cruel dán- Sosiegate acerca de mis dos galanes ,
davía roas amable su ingenua urbanidad. porque el loor solo para estragar á 1« dome buenas nuevas de tu madre, te veía o pretendientes, 6 como quieras llamar-
N o ; nunca ha sido tan buena, tan en- que le reciben s i r v e , y los mas indig- tan asustada antes de mi partida, que no los , porque ya el nombre que les des na-
cantadora , tan digna de ser adorada es- nos siempre son los qne mas le codician, me atrev í á decirte lo que pensaba, pero da importa: se han i d o ; vayan con Dios.
ta incomparable madre... ¿Sabes que ha pero la censura es útil, v solo el mérito la encontraba flaca, mudada, y me rece- Desde que no los v e o , n o los aborrezco.
preguntado varias veces noticias tuyas sabe aguantarla. T e lo digo con todo ni laba alguna peligrosa enfermedad. Con-
al señor de O r b e ? Aunque no me ha- corazon, que honro al francés como aJ sérvamela, porque la q u i e r o , porque la
ble de t í , no ignoro que te q u i e r e , y único pueblo que ama de veras á los bonra mí corazon, porque serán sus bon- CARTA X X I .
que si fuera escuchada, lo primero que hombres, y que es benefico por carác- dades mi única esperanza, y sobre todo
haria fuera tu dicha y la mía. Ah ! si s a - ter; pero por eso mismo estoy menos porque es madre de mi Julia.
be ser sensible tu c o r a z o n , ¡ que nece- dispuesto á otorgarle la general admira- PUES que tú lo exiges, Julia, menes-
Te diré sobre los dos n o v i o s , que ter será retratarte á estos amables pari-
sidad de serlo tiene, y cuantas deudas ha ción á que aspira, aun por los defectos
no me gnsta este v o c a b l o , ni en chañ- sienses. ¡Soberbia , faltaba este homeuaje
de pagar ! que confiesa. Si no tuvieran los france- a s ; por lo domas el estilo con que de á tus atractivos! Con esos tus fingidos
s e s virtudes nada dijera de ellos, si no ellos me hablas me quita todo recelo,
tuvieran vicios no fueran hombres; pe- z e l o s , tu modestia y tu amor, mas vani-
; no aborrezco á esos desventurados , dad que recelo veo que esconde tu curio-
CARTA X I X . ro tienen sobradas prendas loables para pnes que crees tú que los aborreces. Pe-
que tos alabemos por todo. sidad. Sea como fuere, dir.é la v e r d a d ,
ro me admira tu sencillez en pensar que la puedo decir, y con mas satisfacción la
A JULIA.
conoces el odio ; ¿ no ves que le equivo- dijera si mas que alabar tuviese. ¡ O si
T E S , Julia m í a , ríñeme, grítame, cas con el honor despechado ? Asi mur- cien veces mas hermnsas fueran! si sufi-
p é g a m e , que todo lo aguantaré; pero En cuanto á las tentativas de que ntf mura la candida paloma cuando á su cientes gracias poseyeran para tributar
no por eso dejaré de seguir diciendote hablas son impracticables, porque fuera amada persiguen. Anda, J u l i a , niña in- nuevo honor á las tuyas!
lo que pienso. ¿Quien será el deposita- necesario para hacerlas valerse dem^ comparable; cuando puedas tú aborrecer
rio d e mis pensamientos, sino tú que dios que no me convienen , y q¡>e u ®%una c o s a , podré yo dejar de amarte. ¡ T e quejabas de mi silencio! Dios mió!
los iluminas? con quien se esplayará mi propia me has vedado. N o es de estilo que te había de decir ? Cuando esta carta
leas verás porque gustaba de hablarle de
p
- D. ¡Cuanto te compadezco por tus vecinas las valaisanas, y porque n o
(i) Si aprobare el lector esta regla, , jr por ella juzgare de esta colección jertc cercada de esos dos impertinentes! te he hablado de las mugeres de este pais.
tío apelará el editor de su fallo. Por tu amor date priesa á despedirlos. Las unas sin cesar se traían á mi memo-
lleva r a z ó n , pero sí que nunca el libro c o r a z o n , si te niegas tú á darle oidos?
en este pais la austeridad republicana,
del señor de Crouzas escitará á hacer Cuando de mis observaciones y mis fallos CARTA XX.
es menester virtudes mas flexibles y que
una buena acción, y que no hay cosa te doy cuenta es para que l o s enmiendes,
mas bien se sepan adaptar á los intereses DE J U L I A .
buena que no tenga deseos de hacer y no paía que los apruebes, y cuantos
de los amigos ó protectores. Convengo
quien acaba de leer a Pope. Vo por mí mas errores puedo cometer, mas debo AMIGO m í o : al señor de Orbe he en-
en que es honrado el mérito; pero los
no tengo otro modo de juzgar de mis acelerarme á hacértelos saber. Si vito- tregado un lío que se ha encargado de
talentos que se grangean aquí la repu-
lecturas que sondear la disposición en pero los abusos qne en esta ciudad se enviarte bajo sobre del señor Silves-
tación no son los que conducen á la for-
que ponen á mi alma, y apenas imagi- me presentan, n o me disculparé con que tre , en cuya casa le encontrarás; pero
tuna, y aun cuando tuviera la desgracia
n o en que pueda ser bueno un libro te hablo en confianza; porque nunca di- te advierto que para abrirle has de aguar-
de poseerlos estos ¿se decidiría Julia á
que no escita á sus lectores á la practi- go de un tercero lo que no estoy dis- dar á que estés solo y en tu cuarto; en
sermuger de un hombre de fortuna? En
ca del bien ( r ) . puesto á decirle en su cara, y en todo este lio hallarás una alhajita para tu
Inglaterra es diferente, y auuque acaso
cnanto de los parisienses te escribo no uso. Es una especie de relicario que gus-
A D i o s , mí siempre amado amigo; hago mas que repetirte lo que todos los sean todavía peores I® costumbres que
tan llevar consigo los amantes. El m o -
n o quisiera concluir tan p r e s t o , pero días Ies digo á ellos mismos, sin que por en Francia, no estorba eso que se pueda
do de servirse de él es muy raro : es
me están esperando y me llaman. S i e n - eso se enfaden, y al contrario convienen adelantar por camino mas h o n r o s o ;
menester contemplarle todas las maña-
to dejarte, porque estoy alegre y gusto conmigo en muchas cosas. Se quejaban porque como tiene el pueblo parte en
nas un cuarto de hora con cierta ternu-
de participar contigo mis contentos; lo de nuestro Muralt, asi lo c r e o ; hastaea el gobierno, es la pública estimación
ra , se aplica luego á los o j o s , á la boca
que los anima y los dobla es que se halla los elogios que les da se ve cnanto los medio eficaz de crédito. No ignoras que
y al corazon , y s i r v e , d i c e n , de p r e -
mejor mi madre de algunos días á esta aborrece, y 6 yo me engaño mucho, ó el proyecto de milord Eduardo es valer-
servativo por todo el día contra los ai-
p a r t e , y s e ha sentido con bastante fuer- en mi critica se descubre todo lo con- se de este medio en mi favor, y el mió
res malos del pais del galanteo. También
za para asistir á la boda , y servir de trario. 1.a estimación y la gratitud que justificar su celo. Para mí el paraje
atribuyen á los relicarios de esta espe-
madre á s u sobrina , ó por mejor de- me inspiran sus bondades no hacen otra de la tierra en que mas distante de tí
cie otra virtud eléctrica muy singular,
cir á su segunda hija. La pobre Clara cosa que aumentar mí ingenuidad, que estoy es aquel en que nada puedo hacer
y es que comunican al uno las impresio-
ha llorado de g o z o ; piensa que haria yo, puede ser Util á algunos; y por el modo para que nos acerquemos. O J u b a , si e s
nes de los besos del otro á mas de cien
que tan poco merezco conservarla; y siem- con que sufren todos la verdad en mi dificultoso alcanzar tu m a n o , mucho mas
leguas de distancia. No afirmo qne sal-
pre estoy temiéndome perderla. En ver- boca me atrevo á creer que somos dig- lo es merecerla; y esta noble empresa es
g a bien la csperiencia, pero estará en tu
dad que con tanta gracia ha presidido á n o s , de oiría ellos, y vo de decirla. la que me ha encomendado el amor.
mano el hacerla.
la fiesta como cuando estaba en cabal sa- En esto, J u l i a , es mas honrosa la ver-
lud , y un resto de debilidad hacia to- dad que critica que la verdad que elogia; Me libras d e una pena muy cruel dán- Sosiegate acerca de mis dos galanes ,
davía roas amable su ingenua urbanidad. porque el loor solo para estragar á los dome buenas nuevas de tu madre, te veia o pretendientes, 6 como quieras llamar-
N o ; nunca ha sido tan buena, tan en- que le reciben s i r v e , y los mas indig- tan asustada antes de mi partida, que no los , porque ya el nombre que les des na-
cantadora , tan digna de ser adorada es- nos siempre son los qne mas le codician, me atreví á decirte lo que pensaba, pero da importa: se han i d o ; vayan con Dios.
ta incomparable madre... ¿Sabes que ha pero la censura es útil, y solo el mérito la encontraba flaca, mudada, y me rece- Desde que no los v e o , n o los aborrezco.
preguntado varias veces noticias tuyas sabe aguantarla. T e lo digo con todo ni laba alguna peligrosa enfermedad. Con-
al señor de O r b e ? Aunque no me ha- corazon, que honro al francés como aJ sérvamela, porque la q u i e r o , porque la
ble de t í , no ignoro que te q u i e r e , y único pueblo que ama de veras á I® lionra mi corazon, porque serán sus bon- CARTA X X I .
que si fuera escuchada, lo primero que hombres, y que es beuefico por carác- dades mi única esperanza, y sobre todo
haria fnera tu dicha y la mia. Ah ! si s a - ter; pero por eso mismo estoy menos porque es madre de mi Julia.
be ser sensible tu c o r a z o n , ¡ que nece- dispuesto á otorgarle la general admira- PUES que tú lo exiges, Julia, menes-
Te diré sobre los dos n o v i o s , que ter será retratarte á estos amables pari-
sidad de serlo tiene, y cuantas deudas ha ción á que aspira, aun por los defectos
no me gusta este v o c a b l o , ni en chao- sienses. ¡Soberbia , faltaba este homeuaje
de pagar ! que confiesa. Si no tnvieran los france- las ; por lo domas el estilo con que de á tus atractivos! Con esos tus fingidos
s e s virtudes nada dijera de ellos, si M ellos me bahías me quita todo recelo,
tuvieran vicios no fueran hombres; pe- z e l o s , tu modestia y tu amor, mas vani-
; no aborrezco á esos desventurados , dad que recelo veo que esconde tu curio-
CARTA X I X . ro tienen sobradas prendas loables para pues que crees tú que los aborreces. Pe-
que tos alabemos por todo. sidad. Sea como fuere, dir.é la v e r d a d ,
ro me admira tu sencillez en pensar que la puedo decir, y con mas satisfacción la
A JULIA.
conoces el odio ; ¿ no ves que le equivo- dijera si mas que alabar tuviese. ¡ O si
T E S , Julia m i a , ríñeme, grítame, cas con el honor despechado ? Asi mur- cien veces mas hermosas fueran! si sufi-
p é g a m e , que todo lo aguantaré; pero En cuanto á las tentativas de que nf mura la candida paloma cuando á su cientes gracias poseyeran para tributar
no por eso dejaré de seguir dicíendote hablas son impracticables, porque fuera amada persiguen. Anda, J u l i a , niña in- nuevo honor á las tuyas!
lo que pienso. ¿Quien será el deposita- necesario para hacerlas valerse dem^ comparable; cuando puedas tú aborrecer
rio d e mis pensamientos, sino tú que dios que no me convienen , y que u alguna c o s a , podré yo dejar de amarte. ¡ T e quejabas de mi silencio! Dios mió!
los iluminas? con quien se esplayará mi propia me has vedado. N o es de estil» que te habia de decir ? Cuando esta carta
leas verás porque gustaba de hablarle de
p
- D. ¡Cuanto te compadezco por tus vecinas las valaisanas, y porque n o
(i) Si aprobare el lector esta regla, , jr por ella juzgare de esta colección jerte cercada de esos dos impertinentes! te he hablado de las mugeres de este pais.
tío apelará el editor de su fallo. Por tu amor date priesa á despedirlos. Las unas sin cesar se traían á mi inemo-
ningún otro eu que las mugeres espe- podido enteramente evitar la que p r o -
ria, y las otras.... Lee, y sentenciarás lúe-1 lo demás mejor las serviría la imagina- cialmente gasten menos bordados de oro. curaban precaver. El carmín y los cor-
g o . En cuanto á lo demás, pocos piensan cion del espectador que los ojos; y segan las mismas telas usan las mugeres de scs escotados han hecho todos cuantos
de las damas francesas como j o , si aca- opina el filosofo gascón, mas recia es el todas elascs, y cou dificultad se distin- progresos podían hacer. Mas han que-
s o no soy solo de mi dictamen. La equidad hambre entera , que la que ya está sa- guiría una duquesa de la esposa de un rido las mugeres del vecindario de la
me obliga á advertírtelo, para que sepas tisfecha á lo menos por un sentido. vecino honrado, si no tuviera aquella el capitaf renunciar á sus colores natu-
que te las p i n t o , acaso n o como son , Son poco regulares sus facciones, arte de imaginar distinciones que n o se rales , y á las gracias que podian s a -
sino como á mí me parecen. No obstan- pero sino son hermosas, tienen una vi- atreve esta á imitar. Parece que tiene es- car del amorosopensier de los amantes,
t e , si soy injusto c o n c i t a s no dejarás de veía que suple por la beldad, y á veces to sns dificultades , porque cualquiera que vestirse menos á lo señor; y si no
• __ I . C o i - l.'.ItO K n n l t d N n i I l f C B I'• _
censurarme de nuevo, y cometerás mayor la eclipsa. Sus ojos son brillantes y vi- que sea la moda que se adopte en pa- ha cundido este ejemplo en las condi-
injusticia que y o , porque tuya sola es la vos , mas n o dulces ni penetrantes lacio, al instante la sigue la capital to- ciones mas m e n u d a s , es porque una
culpa. aunque á poder de carmín quieran ani- da i y no hacen los vecinos de Paris muger á píe en semejante trage n o es-
Empecemos por lo esterior, que es á marlos, la espresion que por este medio como las provinciales v las estranjeras, tá muy segura de los insultos del p o -
lo que se ciSe la mayor parte de l o s ob- les dan mas se semeja al fuego de la que siempre se visten á la moda pasada; pulacho. Son estos insultos clamores del
s e n a d o r e s . Si en esto los imitase yo ten- colera que al del amor. Naturalmente ei tampoco sucede lo que en los otros pudor amotinado, y en este caso , como
paises, doude como los mas considera-
drian sobrado motivo para agraviarse las solo alegria manifiestan, y sí alguna en otros mucho3 , la rudeza del pueblo,
bles son los mas ricos, también se dis-
mugeres de este p a i s , que tienen su es- vez parece que solicitan un tierno afec- mas honesta que el bien parecer de la
tinguen sus mugeres con un lujo que no
terior de caractcr como de rostro, y co- to , nunca lo prometen ( I ) . gente culta, contiene acaso aqui á cien
S e visten tan b i e n , ó á lo menos tal pueden igualar las otras. Si las grandes mil mugeres dentro del coto de la m o -
mo n o les es uno mas propicio que o t r o ,
siguieran aqui este estilo , en breve las destia, que es justamente lo que han
las ofende quien por solo él las juzga. reputación de ello t i e n e n , que en esto, eclipsarían las de los asentistas. ¿ Pues
como en lo demás son el dechado del querido las mañosas inventoras de es-
Son cuando mas pasaderas de figura, y que han h e c h o ? han escogido mas s e -
resto de Europa; y efectivamente es tas modas.
en general mas bien feas que bonitas: guros y mañosos medios , y que prue-
imposible llevar con mas gusto traje
dejo aparte las esccpciones. Delgadas, ban mas reflexión. Saben que en los ani- Por lo que es la facha de Soldado y el
mas cstravagante. Entre todas las ma-
antes que bien formadas, n o tienen buen nos del pueblo están profundamente tono de granadero causa menos eco,
geres son las que menos á sus propias
talle, v por eso adoptan á porfía las mo- grabadas las ideas de pudor y modestia, porque es mas universal, y solo los n o -
das que le eucubreu, en lo cual hallo que | modas se sujetan. La moda manda en 5 esto les ha sugerido modas inimita- tan los recien llegados. Desde el arra-
son muy simples las mugeres de los otros las mugeres de provincia, pero las pa- bles. Han visto que miraba el pueblo bal de s a n Germán hasta el mercado,
paises que imitan las modas destinadas á risienses mandan en la moda, y la sa- eon horror el carmín, que está empe- hay en París pocas mugeres cuyo ha-
disimular defectos de que ellas no ado- ben adoptar cada una c o m o le convie- «ado en llamar toscamente colorete , y blar y mirar n o sea de un descoco tal,
lecen. ne. Aquellas son unos ignorantes y ser- se han puesto cuatro dedos no de colo- que deja cortado á quien no ha visto
S u andar es fácil y ordinario ; su aire viles copistas , que basta los yerros de rete, siuo de carmín, porque variando el en su pais nada que se le parezca; y
ortografia copian ; estas son autores que nombre no es la cosa la misma. Han de la estrañeza que causan estos nuevos
nada tiene de afectado porque no g u s -
copian como maestros, y saben enmen- listo que el pecho descubierto escanda- modales nace la falta de marcialidad
tan de incomodarse; pero naturalmente
dar las lecciones erradas. llaba al público , y bao escotado hasta que ceban en cara á los forasteros.
tienen cierta desenvoltura, que no ca-
Su arreo mas es esquisito que mag- abajo sus corscs. Han visto... O h ! mu- Aun es peor cuando abren la b o c a :
rece de g r a c i a , y que les da muchas ve-
chas cosas que, aunque tan señora, no es la suave y delicada voz de nues-
ces porque vaya hasta el atolondramien- nifico, y reina en él mas elegancia qué
nunca ciertamente las verá mi Julia. Eu tras vaudesas; sino un acento duro ,
to. Su tez es medianamente blanca, y riqueza. La vicisitud de la moda que de
por lo coinun son algo Hacas, cosa que I un año á otro todo lo envejece, la lun- sis modales reina el mismo principio agrio, interrogativo, imperioso, b u r -
que sus arreos dirige. Les ha parecido lón , y mas fuerte que el de u n hombre.
n o contribuye á dar lustre á su cutis.! pieza que es causa de que gusten de mu-
plebeyo y vil aquel hechicero pudor Si queda en su tono alguna gracia de
Kn cuanto al pecho es el estremo opues- | dar con mucha frecuencia de traje, las
que distingue, honra y hermosea tu su sexo, su intrépido y curioso modo de
to á las valaisanas. Con corsés muy es- preservan de una ridicula suntuosidad:
sexo; su rostro y sus acciones los han mirar á la gente á la cara "acaba de
trechos procuran inspirar ilusión acerca 110 gastan m e n o s , p e r o aprovecha mas»
animado con un noble descaro, y no bav eclipsarla. Parece que se se complacen
de su consistencia, y tienen otros medios que" gastan; en vez de trajes soberbio» bombre de bien , á quien cuando de bi- en disfrutar del encogimiento que infun-
de engañar acerca del color. Aunque v raidos como en Italia, aqui se ven to en hito le mirau , no hagan bajar los den á los que por la vez primera las vi-
todas estas cosas solo desde lejos haya vestidos mas sencillos pero nunca traí- ojos. Así dejaudo de ser m u g e r e s , por sitan ; pero es de creer que les agrada-
podido contemplarlas, es tan libre su dos. F.n este punto ambos sexos gastan temor de que con las otras mugeres las ría menos este encogimiento, si c o n o -
examen que poco que adivinar queda, la misma moderación y la misma finura, fonfbndan , prefieren á su sexo su g e - cieran mejor el motivo.
Parece que estas damas conocen mal en y este gusto es muy del m i ó , que no me rarquia, é imitan á las publicas rameras
esta parte sus intereses, porque con po- parecen bien ni bordados de oro ni man- para no ser imitadas.
N o obstante, ya sea preocupación
co agradable que el rostro f u e r a , para chas. Escepto nuestro pueblo , no haj
mia en favor de la hermosura, ó ya
instinto suyo para hacerse apreciar, lo
(¡J ¿ Hablemos de nosotros,filosofo amigo, porque no han de ser otros No sé hasta donde llega esta imita- cierto es que en general me parecen las
mas afortunados? Solo la que ¡i todos quiere prendar promete ó. todo el mun- fon de su p a r t e , pero sé que n o han hermosas algo mas modestas, y que ha-
do lo que no concede mas que á uno. >7
pudor? ni que atractivo tener una vida con sus maridos, y no vemos todavía
lio su porte mas d e c e n t e ; reserva que aprende una muger á hablar, obrar i
privada á una de amor y honestidad? que los bagan castigar porque imitan
les cuesta muy p o c o , porque saben lo pensar como ellos, y ellos como §flj.
Por eso como el terrible azote de toda sus infidelidades. ¿Y como se ha de e s -
que valen, y conocen que no necesitan Alli siendo único objeto de galanteo «fe.
perar por una ú otra parte mas hon-
de cebo para llamarnos. Puede ser tam- fruta en paz de sus insultantes hornea». ( esta gente tan disipada es el fastidio,
aenos se curan las mugeres de que las rado efecto de un vinculo formado sin
bién que sea mas sensible y repugnante j e s , á que ni siquiera se dignan de da
amen quede que las diviertan; mas que el consultar el corazon ? Quien con solo e l
«I descaro uuido á la fealdad; y es cier- un viso de buena fe. Que importa? 4
amor valen con ellas el galanteo y las caudal ó el empleo se casa nada debe á
to que antes bartaria uno de bofetadas veras ó en burlas se ocupan en ella, q»
atenciones, y con tal que sea uno su la persona.
que de besos un rostro feo y descarado, es todo cuanto quiere. Si llega otra mu-
ger el estilo de ceremonia sucede al ins- continuo acompañante, poco les impor- Él a m o r , el mismo amor ha perdido
en vez de que si es modesto puede esci-
tante al de intimidad: empiezan los cum- - ta que este é deje de estar apasionado, sus d e r e c h o s , y no está menos estra-
tar cierta tierna compasion que á veces
plimientos , se divide la atención de 1« v basta las voces de amor y amante es- gado que el matrimonio. Si son aqui
para en amor. Pero aunque generalmen-
hombres, y se hallan recíprocam-ote tán desterradas de la intima sociedad de los esposos solteros y solteras que hit-
te se note aqui cierta cosa mas suave eu
todas en una desazón secreta, de la cu! ambos s e s o s , y relegadas con las de hitan juntos para vivir mas libres, l o s
el porte de las personas bonitas , gastan
no salen hasta que se separaD. grillos y llama á las novelas que na- amantes son sugetos indiferentes que se
tanto melindre en sus acciones, y se
die lee. ven por diversión, por moda , por cos-
ocupan tan á las claras en sí propias,
Gustan las mugeres de Paris de ver tumbre , ó por la necesidad de un ins-
que nunca está uno en este país espues- Parece que esté aqni trastornado to-
los teatros, esto es de ser vistas; pero tante, no tiene que ver el corazon con
to a la tentación en que junto a las in- do el ordeu de los afectos naturales. El
es la dificultad cada vez que quieren estas conexiones , y s o l o se consulta la
glesas caia algunas veces el señor de eorazon no estrecha uuíon ninguna; no
ir el encontrar compañera, porque m comodidad, y lo que á ambos puede
Muralt, de decir á una muger que era («permitido á las muchachas tener uno;
permite el estilo que vaya ninguna mu- convenir; y si se quiere , es conocerse,
hermosa, para tener el gusto de que lo es un derecho reservado para las muge-
ger sola á un aposento, ni aunque sea vivir juntos , concertarse, verse todavia
supiera. res casadas, y pueden elegir á quien
con su marido, ni aunque sea con cual- menos si es posible. Una conexion de
quier otro hombre. Es indecible cuan difi- quisieren , como su marido n o sea. Mas
Ni la alegria natural de la nación, ni valdría que tuviese una madre veinte galanteo dura algo mas que una visita;
cil es formar una de estas partidas en este y e s una coleccion de bonitos diálogos,
el deseo de imitar los modales de los amantes , que no su hija uno solo.
país tan sociable;de diez que se proyecta» y bonitas cartas llenas de retratos, de
grandes son la causa única de esta liber- No repugna el adulterio, ni hallan en
fallan las nueve: las forma el deseo de maximas, de filosofía y conceptos. E »
tad de conversación y de estilos que se él cosa contraria al bien parecer; las
ir al teatro, y las rompe el fastidio de li cuanto á lo físico, no se requiere tan-
nota aqui en las m u g e r e s , y parece que novelas mas decentes, las que para su
compañía. Yo creo que con facilidad po- to misterio ; prudentisimamente han ha-
tiene raices mas hondas en la impruden- instrucción todo el mundo l e e , están
drían abrogar las mugeres este inepto llado que debian arreglar con el i n s -
te, y continua mezcla de ambos sesos, que llenas de adúlteros, y no es vituperable
estilo; porque ¿que razón hay para» tante de los deseos la facilidad de satisfa-
hace que cada uno de ellos contraiga el el desorden, cuando con la infidelidad va
mostrarse sola en publico? Pero acaso cerlos ; la primera y el primero que lle-
tono, el estilo y los modales del otro. Nues- nnido. O Julia ! muger de estas que no
este defecto de razón es el que le mas- ga , el amante ú o t r o , siempre un hom-
tras suizas gustan de juntarse unas con kan temido amancillar cien veces el le-
tiene ; bueno e s aplicar, eu cuanto a bre es un hombre; todos son casi p o r
otras ( 1 ) , viven en una dulce intimidad, cho conyugal seria osada á acusar con su
posible, el bien parecer á cosas á que igual b u e n o s , y esto á lo menos lleva
y aunque verosímilmente no aborrecen impura lengua nuestros castos amores
es inútil faltar. ¿ Que grangearia UM consecuencia; porque ¿ que razón hay
el trato con l o s hombres, es cierto que J á condenar la unión de dos pechos sin-
muger con el derecho de ir sin compa- para ser mas fiel á un amante que
la presencia de estos causa cierta espe- ceros, que nunca supieron quebrantar
ñera á la opera ? no vale mas reservar á un marido ? y después hasta c i e r -
cie de sujeción en esta pequeña ginceocr'a- la fe. Diria uuo que uo es el matrimo-
este derecho para recibir sola á sus ami- ta edad casi todos los hombres son et
cia. En Paris sucede todo lo contrario : nio en Paris de la misma naturaleza que
gos? mismo h o m b r e , y todas las mugeres la
las mugeres gustan de vivir siempre en en las demás partes. Es un sacramento se-
compañía de los hombres, y n o se hallan gún dicen, y n o tiene el tal sacramento la misma muger; todos estos muñecos saleo
bien coando están sin ellos. En cada so- Cierto es que deben ser mil conexio- de casa de la propia modista , y casi no
fuerza que el ultimo contrato civil; p a -
ciedad está casi siempre sola d ama de nes secretas fruto de su modo de vivir rece que no es mas que un convenio en- hay mas elección que hacer que coger el
la casa, en medio de una muchedumbre desparramadas y aisladas entre tantos tre dos personas libres que estipulan que mas á mano se baila.
dehombres. Apenas puede comprenderse hombres. Hoy día todo el mundo convie- que vivirán juntas, que se llamarán con
de donde sale tanto hombre como se ha- nen en e l l o , y ha destruido la esperiencu el mismo nombre, y reconocerán á los Como nada de esto lo se por mí p r o -
lla en todas partes; pero Paris está lleno la maxicua absurda de vencer las tenta- mismos hijos; pero que por otra par- pio, me han hablado de ello en estilo tan
de buscones y célibatarios que pasan la ciones multiplicándolas. Tampoco dita te no da derecho uÍDguno á la una estraordinario, que no me ha sido posi-
vida andando de casa en casa; y los hom- ya que este estilo es mas decente, su» en la otra, y un marido que pensara ble entender bien lo que me dccian. T o -
bres, como la moneda, se multiplican en que es mas agradable; y esto tambiefl aqni en refrenar la mala conducta de su do cuanto h e comprendido e s que para
la apariencia con la circulación. Alli creo yo que es falso -. porque ¿que amor muger no escitaria menos murmuraeio-
puede reinar donde es escarnecido tí la mayor parte de las mugeres es el
°es qne el que en nuestro pais consintie- amante como un criado de c a s a ; si uo
se el publico desorden de la suya. Por cumple bien con su obligación se le d e s -
(i) Todo esto ha variado mucho, ¿jas circunstancias indican que estas car- su parte las mugeres no gastan rigor pide y se toma otro ; si él halla otra c o -
tas se escribieron veinte años hace, y por las costumbres y el estilo parca sa m e j o r , ó se fastidia de su c a r g o , se
que tienen un siglo.
despide é l , y ella toma otro. Dicen que existencia de que hacen caso. Cnandoo poco á poco desvanecían el estilo afecta-
hay mugeres tan antojadizas, que prue- una asamblea se acerca uno á una seño, vecino con un pleito injusto , y otro que
lado de la ciudad; porque sin pensar
ban hasta al amo de casa, porque al fin ra, e n vez de una parisiense con quien habia dejado sin medios la piedra, y de
se adoptan modales análogos á las cosas
también es una especie de hombre; pero cree que habla, solo se encuentra con na quien exigían con el mayor rigor el c a -
que -se dicen, y uo hay medió desacom-
este antojo nunca es duradero , y c u a n - muñeca á la moda. Su estatura, su gor. non d é l a tierra que labraba.-Finalmente,
pañar razones juiciosas' con los melindres
d o se ha acabado le echan y toman otro, dura, su andar, su talle, su pecho,» lodos teman alguna gracia que solicitar,
de un fingido amor. Encontré que eran
6 si se empeña é l , le conservan y to- c o l o r , su a i r e , su mirar, sus razones, a todos los oia con paciencia , á ningu-
mas bonitas desde qne se curaban me-
man otro. sus modales; nada de esto es suyo pro- na desatendía, y el tiempo que atribuían
nos de s e r l o , y conocí que les bastaba
p i ó , y quien en su estado natural la vie- que le empleaba en cartas de amores le
Pero decia yo al que tan estraños e s - para agradar no disfrazarse. Fundado
ra , no pudiera conocerla, y raras veco gastaba en escribir á favor de estos des-
tilos me esplicaba, ¿como vive luego una en esto me atreví á sospechar que Pa-
sucede qne sea este cambio útil á las que venturados. N o te p u e d o esplicar el pas-
muger con todos esos otros que ha des- rís, pretenso emporio del buen g u s t o , es
le hacen, porque generalmente hablando mo que tuve cuando supe el gusto que
p e d i d o , ó que se han despedido ? Bue- acaso el pueblo del mundo donde está
nada se gana con lo que á lo natural se una muger tan moza y tan disipada tenia
n o , replicó; no v i v e , ni se vuelven á mas estragado, puesto que todo el es-
restituye. Pero la naturaleza nunca ente- en cumplir con estas amables obligacio-
v e r , ni se conocen. Si alguna vez les mero que en agradar ponen desfigura
ramente se b o r r a , siempre aparece por n e s , y cuan sin ostentación las desempe-
pasa por la cabeza volver á la misma la verdadera hermosura.
alguna parte, y en cierta maña para co- ñaba: ¡Como, decia yo enternecido, s i
unión, hay que hacer nuevo conocimien-
lumbrarla consiste el arte de observar; Cuatro ó cinco dias permanecimos tuera Julia no obraría de de otro, m o d o !
to , y mucho será si se acuerdan de ha-
arte que con las mugeres de este país juntos, satisfechos unos con otros, y con Desde entonces siempre la he mirado
berse visto. Ya entiendo, le dije; pero
no es d i f í c i l , porque como tienen ma¡ nosotros mismos. En vez de pasar revista con respeto, y se han borrado 4 mis
por mas que aprecie en su justo valor
naturalidad de la que ellas c r e e n , á poe» á París y a sus locuras, nos olvidamos ojos sus defectos.
esas ponderaciones, n o comprendo como
que con alguna perseverancia las frecne». de él, ciñendose todos nuestros queha-
despues de una unión tan tierna pueden Luego que be dirigido hácia este p u n -
t e n , á poco que las saqueo de la eter- ceres á disfrutar entre nosotros de una
verse con Frialdad, como no palpita el to mis investigaciones, h e sabido mil
na representación en qUe tanto se con- grata y dulce sociedad. No tuvimos ne-
corazon al oir el nombre de lo que una cosas honrosas para aquellas mismas m u -
placen , pronto se ven como ellas son.j cesidad desatiras ni búrlelas para gastar
vez se q u i s o , como no da brincos en el geres que al principio me habían pare-
entonces se convierte en estimación j buen humor, y nuestra risa no era de
pecho cuando uno con otro se encuentra. cido tan inaguantables. Todos los estran-
amistad toda la aversión que primero ins- escarnio, sino de alegría, como la de tu
Me hace V. r e i r , me interrumpió, con jeros convieneu unánimes en que, dejan-
sus brincos: ¿ quiere V. que nuestras da- piraban. prima. do á parte las conversaciones á la moda,
mas no bagan otra cosa que caer á cada Otra cosa acabó de hacerme mndar n o hay país en el mundo donde las m u -
instante con alferecias? Ocasión tuve de observar esto la se- de dictamen acerca de estas mugeres. geres sean mas ilustradas, generalmente
mana pasada en una partida de campo, i Muchas veces en mitad de nuestras mas hablen, c o n mus juicio , y sepan en caso
Suprime parte de esta pintura sin du- que con bastante atolondramiento nos animadas conversaciones venían á decir de necesidad dar mejores consejos. Pres-
da abultada; pon á Julia al lado de lo convidaron unas damas á mí y a otros una palabra al oido al ama de c a s a , y cindamos de la gerigonza del galanteo
restante; acuerdate de mi corazon, y na- recien llegados , sin averiguar si les pe- esta salía, iba á encerrarse para escri- y los conceptos; que partido sacaremos
da mas ten<;o que decirte. tábamos, ó acaso para divertirse ásn sa- bir, y no volvía hasta pasado mucho de una española, una italiana, ó una
S e ha de confesar no obstante que bor riéndose de nosotros. Asi fue el pri- tiempo. Fácil cosa era atribuir estos eclip- alemana? N i n g u n o ; y tú , Julia, sabes
muchas de estas desagradables impresio- mer dia: nos lanzaron una infinidad de ses a alguna correspondencia de amor, ó lo que con nuestras suizas por lo común
nes las borra la costumbre. Si se presen- flechazos agudos y bien acerados, que co- délo que asi llaman. Otra muger soltó sucede. Pero atrevasé un hombre á d e -
ta el mal antes que el bien, no estorba mo caían sin rebotar, muy en breve de- de paso una palabra equivoca que fuéoida jar aparte el galanteo, y á sacar á las
que alternativamente este se deje ver; y jaron su carcax exhausto. Entonces se ron mucho desagrado, lo cual me probó francesas de este castillo, del cual a la
las prendas de la inteligencia y la buena rindieron alegremente á nuestra direc- que si no tenia la ausente amantes, no le verdad n o gustan de salir, halla uno
Índole dan valor á las personales. Ven- ción , y no habiendo podido lograr que 'altaban amigos. Habiendo no obstante la con quien hablar en campo raso , y cree
cida la repugnancia primera en breve se nos adaptaramos á su estilo, se adapta- rariosidad escitado mi atención, cuan ato- que las ha con un hombre; asi-se saben
convierte en un contrario afecto. Este ron ellas al nuestro. No se si sacaron nto mequedé cuandosupe que los preten- armar de r a z ó n , y bacer de necesidad
es el otro punto de vista del cuadro, y utilidad de este c a m b i o ; yo por mí gané sos pisaverdes de Paris eran labradores de virtud. En cuanto a su buen caractcr n o
no me permite la justicia que solo por la mucho con é l , y vi con estrañeza que parroquia, que venian en sus cuitas á citaré el celo con que á sus amigos sir-
parte que no le hace favor le enseñe. mas aprendia con ellas que lo qne me "»Plorar el amparo de su señora : uno v e n , porque en esto puede reinar cierto
hubieran enseñado muchos hombres. wgado en el encabezamiento para des- calor de amor propio que en todos los
Es el primer inconveniente de las ciu- Tanto ornaba su agudeza el juicio sano, cargar á otro mas r i c o ; otro alistado en países se halle; pero aunque por lo c o -
dades populosas que se vuelvan los hom- que sentia la que habían malgastado en ja milicia sin respeto á su ¿dad ni á sus mún solo á sí propias se a m a n , una lar-
bres distintos de lo que son, y que Ies dé estragarle; y apreciando mejor á las mu- "jos; otro ( I ) oprimido por uo poderoso ga costumbre, cuando tienen suficiente
la sociedad una csistencia diferente, por geres de este país me lamentaba de que les
decirlo asi, de la suya. Esto se verifica faltara la razón á tantas personas amables
en Paris particularmente, y mas particu- solo porque no querían tenerla. También
larmente con respecto a las mugeres que 1 U 1 de
VÍ que las gracias naturales y familiares M Z / r ^ " r v í " W pero no en esta fia de
(le las ageuas opiniones sacan la única y p hombres
U r ° "' " y esto tutee que se casen
constancia para contraerla sustituye en novelas ha visto mugeres. S e juzgan con
ellas a ua a f e i t o bastante vivo; las que tanta equidad á sí p r o p i a s , que honrar-
pueden sufrir una inclinación de diez las seria hacerse indigno de sus favores,
y la prenda primera del hombre afor- esquiarlas al bien elogiando
B el que
^ut instrucción à —
su s a i o j u ' Ä u n ? pa-
años l a conservan por lo comnn toda su — - r ' " » " una pa-
vida, y quieren á sus anligos viejos con tunado con ellas es ser de una soberana realmente hacen. Acaso son las novelas labra, si me desagradan por todo cnanto
oías terneza, ó á lo menas coU mas sin- insolencia. la postrera instrucción qne queda que su sexo que han desfigurado caracteriza,
ceridad que á sus amantes mozos. Sea como fuere , en balde haceu va- dar á un pueblo ya corrompido qne no las estimo por analogías con el nuestro
nidad de ser malas, son buenas á su des- poeda aprovecharle otra .- entonces qui- que nos dan honra , y hallo que cíen ve-
Una observación bastante general que
:o, y la bondad de su corazón es siera yo que la composición de este v e - ces mejor serian hombres de mérito que
parece probar en contra de las muge-
útil para lo que voy á decir. En todos nero de libros se permitiera s o l o ¿ hom- mugeres amables.
res es que todo lo hacen en este pais,
los países los hombres cargados de ne- bres de bien poco sensibles , cuvo cora- En conclusión, si no hubiera existido
y por consiguiente mas daño que pro-
gocios siempre son adustos y sin conmi- zoo en sns escritos se pintara; á autores Julia , y si hubiera cabido en mi eora-
vecho ; pero lo qne las justifica es que
seración ; v siendo Paris el centro de qne no estuvieran eventos de las huma- zon alguna otra inclinación qqe aquella
hacen mal , incitadas por los hombres,
los negocios del mayor pueblo de Eu- nas flaquezas , que no mostraran de re- para que n a c i ó , nunca hubiera escogido
y bien , movidas por sí propias. Esto n o
ropa , los que están encargados de sa pente la virtud en el cielo fuera del al- en París á mi muger , y mucho menos
contradice lo que antes he dicho , que
gestión son los mas duros de l o s hom- cance de los h o m b r e s , sino que sí la a mi dama; pero hubiera procurado h a -
el corazón no tiene parte ninguna en el
bres. Así para alcanzar una gracia s? hicieran amar, pintándola al principio llar en él una amiga, y acaso me hubie-
trato de los dos sexos, porque la galan-
dirigen á las mugeres , que son el remo- menos austera, y luego del seno del ra este tesoro consolado de nú poder
tería francesa ha dado á las mugeresuna
dio de los desdichados, que no cierran vicio supieran poco á poco conducir á encontrar los otros dos ( í ) .
potencia universal que no necesita para
e l oído á sus quejas, que los escuchan, ella.
mantenerse afecto tierno. T o d o pende
de ellas; todo se hace por ellas y para los consuelan y los sirven. En medio de Va te lo he advertido : en nada soy
su frivola vida saben quitarse ratos de del común dictamen acerca de las muge- CARTA XXII.
ellas: el O l i m p o , el Parnaso ,1a gloria,
la fortuna están igualmente sujetos á diversión para consagrarlos á su buena res de este pais. Todos unánimemente A JULIA.
sus leyes. Ni tienen aprecio los libros, Índole; y si algunas hacen un infame hallan en ellas el mas encantador aga-
trafico de los servicios que h a c e n , mi- sajo , las gracias que mas prendan, el DESDE qne recibí tu carta todos los
ni estimación l o s autores, sino en cuanto
llares hay de ellas que gratuitamente» talento mas acendrado de cautivar , lo días he ido á casa del señor Silvestre
peta á las mugeres dárselos, y fallan
emplean todos los dias en socorrer al sublime de la galantería, v el arte de a saber del lío y nunca este llegaba.
c o m o arbitros supremos de los conoci-
menesteroso con su b o l s i l l o , y con SÍ agradar en supremo grado.*Yo enenen- Devorado de una mortal impaciencia
mientos mas elevados, como de los mas
crédito al desvalido. Verdad es que sos Im su agasajo desagradable, su talento siete veces he hecho el viaje en balde.
agradables. Poesía , literatura, historia,
empeños muchas veces son imprudentes, Apenas le tuve en la mano, cuando sin
filosofía y hasta política , al instante por
el estilo se echa de ver que se han es- y que sin escrúpulo perjudican al des-
crito para la diversión de mugeres bo- venturado que no conocen por servir al , oati tuiuu
corazón cerrar á todos sus asaltos , y
nitas ; y acaban de poner la Bibüa en desventurado que conocen : pero ¿con» un atolondrado; y no viendo el instante
«mea me persuadirán á que puedan ha-
historietas de amoríos. En los asuntos es posible conocer á todo el mundo ts de estar ya de vuelta en mi casa, me en-
blar un punto de amor sin mostrarse tan
para alcanzar lo que solicitan tienen un un pais tan vasto? y que mas puede lu- tre con tanta precipitación p o r calles
incapaces de inspirarle como d e s e n -
ascendiente nauiral hasta con sus pro- cer la bondad de alma que no va unida tirle. que no c o n o c í a , que al cabo de media
pios maridos, no porque son sus mari- con la verdadera virtud , cuyo esfuen» hora buscando (a calle de Tournon don-
mas sublime no tanto es hacer bien, Por otra parte enseña la fama á no
dos, sino porque son hombres, y porque de vivo me hallaba en el barrio que lla-
como no hacer nunca mal ? Fuera de liarse de su caracter; nos las pintan fri-
es cosa ya sabida que no puede un man del Pantano al otro estremo de Pa-
esto, es cierto que tienen propensión al 'Qlas, astutas, arteras, atolondradas,
hombre negar nada á muger ninguna ris. Me vi precisado á tomar un (¡acre
bien , que hacen mucho , que le hacen mudables , hablando bien , pero no pen-
aunque Sea la suya. para volver mas presto, y es la primera
de buena voluntad , qne ellas solas soa sando , menos ano sintiendo, y emplcan-
vez que por la mañana le he alquilado
las que conservan eu Paris la poca hu- « t o d o su mérito en una sutil parladuría.
para mis asuntos, v aun me sirvo de él
En cnanto á lo demás, no supone esta manidad que todavia se ve reinar, y que Esto todo me parece á mi su ser este-
con repugnancia para algunas visitas de
autoridad ni cariño, ni estimación, sino sin ellas veriamos á los hombres insocia- rtor , como su carmín y su tontillo. Son
por la tarde, porque tengo buenas pier-
solo nrbanidad y trato de g e n t e s , por- bles v codiciosos devorarse como lobos. »«os de muestra que es preciso afectar
nas, y senthia que un poco mas de au-
que pOr otra parte es punto n o menos ® París , pero que encubren juicio, ra-
mento en mi caudal me hiciera aban-
esencial de la galantería francesa des- "'"»anidad y buena índole. Son
donar su uso.
preciar á las mugeres que servirlas. Este Esto no lo hubiera yo sabido si * ®coos imprudentes, menos entremetidas
desprecio e s una especie de titulo que hubiera atenido á las pinturas de los ?ie nosotros, y acaso menos que en Estaba en mi fiacre muy atado con
ellas reverencian , y un testimonio de compositores de novelas y comedias, qoe m
' ' ¡ o , que no quería abrir hasta mi ca-
haber vivido lo bastante con ellas para antes descubren en las mugeres ridicu-
conocerlas. F.1 que las respetase le ten- leces en que les cabe á ellos su par- d^ ¿ j T ^ T ^ r 7 ^ " ' ' "CCrC" ** esla car>a
' P™ dudo aue
drían ellas por un novicio, un caballero que las buenas prendas que ellos no lle-
andante, un hombre que solo cu las nen ; ó pintan dechados de virtud de ,es me las
'mulo ¿ X ' ' * S" « tienen , «« bien ad-
sa en cumplimiento de tu mandato. Por liciosos momentos c u j a memoria ahora (S estar despierto y atento, eso no me p í o , todo el mundo se llena de un santo
otra parte una especie de voluptuosidad hace el torcedor de mi vida , y que me es posible respeto, y si la diosa es algo bonita tie-
que deja que roe olvide de la comodidad dió y :me robó en su enojo e l cielo. Aj! Antes de decir á V. mi dictamen s o - ne V. ya al patio medio pagano. Aqui
en las cosas ordinarias, bace que le ape- otro instante me desengaña; todo é bre este famoso teatro, la informaré de no son tan escrupulosos como en la c o -
tezca con ansia en los verdaderos c o n - tormento de la ausencia revive y se tor- loque aqui de él d i c e n , y el juicio de media francesa. Los mismos espectado-
tentos. N o puedo sufrir e n estos ningu- na mas acerbo desvaneciéndose el error los inteligentes podrá rectificar si me en- res que no pueden revestir á un come-
na especie de distracción, y quiero t e - que le habia suspendido , y soy como gaño el mió diante de sn personaje, en la opera n o
ner tiempo y lugar para paladear cuanto aquellos desventurados, cuy&s tormen- la opera de Paris se mira en Paris pueden separar á un actor del suyo. Pa-
d e tí me viene. Tenia en la mano el lio t o s , si s e interrumpen , e s para hacer como el mas p o m p o s o , el mas delicioso, rece que se afectan los espiritas contra
con una curiosidad d e s a s o s e g a d a , que que mas los sientan. Dioses! que tor- el mas admirable espectáculo que inven- una ilusión racional, y solo se entregan
n o estaba en mí reprimir; me esforzaba rentes de llamas en este inesperado ob- tó el arte humana ; es , dicen , el m o - á ella en cuanto e s absurda y grosera,
palpando por encima de las cubiertas á jeto beben mis ansiosas miradas! Oh! nnmento mas soberbio de la magnificen- ó acaso les cuesta menos el concebir
adivinar lo q u e p o d i a n contener, y hu- como reviven eo lo interior de mi co- cia de Luis X I V . No tiene todo el dioses que heroes. Como Júpiter e s de
bieran dicho que me quemaba las manos razon todos los impetuosos movimientos mondo la libertad que V. se figura de otra naturaleza que nosotros, podemos
a l ver el movimiento continuo c o n que que escitaba tu presencia ! Oh Julia! si decir su opioion acerca de tan grave peosar de él lo que quisiéremos; pero
de una á otra le mudaba. A la verdad fuera cierto que comunicar á los lujos materia. Aqui de todo se puede dispu- Catón era hombre, ¿y cuantos hombres
su v o l u m e n , su p e s o , el estilo de tu pudiese el delirio y la ilusión de los tar, menos de música y la opera, en tienen derecho á creer que haya podido
carta me daban alguna sospecha de la míos!... Pero, porque n o ? porque no este punto, solo hay riesgo en no ser Catón existir ?
verdad; pero ¿como podia yo compren- han de ir tan lejos como el alma impre- disimulado. Se mantiene la música fran-
der de que modo habías hallado el ar- siones que eon tanta actividad del alma cesa por medio de una severísima in- Aqui no es la opera , como eu otras
tista y la ocasión? Esto no lo compren- se lanzan ? Ab ! querida amante, do quisición , y la primera cosa que por vía partes, una compañía de gentes pagada
do todavía, es un portento de a m o r , quiera que estés: y cualquiera cosa en de lección insinúan ir todos los estran- para ofrecerse de espectáculo al publi-
cuanto mas escede mi r a z ó n , mas en- que te o c u p e s , en el instante en que jeros que vienen al p a í s , e s que todos co ; verdad es que s o n gentes que paga
canta mi corazon, y uno de los gustos esta escribo, eu el instante en que reci- los estranjeros convienen en que n o hay el publico y que se ofrecen de espec-
que de él saco es no poder descubrir be tu retrato cuanto á tu persona dirige cosa tan hermosa en lo demás del mun- táculo; pero todo eso varia de natura-
como se ha hecho. tu idolatra amante : ¿ n o sientes bañado do como la opera d e Paris, y efectiva- leza atendido que es una academia real
tabello rostro en llantos de amor j mente lo cierto es que los mas prudentes de música, una especie de tribunal s u -
tristeza? no sientes tus o j o s , tus me- alian, y solo se atreven á burlarse en- premo que juzga sin apelación en s u
Finalmente llego , v u e l o , me encierro
jillas, tu boca , tu s e n o , apretados, es- tre ellos. propia causa, y que no se cura mucho
en mi cuarto, me siento perdida la res-
trechados, abrumados con mis encen- de guardar fe ni justicia ( i ) . Mire V.,
piración , rompo tcmblandome la mano
didos besos ? no te sientes abrasar to- prima, como en ciertos paisés consiste
el sello. ¡ Oh primer influjo del amuleto! No obstante es preciso convenir en
da entera con el fuego de mis ioflamados en las voces la esencia de las cosas, y
á cada cubierta que quitaba sentia pal- que representan con mucho aparato no
labios?.. Ciclos que o i g o ! Alguien vie- como bastan nombres decentes para
pitar mi c o r a z o n , y en breve me hallé solo todas las maravillas de la natnrale-
ne.. .. Ah ! e n c e r r e m o s , escondamos mi honrar lo que menos lo es.
tan oprimido, que antes de quitar la ul- ¡a, mas también otras muchas maravillas
tima me vi precisado á tomar aliento . . . q»e nadie ha visto n u n c a , y Pope quiso
Los miembros de esta noble academia
¡ Julia, 6 Julia m i a ! . . . rasgado está el tesoro un impertinente ¡ Maldito óertamente designar este estravagante
n o están deshonrados; en cambio están
v e l o ! . , te veo... veo tus divinos atracti- sea el cruel que viene á turbar tan dul- teatro en aquel donde dice que se ve un
escomulgados, que es justamente el e s -
v o s ! mi boca y mi corazon les rinden ces rebatos... Ojala que nunca ame!..ó batiburrillo de d i o s e s , d u e n d e s , rnons-
tilo contrario de los demás países; pero
el primer tributo, mis rodillas se d o - que se vea ausente de su amada! Iruos, reyes , pastores, hadas, el furor,
acaso dándoles á escoger mas bien quie-
blan... ¡Adorado h e c h i z o , todavía otra la alegria , un i n c e n d i o , una g i g a , una
ren ser nobles y condenarse que plebe-
vez habrás encantado mis o j o s ! que batalla y un baile.
CARTA XX11I. yos y salvarse. En el teatro he visto á
p r o n t o , que eficaz es el mágico.efecto Esta mezcolanza tan magnifica y tan
un caballero moderno tan ufano con su
de estas facciones queridas! N o ; n o se
A T A SESOS» bien ordenada se reputa como si de ver-! oficio, como antiguamente se tuvo por
necesita, como tú d i c e s , un cuarto de D E L A M A N T E D E J U J . t A
DS ORBE. ilad contuviese todas cuantas cosas re- \ afrentado con el suyo el desventurado
hora para sentirle; un minuto, u n ins-
presenta. Cuando se ve aparecer un tem-1 t i b e r i o ( 2 ) aunque le ejercitase por
tante basta para arrancar de mi seno
mil abrasados suspiros, y acordarme con A V. preciosa prima es á quien JOJ
tu imagen la de mi pasada gloria..... á dar cuenta de; la o p e r a , porque aun- (1) Dicho con espresiones mas claras seria todavía mas cierto ; pero aqui
¿ Porque ha de estar el gozo de poseer que n o me habla de ella en sus cartas, >°y parte,y debo callarme. En todos los países donde es menor la sujeción
tan precioso tesoro acibarado con amar- y Julia le ha guardado el secreto, uo.se * s leyes que a los hombres, es menester saber sufrir la injusticia.
gura tan cruel? ¡Con que violencia me me esconde de donde le viene su curio- (2) Precisado por el tirano a salir al teatro lamentó su suene en versos
acuerda tiempos que va se han ido! Al sidad. lina vez he ¡do para contentar h ""y patéticos, y capaces de encender la saña de todo hombre de bien con-
verle creo que aun te miro ; creo que m i a , y otras dos he vuelto por V. To- Weeste Cesar
" tan alabado.
. . . « Después de haber vivido, dijo,
. . . sesenta años con
de nuevo me encuentro en aquellos de- davia puedo volver , bostezar , padeccr tóSn
°"rj, he abandonado esta mañana mi casa caballero romano, y entraré esta
y morir por dar á V. g u s t o ; pero lo q«
Iarde vil histrion en ella. Ay ! un dia de sobra he vivido. Oh
Ohfortuna
fortuna ! ! si ha-
Ú
fuerza, y solo recitase sus propias obras. n u b i de este magnifico carro. Hacia fe jones, lagartos, galapagos, cocodrilos; el publico es quien se le debe á ellos.
Tampoco pudo el antiguo Labcrio v o l - inferior del carro se ve la iluminacn» sapos y culebras, que se pascan por el No hablaré á V. de esta música, por-
ver á ocupar su puesto en el circo e n - de dos ó tres velas de sebo hediondo, teatro con una prosopopeya que da mie- que ya la conoce. Pero de lo que no se
tre los caballeros romanos; y el nuevo mal despabiladas, que mientras que ha- do, y hacen ver en la opera las tenta- pudiera V. formar idea es de los horro.
todos los dias baila uno en los bancos ce muecas y se despepita el personaje, ciones del bendito san Antón. Cada una rosos g r i t o s , de los luengos bramidos
de la comedia francesa en medio de la meciéndose en su columpio , le dan on de estas figuras la anima un bruto de ¡ c o a <pie durante la representación resue-
primera nobleza del pais; y nunca se humazo á su sabor: ¡ digno aroma de la aguador, que no tiene el entendimiento na la escena. Vense las cantarínas casi
ovó hablar en Boma con tanto respeto divinidad! bastante para hacer de animal. convulsas arrancar con violencia estos
de la majestad del pueblo r o m a u o , c o - En esto, primita, consiste, sobre c o r - ahullidos de los pulmones, apretando el
Como son los carros la porcion mas
mo en Paris se habla de la majestad de ta diferencia, el augusto aparato de la pecho con los puños cerrados, echada
considerable de las maquinas de la ope-
la opera. opera en cuanto desde el patio he podi- la cabeza atras, encendido el rostro,
ra , puede V. por ella juzgar de las de-
do con mi anteojo observar; porque no hinchadas las v e n a s , y dando latidos el
Esto es cuanto por conversaciones he mas. La mar alborotada consta de ODOÍ
se ha de imaginar V. que sean estos me- estomago: no se sabe cual sentido mas
podido recopilar acerca de este brillante faroles largos angulares de tela ó carto»
dios muy escoodidos, ni que produzcan disgustado queda , si la vista ó el oido;
espectáculo, ahora diré lo que por mis azul ensartados en asadores paralelos,
ilusión; no digo en esto mas que lo que su afán da tanto que padecer á los que
ojos he visto. y á que hacen dar vueltas unos mu-
jo propio he visto., v lo que como yo los miran , como su canto á los que los
Figúrese V. una especie de saco de chachos de la calle : el trueno es nt:
verá cualquier espectador despreocupa- escuchan, lo mas estraño es que estos
unos quince pies de ancho, y largo á carretón muy pesado que hacen andar
do. Afirman uo obstante que hay una aullidos son casi la única cosa á que
proporcion: este saco es la escena. A por el embovedado, y que no es el ins-
portentosa muchedumbre de maquinas dan aplausos los espectadores. Yo por
los dos lados se colocan de trecho en trumento menos sonante de esta agra-
destinadas á mover todo e s t o , v varias mí estoy persuadido á que aplauden los
trecho unos lienzos de biombo en los ciada música. Los relámpagos se haces
veces me bau ofrecido enseñármelas i p e - gritos de una cantarína de la opera co-
cuales están toscamente pintados los ob- con cucharadas de pez resina, que tiran
ro nnnea he tenido curiosidad de ver mo se aplauden las habilidades eu la
jetos que se han de representar. El fon- á una l u z ; y el rayo es un cohete al
como se hacen mezquinas cosas con cuerda floja , que causan una penosa y
do es un lienzote pintado lo m i s m o , y cabo de una culebrina.
esfuerzos grandes. desagradable sensación, y padece uno
casi siempre horadado ó hecho pedazos, mientras duran ; pero se queda tan con-
El teatro está guarnecido de unos es-
lo cual figura simas en la tierra, ó agu- Es increíble el numero de personas tento cuando ve qu.e se han coocluido
cotilloneitos cuadrados , que cuando se
jeros en el ciclo , según la perspectiva. empleadas cu el servicio de la opera. sin desmán, que manifiesta de corazou
abren anuncian que van á salir los dia-
Cada persona que por detras de la es- Juntos al coro y la orquesta componen su alegria. Conciba V. que estilar) este
blos del sotauo. Cuando tienen que vo-
cena pasa y toca el lienzo produce bam- cerca de ciento ; hay una calila de baila- método de canto para espresar los mas
lar por los ai r e s , les sustituyen con mu-
boleándole una especie de terremoto que rines; todos los papeles s o u dobles y agraciados y tiernos pasajes de Quinault;
cha maña unos diablos de lienzo erado
es muv curioso de ver. El cielo se r e - triples ( r ) ; quiere decir que siempre hay imagínese las Musas, las Gracias , los
llenos de paja, y á veces algunos de los
presenta con ciertos trapos de color ooo ó dos actores subalternos destina- Amores y hasta la misma Venus, que se
muchachos que deshollinan chimeneas,
azul celeste colgados en pértigas largas, dos á sustituir a cada actor principal, y esplicau con esta dulzura , y figúrese et
que se contonean en el aire colgad«
ó en cuerdas, como el tendido de las pagados para que no hagan nada hasta efecto. Pase en cuanto á los diablos,
de unas s o g a s , hasta que majestuosa-
lavanderas. El sol ( q u e también algunas que á este le pete no hacer n a d a , lo porque tiene esta música algo de infer-,
mente se desaparecen en los trapos de
veces se v é ) e s un hachón metido en un cual nunca tarda mucha en suceder. Pa- nal que no les sienta m a l ; por eso la
que he hablado. Lo que realmente es
farol Los carros de los dioses y dio- sadas algunas representaciones, los pri- magica, los conjuros, y toda la bara-
trágico e s cuando las sogas están mal
sas se componen de cuatro maderos en I meros actores, que son sugetos de mu- búnda del aquelarre es lo que mas rna-i
atadas ó se quiebran, porque entonces
cuadro, colgados de una maroma en rta importancia, dejan de favorecer al ravilla en la opera francesa.
espíritus infernales y dioses celestiales
forma de columpio: entre estos maderos publico con su presencia, y abandonan
pegan un batacazo, se rompen las costi-
hav una tabla en medio donde se sienta | el puesto á sus sustitutos y á los susti-
llas, y á veces se matau. Añada V. átod»
el d i o s , y por delante cuelga un trapo j tutos de los sustitutos. Siempre cobran Con estos hermosos sonidos, tan ajus-i
esto los monstruos que hacen muv pa-
de estopa pintarrajeado, que figura* la ¡ el mismo diuero á la puerta, pero no tados como s u a v e s , se conciertan digna-
téticas ciertas e s c e n a s , como son dra-
se da el mismo espectáculo. Cada uno mente los de la orquesta. Figúrese V.
coge su boleta, como á una l o t e r í a , sin un guirigay sin fin de instrumentos sin
bias de deshonrarme, ¿porque no me forzabas a esta torpeza cuando la ¡* saber que suerte le ha de c a e r ; y sea melodia , un sordo y eterno ruu run de
ventad y el vigor me dejaban a lo menos una agradable figura ? Ahora ¡qU esta cual fuere, nadie es osado á q u e - bajos, la cosa la mas l ú g u b r e , la mas
triste objeto voy a ofrecer al desprecio del pueblo romano! Una fallecía" jarse, porque ha de saber V. que los lamentable que en mi vida he oído , y
voz, un cuerpo achacoso, un cadaver, un animado sepulcro, al que nada, nobles miembros de esta academia no que nunca he podido aguantar media
sino es mi nombre, de mí queda.»» El prologo entero que con este motivo rfr feben respeto ninguno al publico, y que hora seguida sin sacar un tremendo d o -
lor de cabeza. Todo esto forma uua e s -
citó, la injusticia que le hizo Cesar, agraviado por la noble libertad con f" I
su honor injuriado vengaba las afrentas que en el circo le hicieron,, la ba- I
jeza que tuvo Cicerón de baldonar su oprobio, la aguda y picante repCa I (i) En Italia no saben que cosa sean dobles, y no los aguantaría el pu-
de Labe rio, todo esto nos lo ha conservado Aulo Gelio, y á mi ver es el n" blico; por eso es el espectáculo mucho mas barato, que les costaría muy
interesante y curioso pasaje de su insulsa recopilación. "tro el que le sirvieran mal.
pecie de canto llano, en que por lo c o - buena gana la música en París negode linca se usan ; pero las otras tres con- Poco á poco me conduce esto á inves-
mún n o hay canto ni melodía: pero s¡ de estado, acaso porque en Esparta le tribuyen á la imitación: ¿ y que ¡mita es- tigaciones acerca de la verdadera c o n s -
por casualidad ocurre un trozo algo fué el cortar dos cnerdas á la lira de ta? nada. Por tanto está fuera de sazón, titución del drama l í r i c o , vastas mas d e
menos monotono, se oye un brincar uni- Timoteo ; y bien ve V. que a esto so cuando solo como baile se usa: ¿ p o r - lo que conviene para que qnepan en una
versal, y se ve á todo el patio que con hay respuesta que dar. Sea como fuere, que, qne conexión tienen chaconas , za- carta, y que me desviarían mucho de mi
muchísimo alan y no menos estruendo la opera de París pudiera ser una este- rabandas y minuetes con una tragedia? asunto ; he trabajado sobre esta materia
sigue á un hombrecito de la orquesta lentísima institución política que no por Mas digo : no vendrian mas al c a s o , si una corta disertación separada, que ha-
( i ) . Hechizados con sentir un instante eso agradaria mas á los sugetos de boeo alguna cosa imitaran, porque de todas llará V. adjunta, y cerca de la cual p o -
la cadencia á que son tan poco sensibles, gusto. Volvamos á mi descripción. las unidades la mas indispensable es la drá conferenciar con Regianino. Résta-
se agitan con oídos, c o n v o z , con bra- Los bailes, que es de lo que me que- del idioma, y una opera en que suce- me decir á V. en ponto á la opera fran-
zos , con pies y con todo el cuerpo por da que hablar, son la parte mas brilla- diera la acción la mitad cantada, y la cesa que el mas grave defecto que en
correr tras de la medida ( 2 ) , que pier- te de esta o p e r a , y por sí solos forroi- otra mitad bailada, seria todavía mas ella á mi entender se nota es un m e n -
den á cada instante, mientras que los rían un espectáculo magnifico, agrada- ridicula que una en que se hablase la tido gusto de magnificencia, en virtud
ble y verdaderamente teatral; pero sir- mitad en francés y la otra mitad en ita- del caal han querido representar en ella
alemanes y los italianos, en quienes ha-
ven como parte constituyente de la pie- liano. lo maravilloso , que siendo un mero
c e profunda impresión la sienten y la si-
guen sin ningún afan, y no necesitan z a , y en calidad de tal se deben consi- parto de la imaginación, está tan en su
No contentos con introducir el baile
llevar el compás con manos y pies: á derar. V. conoce las operas de Quinaut lugar en un poema épico como fuera d e
como parte esencial de la escena liríca,
y sabe como .usa de los intermedios; él en un teatro. Apenas hubiera podido
lo menos á mi me ha dicho muchas ve- también se han probado á hacer á veces
lo mismo con corta diferencia , ó peor c r e e r , si no lo hubiese visto, qne se ha-
ces Regianino que en las operas de Ita- de él el asunto principal, y tienen sus
diferencia , han hecbo sus sucesores llasen artistas tan desatinados que pre-
lia , donde e s tan vivo y tan sensible operas que llaman bailes, y que tan mal
Por lo común se interrumpe en ca- tendiesen imitar el carro del s o l , y es-
nunca ni en la orquesta, ni entre los es- este titulo desempeñan, que no es menos
da acto en el punto mas interesante pectadores tan bobos que fueran á ver
pectadores se ve ni el mas leve movi- impertinente en ellas el baile que en to-
la acción con una fiesta que dan á los esta imitación. La Bruvere no compren-
miento para señalarle. Pero en este país das las demás. Forman en la mayor par-
actores sentados que mira el patio et día como un espectáculo tan soberbio
todo indica la dureza del organo musi- te los bailes otros tantos asuntos sepa-
pie. D e aquí resulta que absolutamen- como la opera le podia fastidiar con
cal ; las voces son toscas y sin suavidad, rados cuantos actos contienen, y están
te se olvidan l o s personajes de la pieza, tanto boato : yo, que no soy La Bruyere,
conexos estos asuntos con ciertas rela-
asperas y fuertes las inflexiones, pesa- ó bien que los espectadores miran álos lo comprendo muy bien ; y sustento que
ciones metafísicas que nunca adivinaría
dos y violentos los sonidos; no hay c a - actores, los cuales miran á otra cosa para todo hombre que no está privado
el espectador, si n o tomara el autor la
dencia ni acento melodioso en los c a n - El modo de preparar estas fiestas es roe; del instinto de las bellas artes , siempre
precaución de advertírselo en un prolo-
tares del pueblo ; los instrumentos mili- sencillo : si e l príncipe está alegre par- la música francesa, el baile y lo maravi-
go. Las estaciones , las edades , los sen-
t a r e s , los pífanos de la infantería, las ticipan de sn alegria y bailan ; si está lloso, confundidos en u n o , harán de la
tidos, los elementos : ¿ pregunto que co-
trompas de la caballería , todos los triste quieren divertirle y bailan. No sé opera de Paris el mas fastidioso espectá-
nexión pueden tener todos estos títulos
obués , los cantores de la calle, los v i o - si es la moda de palacio dar un baile i culo que existir pueda. Pero bien exa-
con el b a i l e , ni que pueden en este ge-
lines de los figones, todo esto toca los reyes cuando están de mal humor; minado todo no quisieran los franceses
nero ofrecer á la imaginación ? Algunos
tan desacorde, que repugna á los oídos lo que sí sé de ellos es que nunca po- otro mas perfecto, á lo menos en cuanto
bay que son meramente alegóricos, c o -
drá ser bastantemente admirada so es- á la ejecución , no porque no sean muy
menos delicados. No son dados á cada mo el carnaval y la locura , que son los
toica constancia en ver chaconas, 6 f* capaces de apreciar la que sea buena ,
hombre los mismos talentos; y en g e - mas inaguantables de todos; porque con
oir cánticos , mientras que á veces estas sino porque en esta parte les divierte
neral los franceses parece que son el mucho entendimiento y agudeza ni tienen
detras de la escena resolviendo acero mas lo malo que lo bueno. Mas quieren
pueblo de Europa que menos aptitud afectos, ni imágenes, ni situaciones , ni
de su corona ó su destino. Hay ademas burlarse que aplaudir; el gusto de la
para la música tiene. Milord Eduardo fuego, ni Ínteres , ni nada de cuanto pue-
otros muchos motivos de baile; las ac- critica los paga del fastidio del espectá-
afirma que los ingleses tienen tan poca de dar motivos á la música , halagar el
ciones mas graves de la vida se ejecutas culo , y tienen mas gusto en burlarse de
como ellos , pero hay la diferencia de corazón , y mantener la ilusión. En estos
bailando: bailan los sacerdotes, bailas él cuando hau salido que en divertirse,
que estos lo saben y no se curan de pretensos b a i l e s , sucede siempre la ac-
los s o l d a d o s , bailan los dioses , bailan cuando asisten.
ción en cantos , siempre el baile ínter-
e l l o , en vez de que los franceses renun- los diablos, bailan hasta en los en [ierre
rompe la a c c i ó n , ó solo ocurre ocasio-
ciarían á otros mil derechos fundados y baila todo con motivo de todo.
nalmente , y nada ¡mita. T o d o cuanto
y se dejarían condenar sobre cualquie-
sucede es que, como estos bailes todavia
ra otra c o s a , antes que convenir en CARTA XXIV.
Así el baile es la cuarta de las bellas interesan menos que las tragedias, se no-
que n o son los primeros músicos del to menos esta interrupción; si fueran
mundo. Gentes hay que reputarían de artes que en la constitución de la escena DE JULIA.
Beños fríos repugnarían m a s ; pero un
defecto tapa o t r o , v para impedir que S i , si; bien lo v e o ; la venturosa Ju-
i) El maestro de música.
Í 2 ) Me parece que no están mal comparadas las arias ligeras de ntusje*
'aligue el baile consiste el arte de los lia siempre es tu amor. F.I mismo f u e g o
'clores en hacer que fastidie la pieza. que en otro tiempo eu tus ojos brillaba
se deja sentir en tu última carta; en ella
francesa con la carrera de una vaca que va d galope, ó la de una oca gnu-
hallo todo el ardor que me anima y eso
sa que quiere volar.
mas el mió se inflama. S i , amigo m i ó ; quiero que te aficiones á gracias quejo
en balde nos separa el destino ; estre- no tenga. En cuanto á lo demás no hi aal pegadizo como el carm,n de las m u - : le consentiré, cuanto con vestido d e
chemos uno con otro nuestros corazo- sido culpa mia el no estar mas vestida; geres de es e pa,s. Este defecto es de gala ó de c a s a , siempre te be W s * con
nes ; conservemos comunicándonosle su pero no me han dado o i d o s , y mi pro- mucha monta, porque te hace los ojos mas gusto que el que tu retrato descu
natural calor contra el hielo de la ausen- pio padre ha querido que se quedara d
cia y la desesperación , y sirva para es- retrato como está. A lo menos te suplico
trechar sin cesar nuestro afecto cuanto que creas que csccpto el peinado no es Pero d i m e . q n e ha hecho de aque- £ Z s t ^ ^ ^ Z
debiera aflojarle. el arreo del retrato el que yo traia, j llosd<K nidos de amor que se esconden de aquel baile adonde llevabas tu traie
que lo ha hecho todo el pintor á su an- en ambos estremos de tu boca , y que en á la valaisaua, v donde dijo tu p iSa
Admirate de mi sencillez: desde que
tojo, adornando mí persona con lo que
recibí tu carta esperimento algo de los
encantados efectos de que habla , y la
es parto de su imaginación. r;rr;1,a s
r atr
r,?íoa aca
- ** h a b ¡ a
nciar con la mia3 ? Ha quitado su natu- no llevabas otro peinado que una lar-a
1
chanza del amuleto, aunque de mi pro- S Í T r r V 0 5 eStrCD, S
° ' ' , a t r e n « ^ t u s cabellos enroscada en tor-
pia invención, no deja de seducirme y CARTA X X V . dado a esa boca la espresion agradable ¡ no de tu cabeza, v prendida con un a í -
figurárseme verdad. Cien veces al dia, rsena que d e repente muda á la menor filer de oro , al modo d é l a s " c ñ
cuando estoy sola, me coge una palpita- A JCLIA. sonnsa.y deja en el corazon no sé que ¡de Berna. N o ; no tiene el s o l C n |a
ción, como si cerca de tí me hallara. Me n o c o n o c d o hechizo,' T no sé que inespe-
» U V O P L " ! pompa de sus ravos todos tarto brillo
PRECISO es , amable J u l i a , que toda- 3
imagino que tienes en la mano mi retra- vía te hable de tu retrato, no ya con rado éxtasis que n o se Duede e s n r « ^ , . . . Dn"°
rado éxtasis que n o se puede espresar. como aquel con que deslumhrabas ojos
to , y soy tau loca que creo que siento aquel primer rapto que tanto te ha agra- Verdad es que no puede pasar tu retrato y p e c h o s ; y ciertamente quien aquel dia
la impresión de los cariños que le haces, dado , sino por el contrario con el re- de la seriedad á la sonrisa. Ah ; justa- te v i ó , no te olvidara en su vida. Asi
y los besos que le d a s ; cree mi boca sentimiento de un hombre á quien sedujo mente de eso me quejo y o , para poder debe ser tu peinado, Julia m i a ; el oro
que los recibe y mi tierno corazon que una esperanza v a n a , y que no baila con pintar todas tus gracias fuera necesario de tus cabellos es el que ha de ornar tu
los paladea. ¡ O suaves ilusiones ! 6 fan- que resarcirse de lo que ha perdido. retratarte en todos los instantes de tu rostro , y no esa rosa que los esconde,
tasía, último recurso de los desventura- Tiene tu retrato gracia y hermosura, j vida. y que tus colores marchitan. Di á la pri-
d o s ! A h ; si puede s e r , sustituid para de la que es tuya ; es bastante parecido Permitamos al pintor el haber omitido ma , porque conozco su elección y sn es-
con nosotros la realidad ! Algo sois para y e s hábil el pintor; pero para estar algunas hermosuras, pero en lo que n o m e r o , que esas flores con que ha c u -
aquellos para quienes nada e s la dicha. con el satisfecho seria necesario no co- fea hecho menos peijuicio á tu rostro es bierto y profanado tus cabellos son de
nocerte. en haber omitido los defectos. N o ha he- tan mal gusto como los que en el Ado-
En cnanto al amaño que he tenido
cho aquel lunar casi imperceptible que nis c o g e , y que se puede permitir que
para hacer sacar este retrato, diligencia Lo primero que le echo en cara es pa-
debajo del ojo derecho t i e n e s , ni el que suplan por la b e l d a d , pero no que la
ha sido d e l amor; pero cree que si recerse á t í , y no ser tú; tener tu cara
hay en el cuello al lado izquierdo. No escondan.
fuese cierto que hiciera milagros no h u - y ser insensible. En vano creyó el pintor
ha puesto... O dioses! era ese hombre de
biera escogido este. V o y á esplicarte el retratar exactamente tus ojos y tus fac-
bronce' I,, «i, J i i 7 .'Por lo H*"
"' "' que5 hace al ousco,
busto, es
es cosa
cosa ssin-
in-
enigma. Algún tiempo hace que tuvimos ciones ; no ha espresado el dulce afecto
en casa á un pintor de miniatura, que que los vivífica , y sin el c u a l , aunque ^ aue' te ha o S ^ í ' ^ H S " ' 3 ^ sea ^ parte «n amante
venia de Italia, y traia cartas de milord tan h e c h i c e r o s , nada serian En til co- 7 r A , . V1 ! , u a j ° i"' l a - | m a S S C V e r o <!"e un padre; pero eíeeti-
Eduardo, que acaso se las dio llevando razon , Julia mia , está el colorete deta Í ' d l l mismo c n l ^ ^ e l l o s y l a s c e - i v a m e n t e hallo q u e ' n o c L vestida
F d e l mismo c o l o r , y no es as, ; las con suficiente decencia. El retrato de
á la mira lo que ha sucedido. Quiso el r o s t r o , y este no se imita. Confieso que
señor de Orbe aprovecharse de la oca- esto está anexo á la insuficiencia del ar- Eos'tb°¿mas casta6
°' ymas
¡ria ha d t ser ,or
'° ei,a
sion para que le hicieran el retrato de te ; pero á lo menos es culpa del artista
'OS cabellos. , Amor, á t, solo pertenecen estos secre-
mi p r i m a , y yo también quise tener el no haber s i d o exacto en cuanto de él
Rubiopelo, ojo azul, cejas negras. ¡ "! s - D i c e s 1 u e l 0 < l 0 l o h a sacado el
otro. Mi madre y ella quisieron el mió, pendia. Por ejemplo ha colocado la rail
y yo rogué al pintor que sacara en se- de los cabellos muy desviada de las se- Ha tipr-tn. i , . r • , , i p l u l o r d e s u imaginación: bien lo creo,
la ,n(eno
creto otra copia. Despues, sin consultar nes , lo cual da un contorno menos agra- J ™ ' r d e l ™ s l ™ Weo lo creo. Ah! si la menor de esas
cual era la copia y cual el o r i g i n a l , es- dable á la f r e n t e , y menos penetración m3 a [ ¡ r * I 3 ' "V n dh , a r Cs | e, apr aa d 0 1 íbei 'e ar da adS e vP "r a*d " d*e — hubiera visto la W
i r a 1 tr b ae d e d lra ,s g uraa l,llas
? hruaa t^ ev - u i -c - ¡ ° ° ^ i«™ n o b„.
cogí , sin que nadie lo entendiese el mas al mirar. Se ha olvidado de los ramos L ',' 9 "»¡"a atentado á— piníarlas I su
V I U uiano
IIMUVI.

parecido de los tres para enviártele;su- « s regular y mas agraciado su contor- ¿ Porque su arte temeraria se ha propa-
de purpura que en este sitio forman dos
perchería que he cometido sin mucho es- no- Estos son los defectos mas sensibles. sado á imaginarlas ? No es solo defecto
ó tres venillas bajo de la cutis con corta
crúpulo , porque alguna semejanza mas Otros muchos ha omitido , y eso mas de bien parecer, sustento que lo es tam-
diferencia como las dores de iris que
ó menos poco importa á mi madre y á ®e enoja que n o solo estoy 'enamorado bién de gusto. S i ; es muy casto tu ros-
contemplábamos un dia en el jardín de
mi prima , pero los homenajes que tú á « t o s perfecciones, siuo de tí cual eres tro para sufrir el desorden de tu pecho;
Clarens. El colorido de las mejillas está
otro rostro que al mió tributaras, sería Si no quieres tú que te dé nada se echa de ver que debe uno de estos
muy inmediato á los ojos, y no se con-
especie de infidelidad tanto mas peligro- «pincel, yo quiero que no te quite na- objetos impedir que se descubra el otro;
vierte deliciosamente e n color de rosa
sa, cuanto fuese mi retrato mas hermoso y tan poco se cura mi corazon de solo el delirio del amor los puede con-
hacia lo inferior del rostro, como en el
que yo, y de cualquier modo que sea no atractivos que no sean tuyos, como de certar ambos, y cuando su ardiente ma-
modelo : dirian que era colorete arúfi-
danto s e imagine para reemplazarlos. no se atreve á descubrir el que cubre
lo
que al arreo h a c e , tanto meuos el pudor , dice entonces la embriagues
llantos; apenas puedo formar los prime- lo a cualquier precio. Después de reite- de los que tienen este por lo común to-
y la turbación de tus ojos, que le olvi-
ros renglones de una carta que nunca radas tentativas, que se les malograron man otros.
das, y no que le manifiestas.
escribir debiera; ni puedo callarme, ni todas, concertaron mejor otra que les En breve se siguieron á esta afectada
Esta es la critica que de tu retrato salió á medida de sus esperanzas. Ayer dignidad modales mas naturales. Pusié-
me ba hecho hacer una continua aten- hablar. Ven, amada y casta imagen, ven
a purificar y dar aliento á un corazon por la mañana me vinieron á proponer ronse á hablar en voz baja; y volviendo
ción. En consecuencia, he formado el que fuera á cenar a casa de la muger de sin pensar en ello á tomar estilos de fa-
proyecto de retocarle conforme a mis envilecido con la ignominia y despeda-
zado con el arrepentimiento. Sustenta un coronel, que me nombraron, y que miliaridad nada decente, cuchicheaban
ideas. Estas se las he comunicado á un habiendo llegado á sus oidos la reputa- y se sonreían , mirándose mientras que
hábil pintor, y por lo que ha hecho ya, mi animo que desfallece, da fuerza a mis
remordimientos para confesar el invo- ción de mi arreglada conducta , tenia el ama de la casa me hacia preguntas
confio verte en breve mas parecida á deseos, decian ellos, de conocerme. Tan acerca del estado de mi corazon con es-
ti propia. Con temor de echar a perder luntario delito que me ha dejado come-
ter tu ausencia. necio fui que caí en el lazo : les re- presiones tan resueltas, que no eran las
el retrato, probamos las enmiendas en presenté que seria mejor ir antes á ha- que ganarle podían. Sirvieron , y la li-
una copia que le he hecho sacar, y no ¡ Qué desprecio vasa tener de un cul- cede una visita; pero se rieron de mis bertad de la mesa, que al parecer con-
los traslada al original hasta que esta- pado! pero mucho menos que el que escrúpulos, diciendome que no consentía funde todas las condiciones, pero que
mos bien seguros del efecto. Aunque yo tengo yo propio. Por mas vil que vaya tantos cumplimientos la sinceridad suiza, realmente pone á cada uno en su verda-
dibujo menos que medianamente, no se á ser á tus ojos, cien veces mas lo soy i y que esos modales de ceremonias solo dero lugar sin que en tal piense , me
cansa este artista de maravillarse de lo los mios , porque viéndome tal cual soy, servirían para darle mala idea de mí. A acabó de confirmar en que casa me ha-
sutil de mis observaciones, y es porque lo que mas me afrenta todavía es verte las nueve fuimos á casa de la dama. Vi- llaba. Era muy tarde para desdecir-
no comprende cuanto mas instruido y sentirte en lo interior de mi corazón, no esta á recibirnos en la escalera, cosa me. Asi fiando mí seguridad de mi
maestro que él es quien me las dicta. en un puesto de bov mas indigno de tí, que en parte ninguna habia visto. Al repugnancia destiné la noche á mi oficio
Algunas veces le parezco muy raro; di- y pensar que no ba podido la memoria entrar vi en candeleras de chimenea unas de observador, y resolví emplearen co-
ce que soy yo el primer amante que haya de los verdaderos deleites del amor pre- velas de cera viejas, que acababan de en- nocer esta clase de mugeres la única oca-
pensado en ocultar objetos que nunca servar á mis sentidos de un lazo sin ce- cender , y en todas partes una aparien- sion que para ello en mi vida tendría.
están bastantemente descubiertos á gusto bo , y de un debto sin atractivos. cia de aparato que no me gustó. Pare- Poco fruto saqué de mi estudio; tenian
de otros, y cuando le respondo que es cióme bonita la dueña de casa, aunque tan poca idea de su actual estado , tan
para verte mejor toda entera para lo que Tan grande es el esceso , que al re- algo aviejada; con ella habia otras mu- poca previsión acerca del tiempo veni-
te quiero tan vestida me tiene por loco. currir á tu clemencia , temo que amanci- jeres casi de la misma edad y que te- dero , y escepto la gerigonza del oficio,
Ah! cuanto mas atractivos tuviera tu re- llen á tus miradas estos renglones que la nían el mismo defecto ; su traje era bas- eran a todas luees tan estúpidas, que en
trato si pudiera yo inventar medio de re-i confesion de mi atrocidad contienen. tante brillante , pero de mas pompa que breve desvaneció el desprecio la lástima
tratar con tu rostro tu alma, y pintar á Perdona, alma casta y p u r a , una narra- bueugusto, bien que ya he notado que que al principio me causaban. Aun ha-
una tu hermosura y tu modestia! te juro, ción que disimularía yo á tu modestia.si es este un punto por el cual no se puede blando del deleite vi que eran incapaces
Julia mia, que grangeara mucho la pri- no fuese el medio de espiar mí yerro. Sé jngar en este pais de la condicion de de sentirle. Me parecieron de estrema-
mera con su reforma. Solo se veiau las que soy indigno de tus bondades , que naa muger.
soy vil, soez y despreciable; pero a lo da codicia para todo cuanto podia ten-
perfecciones que habia supuesto el pin-
menos no seré falso ni aleve; y mas quie- tar su avaricia: esceptuado esto no vi
tor , y movido el espectador las supon-
drá cuales ellas son. No sé que secreto ro que tu corazon y la vida me quites fueron los primeros cumplimientos salir de su boca palabra niDguna que
becbizo en tu persona reina, pero todo que engañarte nn solo punto. Con temor casi los mismos que en todas partes; el viniera del corazon. Me admiré de que
cuanto á ella toca participa de él; basta de verme tentado á buscar disculpas que trato de gentes enseña á acortarlos, ó á hombres decentes pudieran sufrir tan as-
con ver un estremo de tu traje para ado- mas culpado me harían , me ceñiré á convertirlos en chanzonetas antes que querosa sociedad. A mi ver hubiera sido
rar á la que le lleva. Al mirar tu vesti- circunstanciarte con puntualidad el su- fastidien. No fué lo mismo así que em- imponerles una pena cruel el condenar-
do siente uno que en todas partes es el ceso , v seré tan sincero como mi senti- l«ó á ser general y seria la conversa- los al. género de vida que ellos mismos
velo de las gracias que encubre la bel- miento , que es todo cuanto me permi- non. Creí ver en estas damas un no sé escogen.
dad; y parece que tu modesto arreo tiré decir en mi abono. q»e violento y atado como si no estu-
anuncia al corazon todas las perfeccio- pran acostumbradas á este estilo, y por
la vez primera, desde que estaba en Pa- No obstante , se alargaba la cena , y
nes que á los ojos esconde. Habia hecho conocimiento con vanos
oficiales de Guardias, y otros mozos pai- ré, encontré mngeres que no sabían se- crecia la bulla. A falla de amor infla-
?airnna conversación racional. Para ha- maba el vino á los convidados. Las es-
sanos nuestros en quienes encontraba no
mérito natural, que sentía ver estragado llar materia fácil trataron de sus asun- presiones no eran tiernas, pero sí des-
con la imitación de ciertos estilos que tos de familia; y como yo áninguna de houestas , y las mugeres procuraban es-
CARTA XXVI.
de su buen caracter desdicen. Por ss ellas conocía, dijo cada una de la suva citar con el desorden de sus vestidos los
parte ellos se burlaban de ver que yo »que le vino á la cabeza. Nunca habia deseos que hubieran debido cansarle.
A JULIA.
conservase en París la sencillez ele 1e «do hablar tanto del señor coronel, cosa Primero todo esto hacia en mí un efecto
antiguas costumbres helvéticas. Mis ma- 1»e me pasmaba en un pais donde es contrario , v solo para infundirme aver-
¡ JULIA, Ó Julia, Ó tú que un tiempo ximas y mis modales las tuvieron por lec- slilo llamar mas bien á las personas por sión servían todos sus esfuerzos para se-
me atreví yo á llamar mía, y cuyo nom- ciones indirectas que los enfadaban; » nombres que por sus títulos, y don- ducirme. ¡ Dulce pudor, decia yo en mi
bre hoy profano ! la pluma huye de mi se resolvieron á hacerme mudar de esb- interior, deleite supremo del amor, qne
trémula mano; inundan el papel mis >9
llantos; apenas puedo formar los prime- lo a cualquier precio. Después de reite- de los que tienen este por lo común to-
y la turbación de tus ojos, que le olvi-
ros renglones de una carta que nunca radas tentativas, que se les malograron man otros.
das, y no que le manifiestas.
escribir debiera; ni puedo callarme, ni todas, concertaron mejor otra que les En breve se siguieron á esta afectada
Esta es la critica que de tu retrato salió á medida de sus esperanzas. Ayer dignidad modales mas naturales. Pusié-
me ba hecho hacer una continua aten- hablar. Ven, amada y casta imagen, ven
a purificar y dar aliento á un corazon por la mañana me vinieron á proponer ronse á hablar en voz baja; y volviendo
ción. En consecuencia, he formado el que fuera á cenar a casa de la muger de sin pensar en ello á tomar estilos de fa-
proyecto de retocarle conforme a mis envilecido con la ignominia y despeda-
zado con el arrepentimiento. Sustenta un coronel, que me nombraron, y que miliaridad nada decente, cuchicheaban
ideas. Estas se las he comunicado á un habiendo llegado á sus oidos la reputa- y se sonreían , mirándose mientras que
hábil pintor, y por lo que ha hecho ya, mi animo que desfallece, da fuerza a mis
remordimientos para confesar el invo- ción de mi arreglada conducta , tenia el ama de la casa me hacia preguntas
confio verte en breve mas parecida á deseos, decian ellos, de conocerme. Tan acerca del estado de mi corazon con es-
ti propia. Con temor de echar a perder luntario delito que me ha dejado come-
ter tu ausencia. necio fui que caí en el lazo : les re- presiones tan resueltas, que no eran las
el retrato, probamos las enmiendas en presenté que seria mejor ir antes á ha- que ganarle podían. Sirvieron , y la li-
una copia que le he hecho sacar, y no ¡ Qué desprecio vasa tener de un cul- cede una visita; pero se rieron de mis bertad de la mesa, que al parecer con-
los traslada al original hasta que esta- pado! pero mucho menos que el que escrúpulos, diciendome que no consentía funde todas las condiciones, pero que
mos bien seguros del efecto. Aunque yo tengo yo propio. Por mas vil que vaya tantos cumplimientos la sinceridad suiza, realmente pone á cada uno en su verda-
dibujo menos que medianamente, no se á ser á tus ojos, cien veces mas lo soy i y que esos modales de ceremonias solo dero lugar sin que en tal piense , me
cansa este artista de maravillarse de lo los mios , porque viéndome tal cual soy, servirían para darle mala idea de mí. A acabó de confirmar en que casa me ha-
sutil de mis observaciones, y es porque lo que mas me afrenta todavía es verte las nueve fuimos á casa de la dama. Vi- llaba. Era muy tarde para desdecir-
no comprende cuanto mas instruido y sentirte en lo interior de mi corazón, no esta á recibirnos en la escalera, cosa me. Asi fiando mí seguridad de mi
maestro que él es quien me las dicta. en un puesto de bov mas indigno de tí, que en parte ninguna habia visto. Al repugnancia destiné la noche á mi oficio
Algunas veces le parezco muy raro; di- y pensar que no ba podido la memoria entrar vi en candeleras de chimenea unas de observador, y resolví emplearen co-
ce que soy yo el primer amante que haya de los verdaderos deleites del amor pre- velas de cera viejas, que acababan de en- nocer esta clase de mugeres la única oca-
pensado en ocultar objetos que nunca servar á mis sentidos de un lazo sin ce- cender , y en todas partes una aparien- sion que para ello en mi vida tendría.
están bastantemente descubiertos á gusto bo , y de un debto sin atractivos. cia de aparato que no me gustó. Pare- Poco fruto saqué de mi estudio; tenian
de otros, y cuando le respondo que es cióme bonita la dueña de casa, aunque tan poca idea de su actual estado , tan
para verte mejor toda entera para lo que Tan grande es el esceso , que al re- algo aviejada; con ella habia otras mu- poca previsión acerca del tiempo veni-
te quiero tan vestida me tiene por loco. currir á tu clemencia , temo que amanci- jeres casi de la misma edad y que te- dero , y escepto la gerigonza del oficio,
Ah! cuanto mas atractivos tuviera tu re- llen á tus miradas estos renglones que la nían el mismo defecto ; su traje era bas- eran a todas luees tan estúpidas, que en
trato si pudiera yo inventar medio de re-i confesion de mi atrocidad contienen. tante brillante , pero de mas pompa que breve desvaneció el desprecio la lástima
tratar con tu rostro tu alma, y pintar á Perdona, alma casta y p u r a , una narra- bueugusto, bien que ya he notado que que al principio me causaban. Aun ha-
una tu hermosura y tu modestia! te juro, ción que disimularía yo á tu modestia.si es este un punto por el cual no se puede blando del deleite vi que eran incapaces
Julia mia, que grangeara mucho la pri- no fuese el medio de espiar mí yerro. Sé jngar en este pais de la condicion de de sentirle. Me parecieron de estrema-
mera con su reforma. Solo se veiau las que soy indigno de tus bondades , que naa muger.
soy vil, soez y despreciable; pero a lo da codicia para todo cuanto podia ten-
perfecciones que habia supuesto el pin-
menos no seré falso ni aleve; y mas quie- tar su avaricia: esceptuado esto no vi
tor , y movido el espectador las supon-
drá cuales ellas son. No sé que secreto ro que tu corazon y la vida me quites fueron los primeros cumplimientos salir de su boca palabra niDguna que
becbizo en tu persona reina, pero todo que engañarte nn solo punto. Con temor casi los mismos que en todas partes; el viniera del corazon. Me admiré de que
cuanto á ella toca participa de él; basta de verme tentado á buscar disculpas que trato de gentes enseña á acortarlos, ó á hombres decentes pudieran sufrir tan as-
con ver un estremo de tu traje para ado- mas culpado me harían , me ceñiré á convertirlos en chanzonetas antes que querosa sociedad. A mi ver hubiera sido
rar á la que le lleva. Al mirar tu vesti- circunstanciarte con puntualidad el su- fastidien. No fué lo mismo así que em- imponerles una pena cruel el condenar-
do siente uno que en todas partes es el ceso , v seré tan sincero como mi senti- l«ó á ser general y seria la conversa- los al. género de vida que ellos mismos
velo de las gracias que encubre la bel- miento , que es todo cuanto me permi- ción. Creí ver en estas damas un no sé escogen.
dad; y parece que tu modesto arreo tiré decir en mi abono. q»e violento y atado como sí no estu-
anuncia al corazon todas las perfeccio- pran acostumbradas á este estilo, y por
la vez primera, desde que estaba en Pa- No obstante , se alargaba la cena , y
nes que á los ojos esconde. Habia hecho conocimiento con vanos
oficiales de Guardias, y otros mozos pai- ré, encontré mngeres que no sabían se- crecia la bulla. A falla de amor infla-
guir una conversación racional. Para ha- maba el vino á los convidados. Las es-
sanos nuestros en quienes encontraba no
mérito natural, que sentía ver estragado llar materia fácil trataron de sus asun- presiones no eran tiernas, pero sí des-
con la imitación de ciertos estilos que tos de familia; y como yo áninguna de houestas , y las mugeres procuraban es-
CARTA XXVI.
de su buen caracter desdicen. Por ss ellas conocía, dijo cada una de la suva citar con el desorden de sus vestidos los
parte ellos se burlaban de ver que yo »que le vino á la cabeza. Nunca habia deseos que hubieran debido cansarle.
A JULIA.
conservase en París la sencillez ele 1e «do hablar tanto del señor coronel, cosa Primero todo esto hacia en mí un efecto
antiguas costumbres helvéticas. Mis ma- 1»e me pasmaba en un pais donde es contrario , v solo para infundirme aver-
¡ JULIA, Ó Julia, Ó tú que un tiempo ximas y mis modales las tuvieron por lec- etilo llamar mas bien á las personas por sión servían todos sus esfuerzos para se-
me atreví yo á llamar mía, y cuyo nom- ciones indirectas que los enfadaban; » nombres que por sus títulos, y don- ducirme. ¡ Dulce pudor, decia yo en mi
bre hoy profano ! la pluma huye de mi se resolvieron á hacerme mudar de esb- interior, deleite supremo del amor, qne
trémula mano; inundan el papel mis >9
de atractivos pierde una m u g e r , asi que enojado ; mas sentimiento que iraroefe
de ti renuncia! ¡ cuanto se esmerarían , causado su carta. No á m i , á sí prop» creto y duradero juego de las pasiones? grada V pensando que se p o n e en su
s e ha ofendido V. con un desorden a Enminemos sino la carta sobre las m u - l u g a r , y perderá de valor sí no escoge
si conocieran tu imperio, en conservarte,
geres, ¿ que hallaré en ella que á c o n o - amigos mas prudentes que V.
que no tuvo parte el c o r a z ó n , y esto a ,
sino por honestidad, á lo menos por de-
lo que mas me aflige; que quisiera n® cerlas me enseñe? Algunas descripciones No afeo á V. el haberse dejado lle-
seo de agradar ! Pero no se finge el pu-
ver que V. me agraviaba que no que se de sus adornos de que todo el mundo var sin saber donde á una casa de mal
dor, ni hay artificio mas ridiculo que el
envilecía, y el mal que se hace á sí mis- está instruido; algunas malignas obser- vivir; pero sí le afeo el haberse dejado
que á imitarle aspira : ¡ que diferencia vaciones sobre su modo de vestir y pre- llevar por oficiales mozos que no debía
pensaba luego entre el grosero descaro mo es el que no puedo perdonar yo.
sentarse, algunas ideas de los desordenes tratar, ó á lo menos á quienes no debía
de estas rameras , y sus torpes equívo- Contemplando en sí solo el yerro de de un corto numero, contra toda justicia
permitir que dirigiesen sus pasatiempos.
cos con aquellas miradas tímidas y apa- que se avergüenza V . , se cree mas cul- generalizadas, como si en Paris se h u - Por lo que al proyecto de traerlos á
sionadas , con aquellas razones llenas pado de lo que e s ; y en este caso » biese distinguido el amor de la honesti- mejores principios h a c e , mas celo que
de modestia, gracia y a f e c t o , con que!... veo mas que una imprudencia que acia, dad, y como si todas las mugeres rodaran prudencia encuentro en é l : si es V. muv
No me atrevia á c o n c l u i r , me avergon- carie; pero esto viene de mas arriba, i cochey fueran á los primeros aposentos. serio para camarada suyo, también para
zaba de tan indignas comparaciones... tiene raices mas hondas que V. no te, (Me ha dicho V. algo que con solidez de mentor es muy m o z o , y n o se debe me-
Me acusaba , como de otros tantos d e l i - y que es necesario que le descubra b s s gustos, sus maximas y su verdadero ter á reformar al projimo hasta que nada
amistad. earacter me instruya? y no es cstraño le quede que hacer consigo mismo.
tos de las deliciosas memorias que con-
tra mi voluntad me perseguían... ¡ En El primer error de V. es haber tom- que hablando un hombre de juicio de las
El segundo yerro mas grave todavía
que sitio era yo osado á pensar en aque- d o mal camino desde que empezó á co- mugeres se haya olvidado de lo que res-
y mucho menos disculpable es haber po-
lla!... A y ! no pudíendo apartar de mi nocer el mundo; ¡ c u a n t o mas pasos i peta á los cuidados caseros y la educa-
dido pasar voluntariamente parte de ta
corazon tan cara imagen me esforzaba mas se estravia, y estremecida veo qne ción de los hijos? ( 1 ) Lo único que pa-
noche en sitio tan poco digno de V. y
á correr un velo. se pierde si no vuelve atras! Insensible- rece ser de V. en toda esta carta, es el
no haberse salido desde el instante pri-
La bulla , las palabras que oia , los mente se deja V. llevar al lazo qne m gusto con que elogia su buena índole
mero que conoció la casa en que estaba.
habia yo temido. Primero no podía se- que honra la de V . ; y aun en eso no ha
objetos que á mi vista se ofrecían , me Las disculpas de V. son miserables: era
ducir á V. el grosero cebo del vicio; pe- hecho mas que hacer justicia al sexo en
inflamaron poco a poco ; mis dos veci- muy tarde para desdecirse, como si
ro las malas compañías para estragar si general; ¿ porque en que pais del mundo
nas no cesaban de hacerme caricias, que en semejantes sitios hubiese alguna es-
virtud han empezado engañando sn ra- BO son la dulzura y la conmiseración
al fin fueron tan espresivas que no me pecie de bien parecer, ó como sí la
zón, y ya hacen en las costumbres de T. amables dotes de las mugeres?
dejaron mi frialdad de sangre. Sentí que virtud debiera ceder su puesto al bien
la primera prueba de sus max'imas.
Saqueaba mi cabeza; habia bebido siem- p a r e c e r , v no fuese siempre tiempo
¡ Que diferencia de pintura si me h u -
pre mi vino muy aguado, eché mas agua Aunque nada circunstanciado me han biera V. descrito lo que hubiese visto mas de evitar una mala aceion. En cuanta
aun, y al fin quise beber agua pura. E n - V. dicho de las gentes que en París fre- bien que lo que le hubiesen d i e b o , ó á á la seguridad que de su repugnancia
tonces conocí que lo que había creído cuenta, fácil es juzgar por so carlas dr lo menos si solamente hubiera consulta- fiaba V. no hablaré de ella ; el caso ba
agua era vino blanco , y qne me habian su sociedad , y de los que le enseñan 1« do con personas discretas! ¡ Con que V. probado lo bien fundada que estaba. Ha-
engañado mientras la comida. No arti- objetos por su modo de verlos. No be que tanto en conservar su buena razón ble V. con franqueza á la que sabe leer
disimulado á V. lo poco satisfecha (¡w se ba esmerado ha de ir á perderla con en su corazon; la vergüenza fué la que
culé quejas de que se hubieran burlado,
de sos relaciones me hallaba ; ha sega- minio resuelto en e l trato de una moce- le contuvo. V. se temió que se burlaran
pero cesé de beber. Va era t a r d e , y
do en el mismo estilo, y ha ido aunes-, dad desatinada, que busca la sociedad de de él al salirse; le metió miedo un mo-
estaba el daño hecho. No tardó la em-
tando mi disgusto. De verdad pudiera fes sabios para seducirlos, y no para mento de h u c h e o , y mas quiso esponerse
briaguez en privarme del poco c o n o c i -
creerse que son estas cartas los sarcas- untarlos! Se para V. en una engañosa al remordimiento que á la mofa. ¿Sabe
miento que me quedaba. Cuando volví mos de un petimetre, antes que las rela- conformidad de edad que n o le cae bien, V. la maxima que en este lance siguió?
en raí, me hallé pasmado en brazos de ciones de un filosofo, y apeuas se conoce ! se olvida de las de luces y razón que La primera que introduce el vicio en
una de estas disolutas, y tuve al mismo la misma mano que en otro tiempo ta s«n las esenciales. N o obstante todos sus las almas de buen natural, que con la
tiempo la desesperación de sentirme tan distintas me las escribía: ¡pues qne,se rebatos, es V. el mas fácil de los hom- publica gritería sofoca l a voz de la con-
culpado como era posible serlo... piensa V. en estudiar á los hombres en bres , y no obstante la madurez de su ciencia , y que repr iijie la valentía de
He concluido este horroroso cuento : los mezqinos estilos de algunas tertulia'- inteligencia, se deja de tal modo llevar de obrar bien con el temor del que dirán.
n o amancille mas tiempo tus ojos ni tu de cultas latiniparlas y de hombres de- aquellos con quienes vive, que no puede Hombre hay que vencería las tentaciones,
memoria. O tú de quien mi sentencia socupados, y un barniz esterior y pega- frecuentar á personas de su edad sin ba- y se riude al mal ejemplo, que tiene r u -
aguardo; tu rigor imploro y le merezco. dizo que apenas debía parar su contcs- jar mas abajo y volverse niño. Asi se de- bor de ser m o d e s t o , y por vergüenza se
Sea cual fuere mi castigo, menos crudo placion, constituye el fondo de todassts
será para mí que la memoria de mi delito. observaciones! ¿ Merecía la pena el reco-
pilar tan atentamente estilos que denín
(?) ¿ f porque no lo ha de olvidar? acaso son estas sus obligaciones? Que
CARTA XXVII. de diez años estarán olvidados, mientras
«na entonces del mundo, y del estado? Ilustres autores, brillantes acade-
que desdeña V. en sus pesquisas los eter- u os
DE JULIA. '" '- > ¿ <¡ue seria de vosotros todos si fuesen ahora las mugeres d aban-
nos muelles del corazon bumano, el se-
ar el gobierno de la literatura y los negocios públicos para gobernar su
SOSIEGUE V. sus temores de haberme
torna descarado; y mas corazones hon- al hombre de honor, y que no poei di empecé esta carta. De veinte y un bir tantas personas, que siempre es fácil
rados estraga esta mala vergüenza que la indignación de la virtud aguantar d a6os me escribía V. del Valais descrip- bajar, y por confesión propia de V. ¿1
las malas inclinaciones. De ella especial- espectáculo del vicio ? El sabio obsem ciones graves y juiciosas; de veinte y único medio de conocer las verdaderas
mente ha de resguardar V. el suyo; el desorden publico que no puede refa- cinco me envia de París cartas taracea- costumbres de uu pueblo, es estudiar
porque por mas que haga , le domina nar, y manifiesta en su entristecido nu- das , en las cuales en todas partes están su vida privada en las condiciones mas
contra su voluntad el iniedo de ser ridi- tro el sentimiento que le causa; pm el sentido y la razón sacrificados á cier- numerosas, porque detenerse en sugetos
culizado. Mas antes arrostraría V. cien por lo que á los desordenes privad« to estilo bufón, muy distante de su ca- que siempre están representando es so-
peligros que una burleta, y nunca se ha hace, se opone á ellos , ó desvia la vista rácter. No Sé como lo ha hecho , pero ló ver comediantes.
visto hombre tan tímido con pecho tan por temor de autorizarlos con so pre- desde que vive V. en el emporio de los
intrépido. sencia. Por otra parte, ¿qne necesidad talentos parece que ha disminuido el su- Quisiera que la curiosidad de V. se
Sin hacer alarde aqui contra este de- habia de semejantes sociedades para co- jo; habia ganado con rústicos, y pier- estendiera todavia mas allá. ¿ Porqtte en
legir lo que en ellas sucede , y las pat de con los espíritus elevados. No es cul- ciudad tan rica es tau miserable la ple-
fecto de preceptos de moral que sabe
V. mejor que yo, me ceBiré a propo- bras que se hablan ? Yo por solo su oí. pa del pais donde V. vive, sino de la be, mientras que tan rara es la estrema-
nerle un medio para preservarse de él, jeto , mas que por lo poco que V. at gente que trata ; porque no hay cosa qne da miseriá entre nosotros , donde no se
acaso mas fácil y seguro que todos los ha dicho, fácilmente adivino todo lo de- tanto pulso requiera como la mezcla de ven hombres de millones ? Esta cuestión
silogismos de la filosofía : que es hacer mas , y la idea de los deleites que a lo cscelcnte y lo pesimo. Si quiere V. me parece que es digna de las investi-
en el entendimiento una ligera traspo- ellas se hallan me da á conocer lo bas- estudiar el mundo frecuente á los sugetos gaciones de V., pero para resolverla ha
sición de tiempo, y anticipar algunos tante los sujetos que los buscan. sensatos , que le conocen en virtud de de salir de la esfera de los sugetos con
minutos del futuro. Si en esta malhada- una dilatada esperiencia , y maduras ob- quienes vive. Un principiante va á los
da cena se hubiera V. fortificado con-
No sé si adopta ya la comoda filoso- servaciones, y no á mancebos atolondra- aposentos dorados á aprender los esti-
tra un instante de befa de parte de los
fía de V. las maximas que dicen ase» dos , que solo ven la superficie y las ri- los del mundo; pero el sabio en la cho-
convidados con la idea del estado en que
tadas en los pueblos grandes para to- diculeces que de ellos propios nacen. za del pobre se instruye en sus miste-
se iba á encontrar su animo asi que es-
lerar semejantes sitios; pero á lo raen« IJeno está París de sabios acostumbra- rios. Alli es donde patentemente se ven
tuviera en la calle ; si se hubiera repre-
espero que no sea V. de los que SÍ dos á reflexionar , y á quienes todos los las oscuras artes del vicio, que en medio
sentado el contento interno de huir los
desprecien tanto que se permitan si dias ofrece materia de meditación este de una concurrencia cubre con afectadas
lazos del vicio, la utilidad de empezar
uso, con pretexto de no sé que ¡uri- vasto teatro. No me hará V. creer que palabras ; alli donde se comprende con
á adquirir el habito de vencer que faci-
naria necesidad que solo conoeea I» van estos varones graves y estudiosos que secretas iniquidades arrancan el va-
lita los triunfos , el gusto que le hubie-
sujetos de mala vida, como si en este corriendo de casa en casa, de tertulia limiento y la riqueza un mendrugo de
ra causado la conciencia de su victoria,
punto fueran ambos sexos de difereoti en tertulia, divirtíendo á jóvenes y mu- pan negro al oprimido de quien en pu-
el de describírmela , el que yo propia
naturaleza, y como si en la ausencia i geres, y gastando toda la filosofía en blico fingen compadecerse. ¡ A h , si he
hubiera tenido : ¿ es creíble que no hu-
el celibato necesitase un hombre i parladurías. Tienen sobrada cuenta con de dar crédito á nuestros militares vie-
biera podido mas todo eso junto que una
bien recursos que una muger honradi su dignidad para envilecer asi su esta- jos , que de cosas aprendería V. en las
repugnancia de un momento, á que
no necesita. Si no lleva este error á V do, prostituir su talento y sustentar con guardillas de un quinto piso, que se-
nunca hubiera V. cedido á haber pre-
á casa de rameras, me temo que siga su ejemplo costumbres que debieran pulta el mas hondo silencio en los pa-
visto las consecuencias ? y que repug-
estraviando á V. propio. Ali! si quien enmendar. Cuando lo hiciese la mavor lacios del barrio de san Germán! y cuan-
nancia es esta que da valor á las burlas
ser despreciable, sealo V. sin pretei!» (arte, ciertamente hay muchos que no tos elegantes parleros se verian confu-
de hombres cuya estimación ninguno tie-
á lo m e n o s , y no añada á la disolncioi lo hacen, y esos son los que debe V. fre- sos con sus fingidas maximas de huma-
la mentira. No nacen todas esas preten- coeutar. nidad si á desmentirlas se presentasen
ne? Esta reflexión infaliblemente habría sas necesidades de la naturaleza , sino A todos los infelices cuya desdicha han
preservado á V. á costa de un instante la depravación de los sentidos. Hasli labrado!
de vergüenza sin fundamento de otra las ilusiones del amor en un como« ¿No es cosa singular que dé V. pro-
muy mas justa y mas duradera, del ar- casto se purifican, y solo al que esti pio en el defecto que á los modernos
repentimiento y el peligro ; y no disi- Sé que á nadie agrada el espectáculo
ya estragado corrompen, y al contrar» autores comicos achaca ; que para V. dé la miseria que no puede aliviar, y que
mulando á V, nada, algunas lagrimas se sustenta por sí misma la pureza;re- París solo sugetos de elevada gerarquia hasta el rico aparta los ojos del pobre
menos hubiera vertido su amiga. frenados siempre los deseos se acostum- encierre , y que los de su estado sean que se niega á socorrer; pero no solo
bran á no renacer, mientras qne eos los únicos que no miente ? Como si no es dinero lo que necesitan los infelices,
Dice V. que quiso destinar la noche el habito de rendirse se multiplican 1« costaran á V. bastante caro las vanas y los tardos en beneficencia son Iqs úni-
á su oficio de observador. ¡ Que destino, tentaciones. Dos veces me ha hecho li preocupaciones de la nobleza , para que cos que no saben hacer bien sino con
y que oficio! me avergüenza V. con se- amistad vencer mi repugnancia á trato las aborrezca , y como si creyera bajar- el bolsillo en la mano. Los consuelos,
mejantes disculpas. ¿ No tendrá V. tam- de semejante asunto; esta será la últia» se frecuentando á vecinos honrados ; que los consejos , las diligencias , los amigos,
bién un dia la curiosidad de observar porque, ¿ con que titulo esperaría » acaso son la clase mas respetable del la protección son otros tantos medios
á los foragidos en sus cavernas , y ver alcanzar de V. lo que á la honestidad pais donde se halla. En vano se disculpa que á falta de riquezas deja la conmise-
como hacen para robar á los caminan- al amor y á la razón negare ? V- con los conocidos de milord Eduar- ración á V. para aliviar al desvalido. A
tes ? ignora V. que liav tan odiosos obje- I do, con esos hubiera V. podido buscar vcCes los oprimidos lo están solo porque
tos que ni siquiera es permitido verlos otros en clases inferiores. Quieren su- les falla Organo para dar á entender sus
Vengo al importante punto por do»'
quejas. En lauchas cosas no se trata me ha enternecido su ingenua y pronta que veo en torno de mí otros que me es davia estaban : hoy es cuando han po-
mas que de una palabra que no pueden confesión, porque veo cuanto le ha ca- dado aliviar? Pero le amo á V., y el dido cogerlas. Solo'mi madre puede ha-
decir,,, de una razón que no saben ex- lado la vergüenza de hacerla, y por Ínteres que no me inspira la materia me berlas encontrado. Si las ve mi padre,
plicar , de la puerta de un grande que consiguiente cuanto pesaba esta culpa le debe el autor que de ella trata. Con acabó mi vida. ¿ Y de que serviría que
no pueden pasar. Gíasjta con C1 intrépido en su corazon. Fácilmente s e olvida j tierna admiración recopilo todas las no las viera, si he de renunciar... ¡Av
apoyo de (a virtud desinteresada para se perdona un error involuntario; ea pruebas del ingenio de V . , y ufana con Dios! mí madre me envía á llamar!
remover una infinidad de estorbos, y cuanto al tiempo venidero retenga ¥. un mérito tan digno de mi corazon pido Adonde huiré! ¿como he de sufrir su
puede la elocuencia de un hombre de bien e¡sta maxirna que yo no olvidaré: al amor solo aquella porcion de inteli- vista ? ¡ si pudiera esconderme en el cen-
bien arredrar la tirania en medio de Quien se .puede engañar dos veces eo gencia que para evaluar la de V. es ne- tro de la tierra!.... Me tiembla todo el
su omnipotencia. semejante caso no fué engañado la pri- cesaria. No me niegue V. la satisfacción cuerpo, y no estoy eo estado de dar un
de conocer y amar todo cuanto bueno
Asi si quiere V. ser . efectivamente mera. Pas<> La vergüenza, la afrenta, los
hace. ¿Quiere V. desairarme con la
hombre, aprenda á bajar. Corre la hu- A D i o s , amigo; cuida de tu salud acerbos denuestos... todo lo he mereci-
opinión de que si uniese el cielo nues-
manidad como una onda saludable y por mi vida, y mira que no deben que- d o , todo lo aguantaré .. ¡Pero el que-
tra suerte no creería que era su com-
pura, y ya á fertilizar los sitios mas ba- dar vestigios de un delirio que yo he branto , los llantos de una desconsolada
pañera digna de pensar con V.?
jos ; busca siempre su nivel, y deja se- perdonado. madre!.. ¡Oh corazon, mió que de amar-
cas aquellas aridas rocas que amenazan P. D. Acabo de ver en manos del gos tragos!.... Me espera, no puedo de-
el campo, y solo dan una dañosa som- señor de Orbe copia de varias cartas CARTA XXVIU. tenerme mas Querrá saber.... tendré
bra ó se hienden en cascos que á los de V. á milord Eduardo, que me obli- que decirselo todo despedirán á Re-
vecinos sepultan. gan á que me retracte de parte de mis DE JULIA. gianino. No me escribas hasta nueva
De este modo, amigo mió, se aprove- censuras acerca de la materia y el estilo orden... ¿quien sabe si nunca?.... Bien
cha el tiempo presenté, instruyéndose de sus observaciones. Convengo en que TODO está perdido ; todo descubier- podría que? mentir!.... mentir á mi
para el venidero, y vale la bondad de se versan dichas cartas sobre asuntos to. No encuentro tus cartas en el sitio madre? Ah ! si hemos de librarnos min-
las lecciones de la sabiduría, para que importantes, y que me parecen lleoas donde las habia escondido. Anoche to- tiendo, á Dios, perdidos estamos!
aun en caso de que las luces que hemos de graves y juiciosas reflexiones; pero
adquirido vengan á sernos inútiles, no en consecuencia es cosa clara que no DOS
por eso perdamos el tiempo gastado en aprecia V. mucho ni á mi prima ni á mí,
adquirirlas. Quien ha de vivir con su- ó que se cura muy poco de nuestra es-
getos que ejercen altos cargos nunca timación , puesto que nos envía relacio-
puede preservarse sobradamente de sos nes tan capaces de disminuirla, mientras
pestilentes maximas, y solo el ejercicio que para su amigo compone otras muy
continuo de la beneficencia es el que mejores. Parece que con eso honra V. FIN DE LA SEGUNDA PAUTE.
resguarda a los mejores corazones del poco sus lecciones, creyendo que no
contagio de los ambiciosos. Creame V . ; son dignas sus díscipulas de apreciar su
pruebe este nuevo genero de estudios talento, y á lo menos por vanidad de-
que es mas digno de V. que los que bería fingir que cree que estamos en
hasta aqui ha abrazado, y como á me- estado de entenderle.
dida que se corrompe el alma se coarta
el entendimiento, en breve verá V. al Confieso que no es la política asunto
contrario cuanto la practica de las vir- para mugeres; tanto nos ha fastidiado
tudes sublimes enaltece y alimenta el in- con ella mi tio,que bien comprendo que
genio; y cuanto mas vale un Ínteres haya V. podido temer que le suceda otro
tieruo con las agenas desdichas para tanto. Hablando ingenuamente tampoco
hallar su origen y desviarnos en todo es el estudio que yo preferiría: están
sentido de los vicios que las han cau- sus utilidades tan lejos de m í , que me
sado. mueven muy p o c o , y son sobrado su-
blimes sus luces para hacer viva impre-
En la critica situación en que me pa- sión en mis ojos. Obligada á amar al
recia que V. se encontraba debia hablar- gobierno en que quiso el cielo que yo
le con todo el candor de la amistad por uaciera, poco me curo de saber si los
temor de que otro nuevo paso hacia el hay mejores, ¿y para que me serviría
desorden le sumiera totalmente sin re- saberlo con tan pocas facultades para
medio en él antes que tuviera tiempo establecerlos ? Porque be de contristar
de volverse atras. Ahora no puedo di- mi animo contemplando tan acerbos ma-
simular á V . , dulce amigo mió, cuanto les que no puedo remediar, mienlras

*
tono con que de V. me ha hablado, he despedazado su corazon sus afectuosas
fonocido que se ha esforzado Julia sobre reprensiones! como le hubieran penetra-
manera á calmar su justo enojo contra do de vergüenza sus humildes ruegos!
nosotros, y que nada ha omitido para He rasgado esa tremenda carta que
justificarnos á ambos á su costa. En sus
TERCERA PARTE. mismas cartas de V. con el caracter de
nunca hubiera V. sufrido ; no he podido
consentir en el cumulo de horror de ver
uu escesivo amor en ellas estampado, á uua madre postrada ante el seductor
liar una especie de disculpa que lia sa- de su hija; V. á lo menos es digno de
bido apreciar, y achaca menos á V. el que no se recurra á semejantes medios,
abuso de su confianza, que á sí propia buenos para ablandar á monstruos, y
so sencillez en darsela. Estima á V. lo para matar de dolor á un hombre s e n -
C A R T A 1. su madre, mustio el semblante, clavados bastante para creer que ningún otro en sible.
los ojos en el suelo, observando un pro- su logar habria hecho mas resistencia, v
fundo silencio , sirv iéndola con mas es- acusa de sus yerros la virtud misma. Si fuera este el primer esfuerzo que
DE U SEÑORA DE ORBE.
mero y viveza que nunca, y luego al Ahora conoce, d i c e , que cosa es una de V. hubiera solicitado el amor, podría
punto recayendo en un estado de anona- probidad ponderada, que no impide á un yo dudar del éxito, y vacilar acerca de
¡QDE de males causa V. Á los que le la estimación qne se merece , pero el sa-
quieren! que de llantos ha hecho ya damiento tal, que se creería que es otra hombre de bien enamorado q u e , si p u e -
persona diferente. Es cosa clara que la de, corrompa á uua doncella virtuosa, crificio que al honor de Julia V. hizo
verter en una desventurada familia, cu- dejando este pais me fia el que á su s o -
yo sosiego V. solo perturba! Tema que enfermedad de la madre es la que las t deshonre sin escrupulo á una familia
fuerzas de la hija sustenta, y sí no ani- entera por saciar un instante de furor. siego va á hacer rompiendo una inútil
acompañe el dulce luto á nuestras lagri- correspondencia. Siempre son mas peno-
mas ; tema que sea la muerte de una mara su celo el ardor de servirla, sus ¡Pero de que sirve hablar de lo pasado?
amortiguados ojos , su maeileuto color, Tratase de cubrir de un eterno velo este sos los primeros actos de virtud, y no
afligida madre el ultimo fruto del vene- perderá V. lo que vale esfuerzo que tanto
no que vierte V. en el corazon de su hi- y su estremado descaecimiento me harian odioso misterio , de borrar , si es posi-
temer que necesitase para ella propia el ble, hasta su mas leve vestigio, y de le costó , empeñándose en seguir una
ja , y qne para V. propio se convierta un vana correspondencia, cuyos riesgos son
desordenado amor en manantial de eter- cuidado con que á su madre asiste. Tam- aprovecharse de la bondad del cielo
bién mi tía lo c o n o c e , y por la inquie- que no ha dejado de él testimonio sen- terribles para su amante , el fruto nulo
nos remordimientos. La amistad ha sido para ambos, y que no hace mas que
causa de que tolerara yo los errores tud con que la salud de su hija me eu- sible. El secreto no sale de seis personas
comienda veo cuanto por una y otra seguras. El sosiego de la que V. quiso, prolongar en balde los tormentos de uno
de V., mientras que podia justificarlos y otro. No lo dude V . ; esta Julia que
una sombra de esperanza: ¡ pero como parte combate el corazon contra la su- la vida de una madre desesperada el ho-
jeción que se imponen, y cuanto deben nor de una familia respetable, la propia tanto amó nada debe ser para quien ella
se ba de sufrir una constancia vana que tanto quiso, vano es que V. se disimule
condena el honor y la razón, y que no aborrecer á V. porque perturba unión lirtud de V. todo pende de V. aun, todo
tan tierna. lo prescribe su obligación ; puede resar- su desdicha ; la perdió en el instante que
pndiendo ya ocasionar mas que penas y de ella se apartó , ó mas bien el cielo
desdichas, S0I9 el nombre de obstina- cir el mal que ha hecho , puede ser V.
digno de Julia y justificar su yerro re- antes que á V. se diera se la habia ya
ción merece! Mas crece esta sujeción con el esta-
nunciando á ella ; y si no me ha enga- quitado ; porque la prometió su padre
dio de esconderla á los ojos de un padre
ñadosu corazon, solo lo escesivo del sa- asi que volvió , y bien sabe V. que es ir-
Ya sabe V. como sus cartas descu- violento , á quien una madre que tiem-
crificio puede responder del amor que revocable la palabra de este inflexible
brieron á mi tía el secreto de un amor bla de esponer la vida de su hija quiere
le exige. Fiada , en la estimación que hombre. De cualquier modo que V. ha-
tanto tiempo á sus sospechas disfrazado. ocultar tan peligroso secreto. Ambas se
siempre me han debido sus sentimientos, ga , la invencible suerte se opone á sus
Aunque muy doloroso haya sido tan crudo imponen I3 ley de conservar en su pre-
1 en la fuerza que de la mas tierna unión deseos, y nunca la poseerá. 1.a única
golpe para esta tierna y virtuosa madre, sencia la antigua familiaridad; pero si
que en el mundo ha habido deben sacar, opción que á V. le queda es despeñarla
mas que con V. consigo propia enojada, se aprovecha con gusto la terneza ma-
be prometido en nombre de V. cuanto en una sima de oprobios y desdichas, á
solo su ciega ignorancia acusa, lamenta ternal de este pretexto , confusa la bija
ba de cumplir ; atrévase V. á desmen- honrar en ella lo que ha adorado , y res-
su fatal ilusión; su mas acerbo senti- no se atreve á abandonar su corazon a
tirme si le he apreciado en mas de lo tituirle en vez de la dicha perdida la
miento eahaber estimado tanto á su hija, cariños que cree fingidos, y que para
qne vale,, ó sea hov lo que debe ser. Es virtud, la paz, y á lo menos librarla de
y es su dolor un castigo cien veces mas ella eso mas son crueles que le serian
preciso que sacrifique V. su dama ó su los riesgos en que su fatal amistad le
duro para Julia que sus reprensiones. gratos si se atreviera á darles crédito.
amor uno á otro, v que se muestre el pone.
Cuando recibe los de su padre mira a
No es imaginable la pesadumbre de su madre con tan tierno y humilde sem- oas cobarde ó el mas virtuoso de los
esta pobre prima; y para comprenderlo blante, que parece que con los ojos le hombres. ¡ Cuanto se entristecería V. , en que
es menester verlo. Parece ahogado en dice el corazon: j-Ah; si á recibidos desconsuelo se consumiria, si pudiese
aflicción su corazon, y el esceso del sen- de V. fuera acreedora ! contemplar la actual situación de esta
timiento que la oprime le da un viso de ¡la querido escribir á V. esta malha- desventurada amiga, y el envilecimiento
estupidez cien veces mas tremenda que 1.a señora de Etange me ha hablado y a madre, y aun habia empezado. ¡O á que el remordimiento y la vergüenza
agudos gritos. De diá y de noche está varias veces á s o l a s , y fácilmente por "ios; que de puñaladas hubieran dado la tienen reducida ! que marchito está su
arrodillada á la cabecera de la cama de lo suave de sus reprensiones, y por el color ! que desmayadas sus gracias! c o -
aV.sos amargas quejas! como hubieran
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mo sus pensamientos tan amables y tan tiempo que V. exija; me abstendré déte.
dulces en el único que todos los absorbe . la v escribirle; asi lo juro por la predas CARTA III.
tristemente se hau confundido ! Hasta la • vida de V. tan necesaria para la coa»
amistad se ha entibiado en ella ; apenas vacíon de la suya. Me sujeto, no a PN, AMANTE D E JULIA A LA SEÑORA
CARTA IV.
participa del gusto que yo en verla ten- t susto, pero sin quejarme, á cuanto de (i DE O R E E , INCLUYENDOLE LA
DE LA SEÑORA DE ORBE AL AMANTE
g o , y su doliente corazon nada mas sen- y de mí se digne V. mandar. Muchona ANTERIOR. DE JULIA.
tir sabe que el amor y la pena. Ay! ¿que I diré todavía; su dicha me puede roe*
es de aquel caracter de amor y sensibi- ;lar de mi miseria, y moriré corftento, TENÍA V . , c r u e l , ahi está mi res- ME ha escrito V . una carta cruel ,
lidad, de aquel tan acendrado gusto d e ' le da V. un esposo que la merezca. Ai puesta. Deshagase V. en lagrimas al leer- pero campea tanta virtud y tanto amor
las cosas virtuosas, de aquel iuteres tan hállese este, y sea osado á decirme: en su conducta, que borra esta lo amar-
la, si conoce mi c o r a z o n ; y si todavía
tierno en los bienes y males ágenos ? jor que tú sabré amarla. Señora, e n U é sensible el suyo , pero sobre todo no go de sus quejas , y e s V. sobrado g e -
Confieso que todavía es blanda , gene- de tendrá cuanto á mí me falta; si a venga mas á cargar mis hombros con el neroso para que quede valor de reñirle.
rosa y compasiva. La amable costumbre tiene mi corazon nada tendrá para J* peso de esa desapiadada estimación que Sea cual fuere el rebato que se mani-
de obrar bien n o se puede borrar eu l í a , pero solo este corazon honrado i tan cara me vende, y que ha hecho V. el fieste , quien asi sabe sacrificarse á lo
ella , pero ya es solo una costumbre cie- tierno tengo yo. Ay' no tengo nada lus potro de tormento de mi vida. que ama mas elogios que reprensiones
ga , un gusto sin reflexión. Las mismas El amor, que todo lo acerca, da, sí, devi. merece, y n o obstante sus denuestos,
cion á los afectos, mas n o á la persoa ¡Con que la inhumana mano de V. se
cosas h a c e , pero no las hace con el nunca he querido á V. tanto c o m o des-
Ah! si vo me hubiera atrevido á escuckt h3 atrevido á romper aquellos vínculos
mismo c e l o ; se han debilitado aquellos de que sé todo lo que vale.
los mios respecto de V . , cuantas veta formados á preseucia suya casi desde
sublimes afectos , se ha amortiguado
hubiera mi b o c a , cuando con V. habla- la niñez, y que parecía que con tanto Dé V. gracias á esa virtud que se figu-
aquella divina llama , y este ángel es ya
ba , pronunciando el dulce nombre á gusto participaba de ellos su amistad! ra que aborrece , y que mas eu favor
una muger común. ¡ Ah ; que alma ha
madre! con que soy tan desventurado como p u e - suyo hace que su propio amor. Hasta á
robado V. á la virtud ! •
do serlo y V. quería! Ah! ¿ s a b e V. todo mi' misma tía la ha seducido V . con uu
Dígnese V. de fiarse de juramenta el mal que baec ? siente V. que me ar- sacrificio cuyo valor todo aprecia. No
que no serán falsos , y de un borní«! ranca el alma, que no tiene precio lo ha podido leer su carta de V. sin estre-
CARTA II.
que no es un aleve. Si pude un dia abu- que me quita, y que cien veces mas va- mecerse, y aun ha tenido la flaqueza de
sar de la estimación de V. yo propi le morir que dejar de vivir uno para enseñársela á su hija , y al esfuerzo que
DEI. AMASTE DE JULIA A LA SEÑORA
fui el primer engañado. Mi corazon otro? Que me dice V. de la felicidad la pobre Julia ha hecho para contener
DE ETANGE. de Julia? puede haberla sin contento en leyéndola sus sollozos y sus lágrimas le
de esperiencia no conoció el peligro bas-
ta que va no era tiempo de huir. • el corazon? Que me habla V. del riesgo ha causado un fuerte desmaye.
PENETRADO d e un sentimiento que de su madre? Ah! ¿ q u é es la vida d e
aun no habia aprendido de su hija de T Esta tierna madre, á quien ya las car-
durará tanto como y o , me postro á las ana madre, la m i a , la de V . , la suya
el arte cruel de vencer el amor con í tas de V. habian enternecido sobre ma-
plantas de V . , s e ñ o r a , no para protes- propia, que es la existencia del mundo
amor mismo, que despues tan bien a nera, empieza á conocer por todo cuan-
tar un arrepentimiento que no pende de entero comparada con el delicioso afec-
ha enseñado. Pierda V. por su vida toi to ve cuan fuera de la común regla es-
mi corazon, sino para espiar una culpa to que nos unia? Loca y feroz virtud:
recelo. ¿ Hav alguien en el mundo qe tan ambos vuestros corazones , y que el
involuntaria renunciando á todo cuan- sin mérito obedezco tus leyes, y te exe-
mas que yo su s o s i e g o , su felicidad,' amor de los dos está estampado con
t o podía hacer la gloria de mi vida. Co- cro haciéndolo todo por tí. ¿ Q u e son
su honor aprecie? No: fiadores soo» cierto caracter natural de simpalia que
m o nunca humano afecto fué parecido tus vanos consuelos contra los vehe-
palabra y mi corazon del empeño que e no podrán borrar ni el tiempo ni los
al que me inspiró la adorable hija de V., mentes dolores del animo? A n d a , idnlo
mi nombre y el de mi ilustre amigo coi- esfuerzos humanos. Ella que tanto ne-
tampoco hubo nunca sacrificio igual al triste de los desgraciados, que no ha-
traigo. Esté V. cierta de que no seco» cesita consuelo, consolaría con gusto á su
que voy á hacer á la mas respetable de ces mas que aumentar su miseria, pri-
terá imprudencia n i u g u n a , y de qne in- hija , si no la contuviera el bien pare-
las madres; pero he aprendido sobrado vándolos de los recursos que les deja
halaré el ultimo suspiro sin que se sepu c e r , v la veo tan á pique de ser su c o n -
bien de Julia á sacrificar la dicha á la la fortuna. Obedeceré no obstante; s í ,
quebranto que dió fin á mi vida. Sen» fidenta, que sin dificultad me perdona-
obligación, y su valor me ha dado s o - cruda, obedeceré, y si es posible me
V. el que la consume y que hace BB que yo lo haya sido. Ayer se propasó
brados ejemplos para que á lo menos tornaré, como V., insensible y fiero. Me
acerbo el m i ó , enjugue llantos que w hasta decir delante de e l l a , no acaso sin
una vez no sepa imitarla. Si bastase mi olvidaré de cuanto en el mundo quise :
arrancan el alma , restablezca su sal« imprudencia ( i ) : A h ! si dependiera de
sangre para sanar las penas de V . , la no quiero oir pronunciar mas el nom-
restituya á la hija mas tierna que ha fe mi s o l a ! . . . Aunque se detuvo y no aca-
vertería en silencio, y me dolcria de dar bre de Julia , ni el de V.; no quiero
bido la dicha á que por V. renuneu; b ó : por el beso tan encendido que im-
tan corta prueba de mi c e l o ; pero rom- recordarme su insufrible memoria. El
sea V. feliz por amor de ella; en fe- primió Julia en su mano , vi que la ha-
per el mas d u l c e , mas puro y mas s a - despecho v una inflexible rabia contra
viva para que esta hija ame la vida. Al bia entendido mas de lo que convenia.
grado vinculo que dos corazones haya tantos reveses me ensañan; sustituiré al
n o obstante los yerros del amor,sera» También sé que repetidas veces ha que-
estrechado, ah! esfuerzo es este que no valor nna obstinada terquedad, que me
dre de Julia todavía es harto ventar« rido hablar á su inflexible esposo ; pero
me hubiera hecho hacer el universo en-
suerte para darse el parabién de n "
tero , y que solo á V. era dado alcanzar.

S í : prometo vivir lejos d e ella todo el (i) ¿Es aqui Clara menos imprudente ? y es la última vez que lo será?
ora sea por el riesgo de esponer á su
hija á la furia de uu padre enojado, ora CARTA V.
naba y aceleraba los postreros instantes
temor de las resultas para ella propia, DE JULIA A SO AMANTE. de mi triste madre. En balde atribuía con tinguido esta tan dulce esperanza, por
su apocamiento la ha retenido hasta aqui, afectacion los progresos de su dolencia á alimento de una llama eterna solo me
y se aumenta de modo tan seusible su YA no vive. Mis ojos han visto cer- [
la causa que la habia producido; en queda una amarga y deliciosa memoria,
debilidad y sus achaques, que me temo rarse para siempre los suyos; mi boc, 1
balde cohechada mi prima lo repetía: que sustenta mi vida, v alimenta mis tor-
verla incapaz de poner en ejecución su ha recibido su postrer aliento ; la últis, I
nada ha podido engañar mi corazon des- mentos con la vana conciencia de una
resolución antes de teuerla bieu for- palabra que pronunció fué mi nombre I
pedazado con el sentimiento, y para eter- dicha que ha cesado de existir.
mada. y su postrimera mirada la dirigió é ni I
no tormento mió conservaré hasta el
No , no parecia que abandonaba la vida ! ¿Con que es cierto que he gozado la
Sea como fuere, no obstante los yer- sepulcro la horrorosa idea de haber acor-
que tan mal supe yo bacersela amable; suprema felicidad? soy yo el mismo que
ros á que ha dado V. origen , la hon- tado la vida de aquella á quien se la
de mí sola parecia que la arrancaban I fui feliz un dia? quien puede sentir lo
radez de corazon que en el amor de Vds. debí.
Me veía sin guia y sin esperanza, abra- í que vo padezco no nació para padecer
dos se descubre le ha dado tan buena mada con mis desdichas y mis colpas: ' V. que suscitó airado el Cielo para siempre ? quien puede perder los bienes
opinión de uno y otro que se fia de la nada era para ella morir, y solo de aba* que fuera yo infeliz y culpada, reciba por que he perdido, puede perderlos y vivir?
palabra de ambos sobre la interrupciou donar á su hija en este estado geraia a la vez postrera en su seno lágrimas de y pueden nacer tan contrarios afectos en
de correspondencia , y que no ha toma- corazon. Sobrada razón tenía. ¿Que le que es autor. No vengo como otras veces un mismo corazón? Dias de contento y
do precaución ninguna para celar con quedaba que echar de menos en la ti«, á darle parte de penas que debian ser gloría, n o , no erais de un mortal, erais
mas esmero la conducta de su hija. Y ra ? que objeto terrenal podia valer i reciprocas ; los suspiros del último vale tan deliciosos que no debíais ser perece-
efectivamente si no correspondiera Julia sus ojos el precio nunca perecedero de son los que contra mi voluntad se exha- deros. Un suave estasis absorbía toda
á su confianza seria indigna del cuidado su paciencia y sus virtudes ? que otn lan. Esto se acabó; muerto es el impe- vuestra duración, y la juntaba en un pun-
de su madre, y deberían Vds. ser ahoga- eosa le quedaba que hacer en el rnuodo rio del amor en una alma solo á la de- to solo como la de la eternidad. Para mí
dos uno y otro, si fueran capaces de que llorar mi oprobio ? Alma casta j sesperación abandonada. Lo restante de no habia tiempo pasado ni venidero, y
engañar aun á la mejor de las madres, pura, digua esposa v madre incompa- mis días lo consagro á llorar á la mejor en uno disfrutaba las delicias de mil si-
y abusar de ¡a estimación en que los rable ; ahora vives eu la mansión de b de las madres ; le sabré sacrificar afec- glos. Ay! como un relámpago habéis de-
tiene. gloria y la febeidad , la paz , la inocen- tos que le han costado la vida, y me saparecido. ¡ Esta eternidad de dicha fué
cia , solo tu pérdida siento ; solo ai tendré por feliz con que me cueste el un solo instante de mi vida! Ha recu-
No procuro hacer revivir en el co- vergüenza v e o , pena y quebranto sol« vencerlos lo bastante para expiar cuan- perado ei tiempo su lentitud cu los ins-
razon de V. una esperanza que yo pro- es mi vida. Madre , tierna madre , a;! to la hicieron padecer. Ah ! si penetra tantes de mi desesperación, y mide el
pia no teugo ; pero quiero hacerle ver mas muerta que tú estoy yo. so espíritu inmortal en lo interior de mi tedio con largos años el malhadado resto
como es cierto que siempre la mas hon- corazón , bien sabe que no es entera- de mis días.
rada determinación es la mas prudente, mente indigna de ella la victima que le
y que si puede quedar algún recurso ¡ Dios mió! ¿que desvario á una des-
sacrifico. Participe V. de un esfuerzo Para acabar de hacérmelos inaguan-
para el amor de V . , consiste este en el venturada estravia, y hace que se olvi- que ha hecho necesario, y si algún tables, cuanto mas me abruman las aflic-
sacrificio que le imponen el honor v la de de sus resoluciones ? donde vengo á
respeto á la memoria de un "vinculo tan ciones parece que mas se desprende de mi
razón. Madre, parientes, amigos; todo verter mis lagrimas y exhalar mis sus- fatal y tan dulce le queda, por él le todo cuanto amaba. V., señora, puede
está ahora por V., menos un padre que, piros ? ; Al crudo que los causa le hago ruego que para siempre huya de mí, que ser que aun me quiera, pero la llaman
ó se vencerá por este camino, ó no pue- depositario de ellos! con el que origi- no me escriba, que no haga mas acerbos otros cuidados y la ocupan otras obliga-
de con nada vencerse. Cualquiera impre- na las desdichas de mi vida me atrevo á mis remordimientos, y deje que me ol- ciones. Mis quejas que escuchaba con
cación que sea la que haya podido dictar llorarlas! S í , s í , despiadado;participe vide, si ser puede, de lo que fuimos uno piedad, ahora son impertinentes. Julia,
á V. un iustante de desesperación, cien V., de los tormentos que padecer me ha- para otro. No le vean mas á V. mis ojos, Julia misma se desalienta y me desampa-
veces nos ha probado que no hay senda ce, V. por quien yo escondí el puñal e« no oiga pronunciar mas su nombre , y ra. Han espelido al amor los tristes re-
mas segura para alcanzar la felicidad el materno seno , gima de los males que ao venga su memoria mas á agitar mi mordimientos. Todo ha mudado para mí;
que la de la virtud. Si se logra aquella de V. me vienen, y sienta conmigo el corazon. Todavía me atrevo á invocar un solo mi corazon es siempre el mismo, y
es mas pura, mas sólida y mas suave horror de un parricidio que fué obra amor que debe cesar de existir; no aña- eso roas horrorosa es mi suerte.
con esta ; si se malogra la'primera, la suya. ¿ A cuyos ojos me atrevería yo á da V. á tantos motivos de duelo el de
segunda puede sola resarcir su pérdida. dejarme ver tan despreciable como soj? >er su ultimo ruego despreciado. A Dios ¿ Pero que importa lo que soy y lo
Aliente V. pues, sea hombre, y sea otra en presencia de quien ine envilecería al Por la vez postrera , único y amado... que he de ser? Julia padece, ¿ es tiem-
vez el mismo. Si tengo bien' conocido tenor de mis remordimientos ? quien otro i Ah , loca !... A Dios para siempre. po de pensar en mí? Ah ! sus penas son
el corazon de V., el modo mas crudo de que el cómplice <ffc mi delito conoce to- las que hacen mas amargas las mias. Sí:
perder á Julia seria hacerse indigno de da su gravedad ? El mas insufrible supli- mas quisiera que dejara de amarme y fue-
ella. cio para mí es que solo mí corazon me ra feliz... Dejar de amarme ! .. lo espe-
acusa, y que veo que se atribuven áoi ra?... Nunca, nunca. En báldeme veda
CARTA VI.
buena Índole las impuras lágrimas que que la vea, y le escriba: no se quita,
rae saca el roedor arrepentimiento, fo DEL A M A S T E D E J U L I A A L A S E Ñ O R A
ay ! el tormento, que se priva de su con-
vi, estremecida, vi el duelo que cuvene- DE ORBE. solador. ¿ Debe privarla la perdida de una
EH fiu se ha rasgado el velo, y esta lar- tierna madre de un amigo mas tierno ?
y cree q u e ' l i v i a sus males multiplicán- achacarsela. Su agitada conciencia re- í tras quedaba una vislumbre de esperan-1 amores de Vds. han resistido el crisol
dolos ? O a m o r ! pide vengarse á costa clama de ella esta tierna y querida un- I za, desde que con empeñarse en aspirar de la posesion, al del t i e m p o , al de la
d r e , y en dolor tan crudo se junta con I i Julia no puede V. conseguir mas que ausencia y á todo genero de penas, que
tuya la naturaleza?
su aflicción el horrible remordimiento, f hacerla infeliz, seria perjudicarle el todos los estorbos han vencido , menos
N o , n o ; en vano pretende olvidarme
O Julia !^¡debias tú conocer este hor- i complacerle. Mas quiero saber que es V . el mas invencible de todos que es 110
¿ Podrá separarse su tierno corazon del
roroso afecto ? V. que la enfermedad j I menos digno de lastima , y tenerle mas tener nada que vencer, y alimentarse de
mió ? no le retengo yo á despecho suyo?
los postreros instantes de esta desven- | descontento. ¿ No es todo cuanto puede su naturaleza propia. Nunca ha visto el
se olvidan afectos como los que hemos
turada madre ha presenciado, suplico, I hacer un amor sin esperanza cifrar su universo pasión que á rata prueba r e -
sentido ? es posible acordarse de ellos sin
ruego que me diga que he de creer. I felicidad cu la de lo que bien q u i e r e , sista : ¿ que derecho tenían Vds. de es-
sentirlos de nuevo? El amor vencedor ba
Despedace V. mi corazon si soy culpado, f cuando se ha hecho imposible la de perar que la suya la hubiera contrares-
hecho la desventura de su vida; el amor
Si la precipitó al sepulcro el pesar de f ambos? tado ? Con el disgusto de una dilatada
vencido la hará mas digna de compasión.
nuestros yerros, somos dos monstruos I Mas que sentirlo esto hace V. mi ge- posesion hubiera el tiempo reunido el
En duelo consumirá sus a ñ o s , atormen-
indignos de alentar; es delito pensaren neroso a m i g o , pues lo ejecuta con el progreso de la edad y la decadencia de
tada en uno de vanos sentimientos y va-
tan funestos l a z o s , y delito ver la luí. mas doloroso sacrificio que hizo nunca la belleza; mientras que parece que con
nos deseos, sin poder satisfacer nunca
N o ; me atrevo á creer que no ha pro- amante fiel. Renunciando á Julia, com- su separación se fija, siempre estarán
ni el amor ni la virtud.
ducido tan negros efectos un fuego tan pra V. á costa de su sosiego el de ella, uno para otro en la flor de sus años;
N o crea V. no obstante que lamen- acrisolado- Nos inspiró el amor afectos se verán sin cesar como cuando se d e -
y renuncia por ella á sí propio.
tándome de sus errores me niegue á res- en demasia hidalgos para que de ellos jaron se v e í a n , y unidos entrambos sus
petarlos. Muy tarde es después de tantos Apenas, si, me atrevo á decir á V. las
resultaran las atrocidades de los mas de- corazones hasta el sepulcro en tierna
sacrificios para aprender á desobedecer. estravagantcs ideas que por la cabeza
sapiadados pechos. ¿ Los cielos, los altos ilusión, con su mocedad eternizarán sus
Basta con que ella lo mande; no volverá me pasan acerca de esta materia, pero
cielos han de ser injustos? v la que supo amores.
á oir hablar de mí. Juzgue V. si es hor- son de consuelo, y esto me alienta. Lo
sacrificar á los que le dieron la vida su
rorosa mi suerte. No es mi mayor de- primero crco que el verdadero amor ,
propia felicidad ha de haber merecido Si no hubiera V, sido feliz pudiera
sesperación renunciar á ella. Ah! en su asi como la virtud, tiene la prerogativa
causarles la muerte? atormentarle una insuperable inquietud,
corazon es donde están mis mas vehe- de indemnizar de cuantos sacrificios á él
suspirando su corazon anhelaría por los
mentes dolores, y mas desventurado soy se hacen, y de que en algún modo dis—
bienes á que era acreedor; su ardiente
con su infortunio que con el mió. V. á frute uno de las privaciones á que se
CARTA VII. imaginación le pediría sin cesar lo que
quien ama m a s q u e á todas las cosas, sujeta por la misma conciencia de lo
n o habia alcanzado : pero no 'tiene el
y que despues de mí es .la única que s a - RESPUESTA. que lian c o s t a d o , y del motivo que nos
amor delicias de que no le hava colma-
be dignamente amarla; Clara, amable ba hecho consentir en ellas. V. se dará
¿ COMO fuera posible querer Á V. me- d o , y hablando en el estilo de V . , ba
Clara , V. es el único bien que le queda, testimonio de que amó á Julia como ella
nos , estimándole cada dia mas ? como apurado en un año los placeres de la
bien harto precioso para hacerle lleva- merecia, y eso mas la amará y será mas
he de perder mis antiguos afectos cuan- vida entera. Acnerdese V. de aquella tan
dera la perdida de todos los demás. S u - feliz. Con el atractivo del amor unirá el
do cada dia los merece V. nuevos ? .No, apasionada carta escrita en el siguiente
pla V . por l o s consuelos que le han fal- suyo aquel esquisito amor propio que
mi amado y digno amigo; todo cuanto dia de una temeraria c i t a ; yo la leí con
tado v los que ella se quita, sustituya remonerar todas las penosas virtudes sa-
desde nuestra edad primera fuimos unos una emoción de que no te'uia idea; no
la santa amistad con ella la terneza de be. Dirá V. en su corazon: sé amar,
para con otros lo seremos lo que de vi- se descubre en ella el estado permanen-
una madre, la de un amante, la dulzura con mas duradera y delicada compla-
da nos queda; y si no crece mas nues- ta de una alma enternecida, sí el pos-
de todos los afectos que hacerla feliz de- cencia que la que tendría en decir : po-
tra reciproca amistad es porque no cabe trer delirio de un corazon abrasado de
bian, y s e r l o , si es posible, á cualquier seo loque amo. Esta se consume á fuerza
aumento en ella. Toda la diferencia con- amor y ebrio de deleite; V. mismo juzgó
costa que ser pueda. Cobre la paz y el de gozar de ella; la otra dura siempre,
siste en que le queria yo á V. como her- que semejante embriaguez no se gozaba
sosiego de que la he privado, y menos J la gozaría V. aun cuando cesara de
mano ,y ahora le quiero c o m o hijo, por- dos veces en la vida , y que después de
scutiré los tormentos que me deja. Una amar.
que aunque seamos ambas mas mozas que haberla disfrutado era necesario morir.
vez que ya nada sov á mis propios ojos, Amigo m i ó , allí fué el ápice, y cual-
V. y discipulas suyas, yo le tengo á V.
una vez que e s mi dcstiuo pasar mi vida Ademas de que si es cierto , como quiera cosa que en favor de V. la fortu-
por serlo nuestro. Enseñándonos á pen-
muriendo por ella repúteme como si no tantas veces Julia y V. me lo han dicho, na y el amor hubieran hecho, no podían
sar aprendió V. de nosotras á ser sensi-
fuera, que vengo en e l l o , si la tranqui- que sea el amor el mas delicioso afecto menos de ir en decadencia su amor y su
ble, y diga lo que quiera s u filosofo in-
liza esta idea. ¡ Ojalá que recupere cerca que en el corazon humano puede tener felicidad. También fué este instante el
gles , esta educación vale tanto como la
de V. sus primeras virtudes, y su dicha cabida, todo c u a n t o , aun á costa de principio de sus desgracias , y se vió V.
otra ; si la ra^pn hace al hombre, sos
primera ! ojalá que con el esmero de V. mil tormentos le prolonga y le fija to- privado de su amada en el instante mis-
sentimientos son los que le conducen.
sea todavía todo cuanto sin mí hubiera davía es un bien. Si es el amor uu de- mo que ya no le quedaban nuevos afec-
sido!
. ¿ S a b e V. porque parece que he mo- seo que con los estorbos se írrita, como tos que sentir cerca de ella , como si
dado con V. de conducta? No porque también me decia V., no conviene que esté hubiera querido el destino preservar el
Ay ! que era hija y n o tiene madre! no sea siempre mi corazon el mismo, satisfecho; mas vale que dure y sea des- corazon de V. de una desecación inevi-
Esta es la perdida que n o se resarce, v créalo, sino porque ha variado la situa- graciado que no que en el seno de los table, y dejarle en la memoria de sus
de que nunca se consuela quien puede ción de V. Favorecí sus amores, niien- deleites se estinga. Confieso que los
TERCERA PARTE. j6|
pasados deleites un deleite mas suave sentimientos ! que de lagrimas! que de
lla inflexible aspereza , con que acostum- afectos d e V . s e exhalan fuera con violen-
que todos cuantos disfrutar podía. tiernos cariños! que uimca exhausta sen-
bran agravar sus agravios los maridos cia; los de ella vuelven á sí propia , v
Asi , coDsuelese V. de haber perdido sibilidad! En los ojos de la hija se leían
infieles. Mi pobre prima io ha pagado. penetrando la sustancia de su alma poco
un bien que siempre se habia desvane- lo que padecía la madre; ella era quién
La mania de nobleza con que está en- a poco la alteran y la mudan. El amor
cido, y se hubiera llevado consigo el la servia de día, quien la velaba de no-
caprichado, y el tesón de su genio -han anima y sustenta el corazon de V., en-
que le queda. De consuno Se hubieran che; ella quien por su mano todo se lo
causado la desdicha de V. y la suya. Su flaquece y hace que desmaye el s u y o ;
disipado la felicidad y el amor : á lo subministraba. Hubiera V. creido que
madre, que siempre le tuvo'á V. inclina- todos sus muelles se han aflojado, se ha
menos ha conservado V. este ultimo, v veía otra Julia; habíase desaparecido su
ción , y que conoció su amor, cuando ido su fuerza, muerto su valor, y nada
quien ama no está todavía privado de natural delicadeza, estaba fuerte y ro-
era ya muv tarde para poner remedio, es su virtud antigua. No están aniquila -
contentos. Mas asusta á un-corazon tier- busta; nada le costaba el cuidado *ui3s
vivió mucho tiempo con e! secreto pessr das sino paradas tantas heroicas virtu-
no la imagen del amor estínguído que penoso, y parecía que le daba su alma
de oí, poder vencer el gusto de su hija des; puede un instaute de crisis restU
la del amor desgraciado, y es el hastio un cuerpo nuevo. Todo lo hacia y no pa-
ni la terquedad de su esposo, y de ser tuirles todo su vigor ó destruirlas sin
de lo que se posee un estado peor cien recia que hacia nada ; en todas partes se
| b causa eficiente de un mal que no remedio. Sí da un paso mas bacía el
veces que el sentimiento de lo que se hallaba, y no se meneaba del lado de so
podia sanar. Cuando las cartas de V. que desaliento está perdida ; pero sí se erige
ha perdido. madre; la veíamos sin cesar de rodillas
cogió la informaron hasta que punto un mumento esta escelentc a l m a , será
junto á la cama, pegada la boca en so
Si tuviese fundamento lo que se acha- habia V. abusado de su confianza, te- mas grande, mas fuerte, mas virtuosa
mano, gimiendo ó de su yerro ó del
ca mi desconsolada prima acerca de la fflió perderlo todo si todo lo quería sal- que nunca, y no habrá peligro de que
mal de su madre, y confundiendo ambos
muerte de su madre, confieso que enve- var, y aventurar la vida de su hija por recaiga. Creame V., amable amigo mió,
sentimientos para mas afligirse. No he
nenaría esta acerba memoria la de los restablecer su honor Varías veces son- sepa en este peligroso estado 'respetar
visto á nadie que los últimos dias entrara
amores de V. y que debería apagarlos ¡ deó sin fruto á su marido; varias veces lo que bien quiso. Todo cuanto de V.
SA el cuarto de mi tía, sin que se le ba-
para siempre tan fatal idea; pero no quiso arriesgar una entera confianza, y venga, aunque contra V. mismo s e a , no
garan en lagrimas los ojos al contemplar
crea V. en su dolor que la engaña ; ó ponerle patente todo Cuanto exigía su puede menos de ser para ella mortal.
el mas tierno de todos los espectáculos.
por mejor decir el imaginario motivo obligación: el miedo y su tímido earacter Sí V. se empeña con facilidad podrá
Veiase el esfuerzo que hacían estos dos
conunque en agravarle se complace solo la arredraron. Fluctuó mientras podia triunfar de ella; pero en vano creerá
es pretexto para justificar su esceso', 'corazones para reunirse mas estrecha-
hablar; cuando quiso hacerlo ya no era que posee á la misma Julia , que no vol-
¡iempo, le faltaron las fuerzas, y murió v e r l a hallarla.
Teme siempre esta alma tierna no al mente en el instante de una funesta se- llevándose su fatal secreto; y yo que
girse lo bastante, y es para ella una IW- paración , veiase que solo el sentimiento conozco el genio de este hombre severo,
pecie de satisfacción juntar con el sen- de dejarse ocupaba á madre y á hija, y J no sé hasta que punto hubieran po-
timiento de sus penas cuanto hacerlas nada hubiera sido para ambas la vida 6 dido templarle los afectos de la natu- CARTA VIH.
puede mas acerbas. Esté V. cierto de fa muerte si hubieran podido quedarse r i a , aliento al ver que á lo menos la D E M I L O R D E D U A R D O AI, A M A N T E D E
que se miente á sí propia y de que no ó partirse juntas. "da de Julia está segura.
es sincera consigo. ¿Ah,si de verás cre- Bien lejos de dar crédito á las negras JULFE.
yera que ha acortado los dias de su ma- ideas de Julia , esté V. cierto de que
dre , podria su corazon aguantar tan Todo esto lo sabe ella; p e r o , si le he
cuanto puede de los socorros humanos ME había grangeado derechos en tu
horroroso remordimiento? N o , no , ami- de decir á V. lo que de sus aparentes re-
y los consuelos del corazon esperarse corazon, te necesitaba, y me i b a á j u n -
go mío, no la llorara, que la hubiera mordimientos pienso, el amor es mas
contribuyó por su parte á retardar los tar contigo. ¿Que te importan mis dere-
seguido. Bien notoria era la dolencia de ingenioso que ella. Penetrada de senti-
progresos de la enfermedad de su madre, chos , mis necesidades y mi cariño ? Te
la señora de F.tange, que era una hi- miento por su madre quisiera olvidarse
y de que infaliblemente su terneza y sos has olvidado de m í , y no te dignas de
dropesía de pecho incurable, y estaba « V . , y mal de su grado turba el
atenciones nos la han conservado mas escribirme. Sé cual es tu feroz y solita-
desahuciada ya antes de haber descu- amor su conciencia para forzarla á pen-
tiempo que el que sin ella hubiera sido ria vida , y conozco tus ocultas inten-
bierto la correspondencia. Esta le cau- sar en V., y quiere que tengan sus llan-
posible. Cien veces me ha dicho mi tía ciones : te fastidia la vida.
só un vehemente pesar, pero, ¡ cuan- tos conexión con lo que ama. No se atre-
misma que sus postreros días eran los vería á ocuparse directamente en V . , y Muere, mozo loco; muere, hombre
tas satisfacciones resarcieron el mal que mas serenos instantes de su vida , v que
ocasionarle pudo! ¡cuanto fué el con- d la precisa á que todavía sea esta'su tan cobarde como feroz ; pero sabe al
la única cosa que para su felicidad ha- «opacion en su arrepentimiento á lo morir que dejas en el alma de un hom-
suelo de esta tierna madre al mismo cia falta era la de su hija.
tiempo que gemia del yerro de su hija. bre d» bien que te quiso el dolor de ha-
"«nos. Con tanta arte la engaña, que ber servido á un ingrato.
ver con cuantas virtudes le redimía, y Si se ha de atribuir su pérdida á pe- prefiere ella padecer mas y que sea V.
hallarse precisada á admirarse de su al- sadumbres, provienen estas de mas airas, Parte de su pena. Acas¿ el corazon
ma, llorando su flaqueza! cuan grato y su marido es quien tiene la culpa. « V. no comprende estos misterios del CARTA IX.
le fué tocar cuanto la quería! que infa- Mucho tiempo inconstante y mudable, 1 u c n o por eso son menos natu- RESPUESTA.
tigable celo ! que incesante cuidado ! consagró el fuego de sil mocedad á mil 'ales, porque el amor de Vds. dos,
que asistencia sin interrupción ! que des- objetos menos dignos de agradar que so «nque de igual fuerza no es parecido VENGA , V . , milord : creía que no
esperación por haberla afligido ! que de virtuosa compañera , y cuando le hubo " w s efectos; el de V. es fervoroso y i podia disfrutar contentos en la tierra,
calmado la edad conservó con ella aque- 'enemente, el suyo suave v tierno; los j pero volveremos á vernos. Nó es cierto
| que me pueda V. con fundir'con un in-
21
grato ; ni su corazon es digno de bailar al autor de todos mis males ? Qnio» Sin duda que seré infeliz, pero si r e - CARTA XIII.
quien lo s e a , ni d e s c r í o el mió. respetar al padre de .tnlia , pero ili^ra-- suena la voz de la sangre en lo interior
D E J U L I A A LA SEÑORA D E ORBE.
s e d e s e r el m i ó , si q u i e r e q u e aprendí de su corazon , cuanto mas lo será V.
á obedecerle. i \ o , no señor; tenga V por haber sacrificado á visiones el úni- ¿ CON que es cieito , amada y cruel
ESQUELA DE JOLIA.
la opinion de su modo de proceder qt- co fruto de sus entrañas , único en el amiga , que me vuelves á la vida y á mis
quiera ; no es este qnien me obliga i inundo por beldad, mérito y virtud , y penas ? Ya veía yo el venturoso instante
YA es tiempo de renunciar los erro-
renunciar por V. tao preciosos dere- en favor de quien prodigo el cielo de que me iba á reunir con la mas tierna
res de la m o c e d a d , y abandonar una
chos , y que tanto mi corazon ha mere- sos dones solo se olvidó de darle mejor m a d r e , tus iuhumanos cuidados me han
engañosa esperanza; yo nunca seré de
cido. V. es causa de la desdicha den padre. encadenado para llorarla por mas tiem-
V. Vuélvame la libertad que le he e m -
peñado , y de que quiere disponer mi vida : solo a mi odio es acreedor , ru po , y cuando me saca de la tierra el de-
ESQUELA (1). seo de seguirla, me retiene el sentimiento
padre , ó lleve al cúmulo mi desdicha tiene que pretender de mí otra coss.^t
negándomela, y perdiéndonos a ambos, lía ha hablado; ahí está mi consenti- RESTITUYO á Julia de Etange la f a - de abaodonarte. Si me consuelo de la
sin que para V. sea de ningún prove- miento. Ah ! siempre la obedeceré. Obi rultad de disponer de sí propia , y dar vida es cou la esperanza de n o baber
cho. la poseerá , pero eso mas digno seré JI «mano, sin consultar su corazon. S. G. toda entera evitado la muerte. Ya no
de ella. existen aquellas perfecciones de mi ros-
Julia de Etange. tro que tau caras ha pagado mi corazon;
Si su hija de V. se hubiera dignado CARTA XII.
la enfermedad que acabo d e sufrir me
CARTA X. d e consultarme acerca de los limites de DE JULIA. ha librado de ellas : perdida feliz que
la autoridad paternal, no dude de que entibiará el grosero ardor de un hombre
DEL BARON DE ETANGE (I).
la habría exhortado á que se resistiese QUERÍA describir á V. la escena que
tan falto de fineza que se atreve á ser
á sus injustas pretensiones. Cualquiera acaba de suceder v que ha dado motivo
S i en el alma de un corruptor q u e - mi esposo sin consentimiento mió. No
que sea el imperio de que V. abusa, om a la esquela que ha debido recibir ; pe-
dan algunas ideas de honor y humani- encontrando en mí lo que le agradaba
sagrados son mis derechos que los sa- ro con tanto acierto ha tomado sus me-
dad, responda V. á esta esquela de una poco se curará de lo demás. Sin faltar
yos ; la coyunda que nos une es el li didas mi padre, que 110 se ha concluido
desventurada , cuyo corazon ha dañado, á la palabra qne á mi padre he dado,
mite de la potencia p a t e r n a , ann ató hasta un momento antes de que saliera
y que ya no fuera v i v a , si pudiera yo sin ofender al amigo á quien debe la
los tribunales h u m a n o s , y cuandoV.es d correo. Sin duda llegó á tiempo su
sospechar que habia llegado á mas su vida, sabré disgustar á este impertinente;
osado á reclamar la naturaleza, qae- carta, y no puede suceder lo mismo a
olvido de si propia. Poco estrañar¿ que guardarán silencio mis labios , pero ha-
branta V. solo sus leyes. (Sta; estará tomada la determinación de
la misma filosofi-i que la enseñó á re- blará por mí mí rostro. Me preservará
V. antes que llegue , y así toda esplica-
querir de amores al primero con quien ¡So alegue V . ese honor tan estran- su repugnancia de su tirania, y hallará
rion fuera superflua. Yo he cumplido con
topó, la enseñe también á no obedecer á gante y tan delicado que de vengar ha- que soy muy fea para dignarse de hacer-
mi obligación ; V . cumplirá con la s u -
su. padre. Pienselo V. bien. En todos bla ; aqui nadie sino V. le ofende. Res- me feliz.
ya ; pero nos abruma la suerte , comete
los casos prefiero tomar medios suaves pete la elección de Julia , y está segon con nosotros alevosia el honor, vivirémos
y decentes cuando creo que pueden bas- su honor ; porque no obstante las insu- Ah , querida p r i m a , tú conocías un
parasiempre separados, y por cúmulu de
t a r : pero si me allano á usarlos cou V. mas góticas, nunca fué deshonroso e corazon mas constante y mas tierno que
horrores voy á entregarme en los... ¡Ay,
110 crea que ignore como se venga el rentar con un hombre de bien. Si ofen- no se hubiera así salido del palenque.
que podía vivir en los tuyos! O obliga-
honor de un noble ofendido por uno de á V. mi presunción , quíteme la n- No se cenia su afecto a las facciones y á
ción ! ¿ á que vales? O Providencia !...
que no lo e s . da , que nunca contra V. me pondré ea la figura; yo era la que amaba y 110 ni i
es forzoso gemir y callar.
defensa. En lo demás poco me coro i cara; por todo nuestro ser estabamos
saber en que consiste el honor de el La pluma huye de la mauo. Algunos uno á otro unidos ; y mientras hubiera
CARTA X I . sido Julia la misma podia huir la beldad;
noble , pero el que de un hombre 4 dos hace que estaba indispuesta , la
RESPUESTA. bien es propio le tengo sé defenderle, niuversacion de esta mañana me lia agi- siempre habría quedado el amor. No obs-
y hasta mi ultimo aliento le conserva- lado lo que es indecible... Me duele la tante pudo consentir... Ingrato !... D e -
OMITA V. vanas amenazas que no ré puro y sin mancha. abeza y el estomago.... me siento des- bió hacerlo puesto que pude yo exigir-
me asustan , y denuestos injustos que fallecida. ¿ Tendría el cielo lastima de lo. ¿Quien es el que por la palabra de-
110 me pueden afrentar, y sepa que e n - Vaya V . , padre inhumano, indis» ni penar?... ¡Vo puedo tenerme en pie... tiene á los que quieren retraer su cora-
tre dos personas de la misma edad no de tan dulce n o m b r e , proyecte horro- «e veo precisada á meterme en la c a - zon ? y he querido vo retraer el mió ?
hay otro corruptor que el amor , v que rosos parricidios , mientras que sacfií- «a, y me consuela la esperanza de no l e - lo he hecho? O Dios ! asi todo-roe acuer-
nunca le estará bien envilecer á un hom- ca á sus preocupaciones una dócil | vantarme unnea. A D i o s , único amor da sin cesar un tiempo que ya no es, y
bre que ha honrado su hija con su esti- obediente hija la propia felicidad. I •o'o, á Dios por la vez postrera, que- un fuego que debe dejar de ser! En balde
mación. dia me vengará su arrepentimiento ¿ ndo y tierno amigo dq Julia. ¿ A h , si preteudo arrancar de mi corazon esta
¿ Q u e sacrificio se atreve V. á impo- los males que me causa, y conocerá W he de vivir para ti mas, n o he dejado adorada imagen, la siento clavada con
nerme , y con que títulos le exige ? he tarde que no menos para V. que pan 'a de vivir ? sobrada fuerza, le despedazo sin que
de de sacrificar mi postrera esperanza mi fue nocivo su ciego y despiadado odie.

