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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular Para la Educación Universitaria

Universidad Nacional Experimental de los llanos Occidentales “Ezequiel Zamora”

Barinas _Edo_ Barinas

Teoría de
riesgo

BACHILLERES:

3 año Derecho JESSIBEL TOVAR C.I: V-24.556.916

Fs-01 HIRASHLI PAREDES C.I: V-12.555.704

Civil III JOSE ANDRADE C.I: V-18.618.605

Grupo Nº 6 MILETZI ALVARADO C.I: V-26.684.926

MOISES VICHE C.I: V-17.767.874

Barinas, abril 2018.


INTRODUCCION

Este trabajo se realizó con el fin de darle un breve conocimiento al lector


sobre la teoría de riesgo específicamente en materia de derecho civil
(obligaciones) esta busca que entendamos como se puede presentar riesgo
a un contrato a través de las partes involucradas, cuáles son sus efectos y
principios de dichos riesgos basándose en el código civil venezolano de
acuerdo con los efectos del contrato interno y externo, habría que decir
también las clausulas penales y la acción por simulación que esta
desenvuelto en el trabajo y por ultimo pero no menos importante la
terminación de los contratos que sería la forma de ponerle fin a este,
esperamos que sea de agrado la información y este le preste un adecuado
conocimiento
La Teoría de los Riesgos.

En primer orden, resulta pertinente aclarar lo que debe entenderse por riesgo, así
se puede decir que riesgo o peligro es la situación jurídica que se presenta cuando
las partes de un contrato, o una de ellas, se encuentran en la imposibilidad de
cumplir sus obligaciones o sus prestaciones debido a una causa extraña que no les
es imputable.

Esa situación jurídica plantea varios problemas a resolver disyuntivamente: si


queda obligada de todos modos a cumplir la parte cuya obligación se hace de
cumplimiento imposible, o si queda liberada de la misma, no pudiendo el acreedor
exigirle el cumplimiento. En el primer caso, los riesgos los sufrirá el deudor, y en el
segundo, los riesgos los sufrirá el acreedor, en el sentido de que deberá
contentarse o resignarse a aceptar el incumplimiento sin que pueda disponer de
ningún recurso jurídico para impedir tal situación.
De allí pues, que la teoría del riesgo analiza la noción de riesgo en los diversos
tipos de contratos conocidos. El problema a determinar radica en fijar los efectos de
la imposibilidad de la ejecución de la prestación por el deudor y los recursos que el
acreedor puede o no tener para pedir el cumplimiento.

Efectos.

La doctrina distingue determinados efectos de la teoría de los riesgos, que se


desprenden de la naturaleza de los mismos y que se pueden sintetizar así:
1° El contrato queda terminado desde el momento mismo en que ocurre la causa
extraña no imputable que hace imposible la ejecución de las prestaciones.
2° No hay lugar a indemnización de daños y perjuicios, ya que el incumplimiento no
se debe a hechos imputables a las partes.
3° Si el contrato se ha cumplido parcialmente y las prestaciones ejecutadas no son
equivalentes, la parte que haya cumplido prestaciones por mayor valor tiene
derecho a que se le restituya lo que haya cumplido demás, dentro de los límites del
equilibrio patrimonial.
Principios.

