“Ahora para el despegue restan contados minutos… Cómo quisiera abrazarlos a

todos, conocidos y extraños, lejanos y cercanos, ¡hasta pronto!”-Yuri Gagarin

Mijail Voina

(Especial para El Comunista)

Eran los años de avance y poder de la U.R.S.S.; industrialización, avance

científico y bienestar del pueblo, además de la expansión del socialismo por otros
países y la creciente amenaza de revolución proletaria para el sistema capitalista
de los susodichos. La Guerra Fría se iba desarrollando febrilmente, entre la Unión
de Repúblicas Socialistas Soviéticas y los Estados Unidos de América.

Era, ciertamente, buenos tiempos para la tierra soviética. Con la intención de

compartirles a las demás naciones del mundo la superioridad del modelo
económico soviético sobre el capital, el desarrollo de la carrera espacial inició,
asestando derrotas a E.U.A con el Sputnik I (3/10/1957) y la perra Laika a bordo
del Sputnik II (3/11/1957).

Dichos lanzamientos dejaron nervioso al gobierno estadounidense sobre el poder

de la U.R.S.S. y los efectos que producían sobre los pueblos del mundo. Aún con
su entrada a la competencia por conquistar el espacio en los años venideros, lo
que no logró igualar al momento fue uno de los sucesos más relevantes y
unificadores en la historia de las naciones soviéticas y el mundo entero: el primer
viaje de un hombre al espacio, siendo ese hombre el Mayor Yuri Alekseyevich
Gagarin, del cual se conmemora el 50 aniversario de su muerte, un 27 de marzo
de 1968.

Los inicios de Gagarin (nacido el 9 de marzo de 1934) nos remontan a Klushino,

una villa próxima a la zona Europea que recibió el impacto de la invasión Nazi.
Alexei Ivanovich Gagarin y Anna Timofeyevna Gagarina fueron sus padres, ambos
eran humildes campesinos, los cuales criaron a otros 3 hijos. Fue a la escuela, y
más tarde parte a Moscú para formarse como fundidor de primera clase (por esos
tiempos también se asoció a la Unión de Juventudes Comunistas Soviéticas, la
komsomol). Su unión al “AeroClub” (1954-1955) definiría su futuro como piloto y
también como primer hombre en el espacio. Pronto aprendió a volar distintos
vehículos, y descubrió su pasión por el vuelo y el cielo. La habilidad, destreza e
inteligencia de Yura lo impulsaron a entrar a la Escuela de la Fuerza Aérea de
Orenburg.

La Unión Soviética había declarado en secreto sus intenciones de mandar un

hombre al espacio. Se llevó a cabo una rigurosa selección por toda la nación, de la
cual se obtuvieron eventualmente 20 candidatos. A través de varias pruebas que
forzaban mente y cuerpo, la eliminación comenzó, para pasar a 6 aspirantes, y
luego a la selección definitiva: 2 pilotos, Yuri y Guerman Titov, siendo la 1° opción
Gagarin.

La mañana del 12 de abril de 1961 inició como una de las más excitantes de la
historia: el equipo de supervisores, ingenieros, electrónicos y físicos encargados
del desarrollo de la nave estelar, el Vostok, desconocían si tan siquiera el
lanzamiento sería exitoso. Tras varios chequeos, el despegue comenzó. Los
propulsores del Vostok desataron un infierno, el cual impulsó a Gagarin por los
aires. Toda la maquinaria temblaba y rugía, pero el piloto se mantuvo tranquilo y
atento a las instrucciones dadas por la Tierra. Aunque llevaba a su familia en el
corazón, también pensaba en la increíble responsabilidad con la raza humana. Por
la redonda ventana de la escotilla, vislumbró por primera vez nuestro planeta azul.
A una velocidad fantástica, circuló la Tierra en poco menos de 2 horas. Su buen
ánimo quedó grabado en video y audio por parte de la Fuerza Aérea, y
comprueban el sencillo pero humano carácter de Gagarin, el cual supo que no era
un logro exclusivo de la U.R.S.S., sino de la raza humana.

Aunque fue un momento inolvidable para el soviético, toda su nación celebraba en

un frenesí de porras, poemas, marchas y gritos de felicidad el trascendental hecho
de que habían alcanzado el espacio. Yuri descendió de los cielos de manera
estruendosa pero segura cerca del Volga como héroe de la nación, y primer
cosmonauta.