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Aprendizaje Situado.

De una forma muy resumida, se puede decir que: el aprendizaje situado puede
definirse como una metodología docente que se basa principalmente en una
situación específica y real, y que busca la resolución de los problemas a través de
la aplicación de situaciones cotidianas. Por lo tanto, este tipo de aprendizaje hace
referencia al contexto sociocultural como elemento clave para la adquisición de
habilidades y competencias, buscando la solución de los retos diarios siempre con
una visión colectiva.
El aprendizaje situado trata de incentivar el trabajo en equipo y cooperativo a través
de proyectos orientados a problemas que precisen de la aplicación de métodos
analíticos que tengan en cuenta todo tipo de relaciones y vinculaciones.
Se trata de un aprendizaje con unos rasgos específicos derivados de que la
enseñanza, según este método, se desarrolla siempre en un contexto social, por lo
que requiere obligatoriamente la pertenencia al mismo. Esto implica que el binomio
enseñanza-aprendizaje se fundamenta en los tres elementos principales de una
comunidad de práctica: pertenencia, participación y praxis.
A modo de síntesis, las principales características y parámetros de funcionamiento
del aprendizaje situado serían:
1. Aprender es una experiencia social que se enriquece con experiencias de
otros.
2. Esta fuertemente influenciada por el entorno, los agentes y la cultura donde
tiene lugar.
3. La enseñanza se debe basar en prácticas educativas auténticas.
Como metodología alternativa, el concepto de aprendizaje situado conlleva una
cierta crítica a los métodos educativos oficiales o mayoritarios. Dicha crítica se
fundamenta en tres premisas. Por una parte, relativiza la importancia de las
estructuras formales de aprendizaje, poniendo en duda la figura protagonista de las
instituciones educativas como contexto principal del aprendizaje. En segundo lugar,
el aprendizaje deja de entenderse como un fin en sí mismo, dando mayor relevancia
a la actividad social.
Por último, la tercera crítica se dirige a las actuales estrategias de promoción por su
orientación demasiado individualizada, puesto que este aprendizaje pretende
destacar, por encima de todo, la dimensión social de los procesos de adquisición de
competencias.
Ahora bien. ¿Qué relaciones epistemológicas y pedagógicas pueden establecerse
entre la formación docente, el aprendizaje situado, la investigación y el trabajo por
proyectos de aula?
Las relaciones epistemológicas y pedagógicas de la formación docente, el
aprendizaje situado, la investigación y el trabajo por proyectos de aula encuentra su
relación desde la propuesta de aprendizaje de la enseñanza situada que plantean
el aprendizaje como una construcción de significados e incluyen las concepciones
constructivista, sociocultural, experiencial, que coinciden en que el aprendizaje es
una práctica constructiva, propositiva, intencional, activa y consciente, que incluye
actividades recíprocas que implican intención-acción-reflexión (Investigación) desde
el desarrollo de proyectos de aulas significativos. Esta relación epistemológicas y
pedagógicas de formación docente se articula desde el aprendizaje situado, porque
es parte y producto de la actividad, el contexto y la cultura en que se desarrolla y
utiliza. El aprendizaje se comprende como un proceso multidimensional de
apropiación cultural, pues se trata de una experiencia que involucra el pensamiento,
la afectividad, la acción y la investigación. Esta postura afirma que todo
conocimiento, producto del aprendizaje o de los actos de pensamiento o cognición
puede definirse como situado en el sentido de que ocurre en un contexto y situación
determinada, y es resultado de la actividad de la persona que aprende en
interacción con otras personas en el marco de las prácticas sociales que promueve
una comunidad determinada. El Aprendizaje in situ se basa en el modelo
contemporáneo de cognición situada y está apoyada en teorías experienciales,
reflexivas y críticas que implican un reto y exigencia de la formación docente que
toma la forma de un aprendizaje cognitivo, donde se pretende desarrollar
habilidades y conocimientos propios de la profesión, así como la participación en la
solución de problemas sociales o de la comunidad de pertenencia, destacando la
utilidad o funcionalidad de lo aprendido y el aprendizaje en escenarios reales, donde
el trabajo por proyectos de aula es pertinente y coherente porque los estudiantes
afrontan de manera
2. holista o sistémica un problema de investigación que con el acompañamiento