La Teoría del Riesgo, plantea soluciones que oscilan alrededor de dos grandes
principios: el “res perit domino”, que hace recaer los riesgos de la cosa sobre la
persona que es titular del derecho de propiedad sobre la misma, y el principio “res
perit creditori”, que ordena que los riesgos recaigan sobre el acreedor o sujeto
activo de la obligación.
Igualmente cabe observar que la expresión “res perit creditori” y su noción
antagónica “res perit debitori” se aplican con preferencia en materia de riesgos del
contrato, más específicamente en materia de riesgos de la relación obligatoria
nacida de un contrato; mientras que la expresión “res perit domino” se emplea con
más frecuencia en materia de riesgos de la cosa. Los principios expuestos varían
según las situaciones a las que se apliquen y presentan variedad de excepciones.
En materia de riesgos es susceptible de resolverse mediante la aplicación de la
noción “res perit domino”, tanto en los casos de que se trate de riesgos del contrato
como cuando se trate de riesgos de la cosa. Para ello se podría partir de una
reestructuración del concepto del dominus. Tradicionalmente se ha considerado el
dominus como al propietario de la cosa, es decir, el dominus supone una persona
que está caracterizada por una relación jurídica que necesariamente recae sobre
una cosa, relación jurídica que está integrada por el derecho de propiedad sobre la
cosa.
Es en este sentido que se emplea la expresión “res perit domino”, cuando se quiere
significar que en los casos en que la cosa se pierde debida a una causa extraña no
imputable, la cosa perece para su dueño, o sea, para la persona que era propietario
de la cosa en el momento en que fue destruida por dicha causa extraña.
Sin embargo, el término dominus no sólo significa la persona que necesariamente
tiene una vinculación de carácter real (derecho de propiedad) sobre la cosa, sino es
sinónimo de persona que tiene la titularidad del derecho de crédito de que se trate.
En este sentido, el acreedor es también un dominus, por cuanto tiene la titularidad
del derecho de crédito inherente a la relación obligatoria.
En consecuencia, cuando debido a una causa extraña no imputable el acreedor no
puede ejercer su derecho de crédito y debe resignarse a que el deudor no le
cumpla, se estará en presencia de un caso en el cual se aplica el principio “res perit
domino”, pues el derecho de crédito, que configura la expresión cosa en su más
amplia acepción, perece para su titular, el acreedor o domuius.
Requisitos.
1.- Que se trate de un contrato bilateral
2.- Que la obligación del deudor sea de entregar una especie o cuerpo cierto
3.- Que la cosa debida se pierda o destruya totalmente como consecuencia de un
caso fortuito o fuerza mayor.

Ámbito de aplicación.

Sólo rige las compraventas y las permutas no condicionales.

Excepciones.

Riesgo es del deudor


En caso de que el deudor se constituya en mora de entregar la especie o cuerpo
cierto debido
En caso de que el deudor se haya obligado a entregar una misma cosa o dos o más
personas por obligaciones distintas
En caso de que las partes convienen en que el riesgo sea del deudor

Efectos Del Contrato.

Efectos internos
Principio de relatividad de los contratos.
Art. 1.166 C.C.
De tal manera que siendo fruto del acuerdo de voluntades, en principio sólo surte
efectos ente ellos.
Pues la regla general es que los contratos no pueden surtir efectos internos frente a
terceros.
Sólo el titular del derecho de crédito es la persona que puede exigir el cumplimiento
de la obligación. Un tercero no puede.

Partes.
Son las personas que por un acto de su propia voluntad han celebrado el contrato,
que han consentido crear un vínculo jurídico entre ellas, comprometiendo su
respectivo patrimonio. Comunidad conyugal.
Terceros.
Son las personas cuya voluntad de ninguna manera ha intervenido en el contrato.
Categorías intermedias. Pues no ha sido posible clasificarlas ni como partes ni
como terceros
1. Causahabientes universales a título universal
2. Causahabientes a título particular
3. Los acreedores quirografarios.

Causahabientes universales o a título universal.

Son aquellos que suceden a una de las partes en la totalidad de su patrimonio, tal
como el heredero único. El causahabiente a título universal, lo sucede en una
alícuota de su patrimonio. En ambos casos suceden tanto en el pasivo como en el
activo. También se produce una especie de sucesión en las fusiones de compañías
Art. 34 a 346 C.Com. De tal manera que los sucesores sustituyen al de cuius tanto
en su activo como en su pasivo. Y formarán parte del contrato como parte
propiamente. Art. 1.163 C.C. Sin embargo existen contratos que no obligan a sus
causahabientes: Los contratos intuitu personae. El mandato, los contratos de obra,
de trabajo, de servicios profesionales. Así los causahabientes universales a pesar
de no haber participado de la formación del contrato sufren sus consecuencias o se
aprovechan de sus ventajas. La excepción es en derechos personales. Usufructo,
Uso, Habitación, renta vitalicia.

