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Isabel Póo Martínez

poomartinez.isabel@gmail.com

Sobre la ira (41 d.C.).


Lucio Anneo Séneca

“Solicitaste de mí, Novato.” Novato1 pide a Séneca2 que le ayudase a comprender la Ira
para conseguir mitigarla y eso es lo que Séneca le concede a su hermano, una explicación
filosófica y moral Sobre la ira. Estructura el texto en tres libros3: Libro I, la ira como una
pasión desenfrenada y desmedida; Libro II: causas u orígenes de la ira como resultado de
la falta de juicio; Libro III: observa los modos de luchar contra la ira. Es decir, plantea un
problema, lo desarrolla y erradica como si de una enfermedad se tratase.

Ira: sentimiento de indignación que cusa enojo. Apetito o deseo de venganza,


enfado e irritación. Repetición de actos de saña, encono o venganza. Locución
jurídica sobre la ira Ab irato: arrebatadamente, sin reflexión. Arrebato, obcecación
u otro estado pasional semejante.

Lo irracional en los iracundos. La ira no es otra cosa que la pasión llevada a su final, la
sinrazón absoluta, con el propósito único de venganza. “El más abominable y violento de
todos, ávido de venganza, arrastrará consigo al vengado, incapaz de discernir entre lo
gusto y lo injusto (…)”4. Pero la ira es solo una mera capacidad humana ya que todo lo
carente de razón, como es el caso de la fauna, es desprovista de ira por la usencia de

1
Lucio Anneo Novato, hermano mayor de Séneca. Adoptado por el retórico Galión, desde entonces
conocido por su nombre: Lucio Junio Galión. Fue procónsul de Arcaya bajo el principado de Claudio.
2
Formado en el estoicismo por Papiro Fabiano.
3
Pertenecientes a Los Diálogos es el nombre genérico que engloba varias de sus obras escritas entre los
años 37 y 62 d. C. Conservadas en un manuscrito de la Biblioteca Ambrosiana.) El diálogo sobre la ira Los
comenzó a escribir en su destierro, entre los años 41-49 d.C.
4
Sobre la ira. Libro I, 1,1-3

1
conciencia. Por lo que queda reflejado que la ira es una capacidad intrínseca de lo
humano, pero a su vez es contraria a su naturaleza.

La ira no es natural, pero puede que sea útil -dice Séneca. Pero la razón necesita estar
alejada de las pasiones para no someterse a su influjo. Se necesita templanza para dominar
las pasiones y dialogar con la razón. Para Séneca el planteamiento de Aristóteles le parece
una antítesis, ya que cree que “la ira es necesaria, pero dominada por la razón”, y eso es
imposible, si la razón es capaz de dominar a la ira ya no es ira. No es posible esconderla,
se exterioriza. “Los demás sentimientos surgen, este (la ira) sobresale.”5

La desmesura es enemiga de la paz y de la guerra, puesto que ni mantiene la primera, ni


logra mitigar la segunda. La ira, por lo tanto, es “calamidad del género humano”6. “El
estoicismo recomienda al individuo alejarse de la multitud puesto que lo aleja de la
sabiduría.”7 Pero, todos en ciertos momentos somos capaces de hacer daño. Para
Aristóteles “la ira es el deseo de devolver el dolor”8. Según el propio Séneca, la ira es un
mal multiforme y es necesario aplacarla en nosotros y en los demás. Habla de la utilidad
del escarmiento, para que sirva para todos, que el Estado saque provecho al menos de su
muerte - dice Séneca.

La utilidad de la ira es inexistente en realidad, no le es útil ni al guerrero puesto que la ira


precipita y arrastra todo cuanta toca. “Hay que despreciar el primer impulso en el
momento en el que la ira entra en nuestro cuerpo ya que la estamos otorgando así,
derechos.”9 El pacto perverso entre otros sentimientos (como por ejemplo el miedo) y la
ira no es por medio de la razón, “si se escucha a la razón ya no ira.”10 Hay que tener
temple incluso contra los enemigos, “a los gladiadores les protege su técnica y los
desarma su ira.”11 La ira es como el vino- dice Séneca- pues vuelve proclive a la temeridad
y se pierde la precaución y determinación. Hay que exterminar y hacer desaparecer a todo
lo invalido y no por cuestión de ira sino por cuestión de razón para separar lo sano de lo
inútil.