{') Inclusa en la carta anterior.


(1) En esta iba inclusa la esquela anterior.
ella se desprenda ; y mis esfuerzos para Largo tiempo he vacilado para hacertt sueño no es sueño , que no fue la som- I agotar sus fuerzas. Al día siguiente h u -
borrar tan dulces memorias n o hacen esta confianza; me impide la vergñeaa
bra de tu amigo la que viste , sino su ho nuevas dificultades , estaba absoluta-
mas que grabarlas mas profundamente. que te la haga de palabra; pero lejosde
persona , y que esta tierna e s c e n a , sin mente empeñado en verte. Le alegué el
¿ Me atreveré á decirte un delirio de calmarse mí agitación, n o hace mas q» [ cesar presente á tu imaginación, sucedió peligro de causarte una revolución , y
mi calentura que lejos de haberse disi- crecer de dia en d í a , y ya no puedoR. realmente en tu cuarto dos dias despues respondió que aguardaría á que n o h u -
pado con ella me atormenta todavía mas sístir á la necesidad de confiarte mi lo. de aquel en que mas mala estuviste. biese riesgo ; pero su detención era nno
desde que estoy buena ? Sí : conoce y cura. ¡ Ojalá y se apoderara de mi toé
La víspera te babia dejado yo bas- terrible, y yo me probé á dárselo á e n -
llora el desvario de tu malhadada amiga, entera! asi pudiera yo acabar de perder
tante tarde , y estaba para salir el señor tender así. Cortóme enojado el hilo de
y da gracias al ciclo por haber preser- la razón, una vez que la poca qoe»¡
de Orbe, que me habia reemplazado á las razoues: omita V. su inhumana elo-
vado tu corazon de la horrible pasión queda solo para mi tormento sirve!
to cabecera aquella n o c h e , cuando cuencia, me dijo con tono muy enojado,
que le causa. En uno de aquellos instan-
Vuelvo á mi sueño. Búrlate, prioa,s deshora vimos entrar aceleradamente, y que va es sobrado usarla en mi ruina.
tes que peor me hallaba creí, mientras
quieres de mi simpleza; pero en estavi- arrojarse á nuestras plantas á ese pobre No espere V. echarme otra vez , como
el ardor del crecimiento, que al lado de
sion hay no sé que misterio que del deí- infeliz en un estado que daba lastima. lo hizo cuando me desterró; vendría
roí cama veía aquel desventurado , no
lirio común la distingue. ¿Es anuncio i Babia tomado la posta así que recibió cien veces del cabo del mundo para
cual en otros tiempos encantaba mi vista
la muerte del mejor de los hombres?» tu ultima c a r t a , y corriendo de día y verla un instante, pero juro por el au-
durante la efimera felicidad de mi vida,
aviso de que ya no e s vivo ? se di»nad de noche anduvo el camino en tres dias, tor de mi vida , añadió enfurecido, que
sino amarillento ,'desceñido , desatenta-
cíelo de guiarme una vez á lo menos, i no habiéndose parado hasta la ultima no me partiré de aquí sin haberla vis-
d o , y retratada la desesperación en los
me convida á que siga al que para ni posta para entrar de noche en la ciudad. to. Probemos una vez si haré yo que V.
ojos. Estaba arrodillado; cogió una mano
amor predestinó ? Ay ! el mejor de sos Te confieso con rubor que fui menos se apiade, ó V. que yo me perjure.
mia, y sin que la repugnara el estado en
beneficios será para mí la orden 4 lista que d señor de Orbe para arro-
que estaba , sin miedo de que se le c o - Había tomado una determinación. E l
morir. jarme á su cuello; sin saber todavía el
mullicara el terrible v e n e n o , la eubria
motivo de su viaje, preveía cuales serian señor de Orbe fue de dictamen de que
de lagrimas y besos. A su presencia sentí En balde me acuerdo de todos ess las consecuencias. Tantas amargas me- se buscasen medios de contentarle para
aquella deliciosa y vehemente emocion vanos razonamientos con que divierte b
morias ; tu riesgo , el s u y o , el desorden poder despedirle antes que se columbra-
que algunas veces escítaba en mí su ines- filosofía á las personas que nada sientes;
en que le veia ; todo envenenaba tan ra su v u e l t a , porque en casa solo le
perada vista. Quise lanzarme á él, y me ya no me s e d u c e n , v conozco qne ta
grata sorpresa, y estaba en demasía so- babia conocido Hanz, de quien estaba
detuvieron ; tú te le llevaste por fuerza, desprecio. No son visibles los espirite;
brecogida para hacerle muchos cariños. yo s e g u r a , y delante de los criados le
y lo qoc mas movió mi corazon fueron norabuena; pero no pudieran dos alna
No obstante, le abracé con una opresion habíamos llamado con otro nombre que
sns sollozos qne creí que oia al paso que tan estrechamente unidas tener entre si
de corazon que fué reciproca, y que el suyo ( r ). Le prometí que te veria la
s e alejaba. comunicación inmediata, independiente mutuamente sentimos los dos apretán- siguiente noche con la condicíon de
del cuerpo y los sentidos ? la impresioi donos mudos entre los brazos con es- que solo un instante se deténdria, que
No te puedo pintar el asombroso que recibe una de otra no puede trans- presion mas elocuente que gritos y la- no te hablaría, y que se volvería á par-
efecto que este sueño en mí ha hecho. mitirla al cerebro , y recibir reciproca- grimas. Sus primeras palabras fueron: tir al otro dia antes de a m a n e c e r , y
Larga y violenta ba sido mi calentura; mente de él las sensaciones que la otra c Que hace? ah! que hace? denme exigí que me diera su palabra. Quedé
he estado sin conocimiento por espacio le ba dado ?... ¡ Pobre J u l i a , que de es- Fds. vida ú muerte. Entonces compren- entonces s o s e g a d a , le dejé con mi ma-
d e muchos dias ; varías veces en mis d e - travagancias ! que crédulas nos ha« dí que estaba informado de tu enfer- rido, y me volví á asistirte.
lirios he soñado en él ; pero n o ha de- las pasiones ! con cuanto trabajo se des- medad , y creyendo que tampoco igno-
T e encontré muy mejorada , acabada
jado en mí imaginación ninguno de es- prende un corazon vivamente herido raba de que especie e r a , se lo dije, sin
la e r u p c i ó n , y el medico me dió animo
tos sueños tan honda impresión romo este hasta de los errores que conoce ! otra precaución que la de atenuar el
y esperanza. Lo dispuse todo de ante-
ultimo, que es tal que no me e s posible riesgo. Al punto qoc supo que eran vi-
mano con B a b í , y habiéndote perturba-
borrarle de mi memoria ni de mis senti- ruelas, dió nn grito v cayó desmayado.
CARTA XIV. do la cabeza el crecimiento, aunque me-
dos. Cada minuto , cada instante se me Juntas con la inquietud de su animo la
nor que los dias anteriores , me aprove-
figura que en la misma postura le veo; KESPpESTi.
fatiga y la falta de sueño le habían
ché de este rato para despedir la gente,
su facha , su vestido , la cspreslon de su puesto en un abatimiento tal , que fué
AH ! desventurada y en demasía sen- v mandar á decir á mi marido que se
r o s t r o , su triste mirar, lo tengo aun nectario mucho tiempo para lograr que
sible niña , ¿solo para padecer eres na- trajera á s u huésped, pensando que me-
presente , creo que siento sus labios que volviese en su acuerdo. Apenas podía
cida? En balde procuro yo evitarte pe- nas en estado estarías de conocerle an-
aprietan mi mano , la siento mojada con hablar, y le hicimos que se acostara.
sares, parece que los buscas sin cesan tes que bajara la calentura. Nos costó
sus lagrimas; el sonido de su dolorida
es mas fuerte tu ascendiente que lodo muchísimo trabajo despedir á tu des-
voz me hace estremecer; veo que le lle-
mi esmero. No añadas a l o menos quime- consolado padre que cada noche se
van arrastrando lejos de m í ; hago nue- Vencido por la naturaleza, durmió d o -
ras á tantos motivos reales de pena, í empeñaba cu quererse quedar. Final-
v o s esfuerzos para retenerle ; todo me ce horas seguidas; pero con agitación,
puesto que es mi reserva mas pernicios mente le dije enfadada que no alivia-
retrata una imaginaria escena con mas y semejante sueño mas que reparar debía
energía qüe los acontecimientos que real- para tí que ú t i l , sal de un error que te
mente me han sucedido. atormenta , acaso hallarás que es me-
(.) En la cutí ría parte veremos que este nombre que entonces le dieron
nos cruel la triste verdad. Sabe que U
J«e el de S,m Preux.
ria trabajo á nadie, que yo en todo que ha frustrado el amor , y que no la
caso estaba resuelta a velarte, y que si es tu único recurso disgustar, que vínculos que me impone una sagrada au-
hecho mas que dejar que fermente oa
aunque padre bien sabia que no era desesperada es tu suerte ! toridad; la cruel perdida de uno de los
memoria que ya no es tiempo de boj-
su terneza mas vigilante que la mia. Se autores de mi vida me ha enseñado á que
rar!
fue con mucho sentimiento ; y nos que- CARTA XV. tema el afligir al otro. N o ; no contris-
Se partió como babia prometido, > tará su alma cargada de pesares aquella
damos solas. Cerca de las once llegó le hice jurar que no se detendría en lá DE JULIA.
el señor de O r b e , y me dijo que babia de quien aguarda todo su consuelo ve-
inmediaciones. Pero no se concluye aqut nidero ; y no daré muerte á todos los
dejado en la calle á tu amigo; fui yo á el lance, querida , menester es que aca- SOBRA, sobra, amigo; venciste. No
buscarle, le cogí por la mano , y tem- estoy yo á prneba de tanto amor, y se que me han dado la vida. No, no; co-
be de decirte lo que tampoco podrías
blaba como la hoja en el árbol. Al pa- tú ignorar mucho tiempo. Milord Eduar- acabó mi resistencia. Todas mis fuerzas nozco mi culpa y no me puedo arrepen-
sar por la antesala le faltaron las fuer- do que pasó por aqui dos días después, las he empleado, y el testimonio de mi tir. Obligación, honor, virtud ; todo esto
zas; apenas tenia respiración, y tuvo y que iba con mucha priesa á buscarle, conciencia me ofrece este consuelo. No nada me dicta; pero con todo no sov uu
precisión de sentarse. le alcanzó en Dijon y le encontró malo. me pida cuenta el cielo de mas que lo que monstruo; soy flaca, y no desapiadada.
Se le bahian pegado ai infeliz tus vi- me ha dado. Este triste corazon mío que He tomado mi resolución, que es no des-
Distinguiendo entonces algunos obje- tantas veces has comprado, y que tan ca- consolar á ninguno de cuantos quiero.
l1 ü l£ tos a la cansada luz de nna desviada
lamparilla; s í , dijo con un hondo so-
ruelas; me habia disimulado que nols
había tenido , v te le habia traído sá
precaución. No pudiendo sanar tu mal.
ro cuesta al tuyo te pertenece sin reser- Disponga de mi mano qne ha prometi-
va; tuyo fué desde el primer instante que do un padre esclavo de su palabra, y
Hozo , reconozco estos mismos sitios. te vieron mis ojos, y tuyo será hasta mi encaprichado con su nobleza; disponga

i
quiso padecerle. Cuando me acuerdo
Una vez en mi vida los he atravesado...
de que modo te besaba la mano, DO postrer aliento. Demasiado le has mere- el amor solo de mi corazon , v no cesen
a esta misma hora... con el mismo mis-
puedo dudar que se haya inoculado vo- cido para que le pierdas, y estoy cau- de correr mis lagrimas en el seuo de una
terio... estaba temblando como hoy...
luntariamente. Era imposible estar mas sada de sacrificar los derechos de la jus- tierna amiga. Sea yo vil y desventurada;
lo mismo me palpitaba el corazon... ticia á los de una virtud imaginaria. pero no cesen, si es posible, de vivir
¡ Oh temerario! era mortal y me atre- mal dispuesto, pero como era la ino- felices y contentos todos cuantos quiero.
vía á gozar!... ¿que voy ahora á ver en culación del amor, fué feliz. Este padre Sí, tierno v generoso amante, siempre Formad los tres mi úuica existencia, y
este mismo asilo, donde respiraba todo de la vida se la ha conservado al aman- será tuya tu Julia, siempre te amará; es baga vuestra dicha que de mí miseria y
el deleite en que estaba embriagada mi te mas tierno que ha habido; está bue- fuerza, es voluntad, es obligación. T e res- mi desesperación me olvide.
a l m a , en -este mismo objeto que mis n o , y según la nltima carta de milord tituyo el imperio que te dió el amor, y
rebatos causaba y participaba? La ima- Eduardo, á la hora esta han de haber- que nunca mas te quitaré. En balde mur-
5R» gen de la muerte , un aparato de dolor, se puesto ambos en camino para París. mura uua mentirosa voz en lo interior CARTA XVI.
la virtud desdichada y la beldad mori- de mi alma, que ya no me engañará. ¿Que
bunda. Con esto, amable prima, perderás son las vanas obligaciones que me pone, RESPUESTA.
los fúnebres sustos que sin motivo te comparadas con las de amar lo que qui-
sobresaltaban. Mucho tiempo hace que RESUCITAMOS, Julia m í a , vuelven á
Amada prima, no retrataré á tu po- so el cielo que amara ? no he contraído
has renunciado á la persona de lo su antigHO curso todos los verdaderos
bre corazon las circunstancias de esta contigo la mas sagrada de todas? no se
amigo , y su vida está segura. Así pien- afectos de nuestras almas. La naturaleza
enternecida escena. T e vió y se calló; lo he prometido todo á tí solo? no fué el
sa solo en conservar la tnva , y en re- nos ha conservado la existencia , el amor
así lo había prometido. ¡ Pero que crudo primer juramento de mi corazon no ol-
signarte al sacrificio que ha prometido nos vuelve la vida. ¿ Lo dudabas ? te atre-
silencio! se hincó de rodillas; besaba I íidarte nunca? y no es tu inviolable fide-
ü i tus cortinas sollozando , alzaba manos y tu corazon al amor paternal, y deja al lidad nuevo vinculo para la mia? A b ,
viste á creer que podías quitarme tu c o -
fin de ser juguete de una vana esperan- razon? Cree que mejor que tú le conoz-
o j o s , eshalaba sordos gemidos , y ape- en el rato de amor que á tí me restituye,
za , y dar crédito á quimeras. Te das co yo á ese corazon que para el mió
nas su dolor y sus gritos podia conte- mi único sentimiento es haber combatido
mucha priesa á estar ufana con tu feal- formó el ciclo, y los sicuto únidos con
ner. Sin verle sacaste maquinalmente tan caros y legitimos afectos. Naturaleza,
ftil dad ; sé mas humilde y creeme qne so- una común existencia, que solo con la
una mano; la agarró con una especie dulce naturaleza, cobra tus derechos to-
brado motivo tienes todavia de serlo. muerte pueden perder. ¿ Pende de uoso-
de furor; los encendidos besos que en dos, que rompo los preceptos de inhu-
Has sufrido un cruel embate, pero ta tros separarlos, ni aun desearlo? están
esta mano enferma clavaba, te desper- manas virtudes que te aniquilan. ¿Me
rostro no ha quedado desfigurado. la unidos uno con otro con lazos que hayan
taron mejor que el ruido y las voces engañarán mas las inclinaciones que me
que tú crees que son hoyos de vi niel» añudado y que puedan romper los hom-
de cuantos á tus alrededoresse hallaban. has dado que una razón que tantas v e -
no son otra cosa que pintas que en bres? N o , n o , Julia ; si nos envidia la
Vi que le habías conocido , y no obs- ees me ha descarriado ?
breve se borrarán. Muchas mas tuve yo suerte cruda el dulce nombre de espo-
tante sus quejas v su resistencia le sa-
que t ú , v ya ves que no be quedado sos , nada puede quitarnos el de fieles
qué al instante del cuarto, esperando Respeta estas tiernas inclinaciones, amantes; que será el consuelo de núes- -
eludir con pretexto del delirio la idea muy fea. Angel m i ó , tú serás bonita amable amigo mió, que les debes mucho tra triste vida, y que nos acompañará
de aparición tan corta. Pero vieudo mal que te pese, ¿y el indiferente W'ol- para aborrecerlas, pero permite su ama- al sepulcro.
luego que no me decías nada , creí que mar que no han podido tres años de da y grata partición, permite que no aca-
lo habías echado en olvido , vedé á Ba- ausencia sanar de un amor de que se ben los derechos del amor con los de la Así volvemos á la vida para empezar
bi que te hablara de ello, y sé que ha prendó en ocho dias, quieres que sane sangre y la amistad. No pienses que por de nuevo á padecer y es para nosotros
cumplido su palabra. ¡ Vana prudencia ahora que te verá acada ¡listante' ¡"< seguirte abandone uunca la casa de mis la conciencia de nuestra existencia la con-
ni esperes que me niegue a los ciencia del dolor. Malhadados! ¿ e n que
nos hemos convertido ? como hemos d e - estinguir, me arrojaría en tus brazos,
jado de ser lo que fuimos ? donde está y exhalaría en tus labios el ultimo snspi. para obviar ó desvanecer las sospechas los sentiremos, los lloraremos juntos; los
aquel hechizo de suprema felicidad? don- ro... recibiría el tuyo... ¡Julia moríboa. de su esposo ! Privado de un bien ima- resarciremos , si e s posible, á fuerza de
de aquellos esquisitos raptos con que ani- da! aquellos tan serenos ojos apagad« ginario vive realmente mas feliz , y este bondad v benificencia. ¡ J u l i a , ó Julia!
maban las virtudes nuestros fuegos? S o - en las agonías de la muerte !... aquel pe. pretenso delito, qne tan grave se finge, ¿ que has de hacer ? que puedes hacer?
lo queda de nosotros nuestro amor, el c h o , el trono del a m o r , rasgado por m . no es mas que un nuevo vinculo en la N o puedes huir de mi corazon : ¿no se
mano vertiendo á borbollones su sangre sociedad. ha desposado con el tuyo ?
amor q u e d a , pcVo se lia eclipsado su ilu-
sión. Hija en demasia d ó c i l , amante sin y su vida!... No ; vive y padece; siire No plega al cielo, dulce amiga de mi Aquellos vanos planes de riqueza que
valor, de tus errores provienen todos la pena de mi cobardía. No; quisiera qae corazon, que quiera yo tranquilizar el Un torpemente me habían engañado es-
nuestros males. A y ! mucho menos te ha- n o vivieses ; pero no te puedo querer 1« turo con estas torpes maximas que d e - tan abandonados mucho tiempo hace.
bastante para darte de puñaladas. testo sin saber rebatirlas, y que mas que Voy únicamente á ocuparme en desem-
bría estraviado un corazon menos puro.
á mi razón repugnan á mi conciencia. peña i lo que á milord Eduardo debo :
S í , la honradez del tuvo es la que nos ¡ Oh , si conocieses el estado de esfe
No porque yo afecte un esfuerzo que quiere llevarme á loglaterra, donde dice
pierde; los sentimientos de rectitud que corazon oprimido de angustia ! nunca ar-
aborrezco , ni quiera tan costosa virtud; que puedo serle útil. Enhorabuena, le
le ocupan han desterrado de él la sabi- dió en tan sagrada l l a m a ; nunca tanto
pero me reputo por menos culpado do- seguiré; pero me ausentaré todos los años,
duría. Has querido concertar la terneza quiso tu virtud y tu inocencia. Soy ano»,
liendoine de mis culpas, que procurando y vendré secretamente á verte. Si n o
filial con el indómito a m o r , v cediendo t e , sé a m a r , lo c o n o z c o ; pero soy hom-
justificarlas , y tengo por el cumulo del puedo hablarte , te veré á lo menos, be-
á todas tus inclinaciones, las confundes bre, y no es dado á la fuerza hiiniaa
delito quererle quitar los remordimien- saré las huellas de tus plantas, y una
en vez de concordarlas, y eres culpada renunciar la suprema felicidad. Una no-
tos. mirada de tus ojos me dará diez meses
á fuerza de virtud: ¡ O Julia, que ines- c h e , una sola n o c h e , para siempre ha
de vida. Cuando sea fuerza volverme, al
mudado toda mi alma. Quítame esta peli- No sé lo que e s c r i b o , siento el alma
plicable imperio es el tuyo! con cuan es- alejarme de la que q u i e r o , contaré para
grosa memoria v soy virtuoso. Pero reina en un estado horroroso, peor aun que
treno poderio deslumhras mi razón! Aun mi consuelo los pasos que me han de
esta fatal noche en lo interior de mi cora- aquel en que me bailaba antes de reci-
haciendo que me sonroje de nuestros fue- traer otra vez á su vista. Estos frecuen-
zon, y va á encapotar con su sombra loque bir tu carta. La esperanza que me vuel-
g o s te haces estimar hasta por tus yer- tes viajes perpetuarán la ilusión de tu
me queda de vida. ¡Ah Julia, objeto ado- ves es triste y tenebrosa; apaga aquella
r o s , y me fuerzas á que me admire de tí desventurado amante ; creerá que goza
rado ! si he de ser para siempre misera- antorcha tan pura que tantas veces nos
siendo partícipe de tus remordimientos... de tu presencia desde que se parta para
b l e , otra hora de felicidad, y luego ha guiado ; se marchitan tus atractivos
Remordimientos!... ¿Debias tú sentir- ir á v e r t e ; la memoria de sus rebatos
tormentos e t e r n o s ! T quedan mas afectuosos ; te veo tierna
los.... tú á quien quise.... tú que no pue- le encantará cuando te deje , y á d e s p e -
y desventurada; inundan mi corazon los
d o dejar de adorar... ¿ Puede llegar el Escucha á quien te ama- ¿ Porquebe cho de la cruda muerte no serán sus
llantos que tus ojos vierten , y me duelo
delito á tu corazon?.... Cruda! tórname mos de querer ser mas sabios nosotros tristes años una no interrumpida serie
amargamente de una felicidad que solo
solos que todos los demás hombres, J de tormentos; n o habrá ninguno que no
ese corazon que me pertenece, tórnamele á costa de la tuya puedo disfrutar.
seguir con la simplicidad de criaturas, serenen algunos dias de c o n t e n t o , y los
como me le diste.
virtudes de que habla todo el mundo j Siento no obstante que todavía me cortos instantes que junto á tí pase s e
Que me has dicho ? que es lo que te
que nadie practica ? Que hemos de ser anima un secreto a r d o r , y me restituve multiplicarán en mi vida toda entera.
atreves á darme á entender?... tú pasar
mejores moralistas que la muchedumbre d esfuerzo de que quisieran privarme
á los brazos de otro!... poseerte otro!... los remordimientos. ¿ Ah , querida ami-
N o ser mia! oh, por cumulo de horrores de sabios de que abundan Paris y Lon-
dres , que se mofan todos de la fidelidad ga , sabes cuantas perdidas un amor c o -
CARTA XVII.
n o ser de mí solo! y o sufrir tan horro- mo el mió puede resarcir? sabes hasta
conyugal , y reputan por un juego d
roso suplicio!... ver que á tí propia s o - que punto puede hacer que ames la vida DE LA SEÑORA DE ORBE AL AMANTE
adulterio ? Los ejemplos no dan escán-
brevives!... N o ; mas quiero perderte que On amante que por tí sola alienta ? c o - DE JULIA.
dalo , ni siquiera e s permitido censu-
partir con otro... ¡ Si me hubiera dado noces que por ti sola quiero de hoy mas
rarlos, y toda la gente decente se reiría YA no existe sn amante de V. pero he
el cielo un valor igual á los rebatos que aquí de uno que por respeto al matri- «ívir, obrar, pensar v sentir? No, fuen-
cobrado yo á mi amiga; y V. s e h a g r a n -
me agitan! antes que se hubiera envile- monio resistiese á la inclinación de su te deliciosa de mi existencia, no tendré
geado una cuyo corazon le puede dar
cido tu mano con ese lazo fatal que exe- corazon. Efectivamente, dicen , agravio mas alma que tu alma , n o seré nada
mucho mas de lo que ha perdido. Julia
cra el amor y el honor condena, tueca la que solo en la opinión consiste, ¿ no es nos que una parte de tí p r o p i a ; y lía-
e s casada , y digna de hacer feliz al
mía á clavarte un puñal en el p e c h o , y nulo cuando es secreto ? que daño hace Harás en lo interior de mi corazon una
hombre de bien que con la suerte de
verteria tu casto corazon tu sangre no á un marido una infidelidad que ignora? existencia tan dulce, que no sentirás lo
ella acaba de unir la suya. Después de
amancillada con una íufidclidad. Con es- ¡ cqrn cuanta condescendencia redime que de serenidad pierda la tuya. Enho-
tantas imprudencias de V., gracias al cíe-
una muger sus yerros ! ( [ ) que dulzura rabnena; seremos culpados, pero no se-
ta pura sangre juntaría la que en mis ve- lo que á entrambos los ba preservado, á
remos perversos, seremos culpados, pe-
nas arde en un fuego que nada puede ella de la ignominia, y á V. del descon-
ro siempre amaremos la virtud? lejos de
suelo de haberla deshonrado : respete
atrevernos á disculpar nuestros yerros.
(i) ¿ Donde ha visto eso el buen Suizo ? Mucho tiempo ha que las danw su nuevo estado, y no le escriba, que asi
cortesanas han adoptado muy distinto estilo. Empiezan haciendo resuelta-
mente al amante amo de casa, y si se dignan de aguantar al marido, es Muger que disimulara un trato ilícito daría á entender que se avergüenza
con la condicion de que trate a! cortejo y á la señora con el debido respeto. ' J quedaría deshonrada, y no la -visitaría ninguna muger decente.
22
TERCERA PARTE.
•70 LA S U E V A HELOISA ,
tinguí lo violento de su reserva, apro- tros corazones uno á otro. Segura de no
se lo suplica. Aguarde V. que ella lo pareció que eran mis sentidos airo bé sn respeto, y quise mas á V . ; y pro- hallar en el mío afectos que no fuesen
haga , que sera muy eu breve. Ahora es órganos de mas nobles a f e c t o s , amando curando agradecer un silencio necesario i n o c e n t e s , disfrutaba sin precaución de
cuaudo voy á conocer si es V. acreedor menos lo qae en V. veia , que lo que y penoso sin perder mi inocencia forcé los atractivos de una dulce intimidad.
á la estimación en que le he tenido, y se me liguraba que en mí propia ses- mi genio; imitando á mi prima me hice Ay! no veia que eon mi negligencia se
si es sensible su corazon á una pura y tia. No hace dos meses todavía que pen- alegre y bulliciosa como ella para pre- arraigaba el mal, y que era mas p e l i -
desinteresada amistad. saba que no me había equivocado: d caver esplicaciones mas serias, y disfra- grosa la costumbre que el amor. Com-
ciego amor , dccia entre m í , tenía ti- zar mil tiernos cariños con estos fingi- padecida de lo que V. enfrenaba sus
zón; destinados cstabamos uno para otro; dos juegos. Qucria que fuera tan grata
CARTA XVIII. acciones, creí que podía soltar algo la
suya seria si no hubiera el orden ha. la situación de V., que el temor de una rienda á las m í a s , y fiada en la inocen-
D E JULIA A SU AMIGO. mano intervertido las relaciones natu- mudanza aumentara su reserva. cia de mis d e s e o s , pensé que estimula-
rales , y si fue dado á alguien ser fdb
TASTO tiempo hace qae es V. d e p o - ría en V. la virtud con los tiernos c a -
hubiéramos debido serlo juntos. Todo esto me salió mal, nadie sale
sitario de todos los secretos de mi cora- riños de la amistad. En el bosquecillo
impunemente de su natural caracter.
zon que no puedo perder tan dulce cos- Fueron recíprocos mis afectos, y me de Clarens conocí que habia presumido
t,)ue desatino el mió ! Aceleré mi per-
tumbre. En el lance mas importante de hubiera engañado á haberlos esperi- sobrado de mí, y que nada debe otorgar-
dida en vez de obviarla, usé de veneno
la vida quiero esplayarme con V . ; abra- meutado sola. El amor que yo he cono- se á los sentidos cuando se les quiere
por paliativo, y Jo que yo queria que
me V. el suyo , mi amable amigo , ad- cido solo puede nacer de u na reciproca negar algo. l)n instante solo abrasó los
perpetuara el silencio de V. fué lo que
mita en su seno los largos razonamien- simpatía, y una consonancia de las al- míos en un fuego que nada pudo apa-
le determinó á hablar. En balde con
tos de la amistad , que si algunas veces mas. No ama quien n o es amado; á lo gar, y si todavía se resistía mi voluntad,
afectada frialdad le arredraba á V. cuan-
hace difuso al amigo que habla , siem- menos no ama mucho tiempo. Esas pa- ya estaba estragado el corazon.
do uos hallabamos s o l o s , esta misma vio-
pre da paciencia al amigo que escucha. siones sin correspondencia, que á tantos lencia me vendió; me escribió V - , v en
dicen que los bacen infelices solo en los V. sintió el mismo desvario, y me
linida á la suerte de un esposo , ó vez de echar yo al fuego su primera
sentidos se fundan , y si algunas hasta atemorizó su carta. Era doble el riesgo ,
mas bien á la voluntad de un padre, por carta ó llevársela á mí madre, me atre-
el alma penetran es por relaciones fal- y para preservarme de V. y de mí fué
una indisoluble c a d e n a , entro en una ví á leerla; este fué mi d e l i t o , y todo
sas á que en breve se signe el desenga- preciso alejarme. Este fné el postrer es-
nueva carrera que n o ha de conclnirse lo demás fué forzoso. Quise no respon-
ñ o . El amor sensual n o puede vivir sin fuerzo de una falleciente virtud. Con
hasta la muerte. Detengamos al empe- der á estas funestas cartas que n o po-
la posesión, y la posesion le mata. 8 su fuga remató V. su v i c t o r i a , y al
zarla la vista un rato en la que dejo, dia menos de leer. Esta horrorosa con-
verdadero amor no puede vivir sind punto que no le v i , me quitó mi des-
que no será penoso para nosotros el re- tienda alteró mi s a l u d ; vi la sima en
corazon, y es tan duradero como las re- caecimiento las pocas ñierzas que para
cordar tan dulce tiempo , y acaso s a - que me iba á despeñar, tuve horror de
laciones que le dieron origen (2). Asi resistirle me quedaban.
caré de él leceiones para hacer buen mi propia, y n o me pude resolver á
fué el nuestro desde su principio. y asi permitir que V. se fuera. Caí en una es- Cuando dejó mi padre el servicio, s e
uso del que me queda ; acaso sacará V.
espero que sea hasta el fin de nuestra pecie de desesperación; mas hubiera trajo consigo al señor de W o l m a r ; la
luces para esplicar las cosas que en mi
v i d a , cuando le hayamos ordenado me- querido que V. no viviera, que verle vi- vida que le debía y una amistad de vein-
conducta oscuras á sus ojos parecían.
jor. V i , sentí que era amada v qoe vo sin ser mió ; llegué basta á desear su te años hacian que quisiera tanto á este
Contemplando á lo menos lo que uno
debia serlo; muda era la lengua, medro- muerte, y pcdirsela. El cielo ha visto amigo, que n o podía separarse de él. El
para otro fuimos, sentirá mas bien nues-
s o el mirar, pero se daba á entender mi corazon, y este esfuerzo debe redi- señor de Wolmar era ya de madura
tro corazon lo que el uno al otro debe.
el corazon. Pronto esperimentamos en- mir algunos yerros. edad , y aunque rico y de elevada cuna,
l i n o s seis años hace que vi yo á V. tre nosotros aquel no sé q u e , que infun- no encontraba muger que pudiese con-
por la vez primera; era m o z o , de buena de elocuencia 3l silencio, da lengua á venirle. Habíale hablado mi padre de sn
Viendo que estaba V. pronto á obe-
presencia, amable ; otros mozos me han los ojos b a j o s , infunde un miedo teme- decerme fué forzoso hablar. La Cbaillot hija como quien deseaba que sn amigo
parecido mas hermosos v de mejor pre- rario , muestra en sus temores los de- me habia dado lecciones que me hi- fuera su y e r n o ; se trató de verla y c o n
sencia que V. , ninguno me ba causa- seos , y dice todo lo que á esplicar no cieron mas palpables los riesgo de mi este designio hicieron el viaje juntos.
do la menor cmocion , y á primera vis- se atreve. confesion. El amor que me la sacaba Quiso mi destino que gustase yo al s e -
ta fue suvo mi corazon ( i ) . Creí que ' me enseñó á eludir sus efectos. V. fué ñor de W o l m a r , que nunca habia ama-
veía en la cara de V. los lincamientos i ini postrer refugio , y fué tanta mi do. Se dieron en secreto palabra , y te-
Conocí mi corazon, y me tuve por
del alma que necesitaba la mía , y me ' confianza, que le armé contra mi fla- niendo el señor de Wolmar varios asun-
perdida á la primera palabra de V. Dis-
queza , creyendole digno de librarme tos que arreglar en una corte del norte
de mí propia y fué justicia que le hi- donde tenia su familia y hacienda, pidió
(1) El señor Richardson se ríe de estas inclinaciones que nacen desdi plazo, y se ausentó después de contraído
la primera vista , y se fundan en indefinibles conformidades. Muy bien ce. Viendo que respetaba V. tan p r e -
cioso deposito, conocí que no me cegaba este empeño. Despiies que se marchó n o s
hace en reírse de ellas; pero como hay muchas de esta especie , •valiera declaró mi padre á mi madre y á mí
mas , en vez de negarlas echando por el atajo, indicarnos medios de -ven- mi pasión acerca de las virtudes que
en su alma me hacia ver , y me entrega- que me le habia destinado para esposo,
cerlas. y me mandó con tono que n o dejaba á
ha á ella con tanta mayor confianza
(2) Cuando son imaginarias estas relaciones dura el amor tanto como la mi natural timidez lugar á replica que
cuanto me parecía que se bastaban nues-
ilusión que nos las ha hecho imaginar.
TERCERA PARTE.
•70 LA S U E V A HELOISA ,
tinguí lo violento de su reserva, apro- tros corazones uno á otro. Segura de no
se lo suplica. Aguarde V. que ella lo pareció que eran mis sentidos airo bé so respeto, y quise mas á V . ; y pro- hallar en el mío afectos que no fuesen
haga . que sera muy en breve. Ahora es órganos de mas nobles a f e c t o s , amando curando agradecer un silencio necesario i n o c e n t e s , disfrutaba sin precaución de
cuaudo voy á conocer si es V. acreedor menos lo que en V. veia , que lo que y penoso sin perder mi inocencia forcé los atractivos de una dulce intimidad.
á la estimación en que le he tenido, y se me liguraba que en mí propia seo- mi genio; imitando á mi prima me hice Ay! no veia que eon mi negligencia se
si es sensible su corazou á una pura y tía. No hace dos meses todavia que peo- alegre y bulliciosa como ella para pre- arraigaba el mal, y que era mas p e l i -
desinteresada amistad. saba que no me había equivocado: d caver esplicaciones mas serias, y disfra- grosa la costumbre que el amor. Com-
ciego amor , dccia entre m í , tenia ti- zar mil tiernos cariños con estos fingi- padecida de lo que V. enfrenaba sus
zón; destinados cstabamos uno para otro; dos juegos. Queria qne fuera tan grata
CARTA XVIII. acciones, creí que podía soltar algo la
suya seria si no hubiera el orden ha. la situación de V., que el temor de una rienda á las m í a s , y fiada en la inocen-
D E JULIA A SU AMIGO. mano intervertido las relaciones natu- mudanza aumentara su reserva. cia de mis d e s e o s , pensé que estimula-
rales , y si fue dado á alguien ser fdb
TASTO tiempo hace que es V. d e p o - ría en V. la virtud con los tiernos c a -
hubiéramos debido serlo juntos. Todo esto me salió mal, nadie sale
sitario de todos los secretos de mi cora- riños de la amistad. En el bosqiiecülo
impunemente de su natural caracter.
zon que no puedo perder tan dulce cos- Fueron recíprocos mis afectos, y me de Clarens conocí que había presumido
Que desatino el mió ! Aceleré mi per-
tumbre. En el lance mas importante de hubiera engañado á haberlos esperi- sobrado de mí, y qne nada debe otorgar-
dida en vez de obviarla, usé de veneno
la vida quiero esplayarme con V . ; abra- meutado sola. El amor que yo he cono- se á los sentidos cuando se les quiere
por paliativo, y Jo que yo queria que
me V. el suyo , mi amable amigo , ad- cido solo puede nacer de u na reciproca negar algo. l)n instante solo abrasó los
perpetuara el silencio de V. fué lo que
mita en su seno los largos razonamien- simpatía, y una consonancia de las al- míos en un fuego que nada pudo apa-
le determinó á hablar. En balde con
tos de la amistad , que si algunas veces mas. No ama quien n o es amado; á lo gar, y sí todavía se resistía mi voluntad,
afectada frialdad le arredraba á V. cuan-
hace difuso al amigo que habla , siem- menos no ama mucho tiempo. Esas pa- ya estaba estragado el corazon.
do uos hallabamos s o l o s , esta misma vio-
pre da paciencia al amigo que escucha. siones sin correspondencia, que á tantos lencia me vendió; me escribió V - , v en
dicen que los bacen infelices solo en los V. sintió el mismo desvario, y me
linida á la suerte de un esposo , ó tez de echar yo al fuego su primera
sentidos se fundan , y si algunas hasta atemorizó su carta. Era doble el riesgo ,
mas bien á la voluntad de un padre, por carta ó llevársela á mi madre, me atre-
el alma penetran es por relaciones fal- y para preservarme de V. y de mí fué
una indisoluble c a d e n a , entro en una IÍ á leerla; este fué mi d e l i t o , y todo
sas á que en breve se signe el desenga- preciso alejarme. Este fné el postrer es-
nueva carrera que n o ha de concluirse lo demás fué forzoso. Quise no respon-
ñ o . El amor sensual n o puede vivir sin fuerzo de una falleciente virtud. Con
hasta la muerte. Detengamos al empe- der á estas funestas cartas que n o po-
la posesión, y la posesion le mata. 8 su fnga remató V. su v i c t o r i a , y al
zarla la vista un rato en la que dejo, día menos de leer. Esta horrorosa con-
verdadero amor no puede vivir sin el punto que no le v i , me quitó mi des-
que no será penoso para nosotros el re- tienda alteró mi s a l u d ; vi la sima en
corazon, y es tan duradero como las re- caecimiento las pocas ñierzas que para
cordar tan dulce tiempo , y acaso s a - <jue me iba á despeñar, tuve horror de
laciones que le dieron origen (2). Asi resistirle me quedaban.
caré de él leceiones para hacer buen mi propia, y n o me pude resolver á
fué el uuestro desde su principio. y asi permitir que V. se fuera. Caí en una es- Cuando dejó mi padre el servicio, s e
uso del que me qneda ; acaso sacará V.
espero que sea hasta el fin de nuestra pecie de desesperación; mas hubiera trajo consigo al señor de W o l m a r ; la
luces para esplicar las cosas que en mi
v i d a , cuando le hayamos ordenado me- qnerido que V. no viviera, que verle vi- vida que le debia y una amistad de vein-
conducta oscuras á sus ojos parecían.
jor. V i , sentí que era amada v <[or vo sin ser mió ; llegué basta á desear su te años hacian que quisiera tanto á este
Contemplando á lo menos lo que uno
debia serlo; muda era la lengua, medro- muerte, y pedírsela. El cielo ha visto amigo, que n o podía separarse de él. El
para otro fuimos, sentirá mas bien nues-
s o el mirar, pero se daba á entender mi corazon, y este esfuerzo debe redi- señor de Wolmar era ya de madura
tro corazon lo que el uno al otro debe.
el corazon. Pronto esperimentamos en- mir algunos yerros. edad , y aunque rico y de elevada enna,
l i n o s seis años hace que vi yo á V. tre nosotros aquel no sé q u e , que infun- no encontraba muger que pudiese con-
por la vez primera; era m o z o , de buena de elocuencia 3l silencio, da lengua á venirle. Habíale hablado mi padre de su
Viendo que estaba V. pronto á obe-
presencia, amable ; otros mozos me han los ojos b a j o s , infunde un miedo teme- decerme fué forzoso hablar. La Cbaillot hija como quien deseaba que su amigo
parecido mas hermosos v de mejor pre- rario , muestra en sus temores los de- me había dado lecciones que me hi- fuera su y e r n o ; se trató de verla y c o n
sencia que V. , ninguno me ba causa- seos , y dice todo lo que á esplicar no cieron mas palpables los riesgo de mi este designio hicieron el viaje juntos.
do la menor cmocion , y á primera vis- se atreve. confesion. El amor que me la sacaba Quiso mi destino que gustase yo al s e -
ta fue suvo mi corazon ( i ) . Creí que ' uie enseñó á eludir sus efectos. V. fué ñor de W o l m a r , que nunca había ama-
veia en la cara de V. los lincamientos i ini postrer refugio , y fué tanta mi do. Se dieron en secreto palabra , y te-
Conocí mi corazon, y me tuve por
del alma que necesitaba la mia , y me ' confianza, que le armé contra mí fla- niendo el señor de Wolmar varios asun-
perdida á la primera palabra de V. Dis-
queza , creyendole digno de librarme tos que arreglar en una corte del norte
de mí propia y fué justicia que le hi- donde tenia su familia y hacienda, pidió
(1) El señor Richardson se ríe de estas inclinaciones que nacen desdi plazo, y se ausentó después de contraído
la primera vista , y se fundan en indefinibles conformidades. Muy bien ce. Viendo que respetaba V. tan p r e -
cioso deposito, conocí que no me cegaba este empeño. Despiies que se marchó n o s
hace en reírse de ellas; pero como hay muchas de esta especie , •valiera declaró mi padre á mi madre y á mí
mas , en vez de negarlas echando por el atajo, indicarnos medios de ven- mi pasión acerca de las virtudes que
en su alma me hacia ver , y me entrega- que me le había destinado para esposo,
cerlas. y me mandó eon tono que n o dejaba á
ba á ella con tanta mayor confianza
(2) Cuando son imaginarias estas relaciones dura el amor tanto como la mi natural timidez lugar á replica que
cuanto me parecía que se bastaban nues-
ilusión que nos las ha hecho imaginar.
me dispusiese á darle la mano. Mi madre de estar ciega. No me quedaba esperan«
que habia notado la inclinaciou de mi nioguna y no podía dejar de ser de^r¡- cuanto debia costarme este p a s o ; pero La ausencia d e V. puso termino à mis
corazon , y que le tenia á V. cierta afi- ciada. Igual necesidad tenia de aiaot mi propio honor animaba mi esfuerzo, y errores como à mis contentos , y reco-
ción natural, probó varias veces á mu- que de inocencia , y n o pudiendo o®, mas qneria sufrir una vez la confusion nocí , aunque muy t a r d e , las quimeras
dar esta determinación : sin atreverse á servarlos ambos , y contemplando eldt. que habia merecido, que alimentar una que me habían engañado. Víme tan des-
proponer á V., hablaba de modo que mi lirio de V., solo su interés consulté pan perdurable vergüenza en lo interior de preciable como era , y tan desventurada
ini corazon. Sabia que me daria mi pa- como debia serlo siempre con un amor
padre le tuviera á V. en aprecio , y de- decidirme, y me perdí por salvarle.
dre ó la muerte ó á mi amante; esta al- sin i n o c e n c i a , y deseos sin esperanza
seara c o n o c e r l e ; pero la hidalguía que Pero no es tan fácil como se piensa ternativa 110 me infundía susto ninguno, que no era posible apagar. Atormentada
laltaba á V. le hizo insensible á todas renunciar á la virtud , que atormenta
y de un modo ó de otro veia que cou c o n mil vanos pesares renuncié á re-
las prendas que p o s e e , y aunque c o n - largo tiempo a los que la abandonan;,
esta acción daba fin á todas mis desdi- flexiones tan dolorosas como inutiles; ya
venía cu que el nacimiento no puede sus dotes, que son las delicias de las all chas. no merecia yo la pena d e pensar en mi
reemplazarlas, anadia que solo él les mas puras, también son el primer castij)
Este era, mi amado amigo , el miste- propia , y consagré mi vida à ocuparme
pnede dar su justo valor. del malo que todavía las ama sin poder
rio que quise esconder de V. , y que V . , en V No tenía mas honor que el de V . ,
La imposibilidad d e ser feliz atizó el disfrutarlas. Culpada y n o depravada, no
ron tan curiosa inquietud procuraba ni mas esperanza que la de su felicidad,
fuego que habria debido apagar. Me sus- pude evitar los remordimientos que De y los afectos que de V. me venían eran
adivinar. Mil motivos me forzaban á esta
tentaba en mis quebrantos una halagüeña aguardaban ; amaba la honestidad aun los únicos que crcia qne podían m o -
reserva con hombre tan arrebatado como
i l u s i ó n , con ella perdí la fuerza de so- despues de haberla p e r d i d o ; aunque verme.
es V. sin contar qne 110 convenia armar
brellevarlos. Mientras que me hubiera secreta no fue menos amarga mi ver-
con nuevo pretexto su imprudente i m -
quedado alguua esperanza de ser de V. güenza , v no la bubícra sentido mas si portunidad. S o b r e t o d o era del caso que N o me escondía el amor los defectos
hubiera acaso triunfado de m í , y menos todo el universo la bubiera presenciado. no se hallara V. presente á tan peligrosa de V . , pero me los hacía amar, y era
Me consolaba con mi d o l o r , como el he- tal mí ilusión, que le hubiera querido
costoso rae habria sido resistir toda mi escena, y bien sabia yo que nunca ha-
rido que recela la gangrena , y que en menos si hubiese sido mas perfecto.
vida que renunciar á V. para siempre; bría consentido en abandonarme en ta-
el sentimiento de su mal cifra la espe- C o n o c i a e l corazon de V. y sus rebatos,
la idea sola de una lid eterna me quitó oaao riesgo sí lo hubiese sabido.
ranza de sanar de él. y sabia que mas animoso que yo teuia V.
la fuerza para vencer.
Ay! también se me frustró tan dulce menos paciencia, y que los males que
Consumian mi corazon la tristeza y el No obstante era muy odioso para mí esperanza. Desechó el cielo proyectos abrumaban mi alma hubieran desespe-
amor, y caí en un abatimiento de que se este estado de oprobio. A poder de que-
formados en el delito ; no merecia yo el rado la de V . ; por esta razón le oculté
resintieron mis cartas. La que me escri- rer sofocar la acusación de mi concien-
honor de ser m a d r e ; se desvanecieron siempre con el mayor cuidado los empe-
bió V. de Meillerie me remató juntán- cia sin renunciar al delito, me sucedié todas mis esperanzas , y no me fué dado ños de mi padre, y cuando nos separa-
dose c o n mis pesares propios el senti- lo que á toda alma honrada que se ex- spiar mi culpa á costa de mi reputa- m o s , queriendo aprovechar el celo de
miento de su desesperación. Ay ! siem- travia y se complace en sus descarríos. ción. Tal desesperación fué la mía que milord Eduardo para sus adelantamien-
pre el animo mas flaco padece ¡as penas Vino una nueva ilusión á templar la la temeridad de la imprudente cita en t o s , è inspirársele también à V. le di
de ambos. La determinación que se amargura de mi arrepentimiento ;csperé qne pnse a riesgo la vida de V. me la halagüeñas esperanzas que yo no tenia.
atrevió V. á proponerme llevó á su cu- sacar de mi propio yerro un medio de disfrazaba mi loco amor con tan dulce Mas hice : conociendo el riesgo que nos
mulo mis incertidumbres. Era cierta la repararle , y me atreví a formar el pro- &cnlpa, me achacaba á mí propia el amenazaba tomé la úuica precaución
desventura de mi vida , la opcion ine- yecto de precisar á mi padre á unirnos. « que se malograran mis deseos, v se- que nos podía preservar de é l , y empe-
Este dulce vinculo debia añudarle d ducido por ellos mi amor, en el ardor de ñándole à V. con mi palabra mi liber-
vitable que me quedaba era juntar con
primer fruto de nuestro a m o r , y se le satisfacerlos solo veia la intención de ha- tad , en cuanto me era d a b l e , procuré
ella la de mis padres ó la de V. N o pude
pedia al cielo como la prenda de mi con- «rios un dia legítimos.
sufrir esta horrible alternativa; tienen infundir en V. confianza, y en mi ente-
versión á la virtud, y de nuestra mutua
un termino las fuerzas de la naturaleza, reza con una promesa que no me atre-
felicidad, deseándole como otra en mi lo- Por un instante creí que se habían
y tantas agitaciones habían dejado ex- g a r bubiera podido temerle; y templan- viese yo à quebrantar y que pudiera
raaplido, este engaño fué mi mas pe-
haustas las mías. Ansiaba por verme li- d o el tierno amor los gritos de mi con- sosegarle. Convengo cii que era una
netrante d o l o r , y favorecido por la ña-
bre de la vida, y pareció que escuchaba ciencia con sus prestigios, me consolaba obligación pueril, y con todo jamas la
M e z a el amor fué con mas crueldad
hubiera violado. Tan necesaria es la vir-
mis ruegos el c i e l o , pero me perdonó la de mi flaqueza con el froto que de ella tarado por el destino. Ya lia sabido V.
tud para nuestros corazones, q u e cuán-
cruda mnerte para perderme. Le v í a V., aguardaba, y en que la esperanza y la azar
que con el fruto que e n mis en- d o una vez hemos abandonado la verda-
s a n é , y perecí. gloria de mi vida vinculaba.
tonas llevaba destruvó la postrer basa dera nos fraguamos luego otra à nuestra
Si no halle en mis yerros la felicidad,
* < 0 1 S esperanzas (-1). Me sucedió esta g u i s a , y nos asimos de ella con mas
tampoco había esperado encontrarla. Luego que se hubieran manifestado «s^racia justamente cuando uuestra se- fuerza, acaso porque es de creación
Sentía que estaba mi corazon formado señales sensibles de mi estado, estaba re- ¡®ae'ou, C 0 0 ) 0 s ¡ hubiera querido el uuestra.
para la virtud, y que sin ella no podía suelta á declarárselo publicamente el se- " agobiarme entonces con todos los
ser feliz; me rendí por flaqueza y n o ñor Perret ( r ) , á presencia de toda mi «ales que habia merecido, v cortar á
por error, v oí siquiera tuve la disculpa familia. Tímida s o y , es cierto, v conocía No diré à V. cuantas agitaciones d e s -
®a todos cuantos lazos unirnos podían.
pues de su ausencia p a d e c í , v era la
(') Pastor del pueblo (/ninistm de la iglesia protestanteJ.
(') Esto supone cartas que no se han hallado.
peor de todas el temor de que me olvi- ella; à V. mismo que tan cruelmente a
dase- Me hacia temblar la mansión en habia engañado no pudo aborreced. idea. No hablaré á V. ni de su enojo ni que de tí erigen el honor de tu padre
que V. residía; su método de vida au- Yo fui testigo del efecto que produjo a de los malos tratamientos que tuve que y el t u y o , y júzgate á tí propia.
mentaba mis sustos, v ya creia que le carta en aquel tierno y compasivo cori, padecer. Fué incontrastable; mi temor El señor de Wolmar es sugeto del
veia envilecerse á punto de ser un corte- zon. Ay ! deseaba su felicidad de V. | vencido me babia llevado al otro estre- mas elevado nacimiento, adornado de
jante de profesion. Mas cruel era para mo, y si eran mis espresiones menos todas las prendas que le pueden dar
la mia. Mas de una vez intentó
mí esta ignominia que todos mis males, ioiperiosas que las de mi padre, eran tan realce, que disfruta del aprecio del pu-
que sirve recordar una esperanza pan
mas hubiera querido ver á V. desdicha- blico y le merece. Le debo la vida y sa-
siempre muerta ? El Cíelo lo habia fe-
do que despreciable, y despues de tan- Yió que habia yo tomado mi determi- bes los empeños que con él he con-
puesto de otro modo. Acabó sa tris;
tas penas á que estaba acostumbrada, nación , y que nada grangearia conmigo traído. Lo que es menester que también
vida con el sentimiento de no haberpo.
era su desbonor la única que no podía valiendese de su autoridad. Un momen- sepas es que habiendo ido á su pais
dido ablandará un esposo severo, y de-
aguantar. to me creí libre de sus persecuciones: para dar orden á sus negocios, se ha
jar una hija indigna de ella.
i ¿pero cual me paré cuando á deshora hallado envuelto en la ultima revolución,
Desvanecieronse los temores que em- Abrumada con tan cruel perdida u á mis plantas al mas severo de los le han quitado sus bienes, y solo por
pezaba á confirmar el estilo de las car- quedó à mi alma mas fuerza que pan padres enternecido, y deshacicndose en una dicha singular se ha librado de un
tas de V . , por un medio que para otra sentirla ; y los gemidos de la naturata lagrimas? Sin permitir que rae levanta- destierro á Sibcria; y que con las tris-
hubiera sido el cumulo de sus sobresal- sofocaron las quejas del amor. Cogí na ra me apretaba las rodillas, y clavando tes reliquias de su caudal vuelve fiado
tos. Hablo del desordena que se dejó V. especie de horror á la causa de taota sus llorosos ojos en los míos, con una en la palabra de su amigo, que nunca
arrastrar, y euva pronta y espontanea males; quise al fin ahugar la odiosa pa- afectuosa voz que aun resuena dentro se la quebrantó á niuguno. Prescríbeme
confesiou fué de todas las pruebas de su sión de que se hahian originado, y re- de orí, me dijo : llija mia , respeta las ahora como le he de recibir á su regre-
ingenuidad la que mas me llegó al co- nunciar á V. para siempre. Sio dai canas de tu malhadado padre; no hagas so. ¿ Le diré: caballero , le habia pro-
razón. Le teuia á V. sobrado conocido era preciso : ¿ no tenia bastante pon]« que descienda con dolor a la tumba, metido á V. la mano de mi hija cuando
para ignorar cuanto debió costarle seme- llorar lo que me quedaba de vida, sil como la que te llevó en su vientre: ah! era rico, ahora que nada tiene me re-
jante confesion, aun cuando hubiera de- buscar incesantemente nuevos molili» quieres matar á toda tu familia ? tracto, y ella no le quiere a V.? Si no
jado de quererme, y vi que el solo de llanto? todo al parecer era propie» esplico así mí retractación , así la inter-
amor, vencedor de la vergüenza, habia á mi resolución. Si la tristeza enternece llagase V. cargo de mi sobresalto. Su pretarán , achacarán á pretexto el ale-
podido arrancarsela. Juzgué que un pe- las almas, una aflicción profunda lis postora , su tono , su semblante, sus ra- gar tus amores, ó serán nueva afrenta
cho tan sincero era ineapaz de ocultar endurece. La memoria de mi moribuodi ¡ones, esta horrorosa idea me trastor- para mí, y grangearemos ambos la re-
una infidelidad; vi que era mas leve la madre borraba la de V. ; estabamos naron de modo que me dejé caer medio putación , tú de una moza perdida, y yo
culpa que el mérito de confesarla , y ar- sentes, y me habia abandonado la espe- muerta en sus brazos, y solo despues la de un picaro que sacrifica á un vil
rancándome de las promesas de V. me ranza. Nunca fué tan sublime ni tan & de muchos sollozos que me aliviaron pu- Ínteres su obligación y su palabra , v
curé para siempre de mis zelos. na de ocupar sola todo mi corazon « de con dolieote y desmayada voz res- junta con la felonía la ingratitud. Hija
incomparable amiga , me parecia que b ponderle :«Oh padre! armada estaba con- mia, es muy tarde para acabar con
No por eso fui mas feliz, amigo mió, habían purificado su virtud, su razo» tra las amenazas de V . , pero no contra oprobio una vida sin mancilla, y no se
por un tormento menos sin cesar rena- su amistad y sus tiernos cariños; ere sus lagrimas, V. será quien quite la vida abandonan en un cuarto de hora sesenta
cían otros mil, y nunca mejor conocí que estaba V. olvidado v yo sana. Er¡ á su hija. »> años de honor.
cuanta locura es andar buscando en los muy tarde; lo que habia atribuido àb
estravios de su corazon un sosiego que frialdad de un estínguido amor solo en Entrambos de tal modo estabamos
solo en la sabiduría se encuentra. Largo el abatimiento de la desesperación. agitados, que no pudimos sosegarnos en Mira , continuó, cuan fuera de sazón
tiempo hacia que lloraba en secreto á la mocho tiempo. No obstante , recapaci- es cuanto ahora me puedes decir ; mira
mejor de las madres, que insensiblemen- tando sus ultimas palabras, me hice car- si preferencias que reprueba el pudor,
Como un enfermo que ha privado Jo de que estaba mas bien informado
te iba consumiendo una debilidad mor-
desmayo del sentimiento d e s ú s males le délo que yo c r e i a , y determinada á y si algún efímero fuego de mocedad,
tal. Babi, de quien me habia precisado
recobra cuando crecen los dolores, ei «lerme contra él de las noticias que pueden contrapesar las obligaciones de
á fiarme el fatal efecto de mi caída, me una hija, y el honor de su "padre com-
breve sentí yo renacer todos los tema, me disponía á riesgo de mi vida
vendió y descubrió nuestros amores v
cnando me anunció mi padre el inoK- a confesarle lo que tanto tiempo le habia prometido. Si se tratara solamente de
mi culpa. Apenas hube sacado las cartas que uno de los dos sacrificara su dicha
diato regreso del señor de Wolmar. En- «altado, cuando' parandome con vive-
de V. de casa de mi prima cuando fueron al o t r o , te disputara mi terneza tan
tonces fué cuando me dió el invencibk
cogidas. Era convincente el testimonio, como si hubiera previsto y temido dulce sacrificio; pero , hija mia, se ha
amor fuerzas que ya creia perdidas. P*
y la tristeza acabó de quitar á mi ma-
la vez primera de mi vida me atreví' loque le iba á decir, me habló asi: esplicado el honor, y en la sangre que
dre las pocas fuerzas que le habia de- •Se el antojo indigno de una señorita por tus venas corre, siempre es él quien
resistir en su presencia à mi padre;-le
jado la enfermedad. Poco me faltó para « t u cuna que en lo interior de tu co- decide.»
protesté claramente que nunca seria na-
que me cayera yo muerta de dolor á sus
da para mí el señor de Wolmar, que » razon conservas; tiempo es ya de sacri-
Car a t u No me faltaban sólidas respuestas a
pies. Lejos de esponerme a la muerte obligación y á la honestidad
estaba determinada à morir soltera. 1* a este razonamiento; pero las preocu-
que habia yo merecido, encubrió mi
era dueño de mi vida pero no de » «na vergonzosa pasión que te deshonra, paciones de mi padre le han imbuido
vergüenza v se contentó con gemir de que nunca satisfarás, como no sea á
corazon , y que no me baria variar d'
"«•a de mi vida. Escucha una vez lo en principios tan distintos de los mios,
que razones que á mí parecían sin re-
TERi ERA
p l i c a , no le hubieran siquiera hccho lud tan robusta contra las fatigas jli ba la imaginación á figurárselos, y si
gal les pone horror.... Adulterios pre-
vacilar. Ignorando por otra parle de intemperie, no puede resistirá la del» de antemano n o reinaba el delito eñ lo
meditan. ¡ Y q u e , son los mismos ! no
donde le venian las noticias que al pa- pasiones, v que la fuente de todos«k interior de mi corazon, tampoco forma-
han mudado sus almas! ¿Como puede
recer de mi conducta tenia , ni hasta males de cuerpo y de animo está q ba aquellas generosas resoluciones que
borrarse de los corazones donde ha bri-
donde podian llegar; recelando por su mi corazon. Ya sea que tau porfiada; son solas capaces de hacerle resisten- llado la encantadora imagen que uunca
afectación en interrumpirme que hubie- pesadumbres hubiesen corrompido • cia. vi ó el perverso? como n o hace el atrac-
se ya formado su resolución acerca de sangre , ó que hubiera la naturaleza es- Apenas puedo proseguir: ¡paremos tivo de la virtud á quien una vez le ba
lo que decirle pudiera, y contenida mas cogido esta época para purificarla!:
nn momento! Acuerdese V. de aque- conocido que para siempre 1c repugne
que todo por una vergüenza que nunca una funesta levadura, me sentí mut in-
llos tiempos de inocencia y felicidad, en el vicio? cuantos siglos han sido nece-
he podido vencer, quise mas bien recur- dispuesta al fin de esta conversación. Al
que apuraba todos nuestros afectos el sarios para producir tan estraña mudan-
rir á una disculpa que me pareció mas salir del cuarto de mi padre me esfor-
liego tan vivo y tan sereno que nos za ? que dilatado espacio de tiempo ha
s e g u r a , porque era mas analoga á sn cé á escribir á V. dos palabras, v rae
animaba , en que su ardor santo ( 1 ) nos podido destruir tan deliciosa memoria,
modo de pensar. Le declaré sin anfibo- hallé tan mala que cuando me metíe«
hacia mas grato el pudor, y mas amable y hacer que perdiera la verdadera c o n -
logías el empeño que con V. tenia c o n - la cama esperaba n o volverme á levan-
la honestidad; en que los deseos mis- ciencia de la felicidad quien pudo una
traído , protesté que no faltarla á mi tar. T o d o lo demás lo sabe V . ; mi io-
vez paladearla? Ab! si es lento y penoso
palabra, y que sucediera lo que s u c e - prudeneia fué causa de la suya. Vine mos parecía que solo nacían para qne
el primer desorden , cuan prestos y fáci-
d i e s e , nunca me casaria sin s o consen- V . , le v i , y creí que había sido uno i adquiriésemos la gloria de vencerlos "
les son todos los demás! Oh prestigio de
timiento. aquellos sueños que u n t a s veces me I' ser mas dignos uno de otro. Repase V.
la pasiones , tú deslumbres la razou, e n -
representaban en mi delirio. Pero coan- nuestras primeras c a r t a s , piense en
gañas la sabiduría, y mudas la naturaleza
Efectivamente, vi con satisfacción que do supe que habia V. venido, que le aquellos tan cortos y no bien disfruta- antes que seas conocido! Nos estraviamos
no le pesaba de mi escrupulo ; me afeó había visto realmente, y que queriendo dos instantes, en que se arreaba á nues- nn solo instante de nuestra vida, nos des-
mucho mi promesa , pero no se opuso á participar de un mal qne no podia ti- tros ojos el amor con todas las dotes viamos un paso solo del sendero derecho,
que la cumpliera; tan natural es en un rar se le habia V. inoculado de intento. de la virtud, y nos queríamos tanto que y al punto nos arrastra y nos pierde un
noble lleno de honor la alta idea de la 110 pude sufrir esta ultima prueba,; no formábamos lazos que esta no a p r o - inevitable despeñadero; caemos al fin en
fe de las p r o m e s a s , y tanto reputa por viendo amor tan tierno que á la espe-
la s i m a , y nos despertamos atónitos al
cosa siempre sagrada la palabra dada. ranza sobrevívia, el mió, que con tanto ¿Que eramos , y adonde hemos v e n i - vernos cargados de delitos con un cora-
En vez de pararse en disputas acerca de trabajo enfrenaba y o , corrió á Hendí do á parar ? Pasaron nn año entero dos zon inclinado á la virtud. Mi buen ami-
la nulidad de esta promesa , en que nun- s u e l t a , y revivió con mas ardor qnf tiernos amantes en el silencio mas rigo- g o , corramos otra vez el v e l o ; ¿ q u e
c a hubiera yo convenido, me obligó á uunca. Vi que era menester que contri roso; no se atrevían á eshalarse sns sus- necesidad tenemos de ver el horroroso
escribir una esquela , que incluyó en mi voluntad amase; sentí que era pren- piros, pero satisfechos con saberse v e n - precipicio que nos esconde para evitar
nna carta s u y a , y la envió al instante so que fuese culpada, qne no podia re- cer, y darse reciprocamente el honesto el arrimarnos á él ? S i g o mi narración.
al correo. ¡ Con que agitación aguardaba sistir ni á mi amante ni á mi padre,y testimonio de su triunfo, pasaron otro
yo la respuesta de V . ! cuanto anhelaba que nunca concordaría los derechos dd ano con no menos severa reserva: se
porque fuese menos escrupuloso de lo amor y la sangre como á costa de b contaban su martirin, y eran felices. Sus- Llegó el señor de Wolmar, y no le
que debia ser! Pero le tenia sobrado honestidad no fuese. Asi se acabaron d( tentaron mal esta batalla ; los cstravió arredró lo demudado de mi semblante.
conocido para dudar de la resignación apagar todos mis sentimientos sanos,sr nn momento de flaqueza, y se olvidaron Mi padre no me dejaha s o s e g a r : iba á
de V . , y sabia que cuanto mas penoso alteraron todas mis facultades, perda en los deleites ; pero si dejaron de ser concluirse el luto de mi madre, y era
era el sacrificio, con mas presteza se su horror á mis ojos el delito , me sen- fastos, eran á lo menos fieles, a lo me- mi dolor á prueba del tiempo. Ni uno
sujetaría V. á él. Llegó la respuesta, y tí toda diferente en mi interior, final- óos autorizaban el cielo y la naturaleza ni otro podia alegar para eludir mi pro-
me la ocultaron durante mi enfermedad; mente los desesperados rebatos de ra» os vínculos que habían" estrechado , á mesa, y fué menester cumplirla. El dia
luego que estuve sana se confirmaron pasión ensañada con los obstáculos mt O menos tenían siempre en mucha valia que para siempre me debia privar de V.
mis temores , y no me quedó mas escu- sumieron en la mas horrenda desespe- la virtud , la amaban todavía, y todavía y de mí misma me pareció el postrero
sa ; a lo menos me declaró mi padre ración que agobiar una alma puede,; abian honrarla, no tanto se habían es- de mi v i d a , v los preparativos de mi se-
que no admitiría n i n g u n a , y con el a s - me atreví á desesperar de la virtud. Li pigado cuanto envilecido: menos acree- pultura los hubiera contemplado con me-
cendiente que en mi voluntad le daba la carta de V., mas capaz de despertar d dores á ser f e l i c e s , todavía lo eran. nos terror que los de mis bodas. Cuanto
terrible espresion que me habia dicho, remordimiento que de preverle, acal* mas se acercaba el instante fatal menos
me hizo jnrar que no diría al señor de de descarriarme. T a n estragado esta!» ¿Que hacen ahora estos amantes tan podia desarraigar de mi corazon mis pri-
Wolmar cosa nioguna que de mi casa- mi corazon, que no podia mi razón re- ^rnos que en tan pura llama ardían, y meras inclinaciones y las incitaban mis
miento le desviase; porqué, a ñ a d i ó , le sistir á los razonamientos de los filóso- 1«- tan bien sabían despreciar la hont í- esfuerzos para estinguírlas. Finalmente
parecería un juego concertado entre no- fos de V . , y fueron osados á presenta- hdad? quien lo sabrá sin gemir de su me cansé de una lid inútil. En el mismo
sotros ; y sea como fuere, e s menester se á mi espirítu horrores que jas» -norte? Se hau entregado al delito ; ni punto en que iban mis labios á jurar á
que se efectúe este matrimonio, ó que le habían mancillado: todavía los re- 'mi la idea de manchar el lecho conyu- otro fidelidad eterna, todavía juraba m¡
me muera yo de pesar. pelíanla voluntad , pero se acostumbra-

s
.«'Lnefrá"" <"}to! ¡Julia , ah Julia, que espresion para una muger que
Ya V. s a b e , amigo m i ó , que mi s a -
2 5
corazon á V. perpetuo amor; y fui con- y á la señora de Orbe, que vi uno junta ser de otro. Mi corazon estaba conmo- afrenta de mí familia. ¿Quien me ha pre-
ducida ai teuiplo cual victima impura á otro, clavados en mí sus enternecidos vido al decir dentro de mí cuanto le que- servado de efecto natural de mi pri-
que marcha a las aras doode van á sa- ojos, me movió todavía con mas fuera na á V.; pero estaban tranquilos mis sen- mer yerro ? quien me lia contenido des-
crificarla. que todos los demás objetos. Virtuosa i tidos y mi conciencia, y desde este punto pués de dado el primer paso ? quien me
Llegado que hube á la iglesia sentí al amable pareja, ¿porque conocéis meo« conocí que realmente estaba mudada. ha conservado en mi reputación y en la
entrar una especie de cmociou que nun- el amor, vívis menos unidos? Os estre- ¡Qoe torrente de puras alegrías vino en- estimación de los que quiero? qiiíen me
ca había esperíiuentado. No s é que ter- chan la obligación y la honestidad; ami- tonces á inundar mi alma ! que afecto de ha puesto bajo la tutela de un esposo
ror vino ¿sobrecoger mi animo en este gos tiernos, fieles esposos, sin que os paz, borrado tanto tiempo habia, vino á prudente, virtuoso, amable por su carac-
sencillo y augusto lugar, todo lleno de abrase aquel fuego devorador que con- dar nuevo aliento á mi corazon marchito ter y también por su persona, y lleno de
la majestad de aquel que cu él se adora. sume el alma, os amais con un puro i ron la ignominia , y á difundir por toda un cariño y un respeto que tan mal he me-
Ilizome estremecer un subitáneo terror; sereno afecto que la alimenta, que la sa- mi existencia serenidad nueva ! Creí que recido? finalmente, ¿quien me permite que
temblando y casi desmayada, apenas pu- biduría autoriza y la razón dirige, y sos me sentía renacer, y que volvía á otra aspire todavía al titulo demuger honra-
de arrastrarme hasta el pie del altar. Le- mas sólidamente felices. ¡ Ojala que en nueva vida. Dulce y consoladora virtud , da, y me da aliento para que á él me haga
jos de tranquilizarme, sentí que crecía igual vinculo cobre yo la misma inocen- por tí vuelve á empezar la mía , tú ha- acreedora ? Lo veo y lo siento ; la dies-
mi turbación durante la ceremonia, y si cia , y disfrute la propia felicidad! Sino rás que la ame, á tí quiero consagrarla, tra protectora que por entre las tinie-
me dejaba que distinguiera los objetos la he merecido, como vosotros, á ejem- (h! en demasía sé cuanto perderte cuesta blas me ha guiado es la que corre el
era para que me atemorizasen. La som- plo v uestro me haré digna de ella. Estos para que segunda vez te abandone ! velo del error que mis ojos cubría , y
bría claridad del edificio, el profundo afectos cscitaron mi esfuerzo y mi espe- me restituye contra mi voluntad á mi
ranza. Contemplé el vinculo santo que á Extatica de gozo con tamaña, tan
silencio de los espectadores, su modesto propia. La secreta voz que no cesaba
formar iba como un nuevo estado que inesperada y tan repentina mudanza, me
y meditabundo semblante, la comitiva de murmurar en lo hondo de mi cora-
debia purificar mi alma, y restituirla al atreví á contemplar la situación en que
de todos mis parientes, el respetable as- zon se alza y truena con mas fuer-
cumplimiento de todas sus obligaciones. el dia antes me hallaba , y me estre-
pecto de mi venerado padre; todo inlun- za , cuando estaba á pique de zozobrar.
Cuando me preguntó el Pastor sí prome- meció el indigno abatimiento á que me
dia á lo que iba á suceder un caracter No ha permitido el Autor de toda ver-
tía obediencia y perfecta fidelidad al que habia reducido el olvido de mí propia,
solemne que mi atención y mi respeto dad que saliera yo de su presencia cul-
por esposo admitía, se lo prometieron de i de todos los peligros que desde mi
escitaba, y que me hubiera hecho estre- pada de un vil perjurio , y precaviendo
consuno mi corazon y mis labios. Lo cum- primer estravio habia corrido. ¿ Que fe-
mecer con sola la idea de un perjurio. con mis remordimientos mi delito,"me ha
pliré hasta la muerte. liz revolncion me acababa de mostrar el
Creí que veía el órgano de la Providen- mostrado el abismo en que á despeñarme
horror del delito que me habia tentado,
cia, y oia la voz de Dios, cuando recitaba iba. ¡ Eterna Prov idencia, por cuyas le-
r despertaba en mí el amor de la sabi-
el ministro la santa liturgia. 1.a pureza, De vuelta á casa suspiraba por una hora yes se arrastra el insecto y se vuelven
duría? por que dicha tan rara habia sido
la dignidad y la santidad del matrimonio de soledad y meditación. La logré uo sin los cielos, tú vigilas sobre la menor de
;e mas fiel al amor que al honor que
con tan vivos colores en las palabras de dificultad; y aunque tanto anhelaba por tus obras, tú me llamas al bien que qui-
tanto había adorado ? por que favor de
la Biblia retratadas; sus castas y subli- aprovecharme de ella, me examiné al prin- siste que amara ! Dígnate admitir de
la suerte no me habia abandonado á
mes obligaciones , que tanto á la felici- cipio con repugnancia, con temor de oo un corazon "apurado con tus auxilios el
atletas inclinaciones la inconstancia de
dad , al órden , á la propagación y á la haber esperimentado mas que una efíme- tributo que tú sola has hecho digno ho-
V. ó la mia ? como hubiera yo opuesto
paz del linaje humano importan , y que ra fermentación con la mudanza de mi locausto tuyo.
a otro amante resistencia que ya el pri-
en sí propias son tan suaves de desem- estado, y encontrarme tan indigna espo- mero habia vencido , y vergüenza acos-
peñar; todo esto tanta impresión me hizo, sa como habia sido poco casta soltera. tumbrada á ceder á sus deseos ? Habría Penetraeia al punto dé nna vehemente
que creí que sentía interiormente una re- Era segura, pero peligrosa, la prueba; respetado mas los derechos de un estin- conciencia del peligro de que me veía
volución repentina. Parecía que á desho- empece pensando en V. Me daba testi- juido amor que lo que habia respetado libre, y detestado de honory seguridad
ra un no couocido poder eumendaba lo monio de que no habia profanado nin- los de la virtud, cuando aun de todo su en que restablecida ine sentía , me pos-
desordenado de mis inclinaciones, y las guna memoria tierna el solemne empeño imperio gozaba? que certeza había te- tré en el suelo , alcé suplicante las ma-
restablecía' conforme á la ley de la obli- que acababa de contraer. No podia com- nido yo de amar á V. solo en el mundo nos al ciclo é invoqué al Ser que en él
gación y la naturaleza. Los ojos de Dios prender por que portento la obstinada sino no conocimiento interior que se tienesu trono, y que cuando quiere sus-
que todo lo ven, decía yo para m í , pe- imagen de V. me habia podido dejar tan- "guran que tienen todos los amantes, tenta ó destruye con nuestras propias
netran ahora lo recóndito de mi corazon, to tiempo en paz , cuando tantos moti- 1"e se juran eterna constancia, y se fuerzas la libertad que nos da. Quiero ,
y comparan mi voluntad oculta cou la res- vos de acordármela habia: me bubíeia perjuran siempre que le place al cielo le d i j e , el bien que tú quieres, y cuya
puesta de mi boca; testigos son cielo v desconfiado de la indiferencia y el olvi- mudar sus corazones? Asi una eaida fuente eres tú solo; quiero amar al es-
tierra del sagrado empeño que contrai- do como de uo estado falaz que era en nobicra faoilitado la siguiente, y bubie- poso que me has dado; quiero ser fiel
g o , y también lo serán de la fidelidad mí muy poco natural para que fuese du- 'a el habito del vicio borrado su hor- porque es la obligación primera que es-
de mi observancia. ¿ Que derecho puede radero , pero no tenia que recelar esta ror á mis ojos. Arrastrada del deshonor trecha la familia y toda la sociedad ;
respetar entre los hombres quien á vio- ilusión; sentí que le amaba á V. tanto 3
la infamia, sin remora que me detu- quiero ser easta , porque es la primera
lar el primero de todos se atreve ? y acaso mas que nunca, pero lo sentí "esc, de engañada amante me tornaba virtud que todas las demás alimenta ;
sin sonrojo, y vi que para pensar en \ "fger prostituta, oprobio de mi sexo, y | quiero todo cuanto es consecuencia del
no necesitaba olvidarme de que era mo-
orden de la naturaleza que tú has esta--
Habiendo por acaso mirado al señor
blecido, y de las reglas de 1a razón que feliz , se suscita una, violenta pasión, ella alteran el error y la impostura. Fá- que por fruto produce otros mil deli-
de lí proceden : en tutela tuya pongo cuya raiz en este mismo instinto se halla. ciles me parecen estas distinciones, y tos? lin bien que tantos males produje-
mi corazon, y en tu mano mis deseos. ¿ que he de hacer para destruirla ? Re hasta el sentido común para hacerlas. se ya seria un mal en sí.
Haz que se conformen todas mis accio- la contemplación del orden colijo |a be- Todo cuanto de esta esencia no puede ¿ Piensa uno de los dos adúlteros que
nes con mi voluntad constante que es la lleza de la virtud , y de la utilidad ge- separarse es D i o s ; todo lo demás obra es inocente , porque acaso es libre por
tuya , y no permitas de hoy mas que neral su bondad. ¿ Pero que importa de los hombres Con la contemplación su parte, y no quebranta la fe á nadie?
pueda mas el error de un instante que todo esto á mi interés privado ? y de de ote tipo divino se apura y se levanta Es uua torpe equivocación. No es solo
la intención de toda mi vida. verdad que me interesa mas mi felicidad el alma, y aprende á despreciar sus ba- Ínteres de los esposos, sino causa uni-
Despucs de esta cotta oracion , la a costa de los demás hombres, ó la de jas inclinaciones y sus viles afectos. Pe- versal de los hombres que no se altere
primera que con verdadero fervor he los demás a costa de la mia ? Si me es- netrado un corazon de estas verdades la pureza del matrimonio. Cada vez que
hecho , me sentí de tal modo afianzada torba el miedo de la vergüenza ó del snblimes , se niega á las mezquinas pa- en un lazo solemne se juntau dos espo-
en mis determinaciones , me pareció tan castigo que obre mal en beneficio mió, siones humanas ; aquella infinita gran- sos, interviene allí una estipulación ta-
suave y tan fácil el ponerlas en practica, no tengo mas que hacer que obrar mal deza le desprende de su soberbia; el cita de todo el linaje humano de respe-
que vi claro de doudc había de sacar én secreto, y nada tiene que echarme rapto de la meditación desarraiga los tar este sagrado vinculo, de honrar en
en adelante las fuerzas que para resistir en cara la virtud ; y si me cogen en col- terrenales deseos; y aun cuando no exis- ellos la unión conyugal; y esta me pa-
á mí propio corazon necesitaba , y que pa seré castigada como en Esparta, 00 tiera d Ser inmenso en que se ocupa , rece una razón de mucho peso contra
en mi misma 110 podía encontrar. Este por mi delito sino por mi poca maña. todavía fuera bueno que sin cesar con- los matrimonios clandestinos, qne no
descubrimiento solo me dió nueva con- Por fin si ha estampado la naturaleza el templara en é l , para ser roas dueño de presentando señal ninguna de esta unión,
fianza , y llore la triste ceguedad que tipo y el amor de la belleza en lo in- sí propio, roas esforzado . mas feliz y esponen á inocentes corazones á arder
tanto tiempo habia sido causa de que se terior de mi alma , tendré regla cierta mas sabio. en una adultera llama. El publico es fia-
me ocultase. Nunca habia sido absolu- mientras que no se desfigure; pero, ¿qoien
dor en algún modo de uo convenio c e -
tamente irreligiosa, pero acaso valdría me fia que haya de conservar siempre ¿Quiere V. un ejemplo sensible de los lebrado á su presencia, y puede decirse
mas no tener religión que tenerla ester- pura esta imagen interior, que entre vanos sofismas de la razón cuando solo que está el honor de una casada casta
na y de meras ceremonias, que tranqui- los seres sensibles no tiene modelo que en sí misma se apoya ? Consideremos bajo la especial protección de todos los
liza la conciencia sin sanar el corazon; de comparación pueda servir? uo sabe- con frialdad los razonamientos de esos hombres de bien. Así quien á corrom-
que se ciñe a formulas y cree exacta- mos que los afectos desordenados, no filosofes, diguos apologistas del delito, perla s e prueba p e c a , lo primero por-
mente en Dios a ciertas horas del dia menos que la voluntad, estragan el en- que nunca sedujeron á corazones que que la induce á pecar; y siempre es
para no pensar mas en él lo demás del tendimiento , y que se altera y se mo- no estuviesen ya estragados. ¿!\o diría- uno participe de los delitos que come-
tiempo. Rígida observante del culto pú- difica insensiblemente la conciencia en mos que, asestando derechamente sus ti- ter hace; V también peca él por su ac-
blico , no sabia aprovecharme de él para cada s i g l o , en cada pueblo , y en cada ra contra el mas santo y mas solemne ción, porque quebranta la fe publica y
la vida practica. Tenia la conciencia de individuo según la versátil variedad de délos contratos,han resuelto estos peli- sacrosanta del matrimonio, sin la cual
mi buena Índole, y me dejaba llevar de las preocupaciones? grosos silogistas aniquilar de un golpe nada legítimo puede subsistir en el or-
mis inclinaciones; gustaba de reflexio- solo toda la humana sociedad, que en den de las cosas humanas.
nar , y me fiaba de mi razón; no pu- h fe de los convenios está cimentada ?
Adore V. , digno y prudente amigo,
diendo uniformar el espiritu del Evan- Pero vea V. por su vida de qne modo
al Ser eterno, y de uu soplo destroje
gelio con el del mundo , ni la fe con las osculpan uu adulterio secreto. Porque El delito es oculto, dicen , y no re-,
esas fantasmas de la razón, que solo va-
obras, habia adoptado un medio que no resulta, dicen, ningún perjuicio, ni sulta perjuicio ninguno á nadie.'Si creen
nas apariencias tienen, y como las som-
contentaba mi vana sabiduría ; tenia ™ al esposo que lo ignora ; como si estos filosofes en la existencia de Dios
bras se desvanecen ante la inmudable
unas máximas para creer y otras para para, tener certeza de que lo ignorará y la inmortalidad del alma, ¿ pueden
verdad. Nada existe sino por el que es;
obrar; olvidaba en un sitio lo que en sempre, como si para autorizar el per- llamar secreto uo delito cuyo testigo es
el e s quien ha señalado blanco a la jus-
otro habia pensado : devota en la iglesia jurio y la iutídelidad, basta con que no el mas ofendido, y el uoi'co verdade-
ticia , apoyo á la virtud, y paga á esta
y filosofa en mi casa, ay! no era nada perjudicasen á otro, como si no fuera ro juez ? ¡ Estraño secreto el que á los
deleznable vida empleada en su servi-
en parte ninguna ; mis oraciones eran eficiente para execrar el delito con el ojos de todos se esconde, menos á l o s
cio ; él quien uo cesa de gritar al oido
v o c e s , sofismas mis raciocinios, y la luz 1 , l e á los que le cometen causa; de aquel á quien mas interesa escondér-
del culpado que han tenido testigos sus
que seguía al falaz brillo de fuegos fa- ¿pues que, no es malo violar la f e , sele! Aun cuando no reconocieran la
delitos ocultos , y quieu sabe decir al
tuos que para descarriarme me guiaban. alquilar co cuanto á uno es dable la presencia de ta Divinidad, ¿ como se
justo olvidado : presentes tengo tus vir-
wrza del juramento y de los mas invio- atreven á sustentar que no perjudican
tudes ; él, su inalterable sustancia,«s
™es contratos? uo'es malo precisarse á nadie? como prueban que para un pa-
quien forma el verdadero arquetipo de
No puedo decir á V. cuanto despre- ' a propio á tornarse aleve y falso? no dre es indiferente tener herederos que
las, perfecciones enya estampa está gra-
cio me ha infundido este principio in- «malo formar vinculos que hacen dc- no sean de su sangre, verse cargado
bada dentro de nosotros. En balde la el
terior que hasta aquí me habia faltado mal y la muerte agena; y la con mas hijos que los que acaso hubie-
desfiguran nuestras pasiones, conesift
a los que antes tan mal me han condu- «nerte del mismo que mas debemos ra tenido, y forzado á partir su caudal
todos sus liocamicntos con la esencia
cido. ¿ Cual era, diga V . , su razón pri- "nar, y con quien hemos hecho jura- con las preudas de su deshonor, sin
infinita , se representan siempre á la ra-
mitiva? y en que cimientos estaban fun- """" , l e vivir? es malo uu estado sentir cerca de ellos entrañas de padre?
zón - v le sirven para retocar cuautó cu
dados ? Me dirige al bien un instinto Supongamos materialistas á estos aryu-
mentantes, mas fundamentos hay todavía jos ! ¿ que será de su educación en n*.
para oponerles la suave voz de la na- po esta indagación sin subir al autor de
dio de tantos cuidados para satisfa«; [ ansia de alcanzarle alienta su fervor ,
turaleza , que en lo interior de todos todo lo bueno. Esto es lo que á mi p a - ,
impunemente culpados fuegos ? que se- siguiendo regla mas segura que sus iu-
los corazones clama contra una altiva reeer hago yo desde que me ocupo en'
ra de la paz domestica v de la unios clinaciones, sabe practicar el bien que le
filosofía, y contra la cual nunca se han rectificar mis sentimientos y mi razón , y ¡
de los caudillos de la familia? y q o f ; cuesta trabajo, y sacrificar á la lev de
alegado valederas razones. Efectivamen- esio es lo que mejor que yo hará V. '
en todo esto no es perjudicado el es- sus obligaciones los deseos de su c o r a -
te si solo el cuerpo produce el pensa- mando quiera seguir el mismo camino.:
poso ? pues quien lo resarcirá de ira zón. Este e s , amigo m i ó , el heroico s a -
miento, y si depende el sentir únicamen- «ocho me consuela pensar que con fre-
corazon que se le debia? quien podrá cnhcio a que somos ambos llamados
te de los órganos, ¿ no deben dos se- cuencia alimentaba V. mi espiritu con
restituirle una muger estimable? quien Hubiera sido el amor que nos unía en-
res formados de una misma sangre t e - fcs sublimes ideas de la religión; v no
le dará la confianza y el sosiego, quien canto de nuestra vida: sobrevivió á la
ner entre sí mas estrecha analogía, y teniendo su corazon nada escondido para
le sanará de sus justas sospechas ? quieo esperanza, arrostró la ausencia y el
mas fuerte apego uno á o t r o , y parecer- el mió, no me hubiera V. hablado así sí
hará que se fie un padre de los afectos tiempo , resistió por fin á todas las prue-
se en el alma como en el rostro, lo cual pensara de otro modo, y también me pa-
naturales, cuando tiene en sus brazos bas. I'an acrisolado afecto no debia pe-
es razón muy poderosa para amarse? rece que estas conversaciones eran muy
á su propio hijo? recer por sí p r o p i o , y de sola la virtud
jratas para ambos. Nunca fue para no-
era digno holocausto.
¿No e s , en dictamen de V., irrogar Por lo que hace à las pretensas cone- sotros importuna la presencia del S e r
perjuicio ninguno el aniquilar ó pertur- xiones que entre las familias pueden for- sspremo , que mas esperanza que susto Mas diré á \ : todo ha mudado en no-
bar con una sangre estraña esta natural mar la infidelidad y el adulterio, esta mas nos infundía , porque nunca atemorizó sotros , es preciso que también se mude
unión alterando e n su principio el mu- que razón seria es un tosco y absurdo ano el alma de un perverso. Nosotros su corazon : Julia de Wolmar va no es
tuo afecto que dehe unir entre sí todos donaire, que no merece otra respuesta «K complacíamos en que fuera testigo su antigua Julia; la revolución d é l o s
los miembros de una familia? hay en el que la indignación y el desprecio. Bas- de nuestras conversaciones, y en elevar- a ectos de V. para con ella es inevita-
mundo un hombre de bien que no tu- tante manifiestan las traiciones , las ri- sos juntos basta él. Si alguna vez nos b l e , y solo queda la opcion de efectuar
viese horror de mudar el hijo del otro ñas , los d u e l o s , los homicidios, v los «ominaba la vergüenza , decíamos g i - esta mudanza en honor del vicio ó de
en la cuna ? y es menor el d e l i t o , si le tosigos con que este desorden eu todos neodo de nuestras flaquezas : á lo me- la virtud: tengo presente cierto pasaje
muda en el vientre de su madre? tiempos ha cubierto la tierra, lo que nos ve lo interior de nuestros corazones de un autor que V. no recusará : « De
pueden esperar el sosiego y la union de J quedábamos mas sosegados. su mayor encanto , d i c e , vive privado
S i contemplo mi s e s o en particular ;
los hombres de la intimidad que forma el a m o r , cuando le abandona la honra-
¡que de males veo en este desorden
el delito. Si alguna especie de sociedad Si nos estravió esta confianza, al prin- dez , y para conocer todo cuanto vale es
que pretenden que n o hace mal nin-
de este vil y despreciable trato resulla, "P'O en que iba fundada toca reducir- preciso que se deleite en él el corazon y
g u n o ! Aunque n o fuera mas que e n v i -
es parecida á la de los salteadores de jos al buen camino. ¿ No es cosa indigna que se encumbre encumbrando el objeto
lecer á una muger culpada que la per-
caminos, que es necesario destruir y ani- * un hombre n o poder nunca vivir amado. Quítese la perfección, y se acabó
dida del honor priva en breve de todas
quilar para poner en salvo las legitimas acorde consigo mismo; tener una regla el entusiasmo; quítese l a perfección y no
las demás virtudes, ¡ que de indicios
sociedades. para sus acciones y otra para sus opi- es nada el amor. ¿ Como puede honrar
sobrado ciertos para un tierno esposo
de un trato que presumen justificado wnes pensar como si no tuviera cuer- ¡ uua muger al hombre que se deshonre'
con el s e c r e t o , -aunque no sea mas que
He procurado suspender la indigna- P». obrar como si no tuviera alma , y como podrá este adorar á la que sin re-
ción que me inspiran estas masimas para »apropiar nunca á su ser todo entero paro a un vil corruptor se hava abando-
el no ser amado de su muger! ¿ Q u e
ventilarlas sosegadamente con V. Oíanlo de cuanto en su vida ejecuta ? Yo nado ? En breve asi se despreciarán re-
otra cosa harán sus arteros cuidados
mas desatinadas las encuentro, menos pr rni hallo que con nuestras antiguas ciprocamente ; solo un comercio vergon-
que probar mejor su indiferencia? S e
debo desdeñarme de impugnarlas, para »"mas es muy fuerte quien no las ciñe zoso sera para ellos el amor ; verán a su
engañan los ojos del amor con fingidos
avergonzarme yo propia de haberlas es- 'Miles especulaciones. La flaqueza es honor perdido , y no hallarán la felici-
eariños? ¡ Que suplicio, sentir junto á
cuchado acaso sin la suficiente repugnan- » • a del hombre, y el Dios mísericor- dad ( r ) » . Esta es nuestra lección, ami<'o
un objeto q u e r i d o , que nos abraza la
mano, y nos repele el corazon! Quiero
cia. Ya ve V. que mal sufren el examen •W que le crió se la perdonará sin 1 mío ; V. es quien la ha dictado. ¿ Se han
de la sana razón. ¿ Pero donde se ha de i pero el delito es propio del per- > amado nunca nuestros corazones con
que sea la fortuna propicia á una pru-
hallar la sana razón, sino en aquel qoe ^ > y no quedará impune ante el Au- mas delicia-, y ha sido nunca la hones-
dencia que tantas veces ha frustrado;
e s su fuente ? y que hemos de pensar * 'de toda justicia. Un incrédulo de tidad tan preciosa para ellos como en
no bago por ahora aprecio de la teme-
de los que consagran á perder à los hom- ®oa índole se entrega á las virtudes el feliz tiempo que se escribió esta carta?
ridad de fiar su fingida inncencia y el
ageno sosiego de precauciones que se
bres aquella antorcha divina que les dió £ a®a ; obra hien por gusto v n o por V ea V. adonde nos conduciría hoy un
Dios para guiarlos? Desconfiemos de *«|on. Si son rectos sus deseos los sí- culpado ardor que se alimentaria á costa
complace el cíelo tantas veces en hacer
lina filosofía parlera, desconfiemos deooa j*sm violencia, y lo mismo los segui- de los mas suaves raptos que arroban
vanas, ¡ que de engaños , que de menti-
falaz virtud que da por el pie á todas ?si no lo fuesen: ¿ porque que motivo las almas. El horror del vicio , que en
ras, que de falsias para encubrir un tra- lnco
las virtudes , y se aplica à justificar lo- u m o d a r s e ? Mas aquel que al ambos es tan natural, cundiría en breve
to ilícito , para engañar à un marido, dos los vicios para estar autorizada a _»re común de los hombres sirve v c o - al cómplice de nuestro yerro ; nos abor-
: cree
para corromper à los c r i a d o s , para des- practicarlos todos. El mejor medio de ¡? á mas alto fin destinado; el r e c e r e m o s por habernos amado en de-
(ombrar al publico ! que escandalo para hallar lo bueno es indagarlo con sinee-
|os cómplices! que ejemplo para los hi- ridad , v no puede seguirse mucho tiem-
y ease la primera parte , carta XXIf.
diga tal, digna y respetable muger; mas preciso es dejarnos; la misma virtud
m y. m masía , y se apagaría el amor en los re- Contemplándose eu épocas inmediatas
qae nunca lo es V. ahora. V. es la que ha dictado el fallo, y la mano de V.
mordimieolos. ¿¡So vale mas apurar un de dos tan distintos estados , se conoce
los homenajes de todo el universo me- ha podido escribirle. Olvidémonos... ol-
afecto tan precioso para hacerle dura- mas bien el valor de aquel á que uno
rece, V. la que yo adoré desde que em- videme V. á lo meuos : lo he resuelto,
PÎifl dero ? no vale mas conservar cuanto mas ha subido, y se pone mas atención ra
pecé á sentir la verdadera belleza , V. la y lo juro; no hablaré mas á V. de mí.
m m i dulce en él habia ? S í , digno y buen mantenerse en él. Mi casamiento ha can-
qne no cesaré de adorar aun despucs de
amigo mió, para amarnos siempre es sado en mí una crisis parecida á lo qot ¿ Me atreveré á hablar aun de V. y á
la «raerte, si todavía queda en mi alma
B p ; S ;f i preciso que renunciemos uno a otro. procuro esplicar á V. Este vinculo tan conservar el único Ínteres que en' el
ilgana memoria de los atractivos verda-
IfajVi Hjf''J Olvidémonos de todo lo demás, y sea V. temido me libra de una esclavitud murió mundo me queda, el de su felicidad ?
deramente celestiales, que mientras fui
amante de mi alma. Tan grata e s esta mas temible, y quiero mas á mi esposo Pintándome la situación de su alma na-
rao la prendaron. Ese donadado esfuerzo
idea que consuela de todo lo demás. por haberme restituido á mí misma. da me ha dicho V. de su suerte. Ah! en
qae la restituye á V. á toda su virtud no
pago de un sacrificio que V. sabrá apre-
Esta es la fiel imagen de mi vida, v Estabamos V. y yo muy unidos para lace otra cosa que asemejar mas á V.
ciar , saqueme de esta insufrible duda.
la historia ingenua de todo cuanto en mi que se destruya nuestra unión por haber ««sigo propia. N o , no; cualquiera que
¿ Julia, es V. feliz ? Si lo es deme el
corazon ha sucedido. No dude V. que mudado de especie. Si pierde V. una «a mi suplicio en pensarlo y decirlo,
único consuelo de que sea capaz mi
le quiero y siempre le querré. El afecto amante tierna, grangea una fiel amiga,
f p
•} 1*4 ii-i »
que con V. me estrecha es todavía tan v cualquiera cosa que durante nuestra!
tierno y tau vehemente, que pudiera so- ilusiones hayamos dicho dudo qne oo
sooca fué V. mas bien mi Julia que en el
isstaute que de mí renuncia. Ay! perdién-
dola á V. la he recobrado. Pero yo cuyo
desesperación; si no lo es dígnese po r
lastima de decírmelo, y seré yo menos
tiempo desventurado.
bresaltar á o t r a , pero yo he conocido sea ventajoso á esta mudanza. Ruegole eoraon con solo el proyecto de imitar
nno tan distinto que no puedo descon- á V. qne se aproveche de ella, ya como iV.se estremece; yo trabajado de una Cuanto mas en la confesion que V.
fiar de este. Conozco que ha mudado de para ser mejor y mas virtuoso , ya para delincuente pasión que ni puedo sufrir medita reflexiono, menos eu ella puedo
IIIIl i naturaleza , y en esto á lo menos mis apurar con la moral cristiana las leccio-
yerros pasados motivan mi actual con- nes de la filosofia. Nunca seré feliz sin
• rencer, ¿soy el que pensaba era me- consentir ; y el mismo motivo que me
recedor de agradar á V. ? que derecho privó siempre de valor para negar á V.
fianza. Sé que las reglas del bien pare- que también V. lo sea, y mas que nunca Icnia para importunarla con mi deses- nada me hace inexorable en este caso.
•í^ífriE cer , y una virtud de ostentación exigi- conozco que sin virtud no hay felicidad. peración y mis quejas ? ¡ Cierto , me es- El asunto es de la mas grave importan-
rían todavía mas , y no se contentarían Si me ama V. de veras, déme el dulce taba bíeu atreverme á suspirar por V.! cia , y exhorto a V. á pesar mis motivos.
hasta que me olvídase totalmente d e \ ' . ; consuelo de ver que no menos van acor- ¿"i que era yo para amarla ? I.o primero me parece que su mucha de-
pero creo que tengo una regla mas in- des nuestros corazones en su conversión licadeza de conciencia la engaña á V. en
falible , y esa es la que sigo. Consulto al bien que lo fueron en sus estravios. Insano! como si no bastara con mis esta parte, y no veo con que fundamen-
rf; • en secreto mi conciencia; esta de nada ifrentas voy en demanda de otras nue- to pudiera e.xigir la virtud mas austera
me acusa, y nunca engaña á una alma Creo que no necesita apología esta «s!¿A que viene apreciar diferencias semejante confesion. Ninguna obligación
que con sinceridad le da oidos. Si no larga carta ; si quisiera menos á V. seria pe el amor habia borrado? Amor me del mundo puede tener efecto retroac-
basta esto para justificarme con el mun- mas corta. Antes de concluirla tengo encumbraba , me igualaba con V.; su Ma- tivo. No es posible obligarse á lo pa-
d o , basta para mi propia tranquilidad. que pedir á V. un favor Mi corazon es- in me sustentaba; se babian confundi- sado , ni prometer lo que va no puede
M ì l . ¿ Como se ha efectuado tan feliz mudan- tá agobiado con un cruel peso. El señor do nuestros corazones, recíprocos eran uno cumplir : ¿porque s e ha de deber
llilNí za ? Lo ignoro : lo que sé es qne la lie de Wolmar ignora mi pasada conducta, Inlos nuestros afectos, y participaban á uno á quien se empeña su libertad
deseado con todas veras, y Dios solo ha v es parte de la fidelidad que le debo 1» míos de la alteza de los de V. ¡ Asi cuenta del uso anterior que de ella se
hecho lo demás. Yo pienso que una alma Una sinceridad sin reserva. Cien veces fe recaido en toda mi bajeza! dulce hizo, v de una fidelidad que no se le ha
KM estragada una vez, lo está para siempre, se lo habría yo confesado todo; solo V. speranza qiie mi alma alimenta , que prometido ? No se equivoque V . , Julia,
V nunca vuelve al bien por sí misma, a me lia detenido. Aunque conozco la pru- Mto tiempo me engañaste , para siem- no ha sido con su esposo con quien
menos de una revolución repentina , de dencia y moderación del señor de Wol- P estás estinguida sin remedio! No faltó á su fe, sino con su amigo : antes

mm
una pronta mutación de suerte y estado mar, siempre es comprometer á V. d wá mía ! para siempre la he perdido! de la tirauia de su padre nos babian
. i que subitáneamente varia todas sus rela- nombrarle, y no he querido hacerlos» !«e la felicidad de otro!.. ó rabia! ó unido uno á otro el cielo y la naturale-
filili ' ciones , y con un trastorno violento la su consentimiento. ¿Seria disgustar aT. »mentó infernal.'.... Infiel! ah! debías za. Contrayendo otros vínculos ha co-
ayuda á encontrar mejor colocación. In- el pedírsele? v presumo mucho de V.» Perdón, perdón, señora ; tenga V. metido V. un delito que acaso ni el
terrumpidos sus hábitos todos , y modi- de mí lisonjeándome de alcanzarle ? Su- Wma de mis furores. Oh Dios! muy amor ni el honor perdonan, y á mí solo ' , .«. if'' 'i; I
ficadas todas sus pasiones en esta uni- plico á V. que considere que no puede . ha dicho V., ya no eíiste.. . ya no compete reclamar la prenda que me ha
versal catástrofe, vuelve á veces á su pri- ser inocente esta reserva , que cada dii ®ste aquella tierna Julia con quien po- robado el señor de Wolmar.
mitivo caracter, y se convierte, por de- es mas cruel para m í , y qué basta qs< ®>vo comunicar todos los movimientos
cirlo así, en un ser nuevo recíen salido reciba la respuesta no tendré un instan- * mi corazon. ¡ Q u e , yo me tenia por Si hay casos en que p u e d í la obliga-
de manos de la naturaleza. Entonces te de sosiego. 7 podía quejarme!.... podía ella ción exigir confesion semejante, es cuan-
puede servir de preservativo contra una «ocharme! yo era desdichado.'., ¿pues do el riesgo de recaer fuerza á una mu-
rceaida la memoria de la pasada bajeza. I" soy ahora?.. No , no haré sonrojar ger prudente á precaverse para preser-
Ayer eramos flacos v despreciables; y hoy CARTA XIX.
varse. Pero su carta me ha dado mas
SpbIK somos fuertes y magnánimos. RESPUESTA. luces de lo que V. cree acerca de su
n V de mi Est0 se
u '- "
preciso es renunciar uno á otro sentir en esta parte. Al leerla he sentido
¿Y no seria V. ya mi Julia? Alili»
diga tal, digna y respetable muger; mas preciso es dejarnos; la misma virtud
m y. m masía , y se apagaría el amor en los re- Contemplándose en épocas inmediatas
qae nunca lo es V. ahora. V. es la que ha dictado el fallo, y la mano de V.
mordimienlos. ¿No vale mas apurar un de dos tan distintos estados , se conoce
los homenajes de todo el universo me- ha podido escribirle. Olvidémonos... ol-
afecto tan precioso para hacerle dura- mas bien el valor de aquel á qne uno
rece, V. la que yo adoré desde que em- videme V. á lo mcuos : lo he resuelto,
PÎifl dero ? no vale mas conservar cuanto mas ha snbido, y se pone mas atención tu
pecé á sentir la verdadera belleza , V. la y lo juro; no hablaré mas á V. de mí.
m m i dulce en él habia ? S í , digno y buen mantenerse en él. Mi casamiento ha can-
qne DO cesaré de adorar aun despues de
amigo mió, para amarnos siempre es sado en mí una crisis parecida á lo qot ¿ Me atreveré á hablar aun de V. y á
la «inerte, si todavía queda en mi alma
B p ; S ;f i preciso que renunciemos uno a otro. procuro espliear á V. Este vinculo tan conservar el único Ínteres que en' el
ilgana memoria de los atractivos verda-
IfajVi Hjf''J Olvidémonos de todo lo demás, y sea V. temido me libra de una esclavitud muelo mundo me queda, el de su felicidad ?
deramente celestiales, que mientras fui
amante de mi alma. Tan grata e s esta mas temible, y quiero mas á mi esposo Pintándome la situación de su alma na-
rao la prendaron. Ese donadado esfuerzo
idea que consuela de todo lo demás. por haberme restituido á mí misma. da me ha dicho V. de su suerte. Ah! en
qae la restituye á V. á toda su virtud no
pago de un sacrificio que V. sabrá apre-
Esta es la fiel imagen de mi vida, v Estabamos V. y yo muy unidos para face otra cosa que asemejar mas á V.
ciar , saqueme de esta insufrible duda.
la historia ingenua de todo cuanto en mi que se destruya nuestra unión por haber ««sigo propia. N o , no; cualquiera que
¿ Julia, es V. feliz ? Si lo es deme el
corazon ha sucedido. No dude V. que mudado de especie. Si pierde V. nía sea mi suplicio en pensarlo y decirlo,
único consuelo de que sea capaz mi
le quiero y siempre le querré. El afecto amante tierna, grangea una fiel amiga,
f p
.".- 1*4 ii-i »
que con V. me estrecha es todavía tan v cualquiera cosa que durante nuestra!
tierno y tau vehemente, que pudiera so- ilusiones hayamos dicho dudo que oo
sooca fué V. mas bien mi Julia que en el
isstante que de mí renuncia. Ay! perdién-
dola á V. la he recobrado. Pero yo cuyo
desesperación; si no lo es dignese po r
lastima de decírmelo, y seré yo menos
tiempo desventurado.
bresaltar á o t r a , pero yo he conocido sea ventajoso á esta mudanza. Ruegole eomon con solo el provecto de imitar
uno tan distinto que no puedo descon- á V. que se aproveche de ella, ya como iV.se estremece; yo trabajado de una Cuanto mas en la confesion que V.
fiar de este. Conozco que ha mudado de para ser mejor y mas virtuoso , ya para ddincuente pasión que ni puedo sufrir medita reflexiono, menos eu ella puedo
IIIIl i naturaleza , y en esto á lo menos mis apurar con la moral cristiana las leccio-
yerros pasados motivan mi actual con- nes de la filosofia. Nunca seré feliz sin
• leocer, ¿soy el que pensaba era me- consentir ; y el mismo motivo que me
recedor de agradar á V. ? que derecho privó siempre de valor para negar á V.
fianza. Sé que las reglas del bien pare- que también V. lo sea, y mas que nunca leaia para importunarla con mi deses- nada me hace inexorable en este caso.
•í^ífriE cer , y una virtud de ostentación exigi- conozco que sin virtud no hay felicidad. peración y mis quejas ? ¡ Cierto , me es- El asunto es de la mas grave importan-
rían todavía mas , y no se contentarían Si me ama V. de veras, déme el dulce taba bien atreverme á suspirar por V.! cia , y exhorto a V. á pesar mis motivos.
hasta que me olvídase totalmente d e \ ' . ; consuelo de ver que no menos van acor- ¡ni que era yo para amarla ? Lo primero me parece que su mucha de-
pero creo que tengo una regla mas in- des nuestros corazones en su conversiou licadeza de conciencia la engaña á V. en
falible , y esa es la que sigo. Consulto al bien que lo fueron en sus estrarios. Insano! como si no bastara con mis esta parte, y no veo con que fundamen-
rf; • en secreto mi conciencia; esta de nada ifrentas voy en demanda de otras nue- to pudiera e.xigir la virtud mas austera
me acusa, y nunca engaña á una alma Creo que no necesita apología esta «s!¿A qne viene apreciar diferencias semejante confesion. Ninguna obligación
que con sinceridad le da nidos. Si no larga carta ; si quisiera menos á V. seria pe el amor habia borrado? Amor me del mundo puede tener efecto retroac-
basta esto para justificarme con el mun- mas corta. Antes de concluirla tengo encumbraba , me igualaba con V.; su Ma- tivo. No es posible obligarse á lo pa-
d o , basta para mi propia tranquilidad. que pedir á V. un favor Mi corazon es- in me sustentaba; se habían confundi- sado , ni prometer lo que va no puede
M ì l . ¿ Como se ba efectuado tan feliz mudan- tá agobiado con un cruel peso. El señor do nuestros corazones, recíprocos eran uno cumplir : ¿porque s e ha de deber
llilNí za ? Lo ignoro : lo que sé es que la lie de Wolmar ignora mí pasada conducta, Inlos nuestros afectos, y participaban á uno á quien se empeña su libertad
deseado con todas veras, y Dios solo ha v es parte de la fidelidad que le debo 1» uiios de la alteza de los de V. ¡ Asi cuenta del uso anterior que de ella se
hecho lo demás. Yo pienso que una alma Una sinceridad sin reserva. Cien veces fe recaido en toda mi bajeza! dulce hizo, v de una fidelidad que no se le ba
KM estragada una vez, lo está para siempre, se lo habría yo confesado todo; solo V. speranza qiie mi alma alimenta , que prometido ? No se equivoque V . , Julia,
V nunca vuelve al bien por sí misma, a me ha detenido. Aunque conozco la pru- Mo tiempo me engañaste , para siem- no ha sido con su esposo con quien
menos de una revolución repentina , de dencia y moderación del señor de Wol- estás estínguída sin remedio! No faltó á su fe, sino con su amigo : antes

mm
una pronta mutación de suerte y estado mar, siempre es comprometer á V. ei wá mía ! para siempre la he perdido! de la tirauia de su padre nos habían
. i que subitáneamente varia todas sus rela- nombrarle, y no he querido hacerlo si« !«e la felicidad de otro!.. ó rabia! ó unido uno á otro el cielo y la naturale-
filili ' ciones , y con un trastorno violento la su consentimiento. ¿Seria disgustar aV. »raento infernal.'.... Infiel! ah! debías za. Contrayendo otros vínculos ha co-
avuda á encontrar mejor colocación. In- el pedírsele? v presumo mucho de V e "•-Perdón, perdón, señora ; tenga V. metido V. un delito que acaso ni el
terrumpidos sns hábitos todos , y modi- de mí lisonjeándome de alcanzarle ? Su- Wma de mis furores. Oh Dios.' muy amor ni el honor perdonan, y á mí solo V«. if'' 'i; I
ficadas todas sus pasiones en esta uni- plico á V. que considere que no puede «en ba dicho V., ya no eíiste.. . ya no compete reclamar la prenda que me ba
versal catástrofe, vuelve á veces á su pri- ser inocente esta reserva , que cada du ®Se aquella tierna Julia con quien po- robado el señor de Wolmar.
mitivo caracter, y se convierte, por de- es mas cruel para m í , y que basta qs< ja vo comunicar todos los movimientos
cirlo así, en un ser nuevo recien salido reciba la respuesta no tendré un ¡asun- * mi corazon. ¡ Q u e , yo me tenia por Si hay casos en que pueda' la obliga-
de manos de la naturaleza. Entonces te de sosiego. ®cliz y podia quejarme!.... podía ella ción exigir confesion semejante, es cuan-
puede servir de preservativo contra una «ocharme! yo era desdichado!., ¿pues do el riesgo de recaer fuerza á una mu-
rceaida la memoria de la pasada bajeza. soy ahora?.. No , no haré sonrojar ger prudente á precaverse para preser-
Ayer eramos flacos v despreciables; y hoy CARTA XIX.
varse. Pero su carta me ha dado mas
SpbIK somos fuertes y magnánimos. RESPUESTA. luces de lo que V. cree acerca de su
n V de mi Est0 se
u '- "
"«•ó, preciso es renunciar uno á otro sentir en esta parte. Al leerla he sentido
¿Y no seria V. ya mi Julia? A b >
bailar del señor de Wolmar lo bice por Aunque le he observado con much"
en mi corazon cuanto hubiera execrado que le quiere V. dar pretexto para qtt
contemplar con V . , porque conocía s o - cuidado , no he podido descubrir eu é l
el s u j o , aun eu el seno del amor , un la maltrate ? Que sabe V. si su viitel
liado su sensibilidad para n o recelar el pasión de especie niuguna , como n o sea
trato culpado visto de c e r c a , y cuyo qne contra los embales de su corsa«
i hacer mas acerbas sus penas ; pero la la que me tieoe , y aun esta e s tan s e -
honor solo la distancia disminuía. se ha sustentado, también contra pesam
inquietud de V. acerca de mi suerte me rena y templada, que diría uno que so-
Si ni la obligación ni la honradez exi- domésticos que cada instante rena«.
obliga á hablarle de aquel de quien esta lamente ama cuanto quiere amar, v que
gen esta confianza, la vedan la razón y sen se sustentaría ? No empeore V. vo-
pende, y no puedo menos de hablar de aquello solo quiere que le permite la
el juicio ; porque es arriesgar sin nece- luntariameote sus males ! tema quesos
on modo diguo de é l , como á su espo- razón. Es en realidad lo que cree inilord
sidad lo mas precioso que en el matri- mas fuertes que su valor, y que á fiier-
sa j á una amante de la verdad conviene. Eduardo ser; y eu esto le encuentro muy
monio hay , el afecto de un e s p o s o , la za de escrúpulos recaiga en un estado
peor qne aquel de que con tanto afet Tiene el señor de Wolmar cerca de superior á todos nosotros, personas sen-
confianza reciproca y la paz domestica.
ha salido. La prudencia es la base é rincuenta años ; su vida uniforme, regu- sibles, que tanto de nosotros mismos nos
¿ Ha reflexionado V. lo suficiente para
toda virtud ; consúltela V. por su i'«b lar, y la calma de las pasiones han man- admiramos ; porque el corazon de mil
dar esc p a s o ? conoce V. lo bastante á
en el mas importante lance de ella, v<¡ tenido tan sana su constitución , y tan maueras nos engaña , y solo en virtud
su marido para estar cierta del efecto
tan insufrible es para V. el peso deis tono su semblante, que apeuas parece de un principio siempre sospechoso obra;
que en él producirá ? sabe V- cuantos
fatal secreto , aguarde a lo meoos pan que tiene cuarenta; y de una edadavan- pero la razyu n o lleva otro fin que lo
hombres hay en el mundo que no nece-
exonerarse d e él á que el tiempo i los ¡ada solo hay en él la prudencia y la que es b u e n o ; sus reglas son ciertas ,
sitarían mas para concebir desenfrena-
años le hayan hecho conocer masa fon- sabiduría. Su semblante es noble, y da de claras y fáciles en la conducta de la vi-
dos zelos , y on desprecio invencible de
do á su esposo , y reúnan en el corazon él uua propicia i d e a , á primera vista se da , v nunca se estravia como no sea en
su muger, y acaso para atentar á su vi-
de este con el efecto de la herntosun «ha de ver su sinceridad sin doblez; inútiles especulaciones que están fuera
da? Para examen tan delicado es menes-
de V. el que es mas eficaz todavía ¿t son sus modales mas urbanos que cari- de su alcance.
ter combinar bien los tiempos , los lu-
gares y los genios. En el pais donde yo las perfecciones de su caracter, y el dul- ñosos; habla poco y con mucha profun-
ce habito de sentirlas. Finalmente man- didad , pero sin afectar coucision ni 1- a mayor afición del señor de W o l -
estoy no tienen peligro ninguno seme-
d o estas razones, aunque tan solidas, so sentencias. Es uno mismo con todo el mar es la de observar : gusta de juzgar
jantes confianzas, y los que tan por e n -
persuadiesen a V., no cierre el oidoáb mundo, á nadie busca, y de nadie hu- de los caracteres de los hombres y de
cima miran la fe conyugal no hacen mu-
voz que se las espone. O Julia, eses- le, ni otorga nunca otras preferencias las acciones que ve hacer, y juzga con
cho aprecio d é l o s yerros que al contrato profundo juicio y la mas perfecta im-
che V. á nn hombre capaz de alguna qae las de la razón.
precedieron. Dejando aparte motivos parcialidad. S i le hiciera daño un e n e -
que hacéh á veces indispensables estas virtud , y que á lo menos es acreedor i
qne haga V. por él algún sacrificio o obstante su natural frialdad, acor- migo ventilaría los motivos y los medios
confesiones, conozco yo a mugeres menos con tanta serenidad como si de la cosa
pago del qne hoy él hace. de con los deseos de mi p a d r e , crevó
que mcdiáuámente estimables, que con
fie yo le convenia, y por la vez prime- mas indiferente se tratase. No sé como
poco n e s g ó se han graugeado el mérito
ia de su vida sintió una inclinación. De ba oido hablar de V . ; p e r o él propio
de esta sinceridad , acaso para adquirir Es preciso concluir esta carta, ta tal modo ha regulado por el bien pare- me ha hablado muchas veces con mu-
una confianza de que pudieran abusar podría menos , bien lo v e o , de volver i cer, y con tal igualdad ha mantenido c h o aprecio, y sé que es incapaz de
cuando quisiesen. Pero en países donde un estilo que ya no debe V. oír. J11S1 <s&M>usto, moderado sí pero duradero, disimular. Alguna vez me ba parecido
sé respeta mas la santidad del matri- es menester dejar á V . ; todavía tai qoe no ha necesitado mudar de estilo q u e me observaba durante estas conver-
monio , en países donde este sagrado mozo es meocster que renuncie i b toando ha mudado de estado , y q u e sin saciones , pero es presumible que mis
lazo forma una unión solida , y donde felicidad. ¡ O tiempo que ya no has i hitar á la gravedad conyugal conserva sospechas no sean otra cosa que la acu-
tienen verdadero cariño los maridos á tornar ! tiempo para siempre ido, fooíf conmigo despues del matrimonio los mis- sación secreta de una conciencia sobre-
sus mugeres, les piden aquellos mas se- de perdurable desconsuelo! deleites, mos modales que antes usaba. Nunca l e saltada. Sea como fuere, yo he cumpli-
vera c u e n t a , quieren que solo á ellos contentos, dulces éxtasis, deliciosos oc visto alegre, ui triste , pero siempre d o c o n lo que debia : ni el temor , ni
hayan tenido sus corazones un tierno momentos, celestiales raptos! mis amo- mntento ; nunca me halda de él , raras la vergüenza me han inspirado una iu-
afecto , y usurpando un derecho que n o r e s , mis únicos amores, bonor ygtora '«es de mí; no me busca, pero no sien- usta reserva , v he hecho justicia á V.
les compete , exigen que de ellos solos de mi vida ! A Dios para siempre. k que yo le busque , y me deja de ma- la blando con é l , como á él se la h a g o
sean aun antesde pertenecerles , no per-
ja gana. No se ríe; e s serio -sin in- hablando c o n V .
donando mas- el abuso de la libertad que
CARTA XX. fundir seriedad , y al contrario la sere-
una infidelidad real. S e me olvidaba hablar de nuestro cau-
nidad de su semblante parece que me
:¿
DE JULIA. «ravida á alegrarme; y como los place- dal y su gestión. Las reliquias, de los bie-
fes que yo disfruto son los únicos que n e s del señor de W o l m a r , juntas cou
Créame V. , virtuosa Julia , desconfie ME pregunta V. si soy feliz. Esta pre-
parece que le llenan , una de las aten- los de mi padre, que solo una pensiou
de un eefo tan inútil como infructífero, gunta me ba enternecido > y con hacer-
'lones que le debo es procurar divertir- para sí ha conservado, componen una ha-
y guarde Un peligroso secreto que nada la me ayuda V. á responder a ellajp«-
le. Quiere en una palabra que sea feliz; cienda decente y moderada, d e que hace
á que lo revele la obliga , cuva comuni- que lejos de aspirar al olvido deqoe®*
mi marido un noble y puniente l i s o ,
cación puede perderla, y de nada sirve a habla , confieso que n o pudiera ser fe- ,to
me lo d i c e , pero lo veo y o ; ¿y quien roantéuieudo e n casa no el tren incómo-
su esposo. Si es digno de esta confe- liz si dejara V. de amarme; pero lo >""
J'i'ere la felicidad de su muger no la do y vano del lujo, sino la abundancia
sion contrista V. su a n i m o , y le aflige á todas luces, y nada falta para nn d"1»
ya "alcanzada ? y las verdaderas comodidades de la v i -
sin motivo. Si n o es digno de ella, ¿por- sino la suya. Si en mi anterior evité "
da ( i ) , v lo necesario en casa de sus ve- acaso engaña á V. todavía es la ideai
cinos indigentes. El orden que en su casa se gasta, con la beldad se borra, bajo posible que tanta sensiblidad por una y
que es necesario el amor para formar n
ha establecido es imagen del que en lo el hielo de la edad se apaga, y desde qne otra parte no se chocase alguna v e z , v
matrimonio feliz. Es uu error, amigo EKr
interior de su alma reina, y parece que el mondo es mundo nunca se han visto resultasen de aquí contiendas. Si fuera
la honradez, la virtud , y ciertas eoocor.
en una reducida familia imita el que al f dos amantes con canas suspirar uno por yo tan tranquila como él, reinaría entre
daneias, no tanto de edad y clase a n
gobierno del mundo preside. No se ve otro. Debemos por tanto pensar que ha ambos sobrada frialdad , y la sociedad
de condición y genio, bastan entre da
ni aquella regularidad inflexible qne e s decesar la adoracion tarde ó temprano, seria menos dulce y menos grata. Si n o
esposos; lo cual no estorba que resala
mas incómoda que provechosa, y solo pue- t entonces , derribado el ¡dolo , ambos me amara estaríamos mal j u n t o s , y s i
de esta unión un afecto muy tierno, q«
de aguantar el que la impone, ni aquella amantes se veo como ellos son : buscan me amara en demasia rae importunaría.
sin ser precisamente de amor no es me-
mal entendida confusión que por amonto- pasmados el objeto que amaban, v no Cada uno es justamente lo que necesita
nos dulce ni menas duradero. El amor«
nar mucho priva del uso de todo. Siem- encontrándole se enojan contra el que el otro ; él me enseña y yo le a n i m o , v
siempre acompañado con una contioej
pre se reconoce la mano del amo, y nnn- le ha sustituido, y muchas veces le afea parece que estamos destinados á no for-
inquietud de celos y privación que noé-
ea se la s i e n t e , y ha dispuesto tan bien tanto la imaginación como le habia her- mar mas que una a l m a , en la eual él es
ce bien con el matrimonio el cual es si
la coordinacion primera que ahora todo moseado. Pocos hav, dice La Rocbefou- el entendimiento y yo la voluntad. Hasta
estado de paz y satisfacción. Los espo-
anda por si solo, y se disfrota de consu- cault. que no tengan vergñeuza de ha- su edad algo avanzada es calidad que pa-
sos n o se casan para pensar esclusin-
no de la regla y de la libertad. berse amado cuando dejan de amarse ( I ) . ra ambos ha traido ventajas; porque es
mente uno en o t r o , sino para cumplir de
jCuanto es de temer que se siga el hastio cierto q u e j ó n la pasión que me atormen-
consuno las obligaciones de la vida o-
Esta e s , amigo m i ó , una sumaria pero á afectos en cstremo vehementes; que en taba, si hubiera sido mas m o z o , le h u -
v i l , gobernar con prudencia su casa,*
puntual idea del caracter del seBor de vez de declinar en indiferencia degeneren biera dado mi mano con mas sentimiento
criar bien á sus hijos. Los amantes mira
W o l m a r , en cuanto le he podido c o n o - en repugnancia, que se hallen en fin to- todavia, y acaso este esceso de repugnan-
miran mas que á ellos, sin cesar se oc«-
cer desde que con el vivo. Así me pare- talmente ahitos uno de o t r o , y que por cia hubiera estorbado la revolución que
pan eu ellos s o l o s , y la única cosa qae
ció el dia primero, y así me parece el haberse amado eu demasia siendo aman- eu mí se ha hecho.
saben hacer es amarse; pero no hiii
ultimo sin alteración ninguna; lo cual me tes lleguen á aborrecerse esposos. Mi
estopara los esposos que tienen que de-
hace creer que le he calado b i e n , y que querido amigo , V. siempre me ba pare- Amigo mió; el cíelo alumbra la b u e n a
sempeñar otros cuidados. No bav paá»
nada mas me queda que descubrir en él; cido muy amable, sobrado para mi ino- intención de los padres, y remunera la
que tanta ilusión como el amor nos ca»
porque imagino que no se puede mani- cencia y mi sosiego, pero siempre le h e docilidad de los hijos. No quiera Dios
se ; atribuimos á señal de su duración si
festar bajo otros aspectos nuevos sin per- visto enamorado; ¿que sé yo que habiera que intente yo insultarlos pesares de V.;
violencia, y rebosando el corazón en tai
der de su mérito. sido cuando hubiera dejado de estarlo? solo el deseo de tranquilizarle e n t e r a -
dulce a f e c t o , le derrama, por decidí
fetinguido el amor siempre le hubiera mente acerca de mi suerte me empeña
Por esta pintura puede V. de antema- a s í , eu el tiempo venidero, y mientra
quedado la virtud, asi lo confieso: ¿ pero á que añada lo que á decirle voy. Cuan-
no darse la respuesta, y roe despreciaría que dura sé cree que no ha de acabarse
basta con ella para vivir feliz en un lazo do con los afectos que antes V. me ins-
mucho qnien n o me creyera feliz con tan- nunca. Muy al contrario su mismo ardor
que debe estrechar el corazon ? ¡ Caan- piraba y los conocimientos que ahora
tos motivos para serlo ( 2 ) . Lo que por es quien le c o n s u m e , con la mocedad
tos sugetos virtuosos no por eso dejan tengo estuviese todavia libre, y con fa-
mucho tiempo me ha e n g a ñ a d o , y lo que de ser maridos inaguantables! En todo cultad de escoger marido, Dios que se
esto lo mismo puede V. decir de mí. digna de iluminarme, y que penetra lo
(i) JYo hay asociación mas general que la de la mezquindad con la osla recóndito de mi corazon es testigo que
/ación. A costa de la naturaleza de los verdaderos placeres, y hasta de tu En cuanto al señor de Wolmar ningu- escogería al señor de Wolmar y no á V.
necesidades se ahorra cuanto d la opinion se consagra. Hombre hay que ador- na ilusión al uno de nosotros en favor
na un palacio á costa de su mesa, otro quiere mas bien una brillante eajilU Acaso importa para la entera sanidad
del otro preocupa; nos vemos como s o -
que una buena comida, y otro da un dia un esplendido banquete de ceremonia, de V. que acabe de decirle cuanto tengo
mos; no es el afecto que nos une el ciego
y se muere de hambre lo demás del año. Cuando veo un servicio de plata dorada en el corazon. El señor de Wolmar tie-
desvario de dos corazones apasionados,
aguardo un vino peor que vinagre. / Cuantas veces en una quinta, la vista it ne mas edad que yo. Si en castigo de
sino la inmudable v constante inclinación
un hermoso jardin convida á pasearse por la mañana temprano! se levanta mi mis culpas se llevase el cielo al digno es-
de dos sugetos honrados y juiciosos, que
de madrugada, da un paseo, hace gana, quiere almorzar, y está fuera i poso que tan mal habia merecido, he
destinados á vivir juntos "lo qne de vida
cocinero, ó no hay provisiones, ó no ha dado orden la señora , ó le fasú&a bccho proposito firme de no reemplazar-
les queda están satisfechos con su suer-
al pobre hambriento haciéndole aguardar. Algunas veces le ganan á uno por le nunca; y si no ha tenido la dicha
te, y procuran hacérsela grata uno á
la mano, y vienen á ofrecerle pomposamente de todo á condicion que no admi- de encontrar con una doncella casta,
otro. Parece que aun cuando nos hubie-
ta nada. Es menester estar en ayunas hasta las tres de la lardé, ó desafi- dejará á lo menos una casta viuda. Muy
ran formado a proposito para unirnos no
narse con flores. Me acuerdo de haberme paseado en un hermosísimo jardín, bien me conoce V. para creer que h a -
nobiera podido salir mejor. Si tuviera él
cuya ama decían que era muy aficionada á cafe y no le tomaba nunca, por- biéndole hecho esta declaración sea ca-
I ... U11JUI . UIIKia ci
que costaba seis cuartos la jicara ; pero daba con mucho amor mil ducados e' eorazon tan tierno como y o , no fuera paz de retractarme nunca ( 2 ) .
al año á un jardinero. Yo creo que mas hubiera querido que estuvieran K¿
carpes- mas mal podados, y lomar mas veces cafe. y Mucho eslrañaria que en otra ocasion Julia leyese y cítase á La Ro-
' f . T , ' * ™ iriste libro d las personas que tengan bondad.
( 2 ) Es de presumir que aun no habia descubierto el fatal secreto qne ta«¡o
A ) La variedad de las situaciones en que nos hallamos determina y mu-
la atormento después, d que no quiso entonces fiársele á su amigo.
contra nuestra voluntad las inclinaciones de nuestro corazon: seremos vi-
Lo que para renovar las dudas de V. ya no está en su mano romper el la¡o
llevo dicho también puede servir para que nos u n e , ni en la mía el haber sido de tener juicio. No obstante la confianza que cese la i l u s i ó n , tiempo es de volver
resolver co: parte sus objeciones con- mas digna de él. Asi con una imperti- de mi corazon no quiero ser ya juez en de tan dilatado delirio Amigo mío , esta
tra la confesion que en mi opinion á mi nente confianza aventuro el afligirle es ni propia causa ni entregarme casada á conversión n o sera para V. dificultosa,
marido debo. Es muy prudente para balde, sin que resulte otra ventaja de la presunción que me perdió siendo sol- tiene su guia dentro de sí propio ; ha
castigarme si doy uu paso afrentoso á mi sinceridad que la de aliviar mi co- tera. Esta es la carta postrera que reci- podido descuidarse en.consultarla, pero
que solo el arrepentimiento puede for- razón de un funesto secreto que es so- birá V. de mi; y también le suplico que nunca la ha desechado, £ 1 alma de V.
zarme, y soy incapaz de usar el arte bre él un enorme peso. Conozco que no me escriba mas. No obstante, como es sana , y c o g e apego á todo lo bueno ;
de las damas de que V. me habla como viviré mas tranquila despues de habér- nunca dejaré d é interesarme tiernamente y si alguna vez del bien se desprende
él de sospecharle en mi. En cuanto a la sele revelado, pero él acaso lo estará en V., y como este afecto es tan puro es porque no ba hecho uso d e toda
razón en que se funda V. para concluir m e n o s , y fuera reparar muy mal mis auno la luz que nos alumbra, tendría su fuerza para tenerle asido. Vuelva V.
que no es necesaria esta confesion , cier- agravios el preferir á su sosiego el mío. macha complacencia en saber al juna vez á entrar e n lo interior de su conciencia,
tamente es un sofisma; porque aunque noticias suyas, y en ver que lograba la y examine si no hallará en ella algiiri
uo medie obligación ninguna con uno ¿Pues que haré en la incertidumbre dicha de que es digno. Podrá V. de tiem- principio olvidado q u e sirva para coor-
que aun no es marido, no autoriza es- en que me hallo? Entretanto que o» po en tiempo escribir á la señora de O r - dinar mejor todas sus a c c i o n e s , y u n i r -
to á pasar con él plaza de otra cosa ilumina mas bien el cielo acerca de oii be, en los casos en que tenga algún su- las con m a s solidez entre sí v'con un
¡fií
obligación seguiré el dictamen de la ceso interesante que participarnos, T objeto común. Creame V. que no basta
: | de lo que una es. Hito lo habia yo co-
nocido aun antes de casarme, y si el amistad de V., guardaré el silencio, ca- espero que sean sus cartas vivo retrató con que la virtud sea la base d e su c o n -
juramento á que me forzó mi padre me llaré mis yerros á mi esposo , y pro- de la honradez de su alma. Por otra par- ducta, como n o asiente esta misma base
é- k impidió cumplir con esta obligación, no curaré borrarlos con una conducta qae te mi prima es virtuosa, y tan prudente en cimientos incontrastables. Acuérde-
por eso soy menos culpada, porque si pueda un dia merecerme el perdoa de qne no me comunicaría lo que no me se V. de aquellos indios que dan por
m
es delito hacer un juramento ilícito, es ellos. conviniese leer, y suprimiría esta cor- apoyo al mundo un inmenso delante-, y
otro el observarle- Pero habia otra ra- Para principiar tan necesaria reforma, respondencia, si fuera V capaz de abu- luego al elefante una tortogá, y cuando
zón que n o se atrevia'á confesar mi co- tenga V. á bien , mi amigo, que cese de sar-de ella. les preguntan en que estriba la tortuga
razon, y que todavia me hacia mas cul- hoy mas toda correspondencia entre los n o saben que irCspondér.
pada. A Dios gracias esta ya no s u b - dos. Si hubiese hecho mi confesion, d A Dios , querido y buen amigo m i ó ;
siste. decidiría basta que punto podemos man- si creyera yo que pudiese la fortuna ha-
Ruegole á V. que haga algnñ aprecio
cer á V. feliz, le diria, aspire V. á la
lii Un motivo mas legitimo y mas p o d e -
roso es el riesgo de turbar sin prove-
tener los afectos de la amistad que nos
estrecha, y darnos pruebas inocentes de
e l l a , pero no me atrevo á consultarle so-
fortuna, pero acaso la menosprecia V.
con razón poseyendo tantos tesoros para
de las razones de s u a m i g a , y escoja
para llegar á la felicidad senda mas s e -
g u r a , que la que por espacio de tanto
bre este puntó, y sé: muy á mi costa basta no necesitarla, y mas quiero decirle:
cho el sosiego de un hombre de bien, tiempo nos ha descarriado. Yo no c e -
i d ) . que cifra s u felicidad en la estimación donde puede estraviarnos la costumbre aspire V. á la felicidad, que es la for-
saré de pedir al cielo para V. v para mí
mas legitima en apariencia. Ya es tiempo tuna del sabio. Siempre hemos conocido
en qne á s u mngér tiene. Es cierto que felicidad tan p u r a , y no viviré satisfe-
qoe no la habia sin la virtud; pero cui-
cha hasta después de haberla alcanzado
dado con que esta voz de virtud, sobrado
para entrambos. Ah • si alguna vez con-
ciosos y malos cuando tengamos ínteres en serlo, y por desgracia las cajee abstracta mas brillo que solidez no ten-
Hiii: tra nuestra voluntad se acuerdan ones-
ñas que nos ciñen multiplican este Ínteres en torno de nosotros. Casi siemptj ga, y no sea un ente teatral que valga
tros corazones d e los . errores d e uues*
son vanos nuestros esfuerzos para enmendar el desorden de nuestros deseos, oas para deslumhrar á los otros que
tra mocedad , hagamos de manera que
mra vez son sinceros. Lo que es necesario mudar no tanto son estos deseo? para contentarnos á nosotros mismos.
á lo menos la conversión í que havan
como las situaciones de que se originan. Si queremos ser buenos quiteauf Me estremezco al pensar que sugetos
dado motivo autorice sU memoria, y que
las relaciones que nos impiden que lo seamos ; no hay otro medio. Por cana- qne premeditaban adulterios en lo inte-
p o d a m o s , como aquel antiguo ¿ d e c i r :
to hay en el mundo no quisiera yo tener derecho a Lt herencia de otro, es- rior de su corazón eran osados á hablar
¡ Av, perecíamos si n o hubiéramos pe-
pecialmente de personas que estuviera obligado a querer; porque, ¿q¡un de virtud. ¿ Sabe V. que significaba e n -
recido !
sabe que horribles deseos pudiera inspirarme la pobreza ? Examínese fot te nosotros tan respetable y profanado
este principio ta resolución de Julia , y la declaración de ella que a stt"""" termino, mientras que estabamos empe- Aqui concluyen los sírmones de la
tüfluí go hace; pesese esta resolución con todas sus circunstancias, y se vera cuna lados en un trato culpado ? pues era »rcdicadora ; en adelante le sobrara que
un corazon recto que duda de si propio sabe, cuando es necesario, privar* aquel desatinado amor que á otro e n - lacer con predicarse á sí propia. A
de todo Ínteres opuesto a sus obligaciones. Desde este punto, Julia, »o tendía , y que sus rebatos con este san- Dios, mi amable a m i g o , á Dios para
obstante el amor que le queda , hace a sus sentidos partidarios de su viraa. to entosiasmo disfrazaba para que fne- siempre; asi lo manda la inflexible obli-
Se Juerza , por decirlo asi, d amar a IVolmar como a su único esposo, *en asi mas preciosos á nuestros ojos , y g a c i ó n ; pero crea V. que no sabe el
como al único hombre con quien ha de habitar mientras viva , y mu'l" 4 ^ganarnos mas tiempo. Ambos había- corazon de Julia olvidar lo que quiso...
secreto ínteres que en su muerte tenia en ínteres <i su conservación. O ** * mos nacido, me atrevo á c r e e r l o , para Dios mió .'.. que hago ?,. Bien lo verá V.
sé yo del corazon humano, ó de sola esta resolución tan criticada,,paule' amar y ¡ejercitar la verdadera virtud ; por el estado de este p a p d . ¿ A h , no es
triunfo de la virtud en todo lo restante de la vida de Julia , y el sincero J l*ro nos equivocábamos de norte, y se- permitido enternecerse diciendo á su
constante afecto que le conserva hasta el fin a su marido. riamos una vana fantasma. Tiempo e s amigo d postrer vale?