Los causahabientes a título particular.

Son aquellos que suceden a su causante en un derecho individualizado, en un


objeto determinado. Que forma parte dl patrimonio del de cuius y no de la totalidad.
El legatario. Así ese causahabiente a título particular sufre las cargas sobre ese
derecho sobre el cual se ha subrogado, respetando los gravámenes sobre el
mismo. Hipotecas, servidumbres. Algunos autores piensan que esto no es una
excepción al principio de relatividad de los contratos sino un efecto de los derechos
reales. Cuando se trata de derechos personales el causahabiente es considerado
como un verdadero tercero; salvo excepciones: Arrendamientos, sustitución de
patronos.
Acreedores quirografarios.
La mayor parte de la doctrina los asimila a los causahabientes universales; pues el
patrimonio del causante es prenda común de sus acreedores. Art. 1.863 y 1.864
C.C

Efectos externos.

A pesar de la relatividad de los contratos, los terceros no pueden ignorar la


existencia del contrato ajeno. Por lo tanto el tercero debe respetar la existencia de
ese contrato y reconocer la situación jurídico material.
Por su efecto se convierte en un complemento de la relatividad pues para los
terceros es un hecho que existe en la realidad.

Excepciones a los efectos internos del contrato.

1. Contratos que producen efectos a favor de terceros


a. La estipulación a favor de terceros. Art. 1.164 CC
b. Casos en los cuales la ley establece acción directa como la otorgada al
arrendador en contra del subarrendatario
c. Los intermediarios de la obra. Art. 54 LOT
d. Los contratos colectivos de trabajo. Efecto expansivo de la convención colectiva

La Clausula Penal.

En el Derecho Civil venezolano, se entiende por cláusula penal aquella cláusula


que puede pactarse en los contratos, por la que se acuerda de manera anticipada,
el pago de una determinada indemnización para el caso de que alguna de las
partes incumpla el contrato.
Artículo 1.257 ccv.- hay obligación con cláusula penal cuando el deudor, para
asegurar el cumplimiento de la obligación, se compromete a dar o a hacer alguna
cosa para el caso de inejecución o retardo en el cumplimiento.

Es aquella en que una persona, para asegurar el cumplimiento de una obligación se


sujeta a una pena o multa en caso de retardar o de no ejecutar la obligación.
Tiene su origen en la “stipulatio poenae” del derecho romano, que era un medio de
obligar al deudor a cumplir su obligación.

Clases de Clausula penal.

1) La cláusula penal compensatoria, como su nombre lo indica, es aquella


destinada a resarcir al acreedor por el incumplimiento definitivo, total o parcial, de la
obligación, y por lo tanto, no puede pedirse su ejecución junto con el cumplimiento
de la obligación principal, a menos que se hubiese estipulado por el simple retardo.
Así lo dispone el artículo 1258 del Código Civil venezolano: “El acreedor no puede
reclamar a un mismo tiempo la cosa principal y la pena, si no la hubiere estipulado
por el simple retardo”.

2) La cláusula penal moratoria, es la indemnización debida por el deudor en los


casos de retardo en el cumplimiento de la obligación, y por lo tanto, su ejecución
puede ser pedida junto con el cumplimiento de la obligación principal.

Efectos.

Los efectos de la cláusula penal han sido estructurados por la doctrina y la


jurisprudencia, habiendo sido incorporados algunos de ellos a la legislación. Dichos
efectos son, principalmente:

1° La cláusula penal excluye la posibilidad de que el acreedor pueda reclamar


indemnización de daños y perjuicios causados por el incumplimiento culposo del
deudor, a menos que las partes hubiesen convenido lo contrario.

2° La cláusula penal consiste en una suma, indemnización, o prestación fija, que no


puede ser aumentada por el acreedor ni disminuida por el deudor. Sólo el juez
puede disminuirla en los casos de incumplimiento parcial.