docente planifican, problematiza, desarrollan y evalúan desde situaciones
educativas concretas y significativas. Desde esta perspectiva pedagógica el rol del
docente requiere un acercamiento y comprensión desde el interior de la comunidad
de aprendices, así como el empleo de la reflexión y observación participante en el
grupo, requiriendo una metodología de diseño participativo y con la posibilidad
continua de rediseñar las prácticas educativas con los actores mismos y en función
de ellos con el fin que reinventar, crear y ajustar sus propósitos, representaciones y
acciones. Desde esta perspectiva del aprendizaje situado donde se articula el
trabajo por proyectos de aula se requiere de un profesor reflexivo (Investigación)
que estimule la participación activa y la motivación por aprender. Al poner esta teoría
en práctica, el profesor requiere articular en su enseñanza y aprendizaje el
desarrollo con las características, antecedentes, necesidades e intereses de los
alumnos, así como conocer sus propias necesidades, creencias y valores sobre la
enseñanza y el aprendizaje, propicio desde el aprendizaje situado De esta manera,
en el proceso de formación para ser un profesor activo, reflexivo y situado, el
docente se convierte a la vez en un estudiante de su propia forma de enseñar, es
decir, en alguien que indaga y reflexiona sobre su propia práctica como enseñante
y que debe fundamentar su enseñabilidad epistemológicamente. Ante esta relación
epistemológica y pedagógica necesitamos docentes formados y preparados para
organizar y estimular ambientes de aprendizaje y actividades que incluyan
oportunidades para adquirir habilidades básicas, conocimiento y comprensión
conceptual, pero no como dimensiones aisladas de la actividad intelectual, sino
como contribuciones al desarrollo de identidades y competencias fortalecidas en los
estudiantes, como aprendices individuales y como participantes más eficaces en las
prácticas sociales significativas de sus comunidades de aprendizaje en la escuela,
y donde sea relevante en sus vidas, por lo tanto no podemos considerar el
conocimiento al margen del contexto y de las interacciones en que se construye. La
construcción de significados la debe propiciar el docente desde el
3. aprendizaje visto como un proceso dialógico, un proceso de negociación tanto
interno como social. El aprendizaje por medio de proyectos es un aprendizaje
eminentemente experiencial, pues se aprende al hacer y al reflexionar sobre lo que
se hace en contextos de prácticas situadas y auténticas. Un aprendizaje situado
implica la dimensión social del conocimiento y se realizan actividades propositivas
y de relevancia para la comunidad, al mismo tiempo se apela a un abordaje
sistemático de solución de problemas, fundamentado de manera amplia en el
conocimiento y métodos científicos donde entra en acción el proyecto de aula Esta
articulación reafirma e implica procesos de pensamiento, acción y reflexión que dan
cuenta de la manera como las personas generan representaciones y pautas para
actuar en un intento por resolver algún problema, llevan a la práctica sus ideas y
después reflexionan sobre los efectos de sus acciones para la generación de
nuevos conocimientos y actitudes, a la reconstrucción de su pensamiento y su
práctica. Es allí en donde la investigación ofrece una oportunidad de la forma en
que pensamos, y por consiguiente, debe emplearse para estructurar las
experiencias educativas estimulando el aprendizaje experiencial, interdisciplinario,
centrado en proyectos, permite a los estudiantes conseguir las habilidades,
actitudes y conocimientos necesarios para participar en una sociedad democrática.
El papel del docente es un mediador en la construcción de la situación educativa de
allí que la realización de un proyecto lleva implícita una visión sistémica,
multidimensional o ecológica de un problema o situación determinados, y esto se
traduce en importantes aprendizajes para el alumno. En todo caso, lo que no
debemos perder de vista es que el trabajo con proyectos se orienta a plantear a los
alumnos desafíos abordables y a motivarlos en la dirección de la construcción
conjunta del conocimiento y del aprendizaje significativo. La meta con la que entra
el docente al aula es que sus estudiantes desarrollen un fuerte sentido de
pertenencia y control sobre su propio aprendizaje en un ambiente centrado en el
alumno y en el trabajo cooperativo que se articula con el aprendizaje situado, la
investigación y el trabajo por proyectos de aula.

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