Ilii
CARTA XXI. fundamental : es derecho natural biisrjr ¿Cree V. que puedan hallarse hom- que haya en realidad hccho los razona-
su beneficio y esquivar su daño en lo bres tan injustos que trateu el suicidio mientos que pone Platón en su boca,
I» E l - AMANTE DE JULIA A Mil. OBI)
que á otro no se ofende. Asi cuando es voluntario de rebelión contra la Provi- crea V. Milord , que cou mas atención
EDUARDO.
daño para nosotros nuestra vida v no es dencia , como si quisiera el suicidio sus- los hubiera meditado, si hubiera llega-
S i , Milord, verdad e s , mi alma está beneficio para nadie es licito librarse d? traerse á sus leyes ? No deja de vivir do el caso de ponerlos en practica ; y
oprimida COQ la carga de la vida; mu- ella. Si hay en el mundo máxima cierta para sustraerse á ellas sino para ejecu- prueba de que de esta obra iumortal no
cho tiempo ha que me es gravosa; he v evidente, pienso que es esta , y si se tarlas. ¿Que; se ciñe el poder de Dios se puede deducir prueba ninguna con-
perdido todo cuanto me la hacia amar, consiguiera dar con ella al traste no hay á mi cuerpo ? hay un solo lugar en el tra el derecho de disponer de su propia
y solo me quedan los sinsabores. Pero acción humana que no se pueda acha- universo donde nn esté sujeto á su po- vida es que Catón le leyó dos veces to-
dicen que no me es licito disponer de car á delito. tencia un ser existente? obrará meuos do entero la misma noche que dejó la
ella , sin ordeu del que me la dio, tam- inmediatamente en mí cuando apurada tierra.
¿Que dicen á esto nuestros sofistas? B» sustancia sea mas una y mas seme-
bién sé que le pertenece á V. por mas Primero consideran la vida como cosa
de un motivo; dos veces me ha librado que no es nuestra porque nos lia sido jante á la suya? N o ; en su justicia v su Preguntan estos mismos sofistas si
de la muerte su cuidado, y sin cesar dada; pero justamente por eso que DOS bondad se cifra mi esperanza, y si cre- puede nunca la vida ser un mal. Si se
me la conservan sus beneficios; nunca ha sido dada es nuestra. ¿ No les ha da- rera que pudiese la muerte sustraerme contempla la muchedumbre de errores,
dispondré de ella sin estar cierto de que' do Dios dos brazos ? no obstante, cuan- ásu potencia, no querría morir. tormentos y vicios de que abunda , mas
puedo hacerlo sin delito, ni mientras que do temen la gangrena, se cortan uno, y antes podría preguntarse sí es alguna
lite es nno de los sofismas del Fc- vez un bien. Sin cesar sitia el delito al
me quede la mas leve esperanza de po- ambos si es necesario. La pariedad es don, lleno de mil verdades sublimes. varón virtlioso; cada momento de su
der consagrarsela á V. exacta para el que cree en la inmortali- ¿Si tu esclavo se matase, dice Sócrates vida está á pique de ser victima del
Decia V. que me necesitaba, ¿ porque dad del alma, porque si sacrifico un bra- aCebes,nole castigarías, sí te fuera malo , ó tornarse él propio malo. Pelear
me engañaba? Desde que estamos en zo por conservar cosa mas preciosa que posible, por haberte privado injusta- y padecer es su destino en este mundo;
Londres, lejos de pensar V. en ocu- es el cuerpo; sacrifico el cuerpo por mente de tu peculio ? Buen Sócrates, obrar mal y padecer el del malvado: en
parme en cosas de V . , solo se ocupa en conservar cosa mas preciosa, que es mi que nos dices? no pertenecen a Dios todo lo demás son diferentes; las mi-
las mias. ¡ Que de cuidados superfluos bienestar. Si todas las dadivas que nos los muertos ? No es nada de e s o ; lo que serias de la vida son la única cosa que
se toma V . ! Milord , bien sabe V. que ha hccho el cielo son naturalmente bie- se debía decir era : si cargas á tu es- los iguala. Si necesitare V. autoridades
mas que la vida aborrezco el delito , y nes para nosotros, sobrado sujetos están clavo de un vestido que le incomoda pa- V ejemplos, le citaría oráculos, respues-
que adoro al Ser eterno. Todo se lo debo á mudar de naturaleza; y añadió la ra- ra desempeñar los ministerios que le has tas de sabios, y acciones virtuosas re-
á V . , le amo, y no tengo otro vinculo zón 3 ellos para enseñarnos á discernir- encomendado, le castigarás por haber- muneradas con la muerte. Dejemos to-
que V. en la tierra: la amistad y la obli- los. Si no nos autorizase esta regla á ele- se quitado el vestido para servirte me- do eso , Milord ; hablo con V. y le pre-
gación pueden encadenar en ella á un gir unos v desechar otros, ¿que oso jor El error capital es suponer la vi- gunto : ¿cual es cu la tierra la princi-
malhadado, pero no le detendrán pre- tendría para los hombres ? da mas importante de lo que ella e s , pal ocupacion del s a b i o , si no es con-
textos y sofismas. Ilumine V. mi razón, como si pendiese de ella nuestro ser, y centrarse, por decirlo a s i , en lo inte-
hable con mi corazon, dispuesto estoy De mil maneras manejan objeción ta» nada fuésemos despues de muertos. Na- rior de su alma , y esforzarse á morir
á oirle, pero acuerdese de que no se en- poco solida. Miran al hombre que vite da es nuestra vida á los ojos de Dios, durante su vida ? El único medio que
gaña la desesperación. en la tierra como á un soldado en cen- nada a los de la razón, nada debe ser ha hallado la razón para preservarnos
tinela. Dios , dicen, te ha puesto en es- a los nuestros; y cuando dejamos nues- de los males de la humanidad es des-
V. quiere razones, raciocinemos enho- te mundo , ¿ porque sales de él sin li- tro cuerpo no hacemos mas que quitarnos prendernos de los objetos terrenales y
rabuena. Quiere V. que se proporcione cencia suya ? Y á ti también te puso eo an vestido incomodo. ¿ Merece eso que de cuanto hay mortal en nosotros, en-
la madurez de la deliberación con la tu pueblo : ¿ porque sales de él sin li- metamos tanto ruido? Milord, estos de- volvernos dentro de nosotros mismos, v
importancia de la cuestión que se venti- cencia suya ? no es la licencia el hallar- clamadores están de mala f e , absurdos encumbrarnos á las contemplaciones su-
la ; convengo en ello. Indaguemos la se mal ? Eo cualquier sitio que Dios me J crueles en sus raciocinios, agravan es- blimes. Y si son causa de nuestros in-
verdad con paz y sosiego, y tratemos la ponga, ya sea en mi cuerpo ó en un te pretenso delito, como si nos quitara- fortunios, nuestras pasiones y nuestros
proposicion general, como si se hablara pueblo , es para permanecer en él mien- "ws la existencia , y le castigan como
de otro. Robeck antes de quitarse la vida tras me halle bien, y dejarle cuando me si exisueramos eternamente.
halle mal. Esta es la voz de la natura- errores, ¡ con que ansia debemos sus-
compuso la apologia del suicidio espon-
taneo. Yo no quiero hacer á ejemplo su- leza y la voz de Dios. Es menester es- Eo cnanto ,i P , , , , . 'pirar por
P o r uunn estado que de unos y otros
« l a d o que de unos y otros
d Dde ban
yo un libro, ni tampoco estoy satisfecho perar la órden, convengo en ello, pero Í ' 7 ,, ' ° ',0S 'ÍbrC ! ha
« ' " « * * hombres sen-
con el que él bizo, pero en esta discu- cuando me muero de muerte ualoral, qoe argumento espccraso suales que con tanta imprudencia multi-
sión espero imitar su sangre fria. no me manda Dios que deje la vida, si- tratada con B r <*U CaeS"°" cstá P,ican tormentos con sus deleites?
gerC7a
no que me la quita; haciendo que no la P^o Conde l ' - C O , D ° d e Aoiq«aan» por decirlo asi, su existen-
Mucho tiempo he meditado sobre este pueda sufrir me manda dejarla. En el cia n e r ^ l T SCDtT'3 ' i a ' 3 f u e r z a d e • i ' l ^ r l a en la tierra,
grave asunto, y debe V. saberlo pues den tr0 d e
primer caso resisto con todas mis fuer- horas n . n l V . . Pocasjagravan el peso d e s ú s cadenas con la
conoce mi suerte, y estoy vivo. Cuanto zas , cu el segundo tengo el mentó de * atención T , " ™ ' n a r con mu-, muchedumbre de sus gustos; no disfru-
mas reflexiono mas me convenzo de que obedecer. tad p í a T ü if o"'3 :a
" d c n a d a s i n P^pararse mil amargas
se ciñe la cuestión á esta proposicion Para disponer de ella. Suponiendo | privaciones ; cuanto mas gozan mas pa-
TERCERA PARTE.
194 LA NUEVA HELOISA ,
de sí propio disponga; pero en cambio, culpado quien toma quilla para la calen-
d e c e n , y cuanto mas en la vida se en- te grangeó su imperio ! Sean de estén»,
¡cuantas hay que lo mandan .' Sacrifi- tura, que opio para la piedra. Si al ob-
golfan mas desventurados son. mero Arria, Espouina y Lucrecia; i)
c ó s e á su obligación , cualquiera des- jeto atendemos uno y otro son librarnos
Pero s e a , si quieren , generalmente cabo eran mugeres ; pero Bruto, per»
gracia que les suceda, un magistrado de de un mal; si á los medios , uuo y otro
hablando nn bien para el hombre a r - Casio , y tú que con los dioses partbs
ijüiea pende la salud de la patria , un son igualmente naturales; sí á la repug-
rastrarse tristemente por la tierra; ven- el respeto de la tierra atónita, mapo-
padre de familias que debe á sus hijos nancia , igual la tenemos á ambas cosas;
g o en ello , v n o pretendo que deba to- nimo y divino Catón , tú cuya sagrad» i
b subsistencia, un deudor insolvente si á la voluntad del a m o , ¿ que mal que-
d o el linaje humano sacrificarse de uná- augusta imagen inflamaba en santo fer-
que dejaría perdidos á sus acreedores, remos combatir que 110 baya él enviado?
nime consentimiento, y convertir el vor á los Romanos , y hacia estreine«i
precisen en buen hora otras mil relacio- á que dolor sustraernos que de su mano
inundo en una vasta tumba. Existen, á los tiranos , no pensaban tus soberbies
nes domesticas y civiles á un desventu- no venga ? cual es el limite que su poder
existen desventurados sobrado privilegia- admiradores que un día en los sucre
rado i aguantar la desdicha de vivir para a c o t a , y donde es posible legítimamente
d o s para que sigan el sendero común; rincones de un colegio probarían no«
evitar |a desdicha mayor todavía de ser resistirle ? no nos es licito mudar el es-
para estos su desesperación y sus acer- viles pedantes que fuiste un cobarde per
injusto, ¿ es licito por eso en casos en- tado de eosa n i n g u n a , porque todo
bos quebrantos son el pasaporte de la haber negado al delito feliz el homenajr
teramente distintos conservar á costa de cuanto existe , existe como él quiso? uo
naturaleza, y fnera en ellos lan desati- de la virtud aherrojada. ¡ O fuera i
un tropel de miserables una vida que hemos de hacer nada en este mundo por
nada cosa creer que es un bien su vida, grandeza de los escritores modernos,
solo para el que no se atreve á morir es temor de quebrantar sos l e y e s ? , y cual-
como lo era en el sofista Posidonio ator- que sublimes sois, y que intrépidos ellos
mil? Matamc, hijo mió , dice al salvaje quiera cosa que hagamos podemos nunca
mentado por la gota negar que fuese con la pluma en la mano ! Pero, din*,
caduco á su hijo que le lleva a cuestas y quebrantarlas? N o , Milord, mas alta v
esta un mal. Mientras que nos es grata heroe valiente y esforzado que tan de-
vacila con la c a r g a , allí están los e n e - mas nofilc e s la vocacíon del hombre;
la vida estamos muv adheridos á ella; nodadamente das á huir en la pelea pan
migos ; vete á pelear con tus hermanos, no Ic animó Dios para permanecer inmo-
solo la conciencia de los males mas crue- sufrir mas tiempo el trabajo ele vivir,
vete a librar á tus hijos , y no espongas ble en un eterno quietismo, sino que le
les puede mas con nosotros que el amor coando sucede caerte un tizón encendido
i tu padre á que caiga vivo en manos dió la libertad para practicar lo b u e n o ,
natural de la vida, porque hemos debi- en esa elocuente mano , ¿ porque la reti-
de aquellos cuyos parientes se ha comi- la voluntad para quererlo, y la razón
do todos á la naturaleza un invencible ras tan presto ? ¡ Q u e ; tienes la cobardii
do. Aun cuando el h a m b r e , los acha- para elegirlo ; le constituyó uuíco j u e z
horror a la muerte , horror que encu- de n o atreverte á sufrir el ardor del foe-
ques y la miseria , enemigos domésticos de sus propias acciones y escribió en
bre á nuestra vista las miserias de la g o ! cosa ninguna , d i c e s , me obliga i
peores que los salvajes, permitiesen á su corazon : haz lo que sea provechosa
condicion humana. S e aguanta mucho sufrir el tizón. ¿ Y á mi quien me obliga
na infeliz estropeado consumir en su para tí y uo perjudique á nadie. S ' en
tiempo una penosa y dolorosa vida antes á sufrirla vida? costó mas la genera««
casa el pan de una familia que apenas mi sentir es bueno para mí el morir, re-
de determinarse á abandonarla; pero d e un hombre á la Providencia que Is
para si puede ganarle, ¿aquel que con sisto á sus ordenes empeñándome en vi-
cuando llega á poder mas el hastio de de una paja ? no son uno y otro igual-
nada está c o n e x o , aqnel que redujo el vir, porque haciendo que desee la muer-
vivir que el horror de la muerte, e n - mente obra suya ?
cielo á vivir solo en la tierra, aquel cuya te me manda Dios darmeta.
tonces evidentemente es la vida un mal malhadada existencia ningún beneficio
c r u e l , v e s menester acelerarse á liber- Sin duda es esfuerzo padecer co« poede traer, porque no ha de tener á
tarse de ella. De suerte q u e aunque no Bomston , apelo á la sabiduría y al
constancia -los males qoe no Se pnedei lo menos derecho para abandonar una
sea posible señalar con exactitud el pun- candor de V. , ¿que maximas mas cier-
evitar : pero solo un frenético apianb mansión donde son impertinentes sus
t o en que deja de ser un bien , se sabe tas acerca del suicidio voluntario puede
voluntariamente aquellos de que puede quejas, y sin provecho sus infortunios?
á lo menos con certidumbre que es un de la religión deducir la ra^on ? Si los
eximirse sin obrar m a l , y no pocas ve-
mal mucho tiempo antes que nos lo pa- cristianos otras contrarias han asentado,
ces aguantar sin necesidad un mal o
rezca , y en toda persona juiciosa pre- Pese V , , Milord , todas estas consi- no las bao sacado ni de los principios
mal gravísimo. El que no sabe libra»
cede siempre á la tentación el derecho deraciones , reúna todas estas razones, y de sú religión , ni de su norma única
de una dolorosa vida con una prestí
de abandonarla. hallará que se reducen al mas sencillo que e s la escritura; sino solo, de los fi-
muerte, se parece á aquel que mas quiere
de los derechos naturales que jamas re- lósofos paganos. Lactancio v Augustin,
dejar envenenar una llaga que entregaih
vocó en duda un hombre de juicio. Efec- que fucrou los primeros que sustentaron
al salutífero hierro del cirujano. Veo.
No paran a q u í ; despues de haber ne- tivamente , ¿ porque ha de ser permitido esta nueva doctrina, de la cual no ha-
respetable Parisot ( i ) , córtame es!)
gado que pueda ser un mal la vida para curarse de la g o t a , y no de la vida ? no bian dicho una palabra ni Jesucristo, n i
pierna que me quitaría la vida, te vete
quitarnos la facultad de deshacernos de nos vienen una y otra de la misma mano? l o s Apóstoles , solo en el argumento del
operar sin cerrar los o j o s , y dejare q»
ella , dicen luego que e s un mal para N es penosa cosa la m u e r t e , que im- Fedon , que ya he combatido se apoya-
me denueste como á cobarde el valiente
echarnos en cara que no le podamos lle- porta eso ? son gratos al gusto los reme- ron ; de suerte que los fieles que creen
que deja que se pudra la suya por"
var en paciencia. Según ellos es cobar- dios ? ¡ Cuantos hay que mas quieren seguir cu esto la autoridad del Evange-
atreverse á arrostrar la misma opera-
día zafarse de sus quebrantos y sus p e - monr que medicinarse! prueba de que lio solo siguen la de Platón. Efectiva-
ción.
nas y solamente los medrosos se dan la a la naturaleza entrambas cosas le re- mente, ¿donde se encontrará cu toda la
muerte. ¡ O R o m a , conquistadora del No niego qoe haya obligaciones con pugnan. Pues que me hagan ver como Biblia uua ley ó una mera desaprobación
o r b e , que muchedumbre de medrosos otro que á tal ó cual no permitan q» « mas licito librarse de un mal efímero contra el suicidio ? y uo es cosa estraña
asciendo remedios que de uno incurable que en los ejemplos de personajes que
quitándose la vida , y como es menos se lian dado la muerte no se halle ui una
(i) Cirujano de León de Francia, hombre honrado, buen ciudad"*-
tierno y generoso amigo.
espresion siquiera de vituperio de nin- luntad! Estos permite un Dios ele- Confieso que los sufre V. con entereza: de cerca la muerte , y la contemplo c o n
guno de estos ejemplos? Mas hay : el de mente á los hombres que los eonvis. la virtud le sustenta; dé V. un paso mas sobrada indiferencia para ir en su de-
Sansón esta autorizado con on portento tan en mérito ; acepta como votos, y le libra. Me exhorta V. á que padezca, manda. Hablemos de tí.
que le venga de sus enemigos. ¿ Estaría tario homenaje el tributo forzado ip. Milord, ro m e atrevo ¿ exhortarle á qne
destinado este milagro á justificar un de- nos i m p o n e , y cuenta como adqoiá- Verdad es que te necesitaba ; mi al-
ponga fin á sus tormentos , y dejo á su
lito ? y el hombre que perdió sus fuer- cion para la otra vida nuestra reso- ma habia menester de la t u y a ; podían
jaicin quien d e nosotros dos quiere mas
zas por haberse dejado seducir de una nación en'esta. La naturaleza impone a| serme útiles tus cuidados ; tu razón me
uno i otro.
muger las hubiera recuperado para c o - hombre la verdadera penitencia ; si lie- podia iluminar en el lance mas impor-
meter una atrocidad autentica , como si ¿ A que tardamos en dar un paso que tante de mi v i d a ; , si no me valgo de
va con paciencia lodo cuanto está pre-
el mismo Dios bnbiera querido engañar al cabo es necesario dar? Aguardaremos ella , ¿ de quien te quejas ? donde'está?
cisado á s u f r i r , ha cumplido en esa
á los hombres ? á qoe la vejez v los anos nos enejasen que se ha h e c h o ? que ha sido de tí ?
parte con cuanto le pide Dios; j s
torpemente á la vida , después de haber- para que vates en el estado en que te
!No matarás, dice el decalago : ¿ Q u e alguno es tan soberbio que pretende ha-
nos privado de todos sus atractivos , hallas? que servicio puedo aguardar de
se infiere de eso? Si se lia de entender cer mas , ó es un loco que merece BB
que con trabajo , ignominia v dolor a r - ti ? I n desatinado dolor te torna Hes-
á la letra este precepto, no deberán ma- encierro , ó un picaro digno de casti-
rastremos un cuerpo achacoso v caduco? piadado y estupido; no eres un hombre,
tarse los malhechores ni los enemigos; y g o . Asi evitemos sin cscrupulo todos los
Somos de una edad en que fácilmente n o eres nada; y s i n o mirara á lo que
Moisés que á tantos dió la muerte muy males que podemos evitar , qne sobra-
el vigor del alma la desata de sus gri- puedes ser, tal cual eres no veo cosa en
mal obedecía á su propio mandamiento. dos nos quedarán todavía que padecer.
llos, y en qne todavía sabe el hombre el rnunjlo que menos valga que tú.
Si bay algunas escepcioues cierto que Librémonos sin remordimiento hastade
Borir; mas tarde se deja llorando ar-
la primera es la del suicidio volunta- la. vida, al punto que en mal nuestro se •\o quiero otra prueba qne tu propia
rancar la vida. Aprovechémonos de un
convierta , pues que pende de nosotros
rio , porque está exento de injusticia y tiempo en que el hastio de vivir nos ha- carta. Otro tiempo encontraba en ti jui-
el hacerlo , y que en esto no ofendemos
violencia, las dos unicaS razones que ce desear la muerte, y temamos que venga cio y verdad , eran rectos tus sentimien-
ni á Dios ni á los hombres. Si exige BO
pueden hacer criminal el homicidio , y con sns horrores en el instante que mas tos , pensabas con exactitud , y no solo
sacrificio el Ser s u p r e m o , ¿no es bas-
porque la naturaleza opuso al primero nos repugna. Yo me acuerdo que hubo te amaba poriuclinacion sino por razón,
tante sacrificio el morir ? Ofrezcamos á
suficientes obstáculos. un momento que una hora sola pedia al y como un medio mas que en tí baila-
Dios nuestra muerte que por la voz de
cielo , y hubiera muerto desesperado, si ba de cultivar la sabiduría. ¿ Que he
También uos d i c e n , sufrid con pa- la razón nos prescribe, v derramemos ea
uo la hubiera alcanzado. ¡ Ah , que de visto ahora en los silogismos de esa car-
ciencia los males que Dios os envia ; paz en su seno nuestra alma qne nos
pena cuesta romper los lazos que añu- ta que al parecer te tiene tan ufano ? l i o
convertid en mérito vuestros trabajos. pide para sí.
dan nuestro corazon con la tierra, y que perpetuo miserable sofisma que por el
¡Que mal comprende el espíritu del cris-
prudente es abandonarla asi que se han desvario de tu razón denota el de tu
tianismo quien asi sus maximas aplica ! Estos son los preceptos generales qoe roto ! Milord ; mi corazon me dice que corazon, y que ni siquiera me dignaría
Sujeto está el hombre á mil males, es dicta el sentido común a todos y auto- somos ambos dignos de morada mas p u - de rebatir si no tuviera lastima de tu de-
su vida un tejido de miserias , y parece riza la religión. Vengamos á nosotros ra, la virtud nos la señala , y la suerte lirio.
que solo para padecer ha nacido. D e (I). V. se ha dignado de íranquearmes» sos convida á buscarla. En nuestra ul-
estos males quiere la razón que evite los corazón, conozco sus penas, y sé que no Para derribar todo eso con una pa-
* tnoa hora nos unirá la amistad que nos
que puede , y lo aprueba la religión que menos que yo p a d e c e , los males de V. labra , solo una cosa quiero preguntar-
ha estrechado. ¡Ob, que deleité para dos
nunca á la razón es contraria. ¡ Pero son sin remedio como los miós, eso mu te : tú que crees que Dios existe que el
amigos verdaderos rematar voluntaria-
que reducida es su suma respecto á los irremediables que las leyes del honorsoo alma es inmortal, y el hombre libre , no
mente sus días en brazos uno d e o t r o ,
que se ve forzado á sufrir contra su vo- mas invariables que las de la fortuna. piensas sin dnda que un ser inteligente
confundir sus postreros suspiros , y ex-
reciba un cuerpo y sea colocado sin des-
halar á una las dos mitades de sus al-
tino en la tierra solo para vivir, pade-
(') / Que estraña carta para la deliberación de que se trata ! ¿Se discur- mas! ¿Qne p e n a , que sentimiento pu-
cer y morir; aeaso tiene la vida huma-
re con tanto sosiego en semejante cuestión, cuando se examina con relación diera acibarar sus últimos momeutos ?
na su blanco -, su fio y su objeto moral .
d uno propio? Es apócrifa la carta, ó quiere solo su autor que le refuten? la que es lo que cu este mundo dejan? Jun-
T e suplico que me respondas con cla-
que puede dejar duda es el ejemplo de Robeck que cita , y que parece que te se van, y no dejan nada.
ridad acerca de este punto, después e x a -
autoriza el suyo. Robeck deliberó con tanto espacio, que tuvo paciencia para minaremos frase por frase tu carta , y
componer un libro , y libro muy voluminoso , muy prolijo, muy pesado, muy te sonrojarás de haberla escrito.
fastidioso , y cuando d su parecer hubo probado que era licito quitarse la
vida, se la quitó con el mismo sosiego. Desconfiemonos de las preocupacio- CARTA XXII. Pero dejemos aparte las máximas g e -
nes de los pueblos y los siglos. Cuando no es moda matarse se imagina la RESPUESTA,
nerales , con q u e frecuentemente se me-
gente que los frenéticos solos se matan, todas las acciones esforzadas son te muebo ruido sin adoptar nunca nin-
i 0 joven! un delirio ciego te d e s -
otras tantas quimeras para los ánimos flacos. Cada uno juzga de los otros guna , porque siempre se halla en la
cama, sé mas prudente, v no aconsejes,
por si propio ; sin embargo, ¡ cuantos ejemplares bien probados tenemos de aplicación alguna condicion particular,
sugetos prudentes en cualquier otra materia, que sin remordimiento , sin cuando solícitas consejo ; otros males he que de tal modo varia el estado de co-
furor, sin desesperación , renuncian la -vida fínicamente porque les es ••onecido yo que los tuyos. T e n g o cons- sas, que cada uno se cree con dispensa
gravosa , 'y mueren con mas tranquilidad que han -vivido! t e l a ; soy ingles. Sé morir, porque sé de seguir la regla que á los demás pres-
11 l r
, v sufrir como hombre. He visto cribe , V bien sabemos que todo aquel
espresion siquiera de vituperio de nin- luntad! Estos permite un Dios tif- Confieso que los sufre V. con entereza: de cerca la muerte , y la contemplo con
guno de estos ejemplos? Mas hay : el de io un te á los hombres que los eonvis. la virtud le sustenta; dé V. un paso mas sobrada indiferencia para ir en su de-
Sansón esta autorizado con un portento tan en mérito ; acepta como volin. t le libra. Me exhorta V. á que padezca, manda. Hablemos de tí.
que le venga de sus enemigos. ¿ Estaria tario homenaje el tributo forzado Milord, ro m e atrevo á exhortarle á que
destinado este milagro á justificar un de- nos i m p o n e , y cuenta como adqoü Verdad es que te necesitaba ; mi al-
ponga fin á sus tormentos , y dejo á su
lito ? y el hombre que perdió sus fuer- cion para la otra vida nuestra reso- ma habia menester de la t u y a ; podían
jaicin quien d e nosotros dos quiere mas
zas por haberse dejado seducir de una nación en'esta. La naturaleza impone al serme útiles tus cuidados ; tu razón me
uno i otro.
muger las bubiera recuperado para c o - hombre la verdadera penitencia ; si lie- podía iluminar en el lance mas impor-
meter nua atrocidad autentica , como si ¿ A que tardamos en dar un paso que tante de mi v i d a ; , si no me valgo de
va con paciencia lodo cuanto está pre-
el mismo Dios hubiera querido engañar al cabo es necesario dar? Aguardaremos ella , ¿ de quien te quejas ? donde'está?
cisado á s u f r i r , ha cumplido en esa
á los hombres ? á que la vejez y los anos nos enclaven que se ha h e c h o ? que ha sido de tí ?
parte con cuanto le pide Dios; j s
torpemente á la vida , después de haber- para que vates en el estado eu que te
INo matarás, dice el decalago : ¿ Q u e alguno es tan soberbio que pretende ha-
nos privado de todos sus atractivos , hallas? que servicio puedo aguardar de
se infiere de eso? Si se ha de entender cer mas , ó es un loco que merece na
que con trabajo , ignominia y dolor a r - ti ? I n desatinado dolor te torna des-
á la letra este precepto, no deberán ma- encierro , ó un picaro digno de casti-
rastremos un cuerpo achacoso v caduco? piadado y estupido; no eres un hombre,
tarse fos malhechores ni los enemigos; y g o . Asi evitemos sin cscrupulo todos los
Somos de una edad en que fácilmente n o eres nada; y s i n o mirara á lo que
Moisés que á tantos dió la muerte muy males que podemos evitar , qne sobra-
el vigor del alma la desata de sus gri- puedes ser, tal cual eres no veo cosa en
mal obedecía á su propio mandamiento. dos nos quedarán todavía que padecer.
llos, y en que todavía sabe el hombre el munjlo que menos valga que tú.
Si hay algunas escepeioues cierto que Librémonos sin remordimiento hasta de
Borir; mas tarde se deja llorando ar-
la primera es la del suicidio volunta- la. vida, al punto que en mal nuestro se •\o quiero otra prueba qne tu propia
rancar la vida. Aprovechémonos de un
convierta , pues que pende de nosotros
rio , porque está exento de injusticia y tiempo en que el hastio de vivir nos ha- caria. Otro tiempo encontraba en tí jui-
el hacerlo , y que en esto no ofendemos
violencia, las dos únicas razones que ce desear la muerte, y temamos que venga cio y verdad , eran rectos tus sentimien-
ni á Dios ni á los hombres. Si exige nn
pueden hacer criminal el homicidio , y con sos horrores en el instante que mas tos , pensabas con exactitud , y no solo
sacrificio el Ser s u p r e m o , ¿no es bas-
porque la naturaleza opuso al primero nos repugna. Yo me acuerdo que hubo te amaba poriuclinacion sino por razón,
tante sacrificio el morir ? Ofrezcamos á
suficientes obstáculos. un momento que una hora sola pedia al y como un medio mas que en tí baila-
Dios nuestra muerte que por la voz de
cielo , y bubiera muerto desesperado, si ba de cultivar la sabiduría. ¿ Que he
También uos d i c e n , sufrid con pa- la razón nos prescribe, v derramemos en
no la hubiera alcanzado. ¡ Ah , que de visto ahora en los silogismos de esa car-
ciencia los males que Dios os envia ; paz en su seno nuestra alma qae nos
pena cuesta romper los lazos que añu- ta que al parecer te tiene tan ufano ? l i o
convertid en mérito vuestros trabajos. pide para sí.
dan nuestro corazon con la tierra, y que perpetuo miserable sofisma que por el
¡Que mal comprende el espíritu del cris-
prudente es abandonarla asi que se han desvario de tu razón denota el de tu
tianismo quien asi sus maximas aplica ! Estos son los preceptos generales qne roto ! Milord ; mi corazon me dice que corazon, y que ni siquiera me dignaría
Sujeto está el hombre á mil males, es dicta el sentido común a todos y auto- somos ambos dignos de morada mas p u - de rebatir si no tuviera lastima de tu de-
su vida un tejido de miserias , y parece riza la religión. Vengamos á nosotros ra, la virtud nos la señala , y la suerte lirio.
que solo para padecer ha nacido. D e (I). V. se ha dignado de íranquearnaes» nos convida á buscarla. En nuestra ul-
estos males quiere la razón que evite los corazón, conozco sus penas, y sé que no Para derribar todo eso con nua pa-
* tuna hora nos unirá la amistad que nos
que puede , y lo aprueba la religión que menos que yo p a d e c e , los males de V. labra , solo una cosa quiero preguntar-
ha estrechado. ¡Oh, que deleité para dos
nunca á la razón es contraria. ¡ Pero son sin remedio como los miós, eso mu te : tú que crees que Dios existe que el
amigos verdaderos rematar voluntaria-
que reducida es su suma respecto á los irremediables que las leyes del honorson alma es inmortal, y el hombre libre , no
mente sos dias en brazos uno d e o t r o ,
que se ve forzado á sufrir contra su vo- mas invariables que las de la fortuna. piensas sin duda qoe un ser inteligente
confundir sus postreros suspiros , y ex-
reciba un cuerpo y sea colocado sin des-
halar á una las dos mitades de sus al-
tino en la tierra solo para vivir, pade-
(') / Que estraña carta para la deliberación de que se trata ! ¿Se discur- ws! ¿Qne p e n a , que sentimiento pu-
cer y morir; aeaso tiene la vida huma-
re con tanto sosiego en semejante cuestión, cuando se examina con relación diera acibarar sus últimos momeutos ?
na su blanco , su lio y su objeto moral.
d uno propio? Es apócrifa la carta, ó quiere solo su autor que le refuten? la que es lo que cu este mundo dejan? Jun-
T e suplico que me respondas con cla-
que puede dejar duda es el ejemplo de Robeck que cita , y que parece que tos se van, y oo dejan nada.
ridad acerca de este punto, después e x a -
autoriza el suyo. Robeck deliberó con tanto espacio, que tuvo paciencia para minaremos frase por frase tu carta , y
componer un libro , y libro muy voluminoso , muy prolijo, muy pesado, mu} te sonrojarás de haberla escrito.
fastidioso , y cuando d su parecer hubo probado que era licito quitarse la
vida, se la quitó con el mismo sosiego. Desconftemonos de las preocupacio- CARTA XXII. Pero dejemos aparte las máximas g e -
nes de los pueblos y los siglos. Cuando no es moda matarse se imagina la RESPUESTA.
nerales , con q u e frecuentemente se me-
gente que los frenéticos solos se matan, todas las acciones esforzadas son te muebo ruido sin adoptar nunca nin-
otras tantas quimeras para los aramos flacos. Cada uno juzga de los otros i 0 joven! un delirio ciego te d e s - guna , porque siempre se halla en la
por si propio ; sin embargo, ¡ cuantos ejemplares bien probados tenemos de cama, sé mas prudente, v no aconsejes, aplicación alguna condicion particular,
sugetos prudentes en cualquier otra materia, que sin remordimiento , sin cuando solicitas consejo ; otros males he que de tal modo varia el estado de co-
furor, sin desesperación , renuncian la -vida fínicamente porque les es ••»nocido yo que los tuyos. T e n g o cons- sas, que cada uno se cree con dispensa
gravosa , y mueren con mas tranquilidad que han -vivido! o l a s o v ¡,,„1^ s é , „ 0 , - ¡ r , p 0 r q i l e s é de seguir la regla que á los demás pres-
11 l r cribe , y bien sabemos que lodo aquel
, y sufrir como hombre. He visto
que asienta máximas generales quiere ciado ; porque no la constituye buena ó que sean mas inherentes á nosotros que dolor ; dicho a g u d o que no lleva ni r a l
que á todo el mundo obliguen menos a mala una modificación transitoria, ám nuestros pesares, y 110 solo pienso que
él. Vuelvo á decir que hablemos de ti. z o n , ui juicio , ni acaso buena fe. } Que
su relación con un objeto. ¿ Cuales sen mueren con el cuerpo que los causa, absurdo motivo de desesperación esperar
¿ Con q u e , según tú d i c e s , te es li- finalmente esos pesares tan crueles qit sino que no dudo que podría bastar una ver acabarse nuestra miseria! ( I ) Aun
cito cesar de vivir? Singular es la prue- te íuerzan á dejarla ? piensas que » vida mas dilatada para que se enmen- suponiendo tan estravagantc idea, ¿quien
ba que a l e g a s , porque tienes ganas de capa de tu fingida imparcialidad no he daran los hombres, y que nos enseña- no querria hacer por un instante mas
morir. Cierto que el argumento es muy distinguido yo en la enumeración de los rían muchos siglos de juventud que no acerba la pena actual con la certidum-
cómodo para los m a l v a d o s , y deben males de esta vida la vergüenza de ha- hay cosa mejor qne la virtud. bre de verla desvanecida, c o m o se saja
darte las gracias por el arma que en sus blar de los tuyos ? Creeme , no i aban-
Sea como fuere, una vez que la mayor una llaga pala cica trizarla ? y aun c u a n -
manos p o n e s ; ya n o habrá atrocidad dones de consuno todas tus virtudes,
parte de nuestros males físicos no hacen do se hallase en el dolor cierto deleite
que con la tentación de cometerla no conserva á lo menos tu ingenuidad an-
mas que crecer sin cesar, los vehemen- que hiciese que nos complaciéramos en
quede justificada ; y así que pueda mas tigua , v di con claridad á tu amigo: be
tes dolores corporales cuando son incu- padecer, el rivarnos d e él quitándonos
la violencia de la pasión que el horror perdido la esperanza de corromper a
rables pueden autorizar á u n hombre á la v i d a , no e s hacernos en un ¡litante
del delito, el derecho de ejecutar malda- una muger honrada ; estoy precisado a
IF que de su vida disponga; porque estan- cuanto mal del tiempo venidero teme-
des se hallará en el deseo de cometer- ser hombre de b i e n ; quiero mas morir.
do con el dolor enagenadas todas sus fa- mos ?
las.
!-f Î" Has cobrado hastio al vivir, y dice, enltades, y 110 teniendo remedio la do-
m Piénsalo bien, ó joven , ¿ que son pa-
¿ Con que te es licito cesar de vivir? que la vida es un mal. Tarde ó tempra- lencia no le queda el uso de su voluntad
no te consolarás y dirás que la vida es ra un ser^nmortal d i e z , veinte ni treinta
Yo querria saber si has empezado. ¿Que, ni de su razón, deja de ser hombre an-
un bien, y dirás mas verdad sin ra- años ? Como una sombra huyen la pena
fuiste colocado en la tierra para no ha- tes de su muerte, y n o hace mas con
ciocinar mejor, porque uada masque y el plaecr; en un instante se desliza la
cer nada ? no te impuso el cielo c o n la quitarse la vida que acabar de desam-
tú habrá mudado. Múdate pues desde vida, que nada e s por sí misma, pendien-
vida tarea en que emplearla? Si has con- parar un cuerpo que le estorba, y donde
hoy, y puesto que está todo el mal eo do de u uso su valor. El bien que ha-
cluido tu obra antes que anochezca, ya no reside su alma.
la mala disposición de tu alma enmien- cemos es lo Unico qne de ella permanece,
descansa lo qne del dia te queda; pero
da tus desarreglados afectos , y no que- Pero no es lo mismo en los dolores del y solo por este es algo.
veamos lo que has hecho. ¿ Que respues-
mes tu casa por no tomarte él trabajo animo, que por vehementes qne sean Asi no digas que es un mal para tí el
ta tienes preparada para el supremo
llevan consigo siempre el remedio. Efec- vivir; puesto que pende de tí solo que
B Juez cuando del tiempo que te ha dado de ponerla en orden.
tivamente, ¿que es lo que hace into- sea uu bien , y que si es un mal el ha-
V« s • te pidiera cuenta? Habla : ¿que le dirás?
Padezco , me d i c e s : ¿ pende de mi BO lerable un mal? su duración. Por lo ber vivido, es razón mas fuerte para s e -
He seducido á una doncella honesta, he
padecer? Primero eso es mudar el esta- común son las operaciones de la cirugía guir viviendo. No digas tampoco que te
abandonado á un amigo en sus pesares.
d o de la cuestión, porque no se trata muy mas dolorosas que las dolencias de es licito morir, que eso equivaldría á de-
Malhadado ! búscame á ese justo que de
d e saber si padeces , sino si e s un mal que sanan; pero el dolor de estas e s per- cir que te es licito no ser hombre, que
haber vivido lo suficiente se alaba, y
para ti el vivir. Adelante: padeces y de- manente, y el de aquellas transitorio, te es licito rebelarte contra el Autor de
sepa yo de él como ha de haber uno
bes procurar n o padecer ; veamos si es y por eso se practican. ¿ Que necesidad la naturaleza , y frustrar tu destino. ¿Pe-
empleado la vida para tener derecho á
necesario para eso morir. hay de opcracion c o n dolores que estin- ro cuando añades que á nadie hace daño
dejarla.
Contempla un instaute el natural pro- goe su misma duración, que es la única tu muerte te olvidas de que te atreves á
H Numeras los males de la humanidad; greso de los males del animo directas que hacerlos inaguantables pudiera ? Es decírselo á tu amigo ?
no tienes vergüenza de repetir cosas mente contrario al de los males corpo- cosa racional aplicar tan violentos reme-
rales, como por su naturaleza son opues- dios á males que por si propios se a c a - ¡ T u muerte no hace daño á nadie! Ya
comunes cieu veces repetidas , y con-
cluyes que es la vida un mal. Pues, mi- tas ambas sustancias. Los últimos se ban? A quien hace aprecio de la cons- entiendo; morir á costa nuestra de nada
ra , averigua si en el orden de las cosas inveteran y se empeoran con su dura- tancia y evalúa los años en lo poco que te importa, ni evalúas eo nada nuestro
llallas algunos bienes que vengan sin ción , hasta que al fin acaban con esta "alen, de dos medios de libertarse de las sentimiento. No te hablo de los dere-
-ti mezcla de males. ¿ S e colige de esto maquina mortal: por el contrario I® mismas dolencias, cual debe parecerle chos de la amistad que desprecias: ¿ no
que n o hay bien ninguno en el uuiver» primeros, alteraciones esternas y transi- preferible, la muerte ó el tiempo? Aguár- hay otros mas preciosos todavía (2) que
torias de un ser inmortal é incorpore« date y sanarás : qne mas pides? te obligan á conservarte? Si hay una per-
s o ? v puedes confundir lo que por su
se borran poco á poco , V le dejan en sona en el mundo que te haya amado tan-
esencia es un m a l , c o n lo que solo por
su original forma qnq nada puede mu- Ab! eso es lo que dobla mi pena, pen- to que no quisiera sobrevivir á t í , v á
accidente el mal padece? T ú propio lo
has d i c h o , la vida pasiva del hombre dar. La tristeza, el t e d i o , el sentimien- sar que ha de acabarse. Vano sofisma del quien hace falta tu felicidad para ser ella
nada e s , y solo compete á un cuerpo to , la desesperación son dolores poco
de que en breve se verá libre; pero su duraderos que nunca echan raices e" (1) Yo milord, no se pone así termino á su desventura , sino que se hace
vida activa v m o r a l , la que en todo su el alma, y siempre desmiente la expe- que llegue a su ultimo ápice, y se rompen los últimos vínculos que con la fe-
n s
ser ha de influir , consiste en el ejerci- riencia aquella idea llena de amargura f ? estrechaban. Mientras que uno llora lo que quiso todavía está uni-
cio de su voluntad. La vida es un mal que hace que reputemos por ele™ ® con el objeto de su dolor por su propio dolor, y es menos horroroso este es-
ma
•ara el malvado en la prosperidad, y un nuestra pena. Mas d i r é , los vicios q« " que el de no estar unido con nada.
icu para el hombre virtuoso desgra- nos estragan no puedo persuadiera® a (j) ¡Derechos mas preciosos que los de la amistad! y es un sabio quien
cc
bi • Pero este sabio también estaba enamorado.
feliz, ¿piensas que de nada le eres deu- 1 virtud humillar en la tierra su frente;, menos obligado à observar sus leyes? sufrirla menos desde que vivimos juntos,
dor? no turbaría la ejecución de tus fu- honrar en silencio la memoria del maro ¡Bien te está el hablar ele morir cuando y cien veces mas quiero tomar parte en
nestos proyectos la paz de una alma con i de los hombres. debes tu vida à tus semejantes! Sabe la melancolía de V. que en el fastidio de
tanta dificultad á su primera inocencia ¡ Que mal has escogido tus ejemplos! que un suicidio como el que premeditas los lacayos que pueblan este pais.
restituida ? no temes volver á abrir en ' ¡ y que bajamente juzgas de los' Roma- es ignominioso y furtivo, que es un robo
aquel tierno corazón sus mal cerradas j nos, si piensas que se creían con fatul- No obstante, conversando con estos
hecho al linaje humano. Antes de aban- negociosos holgazanes , me ha ocurrido
llagas? no temes que sea tu perdida la tad de quitarse la vida al punto qoe les donarle restituyele lo que por tí ha he-
causa de otra mas cruda aun privando la era gravosa ! Mira los tiempos glorio*» una ¡dea que tiene conexion con V., y
cho. Yo no estoy ligado á nada .. soy en virtud de la cual solo aguardo su
virtud y el mundo de su mas digno ador- de la república; y examina s i vesana inútil en el mundo... Filosofo de un día ,
no? y no temes, si sobrevive á ti, escitar solo ciudadano virtuoso libertarse así de conscntihiiento para disponer de V. Veo
¿no sabes que no puedes dar un paso que peleando con sus pesares padece V.
en su seno el remordimiento, carga mas la carga de sus obligaciones, aun des- eo la tierra sin encontrar con una obli-
gravosa que la «da? Amigo sin gratitud, pués de las mas acerbas desventuras. al mismo tiempo el mal y la resistencia.
gación que desempeñar , y que todo Si desea V. vivir y sanar no tanto es
amante sin fineza, ¿siempre has de pen- ¿ Evitó Regulo de vuelta á Cartago tos hombre es útil à la humanidad por el
sar solo en tí ? no lias de mirar nunca á tormentos que le esperaban, con daree porque lo exigen el honor y la razón,
nero hecho de existir ? cuanto por complacer á sus amigos. Que-
los ágenos quebrantos ? 110 te interesa la la muerte ? Que no habria dado Postn-
felicidad de lo que bien quisiste ? y no mio porque le hubiera sido licito este re- Escúchame mozo frenetico, yo te rido , no basta con eso; es menester re-
sabrás vivir por la que quiso morir con- fugio en las furcas candínas ? El es- quiero, y tengo lastima de tus errores. cuperar el apego a la vida para desem-
tigo ? Si queda en lo interior de tu corazon el peñar bíén sus obligaciones , v con tan-
fuerzo de valor del cónsul Varron en ha- ta indiferencia á t o d o , nunca se sale
ber podido vivir despues de su derrota menor afecto virtuoso, v e n , y te ense-
Hablas de las obligaciones del magis- ñaré à amar la vida. Cada vez que te con nada. En balde nos afanamos uno v
no admiró al mismo senado? Por que otro; la razón sola no le volverá á V. la
trado y el padre de familias, y porque motivo se dejaron voluntariamente en- vías tentado á abandonarla , di dentro
no las tienes te crees libre de todo; ¿ y de tí : « quiero hacer aun una buena ac- razón. Es preciso que una muchedum-
tregar á los enemigos tantos generales bre de nuevos y estraños objetos roben
la sociedad á quien debes tu conserva- para quienes tan cruel era la ignominia, ción antes de morir. » Ve luego à bus-
c i ó n , tu talento y tus conocimientos; la car á algún desvalido que socorrer, à á V. uua parte de la atención que pone
y á quienes tan poco el morir costaba? su corazon en el que le ocupa todo. Pa-
patria á quien perteneces, ios desventu- porque debían á la patria su sangre, su algnn desventurado que consolar, á al-
rados que te necesitan, no les debes na- gún oprimido que defender. Allega á mí ra restituirle á V. á sí prnpío es necesa-
vida y su postrer aliento; y porque ni rio que salga de su interior, y solo en
da? O que completa enumeración haces! la ignominia, ni los sucesos iufaustoslos i los infelices que no se atreven á acer-
En el resumen de tus obligaciones no te cárseme ; no temas abusar ni de mi bol- la agitación de una vida activa puede
podian dejar inmunes de esta oblígacioo bailar el sosiego.
olvidas mas que de las de hombre y ciu- sagrada. Pero cuando fueron aniquiladas sillo ni de mi credito ; c o g e , desparra-
dadano. ¿ Donde está aquel patricio vir- las leves y hecho el estado presa de los ma mis bienes, hazme rico. Si te detiene
tuoso que se niega á vender su sangre á hoy esta cousidcracíon, te detendrá tam- Para esta prueba se ofrece una oca-
tirauos, recobraron entonces los ciuda-
un principe cstranjero, porque solamente danos su libertad natural, v sus dere- bién mañana, pasado mañaua , y toda to sion que 110 es de desdeñar; tratase de
por su patria debe verterla, y ahora quie- chos en sí propios. Cuando ya no existió 'ida. Si no te detiene, muere, que eres una empresa grande, bella, v tal que
re derramarla como un frenetico contra on malvado. en muchos siglos no se ven otras seme-
Roma , fué licito á los Romanos cesar dt
la prohibición esplicita de las leyes? ¡ O jantes, y pende de V. el presenciarla, y
existir; habían desempeñado sus funcio-
joven, las leyes, las leves! d i , ¿ las des- concurrir á ella. Verá V. el mayor es-
nes en la tierra : no tenian ya patria;
precia el sabio? Por respeto á las leves CARTA XXIII. pectáculo que puede ofrecerse á los hu-
se hallaban con derecho para dispon«
no quiso Sócrates inocente salirse de la manos ojos, y su gusto de observar ha-
de s í , y restituirse á sí propios la liber- DI M I L O R D E D U A R D O A I . A M A N T E DE
cárcel; ¡ y tú no vacilas en violarlas por llará materia con que satisfacerse. I.as
tad que á su pais no podían restituir. JULIA.
salirtc injustamente de la vida! y pre- funciones de V. serán honrosas , v con
Despues de haber consumido su vida ra
guntas que mal haces! No podré , querido , abrazar hoy à V. el talento que tiene, solo exigirán valor
servir á la moribunda Roma, v peleare«
demanda de las leyes , murieron virtuo- romo esperaba, todavía me detienen dos y robustez; hallará en ellas mas riesgo
¡ Quieres cscusarte con ejemplos, y sos v magnánimos como habían vivido, dias en Kinsington. El estilo de la corte que trabajo, y eso mas le convendrán.
te atreves á mentarme á los Romanos! y fué su muerte todavía un tributo á la es trabajar mucho sin hacer nada, y Finalmente no será rauv largo el empe-
tú á los Romanos! que bien te cae la gloria del nombre romano, á fin de que que se sigan todos los negocios sin con- ño que V. contraiga. No puedo decir
osadia de tomar en boca esos ilustres eu ninguno de ellos se contemplase d cluirse. El que aqui me detiene ocho mas por boy, porque este proyecto que
hombres! Dime, ¿murió Bruto como un indigno espectáculo de verdaderos ciu- días hace no exigía arriba de dos horas, va á ser publico, es todavía un secreto
desesperado amante? se despedazó Ca- dadanos sirviendo á un usurpador. F f o la mas importante ocupacion de- de que no soy arbitro. Solo añadiré que
tón las entrañas por su dama ? Hombre Ios ministros es parecer que siempre es- si deja V. perder esta feliz y rara oca-
mezquino y flaco , ¿ en que se parece á tán ocupados : mas tiempo gastan en sion, regularmente nuuca volverá á en-
ti Catón ? Enséñame la común medida darme largas que el que hubieran em- contrarla , y lo sentirá acaso toda su
¿ Pero tú, quien eres? que has hecho?
de esta sublime alma y la tuya. Ah ! ca- pleado en despacharme , y mi impacien- vida.
crees que te disculpas con tu oscuridad?
lla , temerario. Temo profanar su nom- t i sobrado manifiesta, no abrevia es-
te exime tu flaqueza de tus obligaciones- lie dado orden á mi correo, que lle-
bre con su apologia. A tan santo y au- tas dilaciones. Ya sabe V. que no me
¿ y porque no tienes nombre ilustre 01
gusto nombre debe todo amante de la gosta mucho la corte; todavía puedo va á V. esta carta, de que le busque
alto puesto en tu patria, por eso estas donde quiera que se halle, y que no se
2 6 "
renga sin la respuesta, porque u r g e , y den para zarpar. Querido amigo; espe.
t e n g o que dar la mia antes de salir de ro que nos le traerá Dios á V. de este Es preciso concluir , bien lo veo. A su alma vivia , y que cesó de vivir en
aqui. dilatado viaje sano de cuerpo y alma,i Dios, amables primas, á Dios puras y el punto que se apartó de vosotras. Si
que á su vuelta nos reuniremos para M celestiales almas, á Dios beldades in- alguna vez... Ya oigo la señal de leva,
CARTA XXIV.
separarnos nunca mas. comparables , á Dios inseparables y tier- y los gritos de los marineros , ya veo
ras amigas, mugeres únicas en la tierra: levantarse el viento , y desplegarse las
RESPUESTA.
cada ona de vosotras es sola digno ob- .velas ; necesario e s subir á bordo, nece-
CARTA XXVI. jeto del eorazon de la otra. Haced re-
DrsroxGA V . , Milord , mande en mí; sario espartirse. Vasto m a r , mar in-
e n nada quedará desairado. Entretanto ciprocamente vuestra felicidad, dignaos menso que acaso me has de tragar en
que merezca servir á V. á lo menos le DEL AMANTE DE JULIA A LA STSOSL de parar alguna vez vuestra memoria en tus abismos , ¡ ojala que en tus olas ha-
obedeceré. DE ORBE. no desventurado, que solo para parti- lle la calma que huye de mi agitado e o -
cipar con vosotras todos los afectos de razon !
ME parto, querida y hermosa priow,
CARTA XXV.
á dar la vuelta al g l o b o ; voy á buscar
DE MIWBÍI EDUARDO AL AMANTE DE en otro hemisferio la paz que en este
no he podido disfrutar. ¡ Q u e loco sos!
JULIA.
voy errante por el universo á encontrar
PUESTO que aprueba V. la idea que un sitio donde se sosiegue mi eorazon;
me ha ocurrido , no quiero diferir un voy á buscar por el mundo un asilo don-
punto el avisarle que todo se acaba de de pueda estar lejos de Vds. Pero es
concluir , V esplicarle de que se trata , necesario respetar las voluntades de un PIN DB LA TERCERA PARTE.

usando del permiso que para ello he ob- amigo , un bienhechor , un padre. Sin
tenido de responder por V. esperar c u r a , á lo menos es necesario
procurarla , pues así lo mandan Julia v
Va sabe V. que acaba d e armarse en
la virtud. Dentro de tres horas voy á
Plimúa una escuadra de cinco navios de
estar á merced de las o las ; dentro de
guerra , y que está pronta á dar á la
tres dias habré perdido de vista la Eo-
vela. Quien debe mandarla es el señor
ropa ; dentro de tres meses vagaré poe
Jorge Anson , oficial instruido y esfor-
ignorados mares donde reinan eternas
zado, y antiguo amigo mió. Está destina-
tormentas ; dentro de tres años acaso-
da para el Océano del sur , donde de-
• Q u e horroroso seria no ver á Vds mas!
be entrar por el estrecho de Magallanes,
Ay ! el mayor riesgo está en lo interior
y volver por las ludias orientales. Va ve
de mi Corazón , porque sea cual fuere
V. que de nada menos se trata que de
mi d e s t i n o , he resnelto, v lo joro , qae
dar la vuelta al mundo; espedicion que
me verán Vds. digno de presentarme á
se evalúa que durará unos tres años.
su vista, ó no me volverán nunca á ver.
Habría podido alistar á VI como volun-
t a r i o ; pero para darle mas estimación
en la tripulación, he hecho darle un ti- Milord Eduardo que se vuelve á Ro-
ma , entregará á V . al paso esta carla,
tulo , y se halla V. en calidad de i n g e -
niero de las tropas de desembarco , lo y le dirá mas por menor lo que á mí es
cual le conviene tanto mejor, cuanto ha-relativo. Ya V. conoce su alma . y fá-
biendo sido el genio su primer destino, cilmente adivinará lo que no digere.
sé que le estudió V. desde su niñez. También conoció V. la mia , colija por
tanto lo que no digo. ¡ Ah Milord,ss
Pienso volver mañana á Londres (1), ojos de V. volverán á verlas!
v presentar á V. al señor Anson dentro ¿Coa que también su amiga tiene co-
de dos dias. Entre tanto cuide V . de mo V. la dicha de s e r madre ?'c0n que
equiparse y pertrecharse de instrumen- había de serlo ?... Cielos inexorables..
tos y libros , porque será muv breve el ¡ O h madre mia! ¿ porque te dieronn»
embarCamcnto , y solo se espera la or- hijo en su furor?

(i) No entiendo bien esto. Kinsington no dista de Londres arriba de


cuarto de legua , y los señores que van d palacio no duermen en este pue-
blo ; y vemos a milord Eduardo obligado á detenerse en él no sé cuantos
dias.
roa» edad mis bijos todos estos huecostivo para estar tan satisfecho ! del señor
los llenaría el amor maternal, pero co- de Wolmar, de mi marido , del mas
mo todos los demás este amor necesita digno esposo con quien hubiera podido
correspondencia, ¿y cual puede aguar- el cielo remunerar la virtud de una cas-
dar una madre de una criatura de cua- ta doncella! Por haberle engañado una
CUARTA PARTE. tro ó cinco años? Amamos á nuestros vez es preciso que le engañe todos los
hijos mucho tiempo antes que puedan dias, y que me reconozca sin cesar in-
r- 8 - i ellos conocerlo, y amamos reciproca- digna de todas sus bondades conmigo.
mente ; y no obstante necesitamos tan- No se atreve mi corazon á admitir nin-
to decir lo mucho que los queremos á gún testimonio de su estimación , me
alguien que nos entienda. Mi marido sonrojan sus mas tiernos cariños , y to-
CARTA I. ni un instante vivir sin ti. Este progreso roe entiende, pero no me responde co- das las pruebas que de respeto y apre-
de nuestra amistad es mas natural délo mo yo quisiera; su terneza con ellos cio me da las convierte mi conciencia
DE LA SEÑORA DE WOLHAR A LA SE-
que parece y se funda en nuestra situa- es sobrado racional, no pierde como yo en oprobio y señales de menosprecio.
»ORA DE ORBE.
ción como en nuestros caracteres, i la cabeza ; quiero un cariño mas vivo, Es dura cosa tenerse que decir sin ce-
¡ CCASTO tiempo tardas en volver ! medida que avanza la edad se concen- y mas parecido al mió; necesito una sar : á ojra que á mí es á quien acata.
no me acomodan tus idas y venidas. tran todos los afectos; cada dia perdemos amiga, una madre tan loca como yo con Ah ; si me conociera no me tratara asi.
¡ Que de horas perdidas en venir donde algo de lo que quisimos , y no lo vol- mis hijos y los suyos. En una palabra No, no puedo aguantar este horrible es-
siempre debieras estar, y lo qoe peor vemos á reemplazar. Asi vamos murien- la maternidad me hace todavía mas nece- tado ; nunca estoy sola con este hombre
es en alejarle! La idea de verse por do por grados hasta que al fin amando- saria la amistad , por el gusto de hablar respetable sin que me vengan deseos de
tan poco tiempo acibara el gusto de ha- nos solo á nosotros mismos dejamos de sin cesar de mis hijos sin dar fastidio. hincarme de rodillas ante é l , confesarle
llarse juntas. ¿ No conoces que estar asi sentir v vivir antes de dejar de existir. Conozco que se dobla mi gozo con los mis yerros, y espirar á sus plantas de
alternativamente en tu casa y en la mia Pero un corazon sensible se defiende con cariños de mi Marcelinito , cuando veo dolor y vergüenza.
es no estar bien en parte ninguna ; y todas sus fuerzas contra esta anticipada •pie te cabe á tí parte de ellos , y cuan-
no imaginas un medio para hacer que muerte; cuando empieza el hielo por do abrazo á tu bija creo que te tengo No obstante, las razones que al prin-
estés al mismo tiempo en una y otra las estremidades reúne en derredor de estrechada á mi seno. Cien veces lo he- cipio roe contuvieron cada dia son mas
parte? él todo su calor natural; cuanto mas mos dicho, cuando vemos á nuestros mu- fuertes, y no me asiste motivo ninguoo
pierde mas se ase de lo que le queda; Sequillos jugar juntos nuestros corazo- para hablar qoe no sea razón para c a -
¿ Que hacemos , querida prima ? ¡que y se agarra , por decirlo a s i , al postrer nes unidos los confunden , y no sabemos llarme. Contemplando el apacible y se-
de preciosos momentos dejamos perder, objeto por los nudos de todos los demás. de quien es cada uno de los tres. reno estado de mi familia, pienso con
cuando no nos quedan ya ningunos que susto que una sola palabra puede cau-
desperdiciar,! Los años se multiplican , Esto es lo que me parece que espe- No para aquí; tengo motivos muv sar en ella un irreparable trastorno.
la mocedad empieza á h u i r , la vida se rimento y a , aunque todavía joven. Ah! ¡aportantes para desear que estes sin Despues de seis años que en una per-
consume, la transitoria felicidad con querida mia, mi pobre corazon ha ama- cesar junto á m í , y tu ausencia es cruel fecta unión han corrido , ¿ he de ir á
que nos brinda está en nuestra mano , do tanto , y se ha apurado tan tem- para mí por muchos motivos. Piensa en turbar el sosiego de marido tan bueno
y omitimos el disfrutarla ! ¿ T e acuerdas prauo, que es viejo antes de tiempo; de mi repugnancia á todo disimulo , y en y tan prudente , que otra volootad que
del tiempo que eramos todavía solteras, tal modo le han absorbido tan varios la continua reserva en qoe vivo cerca la de su feliz esposa no t i e n e , ni otro
de aquellos primeros tiempos tan gratos afectos , que no queda en él lugar para de seis años ha con el hombre que mas gusto que ver la paz y el orden reinar
y tan dulces , que no vuelven á hallarse meras inclinaciones. Me has visto suce- en el mundo quiero. Cada dia me pesa en su casa ? he de contristar con distur-
en otra edad , y que con tanta dificultad sivamente hija, amiga, amante, esposa mas y mas mi odioso secreto, y cada bios domésticos la vejez de mi padre
olvida el corazon ? ¡ Cuantas veces pre- y madre. Tú sabes si han sido para mi d¡a parece que es mas indispensable que tan contento, tan gustoso con la
cisadas á separarnos por pocos d i a s , y preciosos todos estos titulos. Disueltos Cnanto mas exige la honradez que le dicha de su hija y su amigo veo ? he de
á veces por pocas horas, nos decíamos están algunos de estos vínculos, y aflo- rerele, mas me obliga la prudencia á esponer á estas queridas criaturas á es-
dándonos un triste abrazo: ah ! si algu- jados otros. Ya no vive mí madre, mi '|»e le guarde. ¿ Comprendes que hor- tas criaturas amables, y que tanto pro-
na vez podemos disponer de nosotras ; tierna madre; solo lagrimas me queda» roroso estado es para una muger que la meten á una omisa y escandalosa edu-
nunca nos separaremos! Ahora que dispo- que tributar á su memoria, v no dis- desconfianza , la mentira y el temor la cación , á verse tristes victimas de las
nemos vivimos la mitad del año separa- fruto mas que de la mitad del mas dol- acompañen hasta en brazos de su espo- paternas discordias, entre on padre in-
das una de otra. ¿ Nos queremos acaso ce afecto de la naturaleza. El amor está so, que no se atreva á descubrir su co- flamado en un justo enojo , agitado de
menos ? Querida y tierna amiga , ambas apagado , lo está para siempre, y ha razón á quien es dueño de é l , y que le z e l o s , y una madre culpada y desven-
conocemos cuanto muy fuerte v mas i n- dejado otro hueco que jamas se llenará, «onda la mitad de su vida para afian- turada, anegada en perpetuo llanto?
disoluble nuestra inclinación la han he- liemos perdido á tu digno y bnen ma- zar el sosiego de la otra? ¡ Grao Dios! Conozco al señor de Wolmar haciendo
cho el tiempo, la costumbre y tus be- rido , que amaba yo como á la cara mi- aprecio de su muger : ¿ quien sabe lo
neficios. A mí de día en día me parece tad de ti propia, y que tan acreedor era '(lien tengo que encubrir mis mas que será cuando no le haga ? Acaso es
mas inaguantable tu ausencia, y no puedo á mi amistad y mi cariño. Si fueran de ««retos pensamientos , y ocultar lo in- tan moderado , porque la pasión doiui-
m
°r de una alma de que tendría m o -
D.ante de su caraeter aun no ha tenido mi marido, y conozco que ha desertas que le hizo emprender su desesperación. quiero que al cabo de dos años , de diez,
motivo para manifestarse. Acaso será tan imposible que no salga de mí el secrete Si viviese nos habría dado noticias su- ni de toda tu vida ceses de honrar la
»¡«lento en uu rapto, de ira como es se- fatal. Cuando hay gente sabes queac» las del cabo del mundo; ya han corrido memoria de tan tierno esposo ; pero s í
reno y tranquilo, mientras que no tiene tuinbra el señor de Wolmar dejar la o*, cerca de cuatro años desde su partida. repruebo que despnes de haber pasado
motivo ninguno de ensañarse. pañia , y pasearse solo por las inmed» Dicen que ha padecido la escuadra en tus años mas lozanos llorando por tu
¿Si tantas atenciones debo á todo eiones, hablando con los labradores, o, que iba mil desastres, que ba perdido Jidia , la prives de la dulzura de llorar
.cuanto tengo en derredor de m í , no me formándose de su situación , esaminasi lastres cuartas partes de su tripulación, contigo y lavar con lagrimas mas dig-
debo también algunas á mí propia ? Seis el estado de sus tierras, y ayudaudolos, que se han ido á pique varios navios, y nas la ignominia de las que vertió en tu
años de una honesta y arreglada vida no cuando lo necesitan, con su dinero i que no se sabe que se han hecho los seno. Si te da pena el afligirte, ah ! no
borran en nada los yerros de la moce- sus consejos. Pero cuando estamos sol« otros. Ya no es v i v o , ya no es vivo , un conoces la verdadera aflicción. Si en
dad ? debo esponerme todavía á la pena siempre se pasea conmigo, deja pocas aonncio secreto me lo asegura. No ha- ella sientes una.especie de gusto , ¿ por-
d e una culpa que hace tanto tiempo que veces á su muger y á sus hijos, y tom brá teuido el desventurado mejor suerte que no quieres que sea yo participe?
lloro ? T e lo confieso , prima , nunca parte en sus jueguecillos con seueillei qoe tantos de sus compañeros, y habrán No sabes que imprime la comunicación
vuelvo sin repugnaucia los ojos á lo pa- tan amable , que me inspira entonce? acortado sus dias la mar , las enfermeda- de dos corazones en la tristeza un n o
sado ; me humilla á punto de desalentar mas terneza que de ordinario. Estos Dis- dades , y la tristeza aun mas cruel. Así sé que dulce y afectuoso que no tiene
me , y tan sensible á la vergüenza soy, tantes de ternura tanto mas son peligra- se apaga todo euanto brilla un instaute el contento? y no fne dada la amistad
que no puedo aguantar su idea sin re- sos para la reserva, cuanto él mismo oe sobre la tierra. Faltabale á los tormen- especialmente á los desventurados para
caer en una especie de desesperación. proporciona ocasiones para faltar á elb. tos de mi conciencia tener que acusar- alivio de sus males y consuelo en sus
El tiempo que desde mi matrimonio ha y que cicu vcces me ha dicho cosas ¡pie me de la muerte de un hombre de bien, penas.
corrido es el que necesito contemplar al parecer cscitaban mi confianza. Ka ¡ib, querida, que alma la suya!...
para cobrar animo, y me infunde mi veo que tarde ó temprano será menes- como sabia amar!... Merecía vivir... Ha- Razones sor. estas, querida, que de-
estado actual una confianza de que qui- ter manifestarle mi corazon, pero mu brá presentado ante el supremo Jnez un bías tú considerar , y has de añadir á
sieran privarme impertinentes memorias. vez que quieres tú que sea de acuerdo alma frágil, pero sana y amante de la ellas que cuando te propongo que te
Gusto de mantener en mi corazón afec- entre las d o s , y con todas las precau- virtud... En balde me esfuerzo á espelcr vengas á vivir conmigo , no' menos te
tos de honor que creo que en mí en- ciones qne autoriza la prudencia, vuel- tan tristes ideas, cada instante se me hablo en nombre de mi marido que en
cuentro. I,n dignidad de esposa y madre v e , y haz ausencias menos largas, ó de representan contra mi voluntad. Para el mió. Muchas veces me ba parecido
enaltec;- mi alma, y me sustenta contra nada salgo fiadora. desterrarlas ó regularías necesita de tns que estrañaba, y que casi le escandali-
los remordimientos de otro estado. Cuan- emdados tu amiga , y no podiendo ol- zaba , que no habitáramos juntas dos
do en torno de mí veo á mis hijos y á su Dulce amiga mia, es preciso concluir; lidar á este malhadado , mas quiero ha- amigas como nosotras; aGrma que te lo
padre , me parece que todo respira vir- y lo que me qaeda importa tauto que es Mar de él contigo que pensar en él ha dicho á tí propia , v no es hombre
tud , y destierran de mi espiritu hasta lo que mas decir me cuesta. No solo caando estoy sola. que habla á bulto. No se á que te re-
la idea de mis pasadas culpas. Es su eres necesaria para mí cuando estoy «M solverás en fuerza de mis representacio-
inocencia el seguro de la mia; mas los mis hijos y con mi marido , sino mas Mira cuantas razones aumentan la nes , y espero que hagas lo que te pi-
quiero cuanto mejor me tornan, v he cuando estoy sola con tu pobre Julia, i continua necesidad que de que estés do. Sea como fuere yo he tomado mi
cobrado tanto horror á cuanto viola la es peligrosa para mí la soledad, justa- conmigo tengo. Mas virtuosa tú y mas resolución , y no la mudaré. No me he
honestidad, que apenas me creo la misma mente porque me agrada , y muchas ve- rair, si no tienes las mismas, ¿no sientes olvidado de cuando me querías se"oir
que otro tiempo pudo olvidarla. Me sien- ces sin pensar la busco : no porque se ra tu corazon la misma necesidad? Si á Inglaterra. Incomparable amiga, ;dlo-
to tan otra de lo que era, tan cierta de sienta mi corazon de sus antiguas heri- es cierto que no quieres volverte á ca- ra es mi vez. Sabes mi avei-sion á la
lo que s o y , que está en poco que mire das , no , que está s a n o , lo sé , esto' sar hallándote tan poco satisfecha cou ciudad , mi afición al campo , á las fae-
lo que tengo que decir como una con- cierta de ello y me atrevo á creerme vir- to familia , ¿que casa te puede conve- nas rusticas, y el afecto que tres años
fesión ageoa de mí, y que no tengo obli- tuosa. No es el tiempo presente el que nir mas bien que esta? Yo por mí pa- de mansión en mi casa de Cláreos han
gación de hacer. temo, el pasado es el que me atormenta teco mucho con pensar que estas en hecho que le coja. Tampoco ignoras lo
Memorias hay tan temibles como el afec- •»tuya, porque- no obstante tu disimu- enredosa que es una mudanza con toda
to actual; se enternece una por reminis- »secomo en ella vives, v no me enga- una familia , y que fuera abusar de la
Este es el estado de ineertidumbre y cencia, se avergüenza de sentir que llo- ña el tono de bulla v alegría que vienes complacencia de mí padre trasplantar-
ansia en que sin cesar fluetno durante ra , y llora mas todavía. Son lagrimas > afectar á Clarens. De muchos defec- le tantas veces. Pues bien, si no quieres
tu ausencia. ¿ Sabes lo que ya á suceder de piedad , de desconsuelo , de arre- tos me has reprendido en tu vida , pero abandonar tu casa y venir á gobernar la
con esto un dia ? Mi padre se va á mar- pentimiento ; no tiene en ellas parte d jo te tengo que reprender por uno muy mía, estoy resuelta á tomar una en Lau-
char dentro de poco á Berna, resucito amor; pero lloro los males que hacas- »"re, y es que siempre tu dolor es sana donde todos iremos á vivir contigo.
á no volver hasta ver el fin del porfiado sado, lloro la suerte de un hombre es- concentrado y solitario. T e escondes pa- Componte como quieras; todo lo pide asi:
pleito cu que no quiere dejarnos enre- timable que fuegos á que dimos un pá- * afligirte, como sí l e sonrojases de mi corazon, mí obligación, mí felicidad,
dados, y por otra parte no fiándose mu- bulo imprudente han privado de sosie;" wrar en presencia de tu amiga. Clara, la conservación de mi honor, el cobro de
cho , según yo creo, en nuestro fervor y acaso de la vida Vv ! sin duda ba pe- ®o no uie g l l s t a V o n o s o v ¡ n j u s U l c o _ mí razón, mí estado, mi marido, mis hi-
en seguirle. En el intervalo de su par- recido en el peligroso v dilatado viaje 1«, no repruebo tu sentimiento, ni jos, yo propia todo lo debo á tí; todo el
tida á su regreso me quedaré sola con
bien que poseo me viene de t i , nado veo cuando llenaste tú el hueco que habí] I gia del tuyo. Bien veia qne premeditabas der fingir mucho t i e m p o , y en breve te
que no m e l l e v e á t i , y nada soy sin ti. Ven él dejillo en mi corazon. Cuando ti» I el mismo proyecto que y o , pero mas en desengañaste. No obstante, quiero tran-
v a , amada mia, ángel tutelar m i ó , ven á partía contigo todos mis afectos; l u e j s | lo hondo del corazon, y como aquella que quilizarte mas todavía esplícandote mi
conservar tu o b r a , ven á disfrutar de tus que murió fui de tí s o l a , y como tú no- soloá proporcion que se entrega á ellos sentir acerca de la materia.
beneficios. No tengamos mas que una fa- tas sobre la concordia de la terneza ma- «bala sus afectos. Para que te fuese mas
Cicu veces te lo be dicho siendo sol-
milia, como no tenemos mas que una al- ternal y la amistad, mi propia hija en grata la no esperada nueva quería que
tera, yo no era buena para casada. Si
ma para quererla; tú cuidarás de la edu- entre nosotras un vinculo nuevo ¡So solo coando propusieses nuestra reunión á tu
de mi hubiera pendido, n o me habría
cación de mis h i j o s , yo vigilaré sobre la me resolví desde entonces á pasar con- marido pareciese que no aprobaba tu
casado; pero nuestro seso solo con la es-
de tu hija; nos partirémos las obligacio- tigo lo restante de mi vida, sino que for- idea, y que se mostrase algo remiso en
clavitud compra la libertad, v es preciso
nes de madre, y doblarémos las satisfac- mé un plan mas vasto. Para que unes- consentir en ella. Acerca de esto me dió
empezar por Sirvienta para ser un dia
ciones. Alzarémos juntas nuestros c o r a - tras dos familias n o formarao mas qse una respuesta que tengo muy presente, y
arbitra de sí propia. Aunque n o me in-
zones á aquel que por tu esmero purificó una, me propuse, suponiendo que se coa- qne debes tú también tener, porque du-
comodaba mi padre, tenia desazones en
el m i ó , y no quedándonos nada que de- vinieran uno á otro, unir á mi hija o o d i a do que desde que hay maridos en el mun-
mi familia. Para zafarme de ellas me c a -
sear en este mundo, en el seno de la con tu hijo mayor, y el nombre de ma- do haya dado ninguno otra semejante,
sé con el señor de O r b e , que fué tan
inocencia y la amistad aguardaremos en rido que en chanza le llamábamos n* fué esta: «Primita conozco á Julia....
hombre de bien , y me amó tan entraña-
paz la vida venidera. pareció de feliz agüero para que nn da bien la conozco... mejor acaso de lo que
blemente , que yo también le quise de
lo fuera de veras. día cree. Es sobrado honrado su corazon
veras. It¡ esperiencia me dió del matri-
para que deba uno resistir nada de cuan-
mooio idea mas favorable de la que ha-
CARTA U . Con este designio procure primero re- lo día desea, y sobrado sensible para po-
bía formado, y destruyó las impresiones
mover las dificultades de una sucesión derlo hacer sin afligirla. En cinco años
RESPUESTA DE LA SEÑORA DE OREE
que me había dejado la Cbaillot. Me hizo
enredada ; y encontrándome con caudal que hace que vivimos unidos, creo que
feliz el señor de O r b e , y no le di yo
A LA SEÑORA DE WOLMAR.
suficiente para sacrificar una parte á b 00 ha tenido por mí el menor sentimien-
que sentir. Con otro cualquiera siempre
liquidación de lo restante, solamente pen- to, y espero morir sin darle n i n g u n o « .
¡Dios mió, prima, cuanto gusto me ha hubiera desempeñado mis obligaciones,
sé en convertir el de mi bija en efectos Piénsalo bien, prima , ese e s el marido
dado tu c a r t a ! Preciosa predicadora!... pero le habría hecho desesperar, y veo
seguros y al abrigo de pleitos. Tú sabes rajo sosiego estás siempre proyectando
preciosa de v e r a s , pero predicadora... que era meoester un marido tan bueno
que soy antojadiza en muchas cosas, oí tobar con tu imprudencia.
perorando con una elocuencia ! Obras ? como el que tuve para ser yo buena
de eso no se trate. El arquitecto ate- manía era cogerte cuando menos lo pen- muger. ¿ T e imaginas que de esto mismo
niense... aquel elocuente hablador... ya sases. Se me había puesto en la cabea Yo por mí fui menos escrupulosa , ó me quejaba? Hija, nos queríamos mncho,
sabes c u a l . . . e n tu Plutarco viejo... ¡Pom- entrar una mañana á deshora en tu cuar- tare mas confianza en tu natural dulzu- y no estábamos alegres. Amistad menos
posas descripciones, soberbio templo! .. to, llevando de una mano á mí niña, y ta ra, y con tanto esmero di otro giro á cordial hubiera sido mas bulliciosa, y
Cuando todo lo hubo d i c h o , vicoe el la otra una cartera , y presentarte una j j»s conversaciones que tantas veces te creo que antes hubiera escogido vivir me-
o t r o , un hombre llano, el andar g r a v e , otra con un soberbio discurso, deposi- '«piraba tu corazon , que n o pudiendo nos satisfecha y poder reírme mas veces.
el hablar sencillo, pausado... como si di- tando en tus manos la madre, la bija,y achacar tibieza contigo al m i ó , te figu-
jéramos tu prima Clara... con una voz el caudal, quiero decir la dote de esta. raste que premeditaba segundas nupcias,
Gobiérnala, quería decirte, como á ios J que te amaba sobre todas las cosas , Con esto se juntaban los motivos par-
h u e c a , ronca, y un si es no es gango-
sa. .. Lo que ese ha dicho yo lo haré. intereses de tu hijo convenga, allá os las oaios un marido. P o r q u e , m i r a , po- ticulares de susto que me daba tu situa-
havais; yo por mí no me meto mas en bre chica, no hay en ti un movimiento ción. No necesito acordarte los riesgos
Calla, y palmadas que huudian la pla- nada. swreto que yo no descubra : te adivino, que te hizo correr una desarreglada pa-
za. A Dios el personaje de frases: hija >e penetro , calo hasta lo mas hondo de sión , y que veia vo estremecida. Si s o -
m i a , nosotros somos los dos arquitec- Ocupada en esta grata idea, fne me- t» alma, y p o r c s o l c h c a «lorado siem- lamente tu vida hubiera peligrado acaso
t o s , y el templo de que se trata el de la nester hablar con alguno para ponerla e» pre. Esta sospecha que por fortuna asi no me hubiera abandonado un resto de
amistad. ejecución. Adivina ahora á quien fin a «"»ganaba me pareció escelente para alegría; pero estaba mi alma penetrada
Resumamos un poco las cosas tan her- escoger por confidente. A un tai señor M e a r l a , y me puse á hacer papel de de terror y tristeza, y basta que te vi
mosás que rae dices. Primero que nos de Wolmar: ¿110 le conoces?... A ™ wdaaimga de galanteos con tanta pro- casada no tuve rato de alegría sin a c í -
queríamos, y luego que me necesitabas marido, prima! A tu marido, prima. Esc l™ad, que tú misma te clavaste; porque bar. Conncíste tú mi quebranto, lo sen-
t ú , v en seguida que también te ne- mismo hombre á quien tanto te cuesta para representarle menos me falta talen- tiste , y pudo mucho con tu buen cora-
cesitaba y o . V luego que siendo libres para callar un secreto que le importa no sa- 511"* inclinación. Tomé con arte el es- zon , y uunca cesaré de echar bendicio-
pasar la vida juntas era menester pasarla. b e r , es el que ha sabido callarte uno ™> chusco qne no me cae tan mal, y con nes á las venturosas lagrimas que acaso
¡Y todo eso lo has discurrido sólita! sin li- que tan gustoso te hubiera sido saber.
cual m
e he divertido mas de una vez fueron causa de tu conversión al bien.
sonja eres persona elocuente. Bien está; Este era el verdadero motivo de todaslas 2 ¿ * c e r burla de barbilampiños presu-
Tu Asi se ha ido todo el tiempo que con
pues ahora te diré yo lo que hacia mien- misteriosas conversaciones por las q® £ 'e tragaste el anzuelo, v te
1,116 mi marido he vivido. Contempla tú si
tras tú meditabas tu sublime misiva, y tan chistosa vaya nos dabas. Ya veo que ' b a á d a r sucesor al hbm-
desde que se le llevó D i o s , podria espe-
despues tu misma juzgarás que vale mas, disimulados son estos maridos. ¿No <s del mundo que mas diticil era reem-
rar hallar otro qne tanto según mí c o -
si lo que tú dices ó lo que yo hago. cosa bien graciosa que sean ellos los I a ' plazar. Pero soy muy ingenua para po-
razon fuese , y sí tengo tentaciones de
de disimulo nos tachen ? Mas todavía en- buscarle. N o , prima: el matrimonio es
Apenas hube perdido á mi marido
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luego que si te he de decir la verdad taba en el mar del sur libre de los pe-
acomoda á mi g e n i o , me entristece y ¡uto que conozco yo es el tuyo; que oreo qne necesitamos en gran manera ligros de qne hablas. T ú lo sabes tan
me cae mal, sin hablar de que todo lo cstiende hasta las voluntades, y yo mas uua de otra, y que perdería mucho c a - bien como y o , y te afliges como si uo
que me coarta la libertad es para mí in- que nadie lo csperimento. Como es esto, da una de nosotras si la suerte la hu- lo supieses. Pero lo que ignoras, y e s
sufrible. Piensa, tú que me conoces, que prima ? Ambas amamos la virtud, pan biera apartado de la otra. menester que s e p a s , es que el navio en
puede ser á mis ojos un vinculo en el ambas es igualmente preciosa la hones-
Lo que mas en los negocios que me que va se ha avistado dos meses hace
cual en siete años no me be reido siete tidad, nuestros conocimientos son los
detienen aqui siento es el riesgo de que a la altura de las Canarias, navegando
veces á mi sabor. No quiero como tú mismos, yo tengo casi tanto entendi- tu secreto salga á cada instante de tus hacia Europa. Esto se lo escriben de
echarla de matrona á veinte y ocho años. miento como t ú , y poco menos boaiti labios. Considera por tu vida que lo Holanda á mi padre; y n o se ha des-
Creo que soy una viudita bastante gra- soy : todo eso lo sé muy bien , y no obs- que à gnardarlo te empeña es una ra- cuidado en participármelo, conforme á
ciosa , y bastante casadera todavía, y tante todo eso me infundes cierto respe- ion solida y valedera, y lo que à reve- su loable costumbre de darme cuenta de
zne parece que si fuera hombre n o me t o , me sojuzgas, me aterras , tu genio lado te persuade un afecto ciego. Ilasta los asuntos públicos con mucha mas
parecería mala y o . Pero volverme á ca- olusea el m i ó , y nada soy en tu pre- nuestras sospechas de que ese secreto exactitud que de los suyos. A mí me dice
sar , prima ! Escucha: muy de corazon sencia. Aun cuando vivías en una amis- no lo es para aquel á quien interesa son el corazon que no estaremos mucho tiem-
lloro i mi. pobre marido , y hubiera da- tad que te echabas en cara, y qne no nueva razón para no declarársele sin po sin reeibir noticias de nuestro filo-
do la mitad de mi vida por pasar con él habiendo yo imitado tu yerro Imbien la mayor circunspección. Acaso e s la re- sofo, y que serán perdidas tus lagrimas,
la otra mitad ; no obstante, si pudiera debido tomar ascendiente en t i , siempre sena de tu marido ejemplo y lección á menos que despues de haberle llora-
volver al mundo creo que no volvería á le conservaste en mí. Tu flaqueza, que para nosotras, porque cu materias se- do por muerto llores porque está vivo.
ser su muger sino porque lo he sido ya. desaprobaba y o , casi me parecía virtud, mejantes muchas veces es muy distinto Pero á Dios g r a c i a s , ya no nos halla-
y no podia menos de admirarme en ti lo que uno finge que ignora de lo que mos en e s e caso.
Acabo de manifestarte mis verdaderas
lo que en otra hubiera censurado. Fi- « le precisa á saber. Exijo de ti que
intenciones, y si no obstante el celo del
nalmente, aun en aquel tiempo nnnea ne esperes à que examinemos el punto otra
señor de Wolmar todavía no he podido Ah! si estuviera un poco aqui ehcuitado.
llegaba á ti sin cierto involuntario moli- 10. Si tuviesen fundamento tus anun-
ponerlas en ejecución, consiste en que Ya de librar y de vivir cansado !
miento de respeto, y es cierto qne en cios, y no fuese vivo tu deplorable ami-
parece que.crccen las dificultades con el
necesaria toda tu dulzura, y la intimi- go, el mejor partido qne habría que Esto e s cuanto tenía que responden«.
mió en removerlas. Pero este podrá mas
dad de tu trato para hacerme lo amiga, tomar seria dejar con él sepultadas su La que te a m a t e ofrece y particípala
que ellas y antes de acabarse el verano,
y que naturalmente hubiera debido ser historia y tus desdichas. S i , como yo dulce esperanza de una reunión eterna.
espero reunirme Contigo para lo que me
criada tuva. D e s c i f r a , si puedes, este espero, vive, puede ser distinto c a s o ; Ya ves que n o has sido tú la única, ni
quede de vida.
e n i g m a , que yo por mí n o le entiendo. pero todavía es necesario que éste caso la primera que formó: tal p r o y e c t o , ¡y
Restame ahora el justificarme d e la Aunque sí t a l , algo le entiendo, y ai» se presente. D e cualquier m o d o , ¿crees que está su ejecución mas adelantada
acusación de esconderte mis pesares, y creo qne ya otra vez le he esplieado; i que no debes deferencia ninguna à los de lo que pensabas. Asi ten paciencia
de complacerme en llorar lejos de t i ; e s que vivífica tu corazon á todos les últimos consejos de, un desventurado por este verano todavía, mi dulce ami-
110 lo n i e g o , en eso gasto el mejor tiem- que á ti se acercan . y les comunica, por cayos males, todos labraste t ú ? ga , mas vale tardar en reunirse que te-
po que aquí paso. Nunca entro en mi ner que volverse á separar.
casa sin encontrar vestigios de aquel que decirlo a s i , un nuevo ser del cual lieneo Por lo qne á los peligros de la sole- ¿Con q u e , hermosa madama, he cum-
tan grata para mi la bacia. No dov un qne tributarle homenaje, porque sin el dad respecta, comprendo y apruebo tus plido mi palabra, y es completo ó no
p a s o , ni miro un objeto sin reconocer no le hubieran tenido. Yo te be hed» tenores, aunque sé qne son sin funda- el triunfo mío? Vamos hincarse d e ro-
alcuna serial de sn carino v la bondad servicios importantes, lo confieso;y mento. Tos pasados yerros te tornan dillas, besar con respeto esta, carta, y
de su corazon : ¿ Y querrías que no se j lo acuerdas tantas veces qne no es po- medrosa ; que es es el mejor agüero del confesar con humildad que á lo menos
enterneciera el mió ? Cuando estoy aqui sible que lo eche en olvido. No lo nie- estado actual, y serian menores tus una vez en la vida cedió en amistad
solo siento lo que he perdido; cuando ] g o ; sin mí estabas perdida. ¿Pero que tfloores, si tuvieras mas motivo de te- Julia de Woluiar ( i ) .
"®c; pero no te puedo perdouar tus
estoy junto á t i , solo veo lo que me ha : otra cosa hice que restituirte lo qne de
quedado. ¿ Es posible que me acrimines ti liabia recibido ? Es posible verte na- sustos acerca de la suerte de nuestro
pobre amigo. Ahora que han variado CARTA 111.
lo que en mi sensibilidad puedes? Si cho tiempo sin sentir penetrada sn al®
ausente de ti lloro, y si junto á ti ine de las perfecciones de la virtud y b de especie tus afectos, cree que no le DEL AMAIÍTE DE JULIA A LA SEÑORA
divierto, ¿ d e donde proviene esta dife- dulzura de la amistad ? No sabes q»e quiero yo menos que tú. Dos veces ha DE ORBE.
r e n c i a ? fngratílla! d e q u e tú me c o n - lodo cuanto á ti se acerca lo armas ta tenido milord Eduardo noticias suyas ,
< la segunda me ha escrito que ya es- PRIMA m i a , bienhechora m i a , amiga
suetas de t o d o , y de que no sé afligir- eo defensa t u y a , y que la única va-
mia , vengo de la estremidad de la tier-
me de nada cnando te poseo. taja que yo saco á los demás es la de los
Muchas cosas has dicho en favor de gnardas de Seseistris: el ser de to edad (>) ¡Que feliz es esta buena Suiza en ser alegre, cuando la es sin agu-
nuestra antigua amistad , pero n o te y tn s e s o , y el haberme criado con»®? '«?, sin finura, y sin arte ! JVo sabe los afeites que entre nosotros son ne-
perdono que te bayas olvidado de la Sea como f u e r e , Clara se consuela 4 cesarios^ para que se tolere el buen humor. Ignora que este no se ha de tener
que mas me honra, que es quererte, que vale menos que Julia pensandoq« tir"apUi SUl° para 105
°lrús' y 4a" na<i¿£ se ríe por reírse, sino por reci-
aunque me eclipsas. Julia m i a , tú na- sin Julia valdría todavía aun menos,!
ra, y traigo lleuo el corazon de Vds. pueblos huellan á sus plantas los táralo en el otro continente, l i e visto la ficultades que nunca pndo vencer el h e -
• -[»JBSSU,
Cuatro veces he atravesado la linea; he mantés y el oro sin atreverse a pono mas populosa y mas celebre nación del roísmo de los demás pueblos. He visto 'Mil I""' P
corrido ambos hemisferios; he visto las mano en ellos. He atravesado con pro- universo sujeta á un puñado de bandi- los vastos y desventurados países que so-
cuatro partes del mundo , he puesto en pie¡os vientos los tempestuosos mares dos; he visto de cerca a este famoso lo á cubrir la tierra de rebaños de es-
medio de nosotros el diámetro del glo- que hay bajo el circulo antartico; I* pueblo, y no he estrañado que fuera clavos parecen destinados. A su vil as- IH.
b o ; he dado la vuelta al mundo entero, encontrado en el mar Pacifico las mas esclavo. Tantas veces conquistado cuan- pecto be apartado los ojos con d e s d e n ,
y no he podido niun instanteevitar a Vds. horrendas tempestades : tas embestido, siempre fué presa del con horror y lastima , y viendo la cuarta
En balde huye uno de lo que quiere; primero que se presentó y lo será hasta parte de mis semejantes convertida en
mas rauda su imagen que la mar y los B a j o ignorado polo, en mar dudoso, la consumación de los siglos. Le he ha- animales para el servicio , he gemido de
vientos nos sigue al cabo del universo, La onda arrostré falaz, y el vienta llado digno de su suerte, sin valer s i - ser hombre.
y á todas partes adonde vamos va con aleve. quiera para quejarse de ella. Letrado,
nosotros lo que nos da vida. He pade- cobarde, hipócrita, y embaidor, ha- Finalmente, en mis compañeros de via-
He visto desde lejos la mansión de los
cido mucho, y he visto padecer más. blando mucho sin decir nada , lleno de je he visto un pueblo intrépido y a l t i v o ,
preteosos gigantes (1), que solo en es-
¡ Q u é de malhadados he visto morir! agudeza sin ingenio ninguno, abundando cuyo ejemplo y libertad restablecían á
fuerzo son agigantados y cuya indepen-
Ay! tanto como apreciaban la v i d a , y eu signos y esteril en ideas, cortés, cum- mi vista el honor de la especie humana,
dencia mas la afianza su frugal y semi-
y o sobrevivo á ellos!... Acaso era yo plimentero , artero, astuto y bribón, ci- á quien nada importan el dolor ni la
lla vida , que baria su alta estatura. He
efectivamente menos digno decompasion ñcodo todas sus obligaciones á ceremo- m u e r t e v y que solo la hambre y el fas-
vivido tres meses en una yerma T de-
que ellos, las miserias de mis compa- nias , toda Ja moral á muecas , y no c o - tidio en el mundo teme. En su caudillo
leitosa isla, serena y encantada imagen
ñeros las sentia mas que las m i a s . los nociendo otra humanidad que salutacio- he visto un capitán, un s o l d a d o , un pi-
de la antigna hermosura de la natnrale-
veia enteramente ocupados en sus penas, nes y reverencias. He aportado á otra l o t o , nn s a b i o , un grande hombre, y por
y debían de padecer mas que yo. Yo
za , y que parece apartada al cabo dd
isla desierta, menos conocida y mas ame- decir acaso mas a u n , el digno amigo de •lil
mundo para ser asilo de la inocenciaf
decia: aquí estoy mal, pero un rincón na todavía que la primera, donde por Eduardo Bomstoo; pero lo que en el mun-
el amor perseguido; pero el codicioso
hay en la tierra donde estoy feliz y d mas ernel azar faltó poco para que do entero no he visto es nno que á Clara
europeo sigue su Índole feroz estorbando

í
tranquilo, y á orillas del lago de Gi- nos qnedaramos confinados para siem- de Orbe ó á Julia de Etange se p a r e z c a ,
que la habite el indio pacifico , y se hace
nebra me consolaba de cuanto en el pre. Acaso fui yo el único á quien no y pueda consolar de haberlas perdido un
justicia en no habitarla él.
Océano padecía. A mi arribo tengo la asustó tan dulce destierro. ¿ No vivo en corazon que supo amarlas.
í p & f !
dicha de ver confirmadas mis esperanzas; En las riberas de los reinos de Mé- todas partes desterrado ? En este sitio ¿ C o m o he de hablar á V. de mi cura-
milord Eduardo me informa de que dis-
frutan Vds. ambas salud y paz; y de que
jico y el Perú he visto el mismo espec-
táculo que en el Brasil, he visto á sus
de terror y delicias vi cuanto puede eje-
cutar la industria humana para sacar al
ción ? D e V. e s d e quien puedo saber si «I
estoy sano. ¿Vuelvo mas libre, y con mas
si V. ha perdido el dulce titulo de es- escasos y desventurados moradores, tris- bombre civilizado de una soledad donde juicio que me faí? Me atrevo á creerlo asi
posa le quedan los de amiga y madre tes reliquias de dos pueblos poderosos, nada le hace f a l t a , y volverle á sumir
que deben bastar para su felicidad. abrumados con cadenas, oprobios y mi-
seria en mitad de sus ricos metales, acó-
ra un abismo de necesidades nuevas.
y no puedoafirmarlo. En mi corazon reina
siempre la misma i m a g e n , y V. sabe s i M
es posible que se borre, pero es mas dig-
Tengo sobrada priesa en enviar á V. sar llorando el ciclo de los tesoros de En el vasto O c é a n o , donde tan grato no de ella su i m p e r i o , y si no es ilusión
esta carta para hacerle ahora una cir- que los ha dotado, lie visto el horroroso debia ser para los hombres el encontrar mía reina en este desventurado corazon ' m i
cunstanciada descripción de mí viaje; incendio de una ciudad entera sin defen- eou otros hombres, he visto dos navios como en el de V. S í , prima, me parece
espero hallar en breve otra ocasion mas sores ni resistencia. Este e s el derecho grandes buscarse, encontrarse, embes- que me ha sojuzgado su virtud; que soy
comoda. Aquí me ciño á darle á V. una de la guerra en los pneblos instruid«, t rse
f i pelear con furia, como si hubiera con relación á ella el mejor y mas tierno
sumaria ¡dea , mas para escilar que humanos y cidtos de Europa ; no se ci- »do muy reducido para cada uno de amigo que haber p u e d e , que no bago
para satisfacer su curiosidad. CerCa de ñen á hacer á sus enemigos todo el daño dios este inmenso espacio. Los he visto mas que adorarla como V. propia la ado-
cuatro años he gastado en la inmensa de que puede redundarles utilidad,sino vomitar uno contra otro yerro v llamas, ra , ó mas bien me parece que mis afec-
travesía d e que acabo de hablar, y he que reputan beneficio todo el perjuicio lie visto en un combate bastante corto tos sin debilitarse se han rectificado; y
vuelto en el mismo navio en que me ha-
bía embarcado , que es el único d e la
que sin fruto le pueden hacer. He cos-
teado casi toda la parte occidental de b
América, no sin quedar pasmado de ad-
la imagen del infierno , he visto los gri-
¡"s de jubilo de los vencedores que cu-
examinándome con el mayor escrúpulo,
los hallo tan acendrados como el objeto

lili
escuadra que haya traido el comandante. brían los lamentos de los heridos y los que los inspira. ¿Que mas puedo decir á
miración al ver mil y quinientas leguas gemidos de los que morían. Avergon- V. hasta la prueba que me enseñe á j u z -
He visto primero la América meridio- de costas, y el mayor mar del mundo zado he recibido mi parte de un botín gar de mí? Soy sincero y verídico, quie-
n a l , vasto continente que sujetó la c a - bajo el imperio de una sola potencia, ®°enso; le he recibido, pero como un ro ser lo que d e b o ; ¿ pero como he de
rencia de hierro a los E u r o p e o s , y que
que tiene por decirlo asi en su mano h deposito, y si fue quitada á infelices, á responder de mi corazon con tantas razo-
han convertido estos en un desierto para llave de un hemisferio del globo. "•eos infelices será restituida. nes para desconfiar de él? soy acaso arbi-
afianzar su imperio. He visto las costas tro de lo pasado? puedo estorbar que otro
del Brasil , de donde sacan Londres y Despues de haber atravesado el Océa- "e visto la Europa trasladada al es- tiempo me hayau abrasado mil fuegos ?

m
Lisboa sus tesoros, y cuyos miserables | no grande he hallado un nuevo esper- ™»o del Africa por los afanes de un pue-

(i) Los Patagones.


lo avaro, sufrido v laborioso, que con
" hempo v la constancia ha vencido di-
Como con sola la imaginación distinguiré
lo que es de lo que fué? y c o m o me r c - i
W l i
presentaré amiga la qne siempre vi aman- acaba de descubrir su pecho á su (efe es pura generosidad e n beneficio de V. ga de mí inutilidad para V. No pudien"
t e ? Piense V. lo qne quisiere del motivo esposo. Este cree á V. digno de que ella Venga V . , amable amigo mío , con la do despachar tan breve los asuntos que
escondido de mi aúllelo, este e s decente le haya amado, y l e brinda cou su rasa. confianza de un corazon honrado á con- en Londres le detenían, me propuso V.
y racional , y merece lá aprobación de La inocencia y la paz reinan en ella; ha. tentar el anhelo que todos tenemos de que uie partiera primero para tener mas
X . De antemano respondo á lo menos de liará V. hospitalidad, amistad, estima- abrazarle y verle satisfecho y tranquilo; lugar de agurdarle aqui. Pedí permiso
m i s intenciones. Permítame V. que la ción y confianza: consulte su corazon, veoga á su pais y con sus amigos á des- para venir, le alcancé, me partí de ahí,
vea 5 y examíneme por sí misma, ó déje- y si nada halla que le a s u s t e , venga sb cansar de sus viajes y olvidarse de todos y aunque de antemano se presentaba
me ver a J u l i a , y sabré lo que soy. recelo. No se irá V. de aqui sin dejar los males que ha padecido. La vez p o s - Julia á mi vista, pensando que iba á
un amigo. trera que V. me vió era vo una grave ma- verme con e l l a , todavía le dejé á V.
Tengo q u e acompañará Italia ámilord
trona, y estaba mi amiga muriendose; con sentimiento, Milord , desquitados es-
Eduardo y que pasar por cerca de V . ,
Wolmar. pero ahora que está ella buena, y que tamos, este sentimiento solo se lo ha pa-
¡y no la babia de ver! Piensa V: que fue-
yo estoy otra vez soltera, me encontra- gado á V. todo.
se eso posible? Ab: si tuviese V. la inhu- P. D. Venga V . , amigo mío, que rá V. tan loca , y casi tan bonita como
manidad de exigirlo merecería no ser le esperamos con ansia. No tendré el Escuso de decir que en todo el ca*
antes de mi casamiento. A lo menos lo
obedecida. ¿ Pero porque lo ha de exigir sentimiento de hacerle un desaire. mino solo con el objeto de mi viaje ve-*
que es cierto es que para con V . n o he
V- ? No e s aquella misma Clara tan bue- nía preocupado; pero una cosa notable
Julia. mudado, y que daria cien veces la vuel-
na y compasiva como virtuosa y pruden- fué qne empecé á ver bajo otro punto
ta del mundo antes de hallar otra per-
te , que se dignó amarme desde su mas CARTA V. de vist,/ este mismo objeto que nunca
sona que le quiera como yo.
tierna e d a d , y qne hoy que todo se lo de mi corazon habia salido. Hasta con-
d e b o me amará mas aun sin duda? ( 1 ) D E L A S E Ñ O R A D E O R E E A L AMANTE DE
tonees solo mc habia retratado á Julia
N o , no, querida y preciosa amiga, prohi- JULIA (2).
brillante como otro tiempo con la h e r -
CARTA VI.
bición tan cruda no puede salir de V . , mosura de la primera flor de juventud :
BIEN v e n i d o , cien veces bien venido,
ni ser para mí : n o vendrá á llevar al DE SAN P R E U X A M I L O R D E D U A R D O .
siempre babia visto sus bellos ojos ani-
amado San P r e u x , porque qniero xo
ultimo ápice mi desventura. Otra v e z ,
que le quede á V. este nombre (3),alo A mitad de la noche me levanto para mados con el fnego que me inspiraba,
otra vez. en mi vida pondré mi corazon
menos en nuestra sociedad, que es, creo, escribir á V. : n o puedo hallar un ins- sus caros lineamieutos solo fianza de mi
a las plantas de V. La veré á V. con su
decirle c|aro que no queremos escluirle tante de sosiego. Agitado , arrebatado , ventura presentaban á mi vista, y de tal
permiso; la,veré a ella c o u el suyo. Vds.
de e l l a , á menos que nazca la esclusioa mi corazon no puede contenerse dentro manera se confundían con su cara su
sobrado bien saben ambas el respeto que
de V. Cuando vea por la adjunta que he del pecho, necesita rebosar fuera. V. que amor y el m í o , que no podía separarlos.
á ella le p r o f e s o , y saben si soy capaz
hecho mucho mas de lo que me pedia V., tantas veces de la desesperación le ha Ahora iba á ver á Julia casada , á Julia
de presentarme á su :vista si me creyera
aprenderá á poner alguna vez mas con- preservado sea depositario de los prime- madre, á Julia indiferente. Me asustaban
indigno de ponerme en su presencia.
fianza en sus a m i g o s , y á no achacar al ros contentos que de mucho tiempo acá las vicisitudes que cu ocho años de in-
¡ T a n t o tiempo ha llorado el efecto de su tervalo podían haber ocurrido á su bel-
corazon de ellos pesares en que partici- ha disfrutado.
hermosura! a b ; contemple una vez el de dad. Había tenido viruelas, estaba de-
pan cuando les fuerza la razón á dárse- La he visto, Milord, la han visto mis
S.u virtud. mudada , ¿ hasta que punto lo estaba ?
los á V. El señor d e Wolmar quiere ver «jos; he oído su v o z ; sus manos han
á V. y le brinda con su c a s a , su amistad Mi imaginación se resistía porfiadamente
tocado las mías; me ha c o n o c i d o ; ha
P. D. Milord Eduardo se detendrá V sus consejos ; n o era menester tanto á ver hoyos en esta preciosa cara, y asi
manifestado gozo en v e r m e ; me ba lla-
aqui algún tiempo por asuntos ; s i me para calmar todos mis temores acera qne veia uno con señales de viruelas ía
mado su a m i g o , su querido a m i g o ; me
permiten Vds. que las vaya á v e r , ¿por- de su v i a j e , y me ofendería á mi pro- no era el de Julia. También pensaba en
ta admitido en su c a s a ; mas feliz que
que no he de adelantarme para estar an- pia si pudiera desconfiar de V. un ins- mi la conferencia que íbamos á tener, v e n
™ 'ida he s i d o , estoy alojado cou
tes con Vds. ? tante. Mas h a c e , quiere sanar á V-1 el recibimiento que me haria. Esta pri-
ella bajo un mismo t e c h o , y ahora que
dice que sin eso ni J u l i a , ni él,niV. mera visita se retrataba á mi espíritu con
escribo estoy á treinta pasos de ella.
CARTA IV. ni yo podemos ser completamente feli- mil colores distintos, y un instante que
ces. Aunque espero mucho de la sabi- Son mis ¡deas muy vehementes para tan presto debía pasarse me ocurría mil
D E L SEÑOR D E WOLMAR AL A M A N T E
duria de él y mas de la virtud de V, seguirse unas á otras, se me presentan vcces cada dia.
DE JULIA. ignoro cual será el éxito de esta empre- todas de tropel y se estorban reciproca-
mente. Voy á detenerme y cobrar aben-
AUNQUE todavía no nos conozcamos, sa. Lo que si sé es que con la muge* Cuando vi la cima de los montes me
l u r a procurar que ha'va orden en mi
tengo encargo de escribir á V. La mas que tiene, el cuidado que quiere tomarse oarraeion.
latia el corazon con fuerza, al decirme
virtuosa y la mas amada de las mugeres allí está. Lo propio me acababa de s u -
Después de tan dilatada ausencia ape- ceder en la mar al avistar las costas de
(1) ^ Que; lanío le debe d ella que ha causado las desdichas de su vii^ ® e habia entregado cerca de V. á Europa ; lo propio me habia sucedido
/Desventurado preguutador! le debe el honor, la virtud, el sosiego de su <•** «i primeros rebatos de mi corazon , en Meillerie cuando descubrí la casa d e l
da , se lo debe lodo. abrazando á mí amigo, mi libertador y barón de Etange. Siempre está para mí
™ padre, cuando pensó V. en el viaje dividido el mnndo en dos regiones : una
( 2 ) En esta iba inclusa la anterior. . .
"alia, y m c ) c i , ¡ z o desear con la donde ella está y otra dónele no está,
( ¡) Nombre que le dio Clara ¡leíante de ¡a familia cuando su via)e •ul- esperanza de que me aliviaría de la car-
aquella se dilata cuando ine alejo vo, v
terior. Véase la tercera pane, carta x i v .
se acorta á proporcion qne me acerco desconsolado; pero supe con mucha pe- el universo entero, cuando roe hubiera Milord , que traía consigo ? A sus hijas,
como uu paraje adonde nunca he de sadtimbrc que estaba en Lausana la se- cercado el aparato de torturas, no hu- á sus dos hijos , roas hermosos que el
llegar ; ahora está ceñida á las paredes ñora de Orbe. Entré en una posada pa- biera privado mi corazon del menor de s o l ; y que ya cu su tierna fisonomía la
de su cuarto. A y ! solo este sitio está ha- ra cobrar las fuerzas que me faltaban, ! sus cariños; tiernas primicias de una gracia V el atractivo de su madre descu-
bitado, y yermo todo lo demás del uni- no me fue posible tragar un bocado;me santa y pura amistad que llevaremos al brían. Cual me paré á este aspecto ni
verso. ahogaba la bebida, y para apurar mi cielo. puede decirse ni comprenderse ; es me-
Cnanto mas á la Suiza me acercaba, vaso tuve que llevarle veinte veces ala Suspendido este impeto prioiero , roe nester sentirlo. Me embaticron juntos
mas emocion sentia. El instante que des- boca. Doblóse mi terror cuando vi que cogió de la mano la señora de Wolmar. mil contrarios movimientos, y se dividió
de las eminencias del Jura descubrí el ponían los caballos para marchar. Creo i volviéndose á su marido, le dijo con mi corazon entre mil crueles y delicio-
lago de Ginebra fue un instante de ra|>- que hubiera dado cuanto tiene e! inundo cierta ¡pacía de inocencia y candor que sas memorias. ¡ O espectáculo, ó dolor!
to extático. La vista de mi pais, de es- porque se hubiera roto una rueda en d me dejó pasmado: Aunque es mí ami^o Me sentia desgarrado de tormentos y
te pais tan amado donde torrentes de camino. Ya no veia á Julia; turbada antiguo, no te le presento sino que le re- arrebatado del gozo. Veia , por decirlo
deleites habian inundado mi corazon ; el mi imaginación , solo una confusion de cibo de ti, y solo en cuanto le honres tú asi, multiplicada la que Unto quise. Ay!
aire de los Alpes tan saludable y puro, objetos me presentaba , y se bailaba »i con tn amistad le dispensaré vo de hoy al mismo tiempo veia la prueba viviente
el dulce aire de la patria mas suave alma en un motín universal. Conozco la nas la mia. Si los amigos nuevos son rne- de que va nada era para mí, y parecía que
que los aromas del oriente, esta tierra desesperación y el dolor , y los hubiera oos espresivos que los antiguos me dijo él con ella se multiplicaban mis perdidas.
fértil y r i c a , este paisaje único , el mas preferido á este horrible estado. Final- dándome un abrazo, también serán aque-
hermoso que ban visto los humanos ojos; mente puedo decir que no he sufrido llos antiguos un dia , y no cederán á los Me los trajo de la mano. Tenga V. ,
esta deliciosa mansión que no habia vis- en mi vida mas crucl agitación que otros en cariño. Recibí su abrazo, pero me dijo con un tono que me traspasó el
to su igual en la vuelta del mundo, el aquella en que me bailé durante esta nú corazon estaba exhausto, y no hice alma , esos son los hijos de su amiga,
aspecto de un pueblo libre y feliz, lo corta travesía, y estoy convencido de mas que recibirle sin volverle. que un dia serán sus amigos ; s e a l o V .
templado de la estación , la serenidad que no hubiera podido aguantarla un suyo desde hoy. AI punto las dos cria-
del clima, mil deliciosas memorias que día entero. Pasada esta corta escena noté mirando turitas viuieron corriendo á m í , y ha-
despertaban todos los afectos que habia il soslayo que habían bajado mi cofre, ciéndome á porfía inocentes caricias con-
sentido; todo esto me causaba rebatos Cuando llegué hice parar á la verja, r metido mi berlina en la cochera. Julia virtieron toda mí emocion en ternura.
que no puedo describir, y parecía que y sintiéndome incapaz de dar un paso •e agarró del brazo, y me fui á su casa Los cogí en brazos á uno y á o t r o , y
me restituía de consuno el gozo de mi mandé al postíllon que dijera que uu fo- con ambos, casi sin aliento con el gozo apretándolos con mi agitado corazon :
vida entera. rastero quería hablar con el señor de de ver que se apoderaban de mí. queridos y amables niños, dije exha-
Wolmar. Estaba en paseo con su mu- Entonces contemplando mas despacio lando uu suspiro , grande es la obliga-
Cuando bajé hacia la costa sentí nna ger. Los avisaron , y vinieron por otro este adorado rostro que ercia yo afeado, ciou que tendreis que desempeñar on
nueva impresión de que no tenia idea lado, mientras que yo, los ojos clavados ii con amarga y dulce estrañeza que dia. ¡ Ojalá que os parezcáis á aquellos
ninguna, y era cierto movimiento de en el zaguan , aguardaba con mortales realmente está mas hermosa y mas bri- que os han dado la vida ! ojalá que imi-
susto que me apremiaba el corazon , v zozobras que saliese alguno. llante que nunca. Sus preciosas faccio- téis sus virtudes, y con las vuestras seáis
me turbaba cootra mi voluntad. Este Apenas me hubo visto Julia coando nes se han formado mejor aun ; está algo un dia el consuelo de sus desventurados
susto , cuva causa no podía distinguir, me conoció. Al punto, verme, dar na ®as gruesa, con lo cual no ha hecho amigos ! Encantada la señora de W o l -
iba creciendo á medida que me acercaba grito, correr, lanzarse en mis brazos, «ra cosa que aumentar su tersa blan- mar se colgó segunda vez de mi cuello,
á la ciudad, disminuía mi ansia de llegar, todo fue una cosa. Al oir este son de enra. Las viruelas solo han dejado en y parecía que con sus caricias quería
y tales progresos hizo finalmente, que no voz me da un vuelco el corazon; do» ws mejillas algunos ligeros vestigios casi pagarme las que á sus dos bijos hacia.
me inquietaba menos mi priesa, que una vuelta, la veo, la siento. ¡Oh Mi- imperceptibles. En vez de aquel pudor ¿ Pero que diferencia de este abrazo al
hasta alli me había inquietado mí len- lord , ó amigo mío!... no puedo hablar- »Indo que en otro tiempo le hacia ba- primero ? Con estrañeza lo vi. lina ma-
titud. Cuando entré en Vevav nada me- A Dios sustos, á Dios terror, espanto, jar sin cesar los ojos, se ve la serenidad dre de familias era la que abrazaba , la
nos fue que grata la sensación que es- respetos humanos. Su mirar, su grito, so de la virtud que en su casto mirar con veia rodeada de sus bijos y su esposo, y
perimenté; me embargó una violenta semblante me vuelven en un momento a dalzura y la sensibilidad va unida; su me la hacia respetar este acompañamien-
palpitación que no me dejaba resollar, confianza, valor y fuerzas. En sus bra- espresion no menos modesta es menos to. En su rostro encontraba cierta espre-
y hablaba con alterada y trémula voz. zos cobro calor y vida, bulle en iníd •»ida; un estilo mas libre y mas fran- sion de dignidad que al principio no
Apenas me pude dar á entender cuando gozo al apretarlos en los míos. Un sa- jas gracias han sustituido aquellos mo- habia reparado ; me sentía forzado á tri-
pregunté por el señor de Wolmar, por- grado rapto nos tiene en largo silencio dales sin desparpajo, mezcla de amor butarle nueva especie de respeto, y casi
que nunca me atreví a nombrar á su estrechamente abrazados, y hasta pasa- tergiienza; y si la tornaba entonces era para mí gravosa su llaneza , y aun-
muger. Me dijeron que residía en Cla- do tan dulce embargo no empezaron a « conciencia de su culpa mas afectuo- que muv hermosa me parecía, con mas
rens. Esta nueva me quitó del corazon confundirse nuestras voces ni á mezclar hoy la de su pureza la torna mas gusto hubiera besado la orla de su ves-
un peso de quinientas libras; y toman- nuestros ojos sus llantos. Allí estaba el «lestial. tido que sus mejillas; en una palabra,
do como una moratoria las dos leguas señor de Wolmar; yo lo sabia y lo í e Í ! : desde este punto conocí que ó ella ñ y o
que por andar me quedaban , me alegré ¿ pero que hubiera podido ver ? No; ano Apenas estuvimos en el salón, cuando no eramos los mismos , y empecé de ve-
de lo que en otra ocasion me habría cuando se hubiera conjurado contra n» «salió y volvió á eutrar de alli á un ins- ras á prometerme anuncios faustos.
No
venia sola. ¿ A quien piensa,
Cogiéndome el seilor de Wolmar por les conservó que antes usaba; solamente Dos partidos, añadió, tengo que pro- nunca habia gozado tus atractivos, v
la mano me llevó luego al aposento que creí que se probaba á estar mas alegre poner á V.: escoja libremente el que desde hoy solamente empiezo á existir
para mi estaba destinado: este es , me y mas l i b r e , y que no era su mirar mas le acomode , pero escoja uno ú sin padecer!
dijo cuando entramos, el aposento de V . tímido ni tierno, sino dulce y afecta), otro. Cogiendo entonces la mano de su Al retirarme por la noche pasé por de-
que no es el de un forastero, ni será so , como para alentarme á cobrar ani- muger y la m i a , me dijo apretandola : lante del cuarto de los amos de la c a s a ,
de otro ninguno, y en adelante ó estará mo y salir de un estado violento qae nuestra amistad empieza; este es su pre- los vi entrar juntos; yo me recogí ape-
v a c i o , ó Ic habitará V. Inútil es decir si no podía ella menos de conocer. cioso vinculo; sea desde boy mas in- sarado en el m i ó , y no fué este instante
fué para mí grata esta oferta , pero no disoluble. Abrace V. á su hermana y el mas gustoso de este dia.
Me habló de mis largos viajes, que-
la merecía aun lo bastante para oiría su amiga; tratela siempre como tal;
ría que le hiciese una circunstanciada He dado á V . , Milord, cuenta exacta
sin confusion. F.1 señor de Wolmar me cuanto mas intimidad tenga V. con
descripción sobre todo de los riesgos de esta primera visita con tanto ardor
libró de la dificultad de darle respuesta, ella, mejor pensaré de V.; pero viva
que había corrido, v los males qae ba- deseaday tan cruelmente temida. He pro-
v me convidó á dar una vuelta por el cuando esté 3 solas con e l l a , como si
bia s u f r i d o , porque no ignoraba de- curado meditar desde q u e estoy s o l o ; me
jardin. T a n bien lo hizo que me hallé estuviera yo delante, ó en mi presen-
cía , que debía resarcírmelos su amis- he esforzado á sondear mí corazon, pero
mas á mi gusto , y tomando entonces el cia como si yo n o estuviese: eso es
tad: Ah! Julia, le dije con tristeza, dura todavía la agitación del dia ante-
estilo de un hombre informado de mis lodo lo que le pido. Si prefiere V. el
hace un instante que estoy con V . , , rior , y no me es posible juzgar tan bre-
antiguos errores pero lleno de confianza último partido, puede hacerlo sin re-
quiere va enviarme otra vez á las Indias: ve de mi verdadero estado. T o d o lo que
en mi rectitud, me habló como un padre paro; porque, como me reservo la fa-
No, me dijo riéndose, yo soy quien quie- sé con Ki mayor certeza e s que sí mis
á un hijo y á fuerza de estimación me caltad de advertirle de todo cuanto rae
ro ir allá. afectos á ella no han variado de especie,
quitó la facultad de desmentirla. No , disguste, mientras que yo no diga na-
á lo menos han variado mucho de for-
Milord, n o se ha equivocado ; no me ol- Le dije que le habia dado á V. una da esté V. seguro de que no me ha dis-
ma , que siempre aspiro á ver un terce-
vidaré nunca de que tengo que justificar relación de mi viaje cuya copia le traía. gustado.
ro entre nosotros, y que temo hallarme
la de V. y la suya. ¿ Pero porque sus Entonces me preguntó con mucho ahin-
beneficios dejan mi corazon comprimido? co por V. Habléle de V., y no pude ha- Dos horas antes me habria desasose- solo con ella tanto como antes lo d e -
gado mucho este razonamiento, pero seaba.
porqnc lia de ser marido de Julia un cerlo sin pintarle los tormentos que jo
hombre acreedor á mi cariño? babia padecido, y los que le habiaáV. Unta autoridad empezaba á grangearse
Dentro de dos ó tres dias pienso ir á
causado. Compadecióse mucho; y es conmigo el señor de W o l m a r , que ya
Lausana. Solo á medias be visto todavía á
tono mas serio empezó á entablar sa rasi me acostumbraba á ella. Volvimos
Parecía que estaba destinado este dia Julia, mientras no he visto á su prima; á
justificación p e r s o n a l , y á demostrara« á añudar el roto bilo de la conversación
á todo cuanto genero de pruebas se me esta amable y amada amiga á quien tanto
que habia sido su obligación hacer todo bs tres, y como cada vez que yo ha-
podían ofrecer. Asi que volvimos al cuar- debo, que sin cesar partirá con V.mi amis-
cuanto habia hecho. En mitad de su ra- blaba con Julia le dijese señora: hable-
to de la señora de Wolmar llamaron á tad, mis cuidados, mi gratitud, y todos los
zonamiento entró el señor de Wolmar, Be V. enn claridad, me d i j o , interrum-
su marido para no sé que negocio , y afectos de que auu es arbitro mi corazon.
v lo que me dejó pasmado fué que le piéndome su m a r i d o , ¿en la conversa-
rae quedé con ella solo. De vuelta no tardaré en escribir á V . mas
siguió en su presencia cabalmente como ción de hace poco decia V. señora?
Halléme entonces en nuevo empeño, por estenso, porque necesito de sus c o n -
si no hubiera estado allí. Este 110 pudo No, le dije algo cortado; pero el bien
el mas penoso y menos esperado de to- sejos, y quiero observarme con atención.
menos de sonreírse conociendo mi pasmo. parecer... F.I bien parecer, replicó, e s
dos. ¿ Que le diria ? por donde empeza- Sé mi obligación y la desempeñaré. Aun-
Asi que ella hubo concluido, me dijo: el disfraz del v i c i o , y es superfino don-
ría? seria osado á recordarle nuestro an- que tau grato sea para mi el habitar esta
Sea V. un ejemplo de le ingenuidad que <!e reina la virtud: no le quiero. Lia-
tiguo t r a t o , y tiempos tan presentes á c a s a , estoy resuelto , y juro que si una
aqui reina , si quiere ser con sinceridad Be V.á mi muger Julia en mi presencia,
mí memoria? le dejaría pensar que los vez conozco que cobro á ella mas ape-
virtuoso , aprenda á imitarla; este e s a »señora á solas; para mí es indiferente.
había echado en o l v i d o , ó no me cura- g o de lo que es justo, la abandonaré in-
único r u e g o , y la única lección ipw Entonces empecé á conocer con que
ba ya de ellos? ¡Que suplicio tratar mediatamente.
tengo que darle. El primer paso bacía hombre las habia, y resolví mantener
como estraña á la que en lo intimo de el vicio es gastar misterio en las accio- ^ p r e mi corazon en estado de que pú-
nuestro corazon llevamos grabada.' que nes inocentes; quien gusta de esconder- jese ver sus mas recónditos dobleces.
infamia abusar de la hospitalidad para se tarde ó temprano se esconde con mo- CARTA VIL
decirle razones que ya ella no debe tivo. Un solo precepto de moral puede Eihausto con la fatiga, mi cuerpo tenia
oír! Asi vacilante perdía todo el hilo de equivaler por t o d o s , que es el siguiente: «»cha necesidad de alimento, y de so- nE LA SEÑORA DE WOLMAR A LA
mis ideas; echaban fuego mis mejillas, no hagas ni digas nunca cosa que no ae
§o espíritu, en la mesa baile uno SEÑORA DE ORBE.
no me atrevía á hablar, ni á alzar los quisieras que todo el muudo la viese r J otro. Despues de tantos años de au-
o j o s , ni á hacer movimiento n i n g u n o , la o y e s e ; y yo por mí siempre he re- !fflcia
y pesares , despues de Un largos
y creo que habria permanecido en este la S i nos hubieras otorgado el plazo que-
putado por el mas estimable de los hom- jcs, decía en una especie de rapto,
violeuto estado basta la vuelta de su te pedíamos, antes de irte hubieras teni-
bres á aquel Romano que queria que* «07 con Julia, la v e o , le hablo, estoy
m a r i d o , si no me hubiera ella sacado do el gusto de ver y abrazar á tu clien-
tal modo estuviese construida sos ra» * la mesa con e l l a , me ve sin recelo,
de él. Parece que el haberse quedado á t e , que llegó antes de ayer y queria irte
que viesen sus vecinos cuanto e n e l l a s "»recibe sin temor; nada perturba la
solas conmigo no la incomodó en nada. á ver b o y ; pero una especie d e curvatu-
hacia:' satisfacción que de hallarnos juntos te-
La misma afabilidad v los mismos moda- ra , efecto de la fatiga y del viaje hace
rmos. ¡Dulce y preciosa inocencia;
que no salga del cuarto, y se ha sangra-.
do esta mañana ( i ) . Por otra parte para y en todo cuanto dice se deja sentir!: mos, y lo que con tanta pureza hoy ama- aunque tanto Ínteres en ello le iba , y
castigarte estaba yo resuelta á no dejarle confianza de un hombre recto y seguro dos ? quien sabe si n o procura el amor aunque yo se lo rogase con las mas vivas
partir tan b r e v e , y no tienes mas que de sí p r o p i o , que saca de su corazon h propio justificar los pasados errores ? instancias. Vi con dolor que se privaba
hacer que venirle á ver a q u i , ó te pro- aprobación que antes de una mirada nú quien sabe si cada uno de los dos cnando
de este recurso ú n i c o , y no pude e n o -
meto que no le veas en mucho tiempo. esperaba. También encuentro que le ba deja de cegarle la pasión, no se compla-
jarme con él porque no quisiese ser
Pues bien pensado estaría eso que viera quitado la csperiencia y el trato de h ce ann en decir: no bahía y o escogido
ahora separadas á las inseparables. falso en nada. Es muy distinto el Caso,
gente aquel tono dogmático y resolano tan mal ? Sea como f u e r e , te lo repito
que cu el gabinete se adquiere; quejo!- replicó mi m a r i d o ; entre tu padre y él
De v e r a s , prima, que no sé que vanos sin vergüenza, le conservo los mas dul-
ga con menos prontitud de los hombres ces afectos, que durarán tanto como mi bav una antipatía natural fundada en la
temores me habían obcecado el entendi-
desde que ba visto tantas escepciones, vida. Lejos de echármelos en cara me oposiciou de sus maximas; pero yo que
miento acerca de este viaje, y tengo ver-
y que generalmente hablando le ha sa- complazco en e l l o s , y me sonrojaría ni tengo sistema ni preocupaciones es-
güenza de haberme opuesto con tanto te-
nado el aiaor de la verdad del espirita de no sentirlos, como de un vicio de toy cierto de que no me aborrece natu-
son á él. Cuanto mas miedo de verle tenia,
de sistema ; de suerte que brilla mecos Indole y una prueba de mal corazon. ralmente. Nadie me aborrece, porque
mas sentimiento tendría hoy de no h a -
berle visto, porque ba disipado su pre- y es mas racional, y se instruye uno m». En cuanto á él creo que despues de la uo hombre desapasionado no puede in-
sencia los recelos que todavía me queda- eho roas con él desde que no sabe tanto, virtud lo que mas quiere en el mundo fnndir aversión á n a d i e , pero 1c he qui-
ban, y que podían llegar á ser legítimos sor yo. Conozco que está ufano de mi tado su prenda, y no me lo perdonará
También ha mudado su figura sin per- estimación; vo también lo estoy de la
a fuerza d e ocuparme en él. Lejos de que tan presto. Me amará con mas veras
der nada; se presenta con mas libertad, sota, y mereceré conservarla. Ab; si vie-
me asuste el afecto á él que en raí sien- cuando 'esté perfectamente convencido
anda con mas soltura , y acciona con ios ras con que terneza balaga á mis hijos,
t o , creo que dcsconliaria mas de mí sí le de que el daño que le he hecho n o me
entereza, y ha traído de sus campañas si supieras cuanto gusto siente en hablar
quisiera menos; pero le amo tan tierna- estorba el quererle bien. Si me halagase
cierto aire marcial que tanto mas bien le de ti, prima, conocerías que todavía me
mente como antes, sin amarle del mismo ahora seria un embustero, si no me ha-
c a e , cuanto su gesticulación prestavviva, quiere.
modo. De la comparación de lo que al lagase nuuca un monstruo.
cuando está animado, e s mas pensach j
verle esperiineuto y lo que antes esperi- Aqui estamos, Clara m i a , y empiezo
grave que en otro tiempo. Es un marino
mentaba.saco lo seguro de mi estado ac- '-o que dobla mi confianza en la opi- á creer que bendecirá el cielo la recti-
que tiene fria y flematica la facha j d
tual , y en tan diversos afectos se hace nion que ambas de él tenemos es que
hablar impetuoso y ferviente. De mas de tud de nuestros corazones, y las benéfi-
sensible la diferencia en proporcion de coincide con ella la del señor de W o l -
treinta años, sn semblante es el del hom- cas intenciones de mi marido. Pero es
su viveza. mar , y que desde qnc le ba visto piensa
bre en su perfección, y con el fuego de mucha paciencia la mia al decirte todas
de el todo el bien que nosotras le ha-
la juventud junta la majestad de la edad estas circunstancias, tú n o mereces que
Por lo que á él h a c e , aunque desde el bíamos dicho. Estes dos noches pasadas
me ha hablado mucho de é l , dándose el yo tenga gusto en confianzas c o n t i g o ;
madura. Su color no está conocido; ne-
primer instaote le reconocí, hallo que ha
gro como un e t i o p e , y ademas muy se-
mudado mucho y (cosa que en otro tiem- parabién por su determinación, y di- estoy resuelta á no decirte Dada mas", y
ñalado de viruelas. Querida, si te lo he
po no hubiera imaginado ser posible) en ciendo : Le enseñaremos á que haga mas si quieres saberlo ven á verlo por tus
de decir t o d o ; me da alguna pena el mi- ojos.
muchas cosas me parece que ha mejora-
rar estas señales, y muchas veces me cejo recio de su propia virtud, y acaso un
P. D. No obstante e s menester que
d o con la mudanza. El primer dia dio disfrutaremos con mas utilidad d é l o
mirándolas sin querer.
algunas muestras de estar cortado , y yo te diga lo. que acaba de suceder con
qne tú piensas de los cuidados que á to-
con mucha dificultad le manifesté despe- marnos vamos. Por ahora empiezo di- motivo de esta carta. Ya sabes con que
Creo que lie visto que si yo le exami-
j o ; pero no tardó en volver al tono de
no , también con igual atención me exa- uendote que me agrada su caracter, y indulgencia oyó Wolmar la confcsion
entereza, y el estilo franco que á su ca- que le estimo particularmente por un tardía que la inesperada vuelta de nues-
mina él. Despues de ausencia tan larga
rácter s o n naturales. Siempre le habia respeto en que él no piensa, que es la ti- tros amigos me precisó á hacerle, y vis-
es cosa natural contemplarse reciproca-
visto tímido y medroso; el temor de dis- bieza que conmigo gasta. Cuanto menos te con que dulzura supo enjugar mis
mente con una especie de curiosidad:
gustarme, y acaso la secreta vergüenza amistad me manifiesta roas me inspira ; llantos v disipar mi vergüenza. Ya sea
pero si parece que participa esta del
de un papel indigno de un hombre de
anhelo antiguo, ¡qne diferencia no at- •> puedo decirte cnanto temor tenia de que no le hubiese dicho liada de nuevo
bien, le hacían tener en mi presencia cier-
aos en el modo que eu el motivo! Si se que me halagase. Esta era la primera para é l , como con bastante fundamento
ta espresion baja y servil de que muchas prueba que le destinaba. 1.a segunda se tú has conjeturado, ó ya que efectiva-
encuentran menos veces nuestras miradas
veces té burlabas tú con razón. Ahora, «recerá en breve ( i ) y en ella le o b - mente haya movido su corazon una ac-
nos miramos con mas libertad. Pare«
en vez de la sumisión de un esclavo, tie- servaré b i e n , despues no le volveré á ción que solo el arrepentimiento podia
que media entre los dos un convenio tá-
ne el respeto de un amigo que sabe hon- •bservar. Esta primera , le respondí, no dictarme , no solo ha seguido viviendo
cito para contemplarnos alternativamen-
rar lo que estima; dice sin recatarse ra- prueba otra cosa que la ingenuidad de conmigo como de antes, sino que tam-
te. El uno siente, por decirlo así,cuan-
zones de hombre de b i e n , no tiene miedo w genio, porque nunca en otro tiempo
do es la vez del o t r o , y desvía los ojos bién parece que han doblado sus aten-
de que sean sus maximas de virtud opues- « podo determinar á adoptar un estilo
entonces. ¿ Es posible volver á ver sin ciones, su estimación y sn confianza, y
tas á sus intereses, n ó t e m e perjudicarse sumiso y condescendiente con mi padre,!
g u s t o , aunque ya no haya emocion.lo que á fuerza de obsequios quiere pagar-
ni afrentarme alabando las cosas loables.
que tan tiernamente otro tiempo q»®"
me el rubor que me costó mi confesion.
'.') ¡AL carta en que se trataba de esta segunda prueba se ha suprimido,
(i) ¿ Porque sangrado ? es moda también en Suiza ? pero se hablará de ella cuando llegue el caso.
CUARTA PARTE.
T ú , p r i m a , q u e conoces mi corazon, te lante de un testigo , sea cual fuere. MJ
especias. Pero cuando me haces reir es
puedes figurar la impresión que en ¿1 lia secretos hay que deben saber los tesfi. no hubiera visto la p o s d a t a , en que no
cuando empiezas á reñirme, de miedo
hecho semejante conducta. g o s , y que solo entre dos pueden decir, dices palabra de él. Si hubieras escrito
de que te riña yo antes. El enfadar-
Luego que le vi resuelto a permitir se. Las mismas cosas fias de tu amiga esta posdata diez años h a c e , no s é , hi-
me es oficio m i ó , que es mi gusto v
que viniera aquí nuestro antiguo maes- que de tu e s p o s o , pero no del mismo ja m í a , como hubieras hecho , pero hu-
le desempeñ á las mil maravillas, y me ¡
tro , me determiné por mi parte á tomar m o d o ; y si quieres confundirlo todo, su- bieras metido por alguna rendija en ella
cae muy hien ; pero t ú , no es posible
contra mí la mas eficaz precaución que cederá que tus cartas mas que á ella i a tu a m i g o , eso mas que no la había de
ser mas torpe, y n o te da el naipe para
podia usar, que fué escoger por confi- mí irán escritas, y que no estarás á ta ver el marido.
reñir con nadie. En cambio, si supieras
dente á mi prnpio m a r i d o , n o tener gusto, ni con uno ni con otro. Te hablo que gracia tienes cuando haces por que También hubiera notado el señor de
conversación privada ninguna que no le asi tanto por mi ínteres como por el te riñan, que bonita te pones con tu ca- Wolmar la atención c o n q u e has exami-
refiriese, ni escribir ninguna carta que tuyo. ¿ No ves que ya temes la justa ver- ra confusa, y tus ojos que piden perdón, nado à tu huesped, v el gusto que cu
no le enseñase, y me propuse escribir güenza de alabarme en mi cara ? Por- en vez de reñir pasarías toda la vida s o - describirle tienes , pero se tragaría á
cada carta como si n o hubiera de ver- que quieres privarnos, a ti del gusto de licitando misericordia , sino por obliga- Platon y á Aristóteles antes de saber que
l a , y enseñársela luego. En esta hallarás decir á tu amiga cuanto quieres á ta ción á lo menos por parecer bien. a su amante se le mira, y u o se le e x a -
un articulo que me ha ocurrido de este marido , y á mí del de pensar que eo te mina. T o d o examen requiere una sangre
m o d o , y si al escribirle n o pude menos mas secretas conversaciones te compla- Por esta vez pídemela de todos mo- fría que nunca tiene quien ve lo que
de pensar en que le habia de l e e r , me ces en hablar bien d e é l ? Julia! Julia! dos. Pues no estaba malo el provecto de quiere.
doy testimonio de que n o me ha hecho añadió apretándome la mano y mirán- bacer de su marido su confidente; por
í t a l m e n t e se imaginaria que todas
esto mudar una silaba; pero cuando le dome con dulzura : ¿ te has de bajar a rierto precaución muy satisfactoria para
esas mudanzas que tú has observado no
he querido enseñar la carta se ha reido precauciones que tanto desdicen de lo amistad tan santa como la nuestra. ¡ ln-
las hubiera reparado o t r o , y vo al c o n -
de m í , y me ha hecho el gusto de leerla. que eres, v no lias de saber nunca es- josta amiga y muger pusilánime! ¿ pues
timarte en lo que vales ? trario me temo que be de" liallar otras
de quien fiarás tu virtud eu la tierra si
que tu no hayas notado. Por diferente
T e confieso que me lia picado un poco de tus afectos y los roios te desconfias ?
que sea tu huesped de lo que e r a , t o -
este desaire, como si no se fiara de mi Querida amiga m i a , yo no acierto á £o el sagrado lazo en que vives puedes
davía mudaría mas si 110 estuviese mu-
buena fe. Ha calado mi r e c e l o , y me ba decirte como hace este hombre incom- sin ofendernos á entrambas, temer tu
dado tu c o r a z o n , siempre le verías el
restituido mi serenidad el mas ingenuo p a r a b l e , pero no sé sonrojarme de mi corazon y mí indulgencia? No puedo
mismo. Sea como f u e r e , apartas los ojos
y generoso de los humanos. Confiesa, eu su presencia. Mal de mi grado me comprender como no te ha repugnado
cuando te mira, también es bueua señal.
me ha dicho , que hablas menos de mí encumbra á mas alta esfera que la mia, la ¡dea sola de admitir un tercero en
¡Los apartas, prima! ¿con- que no los
en esa carta de lo que acostumbras. y veo que á fuerza de confianza me ense- las parladurías secretas de dos mugeres.
bajas? Porque ciertamente n o lias equi-
Convine en ello. ¿ Era decente hablar ña á merecerla. Vo por mí, gusto mucho de charlar á
vocado una voz con otra ¿Crees que
muebo de él para enseñarle lo que decia? mi sabor c o n t i g o , pero si supiera que
también hubiera notado eso nuestro s a -
Pues bien está, replicó sonrieudose, mas alguna vez los ojos de un hombre an-
CARTA VIII. bio ?
quiero que hables mas de m í , y no s a - daban haciendo registro de mis cartas ,
ber lo que digas. Prosiguió luego en t o - R E S P U E S T A D E L A S E Ñ O R A D E O R B E 1 00 tendría gusto ninguno en escribirte , Otra cosa muy capaz de dar inquietud
n o mas serio. El matrimonio es un estado LA SEÑORA D E VÍOLMAR. poco á poco se introduciría entre no- à un marido es 1111 110 se que tierno y
muy austero y muy grave para sufrir to- sotras con la reserva la tibieza , y no nos afectuoso que queda en tus espresiones
das las confianzas de frioleras del cora- ¿ COMO a s i , p r i m a ? ¡ c o n q u e ha lle- querríamos mas que como otras dos mu- hablando de lo que quisiste. Quien te
zon que admite la tierna amistad. A ve- gado nuestro camiuante, y todavía no le geres cualesquiera. Mira á lo que nos lea 0 te oiga hablar necesita conocerte
ces templa este ultimo lazo como c o n - he visto a mis plantas cargado de los «spoma tu desconfianza tonta, si no h u - bien para no equivocarse acerca de tus
viene la mucha severidad del otro , y es despojos de las Americas! T e advierto biera tenido tu marido mas juicio que tú. afectos ; necesita saber que hablas asi
bueno que una muger honesta y de razón que es á él á quien acuso yo de la tar- de uno que no es mas que tu amigo,
pueda cerca de una amiga fiel encontrar d a n z a , porque sé que n o menos ganas Ua obrado cou mucha prudencia en ó que hablas asi de todos tus amigos,
los consuelos, las luces y los consejos tiene que yo de venir ; pero veo que no »o querer leer tu carta. Acaso hubiera pero en cuanto à esto , e s natural alecto
que sobre ciertas materias no se atreve- j está tan olvidado como tú dices de su quedado menos satisfecho con ella de lo de tu caracter qnc tiene sobrado c o n o -
rla á pedir á su marido. Aunque entre | antiguo oficio de e s c l a v o , y menos que que tu esperabas, y menos de lo que vo cido tu marido para asustarse por ello.
vosotras dos n o digáis nada que no qui- i de su negligencia, me quejo de tu tirana misma lo estoy, porque el estado en que ¿ Como en corazon tan tierno la amistad
sieras tú que yo supiera, guardatc de Pues bonito me parece que quieras qK lf be visto me enseña á jnzgar con mas mas pura no se ha de dar cierto aire
hacer de esto l e y , porque es de temer una grave v formal melindrosa como jo Hoo de aquel en que te veo. Todos esos al amor? Escucha, prima, todo cuanto
que te ate esta obligación, y que sean • se tome la delantera, y abandonando to- sabios contemplativos que han pasado aqui te digo debe infundirte v a l o r , p e -
menos gratas vuestras mutuas confianzas dos sus asuntos cebe á correr para be-, " J " * 3 estudiando el corazon humano ro no temeridad; tus adelantamientos
estendiendose á mas personas. C r e e m e , sar una cara morena y agironada (i), «ben menos de las verdaderas señales son sensibles, y no es poco. Yo solo
la franqueza de la amistad se coarta de- que ha pasado cuatro veces por debajo 1amor
que la mas limitada de las mu- con tu virtud contaba; y empiezo k
del s o l , y ha estado en la- tierra de las
cres sensibles. El señor de Wolmar ha- contar con tu razón; ahora dov tu cura,
ría notado lo primero que gastas toda sino por acabada , por fácil a lo menos!
•o carta en hablar de nuestro a m i g o , y y has hecho justamente lo suficiente
(1) Señalado de viruelas.
CUARTA PARTE.
T ú , p r i m a , q u e conoces ini corazon, te lante de un testigo , sea cual fuere. MJ
especias. Pero cuando me haces reir es
puedes figurar la impresión que en ¿1 ha secretos hay que deben saber los tesfi. no hubiera visto la p o s d a t a , en que no
cuando empiezas á reñirme, de miedo
hecho semejante conducta. g o s , y que solo entre dos puedeo decir, dices palabra de él. Si hubieras escrito
de que te riña yo antes. El enfadar-
Luego que le vi resuelto á permitir se. Las mismas cosas fias de tu amiga esta posdata diez años b a c e , no s é , hi-
me es oficio m i ó , que es mi gusto v
que viniera aqui nuestro antiguo maes- que de tu e s p o s o , pero no del mismo ja m í a , como hubieras hecho , pero hu-
le desempeñ á las md maravillas, y me ¡
tro , me determiné por mi parte á tomar m o d o ; y si quieres confundirlo todo, su- bieras metido por alguna rendija en ella
cae muy bien ; pero t ú , no es posible
contra mí la mas eficaz precaución que cederá que tus cartas mas que á ella i a tu a m i g o , eso mas que no la babia de
ser mas torpe, y n o te da el naipe para
podia usar, que fué escoger por confi- mí iráo escritas, y qoe no estarás á ta ver el marido.
reñir con nadie. En cambio, si supieras
dente á mi propio m a r i d o , n o tener gusto, ni con ooo ni con otro. Te hablo que gracia tienes cuando haces por que También hubiera notado el señor de
conversación privada ninguna que no le asi tanto por mi interés como por d te riñan, que bonita te pones con tu ca- Wolmar la atención c o n q u e has exami-
refiriese, ni escribir ninguna carta que toyo. ¿ No ves que ya temes la justa ver- ra confusa, y tus ojos que piden perdón, nado á tu h o e s p e d , y el gusto que cu
no le enseñase, y me propuse escribir güenza de alabarme en mi cara ? Por- en vez de reñir pasarías toda la vida s o - describirle tienes , pero se tragaría á
cada carta como si n o hubiera de ver- que quieres privarnos, a ti del gusto de licitando misericordia , sino por obliga- Platon y á Aristóteles antes de saber que
l a , y enseñársela luego. En esta hallarás decir á tu amiga cuanto quieres á ta ción á lo menos por parecer bien. a su amante se le mira, y u o se le e x a -
un articulo que me ha ocurrido de este marido , y á mí del de pensar que en te mina. T o d o examen requiere una sangre
m o d o , y si al escribirle n o pude menos mas secretas conversaciones te compla- Por esta vez pídemela de todos mo- fría que nunca tiene quien ve lo que
de pensar en que le habia de l e e r , me ces en hablar bien d e é l ? Julia! Julia! dos. Pues no estaba malo el provecto de quiere.
doy testimonio de que n o me ha hecho añadió apretándome la mano y mirán- hacer de su marido su confidente; por
f r a l m e n t e se imaginaria que todas
esto mudar una silaba; pero cuando le dome con dulzura : ¿ te has de bajar a rierto precaución muy satisfactoria para
esas mudanzas que tú has observado no
he querido enseñar la carta se ha reido precauciones que tanto desdicen de lo amistad tan santa como la nuestra. ¡ In-
las hubiera reparado o t r o , y vo al c o n -
de m í , y me ha hecho el gusto de leerla. que eres, y no has de saber nunca es- justa amiga y muger pusilánime! ¿ pues
timarte en lo que vales ? trario me temo que be de" hallar otras
de quien fiarás tu virtud eu la tierra si
que tu no hayas notado. Por diferente
T e confieso que me ha picado un poco de tus afectos y los roios te desconfias ?
que sea tu huesped de lo que e r a , t o -
este desaire, como si no se fiara de mi Querida amiga m i a , yo no acierto á Eo el sagrado lazo en que vives puedes
davía mudaría mas si no estuviese mu-
buena fe. Ha calado mi r e c e l o , y me ha decirte como hace este hombre incom- sin ofendernos á entrambas, temer tu
dado tu c o r a z o n , siempre le verías el
restituido mi serenidad el mas ingenuo p a r a b l e , pero no sé sonrojarme de mi corazon y mi indulgencia? No puedo
mismo. Sea como f u e r e , apartas los ojos
y generoso de los humanos. Confiesa, eu su presencia. Mal de mi grado me comprender como no te ha repugnado
cuando te mira, también es bueua señal.
me ha dicho , que hablas menos de mí encumbra á mas alta esfera que la mia, la idea sola de admitir un tercero en
¡Los apartas, prima! ¿con- que no los
en esa carta de lo que acostumbras. y veo que á fuerza de confianza me ense- las parladurías secretas de dos mugeres.
bajas? Porque ciertamente n o has equi-
Convine en ello. ¿ Era decente hablar ña á merecerla. lo por mí, gusto mucho de charlar á
vocado una voz con otra ¿Crees que
mucho de él para enseñarle lo que decía? mi sabor c o n t i g o , pero si supiera que
también hubiera notado eso nuestro s a -
Pues bien está, replicó sonrieudose, mas alguna vez los ojos de un hombre an-
CARTA VIII. bio ?
quiero que hables mas de m í , y no s a - daban haciendo registro de mis cartas ,
ber lo que digas. Prosiguió luego en t o - R E S P U E S T A D E L A S E Ñ O R A D E ORBE 1 «o teudria gusto ninguno en escribirte , Otra cosa muy capaz de dar inquietud
n o mas serio. El matrimonio es un estado LA SEÑORA D E VÍOLMAR. poco á poco se introduciría entre no- á un marido es un no se que tierno y
muy austero y muy grave para sufrir to- sotras con la reserva la tibieza , y no nos afectuoso que queda en tus espresiones
das las confianzas de frioleras del cora- ¿ COMO a s i , p r i m a ? ¡ c o n q u e ha lle- qnerriamos mas que como otras dos mu- hablando de lo que quisiste. Quien te
zon que admite la tierna amistad. A ve- gado nuestro eamiuante, y todavía no le geres cualesquiera. Mira á lo que nos lea ò te oiga hablar necesita conocerte
ces templa este ultimo lazo como c o n - he visto a mis plantas cargado de los esponia tu desconfianza tonta, si no h u - bien para no equivocarse acerca de tus
viene la mucha severidad del otro , y es despojos de las Americas! T e advierto biera tenido tu marido mas juicio que tú. afectos ; necesita saber que hablas asi
bueno que una muger honesta y de razón que es á él á quien acuso yo de la tar- Ua obrado cou mucha prudencia en de uno que no es mas que tu amigo,
pueda cerca de una amiga fiel encontrar d a n z a , porque sé que n o menos ganas querer leer tu carta. Acaso hubiera ó que hablas así de todos tus amigos,
los consuelos, las luces y los consejos tiene qne yo de venir ; pero veo que no quedado menos satisfecho con ella de lo pero en cuanto à esto , e s natural alecto
que sobre ciertas materias no se atreve- j está tan olvidado como tú dices de su qne tu esperabas, y menos de lo que yo de tu caracter que tiene sobrado c o n o -
rla á pedir á su marido. Auuque entre | antiguo oficio de e s c l a v o , y menos qae misma lo estoy, porque el estado en que cido tu marido para asustarse por ello.
vosotras dos n o digáis nada que no qui- i de su negligencia, me quejo de tu tirana tf he visto me enseña á juzgar con mas ¿ Como en corazon tan tierno la amistad
sieras tú que yo supiera, guardatc de Pues bonito me parece que quieras qK "oo de aquel en que te veo. Todos esos mas pura no se ha de dar cierto aire
hacer de esto l e y , porque es de temer una grave v formal melindrosa como jo sabios contemplativos que han pasado al amor? Escucha, prima, todo cuanto
que te ate esta obligación, y que sean • se tome la delantera, y abandonando to- " J " * 3 estudiando el corazon humano aqui te digo debe infundirte v a l o r , p e -
menos gratas vuestras mutuas confianzas dos sus asuntos eche á correr para be-, »»en menos de las verdaderas señales ro no temeridad; tus adelantamientos
cstendíendose á mas personas. C r e c m e , sar una cara morena y agironada (i), «I amor que la mas limitada de las mu- son sensibles, y no es poco. Yo solo
la franqueza de la amistad se coarta de- que ha pasado cuatro veces por debajo cres sensibles. El señor de Wolmar ha- con tu virtud contaba; y empiezo á
del s o l , y ha estado en la- tierra de las ría notado lo primero que gastas toda contar con tu razón; ahora doy tu cura,
« carta en hablar de nuestro a m i g o , y sino por acabada , por fácil a lo menos!
y has hecho justamente lo suficiente
(1) Señalado de viruelas.
para que no te quedara disculpa, si hemos suplirla nosotras. Yo por mí me vacíon de alma que desdeña el serv il bien 1 con otro tono;pero hace mucho tiempo
no la rematases. eucargaré siempre con gusto de este raí- parecer, y cae tan bien á la virtud. En qne he notado que nadie te puede ver
Antes de llegar á tu posdata habla dado, porque mis consejos los lia segui- este lance be sido mas tímida, sin saber con sangre fria, y si con el universal
yo notado el parrafito que has tenido la do con tan costosa deferencia, que nuors porque; lo cierto es que mas me inclino afecto que inspira tu vista se junta el
ingenuidad de no suprimir ni modificar me olvidaré de e l l a , y no hay hombre á arrepentirme de esta escrupulosidad afecto mas dulce aun que le ha debido
creyendo que le habia de ver tu marido. en el muudo, desde que no es vivo el mío, que á aprobarla.
que tanto quiera y estime como él. Ta», dejar una indeleble memoria, se hallará
Estoy cierta de que si le hubiera leido, le ¿Pero sabes tú porque se hallaba que es difícil, y acaso imposible , que
hubiera tenido, si es posible , en mas es- bien le destino en pago la satisfacción
aquí tan á su sabor nuestro amigo ? Lo sea con la virtnd mas austera otra cosa
timación , pero ño por eso le hubiera de hacerme algunos servicios. Tengo sin
pnmero estaba conmigo, y te protesto de lo que es. Le he preguntado bien, le
el párrafo gustado. Generalmente ha- arreglar muchos papeles que me atildará
que ya esto sobra para llevarlo todo con he observado y le he seguido mejor , le
blando tu carta era capaz de inspirarle á coordinar; y algunos negocios arduos
paciencia. Me evitaba enredos, me ser- he examinado cuanto me ha sido posi-
mucha confianza en su conducta , y mu- para los cuales podré necesitar de su ac-
\ia en mis asuntos, y un amigo no se ble; no puedo leer bien en su alma, ni
cha inquietud acerca de tu incliuacion. tividad y sus cnnocimientos. Por ultimo
fastidia en esto. La tercera cosa que ya el propio lee mas bien en ella ; pero á
Yo te confieso que esos hoyos de virue- no pienso detenerle arriba de cinco ó seis
tó has adivinado, aunque finjas que no, lo menos puedo asegurarte que está pe-
las que tanto miras, me dan miedo; d i a s , porque soy sobrado vana para
s que me hablaba de t i , y si quitamos netrado de la fuerza de sus obligaciones
nunca inventó el amor tan peligroso afei- aguardar á que le coja la impaciencia por
el tiempo que ha durado esta charladu- y las tuyas, y que mas horror le causaría
te. Sé que eso nada querria decir para volverse, y tengo la vista muy lince para
ría del qne aqní se ba detenido , verías formarse idea de Julia corrompida y
otra, pero no eches en olvido, prima, que pueda equivocarme.
que poquita cosa para mi quedaba. despreciable, que de su propia aniqui-
que la que no habia podido ser seducida ¡Pero que raro capricho apartarse de tí lación. Prima , un solo consejo ten-o
por la juventud ni la figura de su amante No olvides, asi que se baile bueuo,
para tener el gusto de hablar en t i ! No que darte , y te ruego que bagas apre-
se rindió á la idea de los males que por el enviármele, esto es el dejarle que
tan raro como parece. Está violento en cio de é l , evita recapacitar ¿1 tiempo
ella habia padecido. Sin duda quiso el venga; mira que no entiendo de chan-
tu presencia , es menester que esté so- pasado, y yo respondo del venidero.
cielo que le quedasen esas señales de su zas. Ya sabes qne si me rio cuando lloro
bre sí sin cesar , la mennr imprudencia
enfermedad para ejercitar tu virtud, y no me aflijo menos ; también me rio
Ibera delito , y en estos lances los cora- Por lo que hace á la restitución de que
que á ti no te quedasen para ejercitar la cuando me enfado, y no por eso teogo
iones honrados solo su obligación escu- me hablas, es necesario no pensar en
suya. menos rabia. Si tienes juicio, v haces
chan; pero lejos de lo que quisimos to- ¡so. Despues de haber apurado todas
las cosas de buena voluntad, te prome-
davia nos permitimos el pensar en ello. las razones imaginables, le he suplica-
to enviarte con él un regaüto bonito,
Vuelvo al asunto principal de tu carta; Si se sofoca un afecto que se ha hecho d o , estrechado , perorado , reñido, be-
que te gustará, y mucho; pero si no te
tú sabes que fui allá volando cuando re- culpado, ¿porque se ha de arrepentir sado , le he cogido ambas manos, me
das priesa á contentarme no te enviaré
cibí la de nuestro amigo, porque era gra- ono de él cuando no lo era ? puede ser hubiera hincado de rodillas si me hu-
nada.
ve el caso. Pero si supieras ahora el enre- ramea delito la memoria de una felici- biera él dejado ; ni siquiera me ha es-
do en que me ha metido esta corta ausen- P. D. Se me olvidaba; dime: ¿fuma dad que fue legitima ? Yo pienso que á cuchado; y su colera y su terquedad han
cia , y cuantos negocios tengo encima, nuestro marino? hecha porvidas? bebe ti oo te convendría este silogismo, pero llegado á jurar que antes consentiria en
conocerías la imposibilidad en que me aguardiente ? lleva un sable muy grande? a él puede serle permitido. Ha vuelto a no volver á verte que en desprenderse
hallo de dejar segunda vez mi casa sin tieue trazas de Flibustero? ¡ Dios mío; empezar, por decirlo asi, la carrera de de tu retrato. Finalmente en un rapto de
ponerme nuevos grillos, y verme preci- que curiosidad tengo de ver que figura sos antiguos amores ; segunda vez ha furia, haciéndomele tocar pegado á su
sada á pasar en ella todavía este invierno, trae uno que viene de los antipodas! rorrido en nuestras conversaciones su corazon : ahí está , me dijo ^ con Un
cosa que ni á ti ni á mi nos conviene. ¿No primera juventud, me reiteraba todas agiUdo tono que apenas podia resollar,
vale mas privarnosde vernos de priesa por sus confianzas, se acordaba de aquellos ahí está ese retrato, la única prenda
CARTA IX.
dos ó tres dias, y reunimos para siem- 'calurosos tiempos en que le era licito que me queda , y que aun me envidian;
pre seis meses antes? También creo que D E r , A S E Ñ O R A D E O R B E A L A SESO!» ®arte , pintaba á mi corazon los atrac- esté V. cierta de que no me le quiUrán
convendrá que bable privadamente y á DE WOLMAR. aos de una inoceute llama... sin duda como no sea quitándome la vida. Crce-
mis anchuras con nuestro filosofo, ya sea 'l"f los hermoseaba. me , prima , tengamos prudencia , y de-
para sondear y fortificar su corazon, ya TES, prima , ahí te envío a tu escla-
jemosle el retrato. ¿Que te importa' que
para darle algunos consejos acerca del vo, que ha sido el mío estos ocho diai se quede con é l ? El mal para él será
modo como con tu marido y aun con- y que se ba hallado tan bien con sos ca- Poco me ha dicho de su presente es- si se empeña en conservarle.
tigo debe conducirse, porque no me ima- denas , que se echa de ver que nació T r e s P e c l ° á l i , y lo que me ha d¡-
gino que le puedas tú hablar con liber- para servir. Dame las gracias por oo ha- ™ mas que amor índica admiración y Despues de haber esplayado y aliviado
tad en la materia, y por el tenor de tu berle guardado otros ocho dias mas, poi- 'espeto; de suerte que v e o , que s'e
su corazon me ha parecido que estaba
misma carta veo que necesita consejos. que , con tu licencia sea dicho, si ha- "">! mas seguro de su corazon
sosegado lo basUnte para poder hablarle
Estamos tan acostumbradas á gobernarle, si hubiera aguardado á que se fastidiase e lo que vino. No quiere esto decir
de sus asuntos. He hallado que ni el
que somos algo responsables de él á nues- conmigo largo hubiera sido el enviártele. r . ciando de ti se trata no „se vea en
dc tiempo ni la razón le habian hecho mu-
tra propia conciencia, y hasta que tenga Asi le" he guardado sin escrupulo , pw »¿Mterior Clerla
su corazon sobrado sen-
dar de sistema , y q u e toda su ambición
enteramente libre el uso de su razón dc- le he tenido de que se alojara eu mi casa. r *m e n o s ternura, que la amistad sola, la ceñía á pasar su vida al lado de mi-
afectuosa, espresa no obstante
Alguna vez he sentido en mí aquella o* Jord Eduardo. No he podido menos de
la tengo, tú cuya avaricia tanto este muy mala cara. «Henríeta, ¿ me le quie-
aprobar proyecto tan honrado , tan con- reccr en casi nada. En cnanto á lo fc
regalo codiciaba , convendrás en que res ceder á tu maliito ? No ; me respon-
forme á su caracter, y tan digno de la mas, antes me hubiera sacado los np
cumplo mas de lo que habia prometi- dió c o n mucha sequedad. — No ? Y si
gratitud que á beneficios sin ejemplo el aire que hubiera él pensado en ta-
do. ¡Ab, pobre n i ñ a ! Cuando tú leas yo no te le quiero ceder tampoco, quien
debe. Me dijo que habías sido tú del re r una cortioa, rae hubiera fatigador*
esto ya estará en tus brazos, y es mas di- nos pondrá acordes ? — Mamá, la m a -
mismo dictamen, pero qne no habia roto andar de un coarto en otro , qne nobt-
chosa que su madre ; pero dentro de dos mita. — Pues yo seré la preferida , por-
el silencio el señor de Wolmar. Una bíera venido a tender con gracia delante
meses seré yo mas dichosa que ella por- que ya tú sabes que quiere todo lo que
idea me pasa por la cabe/.a, y es que de mi un faldón de su vestido. Ayer
que sentiré mejor mi dicha. ¡ Ay , cara yo q u i e r o . — O h ! la mamita nunca quiere
atend da la estraña conducta de tu ma- estuvo mi abanico por tierra mas den
prima! ¿ n o me posees va toda entera ? mas que la razón. — Como , señorita,
s e g u n d o ; sin que hubiera echado acor-
r i d o , y otros indicios, tengo sospechas Donde tú e s t á s , donde está mi hija, que uo e s lo m i s m o ? — La picara se sonrió.
rer del otro cstremo del cuarto coa
de que cuenta con nuestro amigo para lias de mí falta ? Ahí tienes á esa ama- Pero continué v o : porque no me ha de
para sacarle del fuego. Por las mali-
algún plan secreto que no dice. Dejé- Me niña; recíbela como tuya, te la ce- dar á mi al maliito ? — Porque no es
nas antes de venirme á ver no ha en-
mosle estar , y fiemos de su prudencia ; do, te la d o y , resigno eu tus manos el bueno para V. — ¿ y porque no es bueno
viado ni una vez siquiera á saber den!
su modo de obrar prueba que si es acer- poder maternal; enmienda mis verros, para m í ? — O t r a risita con tanta mali-
salud. En paseo n o afecta llevar clsoe-
tada mi conjetura no medita cosa que encárgate de los cuidados que taii mal, cia como la o t r a . — Di la verdad: es
brero clavado encima de la cabeza, pan
no haya de ser Util á aquel por quien según tú dices, desempeño v o ; s e d e hoy porque crees que soy muy vieja para él?
hacer ver que sabe los buenos estilos (i).
tanto se esmera. mas madre de la que ha de ser tu uuc"- No , mema , sino que él es muy mozo
En la mesa varias veces le he pedido li
No me has pintado mal su figura y ra.ypara que yo la quiera mas toda- para V...» Prima, ¡una niña de siete
caja -del tabaco, y me la ha presentad»
vía, hazla, si puede ser, otra Julia. Ya años !... De veras que si n o perdiera con
sus m o d a l e s , y señal muy favorable el siempre con la mano , y no encima dt
es parecida á ti en la c a r a , y por su ella el j u i c i o , seria porque le tendría
que le hayas observado con mas exacti- un plato como un lacayo ; no ha omitida
genio colijo que será grave y predica- perdido.
tud de lo que yo hubiera crcido ; pero el brindar á mi salud á lo menos da
dora; ya verás cuando le hayas quitado
no encuentras que sus largos trabajos veces á cada comida, y apuesto áquesi
los resabios que me acusan de haberle Me :¡¡vertí en provocarla mas. « Hen-
y la costumbre de sufrirlos han hecho se quedase aqui este invierno le veni-
dejado tomar que mi hija quiere también ríeta, le dije poniéndome s e r i a , yo te
mas interesante de lo que era otras v e - mos sentarse con nosotras y calentara
ser mi prima; pero mas feliz que ella, aseguro que tampoco es boeno para'tí.—
ces su figura? No obstante lo que me como un hombre de antaño. ¿Te ris,
tendrá menos lagrimas que derramar y Pues porque ? me dijo eu tono de s o b r e -
habian escrito me recelaba bailar en él prima ? pues enseñame uno recieo ve-
menos lides que vencer. Si le hubiera saltada, — Porque es demasiado atolon-
nido de París que haya conservado esto
aquella urbanidad afectada, aquellas mo- conservado el cíelo al mejor de los pa- d r a d o . — O mamá! si no es mas que
Vejeces. En cuánto á lo demás, me parece
nadas de cumplimiento que nunca dejan tas, ¡que lejos hubiera estado de vio- e s o , yo haré que tenga juicio. — ¿ Y si
que en solo un punto, ha empeorada
de adquirirse en París , y que en la mu- lentar s u s inclinaciones! y que lejos tam- por desgracia te hace él volver loca ? Ah,
nuestro filósofo, y e s que atiende alg»
chedumbre de frioleras que llenan los bién estaremos nosotras d e oponernos á querida mamá , que gusto fuera para mí
mas á las personas que con él hablan, b
dias ociosos se alaban de tener mas esta cuas! con que gusto v e o que ya estas el parccerme á V . ! — Parecertc á mí,
cual no puede menos de redundar es
forma que la otra. Ya sea que no pegue morecen nuestros preyectos! '¿ Sabes insolente! — S í , mamá ; ¿ no dice V.
grave perjuicio t u y o , sin que baste,se-
este barniz en ciertas a l m a s , ó que le 1°e ja no puede bailarse sin su malü- todo el dia que está loca conmigo ? pues
gún pienso , para reconciliarle con h
haya borrado enteramente en él el aire v que en parte por eso te la envió? yo-estaré loca con é l , y se acabó todo.»
señora Belon. A mí me peta mas por-
de la mar , yo no he distioguido ni el í'er tuve con ella una conversación, de
que es mas grave y mas recio qne nao- Bien sé que tú desapruebas estas pre-
que nuestro amigo se moria de risa. Pri-
mas leve vestigio , y en todos los obse- ca. Chica mia , guárdamele con mofh»
mero no tiene ni el menor sentimiento ciosas parladurías, y que en breve sa-
quios que me ha hecho solo he visto los esmero hasta que vo vaya, que es justa-
de dejarme , á mí que todo el dia estoy brás moderarlas, yo tampoco quiero
deseos de contentar mi corazon. Me lia mente lo que vo necesito para hacer qw
"cha su humilde criada, que no l e n i e - justificarlas , aunque me hechizan , sino
hablado de mi pobre marido ; pero mas rabie todo el dia.
;o ninguno de sus gustos ; y tú á quien solamente hacerte ver que tu hija quiere
quería llorar conmigo que consolarme, ' ® e ' )' 1«e le dices no veinte veces al ya muclio á su maliito, y que s i este
y n o me ha dicho sobre el asunto maxi- ®a, tu eres la mamita por antonoma- tiene dos años menos que ella , no será
mas de galanteo. Ha hecho halagos á mi Admírate de mi disimulo; nada te fe
« i la que va a buscar con gozo , v cu- indigna de la autoridad que confiere la
dicho aun de la dadiva que te envió, J
hija ; pero en vez de admirarse, como tas denegaciones quiere mas que todos mayor edad También por la oposicion
que muy en breve te promete otra;
y o , de ella , me ha echado , como tú, ®S confites. Cuando le dije que iba á de tu ejemplo y el mió con el de tu po-
ro antes de abrir mi carta ya la habías
en cara sus defectos, y se ha quejado enviártela puedes figurarte la alegría que bre madre veo que no anda peor gober-
recibido,.)- tú que sabes cuanto la ido-
d e que la mimaba. Ha seguido con fer- °ho; pero para pouerla en coidado nada la casa , cuando gobierna la mu-
latro , v cuanta razón para idolatrar-
v o r mis a s u n t o s , y no ha sido de mi pa- I , que en su lugar me enviarías tú ger. A D i o s , mi siempre amada; á Dios,
„ ""ali'to, y esto no le pareció bien. mi querida inseparable ; mira que se va
(i) En Paris, donde hay la manía de qne sea comoda y llana la saat- • e. preguntó muy descontenta que era acercando el tiempo , y que no se harán
dad, consiste esta llaneza en reglas de la importancia 'de las que aqn¡ « 1"e quería haccr de é l , le respondí sin mi las vendimias.
apuntan. Todo es leyes y cerempnias en la buena sociedad. Todos estos esta1 1»e le queria guardar para m í ; v puso
nacen y desaparecen como una exhalación. El arte esta en atiabarlos sa¡<*-
sar, cogerlos a! vuelo , usarlos, y hacer que se sabe el de último cuno, f"
para mayor sencillez.
CARTA X. servia, y ya n o e s c o s a b u e n a para t i que son nn objeto considerable; y como un salario de beneficencia qne solo les
t a , sino para habitada. Han tapiado fe. la diferencia de su cultivo produce mas pagan en cnanto están satisfechos con
DE SAN PREOX A MJLOBD EDDABDO-
gas galerías para mudar puertas mal sensible efecto que en los trigos, es una e l l o s , y casi siempre sucede que lo que
¡ Que de placeres muy tarde conoci- locadas; han cortado salas muy espado, nueva razón de economia para haber para ganarle hacen vale mas que el au-
dos disfruto tres semanas hace ! que sua- sas para tener alojamientos mas biá preferido el vivir aqui. No obstante casi mento que se les d a , porque el señor de
ve cosa es ver correr los dias en el seno distribuidos; á muebles antiguos y rias lodos los años van á hacer la siega á sus Wolmar es integro y s e v e r o , v nunca
de una sosegada amistad , al abrigo de han sustituido otros sencillos y con», tierras, y el señor de Wolmar va solo permite qne degeneren en costumbre y
los tormentos de las impetuosas pasio- dos. T o d o aqui es agradable y risoc», con mucha frecuencia. Lleva por maxi- abuso las instituciones de favor y gracia.
nes ! Milord , que espectáculo afectuoso todo respira limpieza y abundancia,Ba- ma sacar del cultivo todo cuanto puede Estos operarios tienen sns sobrestantes
y grato el de una sencilla y bien arre- da que a lujo y opulencia huela; nokaj dar, no para ganar mas, sino para ali- que los animan y los observan , y son
glada c a s a , donde reinan el orden , la nn aposento donde n o vea uno qne está mentar mas gente. Pretende el señor de estas la familia del corral, qne trabajan
p a z , la inoceucia , donde sin aparato, en el c a m p o , y no encuentre todas la Wolmar que la tierra rinde á proporcion ellos propios y están interesados en que
sin ostentación, se ve reunido todo cuan- comodidades de la ciudad. Las miso» del numero de brazos que la cultivan; los demás trabajen por una corta p o r -
to con el verdadero desstino del hombre se notan en la parte esterior; a costad- mejor cultivada mas reditna, y esta su- ción que se les deja, ademas de su sala-
está conexo ! El campo , el retiro , el las cocheras se ha agrandado el corral perabundancia de producción da medios rio , de todo cuanto por su esmero se
s o s i e g o , la estación, la vasta llanura En el sitio donde habia u n a antigua j para cultivarla mas bien todavia; cuan- coge. Ademas los visita el señor de W o l -
de agua que a mis ojos se presenta , el ruinosa casa de billar se lia constnñW tos mas hombres v ganados en ella se mar erf persona casi todos los dias , y
aspecto silvestre de las montañas , to- un lugar h e r m o s o , y una quesera don- meten, mayor escedcnte da para su con frecuencia varias veces al d i a ; y su
d o me acuerda aqui mi deleitosa isla de estaban unos pavos reales chillones mantenimiento. No sabemos, d i c e , cual muger gusta de acompañarle á estos pa-
de Tinian, y creo que veo cumplidos que se han vendido. El huerto era mni puede ser el limite de este continuo y seos. Finalmente en el tiempo de las
los ardientes votos que en ella tantas reducido para la cocina ; del cuadro dé reciproco aumento de producción v cul- principales faenas, da Julia todas las se-
veces forme. Vivo una vida á mi gusto, flores se ha hecho o t r o , pero tan boa- tivadores. Al contrario los terrenos des- manas veinte baches de gratificación ( i )
V hallo una sociedad según mi corazon. to y tan bieu cultivado, que asi defrau- cuidados pierden su fertilidad ; cuanto al trabajador, sea jornalero ó criado de
Solo faltan en este sitio dos personas do agrada mas á la vista que antes, i menos hombres produce un p a i s , menos la casa , sin diferencia, que durante
para qne se reúna en él mi felicidad en- los tristes tejos que las paredes cobró» generes produce también; la falta de aquellos o c h o d i a s , a j u i c i o del a m o ,
tera , y tengo esperanza de que esten se han sustituido enramadas de frótate. moradores es la que le impide alimentar ha sido mas diligente. Empleados c o n
qui cu breve. En vez del inútil castaño de indias em- los pocos que en él h a y , y en toda na- justicia y prudencia todos estos medios
piezan ya á dar sombra al patio morales ción que se despuebla tarde ó temprano de emulación que parecen dispendiosos
Entre tanto que V. y la señora de O r - nuevos, y en el sitio que ocupaban uoffi deben los moradores perecer de hambre. hacen poco á poco á todo el mundo la-
be vengan a poner cumulo á tan dulces tilos carcomidos de vejez á la entradade borioso y d i l i g e n t e , y rinden mas de lo
la quinta, se han plantado dos filas de
y puros placeres, que aprendo á disfru- Como tieuen muchas tierras, y las que cuestan; pero como no se saca pro-
nogales que van hasta el camino. EN
tar donde e s t o y , quiero d a r á V. idea cultivan todas con mucho esmero, nece- vecho sino á poder de constancia v tiem-
todas partes se ha sustituido lo otil áls
de e l l o s , circunstanciándole una econo- sitan, ademas de los criados del corral, po pocos saben y quieren usarlos.
mía domestica, que anuncia la felicidad agradable, y lo agradable ha grangeaJt
de un crecido numero de jornaleros, lo
de los amos de la c a s a , y hace que en e'Io. Por lo que á mí h a c e , á lo me-
cual les proporciona la satisfacción de
nos me parece que el estruendo del cor- No obstante un medio todavia mas
participen de ella los que la babitan. bacer subsistir mucha gente sin incomo-
r a l , el canto de los gallos, el balar de eficaz, el único que no es debido á m i -
Espero que podrán un dia servir á V. darse. En la elección de estos jornale-
los g a n a d o s , el rechinar de las carrete ras económicas, y que es mas peculiar
mis reflexiones para el proyecto en que ros prefieren siempre á los de la tierra
las comidas del c a m p o , el regreso Je de la señora de W o l m a r , e s grangearse
se o c u p a , y me sirve esta esperanza pa- • los vecinos á los forasteros v descono-
los operarios, y todo el aparato déla el afecto de esta buena g e n t e , dándoles
ra escitarlas. cidos. Si pierden algo en ño escoger
economia rustica dan á esta casa foran el suyo. No cree que paga con dinero
siempre á los mas vigorosos, lo cobran
No describiré á V. la casa de Clarens, mas campestre, mas viva, mas animada, el trabajo que para ella h a c e n , y piensa
con mucha usura en el afecto que infun-
pues que la c o n o c e , y sabe si es hermo- mas a l e g r e , un no sé que que infunde que debe servicios á todos los que se los
de esta preferencia en los que han sido
sa , si me ofrece interesantes memorias, la satisfacción v la alegría, que en ss han h e c h o ; jornaleros, criados, todos los
escogidos, en la utilidad de tenerlos al
si debo tenerle afición por lo que c o n - rustica dignidad le faltaba. Los señores que la han servido, aunque no sea mas
rededor de s í , y poder contar con ellos
tiene y lo que me acuerda. La señora de Wolmar no dan en arriendo sas bes- que un dia, los mira como á hijos; toma
en todos tiempos, pagándolos solamente
de Wolmar prefiere con razón esta mo- ras, sino que las cultivan por si pro- parte en sus contentos, en sus p e n a s ,
Boa parte del año.
rada á la de Etanage, quinta vasta y pios , y este cultivo constituye muda en su s u e r t e , se informa de sus n e g o -
magnifica , pero autigua , triste, i n c o - parte de sus ocupaciones, de su caudal, Con todos estos operarios" se ajnstan c i o s , hace de sus intereses los de ella ;
moda , y que en sus inmediaciones no y de sus diversiones. 1.a baronia * nernpre dos salarios : uno de rigor y de se encarga de mil cuidados en su b e n e -
presenta cosa que á los puntos de vista iitange no contiene mas que pradera^ justicia , que es el corriente del pais , el ficio, les da consejos ; apacigua sus con-
de Clarens comparable sea. tierras de pan llevar y montes; pero" cual se obligan á pagarles por haberlos tiendas , y no les prueba la afabilidad
producto de Clarens consiste e n TM® alquilado; el otro , algo mas s u b i d o , es de su caracter con melosas y no eficaces
Luego que fijaron sn residencia en
esta casa los amos convirtieron en cosas
para su uso lodo cuanto solo de ornato (I) Once reales de nuestra moneda , con corta diferencia.
palabras, sino con verdaderos servicios que 6ean hombres de b i e n , la seguré
y actos continuos de bondad. Por su hacen cuando te dejan en no pensar que por ostentación desempeñan muchos
que quieran á su amo , y la tercera qot
parte ellos lo dejan todo á la menor in- mas que en ellos. Piensa algo mas eni nada caritativos, v que no desamparan
le sirvan como él quiere ; pero con tí
sinuación s u y a , acuden volando asi que ellos, y te cobrarán ley. Solo la inten-• á los de su familia que los achaques ó la
que un amo tenga alguna racionalidad,
babla; con solo una mirada alienta su ción es de agradecer, y el que se apre-• vejez han imposibilitado á servirlos.
y el criado alguna inteligencia, esU
c e l o ; están coulentos en su presencia, y iccha de un bien que solo en beneficioi En este instante tengo delante nn
siempre resulta de las otras dos. No st
en su ausencia hablan de ella y se ani- mío le he hecho, no me debe agrade- ejemplo notable d e esta atención. Q u e -
buscan en la ciudad, sino en las aldeas,
mau á servirla. Son muy eficaces sus cimiento ninguno. riendo el barón de F.tange remunerar
esta es la primera familia en que sirve»
atractivos y sus palabras, y mucho mas y será ciertamente la última para todos Para doblar las precauciones contra los dilatados servicios de su avnda de
su dulzura y sus virtudes. ¡ Ah , Milord, los que algo valieren. S e escogen en fa- este inconveniente, el señor y la señora cámara con un honroso retiro tuvo me-
que adorable y poderoso imperio es el milias crecidas y cargadas de hijos, cu- de Wolmar usan de otro medio que me dio para alcanzar de SS. EE. un em-
de la beldad benefica ! yos padres y madres vienen espontá- parece muy bien imaginado. Cuando pu- pico lucrativo y de poco trabajo. Con
neamente á brindar con ellos; y han de sieron su casa examinaron que número este motivo acaba Julia de recibir de
Para el servicio personal de los amos
ser m o z o s , robustos, sanos y de agra- de criados en nna montada con respecto este criado viejo una carta que hace sal-
hay en casa ocho criados , tres mugeres
dable figura. El señor de Wolmar 1« .i sus rentas podian mantener , y h a - tar las lagrimas , eu que la suplica que
y cinco h o m b r e s , sin contar el ayuda
bace preguutas, los examina, y luego biendo hallado que serian de quince á haga que le exoneren de este empleo.
de camara del Barón , ni la familia del
se los presenta á su muger. Si á entra* diez y s e i s , para estar mejor servidos " Soy anciano , le dice , y he perdido
corral. Rara vez sucede que se haga
bos agradan son recibidos primero á se han ceñido á la mitad, de snerte que toda tfii familia; no tengo mas parien-
mal el s e r v i c i o , cuando hay pocos cria-
p r u e b a , y despues en el número de la con menos aparato es mucho mas exac- tes que mis amos , y toda mi esperanza
dos, pero por el celo de estos diria uno
familia , esto e s de los hijos de la casa, to el servicio. También para estar me- es acabar en paz mis dias en la casa dou-
que ademas de su servicio peculiar se
y se gastan algunos dias en enseñarles jor servidos bao interesado á sus cria- de he pasado los de mi mocedad... S e -
cree cada uuo encargado del de los otros
con mucha paciencia y esmero lo qne dos a que los sirvan mas tiempo. Un ñ o r a , cuando la cogí á V. en mis bra-
s i e t e , y por su concordia que se ejecute
tienen que hacer. Tan sencillo, tan lla- criado que entra en su casa gana la zos recien nacida pedia á Dios coger un
todo por uno solo. Nunca se los vé ocio-
n o y tan uniforme es el servicio , tiene» soldada ordinaria , pero esta crece un dia en ellos á sus hijos ; Dios me ha
sos y desocupados jugando en la ante-
tan pocos antojos y ratos de mal humor vigésimo cada a ñ o , asi al cabo de vein- hecbo esta gracia; no roe niegue V. la
sala , ó enredando en el p a t i o , sino
los amos, y tan presto les cogen afición te años seria mas de d o b l e , y la manu- de verlos crecer y prosperar corno V...
siempre ocupados en alguna tarea ú t i l ;
los criados, que en breve aprenden loque tención de los criados seria entonces Yo que estoy acostumbrado á vivir en
ayudan en el corral, en la atarazana ,
han de saber. S u suerte es muy suave: casi proporcionada á las facultades de una casa de p a z , ¿ donde hallaré otra
en la c o c i n a , n o tiene el jardinero mas
gozan de una abundancia que en sus losamos; pero no es'necesario saber mu- semejautepara sosegar mi vejez ?... T e n -
mozos que e l l o s , y lo mas agradable
casas no disfrutaban , pero no se pet- cho de algebra para ver que los gastos ga V. la caridad de escribir en favor
que hay es que se v é que todo esto lo
mite que se tornen muelles con la ocio- de este aumento mas son aparentes que mió al señor Barón. Si n o está contento
hacen con alegria y satisfacción.
sidad , madre de todos los vicios, ni se reales , que pocos salarios dobles teu- c o n m i g o , despídame, y no me de e m -
consiente que se hagan señores, y vi- drán que pagar , y que aun cuando se pleo; pero si le he servido fielmente por
S e toman aqui muchas precauciones
van ufanos con su condicion; signe« le pagasen á todos , la ventaja de haber espacio de cuarenta años dejeme acabar
para que sean los criados lo que han de
trabajando como hacían en casa desas estado bien servidos por espacio de los míos en su servicio v él de V . , que
ser; y no se sigue la máxima que he vis-
padres; no han h e c h o , por decirlo asi, veinte años compensaría con usura este es toda la recompensa que vo deseo.
to establecida en Paris y en Londres,
mas que mudar padre y m a d r e , y hallar anmento de gasto. Bien conoce V., Mi- Inútil es preguntar si escribió Julia: veo
de tomar criados ya formados, esto es
otros mas opulentos. D e esta suerte DO lord, que este es medio cierto para que que sentiría tanto perder á este buen
picaros ya consumados , cuya profesion
cogen hastio á s u antigua vida rustica, 'ara á mas sin cesar el esmeto de los h o m b r e , como él dejarla. ¿ E s e r r o r ,
e s correr amos , y que en cada casa
y si una vez de aqui se fuesen, nn haj criados; y que cobren afecto á los amos Milord , el comparar yo á tan queridos
donde están cogen á una los defectos de
uno que de mejnr gana á su primer es- á medida que estos se le cobran á ellos. amos con unos padres , y con sus hijos
los amos y los c r i a d o s , y tienen por
tado de labrador no volviese que aguan- No solo es prudente, mas también equi- á sus criados ? Ya ve V. que por tales
oficio servir á todo el mundo , sin to-
tar otra condicion. Finalmente nunca he tativo este reglamento. ¿ Es justo que se reputau ellos propios.
mar afición á ninguno. Ni honradez, ni
visto casa donde mejor hiciese cada mío ira rccien venido, que acaso no e s mas
fidelidad , ni celo puede haber en se-
su s e r v i c i o , y menos se imaginase que qne un tunante, g a n e desde que entra
mejante gente , y en todas las familias No hay ejemplo de que se haya ido d e
servia. el mismo salario que el que se da á un
opulentas empobrece este hato de c a - esta casa un criado, y también es uiuv
criado antiguo, cuya fidelidad y celo con
nalla al a m o , y estraga á los hijos de raro que se le amenazc con despedirle.
dilatados servicios están acreditados , y
casa. Aquí es un negocio importante la Esta amenaza asusta eu proporcion de lo
qne habiendo envejecido en el nuestro
elección de los criados; no son mirados Asi formando y adiestrando á sus pro- agradable y suave que es el servicio; los
se acerca al tiempo en q u e n o estará en
solo como mercenarios de quienes nada pios criados, no tienen que temer la ob- mejores sirvientes son los que mas la te-
estado de ganar su vida ? Por lo demás
mas que un exacto servicio se exige , jeción tan común y tan fuera de toda m e n , y nunca es necesario llevarla á eje-
es'.a ultima razón no tiene en esta casa
sino como miembros de la familia, cuya razón : los instruiré para otros. Instr®-
cabida, y bien puede V. creer que tan icución sino con aquellos que no son d i g -
mala elección puede causar graves ma- yclos como es menester , puede respos-
«órnanos amos no omiten obligaciones :nos de ser couscrvados. Para esto tam-
les. 1.a primeva cosa que se les pide es derse , y jamas servirán á otros. Si sol» bién hay su regla. Cuando ha dicho el
cu ti piensas cuando los instruyes, bit» señor de Wolmar te despido puede im-
plorarse la intercesión del a m a , alcan- ro , ha sabido este varón prudente i r .
hombres con hombres ó de mugeres con ambos á la dicha común por diverso sen-
zarla alguna v e z , y volver á la gracia á le empleo en que aprovechen sus bw. mugeres, que acarree malas consecuen- d e r o , y esta división dé afanes y tareas
ruego s u y o ; pero el fallo de ella es irre- ñas calidades, sin que puedau perjudica cias ; pero siempre se fragnan entre hom- es el vinculo que mas su unión estrecha.
vocable , y no hay gracia que esperar: las malas. La que le ha sustituido a bres con mugeres los monopolios secre-
acuerdo muy bien pensado para templar Yo por mi confieso que son bastante
aquella Paca Kegard de que me ha oüs tos que con el transcurso dejan perdidas
de consuno la escesiva confianza que pu- conformes á esta máxima mis propias
V. hablar con tanta complacencia. ,\<i las familias mas opulentas. Se cela por
diera infundir la dulzura de la m u g e r , observaciones. Efectivamente , ¿ n o e s
obstante el vaticinio de Julia, sus bene- tanto el recato y la modestia de las mu-
y el mucho temor que podria causar la estilo constante de todos los pueblos del
ficios, los de su padre, y los de V. esta geres, no solamente por respeto á la h o -
inflexibilidad del marido. N o obstante m u u d o , menos el francés y los que le
joven tan honrada y tau juiciosa no ba nestidad v buenas costumbres, mas tam-
siempre es muy temida esta espresion de imitan, que vivan hombres con hom-
sido feliz con su casamiento. Claudia bién por Ínteres bien entendido; porque
parte de un amo equitativo v nada ira- bres y mugeres con mugeres? Si se ven
Anct que tan bien babia llevado la mab digan lo qne quieran nadie desempeña
c u n d o ; porque ademas de que no es se- unos á otras es un corto rato , y casi á
fortuna no pudo resistir á suerte mas pro. bien sns obligaciones si no tiene celo de
guro de alcanzar la gracia, y que nunca escondidas, como los casados en Lace-
picia; viéndose con comodidades abando- cumplirlas, y solo las personas honra-
se otorga dos veces á uno mismo, se pier- demonia , antes que en una imprudente
nó su oficio, y habiéndose perdido ente- das saben ser celosas en su cumpli-
de en lodo caso por ella su derecho de y perpetua mezcla, capaz de confundir y
ramente, se ha escapado del pais dejando mento.
antigüedad, y vuelve á empezarse como desfigurar las mas acertadas distinciones
á su muger con una criatura que despoes
el dia de la entrada en la c a s a , un nuevo
ha muerto. Habiéndosela traído Julia i Para obviar entre ambos sexos Una de la naturaleza. Ni aun entre los salva-
servicio; lo cual es uu remedio contra peligrosa intimidad, no les enfrenan aqui jes se veo mezclados indistintamente
su casa le ha enseñado las labores de uu
la insolencia de los criados antiguos, que
doncella de servicio, y nunca be tensfc con leyes positivas que infundirían ten- hombres con mugeres. Al caer del dia
aumenta su circunspección á medida que
mas grato encuentro que cuando la bajé taciones de violarlas Secretamente; pero se junta la familia, pasa cada uno la no-
mas que perder tienen.
en este ejercicio el dia de mi arribo. E sin que parezca que tal designio haya, che Con su m u g e r , con la aurora empie-
señor de Wolmar hace mucho aprecio se establecen estilos mas eficaces que la za la separación, y cuando mas solo para
Las tres doncellas son la doncella de de e l l a , y ambos le han fiado el car- autoridad misma. No se les prohibe que las comidas se reúnen los sexos. La uni-
labor, la rolla de los n i ñ o s , y la cocine- go de vigilar tanto sobre sus hijos com se vean, pero Se hace de modo que no versalidad de este orden manifiesta que
ra. Esta es una labradora muy limpia y sobre la que los cuida. Esta es una luga- tengan ocasiones ni deseos de verse, lo es el mas natural, y aun en los paises
muy iuteligente que la señora de W o l - reña crédula y sencilla, pero diligente, cual se consigue dándoles ocupaciones, donde está intervertido se hallan vesti-
mar lia enseñado á g u i s a r , porque en sufrida y d ó c i l , de suerte que nada se ka costumbres, inclinaciones y diversiones gios de él. En Francia donde se han s u -
este pais todavía sencillo ( I ) las señoritas echado en olvido para qne nn se intro- enteramente distintas. Con el orden ad- jetado los hombres á vivir á guisa de
de todas clases aprenden á hacer por sus dujesen los vicios de las ciudades en .un «irable qoe aqui reina conocen que en mugeres, y á estar siempre encerrados en
manos todo cnanto han de hacer un dia casa cuyos amos ni adolecen de ellos a una caSa bien arreglada deben tener un aposento con ellas , la agitación i n -
en sus casas las criadas que á su servi- los consienten. poro trato los hombres con las mugeres. voluntaria que conservan manifiesta qué
cio tomen, con el fin de saberlas gober- %uno que en esto tacharía de antojo no era este su destino. Mientras que es-
nar, y no ser engañadas por ellas. La los preceptos del a m o , se sujeta sin re- tan las mugeres tranquilamente sentadas
Aunque comen todos los criados á os
doncella ya no e s Babi, la ban enviado á pagnancia á un método de vida que no ó echadas en su silla poltrona, se ve
tinelo mismo, en cuanto á lo demás ha?
Etange, donde n a c i ó , liandole que cuide les prescriben formalmente , pero que los hombres que s e levantan , que van y
muy poca frecuentación entre los d«
de la quinta, y la inspección de las c o - conoce él mismo que es el mejor v mas vienen , que se vuelven á sentar en c o n -
sesos , y este punto se reputa aqui muy
branzas, de manera que es una especie natural. Julia dice que en la realidad es tinua agitación , porque lidia sin cesar
importante, porque n o se sigue el elida-
de contralor del mayordomo. Mucho asii, y sustenta que ni del amor ni de la un instinto maquinal con lo violentos
men de aquellos amos indiferentes pan
tiempo babia que solicitaba el señor de rniion conyugal resulta el trato continuo que se hallan , y los impele mal de su
t o d o , menos para sus intereses, quesob
Wolmar de su muger que tomara esta de ambos sexos. Según ella d i c e , están grado á aquella activa y laboriosa vida
quieren que los sirv an bien, sin corarsee«
determinación, sin que pudiese ella re- destinados marido y muger a vivir jun- que les asignó la naturaleza. Es el úni-
cuanto á lo demás de las acciones de b b
solverse á desviar de su lado a una cria- te, pero no del mismo modo , y deben co pueblo del mundo en que esten los
inilia. Por el contrario piensan aqui que
da antigua de su madre, aunque le h u - obrar de acuerdo sin ejecutar las mismas hombres en pie en el teatro ( a ) , como
aquellos que solo a ser bien serv idos as)»-
biese dado fundados motivos de queja. cosas. I.a vida que mas agradase al u n o , si fueran á desahogarse al palio de ha-
ran no pueden serlo mucho tiempo. ¡J¡
Finalmeutc desde las ultimas esplicacio- aoade, para el otro fuera inaguantable , ber estado sentados todo el dia en un
conexiones de intimidad con personaste
nes se ba determinado, v se ha ido liabí, las inclinaciones que les infunde la na- salón. Por fiu tan sensible se les hace
ambos sexos solo males origina, j de
que era una muger inteligente y fiel, pero turaleza son tan distintas como las fun- el tedio de esta casera y afeminada in-
las conciliábulos que en los aposentos de
imprudente y habladora. Ya sospecho ciones que les han señalado; no menos dolencia , que para mezclar con ella a l -
los doncellas de labor se celebran pro-
que mas de una vez ba descubierto los jue sus obligaciones se diferencian sus guna especie de actividad, ceden en su
cede la mayor parte de los desordenes
secretos de s a a m a , que no lo ignora el diversiones , en una palabra concurren casa el puesto á los forasteros, y van á
de una casa. Si hay una que agraM
señor de Wolmar, y para precaver la
mayordomo no deja de seducirla a costa
misma inconsecuencia con algún foraste-
del amo. Nunca es tan estrecha la liga <k
(a) En España estase en el patio en pie, pero solo la gehte -vulgar es la
lúe va a este sitio; en Francia al contrario -van al patio los sugetos mas de-
(1) Sencillo! mucho han mudado. wies. En Paris se t Jtd ahora en el patio sentado. (Nota del t r a d u c t o r . )
5o
las de las mugcrcs agcnas á procurar al propio señor d e Wolmar. Imagine*
que se temple esta repugnancia. V. si quedaria poco hueca la vankUJ be notado que en Francia donde viven nes de los otros seis. El hábito de lá
Mucho 'favorece á la maxima de la femenil, y si seria bien recibido un Ij. sin cesar hombres con mugeres , aque- taberna , el trato y laá maximas de sns
Señora de Wolmar el ejemplo de s u ca- cayo que quisiera meterse donde no o llas han perdido totalmente la afición á camaradas , la frecuentación de las muí
s a : como cada uno es por decirlo asi admitido el amo. los lacticinios, y los hombres mucho al geres disolutas los pierden para los amos
Iodo entero de su sexo, las mugcrcs v i - tino, mientras que en Inglaterra donde y para sí p r o p i o s , pegándoles mil de-
La merienda fué deliciosa. ¿Bajen
ven muy apartadas de los hombres. Pa- se confunden menos los dos sexos, se fectos que los hacen incapaces de servir
el mundo manjar comparable á los lac-
ra obviar amistades sospechosas en se- conserva mas el gusto peculiar de cada é indignos de ser libres.
ticinios de este pais? Figúrese V. loqw
creto consiste en tenerlos sin cesar ocu- uuo. Generalmente hablando pienso que
serán los de de una quesera gobernada Este inconveniente se remedia rete-
pados á t o d o s , porque son sus tareas mochas veces pudiera hallarse algún in-
por J u l i a , y comidos á su lado. IJ Para niéndolos en casa por los mismos moti-
tan distintas, que solo la ociosidad los dicio del caracter de los sugetos exami-
me sirvió queso f r e s c o , requesones j vos que los escitaban á salir de ella.
junta. Por la mañaua vaca cada uno á nando que alimentos son los que p r e -
cuajada; todo desaparecía en un mo- ¿ Que iban á hacer fuera » á beber v á
sus funciones, y no queda vagar a na- fieren. Los Italianos que comen mucha
mento. Julia se reía de mi hambre. Va jugar á la taberna, pues en casa "be-
die para ir á turbar las de otro. Des- hortaliza son afeminados y muelles. Vo-
veo , d i j o , alargandomc otro plato di ben y juegan. Toda la diferencia c o n -
pues de comer tienen los hombres asig- sotros ingleses, insaciables glotones de
natas, que el estomago de V.quedahiex siste en que no les cuesta nada el vino,
nado el j a r d í n , el corral ú otras labo- carne, teneis en vuestras inflexibles vir-
en todas partes, y no se porta menos a que no se emborrachan, y que hay
res rusticas ; las mugeres se ocupan en tudes no sé que dureza que á fiereza se
la merieuda de nuestras mugeres, qut gananciosos al j u e g o , sin que nadie
el cuarto de los niños hasta la hora acerca. El s u i z o , frió por naturaleza,
en las comidas de las valaisanas. Ni sale salga perdiendo. Para esto se hace lo
del p a s e o , al cual salen con e l l o s , y pacifico y sencillo, pero vehemente y
mas bien librado , le repliqué, qoe i siguiente.
á veces con su a m a , y que es agradable arrebatado en la ¡ra , gusta de ambos
veces tanto emborracha una como otra, Detrás de casa hay una galería c u -
para e l l a s , como el único rato que t o - alimentos, y bebe leche y vino. El fran-
y lo mismo se puede perder la razón a bierta donde se ha establecido la lid de
man el aire. Los hombres , bastante fa- cés versátil y m u d a b l e , vive con todos
una quesera que en una atarazana. Baji los juegos ; por el verano se juntan allí
tigados con el trabajo de todo el d í a , los manjares y se adapta á todos los ca-
sin dar respuesta los o j o s , sonrojóse; los d. mingos despues de la plática, los
no tienen muchas ganas de irse á pa- racteres. También Jnlia me podria ser-
empezó á hacer cariños á sus hijos. Esto criados de librea y los del c o r r a l , para
s c a r , y descansan quedándose en casa. vir de ejemplo, porque aunque sensual
bastó para eseitar mi remordimiento. Es- jugar en muchas partidas, no dinero
v golosa en su comida, no le gusta ni
ta ha s i d o , Milord, mi primera impre- que eso no se consiente, ni vino que
Todos los domiugos despues de la d e n c i a , y espero que sea la postrera. la carne, ni las especias, ni la s a l , y
onnea ha bebido vino p u r o ; legumbres ese se les d a , sino una alhaja que p o n e
platica de por la tarde se reúnen tam-
escelentes, huevos , crema y frutas son la liberalidad de los amos. Esta alhaja
bién las mugeres en el cuarto de los ni- En esta reducida asamblea reinaba
su alimento ordinario , y sin el pescado, siempre es algún mueble ó alguna cosa
ños con alguna parienta ó a m i g a , que cierto tono de sencillez que movía mi
que también le gusta m u c h o , fuera una de vestir para su uso. El número de
por su t u r n o , con el consentimiento de corazon; en todos los semblantes se reía
lerdadera pitagórica. partidas se proporciona al valor de la
la señora , convidan. Allí mientras llega la misma alegría, y mas franqueza acaso
alhaja , de suerte que cuando esta e s
la hora de un refresco que da e l l a , ha- que si hubiera habido hombres. La inti-
No basta contener á las mugeres, si algo considerable, como un juego d e
blan, cantan, juegan al v o l a n t e , a l a midad que entre criadas y ama reinaba,
no se contiene también á los hombres, hebillas de plata , u n par de medias de
rayuela , ó á algún otro juego de habi- fundada en el afecto y la confianza,!«
y esta parte de la regla, no menos im- seda , un buen pañuelo del c u e l l o , un
lidad, bueno para divertir á los n i ñ o s , hacia mas que fortalecer la autoridad j
portante que la otra, es todavía mas di- sombrero fino , ó cosa semejante , se
hasta que lleguen a edad de divertirse el respeto, y los servicios hechos y re-
ficultosa , porque generalmente es mas consumen por lo común muchos días
ellos solos. Viene la merienda , que se cibidos n o parecían sino testimonios de
violento el acometimiento que la defen- en disputarla. No se ciñen á una
compone de cosas hechas con l e c h e , de mutua amistad. Hasta lo que coroponia
sa, que esa es la intención del Conser- sota especie de j u e g o s , sino que los
bollos, tortas ú otros manjares de gusto el refresco contribuía á hacerle mas in-
vador de la naturaleza. En la república varian para que no se lleve el mas
de las mugeres y los niños. Nunca entra teresante. Naturalmente es el sexo aficio-
son contenidos los ciudadanos por la hábil en uno todas las alhajas, y p a -
v i n o , y los hombres que en todos tiem- nado á lacticinios y azúcar, como sím-
moral, los principios y la virtud ; ¿pero ra que adquieran todos maña y fuer-
pos se introducen rara vez en este p e - bolos de la inocencia y dulzura qae son
como se han de contener criados mer- zas con ejercicios multiplicados, linas
queño gincceo ( i ) , nunca son admitidos su mas amable adorno. Por el contrario
cenarios de otro modo que con la vio- veces juegan á arrancar corriendo un
á estas meriendas, á que asiste casi los hombres generalmente gustan desa-
lencia y el apremio ? El arte del amo objeto colocado al otro estremo de la
siempre Julia. Hasta aqui yo he sido el bores fuertes y licores espirituosos, ali-
eonsiste en encubrir este bajo el velo galeria; otras á quien lleva mas tiem-
único privilegiado : el domingo ultimo á mentos mas idoncos para la vida acá"
del placer ó el interés , de snerte q u e se po el mismo p e s o ; otras disputan u n
poder de mi porfía logré permiso para y laboriosa que de ellos exige la natura-
ligaren ellos qoe quieren todo cuanto premio tirando al blanco. Muchas v e -
acompañarla. No omitió el venderme c o - leza ; y cuando llegan á confundirse J
los obligan á que ejecuten. La ociosidad ces los honran cou su presencia el amo
mo muy subido este f a v o r , diciendo en alterarse estos gustos tan diferentes es
del domingo, la facultad de que no se y el ama ; algunas se traen consigo á
alta voz que me le otorgaba por aque- casi infalible'señal de la mezcla desor-
les puede privar de ir adonde les pa- los n i ñ o s ; también vienen los foraste-
lla vez sola y que se le habia negado denada de ambos sexos. Efectivamente
raca cuando 110 los retienen en casa ros llamados por ta curiosidad , y m u -
sos quehaceres acaban muchas veces en chos no desearían mas que concurrir á
solo nn día con los ejemplos y leccio- estos j u e g o s , pero no se admite á n a -
(i) Aposento de las mugeres.
díe sin la venia de los a m o s , y el c o n - y conservan buenos á nuestros criados, cía de ambos sexos toda diversión p u - yugo servil, tristeza , y tedio ? Que elu-
sentimiento de los jugadores, á quienes también nos sirven de prueba para es- blica es inocente por lo mismo que es den una inaguantable tiranía que á la na-
no convendría otorgarle con facilidad. cogerlos. Milord, yo confieso que sol» pobjica, en lugar de que á solas es sos- turaleza y á la razón repugua ; á los con-
Poco á poeo se ha convertido este estilo aqui he visto amos que á la par bagas pechosa la ocupaciou mas loable (1). El tentos lícitos de que se ve privada una
en una especie de espectáculo, donde de los mismos hombres buenos criados hombre y la muger fueron destinados festiva y alegre juventud sustituye otros
animados los actores con la atención del para el servicio personal, buenos tra- ono para otro; el fin de la naturaleza es mas peligrosos; las citas á solas concer-
público prefieren la gloria de los aplau- bajadores para labrar sus tierras, bue- que se unan en matrimonio. Toda reli- tadas con maña reemplazan las publicas
sos al valor del premio. Tornándose nos soldados para defender la patria, t gión falsa pelea coutra la naturaleza ; asambleas; y á poder de esconderse c o -
mas vigorosos y mas ágiles se estiman hombres de bien para cualquier estado la nuestra sola que la sigue y la rectifi- mo si fueran delincuentes les vienen ten-
en mas, y acostumbrándose á darse va- á que pueda llamarlos la fortuua. ca anuncia su institución divina y adap- taciones de serlo. La inocente alegría
lor por sí propios mas que por lo que
El invierno mudan de especie los pla- tada al hombre; por tanto no debe aña- gusta de evaporarse á la luz del día,
poseen , aunque criados, aprecian mas
ceres como las tareas. Los domingos dir al matrimonio, ademas de los estor- pero el vicio es amante de las tinieblas,
el honor que el dinero.
toda la gente de la casa , y también dd bos del orden civil, dificultades que no V nunca habitaron mucho tiempo juntos
Largo de contar seria circunstanciar vecindario , hombres y mugeres indis- presenta el Evangelio, y son contrarias el misterio y la inocencia. Querido ami-
todos l o s beneficios que de atenciones al tintamente , despues del servicio divino il espíritu del cristianismo. Pero dígan- go mío , me dijo , apretándome la mauo,
parecer tan pueriles y siempre desdeña- se reúnen eu una sala baja , donde en- me ahora, ¿ donde las personas jóvenes como para comunicarme su arrepenti-
das de las inteligencias vulgares aqui re- cuentran l u m b r e , v i n o , frutas, bollos de ambos sexos no casadas hallaran oca- miento , y traspasar en mi corazón la
dundan, porque es propiedad de inge- y un violin para bailar. La señora de siones de aficionarse unas á otras, y verse pureza del s u y o , ¿quien mejor que n o -
nios grandes producir efectos vastos con Wolmar nunca deja de asistir aunque e»n mas decencia y circunspección, que sotros debe conocer toda la importancia
medios de poca entidad. El señor de no sea mas que un instante, para man- en una asamblea donde atentos sin ce- de esta inaxiraa ? ¡ Que de penas v que-
Wolmar me ha dicho que apenas le c o s - tener con su presencia el orden y la de- sar á ellas los ojos del público las fuer- brantos , que de llantos y remordimien-
taban seiscientos reales al año todos es- c e n c i a , y es muy frecuente el bailar an á tener mucha cuenta con su c o n - tos nos hubiéramos ahorrado por espa-
tos pequeños establecimientos que ha ella ; aunque sea con sus propios cria- docta? En que se ofende Dios c o n un cio de tantos años si con el amor que
imaginado su muger. Pero me añadió dos. Esta costumbre , cuando la supe, jjercicio gustoso y saludable, idoneo siempre hemos tenido ambos á la virtud'
¿ cuantas veces crce V- que gano esta me pareció al principio menos confor- para la viveza de la juvenil e d a d , que hubiéramos sabido prever desde lejos
suma en mi casa y mis negocios con la me con la severidad de la moral protes- consiste en presentarse uno á otro con los riesgos que corre esta en las conver-
vigilancia y el esmero que en servirme ta nte. Se lo dije asi á Julia, y merespon- decencia y gracia , v á que el especta- saciones á solas .'
ponen criados con ley que todas sus di- dió casi con las mismas razones que voj dor pone una gravedad que nadie sería
versiones las deben á sus amos; con el á referir. «sado á violar ? Pnede imaginarse medio
Lo repito, continuó la señora de W o l -
interés que toman en el de mi casa, que Bas honrado para no engañar á nadie,
mar en tono mas s o s e g a d o , donde p u e -
como, suyo miran ; con la ventaja de La pura moral está tan cargada de a lo menos eu cuanto á la figura, y mos-
den peligrar las buenas costumbres n o
aprovecharme en sus faenas del vigor severas obligaciones , que si les ceban la trarse con las perfecciones y defectos
e s en las numerosas asambleas donde
que en estos juegos adquieren; con la sobrecarga de fórmulas indiferentes ca- que cada uno tiene á l a s personas in-
nos ve y nos oye lodo el mundo , s i n o
de mantenerlos siempre sanos preser- si siempre es á costa de lo esencial. Di- teresadas en conocernos antes de obli-
en las conversaciones privadas donde
vándolos de los espesos tan comunes en cen que en este caso se hallan la major garse á amarnos? La obligación de que-
reiuan la libertad y el secreto. Fundada
sus semejantes , y de las dolencias que parte de los frailes, que sujetos á mil rerse mutuamente no lleva consigo la de
en este principio , cuando se juntan mis
son ordinaria consecuencia de estos es- reglas inútiles, no saben que cosa sea agradarse? y no es digno esmero d e d o s
criados de ambos sexos tengo mucho
cesos ; con la de precaver asi las pi- honor y virtud. Menos reina este defec- pasmas virtuosas y cristianas que p i c o -
gusto en que se hallen todos , también
cardías en que infaliblemente precipita to entre nosotros , pero no estamos, to- so en unirse disponer asi sns corazo-
apruebo que de los mozos de la vecindad
el desorden, y conservarlos siempre hom- talmente inmunes de él. Nuestros ecle- nes al reciproco amor que les manda
conviden á aquellos cuyo trato no puede
bres de bien; finalmente con la satisfac- siásticos , tan superiores en sabiduría á Dios?
perjudicarlos, y sé con la mas viva s a -
ción de tener en nnestra casa á poca todas clases de sacerdotes, como escede tisfacción que cuando alaban las buenas
costa recreaciones agradables para no- en santidad nuestra religión á todas las
sotros mismos ? Y si se baila en nues- demás, tienen no obstante todavía cier- ¿Que sucede en los paises donde rei- costumbres de uno de nuestros vecinos
tra familia alguno, sea hombre ó muger, tas maximas que mas que en la razonen ^ uoa eterna estrechura, donde se cas- jóvenes dicen : l e reciben en casa del
á quien no acomoden nuestras reglas, y la preocupaciou parecen fundadas, corno tiga como delito la alegría mas inocen- señor de Wolmar. En esto llevamos otro
prefiera á ellas la libertad de ir con di- la que el baile y las asambleas reprueba, te, dunde no se atreven á juntarse nunca fin. Los hombres que nos sirven todos
versos pretextos á donde mejor le parece ¡ cual si fuera mas malo bailar que can- ? poblico lo-s mozos de ambos sexos, y son solteros, y de las mugeres la rolla
nuncase le niega licencia . p e r o esta pa- tar ; cual si n o fuera cada una de estas donde no sabe la severidad de un pastor de los niños tampoco está casada. No es
sión de libertad la tenemos por indicio diversiones igualmente por la naturaleza predicar en nombre de Dios mas que uu justo que e l recato en que viven aqui
muy sospechoso , y no tardamos en des- inspirada , y cual si fuera delito diver-
pedir á los que de ella adolecen. De suerte tirse juntos en una recreación inocente {<) En mi carta al señor d'Alambert sobre teatros he copiado de esta el
que estas mismas diversiones uue hacen y honesta ! Yo por mí picuso que, roa; I™ sia"c • y algunos otros, pero como entonces no se habia publicado
al contrario, siempre que hay concurren* esta edición he pensado que debia esperar d que saliera para citar
de ella habia sacado.
unos y otras los prive de bailar ocasión criados, disculpan, y reconocen ellos sus que no se dignan ocultarles. En pago no
para tomar estado decente. En estas pe- fes ocultan e s t o s , cuando murmurando uno ser el iprimero en favor, como cree
« " « i , t;uiuu cree
faltas. Nunca mas bien he comprendió «prln . . . '
•ii&iP queñas asambleas procuramos propor- cuan poco para la fuerza de las cosas Ji. los obedecen, el desprecio en que los serlo en afecto: esta es la única queja
cionarles ocasioues á nuestra vista para cen las palabras que se usan. tienen. Mutuamente amos y criados tie- y la mayor injusticia de todos.
ayudarlos á que escojan mejor, y tra- nen'la intima conciencia de que no me- A la subordinación de los inferiores
Esto me ha hecho hacer otra reflexión
bajando así en formar familias dichosas recen la pena de hacerse estimar unos se junta la concordia entre los iguales,
acerca de la vana gravedad de los am®
aumentamos la dicha de la nuestra. de otros. y no es la menos dificultosa esta parte de
y es que lo qne hace que en sus casas sean
faltara ahora que me justificase yo de despreciados no tanto son sus palabra La opinion de los criados me parece ta administración domestica. En las con-
bailar con esta buena gente , pero mas como sus defectos, y que la insoleocii la prueba mas cierta y mas dificil de la tiendas de Ínteres y zelillos, que sin cesar
quiero consentir en ser condenada en de los criados antes indica un amo vicio, iirtud de los amos; y me acuerdo, Milord, dividen la familia de una casa, que por
este p u n t o , y confieso con ingenuidad so que d é b i l ; porque nada les infunde debeber concebido buena idea déla de V. poco numerosa que s e a , nunca perma-
que el principal motivo que para ello tanta osadía como el conocimiento del» enValaissiu conocerle solamente, porque necen unidos como no sea á costa del
tengo es el gusto que en eso hallo. Ya vicios de su señor, y todos cuantos en el tratando con bastante aspereza á su fami- amo. Si se ponen de acuerdo es para ro-
sabe V. que siempre he tenido tanta afi- descubren son a sus ojos otras tantas dis- fa, no por eso le tcniamenosafecto.y ma- bar de mancomún, sí son fieles cada uno
ción como mi prima al baile; pero d e s - pensas de obedecer á un hombre que nifestaban los criados de V. tanto respeto se hace buen lugar á costa de los demás;
de que perdí a mi madre renuncié por pueden respetar. i amo en su ausencia como si este los es preciso que enemigos ó cómplices
toda mi vida de bailes y de toda asam- estuviera oyendo. Han dicho que no ha- sean, y apenas se ve medio para evitará
Los criados imitan a los amos, y co-
blea publica ; he cumplido mi promesa bía heroe para su ayuda de camara: pue- la par su picardía y sus disensiones. La
mo los imitan toscamente, hacen con s»
aun el dia de mi boda , y seguiré cum- de ser, pero al varón justo le estima su mayor parte de padres de familias se re-
pliéndola , sin pensar que lalto á ella conducta palpables los defectos que es- ¿nado; lo cual demuestra que clherois- signan a l a alternativa entre estos dos in-
bailando alguna vez en mi casa con mis conde mejor en los otros el oropel de l¡
eo no es mas que una vana apariencia, convenientes. Prefiriendo unos el ínteres i ;
educación. En Paris colegia yo las cos-
huespedes y mis criados que es un ejer- iqoc no hay otra cosa solida que la vic- á lo que es honrado, fomentan esta incli-
tumbres de las mugeres que couocia pez
cicio provechoso para mi salud duraute iad. En esta casa especialmente es donde nación de los criados á delaciones secre-
la vida sedentaria que nos vemos preci- el tono V el estilo de sus doncellas, y nan- se reconoce la fuerza de su imperio eo t a s , y creen que han hecho una obra
ea me ha fallado esta regla. Ademas de
sados á vivir aqni en invierno. Es para haprobación de los criados; aprobación maestra de prudencia haciendo que sean
mi una inocente diversión porque cuan- que la doncella una vez depositaría del Unto mas segura, que no consiste en va- espías y celadores unos de otros. Mas
do he bailado bien de nada me acusa mi secreto de su ama, le bace que pague care «os elogios, sino cu la natural espresion indolentes otros, quieren mas ser robados
corazón , y lo es también para el señor el sigilo que guarda, obra como p i é i s «cloque sienten. No oyendo aquí jamas y vivir en p a z , y tienen á especie de
d e Wolmar ; todo mi anhelo de parecer la otra y pone en claro todas sus raaii- nada que les haga creer que no se pa- honor recibir siempre mal los avisos que
mas practicándolas sin maña. En todas
bien se ciñe a agradarle: soy causa de rereu los demás amos á los suyos, no los a veces un celo puro á un sirviente fiel
que venga él al sitio donde sé baila ; la las cosas el ejemplo de los amos es mas «aban por virtudes que creen que pose- le dicta. T o d o s están igualmente equivo-
familia está mas contenta con verse hon- eficaz que su autoridad, y no es natural en todos, pero con su sencillez dan g r a - cados : los primeros escitando en sus ca-
que quieran los criados ser mas hombres
rada con la presencia de su amo, y tam- cias á Dios porque puso en ¡a tierra ricos sas continuos disturbios, imcompatíbles
bién maniGesta mucho gozo de verine de bien que ellos. En balde gritan, vo- para hacer felices á los que los sirven, v con la regla y el buen orden, juntan un
con ella. Finalmente hallo que esta mode- tan , maltratan, despiden, toman familia pan socorrer á los pobres. atajo de picaros y delatores, que siendo
rada intimidad forma entre nosotros nn n u e v a , todo esto no mejora el servicio. J s tan contraría á la naturaleza del aleves con sus camaradas se enseñan á ser-
Cuando el que n o le importa qne le des-
vinculo de dulzura y apego que recuer- . ,a
servidumbre, que no puede loacaso un dia con sus amos. Los segun-
da algo la humanidad natural, templando precie y le aborrezca su familia, se cree eustirsin alguna desazón. Sin embargo dos negándose á saber lo que en sus ca-
la bajeza de la servidumbre y el rigor d e bien servido sin embargo de ella, es por- ® respetado el amo y nada dicen con- sas sucede aotorízao las ligas que contra
que se contenta con lo qne v e , y con OE
la autoridad. ' í s ' eshalan algunas murmuracio- ellos se formen, estimulan á los malos,
aparente exactitud, sin hacer aprecio 4
contra el a m a , valen mas que si fue- desalientan á los b u e n o s , y mantienen
mil males secretos, que sin cesar le ha-
no elogios. Ninguno se queja de que solo a bribones soberbios y holgazanes,
Esto f u é , Milord, lo que me dijo Julia cen , y cuya fnente uo distingue nunca.
»»tiene con él benevolencia, sino de que concordes á costa del amo, reputan
acerca del baile, y me admiró como con ¿ Pero donde está el hombre tan privad»
f e muestre la misma á los demás, nin- a favor sus servicios, y á derechos sus
tanta afabilidad podia reinar tanta subor- de honor qne pueda aguantar el desda
5»oo puede sufrir que compare su celo robos ( r ) .
dinación , y como podían bajarse su ma- de todo cuauto le rodea ? donde la roo-
«oel desús camaradas, y quisiera cada
rido y e l l a , y mezclarse con sus criados, ger tan abandonada que no sienta los
sin que á estos les ocurriese la tentación agravios ? cuaotas damas de Paris y Lon- Es grave error asi en la economía do-
de tomar de aquí pie para nivelarse con dres se creen muy acatadas, qne X mestica como en la civil querer combatir
ellos. No creo que baya soberanos en desharían en llanto si oyesen lo que de
Asia servidos en su palacio con mas res- ellas en su antesala se dice? Porfortmi ¿J l l^ZZjblf ^ — * gran^J i: í¡;í:J
peto que lo son en su casa estos buenos para su sosiego se tranquilizan figurán- ^rlT/Z ZZ . fJUe T W qr,lLCne- veinle cr'"d°s consiga nunca el
amos. N o conozco cosa menos imperati- dose que estos Argos sus unos necios, T
va que sus ordenes, ni cosa con mas persuadiéndose á que no ven nada délo
<Hde ido Y Í o S " Í 6T'
qmlana e/ sl
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de
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hites s a t i J , , S" ° "eo. Una de las mas
prontitud ejecutada; ruegan v vuelan los
« S ¿ T f ' <"r esti^io^U conjian-
J P
""' eslos "ifehees. Compran mujr cara toda su plata.
un vicio con otro, ó establecer entre ellos disgustase a los demás pudiera haceredi das qne le privarían de parte de los me-
una especie de equilibrio, como si lo que odiosa, y teniendo siempre presente ¿a viene alguno privadamente á hacer una
dios que de remunerar a un buen sir-
derriba los cimientos del orden pndiera vista este objeto desagradable, no se lu- denunciación contra un camarada, ó á
viente tiene, son igualmente incapaces
servir nunca para establecerle. Con esta liarían bien ni ellos ni nosotros. quejarse personalmente de é l , se le pre-
de sufrir en silencio el perjuicio que uno
mala policía no se gana otra cosa que Despues de haberlos aparcado lo gunta si está bien informado; esto e s ,
quisiera hacerle. Esta parte d e la policía
reunir al lio todos los inconvenientes. jor que ser puede, se los une, por decido si ha empezado esplicandosc con aquel
establecida en esta casa me parece que
Los vicios que en una casa se toleran no asi, mal de su grado, por los servirías de quien viene á quejarse. Sí dice que
lieoeaigo de sublime, y no puedo ad-
reinansolos;dcjese germinar uno,y en pos que en algún modo se ven forzados á ta n o , se le pregunta entonces como pue-
mirarme lo suficiente del modo con que
de este vendrán otros mil. En breve ecban cerse, y se dispone de manera que tenga de fallar de una acción cuvos motivos
han sabido el señor y | a señora de Wol-
á perder á los criados qne los tienen, de- cada uno palpable Ínteres en ser ara- no sabe. Esa acción, se le d i c e , tiene
inar convertir el vil oficio de acusador
jan pereciendo él amo que los consiente, do de sus camaradas. A ninguno se le acaso conexión con otra que ignoras; va
cu función de integridad, celo y valor
estragan ó escandalizan a los hijos de recibe tan bien cuando viene á pedir acaso acompañada de circunstancias que
tan noble o a lo menos tan loabl¿ como
casa que atentamente los observan. ¿Que favor para si propio como cuando pan la justifican ó la disculpan, y que tú no
lo era entre los Komanos.
padre tan indigno hay que se atreva á otro; y asi el que desea alcanzarle pro- conoces. ¿Como te atreves á condenar
contrapesar este ultimo daSo con utilidad cura empeñar á otro para que hable a Se ha empezado destruyendo ó pre- esa conducta antes de saber que razones
ninguna? que hombre de bien quisiera su abono, cosa tanto mas fácil, coatfc caviendo con claridad, sencillez v pal- al que la sigue le asisten? Si te hubieras
ser cabeza de familia, si no fuera ase- ya sea qne se otorgue ó se niegue un h- pables ejemplos aquella servil v culpada «¡plicadS con el acaso con dos palabras
quible reunir en su casa la paz con la for solicitado así, siempre se le dan elo- ooral, aquella mutua tolerancia á costa humera quedado justificado á tus ojos.
fidelidad, y si fuese necesario comprar gios á aquel que ha intercedido, j h dd amo, que los malos criados se es- ¿Porque te espones á censurarle sin
el celo de sus criados con el sacrificio de contrario se reprenden aquellos qne sob teran a persuadir con nombre de ca- causa , y me pones á riesgo de ser cóm-
su reciproca benevolencia ? para sí sou buenos. ¿ Porque, se les di«, ndad a los buenos. Se les ha dado á en- plice de tu sinrazón ? Si afirma que se
be de otorgar vo lo que para tí me pi- tender bien que el precepto de encubrir ha esplieado autes enn el acusado : ¿pues
¡Qnícn solamente esta casa hubiese den pues que tú nunca has solicitado hs culpas de su projimo solamente ba- porque, se le replica, vienes sin é l , co-
visto ni siquiera se imaginaria que pudie- nada para nadie? es jnsto que seas to de las que a ningunn perjudican, mo si tuv ieras miedo de que desmintiese
ra presentarse semejante dificultad, de afortunado que tos camaradas, porque ?ie nna injusticia qne se ve y se calla lo que tienes que alegar ? Con que fa-
tal modo parece que provienen la nnion son ellos mas serviciales qne tú ? Mas se • qne daña á un tercero la comete quien cultad omites conmigo la precaución
de los miembros de la ley que á las ca- hace, se les persuade á qne se bagaa a consiente, y q u e como solo la con- que has creído que debías tomar para
bezas tienen. Aqui es donde se encuentra reciprocamente secretos servicios sin cu- o c í a de nuestros propios defectos es ti? Es acertado querer que juzgue yo
el palpable ejemplo de que no es posible ten tacion y sin darse á conocer; cosa que . I"6 n o s nhliga á perdonar lus ágenos, por tu dicho de una accíou de que tú
amar de veras al amo sin amar todo cuan- eso menos difícilmente se consigne q® «aguno gasta de tolerar á los picaros, no has querido juzgar por tus propios
to le pertenece, verdad que es el cimien- muy bien saben «pie el amo testigo A si oo es tan picaro como ellos. Por es- ojos? y no serias responsable de la de-
to de la caridad cristiana. ¿No es cosa esta reserva los estimará mas; asi ga- teprincipios verdaderos generalmente cisión parcial que pudiera vo fallar, si
muy sencilla que se traten entre sí como na el ínteres, y nada pierde el amor pro- fc hombre a hombre y mucho mas rigo- me contentase con sola tu deposición ?
hermanos los hijos de un mismo padre? pio. Tan convencidos están de esta dis- «sos todavía eo la relación mas intima Luego se le propone que haga venir al
Esto es lo que en el templo nos dicen sin posición general de los ánimos, y reisi «sirviente al amo, se asienta aquí co- acusado; si se allana á ello cu breve se
hacérnoslo tocar; v esto lo qne tocan tanta confianza antre ellos que cuaoii incontestable que quien ve hacer arregla el negocio; si no quiere , se le
los moradores de esta casa, sin que na- tiene uno una gracia que solicitar lo dkr pajuno a sus amos siij dennuciarlo es impone silencio con una aspera repren-
die se lo disa. en la mesa por via de conversacioD, y ""tala mas culpado que el que le hace; sión ; pero se le guarda secreto , y se
muchas veces sin hacer otra di ligera jorque este se deja llevar en su acción examina tan atentamente la conducta de
Empieza esta disposición á la concor- halla la cosa solicitada y alcanzada,; "ehcio que espera, pero el otro uno y otro que en breve se sabe cual
dia con la elección de los sugetos. Para no sabiendo á quien dar las gracias qtt- »sangre fría y sin Ínteres no tiene otro de los dos es culpado.
recibirlos no solamente examina el señor da agradecido á todos. j o para su silencio que una pro-
de Wolmar si le petan á él y á su mn- j r '" ( l ' f c r , '" t i a respecto á la justicia,
ger, mas también si se petan unos á otros; "beneficio de la casa que sirve, y un Tan notoria es esta regla, y tan bien
y una antipatía bien manifiesta entre dos Por este medio y otros semejantes sí secrct«, de imitar el ejemplo que asentada está, que nuuca se oye un cria-
escelcntes criados bastaría para despe- consigue que reine entre ellos nna le) fola ; de suerte que si es de entidad do de esta casa hablar mal de un cama-
dir al instante á uno de los dos, porque nacida de la que á su amo le tienen,,' J"'pa, alguna vez el que la cometió rada ausente, porque saben que es un
dice Julia que una casa de tan poca fa- que está subordinada á esta. Asi lq® 2 7 f , e r a r P « ' d | ; l^ro el testigo medio de ser tenido por cobarde ó em-
milia, una casa de donde nunca salen, de coligarse en detrimento snvo está
ha
callado es infaliblemente des- bustero. Cuando acusa uno de ellos á
y donde están siempre unos con otros, todos unidos para servirle mejor. P» r™ao como hombre propenso al mal otro lo hace á cara descubierta, sío re-
debe ser igualmente agradable para to- mucho ínteres que en quererse tesjj* m cambio no se consiente acusación bozo, y no solo á presencia suya sino de
dos , y seria para ellos un infierno, si no es mayor el que en agradarle tienen :d P»eda ser sospechosa de todos sus camaradas, para que seau tes-
fuera una casa de paz. Deben conside- celo de su servicio es mas eficaz ca T * ' c , a v ealnmma, esto es que no se tigos de l o que afirma y fiadores de su
rarla como su casa paterna, donde to- ellos que su benevolencia mutua, y re-
S11,0
está presente el acusado. Si buena fe. Cuando se trata de diferencias
dos son una propia familia, t'no solo que putándose todos perjudicados en perdí- personales casi siempre se componen por
medianeros sin importunar al amo ni ai