3° Cuando la obligación principal contraída con cláusula penal es divisible, en caso


de muerte del deudor no se incurre en la pena, sino por el heredero del deudor que
no haya cumplido la obligación principal y sólo por la parte que le corresponda
cumplir en dicha obligación; sin que pueda obrar contra los que la han cumplido, a
menos que habiéndose contraído la cláusula penal para que no pueda hacerse
parcialmente el pago, un coheredero ha impedido que se cumpla totalmente, caso
en el cual dicho coheredero quedará obligado a pagar la pena íntegra. En caso de
que el acreedor prefiera exigirle a cada coheredero su porción correspondiente,
cada uno de éstos tiene acción de regreso contra el coheredero por cuya culpa se
ha incurrido en la pena (art ccv. 1262).

4° Cuando la obligación principal contraída con cláusula penal es indivisible, en caso


de muerte del deudor se incurre en la pena por la contravención de uno solo de los
herederos, pudiendo el acreedor exigir la pena íntegra al contraventor, o exigirle a
cada uno de los herederos su parte proporcional, sin perjuicio del recurso contra
aquel por cuyo hecho se incurrió en la pena.

Las arras: la indemnización de los daños y perjuicios provenientes del


incumplimiento culposo de una obligación derivada de un contrato son susceptibles
de ser garantizadas mediante la entrega de una cosa que sirve de garantía del
cumplimiento de la obligación se denominan arras.
Nuestro código civil venezolano contempla las arras en su art. 1263, cuyo primer
párrafo dispone “a falta de estipulación contraria, lo que se da en arras al tiempo de
la celebración al contrato o con anterioridad a este acto se considera como garantía
de los daños y perjuicios para el caso de contravención”.
Los principales efectos son:

1- son garantía de la indemnización de los daños y perjuicios en caso de


incumpliendo culposo; por lo tanto dan derecho a la parte a quien no se le ha
cumplido el contrato de retener su importe si es la que ha recibido las arras o exigir
el doble de su valor si es la parte que las ha dado, a menos que se prefiera pedir la
ejecución del contrato. Así lo dispone el segundo párrafo del art 1263 C.C.V

2- La parte que reciba las arras está obligada a custodiarla.

3- Si el contrato se ejecuta aunque sea con retraso, las arras se imputan en el


precio, a menos que las partes dispusieran lo contario

Acción por Simulación.

La acción por simulación la deberíamos conceptualizar como un acto jurídico, claro


según sea el tipo de simulación (absoluta ó relativa), este acto jurídico orientado a
ejercitar el derecho de tutela para lograr deducir las consecuencias judiciales de la
ficción de un contrato, así declarando su inexistencia o lograr formalizar en
sustitución del verdadero contrato. Teniendo un punto más a favor para lograr
entender la simulación, según la jurisprudencia de casación significa representar o
hacer aparecer alguna cosa aparentando o imitando lo que no es, ósea ocultar lo
que verdaderamente es. Ya que hablamos sobre este tema debemos de saber de
igual manera su fundamentación jurídica al igual que en las otras acciones como:
oblicua y pauliana; siendo éste la garantía universal del patrimonio, sabiéndolo así
expresamente en el artículo 981 de nuestro Código Civil:

“Todos los bienes que constituyen el patrimonio de una persona responden al pago
de sus deudas. Sin embargo, las cláusulas de inembargabilidad son válidas cuando
hubieren sido impuestas en los términos y condiciones del artículo 292”.

Mencionados los dos tipos de simulación anteriormente podríamos hablar primero


sobre la simulación absoluta, ésta se produce específicamente en un acto o
contrato que aparentemente tiene existencia, ósea cuando las partes en realidad no
han deseado celebrar un contrato, queriendo solamente la declaración y no sus
consecuencias. Debemos de tener un punto clave claro, las partes recurren a la
simulación absoluta cuando una de ellas quiere ocultar bienes o de cualquier modo
hacer aparecer como existente una situación patrimonial que no existe. Por
segundo lugar la simulación relativa se da para dar a un acto jurídico una apariencia
que esconde su verdadero carácter disfrazado bajo la forma de un contrato (en este
se da un acto falso y otro efectivo y sincero). Existen varias formas de simulación
relativa, en primer lugar por la naturaleza del contrato que se pacta, en segundo
lugar por el contenido del contrato y por tercer lugar por la persona de los
contratantes ya que se transmiten los derechos o bienes a personas.