5
Ibidem (1,7)
6
Ibidem (2,1)
7
Sobre la vida feliz. Libro I (1, 4-5)
8
Acerca del alma. ()
9
Ibidem (8,1)
10
Ibidem (9,2)
11
Ibidem (11,2)

2
“¿Te parece que la ley está airada con los que no conoce? El buen juez condena lo
censurable, no lo odia.”12 La razón necesita de tiempo para aclarar la verdad y establecer
sentencias justas y no es lo mismo sancionar a un acto que ha sido perpetrado por omisión
que uno premeditado y procurado para ser perjudicial. “No se tendrá en cuenta el pasado
sino el futuro (…) el pasado no se puede revocar, sí se puede evitar lo futuro”13

Los ultrajes y agravios personales y familiares no se solventan con ira; la calma y el


control es arma decisoria y la ira es, siempre, favorecedora de la derrota. Séneca tiene
absoluta confianza en las leyes, por lo que los hombres sabios son los impasibles que
obran por medio de la razón discerniendo entre lo justo y lo injusto para decidir lo
ecuánime.

El origen del arrebato colérico.

“Nos preguntamos si la ira se inicia por una idea o un impulso, si se mueve por propia
voluntad.”14 Séneca divaga entre lo intrínseco o lo coyuntural, puesto que para él nunca
se da un impulso sin el consentimiento de la mente y la ira es lo que logra sobrepasar a la
razón. También dice a grandes rasgos que en la perversión de la ira habita la barbarie.
Distingue entre el primer impulso que conmueve el espíritu y la verdadera pasión, que
consiste en dejarse llevar por ese primer arrebato y perder el control. Para ello introduce
la intervención de la disciplina y de la educación, para domar los espíritus jóvenes y
moldearlos nobles. “Hay que apartar a la infancia lejos de la adulación (…), que sientan
temor y respeto por los mayores (…), que se les reproche lo mal hecho”15

Hay quien se siente injuriado y eso le produce ira, pero esa idea suele ser falsa. “Algunos
se postulan ante que la ira se produce en el pecho, porque la sangre rompe a hervir
alrededor del corazón”. Lo más propicio es que se eduque a los jóvenes y se les habitué a
no querer hacer daño y a vencer sin arrogancia ni soberbia. Es mejor simular airarse que
airarse. Plantea dos remedios educacionales en contra de la ira: primero, contenerla y
segundo, rechazarla. Por tanto, hay que luchar contra la ira, para evitarla. También, es “la
prosperidad la que alimenta a la iracundia”16ya que, al que siempre se le ha concedido

12
Ibidem (16,3-4)
13
Ibidem (19,7)
14
Sobre la ira. Libro II (1,1)
15
Ibidem (21, 8-9)
16
Ibidem (21, 6-8)

3
todo no aguanta nada. Y educar en el conocimiento ya que al crédulo se le logra herir con
facilidad. También, “a menudo, la lisonja, mientras alaga, ofende.”17 y el adulador tiene
segundas intenciones.

El mejor remedio para la ira es el tiempo y la consciencia de que solo vemos lo malo en
lo ajeno. Nos ofendemos cuando pensamos que hemos sido ultrajados y además cuando
el ultraje recibido nos resulta injusto, “cuando juzgues sobre las costumbres de unos solos,
medita sobre las de todos”18sin caer en venganzas. La venganza carece de justicia es ira
respaldada por la permisividad moral ante un dolor.

Lucha conta la ira

Entonces, debemos de suprimir la ira o al menos conseguir refrenarla y detenerla. Para


ello “habrá que tomar una decisión según el carácter de cada cual” y templando nuestra
propia alma y para ello debemos de rodearnos de gente complaciente y amable.