3l
el mismo Dios, sin desear nada mas que requieren para alumbrar y dirigir «sta
ama; ¡KTO mando del sagrado ínteres prende lo qnc importan estas menudas
aquello que posee. Como este Ser in- importante administración, y que salga
del amo se trata no pncde quedar el cosas, y sabe en lo que estriba que den
menso , no piensa eu hacer mas vastas á medida del deseo. 1.a primera diligeu-
negocio secretos y es preciso que se sazonados frutos. Riqueza no hace neo,
sus posesiones, sino en apropiárselas cia por donde ba de empezar el orden
acuse a si propio el culpado, ó que ha- dice la novela de la Rosa. El caudal de
verdaderamente por las relaciones mas de una casa, es no consentir en ella mas
ya un acusador. Estos pleitillos son muy un hombre no está en su arca sino a
perfectas , y la dirección mas bien en- que á hombres de bien que no tengan la
raros y se sustancian en la mesa , en las el uso que d e él hace, porque solo por
tendida , y si no se enriquece con nuc- secreta intención de perturbar este or-
visitas que hace diariamente Julia á la el empleo que de las cosas hacemos nos
ías adquisiciones, se enriquece poseyen- den : ¿ cuipero son acaso de tal modo
comida ó á la cena de la familia, y las apropiamos, y siempre sonmas in-
do mejor lo que tiene. Solo de la renta compatibles servidumbre y honradez
chanceándose los llama el señor de W o l - exhaustos los abusos que las riquezas,
de sus tierras disfrutaba, y goza ahora que se pueda esperar que hayan de en-
mar sus estrados. Entonces, después de lo cnal es causa de que nadie disfrute i
de sus propias tierras presidiendo á s u contrarse criados hombres de bien? N o ,
haber escuchado atentamente la quere- proporcion de sus gustos, sino á pro-
cultura y recorriéndolas sin cesar. En Milord: para tenerlos no se han de ir á
lla v la respuesta, si interesa á su ser- porción del modo de ordenarlos estos.
hs acciones solamente tenia derecho ; y buscar, sino que se bao de formar; y
vicio el asunto, da gracias al acusador Un loco puede arrojar barras de pla-
abora se le ha grangeado en las volun- solo un hombre de bieo sabe el arte de
por su celo. Bien s é , l e d i c c , que quie- ta á la mar, y decir que ha gozado
tades. Era amo á precio de dinero , y formar otros que lo sean. En balde afee?
res á tu camarada; siempre me has ha- de ellas: ¿ pero que comparación bar
ahora lo es por el sagrado imperio de ta un hipócrita el estilo de la virtud, á
blado bien de é l , y te agradezco que entre este gozo estravagante, y el que
la estimación y los beneficios. Despójele nadie le infunde el gusto de practicarla,
pueda mas contigo el amor a tu obliga- hubiera sabido sacar un hombre pro-
la fortuna de sus riquezas, nunca podrá y si supiera hacer que fuera amable él
ción v á la justicia que tus inclinacio- dente de menos cantidad ? Solo el orden
quitarle los corazones que se ha gran- la amaría. ¿ A que valen frías lecciones
nes personales; asi se porta un sirviente y la regla que multiplican el uso de los
geado; no quitará a su padre sus hijos, que desmiente un continuo ejemplo, sino
fiel y un hombre de bien. Luego si no bienes pueden convertir en felicidad el
i consistirá toda la diferencia en que para hacer creer que el que |as da se
tiene culpa el acusado le da siempre al- placer. Y si nace la propiedad de la
jyer los mautenia él, y ellos le manten- burla de la credulidad ageoa? ¡Que gran
gún elogio para justificarle. Pero si relación de las cosas con nosotros, si
drán boy , porque á sus criados que disparate dicen los que nos exhortan á
realmente la tiene le libra delante de los nos da las riquezas mas antes que d
para él erau estraoos los ha hecho su- hacer lo que dicen , y no lo que hacen!
dem.is de parte de su confusion: su- empleo de ellas su adquisición, ¿qne
ros,yse los ha apropiado. Asi se apren- Quien no hace l o que dice nunca lo dice
pone que tendrá algo que alegar en de- afanes importan mas al padre de fami-
de á disfrutar verdaderamente de sus bien, porque falta e l idioma del cora-
fensa suya que no querrá declarar á pre- lias que la economía domestica y el barí
tienes, de su familia y de s í propio; asi zoo que es el que mueve y persuade.
sencia de tanta gente; le da una hora para gobierno de su casa donde las mas per-
las menudas ocupaciones de una casase Algunas veces h e oído esas conversacio-
oirle privadamente; y alli ella 6 su ma- fectas relaciones tienen conesion directa
convierten en delicias para el hombre nes disfrazadas sin arte qnc en presencia
rido le dan una agria reprensión. Lo ra- con é l , y donde el bien de cada miem-
de bien que sabe apreciarlas en lo que d e los criados se tienen, como en pre-
ro que hay en esto es que el mas temido bro aumenta entonces el de la caben?
raleo , y asi lejos de mirar como « o sencia de las criaturas para darles lee-
de los dos no es el mas severo, y que
gravamen sos obligaciones, cifra en ellas ciones indirectas. Lejos de pensar que
menos miedo tienen de las ásperas re- ¿ Los mas ricos son los mas felices? su felicidad y saca de sus nublos y afec- tragasen por un solo instante el anzuelo,
prensiones del señor de Wolmar que de Que vale la opnlencia para la felicidsf
tuosas funcioues la gloria y la satisfac- siempre los he v isto reírse en secreto de
las afectuosas quejas de Julia. El uno Pero toda casa bien ordenada es unas«
ción de ser hombre. la necedad del amo , que l o s tenia por
haciendo hablar la justicia y la verdad del alma de su amo. Los dorados techos,
tontos vendiendo sin arte delante de ellos
aterra y confunde á los culpados ; la el lujo y la magnificencia solo la vani-
» a s ¡mas que sabian muy bien que ny
otra les infunde un mortal sentimiento dad de'quien de ellos hace alarde in- Y si son tan mal apreciadas, ó tan
eran las suyas.
de su c u l p a , manifestándoles el que dican , en vez de que en todas partes poco conocidas, estas preciosas utilida-
ella tiene en verse precisada á privarlos donde vea V. reinar la regla sintnsteu- des,)- si los pocos que á ellas aspiran tan
de su cariño. Muchas veces les saca la- sin esclavitud la p a z , sin profusión b contadas veces las alcanzan , todo esto Ninguna d e estas vanas sutilezas s e
grimas de dolor y vergüenza , y no po- abundancia , diga con toda coofiama: proviene de uua misma causa. Obliga- conoce en esta casa, y el arte principal
cas sucede que se enternece ella pro- aquí manda un hombre feliz. ciones hay sencillas y sublimes que en de los amos para que sean sus criados
pia al ver su arrepentimiento, con la manos de pocos está el amarías y de- lo que ellos quieren es dejarse ver de es-
esperauza de no hallarse obligada á Yo por mí pienso que la señal mas sempeñarlas; y de esta especie son las tos como ellos s o n . Siempre es ingenua
cumplir su palabra. cierta del verdadero contento del anii» del padre de familias, á las cuales inspi- y siucera s u conducta, porque no recelan
es la vida retirada y doméstica, T q* ran cierta repugnancia el tráfago y el que sean desmeiitidas sus palabras por
los que sin cesar van buscando la dicto bullicio del mundo , y que también se -SUs- acciones. Como no tienen par? s í
en casas agenas , es porque no la en- desempeñan mal cuando nos encargamos uoa moral diferente d e la que enseñar á
Uno que apreciase todos estos afanes
cuentran en la suya. Un padre de faw- de ellas por razones de Ínteres y avari- los demás preteod¡en no necesitan c i r -
por lo que en su casa ó en la del vecino
lias que está contento en su casa, dis- cia. \ o falta quieo cree que es un buen cunspección e o sus razones, ni una cs-
Sucede acaso los reputaría inútiles ó pe-
fruta en pago de los afanes eonüw« padre de familias, y no -es mas que un presion que se les va sin pensar destru-
nosos; pero V . , Milord, que tan alta
que se toma el gozo perenne de los»® vigilante mayordomo ; puede que pros- ye los principios que se han esforzado
idea de las obligaciones y los gustos del
dulces afectos de la naturaleza. Solo en- pere so caudal, pero nunca irá bien go- á asentar. N o dicen imprudentemente
padre de familias t i e n e , v conoce el na-
tre todos los mortales es arbitro df» bernada su casa. Proyectos mas altos se todos sus negocios, pero d i c e a c o n fran-
tural imperio qne en el corazón humano
propia felicidad , por qne es feliz,«»
te grangean el ingenio y la virtud, com-
hay pocos muy corpulentos, y estos es- arbustos, de grosella, malezas de filas, res eo hilos casi imperceptibles circula- • ¡mentado ; no obstante la curiosidad era
taban y a , ademas de que Jaba lo prin- de avellanos, de saúcos, de geringaígas, ba, y á veces por un menudo y taraceado lo que mas ansiaba por satisfacer, v mas
cipió esto mucho tiempo antes de su ca- de retamas , de trébol, que ornaban !> guijo, que daba al agua nuevo brillo, eor- ocupado me traía la vista de los objetos
samiento, y casi lnego que murió su ma- tierra, haciendo que pareciese que» ria. Veíanse las fuentes salir hulíendo que el examen de su impresión, deján-
dre, que se vino aquí con sn padre á estaba desmontada. Seguía las calles ir. de la tierra, y á veces canales mas hon- dome llevar de esta deliciosa contem-
buscar la soledad. Bien está , dije, una regulares y torcidas qne bordaban esta dos en que apacible y sosegada reflejaba plación sin tomar el trabajo de pensar.
vez que dice V. que todos estos espesi- frondosos bosquecillos, y que cubra d agua à la vista los objetos. Ahora ya Pero la señora de Wolmar sacandome
llos, estos vastos toldos, estas colgantes mil guirnaldas de dulzamara , de sola» comprendo todo lo demás , dije à Julia, de este distraimiento , y agarrandome
copas de arboles, estas florestas tan som- trepador, de lupnlo, d e albnhol, de por esas aguas que veo por todas par- del brazo , me dijo : todo cuanto V. ve
brías sean producción de siete á ocho brioBta, de clemátide y otras plantas de tes... De allí vienen, replicó enseñándo- no es mas que la naturaleza inanimada
años, y fruto del arte, pienso que si en esta especie, con las cuales se dignaba me el sitio donde estaba el terrado de y vegetal, y hagase lo que se quiera
recinto tan vasto le ha costado á V. mil confundirse la madreselva y el jaim». sn jardín. Es el arroyo mismo que en el deja siempre una idea de soledad que
duros, ha sido muy barato. No echa V. Parecía que estas guirnaldas sehabiaj cuadro de flores da á costa de mucho entristece. Venga V. á verla animada y
mas que mil duros de mas, me dijo; no enlazado sin arte de un árbol áotre, trabajo agua por un saltadero del que sensible, allí es donde cada momento
me ha costado nada.—¡Gomo nada!— como lo babia notado algunas veces ei oadie hace caso. No quiere destruirle del día le hallará uu nnevo atractivo. Va
Nada, á menos que quiera V. contar una la selva, y formaban encima de nosotros mi marido por respeto à mi padre que adivino, le dije : oigo un ruidoso y con-
docena de dias al año que trabaja mi jar- nna especie de toldo qne nos presertabt le bizo. ¡ Pero con que gusto venimos fuso g y g e o , y veo pocos pajaros; sin
dinero, otro tanto dos ó tres de la fami- del s o l , mientras que debajo de nuestras todos los dias à ver correr en este ver- duda tiene V. pajarera. Verdad es, dijo,
lia, v algunos* el señor de W'olmar que plantas temamos uua alfombra suave, jel esta agua à que casi nunca nos arri- acerquemomos á ella. No me atreví por
no se ha desdeñado d e s e r algunas ve- eomoda y seca en nn musgo lino, sw mamos en el jardin ! El saltadero echa entonces á decir lo que de la pajarera
ces mi mozo jardinero. No comprendía arena, sin verba, y sin ramas ásperas. agua para los forasteros , y aquí el ar- pensaba, pero esta idea tenia para mí
la significación de este enigma, pero Ju- Solo entonces descubrí, no sin estrañe- rojo corre para nosotros. Verdad es que algo de desagradable, v no me parecía
lia que hasta entonces me había detenido, za , que aquel verde sombrío y apiñad» be reunido à él el agua de la fuente pu- concordante con las demás.
me dijo dejando qne me fnera: vaya V. qne tarto me había pasmado desde kj* blica que iba al lago por el camino real,
adelante y me eoiHprenderá. A Dios Ti- no era otra cosa que un monton de plas- que echaba á perder en detrimento de Bajamos por mil revueltas á la parte
m a n , á Dios Jnan Fernandez, á Dios tas reptantes y pjrasítas que enroscándo- los traginantes, y sin provecho para na- inferior del verjel , donde hallé reunida
todo el encantamiento. Dentro de un ins- se por el tronco de los arboles rodeaba» die. Hacia un recodo al pie del verjel toda el agua en un cristalino arroyo que
tante estará V. de vuelta del cabo del SU copa de nn denso follaje , y su pie de entre dos filas de sauces que he metido mansamente entre dos filas de sauces,
mundo. frescura y sombra. También noté que eoa dentro de mi recinto, y llevo la misma muchas veces chapodados, se deslizaba.
el auxilió de una industria muy sencilla« agua por otros caminos. Sus cimas huecas y medio desnudas for-
babia conseguido que tomaran raiz en te maban unas especies de vasos, de donde
Póseme a recorrer estático este verjel troncos de los arboles mochas de estas
asi transfigurado, y si no bailé plantas plantas, de suerte que se veían masera Entonces vi que no se había becho por el arte que antes lie esplicado sa-
exóticas ni producciones de indias, en- andar menos camino. Bien compre«* mas que hacer que estas aguas se des- lían follajes de madreselva que parte se
contré las del pais dispuestas y reunidas Vm. qué ta fruta no gana nada con todas rizasen con economia dividiéndolas v reu- enlazaban en torno de las ramas v parte
de modo que producían el efecto mas ri- estas adiciones, pero solo en este para- meodolas cuando convenia , disminu- caia con gracia por |3S orillas del arro-
sueño y mas grato. El verde y denso pe- je se ha sacrificado lo ulit á lo agrada- yendo el desnivel en cuanto era posible, yuelo. Casi al estremo del recinto había
ro corto y apretado cespcd, estaba mez- b l e , y en la demás tierra están cilia- para alargar el circuito, y conseguir el un estanque chico bordado de verbas,
clado con serpol, atmoradaj, tomillo, dos coó tanto esmero arboles y plantas, murmurio de algunas pequeñas cascadas, juncos y cañas que servia de bebedero
mejorana, y otras plantas aromáticas. Se que arinque falta este verjel es la co- lina capa da arcilla cubierta con una á la pajarera , y era la postrera estación
reian brillar mil flores campestres, en- secha de fruta mucho mas considera^ pulgada de guijo del lago , y sembrada de esta agua tan preciosa y tan bien
tre las cuales distinguían los ojos con d e lo que antes «ra. Si reflexiona V.ene! deconchas, formaba el cauce de los ar- aprovechada.
estrañeza algunas de jardín, qne al pa- gusto que algunas veces se tiene eu ra royos. A trechos corrían bajo algunas
anchas tejas tapadas enn tierra v cesped Mas allá del estanque babia un terra-
recer naturalmente con las otras crecían. en lo interior de un bosque una frutas»
á nivel del suelo, y á su salida formaban plén , terminado en el ángulo del coto
De cuando en cuando encontraba espe- vestre, y refrescarse con ella, coleji"
»tras tantas fuentes artificiales. En va- por un montecillo guarnecido con una
suras impenetrables á los rayos del sol el que aquí se encuentra hallando eo o
nos sitios ásperos se levantaban por si- muchedumbre dearbolillos de todas es-
como en la selva mas enmarañada. For- desierto artificial frutas escelentesy»
¡onesalgimos chorros, que caían borbo- pecies ; los mas chicos en lo mas alto,
mábanlas arbnlcs de la madera mas fle- duras aunque contadas y de mala facM>
lando. Finalmente refrescada y humede- y que crecían cu tamaño á medida que
xible cuyas ramas habían sido encorvadas pero que ofrecen la diversión de buscar-
cida asi la tierra, sin cesar daba nuevas estaba mas bajo el suelo , lo cual hacia
plantadas en tíerrra, y babian echado las y escogerlas.
«ores, y mantenía siempre verde v her- el plano de las copas casi horizontal, ó
raices con un artificio semejante á lo qne
mosa la verba. manifestaba que debía serlo un día. D e -
naturalmente sucede en America con los
Coauto mas este agradable asilo re- lante había una docena de arboles nue-
manglares. En los sitios mas descubier-
sentía crecer la deliciosa sensa- vns todavía pero que debían un día ser
tos veía acá v alia sin orden ni simetría Todos estos senderos estaban rega»
"oo que cuando entré en él había cspe- muy grandes , como hayas, olmos, fres-
matorrales de rosales, de sangüesos, de y atravesados por un agua limpia rea-
nos y acacias. Los bosquecillos de esta
ra , que á veces entre la yerba y las

t
colina erau el albergue de la muchedum- traran criados en este s i t i o , en brert de la naturaleza. S e ñ o r a , le repliqué la cocina unas bogas que se trajo aqui
bre de pajaros cuyo gorgeo desde lejus vería V, desaparecer l o s pajaros, y á muy triste, V. es esposa y m a d r e , y esos sin que yo lo supiera, y las dejé por n o
habia « i d o , v al abrigo de esta enrama- ahora son tantos es porque siempre los son deleites que está eu estado de dis- desazonarla porque mas vale todavía
da , como debajo de un vasto parasol ha habido. No se hace que vengan coa», frutar. Cogieodome entonces la mano el que esté un poco de pescado alojado
se veian revolotear , c o r r e r , cantar, do 110 los hay , pero cuando los hay es señor de Wolmar v apretandomela, me menos á sus anchuras que de dar un
provocarse, reñir como si no nos hubie- fácil atraer otros satisfaciendo todas sie dijo: V. tiene a m i g o s , y estos amigos disgusto á una buena muger. Tiene V.
ran vislo. T a n lejos estuvieron de esca- necesidades, n o asustándolos nunca, de- tienen hijos, ¿como puede serle ageno razón, respondí, y no es tanta la des-
parse cuando llegamos, que conforme jándolos criar sus hijos sin incomodar- d afecto paternal? Miréle y miré á Ju- gracia de este cu verse libre de la sar-
á la idea en que estaba yo imbuido, creí l o s , y no cogiéndoselos, porque asilos lia, ambos se miraron, y me volvieron tén á este precio.
al principio que estaban encerrados con que hay se quedan , y los que vienes nna mirada tan c a r i ñ o s a , que abrazao-
se quedan también. Aunque separado dolos á uno y á otro les dije enterneci- ¿ V bien que le parece á V. ? me dijo
un enrejado, pero cuando llegamos á
del v erjel, va existia este hosqnecillo; do: tanto cariño como V. les tengo yo. cuando nos volvíamos, está V. todavía
orillas del estanque vi que bajabau mu-
Julia le metió dentro cercándole ron un .Vo sé porque efecto tan raro puede una al cabo del mundo? N o , d i j e , que me
chos , v se acercaban a nosotros en una
vallado de zarzas, quitó la que le sepa- palabra mudar asi una alma , pero des- ha sacado V. de é l , y me ha llevado efec-
especie de calle corta que dividia en dos
raba, le ha agrandado , y le ha hermo- de este puuto me parece el señor de tivamente á los campos Elíseos. Bien me-
el terraplén:, y comunicaba del estan- seado con nuevas plantaciones. A iz- rece esa burla, dijo el señor de Wolmar,
que á la pajarera. Entonces dando el se- Wolmar otro h o m b r e , y menos veo en
quierda y derecha de la calle que allá & al marido de la que tanto q u i s e , que el pomposo nombre que á este verjel
ñor de Wolmar la vuelta del estanque lleva ve V. dos espacios llenos de nna ha dadi^ Alabe V. moderadamente j u e -
il padre de dos criaturas por quienes
tiró eu la calle dos ó tres puñados de confusa mezcla de yerbas, paja y to- gos de n i ñ o s , y considere que no han
diera mi vida.
una mezcla de varios granos que en la d o genero de plantas. Cada año liara distraído un punto de los cuidados d e
faltriquera llevaba , y asi que se hubo sembrar trigo , mijo , girasol, cáña- Quise dar la vuelta al estanque para madre de familias. Va lo s é , repliqué ,
retirado acudieron los pajaros, y se pu- mo , arvejas ( 2 ) , y en general todos 1« contemplar mas de cerca este tan grato y estoy muy cierto de eso; pero en este
sieron á comer como si fueran gallinas, granos que gustan á los pajaros, y no albergue, v sus pcqueñuelos moradores, genero los juegos de niños me agradan
con tanta serenidad, que luego vi que se coge nada. Ademas de esto casi todos pero rae detuvo la señora de Wolmar. mas que las tareas de los hombres.
estaban habituados á este ejercicio. Me los dias eu invierno y verano, ella ó jo Xadie va á perturbarlos, me d i j o , en
les traemos de comer , y cuando no lo Sin embargo hallo aqui una c o s a ,
embelesa e s t o , csclamé. Mucho habia sa domicilio, y V. es el primero de nues-
h a c e m o s , por lo común suple por no- continué, que no puedo comprender, y
estrañado que tuviera V. pajarera, pero ¡ros huespedes que hasta aqui he traido.
sotros la Paca. Tienen el agua á dos pa- es que un sitio tan diferente de lo que
ahora entiendo lo que queria decir esta Coatro llaves hay de este verjel; mi
sos , como V. v e , y mi muger cuida has- era no puede haber mudado asi sin c u l -
v o z , y veo que quiere V. huéspedes y padre y nosotros dos tenemos cada uno
ta de que hagau sus nidos. Con la pro- tivo y trabajo; no obstante en parte
no cautivos. ¿ Que llama V. huespedes? la suya. P a c a , como inspectora , tiene
ximidad de materiales, la abundancia de ninguna descubro el menor vestigio d e
respondió Julia , nosotros somos los la cuarta y trac algunas veces á mis hi-
víveres y el mucho esmero que se pone cultura ; todo está v e r d e , lozano, v i g o -
suyos ( r ) ; ellos son aqui los a m o s , v jos; favor cuyo precio se aumenta con
en apartar de aqui todo enemigo (3), r o s o , y no se columbra la mano del jar-
la mucha circunspección que de ellos se
les pagamos tributo, para que nos recí- el sosiego imperturbable que disfrutan dinero; nada desmiente la idea de una
oige mientras están aqui. Gustio tam-
bau alguna vez. Bueno es eso , repliqué, los escita á poner eu este paraje como- isla desierta , que cuando entré me ocur-
poco entra nunca sino con uno de los
¿ pero como se han apoderado de este- do, donde no les falta nada, y ninguno r i ó , y no distingo huella ninguna huma-
coatro, y este en pasandosc los dos me-
sitio esos amos ? porque medio se han los perturba. De este modo la patria de na. Ah! dijo el señor de W o l m a r , eso
ses de primavera en que es útil su tra-
reunido tantos moradores voluntarios? los padres también es la de los hijos, j es porque ha habido mucho cuidado en
bajo no entra casi nunca, y todo lo de-
Vo nunca oí decir que se hubiera ten- se conserva y multiplica la poblacioo. borrarlas. Yo hé sido muchas veces tes-
®JS lo hacemos nosotros. De suerte, le
tado cosa semejante, y no hubiera po- tigo , y algunas cómplice de la picar-
que de miedo de que fuesen escla-
día. Se siembra heno en todos los s i -
dido creer que fuese asequible si n o tu- 'os los pajaros, se han constituido Vds.
tios trabajados, y en breve esconde la
viera la prueba delante de mis ojos. ¡ Ah , dijo Julia, ahora no ve V. na- los suyos. Esa s i , me r e p l i c ó , que es la
yerba los vestigios del trabajo ; por el
La paciencia y el t i e m p o , dijo el se- da ! cada uoo uo piensa mas que eu si espresion de un tirano, que nunca cree
invierno se echan algunas cargas de es-
ñor de W o l m a r , han obrado este pro- p r o p i o , pero los esposos inseparables, ipie disfruta de su libertad, como no
tiércol en los sitios áridos y esteriles,
d i g i o , dos medios en que raras veces el celo de los cuidados domésticos, la perturbe la de los demás.
el estiercol se come el musgo , aviva la
piensan los ricos para sus deleites. Siem- terneza paterna y materna, todo eso lo
yerba y las plantas, los mismos arboles
pre acuciados para gozar , los únicos ha perdido. Dos meses hace que era co-
Coando ya nos poníamos eu camino se aprovechan; y no se conoce por e l
sa deliciosa hallarse aqui para que go-
agentes que couoceu son la fuerza y el para volver, tiró el señor de Wolmar un verano. En cuanto al musgo que cubre
zara la vista del espectáculo de mas em-
d i n e r o ; tienen pajaros en jaulas, v ami- puñado de cebada al e s t a n q u e , y vi que algunas calles, nos ha enviado de Ingla-
beleso, y el corazon del afecto mas dulce
g o s por tanto cada mes. Si una vez en- acudian á comersela algunos pececillos. terra milord Eduardo el secreto de ha-
d a , ola, dije al instante, aqui tenemos cerle prender. Estos dos lados, s i g o i ó ,
( 1 ) Esta respuesta no es exacta, porque la uoz huesped es correlalrvo- cautivos. S i , d i j o , son unos prisioneros estaban cerrados con tapias , las tapias
huesped es el hospedado y huesped el que hospeda. de guerra á quienes se les ha perdonado se han cubierto no con espalderas, sino
(2) Algarroba. JJ xida. Sin d u d a , añadió su muger. con arbustos espesos que hacen que l o s
p
( 3 ) Los lirones, las ratas, losmochuelos, y sobre todo los muchachos. oco tiempo hace que robó la Paca eu 3-2
confines de) verjel se cree que soa el dueño de esta casa , se trae consigo s viduo no se agrada ; le cubre un árbolla otra tiene á lo meuos nobleza magni-
principio de 011 bosque. Por los otros un arquitecto que p3ga mnv caro pin de veinte pies lo mismo que uno de s e -
ficencia y cierta especie de verdad: ¿pero
dos lados hay plantados fuertes vallados desfigurar la naturaleza. ¡ Con qoe des- senta , ( I ) nunca ocupa arriba de tres
que significa el valor de una cebolla ó
v i v o s , bien guarnecidos con arces, es- den entraría en este sencillo y mezqoini pies de espacio, y como un arador, asiuna raiz q u e á veces está royendo ó
pinos b l a n c o s , a c e b o s , alheñas , y otros paraje ! con que desprecio baria arris- desaparece en sus inmensas posesiones.destruyendo un i n s e c t o , mientras que la
arbustos mezclados que les quitan el as- car todas estas frioleras! que bien at están ajustando, ó él de una flor lozana
Otra pasión hay directamente contra-
pecto de valladas y les dan el de un ncado quedaría todo ! que bellas cafe á medio dia y marchita antes de poner-
riaá esta , y todavía mas ridicula, por-
monte tallar. Nada ve V. alineado, na- haria plantar ! que hermosos pies dt se el sol ? que e s una belleza de c o u -
que ni siquiera permite gozar del paseo
da nivelado , nunca entró el cordel en g a l l o , que hermosos árboles formando vcncion , que sola para los ojos de los
para que fueron destinados los jardines.
este sitio, porque la naturaleza nada quitasoles y abanicos! que preciosos», curiosos es s e n s i b l e , y que solo es b e -
Va entiendo, le dije : la de aquellos n e -
planta á c o r d e l ; en su fingida irregu- rejados, y que bien cincelados ! qne be- lleza porque quieren que lo sea ? Puede
cios curiosos, aquellos mezquinos floris-
laridad estas vueltas y revueltas con tal llos planteles de boj bien dibujados,!«» tas que se quedan pasmados al mirar unvenir tiempo de que se pida en las flores
arte dispuestas que alargan el p a s e o , perfilados, bien cuadrados ! que airaste todo lo contrario de lo que boy se bus-
ranúnculo, y se hincan de rodillas delan-
esconden las riberos de la isla y agran- bolingrines de cesped fino de Inglater- te de una tulipa. Con este motivo les c a , y con la misma razón que ahora ;
dan su estension a p a r e n t e , sin dar in- ra , redondos, c u a d r a d o s , sesgados, eouté, Milord, lo que me habia sucedi-entonces será V. el docto á su turno , r
cómodos y muy frecuentes rodeos (1). ovalados ! que bellos tejos en figura ile su curio») el ignorante. Todas estas mez-
do en Londres en aquel jardin d o n d e
dragones, de p a g o d a s , de muñecos, de BOS introdujeron con tanto aparato , yquinas observaciones que degeneran eu
Contemplando todo esto me parecía todo género de monstruos! que bonita donde vimos brillar con tanta pompa estudio no convienen al hombre racio-
que era cosa cstravagante emplear tanto vasos de b r o n c e , y que bonitas frutas todos los tesoros de Holanda encima denal, que quiere que tenga su cuccpo uii
trabajo en disimular el que se había de piedra para adorno de su jardin L. ejercicio moderado , ó que se desahogue
cuatro cargas de estiércol. No olvidé la
empleado: ¿ no hubiera valido mas no ( 2 ) Cuando todo eso esté ejecutado, dy ceremonia del quitasol y la varita con su espíritu en el paseo conversando cou
emplear ninguno ? No obstante todo el señor de Wolmar , habrá hecho tai queme honraron á mí indigno, como á sus a;Jigos. El destino de las flores es
cuanto hemos dicho á V., respondió Ju- sitio muy hermoso adonde irá la gente los demás espectadores. Les confesé divertir de paso nuestras miradas, y no
lia , evalúa el trabajo por sus efectos, y raras veces, y de donde saldrán siempre humildemente como habiendo querido el ser objeto de una menuda anatomía
se engaña. T o d o cuanto V. ve son plan- lo mas presto que puedan á buscar d (2). Mire V. cual brilla por todas partes
echarlo también de inteligente , y aven-
tas agrestes y robustas que basta con c a m p o ; un sitio triste donde nadie se tara- mi elogio de una tulipa cuyo co- en este verjel su reina , empapando en
plantar en la tierra para que ellas crez- paseará, pero por donde pasarán para aromas el aire , hechizando l e s ojos , y
lor me pareció vivo , y elegante su for-
can por sí propias. Parece por otra ir á pasearse; en vez de que en mis cor- ra , se mofaron , me huchearon , y me sin que cueste asi cuidado ni cultivo.
parte que se complace la naturaleza en rerias campestres muchas veces me vuel- silbaron todos aquellos sabios, y como Por eso la desdeñan los floristas: la na-
esconder á los ojos humanos sus verda- vo á priesa á mi casa para venir á pa- el profesor del jardín pasando del me- turaleza la hizo tan bella que no es po-
deros atractivos, que los mueven muy searme aqui. sible añadir á ella hermosuras d e c o n -
nosprecio de la flor al de su panegirista,
p n c o , y que desfiguran cuando están »o se dignó de mirarme siquiera en to- vención , y no pndiendo atormentarse
cerca d e ellos. 1.a naturaleza huye los en cultivarla, uada hallan que los hala-
da la tarde, y pienso , a ñ a d í , que s i n -
lugares cultivados ; en la cima de los En esos terrenos tan vastns y con tan- gue. El error de los pretensos hombres
tió muebo el ver profanados su quita-
montes , en la espesura de las selvas, en ta riqueza adornados solo veo la vanidad de gusto es querer arte en todos partes,
sol y su varita.
las islas desiertas, es donde bace alarde del propietario y el artista , qne ansio- v n o éstar satisfechos si no se deja ver
de sus mas atractivos embelesos. C o s q u e sos siempre de hacer alarde uno de su el arte mientras que consiste el gusto
con ella se agradan y no pueden ir á opulencia y otro de su habilidad, tra- Esta afición , dijo el señor de Wol-
sano en ocultarle, especialmente cuando
buscarla tan lejos se ven precisados á bajan á mueba costa en causar hastio á «ar, cuando en inania degenera tiene
se trata de las producciones de la natu-
violentarla, á forzarla en algún modo quien quisiere disfrutar de sus afanes. « no sé que vanidoso y mezquino, que
á que venga á habitar con ellos , y no Sus gustos los acibara una falaz pasioo, b bace pueril y ridiculamente costosa;
puede hacerse todo esto sin algo d e ilu- que no es propia del pecho humano, de
sión. desmedida grandeza. Siempre es tristed
(1) También debería decir algo del mal gusto de chapodar ridiculamente
aspecto de la grandeza , porque escita
fcí arboles , para que se alcen hasta las nubes, privándolos de sus fron-
la idea de la pequeñez del que le pre-
dosas copas , de su sombra , apurando su'savia , y estorbiéndo que se ro-
Al oír estas palabras me ocurrió una
senta. En mitad de sus cuadros de flores,
bustezcan. Verdad es que este método da leña á los jardineros , pero se la
idea que los hizo reir. Me figuro , les
y sus vastas calles de arboles, el inefi-
quita al país que no la tiene de sobra. Diriase que la naturaleza en Francia
dije, á un rico de París ó l a n d r e s , que ,¡
de otra especie que en todo lo demás del mundo, tanto se esmeran los
fnmeeses en desfigurarla. Los parques están plantados de lenguas persi-
(1) De suerte que no se trata de bosquecillos tan ridiculamente retorcidos
gas ,- son selvas de mástiles, ó de cañas de maíz, y se pasea uno en mi-
que no se puede andar como no sea de lado, y a cada paso es menester
'•ad de un bosque sin hallar sombra.
dar una vuelta al rededor.
( t ) Estoy persuadido d que dentro de poco no se hallará en los jardines (2) íVo habia reflexionado bien acerca de esto el sabio IPolmar. ¿ El, que
¡ua
nada de cuanto se encuentra en el campo ; no habrá ni plantas ni arboles ;} bien observaba á los hombres, tan mal obseivaba á la naturaleza ? no
solo se verán flores de porcelana , mamarrachos, enrejados, arenas de todos tibia que, si es grande sie -<lutor en las cosas grandes , es grandísimo en
colores, y hermosos vasos llenos de aire. las pequeñas ?
raleza. ¿ Que significan esas calles tan d a d , pero no serán siempre exactas®, BUT bien en pensar en esta parte solo en de los caudales y afanes que han costa-
derechas tan bien enarenadas , que sin te paralelos los dos lados de sus c a f e , losestraños. En cuanto á lo demás, en la d o . ¿ No nos ha departido la suerte sufi-
cesar se encuentran, y esas estrellas con no será siempre su dirección en lina China he visto jardines como V. los quie- cientes penas que las queremos hasta en
las cuales en vez de ensanchar á los recta, y tendrá un 110 sé que incierto, re, y hechos con tanta arte que no se nuestros j u e g o s ?
ojos el tamaño de un parque como se como el andar de una persona ociosa qt: distinguía el arte, pero de modo tan dis- l;n solo reparo tengo que poner á su
imaginan , no se hace otra cosa que ma- va á un lado y á otro paseándose. Xi pendioso, y que costaba tanto el man- Elíseo de V., dije mirando á Julia, que
nifestar con torpeza sus limites ? Se ha- se cuidará de descubrir desde lejos her- tenerlos, que sola esta idea me privaba le parecerá g r a v e ; que es una diversión
lla en los bosques arena de ríos ? ó des- mosas perspectivas, la afición á los pe» de toda la satisfacción que hubiera po- superflua. ¿A que viene hacer nuevos
caosa el pie con mas blandura en esta tos de vista v las lontananzas procede dido tener en verlos. Ilabia r o c a s , gru- paseos, teniendo al otro lado de casa
arena que en el musgo ó en la menuda de la propensión que la mayor parte ii tas, cascadas artificiales en sitios llanos bosquecillos tan deleitosos y tan descui-
yerba ? gasta sin cesar la naturaleza es- los hombres tienen á no hallarse na 1 arenosos donde solo agua de pozo se dados ? Verdad e s , respondió algo c o n -
cuadra y regla ? tienen miedo de que se t g u s t o sino donde no están; siempre encuentra; flores y plantas raras de t o - fusa, pero este me gusta mas. Si hubiera
la reconozca en algo , no obstante su anhelan por lo que está distante dt dos los climas de la China y la Tartaria V. meditado bien su pregunta antes de
afan en desfigurarla ? Finalmente, ¿ no e l l o s ; y el artista que no acierta á con- reunidas y cultivadas co un mismo suelo, hacerla, interrumpió el señor de W o l -
es cosa graciosa que, como si estuvieran tentarlos con lo que está inmediato t i « fióse veian á la verdad ni hermosas c a - mar, seria mas que imprudente. Desde
ya cansados del paseo, desde que salen á este recurso para divertirlos; pero al lles, ni distribuciones regulares; pero sí que está casada nunca ha puesto mi m u -
pasearse afecten plantarle en línea recta hombre de quien hablo no l e agita se- se veian hacinados con profusión los por- g e s los'pies en ios bosquecillos de que
para llegar antes á la meta ? no parece mejante inquietud, y cuando se halla ten tosquesolodesparramadosy separados V. habla, y sé muy bien el motivo, a u u -
que toman el camino mas c o r t o , porque bien donde está, no se cura de estar ea se encuentran; presentábase la naturaleza que siempre me le haya ocultado. V que
mas bien que un paseo emprenden un otra parte. Aqui por ejemplo no sale b bajo mil semblantes diversos, y todo junto no lo íguora aprenda á respetar el sitio
viaje , y tienen priesa por concluirle vista del paraje y está uno muy satisfe- no era natural. Aqui uo se han conduci- donde se h a l l a , que está plantado por
desde el punto que 1c empiezan ? cho con esta coartación, porque quisie- do tierras ni piedras, no se han construi- mano de la virtud.
ra persuadirse á que todos los embelesos do bombas ni arcas de agua; no se nece-
¡ Pues que hará el hombre de g u s t o , de la naturaleza están en este punto en- sitan estufas, ni hornillos, ni campanas Apenas babia recibido tan justa r e -
que vive por vivir, que sabe disfrutar de cerrados, y me temeria que la menores- de vidrio, ni esteras de paja. Un terreno prensíon, cuando la familia chica condu-
sí p r o p i o , que aspira á sencillos y ver- cursion d o la vista afuera privara de casi llano ha sido adornado con arreos cida por Paca entró al tiempo que noso-
daderos contentos, y que quiere tener mucha delicia este paseo ( 1 ). Por cier- mu; sencillos, algunas yerbas y arbo- tros salíamos. Estos tres amables niños
uu paseo á la puerta de casa .' Le hará to que todo aquel que n o guste de pasar lillos comunes, algunos bilos de agua se arrojaron al cuello del señor y la s e -
tan comodo y tan agradable que pueda los dias hermosos en sitio tan sencillo i que corren sin apremio ni aparato, han ñora de Wolrnar, y á mí me cupo parte
gozar de él á cualquier bora del d i a , al a m e n o , ni tiene puro el gusto ni sana ¿ bastado para hermosearle; ha sido un jue- de sus inocentes halagos. Volvimos á e n -
mismo tiempo tan sencillo y natural que alma. Confieso que no es para llevará go sin afan, cuya facilidad causa nuevo trar Julia y yo en el Eliseo, dando algunos
n o parezca que ha hecho nada. Reunirá él en pompa á los forasteros, pero el gusto al espectador. T e n g o la intima per- pasos con e l l o s , y fuimos después á b u s -
a g u a , verdura, sombra y frescor, por- cambio puede uno deleitarse en él,si» suasión de que podria ser este sitio toda- car al señor de Wolmar que estaba ha-
que también la naturaleza reúne todas enseñársele á nadie. vía mas agradable, y agradarme infini- blando con unos operarios. En el camino
estas cosas. No pondrá simetría en nada tamente m e n o s , como por ejemplo el me dijo Julia que despues que fue madre
que es contraria de la variedad la natu- celebre parque de milord Cobham en le había ocurrido acerca de este paseo una
S e ñ o r , le dije, á esos sugetos tan ri-
raleza , y se parecen tanto todas las ca- Están, que es una amalgama de sitios á idea, que había aumentado su celo en
cos que plantan tan hermosos jardines
lles de un jardín ordinario, que siempre cual mas hermosos y mas pintorescos, hermosearle. He pensado, roe d i j o , en la
les asisten poderosas razones para que 00
cree uno que está en la misma : despeja- escogidos en varios países, y en los cua- diversión de mis hijos, y su salud cuando
gusten de pasearse solos ni de entrar e»
rá el terreno para pasearse con comodi- les, como en los jardines de la China sean de mas edad. La conservación de
cuentas consigo propios; por eso hace»
de que acabo de hablar, todo parece na- este sitio exige mas atención que pena-
tnral, escepto el conjunto. El dueño y lidad; mas se requiere dar cierto contor-
( 1) No sé si se ha probado alguna -vez dar d las largas calles de una es- criador de esta soberbia soledad también n o á los ramos de las plantas que cavar
trella una ligera curvatura, de suerte que no pueda la arista alcanzar entera- ha hecho construir en ella ruinas, tem- y arar I3 tierra; quiero que sean un dia
mente al fin, y que se escomía a! espectador el estremo opuesto. Verdad ts plos y edificios antiguos, de suerte que mis jardineros c h i c o s , harán cuanto ejer-
que se perdería el recreo de los puntos de vista, pero se grangearia la ventajs se hallan reunidos los lugares como los cicio sea necesario para fortalecer su tem-
tan apreciable para los propietarios de que agrandase .i la imaginación el siú tiempos con sobrehumana magnificen- peramento , y no el suficiente para fati-
donde uno se encuentra, y en medio de una estrella bastante reducida se cree- ca- De esto es justamente de lo que yo g a r l e ; ademas de que mandarán hacer
ría uno en un inmenso parque. También estoy persuadido d que seria el pasea • e quejo. Quisiera que las diversiones lo que esceda las fuerzas de su e d a d , y
menos fastidioso, aunque mas solitario; porque todo cuanto deja juego alavM' dejos hombres tuvieran cierto viso de se ceñirán al trabajo que los divierta.
giruicion escita ideas, y da pábulo d la inteligencia. Pero los fabricantes l' facilidad que no recordara á la imagina- No puedo csplicar á V-, a ñ a d i ó , el gozo
jardines no son gentes que entiendan d: esas cosas. ¡ Cuantas veces se les cae- ción su flaqueza, y que al admirarse de que siento en representarme á mis hijos
ría en un sitio rustico el lapicero de las mimos, como á Le Nostre en el paripé «<as maravillas no se fatigara con la idea ocupados cu pagarme los cuidados que
de San James, si supiera como él que es lo que á la n ituraleza infunde vida, con tanto gusto me tomo vo por ellos, y
y á su espectáculo interés'.'
figurarme la alegría de sus tiernos cora- de mi r e g r e s o , he visto en s u a u s e n t a
z o n e s , cuando vean á so madre paseán- de lo que vo esperaba. He pasado en el la comida de los amigos ; están escluidos
á Julia; no c o m o fué para m í , y eoao
dose con delicia debajo de la sombra de Eliseo dos h o r a s , á las cuales no p r e - de él los c r i a d o s , los im¡>ertioentcs n o
me complazco aun en figurármela , sino
arboles cultivados por sus manos. En ver- fiero época ninguna de mi vida. Viendo vienen á é l ; se dice todo cuanto se pien-
como á mis ojos todos los dias se mues-
dad , amigo m i ó , me dijo enternecida la d embeleso y la rapidez con que habían sa , se revelan los secretos p r o p i o s , s e
tra. Milord , lie creído que veía á esta
v o z , que dias que asi han corrido s o n corrido, he notado que en la meditación da suelta á sus afectos , y puede uno
niuger ton encantadora, tan casta,tan
símbolo de la felicidad de la otra v i d a ; de los pensamientos virtuosos hay cierta abandonarse sin imprudencia á las dul-
virtuosa en medio del mismo acompaüi-
y 110 sin razón, imaginándomelos de an- especie de contentamiento interior que ces satisfacciones de la confianza y la in-
miento que ayer la rodeaba. En t o r n o
temano he puesto á este sitio el nombre nunca los malos han c o n o c i d o , v e s el timidad. Casi es este el único momento
de ella veia á sus tres amables hijos,
de Elíseo. Milord, esta incomparable mu- de deleitarse consigo propin. Si lo pen- en que es licito ser uno lo que e s , ¡asi
cara y honrosa prenda de la unión con-
ger es madre como es esposa, como e s sáramos sin preocupación , no sé que durara todo el dia ! Ab, Julia , iba vo á
yugal y la tierna amistad , hacerle y re-
amiga, como es hija, y para eterno supli- otro deleite con este puede igualarse; decir, muy interesado es ese deseo! pero
cibir de ella mil afectuosos cariños. A
cio de mi corazón también asi fue amante. ico á lo menos que quien gusta como me contuve. La primera cosa que con
su lado veia el grave W o l m a r , á este
JO de la soledad debe temer el prepa- mi amor he suprimido ha sido la alaban-
esposo tan querido , tan feliz , y Uo
A rrobado con tan deleitosa morada rarse á sí propio tormentos en ella. za. Alabar á uno en su cara , á menos
digno de serlo. Creia que veia sns pe-
1 e s supliqué por la noebe que permitie- Acaso sacaríamos de los mismos princi- que sea su dama, ¿ que otra cosa es que
netrantes y juiciosas miradas registrarlo
sen mientras estuviera en su casa que la pios la llave que espliea los juicios erró- tacharle de vanidad? Va sabe V., Milord,
intimo de mi corazon y sonrojarme to-
Paca me entregara su llave, v la comi- neos de los hombres acerca de las venta- si es p í s i b l e achacar este defecto á la
davía ; creia qne oia salir de su boea
sión de dar de comer á los pajaros. Al jas del vicio y las de la virtud ; porque señora de Wolmar. No , n o , la honro
reprensiones bien merecidas , » amones-
punto envió Julia á mi cuarto el saco de el gozo de la virtud todo es interior , y en demasía para no honrarla en silencio.
taciones mal escuchadas, veia en a
grano , y me dió su propia llave. No sé solo aquel que la siente le c o n o c e ; pero ¿Verla , oírla, observar su conducta no
eompañia a la misma Paca Regará viva
porque la admití con cierto género de todas las utilidades del vicio se presen- es suficiente elogio suvo ?
prueba de la virtud y la humanidad triun-
sentimiento, me parece que mas bien hu- tan á los ojos ágenos y solo el que las
fantes del mas ardiente amor. Ah! ¿que
biera querido la del señor de Wolmar. disfruta sabe cnanto le cuestan:
cnlpado afecto hubiera llegado á ella
Esta mañana me he levantado muy por medio de tan inviolable guardia? CARTA XII.
temprano , y con la impaciencia de una con que indignación hubiera yo sofocado Si la pena interna escrita
DE LA SEÑORA DE WOLMAR A LA
criatura me he ido á encerrar en la isla los villanos raptos de una delincuente y Lleváramos en la Jrenie
SEÑORA DE ORBE.
desierta. ¡ Que de gratos pensamientos no bien estinguida pasinn ? y por cnan ¡ Cuantos que envidia la gente
esperaba bailar en este solitario sitio, despreciable me hnbiera tenido si eoo Les causarían piedad! (i) ESTA escrito, amada mia, que tú has de
donde el dulce aspecto de la naturaleza solo un suspiro hubiera amancillado la ser en todos tiempos mi seguro contra
sola debia espeler de mi memoria todo pintura que enagenado me tenia de ino- Como se hacia tarde, sin yo pensarlo, mí propia, y que despues de haberme li-
este orden social y facticio que tan des- cencia y honestidad ? En mi memoria nno el señor de Wolmar á' buscarme, brado con tanta dificultad d e los lazos
venturado me ha hecho ! T o d o cuanto recapacitaba las palabras que al salir me y avisarme que Julia v él me estaban de mi corazoo me has de preservar tam-
voy á ver en torno de mí es obra de la habia dicho; y luego contemplando coa aguardando. V d s . , le he dicho en dis- bién de los de mi razón. Despues de
que tanto quise. La contemplaré en der- ella un tiempo venidero tan lleno de em- culpa roía, han sido los que me han im- tantas crueles pruebas be aprendido á
redor de m í ; nada veré que no hava to- beleso , veia á esta madre tierna enju- pedido estar con Vds.; tanto me embe- desconfiarme de los errores, romo de las
cado su mano, besaré las flores que ha- gando el sudor de la frente de sus hijos, b o la tarde de ayer que he vuelto á dis- pasiones cuyos hijos tantas veces son.
yan hollado sus plantas, respiraré c o n besando sus encendidas mejillas, y aban- frutar de ella esta mañana pnr fortuna ¡ Ah, si hubiera tenido siempre la misma
el rocio el aire que ha respirado, su donando mi corazon formado para amar ipe es chico mal, y una vez que roe han precaución ! Si en los pasados tiempos
gusto acendrado en sus diversiones me al afecto mas dnlce de la naturaleza- aguardado Vds. no se ha perdido la roa- hubiera hecho menos aprecio de mis lu-
pondrá á la vista todos sns atractivos, y Hasta el nombre mismo de Eliseo recti- nana. ces, menos hubiera tenido porque aver-
en todas partes la hallaré como está r e - ficaba en mi los descarríos de la imagi- Muy bien d i c h o , respondió la señora gonzarme de mis afectos.
tratada en lo intimo de mi corazón. nación, y escitaba en mi animo una calma £ Wolmar; mas valiera aguardar hasta
preferible á la turbulencia de las mas ha- No te asuste este preámbulo. Indigna
w doce que privarse del gusto de almor-
Al entrar en el Elisco con estas d i s - lagüeñas pasiones. Me retrataba en algu» seria yo de tu amistad, si todav ia tuviera
*ar juntos. Nunca los forasteros son ad-
posiciones , á desbora me acordé de las modo el interior de la que le habia ima- que consultarla acerca de asuntos graves.
por la mañana en mi cuarto , y
ultimas que ayer me dijo el señor de g i n a d o , y pensaba que una conciencia Siempre fué el delito ageno de mi cora-
* desayunan en el suyo. El almuerzo es
Wolmar casi en el mismo puesto , y sola agitada nunca tal nombre habria escogi- zoo, y me atrevo á creer que está de el
la memoria de estas palabras mudó en d o , decia y o : la paz reina en su cora-
un instante todo el estado de mi alma. zon , como en el asilo que ha nom- es muy hermoso, ,
Creí que veia la imagen de la virtud brado.
donde buscaba la del d e l e i t e , se lia
confundido en mi espíritu esta imagen Se vieran sus enemigos
con la del semblante de la señora de En su pecho , y reducida
Me habia prometido agradables imagi-
Wolmar ; v por la vez primera, después Toda su dicha fingida
naciones, y han sido muy mas agradables
A parecemos verdad.
figurarme la alegría de sus tiernos c o t a - de mi r e g r e s o , he visto en su ausenta
z o n c s , cuando vean á su madre paseán- de lo que vo esperaba. He pasado en el la comida de los amigos ; están escluidos
á Julia; no c o m o fué para m í , y eoao
dose con delicia debajo de la sombra de Elíseo dos h o r a s , á las cuales no p r e - de él los c r i a d o s , los ím¡>ertioentcs n o
me complazco aun en figurármela, sino
arboles cultivados por sus manos. En ver- fiero época ninguna de mi vida. Viendo vienen á é l ; se dice todo cuanto se pien-
como á mis ojos todos los dias se mues-
dad , amigo m i ó , me dijo enternecida la d embeleso y la rapidez con que habían sa , se revelan los secretos p r o p i o s , s e
tra. Milord , he creído que veia á tsü
v o z , que días que asi han corrido s o n eomdo, he notado que en la meditación da suelta á sus afectos , y puede uno
muger ton encantadora, tan casta,tan
símbolo de la felicidad de la otra v i d a ; de los pensamientos virtuosos hay cierta abandonarse sin imprudencia á las dul-
virtuosa en medio del mismo acompaüi-
y 110 sin razón, imaginándomelos de an- especie de contentamiento interior que ces satisfacciones de la confianza y la in-
miento que ayer la rodeaba. En torno
temano he puesto á este sitio el nombre nanea los malos han c o n o c i d o , v e s el timidad. Casi es este el único momento
de ella veia á sus tres amables hijos,
de Elíseo. Milord, esta incomparable mu- de deleitarse consigo propio. Si lo pen- en que es licito ser uno lo que e s , ¡asi
cara y honrosa prenda de la unión con-
ger es madre como es esposa, como e s sáramos sin preocupación , no sé que durara todo el dia ! Ah, Julia , iba vo á
yugal y la tierna amistad , hacerle y re-
amiga, como es hija, y para eterno supli- otro deleite con este puede igualarse; decir, muy interesado es ese deseo! ¿ero
cibir de ella mil afectuosos cariños. A
cio de mi corazón también asi fue amante. reo á lo menos que quien gusta como me contuve. La primera cosa que con
su lado veia el grave W o l m a r , á este
JO de la soledad debe temer el prepa- mi amor he suprimido ha sido la alaban-
esposo tan querido , tan feliz , y Ua
A rrobado con tan deleitosa morada rarse á sí propio tormentos en ella. za. Alabar á uno en su cara , á menos
digno de serlo. Creia que veia sus pe-
1 e s supliqué por la noche que permitie- Acaso sacaríamos de los mismos princi- que sea su dama, ¿ que otra cosa es que
netrantes y juiciosas miradas registrarlo
sen mientras estuviera en su casa que la pios la llave que espliea los juicios erró- tacharle de vanidad? Va sabe V., Milord,
mtimo de mi corazon y sonrojarme i3-
Paca me entregara su llave, v la comi- neos de los hombres acerca de las venta- si es p í s i b l e achacar este defecto á la
davia ; creia que oia salir de su boca
sión de dar de comer á los pajaros. Al jas del vicio y las de la virtud ; porque señora de Wolmar. No , n o , la honro
reprensiones bien merecidas , » amones-
punto envió Julia á mi cuarto el saco de el gozo de la virtud todo es interior , y en demasía para no honrarla en silencio.
taciones mal escuchadas, veia en si
grano , y me dió su propia llave. No sé solo aquel que la siente le c o n o c e ; pero ¿Verla , oiría, observar su conducta no
eompañia a la misma Paca Regará viva
porqne la admití con cierto género de todas las utilidades del vicio se presen- es suficiente elogio suvo ?
prueba de la virtud y la humanidad triun-
sentimiento, me parece que mas bien hu- tan á los ojos ágenos y solo el que las
fantes del mas ardiente amor. Ah! ¿que
biera querido la del señor de Wolmar. disfruta sabe cuanto le cuestan:
culpado afecto hubiera llegado á ella
Esta mañana me he levantado muy por medio de tan inviolable guardia? CARTA XII.
temprano , y con la impaciencia de una con que indignación hubiera yo sofocado Si la pena interna escrita
DE LA SEÑORA DE WOLMAR A LA
criatura me he ido á encerrar en la isla los villanos raptos de una delincuente y Lleváramos en la Jrenie SEÑORA DE ORBE.
desierta. ¡ Q u e de gratos pensamientos no bien estinguida pasión ? y por cnan ¡ Cuantos que envidia la gente
esperaba bailar en este solitario sitio, despreciable me hubiera tenido si con Les causarían piedad! (i) ESTA escrito, amada mía, que tú has de
donde el dulce aspecto de la naturaleza solo un suspiro hubiera amancillado la ser en todos tiempos mi seguro contra
sola debía espeler de mi memoria todo pintura que enagenado me tenia de ino- Como se hacia tarde, sin yo pensarlo, mí propia, y que despues de haberme li-
este orden social V facticio que tan des- cencia y honestidad ? En mi memoria nnoel señor de Wolmar h buscarme, brado con tanta dificultad d e los lazos
venturado me ha hecho ! T o d o cuanto recapacitaba las palabras que al salir me y avisarme que Julia v él me estaban de mi corazón me bas de preservar tam-
voy á ver en torno de mí es obra de la habia dicho; y luego contemplando con aguardando. V d s . , le he dicho en dis- bién de los de mi razón. Despues de
que tanto quise. La contemplaré en der- ella un tiempo venidero tan Ucno de em- culpa roía, han sido los que me han im- tantas crueles pruebas he aprendido á
redor de m í ; nada veré que no hava to- beleso , veia á esta madre tierna enju- pedido estar con Vds.; tanto me embe- desconfiarme de los errores, romo de las
cado su mano, besaré las flores que ha- gando el sudor de la trente de sos hijos, b o la tarde de ayer que he vuelto á dis- pasiones cuyos hijos tantas veccs son.
yan hollado sus plantas, respiraré c o n besando sus encendidas mejillas, y aban- frutar de ella esta mañana pnr fortuna ¡ Ah, si hubiera tenido siempre la misma
el rocio el aire que ha respirado , su donando mi corazon formado para amar que es chico mal, y una vez que roe han precaución .' Si en los pasados tiempos
gusto acendrado en sus diversiones me al afecto mas dnlce de la naturaleza. fardado Vds. no se ha perdido la roa- hubiera hecho menos aprecio de mis lu-
pondrá á la vista todos sus atractivos, y Hasta el nombre mismo de Elíseo recti- nana. ces, menos hubiera tenido porque aver-
en todas partes la hallaré como está r e - ficaba en mi los descarríos de la imaj^ Muy bien d i c h o , respondió la señora gonzarme de mis afectos.
tratada en lo intimo de mi corazón. nación, y escitaba en mi animo una calma oe \\ ofmar ; mas valiera aguardar hasta
preferible á la turbulencia de las mas ha- No te asuste este preámbulo. Indigna
»s doce que privarse del gusto de almor-
Al entrar en el Elíseo con estas d i s - lagüeñas pasiones. Me retrataba en algn» seria yo de tu amistad, si todavia tuviera
zar juntos. Nunca los forasteros son ad-
modo el interior de la que le habia ima- que consultarla acerca de asuntos graves.
posiciones , á deshora me acordé de las • ll ' t |" s Por la mañana en mi cuarto , y
ultimas que ayer me dijo el señor de g i n a d o , y pensaba que una conciencia Siempre fué el delito ageno de mi cora-
* desayunan en el suyo. El almuerzo es
Wolmar casi en el mismo puesto , y sola agitada nunca tal nombre habria escon- zon, y me atrevo á creer que está de el
la memoria de estas palabras mudó en d o , decia y o : la paz reina en su cora-
un instante todo el estado de mi alma. zon , como en el asilo que ha nom-
" ^ -r
Creí que veia la imageo de la virtud brado.
donde buscaba la del d e l e i t e , se ha
confundido en mi espíritu esta imagen Se vieran sus enemigos
cou la del semblante de la señora <|c En su pecho, y reducida
Me babia prometido agradables imagi-
Wolmar ; v por la vez primera, después Toda su dicha fingida
naciones, y han sido muy mas agradables
A parecemos verdad.
ahora mas distante que nunca. Escúcha- jez que ya se acerca: pero como os co. qne no gusto de representar papel, sino por otros. Convencido, como lo ha notado
me pues, prima, con sosiego, y cree que nozco á entrambos mejor que vosotros de vérsele representar á los otros; y me V. en una carta suya, le dijo á San l'reux,
no necesitaré jamas consejo sobre dudas me conocéis, es justo igualar las cosas; ijrada la sociedad para cointemplarla, y de que nada ve el que se contenta con
que puede la honradez resolver por sí y puesto que nada teneis secreto para mi, oo para hacer parte de ella. Si pudiera mirar, y de que para ver obrar á los
sola. no quiero tenerle yo para vosotros, atra- mudar la naturaleza de mi ser, v con- hombres es menester que uno propio
que nada interesante que deciros tengo. vertirme en un ojo vivo, de buena vo- obre, me hice actor para ser espectador.
En seis años que hace que vivo con el luntad baria este cambio. De suerte que Siempre es fácil bajar: probé una mu-
señor de Wolmar en la unión mas per- Revelónos entonces el misterio de su
mi indiferencia para con los hombres no chedumbre de oficios que jamas hombre
fecta que entre dos esposos reinar pue- nacimiento que hasta aqui solo mi padre
De hace independiente de ellos; sin cu- de mi clase pensó cu ejercitar : fui tam-
de, sabes <^ue nunca me ha hablado ni sabia. Cuando tú le sepas comprenderás
rarme de que me vean, necesito yo ver- bién labrador, y cuando me hizo Julia
de su familia, ni de su persona, y que hasta que punto llegan la sangre fría y
los, y sin amarlos son para mi necesa- mozo de jardinero no me encontró tan
habiéndole recibido de un padre tan ce- la moderación de un hombre que por
rios. novicio en la profesión, como hnbiera
loso de la felicidad de su hija como del espacio de seis años ha podido callar se-
honor de su casa, no he manifestado que menjante secreto á su muger; pero este Los dos primeros estados de la sociedad podido presumirselo.
deseaba saber acerca de su persona mas no es para él de importancia ninguna, <¡ae tuve ocasión de observar fueron los Con el verdadero conocimiento de los
que lo que tenia por conveniente decirme. y piensa eu él tan poco, que no ba teni- palaciegos y los lacayos, dos clases de hombres, cuyas apariencias solas da la
Satisfecha con deberle con la vida del do esfuerzos que bacer para no descu- hombres que uieuos en la realidad que filosofía ociosa, hallé otra utilidad que
que me la habia dado mi honor, mi so- brirle. eola apariencia se diferencia, y que me- no habíj esperado, que fué afilar mas
siego , mi razón, mis hijos y todo cuan- recen tau poco ser estudiados, y son tan con la vida activa el amor del orden
No detendré á V . , me dijo, coa la
to á mis propios ojos algún valor puede bciles de conocer, que á poco estudio que de la naturaleza he recibido , y co-
narración de los sucesos de mi vida, file-
restituirme, estaba cierta de que lo que •e fastidié de ellos. Abandonando pa- ger nueva afición al bien por el gusto
nos puede importarles el saber mis aven-
cerca de él ignoraba no desdecía de lo lacios, donde muy en breve está todo de contribuir á él. Hizome este efecto
turas que mi caracter. Aquellas son tan
que conocía, y no necesitaba saber mas risto, evité sin pensar el riesgo que en algo menos contemplativo, me unió un
uniformes como este, y en sabiendo bien
para amarle, estimarle y honrarle todo á me amenazaba, y de que no hubiera poco mas conmigo propio , y por una
lo que soy comprenderán Vds. con faci-
lo posible. podido librarme. Mudé de nombre, y que- consecuencia bastante natural de este
lidad lo que he podido hacer. Natural-
riendo conocer á los militares fui á ser- progreso conocí que estaba solo, f_a so-
mente tengo sosegada el alma, y frió d
Mientras nos desayunabamos esta maña- rir á un principe estranjero, entonces ledad que siempre me habia fastidiado
corazon, soy uno de aquellos hombres
na nos propuso darnn paseo antes qne Ine la dicha de ser útil á tu padre, que se me hacia horrorosa, y no podía te-
á quienes creen que les han dicho uaa
apretara el calor; después con pretexto de feesperado por haber dado la muerte á ner esperanzas de evitarla mucho tiem-
grave injuria con decirles que nada sien-
noandarporel campo en bata, nos llevó a amigo se esponia temerariamente, fal- po. Sin haber perdido mi frialdad nece-
ten , esto es que no tienen pasiones que
á losbosquecillos, y justamente, querida, lando á su obligación. Desde esta época sitaba alguien con quien estrecharme;
los desvien del camino recto que debe se-
al bosquecillo mismo donde tuvieron prin- el sensible y reconocido corazon de este la imagen de la decrepitud sin consuelo
guir el hombre. Como siento poco el de-
cipio todas las desdichas de mi vida. Al «fóal empezó á hacerme formar mejor me afligía autes de tiempn, y por vez
leite y el dolor, es en mi muy débil
acercarnos a este sitio fatal sentí yo un opinión del genero humano. Se estrechó primera eu mi vida sentí desasosiego y
aquel afecto de iuteres y humanidad que
horrendo latir en mi corazon, y me hu- winugo con una amistad á que no me tristeza. Hablé de mi sentimiento al ba-
nos hace propias las afecciones agenas.
biera negado á entrar, si no me hubiese hxposible rehusar la mía, y desde esta rón de Etange. Es menester, me dijo,
Si me da pena el ver padecer i los hom-
contenido la vergüenza, y si la memoria ipora no hemos cesado de mantener co- no envejecer soltero. Yo mismo despues
bres de bien, no es por motivo de com-
de una espresiou que se dijo en el Eliseo wioncs que de dia en dia se hacían mas de haber en los vínculos del matrimonio
pasión , porque ninguna siento cuando
el otro dia no me hubiera hecho temer »tunas. En mí uueva condicion conocí vivido casi independiente, siento la ne-
veo padecer á los malos. Mi único prin-
interpretaciones. No sé si estaba mas í* no era el Ínteres, como yo pensaba, cesidad de volver á ser esposo y padre ,
cipio activo es el natural amor del orden;
sosegado el filósofo; pero habiendo por ®ico móvil de las acciones humanas, v y me voy á retirar al seno de mi familia.
y como una hermosa simetría en un cua-
casualidad puesto los ojos nn él, le en- pe eu el tropel de preocupaciones con- De V. peude que sea la suya, restitu-
dro, ó como un drama bien hilado en el
contré amarillo, demudado, y no puedo toas á la virtud , también hay algunas yéndome el hijo que he perdido. Tengo
teatro, lo mismo exactamente me agrada
esplicarte la pena que todo esto me ha 1» le son favorables. Comprendí que el una hija única por casar, no le falta
el concurso bien combinado del juego de
causado. "raeter general del hombre es un amor mérito; tiene uo pecho sensible, v el
la fortuna con las acciones humanas. Si
h"»pio, indiferente en s i , bueno ó malo amor de su obligación hace que ame to-
alguna pasión dominante tengo es la de
Al entrar en el bosquecillo vi que me los accidentes que le modifican, do lo que con ella tiene conexion. No
observar. Me complazco en descifrar el
dió una ojeada mi marido, y se sonrió. ' que penden de los usos, las leyes, la es ni una beldad, ni un portento de in-
corazon de los hombres; y como me ofre-
Sentóse en medio de los dos, y despues Jerarquía, el caudal, y toda nuestra po- teligencia; pero venga V. á verla, y
ce pocas ilusiones el mió, como obser-
de un rato de silencio, cogiéndonos á rfía bumana. Entreguéme pues á mi pro- crea que si ningún cariño á ella siente,
vo sin ínteres y con sangre fria, y co™
ambos por la mano: Hijos mios, nos di- f®non, v despreciando la vana opiníon nunca le sentirá á niuguna en el mun-
me ha hecho sagaz una dilatada experien-
j o , empiezo á ver que no serán vanos «•as condiciones, ejercité sucesivamente do. Vine, te v i , Julia, y hallé que se
cia, rara vez me equivoco eu mis juicios;
mis proyectos, y que podremos vivir los '«diversos estados que me podian servir habia quedado muy atras de la verdad
esa es toda la recompensa de mi amor
tres unidos con una amistad duradera , '"racompararlos todosy conocerlos unos tu padre. Tus rebatos, tus lagrimas de
propio en mis continuos estudios, P"'
capaz de hacer nuestra común felicidad,
y mi consuelo en los achaques de la ve-
gozo al abrazarle me causaron la prime- Ya ves que no pretendo atenuar ai do cuanto me esforzaba para no inter- os estimé á nno por otro. Conocí el fa"
ra y acaso la única emocion que en mi culpa, si hubiera sido nna la hubiera rumpirle como no fuese con mis llantos, laz entusiasmo que á entrambos os ha-
vida he esperimentado. Si fué ligera es- cometido infaliblemente; pero , Julia,te no pude menos de arrojarme à su cue- bia descarriado , que solo en las nobles
ta impresión era la única, y la fuerza conocia y no lo fué el casarme conloo. llo, esclamando : queride esposo mío ; almas tiene eficacia „ y si alguna vez las
que para obrar necesitan los afectos es Vi que de ti sola pendia toda la felici- tú, el mejor y el mas amado de los pierde es por un aliciente que solo a
proporcional á la de los que les resisten. dad que podía yo g o z a r , y que si al- hombres, dime que es lo que falta para ellas seduce. Colegí que el mismo gusto
Eli tres años de ausencia no hubo mu- guien era capaz de hacerte feliz á ti era ni felicidad , sino la t u y a , y merecerla que habia formado vuestra un ion la di-
danza en el estado de mi corazon: cuan- yo. Sabia que eran necesarias para lo jomas bien... Tú eres tau feliz como solvería , asi que fuese culpada, y que
do volví 110 se me escondió el estado del corazon la inocencia y la paz; que d es posible serlo, y lo mereces, dijo iu- el vicio podia introducirse, mas no ar-
tuvo , y aquí es menester que te vengue amor que te llenaba no se las daria terrumpiendome, pero ya es tiempo de raigarse en corazones como los vuestros.
de una confesion qne tanto le ha costa- nunca , y que solo el horror del delito disfrutar en paz d e una dicha que has-
podia ahogar el amor. Vi que se hallaba Me convencí entonces de que reina-
do. Considera, querida, con que pas- laaqui tantas penas te ha costado. Si
tu alma en un entorpecimiento de qoc ban entre vosotros lazos que uo se de-
mo tan estrañn supe entonces que le hubiera bastado tu fidelidad para mí to-
solamente con una nueva lid saldría, j bían romper ; que estaba vuestro recí-
habían sido revelados todos mis secretos da estaba acabado desde el punto que
que la intima conciencia de la estima- proco afecto conexo con tantas cosas
antes de mi casamiento, y que se habia me la prometiste, pero he querido ade-
ción que aun podias merecer era la Mi- loables, que mas convenía arreglarle
desposado conmigo, sabiendo que era mas que fuera fácil y suave para t i , y
ca cosa que todavía te podia hacer es- que anonadarle, y que no podía ningu-
yo de otro. en hacerla tal nos hemos ocupado en-
timable. no denlos dos olvidarse del otro sin per-
trambos de común acuerdo sin decír-
der mucha parle de su valor. Sabia que
Esta conducta era indisculpable , con- noslo. Julia, mucho mejor lo hemos
Tu corazon estaba exhausto para d las tremendas batallas no hacen otra co-
tinuó el señor de Wolmar : ofendia yo conseguido de lo que tú acaso piensas.
sa que inflamar las violentas pasiones,
la delicadeza, pecaba contra la pruden- amor; asi estimé que nada significaba SI unico defecto que en tí hallo es que
una desproporción de edad que no me y qac si los escesivos esfuerzos ejercitan
cia , arriesgaba el honor tuyo y el mió, no bayas vuelto à tener en tí la confian-
el alma, le cuestan tormentos cuya du-
y debía temer que ambos nos despeñáse- dejaba derecho para aspirar á un afecto za que debes, y que te estimes en me-
ración puede abatirla. Uice uso de la
mos en irremediables desdichas, pero que no podia disfrutar aquel que erass nos de lo que vales. No menos que en
dulzura de Julia para templar su seve-
te amaba, no amaba otra cosa, y todo lo objeto, y que no era posible que ningffli la arrogancia hay riesgos en la dema-
ridad. Mantuve su amistad á V. , le dijo
demás era para mí indiferente. ¿ Como otro se grangease. Viendo por el con- siada modestia. Así como una temeridad
á San Preux, quité de ella lo escesivo
ha de reprimirse una pasión, aunque trario que en una vida que ya habia lle- que nos incita à que acometamos em-
que podia haber y creo que le he con-
sea flaca , cuando no tiene contrapeso ? gado a mas de la mitad de su carral presas que esceden à nuestras fuerzas
servado á V. mas de lo que le hubiera
Este es el inconveniente de los caracteres esta inclinación sola habia yo sentido, le hace ineficaces, el miedo que nos im-
dejado ella de su corazon , si le hubie-
frios y sosegados; todo va bien mientras juzgué que seria duradera, y fué mi pide contar con ellos las torna inútiles.
ra yo abandonado á sí propio.
que los preserva su frialdad de las ten- complacencia dedicar á ella lo restante Consiste la verdadera prudencia en co-
taciones , pero si sobreviene nna que los de mi vida. Nada en mis largas investi- nocerlas bien, y co servirse de ellas.
Auíuiómc el feliz logro de mis proyec-
embista en un punto son acometidos y gaciones habia hallado que valiese le ü>a la mudanza de estado las has c o -
tos , y quise probar la cura de V. asi
vencidos, y la razón qne gobierna cuan- que t ú ; pensé que otra ninguna ene) brado nuevas. Ya no eres aquella don-
como habia conseguido la suya, porque
do está sola no tiene nunca fuerzas para mundo podría hacer lo que tú no hi- «Jla desventurada que lloraba su flaque-
le estimaba; y lio obstaute las preocu-
resistir al menor esfuerzo. Una vez sola cieses ; me atreví a no fiarme de la »<- u dejándose arrastrar de ella ; que eres
paciones del vicio, siempre he visto que
he sido yo tentado, y me he rendido ; si tud, y me casé contigo. No estrañé que la mas virtuosa de las mugeres que no
no hay cosa bucua ninguna que de las
la embriaguez de alguna otra pasión me me escondieses el misterio que oculta- conoce otras leyes que las de la obli-
elevadas almas con la ingenuidad y la
hubiera hecho otra vez vacilar hubiera bas ; sabia las razones que para ello fi- {Kioo y el honor , y à quien la memo-
confianza uo se alcance. Le he visto á V-,
dado tantas caídas cuantos tropiezos hu- nias , y tu prudente conducta me des» ria sobrado viva de sus culpas es la
y no me ba engañado ni me engañará; y
biera topado. Solo las almas de fuego bria la razón por la cual persevera!» loica que reprenderse en ella pueda.
aunque no sea aun lo que debe ser, ic callo
saben pelear y vencer; todos los esfuer- en callar. Contemplando contigo im* Ifjos de tomar contra ti propia injurio-
mas de lo que piensa, y estoy mas sa-
zos denodados, todas las acciones su- tu reserva, y no quise privarte del ho- as precauciones , aprende à contar con-
tisfecho con V. que V. propio. Bien sé
blimes son efecto suyo; nunca obró la nor de que me hicieras un dia espoo&- ejo para contar cada dia mas. Remue-
que mi conducía parece estraña y opues-
fria razón cosa que ilustre fuese; y solo neamente nna confesion que. cada lis- " de tí injustas desconfianzas que à ve-
ta á todas las maxiinas vulgares;'pero
se triunfa de las pasiones oponiéndolas tante veia que se te quería salir del fi- i s pudieran escitar los afectos de que
las naaximas son menos generales á me-
una á otra. Cuando llega á suscitarse la cho. En nada me he engañado, i ® «Origiuan,y tomate mas antes el para-
dida que mas bien s e descifran los c o -
de la virtud, domina s o l a , y todo lo cumplido todo cuanto de ti me bal» mal de que supiste elegir á un hombre
razones , y no debe conducirse el mari-
mantiene en equilibrio. Asi se forma el prometido. Cuando quise elegir «P® de bien en edad que tan fácil es enga-
do de Julia eomo otro hombre. Hijos
verdadero sabio, que no está mas qne deseaba encontrar en ella una compa- ^ ^ > y por haber escogido en otro
míos , nos dijo con tono tanto mas afec-
otro cualquiera inmune de pasiones, pe- ñera amable, prudente y feliz- CMgj tempo amante acreedor a ser boy tu
0 tuoso cuanto procedía de un hombre Irau-
ro que es el único que con ellas mismas dos están mis dos primeros deseos; «P "•"o à vista de tu propio marido. Apc-
quílo , sed lo que sois, y todos vivire-
sabe vencerlas, así como el piloto ade- mia , espero que el tercero no nos m Mssupe vuestra mutua amistad, cuando
Al oir estas palabras, no obstante mos satisfechos. Solo en la opiuíoa eslá
lanta con vientos contrarios.
el peligro , uo temáis nada de vosotros
y nada tendréis que temer; no penseis deje su libertad. Viendo que nomeqjf. i aquella qne soltara y seducida prefi- liera mas vivir exenta; pero lejos de
mas que en lo presente, y yo respondo ria entender tomé otro sesgo, y procott rió una acción de beneficencia á una que nazcan aquellas con la vista de quien
de lo venidero. No puedo deciros mas insinuar á nuestro huésped que le acoo- rita única y segura; fio á Julia esposa las ha causado , me parecen mas raras
por h o y , pero si salgo con mis pro- pañase á este viaje, verá V . , le dije, t madre de aquel que, podiendo conten- desde su regreso , y aunque sea verle
yectos , y no me engañan mis esperan- una habitación que tiene cosas lierum- tar sus gustos, snpo respetar á Julia sol- para mi muy grato, lo es mas pensar
zas , mas fausto será nuestro destino , y sas , y de las que á V. le gustan, vis- iera y enamorada. Aquel de vosotros en e l ; eu una palabra hallo que ni si-
seréis ambos mas felices que si hubie- tara el patrimonio de mis padres t d dos que se desprecie á sí propio lo bás- quiera necesito para tener sosiego en su
rais sido uno de otro. mió , y el Ínteres que eu mí tiene no tanle para pensar que hago mal , digalo presencia el auxilio de la virtud , y que
Se levantó, nos abrazó , y quiso que me permite creer que le sea indiferente y me retracto al instante. ¿Prima, crees los afectos que ha destruido esta rena-
nos abrazaramos también en este sitio... esta visita. Ya habia abierto la boca que fuera fácil responder á esta inter- cerían con suma dificultad aun cuando
en este mismo sitio donde otro tiempo... para decirle que se parecia esta qoiou pelación ? no existiese el horror del delito.
Clara , mi buena Clara, ¡ cuanto me á la de milord Eduardo, que... pero tu-
ve por fortuna tiempo de morderme b Sin embargo esta tarde he llamado ¿ Pero, ángel mió , basta con que vi-
has querido siempre ! No puse reparo no instante aparte á mi marido, y sin va confiado mi corazon , si me debe ate-
ninguno , ¡ ay , que mal hubiera hecho lengua. Respondióme llanamente qae
tenia razón?; v que baria lo que yo qui- meterme en argumentos que no me era morizar la razón ? Yo lie perdido el de-
en ponerle ! en nada se pareció este he- licito seguir mucho, me he ceñido á pe- recho á contar conmigo. ¿ Quien me
no al que tau temible me habia hecho siese Pero el señor de Wolmar, que¡I
parecer quería sacarme de mis casillas, dirle un plazo de dos d i a s , que me ba responderá de que no sea todavía mi
el bosquecillo; me di un triste parabién, otorgado al instante, v los empleo eo confianza ilusión del vicio ? Coiuo me he
V conocí que estaba mas mudado mi co- le replicó que debia hacer lo queá elle
acomodase. ¿Que quiere V. mas, venir enviarte este propio, y aguardar tu res- de fiar de afectos que tantas veces me
razon de lo que hasta entonces habia puesta para saber lo que debo bacer. han engañado ? no empieza siempre el
pensado. ó quedarse ? Quedarme , dijo sin vaci-
lar un instante. Norabuena , quédese V. Bien sé que me basta con rogar á mi delito por la soberbia que hace que se
Cuando nos volvíamos á casa , me replicó mi marido, apretándole lama, marido que uo se vaya, y quien nunca desprecie la tentación ? y arrostrar pe-
cogió mi marido de la mano , y ense- no. Hombre ingenuo y honrado; p«j cosa ninguna me ha negado no me ne- ligros á que una se ha rendido 110 os
ñándome el bosquecillo de donde salía- satisfecho estoy con esta respuesta. ¡*o gará favor tan de corta entidad. Pero, quererse rendir otra vez ?
mos , me dijo riéndose : Julia , no temas habia medio de altercar mucho delante querida , veo qne tiene gusto en la con- Pesa todas estas consideraciones, pri-
<le hoy mas ese asilo , que acaba de ser del testigo que nos escuchaba. Callé,I fianza que me manifiesta, y me temo ma , y verás que aun cuando en sí pro-
profanado. T ú no me quieres creer, pri- no pude esconder de modo mi desau» perder parte de su estimación , si cree pias fuesen vanas, por su objeto son de
ma , pero te juro que tiene un don so- que no la conociese mí marido. ¿Pus que necesito mas reserva de la que él suficiente gravedad pasa merecer que
brenatural para desentrañar lo que hav q u e , me dijo con semblante disgustado, me permite. También sé que con decir sean atendidas, y sacamc de la incerti-
en lo mas recóndito del corazon : ¡con- en un momento que se había desviado lina palabra á San Preux no titubeará en dumbre en que me tienen. Indícame c o -
sérvesele siempre el cielo ! con tantos de nosotros San Preux, habré yo heclo acompañarle : ¿pero no lo conocerá mi mo he de conducirme en este delicado
motivos para despreciarme, sin duda que un inútil alegato de tu causa en favor marido ? y puedo yo dar este paso sin lance ; porque mis pasados errores han
á este arte debo yo su indulgencia. de tí misma ? y se contenta la seüora conservar con San i'renx cierto viso de alterado mi discernimiento, y me bao
de Wolmar con una virtud que necesita autoridad que tendría apariencia de de- dejado muy medrosa para resolverme
Hasta aqui no ves qne haya consejo escoger las ocasiones ? Yo por mí sor jarle algunos derechos ? Por otra parte, eo semejantes cosas. Piensa como quie-
q ue darme ; paciencia , ángel mió , ya mas mal contentadizo ; quiero deber k recelo que de esta precaución colija que ras de ti misma, yo estoy cierta de que
llegaremos, pero era necesaria la con- fidelidad de mi muger a su corazón y no la reputo necesaria, y este medio queá está serena y sosegada tu alma, v de que
versación que acabo de contarte para al acaso ; y no me basta con que me primera vista parece el mas fácil es se representan en ella los objetos como
hacerte cargo de lo restante. guarde fe, sino qne me ofende que dude acaso de hecho el mas arriesgado. Fi- s o n ; pero la mia, perturbada siempre
Cuando uos volvíamos , mi marido á de ella. nalmente no ignnro que consideración como la onda agitada , los confunde y
quien estau esperando mucho tiempo ninguna puede contrapesar un peligro desfigura. No me atrevo ya á fiarme de
hace en Etange, me dijo que pensaba real; ¿ pero hay efectivamente ese peli- nada de cuanto veo y cuanto siento, y
hacer mañana este viaje que te veria de Llevónos después á su gabinete, don- gro? Esta es justamente la duda que tú á despecho de tan largo arrepeotimiento
paso , v que se detendría cinco ó seis de pensé no volver en mí del pisffle bas de resolver. reconozco con dolor que el peso de una
dias. Sin decirle todo lo que pensaba de cuando le vi sacar un cajón con las co- antigua culpa es una carga que abruma
una ausencia tan fuera de sazón , le re- pias de algunas relaciones de nuesW Cnanto mas quiero sondear el presen- toda su vida al culpado .
presenté que no me parecía tan indis- amigo que yo le habia dado , los mis- te estado de mi alma, mas motivos en-
pensable que pudiera obligar al señor inos originales de todas sus cartas, q® cuentro de confianza. Mi corazon está
de Wolmar á dejar á un huésped á quien creia yo que babia visto á.Babí quemar- poro,tranquila mi conciencia, no sien-
él propio habia brindado con su casa. CARTA XIII.
las en el cuarto de mi madre. Aquí es- to turbación ni temor en todo cnanto
¿Quieres , replicó , que le trate con ce- tan , me dijo enseñándonoslas, los ci- ™ mi sucede , no me cuesta la sinceri- R E S P U E S T A D E I . A S E Ñ O R A D E O R B E
remonia para advertirle que no está cu mientos de mi confianza ; si me engaña- dad con mi marido esfuerzo ninguno. A 1 1 SESORA DE WOLMAR.
la soya ? Yo soy partidario de la hos- sen fuera un desvario contar cou ¡Vo quiere esto decir que ciertas memo-
pitalidad de los Valaisanos , y espero de cuanto respetan los hombres. Entre- ¡ POBRE prima , que de tormeutos te
"as involuntarias 110 csciten de cuando
que encuentre aqui su ingenuidad y nos go el depósito de mi muger y roj hofi« ™ cuando en mí nna terneza de que va- das sin cesar á ti propia , con tantos
motivos para vivir en paz.' Todos tus
males provienen de ti, Israel. Sí siguieras cuya moral tan dulce y fácil es eca• b misma naturaleza, qae nos prescribe nestidad la paga de los afanes que te ha
tus propias r e g l a s , que e n las cosas dehonesta y pura , DO profesas acerca A ocupaciones distintas; es aquella dulce costado encuentras, y que nunca q u e r -
afectos solo la voz interior escucharas, la separación de los sexos máximas di r temerosa modestia que justamente sin rás perder en un instante el fruto de
y que impusiera tu corazon silencio á la una acerba aspereza, y que de tu car» pensar en la castidad e s su mas segura tantas penas. ¿ Cuantos motivos idóneas
razón , te entregarías sin escrupulo á la ter desdicen ? Convengo contigo en q» guarda; es aquella cuidadosa y alicien- para alentar tu denuedo te deben aver-
eonfiauza que él te inspira , y n o te afa- no deben vivir juntos ni del mismo no. te reserva , que manteniendo en los c o - gonzar de ser osada á desconfiar de ti
narías á temer contra su testimouio un d o , pero mira sí n o necesitaría esta», raiones de los hombres de consuno l o s p r o p i a ! ¿Pero para responder de mi
peligro que solo de él puede venir. portante regla muchas distincíoocsa Meseos y el respeto , e s , por decirlo asi, Julia , necesito acaso considerar lo que
la practica , si debe aplicarse indistinta, d tocado de la virtud. Por eso no están es ? Basta con saber lo que fué aun en
T e entiendo, s í , bien te entiendo, Ju- eceptiiados de la regla ni los mismos el tiempo de los errores de que se la-
mente y sin cscepeion á casadas y á sol-
lia mía: mas segura de tí de lo que fiu- esposos; por eso las casadas mas ho- menta. Ah ! si alguna vez hubiera sido
teras, á* la sociedad general y a las CM-
g e s , te quieres humillar por tus pasa- nestas, generalmente hablando, conser- capaz de infidelidad tu corazoD te per-
versaciones privadas, á los negocios)
das c u l p a s , con pretexto d e precaverte »an mas ascendiente cou sus maridos, mitiría que siempre la temieses; pero en
diversiones, y si n o deben tes-
de otras nuevas, y tus escrúpulos no porque con el auxilio de esta prudente y aquel mismo instante que desde lejos
piarla alguna vez la decencia y la ho-
tanto sou precauciones para lo venidero, jíiciosa reserva sin antojos ni repulsas, contemplarla creías, mira que horror te
nestidad que la han dictado. Quieres que
como penitencia que te impones por la saben en el seno de la unión mas tierna hubiera cansado presente , pues que
en un pais de buenas costumbres, doade
temeridad que te perdió en otro tiempo. Merlos á cierta distancia, y Ies impi- tanto Je inspiró cuando pensar en ella
para los matrimonios se apetecen conso-
Comparas los tiempos, ¡ que idea ! com- den que se sacien nunca de ellas. Con- hubiera sido cometerla.
nancias naturales baya asambleas, donde
para también los estados, y acuerdate tendrás conmigo en que es tu precepto
puedan v e r s e , c o n o c e r s e , y ponerse«
de que reprendía entonces yo tu eonfiau- asi general para no admitir escepcio- Me acuerdo del asombro con que s u -
armonía la gente moza de ambos saos,
za , como ahora reprendo tus temores. oes y que no estando fundado en uua pimos en otro tiempo que hay países
pero con mucho motivo les prohibes teda
T e engañas , querida niña mía , na- conferencia privada. ¿ N o debería ser porosa obligación, el mismo bien pare- donde la flaqueza de nna moza" e n a m o -
die se deslumhra á sí p r o p i o ; si es po- todo lo contrario respecto á las casad* cer que le ha establecido puede alguna rada es un delito irremisible, aunque a!
sible que nos atolondremos acerca de y las madres d e familias que uo pueda ra dispensarle. adulterio de una muger le llamen con
nuestro estado n o pensando en él , le tener ínteres legitimo ninguno para ma- el suave nombre de galanteo, y donde
vemos como él e s , así que nos examina- nifestarse en publico , á quienes «tie- La circunspección que en tos pasados se resarcen á cara descubierta, cuando
m o s , y nadie se encubre sus virtudes nen en lo iuterior de sus bogares te jtrros fundas es injuriosa á tu estado casadas, de la efímera sujeción en que
110 mas que sus vicios. T u dulzura y tu ocupaciones domesticas, y que á nai presente; nunca se la perdonaría á tu vivieron d e solteras. Sé las maximas que
devociou te han dado cierta propensión deben negarse d e cuanto es propio ¿ eorazon, y apenas sí puedo perdonársela sobre este ponto reinan en las cortes
á la humildad. Desconfía de esa peli- una señora de su casa ? No gustara jt i tu razón. ¿Como no ba podido pre- donde la virtud nada s i g n i f i c a , donde
grosa virtud que no hace mas que con- de verte en tus atarazauas dando a gus- servarte de un miedo ignominioso el todo e s una apariencia vana , donde se
centrar el amor propio para animarle, y tar tus vinos á los traginantcs , ni i¡* raro que tu persona defiende ? como borran los delitos con la dificultad de
c r e e que vale mas la noble ingenuidad dejases á tus hijos para ir á ajustara» P«ede ser que mi prima , mi hermana, probarlos, y donde la misma prueba e s
de una alma recta que la soberbia de los tas c o u un banquero ; p e r o , ¿ si vie» ni amiga , mí J u l i a , confunda con las ridicula contra el estilo que los autoriza.
humildes. Si es necesaria la templanza un hombre de bien á ver á tu marida» «fidelidades de una casada delincuente Pero t ú , J u l i a , que ardiendo en una
en el recato, también se necesita en las á tratar con él un asunto , te negaras i bs flaquezas de una soltera en demasía fiel y pura llama solo a los ojos de los
precauciones que este aconseja, no sea recibir á s u huesped en ausencia sofl sasiblc? Mira en torno de t í ; no veras hombres eras culpada, y de nada tenias
que medidas ignominiosas para la virtud y á ofrecerle tu casa , por temor de ta- oída que no deba enaltecer y sustentar que acusarte á la faz del c i e l o ; tú que
envilezcan el a l m a , y realicen un peli- llarte á solas con él ? Sube al prinep» a alma. Tu marido que tanto de ti pre- en medio de tns culpas te dabas á res-
g r o quimérico, a poder de atemorizar- y se esplicarán todas las reglas. ¿Poi- ame,y cuya estimación tienes que jus- petar ; tú que abandonada a un descon-
nos con él. ¿ No ves que despues de ha- que pensamos que deben vivir las w- t a r ; tus hijos, que educar en la vir- suelo mpotente nos forzabas á adorar
berse levantado de una caida es menester geres retiradas y separadas de los hom- kd quieres, y que un día se gloriarán hasta las virtudes que babias perdido;
tenerse en pie , y que ladearse á la parte bres ? haremos á nuestro sexo la lujan « que hayas sido tu su madre ; tu v e - tú qne te indignabas de tu propio des-
contraria e s infalible medio de volver á d e creer que sea por motivos sacados i •«aMe padre que tanto amas , que se precio , cuando parecía que todo te dis-
caer ? Prima, tu fuiste amante como He- su flaqueza, y solamente por evitare í®3 en tu felicidad , mas ufano con su culpaba : ¿ te atreves a temer un delito
loisa, ahora eres devota como ella: ¡plegue riesgo de las tentaciones ? No , querida, «ja que cou sus abuelos; tu amiga cuya habiendo pagado tan cara tu flaqueza ?
á Dios que con mas fruto sea ! D e veras tan soeces temores desdicen de uua o? "«te de la tuya p e n d e , y á quien d e - te atreves á tener miedo de que valgas
que si menos conocido tuviera tu desa- ger de bien , d e una madre de familií «s dar cuenta de una conversión a que menos hoy que en tiempos que tantos
liento natural, serian capaces tus temo- sin cesar cercada de objetos que uflo» "ohibuyó ; su hija que en ti ha de to- llantos te han costado ? No , querida;
res de ponerme susto á mí también ; y nen eu ella los afectos de h o n o r , " * '»r ejemplo de las virtudes que quieres lejos de que deban asustarte tus antiguos
si tan escrupulosa fuera yo , á poder de tregada á las m i s respetables ¡Aliga» ®spirarle ; tu amigo , mas idolatra cien estravios deben darte mayor animo; ar-
temblar por ti me hicieras temblar por nes de la naturaleza. 'ftes de las tuyas que de tu persona, y repentimiento tan amargo no conduce ai
mi misma. Pe todavía mas que tu le temes te res- remordimiento, y quien tanto siente la
f a ; lú propia finalmente que en tu bo- vergüenza uo sabe arrostrar la infamia.

Piénsalo bien, amable amiga mía : ¿tú Lo que de los hombres nos separa6
LA NUEVA HELOISA ,
CUARTA PARTE.
Si una vez tuvo una alma flaca, arrimos como fuere, el señor de Wolmar te coa»
m larga conversación á s o l a s ; bajo la en preservarte para que á ti sola te
contra su flaqueza son los que á ti se c e , te estima, te quiere, y esta enluai protección de los barqueros que tienen abandonara.
ofrecen ; y si una alma fuerte se pudo su suerte con la tuya : ¿ pues que le falla ajos t no o i d o s , y de los cuales n o e s
una vez sustentar por si propia, que apo- para que fies de él la entera direcciw Poco estraiio lo que te ha declarado
posible desviarse autos de pensar en lo el señor de Wolmar acerca de«tgs noti-
yo necesita la tuya? Dime cuales son de tu conducta, cuando temes engaa». .pese hace.
tus motivos prudeutes de temor. Toda te ? Acaso sintiendo que se le acerca h cias que- tenia antes de tu casamiento ;
tu vida no ha sido otra cosa que una vejez quiere con pruebas capaces de in- También me ocurre una ¡dea qoe á ya sabes que siempre me lo hqjfcspccba-
pelea continua, en que aun despues de fundirle confianza, precaverse de las ce- anchos les baria r e i r , pero que estoy d o , v mas te diré que no se han ceñi-
tu vencimiento no han cesado de resis- losas inquietudes que de ordinario inspi- cierta que á ti te agradará , y es hacer, do mis sospechas á las imprudencias de
tirse la obligación y el h o n o r , hasta que ra una inuger moza á un marido vieja; »entras está ausente tu níarido, un Babi. Nunca he podido creer que un
al cabo han triunfado. A h , Julia! ¿ he acaso requieren las intenciones que lie- íari» puntual para enseñársele cuando hombre recta y formal como tu padre,
de creer que despues de tantos duelos y ñ e q u e puedas t ú vivir en la intimidad «Iva, v en todas las conversaciones y que citando menos habia formado
tormentos, doce años de llanto y seis con tu amigo, sin asustar ni á tu esposo ¡contarte de que se han de insertar en sospechas se pudiese resolver á engañar
de gloria no te hayan dado fuerza para ni á ti p r o p i a ; acaso solo quiere darle d diario. Verdad e s que no creo que a su yerno y Su amigo : y s i exigía de
una prueba de ocbo dias ? En dos pala- una prenda de estimación y con6ama «se provechoso semejante medio para ti con tanto ahinco el s e c r e t o , consiste
bras , sé sincera contigo propia; si hay digna de aquella cu que te tiene. Nona nachas mugeres; pero un pecho inge- eo que era muy distinto el modo de re-
peligro, libra tu persona y sonrojate de debemos negarnos a semejantes afectos, m y que no es capaz de mala fe tic- velarle de su parte que de la tuya, y que
tu c o r a z ó n ; sino le h a y , es agraviar tu como si no pudiéramos llevar su peso; ic contra el vicio muchos recursos que sin du^a quería dar á esto un giro que
eorazon y afrentar tu virtud temer un y eu uua palabra, yo por mi soy de dic- ilos otros les faltan. Nada de cuanto chocase menos al señor de Wolmar, qne
riesgo imaginario. ¿ Ignoras que hay ten- tamen que no puedes de mejor modo pira manteuer la pureza sirve es des- el que sabia que l e darías tú. Pero e s
taciones afrentosas, que uunca en un cumplir con la prudencia y la modesta preciable , y las precauciones mas p e - menester que despache á tu p r o p i o : de
pecho honesto tienen cabida, que basta que dejándote guiar en todo por sus lu- peñas son las que las grandes virtn- todo esto hablaremos mas despacio d e n -
vergüenza fuera v e n c e r l a s , y que las ces v su terneza. ¿es conservan. tro de un mes.
precauciones que contra ellas se toman
En cuanto á lo demás, nna vez que A D i o s , primita, bastante he p r e d i -
no tanto humillan como envilecen ? ¿ Quieres sin disgustar al señor de b dé verse conmigo tu marido, espero cado ya á la predicadora; vuelve á tu
Wolmar castigarte de una soberbia qoe pe me diga las verdaderas causas de antiguo o f i c i o , que hay motivo. Estoy
N o pretendo que sean sin réplica mis nunca has tenido, y preservarte de ni * viaje, y si encuentro que n o sean va- toda inquieta porque aon no estoy con-
r a z o n e s , sino solo hacerte ver que las peligro que ya n o existe? Cuando le Weras le disuadiré de que le concluya, tigo. T o d o s mis negocios los enredo
hay contrarias á las t u y a s , y esto basta hayas quedado sola con el filosofo, lo- i de cualquier modo que s u c e d a , haré con la priesa que á despacharlos me dov,
para autorizar mi dictamen. N o sigas ni ma contra él todas las precauciones so- •» lo que él no quiera hacer; puedes y casi no sé lo que ule hago. Ah, Chaillót!
á ti, que no sabes hacerte justicia, ni á perfluas que en otro tiempo te hubiera <Mar con ello. Entretanto ya piensa Cbaillot!.... Si no fuera yo tan l o c a ! .
mí que en tus defectos nuuca he visto sido tan necesarias; sujétate á tanta re- Retienes mas de lo que es menester pero espero que siempre lo seré.
mas que tu eorazon, y siempre te he ado- serva como si con tu virtud pudieras to- í»a cobrar animo y resistir á una prue-
rado , sino a tu marido que te ve como davía desconfiar de tu eorazon y dd b de ocho dias. V a m o s , Julia m i a .
e r e s , y te juzga exactamente según tu s u v o ; evita las conversaciones en deta¡- »brado bien te conozco para no res- P. D. Ahora que c a i g o ; se me o l v i -
mérito. Propensa como todas las perso- sia cariñosas; las tiernas memorias del fwfer de t i , tanto c o m o de mí misma, daba dar la enhorabuena á tu alteza.
nas sensibles á juzgar mal de las que no tiempo pasado; interrumpe ó no tengas MBS todavía. Siempre serás lo que Dime por tu vida , ¿ t u serenísimo m a r i -
lo s o n , desconliaba yo de su penetración largas conferencias á solas, no apartes T quieres ser. Aun cuando te do es Atteman , Knes, 6 Boyardo? Yo
en los secretos de los pechos tiernos; de ti á tus hijos; no te halles mucho fe- ¿»»donases á sola la honestidad de tu por mí creeré qne echo porvidas si te
pero desde la llegada de nuestro cami- lá con él ni en tu cuarto , ni en el Elí- «razón nada arriesgarlas, porque yo he de llamar la señora Boyarda ( I ) : po-
nante veo que descifra muy bien los s e o , ni en el bosquecillo, no obstante "creo en los vencimientos inopinados; bre m o c h a d l a ! tú que tanto has llorado
vuestros, y que no se encubre ni siquie- la profanación : sobre todo toma esBs por haber nacido s e ñ o r a , mira si eres
ra uno de los movimientos que en ellos medidas de un modo tan natural que balde disfrazar con el vano nom- poco afortunada con encontrarte muger
se escitan á sus observaciones, y bailo parezcau efecto del a c a s o , y que M W de flaqueza cnlpas que siempre son de un principe. No obstante, aquí para
que son estas tan atinadas y tan agudas, pueda él imagiuarse un instante qoe le "tetarías ; nunca se ha rendido muger entre las d o s , para dama de tanto coJ
que casi he cejado al otro estremo de mi temes. Tú gustas de pasearte embarcada, !»00 haya querido rendirse, y si peo- pete hallo que tus temores son a l g o ple-
opioion anterior, y crceria sin dificultad y te privas de esta diversión á causa de * a 1DC te podía amenazar semejante beyos. ¡ No sabes que los mezquinos es-
que los sugetos frios, que mas consultan tu marido que teme el agua , y de la •He i creeme , cree en mi tierna amis- crúpulos solo conTÍenen al pueblo me-
s u s o j o s q u e s u eorazon, hacen mas acer- hijos que no quieres esponcr; aprové- «¡cree en todos los afectos que pue- nudo, y que todo el mundo se ríe de
tado juicio de las agenas pasiones, que chate de esta ausencia para tomar este *» nacer en el eorazon de tu pobre un hombre de buena familia que se p r e -
las personas petulantes y vivas, ó vanas pasatiempo, dejando á tus hijos eu guar- "fa, tendría sobrado sensible Ínteres tende hijo de su padre!
como y o , que empiezan siempre sustitu- da de la Paca. Este es el medio de aban-
yéndose á l o s otros, y nunca saben ver donarte sin riesgo a los dulces dcsabo-
otra cosa que lo que sienten ellas. Sea g o s de la amistad, y disfrutar en paz«
0) Sin duda que no sabia ta señora de Orbe que efectiva,nenie los dos
son
"lulos de distinción, pero que un boyardo es un mero hidalgo.
talento, que n o se puede pagar, y ta»
1c haya podido esplicar en que me fun- dos los que en cu juventud primera tuvo,
CARTA XIV. tas virtudes que no son venales, que o
do. Decir á V. que mis dos jóvenes están pero los veo sin derecho á que me ofeu-
cosa inútil buscar uno con dinero, &
DEL SEÑOR DE W O T . M A R A LA SEÑORA mas enamorados que nunca, sin duda dan. No es de Julia de Wolmar de quien
solo un hombre d e sublime ingenio a
DE ORBE. que no es informarla de una maravilla. está enamerado, sino de Julia de Etange;
puede esperar que se hallen las lucesdi
Afirmar á V. por el contrario que están y no me aborrece como á posesor de la
SALGO >para Etange, primita : me ba- un maestro; solo al mas tierno amin
radicalmente curados, va sabe lo que persona .que ama , sino como á robador
hía propuesto ver á V. á la i d a , pero puede inspirarle su corazon el celo i
pueden la razón y ta virtud, y cierto de la que amó. La muger agena no e s
una detención coya causa es V . me pre- padre, y ni se halla el ingenio de ven-
que no es este su mayor milagro. Pero su dama , ni la madre de dos hijos su an-
cisa á llevar mas priesa , y quiero mas t a , ni mucho menos la fina amistad.
que se hallen ciertos estos dos contrarios tigua discipula. Es cierto que se le pa-
pasar á la vuelta la noche en Lausana , Me ha parecido que su amigo de T. ¿mismo tiempo; que estén mas ardien- rece m u c h o , y que con frecuencia le
para estar algunas horas mas con V. Asi reunia todas las prendas necesarias, j¡¡ temente que nunca apasionados uno de recuerda su memoria. La ama en el tiem-
como tengo que consultar á V. acerca he conocido bien su alma no imagi» otro, y que no reine entre ellos mas que po pasado; esta es la esplicacion del
de varias cosas , de que será bueno ha- que haya para él felicidad mayor qoel) ana amistad honesta; que siempre sean enigma, quítele V. la memoria, y se a c a -
blarle de antemano para que tenga tiem- de labrar en estos hijos queridos la dea amantes sin ser mas que amigos: esto , b ó su amor.
po de meditarlo , antes de decirme su madre. El único obstáculo que puedo [xt- picoso, es lo que menos V. esperaba, lo
parecer. ver es su afecto á milord Eduardo, q* que mas dificultad en comprender ten- N o es esta una sutileza vana , primita,
N o he querido esplicar a V. mi pro- con dificultad le permitirá desprendas drá , y lo que sin embargo e s conforme sino una observación muy solida ; que
vecto acerca del m o z o , antes que hu- de un amigo tan amado , y á quien ta- i la exacta verdad. aplicándola á otros a m o r e s , se hallaría
biera confirmado la buena idea que de tas obligaciones d e b e , á menos que d acaso mas general de lo que p a r e c e ,
él había concebido. Creo que estoy yo mismo Eduardo lo exija. Presto espera- Este es el enigma que resulta de las y pienso que no fuera difieil esplicarla
bastante seguro d e él para confiar á V. mos á este hombre estraordinario, i co- frecoentes contradicciones que ha debido en este lance aun por las propias ideas
entre los d o s , que este proyecto e s el de mo V. tiene mucho imperio en su ani- V. notar en ellos, tanto en sus conversa- de V. Cuando V. separó á estos dos aman-
encargarle de la educación de mis hijos. mo , si uo desdice de la idea que de i ciones como en sus cartas. Lo que ha tes era la época en que había llegado su
No ignoro que esta importante tarea es me ha hecho formar, pudiera encarga* escrito V. á Julia tocante al retrato me pasión al ultimo ápice de vehemencia.
la obligación principal de un padre; pe- de esta negociación. ha servido mas que nada para aclarar el Puede ser que si hubieran permanecido
ro cuando fuere tiempo de desempeñar- misterio,* veo que nunca están de mala mas tiempo juntos poco á poco se hubie-
Va posee V-, primita, la llave delodi fe, ann desmintiéndose sin cesar. Cuan- sen entibiado; pero conmovida con vive-
l o , tendré yo sobrada edad para salir
mi conducta, que sin esta esplicacioi dodigoestán, hablo particularmente del za su imaginación sin cesar, se los ha pre-
c o n esta empresa; y con mi genio sose-
parecería estravagante, y que ahora o- mancebo, porque de su amiga de V. s o - sentado uno á otro como eran en el punto
gado y contemplativo, siempre tuve muy
pero que V. y Julia aprueben. Laveoü- lamente por conjeturas se puede hablar; que se separaron. El mozo no vieudo en
poca actividad para poder regular la de
ja de tener una muger como la mia K »11 velo de modestia y honestidad forma su dama las mudanzas que eran efecto
la mocedad. Ademas de que por la ra-
ha hecho usar m e d i o s , que con con- Untas dobleces en torno de su corazon, del progreso del tiempo la amaba c o m o
zón que V. sabe ( I ) , no vería sin inquie-
quiera otra fueran impracticables. Si b qoe ya no es posible que ojo humano pc- la había v i s t o , y no como ella era ( I ) .
tud Julia que me encargase yo de una
dejo con entera confianza con su anüjw «etreenél, ni aun el suyo propio. La Para hacerle feliz era menester no solo
función que con dificultad desempeña-
a m a n t e , guardada de sola sn virtud, racacosa queme mueve a sospechar que darsela, sino volvérsela de la misma
ría á su gusto : y como por otras mil ra-
fuera un loco si hospedara en mi lasai le queda por vencer alguna desconfian- edad y en las mismas circunstancias en
jones su sexo de Vds. no es idoneo para
este mismo amante antes de estar cier- es que no cesa de averiguar consi- que se hallaba en el tiempo de sus pri-
estas mismas tarcas, toda la ocupacion
to de que pars siempre había dejado* meros amores; la menor alteración a todo
de su madre será educar bien á su Hen-
s e r l o ; ¿ y como me había de asegurardt propia como baria si estuviese total- esto era disminuir en otro tanto la dicha
ricta; yo la destino á V. para el gobier-
e l l o , si tuviese una esposa con qoia mentesana, v i o ejecuta con tanta pun-; que se habia prometido. Está mas hermo-
no de casa , conforme al plan que halla-
menos pudiera contar ? tolidad, que no lo hiciera tan bien si s a , pero ha mudado , y en este sentido
rá establecido, y que ha aprobado; y
realmente lo estuviera. ha redundado en perjuicio de él lo que
mi suerte será la de ver á tres personas
Alguuas veces he visto que se sonreb En cuanto á su amigo de V., que, aun-! ha grangeado ella, porque está enamora-
virtuosas concurrir á la felicidad de mi
V. de mis observaciones acerca del aioon qoe virtuoso, se asusta menos de los afec- do d e la antigua, y n o de otra alguna.
casa , y disfrutar cu mi vejez un sosiego
pero esta vez tendrá V. porque bawrrot tos qoe le quedan, veo tadavia en el to-
que será obra suya.
acatamiento, lie hecho uo descubrimien-
to que ni V. ni muger de este moadn
(') 1 Q"C locas sois vosotras las mugeres eoa pretender dar consistencia d
Siempre he visto que mi muger ten- con toda la sagacidad que á sil sexo atri-
tea insubsistente y efímero afecto eomo es el amor! Todo varia en la natura-
dría suma repugnancia en fiar á sus hijos buyen nunca hubiera hecho, cuta en-
todo está en unflujo y reflujo continuo: ¿y quereis vosotras inspirar
de manos mercenarias, y no be podido dencia conocerá V. sin embargo a<®»
n «mores constantes ? con que derecho pretendéis ser hoy amadas porque lo
menos de aprobar s o s escrúpulos. Requie- desde el primer instante, y que mi«
mu ayer? Conservad el mismo semblante, la misma edad , el mismo-genio,
re el respetable estado de preceptor tanto | como demostrado, á lo menos coa»'' ¡ cm
' pre unas mismas, y os amarán siempre, si es posible. Pero mudar
cesar, y querer que os amen siempre, es querer que á cada instante dejen
( r ) Esta razón no la sabe todavía el lector, pero le rogamos que amaros, y no es buscar pechos constantes, sino pechos tan. mudables como
paciencia. Uso tras.
El error que le engaña y causa su de- Creo que conozco bien las fuerzas de tristeza en que me ha dejado su ausen- lastimado, no hay dicha verdadera en la
sasosiego consiste en que confunde los uno y o t r o , y solo los espongo á prue- cia, y creo que me afligiría menos la de tierra. Mi marido es el mas bondadoso,
tiempos y se acusa como de un afecto bas á que pueden resistir ; porque u so muger que la suya. Me hallo mas vio- y el mas honrado de los hombres; con
actual de lo que no es mas qu# efecto de consiste la prudencia en tomar indistin- lento que cuando estoy en su presencia; la obligación que nos une se junta una
una tierna memoria; pero no sé si no tamente todo genero de precaucione, reina en el hondo de mi corazon un mus- inclinación recíproca; no hay para él
vale mas acabar de curarle que desenga- sino en elegir las que sean útiles, y ocni- tio silencio; sofoca su murmuración un otros gustos que los míos; tengo hijos
ñarle : acaso para su cura nos sera mas tír las superfluas. Los ocho dias que 101 terror secreto, y menos agitado de de- que solo satisfacciones prometen y dan
provechoso su error que su desengaño. a dejarlos juntos bastarán acaso para en- seos que de sustos, padezco los terrores ya á su madre; nunca hubo amiga mas
Descubrirle el estado verdadero de su co- señarles á distinguir sus verdaderos afeo del delito, sin las tentaciones de come- tierna, mas virtuosa, mas amable, que la
razon fuera hacerle saber la muerte de lo t o s , y conocer lo que son realmente ti raí terlo. que idolatra mi corazon, y voy á pasar
que ama, y causarle una aflicción peli- para con otro- Cuanto mas se vieren á so-
¿Sabe V . , Milord, donde alienta mi mi vida con ella; V. propio contribuye
grosa, |>orque siempre el estado de tris- las, mas fácilmente caerán en su equivoca-
alma y pierde estos indignos miedos? á hacerme la mia mas grata justificando
teza es propicio al amor. ción , comparaudo lo que síeutan con lo
junto á la señora de Wolmar. Asi que me tau bien la estimación y el cariño que
que en otro tiempo en semejante situa- le profeso; un porfiado y largo pleito
Libre de los escrúpulos que le moles- ción hubieran seutido. Añada V. que les acerco á ella, su vista calma mi turbación
tan , daria con mas complacencia pábulo j sus miradas apuran mi corazon. Tanto que va á concluirse traerá eu breve á mis
importa acostumbrarse sin riesgo á la in- brazos al mejor de los padres; todo pros-
a memorias que deben eslinguirse, ha- timidad en que necesariamente han de es el ascendiente del suyo, que parece
blarla de ellas con menos reserva, y no que siempre inspira á los demás la con- pera, reinan eu nuestra casa el orden y
vivir si se realizan mis ideas. Por la con- la paz; nuestros criados son fieles y c e -
están de tal manera borrados los linca- ducta de Julia veo que le ha dado V. ciencia de su inocencia, y la tranquili-
mientos de Julia en la señora de Wolmar, dad que es su fruto. Por mi desdicha su losos; nuestros vecinos nos dan muestras
consejos que no puede meuos de seguir del mas cordial afecto; gozamos de la be-
que á poder de buscarlos no los pudiera sin agraviarse á sí propia. ¡ Que gusto aietodo de vida no le permite estar todo
encontrar todavía. He pensado que en el día en compañía de sus amigos, y en nevolencia publica ; favorecida en todas
fuera para ini darle esta prueba de que cosas por el cielo, la fortuna y los hom-
vez de sacarle de la opinion de los ade- conozco todo cuauto vale, si fuera una rao- los momentos que me veo precisado á
lantamientos que cree que ha hecho, y pasar siu verla menos padcceria si estu- bres, veo que todo conspira á mi felicidad:
gercon la cual pudiera un marido hacerse un pesar secreto , un pesar solo la aci-
que le sirve de estimulo para dar cima mérito de su confianza! Pero auu cuan- viese mas desviado de ella.
á su empresa, era menester hacer que bara; y no soy feliz. Estas ultimas pal»,
do nada hubiese adelantado con su co- Lo que también contribuye a mante- bras las pronunció con un suspiro que
perdiese la memoria de tiempos que debe razon, fuera la misma su virtud; mu
olvidar , sustituyendo con maña otras ner la melancolía de que me siento abru- me traspasó el alma, y en el cual bien
costosa le seria, pero vencería, en in mado es una conversación que tuvo ayer vi que no tenia yo parte ninguna. ¡ N o
¡deas á las que para él son tan preciosas. de que si boy le queda alguna pena in-
V. que contribuyó á dar origen á las pri- conmigo, cuando se hubo ausentado"su es feliz, dije entre m i , suspirando tam-
terior que padecer, solo puede ser la ter- oarido. Aunque hasta entonces se hu- bién , y no soy yo quien turba su felici-
meras puede mas que nadie contribuir á nura de una convención de reminiscen-
borrarlas; pero hasta que se venga á vi- Wsemantenido bastante serena, le siguió dad!
c i a , que sabrá muy bien prever, y que largo rato con los ojos enternecidos,
vir para siempre con nosotros no quiero siempre evitará. Ya ve V. pues que no
decir á V. al oído lo que para eso ha de rosa que al principio atribuí yo á sola
ha de juzgarse de mi conducta por las la ausencia de este feliz esposo, pero en En un punto trastornó esta idea fatal
hacer, y es carga que, si no me enga- reglas ordinarias, sino por las inten- todas las mias, y turbó el sosiego que
ño, le será bastante llevadera. Entre tan- snsrazoues conocí que procedía esta ter-
ciones que me la inspiran, y el carác- iaca de otra causa que yo no conocía. á disfrutar empezaba. Impaciente con la
to procuro yo acostumbrarle con los ob- ter único de aquella con quien la ob- insufrible duda en que me habían dejado
jetos que le amedrentan, presentándoselos V. ve como vivimos, me dijo, y sabe si
servo. fe quiero; no crea sin embargo que el sus razones, tanto la insté para que aca-
de manera que no sean peligrosos para bara de manifestarme su pecbo, que en
el. Es un mozo ardiente, pero débil y "fecto que con él me estrecha, tan tier-
"o j eficaz como el amor, esté sujeto á fin vertió en el mió el funesto secreto, v
facit de dejarse gujar, y me aprovecho A Dios, primita, hasta la vuelta. Aun- as me permitió que se le revelase á V..."
de esta casualidad, alucinando su imagi- flaquezas. Si nos es costoso ver in-
que no he dado todas estas csplicaciones terrumpida la dulce costumbre de vivir Pero es hora de paseo. La señora de
nación. En vez de su dama le fuerzo á á Julia, no exijo que le haga V. misterio Wolmar sale ahora del gincceo á pasear-
que vea siempre la muger de un hombre J°utos, nos cousuela la esperanza cierta
de ellas. Mi oiasijoa es no interpooer se con sus hijos, y me lo envia á decir.
de bien y la madre de mis hijos; borro así
una pintura con otra, y cubro con lo
secretos entre amigos, asi estos los 6o * verla en breve añudada de nuevo. Voy allá , Milord, le dejo á V. por esta
presente lo pasado. Así llevamos á uu
de la discreción de V.; haga de ellos el Ptoas vicisitudes que recelar deja un es- vez, y difiero para otra carta el darle
caballo asustadizo al objeto que le espau-
uso que le inspiren la amistad y la pu- kdo tan permanente; y en una ausencia cuenta del asunto interrumpido en esta.
denda, que sé que todo cuanto haga sal « breves dias menos sentimos la pena
ta , para que le pierda el miedo. Lo mis- lo mejor y lo mas acertado.
mo se ha de hacer con estos mozos, cuya * tan corto intervalo que el gusto de CARTA XVI.
imaginación, cuando ya se ha resfriado footemplar el proximofin de ella. La aflic-
su corazon, todavía arde, y les repre- CARTA XV. °ou que lee V. en mis ojos proviene de D E L A S E Ñ O R A D E W O L M A R A S U
senta desde lejos monstruos que se desa- causa mas grave, y aunque relativa al MARIDO.
DE SAN L'REJJX "X MTLORD EDUARDO- señor de Wolmar no es la causa su au-
parecen al puuto que á ellos se acercan. TE espero el martes, como me dices,
A YES se marchó el señor de V\ olu>ir sencia.
y todo lo bailarás dispuesto coufoiiue a
á Etangc, y apenas entiendo el estado de tus intenciones. No dejes de verte á
ta vuelta con mi prima, que to dirá lo que con nosotros iban en comerse d nal de su grado franquea a sus escla- no os he de volver á v e r ! Yo, enya ima-
que ha sucedido en tu a u s e n c i a , mas pescado que en oir la moral que le b- vos algunas mezquinas producciones que ginación siempre me abulta el m a l ,
quiero que lo sepas de ella que de mi braba la vida. ellos no aprovechan. aunque conocía de cierto cual era el pe-
boca. Metimonos despues mas adentro dd Mientras que agradablemente nos di- ligro creí de un instante á otro ver s u -
W o l m a r , e s cierto que creo ser acree- l a g o , V yo con la viveza de un IDOZO DE vertíamos en recorrer con la vista las mergido e l b a r c o , y esta beldad tan
dora á tu estimación; pero tu conducta que seria ya tiempo que me enmendase, vecinas c o s t a s , un viento de tierra que adorable agitarse en mitad de las o l a s ,
n o es la que c o n v i e n e , y disfrutas con me puse á b o g a r ; y de tal modo m de sesgo nos empujaba hacia la orilla marchitas con la amarillez de la muer-
encaminé hacia la mitad del lago, que opuesta se levantó y arreció m u c h o ; te las rosas de su rostro.
rigor de la virtud de tu muger.
en breve nos encontramos á mas de una j cuando empezamos á revirar era tan
Fioalmente á fuerza de remos subimos
legua de la orilla (I). Aqui esplicahai fuerte la resistencia, que no fué posible
CARTA XVII. á Meillerie, y despues de baber lidiado
Julia todas las partes del soberbio ho- i nuestro frágil barquichuelo vencerla.
por espacio de mas de uoa hora á diez
DE SAN TBEDX A MILORD EDGARDO. rizonte que nos cercaba. Desde lejos le ED breve las olas fueron tremendas, y
pasos de la orilla, logramos saltar en
enseñaba las bocas del Ródano, con» filé menester dirigirnos á la ribera de
QCIERO dar cuenta a V., Milord , de tierra y al instante se olvidaron tndas
impetuoso curso se amansa á distancia ¡«boya, y procurar aportar al lugar de
un peligro que hemos corrido estos dias nuestras fatigas. Julia se encargó d e
de un cuarto de l e g u a , como si con sos Meillcrie que estaba fronterizo á noso-
p a s a d o s , y de que por fortuna hemos agradecer todas las faenas que cada uno
cenagosas ondas temiera amancillar d tros, y que casi es el único paraje de
salido á costa del susto y algo de fatiga. habia desempeñado, y como en lo mas
azulado cristal del lago. Le hacia coa- esta costa donde presenta la arena un
Esto merece una carta á parte; cuando inminente dél riesgo solo en nosotros
templar los ángulos entrantes y salientes desembarcadero comodo. Pero el viento
la lea V. verá lo que á escribírsela me habia pensado , cuando estuvimos en
d e las montañas, que correspondientes que había mudado tomaba fuerza, inuti-
obliga. tierra le parecía que era la única que
y paralelos forman cu el espacio que los lizaba los esfuerzos de nuestros barque-
habíamos libertado.
Va sabe V. que no está lejos del lago separa un cauce digno del rio qne le ros, y nos bacía derivar mas abajo , cos-
la casa de la señora de W o l m a r , y que ocupa. Desviada de nuestra costa me teando una larga fila de escarpados p é - Comimos con las ganas que en un
le gustan los paseos por agua. Tres dias complacía en qne mirase maravillada las saseos, donde no se encuentra refugio. violento trabajo se adquieren. Aderezóse
ha que la desocupación que le permite ricas y encantadoras riberas del país de la trucha; y J u l i a , que es muy aficiona-
la ausencia de su marido, y la serenidad V a u d , donde la muchedumbre de rio- Todos nos pusimos á remar, y casi d a , comió muy poco de e l l a ; y conocí
d e la noche nos sugirieron la idea de dades , el ¡numerable gentío , las verdes en aquel instante tuve el sentimiento d e que para quitar á los barqueros el sen-
uno de estos paseos para el otro dia. y en todas partes pomposas colinas, for- ver á Julia acometida de un mareo, dé- timiento de su sacrificio deseaba que
Al salir del sol nos fuimos á orillas del maban la mas atractiva pintura ; donde bil _v tomada de un desmayo á bordo del no comiese yo mucho. Milord, mil vo-
l a g o , tomamos un barco con redes pa- en todas partes c u l t i v a d a , y en todas barco. Por fórtuua que está hecha al ces lo ha dicho V. : en las cosas grandes
ra pescar, tres remeros y un criado , y fecunda, la tierra ofrece al labrador,al agua, y no fué duradero este estado. como en las menudas siempre se pinta
nos embarcamos con algunos bastimentos p a s t o r , al viñador, el fruto seguro de Entretanto crecian nuestros esfuerzos su afectuosa alma.
para comer. Yo habia escogido una es- sus afanes, que n o devora el codicioso con el peligro; el s o | , la fatiga y el su-
Despues de comer siguiendo alboro-
copeta para tirar á golondrinas; pero publicano. Enseñándole luego el Cha- dor DOS tenían á todos faltos de respi-
tado el l a g o , y siendo necesario c o m -
me afeó el matar pájaros sin p r o v e c h o , blais en la costa opuesta , país no raeoos ración y exhaustos de fuerza; entonces
poner el b a r c o , propuse que dieramos
y por solo el gusto de hacer mal. D i - favorecido de la naturaleza, y que e» recobrando todo su animo alentaba Julia
un paseo. Julia me opuso la ventisca , e l
vertiame pues cu tirar d e tiempo en todas partes solo un espectáculo de mi- d nuestro cou sus compasivos h a l a g o s ,
s o l , y quería que descansara; y o , que
tiempo á patos silbones, chorlitos, y seria presenta, le hacia palpablemente V echando en un vaso vino aguado , con
tenía mi plan, 110 me rendí á sus razo-
solo pude tirar desde muy lejos á un distinguir los efectos de ambos gobier- temor de qne nos embriagásemos, daba
nes. Estoy , le d i j e , acostumbrado d e s -
colimbo y erré el tiro. nos en la riqueza, el numero y la feli- de beber alternativamente á los mas can-
de niño a ejercicios p e n o s o s , que lejos
cidad de los hombres. Asi, le decia ,abre sados. N o , nunca brilló su adorable
de ser perniciosos á mi salud , la forti-
Pasamos una ó dos horas pescando á su fértil seno la t i e r r a , prodiga de sos »miga de V. con tan vivo esplendor
fican , y mi postrer viaje ha aumentado
quinientos pasos de la ribera. La pesca tesoros con los venturosos pueblos qot como en este punto que el calor y la
todavia mi robustez. Para resguardarse
fué buena , pero esccpto una trucha que para sí propios la cultivan; parece qoe agitación habian realzado con mas fuego
del viento y del sol lleva V. su sombrero
habia recibido un trancazo con el remo, se alegra y se anima con el grato es- sos rosadas mejillas; y lo que mas au-
de paja, irémos por bosques y sitios
hizo Julia tirar al agua todo lo que se pectáculo de la libertad , y que se com- mentaba sus hechizos era que se echaba
abrigados; basta para esto con trepar
pescó. Son animalitos que p a d e c e n , di- place en alimentar hombres. Por el coo- de ver en su enternecido ademan , que
algunos peñascos, y V. que no gusta de
j o , demosles la libertad, y gocemos del trario los tristes paredones, los mator- mas procedían sus cuidados de compa-
llanuras no se incomodará con la fatiga.
gusto que tendrán ellos en verse fuera rales v los abrojos que una tierra casi sión de nosotros que de temor por su
Hizo lo que yo quería, y nos fuimos
de peligro. Ejecutóse despacio esta o p e - verma cubren, desde lejos indican qoe vida. Solo un instante habieudose e n -
mientras comia la familia.
ración , de mala gana, y n o sin algunas domina en ella un amo ausente, y q® treabierto dos , tablas en un encuentro
representaciones; y fácilmente eché de que nos llenó á todos de agua, creyó
V. sabe que despues de mi destierro
ver que mas gusto hubieran tenido los qne se habia roto ci barco, y en una ¿s-
del Valais volví diez años hace á Mei-
clamacíon de esta tierna madre oi dis-
llerie á aguardar el permiso de volverla
tintamente estas palabras : ¡ Hijos mios.
a ver. Allí pasé tan tristes y tan delicio-
(I) Como puede ser esto? En frente de Clarens tiene el lago mucho
sos dias pensando únicamente en ella, y
ile tíos leguas de ancho.
272 LA. N U E V A H E L O I S A
CUARTA PAUTE.
de allí fué de donde le escribí una carta ficos objetos el corto terreno en que noj oere eran el único arreo de estos arbo- tante de partirnos. Poco á poco se d e s -
que tanta impresión hizo en su corazon; hallábamos se engalanaba con los arreas les; todo aqui los rigores del invierno pejó la luna , se sosegó el a g u a , y me
Siempre habia deseado volver á visitar de una rientc y campestre morada; 61- y el horror de los hielos respiraba , solo propuso Julia q u e nos embarcásemos.
el aislado retiro que ine sirvió d e alber- trabansc por entre las rocas algunos«- ios fuegos de mí corazon me hacían to- Le di la mano para entrar en el barco,
g u e en mitad de la escarcha , y donde rovuelos, y por la verde yerba en cinta lerable este sitio , y en él se iban pen- y sentándome a sn lado seguí teniéndola
se deleitaba mi corazon en conversar de cristal se deslizaban , inclinaban sos sando en ti los dias enteros. Mira la asida de la mia. Observamos ambos un
conmigo mismo d e lo que mas en el cabezas sobre las nuestras algnnos fró- piedra donde para contemplar desde 1c- profundo silencio , y me convidaba á la
mundo quiso. El motivo secreto de mi tales silvestres, y húmeda v fresca b ps tu feliz morada me sentaba; encima meditación el ruido igual y á compás de
paseo fue visitar este sirio tan amado en tierra estaba de verba y (lores cubierta. de esta se escribió la carta que ablandó los remos. El alegre canto de las galli-
estación mas grata , y con aquella c u t a Comparando tan serena mansión co» to pecho, estos tajantes pedernales de netas ( f ) , que me traía a la memoria
imagen moraba entonces conmigo, com- los objetos^qne en torna s e veian, pa- bnril para grabar tu cifra me servían; deleites de mi pasada e d a d , en vez de
placiéndome de antemano en mostrarle rcela destinado este yermo sitia para aqni atravesé el torrente helado en co- divertirme me entristecía. Poco á p o c o
antiguos monumentos de tan constante y asilo de dos amantes, que solos se bo- bro de una carta tuya, que nn remolino sentia crecer la melancolía que me abru-
desdichada pasión. biesen libertado de la universal ruinad; ne arrebataba ; alli fui á repasar y á maba. La serenidad del cielo, la frescura
la naturaleza. besar mil veces la postrera que m e es- del aire, la suave claridad de la luna, el
Llegamos allá después de nna hora
de camiuo por amenos v tortuosos s e n - cribiste ; mira la orilla del precipicio de argentado tremolar de las ondas que en
Cuando hubimos llegado á este retira,
deros, que subiendo insensiblemente por donde con ansiosos y desesperados ojos torno de'nosotros brillaban , el concurso
y le hube yo contemplado un rato: ¿Qoí,
entre l o s arboles y las rocas, no ofrecian la profundidad de estas simas contem- de las mas gratas sensaciones , y hasta
dije mirando con ojos bañados en llan-
otra incomodidad que lo largo del cami- plaba; en fin aquí fue donde antes de la presencia del objeto a m a d o , nada
to a Julia, nada le dice á V. aqni so co-
no. Al acercarme y reconocer mis anti- mi triste partida vine á llorarte mori- pudo apartar de mi corazon mi] doloro-
razon, ni siente alguna secreta eraoeion
guos vestigios estuve a pique de desma- bunda , y jnré no sobrevivirte. ¡ Niña sas refleiiones.
contemplando un sitio que de V. está
yarme, pero me v e n c í , oculté mí turba- too tanta constancia amada , ó tú para
tan lleno ? Entonces sin aguardar á qíe
ción , y llegamos. Este sitio solitario frieu fui yo nacido , he de hallarme Empecé acordándome de un paseo
respondiese la conduje á la r o c a , y le
formaba un silvestre y desierto retiro, contigo en los mismos logares , y an- semejante que di en otro tiempo con ella
enseñé grabada en mil parajes su cifra
pero lleno de aquella especie de herinn- idar en balde por aquel tiempo que pa- mientras el embeleso de nuestros prime-
y muchos versos del Petrarca y el Taso
snras que solo a las almas sensibles agra- saba llorando co ellos tu ausencia!... ros amores. Retratáronse en mi alma pa-
que á la situación en que yo me hallaba
dan , y qne a las demás parecen horri- Iba á seguir, pero Julia que viendo qne ra afligirla todos los deliciosos afectos
entonces se referían. Al verlos otra ve«
bles. Un torrente que formaban las der- i la orilla de la sima me acercaba , se que la llenaban entonces ; todos los s u -
vo mismo después de pasado tanto tiem-
retidas nieves despeñaba á veinte pasos labia asustado , y me habia cogido de cesos de nuestra mocedad , nuestros es-
po, eSpe rimen té con cnanta fuerza puede
de nosotros sos cenagosas o n d a s , v con la mano, la apretó sin hablar palabra, tadios , nuestras conversaciones , nues-
la presencia de los objetos avivar los
estrepito , l i m o , piedras y arenas arras- l comprimiendo un mal ahogado sollo- tras c a r t a s , nuestras secretas citas ,
violentos afectos que cerca de ellos nos
traba. Detras uua cadena de inaccesi- »,apartando luego apriesa la vista, y nuestros gustos ,
agitaron. Dijele c o o alguna vehemencia:
bles rocas separaba la esplanada en que tirándome por el brazo : vamonos, ami-
¡Oh Julia, eterno encanto de mi corazón!
éstabamos d e aquella parte de los Alpes ;o mió, me dijo con voz trémula, el Y tanta fe , r memorias tan suaves,
ves aqui los logares donde otro tiempo
que ventisqueros son llamados, donde «re de iste sitio no es sano para raí. Y tan luenga costumbre.
el amante mas fiel del mundo por ti sus-
montañas enormes de escarchas'que sin Fnhne gimiendo con ella pero sin darle
piraba ; ves aqni la mausion donde tn l i n a muchedumbre de objetos de poca
cesar aumentan los cubren desde el prin- respuesta, y dejé para siempre esta
imagen hacia su felicidad y preparaba
cipio del mundo (1). Dabanoos á la d e - biste soledad como á Julia misma la entidad, que me ponían delante la ima-
aquella con que al fin le remuneraste tu gen de mi pasada dicha; todo se ofrecia
recha su triste sombra selvas de negros bobiera dejado.
propia. i\0 se veian entonces ni estas á mi memoria para aumentar mi presen-
pinabetes; á la izquierda , mas allá del sombras, ui estas frutas; no eran alfom- te miseria, pintándome la pasada felici-
arroyo, habia un vasto bosque de alcor- bra de la tierra estas flores, no forma- Habiendo vuelto con lentos pasos al dad. Se a c a b ó , decia" dentro de m í ;
noques, v debajo nuestras plantas la in- ban sus divisiones el curso de estos ar- ("oto dando algunos rodeos, nos sepa- aquellos tiempos, aquellos felices tiempos
mensa llanada de agua que en el seno rovuelos, ni gorgeaban estos pajarossiis ramos. Quiso ella quedarse sola, y yo ya no son , para siempre huyeron. ¡Ay,
de los Alpes forma el lago nos separaba cantos; el alcou v o r a z . el cuervo fune- -•«Sui paseándome, sin saber adonde" iba. que nunca volverán , y estamos juutos,
de las ricas costas del país de V a u d , c o - ral , y la tremenda agilita de los Alpes taamlo volvi no estaba aun listo el bar- y para siempre están unidos nuestros
ronando este cuadro la majestuosa cima hacían solos resonar en estas cavernas ra, ni sosegada el agua , cenamos con corazones ! Me parecía que con mas r e -
del Jura. sus gritos ; inmensas escarchas de todos Esteza , bajos los ojos , meditabundo el signación hubiera sufrido la muerte , ó
estos peñascos pendían, flecos de blanca oblante , comimos poco , y hablamos su ausencia, y que había padecido me-
En medio de estos soberbios y magní- •*oos. Despues de cenar fuimos á sen- nos el tiempo que lejos de ella babia
•"»os en la arena , aguardando el ins- vivido. Cuando á tanta distancia gemia.
f t ) Son tan alias estas montañas que media hora despues de puesto el mi
toìavi
avia sus rayos alumbran las cimas , y el encarnado de su luz. que da en (') La gallineta del lago de Ginebra no es la que comunmente llaman asi:
estas cumbres blancas con las nieves forma uu hermoso color de rosa, canto es nías vivo y mas animado , y las noches de verano da al lago
se ate ti mucha distancia. vuo de vida y frescura , que hace todavía mas deliciosas sus riberas
35
la esperanza do volverla & ver aliviaba Verdad e s , me respondió con altaii
mi peeho ; me lisonjeaba con que todas v o z , pero 6ea esta la vez postrera qt
mis penas las borraría un instante que cu este tono se espliquen. Volvimos»
en su presencia estuviese; contemplaba tonces á entablar una sosegada conin-
á lo menos en la esfera de las cosas po- sacion, y habiendo navegado cosa de
sibles nn estado menos acerbo que el una hora llegamos sin otro azar. 0lai-
mió; pero encontrarse a su lado , pero do estuvimos en casa distinguí á la 1« QUINTA PARTE.
verla , tocarla , hablarla , amarla, ado- que traia Julia encarnados y mu; his-
rarla, y casi poseyéndola reconocer que c hados los ojos, y los míos no hubo i
para siempre la he perdido: esto me encontrarlos ella en mejor estado. De-
precipitaba en accidentes de ira y rabia pues de las fatigas de todo el dia ten
que por grados me condujeron al ul- mucha necesidad de descansar; se retira
timo ápice de desesperación. En bre- y yo me fui á acostar. CARTA I. haber aplicado su alma a los objetos
ve empezaron á embatír en mi alma fu- DE MI LORD EDUARDO A SAN
estemos para tocarlos , la retira dentro
nestos proyectos, y en un desvario tal Esta es, amigo mío, la historia circuís de sí propio para considerarlos, com-
PREUX (1).
que pensando en él me estremezco,-me lanciada del dia de mi vida en que, pararlos y conocerlos. En este caso se
sin esceptuar ninguno, he sentido ta
Bf " acometió una violenta tentación de des-
penarla conmigo en las olas , y dar fin mas violentas emociones. Espero que b
SAL de la infancia , amigo, dcspicr- debe hallar V. mas que nadie en el
Me: no eutregues tu vida entera al di- mundo. T o d o s cuantos deleites y tor-
en sus brazos á mi vida y á mis dilata- yan sido la crisis que me vuelva «af- latado sueño de la razón. La edad se mentos puede esperimentar un pecho
dos tormentos. Tan fuerte llegó al fin ramente en mí. En cuanto á lo deas lay 3penas basta la que te queda para sensible han llenado el de V. ; todo
g l ' i á ser esta horrenda tentación , que me diré á V. que esta aventura me ha con- la sabiduría. D e m á s de treinta años, ya cuanto puede ver un hombre lo han
vi obligado á soltar á toda priesa su vencido mejor que todos los argumen- es tiempo de pensar en sí propio; cm- visto sus ojos. En espacio de doce años
mano é irme al otro estremo del barco. tos de la libertad del hombre y el at- pieia á volver en ti y sé una vez h o m - ba apurado V. todos cuantos afectos