Existen de igual manera que en las otras acciones (pauliana y oblicua) requisitos,
en la acción por simulación son los siguientes: debe de haber un acuerdo entre las
partes (pactado su voluntad fingida, debe de ser bilateral); discordancia intencional
(es una consecuencia del acuerdo entre las partes, este distingue el acto simulado
del error de la cual no hay conformidad en los sujetos, es involuntario). Por último
requisito es la intención de engaño, este se presenta siempre en la simulación ya
que esta constituye un engaño.
Algunas de las características de la acción por simulación es que es declarativa
(tiende a la declaración de que un acto no existe o es desigual al que aparece
efectuado. Otra característica es que es prescriptible ósea es incurable, un negocio
jurídico nulo no puede convalidarse en el transcurso de tiempo, ni porque
desaparezca la causa que originó la nulidad. Sabiendo que la acción de nulidad
afecta a la prescripción ordinaria, que para la nulidad relativa es de cuatro años y
para la nulidad absoluta es de diez años. Según Alberto Brenes Córdoba la acción
para pedir invalidez de los actos viciados de la nulidad absoluta, es imprescriptible.
La siguiente característica es personal ya que se funda en el perjuicio que mediante
la ficción cometen los deudores lesionando así los intereses de los acreedores. La
simulación es directa ya que actúan a nombre propio, es universal porque en el
proceso civil de nulidad por simulación se tiene que demandar a todos los
participantes relacionados con el acto aparente y por último es indivisible ya que
ataca el acto ficticio en su totalidad, integridad y no se puede declarar inexistente en
una parte y real en otra parte.

Por último, para poder ejercer el derecho de la acción por simulación es necesaria
la titularidad de un derecho subjetivo (tener un interés jurídicamente tutelable) y que
se derive de un perjuicio. Debemos de saber que la finalidad de esta acción es que
no hace que el acreedor ataque un acto efectivo, por el contrario, el contrato no
tiene nada real y serio.

Ejemplo:

Lucas es dueño de una casa en desamparados, Lucas tiene un amigo llamado


Patricio desde la infancia; Lucas le debe a Paula la suma de trescientos mil
colones. El plazo que tenía Lucas para cancelar la deuda estaba por vencer, Lucas
para no ver perjudicado su patrimonio decide hacer una aparente donación a
Patricio de su casa, ósea tratando de engañar o burlar a Paula, ya que realmente
se hizo en forma de venta (ficticia) y no de donación.
La Acción por Simulación

Definiciones:

Existe simulación “cuando las partes realizan un acto o contrato aparentemente


válido pero total o parcialmente ficticio, pues es destruido o modificado por otro de
naturaleza secreta o confidencial que es el que realmente responde a la verdadera
voluntad de las partes”.
Por su parte, Ossorio (ob. cit.), expone que la simulación es la “alteración aparente
de la causa, la índole o el objeto verdaderos de un acto o contrato”. (p
También puede decirse, que la acción de simulación o acción de declaración de
simulación, como también se le denomina es definida por la doctrina como “aquella
que compete a las partes del acto simulado o a los terceros interesados, a fin de
que se reconozca judicialmente la inexistencia del acto ostensible, y con ello
quedan desvanecidos los efectos que se imputaban a dicho acto” (Emilio Calvo
Baca. Comentario al Artículo 1.281 del Código Civil – “Código Civil – Comentado y
Concordado”).
Esta acción aparece consagrada en el mencionado dispositivo legal así:
Artículo 1.281.- Los acreedores pueden pedir la declaratoria de simulación de los
actos ejecutados por el deudor.
Esta acción dura cinco años a contar desde el día en que los acreedores tuvieron
noticia del acto simulado.
La simulación, una vez declarada, no produce efecto en perjuicio de los terceros
que, no teniendo conocimiento de ella, han adquirido derechos sobre los inmuebles
con anterioridad al requisito de la demanda por simulación.
Si los terceros han procedido de mala fe quedan no sólo sujetos a la acción de
simulación sino también a la de daños y perjuicios.
La simulación entonces supone la realización de dos actos o convenciones: uno
ficticio, aparente o simulado, y otro real o verdadero pero que es mantenido en
secreto por las partes. El acto simulado aparente y ficticio recibe generalmente en
doctrina la denominación de acto ostensible, mientras que el acto verdadero o real
se denomina comúnmente contradocumento.
Clases de Simulación:

