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Pues bueno la prueba que se realizó consistió en que durante todo un mes a 57 adultos
sanos, entre 25 y 50 años, se les suministró cerveza con cuatro a cinco grados de alcohol
de forma moderada. 330 ml para mujer y 660 ml para hombre al día
Al final del estudio del Grupo de Inmunonutrición del Instituto de Ciencia y Tecnología
de los Alimentos y Nutrición de Zaragoza, obtuvo como resultado un aumento en el
nivel de linfocitos T, células que ayudan a fortalecer el sistema
inmunológico. Esto se debería a los más de cien nutrientes que contiene la cerveza,
entre el agua, la cebada y el lúpulo.
Los linfocitos T son células que protegen al cuerpo de algunas bacterias, destruyen virus,
ayudan a destruir microorganismos invasores y en general, regulan el sistema
inmunológico. "Esto quiere decir que el sistema inmunológico está más activado y puede
eliminar mejor un patógeno de cualquier tipo, que son los que originan las enfermedades
infecciosas", señalo Ascensión Marcos, directora del grupo de estudio.
Pero eso no es todo. Además, se descubrieron otros efectos positivos sobre el cuerpo
humano producto de este consumo regular y moderado de cerveza, se comprobó que las
mujeres especialmente, aumentaron sus niveles de hematíes, hemoglobina y
hematocritos, cuya falta provoca anemia, por la ausencia de hierro y vitaminas del grupo
B.
Y por último, algo que no deja de ser positivo, no se registró ningún aumento de
peso o masa corporal dentro de los participantes del estudio, lo que vienen a
confirmar que la cerveza no es súper calórica. Un vaso de 200 ml aporta 90 calorías.
Es importante recalcar según los científicos que todos estos efectos positivos van ligados
al consumo moderado (una lata al día para mujeres, dos para los hombres).