H
Mm
m e Alli empezaron á tomar otro giro mis
vehementes agitaciones; poco á poco fue
rito de la virtud. ¡Cuantas personassos
flacamente tentadas , y se rinden! EL
cuanto á Julia ( mis ojos lo vieron jh
bre antes de morir. pueden ocupar una dilatada vida, y to-
Querido, el corazon de" V. le ha en- davía mozo, se ha adquirido ya la espe-
jañado acerca de sus luces ; ha querido riencia de un viejo : fueron objeto de sus
sintió mi corazon) sustentó aquel db
insinuándose en mi alma un afecto mas la mas fiera lid que sustentó jamas I» Slosofar antes de ser capaz de ello ; ha primeras observaciones hombres senci-
sereuo; pudo mas la ternura que la de- mano pecho, y sin embargo salió tos equivocado el afecto con la razón , y llos casi como los formó la naturaleza,
sesperación , salió de mis ojos un dilu- victoria. Pero , ¿ que he hecho yo pan «atentándose con evaluar las cosas por y le han servido de pieza de compara-
bimpresión que le causaban, nunca ha ción. Desterrado á la capital del pueblo
i p vio de lagrimas, y comparado este esta-
do con aquel de que acababa de salir
desviarme de ella ? O Eduardo , coaoi
»nocido su verdadero valor. Confieso mas célebre del universo , saltó V., por
seducido por tu dama supiste triunfe
no dejaba de causarme contento. Lloré de consuno de tus deseos y los sujos, qoe un corazon recto es el primer or- decirlo asi, al otro estremo , que un
m i abundantemente largo rato, y me sentí no eras de superior naturaleza que b poo de la verdad , y que quien nunca vasto ingenio suple los intermedios. Pa-
aliviado. Cuando me hube serenado vol- humana ? Sin tí acaso era yo pcrdüi b sentido pasiones nada puede apren- sando de allí á la única nación de hom-
ví al lado de Julia , y le cogí otra vez Cien veces en este dia de peligros b que no hace mas que fluctuar de bres , que entre los varios rebaños de
H' - " la mano. Tenia en ella su pañuelo, y memoria de tu virtud me restituyó b ®oen otro , error , y solo adquiere un que está cubierta la tierra queda, si na
le sentí todo mojado. ¡ A h , le dije en aber vano y conocimientos estériles , lia visto V. reinar las leyes, ha visto
voz baja , bien veo que nunca hau de- porque siempre se le esconde la verda- á lo menos que aun vivían ; ha aprendí-
jado de entenderse nuestros corazones ! dera relación de las cosas con el hom- do á reconocer los signos distintivos de
$ 4 i; bre, que es la primera ciencia de este; este organo sagrado de la voluntad de
fffo también se ciñe á la primera mi- un pueblo, y como el imperio de la pu-
m 1*1 de esta ciencia quien no estudia las blica razón es la verdadera base de la
'elaciones que tienen las cosas unas con libertad. Ha corrido V. todos los climas,
Jt"* para apreciar con mas exactitud y visto todas las regiones que alumbra el
«que con nosotros tienen. No basta s o l , y goza ahora de espectáculo mas
n
f"*er las pasiones humanas sí no raro y masdigno de la contemplación del
sbemes evaluar los objetos de ellas, y sabio, el de una alma sublime y pura
PIN DB LA CUARTA PARTE.
«te ultimo estudio solo en la calma dé triunfante de las pasiones, y reinando
11
meditación puede hacerse. en sí propia. El primer objeto que á sus
ojos de V. se presentí? es el que aun
miran , y la admiración que le profesa
Es la mocedad del sabio la época de
145 es tanto mas fundada, cuanto mas nume-
esperiencías; los instrumentos de
cítas
son las pasiones ; pero despues de
la esperanza do volverla & ver aliviaba Verdad e s , me respondió con altaii
mi pecho ; me lisonjeaba con que todas v o z , pero 6ea esta la vez postrera qt
mis penas las borraría un Ínstame que en este tono se esplíquen. Volvimos»
en su presencia estuviese; contemplaba tonces á entablar una sosegada corro-
á lo menos en la esfera de las cosas po- sacion, y habiendo navegado cosa de
sibles nn estado menos acerbo que el una hora llegamos sin otro azar. 0lai-
mió; pero encontrarse a su lado , pero do estuvimos en casa distinguí á la 1« QUINTA PARTE.
verla , tocarla , hablarla , amarla, ado- que traia Julia encarnados y mu; bit
rarla, y casi poseyéndola reconocer que c hados los ojos, y los míos no hubo i
para siempre la he perdido: esto me encontrarlos ella en mejor estado. De-
precipitaba en accidentes de ira y rabia pues de las fatigas de todo el dia ten
que por grados me condujeron al ul- mucha necesidad de descansar; se retira
timo ápice de desesperación. En bre- y yo me fui á acostar. CARTA I. haber aplicado 6U alma a los objetos
ve empezaron á embatír en mi alma fu- DE MI LORD EDUARDO A SAI!
estemos para tocarlos , la retira dentro
nestos proyectos, y en un desvario tal Esta es, amigo mió, la historia circos* de sí propio para considerarlos, com-
lanciada del dia de mi vida en que, PREUX (1).
que pensando en él me estremezco,-me pararlos y conocerlos. En este caso se
Bf " acometió una violenta tentación de des- sin esceptuar ninguno, he sentido ta SAL de la infancia , amigo, despiér- debe hallar V. mas que nadie en el
penarla conmigo en las olas , y dar fin mas violentas emociones. Espero que b tate: no entregues tu vida entera al di- mundo. 'Todos cuantos deleites y tor-
en sus brazos á mi vida y á mis dilata- yan sido la crisis que me vuelva ente- latado sueño de la razón. La edad se mentos puede esperimentar un pecho
dos tormentos. Tan fuerte llegó al fin ramente en mí. En cuanto á lo deas laj 3penas basta la que te queda para sensible han llenado el de V. ; todo
g l ' i á ser esta horrenda tentación , que me diré á V. que esta aventura me ha rao- la sabiduría. D e m á s de treinta años, ya cuanto puede ver un hombre lo han
vi obligado á soltar a toda priesa su vencido mejor que todos los argumen- es tiempo de pensar en sí propio; cm- visto sus ojos. En espacio de doce años
mano é irme al otro estremo del barco. tos de la libertad del hombre y el at- pieia á volver en ti y sé una vez h o m - ha apurado V. todos cuantos afectos

H
Mm
m e Alli empezaron á tomar otro giro mis
vehementes agitaciones; poco á poco fue
rito de la virtud. ¡Cuantas personassos
flacamente tentadas , y se rinden! El
cuanto á Julia ( mis ojos lo vieron jb
bre antes de morir. pueden ocupar una dilatada vida, y to-
Querido, el corazon de" V. le ha en- davia mozo, se ha adquirido ya la espe-
jañado acerca de sus luces ; ha querido riencia de un viejo : fuerou objeto de sus
sintió mi corazon) sustentó aquel db
insinuándose en mi alma un afecto mas la mas fiera lid que sustentó jamas la- Slosofar antes de ser capaz de ello ; ha primeras observaciones hombres senci-
sereuo; pudo mas la ternura que la de- mano pecho, y sin embargo salió eos equivocado el afecto con la razón , y llos casi como los formó la naturaleza,
sesperación , salió de mis ojos un dilu- victoria. Pero , ¿ que he hecho yo pan contentándose con evaluar las cosas por y le han servido de pieza de compara-
bimpresión que le causaban, nunca ha ción. Desterrado á la capital del pueblo
i p vio de lagrimas, v comparado este esta-
do con aquel de que acababa de salir
desviarme de ella ? O Eduardo , cuaoi
»nocido su verdadero valor. Confieso mas célebre del uuiverso , saltó V., por
seducido por tu dama supiste triunfe
no dejaba de causarme contento. Lloré de consuno de tus deseos y los sujos, qoe UD corazon recto es el primer or- decirlo asi, al otro estremo , que un
m i abundantemente largo rato, y me sentí no eras de superior naturaleza que b rao de la verdad , y que quien nunca vasto ingenio suple los intermedios. Pa-
aliviado. Cuando me hube serenado vol- humana ? Sin ti acaso era yo pcrdüi b sentido pasiones nada puede apren- sando de alli á la única nación de hom-
ví al lado de Julia , y le cogí otra vez Cien veces en este dia de peligros b der, que no hace mas que fluctuar de bres , que entre los varios rebaños de
H' - " la mano. Tenia en ella su pañuelo, y memoria de tu virtud me restituyó b ®oen otro , error , y solo adquiere un que está cubierta la tierra queda, si n o
le senti todo mojado. ¡ A b , le dije en aber vano y conocimientos estériles , lia visto V. reinar las leyes, ha visto
voz baja , bien veo que nunca hau de- porque siempre se le esconde la verda- á lo menos que aun vivian ; ha apreudí-
jado de entenderse nuestros corazones ! dera relación de las cosas con el hom- do á reconocer los signos distintivos de
$ 4 i; bre, que es la primera ciencia de este; este organo sagrado de la voluntad de
F*ro también se ciñe á la primera mi- un pueblo, y come el imperio de la pu-
m 1»! de esta ciencia quien no estudia las blica razón es la verdadera base de la
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bciones que tienen las cosas unas con libertad. Ha corrido V. todos los climas,
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«que con nosotros tienen. No basta s o l , y goza ahora de espectáculo mas
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f"*er las pasiones humanas si no raro y masdigno de la coutemplacion del
sernos evaluar los objetos de ellas, y sabio, el de una alma sublime y pura
PIN DB LA CUARTA PARTE.
«te ultimo estudio solo en la calma dé triunfante de las pasiones, y reinando
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meditación puede hacerse. en sí propia- El primer objeto que a sus
ojos de V. se presentí? es el que aun
miran , y la admiración que le profesa
Es la mocedad del sabio la época de
145 es tanto mas fundada, cnanto mas nume-
esperiencias; los instrumentos de
son las pasiones ; pero despues de
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mis penas las borraría un instante que cu este tono se espliquen. Volvimos»
en su presencia estuviese; contemplaba tonces á entablar una sosegada convtr-
á lo menos en la esfera de las cosas po- sacion, y habiendo navegado cosa de
sibles nn estado menos acerbo que el una hora llegamos sin otro azar. 0lai-
mió; pero encontrarse a su lado , pero do estuvimos en casa distinguí á la 1« QUINTA PARTE.
verla , tocarla , hablarla , amarla, ado- que traia Julia encarnados y mu; his-
rarla, y casi poseyéndola reconocer que c hados los ojos, y los míos no hubo i
para siempre la he perdido: esto me encontrarlos ella en mejor estado. De-
precipitaba en accidentes de ira y rabia pues de las fatigas de todo el dia ten
que por grados me condujeron al ul- mucha necesidad de descansar; se retira
timo ápice de desesperación. En bre- y yo me fui á acostar. CARTA I. haber aplicado su alma a los objetos
ve empezaron á embatír en mi alma fu- DE MI LORD EDUARDO A SAN
estemos para tocarlos , la retira dentro
nestos proyectos, y en un desvario tal Esta es, amigo mío, la historia circuís de sí propio para considerarlos, com-
PREUX (1).
que pensando en él me estremezco,-me lanciada del dia de mi vida en que, pararlos y conocerlos. En este caso se
Bf " acometió una violenta tentación de des- sin esceptuar ninguno, he sentido ta SAL de la infancia , amigo, dcspicr- debe hallar V. mas que nadie en el
penarla conmigo en las olas , y dar fin mas violentas emociones. Espero que b Me: no eutregues tu vida entera al di- mundo. T o d o s cuantos deleites y tor-
en sus brazos á mi vida y á mis dilata- yan sido la crisis que me vuelva ente- latado sueño de la razón. La edad se mentos puede esperimentar un pecho
dos tormentos. Tan fuerte llegó al fin ramente en mí. En cuanto á lo deas lay 3penas basta la que te queda para sensible han llenado el de V. ; todo
g l ' i á ser esta horrenda tentación , que me diré á V. que esta aventura me ha con- la sabiduría. D e m á s de treinta años, ya cuanto puede ver un hombre lo han
vi obligado á soltar á toda priesa su vencido mejor que todos los argumen- es tiempo de pensar en sí propio; cm- visto sus ojos. En espacio de doce años
mano é irme al otro estremo del barco. tos de la libertad del hombre y el at- pieia á volver en ti y sé una vez h o m - ba apurado V. todos cuantos afectos

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vehementes agitaciones; poco á poco fue
rito de la virtud. ¡Cuantas personassos
flacamente tentadas , y se rinden! El
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bre antes de morir. pueden ocupar una dilatada vida, y to-
Querido, el corazon de" V. le ha en- davía mozo, se ha adquirido ya la espe-
jañado acerca de sus luces ; ha querido riencia de un viejo : fueron objeto de sus
sintió mi corazon) sustentó aquel db
insinuándose en mi alma un afecto mas la mas fiera lid que sustentó jamas I» Slosofar antes de ser capaz de ello ; ha primeras observaciones hombres senci-
sereuo; pudo mas la ternura que la de- mano pecho, y sin embargo salió tos equivocado el afecto con la razón , y llos casi como los formó la naturaleza,
sesperación , salió de mis ojos un dilu- victoria. Pero , ¿ que he hecho yo pan «atentándose con evaluar las cosas por y le han servido de pieza de compara-
bimpresión que le causaban, nunca ha ción. Desterrado á la capital del pueblo
i p vio de lagrimas, v comparado este esta-
do con aquel de que acababa de salir
desviarme de ella ? O Eduardo , coaoi
»nocido su verdadero valor. Confieso mas célebre del universo , saltó V., por
seducido por tu dama supiste triunfe
no dejaba de causarme contento. Lloré de consuno de tus deseos y los sujos, qoe un corazon recto es el primer or- decirlo asi, al otro estremo , que un
m i abundantemente largo rato, y me sentí no eras de superior naturaleza que b poo de la verdad , y que quien nunca vasto ingenio suple los intermedios. Pa-
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le sentí todo mojado. ¡ A h , le dije en aber vano y conocimientos estériles , lia visto V. reinar las leyes, ha visto
voz baja , bien veo que nunca hau de- porque siempre se le esconde la verda- á lo menos que aun vivían ; ha aprendí-
jado de entenderse nuestros corazones ! dera relación de las cosas con el hom- do á reconocer los signos distintivos de
$ 4 i; bre, que es la primera ciencia de este; este organo sagrado de la voluntad de
fffo también se ciñe á la primera mi- un pueblo, y como el imperio de la pu-
m 1*1 de esta ciencia quien no estudia las blica razón es la verdadera base de la
'elaciones que tienen las cosas unas con libertad. Ha corrido V. todos los climas,
Jt"* para apreciar con mas exactitud y visto todas las regiones que alumbra el
«que con nosotros tienen. No basta s o l , y goza ahora de espectáculo mas
n
f"*er las pasiones humanas sí no raro y masdigno de la contemplación del
sbemes evaluar los objetos de ellas, y sabio, el de una alma sublime y pura
PIN DB LA CUARTA PARTE.
«te ultimo estudio solo en la calma dé triunfante de las pasiones, y reinando
11
meditación puede hacerse. en sí propia. El primer objeto que á sus
ojos de V. se presentí? es el que aun
miran , y la admiración que le profesa
Es la mocedad del sabio la época de
145 es tanto mas fundada, cuanto mas nume-
esperiencías; los instrumentos de
cítas
son las pasiones ; pero despues de
ro de ellos ha contemplado. Nada tiene davía reina en sos cartas una molicie j alucina e n vez de violentar, y nos obliga teza de una carencia imaginaria, al miedo
V. ya que sentir ni que ver que merezca un descaecimiento que me disgusta,! á hacer,sin saber lo que h a c e m o s , cosas de estar siempre cercado del delito. D e s -
su atención , y n o le queda otro objeto que antes son reliquias de su pasmo, contrarías a nuestra voluntad. Solo de de que está de vuelta este digno amigo,
que contemplar que á sí propio , ni que efecto de su caracter. Aborrezco b nosotros mismos hay necesidad para re- no tengo reparo en llamarle con este
otros contentos que disfrutar que los de flaqueza en t o d o s , y no la consiento ea frenar nuestras propias inclinaciones, y precioso nombre, cuyo valor me ha he-
la sabiduría. Ya ha vivido V. esta cor- mi amigo. No hay virtud sin fuerza; h DO pocas veces necesitamos de otro para cho V. c o n o c e r , y es el menor titulo que
ta vida , piense en vivir la que es d u - cobardia es la senda del vicio. ¿ Se atre- discernir las que es licito seguir : para debo dar á cualquiera que me ayuda á
radera. ve V. á contar consigo con un corazo» esto sirve la amistad de un hombre seguir la senda de la virtud. Vive la paz
sin valor ? Desventurado ! si Julia fuera prudente que ve por nosotros bajo dis- en mi corazon como en la mansión que
Las pasiones, que tanto tiempo le tu- tinto aspecto los objetos qne nos inte-
flaca, te rendirías mañana, y serias habito; empiezo á hallarme sin susto en
vieron á V. e s c l a v o , le han dejado vir- resa conocer bien. Asi q u e , piense V. en
un vil adultero ! pero ya estás solo rao e l l a , á vivir como en mi c a s a , y si n o
tuoso ; esa es toda su g l o r i a , que sin du- examinarse si siempre victima de vanos
ella , aprende á c o n o c e r l a , y sonrójate tomo enteramente la autoridad de a m o ,
da es grande ; pero no se ufane con ella, pesares será siempre inntíl para sí y
de ti. siento mas gusto todavía en mirarme c o -
porque su misma fuerza es efecto de su para los demás, ó si recobrando en fin mo hijo de la casa. La sencillez, la igual-
flaqueza. ¿ Sabe V cual ha sido la cau- Espero estar en breve con V . ; p sa- el dominio de sí propio quiere ya dar á dad que cu ella veo reinar, tienen un
sa de que siempre haya amado la virtud? be cual es el fin de este viaje. Doce años su alma el vigor necesario para guiar la atractivo que escita mi ínteres y mi res-
que ha tomado á sus ojos la figura de de errores y agitaciones me hacen de- de su amigo. peto,'}- corren mis serenos dias entre la
aquella muger adorable que tan bien la confiar de mi propio; si para resistirle
razón viviente, y la virtud sensible. Con
• representa , y difícil seria que tan cara podido bastarme, para elegir necesito b Mis negocios ya no me detendrán en la frecuentación de estos felices e s p o s o s
imagen le hubiera dejado perder el perspicacia de un a m i g o , y es para ni Londres arriba de nnos quince dias; lue- me mueve y me subyuga poco á p o c o su
gusto de ella. ¿ Pero no ha de amar V. muy grato que todo sea reciproco entre go pasaré por nuestro ejercito de Flan-
5 ascendiente, y por grados se va poniendo
lo bueno por si solo ? y no ha de practi- nosotros, la gratitud como la intimidad des, donde pienso estar otros tantos; asi mi corazon concordante con los suyos ,
carlo por sus fuerzas propias como por No obstante, no se alucine V . , antesde no me espere V. hasta el fin del mes como la voz se adapta sin pensar en ello
las suvas ha hecho Julia ? Entusiasta in- otorgarle mi confianza, examinaré síes prolimo, ó principio de octubre. No me
dolente de sus virtudes, se ha de ceñir acreedor á ella, y si merece pagarme escriba V. á Londres, sino al ejercito, con
al tono de las personas con quienes uno *
habla.
á la admiración perpetua de e l l a s , sin los cuidados que por V. me he tomado: el sobre adjunto, y siga en sus descrip-
nunca imitarlas? Habla V. con fuego del conozco sn corazon , y estoy satisfecho ciones, que no obstante el mal estilo de
modo como las obligaciones de esposa y d e é l ; pero no me basta, que necesito de sus cartas me interesan y me instruyen , ¡ Que delicioso retiro! que encantada
madre desempeña. ¿ Y" V. cuando ha de s » discernimiento para una elección que ¡aspirándome proyectos de retiro y des- mansión! cuanto aumenta su valor el dul-
desempeñar á ejemplo suyo las de hom- debe dirigir la razón sola, y en ipt canso que convienen á mis máximas y á ce habito de vivir en ella! y si á primera
bre y amigo ? ¡ con que ha triunfado puede engañarme la mia. No temo ra mi edad. Calme V. snbre todo h inquie- vista presenta un aspecto poco brillante
una muger de sí propia, y un filósofo las pasiones que haciéndonos la güera tud en que me ha puesto acerca de la se- ¿cuan difícil es no aficionarse á ella asi «pie
uno la tiene conocida ? El gusto con que
I
con tanta dificultad se vence! ¿Quiere V. a cara descubierta nos avisan que o® ñora de Wolmar : si no es feliz su suer-
ser toda su vida uu mero argumentador pongamos en defensa , nos dejan en a te, ¿ quien ha de atreverse á aspirar á desempeña la señora de Wolmar sus n o -
como los demás , y ceñirse á hacer b u e - mayor violencia la conciencia de todos la felicidad? Después de la enumeración bles obligaciones con que torna buenos
nos libros en vez de hacer buenas accio- nuestros yerros, y á que solo cede quies que le ha hecho á V. no comprendo que y felices á los que de cerca la tratan , se
nes ? ( 1 ) Cuidado con V., querido, to- cederles quiere; temo sí su ilusión que puede faltar á su dicha (1). comunica á todo cnanto es objeto de sus
atenciones, su m a r i d o , sus hijos, sus
huespedes y sus criados. No resuenan cu
esta apacible morada juegos ruidosos ,
( t ) No, no se concluirá este siglo de filosofa sin haber producido un na- CARTA 11.
bullicio, recias carcajadas de r i s a ; pero
dadero:filósofo. Uno conozco yo, uno solo, lo confieso; pero ya es mucho, J
»Í SAH PREUX A MILORI) EDUARDO. por todas partes se encuentran corazones
por cumulo de dicha vive en mi pais. ¿ Me atreveré á nombrarle aquí siento
satisfechos y semblantes a l e g r e s , y si a l -
su verdadera gloria la de haber sabido vivir poco conocido? Científico j mo- S i , Milord, se lo confirmo á V. ena-
guna vez se vierten lagrimas son de j u -
desto Abausit, disculpe tu sencillez sublime el celo de mi corazon, cuyo oty» guado de g o z o , la escena de Meillerie
>ilo y ternura; ni se acercan mas á esta
no es tu nombre. No , no eres tú quien yo quiero que conozca este siglo wAg» »asido la crisis de mis males y mi locu-
casa los macilentos coidados, la tristeza
de venerarle; Ginebra es la que pretendo ilustrar por ser tu morada«j ra. l-as espiraciones del señor de W o l -
y el fastidio, que el vicio , y los remor-
conciudadanos los que quiero honrar por el honor que te tributan. / Dichoso mar uie han tranquilizado completamente
dimientos que engendra el vicio.
pais donde tanto mis es tenido el mérito cuanto se esconde! dichoso elp** acerca del verdadero estado de mi c o -
blo donde viene la presumida mocedad á abajar su tono dogmático, y averg* razon. Este flaco corazon está tan curado
Es cierto que esccpto el secreto pesar
zarse de su v:mo saber, ante la docta ignorancia del sabio! Venerable yf- euauto puede estarlo, y prefiero la tris-
que á Julia atormenta, y cuva causa he
tuoso anciano,' no te ensalzarán los talentos brillantes, no resonarán conU¡
loores sus ruidosas academias ; en vez de depositar como ellos en libros tu &
duria, será la gaia de tu vida para <lechado de la patria que te has dign*
La jerga de esta carta me gusta , porque pinta muy al vivo el carac-
elegir, que amas y que te respeta. Has vivido como Sócrates, pero él m""0
er del buen. Eduardo, que nunca es tan filosofo como cuantío comete dispara -
manos de sus concituiutlanos, y tú eres amado de los tuyos..
"s, ni raciocirui nunca tanto como cuando no sabe lo que dice.
QUINTA PARTE.
dicho á V. en mi anterior ( 1 ) todo cons- esmerado. Cuando pusieron sn casa eli- gios perniciosos al menor desmán inopi-
pira a su felicidad. No obstante con tan- minaron la suma de sus rentas, aten- para serlo e l l o s , de seguir una conduc-
nado ya le ha pagado repetidas veces
tos motivos de ser feliz, otras mil en su diendo menos á saber si eran proporcio- ta contrariaá la de su padre. Una d é l a s
I esta anticipación. Asi sustituye él á los
lugar vivirían desconsoladas; su unifor- nadas a su clase que á sus necesidades, mas,mas que con mas frecuencia respira
ahorros el orden y la regularidad , y se
me v retirada vida fuera para ellas ina- y viendo que no había familia decente el señor de W o l i n a r , hablando de las
enriquece con lo que ha gastado.
guantable , se impacientarían con el en- que no debiera contentarse con ellas, recreaciones de las dos primas, e s que
gorro de las criaturas; se fastidiarían de Según las ideas de riqueza que tiene cas. siempre la vida mezquina de los
no formaron tan mala idea de sus hijos
las tareas caseras, no podrían sufrir el el mundo , los amos de esta casa solo padres y las madres es la fuente prime-
que temiesen que el patrimonio que les
campo; no se creerían compensadas con tienen un caudal m e d i a n o , pero en la ra del desorden de las hijos.
dejarían pudiese no ser para ellos sufi-
la prudencia y la estimación de un ma- realidad no conozco á nadie mas opu-
ciente. Por tanto , mas se han aplicado J u l i a , que nunca siguió otra re»la
rido poco afectuoso, de su edad y su t i - lento que ellos. No hay riqueza absoluta,
a mejorarle que aumentarle ; han hecbo
bieza, y les serian gravosos su pruden- ni esta voz sigoifica otra cosa que una que su corazón, ni pudiera seguir otra
que su caudal produzca réditos mas se- mas infalible, se entrega sin escrúpulo
cia y su mismo afecto. O hallarian maña relación de superabundancia de las fa-
guros que crecidos; eu vez de comprar
para desviarse de casa y vivir á su anto- cultades á los deseos del rico. Aquel e s a e l l a , y p a r a obrar bien hace todo
nuevas tierras han dado nuevo valor á
j o , ó desviándose ellas despreciarían los neo con un cahiz de tierra : este nece- cuanto le p i d e , y no deja de pedirlo
las que ya tenian , y el único tesoro que
gustos de su e s t a d o , buscarían fuera de sitado en medio de sus montones de oro. ¡nucho, porque nadie mejor que ella s a -
quieren que acreciente su sucesión es el
él otros mas p e l i g r o s o s , y uo vivirían .\'o tienen limites el desorden y los an- be apreciar los regalos de la vida. ¿Co-
ejemplo de su conducta.
satisfechas en su propia c a s a , s i n o cuan- tojos , y mas pobres hacen que las ver- mo (ludiera alma tan sensible no serlo
d o fuesen en ella forasteras. Es necesario Es cierto que un caudal que no se daderas necesidades. Aqui está la pro- para los gustos ? por el contrario los
tener el alma sana para que embelese el aumenta está espuesto á disminuir por porción establecida en un cimiento que apetece, los b u s c a , no se niega ningu-
retiro, v solo las personas virtuosas v e - mil desmanes ; pero si esta razón es una la hace incontrastable; e s á s a b e r , la no de cuantos la contentan, v se ve que
mos que se complacen en el seno de su vez motivo para aumentarle, ¿ cuando concordia perfecta de ambos esposos. El sabe gozarlos; pero estos g u s t a , son los
familia, y se complacen voluntariamente dejará de ser pretexto para aumentarle marido está encargado d e la cobranza, de Julia. No descuida ni su propia co-
en ella. Si hay una vida feliz en el mun- sin cesar ? Será menester partirle entre y la muger de dirigir el empleo de las modidad, ni la de aquellos que bien
d o ciertamente es la que ellas viven; pero muchos hijos. ¿ Pero han de vivir estos rentas ; y en la armonia que entre los quiere; esto es, de cuantos viven cerca
para quien no sabe ejercitarlos, nada va- ociosos? no es el trabajo de cada uno Jos reina está la fuente de sus riquezas. de ella : no reputa superfluo nada de
cuanto al buen pasar de una persona de
Icn los»instrumentos de la felicidad, y suplemento de la parte que le cabe ? y
en tanto tiene uno la intima conciencia Lo que al principio mas estrañé en J U I C I O puede contribuir ; pero llama Á sí
no es su industria elemento constitutivo
de la verdadera, e n cuanto para disfru- esta casa fué hallar conveniencias, li- todo cuanto solo para lucir á los ojos
de la evaluación de su caudal ? Asi pro-
tarla es idóneo. bertad y alegría en medio del orden v ágenos Sirve,- d e s u e r l e q u c c n s u ^
cede la insaciable codicia disfrazada en
la exactitud. El delecto capital' de las se baila el lujo del deleite y sensualidad
traje de la prudencia, y conduee al vi- sin molicie ni esceso. En cuanto al lujo
casas bien arregladas es un viso de tris-
ció con pretexto de afianzar su existen-
Si hubiera yo de señalar con rigor lo c a y sujeción que siempre tienen, de vanidad y magnificencia, solo se en-
cia. Es en b a l d e , dice el señor dcWol-
que en esta para ser felices hacen, cree- siempre la mucha solicitud de los amos cuentra lo que no ha podido negar el
m a r , pretender que tengan las cosas
ría que me esplicaba con acierto dicien- se da un cierto aire á la avaricia; todo deseo de su p a d r e , y aun cu esto se
humanas una solidez que es contrarias
d o : saben vivir; no significando con m torno de ellos respira sujeción, y tiene distingue el snyo que consiste en que
su naturaleza; la misma razón exige que
esta espresion lo que los Franceses en- el rigor del orden algo servil que es pe- tengan las cosas menos brillo y esplen-
abandonemos muchas cosas á la suerte,
tienden, que es practicar ciertos estilos noso de llevar. Los criados aun usan con dor que gracia y elegancia. Cuando le
y si penden siempre de ella nuestra vo-
que ha establecido la m o d a , siuo vivir «ocha desconfianza de la libertad que hablo de los medios que cada dia cn
luntad , nuestro caudal y nuestra vida
la vida propia del h o m b r e , para la que te dan; y como se ven siempre fuera I aris y Londres se inventan para que
¿ no es locura echarse encima mil tor-
fué este criado ; la vida de que me ha- £ 'a regla, tiemblan á cada cosa que estén mejor suspendidos los c o c h e s , le
mentos reales por precaver dudosos
bla V . , y que me ha enseñado con su wceu de ser molestos. Se palpa que no parece bien ; pero cuando le hablo del
males y riesgos inevitables ? La única
ejemplo, que dura mas allá del sepulcro, wen estos padres esclavos para sí, sino precio qne se paga del charolado no me
precaución que acerca de esto ha toma-
y que no se reputa perdida el día d é l a P"a sus hijos , n o pensando que no so- entiende , y me pregunta si esos precio-
do ha sido vivir un ano de su principal
muerte. c a l e son padres, mas también hom- sos charoles hacen mas comodos los co-
para que le quede uno anticipado de sus
y q. u e deben á sus hijos el ejem- ches. N o duda que pondero mucho en
Julia tiene un padre, a quien interesa rentas , de suerte que tiene siempre á
f° de c
°<no tales y de la felicidad o que le digo de las pintoras escanda-
mucho el bienestar de la familia , y t i e - su disposición el producto de un año.
« n a a la sabiduría. Aqui se siguen re- losas con que á mucha costa se ador-
ne hijos á quienes es menester que les Mas ha querido disminuir algo su capi-
Sta mas juiciosas, se cree que no solo nan estos coches en vez de las armas
quede un caudal decente. Esta debe ser tal que tener sin cesar que.contar para
« J i a de las obligaciones de un buen que antes se grababan , como si fuera
la primera diligencia del hombre social, sus gustos con el ingreso de los réditos.
N r e de familias el hacer amena su mas decente anunciarse á los que pasan
v tambieu es la primera cu que de co- 1.a utilidad de n o verse obligado á efu-
Mnsion para que sea grata á sus hijos, por un sugeto disoluto que por un hom-
mún acuerdo su marido y ella se han vivir el mismo una vida grata y bre calificado. Lo que mas le ha r e p l a -
para que vean que quien asi vive nado ha sido persuadirse á que hubiesen
(i) Esta caria anterior no se ha encontrado ; mas abajo veremos el molif * ' y 0 0 " ¡ S a n en la tentación , introducido y mantenido este estilo las
de haberse perdido.
mugeres, y que solo se distinguiesen sus entusiasmo que ya en mi e s inocente, j perar de ella otra cosa que justicia , v
coches de los hombres por pinturas algo de que V . propio e s participe. Nunca cajos brazos quebrantados con la edad perdón ; si la ha ofendido, nunca gracia
mas lascivas. Me he visto precisado á habrá mas que una Julia en el mundo: to basten para mantenerle, no recela ni amparo que pueda dispeusar á otro
citarle un dicho del ilustre amigo de V-, la Providencia se ha esmerado en ella, que se les tornen onerosos sus bepefi- sugeto mejor. La he visto negar con mu-
que apenas ha podido tragar. Me halla- y nada de cuanto tiene concxion con ella rios. siendo causa de que los agraven cha sequedad á un hombre de esta es-
ba yo en su casa un dia que le trajeron es efecto del acaso. Parece que se la dió en las cargas publicas para eximir á pi- pecie una gracia que de ella sola depen-
un c u p é de esta especie. Apenas hubo el cielo á la tierra para mostrar á una taros con protección. Disfruta del bien día. .. Mucho bien le deseo á V . , le dijo,
visto las pinturas , cuando volviendo la la cscelencia de que es capaz un alma pe hace, ve que es provechoso , y la pero no quiero contribuir á é l , por uo
espalda l e dijo al maestro de coches : humana , y ta felicidad que en la oscu- felicidad que goza se multiplica y estien- hacer mal á otros poniendo á V. en es-
lleve V. ese cupé á una dama de pala- ridad de la vida privada puede disfrutar ife en torno de ella- En breve todas las tado de que se le haga. No esta el mun-
cio, porque un hombre decente n o pue- sin el auxilio de las brillantes virtudes casas donde entra retratan la imagen de d o tan falto de hombres de bien menes-
de servirse de él. que podian encumbrarla á superior es- hsuja; el bienestar y las comodidades terosos para yernos reducidos á pensar
fera que la s u y a , ni de la gloria que sea uno de sus menos importantes influ- en V . » Es cierto que . e s muy penosa
Como el primer paso para el bien es pudiera ilustrarla. S o culpa, si fué una, jas, que la siguen de familia en familia para ella esta aspereza , y que es raro
n o hacer m a l , el primero para la dicha solo para esplayar su fuerza y su valor h concordia y las buenas costumbres. que la use. Su maiima es mirar como
es no padecer. Estas dos maximas, que ha servido. Sus parientes, sus amigos, Coando sale de la suya solo objetos agra- buenos á todos aquellos que no está c o n -
bien entendidas ahorrarían muchos pre- sus c r i a d o s , todos de buena iudole, daWes se ofrecen á su vista; cuando vencida de que son malos ; y hav pocos
ceptos de moral, son preciosas para la eran capaces de amarla y ser de cUa entra los halla mas gratos todavía ; co malos que no tengan maña p'ara ponerse
señora d e Wolmar. Siente en estremo amados. S n pais era el único donde k todas partes ve lo que deleita su cora- á cubierto contra las pruebas. N o tiene
la incomodidad suya y a g e n a ; y tan di- convenia haber nacido ; en torno de eüa ion, y esta alma, en que tan poca cabida aquella perezosa caridad de los vicios,
ficil fuera para ella ser feliz viendo á debia reinar la sencillez que tanto reala ¿ese el amor propio, aprende á amarse que pagan en dinero á los desventura-
miserables, como el varou recto mante- le da , y para ser ella feliz era menester es sus beoeficios. No , Milord, lo repi- dos el derecho de desechar sus ruegos,
ner siempre pura su virtud viviendo que viviese entre personas felices. Si por n a d a de cuanto con Julia dice rela- y cuando imploran de ellos un beneficio
sin cesar entre gentes malas. No tiene desdicha suya hubiera vivido en uno de ción es indiferente para la virtud. Sus solo saben dar limosna. No e s inagotable
aquella inhumana piedad que se conten- tantos desventurados pueblos como bajo mbelesos , su talento , sus g u s t o s , sus su bolsillo , y desde que e s madre de
ta con apartar los ojos de los males el peso de la opresión gimen y lidia» toallas interiores , sus yerros, su arre- familias sabe regular mas bien su uso.
que pudiera aliviar, va en busca de sin fruto ni esperanza con la miseria que pentimiento , su mansión , sus amigos, su De todos los socorros que pueden ali-
ellos para sanarlos ; la existencia y no los consume, el lamentar de los oprimi- fiBÜú , sus penas, sus g u s t o s , v todo viar á los infelices , la limosna es cierta-
la vista de los desventurados es lo que dos hubiera acibarado su vida, la ha- sa destino, hacen de su vida un ejemplo mente el que menos trabajo cuesta, pero
la atormenta , y no le basta ignorar que biera agobiado la aflicción general, j ¡isgular que pocas mugeres querrán imi- también es el mas transitorio y menos
l o s h a y a , qne necesita para su sosiego sin cesar la hubiera heeho su coraion 1», pero que todas amarán en su des- s o l i d o , y Julia no procura zafarse d e
saber que no los h a y , á lo menos en benelico exhausto con duelos y quebran- pecio. ellos , sino hacerles bien.
la vecindad, porque fuera salir de los tos todos los males que no hubiera esta-
términos de la razón hacer dependiente d o en su mano remediar.
s o felicidad de la de todos los hombres. Le que mas me gusta en los cuidados Tampoco otorga indistintamente reco-
S e informa de las necesidades de sus í * aqui por la felicidad agena se to- mendaciones y servicios, siu estar bien
vecinos con el fervor que en las cosas En vez de esto aqui todo aniuu J ™ , e s que todos van por la prudeu- informada de que el uso que de ellos
q u e á nuestro interés tocan es u s a d o ;
sustenta su natural bondad. No tiene nadirigidos,y que nunca resultan abu- quieren hacer es justo y prudente. Nun-
los conoce á todos ; ensancha por d e -que llorar las publicas calamidades, ni sa*. ta siempre es bencfico quien quiere ca niega su protección á cualquiera que
cirlo asi el recinto de su familia , y n o
presente á los ojos la horrorosa imagen «lo , i veces tal cree que hace gran- verdaderamente la necesita y merece al-
omite medio para apartar de ellos los de la desesperación y la miseria. Bien des servicios, y causa males mas creci- canzarla ; pero aquellos á quienes la
afectos de dolor y pena á que está s u -
acomodado el aldeano (1), mas que sus «s que no ve por un mezquino bien ambición 6 la inquietud persuade que
jeta la vida humana. dadivas necesita sus consejos. Si se en- !»e conoce, lina prenda que e s rara en aspiren á s u b i r , y dejar un estado en
cuentra algún huérfano que por su tierna « mugeres de mejor Índole , y que luce que viven cómodamente, rara vez logran
edad n o pueda ganar su vida, algún» * au modo eminente en la señora de empeñarla en ser propicia » sus asuntos.
Milord, quiero aprovecharme de las I viuda desamparada que tenga secretas »«loar, es un esquisko discernimiento La natural condición del hombre es cul-
lecciones d e V. , pero perdóneme un P»" dispensar sus beneficios , ya sea tivar la tierra y vivir con su f r u t o , y el
" Mecciou de los medios de hacerlos pacifico morador de los campos solo de
ra«, ja en la de los sugetos á quienes conocer su dicha para gozarla necesita.
(i) Cerca de Clareas hay un lugar llamado Montrú , que tiene rentas it * n a c e . Se ha formado sus reglas, Todos los verdaderos deleites del hom-
sus propios tan crecidas, que bastarían para mantener á lodos los vecinos, aun- ÍMoea sale de ellas. Sabe otorgar y bre los tiene el labrador á su alcance,
que ninguno de ellos tuviera un palmo de tierra suyo. Por eso es tandijie» *S» lo que le piden , sin que haya fla- sin mas mezcla de penas qne las que son
toso alcanzar derecho de vecindad en este pueblo como en Berna. ¡ Que * « W e u su bondad , ni antojo én sus inseparables de la humanidad, penas que
tima que no haya por aUi algún subdelegado para ajar la vanidad ,U toss^ "legaciones. Quien ha cometido en su n o hace mas que trocarlas con otras
3 003
* « ' o n mala no tiene que es-
ñores de Montrú , y que perdiese un poco de valor el derecho de ser ve mas acerbas , cuando piensa librarse de
del lugar!
tacnas costumbres y la felicidad, líl llez que hace qne sea menos inqoieto,
ellas (1). Este estado es el único que se han dejado convencer de los saerit hombre, dijo, e s uu ser muy noble pa- meuos bullidor, menos ansioso de ma-
sea necesario , y el mas ú t i l , y solo es cios q u e á la razón han hecho. Losas» ra que pueda servir de mero instruineu- nifestarse, que un talento falaz y aparen-
penoso cuando los otros le tiranizan con de esta casa los enseñan á honrara lo á otros, y no se le debe emplear en te que se cree verdadero, y que no es
su violencia , ó le seducen con el ejem- condicion natural, honrándola ellos«»' loque á los deuias conviene sin c o n - mas que un vano ardor de lucir sin me-
plo de sus vicios: en él se cifra la verda- ra o s ; no se les trata a los rústicos coi sular también lo que le conviene á él dios de conseguirlo. Aquel oye uu tam-
dera prosperidad de un pais , la fuerza las ceremonias de las ciudades, pero» propio; porque no se hicieron los hom- bor y quiere ser general; otro ve le-
v grandeza que saca un pueblo de si gasta con ellos nna grave y decente fa- bres para los cargos, sino los cargos pa- vantar un edificio y se cree arquitecto :
propio que en nada depende de las na- miliaridad, que conservando á cada o» ra los hombres, y para distribuir como Custin mi jardinero,' por haberme visto
ciones cstrañas , no obliga nunca a ser en su e s t a d o , los instruye sin embar?) conviene las c o s a s , no tanto se ha de dibujar, se aficionó al dibujo , y le e n -
agresor para conservarse, y da los mas á que hagan aprecio del snyo propio. averiguar en su distribución el empleo vié á aprender á Lausaua , ya se reputa-
seguros medios d e defensa. Cuando se No hay un buen labrador que no seta- para el cual cada uno es mas i d o n e o , ba p i n t o r , y se ha quedado jardinero.
trata de evaluar la potencia publica un ga en estimación á sí mismo cuando ve sino aquel que uias conviene para hacer La ocasion y el deseo de adelantar de-
elegante parlero visita los palacios del ta diferencia que aquí ponen de él á m i cada uno tau feliz y bueno como sea ciden el estado que cada uno elige, y uo
soberano, los puertos , la t r o p a , las de estos medraditlos que vienen a lucir posible. Nunca es licito deteriorar á una basta con la conciencia de su habilidad ,
armerías, las ciudades populosas; el un instante en su l u g a r , y a oscurecer ¡ka humana cn beneficio de los demás, tambicu es menester dedicarse á ella.
verdadero político corre las aldeas , y con este lucimiento á sus parientes. H ú tornar á un malvado para utilidad de ¿ Querrá hacerse cochero un principe
entra en la choza del labrador. El pri- señor de W'olmar, y el Barón cuando» 1« hombres de bien. O r a , de mil m o - porque guía bien un birlocho ? Se me-
mero ve lo que hay hecho, y el segundo halla a q u i , rara vez dejan de asistir i as qne salen de uu lugar apenas hay terá a cocinera un duque porque iu-
lo que se puede hacer. los ejercicios, los premios y las reviste &a que no se vayan á perder en la ciu- venta buenos platos? Solo hay talento,
del lugar y sus inmediaciones, y vía* dad , ó que no se estraguen mas que para suliir mas a l t o , ninguno le tiene
Por este principio se esmeran aqui, y esta mocedad va naturalmente ardiente; ¡quellos de quienes aprendieron el vi- para bajar : ¿ cree V . que sea este e l
todavía mas cn E t a n g e , e n contribuir en belicosa, que oficiales antiguos gusta cio. Los que adelantan y hacen caudal orden natural? Cuando conociese cada
cuanto es posible á suavizar la suerte de sus asambleas, se tienen en mas,! le ganan casi todos por los medios ¡li- uno su talento y quisiese cultivarle ?
de los labradores, sin ayudarlos nunca toman mas confianza en sí propios,; ólos que haccn rico. Los que no han cuantos podrían ? cuantos removerían
á que salgan de ella. Los mas acomoda- esta se aumenta cuando se les hace ver ádo favorecidos de la fortuna nunca injustos estorbos ? cuantos vencerían á
dos y los mas pobres adolecen igual- que soldados del servicio estranjero is- vuelven á sn primitivo e s t a d o , y antes indignos concurrentes ? El que c o n o -
mente de la mania de enviar á sos hi- lán á todas luces menos adelantados; se bacen pordioseros ó salteadores que ce su flaqueza se agarra del manejo y
jos a las ciudades , aquellos para que porque hagasc lo que se quiera , nana lolver á empuñar el arado. Si de e s t o s el embrollo de que otro mas seguro, de
estudien y se hagan caballeros, y los un real de soldada y el miedo de los pi- nil hay uno solo que resista al ejemplo sí propio que él desdeña. ¿ N o me ha
otros para buscar una conveniencia, V los producirán la emulación que cn n tse mantenga hombre de b i e n , ¿ c r e e V. dicho V. cien veces que tantos estable-
librar á sus padres de la obligación de pecho libre y en las filas de sus ci» fie evaluándolo bien t o d o , viva esta cimientos en beneficio de las artes no
mantenerlos. Los mozos por su parte ciudadanos infunden la presencia des® una vida mas dichosa que la que hubie- hacen mas que perjudicarlas? La impru-
gustan de correr m u n d o ; las muchachas parientes, de sus vecinos, de sus ami- ra vivido preservado de pasiones vehe- dente multiplicación de alumnos los con-
aspiran á vestirse como en las ciudades; gos , de su dama , y la gloria de su pt- mentes en la sosegada oscuridad de su funde; en la turba i¿ucda sufocado e l
los mozos sientan plaza en un servicio tria. rana? verdadero mérito, y los honores d e -
estranjero, y creo que vale mas traer a bidos al mas hábil l e s usurpa todos e l
su l u g a r , en vez del amor de la patria mas entremetido. Si existiera una socie-
La máxima que sigue la señora «
Para seguir su talento es menester
v la libertad , el estilo al par insolente y dad eo que se midieran exactamente por
W o l m a r e s no favorecer la mudania*
moocerle. Y los talentos de los hombres
soez de un soldado estipendiario, y un la escala del talento y él mérito perso-
condicion ; pero sí contribuir á hacer i
™ siempre fáciles de discernir ? Y si
menosprecio ridiculo á su antigua c o n - nal los empleos y las clases, podría cada
cada uno feliz en la suya, y estora-
'Je la edad que se toma uua determina-
dición. Se les hace ver á todos lo erra- uuo aspirar ¡al puesto que mejor supiese
que la mas feliz de todas, que es Isda
d o con tanta dificultad se conocen bien
do de estas preocupaciones, lo estragado o c u p a r ; pero es menester guiarse por
labrador en un estado libre, se despiK-
los de los niños que mas atentamente se
de los hijos , el abandono de los padres, reglas mas ciertas, y renuucíar el pre-
ble en beneficio de las otras.
kan observado, ¿ como ha de saber un
v el peligro continuo que correo la vi- mio del talento cuando el mas vil de to-
da y la hacienda y las buenas costum- Acerca de esto le oponía yo el repan
'tico de un labrador distinguir por s i dos es el que conduce á los favores de
bres, en que perecen ciento por uno que que parece que ha repartido la natal»
«ano los suyos? No hay cosa mas cqui- la fortuna.
se libra. Si se empeñan no se da apoyo leza á los h o m b r e s , asignando a cas
Waque las muestras de inclinación que
á su desatinado antojo, se los deja que uno su vocacion, sin atender á la con-
»dan en la niñez: las mas veces con-
se despeñen en la miseria y el vicio, y dicion en que han nacido. Eo esto «
e j o á ellas mas que el talento el es-
Mas d i r é , continuó : no puedo creer
se pone esmero en resarcir á los qne | respondió que antes del talento baba
pirita de imitación; mas dependen de
que tantos talentos distintos deben des-
dos cosas que coosiderar , que eran Is
«a Unce casual que de una afición d e -
arrollarse t o d o s , porque para eso seria
"S'va, y esta afición no es siempre in-
menester que fuera exactamente propor-
(i) Cuando el hombre ha perdido su sencillez primera se vuelve tan * icio de habilidad. El verdadero talento, cional al numero de los que los poseen
•i ingenio verdadero, tienen cierta scnci-
ció que ni Jormar deseos sabe, y si se le cumplieran los suyos alean** con las necesidades de la s o c i e d a d ; y
dones de fortuita , pero no la felicidad.
si solo quedasen para trabajar la tierra bre de vilipendio de pordiosero? sie»S> dadanos inhumanos y despiadados? Yo debemos á nosotros mismos el honrarla
los que tienen en grado eminente el ta- V. tan compasivo como e s , ¿ como sel, por mí, siguió Julia, sin indagar lo que humanidad que padece, ó nuestra ima-
lento de la agricultura, ó si se sacaren determinado á usarle? Abandónele T,, son los pobres con respecto al estado, gen , y no endurecer nuestro corazou al
del cultivo todos los que son mas ido- amigo m i ó , que no dice bien esa vorea sé que todos son mis bermanos, y que aspecto de su miseria.
neos para otras faenas, no babria la- su boca, v deshonra mas al hombre dm BO puedo sin una indisculpable dureza Esto es lo que hago con los que men-
bradores suficientes para la cultura, y que la usa, que al infeliz á quien la ap&. negarles el corto socorro que me piden. digan siu pretexto y de oficio; en cuanto
nuestro consumo. Yo me inclino á creer ca. No decidiré si tienen razón ésise Son por la mayor parte Tagamundos, con- á los que se dicen artesanos que no ha-
que son los talentos humanos como las engañan esos censores de la limosoa;k vengo en e l l o ; pero tengo sobrado c o - llan trabajo siempre hay en casa herra-
drogas de la medicíua que nos da la que sé es que mi marido que tiene tao!i nocidas las desdichas de la vida para n o mientas y faena esperándolos. Con este
naturaleza para sanar uuestras dolencias, discernimiento como sus filosofos de Y, saber por cuantos azares puede verse un método los ayudamos, ponemos á prueba
aunque sea su intención que no las ne- y que »arias veces me ha repetido lo qo- hombre de bien reducido á su s u e r t e : su buena voluntad; y tan hien In saben
cesitemos. Plantas hay que hos envene- sobre esta materia para sofocar en 1« ¿y como puedo estar cierta de que el des- los embusteros que ninguno se presenta
nan , fieras que uos devoran, talentos pechos la piedad natural y acostuiubtar- conocido que en el nombre de Dios v i e - ya en casa.
que uos perjudican : si siempre hubiera los á la insensibilidad d i c e n , siempre« se a implorar á mí puerta un triste men-
de emplearse cada cosa conforme á sus ha parecido que despreciaba esos na- drugo de pan no es acaso ese hombre Asi, Milord , esta angélica alma saca
verdaderas propiedades, acaso se baria namicntos y no desaprobaba mi cómbe- de bien en vísperas de fallecer de ham- siempre de sus propias virtudes argu-
asi mas daño que provecho á los hom- la. Su argumento es muy sencillo: st bre, y que va á desesperar mi denega- mentos para reliatir las vanas sutilezas
bres. No son necesarios tantos talentos consienten, d i c e , y se mantienen coo ción? La limosoa que mando dar á la con qiy: los hombres crueles tapan sus
para pueblos sencillos y buenos, que mucho dispendio nna muchedumbre de puerta es muv corta; media erncha ( I ) vicios. Todos estos cuidados y otros se*
se sustentan mas bien con su sencillez oficios inntiles, que muchos de ellos.sob j un pedazo de pan es lo que á ninguno mejantes los numera ella entre sus g u s -
sola que los otros con toda Su industria; para corromper y estragar las coslus- se niega; á los que evidentemente están tos , v ocupan parte del tiempo que le
pero á proporcion que se estragan se bres sirven. Si consideramos como u lisiados se les da ración doble; si en su dejan libre sus mas caras obligaciones.
van desarrollando sus talentos, como pa- mero oficio el estado de meudigo; lejos viaje encuentran otro tanto en cada casa Cuando después de haber desempeñado
ra que suplan por las virtudes que se de que pueda resultar de él cosa seae- acomodada, tienen lo bastante para vivir cuauto á los otros debe piensa luego en
van perdiendo , y para precisar hasta á j a n t e , se hallará que contribuye á raao- en el camino, y eso es todo cuanto al sí propia lo que para hacer agradable
los malos á que sean útiles á su despecho. tener en nosotros los afectos de intera mendigo forastero que va de paso se le su vida practica puede también reputarse
y humanidad que deberían estrechar! debe. Cuando no fuese para ellos un s o - por virtud : tan loable es siempre y de-
Otra cosa acerca de la cual he tenido todos los hombres. Si quiere contemplar- carro real siempre es un testimonio de cente el motivo que la guia , y tanta ra-
también varias disputas con ella es la asis- se la habilidad ¿ porque no he de reraa- que nos interesa su suerte, un correctivo zón y templanza reina en todo cuanto á
tencia de los mendigos: como está esto nerar la elocuencia del mendigo que a^ á la aspereza de una denegación , una sus deseos permite. Quiere complacer á
en el camino real, pasan m u c h o s , y á ta mi corazon y me incita á que le so- especie de salutación con qne los corres- su marido que gnsta de verla alegre y
ninguno se le niega limosna. Le he re- corra , asi como pago á un comediad; pondemos. Media crncha y un pedazo contenta ; quiere inspirar á sus hijos la
presentado que no solo era este un di- que me hace verter algunas estériles li- de pao poco mas cuestan, y son respuesta afición de los placeres inocentes á que
nero arrojado sin f r u t o , y de qne asi era grimas? Si este me hace amar las bueno ñas blanda que un Dios le remedie. ¡Co- dan valor la moderación , el órden y la
privado el verdadero p o b r e , sino que acciones agenas, aquel me convida á q«e mo si no estuvieran las dadivas de Dios sencillez , y que apartan del corazon las
también contribuia este estilo á multipli- las haga yo p r o p i o ; todo cuauto en ó» en manos de los hombres, y tuviera la impetuosas pasiones. Se divierte para
car los pordioseros y vagamundos, qué tragedia se siente se olvida al instante Providencia otros graneros en la tierra divertirlos , como ablanda en su buebe
se complaeen en este villano oficio; y ha- que del teatro se s a l e , pero la memora que los almacenes de los ricos! Final- la paloma el grano con que quiere ali-
ciéndose gravosos á la sociedad, la pri de los infelices que hemos socorrido ca- mente, piense cada uno como le parezca mentar á sus pichoncillos.
van del trabajo que en ella pudieran ha- sa un contento que sin cesar se renueva. de estos desventurados, á lo menos nos
cer. Si es onoroso al estado el crecido nuw- Tiene Julia el cuerpo sensible al igual
ro de mendigos, ¡ de cuantas profesión« del a l m a , y en sus organos reina la
Bien veo, me dijo, que ba adoptado V . protegidas y toleradas no podríamos de-
en las ciudades populosas las maximas ®¡a -vez se han echado ti este ocioso oficio de tal modo cogen aversión al tra-
eir lo mismo! Al soberano compete fa-
con que se complacen algunos silogistas «yo, que mas quieren robar y que los ahorquen que valerse de sus brazos,
cer de manera que no haya mendigos;
condescendientes en halagar la dureza tronío está negado un ochavo que nos piden, pero veinte ochavos habrían
pero para que abandonen estos su pro-
de los ricos; y hasta repite sus propios {«gado la cena de un pobre, que puede desesperarse con veinte denegaciones.
fesión, ( t ) ¿ hemos de tornar á loS en-
términos. Piensa V. degradar á un pobre ',?af'n 1uerría negar nunca tan corta limosna, si pensara que puede con
de su calidad de hombre dándole el nom- «M librar tí dos hombres, al uno de un delito y al otro de la muerte ?. Yo
te leído no sé en donde, que son los mendigos los insectos asquerosos que se
(i) Mantener á los mendigos dicen que es formar almacigas de ladrona, 'garran á los ricos. Es cosa natural que los hijos se asgan de sus padres; pero
cuando por el contrario es impedir que lo sean. Convengo en que no se dtbt "los padres opulentos y duros no los conocen , y dejan á los pobres el cuida-
estimular á los pobres ti que se hagan mendigos, pero cuando ya lo son. es » de mantenedos.
nester mantenerlos para que no se hagan ladrones. Ninguna cosa escita ¡i i* Moneda de poco valor de Suiza que equivale á menos de dos mara~-
dar de projesion tanto como el no tener que córner en la suya; y todos curvív
misma delicadeza qne en 6us afectos. Era el mejor partido qne posible sea. Si m tramarinas? Cosas mejores que todo eso: huespedes; nunca se come en él cuando
destino sayo conocer y disfrutar todos dia de ahitera nos priva de un año de una escelente legumbre de la tierra ; una' hay forasteros; es el inviolable asilo de
los deleites , y por mucho tiempo si tan gozo , mala filosofía es llegar siempre de las sabrosas hortalizas que en nues-• la confianza, la amistad , la libertad; la
prendada estuvo de la virtud fué como hasta donde quiere llevarnos el deseo, tros huertos se cogen ; ciertos pescadosi sociedad de los corazones estrecha en
de la mas suave de todas las delicias. siu considerar si se acabarán antes nues- del lago de cierta manera aderezados,, este sitio la de la mesa ; es una especie
Hoy que disfruta en paz esta delicia su- tras facultades que uuestra carrera, y ciertos lacticinios de nuestras montañas,, de iniciación á la intimidad , y no se
prema no se niega ninguna de cuantas si exhausto nuestro corazon no morirá algún pastel á la alemana, relleno con reúnen aqui otras personas que aquellas
con ella pueden conciliarse , pero se se- antes que nosotros. Veo que esos épica- alguna pieza que ba cazado alguno de la que quisieran no separarse nunca. Mi-
meja su modo de disfrutarlas á la auste- reos vulgares por no perder jamas una familia; estos son todos los platos que lord, aguardando está la fiesta á V. y en
ridad de las que de ellas se privan , y ocasion las pierden todas, v siempre fas- de estraordinario se sirven , esto lo que esta sala hará su primera comida.
para ella el arte de gozar es el de las tidiados en un golfo de deleites, nunca la mesa cubre y adorna , lo que incita
privaciones; no de aquellas penosas y pueden encontrar con ninguno. Son V satisface en los dias de regocijo nues- A mí no se me hizo tanto honor, y
dolorosas privaciones que á la naturaleza prodigos del tiempo de que se creen tro apetito. El banquete es rustico y mo- hasta que volví de casa de la señora de
repugnan , y cuyo desatinado holocausto economicos, y hacen como aquellos ara- desto , pero limpio y alegre; se sientan Orbe no fui convidado al salón de Apo-
desecha su Autor, sino de las efímeras ros que pierden toda su hacienda por no á la mesa el contento y la gracia , y le lo. No me imaginaba que pudiera hacér-
y moderadas que mantienen el imperio saber sacrificar una parte de ella. A uii sazonan el buen apetito y la alegría. seme mas agasajo que el que conmigo
de la razón , y sirven de salsa al deleite me va bien con la inatima opuesta, i Faltan piezas doradas de ramilletes en habian usado; pero me sacó esta cena
para apartar de él el abuso y_el hastio. creo que en este punto preferiría un derredor de las cuales están muertos de de mí i (tea; halle en ella no sé que mez-
Afirma qne todo cuanto ohra en los sen- esceso de austeridad al de relajación. tambre los convidados; no se ponen cla delieiosa de intimidad, de contento,
tidos y no es necesario para la vida mu- Algunas veces me sucede dejar una fun- pomposos cristales atestados de flores de unión, de desahogo, que nunca habia
da de naturaleza asi que en costumbre ción divertida solo porque me divierte para que sirvan de postres y ocupen el disfrutado. Me sentía mas libre, sin que
se convierte; que deja de ser gusto y se demasiados volviendo á ella estoy cierta sitio de los manjares; no se sabe el arte me hubieran advertido que lo era, y
torna necesidad, que es al par una ca- de doblar el gusto. Ademas conservo el de llenar el vientre por los ojos ; pero sí me parecia que nos entendíamos mas
dena que uno se enlaza , y una satisfac- imperio de mi voluntad en mi propia, i el de hacer delieiosa una sabrosa comi- bien que antes. La ausencia de los cria-
ción de que se priva , y que adelantarse mas quiero que me tachen de antojadi- da , el de comer mucho sin que haga dos me escitaba á no tener cosa reserva-
siempre á los deseos no es el arte de za , que. dejarme dominar de mis an- daño, el de divertirse bebiendo sin per- da en lo intimo de mi corazon; aquí á
contentarlos , sino de apagarlos. Todo tojos. der la razón , el de estar mucho tiempo instancia de Julia he vuelto á la costum-
cuanto gasta ella para dar realce á las en la mesa sin fastidiarse, y levantarse bre , que tantos años bacía que había
cosas mas leves es para disfrutar de ellas de ella sin hastio. dejado, de beber vino puro con mis hues-
En este principio se fundan aqui los
una vez y privarse veinte. Asi conserva gustos de la vida, y las eosas de mera pedes al fin de la comida.
esta alma sencilla su elasticidad primi- diversión. Julia es inclinada á la golosi-
tiva ; su gusto no se embota, ni necesita na , y en el esmero que en todas las fae- En el primer piso hay un comedorcito Hechizóme esta ccna y habría desea-
avivarle nunca con escesos; y muchas nas caseras pone no se descuida con la distinto de aquel donde se come todos do que todas nuestras comidas se hubie-
veces la veo paladear con delicias diver- cocina especialmente. Eu la mesa se echa los dias que está en los aposentos bajos: sen parecido á ella. No conocía esta sala
siones de niños que á otra parecerian in- de ver la abundancia general, pero no «te comedor particular está situado en que tanto me embelesa, dije á la señora
sulsas. el ángulo de la casa, y tiene vista por de Wolmar; ¿ porque no come V. siem-
una abundancia que empobrezca; reina «nbas partes; la nna da al jardin, mas pre en ella ? Mire V . , es tan bonita que
en ella la sensualidad sin melindres; allá del cual s e columbra el lago por fuera lastima echarla á perder Esta res-
son comunes los manjares, pero en su entre los arboles; por la otra se descu-
Otro fin mas noble se propone en es- puesta me pareció desdecir tanto de su
genero escelentes; sencillo su aderezo, bre la dilatada colina de viñedos qne ya
to, que es ser siempre arbitra de si pro- caracter que sospeché que encerraba al-
y sin embargo esquisito: todo cuanto empiezan á hacer alarde á la vista de íos
pia , acostumbrar al freno sus pasiones, gún misterio oculto. ¿ Porque á lo me-
no es mas que aparato , todo lo que eo tesoros que se cogerán dentro de dos
y sujetar á regla sus deseos. Este es n o s , le repliqué, no reúne V. siempre
i! m otro medio de ser feliz, porque solo
la opinion se funda, todos los platos li-
nos y costosos que deben su valor a ser
meses. Esta sala es chica, pero adornada
con todo cuanto puede hacerla agrada-
eo torno de V. las mismas comodidades
aquello se goza sin susto que sin senti- que aqui se encuentran para poder des-
raros , y que es menester nombrar para ble y risueña. Aqui da Julia sus banque-
miento pnede perderse, y si es la ver- cartar á los criados, y conversar con
saber que son buenos; nunca se presen- tes á su padre, á su marido, á su pri-
dadera dicha el caudal del sabio, es por- mas libertad ? Porque e s o , me respon-
tan aqui; y hasta en la delicadeza y la , á m í , á ella propia, y algunas
que entre todos los hombres es aquel á dió segunda vez, fuera sobrado agrada-
elección de los que se sirven se absUe- 'eees á sus bijos. Cuando da orden de
quien menos puede quitarle la fortuna. ble , y el fastidio de hallarse siempre á
nen diariamente los comensales de cier- ipe pongan aqui el cubierto, ya se sabe gusto viene á ser el peor de todos. No
Lo que mas raro en su templanza me tas eosas reservadas para sacarlas en las loque quiere esto decir; y el señor de necesité mas para entender su sistema,
parece es que la sigue por los motivos comidas festivas, que las hacen mas gus- Wolmar le llama por burla el salón de y juzgué que efectivamente consiste el
mismos porque se abandonan á sus es- tosas, sin que mas dispendiosas sean. Apolo ; pero no menos se diferencia este arte de razonar sus deleites en ser parco
cesos los sensuales. La vida es corta, ¿Que cree V. que son estos manjares del de Luculo por la elección de los de ellos.
dice; por esa razón debemos gozarla economizados con tanta sobriedad? Cau convidados que por la de los manjares.
basta el fin , y dispensar con arte su du- rara ? pescado de mar? produccionesul- ™ son admitidos los que son meros Advierto que se prende con mas es-
ración de manera que de ella saquemos mero que en otro tiempo hacia. La uní-
ca vanidad que le eebaban en cara era * gusto se necesita. A los ojos de todos bles se muestra en él «I h o m b r e , como
descuidar su tocado. Sus motivos tenia do algo de la nada. El dia que esperaba agradan la regularidad y la simetría, v que a si propio se basta , porque no
la vanidosa, que así no me dejaba p r e - á su marido de vuelta del viaje , volvió la imageu de la felicidad y el bienestar aparece en él la imagen de su flaqueza,
texto de desconocer su imperio. Pero era á hallar el arte de animar sus gracias nieve el corazon humano que por ellas y porque nunca escita reflexiones tris-
en balde que era sobrado fuerte el e n - naturales, sin encubrirlas; deslumhraba »nsia; ¿ pero una vana pompa , que 110 tes esta risueña pintura. Yo apuesto á
cantamiento para que me pareciese natu- la vista , cuando salió de su tocador, i tiene otro objeto que dar en los ojos, que uo contempla ninguD hombre de jui-
ral ; yo me empeñaba en atribuir al arte hallé que n o menos sabia sobresalir es que idea propicia al que hace alarde de cio por espacio de una hora el palacio
su n e g l i g e n c i a , v aunque se hubiera el mas brillante arreo que ornar el mas día puede escitar en el espiritu del es- de un principe y el fausto que en él
vestido de jerga la hubiera acusado de sencillo; y dije entre mí despechado, pectador ? La de su buen gusto ? No se brilla sin caer en la melancolía y lamen-
prurito de agradar. La misma fuerza tu- conociendo el objeto de su esmero: ¿ hi- manifiesta mejor el gusto en las cosas tar la suerte de la humanidad, mientras
viera h o y , pero se desdeña de hacer uso zo alguna vez otro tanto por el amor? sencillas que en las que están ofuscadas que el aspecto de esta casa , y de la sen-
de ella; y diria yo que afecta mas arreo de riquezas ? La de sus comodidades ? cilla y uniforme vida de sus moradores
Esta afición á vestirse bien se cstien-
para no parecer otra cosa que una mu- Donde hay cosa mas incomoda que el infunde en el animo de los espectadores
de desde el ama de la casa á todo enas-
ger bonita , si no hubiera descubierto el fausto ( f ) ? La de su grandeza ? Justa- un secreto embeleso que crece sin ce-
to en ella hay. El a m o , los hijos, los
motivo de este casero esmero. Los pri- mente sucede lo contrario. Cuando veo sar. Un corto número de hombres pa-
criados , los caballos , los edificios , los
meros dias me engañé , y no pensando qoehan querido hacer un gran palacio cíficos y mansos unidos con mntuas n e -
jardines , los muebles; todo se mantiene
en que estaba vestida del mismo modo Be pregunto á mí mismo ¿ porque no es c e s i d a d ^ y una reciproca benevolencia
con un esmero que denota que pudie-
el dia que l l e g u é , y que n o me agrada- najoresle palacio? porque el que tie- concurren por caminos diversos á un fin
ran ostentar magnificencia, pero que la
ba , me atreví á atribuirme el honor de ae cincuenta criados no tiene ciento ? común ; como cada uno baila en su e s -
desdeñan , ó por mejor decir hay efecti-
que se engalanara , pero me desengañé SU vajilla tan hermosa de plata porque tado todo cuanto necesita para estar sa-
vamente magnificencia , si es cierto que
durante la ausencia del señor de W o l - oo es de oro ? este hombre que dora su tisfecho y no desear salir de é l , le coge
n o consiste tanto esta en la riqueza de
mar. Al otro dia ya n o se descubría eoche porque no dora sus artesonados? afecto como á sn suerte de toda la vida,
ciertas cosas como en una hermosa ca-
aquella elegancia de la víspera qne n o a estau estos d o r a d o s , porque no lo y la única ambición que conserva es la
locaciou del todo, que indica la concor-
podía cansar la vista ni aquella afectuo- está el techo? El que quiso levantar una de desempeñar bien sos obligaciones.
dancia de las p a r t e s , y la unidad de
s a y voluptuosa sencillez que en otro lorre muy alta hacia, bien en querer que Tanta es la moderación de los qne man-
intención del que las ha coordinado (1).
tiempo embriagaba mis sentidos; le ha- llegara al cielo , porque sino, por mas dan y el celo de los que obedecen, que
Yo por mi á lo menos discurro que es
bía sustituido cierta modestia que por qoe la levantara , el punto en que se icrsonas iguales hubieran podido muy
mas alta y noble idea ver en una sen-
los ojos habla con el corazon , que solo kobiera parado solo hubiera servido non repartirse los mismos cargos , sin
cilla y modesta casa un corto numero
respeto inspira, y que la beldad hace para hacer ver desde mas lejos la prue- que ninguno se hubiera quejado del que
de personas felices con una dicha ge-
todavía mas respetable. En todos s o s ba de su impotencia. ¡ Oh hombre vano le ha cabido; asi ninguno envidia el de
neral en todos ellos ; que eu un palacio
embelesos reinaba su dignidad de espo- T mezquino ! muestrame tu poder , y yo o t r o , ni cree que puede aumentar su
reinar disturbios y discordias, y cifrar
sa v madre ; su tímido y tierno mirar se le mostraré tu miseria. caudal de otro modo que anmeutando el
cada uno de sus moradores su fortuna f
había tornado mas g r a v e , y se hubiera bien g e n e r a l , y los mismos amos eva-
su felicidad en la ruina de otros y en d
ereido que un ademan mas noble y mas Por el contrario un orden de cosas lúan su felicidad por la de la familia que
universal desorden. La casa chica es una,
elevado encubría la suavidad de sus fac- " que nada se ha atribuido á la opiníoo, los rodea. Aqui no se encuentra nada
y forma un todo agradable á la vista;
ciones , no porque hubiera la menor al- es que todo tiene utilidades reales , c e - que quitar ni que añadir, porque solo se
eo el palacio solo se halla un confuso con-
teración en su espresion ni en sus mo- «do a las verdaderas necesidades de la hallan las cosas útiles, y estas se hallau
junto d e varios objetos que solo tienes
d a l e s ; nunca su serenidad ni su candor ataraleza, no solo presenta un especia- todas de suerte que nada se desea de lo
couexion aparente. A primera vista crea
usaron melindres, se servia solo del ta- alo que aprueba la razón, mas que sa- que uo se ve , y de nada de cuanto se
uno distinguir un fin común ; mirando
lento , que en las mugeres es natural, 'sface también los ojos y el corazon , ve puede decirse ¿ porque no bav mas?
de mas cerca queda en breve desenga-
d e mudar cuando quieren nuestras ideas porque solamente bajo respetos agrada- 1
ñado.
y afectos con un adorno distinto, con
un peinado de otra forma , con un ves-
tido de otro c o l o r , y de ejercer en los (t) El estruendo de la /amilia de una casa turba sin cesar el sosiego
Si solo la natural impresión consulta-
"amo, que no puede ocuUar nada de tantos Argos -. la muchedumbre de
ramos , veríamos que para desdeñar d
*- acreedores le hace pagar cara la de los que de él se admiran ; tan so-
boato y el lujo menos moderación que
cios son sus aposentos, que se ve precisado á dormir en un chiribitil para
r a
(1) Me parece que esto es incontestable. La si/netria de un vasto palacio " '"gusto, y á veces está la mona mejor alojada que el. Si quiere
es magnificencia, y no lo es una muchedumbre de casas confusamente haci- T mntepende de su cocinero y no de sus ganas , si salir , está á ta dis-
nadas. És magnifico el uniforme de un regimiento formado en batalla, J ,r¡ cochero ; mil obstáculos le detienen en la calle; está anhe-
no lo es el vestido del puebla que le está mirando , aunque no haya acaso r l r r ,gar' y LO
,' sabe
1ue "cne P'es- Cloe U "guarda, le estorban
uno solo de los espectadores , cuyo vestido en particular no valga mas q" lodos, le pesa el oro que lleva en su vestido, y no puede dar veinte
el de un soldado. En una palabra la verdadera magnificencia no es otm L~ ' P >" P u ero sl
™ está d panto á la cita de su dama , los que pasan
cosa que el orden hecho sensible en lo grande ; por eso el mas magnifico de resarcen de esta desgracia, todos miran su librea , y dicen pasmados en
todos los espectáculos imaginables es el de la naturaleza- " toz que es el señor don Fulano.
29 f
Añada V. libreas , cuadros , arafias , gestión de sus bienes escede verosnj. casi los únicos que para nuestros mue- las rentas de un ano, pero no s e pueden
dorados y al momento lo empobreció mente á lo que ganarian sus colon«, bles y vestidos gastamos; uada se desecha llevar dos vestidos encima, ni cenar dos
todo. Cuando se ve con tanta abundan- >orque siempre un labrador hace U por ser común, y nada se aprecia por ser veces en una noche. Asi la opinion n »
cia lo necesario y ningún vestigio de abores con mas economía y con m raro. Como todo cuanto viene de lejos está tiene limites, mientras que por todas
superfluidad , se inclina uno á creer que esmero la cosecha. Ese es un error K espuesto á ser adulterado ó falsificado, nos partes nos ciñe la naturaleza, y el que
si no las hay es porque no lian querido respondió Wolmar ; menos se cura ti reñimos, tanto por delicadeza como por en un estado de inediania se contenta con
que las hubiera, y que si se quisieran labrador de aumentar el producto qw •oderacion, á escoger lo mejor y de ca- el bienestar no se arriesga á quedarse
abundarían con la misma profusion ; de ahorrar gastos , porque son para ¿i lidad mas sobresaliente que cerca de no- pobre.
cuando se ven refluir continuamente los mas gravosas las anticipaciones que sotros se halla. Nuestros manjares son
Vea V., querido mío , continuó el sa-
bienes á fuera con la asistencia del po- provechosos los beneficios ; como so k sencillos pero selectos. Para ser suntuosa
bio Wolmar, como con esmero y eco-
bre le ocurre á uno decir : esta casa no tanto es dar valor á la tierra cuanto no falta otra cosa á nuestra mesa que
nomía puede uuo conseguir que nunca
no puede contener todas sus riquezas. hacer poco gasto en ella , si saca on servir lejos de aqui los platos que á ella
sus gastas disminuyan su caudal. En
Esta me parece la verdadera magnifi- ganancia actual menos la graugea me- salen, y hay golosos á quienes gustarían
nuestra mano estaría aumentar el nues-
cencia. jorando la tierra que desustanciandoli, mucho mas las truchas del lago si se las.
tro siu mudar de modo de vivir, porque
y lo mejor que puede suceder es qv presentaran en París.
aquí casi ninguna anticipación se hace
Este viso de opulencia me asustó á en vez de desustanciarla la deje desol-
mí propio cuando supe las rentas que dada ; asi por un poco de dinero cos- Us mismas reglas se siguen para el que no lleve por objeto una grangería ,
para mantenerle servían. Van Vds. a tante que toma sin trabajo se' prepan adorno personal, en el cual, como V. ve, y todo ¿llanto gastamos nos rinde para
quedarse pereciendo , les dije al señor un propietario ocioso grandes perdida! M dejamos de tener esmero; pero la ele- gastar todavía mas.
v á la señora de Wolmar : uo es posi- para si y para sus hijos grandes afanes, gancia solo preside á él, nunca se mani- Pues, Milord, nada de todo esto se ad-
ble con tan cortas rentas sufragar á tan- v á veces la ruina de su patrimonio. fiesta la riqueza, y todavía menos la mo-vierte a primera vista. Por todas partes
to gasto. Se echaron á reír , y me hi- da. Hay mucha diferencia del precio que un vís^i de profusion encubre el érden
cieron ver que sin disminuir nada d d Ademas, prosiguió el señor de Wol- pone la opinion á las cosas al que real- de que aquella procede, y se necesita
gasto de su casa estaba en su mano ahor- mar, de que yo no niego que no me cues- oeute tienen. A este último solo atiende tiempo para echar de ver las leves sun-
rar mucho, V aumentar su renta en vez te mas el cultivo de mis tierras qoel» Jolia, y cuando de una tela se trata no tuarias que producen acomodo y gustos,
de empobrecerse. Nuestro arcano para que costaría á un colono, pero tambia indaga si es moderna ó antigua, sino si no pudiéndose al principio entender co-
ser ricos . me dijeron , consiste en te- soy yo quien gano el beneficio de este, es buena y le cae bien, y hasta muchas mo se disfruta de lo que se ahorra. Con
ner poco dinero, y en evitar cuanto y como es muy mejor mi cultivo, tambia veces es para ella la novedad motivo de la reflexión se aumenta la satisfacción
podemos en el uso de nuestros bienes es mucho mas cuantioso el producto; A tselusíon, cuando da esta novedad á las porque se ve que es inagotable el ma-
las permutas intermedias entre la pro- suerte que gastando mas saco mucho mas cosas un valor que uo tienen ó no pue- nantial , y que el arte de gozar la felici-
ducción y la consumación. No se hace Añádese que este esceso de gasto soh ilen conservar. dad humana también sirve para alargar-
permuta ninguna de estas sin pérdida , es aparente, y realmente produce oía Considere V. que aqui el efecto de ca- la. ¿ Como es posible fatigarse de estado
y la multiplicación de estas pérdidas ía cosa no tanto resulta de ellas en sí tan conforme con la naturaleza? como
PI reduce á casi nada facultades bastante
considerables , como una hermosa caja
grandísima economía , porque sí cultiva-
sen otros nuestras tierras estañamos no-
sotros ocrosos, sería menester vivir a
noio de su uso y consonancia con las se ha de agotar un caudal que todos los
fanas, de suerte que con partes de po- dias se mejora? como ha de disminuir
de oro que á poder de muchos camba- la ciudad, seria mas cara la vida, ne- lo valor ha compuesto Julia uu todo de el principal quien solo consume los re-
laches viene a parar en no ser mas que cesitaríamos diversiones que nos costa- «fflcho precio. El bueu gusto se compla- ditos? cuando está uno cada año. cier-
una baratija. El acarreo de nuestras ren- rían mucho mas que las que aquí encofr ce en crear y en dar él solo valor á las to del que sigue, quien puede pertur-
tas se evita gastándolas en el sitio en tramos, y nos interesarían menos. Esto ®sas, y cuanto es dispendiosa y versa- bar la paz del corriente? Aqui el fruto
que se recaudan, y se hace su permuta desvelos,qne llama V. impertinentes,!« ^ la ley de la moda es la suya eeono- de las pasadas faenas, la presente abun-
consumiéndolas en generos; y en la al par nuestras obligaciones y nuestra *ica y duradera. Lo que aprueba una vez dancia , y el fruto de las faenas presen-
conversión indispensable de lo que te- gustos, gracias á la advertencia con p d buen gusto siempre es bueno; si es tes anuncia la abundancia venidera; se
nemos de sobra con lo qne nos falta , se han arreglado nunca son penosos¡se- rara vez de moda, en cambio nunca- esdisfruta de consuno de lo que se gasta y
en vez de ventas y compras en dinero, tituyen con nosotros una muchedundw rídieulo , y con su modesta sencillez saca lo que se coge, y se reúnen los diversos
que doblan el perjuicio , hacemos per- de dispendiosos antojos, que quita ó prc- & lo apropiado de cada cosa inalterables tiempos para afianzar la seguridad del
mutas de las cosas mismas, en que la cave la vida del campo , y se convierte J ciertas reglas que subsisten cuando se presente.
comodidad de cada contrayente suple al en diversión nuestra todo cuanto a nos- ba pasado las modas.
beneficio de entrambos. tro buen pasar contribuye. Me he informado de todas las menu-
finalmente, añada V. que nunca la dencias caseras:, y en todas partes he
Comprendo , le dije , las utilidades Mire V. en torno de sí, añadió e* abundancia de lo necesario solo, puede visto que reinaba el mismo espíritu To-
de esc método, pero no me parece exento juicioso padre de familias, solo veri» fcgeuerar en abusó, porque tiene lo ne- do el bordado y el encaje salen del Gí-
de inconvenientes. Ademas de los imper- sas útiles, que casi nada nos cuestan,' cesario su medida natural, y en las ver- neceo; toda la tela la hilan en el corral,
tinentes cuidados á que sujeta , debe ser nos ahorran mil vanos gastos. Las pt» Weras ueccsidades uo cabo esceso. Posi- ó mugeres pobres que comen en casa.
roas apareóte que real el beneficio, y lo duccíones de nuestras tierras cubren so- "e es que un solo vestido valga tauto La lana se envía á las manufacturas que
que pierde V. en el pormenor de la las nuestra mesa; los tejidos del pan® °nio veinte , y que se gaste en una cena en cambio surten los paños para vestir
la familia ; el v i n o , el aceite y el pan delicado y mas añejo que el ordinario 10D. ¿ Como se puede fastidiar quien i Creerá V. qne hasta la conversación
«e hacen en casa ; hay montes donde se Al principio me engañaron los nombra tiene sana el alma desempeñando las mas de los gañanes embelesa á estas almas
hacen cortes regalares de leña para el que á estos vinos daba, que de- bceho gutas_jr preciosas obligaciones de la sublimes con quienes se complacería en
consumo ; el carnicero se paga con r e - me han parecido escelentes, y bebien- humanidad, y labrándose mutuamente iostruirse el sabio? El juicioso Wolmar
s e s ; el lougista recibe en trigo lo que dolos como si fueran de los paises de n felicidad común ? Todas las noches encuentra en la rustica ingenuidad de
se le c o m p r a ; la soldada de los gañanes que los intitulaban di bava á Julia por Julia, contenta con aquel d i a , no desea los aldeanos caracteres mas bien señala-
y criados se saca de los réditos de las una tan manifiesta violación de sus má- modanza al s i g u i e n t e , y todas las ma- lados, mas hombres que por sí propios
tierras que labran; lo que rentan las ximas; pero ella me acordó riendose de lanas pide al cielo un día semejante al piensan que bajo el uniforme disfraz de
casas de la ciudad basta para alhajar las uu pasaje de Plutarco, donde compara joterior, siempre hace las mismas cosas los moradores de las ciudades, donde
que se habitan; los réditos de lo que hav Flaminio las tropas asiaticas de Antioeo porque son b u e n a s , y no sabe otras me- cada uno mas se manifiesta como son
puesto á interés en los fondos públicos con mil denominaciones barbaras á los jores que hacer. Sin duda que asi goza los otros que como él propio es. La
sirven para los gastos de los a m o s , y la diversos guisos con que le habia disfra- de la felicidad que al hombre fue dada. tierna Julia encuentra en ellos corazo-
poca vajilla que se usa; la venta de los zado un amigo suyo una misma carne. ¡Deleitarse uno en la duración de su es- nes que agradecen los menores halagos,
vinos y trigos que quedan forma una Lo mismo sucede, d i j o , con estos vinos tado no es señal cierta de que vive en y que se dan el parabién por lo que en
cantidad que se reserva para gastos es-
¡ à : I traordinarios, cantidad que nunca p e r -
cstranjeros que me echa V. en cara. H
Rancio, el Jerezano, el de Malaga, «i
a feliz? su felicidad ella se interesa. Ni su cora-
zon ni su espíritu están labrados por
mite la prudencia de Julia que se agote de Siracusa, que con tanto gusto be- Si aqui raras veces vemos ese atajo
el arte; fio han aprendido a modelarse
ni su caridad deja que se aumente. Para be V., son de verdad vinos de Lavaot de holgazanes que llaman la bnena s o -
por nuestros tipos , y no bay recelo de
las cosas de mera diversión solo destina aderezados de diversos m o d o s , y desde ciedad , todo cuanto se reúne interesa
encontrar en ellos el nombre del hom-
el producto de la labor de los criados aqui puede V. ver el pago que prodoce al corazon por algún ventajoso a s p e c t o ,
s»* bre y n o el de la naturaleza.
de su casa , el de las tierras que han des- todas estas bebidas de remotas tierras. ! rescata con mil virtudes algunas ri-
montado, el de los arboles que han plan- Si son de inferior calidad que los famo- feoleces. Rústicos, pacíficos , sin trato
Con frecuencia encuentra en sus p a -
tado , etc. Asi habiendo siempre c o m - sos vinos cuyos nombres tienen, tam- de gentes ni cortesanía, pero b u e n o s ,
seos el señor de Wolmar á algún buen
pensación por la naturaleza de las c o - poco presentan sos inconvenientes, j sencillos, honrados, y satisfechos con
a n c i a n o , cuya madurez y rectitud de
sas entre la producción y la consuma- como estamos ciertos de su composici» s» suerte ; oficiales antiguos retirados
juicio le hacen impresión , y á quien
cinn , no puede romperse el equilibrio, podemos á lo menos beberlos sin riesgo. dd servicio, comerciantes fastidiados de
gusta de oír discurrir. Se le trae á su
y es imposible gastar con demasía. T e n g o motivo para c r e e r , continuó, eoriquecerse, prudentes madres de fa-
mnger, que le recibe con un agasajo que
que á mi padre y á mi marido les gas- milias que traen á sus hijas á la escuela
le embelesa , y que denota no la corte-
Mas hay , las privaciones que con esta tan tanto como los vinos mas raros. Los déla modestia y buenas costumbres; es-
sanía y los modales de su clase, sino la
voluptuosa templanza de que he hablado de e l l a , me dijo entonces el señor de lees el acompañamiento que gusta de
benevolencia y la humanidad de su ca-
se impone Julia son al par que nuevos W o l m a r , tienen para nosotros nna es- reunir Julia en torno de ella. Su marido
rácter. Hacen que se quede el buen viejo
medios de deleite recursos nuevos de celencia que a todos los demás falta, J M siente él que vengan á veces de aque-
á c o m e r ; Julia le sienta á su lado , le
economía. Por ejemplo le gusta mucho es el gusto que en hacerlos ha tenido. llos aventureros enmendados con la edad
s i r v e , le h a l a g a , le habla con ínteres,
el c a f e , en casa de su madre lo tomaba Ah! replicó, siempre serán esquisitos! < la esperíencía, que vueltos e n s u j u i -
se informa de su familia, de sus asun-
todos los días, ha dejado esta costumbre ao i so costa, vuelven sin sentimiento
tos , n o se ríe de su cortedad , no pone
para aumentar el gusto que en el h a l l a , i cultivar la heredad paterna que quisie-
Bien conoce V. que en medio de tan- una atención que le incomode en sus
y se ha ceñido á no tomarlo mas que ran no haber abandonado. Si alguno
tos afanes diversos la desocupación y la rústicos modales; sino que le da suelta
cuando hay huespedes , y en el salón de "íere en la mesa los sucesos de su v¡-
ociosidad que hacen indispensables la con la llaneza de los s u y o s , v no se
A p o l o , para añadir este requisito de no son las portentosas aventuras
compañía, las visitas y las sociedades de aparta delante de él de aqnel tierno y
fiesta á los demás. Esta es uua ligera del opulento Sindbad contando en el
estraños, poca cabida encuentran aqui. afectuoso respeto que á la vejez achaco-
sensualidad que la agrada mas, le cues- WO de la molicie oriental como habia
Los vecinos se ven lo que basta para s a , honrada por una irreprensible y d i -
ta menos , y con la cual aguza y arregla pangeado sus tesoros; que son las re-
mantener un trato a m e n o , pero no qoe latada vida es debido. Hechizado cí an-
á la par su gula. Por el contrario, pone giones sencillas de sujetos de juicio
toque en sujeción. Siempre son bien ob- ciano, esplaya su corazon , y parece que
en adivinar y contentar los gustos de su líelos caprichos de la snerte y las in-
sequiados los huespedes, y nunca de- por un instante recupera la viveza de su
padre y su marido un esmero continuo, leticias humanas han fastidiado de los
seados. Justamente se ve la gente quese mocedad. El vino que á la salud de una
una prodigalidad natural y llena de gra- Maces bienes que en balde habian c o -
necesita para conservar el gusto del re- señora joven bebe da nuevo calor a su
cia , que hace que disfruten mejor de lo diciado, y les han restituido la afición
tiro; las ocupaciones rusticas suplen por sangre ya medio helada, y se remoza
que les ofrece por el gusto que en * los verdaderos.
las diversiones. El modo de entretener hablando de los años de su juventud, de
ofrecerselo tiene. Ambos gustan de pro-
aqui el tiempo es tan sencillo y tan uni-
longar algo al fin de la comida á la
forme , que n o puede convidar á mo-
S u i z a , y nunca deja de mandar traer al Me recibido y obsequiado en esta casa , haría luego a sus amigos una re-
chos ( I ) , pero interesa á los que leba«
fin de la cena una botella de vino mas
adoptado por la disposición de su cora- 7°"" muJ chistosa de la vida de patanes que en ella viven. Es cierto que por
car
'as de milady Catesby veo que no es privativo de losfranceses este es—
'«; y verosímilmente también es uso en Inglaterra ridiculizar a sus huespe-
(1) Creo que uno de nuestros ingenios agudos que viajase por este paisj en
fa" del hospedaje que han ¡lado.
sus amores , sus campañas , las batallas v e z , y también toda la casa cree que consagra al estudio , porque nunca le va mi alma á aprovechar de todos los
en que se ha encontrado , la valentía de disfruta de los honores que á su caudi- parece el dia muy largo para todas las encendidos afectos que ha vencido, y
sus paisanos , su regreso al país, su mu- llo le han tributado. Todos á una vox larcas á que tiene destinadas dos horas veo que es necesario haber sido lo que
g e r , sus hijos , las faenas rusticas, los bendicen esta ilustre y generosa familia de él. fui para llegar á lo que aspiro á ser.
abusos que ha notado , los remedios que q u e da ejemplo á los grandes y refugia Esto es , Milord , cuanto tengo que Despues de seis dias perdidos en las
imagina. Muchas veces de los largos ra- á los p e q u e ñ o s , que no se desdeña del decir á V. acerca d e la economia de esta frivolas conversaciones de sugetos indi-
zonamientos propios de su edad se sacan pobre , y honra las canas. Estos son los casa, y la vida privada de los amos de ferentes hemos pasado hoy una mañana
escelcntes preceptos morales ó lecciones loores que á los beneficos pechos delei- ella. Satisfechos con su suerte, la disfru- a la i n g l e s a , reunidos y en silencio ,
de agricultura ; y aun cuando en las c o - tan. Si hay bendiciones humanas quese tan en paz: satisfechos con su caudal, no disfrutando en uno el gusto de hallarnos
sas que dice no hubiere mas que el gusto digne escuchar e l cielo n o son lasque trabajan en aumentarle para sus hijos, juntos v las dulzuras del recogimiento.
que él en decirlas t i e n e , le tendría Ju- la lisonja y la vileza en presencia de los sino en dejarles con el patrimonio que ¡ Cuan pocas personas lo delicioso d e
lia en escucharlas. elogiados violentamente sacan-, sino las i ellos Ies c u p o , tierras en buen estado, este estado conocen ! No he visto á na-
que en secreto dicta un sencillo y agra- criados que les tengan ley , el amor del die en Francia que tuviese de él la mas
Despues de comer va la señora de decido corazón al lado de una rustica trabajo , del orden y la moderación, y leve idea. Nunca se a g o t a , d i c e n , la
Wolmar á su cuarto y trae un regalito chimenea. todo cuanto puede hacer serena y grata conversación de los amigos. Es cierto
de alguua albajilla buena para la muger para hombres de juicio la posesion de un que la lengua ofrece una fácil charla á
ó las hijas del buen v i e j o , hace que se Asi un sereno y agradable afecto puede caudal mediano c o n s o n a d o con tanta las medianas aficiones; ¡pero la amistad,
la den los c h i c o s , y reciprocamente les embelesar con su aliciente una vida in- prudencia como la honra con que ha milord , la amistad! Vivo y celestial
da él alguna dadiva sencilla del gusto de sulsa para los ánimos indolentes , y asi sido grangeado. afecto ! ¿ qué palabras de ti son dignas?
ellos que para esto, le ha entregado á puede el arte de dirigir con acierto las que idioma se atreve á ser interprete
escondidas. Asi se forma desde tempra- faenas , la soledad y los cuidados, con- tuyo ? Puede nunca equivaler lo que se
n o la estrecha y suave benevolenciaque vertirlos en diversiones. Una alma sana CARTA III. dice á su amigo á lo que á su lado se
eslabona una con otra las diversas c o n - puede tornar sabrosas las mas comunes DE S\S PREUX A MILORD EDGARDO ( 1 ) . s i e n t e ? ¡ D i o s mió ; que de cosas dicen
diciones. Los niños se acostumbran á ocupaciones, como la. salud d e l cuerpo una mano apretada , un mirar animado,
hace que sepan bien l o s alimentos ñas ESTOS dias pasados hemos tenido hues- un estrechar á su pecho, un suspiro que
honrar la vejez, á estimar la sencillez, y
sencillos. T o d a s esas personas fastidiadas pedes ; ayer se f u e r o n , y hemos vuelto s i g u e ! que fria despues de todo esto es
á respetar el mérito en todas las clases.
que con tanta dificultad se divierten, de- a entablar entre los tres una sociedad la primera espresion que se pronuncia!
Los labradores, que ven á sus ancianos
ben á sus vicios su hastio, y pierden el que embelesa tanto mas cuanto n o ba que- Oh veladas de Besanzon! horas al silencio
padres obsequiados en una casa respeta-
contento del animo con el amor de sus dado en lo interior de nuestros corazo- consagradas , v por la amistad recogi-
ble y admitidos á la mesa de los amos,
obligaciones. A Julia le ha sucedido nes cosa qnc esconder uno á otro qui- das! Oh, Bomston, alma elevada, sublime
no tienen á menos el ser cscluidos de
justamente lo contrario ; y ciertas adver- siera. ¡Que satisfacción tengo en recu- a m i g o ! no , no be envilecido lo que por
e l l a , ni achacan esto a su c l a s e , sino
tencias que otro tiempo le hubiera de- perar un nuevo ser que digno de la mi h i c i s t e , v nunca te ha dicho nada
á su e d a d , no dicen somos muy pobres,
sino somos muy mozos para que asi nos jado olvidar el descaecimiento de su al- confianza de V. me h a c e ! Ño recibo mi lengua.
ma , le inspiran ahora interés por el mo- muestra ninguna de confianza de Julia
traten , el honor que á sus ancianos se
tivo que se las dicta. Fuera menester ser i su marido sin decir con cierta altivez
tributa, y que esperan que Ies tributen Es cierto que este estado de contem-
insensible para no tener viveza nunca, de animo: al fin me atrevo á dejarme
á ellos un dia les consuela de la priva- plación es uno de los mayores embele-
ción , y los escita á merecerlo. y la suya se ha desenvuelto por los pro- w de él. Por el esmero de V. y en su sos para los pechos sensibles; pero siem-
pios motivos que antes la tenian com- presencia espero que mi estado actual pre he visto que Jos estraños imperti-
Entre tanto el buen viejo, todavia en- primida. Su corazon anhelaba por el re- se honre con mis pasadas culpas. Si el nentes no le dejaban disfrutar , v que
ternecido cou los cariños que le hau he- tiro y la soledad para abandonarse ea «ñor estinguido deja exhausta el alma,
necesitan los amigos que no haya testi-
c h o , se vuelve á su choza con la priesa darnor domado con la conciencia de su
g o s para poder á sus anchuras no d e -
de enseñar á s u muger y á sus hijos los paz á los afectos de que estaba lleno, notoria le infunde nueva elevación, y
cirse nada. Quieren, por decirlo asi, estar
regalos que les trae. Estas frioleras lle- ahora ha tomado nueva actividad co» «ayor ardor a todo lo grande y hermo- uno dentro de otro recogidos; la menor
nan de jubilo toda la familia que ve que los nuevos lazos que ha formado. No es so. ¿ Quien querria perder el fruto de distracción es un desconsuelo, y la me-
han pensado en ella. Les cuenta con mu- de aquellas madres de familias Índole®- sacrificio que tan caro ha eostado ? Na, nor sujeción inaguantable. ¡ Si alguna
cha prosopopeya lo bien que le han r e - tes que se contentan con estudiar cuando Milord, conozco que á ejemplo de V. se vez lleva el corazon una palabra a la
cibido , los platos que le han servido, es menester obrar , y malgastan eu ins-
los vinos que ha b e b i d o , las razones truirse en las obligaciones agenas el
afectuosas que se ban dicho, las pregun- tiempo que debieran emplear en cum- (i) ersábanse sobre la materia de esta dos cartas escritas en distintas
tas que acerca de ellos le han h e c h o , l a plir con las suyas. Hoy practica lo q" ocasiones, lo cual ocasionaba muchas repeticiones inútiles , y para evitar es-
afabilidad de los a m o s , las atenciones aprendió en otro t i e m p o , y ahora « to , ambas las he reunido en una sola. En cuanto á lo demás , sin querer
de los c r i a d o s , y generalmente cuanto estudia ni l e e , que obra. Como ¡uújicar que sean tan escesivamente largas muchas de las cartas que esta co-
puede dar realce á las muestras de bon- vanta una hora despues que su man®, acción componen, notaré que las de los solitarios son largas y raras , las de
dad y estimación que le han dado ; también se acuesta una hora uias tai*, l»sque viven en el tráfago del mundo frecuentes y cortas. Basta con observar
cuando lo cuenta disfruta de ello segunda y esta hora es el único rato que ota dijerencia para ver al punto la causa de ella.
sus amores , sus campañas , las batallas v e z , y también toda la casa cree que consagra al estudio , porque nunca le va mi alma á aprovechar de todos los
en que se ha encontrado , la valentía de disfruta de los honores que á su caudi- parece el dia muy largo para todas las encendidos afectos que ha vencido, y
sus paisanos , su regreso al país, su mu- llo le han tributado. Todos á una vox tarcas á que tiene destinadas dos horas veo que es necesario haber sido lo que
g e r , sus hijos , las faenas rusticas, los bendicen esta ilustre y generosa familia de él. fui para llegar á lo que aspiro á ser.
abusos que ha notado , los remedios que q u e da ejemplo á los grandes y refugia Esto es , Milord , cuanto tengo que Despues de seis dias perdidos en las
imagina. Muchas veces de los largos ra- á los p e q u e ñ o s , que no se desdeña del decir á V. acerca d e la economia de esta frivolas conversaciones de sugetos indi-
zonamientos propios de su edad se sacan pobre , y honra las canas. Estos son los casa, y la vida privada de los amos de ferentes bemos pasado hoy una mañana
escelcntes preceptos morales ó lecciones loores que á los beneficos pechos delei- día. Satisfechos con su suerte, la disfru- a la i n g l e s a , reunidos y en silencio ,
de agricultura ; y aun cuando en las c o - tan. Si hay bendiciones humanas quese tan en paz: satisfechos con su caudal, no disfrutando en uno el gusto de hallarnos
sas que dice no hubiere mas que el gusto digne escuchar e l cielo n o son lasque trabajan en aumentarle para sus hijos, juntos v las dulzuras del recogimiento.
que él en decirlas t i e n e , le tendría Ju- la lisonja y la vileza en presencia de los sino en dejarles con el patrimonio que ¡ Cuan pocas personas lo delicioso d e
lia en escucharlas. elogiados violentamente sacan-, sino las á ellos Ies c u p o , tierras en buen estado, este estado conocen ! No he visto á na-
que en secreto dicta un sencillo y agra- criados que les tengan ley , el amor del die en Francia que tuviese de él la mas
Despues de comer va la señora de decido corazón al lado de una rustica trabajo , del orden y la moderación, y leve idea. Nunca se a g o t a , d i c e n , la
Wolmar á su cuarto y trae un regalito chimenea. todo cuanto puede hacer serena y grata conversación de los amigos. Es cierto
de alguna albajilla buena para la muger para hombres de juicio la posesion de un que la lengua ofrece una fácil charla á
ó las hijas del buen v i e j o , hace que se Asi un sereno y agradable afecto puede caudal mediano conservado con tanta las medianas aficiones; ¡pero la amistad,
la den los c h i c o s , y reciprocamente les embelesar con su aliciente una vida in- prudencia como la honra con que ha milord , la amistad! Vivo y celestial
da él alguna dadiva sencilla del gusto de sulsa para los ánimos indolentes , y asi sido grangeado. afecto ! ¿ qué palabras de ti son dignas?
ellos que para esto, le ha entregado á puede el arte de dirigir con acierto las que idioma se atreve á ser interprete
escondidas. Asi se forma desde tempra- faenas , la soledad y los cuidados, con- tuyo ? Puede nunca equivaler lo que se
n o la estrecha y suave benevolenciaque vertirlos en diversiones. Una alma sana CARTA III. dice á su amigo á lo que ¡i su lado se
eslabona una con otra las diversas c o n - puede tornar sabrosas las mas comunes DE S\S PREUX A MILORD EDUARDO (I). s i e n t e ? ¡ D i o s mió ; que de cosas dicen
diciones. Los niños se acostumbran a ocupaciones, como la. salud d e l cuerpo una mano apretada , un mirar animado,
hace que sepan bien l o s alimentos mas ESTOS dias pasados hemos tenido hues- un estrechar á su pecho, un suspiro que
honrar la vejez, á estimar la sencillez, y
sencillos. T o d a s esas personas fastidiadas pedes ; ayer se f u e r o n , y hemos vuelto s i g u e ! que fria despues de todo esto es
á respetar el mérito en todas las clases.
que con tanta dificultad se divierten, de- a entablar entre los tres una sociedad la primera espresion que se pronuncia!
Los labradores, que ven á sus ancianos
ben á sus vicios su hastio, y pierden el que embelesa tanto mas cuanto n o ha que- Oh veladas de Besanzon! horas al silencio
padres obsequiados en una casa respeta-
contento del animo con el amor de sus dado en lo interior de nuestros corazo- consagradas , v por la amistad recogi-
ble y admitidos á la mesa de los amos,
obligaciones. A Julia le ha sucedido nes cosa que esconder uno á otro qui- das! Oh, Bomston, alma elevada, sublime
no tienen á menos el ser cscluidos de
justamente lo contrario ; y ciertas adver- siera. ¡Que satisfacción tengo en recu- a m i g o ! no , no be envilecido lo que por
e l l a , ni achacan esto a su c l a s e , sino
tencias que otro tiempo le hubiera de- perar un nuevo ser que digno de la mi h i c i s t e , v nunca te ha dicho nada
á su e d a d , no diccn somos muy pobres,
jado olvidar el descaecimiento de su al- confianza de V. me h a c e ! No recibo mi lengua.
sino somos muy mozos para que asi nos
ma , le inspiran ahora ioteres por el mo- üucstra ninguna de confianza de Julia
traten , el honor que á sus ancianos se
tivo que se las dicta. Fuera menester ser i so marido sin decir con cierta altivez
tributa, y que esperan que Ies tributen Es cierto que este estado de contem-
insensible para no tener viveza nunca, de animo: al fin me atrevo á dejarme
á ellos un dia les consuela de la priva- plación es uno de los mayores embele-
y la suya se ha desenvuelto por los pro- ver de él. Por el esmero de V. y en su
ción , y los escita á merecerlo. sos para los pechos sensibles; pero siem-
pios motivos que antes la tenian com- presencia espero que mi estado actual
pre he visto que Jos estraños imperti-
Entre tanto el buen viejo, todavía en- primida. Su corazon anhelaba por el re- se honre con mis pasadas culpas. Si el
nentes no le dejaban disfrutar , v que
ternecido cou los cariños que le han he- tiro y la soledad para abandonarse ea amor estinguido deja e\hausta el alma,
necesitan los amigos que no haya testi-
c h o , se vuelve á su choza con la priesa clamor domado con la conciencia de su
g o s para poder á sus anchuras no d e -
de enseñar á s u muger y á sus hijos los paz á los afectos de que estaba lleno, ñctoria le infunde nueva elevación, y
cirse nada. Quieren, por decirlo asi, estar
regalos que les trae. Estas frioleras lle- ahora ha tomado nueva actividad coa «ayor ardor a todo lo grande y hermo-
uno dentro de otro recogidos; la menor
nan de jubilo toda la familia que ve que los nuevos lazos que ha formado. No es so. ¿ Quien querria perder el fruto de
distracción es un desconsuelo, y la me-
han pensado en ella. Les cuenta con mu- de aquellas madres de familias Índole®- sacrificio que tan caro ha eostado ? Na,
nor sujeción inaguantable. ¡ Si alguna
cha prosopopeya lo bien que le han r e - tes que se contentan con estudiar cuando Nilord, conozco que á ejemplo de V. se
vez lleva el corazon una palabra a la
cibido , los platos que le han servido, es menester obrar , y malgastan eu ins-
los vinos que ha b e b i d o , las razones truirse en las obligaciones agenas el
afectuosas que se han dicho, las pregun- tiempo que debieran emplear en cum- (i) ersábanse sobre la materia de esta dos cartas escritas en distintas
tas que acerca de ellos le han h e c h o , l a plir con las suyas. Hoy practica lo ocasiones, lo cual ocasionaba muchas repeticiones inútiles , y para evitar es-
afabilidad de los a m o s , las atenciones aprendió en otro t i e m p o , y ahora va to , ambas las he reunido en una sola. En cuanto á lo demás , sin querer
de los c r i a d o s , y generalmente cuanto estudia ni l e e , que obra. Como se k- ¡uújicar que sean tan escesivamente largas muchas de las cartas que esta co-
puede dar realce á las muestras de bon- vanta uua hora despues que su man®, acción componen, notaré que las de los solitarios son largas y raras , las de
dad y estimación que le han dado ; también se acuesta una hora uias tai*, l»sque viven en el tráfago del mundo frecuentes y cortas. Basta con observar
cuando lo cuenta disfruta de ello segunda y esta hora es el único rato que a» Ola diferencia para ver al punto la causa de ella.
l e n g u a , e s tan dulce cusa poderla decir i g u a l , como no sea el de los Román«
con tuda libertad.' Parece que uo es ó Germánico, hizo algunas reflexk»» do cuanto bav mas afectuoso en la ter- dolencia que tan mal con mis ideas se
posible que sea libre el pensamiento sobre la buena índole de esta nací« neza maternal. avenía. Hubiera querido que menos a la
cuando las palabras no lo son ; parece benévola y s u a v e , á la cual todas abot- Entregados nosotros mismos á estas naturaleza debiesen y mas á su m a d r e ,
que la presencia de un solo estraño e n - recen , v que no aborrece á ninguna, dos contemplaciones, nos dej,íbamos ar- y casi hubiera deseado que « v i e s e n d e -
cadena el afecto , y comprime los áni- añadiendo que en el mando supremo se rastrar Wolmar y yo de nuestras medi- fectos para verla mas solícita por enmen-
mos que tan bien sin él se entenderían. envidiaba otra cosa que la satisface«» taciones , cuando los niños que las oca- darlos.
de hacerse amar. No envidies nada, ir sionaban dieron fin á ellas. F.I mayor,
Dos horas han corrido estando noso- Después de haber revuelto en mi largo
dijo su marido con un tono que habia que se divertía con las imágenes, viendo
tros en esta inmovilidad, mil veces mas rato estas reflexiones en silencio , le rom-
debido permitirme á m í ; mucho tiea- que los redondeles le impedían á su her-
suave que el helado ocio de los dioses pí para comunicárselas. Bien v e o , le d i -
po hace que somos todos vasallos tinco. nano el poner atención, aguardó á que
de Epicuro. Después del desayuno e n - j e , qne remunera el ciclo la virtud de
Al oir esta palabra soltó la obra del« los tuviera todos juntos , y dándole nn
traron los niños como acostumbran en las madres con la buena índole de los
m a n o s , volvjó la c a r a , y puso en a golpe en la mano los echó a rodar por
el cuarto de su madre , pero en vez de hijos, pero esta buena Índole requiere
digno esposo tan afectuosos y tan tier- el eoarto. Marcelino comenzó á llorar;
ir luego á encerrarse con ellos en el cultivo. Desde sil cuna debe empezar sn
nos ojos, que yo me conmoví todo. Vi y sin darse priesa á acallarle mandó la
Gineceo, como de ordinario lo hace, pa- educación. ¿ Hay tiempo mas propicio
habló palabra: ¿que podía decir que equi- señora de Wolmar á Paca que se lleva-
ra que en algún modo resarciéramos el para formarlos que aquel en que no hay
valiera á aquel mirar ? también se topa- ra los redondeles. Calló el chico al ins-
tiempo qué sin vernos habiamos perdido, todavia / forma ninguna que destruir? Si
ron nuestros ojos. Por el modo con qoe tante , pero no por eso se quedaron los
hizo que se quedaran con ella, y n o n o s los entrega V. a si propios desde su in-
me apretó su marido la mano sentí qae redondeles sin qoe volviese Á llorar CO-
separamos hasta la hora de comer. Hen- fancia ¿ d e que edad espera que sean dó-
la misma emocíon se habia comunicado BO vo me lo figuraba. Esta circunstancia
rieta, que empieza á saber manejar la ciles ? Aun cuando nada tuviera V. que
á los t r e s , y que obraba en torno de que nada significaba me acordó otras
a g u j a , trabajaba sentada delante de la enseñarles, convendría enseñarles á ser
ella el suave inllujo de esta alma espas- ranchas en que no habia hecho alto has-
Paca que hacia encajes, y cuya almoha- obedientes. ¿ Ha visto V., respondió, que
siva , y triunfaba de la misma insensi- ta entonces, y pensándolo no me acuer-
dilla se apoyaba á la espalda de sa si- me desobedezcan? Dificultosa cosa f u e -
bilidad. do de haber visto nunca muchachos
lleta. Los dos chicos hojeaban en una r a , le dije, pues que no les manda V.
con quienes menos se hablase y que me-
uiesa un libro de i m á g e n e s ; el mayor nada. S o n r i ó s e , miró á sn marido , y co-
En esta dispnsicion nos hallaban»! nos incomodos fuesen. Casi nunca aban-
csplicaba lo que significaban al mas chi- giéndome de la mano me entró con él
cuando empezó el silencio de que he ha- donan a su madre, y apenas se echa de
co , y cuando se equivocaba , üenrieta ,CT en el gabinete donde podíamos hablar
blado á V . , y bien puede colegir qoe que están allí. Son v i v o s , atolon-
«jue estaba atenta y sabe el libro de me- los tres sin que nos oyeran los mucha-
no era de frialdad ni fastidio. Solo le in- drados , bulliciosos, como á su edad
moria , cuidaba de enmendarle. Muchas chos.
terrumpía el jugetear de los chicos, t conviene, nunca impertinentes ni vocin-
veces fingiendo que no sabia en que es-
aun estos , asi que vieron que habiamos gleros, y se eeha de ver que son pru-
tampa estaban, tomaba de aqui pretex- A l l í , esplirandome muy despacio sus
cesado de bablar por imitación moder* dentes antes de saber qnesea prudencia,
to para levantarse, y para ir y venir de maxiinas, me hizo ver con visos de negli-
ron su charla , como si hubieran temido la que mas me pasmaba en las reflexio-
su silla i la mesa, y de la mesa á su gencia el mas vigilante esmero que jamas
perturbar el recogimiento universal, b nes qne me ha sugerido esta materia ,
silla. No le disgustaban estos paseos que ta tenido la terneza maternal. Por mu-
superíntendeuta chica fué la que em- m que se bacía esto como por sí p r o -
le valían siempre alguna jugadilla del cho tiempo. Ule d i j o , he pensado yo c o -
pezó á bajar la voz , a hacer señas á los pio. y que teniendo un cariño tan tierno
uialiito , y á veces con ella un beso que mo V. acerca de las instrucciones p r e -
o t r o s , y á andar en puntillas; y sos Jolia á sus hijos tan poco se afanaba al
corno tan niño no sabe todavía dar bien maturas, y durante mi preñez primera,
juegos tanto mas nos divertían, cuanto ado de d i o s . Efectivamente, nnnea se
su boca , pero llenrieta, que ya es mas asustada con tantas obligaciones y car-
les daba mas ínteres esta ligera sujecíoo. •a ve ocupada en hacer que hablen, ni
hábil le da ; quita la mitad del trabajo gos como en brete tendria que desempe-
Este espectáculo que parecía ofrecerse i mandarles ó prohibirles esto ó aque-
d e buena gana. Durante estas leccioncí- ñar, hablaba muy inquieta de esto con
nuestra vista para prolongar nuestra ter- No disputa con e l l o s , no les quita
tas, que se daban y se tomaban no con el señor de Wolmar. ¿ Que mejor guia
nura produjo su natural efecto. » gusto en sus diversiones ; diría uno
mucha atención, pero también sin suje- escoger que un observador ilustrado que
se contenta con verlos y amarlos, y
ción ninguna, el menor contaba á es- con el interés de un padre juntaba la san-
Incoando han pasado el d'ía con ella,
condidas unos redondelillos de boj que Enmudecen las lenguas y habla el al- gre fría de un filosofo? Este satisfizo y es-
<1 ha desempeñado todas sus obligacio-
debajo del libro habia escondido. ma. cedia mis esperanzas, disipó mis preocu-
•es de madre.
paciones, y me enseñó á sacar con me-
¡ Que de cosas nos dijimos sin des- nos afan mucho mas fruto, haciéndome
Bordaba la señora de Wolmar cerca plegar los labios&cuantos ardientes afec- tocar con el dedo que la primera y más
tos nos comunicamos sin el frió interme- Aunque me pareciese mas snave de
de la ventana en frente de los niños; su importante educación, y justamente de
marido y yo estábamos todavía sentados dio de las palabras ! Poco á poco se dejo wotiniplar esta pacifica tranquilidad que
la que todo el mundo Se olvida, es poner
en la mesa del te leyendo la gaceta, en Julia absorber por el que dominaba to- el solicito desasosiego de otras madres, á un niño en estado de ser educado (1).
00
q u e ponía ella muv poca atención. Pero dos los demás. Fijáronse enteramente por eso me pasmaba menos una in-
al oir el articulo de la enfermedad del sus miradas en sus tres hijos, y arroba-
Rey de Francia, y del singular afecto de do su corazon en tan delicioso estas« "¡,sm°>f fbio Locke, también lo ha echado en olvido, que
su pueblo, al que nunca ha habido otro animaba su semblante encantador en to-
Z qZ f Z lo Tagal ^ ^ * ^ W < ° *** » » l-Zer
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Un error que es común de todos los pa- Siempre están bullendo las criaturas, li a ; que se borran las grandes prendas que sus diversos grados de felicidad y
dres que se precian de tener luces es reflexión y el sosiego son el martirio de del alma sustituyéndolas con otras mez- perfección no son la medida del enten-
suponer racionales a sus hijos desde que su edad; una vida sedentaria y aplicada quinas y aparentes que lio tienen rcali dimiento h u m a n o ; y en cuanto á la a p -
nacen , y hablarles como a hombres, aun estorba que crezcau y medren, ni e» dad ninguna; que ejercitando indistinta- titud á la a t e n c i ó n , esta pende uni-
antes que sepan hablar. La razón es el su espiritu ni en su cuerpo pueden sufrir mente en las mismas cosas tantos talentos cameute de la fuerza de las pasiones que
instrumento de que piensan en valerse la sujeción. Encerrados siempre con li- distintos, unos se alteran con otros, y nos animan, y también es probado, que
para su instrucción, siendo asi que deben bros en un cuarto pierden todo su vigor, se confunden todos; que despues de mu- por naturaleza somos todos capaces de
servir los demás instrumentos á la forma- se ponen delicados, endebles, enfermi- chas diligencias malgastadas para estra- pasiones de suficiente fuerza para esci-
ción de este, y que de todas las instruccio- zos, abobados antes que racionales, y to- gar en los niños las verdaderas dotes de tarnos a aquel grado de atención de que
nes idóneas para el hombre la que mas tar- da su vida se resiente su alma del enfla- la naturaleza, en breve ven eclipsado el resulta la superioridad de inteligencia.
de y coa mas dificultad adquiere es la ra- quecimiento del cuerpo. frivolo y transitorio esplendor que á ellas
Y si en vez de provenir de la natu-
zón misma. Hablandoles desde su infancia se han preferido , sin que vuelvan á en-
Aun cuando fuesen tan provechosas raleza la variedad de los entendimientos
una lengua que no entienden, los acostum- contrar el natural sofocado; que á UDa
para su razón estas instrucciones pre- fuera efecto de la educación, esto e s
bran á pagarse con v o c e s , á pagar con pierden lo que ban destruido y lo que
maturas , como son perjudiciales, toda- de las varias ideas y varios afectos que
ellas a los demás, á censurar todo cuanto han levantado, finalmente que eu pago
vía resultarían graves inconvenientes de desde la cuna escitan en nosotros los
se les d i c e , á creerse tan sabios como de tanto imprudente afán como se han
darlas indistintamente, y sin tener cues- objetos que se nos presentan , las cir-
sus maestros, á ser argumentadores y re- tomado todos estos portentos chicos se
ta con las que mas particularmente sos cunstancias en que nos hallamos, v to-
voltosos, y todo cuanto piensan alcanzar tornan en inteligencias que carecen de
adaptables á la Índole de cada niño. Ade- das cuantas impresiones recibimos ; le-
de ellos por motivos de razón lo alcan- vigor y hombres faltos de mérito n o t a -
mas de la general constitución de la es- jos de esperar á conocer el caracter del
zan solo por otros de temor ó vanidad, bles solo por su flaqueza v su inutilidad.
pecie, desde que nace tiene cada unos« entendimiento de los niños para educar-
que se ven siempre forzados de añadir á
particular temperamento, que determina Bien entiendo esas máximas, le dije los , convendría por el contrario darse
los primeros.
su talento y caractcr, y que no conviene ¿Jnlia, pero no sé como concertarlas priesa á formar el caractcr que fuese
mudar ni sujetar, sino formar y perfec- con el modo de sentir de V. acerca de conveniente , con una educación idónea
No hay paciencia que al fin no canse cionar. Según el señor de W'olmar todos para aquel que se desea.
el niño que asi quieren criar, y asi s u - la poca utilidad que de desenvolver el
los caracteres son buenos y rectos en si ingenio y habilidad natural de cada itf-
cede que los padres, fastidiados, fatiga- propios. No h a y , d i c e , errores en la na- A esto me respondió W'olmar que no
dos , hartos de la impertinencia eterna á dividuo se s a c a , tanto para su felicidad era el método suyo negar lo que veía,
turaleza ( I ) ; todos los vicios que al na- propia, como para el bien verdadero de
que ellos mismos Jos han habituado , uo tural se imputan son efecto de las malas cuando n o lo podía esplicar. Mire V.
podiendo aguantar la molestia que les la sociedad. ¿ Ñ o vale infinitamente mas me dijo, esos dos perros que están en el
formas que ha recibido. No hay perver- formar un dechado perfecto del hombre
causan sus hijos, se ven precisados á so cuyas inclinaciones mas bien dirigidas p a t i o , son mellizos, han sido manteni-
apartarlos de sí entregándolos á maes- racional y el hombre de bien , y luego dos y criados del mismo modo, nunca se
n o bubierao producido grandes virtudes. acercar á este dechado á cada niño con
tros, como si fuera nunca de esperar de N o hay entendimiento torcido qoc no se han separado, v no obstante el uno es
un preceptor mas blandura y paciencia la fuerza de la educación, escitando á vivo , alegre , halagüeño , inteligente ,
le hubiera podido enseñar verdades úti- «te, conteniendo á aquel , refrenando
que la que puede tener un padre. l e s , tomando con él cierto giro, como el otro pesado, perezoso , gruñidor, r
pasiones , perfeccionando la razón , nunca le han podido hacer aprender
La naturaleza, continuó Julia, quiere aquellas figuras monstruosas y disformes
que se tornan hermosas y bien propor- enmendando la naturaleza ?... ¡ Enmen- nada. La diferencia de temperamentos
que los niños sean niños antes de ser hom-
cionadas cuando se colocan en sn ponto dar la naturaleza ! dijo interrumpiéndo- sola ha producido en ellos la d e ca-
bres , y si queremos pervertir este orden
de vista. Eu el sistema universal todo se Wolmar: ¡ hermosa espresion ! pero ractcr, como la diferencia sola de la
produciremos precoces frutos que no ten-
concurre al bien c o m ú n , todo hombre antes de decirla era menester responder organización interior produce en noso-
drán madurez ni s a b e r , ni tardarán en
tiene señalado su puesto en el mejor or- ' lo que acaba Julia de decir á V. tros la de entendimiento; todo lo d e -
podrirse, tendremos muchachos doctores
den de c o s a s ; tratase de encontrar este mas ha sido semejante... ¡ Semejante! le
y viejos niños. La infancia tiene modos Parecióme que la respuesta mas pe- :
punto y no pervertir este orden. ¿ Q« nterrumpí , ¡que diferencia! Cuantos
de ver, sentir y pensar peculiares de ella. rentoria era negar el principio, y eso
sucede con una educación que empiea bjetos pequeños se ban presentado á
No hay cosa menos juiciosa que el que- f«é lo que bice. V. siempre supone que
desde la c u n a , y siempre sujeta á la me- iiuov no á otro ! cuantas circunstancias
rerles sustituir los nuestros, y tanto con- <sta variedad de inteligencia y talentos
ma formula, sin atender á la portentosa insensibles ban escitado en ellos sensa-
cierto hallo en pedir que tenga un niño que á los hombres distingue es efecto
variedad de los espíritus? Que la roavor ciones diversas sin que V. lo hava no-
dos varas de alto como razón de diez de la naturaleza, y nada menos que
parte reciben instrucciones perjudicia- tado ! Bueno, replicó , eso es discurrir
años. Esta solo al cabo de muchos se em- evidente es e s o ; porque al cabo si difie-
l e s , ó que no les son adaptables; que los como los astrólogos. Cuando les o p o -
pieza á formar, y cuando ya ha tomado ren los entendimientos n o son iguales ,
privan de las que les convendrían; <f>< niau que dos hombres nacidos bajo el
el cuerpo cierta consistencia. Asi es la T si los ha hecho desiguales la natura-
por todas partes se violenta la naturale- mismo aspecto tenian tan varias suertes,
intención de la naturaleza que se ejercite leza ha sido dotando mas á unos que á negaban al punto la paridad, sustentan-
el cuerpo antes de fortificar el animo. tros con alguna mas perspicacia en los do que atendido lo raudo del movi-
salidos, felicidad de memoria, ó ap- miento de los cielos , había una inmensa
J*id a la atención. O r a , en cuanto á distancia del horoscopo del uno al del
(i) Eslraño una doctrina tan verdadera en el señor de IVolmar, pro«" sentidos y la memoria es probado
veremos porque.
otro, y que si bubierau podido seña- raleza. Pero autes de cultivar un carac. que SU practica es la misma en la pri- ñas , y la segunda criar a los que me h a
larse coa exactitud los dos instantes jus- ter es menester estudiarle, aguardar con mera edad. No ba de instruirse el hijo dado Dios también , bajo la dirección
tos de su nacimiento se hubiera conver- paciencia a que se manifieste , propor- del aldeano porque 110 le conviene la de su padre, que tengan un dia la dicha
tido la objecioo en prueba. cionarle ocasiones para que lo haga, j instrucción ; no ha de iustruirse el hijo de parecersele. Para esto he procurado
Dejémonos de todas esas argucias , y siempre abstenerse de obrar primero que del morador de la ciudad , porque uo empaparme en las reglas que me han
atengámonos á la observación. Esta nos obrar sin razón. A este ingenio convie- se sabe auu que instrucción le conven- prescrito fundandnlas en nn principio
dice que bay caracteres que se anuncian ne darle alas , á aquel ponerle grillos; drá. En todo caso dejesc formar el cuer- menos filosofico y mas halagüeño para
casi desde que nacen , y niaos que se uno quiere ser escitado , otro contenido; po hasta que empiece á rayar la razón , el amor de madre, que es ver felices á
pueden estudiar cu el seno de la nodriza. á tal se requiere que le halaguen, á tal que entonces es tiempo de cultivarla. mis hijos. Este fué el primer deseo de
Estos formau clase aparte , y se educan que le intimiden; á veces es necesario Muy bien me parecería todo e s o , le mi corazon , cuando tuve el dulce nom-
desde que empiezan á vivir; pero los otros ilustrar , y á veces entorpecer. Algum dije, si no hallara un inconveniente que bre de madre , y todos los afanes de mi
que se desarrollan mas tarde , querer es llamado á correr hasta la ultima ruela perjudica mucho á las utilidades que de vida no llevan otro conato qoe el verle
formar su entendimiento autes de haber- la carrera de los conocimientos huma- ese método espera V . , y es dejar que cumplido. La primera vez que cogí en
se conocido , es arriesgarse a echar á nos , y alguno hay para quien fuera fu- tomen los muchachos mil malos resabios, brazos á mi hijo mayor, contemple que
perder lo bueno que ha hecho la natu- nesto aprender á leer. Esperemos hasta que solo con los buenos se precaven. la infancia compone cerca de la cuarta
raleza , y en su lugar hacer mucho mal. la primer chispa de la razón , que es la Mire V. á los que abandonan á que parte de la vida mas dilatada; que son
¿No sustentaba su maestro de V., Platón, que pone patente el caracter , y le da logan su voluntad, eu breve contraen raro« los que alcanzan á vivir los otros
que todo el humano saber y toda la su verdadera forma; por ella también se todos los defectos cuyo ejemplo tienen tres cuartos, v que es prudencia muy
filosofía no podiau sacar de uua alma lo cultiva, v antes de la razou no bay ver- á la vista, porque es muy cómodo seguir inhumana hacer que sea infeliz esta pri-
que no había puesto en ella la natura- dadera educación para el hombre. este ejemplo, y nunca imitan lo bueno, mera porcion para afianzar la felicidad '
leza ; como uunca todas las operaciones cuya practica es mas penosa. Acostum- de lo restante que acaso nunca llegará.
químicas han sacado de un mixto mas Pero no sé que eoutradiccion en las
brados á conseguirlo todo , á hacer en Contemplé que es tan flaca la edad pri-
oro que el que yaeontenia? Esto no es maximas de Julia halla V . ; yo las en- cualquier lance su imprudente voluntad, mera v tantas las sujeciones que le im-
cierto en cuanto á nuestras pasiones y cuentro acordes en todo , cada uno trae se vuelven revoltosos , tercos, indómi- pone la naturaleza, que es mucha cruel-
nuestras ideas , pero sí lo es de nuestras desde que nace caracter , entendimiento tos... Pero , replicó el señor de Wol- dad añadir á tanta sujeción el imperio
disposiciones á adquirirlas. Para mudar y talentos que l e s o n peculiares. Los que Dar, me parece que lo contrario ha re- de nuestros antojos, privándoles de li-
un entendimiento seria menester mudar están destiuados á vivir con la sencilfe« parado V. en los nuestros , y que eso bertad tan limitada , y de que tan leve
la organización interior, y para mudar rustica no necesitan para ser felices des- ba sido lo que ba dado motivo a esta abuso pueden hacer. Resolvimc pues á
un caracter variar el temperamento de envolver sus facultades, y sus enterrados conversación. Asi lo confieso, dije, y evitar al mió todas cuantas molestias
que depende. ¿ Ha oido V. decir nunca talentos son como las minas de oro de eso es justamente lo que me admira. me fuese posible, á dejarle todo el uso
que un hombre iracundo se vuelva fle- Valais que no permite el Ínteres publieo ¿ Que ha becho su madre para que sean de sus cortas fuerzas, y á no estorbarle
mático , y que un espíritu metodico y beneficiarlas. Pero en el estado civil, dóciles? De que medios se lia valido ? movimiento natural ninguno. Ya he sa-
frío adquiera imaginación ? Yo por mt donde mas que brazos se necesitan ca- con que ha sustituido el yugo de la doc- cado de esto dos grandes utilidades ; la
tan hacedero lo encuentro como conver- bezas, y donde cada uno debe dar á sí trina ? Cou otro muv mas inflexible, re- una apartar de su naciente alma la men-
tir a una blanca en morena, ó á un ton- propio y á los demás cuenta de todo plicó él al instante, con el de la nece- tira, la vanidad , la ira , la envidia, en
to en hombre de talento. Vano es que- su valor , importa aprender á sacar de sidad. Pero que esplique ella su con- una palabra todos los vicios que de la
rer vaciar los diversos entendimientos los hombres todo cuanto les repartió la ducta , y entenderá V. mas bien sus esclavitud se originan, y que es fuerza
en un molde común. Podemos violentar- naturaleza, dirigirlos por el camino por ideas. La rogué entonces que me espli- fomentar en los muchachos para alcalizar
los , pero no mudarlos ; podemos hacer donde mas pueden adelantar, y sobre cara su método, v después de una corta lo que de ellos se exige; la segunda d e -
que no se manifiesten los hombres como todo mantener todas aquellas de sus na- pausa me habló casi en los términos si- jar que se fortalezca con libertad su
ellos son , pero no convertirlos en otros turales inclinaciones que pueden acar- guientes. cuerpo eon el ejercicio continuo que le
distintos ; y si en el curso ordinario de rear utilidad. Eu el primer caso solóse pide el instinto. Acostumbrado como los
lo vida se disfrazan, los vera V. cu to- atiende á la especie; cída uno hace lo labradores á anclar con la cabeza d e s -
dos los lances importantes tomar su ori- que todos los demás ; la única regla es ¡ Venturosos los niños de buen natu- cubierta al s o l , al frió , á ahogarse de
ginal caracter y entregarse á él eso mas el ejemplo , el único talento la cos- ral, amable amigo mió! Yo no presumo fatiga, á sudar, se endurece como ellos
á rienda suelta que ban roto todo freno. tumbre, y nadie ejercita mas que la por- boto de nuestros afanes como el señor contra las injurias del aire , y se robus-
Vuelvo á decir que no se trata de mudar ción de su alma coinuu de todos. Euel de Wolmar, y no obstante sus maximas, tece viviendo mas contento. Aqui viene
el caracter y doblegar el natural , sino segundo nos aplicamos al individuo, al dudo de que pueda sacarse partido útil pensar en su edad viril y en los azares
por el contrario de empujarle hasta don- hombre todo ; le añadimos todo cuanto de un caracter malo, y de que se pueda de la humanidad. Ya he dicho á V. que
de pueda llegar, cultivarle , estorbar puede tener mas que otro , le seguimos escamiuar al bien toda Índole natural; aborrezco esa pusilauimidad mortífera,
que degenere ; porque así es un lioinb re hasta donde le conduce la naturaleza, pero no obstante, convencida de la es- que á poder de delicadeza y cuidados
todo cuanto puede ser , y perfecciona en v le haremos el mayor de los hombres, eelencia de su método, procuro adaptar
él la educación lo que bosquejó la natu- si tiene lo necesario para llegarlo i ser- a él mi conducta en el gobierno de la
Tan poco se contradiceu estas maxúaas. «milla. Mi primera esperanza es que no
tajan salido malos hijos de mis entra-
PARTE. 303
mil precauciones vanas, en fin le espone punto mas importante y mas difícil de inconvenientes que nacen de vicios va enmiendan es muchas veces 4 poder de
por toda su vida á los inevitables peli- toda la educación; y es cuento de uunca contraidos , sin hacerse cargo de que desaires, afrentas v desazones. Pues yo
gros de que por un momento le quiere acabar el de todas las precauciones que todas mis diligencias van encaminadas á quisiera librar á m'i hijo de esta segunda
resguardar, y por librarle de algnn ca- he tenido que tomar para apartar de él que no se produzcan esos vicios. Las educación que tanto le mortificaría, dán-
tarro cuando mucbacho , le prepara flu- el instinto que con tanta presteza distin- mogeres naturalmente quieren á los ni- dole en la primera, opinion mas acertada
xiones de pecho, dolores de costado, gue los mercenarios servicios de los cria- ños, v no hay entre ellos discordia sino de las cosas. Primero habia resuelto otor-
golpes de s o l , y la muerte cuando sea dos de la terneza de los cuidados ma- cuando quiere uno sujetar a su antojo garle todo cuanto pidiese, persuadido á
graude. ternales. al otro. Pero no puede esto suceder aquí que siempre son buenos y saludables los
i ' ni con el niño á quien nada se le man- primeros movimientos dé la naturaleza,
Lo que á los muchachos abandonados Uno de los principales medios de que
a sí propios les da esos defectos de me he valido ha s i d o , como he dicho da, ni con la rolla á quien nada tiene pero no tardé en conocer que con arro-
que V. ha hablado es que no contentos á V-, convencerle de la imposibilidad eo el niño que mandar. En esto he seguido garse el derecho de que los obedezcan
con hacer su voluntad propia, quieren que le pone su edad de vivir sin asisten- una conducta contraria á la de las de- salen los niños del estado de naturaleza
obligar también á los otros á que la ha- cia nuestra. Despues de esto no me ba más madres, que fingen querer que obe- casi luego que nacen, y contraeu con
gan , y esto por la loca indulgencia de sido dificultoso hacerle ver que todos los dezca el niño á la criada , y en la reali- nuestro ejemplo nuestros vicios y los suyos
las madres, para quienes el mejor modo auxilios que de otro estamos forzados á dad quieren que la criada obedezca al con nuestra imprudencia. Vi que si quería

m
de complacerlas es sujetarse á todos los recibir son actos de dependencia ; qoe niño. Aqui ninguno manda ni obedece, satisfacer todos sus gustos se aumenta-
antojos de sus hijos. Amigo mió , me li- los criados son "verdaderamente superio- pero la condescendencia de los que vi- ríais estos con mi condescendencia, y que
sonjeo de que nunca ha visto V. en los res á é l , puesto que no puede vivir sin ven cerca del niño es proporcionada á al cabo llegaríamos á un punto donde
mios cosa que á imperio y autoridad se ellos mientras qne él no les sirve de la que él con ellos tiene ; y asi que co- seria menester detenerse, y que eso mas
pareciera, ni aun con el postrer criado, nada ; de suerte que lejos de envanecerse noce que toda su autoridad en los que sensible le seria la denegación que menos
y que tampoco me ha visto aplaudir en con sus servicios, los admite con una junto á si ve la debe á la benevolencia, acostumbrado á ella estaría. No pudiendo
secreto las perjudiciales condescenden- especie de humildad, como prueba de se hace dócil y condescendiente ; p r o -
B
I M
cias que con ellos tienen. En esta parte
si que sigo á mi parecer un sendero
nuevo y sencillo, pues se ciñe á conven-
su flaqueza , y ansia con ardor por ver
llegar el tiempo en que sea fuerte y
grande para poderse servir á si mismo.
curando grangearse la afición de los de- hasta la edad de razón apartar de él todo
más, se aficiona también su corazón á sentimiento, he preferido el mas leve y que
ellos, porque es efecto infalible del amor dure menos. Para que no le fueran tan sen-
M - fii cerle de que no es mas que un niño. propio que ame el que se hace amar , y sibles las denegaciones le he bechoccderá
«3¡ Difícil fuera , dije yo , arraigar esas de esta afición reciproca originada de la ellas, v para ahorrar desazones duraderas,
m Si consideramos en sí propia la infan- ideas en las casas donde el padre y la igualdad, se derivan sin esfuerzo las lamentaciones y terquedades, toda dene-
cia, ¿que ser en el mundo hay mas fla- madre se hacen servir como niños chi- buenas prendas que sin cesar á los mu- gación ha sido irrevocable. Es cierto que
, y co , mas miserable, mas á merced de quitos , pero en esta donde cada uno, chachos se inculcan , sin conseguir ja- le bago las menos que puedo, y que me
cuanto le rodea , y que mas necesite de empezando por V. tiene sus cargos que mas una sola. miro en ello antes de determinarme á
t - f - i ¡ -i
piedad , amor y protección que uu niño? desempeñar , y donde la relación de los una. Todo cuanto se le otorga sin con-
lililí No parece que por eso las primeras vo- criados con los amos solo es un perpe- He pensado que la parte mas esencial dición, asi que lo pide, y se gasta mu-
ces que le sugiere la naturaleza son gri- tuo trueque de servicios v esmero, no de la educación de un niño, de que nun- chísima indiligencia en este punto, pero
tos y llantos, que le ha dado tan ama- creo absolutamente imposible poder asen- ca se trata en las educaciones con mas nunca alcanza nada porfiando , v en esta
ble figura, y tan tierno semblante para tarlas. No obstante, no puedo entender esmero hechas, es hacerle reconocer to- parte lagrimas y halagos son igualmente
que cuanto se acerque á él se interese como unos niños acostumbrados á ver da su miseria, su flaqueza, su dependen- inútiles. Tan convencido está de ello, que
en su flaqueza y á porfía le socorra? que se remedian de antemano sus nece- cia, y como ha dicho mi marido el grave ha dejado de valerse de estos medios ; á
Que cosa hay mas repugnante, mas con- sidades no ensanchan este derecho a sus jugo de la necesidad, que pone al hom- la primera palabra se resigna, y tan po-
traria al orden que ver á un niño man- antojos, ó como no son alguna vez vic- bre la naturaleza, y no es solo para que co se eofada por ver cerrar un cucuru-
dón y revoltoso que manda á todo cuan- tima del mal humor de un' criado que agradezcan cuanto para aligerar este cho de confites que quisiera comerse,
to á él se acerca, que toma con insolencia trate de antojo una necesidad real. jugo con él se hace, sino mas especial- que volar un pajaro que desearía tener
estilos de amo con aquellos que les basta mente para que cuanto antes sepa en ec la mano, porque conoce que tan im-
abandonarle para dejarle perecer, y á Amigo mió , replicó la señora de Wol- que puesto le colocó la Providencia, posible es alcanzar uno como otro. Lo
padres ciegos que tamaña osadía aprue- mar , á una madre de cortos alcances que no se encumbre á mas que adonde único que en todo lo que le quitan ve es
ban v que le acostumbran á que sea el todo se le figura monstruos. En los niños alcanza, y que nada humano lo repute que uo lo ha podido conservar, y en lo
tirano de su nodriza , hasta que un dia como en los hombres las verdaderas ne- »geno de él. que le niegan que no lo ha podido con-
lo sea de ellos. cesidades son muy reducidas , y seguir, y lejos de aporrear la mesa con
debe atenderse á la permanencia del Eogreidos desde que nacen con la mo- lo cual se liaría daño, no aporrea ni á
Por lo que á mí hace nada he omitido bienestar, que á un bienestar instantá- licie con que son criados, con las aten- la persona que le resiste. En todo cuanto
para desviar de mí hijo la peligrosa ima- neo. ¿ Piensa V. que un niño que no ciones que todo el mundo con ellos tiene, le causa sentimiento ve el imperio de la
gen del imperio y la servidumbre, y para tiene sujeción ninguna pueda tener mu- con a
' facilidad de alcanzar cuanto de- necesidad, el efecto de su propia flaque-
lio darle motivo á que pensara nnnea cho qne aguantar del mal humor áesu empiezan los mancebos á ver el mun- za, y nunca el de la mala voluntad age-
que mas por obligación que por conmi- rolla , en presencia de su madre, para do neciamente preocupados de que todo n a — Espere V., dijo con alguna viveza.
seración le servían. Este es acaso el que se halle incomodado? Supoue V. "ene ceder á sus antojos, y cuando sc¡
viendo que iba á replicar; ya preveo la los lances necesarios de autoridad y iw tiene miedo de que dejen muy en breve que efecto harán las eselamacioncs de
objeciou de V., y al instante voy á res- de persuasión se saca; porque como no Je ser niños. ¿ Que medio mas agrada- la adulación en una pobre, madre sedu-
ponder a ella. puede ser menos de que vean alguna \e¡ ble y mas seguro pueden tener para cida ya por su propio corazoi», y en un
l.o que bace duraderas las griterías de la razón que para obrar asi milita, o instruirse eu las «osas que ignoran, que niño que no sabe lo que d i c e , v ve que
los muchachos es el aprecio que de ellas natural que también la supongan cuan- preguntárselas á personas mas instruidas le celebran. No piense V. que' porque
h a c e n , ya sea para cederles, ó ya para do no la pueden conocer. Por el contra- que ellos ? ¿ Qué pensarían de las ma- conozco el error no incurro en é l ; n o ,
contradecirlos, l'ara llorar uo dia entero rio asi que se ha sujetado alguna cosa á rinas de V. las damas de Paris que les que veo la culpa v la cometo.; pero si
les basta á veces conocer que no quie- su juicio quieren juzgar de todo, se tor- parece que nunca charlan sus hijos lo me admiran algunas respuestas de mi
ren que lloren. Ora halagos, ora ame- nan sofistas, sutiles, de mala f e , fecun- suficiente , ni antes de t i e m p o , y que hijo es mi admiración s e c r e t a , y no
nazas , los medios que para acallarlos se dos en a r g u c i a s , procurando siempre evalúan el entendimiento que han de aprende, víeudo que se las alabo , "á ser
toman son todos perniciosos, v casi siem- dejar sin respuesta á los que tienea la tener en siendo grandes por las neceda- parlanchín y v a n o , ni los aduladores
pre ineficaces. El ocuparse en sus llantos flaqueza de esponerse á sus cortas luces. des que diceu cuando chicos ? W'olmar tienen la satisfacción de oírmelas repetir
e s motivo para que sigan con e l l o s ; pero Cuando se obliga uno á darles cuenta de me dirá que eso puede ser bueno en un para rcirse de mi flaqueza. I¡n dia que
en breve se enmiendan cuando ven que las cosas que no están en estado de en- pais donde el principal mérito es char- había venido gente a comer con noso-
no se hace ningún aprecio, porque gran- tender, achacan de antojadiza la mas pru- lar mucho , y donde con tal que uno ha- tros , salí yo a dar algunas disposiciones,
d e s y chicos nadie gusta de tomarse un dente conducta Inego que escede sos ble tiene dispensa de pensar. Pero V. y al volver á la sala vi á cuatro ó cinco
trabajo inútil. Esto justamente ha suce- alcances. En ona palabra, el tínico medio que quiere que sea tan agradable la bobariones ocupados en jugar con é l ,
dido con mi hijo mayor: al principio era de hacerlos dóciles a la razón es no ar- snerte de sus hijos, ¿ como ha de c o n - y que empezaban á contarme con m u -
u n lloroncillo que á todo el mundo ato- gumentar con e l l o s , y convencerlos de certar tanta dicha con tanto apremio ? cho énfasis no sé cuantas preciosidades,
londraba , y ya ve V. que abora no se le que la razón n o es para su edad , porque ¿V con toda esa sujeción, en que queda que acababan de o i r , y de que parecían
oye en casa mas que si tal niño no hu- entonces suponen que se halla en quien ialibertad que pretendía dejarles? llenos de maravilla. S e ñ o r e s , les dije vo
biera. Llora cuando le duele a l g o , que debe estar, á menos que les den motivo
con mucha t i b i e z a , no dudo yo que
e s la espresion de la naturaleza que nun- justo para pensar de otro modo. Bien ¿I'ues q u e , r e p l i c ó , es coartar su li- sepan Y'ds. hacer q u e unos muñecos di-
c a debe violentarse, pero calla al punto saben que no tienen animo de atormen- bertad estorbarles que nos quiten la gan mil donaires; pero espero que un
que se le acaba el dolor. Por eso pongo tarlos , cnando están ciertos de que los Buestra ? No pueden ser felices sin día sean mis hijos hombres que hablen
mucha atención en sus lagrimas, cierta quieren, y rara vez se equivocan los ni- que toda una sociedad se maraville en y obren por sí p r o p i o s , y entonces s a -
d e que nunca las vierte sin causa. Con ños en esta parte. Asi cuando yo niego silencio de sus niñerías ? Estorbemos bré con mucho jubilo de mí corazon
esto gano el saber á punto fijo cuando alguna cosa á los mios no argumento con qne nazca su vanidad, ó detengamos a cuanto bueno hícieíea y dijeren. Desde
siente dolor y cnando n o , cuando está e l l o s , n i les digo porque no quiero; per» lo menos los progresos de e l l a , que que ban visto que con este modo de
bueno y cnando malo, ventaja que es per- hago de manera que lo vean ellos, si es esto es trabajar de veras por sti felici- cortejarme no se hacían lugar conmigo,
dida cnn los que por antojo lloran solo posible, y á veces algún tiempo despoes. dad, porque es la vanidad el manantial juegan con mis niños como con n i ñ o s ,
para que los hagan callar. Yo confieso De este modo se acostumbran á enten- de los mayores quebrantos del hombre; no como un muñeco de covachuela; n o
que no es fácil recavar este punto de las der que nunca les niego nada sin motivo J nadie hay tan cabal y tan obsequiado tienen compadre y valen mucho mas
amas de niños y las rollos ; porque como f u n d a d o , aunque no siempre sepan cual a quien uo ocasione todavía mas pesa- desde que menos se admiran de ellos.
no hav cosa mas fastidiosa que estar es este. res que satisfacciones ( I ) .
oyendo siempre los lamentos de una cria-
tura , y como estas buenas mugeres solo ¡Que puede pensar un niño de sí En cuanto á las cuestiones no se les
ven el instante actual, no conocen que Fundada en el mismo principio tam- mismo cuando ve en torno de él un cír- prohiben indistintamente, vo soy la pri-
haciendo callar al niño boy llorará ma- poco consentiré que se metan en las culo de hombres de razón que le escu- mera en decirles que pregunten á su
ñana , y e s lo peor que la obstinaeion á conversaciones de las personas de ra- d a n , le p r o v o c a n , se admiran de é l , s a b o r , á su padre ó á mí cuando este-
que se habitúa trae consecuencias para zón, imaginándose neciamente que dan aguardan con ansiosa torpeza los orn- mos solos cuanto necesiten s a b e r ; pero
edad mas adulta. La misma razón que su voto eomo los d e m á s , cuando se ados que de su boca s a l e n , y hacen mil uo consiento que corten una conversa-
le hace ser lloron de tres a ñ o s , le hará consiente su insustancial charla. Quiero eselamacioues de gozo á cada majadería ción seria para que se ocupe todo el
revoltoso de d o c e , quimerista de veinte, que respondan con modestia y en breves Redice? Apenas podría la eabeza de mundo en la primera necedad que á la
mandón de treinta, y toda su vida ina- palabras cuando los preguntan, sin ha- ín hombre hecho resistirse á tantos idea Ies venga. No es tan fácil como
guantable. blar nunca los p r i m e r o s , y sobre todo mentirosos aplausos; considere V. que piensan el arte de preguntar, que mas
sin meterse á hacer preguntas imperti- kará la suya. Con la charla de los niños es arte de maestros que de discípulos, y
nentes á personas de mas edad que ellos, |»wde lo que con los pronósticos de es menester haber aprendido ya muchas
á quienes deben tener respeto. ™ almanaques, que seria milagro si cosas para saber preguntar lo que se
Vengo ahora á la objecion de V. me Mrc tantos falsos no se hallaba nunca ignora. El sabio sabe é inquiere, dice
dijo sonríendose. En todo cuanto á los Verdaderamente, J u l i a , dije inter- "no que saliese verdadero. Imagínese V. un proverbio i n d i o , pero el ignorante
niños se otorga fácilmente ven el animo rnmpicndnla, que ese es mucho rigor
d e complacerlos; en cuanto de ellos se para tan tierna madre. No era PitagorS
e i i g e , 6 se les niega, deben suponer mo- mas severo con sus discípulos que 1«
tivos sin preguntarlos. Esta e s otra de es V. con los s n v o s ; no solo no los w -
las utilidades que de usar con ellos en ta c o m o hombres, sino que parece q«e Sll,.Si "1>>runu vcz h" hech° la sanidad ,i alguien jeliz en la tierra, este
"'Jeltz era seguramente un necio.