La simulación puede ser clasificada en dos grandes clases: la llamada simulación


absoluta, cuando el acto ostensible no existe realmente en forma alguna porque en
realidad· las partes no han querido efectuar ningún acto; por ejemplo, cuando una
persona A simula una venta con una persona B, continuando A con la propiedad de
la cosa aparentemente vendida; y la denominada simulación relativa, cuando
el acto ostensible no es totalmente inexistente, sino que sólo lo es parcialmente
porque en realidad las partes han celebrado un acto de distinta naturaleza; tal es el
caso si las partes realizan como acto ostensible un contrato de venta, cuando en
realidad efectúan una donación.
La simulación relativa puede ocurrir en varias hipótesis, siendo las más comunes
las siguientes:
1. Cuando se encubre la naturaleza jurídica de un acto.
2. Cuando se simulan algunas de las cláusulas del acto ostensible (por ejemplo, un
precio mayor que el real).
3. Cuando se simula la fecha de un acto.
4. Cuando por ese acto se constituyen o transmiten derechos o bienes de personas
interpuestas que en realidad no son las personas a quienes se transmite.
También se distingue en la simulación la llamada simulación lícita de la simulación
fraudulenta. Cuando la simulación es lícita, el acto verdadero produce sus efectos
legales, siempre que a nadie perjudique ni tenga causa ni objeto ilícito. En la
simulación fraudulenta o ilícita, el acto cae por completo y no produce efecto
alguno; tanto el acto ostensible como el verdadero no pueden producir efecto
alguno, el primero porque no corresponde a la voluntad real, el segundo porque es
nulo por objeto o causa ilícita.

En la simulación lícita para que el acto verdadero produzca sus efectos entre las
partes debe reunir dos condiciones concurrentes:
1° Que no sea prohibido mediante disposición expresa del legislador.
2° Que el acto verdadero reúna los requisitos de validez fijados por el legislador.
También existe la simulación por interposición de personas, en la cual, además de
la intervención de las partes, interviene un tercero que presta su complicidad en la
simulación. En principio produce los mismos efectos que los demás tipos de
simulación conocidos.
Efectos de la Simulación:

La doctrina estudia los efectos de la simulación desde dos puntos de vista: 1.


Efectos de la simulación entre las partes, y 2. Efectos de la simulación respecto de
los terceros. Sin embargo, antes de hacer referencia a dichos efectos, se debe
aclarar que debe entenderse por simulación la simulación lícita, que es la única
viable y capaz de producir efectos jurídicos, y no la simulación ilícita, que por su
propia naturaleza no puede producir efecto alguno. Igualmente se debe señalar que
al hablar de efectos de la simulación se está haciendo referencia a la simulación
declarada por un tribunal conforme a las normas legales en vigencia.

l.- Efectos de la simulación entre las partes


La doctrina distingue fundamentalmente:

