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Construir la Organización de Mujeres Trabajadoras de México:

Objetivo trazado por la Primer Reunión de Mujeres Trabajadoras del PCM.

Maru Aguilar

Las condiciones de vida de la mujer trabajadora se ven cada día más desfavorecidas, pues además de la
terrible explotación y las condiciones de precariedad en las que vivimos todos los trabajadores, muchas
de estas problemáticas se ven agudizadas para las mujeres debido al papel que por años se les ha
asignado en la sociedad burguesa. Pero además, para la mujer proletaria, la barbarie de la violencia
obstétrica y sexual, el acoso callejero, en el trabajo y hasta asesinatos de esa misma índole son cosas del
día a día, pero que en los últimos años se han vuelto más visibles. Esta situación nos exige ir más allá de
la movilización reactiva ante cada nuevo hecho de violencia que se va presentando. A nosotros los
comunistas nos exige no solo tener una posición política al respecto, si no también dar una respuesta
organizada que le haga frente a la ofensiva que el sistema capitalista lanza contra nuestras camaradas y
hermanas de clase.

Los días 10 y 11 de Marzo, en torno a la conmemoración del día Internacional de la Mujer Trabajadora
tuvo lugar la 1er reunión nacional de mujeres trabajadoras, la cual fue inaugurada por la camarada Flor
de María González, secretaria general del Partido Comunista Peruano. Durante la reunión, en esta
primera instancia de mujeres comunistas militantes del PCM, se analizaron y discutieron distintas
problemáticas que aquejan a las mujeres de nuestra clase y la naturaleza de su existencia. Como
resultado, después de esta jornada de discusión ha quedado aprobada la plataforma programática que
servirá como base a nuestra propuesta organizativa.

Vemos la necesidad de organizarnos contra de las injusticias y las condiciones de vida a las que nos
enfrentamos por ser mujeres y ser proletarias. La desigualdad y la opresión que padecemos tienen una
relación directa con la cuestión de la explotación en el sistema capitalista y por tanto a la cuestión de
clase. Las mujeres proletarias y las burguesas no somos iguales ni nuestros intereses son los mismos,
pues ellas, las burguesas, se ven beneficiadas de la explotación a las que nosotras, las proletarias,
somos sujetas. Su vida privilegiada es a costa de nuestra vida precaria, por tanto nuestras luchas y las de
las mujeres de la burguesía no pueden ser las mismas. Nos diferenciamos y combatimos la postura
feminista que engloba en la misma categoría a todas las mujeres, poniendo el acento de la desigualdad
en el género y no en la clase.

El capitalismo se sostiene a costa de la explotación y opresión de la clase obrera y el proletariado en su


conjunto, pero se agudiza y toma formas particulares en la vida de las mujeres. La reproducción social
de la fuerza de trabajo sigue recayendo mayormente en las mujeres, la necesidad de guarderías sigue
sin estar plenamente satisfecha, los sueldos son miserables y los horarios extenuantes, además de sufrir
el constante acoso sexual por parte de superiores y patrones. La prueba de embarazo para la
contratación y la condicionante de no estar embarazada para mantener el trabajo no son cosas del ayer.
Los servicios de salud que recibimos las trabajadoras son precarios y negligentes. Muchas son las
mujeres que han sido objeto de burla, maltrato y hasta el escarnio cuando se trata de atender nuestra
salud sexual y reproductiva o si se llega a un hospital por un aborto. Somos las mujeres proletarias, no
así las burguesas, las víctimas de múltiples formas de violencia y explotación sexual. Es por ello que
vemos la necesidad urgente de levantar las luchas de las mujeres de nuestra clase por encima y en
contraposición de los intereses de la clase que nos explota.

La discusión ha sido fructífera, pero apenas es el inicio, llegamos al final de esta jornada con un objetivo
claro Construir la Organización de Mujeres Trabajadoras de México para lo cual nos hemos puesto un
plazo de un año. La tarea que nos hemos propuesto no es sencilla, requiere de planeación, disciplina,
trabajo organizado y valoración contante de nuestros avances. Requiere que nos acerquemos a todos
los espacios donde se desenvuelven las mujeres del proletariado que están sufriendo estas calamidades,
requiere que estemos ahí para acompañar las luchas de las mujeres de nuestra clase que ya se estén
gestando, requiere también que combatamos las posturas del feminismo que promueven la conciliación
de clases pero no solo con majestuosos debates, si no también con nuestro actuar practico. Requiero
pues, de nuestro actuar como comunistas consecuentes.

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