3D
S

anos á veinto ; mi hijo no será siempre nes practicas sacadas de la sencillez d e


no sabe ni siquiera lo que lia «le inqui- vanas, como en n o hacer mas queda-
aiño , y á medida que se empiece á ma- la naturaleza. Cada uno bien instruido
rir ( I ) . Como carecen de esta ciencia divas inútiles ; pero tiene mas alto fiab
nifestar la razón , el animo resuelto de en la materia se conforma con mis ina-
preliminar los nifios a quienes se les de- sociedad bumaua , y son mas solidos sus
so padre es dejarla que se ejercite. En tenciones con una inteligencia v un es-
ja enteFa libertad, casi todas cuantas verdaderos contentos. É l organo de la
cuanto á mi, uii cargo no Hega á tauto. mero que nada me dejau que d e s e a r , y
eoestiones hacen ó son ineptas que para verdad, el organo mas digno del hom-
Vo crio á niños v no tengo la presun- si es de temer alguu yerro, con facilidad
nada sirven , 6 profundas y escabrosas bre, el único cuyo uso de los animales le
ción de formar hombres, y espero, dijo le precave ó le repara mi diligencia.
cuya solucion escede su capacidad; y distingue, n o le fué dado para no sacar
mirando á su m a r i d o , que mas dignas
una vez que no lian de saberlo todo es mas utilidad de él que la que ellos de sos Ayer por ejemplo habiendo quitado el
manos se encargarán de este noble em-
importante que n o tengan facultad, de gritos sacan , y se degrada á mas baja mayor un tambor al c h i c o , echó este á
pleo. Soy muger y m a d r e , y sé encer-
preguntarlo todo. Por eso generalmente esfera cuando habla para no decir nada; llorar. Paca no dijo nada, pero una
rarme en este coto. Vuelvo á repetir que
hablando, mejor se instruyen con las porque el hombre ha de ser hombre has- hora d e s p u e s , cuando el robador del
la función de mi cargo no es educar a
preguntas que les hacen que con las ta en sus pasatiempos. Si es urbanidad tambor estaba mas engolfado tocándole,
mi hijo , sino prepararle para su educa-
que hacen ellos. atolondrar á todo el mnndo con un vano se le cogió ; él iba detrás pidiéndosele y
ción.
charlar, mas verdadera creo yo que sea llorando también; basta que le dijo ella:
Aun coando les fuera este método ceder á los demás la preferencia de que tú se le tomaste por fuerza á tu herma-
En todo esto no hago mas que seguir
tan útil como de ordinario creen , « o hablen, hacer mas aprecio de lo que di- no , lo mismo te le tomo yo, ¿ que tienes
ponto por punto el sistema del señor de
es la primera ciencia y la que mas les ccn que de lo que uno propio diria, t que ¿ a b l a r ? no tengo yo mas fuerzas
Wolmar, y cuanto mas adelante voy mas
importa el ser modestos y prudentes? manifestar qne los estimamos en demasía que tú ? Dicho esto se puso á tocar á
me enseña la esperiencia cuan escelcnte
¿ Hav alguna otra que con detrimento para creer que los divertiríamos con sim- imitación de él , como si en ello hubiera
T acertado e s , y cuan acorde va con
de esta deban aprender? ¿ V que pro- plezas. El buen estilo del mundo, el tenido mucho gusto. Hasta aHí todo iba
el mió. Contemple V. á mis hijos, v s o -
duce en los niños esa emancipación de que hace que mas deseados y queridos perfect..-mente , pero algún tiempo des-
bre todo al mayor: ¿ c o n o c e criaturas
palabras antes de la edad de hablar, seamos, no tanto está en lucir como en pues quiso Paca volver el tambor al mas
mas felices en la tierra, mas alegres,
v ese derecho de sujetar con descaro a hacer qne luzcan los demás, y en dejar c h i c o , yo se lo impedí porque ya n o
menos impertinentes ? V. los ve brincar,
sus interrogatorios á los hombres? Unos á poder de modestia que con mas liber- era esa la lección de la naturaleza, y
reírse, correr todo el dia sin nunca in-
preguntones parleros que mas para i m - tad se esplave su orgullo. N o temamos podía nacer de aquí una semilla primera
comodar á nadie. ¿ De que g u s t o s , de
portunar y para que se ocupe en cHos que un -hombre entendido que solo por de envidia entre ambos hermanos. Cuan-
que independencia es capaz su edad,
todo el mundo que para instruirse pre- miramiento y prudencia se abstiene de do perdió el tambor sufrió el chico la
que ellos no disfruten , ó de que a b u -
guntan , y que todavía mas gnsto cogen hablar pueda ser nunca por necio repu- dura ley de la necesidad ; el mayor vio.
sen ? Tau poco se contienen delante de
á esta charla por la confusion en que tado. En un pais cualquiera, sea el que su injusticia ; ambos conociqrou su fla-
mí como en ausencia mia : por el c o n -
ven que ponen sus imprudentes cues- f u e r e , n o es posible que juzgnen de nn queza, y se consolaron de allí á un corto,
trario á la vista de su madre tienen siem-
tiones, de suerte que todo el mundo es- hombre por lo que no ha d i c h o , ni qne rato.
pre alguna mas confianza; y aunque y o
tá inquieto asi que abren la boca. No le desprecien por haber callado. Por el
sea autora de toda la severidad que cs-
tanto es este un medio de instruirlos, contrario se nota que generalmente los
perimentan , siempre me hallan menos Al principio me había espantado un
como de hacerlos atolondrados y va- hombres taciturnos infunden respeto,
severa que los o t r o s , porque no podria plan tan n u e v a y tan cootrarioá las ¡deas
nos ; inconveniente en mi dictamen que que cada uno se mira mucho en su pre-
sufrir no ser l o que mas en el mundo admitidas; pero.á poder de e s p i r a c i o -
es mayor que la utilidad que les redun- sencia, y que se les presta mucha aten-
quieren. nes han conseguido hacerme ser a d i v i -
d a , porque la ignorancia se disminuye ción cuando hablan, lo cual dejándolos
nador , y me he convencido de que para
por grados , pero la vaoidad nunca deja arbitros de las ocasiones, y haciendo
l a s únicas leyes que les imponemos conducir al hombre la mejor vereda
de ir en aumento. que no s e pierda nada de lo que dicen, son las de la libertad misma , no inco- siempre es la de la naturaleza. El único
les es muy ventajoso. Es tan dilicil qne modar mas la compañía que lo que esta inconveniente que en este método brilla-
Lo peor que de esta reserva sobrado el mas sabio conserve toda su presencia los incomoda, no- gritar mas alto que ba, y este me pareció capital, era el des-
prolongada pudiera resultar seria que de animo en un inmenso flujo de pala- loque se habla; y como no se los obliga cuidar en los niños la unioa facultad, que
tuviese mi hijo menos ligera la conversa- bras . y tan raro que no se le vayan » que se ocupeu e n nosotros, tampoco en todo su vigor tienen, y que no hace
ción , v menos viva y abundante la es- cosas de que se arrepienta cuando esta quiero que pretendan que nos ocupemos mas que debilitarse á medida que crecen
presion, y contemplando cuanto coarta sereno, que mas quiere retener lo boeno ® ellos. Cuando quebrantan leves tan eu edad. Parecíame que conforme a s u
el entendimiento este derecho de pasar que aventurar lo malo. Finalmente cuao- jostas , el único castigo es ser manda- propio s i s t e m a , cuanto mas insuficien-
la vida diciendo frioleras, antes reputara d o no calla uno porque le falta enten- dos al instaute fuera , v toda mi arte, tes y flacas-eran las operaciones del e n -
por un bien que por un mal esta feliz dimiento , si no habla , por callado qoe (ova que lo s e a , hacer de manera que tendimiento mas debía ejercitarse y for-
esterilidad. Fastidiados siempre consigo s e a , la culpa la tienen los que con él* eu ninguna parte se hallen tan bien eo- tificarse la memoria tan apta entonces
mismos los ociosos se esfuerzan á apre- hallan. ®o aquí. Fuera de esto á nada los su- j para llevar trabajo. Un espíritu que eu
ciar por cosa de mucho valor el arte de jetamos; nunca los forzamos á q u e a p r e o - ¡ nada se ejercita se torna pesado y torpe
divertirlos, y dirían que el trato del dan nada ; no los fastidiamos con vanas en la inacción. Eu un campo mal p r e -
mundo consiste en decir solo palabras Pero hay mucha distancia de sets correcciones; jamas los reprendemos; las l parado n o prende lo que se planta , y
"meas lecciones que reciben s o n l e c c i o - es preparación eslraña para ser un dia
(i) Este proverbio esta sacado de Chardin, torn. V. pag. i 7 o , en fV.
QUINTA PARTE. 309
racional empezar siendo estúpido. ¡ C o - quiera edad que sea , con que 6e abro- a una buena índole, y tal ¡dea se tiene tidiado de tanta dependencia le sugirió
mo estnpido ! esclamó al punto la señora ma su estcril y triste infancia; sino para hecha el señor de Wolmar del primer
ì uno en secreto que aprendiera á l e e r ,
de Wolmar. ¿ Confunde V. dos calida- que todas las ideas relativas al estado desarrollo de la razón, que sustenta que para poder á su antojo registrar el libro
des tan diferentes como la memoria y el del hombre , todas las que con so feU- aun cuando nada supiera sn hijo á los cuando le acomodase. Parecióle bien el
juicio ( I ) ? Como si la cantidad de cosas cidad tienen c o n e x i o n , y que le ilumí- doce años , no por eso seria menos ins- p r o y e c t o , pero fué menester hallar per-
inconexas y mal digeridas de que llenan uan.acerca de sns obligaciones se esta to- truido á los quince, sin contar que no sonas condescendientes que quisieran
una cabeza aun flaca no hiciera mas per- pen cuanto antes en indelebles caracte- hay cosa menos necesaria qne saber m u -

e:
darle lección : otra dificultad, que se
juicio que provecho á la razón. Confieso res , v le sirvan para conducirse mientras cho , ni que lo sea mas que ser justo y ha hecho de manera que no fuese insu-
que de todas las facultades del hombre viva de un modo conforme á su ser v á bueno. perable. No obstante todas estas precau-
la primera que se desenvuelve y la que sus facultades.
V. sabe que nuestro hijo mayor lee ciones se ha cansado tres ó cuatro ve-
ton mas facilidad en los niños se cultiva
Sin estudiar en libros, no por eso medianamente. Vea V. como le ha v e - ces , y le hemos dejado , pero he p r o -
es la memoria : pero a su parecer de V.
huelga la memoria de un muchacho, nido el gusto para aprender á leer. T e - curado yo que los cuentos fueran todavía
¿ q u e vale mas, que aprendan lo que
todo cuanto v e , todo cuanto oye le hace nia animo de decirle de cuando en cuan- mas divertidos , v lia vuelto á tomar la
mas fácil para ellos s e a , ó lo que mas
impresión , y se acuerda de ello, apunta do alguna fabula de Lafontainc para empresa con tanto a r d o r , que aunque
les importa saber ?
en su cabeza las acciones y los razona- divertirle, y habia ya empezado, cuando no hace seis meses que ha empezado á
Considere V. el uso que de esta faci- mientos de los h o m b r e s , y todo cuanto me preguntó sí hablaban los cuervos. Al aprender de veras ; presto estará en es-
lidad de ellos se hace , la violencia que le rodea es el libro donde sin pensar instante conocí la dificultad de darle á tada de leer él solo la coleccion.
hay que h e c e r l e s , la sujeción perpetua continuamente enriquece su memoria io- entender con bastante claridad la diferen-
terin su juicio se puede aprovechar de cia del apologo á la mentira, me zafé Con semejantes medios procuraré e s -
en que es menester tenerlos para conse-
ello. En la elección de estos objetos, t como pude, y convencida de que las fa- citar su celo y buena voluntad para ad-
guirlo. ¿ Q u e , forzar a un niño á estu-
el esmero de presentarle sin cesar los bulas son buenas para los hombres , y quirir los conocimientos que requieren
diar lenguas que no entiende, y cuya ar-

mm
que debe conocer , y esconderle lo que que es menester siempre decir la pura aplicación y tesón, y pueden convenir á
monia toda entera para él consiste en
le conviene ignorar consiste la verdadera verdad á l o s n i ñ o s , suprimí á Lafontaíne su edad; pero aunque aprenda á leer

i
contar los pies por sus dedos; embrollar
arte de cultivar la primera de sus facul- sustituyéndole una coleccion de historie- no sacará estos conocimientos de los li-
su iuteligencia con circuios y esferas, de
tades ; asi se ha de procurar formarle un tas interesantes é instructivas, sacadas bros porque no se encuentran en ellos,
que no tiene la mas remota i d e a , abru-
i marle con mil nombres de ciudades y almacén de conocimientos que sirva para la mayor parte de la Biblia; viendo luego y no conviene en manera ninguna la
lectura á los niños. También quiero
su educación durante su mocedad , j que cogía afición á mis cnentos , me
M:j rios que todos los dias olvida y vuelve
á aprender ; e s eso cultivar s a memoria para su conducta en todos tiempos. Es imaginé hacer que le fuesen todavía mas acostumbrarle cuanto antes á alimentar
cierto que no forma este método porten- otiles: probando á componer yo misma su cabeza con ideas y no con palabras ,
en beneficio de su razón ? y vale toda
tos c h i c o s , ni hace lucir las ayas y los algunos lo mas divertidos que me era por eso no le hago 'aprender nada de
esta frivola adquisición una sola de las
memoria.

w
lagrimas que cuesta ? preceptores; pero forma , s í , hombres posible, y siempre adoptándolos á las
juiciosos , robustos , sanos de entendi- ocurrencias del dia. Al mismo tiempo
N a d a , interrumpí, mucho decir es;
Si todo esto solo fuera superfluo me- miento y de cuerpo , que sin haber cau- los iba escribiendo en uu libro adornado

mw-t
porque al cabo menester es que sepa el
nos me quejaría ; ¿ pero no es nada en- sado admiración desde n i ñ o s , se hacen de estampas que guardaba muy encer-
catecismo y las oraciones. S e equivoca
señar á un niño a contentarse con pala- respetar cuando son grandes. rado ; de cuando en cuando le "leia al-
V . , replicó. En cuanto á la oracion to-
bras, y á creer que sabe lo que no puede anos cuentos , raramente, p o c o tiem-
dos los dias por la mañana y por la n o -
comprender ? Seria posible que no per- N o piense V. sin embargo , continuó po, y repitiendo unos mismos varias ve-
c h e rezo en alta voz la mia en el cuarto
judicara semejante hacinamiento alas pri- Julia, que se descuidan aquí enteramente ees con comentarios, antes de pasar á
de mis h i j o s , y eso basta para que la
meras ideas de que debe abastarse ona esas ocupaciones de que hace tanto apre- »tros nuevos. Uu muchacho ocioso está
aprendan sin obligarlos á ello ; la d o c -
cabeza humana ? y no valiera mas no te- cio. Una madre algo vigilante tiene en sujeto á fastidiarse ; los cuentecillos eran
trina cristiana no saben que cosa s e a .
ner memoria que llenarla de todo ese sus manos las pasiones de sus hijos, \ au recurso , pero cuando le veía que
¿ Que , J u l i a , no saben sus hijos de V.
farrago, en detrimento de los c o n o c i - hay medios para escitar y mantener en eon mas ansia ponia atención, me acor-
la doctrina ? No , amigo m i ó , no saben
mientos necesarios cuyo lugar ocnpa? ellos el deseo de aprender ó hacer taló cha algunas veces de que tenia que
mis bijos la doctrina. ¡ C o m o , le dije
tal cosa, y en cuanto pueden conciliar« ®r ordenes , y le dejaba en el pasaje
N o ; si ha dado la naturaleza al cere- pasmado , una madre tan piadosa !... No
estos medios con la mas absoluta liber- °BS interesante abandonando el libro.
bro de los niños la flexibilidad que le da entiendo á V. ¿ Y porque no saben sus
tad del n i ñ o , y no engendran en él se- Ita al instante á rogar á la rolla ó á
aptitud para recibir toda especie de im- hijos la doctrina ? Para que la crean
milla ninguna de vicio, los uso con bas- Paca, ó á cualquiera otro que c o n d u -
presiones , no es para grabar en el nom- con el tiempo , dijo; quiero que sean
tante g u s t o , sin empeñarme cuando no jese la lectura; pero como no puede
bres de reyes , f e c h a s , términos de bla- un dia cristianos. ¡ Ah , ya e s t o y , es-
corresponde el fruto ; porque siempre »andar á nadie, y estaban avisados , no
són , de esfera , de geografía, v todas c l a m é ; no quiere V. que consista su f e
tendrá tiempo para aprender, pero no siempre obedecían : uno se negaba, otro
estas palabras sin significación ninguna en palabras, ni que se ciñan á saber su
hay que perder instante para formar en 1»e hacer , otro deletreaba mal v
para su e d a d , y sin utilidad para cual- religión , sino qne la c r e a n , y piensa
espacio, otro á ejemplo mió dejaba el
con razón que es imposible que el hom-
exento a la mitad. Cuando le vieron fas-
bre crea lo que no entiende. Muy mal
(r ) Esto no me parece bien pensado. Y» hay cosa mas necesaria para '« contentadizo es V. , me dijo souriéudose
razón que Iti memoria ; verdad es que no es la memoria de palabras.
el seGor de Wotmar; ¿ e s V. por casua- Asi abandónandose á las inclinaciones placer en su obra ; requeríase que los antemano que será difícil añadir cosa
lidad cristiano ? Hago por serlo, le dije •de su corazou , sin que nada las disfra- criados fuesen inteligentes, tuviesen alguna á las dadivas de la naturaleza, y
con entereza. Creo todo lo que la reli- 'ce ó las altere, no reconoceu nuestras buenas intenciones y contribuyesen al que valdrá tanto como su propia madre,
gion puede comprender, y respeto lo Ihijos una forma esterna y artificial, sino designio de sus amos; con nno solo adu- si puede alguien del mundo valer tanto
demás sin desecharlo. Julia me miró en >que conservan exactamente la de su ori- lador ó colérico habría bastado para eomo ella.
señal de aprobación , y solvimos á to- ginal caracter, asi diariamente se de- echarlo á perder todo. Verdaderamente
mar el hilo de nuestra conversación. senvuelve á nuestros ojos este caracter, Milord, de un. dia para otro estamos
coando al cumulo de causas esternas
aguardando á V, y esta debiera ser mi
Despues de haberme dicho otras par- sin reserva, y podemos estudiar los mo- que pueden frustrar los mas prudentes
ultima carta ; pero no se me esconde lo
ticularidades que me han dado á enteu- vimientos de la naturaleza hasta en sus designios y trastornar los mas bien con-
que dilata su permanencia en el ejerci-
der cuan activo , infatigable y provido mas recónditos principios. Ciertos de certados planes se atiende, debemos
to , y me estremezco. No menos inquie-
es el celo maternal, concluyó observan- que no los han de reñir n i castigar, ni dar gracias á la fortuna de todo lo bue-
ta se ha Ha Julia y ruega á V. que nos
do que se cenia exactamente su método saben mentir ni ocultarse , y en todo no que en la vida se h a c e , y decir que
dé noticias suyas mas á menudo, y le
á los dos fines que se había propuesto, cuanto dicen ya sea á nosotros, n ja en mucha parte pende de la dicha la sa-
suplica que considere cuando arriesgue
conviene a saber: á dejar que se desen- entre ellos, dejan ver sin disfraz todo biduría.
su persona, que es á costa del sosiego
volviera la índole de los niños, y es- cuanto en lo interior del alma tienen. Diga V . , csclamé , que pende mucho de sus amigos- Yo por mí. nada tengo
tudiarla. Los míos eu nada están suje- Libres de charlar todo el dia entre ellos, mas de la sabiduría la dicha. ¿No ve V. que decir: haga V. su obligación ; ni
tos , dijo, y no pueden abusar de su ni siquiera piensan eu sujetarse un ins- que ese concurso de que se da el pa- P u ™e salir un consejo medroso de mi
libertad; no puede ni depravarse , ni tante cuando estoy yo presente. Ni los rabién es obra suya, y que todo cuan- corazon , ni caber en el suyo. Querido
constreñirse su caracter ; dejamos que reprendo nunca ni los hago que calleo, to á V. se acerca se ve precisado á se- Bomston , bien lo s é , la única muerte
su cuerpo se fortalezca a sus auchuras, ni finjo que los escucho, y aunque di- mejarse a V. ? ¡ Madres de familias, que digna de tu vida fuera verter tu sangre
y que brote su razón; no envilece la jeran las cosas mas reprensibles baria mal conocéis vuestro poder cuando os por la gloria de tu país; ¿pero no debes
esclavitud su alma, no haceu las agenas que n o las o i a ; pero en la realidad los quejáis de que no hallais quien os ayu- tener alguna cuenta con tu vida por
miradas que fermente su amor propio; escucho con la mayor atención sin que de! Sed todo cuanto ser debeis, vence- aquel que solo por ti la suya ha con-
no s e creen ni hombres pujantes, ni ellos lo conozcan; llevo un asiento pun- reis todos los estorbos, y si cumplís servado ?
animales atados , sino niños venturosos tual de cuanto dicen y hacen , que son bien con todas vuestras obligaciones pre-
y libres. Para preservarlos de los vicios las producciones naturales del terreno cisareis á cada uno á que cumpla con
que no hay en ellos , me parece que que ha de cultivarse. En sus labios una las suyas. ¿ No son vuestros derechos C A R T A IV.
tienen un preservativo mas fuerte que espresion viciosa es una yerba exótica los de la naturaleza? No obstante las D E M I L O R D E D U A R D O A S A H P R E U X .
razonamientos que no entenderán , ó cuya grana la ha traido el viento; si maximas del vicio , siempre serán pre-
que en breve los fastidiarían , y es el con una reprensión la corto volverá en ciosas para el corazón humano. Ah ; re- POR las dos últimas cartas de V. v e o
ejemplo de las buenas costumbres de to- breve á brotar de nuevo ; en vez de eso solveos á ser esposas y madres, y el que me falta una anterior á ambas, que
do cuanto cerca de si miran; son las busco secretamente la raiz, y tengo cui- mas suave imperio que hay en la tierra es verosímilmente su primera escrita al
conversaciones que oven , que aqui son dado de arrancarla. Solo s o y , me dijo lambien será el mas respetado. ejército, eu que se hallaba la esplicacion
naturales en todo el mundo ; v no se sonriendose, el mozo del jardinero: es- del pesar secreto de la señora de Wol-
necesita componerlas de proposito para cardo el jardin , y quito la yerba mala; Por conclusión de esta conversación mar. Esta no la he recibido, y colijo
ellos; es la paz y la unión que presen- al jardinero le toca cultivar las buenas. notó Julia que todo se había hecho mas que estaría acaso en la mala de un cor-
cian ; es la conformidad que ven que sin fácil con la llegada de Hcnrieta. Es cíer- reo que hoy han cogido. Asi repita-
cesar en la respectiva conducta de to- to, dijo, que mucho menos afau y maña me V . , amigo mió, su contenido ; s e
También hemos de convenir en que
dos, y en la conducta y las palabras de necesitaría yo si quisiera introducir la confunde mi cabeza , y se inquieta mi
con todo el esmero que hubiera podido
cada uno reina. emulación entre los dos hermanos; pero corazon, porque una y mil veces lo di-
yo tomarme era menester tener buenos
alrededores para que uo se malograsen me parece muy arriesgado este medio, g o : ¿si no habitan la paz y la felicidad
J mas quiero tomarme mas trabajo, y no en el alma de Julia, donde morarán en
Criados en su sencillez primera, ¿ de sus afanes , dependiendo el logro de BI
aventurar nada. Henricta suple á ésto; la tierra ?
donde pueden venirles vicios de que no empresa de un concurso de circunstan-
como es de otro sexo , la mayor , que
han visto ejemplo, pasiones que no tie- cias que acaso fuera de aqui nunca se Disipe V. sus temores acerca de los
mbos la quieren con csceso, y tiene
nen ocasion ninguna de sentir, preocu- lia hallado ; requeríanse las luces de o»
ona capacidad superior á su edad , la riesgos a que me cree espuesto ; las ha-
paciones que nada les infunde ? Va V. padre ilustrado para distinguir por en- bernos con enemigo sobrado hábil para
constituyo en algún modo su primer
ve que ningún error los seduce , y que tre las preocupaciones establecidas o
« a , y Con tanto mas fruto, cuanto sus dejar que corramos ninguno; con un
no se manifiesta en ellos ninguna mala verdadera arte de gobernar á los niños
lecciones son para ellos menos sospe- luñado de gente inutiliza todas nuestras
inclinación. ¡Ni es terca su ignorancia ,, desde que uacen ; requeríase toda so fuerzas, y en todas partes nos priva de
chosas.
ni porfiados sus deseos ; se ha precavido paciencia para ponerla en ejecución, sin3 los medios de ataque. No obstante, c o -
toda propensión al mal; está justificada contradecir nunca con su conducta so La educación de ella es de competcn- mo nosotros somos confiados, bien pu-
la naturaleza ; todo lo cual me prueba lecciones ; requeríase buena Índole es M mía ; .pero son principios tan dis- diéramos remover dificultades insupera-
que los defectos que le achacamos no los niños , y que hubiera hecho la na- tintos que merecen una conversación se- bles para mejores generales, y forzar al
son obra suya sino uiicstra. turaleza lo suficiente para poderse com-
parada. A lo menos puedo afirmar de fin á los franceses.á que nos derroten. Yo
el seGor de Wotmar; ¿ e s V. por casua- Asi abandónandose á las inclinaciones placer en su obra ; requeríase que los antemano que será difícil añadir cosa
lidad cristiano ? Hago por serlo, le dije •de su corazon , sin que nada las disfra- criados fuesen inteligentes, tuviesen alguna i las dadivas de la naturaleza, y
con entereza. Creo todo lo que la reli- 'ce ó las altere, no recouoceu nuestras buenas intenciones y contribuyesen al que valdrá tanto como su propia madre,
gion puede comprender, y respeto lo Ihijos una forma esterna y artificial, sino designio de sus amos; con nno solo adu- si puede alguien del mundo valer tanto
demás sin desecharlo. Julia me miró en >que conservan exactamente la de su ori- lador ó colérico habría bastado para eomo ella.
señal de aprobación , y solvimos á to- ginal caracter, asi diariamente se de- echarlo á perder todo. Verdaderamente
mar el hilo de nuestra conversación. senvuelve á nuestros ojos este caracter, Milord, de un. dia para otro estamos
coando al cumulo de causas esternas
aguardando á V, y esta debiera ser mi
Despues de haberme dicho otras par- sin reserva, y podemos estudiar los mo- que pueden frustrar los mas prudentes
ultima carta ,- pero no se me esconde lo
ticularidades que me han dado á enteu- vimientos de la naturaleza basta en sais designios y trastornar los mas bien con-
que dilata su permanencia en el ejerci-
der cuan activo , infatigable y provido mas recónditos principios. Ciertos de certados planes se atiende, debemos
t o , y me estremezco. No menos inquie-
es el celo maternal, concluyó observan- que no los bao de reñir n i castigar, ni dar gracias á la fortuna de todo lo bue-
ta se halla Julia y ruega á V. que nos
do que se ccñia exactamente su método saben mentir ni ocultarse , y en todo no que en la vida se h a c e , y decir que
dé noticias suyas mas á menudo, y le
á los dos fines que se había propuesto, cuanto dicen ya sea á nosotros, « ya en mucha parte pende de la dicha la sa-
suplica que considere cuando arriesgue
conviene a saber: á dejar que se desen- entre ellos, dejan ver sin disfraz todo biduría.
su persona, que es á costa del sosiego
volviera la índole de los niños, y es- cuanto en lo interior del alma tienen. Diga V . , csclamé , que pende mucho de sus amigos. Yo por mí. nada tengo
tudiarla. Los mios eu nada están suje- Libres de charlar todo el dia entre ellos, mas de la sabiduría la dieba. ¿No ve V. que decir: haga V. su obligación; ni
tos , dijo, y no pueden abusar de su ni siquiera piensan eu sujetarse un ins- que ese concurso de que se da el pa- puiíle salir un consejo medroso de mi
libertad; no puede ni depravarse , ni tante cuando estoy yo presente. Ni los rabién es obra suya, y que todo cuan- corazon , ni caber en el suyo. Querido
constreñirse su caracter ; dejamos que reprendo nunca ni los hago que callea, to á V. se acerca se ve precisado á se- Bomston , bien lo s é , la única muerte
su cuerpo se fortalezca a sus auchuras, ni finjo que los escucho, y aunque di- mejarse a V. ? ¡ Madres de familias, que digna de tu vida fuera verter tu sangre
y que brote su razón; no envilece la jeran las cosas mas reprensibles baria mal conocéis vuestro poder cuando os por la gloria de tu pais; ¿pero no debes
esclavitud su alma, no hacen las agenas que n o las o i a ; pero en la realidad los quejáis de que no hallais quien os ayu- tener alguna cuenta con tu vida por
miradas que fermente su amor propio; escucho con la mayor atención sin que de! Sed todo cnanto ser debeis, vence- aquel que solo por ti la suya ha con-
no s e creen ni hombres pujantes, ni ellos lo conozcan; llevo un asiento pun- reis todos los estorbos, y sí cumplís servado ?
animales atados , sino niños venturosos tual de cuanto dicen y hacen , que son bien con todas vuestras obligaciones pre-
y libres. Para preservarlos de los vicios las producciones naturales del terreno nsareis á cada uno á que cumpla con
que no hay en ellos , me parece que que ha de cultivarse. En sus labios una las suyas. ¿ No son vuestros derechos CARTA IV.
tienen un preservativo mas fuerte que espresion viciosa es una yerba exótica los de la naturaleza? No obstante las D E M I L O R D E D U A R D O A S A N P R E Ü X .
razonamientos que no entenderán , ó cuya grana la ha traido el viento; si masimas del vicio , siempre serán pre-
que en breve los fastidiarian , y es el con una reprensión la corto volverá en ciosas para el corazon humano. Ah ; re- POR las dos últimas cartas de V. v e o
ejemplo de las buenas costumbres de to- breve á brotar de nuevo ; en vez de eso solveos á ser esposas y madres, y el que me falta una anterior á ambas, que
do cuanto cerca de sí miran; son las busco secretamente la raiz, y tengo cui- mas suave imperio que hay en la tierra es verosímilmente su primera escrita al
conversaciones que oven , que aqui son dado de arrancarla. Solo s o y , me dijo lambien será el mas respetado. ejército, en que se hallaba la esplicacion
naturales en todo el mundo ; v no se sonriendose, el mozo del jardinero: es- del pesar secreto de la señora de Wol-
necesita componerlas de proposito para cardo el jardin , y quito la yerba mala; Por conclusión de esta conversación mar. Esta no la he recibido, y colijo
ellos; es la paz y la unión que presen- al jardinero le toca cultivar las buenas. notó Julia que todo se habia hecho mas que estaría acaso en la mala de un cor-
cian ; es la conformidad que ven que sin fácil con la llegada de Hcnrieta. Es cíer- reo que hoy han cogido. Asi repita-
cesar en la respectiva conducta de to- to, dijo, que mucho menos afau y maña me V . , amigo mió, su contenido ; s e
También hemos de convenir en qoe
dos, y en la conducta y las palabras de necesitaría yo si quisiera introducir la confunde mi cabeza , y se inquieta mi
con todo el esmero que hubiera podido
cada uno reina. emulación entre los dos hermanos; pero corazon, porque una y mil veces lo di-
yo tomarme era menester tener buenos
alrededores para que uo se malograsen me parece muy arriesgado este medio, g o : ¿si no habitan la paz y la felicidad
J mas quiero tomarme mas trabajo, y no en el alma de Julia, donde morarán en
Criados en su sencillez primera, ¿ de sus afanes , dependiendo el logro de BI
aventurar nada. Henricta suple á ésto; la tierra ?
donde pueden venirles vicios de que no empresa de un concurso de circunstan-
eotno es de otro sexo , la mayor , que
han visto ejemplo, pasiones que no tie- cias que acaso fuera de aqui nunca se Disipe V. sus temores acerca de los
ambos la quieren con esceso', y tiene-
nen ocasion ninguna de sentir, preocu- lia hallado ; requeríanse las luces de ua
una capacidad superior á su edad , la riesgos á que me cree espuesto ; las ha-
paciones que nada les infunde ? Va V. padre ilustrado para distingoir por eo- bernos con enemigo sobrado hábil para
constituyo en algún modo su primer
ve que ningún error los seduce , y que tre las preocupaciones establecidas la
aya, y con tanto mas fruto, cuanto sus dejar que corramos ninguno; con un
no se manifiesta en ellos ninguna mala verdadera arte de gobernar a los niños
lecciones son para ellos menos sospe- mñado de gente inutiliza todas nuestras
inclinación. ¡Ni es terca su ignorancia ,, desde que uacen ; requeríase toda so fuerzas, y en todas partes nos priva de
chosas.
ni porfiados sus deseos ; se ha precavido paciencia para ponerla e n e j e c u c i ó n , sin los medios de ataque. No obstante, c o -
toda propensión al mal; está justificada contradecir nunca con su conducta sos La educación de ella es de competcn- mo nosotros somos confiados, bien pu-
la naturaleza ; todo lo cual me prueba lecciones ; requeríase buena índole es M mía ; .pero son principios tan dis- diéramos remover dificultades insupera-
que los defectos que le achacamos no los niños , V que hubiera hecho la na- antos que merecen una conversación se- bles para mejores generales, y forzar al
son obra suya sino nuestro. turaleza lo suficiente para poderse com-
parada. A lo menos puedo afirmar de fin á los franceses.á que nos derroten. Yo
pronostico que pagaremos caros nues- me da V. de que pasaremos el invierno nociese al autor de su s e r , si tuviera que en público enseñaba; y varias veces
tros primeros triunfos, y que la batalla en Clareas! pero que raro me lo hace mas motivos de t e m e r l e , ó mas soberbia me ha protestado que después de lar-
ganada en Detioga bará que perdamos pagar deteniéndose mas largo tiempo en para arrostrarle. Apacigüe un culpado gas pesquisas y mucho tiempo no había
una en Flandes. Tenemos contra noso- el ejercito! Lo que mas me desazona es en bnen hora su conciencia á costa de encontrado en su vida mas que tres c l é -
tros a un gran capitan, que ademas go- ver claramente que antes que nos sepa- so razón, anime la gloria de pensar de rigos que creyesen en Dios (1). Q u e -
za la confianza de sus tropas, y el sol- rásemos estaba ya tomada la determina- otro modo que el vulgo á un dogmati- riendo ilustrarse de buena fe sobre estas
dado francés, cuando con su general cion de la campaña , y que no me qui- rante, este error se entiende á lo me- materias se habia engolfado en las ti-
cuenta , es invencible; por el contrario siese V. decir palabra. Milord, bien veo nos; p e r o , continua Julia suspirando, nieblas de la metafísica, donde no tiene
s e hace con él lo que se quiere cuando la razón de ese secreto , y no puedo ¿un hombre tan de b i e n , y tan poco el hombre otro hilo que los sistemas que
le acaudillan palaciegos que desprecia , agradceersela á V. ¿Tanto me desprecia- envanecido con su saber que gana con lleva h e c h o s , y viendo en todas partes
y esto sucede con lauta frecuencia, que ría V . que creyese que tuviese compla- ser incrédulo ? dudas solo .y contradicciones, cuando
basta con aguardar un cuento de pala- cencia en sobrcvivirlc , ó conoce eu mi ha venido al fin entre cristianos era
tan pocos alectos que á la honra de mo- Es menester estar informado del ca-
cio y oeasion oportuna para vencer s o - muy t a r d e , ya se habían cerrado su fe
rir con mi amigo los prefiriera ? Si oo rácter de ambos e s p o s o s , es menester
bre seguro la nación mas valerosa del á la verdad , y no era accesible á la
era digno de seguir á V . , debía dejarme verlos en el seno de su familia , equiva-
c o n t i n e n t e , y muy bien lo saben ellos certidumbre su r a z ó n ; y destruyendo
en L o n d r e s , y me habria ofendido me- liendo uno para otro á lo demás del uni-
mismos. Viendo Milord Marlbourongb todo lo que le probaban un sentimiento
nos que con enviarme aqui. verso, es menester conocer la unión que
la buena facha y el semblante marcial sin Escolar o t r o , ha concluido c o m b a -
entre los dos en cualquier otro punto
de un soldado cogido en Blenhein ( 1 ) tiendo á uua toda especie de d o g m a s ,
Por la ultima de V. veo claro que se reina para hacerse cargo de cuanto de-
le dijo : si hubiera habido cincuenta mil y ha dejado de ser ateísta para hacerse
ha perdido una de mis cartas, y esta be turbar el embeleso de esta su dis-
como tú en el ejército f r a n c é s , no se esceptico.
perdida ha debido ser causa de que le tinto modo de pensar sobre este s o l o .
hubiera dejado vencer asi. Voto á D i o s !
havan parecido oscuros muchos pasajes El señor de W o l m a r , criado en el rito
replicó el granadero , sobran hombres Este es el marido que destinaba el cíe-
de mis dos s i g u i e n t e s ; pero daré á V. greco, no era capaz de sufrir los dispa-
como y o , lo que falta es uno como vos. lo para aquella Julia en quien ha visto
despacio las ilustraciones necesarias pa- rates de tan ridiculo culto. Muy superior
Pues este hombre como él manda ahora V. fe tan sencilla y piedad tan suave.
ra entenderlos bien. Lo que por ahora su razón al necio yugo que ponerle
el ejercito de Francia, y falta en el Pero es menester haber vivido con ella
mas importa e s sacar á V. de la ioquie- querían, en breve le saeudíq con des-
nuestro, pero nosotros no pensamos en con tanta intimidad como su prima y y o ,
tud que acerca de la pesadumbre secre- precio, y desechando de consuno cuanto
eso. para saber cuan inclinada e s á la d e v o -
ta de la señora de Wolmar manifiesta. de tan sospechosa autoridad venia , pre-
cisado á ser impío , se hizo ateísta. ción por su naturaleza esta tierna alma.
Sea como f u e r e , quiero presenciar N o repetiré á V . la continuación de Diria uno que no pudíendo bastar ningún
las maniobras de lo que queda de la la conversación que con ella tuve des- Habiendo después vivido siempre en objeto terrenal á saciar el fuego de amor
campaña, y estoy resuelto á permane- pues de la partida de su marido. Poste- países católicos, no aprendió á formar que la consume, se ve forzado este es-
cer en el ejercito hasta que tome cuarte- riormente han sucedido cosas que me mejor opinión de la fe cristiana por la ceso de sensibilidad a subir á su fuente.
les de invierno. Todos saldremos ganan- han becho olvidar una parte de ella i que en ellos se profesa. N o vió otra re- No e s , como santa T e r e s a , un corazon
ciosos en esta tardanza. La estación está la hemos entablado tantas veces duran- ligión que el Ínteres de sus ministros; enamorado que se fragua ilusiones, v se
muv adelantada para atravesar los mon- te su ausencia , que me atengo á un observó que todo estaba cifrado en va- quiere engañar en su objeto; es un "co-
tes, pasaremos el invierno donde está V. resumen para ahorrar repeticiones. nas monerías con el afeite algo mas su- razon verdaderamente inagotable, que
y n o iremos á Italia hasta el principio til de palabras que nada significan ; re- no han podido dejar exhausto ni el amor
Me ha informado de que este mismo ni la amistad, y que coloca sus afeccio-
de la primavera. Diga V. á los señores conoció que toda la gente decente era
esposo que tanto en hacerla feliz se es- nes superabundantes en el único s e r dig-
de Wolmar que he tomado esta nueva unánimemente de s u parecer, y no lo
meraba, era el úuico autor de lodosa no de absorberlas (2). No la desprende
determinación para disfrutar a todo mi «cuitaban; que basta el clero con algo
quebranto, y cuanto mas sincero era el amor de Dios de las criaturas, y no
sabor del tierno espectáculo que V. tan mas recato se mofaba en secreto de lo
su reciproco afecto , mas que sentir le
bien me describe, y para ver á la se-
daba. ¿Quien lo dijera, Milord? este
ñora de Orbe viviendo en compañía de
ellos. S i g a | V , , querido, escribiendome
varón tan sabio , tan racional, tan dis- M No permita Dios que apruebe yo estas duras y temerarias aserciones >
c o n la misma diligencia que hasta aqui,
tante de toda especie de vicios, tao « afirmo que hay personas que las sustentan, y que su osadía sobradas
y me dará mas gusto que nunca. Mi re-
poco sujeto á las pasiones humanas, veces la autoriza la conducta del clero de todos los países y de todas las sec-
camara me la han c o g i d o , y me hallo
nada de lo que da realce á las virtudes <as. Pero lejos de que sea mi animo ponerme vilmente a cubierto con esta
s i n l i b r o s , pero leo las cartas de V.
c r e e , y con la inocencia de una vida "'la >£fé S"L rebozo mi dictamen sobre este punto, y es que ningún verdu-
irreprensible lleva en lo interior de su go fiel puede ser intolerante ni perseguidor. Si fuere yo magistrado , y ful-
corazon lo horrorosa paz de los malos. unara la ley pena de muerte contra los ateístas, empezaría quemando como
CARTA V. La reflexión que de esa contraposición "tal a cualquiera que viniese a denunciar a otro.
nace aumenta el pesar de Julia, que al (i) Como asi! ¿con que solo se darán d Dios los restos de las criaturas ?
DE SAS PREUX A MILORD EDUARDO. parecer mejor le perdonaría que deses- j el contrario es tan poco lo que pueden las criaturas ocupar del corazon
¡ QUE alegría me causa el aviso que
«nano, que cuando le creemos lleno de ellas le encontramos aun vacio. Es
««ester un objeto infinito para llenarle.
(i) Asi llaman los ingleses la batalla de Hockstet.
le infunde aspereza ni acrimonia. Todos mano bienhechora de la Providencia;® turaleza, para nosotros tan v i v o , tan ani- pirronismo de su marido, y dpseaudo.so-
estos apegos por la misma causa produ- hijos son las prendas caras que de efe mado, es muerto á los ojos del malhadado bre todo preservar a sus hijos de tau pe-
cidos se animan uno con o t r o , comuni- ha recibido; en las producciones de h Wolrnar ; y en esta iumensa armonía de ligroso ejemplo, sin dificultad ha hecho
tierra c o g e sus dadivas, ve la mesa cu- los seres, donde todo con tan dulce voz prometer que guardaría el secreto á u u
cándose mas embeleso y dulzura, y yo
bierta por su largueza; se duerme bajo a j Dios anuncia, nada mas distingue que hombre verídico y sincero, pero calla-
creo que menos devota fuera si amara
amparo; se despierta en paz por su bon- eterno silencio. d o , sencillo, sin vanidad, y muy distante
con menos terneza à su p a d r e , à su ma-
dad; adora en las desgracias sus lecciones Y. que conoce á Julia, que sabe cuan- de querer quitar á los otros un bien de
r i d o , á sus h i j o s , à su prima y à mí
y en la prosperidad sus favores; los bienes to anhela por esplayarsc este comunica- que él mismo está privado. No dogmatiza
propio.
que disfruta, todo cnanto ama, son nuevo tivo pecho, conocerá cuan penosa le seria nunca, va con nosotros al templo, v se
Y es lo raro qne cnanto mas lo es, me-
motivo de tributarle homenaje; y si se es- esta reserva, aun cuando otro inconve- conforma c o n los estilos establecidos; sin
nos se fignra s e r l o , y qne se queja de profesar esplicitamcnte una fe que no tie-
conde el Dios del universo á sus ojos niente no tuviese que tan triste diversidad
sentir en sí una alma arida , qne no s a - ne , evita el escándalo, y hace sobre el
flacos, en todas partes ve al padre coima en aquellos entre quienes todo debe ser
be amar á Dios. E s en balde afanarse, de los humanos. ¿ Honrar así sus benef- común Pero contra su voluntad nacen culto regulado por las leyes todo cuanto
dice mncbas veces ; el corazón no se es- cios soberanos no es servir en cuanto es otras ideas en pos de esta, y en balde se puede exigir de un ciudadano el estado.
trecha sino por medio de los sentidos ó posible al Ser infinito? afanan por desechar estos involuntarios
de la imaginación qne los representa : Eu cerca de ocho años que hace que
terrores, que cada instante vuelven á de-
¿ v que medio tenemos para ver ó i m a - Contemple V - , Milord, que tormento están u n i d o s , solo la señora de Orbe
sasosegarla. ¡ Que horror e s para una es-
es vivir en la soledad con aquel que par- sabe el s e c r e t o , porque se le han fiado.
ginar la inmensidad del gran S e r ? ( I ) posa tierna imaginarse el Ser supremo
ticipa de nuestra existencia y no puede En cuanto á lo demás , también se ob-
Cnahdo à él me quiero e l e v a r , n o sé don- vengando su divinidad desconocida; pen-
participar de la esperanza que nos la servan las apariencias, y con tan poca
de me hallo ; n o encontrando relación sar que la felicidad del que la hace feliz
c c amar, no poder ni bendecir con él afectación, que al cabo de s e i s semanas
ninguna entre él y yo, no sé donde bus- se ha de acabar con su vida, y contem-
las obras de D i o s , ni hablar de la bie- que h a d a m o s pasado juutos en la mayor
carle, nada siento ni v e o , caigo en nna plar en el padre de sus hijos un repro-
naventuranza futura qne nos promete a intimidad , n o babia tenido siquiera la
especie "de anonadamiento ; y si me atre- bo! En representándome esta horrorosa
bondad, verle obrando b i e n , insensiWei mas leve s o s p e c h a , y acaso nunca h u -
viese á juzgar de los otros por mí pro- imagen, apenas la preserva toda su blan-
cuanto hace gratas las buenas obras, r biera adivinado la verdad en este punto,
pia , me recelaría que los éxtasis de los dura de la desesperación, y la religión
por la mas estraña inconsecuencia [Ma- si n o me la hubiera dicho la misma
que tan acerba la incredulidad de su ma-
misticos proceden antes de on cerebro sar como ¡copio y vivir como cristiano, Julia.
rido le hace es la única que le d » f u e r -
vacio que de un corazón lleno. imagínese V. a Julia en paseo con so ma- ¡as para sufrirla. Sí me niega el cielo la Varios motivos la determinaron á est?
¿ P u e s qne hay que h a c e r , c o n t i n u ó , rido; celebrando aquella en el rico J lu- conversión de estos hombres de b i e n , confianza. Lo primero ¿ que reserva c o n
para librarse dé las fantasmas de una ra- cido arreo que ostenta la tierra la obri dice con frecuencia, no tengo mas que la amistad que entre nosotros reina es
zón que se descarría? Sustituyo nn culto y los dones del Autor del universo; no una gracia que p e d i r l e , que es morir y o compatible ? No e s agravar sin provecho,
r u d o , pero à mis alcances, à esas c o n - viendo este en todo ello mas qne una ca- la primera. s y s pesares quitarse la libertad de p a r -
templaciones sublimes que esceden mis sual combinación, donde no hay otro vio-
ticipárselos á un amigo ? Ademas no ha
facultades. Abajo con sentimiento mió culo que el de nna ciega fuerza. Ima-
Esta e s , Milord, la causa sobrado justa querido que fuera mas tiempo mi pre-
la divina Majestad; interpongo objetos gínese V. dos esposos sinceramente uni-
de sus secretos pesares; esta e s la pena sencia estorbo á las conversaciones que
sensibles entre ella y yo ; no podiendo d o s , no atreviendose , por el temor de
interior que parece que carga su concien- con frecuencia entre los dos tienen
contemplarla en su esencia, la contem- importunarse recíprocamente, uno i te
cia con el endurecimiento a g e n o , y que acerca de un asunto que tanto á ella
plo à lo menos en sus o b r a s , la amo en reflexiones, otro á l o s afectos que les
eso mas cruel se torna que mas en disi- interesa. Finalmente sabiendo que debia
inspiran los objetos que presentes tie-
sus beneficios, pero de cualquiera ma- mularla se afana. El ateísmo, que se pre- V. en breve venir á pasar una tempora-
nen , v sacando de su mismo cariño la
nera que h a g a , en vez del amor puro senta la cara descubierta entre los pa- da con nosotros, ha deseado con el
obligación de violentarse sin cesar. C»
que e x i g e , solo una gratitud interesada pistas, se ve obligada á esconderse en consentimiento de s u marido que te in-
nunca nos paseamos Julia y yo sin qne
puedo presentarle. todo país, donde perraitieudo la razón formase de antemano de los sentimien-
alguna vista pintoresca y amena le re-
Asi todo se convierte en afecto en s u creer en D i o s , se quita la única disculpa tos de e s t e , porque de la sabiduría de
cuerde estas dolorosas ideas. Ay , dice
Sensible corazón. Eh el universo entero que tienen á los incrédulos. Naturalmente V. espera un suplemento á nuestros va-
enternecida, tí espectáculo de la na-
no encuentra Jnlia mas qtie motivos de desconsuela este sistema; si halla fauto- nos e s f u e r z a s , y efectos dignos de
res en los graudes y ricos á quienes es ella.
gratitud y ternura ; eh todas partes ve la
propicio, en todas partes le mira con
(l) Es cieno que es necesario fatigarse el entendimiento para elevarse ' horror el pueblo oprimido y miserable, El tiempo que para fiarme su quebran-
to escogió me ha dado á sospechar otro
las ideas sublimes de la Divinidad. Un culto mas sensible sosiega el espintj que viendo que exime á sus tiranos del
motivo que se ha guardado ella de d e -
del pueblo, que gusta que le presenten objetos de piedad que le dispensen *< nnico freno que puede contenerlos, ve
Umbieu que con la esperanza de la otra cirme. Nos dejaba su marido ; nos que-
pensar en Dios. Siguiendo estas maximas, ¿ tan mal han hecho los catoUcose*
'ida del único consuelo que le dejan en dábamos solos , se habían amado nues-
llenar sus rezos, sus calendarios, sus altares de angelitos, de buenos moza,
esta le privan. Conociendo la señora de tros c o r a z o n e s , y todavía no lo habían
y de santas bonitas? El niño Jesús en manos dé una hermosa y modesta olvidado ; sí hubiéramos tenido un des-
Wolmar el mal efecto que haría aquí el
dre , es al par uno de los mas afectuosos y mas gratos espectáculos que íw liz, todo nos entregaba al oprobio. Claro
ojos de los fieles puede presentar la devocion cristiana.
QUINTA PARTE. 817
vcia que habla temido el quedarse á sensibilidad, v esta sola puede hacer m. na escena de ternura, que haca que sea que la buscaban mis ojos. Habrá ido d i -
solas c o n m i g o , y que procuraba tomar vencibles todas las demás. mayor el cariño del uno al otro.
precauciones; y me probó sobrado la je á hacer alguna hacienda en la casa.
Aunque ponga mucho esmero su mo- Ayer habiéndose entablado la conver- N o , d i j o , no habría escogido para otros
escena de MeiUcrie que aquel de no- ger en encubrirle su tristeza , la conoce sación sobre esta materia , que se agita asuntos el tiempo de este'; todo se hace

Ii;
sotros dos que menos de si desconfiaba y participa de e l l a , que no se engaíi muchas veces cuando no somos mas que sin que ella me deje y sin que ponga
era el único que debia desconfiar. una vista tan clara como la suya. Cuan- los tres , venimos á parar en el origen mano en nada.—Puesestará en el cuarto
Con el recelo injusto que le infundía to mas disimula ella su pesar mas sea- del mal, y me esforzaba yo á demostrar de los niños.—Tampoco , n o son mas
su natural encogimiento, n o imaginó sible es para él. Me ha dicho que ha que no solo no habia mal absoluto y preciosos para ella sns hijos que mi sal-
precaución mas segura que la de tener tenido muchas veces tentaciones de ceder general en el sistema de los seres, pero vación.—Norabuena , r e p l i q u é , lo que
sin cesar delante un testigo acreedor al en la apariencia, y fingir para sosegarla también que eran los males particulares bace yo no lo s é , pero estoy cierto de
mas profundo respeto , llamar por ter- sentimientos contrarios á los suyos; pero muy mas leves de lo que á primera vista que está ocupada en alguna útil tarea.
cero al integro y tremendo Juez que ve es muy impropia de él semejante bajeza parecen , y que bien evaluados los es- — Menos todavía , dijo con fría Idad ,
las acciones secretas, y sabe leer en lo de alma. Sin deslumhrar á Julia hubiera cedian en mucho los bienes individuales venga V . , venga, y verá si he adivina-

%I
hondo del corazon. Cercabase de la su- sido nuevo tormento para ella este disi- y particulares. Citaba su propio ejemplo do bien.
prema Majestad, y veia perpetuamente mulo , y se hubiera eclipsado entre los al señor de Wolmar , y penetrado de la
á Dios entre ella y yo. ¿Que deseo c u l - dos la buena fe , la ingenuidad, la unios dicha de su situación se la pintaba con Echó á andar muv quedo , y vo le
pado hubiera podido saltar esta valla? de los corazones que de tantos males tan vivos colores, que él mismo rae pa- seguía de puntillas. Llegamos á la puerta

M
Al fuego de su celo se acrisolaba mi consuela. ¿ Haciéndose desestimar de sa reció conmovido. Estas s o n , dijo inter- d í l gabinete , que hallamos cerrada , y
corazon , y participaba yo d e su v i r - muger podia acaso desvanecer sus temo- rumpiéndome , las seducciones de Julia: la abrió él con violento empujón. ¡ Que
tud. res? En vez de gastar disfraces con ella le siempre sustituye la sensibilidad á la ra- espectáculo, milord ! V e o á Julia de ro-
dice con sinceridad lo que piensa, pero se zón, y la presenta tan afectuosa , que dillas , cruzadas las m a n o s , y bañada
Estas graves conferencias ocuparon lo dice en tono tan s e n c i l l o , con tan siempre es menester darle un abrazo en lagrimas. Levantóse con precipitación,
casi todas nuestras conversaciones á s o - poco desprecio de las opiniones vulga- por respuesta. ¿ No será acaso de su enjugándose los ojos , tapandose la cara,
las en ausencia de su marido , v desde res , tan lejos de aquella irónica altivet maestro de filosofía, añadió sonriendo- y procurando huirse : nunca se ha
que este ha vuelto las añudamos mu- de los espíritus f u e r t e s , que causan ea se, de quien ha aprendido ese modo de visto vergüenza igual. No le dejó tiempo
chas veces en su presencia. Tomó car- Julia mueba mas tristeza que enojo es- argumentar ? su marido para que se saliese; fué c o r -
tas en e l l a s , como si de otro se trata- tas confesiones , y que no pudiendo co- riendo á ella en un especie de rapto.
ra , y sin despreciar nuestros cuidados
- 4 nos da muchas veces buenos consejos
municar á su marido sus afectos y sus
esperanzas , procura con mayor diligen-
Dos meses antes me hubiera cruel- Querida e s p o s a , le dijo besandola , el
fervor mismo de tus ruegos perjudica á
mente cortado el donaire ; pero se aca-
acerca del modo como debemos racioci- cia reunir en torno de él los transitorios bó el tiempo de la cortedad, no bice tu causa. ¿Que les falta para ser eficaces?
H-í/ ' i
M4
¡ÉSÍí
nar con él. Esto mismo es lo que me hace
perder la esperanza del logro , porque
si tuviera menos candor pudiera aco-
contentos á que ciñe su felicidad. Ah,
dice d o l o r i d a , una vez que para este
infeliz no hay mas bienaventuranza que
otra cosa que echarme á r e í r , y aun- Mira; si fueran oidos en breve serian
que se sonrojó Julia un p o c o , no me escuchados. Si lo serán , le dijo con un
pareció mas cortada que y o . Seguimos, tono entero y de persona persuadida, no

•I
meterse el vicio del animo en que se la de este mundo , hagamos que á lo J sin disputar acerca de la cantidad de sé la hora ni la ocasioo. ¡ Ojala que la
apoyase su incredulidad; pero tratándose menos halle en él cuanta dicha fuere po- mal, se contentó Wolmar con la confe- comprara yo á costa de mi vida .' que
solo de convencerle, ¿ donde hallaremos sible (I). sión que fué preciso hacer de que, po- seria mi postrero dia el mas bien em-
1-«' .- !B luces que no haya él tenido, y razones
co ó m u c h o , al fio existe el mal; y de pleado de ella.
que no se le hayan presentado ? Cuando
El velo de tristeza de que cubre su sola esta existencia colegia defecto de
con él he querido entrar en disputa he Venga V . , m i l o r d , deje sus malha-
unión esta opcracion de afectos prueba potencia , de inteligencia, ó de bondad
visto que cuantos argumentos podia yo dados c o m b a t e s , venga á cumplir obli-
mas que ninguna otra cosa el ascendien- en la primera causa. Yo por mi p a r t e ,
emplear, los habia apurado ya en balde gación mas noble. ¿ Prefiere el sabio el
te invencible de Julia por los consuelos procuraba señalar por origen del mal
J u l i a , y que estaba muy distante mi honor de matar hombres a afanes que
de que está acompañada esta tristeza, y fcieo la naturaleza de la materia , y del
sequedad de aquella elocuencia del c o - pueden salvar á uno ? (I).
que ella sola acaso en el mundo podia mal moral la libertad humana. Le sus-
razon , y aquella meliflua persuasión
unir con esta amargura. Lejos de con- tentaba que podia Dios hacerlo todo ,
que de sus labios mana. Milord, nunca
vertirse en exasperación , en vilipendio escepto criar otras sustancias tan per- CARTA VI.
convertiremos á este h o m b r e , es muy
y r i ñ a s , siempre todas sus diferencias, fectas como la suva , y en que no tuvie-
frió y n o es malo ; no se trata de mo- DE SAN PREUX A MILORD EDUARDO.
todas sus cuestiones acerca de este im- « cabida el mal". En el fervor de la
verle; le falta la parte interior ó la
portante asunto se concluyen con algu- disputa estabamos cuando reparé que ¿ QUE , aun despues de la separación
se habia desaparecido Julia. Adivine V.
del ejército ñn viaje á Paris ? Se olvi-
• , i .. da
— V. ' - del todo de
uc C
^ -l ua irceunas ,, y
y la
l a que
q u e en
en
( t ) / Cuanto mas natural es este sentir lleno de humanidad, que el hor-
ie esta, me dijo su marido viendo |él habita? le queremos a V." menos que
roroso celo de los perseguidores, siempre afanados en atormentar á los incré-
dulos , como para condenarlos desde esta vida , y hacerse precursores it habia una
í¡> larga carta de milord Eduardo á Julia. Mas adelante
los demonios! Nunca me cansaré de decirlo : esos perseguidores no son cre-
yentes , sino picaros.
milord Urde ? le necesita mas este amigo c i o n e s , que la eomposicion está ya mu» en el umbral de la puerta , á Dios aren- tacion que todavía no se ha sosegado.
que los que aqui le esperan ? V. nos adelantada; y según escribe últimamente ga , á Dios donaires , todo se olvidó; Fuera de sí Julia estaba en una agita-
tuerza á formar deseos contrarios á los el Barón, le esperamos de vuelta dentro se lanza volando á s u amiga, y gritando ción cual nunca la habia visto; no' fué
s u y o s , y me obliga á sentir no tener de pocos dias. con un rebato que no es posible pintar: posible en todo el dia pensar en nada
«rédito con la corte de Francia para ha- Ya habrá V. sabido todo esto por d Prima , siempre , para siempre, hasta la mas que verse y abrazarse sin cesar con
cer que le negaran los pasaportes que señor de W o l m a r , pero lo que es pro- muerte! Henrieta al ver á sn m a d r e , nnevos estremos , y ni siquiera se pensó
espera. Satisfagase V. no obstante, vaya bable que no sepa todavía es que ha- salta y corre á ella gritando también : en el salón de Apolo; en todas partes
a ver á su digno compatriota. Contra biendo al fiu despachado sus negocios Mama! Mama! con toda s u fuerza , y se hallaba el contento sin que hubiese
la voluntad de V. y la de él seremos la señora de O r b e , está aqui desde d pega con ella eon tanta violencia que necesidad de cuidar de él. Apenas hubo
vengados de esta preferencia, y por mu- jueves, y no tendrá en adelante otra casa cayó la pobre chica en el suelo del g o l - al otro dia serenidad de animo suficiente
cho que sea el gusto de V. en vivir con que la de su amiga. Como estaba 10 pe Esta repentina aparición, esta c a í - para disponer nna fiesta. Sin Wolmar se
él, bien sé que cuando esté con nosotros avisado del dia de su llegada , fui á re- da , el jubilo, la turbación, de tal modo hubiera hecho al revtes. Cada uno se
sentirá el tiempo que n o nos haya con- cibirla sin que lo supiese la señora de á Julia s o b r e c o g i e r o n , qne habiendo.se engalanó lo mejor qne pudo : y no se
sagrado. Wolmar, que quería coger de sorpresa,; levantado con los brazos abiertos, dando permitió otro trabajo que el necesario
me volví eon ella , habiéndola encontra- nn grito muy agudo , volvió á caer y se para las diversiones. Celebróse la fiesta
Cuando recibí la carta d e V. sospe- desmayó. Clara quiere levantar á su hija,
do mas acá de Lutri. no con p o m p a , sino eon d e l i r i o ; rei-
ché al principio que alguna comision s e - y ve perdida la color á su amiga , vaci- o í b a en ella ana eonfusion qne la tor-
creta... ¡ Que medianero mas digno para La hallé mas viva y encantadora que la , y no sabe á cnal acudir. Por fin naba mas afectuosa , y su desorden ha-
la paz .'... ¿ Pero otorgan su confianza nunca, pero variable, distraída, si a es- viendo que yo levanto á Henrieta , cor- cia su mas lindo adorno.
los reyes á varones virtuosos? Se atreven cuchar ni menos responder, hablando re exhalada á dar socorro á Julia desma-
á escuchar la verdad ? Saben honrar si- sin c o n e x i o n , y por arranques, entre- yada , y cae encima de ella en el mismo Gastóse la mañana en p o n e r á la sé»
quiera el verdadero mérito ?... N o , no, gada en fin á aquella inquietud de que estado. ñora de Orbe en posesion de su empleo
amado Eduardo, n o e s V. apto para el no es posible preservarse cuando va uno
de administradora ó mayordoma , v sé
ministerio, y tengo tan buena ¡dea de V., á lograr lo que con ardor y perseveran Henrieta viéndolas ambas privadas de daba priesa á ejercitar las funciones de
que creo que si n o hubiera nacido par cia ha deseado. A cada instante pareeia movimiento , se pnso á llorar v dar g r i - tal coa una diligencia de niño que nos
de Inglaterra, nunca hubiera llegado á que temblaba volver atras. Aunque taoto tos que hicieron acudir á la Paca ; la hacía reír. Cuando entraron a comer e á
serlo. tiempo dilatada, esta partida se había nna se arroja á su madre , la otra á su e l hermoso salón vieron ambas primas
efectuado con tanta aceleración, que ama ama. Yo e m b a r g a d o , sin s e n t i d o , an-
V e n , amigo, mejor estarás en Clarens en todas partes unidas y enlazadas con
y criados tenían perdida la cabeza. Ka daba con desatentados pasos p o r el
que en la corte. ¡ O b , que invierno va- flores sus cifras. Julia al instante adiv inó
el menudo bagaje que traía reinaba m cuarto, sin saber lo que hacia , con
m o s á pasar todos j u n t o s , si no me en- quien bahía tenido esta atención , y roe
risible desorden. Cada vez que se temía interrumpidas esclamaciones, y nn mo-
gaña la esperanza de nuestra reunión! dió un abrazo fuera de sí de gozo. Cla-
la doneella haberse olvidado de al vimiento convulsivo que no podia conte-
Cada dia la prepara trayendo aqui al- ra , contra sil antigaa costumbre, vaci-
afirmaba siempre Clara que lo habú ner. Wolmar propio , el frió Wolmar se
guna de aquellas almas privilegiadas que laba en imitarla. Wolmar le dió vaya, y
mandado poner en el arcon del coche; y sintió conmovido ¡ Oh sensibilidad, sensi-
tanto se quieren ana á otra, que tan sonrojada tomó la determinación de ha-
fué lo bueno que cuando se fue á mirar bilidad, dulce vida del alma ! ¿que cora-
dignas son de amarse , y que al parecer cer como su prima. Los colores qae noté
n o se encontró cosa ninguna. ion d e acero no te dió jamas albergue ?
solo á V. esperan para no necesitar de que le salían á la cara produjeron en
nadie mas en el universo. Cuando V. cual es el mortal desventurado de quien mi un efecto que no puedo esplicar, pero
Como n o queria que oyese Julia el car- nnnea sacaste lagrimas ? En vez de a c u - 110 dejé de sentir emocion en sos brazos.
supo el feliz acaso que ha hecho que
ruaje , bajó en el c a m i n o , atravesó los dir a Julia se arrojó en un sitial este fe-
sase por aqui la parte contraria del patíos corriendo como una loca, y snbi»
E con tanta priesa, que fué menester que
ron de Etange, previo lo que debía tomara aliento despues del primer tra-
liz esposo contemplando ansiosamente Por la tarde hubo una soberbia m e -
tan grato espectáculo. N o tema V. nada, rienda en el G i n e c e o , y por esta vez fui-
me dijo viendo mi zozobra; estas esce- mos admitidos cl amo y yo. Los hombres
resultar de esta casualidad , y lo que mo de escalera , antes de subirla toda. nas de contento y jnbilo , si por un mo- jugaron á tirar al blanco una alhaja qne
efectivamente ha sucedido ( I ) . Este eter- El señor de Wolmar vino á recibirla, J mento dejan exhausta la naturaleza, dió la señora de O r b e , y la ganó el re-
n o litigante, aunque casi tan inflexible ella no le pudo hablar una palabra. bego la animan con nueva lozanía, v cien v e n i d o , aunque menos ejercitado
y entero como su contrario , no ha po- Al abrir la puerta del cuarto vi á Jo- Mnca son peligrosas. Dejeme V. pala- que los otros. Clara bien vió el verdade-
dido resistirse al ascendiente que á todos ba sentada cerca de la ventana, y a dear el gozo que disfruto , y V. partici- ro motivo de su maña, y Hanz que tam-
nos tiene sojuzgados. Despues que ha Henricta en sus faldas como la coge ®«J pa. ¡ Cual debe ser para V. ! Nnnca ha- p o c o se engañó, se n e g ó á admitir el pre-
visto á J u l i a , que la ha oido , que ha a menudo. Clara traía meditada una so- bía gastado otro semejante , y soy el mio , pero todos sus eamaradas le forza-
conversado con e l l a , se ha avergonzado berbia arenga á su moda , mezcla de aenos feliz de los seis. ron á e l l o , y ya puede V. figurarse que
de litigar contra su p a d r e , y se ha mar- donaires y afecto; pero al poner el píe no perderán nada por esta generosidad
chado 3 Berna con tan buenas disposi-
Milord, puede V. por este primer ins- que han tenido.
(l) Se ve que aqui faltan, muchas eartas intermedias , como también " <ante venir en conocimiento de lo de- Por la noche se juntó toda la familia,
más. !En toda la casa escitó esta reunión aumentada con tres personas, a bailar.
otros muchos pasajes. Dirá el lector que semejantes omisiones son mar*®"
"" """lendo de a l e g r i a , v una fermen-
anulas para zafarse de las dificultades , y yo soy en un todo de su dicta*»- Clara pareció tocada por mano de las gra-
c í a s ; nunca la h e visto tan brillante como de que haya aliviado una de sus madre? da por sí propia? porque aquí me siento
Confieso que mucho atractivo quitan
este dia. Bailaba, h a b l a b a . s e reia, daba á la otra. Digo sus madres, porque vie». verdaderamente en el campn, y que casi
á estas margenes la miseria, que cubre
disposiciones, y con todo cumplía. Había do de que modo viveu con ella no es fa- es la vez primera qae puedo decir otro
los campos en ciertos países donde d e -
jurado estropearme de fatiga, y despues cil distinguir cual es la verdadera, y unas tanto. Las gentes de las ciudades no s a -
vora el publicano los frutos de la tierra,
de cinco ó seis contradanzas muy vivas forasteros que han llegado hoy ó están, í ben amar el campo, ni estar en é l ; a p e -
la aspera codicia de un colono a v a r o ,
síu parar, no se olvidó de motejarme , parece que están, todavía en la duda. Efec- nas sí mientras están saben lo que en él
y el rigor inflexible de un propietario
tivamente ambas la llaman llenrieta ó hija se hace. Desdeñan sus faenas, sus con-
como acostumbra, de que bailaba como inhumano, linos caballos héticos que van
indistintamente. Ella llama mama á la tentos, no los c o n o c e n , y están en sos
á morir á latigazos, unos gañanes infe-
un filosofo. Yo le dije que ella bailaba
u n a , y á la otra mamita, reina el mis- casas como eb país estraño: n o me es-
lices estenuados de h a m b r e , muertos de
Como un diablillo, que no hacia menos
mo cariño por una y otra parte, y obe- panto de que se enfaden. En el lugar e s
estrago, y que me temía que no me de- fatiga, v cubiertos de andrajos; unos
dece por igual á las dos. Si preguntará menester ser lugareño, ó no ir á é l : por-
jara sosegar de día ni de noche. Sí t a l , lugarejos de arruinados paredones pre-
las señoras de cual es hija, una y otra que, ¿a que van? Los moradores de Pa-
dijo, con esto va V. á dormir de un tirón sentan á la vista nn triste espectáculo;
responden mia. Si preguntan á llenrieta, rís no van al campo cuando creen ir, que
casi siente uno ser hombre cuando pien-
hasta mañana, y me cogió por el brazo sale con que tiene dos madres. Con meoos se llevan á Paris consigo. Cantores, in-
sa en los desventurados cuya sangre ha
para volver á bailar. bastaría para confundirse. Sin embargo, genios agudos, autores y gorrones, son
de beber. ; Pero que embeleso es ver á
Era infatigable; pero no sncedia lo los mas sagaces se deciden al fio por Jo- la comitiva que los acompaña. Sus úni-
buenos y prudentes administradores, que
mismo con Julia, que apenas se podía lia- llenrieta, cuyo padre era rubio,es cas ocupaciones son j u e g o , música y co-
la cultura de sus tierras la convierten
leuer en píe, y le temblaban las rodillas rubia como e l l a , y se le parece mu- media (I). Está servida su mesa como
co instrumento de sus beneficios, sus
mientras bailaba: era mucha su ternura cho , y en sus ojos tan suaves se retraía en Paris, comeo a la propia hora , les
diversiones y sus contentos ; que des-
para que pudiera estar alegre; se veían cierta terneza de madre todavía mejor presentan los mismos aparatos, hacen
parraman á manos llenas las dadivas de
muchas veces lagrimas de jubito que cor- que en el mirar mas risueño de Clara. las mismas cosas: lo mismo era quedarse,
la Providencia, que apacientan todo
lian de sus ojos; contemplaba como arro- La chica touia un semblante mas respe- porque por muy rico que uno sea y mu-
cuanto cerca t i e n e n , hombres y anima-
bada a su p r i m a , y se complacía en te- tuoso y tiene mas cuenta consigo juoto áoafan que se lome, siempre se padece
les con los bienes en que rebosan sos
nerse por la forastera á quien daban la á Julia, y maquinalmente se sienta mas alguna privación, y no es posiblfrtraerse
trojes, sus b o d e g a s , y sus graneros;
veces á su l a d o , porque Julia tiene mas consigo á Paris todo entero. De suerte
fiesta,y mirar á Clara como el ama de que acumulan en torno de ellos la abun-
veces que decirle. S e ha de confesar qae que esta diversidad que tanto les agrada
la casa que la disponia. Despues de la dancia , y convierten las faenas que los
militan todas las apariencias por la ma- la evitan; nunca siguen mas que un m o -
cena tiré yo unos cohetes que había traí- enriquecen en fiestas continuas! ¿ C o m o
mita; y yo he visto que era este error tan do de vivir, y se fastidian siempre.
d o de la China, y que dieron mucho gus- no ha de ser uno arrastrado de la ilusión
grato para ambas primas, que bien pu- que causan estos objetos? Nuestro siglo
to. Velamos hasta muy adelantada la no-
diera ser alguna vez voluntario, y ba- La contemplación del trabajo rustico y nuestros coetáneos se olvidan, nos
c h e , al fin fue menester separarnos. La ilarse un medio de obsequiarlas. es muy agradable, y no tiene este nada trasportamos al tiempo de los patriar-
señora de Orbe estaba causada ó debía
qae tan penoso sea que mueva á compa- cas ; queremos poner mano nosotros
estarlo, y no quiso Julia que se acostara
Milord, dentro de quince días solo Y. sión. Le hace interesante el objeto de la propios en la o b r a , tener parte en las
mas tarde.
nos faltará a q u í , y cuando esté, pensaré Utilidad publica y privada, y luego es faenas rusticas , y la dicha que con ellas
Poco á poco renace la serenidad, y la primera vocacion del h o m b r e , recuer- está conexa. ¡ O h tiempos de amor v de
con ella el orden. Clara, aunque tan yo mal de cualquier hombre que en lo
restante de la tierra busque virtudes J da al animo una idea grata, y al cora- inocencia , en que eran tiernas y modes-
alegre de g e n i o , sabe , cuando quiere, ran todos los embelesos del siglo. No se tas las mugeres, en que eran sencillos
contentos que aquí no hubiera hallado.
tomar uu tono de autoridad que se da á qoeda fría la imaginación al aspecto de los hombres y vivían contentos! Oh
respetar, y tiene ademas un discernimien- a labranza y la s i e g a , y tiene siempre Raquel, doncella hermosa T con tanta
to y un juicio r a r o , la sagacidad de CARTA VIL
« sencillez de la vida pastoril algo de constancia amada, venturoso aquel que
W o l m a r , la bondad de Julia, y aunque DE SAN PREDS A MILORD EDUARDO- wctaoso. Mírense los prados cubiertos por alcanzarte no sintió catorce años
cu estremo liberal no deja de tener mu- « gentes que cantan tendiendo á secar de esclavitud! Oh blanda alumna de
cho arreglo; de suerte que habiendo en- TRES días hace que pruebo cada no- o verba, y los ganados esparcidos á dis- Noemi, venturoso el buen anciano c u -
viudado tan moza, y quedando encarga- che escribir á V . , pero despues den» tocia: insensiblemente se enternece uno yos pies y corazón calentabas! N o ; nun-
dia laborioso me c o g e el sueño asi qae ¡™ 5 a l , e r porque. Asi todaTÍa alguna vez ca la beldad con mas imperio reina que
da de la curaduría de su bija, no han
entro en el cuarto, y por la mañana al »rozde la naturaleza ablanda nuestros en medio de las rusticas tareas. Alli es-
hecho mas que prosperar entre sus ma-
rayar del dia es menester volver á la ta- ®">s corazones, y aunque la vemos con tan las gracias en su t r o n o , ornadas de
nos los bienes de una y otra; de suerte
rca. lina embriaguez mas suave queh «sentimiento vano, es tan suave que sencillez, de jubilo animadas; alli es n e -
que n o es de temer que bajo sus orde-
del vino sume lo interior de mi alma en este se mezcla siempre cierto deleite.
nes esté la casa menos bien gobernada una turbación deliciosa, y no puedo per-
que antes. Esto proporciona á Julia la der un momeoto de placeres enteramente
satisfacción de entregarse toda entera á nuevos para mí.
la ocupacion que e s mas de su gusto', .(') ^ es'° se h" de añadir la caza;pero la hacén tan cómodamente, que
conviene á saber, la educación de los N o sé que morada pudiera desagradar- I i "¡"ad de
f'"'ga S drl Pero
1uier" tratar aqui este
niños; y no dudo de que se aproveche
me con la sociedad que en esta hallo- '"'Culo de la caza, que ofrece mucho que decir para una nota ; acaso se me
¿ Pero sabe V. porque Cláreos me agrá- ¡"sentará la ocasion en otra parte de hablar de ella.
en estremo llenrieta de todos los afanes
4i
cesario adorarlas aun en despecho nues- tan destinados. La señora de Wolmv
amiga! N o , aun cuándo hubiera sido su para el otro manda coger antes que
tro. Perdone V. , Milord, vuelvo á mi se ba encargado de la recolección, v le
hijo, no le hubiera honrado con mas salga el sol uva tinta, y llevarla despa-
competen la elección de los operarios,
asunto. veras. De verdad no conozco sugeto mas cio al lagar cubierta todavía de las per-
y el orden y distribución del trabajo.
Un mes hace que los calores del oto- recto, mas iugenuo, mas generoso, mas las del rocío para esprimir de ella vino
La señora de Orbe preside á los banque-
ñ o preparaban felices vendimias; con las respetable á todas loces que este buen blanco. Hace vino de agenjos para el
tes de la vendimia y á la soldada de los
primeras heladas les hemos dado prin- caballero. Pero es rara le estravagaucia estomago ( I ) , vino moscatel con varios
jornaleros conforme á la policía esta-
cipio ( 1 ) ; el tostado pampano dejando desús preocupaciones. Desde que está simples. Todos estos diversos vinos tie-
blecida, cuyos estatutos nunca se dero-
descubiertos los racimos hace alarde de cierto de que no puedo ser de su fami- nen su aderezo particular; todas estas
gan aqui. El cargo mío es hacer obser-
los doues del padre L i e o , y parece que lia no hay honra que no me b a g a , v preparaciooes son naturales y s a n a s ;
var eu el lagar las reglas dadas por Jo-
brinda á los mortales á haeerse dueños con tal qnc su yerno no sea , consenti- asi suple por la variedad de terrenos una
lia , cuya cabeza no puede resistir al
de ellos. Cargadas todas las viñas de es- ría de buena gana en concederme toda economica industria, reuniendo en uno
vapor de las cubas, v Clara no ha deja-
te benefico fruto que ofrece el cielo á superioridad. La única cosa que no le solo veinte climas.
d o de darme el parabién de este empleo
los malhadados para que se olviden de puedo perdonar es que cuando estamos
como propio de un bebedor. No puede V. comprender el celo y la
sus miserias, el estrepito de las tinajas, solos se burla algnnas veces del pretenso
de las cubas, de los egrefiases ( 2 ) que Repartidos asi los c a r g o s , el coma» filosofo acerca de sus antiguas lecciones. alegría con que todo esto se hace. Can-
en todas partes se ponen en movimiento, Estas chanzas son para mi muy pesadas, tan , ríen todo el d i a , y eso mas adclauta
oficio para llenar los huecos es el de
el cantar de las vendimiadoras que en vendimiador. T o d o el mundo está-a y siempre las llevo muy á m a l ; pero se el trabajo. Todo vive en la mayor inti-
estas colinas resuena; el traginar conti- pie muy de m a ñ a n a , y nos juntamos ríe de mi enojo y dice : Vamos á matar m i d a d ; todo el mundo es igual y nadie
nuo de los que llevan al lugar la vendi- para ir á las viñas. La señora de Orbe, tordos, que va basta de argumentos. se alza á superior. Las señoras son lla-
mia , el ronco son de los rústicos ins- cuyas ocupaciones nunca satisfacen todi Luego grita al irse: Clara! Clara ! una n a s , las labradoras decentes, los hom-
trumentos que al trabajo los anima; la su actividad tiene ademas á su cargo el buena cena para tu maestro, porque bres chistosos y n o mal hablados. Hav
amable y afectuosa pintura de una g e - avisar y dar reprensiones á los perezo- voy á hacerle coger ganas. Efectivamen- contienda sobre quien cantará las mejo-
neral alegría que en este instante es- s o s , y puedo asegurar que conmigo des- te de su edad corre por las viñas con res letrillas, quien contará los mejores
tendida sobre la faz de la tierra parece; empeña esta comisión con una maligna so escopeta con tanta presteza como y o , cuentos, y quien dirá los mejores chistes.
por fin el velo de niebla que levanta por vigilancia. El barón viejo , mientras qoe y tira mejor sin comparación. Lo qoe La misma unión engendra las alegres
la mañana el s o l , como un telón de tea- estamos trabajando, se pasea con so es- me venga en algo de sus donaires es riñas, y si nos provocamos mutuamente
tro, para descubrir á la vista tan grato copeta, y viene de cuando en cuaodoi que en presencia de su hija n o se atreve es para manifestar cuanto nos fiamos
espectáculo ; todo conspira á darle un sacarme de con las vendimiadoras, pan a chistar, y que la discipulita n o menos unos de otros. No volvemos luego á casa
viso de fiesta, y esta fiesta cada dia e s ir á matar tordos con é l , á lo cual di- respeto pone á sn propio padre que á para hacer de señores; Julia ha hecho
de mas regocijo para la reflexión , con- cen que yo se lo he rogado en secreto, su preceptor. Vuelvo á nuestras vendi- fabricar un cuartito donde se va á ca-
templando que es la única en que hayan mias. lentar el que tiene frío, y que sirve d e
de suerte que poco á poco voy perdiendo
sabido los hombres reunir lo agradable albergue cuando llueve. Comemos c o n
el nombre de filosofo, para graogeard
con lo útil. los labradores y á su hora, lo mismo q u e
de holgazan, que en realidad poco se Ocho dias bace que nos empleamos trabajamos con e l l o s : se come con gusto
diferencia del primero. en este agradable trabajo, y apenas es- su sopa algo grosera pero saludable, y
El señor de Wolmar , cuyas mejores tamos aun 3 la mitad. Ademas de los vi- con escelentes legumbres. No se baee una
tierras en estas inmediaciones consisten Por lo que acabo de decir del Barón nos destinados para la venta y las pro- mofa soberbia de sus trazas de l e r d o s ,
eu pagos de viña, ha hecho de antemano verá V. que es sincera nuestra reconei- visiones ordinarias que n o exigen otra y SHS cumplidos á lo patan; para que no
todos los preparativos necesarios. Las liaciou, y que tiene motivo Wolmar pa- diligencia que el coger la uva con cui- estén incómodos se les habla sin afec-
cubas, el lagar, la b o d e g a , las pipas ra estar satisfecho de su ultima prue- dado. la benefica hada prepara otros tación. No pierden ellos ninguna de es-
s o l o aguardaban el suave licor á que es- ba (3). ¡ Vo aborrecer al padre de mi mas delicados para nuestros bebedores, tas condescendencias, y las agradecen ;
y ayudo yo á las operaciones magicas y cuando ven que quieren sus superiores
(1) La vendimia se hace muy tarde en el pais de Vaud, porque la prin- de que be hablado á V. para coger en deseender con ellos de su clase se que-
cipal cosecha es de vino blanco, y le es provechosa la helada. 00 mismo viñedo vinos de todos los dan con mas gusto ellos en la suya. Para
( 2 ) Especie de pipote muy grande del pais. paises. Para este hace enroscar los ra- comer se traen los n i ñ o s , y pasan en la
cimos cuando están maduros, y los deja viña lo demás del dia. ¡Con que gozo los
( 3 ) Mas bien se entenderá esto con el siguiente trozo de una carta deJrn
pasarse al sol en la cepa; para aquel ven llegar nuestros buenos aldeanos! Oh
que no se halla en esta coleccion:
hace despejar las u v a s , y escoger los bienaventurados niños! dicen estrechan-
••Esta era, me dijo JVolmar cogiéndome aparte, la segunda prueba <¡k
granos antes de echarlos en los cestos;
le tenia yo destinada. Si no hubiera halagado a tu padre, me habría
confiado de él. ¿Pero como se conciertan, le dije , esos halagos y tu, prutbt
con la antipatía que tú mismo entre los dos has notado ? Esa^ antipatía, ' eo <]"e serán muy amigos, y se tratarán con gusto , y asi desde este instante
replicó , no subsiste ya.- las preocupaciones de tu padre han hccho a San Pros hago de él entera confianza.»
todo cuanto mal le podían hacer ; ya no tiene nada que temer , y no las abor-
(1) En Suiza beben mucho vino de agenjos, y como generalmente lasyer-
rece , sino que se conduele de ellas. El Barón por su parte no le teme yo, . de 1°" Alpes tienen mas virtud que las de los llanos, hacen mas uso de
tiene buen corazon, conoce que le ha hecho mucho mal, y le tiene lasún" "•fusiones.
yo seré de V . , yo educaré á sus hij«. mar, en lo intimo de mí corazon llevo razón, y señalaba abiertamente este dia
CARTA VU1. El mayor de los tres educará á los otros grabadas todas las lecciones de V . , pero como el primero de mi vida en qne no
dos. ¡Con que ardor lo he deseado! ¿ porque para saber hacerlas útiles no se podían avergonzar conmigo ni V.: ni
DÉ SAN PREUX AL S E X P R DE VTOLMAR.
cuanto aumenta mis afanes para corres- llevo también conmigo su sabiduría ? Ab, ella, ni nada de cuanto amo.
ponder á los de V. la esperanza de que si un dia puedo ver á Eduardo feliz, si
DISFRUTE V. querido Wolmar del Habia temido milord Eduardo que
me crea digno de este cargo! cuantas conforme á su proyecto y al de V. nos
fruto de sus afaDes, y reciba los home- fuese la despedida sobrado tierna , r
veces me atreví á mostrar acerca de esto reunimos todos para no volvernos á se-
najes de un corazon apurado que con queríamos irnos sin ser vistos; pero
á Julia mis deseos ! con cuanta satisfac- parar, ¿ que deseo me queda que formar?
tanto trabajo ha hecho digna ofrenda mientras que todos estaban aun durmien-
ción interpretaba muchas veces como Uno solo, cuyo logro ni de V., ni de mí,
suya. Nunca un hombre acometió tan do no pudimos frustrar la vigilante amis-
propicias á mí las razones de V. y las ni de nadie en el mundo pende,sino de
alta empresa; nunca un hombre probó tad de V. Al ver entreabierta su puerta
de ella ! Pero aunque agradecía mi celo, aquel que debe una recompensa á las
lo que V. ha ejecutado. Nunca nna alma y su doncella de centinela; al ver.que
y aprobaba al parecer mis deseos, nun- virtudes de Julia, y cuenta para darles
sensible y agradecida sintió lo que V. me venia V. hacia nosotros; al eutrar, en
ca la vi adoptar de tal modo mis ideas digna paga los beneficios de su marido.
ha inspirado. I,a roía habia perdido su su cuarto y hallar una mesa con .té: la
elasticidad, su vigor y su ser, y V. me que me atreviese á esplicarmesin rebozo analogía de las circunstancias me hizo'
los ha restituido. Estaba muerto para las ninguno. Conocí que era menester me- CARTA IX. pensar eu otros tiempos, y comparando
virtudes como para la felicidad, v le recer esta honra sin solicitarla y esperaba con esta partida la otra cuya memoria
debo la vida moral que siento renacer de ella v de V. esta prenda de estima- BE S A N P R E D X A L A S E Ñ O R A D E O R B E . me acordaba , me seotí tan distinto de

en mí. ¡ O h bienhechor m í o , ó padre ckm y confianza. No se me han frustrado ¿DONDE está V. encantadora prima? lo que entonces era, que dándome el pa-
mío ! dándome todo entero á V. no pue- mis esperanzas, y crean Vds., amigos donde está V. confidente amable de este rabién de que fuera testigo Eduardo de
do , como al mismo D i o s , ofrecerle mas míos, que tampoco frustraré yo las sutás. flaco corazon que por tantos motivos es esta diferencia, me prometí hacer de
que las dadivas que le debo. suyo, y que tantas veces ha consolado ? manera que olvidara en Milán la indig-
Sabe V. queá consecuencia de nues- Venga V. á que vierta yo hoy en él la na escena de Besanzon. Nunca me habia
¿ He de confesar á V. mi flaqueza y tras conversaciones sobre la educación confesíou de mi postrer error. ¿ No per- sentido con tanto denuedo; me afanaba
mis temores? Hasta ahora siempre he de sus hijos habia yo hecho algunos tenece siempre á V. el purificarle ? y en mostrarlo; bacia alarde cerca de V.
desconfiado de mí. No hace ocho dias apuntes de ideas que me habían ocurri- sabe afearse las culpas que con V. ha de una fortaleza cual nunca me babia
que me he avergonzado de mi corazon, do , y que V. aprobó. Desde mí partida confesado ? N o ; yo no soy ya el mismo, visto, y me gloriaba al dejarla de mos-
y he creído perdida toda la bondad de he hecho nuevas reflexiones sobre U y á V. se le debe esta transformación; V. trarme un instante en su presencia tal
V; ? momento crudo y de desaliento para materia , y todo lo he reducido á una ta hecho en mí un nuevo corazon que cual iba á ser. Esta idea me daba nue-
la virtud I Gracias al cíelo y gracias á V. especie de sistema que comunicaré á Y. le ofrece sus primicias, pero no me vos bríos , me fortalecía con la estima-
se ba ido para mas no volver. No sola- cuando le haya digerido mas bien para creeré libre del que dejo hasta haberle ción de V., y. acaso le hubiera dicho á
mente me creo sano porque me lo dice V. que le examine despacio. Hasta despoes depositado en sus manos. Reciba V. que Dios sin humedecerse mis ojos, si sus
sino porque lo siento yo. No necesito de nuestro arribo en Roma no espero le vio nacer sus últimos suspiros. lagrimas que por mis mejillas corrían
que responda V. de m í , que me ha que esté en estado de que V. le lea. no hubieran forzado las mías á confun-
puesto en estado de responder de mí Este sistema empieza donde concluye d ¿ Lo hubiera V. pensado ? el instante dirse con ellas.
propio. Ha sido menester separarme de de Julia, ó mas bien es su continuación en que de V. rae separé ha sido el que
ella y de V. para saber lo que podía V desarrollo; porque todo consiste en mas satisfacción me ha causado en toda Me partí lleno el corazon de todas
yo ser sin su apoyo. Lejos de los sitios no estragar al hombre de la naturaleza mi vida. Convertido de mis dilatados es- mis obligaciones, especialmente pene-
que habita ella aprendo á perder el mie- cuando se le hace propio para la so- travios fijaba para este punto la época trado de las que me impone la amistad
do de acercarme á su morada. ciedad. tardia en que volvía á la carrera del de V. y resuelto de veras á gastar lo
cumplimiento de mis obligaciones, em- que me queda de vida en merecerla. Pa-
Escribo á la señora de Orbe las cir- He recuperado mi razón por los es- pezaba en fin á pagar las inmensas deu- sando Eduardo la revista de todos mis
cunstancias de nuestro viaje, y no se meros de V . ; ahora libre y sano de co- das
de la amistad, abandonando tan yerros, me presentó á la vista una pin-
las repetiré á V. Quiero que sepa V. razon me siento amado de todo cuanto cara mansión pnr seguir á un bienhe- tura nada halagüeña, y por su justo ri-
todas mis flaquezas, pero no tengo va- yo a m o , se me presenta el mas hala- chor, á un sabio que fingiendo que ne- gor en vituperar tantas flaquezas cono-
lor para decírselas. Amado Wolmar, güeño tiempo venidero ; y debería ser cesitaba de los desvelos inios quería pro- cí que poco temor de imitarlas tenia. No
este es mí ultimo yerro, ya me siento deliciosa mi situación , pero está escrito bar el efecto de los suyos. Cuanto mas obstante fingía estos temores; me ha-
tan distante de él, que le contemplo conqnc no be de tener nunca sereno el ani- dolorosa era para mí esta partida, mas blaba inquieto de su viaje á Roma , y de
orgullo; pero está todavia tan cerca la mo. Al acercarse el termino de nuestro ufano me ponía tamaño sacrificio. Des- las indignas conexiones que allá contra
época qnc no puedo confesarle sin ru- viaje veo la época de la suerte de mi pués de haber malgastado la mitad de su voluntad le arrastraban; pero sin
bor. V. que perdonar mis desearnos su- ilustre amigo , y yo soy quien debo por mi vida en dar pábulo á una desventu- dificultad juzgué que abultaba sus pro-
po ¿ como no me ha de perdonar la decirlo asi decidirla. ¿Sabré hacera'« rada pasión , dedicaba la otra á justifi- pios riesgos para ocuparme mas en los
vergüenza que se ha originado de mí menos una vez por él lo que tantas ve- earla , y á tributar en mis virtudes ho- míos, y apartarme mas de aquellos á
arrepentimiento ? ces él hizo por roí? sabré desempeñar menaje mas digno á aquella, á quien que estaba yo espuesto.
dignamente la mayor y mas importante •anto tiempo consagré el de todo mi CO-
Nada falta ya para mi felicidad; todo obligación de mí vida? Querido Wol-
me lo ha dicho Milord. Querido amigo.
yo seré de V . , yo educaré á sus hij«. mar, en lo intimo de mi corazon llevo razón, y señalaba abiertamente este dia
CARTA VU1. El mayor de los tres educará á los otros grabadas todas las lecciones de V . , pero como el primero de mi vida en qne no
dos. ¡Con que ardor lo he deseado! ¿ porque para saber hacerlas útiles no se podían avergonzar conmigo ni V.: ni
DÉ SAN PREUX AL S E Ñ P R DE WOLMAR.
cuanto aumenta mis afanes para corres- llevo también conmigo su sabiduría ? Ab, ella, ni nada de cuanto amo.
ponder á los de V. la esperanza de que si un dia puedo ver á Eduardo feliz, si
DISFRUTE V. querido Wolmar del Habia temido milord Eduardo que
me crea digno de este cargo! cuantas conforme á su proyecto y al de V. nos
fruto de sus afanes, y reciba los home- fuese la despedida sobrado tierna , y
veces me atreví á mostrar acerca de esto reunimos todos para no volvernos á se-
najes de un corazon apurado que con queríamos irnos sin ser vistos; pero
á Julia mis deseos ! con cuanta satisfac- parar, ¿ que deseo me queda que formar?
tanto trabajo ha hecho digna ofrenda mientras que todos estaban aun durmien-
ción interpretaba muchas veces como Uno solo, cuyo logro ni de V., ni de mí,
suya. Nunca nn hombre acometió tan do no pudimos frustrar la vigilante amis-
propicias á mí las razones de V. y las ni de nadie eu el mundo pende,sino de
alta empresa; nunca nn hombre probó tad de V. Al ver entreabierta su puerta
de ella ! Pero aunque agradecía mi celo, aquel que debe una recompensa á las
lo que V. ha ejecutado. Nunca nna alma y su doncella de centinela; al vcisque,
y aprobaba al parecer mis deseos, nun- virtudes de Julia, y cuenta para darles
sensible y agradecida sintió lo que V. me venia V. hacia nosotros; al eutrar, en
ca la vi adoptar de tal modo mis ideas digna paga los beneficios de su marido.
ha inspirado. La mía habia perdido su su cuarto y hallar una mesa con .te: la
elasticidad, su vigor y su ser, y V. me que me atreviese á esplicarmesin rebozo analogía de las circunstancias me hizo'
los ha restituido. Estaba muerto para las ninguno. Conocí que era menester me- CARTA IX. pensar eu otros tiempos, y comparando
virtudes como para la felicidad, v le recer esta honra sin solicitarla y esperaba con esta partida la otra cuya memoria
debo la vida moral que siento renacer de ella v de V. esta prenda de estima- BE S A N P R E D X A L A S E Ñ O R A D E O R B E . me acordaba , me seotí tan distinto de

en mí. ¡ O h bienhechor m í o , ó padre ción y confianza. No se me han frustrado ¿DONDE está V. encantadora prima? lo que entonces era, que dándome el pa-
mió ! dándome todo entero á V. no pue- mis esperanzas, y crean Vds., amigos donde está V. confidente amable de este rabién de que fuera testigo Eduardo de
do , como al mismo D i o s , ofrecerle mas míos, que tampoco frustraré yo las suvas. flaco corazon que por tantos motivos es esta diferencia, me prometí hacer de
que las dadivas que le debo. suvo, y que tantas veces ha consolado ? manera que olvidara en Milán la indig-
Sabe V. queá consecuencia de nues- Venga V. á que vierta yo hoy en él la na escena de Besanzon. Nunca me habia
¿ He de confesar á V. mi flaqueza y tras conversaciones sobre la educados confesion de mi postrer error. ¿ No per- sentido con tanto denuedo; me afanaba
mis temores? Hasta ahora siempre he de sos hijos habia yo hecho algunos tenece siempre á V. el purificarle ? y en mostrarlo; bacia alarde cerca de V.
desconfiado de mí. No hace ocho dias apuntes de ideas que me habian ocurri- sabe afearse las culpas que con V. ha de una fortaleza cual nunca me babia
que me he avergonzado de mi corazon, do , y que V. aprobó. Desde mi partida confesado ? N o ; yo no soy ya el mismo, visto, y me gloriaba al dejarla de mos-
y he creido perdida toda la bondad de he hecho nuevas reflexiones sobre U y á V. se le debe esta transformación; V. trarme un instante en su presencia tal
V; ? momento crudo y de desaliento para materia , y todo lo he reducido á una ha heebo en mí un nuevo corazon que cual iba á ser. Esta idea me daba nue-
la virtud I Gracias al cielo y gracias á V. especie de sistema que comunicaré á Y. le ofrece sus primicias, pero no me vos brios , me fortalecia con la estima-
se ha ido para mas no volver. No sola- cuando le haya digerido mas bien para creeré libre del que dejo hasta haberle ción de V., y. acaso le hubiera dicho á
mente me creo sano porque me lo dice V. que le examine despacio. Hasta despues depositado en sus manos. Reciba V. que Dios sin humedecerse mis ojos, si sus
sino porque lo siento yo. No necesito de nuestro arribo en Roma no espero le vio nacer sus últimos suspiros. lagrimas que por mis mejillas corrían
que responda V. de m í , que me ha que esté en estado de que V. le lea. no hubieran forzado las mías á confun-
puesto en estado de responder de mí Este sistema empieza donde concluye d ¿ Lo hubiera V. pensado ? el instante dirse con ellas.
propio. Ha sido menester separarme de de Julia, ó mas bien es sn continuados en que de V. rae separé ha sido el que
ella y de V. para saber lo que podía y desarrollo; porque todo consiste es mas satisfacción me ha causado en toda Me partí lleno el corazon de todas
yo ser sin su apoyo. Lejos de los sitios no estragar al hombre de la naturaleza mi vida. Convertido de mis dilatados es- mis obligaciones, especialmente pene-
que habita ella aprendo á perder el mie- cuando se le hace propio para la so- travios fijaba para este punto la época trado de las que me impone la amistad
do de acercarme á su morada. ciedad. tardia en que volvía á la carrera del de V. y resuelto de veras á gastar lo
cumplimiento de mis obligaciones, em- que me queda de vida en merecerla. Pa-
Escribo á la señora de Orbe las cir- He recuperado mi razón por los es- pezaba en fin á pagar las inmensas deu- sando Eduardo la revista de todos mis
cunstancias de nuestro viaje, y no se meros de V . ; ahora libre y sano de co- das de la amistad, abandonando tan yerros, me presentó á la vista una pin-
las repetiré á V. Quiero que sepa V. razon me siento amado de todo cuanto cara mansión por seguir á un bienhe- tura nada halagüeña, y por su justo ri-
todas mis flaquezas, pero no tengo va- yo a m o , se me presenta el mas hala- chor, á un sabio que fingiendo que ne- gor en vituperar tantas flaquezas cono-
lor para decírselas. Amado Wolmar, güeño tiempo venidero ; y debería ser cesitaba de los desvelos mios quería pro- cí que poco temor de imitarlas tenia. No
este es mí ultimo yerro, ya me siento deliciosa mi situación , pero está escrito bar el efecto de los suyos. Cuanto mas obstante fingia estos temores; me ha-
tan distante de él, que le contemplo conqnc no he de tener nunca sereno el ani- dolorosa era para mí esta partida, mas blaba inquieto de su viaje á Roma , y de
orgullo; pero está todavia tan cerca la mo. Al acercarse el termino de nuestro ufano me ponía tamaño sacrificio. Des- las indignas conexiones que allá contra
época qnc no puedo confesarle sin ru- viaje veo la época de la suerte de n» pués de haber malgastado la mitad de su voluntad le arrastraban; pero sin
bor. V. que perdonar mis descarríos su- ilustre amigo , y yo soy quien debo por mi vida en dar pábulo á una desventu- dificultad juzgué que abultaba sus pro-
po ¿ enmo no me ha de perdonar la decirlo asi decidirla. ¿Sabré hacer al« rada pasión , dedicaba la otra á justifí- pios riesgos para ocuparme mas en los
vergüenza que se ha originado de mi menos una vez por él lo que tantas ve- cela , y á tributar en mis virtudes ho- mios, y apartarme mas de aquellos á
arrepentimiento ? ces él hizo por roí? sabré desempeñar menaje mas digno á aquella, á quien que estaba yo espuesto.
dignamente la mayor y mas importante •anto tiempo consagré el de todo mi CO-
Nada falta ya para mi felicidad; todo obligación de mi vida? Querido Wol-
me lo ha dicho Milord. Querido amigo.
que iha montarlo en un caballo malo se mia disfrutaba ? Y lloraba! y me repit. los ojos á ella , y ya no la vi. Vi á Juliaperturbado, y que no seria fácil des-
caí ó de el, y se hizo una leve coutusion taba por digno de compasión!.... v se en su lugar; la v i , la reconocí, aunque truir esta impresión, mudó de estilo.
eir la cabeza ; mandóle sangrar sn amo, atrevía á llegar la tristeza basta mí!... tenia cubierto de un velo el rostro. Dov No merece V. ni mi amistad , ni mi esti-
y se quiso quedar allí aquella noche. ¿ Pues que haré hoy que todo lo be po- on grito, precipitóme á descorrer el ve- mación ; si por mi lacayo me hubiera to-
Habiendo comido temprano montamos á seído.... y todo lo he perdido?... Bien lo, y no podia llegar á é l ; tendia los mado la cuarta parte del afan que porV.,
caballo para ir á ver la salina de lie*; y merecida tengo mi miseria , pues tan brazos, me atormentaba, y no tocaba le hubiera hecho hombre; pero V. no es
como tenia Milord razones particulares mal supe sentir mi dicha Entonces nada. Amigo , calmate , me dijo con voz nada. Ah! Ic dije, es mucha verdad , to-
para que le interesara este examen, to- llorabas. ... ¡ llorabas , desventurado !,... Saca; el tremendo velo me encubre; v do cuanto bueno en mí había venia de
mé yo las dimensiones y los diseños del ahora no lloras^... ni siquiera tienes de- nínguna mano le puede descorrer. Al ella ; va no la be de volver á ver y no
edificio de graduación, y no volvimos á recho a llorar... Ojala fuera muerta ! me oír esta voz me agito , hago nuevo es- soy nada. Se sonrió y me dió un abrazo.
entrar en Viilauueva hasta la noche. atreví á cselamar en nn rebato de furor! fuerzo ; este esfuerzo me despierta, y Sosiegúese V . , me dijo , que mañana
Despues de cenar razonamos bebiendo s í , menos desdichado fuera y o ; me atre- me hallo en mi cama agobiado de la tendrá juicio; yo me encargo de todo.
punrh, y velamos hasta muy tarde. En- vería á entregarme á raí dolor; abraza- litiga , y bañado en sudor y en lagri- Mudando luego de conversación me pro-
ría sin remordimiento su fria tumba; mas. puso que nos partiésemos, y yo vine en
tonces me dijo las funciones que de
mí se habían fiado, y las disposiciones seria mí sentimiento digno de ella ; di- ello. Engancharon los caballos y nos ves-
En breve se disipa mi susto, y me
ria : oye mis gritos, ve mis llantos, la timos. Al entrar en la silla de posta, di-
tomadas para poner este designio en aduerme el cansancio; el propio sueno
mueveo mis gemidos , aprueba y recibe íf> Milord una palabra al oído del posti-
practica. Puede V. considerar que efecto escita en mí las mismas agitaciones, des-
mi pnro homenaje... A lo menos tendría llón y nos partimos.
eo mi haría esta noticia ; semejante con- pierto, y me duermo por la tercera vez.
la esperanza de reunirme con ella... Pe-
versación no infundia sueño: fué preci- Siempre este lugubre espectáculo , siem- Andabamos sin hablarnos palabra , v
ro vive y es feliz... vive, y es muerte
so sin embargo acostarme al fin. pre este mismo aparato de muerte; estaba yo tan preocupado con mi fatal
mia su vida, y suplicio mió su felicidad,
Al entrar en el aposento qne para mí siempre este impenetrable velo huye de sueño, que nada veia ni oía, y ni s i -
y despues de habérmela quitado el cielo
estaba destinado conocí que era el mis- mis maoos , v esconde á mis ojos el mo- quiera puse atención en que el lago que
hasta del contento de llorarla me pri-
mo que otro tiempo había ocupado cuan- ribundo objeto que encubre. estaba antes á mí mano derecha se ha-
va... Vive, pero no para mí; vive para
do' iba á Sion. A su aspecto sentí una mi desesperación, y estoy cien veces AI despertar la postrer vez era tan llaba á la izquierda. El ruido del empe-
impresión que apenas puedo csplicar. mas distante de ella que si viva no fuese. riolento mi susto que no pude vencerle drado fué el que me sacó de mí letargo,
Tal fué el vuelco que me dió el cora- estando despierto. Arrojóme de la cama y me hizo ver con un asombro que con
zón , que creí que volvía á ser lo que Acostóme con estas tristes ideas que so saber lo que me hacia, y empiezo á facilidad puede V. comprender que en-
entonces era; borráronse de repente durante mi sueño me siguieron, y le dar paseos por el aposento, asustado trabamos en Clarens. A trescientos pasos
diez anos de mi vida , y se olvidaron llenaron de imágenes funerales. En mis como un niño por las tinieblas de la de la verja hizo parar Milord, y tomán-
todas mis desventuras. Áb ! esta ilusión sueños se retrataron los acerbos que- noche, creyendo que me veía cercado dome aparte. Ya ve V . , me dijo, mi
brantos, el desconsnelo y la muerte, y de fantasmas, y resonando aun en mis proyecto que no necesita esplicacion. Va-
fué momentánea, y el segundo instante
todos los males que había padecido re- oídos la lastimera v o z , cuyo sonido nun- ya V. visionario , añadió apretándome la
me tornó mas pesada la carga de todos
cobraban á mi vista cien nuevas formas ca sin emocíon he escuchado. Cuando mano, vaya á verla. Feliz en que no vean
mis antiguos quebrantos. ¡ Que tristes empezó el crepúsculo á aclarar los obje- las locuras de V. sino personas que le
que mis tormentos reiteraban. Un sneüo
reflexiones á este encantamiento prime- tes, no hizo mas que trasforraarlos al quieren, dese V. priesa, que aqui le
especialmente, el mas crudo de todos, se
ro se siguieron! que dolorosas compa- obstinaba en perseguirme, y de fantasma antojo de mi turbada imaginación. Do- aguardo, pero sobre todo no vuelva sin
raciones en mi espíritu se presentaron ! en fantasma todas las confusas aparicio- blóse mi susto y me privó de la razón; haber rasgado ese velo fatal tejido en su
Embelesos de la juventud lozana , deli- nes se coneluian siempre con esta. habiendo con mucho trabajo dado con cerebro.
cias de los primeros amores, ¿ porque h puerta, me huyo de mi cuarto, entro
todavía os rctrataís á este corazon abru- Creí que veía á la digna madre de la azorado en el de Eduardo, abro las cor- Que podía decir? Fuíme sin dar res-
mado de pesares, y cargado de sí pro- amiga de V. en su lecho moribunda,yá tinas de su cama , y me arrojo sobre puesta. Eché á andar con pasos presuro-
pio ? ¡Ob tiempo, venturoso tiempo, su hija de rodillas ante ella desecha en día gritando sin aliento : todo se acabó, sos que se tornaban mas lentos á medida
ya no existes! Yo amaba v era amado. llanto, besando su mano y recibiendo »onca la volveré á ver. Despierta so- que me iba acercando á la casa. ¿ Que
En la paz de la inocencia me entregaba sus últimos suspiros. Volví á ver esta bresaltado , echa mano á las armas cre- personaje iba á representar ? como me
escena, que me pintó V. otro tiempo y jeudose embestido por un ladrón. Al habia de atrever á presentarme? con
á las glorias de nn amor recíproco, y
que nunca saldrá de mi memoria. ; Oh instante me c o n o c e , yo mismo me re- que pretexto daría color á este no pre-
paladeaba con luengos tragos el delicio-
madre m i a , decía Julia con un tono conozco, y por la segunda vez de mi vida visto regreso ? con que cara alegaría
so afecto que me daba vida. Mí corazon que traspasaba el corazon , la que debe oe hallo en su presencia con la confu- mis ridiculos temores y aguantaría las
le embriagaba el dulce vapor de la es- a V. la vida se la quita! Ah! llevese Y. sión que se puede V. imaginar. miradas de desprecio del generoso Wol-
peranza , y absorbía todas mis facultades su d o n , que sin V. es para mí un doo mar ? cuanto mas rae acercaba mas pue-
un éxtasis , un rapto, un delirio. Ah ! funesto. Hija mia, respondió su tierna riles mis sustos me parecían, y mas ridi-
en las rocas de Meillerie, en mitad del Hizo que me sentara, que me sosega-
madre... es preciso sujetarse á la suer- cula mi estravagancia. ¡So obstante, to-
invierno y los hielos, con horrorosos ra y hablara. Luego que supo de que se
te... . Dios es justo tú también seras davía me agitaba un funesto auspicio, y
abismos delante de los ojos, ¿que ser en trataba quiso chancearse del suceso;
pero viendo que estaba yo en estremo no me sentía sosegado. Caminaba siem-
el mundo uua suerte comparable á la madre... No pudo acabar. Quise alsaf 4-2
pre, aunque despacio, cuando habiendo gue ya mi corazon a una de o t r a , ni se- venido á hacer. Ha tenido V. vergüenza venirse á establecer con nosotros. Luego
va llegado cerca del patio oi abrir y para las inseparables. de que le vieran, y debería haberla te- que haya tomado ahí su determinación y
cerrar la puerta del F-liseo. No viendo Antes de ayer llegamos .i Milán , y sa- nido de no haberse atrevido a presentar- queesté resuelto su corazon, vuelvan Vds.
salir á nadie di la vuelta por fuera, y limos pasado mañana. Dentro de ocho se , como si la satisfacción de ver á sus ambos dichosos y de fijo, que es el anhelo
fui por la orilla costeando la pajarera, dias pensamos estar en B o m a , donde es- amigos no borrase veinte veces la corta de la comunidad, y especialmente el de
en cuanto me fué posible. Luego conocí pero hallar a nuestro arribo noticias de V. desazón de sus burlas. ¿ No era mueba su amiga
<]iie se acercaba gente. Poniendo atenta- ¡ Cuanto ansio por ver estas dos asom- fortuna para V. el venir con su facha
mente el oido las oí hablar i Vds d o s , brosas personas, que hace tanto tiempo despavorida á darnos que reir un rato ? Clara ¡te Orbe.
v sin que me fuera posible entender ni que perturban el sosiego del mejor de Bien está, yo no hice burla de V. enton-
P. D . Si es cierto que nada ha oido V.
•una palabra, encontré en el metal de los hombres. ¡ O Julia, ó Clara! seria ces , pero ahora hago mucha mas; aun-
de nuestra conversación en el Eliseo eso
su voz de V. n o sé que desmayado y menester una igual á vosotras para en- que no tengo tanta gana de rcir porque
mejor acaso e s para V . , porque sabe que
tierno que me causó mueba e m o c i o n , cargarse de su felicidad. estoy privada del gusto de verle rabiar.
soy muy lista para ver las personas sin
v en el de ella un acento afectuoso y
Por desgracia hay otra cosa p e o r , y que las personas me v e a n , v muy mali-
snave como acostumbra, pero sereno y
CARTA X . es que me agitan ahora todos sus temo- ciosa para hacer rechifla de los que en
apacible, que al instante me hizo vol-
res de V. sin que á su ejemplo me haya atisbo se ponen.
ver en mí, y que fué el verdadero des- D E LA SEÑORA DE ORBE A SAN PRECX.
sosegado. Este sueño tiene nn no sé que
pertador de mi sueño.
TODOS esperábamos con ansia noticias horroroso que me asusta y me entristece CARTA XI.
Incontinente me sentí mudado de ma- de V., y no necesito decir cuanta satisfac- contra mi voluntad. Al leer la carta de V?
nera que me burle de mí propio y de ción han cansado en la comunidad SE desaprobaba sus temores, al acabarla he D E L S E Ñ O R D E W O L M A R A S A N P R E U X .
mis vanos temores. Pensando que solo cartas; pero lo que no adivinará V. tan desaprobado su confianza. No e s posible
ESCP.IBO Á milord Eduardo, y le ha-
tenia que atravesar un vallado y algunas fácilmente es que de toda la casa, yo soj entender porque estaba V. entonces tan
blo de V. tan por cstenso, que no me
zarzas para ver lleua de vida y salud a la que menos gusto con ellas he tenido. conmovido, ni porque se ba quedado tan
queda que hacer otra cosa en esta que
la que babia creído que no volvería ja- T o d o s han sabido qne babia V. pasado tranquilo. ¿ P o r que rareza ha conserva-
remitirle á la que á él le dirijo. Su carta
mas á v e r , adjuré por siempre mis te- con felicidad los Alpes, y yo he pensado do V. l o s mas tristes anuncios hasta el
de V. exigiría de mi parte una restitución
mores, mi susto, mis quimeras, y me que se hallaba V. mas allá. instante en que pudo desvanecerlos y n o
de cumplidos, pero llamarle á mi familia,
determiné sin dificultad á volver á par- ba querido? Un paso , un g e s t o , una pa-
En cuanto á la narración que V. me tratarle como hermano y a m i g o , hacer
tir sin verla siquiera. Clara, se lo ju- labra, ya se concluia todo. S e habia s o -
h a c e , n o hemos dicho nada de ella al una hermana suya de la que fué su aman-
ro á V . , no solo n o la v i , pero me bresaltado V . sin razón, y lo mismo se
Barón, y á todo el mundo he omitid» t e , entregarle la autoridad paternal en
volví ufano con no haberla visto, con no ha tranquilizado, pero me ha pegado el
algunos soliloquios muy inútiles. El se- mis hijos, fiarle mis derechos despues de
haber sido flaco y crédulo hasta el fin, susto que ya no tiene ; y resulta que n o
ñor de Wolmar ha tenido la bondad de haber usurpado los suyos; estos son los
y con haber hecho a lo menos al amigo habiendo tenido fortaleza, una vez en su
no hacer otra cosa que reírse de V.; pe- cumplidos de que he creido que era V .
de Eduardo el honor de que fuera supe- vida la ha tenido á costa mia. Desde la
ro Julia no se ha podido acordar de los digno. Si por su parte justifica V. mis
rior á un sneño. fatal carta no me deja una opresion de
postreros instantes de su madre sin nne- afanes y mi conducta, me teudrépor muy
corazon, no me acerco á Julia sin que
v o sentimiento y nuevas lagrimas. Dd elogiado. He procurado lionrar á V. con
Esto e r a , querida prima, lo que tenia tiemble de perderla, cada instante me
sueño de V. solo ha notado lo que refres- mi estimación; hónreme V. con sus vir-
que decir á V. y esta la postrera confe- figuro en su rostro la amarillez de la
caba su-dolor. tudes : cualquier otro elogio debe dester-
sión que por hacerle me qnedaba. Las aucrte, y esta mañana teniéndola estre-
rarse entre nosotros.
circunstancias de lo demás de nuestro Yo por mí le diré á V . , mi querido chada en mis brazos corrían mis lagri-
viaje ningún Ínteres ofrecen; bastame maestro , que lo que mas estraño es verle mas sin saber porque. Ese velo! ese ve- Lejos de cstrañar que haya herbó i m -
con protestar á V. que desde entonces no en admiración continua de sí propio, lo!... no sé que siniestro tiene que me presión en V. un sueño, no veo porque
solo está Milord satisfecho conmigo, sino siempre dando cima á algún disparate» quila el sosiego cada vez que lo pienso. tanto se culpa de haber cedido á ella.
que yo propio lo estoy todavía mas, por- siempre empezando á tener juicio; por- No, no puedo perdonar a V. el haberle Pareceme que para un hombre sistemáti-
que conozco mi cura radical mucho me- que hace mucho tiempo que pasa su vida podido descorrer y no hacerlo, y me te- co poco asunto es un sueño mas ó írtenos.
jor que él la puede ver. Por temor de echándose en cara el dia de ayer, y dán- mo mucho que no be de tener de hoy
Pero de lo que yo le culparía á V . u o
dejarle nna inútil desconfianza le b e c a - dose el parabién del de mañana. mas un instante de gusto hasta que le
tanto seria del efecto de su sueño c o m o
llado que n o las habia á Vds. visto. Cuan- vuelva á ver al lado de ella. Pero c o n -
También confieso que ese grande es- de la naturaleza de este, y por un moti-
do me preguntó si estaba descorrido el fiese V. que despues de hablar tanto tiem-
fuerzo de animo, que estando tan cerca vo muy distinto del que pudiera V. p e n -
velo se lo afirmé sin vacilar un p u n t o , po de filosofía, al fin se ha mostrado filo-
de nosotros le hizo á V. volverse como sar. Diceu q u e un antiguo tirano mandó
y no hemos hablado mas del lance. S í , sofo muy fuera de sazón. A h , sueñe V. y
se habia venido, no me parece tan por- quitar la vida á un hombre, porque ha-
prima, rasgado está para siempre el velo tea a sus amigos, que vale mas que huir
tentoso, y le hallo menos juicioso qne bia soñado que le daba puñaladas. Acuér-
que mi razón tenia ofuscada, apagados de ellos y ser sabio.
Vano; porque, todo bien examinado, mas dese V. del motivo que para esta muerte
todos mis inquietos raptos, veo todas mis a l e g ó , V baga la aplicación á sí mismo.
quisiera menos fuerza con alguna mas
obligaciones, y las amo. A entrambas Vds.
las quiero mas que nunca, pero no distin-
razón. Acerca de este modo de irse le Por la carta de Milord al señor de ¡ Q u e ; va V. á decidir la suerte de su .
pudiéramos preguntar á V. que bata \\ oliaar parece que piensan de veras en antiguo amigo y picosa en sus amores 1
Sin las conversaciones de la noche an- prirnir mis importunidades dándome j|. tocarle en lo vivo me responde con sen- quefiez, y casi no se puede atacar, en
terior nunca le hubiera perdonado á V. gun sobresalto, afectó mas fineza q« tencias y cree qne mo ha refutado ; si vez de que es inseparable de la g e n e r o -
ese sueño. Piense V. por el dia en lo la que á Laura presumía tenerle. ¿ Qk insisto se enoja , toma un tono que d e - sidad el amor verdadero y que con esta
que tiene que hacer en Roma, y pensará diré á V. boy? continua en mostrarse bería siempre ignorar un a m i g o , y á que siempre puede ser combatido. He tentado
menos por la noche en lo que sucedió tan fino, pero ahora es sin afectacioo. no sabe responder la amistad. Crea V. este medio indirecto, y no estoy deses-
en Vevay. Exhausto su corazon con tantas lides, se que en este lance no soy ni timido ni peranzado del logro. Parece uu remedio
La Paca está mala, y su indisposición ha encontrado en un estado de (laquea medroso; quien hace lo que debe sobra- c r u e l , y no sin repugnancia me he re-
tiene ocupada á mi muger, y no le deja de que ella se ha aprovechado. A cual- do tentado está á tener energía ; pero suelto a usarle; pero pesándolo bien to-
tiempo para escribir á V.; pero aqui hay quiera seria difícil fingir mucho tiempo aqui no se trata de energia , sino de s a - d o , creo que á Laura misma le h a g o un
quien de buena voluntad suple por ella. amor cerca de ella ; considere V. que lir con lo que se pretende, y una ten- servicio. ¿ En el estado á que puede s u -
Mozo feliz ! todo conspira á la felicidad será al objeto mismo de la pasión qoe tativa mal hecha puede perjudicar á los bir que mas haria que poner patente su
de V . ; todas las recompensas de la vir- la consume. Verdaderamente es imposi- designios mas bien concertados. C a s i n o pasada ignominia ? ¡ Pero cuan grande
tud le esperan para forzarle á que se ha- ble contemplar á esta malhadada sin me atrevo á meterme con él en discusión puede ser , quedándose lo que es ! Si
ga acreedor á ellas. De la de mis bene- que mueva su espresion v su semblante; ninguna; porque todos los dias r e c o - tengo conocida á esta estraña uiuger mas
ficios no encargue V. á ninguno sino á la hace mas interesante una impresios nozco la verdad de la advertencia que se gozará en este sacrificio que en el
si p r o p i o ; de V. solo la aguardo. de pnstracion y descaecimiento que nun- rae dió V. que me vence en dialéctica, puesto elevado que deseche.
ca abandona su bello rostro , y apaga la y que no conviene que le ínflame en I ¿
viveza de su fisonomía ; y así como los disputa. Si me faltase este m e d i o , me queda
CARTA XII. rayos del sol por entre celajes luce», otro de parte del gobierno á causa de
sus ojos eclipsados por el dolor lanzaa Por otra parte parece algo tibio con- la religión, pero este solo en el ultimo
D E SAK P B E Ü X AL SEÑOR DE W O L M A R .
fuegos mas suaves. Hasta su hitmillacin migo ; dirían que le doy inquietudes. apuro debe usarse, y á falta de cual-
QUEDESE esta carta entre V. y y o ; lleva visos de modestia; quien la veh ¡ Cuan sobajado con un instante de fla- quier o t r o ; sea como fuere n o quiero
sepulte por siempre en un profundo se- compadece , y la respeta quien la esca- queza se halla un hombre a todas luces omitir ninguno para precaver uua indig-
creto los errores del mas virtuoso de los cha ; finalmente debo decir en abono de tan superior! De su a m i g o , de su cria- na y deshonesta alianza. Oh respetable
hombres. ¡ En que arriesgado paso me mi amigo que solo dos hombres conozco tura , de su alumno, tiene miedo el gran- W o l m a r ! quiero ser acreedor á la esti-
encuentro atollado ! O h prudente amigo en el mundo que puedan sin riesgo es- de, el sublime Eduardo! V aun por mación de V. en todos los instantes de
y bienhechor m í o , si yo tuviera todos tar á su lado. algunas espresiones que ba soltado acer- mi vida. No obstante cuanto pueda e s -
los consejos de V. en la memoria como ca de la mansión que eligirá si no se cribir á V. Eduardo, y cuanto pueda o i r
tengo sus bondades en el corazon! Nun- easa , parece que quiere tentar mi fe d e c i r , acuerdese V. que sea al precio
Se descarria , W o l m a r , lo veo, lo
ca tanta necesidad de prudencia t u v e , y por mi ínteres. Bien sabe que ni debo que f u e r e , mientras palpitare mi cora-
c o n o z c o , se lo confieso a V. en la amar-
nunca peijudicó tanto el miedo de que me
gura de mi corazon. Me estremezco pen- ni quiero abandonarle. ¡ O h Wolmar! zon en mi pecbo , nunca Lauretta Pi-
falte á la poca que tengo. Ah ¿donde
sando hasta que punto puede su estra- yo cumpliré cou mi obligación y seguiré saría será lady Bomston.
están los cuidados paternales de V.? don- adonde él fuere á mi bienhechor. Si
vio hacer que se olvide de quien es i
de sus lecciones y sus luces ? que será de fuera vil y cobarde ¿ que grangearia yo Si aprueba V. mis medidas no nece-
de lo que á sí propio se d e b e , y tiem-
mí sin V . ? En este instante de crisis con mi alevosía ? Fiarían Julia y su dig- sita responder á esta. Si me equivoco
blo de que su intrépido amor á la vir-
diera todas las esperanzas de mi vida no esposo sus hijos de un traidor? avisemelo V. ; pero dese priesa, porque
tud, que hace que desprecie la opiokm
por tener á V. aqui por espacio de o c h o no hay que perder uu instante. Haré po-
publica , le arrastre al estremo opuesto,
dias. Muchas veces me ba dicho V. que ner el sobre por mano estraña : tome V.
y le empeñe á arrostrar también las le-
las pasiones débiles nunca se engañan la misma precaución para responderme.
yes sagradas de la decencia y la honra-
T o d a s mis conjeturas me han salido y siempre se encaminan al fin que so han Despues de haberse examinado lo que
dez. ¡ Eduardo Bomston hacer semejante
equivocadas, y solo he cometido yerros propuesto, pero que es posible armar se debe hacer queme V. mi carta y ol-
matrimonio!... V. piensa !... en presen-
hasta ahora. Solo á la marquesa temia; las violentas contra ellas propias , y he vide su contenido. Este es el primero y
cia de su amigo!... que lo permite!...
despues de haberla visto, asustado de s u creído que podia hacer uso aejui de esta. el único secreto que en toda mi vida ha-
que lo aguanta !... que todo se lo debe!..
liertaosura y de su astucia, me esforzaba Efectivamente, la conmiseración, el des- bré tenido oculto para las dos primas y
Será preciso que me saque el corazoo
á desprender enteramente de ella la no- precio de las preocupaciones , el habito si mas me atreviera á fiarme de mis lu-
con su mano antes que asi la profane.
ble alma de su antiguo amante. Lleno y todo cuanto en este caso á Eduardo ces tampoco á V. se le hubiera r e v e -
de satisfacción trayeudole bacia la parte determina es insensible á poder de p e - lado ( 1 ) ,
¿ P e r o que he de hacer? como he de
de donde nada que temer v e i a , le ha- obrar ? V. conoce su vehemencia; nadi
blaba de Laura con la estimación y pas- se grangea con él con argumentos, J
m o que me había inspirado, y aflojando los suyos de algún tiempo acá no son
(i) Para la inteligencia de esta carta , y de la tercera de la sexta parle
su mas apretado nudo con la otra , espe- aptos para calmar mis temores. Primero
fiera necesario saber las aventuras de milord Eduardo , y yo estaba resuelto
raba al fin romperlos ambos. he fingido que no los entendía, he he- " """¿irlas d esta coleccion. Pensiíndolo mejor no me he determinado á echar
Acomodóse al principio á mi proyec- cho hablar indirectamente la razón coo " perder la sencillez de la historia de los dos amantes por lo novelesco de la
to , siguió con un csccso de condescen- maximas generales, v él alternativamente 'nglés. Mas vale dejar que adivine algo el lector ( Vcanse las aventuras
dencia mis impulsos, y queriendo asi r c - no me entiende ahora- Si me pruebo i «» milord Eduardo al Jin de la obra).
que te sonríes y tomas aliento, la carta conseguido hacer que una se torne tal? que se tiene vergüenza de hablar de ella
CARTA XIII. que ha venido hace que esperes con mas DIME, Clara mia, desunir dos corazones a mi prima. Es incapaz de una vileza ,
paciencia su contenido. que sin convenirse se amaban , unir dos
D E LA SEÑORA D E WOLMAR A LA SEÑORA pero es débil... Sobrada indulgencia con
Pues también tiene la tal carta su nit- que sin entenderse se convenían; hacer os yerros de un amigo... N o , me dijo;
DE OREE.
rito, aun babieudose hecho tanto desear, que el amor triunfe del mismo amor; del ha hecho lo que debia, lo sé, y no pue-
PARECE que no estaba aguardando el porque respira tan... Pero no quiero ha- seno del vicio y el oprobio sacar la vir- do decirte nada mas; pero San Prcux es
correo de Italia nada mas que tu salida blarte mas que de novedades v cierto tud y la felicidad ; librar de un mons- un mozo honrado ; yo respondo por él,
para llegar é l , como para castigarte de que no lo es lo que iba á decirte. truo á su amigo, criandole, por decirlo y tú quedarás satisf¿cha... Clara , es im-
haberla dilatado por él solo. No be sido Con esta carta ha venido una de mi- así, una compañera... desventurada , es posible que me engañe y se engañe Wol-
yo qnieu tan lindo descubrimiento he lord Eduardo para mi marido, y ran- cierto, pero amable, y honrada también, mar. Una respuesta tan terminante me
hecho, que ha sido mi marido el cual chas espresiones de amistad para noso- si, como yo picoso, es posible recupe- ha hecho volver en mí; he comprendido
ha reparado que habiendo hecho poner tras. Esta sí que tiene verdaderamente rar la honra: di ¿el que todo esto hu- que procedían todos mis escrupnlos de
los caballos á las ocho te detuviste hasta novedades , y eso menos esperadas que biese hecho seria culpado ? fuera di"no una engañosa delicadeza, y que si fuera
las once, no por amor de nosotros, sino la primera que no me decia palabra. Al de vituperio quien lo hubiese consen- yo menos vana y mas equitativa , encon-
despues de haber preguntado veinte ve- otro día debían salir para Ñapóles, don- tido ? traría á lady Bomston mas digna de su
ces si eran las diez, porque es la hora á de tiene algunos asuntos Milord, y de Asi lady Bomston vendrá aquí, an<*el suerte.
que de ordinario pasa el correo. allí irán á ver el Vesuvio... ¿ Te figuras mío. ¿Que piensas de esto ? al cabo ¡qije
tú que pueda tener tantos atractivos esta Pero dejemos á lady Bomston, y vol-
Cogida estás, pobre prima , y no te portento debe ser esta admirable perso-
vista ? De vuelta á Roma ; piensa, ima- vamos á nosotras. ¿ No ves al leer esta
puedes volver atras. No obstante el va- na que estragó su educación, que ha
gina Clara... Eduardo está en vísperas carta que volverán nuestros amigos mas
ticinio de la Chaillot esta Gara tan loca, librado su corazon , y para quien ha sí-
de desposarse... N o , gracias al cielo, breve que los aguardabamos ? No te
ó por mejor decir tan juiciosa, no ha do el amor el sendero de la virtud!
con aquella indigna marquesa, que por dice nada el corazon? no late ahora con
podido serlo hasta el fin , veste aqni en ¿Quien debe tenerla en mas estima que
el contrario avisa que está muy mala. mas fuerza de la acostumbrada ese c o -
las mismas redes de que con tanto alan JO que hice todo lo contrario, y que
¿ Pues con quien?... con Laura, con la razon sobrado tierno, y sobrado pareci-
me desenredaste, y no bas podido con- descarrió mi inclinación sola , cuando
amable Laura que... Mas sin embargo... do al mió? no piensa en el riesgo de
servarte tú en la libertad que á mí me todo contribuía á conducirme bien ? Es
¡ Que boda !... Nuestro amigo no mienta vivir en la intimidad con un objeto ama-
has restituido: ¿ ha llegado mi turno de cierto que me envilecí' menos, ¿ pero me
ni una palabra. Inmediatamente se pon- do , de verle todos los dias, de habitar
reírme ahora ? Amada prima, menester be levantado como ella? He evitado tan-
drán en camino todos tres, y se vendrán en la misma casa ? Y sí no me privaron
serian tus gracias y tu embeleso para sa- tos lazos y hecbo tantos sacrificios ? Del
aqui 3 concertar sus medidas definitivas. de tu estimación mis errores, ¿no te ha-
berse chancear como tú, y dar á las mis- mas bajo escalón de la ignominia ba sa-
Mimando no me ha dicho cuales seas, ce temer nada mi ejemplo? ¡Cuantos
mas burlas el afectuoso y tierno acento bido subir al mas alto grado del honor,
pero siempre está en que se quedará temores acerca de mí en nuestros-pri-
del cariño. ¡ Y l u e g o , que diferencia en- > es cien veces mas respetable que si
meros años te infundieron la razón , la
San Preus con nosotros. nonca hubiera sido culpada. Es virtuosa
tre nosotras! ¿ Con que cara me pudie- amistad, el honor que me hizo despre-
ra yo burlar de un mal cuya causa soy, J sensible: ¿ que mas necesita para pa-
T e confieso que me causa alguna in- ciar el ciego amor! Ahora es mí turno,
y que te has hecho tú por quitármele á recerse a nosotras ? Si no hay redención
quietud su silencio , y no puedo ver con dulce amiga mia, y ademas tengo para
mí ? No hay en tu corazon uu afecto fara los yerros de la mocedad, ¿que de-
claridad lo que en esto hay; hallo si- que me des oidos la triste autoridad de
que algún motivo de gratitud no ofrezca recho tengo yo á mas indulgencia ? De-
tuaciones raras y juegos del corazon hn- la esperiencia. Escúchame, ahora que
al m i ó , y hasta tu flaqueza todo es en lante de quien he de esperar encontrar
mano que no se entienden. ¿ Como ha ra tiempo , para que vea que despues de
ti obra de tu virtud. Esto mismo es lo eon perdón? v que honor puedo preten-
podido un hombre tan virtuoso pren- haber pasado la mitad de tu vida lloran-
que me consuela y divierte. Debía las- der , si á honrarla me niego ?
darse de tan duradera pasión por tan do mis yerros pases la otra en lamen-
timarme y dolerme de mis yerros, pero tarte de los tuyos. Sobre todo no te fies
muy bien puedo mofarme de la vergüen- perversa muger como esta marquesa? co- Pues bien , cuando me "dice esto mi de esa atolondrada alegría que goarda á
za sin fundamento que te hace sonrojarte mo ella con tan cruel y violento carácter razón, murmura mi corazon , y sin po- las que nada tienen que temer, y pier-
de una inclinación tan pura como tú. ha podido enamorarse con tanto ardor j «pücar el que me cuesta dificultad de á las que están en peligro. ¡ Clara !
y constancia de hombre que tan poco se el aprobar que baya hecho Eduardo es- Clara ! tú te burlaste un tiempo del
le parecía, si es verdad que se pueda te casamiento , y que su amigo bava amor, pero era porque no le conoeias;
Volvamos al correo de Italia , y deje- honrar con nombre de amor un furor
mos por uu instante las moralidades, que eonsentído en él. ¡ O h la opinioní'la V porque no te había tirado sns flechas
capaz de inspirar atrocidades? Como ha opinión! Que penoso es sacudir su yugo! te creias superior á sus tiros : ahora se
fuera lo contrario abusar en demasía de podido aguantar sus desordenes prime-
mi antiguo titulo , porque es licito hacer siempre nos conduce á la injusticia , el venga y se rie. Aprende á desconfiar de
ros un pecho joven tan generoso, ta» «»i presente borra el bien pasado ; ¿ y tu alevosa alegría, ó teme que te cueste
dormir á su auditorio, mas no hacerle tierno, y tan desinteresado como el de
impacientar. Pues bien ; ¿ ese correo que f! raal . pasado no le ha de borrar nunca un dia muchas lagrimas. Querida amiga,
Laura ? Como se ba librado de ellos por «en ninguno ?
con tauta pausa hago yo llegar, que ha aquella falaz inclinación que á nuestro va es tiempo de descubrirte á ti misma,
traido ? Nada mas que la buena salud seso cstravia? y como el amor que > He dejado columbrar á mi marido mis porque basta aqni no te has mirado bien;
de nuestros amigos, y á mas uua carta tantas honradas mugeres ha perdido ha te has equivocado acerca de tu caracter.
« d o s acerca de la conducta de San
muy larga para ti. Ab, bueno; ya veo
*™n en este asunto. Parece, le dije.
y no le has sabido apreciar en lo que dia moverte nada en el m u n d o ; con* U amistad te libró de los lazos del
valias T e has fiado de las razones de si los pechos naturalmente sensibles pu- amor; solo un amigo viste en el amante var de la dolencia que combatías tantos
la pobre Chaillot: por tu juguetona vi- dieran serlo para solo un objeto , y co- de tu amiga, y a costa de mi corazon anos bacía, sino para mejor acabar de
mo si me hubieras podido querer bien, sanarme á mí de ella.
veza te creyó poco s e n s i b l e ; pero un recataste asi el tuyo.
corazon como el tuyo era muy superior si solo á mí hubieras querido. Pregun- T o d o esto lo he c o n o c i d o , mí q u e -
No son estas conjeturas tan conjetu-
á sus alcances. No era la Chaillot capaz tabas con mucho donaire si tenia sea r i d a , y me he sobresaltado poco de una
ras como tú p i e n s a s , y si qnísíera yo
de conocerte, ni nadie mas que yo te ha el alma. N o , hija m í a , el alma no tiene inclinación que me servia de seguro y
traer a la memoria tiempo que conviene
conocido bien en el mundo. Nuestro s e s o ; pero sus afecciones distinguen los que no podías tú mirar como culpada.
olvidar, fácil me seria hallar en el Ín-
mismo amigo mas bien ha adivinado que s e x o s , y sobrado empiezas á esperímen- Este invierno que hemos pasado todos
teres que creías que por mí sola toma-
entendido lo que tú vales. T e ha dejado tarlas. Porque no te había movido d juntos en el seno de la paz y la amistad
bas no menos «vivo ínteres por lo que vo
c o n tu error mientras ha podido serte primer amante que se presentó á ti creís- me lia infundido todavía mas confianza
amaba. No atreviéndote á amarlo que-
ú t i l , ahora que te perjudicaría es nece- te al instante que no podia nada mover- viendo que lejos de perder nada de tu
nas que lo amase y o ; tuviste á cada
sario quitártele. te ; porque no tuviste amor al que por alegría parecía que se había aumentado
uno de nosotros por indispensable para
tí suspiraba has creído que no te po- T e he visto tierna, cuidadosa, atenta •
la felicidad del otro ; y ese corazon que
Eres viva y te crees p o c o sensible pero ingenua en tus halagos, natural
¡ Pobre niña, cuanto te engañas! T u pro- dias prendar de nadie. Sin embargo, no tiene en el mundo su igual nos quiso
eu tus j u e g o s , sin arte ni misterio en
ron mas terneza á entrambos. Está cier-
pía viveza es prueba
prueba de lo contrario : cuando fue tu marido le quisiste, y tanto ¿odas tus acciones, y en tus mas hala-
ta de que sin tu propia flaqueza menos
¿ no se ejercita siempre en cosas de sen- que nuestra intimidad misma se aflojó, güeñas provocaciones todo lo reparaba
indulgente habrías sido , pero con nom-
sibilidad ? Las gracias de tus donaires y esa alma tan poco sensible todavu la alegna de la inocencia.
bre de zelos te hubieras echado en cara
n o vienen siempre de tu corazon ? Tus supo hallar uu suplemento al amortan
nna justa severidad. No te veías con Desde nuestra conversación del Elíseo
burlas son indicios de cariño mas afec- tierno que satisfizo a u n hombre de bien.
derecho de combatir en roí la inclina- no estoy tan contenta c o n t i g o ; te e n -
tuosos que los cumplidos de otro ; hala- Pobre prima , á tí compete de hov ción que hubiera sido necesario vencer; cuentro triste y cavilosa , te hallas sola
gas cuando loqueas; te r i c s , pero tu mas resolver tus propias dudas , y sí es
risa llega al corazon ; te r í e s , pero ar- cierto tan bien como con tu amiga; no has
' R i e n d o ser pérfida so color de p r u - mudado de estilo, pero si de tono de
rancas lagrimas de terneza, y casi siem- dencia, con sacrificar á nuestra felicidad voz; son tos chanzas mas tímidas , no te
p r e te veo seria con los indiferentes. Que un tibio amante es poco fiel am-
ft tuya creíste que habias cumplido con atreves á hablar con tanta frecuencia de
g° C1)' lo que exigía la virtud.
Si no fueses mas de lo que ser presu- e l ; dijeran que siempre temes que te
mes , dime ¿ que nos estrecharla tanto me temo tener ahora una razón mas pa- Clara inia, esa e s tu historia; asi me está escuchando, y por tu inquietud se
una con otra ? cual seria entre nosotros ra contar c o n t i g o ; pero es menester foerza tu tiranica amistad á agradecerte echa de ver que esperas noticias suyas
el vinculo de una amistad de que no que te acabc de decir todo cuanto acer- m ignominia, y á darte gracias de mis sin ser osada á preguntarlas.
hay ejemplo ? por cual portento habría ca de esto pienso. «lipas. Sin embargo, no pienses que en
Sospecho que tú has estado enamo- « o quiero imitarte; tan poco dispuesta Mucho me t e m o , mí buena prima ,
venido esta inclinación á albergarse en
un corazon incapaz de inclinaciones ? rada sin saberlo , mucho antes de lo «o? a seguir tu ejemplo como tú el que no sientes todo tu m a l , y que no se
que piensas, ó á lo menos que la incli- »10, y como no tienes porque temer mis haya eucarnado la punta muy mas hon-
Que, n o sabe amarla la que solo por su
amiga ha vivido ? no sabe preferir la nación que a mí me perdió te hubiera ¡«TOS , tampoco tengo yo , gracias al do de lo que al parecer piensas. Crée-
amistad á nada la que por seguirla qui- seducido á ti si no te hubiera yo gana- "do, tus motivos de indulgencia ¿ Q u e me , sondea bien tu doliente razón; v
so abandonar su p a d r e , su novio , sus do por la mano. ¿ T e imaginas que tan *) mas digno puedo hacer de la virtud respóndete á tí misma , te lo repito , si
paríeutes y su pais ? y que he hecho yo natural y tan dulce afecto pueda tardar pe rae has restituido que ayudarte á por muy virtuosa que una sea es posible
tanto en engendrarse? te imaginas que "»servar la tuya ? que viva mucho tiempo sin riesgo con
que tengo el corazon sensible ? Prima,
de la edad que teuiamos sea posible te- lo que bien quiere, y si la confianza que
me he dejado querer, y no he logrado
p o c o , sí con toda mi sensibilidad te he ner impunemente íntimo trato con na Es preciso que .también te diga mi a mi me perdió está totalmente exenta
pagado tu amistad con otra que á la tu- mancebo amable, que siendo nuestros Preeer acerca de tu actual estado No del peligro para tí. Ambos sois libres .
ya equivaliese. gustos todos tan conformes solo este ta mudado la dilatada ausencia de nues- y justamente esto es lo que hace mas
pudiera ser diverso? N o , augel mi». ¡ ® a e s l ™ t u s disposiciones respecto á sospechosas las ocasiones. En un cora-
Estas contradicciones te han dado de Ic hubieras amado, estoy cierta de ello, el cobro de tu libertad y su regreso zon virtuoso no hay flaqueza que á los
tu caracter la mas cstravagante idea que si no le hubiera yo amado la primera. ¡producido una época nueva de que
ha podido una loca como tú formarse, Menos flaca y no menos sensible, hubie- «ha sabido aprovechar el amor. No ha remordimientos se rinda, y convengo
que es creerte de consuno ardiente ami- ras sido mas casta que yo sin ser mas acido un afecto nuevo en tu corazon contigo en que siempre tiene una sufi-
ga y amante tibia. No pudiendo negar el feliz. ¿ Pero que inclinación hubiera po- el que en él tanto tiempo se escon- cientes fuerzas contra el delito: mas a y !
tierno afecto de que te sentías llena , dido vencer en tu virtuoso pecho « « s e ha esplayado con mas libertad quien puede librarse de ser flaca ? C o n -
has creído que no eras capaz de otro. horror de la traición y la infidelidad. «na con atreverte á confesártele á ti sidera no obstante las consecuencias, y
Fuera de tu Julia no pensabas que po- , te has dado priesa á decírmele piensa en los efectos de la vergüenza.
p e í a t e casi necesaria esta confesion Para ser acatada e s menester acatarse,
W que fuera tu cariño enteramente ¿ Como puede merecerse el respeto a " e -
(i) El verso del original dice la inversa, y con paz sea dicho de ll
" « o t e ; y acaso no te has dejado lle- u o quien del suyo propio no goza? y
hermosas damas, mas noble y mas cierto es el pensamiento del Autor. donde se parará en la vereda del vició

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LA N U E V A HELOISA QUINTA PARTE. 339

la qne sin susto el pie en ella puso ? Es- vándose hasta ti el mérito agraviado po, primera, porque corno debes conocerlo, todo el bien que dioen de esta preciosa
t o diria j o á esas mugeres del mundo la fortuua? para que él se arriesgue á aspirar á ti ciudad , te tendria por feliz de haber
que no hacen aprecio ni de la moral ni Bien veo los mezquinos escrúpulos es necesario que tú se lo permitas ; y ido á verla, si pudiera hacer aprecio
de la religión, y que no tienen mas ley que te detienen, desmentir una resolu- esta es una de las compensaciones mas de las satisfacciones que á costa de sus
que la opinion a g e n a . Pero t ú , muger ción hecha y declarada, dar sucesor al justas de la desigualdad que muchas v e - amigos se compran. Nunca he sido aficio-
virtuosa v cristiana, tú que sabes tu difunto, mostrar al publico su flaqueza, ces cuesta al mas alto pasos que morti- nada al lujo, v ahora le aborrezco por-
obligación y la a m a s , tú que conoces casarse con un aventurero, porque las fican. Esta dificultad yo te la perdono, que me priva de ti por espacio de no
v practicas otras reglas que los fallos del almas villanas , prodigas siempre de epí- y te confieso que me pareccria muy gra- sé cuantos años. Hija mia , ni una ni
publico; tu honor primero es el que tu tetos infamantes sabrán muy bien hallar ve , si no me encargase yo de remover- otra fuimos á comprar nuestro ajuar de
conciencia te tributa, y este es el que este ; estas son las razones por que mas la. Espero que haces suficiente confianza boda en Ginebra ; pero por mucho qne
de conservar se trata. quieres reprenderte de tu inclinación de tu amiga para creer que lo haré sin pueda ser el mérito de tu hermano,
que justificarla, y mantener vivos tos comprometerte; y estoy tan persuadida dudo que sea mucho mas feliz tu cuñada
¿ Quieres saber tu yerro en todo este del logro, que con la mayor confianza con sus encajes de Flaudcs y sus tejidos
fuegos en lo recóndito de tu corazon
negocio ? pues consiste, te lo repito, en me encargaré de t o d o , porque 110 obs- de la India , que nosotros con nuestra
que hacerlos legítimos. Pero donde está
avergonzarte de un afecto honrado, que tante lo que me decíais ambos en otro llaneza. T e encargo no obstante á des-
por tu vida la torpeza en casarse con
para que sea ¡nocente no tienes que ha- tiempo acerca de la dificultad de trans- pecho de todo mi rencor que le ruegucs
el que se q u i e r e , ó en quererle sin ca-
cer mas que declararle ( I ) . Pero con formar en dama á una amiga, si conozi^» que venga á celebrar las bodas en Cla-
sarse? Esa es la opcion que te queda
todo lo atolondrado de tu genio no hay bien un corazon en que tan bien á leer rens. Mi padre escribe al tuvo , y mi
que hacer. El honor que al difunto de-
persona mas tímida que t ú ; te chanceas aprendí, creo que en este lance n o exi- marido á la madre de la novia para su-
bes es tener suficiente respeto á su vio-
para echarla de valiente, y veo tu pobre ge la empresa mucha maña de mi parte. plicárselo. Ahi van las cartas, daselas,
da para darle antes un marido que na
corazon temblaudo t o d o ; y hacer con el Te prepongo que me dejes encargarme y apova el convite con tu renaciente
amante; y si te fuerza tu juventud áqoe
amor , del cual finges qne te rics , como de esta negociación, á fin de que te c r é d i t o , que e s todo cuanto hacer pue-
sustituyas su p u e s t o , ¿ n o es tributar
los niños que cantan de noche cuaodo puedas abandonar al gusto que te cau- d o para que no se celebre sin mí la fies-
aun homenaje á su memoria elegir á un
tienen m i e d o , querida amiga! Acuerda- sará su v u e l t a , sin misterio , sin senti- ta , porque te declaro que por motivo
hombre que fué amigo suyo ?
te de q u e , mil veces te lo he d i e b o , la miento, sin riesgo, y sin vergüenza. ¡Ah, ninguno me avendré á abandonar mi fa-
vergüeuza falsa es la que á la verdadera prima, que embeleso será para mí reunir milia. A D i o s , prima, danos noticias t u -
En cuanto á la desigualdad , creo que
c o n d u c e , y no sabe sonrojarse la virtud dos corazones tan aptos uno para otro, yas , y sepa yo á lo menos para cuando
te ofendería combatiendo tau frivola ob-
sino de lo que e s malo. ¿ Es en si mismo v que hace tanto tiempo que en el mió ha de ser la vuelta. Ya han pasado dos
jeción : coando de virtud y buenas cos-
el amor un delito? no es la mas pura se confunden ! Confúndanse todavia me- dias desde tu partida, y no sé vivir
tumbres se trata , no conozco yo otra
como la mas suave inclinación de la na- jor, si es posible , y no bagais mas que mucho tiempo sin ti.
desigualdad que deshonre que la que dd
turaleza ? no tiene un fin loable y bue- uno solo para vosotros y para mí. S í ,
caracter y educación procede. A cual-
no ? n o desdeña las almas bajas y s o e - Clara mía , todavia servirás á tu amiga
quier estado que un hombre imbuido ea P. D . Mientras que escribía esta
ces ? no anima las nobles y magnanimas? coronando tu amor, y estaré yo mas
maximas viles ascienda , siempre es ver- carta que be interrumpido varias veces
no ennoblece todos sus afectos ? no do- cierta de mis propios afectos, cuando no
güenza enlazarse con é l ; pero un hom- la señorita tu hija se tomaba también la
bla su ser? no las eleva á esfera superior pueda separarlos entre vosotros.
bre criado con sentimientos de honores libertad de escribirte ella. Como quiero
á ellas mismas? A h ! si para ser honesta
igual de todo el m u n d o , no hay alta que digan siempre las criaturas lo que
v virtuosa es necesario ser inaccesible á
gerarquia donde no se halle en su lo- Mas si no obstante mis razones no te piensan, y no lo que Ies mandan que
sus flechas, di ¿ que queda para la vir-
gar. Va sabes cual fué el dictamen de tn conviene este p r o y e c t o , es mi dictamen digan , he de¡ado á la cscribanilla que
tud en la tierra? El desecho de la natu-
propio padre cuando se trató de mi para que á cualquier precio que fuere apar- pusiese lo que le viniese á la cabeza sin
raleza y los mas viles de los mortales.
nuestro amigo. Su familia auuque oscura, temos de nosotros á este hombre peli- alterar ni una letra. Tercera carta in-
es d e c e n t e ; él goza de la estimación groso, temible siempre para una ó para clusa en la mia. Bien creo que no será
¿ Pues que has hecho que puedas publica y la merece. Con esto , aunque esta la que tu busques mirando al sos-
otra ; porque en todo evento , todavia
echarte en cara ? no has hecho elección fuera el ultimo de los hombres no debe- layo cuando abras esta. Pues la que
nos importa menos la educación de
de un hombre de bien ? no es libre ? rlas titubear , porque vale mas agraviar aguardas escusa de buscarla mas tiempo,
nuestros hijos que la virtud de sus ma-
no lo eres tú ? no merece toda tu esti- la hidalguía que la virtud , y mas res- porque ñ o l a encontrarás. A Clarens vie-
dres. T e doy tiempo para que lo medi-
mación? no gozas tú de la suya ? no petable es la esposa de uu carbonero ne dirigida , con que asi en Clarens la
tes todo esto durante tu viaje, y con-
será mucha dicha para t¡ hacer la de un que la dama de uu principe. debes l e e r ; componte como quieras.
ferenciaremos sobre ello cuando estés
amigo tan acreedor á este nombre, pa-
de vuelta.
gar con tu corazon y persona las anti- También columbro otra especie de
guas deudas de tu a m i g a , y honrar ele- remora en la necesidad de declarártela Tomo la determinación de dirigirte CARTA XIV.
esta carta á Ginebra en derechura, por-
DE HEN RIETA A SO MADRE.
(t) ¿Porque deja el Editor las repeticiones continuas de que está Uem que uo habiendo de dormir mas que una
noche en Lausana , no estarías ya cuan- ¿ DONDE está V. mamá ? Dicen que
esta carta, asi como otras muchas ? Por una razón muy obvia, porque no
do llegase. Traeme muchas particulari- en Ginebra que está tan lejos , que es
se cura de que a los que semejante pregunta hicieren les agrade esta corres-
dades de la república chica. Atendido menester andar dos dias todito el dia.
pondencia .
para llegar alia; ¿quiere V. taoibieu irse hacerlas con él ya sabrá V . lo que es
á dar la vuelta al muudo ? Mi papita se menester que traiga. ¡ Ay , Dios mió!
lia ido esta mañana á E t a n g e , mi abue- si nuestro bueu amigo estuviera aqui,
lito está á c a z a r , mi mamita se ba en- que breve lo habría adivinado ! Mi aba-
cerrado á escribir, y solo queda mi ami- nico bueno esta todo hecho añicos; mi
vestido azul hecho un t r a p o , mi velo de
ga la Marica, y mi amiga la Paca. Dios
mió , yo no sé como anda e s t o ; pero blonda lleno de agujeros , y mis mitones SEXTA PARTE.
desde que se fué nuestro buen amigo calados no valen ya nada. Buenos días
todo el mundo se va por su lado. Ma- mamá. T e n g o que acabar mí carta,
porque la mamita ha concluido la su-
má , V. ba sido la que primero ha em-
ya , y ha salido de su gabinete. Creo
pezado. Ya estallamos tan tristes, cuando CARTA I.
que tiene los ojos encarnados de llorar; T a n prendado estaba de verme mi pa-
no tenia V. nadie á quien hacer rabiar.
no me atrevo á decírselo , pero cuando DE LA S E Ñ O R A DE ORBE A LA SEÑORA dre, que para darme un abrazo ha inter-
Pues vaya que es peor desde que V. se
lea esto va verá que lo he visto. ¡ Ma- DE WOLMAR. rumpido lo relación de una gran batalla
ha i d o , porque la mamila no está de má , que mala es V. si hace llorar á mi que acaban los franceses de ganar en
tan buen humor como cuando V. estaba. mamita! ANTES de salir d e Causana es preciso Flaudes, como para verificar el pronos-
Mamá , mi maliito está b u e n o , pero escribir dos palabras para decirte que tico del amigo de nuestro amigo. ¡ Q u e
ya no la quiere á V . , porque ayer no le be llegado, pero no Un alegre como es- fortuna qne no haya estado ! ¿Te imagi-
hizo brincar como acostumbra. Creo que P. D. Un abrazo a mi abuelo, uu peraba. Este corto viaje era para mí una nas tú al animoso'Eduardo viendo huir
todavia la querría yo á V. un p o c o , si abrazo a mis tíos , un abrazo á mi tía fiesta que á tí propia te ha tentado varías á los ingleses, y huyendo é l ? . . . . Nun-
volviera bien presto para que nos ale- la nueva , y á su mamá , y un abrazo á vece); pero negándote á acompañarme ca... nunca.... le hubieran muerto cien
graramos algo. Si quiere V. hacer las todo el mundo menos para V. mamá, casi me has becbo impertinente; ¿ p o r -
paces c o n m i g o , traigale á mi maliito ya V. me entiende; para V. n o tengo yo que que recursos he de encontrar y o ? veces.
los brazos tan largos. Si es fastidioso será para mí el fastidio, Hablando de nuestros a m i g o s , ya hace
alguna cosa que le guste mucho. Para
y si agradable tendré el sentimiento de tiempo que no nos han eséríto. ¿ N o era
divertirme sin ti. Si no tengo que alegar a y e r , creo, día de correo? Si recibo car-
contra tus razones, ¿crees que por eso he tas de ellos espero que n o te olvides de
quedado satisfecha? Muy engañada estás, lo que me interesan.
prima, á fe mía; y lo que todavia mas en- A D i o s , prima, es preciso marchar.
fado me da es no tener motivo para e n - Aguardo noticias tuyas en Ginebra, don-
fadarme. D i , mala ¿ n o te da vergüenza de esperamos llegar mañana á comer. Pe-
de tener siempre razón con tu amiga, v ro te advierto que de un modo ó de o t r o
de resistir á lo que le da g u s t o , sin qué no se celebrará la boda sin t i , y si tú n o
FIN DE LA QÇWTA PARTE. le quede siquiera el de reñir? cuando quieres venir á Lansaua, voy yo con toda
hubieras plantado por o c h o días á tu ma- mí gente á talar a Clarens, "y á beber los
rido, tu c a s a , y tus mnñecos, estaba to- vinos de todo el universo.
do perdido ? Cierto que habría sido un
atolondramiento, pero tú hubieras vali-
CARTA ti.
do mas cien v e c e s , y no que ahora, em-
peñada en ser perfecta, no sirves para D E L A S E Ñ O R A D E O R B E A L A S E Ñ O R A
aada, y tendrás que buscar amigos alia DE WOLMAR.
entre los angeles.
A las mil maravillas, hermosa predi-
cadora; pero me parece que presumes
No obstante las pasadas desazones, n o sobrado del saludable efecto de tus ser-
be podido hallarme sin enternecerme en mones. Sin considerar si haciao dormir
medio de mi familia ; he sido recibida en otro tiempo á tu a m i g o , te advierto
con gusto, á lo menos con mucho aga- que hoy n o dan sueño á tu amiga, v el
sajo. Para hablarte de mi hermano aguar- que anoche recibí lejos deescítarmeá dor-
do á que le conozca bien. Es bastante mir me ha desvelado la noche entera.
buen mozo, pero tiene las trazas pasadas Guárdate la parafrasi de mi Argos, si ve
del país de doode viene. Es serio y frío, esta carta , pero mejor lo haré y o , v te
J yo encueutro en él algo de arrogancia, joro que antes te quemarás los dedos que
> me recelo mucho de que la chica en enseñársela.
'ez de dar con un marido como los nues-
"os haya encontrado su amo y señor. Si fuera recapitulándote punto por
punto, seria usurpar eso tus derechos;
para llegar alia; ¿quiere V. también irse hacerlas con él ya sabrá V . lo que es
á dar la vuelta al muodo ? Mi papita se menester que traiga. ¡ Ay , Dios mió!
ba ido esta mañana á E t a n g e , mi abue- si nuestro buen amigo estuviera aqui,
lito está á c a z a r , mi mamita se ba en- que breve lo habría adivinado ! Mi aba-
cerrado á escribir, y solo queda mi ami- nico bueno esta todo hecho añicos; mi
vestido azul hecho un t r a p o , mi velo de
ga la Marica, y mi amiga la Paca. Dios
mió , yo no sé como anda e s t o ; pero blonda lleno de agujeros , y mis mitones SEXTA PARTE.
desde que se fué nuestro buen amigo calados no valen ya nada. Buenos días
todo el mundo se va por su lado. Ma- mamá. T e n g o que acabar mí carta,
porque la mamita ha concluido la su-
má , V. ba sido la que primero ha em-
ya , y ha salido de su gabinete. Creo
pezado. Ya estabamos tan tristes, cuando CARTA I.
que tiene los ojos encarnados de llorar; T a n prendado estaba de verme mi pa-
no tenia V. nadie á quien hacer rabiar.
no me atrevo á decírselo , pero cuando DE LA S E Ñ O R A DE ORBE A LA SEÑORA dre, que para darme un abrazo ba inter-
Pues vaya que es peor desde que V. se
lea esto va verá que lo he visto. ¡ Ma- DE WOLMAR. rumpido lo relación de una gran batalla
ha i d o , porque la mamila no está de má , que mala es V. si hace llorar a mi que acaban los franceses de ganar en
tau buen humor como cuando V. estaba. mamita! ANTES de salir d e Lansana es preciso Flandes, como para verificar el pronos-
Mamá , mi maliito está b u e n o , pero escribir dos palabras para decirte que tico del amigo de nuestro amigo. ¡ Q u e
ya no la quiere á V . , porque ayer no le be llegado, pero no Un alegre como es- fortuna que no haya estado ! ¿'I'e imagi-
hizo brincar como acostumbra. Creo que P. D. Un abrazo a mi abuelo, uu peraba. Este corto viaje era para mí una nas tú al animoso'Eduardo viendo huir
todavia la querría yo á V. un p o c o , si abrazo á mis tíos , un abrazo á mi lia fiesta que á ti propia te ha tentado varias á los ingleses, y huyendo é l ? . . . . Nun-
volviera bien presto para que nos ale- la nueva , y á su mamá , y un abrazo a vece); pero negándote á acompañarme ca... nunca.... le hubieran muerto cien
graramos algo. Si quiere V. hacer las todo el mundo menos para V. mamá, casi me has hecho impertinente; ¿ p o r -
paces c o n m i g o , traigale á mi maliito ya V. me entiende; para V. n o tengo jo que que recursos be de encontrar y o ? veces.
los brazos tan largos. Si es fastidioso será para mí el fastidio, Hablando de nuestros a m i g o s , ya hace
alguna cosa que le guste mucho. Para
y si agradable tendré el sentimiento de tiempo que no nos han e s í r í t o . ¿ N o era
divertirme sin ti. Si no tengo que alegar a y e r , creo, d i a d e correo? Si recibo car-
contra tus razones, ¿crees que por eso he tas de ellos espero que n o te olvides de
quedado satisfecha? Muy engañada estás, lo que me interesan.
prima, á fe mía; y lo que todavia mas en- A D i o s , prima, es preciso marchar.
fado me da es no tener motivo para e n - Aguardo noticias tuyas en Ginebra, don-
fadarme. D i , mala ¿ n o te da vergüenza de esperamos llegar mañana á comer. Pe-
de tener siempre razón con tu amiga, v ro te advierto que de un modo ó de o t r o
de resistir á lo que le da g u s t o , sin qué no se celebrará la boda sin t i , y si tú n o
FIN DE LA QÇWTA PARTE. le quede siquiera el de reñir? cuando quieres venir á Lansana, voy yo con toda
hubieras plantado por o c h o días á tu ma- mí gente á talar á Clarens, "y á beber los
rido, tu c a s a , y tus muñecos, estaba to- vinos de todo el universo.
do perdido ? Cierto que habría sido un
atolondramiento, pero tú hubieras vali-
CARTA ti.
do mas cien v e c e s , y no que ahora, em-
peñada en ser perfecta, no sirves para D E L A S E Ñ O R A D E O R B E A L A S E Ñ O R A
Oada, y tendrás que buscar amigos alia DE WOLMAR.
entre los angeles.
A las mil maravillas, hermosa predi-
cadora; pero me parece que presumes
No obstante las pasadas desazones, n o sobrado del saludable efecto de tus ser-
he podido hallarme sin enternecerme en mones. Sin considerar si hacían dormir
medio de mi familia ; he sido recibida en otro tiempo á tu a m i g o , te advierto
eou gusto, á lo menos con mucho aga- que hoy n o dan sueño á tu amiga, v el
sajo. Para hablarte de mi hermano aguar- que anoche recibí lejos deescitarmeá dor-
do á que le conozca bien. Es bastante mir me ba desvelado la noche entera.
buen mozo, pero tiene las trazas pasadas Guárdate la parafrasi de mi Argos, si ve
del pais de doode viene. Es serio y frío, esta carta , pero mejor lo haré y o , v te
J jo encuentro en él algo de arrogancia, juro que antes te quemarás los dedos que
> me recelo mucho de que la chica en enseñársela.
,ez
"te dar con un marido como los nues-
Tos baya encontrado su amo y señor. Si fuera recapitulándote punto por
pnnto, seria usurpar eso tus derechos;
mas vale seguir mi caletre, y luego quo insultar su arrepentimiento? Créeme, an- si ble hubiera sido todavía, y uo por ello algún perjuicio á los tuyos , y que e n -
para teDer mas trazas de modestia, y que gel m i ó , es menester respetar á I^ura, le babria amado de otro modo. T e abra- tregada á mi nuevo estado fui al princi-
n o juzgues con tan buenas c a r t a s , no V no tratarla. Huir de ella es una aten- zaba á ti cuaudo abrazaba la mas que- pio mas que amiga esposa; pero cuando
quiero hablar al principio de nuestros ción que le debemos las mugeres honra- rida mitad de ti propia, y era fianza de volví á ti te llevé dos corazones en vez
caminantes, ni del correo de Italia. Lo das , porque tendría mucho que padecer la pureza de mis halagos su misma vive- de uno, y despues nunca me he olvidado
peor que me puede acontecer, si eso me con nosotras. za. ¿ Trata asi uua doncella á quien bien de que he quedado sola encargada de
s u c e d e , es tener que copiar mi carta, y Escucha: te dicta tu corazon que no se quiere? le tratabas asi tú propia? N o , satisfacer ambas deudas.
poner el principio al fin. Hablemos de la debe hacer este casamiento ¿ no es eso Julia, en nosotros el amor es tímido y
¿ Que mas te diré , dulce amiga mia ?
pretensa lady Bomston. dictarte que no se hará ?... Nuestro ami- medroso, la vergüenza y el recato son
cuando volvió nuestro antiguo maestro
nuestros incentivos; se manifiesta por
D e este titulo solo me indigno. Ni le g o , d i c e s , no habla de él en su carta... era por decirlo asi un conocimiento nue-
sus rigores , y al punto que transforma
perdonaría á San I'reux que se le dejase ¿ en la carta que dices que escribe ?... vo. Creí que le veia con otros ojos, creí
en favores los h a l a g o s , sabe conocer lo
tomar á esta muger, ni á Eduardo el dár- y dices que esta carta es muy larga ?... que sentía al abrazarle nn estremeci-
qne valen. La amistad es prodiga, pero
s e l e , ni á ti el reconocerle. ¡Julia de V luego vienen las razones de tu mari- miento que hasta entonces no había c o -
parco el amor.
Wolmar recibir en su casa á Lauretta do... Misterioso es tu marido... sois am- nocido. Cuanto mas deliciosa fué para
PLsana ! consentirla junto á ella! a h , bos an par de bribones que de común Confieso que conexiones sobrado inti- mi esta emocíon , mas temor me causó.
hija mia, ¿ piensas en lo que dices ? ¡ Que acuerdo os burláis de m i , pero... Su sen- mas siempre son peligrosas en la edad Me asusté como de una c u l p a , de un
cruel blandura es e s a ! ¿ No sabes que es tir aqui n o era muy necesario ... sobre que teníamos él y y o ; pero teniendo am- afecto que acaso no existia sino porque
mortífero para la infamia el ambiente todo para ti que has visto la carta... y bos el corazon lleno del mismo objeto, ya no era culpado. Pensé mas de lo que
q u e í e rodea? Se atreveria esa pobre des- para mí que no la he visto... porque es- de tal modo nos acostumbramos á colo- convenía que tu amante ya no lo e r a ,
venturada á mezclar con tu aliento el toy mas segura de tu amigo, del mío, qne carle entre nosotros , que á menos de níjiodia serlo, y reconocí sobradamente
suyo ? se atreverla á respirar cerca de ti? de toda la filosofía. aniquilarle no podíamos llegar uno á que era él libre v yo también. Sabes lo
Mas mal á su gusto se hallaría que un otro, la misma intimidad cuya suave demás, amable prima; mis s u s t o s , mis
O t r a ! hete aquí que nos remaneee este
energúmeno que toca una reliquia; una costumbre habíamos tomado, esta inti- escrúpulos los supiste así que yo. Mi
impertinente sin saber como. A fe mía de
mirada tuva la meteria debajo de tierra, midad en otros lances tan peligrosa, en corazon sin esperiencía de tal modo se
miedo de que nos perturbe otra vez, pues
y tu sombra sola la mataría. este fué mi seguro. Nuestros afectos pen- azoraba con un estado para él tan n u e -
que me ha venido á la pluma, es menes-
den de nuestras ideas, y cuando han to- vo , que me echaba en cara mi anhelo
No desprecio yo á Laura, uo plega á ter darle cabo para no tener que men- mado estas cierto g i r o , con mucha difi- por venirme contigo , como si no hu-
Dios tal; por al contrario me pasma, y tarle nunca mas. cultad le varían. Habíamos dicho muchas biera este precedido la vuelta d e tu ami-
la respeto, eso mas que semejante con- No nos perdamos en el país de las ilu- cosas en un tono para que tomaramos go. No me gustaba que estuviese justa-
versión es heroica y rara. ¿ Basta eso pa- siones. Si tú no hubieras sido Julia,si otro , y andado mucho camino para vol- mente donde tanto deseaba yo estar , y
ra autorizar las torpes comparaciones con tu amigo no hubiera s i d o tu amante, ig- vernos airas. El amor gusta de hacer creo que menos hubiera sentido el ver
que te atreves á profanarte tu propia? noro lo que habría sido para m í , ni sé todos sus progresos por sí propio, y no entibiado este d e s e o , que el que n o
Como si en sus mayores flaquezas el ver- lo que yo propia hubiera sido; una cosa se acomoda con que la amistad le ahor- fuera todo entero por ti.
dadero amor n o amparase la persona, é s é , y es que si me le hubiera deparado re la mitad del camino. Finalmente ya
hiciese mas celoso el honor. Pero te en- primero á mí su fatal estrella, á Dios su lo he dicho otras veces , y aun u o tengo Al fin fui a vivir c o n t i g o ; y casi en-
tiendo y te disculpo. Abora se confunden pobre cabeza, y sea yo loca ó no lo sea, motivos para mudar de dictamen , no se teramente me tranquilicé. Me achacaba
á tu vista los objetos distantes y bajos; ciertamente le hubiera vuelto loco. ¿ Pe- cogen besos culpados de la misma boca menos mi flaqueza despues de habertela
desde tu sublime elevación contemplas ro que importa lo que podía yo ser? donde se han cogido ¡nocentes. confesado ; ccrca de ti me la echaba me-
la tierra, y no ves sus desigualdades; y tratemos de lo que soy. Lo primero
nos en cara todavía ; creí que á mi turno
sabe tu devota humildad aprovecharse que yo hice fue amarte. Desde nuestros
En apoyo de todo esto vino el que me habia puesto bajo tu g u a r d a , y cesé
basta de tu virtud. años primeros se absorbió mi corazon en
destinaba el cielo á hacer la efímera fe- de recelar a l g o de mí. Por tu propio
el t u y o ; por muy sensible y tierna que
Norabuena, ¿de que sirve todo eso? se licidad de mi vida. Tú s a b e s , prima, consejo resolví no variar de conducta
haya sido, no supe amar ni tener afectos
sofocan por eso l o s afectos naturales? que era m o z o , bien apuesto , honrado, con él. Es constante que mas recato hu-
por mí propia; todos los mios me vinie-
ejerce menos juego el amor propio? Con- atento, complaciente; no sabia amar biera sido una especie de declaración, y
ron de t i , tú sola fuiste todo para mi,
tra tu voluntad sientes tu repugnancia, como tu amigo , pero lo qne amaba era sobraba con la que se podia traslucir con-
y no viví mas que para ser tu amiga-
la tachas de soberbia, quisieras vencer- j o , y cuando el corazon está libre la tra mí voluntad , sin hacerle una espon-
Esto fué lo que vió la Chaíllot, y por esto
l a , y se la achacas á la opinion. Buena pasión que á uu objeto se dirige tiene tanea. Asi seguí siendo alegre por ver-
me juzgó. Respóndeme, prima, ¿seco-
muchacha, ¿desde cuando consiste en sola siempre algo de contagioso. Yo le di güenza , y libre por modestia. Pero c o -
ganó acaso ?
l a o p i u i o u el oprobio del vicio? Que s o - del mío cuanto de él me q u e d a b a , y mo todo esto se hacia con menos natu-
ciedad te figuras posible con una muger todavía fué suficiente su parte para que ralidad , acaso se hacia también c o n
Miré á tu amigo como á mi herma- de su elección no le pesase. Con esto menos medida. D e alborotada que era
en cuya presencia no se puede nombrar no , bien lo sabes. El amante de mi ami-
la castidad, la honestidad, y la virtud, c que tenía yo que temer ? Confieso que me volví cuteramente loca, y lo que au-
ga fue para mí como el hijo de mi ma- uuidos los derechos del sexo c o n los de mentó mi confianza fué conocer que po-
sin hacerle verter lagrimas de vergüen- dre, y no fué mi razón sino mi corazón
za, sin resucitar sus tormentos, sin casi la obligación causaron por nn instante dia impunemente serlo. Ya sea que el
quien como por tal le reputó. Mas sen-
SEXTA PARTE. 345
ejemplo de verte vuelta en ti me diera de ocuparme en él sin c e s a r , y veia que lar sola, llevándose consigo esta memo- maldito s u e ñ o , hasta que te he visto
mas fuerza para imitarte, ó ya que acri- cinendonie á reírme n o me esponia a ria ? Yo que hice ? perturbé la música ; bien robusta , y que te habían vuelto los
sole mi Julia todo cuanto á ella se acer- verter lagrimas. fué menester b a i l a r , y saqué á bailar al c o l o r e s , y aunque pueda haber habido
ca , me encontré totalmente serena , y A fe m i a , prima , algunas veces he filosofo. Cenamos casi en p í e , velamos
§ n o me quedó de mis primeras emociones
otra cosa que uu afecto suavísimo , á la
creido notar que tampoco le desagradaba basta muy adelautada la n n c h e , me fui
sm que yo lo entienda un ínteres sos-
pechoso en este a n h e l o , es cierto que
mucho á él el juego. No le enfadaba al á acostar bien fatigada, y me llevé en hubiera dado todo lo del mundo porque
it í . f c
verdad , pero blando y apacible , y que falso el enfadarse, y n o se resistía tanto un sueño hasta el otro día. se hubiera dejado ver cuando se volvió
I: nada mas de mi corazon pedía que la á hacer la p a z , sino para que le acari- Asi q u e , tengo razones muy valederas como un tonto. En fin se han disipado
permanencia del estado en que me ba- ciasen uias tiempo. De aqui tomaba yo para no sujetar mi genio ni mudar de mis vanos temores con tu mal color.
ilaba. píe para decirle mil palabras tiernas, ta- estilo. El instante que será precisa esta Tu salud y tu buen apetito han podido
ciendo que me burlaba d e é l ; era una mudanza está tan inmediato que no me- mas que tus búrlelas , y te he visto a r -
S í , querida amiga , tierna soy y sen-
porfia á cual de los dos era mas niüo. rece la pena de anticiparse. Harto breve gumentar tan bien en la mesa contra mis
sible así como t ú , pero lo soy de otro
Un dia que no estabas tú en casa jugaba llegará el tiempo de la circunspección y temores, que se han desvanecido e n t e -
modo : son mis afecciones mas v i v a s , y
al ajedrez con tu marido , y yo al vo- seriedad. Mientras que aun no paso de ramente. Para aumento de dicha vuelve
las tuyas mas penetrantes. Acaso con
lante con la Paca en la misma sala; ella la veintena me despacho á usar de mis é l , y me alegro por infinitas razones.
sentidos mas animados tengo mas me-
ya sabia lo que tenia que h a c e r , y yo

|
dios para alucinarlos, y la misma alegría facultades; porque en pasando los trein- No me asusta su regreso , que me infun-
estaba contemplando á mí filosofo. En ta ya no es una atolondrada sino r i d * de confianza ; y asi que le vea no me
que á tantas cuesta su inocencia ba c o n -
su semblante humildemente ufano, y en cula , y tu Catón zonzorino se atreve a quedarán temores ni por tu vida ni por
servado siempre la mia aunque no siem-
la prontitud de sus jugadas , conocí qoe decirme que no me quedau ya mas que mi sosiego. Prima, consérvame á mi
pre , te lo confieso, sin dificultad. ¿ C o -
tenia buen juego , la mesa era chica, y seis meses para menear la ensalada con amiga, y no teugas pena por la t u y a ;
mo es posible quedarse viuda de mi edad,
salia el damero un poco. Aguardé la mia, los dedos. Paciencia; en pago de ese yo te respondo de ella mientras que tú
y n o echar de ver alguna vez que los
y sin que pareciese que lo hacia de pro- donaire quiero meneársela de aquí á seis le vivas... Pero , Dios m i ó , ¿ que es lo
. dias no hacen mas que la mitad de la
posito, de un reves de la pala derribé al años, y te juro que fuerza será que la que yo tengo que me asusta todavía, y
vida ? P e r o , como tú has d i c h o , y lo
M- esperimeulas , la castidad es un medio
suelo su jaque y mate. En tu vida has
visto ira semejante; tan fuera de sí es-
coma. Pero volvamos á nuestro asuuto. me comprime el corazon, sin saber p o r -
eficaz de ser casta, porque con toda tu que ? ¡ Av , bija mia! ¿ será fuerza que
taba, que habiéndole dado á escoger dar- Si no somos arbitros de nuestros afec- una de las dos sobreviva un dia á la

i!
serenidad no creo que te bailes en un
me una bofetada ó un beso en peniten- tos, á lo menos lo somos de nuestra otra P ¡ desventurada de aquella á quien
caso muy distinto del mió. Entonces
cia , se desvió cuando le presenté la conducta. Sin dnda solicitaria yo del haya de caberle tan cruda suerte ! vivirá
viene mi jovialidad en mi auxilio, y acaso
mejilla. Le pedí p e r d ó n , y fué inflexi- cielo un corazon mas s e r e n o , pero ¡ oja- indigna de la vida , ó estará muerta an-
hace mas en favor de la virtud que las
ble , y me hubiera dejado de rodillas si la que el ultimo dia de mi vida pueda tes de morir.

i
mas graves lecciones hicieran. ¡ O í a n -
me hubiera hincado. De allí á un rato ofrecer al supremo Juez una tan inocen-
las veces en el silencio de la noche,
le jugué otra pieza con que se olvidó de te como la que este invierno he pasado!
cuando no puede una huir de sí propia ¿ Me pudieras decir á que santo vie-
la primera, y quedamos mas amigos qne En verdad que nada me achacaba mi
he cspelido ideas importunas meditando nen tantas lamentaciones? Al diablo con
antes. conciencia al lado del único hombre que
búrlelas para el siguiente dia ! cuantas estos pánicos terrores, que n o tienen
veces me he librado de los riesgos de podia hacerme cometer culpa. Querida
sentido común ; en vez de hablar de
una conversación á solas diciendo una mia, no es lo mismo desde que se ha
Con otro método infaliblemente bu- muerte, hablemos de boda, que será
prontitud estravagante ! Ten , querida, ausentado, me be acostumbrado á pen-
biera yo librado roas m a l , y una vez co- mas divertido. Mucho tiempo hace que
cuaudo una es flaca, siempre llega un sar en él durante su ausencia v pienso
nocí que si hubiera llegado el juego á le ha ocurrido esa idea á tu marido, v
instante que se convierte en seriedad la á cada instante del dia , y ballo'mas pe-
ser serio , hubiera podido serlo en de- si no me hubiera hablado de e l l a , aca-
alcgria , y no llegará para mí este ins- l o s a que su persona su imagen. Si es-
ÍrP#íf masía, y fué una tarde que nos acom- tá presente no soy mas que l o c a , que
s o nunca me babria ocurrido á mi p r o -
tante , esto creo tocarlo, y que te puedo
lili rr
responder de ello.
pasaba aquel dúo tan sencillo y tan
afectuoso de Leo : Vado a morir ben
mió. Tú cantabas con bastante negligen-
vuelva y no le temo.
pia. Desde entonces he pensado alguna
vez en e l l o , y siempre con desden. Quita
allá que avieja eso á una viuda moza. Si
Con el sentimiento de su ansencia se
Despues de esto te confirmo con toda
cia, pero no asi y o ; y como tenia una ha unido la inquietud que me causó su tuviera hijos del segundo marido me
i
libertad cuanto en el Elíseo te dije acerca
mano apoyada en el c l a v e , en el instan- sueño. Si se lo atribuíste al a m o r t a d o creeria abuela de los del primero. T a m -
de la inclinación que he sentido nacer y
te mas patético, cuando estaba movida te equivocabas; la amistad tenia parte bién me parece que no te tomas pora
isif "¡|-4; toda la felicidad que este invierno he
vo misma, rae aplicó en ella un beso que ea mi tristeza. Desde que se partió te licencia brindando asi con tu amigo, y
disfrutado. Me dejaba arrastrar con mas
sentí en mi corazon. Yo no sé lo que »1 amarilla y demudada, y á cada ins- mirando esta resolución como efecto de
' 1 T r gusto del embeleso de vivir con todo
son los besos del amor, pero lo que si ünte me pensaba verte caer mala. Yo tu benigna caridad. Pues ahora b i e n ,
cuanto amo , viendo que nada mas d e -
puedo decir e s que nunca la amistad, oo soy crédula sino medrosa. Bien sé yo te aseguro, v o , que todas las razo-

gM
seaba. Si hubiera durado siempre este
ni aun la nuestra, ba dado ni recibido que un acontecimiento no le motiva un nes fundadas en tus oficiosas diligencias
tiempo , nunca hubiera deseado otro. Mi
beso semejante. Pues b i e n , hija mia, soeño; pero siempre tengo miedo de n o equivalen á la mas flaca de las mias
alegria procedía de contento, y no de
¿ despues de un momento como este, que suceda despues del sueño. Apenas contra segundo matrimonio. Hablemos
artiGcio. Convertía en travesuras el gusto
que vieue a ser de u n a , si se va a cao- Sl
me ha dejado sosegar una noche este con serenidad.