A.-La nulidad del acto ostensible o ficticio para prevalecer el acto real o verdadero.
El acto ostensible desaparece en caso de simulación total o absoluta, y lo mismo
ocurre en caso de simulación parcial o relativa. El acto real o verdadero subsiste y
produce sus efectos normales regulando las relaciones ulteriores de las partes; de
modo que si, por ejemplo, bajo la apariencia de una venta se efectuó una donación,
el donante podrá revocarla en los casos permitidos por la ley.
B.-Cuando el acto simulado consiste en una enajenación de bienes o derechos,
estos bienes o derechos vuelven a su titular con sus frutos y productos, excepto los
gastos de conservación.
C.-La acción por simulación ejercida entre las partes del acto simulado es
imprescriptible. Entre las partes, la acción por simulación es imprescriptible, ya que
tratándose de una acción mero declarativo, destinada a constatar una real situación
jurídica, se consideraría absurdo que el simple transcurso del tiempo fuese
suficiente para extinguirla. Por partes debe entenderse, no sólo las que han
intervenido en el acto simulado, sino también sus causahabientes universales o a
título universal.

2. – Efectos de la simulación respecto de terceros


La doctrina los califica así:

A.-Respecto de los terceros de buena fe. La simulación declarada no produce


efectos en perjuicio de terceros que de buena fe, no teniendo conocimiento de ella,
han adquirido derechos o bienes de las partes del acto simulado. Este efecto no es
más que una excepción al principio de la oponibilidad del contrato. El Código Civil
venezolano, en el tercer párrafo del artículo 1281, aplica el principio anterior
refiriéndose a los bienes inmuebles, cuando expresa: “La simulación, una vez
declarada, no produce efecto en perjuicio de los terceros que, no teniendo
conocimiento de ella, han adquirido derechos sobre los inmuebles con anterioridad
al registro de la demanda por simulación”.

B.-Respecto de los terceros de mala fe. La declaratoria de simulación sí produce


efectos contra los terceros de mala fe, contra aquellos tercetos que hayan adquirido
bienes o derechos de una de las partes a sabiendas que dichas partes habían
celebrado un acto simulado. En este caso, sus adquisiciones son comprendidas por
la acción de simulación y por lo tanto los actos caen. Igualmente quedan dichos
terceros expuestos a la acción por indemnización de daños y perjuicios. Así lo
dispone el cuarto párrafo del artículo 1281 del Código Civil: “Si los terceros han
procedido de mala fe quedan no sólo sujetos a la acción de simulación sino también
a la de daños y perjuicios”.

Terminación De Los Contratos

En primer orden, debe apuntarse que por terminación de los contratos se entiende la
extinción de los mismos, en el sentido de que el contrato como tal deja de producir sus
efectos jurídicos normales y cesa de cumplir los fines para los cuales había sido
celebrado.
La disolución de los contratos es también denominada en doctrina revocación, en el
sentido de que se considera que quien otorga su voluntad para contratar revoca esa
misma voluntad al deshacer el acto o contrato celebrado. Sin embargo, el término
revocación no ha sido acogido en forma unánime, tanto más si se tiene en cuenta que
en la doctrina por revocación de un contrato se entiende la terminación del mismo por
voluntad unilateral de una de las partes
Ahora bien, tradicionalmente la doctrina distingue como modos de terminación de
los contratos los siguientes:

1°. La disolución de los contratos, denominada también revocación, aun cuando


esta última denominación es motivo de serias discusiones.
2°. La nulidad de los contratos, que supone la extinción de los mismos, por cuanto
el contrato adolece de vicios o anormalidades que impiden considerar configurados
elementos esenciales a su existencia o a su validez. Por nulidad de un contrato se
entiende su ineficacia o insu-ficiencia para producir los efectos deseados por las
partes y que le atribuye la ley, tanto respecto de las propias partes como respecto
de los terceros. (Maduro, 1987).

3°. La resolución de los contratos, modo de extinción inherente a los contratos


bilaterales. Sólo los contratos bilaterales pueden terminarse mediante resolución.

En el Título III de nuestro Código Civil se tipifica todo lo relacionado con contratos
desde el artículo 1.113 que estipula que es un contrato, pasando al capítulo IV
Secciones I a la V desde los artículos 1.282 al 1.354 habla de los efectos, clases,
requisitos, diferencias y elementos de los contratos

Resaltemos la extinción de las obligaciones las cuales se llevan a cabo por medio de:

El Pago Art. 1.283 al 1.297.