Contra los instigadores solamente hay que tener paciencia ya que “(…) el que hace poco
era tenido en gran estima por su popular elocuencia ha padecido las iras producidas por
sus arengas.”19 Sin embargo, para Aristóteles la ira no debe de ser extirpada puesto que
se trata de un incentivo de la virtud que de ser eliminado nos deja indefensos e ineptos
para la llevar a cabo grandes empresas. Para Séneca, la ira, es el peor de los vicios y al
que hay que enfrentarse por medio de la indulgencia siendo empáticos con los motivos o
causas que han llevado a susodicho a afrentarnos por medio de la sinrazón. Y para que el
espíritu permanezca tranquilo y no se vuelva iracundo lo mejor que “este reposado, no
hay que zarandearlo ni fatigarlo.”20

La envidia conduce a la ira debido a que desestimamos, por medio de la comparación,


nuestra dicha y fortuna ya que acabaremos frustrados y airosos. Y en la mayoría de los
casos “el espíritu afectado se siente agraviado por nimiedades”21. Por lo que debemos,
cada uno de nosotros, conocernos a nosotros mismos, para que la ofensa ajena no logre
lastimarnos. Debemos de ser conocedores de nuestros puntos flacos para poder

17
Ibidem (28,6)
18
Ibidem (31,5)
19
Ibidem (2,4)
20
Ibidem (6,6)
21
Ibidem (9,5)

4
protegernos. “Hay que resistir la ira de mil maneras, que la mayoría de los casos se eche
a risas y a broma.”22 La ira y la venganza no es otra cosa que una pérdida de tiempo, y su
mayor remedio es la dilación y la serenidad ya que quien se irrita queda trastornado, es
necesaria la reflexión. El mayor castigo que puede recibir alguien es el suplicio del
remordimiento. Todos podemos ser malvados, por lo que no podemos juzgar sino por
medio de la imparcialidad de la ley.

“¿Por qué no disfrutas de la brevedad de la tu vida y la aseguras tranquila para ti como


para los demás?”. Finalmente, Séneca termina con una reflexión muy rotunda “Aguanta
un poco: he aquí que llega la muerte y os hará iguales”23 No molestemos a nadie y
soportemos con magnanimidad mientras esperamos la muerte.

Bibliografía

- Séneca, Consolaciones, diálogos, apocolocintosis, epístolas morales a Lucio. Ed.


Gredos. PP.IX-LXIII Y PP. 131-226
- Celia Lowenstein (director) Diverse Productions. 2000. Seneca: on Anger. UK.
- Socas, Francisco. Cortesano y hombre de letras. Fundación José Manuel Larra
Sevilla, 2008
- Séneca. De cólera. Enrique Otón Sobrino (trad.). Ed Alianza. Madrid, 1986
- Lucio Anneo Séneca. Cartas morales a Lucio. Jaime Bofill y Ferro (trad.) Ed
Planeta. Barcelona, 1985.
- Séneca, Lucio Anneo, y Séneca, Lucio Anneo. Diálogos; Sobre la Providencia.
Sobre la firmeza del sabio. Sobre la ira. Sobre la vida feliz. Sobre el ocio. Sobre
la tranquilidad del espíritu. Sobre la brevedad de la vida. Madrid: Gredos, 2000.
- «Seneca: filósofo y moralista. Tratado de la Ira.» Accedido 4 de mayo de 2018.
http://ellaberintodelverdugo.blogspot.com/2014/04/seneca-filosofo-y-moralista-
tratado-de.html.
- Madrid, Raquel García. «Pensamientos filosóficos.: Séneca y la ira».
Pensamientos filosóficos. (blog), 6 de marzo de 2011.
http://blogfilosofiaraquel1dc.blogspot.com.es/2011/03/seneca-y-la-ira.html.

22
Ibidem (11,1-3)
23
Ibidem (43, 1-2)

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