Efe: í ¡ r a
No tengo yo pecho tan bajo que r e - ¿Quien te ha dicho que vendrían de mí mejor qne yo propia ; tanto como yo de- juro que si la de Ilenrieta no la pougo
pute por razón la vergüenza de retrac- sola todas las dificultades ? Para res- seas mi honor y mi felicidad, y eu la á nivel de la tuya , es-porque vale mu-
tarme de un empeño temerario conmigo ponder de aquel á quien compete este calma de las pasiones la razón te mos- cho m a s , y porque ni tú ni yo escribi-
sola contraído, ni el temor de hablillas, empeño ¿ no has consultado mas que tu trará mas bien donde debo hallar uno remos en nuestra vida cosa tan linda. Y
cumpliendo con mi obligación, ni la d e - poder y tus deseos ? ¿ Aun cuando esto, v otra. Asi encargate de mi conducta, luego tendrán el descaro de tratar á este
sigualdad de caudal en un raso en que el vieses cierta de su consentimiento no que te fio su entera dirección. Volvamos porteuto de impertinentuela. A h ! por
mas honrado de los dos e s aquel á quien tendrías reparo ninguno en ofrecerme a nuestro estado natural, y cambiemos cierto que no es mas que mera envidia.
se allana el otro á deberle el suyo; pero , un corazon exhausto ya con otra pasión? las dos de o f i c i o ; mejor libraremos en- Efectivamente, ¿ t e vemos nnnea hincada
sin repetir lo que tantas veces acerca ¿ Crees que se deberia contentar con él trambas. Gobierna t ú , yo seré d ó c i l ; á de rodillas delante de e l l a , besándole
de mi genio independiente y de ini natu- el raio, y que podria yo ser feliz con tí te toca querer lo que yo he de hacer humildemente ambas manos , una des-
ral aversión al yugo del matrimonio te un hombre que conmigo no lo fuese? y á mí hacer lo que tu quieras. Con- pues de otra ? Gracias te sean d a d a s , ya
tengo d i c h o , me atengo á una objecion Prima, piénsalo mejor; sin exigir mas serva mi alma resguardada deutro de la la tenemos modesta como una virgen, v
s o l a , y la saco de aquella voz tan sagra- amor que el que puedo yo misma sentir, tova : ¿ á que viene que tengan dos las grave como un Catón, respetando á todo
da , que uadie mas que yo en este mun- todos cuantos afectos doy quiero queme inseparables ? el mundo , hasta á su madre; nada de
do respeta. Destruye, p r i m a , esta ob- los p a g u e n , y soy sobrado honrada mu- cuanto dice hace reír ; lo que escribe
Ahora bien volvamos á nuestros c a -
jecion , y me rindo. En todos esos juegos ger para avenirme á uo gnstar á mi vaya todavía. Por eso desde que he des-
minantes. Pero ya tanto he hablado del
que tanto te asustan está sosegada mi marido. ¿ Que fiador tienes de tus espe- cubierto este talento nuevo , antes que
uno, que no me atrevo á hablar del otr»,
conciencia : la memoria de mi marido no ranzas? Cierta satisfacción en verme que eche á perder sus escritos como sus pa-
temiendo que se haga sobrado de notar
me hace sonrojarme, me complazco en puede nacer de la amistad s o l a , cierto labras, pienso establecer desde su cuarto
la diferencia de e s t i l o , y que hasta la
llamarle por testigo de mi inocencia : rebato efímero que en nuestra edad pue- al mió un correo de Italia , cuyas cartas
amistad que al inglés le profeso signifi-
¿ y porque he de temer hacer delaute de ser fruto de la diferencia de sesos, n o nos las hurtarán cu el camíuo.
case mucho en favor del suizo. ¿ Y luego,
de su imagen todo cuanto hacia antes en ¿ basta con esto para fundarlas ? Si hu-
qne se ha de decir sobre cartas que no
su presencia? Seria lo mismo, ó Julia, biera producido este rebato algún afec- A Dios , primita. Adjuntas van res-
se han visto ? debias haberme enviado á
si quebrantase los sagrados empeños to duradero, es creíble que le hubiera puestas que te enseñaran á que respe-
lo menos la de milord Eduardo ; pero
que nos uoieron; si me atreviese á j u - disimulado no solo á mí sino á t i , sino tes mi crédito renaciente. T e quería ha-
no te has atrevido á enviarla sin la otra,
rar á otro el amor eterno que á él le á tu marido, que no hubiera dejado de blar de este país y de sus moradores,
y has hecho muy bien... Sin embargo
juré tantas veces; si indignamente divi- escuchar esta confianza con oídos pro- pero es preciso concluir este p r o c e s o ;
mejor hubieras podido hacerla a u n . . . A h !
dido mi corazon robase á su memoria lo picios ? He dicho nunca palabra á nadie? y luego me has embrollado la cabeza
íivan las dueñas de veinte a ñ o s , que
que á su sucesor d i e s e , y no pudiese En nuestras conversaciones á solas se con tus d e v a n e o s , y el novio ha hecho
son mas tratables que las de treinta!
sin ofender á uno de los dos cumplir ha tratado nunca mas que de ti ? se ha que casi me olvidara de los huespedes.
con lo que al otro d e b e ? Esta misma tratado nunca de mí en las vuestras? Es menester que á lo menos me v e n - Como auu nos. tenemos que detener aquí
¿ Puedo imaginarme que sí hubiera te- gue diciendotc lo que con tu soberana cinco ó seis dias m a s , y en ellos ten-
nido acerca de esto algún penoso secre- prudencia has grangeado, y ha sido ha- dré tiempo para examinar con mas aten-
i m a z e n , ahora tan amada me, -infundiría to que guardar no hubiera nunca cono- ción lo poco que he visto , 110 perderás
cer que se me figure la carta consabida...
solo asombro y t e r r o r , vendría sin c e - cido vo la violencia que se hacia, ó que nada en la tardanza , y puedes contar
sar á acibarar mi felicidad, y su memo- Esa carta tan cien veces mas tan,
110 hubiera dejado exhalar alguna impru- con e l segundo tomo antes de mi salida.
ria que es el embeleso de mi vida se que lo que realmente es. De rabia me
dencia ? Finalmente aun despues de su
volvería sn torcedor. ¿ Como serias tú ejercito en llenarla de cosas que 110 pue-
ausencia, de cual de nosotras dos habla
osada á hablarme de dar sucesor á mi de haber. Anda ; si no me veo idolatrada CARTA I I ! .
mas en sus cartas? cual le oeupa aun
marido , cuando has jurado que no en ella , tú me pagarás todo cuauto fal-
en sueños ? Estraño que creas qne soy DE MILORB EDUARDO AL SEÑOR DE
se le darías nunca al tuyo, como sí las tare.
sensible y tierna , y que te imagines que WOLMAR.
razones que rae alegas fueran menos no be de decir todo esto dentro de mi. De verdad que no sé como despues
aplicables á ti en semejante caso ? ¡ Los Pero conozco muí bien tus maulas, chi- de todo esto te atreves á hablarme del No , amado Wolmar , no se ha enga-
dos se quisieron ! peor es eso. ¡ Con que quita mia: para arrogarte el derecho de correo de Italia. Me pruebas que no fué ñado V. el mozo es seguro.; pero yo 110
indignación veria á un hombre que amó represalias me acusas de haber preser- mi yerro el aguardarle, mas sí el no lo soy m u c h o , y en poco ha estado el
usurpar sus derechos y hacer infiel á su vado en otro tiempo mi corazon á costa aguardarle suficiente tiempo. Un pobre eostarme cara la esperiencia que de esto
muger! En fin, aun cuando fuese cierto del tuyo. Pero no me engañas con esas miserable cuartcjo de hora m a s , é iba a me ha coníeucido. Sin él me rendia yo
que ya oo le debo nada á él mismo, ¿no arles. recibir el lío de c a r t a s , le cogía la pri- propio á la prueba que se habia dcstí
debo nada tampoco á la cara prenda de raerita, lo leia todo á mi s a b o r , y era nado. V: sabe que por satisfacer su gra-
su amor? y puedo creer que me h u - la mia e l hacerme de rogar para soltar- titud , y ocupar en objetos nuevos su
biera querido por muger si hubiera pro- las. Las uvas están agraces. Me guar- corazon , afectaba que creía este viaje
nosticado que espondria yo un dia á su Ahí tienes toda mi c o n f e s i o n , prima, da V. dos cartas, pero tengo otras dos, mas importante de lo que era en efecto.
hija a verse confundida con los hijos de te la he hecho para darte luces , y no que mas que creas lo que quisieres , n o Inclinaciones antiguas con que quería
otro ? para contradecirte: ahora me falta de- las daría por la otra, aunque esté ates- contemplar, y una costumbre inveterada
clararte mi determinación sobre el asun- tada de todos los tañes del mundo. T e que seguir otra vez , junto con lo que
Dos palabras mas y be concluido. to. Mi interior ya le sabes lo mismo y
LA NUEVA HELOISA
SEXTA PABTE.
tenia conexion c o n San Preux , esto era gloria d e s n amigo , en uno y otro caso alegraba la esperanza de unirse con el Vencida por los rebatos de su rabia
todo cuanto me persuadia á emprender estaba hecha la prueba , y juzgado so que tanto babia amado. Bien leia la mis- la marquesa cayó m a l a , y no se volvió
este viaje. Decir el postrer vale á las corazon. ma ternura en sus miradas, pero con esta á levantar: aqui fué e l termino de sus
amistades de mi m o c e d a d , tener perfec- Al principio le encontré cual yo de- ternura no briilaba alegría ninguna cuan- tormentos ( 1 ) y de sus delitos. No pude
tamente sano á mi a m i g o ; este era todo seaba , resuelto contra el proyecto que do me v e i a , siempre reinaba la tristeza. saber de su estado, sin afligirme; envié
el fruto que de él pretendía sacar. fingía yo tener, y armado con todas las Con frecuencia en los mas suaves ensan- al doctor Eswin; San Preux fué de mi
Le he dicho á V. que había dado in- razones que me debían retraer de casar- ches de su corazon la veia clavar los parte, pero n o quiso ver ni á uno ni á
quietud el sueño de Villanueva, y me me con Laura. Estas razones mejor que ojos á escondidas en el j o v e n , y á esta otro , ni siquiera quiso oir hablar de mí,
hizo entrar en sospechas acerca de los él las veia yo , pero la veía sin cesar á mirada se seguían algunas lagrimas que y me cargaba de horribles imprecaciones,
cstremos de alegría á que se había aban- ella , y la veia tierna y afligida. Entera- procuraba ocultarme. Por fin á tanto lle- siempre que oía mentar mi nombre. La
donado , cuando yo le dije que podía mente desprendido mi corazon de la mar- gó el misterio que empezó á darme en lloré, y sentí que se iban á abrí r de nue-
educar á sus hijos de V. y pasar con V. quesa se fijó con este trato continuo. En que pensar. Considere V. mi asombro: vo mis heridas. Todavía pudo mas la r a -
su vida. Para ' observarle mejor en las los afectos de Laura encontré motivas ¿que podía presumir? Habia abrigado zón , pero hubiera sido el mas ínfimo de
efusiones de su corazon había removido para aumentar la amistad que me habia una sierpe en mi seno ? ¡Hasta donde 110 los hombres, si hubiera pensado en casar-
primero sus dificultades, declarándole inspirado. Me avergoncé de sacrificar a eran osadas á llegar mis sospechas, v á me mientras que estaha agonizando m u -
que yo mismo me establecería con V. y la opinion que despreciaba la estimación pagarle su antigua injusticia! Que flacos j e r que tanto habia querido. T e m i e n d o
110 dejando asi á su amistad misma nin- que á su mérito debia; ¿ y no babia tam- y desventurados somos los mortales! n o - Sao Prenx que n o pudiera resistirme al
guna objecion que o p o n e r ; pero otras bién contraído obligaciones con ella por sotros nos labramos nuestros propios ma- cabo al deseo de vería, me propuso el via-
nuevas determinaciones me hicieron mu- las esperanzas que le habia d a d o , sino les. ¿ Porque nos quejamos de que nos je de Ñapóles, yo vine en él.
dar de estilo. con mis palabras , á lo menos con mis atormenten los malos, si tambieu los bue-
atenciones ? Sin haber prometido nada, nos entre sí se atormentan ? Dos dias despues de nuestro arribo, le
Apenas hubo visto tres veces á la mar- no cumplir nada era engañarla; y era vi entrar en mí cuarto con un semblante
quesa, cuando estuvimos acordes acerca inhumano este engaño. Finalmente unten- Todo esto paró en acabar de resolver- austero y g r a v e , y una carta en la m a -
de ella. Por desgracia de ella quiso c o - dose con mi inclinación cierto genero me. Aunque yo no supiese descifrar este no. Yo g r i t é : ¡ la marquesa es muerta !
becharle , y no hizo otra cosa que des- de obligación, y pensando mas en mi fe- enredo, veia que siempre era firme el Pluguiere á D i o s ! replicó con frialdad;
cubrirle sus malas artes. Desventurada! licidad que en mi g l o r i a , concluí aman- corazon de Laura, y esta prueba me la mas vale n o existir, que existir para obrar
que de grandes prendas sin virtud! cuan- dola por raciocinio, resolví seguir la fic- bacía querer mas. Me proponía esplicar- mal: pero no he venido á hablar de ella;
to amor sin b o n o r ! Este encendido amor ción hasta donde llegar p u d i e s e , y ann me con ella antes de la conclusion, pero escúcheme V. Esperé en silencio.
me m o v í a , me cautivaba, y mantenía el hacerla e f e c t i v a , si n o podía zafarme quería esperar hasta el postrer instante
mió; pero se tiñó del colorido de su ne- de otra manera sin injusticia. Milord, me dijo, cuando V. me honró
para tomar antes por mí todas las noti-
gra a l m a , v me horrorizó al cabo. No con el santo nombre de a m i g o , me e n -
cias posibles, resuelto á convencerle v
se volvió á tratar de ella. señó á serlo. He desempeñado la función
convencerme; finalmente á llegar hasta
No obstante, se aumentaba mi inquie- que me babia fiado, y viendo que iba V.
Cuando hubo visto á Laura , y c o n o - el fin antes de decirle nada, ni de tomar
tud acerca del joven, viendo que no de- á olvidarse he debido volverle en si. So-
ció su corazon , su hermosura , su talen- determinación ninguna concerniente á él,
sempeñaba con toda su energía la comi- lo con una cadena ha podido romper la
to , y aquel apego sin ejemplo muy ca- pronosticando inevitableun rompimiento,
sión de que se habia encargado. Se opo- otra, y ambas eran indignas de V. Si solo
paz de hacerme f e l i z , me determiné á y no queriendo contrapesar con sospe-
nía sí á mis ideas, desaprobaba el lazo de una boda desigual se hubiera tratado,
servirme de ella para conocer bien el chas mi buena indole y veinte años de
que quería yo formar; pero se oponía de habría dicho: piense V. que es par de In-
estado de San Preux. Si rae desposo con honor.
un modo remiso á mi naciente inclina- glaterra , y renuncie a los honores del
Laura , le dije, n o es mi animo llevarla ción , y con tantos elogios d e Laura me
Nada de cuanto entre nosotros suce- mundo ó respete la opinion. ¡ Pero un
á Londres , donde pudiera conocerla al- hablaba que disuadiéndome al parecer
día ignoraba la marquesa. Tenia espias matrimonio v i l ! . . . V . ! _ . Elija mejor á sn
guien , sino á uu paraje donde saben de casarme con ella aumentaba la incli-
en el convento de Laura y alcanzó á ave- esposa. N o basta que sea virtuosa d e b e
acatar la virtud en cualquier sugeto que nación que le tenia. Sobresaltáronme es-
riguar que se trataba de casamiento. No ser sin máncba... No es fácil encontrar la
se b a i l e , V. desempeñará su cargo , y tas contradicciones. No le encontraba
fue menester mas para despertar su furia; muger de Eduardo Bomston. Vea V. lo
seguiremos viviendo juntos. Si uo me tan entero como hubiera debido serlo,
me escribió cartas fulminantes. Mas hizo que he hecho.
caso con e l l a , es tiempo de retirarme. parecía que n o se atrevía á contra res-
que escribir; pero como no era la pri-
Ya V. conoce mi casa del condado d e tar de firme mi dictamen; se doblaba Entregóme entonces la carta. Era de
o r a vez, y estabamos sobre aviso, fueron
O x f o r d , y V. elegirá entre colmar al contra mi resistencia, tenia miedo de Laura, y no la abrí sin emoción. «Ha ven-
•»fructuosas sus tentativas. Solamente tu-
hijo de uno de sus amigos ó acompañar enfadarme; y á mi ver le faltaba para cum- cido el a m o r , me d e c í a , ha querido V .
re la satisfacción de ver que en un lance
al otro á su soledad. Dióme la respuesta plir c o n su obligación aquella intrepidez desposarse conmigo, y estoy satisfecha. Su
sabia San Preux arriesgar su persona, y
que era de e s p e r a r , pero yo quería ob- que es propia de los q u e la aman. amigo de V. me ha dictado mi obliga-
00 hacía aprecio de su vida cuando de
servar su conducta , porqnc si por vivir c i ó n , y cumplo con ella sin sentimiento
librar la de un amigo se trataba.
en Clarens favorecia un casamiento que Aumentaron mi desconfianza otras ob- Deshonrándole á V. hubiera vivido feliz'
hubiera d e b i d o desaprobar si en este servaciones , s o p e que tenia con Laura
lance delicado prefería á su felicidad la conferencias secretas, y notaba entre los (1) Por la carta de milord Eduardo arriba suprimida se ve que creia este
dos señales de que se entendían. No la ye las almas de los malos se aniquilaban despues de su muerte.
350 LA NUEVA HELOISA, SEXTA PARTE. 351
dejándole su g l o r i a , creo que me cabe que sea, á todas partes te s e g u i r é , jura- Despues del empeño que ha coutraido I tentado un a m i g o , aunque , si va á de-
parte de ella. El sacrificio de toda mi f e - mento solemne hago en presencia del San Preux, no me queda otro medio de | cir verdad, muchas veces es mas llaco
licidad á tan cruel obligación hace que Dios vivo; no te dejo hasta la muerte. retenerle cerca de V . que vivir también ! quien en otro se apoya que quien s o -
olvide la ignominia de mi juventud. A Movióme el celo y el fuego de este yo propio, y si alguna vez estuviera él | lo consigo cuenta. Confieso sin cm-
D i o s ; desde este instante dejo de estar ardiente mozo que en sus ojos rcplande- de sobra bastaría con que yo me au- : bargo que me sobresaltó la ultima carta
en poder de V. y en el m i ó ; á Dios para cian, y me olvide de Laura y la marque- sentara. La única dificultad que me que- [ de V. en que me avisaba su casamiento
siempre. O Eduardo! uo me desespere V. sa ¿ Que puede sentir en el mundo quien da consiste en mis viajes á Inglaterra; con l^anra como negocio enteramente
en mi retiro; escuche mi postrer d e s e o ; conserva un amigo ? También vi por la porque aunque no conservo crédito nin- concluido. No obstante lo positivo del
no dé á ninguna otra un puesto que yo resolución que sin vacilar tomó en este guno en el parlamento, basta que sea anuncio , dudé del s u c e s o , y si me h u -
n o he podido ocupar. Un corazon habia lance que estaba radicalmente s a n o , y no miembro d e él para cumplir con mi biera engañado en mis esperanzas no
en el inundo formado para V. y era el de habia V. perdido sus afanes; finalmente obligación mientras viva. Pero tengo un hubiera vuelto á ver en mi vida á San
I j u r a ». me atrevo á creer por el deseo que tan colega y amigo seguro á quien puedo Prcus. Vds. dos han hecho lo que de uno
de veras ba manifestado de vivir junto a encomendar mi voto en los asuntos o r - y otro esperaba, y han justificado tan
N o me dejaba hablar la agitación. dinarios. En los lances que crea que cumplidamente el juicio que de los dos
m í , que mas adicto está á la virtud que
Aprovechóse de mi silencio para decir- debo bailarme yo propio podrá acompa- me habia formado, que los veo con la
á sus antiguas inclinaciones. Asi que pue-
me que despues de mi partida habia to- ñarme nuestro discípulo , é ir con los mas viva satisfacción que vuelven á nues-
d o llevársele á V. con entera confianza.
mado el habito en el convento donde es- suyos cuando sean algo grandes, y quie- tros primeros conciertos. Vengan Vds.,
> í , amado Wolmar, es digoo de educar
taba en pensión, que informada la corte ra V. fiárnoslos. Estos viajes no pueden hombres raros, á aumentar v participar
á hombres, y lo que mas e s , de vivir en
de Boma de que iba á casarse con un lu- menos de serles útiles, y no serán tan la felicidad de esta casa. Sea lo que fue-
casa de V.
terano habia dado orden de que no me largos que aflijan á su madre. re de la esperanza de los creyentes en
dejasen verla,y me confesó ingenuamente Pocos dias despues supe la muerte de la otra vida, yo gusto de pasar esta con
qne todas estas diligencias las habia prac-la marquesa. Mucho tiempo hacia que No he enseñado esta carta á San e l l o s , y veo que me acomodan Vds. mas
ticado de acuerdo con ella. No me opuse habia muerto para m í , y no rae movió Preux ; no se la enseñe V. toda entera á como son , que si tuvieran la desgracia
á los proyectos de V., continuó, con tanta esta perdida. Hasta ahora habia mirado sos señoras; el proyecto de esta prueba de pensar como yo.
fuerza como babria podido, temiendo que el matrimonio como una deuda, que ca- no conviene que le sepan mas que V. y
volviese á la marquesa, y queriendo frus- da uno cuando nace coutrae con la espe- yo. Pero no les disimule V. nada de
trar esta antigua pasión con la de Laura. En cuauto a lo demás, ya sabe V. lo
cie humana y con su país; y habia re- cuanto á mi digno amigo honre, aunque que le dije acerca de San Preux cuando
Cuando vi que iba esta mas allá de los suelto casarme mas que por gusto por sea á mi costa. A Dios , querido W o l - se marchó. Para apreciarle no necesita-
limites que convenian, invoqué primero obligación. He mudado de dictamen. La mar. Envió á V. los diseños de mi pa- ba la prueba de V. porque tenia hecha
la razón; pero habiendo grangeado con obligación de casarse n o e s común de to- bellón. Reforme V. y mude lo que le la mia , y creo que le conozco cuanto
mis propios yerros sobrado derecho para d o s ; en cada hombre pende del estado parezca , pero baga que trabajen desde puede un hombre conocer á otro. Ade-
desconfiar de ella, sondeé el corazon de en que le ha colocado la suerte; al pue- atora si puede ser. Queria quitar el sa- mas tengo mas de un motivo para con-
Laura, y encontrando en él toda la gene- b l o , al artesano, al labrador, á los hom- lón de música, porque se han apagado tar con su corazon , y muv mejores fian-
rosidad inseparable del verdadero a m o r ,bres verdaderamente útiles nu les es lici- mis gustos 'todos, v no me curo va de na- zas de él que él propio. Aunque parece
me valí de ella para persuadirla al sacri- to el celibato; á las clases que en las da ; per« le dejo á ruegos de San Preux, que quiere imitar á V. renunciando al
ficio que acaba de hacer. La confianza demás dominan, hacia las cuales todo que se propone ejercitar en este salón matrimonio, acaso hallara V aqui quien
de no ser de hoy mas objeto del desprecio gravita sin cesar, y que siempre están á sus hijos de V. También recibirá V. le persuada á que varié de sistema.
de V. ba dado realce á su v a l o r , y la ha
sobrado llenas, les es licito, y aun con- algunos libros para aumentar su biblio- Cuando esté V. de vuelta me esplicaré
hecho mas digna de la estimación de su veniente ; sin lo cual no hace mas que teca. ¿ Pero que bailará V. de nuevo en mas claro.
amante; ha cumplido cou su obligación, despoblarse el estado con la muchedum- los libros? Oh Wolmar! nada mas le
cumpla V. con la suya. bre de individuos que le son gravosos. falta á V. para ser el mas sabio ide los Pasando a hablar de V. encuentro sus
Siempre tendrán los hombres amos de so- mortales que aprender á leer en el de distinciones sobre el celibato enteramen-
Arrimándose entonces á mi con fervor, bra, y antes faltarán en Inglaterra labra- la naturaleza. te n u e v a s , muy sutiles, y aun las creo
me dijo estrechándome con su pecho: dores que pares. acertadas para el politico que pesa las
amigo, en la suerte común que nos envia respectivas fuerzas de uo estado para
el cielo leo la común ley que nos pres- Asi me creo libre y dueño de mi pro- CARTA IV. mantener su equilibrio. Pero no s é si
cribe. Pasó el reino del a m o r , empiece pio en la condicion en que quiso el conforme á los principios de V. tendrían
DEL S E Ñ O R DE WOLMAR A MI LORD
el de la amistad; mi corazon solo su sa- cielo que naciera. D e mi edad ya no se fundamento suficiente para dispensar á
EDUARDO.
grada voz escucha , y no conoce otra resarcen las perdidas que ha hecho a los particulares de su obligación con la
cadena que la que contigo me une. Es- c o r a z o n ; por tanto la consagro á culti- Vo aguardaba, querido Bomston, ese naturaleza. Parece <jue es la vida un
coge la mansión que quieres habitar: Cia- var lo que me q u e d a , y en parte ningu- desenlace de las largas aventuras de V. bien que se recibe con la pensión de
rais, Oxford, Londres, Paris ó Boma; na lo puedo reunir como en Clarens. Cosa muy estraña hubiera sido que ha- trasladarle a o t r o , una especie de sus-
cualquiera me acomoda, con tal que vi- Asi admito todas las ofertas de V. coa biendo V. resistido tanto tiempo á sus titución que debe pasar de generación
vamos juntos. V e , ven adonde quieras, las condiciones que debe poner á ellas •oclinacioncs hubiera aguardado para en generación , y que todo aquel- que
busca nn albergue en cualquier paraje uta. dejarse vencer á que le hubiera s u s - ha tenido padre está obligado á serlo.
mi caudal para que no me sea IP'
LA JiUKVA HELOISA SEXTA PARTE.
Esle era hasta ahora su sentir de V. y dos los que piensan que tienen una y DO Tampoco te diré nada... Pero tanto no ver. lin estilo difuso que siempre enfa-
una <le las causas de su viaje; pero ya tienen mas que un pais. Yo por mí co- decirle nada fuera nunca acabar. Hable- d a , argumentos, exordios, algo de ade-
sé de donde viene esta lilosofia, y en la nozco que sí en este hubiera nacido ten- mos de algo para despachar mas presto. rezo, algunas veces frases, rara vez li-
esquela de Laura he visto un argumento dría el alma enteramente romana , pero El ginebríno es el pueblo del mundo gereza , nunca aquella natural sencillez
á que el corazon de V. no halla replica. qne menos oculta su caracter, y que que dice lo que se siente antes de lo que
no sería tan atrevida que ahora dijese:
La primita está ocho ó diez dias hace Roma no en Roma, toda está conmigo-, mas breve se cnnoce. Sus costumbres v se piensa , y da tanto valor á lo que d i -
en Ginebra con su familia para comprar hasta sus vicios van unidos con since- ce. En vez de que el francés escribe
frioleras y para otros asuntos ; la espe- y me temería que por mera malicia pen- ridad. Conoce que es naturalmente bue- como h a b l a , estos hablan como escri-
ramos de uu dia para otro. A mi mu- saras tú lo contrario. ¿ Pero á que viene no, y le basta esto para que no tema de- b e n , disertan en vez d e p l a t i c a r , v
ger he dicho cuanto de la carta de V. R o m a , y dale con Roma ? Quedémonos jarse ver como es. Tiene generosidad, creeria uno que están sustentando al-
debía saber. Por el sefior Miol supimos en Ginebra. juicio y penetración , pero mucho apego gunas conclusiones. Distinguen , d ivi-
que se fiabia desbaratado la boda , p e - al dinero ; defecto que atribuyo yo á su d e n , tratan por puntos la conversación,
Nada te diré del aspecto del pais. Se
ro no sabia ella la parte que en este parece al nuestro, con la diferenciare situación que se le hace necesario, por- gastan en sus platicas el mismo método
suceso habia tenido San Preux. Esté V. ser menos montuoso, mas campestre, y que no bastaría el territorio para man- que en sus libros ; por fin SO n autores,
cierto de que siempre sabrá con el mas que no están tau cerca las queseras (I). tener á los moradores. y siempre autores. Parece cuando ha-
vivo jubilo cuanto él haga para mere- Tampoco te diré nada del gobierno; blan que están leyendo , según obser-
De aqui viene que los ginebrinos des-
cer los beneficios de V. y justificar su q u e , si Dios no te favorece, de sóbrate van las etimologías y hacen sonar con
parramados en Europa para enriquecer;«
estimación. Le he enseñado los diseños hablará de él mí padre, que todo el dia fuerza las letras t o d a s ; en fin su tono
imitan los estilos de los sugetos de alta
del pabellón de V . , y los encuentra del se lleva politicando con los magistrados siempre es elevado, sus razonamientos
gerarquia estranjeros, y después de ha-
mejor g u s t o ; sin e m b a r g o , baréaios al- en el jubilo de su c o r a z o n , y ya le veo arengas, y platican como si predicasen.
berse contagiado con los vicios de los
gunas variaciones que requiere el sitio, muy escandalizado de que tan poco ha-
paises donde ban vivido (1) se los traen
y harán mas comoda la habitación , y ble de Ginebra la gaceta. Puedes por Lo estraño es que con este tono dog-
al suyo en triunfo. Asi el lujo de los
que V. ciertamente aprobará. Aguarda- mis cartas venir en conocimiento de sos mático y frió son vehementes, impetuo-
demás pueblos bace que desprecien su
mos el dictamen de Clara antes de to- conferencias : cuando me enfadan me sos , y tienen pasiones muy ardientes , y
sencillez antigua; les parece chabacana
car á él, porque V. sabe que nada puede e s c a p o , y te fastidio á ti para distraer- dirian bastante bien las cosas afectuosas
la altiva libertad, y se fraguan grillos
hacerse sin ella. Entretanto h e puesto me yo. si no lo dijesen t o d o , ó si hablasen solo
de plata, no como cadena, sino como
ya gente á trabajar, y espero que antes á los oídos; pero son tan inaguantables
arreo.
del invierno esté ya la albañileria mny T o d o cuanto de sus dilatadas conver- sus puntos y comas, y pintan con tanta
adelantada. saciones se me ha quedado ba sido ma- Va bien ; ¿ no estoy ya otra vez meti- pausa tan vivas e m o c i o n e s , que cuando
cha estimación al juicio sano que en da en esta descomulgada politica ? Me ban acabado de hablar preguntarla uno
pierdo, me abogo en ella , estoy meti- de buena gaoa en torno de ellos donde
Doy á V. gracias por sos libros , pero esta ciudad reina. Contemplando la ac-
da hasta la c a b e z a , y no sé como salir está el que siente lo que han descrito.
ya no leo los que e n t i e n d o , y es muy ción y reacción mutua de todas las par-
tarde para aprender á leer los que no tes del estado que en equilibrio le con- del atolladero. No oigo hablar de otra
Escucha, es menester que te diga en
Sin embargo menos ignorante soy de lo servan , no puede dudarse que hay mas cosa , sino es el tiempo que no está
confianza que estoy cohechada para pen-
que V. rae imputa. Para mi el verda- arte y talento verdadero gastado en el' mi padre en casa, que no es mas que á
sar bien de sus corazones y creer qne
dero libro de la naturaleza e s el cora- gobierno de esta pequeña repnblica qoe la hora que viene el correo. N o s o t r o s ,
tienen gusto fino. Sabrás, aqui entre las
zon humano , y la prueba de que sé leer en el de ios mas vastos imperios, donde hija mía, somos los que traemos aqui
dos, que¡un lindo caballero por casar , y
en él es la amistad que á V. le profeso. todo se sustenta por su propia masa y este maligno influjo , que en lo demás las
dicen que muv r i c o , me honra con sus
puede un necio manejar las riendas del conversaciones del pais son útiles y va-
obsequios, y con espresiones de mucha
e s t a d o , sin que pare el curso de los nadas , y no se aprende cosa ninguna
CARTA V. terneza , y sin darme pie para que vaya
negocios. T e respondo que no Seria lo en los libros que no se pueda aprender
á buscar á otra parte el autor de lo
D E I.A S E Ñ O R A D E O R E E A LA S E Ñ O R A D E mismo aqui. Nunca oigo hablar á mi aquí en la conversación. Como en otro
que me dice. Ah ! si hubiera venido año
WOLMAR. padre de todos esos grandes ministros tiempo penetraron las costumbres in-
y medio atras, que diversión hubiera
MUCHOS agravios, prima, tengo que de las grandes cortes , sin acordarme de glesas basta este p a i s , viven en él los
sido para mí hacer mí esclavo de un
articular contra este p a i s , y el mas g r a - aquel pobre músico que con tanta ufania hombres todavía algo mas separados de
s o b e r a n o , y que perdiera la cbabeta un
ve es qne da ganas de quedarme en él. alborotaba en nuestro organo grande de las mugeres que en el nuestro, y c o n -
Magnifico señor-' (a). Pero ahora la mía
La ciudad es preciosa, los moradores Lausana, y se creía un músico muy há- traen entre ellos un tono mas grave, y
no anda bastante derecha para que me
hospitalarios, decentes las costumbres, bil porque métia mucho ruido. Estas en general mas solidez en s o s razona-
guste la burla, y veo que con mi razón
mientos. Pero esta ventaja Irae sus in-
y la libertad, que amo yo sobre todas sientes no tienen mas que una espineta se han ido todas mis locuras.
pequeña , pero saben sacar de ella bue- convenientes que presto se echan de
las cosas, parece que s e ba refugiado en
ua armonía, aunque á veces esté bas- Vuelvo á la afición á leer que h a c e
ella. Cuanto mas contemplo este estado
tante mal templada.
tan c h i c o , mas noble cosa hallo que sea
(i) Ahora no tienen el trabajo de irlos a buscar que se los llevan allá.
t ener patria, y Dios libre de mal á to-
(a) Magnífico Señor es el.titulo que se da d los miembros del consejo de
(i) El Editor las cree algo inmediatas. ( Nota del Traductor. )
tienen en sus modales y su conversación con mucha furia a quejárseme de que comete nueva culpa en no honrar á su
pensar a los Ginebrinos. Esta se estien-
Como son los hombres mas tiernos qoe le querias demasiado. Es tan c a r i ñ o s a , pais con su mérito personal.
de á todas las condiciones y en todas
obsequiantes, las mugeres mas son sen- ine decía , que no sé de que me pueda Aunque sea c o d i c i o s o , nuuca se le ve
luce con provecho. El francés lee mu-
sibles que ansiosas de ser cortejadas por quejar; me habla con tauto j u i c i o , que aspirar á hacer caudal por medios ba-
cho, pero solo Ice los libros que salen ,
lodos. Esta sensibilidad da hasta á las tengo vergíieuza d e perderle en su pre- jos y serviles, no gusta de agarrarse á
ó mas bien los hojea, no tanto por leer-
mas honradas cierta sutileza d e ingenio sencia, y v e o que es tan amiga mia, que los grandes , y postrarse por tierra en
los como p o r decir que los ha leido ; el
agradable que llega al corazon. Mien- no me atrevo á ser s u amante. lo6 palacios , y no menos aborrece la
ginebrino solamente los buenos libros :
los lee y los digiere ; no los juzga, pero tras que las gínebrínas sean gínebrínas, Creo que no haya en parte ninguna esclavitud personal que la civil. Flexible
los sabe. En Paris se forma el juicio de serán las mas amables mugeres de Eu- del mundo esposos mas unidos , y me- y de fácil trato como Alcibiades, aguan-
ellos y se e s c o g e n ; l o s que á Ginebra ropa ; pero en breve querrán ser fran- jores familias que en este pueblo. La ta tan poco como él la servidumbre ; v
van casi no son otros que los selectos. cesas , y entonces valdrán mas las fran- vida domestica es serena y grata; se cuando se adapta á los estilos á g e n o s
Esto bacc que haya menos mezcla en la cesas que ellas. hallan maridos obsequiosos y casi otras los imi:a sin sujeción. Siendo el comer-
lectura , y sea mas provechosa. Tam- Julias. Aquí se verifica perfectamente tu cio el medio mas compatible con la li-
Asi todo se cae c o n las buenas cos-
bién las mugeres leen en su soledad ( I ) , sistema: ambos sexos grangean de todos bertad de hacerse r i c o , también es el
tumbres. El gusto sano está conejo con
y se les conoce en su e s t i l o , pero de modos en tener ocupaciones y diversio- que prefieren los Ginebrinos. Casi to-
la virtud , y desaparece con esta , sus-
distinto modo. Las altas madamas son nes distintas que los impiden que unos dos son negociantes ó banqueros, y mu-
tituyendole.un gusto facticio y entonado,
presumidas, é ingenios agudos , como se sacien de otros , y hacen que se vean chas veces este grande objeto.de sus d e -
que no es mas que una producción de
en nuestro pais. Las que están entre con mas gusto. Asi da nuevos filos á'los seos les hace perder talentos raros que
la moda. La verdadera agudeza se halla
merced v señoria adquieren en los libros regalos el s a b i o ; abstenerse para gozar con pródiga mano les repartió natura-
casi en el mismo caso. ¿ i \ o es la mo-
una charla mas arreglada y cierta e l e c - es tu filosofía, y el epicureismo de la leza. Esto me acuerda el principio de
destia de nuestro sexo la que nos obli-
ción de espresiones que se pasma uno razón. mi carta» Tienen talento y valor, son
ga á valemos de maña para repeler las
de que salga por su b o c a , como á v e - vivos y penetrantes , no hay cosa h o n -
provocaciones de los hombres ? y si ne- Por desgracia empieza á decaer esta
ces por la de los niños. Es menester to- rada y grande que esté fuera de su al-
cesitan ellos arte para que los escuche- antigua modestia : se acercan los sexos,
da la sana razón de los hombres , toda cance ; pero, mas codiciosos de diuero
mos , es menester que tengamos menos y se desvian los corazones- Aquí, como
la alegría de las mugeres, y toda la agu- que de gloria, por vivir en la abundan-
uosotras para saber cerrarles los oídos? entre nosotros, todo es una mezcla de
deza de unos y otras, para que no p a - cia mueren en la oscuridad , y el único
No son ellos los que nos hacen mas vi- bien y de m a l , pero con distintas me-
rezcan los primeros algo pedantes, y las ejemplo que á sus hijos dejan es el amor
vas para las tornas, y nos precisan á didas. El Ginebrino saca sus virtudes de
ultimas algo cultas. de los tesoros que les han grangeado.
hurlarnos de ellos ? Porque al fin, por sí propio, y le vienen de fuera sus vi-
mas que tú d i g a s , cierto galanteo bar- cios. No solameotc viaja mucho , mas
Ayer en frente de mi ventana, dos T o d o esto lo sé por los mismos Ginc-
Ion y socarroo deja mas fríos á los cor- también adopta con facilidad las costum-
hijas de artesanos muy lindas estaban brinos, porque hablan con mucha im-
tejantes que el silencio ó el desprecio. bres y estilos de los demás pueblos; ha-
hablando delante de su tienda en tono parcialidad de sí propios. Yo por mi no
¡ Que gusto es ver á un lindo don Diego bla sin dificultad todas las lenguas ; to-
tan jovial, que llamó mi curiosidad. Apli- sé como son en los otros paises , pero
fuera de s í , confuso , turbado , perdida ma sin eostarle trabajo sus varios acen-
que el o i d o , y vi que proponía una de los hallo amables en el s u y o , y solo un
la chabela á cada respuesta , armarse tos , aunque tiene él uno notable por lo
las dos riendose escribir su diario. S í medio encuentro de dejar á Ginebra sin
contra él de flechas menos ardientes pe- tardo , especialmente las mugeres , que
replicó al instante la otra , el diario to- sentimiento. ¿Cual es ese medio, prima?
ro mas aceradas que las del amor; acri- viajan menos. Mas humilde con lo chico
das las mañanas, y el comentario todas Oh ! á fe mia , no tienes que poner cara
billarle con saetazos de hielo que es- de su pueblo que ufano por su libertad,
las noches: ¿que dices, prima? No se si es humilde, que mientes si- dices que no
cuecen á fuerza de frialdad ! ¿Tú misma, se avergüenza en las naciones estranje-
este el estilo de las hijas de artesanos; le has adivinado ya. Pasado mañana se
que pareces tan mansita, crees que tu ras de su patria ; se da priesa, por de-
pero sé que es menester hacer un temi- embarca el alegre bando en un bonito
mónita tierna y natural, tu suave y tí- cirlo a s i , á connaturalizarse en el pais
ble uso del tiempo para no sacar otra bergantín aderezado para la fiesta, por-
mido semblante , menos astucia y maña donde reside , como para procurar que
cosa del curso del dia que el comentario que hemos escogido ir por agua con m o -
que todo mi atolondramiento escondan? se olviden del suyo : acaso contribuye
de su diario. Ciertamente que había tivo de la estación, y para ir todos j u n -
A fe mía , muchacha , que si hubiéra- á esta culpada vergüenza la reputación
leído la personita las aventuras de las tos. Por la noche pensamos dormir en
mos de contar por los dedos los galanes que de no pensar mas que en el dinero
Mil y una noches. Morges , al otro dia en Lausana ( 1 ) p a -
de que cada una de nosotras dos ha he- tiene grangeada. Mas valiera sin duda ra la ceremonia, y al otro... Ya me e u -
cho rechilla , dudo mucho que, con to- borrar con su desinterés el oprobio del
Con este estilo algo e n t o n a d o , no tiendes. Cuando veas lucir desde lejos
do ese semblante de gata muerta , ni) nombre ginebrino , que envilecerle mas
dejan las gínebrínas de ser vivas y sa- flámulas, tremolar b a n d e r o l a s , cuando
tuviera yo que cederte el lauro. No pue- negándose á tomarle; pero un ginebri-
ladas , v se ven aquí tantas pasionesve- oigas retumbar el cañón , corre por t o -
do dejar de reírme todavía cuando pien- no le desprecia haciéndole estimable , y
hementes como en cualquiera otra ciu- do el puebla como una loca gritando :
so en aquel infeliz Conflans que venia
dad del mundo. Tienen gracia y gusto
fino cu la sencillez de su arreo , y le
(i) ¿ Como asi? Lausana no está d orillas del lago ; del puerto á- la ciu-
(i) Acuérdese el lector de que esta carta es de antigua fecha ; aunque iad hay media legua de malísimo camino , y luego es necesario suponer que
me temo que con facilidad lo eche de ver. lodas estas lindas disposiciones las favorecería el viento.
a! arma, al arma; los enemigos, los lleno de los beneficios del mejor de los Dice V. que está concluida su carre- escitar mal apagadas pasiones, se va á
enemigos. hombres complacerse en embeberse es ra; pero convenga en que lo está antes prender en las redes que mas temer d e -
1*. D. Aunque la distribución d é l o s ellos. ¿ Y como pudieran ser gravosos de que se haya acabado su mocedad. El biera. En su situación no bay relación
alojamientos sea incontestablemente de- á V. ni á mí ? No nos ponen nuevas obli. amor está muerto , y sobreviven á él los ninguna que no debiese hacer que des-
recho que me compete, vengo en de- gacíones; ni resulta de ellos otra cosa sentidos , cuyo delirio eso mas es de te- confiara de sus fuerzas , ni una que no
sistirme de él en el presente caso ; pe- que hacer que amemos mas las que eraa mer, que no existiendo ya el único afecto le envileciese para siempre si tuviese
ro quiero sí que mi padre sea alojado ya para nosotras tan sagradas. El único que los enfrenaba , todo es motivo de un momento de flaqueza. Pues donde
en el aposento de milord Eduardo , á medio de agradecer su esmero es hacer- caída para quien á nada está asido. Quie- está esa invencible fortaleza de animo
causa de los mapas de geografía . y que nos dignos de él, v toda su paga está re ser continente y casto un hombre ar- en que asi á confiarse se atreve ? Que
se acabe de colgar todo el cuarto des- en su logro. Atengámonos á esto en la diente y sensible, mozo y soltero, sabe, ha hecho esta basta aqui que le respon-
de el suelo hasta el techo. efusión de nuestro zelo ; paguemos coa ve, V mil veces lo ba dicho que la fuer- da del tiempo venidero ? I A- sacó en
uuestras virtudes las de nuestro bienhe- za del alma de donde todas las virtudes París de casa del coronel ? le dictó el ve-
chor, que es todo cuanto le debemos. nacen está conexa con la pureza que to- rano pasado la escena de Meillerie ? le
CARTA VI. Bastante por nosotros y por él ha hecho, das las mantiene. Si en su primera mo- libró este invierno de los embelesos de
DE LA SEÑORA DE VVOLMAR A SAN testimonio que no será perdido para cedad le preservó el amor de las malas otro objeto y esta primavera de los sus-
PREUX. ninguno de los tres. costumbres, quiere en todos tiempos le tos de un sueño ? se ha vencido con su
preserve la razón; conoce un premioyde auxilio á lo menos una vez para que es-
¡QUE delicioso afecto siento en mí Estas reflexiones hacia conmigo pro- las obligaciones penosas que de su vigor pere vencerse sin cesar ? Sabe , ruando
al empezar esta carta ! Por la vez pri- pia cuando destinaba á V. mi marido la consuela ; y si le cueste pelear al que lo requiere su obligación combatir las
mera de mi vida puedo escribir a V. sin educación de sus hijos. Cuando me dio ¡ere vencerse , ¿ hará menos hoy por pasiones de su amigo: ; pero las suyas!..
temor ni vergüenza, y me honro con aviso milord Eduardo de su inmediato Dios que adora que en otro tiempo Ay , por la mas hermosa mitad de su
la amistad que nos estrecha como con regreso con V. me ocurrieron estas mis- hizo por la dama á quien servia ? Estas vida, con cuanta modestia debe pensar
una conversión que no tieue ejemplo. mas con otras varias que importa comu- me parece que sen las maximas de la mo- de la otra!
Las vehementes pasiones se sofocan , y nicar á V. mientras que es tiempo de ral de V. y también las reglas de su con-
rara vez se apuran. Olvidar lo que se hacerlo. ducta , porque siempre ha despreciado
quiso cuando lo exige el honor es es- Un estado violento se aguanta cuando
No se trata en lo que á decir voy de á los que satisfechos con las apariencias no es perpetuo. Seis meses, un año, no
fuerzo de una alma honrada y común ; hablan de otro modo que obran, y echan
m i , sino de V . ; y me creo con mas de- son nada; se ve el termino y se cobra
pero despues de haber sido lo que fui- en hombros ágenos pesadas cargas,
recho para dar consejos, desde queso» aliento. Pero cuando ha de durar siem-
mos ser lo que boy somos, este es el mientras que no quieren llevar ellos peso
enteramente desinteresados , y que 110 pre este estado ¿ quien le puede sufrir?
verdadero triunfo de la virtud. La cau- ninguno.
llevando á la mira en ellos mi seguridad, quien sabe triunfar de sí propio basta
sa que hace dejar de amar puede ser vi-
solo con V. tienen conexion. Mi tierna la muerte ? ¡ O amigo mió, si es la vida
cio ; la que transforma un tierno amor
amistad no le es sospechosa, y tengo ¿ Que genero de vida ha escogido este corta para el deleite, que larga es para
en amistad no menos viva no puede ser
sobradas luces adquiridas para que sea sabio para seguir las leyes que se ha la virtud! Es menester estar sin cesar
equivoca.
atendido mi dictamen. prescrito ? todavía menos filosofo que en centinela. Se va el instante de gozar
Vea V. en vez de eso cual es nuestra Permítame V. que le presente una virtuoso y cristiano , sin duda no se ha y nunca vuelve; el de obrar mal se va y
actnal situación. Efectivamente, ¿ hay pintura del estado en que se va a en- dejado guiar por su snberbia. Sabe que vuelve sin cesar; se olvida uno un ins-
otra mas agradable en el muudo ? y no contrar, para que á sus solas contemple mas está en manos del bombre evitar las tante , y se ha perdido. ¿ Es posible vi-
disfrutamos mil veces al dia la paga de si no bay en él cosa que deba asustarle. tentaciones que vencerlas, y que no se vir en este tremendo estado dias sere-
las batallas que nos ha costado? Verse, Buen mancebo, si ama V. la virtud, es- trata de refrenar las pasiones irritadas, nos? y no ofrecen los mismos que del
amarse, conocerlo, darse el parabién de cuche con castos oidos los consejos de sino de estorbar que nazcan. ¿ Hurta el riesgo se ban librado una razón para no
ello , pasar los días juntos en la intimi-
su amiga. Temblando entabla esta una cuerpo á las ocasiones peligrosas ? huye esponer á él los otros ?
dad fraternal y la paz de la inocencia, cuestión que quisiera omitir; pero como de los objetos capaces de moverle ? fia
ocuparse, pensar sin remordimiento uno de una humilde desconfianza de sí pro- j Qne de ocasiones pueden renacer
pudiera sin cometer con V. alevosía?
en otro; hablar de nuestro cariño sin pio el seguro de su virtud ? Por el con- tan peligrosas como las que V. ha evi-
será tiempo de ver los objetos que debe
avergonzarnos , y honrarnos á nuestros trario no vacila en presentarse á las mas tado , v lo que es peor no menos inopi-
temer cuando le hayan descarriado? No,
propios ojos con la inclinación que por temerarias lides. De edad de treinta años nadas ! ¿ Cree V. que solo en Meillerie
amigo mío; yo soy la única persona del
tanto tiempo nos echamos en cara : este se va á meter en una soledad con mu- se hallan monumentos temibles ? En to-
mundo que tenga la suficiente estrechea
es el punto en que nos hallamos. Oh das partes donde estamos los hay , por-
con V. para presentárselos. ¿No tengo
es de su tiempo , á una de las cua- que los llevamos con nosotros. Muy bien
amigo ! que carrera de honor hemos cor-
rido ya ! Atrevamonos á ufanarnos para
derecho para hablar con V. cuando sea
necesario, como una hermana ó una C quiso tanto que no puede borrar su
peligrosa memoria ; la otra vive con él
sabe V. que una alma tierna interesa en
su pasión al universo entero, y que aun
sabernos mantener en ella, y concluirla madre? ¡ Ah si fueran capaces las leccio-
como la hemos empezado. eu estrecha intimidad ; y con la tercera despues de sana todos los objetos de la
nes de un corazon honrado de amanci-
hene grangeados los derechos que dan naturaleza le recuerdan todavía lo que
llar el suyo , mucha tiempo hacc que
¿ A quien debemos tan rara dicha ? V. no teudria vo motivo de darselas! eu los agradecidos pechas los beneficios. al verlos Slolió. Creo sin
lo sabe, y he visto su sensible corazou Se va á espouer á cuanto puede en él
a! arma, al arma; los enemigos, los lleno de los beneficios del mejor de los Dice V. que está concluida su carre- escitar mal apagadas pasiones, se va á
enemigos. hombres complacerse en embeberse ea ra; pero convenga en que lo está antes prender en las redes que mas temer d e -
1*. D. Aunque la distribución d é l o s ellos. ¿ Y como pudieran ser gravosos de que se haya acabado su mocedad. El biera. En su situación no hay relación
alojamientos sea incontestablemente de- á V. ni á mí ? No nos ponen nuevas obli. amor está muerto , y sobreviven á él los ninguna que no debiese hacer que des-
recho que me compete, vengo en de- gacíones; ni resulta de ellos otra cosa sentidos , cuyo delirio eso mas es de te- confiara de sus fuerzas , ni una que no
sistirme de él en el presente caso ; pe- que hacer que amemos mas las que eraa mer, que no existiendo ya el único afecto le envileciese para siempre si tuviese
ro quiero sí que mi padre sea alojado ya para nosotras tan sagradas. El único que los enfrenaba , todo es motivo de un momento de flaqueza. Pues donde
en el aposento de mílord Eduardo , á medio de agradecer su esmero es hacer- caída para quien á nada está asido. Quie' está esa invencible fortaleza de animo
causa de los mapas de geografía , y que nos dignos de él, v toda su paga está re ser continente y casto un hombre ar- en que asi á confiarse se atreve ? Que
se acabe de colgar todo d cuarto des- en su logro. Atengámonos á esto en U diente y sensible, mozo y soltero, sabe, ha hecho esta basta aquí que le respon-
de el suelo hasta el techo. efusión de nuestro zelo ; paguemos con ve, V mil veces lo ha dicho que la fuer- da del tiempo venidero ? I A- sacó en
uuestras virtudes las de nuestro bienhe- za del alma de donde todas las virtudes Paris de casa del coronel ? le dictó el ve-
chor, que es todo cuanto le debemos. nacen está conexa con la pureza que to- rano pasado la escena de Meillerie ? le
CARTA VI. Bastante por nosotros y por él ha hecho, das las mantiene. Si en su primera mo- libró este invierno de los embelesos de
DE LA SEÑORA DE VVOLMAR A SAN testimonio que no será perdido para cedad le preservó el amor de las malas otro objeto y esta primavera de los sus-
PREUX. ninguno de los tres. costumbres, quiere en todos tiempos le tos de un sueño ? se ha vencido con su
preserve la razón; conoce un premioyde auxilio á lo menos UDA vez para que es-
¡QUE delicioso afecto siento en mí Estas reflexiones hacia conmigo pro- las obligaciones penosas que de su vigor pere vencerse sin cesar ? Sabe , ruando
al empozar esta carta ! Por la vez pri- pia cuando destinaba á V. mi marido la consuela ; y si le cueste pelear al que lo requiere su obligación combatir las
mera de mi vida puedo escribir a V. sin educación de sus hijos. Cuando me dio ¡ere vencerse , ¿ hará menos hoy por pasiones de su amigo: ; pero las suyas!..
temor ni vergüenza, y me honro con aviso milord Eduardo de su inmediato Dios que adora que en otro tiempo Ay , por la mas hermosa mitad de su
la amistad que nos estrecha como con regreso con V. me ocurrieron estas mis- hizo por la dama á quien servia ? Estas vida, con cuanta modestia debe pensar
una conversión que no tieue ejemplo. mas con otras varias que importa coina- me parece que son las maximas de la mo- de la otra!
Las vehementes pasiones se sofocan , y niear á V. mientras que es tiempo de ral de V. y también las reglas de su con-
rara vez se apuran. Olvidar lo que se hacerlo. ducta , porque siempre ha despreciado
quiso cuando lo exige el honor es es- Un estado violento se aguanta cuando
No se trata en lo que á decir voy de á los que satisfechos con las apariencias no es perpetuo. Seis meses, un año, no
fuerzo de una alma honrada y común ; hablan de otro modo que obran, y echan
m í , sino de V . ; y me creo con mas de- son nada; se ve el termino y se cobra
pero despues de haber sido lo que fui- en hombros ágenos pesadas cargas,
recho para dar consejos, desde queso» aliento. Pero cuando ha de durar siem-
mos ser lo que hoy somos, este es el mientras que no quieren llevar ellos peso
enteramente desinteresados , y que no pre este estado ¿ quien le puede sufrir?
verdadero triunfo de la virtud. La cau- ninguno.
llevando á la mira en ellos mi seguridad, quien sabe triunfar de sí propio basta
sa que hace dejar de amar puede ser vi-
solo con V. tienen conexion. Mi tierna la muerte ? ¡ O amigo mió, sí es la vida
cio ; la que transforma un tieruo amor
amistad no le es sospechosa, y tengo ¿ Que genero de vida ba escogido este corta para el deleite, que larga es para
en amistad no menos viva no puede ser
sobradas luces adquiridas para que sea sabio para seguir las leyes que se ha la virtud! Es menester estar sin cesar
equivoca.
atendido mi dictamen. prescrito ? todavía menos filosofo que en centinela. Se va el instante de gozar
Vea V. en vez de eso cual es nuestra Permítame V. que le presente una virtuoso y cristiano , sin duda no se ha y nunca vuelve; el de obrar mal se va y
actnal situación. Efectivamente, ¿ hay pintura del estado en que se va á en- dejado guiar por su soberbia. Sabe que vuelve sin cesar; se olvida uno un ins-
otra mas agradable en el muudo ? y no contrar, para que á sus solas contemple mas está en manos del hombre evitar las tante , y se ha perdido. ¿ Es posible vi-
disfrutamos mil veces al dia la paga de si no hay en él cosa que deba asustarle. tentaciones que vencerlas, y que no se vir en este tremendo estado días sere-
las batallas que nos ha costado? Verse, Buen mancebo, si ama V. la virtud, es- trata de refrenar las pasiones irritadas, nos? y no ofrecen los mismos que del
amarse, conocerlo, darse el parabién de cuche con castos oidos los consejos de sino de estorbar que nazcan. ¿ Hurta el riesgo se han librado una razón para no
ello , pasar los dias juntos en la intimi- su amiga. Temblando entabla esta una cuerpo á las ocasiones peligrosas ? huye esponer á él los otros ?
dad fraternal y la paz de la inocencia, cuestión que quisiera omitir; pero como de los objetos capaces de moverle ? fia
ocuparse, pensar sin remordimiento uno de una humilde desconfianza de sí pro- j Que de ocasiones pueden renacer
pudiera sin cometer con V. alevosía?
en otro; hablar de nuestro cariño sin pio el seguro de su virtud ? Por el con- tan peligrosas como las que V. ha evi-
será tiempo de ver los objetos que debe
avergonzarnos , y honrarnos á nuestros trario no vacila en presentarse á las mas tado , y lo que es peor no menos inopi-
temer cuando le hayan descarriado? No,
propios ojos con la inclinación que por temerarias lides. De edad de treinta años nadas ! ¿ Cree V. que solo en Meillerie
amigo mío; yo sov la única persona del
tanto tiempo nos echamos en cara : este se va á meter en una soledad con mu- se hallan monumentos temibles ? En to-
mundo que tenga la suficiente estreche»
es el punto en que nos hallamos. Oh das partes donde estamos los hay , por-
con V. para presentárselos. ¿No tengo
es de su tiempo , á una de las cua- que los llevamos con nosotros. Muy bien
amigo ! qne carrera de honor hemos cor-
rido ya ! Atrevamonos á ufanarnos para derecho para hablar con V. cuando sea
necesario, como una hermana ó una
C quiso tanto que no puede borrar su
peligrosa memoria ; la otra vive con él
sabe V. que una alma tierna interesa en
su pasión al universo entero, y que aun
sabernos mantener en ella, y concluirla
como la hemos empezado. madre? ¡ Ah si fueran capaces las leccio- eu estrecha intimidad ; y con la tercera despues de sana todos los objetos de la
nes de un corazon honrado de amanci- tiene graogeados los derechos que dan naturaleza le recuerdan todavía lo que
¿ A quien debemos tan rara dicha ? V. llar el suyo , mucho tiempo hace que eulos agradecidos pechas los beneficios. al verlos sintió. I rrn sin
lo sabe, y he visto su sensible corazou no teudria vo motivo de darselas! Se va á espouer a cuanto puede en él
ya semejantes peligros, y me responde buenas costumbres, reinan la modestia por mis razones, sino que las evalúe to- menos caso hago de los temerarios fallos
mi eorazon del de V. ¿Pero por ser in- y la p a z , y todo respira inocencia y fe- das. Deme V. una respuesta que le satis- de la muchedumbre que se deja deslum-
capaz de una villanía lo es ese fácil e o - licidad. Amigo m i ó , piense V. en s í , en faga , y quedaré vo contenta; (¡ese de sí hrar de un falso esplendor, y nada ve
razon de una flaqueza? y soy yo aquí la m i , en lo que fuimos, en lo que somos, propio, y me fio yft^Jigame, soy un án- de cuanto es honrado. Aunque fuera cien
única que tendrá que vencerse para res- v en lo que debemos ser. He de decir IID gel, y le recibo con los brazos abiertos. veces mayor la distancia, no bar eleva-
petarla? Piense V. San Preux , que todo d i a , llorando mis afanes malogrados: de ción á que no tengan derecho de aspirar
¡ Q u e , siempre penas y privaciones!
cuanto yo quiero debe estar rodeado del él proviene el desorden de mi casa? el talento y las buenas costumbres; ¿ y
siempre obligaciones penosas de cumplir!
mismo respeto que me debe á m í , piense por que motivo se atrevería una muger
Digámoslo todo si es necesario , v sa- siempre buirde las personas que mas que-
que tendrá sin cesar que aguantar con a desdeñar por esposo al que se bonra
crifiquemos la misma modestia al verda- remos! N o , amable amigo m í o : ¡ feliz
inocencia los inocentes juegos de una de tener por amigo? V. sabe cuales s o n
dero amor de la virtud. No fué formado aquel que desde esta vida puede remu-
muger adorable; piense en el eterno des- en esta materia los principios de ambas.
el hombre para el celibato, y es muy di- nerar la virtud! Yo sé un premio de ella
precio que si se atreviese á olvidarse V. La falsa vergüenza y el temor del q u e
fícil que estado tan contrario á la natu- digno d e quien lia sabido lidiar y pade-
un instante, y profanar lo que por tantos dirán mas acciones malas que buenas ins-
raleza no acarree con él algún desorden cer en su demanda. Si no presumo en
motivos debe honrar, merecería su e o - piran, y la virtud solo de lo que es malo
publico ó secreto. ¿ Que medio hay para demasía de mí propia, el premio que
razon. sabe avergonzarse.
evitar siempre al enemigo que lleva uoo me atrevo á destinar á V. satisfará todo
Quiero que contengan á V. la f e , la consigo sin cesar? Vea V. en otros paí- cnanto debe mi eorazon al s u y o , y grau-
Por lo qne á V. hace, la altivez que á
obligación, la antigua amistad, que el ses á esos temerarios que hacen voto de geará mas que lo que hubiera alcanzado,'
veces me ha manifestado no podría nun-
obstáculo que opone la virtud le quite no ser hombres. En castigo de haber teo- si hubiera bendecido el cielo nuestras
ca ser mas intempestiva que en este lan-
una vana esperanza, y que á lo menos tado á Dios los abandona Dios ; se dicen primeras inclinaciones. No pudiendo con-
ce , y fuera ingrata temer d e ella un be-
por razón ahogue inútiles deseos: ¿esta- santos y son deshonestos; su continencia vertirse V. en á n g e l , quiero darle uno
neficio mas. Y luego por muy pelilloso
rá V. por eso inmune del imperio de los fingida e s torpeza; y por haber desde- que guarde su alma , que la apure, que
que V. s e a , confiese que e s mas grato y
ñado la humanidad se abajan á un grado la vivifique, y bajo cuyos auspicios, pue-

«
sentidos y los lazos de la imaginación ? bien parecido deber su caudal á su es-
Precisadas á respetarnos ambas y á olvi- inferior á ella. Yo comprendo que poco da vivir con nosotros en la paz de la ce-
posa que á su amigo, porque el benefi-
dar en nosotras nuestro s e x o , le verá V. cuesta el ser mal contentadizo acerca de lestial morada. Sin mucha dificultad adi-
ciado es protector de la una y cliente del
en las que nos sirven, y creerá bajándo- leyes que solo en la apariencia se obser- vinará V . , según c r e o , de quien hablo,
otro; y por mas que digan nunca un hom-
se estar justificado : ¿ pero será efectiva- van ( I ) ; pero aquel que de veras quiere qne es del objeto que de antemano se
bre de bien tendrá amigo mejor que su
mente menos culpado ? y muda la diferen- ser virtuoso, bastante cargado con sus baila albergado en e l eorazon, que si sa-
muger.
cia de clases la naturaleza de las culpas? obligaciones de hombre se reconoce, si» len bien mis designios , d e b e llenar un
sujetarse á otras nuevas. Esta e s , queri- dia. Y si en lo interior del alma d e V. que-
Por el contrario eso mas se envilecerá que
do San Preux , la verdadera humildad dara alguna repugnancia para contraer
los medios de conseguir serán menos hon-
cristiana: encontrar siempre sus obliga- Veo todas las dificultades de este nuevos empeños, nunca puede darse s o -
rados. Que m e d i o s ! Que V.!... Ah! p e -
ciones superiores á sus fuerzas, lejos de proyecto, sin que me arredren, porque brada priesa á destruirla por su honor
rezca el hombre indigno que trafica con
tener aun la altivez de aumentar aquellas. es honrado. Conozco todo el imperio que y mí sosiego; porque nunca estaré satis-
un eorazon, y bace mercenario el amor!
Apliqúese V. esta r e g l a , y conocerá qoc en mi amiga t e n g o , y no temo abusar de fecha con V. y coinigo hasta que sea V.
él es quien cubre la tierra de los delitos
un estado que ya deberia inquietaráotro, él usándole en favor de V.; pero ya sabe V. efectivamente lo que debe ser y ame las
que hace cometer la disolución. ¿ Como
debe atemorizarle á V. por mil razones. sos determinaciones, y antes de hacerlas obligaciones que debe desempeñar. ¡Ay,
no sería siempre venal la que una vez se
Cuanto menos V. teme , mas tiene por vacilar debo estar cierta del aoimo que V. amigo mío! menos deberia yo tener esta
deja comprar? Y en el oprobio en que
que temer; y si no le ponen miedo sus tiene, para que cuando la exhorte á que repugnancia, que sobrado anhelo rela-
cae en breve ¿ cual es autor de su mise-
obligaciones n o espere nunca cumplir permita que aspire á ella, pueda responder tivo á sus antiguas pasiones. ¡Que no ha-
ria , el grosero que la maltrata en una
con ellas. de V.y susafectos; porque la desigualdad go por desquitarme con V.! Mas cum-
m a n c e b í a , ó el que á este torpe sitio
que entre losdoslia puesto la suerte le pri- plo de lo que habia prometido. ¿ No es
la conduce pagando el primero sus fa-
vadel derecho de proponerse á sí propio, también Julia la que á V. d o y ? no po-
vores ?
Tales son los riesgos que aguardan y todavía menos permite que se le otor- seerá V. la mejor parte de mí propia,
á V. a q u i ; picnselo mientras que es to- gue este d e r e c h o , sin saber que uso po- y será mas querido de la otra ? ¡Con que
¿ Me atreveré á añadir una considera- davía tiempo. S é que nunca se espoo- drá hacer de él. embeleso me abandonaré entonces sin
ción que moverá á V . , si no me engaño? drá V. de proposito á obrar m a l , y el sobresalte á todo mi cariño á V . ! S i ,

I Ha visto V. cuales han sido mis conatos


para establecer aqui la regularidad y las
único que de V. recelo e s el que no haya
previsto. Asi no le digo que se resuelva
Conozco lo delicado que es V . , y sé
qne si tiene reparos que oponerme, mas
qué por V. serán por ells. Deje esos va-
cúmplale V. la fe que me había jurado,
satisfaga con ella su eorazon todos los
empeños que conmigo contrajo; pagúe-
(r) En algunos no es mérito la continencia, en otros es virtud, y no dudo nosescrupulos. Tendrá V. mas cuenta que l e , si es posible, todo cuanto debe al
que se hallen muchos sacerdotes católicas en este caso ultimo ; pero obligar al yo con el honor de mi amiga ? N o ; por mió- ¡ O San Preux! esta autigua deuda
celibato á un cuerpo tan numeroso como el clero de la iglesia romana, no tanto mucho que a V. le pueda yo querer, no se la traspaso: acuerdese V. de qne ño
es prohibirle que tenga mugeres cuanto mandarle que con las agenas se solace. tema que prefiera nunca su Ínteres á la es ligera de pagar.
Estraho que en todo país donde se aprecian aun las buenas, costu/rtbrestolfi* gloria de ella. Pero cuanto mas aprecio

mm
rea las leyes y los magistrados tan escandaloso voto. la estimación de las personas de juicio. Este e s , a m i g o , el medio que para
r e a n i m e s sin riesgo imagino , dando á va uno con ligereza; pero es un delito sofismas ! La mayor de nuestras necesi- ¿ Quien sabe si amarémos lo qne ama-
V. en nuestra familia el mismo lagar que toda ligera deliberación cuando del des- dades, lá única que nosotros podemos mos , sí querremos lo que queremos, si
en nuestros corazones ocupa. En e l sa- tino del alma y la elección de la vir- remediar, es la de sentir nuestras nece- seremos lo que sovnos , si no habrán los
grado y caro vinculo que á todos nos tud se trata. Fortalezca V. la suya, mi sidades , y el primer paso para salir dé objetos cstraños y las alteraciones de
unirá no seremos mas que hermanos y buen amigo, con todos los auxilios de noestra miseria Cs conocerla. Seamos nuestro cuerpo modificado de diverso
hermanas ; no será V. su propio enemi- la sabiduría. ¿ Me estorbaría una mala humildes si queremos ser sabios; veamos modo á nuestro animo , y si n o ballaré-
go ni el nuestro; legitimados los mas vergüenza acordándole el mas necesario? nuestra flaqueza , y seremos fuertes. mos nuestra desventura en lo que para
suaves afectos no serán peligrosos , y V. tiene religión, pero me recelo qoe nuestra felicidad hayamos dispuesto? En-
Asi concuerda la justicia con la cle-
cuando ya no sea menester sofocarlos oo s e aprovecha de ella todo cuanto pa- séñeme V. la regla de la sabiduría h u -
mencia; asi reinan en uno la gracia y
no habrá que temerlos. Lejos de resis- ra la conducta de la v ida es menester, mana , y la tomaré por mí guia. Pero
la libertad. Esclavos por nuestra flaque-
tirnos á tan encantadores afectos, serán y que la altivez filosófica se desdeña de si es su mejor lección enseñarnos á des-
ia, somos libres por la oracion ; porqne
de consuno nuestras obligaciones y nues- ta sencillez cristiana. Acerca de la ora- confiar de e l l a , recurramos á la que no
de nosotros pende pedir y alcanzar la
tros contentos; nos amaremos todos en- cíon he visto en V. maximas que no son e n g a ñ a , y hagamos lo que nos inspira.
fuerza que no pende de nosotros tener
tonces mas cordialmentc , y disfrutare- de mi aprobación. Según V. este acto Yo la ruego que alumbre sus resolucio-
por nosotros mismos.
mos intimamente reunidos los embelesos de humildad no nos trae fruto ningnno, nes. Cualquiera que sea la determina-
de la amistad , el amor y la inocencia. y habiéndonos dado Dios en la con- Asi aprenda V. á n o tomar consejo ción que V. t o m e , bien sé que nunca
Y si en el cargo que V. se toma, r e - ciencia todo cuanto al bien puede con- de si solo en los lances dificultosos, s i - querrá siuo lo qne bueno y honrado
munera el cielo con la dicha de ser pa- ducirnos , nos abandona luego á noso- no de aquel que con la prudencia une fnerc ; pero no basta e s t o , es menester
dre el esmero que á nuestros hijos con- tros mismos, y deja obrar nuestra liba- el poder, y s a b e convertir el partido querer lo que ba de serlo siempre , y ni
s a g r e , conocerá entonces por si propio tad. Bien sabe V. que no e s esa la doc- que nos hace preferir en el partido me- V. ni yo lo sabemos.
el valor de lo que por nosotros hiciere. trina de San Pablo , ni la que en nues- jor. El defecto capital de la humana s a -
Colmado de los verdaderos bienes de la tra iglesia profesamos. Somos libres, es bidoria , aun de aquella que se propone
humanidad, aprenderá á llevar con g u s - c i e r t o ; pero somos ignorantes, flacos, por Objeto la virtud es un esceso de CARTA VII.
to la suave carga de una vida útil á sus propensos al mal. ¿ Y de donde nos confianza que nos enseña á juzgar por
p r o x i m o s , y tocará en fin lo que nuncavendrían la luz y la fuerza , sino de lo presente de lo venidero, y por un D E SAN F R E O X A LA S E Ñ O R A DE

ha podido la ciencia vana de los malos, aquel que es su fuente? y porque las momento de la vida entera. Se siente WOLMAR.

que hay una felicidad destinada desde alcanzaríamos si no nos dignásemos de uno firme un ¡Dstante y cree no ser nun-
¡ JOLLA , una carta de V . ! . . . despues
este mundo á los verdaderos amigos de pedirlas ? Cuidado , amigo m í o , con ea derrocado. Llenos de soberbia , que
de siete años de silencio !... Sí, ella es,
la virtud. que no mezcle la soberbia humana con cada día confunde la esperiencia, cree-
lo veo , lo reconozco , ¿ ni como han de
las sublimes ideas que del gran Ser Y. mos no tener que temer nunca un lazo
desconocer mis ojos lincamientos graba-
se forma, ¡deas mezquinas que se refie- que una vez hemos evitado. El estilo
Reflexione V. muy despacio acerca del dos en mi corazon ? ¡ q u e , se acuerda
ren al hombre , como si convinieran al modesto de la valentía e s : « fui guapo
partido que le propongo , no para saber V . de mi nombre .' todavia sabe escribir-
poder divino los medios que nuestra fla- tál dia » ; pero el que dice « soy guapo»
si le conviene, que acerca de eso no le !... Al formar este nombre ( I ) no ha
queza alivian , y como s i , cual nosotros no sabe lo que será mañana, y reputan-
necesito su respuesta, sino para saber temblado su mano?... D e s v a r i o , y es
necesitare V. de arte para generalizar do por suyo un valor que no le ha v e -
si conviene á la Señora de O r b e , y culpa de V. I a forma, el doblez , el
las cosas con el fin de tratarlas con mas nido de sí propio, merece perderle cuan-
si puede V hacerla f e l i z , como ella de- sello, el sobre ; todo me acuerda en es-
facilidad. Por las ¡deas de V. parece do tenga que recurrir á él.
be hacerle. V. sabe como ha desempe- ta carta otras muy diferentes. Parece
que sea enredo para Dios vigilar sobre que se contradicen el corazon y la ma-
ñado mi prima sos obligaciones en to- ¡ Que ridiculos deben de ser nuestros
eada individuo ; teme V. que una con- no. Ab, ¿debía V. usar la misma letra
dos los estados de su s e x o , por lo que proyectos, que desatinados nuestros ra-
tinua y multiplicada atención le fatigue, para pintar afectos tan diversos ?
e s colija V. lo que tiene derecho á exi- ciocinios ante el Ser para quien no tienen
v balía mas noble que lo baga todo
gir. Ama como Julia, y debe ser ama- sucesión los tiempos, ni distancia los es-
por leyes generales, sin duda porque le Acaso hallará V . que tanto pensar en
d o como ella. Si conoce V. que puede pacios ! Nosotros en nada apreciamos lo sus autiguas cartas es justificar sobrado
cuestan menos afan. ¡ O h grandes filóso-
merecerla, espliquese, que mi amistad que se halla distante de nosotros , no la postrera : se equivoca. Yo me calo
fos , cuan agradecido debe Dios estaros
probará lo deuias , y todo se lo prome- vemos mas que lo que nos está tocando; b i e n , y, ó uo soy el mismo , ó n o es V.
porque asi le disminuís el trabajo, en-
te de la de ella; pero si be esperado coando mudemos de lugar serán nues- la misma; v lo que me lo prueba es que
señándole métodos romodos!
en demasía de V. , á lo menos es hom- tros juicios diametralmeute contrarios, cscepto su bondad y sus embelesos, todo
bre de bien, y conoce su delicadeza; no v no mas acertados. Regulamos lo fu- cuanto en V. hallo de lo que otras ve-
querría V. una felicidad que costase á turo por lo que hov nos c o n v i e n e , sin ces hallaba es para mí un nuevo motivo
ella la s u y a , ó sea el corazon de V. ¿ Para que sirve pedirle nada ? añade
saber si nos convendrá mañana ; juzga- de estrañeza. De antemano satisface esta
digno de ella , ó no se le ofrzea nunca. V. no conoee todas nuestras necesida- mos de nosotros como si fuéramos siem- observación todos sus temores. Yo no
des ? no es nuestro padre para reme-
F" los mismos, v cada dia mudamos. me fio de mis fuerzas , pero sí del afec-
Consúltese V. bien , lo repito , y pese diarlas ? sabemos mejor que él lo que
bien la respuesta antes de darla. Cuan- necesitamos? y queremos nuestra felici-
d o de la suerte de toda la vida se trata, dad mas de veras que el mismo la quie- (i) Hemos dicho que San Preux no era su verdadero nombre. Acaso se
no permite la prudencia qne se resuel- re? Querido Sao Preux ¡ que de vanos hallaba este en el sobrescrito.
to que de recurrir á ellas me dispensa. vuelto á ver acaso con sobrada complj.
Lleno de cuanto debo honrar en la que cencía, y desde que estoy ausente su se» diversas agitaciones habéis hecho pade- mente pasión desdichada es un medio efi-
be dejado de idolatrar, sé hasta que blante ya grabado en mi corazon hite cer á mi corazon ! No son mas parecidas caz de continencia. Mi c o r a z o n s e b a c o n -
respeto se deben elevar mis antiguos en él una impresión mas honda. Está cer- las del lago de Ginebra a las oleadas del vertido , por decirlo a s i , en organo de
homenajes. Es cierto que penetrado de rado el sagrario, pero está en el templo vasto Océano. El uno solo vivas y cortas todas mis necesidades, y n o tengo nin-
la gratitud mas tierna la amo á V. tan- su imagen. Poco á poco vengo á ser res- ondas tiene, cuyo perpetuo filo agita, con- gunas cuando está sereno. Dejenle Vds.
to cuanto la amé; pero lo que mascón pecto de ella lo que hubiera sido, si nun- mueve, anega á v e c e s , sin formar nunca una y otra en p a z , y lo estará de hoy
V. me enlaza es la vuelta de mi razón , ca la hubiera á V. visto, y á V. pcrteoecia un largo curso. Pero en el mar, sosegado mas para siempre.
que me muestra á Julia como ella es, y sola hacerme conocer la diferencia cutre en la apariencia, se siente uno levantado,
¿Que tengo que temer de mí propio
la sirve mejor que el mismo amor hicie- lo que me inspira y el amor. Libres los llevado blandamente y á mucha distan-
en este e s t a d o , y que precaución cruel
ra. N o , si fuera aun c u l p a d o , no la sentidos de esta pasión terrible se unen cia por mas lenta y casi insensible o l a ;
quiere tomar V. de privarme de mi feli-
quisiera á V. tanto. con el suave afecto de la amistad. ¿Mas cree que no se ha meneado del sitio, V
cidad por no esponerme á perderla? ¡Que
se convierte por eso esta en amor? ¡Ah, llega al cabo del mundo.
antojo haberme hecho pelear y vencer
Desde que ha cesado mi ilusión, v me
Julia, que diferencia! ¿donde está d Esta es la diferencia que en mí han para privarme luego del prez de la victo-
ha esplicado el sagaz Wolmar mis ver-
entusiasmo? donde la idolatria? donde producido losatractívos de V. y los suyos. ria ! ¿ No es V. quien hace digno de vi-
daderos afectos , he aprendido á cono-
aquellos divinos estravios de la razón, Jqnel primero, aquel amor único que tuperio nn peligro arrostrado sin motivo?
cerme mejor , y á asustarme menos de
mas brillantes, mas sublimes, mas enér- decidió de la suerte de mi v i d a , y qne porque me ha llamado á su lado con tanto
mi flaqueza. Engañe esta en buen hora
gicos , mejores mil veces que la razo» nada mas que el mismo ba podido venceri riesgo? ó porque me destierra cuando soy
mi imaginación , y seame todavía gra-
misma ? Me abrasa un efímero fuego; me habia nacido sin que yo lo hubiera co- digno de vivir junto á V. ? Dcbia V. per-
to este error; para mi sosiego basta con
embarga, me turba un delirio de un ins- nocido; ya me arrastraba y aun no lo mitir que tantos afanes se tomara su ma-
que no pueda ofender á V . , y la quime-
tante, y me deja. Entre ella y yo en- sabia, y me perdí sin creer que me ha- rido inútilmente? Porque no le hacia que
ra que en pos de ella me estravía me
cuentro dos amigos que tiernamente se bia descarriado. Mientras duró el viento abandonara una tarea que estaba resuelta
libra de un peligro real.
a m a n , y se lo dicen. ¿ Pero se aman aca- estaba en el cielo ó en los abismos, viene á que fuera superfina ? porque no le d c -
O Julia! impresiones hay eternas que so dos amantes uno á otro? N o ; tú y jo la calma, y no sé donde estoy. Por el cia V.: dejale al cabo del m u n d o , puesto
ni el tiempo ni diligencia ninguna bor- son voces proscritas en su idioma, que contrario v e o , reconozco mi turbación que estov determinada á enviarle yo? Ay,
ran. Sana la herida, pero queda la cica- no son d o s , s o n ' u n o solo. junto á e l l a , y me la figuro mayor de lo cuanto mas por mí teme V . , mas priesa
triz , y esta es un sello respetado que que ella e s , esperimento transitorios y debe darse á llamarme. No, n o está junto
preserva el corazon de otra llaga. La ¿ Con que estoy efectivamente eu cal- nn seguidos rebatos; me enageno un mo- á V. el peligro, que está en su ausencia;
inconstancia y el amor son cosas incom- ma ? como puedo estarlo ? Es adorable, mento , y vuelvo en mí el siguiente; en y solo la temo donde no se halla. Cuan-
patibles ; el amante que se muda no se es amiga de V . y m i a , la gratitud me vano agitan el bajel las ondas, que no hin- d o esta temible Julia me persigue me re-
muda , que acaba de amar ó empieza. estrecha con ella y tiene parte en mis mas che el viento las velas , satisfecho mi c o - fugio bajo el amparo de la señora de W o l -
Yo he acabado , pero dejando de ser dulces memorias. ¿Que de derechos en razon con sus embelesos no les presta su mar, v quedo sereno; ^donde huiré si de
de V . , he quedado bajo su guarda: no una alma sensible? ni como ha de apar- ilusión ; menos hermosa me la imagino este asilo me privan ? T o d o s los t i e m p o s ,
la temo , pero me quita V. que tema á tarse un afecto mas tierno de afectos tan que la v e o , y mas de cerca que de lejos todos los lugares son para mi peligrosos
otra. N o , J u l i a , n o , muger respetable: merecidos ? Ay! destino es mió no vivir la temo, que es casi el contrario efecto lejos de ella; en todas partes bailo á Cla-
nunca verá V. en mi mas que el amigo entre V. y ella un instante sereno. de lo que con V. me sucede, y en Clá- ra , ó 3 Julia. En lo pasado, en lo p r e -
de su persona y el amante de sus vir- reos esperimentaba constantemente uno sente, alternativamente una y otra me agi-
t u d e s , pero nuestros a m o r e s , nuestros ¡ Mugeres, mugeres! fatales y adora- tan ; asi turbada mi imaginación solo
v otro.
primeros y únicos amores, jamas saldrán dos objetos, que para suplicio nuestro viéndola á V. se calma, y cerca de V. es
de mi c o r a z o n , ni se marchitará en mi ornó naturaleza, que castigais al que <6 donde de mi propio estoy seguro. ¿Como
arrastra, que perseguís al que os teme, Es verdad que desde que estoy ausente
memoria la flor de mis años. Aunque se me representa algunas veces con mayor esplicaré el trastorno que siento c u a n -
hubiese yo de vivir siglos enteros , ni cuyo odio y amor son por igual funestos, do á V. me acerco ? Siempre ejerce V.
y que no es posible impunemente buscar imperio, pero por desgracia no me es fá-
puede renacer para m i , ni borrarse de cil verla sola. Al fin la veo y eso basta, el mismo imperto, pero e s su efecto dia-
mi idea el tiempo suave de mi juven- ni huir!... ¡Belleza, embeleso, atractivo, metralmente opuesto : refrenando los r e -
simpatía,seró quimera inesplicable,abis- no me ha dejado amor sino inquietud.
tud. En balde hemos dejado de ser los batos que otro tiempo cansaba, es todavia
mo de tormentos y deleites! Belleza, mas Este es puntualmente mi estado respec-
mismos, no me puedo olvidar de lo que mas grande y sublime este imperio ; á la
terrible para los mortales que el elemento to á una y otra. T o d o lo demás del sexo
hemos sido. Pero hablemos de su pri- agitación de las pasiones suceden la- paz
en que te suponen nacida; desventurado nada es para m í ; mis porfiados tormen-
ma de V. v la serenidad; mi corazón siempre mo-
quien de tu halagüeña calma es seduci- tos me le han hecho olvidar:
delado por el de V. quiso como-él, y á
do ! tú lev antas las tempestades que al li-
Querida amiga, es menester que lo Pasó mi vida en medio de mis años. ejemplo suyo se torna sereno. Pero no
naje humano atormeotan. ¡ O Julia, ó es mas que una tregua este efímero s o -
confiese, desde que no me atrevo á c o n - Clara , que cara me vendéis esa cruel La desventura ha sustituido las fuerzas siego, y en balde me enaltezco hasta V.
templar los embelesos de V. soy mas sen- amistad de que os atreveis á preciaros!... para vencer la nuturaleza y triunfar de en su presencia , que caigo de nuevo en
sible á los suyos. ¿ Que ojos pueden En tempestades be v i v i d o , y siempre vo- las tentaciones. Pocos deseos tiene quien mi bajeza cuando la dejo. D e v e r d a d ,
vagar siempre d e beldad en beldad sin sotras las habéis cscitado. ¡ Pero cuan padece, v V. me ha enseñado a apagar
nunca fijarse en ninguna? Los mios la han
los mios resistiendo á ellos. U n a vehe-
LA NUEVA HELOISA, SEXTA PARTE.
Julia, creo que tengo dos almas, y que á que se d i e r a , pero d a r á su amigas Si está mi actual estado lleno de embe- n o desconsuelo de no haber contraído
la buena la tiene V. en prenda en su ma- prueba de estimación en que no cabe lesos juuto á ella , lejos de que pudieran aquellos que fui osado á pretender. A
no. Ah, ¿quiere V. separarme de ella? sospecha. Desde este instante creo ver- estos crecer con unión mas estrecha, me este sagrado vinculo llevaría la idea de
Pero asustan á V. los errores de los daderamente ser hombre de merko, por- privaría de los mas dulces deleites que lo que en otro tiempo esperé hallar en
sentidos; teme las reliquias de una m o - que me honra V . , pero ¡cuan cruel es disfruto. S u festivo genio puede dar un é l ; y esta idea baria mi suplicio y el de
cedad consumida con los p e s a r e s ; teme para mí este testimonio de honor !co« amable vuelo á su amistad , pero es una desventurada. Le pediría yo cuenta
que seduzca á las personas mozas liadas admitirle le desmerecería y para ser cuando otra presencia sus halagos. Yo de los dias de gloria que de V. aguar-
á su guarda; teme de mí lo que no ha acreedor á él es preciso renunciarle. Y. también puedo tener alguna emocíon daba. ¡Que comparaciones tendría q u e
temido el prudente Wolmar. ¡ O D i o s ; que me conoce juzgueme. No basta que muy viva cerca de ella, pero es cuando hacer ! ¿ que muger en el mundo pudiera
cuanto estos sustos me afrentan! ¿ c o n sea amada su adorable prima; debe serlo el ver á V. de V. me distrae. V. es quien ser objeto de ellas ? Ah ¿ como me c o n -
que estima V. á su amigo en menos que como V. , bien lo sé : ¿ y lo será ? 1 siempre entre ella y yo, en nuestras c o n - solaría al par de no ser de V. y de s e r
al ultimo de sus criados? Puedo perdo- puede serlo ? y pende de mí tributarle versaciones á solas nos las hace deliciosas. de otra ?
nará V. que piense mal de mí; pero nun- en esta parte lo que se le debe ? Ah, si Cnanto mas crece nuestro afecto, mas
quería V. unirme con olla, ¿ porque 00 Amada amiga, no combata V. determi-
ca que no se tribute á si propia la hon- pensamos en los lazos que le formaron,
me dejaba un corazón que darle, un naciones de que pende la serenidad de
ra que se debe. N o , 110; la llama que y nos amamos para hablar de V. Enton-
corazon al cual inspirase afectos ose- mi vida ; n o procure V. sacarme del
me abrasó me lia purificado, y nada me ces mil memorias caras para su amiga,
v o s , cuyas primicias ofrecerle pudiese? anonadamiento en que he caído , no sea
queda j a de un hombre ordinario. D e s - mas caras para su amigo, los reunerf;
Hay uno mcuos digno d e ella que el qae que con la íntima conciencia de mi exis-
pnes de lo que f u i , si pudiera ser vil un estrechados con otros vínculos , será
amar á V. s u p o ? Seria menester la libre tencia cobre la de mis males, y vuelva
solo iustaute, me iria á esconder al cabo fuerza renunciar á ellas. ¿ No serian es-
un estado violento á abrir todas mis
del m u n d o , y nunca me creería bastante y serena alma del bueno y juicioso de tas tan deliciosas memorias otras tantas
Orbe para ocuparse á su ejemplo en ella heridas. Desde mi postrera residencia
lejos de V. infidelidades que yo le hiciese ? y con
sola ; seria menester valer tanto como con V. he mirado con un ínteres mas
que cara haría yo á una querida y res-
él para sucederle ; de otro modo la com- vivo á su amiga , porque sabia q u e el
¡ Quien ; y o turbar el orden amable petada esposa confidente de l o s agravias
paración de su pasado estado le haría d estado de mi corazon no le dejaría ade-
que en tantos gustos me arrobaba! que á despecho mío le hiciere mi volun-
presente mas inaguantable, y el distraído lantarse mucho , y viendo qHe c o n esta
Amancillar yo la mansión de inocencia tad ? Asi no se atrevería este corazon á
y flaco amor del segundo esposo, eo ver afición nueva crecía el afecto ya tan
v paz que con tanto respeto habitaba ! esplayarse en el s u y o , y se contraería
de consolarla d e la perdida del primero tierno que en todos tiempos le t u v e , me
Poder yo ser tan villano!... ¿ Ah, romo al acercarse á ella. N o atreviéndome á
se la haría sentir mas. Tocaría un tierno di el parabién de una emocíon q u e m e
n o movería al mas estragado de los hablarle de V. en breve no le hablaría
y agradecido amigo en un marido ordi- ayudaba á mudar el objeto de mis d e -
hombres tan eucautadora imagen ? Como de mí. Imponiéndome nuevo recato c o n
nario. ¿ Y ganaría en este trueque ? No; seos , y rae hacía contemplar con me-
110 recobraría cu este asilo el amor de ella la obligación y el h o n o r , mi muger
que por ambas partes perdería. Su sea- nos sentimiento la imagen de V. Esta
la honestidad ? Lejos d e profanar ese al- seria para mi una estrafia, y no teodria
síble y delicado corazon quedarla tras- emocíon participa de los gustos de amor,
bergue con sus malas costumbres, iria á consejo ni guia para alumbrar mi ani-
pasado d e esta perdida; ¿ y como sufri- y no de sus tormentos. El güsto de verla
enmendarse en él. Quien ? ¡Yo-, Julia, mo y enmendar mis errores. ¿ Es ese el
ría yo e l continuo espectáculo de una no le turba la ansia de poseerla; satisfe-
homenaje que debe aguardar ? ese el
y o ! tan tarde ! á los ojos de V . ! . . .
tristeza que habría c a u s a d o , y que no cho con pasar toda mi vida c o m o he pa-
tributo de gratitud y ternura que le ¡ría
Querida amiga, abrame sin susto su c a s a podría remediar? A y ! antes que á eHa sado este invierno, hallo entre Vds. dos
yo á dar? y asi haría mi dicha y la
que es para mí el templo de la virtud; me mataría el dolor. N o , Julia , no haré aquella serena y suave ( 1 ) situación, que
suya?
en todas partes veo en ella su augusta yo mi dicha á costa de la suya, y la templa la austeridad d e la v i r t u d , y
simulacro, y solo á ella al lado de V. quiero mucho para ser su esposo. hace amables sus lecciones. Si me agita
puedo servir. No soy un á n g e l , es ver- ¿ Se olvidó V-, Julia, de mis juramen- por un instante algún ímpetu vana, todo
dad , pero habitaré su morada , imitaré tos con los suyos ? pues á mí no se me lo reprime y le impone silencio; y yo
sus ejemplos, que huye de ellos quien han olvidado. T o d o lo he perdido; mi he vencido tantos mas peligrosos que
Mi d i c h a ! No. ¿ Como habia yo de
n o quiere semejarseles. fe sola me ha quedado, y me quedará nada me queda que temer. T a n t o como
s e r feliz no haciéndola feliz á ella?
hasta el sepulcro. N o he podido vivir á la amiga de V. amo la honro , y n o
Ya lo ve V . , me cuesta dificultad ve- ¿ Puede en el matrimonio hacerse ana
de V . , pero moriré libre. Si 110 hubiera es posible decir mas. Aun cuando solo
nir al punto principal de su carta, que felicidad esclusíva uuo de los esposos?
contraído este e m p e ñ o , ahora le c o n - eu mi ínteres pensara, aprecio mucho
desde el principio debía haber tratado, N o son comunes los bienes y los males,
traería ; porque si e s Obligación casarse, los tiernos derechos de la amistad que
y el único en que me ocuparía si nic cualquiera cosa que se haga ? las pesa-
obligación mas indispensable todavia es con ella t e n g o , paca aventurarme á per-
atreviese á aspirar al bien que uie pro- dumbres q u e da el uno al otro no re-
00 bacer la desdicha de nadie; y en derlos procurando ensancharlos, y ni
mete. O Julia !-alma bencfica, incompa- caen siempre sobre el que las causa? Se-
rable amiga! con ofrecerme V. la digna ria vo desdichado con sus pesares, sin otros lazos solo puedo yo sentir el eter-
mitad de sí propia, y el tesoro mas ser dichoso con sus beneficios. Gracias,
precioso que despues de V. en el mundo hermosura, mérito , cariño, caudal, to-
(I) Algunas páginas mas atras ha dicho justamente lo contrario. El pobre
se halla , hace mas , si es posible, que d o contribuiría á mi felicidad ; mi cora-
filosofo, entre dos mugeres lindas, me parece que se halla en una graciosa in-
cuanto basta ahora por olí había hecho. zón solo lo acibararía todo, y en el seno
decisión : diria uno que no quiere enamorarse de una ni de otra para querer.
El amor, e l ciego amor pudn forzar á V. de la dicha me haría miserable.
« entrambas.
siquiera he necesitado pensar en el res- gracia d i v i n a , y como todos los hemos realidad, yo me atengo á lo mas sen-
busca las ocasiones merece caer en ellas,
peto que le debo para n o decirle nunca recibido, todos debemos dar cuenta de cillo.
quien con sobrada advertencia las evita
una palabra á solas que tuviese ella pre- ellos. Asi yo creo quo despues de haber
rehuye con frecuencia el cumplimiento
cisión de interpretar ó fingir que no la de importantes obligaciones, v no con- He oido argumentar mucho contra la remediado Dios todas las necesidades
oia. Y si acaso ba bailado alguna vez viene pensar siempre en las tentaciones, libertad del h o m b r e , y desprecio todos humanas, no otorga á uno mas que á
sobrado cariño en mis acciones, no ha aunque para evitarlas sea. Nunca roe esos sofismas, porque en balde me prue- otro auxilios estraordlnarios de que no
visto ciertamente en mi corazon la v o - verán ir en demanda de instantes peli- ba un silogista qne no soy libre, el sen- es digno aquel que de los auxilios comu-
luntad de manifestársele. Tal cual he grosos ni de conversaciones á solas con tido interno, mas eficaz que todos sus nes de todos abusa , y que no necesita
sido seis meses junto á e l l a , tal seré mugeres; pero en cualquiera situación argumentos , los refuta sin cesar, y en aquel que hace buen uso de ellos. Es
toda mi vida. Nada despues de V. c o - que me ponga de hoy mas la Providen- cualquiera deliberación que sea , cuan- injuriosa á la justicia divina esta dis-
nozco tan perfecto como ella , pero aun c i a , tengo por fianza mia los ocho me- do tomo la determinación que me agra- tinción de personas. Aun cuando se de-
cuando fuese mas perfecta que V . , toda- ses que en Clarens he pasado , y ya no da , tengo la intima conciencia de que dujera de la misma escritura doctrina
vía conozco que seria preciso n o haber temo que nadie me prive del prez que era libre d e tomar la resolución contra- tan inhumana, y que tanto desalienta,
sido nunca su amante para poder serlo en ellos he merecido. No seré mas fla- ria. Todas las sutilezas escolásticas son ¿ no es mi obligación primera honrar á
de ella. c o que he sido, ni tendré mas fieras ba- vanas, justamente porque prueban en Dios? Por mucho respeto que al texto
tallas que lidiar; he sentido la amargura demasia, porque igualmente impugnan sagrado d e b a , mas le debo todavía á su
Antes de concluir esta carta e s me- de los remordimientos, y he paladeado la verdad que la mentira, y p o r q u e , v^i A u t o r , v mas quisiera creer falsificada
nester que diga á V. lo que de la suya lo sabroso de la victoria. Despues de se- sea que exista ó 110 la libertad, pueden ó ininteligible la Biblia , que injusto ó
pienso. Con toda la prudencia de la vir- mejantes comparaciones no queda que servir del mismo modo para probar que maléfico á Dios. No quiere sao Pablo
tud encuentro en ella los escrupnlos de vacilar en la e l e c c i ó n , y hasta mis pa- no la hay. Conforme á estas argucias el que diga el vaso al alfarero: ¿ porque
una alma medrosa que se fragua una sados yerros todo me fia el tiempo ve- mismo Dios no seria libre, y la voz de me biciste asi? Muy bueno es eso si
obligación de asustarse, y c r e e qne es nidero. libertad no tendría significación ningu- solo exige este del vaso los servicios que
necesario temerlo todo para preservarse na. Erigen uu triunfo , no porque bayan le ha puesto en estado de hacerle ; pero
de todo. Este encogimiento estremado resuelto la cuestión , sino porque en su si se quejara de que 110 era á proposito
Sin querer meterme con V. en nuevas
trae consigo peligros, no menos que una lugar han sustituido uua quimera. Em- para los miuisterios para que no le ba-
discusiones acerca del órden del univer-
escesiva confianza. Haciéndonos ver sin piezan supnniendo que todo ser inteli- bia formado, ¿uo tendría razón el vaso
s o , y la dirección de los seres que le
cesar moustruos donde no los b a y , nos gente es meramente pasivo; y luego de en decirle: porque me hiciste asi ?
componen, m e ceñiré a decirle que so-
deja exhaustos peleando con quimeras, esta proposiciou deducen consecuencias
bre cuestiones tan superiores al alcance
y á poder d e espantarnos sin motivo nos que prueban que no es activo : método
del hombre, solo por inducción con las ¿ S e sigue de esto que sea inútil la
aduerme cuando se presentan verdade- muy comodo de argumentar. Si acusan
cosas que ve puede este juzgar de las oracion? No plega á Dios que me prive
ros peligros, y no deja que los veamos á sus contrarios de que discurren del
que no v e , y que militan todas estas vo de este remedio contra mis flaque-
bien. Repase V. alguna vez la carta que mismo modo no tienen razón. Nosotros
analogías en favor de las leves generales zas. T o d o s los actos del entendimiento,
le escribió el año pasado milord Eduardo no nos suponemos activos y libres que
que al parecer V. desecha. 1.a razón que nos elevan á D i o s , nos encumbran
acerca de sn marido, y hallará buenos tenemos la conciencia de lo que somos;
misma, y las mas sanas ideas que del sobre nosotros mismos, é implorando su
consejos que le podrán servir en mas de a ellos les toca probar no solo que p u -
Ser supremo podemos formarnos, son auxilio aprendemos á encontrarle. No es
un lance. No desapruebo yo la devoción diera engañarnos esta c o n c i e n c i a , sino
muy propicias á esta o p i n i o n ; porque él quien nos muda , nosotros nos m u -
de V., qne e s afectuosa, amable, y sua- que efectivamente nos engaña ( I ) . El
si bien no necesita método su potencia damos elevándonos hasta él (2J. T o d o
ve como V., y debe agradar basta á su obispo de Cloine ha demostrado que sin
para abreviar el trabajo, sin embargo es cuanto le pedimos como conviene nos
marido. Pero cuidado con que á fuerza variar nada las apariencias pudieran no
digno de su sabiduría preferir las vias lo d a m o s , y como ha dicho V . , au-
de tornar á V. encogida , y asustadiza existir la materia ni los cuerpos : ¿ basta
mas sencillas, á fin de que nada bava mentamos nuestra fuerza, reconociendo
la lleve el quietismo por una vereda esto para afirmar que no existen ? En to-
inútil en los m e d i o s , como tampoco en nuestra flaqueza. Pero quien de la ora-
opuesta; y ofreciendole en todas partes do esto la apariencia cuesta mas que la
los efectos. Cuando crió al hombre le cion abusa , y se torna mistico, se pier-
riesgos, la estorbe qne en cosa algnna
dotó de todas las facultades necesarias de á poder de elevarse; por buscar la
se fije. ¿ N o sabe V . , querida a m i g a ,
para dar cima á lo que de él esigia;y
que es la virtud un estado de guerra,
cuando le pedimos la facultad de obrar
v que para ser virtuoso bay que estar
b i e n , nada le pedimos que ya 110 nos (1) No se trata de todo eso , sino solo de saber si se determina la volun-
siempre en lid consigo propio ? Ocupé-
haya dado. Nos dió la razón para cono- tad sin causa , ó cual es la causa que determina la voluntad.
monos menos en los riesgos qne en uo- (2) Nuestro galan filosofo despues que ha imitado la conducta de Abe-
cer lo que es bueno , la conciencia para
sotros para tener siempre el alma apa- lardo parece que también quiere seguir su doctrina : el sentir de ambos sobre
amarlo ( I ) . y la libertad para ejecutar-
rejada para cualquier suceso. Si quien la oracion es muy parecido. Muchas personas que en esta herejía reparen,
lo. En estos sublimes dones se cifra la
pensarán que mas valia que hubiese perseverado en su estravio que incurrir
en este error. No es ese mi dictamen, porque es chico mal engañarse, y muy
grave conducirse mal. Esto no contradice a mi ver lo que antes acerca del
(1) San Preux mira la conciencia moral como un sentido y no un juica, ,*
nesgo de las maximas erróneas de moral tengo dicho. Pero es menester dejar
y en esto va contra las definiciones de los filoso/os. Creo sin embargo que en que adivine algo el lector.
esta parte tiene razón su pretenso colega.
gracia renuncia á la razón ; y por alcan- honor y gloría que al par nos realza, y que me inspira el deseo de su verdadera ligro de estraviarse por todo lo que
zar una dadiva del cielo huella á sus siempre la perfección del uno importara felicidad; por la mas obsequiosa , mas cuesta una penosa conversión ? Que ob-
plantas otra ; v empeñado en querer que al otro. Pero si son comunes las delibe- útil y mas digna propuesta que le haya jeto puede acordarnos mas bien este pe-
le alumbre D i o s , se priva de las luces raciones no lo e s la decisión qne á V. sido h e c h a ; por el anhelo, imprudente l i g r o ? En presencia de quien nos aver-
que le h a d a d o . ¿Quien somos nosotros solo compete. V. que siempre hizo ni. acaso, de unir á V. con mi familia en gonzaríamos tanto de envilecer tamaño sa-
para querer forzar a Dios á que obre un suerte, no cese de ser arbitra de ella; indisolubles vinculos ; por el deseo de crificio? Después de haber roto tan caros
milagro ? pese mis reflexiones y f a l l e , cualquiera hacer mi aliado y mi pariente á un in- lazos, no debemos á su memoria no ha-
cosa que de mí dispooga , rae someto i grato que cree ó finge creer que no le cer nada que sea indigno del motivo que
Sabe V. que no hay cosa que uo ten-
ella ; seré digno a lo menos de que DO quiero por amigo. Para salir de la in- nos forzó á romperlos ? S i ; quiero con»
ga su esceso vituperable, basta la devo-
cese de guiarme. Aunque no haya de quietud en que al parecer esta V . , no servar á V. la fidelidad de llamarle siem-
ción que se convierte en desvario; la
volver á ver á V. siempre la tendré pre- tenia que hacer mas que entender lo que pre por testigo de todas las acciones de
suya es muv pura para que nunca á este
sente ; siempre presidirá á mis acciones; le escribo cu su natural sentido. Pero mi vida, y de decirle á cada afecto que
punto llegue ; pero el esceso que al es-
aunque me prive del honor de educará mucho tiempo ha que se complace en me anime: esto ha sido lo que le he pre-
travio conduce empieza antes de e s t e ,
sus hijos, n o me privará de las virtudes atormentarse con sus propias injusticias. ferido. Ah , amigo mió , y0 sé honrar lo
v debe V. desconfiar de aquel. Muchas
que de V. he aprendido que son las bi- Su carta de V. es como su v i d a , sublime que tau bien ha sentido mi corazon. En
veces la he oido desaprobar los estasis
jas de su alma, la mía las adopta , y na- ; rastrera, llena de fuerza y puerildades. presencia de toda la tierra puedo ser
de los ascéticos. ¿ Sabe V. de que pro-
da puede robárselas. Querido filosofo, ¿no ha de dejar V. non-» frágil, pero respondo de mí en la suya.
c e d e n ? de gastar en la oracion mas
tiempo del qne permite la flaqueza hu- ca de ser niño?
Rahleme V. sin rodeos , Julia. Ahora En esta delicadeza que siempre al ver-
mana. Entonces se agota el espirita, se
que le he esplieado con claridad mi sen- ¿ De donde ha sacado V. que quisiese dadero amor s o b r e v i v e , mas antes que
inflama la imaginación y representa vi-
tir y mi modo de pensar, dígame lo qne to romper con é l , imponerle leyes , y, en las sutiles observaciones del señor de
siones; se torna uno inspirado, profeta,
debo hacer. V. sabe basta qne punto está sirviéndome de sus términos, enviarle al Wolmar, se ba de buscar la razón de
y no hay juicio ni ingenio que del fana-
uuida mi snerte con la de mi ilustra cabo del mundo ? Ingenuamente , b a - aquella elevación de animo y aquella
tismo preserve. V. se encierra con fre-
amigo. No le he consultado en este laoee, ila V. que sea esc el espiritu de mi car- fuerza interior qne esperímentamos uno
cuencia en su gabinete, se r e c o g e , y
v no le he enseñado esta carta ni la de ta? Muy al contrario; disfrutando de cerca de otro , v que creo yo que igual-
ora sin c e s a r ; todavia no ve á los pie-
V. Si sabe que desaprueba V. su proyec- antemano de la satisfacción de vivir mente que V. siento. Esta es á lo menos
tistas ( I ) , pero ya lee sus libros. Nunca
to , ó mas bien el de su e s p o s o , él mismo con V., he temido los inconvenientes que mas natural, mas honrosa para nuestros
he vituperado su afición á los escritos
le desaprobará; yo estoy muy lejos de sa- la podian turbar , me he ocupado en los corazones que la s u y a , y vale mas para
del buen Fenelou: ¿pero que haceV. con
car de esto un reparo contra los escru- medios de obviar estos inconvenientes alentarse á obrar bien ; con lo cual basta
los de su discípulo ? Lee V. á Muralt,
pulos de V., solo sí conviene que los ig- por un medio grato v s u a v e , propor- para preferirla. Asi, crea V. que lejos de
vo también le leo ; pero yo escojo sus
nore hasta que esté resuelta. Entretanto cionando á V. una suerte digna de su estar en la estravagante disposición en
cartas, y V. su instinto divino. Vea V.
hallaré pretextos para dilatar nuestro mérito y de la amistad que le profeso. que me supone, me hallo en otra diame-
como a c a b ó ; lastímese V . de los estra-
viaje, que podrá estrañar, pero que Esta es toda mi culpa , y me parece que tralmcnte opuesta ; que si fuera menes-
vios de este prudente varón, y mire por
ciertamente le harán detenerse. Yo por no habia para que alterarse tanto. ter renunciar al proyecto de reunimos
sí propia. Muger piadosa y cristiana ,
mí mas quiero no verla á V. mas, que tendría esta mudanza á mucha desdicha
¿ va Vi á n o ser mas que una devota ? Es una sinrazón en V . , amigo mió,
verla para volver á dejarla. Aprenderá para V . , para m í , para mis hijos , y
vivir como forastero en casa de V. es porque no ignora cuanto le a m o , pero para mi propio marido, á quien, como V.
Amada y respetable amiga , yo recibo un desaire que no he merecido. gusta que se lo repitan; y como no me sabe , cabe mucha parte de las razones
los dictámenes de V. con la docilidad complazco yo menos en repetirlo, es fácil que tengo para desear que esté V. aqui.
de 1111 hijo, y le doy los mios con el alcanzar lo que q u i e r e , sin necesidad Pero hablando solo de mi particular in-
celo de un padre. Desde que lejos de CARTA VIH.
de quejas y enfados. clinación , acuerdese V. del instante de
romper la virtud nuestros lazos los ha Esté V. cierto de que si le es grata su llegada: ¿denoté yo menos jubilo de
D E l^A S E Ñ O R A D E X V O I . M A R A S A S su mansión a q u i , no menos lo es para verle que V. de reunirse conmigo ? le ha
hecho indisolubles, se confunden las
obligaciones de esta con los derechos PREUX. n i . y de que de todo cuanto el señor de parecido que fuese su mansión en Cla-
de la amistad. A ambos n o s convienen BIF.N e s t á ; va tenemos su imagina- Wolmar por mí ha h e c h o , ninguna cosa rens enfadosa ó desagradable para m í ?
las mismas lecciones, y nos guia el mis- ción de V. echada á v o l a r , y porque? lanto le he agradecido como el afan que Ha pensado qne veía marchar á V. cou
mo Ínteres. Nunca se hablan nuestros por las mas seguras pruebas de estima- en llamar á V. á su casa y ponerle en gusto ? He de ir mas adelante y hablar
c o r a z o n e s , nunca se topan nuestros ojos estado de que en ella viviera se ha to- con mi acostumbrado candor ? Confieso
ción y cariño que en toda mi vida le
sin presentar á entrambos un objeto de mado. Cou gusto confiesu que somos úti- á V. sin rodeos que el tiempo mas de-
tenia dadas; por las reflexiones pacificas
les uno á otro. Mas capaces de seguir licioso de mi vida ha sido los últimos
buenos consejos que de tomarlos por no- seis meses que juntos hemos pasado , y
(i) Especie de locos, que habian dado en la manía de ser cristianos,j sotros mismos, ambos necesitamos guia. que en este corto intervalo he disfrutado
seguir a la letra el Evangelio; como con poca diferencia lo son hoy los Metodis- ¿ l quien mejor sabrá lo que para el todos los bienes de que mi sensibilidad
tas en Inglaterra, los Moravos en Alemania , los Jansenistas en Francia; no- uno conviene que el otro que tan bien me habia dado la idea.
tando sin embargo que a estos últimos no les falta mas que ser los amos para « c o n o c e ? Quien mejor conocerá el pe-
ser inhumanos y mas intolerantes que sus enemigos.
gracia renuncia á la razón ; y por alcan- honor y gloria que al par nos realza, y que me inspira el deseo de su verdadera ligro de estraviarse por todo lo que
zar una dadiva del cielo huella á sus siempre la perfección del uno importan felicidad; por la mas obsequiosa , mas cuesta una penosa conversión ? Que ob-
plantas otra ; v empeñado en querer que al otro. Pero si son comunes las delibe- útil y mas digna propuesta que le baya jeto puede acordarnos mas bien este pe-
le alumbre D i o s , se priva de las luces raciones no lo e s la decisión qne á V. sido h e c h a ; por el anhelo, imprudente l i g r o ? En presencia de quien nos aver-
que le h a d a d o . ¿Quien somos nosotros solo compete. V. que siempre hizo ni. acaso, de unir á V. con mi familia en gonzaríamos tanto de envilecer tamaño sa-
para qoerer forzar á Dios á que obre un suerte, no cese de ser arbitra de ella; indisolubles vinculos ; por el deseo de crificio? Después de haber roto tan caros
milagro ? pese mis reflexiones y f a l l e , cualquiera haccr mi aliado y mi pariente á un in- lazos, no debemos á su memoria no ha-
cosa que de mí disponga , rae someto i grato que cree ó finge creer que no le cer nada que sea indigno del motivo que
Sabe V. que no hay cosa que no ten-
ella ; seré digno a lo menos de que DO quiero por amigo. Para salir de la in- nos forzó á romperlos ? S i ; quiero con»
ga su esceso vituperable, basta la devo-
cese de guiarme. Aunque no haya de quietud en que al parecer esta V . , no servar á V. la fidelidad de llamarle siem-
ción que se convierte en desvario; la
volver á ver á V. siempre la tendré pre- tenia que hacer mas que entender lo que pre por testigo de todas las acciones de
suya es muv pura para que nunca á este
sente ; siempre presidirá á mis acciones; le escribo cu su natural sentido. Pero mi vida, y de decirle á cada afecto que
punto llegue ; pero el esceso que al es-
aunque me prive del honor de educará mucho tiempo ha que se complace en me anime: esto ha sido lo que le he pre-
travio conduce empieza antes de e s t e ,
sus hijos, n o me privará de las virtudes atormentarse con sus propias injusticias. ferido. Ah , amigo mió , y0 sé honrar lo
y debe V. desconfiar de aquel. Muchas
que de V. he aprendido que son las bi- Su carta de V. es como su v i d a , sublime que tau bien ha sentido mi corazon. En
veces la he oido desaprobar los estasis
jas de su alma, la mía las adopta , y lia- y rastrera, llena de fuerza y puerildades. presencia de toda la tierra puedo ser
de los ascéticos. ¿ Sabe V. de que pro-
da puede robárselas. Querido filosofo, ¿no ha de dejar V. nun-» frágil, pero respondo de mí en la suya.
c e d e n ? de gastar en la oracion mas
tiempo del qne permite la flaqueza hu- ca de ser niño?
Rahleme V. sin rodeos , Julia. Ahora En esta delicadeza que siempre al ver-
mana. Entonces se agota el espirito, se
que le he csplicado con claridad mi sen- ¿ De donde ha sacado V. que quisiese dadero amor s o b r e v i v e , mas antes que
inflama la imaginación y representa vi-
tir y mi modo de pensar, digame lo qne to romper con é l , imponerle leyes , y, en las sutiles observaciones del señor de
siones; se torna uno inspirado, profeta,
debo hacer. V. sabe basta qne punto está sirviéndome de sus términos, enviarle al Wolmar, se ba de buscar la razón de
y no hay juicio ni ingenio que del fana-
uuida mi snerte con la de mi ilustra cabo del mundo ? Ingenuamente , h a - aquella elevación de animo y aquella
tismo preserve. V. se encierra con fre-
amigo. No le he consultado en este lauee, lla V. que sea ese el espiritu de mi car- fuerza interior que esperímentamos uno
cuencia en su gabinete, se r e c o g e , y
y no le he enseñado esta carta ni la de ta? Muy al contrario; disfrutando de cerca de otro , v que creo yo que igual-
ora sin c e s a r ; todavia no ve á los pie-
V. Si sabe que desaprueba V. su proyec- antemano de la satisfacción de vivir mente que V. siento. Esta es á lo menos
tistas ( 1 ) , pero ya lee sus libros. Nunca
to , ó mas bien el de su e s p o s o , él mismo con V., he temido los inconvenientes que mas natural, mas honrosa para nuestros
he vituperado su afición á los escritos
le desaprobará; yo estoy muy lejos de sa- la podian turbar , me he ocupado en los corazones que la s u y a , y vale mas para
del buen Fenelou: ¿pero que haceV. con
car de esto un reparo eontra los escru- medios de obviar estos inconvenientes alentarse á obrar bien ; con lo cual basta
los de su discípulo ? Lee V. a Muralt,
pulos de V., solo sí conviene que los ig- por un medio grato y s u a v e , propor- para preferirla. Asi, crea V. que lejos de
vo también le leo ; pero yo escojo sus
nore hasta que esté resuelta. Entretanto cionando á V. una suerte digna de su estar en la estravagaote disposición en
cartas, y V. su instinto divino. Vea V.
hallaré pretextos para dilatar nuestro mérito y de la amistad que le profeso. que me supone, me hallo en otra diame-
como a c a b ó ; lastímese V . de los estra-
viaje, que podrá estrañar, pero que Esta es toda mi culpa , y me parece que tralmcnte opuesta ; que si fuera menes-
vios de este prudente varón, y mire por
ciertamente le harán detenerse. Yo por no habia para que alterarse tanto. ter renunciar al proyecto de reunimos
sí propia. Muger piadosa y cristiana ,
mí mas quiero no verla á V. mas, que tendria esta mudanza á mucha desdicha
¿ va Vi á n o ser mas que una devota ? Es una sinrazón en V . , amigo mió,
verla para volver á dejarla. Aprenderá para V . , para m í , para mis hijos , y
vivir como forastero en casa de V. es porque no ignora cuanto le a m o , pero para mi propio marido, á quien, como V.
Amada y respetable amiga , yo recibo un desaire que no he merecido. gusta que se lo repitan; y como no me sabe , cabe mucha parte de las razones
los dictámenes de V. con la docilidad complazco yo menos en repetirlo, es fácil que tengo para desear que esté V. aquí.
de 1111 hijo, y le doy los mios con el alcanzar lo que q u i e r e , sin necesidad Pero hablando solo de mi particular in-
celo de un padre. Desde que lejos de CARTA VIH. de quejas y enfados. clinación , acuerdese V. del instante de
romper la virtud nuestros lazos los ha Esté V. cierto de que si le es grata su llegada: ¿denoté yo menos jubilo de
D E L^A S E Ñ O R A D E X V O I . M A R A S A S
hecho indisolubles, se coofunden las su mansión a q u i , no menos lo es para verle que V. de reunirse conmigo ? le ha
PREUX. "" • y de que de todo cuanto el señor de parecido que fuese su mansión en Cla-
obligaciones de esta con los derechos
de la amistad. A ambos n o s convienen BIEN e s t á ; va tenemos su imagina- Wolmar por mí ha h e c h o , ninguna cosa rens enfadosa ó desagradable para m í ?
las mismas lecciones, y nos guia el mis- ción de V. echada á v o l a r , y porque? lauto le be agradecido como el afan que Ha pensado que veía marchar á V. con
mo Ínteres. Nunca se hablan nuestros en llamar á V. á su casa y ponerle en gusto ? He de ir mas adelante v hablar
por las mas seguras pruebas de estima-
c o r a z o n e s , nunca se topan nuestros ojos eslado de que en ella viviera se ha to- con mi acostumbrado candor ? Confieso
ción y cariño que en toda mi vida le
sin presentar á entrambos un objeto de mado. Cou gusto confieso que somos úti- á V. sin rodeos que el tiempo mas de-
tenia dadas; por las reflexiones pacificas
les uno á otro. Mas capaces de seguir licioso de mi vida ha sido los últimos
buenos consejos que de tomarlos por no- seis meses que juntos hemos pasado , y
(r) Especie de locos, que habian dado en la manía de ser cristianos, f sotros mismos, ambos necesitamos guia. qne en este corto intervalo he disfrutado
seguir a la letra el Evangelio; como con poca diferencia lo son hoy los Metodis- ¿ t quien mejor sabrá lo que para el todos los bienes de que mi sensibilidad
tas en Inglaterra, los Moravos en Alemania , los Jansenistas en Francia; no- uno conviene que el otro que tan bien me habia dado la idea.
tando sin embatgo que a estos últimos no les falta mas que ser los amos para le conoce? Quien mejor conocerá el pe-
ser inhumanos y mas intolerantes que sus enemigos.
Nunca me olvidaré de UII dia de este otro; procuran todos esconderse; cuando mismo cree. Ha sido muv estremado su su favor; porque hay uti punto eu qu
invierno , que despnes de haber leido están reunidos se quisieran separar; la afecto para que dure su sensibilidad debe el imperio de la amistad respetar el
juntos la relación de los viajes de V. y circunspección v el bien parecer tra** mucho tiempo; ha amado en demasía de las voluntades, y los principios que se
la de las aventuras de su amigo , cena- consigo la desconfianza y la repugnan- para que no se torne indiferente; no se forma cada uno, arbitrarios en s í , pero
mos en el salón de Apolo ; y pensando cia. ¿ Como se han de amar mucho ti«®, luelve á encender la ceniza que sale del relativos al estado del corazon que se los
en la felicidad que me dispensaba Dios po aquellos que se temen? El uno se torno , pero es menester esperar á que impone.
en este mundo veía en torno de mi á torna importuno al otro. ¡Julia impor- esté todo el rescoldo consnmido. Con
mi padre, á mi marido, á mis hijos , á tuna !... importuna para su amigo ! no, Confieso á V. sin embargo que aun
algunos años mas de atención en V. pro- persisto en mi proyecto. Nos conviene
mi prima , á rnilord Eduardo , á V. sin no puede ser eso; nunca hay que rece- pio va no tendrá que correr riesgo nin-
hablar de su Paca, que no echaba á per- lar otros males que los que se pueden tanto á todos; le sacaria á V. con tanto
guoo. honor del estado precario en que en el
der el grupo , y reunido todo esto para sufrir.
la dichosa Julia. Decia yo entre mí: este La suerte que destinaba yo á V. hu- mundo vive; de tal modo confundiría
reducido aposento contiene todo cuanto Manifestando á V. ingenuamente mis biera aniquilado todo peligro; pero ade- nuestros intereses; convertiría en una
ama iu¡ corazón, y acaso todo lo mejor escrúpulos, no he pretendido mudar mas de esta consideración era sobrado obligación tan natural esta amistad que
que hay en la tierra ; cstov rodeada de sus resoluciones, sino iluminarlas,para feliz para que por sí misma fuese apete- nos es tan grata: que no puedo renun-
todo cuauto me interesa; aquí está para que no fuese que tomando una determi- cida ; y si la delicadeza de V. uo le per- ciarle enteramente. N o , amigo mío, nun-
mí todo el universo; gozo de consuno nación , cuyas consecuencias todas no mite ser osado á aspirar á ella, no nece- ca me podrá V. pertenecer de muy cer-
del afecto que tengo á mis amigos, del hubiese previsto, s e tuviera que arre- sito que me diga lo que ha podido costarW ca , v aun no me basta con que sea mi
que ellos me pagan, del que se tienen pentir de ella , cuando no se atreviera este sacrificio; pero me temo que con sus primo : ab ! quisiera que fuera mí lier-
uno á otro ; su reciproca benevolencia á volverse atras. En cuanto á los recelos razones de V. conspireu pretextos mas mano.
ó procede de mí ó se refiere á iní; nada que no ha tenido el señor de W'olmar, especiosos quesolidos; me temo que ufano
no le toca á él tenerlos, sino á V . , por- Sea !« que fuere de estas ideas, baga V.
veo que no dilate mi s e r , nada que le de cumplir empeños de que todo le dispen- mas justicia á los afectos que le profeso;
divida , está en todo lo que me rodea, que uadie es juez del peligro sino V. sa y que á nadie interesan ya, se finja una
mismo. fieflexíonelo bien, dígame luego disfrute sin tasa de mí amistad, mi con-
uo queda porcion ninguna lejos de mí, engañosa virtud en nosé que vana constan- fianza y mi estimación; acuerdcse de que
nada tiene va que trabajar mi imagina- que no existe y no pienso mas en él, cia, mas que de alabanza digna de vitupe-
porque conozco su rectitud, y no me nada tengo yo que mandarle, y de que
ción , nada tengo que apetecer ; sentir y rio, y de hoy mas fuera de razón. Ya se lo creo que no lo necesito. No me prive del
disfrutar son para mí una misma cosa, desconfío de sus intenciones. Si el cora- be dicho á V. otra vez; es nuevo delito
zon de V. es capaz de una culpa ino- derecho de darle consejos, mas no se ima-
vivo á un tiempo en todo cuanto amo, guardar un juramento ilícito, si el suyo nogine que nunca los convierta eu precep-
y me sacio de felicidad y vida. O muer- pinada, es ciertisimo que nunca cupo en lo era, lo es ahora, y eso basta para
él un mal premeditado, y esto es lo que tos. Si cree V. que puede habitar en Clá-
te , ven cuando quieras, ya no te temo, anularle. La palabra que sin cesar es me- reos sin riesgo, venga v viva aquí, será
he vivido , y te he ganado por la ma- al hombre frágil del malo distingue. nester cumplir es la de ser hombre de mí mas dulce satisfacción. Sj cree que
n o ; ni me quedan nuevos afectos que bien, y siempre firme en su obligación ; debe consagrar algunos años de ausen-
conocer, ni puedes tú robarme nin- Por otra parte, aun cuando fuesen mis mudar cuando esta muda uo es ligere-
solidas mis objeciones de lo que me com- cia á las reliquias siempre sospechosas
guno. za, que es constancia. Acaso hizoV. bien de una impetuosa juventud, escríbame V.
plazco yo en creer que seau, ¿ porque entonces en prometer lo que ahora haría
hemos de poner la cosa en lo ultimo, enn frecuencia, venga á vernos cuando
mal eu cumplir. Haga en todos tiempos guste, mantengamos la mas intima cor-
Cuanto mas he gozado la satisfacción como V. hace ? Yo no pienso que hayan lo que exige la virtud y no se desdecirá
de tomarse precauciones tan estremadas. respondencia. ¿Que pena no suaviza este
de vivir con V. mas grata era para mí jamas. consuelo ? que ausencia no se hace lle-
hacerla perpetua; y mas inquietud me ¿ Se trata por eso de romper al punto
todos los proyectos de V. y de que nos vadera con la esperanza de acabar jun-
causaba todo cuanto turbarla podía. De- Y si entre los escrúpulos de V. hay tos la vida ? Mas haré: estoy proilta á fiar
jemos ^ o r un momento á un lado esa abandone para siempre? N o , amable
amigo m i ó , no son necesarios tan tris- alguna objeción solida la podremos exa- de V. uno de mis hijos: mejor creeré que
medrosa moral y esa pretensa devoción minar despacto; entre tanto no siento estará en sus manos que en las mías;
que V. me achaca, convenga á lo menos tes remedios. Niño aun en cuanto á 1»
cabeza, es ya viejo su corazou. Las fuer- mucho que no haya admirado mi idea con
eu que consistía todo el embeleso de la el mismo ardor que y o , para que le sea cuando me la traiga no se de cual de ios
sociedad que entre nosotros reinaba en tes pasiones apagadas retraen de las
otras , y la paz del animo que á ellas se menos sensible mi atolondramiento., si ha dos será para mí la vuelta mas grata. Si
aquella manifestación de ios corazones sido uno. Este proyecto le habia yo me- vuelto totalmente en su acuerdo, dsstier-
que hacia comunes todos los afectos, to- sigue es el único afecto que con el gozo
crece. Un corazon sensible teme el so- dilado durante la ausencia de mi prima. ra V. al fin sus quimeras v quiere mere-
dos los pensamientos, porque recono- Desde su regreso y la partida de mi carta, cer 3 mi prima, venga, amela, obsequíe-
ciéndose cada uuo como debía ser se siego que no conoce; cuando le ha dis-
frutado una vez ya no quiere perderle. habiendo tenido con ella algunas conver- l a , acabe de agradarle ( d e verdad creo
mostraba á todos como era. Suponga V. saciones generales acerca de un segundo que ya ha empezado)', triunfe de su co-
por un instante algún secreto embrollo, Comparando dos estados tan opuestos
aprende á preferir el mejor, pero para matrimonio, me ha parecido repugnarle razon v de los estorbos que o p o n e ; yo-
algún trato que sea menester esconder, tanto esla idea, que me temo no obstante le ayudaré con todo mi poder; finalmente
algún misterio y recato; al ¡nstaute se compararlos es menester conocerlos. í o
por mi veo el instante de la seguridad la inclinación que á V. sé que le tiene, haga la felicidad de los dos, y nada ral-
desvanece toda la satisfacción de verse, fuese necesario usar mas autoridad de la lará a l a mia. Pero sea cual fuere la de-
se halla uno molesto en presencia de de V. mas inmediato acaso de lo que V.
que me conviene para vencerla aun en teruiinacióu que después de pensada con
seriedad tome V . , tómela con toda con- tras reinan las pasiones ayudan á sufrir Esto es lo que en parte esperimento amigo , yo misma he fallado mi propio
fianza, y no agravie á su amiga acusan- los tormentos que causan , manteniendo despues de mi casamiento , y despues juicio desaprobando un dia este estado
dola de que desconfia de V. la esperanza al lado del deseo. Mientras de su vuelta de V. En todas partes no de oracion que confieso que amo hoy.
A poder de pensar en V. me olvido que desea el hombre puede vivir sin ser veo sino objetos de satisfacción, y no A esto uo tengo mas que nna cosa que
de mí: sin embargo e s menester que lle- f e l i z , porque aguarda siempre á serlo; estoy satisfecha ; se insinúa cierto des- responder , y es que no le habia esperi-
gue mi t u m o , porque hace en las dispu- si no viene la felicidad se alarga la espe- caecimiento en lo interior de mi cora- mentado. Tampoco pretendo justificarle
tas con sus amigos lo que con su contrario ranza , y dura el embeleso de la ilusión ron, le siento hinchado y v a c i o , como de todos modos, ni digo que sea un c o n -
al ajedrez, que acomete defendiendose. tanto como la pasión que la causa. De decia V. otro tiempo del s u y o ; no me tento prudente, solo digo que es muy
Discúlpase V. de ser filosofo acusándome suerte que se basta este estado á sí pro- basta el cariño que tengo á todo cuanto d u l c e , qne suple por la intima concien-
de que soy devota; que es c o m o si h u - pio , y es la inquietud que ocasiona una quiero para ocuparle , y me queda nna cia de la felicidad que se agota , que
biera yo renunciado al vino cuando se especie de gozo que por la realidad so- fuerza inútil que no sé que baccr con llena el hueco del alma , y añade Ínte-
embriagó V ¿Conque en su dictamen ple. ella. Esta pena es muy r a r a , convengo res á la vida pasada por la meditación
soy vo devota, ó voy a serlo ? Sea asi:
Que vale mas acaso. ; Desdichado del eu ello, pero no deja de ser real. Ami- de ella. Si algún mal ocasiona, sin duda
¿mudan acaso las denominaciones des-
que nada tiene que d e s e a r ! pierde, por go m i ó , sov muy feliz, la felicidad me es menester desecharle , también es me-
preciativas la esencia de las cosas? Si
decirlo a s i , todo cuanto posee. Menos fastidia ( 1 ) . nester desecharle si engaña el corazon
es cosa buena la d e v o c i o n , que malo es
se disfruta lo que se alcanza que lo que con ilusorios gozos. Pero finalmente,
tenerla ? Pero acaso es esta voz muv baja Conoce V. algún remedio para esti^
se espera, y solo es uno feliz antes de ¿ quien está mas firme en la virtud, e l
para V.: la dignidad Glosofica se desde- hastio del estar bien. Yo por mí confie-
ser feliz. Efectivamente el hombre an- filosofo con sus grandes p r i n c i p i o s , ó
ña de 1111 culto vulgar, quiere servir á so que un afecto tan falto de razón , y
sioso y limitado que lo apetece todo, y con su sencillez el cristiano ? cual es mas
Dios con mas nobleza, y encumbra hasta tan involuntario ha quitado á la vida
logra muy p o c o , ha recibido del cielo feliz de este m u n d o , el sabio con su ra-
el cielo su soberbia y su presunción. ¡O mucha parle del preciu que para mí te-
una fuerza consoladora, que aproxima zón , ó el devoto con su delirio ? Que
pobres filosofos!... Volvamos á mí. nia , y uo imagino que especie de gusto
á él todo cuanto d e s e a , que lo sujeta á necesidad de imaginar ni de pensar ten-
pueda hallarse cu ella que á mi me fal- g o en uo momento en que se hallan ena-
su imaginación, que se lo hace presente
Desde niña he amado la virtud, y en te, ó que me baste. ¿Será otra mas sen- genadas todas mis facultades ? S u deleite
y sensible, que se lo entrega en algún
todos tiempos he cultivado mi razón. Con sible que yo ? querrá mas á su padre, á tiene la embriaguez , decia V. ; enora-
m o d o , y para hacerle mas grato este so
buenos sentimientos y luces he querido su marido , á sos hijos, á sus amigos? b u e n a , pues esto delirio es uno de ellos.
imaginario dominio , á guisa de su pa-
gobernarme, y me be conducido mal. será mas querida de ellos ? vivirá una O h dejeme V. en un estado agradable
sión lo modifica. Pero en presencia del
Antes de quitarme el conductor que he vida mas de su gusto ? tendrá mas li- para m í , ó dígame como me puedo ha -
objeto mismo se desvanece todo este pres-
e s c o g i d o , deme V. otro con quien pue- bertad para elegir otra ? disfrutará mas llar mejor.
tigio á los ojos de su posesor; nadie se
da contar. ¡ Buen amigo mió , siempre salud? tendrá mas recursos contra el
figura lo que v e ; no orna la imaginación
soberbia por mas que bagamos ! Ella es hastio, mas víoculos que con el mundo
con sus brillantes colores lo que uno po- He desaprobado los éxtasis de los mis-
la que á V. le encumbra, y ella la que la estrechen ? Y no obstante vivo con
see ; y cesa la ilusión donde el gozo em-
á mi me ha humillado. Yo creo que val- zozobra ; no sabe mi corazon lo que le ticos , y los desapruebo todavía cuando
pieza. El único digno de ser habitado en nos desprenden de nuestras obligacio-
g o tanto como cualquiera otra, y otras falta , y desea sin saber que.
este mundo e s el país de las quimeras; nes , y nos dan hastio á la vida activa
mil han vivido mas castas que y o ; Inego
y tal es la nada de las cosas humanas, Asi no hallando nada en la tierra que con los embelesos de la contemplación,
tcnian recursos que á mí me fallaban.
que fuera del Ser por sí mismo existente, le baste, ansiosa mi alma busca en otra conduciéndonos á ese quietismo á que
¿ Porque teniendo buena índole be nece-
uada hermoso hay sino lo que no hay. parte con que satisfacerse subiendo á la me cree V. tan inmediata , y del cual me
sitado esconder mi vida ? porque abor-
recía el mal que en mi despecho bacía ? fuente del sentimiento y la existencia, creo yo tan distante como V.
Porque solo mis fuerzas conncia , y no Si no siempre se verifica este efecto pierde allí su sequedad y descaecimien- Servir á Dios no es pasar la vida hin-
han podido estas bastarme Toda la re- en el objeto particular de nuestras pa- to, resucita , se alienta, encuentra una cada de rodillas en un oratorio ; bien lo
sistencia que se puede sacar de sí pro- siones , es infalible en el afecto común nueva actividad, bebe vida n u e v a , to- sé ; es cumplir en la tierra con las obli-
que á todas las comprende. Vivir sin
pia, creo que la h i c e , y uo obstante me ma otra existencia que no está conexa gaciones que nos impone , es hacer con
rendí. ¿Como hacen las que resisten? Tie- pesar no es estado del hombre; vivir asi con las pasiones corporales; ó mas bien el fin de agradarle todo cuanto con e l
nen mejor animo. es estar muerto. El que todo lo pudiese, no está en sí misma, está toda en el Ser estado en que nos ha colocado conviene:
sin ser Dios , seria una criatura mise- inmenso que contempla , y desprendida
por un instante de sus grillos , se c o n - Acepta el corazon, y es de su agrado
Despues de haberle tomado á ejemplo rable , porque cstaria privado del gusto
suela cuando á ellos vuelve por esta Que cumpla el hombre lo que está obli-
s u y o , he hallado en esta elección otra de d e s e a r , cualquiera otra privación
prueba de un estado mas sublime que gado.
utilidad en que no había pensado. Mien- seria menos insufrible ( I ) .
espera que ha de ser el snyo un dia.
Primero es menester hacer lo que uno
(I) De aqui se infiere que quien aspira al despotismo aspira al honor de Se sonrie V . : ya entiendo mi buen debe , y orar Inego cuando puede ; esta
morirse de fastidio. Si en cualquier reino del mundo busca uno al sugeto mas
fastidiado del pais, vayase siempre al soberano en derechura, especialmente (i) ¡Que, Julia también se contradice! Ah ; mucho me temo , embelesa-
si es muy absoluto. Cierto que merecía esto la pena de hacer d tantos infeli- dora devota , que no esté de acuerdo consigo propia. Con todo con/ieso que me
ces; ¿no se podía fastidiar á menos costa ? parece esta carta el canto del cisne.
es la regla que procuro yo seguir. El para m í , ni implorarle contra otro. ¡Oh imaginar con serenidad una muger hon- los castiga. ¿Queremos ser humanos?
recogimiento que V. en mí vitupera no Dios de p a z . Dios de bondad ! tu eres rada cosas que no se atrevería á mi- juzguemos de las acciones y uo de los
le tomo por ocupacion, sino por recreo, quien yo adoro ; de t i , lo conozco , soi rar ( I ) ? hombres ; no usurpemos el borrible car-
y no entiendo porque entre los gustos hechura; y espero hallarte el dia dd Pero lo que mas aversión á los devo- go de los d e m o n i o s , no abramos tan á
que soy arbitra de disfrutar roe baya de juicio final el mismo que con mi corazón tos de profesión me ha inspirado es su la ligera e l infierno á nuestros hermanos.
privar del mas suave y mas inocente de hablas durante mi vida. aspereza de costumbres que los hace in- Ah; si para aquellos que se engañan e s -
todos. sensibles á la humanidad , es la escesiva tuviera destinado , ¿ que mortal pudiera
No puedo espliear á V. de cuanta
soberbia con que miran con ceño á los ev itarle ?
Me he examinado con mas atención suavidad llenan estas ideas mi vida, i
demás del mundo. Si desde su sublime
despues de su carta de V . ; he estudiado de cuanto jubilo lo intimo de mi cora- ¡ Oh, amigos míos, de que carga ha-
elevación se dignan alguna vez abajarse
los afectos que en mi alma produce esa zon. Cuando de mi gabinete eon estas béis aliviado mi corazon! Enseñándome
á algún acto de bondad, es con modos
inclinación que. tanto parece que le de- disposiciones salgo , roe siento mas li. que no es delito el error, me habéis li-
que tanto afrentan , se compadecen de
sazona ; y hasta aquí no puedo ver nada gera y mas alegre ; todas mis penas se brado de mil escrúpulos que me agita-
los otros con un tono tan cruel, es tan
en ella que me haga t e m e r , á lo me- d i s i p a n ; todas mis perplexidades desa- ban. Ahora dejo aparte la sutil inter-
rigurosa su justicia , es tan dura su ca-
nos por lo pronto, del abuso de una mal parecen ; nada hay áspero, nada angu- pretación de los dogmas que no entien-
ridad , es tan amargo su celo, se semeja
entendida devocion. loso ; todo se torna fácil y fluido, todo d o ; me atengo á las luminosas verdades
tanto su menosprecio al odio, que hasta
toma a mis ojos un aspecto mas riente; que dan en los ojos, y convencen la ra-
Lo primero no tengo á este ejercicio la insensibilidad de los mundanos es me*
no me cuesta nada la complacencia; zón, á las verdades practicas que de mis
tan viva afección que me baga padecer BOS inhumana que su conmiseraciou. El
quiero inas á los que quiero , y soy pan obligaciones me instruyen; en todo lo
cuando de él me privo , ni me pongo amor de Dios les sirve de disculpa para
ellos mas agradable; mi propio marido demás la regla que he adoptado e s la
de mal humor cuando me distraen. Tam- no amar á n a d i e , v ni tampoco se aman
está mas satisfecho con mi buen humor. respuesta de V. al señor de W'olmar (2).
poco me causa distracciones eo el curso unos á otros. ¿ Se ha visto nunca amis-
La devocion , d i c e , es el opio del al- ¿ Es uno arbitro de creer ó no creer? e s
del dia , ni me da impaciencia ó hastio tad sincera entre devotos ? Pero cuanto
ma : divierte , anima y fortalece euaodo un delito no haber sabido argumentar
para el cumplimiento de mis obligacio- mas de los hombres se desprenden , mas
se toma poco , una dosis sobrado fuerte bien ? No ; la conciencia no nos dice la
nes. Si es necesario para mí alguna vez exigen de e l l o s , y diria uno que no se
aletarga, ó vuelve loco , ó mata. Espero verdad de las c o s a s , sino la regla de
mi retrete, es cuando me agita alguna elevan á Dios sino para ejercitar su au-
n o llegar á este punto. nuestras obligaciones; ni nos instruye á
emocion tanto que no me hallaría tau toridad en la tierra.
discurrir con a r t e , sino á obrar bien.
bien en ninguna otra parte: alli volvien-
Va ve V. que no me ofendo con este ¿En que puede mi marido ser culpado
do en mí recobro la calma de mi razón. A todos estos abusos siento yo d e n - ante Dios? Aparta acaso los ojos de él?
Si me turba algún cuidado , si- me aflige titulo de devota tanto acaso como hubie- tro de mí una repugnancia que me debe el mismo Dios ba velado su rostro. No
alguna p e n a , alli la voy á depositar. Se ra V. deseado , pero tampoco le doy preservar de ellos ; si incurro en ellos huye de la verdad ; la verdad es la que
desvanecen todas estas miserias en pre- todo el valor que se pensaba. No me será ciertamente contra mi v o l u n t a d , y huye de él. No le guia la soberbia; no
sencia de un objeto mayor. Contemplan- gusta por ejemplo que hagan profesión de la amistad de todos cuantos cerca quiere descarriar á nadie, y celebra que
do todos los beneficios de la Providen-- de e s t e estado con un esterior afectado, de mí viven espero que no dejarán de no piensen como é l ; le agrada nuestro
c i a , me avergüenzo de ser sensible á tan y como de una especie de cargo que avisármelo. Confieso á V. que por mucho sentir , quisiera que fuera el s u s o , y no
mezquinas pesadumbres, y olvidar g r a - de cualquiera otro dispensa. Asi era ma- tiempo he estado acerca de mi marido puede ; nuestra esperanza, nuestros con-
cias tan copiosas. No necesito medita- dama Gnyon , de quien V. habla ; hu- en una zozobra , que acaso al cabo h u - s u e l o s son para él inaccesibles Obra
ciones largas ni frecuentes. Cuando en biera á mi ver hecho mejor en cumplir biera alterado mi caracter. Por fortuna bien sin aguardar recompensa ; es mas
despecho mió me sigue la tristeza, al- con esmero con sus obligaciones de ma- la juiciosa carta de milord E d u a r d o , á virtuoso y mas desinteresado que noso-
gunas lagrimas vertidas ante el que con- dre de familias, en educar con Cristian- que con tanta razún me remite V . , sus tros. A y ! digno es de compasíon. Pero
suela alivian al instante mi corazon. dad á sus hijos, en gobernar bien su ca- consolatorias y convincentes platicas y porque ha de ser castigado ? N o , n o ; la
Nunca son amargas ni dolorosas mis re- sa , que e o componer libros devotos, las de V. han desvanecido enteramente bondad , rectitud, buenas costumbres,
flexiones , y hasta mi arrepentimiento disputar con obispos y hacer que la lle- mis temores y mudado mis principios. honradez , virtud ; eso es lo que exige,
está exento de temores. Mis yerros me varan á la Bastilla por cavilaciones in- Veo que n o puede ser menos de que la y remunera el cielo , ese es el verdadero
causan mas vergüenza que temor; tengo comprensibles. Tampoco me gusta ese intolerancia endurezca el alma. ¿ Como culto que requiere Dios de nosotros , y
dolor y no remordimientos. El Dios que estilo mistico y figurado que mantiene el es posible amar con ternura á hombres que le tributa él todos los dias de su
yo sirvo es un Dios c l e m e n t e , un pa- corazon con las ilusiones de la imagina- que se reprueban ? que caridad p o d e - vida. Si juzga Dios de la fe por las
dre ; su bondad es lo que me mueve ; ción, y sustituye al verdadero amor de mos conservar viviendo entre condena- obras, ser hombre de bien es creer en
esta borra á mis ojos todos sus atribu- Dios afectos imitados del amor terrenal, dos ? amarlos fuera aborrecer á Dios que
tos , r e s el único que concibo. S u po- y en demasía capaces de escitarle. Cuan-
der me asombra, su inmensidad me c o n - ' to mas tierno tiene uno el corazon y mas
funde , su justicia... Ha hecho al hom- viva la imaginación , mas debe evitarse
(1) Me parece tan sólida y tan sin réplica esta objecion, que si el menor
bre flaco , V puesto que es justo e s cle- : lo que á moverlos c o n d u c e ; porque al
poder en la iglesia tuviera le emplearía en hacer quitar de nuestro código sa-
mente. El Dios de las venganzas es el cabo ¿ como se han de ver las relaciones
grado el cantar de los cantares, y sentiría mucho que hubiesen tardado tanto
Dios de los malos ; yo ni puedo temerle ¡ del objeto místico , si no se ve también
I el objeto sensual ? y como se atreve i hacerlo asi.
él. El hombre justo es el Tentadero cris- su existencia, mas penetrado de s o ma- vida de un verdadero cristiano ! Cree V. eso me doy priesa á escribirselo, antes -
t i a n o , y los malos los v e r d a d e r o s in- jestad suprema, mas celoso de su glo- que haya una alma que á este pueda uo que me mande que no se lo diga.
crédulos. ria,, mas capaz de defenderla? V. ha rendirse? Esta es la tarea que de hov A Dios amigo mió. Nuestra función
N o estrañe V. por tanto , amable ami- visto lo que por espacio de tres mests mas me i m p o n g o , ayúdenme Vds. tndos del castillo de Chillón ( 1 ) á que debía-
go mió , que no dispute con V. acerca ha sucedido en Clarens; ha visto á dos a desempeñarla. Wolmar es tibio, mas no mos ir todos juntos está aplazada para
de muchos puntos de su carta sobre los sujetos llenos de estimación el uno al insensible. ¡ Que espectáculo podemos mañana , y se celebrará sin V. No por
cuales no somos del mismo dictamen ; otro, por gusto y por estado enemigos ofrecer a su corazon cuando de consuno eso será mas divertida , aunque voy con
sé muy bien lo que V. es para curarme de todas las argucias escolásticas, pasar sus amigos, sus h i j o s , su inuger c o n - gusto á ella. El señor Bailio nos bá c o ^
de lo que cree. ¿Que me importan todas un invierno entero en disputas serenas tribuyan todos á instruirle edificándole! vidado á ir con nuestros h i j o s , y asi no
estas ociosas cuestiones acerca de la li- v metódicas, pero vivas y profundas. Cuando sin predicarle á Dios en sus nos ha quedado disculpa. Pero no sé
bertad ? Ora sea yo libre para querer Procurando ilustrarse reciprocamente, platicas se le manifiesten en las acciones porque quisiera estar ya de vuelta.
por mí propia lo que es b u e n o , ora al- acometerse, defenderse, agarrarse por que inspira, en las virtudes cuyo autor
cance esta libertad por medio de la ora- cuantos asideros puede tener el enten- es, en el embeleso que en agradarle se
c i ó n , si al cabo bailo medio para obrar dimiento h u m a n o , sobre una materia encuentra ! Cuando vea brillar en su CARTA IX.
bien, ¿ n o se reduce á lo mismo ? Ya sea en que teniendo ambos el mismo Ínteres casa la imagen del c i e l o ! cuando se vea
DE PACA A N E T A SAN PREÜX.
que solicitándolo me dé l o q u e me falta, á nada aspiraban mas que á estar con- forzado á decirse cien veces al dia : no,
6 ya que lo otorgue Dios á mis ruegos; formes. no es asi el hombre por sí propio , al- , Ah s e ñ o r ! ah bienhechor mió !... que
si siempre es menester que lo pida para guna cosa superior á la humanidad reina es lo que me encargan que diga á V...
alcanzarlo, que otra csplicaeion nece- Que ha sucedido? La mutua estima- aquí! la señora mi pobre ama Ay D i o s !
sito ? ¿ Pues que tenemos la dicha de ción de ambos se ha aumeotado , pero
ya estoy viendo su susto de V... Pero V.
estar acordes en los puntos principales se ha quedado cada uno en su sentir. Si Si acomoda á V. esta empresa, si se no ve nuestro desconsnelo No tengo
de nuestra creencia, que mas queremos? no sana este ejemplo para siempre á to- halla digno de contribuir a ella , venga ; un instante de vagar; es preciso que lo
¿ Intentamos penetrar los abismos de. la do hombre juicioso de la inania de dis- pasemos juntos nuestros a ñ o s , y no nos diga Tengo que ir corriendo Ya
metafisica que ni fondo tiene ni orilla, y putar, no le mueve mucho e l amor de separemos mas basta la muerte. Si des- quisiera haberselo dicho á V... Ah ! que
perder disputando acerca de la esencia la verdad , y lo que procura es lucir. agrada ó asusta á V. el proyecto, c o n - va á ser de V. cuando sepa nuestra des-
divina el tiempo tan corto que para hon- Yo por mí abandono esta inútil arma, sulte con su conciencia que ella le dic- dicha.
rarla nos ha dispensado ? Ignoramos lo y he resuelto no hablar á mi marido en tará su obligación. Nada mas tengo que
Toda la familia fué á comer ayer á Chi-
que es , pero sabemos que existe ; cou una palabra de r e l i g i o e , como no sea decirle.
llón. El señor Barón , que iba "á Saboya
esto nos basta; en sus obras se manifies- cuando de dar cuenta de la mia se tra- Según nos avisa milord Eduardo, los á pasar unos dias en la quinta de Blo-
t a , y en lo interior de nuestros corazo- te ; n o porque la idea de la tolerancia aguardo á Vds. dos á fines del mes pro- nav, se fué después de comer. Le acom-
nes la sentimos. Bien podemos disputar divina me haya hecho indiferente acerca ximo. No conocerá V. su cuarto , pero pañamos algunos p a s o s , y luego nos
contra e l l a , pero no desconocerla de de la necesidad que de ella tiene, que en las mudanzas que en él bailara reco- paseamos por el muelle. La señora de
veras ; nos ha dado el grado de sensibi- confieso á V. que serena sobre su suerte nocerá el esmero y el corazón de una Orbe y la señora Bailia iban delautecon
lidad que la toca y la palpa; compadez- venidera, no por eso siento disminuido buena amiga que ha tenido particular mi amo. Mi señora seguia llevando de
cámonos de aquellos á quienes no se le mi fervor por su conversión. A precio de gusto en adornarle. También bailará una una mano a Henrieta, y de la otra á
lia repartido, sin que nos lisonjeeutos de mi sangre querria verle una vez conven- coleccioncita de libros que en Ginebra Marcelino; yo iba detras con el mas
iluminarlos á falta de él. ¿ Quien de no- cido , sino por su felicidad en el otro ha escogido, mejores y de mejor gusto grande. F.I señor Bailio, que se habia
sotros bará lo que no quiso Dios hacer ? mundo , por su felicidad en este. Porque, que el Adonis, aunque también este se quedado hablando con uno vino á reu-
Respetemos en silencio sus decretos, y ¿de cuantos deleites no está privado? halla por chanza. Pero sobre esto, pun- nirse con la sociedad, y ofreció el bra-
cumplamos con nuestra obligación, que que esperanza en sus penas puede con- ió en boca, porque no quiere que s e - zo á mi ama. Para cogerle me envia á
es el mejor medio de enseñar á los de- solarle ? que espectador anima las bue- pa V. de donde esto ha venido , y por Marcelino, que viene a todo correr ba-
mas la suya. nas acciones que en secreto hace ? que
voz puede hablar en lo interior de su
alma ? que recompeusa puede aguardar ( t ) El castillo de Chillón, morada antigua de los bailios de Pevay, está
¿ Conoce Y. á uno mas lleno de razón de su virtud ? como debe contemplar la Iituado en el lago, encima de una roca que forma una peninsula , y en torno
y juicio que el señor de Wolmar? á muerte? N o ; espero que no la aguarde déla cual he visto sondear a mas de ciento y cincuenta brazas, sin encon-
uno mas sincero , mas recto , mas justo, en este horrendo estado, lin recurso me trarfondo. En esta roca se han abierto bodegas y cocinas debajo del nivel del
mas verídico, menos entregado á sus pa- resta para sacarle de é l , y le consagro "g"" > que se introduce cuando se quiere en ellas por medio de espitas. Aqui
siones, que mas tenga que esperar de todo lo que me queda de v i d a , que uo estuvo preso seis años Francisco Bonnivard, prior de San Victor, varón de
la divina justicia, y de Id inmortalidad es convencerle , sino moverle; es mos- sobresaliente n-.erito, de rectitud y entereza incontrastable, amante déla li-
del alma ? Conoce V. á otro mas fuerte, trarle un ejemplo que le arrastre; y ha- bertad aunque saboyano, y tolerante aunque c/erigo. En cuanto a lo demás,
mas sublime, mas grande, mas fulmi- cerle tan amable la religión que resis- el tiempo en que parece que se escribieron estas cartas, ya hacia muchos años
nante en la disputa que milord Eduar- tirse á ella 110 pueda. Ah ! amigo mío, que no habitaban los bailios de Fevay en el castillo de Chillón. Puede el
do, mas digno por su virtud de defender que argumento e s contra el incrédulo la lector suponer, si quiere, que el que lo era entonces habia ido a pasar en él
la causa de D i o s , mas convencido de algunos dias.
cía IDÍ ; yo acudo á EL; pero pone el obligaciones le qttedan á V. que deseo, tiempo desempeñar su parte de estos repetidas veces á calmarla , suphquéla
pie en falso , resbala , y se cae en el peñar en la tierra. afanes, y nos encargaba que nos repar- de nuevo que uo s e agitara fuera de
agua. Doy yo un c h i l l i d o , s e vuelve mi tiéramos la que á ella le cabia entre las sazón con platicas que se podían volver
señora, ve caer á su hijo, echa á correr CARTA XI. nuestras. á entablar despacio otra vez. Ah , dijo,
como nn relámpago, y se tira al lago nada perjudica tanto a las mugeres co-
D E ! . SEÑOR D E « O T . M A R A SAN PREÜX.
Se esplayó acerca de sus p r o y e c t o s ,
tras de él... mo el s i l e n c i o , y luego me sieuto con
de los de V . , de los medios mas efica-
Áb ! desventurada! Si hubiera yo h e - HE dejado pasar los primeros dolores ces para su l o g r o , de las observaciones alguna calentura; lo mismo es emplear
cho lo mismo! Si me hubiera ahogado!.. de V. en silencio; mi carta no hubiera que habia hecho sobre lo que podía ser- la gana de charlar que inspira en asun-
Ay ! estaba conteniendo al mayor que hecho otra cosa que exasperarlos, y oi les ventajoso ó perjudicial, finalmente tos útiles que en desvariar sin ton ni
se queria arrojar tras de su madre... estaba V. en estado de informarse de de todo cuanto podía ponernos en esta- son.
Mi ama bregaba con el niño en los bra- estas circunstancias , ni vo de contarse- do de suplir sus funciones de madre (iausó en la casa la llegada del medi-
zos... No habia alli ni hombre ni bar- las. Hoy acaso nos serán gratas á eo- todo el espacio de tiempo que se viese co una turbación que no es dable espre-
c o , y se tardó tiempo en sacarla El trambos. Solo memorias me quedan de ella forzada á suspenderlas. Muchas pre- sar. T o d o s los criadas, unos sobre otros
niño está b u e n o , pero la madre el ella , y se complace mi corazon en reu- cauciones eran estas , me pensaba yo, aguardaban á la puerta del cuarto, de-
nirías. V. ya solo llantos tiene que con- para una que solo por alguuos dias se
susto , la caida , el estado en que se ba- satentados los o j o s , y juntas las manos,
sagrarle, y tendrá el consuelo de der- crcia privada de tan grata ocupacion ;
ilaba... ¿Quien mejor que yo sabe lo pe- ^¡11 dictamen acerca del estado de su
ramarlos por ella. A mí no me fué dada pero lo que completó mi susto fué ver
ligroso que es esta caida? Estuvo mu- ama , como el fallo de su suerte. Puso
esta satisfacción de los desventurados; en que hablando de Henrieta se esplayaba
cho tiempo sin sentido. Apenas buho ese espectáculo á la pobre Clara en tal
mi infortunio, soy mas desdichado que en muy mas menudas circunstancias.
vuelto en s í , cuando preguntó por su agitación que me temí que perdiera la
ellos. Habíase ceñido á lo que solo á la pri-
hijo... ¡ con que demostraciones de ale- cabeza , y fué menester desviarlos con
gría le abrazaba ! Creí que estaba fuera mera iufancia de sus hijos respetaba, distintos pretextos para apartar de sus
No quiero hablar á V. de su enferme- como descargándose en otro de los c u i -
de p e l i g r o , pero esta viveza se apagó
dad , sino de ella. Otras madres puedeo ojos este objeto de terror. Dió el me-
de allí á un instante. Quiso que la tra- dados de su edad adulta ; tratándose de d i c o algunas esperanzas vagas , pero en
arrojarse al agua detras de su hijo; el su hija abrazó todas las edades , y per-
jeran a q u i , y en el camino se ha des- a c c i d e n t e , la calentura y la muerte son un t o n o que me las quitaba. Tampoco
mayado varias veces. Por algunas orde- suadida á que nadie en este punto s u - dijo Julia lo q u e pensaba , porque la
de la naturaleza, que esta es la común pliría las reflexiones que le habia dic-
nes que me ha dado veo que no cree suerte de los mortales; pero el empleo contenia la preseneia de su prima. Cuan-
levantar cabeza. Que desdicha e s la mia! tado su propia espcríencia, nos espuso d o salió el medico le seguí . y o ; Clara
de sus postrimeros instantes, sus plati- sumariamente, pero con claridad y fuer-
no sauará. La señora de Orbe está mas cas , sus a f e c t o s , su alma , todo esto solo quiso hacer lo m i s m o , pero la detuvo
desfigurada que ella. T o d o el mundo za, el plan de cdueacion que para ella Julia , y me hizo una seña que entendí
á Julia pertenece. No ha vivido como nin- había formado, usando con sn madre
guna otra, y nadie que yo sepa la muer- y o al instante. Dime priesa en avisar
está con una zozobra Yo estoy mas las mas vehementes razones y las mas al medico que si habia peligro era me-
te como ella. Esto solo yo he podido afectuosas exhortaciones para persua-
serena que nadie Porque me he de nester escondersele á la señora de Orbe
observar , y solo de mí puede V. saberlo. dirla á que le siguiese.
asustar?.. Ay , mi buena ama! sí la pier- con el mismo y mas cuidado que á la
d o 110 necesito de cosa ninguna Oh Ya V. sabe que el s u s t o l a emoeion, e o f e r m a , porque na acabara de tur-
mi amado s e ñ o r ! Dios le de fuerzas la c a i d a , la evacuación del agua, le oca- No podían menos de acalorar la pla- barla la desesperación y la pusiera en
para esta prueba!.. A Dios... El medico sionaron un largo desmayo, del cual no tica todas estas ¡deas sobre la educación la imposibilidad de servir á s u amiga.
sale del cuarto... Voy á ver lo que d i - volvió bien hasta estar aqui. Así que de las jóvenes , y las obligaciones de las Declaró que efectivamente liabía peligro;
ce... Sí nos da algunas buenas esperan- llegó preguntó por su hijo; trajeronse- madres mezcladas con freeuentes alusio- pero que como apenas se habían pasado
zas se lo pondré á V . ; si no le digo l e ; y apenas le hubo visto andar y cor- nes acerca de ella propia. Vi que se veinte y cuatro horas despucs del acci-
nada... responder á sus cariños , cuando se se- animaba mucho : Clara tenia en su ma- dente , era menester mas tiempo para
renó enteramente, y consintió en sose- no una de su prima , y á cada instante asentar uo pronóstico cierto , que la
CARTA X . gar un rato. Fué corto su sueño y co- la apretaba con sus labios sin responder noche inmediata dccidíria del curso de
mo todavía n o llegase el medico, mien- uias que con sollozos; 110 estaba mas se- la eufermedad, y que no podía fallar
A SAN P R E D I (1). tras venia nos hizo sentar cu torno de rena la P a c a , y en Julia noté que tam- basta el tercer día. La Paca presenció
su cama á la Paca, á su prima y á mi, bién se le asomaban las lagrimas á los sola esta conferencia, y después d e ha-
Muerte de Julia. y nos habló de sus h i j o s , del continuo ojos, pero que no se atrevía á llorar berla persuadido, no sín dificultad á que
esmero que á su lado requería, la forma por temor de sobresaltarnos mas. Al se contuviese , convenimos en lo que
ESTO se acabó ; imprudente hombre, de educación que habia adoptado, y el habia de decirle á la señora de Orbe y
punto dije entre mi : se ve muerta. La
hombre desventurado, desdichado visio- peligro de descuidarse con ellos un ins- a los demás de la casa.
única esperanza que me quedó fué que
nario! Nunca mas la verá... el velo... tante. Sin hablar de su eufermedad, co-
podía el susto engañarla acerca de su
Julia no es .. mo de cosa que le daba sumo cuidado, estado y hacerle ver el riesgo mas gra-
I-e ha escrito á V. Aguarde su carta, preveía que no le permitiría por algún ve de lo que era realmente. Por desgra- Al anochecer obligó Julia á su p r i -
honre su postrera voluutad. Grandes cia la conocía sobrado para esperar mu- ma , que bahía pasado la noche ante-
cho de este error. Me había probado riora su lado, y que también q u e n a pa-
(i) Empezada por la señora de Orbe,jr concluida por el señor de Wolniar sarla aquella á que se fuera á descausar
eía IDÍ ; yo acudo á EL; pero pone el obligaciones le qttedan á V. que deseo, tiempo desempeñar su parte de estos repetidas veces á calmarla , suplique!,1
pie en falso , resbala , y se cae en el peñar en la tierra. afanes, y nos encargaba que nos repar- de nuevo que uo s e agitara fuera de
agua. Doy yo un c h i l l i d o , s e vuelve mi tiéramos la que á ella le cabia entre las sazón con platicas que se podían volver
señora, ve caer á su hijo, echa á correr CARTA XI. nuestras. á entablar despacio otra vez. Ah , dijo,
como un relámpago, y se tira al lago Se esplayó acerca de sus p r o y e c t o s , nada perjudica tanto a las mugeres eo-
DEI. SEÑOR DE «OT.MAR A SAN PREÜX.
tras de él... de los de V . , de los medios mas efica- mo el silencio , y luego me sieuto con
Áh ! desventurada! Si hubiera vo h e - HE dejado pasar los primeros dolores ces para su l o g r o , de las observaciones alguna calentura; lo mismo es emplear
cho lo mismo! Si me hubiera ahogado!.. de V. en silencio; mi carta no hubiera que habia hecho sobre lo que podía ser- la gana de charlar que inspira en asun-
Ay ! estaba conteniendo al mayor que hecho otra cosa que exasperarlos, y oi les ventajoso ó perjudicial, finalmente tos otiles que en desvariar sin ton ni
se queria arrojar tras de su madre... estaba V. en estado de informarse de de todo cuanto podía ponernos en esta- son.
Mi ama bregaba con el niño en los bra- estas circunstancias , ni vo de contarse- do de suplir sus funciones de madre (iausó en ta casa la llegada del medi-
zos... No habia alli ni hombre ni bar- las. Hoy acaso nos serán gratas á eo- todo el espacio de tiempo que se viese co una turbación que no es dable espre-
trambos. Solo memorias me quedan de ella forzada á suspenderlas. Muchas pre-
c o , y se tardó tiempo en sacarla El sar. T o d o s los criadas, unos sobre otros
ella , y se complace mi corazon en reu- cauciones eran estas , me pensaba yo,
niño está b u e n o , pero la madre el aguardaban á la puerta del cuarto, de-
nirías. V. ya solo llantos tiene que con- para una que solo por alguuos dias se
susto , la caida , el estado en que se ba- satentados los o j o s , y juntas las manos,
sagrarle , y tendrá el consuelo de der- crcia privada de tan grata ocupacion ;
ilaba... ¿Quien mejor que yo sabe lo pe- ^¡11 dictamen acerca del estado de su
ramarlos por ella. A mi no me fué dada pero lo que completó mi susto fué ver
ligroso que es esta caida? Estuvo mu- ama , como el fallo de su suerte. Puso
esta satisfacción de los desventurados; eo que hablando de Henrieta se esplayaba
cho tiempo sin sentido. Apenas hubo ese espectáculo á la pobre Clara en tal
mi infortunio, soy mas desdichado que en muy mas menudas circunstancias.
vuelto en s i , cuando preguntó pnr su agitación que me temí que perdiera la
ellos. Ilabiase ceñido á lo que solo á la pri- cabeza , y fué menester desviarlos con
hijo... ¡ con que demostraciones de ale- mera iufancia de sus hijos respetaba,
No quiero hablar á V. de su enferme- distintos pretextos para apartar de sus
gría le abrazaba ! Creí que estaba fuera eomo descargándose en otro de los c u i -
dad , sino de ella. Otras madres pueden ojos este objeto de terror. Dió el me-
de |>eligro, pero esta viveza se apagó dados de su edad adulta ; tratándose de
arrojarse al agua detras de su bijo;el d i c o algunas esperanzas vagas , pero en
de alli á un instante. Quiso que la tra- su hija abrazó todas las edades , y per-
a c c i d e n t e , la calentura y la muerte son un t o n o que me las quitaba. Tampoco
jeran a q u i , y en el camino se ba des- suadida á que nadie en este punto s u - dijo Julia lo q u e pensaba , porque la
mayado varias veces. Por algunas orde- de la naturaleza, que esta es la común pliría las reflexiones que le habia dic-
suerte de los mortales; pero el empleo contenia la preseneia de su prima. Cuan-
nes que me ha dado veo que no cree tado su propia espcríencia, nos espuso d o salió el medico le seguí . y o ; Clara
de sus postrimeros instantes, sus plati- sumariamente, pero con claridad y fuer-
levantar cabeza. Que desdicha e s la mía! quiso hacer lo m i s m o , pero la detuvo
cas , sus a f e c t o s , su alma , todo esto solo za, el plan de cdueacíon que para ella
no sauará. La señora de Orbe está mas Julia , y me hizo una seña que entendí
á Julia pertenece. No ha vivido como nin- habia formado, usando con su madre
desfigurada que ella. T o d o el mundo y o al instante. Dime priesa en avisar
guna otra, y nadie que yo sepa la muer- las mas vehementes razones y las mas
está con una zozobra Vo estoy mas te como ella. Esto solo yo he podido al medico que si habia peligro era me-
serena que nadie Porque me he de afectuosas exhortaciones para persua- nester cscondersele á la señora de Orbe
observar , y solo de mí puede V. saberlo. dirla á que le siguiese.
asustar?.. Ay , mi buena ama! si la pier- con el mismo y mas cuidado que á la
d o 110 necesito de cosa ninguna Oh Va V. sabe que el s u s t o l a emocion, e o f e r m a , porque na acabara de tur-
mi amado s e ñ o r ! Dios le de fuerzas la c a i d a , la evacuación del agua, le oca- No podían menos de acalorar la pla- barla la desesperación y la pusiera en
para esta prueba!.. A Dios... El medico sionaron un largo desmayo, del cual nn tica todas estas ideas sobre la educación la imposibilidad de servir á s u amiga.
sale del cuarto... Voy á ver lo que d i - volvió bien hasta estar aqui. Asi que de las jóvenes , y las obligaciones de las Declaró que efectivamente liabia peligro;
llegó preguntó por su hijo; trajeronse- madres mezcladas con freeuentes alusio- pero que como apenas se habian pasado
ce... Si nos da algunas buenas esperan-
l e ; y apenas le hubo visto andar y cor- nes acerca de ella propia. Vi que se veinte y cuatro horas despues del acci-
zas se lo pondré á V . ; si no le digo
responder á sus cariños , cuando se se- animaba mucho : Clara tenia eo su ma- dente , era menester mas tiempo para
nada...
renó enteramente, y consintió en sose- no una de su prima , y á cada instante asentar uo pronóstico cierto , que la
gar un rato. Fué corto su sueño y co- la apretaba con sus labios sin responder noche inmediata dccidíria del curso de
CARTA X.
mo todavia n o llegase el medico, mien- uias que coa sollozos; 110 estaba mas se- la eufermedad, y que no podía fallar
tras venia nos hizo sentar cu torno de rena la P a c a , y en Julia noté que tam- basta el tercer día. La Paca presenció
A SAN PREDI (1).
su cama á la Paca, á su prima y á mi, bién se le asomaban las lagrimas á los sola esta conferencia, y después d e ha-
y nos habló de sus h i j o s , del continuo ojos, pero que no se atrevía á llorar berla persuadido, no sin dificultad á que
Muerte de Julia.
esmero que á su lado requería, la forma por temor de sobresaltarnos mas. Al se contuviese , convenimos en lo que
ESTO se acabó ; imprudente hombre, de educación que habia adoptado, y el habia de decirle á la señora de Orbe y
punto dije entre mí : se ve muerta. La
hombre desventurado, desdichado visio- peligro de descuidarse con ellos un ins- a los demás de la casa.
única esperanza que me quedó fué que
nario! Nunca mas la verá... el velo... tante. Sin hablar de su eufermedad, co- podía el susto engañarla acerca de su
Julia no es .. mo de cosa que le daba sumo cuidado, estado y hacerle ver el riesgo mas gra-
I-e ba escrito á V. Aguarde su carta, preveía que no le permitiría por algún ve de lo que era realmente. Por desgra- Al anochecer obligó Julia á su p r i -
honre su postrera voluutad. Grandes cia la conocía sobrado para esperar mu- ma , que habia pasado la noche ante-
cho de este error. Me había probado riora su lado, y que también quería pa-
(i) Empezada por la señora de Orbe,jr concluida por el señor de Wolniar sarla aquella á que se fuera á descausar
algunas horas. Durante este intervalo, El día antes había prometido á Ju. Esta ha sido la primera duda que cama. La esperanza de volver á ver á su
habiendo sabido la enferma que la iban lía que le dina con verdad el fallo del me haya hecho sospechosa la incerti- padre le causó una sensible satisfacción,
á sangrar del pie, y que escribía el me- medico, y me habia empeñado por cuan- dumbre que tantas veces V. ha combati- y la certidumbre de que era fallida esta
dico varias recetas , le mandó á llamar, to podía mover mi corazon a cumplirle do , y no es la postrera vez que desde esperanza no fué uno de los mas leves
y le dijo estas razones: « Señor Du Bos- esta palabra. Esta promesa la llevaba entonces se ha presentado. Sea como pesares que he tenido que disimular.
s o n ; ruando se cree que conviene en- sobre mi conciencia. Mas que! ¿poruña fuere, esta duda me sacó de la que me Habíale debilitado en estremo el cre-
gañar á un enfermo medroso acerca de inútil y quimérica obligación debía yo atormentaba. Resoivíme al punto, y con cimiento de la nnche pasada , y no habia
su estado es esta una precaución bu- contristar su animo y hacerle paladear temor de mudar fui corrieudo á toda contribuido á fortalecerla esta larga pla-
en copiosos tragos la muerte ? Cual pe- priesa al lecho de Julia. Hice salir la
mana que apruebo , pero es crueldad tica. En la postración en que se hallaba
dia ser á mus ojos el objeto de precao- gente, y me senté ; puede V. pensar con
hacer con todos igualmente remedios quiso sosegar un poco por el d i a , y
ciou tan cruda ? anunciarle su hora pos- que semblante. No me valí con ella de
superfluos y desagradables que muchos hasta de allí á dos no supe yo que no le
trera no era anticiparsela ? en tan corto las precauciones necesarias con los áni-
no necesitan. Prescríbame V. cuanto habia empleado todo entero en dormir.
intervalo que se hacen los deseos y la mos mezquinas. Nada le dije ; pero me
crea que pueda serme verdaderamente esperanza , elementos de la vida ? era vió, y al instaute me entendió. Crees que Reinaba la consternación en toda la
provechoso, y obedeceré con puntua- disfrutarla aun ver tan inmediato el ins- ya no lo sabia yo ? me dijo alargandomc casa; esperaba cada uno en uu mustio
lidad. En cuanto á los remedios que tante de perderla ? me convenia á mi la mano. N o , amigo m i ó , que bien silencio que le sacarau de zozobra , y
solo para la imaginación sirven, ahór- darle la muerte ? siento en mí; la muerte me llama á to- no se atrevia á hacer preguntas á otro
relos V. ; mi cuerpo y no mi espiritu da priesa; es preciso que nos dejemos. de miedo que le informaran de mas de lo
es el que padece , y uo tengo miedo de Caminaba en acelerados pasos con que queria saber, diciendo : si bav al-
que se acabe mi vida , sino de emplear una agitación , cual nunca la he senti- Hizome entonces un largo razona- guna buena novedad va se darán priesa
mal lo que de ella me queda. Sobrado do. Esta penosa y dilatada ansia me se- miento, de que bablaré á V. un dia , y á decírnosla; si son malas sobrado pres-
preciosos son los últimos instantes de la guía á todas partes , v arrastraba con- eu el cual escribió su testamento cu mi to las sabrémos. Con el susto de que es-
migo su inaguantable peso. Por fin me corazon. Si hubiera conocido menor el taban sobrecogidos les bastaba con que
vida para que sea licito abusar de ellos.
resolví por una idea que me ocurrió. suyo, sus ultimas disposiciones hubieran no sucediese cosa que novedad fuera.
Si no puede V. dilatar la mía , á lo
No se esfuerce V. en adivinarla, que es bastado para ponermele patente. En medio de esta mustia calma la única
menos no la abrevie privándome de que hablaba y obraba era la señora de
menester que yo se la diga. Me preguntó si se sabia su estado en
emplear las pocas horas que me otorga Qrbe. Luego que estuvo fuera del cuar-
la naturaleza. Cuanto mas breves son ¿ Por quien delibero yo ? por ella ó casa, y le dije que reinaba el sobresalto to de Julia, en vez de irse á descansar
mas debe Y- respetarlas. O hagame vi- por mí ? por que principios estoy dis- en toda ella, pero que nada sabían de en el suyo , andaba por toda la c a s a ,
vir , ó dejeme , que bien sabré morir curriendo ? por su sistema ó por el mió? positivo habiéndose declarado Du Buson paraba á todo el mundo , preguntando
sola.» Asi esta muger tan tímida y tan que es lo que de uno ó de otro me está á mi solo. Rogóme que guardase el mas que habia dicho el medico, y que de-
blanda en el trato común sabia usar un demostrado ? Para creer lo que creo no profundo secreto lo restante de aquel cían. Habia presenciado la noche ante-
estilo eiitero y serio en los lances im- tengo mas fundamento que mi opinion dia. Clara, añadió, nunca sufrirá este rior , no podía ignorar lo que había vis-
fundada en algunas probabilidades. Es golpe, como no le venga de mí mano, y to ; pero procuraba engañarse á sí pro-
portantes.
cierto que ninguna demostración la des- le costará la vida si se le da otro. La pia , y recusar el testimonio de sus ojos.
Fué cruel v decisiva la noche. Sofo-
truye . ¿ Pero cual la establece ? Tam- noche iumediata la destino á esta triste Como aquellos á quienes hacia pregun-
cación , opresion, sincope , el cutis se- bién ella tiene su opiuion para creer lo obligación. Por eso especialmente he
co y abrasando, una calentura ardien- tas no le respondían cosa que no fuera
que cree , pero ve en ella la evidencia, querido saber el dictamen del medico, propicia, la animaba esto a bacer cues-
te , durante la cual se la oia llamar re- y á sus ojos es demostración esla opi- para no esponerme por mi opinion sola
petidas veces á Marcelino como para tiones á los demás, y siempre con una
nion. ¿ Que derecho tengo á preferir, á dar en falso á esta desventurada golpe inquietud tan viva, y un semblante tan
detenerle, y articular también á ve- cuando de ella se trata , una mera opi- tan funesto. Haz que nada sospeche an- despavorido, que si mil veces hubieran
ces otro uombre que tanto repetía en nion mia que reconozco ser dudosa, a tes que sea tiempo, ó te espones á que- sabido la verdad nadie hubiera tenido
otro tiempo eu lance semejante. Al otro la suya que reputa ella por demostrada? darte sin amiga , y a dejar sin madre á animo para decírsela.
día me declaró sin rodeos el medico Comparemos las consecuencias de am- tus hijos.
que no peusaba que le quedasen tres bos modos de sentir. En el suyo debe la
de vida. Yo solo fui depositario de este disposición de su hora postrera decidir Me habló de su padre, y le confesé Cerca de Julia me violentaba , y el
horroroso secreto, y la hora mas terri- de su suerte para toda la eternidad. En que le habia enviado un propio , pero lastimero objeto que á la vista tenía mas
ble de mi vida fué aquella que le lle- el mío las contemplaciones que con ella tuve buen cuidado de no añadir que en que arrebato le infondia aflicción. Mas
vé en lo interior de mi corazon , sin quiero gastar dentro de tres, dias le vez de ceñirse el hombre á entregarle que todo temia que conociera su sobre-
saber que uso de él baria. Fui á vagar serán indiferentes. Dentro de tres dias, la carta, como yo le bahía mandado, se salto ; pero mal podía escooderle, y se
en mi dictamen , no sentirá nada. Per» habia dado priesa á decirle el lance, y echaba de ver su turbación en su misma
solo en los bosquecillos cavilando sobre
si acaso tuviera ella razón; ¡ que dife- de un modo tan necio que pensando mi afectación por parecer serena. Por su
la resolución que debía tomar , no sin
rencia! gloria ó pena eterna !... Acaso, anciano amigo que se habia ahogado su parte Julia nada omitía para engañarla.
muchas tristes reflexiones sobre la suer- bija, el susto le habia hecho rodar la Sin atenuar su enfermedad hablaba de
terrible es esta espresion !,.. Malhadado!
te que en mi vejez me reponía en aquel aventura tu alma y no la suya.' escalera, y se habia estropeado de ma- ella como de cosa pasada, y solo pare-
estado solitario, que me fastidiaba auu nera, que estaba cu Blunav malo en la cía que pensaba en el tiempo que dura-
antes de conocer otro mas suave.
ría su convalecencia. Otro de mis supli- habia hecho poner floreros con flores pie un emperador, pero sí sé que una infestando siempre el gusto que verno 5
cios era verlas ocupadas cu tranquili- sobre la chimenea ; las cortinas estaban madre de familias solo para morir debe comer le causaba; de modo que nos qui-
zarse reciprocamente, cuando sabia yo entreabiertas y prendidas con a r t e , se hacer cama. taba todo medio de n e g a r n o s , y mez-
tan de cierto que ninguna de las dos habia oreado el aposento , v se sentij Después de haber esplayado 6U cora- clando con todo esto una alegría capaz
conservaba en el alma la esperanza que un olur agradable ; nadie hubiera creido zon con sus hijos, despues de haberlos de distraernos del triste objeto que preo-
á la otra quería inspirarle. que era el cuarto de un enfermo. Se cogido á cada uno de por s í , y con e s - cupados nos tenia. En fin una ama de
habia tocado con esmero; todavía en su pecialidad á Henrieta, que tuvo consigo casa, ocupada en cumplir con forasteros,
Las dos noches anteriores habia ve-
vestir al desden se manifestaba la gracia mucho rato, y que se veía suspirar y llo- no hubiera tenido en cabal salud atencio-
lado la señora de O r b e , y hacia tres
y el buen gusto. Todo esto mas traza se rar al recibir sus b e s o s , los llamó á los nes mas obsequiosas, mas amables, mas
dias que no s e desnudaba. Propúsole
daba á una dama de la corte que espera tres, les dio su bendición, y les dijo en- notables que tenia con su familia Julia
Julia que se fuera á dormir , pero ella
visitas q u e á una aldeana que está aguar- señándoles á la señora de Órbe: id, hi- moribunda. Nada sucedía como yo habia
no quiso. Pues bien está , que le hagan
dando su hora postrera. Conoció mi es- jos míos, id á echaros á las plantas de creido anunciarlo; nada de cuanto veia
una eamita en mi cuarto; á menos,
trañeza , sonrióse y penetrando mi idea vuestra madre; esa es la que Dios os ha tomaba orden en mi cabeza: no sabia que
a ñ a d i ó , como si le ocurriera de repente
iba á responderme , cuando le trajeron dado; asi nada os quita. Al instante cor- imaginarme, ni lo que me sucedía.
la reflexión, que quiera acostarse con-
á sus hijos. Entonces solo en ellos pen- ren á ella, se hincan de rodillas, le agar-
migo. Que te parece, prima? Mi mal no Despues de comer dijeron que estaba
só , y puede V, figurarse, si conociéndo- ran las manos, la llaman su buena mama,
se pega; tú no tienes asco de m i , acués- el señor Ministro : venia como amigo d e
se tan cerca de dejarlos para siempre, su segunda madre. Clara se bajó á c o ^
tate en mi cama. Admitida la propuesta casa , como muchas veces acostumbraba.
serian tibios y moderados sos cariños. gerlos; pero estrechándolos en sus bra-
me despidieron, y .electivamente tenia Aunque no le habia yo mandado á lla-
También noté que halagaba mas veces j zos, bizo inútiles esfuerzos por hablar,
yo mucha necesidad de descanso. mar, porque n o me lo habia dicho Julia,
que abrazaba con mayor fervor al que solo gemidos exbalaba, n o pudo proferir
una sola palabra, y se abogaba. Como confieso á V. que celebré mucho su lle-
Levantóme muy temprano, y con el le costaba la vida , como si este sacrifi-
se hacía la escena en estremo viva, hice g a d a , y creo que en semejante lance n o
cuidado de lo que habia sucedido aque- cio hubiese hecho que mas le quisiera.
que cesara. le hubiera visto con mas satisfacción el
lla n o c h e , al primer ruido que oí en-
mas fervoroso creyente. Con su presen-
tré en el cuarto. Por el estado en que Todos estos abrazos, estos suspiros,
Pasado este instante de ternura, nos cia se iban á aclarar muchas d u d a s , v
estaba el día antes la señora de Orbe estos rebatos eran otros tantos misterios
colegí la desesperación en que la iba á para las pobres criaturas. La amaban pusimos á platiear junto á la cama, y aun- salia yo de una confusion estraña.
encontrar, y los furores que presencia- tiernamente, pero con la ternura propia que con el bajar la calentura hubiese Acuerdesc V. del motivo que me habia
ría. Cuando entré la vi ecbada sobre un de su e d a d ; nada entendian de su esta- disminuido algo la viveza de Julia, se determinado á darle parte de su inmedia-
sitial, desfigurada y amarilla, ó mas d o , del esceso de sus halagos, de su sen- veía la misma satisfacción en su semblan- ta muerte. En virtud del efecto que á mi
bien cardena , cenicientos y casi amor- timiento de no volverlos á ver; nos veían te, hablaba de todo con una atención y ver hubiera debido causar en ella esta
tecidos los o j o s , pero m a n s a , s e r e n a ,
tristes, lloraban, y no sabían otra cosa. un ínteres que manifestaban un espíritu horrorosa noticia, ¿como se podia enten-
hablando p o c o , y haciendo siu respon- Aunque enseñen á los niños el nombre exento de zozobras; en todo estaba y aten- der el que en la realidad habia causado?
der todo cuanto le mandaban. Julia era de la muerte, no se forman idea ninguna día á la conversación, como si no tuviera ¡ Q u e ; esta muger devota, que estando
la que parecia menos débil que el dia de ella; no la temen ni la suya ni la age- otra cosa en que ocuparse. Nos propuso en salud no pasaba dia ninguno sin r e -
pasado, su voz estaba mas entera , y su n a ; temen padecer y n o morir. Cuando que comiésemos en su cuarto para d e - c o g e r s e , que en la oracion cifraba uno
rostro mas animado; parecia que habia forzaba el dolor á su madre á quejarse, jarnos lo menos que ser pudiese, v pue- de sus mayores contentos , no tiene mas
adquirido la viveza de su prima. C o n o - hendían el aire á g r i t o s , cuando les ha- de V. creer que no nos negamos á ía pro- que dos dias de v i d a , va á comparecer
cí fácilmente en sus colores que esta blaban de que iban á perderla parecían puesta. Sirvieron sin bulla ni confusion ante el tremendo juez; y eu vez de dis-
aparente mejoria era efecto de la calen- estupidos. Solo Henrieta, que tiene algu- ni desorden, con tanta tranquilidad c o - ponerse para este terrible instante, en
tura ; pero también vi lucir en su mirar na mas e d a d , y que es de un sexo en mo si en «I salón de Apolo hubiéramos vez de dar orden á su alma, se divierte
no sé que secreto júbilo que podía c o n - que mas breve se desenvuelven la sensi- estado. La Paca y los niños comieron á en asear su cuarto, en tocarse, en ra-
tribuir á e l l a , pero cuyo motivo no po- bilidad y las l u c e s , parecia turbada y so- la mesa. Viendo Julia que cstahamos ina- zonar con sus amigos, en divertirlos á
día penetrar. No por eso dejó el medi- bresaltada de ver á su mamita en una ca- petentes lialló medio d e l i a c c r que de to- la mesa, y en todas sus conversaciones
c o de confirmar su fallo del dia antece- ma , ella que siempre estaba levantada do comiéramos pretestando unas veces no mienta á D i o s , ni el otro inundo!
d e n t e , ni mudó de opiníou la enferma antes que sus hijos. Me acuerdo de que la instrucción de su c o c i n e r a , pregun- ¿ Q u e podia pensar de ella, v sus ver-
sobre su e s t a d o , y n o me quedó espe- con este motivo le ocurrió á Julia una re- tando otras si podría probar ella los man- daderos sentimientos ? como habia de
ranza ninguna. flexión muy propia de su caracter acerca jares, y otras exhortándonos á tener cuen- concertar su conducta c o n las ideas que
de la necia vanidad de Vespasiauo, que ta con nuestra salud que tanta necesidad de su piedad tenia? como conciliar el uso
estuvo acostado mientras podia obrar, y temamos de conservar para servirla, ma- que de los postreros instantes de su vida
Habiendo tenido precisión de ausen-
se levantó cuando va no podia hacer lia-
tarme por un rato cuando volví á entrar
da (1). No s é , d i j o , sí debe morir en
noté que estaba el cuarto muv a s e a d o ,
que reinaba en él orden y e l e g a n c i a , audiencia ; pero efectivamente acaso hubiera sido mejor levantarse para dar au-
diencia , y acostarse para morir. Bien sé que P'espasiano sin ser grande hom-
bre , fué á lo menos un gran principe. No importa ; cualquiera que sea el
(I) Esto no está exacto. Suetonio dice que Vespasiana trabajaba-en su ca-
papel que uno haya hecho en vida , no debe representar la comedia en muerte.
inti, como lo tenia de costumbre, durante su ultima enfermedad, y.hasta daba
hacia con lo que al medico había dicho ría morir como habia vivido en la co* mejor quo cuando disfrutaba de un en- salud que hoy. Mi confianza los disipa,
de su valor? Todo eslo formaba co mí munion de los fieles, y admitir en todo la tendimiento tan sano como Dios me le diciendomc quo mayor es la clemeucia
enteuder un incsplicable enigma; porque profesion común de la fe. dió ? Si entonces me engañé, me engar de Dios que mis culpas , y se aumenta
al cabo aunque no aguardaba encontrar Como era decisiva la respuesta de Ju- Baria ahora menos? y en el abatimiento mi serenidad al paso que siento que á
en ella toda la mezquina santurronería lia para desvanecer mis dudas, y no era en que me encuentro pende de mi creer vil me vov acercando. No le llevo un im-
de las devotas, me parecía siu embargo como la exhortación de aquellas razones otra cosa que lo que creia cuando es-
perfecto , tardío y forzoso arrepentimien-
que era tiempo de pensar en lo que por que á todos dicen , voy á copiársela á V. taba buena? La razón es la que del sen-
to, el cual dictado por el miedo nn puede
tan importante reputaba, y que nosufria casi palabra por palabra , porque la es- tir que preferimos decide ¿ y habiendo
perdido la mia sus mejores funciones, ser sincero, y no es mas que un ccbo
demora ninguna. ¿ Quien es devoto du- cuché atentamente, y fui al instante a para engañarle; uo le llevo los restos y
escribirla. que autoridad lo que de ella me queda
rante el trafago de esta vida, como no el desecho de mis años , llenos de pesar
puede dar á las opiniones, que sin ella
ha de serlo cuando tiene que dejarla, y « Permítame V. señor Ministro, que y quebrantos, acosados de la enferme-
yo adoptase ? Pues que me queda que
no le queda que hacer mas que pensar empiece dándole gracias por todos los hacer ? referirme á lo que antes he creí- dad , los dolores v las congojas de la
en la otra ? afanes que para conducirme por el sen- muerte, y que le daria cuando p3ra nada
do , porque la rectitud de mi intcncioq
Trajeronme estas reflexiones á un pun- dero derecho de la moral y la fe cris- es la misma , y el vigor del raciocinio pudieran servirme; llevóle sí mi vida
to á que no babria pensado venir. Casi tiana se ha tomado, y por la suavidad me falta. Si incurro en el error es aman- entera , llena de yerros y pceados , pero
empecé á asustarme de que mis opiniones con que ha enmendado ó tolerado mis do la verdad, y esto basta para sere- ^exenta de los remordimientos del impío
errores cuando me he estravíado. Llena
sustentadas con imprudencia hubiesen narme. y los delitos del malo.
de respeto á su c e l o , y de gratitud á sos
hecho sobrada impresión en ella. ¡So ha- •< ¿A que tormentos pudiera Dios con-
bondades , declaro con gusto que á V.
bía yo adoptado las suyas, y con todo le debo todas mis buenas resoluciones, »Eu cuanto á prepararme para la denar mi alma ? Dicen que los reprobos
no hubiera querido que las abandonase. y que siempre me ha escitado á obrar muerte, señor Ministro , ya está eso he- le aborrecen ; asi fuera preciso que me
Si hubiera estado malo, ciertamente hu- bien , y á creer en la verdad. cho ; mal á la verdad , pero lo mejor estorbara el amarle. No temo yo aumen-
biera muerto en mi sentir, pero deseaba que he podido , v mejor á lo menos
tar su numero. ¡ Oh inmenso s e r , ser
que muriese ella en el suyo, y hallaba, >< He vivido y muero en la comnnion que pudiera de presente hacerlo. Para
eterno , inteligencia suprema , fuente de
por decirlo así, que arriesgaba mas en ella protestante, cuyas únicas reglas son la eumplir con esta importante obligación
he procurado no estar en la incapacidad vida y felicidad, criador y conservador,
que en mí. Estas contradicciones le parece- sagrada Escritura y la recta razón : siem- padre de los hombres y rey de la natu-
de desempeñarla. Cuando sana, hacía
rán á V. estravagantes, y tampoco yo en- pre ha confirmado mi razón lo que pro- raleza , Dios optimo , poderosísimo, de
oraeioi), ahora me resigno. La pacien-
cuentro que sean racionales, mas no obs- feria mi boca , y cuando no he tenido cia es la oracion del enfermo; la prepa- quien no he dudado nunca ni un instan-
con las luces de V. toda la docilidad
tante han existido: no me encargo de ración para la mnerte es una buena vi- t e , y ante cuyos ojos siempre en vivir
que babria sido necesaria acaso, era
justificarlas, solamente las refiero, l.legó da; y no sé que haya otra. Cuaudo me complacía; lo sé y me complazco cq
por efecto de mi repugnancia á toda es-
al fin el instante en que se iban á disipar pecie de disimulo ; nunca be podido de- con V. conferenciaba , cuando me reco- ello , voy á presentarme ante tu trono.
mis dudas, porque fácil era prever que cir que creía lo que no me era posible gía á solas, cuando me esforzaba á cum- Dentro de pocos días, libre mi alma de
tarde ó temprano traería el Pastor la con- creer; pero siempre he aspirado con plir con las obligaciones que me impone sus despojos empezará á ofrecerte mas
versación al asunto de su ministerio, y todas veras á lo que era conforme á la Dios, entonces me disponía á parecer dignamente el perdurable homeuaje que
aun cuando en sus respuestas hubiera si- gloria de Dios v á la verdad, lie podido ante su presencia ; entonces le adoraba debe hacer mi bienaventuranza por toda
do Julia capaz de disimulo , muy difícil engañarme en mis investigaciones, no con todas las facultades que me babia la eternidad. Por nada reputo todo
le hubiera sido disfrazarse lo bastante tengo la soberbia de pensar que siem- dado: ¿ que hiciera ahora que las he cuanto hasta este instante he de ser. To-
para que atento y avisado, como yo lo pre he llevado razón, y acaso he errado perdido ? está en estado mi alma enage- davía vive mi cucrpo , pero ya se acabó
estaba, no hubiera conocido su verdade- siempre ; pero mis intenciones siempre nada de elevarse hasta él ? son digna mi vida moral Padecer y morir, es todo
ro sentir. han sido puras, y siempre he creído lo ofrenda suya estas reliquias de una vida
cuanto me queda que hacer; y eso es
Sucedió todo como había yo previsto. que decía que creía. En esta materia esto medio estinguida, que los tormentos
función de la naturaleza; pero yo he
Dejo á un lado las razones de este mez- era cuanto de mí dependía. Si no ha corporales tienen absorta ? No , señor;
que me las otorga para consagrarlas á procurado vivir de manera que no ne-
cladas cou elogios que le sirvieron de alumbrado mi entendimiento Dios, justo cesitase aparejarme para la muerte, y
los que nie ha mandado amar, y quiere
transición al ministro para tratar del mo- v clemente es, ¿ como me puede pedir ahora que se acerca la veo llegar sin
que abandone; me despido de ellos por
tivo real de su visita, y también dejo lo cuenta de una dadiva que no me ha ir á é l ; asi en ellos debo ocuparme; en susto. Quien se duerme en el seno de
hecho ?
que le dijo relativo á la dicha de coronar breve me ocuparé en él solo. Mis pos- un padre no tiene porque temer la hora
una buena vida con una cristiana muerte. treros contentos en la tierra son también de despertarse. »
Añadió que era verdad que había visto « Esto era lo mas esencial que tenia mis postreras obligaciones: ¿ no es ser- Dicho este razonamiento, al principio
en ella sobre ciertos puntos opiniones que que decir á V. acerca de los sentimien- virle todavia, y hacer para calmar una en tono grave, y luego en voz y acento
no estaban enteramente acordes con la tos que he profesado. Acerca de todo lo turbación que no tengo ? No está agi- mas elevado , produjo en todos los asis-
doctrina de la iglesia ; esto es con la que demás responde por mí el estado en que tada mi conciencia; y si alguna vez me tentes, sin esceptuarme vo , una impre-
puede deducir de la Escritura la razón me hallo. Distraída por la enfermedad, ba causado temores , mas he tenido en sión eso mas viva que lucían los ojos de
entregada al delirio de la calentura, ¿es
mas sana; pero como nunca se habia os- la que le pronunciaba con sobrenatural
acaso tiempo de probarme á discurrir
tinado en defenderlas, esperaba que quer- fuego; su colorido le animaba un espíen-
dor nuevo , "parecía radiante, y si hay tiempo gustan de vernos. Es menester quiero ? Sí dejo que se estanque en él tuosa V halagüeña; hablaba con el mis-
en el mundo alguna cosa que el nombre que nos vistamos de un color lúgubre, el mal a i r e , será menester desviar á mo pulso, la misma libertad de animo,
de celestial merezca era su rostro, mien- que afectemos un semblante severo: na- mis hijos ó arriesgar sn salud. Si estoy y basta con un semblante que á veces-
tras estaba hablando. da se omite para que infundamos espan- vestida de manera que infunda miedo, rayalia en alegría; finalmente seguia yo
Embargado, arrebatado el mismo Pas- to. Todavía es peor en otros cultos, lin nadie me conocerá, y no seré la mis- distinguiendo en sus ojos cierto movi-
tor con lo que acababa de oír, esclamó catolko moribundo solo de objetos que ma; todos os acordareis de haberme ama- miento de jubilo que cada vez me in-
alzando las manos y los ojos al cielo: le atemorizan se ve cercado y de cere- do , y no me podréis sufrir; tendré quietaba mas, y acerca del cual me de-
Gran Dios, este es el culto que te hon- monias que le entierran en vida. Por el presente en vida el espantoso espectá- terminé á esplicarme con ella.
ra , dígnate de serle propicio ; pocos se- afán que en apartar de él los demonios culo del horror que cause hasta á mis
Aquella misma noche lo puse en efec-
mejantes te tributan los humanos. ponen, cree ver su cuarto lleno deellos; amigos, como si fuera ya muerta. En
to. Viendo que me habia quedado solo
se muere cien veces de susto antes qne vez de eso he hallado el arte de dar en-
Señora, dijo acercándose á la cama, para hablarle rae dijo.
se le acabe la vida, y en este estado de sanche á mi vida sin alargarla. Existo,
yo creia instruir à V., y es V. quien me terror se complace en sumirle la Iglesia amo , soy amada, vivo hasta mi postrer Me has ganado por la mano, porque
instruye. V. tiene la fe verdadera, la para estafarle mayor cantidad de dine- aliento. El momento de la muerte es tenia yo que hablarte. Muy bien está ,
que hace amar à Dios. Llovese consigo ro. Demos gracias al cielo', dijo Julia, uada , el mal de la naturaleza corta c o - le dije, pero puesto que yo me he ade-
esa preciosa serenidad de una buena por no haber nacido en esas religiones sa , y yo be desterrado todos los de la lantada dejame hablar primero.
conciencia, que no la engañará ; muchos venales que matan á las personas para opínion. t Sentándome entonces á su l a d o , y
cristianos he visto en el estado en que V. heredarlas, y que vendiendo la bien- mirándola de hito en hito le dije : Ju-
e s t á , y en V. sola la be hallado. ¡ Que aventuranza á los ricos , llevan aun al Estas y otras platicas semejantes te- lia , mi querida Julia , tú has despeda-
diferencia de tan apacible muerte á la otro mundo la injnsta desigualdad que nían la enferma , el Pastor, algunas ve- zado mi corazon, aunque hayas empe-
de aquellos pecadores que roe el gusano en este reina. No dudo de que fomenten ces el medico, la Paca y yo. Ui señora zado muy tarde. S í , continué viendo que
remordedor, y que acumulan tantas secas la incredulidad todas esas tenebrosas de Orbe siempre se hallaba presente, y me miraba pasmada ; bien te he com-
y vanas oraciones porque no son dignos ideas , infundiendo natural aversión al jamas contestaba. Esmerándose en reme- prendido, te alegras de morirte, estás
de ser escuchados ! Señora, la muerte culto que las mantiene. Espero, dijo mi- diar las necesidades de su amiga, la ser- contenta con dejarme. Acuerdate de la
de V. es tan ejemplar como su vida ; esta rándome , que el que debe educar á via con prontitud. Lo demás del tiempo conducta de tu esposo desde que juntos
la ha consagrado à la caridad, y muere nuestros hijos profesará maximas diame- inmóvil y casi exánime la miraba sin vivimos; ¿ l e he merecido afecto tan
mártir del cariño maternal. Ya sea que tralmente opuestas, y no les pintará decir palabra, y sin oir nada de lo que cruel ? Al instante me cogió ambas ma-
Dios nos restituya á V. para que nos lugubre y triste la religión mezclando decían. nos, y en aquel tono que sabia tocar en
sirva de dechado, ó que la llame à sí sin cesar con ella el pensamiento de la lo intimo del alma : quien? yo? yo quie-.
para remunerar sus virtudes, ¡ojalá que Temiendome yo que con el mucho ha- ro dejarte ? asi penetras mi corazon? tan
muerte. Si los enseña á vivir bien, apren- blar perdiese Julia las fuerzas , me apro- presto te has olvidado de la conferencia
nosotros todos vivamos y muramos co- derán á bien morir.
mo V . , que asi estaremos seguros de la veché de un instante en que se habian de ayer ? No obstante repliqué, mueres
bienaventuranza venidera ! puesto el Ministro y el Medico á razonar contenta... Lo he visto... lo estoy vien-
Continuando esta platica, que fué me- uno con otro . y arrimándome á ella le do... Detente , dijo; cierto es que mue-
Quiso irse, y ella le detuvo. V. es nos seguida y mas cortada de lo que dije al oido. Mucho hablar es ese para ro contenta , pero es de morir como he
amigo mío , le dijo , y uno de los que á V. le refiero, acabé de conocer las una enferma , y mucho raciocinar para vivido tu digna esposa. No me pregun-
con mas gusto veo ; y por estos son pa- masimas de Julia, y la couducta que me quien no se cree capaz de formar racio- tes mas, que no te diré nada mas ; pero
ra mi preciosos mis últimos momentos. habia escandalizado. Todo procedía de cinios. ahí tienes, continuó sacando un papel de
Vamos à dejarnos por tanto tiempo, que que víendose enteramente desahuciada, Sí, me dijo quedo, hablo mucho para debajo de la cabecera, con que acabar
es menester no darnos priesa á dejarnos. solo pensaba en desviar de sí el inútil una enferma, pero no para una mori- de descifrar este misterio. Este papel
Se quedó con gusto, y salí yo entonces y funeral aparato con que se rodea el bunda ; dentro de poco no diré nada : era una carta , y vi el sobre- dirigido á
del aposento. terror de los moribundos, ya fuese para por lo que á los raciocinios respeta, no V. Te la entrego abierta, anadió al
dar otro giro á nuestra aflicción , ó ja los hago ahora, que los tenia hechos. darmela para que despues. de haberla
Vi cuando volví que seguía la con- para evitarse á sí misma un espectáculo En salud sabia que babia de morir. Mu- leído, te determines á enviarla, ó á ras-
versación sobre la misma materia , pero que sin provecho la entristeciese. La chas veces he meditado acerca de mi garla , según creas que mas á tu pru-
con otro tono, y como sobre cosa indi- muerte , decia, es en sí tan penosa, que enfermedad postrera, y hoy me aprove- dencia y á mi honor conviene. T e rue-
ferente. Hablaba el Pastor del falso es- no hay para que tornarla disforme. El cho de mi previsión. Ya no estoy en go que ñ o l a leas hasta después de mi
píritu que atribuían al cristianismo, con- afan que malgastan otros en querer di- estado de pensar ni resolver , y no hago muerte, y estov tan cierta de que harás-
virtiendole en una religión meramente latar su vida le empleo yo en disfrutar mas que decir lo que babia pensado, y lo que te suplica, que n a quiero ni que
de moribundos, v à sus ministros en basta el fin de la mía ; solo se trata de ' me lo prometas. Esta carta, querido Sau
practicar lo que habia resuelto.
hombres de mal agüero. Nos miran, de- saber resolverse, que todo lo demás si- | Prcux, es la que va adjunta. En balde
c í a , como mensajeros de la muerte, gue naturalmente. ¿ lie de convertir mi Lo demás del día , meoos algunos ac- sé que es muerta la que la ba escrito;
porque en virtud de la opinion tan co- aposento en hospital, en un objeto de cidentes , pasó con la misma serenidad, con dificultad puedo persuadirme á que
moda de qne basta con un cuarto de fastidio y asco , mientras que mi último y casi del mismo modo que cuando se no es uada.
hora de arrepentimiento para borrar esmero es reunir en él todo cuauto uw5 hallaba todo el mundo con salud. Julia
cincuenta años de d e l i t o s s o k ) en este era, como cuando estaba buena, afec-
Hablóme luego de su padre con in- La preparación de la señora de Orbe la qué asi le había dejado. Foé moy afec- términos muy afectuosos alabando su
quietud. ¡ Que , dijo, sabe que se halla noche anterior, la escena de loé niños tuoso este reconocimiento. Vuelta en si buena Índole, quejándose de los malos
su bija en peligro de muerte, y no sé por la mañana , la del Ministro por la Clara ebn el ruido , se acerca , j le :re- ejemplos que le habian seducido i y sub-
yo de él ! ¿ Le ha sucedido alguna des- tarde, y la conferencia por la noche conoce al fin , no sin dar algunas mues- tiendo tan de veras su perdida, que dis-
dicha ? ha dejado de amarme ? Qne ! mi conmigo le habían quitado las fuerzas. tras de .jubilo; pern las pruebas de-su puesta ya á la tristeza Se movió bastó
padre i... este padre tan tierno..: ¡ aban- Descansó algo ibas esta noche que las buen corazon se eclipsaban todas cu su llorar. Ábrese á deshora el g a b i n e t e el
pasadas, fuese á causa de su debilidad, boudo dolor; un solo afectolo absorbía hombre andrajoso sale de él (V todo
donarme asi !... dejar que me muera sia
verle !... sin recibir su bendición... sus!
ó Ta que •efectivamente fneran menores todo, y no sentía cosa ninguna. correr v se arroja a sos plantas; y las •
la calentura y el crecimiento. ! No necesito, creo, decir á V: quien abraza desecho en lagrimas. • LJÍJ vasb
postreros abrazos !... O Dios ! cuauto era este hombre. Recordó su presencia
se arrepentirá cuando no me encueré Al « t r o día por la mañana me vinie- que en la inatio tenia sé le cae ah ¡ jíll
muchas .memorias, pero mientras! que le desventurado , de donde vienes ? se deja
tre ! Esta reflexión le daba sumó pesar. ron á deiiir que un hoibbré muy mal consolaba Julia , v l e daba bnenas espe¿
vestido solicitaba con muchas instancias caer sobre é l , y se hubiera desmayado tí!
Creí que le seriá mas llevadera la idea ranzas , la sobrecogió nna Violenta sofo- si no se ile hubieran administrado pron-
de su padre enfermo que indiferente, y hablar a solas con mi mtigcr. Le habian cacion, y se halló tan mala que c r e a - tos socorros'. • !
mé resolví á confesarle la verdad. Efec- dicho el estado en que se hallába i ha- mos que iba á espirar. Para no dar una !
tivamente el sobresalto que esto le fcausó bía insistido diciendo qué se • trataba de escena , y evitar las distracciones, en, Fácil es imaginarse todo lo demás.
una bneba facción, q»ie conocía muí En nn instante s e ¡supo en toda la casa
fué mfcnos acerbo que sus primeras sos- DO momento en que solo se, debía pen-
bien á la señora de Wolmar, y que bien que bábia llegado Glandio Anet: el ma-
pechas. (Vo obstánte la idea de no vol- sar en socorrerla, hice entrar lal hom-
sabia qne mientras tuviese vida tendría rido de ja; hiena Pata : ¡que regocijo
verle à ver le causaba mucha amargura. satisfacción en ha'ceb bien. Como ob- brqicn el gabíoetes advSrt¡endole;qucse
¡ Ay, dijo, qbe sera de él despues de mi! servaba ella por practica inviolable no cerrara con llfave Llamamos ifla Para , Apenas estaba fuérá del aposento cuan-
¿ á quien querrá ? sobrevivir á toda la despedir nunca á nadie, y especialmente y á poder de tiempo y afanes volvió la do- ya estaba pértrechado. Si no hnhie^-
: familia K.. que vida será la suva? estara á los desdichados, me hablaron de este enferma de su accideqteí Viéndonos á ra tenido 'cada uno inas qne dos camisas,
todos consternados en t o m o de ella, nos hubiera tenido én brfevé Anet solo tantas
solo, no Será vivir. Este fué uno de aque- hombre antes de mandarle foera. Le hi-
dijo: hijos mioS ,«st» no e s mas que una cuantas á todos los demás jnotos ltís ho-
llos momentos en que se hizo sentir el ce entrar. Estaba cubierto de andrajos,
prueba , y no es cosa tan 'cruél c o m o bieran quedado. Cuando sal» para darle
horror de la muirte, y recobró la natu- tenía el semblánte y el habla de la mi- véstídos, hallé qne de tal modo me ha-
piensan.
raleza su impèrio. Suspiró, cruzó las seria ; eo cuanto á lo demás nada vi en bían ganado por la mano , que me fué
manos, alzó los ojos , y vi que efecti- su fisonomía ni en sus razones que me mehester usar de autoridad para »Mi-
vamente hacia aquella difícil oracíon hiciera pensar mal de él. Estaba empe- Restablecióse la calma; pero babíá
jarlos a que volvieran á tomar lo que le
que había diebo que era la del enfermo. ñado en no hablar con otro que ron sido tamaño el susto que se me pasó de
habían dado.
Volvió à mí. Me siento débil, me dijo, Julia. Díjelc que si Se trataba de algim la idea el bóinbre que estaba en el ga-
y preveo que podrá muy bien ser esta socorro para sustentar la vida, sin impor- binete , y cuando me preguntó Julia al Paca no obstante no (pieria dejar á
oído que se babia hecho . estaba la me- sn ama. Para hacer que estuviera algu-
la ultima conferencia que tengamos jun- tunar para eso á una ofuger que estaba