El pago constituye el medio voluntario por excelencia del cumplimiento de la


obligación. Desde un punto de vista general es el modo ordinario de extinción de las
obligaciones.
Desde el punto de vista técnico jurídico el cumplimiento de la obligación,
independientemente de que consista o no en la transferencia o entrega de una suma
de dinero. Cuando un de un deudor cumple su obligación.
De esta se derivan las siguientes formas de pagos que se estipulan de igual manera
en el Código Civil Venezolano.

 El Pago con Subrogación Art 1.298 al 1.301


 Imputación del Pago Art. 1.302 al 1.305.
 La Oferta del Pago y del Depósito Art. 1.306 al 1.313.

La Novación Art. 1.314 al 1.325.

Los cambios en una obligación pueden versar bien sea sobre los sujetos o bien sea
sobre el objeto; La novación es un modo de extinción de las obligaciones, pero no es
en rigor un modo específico de extinción de las obligaciones. Esta puede ocurrir por un
cambio de objeto o de causa.
1.- Existencia de una obligación anterior.
2.- Existencia de una obligación nueva y distinta de la primitiva.

La Remisión de La Deuda Art. 1.326 al 1.330.

Es uno de los modos de extinción de las obligaciones.


Este modo extintivo, por naturaleza acto jurídico unilateral, consiste en la abdicación
gratuita y por acto entre vivos, realizada por el acreedor, de su propio crédito, que
conlleva la liberación del vínculo jurídico a que se hallaba constreñido el deudor.

La Compensación Art. 1.331 al 1.341.

Es la extinción que opera entre las deudas de dos personas recíprocamente deudores
cuando dichas deudas son homogéneas, liquidas y exigibles.
Se trata de obligaciones que deben ser similares o de la misma especie.

La Confusión Art. 1.342 al 1.345.

Cuando las cualidades de acreedor y deudor se reúnen en la misma persona. La


obligación se puede extinguir por confusión.
Normalmente sucede de una sucesión, bien sea a titulo universal o a título particular.

La Acción de la Nulidad Art. 1.346 al 1.353.

La nulidad de un acto puede producirse por muchos motivos, entre los cuales
podemos mencionar:

 Ausencia de consentimiento real en un acto jurídico que lo requiera.


 Incumplimiento de requisitos formales en un acto jurídico que lo requiera.
 Ausencia de causa que da origen al acto jurídico. Simulación del acto sin
verdadero ánimo de realizarlo (ius jocandi).
 Ausencia de la capacidad de las personas que realizan el acto: menores de
edad o incapaces (El acto jurídico se estima nulo cuando es celebrado por
persona absolutamente incapaz, salvo se trate de incapaces no privados de
discernimiento que pueden celebrar contratos relacionados con las
necesidades ordinarias de su vida diaria).
 Objeto ilícito, es decir, está prohibido por ley. Si el propósito para el cual se
crea el acto jurídico fuese ilícito, el acto sería nulo, la ilicitud del fin va en contra
del ordenamiento jurídico de cada país.

Hay que tener en cuenta que la nulidad es la sanción más grave que se puede
imponer a un acto jurídico. Por lo tanto los órganos jurisdiccionales son muy estrictos a
la hora de interpretar estas causas.

.
CONCLUSIÓN

Se expresa una sola noción de todos los principios aplicables en materia de


riesgos, se aclararía el análisis y desarrollo de la teoría, porque se eliminaría
el antagonismo entre los principios “res perit creditori” y “res perit domino”, la
teoría de riesgo se presenta cuando las partes de un contrato presenta
imposibilidad para cumplir las obligaciones, la cláusula penal nos expone
que de manera de no cumplir con el contrato este se ve con la obligación de
obtener una indemnización por parte de la parte que no quiera cumplir su
obligación lo cierto de la acción por simulación es un acto jurídico que es la
alteración de los términos del contrato por último la terminación de los
contratos se podría decir que puede ser por varios efectos bien sea por la
disolución, nulidad o resolución entre otra la cuales están contempladas en
el trabajo
BIBLIOGRAFÍA

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