il
f i sa puesta, y todo el mundo a)H:IQuifW nas horas con su marido pretextó que
tos. En el nombre de nuestra union, en agonizando, haria yo lo que hubiera
podido hacer ella. No, me dijo, no pido entrar á hablarle, pero había cerrado necesitaban los ¡niños tomar el aire í y
el nombre de nuestros queridos hijos la puerta ^ior dentro, como v» s e lo ba¿ se les dió á los d o s el eneargo d e sa-
dinero, ann qóc me baec suma falta;
que de ella son prenda, no seas de hoy hia mandado s'¿V fué menester aguardar carlos 4 pasear.
pido una prenda que me pertenece-, una
mas injusto con tu esposa. ¡Yo alegrar- prenda que estimo en mas q«ie todos los basta despues de comer para hacer »pie
me de dejarte ! à ti qne solo para ha- tesoros del mundo, una prenda que por saliera. N o incomodó esta escena á la enfer-
cerme feliz y casta has vivido ! à ti que colpa mía he perdido, v que solo la se- ma ; nada- habia habido eo pila q w tía
entre todos los hombres eres quien me- ñora, á quien se la debí, puede segunda Durante la comida Du Rossofr, que sq fuese agradahle, v le bízo provecho.
jor me convenia, y acaso el unico con vez restituirme. hallaba en ella , hablando de una viuda Paramos la Urde Clafa y yb junto á ella,
quien podía yo hacer buen matrimonio moza que decían que se casaba en segun- y tuvimos (los horas de nfta conversa-
i y ser inuger de bien! Ah! cree que si
das nupcias, añadió algunas reflexiones ción sureña, que hizo eHa la mas ín-
sobre la triste suerte de lasviudas.Otras teresítote, y la mas embelesadora que
tenia para mí estimación la vida era por Esta respuesta, de la cual nada eo-
bav mas dignas de compasion, díjé v o , hasta entonces habíamos tenido.
pasarla contigo. Estas palabras dichas tendí, me detcrwíhó no obstante. Lo que soii las viudas cuyos maridos están |
con terneza tanto me movieron, que mismo hubiera ¡Midido decir un bribón, Empezó con algunas observaciones
vivos. Paca vió que esta reflexión s e di- I acerca de la afectuosa escena que a<a-
aplicando reiteradas veces mí boca á sos pero no lo hubiera dicho con el mismo rigia á ella, replicó : es verdad especial-: babamos de presenciar, y qne con tanta
manos que en las mías tenia , las senti tono. Exigía misterio : ni lacayo, ni don- mente cuando son queridos. Empezó en- viveza le retrataba los primeros tiempos
cella... Parecíanme estrañas estas precau-
bañadas en mis lagrimas. No creía que tonces á tratarse del suyo; y como en de su mocedad; siguiendo luego el hilo
ciones, no obstante las tomé todas. Lle-
fuesen mis ojos capaces de derramarlas. todos tiempos habia hablado de él con de los sucesos, hizo una corta recapitu-
vóle al fin. Me habia dicho que le co
Fueron las primeras desde que nací y nocía la señora de O.-be , pasó por junto cariño, era natural que aun hablara con lación de su vida enteca, para mostrar
serán las ultimas hasta mi muerte. Des- á ella, y 110 le conoció , pero no lo es- mas ínteres cuando la perdida de su que evaluándolo bien todo habia sido
®8 pués de haberlas vertido por Julia , no trené. Julia le reconoció al instante, y bienhechora le iba á hacer mas dura la serena y venturosa ; que de grado en
se deben verter por nada. viéndole tan desharapado me riñó pór- de su esposo. En efecto s e esplicó en grado habia subido al ápice de la felici-
Fué este para ella un dia de fatiga.
3ÍW LA NUEVA HELOISA ,
SEXTA PAKTE. 391
dad permitida en la tierra, r que el azar con llanto, pero n o le fué posible. Ju-
dió la forma mas propicia. Sus mismas N o ; cuando todo se ha grangeado es
que cortaba el hilo de sus días eD mitad lia en silencio la estrechó largo rato i
desgracias la babian preservado de otras forzoso p e r d e r , aunqne no sea mas que
d e su carrera indicaba, según todas las su pecho. En estos instantes no hay pa- mayores. Había perdido á su madre cuan- el gusto de la p o s e s i o n , que con ella
apariencias, e n su curso natural el punto labras ni lagrimas. do podia ser mas cruda para ella su misma se gasta. Mi padre ya es anciano;
de separaeion de los bienes y los males. Serenáronse, y continuó Julia. Con perdida; pero si se la hubiera conserva- mis hijos están en la tierna edad en que
D i ó gracias al cielo por haberle dado estos bienes habia mezclados inconve- do el cielo en breve s e hubiera introdu- está mal asegurada la vida. ¡ Q u e de
un corazón sensible é inclinado al bien, nientes , que esa es la suerte d e las co- cido el desorden en su familia. El a p o - pérdidas me podian afligir, sin que me
un entendimiento s a n o , una cara agra- sas humanas. Era mi corazon propenso yo , aunque flaco , d e su madre hubiera quedara ya nada que grangear pudiese !
dable ; por haberla hecho nacer en un al amor , mal contentadizo en cuanto al bastado á darle animo para resistirse á El amor maternal se aumenta sin cesar,
pais de libertad v no entre esclavos, mérito personal, indiferente acerca de su padre , y de aqui hubieran resultado y se disminuye la terneza filial á medida
de Una familia h o n r a d a , y nó de un li- todos los bienes de la opinioD, v era discordias y escándalos, tal vez deshonor que viven los hijos mas apartados de su
naje de malhechores, con un decente oasi imposible que con mi inclinación y desastres , y acaso c o s a s p e o r e s , si madre. D e mayor edad los míos se hu-
caudal, y no eu las grandezas del mun- se avinieran las preocupaciones de mi hubiera vivido su hermano. Se habia bieran separado de m í , hubieran vivido
d o que estragan el alma, ó en la i n d i - padre. Necesitaba un amante que esco- casado contra su voluntad con un hom- en el tráfago del m u n d o , y hubieran
bre á quien no quería , pero sustentó podido olvidarme. Tú quieres enviar uno
gencia que la envilece. S e dió e l para- giese yo propia. Presentóse, y creí que
l e escogía ; sin duda que le esrogió por que nunca hubiera podido ser tan feliz á / Rusia ; ¡ que de llantos me hubiera
bien de haber nacido d e un padre v una
mi el c i e l o , para q u e entregada a los con otro ninguno , ni aun con el que costado su ausencia ! Poco á poco se h u -
madre ambos virtuosas y buenos, llenos
errores de mi pasión n o me abandonase habia amado. La muerte del señor de biera ¡do desprendiendo todo d e m í , y
de honor y rectitud, y que templando
á los horrbres del d e l i t o , v para que Orbe le había quitado á un a m i g o , pero con nada hubiera suplido las perdidas
uuo los defectos del o t r o , habian mo- para restituirle su amiga. Hasta sus pe- que hubiera hecho. ¿Cuantas veces me
perdida l a virtud no se borrará a 1»
delado su razón por la de ellos sin c o - menos s u amor en mi alma; Usó aquel nas y sus quebrantos los miraba como hubiera podido ver en el estado en que
municarle su debilidad el u n o , ó sus estilo decente y que capta el animo, con ventajosos porque habian estorbado que os dejo? Finalmente, ¿ n o hubiera sido
preocupaciones el otro. Ensalzó la ven- que cada día seducen mil bribones a su corazon se endureciera para las mi- preciso morirme? ¡ Y acaso la postrera
taja de haber sido educada en una re- doncellas d e buena í n d o l e ; pero él serias agenas. Nadie s a b e , decía, cuan de t o d o s ! acaso sola y abandonada!
ligión racional y santa, que lejos de em- solo entre tantos era hombre de bien , suave es enternecerse de los propios y cuanto mas uno vive , mas apego c o g e
brutecer al hombre l e ennoblece y le y pensaba lo que decía. ¿ Era mi pru- los ágenos males. La sensibilidad deja á la v i d a ; aun sin disfrutar de nada hu-
exalta, y sin favorecer la impiedad ni el dencia quien esto habia discernido? No; siempre en el alma cierto contentamien- biera padecido el tedio de la vida y el
fanatismo permite ser sabio y creyente, primero na conocí de él mas que sos to de si propio independíente de los su- miedo de la muerte, ordinaria c o n s e -
ser de consuno religioso y humano. palabras y me sedujeron. Por desespe- cesos y la fortuna. ¡ Cuanto he gemido cuencia de la vejez. En vez de e s o , to-
Apretando luego la mano de su pri- ración hice lo que por descaro otras, y o ! cuantas lagrimas he vertido ! Pues davia son gratos mis postreros instan-
ma , que en la suya tenia agarrada, y le brindé con mi p e r s o n a , como decía si hubiera de volver á nacer con las con- tes, y tengo vigor para morir, si puede
clavando en ella aquel mirar que debe mi padre , y me respetó. Entonces fué diciones que e s c o g i e s e , el mal que he llamarse morírdejar vivo l o q u e se quie-
hecho seria el único que de mi vida re. No , amigos m í o s ; n o , hijos míos ;
V. conocer, y que el descaecimiento ha- cuando le pude conocer. T o d o hombre
capaz de acción semejante tiene un pe- quitara, el que he padecido todavia me no os d e j o , por decirlo a s i , que me
cia aun mas espresivo, dijo : Todos es-
cho noble , y puede cualquiera liarse de seria grato. Repito á V. San Preux, sus quedo c o n vosotros ; dejándoos á todos
tos b i e n e s , han sido d a d o s a otros mil;
él. Pero antes ya me liaba y o , atrevime propias palabras; cuando haya leido su unidos os quedan mi espíritu y mi c o -
pero este., á mi sola me le ha dado el
luego á fiarme de mí p r o p i a , y asi nos carta acaso las entenderá mejor. razon. S i n cesar me vereis en medio de
cielo. Soy m u g e r , y he tenido una ami-
perdemos. vosotros, sin cesar os sentireis rodeados
ga ; quiso que naciéramos á un mismo
de mi... V luego nos reuniremos; cierta
tiempo , puso en nuestras inclinaciones V e d , c o n t i n u ó , á que felicidad h e estoy de e l l o , ni se me irá el buen
una concordancia que jamás se ha des- Con mucha complacencia hizo larga llegado. Mucha disfrutaba, y mas espe- Wolmar. Mi reunión con Dios serena
mentido , formó ono para otro nuestros reseña del mérito de este amante ;• le raba todavia. La prosperidad de mi fa- mi alma y suaviza uu penoso instante,
c o r a z o n e s , nos estrechó desde la cuna, hacia j u s t i c i a , pero se echaba de ver milia , una buena educación para mis prometiendome el mismo destino que
la he conservado todo el tiempo de mi cuan grato era para su corazon el ha- hijos, todo cuanto amaba reunido en para roí para vosotros. Me sigue y se
v i d a , y su mano cierra mis ojos. Hallad cérsela v y le alababa aun á costa suya. torno de mí ó que iba á estarlo. Lo afianza mi suerte , fui feliz , lo s o v , v
otro ejemplo semejante en el mundo , y A poder de ser equitativa con él era ini- presente , lo v e n i d e r o , igualmente eran voy á serlo ; está fija mi dicha; se la ar-
de nada me jacto ; ; que de prudentes cua consigo propia , y se agraviaba por halagüeños, reuníanse para hacerme fe- ranco á la fortuna , v no tiene mas lia-
consejos me ha d a d o ! de cuantos ries- honrarle, sustentando basta que le hor- liz el gozo y la esperanza ; mi felicidad deros que la eternidad.
g o s me ha l i b r a d o ! de que penas me rorizó mas que á ella el adulterio, sin habia subido por grados al á p i c e , y no
acordarse de que él mismo habia refu- podia menos que disminuir; bahia veni-
ha consolado! ¿Que hubiera sido y o sin
tado esto. do sin que yo la esperara, y se hubiera
ella ? que no babria hecho de mi si la En esto estaba cuando entró el Minis-
buido, cuando yo la hubiese creido d u -
hubiera escuchado mejor ? Acaso val- Cou el mismo espirítu fué repasando tro. Este la honraba y la estimaba de ve-
radera. ¿ Que hubiera hecho para sus-
dría hoy tanto como ella. Clara en res- todas las circunstancias de su vida. Mi- ras , v sabia mejor que nadie cuan viva
tentarme en este punto la suerte ? Es
puesta bajó la cabeza sobre el seno de lord Eduardo , su marido , sus hijos, el y sincera era su fe. Eso mas pasmado
dado al hombre un estado permanente?
su a m i g a , y quiso aliviar sus sollozos regreso de V. , nuestra amistad , á todo. quedó de la platica del dia anterior, y
«le la p r e s a g i a dé animo que e u ella ha- bro ; no tampoco para distinguir lo que en nada , con el recelo de que se acha- de los bienaventurados, cuyo numero á.
bía bailado. Muchas veces habia vislo hacemospnrque para eso seria preciso.qnc case á consentimiento su silencio en esos alimentar iba. Nunca fué mas tierna, mas
morir con ostentación, nunca c o n sere- tuviera scutidns ; sino para conocer ella puntos, se acordó ua instante de que era ingenua, mas halagüeña, mas amable;
nidad. Acaso con el ínteres qpe le i n s - lo que pensamos y lo que sentimos por eclesiástico,y manifestó una doctrina con- en una palabra mas el|a propia. Siempre
piraba se juntaba un secreto deseo de una comunicación inmediata , semejante traria sobre la otra vida. Dijo que el unir juicio , siempre sensibilidad, siempre la
á aquella en virtud de la cual penetra co objeto en que se ocuparían las almas entereza del sabio, y siempre la blandura
ver si conservaría esta bonanza hasta el
Dios desde esta vida nuestros pensaiuien- de los bienaventurados seria la inmensi- del cristiano. Ni presunción, ni afeite, ni
fin.
tos, v nosotros penetraremos mutuamen- dad , la gloria y los atributos de D i o s ; sentencias; en todo la espresion natural
Pío necesitó ella variar la metería de
te los suyas en la o t r a , cuando le vea- que cualquiera otra memoria la borraría de lo que sentía, en todo el candor de
la conversaeinn para que fuese cual al ca-
mos cara á cara (2). Porque en fin, anadió esta sublime contemplación, que no se su corazon. Si reprimía alguna vez los
rácter del nuevo asistente convenia. Co- mirando al Ministro, para que servirían los
verían, n o se reconocerían ; ni en el cie- ayes que hubieran debido sacarle del pe-
mo sus conversaciones en cabal salud sentidos cuando nada tengan que hacer?
lo , v que con Un esUtica presencia en cho s u s dolores , no era por representar
eran siempre serias, no hacia mas que El Ser eterno ni se v e , ni se o y e , que nada terrenal pensarían. la intrepidez estoica , sino por temor d e
continuar tratando en su cama con la se da a c o n o c e r , y no habla ni á los ojos,
traspasar el corazon de los que en torno
misma serenidad asuntos interesantes pa- ni á los o í d o s , s i n o al porazon. > ai Asi puede s e r , replicó J u l i a , tanU dís-
de ella estaban , y cuando algunos ins-
ra ella y para sos a m i g o s , y controver- taueia bay d e la bajeza de nuestros pensa-
tantes los horrores de la muerte hacían
tía con indiferencia cuestiones qne n o Por la respuesta del Pastor, v algunas mientos á la divina esencia, que no p o -
enflaquecer la naturaleza, no ocultaba
eran indiferentes. señas de que se entendían, colegí, que uno demos juzgar de los efectos que ba de
sos s u s t o s , o¡a los consuelos, y cuando
Siguiendo el hilo de sus ideas sobre de los pnntos que entre los dos se con- producir eu nosotros, cuando en esUdo
se babia serenado consolaba á los otros.
de contemplarla nos hallemos. Todavía,
lo que podía permanecer de ella con no- testaban era la resurrección de los cuer- Veíamos, sentíamos su a l i v i o ; su hala-
como ahora solo por mis ideas puedo dis-
sotros, nos hablaba de sus antiguas re- pos. También conocí que empezaba yo á güeño semblante se lo anunciaba a todo
escuchar con alguna roas atención los ar- currir, confieso que siento en mí afec-
flexión«; acerca del estado de las almas el mundo. No era violenta su a l e g r í a , y
tículos de religión de JNLIA, en que se ciones Un amadas que me costaría m u -
separadas de los cuerpos, y se admiraba hasta sus chanzas eran afectuosas; tenia
arrimaba la fe á la razón. cho pensar que he d e perderlas. También
de la simpleza de las personas que pro- la risa en los labios, y el llanto en los
me hago un especie de argumento que
meten á sus amigos que vendrán á dar- Tal complacencia tenia en sus ideas, ojos. Quitado el susto que no deja g o -
halaga mi esperanza. D i g o que consistirá
les noticias del otro mundo. Esto, decia, que aun cuando no hubiera estado resuel- zar de lo que vamos á p e r d e r , agradaba
una parte de mi felicidad con el testimo-
es tan racional como los cuentos de las ta acerca de sus antiguas opiniones, ha- m a s , y era mas amable que en cabal s a -
nio de una buena conciencia. Asi me
almas en pena que cometen mil estragos, bría sido una crueldad destruir una que lud; y el dia postrero de su vida fue tam-
acordaré de lo que en la tierra hubiere
bién el de mas embeleso de toda ella.
y hacen daño á las mugeres , como si tu- en el estado en que se bailaba tan grata hecho, luego también me acordaré de los
le parecia. ( j e n veces mas gusto he te-
viesen los espiritas lengua para hablar, que he querido bien, y también los quer-
nido , d e c i a , en hacer alguna obra bue-
y manos para pegar ( 1 ) . ¿Como ba de ré; no volverlos á ver ( 1 ) seria un tor- Al anochecer le dio otro accidente,
na , imaginando presente á mi madre que
obrar un espirita pnro en nna alma me- mento, y este no cabe en la mansión de que aunque no tan fuerte como el de
penetraba el corazon de su hija, y la ce-
tida en nn c u e r p o , y que cu virtud de los bienaventurados. Sea comofuere, aña- por la mañana , n o le permitió ver largo
lebraba. ¡Consuela tanto la ¡dea de vivir
esta unión nada puede distinguir, como co prcseucia de los que bien quisimos! dió mirando al Ministro con semblante rato á sus bijos. No obstante reparó que
no sea por el intermedio de sus organos? Con esto, solo están la mitad muertos alegre, si me e n g a ñ o , uno ó dos dias de estaba desfigurada Henríeta. Dijeronle
Esto es un disparate. Pero confieso que para nosotros. Puede V. pensar sí duran- error presto se pasan, y dentro de poco que lloraba mucho y n o coroia. No la
sabré mas bien lo que hubiere que V. mis- curarán de ese mal , dijo mirando á
BO hallo que lo sea que una alma libre te estas razones apretaría á menudo la
mo. Entre tanto lo que es para mí cier- Clara , que es enfermedad de sangre.
del cuerpo qne antes moró en la tierra mano de Clara.
tisimo es que mientras me acordare de
pueda volver á ella , vagar .morar, acaso Sintiéndose muy mejorada, quiso que
baber vivido en la tierra , siempre amaré
obraren nosotrosy comunicamos sus pen- Aunque á todo respondiese el Pastor cenáramos en su aposento. El medico
á los que amé en ella, y no ocupará mí
samientos, porque carece de instrumento con mucha suavidad v moderación, y aun- Pastor el postrer lugar.
asistió como al mediodía. I.a Paca , á
para mover los organos de nnestro c e r e - que hiciese estudio de no contradecirla quien siempre era menester avisar,
cuando se habia de poner á comer á
Tales faeron las platicas de este dia, nuestra mesa , vino esta noche sin que
(1) Dice Platón que despues de la muerte las almas de los justos que htm
en el cual mas que nunca la seguridad , la llamaran. Julia lo conoció , y se s o n -
sido inmunes de labe terrenal, son las únicas que de la materia se desprenden
la esperanza , la serenidad de alma en la rió. Sí, hija m i a , le d i j o , cena conmigó
con toda su pureza ; y añade que las de los que en este mundo se han hecho
de Julia brillaban, v en dieUmen del Mi- esta noche, que mas tiempo tendrás ma-
esclavos de sus pasiones no cobran tan breve su primitiva pureza , sino que se rido que ama. Despues me dijo á mí -.
nistro eran anticipado preludio de la paz
llevan consigo partes terrenas que las retienen como encadenadas en torno
de los despojos de sus cuerpos. Esto, dice, es causa de aquellos simulacros
sensibles que á -veces se ven vagar junto á los cementerios, hasta nuevas (1) Fácil es entender que con la palabra ver significa Jalia un acto puro
transmigraciones. Manía general es de los Jilosofos de todos los siglos negar del entendimiento, semejante á aquel en virtud del cual nos ve Dios, y le vere-
lo que existe, y esplicar lo que no existe. mos nosotros. No pueden imaginar los sentidos la inmediata comunicación de
( 2 ) Esto me parece muy bien pensado; ¿pues que es verá Dios cara á cara, los espíritus, perb la comprende muy bien la razón, me parece que mejor que
sino leer en su inteligencia suprema ? la comunicación del movimiento en los cuerpos.
5o
Escuso da recomendarte a Claudio Anet biese conocido , n o obstante que habían se aventuró á d e c i r , pero temblando y resolvieron todos unánimes hacer al me-
N o , repliqué, todo cuanto tú bas hon- velado muchas noches (2). Hacíase cru- con medias palabras, que la señora no d i c o , sí sanaba, un regalo de m a n c o -
rado con tu cariño no necesita r e c o - ces el medico , y y o , ya fuese nacido babia estado boy ta» mala... que habia mún , para lo cual contribuyó cada uuo
mendación conmigo. este olvido de la tristeza ó la sobriedad sido menos fuerte la ultima convulsión... con tres meses de su salario, y se depo-
Fué la cena todavía mas agradable de de los c r i a d o s , me avergoncé de usar que la noebe.. Quedóse parada, y Clara, sitó al punto el dinero en manos de la
lo que yo esperaba. Viendo Julia que con semejantes sirvientes las precaucio- que mientras que Paca hablaba estaba Paca , prestando unos lo que a otros les
podía aguantar la luz , mandó acercar nes ordinarias, hice descerrajar la puerta temblando como la hoja en el árbol, faltaba. Ilizose con tanto ardor esta dili-
la m e s a , y ( c o s a que parece increíble de la atarazana, y mandé que se diera alzó sus asustados ojos al medico, clavó g e n c i a , que desde la cama oyó Julia el
en el estado en que se hallaba) tuvo á todo el mundo cuanto vino quisiese. 5us miradas en las s u y a s , tendió el oído, estruendo de las aclamaciones. Consi-
apetencia. El medico que ya no veía in- sin atreverse á respirar de miedo de no dere V. que efecto en el corazon de una
Llegó la botella, bebimos , y pareció
conveniente en satisfacerla , le ofreció oír bien lo que diría. muger que se siente morirse harian. Me
el vino escelente. La enferma tuvo gana
una pechuga de pollo. No, dijo, pero de hizo una s e ñ a , y me dijo al oído : me
de él , y pidió que le dieran una cucha- Hubiera sido preciso ser un tronco
buena gana comería de esa ferra ( I ) . han hecho beber hasta el postrer trago
rada con agua , el medico se le dió en para no conocer todo esto. Levantóse
Dieronle un pedacito que se comió con el cáliz dulce y amargo de la sensibi-
un v a s o , y quiso que le bebiera puro. Du Bosson , tomó el pulso á la enferma
una rebanada de pan , y le snpo bien. lidad.
Aquí fueron mas frecuentes las ojeadas y dijo : no bay embriaguez ni calentura,
Mientras comía era menester ver como entre Clara y la P a c a , pero como á hur- el pulso es muy bueuo. Al rostante grita g u a n d o se trató de retirarse, la se-
la miraba su prima ; era menester verlo, tadillas , y siempre temiendo que fueran Clara, c o n los brazos medio cstendidos: ñora de Orbe que se acostó eu la cama
porque no se puede esplícar. Lejos de sobrado espresivas. ¿ con que , s e ñ o r , el pulso...? la calen- de s u prima como las dos noches ante-
que le hiciese mal lo que habia comido tura ?... Faltabale la v o z , pero tenia riores, llamó á su doncella para que
parecía muy mejorada lo restante de la Dieron mucha actividad al vino el
siempre alzadas las m a n o s y echando aquella noche sustituyera á la Paca;
cena , y se halló tan de buen humor, ayuno , la debilidad , y el regimen die-
chispas de impaciencia los ojos , no ha- pero esta se indignó con la propuesta,
que le vino á la idea notar, como echán- tético que Julia acostumbraba. Ah, dijo,
bia musculo en su rostro que no tuviera todavia m a s , según me pareció, que si
domelo eu cara que hacia mucho tiempo me han emborrachado Vds.; despues.de
acción. N o responde el m e d i c o , coge no hubiera venido su marido. Empeñóse
que no bebia yo vino estranjero. Trai- haber aguardado basta tan t a r d e , no
otra vez el pulso, examina los o j o s , la en ello la señora de Orbe por su p a r -
gan , dijo , una botella de vino de Es- merecía la pena de empezar ahora, que
lengua , se queda un rato pensativo, y t e , y ambas doncellas pasaron juntas la
paña á estos señores. Por el continente es objeto muy odioso una muger borra-
dice : S e ñ o r a , bieo entiendo á V . ; no noche en el gabinete; yo la pasé eu e l
del Medico vió que esperaba este beber cha. Efectivamente empezó á charlar;
me es posible por ahora decir nada de cuarto inmediato, y de tal modo la es-
vino legitimo de España , y se sonrió aunque con toda la razón que solía, con
positivo , pero si mañana por la mañana peranza habia avivado el fervor, que no
mirando otra vez á su prima; también mas viveza que antes, y era de estrañar
está todavía en el mismo estado, res- hubo ordenes ni amenazas que bastasen
noté que sin atender á todo esto , Clara que no se le habia encendido el color;
pondo de su vida. Clara que tal oye salta á que se acostara criado ninguno; asi
por su parte empezaba á levantar de sus ojos brillaban con un fuego que mo-
coma un r a y o ; tira dos sillas y casi la toda la familia se quedó aquella, noche
cuando en cuando los ojos ron alguna deraba el descaecimiento d e la enferme-
mesa, se arroja al cuello del medico, le en p i e , con tanta impaciencia que po-
agitación , mirando unas veces á Julia, dad ; sin la amarillez del rostro, hubie-
da mil a b r a z o s , mil b e s o s , suspirando cos habia que no hubieran dado buena
v otras á Paca , y parecía que con ellos ran diebo que n o estaba mala. Entonces
y lloraodo á lagrima viva, y siempre coa parte de su vida por estar en la mañana
quería decirles ó preguntarles algo. la emocion de Clara se mostró visible-
el mismo Ímpetu se saca del dedo una del siguiente dia.
mente. Alzaba medrosos los ojos alter-
sortija de mucho v a l o r , se la pone de
nativamente a Julia , á mí y á la Paca,
por fuerza á é l , y le dice , perdido el Por ,1a noche oí algunas idas y veni-
Tardaba en llegar el vino ; buscaron pero con especialidad al medico; y eran
aliento : ¡ Ab; señor ! si V. nos la vuelve das que no me asustaron, pero al ama-
en balde la llave de la b o d e g a ; no se todas estas mi radas otras tantas pregun-
no le habrá dado vida á ella sola. necer que estaba todo en s o s i e g o , llegó
pudo encontrar, y se presumió , como tas que queria y no osaba hacer; hu-
á mis oidos un rumor sordo. Aplico el
era a s í , que el ayuda de camara del biera V. dicho que iba á cada instante á
Baron , que era qnien la tenia se la ha- hablar, y que la contenia el temor de Julia lo vió todo , y le traspasó el c o - oido, y me parece que oigo gemir. A c u -
bia llevado por olvido. Por ulteriores una respuesta infausta ; su zozobra era razon esta escena. Mirando á su amiga, do, entro, abro la c o r t i n a . . . S a n Preux!..
informes se vió claro que la provision de tan vehemente que n o la dejaba respirar. le dice con tierno y lastimado a c e n t o ; querido Sap Preux!. veo ambas amigas
un solo dia había bastado para cinco, y ¡ Ah , cruda , cuanto me haces llorar la privadas de movimieuto , y estrechamen-
que faltaba el vino ; sin que nadie lo hu- muerte! ¿ quieres que muera desespera- te abrazadas-, desmayada la una y e s p i -
Animada Paca por todas estas señas
da ? será fuerza que te prepare dos ve- rando la otra. Clamo, quiero retardar á
ces ? Estas cortas palabras fueron un recibir sil postrer aliento, me lanzo : ya
(1) Escelente pescado, peculiar del lago de Ginebra, y que solo en cierta rayo para e l l a , al punto amortiguaron no vivia.
estación del año se encuentra. los raptos de su j u b i l o , pero no fueron Adorador de D i o s , Julia ya no era...
( 2 ) Lectores que teneis soberbios lacayos, no preguntéis mojándoos con poderosas á sofocar totalmente la espe- No diré á V. lo que por espacio de al-
risa donde se habían hallado estos criados. Ya os han respondido de antema- ranza que renacía. gunas horas sucedió , ni sé lo que fué
no .- no los habían hallado que los habían formado. Todo el problema pende de mi propio. Vuelto en mí del embar-
de un punto único: hállese una Julia , y todo lo demás es fácil. General- En un instante se supo en toda la casa
go primero, pregunté por la señora de
la respuesta del medico. Estos buenos
mente hablando los hombres no son esto ni aquello , que son lo que los hacen Orbe. Supe que habia sido preciso lie-
sirvientes creyeron ya á su ama s a n a , y
que sean.
varia á su cuarto, y encerrarla en é l , via sigue mirándole con menos gusto do estaba disfrazado, alterado, varía- Asi que creyeron que todavía estaba
porque entraba á cada instante en el de que al o t r o , y celebro q u e no sea este do; y bubo las mayores dificultades pa- viva hicieron mil esfuerzos para r e s u -
Julia , se arrojaba sobre el cadaver, le el que habíamos destinado para su hija. ra llegar á saber la v e r d a d ; al fin lo citarla; se aceleraban en torno de ella,
calentaba con su c u e r p o , se esforzaba á Hombres sensibles, ¿que hubierais he- conseguí, y la historia del portento es le hablaban , la inundaban de aguas de
darle v i d a , le estrechaba , se apegaba á cho en mi lugar ? lo que hacia la señora como sigue. o l o r , la tocaban para saber si le volvia
él con nna especie de rabia, le llamaba de Orbe. Despucs de baber dado las Sobresaltado mi suegro con la desgra- e l pulso. Indignadas sus criadas d e que
con desaforados g r i t o s , e o n rail apasio-
necesarias disposiciones tocante a los cia sucedida, y creyendo que n o nece- estuviese rodeado de hombres el cuerpo
nados nombres, y manteóla su deses- n i ñ o s , á la señora de O r b e , y alas ob- sitaba á su ayuda de cantara , le habia de su ama en el estado en que s e b a -
peración con todos estos inútiles es- seqoias de la única persona que b e ama- despachado, poco antes de que yo. le lle- ilaba , echaron-del cuarto á todo el mu-
fuerzos. d o , fué preciso montar á caballo, y con vara la fatal n u e v a , á saber de su bija. d o , y n o tardaron en conocer el en-
la muerte en el corazon ir á darsela al El pobre c r i a d o , anciano , fatigado d e gaño.'JSo piidiendose resolver uo obstan-
Cuando entré la encontré totalmente
padre mas desventurado. andar á caballo, s e habia metido en un te i desvanecer tan grato: error 1 , y - e s -
privada de razón , sin ver nada , sin oir
barco, y atravesando el lago de noche perando acaso ellas:.mismas algún suce-
nada , sin eonoccr á n a d i e , revolcándose Le hallé padeciendo aun de s u caida,
habia llegado a Cía retís la. mañana mis- so m i l a g r o s o , vistieron cmi mucho I ra-
por el aposento , torciéndose las manos, agitado, turbado con la desgracia de su
ma de mi regreso. Ve asi que llega la in ero el cadaver, y aunque hubiese que-
mordiendo los palos de las sillas, mor- bija ; le dejé abrumado de p e s a r , de
consternación universal, sabe et motivo , dado para ellas-toda su ropa le pusieron
murando en voces sordas algunas pala- aquellos pesares de los ancianos, que no
sube llorando al cuarto de Julia;, se costosos a d o r n o s , y luego poniéndola
bras estravagantes, y luego lanzando de se maníliestan por signos e s t e m o s , oo
binca de rodillas al pie de su cama, la en una cama , y . ¿ r i e n d o las cortinas
rato en rato agudos gritos que hacían cscitan ni g e s t o s , ni g r i t o s , pero son
mira , llora , y la contempla : ah ! mi echaron á llorar en medio del publico
estremecer. Su doncella al pie de la c a - mortales. No resistirá á él , -estoy cier-
buena señora! ah! si me hubiese Dios alborozo.
ma , consternada , atemorizada, inmóvil, to , y de antemano preveo el postrer
llevado en vez de V.!-¿Yn que s o y viejo,
sin atreverse á respirar, procuraba es- golpe que para la desdicha de su amigo
que nadie me necesita, que para nada En k> mas Violento d e esta fermenta-
conderse, T le temblaban todos sus miem- falta. Al otro dia hice toda la posible
valgo, que hago yo en e s t e mundo? jV V. ción estaban cuando y o llegué; En b r e -
b r o s , y efectivamente las convulsiones diligencia para estar de vuelta tempra-
que era j o v e n , q u e e r a la gloria, d e su ve conocí q u e e r a imposible que la mu-
que la agitaban eran rapaces de infun- n o , y tributar los últimos honores a l a
familia , el espejo de su casa, el refugio chedumbre oyese la razo» ; que si hacia
dir pavor. Hice señas á la doncella de mas digna muger. Pero aun n o estaba
de los infelices !.. Av ! ¿ cuando la t í yo cerrar la puerta y llevar á la sepultará
que se retirase , porque me temí que todo acabado. Era necesario que resu-
nacer era para verla muerta?..; -el Cadaver • podría levautarse un motín ,
una sola palabra de c o n s u e l o , dicha c i t a s e , para darme el horror d e perder-
que á lo menos me tendrían por un ma-
fuera de sazón la enfureciese. la segunda vez.
En mitad de las esclamaciones que su rido parricida, que bacía enterrar á s«j
celo y su buen corazon le dictaban, sin m u g e r e u vida,-y seria el horror de to-
No me probé á hablarla que no me Al llegar cerca de mi casa veo á uno
apartar los ojos de su rostro se-figuró d o el pais. Hesolvime a espetar. No-obs-
hubiera e s c u c h a d o , ni tampoco o í d o , de mi familia acodir á todo correr, y
que veía un movimiento; se agita su ima- tante habiendo pasado ya mas d e treinta
pero al cabo de un rato , viéndola ex- perdida la respiración gritar desde tan
ginación ; ve que Julia vuelve los ojos, y seis horas con el mucho calor que
hausta de fatiga, la cogí y la llevé á un lejos como yo le podia o i r : Señor,
que le mira, y le hace una seña con la bacia, empezaban á inficionarse las car-
sitial; me senté junto á ella teniéndola s e ñ o r , corra V . , el ama no está muer-
cabeza. Levantase fuera de s í , y ecba á nes ; y aunque hubiese el rostro conser-
agarrada de las manos, mandé que tra- ta. Yo no entendí que quería decir
correr por toda la casa gritando que no vado sus facciones y su serenidad, ya se
jeran á los niños, y los bicc poner á su este desatino; n o obstante aguijo el pa-
está muerta su señora, que le ha c o n o - veian en él algunas señales de altera-
lado. Por desgracia el primero sobre so. Veo lleuo el patio de gentes que
cido , que está cierto de e l l o , y que s a - ción. Dijesclo á la señora d e Orbe que
quien echó los ojos fué justamente el lloraban de gozo bendiciendo á gritos á
nara. No fué menester mas , acude todo estaba medio muerta a la cabecera d e la
que habia sido la inocente causa de la la señora de Wolmar. Pregunto que es;
el mundo , los vecinos , los p o b r e s , que cama. No tenia esta la dicha de haber
muerte de su amiga. Su presencia la todo el mundo está lleno de alborozo,
hendían el aire con sus lamentaciones; dado asenso á tan grosera ilusión , pero
hizo bramar. Vi que se alteraba su sem- nadie me sabe responder, á mis propios
todos gritan: no está muerta. Espárcese fingía que la creía para tener pretexto
blante , q a e apartaba de él sus miradas criados se les habia ido la cabeza. Ace-
el rumor y va creciendo; el pueblo para no salir del cuarto, traspasar con
con una especie de horror, y que sus leróme a subir al cuarto de Julia , y
amante de milagros, escucha ansioso la todo espacio su c o r a z o n , embeberse
brazos en contracción se envaraban pa- encuentro mas de veinte personas de
oovedad, es tan creida como deseada , en este mortal espectáculo, y hartarse
ra repelerle. Traje al niño hacia m í , rodillas en toroo de la c a m a , clavados
J procura todo e l mundo liacerse buen de d o l o r . ¡>
desventurado! le d i g o , por haberte la los ojos en ella. Me arrimo , y la veo
una querido en demasia te aborrece la en la cama vestida y adornada ; palpi- lugar apoyando la universal credulidad.
tándome el corazon ía examino Av ! En breve no solo habia hecho señas Entendióme , y tomando su determi-
otra; no tenían ambas las mismas en-
trañas. Estas palabras la enojaron en la difunta, mas también babia obrado nación sin hablar palabra se salió del
estaba muerta! este instante de una fal- aposento. Víla entrar de alli á un ins-
e s t r e m o , y me valieron una respuesta
muv acerba , pero no dejaron de hacer sa alegría tan presto y tan inhumana- y hablado, y habia veiote testigos o c u tante con un velo de o r o bordado de
impresión. Cogió á la criatura en brazos mente estinguida ha sido el mas crudo de acontecimientos circunstancia-I perlas que le trajo V. de la India (1).
y se esforzó á acariciarla , pero fué en de mi vida. No soy i r a c u n d o , y me sen- que nuuca habian sucedido. I Arrimándose luego á la cama , besó el
balde ; Casi al momento la soltó ; toda- tí fuertemente airado. Quise saber el
origen de esta estravagante escena; to- (i) Bien se ve que el sueño de Sun Preux, de que tenia preocupada
v e l o , cubrió con él llorando el rostro todo graogeado c o n haber persuadido i h razón por sus propias manías, y ablan- dezca m a s , y no aventurar su razón.
de su a m i g a , y esclamó en alta y s o - Clara á que se conservase para desem- dar la dureza de la desesperación con En este mismo punto, querido m í o ,
nora v o z : «; Maldita sea la indigna ma- peñar las tareas que le encargó su ami- un afecto mas suave. Y'a sabe V . que su con poca diferencia nos hallamos toda-
no que este velo alzare; maldito sea el ga. Estenuada de agitaciones, abstinen- bija se parece mucho á mi difunta mu- vía. Desde que ha vuelto el Barón sube
ojo impío que mirare este rostro desfi- cia y vigilias , al fin parecía resuelta a ger Clara tenia mucho gusto en hacer Clara i su cuarto todas las mañanas, ó
gurado !•> Esta acción , estas maldicio- volver en s í , á entablar otra vez su acos- mas notable esta semejanza con vestidos mientras estoy y o en é l , ó cuando salgo;
nes de tal modo pasmaron a los espec- tumbrada v i d a , y á comer en el come- del mismo g e n e r o , y de Cinebra les pasan juntos una hora ó d o s , y el c u i -
tadores que al punto como por una dor. La primera vez que vino dispuse había traído varios trajes semejantes que dado que de él tiene la obliga á que cuide
subitanea inspiración repitieren esta que comieran en sn cuarto los chicos, se ponían los mismos dias. Dije á Hen- HU poco de sí propia: también empieza
misma impresión mil g r i t o s , y tanta no queriendo esponerme al riesgo de rieta que se vistiera imitando á Julia , á estar mas tiempo al lado de los niños.
impresión ha hecho en toda la familia hacer esta prueba delante de ellos, por- en cuanto le fuese posible, y habiéndose Uno de los tres ha estado malo, justamen-
de casa , y en el pueblo entero , que q u e el espectáculo de toda especie de instruido bien , la hice sentarse á U me- te el que menos quiere. Este accidente
habiendo puesto á la difunta en el ata- pasiones violentas es uno d e los mas pe- sa en el sitio del tercer cubierto que se le ha dado á entender que todavía le que-
hud con sus vestidos y con las mas es- ligrosos que á los niños puedan presen- había puesto como el día antes. daba que perder, y le ha restituido el celo
crupulosas precauciones , ha sido lleva- tarsew Siempre en sus eseesos tienen es- de sus obligaciones. Con todo eso no está
da al cementerio, y enterrada en este tas cierto no sé que pueril que los di- A la primer ojeada conoció Clara mi
auy en el caso de la tristeza; auuque uo
estado , sio que ninguno haya sido osa- v i e r t e , los s e d u c e , y los hace amar lo intención, y me miró cou ternura y
corren sus lagrimas, á V. se le espera para
do á tocar el velo ( I ) . que deberían temer (2). Sobrado habían agrado. Esta ba sido la primera de mis
verterlas, y á V. le toca enjugarlas. Ya
visto ya. atenciones á que haya correspondido
debe V. entenderme. Píense en el postrer
La suerte del mas digno de compa- con gratitud, v saqué un buen pronós-
consejo de Julia, yo fui quien primero
sión es tener todavía que consolar á los Al entrar díó una ojeada á la mesa, tico de un medio que á enternecerse la
le imagiué, y creo que mas que nuuca
demás. Esto e s lo que tengo yo que y vió dos c u b i e r t o s , y al puntó se sen- disponía.
es útil y prudente. Venga V. á reunirse
h a c e r con mi suegro , con la señora de tó en la primera silla que halló detras Ufana Henrieta por representar á su con todo cuanto de ella queda. S u pa-
O r b e , con a m i g o s , con parientes, con sin querer ponerse á la mesa, ni decir mamita , desempeñó muy bien su papel, dre, su amiga, su marido, sus hijos, todo
vecinos y basta con mis propios cría- el motivo de esta manía. Creí que le ha- y tan bien que Uorabau los criados. No le está esperando, d e s c a n d o ; para todos
d o s . Lo demás n o es nada ; pero mi bía adivinado, é hice pnner tercer cu- obstante llamaba siempre á su madre es V. necesario. Finalmente sin esplicar-
anciano amigo !... pero la señora de Or- bierto en el sitio que de ordinario ocu- mamá , y la trataba con el respeto que me m a s , venga V. á participar y sauar
be!... e s menester v e r l a aflicción de esta paba su prima. Entonces se dejó agarrar correspondía , hasta que animada con mis pesares, acaso le deberé á V. mas
para figurarse cuanto aumenta la mía. de la m a n o , y llevar sin resistencia á la mi aprobación qne notaba y lo bien que á nadie.
Lejos de agradecer mis atenciones, me mesa , componiendo su vestido con cui- que salía lo fraguado, imaginó coger una
las reprende; la irrita mí esmero , la dado , como si hubiera temido estorbar ' cuchara , y decir en un arranque: ¿Cla-
exaspera mí fría tristeza ; necesita de un este sitio vacio. Apenas había llevado á ra, quieres de estn ? El gesto y el metal
CARTA XII.
desconsuelo acerbo semejante al suyo, y la boca la primer cucharada de sopa, de voz fueron tan propios que se estre-
quisiera su inhumano dolor ver á todo cuando la suelta, y pregunta con mucho meció su madre. De allí á un instante DE JULIA A SAN PREUX (I).
e l mundo desesperado. Lo mas crudo enfado que hacia allí aquel cubierto, da una gran carcajada, y alarga el pla-
e s que para nada se puede contar con puesto que á nadie servia. Dijele que to , diciendo : s i , hija mía, dame; eres PRECISO es que renunciemos á nues-
ella , y que lo que un instante la alivia tenia r a z ó n , y mandé quitarle. Probó á preciosa. Y luego se puso á comer con tros proyectos. Todo ha variado, mi buen
la enoja el siguiente. Raya en locura to- c o m e r , sin poder lograrlo. Poco á poco una ansia que me causó estrañeza. Re- a m i g o , toleremos sin murmurar esta mu-
d o euanto hace y cuanto d i c e , y seria se le apretaba el corazon , su respira- parando en ella con atención , vi cierto danza , que viene de mano mas sabia que
risible para quien estuviera sereno. Mu- ción era fuerte y se semejaba á suspiros, delirio en sus o j o s , y en sus acciones nosotros. Peusahamos en reunimos, v n o
cho tengo que sentir, pero no me c a n - l e v a n t ó s e en fio á deshora de la mesa, movimientos mas prontos y roas resuel- era buena esta reunión. Beneficio es del
saré jamas. Sirviendo á la que Julia volvióse á su a p o s e n t o , sin decir pala- tos de lo que acostumbra. Le estorbé cielo haberla estorbado, que asi estorba
amó creo que mas bien que con lagri- bra , ni oír nada de l o que yo quería que comiera mas , y lo hice muy bien, desdichas.
mas la honro. d e c i r l e , y en todo el día solo tomó te. porque una hora despues le dio una Largo tiempo me he engañado: engaño
violenta ahitera , que infaliblemente la que fué para mi saludable, y que se di-
Por un rasgo vendrá V. en conoci- El día siguiente fué volver á las an- hubiera s o f o c a d o , sí hubiera seguido sipa cuando ya de nada me sirve. Me
miento de lo demás. Creia que lo tenia dadas. Imaginé un medio de restituirle comiendo. Desde entonces he resuelto había V. creído sana y yo había creído
suprimir todos estos juegos que podiau estarlo. Demos gracias al que hizo que
inflamar su imaginación basta el punto perseverara en este error mientras que rae
siempre la imaginación la señora de Orbe es la que el espediente del veto
de hacer que perdiera el juicio. Como ha sido provechoso: ¿quien sabe si vién-
le dicta. Creo que si se examinara con atención se hallaría la misma rela-
es mas fácil sanar de la aflicción que dome tan cerca del abismo, no se me hu-
ción en el cumplimiento de muchos pronósticos. No ha sido pronosticado el
de la l o c u r a , vale mas dejarla que pa- biera ido la cabeza? S í ; en balde quise
suceso porque ha de suceder, pero sucede porque ha sido pronosticado.
sofocar el primer afecto que me hizo vi-
(1) El pueblo del pais de f^aud, aunque protestante, es en estremo
supersticioso.
( 2 ) Por eso nos gustan ¡i todos los dramas., yá muchos las no velas. (1) Esta carta iba inclusa en la anterior.
v e l o , cubrió con él llorando el rostro todo graogeado c o n haber persuadido i h razón por sus propias manías, y ablan- dezca m a s , y no aventurar su razón.
de su a m i g a , y esclamó en alta y s o - Clara á que se conservase para desem- dar la dureza de la desesperación con En este mismo punto, querido m í o ,
nora v o z : «; Maldita sea la iüdigna ma- peñar las tareas que le encargó su ami- un afecto mas suave. Y'a sabe V . que su con poca diferencia nos hallamos toda-
no que este velo alzare; maldito sea el ga. Estenuada de agitaciones, abstinen- bija se parece mucho á mi difunta mu- vía. Desde que ha vuelto el Barón sube
ojo impío que mirare este rostro desfi- cia y vigilias , al fin parecía resuelta a ger Clara tenia mucho gusto en hacer Clara i su cuarto todas las mañanas, ó
gurado !•> Esta acción , estas maldicio- volver en s í , á entablar otra vez su acos- mas notable esta semejanza con vestidos mientras estoy y o en é l , ó cuando salgo;
nes de tal modo pasmaron a los espec- tumbrada v i d a , y á comer en el come- del mismo g e n e r o , y de Cinebra les pasan juntos una hora ó d o s , y el c u i -
tadores que al punto como por una dor. La primera vez que vino dispuse había traído varios trajes semejantes que dado que de él tiene la obliga á que cuide
subitanea inspiración repitieron esta que comieran en sn cuarto los chicos, se ponían los mismos dias. Dije á Hen- HU poco de sí propia: también empieza
misma impresión mil g r i t o s , y tanta no queriendo esponerme al riesgo de rieta que se vistiera imitando á Julia , á estar mas tiempo al lado de los niños.
impresión ha hecho en toda la familia hacer esta prueba delante de ellos, por- en cuanto le fuese posible, y habiéndose Uno de los tres ha estado malo, justamen-
de casa , y en el pueblo entero , que q u e el espectáculo de toda especie de instruido bien , la hice sentarse á U me- te el que menos quiere. Este accidente
habiendo puesto á la difunta en el ata- pasiones violentas es uno d e los mas pe- sa en el sitio del tercer cubierto que se le ha dado á entender que todavía le que-
hud con sus vestidos y con las mas es- ligrosos que á los niños puedan presen- había puesto como el día antes. daba que perder, y le ha restituido el celo
crupulosas precauciones , ha sido lleva- tarse. Siempre en sus eseesos tienen es- de sus obligaciones. Con todo eso no está
da al cementerio, y enterrada en este tas cierto no sé que pueril que los di- A la primer ojeada conoció Clara mi
auy en el caso de la tristeza; auuque uo
estado , sin que ninguno haya sido osa- v i e r t e , los s e d u c e , y los hace amar lo intención, y me miró cou ternura y
corren sus lagrimas, á V. se le espera para
do á tocar el velo ( I ) . que deberían temer (2). Sobrado habían agrado. Esta ba sido la primera de mis
verterlas, y á V. le toca enjugarlas. Ya
visto ya. atenciones á que haya correspondido
debe V. entenderme. Píense en el postrer
La suerte del mas digno de compa- con gratitud, v saqué un buen pronós-
consejo de Julia, yo fui quien primero
sión es tener todavía que consolar á los Al entrar díó una ojeada á la mesa, tico de un medio que á enternecerse la
le imagiué, y creo que mas que nuuca
demás. Esto e s lo que tengo yo que y vió dos c u b i e r t o s , y al puntó se sen- disponía.
es útil y prudente. Venga V. á reunirse
h a c e r con mi suegro , con la señora de tó en la primera silla que halló detras Ufana Henrieta por representar á su con todo cuanto de ella queda. S u pa-
O r b e , con a m i g o s , con parientes, con sin querer ponerse á la mesa, ni decir mamita , desempeñó muy bien su papel, dre, su amiga, su marido, sus hijos, todo
vecinos y basta con mis propios cría- el motivo de esta manía. Creí que le ha- y tan bien que Uorabau los criados. No le está esperando, d e s c a n d o ; para todos
d o s . Lo demás n o es nada ; pero mi bía adivinado, é hice pnner tercer cu- obstante llamaba siempre á su madre es V. necesario. Finalmente sin esplicar-
anciano amigo !... pero la señora de Or- bierto en el sitio que de ordinario ocu- mamá , y la trataba con el respeto que me m a s , venga V. á participar y sauar
be!... e s menester v e r l a aflicción de esta paba su prima. Entonces se dejó agarrar correspondía , hasta que animada con mis pesares, acaso le deberé á V. mas
para figurarse cuanto aumenta la mía. de la m a n o , y llevar sin resistencia á la mi aprobación qne notaba y lo bien que á nadie.
Lejos de agradecer mis atenciones, me mesa , componiendo su vestido con cui- que salía lo fraguado, imaginó coger una
las reprende; la irrita mí esmero , la dado , como si hubiera temido estorbar ' cuchara , y decir en un arranque: ¿Cla-
exaspera mí fría tristeza ; necesita de un este sitio vacio. Apenas había llevado á ra, quieres de estn ? El gesto y el metal
CARTA XII.
desconsuelo acerbo semejante al suyo, y la boca la primer cucharada de sopa, de voz fueron tan propios que se estre-
quisiera su inhumano dolor ver á todo cuando la suelta, y pregunta con mucho meció su madre. De allí á un instante DE JULIA A SAN PREUX (I).
e l mundo desesperado. Lo mas crudo enfado que hacia allí aquel cubierto, da una gran carcajada, y alarga el pla-
e s que para nada se puede contar con puesto que á nadie servia. Dijele que to , diciendo : s i , hija mía, dame; eres PRECISO es que renunciemos á nues-
ella , y que lo que un instante la alivia tenia r a z ó n , y mandé quitarle. Probó á preciosa. Y luego se puso á comer con tros proyectos. Todo ha variado, mi buen
la enoja el siguiente. Raya en locura to- c o m e r , sin poder lograrlo. Poco á poco una ansia que me causó estrañeza. Re- a m i g o , toleremos sin murmurar esta mu-
d o euanto hace y cuanto d i c e , y seria se le apretaba el corazon , su respira- parando en ella con atención , vi cierto danza , que viene de mano mas sabia que
risible para quien estuviera sereno. Mu- ción era fuerte y se semejaba á suspiros, delirio en sus o j o s , y en sus acciones nosotros. Peusahamos en reunimos, v n o
cho tengo que sentir, pero no me c a n - l e v a n t ó s e en fio á deshora de la mesa, movimientos mas prontos y roas resuel- era buena esta reunión. Beneficio es del
saré jamas. Sirviendo á la que Julia volvióse á su a p o s e n t o , sin decir pala- tos de lo que acostumbra. Le estorbé cielo haberla estorbado, que asi estorba
amó creo que mas bien que con lagri- bra , ni oír nada de l o que yo quería que comiera mas , y lo hice muy bien, desdichas.
mas la honro. d e c i r l e , y en todo el día solo tomó te. porque una hora despues le dio una Largo tiempo me he engañado: engaño
violenta ahitera , que infaliblemente la que fué para mi saludable, y que se di-
Por un rasgo vendrá V. en conoci- El día siguiente fué volver á las an- hubiera s o f o c a d o , sí hubiera seguido sipa cuando ya de nada me sirve. Me
miento de lo demás. Creia que lo tenia dadas. Imaginé un medio de restituirle comiendo. Desde entonces he resuelto había V. creído sana y yo había creído
suprimir todos estos juegos que podiau estarlo. Demos gracias al que hizo que
inflamar su imaginación basta el punto perseverara en este error mientras que rae
siempre la imaginación la señora de Orbe es la que el espediente del veto
de hacer que perdiera el juicio. Como ha sido provechoso: ¿quien sabe si vién-
le dicta. Creo que si se examinara con atención se /tallaría la misma rela-
es mas fácil sanar de la aflicción que dome tan cerca del abismo, no se me hu-
ción en el cumplimiento de muchos pronósticos. No ha sido pronosticado el
de la l o c u r a , vale mas dejarla que pa- biera ido la cabeza? S í ; en balde quise
suceso porque ha de suceder, pero sucede porque ha sido pronosticado.
sofocar el primer afecto que me hizo vi-
(1) El pueblo del pais de f^aud, aunque protestante, es en estremo
supersticioso.
( 2 ) Por eso nos gustan ¡i todos los dramas., yá muchos las no velas. (1) Esta carta iba inclusa en la anterior.
vir; está reconcentrado en mi corazon, resucitar, v solo morirá con el ultimo lina palabra nada más tengo que de- acaso la aflicción general será un alivio
y ahora que j a no es temible se despier- de Vds todos. cir acerca de mis hijos. Sé los.afanes que par» la Suya. La mia para exhalarse nece-
t a ; me sustenta cuando me abandonan Picóse V. en que le queda otra Julia, va á> costar á V. su educación, pero tam- sita de V . ; yo sola ni llorar, ni hablar,
mis fuerzas, y me da vigor cuando fallez- y no se olvide de lo que le debe. Cada bién sé que no serán estqs afanes peno- n¡ darme a entender puedo. Wolmar me
co. Amigo m i ó , s i n vergüenza hago esta uno de Vds. va á perder la mitad de so sos. Ep los justantes de hastio insepara- entiende, y no me responde. El dolor de un
confesion; este afecto que vive á mi des- vida; nuanse para conservar la otra, que bles de este cargo, diga V. son lujos de p%dre desventurado se reconcentra den-
pecho no es voluntario; nada ha costado es el nnieo medio que á entrambos para Julia, y nada le parecerá costoso. Va- tro de sí propio; ni imagina otro mas
á mi inocencia, todo cuanto de mi vo- sobrevivírme les queda sirviendo á mi fa- rias observaciones que sobre la memoria crudo, ni sabe verle ni sentirle; los vie-
de V . y el carácter de mis dos hijos he
luntad pende lo he consagrado al cum- milia y á mis hijos. ¡ Asi pudiera inventar jos no csplavao sy eorazou. Mis hijos me
yo lazos todavía mas estrechos para unir hecho, se las entregará mi marido: este enternecen, y no se saben enternecer. Vp
plimiento de mi obligación; si el corazon
á todo ruanto quiero! Cuanto se deben escrito no está mas que empezado., y no vivo sola eo medio de todo el mundo, y
que no pende de ella ha sido de V., tor- le doy por regla , sino que le sujeto a
amar uno á otro! cuanta fuerza ha de en torno de mí reina uu mustio silencio.
mento fué mió, que no delito. He hecho dar esta idea á su reciproco cariño! Las sus luces. No los.baga V. sabios; baga-
cuanto he debido hacer; me queda la vir- objeciones de V. contra esta reunión se En un abatimiento estupido con nadie
Ios, sí , hombres beneficos y justos, íla- teflgo trato, solo tengo fuerza y vida bas-
tud sin mancilla, y me ha quedado el van á convertir en nuevas razones para bleles alguna vez de su madre... V. sabe tante pia-a sentir bis horrores de la muer-
amor sin remordimiento. formarla. ¿ Como podrán Vds. hablarse si los quería... Dígale á Marcelino que te , 0 1 . venga, venga V. á quien tanta parte
Me atrevo á ufanarme del tiempo pasa- nunca de mí sin que ambas se enternez- no me fué doloroso morir por é l ; dígale en mi perdida ha cabido, venga á par-
do , ¿ pero quien me hubiera podido res- can? No; Clara y Julia de tal modo se á su hermano que por él amaba la vida; ticipar mis penas , venga á apacentar mi
ponder del futuro? Acaso con nn dia mas confundirán en su corazon de V. que no dígales... Me siento fatigada... Es preciso corazoD con su dolor, á abrevarle con
era culpada. ¿Qne hubiera sido pasar to- será posible separarlas. El de aquella le que concluya esta carta. Dejándole á V. sus lagrimas; este es el unieo; coosuelo
da la vida con V. ? ¡ Que de riesgos sin pagará á V. todo el cariño que á su ami- mis hijos, me separo de ellos coa menos que puedo esperar, este es el único gusto
saberlo he corrido! á cuantos muy mas ga tuvo; será so objeto y su confidente; sentimiento, y creo que no me aparto que me queda que gozar.
graves me iba á ver espuesta! Sin duda será V. feliz con la que le quede sin de- de ellos.
que por mi sentía los temores que creia jar de ser fiel á la que haya perdido; y Pero antes que V. venga, y sepa yo
sentir por V. Se han hecho todas las despues de tantos tormentos v desconsue- A D i o s , á D i o s , dulce ami$o mío..,-.. su sentir acerca de ub proyecto de que
pruebas, pero s e podían repetir. ¿No be los, antes qnc se huya la edad de vivir Ay! acabo de vivir como empecé. Acaso di- s é que le han hablado, conviene que de
vivido harto para la felicidad V la virtud? v amar, habrá ardido en un fuego legiti- go demasiado en este instante en que nada antemano entienda el mió. Soy Ingenua
mo, y disfrutado uua inocente felicidad. disimula ya el corazon... ¿ V porque he y sincera, y no quiero disimulamada.
¿ Que fruto me quedaba por sacar de la
vida ? Cuando el cielo me la quita, nada de temer manifestar lo que siento ? No Le be tenido amor á V.... ¡ lo confieso;
En este casto lazo podrá V. sin distrac- soy yo quien te habla; va estoy en bra- acaso se le tenga.tinlavia , y acaso se le
me quita que eche de menos , y ampara
zos de la muerte. Cuando esta carta re- tendré siempre;, ni lu' sé, ni quiero saber-
mí bonor. Amigo mió, me voy en el ins- ciones ni temores ocuparse en los cui-
dados que encomendados le dejo y que cibas roerán los gusanos el rostro de tu lo. Lo sospechan asi, óo¡ lo i g n o r o , ni
tante propicio, satisfecha de V. y de mí; amante, y su corazon donde va no esta- me enfado , ni me curó de ello. Pero lo
me voy con jubilo, y esta partida nada encargado en ellos no tendrá porque pre- rás tú. ¿ P e r o h a de existir mi alma sin que tengo .que decjr á V. y lo que debe
cruel me ofrece. Despues de tantos s a - guntar que bien en la tierra ba hecho. V. ti ? sin ti que1 felicidad puedo vo disfru- no cacrsele de la memoria es esto: que
erificios en poco tengo el que por hacer sabe que existe un hombre digno de la tar? N o , no te abandono, que vov á no. hombre á quién amó' Julia'de Etange,
felicidad á que no sabe aspirar, y este
me queda, que no es mas que morir una esperarte. La virtud, que en la tierra nos •y que se pudiera detenmuar á casarse
hombre es su libertador, el marido de
vez mas. separó nos unirá en la eterna morada. con otra es á mis ojos un indigno v un
la amiga que le ha restituido. Solo, sin
Preveo su pesar de V . , conozco que qoe le interese la vida, sin que aguarde Con esta grata esperanza muero; feliz villano, que tendría yo á deshonra el mi-
es digno de compasion, bien lo sé , y el la venidera, sin gusto, sin consuelo, sin en comprar á precio de mi vida el dere- rarle como amigo; v por lo que á mí
conocimiento de su aflicción es el mayor esperanza , en breve será el mas desven- cho de amarte sin culpa perpetuamente, hace le declaro que todo hombre, sea el
sentimiento que va conmigo. Pero vea V. turado de Ibs mortales. V. le debe los cui- y decírtelo una vez todavía. que fuere, que sea osado de hoy mas a
cuantos consuelos le dejo. ¡ Que de tareas dados que él le consagró, y sabe que es hablarme de amor no me hablara otra
que desempeñar por la que quiso le po- lo que puede hacerlos útiles. Acuerdese vez en su vida.
nen en obligación de conservarse por de mí anterior; viva con él y no le aban- CARTA XIII.
ella! tiene V. que servirla en la mejor done nada de cuanto á mi me quiso. F.I DE L A S E Ñ O R A DE ORRE A SAN PREDX.
Piense V. én las tareas que le esperan,
parte de ella propia, y solo pierde de le volvió á V. el amor de la virtud; en- en las obligaciones euvo desempeño le
Julia lo que hacia mtirho tiempo que (la- señele V. sn valor y su objeto, y sea cris- SE que se empieza V. Á restablecer lo han fiado , en aquella de quien le pro-
bia perdido. Todo lo mejor de ella le que- tiano para persuadir á él á que lo sea. suficiente para que podamos esperar ver- metió encargarse de ellas. Sus hijos se
da. Venga V. á reunirse con sil familia y Mas cerca está su conversión de lo que V. le aquí en breve. Es menester, amigo mío, van haciendo grandes , su padre se con-
hacer un esfuerzo contra su flaqueza ; es sume lentamente,su marido está inquieto
viva su corazon en medio de Vds. Reú- piensa, él ha cumplido con su obligación,
menester procurar pasar los montes antes y agitado. Por mas que hace no puede cre-
nase todo cuanto quiso para darle nueva y vo cumpliré con la mia; cumpla V. con
que acabe de cerrarlos el invierno. En er que Julia está aniquilada; su corazon
vida. Sus afanes, sus deleites, su amis- la suya , qn&Oios es j u s t o , y no será fa- este pais bailará V. la atmosfera que le está en su despecho amotinado contra su
llida mi confianza.
t a d ; todo será obra de ella. El lazo de conviene, solo verá dolor'y tristeza, y vana razón. Habla de ella, habla con ella,
la unión de V. formado por ella la hará
y suspira. Creo que veo cumplirse ya los ha dejado estos lagares que tanto embe-
votos que tantas veces t i z o Julia; á V. le lesaba su presencia ; llenos están de ella
toca concluir esta grande obra ; ¡ que de todavía. En cada objeto la v e o , á cada
motivos para llamar aqui á uno y á otro! paso la s i e n t o , á cada instante del dia
Digno es del generoso Eduardo que no le oigo los acentos de su voz. Aqui fué
hayan hecho mudar su determinación
nuestras desgracias.
donde v i v i ó ; aquí es donde descansan
sus cenizas... la mitad de sus cenizas.
LOS A M O R E S
Vengan Vds. amables y respetables Dos veces á la semana, cuando voy al
amigos , vengan á reunirse con todo lo templo... veo...' veo el sitio triste y res-
D E
qne de ella queda. Reunamos todo cuan- petable... ¡ Beldad , con que es este tn
to ella quiso ; animemos siempre su es- pastrer asilo !... Confianza, amistad, vir-
t u d e s , contentos , alegres juegos , todo
pirito , una su corazon á todos los nues-
tros, vivamos siempre ante su presencia. lo ha tragado la tierra... Me siento ar- MILORD E D U A R D O BOMSTON.
Me complazco en creer que del cielo, rastrada... me acerco temblando... temo
donde habita , de la mansión de per- pisar esta tierra sagrada... creo que la
durable p a z , gusta esta alma siempre siento palpitar y gemir bajo de mis plan-
sensible y amante de volver en medio tas... o i g o que murmura una voz lasti- /

de nosotros, de hallar llenos de su me- mera : Clara, 6 Clara mia , ¿ donde es-
LAS estraSas aventuras de milord La Marquesa, muger sin principios,
moria a sus amigos , de ver que imitan tas ? que haces lejos de tu amiga ?... sn
Eduardo en Roma eran muy novelescas pero astuta, y llena de atractivos, nada
sus virtudes , de oirlos honrar su nom- para que pudieran ir mezcladas con las omitió para no perder su a m o r , y lo
bre , y de mirarlos abrazar su tumba ataúd no la contiene toda entera de Julia sin desfigurar la sencillez de consiguió. Suprimióse el trato adultero,
pronunciándole entre sollozos. N o , no aguarda lo demás' de su presa... no la esta. CeSiréme por tanto á estractar y pero siguió l a amistad. Esta muger, aun-
aguardará mucho tiempo ( 1 ) .
abreviar aqui lo que sea necesario para que indiana de amar, amaba ; fué pre-
entender bien dos ó tres cartas en que ciso que se allanara á ver sin (ruto á uu
(1) Repasando esta coleccion creo que veo la razón porque aunque su ín- de ellas s e trata. hombre adorado que de otro modo na
teres sea tan débil es para mi muy grato , y pienso que lo será para todo lec- podia conservar; y como esta valla v o -
tor de buena Índole ; y es porque á lo menos este débil ínteres es puro, y sin Durante sus viajes á Italia conoció
milord Eduardo en Roma á una señora de luntaria atizaba el amor de entrambos
mezcla de repugnancia ; porque no le escitan delitos ni maldades, ni está uni- se tornó mas ardiente con esta sujeción.
do con el tormento de aborrecer. No puedo entender qae gusto puede causar circunstancias, napolitana, de quien no
tardó en quedar muy prendado; y ella No omitió ella las atenciones que podjau
el imaginar y componer el personaje^de un perverso, el sustituirse en su lu- ser parte á que se olvidara su amante
gar , mientras se le hace hablar, el darle el mas brillante colorido. Mucho por su parte le tomó una violenta pasión,
que la atormentó todo lo demás de su de su resolución ; era hermosa y atrac-
compadezco á los autores de tantas tragedias llenas de horrores, que pasan tiva , pero todp. fué en balde; que no
su vida haciendo obrar y hablar á hombres que no es posible escuchar ni ver vida, y acabó llevándola á la sepultura.
Este hombre áspera y poco rendido, pero vaciló el ingles cuya grande alma era de
sin pesadumbre. Me parece que seria lamentable suerte la del que á tan cruda prueba. Su pasión primera era la vir-
tarea fuese condenado ; los que con ella se solazan deben estar bien penetra- sensible y ardiente., en todo grande y
estremado, no podia ui inspirar ni sen- tud.; á su dama hubiera sacrificado su
dos del celo de la publica utilidad. Yo por mí venero muy de veras su talento vida, y á su obligación su dama, ü n a
y sublime ingenio , pero doy gracias d Dios por no habermele dado. tir un afecto mediano.
vez fué muy eficaz la seducción, y el me-
Inquietaban á la Marquesa los princi- dio de que se iba á valer para librarse
pios estoicos dq este virtuoso ingles , y de ella contuvo á la Marquesa , y frus-
se resolvió á fingirse viuda mientras es- tró todas sus artes.. Siempre nos vencen
taba ausente su marido; lo cual era fá- nuestros sentidos no porque somos fla-
cil , por ser ambos forasteros en Roma, cos, sino porque somos cobardes. Quien
y estar sirviendo el Marques en las tro- menos que el delito teme la muerte
pas del Emperador. No tardó el ena- nunca se ye forzado al delito.
morado Eduardo en ofrecerle su mano.
FIN DK LA SEXTA T ULTIMA PARTE.
Alegó la Marquesa la diferencia de reli- Pocas almas vigorosas hay que l a s
gión y otros pretextos. Finalmente enta- otras las arrastren y las encumbren á
blaron un trato intimo f l i b r e , hasta su esfera , pero las hay. Una de estas
que habiendo descubierto Eduardo que era la de Eduardo. Esperaba la Mar-
estaba vivo el Marques quiso reñir con quesa grangearle , y. él la iba insensible-
e l l a , despucs de haberla llenado de los mente grangeando. Cuando en su b o c a
mas crueles improperios, sentido de ha- las lecciones de la virtud tomaban el
llarse culpado, sin saberlo , de un d e - acento del amor, la m o v í a , la hacia llo-
lito que miraba con horror. rar ; sus sacrosantos fuegos animaban
y suspira. Creo que veo cumplirse ya los ha dejado estos lagares que tanto embe-
votos que tantas veces t i z o Julia; á V. le lesaba su presencia ; llenos están de ella
toca concluir esta grande obra ; ¡ que de todavía. En cada objeto la v e o , á cada
motivos para llamar aqni á uno y a otro! paso la s i e n t o , á cada instante del dia
Digno es del generoso Eduardo que no le oigo los acentos de su voz. Aqui fué
hayan hecho mudar su determinación
nuestras desgracias.
donde v i v i ó ; aqui es donde descansan
sus cenizas... la mitad de sus cenizas.
LOS A M O R E S
Vengan Vds. amables y respetables Dos veces á la semana, cuando voy al
amigos , vengan á reunirse con todo lo templo... veo...' veo el sitio triste y res-
D E
que de ella queda. Reunamos todo cuan- petable... ¡ Beldad , con que es este to
to ella quiso ; animemos siempre su es- pastrer asilo !... Confianza, amistad, vir-
t u d e s , contentos , alegres juegos , todo
pirito , una su corazon á todos los nues-
tros, vivamos siempre ante su presencia. lo ha tragado la tierra... Me siento ar- MILORD E D U A R D O BOMSTON.
Me complazco en creer que del cielo, rastrada... me acerco temblando... temo
donde habita , de la mansión de per- pisar esta tierra sagrada... creo que la
durable p a z , gusta esta alma siempre siento palpitar y gemir bajo de mis plan-
sensible y amante de volver en medio tas... o i g o que murmura una voz lasti- /

de nosotros, de bailar llenos de su me- mera : Clara, ó Clara mia , ¿ donde es-
LAS estraSas aventuras de milord La Marquesa, muger sin principios,
moria a sos amigos , de ver que imitan tas ? qne haces lejos de tu amiga ?... sn
Eduardo en Roma eran muy novelescas pero astuta, y llena de atractivos, nada
sos virtudes , de oirlos honrar su nom- para que pudieran ir mezcladas con las omitió para no perder su a m o r , y lo
bre , y de mirarlos abrazar su tumba ataúd no la contiene toda entera de Julia sin desfigurar la sencillez de consiguió. Suprimióse el trato adultero,
pronunciándole entre sollozos. N o , no aguarda lo demás' de su presa... no la esta. CeSiréme por tanto á estractar y pero siguió l a amistad. Esta muger, aun-
aguardará mucho tiempo ( 1 ) .
abreviar aqui lo que sea necesario para que indiana de amar, amaba ; fué pre-
entender bien dos ó tres cartas en que ciso que se allanara á ver sin (ruto á un
(1) Repasando esta eoleccion creo que veo la razón porque aunque su ín- de ellas s e trata. hombre adorado qne de otro modo na
teres sea tan débil es para mi muy grato , y pienso que lo será para todo lec- podia conservar; y como esta valla v o -
tor de buena Índole ; y es porque á lo menos este débil ínteres es puro, y sin Durante sus viajes á Italia cnnoció
milord Eduardo en Roma á una señora de luntaria atizaba el amor de entrambos
mezcla de repugnancia ; porque no le escitan delitos ni maldades, ni está uni- se tornó mas ardiente con esta sujeción.
do con el tormento de aborrecer. No puedo entender que gusto puede causar circunstancias, napolitana, de quien no
tardó en quedar muy prendado; y ella No omitió ella las atenciones que podian
el imaginar y componer el personaje^de un perverso, el sustituirse en su lu- ser parte á que se olvidara su amante
gar , mientras se le hace hablar, el darle el mas brillante colorido. Mucho por su parte le tomó una violenta pasión,
que la atormenté todo lo demás de su de su resolución ; era hermosa y atrac-
compadezco á los autores de tantas tragedias llenas de horrores, que pasan tiva , pero todp. fué en balde; que no
su vida haciendo obrar y hablar á hombres que no es posible escuchar ni ver vida, y acabó llevandnla á la sepultura.
Este b ombre áspera y poco rendido, pero vaciló el ingles cuya grande alma era de
sin pesadumbre. Me parece que seria lamentable suerte la del que d tan cruda prueba. Su pasión primera era la vir-
tarea fuese condenado ; los que con ella se solazan deben estar bien penetra- sensible y ardiente., en todo grande y
estremado, no podia ui inspirar ni sen- tud.; á su dama hubiera sacrificado su
dos del celo de la publica utilidad. Yo por mí venero muy de veras su talento vida, y á su obligación su dama. Üna
y sublime ingenio , pero doy gracias d Dios por no habermele dado. tir un afecto mediano.
vez fué muy eficaz la seducción, y el me-
Inquietaban á la Marquesa los princi- dio de que se iba á valer para librarse
pios estoicos de este virtuoso ingles , y de ella contuvo á la Marquesa , y frus-
se resolvió á fingirse viuda mientras es- tró todas sus artes.. Siempre nos vencen
taba ausente su marido; lo cual era fá- nuestros sentidos no porque somos fla-
cil , por ser ambos forasteros en Roma, cos, sino porque somos cobardes. Quien
y estar sirviendo el Marques en las tro- menos que el delito teme la muerte
pas del Emperador. No tardó el ena- nunca se ve forzado al delito.
morado Eduardo en ofrecerle su mano.
FIN DK LA SEXTA T ULTIMA PARTE.
Alegó la Marquesa la diferencia de reli- Pocas almas vigorosas hay que l a s
gión y otros pretextos. Finalmente enta- otras las arrastren y las encumbren á
blaron un trato intimo f l i b r e , hasta su esfera , pero las hay. Una de estas
que habiendo descubierto Eduardo que era la de Eduardo. Esperaba la Mar-
estaba vivo el Marques quiso reñir con quesa grangearle , y. él la iba insensible-
e l l a , despucs de haberla llenado de los mente grangeando. Cuando en su b o c a
mas crueles improperios, sentido de ha- las lecciones de la virtud tomaban el
llarse culpado, sin saberlo , de un d e - acento del amor, la m o v i a , la hacia llo-
lito que miraba con horror. rar ; sus sacrosantos fuegos animaban
404 AMOHES 1>E SI. 13 D U A R D O . 405
esta alma rastrera ; un afecta de justicia mo para disfrutar con toas pompa del es decible Eduardo se serena , la coge abaudonado su persona con tanta ver-
y honor le hacia disfrutar un deleite que mayor sacrificio que puede hacer el de la m a n o , la s i e n t a , se sienta á su g ü e n z a , como l a que d e confesar su
le era ageno ; empezaba á gustarle la amor. Reconocido Eduardo se entregaba lado, y mirandOla sin hablar palabra amor tuvo.
verdadera belleza , y si pudiera el malo á su exaltación , conmovida su sensible aguarda con mucha tranquilidad el des-
mudar de naturaleza, hubiera el cora- Apenas nació este amor cuando ya se
altua se exhalaba cB sus miradas , v no enlace dé esta comedia.
zon de la Marquesa mudado. hallaba en toda su fuerza. Era Laura vi-
docia ni ana palabra que espresion de |a
Laura n o decía nada, tenia los ojos va , sensible , hermosa, tanto que podía
Solo el amor sacó fruto de estas li- pasión mas viva no fuese. Laura era
bajos , era interrumpida su respiración, inspirar pasiones; y tan tierna q a e po-
geras e m o c i o n e s , tornándose mas acen- p r e c i o s a , y apenas la miraba , pero no
palpitaba su e o r a z o n , y todo en ella día corresponder á ellas; pero vendida
drado. Empezó a amar con generosidad; imitó ella esta indiferencia , que en la
indicaba una agitación estraordinaria. por padres indignos desde su edad mas
con un temperamento ardiente, y en uu verdadera imagen del amor veía y con-
Rompió al fin Eduardo el silencio, p r e - tierna , habían perdido su imperio,
clima en que tanto imperio tienen los templaba ua objeto para ella enteramen-
guntándole que significaba escena tan amancillados por la disolución sus atrac-
s e n t i d o s , se olvidó de sus gustos para te nuevo.
estraña. ¿Me he equivocado? le dijo, ¿tío tivos. Encenagada en torpes deleites buia
pensar en los de su amante , y no p o - es V. Laureta Pisana? ¡Pluguiera á Dios el amor de ella, no pudiendo inspirár-
Después dé cenar despijio \a Mar-
diendo participarlos con él , quiso que que no ! dijo ella con voz trémula. ¿Pues sele ni sentirle miserables «orroptores.
quesa á Laura , y se quedó sola con su
a lo menos le vinieran de ella. Esta f u i que , replicó él con una sonrisa iróni- Los cuerpos combustibles no arden por
amante. Contaba con los peligros de esta
la interpretación favorable que dió á una ca, ha mudado V. de oficio? No, dijo sí propios, pero si los toca una chispa
conferencia a solas , y en esto no se en-
acción que su caracter y el de Eduardo 1.a 11ra, siempre soy la misma; uadie sale al punto estallan. Asi prendieron fuego
gañaba ; pero se engañó pensando que
que tenia bien conocido , podian hacer de la condicion en que yo estov. En esta en el eorazon d e Laura los cariños d e
sé rendiría sil smáúte; toda su astucia
sospechosa de ser una seducción mas frase y en el acento con que la dijo ha- Eduardo y la Marquesa. Este nuevo idio-
paró en hacer más brillante él Triunfo
acrisolada. lló él una cosa tan estraordinaria, que ma cansó en ella un delicioso temblor;
de lá virtud y más doloroso pará uñó y
no sopo que pensar, y se creyó que la escuchaba c o n atento oido , y nada de-
No omitió diligencia ni gasto para otro. A ésta noche se refiere, al fit de
muchacha se habia vuelto loca. ¿ Pues jaban perdur sus ansiosas miradas. 1.a
buscar en toda Roma á nna muchacha la cuarta parte de Julia , el elogio que
porque, c o n t i n u ó , hermosa Lanra, soy húmeda llama que de los ojos del amante
fácil y s a n a ; y la halló con alguna difi- hace San Preux de la féferza de su amigo.
yo soto el escluido ? Dime en que he me- brotaba se introducía por los suyos eB
cultad. Preséntasela una tarde despues Era Eduardo virttroso, pero era hom- recido tu odio. Mi odio ! esclamó ella en lo íntimo de su e o r a z o n ; corría p o r
de una eoíifcrencia muy tierna. Dispon- bre ; tenía toda la ingenuidad dél honor
tono mas vehemente: nunca he amado á sus venas mas encendida la sangre ; te-
ga V. de ella , le dijo sonriendose , dis- verdadero , pero de aquel falso decoro
k>s que he favorecido ; á todo el mundo nia la voz de Eduardo un acento que la
frute ella del premio de mi a m o r , pero que á él se sustituye, y que tanto apre-
me puedo entregar menos á V. solo. agitaba, parecíale pintado él afecto en
disfrute sola , que para mí bastará con cian los mundanos. Habiendo pasado
todas sus facciones, y animadas estas
úe alguna vez junto á ella se acuerde muchos dias repitiendo los mismos es-
¿ Pero porque a s i , Laura ? esplicate por la pasión en ella la escitaban. D e
e la mano que se la dió. Quiso salirse treñios con la Marquesa vió que crecía
mas, que no te entiendo. Ah ! ¿ me e n - esta suerte la imagen primera del amor
y la detuvo Eduardo. Deténgase V . , le él peligro , y faltándole la resistencia mas
tiendo yo propia ? Lo único que sé es le hizo amar el objeto que se la habia
d i j o ; si me cree tan villano que me quiso pecar por amante p o c o acendrado,
que nunca me tocará V... No, esclamó presentado. Si n o hubiera él estado apa-
aproveche de su oferta en su propia casa, que cometer un fallo contra la virtud,
con mas fervor todavía, nunca me to- sionado por o t r a , acaso no se hubiera
no és de tailto precio el sacrificio , y no y fué a ver á Laura.
cará V. Al verme en sus brazos pensaría Laura apasionado de él.
merece la pena de que sienta inucho mi
perdida. No habiendo V . de ser mió, Estremecióse ella con su vista. Ha- que está en los de una publica ramera,
respondió la Marquesa , desearía que n ó llóla triste , quiso alegrarla, y creyó qne y me moriría de rabia.
Llegó á su casa con esta agitación.
fuese de nadie; pero sí ha de perder el no necesitaba de muchos rodéhs para Animabáse hablando, y descubrió en Siempre es placida la turbación dél amor
amor sus d e r e c h o s , permita V. á lo me- conseguirlo ; pero no le fue tan fácil sus ojos Eduardo señales de dolor y d e naciente."Fuera ímpetu primero el aban-
óos que disponga de ellos. ¿ Por que le como pensaba. Recibió m a l sus halagos, desesperación que le enternecieron. Con donarse á este nuevo embeleso , y el se-
es á V. gravoso nii beneficio ? tiene mie- y desechó sus ofertas con un tono que modales que 1 líenos desprecio indicaban gundo contemplar su situación. Por la
do de sér ingrato ? Obligóse entonces á no es propio de quien triega lo que tomó entonces un estilo mas decente v vez primera de su vida reconoció sti es-
apuntar las seilás de la casa de Laura quiere otorgar. mas halagüeño. Tapabase ella el rostro, t a d o , y se horrorizó d e él. Dentro de
( que era el nombre de la muchacha) y En vez de f é t r a e r l e t a n ridiculorcci- evitaba sus miradas; él le cogió una su alma se convertía en desesperación
le hizo jurár que !se abstendría de cual- blmiento , se irritó con él. ¡ Qiie mira- mano con semblante cariñoso, y a p e - todo cuanto mantiene la esperanza v los
quiera otro trato. Esto debia moverle y miento débía a nná ramera! Sin con- nas sintió ella la de Eduardo en la s u - deseos d e ' l o s amantes. La posesion de
le movió en efecto. Mas arduo fné para templar cbb ella Usó de sus derechos. ya , cuando se la puso en la b o c a , y la lo que amaba solo ofrecía á su idea el
él enfrenar su gratitud que su áiobr , y Sintiéndose v e n c i d a , no Obstante sus apretó con sus labios , lanzando sollo- oprobio de un ente vil y s o e z , á quien
éste fué el tazb mas peligroso q u e en g r i t o s , su llanto y su resistencia , hace zos , y derramando ríos de lagrimas. se halaga con desprecio ; y en la recom-
toda sil vida le jluSofa Marquesa. Laura u n éSMérzb , salta al Otro éstre- pensa de un amor feliz no veía m a s q u e
Aunque era muy claro este idioma, no su infame prostitución. Asi procedían de
mo dél cnarto, y con penetraule voz le
era terminante. Con mucha dificultad sus propios deseos sus mas inaguantables
No menós éstrématfa en fn'do que su grita : Máteme V. si qnicre, jamas ilie to-
!
logró Eduardo que se esplicara sin ro- tormentos , y cuanto mas fácil era para
á má nte, h rzu (j)ie Sb qíiedara Lan ra á cCr í á W v I v a : No éran cqtíivocos su gesto, deos. Con el ainor le habia vuelto él ella satisfacer aquellos, mas horrorosa
nar ctm élla , I3 colmó de'halagos, c o - su mirar y sil tono. Pasmado como no pudor estinguido , y nunca habia Laura
le parccia su suerte. siu honor , sin ocultárselas, y hubiera sido una ingrati- que poco <i poco le cogía amistad, vió ra. No habia hablado con Boms -on de
esperanza, sin remedio , solo conoció el tud en él. Quiso ella saber m a s , y él le que estaba en estremo afligida, y que su designio, creyendo que era; i algún
amor para sentir la privación de sus de- juro que no habia tocado á Laura. antes era necesario alentarla que abatir- modo bajeza mentársele antes de po-
licias. De este modo empezaron sos luen- Produjo su moderación el efecto opues- la. La visitaba, y esto contribuía mu- nerle en ejecución. Cuando estuvo en su
gos pesares, y se acabó su momentánea to al que esperaba. ¡ Con que la ve V., cho para su consuelo. Hicieron mas sus asilo se lo avisó por una esqncla, supli-
felicidad. gritó enfurecida la Marquesa , y no la razones, que la animaron; y sus subli- cándole que la protegiese contra sugetos
La pasión naciente que á sus propios toca ! ¿ Pues que va á hacer á su casa? mes y grandes razonamientos restituye- poderosos empeñados en que continua-
ojos la afrentaba , la realzaba á los de Entonces se originaron aquellos infer- ron á su alma entorpecida el vigor que ran sus desordenes, y que se iban á dar
Eduardo. Viéndola capaz de amar dejó nales zelos que cien veces la hicieron habia perdido. ¡ Que eficaces eran , sa- por ofendidos'de su retiro. Corrió á ca-
de despreciarla. ¿Pero que consuelos atentar contra la vida de entrambos, y liendo de una boca amada, é introdu- sa de ella, y llegó a tiempo de librar
podia esperar de él ? que otro afecto le la consumieron de rabia hasta su muerte. ciéndose en un corazon de buena índole, sus efectos. Aunque estranjero en Ro-
podia mauifestar que el flaco Ínteres con que abandonaba su estrella á la igno- ma, un gran señor estimado, rico, y
Otras circunstancias acabaron de in-
que un corazon virtuoso que no es li- minia , pero que la naturaleza habia for- que defendía con vigor la causa de la
flamar esta furiosa pasión, y tornaron
bre puede mirar á un objeto digno de mado para la virtud ! Finalmente pren- virtud, tuvo crédito bastante para que
a esta muger á su verdadero caracter.
lastima que no tiene mas honor que el dían y daban fruto en este corazon las se quedara en el convento, y también
Ya be notado que en medio de lo inte-
suficiente para sentir su ignominia? lecciones de honestidad. parj que siguiera cobrando una pensión
gró de su probidad no tenia Eduardo
que le babia dejado el Cardenal á quien
procederes muy mirados Hizo á la Mar- Con su benefico afan consiguió Eduar- se la habian vendido sus padres.
Consolóla como p u d o , y prometió
quesa el mismo regalo que le babia de- d o al fin que pensara Laura mas bien
que volvería á verla. No le dijo una pa-
vuelto l-aura , y le admitió aquella, no de sí propia. Si no bav otra infamia Fné á verla: era hermosa, amante,
labra de su estado, ni aun para exhor-
por avaricia, sino porque teoian por perdurable que la de un corazon estra- penitente, y le debia á él todo cuanto
tarla á que le abandonase. ¿ De que
costumbre regalarse el uuo al otro, aun- gado, me siento con medios para poder iba á ser : ¡ que de motivos para mover
servia aumentar el horror que le cau-
que en este cambio no salia perdiéndo- borrar mi torpeza, siempre seré des- un pecho como el s u y o ! Fué lleno de
saba , puesto que hacia este mismo hor-
la Marquesa. Por desgracia llegó á s a - preciada , pero cesaré de merecerlo, y todos cuantos afectos pueden inspirar
ror que de sí propia desesperara ? La
ber cual habia sido el primer destioo.de no me despreciaré á mí propia. Evitado beneficencia en los ánimos sensibles,so-
menor palabra sobre esta materia traia
este regalo, y como habia vuelto á po- el horror del vicio, será para mí menos lo faltaba el que la podia bacer feliz,
consecuencias, y parecía que la acer-
der de Eduardo. Escuso decir que al acerbo el del menosprecio. ¿ Y que me y no pendía de él. Nunca había ella es-
caba á é l , y esto nunca podia ser. La
momento le hizo todo añicos, y lo ar- importan los desdenes de la tierra ente- perado tanto; estaba fuera de sí de go-
mayor desdicha de los oficios infames
rojé por la ventana. Considérese cual ra cuando me estime Eduardo ? Vea la zo , y ya se reconocía en el estado en
es que nada con dejarlos se grangea.
debió ser entonces el sentimiento de una obra suya y complázcase con ella, que que tan raro es elevarse. Decía : soy
Despues de la segunda visita, no ol- combleza zelosa, y una señora de cir- él solo roe lo resarcirá todo. Cuando honrada, y un hombre virtuoso se inte-
vidándose Eduardo de la magnificencia cunstancias. nada grangease el honor, á lo menos resa por mi. Amor, ya no siento las la-
inglesa le envié un escritorio de Laea grangeará el amor. S í ; demos al cora- grimas , y los suspiros que me has cos-
y varias joyas de Inglaterra. Ella se lo No obstante cnanto mas a Laura pe- zon que inflama morada mas pura. De- tado ; de todos me has pagado ya. Fuis-
devolvió todo con la siguiente esquela: saba de su ignominia, menos esfuerzos licioso afecto ! ya no profanaré tus re- te mi fuerza y eres mi premio, y ha-
«He perdido el derecho de desechar hacia para librarse de ella; permanecía batos. No puedo ser feliz, y sé que no ciendo que ame mis obligaciones eres tú
regalos; sin embargo, me tomo la liber- en su estado por desesperación, y el des^ lo seré jamas. A y ! indigna soy de los U primera de todas. ¡ Que dicha para
tad de devolver á V. el suyo; porque den con que á si propia se miraba recaia halagos del amor, pero nunca consen- mi sola reservada! El amor es quien
acaso no era su animo de V. hacer de en sus corruptores. No era altiva; ¿ que tiré otros. me esalta y me honra; él es quien me
él una prueba de desprecio. Si me le derecho tenia para serlo ? Pero el hon-. saca del oprobio y del delito , y solo
vuelve a enviar tendré que admitirle, do sentimieuto de su iguominia que Era muy violento su estado para que con la virtud puede salir de mi corazon.
pero será en estremo inhumana su g e - procuraba en vano calmar, la horrorosa pudiera ser duradero , pero cuando Oh Eduardo'. cuando torne yo á ser
nerosidad.» tristeza del oprobio que sentía y no po- probó á salir de él halló dificultades despreciable, entonces cesaré de amarte.
dia evitar, la indignación de su corazoa que no habia esperado, y esperímentó
Pasmóle á Eduardo esta esquela , que que todavía se honraba , y se conocía
halló humilde con nobleza. Sin salir por siempre deshonrado ; todo llenaba que la que renuncia su derecho en su Este retiro metió ruido. Las almas
de la bajeza de su estado mostraba Lau- de remordimientos y bastió deleites que persona no le recupera cuando quiere, viles, que por ellas á las demás miden,
ro una especie de dignidad, y casi bor- abominaba el amor. Un respeto ageno y que es el honor un seguro civil que no se pudieron imaginar que no tuviera
raba su oprobio á poder de envilecerse. de estas almas viles hacia que se olvi- deja muy debites á los que le han per- Eduardo en él otro Ínteres que el de la
Va habia cesado de despreciarla, en- darau del estilo de la disolución ; aci- dido. No halló otro medio para zafarse honradez; porque era sobrado amable
tonces empezó á estimarla. Siguió visi- baraba una involuntaria turbación sus de la opresion que irse impensadamente Laura para que los cuidados que por
tándola sin volver á hablar de regalos, contentos, y compadecidos de la suerte á meter en un convento, y abandonar ella un hombre se tomaba no fueran
v si no se honró con ser amado de ella, de su víctima se volvían llorando por su casa casi á un saqueo ; porque vivía siempre sospechosos. La Marquesa, que
á lo menos se dio el parabién. con la opulencia ordinaria en las de su tenia sus espías, lo supo todo antes que
ella, y avergonzados de sí propios. clase, especialmente en Italia, cuando ninguno, y sus furores que no pudo
No disimuló sus visitas á la Marquesa, las favorece la corta edad y la hermosu- contener divulgaron sus tratos. Llegó
porque no tenia motivo ninguno para Consumíase Laura de pesar. Eduardo»
no por las leyes que le conservan. ella, sin poder desprenderse totalmente,
el rumor al Marques cu Vicna , y el si- sos ojos? donde está el hombre benéfico se acercaba siempre, sin poder llegar
Asi pasó muchos años dividido entre
guiente invierno vino a Roma á buscar cuyo Util amor propio no s e complace nunca á la indiferencia; su corazon le
dos mugeres que le amaban ; fluctuando
uua estocada para remediar su honor en gozar el fruto de sus afanes? Habia atraía sin cesar a casa de la Marquesa,
'hecho á Laura sobrado estimable para slu cesar de una á otra; queriendo mu-
que no remedió. y sus pasos le llevaban maquioalmenle.
chas veces renunciar á entrambas, y
Asi empezaron estos dos tratos que en contentarse con estimarla. no pudiendo dejar a ninguna; repelido Cn hombre sensible, por mas que haga,
un pais como Italia espusieron á Eduar- No habiendo podido alcanzar la Mar- por cien razones, atraído por mil afec- nunca ge olvida de-aquella con quien ha
do a mil genaros de peligros, unas veces quesa que dejara de ver á esta desven- tos , y cada dia mas apretados sus lazos tenido intimidad. A poder de enredos,
por parte d e un militar agraviado, otras turada, se tornó, furiosa. Sin tener animo por sus vanos esfuerzos para romperlos; de astucias y maldades , logró por fin
veces por parte de una muger celosa v para reñir con é l , le cogió una especie cediendo unas veces á su inclinación, hacerse despreciar de é l , pero la des-
vengativa, y otras por parte de los que de horror. Bramaba cuando veía entrar y á su obligación otras; yendo y vi- preció sin dejar de compadecerla, y sin
babian tenido amistad con l-aura , y es- su coche; el ruido de sus pasos, cuan- niendo de Londres á Boma , y de Boma poder nunca olvidar lo que habia hecho
taban enfurecidos por haberla perdido. do subía por su escalera, la hacía pal- á Londres, sin poder fijarse en ninguna ella por é l , ni el cariño que él le habia
Tratos estravagantes, si algunos ha ha- pitar de susto. Cuando le veia faltaba parte, siempre ardiente, vehemente, tenido.
bido, que cercándole de peligros sin poco para que la tomara un desmayo. apasionado, nunca débil ni culpado;
fruto , le tenían dividido entre dos rnu- Tenia una opresion de corazon mientras Asi dominado por la costumbre mas
fortalecido por su hermosa y grande
geres que con pasión fe amaban sin que estaba junto á ella; cuando se iba le todavía que por sus inclinaciones, no
alma, cuando pensaba estarlo por su
pudiera poseer a ninguna; desechado cargaba de maldiciones, asi que le per- podia'romper Eduardo las conexiones
razón; por fin meditando disparates to-
de la cortesaoa á quien él no quería dia de vista lloraba de rabia; no habla- que á Boina le llamaban. Los contentos
dos los dias, y volviendo todos los dias
desechando á la muger decente á quien ba mas que d e venganza ; su sangriento de una familia feliz le hicieron que de-
en sí con animo de romper sus indig-
idolatraba ; siempre virtuoso es cierto, despecho solo proyectos dignos de ella seara él establecer una semejante antes
nas cadenas. En sus primeros momentos
pero siempre creyendo que obedecía á la le dictaba. Hizo varias veces embestir a de su vejez. Algunas veces se echaba en
de hastio quiso aficionarse á Julia , y
razón, mientras era arrastrado de sus Eduardo al salir del convento de I.aura, cara su injusticia y hasta su ingratitud
parece cierto que lo hubiera hecho si
pasiones. y le puso celadas á esta para qne salie- con la Marquesa, achacando solo á su
no hubiera bailado el sitio ocupado.
ra de él y robarla. Nada de esto pudo pasión los vicios de su caracter; otras
No es faeíl decir qne especie de sim- sanar al ingles. Volvia al otro día á se olvidaba del primer estado de Laura,
No obstante la Marquesa cada dia iba y sin pensar en ello salvaba su corazon
patía podía unir dos caracteres tan casa de la que la víspera le habia que- perdiendo tierra con sus vicios, y gran-
opuestos como los de Eduardo y la Mar- rido hacer asesinar, y siempre.con su la valla que de ella le separaba. Bus-
geandola Laura con sus virtudes. La cando siempre en su razón disculpas a
quesa ; pero no obstante la diferencia quimérico proyecto de restituirle la ra- constancia era igual en ambas, pero no
de principios , nanea se pudieron des- zón , aventuraba la suya, y con el celo su iucliuacion, tomó por motivo de su
era igual el mérito; y envilecida y de- ultimo viaje el probar á su amigo, sin
prender totalmente uno de otro. Puede de la virtud mantenía su flaqueza. gradada la Marquesa con tantos delitos,
colegirse coal seria la desesperación de reflexionar que se esponia el mismo á
concluyó dando á un amar sin esperan- una prueba , á q u e , sin su auxilio, no
•esta muger arrebatada cuando creyó Al cabo de algunos meses, no bien za los suplementos que no habia podido
que se había dado á sí misma una rí- curado el Marques de su herida, murió hubiera resistido.
sufrir el de Laura. A cada viaje encon-
v i v a l , ¡ v que rival! por su imprudente en Alemania; acaso de pesar por la ma- traba Bomston en esta nuevas perfeccio- El éxito de esta aventura, v el des-
generosidad. Improperios . desdenes , la conducta de su muger. Este suceso n e s , habia aprendido el ingles, sabia enlace de las escenas que con ella tienen
agravios, amenazas, tiernos halagos, de que debía reunir á Eduardo con la Mar. de memoria todo cuanto le habia acon- conexion ya el lector ha podido cuuo-
todo alternativamente se valió para des- quesa solo sirvió para desviarle mas. sejado que leyese; se instruía en todos cerlo, pues se refieren con toda esten-
prender á Eduardo de este, indigno trato, Vió que era tanto su anhelo en apro- los conocimientos que parecían ser de sion en la carta s n de la quinta parte,
en qne nunca creyó que no estuviese vecharse del cobro de su libertad que gusto de Eduardo ; procuraba modelar y en la m de la sexta, donde se ve de
interesado su corazon. El fué incontras- tembló de vaterse de ella. 1.a duda sola su alma por la de é l , y lo que de la cuantos peligros pueden librarnos los
table, como se lo habia prometido á de si babria contribuido á la muerte del suya quedaba no desdecía de lo demás. esfuerzos de una amistad verdadera ,
laura, que cenia sil esperanza y sn ven- Marques sil berjda atemorizó su cora- Era todavía de la edad en que con los de manera que leído el resumen que
tura á verle de cuando en cuando. Sn zon , y puso silenrio a sus deseos. Decia: años crece la hermosura; y la Marque- precede no queda oscuridad ningu-
naciente virtud necesitaba un arrimo; los derechos de nn marido mueren con sa rayaba en aquella en que no hace na. Amado Eduardo por dos damas su-
se apovaba en el que le habia dado ori- él para con cualquiera, pero para con mas que declinar; y aunque tuviese yas sin poseer á ninguna , aparece pri-
gen , v á él tocaba ampararla. Esto era su matador le sobreviven y son inviola- aquel tono afectuoso que agrada y mue- mero en una risible situación, peí o su
lo que á la Marquesa y á sí propio de- bles. Aun cuando nada prescribiesen en ve , aunque hablase de humanidad, fi- virtud le hacia gozar mas suaves deleites
cía , pero acaso no decia todo lo que este punto la humanidad , la virtud y delidad y virtud con gracia; todo esto que los de la belleza, y que son mas
había. ¿Donde está el hombre tan se- las leyes, ¿no nos dice la razoo .que lns se hacía ridiculo con su conducta, y duraderos que ella. Mas dichoso con
vero que hnva de las miradas de un ob- deleites aneaos á la reproducción de ios desmentía su reputación todos sus ele- los deleites de que se abstenía que el
gantes razonamientos. Eduardo la tenia hombre sensual con los que disfruta ,
jeto adorable que no le pide otra cosa hombres no deben ser paga de su san- muy conocida para esperar de ella cosa amó mas tiempo , permaneció libre , y
que dejarse querer ? donde está aquel ggre
r e !? Sin eso los medios destinados á ninguna; se desprendía lentamente de gozó mas de la vida que los que pron-
cuyo honrado corazon no se ufana un darnos la vida fueran manantiales de
poco con las lagrimas de dos bermo- muerte , y perecería el linaje huma-
lamente la gastan. ¡ oh cuan ciegos so- venceremos de que en todas las locuras
mos, empleándola en correr en pos de dé los hombres, solo las del justo le
autasticas ilusiones ! ¡ Cuando nos cou- hacen feliz!

•II

P R O S P E C T O .

YA se considere la presente Colección por lo q u e respela al mé-


Fin DE t o s AMORES DE MltORD EDUARDO.
rito, variedad, instrucción y moralidad de las novelas escogidas,
ya relativamente á la finura del papel, limpieza y perfección tipo-
gráfica y comodidad del t a m a ñ o ; puede salirse garante de su su-
perioridad sobre todas las demás colecciones de la misma clase da-
das á luz en España en tiempos rígidos, en que solo se permitía
estrechísimo círculo á la elección. Iuumerables son los autores ro
mánticos, muchos hay entre ellos que con mas ó menos celebridad
h a n tomado la pluma, sea trazando u n cuadro histórico del ca-
rácter y pasiones propios de otros siglos, sea conmoviendo al co-
razon con imágenes tiernas y esquisitas, ya también presentando
ejemplos de saludable m o r a l : de todos ellos hemos entresacado
las novelas que han obtenido universal aceptación y aplauso.
A la entusiasta sublimidad , al robusto nervio, al ímpetu fogoso
y heróico del genio de A r l i n c o u r t . siguen la interesante produc-
ción de Ireland -. la satírica novela El ¡lijo del Carnaval de Pigault
L e b r ó n ; los bellos rasgos de Walter-Scott; las sales picantes de
Iglesias: la imponderable H E L O I S A , de Rousseau, y la sentimental
Malvina, de Madama Cottin. Continuarémos con las novelas que
mas aplauso se han grangeado , no olvidando á Madama Slael, á
Gooper, y cuantos novelistas de reputación estraordinaria e s l í e n ,
asi antiguos como modernos ; en una palabra „ contendrá esta Co-
lección lo mas selecto que se h a escrito en su clase, asi en Espa-
ña como en el estranjero.
Gomo forman parte de esta Coleccion algunas novelas de las
que se han hecho ó pueden hacerse otras ediciones en distinto
tamaño ú impresión de lo que hemos adoptado, debemos repetir
lamente la gastan. ¡ oh cuan ciegos so- venceremos de que en todas las locuras
mos, empleándola en correr en pos de dé los hombres, solo las del justo le
autasticas ilusiones ! ¡ Cuando nos cou- hacen feliz!

•II

P R O S P E C T O .

YA se considere la presente Colección por lo q u e respeta.AL mé-


Fin DE t o s AMORES DE MltORD EDUARDO.
r i t o , variedad, instrucción y moralidad de las novelas escogidas,
ya relativamente á la finura del p a p e l , limpieza y perfección tipo-
gráfica y comodidad del t a m a ñ o ; puede salirse garante de su su-
perioridad sobre todas las demás colecciones de la misma clase da-
das á luz en España en tiempos r í g i d o s , en que solo se permitía
estrechísimo círculo á la elección. Iuumerables son los autores ro
mánticos, muchos hay e n t r e ellos que c o n mas ó menos celebridad
h a n tomado la p l u m a , sea t r a z a n d o u n cuadro histórico del ca-
rácter y pasiones propios d e otros siglos, sea c o n m o v i e n d o al co-
razon con imágenes tiernas y esquisitas, ya también p r e s e n t a n d o
ejemplos de saludable m o r a l : de todos ellos hemos entresacado
las novelas que han obtenido universal aceptación y aplauso.
A la entusiasta sublimidad , al robusto nervio, al ímpetu fogoso
y heróico del genio de A r l i n c o u r t . siguen la interesante p r o d u c -
ción de Ireland -. la satírica novela El ¡lijo del Carnaval de Pigault
L e b r ó n ; los bellos rasgos d e W a l t e r - S c o t t ; las sales picantes de
Iglesias: la imponderable H E L O I S A , de R o u s s e a u , y la s e n t i m e n t a l
Malvina, de Madama Cottin. Continuarémos c o n las novelas q u e
mas aplauso se han grangeado , n o olvidando á Madama S l a e l , á
Gooper, y cuantos novelistas de reputación estraordinaria e s l í e n ,
asi antiguos como modernos ; en una palabra „ contendrá esta Co-
lección lo mas selecto q u e se h a escrito en su c l a s e , asi en Espa-
ña como en el estranjero.
Gomo forman parte de esta Coleccion algunas novelas de las
q u e se h a n hecho ó pueden hacerse otras ediciones en distinto
tamaño é impresión de lo que h e m o s a d o p t a d o , debemos repetir
MBBl
- —

or 2»
gue conservaremos en todas el tamaño en i6 y el carácter de lé-
Ira i g n a l , para q u e los tomos que formarán ra Golcccion sean
idénticos; y ademas de llevar en el frontis indicada la imprenta
de O L I V A , adornará cada tomo una lámina y viñeta grabadas e n
a l a m b r e , lo mismo que el frontispicio, y con eslo no puede haber
confusion con otras ediciones que se verifiquen de alguna novela
de las que publiquemos.
Los señores impresores, libreros y autores que publiquen algu-
na obra nueva de regular r e p u t a c i ó n , y deseen adquirir á cambio
algunas de las novelas de la Goleccion , diríjanse al Editor, y po-
d r á n convenir en el cambió.
A los que deseen tomar por mayor dichas novelas se les hará
una rebaja proporcionada por cada doce ejemplares. Así mismo á
los señores que gusten seguir la suscripción se les entregará por
cada doce novelas una gratis, principiando á contar desde la pri-
mera á que se hayan suscrito.
Se ha dado principio ya á dicha'Coleccioh con las novelas que
á continuación se espresan, que por las referidas cualidades h a n
merecidÓ la mas plausible acogida:
K - f t p i t p f r l O > . i j ! ¡ íiCo' i í j p J>( ¡¡9 Sllu» ( t d f.odoii/IJ :;
1 LA ESTRASJERA,'Ó la Muger misteriosa por el vitconde d e Arlincourt:
2 tomos 1 6 , 1 4 rs. en rústica y 18 en pasta.
2 LA ABADESA, Ó Procedimientos inquisitoriales por W . Ireland: 2 tomos
1 6 , id. id.
3 EL SOLITARIO del Monte s a l v a j e , por el vizconde de Arlincourt: 2 tomos
1 6 , id. id.
4 EL HIJO del Carnaval, por M. Pigault-Lebrun: 2 tomos 1 6 , id. id.
5 WAVERLEY, ó Sesenta años b a , por sir Walter-Scott: 6 tomos 1 6 , - 4 2

>
reales en rústica y 5 4 en pasta.
6 EL RENEGADO, por el vizconde de Arlincourt: 3 tomos 1 6 , 2 1 rs. rús-
tica y 27 pasta.
7 POESÍAS de Iglesias, 3 tomos 1 6 , 2 i rs. rústica y 2 7 pasta.
8 JULIA, Ó la nueva Heloisa, por J. Jacobo Rousseau: 1 tomo 8 mar-
q u 9i l l a , MALVINA,
2 0 rs. rústica
por yMadama
2 4 pasta.
Cottin; 3 tomos 1 6 , 2 1 rs. rústica y 27 pasta.

4 .Molí iti ir- o í í r •» nd g-, onp fo> r.m oí .0 .1

I,

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